Laura Yasan - Pequeñas Criaturas de Lo Incesante

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pequeñas criaturas

de lo incesante

Laura Yasan
Yasan, Laura - Pequeñas criaturas de lo incesante
Fecha de catalogación: 03/02/2015
Ilustración de tapa: Karina Di Pasquale
ISBN: 978-987-45769-3-4
No puedo resumirme porque no se puede sumar una silla
y dos manzanas.
Yo soy una silla y dos manzanas. Y no me sumo.

Clarise Lispector

Ayer vi a un hombre dar un puntapié a un perro y lo sentí


detrás de los ojos.. No sé cómo llamarlo.
El sitio que está antes de las lágrimas

Nicole Krauss
la boca del árbol
la música sin cartas

perdí el color en lo incesante


ese perro entrenado para morder
los talones del tiempo sin lastimarlo

perdí la humanidad
me jugué hasta la música sin cartas
tragué sin masticar flechas perdidas
nació una rosa negra y la dejé
morir como a las otras
pequeñas criaturas de lo incesante
lobas en cautiverio

yo misma me perdí en la sinrazón


me aturdía ese piano desafinado
en la raíz de la neuralgia
esa descarga repetida que llora día y noche
como un hijo del mundo
que nadie atiende
crepuscular

llega la víspera del día después


sobre el potro de la nostalgia
como un narcótico expandiéndose
por el flujo del sábado

tan delicado
tan incorpóreo

somos analfabetos en el crepúsculo


esa franja violácea
donde se incuban las ganas de gritar
por las calles de la inclemencia

y el cielo cuelga sobre los hospitales


como un traje que nadie se atreve a vestir
envuelve las terrazas
apaga los presidios

es el instante más largo que se conoce


en la saliva del universo

luego el tiempo vuelve a crujir


y un pájaro es tragado
por las turbinas de la noche
gato a las finas hierbas

a las 10 la pastilla de sentir


algo mejor
el esmalte de la sonrisa
la pasta
ayuda
usar desodorante perlas de nacar
25 horas garantizadas
sin oler como un camionero
bueno
un poco
tomar rejuvenece
no olvides tomar agua baldes de agua
a media tarde
comprimidos de no enloquecer
cuando pasa el trencito de la alegría
con tres tristes niños y un pato gigante semidesnudo

sólo 15 minutos de TV
la vida afuera no es para vos
hay violadores sueltos
billetes falsos
trenes que descarrilan

colgá fotos del face


hacete amigos en el acto
ganate un toque
ese me gusta arriba
abajo
ponete un color que levante
las chalinas disimulan la edad
aliméntate bien
hay papa con sabor a loquequieras
gato a las finas hierbas

no olvides la píldora de las 4


vitaminas para sentirte
menos peor
a las 7 el piyama de frisa
la placa dental
te clavás dos pastillas de conducir
el coma
las medias de descanso
el antifaz de terciopelo

no sufras
los colores se deslucen con el sol
y al final de la noche todo cuelga
de la misma soga
fondo blanco

necesito unos guantes de hule


necesito unos tragos

para abrir los cajones que nadie ocupa


encontrar esa herencia de lapiceras que no sirven
ese reloj parado
barato
que nadie se anima a tirar

necesito hacer fondo blanco


tener un estómago a prueba de morgue
un hígado embalsamado

para abrir ese féretro carcomido


donde guardaba la ropa interior
más diminuta
esa idea confusa de la intimidad
entre seres carnívoros

necesito una damajuna de rivotril


una vesícula de acero quirúrgico

para vaciarlos en una bolsa negra


y sacarla del dormitorio con los dientes
de la mujer que fui
san perro callejero

no me dejes caer a rubia teñida


ni me condenes a integrar eternamente
el coro menopáusico de esta mujer
no me arrojes con las muñecas rotas
en el túnel de la gorda aburrida
te prometo huesitos san perro callejero
no me dejes caer
por su casa
ese país en toque de queda
donde tengo pedida la captura
y un número tallado en el corral
no me dejes caer a virgencita de repisa
ni a señora entendida en el arte
de negar los colores de su edad
no me dejes caer san perro de la calle
en los brazos de un hombre con corbata
prefiero ser la amante del carnicero
viajar toda la vida en transporte público
te prometo los cortes más tiernos
la carne más jugosa
no me dejés caer
seré tu perra
amen
nunca quise tocar el cielo con las manos

los niños cantores de lotería


no irán al cielo

los elefantes blancos


los curas vírgenes
ni las vírgenes
irán al cielo

las enfermeras y los equilibristas


tampoco irán

a ese lugar helado


inhóspito

ni una silla para descansar


ni una pared donde apoyarte
poética de guerra

yo no tengo otra patria


esta es mi cuadra mi moneda mi féretro
resisto sin cruzar las grandes avenidas
encadenada al mástil del rigor

aquí no se conoce el fuego


aquí no se inventó la rueda
comercio en municiones para la cena
soy tan elemental que escribo en las paredes
ideogramas con tiza

aquí no se lee el periódico


aquí no se fabrican mártires
con las remeras de los pibes presos
no me voy a comer tus cachorros
no te sigo la rueda del billete
me trago las raíces de los yuyos sin respirar

yo no tengo otra patria esta es mi cuadra


tratado sobre la ceguera selectiva

donde naufragan las cosas sencillas


hay un cartel que dice basta
y no lo vi
con luces titilando
y no lo vi
ahí donde se hundieron mis palabras
como bolsas de arena
sobre un fondo podrido y no lo vi

el día que te fuiste sin mis ojos


y ese futuro que prometía
la vida como un camión
de frente
y no lo vi
es lo que hay

siempre hay ramos de fármacos frescos


en mi mesa de noche
notas sobre los márgenes de la cama
hombres estampados en el sillón
tristes tigres
banderas extranjeras entre mis prendas
siempre
pantalones de cuero en el recuerdo
días marcados con birome
andenes al final
siempre habrá
un lobo marino en mi cuarto de baño
que nunca
conoció el mar
la calesita de madera

a sergio stul
en memoria

hay pájaros que tragan la carne del poeta


para cantar
orugas esperando un corazón enfermo
donde empollar su único día
árboles que no pueden
hay
fiesta en la guardia
hombres rendidos sobre una mesa helada
sopa de ángel caído
hay
tristeza para todos
morfina para todos
raciones generosas y equitativas
yo no cuento ovejitas para dormir

pienso en poemas atropellados por un camión


en la ruta más larga del mundo
con su hilera de álamos a cada lado
hombres armados en todos los canales
dinero reventado en cajones
pienso en la lírica
esa ballena muriendo de sed
soprano asmática
pienso en mí como un huésped
que se quedó a vivir en la voluntad
una extraña que practica el idioma
con muñecas de estopa y tacitas de porcelana
pienso en el cuerpo de las palabras
esparcido sobre el asfalto
todo se va cubriendo de un chicle algodonoso

licuado

aislante
paradita en los tacos

hay hombres con las llaves pasadas de la raya


empiezan con palabras de terciopelo
se quedan a vivir
a tatuar corazones en la mesada de la cocina

caés en esa trampa como si hubiera un tobogán


con la carnada adentro
paradita en los tacos
te tiemblan todavía los anillos

quisieras ser de plástico


muñeca

si te tocan la patria de carne


sacá la fiera
historia sin fin

soñar que una verdad se vuelve mentira


y salir a la calle con esa confusión
guardarla en la cartera
olvidar
olvidar
ser una esencia sin sustancia
poner el dedo en un anillo sin pasado
la historia en un abrigo ajeno
soñar que esa mentira se vuelve una verdad
y salir a la calle
lugar posible

cuando la noche abre su garganta


somos el leopardo y el ángel
en el capullo de una canción

sobrevivientes
piezas que nunca
van a encajar
en el contorno de una palabra

somos la nave y el tripulante


la carne de un pétalo
en la lengua de un pez

la espesura
esa sustancia blanca que aloja en su trayecto
un refugio posible

el único lugar donde los dos


hablamos de lo mismo
pan viejo

seis perros y una radio mal sintonizada


por toda compañía

guardo alegría para tardes así


trago grandes bocados
pero es acre y dudosa
como el pan viejo del perdón
no me ha caído bien
la vida estos días
demasiadas ortigas para cenar
demasiado silencio de tu boca
pasan

días como naranjas encendidas


rondando en la pendiente de las horas
girasoles cortados sobre la mesa
para negar
naves perdidas en el tiempo
alhajas que el olvido sabe ofrecer
a cambio de un lugar para quedarse

se llega a casa con las manos vacías


siempre
termina igual
lo que quieras que sea

jueves es el lugar donde una especie


en extinción
cuida el pelaje
se alimenta de galletitas en abundancia
igual que los niños perdidos
y los antílopes silvestres

jueves es una piedra


donde el cíclope apoya la cabeza
para soñar
que una mujer guepardo lo acaricia

jueves es un viaje por un mundo acabado


de nacer
donde el idioma no se aprende
y las palabras ríen contra el viento
en la espesura del follaje

al taller de los jueves


la boca del árbol

no se puede besar un árbol en la boca


hay que tomarlo entre los brazos
pegar el pecho a su corteza
y lamerlo
lamerlo hasta sangrar
hasta sentir que el árbol
te roza el corazón con su llamado
va a contarte el secreto
a devolverte el beso con quietud
con leve indiferencia
él sabe que te vas
que es imposible
la vida con un árbol
una ayudita por favor

yo fui mendiga de los brazos


recibía limosnas con la lengua
centavos que no pude tocar

en los trenes pedía


amor para llevarme
algo a la boca

tan pobra fui


los clavos del vacío
rompían las costuras
de la miseria

tan tigra flaca por una entrada gratis


llegaba a los extremos
que se tocan
por una boca de zaguán

te hacía la muertita
de hambre por un beso
tan tigra pobra yo
que fui
la última moneda

así como el amor elige a los más débiles


para arrojar sus desperdicios
los mendigos eligen esas bocas
para besar

nada es tan puro

el hambre de la muerte
tiene una dentadura gigantesca
y sólo encuentra insectos en la oscuridad
pequeñas criaturas que arrojaron
la última moneda sin usar

nada es tan blando

debajo de la almohada
crece un nido de alambres
y el féretro del mundo
no deja de gritar que
tu hora se acerca

nada es seguro

cada vez que acaricio la tersura


de la verdad
mis dedos sangran
perro

juro
con mi robusta voluntad
con lo más negro de la loba
sobre los fierros torcidos de mi columna

mantener

con vida los candados de tu recuerdo


sogas al infinito
lugar por el que nunca
volverás a pasar
no

es una compuerta que se abre


entre los dientes no
es algo en la garganta
una bola de pelos
un feto no
vive en el pecho
es una mantis rubia
de patas negras no
es más abajo
presiona las costillas
entre plexo y espalda no
se puede respirar
en este cuerpo no
es atrás de la piel
casi en los ganglios un ardor
viaja por las arterias
tanto no
que tragué
me va a matar
nevaba en montreal cuando naciste

un idioma desconocido
lo supe por el color de una palabra
que se desvanecía en la tormenta

yo sentí la puntada de tu historia


cosiéndose a la mía
al otro lado del continente

todavía me sangra el costado


cuando respiro

puedo ver en tu nombre


la huella de mis botas
rompiendo la nieve

y aún no te conozco
momentos así

vi pasar un caballo por la ventana


o el verdor de los árboles cayó de una postal
el eje de la tierra se movió varios grados
recuerdo las baldosas torcidas
el esmalte saltado de la taza
crines plateadas en cámara lenta
un piano acompañaba
se acoplaba en el aire hasta lo sólido
se formó una textura piyama de felpa
una pequeña celebración privada

las yeguas adoramos los momentos así


el guardián de las horas

en la espera hay un hombre que no deja pasar


el filo de los años
arrastra los zapatos por la estación desierta
como si un tren lo amenazara
desde otro mundo

escribe de rodillas
cartas para una novia desconocida
inventa barcos en la bruma
mapas de ninguna ciudad

junta semillas en un frasco


para salvar las horas de la melancolía
y otras maneras que la lluvia
sabe adquirir

es un trabajo duro ser el guardián del tiempo


llora en las vísperas de todo acontecer
ya

ya no cabe un insecto
en el desván de los jabalíes
ni doy otro centavo
por tu disfraz de tísico

ya no siento el sabor a las naranjas


ni pido tres deseos bajo los puentes

algo acabado flota al ras del día


hay dientes en el ánimo
una malla de aceite cubre la melodía de todas las palabras

es tarde cuando

ya pasaron los trenes de carga


con sus reses bajo la lluvia
por mi estación
hay un después
Una noche senté a la Belleza en mis rodillas.
-Y la encontré amarga-. Y la injurié.
Rimbaud
OPEN 24HS

como una gran pecera


un nido hiperpoblado de hormigas en servicio
como un drugstore transando las veinticuatro horas
todo un tenedor libre de endorfinas
una carga de crédito constante
un flujo de binomios
por la cresta nerviosa de los dientes
lengua con lengua en la frontera
entre babel y la locura
perros de policía
cristo en la silla eléctrica
traficantes de rabia
cruzan el reciclaje de la vida
pero mucho más rápido
combustible a la máquina del verde
te ponen la cabeza en un molde de plomo
da lo mismo
cualquiera puede pasar por la ranura
su código de barra para ver las estrellas

el mundo es un enigma que permanece abierto


a los trabajos de la fatalidad
en este mismo instante mil millones de células
murieron en tu cuerpo
malviviente

yo robo lapiceras en las farmacias


no sé por qué
tengo entrenado un músculo inservible
una pasión por el instrumento
en sí
veo jirafas a media tarde
con el café
todo tiene su daño colateral
su aterrizaje
yo robo lapiceras en el colectivo
tengo entrenado el músculo de la muñeca
si se acaba el papel sigo en las sábanas
en la puerta del baño en las paredes
un siete punto cinco en la escala de la demencia
con la punta de un clavo

la gente cree en cosas que no se ven


yo creo en cosas que no se dicen
robo lapiceras en ocasiones
necesito un palito para flotar
oficio

cuando se pudren los nísperos del día


sobre mi hoja en blanco
comen de mí los tiburones de saber
trabajar con las sobras
alhajeros vacíos
actos negros que asumo
para escribir
poemas menores
tristes
lacayos de la palabra
todo a su tiempo

a los 15 descubrí el sexo


a los 20 los hombres
a los 30 los hombres mayores
a los 40 a mí
a los 50 la copa de los árboles
espacios inútiles

¿acaso no mordimos el pavimento


vidas atrás
a caballo de la soberbia
en el color distante de los días?

¿no buscamos alivio en otras sábanas


no besamos tatuajes desconocidos
porciones desmedidas en platos pequeñísimos
a la hora del te?
¿no fuimos lo bastante equitativos
el banquete y el hambre
el bárbaro y la pobrecita?

¿no cuentan las migajas del tiempo perdido


en los oráculos del silencio
la fruta descompuesta en la mesa de luz?

¿y qué esperabas?
¿tu foto en un altar con velas encendidas?
¿tu nombre en letras de oro laura yasan?
yo yasan tu jane

ponele que me vuelvo primitiva


papilla mate auto control
y afuera quemo manteles bordados
tapices de la india
vivo en andrajos
olvido los esfuerzos por mantener
los muebles alineados entre las líneas curvas
la pesadilla de combinar colores
me vuelvo básica todo terreno
comer dormir coger
fumo pasto de la noche a la mañana
ya no pienso
más nada
soy cuerpo pasta base
lobo está
soy monoambiente
comunarda elemental
¿querés así mi amor?
¿así?
vernissage

estudio tácticas de umbral


en otras lenguas
costuras invisibles en palabras de cortesía

el chamuyo de la gramática
es buen aliado en el ambiente

el brillo no es lo mismo
para todos
supe
esconder mis trofeos
en sus propios caireles
sobre los canapés de un cóctel ajeno
homo sapiens

en las instalaciones de mi ignorancia


cabe un congreso de neurocirujanos
el torneo apertura de la copa del mundo
tres cuadrillas de obreros
varias especies en extinción
y dos modelos anoréxicas

te aviso antes de que abras


tu libreta de datos inútiles
para seducirme
el hombre que follaba los autobuses

a M.V.

iba dejando un rastro de gasoil


en los salones vip de la vanguardia
firmaba sus contratos con la lengua
en el piso del éxito
y estaba triste
pedía amor a gritos en aquel autobús
por su infierno privado
de lencería
no dejó tapizado sin manchar
mujer sin masticar
nadaba en la piscina de su propio vacío
tremendo tiburón
lo amé como podía
saber que era tan huérfano
como todos los hombres
los hombres heladera

son una especie conservadora


te mantienen
una familia entera
con la puerta cerrada
todo el día a 220
lenguas vivas

en los matices de la palabra


querida
se ocultan cisnes de hierro forjado
por esclavos insomnes en siglos de odio
se dibujan corazones obscenos
con un trazo exquisito en los matices
de la palabra
querida
no alcanzaría la lengua castellana
ni los números primos
para esconder sus tonos provocadores
su ejército de pelirrojas con uñas postizas
generaciones de madres frustradas
y cuñadas entrometidas
alterando la matriz de la palabra
querida
¿me captás?
0x0=0

hoy perdí el colectivo por 10 metros


tu llamada por 10 minutos
la cordura por poco

todo el día corrí tras 10 pesos


me cerraron 10 puertas en la cara
llegué a la cena con 2 galletitas
3 versos mal escritos
0 mensajes en el contestador
la heladera vacía
los pies rotos
no queda 1 analgésico

la radio anuncia tormentas eléctricas


y granizo para mañana
nada bueno

no puedo detenerme antonio


voy un cuerpo delante de mí
un escalón arriba de la esencia
escucho voces
no dicen nada bueno
ahora entiendo todo pero ya estamos hechos
antonio no se puede
perforar una roca sin que le duela
cortar el tallo sin matar la flor
estar acá sentada
¿me entendés que me salgo de la raya
que no respondo
nada bueno?
antonio controlame
cuando caiga la ficha que me falta
la gota que rebalse
el vaso
y la casa se hunda
bajo el agua
en unos minutos
el resto

hay
insectos que mueren con la nuca partida
en los cristales del nunca más
cuartos que se olvidaron
las cadenas prendidas en otra época
siempre hay
maleza en el jardín
ratas en los desvanes
siempre habrá
alfileres clavados en una mariposa

residuos en la recompensa
hay un después

te cansás de morder la banquina


de ser la chica de la cornisa
la loca de los cuchillos

ya no queda palabra sin ensuciar


se acabaron las camas de hospital
las noches de alquitrán
los clavos oxidados

hay un después ahora


casa mía / cuerpo mío
cerrado por reformas
cargue su combustible en otra parte
CONTRATAPA

En una de las páginas de El monje y la psicoanalista, Marie Balmary


deja caer una frase que, bien mirada, define lo que muchos
entendemos por poesía: “Hay frases que son verdad, porque al final
de la frase hay alguien”. Aunque se trate de una ficción que reelabora
imaginariamente la realidad, toda poesía aspira a ser la verdad de
alguien, y la verdad de sus lectores. Pero, ¿quién es ese alguien que
está al final de estos poemas? Dado su carácter biográfico, podríamos
decir que es Laura Yasán. Y estaríamos equivocados. Toda biografía
es sospechosa, y más si elige la poesía, donde el pudor confesional se
encuentra mitigado e, incluso, alterado por las exigencias del ritmo,
de las imágenes, del tono, en fin, de todo aquello que hace que la
poesía sea poesía y no una crónica detallada del acontecer personal.
La Laura Yasan que nos espera al final de cada poema es una
presencia que se encarna en cada lectura: una mujer sometida a las
“pequeñas criaturas de lo incesante”, la “que roba lapiceras en las
farmacias”, la Jane de un Tarzán a veces cruel e indiferente. La mujer
que sabe con triste certeza que no puede esperar su nombre “escrito
en letras de oro”.
De este libro tan verdadero podríamos decir parafraseando a Walt
Whitman: “esto no es un libro; quien toca esto toca a una mujer”.

Eduardo Chirinos
DATOS DE LA AUTORA

Laura Yasan, Buenos Aires, Argentina, 1960.


Publicaciones:
Doble de alma (Tierra Firme, Bs. As.1995)
Cambiar las armas (Botella al mar, Bs. As. 1997)
loba negra (La bohemia, 1999 y Edit.Educa 1999)
cotillón para desesperados (La bohemia, Bs. As. 2001)
tracción a sangre (La bohemia, Bs. As. 2004)
ripio (Grupo Editorial Latinoamericano, Bs. As. 2007)
la llave marilyn (Edit.Casa de las Américas, Cuba, 2009 – Edic. del Dock
Bs. As. 2010)
animal de presa (Edic. Torremozas, Madrid, 2011)
safari antología personal (Edic. Floricanto, México, 2012 y Edic.
Liliputienses, Barcelona 2013)
Pietrisco (Edizioni Fili d’Aquilone, Roma, Italia, 2014)
pequeñas criaturas de lo incesante (Edic. Zona borde, 2015)
palabras no – antología personal (Edic. Zona borde, 2016)
ganado en su ley (Edit. Palabrava, 2017)

Premio Carmen Conde, Madrid, España, 2011


Premio Casa de las Américas, Cuba 2008
Primer Premio Municipal de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires,
2005.
Premio Único de Poesía EDUCA, Costa Rica, 1998,
Premio del Fondo Nacional de las Artes, Buenos Aires, 1998
Mención especial del jurado en el IV Premio Internacional de Poesía
Ciudad de Medellín, Colombia, 2002

Sus poemas fueron publicados en diferentes revistas literarias del país y del
exterior, como así también en numerosas antologías.
Su obra fue parcialmente traducida al inglés, al alemán, al francés y al
italiano.
Ha coordinado talleres de escritura en distintas unidades penitenciarias,
institutos de menores, hogares de ancianos, bibliotecas municipales y en
forma privada, tarea que desarrolla hasta el presente.
Ha diseñado y coordina actualmente el programa de trabajo “Palabra
Virtual”, talleres de creación literaria a través de correo electrónico.
www.laurayasan.com.ar
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