Enfermedad Infamatoria Pélvica
Enfermedad Infamatoria Pélvica
Enfermedad Infamatoria Pélvica
Materia: Ginecoobstetricia I
Alumno: Arellano Meza María Fernanda
Introducción
La enfermedad pélvica inflamatoria se caracteriza por infección e inflamación del tracto
genital superior. Mientras que el diagnóstico de enfermedad inflamatoria pélvica puede
realizarse mediante la visualización laparoscópica de las trompas de Falopio inflamadas y
purulentas, hay que recordar que la enfermedad inflamatoria pélvica es generalmente un
diagnóstico clínico y por lo tanto representa un reto diagnóstico. Ésta puede causar secuelas
significativas para la salud reproductiva de las mujeres, por ejemplo: endometritis, peritonitis
pélvica, abscesos y salpingitis
Etiología
En los inicios de la enfermedad pélvica inflamatoria la gonorrea fue el patógeno que más se
aisló, y es el que tiene más posibilidades de causar síntomas graves. Sin embargo, a medida
que la prevalencia de gonorrea disminuye, su importancia como agente causal para
enfermedad pélvica inflamatoria ha disminuido. La Chlamydia Trachomatis sigue siendo
detectado hasta en el 60% de las mujeres con salpingitis confirmada o endometritis, la
proporción de casos de enfermedad pélvica inflamatoria que involucran etiología no
gonocócica y no clamidiana, varía entre 9 a 23% en mujeres con salpingitis confirmada o
endometritis.
Epidemiología
Los datos de prevalencia existentes están subestimados, ya que la enfermedad inflamatoria
pélvica no es de informe obligatorio y por lo tanto se desconoce el número de mujeres
afectadas, aunque a través del sistema de Información Hospitalaria del Sistema Único de
Salud, obtuvo el número de hospitalizaciones de mujeres con enfermedad inflamatoria
pélvica desde enero del 2005 hasta agosto de 2006, con un promedio de 45.343 casos por
año. Sin embargo, es importante señalar que estos datos reflejan sólo los casos graves del
síndrome que requirieron atención hospitalaria. En un estudio realizado en Estados Unidos,
el 4.4% de las 1.171 mujeres sexualmente activas entre 18 y 44 años confirmaron haber
tenido síntomas sugestivos de enfermedad inflamatoria pélvica. Con base en este resultado
se estimó que coma en el periodo de 2013 a 2014, 2.5 millones de mujeres tuvieron
enfermedad inflamatoria pélvica en los Estados Unidos.
Factores de riesgo
Edad: la máxima incidencia se observa en las primeras décadas reproductivas coma en gran
parte por la mala práctica anticonceptiva, las adolescentes presentan un riesgo 3 veces mayor
de enfermedad inflamatoria pélvica
Relaciones sexuales de riesgo: diferentes parejas y medidas de protección aumentan el
riesgo cuatro veces
Infecciones de transmisión sexual de la mujer Y-O la pareja: el 15% de los pacientes con
gonorrea o infección cervical por clamidia que no han sido tratadas desarrollarán un cuadro
de enfermedad inflamatoria pélvica
Clasificación
La enfermedad pélvica inflamatoria clasificada por Monif, de acuerdo con la gravedad de los
hallazgos clínicos, describe la posibilidad de presentar datos de abdomen agudo.
Grado I (leve), no complicada, sin masa, ni datos de abdomen agudo, ni irritación peritoneal,
grado II (moderada), complicada con presencia de masa, anexo o absceso que involucra
trompas u ovarios con o sin signos de irritación peritoneal, grado III (grave o severa),
diseminada a estructuras extra pélvicas: absceso tubo ovárico o pelviperitonitis o con datos
de respuesta sistémica.
Estadios:
Estadio I: salpingitis aguda sin pelvis peritonitis
Estadio II: Salpingitis aguda con pelvis peritonitis
Estadio III: salpingitis con formación de absceso tubo ovárico
Estadio IV: rotura de abscesos tubo ováricos
Cuadro clínico
Existe una gran variedad de formas de presentación de la infección pélvica inflamatoria,
desde formas subclínicas, prácticamente asintomáticas, hasta cuadros graves de abdomen
agudo. El síntoma más frecuente es el dolor hipogástrico, generalmente sordo y bilateral
siendo característico que aparezca durante o inmediatamente después de la menstruación y
que se agudice con la maniobra de Valsalva. Otros síntomas son la dispareunia profunda,
sangrado genital anormal, disuria atípica, náuseas y vómitos. A la exploración, con el tacto
bimanual, es característico que la paciente muestre dolor importante a la movilización uterina
y anexos, si éste es predominantemente unilateral habrá que sospechar la existencia de un
absceso a ese nivel, además a la inspección vaginal con espéculoscopía, se podrá objetivar
cervicitis y leucorrea purulenta maloliente. El flujo vaginal cambia de color, cantidad y
aspecto, puede volverse blanquecino y grumoso asociado a prurito producido por Cándida
albicans, espumoso con burbujas y mal olor producido por Tricomonas o puede ser gris y
con mal olor producido por Gardnerella vaginalis.
Diagnóstico
Las imágenes pélvicas pueden ser de ayuda para evaluar las causas alternativas del dolor
pélvico o las complicaciones asociadas.
El ultrasonido es la técnica de imagen con mayor respaldo científico para su evaluación.
La laparoscopía es el estándar de oro para obtener un diagnóstico más certero en caso de
salpingitis, dado que facilita la obtención de muestras para estudios bacteriológicos.
La biopsia endometrial transcervical puede utilizarse para detectar endometritis que se
asocia a salpingitis sin embargo se desaconseja su Uso rutinario.
Tratamiento
Ambulatorio: está indicado en cuadros clínicos no complicados, cuando haya garantía de
cumplimiento de tratamiento y la paciente tolera la vía oral. De primera elección se
administra ceftriaxona 250mg IM, dosis única + Doxiciclina 100mg cada 12 horas vía oral
+/- Metronidazol 500mg cada 12 horas vía oral por 14 días o cefoxitin 2 g IM dosis única +
Probenecid 1 g vía oral dosis única+ Doxiciclina 100mg cada 12 horas vía oral +/-
Metronidazol 500mg cada 12 horas vía oral por 14 días.
Alternativo: Ceftriaxona 250mg IM dosis única + Azitromicina 1 g a la semana durante 2
semanas o moxifloxacino 400mg cada 24 horas por 14 días
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