Clubes de Lectores - Síntesis 1er Encuentro de Formación - PPL
Clubes de Lectores - Síntesis 1er Encuentro de Formación - PPL
Clubes de Lectores - Síntesis 1er Encuentro de Formación - PPL
“Un club de lectura no es otra cosa que un grupo de personas que se reúnen con regularidad para leer juntos
y comentar sus impresiones sobre el libro cuya lectura han pactado previamente. La lectura (al menos para
las personas que asisten a un club) ya no se vive como un placer solitario: por primera vez hay lectores que
se sienten parte de una comunidad lectora… Y es que los clubes son la expresión de una nueva forma de
socialización de la lectura que está cambiando hábitos y prácticas muy arraigadas.”
Leer y conversar: una introducción a los clubes de lectura. Jesús Arana Palacios y Belén Galindo Lizaldre.
Colección: Biblioteconomía y Administración Cultural. Madrid, España. Año 2009.
“Para muchos niños y jóvenes, un club de lectura es un particular espacio de oportunidad, socialización y
aprendizaje. Escuchando a otros lectores como ellos, confrontando sus impresiones con las de los demás,
en un clima estimulante, de respeto y confianza mutua, se afirman y progresan como sujetos lectores”
Mata, Juan. 2009. “Bibliotecas, clubes, redes y otras fraternidades”, en Lecturas en la red y redes en torno a
la lectura. Salamanca: Fund. Germán Sánchez Ruipérez, pp. 103-126.
PAUTAS GENERALES
* El lugar y la disposición
El lugar de las reuniones suele ser siempre el mismo, preferentemente en un entorno de libros, aunque en
ocasiones estas reuniones puedan realizarse en otros escenarios con algún motivo afín. Lo ideal es que el
grupo se siente en círculo o de modo que todos se vean a la cara cuando hablen para que la conversación
sea más agradable y crezca en confianza.
* La convocatoria
No hay que desanimarse si, cuando se hace la convocatoria, la respuesta es menos entusiasta de lo que en
un principio se esperaba. Si hay un momento crítico a la hora de formar un club de lectura es el inicio. Una
vez puesto en marcha, aparece el mejor método de divulgación posible: el boca a boca. Los primeros lectores
se lo suelen recomendar a sus conocidos, y así es como el club empieza a crecer. En algunas escuelas es
posible que la primera convocatoria obtenga una respuesta pobre. Si no se reúne el número de estudiantes
que permite arrancar, hay que dejar pasar un tiempo y volverlo a plantear más tarde. A la segunda el club
suele salir adelante. Los jóvenes necesitan tiempo para asimilar una nueva actividad y vencer la pereza inicial.
* El grupo de participantes
Es mejor que el número de participantes sea de 10 a 25 lectores, ya que aunque las intervenciones en las
sesiones siempre son voluntarias, dar voz a todos en un grupo muy numeroso podría restar fluidez a los
encuentros. Cada lector se compromete a leer las páginas acordadas para la siguiente sesión. Sin embargo,
también hay clubes de lectura que se reúnen con el libro completo leído y en esa sesión, que suele ser
mensual, hablan de la lectura en su totalidad.
* La selección de lecturas
A la hora de elegir las lecturas puede ser el coordinador quien tenga ya determinados los libros para leer,
atendiendo al interés lector del grupo: novelas históricas, juveniles, poemas de autoras contemporáneas… o
bien, puede que sea el grupo quien decida qué leer. Sea cual fuere el criterio, los clubes de lectura deberían
nutrirse de las colecciones de libros que se reciben desde el Plan Nacional de Lecturas.
* Tipos de clubes:
La frecuencia de las sesiones puede ser semanal, quincenal o mensual. La duración ideal es de 1 hora para
los adolescentes, y de unos 30 minutos para los niños o niñas.
En la primera sesión será interesante que el coordinador exponga los motivos del club, las normas a seguir
en las intervenciones, la presentación de los participantes y la toma de datos para comunicarse a través de
un correo electrónico específico o de un blog del Club de lectura. Es necesario para los lectores que en esta
primera sesión el coordinador haga una introducción sobre el autor y su obra, la época a la que pertenece y
el tipo de literatura que escribe. A lo largo del resto de sesiones habrá tiempo para vincular la obra con las
circunstancias sociales, históricas y culturales en que se desarrolla; el perfil de los personajes; riqueza
narrativa o literaria. Al finalizar, acabada la lectura del día, hará una conclusión final con las aportaciones de
todos.
Pero no olvidemos que lo más importante en la dinámica de un club de lectura son las opiniones y
aportaciones de los lectores. Todos los comentarios, valoraciones, interpretaciones y críticas tienen cabida
en las conversaciones. Y todos pueden intervenir con los conocimientos, ideas y sentimientos que se
despiertan a partir de la lectura.
Todos los integrantes del grupo –siguiendo un orden preestablecido- escuchan o leen, dan su opinión o
hacen preguntas que ayudan a explicar las partes confusas del texto. El club de lectura sirve también para
aprender, debatir y animarse a hablar frente a un público. Al final de cada lectura es interesante que todos
tengan la oportunidad de explicar sus conclusiones, demostrando así que cada participante siente
satisfacción de expresar no sólo una impresión personal, sino también la posibilidad de compartir esa lectura
con otras personas. Las abiertas opiniones de los miembros del grupo enriquecen mucho la comprensión y
la impresión inicial que se pudo captar del texto leído. De este modo también el grupo estará aportando un
impulso importante hacía aquellos estudiantes que no leen habitualmente y que –por esto- no se animan a
intervenir con asiduidad.
La figura del coordinador es esencial para que el club de lectura funcione bien. No es un lector más, y sin la
pretensión de hacerse protagonista de la palabra en las sesiones, sí debe poner en juego habilidades para
organizar la actividad y responsabilidades con el grupo:
• Planificar las sesiones de lectura estableciendo el número de páginas a leer en cada encuentro.
• Iniciar y cerrar las sesiones, moderar las conversaciones, estimular la participación, equilibrar las
intervenciones, favorecer un clima de confianza, tener capacidad de análisis y síntesis en las tertulias,
dando cabida a todas las opiniones sin que se imponga el criterio de nadie.
• Preparar la información sobre título y autor sin dar clases de literatura o de historia, dosificando de
manera acertada esta información para que realmente sea interesante y pertinente.
• Dirigirse siempre a todos los participantes con respeto, cordialidad e interés.
• Fomentar el debate, el espíritu crítico y el intercambio de ideas que multipliquen los significados y la
trascendencia de la lectura.
• Es acertado que el coordinador sea un buen lector, alguien con iniciativa y buena mano a la hora de
motivar, orientar la conversación, así como dar premisas e ideas. Qué no se debe hacer: Ser el
protagonista de la sesión, no olvidemos que los protagonistas son, primero, los libros y después los
miembros del club.
Normas (algunas buenas prácticas que se deben impulsar para favorecer al grupo)
A par de las lecturas pueden promoverse actividades relacionadas con el mundo del libro y otras
manifestaciones culturales (cine, la pintura, la música, etc.) que amplíe y enriquezca la cultura de los
lectores:
Como los clubes de lectura desarrollan una actividad educativa y cultural que se extiende a lo largo de los
años, tenemos que tener una serie de referencias (síntesis, fotografías), de observaciones que nos sirvan
para avanzar a través del tiempo que dure la actividad. Cuando se acabe el año recogeremos en una memoria
todos estos datos; el nombre del club, el número de participantes, altas y bajas con respecto al curso
anterior, los libros leídos, las actividades que se han realizado en torno a los libros, cualquier incidencia
reseñable, todo aquello que se pueda mejorar y una valoración global de la actividad.
"Una de las rutinas que más entorpece el regocijo de la lectura es la obsesión por adivinar el significado de
un cuento, una novela o un poema…El lector comprende más fácilmente cuando se siente interpelado. Si
percibe que lo que lee le concierne –habla de sus conflictos o expresa lo que siente, descubre algo que le
importa o le disipa alguna inquietud- su lectura será más atenta, más sagaz, se sentirá más comprometido.
Cuando los alumnos presienten que sus lecturas tendrán reconocimiento, que sus pensamientos importan
de verdad a sus profesores, ponen en juego su inteligencia con más viveza que cuando saben que sus
opiniones sólo serán el pretexto para una nota."
2. ¿COMPRENDIERON?
“Más que preguntarles a los niños o jóvenes al término de una lectura si han entendido el texto resultará más
fecundo alentar sus explicaciones acerca de él. No entender algo no puede considerarse un fracaso, sino una
incitación. La literatura tolera el enigma y la perplejidad, incluso el hermetismo. No se puede aspirar a
entenderlo todo, pero tampoco se debe... Sabemos bien que el goce y la comprensión de una lectura se
acrecientan después con una conversación, no exenta de discrepancias, con otros lectores… Poemas o
cuentos que provoquen interpretaciones, aunque no se ajusten del todo a la intención del autor, cumplen de
sobra su cometido, pues la confrontación de pareceres acrecienta los conocimientos de los estudiantes, les
hace sentirse parte de una comunidad de lectores. Podríamos decir entonces que conversar puede ser el
principio de la comprensión y del disfrute.”