Clase 3

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Tema 2: Bases bilógicas de la conducta


1.- La Neurona: definición, estructura. La Sinapsis. Los neurotransmisores. 2.- El Sistema Nervioso Central:
El encéfalo y la médula espinal: sus distintas divisiones. 3.- El sistema límbico y sus funciones. Herramientas
para el estudio del S.N.C. 4.- El sistema Nervioso Periférico Somático. 5.- El sistema nervioso autónomo
simpático y parasimpático. 6.- El Sistema endocrino: Glándulas y hormonas. Glándula tiroides, las
paratiroides, pineal y sus respectivas hormonas. El páncreas, la hipófisis, las gónadas, y las glándulas
suprarrenales y sus respectivas hormonas. Genética y conducta. 7.- Genes, evolución y conducta: genética,
genética conductual, psicología evolutiva, implicaciones sociales.

1. La Neurona: definición, estructura. La Sinapsis. Los neurotransmisores.

La Neurona: definición.
Células individuales que son las unidades más pequeñas del sistema nervioso.

El encéfalo de un ser humano promedio contiene hasta 100,000 millones de células nerviosas o neuronas. Miles
de millones más se encuentran en otras partes del sistema nervioso. Pero una sola neurona encierra muchos de
los secretos de la conducta y la actividad mental.

(Nota Personal: las neuronas forman parte de los bloques básicos de construcción del encéfalo y el sistema
nervioso).

La Neurona: estructura.

Las neuronas varían considerablemente en forma y tamaño, pero todas están especializadas en recibir y transmitir
información. En la siguiente figura se muestra una neurona típica. Al igual que otras células, el cuerpo celular
de la neurona está compuesto por un núcleo, que contiene un conjunto completo de cromosomas y genes;
citoplasma, que mantiene viva a la célula; y una membrana celular que encierra a la célula entera. Lo que
distingue a una neurona de otras células son las diminutas fibras que se extienden fuera del cuerpo celular,
permitiendo a la neurona realizar su trabajo especial: recibir y transmitir mensajes. Las fibras cortas que se
ramifican alrededor del cuerpo celular son las dendritas (del término griego que significa “árbol”). Su papel es
recoger los mensajes provenientes de otras neuronas y transmitirlos al cuerpo celular. La fibra larga que se
extiende del cuerpo celular es un axón (del término griego que significa “eje”). La función del axón es transmitir
mensajes de salida a las neuronas vecinas o a un músculo o glándula. Los axones varían en longitud de 1 o 2
milímetros a tres pies (unos 90 centímetros, como, por ejemplo, los axones que van del encéfalo a la base de la
médula espinal o de la médula espinal a la punta del pulgar en los adultos). Aunque
una neurona sólo tiene un axón, cerca de su extremo el axón se divide en muchas ramas terminales. Cuando
hablamos acerca de un nervio (o tracto), nos referimos a un grupo de axones unidos como alambres en un cable
eléctrico.
En la figura 2-1 el axón está rodeado por una cubierta blanca grasosa llamada vaina de mielina. La vaina de
mielina está “pellizcada” a intervalos, lo que hace que el axón parezca una cuerda de salchichas microscópicas.
No todos los axones tienen esta cubierta, pero los axones mielinizados se encuentran en todas partes del cuerpo.
(Por esta cubierta blanca, los tejidos compuestos principalmente por axones mielinizados se conocen como
“materia blanca”, mientras que los tejidos compuestos principalmente por axones no mielinizados se conocen
como “materia gris”.) La vaina de mielina tiene dos funciones: la primera consiste en proporcionar aislamiento,
por lo que las señales de las neuronas adyacentes no se interfieren entre sí; la segunda consiste en incrementar
la velocidad con que se transmiten las señales.

Las neuronas que recogen mensajes de los órganos sensoriales y los transmiten a la médula espinal o el encéfalo
se denominan neuronas sensoriales (o aferentes). Las neuronas que llevan mensajes de la médula espinal o el
encéfalo a los músculos y glándulas se llaman neuronas motoras (o eferentes). Y las neuronas que transmiten
mensajes de una neurona a otra se conocen como interneuronas (o neuronas asociativas).
El sistema nervioso también contiene un gran número de células gliales o glía (del término griego que significa
“pegamento”). Las células gliales mantienen a las neuronas en su lugar, les proporcionan alimento y eliminan
los productos de desecho, impiden que las sustancias nocivas pasen del torrente sanguíneo al encéfalo y forman
la vaina de mielina que aísla y protege a las neuronas. La evidencia reciente sugiere que las células gliales
desempeñan un papel importante en el aprendizaje y la memoria, y que por ende afectan la respuesta del encéfalo
a las nuevas experiencias (Featherstone, Fleming e Ivy, 2000; Roitbak, 1993).
La Sinapsis.
Área formada por el axón terminal de una neurona, el espacio sináptico y la dendrita o cuerpo celular de la
siguiente neurona.

Las neuronas no están directamente conectadas como eslabones de una cadena. Más bien están separadas por un
pequeño hueco, llamado espacio sináptico o hendidura sináptica, donde el axón terminal de una neurona casi
toca las dendritas o el cuerpo celular de otras neuronas. Cuando una neurona descarga, un impulso se desplaza
hacia abajo del axón, a través de las ramas terminales, hacia un pequeño abultamiento llamado botón terminal o
botón sináptico. Se llama sinapsis al área entera compuesta por los axones terminales de una neurona, el espacio
sináptico y las dendritas y cuerpo celular de la siguiente neurona (vea la figura 2-4).

Para que el impulso nervioso avance a la siguiente neurona, de alguna forma debe cruzar el espacio sináptico.
Resulta tentador imaginar que el impulso nervioso simplemente salta a través del hueco como una chispa
eléctrica, pero en realidad son sustancias químicas las que realizan la transferencia. Lo que de hecho sucede es
lo siguiente: la mayoría de los axones terminales contienen una serie de minúsculos sacos ovales llamados
vesículas sinápticas (vea la figura 2-4). Cuando el impulso nervioso alcanza el extremo de las terminales,
ocasiona que esas vesículas liberen varias cantidades de sustancias químicas llamadas neurotransmisores en el
espacio sináptico. Cada neurotransmisor tiene un sitio receptor específico en el otro lado del espacio sináptico.
Los neurotransmisores encajan en sus sitios receptores correspondientes tal como lo hace una llave en la
cerradura. Este sistema de llave y cerradura asegura que los neurotransmisores no estimulen al azar a otras
neuronas, sino que sigan trayectorias ordenadas.
Una vez que su trabajo está completo, los neurotransmisores se separan del sitio receptor. En la mayoría de los
casos, son reabsorbidos en los axones terminales para reutilizarse posteriormente, desintegrados y reciclados
para producir nuevos neurotransmisores, o desechados por el cuerpo como desperdicio. La sinapsis es despejada
y regresada a su estado normal.
Los neurotransmisores.
Sustancias químicas liberadas por las vesículas sinápticas que viajan a través del espacio sináptico y afectan a
las neuronas adyacentes.
En las décadas recientes, los psicobiólogos han identificado cientos de neurotransmisores; sus funciones exactas
todavía se siguen estudiando (vea Tabla sinóptica: Los principales neurotransmisores y sus efectos). Sin
embargo, se conoce bien a unas cuantas sustancias químicas del encéfalo.
La acetilcolina (AC) actúa en los lugares en que las neuronas encuentran los músculos esqueléticos. También
parece desempeñar un papel crucial en la activación, atención, memoria y motivación (Panksepp, 1986; Roger,
2009). La enfermedad de Alzheimer, que implica pérdida de memoria y graves problemas de lenguaje, se vincula
a la degeneración de las células encefálicas que producen y responden a la acetilcolina (Froelich y Hoyer, 2002).
La dopamina por lo regular afecta a las neuronas asociadas con el movimiento voluntario, el aprendizaje, la
memoria y las emociones. Los síntomas de la enfermedad de Parkinson (temblores, espasmos musculares y
rigidez muscular creciente) se atribuyen a la pérdida de células encefálicas que producen dopamina (Costa et al.,
2003; Roger, 2009). (Los medicamentos pueden reducir los síntomas del Parkinson, en ocasiones por años, pero
a la fecha no existe cura permanente.)
Algunos neurotransmisores transportan información o instrucciones de sinapsis específicas a regiones
particulares del encéfalo o el cuerpo (por ejemplo, “ingreso del sonido” o decir a los músculos que se
“contraigan” o se “relajen”). Sin embargo, unos cuantos tienen efectos generalizados. Un ejemplo es la
serotonina, conocida popularmente como la “molécula del estado de ánimo”. La serotonina es como una llave
maestra que abre muchas cerraduras, es decir, se adhiere hasta a una docena de sitios receptores. La serotonina
establece el tono emocional. Por ejemplo, ciertos neurotransmisores nos permiten ver nubes en el cielo; la
serotonina influye en si experimentamos el día como soleado o gris. Otros neurotransmisores le dicen al encéfalo
cuánta agua hay en un vaso; la serotonina influye en si pensamos que el vaso está medio lleno o medio vacío.
Otro grupo de sustancias químicas encefálicas regula la sensibilidad de un gran número de sinapsis,
“aumentando” o “disminuyendo” en efecto el nivel de actividad de porciones enteras del sistema nervioso. Por
ejemplo, las endorfinas, cadenas de aminoácidos, parecen reducir el dolor inhibiendo, o “desactivando”, a las
neuronas que transmiten mensajes de dolor al encéfalo. Se encontró que una endorfina es 48 veces más potente
que la morfina cuando se inyecta en el encéfalo y tres veces más potente cuando se inyecta en el torrente
sanguíneo (S. H. Snyder, 1977).
Las endorfinas se descubrieron a principios de la década de 1970. Los investigadores Candace Pert y Solomon
Snyder (1973) intentaban explicar los efectos de los opiáceos (drogas analgésicas como la morfina y la heroína
que se derivan de la amapola), cuando descubrieron que el sistema nervioso central contiene sitios receptores
para esas sustancias. Los investigadores razonaron que esos sitios receptores no existirían, a menos que el cuerpo
produjera sus propios analgésicos naturales. No mucho después, los investigadores descubrieron las endorfinas.
La morfina y otros narcóticos se encierran en los receptores para las endorfinas y tienen los mismos efectos
analgésicos. La investigación sobre las endorfinas ha dado indicios de por qué la gente se vuelve adicta a la
morfina, la heroína y otros opiáceos. Cuando una persona consume repetidamente una de esas drogas, la
producción en el cuerpo de los analgésicos naturales se hace más lenta. En consecuencia, el adicto necesita más
de la droga artificial para sentirse en condiciones “normales”.
Los desequilibrios en los neurotransmisores parecen contribuir a muchos tipos de enfermedades mentales. Por
ejemplo, la esquizofrenia se ha asociado con un exceso de dopamina o hipersensibilidad a la misma. Se ha
vinculado al abastecimiento insuficiente de serotonina y norepinefrina con la depresión y otros trastornos. Como
en el caso de las endorfinas, el diseño y prueba de las drogas ha ayudado a los neurocientíficos a identificar las
funciones de los neurotransmisores.
Para la siguiente clase, de fecha 25 de octubre de 2022, hablaremos de los siguientes temas:

2.- El Sistema Nervioso Central: El encéfalo y la médula espinal: sus distintas divisiones.

3.- El sistema límbico y sus funciones. Herramientas para el estudio del S.N.C.

4.- El sistema Nervioso Periférico Somático.

5.- El sistema nervioso autónomo simpático y parasimpático.

ACTIVIDADES PARA LOS ESTUDIANTES DE ACUERDO AL CONTENIDO DEL TEMA 2


ACTIVIDADES:
1. Dibujar y colorear, identificando cada parte del sistema nervioso.
2. Presentar un portafolio del sistema nervioso.
3. Hacer un Glosario sobre los siguientes términos: El Sistema endocrino: Glándulas y hormonas. Glándula tiroides,
las paratiroides, pineal y sus respectivas hormonas. El páncreas, la hipófisis, las gónadas, y las glándulas
suprarrenales y sus respectivas hormonas. Genes, evolución, genética conductual, psicología evolutiva.

Nota: toda actividad debe respetar la ortografía, normas para la realización de trabajos académicos del IUESTA,
así como estar debidamente sustentada y/o fundamentada a través de citas y bibliografía. Cualquier violación a estos
criterios, será tomado en cuenta en la calificación de la elaboración del estudiante, así como la responsabilidad en
el horario de entrega.

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