Sinodo Diocesano Y Plan Pastoral

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EL RECORRIDO A TRAVÉS DE CUARESMA, SEMANA SANTA,

ASCENSIÓN Y PENTECOSTÉS:

ANUNCIO DE UN SÍNODO DIOCESANO Y UN PLAN PASTORAL


POST-PANDEMIA PARA LA DIÓCESIS DE DALLAS

Introducción

Este año, a medida que regresamos a la Cuaresma, aun


enfrentando muchos de los profundos efectos y sufrimientos
de una continua pandemia, estoy empezando a imaginar una
Iglesia postpandémica aquí en la Diócesis de Dallas. En esta
carta pastoral presentaré mis reflexiones sobre la adopción de
una misión apostólica, una revisión del estado de la diócesis y una respuesta que,
considero, fortalecerá esta diócesis tras esta histórica pandemia.

Les escribo para pedirles que reflexionen en esto, y me acompañen a orar durante
este tiempo sagrado. En Cuaresma reflexionamos sobre nuestra mortalidad y
pecaminosidad; lo hacemos en preparación para la Pascua, la Ascensión y, en
última instancia, Pentecostés, cuando los Apóstoles fueron llamados a ir a predicar
el Evangelio a todas las naciones. De la misma manera, les pido que me
acompañen a medida que discernimos cual es nuestro lugar en este período
doloroso de la historia y comenzamos a planificar el camino a seguir como lo
hicieron los Apóstoles. A través de la intercesión de la Virgen de Guadalupe,
pidámosle al Señor que nos guíe y nos acompañe, y que nos otorgue una fuerza y
determinación renovadas para servir al mundo que Él vino a redimir.

Los Fieles

Recientemente celebré mi cuarto aniversario como Obispo de la Diócesis de


Dallas. Me doy cuenta de lo bendecido que soy de ser el pastor de esta Iglesia
local. El pueblo es muy fiel, comprometido, hospitalario y generoso. Están muy
orgullosos de ser Católicos, y deseo hacer lo que sea necesario para fortalecer su fe
para que se sientan orgullosos de ser Católicos y formar parte de la Diócesis de
Dallas.

1
Abrazando la Misión Apostólica

Este es un tiempo de grandes oportunidades. No es tiempo de seguir haciendo las


cosas como siempre las hemos hecho, sino más bien de realizar nuevas iniciativas
y ofrecer un testimonio audaz del amor perdurable de Jesús. Es un tiempo de
renovar nuestra fe en Él y de aventurarse "mar adentro"1 con la confianza que el
Señor está con nosotros en la barca, golpeada como esta por muchos vientos en
contra, pero continuando hacia el destino al que Él nos llama. Este es un momento
para recuperar el espíritu vivificante original de los tiempos apostólicos, para
vernos a nosotros mismos como uno con aquellos apóstoles y discípulos originales,
con María, nuestra Madre, y todos los hombres y mujeres santos que siguieron a
Jesús. Ellos eran todo lo que quedaba de la Iglesia para realizar la misión de Jesús
tras su Resurrección y Ascensión. Investidos con los dones del Espíritu Santo, se
dirigieron a un mundo dominado por el Imperio Romano y la cultura helénica
pagana de la época. Fueron capaces, a lo largo de los siglos subsiguientes, de
transformar ese imperio y esa cultura, reestructurarlos en la misma manera de
articular y difundir el mensaje de Jesús a todos los confines de la tierra. ¿Quién
podría haber predicho o haber planeado esto?

Es el momento de recuperar la fe y la confianza de esa comunidad apostólica


original: implorar al Señor resucitado como lo hicieron ellos, rogarle que vuelva a
inflamar nuestros corazones con el fervor del Espíritu Santo que descendió sobre
ellos en el Cenáculo el día de Pentecostés, pedirle la fortaleza para llegar a todos
los confines de la tierra, con una disposición para hacer y sufrir lo que sea
necesario, aunque sólo sea para predicar a Cristo crucificado y resucitado como la
única esperanza para el mundo. La gente de aquel día dijo de los Cristianos:
"¡Miren cómo se aman los unos a los otros!" Este amor sacrificial dio testimonio
de su fe en Jesús. Contemplar la comunidad apostólica original en busca de
inspiración no es un ejercicio que
brota de la nostalgia, un anhelo por
"los buenos tiempos de antaño" o un
escape del mundo actual y sus
múltiples crisis: políticas, sociales,
morales o espirituales. Más bien,
proviene de mi propia reflexión
sobre lo que los apóstoles
enfrentaron y hacia dónde fueron
enviados.

1
Lucas 5,4

2
Más importante aún, emana de mi reflexión sobre la persona y el mensaje de Jesús
y de su llamado al discipulado y confianza en su promesa de permanecer con
nosotros hasta el fin de los tiempos. El Papa Francisco ha hablado acerca de la
“infinita creatividad" del Espíritu Santo2 y de la necesidad de que no
permanezcamos "al margen de esta marcha de la esperanza viva" dejando que las
cosas pasen. Más bien, que participemos activamente en la vida y en el mundo tal
como se nos da. Nuestra misión en este mundo exige nuevas iniciativas y
creatividad para enseñar la verdad y vivir la fe. Creo que el Espíritu Santo que
infundió un efecto tan radical en el corazón, las mentes y las almas de esa
comunidad original, es el mismo Espíritu que se nos otorga en este tiempo, aquí en
la Diócesis de Dallas, dándonos la valentía de enfrentar lo que sea necesario y
estando comprometidos para realizar lo que es correcto y justo.

Esfuerzos Administrativos

En los últimos cuatro años ha habido momentos en los que la Diócesis de Dallas
carecía de un ímpetu pastoral o apostólico debido a la necesidad de atender las
responsabilidades administrativas apremiantes de la Iglesia. Durante estos
momentos, me preocupaba que algunos programas de la diócesis se hubieran
quedado estancados y que nuestras prácticas pastorales se volvieran indiferentes.
Al mirar a la Iglesia en una experiencia postpandémica, reflexiono sobre los
numerosos éxitos pastorales que ha tenido la diócesis, pero también veo la
necesidad de una renovación y regeneración espiritual.

La Eucaristía

En vista de las
restricciones ocasionadas
por la pandemia,
adoptamos el cometido de
llevar la celebración de la
Eucaristía a los hogares de
miles de personas y nos
embarcamos en nuestras
Misas televisadas, las
cuales también fueron
transmitidas en las redes
sociales y en nuestro sitio
2
Evangelii gaudium, 278

3
web. Todo este proyecto comenzó con liturgias en la Catedral y evolucionó con
varios sacerdotes presidiendo las Misas. Me siento agradecido con el personal que
continuó abrazando con alegría este proyecto cuando expresé: "manos a la obra" y
comenzamos a televisar las Misas en varias parroquias de la diócesis.

Una mujer que ha estado confinada en su hogar durante los últimos siete años me
escribió expresando que ella veía la Misa en EWTN y que estaba encantada de ver
a sus obispos y sacerdotes celebrando la Misa a nivel local. Me dijo: "Obispo,
cuando celebraste la Misa en mi parroquia, San Pío X, fue la primera vez que vi el
interior de mi parroquia en siete años. Lloré durante toda la Misa. Gracias por ese
regalo tan maravilloso". Nuestra asociación con la Fundación Católica ha hecho
que todo esto sea posible.

Discipulado

Nuestro Señor Jesucristo siempre desafió a sus discípulos a no caer en la


complacencia. Me preocupa que esta pandemia haya ocasionado que algunos fieles
se hayan vuelto complacientes. Mi deseo es invitar a nuestros feligreses a salir de
la comodidad de sus sofás y volver a nuestras Iglesias. Es importante que hagamos
lo que San Pablo le dijo a Timoteo: "te recomiendo que reavives el don de Dios
que has recibido por la imposición de mis manos".3 Espero que podamos
restablecer esa llama de la fe, la luz de Cristo, que nos ha sido otorgada en nuestro
Bautismo y reavivarla con el fuego de Su amor. Mi objetivo es pastorear esta
Iglesia local a lo largo de la Cuaresma, la Pascua, la Ascensión y Pentecostés para
abrazar la labor misionera que tenemos por delante con el mismo fervor y celo
apostólico de la primera comunidad Cristiana.

Siempre es un gozo encontrarse con feligreses apasionados con el Evangelio.


Espero ver a la Diócesis de Dallas impulsada por este fervor apostólico. Cuando
soy testigo de la energía, el enfoque y el impulso de los miembros del equipo de
trabajo diocesano de inmigración, el equipo de trabajo para la sanación interracial,
el equipo de trabajo de evangelización, el comité provida, los Caballeros de Colón
y otros grupos locales, me siento motivado, como Obispo de la Diócesis de Dallas,
a hacer aún más para crecer y fortalecer a los discípulos misioneros en el norte de
Texas. Vislumbro ampliar las oportunidades para que los fieles laicos se integren a
la labor administrativa de la diócesis a través de diversos equipos, equipos de
trabajo, comités y consejos para asegurarnos de nunca quedarnos estancados,
inmóviles o indiferentes. Para ello, espero llegar a nuestras parroquias para

3
2 Timoteo 1,6

4
identificar a los feligreses que poseen este fervor apostólico y deseo de difundir su
espíritu misionero a nivel diocesano.

Perseverando en la Misión

Una de mis primeras tareas fue ponerme en contacto con un grupo de personas
para formar parte del equipo de trabajo diocesano sobre inmigración.
Reconocemos que nuestro país necesita de una reforma migratoria. Si bien cada
país tiene derecho a asegurar sus fronteras, cada familia tiene derecho a una vida
mejor. Es importante ver la difícil situación en la que se encuentran las familias
que desean lo mejor para sus hijos, y reconozco que nuestras diócesis Católicas a
lo largo de la frontera luchan por servir a los miembros de la comunidad
inmigrante. Por eso he anunciado que la Diócesis de El Paso, Texas, es ahora
nuestra diócesis hermana
doméstica. Es decir,
tendremos un cuidado y
preocupación especiales por
ellos y les ayudaremos en
todo lo que podamos. He
estado en contacto con el
Obispo Mark Seitz, Obispo
de la Diócesis de El Paso,
para ver la manera en la que
podemos colaborar con él.
En establecer esta relación,
se encuentra el deseo de
apoyar a nuestros hermanos
y hermanas diocesanos que
ahí apoyan la misión de
acoger al forastero.

La Sanación

Durante el transcurso de esta pandemia, este país experimentó disturbios civiles


tras el asesinato de George Floyd. En respuesta, establecí un equipo de trabajo
diocesano para la sanación interracial. Nos hemos reunido en varias ocasiones, y
estamos elaborando una forma de proceder que incluirá oración, sesiones
informativas, discusiones y ceremonias de sanación. Asimismo, este equipo de
trabajo ha creado un recurso para la Cuaresma: Una Reflexión de Cuaresma para
la Sanación Interracial, la cual destaca los Domingos de Cuaresma con una

5
reflexión que nos guía a través de los desafíos que enfrentamos con la división
racial en este país. Los invito a añadir esta reflexión como uno de sus ejercicios
espirituales durante este tiempo de Cuaresma. Lo pueden encontrar en nuestro sitio
web.

Con respecto a nuestros esfuerzos provida, la Diócesis de Dallas continuará nuestra


labor para promover la santidad de toda la vida humana desde el momento de la
concepción hasta la muerte natural. Las luchas y desafíos que componen nuestro
discipulado fiel incluyen la manera en la que podemos ayudar a los indigentes y a
los que tienen hambre.

Educación Católica y Formación Religiosa

Recientemente celebramos la Semana de las Escuelas Católicas en la diócesis. La


celebración de este año se realizó de forma virtual. Sin embargo, me dio la
oportunidad de decirles a los estudiantes que le agradecieran a sus padres por estar
comprometidos con la educación Católica. Y para quienes se esfuerzan por enviar
a sus hijos a la escuela Católica, estoy muy complacido con todos los esfuerzos que
se realizan en la diócesis para hacer posible la educación Católica para aquellos
que la buscan.

Las parroquias de la diócesis están haciendo todo lo posible para mantener en


marcha los programas catequéticos de formación de fe. Sin embargo, esta
pandemia ha hecho que resulte difícil. Los padres de familia, catequistas y
ministros parroquiales están atentos a la necesidad de transmitir la fe a la próxima
generación. La diócesis está comprometida en que dichos programas de formación
se mantengan sólidos y vitales.

Reconociendo que muchas de


nuestras familias instruyen a
sus hijos en el hogar, tuve el
placer de iniciar una Misa en la
Diócesis para la Escolarización
en Casa. Mi objetivo es
asegurar que la formación de fe
sea parte de su plan de estudios
y proporcionar un sistema de
apoyo para estas familias en la
diócesis. Muchos creen que esta
pandemia ha dado lugar a un

6
mayor número de familias que en el futuro optarán por la instrucción de sus hijos
en el hogar. Mi objetivo es desafiar a la Iglesia doméstica, a la familia, a cumplir
con la responsabilidad de transmitir la fe a la próxima generación.

Servicio al Prójimo

Junto con estos esfuerzos, me siento muy orgulloso de Caridades Católicas de


Dallas. Caridades Católicas ha facilitado nuestro centro St. Jude, ofreciendo
viviendas permanentes a nuestros hermanos y hermanas indigentes, de 55 años o
más. Esperamos contar con otro centro similar en un futuro próximo. Asimismo,
Caridades Católicas ofrece miles de alimentos en los nueve condados de la diócesis
a través de su programa de camiones de alimentos. Asociada a Caridades
Católicas, la Diócesis de Dallas, y otras comunidades religiosas, han participado en
la campaña "Be Golden". Esta campaña reta a las personas a seguir la Regla de
Oro, "traten a los demás como les gustaría ser tratados". Para destacar este
esfuerzo, la ciudad de Dallas ha pintado su hermoso horizonte de dorado. Espero
que la ciudad vuelva a hacerlo por tercer año consecutivo para celebrar el hecho de
que todos estamos llamados a "Be Golden" mientras defendemos el bien común y
servimos a nuestros hermanos y hermanas.

Nuestros Seminaristas y Sacerdotes

La Diócesis de Dallas a menudo se ha puesto en oración pidiendo al Dueño de la


Mies que envíe trabajadores a la viña. Hubo un día en el que esta diócesis contaba
con tan solo 13 seminaristas, hoy tenemos más de 70 hombres estudiando para el
sacerdocio diocesano. Reconociendo que el Dueño de la Mies ha respondido a
nuestras oraciones (y oramos para que seamos continuamente bendecidos con
vocaciones sacerdotales), me siento complacido con la expansión del Seminario
Holy Trinity con la reciente conclusión del Centro Cardinal Farrell. Le pido a Dios
que, asimismo, nos permita ser fructíferos en la ampliación de nuestro Seminario
Redemptoris Mater añadiendo más espacio para su crecimiento. El Seminario

7
Redemptoris Mater ya ha sido favorecido con el establecimiento de la Maestría en
Divinidad ofrecida por la Universidad de Dallas.

Espero que, en los próximos años, los hombres en nuestros programas de


formación participen en un próximo Instituto de Homilética de la Universidad de
Dallas. Este Instituto está preparado para ofrecer un plan de estudios para nuestros
programas de formación de clérigos y el programa de formación continua para
sacerdotes y diáconos en la diócesis.

Estoy particularmente agradecido y orgulloso de los jóvenes sacerdotes de esta


diócesis que se han dedicado a servir a quienes se encuentran afectados por el
COVID. Estos jóvenes sacerdotes están certificados por nuestros hospitales locales
para estén junto a la cama de nuestros feligreses administrando los sacramentos.
Cuando las restricciones en los hospitales impidieron que sus seres queridos
estuvieran presentes durante este tiempo de sufrimiento, muchos feligreses han
expresado su agradecimiento al saber que sus sacerdotes estaban presentes para sus
seres queridos cuando ellos no podían hacerlo.

Al mismo tiempo, soy consciente de la manera en la que nuestros sacerdotes han


multiplicado el número de Misas y celebraciones litúrgicas debido a la necesidad
de limitar el número de personas para dichos eventos debido a las restricciones del
COVID. Mi corazón está lleno de alegría sabiendo que los sacerdotes de la
diócesis nunca han dejado de ofrecer los sacramentos a los fieles a pesar de las
dificultades de esta pandemia. Estos sacerdotes muchas veces han llevado los
sacramentos desde el interior de la Iglesia a la intemperie para salvaguardar la
salud de los feligreses, e incluso se han sentado afuera en el frío y la lluvia para
servir a los feligreses que pacientemente esperaban en fila la confesión.

8
Anteriormente he expresado que tenemos a los sacerdotes más trabajadores que he
visto. Ellos en verdad se dedican al servicio sacerdotal de su pueblo. Por un deseo
de ayudar y una preocupación sincera por mis hermanos sacerdotes, he iniciado
conversaciones para establecer una residencia de sacerdotes ancianos en la
diócesis. Así como estos hombres buenos han cuidado con esmero al pueblo de
Dios, es apropiado que esta Iglesia local los apoye después de que ellos han
entregado sus vidas al Señor al servicio de los fieles de esta diócesis.

Levadura en la Sociedad

La Diócesis de Dallas ha celebrado varias liturgias que reúnen a profesionales,


hombres y mujeres, de las mismas profesiones: la Misa roja, la Misa blanca y la
Misa azul. La Misa roja es la oportunidad de reunir a legisladores, abogados,
jueces, paralegales, etc., para reflexionar sobre la ley de la nación y la manera en la
que somos llamados a ser ciudadanos del Reino de los Cielos. La Misa blanca
reúne a todas las personas en la profesión médica (médicos, enfermeras, asistentes
de médicos, técnicos, etc.) para celebrar la noble profesión de la sanación, al
mismo tiempo que defiende los estándares morales de la santidad de la vida. La
Misa azul reúne a todas las personas que visten un uniforme que sirvieron en el
ejército, las fuerzas del orden, los socorristas, los bomberos, los oficiales de
policía, etc., reconociendo el importante papel que desempeñan al mantenernos a
salvo al mismo tiempo que enfrentan peligros y riesgos potencialmente mortales.
Tales vidas de servicio nos obligan a rezar por su seguridad y a apoyar su buena
labor.

Muchos otros profesionales Católicos podrían beneficiarse de la oportunidad de


reunirse con sus colegas en el vínculo común de la fe para discutir cómo vivir su
discipulado en el sitio de trabajo, para reflexionar juntos sobre la manera en la que
son llamados a ser levadura en el mundo. Hombres y mujeres empresarios,
profesionales de los medios de comunicación, maestros, empleados, trabajadores
de la hostelería podrían beneficiarse de celebraciones de Misas similares. Dichas
reuniones pueden ayudar a fortalecer el celo apostólico, brindar la oportunidad de
reunirse con hermanos y hermanas fieles en su campo y apoyarse mutuamente para
vivir el Evangelio y seguir fielmente al Que es el Camino, la Verdad y la Vida.

Vocaciones Sagradas

La Diócesis de Dallas es bendecida con hombres y mujeres en la vida consagrada.


Las comunidades religiosas de la diócesis añaden un testimonio especial del
Evangelio con el carisma especial de las diversas comunidades. En los últimos

9
tiempos, hemos añadido dos comunidades de religiosas adicionales a la diócesis y
estamos profundamente agradecidos por su presencia y su servicio a la Iglesia,
especialmente en nuestras escuelas. Al mismo tiempo, es mucho lo que se celebra
en la vida familiar y lo que celebran las parejas de esposos. Además de la Misa
diocesana para recién casados, debemos hacer todo lo que esté en nuestras manos
para fortalecer los matrimonios y mantener a la familia fuerte y fiel. Mi objetivo es
edificar esta área ministerial en la diócesis.

Nuestros diáconos son una


bendición y su ministerio de
servicio comprometido es un
pilar en muchas de nuestras
parroquias. Son impresionantes.
Me complace anunciar que en
esta Cuaresma/Pascua
enviaremos detalles sobre las
reuniones informativas para las
personas interesadas en aprender
más sobre el diaconado.

Mayor Participación de los


Fieles Laicos

Tengo la esperanza de exhortar a los fieles a asumir un papel activo en el avance


de la misión pastoral de la Iglesia. Es decir, vislumbro laicos formando parte de
equipos en la diócesis que abordarán dicho alcance pastoral como el ministerio
matrimonial, ministerio de jóvenes, asistencia a los recién casados, clases de
catequesis para nuestros niños, acogida a las personas que se preparan para recibir
los sacramentos de iniciación en la Pascua, etc. Estos grupos se asegurarán que la
labor de la diócesis mantenga vivo el impulso pastoral en la diócesis. Ya he
observado la participación de los fieles en los numerosos grupos y organizaciones
diocesanas presentes en la diócesis. Estoy impresionado con lo que realizan, y
aprecio su ayuda. En las próximas semanas, meses y años, invitaremos a más fieles
a dar un paso adelante y participar activamente en la labor de la Iglesia.

Organizaciones/Instituciones Católicas

Tengo el deseo de construir la cultura Católica en el norte de Texas. Estoy


complacido con el número de organizaciones e instituciones Católicas que ayudan
a fortalecer a los fieles. Soy consciente de la presencia de los Caballeros de Colón,

10
la Sociedad de San Vicente de Paul, Caridades Católicas de Dallas, Radio
Guadalupe, la Universidad de Dallas y nuestras numerosas escuelas Católicas, por
nombrar tan solo algunas. Varias organizaciones Católicas nacionales también
impregnan esta diócesis con su alcance pastoral. Todo esto brinda una oportunidad
para que nuestros fieles crezcan y se fortalezcan en la fe. Al hacerlo, ayuda a que
se fortalezca la cultura Católica.

Personal del Centro Pastoral

Por último, agradezco a nuestro personal del Centro Pastoral que ha trabajado muy
arduamente para mantenernos al día durante esta pandemia. Esta pandemia nos ha
dado la oportunidad de mirar las cosas de manera diferente y de adoptar una forma
diferente de servir a nuestro pueblo. Con la ayuda de muchas personas fuera del
Centro Pastoral, nuestro personal ha podido maniobrar a través de los desafíos de
los dos últimos años. Somos bendecidos con excelentes compañeros de trabajo.

Una Respuesta Histórica a una Pandemia Histórica

Al iniciar esta temporada de Cuaresma y entrar en este tiempo especial de gracia y


conversión, el Señor nos
llama a responderle en este
momento como lo destacan
las palabras de San Pablo a
los Corintios en la segunda
lectura del Miércoles de
Ceniza: "Este es el tiempo
favorable, este es el día de la
salvación."4

Lo anterior representa en
gran parte lo que hemos
estado haciendo en la
diócesis durante los últimos
años, con algunos
pensamientos sobre la dirección de la diócesis en el futuro. Al mismo tiempo, este
movimiento hacia adelante requiere tanto la contribución como el apoyo de toda la
Iglesia local. Por lo tanto, en vista de la naturaleza histórica de esta pandemia, creo
que se requiere una respuesta igualmente histórica, una respuesta con vistas hacia
4
2 Corintios 6,2

11
una Iglesia apostólica postpandémica. Mi plan es entonces llamar a un sínodo
diocesano para la Diócesis de Dallas. El último sínodo diocesano tuvo lugar en
1934, hace casi 87 años y fue convocado por el Obispo Joseph P. Lynch, el tercer
Obispo de Dallas y el obispo con el servicio más prolongado en la historia de la
Iglesia Católica en los Estados Unidos. A medida que dirigimos nuestra mirada
hacia la vida después de esta pandemia, creo que un sínodo local es la mejor
manera de que esta Iglesia local desarrolle los medios para responder a las
necesidades de los fieles en este mundo cada vez más desafiante.

Sínodo Diocesano

Un sínodo diocesano es, en sí, una asamblea especial de clérigos y


fieles con el propósito de ofrecer asistencia al obispo para establecer
la dirección del ministerio en la diócesis para el futuro. Un sínodo
diocesano no aborda directamente cuestiones doctrinales ni las
enseñanzas de la Iglesia, sino que se enfoca en un plan pastoral,
tocando todos los elementos de la Iglesia local. En la reunión
del sínodo, se darán muchas recomendaciones y sugerencias de
los fieles al cuerpo del sínodo, quien consultará y votará sobre
las resoluciones que le serán presentadas al obispo diocesano
para su implementación en la diócesis.

Un evento de esta magnitud requerirá de mucha preparación, por


lo que planeo que esto forme parte de un proceso de diez años que
culminará con la celebración del 500º. aniversario de la aparición de
Nuestra Señora de Guadalupe a San Juan Diego, un momento clave en la
evangelización de las Américas.

El Cronograma del Sínodo

Lo siguiente representa una programación tentativa del proceso:

12 de diciembre de 2021: Esta fiesta de Nuestra Señora de Guadalupe será


la apertura del proceso sinodal con una Misa en la que participarán
miembros de la Comisión Preparatoria, quienes ayudarán en la dirección del
proceso sinodal y realizarán sesiones de escucha en toda la diócesis para
escuchar las necesidades de los fieles. Esta celebración marcará un período
de preparación de diez años de la Diócesis de Dallas para el 500º.
aniversario.

12
2022-2024: Se llevarán a cabo sesiones de escucha en toda la diócesis en las
numerosas parroquias y comunidades que componen la diócesis. La
Comisión Preparatoria facilitará el proceso de recopilación de detalles y
documentos en preparación para el sínodo.

2024: El sínodo, en sí, tendrá lugar cerca del 90º. aniversario del sínodo
diocesano de 1934. El sínodo será un evento de varios días en el que el
cuerpo del sínodo consulta y vota sobre las resoluciones que el obispo
diocesano pueda considerar implementar.

2024-2031: El tiempo posterior al sínodo incluirá la implementación de las


declaraciones y decretos sinodales en toda la diócesis. Anticipo que muchos
de estos proyectos tomarán muchos años en concretarse, y espero que
continuarán guiando el desarrollo de la diócesis en el futuro. Este tiempo
también se centrará en la renovación espiritual, pastoral y temporal de toda
la diócesis.

El 12 de diciembre de 2031 incluirá una gran Misa y procesión para


celebrar la conclusión del proceso sinodal y el 500º. aniversario de la
aparición de Nuestra Señora de Guadalupe a San Juan Diego.

Para ser claro, no se trata de un proceso que transforme el gobierno de la Iglesia en


algo manejado por una votación o comité. Es, en cambio, un proceso consultivo en
el que los fieles pueden unirse para hablar de sus necesidades y esperanzas para la
Iglesia. Lo que espero desarrollar a partir de este proceso sinodal, es un plan
pastoral que pueda escuchar a la sabiduría y las perspectivas de todos los miembros
de la diócesis, así como responder de la mejor manera posible a las necesidades
pastorales existentes y cambiantes de la diócesis en la actualidad y en el futuro.

Preparación Diocesana

Durante el tiempo de preparación para el sínodo antes del 500º. aniversario de


Nuestra Señora de Guadalupe, preveo que el clero y los fieles realizarán
peregrinaciones y procesiones que les ayudarán a fortalecer su fe, devoción y
discipulado.

Al prepararme para convocar un sínodo diocesano, consulté nuestros archivos y


encontré una tesis escrita por un sacerdote de Dallas, el Padre Jack Hopka, titulada
"La Diócesis de Dallas: una Historia de Crecimiento y Desarrollo". En la
primavera de 1985, él entregó este trabajo a la Universidad St. Paul. Me llamó la

13
atención leer que "... cuando (el Obispo) Gorman se convirtió en Obispo de Dallas
Fort Worth en 1954, la diócesis estaba creciendo a pasos agigantados. La
población de Dallas era superior a 434,000 en 1950 e incrementaría otros 250,000
en los próximos 10 años. Con el fin de posibilitar cuidado pastoral de los muchos
Católicos que se mudaron a la zona, Gorman emprendió un ambicioso programa de
construcción, estableciendo numerosas parroquias y escuelas nuevas. Sólo en los
años 1954 a 1956, se establecieron ocho nuevas parroquias, todas ellas en el área
de la sede de la ciudad."

En la actualidad, reconozco que el área de Dallas-Fort Worth está lista para crecer
de la población proporcionada por la Oficina del Censo en 2018 de 7,539,711, a
posiblemente más de 10 millones de personas en 2030, como algunos lo han
proyectado. Al igual que mis predecesores, mi deseo es preparar esta diócesis para
el éxito a través del servicio a las necesidades espirituales y sacramentales del
pueblo de Dios.

14
Conclusión

Volvamos a nuestras raíces apostólicas. Entendamos nuestro lugar en esta


temporada estéril de Cuaresma, con la mirada siempre puesta en la resurrección en
la Pascua, en la Ascensión a los cielos y finalmente en la misión establecida en
Pentecostés. Con nuestro Dios, podemos superar cualquier obstáculo. Cada uno de
nosotros debe poner "al servicio de los demás los dones que ha recibido, como
buenos administradores de la multiforme gracia de Dios”5 de la misma manera que
lo hicieron los apóstoles.

La aparición de Nuestra Señora a San Juan Diego puso en marcha una


evangelización inimaginable, imprevista y dinámica en las Américas, donde
anteriormente sólo había unos pocos que respondieron al mensaje del Evangelio. A
través de su presencia, a través de su intercesión, el mensaje del Evangelio se
extendió con gran rapidez y efecto. Le pedimos a ella, patrona de nuestra diócesis,
que nos acompañe ahora, y durante los próximos días y años, que ore con nosotros
y por nosotros, que nos enseñe en estos días, llenos de desafíos y dificultades, a
decir 'sí' a la voluntad de Dios como ella lo hizo con el arcángel Gabriel en la
Anunciación, y como lo hizo todos los días de su vida.

Que ella nos guíe y nos acompañe a lo largo de este recorrido:

Oh Dios, Padre de las misericordias,


que pusiste a tu pueblo bajo el singular patrocinio
de la santísima Madre de tu Hijo,
concede a cuantos invocan a la Santísima Virgen de Guadalupe,
poder buscar con fe decidida
el progreso de los pueblos por los caminos de justicia y de paz.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo,
que contigo vive y reina en la unidad del Espíritu Santo,
Dios, por los siglos de los siglos.

Excelentísimo Edward J. Burns, DD


Octavo Obispo de la Diócesis de Dallas
17 de febrero de 2021
Miércoles de Ceniza

5
1 Pedro 4,10

15

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