Ensayo Sobre El Usos de La Fuerza de La Policía y El Análisis Del Video en El Caso de George Floyd

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ENSAYO SOBRE EL USO DE LA FUERZA EN LA POLICÍA Y EL VIDEO DEL

CASO DE GEORGE FLOYD.

El uso de la fuerza oficial no es totalmente necesaria en la gran mayoría de las


acciones policiales, y tampoco necesariamente en conductas que se consideren
abusivas o inapropiadas. Sin embargo, la distribución del uso de la fuerza por
parte de la policía, la economía de su uso, por decirlo de otra manera, puede tener
un alto costo social tanto en términos de la integridad física de las personas como
de la calidad de la seguridad policial y el grado de deterioro de las relaciones entre
la Policía y el público en general. El uso indebido de la fuerza por parte de la
policía, es uno de los elementos que puede alentar o exacerbar la pérdida de
confianza del público en la policía y sin la confianza del público, los agentes de
policía en el mundo tiene que saber que la capacidad de realizar una labor de
seguridad adecuada está en grave riesgo.

La preocupación por el fenómeno de la violencia policial ha llevado a una serie de


distinciones entre relevancia conceptual y empírica.

La brutalidad es un acto consciente de causar daño que está más allá del control
de una situación, mientras que el uso innecesario puede reflejar una incapacidad
para lidiar con una situación, ya sea por falta de capacitación u otras razones. El
uso innecesario de la fuerza puede ser un verdadero error para lidiar con una
situación, la brutalidad nunca es honesta. La importancia de la distinción, es que
las causas de ambos tipos de abuso de violencia probablemente sean de
naturaleza diferente. El uso innecesario, puede resolverse mediante una mejor
capacitación técnica, mientras que la brutalidad refleja un problema mucho más
profundo. Como rasgo sistemático de sus acciones, la brutalidad policial no solo
refleja la falta de formación profesional, en la que en todas las recomendaciones
recaen cuando hay un escándalo por abuso de autoridad pública. La brutalidad
policial, como característica sistemática, también refleja, la inadecuación de las
metas institucionales y la ideología y sus reglas culturales cotidianas. También
representa la falla de los mecanismos de control y transparencia de un sistema de
rendición de cuentas.
El uso de la fuerza por parte de la policía también puede considerarse excesivo o
ilegal según el resultado de una denuncia o juicio por abuso policial. Finalmente,
se puede obtener la opinión de los ciudadanos involucrados en encuentros con el
uso de la fuerza policial. La importancia de este punto de vista es que, si los
ciudadanos perciben el uso de la fuerza como excesivo, se producirá un deterioro
de las relaciones más allá de que el uso de la fuerza podría haber sido visto como
necesario o razonable. El problema de esta última forma de valorar el uso de la
fuerza como excesivo es que la gran mayoría de personas cree que se ha utilizado
en exceso.

Algunos de estos problemas desaparecen, al menos en primera instancia, si el


fenómeno a describir o explicar es el uso de la aplicación de la ley en general, sin
importar si se trata de brutalidad o abuso. Entonces, el problema pasa a ser qué
comportamientos incluir en un continuo uso de la fuerza. En este sentido, el
fenómeno puede ser más frecuente si se incluyen en la definición ataques
verbales o amenazas de uso de la fuerza, más allá del uso físico de la fuerza. En
otros casos, se puede utilizar una definición más restrictiva del uso de la fuerza
que excluya la agresión verbal al incluir solo amenazas como el uso de la fuerza,
la fuerza física para limitar o controlar una situación (agarrar, empujar) y la fuerza
física más impactantes (puñetazos, tirones de pelo, patadas, arrojar, apuntar o
disparar el arma, etc.).

Si, por el contrario, se pretende medir la incidencia del uso de la fuerza por parte
de las fuerzas del orden, tanto en general como desagregando entre uso excesivo
y no excesivo u otras categorías, es necesario definir con precisión cuál es la
unidad de análisis de estas observaciones, es decir, el tipo de encuentro o
interacción ciudadano-policía que se tendrá en cuenta.

La Seguridad Pública es una función a cargo del Estado y los Municipios e incluye
la prevención de delitos, la evaluación y persecución para su efectividad y la
sanción de las infracciones administrativas en los términos de la ley.
Se debe regir, por los principios de legalidad, objetividad, eficiencia,
profesionalidad, honestidad y respeto a los derechos humanos reconocidos por la
Constitución.

Es de suma importancia que todos los funcionarios que estarán sirviendo en el


cumplimiento de la ley, tengan una educación en derechos humanos, la cual debe
cubrir las normas de derechos humanos que se relacionan con diversas funciones
policiales, como métodos de investigación policial, búsqueda y captura, detención
provisional, uso de la fuerza y armas de fuego, función policial en el ámbito civil,
disturbios, estados de excepción y medidas de control, entre otros. También debe
centrarse en los grupos que requieren una protección especial, como los jóvenes,
las mujeres, los migrantes, los refugiados y las personas con discapacidad.

La educación en derechos humanos busca desarrollar las capacidades de


quienes tienen responsabilidad en esta área, ya que están obligados a respetar,
proteger y hacer cumplir los derechos humanos de las personas bajo su
jurisdicción, para que puedan cumplir con esta obligación.

Podemos hacer mención de lo que hacen y tienen reglamentado en otros países


en lo que se refiere al uso de la fuerza. Por ejemplo, en Perú, se promulgó el
Decreto Legislativo que regula el uso de la fuerza por parte de la Policía Nacional
del Perú, el mismo que establece el marco legal que regula el uso de la fuerza del
personal de la Policía Nacional del Perú, en cumplimiento de su finalidad
constitucional; además, la citada norma contiene disposiciones destinadas a
regular el ejercicio del uso de la fuerza por parte de la Policía Nacional del Perú de
conformidad con los estándares internacionales en materia de derechos humanos
y las normas constitucionales y legales relativas al ejercicio de la función policial;
la Primera Disposición Complementaria Final del dispositivo legal acotado, el
Poder Ejecutivo lo reglamenta mediante Decreto Supremo refrendado por el
Ministro de Interior.

También tenemos el caso de Paraguay, donde se promulgo la ley orgánica de la


policía nacional, que establece todas las normas necesarias para el manejo y
disposiciones para que los encargados del cumplimiento de la ley tengan
directrices para su funcionamiento. Dicha ley esta esbozada en quince títulos,
divididos a su vez que capítulos, en los cuales se establece los lineamientos
necesarios para el funcionamiento de la policía nacional.

Tenemos también, la ley 18315, donde se establece lo necesario para el


cumplimiento de ley en Uruguay. En ella se establecen las normas y
procedimientos para que la policía uruguaya tenga un funcionamiento óptimo y
acorde con las disposiciones legales y de derechos humanos, tal y como lo
establen la convención interamericana de derechos humanos. Otro ejemplo que
podemos nombrar es el de Colombia, ya que por medio de la ley 1801 se
establece la normativa para el funcionamiento del cuerpo policial de ese país
suramericano.

En Costa Rica, la Ley General de la Policía, fue establecida por medio de la


Asamblea Legislativa en la Ley 7410m con el establecimiento de las disposiciones
generales para el funcionamiento de dicho cuerpo policial, la ley esta dividida en
capítulo y artículos necesarios para el funcionamiento correcto de la policía.

En Panamá, existe una ley N. 18, del 3 de junio de 1997, donde se establecen las
normas para el funcionamiento de la Policía Nacional, en su título II, capítulo 1, se
establece el uso de la fuerza, donde establece que en la República de Panamá,
como estado soberano, utilizará la fuerza siempre que sea necesario, en beneficio
de todos los residentes, para defender el estado de derecho, mantener el orden
público y la paz social, prevenir y reprimir los delitos y proteger la ley en general,
sus elementos esenciales. característica del orden coercitivo.

Corresponde a los órganos del Estado y demás autoridades constitucional y


legalmente establecidas disponer de esta facultad con las restricciones y
procedimientos que establezca la ley.

También en ella nos dice que las armas de fuego u otras armas, varas policiales,
rociadores de gas y cualquier otro medio de ejercicio de la fuerza, bajo la posesión
y cuidado de la Policía del Estado, pertenecen al Estado y estarán en manos
únicamente de los integrantes de esa institución, para los fines indicados. en la
Constitución Política, en esta Ley y su reglamento.

En cuanto al uso limitado de la fuerza, esta definido en los artículos 19 y 20, donde
se especifica que el uso de la fuerza se limita a lo estrictamente necesario para el
logro de objetivos legítimos, además, los miembros de la Policía Nacional deben
utilizar los niveles de fuerza necesarios, según cada circunstancia.

Los niveles de fuerza autorizados a los miembros de la Policía del Estado los
podemos citar a continuación:

1. La fuerza física o psíquica, o la acción que se ejerce contra una persona, para
obligarla o no a realizar actos legítimos que no trabajado si no hubiera sido
mediado.

2. Fuerza no letal, que, cuando se aplica correctamente, no debe causar lesiones


personales graves o la muerte a la persona a la que se aplica.

3. Fuerza letal, que puede causar la muerte, lesiones personales graves o crear
un riesgo razonable de causar lesiones corporales muy graves o la muerte de la
persona aplicada.

Las lesiones personales muy graves son aquellas que pueden resultar en
discapacidad permanente, desfiguración permanente o muerte.

En esta misma disposición, se establece también, el uso de la fuerza “No Letal”,


que se establece en los artículos 21 al 30, que nos indican que, en el ejercicio de
sus funciones, los miembros de la Policía Nacional procurarán utilizar la fuerza no
letal que sea razonablemente necesaria para el desempeño de sus legítimas
funciones. Es así que los agentes deberán investigar cada situación para
determinar el nivel de fuerza requerido.

Asegura que, los miembros de la Policía Nacional, no pueden ni deben ejercer las
facultades previstas en esta Ley, solo por tener la sospecha de haber cometido un
delito, exceptuando los casos en los que existan pruebas irrefutables de que el
sospechoso ha cometido, está cometiendo o es probable que cometa un delito.
Se establece los niveles necesarios y legales, que pueden utilizar los miembros de
la Policía Nacional para ejercer fuerza no letal, estos son, persuasión, reducción
física de movimientos y el uso de rociadores irritantes y gases lacrimógenos, que
no puedan ocasionar lesiones permanentes en las personas, además de, la vara
policial, por otro lado, se establece en no uso de esposas en mujeres
embarazadas, ancianos y menores siempre que no supongan un peligro para la
policía, terceros o el propio recluso.

El policía tratará de convencer, por medio del uso de palabras o gestos dirigidos a
dar razones, conmover u obligar a la persona a creer o hacer algo. El policía
puede restringir físicamente el movimiento de la persona que se resiste al arresto
usando esposas, camisa de fuerza, bastón de policía o medios similares. También
puede llevar a una persona desde un lugar donde causa o puede causar
problemas a otra donde puede controlarla con seguridad. Si es posible, la
transferencia debe realizarse con el apoyo de otras unidades.

Los derechos humanos de la persona deben respetarse en todo momento.

Si se dispone de un pulverizador de gas lacrimógeno, puede utilizarlo para reducir


la salud física del infractor o del presunto infractor a fin de evitar el uso de la vara
policial o las armas de fuego.

La vara de policía, puede utilizarse como arma si la persona a la que se va a


capturar se opone activamente a las actividades de control del policía.

El policía debe utilizar el poste policial para defenderse de ataques que no


justifiquen el uso de armas de fuego.

Es prohibido utilizar la vara de la policía para detener a una persona que no


participe en actos activos de resistencia. La resistencia pacífica de una persona no
justifica el uso de la vara de policía como arma. En esta situación, el oficial de
policía debe encontrar otros medios para controlarlo, salvo en los casos en los que
la integridad física de terceros o del policía esté evidentemente en peligro, por
estas razones, se prohíbe el uso del poste policial para golpear la cabeza, la
columna vertebral, el esternón, los riñones y los órganos genitales del sujeto.
Evitar que el detenido respire o realizar acciones que puedan dislocar
articulaciones o provocar fracturas de huesos. Sin embargo, en cualquier caso, la
vara policial, solo se utiliza cuando es necesario y en casos urgentes, los
miembros de la policía pueden utilizar sus vehículos policiales para retirar otros
vehículos de la carretera y evitar que escapen.

Para los casos extremos es que se tiene o se puede utilizar la fuerza letal, estos
casos están bien identificados en los artículos del 31 al 33, donde el uso de fuerza
letal por miembros de la Policía Nacional significa el uso de armas de fuego que
se disparen contra una persona o cualquier otra forma de fuerza que pueda causar
lesiones graves o la muerte. De esta manera, la policía sólo podrá utilizar la fuerza
letal, cuando considere razonablemente necesario en casos como defender la vida
y la integridad personal de los demás, defendiendo su vida e integridad personal,
contra un autor o presunto autor en fuga sólo si se sabe a ciencia cierta que el
involucrado está armado o ha mostrado tal peligrosidad a través de sus acciones
que, si no se evita su fuga, surge un peligro inmediato para él. Integridad física del
policía y demás miembros de la comunidad. De orden superior, en defensa de la
seguridad de la comunidad, en caso de graves alteraciones del orden público y en
caso de toma de rehenes o actos de terrorismo.

Pero también tenemos los casos en que no se debe utilizar la fuerza letal, estos
casos son si existe riesgo de herir a un tercero, en caso de secuestro o toma de
rehenes, cuando el uso de la fuerza pueda poner en peligro la seguridad de la
víctima. En situaciones, cuando se requiera el uso de fuerza letal, se debe utilizar
a su propia discreción, siendo la seguridad de las personas una prioridad, y se
manejará de acuerdo con las disposiciones de esta Ley.

Uno de los casos muy sonados en el último año fue el de afro americano George
Floyd, donde unos agentes de la policía de Minneapolis en Estados Unidos,
llegaron al sitio donde estaba Floyd, debido a un llamado donde realizaban el
reporte de un billete falso de US$20 en una tienda de comestibles. Fue ahí donde
todo empezó y culminó con la muerte del señor Floyd, en el video se muestran a
los oficiales que atendieron el llamado y sacan al señor Floyd de su vehículo a la
fuerza, para luego esposarlo, sin razones, ni justificación, únicamente por que la
descripción del sospechoso era similar a él.

Luego de esto lo comprimen contra la pared y lo esposan, donde supuestamente


le indican que lo van a meter a la unidad de patrulla y lo van a trasladar a la
comisaría, según ellos se resiste a entrar en el auto policial, por lo que se car al
suelo y es donde supuestamente lo reducen de una forma no adecuada, ya que en
las imágenes se ve a un policía blanco, Derek Chauvin, con la rodilla sobre el
cuello de Floyd mientras este está esposado y boca abajo en el suelo.

El señor Floyd vivía en Minneapolis desde hace varios años tras mudarse desde
Houston, su ciudad natal en Texas.

El empleado indicó que el hombre parecía “borracho” y que “no estaba en control
de sí mismo”, señala la transcripción.

Según relatan, el señor Floyd estaba sentado con otras dos personas en un auto
estacionado a la vuelta de la esquina.

Tal y como se ve con el transcurrir del tiempo y permanecer en esa posición, con
la rodilla en su cuello, Floyd se escucha decirles a los policías que no podía
respirar, “No puedo respirar”, decía repetidamente Floyd, suplicándole a su mamá
y rogando “por favor, por favor, por favor”. El problema continuó durante 8 minutos
y 46 segundos, Chauvim mantuvo la rodilla sobre el cuello de Floyd, pasados los
primeros 6 minutos de ese período, se nota que Floyd deja de reaccionar. Se
denota como uno de los agentes, chequea la muñeca derecha de Floyd, y
aparentemente se nota preocupado porque no se siente pulso, aún así no quitan
la rodilla ni se mueven de su lugar, solo mucho tiempo después es que el policía
retira la rodilla del cuela de Floyd, el cual no se movía, lo colocan en una camilla y
lo suben a una ambulancia que lo lleva a un centro médico donde lo declaran
muerto.

Este es un caso muy lamentable de uso y abuso de fuerza por parte de la policía,
donde por negligencia y sin justificación, el supuesto sospechoso muere a causa
de la forma en que fue tratado y disminuido por un delito que a la postre no
cometió y no le dieron tiempo de justificarse y de defenderse en ese sentido. Los
policías, se llevaron por el color de la piel y la apariencia de la persona que vestía
ropa deportiva, que es algo muy normal cuando uno esta en descanso o en la
casa.

Tenemos que tener en cuenta que el uso y ab uso de la fuerza, es en muchos


casos innecesaria y que los que asisten a casos así, en estos casos la policía,
tiene que tener el debido proceder y hacer las indagaciones pertinentes antes de
proceder a utilizar la fuerza tal y como paso con el señor Floyd.

Para concluir, es muy importante que en nuestro país, se enseñe y adiestre a las
fuerzas policiales a saber manejar este tipo de eventos y aunque sabemos que
siempre en cuestiones policiales, se va a arriesgar la vida, tienen que tratar de
dilucidar de la mejor manera como actuar en momentos de tensión y momentos en
que el pensamiento se puede llegar a nublar y causarle daños, lesiones y hasta la
muerte a personas que en realidad no representan una amenaza plausible.

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