Ensayo Sobre El Usos de La Fuerza de La Policía y El Análisis Del Video en El Caso de George Floyd
Ensayo Sobre El Usos de La Fuerza de La Policía y El Análisis Del Video en El Caso de George Floyd
Ensayo Sobre El Usos de La Fuerza de La Policía y El Análisis Del Video en El Caso de George Floyd
La brutalidad es un acto consciente de causar daño que está más allá del control
de una situación, mientras que el uso innecesario puede reflejar una incapacidad
para lidiar con una situación, ya sea por falta de capacitación u otras razones. El
uso innecesario de la fuerza puede ser un verdadero error para lidiar con una
situación, la brutalidad nunca es honesta. La importancia de la distinción, es que
las causas de ambos tipos de abuso de violencia probablemente sean de
naturaleza diferente. El uso innecesario, puede resolverse mediante una mejor
capacitación técnica, mientras que la brutalidad refleja un problema mucho más
profundo. Como rasgo sistemático de sus acciones, la brutalidad policial no solo
refleja la falta de formación profesional, en la que en todas las recomendaciones
recaen cuando hay un escándalo por abuso de autoridad pública. La brutalidad
policial, como característica sistemática, también refleja, la inadecuación de las
metas institucionales y la ideología y sus reglas culturales cotidianas. También
representa la falla de los mecanismos de control y transparencia de un sistema de
rendición de cuentas.
El uso de la fuerza por parte de la policía también puede considerarse excesivo o
ilegal según el resultado de una denuncia o juicio por abuso policial. Finalmente,
se puede obtener la opinión de los ciudadanos involucrados en encuentros con el
uso de la fuerza policial. La importancia de este punto de vista es que, si los
ciudadanos perciben el uso de la fuerza como excesivo, se producirá un deterioro
de las relaciones más allá de que el uso de la fuerza podría haber sido visto como
necesario o razonable. El problema de esta última forma de valorar el uso de la
fuerza como excesivo es que la gran mayoría de personas cree que se ha utilizado
en exceso.
Si, por el contrario, se pretende medir la incidencia del uso de la fuerza por parte
de las fuerzas del orden, tanto en general como desagregando entre uso excesivo
y no excesivo u otras categorías, es necesario definir con precisión cuál es la
unidad de análisis de estas observaciones, es decir, el tipo de encuentro o
interacción ciudadano-policía que se tendrá en cuenta.
La Seguridad Pública es una función a cargo del Estado y los Municipios e incluye
la prevención de delitos, la evaluación y persecución para su efectividad y la
sanción de las infracciones administrativas en los términos de la ley.
Se debe regir, por los principios de legalidad, objetividad, eficiencia,
profesionalidad, honestidad y respeto a los derechos humanos reconocidos por la
Constitución.
En Panamá, existe una ley N. 18, del 3 de junio de 1997, donde se establecen las
normas para el funcionamiento de la Policía Nacional, en su título II, capítulo 1, se
establece el uso de la fuerza, donde establece que en la República de Panamá,
como estado soberano, utilizará la fuerza siempre que sea necesario, en beneficio
de todos los residentes, para defender el estado de derecho, mantener el orden
público y la paz social, prevenir y reprimir los delitos y proteger la ley en general,
sus elementos esenciales. característica del orden coercitivo.
También en ella nos dice que las armas de fuego u otras armas, varas policiales,
rociadores de gas y cualquier otro medio de ejercicio de la fuerza, bajo la posesión
y cuidado de la Policía del Estado, pertenecen al Estado y estarán en manos
únicamente de los integrantes de esa institución, para los fines indicados. en la
Constitución Política, en esta Ley y su reglamento.
En cuanto al uso limitado de la fuerza, esta definido en los artículos 19 y 20, donde
se especifica que el uso de la fuerza se limita a lo estrictamente necesario para el
logro de objetivos legítimos, además, los miembros de la Policía Nacional deben
utilizar los niveles de fuerza necesarios, según cada circunstancia.
Los niveles de fuerza autorizados a los miembros de la Policía del Estado los
podemos citar a continuación:
1. La fuerza física o psíquica, o la acción que se ejerce contra una persona, para
obligarla o no a realizar actos legítimos que no trabajado si no hubiera sido
mediado.
3. Fuerza letal, que puede causar la muerte, lesiones personales graves o crear
un riesgo razonable de causar lesiones corporales muy graves o la muerte de la
persona aplicada.
Las lesiones personales muy graves son aquellas que pueden resultar en
discapacidad permanente, desfiguración permanente o muerte.
Asegura que, los miembros de la Policía Nacional, no pueden ni deben ejercer las
facultades previstas en esta Ley, solo por tener la sospecha de haber cometido un
delito, exceptuando los casos en los que existan pruebas irrefutables de que el
sospechoso ha cometido, está cometiendo o es probable que cometa un delito.
Se establece los niveles necesarios y legales, que pueden utilizar los miembros de
la Policía Nacional para ejercer fuerza no letal, estos son, persuasión, reducción
física de movimientos y el uso de rociadores irritantes y gases lacrimógenos, que
no puedan ocasionar lesiones permanentes en las personas, además de, la vara
policial, por otro lado, se establece en no uso de esposas en mujeres
embarazadas, ancianos y menores siempre que no supongan un peligro para la
policía, terceros o el propio recluso.
El policía tratará de convencer, por medio del uso de palabras o gestos dirigidos a
dar razones, conmover u obligar a la persona a creer o hacer algo. El policía
puede restringir físicamente el movimiento de la persona que se resiste al arresto
usando esposas, camisa de fuerza, bastón de policía o medios similares. También
puede llevar a una persona desde un lugar donde causa o puede causar
problemas a otra donde puede controlarla con seguridad. Si es posible, la
transferencia debe realizarse con el apoyo de otras unidades.
Para los casos extremos es que se tiene o se puede utilizar la fuerza letal, estos
casos están bien identificados en los artículos del 31 al 33, donde el uso de fuerza
letal por miembros de la Policía Nacional significa el uso de armas de fuego que
se disparen contra una persona o cualquier otra forma de fuerza que pueda causar
lesiones graves o la muerte. De esta manera, la policía sólo podrá utilizar la fuerza
letal, cuando considere razonablemente necesario en casos como defender la vida
y la integridad personal de los demás, defendiendo su vida e integridad personal,
contra un autor o presunto autor en fuga sólo si se sabe a ciencia cierta que el
involucrado está armado o ha mostrado tal peligrosidad a través de sus acciones
que, si no se evita su fuga, surge un peligro inmediato para él. Integridad física del
policía y demás miembros de la comunidad. De orden superior, en defensa de la
seguridad de la comunidad, en caso de graves alteraciones del orden público y en
caso de toma de rehenes o actos de terrorismo.
Pero también tenemos los casos en que no se debe utilizar la fuerza letal, estos
casos son si existe riesgo de herir a un tercero, en caso de secuestro o toma de
rehenes, cuando el uso de la fuerza pueda poner en peligro la seguridad de la
víctima. En situaciones, cuando se requiera el uso de fuerza letal, se debe utilizar
a su propia discreción, siendo la seguridad de las personas una prioridad, y se
manejará de acuerdo con las disposiciones de esta Ley.
Uno de los casos muy sonados en el último año fue el de afro americano George
Floyd, donde unos agentes de la policía de Minneapolis en Estados Unidos,
llegaron al sitio donde estaba Floyd, debido a un llamado donde realizaban el
reporte de un billete falso de US$20 en una tienda de comestibles. Fue ahí donde
todo empezó y culminó con la muerte del señor Floyd, en el video se muestran a
los oficiales que atendieron el llamado y sacan al señor Floyd de su vehículo a la
fuerza, para luego esposarlo, sin razones, ni justificación, únicamente por que la
descripción del sospechoso era similar a él.
El señor Floyd vivía en Minneapolis desde hace varios años tras mudarse desde
Houston, su ciudad natal en Texas.
El empleado indicó que el hombre parecía “borracho” y que “no estaba en control
de sí mismo”, señala la transcripción.
Según relatan, el señor Floyd estaba sentado con otras dos personas en un auto
estacionado a la vuelta de la esquina.
Tal y como se ve con el transcurrir del tiempo y permanecer en esa posición, con
la rodilla en su cuello, Floyd se escucha decirles a los policías que no podía
respirar, “No puedo respirar”, decía repetidamente Floyd, suplicándole a su mamá
y rogando “por favor, por favor, por favor”. El problema continuó durante 8 minutos
y 46 segundos, Chauvim mantuvo la rodilla sobre el cuello de Floyd, pasados los
primeros 6 minutos de ese período, se nota que Floyd deja de reaccionar. Se
denota como uno de los agentes, chequea la muñeca derecha de Floyd, y
aparentemente se nota preocupado porque no se siente pulso, aún así no quitan
la rodilla ni se mueven de su lugar, solo mucho tiempo después es que el policía
retira la rodilla del cuela de Floyd, el cual no se movía, lo colocan en una camilla y
lo suben a una ambulancia que lo lleva a un centro médico donde lo declaran
muerto.
Este es un caso muy lamentable de uso y abuso de fuerza por parte de la policía,
donde por negligencia y sin justificación, el supuesto sospechoso muere a causa
de la forma en que fue tratado y disminuido por un delito que a la postre no
cometió y no le dieron tiempo de justificarse y de defenderse en ese sentido. Los
policías, se llevaron por el color de la piel y la apariencia de la persona que vestía
ropa deportiva, que es algo muy normal cuando uno esta en descanso o en la
casa.
Para concluir, es muy importante que en nuestro país, se enseñe y adiestre a las
fuerzas policiales a saber manejar este tipo de eventos y aunque sabemos que
siempre en cuestiones policiales, se va a arriesgar la vida, tienen que tratar de
dilucidar de la mejor manera como actuar en momentos de tensión y momentos en
que el pensamiento se puede llegar a nublar y causarle daños, lesiones y hasta la
muerte a personas que en realidad no representan una amenaza plausible.