Libro Ictv
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1. CULTIVO DE TEJIDOS VEGETALES
INTRODUCCION
Los principios básicos del CTV fueron definidos a principios del siglo XX por
Haberlandt (1902), Hanning (1904), Küster (1909) y otros investigadores, pero fue
hasta mediados del siglo cuando White (1943 y 1963) y Gautheret (1934, 1942)
desarrollaron las bases en que se fundamentan los métodos actuales (Hurtado y
Merino 1987, Endress 1994). Los primeros trabajos en este campo tuvieron por lo
general un éxito limitado, debido a tres factores fundamentales. El primero de ellos era
el desconocimiento de los requerimientos nutricionales de los tejidos vegetales
cultivados in vitro; el segundo, era el uso frecuente de tejidos vegetales maduros y bien
diferenciados para iniciar los cultivos. Estos tejidos, como se sabe actualmente, son
los que muestran una menor capacidad de respuesta al cultivo in vitro. Finalmente, el
tercer factor que retardó el desarrollo de las técnicas de CTV fue la ignorancia de la
existencia y del papel que juegan en el desarrollo vegetal las llamadas fitohormonas o
reguladores del crecimiento. Estas substancias eran desconocidas hasta 1928 cuando
Went y Thimann descubrieron el ácido Indolacético (AIA), y 1955 cuando Skoog
descubrió la cinetina (CIN). En 1957 Skoog y Miller fueron los primeros que
consiguieron manipular la formación in vitro de brotes, raíces y tejido calloso mediante
el uso de diferentes combinaciones de una auxina (AIA) y una citocinina (CIN). Otro
de los pasos fundamentales para la consolidación de las técnicas de CTV lo dieron en
1962 Murashige y Skoog al desarrollar un medio de cultivo (MS) que reunía las
características apropiadas para ser utilizado en el cultivo de una gran variedad de
tejidos de diferentes especies vegetales; dicho medio de cultivo sigue utilizándose de
manera rutinaria en innumerables trabajos que se realizan actualmente (Murashige y
Skoog 1962). Los avances antes mencionados dieron un auge importante al CTV, a
tal grado que en 1963 se organizó ya el Primer Congreso Internacional de Cultivo de
Tejidos Vegetales. A pesar de esto, el desarrollo de estas técnicas continuó siendo
relativamente lento hasta finales de los años 70 y principios de los 80 en que se logró
la consolidación definitiva del CTV en el campo de la investigación en biología vegetal
y se comenzó con su uso directo en cuestiones aplicadas como la micropropagación,
la generación de plantas libres de enfermedades y la conservación de germoplasma
in vitro. A mediados de los años 80 el CTV tomó una importancia aun mayor al
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contribuir al nacimiento de la ingeniería genética de plantas, junto con la cual integra
lo que hoy en día se conoce como biotecnología vegetal.
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plantas completas a partir de un solo protoplasto. Por último, es posible también el
cultivo de células gaméticas aisladas con el fin de obtener tejidos o plantas
haploides.
5. Cocultivo. Se le da este nombre al cultivo de cualquier tejido vegetal junto con otro
organismo, generalmente un microorganismo. Se utiliza, por ejemplo, para la
transformación genética de tejidos vegetales con el sistema de Agrobacterium
tumefaciens o A. rhizogenes. Los tejidos vegetales cultivados in vitro también
pueden ser inoculados con virus o infectados con nemátodos y de esta manera
servir como modelo para el estudio de dichos patógenos.
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Condiciones asépticas. Para que el cultivo de cualquier tejido vegetal prospere
de la manera deseada, debe excluirse del mismo a cualquier tipo de organismo
contaminante. Esto resulta particularmente difícil debido a que los medios utilizados
para el CTV son muy ricos, y por lo general, con un alto contenido de carbohidratos,
lo que los hace ideales para el desarrollo de prácticamente cualquier
microorganismo saprófito. Debido a lo anterior, tanto el material vegetal, como el
medio de cultivo deben esterilizarse para evitar cualquier tipo de contaminación.
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CULTIVO DE TEJIDOS VEGETALES
MEDIO DE CULTIVO
EXPLANTE
CONDICIONES
ASEPTICAS
DESARROLLO
RESPUESTA
RAICES
ADVENTICIAS
NECROSIS
ORGANOGENESIS EMBRIOGENESIS
SOMATICA
TEJIDO
CALLOSO
ORGANOGENESIS
BROTES INDIRECTA
ADVENTICIOS
EMBRIOGENESIS SOMATICA
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EL LABORATORIO DE CTV
A pesar de no ser el CTV una técnica que requiera de equipo muy sofisticado,
sí se debe contar con ciertas facilidades e instalaciones para realizarlo de manera
adecuada. Actualmente existen laboratorios de CTV, sobre todo aquellos que se
dedican a la micropropagación comercial a gran escala, que cuentan con equipos
automatizados para realizar la mayoría de los procesos y trabajar con grandes
volúmenes de material. Sin embargo, un laboratorio normal no requiere de tales
complicaciones. Las necesidades mínimas para un laboratorio de CTV podrían ser las
siguientes:
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2. MEDIOS DE CULTIVO Y NUTRICION IN VITRO DE LOS TEJIDOS VEGETALES
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De manera general todos los medios de cultivo están compuestos por los
siguientes grupos de substancias (Endress 1994, Gamborg y Shyluk 1981, Kyte 1987):
Nitrógeno (N).
Es un elemento esencial que determina en gran medida la tasa de crecimiento
del tejido. La carencia de nitrógeno se caracteriza por un amarillamiento de las hojas,
principalmente las más viejas, y por un crecimiento reducido o nulo del tejido. La
mayoría de los medios de cultivo tienen entre 25 y 60 mM de nitrógeno inorgánico.
Este se suministra en forma de nitrato (NO3-) en concentraciones de 25-40 mM y/o de
amonio (NH4+) en concentraciones de 2-20 mM. La proporción entre estas dos formas
de nitrógeno es una variable importante a considerar cuando se experimenta con
diferentes medios de cultivo. En algunos tejidos, el amonio tiene un efecto benéfico,
pero en otros puede resultar nocivo, sobre todo en concentraciones mayores a 8 mM.
El suministro de nitrógeno puede complementarse con alguna fuente de nitrógeno
orgánico, principalmente en forma de aminoácidos.
Fósforo (P).
Tiene un papel muy importante en el desarrollo de la planta, pues se utiliza en
la síntesis de ácidos nucleicos y compuestos de alta energía y, además, participa en
la activación de diversas enzimas. En el medio de cultivo se suministra en forma de
fosfatos de sodio (NaH2PO4 . H2O) o potasio (KH2PO4 ), en un rango que va de 1 a 3
mM.
Potasio (K).
Necesario para la división celular normal, síntesis de carbohidratos y clorofila y
asimilación de N. Su carencia origina un crecimiento débil y anormal. Se suministra en
forma de nitrato (KNO3), fosfato (KH2PO4 ) o cloruro (KCl), dependiendo del medio de
cultivo. Se utiliza en concentraciones de 20 a 30 mM.
Calcio (Ca).
Participa como componente de las paredes celulares en forma de pectatos.
Desempeña un papel importante en la regulación de innumerables procesos celulares
y en la estabilidad de membranas. Es adicionado en forma de cloruro (CaCl2.2H2O) o
de nitrato (Ca(NO3 )2 . 4H2O) en concentraciones de 1 a 3 mM.
Magnesio (Mg).
Es el elemento central de las moléculas de clorofila y un importante cofactor
enzimático. Es suministrado como sulfato (MgSO4 . 7H2O) en concentraciones de 1-3
mM.
Azufre (S).
Presente en las proteínas en forma de aminoácidos azufrados y constituyente
de algunas vitaminas. Se adiciona al medio de cultivo como sulfato de magnesio
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(MgSO4 . 7H2O) o de amonio , en concentraciones de 1 a 3 mM. Los sulfatos de
manganeso, zinc, cobre y fierro suelen usarse como fuente de micronutrientes.
Fierro Fe 1 mM
Manganeso Mn 20 - 90 M
Boro B 25 - 100 M
Cobre Cu 0.1 M
Molibdeno Mo 1 M
Cobalto Co 0.1 M
Yodo I 5 M
Fuente de carbono. Normalmente las plantas utilizan el CO2 atmosférico como fuente
de carbono para la síntesis de todos sus componentes, esto mediante la fotosíntesis.
Los tejidos vegetales cultivados in vitro tienen una capacidad fotosintética muy
reducida o nula, por lo que se les debe proveer de una fuente de carbono orgánico. La
gran mayoría de los medios de cultivo utilizan sacarosa en concentraciones del 2 al
3%, aunque esta concentración puede ser mayor para algunas especies. Además de
la sacarosa, se han probado otras fuentes de carbono como la glucosa, fructosa,
lactosa, galactosa, rafinosa, maltosa e incluso almidón, pero con resultados casi
siempre inferiores a la sacarosa. Finalmente, es importante considerar el hecho de que
la sacarosa, además de servir al tejido como fuente de carbono, tiene un papel muy
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importante como regulador del potencial osmótico del medio de cultivo. Esto debe
tomarse en cuenta cuando se altera su concentración o se prueban fuentes alternas
de carbono.
Reguladores del crecimiento. Estos componentes constituyen sin duda uno de los
elementos más importantes del medio de cultivo, ya que determinan en gran medida
el tipo de respuesta de los tejidos. Sus tipos y aplicaciones serán discutidas más
adelante.
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tejido vegetal. Los gelificantes más utilizados son el agar (0.5 -1%) y el Phytagel o
Gelrite (marcas comerciales) en concentraciones de 0.2 a 0.3 %. Alternativamente,
pueden utilizarse puentes de papel filtro o poliuretano para dar soporte al tejido en un
medio líquido. Es importante considerar que la mayoría de los gelificantes que son
usados en la preparación de medios de cultivo, contienen cantidades considerables de
nutrientes minerales que pueden afectar el desarrollo de los tejidos (Leifert y col. 1995).
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En el caso del medio semisólido, después de la esterilización, esperar a que se enfríe
a 45-50 C antes de agregar los componentes termolábiles filtrados. Mezclar bien y
vaciar en los recipientes de cultivo antes de que solidifique.
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MEDIO MS (MURASHIGE Y SKOOG 1962)
PREPARACION:
Soluciones concentradas:
Disolver ambos componentes por separado, para lo cual puede requerirse calentar.
Agregar poco a poco la solución de Fe a la de EDTA y aforar. Debe de quedar de color
amarillo sin precipitados.
Glicina 20.00 mg
Piridoxina HCl 5.00 mg
Ac. nicotinico 5.00 mg
Tiamina HCl 1.00 mg
Mio inositol 1.00 g
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1. En un vaso de precipitados colocar unos 850 ml de agua destilada. Agregar volumen
indicado de las soluciones concentradas.
Sacarosa 30.00 g
Nitrato de potasio 1.90 g
Nitrato de amonio 1.65 g
3. Ajustar el pH del medio a 5.7 con NaOH o HCl 0.1 N. Aforar a 1 litro con agua
destilada.
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MEDIO B5 (GAMBORG 1968)
PREPARACION:
Soluciones concentradas:
Yoduro de potasio KI 75 mg
Sacarosa 20.000 g
Nitrato de potasio 2.500 g
Sulfato de amonio 0.134 g
Sulfato de magnesio 0.250 g
Fosfato de sodio 0.150 g
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EDTA ferrico 0.043 g
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MEDIO NN (NITSCH Y NITSCH 1969)
PREPARACION:
Soluciones concentradas:
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5. Si se trata de medio sólido, agregar el gelificante y disolverlo calentando (se
recomienda por rapidez utilizar horno de microondas).
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3. CONTROL HORMONAL DEL CRECIMIENTO Y DESARROLLO IN VITRO
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RCV y está dada por la cantidad de receptores específicos para los reguladores del
crecimiento presentes en el tejido. Esto también es causante de la respuesta
diferente de cada tipo de tejido ante un mismo tratamiento.
Las concentraciones de RCV que se utilizan normalmente en los medios de cultivo
exceden por varios ordenes de magnitud a las concentraciones fisiológicas de estos
compuestos en los tejidos. Esto debe ser tomado en cuenta al intentar explicar las
respuestas de un tejido in vivo mediante observaciones hechas in vitro.
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CANTIDAD DE RCV DEPENDE DE:
SUMINISTRADOS AL
CULTIVO IN VITRO -EXPERIENCIA PREVIA
-EXPERIENCIA CON ESPECIES SIMILARES
-EXPERIMENTACION
Los RCV más utilizados en los cultivos in vitro son los pertenecientes a los
grupos de las auxinas y de las citocininas, ya que son los que regulan en gran medida
los procesos de crecimiento y desarrollo organizado en los cultivos de tejidos
vegetales. En menor grado se utilizan algunos reguladores no pertenecientes a estos
grupos como las giberelinas y el ácido abscísico.
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Auxinas
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ácido indolacético (AIA) ácido indolbutírico (IBA)
ácido 4-amino-3,5,6-tricloropiridin-2-
carboxílico (Picloram)
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NOMBRE NOMBRE PM CONC. DE SOLVENTE METODO DE
COMÚN TRABAJO ESTERILIZACION
(mg/l)
Citocininas
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muestran en la figura 4, pero pueden presentarse variaciones notables entre especies
y tejidos.
RESPUESTA
ALTA NULA
PRODUCCION DE RAÍCES
EMBRIOGENESIS
TEJIDO CALLOSO
BROTES ADVENTICIOS
PROLIFERACION DE YEMAS
NULA ALTA
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Zeatina Isopentiladenina (2iP)
Ribósido de
Zeatina
Cinetina
Benciladenina (BA)
N-fenil-N`-1,2,3-tidiazolil-5-
urea (Tidiazurón)
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NOMBRE NOMBRE PM CONC. SOLVENTE ESTERILIZACION
COMUN (mg/l)
BENCILADENINA BA 225.3 0.1-10.0 NaOH 1N AUTOCLAVE
FILTRACION
CINETINA CIN 215.2 0.1-10.0 NaOH 1N AUTOCLAVE
FILTRACION
ISOPENTIL- 2iP 203.2 1.0-30.0 NaOH 1N AUTOCLAVE
ADENINA FILTRACION
ADENINA 135.1 50-250 HCl 1N AUTOCLAVE
Además de las auxinas y citocininas que son con mucho los RCV más utilizados
en los cultivos in vitro, el ácido giberelico y el ácido abscísico (Fig. 6) tienen algunas
aplicaciones en procesos fisiológicos en los tejidos. El ácido giberelico puede utilizarse
en algunos casos para la elongación de estructuras como brotes, así como para
acelerar la brotación en ciertos tipos de yemas y meristemos. Por su parte el ácido
abscísico se utiliza en raras ocasiones para inhibir la germinación de embriones
somáticos o para completar el proceso de maduración de los mismos.
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Ácido giberelico Ácido abscísico
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Algunas recomendaciones generales para el uso de los RCV en el CTV son las
siguientes:
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4. PROBLEMAS ASOCIADOS AL CTV Y FORMAS DE COMBATIRLOS
CONTAMINACION
Realizar todas las manipulaciones que impliquen la exposición de los tejidos o del
medio de cultivo en área axénica, siendo lo ideal trabajar en una campana de flujo
laminar.
Esterilizar todos los implementos utilizados para la manipulación de los tejidos antes
de hacer uso de ellos. Los instrumentos metálicos como pinzas, bisturíes y
espátulas pueden mantenerse en etanol al 70% y flamearlas cada vez que se usen;
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sin embargo, deben enfriarse en agua destilada estéril antes de ponerlos en
contacto con el tejido.
Los frascos o recipientes de cultivo deben permanecer sellados en un ambiente libre
de polvo y corrientes de aire durante el período de incubación, Sin embargo, existen
especies que requieren intercambio gaseoso con el ambiente externo para su
correcto desarrollo. En este caso, los recipientes de cultivo deben incubarse
tapados, pero no sellados, o bien, pueden utilizarse tapas que contengan un área
cubierta por una membrana muy fina. Estas tapas permiten el intercambio gaseoso,
pero impiden la entrada de contaminantes.
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AGENTE CONCENTRACION TIEMPO (min)
Hipoclorito de calcio 8 - 10 % 5 - 30
Nitrato de plata 1% 5 - 30
Etanol 70 - 96 % 0.5 - 3
Isopropanol 70 % 0.5 - 3
Peróxido de hidrógeno 3 - 12 % 5 - 15
*. Los blanqueadores comerciales contienen aproximadamente un 5 % de hipoclorito de sodio, por lo que pueden
ser utilizados en concentraciones del 10 al 100%.
**. Su uso es poco recomendable debido a su alta toxicidad.
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tiempo de exposición. Esto puede lograrse ya sea aplicando vacío por un corto
tiempo al utilizar al agente esterilizante y/o agregándole al mismo algún detergente
suave como el Tween 20 para disminuir la tensión superficial y facilitar su
penetración.
Una combinación en serie de varios de los agentes mencionados suele resultar
mejor y menos nocivo para el tejido que el incrementar el tiempo de exposición a
uno solo de ellos. Por ejemplo, el utilizar etanol al 70% por 40 seg seguido de
blanqueador comercial al 15-20% por 15 min suele dar muy buenos resultados con
ciertos tipos de explante. Sin embargo, es conveniente recalcar que los tratamientos
deben ser aplicados uno después de otro y no mezclando los agentes esterilizantes.
En ocasiones, los lavados previos del explante pueden resultar tan importantes
como la esterilización misma. Es recomendable, pues, extender lo mas posible
estos lavados con el fin de utilizar tratamientos de esterilización menos drásticos.
En casos extremos, pueden lavarse los explantes toda la noche colocándolos en
abundante agua con un detergente suave y bajo agitación, para dar al día siguiente
varios enjuagues y proceder luego a la esterilización.
Una alternativa a la esterilización de los explantes es la utilización de cultivos
axénicos que sirvan como fuente de tejidos u órganos. Para esto, se deben
esterilizar semillas y germinarlas bajo condiciones asépticas para obtener plántulas,
cuyas partes pueden ser utilizadas como explante sin necesidad de esterilizarlas.
Una de las ventajas de esta alternativa es que las semillas son mucho más
resistentes al tratamiento con agentes esterilizantes, lo que permite una mayor
exposición a los mismos eliminándose así una mayor proporción de contaminantes.
Cuando se tiene fácil acceso a las plantas madre de donde se tomarán los
explantes, suele resultar muy útil para reducir la contaminación, un pretratamiento
con fungicidas y el colocarlas en un ambiente lo más limpio posible unas semanas
antes de tomar los explantes.
Los explantes susceptibles a la contaminación deben inocularse con una densidad
lo más baja posible, de preferencia uno por recipiente de cultivo. De esta manera el
hecho de que un explante se contamine no repercutirá en la pérdida de otros.
Finalmente, en ocasiones a pesar de que se tomen todas las precauciones
mencionadas, los porcentajes de contaminación se mantienen muy altos, (hasta en
un 90%). Esto se debe a las condiciones de la planta madre y resulta prácticamente
imposible reducir la contaminación sin dañar el tejido. En este caso, queda la opción
de trabajar inicialmente con un número muy alto de explantes, esperando que aun
después de las pérdidas por contaminación queden suficientes para iniciar el cultivo.
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ETAPA CAUSA DE FORMA DE EVITAR LA
CONTAMINACION CONTAMINACION
Selección de plantas 1. Presencia de 1. No utilizar plantas con
madre patógenos síntomas
fitopatológicos como
fuente de explantes
2. Plantas creciendo en 2. Pretratamientos para
ambientes muy sanear las plantas 15-
contaminados 30 días antes de tomar
los explantes
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10.Cultivos utilizados 10.Verificar el estado de
como fuente de inoculo los cultivos antes de
con contaminación subcultivar.
críptica
11.Contaminación durante
el período de 11.Verificar las tapas y
incubación sellos de los
recipientes, sanear el
ambiente de incubación
VITRIFICACION
OXIDACION
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heridas facilitan la respuesta del tejido al permitir la entrada de nutrientes y RCV, por
ejemplo en la organogénesis. Sin embargo, cualquier tejido vegetal que es herido
excreta una gran cantidad de compuestos que intervienen en el proceso de
cicatrización y defensa contra patógenos, la mayoría de los cuales pertenecen al grupo
de los compuestos fenólicos. Estos compuestos, al contacto con la atmósfera tienden
a ser oxidados causando un oscurecimiento del tejido. Esta oxidación conlleva la
generación de radicales como las quinonas que resultan altamente tóxicos para los
tejidos vegetales. En muchas plantas, sobre todo leñosas, este oscurecimiento debido
a la oxidación llega a ser tan intenso que causa la necrosis completa del explante con
la consecuente pérdida del cultivo. Este fenómeno, aunado a la contaminación, hace
sumamente difícil el establecimiento de cultivos de leñosas, sobre todo cuando se
parte de explantes tomados de plantas adultas. Algunas de las maneras de evitar o al
menos reducir este fenómeno son:
Cortar los explantes en un recipiente con agua abundante (por supuesto estéril),
cambiándola frecuentemente (esto para eliminar los compuestos que están siendo
excretados). Se pueden añadir a dicha agua compuestos antioxidantes; por
ejemplo, una mezcla de ácido cítrico 100 mg/l y ácido ascórbico 150 mg/l , los cuales
deben esterilizarse por filtración.
Agregar antioxidantes al medio de cultivo, como los mencionados arriba u otros
como cisteína, ditiotreitol y metabisulfito de sodio, aunque éstos pueden resultar
tóxicos al tejido en ciertas concentraciones.
Utilizar en el medio de cultivo agentes que adsorban los compuestos fenólicos
excretados, como el carbón activado, ficol, la PVP y la PVPP (2 - 5 g/l). Debe
tenerse en cuenta que estos pueden adsorber también ciertos componentes del
medio, como por ejemplo los RCV.
Subcultivar muy frecuentemente, (por ejemplo cada 24-48 hrs), hasta que cese la
excreción de los compuestos fenólicos. Suele ser muy útil también incubar a bajas
temperaturas los tejidos los primeros días.
Si se les da un pretratamiento con frío a los explantes antes de la inoculación, suele
reducirse un poco la excreción de compuestos fenólicos al medio de cultivo.
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5. TEJIDO CALLOSO: INDUCCION, MANTENIMIENTO Y USOS
Con un medio de cultivo adecuado, casi cualquier tejido vegetal que contenga
un alto número de células viables es capaz de producir tejido calloso. Se sabe que son
sólo unas pocas células del explante inicial las que dan lugar a este tejido; usualmente
éstas son las localizadas en la superficie del inóculo o adyacentes a las heridas
producidas al tomar el explante. Para la inducción de tejido calloso se requiere un
medio de cultivo rico (como el MS o el B5), generalmente sólido, y con una
concentración adecuada de auxinas y citocininas. La inducción de tejido calloso se
produce cuando la proporción de auxinas es superior a la de las citocininas. Se ha
observado que son en realidad las primeras las responsables de la aparición de este
tipo de tejido, mientras que las citocininas sólo favorecen su proliferación. En ciertas
especies, la inducción de tejido calloso puede lograrse agregando únicamente auxinas
al medio de cultivo. Las auxinas más utilizadas para la inducción de tejido calloso son
el 2,4-D, el AIA y el ANA, mientras que las citocininas que más se utilizan son la
cinetina y la BA.
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MANTENIMIENTO DEL TEJIDO CALLOSO
Dada la alta tasa de proliferación que muestra este tipo de tejido se requieren
subcultivos cada 3 - 8 semanas (dependiendo de la especie), para mantenerlo en un
estado adecuado. Si los subcultivos no se realizan con la frecuencia apropiada se
presenta el agotamiento de los nutrientes y la desecación del medio, así como la
acumulación de desechos metabólicos potencialmente tóxicos que pueden causar la
necrosis del tejido. Para el subcultivo deben tomarse solo aquellos fragmentos de
aspecto sano que no muestren señales de deshidratación, obscurecimiento o necrosis,
y transferirlos a un medio de cultivo fresco. Este medio suele ser el mismo en que se
dio la inducción del tejido, aunque en algunos casos puede reducirse la concentración
de auxinas y añadir suplementos como el hidrolizado de caseina y extracto de malta,
que en algunas especies ayudan a mantener al tejido en crecimiento contínuo. En
cuanto a la adición de citocininas, hay algunos tejidos que las requieren para mantener
la proliferación de los mismos, mientras que para otros, aparentemente no son
necesarias. Lo que sucede en realidad es que ciertos tejidos tienen niveles endógenos
de citocininas suficientes para mantener su proliferación, por lo que no requieren de
una fuente exógena de las mismas.
Para tener datos más precisos acerca del crecimiento del tejido calloso cultivado
in vitro y, por lo tanto, para conocer el efecto de los reguladores del crecimiento u otros
tratamientos aplicados, debe determinarse la tasa de crecimiento del mismo. El
método más sencillo para hacer la determinación es mediante la medición del peso
fresco del tejido al momento de la inoculación y luego al final de cada subcultivo. Este
método tiene la ventaja de no dañar el tejido; sin embargo, se puede ver influido por
el estado de hidratación del mismo, por lo que no aporta un dato preciso sobre la
ganancia real de biomasa. Alternativamente se puede utilizar la ganancia en peso seco
como medida más precisa de la ganancia en biomasa del tejido, pero la desventaja
obvia de este método es la pérdida del tejido al hacer la determinación. Algunos otros
métodos para determinar la tasa de proliferación del tejido son la determinación del
número de células por unidad de peso, el índice mitótico y la tasa de respiración. El
tejido calloso puede mantenerse por tiempo indefinido cuando se hacen los subcultivos
apropiados; sin embargo, aquí hay un punto muy importante a considerar. Las
condiciones en que se mantiene el tejido calloso favorecen de una manera aun no
comprendida del todo, la aparición de cambios genéticos y epigenéticos como son las
aberraciones cromosómicas, mutaciones y diferentes tipos de ploidías que en conjunto
causan una gran variabilidad genética en estas células Estos cambios generalmente
causan una pérdida progresiva de la capacidad morfogénica de los tejidos Esta
capacidad es la que les permitiría regenerar órganos o plantas completas. Esto debe
tomarse en cuenta cuando se utiliza el tejido calloso para estudios genéticos o cuando
se pretende la regeneración plantas a partir del mismo.
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secundarios, fitotoxicología y ultraestructura celular. También es muy útil para el
estudio de los mecanismos celulares de respuesta a diferentes tipos de estrés como
déficit hídrico, salinidad, temperaturas extremas y ataque de patógenos, entre otros.
Por otro lado, los cultivos de células en suspensión, que tienen también varias
aplicaciones, usualmente se inician a partir de tejido calloso. Por último, el tejido
calloso puede ser un paso intermedio para la regeneración de plantas por las vías de
organogénesis y/o embriogénesis somática. En el primer caso, en el explante original
se induce la aparición de tejido calloso organogénico a partir del cual se da la formación
de brotes adventicios. A este proceso se le conoce también como organogénesis
indirecta. En el segundo caso, a partir del explante original (que en muchos casos es
un embrión cigótico), se induce la aparición de un tejido calloso embriogénico el cual
es mantenido en un medio rico en auxinas. La aparición de embriones somáticos a
partir de este tejido se da al reducirse o eliminarse las auxinas. No todo el tejido calloso
tiene potencial organogénico o embriogénico, por lo que la regeneración de plantas a
partir de este tejido no siempre es posible.
41
a
42
6. ORGANOGENESIS IN VITRO
Sin duda, una de las mayores ventajas que ofrece el cultivo de tejidos es la
posibilidad de regenerar plantas completas a partir de pequeños fragmentos de tejido
vegetal incubados en un medio artificial apropiado. Esto tiene aplicaciones inmediatas
en campos como la propagación masiva de plantas de alto valor y es un paso obligado
y fundamental para técnicas más sofisticadas, como la obtención de plantas
transgénicas.
43
organogénesis. De esta forma, aun cuando las señales externas que desencadenan
la organogénesis estén presentes, las células son incapaces de responder a ellas.
3. Bloqueo fisiológico. Es el más sencillo de superar y se debe a la falta de las señales
apropiadas (hormonas, luz, etc.) para desencadenar el proceso de organogénesis. Al
darse estas señales se dará la manifestación de la totipotencialidad celular.
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Factores que dependen del explante.
Genotipo
Estado general de la planta donadora del explante
Organo de donde se toma el explante
Tejidos y tipos celulares presentes en el explante
Tamaño del explante
Edad fisiológica y ontogénica del tejido de donde proviene el explante
Posición del explante dentro de la planta donadora
Estación del año en que se toma el explante
Pretratamientos aplicados al explante o a la planta donadora
Posición y orientación en que se inocula el explante
Densidad de inoculación
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Aun cuando la respuesta de cada especie e incluso de cada variedad vegetal a los
sistemas de cultivo in vitro suele ser propia y diferente a las demás, siempre es
conveniente buscar en la literatura trabajos sobre especies o variedades
relacionadas con la de interés, ya que estos pueden servir como base para el
montaje de los experimentos adecuados para el desarrollo del sistema de
regeneración mediante organogénesis.
Usualmente las primeras variables a probar son el tipo de explante y los reguladores
del crecimiento. El tipo de explante depende de la especie, pero los más utilizados
son segmentos de hoja, cotiledón, hipocotilo o tallos jóvenes. En cuanto a los
reguladores del crecimiento, generalmente se plantean experimentos donde se
prueba el efecto de varias concentraciones de una citocinina combinada con varias
concentraciones también de una auxina. Las citocininas más frecuentemente
utilizadas son BA, CIN, ZEA y TDZ, mientras que como auxinas suelen utilizarse
AIA, ANA y en menor medida 2,4-D. Como medio base se recomienda uno de uso
general como el MS o el B5. Se recomienda realizar experimentos de manera
secuencial y tomar en cuenta los resultados de un experimento para el diseño del
siguiente, ya que de lo contrario el número de variables a probar puede ser
demasiado grande.
Una vez conocida la respuesta de los diferentes tipos de explante a los reguladores
del crecimiento pueden tomarse únicamente los mejores tratamientos y probar otras
variables como macro y micronutrientes, compuestos orgánicos y condiciones de
incubación, con el fin de optimizar el sistema.
Para determinar la eficiencia de un sistema se toman como parámetros el número
promedio de brotes por explante así como el porcentaje de explantes que presentan
brotes. Con el fin de manejar un solo valor es aconsejable utilizar como parámetro
la CFB ( Capacidad de Formación de Brotes; Pulido y col. 1992), la cual se deriva
de la siguiente expresión:
Por último, es aconsejable diseñar los experimentos de tal forma que los
resultados puedan ser sometidos a un análisis estadístico que nos facilite la elección
de los mejores tratamientos. Para esto suele utilizarse, aunque no siempre, un diseño
completamente al azar o de bloques al azar, para practicar luego un análisis de
varianza seguido de una prueba de Duncan, de Tukey o de diferencia mínima
significativa (DMS).
46
a
47
c
48
7. EMBRIOGENESIS SOMATICA
Una de las características más notables del cultivo de tejidos vegetales es que
ciertas células, y bajo ciertas condiciones de cultivo in vitro, tienen la capacidad de
formar embriones mediante un proceso muy similar a la embriogénesis cigótica. A este
proceso se le denomina embriogénesis somática y es una de las pruebas más notables
de la totipotencia celular. Los embriones somáticos tienen, al igual que los cigóticos,
la capacidad de formar una nueva planta después de un proceso de germinación, con
la diferencia de que la embriogénesis somática es un proceso asexual por lo que la
nueva planta será exactamente igual a la donadora de la célula inicial. La
embriogénesis somática no es un proceso que suceda únicamente en cultivos in vitro,
de hecho es relativamente común en algunas familias de plantas y se conoce como
apomixis (Kiran y Thorpe 1995).
Para que una célula vegetal lleve a cabo el proceso de embriogénesis somática
debe estar “determinada” o “inducida”. Por lo anterior, las células capaces de formar
embriones somáticos reciben el nombre de células embriogénicas determinadas (CED
o EDC por sus iniciales en inglés) o células proembriogénicas. Este proceso de
inducción aun no se conoce con exactitud pero se sabe que implica un cambio drástico
en los patrones de expresión genética mediante el cual las células pasan del patrón
normal a uno embriogénico.
49
Inducción. Es el proceso de conversión de una célula somática a una célula
proembrigénica. Se considera que los factores determinantes para que suceda el
proceso de inducción son: 1. Genotipo. Se sabe que diferentes genotipos aun de
una misma especie muestran diferencias notables en la capacidad para activar los
elementos clave que se requieren para iniciar el proceso de embriogénesis
somática. Lo anterior hace que ciertos genotipos sean más propensos a la
embriogénesis somática, mientras que en otros esta vía de regeneración sea
prácticamente imposible. 2. Grado de diferenciación de las células del explante.
Como ya se mencionó, la embriogénesis somática es mucho más factible en tejidos
jóvenes muy poco diferenciados, y prácticamente imposible en tejidos maduros
completamente diferenciados. 3. Auxinas. La presencia de auxinas es un factor
determinante para que ocurra el fenómeno de inducción. Se sabe que la presencia
de este tipo de reguladores del crecimiento estimula entre otras cosas la metilación
del ADN, lo cual puede favorecer el cambio del patrón de expresión genética que
se requiere para que ocurra la inducción. Entre las auxinas más efectivas para la
inducción de la embriogénesis somática se encuentran las sintéticas, como por
ejemplo los ácidos fenoxiacéticos (2,4-D, ac. clorofenoxiacético y 2,4,5-T). Esto se
debe a que las células vegetales son incapaces de degradar o inactivar
eficientemente las auxinas sintéticas como lo hacen con las auxinas naturales, por
lo que sus efectos son más intensos y duraderos. 4. Aislamiento celular. Se sabe
que el aislamiento de una célula o de un grupo de células con respecto al resto del
tejido estimula también la inducción o conversión de una célula somática en
proembriogénica. Este aislamiento sucede cuando hay necrosis en el tejido
adyacente o bien cuando se aplican tratamientos físicos para separar las células.
La presencia de auxinas puede contribuir también a este aislamiento celular al
promover la friabilidad del tejido.
50
dicotiledoneas, al embrión somático maduro se le da el nombre de estadio
cotiledonario.
Por último, existen algunas diferencias básicas entre los embriones somáticos
y los brotes adventicios, las cuales nos permiten identificar el tipo de sistema de
regeneración en los casos en que existan dudas al respecto. A continuación se
mencionan estas diferencias:
Los embriones somáticos son estructuras polares, en las cuales siempre son
visibles un ápice y una radícula, mientras que en la organogénesis las estructuras
formadas son unipolares, conteniendo sólo un ápice ( brote adventicio ) o raíz.
Los embriones somáticos no tienen una conexión vascular con el explante original,
por lo que son estructuras relativamente independientes al mismo. Por su parte, los
brotes adventicios conservan usualmente su conexión con el sistema vascular del
explante inicial.
En los embriones somáticos, las primeras hojas tienen la morfología aproximada de
los cotiledones, lo cual no sucede con los brotes adventicios.
A nivel molecular, los embriones somáticos expresan una serie de proteínas propias
del proceso de embriogénesis cigótica, las cuales nunca aparecen en los brotes
adventicios. A estas proteínas se les considera como marcadores moleculares del
proceso de embriogénesis.
51
TEJIDO
CALLOSO
INDUCCION
+ auxinas
MASAS DE
CELULAS
PROEMBRIO-
GENICAS
EMBRIONES
EN ESTADO
GLOBULAR
HISTO-
EMBRIONES DIFERENCIACION
EN ESTADO DE
CORAZON
- auxinas
EMBRIONES
EN ESTADO DE
TORPEDO
MADURACION
ABA
desecación
EMBRIONES
EN ESTADO
COTILEDONARIO
GERMINACION
PLANTULAS
52
a
53
8. CULTIVO DE MERISTEMOS, YEMAS Y APICES
54
métodos de esterilización superficial, por lo que esto se debe hacer con mucho
cuidado. Otra dificultad la presentan las plantas leñosas que producen altas
cantidades de compuestos fenólicos. Por último, este sistema de propagación es
propicio para que se presente la vitrificación en algunas especies.
Debido al origen multicelular de los nuevos brotes, este sistema no es recomendable
para la obtención de plantas transformadas genéticamente por los métodos
convencionales; sin embargo, últimamente han aparecido trabajos de
transformación genética basados en la inoculación de meristemos apicales con
Agrobacterium tumefaciens, los cuales se dejan crecer y producir estructuras
reproductivas. En la progenie de éstas plantas ha sido posible la selección de
transformantes.
Cultivo de meristemos.
En este caso deben aislarse los meristemos mediante disección con ayuda de
un microscopio. El explante aislado es muy pequeño, usualmente de menos de 1 mm
de diámetro, y consta del domo apical del meristemo con un pequeño número de
primordios foliares. Se excluye el tejido vascular diferenciado. El aislar y trabajar con
explantes tan pequeños implica una cierta dificultad; además, el mismo tamaño del
explante reduce la probabilidad de que se establezca y prospere in vitro, y se requiere
generalmente un medio de cultivo más complejo. Sin embargo, a medida en que el
explante es de menos tamaño, tiene una mayor probabilidad de estar libre de
patógenos. El principal uso de este tipo de cultivo es la producción de plantas libres de
virus y de cualquier otro agente patógeno (Grout 1990). Para asegurar esta liberación
de patógenos, el método puede combinarse con algún tipo de quimioterapia, o en el
caso de virus, con termoterapia. Esta última consiste en incubar la planta completa o
fragmentos de ella a altas temperaturas antes de aislar el meristemo. Usualmente
estos tratamientos son 7-9 días a 40 C o de 16-168 días a 32 C. Una vez obtenidas
las plantas mediante el proceso anterior, éstas deben analizarse mediante métodos
serológicos o moleculares para confirmar la ausencia de patógenos específicos.
Cultivo de ápices.
55
Para el cultivo de ápices, se toman explantes apicales de 4 - 10 mm de longitud,
los cuales contienen además del meristemo, varios primordios foliares así como tejido
vascular diferenciado. Este método es más sencillo que el anterior debido a la
manipulación de explantes más grandes y a la mayor probabilidad de supervivencia
de los mismos. Sin embargo, este método no es aplicable cuando se pretende obtener
plantas libres de patógenos.
Por último, existe una variante más aparte del cultivo de meristemos y yemas,
y es el microinjerto in vitro. En este caso, el meristemo aislado no se cultiva sobre un
medio artificial sino que se injerta sobre un pequeño patrón in vitro; de esta manera se
obtienen plantas ya injertadas al sacarlas a suelo. El microinjerto se utiliza por ejemplo
para la producción de cítricos libres de patógenos (Parkinson y col. 1990).
56
PLANTA EN SUELO
APICE
MERISTEMO
ESTERILIZACION
Y BROTACION Y
ESTABLECIMIENTO MULTIPLI-
IN VITRO CACION IN
VITRO
YEMA
AXILAR
CICLOS DE
MULTIPLICACION
BROTES
ENRAIZA- GENERADOS
MIENTO IN VITRO
IN VITRO O OBTENCION
IN VIVO DE NUEVAS
YEMAS Y
APICES
57
a
b
Figura 12. Micropropagación por cultivo de yemas axilares. a. Producción de brotes
múltiples en Mammillaria candida a través del cultivo de explantes conteniendo yemas
axilares (areolas o mamilas en el caso de las cactáceas). b. Producción in vitro de
brotes múltiples a partir de yemas tomadas de un árbol adulto de Taxodium
mucronatum.
58
9. MICROPROPAGACION
59
Se trata de una etapa preparativa, en la cual se seleccionan y acondicionan las
plantas madre que serán utilizadas para iniciar los cultivos in vitro. Aunque en muchas
ocasiones es subestimada, se trata de una parte fundamental para el éxito de la
micropropagación. Debe recordarse que se trata de un sistema de propagación clonal,
por lo que todas las plantas generadas tendrán las características genotipicas de la
planta madre. Si se parte de una planta elite con características deseables superiores
al promedio, las plantas generadas tendrán un alto valor. En algunas ocasiones, no
basta con elegir correctamente el material inicial, sino que se requieren ciertos
pretratamientos del mismo. El primer tipo de pretratamientos está encaminado a
disminuir la probabilidad de contaminación microbiana en la Etapa 1 (inicio del cultivo
axénico), y consiste en sanear a las plantas madre antes de la toma de los explantes.
Esto se logra transladándolas a un ambiente higiénico (invernadero, por ejemplo) y
tratando periódicamente con fungicidas por 1-4 meses. En caso de que persista el alto
índice de contaminación, una alternativa es realizar una poda severa de la planta
permitiendo que los nuevos brotes se originen en un ambiente menos contaminado.
Existe un segundo tipo de pretratamientos encaminados a cambiar el estado fisiológico
de la planta y de esta manera favorecer el establecimiento de los cultivos in vitro. Para
ello se utilizan cambios en la temperatura, iluminación, fotoperíodo, fertilización,
aplicación de reguladores del crecimiento o podas severas para rejuvenecimiento.
60
Etapa 3. Elongación y enraizamiento
La humedad relativa dentro de los recipientes de cultivo suele ser muy alta, lo que
provoca que las plantas generadas in vitro carezcan de algunos de los sistemas
normales para evitar la pérdida de agua. Por ejemplo, su cutícula esta poco
desarrollada y el mecanismo de cierre de los estomas está atrofiado. Por ello, el
proceso de adaptación al ambiente externo de una planta generada in vitro debe ser
lo más gradual posible, siendo lo más recomendable una reducción lenta de la
humedad relativa, primero en el recipiente de cultivo y luego fuera de éste para
permitir así el desarrollo paulatino de los sistemas de protección de la planta contra
la desecación. Se han probado diferentes antitranspirantes para proteger a la planta
durante este período crítico, entre ellos las soluciones de glicerol o algunas ceras
líquidas, pero los resultados no siempre han justificado el uso de estos compuestos.
Las plantas durante su cultivo in vitro no realizan una fotosíntesis normal y sus
requerimientos de carbono son satisfechos por el medio. La anatomía de las hojas
difiere de la de las plantas que crecen in vivo, siendo éstas por lo general más
delgadas y con menor concentración de clorofilas. Es por todo ello que el paso de
las plantas generadas in vitro hacia la autotrofía debe ser gradual, exponiéndoseles
a incrementos paulatinos en la intensidad luminosa. De cualquier forma, es de
esperarse un balance negativo en la adquisición de carbono durante las primeras
semanas a partir de que se eliminó el medio de cultivo, las plantas deberán ser lo
suficientemente vigorosas para soportar esto.
61
Por tratarse de sistemas de cultivo axénicos, las plantas no han generado
resistencias naturales contra los microorganismos potencialmente nocivos, por lo
que es recomendable trabajar durante las primeras fases de la adaptación bajo las
condiciones más higiénicas posibles. Asimismo, se recomienda eliminar cualquier
remanente del medio de cultivo que pudiera quedar adherido a la planta, ya que
este por su alto contenido de sacarosa podría favorecer el crecimiento de estos
microorganismos.
Por otra parte, se sabe que la mano de obra representa entre el 60 y el 80% del
costo final de las plantas micropropagadas, y también que se debe contar con personal
62
capacitado dedicado a la investigación y desarrollo de los sistemas de
micropropagación, así como de la resolución de los problemas que se presenten
durante la producción (contaminación, vitrificación, pérdida de vigor, etc.).
63
Tabla 6. Laboratorios e invernaderos en operación en México para laproducción de
plántulas y microtubérculos de papa.
64
potencial, sin descuidar el importante papel de estos sistemas en la propagación de
especies amenazadas permitiendo su explotación sin poner en peligro a la especie.
SELECCION DE LA ESPECIE A
TRABAJAR
PRETRATAMIENTOS
ESTABLECIMIENTO DE LOS
CULTIVOS AXENICOS
ELECCION Y ESTERILIZACION ETAPA 1
DEL EXPLANTE
CICLOS DE MULTIPLICACION
DE ACUERDO AL NUMERO DE
PLANTAS DESEADAS
MULTIPLICACION IN VITRO
ETAPA 2
ELONGACION Y
ENRAIZAMIENTO
ETAPA 3
ADAPTACION A SUELO
ETAPA 4
DISTRIBUCION Y
COMERCIALIZACION
65
Figura 13. Esquema general de un sistema de micropropagación.
a b
A
d
c
A
66
A B
A
67
10. CULTIVO DE CELULAS EN SUSPENSION
68
Tabla 9. Diferencias básicas entre células microbianas y células vegetales cultivadas
en suspensión.
Densidad del inóculo 0.5-1% del volumen total 5-20% del volumen total
Consumo de oxígeno 5-90 mmol l-1 h-1 1-4 mmol l-1 h-1
69
cultivos en suspensión de chile (Capsicum annum L.) se inoculan fragmentos de 5 g
de tejido calloso en 50 ml de medio líquido contenidos en matraces de 250 ml y se
incuban bajo agitación (120 rpm), a 25 C por 1-3 semanas (Salgado-Garciglia y
Ochoa-Alejo 1990). Los cultivos celulares deben agitarse o someterse a aireación
forzada para permitir un intercambio gaseoso adecuado, pues la producción de etanol
y/o de etileno por los cultivos podrían privar de oxígeno a las células y afectar su
crecimiento y comportamiento (Perata y Alpi 1991, Mirjalili y Linden 1995). En general,
un rango de velocidad rotatoria de 40 a 200 rpm puede ser conveniente para los
cultivos celulares mantenidos en matraces Erlenmeyer de 250 ml de capacidad. Para
ello, un agitador con movimiento orbital de 2 a 4 cm es el adecuado. Por otra parte, las
suspensiones celulares que se utilizan para la producción de metabolitos secundarios
no necesariamente tienen que cultivarse en sistemas de agitación; el uso de bolsas
fabricadas con materiales que permiten un buen intercambio gaseoso ha dado
excelentes resultados para incrementar la producción de los metabolitos secundarios
(Hamade y col. 1994, Fukui y Tanaka 1995). El volumen del medio líquido y el tamaño
del recipiente son factores muy importantes para obtener una adecuada aireación (el
medio de cultivo debe ocupar el 20% del volumen del matraz). El rango de
temperaturas de incubación para los cultivos celulares es el mismo que se recomienda
para otros sistemas in vitro (25-28 C). las suspensiones celulares no requieren
iluminación o fotoperíodos específicos, excepto cuando se desea producir metabolitos
cuya síntesis es inducida por la luz y/o para suspensiones celulares fotoautotróficas.
Estas últimas son sistemas muy útiles para el estudio de las vías metabólicas
asociadas a los cloroplastos o para investigar la relación entre el crecimiento celular y
el desarrollo de estos organelos.
Fase inicial de reposo (fase lag). Período comprendido entre el inicio del cultivo y el
momento en que se inicia la división celular acelerada. Su duración depende de
varios factores como la edad y cantidad del inoculo y la calidad del medio de cultivo.
Las características de esta fase son: Poca o nula división celular por lo que la
densidad se mantiene constante, alta actividad de síntesis de proteínas y las células
mantienen una alta cantidad de citoplasma en relación al volumen de las vacuolas.
De manera general puede decirse que se trata de una fase de adaptación antes de
la división acelerada de las células.
Fase logarítmica (fase log). Aumento exponencial en el número de células causado
por división celular acelerada. Por lo general tiene una corta duración (3-4
generaciones, aunque esto es variable).
Fase linear. Fase de incremento linear en la población de células. Se incrementa el
peso fresco y seco de las células debido al crecimiento de las mismas.
70
Fase de desaceleración progresiva. Desaceleración gradual en la tasa de división
celular debido al agotamiento del medio y acumulación de desechos y restos
celulares.
Fase estacionaria. Ya no hay división ni crecimiento celular. Células muy
vacuoladas y frágiles.
Fase de
desaceleración
progresiva
Fase
Fase lag estacionaria
TIEMPO
71
Aparentemente las células liberan compuestos desconocidos al medio líquido, los
cuales promueven la división y el crecimiento celular a densidades celulares
subóptimas (Teasdale y Richards 1991). Los medios condicionados contienen factores
que no parecen ser específicos para cada especie vegetal, ya que el medio
condicionado de una especie ayuda al crecimiento de células de otras especies
distintas (condicionamiento cruzado) (Steinbrenner y col. 1989).En ciertos cultivos, la
estimulación del crecimiento por un medio condicionado puede ser mimetizada por la
poliamina denominada espermidina, pero no por otras poliaminas (Manoharan y
Gnanam 1992). Por otro lado, existen reportes en la literatura que indican que el efecto
del medio condicionado en algunos otros cultivos no puede ser substituido por una
gran diversidad de substancias tales como auxinas, citocininas, poliaminas y vitaminas
(Teasdale y Richards 1991). La mayoría de los estudios para dilucidar la naturaleza
química del(los) farctor(es) involucrados en este fenómeno, sugieren que son
compuestos de tipo oligosacárido (Schroder y Knoop 1995).
Volumen del paquete celular. Este método se basa en determinar el volumen celular
en relación al volumen total del cultivo. Para esto se debe tomar una muestra del
cultivo y llenar con ella un tubo de centrífuga graduado, anotando el volumen total.
Esta muestra deberá centrifugarse por 5 min a 200 g para sedimentar las células.
Finalmente se determina el volumen celular sedimentado y se expresa este como
porcentaje del volumen total o como ml de paquete celular. Este es uno de los
métodos no destructivos más sencillos y por lo tanto más utilizados para monitorear
el crecimiento de una suspensión celular.
72
agregados celulares de tamaño variable, es recomendable realizar una
disgregación previa. En estos casos se puede adicionar un volumen de la
suspensión celular a dos volúmenes de una solución de trióxido de cromo al 8%
(p/v) y calentar a 70 C por –15 min. Después de enfriar la mezcla, ésta se agita
vigorosamente para disgregar los grupos de células antes de realizar el conteo.
Alternativamente, se pueden utilizar tratamientos enzimáticos para separar los
agregados celulares, tales como pectinasa al 0.25% (v/v).
73
ARN, contenido de ATP y tinción con diacetato de fluoresceína. De éstas técnicas,
solo las observaciones de corrientes citoplásmicas es no destructiva.
Sistemas de cultivo
74
Plaqueo de suspensiones celulares
75
a
76
11. CULTIVO DE RAICES
77
2. Raíces que crecen y se desarrollan in vitro durante períodos variables de tiempo,
pero que no se ha logrado que lo hagan de manera indefinida, por lo que en todos los
casos tarde o temprano se presenta una disminución paulatina en la tasa de
crecimiento, se inhibe la formación de raíces laterales y el cultivo finalmente muere.
Este comportamiento se ha visto en raíces de algunas leguminosas y cereales.
3. Raíces que hasta el momento no se ha logrado que prosperen in vitro, ni siquiera
por períodos limitados de tiempo. A este grupo pertenecen muchas especies leñosas.
En cuanto al medio nutritivo para cultivar raíces in vitro, se han probado varios
con diferente grado de éxito, pero los más utilizados son los derivados del medio
original de White, aun cuando hay especies que responden igual o mejor al medio MS
o al B5. La sacarosa es la principal fuente de carbono utilizada; sin embargo, algunos
cultivos de monocotiledóneas responden muy bien a la adición de glucosa. Los niveles
de azúcar entre 1.5 a 2% (p/v) son adecuados, ya que concentraciones mayores
ocasionan alteraciones metabólicas de la raíz (Dodds y Roberts 1982). Es más
frecuente el uso de medio líquido, ya sea agitado o estacionario, aunque en algunos
casos puede utilizarse el medio de cultivo semisólido. En general, debe tenerse mucho
cuidado con el suministro de reguladores del crecimiento exógenos, pues algunos de
ellos (auxinas combinadas con citocininas) pueden inducir una rápida
desdiferenciación de las raíces para convertirse en suspensiones celulares (Rhodes y
col. 1994). En ciertos casos, se ha observado que las giberelinas fortalecen el
crecimiento en forma substancial en algunos cultivos (Subroto y Doran 1994).
Una variante del cultivo de raíces que ha tomado una enorme importancia
recientemente es el cultivo de raíces transformadas por Agrobacterium rhizogenes.
Esta bacteria gram-negativa es un patógeno natural de muchas especies vegetales
pertenecientes al grupo de las dicotiledoneas, en las cuales causa un trastorno
conocido como “raíz pilosa”. Este se caracteriza por un crecimiento descontrolado de
la raíz y un incremento notable en la producción de pelos radicales. Las raíces pilosas
producen ciertos metabolitos específicos denominados opinas (agropina, manopina y
cucumopina), los cuales son secretados al suelo en donde son utilizados como fuente
de nitrógeno y carbono por Agrobacterium rhizogenes (White y Sinkar 1987). La
inducción de la rizogénesis y la formación de opinas, son una consecuencia de la
transferencia e integración en las células vegetales de un segmento de ADN
bacteriano, proveniente de un megaplásmido de más de 200 kb denominado plásmido
Ri. (Binns y Thomashow 1988). Solamente una región definida del plásmido Ri es
insertada en el genoma de las células de la planta; esta transferencia esá mediada en
parte por factores genéticos que no se transfieren, y que son codificados por los genes
vir del plásmido bacteriano o por el cromosoma bacteriano. El ADN transferido
contiene entre otros, genes implicados en la síntesis de auxinas o bien en la
sensibilidad de los tejidos transformados a las mismas; por ejemplo, la sensibilidad de
los ápices radiculares o protoplastos transformados de Lotus corniculatus a las auxinas
exógenas es 100 o 1000 veces mayor con respecto a los tejidos sin transformar (Shen
y col. 1988). Esta alteración en la sensibilidad hacia las auxinas causa una pérdida del
desarrollo normal de las raíces, ocasionando los síntomas típicos de las raíces pilosas.
Las cepas de Agrobacterium rhizogenes y los plásmidos que portan, se han clasificado
en base al tipo de auxina que producen (Tabla 10).
78
Tabla 10. Tipos de cepas de Agrobacterium rhizogenes y ADN que transfieren a las
células vegetales.
En las cepas del tipo agropina, se transfieren dos secciones de ADN (T L y TR),
mientras que en las cepas del tipo manopina o cucumopina, solamente se transfiere
una sección (Binns y Thomashow 1988). El amplio rango de hospederos de las cepas
tipo agropina se ha atribuido a la presencia adicional del T R que contiene los genes
implicados en la biosíntesis de auxinas, lo cual induce la formación de raíces en las
células adyacentes a la infección (Filetici y col. 1987). Cuando se va a establecer un
cultivo de raíces pilosas, la transformación se lleva a cabo en condiciones asépticas
sobre explantes o fragmentos vegetales. Para ello, los tejidos se incuban con una
suspensión viable y densa de Agrobacterium rhizogenes. También se ha intentado el
cocultivo de la bacteria con protoplastos vegetales, con resultados prometedores (Wei
y col. 1986, Yoshikawa y Furuya 1987). Después de un período de incubación de 1-4
semanas, las raíces emergen del sitio de la infección y ya pueden ser disectadas del
explante e incubadas en un medio nutritivo libre de reguladores del crecimiento, pero
con antibióticos para eliminar a Agrobacterium rhizogenes.
79
La característica más importante de las raíces transformadas por Agrobacterium
rhizogenes es su mayor tasa de crecimiento con respecto a las raíces normales y su
independencia completa de reguladores exógenos para crecer. El mayor crecimiento
resulta de la mayor formación de raíces laterales, de su alta velocidad de extensión
linear, del incremento secundario en el diámetro como consecuencia de la expansión
y diferenciación celular, de la profusión de los pelos radicales y la ausencia de
geotropismo (Hamill y col. 1997). La velocidad de crecimiento de los cultivos in vitro de
raíces transformadas varía ampliamente dependiendo de la especie vegetal (Hilton y
col. 1988). Las condiciones de cultivo también influyen sobre esta característica
(Yonemitsu y col. 1990) Otra ventaja que ofrecen las raíces transformadas es que
mediante manipulaciones moleculares del plásmido Ri, puede transferirse otro tipo de
información genética que sea de interés agronómico o industrial.
80
Los protocolos de transformación de tejidos vegetales mediante la técnica de
infección por Agrobacterium rhizogenes es utilizable para un amplio número de
especies vegetales productoras de metabolitos con importancia industrial (Robins y
col. 1994, Vázquez-Flota y col. 1994). Los cultivos de raíces transformadas presentan
ciertas características que los hacen apropiados para cultivarse en grandes
fermentadores y producir varios metabolitos secundarios a nivel comercial
(Scheidegger 1990).
81
a
82
12. PRODUCCION IN VITRO DE METABOLITOS SECUNDARIOS
La vida humana desde sus orígenes, en común con el resto del reino animal, ha
estado ¡íntimamente asociada a la vida vegetal, ya que el hombre obtiene de las
plantas múltiples satisfactores para su sobrevivencia (Phillipson 1990). Las plantas
le han brindado al hombre la gran mayoría de sus alimentos, as¡ como muchas
materias primas indispensables para la industria como la madera, fibras y
combustibles, entre otros. En lo relacionado a la energía, actualmente más del 15 %
de las necesidades energéticas mundiales se satisfacen mediante la biomasa
derivada de plantas en forma de madera, celulosa, alcoholes, gomas y hules (Hall
1979).
Por otra parte, las plantas aportan otro tipo de compuestos, que si bien tienen
una aplicación más restringida resultan indispensables para un sinnúmero de procesos
igualmente importantes para el bienestar humano. Estas sustancias tienen una
importancia trascendental para la vida diaria de los seres humanos, pues a pesar de
los grandes avances en la síntesis de compuestos orgánicos, en la actualidad todavía
el 25 % de los fármacos prescritos en los Estados Unidos de Norteamérica se
obtienen directamente de plantas cultivadas en el campo o de plantas que crecen en
forma silvestre y que se colectan en las selvas, desiertos, bosques y otros
ecosistemas (Fowler 1983, Curtin 1983). Del mismo modo, las plantas son la materia
prima industrial necesaria para la extracción de substancias utilizadas para la
elaboración de fármacos, colorantes, fragancias y saborizantes. El potencial que
ofrecen los vegetales es enorme, puesto que de las cerca de 300,000 especies de
plantas vasculares que se conocen, sólo entre el 1 y 5 % de ellas se han investigado
para la producción comercial de productos (Ouellete y Cheremisinoff 1985). Además,
cada año se reportan en la literatura científica unos 1, 500 nuevos productos obtenidos
de los vegetales, de los cuales más del 20 % presentan una actividad biológica
importante (Mantell y col. 1985). La inmensa mayoría de los compuestos que
pertenecen a los grupos antes mencionados provienen del llamado metabolismo
secundario que tiene lugar en casi todos los organismos vivos, incluyendo a las
plantas. A diferencia del metabolismo primario, las rutas del metabolismo secundario
y los productos de las mismas, están restringidas en la naturaleza a un pequeño
número de especies o subespecies relacionadas; en consecuencia, son una
manifestación de la individualidad del organismo mismo que los produce. Los
metabolitos secundarios se sintetizan y acumulan únicamente en determinadas etapas
del desarrollo y de la diferenciación celular (Bell 1980, Gros y col. 1985, Gottlieb 1990).
Es posible que algunos de estos metabolitos no sean esenciales para el organismo
que los produce, pero en general confieren ventajas ecológicas pues se ha observado
que actúan como repelentes o atrayentes de insectos, como antimicrobianos, como
protectores de las células vegetales ante factores abióticos como la luz
ultravioleta, o también en mecanismos de dominio de ciertos nichos ecológicos
(alelopatia). El metabolismo secundario celular presenta cuatro etapas bien
definidas: biosíntesis, transporte intra e intercelular, acumulación en diferentes
estructuras receptoras y biodegradación (Wink 1990). Tradicionalmente, la utilización
83
de los compuestos secundarios ha estado frecuentemente limitada debido al lento
crecimiento vegetal que presentan las plantas productoras; por ejemplo, las especies
de Coptis requieren 5 a 6 años de desarrollo antes que puedan utilizarse para la
extracción de berberina (Becker y Saverwein 1990). De igual forma, para aislar la
shikonina de las ra¡ces de Lithospermum erythrorhizon, la planta necesita crecer de 5
a 7 años para que este metabolito represente el 1 a 2 % de la biomasa, concentración
necesaria para hacer factible y económicamente viable la extracción del pigmento
(Curtin 1983). Asimismo, se requiere esperar hasta 20 años para que de la corteza
del árbol Cinchona ledgeriana se puedan extraer niveles apropiados de quinina
(MacQueen 1988). Otro de los factores que limitan la producción de metabolitos
secundarios es el hecho de que una gran cantidad de ellos son generados por las
plantas en muy bajas concentraciones (0.0005 %), lo que ocasiona que sea
indispensable 'procesar grandes cantidades del material vegetal para aislar pocos
gramos o algunos cuantos miligramos del metabolito buscado; por ejemplo, se
requieren más de 200 Kg de hojas de Catharantus roseus para producir 1 g de
alcaloides tipo vinca (MacQueen 1988) o 7 Kg de corteza seca de Taxus brevifolia para
obtener 1 g de taxol (agente anticancerígeno) (Stojckigty col. 1995). Un problema
adicional que se presenta para la producción de compuestos naturales de plantas es
que algunos metabolitos secundarios tienen una distribución taxonómica tan estrecha
o específica que hace que sólo se puedan obtener de una o de un número muy
limitado de especies, muchas de las cuales no han sido domesticadas por lo que se
depende de poblaciones silvestres no siempre abundantes o accesibles. Lo anterior
hace que estos productos alcancen precios considerables. En la Tabla 12 se dan
algunos ejemplos de diferentes grupos de compuestos secundarios utilizados en
diversas industrias.
84
Tabla 12. Usos, mercado y precios de algunos metabolitos secundarios utilizados en
diferentes industrias.
85
25 años, se publicó un listado con más de 50 grupos de productos naturales
elaborados por este sistema. En la Tabla 13 se presentan algunos ejemplos de
metabolitos secundarios producidos por cultivo de tejidos vegetales.
Tabla 13. Tipo o usos de algunos metabolitos secundarios producidos por cultivo de
tejidos vegetales.
(Nickell 1980, Fowler 1983, Teutonico y Knorr 1984, Mantell y col. 1985).
Sin embargo, los primeros trabajos no tuvieron el éxito deseado y no fue sino
hasta hace relativamente poco tiempo cuando se logró la producción in vitro de
manera eficiente de algunos metabolitos (Zenk 1977, Tabata 1978, Walters y Eilert
1983, Di Cosmo y Towers 1984). De la misma forma, también existen más de 30
ejemplos reportados en la literatura en donde se muestra que el rendimiento y la
productividad de ciertos metabolitos secundarios producidos por las células vegetales
cultivadas in vitro, es igual o superior a la cantidad que se han encontrado en las
plantas crecidas en condiciones naturales (Phillipson 1990). En la Tabla 14 se
resumen ejemplos en los que se ha logrado un sistema eficiente de producción in
vitro de compuestos secundarios (Constabel 1987, Endress 1994)
86
Tabla 14. Ejemplos de sistema eficiente de producción in vitro de compuestos
secundarios.
A. Producción del metabolito en el cultivo in vitro expresada como % del peso seco
B. Producción del metabolito en la planta completa expresada como % del peso seco
87
metabolitos secundarios producidos por los cultivos de tejidos vegetales pero que no
se han detectado en las plantas completas.
TIEMPO (DIAS)
88
solo tipo de metabolito secundario mediante las técnicas in vitro (Fujita et al. 1982).
En la actualidad, únicamente existen cuatro productos de valor comercial que se
obtienen a nivel industrial por cultivo in vitro de células y órganos de plantas
superiores: la shikonina, la berberina, la purpurina y las ra¡ces del gingseng para la
producción de saponinas (Becker y Saverwein 1990, Alfermann y Petersen 1995,
Stockig y col. 1995). ¿Cuáles son las razones o los problemas que existen para la
insuficiente aplicación práctica de estas técnicas?. Se han analizado los diferentes
factores implicados; sin embargo, el principal factor y probablemente el de mayor
peso, es que la mayoría de los cultivos vegetales de especies económicamente más
importantes (por la presencia de metabolitos secundarios) no producen altos
rendimientos. Debido a ello, no se justifica el enorme costo de inversión y operación
para la tecnología de fermentación a gran escala (Collin 1987). Los bajos rendimientos
en la producción metabolitos secundarios interesantes encontrados en los
cultivos vegetales in vitro, motivaron a diversos científicos a ocuparse del estudio de
los posibles factores físicos y químicos que podrían estar influyendo y/o regulando la
producción de los metabolitos secundarios. Entre los factores estudiados se pueden
mencionar a las condiciones nutricionales y del medio ambiente en las que son
cultivadas las células vegetales. Algunas de las estrategias mediante las cuales se
puede incrementar la producción de metabolitos secundarios en los cultivos in
vitro son:
89
posible identificar y seleccionar fácilmente aquellas células individuales o pequeños
grupos de células que presentan el color más intenso e iniciar a partir de ellas un
cultivo in vitro. Desafortunadamente los metabolitos secundarios con mayor valor
económico y de mayor demanda por sus aplicaciones en la industria
qu¡micofarmacéutica no son pigmentados; por ello, deben emplearse otros
métodos de selección (Berl¡n 1990), tales como el radioinmunoensayo, la
fluorometría en el caso de ciertos metabolitos fluorescentes o, incluso, el
aislamiento de mutantes resistentes a un agente físico y/o químico de naturaleza
tóxica. Las líneas resistentes seleccionadas in vitro, denominadas variantes
celulares (Terzi y Sung 1986, Skirvin y col. 1994), poseen una característica
específica de selección, lo cual les confiere la resistencia a un agente selectivo. La
principal ventaja de utilizar agentes tóxicos para la selección es que la gran mayoría
de las células silvestres se mueren en un determinado período, quedando
solamente las variantes deseadas (Berl¡n 1990). Entre los agentes tóxicos más
utilizados se encuentran la luz UV de onda corta (Quesnel y Ellis 1989) y análogos
de aminoácidos (Salgado-Garciglia y Ochoa-Alejo 1990).
90
matriz inerte para restringir el crecimiento celular. Rosevear (1984) la ha definido
como una técnica in vitro que confina o atrapa a células o protoplastos
(microbianos, animales o vegetales) dentro de un sistema fijo, lo que evita que el
material biológico entre en la fase móvil del sistema. La fase móvil es la
responsable de proporcionar a las células el medio nutritivo y/o el sustrato, y
también de acarrear los productos generados y/o modificados por las propias
células. En general, la técnica ha mejorado notablemente la eficiencia de
producción de algunos metabolitos secundarios, gracias a las ventajas que
presenta sobre otros sistemas de cultivo de células in vitro (Yeoman y col. 1990).
Un amplio rango de células vegetales se han inmovilizado en forma exitosa en una
gama diversa de soportes (Tabla 15).
91
Tabla 15. Metabolitos secundarios obtenido en sistemas celulares vegetales
inmovilizados en diferentes tipos de matrices.
92
pudieran estar ocasionando este fenómeno observado en los cultivos de tejidos
vegetales (Charlwood y col. 1990). Por otra parte, el proceso contrario, es decir la
diferenciación celular del "tejido" desorganizado, a menudo conduce a la parcial
o total restauración de la capacidad para sintetizar y acumular sustancias
secundarias, y es prometedor biotecnológicamente en el sentido de que la
biosíntesis, transporte y almacenamiento de los productos secundarios se
efectúa en forma adecuada. Asimismo, algunos tejidos especializados como
raíces, plántulas derivadas de embriones somáticos y brotes elongados son
capaces de sintetizar y acumular productos naturales en cantidades iguales o
superiores a las reportadas en los sistemas naturales de cultivo (Flores y col. 1987,
Charlwood y col. 1990, Berglund y Ohlsson 1995).
Cultivos celulares en dos etapas. Una de las técnicas que se han intentado
con mayor regularidad es la producción de biomasa celular en un medio
denominado de "crecimiento", y una vez alcanzada la cantidad de material
celular requerida se reemplaza el medio nutritivo con otro medio de cultivo limitante
del crecimiento celular llamado medio de “producción". La restricción de
crecimiento por lo general se consigue reduciendo los niveles de auxinas y
citocininas, o por la falta de algunos nutrientes específicos como fosfato, nitrato y
amonio, e incluso también por la adición de altas concentraciones de otras
substancias nutritivas como la sacarosa (Threlfall y Whitehead 1988).
Definitivamente quien ha utilizado esta técnica con mayor éxito, es la empresa
japonesa Mitsui Petrochemical Industries, pues produce y comercializa
actualmente tres metabolitos secundarios generados por cultivos vegetales in vitro
(Fujita 1988, Alfermann y Petersen 1995).
93
(Constabel 1988, Beirderbeck y Knoop 1987, Kim y Chang 1990). En principio,
esto permite mantener la maquinaria de transporte intracelular intacta, y ajusta el
equilibrio global de transporte hacia la secreción (Brodelius y Pedersen 1993).
Estos cultivos se componen de una fase acuosa en donde se encuentran
contenidas las células vegetales y los nutrientes, y de una segunda fase líquida o
sólida, orgánica o polar, la cual es la receptora de los metabolitos secundarios
producidos por las células (Byun y col. 1990, Strobel y col. 1991). Este sistema ha
permitido obtener rendimientos notables en la producción de metabolitos
secundarios, sobre todo cuando se ha utilizado en combinación con otros sistemas
de inducción, como son la incitación celular y la adición directa de precursores
biosintéticos (Brodelius y Pedersen 1993).
94
(Yeoman y col. 1990, Scigelov y col. 1995). Algunos ejemplos de sistemas de
biotransformación exitosos se muestran en la Tabla 16.
95
13. AISLAMIENTO Y CULTIVO DE PROTOPLASTOS
96
AISLAMIENTO DE PROTOPLASTOS
97
Las cantidades de enzimas a utilizar varían según el método particular o el tipo
de tejido de donde se obtienen los protoplastos. Los rangos recomendados son:
pectinasas 0.1-1.0 %, celulasas 1.0- 10.0 % y hemicelulasas 0.1-1.0%. La incubación
del tejido con las enzimas se realiza usualmente a 28 C por 3-18 horas. Una vez
terminada la digestión, el medio con los protoplastos se filtra a través de una gasa para
eliminar los restos celulares y luego se centrifuga a 100 xg por 1 min, con lo cual los
protoplastos deben quedar en el fondo del tubo. El medio con enzimas se elimina por
decantación y se substituye con medio fresco sin enzimas (por ejemplo CPW9M o
CPW13M) con la finalidad de lavar los protoplastos. Este proceso puede repetirse unas
tres veces. Finalmente los protoplastos se resuspenden en un medio con 21% de
sacarosa (CPW21S) y se centrifugan a 200 xg por 1 min. En este caso los protoplastos
deben flotar en la parte superior del tubo, de donde pueden ser tomados para ser
cultivados. Se sabe que la síntesis de la nueva pared celular comienza en cuanto se
retira la solución enzimática. Este método de aislamiento funciona para la obtención
de protoplastos a partir de hojas de un gran número de especies, pero también se
puede partir de tejido calloso o incluso de suspensiones celulares. Una vez aislados
los protoplastos, éstos pueden ser cuantificados con ayuda de un hemocitómetro,
teñidos con diacetato de fluoresceina para medir su viabilidad y/o con calcofluor para
monitorear la síntesis de pared celular.
Tabla 18. Composición del medio CPW para el aislamiento y cultivo de protoplastos.
pH 5.8
98
CULTIVO DE PROTOPLASTOS
Una vez aislados, los protoplastos pueden ser cultivados en medio sólido,
líquido o líquido sobre sólido. Si el medio es el adecuado, primeramente comienza la
síntesis de la nueva pared celular y luego comienza la división, originándose de cada
protoplasto un microcallo que al crecer da lugar al tejido calloso. En algunas especies
es posible regenerar plantas completas a partir de este tejido calloso, ya sea por la vía
de la organogénesis o de la embriogénesis somática. Para las primeras fases del
cultivo se puede utilizar un medio basado en el MS, con 3% de sacarosa, 2 mg/l de
ANA y 0.5 mg/l de BA y 9-13% de manitol como osmoprotector. Este medio se adapta
a un buen número de especies; sin embargo, algunas requieren medios de cultivo más
complejos o de diferentes concentraciones y/o combinaciones de reguladores del
crecimiento.
99
Hoja Asepsia del tejido
Células en suspensión
Resuspensión en CPW21S
Cultivo de los protoplastos Centrifugación y colecta de los
protoplastos (deben flotar sobre el
medio)
100
Figura 21. Protoplastos de chile (Capsicum annum cv. Tampiqueño 74, tipo serrano).
Los protoplastos fueron preparados por digestión enzimática de segmentos de tejido
de cotiledones de plántulas de 15 días, obtenidas por germinación de semillas en
condiciones asépticas. La digestión se llevó a cabo con una mezcla de celulasa al 2%
y macerozima al 0.5%, en presencia de manitol 0.5 M, pH 5.6, a 29 C durante 14
horas.
101
14. CULTIVO DE ANTERAS Y MICROSPORAS Y GENERACION DE PLANTAS
HAPLOIDES Y DIHAPLOIDES
Entre las aplicaciones de las plantas haploides generadas in vitro destacan las
siguientes:
102
Ahorro de tiempo desde la obtención de materiales selectos hasta su
comercialización.
Incremento de la eficiencia de selección con relación a las prácticas convencionales
debido al incremento de la variación genética aditiva.
Ausencia de variación dentro de la segregación de familias.
Ausencia de variabilidad debida a dominancia.
Disminución en los efectos de variación debida al medio ambiente.
103
empleando anteras y/o microsporas de plantas F2 o F3 con la ventaja de que se pueden
seleccionar plantas donadoras que muestren algunas de las características deseadas.
104
células jóvenes. as características adicionales de las células que mejor responden
desarrollando embriogénesis son: una gran vacuola en expansión y un
núcleo que aún está inmerso en el citoplasma celular sin tocar la membrana de la
misma, que es cuando los cromosomas están en el proceso de la primera división
mitótica del proceso de formación de polen. Cuando ya no es visible la vacuola, se
observan dos o tres núcleos, el diámetro de la célula se ve aumentado y tal vez se
observen en la superficie exterior de la célula los pliegues característicos
del polen maduro, en cuyo caso, no podrán regenerarse plantas.
105
pretratamiento más recomendable es con frío, es decir, colocar los botones a 5-8
C por 7-10 días. Este tratamiento con frío tiene un efecto sincronizador en el
desarrollo del polen lo cual resulta benéfico al momento de obtener el cultivo.
Además, se cree que el frío detiene el desarrollo permitiendo que al volver a la
temperatura óptima, las microesporas tomen otra vía morfogénica formando
embriones o callo en lugar de granos de polen.
4. Medio de cultivo. A diferencia de la gran mayoría de los sistemas de cultivo in vitro,
el medio de cultivo, así como los reguladores del crecimiento no parecen tener una
influencia tan determinante en el establecimiento del cultivo de anteras y en el
desarrollo de los embriones. De hecho se ha logrado incluso la regeneración de
embriones a partir de anteras cultivadas en un medio consistente en agua destilada
con sacarosa y fierro quelado. En la mayoría de las dicotiledoneas susceptibles a la
androgénesis, esta se logra en un medio basal (por ejemplo Nitsch y Nitsch, MS o
B5 ) carente de reguladores del crecimiento, los cuales en algunos casos pueden
tener incluso efectos inhibitorios. Por el contrario, las gramíneas suelen requerir de
medios mucho más complejos, enriquecidos con aminoácidos, vitaminas, auxinas y
citocininas, así como altas concentraciones de sacarosa (por ejemplo 6% para trigo
y arroz y hasta 12% para maíz).
106
Figura 22. Esquema general de las divisiones de la meiosis y de las dos divisiones
mitóticas de una microspora para formar un grano de polen.
107
Botones florales en el estadio de desarrollo adecuado
Pretratamiento a
5-8 C por 7-10 días
Asepsia
Tejido calloso
Embriones
Plantas
haploides o
dihaploides
108
Figura 24. Estructuras embrionarias desarrolladas a partir de anteras de trigo
cultivadas in vitro. a. antera con estructuras embriogénicas globulares emergiendo de
su interior. b. desarrollo de callos embriogénicos a partir de estructuras globulares
procedentes de las anteras.
109
15. VARIABILIDAD GENETICA DE LAS PLANTAS GENERADAS IN VITRO
Tabla 19. Niveles en los que se puede presentar la variación somaclonal en los cultivos
in vitro.
110
Tipo de variación Causas posibles
111
Actualmente se cuenta con varios estudios acerca de la frecuencia de variación
en algunas especies. A manera de ejemplo, se presentan datos de algunas de ellas
en las tablas 20 y 21.
Tabla 20. Variación causada por el cultivo in vitro en plantas de trigo. Se encontraron
las siguientes clonas variantes con respecto a la planta progenitora (Larkin 1986).
Producción de grano 6 5 0 16 31 8
Producción de biomasa 14 2 0 4 62 5
112
Como se ha comentado, el fenómeno de variación somaclonal no siempre se
considera negativo, y por el contrario, en muchas ocasiones es una herramienta
importante para la obtención de variantes que muestren características superiores a
los progenitores. Mediante este tipo de variación combinada con esquemas adecuados
de selección, ha sido posible obtener líneas con mayor resistencia a herbicidas, a
sales, a sequía, a temperaturas extremas, a patógenos (toxinas), entre otros.
Con relación a la selección de variantes, ésta puede ser de dos tipos diferentes:
Selección positiva. En este caso se busca aplicar una presión de selección que permita
la supervivencia únicamente de las variantes deseadas. Por ejemplo, tratar con NaCl
para aislar líneas resistentes a sal, o con herbicidas para aislar líneas resistentes a los
mismos.
Selección negativa. Se utiliza para aislar variantes que no sean capaces de crecer bajo
ciertas condiciones; por ejemplo, mutantes auxótrofas incapaces de crecer en
un medio mínimo. Para lograr esto, se hace un cultivo en un medio mínimo y se
trata este con algún agente que elimine a las células que están creciendo activamente.
Por ejemplo, se sabe que el arseniato mata a las células activas sin dañar a las
quiescentes, o bien la 5-bromodesoxiuridina (BUdR) actúa como análogo de la timina
intercalándose en el ADN de las células activas haciéndolo fotolábil. La aplicación de
luz a las células activas tratadas con BUdR las mata por inactivación del ADN.
113
16. APLICACIONES DEL CULTIVO DE TEJIDOS VEGETALES PARA LA
CONSERVACION DE GERMOPLASMA
Sin duda, uno de los problemas más serios que enfrenta actualmente la
humanidad es la rápida desaparición de especies animales y vegetales debido al mal
uso que desde hace mucho tiempo se les ha dado a los recursos naturales, así como
a las presiones derivadas de la sobrepoblación en la mayoría de las regiones del
planeta. En el caso de las especies vegetales basta mencionar el gran número de
especies que se pierden debido a la tala y destrucción de los bosques tropicales o
incluso de diversas especies que habitan en zonas desérticas aparentemente poco
atractivas para la explotación humana. Este problema ya se percibía desde principios
de siglo, cuando Vavilov (1920) definió los diferentes centros de diversidad genética
en el planeta e hizo énfasis en la necesidad de conservar el germoplasma vegetal.
De los tipos anteriores, a excepción del primer grupo, todos están en peligro
inmediato de desaparecer o ya han desaparecido. Por ejemplo, a principios de siglo
se cultivaban en la India unos 30, 000 genotipos diferentes de arroz, mientras que en
la actualidad se cultivan alrededor de 50 variedades. En Turquía existían unas 100
variedades de betabel, pero actualmente solo se cultiva una importada de Alemania.
En Grecia se han perdido el 95% de las variedades de trigo. En Sudáfrica se han
114
substituido todas las variedades locales de sorgo por una importada de Texas. En
Latinoamérica se han perdido la mayoría de los cultivares criollos de maíz y otras
especies al ser substituidos por variedades mejoradas. El hecho de que un cultivar sea
substituido por otro puede considerarse como normal o incluso benéfico, ya que las
nuevas variedades presentan muchas ventajas, pero lo que debe evitarse es la pérdida
total de la variabilidad genética existente cuando se substituyen los materiales criollos
con las variedades mejoradas. Por citar solo un ejemplo, Zea diploperennis, especie
silvestre relacionada con el maíz, es resistente a 4 de las 7 principales plagas que
dañan a este cultivo, por lo que tiene un enorme interés para el mejoramiento del maíz.
Sin embargo esta especie ya se había dado por extinta en 1920 y afortunadamente
fue redescubierta en 1978. De haberse perdido, se habría perdido una fuente
insustituible de genes para el mejoramiento del maíz cultivado.
115
propiedad deseable. Para la producción de plantas mejoradas debe disponerse de
genes naturales. De hecho, ya en 1981 James Murray afirmaba que “la importancia de
la diversidad genética para el futuro de la ingeniería genética es absolutamente
definitiva, pudiendo ésta constituirse en el recurso limitante para el avance de esta
área”. Lo anterior demuestra la importancia de la conservación del germoplasma como
fuente potencial de genes útiles. Por otro lado, debe considerarse con la misma
importancia, el sinnúmero de posibilidades que ofrecen las especies y cultivares
actualmente amenazados en el área de la producción de compuestos naturales de
interés en diversas áreas de la actividad humana.
116
Tabla 22. Ejemplos de sistemas de conservación de germoplasma in vitro mediante
almacenamiento en condiciones de crecimiento mínimo.
117
2. Adaptación a la presencia del crioprotector (substancia utilizada para proteger las
estructuras celulares durante el proceso de congelación y el de descongelación;
uno de los más utilizados es el dimetilsulfóxido o DMSO).
3. Congelación. Puede ser gradual, en una sola etapa o en varias etapas. La etapa
final es la colocación en nitrógeno líquido (- 196 C).
118
OBTENCION DE MUESTRAS DE LA PRETRATAMIENTOS
ESPECIE DESEADA SANEAMIENTO
MULTIPLICACION IN VITRO
ESTABLECIMIENTO Y MANTENIMIENTO DE UN
BANCO DE GERMOPLASMA IN VITRO
CRIOPRESERVACION
119
17. TRANSFORMACION GENETICA DE PLANTAS
El proceso que se sigue para obtener una planta transgénica consta de dos
fases: primeramente se introduce la información genética a una o varias células
mediante sistemas que se discutirán más adelante, y posteriormente se regenera una
planta completa a partir de cada célula transformada. De acuerdo a esto, la
recuperación de plantas transformadas depende de la frecuencia de introducción de
los nuevos genes a las células vegetales, y de la capacidad de estas células para
formar plantas completas bajo los sistemas de cultivo in vitro. El objetivo final de esta
técnica desde un punto de vista práctico, es la introducción de nueva información que
le confiera ventajas a la planta, y por lo tanto, la haga más productiva. Sin embargo, al
introducir esta nueva información, o bien durante las fases previas que se requieren
para el desarrollo de los sistemas de transformación, es muy conveniente la
introducción simultánea de genes que produzcan fenotipos claramente identificables
en las plantas transformadas para ser utilizados a manera de marcadores. Estos genes
(llamados marcadores de selección) suelen codificar para enzimas que confieren
resistencia a algún antibiótico o herbicida que normalmente mata o retarda el
desarrollo de tejidos no transformados, por lo que resulta relativamente sencillo
seleccionar aquellos tejidos que han sido transformados. Otro tipo de genes llamados
reporteros, producen actividades enzimáticas específicas en los tejidos transformados
que son fácilmente detectables y cuantificables. De los dos tipos de genes antes
mencionados, los más utilizados en la transformación genética de plantas son los
siguientes:
120
aacC3 y aacC4. Gentamicina acetiltransferasas. Genes bacterianos (Serratia
marcescens, Klebsiella pneumoniae) que confieren resistencia a gentamicina
(Hayford et al. 1988).
ble. Resistencia a bleomicina (Dandekar 1992).
bxn. Gen bacteriano (Klebsiella azaenae) de la bromoxinil nitrilasa que confiere
resistencia al herbicida bromoxinil (Stalker et al. 1988).
cat. Cloranfenicol acetiltransferasa, resistencia a cloranfenicol y actividad
enzimática detectable (Dandekar 1992).
dhfr. Dihidrofolato reductasa, confiere resistencia a este compuesto (Dandekar
1992).
gfp. “Green Fluorescent Protein”. Proteína verde fluorescente. Gen aislado de la
medusa Aequorea victoria. Esta proteína y otras muy similares presentes en otros
Cnidarios tienen la particularidad de emitir fluorescencia al ser excitadas con luz de
alrededor de 470 nm. Debido a ello su presencia puede detectarse directamente in
vivo sin necesidad de substrato (Niedz et al. 1995, Prasher 1995). Esta proteína
podría tener dos aplicaciones muy interesantes en la transformación genética de
plantas. La primera sería el monitoreo de la expresión genética y la localización de
proteínas dentro de la célula con una alta resolución. La segunda aplicación sería
la utilización del gen gfp como un marcador genético fácilmente detectable en
plantas vivas (Haseloff y Amos 1995).
gus. -glucuronidasa. Actividad enzimática detectable por ensayos fluorométricos e
histoquímicos. Gen aislado a partir de Escherichia coli (Jefferson et al. 1987).
hpt. Higromicina fosfotransferasa, gen bacteriano (Escherichia coli, aph IV) que
confiere resistencia a higromicina (Waldron et al. 1985).
lac. -galactosidasa. Actividad enzimática detectable (Dandekar 1992).
luc. Luciferasa de luciérnaga. Actividad enzimática detectable (Dandekar 1992).
nptII. Neomicina fosfotransferasa II, Gen aislado del Tn5 que confiere resistencia a
kanamicina y otros compuestos similares (G418, paromomicina y neomicina).
Actividad enzimática detectable (Bevan et al. 1983).
psbA. Proteína QB, gen aislado del cloroplasto de Amaranthus hybridus. Confiere
resistencia al herbicida atrazina (Cheung et al. 1988).
lux. Luciferasa bacteriana. Actividad enzimática detectable (Dandekar 1992).
nos. Nopalina sintetasa. Actividad enzimática detectable (Dandekar 1992).
ocs. Octopina sintetasa. Actividad enzimática detectable (Dandekar 1992).
stp. Estreptomicina fosfotransferasa, gen aislado del Tn5 que confiere resistencia a
estreptomicina (Jones et al. 1987).
tfdA. Gen de la 2,4-D monooxigenasa, aislado de la bacteria Alcaligenes eutrophus.
Confiere resistencia al herbicida 2,4-D (Lyon et al. 1989).
121
tanto de liberar la citocinina que les permita desarrollarse in vitro (Joersbo y Okkels
1996).
Sistemas biológicos.
A. Agrobacterium tumefaciens
122
vir. El gen vir A codifica para un receptor sensible a los compuestos fenólicos
producidos por la planta y se clasifica como un “sensor-transmisor” con propiedades
de proteína cinasa. La interacción de los compuestos fenólicos con el producto de virA
da como resultado la autofosforilación de este último. Este receptor es un homodímero
en su estado funcional. El producto de vir G es un regulador transcripcional positivo
para el resto de los genes, clasificado como un “receptor-efector”, el cual al ser
fosforilado por vir A activa la transcripción del resto de los genes vir. Por otro lado, los
productos de vir D ( vir D1 y vir D2 ) son nucleasas sitio específicas que reconocen las
secuencias bordes del ADN-T y producen rupturas de una de las cadenas en estos
puntos, generando un ADN de cadena sencilla. Por su parte, el producto de vir C se
une a la secuencia “overdrive”, que es una secuencia que se encuentra hacia afuera
del borde derecho y es necesaria para la correcta transferencia del ADN-T y
aparentemente contribuye al procesamiento del ADN que se transfiere. Por último, el
producto de vir E es una proteína que se une y protege al ADN de cadena sencilla que
es transferido al genoma vegetal. El llamado complejo T formado por la cadena sencilla
del ADN-T y los productos de vir D1, vir D2 y vir E tiene un diámetro aproximado de 2
nm, lo cual facilita su posible transferencia a través de canales membranales. El
producto de vir B forma un poro en la membrana por donde pasa el ADN al ser
transferido de la bacteria a la célula vegetal. Por otro lado, se han encontrado posibles
péptidos señal para localización nuclear en los productos de vir D2 y vir E, lo cual
podría explicar la forma en que el complejo T entra al núcleo una vez localizado en la
célula vegetal. El mecanismo mediante el cual el ADN-T se integra al genoma vegetal
aun es desconocido, pero se postula que existe algún tipo de recombinación ilegítima
que produce un corte en una de las cadenas del ADN vegetal, en el cual se integraría
el ADN-T. Posteriormente los sistemas de reparación de la célula eliminan la otra
cadena del ADN vegetal y fijarían definitivamente al ADN-T. Además de los genes vir
presentes en el plásmido Ti, se han identificado algunos factores de virulencia
localizados en el cromosoma. Este sistema de transferencia muestra relación
evolutiva con otros que producen intermediarios de ADN de cadena sencilla, como por
ejemplo los sistemas de recombinación bacteriana (Klee y Rogers 1989, Winans 1992,
Zupan y Zambrysky 1995, Herrera-Estrella et al. 1997, Zupan y Zambrysky 1997).
123
se encuentra en un plásmido y la región vir en otro ya sea silvestre o desarmado (Klee
y Rogers 1989). La forma en la que se realiza la transformación genética mediante
este sistema es cocultivando a los explantes vegetales con una cepa de A. tumefaciens
modificada de acuerdo a las características que se quieran introducir. Después de este
cocultivo se procede a la regeneración de plantas a partir de los tejidos vegetales
presuntamente transformados. Usualmente al tiempo de la regeneración se aplica una
presión de selección de acuerdo a los marcadores utilizados para favorecer el
desarrollo de los tejidos transformados en detrimento de los que no lo están.
B. Agrobacterium rhizogenes
124
“sensibilidad” a las auxinas en las plantas transformadas. El producto de rol B tiene la
capacidad de liberar auxinas conjugadas a glucósidos (actividad de indoxil--
glucosidasa). La expresión del gen rol B bajo el control de su propio promotor se da de
manera preferencial en los ápices y regiones de mayor división celular en la raíz. En
órganos maduros la expresión de rol B se da en el tejido vascular. El producto del gen
rol C tiene un efecto tipo citocinina en las plantas transformadas, disminuyendo la
dominancia apical y produciendo entrenudos cortos. Se ha visto que el producto de rol
C hidroliza conjugados de citocininas con glucósidos (citocinina--glucosidasa). La
expresión del gen rol C bajo el control de su propio promotor se da preferencialmente
en floema. Por último, se ha visto que el gen rol D induce la floración temprana en
tabaco, aun cuando los transcritos se localizan en la raíz. El mecanismo de acción de
su producto se desconoce. La transformación con A. rhizogenes se utiliza para la
generación de las llamadas raíces transformadas, las cuales son fáciles de cultivar in
vitro y son utilizadas sobre todo para el estudio y producción de metabolitos
secundarios. Sin embargo, como se ha mencionado, es posible regenerar plantas
partiendo de cultivos de raíces transformadas. Estas plantas en ocasiones muestran
un fenotipo peculiar, llamado síndrome de la raíz pilosa o fenotipo Ri que afecta la
forma, crecimiento, capacidad de enraizamiento, floración y fertilidad de la planta.
Algunas de las plantas regeneradas que llevan los genes rol de A. rhizogenes se
caracterizan por presentar entrenudos cortos, dominancia apical reducida y hojas
arrugadas; sin embargo, otras plantas regeneradas a partir de raíces transformadas
tienen un genotipo completamente normal. Las alteraciones fenotípicas causadas por
los genes rol de las cepas silvestres de A. rhizogenes no son necesariamente
negativas desde el punto de vista agronómico o de productividad vegetal. De hecho,
se considera actualmente que los genes rol podrían tener un papel importante en el
mejoramiento de varias especies vegetales. Por ejemplo, estos genes podrían
incrementar notablemente la capacidad de enraizamiento de muchas especies
recalcitrantes o bien producir plantas con sistemas radicales más fuertes y
abundantes. Por otro lado, en la parte aérea de estas plantas se puede lograr una
menor dominancia apical con entrenudos más cortos. Otra posibilidad es la que dan
las llamadas plantas quiméricas o combinadas. En este caso la planta transformada
con los genes rol puede servir como patrón para injertar sobre ella otro genotipo sin
que éste se vea afectado por la actividad de los genes rol, ya que esta no es
translocable. Otra posibilidad es la utilización de genes rol individuales con promotores
tejido específicos con la finalidad de alterar únicamente ciertas características de la
planta sin efectos nocivos colaterales (Tempe 1989, van der Salm 1996).
C. Virus
125
notablemente su utilización como vectores de transformación. A pesar de lo anterior,
subsiste la investigación tendiente a la utilización de algunos virus para la transferencia
de genes a plantas, como es por ejemplo el caso del Virus del Mosaico de la Coliflor
(CaMV) y el Virus del Enanismo del Trigo (WDV). El primero pertenece al grupo de los
Caulimovirus y su genoma es de ADN de doble cadena, mientras que el segundo
pertenece al grupo de los Geminivirus y su genoma esta constituido por ADN circular
de cadena sencilla (Groenenborn y Matzeit 1989).
Sistemas físicos.
A. Transformación de protoplastos
126
sin llegar a matar a la célula bombardeada. El primer sistema de bombardeo surgió en
1987 y utilizaba un cartucho de pistola calibre 22 para acelerar partículas de tungsteno
cubiertas con ADN (Klein et al. 1987). Un año después se utilizo esta técnica para la
transformación genética en tabaco (Klein et al. 1988) y posteriormente en células de
maíz (Klein et al. 1989). Una de las mayores ventajas de este sistema es que no está
restringido a un rango de hospederos naturales como Agrobacterium, por lo que con
su uso fue posible la transformación de monocotiledoneas como el maíz. Actualmente
se han desarrollado sistemas de bombardeo que difieren del primer modelo y que
resultan más adecuados. Primeramente se han reemplazado los gases producto de la
combustión de la pólvora por helio a alta presión como sistema para acelerar las
partículas (Russell-Kikkert 1993). Por otro lado, existe otro tipo de diseño basado en
el mecanismo de un rifle de aire que tiene la ventaja de ser de bajo costo y ha
demostrado ser eficiente en la transformación de gramíneas (Oard 1993). Por último,
una tercera modificación consiste en la utilización de una corriente de helio para la
introducción del ADN mediante la acción de un solenoide y una serie de válvulas que
regulan el flujo (Vain et al. 1993).
Además de los métodos antes mencionados, que son sin duda los más
utilizados, existen algunos sistemas alternativos que si bien se han utilizado menos,
resultan interesantes. El primero de ellos es la transformación mediante el uso de fibras
de carburo de silicona. El método es muy sencillo y consiste en agitar en vortex una
mezcla del ADN a introducir, fibras de carburo de silicona y las células vegetales a
transformar. Durante la agitación, las fibras causan heridas en las células por las
cuales se introduce el ADN. Se trata en apariencia de un sistema sencillo y poco
costoso que esta aun en fase de desarrollo (Kaeppler et al. 1990, Songstad et al. 1995).
Otra forma sencilla de introducir ADN en células vegetales podría ser la ultrasonicación
de tejidos inmersos en un amortiguador que contenga los plásmidos a introducir.
Zhang y col. (1991) afirman haber obtenido una frecuencia de transformación de 22%
utilizando este método con segmentos de hoja de tabaco. Otro sistema de
transformación interesante es la electroporación no de protoplastos, sino de células o
tejidos intactos como por ejemplo polen, segmentos de hoja, embriones y tejido
calloso. Hay varias publicaciones que se refieren a este sistema pero solo tres en
donde se obtiene transformación estable. La primera es la de Li et al. (1991) quienes
obtuvieron plantas transgénicas de arroz electroporando embriones, la segunda de
D’Halluin et al (1992) quienes produjeron plantas transgénicas de maíz mediante el
mismo proceso, y la tercera de Chowria et al. (1993) quienes obtuvieron plantas de
Pisum sativum y Lens culinaris genéticamente transformadas después de electroporar
yemas laterales. Otro método de transformación alternativo es la introducción de ADN
en los tejidos mediante electroforesis desarrollado por Ahokas (1989), el cual no se ha
extendido a pesar de que hay algunos reportes que confirman su éxito.
De todos los métodos mencionados, sin duda los más utilizados son la
transformación con Agrobacterium y el bombardeo con partículas. Uno de los factores
que limitan la aplicación de ambos sistemas es la necesidad de regenerar el tejido
transformado mediante organogénesis o embriogénesis somática, lo cual con algunas
127
especies es al menos hasta el momento muy difícil. Una alternativa es la
transformación de meristemos, los cuales resultan sencillos de regenerar en
prácticamente todas las especies. La principal desventaja es la producción de
quimeras debido a que las plantas formadas no tienen un origen unicelular.
Recientemente ha habido reportes exitosos de producción de plantas transgénicas
mediante la transformación de meristemos de maíz después de la infección con
Agrobacterium (Gould et al. 1991) y de caña de azúcar mediante bombardeo con
microproyectiles (Gambley et al. 1993).
2. Resistencia a insectos. Bacillus thuringiensis es una bacteria del suelo que produce
una proteína insecticida que ha sido utilizada por muchos años como un pesticida
biológico seguro contra varias plagas de insectos. Con el desarrollo de la Ingeniería
Genética de Plantas fue posible aislar e insertar en el genoma de diferentes plantas
este tipo de proteínas insecticidas dando como resultado plantas resistentes en
mayor o menor medida al ataque de ciertos grupos de insectos, lo cual es sin duda
alguna una característica agronómica de gran valor (Vaeck et al. 1989). Por otro
lado, se ha explorado también la posibilidad de utilizar algunas proteínas inhibidoras
de proteasas y amilasas presentes en algunas semillas para conferir resistencia
contra el ataque de insectos.
128
aunque esto puede ser más complicado debido al número de genes implicados (
Weising et al. 1988).
129
y por tanto, la altura de la planta; se incrementa la concentración de clorofila,
produciendo hojas de color verde más obscuro; se reduce la dominancia apical
produciéndose plantas más ramificadas y se retarda la senescencia de las hojas.
Este fenotipo se puede interpretar como una exageración del fenotipo que adquieren
las plantas que reciben una mayor cantidad de luz con respecto al de las que crecen
en la sombra (McCown 1997).
7. Control del período juvenil. Una de las dificultades más grandes que enfrenta el
cultivo de frutales es el largo período juvenil, que puede llegar a varios años, durante
el cual la producción es nula. Una de las líneas de investigación más interesantes
en lo referente a la manipulación genética de estas plantas será el estudio y
manipulación de los genes que controlan la duración de esta fase del crecimiento.
Por desgracia hay muy pocas investigaciones en este campo, pero ya se ha
identificado un gen presuntamente implicado con el control del período juvenil en
durazno (Hanche 1986).
130
a
b
Figura 26. Cambios en la arquitectura de plantas de limón mexicano (Citrus
aurantifolia) transformadas con los genes rol de una cepa silvestre de Agrobacterium
rhizogenes. a. Izquierda; planta con una arquitectura aparentemente normal, centro y
derecha; plantas con una dominancia apical reducida. b. Planta con una hipertrofia del
sistema radical.
131
18. ANALISIS DE RESULTADOS EN EL CULTIVO DE TEJIDOS VEGETALES
132
experimental debe tender siempre a minimizar este tipo de error, aunque la naturaleza
misma del trabajo con entes biológicos hace imposible su eliminación total. La elección
correcta del tamaño de las unidades experimentales, el manejo uniforme de las
mismas y el utilizar un número adecuado de repeticiones ayudan a minimizar el error
experimental.
133
Se prueban seis medios básales con una concentración fija de IBA con el fin de
determinar cuál de ellos promueve una mayor formación de raíces en segmentos
de tallo de durazno.
Cuando se desea probar la posible interacción entre dos o más factores, debe
recurrirse a un experimento de tipo factorial, que puede realizarse sobre un diseño
completamente al azar o sobre uno de bloques al azar. Por ejemplo, se desea conocer
el efecto de cuatro auxinas y tres temperaturas de incubación en el enraizamiento de
segmentos de tallo de manzano. El diseño debe probar el efecto de las auxinas, el
efecto de las temperaturas y la posible interacción entre las diferentes auxinas con las
temperaturas de incubación. este sería un experimento factorial con diseño
completamente al azar. Suponiendo que en ese mismo ejemplo se quisieran probar al
mismo tiempo tres variedades de manzano, se podría tratar entonces de un
experimento factorial con diseño de bloques al azar, siempre y cuando se formara un
bloque con cada variedad. El análisis de este tipo de experimentos suele resultar más
complicado y se sugiere evitarlos substituyéndolos de ser posible por una serie de
experimentos más sencillos.
134
utilidad y precisión no es tan alta como la de los métodos paramétricos, por lo que su
utilización o no depende del criterio del investigador.
135
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