Unidad 5 - Maritza Montero
Unidad 5 - Maritza Montero
Unidad 5 - Maritza Montero
Se ocupa de fenómenos psicosociales producidos en relación con procesos de carácter comunitario, tomando en cuenta el contexto cultural y social en
el cual surgen.
Concibe a la comunidad como ente dinámico compuesto por agentes activos, actores sociales relacionados constructores de la realidad en que viven.
Hace énfasis en las fortalezas y capacidades, no en las carencias y debilidades.
Toma en cuenta la relatividad cultural
Asume las relaciones entre las personas y el medio ambiente en que viven.
Tiene una orientación hacia el cambio social dirigido al desarrollo comunitario, a partir de una doble motivación: comunitaria y científica.
Incluye una orientación hacia el cambio personal en la interrelación entre individuos y comunidad.
Busca que la comunidad tenga el poder y el control sobre los procesos que la afectan.
La acción comunitaria fomenta la participación y se da mediante ella.
Tiene un carácter predominantemente preventivo
QUE HACER COMUNITARIO
Se busca crear una psicología socialmente sensitiva , que en cualquier problema social no solo redefiniéndolos en diagnósticos en términos científicos ,
describiendo las quejas de las personas , sino que al mismo tiempo se realicen intervenciones que los transformen durante el proceso, para llevarlo a cabo , es
necesario trabajar con las personas afectadas acerca de la situación como también involucradas, esto supone:
Diagnosticas conjuntamente con las personas de la comunidad
Tener conciencia de esa totalidad
Establecer con os actores sociales situados en la demanda el problema o el deseo a cumplir , estudiar e intervenir
Tener una comprensión distinta de las personas con las cuales se trabaja
Definir el rol del psicólogo comunitario como el de un agente de cambio ligado a la detección de potencialidades (recursos, capacidades), al
fortalecimiento y la puesta en práctica de las mismas y al cambio en los modos de interpretar, construir e influir sobre la realidad.
En este sentido se resalta que el carácter catalizador que deben tener los psicólogos comunitarios al cual debe sumarse su carácter educador y de interventor en
situaciones de interés comunitarios. El rol del psicólogo comunitario se define como el de alguien que posee un saber que le permite actuar.
El ejercicio del psicólogo comunitario cubre 4 grandes áreas de la práctica profesional en las diferentes ramas de la ciencia:
• La prevención, especialmente primaria, con promoción de conductas consideradas como deseables
• La intervención, muchas veces ligada a la investigación con sentido participativo
• La investigación
• La evaluación
La psicología comunitaria surge en un momento de cambio paradigmático. Esto se evidencia en la concepción del quehacer psicológico de la psicología
comunitaria, tal concepción supone 2 tipos de sujetos, ambos productores de conocimientos:
- Los psicólogos, agentes externos en el proceso de actuar de acuerdo con sus conocimientos psicológicos y científicos.
- Las personas de las comunidades, agentes internos en ese mismo proceso, con su saber acerca de su comunidad.
Esta acción transformadora proviene de estas dos fuentes (externa e interna) y por ende actúa en dos sentidos: ambos sujetos de la relación serán
transformados, ambos campos adquirirían conocimientos, produciéndose una relación dinámica de transformación mutua.
Vidal definiciones de psicología comunitaria pecan en su mayoría de vaguedad e imprecisión. A demás agrega que posee un carácter "utopista"ya que tiene
aspectos deseables o ideales. También señala ciertas imprecisiones en ellas que llevan a la psicología comunitaria a ser fácilmente confundible con otros
campos aplicados, y la acusa de no centrarse en su objeto, ya que su definición habla lo que no es la psicología comunitaria, en un intento de diferenciarla de
otras ramas. Se caracterizan por la multidisciplinariedad, es decir, por señalar el carácter multidisciplinario de la psicología comunitaria ya que señala un
aspecto que históricamente forma parte de la subdisciplina: haber surgido de una conjunción de ramas de la psicología y haber apelado a la integración de
saberes provenientes de otras ciencias sociales. Esta surge en América en un momento de crisis que obliga a muchas ramas de la psicología, y sobre todo a su
rama social, a repensarse críticamente y a evaluar su papel social y científico.
Este punto de la multidisciplinariedad necesita entonces ser estudiado más que como un defecto o una limitación, como una condición debida al carácter
complejo de la psicología comunitaria, pues es necesario reconocer que en ella se integran aspectos psicosociales, sociológicos, culturales, políticos.
Si revisamos la génesis de la psicología comunitaria, vemos que deriva de varios campos que la marcan profundamente: el psicosocial, el clínico, el educativo
y, en particular, el movimiento de salud mental en la comunidad, con el cual parecía estar unida a fines de los años sesenta y aun bien entrados los setenta.
La diferencia que deberíamos destacar de la psicología comunitaria es que esta "va más allá de la salud mental en la comunidad, por su interés en problemas
[que no son] de salud mental, por ejemplo, el funcionamiento de los individuos en las unidades sociales, las organizaciones y las comunidades".
La definición antes citada (Montero, 1982) señala el poder y el control sobre las circunstancias de vida por parte de las personas que integran las comunidades,
así como el cambio social como objeto de esta rama de la psicología. En efecto, el primer señalamiento coloca a la comunidad como ámbito y sujeto del
quehacer psicosocial comunitario; como sujeto activo de las acciones que en ella se llevan a cabo; como actor social, constructor de su propia realidad.
El segundo planteamiento, el cambio o la transformación social, está definida desde la situación de la comunidad, y la incorporación de aspectos externos
provenientes de consideraciones de salud mental, salud comunitaria, avances de la ciencia, aspectos culturales, religiosos, políticos o económicos, etc. El
trazado de las líneas de transformación se hace desde la propia comunidad y, sobre todo, desde las aspiraciones, los deseos y las necesidades de la comunidad