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Manual de Formación de Monaguillos – San Mateo

Manual de Formación de
Monaguillos
Nivel I
San Mateo

“Morir antes que pecar”


Santo Domingo Savio.

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Manual de Formación de Monaguillos – San Mateo.

NIVEL INTRODUCTORIO DE FORMACION


SAN MATEO

Será todo aquel niño o niña que sea aceptado para formar parte del
Grupo de Monaguillos. Su labor durante las celebraciones será la de
observar y asistir en tareas pequeñas a sus compañeros. Al término
del Nivel, realizará un examen y dependiendo del resultado y de su
desempeño durante todo el curso, tanto el coordinador, como el
párroco, evaluarán si el niño o niña está preparado(a) para ser
consagrado.

.
Nombre Distintivo: Mathaios
Santo: San Mateo (Hombre con alas)
Símbolo: El Agua
Color: Verde
Aprendizaje: Como San Mateo, el monaguillo, consciente de las
implicaciones y el costo, decide dejar las distracciones cotidianas y
seguir a Jesús, teniendo una entrega sincera y total a Él.

Insignias:

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Manual de Formación de Monaguillos – San Mateo

TEMATICA

1. Dios te invita a ser un monaguillo.


2. Dios es Creador.
3. El grupo de Monaguillos (Ser y que hacer)
4. Comunidad Cristiana
5. Conozcamos la casa de Dios, el templo.
6. Quien va a ser mi hijo.
7. Conozcamos la Sacristía 1
8. Conozcamos la Sacristía 2
9. La misa 1
10. La misa 2
11. Examen primero temas.
12. El año litúrgico 1.
13. El año litúrgico 2.
14. Responsabilidades con mi hijo.
15. Vestiduras Sagradas 1.
16. Vestiduras sagradas 2.
17. La virgen María y el santo Rosario.
18. Tema Libre.
19. Examen Final.
20. Ensayo Ceremonia.

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INTRODUCCIÓN
Para que una persona pueda llegar a ser plenamente consciente de sí mismo y asuma su misión
en el mundo como cristiano, debe tener un crecimiento balanceado en los diversos aspectos que lo
conforman como persona humana. Esta es la preocupación de la Escuela de Monaguillos. En ella
se fomentará el crecimiento, en su relación consigo mismo, con quienes lo rodean, con la sociedad
y con Dios. Y una de las áreas de crecimiento en las que se hace un especial énfasis al igual que
las demás áreas durante la formación es la dimensión cristiana que pretende integrar tanto el
aspecto doctrinal como el espiritual, por lo que el coordinador, los padres de familia y el Párroco
son elementos importantes para el desarrollo tanto espiritual como intelectual en el ser cristiano del
monaguillo.

El nombramiento de coordinador del Grupo de Monaguillos, trae consigo la


responsabilidad de una preparación continua y un crecimiento personal tal, que provea al grupo
con la mejor preparación posible. Esto implica desde situaciones básicas como llevar una vida de
acuerdo a las enseñanzas de la Iglesia, hasta una constante preparación en las mismas áreas de
formación de los monaguillos, además es muy importante que cada sesión se prepare
previamente, donde pueda considerar el material suficiente y pueda clarificar sus dudas
correspondientes al tema que desarrollará o si cree oportuno invitar a un especialista en el tema.

Cada integrante de la escuela deberá esforzarse continuamente para demostrar que está
lo suficientemente preparado para avanzar al siguiente nivel comprometiéndose con sus tareas y
además el conocimiento de citas bíblicas que le servirán en su caminar cristiano que debe estar
acompañado de una oración continua e íntima con Jesús Maestro Hermano y Amigo. Habrá un
proceso de evaluación al final de cada ciclo, en donde el coordinador, junto con el Párroco,
decidirán quienes son dignos de recibir su nuevo nombramiento.

El objetivo general de cada uno de los niveles es:

NIVEL 1 – San Mateo


Objetivo General
Que los candidatos, al término del curso, conozcan los principios básicos de la liturgia mediante
exposiciones, prácticas y dinámicas que los capaciten para poder servir a Jesús Maestro como
monaguillos.

Objetivo particular de cada dimensión:


Dimensión Apostólica:
Que los candidatos sean capaces de servir en el altar en las celebraciones ordinarias
de la misa, atendiendo las indicaciones de sus compañeros con más experiencia.

Dimensión Vocacional:
La vocación humana. Que el monaguillo experimente la vocación como llamado de
Dios a la existencia dentro de un proceso de maduración en el que se descubra como
persona. (Cfr. PNPV No. 118).

Dimensión Humana:
Propiciar el desarrollo de la fe, sembrada por el Espíritu Santo en el Bautismo,
iniciando al monaguillo en una relación vital con Dios, ayudándole a descubrir su
propia vida como un don y a manifestar su agradecimiento por ella.

Dimensión Cristiana:
Que el monaguillo tenga su primer experiencia espiritual con el primer anuncio de la
buena nueva que nos trajo aquel que nos ha amado Jesús Maestro, de tal manera que
conociéndolo se enamore de él, para poder amar a su hermano como un llamado de
Dios dentro de un proceso de maduración en el que se descubra como persona
cristiana.

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Manual de Formación de Monaguillos – San Mateo

Con estos objetivos se pretende que el monaguillo tenga una visión (evolutiva) de nuestro Señor
Jesús conforme va creciendo dentro del grupo, con el fin de que tenga una fácil identificación con
Él. Durante su permanencia en el grupo, se buscará que el monaguillo vea a Jesucristo de la
siguiente forma:

San Mateo – Jesús Maestro


San Lucas – Jesús
Hermano
San Marcos – Jesús Amigo

Indicaciones para la preparación de los temas


NIVEL
Te indicará el número (1,2, 3) con su respectiva nomenclatura (San Mateo, San Lucas, San
Marcos.)

SESIÓN:
Está marcado con una enumeración para que lo puedas identificar en el programa de actividades,
es decir en el calendario de la escuela de monaguillos.

EL OBJETIVO DE CADA TEMA:


Es lo que pretenderás lograr, fomentar, o desarrollar en el monaguillo, tanto de manera general del
grupo, como en particular con cada uno de para que vayan conociendo un poco más su fe cristiana
y así se enamoren mas de su servicio en el altar.

REVISIÓN DE LA ACTIVIDAD:
En este primer momento se revisa la tarea que se encarga realizar por ciertos días determinados
de la semana y al finalizar una oración inicial.

PARTIR DE LA REALIDAD:
Es muy importante partir del entorno del monaguillo y desde luego de su propia realidad mediante
preguntas para introducirlo en el tema que se expondrá en la sesión correspondiente.

DESARROLLO DEL TEMA:


Son sugerencias para dar una enseñanza, por lo que tiene en general un fundamento en el
catecismo de la Iglesia Católica o en algún otro documento de la misma. Además se te anexa en
algunos temas en un extremo algunas cuestionantes para poder sacar ideas principales que te
permitan comprender mejor el tema.

LA PALABRA DE DIOS:
Se te recomienda una cita bíblica para meditarla con el nivel por lo que se pretende que busques
una aplicación a la vida personal, es decir a un compromiso. En este momento puedes cambiarla
por otra cita, un cuento bíblico, o una reflexión que consideres necesaria.

CANTO Y ORACIÓN:
Se te indica el titulo de un canto, si no lo conoces puedes suplirlo por otro, aunque este canto te
hace alusión al tema desarrollado, y a continuación prosigues con una breve oración sin llevarte
demasiado tiempo.

RESUMEN:
Para concluir con el tema es muy importante que les recuerdes las ideas principales a manera de
reforzamiento, en este apartado contiene un breve resumen que te puede servir.

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ACTIVIDAD:
Es un espacio donde puedes encargar tareas breves o compromisos diarios, mismos que se
revisarán la próxima sesión, donde tú como expositor considerarás los días o actividades
necesarias para trabajar un compromiso, por lo que te recomendamos que tengas previamente
copias sobre las actividades a realizar durante la semana, para aprovechar mas el tiempo de la
sesión.

MEMORIZACIÓN:
Una vez concluido el resumen, te sugerimos que se promueva la memorización de una cita bíblica
de tal manera que el monaguillo adquiera una familiaridad con la sagrada palabra en su ambiente
cotidiano, por lo que te sugerimos se incluya como una de las tareas (actividad) a realizar en casa
de tal que se recomienda que la repita constantemente y si es posible ir haciéndolas en grande y
pegarlas en el salón de clases.

DICCIONARIO: Es un espacio donde podrás investigar el significado de diferentes palabras


contenidas o relacionadas con el tema expuesto, donde te recomendamos que previamente tu ya
las tengas desarrolladas para antes de la sesión. Además también puede ser materia para
encargar de tarea a los monaguillos de 2 y 3 nivel.
De preferencia te sugerimos que vallan armando su propio vocabulario los monaguillos.

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Sesión 1. “¡Bienvenido! Dios te ha invitado a ser un monaguillo”

OBJETIVO: Dar la bienvenida a los nuevos integrantes y motivarlos a esta nueva aventura que
inician, explicándoles las labores que realizarán y haciendo conciencia en el monaguillo de que
Jesús será el maestro que lo guíe en esta primera etapa.

I. INTRODUCCIÓN DEL CURSO.


Oración para iniciar el curso: Mt 20, 26-28
Invocación espontánea del coordinador pidiendo la ayuda del Señor.
26
Entre ustedes no será así; al contrario, el que aspire a ser más que los demás, se hará
servidor de ustedes. 27 Y el que quiere ser el primero, debe hacerse esclavo de los demás.
28
A imitación del Hijo del Hombre, que no vino para que lo sirvan, sino para servir y dar su
vida como rescate de una muchedumbre.”

II. PARTIR DE LA REALIDAD.


1. ¿Quién es un monaguillo?
2. ¿Cuál es la labor del monaguillo?
3. ¿Por qué quiero ser monaguillo?
4. ¿Es importante la labor del monaguillo?

III. DESARROLLO DEL TEMA.


¿Quién es el monaguillo?
Los monaguillos son ministros, niños o jóvenes, que asisten al sacerdote, en todas las
celebraciones de la liturgia y procesiones. Los monaguillos desempeñan diversas funciones en el
altar (acompañar al sacerdote, llevar al altar el pan, vino y agua; retirar el cáliz, etc.) con el objeto
de ayudar al orden y belleza litúrgica, además de incentivar la participación, la devoción y el
recogimiento de los fieles. En estos menesteres hace algunas de las funciones del acólito, pero
sin haber recibido esta orden menor.

En la Instrucción Redemptionis Sacramentum, párrafo 47 menciona: "Es muy loable que se


conserve la benemérita costumbre de que niños o jóvenes, denominados normalmente
monaguillos, estén presentes y realicen un servicio junto al altar, como acólitos, y reciban una
catequesis conveniente, adaptada a su capacidad, sobre esta tarea. No se puede olvidar que del
conjunto de estos niños, a lo largo de los siglos, ha surgido un número considerable de ministros
sagrados. Instituyase y promuévase asociaciones para ellos, en las que también participen y
colaboren los padres, y con las cuales se proporcione a los monaguillos una atención pastoral
eficaz. Cuando este tipo de asociaciones tenga carácter internacional, le corresponde a la
Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos erigirlas, aprobarlas y
reconocer sus estatutos. A esta clase de servicio al altar pueden ser admitidas niñas o mujeres,
según el juicio del Obispo diocesano y observando las normas establecidas".

En su mensaje a los monaguillos el Papa Juan Pablo II nos afirma que "el monaguillo ocupa un
lugar privilegiado en las celebraciones litúrgicas. Quien sirve en la Misa, se presenta a una
comunidad. Experimenta de cerca que en cada acto litúrgico Jesucristo está presente y obrante.
Jesús está presente cuando la comunidad se reúne para orar y dar gloria a Dios. Jesús está
presente en las palabras de las Sagradas Escrituras. Jesús está presente sobre todo en la
Eucaristía en los signos de pan y del vino. Él actúa por medio del sacerdote que in persona Christi
celebra la Santa Misa y administra los Sacramentos"

El Sacrosanctum Concilium, en su párrafo 29 menciona que “los monaguillos desempeñan un


auténtico ministerio litúrgico; han de ejercer su oficio con orden y sincera piedad; y con este fin es
preciso que cada uno esté profundamente penetrado del espíritu de la liturgia y que sea instruido
para cumplir su función". Con lo anterior, entonces se puede decir que el monaguillo no es sólo un
ayudante del sacerdote, sino que es un “servidor de Jesucristo, el sumo y eterno Sacerdote”.
Hay que tener presente que la labor de un monaguillo no sólo es una obligación, sino debe ser
tomado como un gran honor, debe considerarse un auténtico servicio santo. Cada vez que el
monaguillo se reviste con su hábito, debe recordar “al hábito bautismal, cuyo significado profundo
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Manual de Formación de Monaguillos – San Mateo.

expone san Pablo: En efecto, todos los bautizados en Cristo os habéis revestido de Cristo (Ga 3,
27)”. El papa Juan Pablo II les recuerda a los monaguillos que antes de haber sido revestidos con
el hábito del monaguillo, fueron revestidos con el traje bautismal y es el bautismo el punto de
partida del “auténtico ministerio litúrgico”

El monaguillo a menudo sostiene en la mano una vela. Eso nos hace pensar en lo que dijo Jesús
en el Sermón de la Montaña: "Ustedes son la luz del mundo" (Mt 5, 14). Su servicio no puede
limitarse al interior de una iglesia. Debe irradiarse en la vida de todos los días: en la escuela, en la
familia y en los diversos ámbitos de la sociedad, dado que quien quiere servir a Jesucristo en el
interior de una iglesia debe ser su testigo por doquier.

Entonces, se puede decir que un monaguillo es:


• Un muchacho que a través del Bautismo se convirtió en amigo y seguidor de su maestro
Jesús.
• Un muchacho que tiene la función de servir en el altar (llevando las vinajeras, candeleros,
incienso, cruz, vasos sagrados, sonando la campana, etc.)
• Un muchacho que se compromete a ser mejor en la familia, la escuela, la capilla, el puesto,
etc. Siendo sincero, obediente y contento.

El monaguillo es servidor
El monaguillo es destinado al Introducción General del Misal (servicio no 65). La palabra clave en
esta frase del altar y ayuda del sacerdote y del diácono”. El monaguillo está llamado a servir, muy
en especial en la celebración eucarística.

Cristo y el prójimo sirven. También la comunidad creyente y el mundo sirven: todos los cristianos
están llamados a servir. El monaguillo tiene el privilegio de expresar y vivir esta vocación. En el
servicio de la liturgia. Pero de esta nobleza de su función, fluye también el deber de cumplir esta
tarea de servicio de una manera constante, digna, alegre y devota. Y eso sólo es posible si conoce
bien su tarea.

IV. PALABRA DE DIOS.


a) 1 Sm 3, 1-10 Dios llama a Samuel.
1
El niño Samuel estaba al servicio de Yavé y vivía junto a Helí. En aquel tiempo raras
veces se oía la palabra de Yavé. Las visiones no eran frecuentes.
2
Cierto día Helí estaba acostado en su habitación, sus ojos iban debilitándose y ya no
podían ver. 3 Aun no estaba apagada la lámpara de Dios, y Samuel estaba acostado en el
Templo de Yavé, donde se encontraba el Arca de Dios.
4
“Yavé llamó a Samuel. El respondió: “Aquí estoy”, 5 y corrió donde Helí diciendo: “Aquí
estoy, pues me has llamado.” Pero Helí le contestó: “Yo no te he llamado; vuelve a acostarte.” El
se fue y se volvió a acostar.
6
Volvió a llamar Yavé: “Samuel.” Se levantó Samuel y se fue donde Helí diciendo: “Aquí
estoy, pues me has llamado.” Otra vez Helí contestó: “No te he llamado; hijo mío, anda a
acostarte.”
7
Samuel no conocía todavía a Yavé, pues todavía la palabra de Yavé no le había sido
dirigida. 8 Como Yavé llamara a Samuel por tercera vez y el joven se presentara nuevamente a
Helí, éste comprendió que era Yavé quien llamaba, 9 y dijo a Samuel: “Anda a acostarte y su
vuelve a llamarte dile: Habla, Yavé, que tu siervo te escucha.” Entonces Samuel se volvió a su
habitación y se acotó.
10
Yavé entró y se paró, y llamo como las otras veces: “Samuel, Samuel.” Este
respondió:”Habla, Yavé, que tu siervo escucha”

b) Meditación: Piensa qué quiere decir “Habla, Yavé, que tu siervo te escucha”.
c) Aplicación a la vida personal: Este es un llamado que Dios hace a cada uno de nosotros. Nos
esta invitando a formar parte del grupo de monaguillos y cada uno de nosotros, al igual que

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Samuel, debemos responder “Habla, Yavé, que tu siervo te escucha”. Es con esta respuesta
sincera y consciente que el monaguillo iniciará su apostolado.

V. ACTIVIDAD.
Dar a conocer la mística de los aprendices:
• ¿Qué es lo que harán?
• ¿Cuánto tiempo estarán como aprendices?
• ¿Qué tendrán que hacer para ser escuderos o doncellas?
Para lo anterior, consultar el manual de la escuela de monaguillos

VI. MEMORIZACIÓN.
Mt 20, 27: “Y el que quiere ser el primero, debe hacerse esclavo de los demás”.

DICCIONARIO.

Monaguillo:
Del italiano monacillo que significa pequeño monje.
Servidor en el altar durante la Misa, Vísperas, y otras funciones litúrgicas. También llamado acólito.
Tradicionalmente este servicio ha sido reservado para los varones por su asociación estrecha con
el sacerdocio. La Santa Sede ha dado permiso para que se permitan mujeres con la aprobación
del obispo. (http://www.corazones.org/)

Acólito: (Etim. Griego akolouthos, seguidor que ayuda.)


El hombre que ha recibido de la Iglesia el ministerio de servir el altar y administrar la Eucaristía
como ministro extraordinario. El acólito asiste al diácono y al sacerdote al servicio del altar, y
ayuda, cuando se le necesite, durante la celebración de la Misa.

El acólito también puede distribuir la Santa Comunión como un ministro extraordinario en la


Liturgia Eucarística y a los enfermos. A un acólito se le puede confiar con la exposición pública del
Santísimo Sacramento para la adoración, pero no puede dar la bendición. El acólito puede, hasta
donde sea necesario, dar las instrucciones a los otros fieles que ayudan al sacerdote o al diácono
a llevar el misal, la cruz, las velas y otras funciones semejantes.

El ministerio del acólito es reservado para los hombres únicamente y es conferido por el obispo de
la diócesis o, en institutos religiosos clericales, por el superior mayor, de acuerdo a los ritos
litúrgicos hechos con este propósito por la Iglesia. Las mujeres podrán ser delegadas para hacer
algunas de las funciones de los acólitos.

El acolitado es una de las órdenes menores que se reciben camino al sacerdocio.

Liturgia:
La palabra “Liturgia” viene del griego; está formada de LEITOS = público. A su vez de LAOS =
pueblo y de ERGAZOMAI = actuar, de ERGON = obra, es decir: “Acción en relación con el pueblo”
o bien oficio, función, servicio público.

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Sesión 2: Dios es creador


OBJETIVO: Que el niño aprecie la creación como obra de Dios y se descubra a sí mismo como
llamado personalmente a la existencia.

I. REVISIÓN DE LA ACTIVIDAD.

II. PARTIR DE LA REALIDAD.


1. ¿Crees que la creación se hizo sola?
2. ¿Qué es lo que más admiras del mundo que te rodea?
3. Si ves al cielo, todas las estrellas y cometas; y si ves a una señora embarazada y a un bebe
¿crees que todo es posible como patear una piedra o que existe un Dios que lo dirige?
4. ¿Te ves a ti a los que te rodean y al señor pobre de la calle como creados por Dios con amor?

III. DESARROLLO DEL TEMA.

Enseñanza
1. Dios crea el universo.
“En el principio Dios creó el cielo y la tierra” Gen 1,1.

La creación, que también se llama “el universo”, consta de seres espirituales (los ángeles) y
materiales (que son los animales, los vegetales y los minerales). El hombre fue creado como
síntesis de la creación, porque es espiritual y es material.

Todo lo hizo de manera ordenada, porque Él es Sabio.

Todo lo hizo por amor, porque Él es amor.

2. La creación del hombre.


El hombre, que participa del espíritu y de la materia, fue creado por Dios “a su imagen y
semejanza”.
“El hombre es la única criatura a la que Dios ama por sí misma”. Es la
cumbre de la creación.
Al crear al hombre, Dios le encarga todo lo creado ¿Qué significa “Señor de la Creación”? para que
fuera su dueño y lo cuidara.

Lo hace “Señor” de todas las criaturas.

3. Dios te creó a ti personalmente


“Antes de haberte formado yo en el seno materno, te conocía” Jer 1,5. ¿Cuál es la diferencia entre
“la bola” y “uno en Tú no eres uno más en el mundo, Dios pensó en ti especial”? y en tú nombre
antes de crearte, y te creó con amor.
Él te conoce y te tiene un plan que te lo propone.

IV. PALABRA DE DIOS.


a) Lectura: Gen. 2, 4-8.
b) Meditación: Piensa en cada uno de los pasos de la creación y dale gracias a Dios por toda
ella. c) Aplicación a la vida personal:
1. Cuida con amor las cosas creadas por Dios.
2. Me cuidaré y respetaré porque soy “imagen y semejanza de Dios”.

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V. CANTO Y ORACIÓN.
a) Canto: “Criaturas todas”.
b) Oración: Todos juntos van a recitar el Salmo 8.

VI. RESUMEN.
“En el principio Dios creó el cielo y la tierra”, y todo lo hizo con Sabiduría y Amor.
“Y creó al hombre a su imagen y semejanza”.
“Dios te creó personalmente y con amor”.

VII. ACTIVIDAD.
Día 1: Haz un dibujo en que representes a Dios creando todas las cosas.
Día 2: Contempla las plantas y haz una oración de acción de gracias.
Día 3: Haz un dibujo en que representes a Dios creándote a ti.
Día 4: Haz una oración de acción de gracias por que Dios te llamó a existir.
Día 5: Dale gracias por las personas que te encuentres durante el día.
Día 6: Escribe una acción que te ayude a conocer y amar más a Dios.
Día 7: Lee nuevamente la narración de la creación en el libro del Génesis Gen 1,1-2,4

VIII. MEMORIZACIÓN.
1 Sam 3,9 “Habla, Yahvé, que tu siervo escucha”.

DICCIONARIO.
Amor de Dios: Sentimiento sublime del Creador.
Apreciar: Reconocer o estimar algo.
Cielos y tierra: Mansión de Ángeles y de seres materiales.
Crear: Producir algo de la nada.
Imagen de Dios: Semejanza o apariencia a Dios.
Principio: Primer instante del ser de una cosa.
Sabiduría de Dios: Sabedor de Dios.
Semejanza de Dios: Apariencia de Dios.
Señor de la Creación: Dios que crea el universo.
Síntesis: Reunión de un todo.
Universo: Conjunto de cuerpos celestes y de materia física.

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Sesión 3: EL GRUPO DE MONAGUILLOS (SER Y QUE HACER)


OBJETIVO: Exponer de manera general y práctica las labores que un acólito realiza de tal forma
que este conciente del compromiso que adquirirá.

I. REVISION DE LA ACTIVIDAD

II. PARTIR DE LA REALIDAD


1. ¿Para ti que es un monaguillo?
2. ¿Y qué cualidades debe de tener?

III. DESARROLLO DEL TEMA


La palabra acólito viene de la lengua griega (akóluthos) y que significa “acompañante” pues acompaña y
ayuda al sacerdote en ceremonias como la misa.

La misión real de un monaguillo no es sólo ponerse el alba y ayudar al Sacerdote, sino que consiste en vivir
cristianamente, es decir mostrando a los demás como se debe de actuar. Un monaguillo es quien debe de
conocer más la vida y persona de Jesús y quién esta preocupado de manera especial en conocer su doctrina
y la doctrina de la Iglesia. Esto implica que ha de ser responsable, debe de obedecer y ayudar a sus papas,
estudiar y obtener muy buenas calificaciones, ayudar a quien lo necesite (sin importar si es un desconocido o
familiar) llegar temprano a misa, etc. Así mismo debe de mantenerse integrado a su grupo de monaguillos y
buscar siempre la amistad en Cristo con cada uno de sus compañeros.

Como monaguillo conocerá más profundamente lo que es la Santa Misa y el sentido de cada uno de sus
partes. Al ayudar en una Misa, estamos en el altar a unos pasos del Sacerdote (y de Jesús) y delante de
mucha gente. Imagina qué pensaría la gente si al llegar a Misa se encuentran con un monaguillo sucio,
desarreglado, que no presta atención y que no comulga...¡Se decepcionaría! Nosotros no podemos ser así,
porque al estar en el altar, damos el ejemplo de como comportarse dentro del Templo. Tenemos que llegar
temprano a Misa, revestirnos, lavarnos las manos y peinarnos; y en la ceremonia debemos de dar el ejemplo
de disciplina prestando mucha atención al padre y respondiendo en voz alta cuanto se deba.

Debemos mantenernos cerca del sacerdote y apoyarlo, viendo en él a Cristo Sacerdote. Por último, para
ayudar en una Misa debemos estar en gracia de Dios, es decir, habernos confesado y poder comulgar. Si
comulgas la gente imitará el ejemplo; pero si no lo hacemos, ellos tampoco lo harán. En Resumen para ser un
buen monaguillo debes amar y servir a los demás pues amando y sirviendo a nuestros hermanos, amamos y
servimos a Dios; has de dar ejemplo a los demás de una vida cristiana dentro del Templo y sobre todo fuera
de él. En este grupo aprenderás mucho y también del Evangelio, peor piensa que si no aplicas lo que oyes y
aprendes, de nada sirve que vengas, recuerda además que este compromiso es con Dios, entonces pídele su
ayuda para ser como él desea.

IV. PALABRA DE DIOS


a) Lectura: Jn 15,7
b) Meditación: la importancia de permanecer siempre unido a Cristo y a su Palabra.
c) Aplicación a la vida personal: Una forma magnifica de permanecer en El es la Oración

V. CANTO Y ORACIÓN
a) Canto: “Yo tengo un amigo que me Ama”.
b) Oración: Libre invitar a algunos acólitos de agradecerle a Dios la oportunidad de estar en el
grupo.

VI. RESUMEN
El llamado de Cristo es directo y personal.

VII. ACTIVIDAD
Explícale a algún primito o vecino o compañero de la escuela que es ser monaguillo

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VIII. MEMORIZACIÓN
Jeremías 1,5 “Antes de formarte en el seno de tu madre, ya te conocía, antes de que tu nacieras
yo te consagré.”
Sesión 4: Comunidad Cristiana
OBJETIVO: Que el candidato sepa que los bautizados, formamos la Iglesia, que unidos vivimos la
vida de Dios y quiera vivirla.

I. REVISIÓN DE LA ACTIVIDAD

II. PARTIR DE LA REALIDAD.


1. ¿Tú sabes qué es una comunidad?
2. ¿Sabes que todos estamos llamados a formar la comunidad?
3. ¿Qué tienes que hacer para ser
comunidad?

III. DESARROLLO DEL TEMA.

Enseñanza

1. Cómo vivir la comunidad.


• Asistían constantemente a la
enseñanza, a la convivencia, a la fracción
del pan y a las oraciones; compartían con
los demás los bienes espirituales y
materiales.

La Iglesia debe orar y trabajar siempre para


mantener, reforzar y perfeccionar la unidad La comunión que ha de construirse entre los
que Cristo quiere para ella. hombres debe estar enraizada en el amor y
manifestarse en su dimensión económica,
2. El Misterio del Cuerpo Místico de Cristo. social y política, producida por la Trinidad.
La fe se ha unido con los demás.
• Dios no tiene más que una sola vida.
Cuando nos la da nos da la misma vida a todos.
• Lo que tiene una misma vida es un solo
cuerpo. Así nuestros miembros y nuestros
órganos no son muchos cuerpos sino un solo
cuerpo nuestro que tiene nuestra vida. Los que
tenemos la vida de Dios somos un solo cuerpo
que se llama “Cuerpo Místico (misterioso) de
Cristo”.
• Y así como en un cuerpo vivo todos los
órganos se ayudan para vivir, así en el Cuerpo
Místico de Cristo todos somos uno solo y nos
ayudamos unos a otros a vivir la vida de Dios.

2. La Comunidad Cristiana.
El hombre se hace valioso cuando vive
entregado a hacer el bien a los demás. El
amor de Dios no puede separarse del amor
del prójimo. “Hemos recibido este
mandamiento: quien ame a Dios ame
también a su prójimo”.

Cristo mediador único, estableció su Iglesia


Santa, comunidad de fe, de esperanza y de
caridad en este mundo.

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IV. PALABRA DE DIOS.


a) Lectura: 1 Co. 12, 12-14.
b) Meditación: Ayuda al niño a comprender que todos formamos el Cuerpo de Cristo y cada uno
es importante para formarlo.
c) Aplicación a la vida personal:
1. ¿Qué te pide el Señor para que vivas en comunión?
2. ¿Qué harás para dar a conocer que perteneces al Cuerpo de Cristo?

V. CANTO Y ORACIÓN.
a) Canto: “A edificar la iglesia”.
b) Oración: Señor Jesús te pedimos que nos ayudes a vivir el amor en tu pueblo, que seamos uno
como Tú y el Padre.

VI. RESUMEN.
La Iglesia es “una muchedumbre reunida por la unidad del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo”, es
la unidad que nos mantiene en la verdad y que se caracteriza por:
Escuchar las enseñanzas de los Apóstoles y de sus Sucesores.
Vivir la comunión, nuestra unión con Dios y con los demás en la vida de la Trinidad.
Celebrar y comer la Eucaristía.
Hacer oración comunitaria.
Esta vida comunitaria tiene varios niveles de organización: el de la Familia, la Comunidad Eclesial
de Base, la Parroquia, la Diócesis y la Iglesia Universal.

VII. ACTIVIDAD.
Día 1:
Día 2:
Día 3:
Día 4:
Día 5:
Día 6:
Día 7:

VIII. MEMORIZACIÓN.
Jn.17, 21. “Qué todos sean uno como Tú, Padre, estás en Mí, y Yo en Ti”.

DICCIONARIO.
Atentar: Mediador
Bienes espirituales: :
Caridad: Misterio:
Doctrina: Moral:
Esperanza: Pautas:
Fracción del pan: Perfecció
Fuente: n:
Ideología: Plenitud:
Reforzar:
Separars
e:

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Sesión 5: Conozcamos la casa de Dios: el Templo


OBJETIVO: Reconocer las partes del templo y el respeto que en él se debe tener para que el
monaguillo pueda desplazarse fácilmente en su interior, haciendo un recorrido por el mismo.

I. ORACIÓN INICIAL
“Señor ayúdanos a conocer, cuidar y respetar tu casa”

II. PARTIR DE LA REALIDAD


1. ¿Para qué crees que te sirve conocer los diferentes lugares del templo?
2. ¿Qué lugares del templo conoces?
3. ¿Has visitado algún templo que te parece muy diferente al de tu comunidad?, ¿en qué era
diferente?

III. DESARROLLO DEL TEMA


Para poder trabajar en equipo es muy importante que nos podamos comunicar bien. La base de la
comunicación son las palabras con las que identificamos a cada cosa. Si un grupo de persona
habla diferentes idiomas, no pueden comunicarse, ni trabajar en equipo. Pudieran trabajar usando
señas, pero de esa manera todo se haría más lento y menos eficaz.

De igual manera el sacerdote y los monaguillos necesitan hablar un mismo idioma. Imagina que el
sacerdote te diga, ve al atrio y conduce a las personas que están allí al bautisterio”. Si tu no sabes
qué es el atrio y el bautisterio, por más que quisieras ayudarle, no sabrías que hacer. ¡Un buen
monaguillo conoce muy bien el templo!

Igual que nuestras casas, la casa de Dios que es el templo, tiene diferentes secciones o cuartos
que reciben un nombre de acuerdo a su función. No todos los templos tienen la misma distribución,
pero a pesar de eso, es posible localizar los lugares, o partes, principales. Si conocemos el nombre
y función de cada lugar del templo, sabremos qué hacer, qué encontrar y cómo comportarnos en
ese lugar.

Las dos distribuciones más comunes en los templos son la de forma de cruz y la semi-circular.
Ambos tienen lugares especialmente diseñados para las variadas actividades litúrgicas que iremos
revisando a continuación. Aquí usaremos un ejemplo de un templo de forma de cruz, pero tú
puedes identificar la distribución de tu templo y sus principales partes.

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Enseñanza En la parte de atrás del presbiterio, se


encuentra el retablo. Retablo es una
1. Las principales partes del templo son: palabra que deriva del latín retro-tabula,
el presbiterio, la sacristía, el crucero, que quiere decir que está detrás del altar.
la nave, el bautisterio y el atrio. En los templos más recientes, el retablo
es más sencillo y en ocasiones sólo
consta de la figura de un Cristo o la figura
de un santo.

Comúnmente en el retablo, o cerca de él,


se encuentra un elemento muy importante
en las acciones litúrgicas: el sagrario. El
sagrario es el lugar donde se guardan las
hostias consagradas, es la habitación de
Jesús Sacramentado. Y como el Señor
esta presente aquí, debemos ser en
extremo respetuosos.

El crucero es la parte del templo que


atraviesa la nave mayor para dar la forma
de cruz. No todos los templos tienen
crucero, esto depende de su forma.
2. El presbiterio
La nave del templo es el espacio que
aloja las bancas destinadas a los fieles, y
puede tener distintas formas,
dependiendo del diseño de la iglesia.

En la mayoría de los templos en forma de


cruz, el bautisterio se encuentra cerca de
la entrada del templo. Pero no siempre es
así. De hecho puede estar localizado en
algún lugar de la nave del templo o
incluso en una construcción anexa. Su
Es el área destinada al sacerdote o elemento principal es la pila bautismal,
. Su elemento principalaltar
presbítero es ,el aquí es donde se llevan a cabo los
bautizos.
que es el centro de la celebración
litúrgica. Es la mesa sobre la que se Finalmente, en la parte exterior de la
celebra la liturgia. mayoría de los templos se encuentra el
atrio. Este es un espacio antes de la
El ambón también se encuentra dentro entrada al templo, que puede estar o no
del presbiterio. Se utiliza dentro de la delimitado por una barda. En algunas
celebración de la Liturgia de la Palabra, ocasiones se usa como punto de partida
es decir en la lectura de la Sagrada para el inicio de las celebraciones.
Escritura. Puede haber uno o dos. Y es
básicamente un sostén para colocar los
libros.

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IV. PALABRA DE DIOS


a) Lectura: Isaías 56,7.
b) Meditación: Si la Sagrada Escritura nos dice que el templo es una casa de oración, ¿cómo nos
sirven los diferentes elementos del templo para hacer oración?
c) Aplicación a la vida personal:
1. ¿Qué harás para hacer de tu templo una casa de oración?
2. ¿Cuándo lo harás?
3. ¿Dónde lo harás?
4. Proponer a los monaguillos que cuando lleguen al templo, antes de cualquier otra cosa,
pasen al sagrario a “saludar” a Jesús Sacramentado, que siempre les espera.

V. CANTO Y ORACIÓN
a) Se sugiere usar el canto “Tierra Santa” (del disco Hora Santa. Jésed)
b) Reflexionar en que el templo es parte de esa “Tierra Santa” en la que Dios nos espera y nos
reúne en comunidad.

VI. RESUMEN
El templo es un edificio dedicado a hacer oración. Es la casa de Dios en la que él nos espera y nos
reúne en comunidad. Conocer los diferentes espacios que hay en él nos permite saber qué
actividades se llevan a cabo en cada uno, guardando el debido respeto.

VII. ACTIVIDAD
Hacer un “mapa” de los diferentes lugares de tu templo. Entre más detallado mejor.

VIII. MEMORIZACIÓN
Salmo 65 (64),5. “¡Feliz tu invitado, tu elegido, para hospedarse en tus atrios!”.

DICCIONARIO
Templo
Presbiterio
Altar
Ambón
Retablo
Sagrario
Sacristía
Crucero
Nave
Bautisterio
Pila bautismal
Atrio

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Sesión 7. Conozcamos la Sacristía

OBJETIVO: Que el aprendiz tenga el conocimiento necesario de qué es la sacristía y qué hay dentro de
ella, para que pueda encontrar fácilmente los objetos litúrgicos cuando se requieran.

I. INTRODUCCIÓN DEL CURSO.


Oración para iniciar el curso: Marcos 11, 17
Mi casa será llamada casa de oración para todas las naciones.

II. PARTIR DE LA REALIDAD.


1. ¿Sabes qué es la Sacristía?
2. ¿Sabes dónde está ubicada?
3. ¿Qué es lo que hay en ella?
4. ¿Por qué es tan importante el orden y la limpieza dentro de ella?
5. ¿Quién es el Sacristán?

III. DESARROLLO DEL TEMA.


La Sacristía es el lugar donde se guardan las vestiduras y los elementos necesarios para la celebración
de los Sacramentos. El orden y la limpieza dentro de ella son indispensables para la buena preparación
de las celebraciones Litúrgicas. El Sacristán es la persona responsable de todo lo que contiene la
Sacristía.

La Sacristía es el lugar en donde preparamos la Liturgia, ahí están los ornamentos con los que se reviste
el sacerdote, y los utensilios necesarios para la celebración de todos los Sacramentos y de todas las
acciones de la para liturgia, como puede ser la adoración del Santísimo Sacramento.

Nuestra participación en las ceremonias se inicia cuando entramos en la Sacristía.

Objetos Litúrgicos
Altar
Es la mesa donde se celebra el Santo Sacrificio de la Misa. Es
“la mesa del Señor” (1 Cor. 10, 21). El altar representa Nuestro
Señor Jesucristo, piedra fundamental de la Iglesia. En el centro
del altar hay una pequeña cavidad, donde se coloca una
piedra, comúnmente de mármol, denominada Ara, que en su
interior contiene reliquias de mártires; cuando el Sacerdote
besa el Altar, es porque besa el Ara.

Actualmente se ha vuelto a lo simple y lo sencillo, el Altar ya no


es tan elaborado y ornamentado, sino que volvió a su forma
original, una “Mesa”.

Los manteles
Está cubierta por uno o dos manteles que pueden ser de
cualquier clase de tela, uno es pequeño, llegando a cubrir
exactamente la “mesa” y el otro es más largo y ancho, para
que cuelgue de los cuatro lados, puede ser liso, es decir sin
ningún adorno o con encaje en la orilla, el único requisito es
que sean blancos, deben estar bendecidos por el obispo.

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El misal
Es el libro que contiene el orden y el modo de celebrar la Misa.
Al celebrar la Misa, se coloca sobre el Altar, el Misal que como
ya sabemos es un libro de oraciones y lecturas, que son
necesarias para celebrar la Santa Misa; ahora se una sin atril,
aunque en algunas Parroquias acostumbran ponerlo sobre un
cojín.
El Atril
Es el utensilio de madera o metal que sirve de apoyo a un libro
litúrgico para facilitar su lectura.

El crucifijo
En el Altar, al cual estamos invitados por el Señor, se coloca
un Crucifijo, del tamaño y forma que se desee o también
puede ir en la pared o colgado del techo, lo esencial es que
siempre esté presente en la Santa Misa, para recordarnos que
el sacrificio de la Misa es el mismo que el de la Cruz. Debe ser
visible desde cualquier ángulo del Templo.
Los cirios
Se encienden dos cirios, estos pueden ir sobre el Altar o cerca
de él. Simbolizan, que Dios es la Luz del Mundo y que esta
presente en la Santa Misa. Son señal de Honor y Reverencia y
nos comunican gracia y luz a nuestras almas. Los candeleros
pueden ser de cualquier tamaño y diseño, siempre y cuando
dejen al descubierto el cirio.
La custodia
Etim. del latín custodia.
Recipiente sagrado donde se pone la Eucaristía de manera
que se pueda ver para la adoración. También se le llama
ostensorium, del latín ostendere, mostrar.
Hay gran variedad de tamaños y de estilos. Generalmente
alrededor de la Eucaristía se representan rayos que
simbolizan las gracias conferidas a los que adoran.

El viril
Etim. de vidrio.
Pieza redonda, tradicionalmente de cristal transparente con
borde de oro o dorado, en que se pone la Sagrada Hostia para
sostenerla en la Custodia. También se usa un viril para
guardar reliquias en un relicario.
El sagrario
El sagrario o tabernáculo es el pequeño recinto a modo de
caja o armario, donde se guarda la Eucaristía después de la
celebración, para que pueda ser llevada a los enfermos o
puedan comulgar fuera de la misa los que no han podido
participar de ella. “Tabernaculum” en latín que significa tienda
de campaña.

En los primeros siglos la Eucaristía se guardaba en las casas


particulares, con todo respeto y luego al construirse los

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templos se guardó en un anexo de la sacristía. A partir del


siglo XI (once) se colocaba el sagrario encima del altar.

Ahora el sagrario no se coloca sobre el altar, sino que en un


lugar noble y destacado, convenientemente adornado, que
haga fácil la oración personal fuera del momento de la
celebración, ese lugar destacado es la capilla del Santísimo.
Junto al sagrario luce constantemente una lámpara con la que
se indica y honra la presencia de Cristo.

Objetos Litúrgicos en una Misa ordinaria

El cáliz
Etim.: latín calix, taza, copa, vasija donde se bebe.
Recipiente en forma de copa con ancha apertura. En la Liturgia
cristiana, el cáliz es el vaso sagrado por excelencia,
indispensable para el sacrificio de la Santa Misa ya que debe
contener el vino que se convierte en la Sangre Preciosísima de
Cristo.

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El cáliz nos recuerda ciertos pasajes bíblicos en los cuales Jesús


asocia a si mismo y de una nueva manera, el uso de una copa:
los discípulos ¨tomarán de la copa que Jesús tomarᨠ(Mc 10:
38). En al Última Cena, la copa contenía vino que ¨es Su Sangre¨,
y en Getsemaní Jesús ora para que si es posible, se aparte de él
¨la copa¨.

Su forma, materia y estilo han variado mucho en el curso de la


historia. Los cálices solían ser de oro y tenían a veces un valor
extraordinario. Debe, preferiblemente, para el cáliz metales
preciosos. No puede ser hecho de ningún material que absorba
líquidos. El pie o soporte puede ser de otra materia. El Cáliz
debe consagrarse exclusiva y definitivamente para el uso
sagrado en la Santa Misa.

El copón
Vaso con tapa en que se conservan las Sagradas Hostias, para
poder llevarlas a los enfermos y emplearla en las ceremonias de
culto. En la actualidad los copones suelen ser de menos estatura
que los cálices para distinguirlos de estos.

La patena
Etim.: Latín, Patena.
Plato redondo donde se pone la Sagrada Hostia. Debe ser de
metal precioso como el cáliz y también debe ser consagrado .

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El corporal
Etim.: latín corporalis, del cuerpo
Pieza cuadrada de tela sobre la que descansa la Eucaristía.
Sobre ella se pone la patena y el cáliz durante la Misa.
Antiguamente la Sagrada Hostia descansaba directamente sobre
el corporal desde el ofertorio hasta la fracción. También se pone
debajo de la custodia durante la Exposición del Santísimo. Debe
de ser de lino o cáñamo y no de otro tejido. No debe llevar
bordado más que una pequeña cruz. Para guardarlo debe
doblarse en nueve cuadrados iguales.

La bolsa del corporal


Donde se guarda el corporal una vez terminada la Santa Misa

La palia
Lienzo para cubrir el cáliz

El purificador
Pequeño lienzo que utiliza el sacerdote en la Misa para purificar
el cáliz.
Las vinajeras
Las vasijas para el vino y el agua que se usan en la Santa Misa.
Generalmente son de cristal y se colocan en una bandeja
pequeña. Es permitido que sean de otro material (bronce, plata,
oro e incluso de cerámica bien sellada) siempre y cuando
puedan dignamente contener los líquidos.

Usualmente tienen asas y tapones. Son de diferentes estilos y


tamaños. Tradicionalmente, para evitar confusión al utilizarlas,
las vinajeras se gravaban las iniciales "V" y "A", por el latín
vinum y aqua.

Las vinajeras junto con las hostias no consagradas pueden ser


llevadas en procesión por dos fieles y presentadas al sacerdote
durante el Ofertorio.

Platillo o Bandeja
Es utensilio a modo de platillo muy poco cóncavo, generalmente
de forma ovalada que sirve para recoger las partículas del pan
consagrado o las gotas de vino que pudieran caer en el
momento de comulgar los fieles.
La credencia
Es la mesita que se encuentra cerca del Altar y que
antiguamente servía para poner en ella las botellas del Agua y
del Vino, las campanillas, etc. Hoy en día ha caído un poco en
desuso, su forma es muy variada y en cuento a su tamaño
cambia, según las necesidades de cada Parroquia.

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El lavamanos o lavabo
Etim. Del latín lavabo, lavaré, primera persona del sing. del
futuro de ind. de lavare.
Es el recipiente que contiene el agua con la que el sacerdote
lava sus dedos después de haber presentado el pan y el vino.

Las campanillas
Es utensilio en forma de copa invertida de tamaño pequeño que
se utiliza para convocar a la plegaria Eucarística, llamar la
atención y expresa sentimiento de alegría.

IV. PALABRA DE DIOS.


a) Salmo 26 (25) 6 – 8
“Llevo mis manos limpias de pecado, y voy caminando en torno a tu altar. Haciendo resonar la
acción de gracias y anunciando tus obras admirables. Señor amo la casa en que tú moras y el sitio
donde reposa tu gloria.

b) Meditación: En el Salmo se nos dice que debemos amar la casa de Dios.

c) Aplicación a la vida personal:.


¿Qué harás para mostrar tu amor a la casa de Dios?
¿Dónde lo harás?
¿Cuándo lo harás?

V. CANTO Y ORACIÓN.
Pedirle a Dios que podemos siempre caminar en torno a su Altar con las manos limpias de pecado.

VI. RESUMEN.
“Armado” de un Cáliz. Mientras se explica cómo se deben acomodar cada uno de los objetos, se
hace el resumen de cada uno de ellos.

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VII. ACTIVIDAD.
Aplicar un pequeño “examen” en donde los monaguillos escriban el nombre de cada uno de los
objetos aprendidos en esta sesión. Que los monaguillos practiquen cómo es que se debe “armar” el
cáliz para una Misa.

VIII. MEMORIZACIÓN.
Marcos 11, 17: “Mi casa será llamada casa de oración para todas las naciones”

DICCIONARIO.
Sacristía
Lugar donde se guardan los Ornamentos Sagrados y donde se visten los Sacerdotes.
Sacristán
Es la persona responsable de todo lo que contiene la Sacristía.
Ornamentación
Adornar. Piezas accesorios que sirven de adorno.
Ornamento
Vestiduras sagradas y adornos del Altar.

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Sesión 8. Conozcamos la Sacristía

OBJETIVO: Que el monaguillo conozca los principales objetos litúrgicos que se utilizan durante una
Celebración solemne, explicando su nombre, función, uso, significado e importancia.

I. INTRODUCCIÓN DEL CURSO.


Oración para iniciar el curso: Marcos 11, 17
Mi casa será llamada casa de oración para todas las naciones.

II. PARTIR DE LA REALIDAD.


1. ¿Cuáles son los objetos litúrgicos que se utilizan en una misa especial?
2. ¿Sabes cómo se debe usar cada uno de ellos?

III. DESARROLLO DEL TEMA.

Objetos Litúrgicos en una Misa especial

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El incensario
Del latín incensum que significa incienso. Incensario es un
braserillo metálico suspendido por unas cadenas y con una tapa
en cuyo interior se quema el incienso. Sirve para incensar.

El incienso
Es una resina que produce un agradable aroma al arder. El
incienso es una resina gomosa que se extrae de una planta, que
al contacto con el aire, se solidifica; estos granos se ponen en el
interior del Incensario y se queman, perfumando el ambiente con
el humo. El incienso es utilizado para manifestar la adoración. El
incienso simboliza la oración que sube hasta Dios. Es un símbolo
Sacramental que nos purifica y ahuyenta del demonio. Se guarda
en la naveta

La naveta

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Se llama naveta al pequeño recipiente que contiene el


incienso y que tiene precisamente forma de nave.

La cruz procesional
Es el signo de nuestra redención del sacrificio de Cristo y de su
victoria sobre la muerta. La cruz la situamos sobre el altar o
cerca de él, de modo que todo el pueblo la pueda ver bien.

También es la que abre las procesiones litúrgicas

El acetre
Etim. Del árabe as-satl, el vaso con asa, y este del latín situla.
Caldero de agua bendita que se usa para las aspersiones
litúrgicas. El agua se recoge del acetre y se dispersa con el
hisopo.

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El aspersor o hisopo
Utensilio con que se esparce el agua bendita, consistente en un
mango que lleva en su extremo un manojo de cerdas o una bola
metálica hueca y agujereada para sostener el agua. Se usa con
el acetre.

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El cirio pascual
Es un cirio grande que se enciende al principio de la vigilia
pascual y que simboliza la de Cristo Resucitado. Durante todo el
tiempo de pascua está en el presbiterio.
También se coloca cerca del féretro en las exequias.

El cirial
Son los candeleros altos con sus correspondientes velas en la
cima que llevan los acólitos en la procesión a ambos lados de la
cruz y en el evangelio.

La crismera Vaso o ampolla donde se guarda el crisma.

Los santos óleos

1. El Óleo de los Enfermos. Que sirve precisamente para el


sacramento de la Unción de los Enfermos. Es símbolo de
vigor y fortaleza.
2. El Santo Crisma. Que sirve para los Sacramentos del
Bautismo y la Confirmación, la Consagración de Obispos,
Iglesias y Vasos Sagrados. Es símbolo de alegría, riqueza
y excelencia de los dones del Espíritu Santo.
3. El Óleo de los Catecúmenos. Que sirve para el Sacramento
del Bautismo y para la Consagración de los Sacerdotes.
La bendición de los Santos Óleos se hace el Jueves Santo,
la hace el Obispo, rodeado de Sacerdotes. Los Santos Óleos
se preparan con aceites de olivos.

IV. PALABRA DE DIOS.


a) Salmo 26 (25) 6 – 8
“Llevo mis manos limpias de pecado, y voy caminando en torno a tu altar. Haciendo resonar la
acción de gracias y anunciando tus obras admirables. Señor amo la casa en que tú moras y el sitio
donde reposa tu gloria.

b) Meditación: En el Salmo se nos dice que debemos amar la casa de Dios.

c) Aplicación a la vida personal:.


¿Qué harás para mostrar tu amor a la casa de Dios?
¿Dónde lo harás?
¿Cuándo lo harás?

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V. CANTO Y ORACIÓN.
Pedirle a Dios que podemos siempre caminar en torno a su Altar con las manos limpias de pecado.

VI. RESUMEN.

VII. ACTIVIDAD.
Por equipos hacer una visita a la Sacristía para hacer un repaso de lo aprendido. Cada equipo
deberá ser guiado por un adulto que puede ser el expositor del tema o alguno de los miembros del
Equipo Coordinador para presentar y explicar al equipo los lugares y objetos litúrgicos.

VIII. MEMORIZACIÓN.
Marcos 11, 17: “Mi casa será llamada casa de oración para todas las naciones”

Sesión 9: La Misa (Primera Parte)


OBJETIVO: Dar a conocer al monaguillo el significado de la Celebración Eucarística para crear en él
conciencia de la importancia de la misma. Explicar al monaguillo el esquema de una Misa ordinaria,
enfocándose principalmente en el Rito de Entrada y la Liturgia de la Palabra.

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Oración Inicial: hechos 2,42; 44-47


Todos se reunían asiduamente para escuchar la enseñanza de los apóstoles y participar
de la vida en común, en la fracción del pan y en las oraciones. Todos los creyentes se
mantenían unidos y ponían los suyo en común: vendían sus propiedades y sus bienes, y
se repartían de acuerdo a lo que cada uno de ellos necesitaba. Íntimamente unidos,
frecuentaban a diario el templo, partían el pan en sus casas, y comían juntos con alegría
y sencillez de corazón; ellos alababan a Dios y eran queridos por todo el pueblo. Y cada
día, el Señor acrecentaba la comunidad con aquellos que debían salvarse.

I. REVISIÓN DE LA ACTIVIDAD

Los católicos que somos la familia de Jesús, nos reunimos todos los domingos para celebrar la
Misa. Jesús resucitó un domingo: el domingo de Pascua. La palabra “domingo” significa “día del
Señor”.

Desde los primeros tiempos, los cristianos establecieron como día de fiesta el domingo. Ese día
se reunían para estar juntos, escuchar la palabra de Dios y comer el cuerpo y beber la sangre de
Jesús. Muy pronto a esta reunión se le denominó “Eucaristía” que significa “acción de gracias”.

El domingo es también el día que dedicamos especialmente para estar en familia, para
descansar, jugar y compartir nuestra vida.

II. PARTIR DE LA REALIDAD


1. Nosotros en familia, ¿qué hacemos los domingos?
2. Cuando llegamos al templo:
• ¿Estamos con cara de aburridos?
• ¿Nos da alegría estar ahí?
• Decimos “¡Uf! ¿Cuándo termina esto?
• ¿Participamos rezando y cantando?
3. ¿Qué es la Liturgia de la Palabra?

III. DESARROLLO DEL TEMA

Rito de Entrada y Liturgia de la Palabra

INTRODUCCIÓN
Los fines de la misa.

a) Adoración: En la Misa ofrecemos a Dios como homenaje de nuestra adoración lo que el mismo
nos ha dado; nada menos que el Cuerpo y la Sangre de Cristo, que tiene valor infinito.
b) Acción de gracias: En ella nos presentamos ante Dios para darle gracias por sus innumerables
dones espirituales y materiales.
c) Petición de perdón: Es Evidente que somos pecadores, que ofendemos a Dios, que no
tenemos méritos personales, sin embargo, no nos llenamos de tristeza, pues podemos decir:
¡Señor ten piedad! Y tener la seguridad de ser escuchados y perdonados.
d) Súplica: ¡Necesitamos tantas cosas! En este mundo quien no puede conseguir algo pide ayuda,
y cuando la persona está sobre nosotros pedimos la intercesión de otra que este en mayor
estima que nosotros (mamá por favor dile a papa que me dé permiso para ir a…) Nosotros para
pedirle a Dios Padre tenemos pocos méritos, por eso pedimos siempre la intercesión de su Hijo
Jesús: "Por Jesucristo Nuestro Señor". Con esta recomendación, nosotros podemos acudir
confiados a quién todo lo puede.

Intenta no sólo asistir, sino vivir el Santo Sacrificio de la Misa. Aprende a meterte en las palabras y
oraciones. Si los que estamos en Misa, realmente la vivimos, el mundo - cada uno de nosotros - será

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notablemente mejor. Porque una Misa tiene un valor infinito, ya que allí se ofrece al mismo Jesucristo
Hijo de Dios.

Oraciones y otras partes que corresponden al sacerdote


Entre las atribuciones del sacerdote, ocupa el primer lugar la Plegaria Eucarística, que es el
culmen de toda la celebración. Se añaden a ésta, otras oraciones, es decir, la oración colecta, la
oración sobre las ofrendas y la oración después de la comunión.

Otras fórmulas que se usan en la celebración.


Las aclamaciones y respuestas de los fieles a los saludos del sacerdote y a sus oraciones
constituyen precisamente ese nivel de participación activa que se pide en cualquier forma de
Misa a los fieles reunidos, para que quede así expresada y fomentada la acción común de toda la
comunidad.

Posturas corporales
La postura uniforme, seguida por todos los que toman parte en la celebración. Es un signo de
comunidad y unidad de la asamblea, ya que expresa y fomenta al mismo tiempo la unanimidad
de todos los participantes.

En todas las Misas, a no ser que se diga lo contrario, queden de pie: desde el principio del canto
de entrada, mientras el sacerdote se acerca al altar, hasta el final de la colecta; al canto del
Aleluya que precede al Evangelio; durante la profesión de fe y la oración de los fieles; y, desde
que empieza la oración sobre las ofrendas hasta el fin de la Misa. Es una postura de respeto y
estar listos para actuar.

En cambio, estarán sentados durante las lecturas con su salmo responsorial; durante la homilía,
y mientas se hace la preparación de los dones en el ofertorio; también, según la oportunidad, a lo
largo del sagrado silencio que se observa después de la Comunión.

En cambio estarán de rodillas, a no ser que lo impida la estrechez del lugar o la aglomeración de
la concurrencia o cualquier otra causa razonable, durante la consagración.

El silencio
También como parte de la celebración, ha de guardarse en su tiempo silencio sagrado. La
naturaleza de este silencio depende del momento en que se observa durante la Misa; por
ejemplo, en el acto penitencial y después de una invitación a orar, los presentes se concentran
en sí mismos: al terminarse la lectura o la homilía, reflexionan brevemente sobre lo que han oído;
después de la comunión alaban a Dios en su corazón y oran.

La misa consta en cierto sentido de dos partes: Liturgia de la Palabra y la Liturgia Eucarística, tan
estrechamente unidas entre sí, que constituyen un solo acto de culto.
Otros ritos pertenecen a la apertura (ritos iniciales) y la conclusión de la celebración (rito de
Comunión).

Las siguientes indicaciones corresponden a la Ordenación del Misal Romano, las letras indican la postura
que deben asumir los fieles (P: parados; S: sentados; R: arrodillados). Los comentarios aquí descritos
relacionados a cómo debe ser la labor del monaguillo, son únicamente recomendaciones y antes de
realizarlas se deberán platicar con el sacerdote para recibir su aprobación.

1. RITOS INICIALES

Entrada del sacerdote (P)


Mientras entra el sacerdote, comienza el canto de entrada. El fin de este canto es abrir la
celebración, fomentar la unión de quienes se han reunido y elevar sus pensamientos a la
contemplación del misterio litúrgico o de la fiesta.

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Al ir saliendo al altar recuerda que todos los detalles de educación, urbanidad y cortesía natural
cobran en ti un valor sobrenatural. (Piensa en tu aseo de cara, cuello, manos, peinado: limpieza
de ropa y calzado...) Vas a una fiesta sagrada.

Procura que todas tus posturas junto al altar reflejen respeto y devoción. No
es elegante ni correcto el estar con las manos en el bolsillo, o caídas y lacias; ni
que vuelvas sin necesidad la vista hacia la gente; ni el estar muy cerca del
sacerdote como curioseando lo que dice o lee; ni apoyarte o agarrarte al altar, o
dejar sobre él algo tuyo, como un pañuelo, un libro... Postura religiosa es llevar las
manos juntas, palma con palma o con los dedos entrelazados.

Delante del sacerdote y a uno o dos pasos de él sales al presbiterio, con las
manos juntas.

Saludo al altar y pueblo congregado (P)


Cuando llega, el sacerdote hace unos gestos en el altar que en ocasiones pasan desapercibidos;
tales como, una genuflexión y un beso ante el altar. Estos gestos tienen un sentido muy
importante y relevante. La Misa se celebra en un altar = alto, presidido por un crucifijo que es
imprescindible, ya que ahí se va a llevar a cabo el sacrificio incruento de la Cruz, por lo tanto, es
un recordatorio para el sacerdote y los fieles, de lo que ahí va a suceder. La inclinación del
sacerdote es el primer acto de adoración y reverencia. El beso al altar significa el beso a la
Iglesia.

Mientras el sacerdote se inclina al altar, cada monaguillo deberá inclinarse


desde el lugar en donde se encuentre.

Tu puesto podrá variar dependiendo de la distribución del presbiterio en tu templo y de las


preferencias del sacerdote. Si comienza la Misa en la sede estarás mejor en el otro
extremo y un poco vuelto hacia él.

Y si en la sede no tiene atril y el sacerdote lo considera bueno, sosténle el


misal; si eres bajo de talla, parado frente a él, sujétale el libro con las manos y apoyado en tu
frente. Pero si eres alto como para taparle la vista de los fieles, colócate a su derecha un poco
de perfil, y con ambas manos mantén el libro a pulso.

Si en cambio empieza la Misa en el altar, tu lugar más propio sería a un lado del
altar y junto a una esquina del mismo

Rito introductorio (P)


Terminando el canto de entrada, el sacerdote y la asamblea hacen la señal de la cruz, símbolo
del cristiano que indica nuestra fe en la Trinidad, la cual debe de ir acompañada internamente de
la deliberada y consciente confesión de nuestra fe. A continuación el sacerdote, por medio del
saludo, manifiesta a la asamblea reunida la presencia del Señor.

Cada monaguillo hace la señal de la cruz

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Después, el sacerdote abre los brazos en señal de saludo, con uno saluda a Dios y con otro al
pueblo. Las frases que pronuncia significa la unión entre el sacerdote y el pueblo: “El Señor .... Y
con tu espíritu”.

Los monaguillos, con las manos juntas contestan: “Y con tu espíritu”.

Terminado el saludo, el sacerdote o el monitor puede hacer a los fieles una brevísima
introducción sobre la misa del día.

Acto penitencial (P)


Se realiza cuando toda la comunidad hace su confesión general termina con la conclusión del
sacerdote. El sacerdote junta las manos en señal de humildad, se hace el primer silencio de la
Misa, silencio de reflexión ante la invitación del sacerdote a arrepentirnos. Esto acto concluye
después de haber manifestado una actitud de humildad, un reconocimiento de nuestra condición
de pecadores y de haber pedido misericordia con la absolución del sacerdote, pero, no para
pecados graves.

Señor, ten piedad (P)


Después del acto penitencial, se empieza el “Señor, ten piedad”, a no ser que éste haya formado
ya parte del mismo acto penitencial. Si no se canta el “Señor, ten piedad”, al menos se recita.

Gloria (P)
Este es un antiquísimo y venerable himno con que la iglesia, congregada en el Espíritu Santo,
glorifica a Dios Padre y al Cordero y le presenta sus súplicas. El Gloria es un canto de alabanza
que se hace todos los domingos excepto los de la Cuaresma y Adviento. Además de los días
señalados como fiestas. Si no se canta, al menos lo han de recitar todos juntos o
alternadamente.

Oración colecta (P)


Petición a Dios. Antes de rezarla se hace el segundo silencio, silencio de petición comunitaria.
Oración principal de la Misa y dirigida al Padre, donde se pide un bien espiritual, se acomoda a
los tiempos litúrgicos y finaliza con una invocación a la Santísima Trinidad. El pueblo la hace
suya diciendo amen. Con esto, termina el rito introductorio.

2. LITURGIA DE LA PALABRA
La Eucaristía es sacramento de toda la vida de Jesús. Mediante las lecturas bíblicas nos
acercamos a ella. Se lleva a cabo en el ambón. Es una de las partes más importantes de la Misa.
En la Misa diaria, hay una sola lectura. Los domingos y días de fiestas hay dos lecturas.

Primera Lectura (S)


Se toma del Antiguo Testamento y nos sirve para entender muchas de las cosas que hizo Jesús.

Salmo Responsorial (S)

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Formando parte de la misma Liturgia de la Palabra tenemos los Cantos interleccionales. Después
de la primer lectura, se recita el Salmo Responsorial, parte de canto y parte de meditación . Es
tomado del Leccionario. El salmista o cantor del salmo, desde el ambón o desde otro sitio
oportuno, proclama las estrofas del salmo, mientras toda asamblea escucha y además participa
con su respuesta. La respuesta al Salmo es para favorecer la meditación. En esta parte, los fieles
permanecen sentados con una actitud de atención, para que la Palabra los alimente y fortalezca.
Dios habla, hay que escuchar con veneración.

Segunda Lectura (S)


Se toma del Nuevo Testamento, ya sea de los Hechos de los Apóstoles o de las cartas que
escribieron los primeros apóstoles. Esta segunda lectura nos sirve para conocer cómo vivían los
primeros cristianos y cómo explicaban a los demás las enseñanzas de Jesús. Esto nos ayuda a
conocer y entender mejor lo que Jesús nos enseñó. También nos ayuda a entender muchas
tradiciones de la Iglesia.

Aleluya (P)
Después de la segunda lectura se canta el Aleluya, que es un canto alegre que recuerda la
Resurrección y nos prepara para el Evangelio; hay movimiento en el altar, el sacerdote se dirige
al ambón.

El Evangelio (P)
La Misa continúa con el Evangelio. Antes de su lectura, el sacerdote junta las manos y con gran
recogimiento, dice: “Purifica Señor mi corazón y mis labios para que pueda anunciar dignamente
tu Evangelio”. Éste debe ser leído por el ministro, en caso de que sea un diácono quien lo lea,
debe pedirle su bendición al sacerdote. Un sacerdote no le pide la bendición a otro, sólo al
Obispo. Si se escucha con atención y con las debidas disposiciones: humildad, atención y
piedad, se depositará en el interior de cada fiel, una nueva semilla, sin importar cuántas veces se
ha escuchado el mismo Evangelio, siempre habrá algo nuevo. Al finalizar
el sacerdote dice: “Esta es Palabra de Dios” y besa el Evangelio diciendo:
“Por lo leído se purifiquen nuestros pecados”.

Para el Evangelio acompaña al sacerdote poniéndote de costado, no


vuelto hacia el pueblo, sino hacia el centro de atención que en ese
momento es el libro y el propio sacerdote. Persinate a la vez que él en
la frente, labios y pecho; pero no lo hagas si les estás sosteniendo el
libro o tienes tu derecha ocupada en el cirial o el incensario.

La Homilía (S)
Momento muy importante para la vida práctica de los fieles; no se puede omitir en domingos y
días festivos. En la lectura de la Sagrada Escritura, habla Dios; en la Homilía, habla la Iglesia,
depositaria de la Revelación, con la asistencia del Espíritu Santo para que se interprete
rectamente la Escritura. Hay que escuchar con una actitud activa lo que la Iglesia quiere decir por
medio del sacerdote, no hay que juzgarlo. La Homilía es una catequesis, no debe hablarse de
otros temas que no sean referentes a la fe y a la salvación. Si no hay homilía, debe haber un
silencio meditativo después del Evangelio.

Si hay homilía te sientas, como durante la primera lectura, cerca del sacerdote

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.
Profesión de Fe: El Credo(P)
El pueblo da su asentamiento y respuesta a la Palabra de Dios proclamada en las lecturas y en la
homilía y trae a su memoria, antes de empezar la celebración eucarística, la norma de su fe.

Se profesan doce artículos, manifestando la fe en Dios. Sólo se reza en domingos y días festivos.
Inclinación de nuestro cuerpo: hace participar discretamente el cuerpo en la oración. Esta
indicación que se haga en las palabras del Credo "Y por obra del Espíritu Santo se encarnó de
María, la Virgen y se hizo hombre…" para honrar la Encarnación del Señor con la que se
inaugura el misterio de nuestra salvación.

Durante el credo (lo dice el sacerdote todos los domingos y en algunas fiestas solemnes), estás
también como en el evangelio pero sin ciriales ni incienso, aunque se hayan sacado ese día.

Al recordar la Encarnación del Hijo de Dios haces con él una profunda inclinación de cabeza. Y al
nombre de Jesús o de María, una venia
sencilla.

La Oración Universal u Oración de los Fieles (P)


La asamblea expresa su súplica con una invocación común, que se pronuncia después de cada
intención o con una oración en silencio.
Todas estas oraciones son de petición. Los fieles pueden realizar estas peticiones y ofrecérselas
al Señor. Su finalidad es pedir a Dios por las necesidades de la Iglesia:
• Una debe ser por toda la Iglesia Universal.
• Otra por la jerarquía, el Papa y los Obispos.
• Por los gobernantes.
• Por los pobres y necesitados.
• Por la Iglesia particular o local.
• Pueden haber más, pero no demasiadas. La introducción y la conclusión debe hacerla el
sacerdote.

IV. PALABRA DE DIOS.


a) Lectura: Lucas 11, 28. “Felices más bien los que escuchan la palabra de Dios y la practica.”
b) Meditación: Ayuda al monaguillo a comprender lo importante que es estar atento a la homilía del
sacerdote, dado que es Jesús quien nos habla a través de él.
c) Aplicación a la vida personal:
1. ¿Sólo es importante poner atención durante la homilía?
2. Un monaguillo debe estar al pendiente de lo que sucede durante la misa, para asistir al sacerdote
en lo que pudiera requerir.
3. Un monaguillo debe llevar la palabra Dios a su casa y compartirla con los demás y debe enseñar
con su mismo ejemplo y comportamiento

V. CANTO Y ORACIÓN.
a) Canto:

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b) Oración: Señor, que tu palabra siempre nos guíe por el buen camino y que nos ayude a siempre
realizar el bien. Danos sabiduría para entender tu palabra y poderla practicar en nuestras actividades
diarias.

VI. RESUMEN.
Amar la Misa es amar a Jesucristo
La palabra Eucaristía significa: sacrificio para dar gracias, en ella le damos gracias a Dios por todas las
cosas que nos ha dado, y especialmente, por la Redención que en su Hijo nos dio. Celebrando y
participando en la Eucaristía, nos unimos a Cristo que intercede por nosotros al Padre.

"Me acercaré al altar de Dios, al Dios que alegra mi juventud" (Sal 42,4). La Misa es un canto de
alabanza a Dios Padre por Jesucristo en la unidad del Espíritu Santo. En la Misa actúa la Santísima
Trinidad: Por voluntad del Padre y con la cooperación del Espíritu Santo, el Hijo se ofrece.

ACTIVIDAD.
Además de asistir al sacerdote en la misa, pondrás atención a lo que Jesús quiere decirte a través del
sacerdote durante la homilía y durante la semana harás todo lo posible por realizar su encargo.

VII. MEMORIZACIÓN.
Lucas 11, 28. “Felices más bien los que escuchan la palabra de Dios y la practica.”

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Sesión 10: La Misa (Segunda Parte)


OBJETIVO: Dar a conocer al monaguillo el significado de la Celebración Eucarística para crear en él
conciencia de la importancia de la misma. Explicar al monaguillo el esquema de una Misa ordinaria,
enfocándose principalmente en la Liturgia Eucarística y el Rito de Conclusión o Despedida

Oración Inicial: Marcos 14, 22-24


Mientras comían, Jesús tomó el pan, pronunció la bendición, lo partió y o dio a sus
discípulos diciendo: “Tomen esto es mi cuerpo”. Después tomó una copa, dio gracias y
se la entregó, y todos bebieron de ella. Y les dijo: “Esta es mi sangre, la sangre de la
Alianza, que se derrama por muchos.”.

I. REVISIÓN DE LA ACTIVIDAD

La Eucaristía (La Santa Hostia) es Jesucristo vivo, su Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad, que se
hace presente cuando el sacerdote consagra el pan y vino en la Santa Misa. Estos elementos se
convierten en el Cuerpo y la Sangre del Señor. Recibir la Eucaristía (Comunión) es recibir a
Jesucristo. La Eucaristía, explica el Papa León XIII, contiene "en una variedad de milagros, todas
las realidades sobrenaturales" (Encíclica Mirae Caritatis).

II. PARTIR DE LA REALIDAD


1. ¿Qué es la Liturgia Eucarística?
2. ¿Sabemos realmente qué es lo que sucede en la Liturgia Eucarística?
3. ¿Cuál es la participación del monaguillo en la Liturgia Eucarística?

III. DESARROLLO DEL TEMA

Liturgia Eucarística y Rito de Despedida

3. LITURGIA EUCARÍSTICA
En la Última Cena, Cristo instituyó el sacrificio y banquete pascual, por el que se hace continuamente
presente en la Iglesia el sacrificio de la cruz, cuando el sacerdote, que representa a Cristo, lleva a cabo lo
que el Señor mismo realizó y confió a sus discípulos para que lo hicieran en memoria suya. Es la parte
principal de la Misa. Consiste en:

1) En la preparación de las ofrendas se presentan en el altar el pan y el vino con agua; es decir, los
mismos elementos que Cristo tomó en sus manos.
2) En la Plegaria Eucarística se da gracias a Dios por toda la obra de la Salvación, y las ofrendas se
convierten en el Cuerpo y la Sangre de Cristo.

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3) Por la fracción del mismo pan se manifiesta la unidad de los fieles, y por la comunión ellos
reciben el Cuerpo y la Sangre del Señor, del mismo modo que los apóstoles lo
recibieron de manos del mismo Cristo.

En las ceremonias solemnes y en algunas comunidades, durante la misa ordinaria se


opta por hacer la procesión de ofrendas. Acompaña al sacerdote al borde del presbiterio
y recoge lo que él te irá entregando: las hostias y el vino los dejas sobre el altar; y lo demás
(frutos, dinero, objetos varios), al pie del mismo altar donde no estorben.

Ofertorio – La preparación de las Ofrendas (S)


Se llevan las ofrendas al altar, lo más conveniente es que los fieles las lleven. Estas son el vino y
el pan, que se convertirán en unos momentos después en el Cuerpo y en la Sangre de Cristo.

Terminadas las preces de los fieles el sacerdote va al centro del altar; y tú llevas con diligencia
pero sin correr el cáliz cubierto. Retira el cubrecáliz, entrega el corporal
al sacerdote, y mientras él lo desdobla, dobla tú en uno o dos pliegues
el cubrecáliz. Y vas enseguida a la credencia por las vinajeras. También
puede el sacerdote encomendarte a ti el desdoblar el corporal, mientras
él está en la sede.

Preséntale, después de que ha hecho la bendición por el pan, la


vinajera del vino con el asa vuelta hacia su derecha. En cuanto él la
tome, toma tú con la derecha la del agua para que el la tome igualmente, a la vez que con la
izquierda retiras la del vino que él te devuelve.

El sacerdote prepara el altar, extiende el corporal, si tiene copón lo destapa. El sacerdote recibe
las ofrendas del pueblo. Con las ofrendas, la asamblea no sólo ofrece lo material, sino que
simboliza la entrega del cristiano, su total disponibilidad a lo que Dios le tiene señalado. Se
entregan los dones que Dios ha dado a cada quien, todo se pone a su disposición. El pan y el
vino se ofrecen por separado. El vino es preparado por el sacerdote que le añade unas gotas de
agua diciendo: “Que así como el agua se mezcla con el vino, participemos de la divinidad de
Aquél, que quiso compartir nuestra humanidad”.

Existe un simbolismo entre el pan y el trabajo, además de que, en el pan hay muchos granos de
trigo. Y como dice San Pablo: “Porque el pan es uno, somos muchos un sólo cuerpo, pues todos
participamos de ese único pan” (1 Cor 10, 17). El vino se obtiene de la vid, machacando y
pisando, símbolo de dolor, de sufrimiento y se ofrece para convertirlo en la Sangre de Cristo por
un deseo de expiación. Con el pan y el vino se ofrece el trabajo, el descanso, las alegrías, las
contrariedades; pero sobre todo, el deseo de que Dios acepte a cada quien con sus miserias, y
los transforme con su Gracia hasta asemejarlos a su Hijo.

Todo lo anterior lo acompaña el canto del ofertorio, que se alarga por lo menos hasta que los
dones han sido colocados sobre el altar. Se recoge la limosna, la cual es también una ofrenda.

Mientras él reza inclinado una oración, vuelve tú a la credencia y regresas con la jarrita del agua en la mano
derecha y el manutergio sobre el brazo izquierdo, deteniendo con la mano izquierda la base donde cae el agua.

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El lavatorio de manos:
Con este gesto el sacerdote, una vez más, expresa su deseo de
purificación y limpieza interior. Esta acción indica que se debe estar puro
de todo pecado, lava las manos para purificarlas. El sacerdote dice: “Lava
del todo mi delito, Señor, limpia mi pecado”.

Una vez retirado el lavabo a la credencia y doblado el paño, toma la campanilla y


colócate en tu sitio –de espalda o de costado al pueblo– de pie. Los fieles se pondrán
enseguida de pie cuando se les invite a orar.

Oración sobre las ofrendas:


El sacerdote abre los brazos y dice: ”Orad hermanos...”, recordando a los fieles que también ellos
ofrecen junto con él, el sacrificio, que no deben ni pueden quedar al margen. Se lee la oración de
las ofrendas que expresan a Dios, de modo oficial, los sentimientos y deseos de los fieles, de la
Iglesia en relación a las ofrendas, suplicando que las reciba y después de santificarlas, conceda
los bienes espirituales que emanan del sacrificio.

Plegaria Eucarística (P)


Este el centro y el culmen de toda la celebración. Es una plegaria de acción de gracias y de
consagración. El sentido de esta oración es que toda la congregación de fieles se una con Cristo
en el reconocimiento de las grandezas de Dios y en la ofrenda del sacrificio.

Los principales elementos de que consta la Plegaría eucarística pueden distinguirse de esta
manera:

a) Prefacio (Acción de Gracias) (P): Hay diferentes prefacios, unos provienen de la Iglesia
oriental, otros de la romana, esto es con el fin de unificar a la Iglesia. Es una exhortación a
elevar los corazones dejando todo lo mundano porque en unos momentos Dios se va a hacer
presente. Se agradece a Dios su preocupación por los fieles, dando gracias según la fiesta.
No se da gracias por cosas materiales en este momento, sino porque fortaleció la debilidad
humana y porque con la muerte no se pierde la vida.

b) Aclamación (Santo) (P): con la que toda la asamblea, uniéndose a las potestades celestiales,
canta o recita. Esta aclamación, que constituye una parte de la Plegaria Eucarística, la
pronuncia todo el pueblo con el sacerdote.

c) Epíclesis (R): Con la que la Iglesia, por medio de determinadas invocaciones implora el poder
divino para que los dones que han ofrecido los hombres, queden consagrados, es decir, se
conviertan en el Cuerpo y la Sangre de Cristo, y para que la hostia inmaculada que se va a
recibir en la comunión sea para salvación de quienes la reciban.

d) Ponerse de rodillas: Cuando el sacerdote coloca las manos extendidas encima de las
ofrendas, es el momento para que los fieles se arrodillen. Con esto se atestigua que los
cristianos reconocemos que estamos en presencia de alguien más grande que nosotros.

Cuando el sacerdote impone las manos sobre la hostia y el cáliz que va a consagrar,
avísaselo tú al pueblo tocando muy tenuemente la campanilla para que todos se arrodillen.
Cuida de no tapar con el sonido de la campanilla la voz del celebrante.

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e) Narración de la institución y consagración (R): Mediante las palabras y acciones de Cristo se


lleva a cabo el sacrificio que Cristo mismo instituyó en la Última Cena. Es el momento más
solemne de la Misa; en él ocurre el misterio de la transformación real
del pan y el vino en el Cuerpo y Sangre de Cristo (Transustanciación). Dios se hace presente
ante nosotros para que podamos estar muy cerca de Él. Es un misterio de amor maravilloso
que debemos contemplar con el mayor respeto y devoción. Debemos aprovechar ese
momento para adorar a Dios en la Eucaristía. Mirar el Cuerpo y la Sangre: Los fieles deben,
pues, mirar primero a Aquel al que luego van a adorar inclinándose, al mismo tiempo que lo
hace el sacerdote.

Mientras él eleva la Hostia y el Cáliz consagrados, repica tú como signo


de adoración y de alegría por la llegada de Cristo al altar.

Cuando el sacerdote hace la genuflexión para adorar a


Cristo presente en el altar, tú, que ya estás de rodillas,
puedes acompañarle haciendo una reverencia. Pero
cuando él levanta la Hostia y el Cáliz, levanta tú los ojos
hacia Cristo y adórale reconociéndole con amor como tu
Señor y tu Dios. No olvides que con tus actitudes reverentes ayudas además a la
devoción de los fieles.

f) Anamnesia (el memorial) (R): Con la que, al realizar este encargo que a través de los
apóstoles la Iglesia recibió de Cristo Señor, realiza el memorial del mismo Cristo, recordando
principalmente su Pasión, su Resurrección y su Ascensión al Cielo. El sacerdote dice: “Este
es el misterio de nuestra fe”, como invitación a los fieles a que se adhieran conscientemente
al misterio de la Iglesia y a lo que los presentes responden:
"Anunciamos tu muerte, proclamamos tu resurrección, ¡Ven Señor
Jesús!".

Contesta a la aclamación después de la consagración, según la proclamación que haga el sacerdote con voz
clara y sonora similar a la del sacerdote.

g) Oblación (P): Por la que la Iglesia, en este memorial, sobre todo la Iglesia aquí y ahora
reunida, ofrece al Padre en el Espíritu Santo, la hostia inmaculada. La Iglesia pretende que
los fieles no sólo ofrezcan la hostia inmaculada, sino que aprendan a ofrecerse a sí mismos,
y que de día en día perfeccionen con la mediación de Cristo. La unidad con Dios y entre sí,
de modo que sea Dios todo en todos.

h) Intercesión (mementos) (P): se da a entender que la Eucaristía se celebra en comunión con


toda la Iglesia celestial y terrena. Se mencionan aquellos por los que se ofrece el sacrificio,
en primer lugar por la Iglesia, a la que pertenecemos todos, para que le dé su paz, la proteja
y la mantenga unida; pedimos por el Papa y los Obispos y por todos los fieles vivos y
difuntos.

i) Doxología final (P): El rito de la consagración termina con las palabras: “ Por Él, con Él y en
Él, a ti Dios Padre en unidad con el Espíritu Santo, todo honor y toda Gloria por los siglos de
los siglos”, es la glorificación de la Trinidad (doxología). Se concluye y confirma con el Amén
del pueblo.

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Tú subraya en voz alta y firme: Amén, cuando el sacerdote termine la Oración Eucarística.

La Plegaria Eucarística exige que todos la escuchen con reverencia y en silencio. Y que tomen
parte en ella por medio de las aclamaciones previstas en el mismo rito.

Rito de la Comunión
Ya que la celebración eucarística es un convite pascual, conviene que según el encargo del
Señor, su Cuerpo y su Sangre sean recibidos como alimento espiritual por los fieles debidamente
preparados. A esto tienen la fracción y otros ritos preparatorios, con los que se va llevando a los
fieles hasta el momento de la comunión.

a) El Padre Nuestro (P): La oración por excelencia que nos enseñó Jesús. Sus siete peticiones
toman un sentido especial cuando se recita, poder sentirse hijos de Dios, contiene todo lo
que se da en el sacrificio de la Misa. En el se pide el pan cotidiano, que es también para los
cristianos como una figura del pan eucarístico, y se implora la purificación de los pecados, de
modo que, en realidad "se den a los santos las cosas santas". Pide una dimensión vertical,
hacia lo alto y luego pasará a la horizontalidad, hacia los hermanos,
en el rito de la paz.

Reza con el sacerdote, sin adelantarte ni atrasarte, el Padre nuestro y responde a los otros
saludos.

b) El rito de la Paz (P): Con el que los fieles imploran la paz y la unidad para la Iglesia y toda la
familia humana y se expresan mutuamente la caridad, antes de participar de un mismo pan.
No es nuestra paz la que nos damos, sino la de Cristo, una paz que exige valor, que es una
lucha contra el pecado. Cuando se da la paz, se debe de tener una verdadera disposición a
ello, ninguna palabra mencionada en la Misa es formulario.

Si te da la paz con un abrazo, pon tus manos aproximadamente bajo sus codos. Si te extiende
la mano, tómala con las dos tuyas.

c) La fracción del Pan (P): Este rito no sólo tiene una finalidad práctica, sino que significa,
además, que nosotros, que somos muchos, en la comunión de un solo Pan de Vida, que es
Cristo, nos hacemos un solo Cuerpo.

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d) Inmixtión o mezcla (P): El sacerdote celebrante deja caer una parte de la hostia en el cáliz. El
sacerdote pide con fervor llegar todos a tener una íntima comunión con Dios. ("Que el
Cuerpo y la Sangre de Cristo unidos en éste Cáliz sea para nosotros alimento de vida
eterna").

e) Cordero de Dios (P): Mientras se hace la fracción del pan y la mezcla, los cantores o un
cantor, cantan el Cordero de Dios.

f) Preparación privada del sacerdote (P): El sacerdote se prepara con una oración privada, para
recibir con fruto el Cuerpo y la Sangre de Cristo: “Señor Jesucristo, Hijo de Dios vivo, que por
voluntad del Padre, cooperando el Espíritu Santo, diste con tu muerte la vida al mundo,
líbrame, por la recepción de tu Cuerpo y de tu Sangre, de todas mis culpas y de todo mal.
Concédeme cumplir siempre tus mandamientos y jamás permitas que me separe de ti”. Los
fieles hacen lo mismo, orando en silencio.

g) El sacerdote muestra a los fieles el Pan Eucarístico: que recibirán en la Comunión y los invita
al banquete de Cristo y juntamente con los fieles formula usando las palabras evangélicas,
un acto de humildad ("Señor no soy digno de que entres en mi casa, pero una palabra tuya
bastará para sanarme").

h) La comunión del sacerdote (P): Al comulgar el sacerdote recordamos las palabras claras de
Jesucristo: “Yo soy el pan vivo bajado del cielo; si alguno come de este pan vivirá para
siempre, y el pan que Yo le daré es mi Carne, vida del mundo” (Juan 6, 51)

i) La comunión de los fieles: Si no hubiera comunión, la Misa sería incompleta, no hay que
olvidar que Cristo, en la Última Cena, nos exhorta a ello. Los fieles debidamente preparados
– que se encuentran en Gracia de Dios – reciben el Cuerpo de Cristo.

Para poder comulgar cada día, vive siempre con el alma limpia de
pecado mortal y haz el pequeño sacrificio de no comer nada desde una
hora antes. Confiésate cada mes para hacerte cada vez más amigo de
Jesús, a menos que tengas pecado mortal..

Quiere también la Iglesia que al acercarse a comulgar


todos hagan una reverencia; la genuflexión es la
reverencia debida al Santísimo. Pero una persona de edad
basta que haga al acercarse una inclinación de cabeza.

Como a tu edad eres ágil harás muy bien en hacer genuflexión para comulgar.

Cuando actúas de monaguillo el sacerdote puede darte la comunión bajo las


dos especies o del Pan y de Vino. No tomes este privilegio para vanidad; sino
como una invitación del mismo Cristo a "sangrar" tú sacrificándote cada día un
poco por cumplir con tu deber.

Si acompañas al sacerdote a su derecha mientras da la comunión, mantén el


platillo de la comunión con tu derecha y vuelto hacia él; si a su izquierda, con
tu izquierda. Pon bien el platillo para recoger las partículas que podrían caer;
no la inclines de forma que puedan caerse trocitos del Pan Consagrado que
es el Cuerpo de Cristo. Por lo mismo, evita poner los dedos encima. No lo
coloques muy cerca de la barbilla de las personas, sino al pecho, y sin tocar a
las personas. Si puedes hacerlo dignamente, puedes seguir su trayectoria del
copón a la boca.

Si el sacerdote así te lo pide, puedes orientar a los comulgantes que se


acercan; para que circulen sin estorbarse: por ejemplo, que se acerquen en
dos filas y que se retiren sin pasarse al otro lado. Pero hazlo más con la mano

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y el gesto que con la voz. Recuerda que el sacerdote tiene entretanto


ocupadas manos y voz.

Al volverte no gires dándole la espalda, sino de frente. Lo mismo harás en otras


ocasiones parecidas.

Deja el platillo de la comunión cerca del sacerdote para que pueda recoger las
partículas. Si él ha ido a guardar el copón en el Sagrario, quédate tú mirando
hacia allá; y si él hace genuflexión, hazla con él, como despedida que tributas
a Jesús.

j) Canto de Comunión: Mientras el sacerdote y fieles reciben el sacramento, se tiene el canto


de la Comunión, canto que debe también expresar, por la unión de voces, la unión espiritual
de quienes están comulgando, demostrar al mismo tiempo la alegría del corazón y hacer más
fraternal la procesión de los que van avanzando para recibir el Cuerpo de Cristo. El canto se
comienza cuando comulga el sacerdote, y se prolonga mientras comulgan los fieles, hasta el
momento que parezca oportuno.

k) Orar en silencio: Cuando se ha terminado de distribuir la Comunión, el sacerdote y los fieles,


según lo permita el tiempo, pueden orar un rato recogidos. Si se prefiere, puede también
cantar toda la asamblea, un himno, un salmo o algún otro canto de alabanza.

l) Rito de purificación (S): Luego de haber distribuido la Comunión y haber tenido un momento
de oración, se limpian o purifican los objetos sagrados, con el fin de que el cuerpo y la sangre
de Cristo no sean mal utilizados o sin la reverencia que se merecen.
Lleva enseguida las vinajeras de la credencia al altar para que lave el cáliz.
Puede para ello usar vino y agua o sólo agua; y lavar sólo
el cáliz o el cáliz y los dedos; dale pues la opción que elija
él. Toma con la derecha por el asa la del agua y sírvesela.
Cuida de no colocar las vinajeras sobre el mantel: podría
mancharse éste. No vuelques la vinajera de golpe; ni te
alargues demasiado; ni la muevas en círculos; un ritmo
conveniente es que contando despacio hasta 5 se vacíe la
vinajera; si te hace gesto de parar, levantando el cáliz, tú
paras.

Ve retirando todo a la credencia: vinajeras, bandeja, copón vacío, si lo hay...


Cubre el cáliz con expedición y retíralo también. Si el sacerdote después de
lavar el cáliz se retira a la sede, a tí te toca doblar el corporal y purificador.

Y vuelve a tu sitio -o junto al altar o en tu silla- según él haya hecho.

Si es el caso, preséntale el misal para la oración final, como lo dicho antes.

m) Oración después de la Comunión: El sacerdote ruega porque se obtengan los frutos del
misterio celebrado. El pueblo hace suya esta oración con la aclamación: Amén.

4. RITO DE CONCLUSIÓN (DESPEDIDA)


El rito de conclusión consta de:

a) Saludo y bendición sacerdotal: Que en algunos días y ocasiones se enriquece con otra
fórmula más solemne. Con Cristo en el alma termina la Misa; la bendición del Padre, del Hijo
y del Espíritu Santo nos acompaña durante toda la jornada, en nuestra tarea sencilla y
normal de santificar todas las actividades humanas.

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b) Despedida: Con la que se disuelve a la asamblea para que cada uno vuelva a sus
quehaceres, alabando y bendiciendo al Señor. Para ir a vivir lo que hemos celebrado. Se
recomienda a los fieles no descuidar, después de la Comunión, una justa y debida acción de
gracias antes de salir a la calle.

Con la cabeza inclinada recibe la bendición santiguándote despacio.


Déjale paso sin darle la espada para que baje del altar a hacer la
genuflexión; hazla junto con él. Y delante de él vuelve a la sacristía con
las manos juntas o los brazos cruzados.

Ayúdale allí a quitarse las vestiduras y guárdalas. Sin


quitarte aún la túnica, completa tu oficio retirando las cosas
de la credencia...

Para quitarte bien la túnica, muévela lo más que puedas hacia tu izquierda -
por ejemplo- agarrando con tu derecha la costura del sobaco izquierdo y
encogiendo el codo izquierdo, sácalo de la manga; con la mano izquierda por
dentro de la túnica y la derecha por fuera recógela toda, frunciéndola desde el
rueda al cuello; y pasa la cabeza sin que roce. Saca finalmente la manga
derecha; cuélgala en tu percha.

La Iglesia nos pide un serio esfuerzo para que -aun en cosas de menor
importancia- se unan la sencillez y la limpieza. Un poquito de ese esfuerzo te
toca a tí.

Aunque haya habido después de la Comunión un rato de silencio, harás bien


en dedicarle a Jesús antes de salir de la iglesia unos minutos de acción de
gracias. Ten también cada día un ratito de visita y charla con Jesús; para
mejor tratar con El, procura tener un libro adecuado.

IV. PALABRA DE DIOS.


a) Lectura: Juan 6, 34.54.56. “Yo son el pan de vida. El que come de mi carne y bebe de mi sangre
tiene la vida eterna y yo lo resucitaré en el último día. EL que como de mi carne y bebe de mi sangre
permanece en mí y yo en él”
b) Meditación: Ayuda al monaguillo a comprender lo importante que es que comulgue en la misma
celebración. Hazle ver lo triste que se pone Jesús al darse cuenta que sus monaguillos, aún y
cuando están haciendo su apostolado, no comulgan.
c) Aplicación a la vida personal:
1. ¿Por qué es importante comulgar?
2. ¿Se verá bien que quien ayuda al sacerdote no comulgue?

V. CANTO Y ORACIÓN.
a) Canto:
b) Oración:
Gracias Señor, porque en la última cena partiste tu pan y vino en infinitos trozos, para saciar nuestra
hambre y nuestra sed...
Gracias Señor, porque en el pan y el vino nos entregas tu vida y nos llenas de tu presencia. Gracias
Señor, porque nos amastes hasta el final, hasta el extremo que se puede amar: morir por otro, dar la
vida por otro.
Gracias Señor, porque quisistes celebrar tu entrega, en torno a una mesa con tus amigos, para que
fuesen una comunidad de amor.
Gracias Señor, porque en la eucaristía nos haces UNO contigo, nos unes a tu vida, en la medida en
que estamos dispuestos a entregar la nuestra...
Gracias, Señor, porque todo el día puede ser una preparación para celebrar y compartir la
eucaristía...

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Manual de Formación de Monaguillos – San Mateo

Gracias, Señor, porque todos los días puedo volver a empezar..., y continuar mi camino de
fraternidad con mis hermanos, y mi camino de transformación en ti...

VI. RESUMEN.
La Eucaristía es el compendio y la suma de nuestra fe.
La Eucaristía es el corazón y la cumbre de la vida de la Iglesia, pues en ella Cristo asocia su Iglesia y
todos sus miembros a su sacrificio de alabanza y acción de gracias ofrecido una vez por todas en la cruz
a su Padre; por medio de este sacrificio derrama las gracias de la salvación sobre su Cuerpo, que es la
Iglesia.

"Nos es posible recibir la eucaristía como un alimento privado para después encerrarse en el propio
individualismo. (La Eucaristía) nos une al Señor y en ese sentido nos une entre nosotros. Es vinculante,
en el sentido de que nos hace miembros del Cuerpo de Cristo, cuya unidad se constituye en los vínculos
de la profesión de fe, de los sacramentos, del gobierno eclesiástico y de la comunión". -Cardenal
Ratzinger, 22-dic-2003

VII. ACTIVIDAD.
Reflexiona en lo que haz aprendido hoy y contesta las siguientes preguntas:
¿Cuáles son mis propósitos para esta semana?
¿Cómo voy a llevar la paz y el amor de Jesús a mi familia y a mis amigos?

VIII. MEMORIZACIÓN.
2 Corintios 13, 12. “Vivan en armonía y en paz. Y entonces el Dios del amor y de la paz,
permanecerá con ustedes”

DICCIONARIO

Canon: es una palabra que significa “norma” o “regla”. Se llama así la parte de la Misa en que se sigue la
norma o regla fija para la oración central de la Iglesia.

Consagración: es el momento principal de la Misa en que el pan y el vino se convierten en el Cuerpo y


la Sangre de Jesucristo por las palabras que pronuncia el sacerdote. Los monaguillos asisten
a la Consagración y a las elevaciones con el mayor recogimiento y respeto. Hay silencio en la
iglesia. Se acompaña al sacerdote con la inclinación del cuerpo y se mira la Hostia y el Cáliz.
Se puede decir en voz baja: “¡Señor mío y Dios mío!”

Epíclesis: es la invocación que dirige el sacerdote al Padre para que baje el Espíritu Santo sobre las
ofrendas que se convertirán en el Cuerpo y la Sangre del Señor.

Hosanna: es una exclamación hebrea de alabanza y alegría por alguna bendición. Usamos esta
exclamación en el santo.

Hostia: Palabra que, en latín, quería decir: “víctima ofrecida en sacrificio”. Ahora designa el trozo de pan
sin levadura que se consagra en la Eucaristía y que, después de consagrado, es el Cuerpo
de Cristo ofrecido en sacrificio a Dios.

Kirie Eleison: son dos palabras griegas que significan: “Señor, ten piedad de nosotros”- Cuando
escuchas hablar de los “kyries” sabes que se refiere a esta parte del acto penitencial.

Oración Colecta: significa “oración de todos los que están reunidos” y es la plegaria oficial de la Iglesia a
Dios Padre, por intermedio de su Hijo, Jesucristo, en unión con el Espíritu Santo.

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Manual de Formación de Monaguillos – San Mateo

Transustanciación: Es el momento en el que los elementos eucarísticos de pan y vino se convierten


realmente en el cuerpo y la sangre de Cristo durante la consagración. La substancia del pan
se convierte en la substancia del cuerpo de Cristo y la substancia
del vino se convierte en la substancia sangre de Cristo pero aún así subsisten los accidentes de la
substancia anterior al cambio, es decir el sabor, olor-todo aquello que perciben los sentidos- del pan y el
vino.

Aleluya: es palabra hebrea que significa “Alabad al Señor”, grito hebreo de júbilo y luego cristiano, que
se alterna con los versículos antes del Evangelio. Es para el cristiano el grito de la alegría pascual. Por
eso se suprime el Aleluya durante cuaresma.

Amén: significa “Así sea”, “Así se cumpla”, “Así suceda”. Los católicos responderán esta palabra con
fuerza y convicción.

Credo: es el resumen de los principales dogmas de fe católica. Se le conoce también como “Símbolo de
la fe” o “Símbolo de los Apóstoles”. Esta última forma es la más breve, la más antigua, que se remota tal
vez al tiempo de los Apóstoles. La forma más larga es el “Símbolo NicenoConstantinopolitano” que fue
compuesto gradualmente, completado y redactado por lo Concilios de Nicea y de Constantinopla.

Evangelio: es una palabra que significa “buena noticia, la traída por Jesucristo a la Tierra. Se llama así la
lectura de un trozo de la vida y de las enseñanzas de Jesús. Al fin del Evangelio, el celebrante besa el
misal para demostrar su afecto hacia Cristo y su mensaje.

Gloria: es un himno de alabanza a Dios, llamado también “himno angélico”, porque empieza con las
palabras de los ángeles en la noche de Navidad. Es cantado o recitado los domingos, (exceptuando los
de Adviento y de Cuaresma), en las solemnidades y fiestas, y en celebraciones especiales que sean más
solemnes.

Homilía: es una palabra que significa “comentario”. Se llama así al sermón en que se explica
frecuentemente el Evangelio que se ha leído.

Sesión 12: El Año Litúrgico: Adviento y Navidad


OBJETIVO: Que el monaguillo, al comprender la importancia y significado del Año Litúrgico y los tiempos
de Adviento y Navidad, sea capaz de vivir mejor cada celebración en la que participa.

ORACIÓN INICIAL
Oración: Mímica:
Me acerco a Ti y me concentro Ponerse de rodillas y cruzar los brazos sobre el
pecho
Cierro mis ojos, Cerrar los ojos e inclinar la cabeza hacia abajo
pero no Hacer con la mano derecha la indicación de “no”
para dormir Colocar las manos juntas al lado de la cabeza
(en actitud de dormir)
Porque Tu nos dices, Poniéndose de pie

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“Estad atentos porque volveré” Levantando la mano y el dedo índice de la mano


izquierda
Y nosotros, Colocar las dos manos sobre el pecho, sin
cruzarlas
nos preparamos todos los días, Colocar las manos con las palmas hacia arriba a
la altura del pecho
para crecer en Ti Extender los brazos hacia arriba

I. REVISIÓN DE LA ACTIVIDAD

En esta sesión aprenderemos qué es el año litúrgico y cuales son las partes o tiempos que
lo componen. Además durante esta sesión revisamos a detalle el significado verdadero de
Adviento y Navidad; de manera que podamos vivirlos mejor y crecer espiritualmente al
hacerlo.

II. PARTIR DE LA REALIDAD


1. En la naturaleza, ¿cómo notamos nosotros los cambios de estación?
2. Identifica rasgos distintivos de cada una de las estaciones en la naturaleza

III. DESARROLLO DEL TEMA

1. El año litúrgico
Así como el año en la naturaleza está divido en las cuatro estaciones, cada una con sus
características e importancia en el desarrollo de la vida y naturaleza, así también el año
litúrgico está dividido en diferentes partes, cada una con diferentes características y con su
importancia para el crecimiento de nuestra vida espiritual.

El año litúrgico, es una serie de festividades en que la Iglesia celebra las grandes hazañas de
Dios en el tiempo, es decir la historia de salvación.
Pero no solo celebramos lo que Dios hizo, sino lo que hace hoy día. Es vivir, renovar, y
hacer presente los hechos de Dios a través de la historia. Es decir que, por ejemplo, cuando
celebramos la Navidad, Cristo vuelve a nacer en nuestros corazones...

También durante el transcurso del año litúrgico la Iglesia nos invita a recorrer un camino de
vida espiritual. Esto lo hacemos meditando la vida de Jesús, la Virgen María, y los santos e
imitando sus ejemplos. De esta forma alabamos a Dios a través de todo el año y nos
preparamos para alabarlo en la vida eterna.

El año litúrgico se compone de diferentes tiempos litúrgicos, que son:


③ Adviento ③ Navidad
③ Ordinario
③ Cuaresma
③ Pascua

En las celebraciones de cada uno de los tiempos litúrgicos existen signos (señales
externas), que nos recuerdan cuáles son las fiestas que estamos celebrando. Entre los
signos más notorios, está el color de la casulla del sacerdote y los ornamentos del altar.
Conforme vayamos revisando el significado de cada tiempo, hablaremos también del color
litúrgico que lo representa.

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Manual de Formación de Monaguillos – San Mateo

La siguiente tabla nos muestra un ejemplo de cómo están distribuidas las festividades del
año litúrgico y los colores que se usan en ellas. Aunque cabe señalar, que no todos los años
son iguales, ya que las fechas son variables.

TIEMPO Festividad
ADVIENTO 1 D

2 D

3 D

4 D

NAVIDAD N Navidad (25/12)

S Sagrada Familia (domingo infraoctava) D


F
S Santa María, Madre de Dios (Octava de
M Navidad) (1/1)
2 2º domingo de Navidad D

E Epifanía del Señor (6/1)


P
B Bautismo del Señor (dom. siguiente a
Epifanía) D
ORDINARIO 2 El número de domingos Ordinarios entre
el tiempo de Navidad y la Cuaresma es
3 variable; aquí sólo se muestra un
ejemplo. El tiempo ordinario se inicia el
4 lunes siguiente al Bautismo y se
interrumpe el martes anterior a Cenizas
5

CUARESMA C Miércoles de Ceniza

1 D

2 D

3 D

4 D

5 D

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6 Domingo de Ramos

TRIDUO J Jueves Santo


PASCUAL S
V Viernes Santo
S
S Sábado Santo
S
PASCUA P PASCUA DE RESURRECCIÓN D

2 D

3 D

4 D

5 D

6 D

7 Ascensión D

P Pentecostés D

ORDINARIO S El número de domingos Ordinarios entre


T Pentecostés y Adviento es variable; aquí
C solo se muestra un ejemplo.
C El tiempo Ordinario se reinicia el lunes
1 que sigue a Pentecostés; pero los dos
1 domingos que siguen están ocupados por
las solemnidades de la Santísima Trinidad
1
(ST) y Cuerpo y Sangre de Cristo o
2
Corpus Christi (CC). El último domingo del
tiempo ordinario se celebra la solemnidad
1
de Cristo Rey.
3
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C
R
* Sugerencia para el coordinador: Se puede hacer un mural que muestre el año litúrgico actual, con todas
sus fiestas y que en cada reunión se vaya marcando el domingo actual, de manera que los monaguillos
siempre tengan la visión de cómo se van sucediendo las festividades.

Cabe mencionar también que en cada año se lee el evangelio de uno de los evangelistas, y
para leerlos todos estos han sido repartidos en tres ciclos (o años) a los que llamamos
ciclos A, B y C. Mateo es el evangelista para el ciclo A, Marcos para el B y Lucas para el C.
El evangelio de Juan se lee en la parte central del año litúrgico, es decir en cuaresma y
pascua.

Aquí te presentamos una tabla con los ciclos que se usarán en los siguientes años:

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Ciclo A: 2005 2008 2011


Ciclo B: 2006 2009 2012
Ciclo C: 2007 2010 2013
*un pequeño truco para encontrar un año del ciclo C es que al dividirlo entre
3 nos da un número entero. Por ejemplo, 2007 / 3 = 669 entonces, ¡es del
ciclo C!

2. El tiempo de Adviento
El año litúrgico comienza a finales de noviembre o principios de diciembre, ya que como
comentamos anteriormente, de un año a otro las fechas varían. El Adviento marca la espera
de la venida del Salvador. Durante las 4 semanas que dura, preparamos nuestro corazón
para que Jesús venga a él en la fiesta de la Navidad.

Adviento significa “venida, llegada”. Este tiempo nos prepara para celebrar la triple venida
de Jesús. Nuestra fe afirma que Jesús es le que vino (naciendo de la Virgen María), el que
viene (hoy, a través de los signos de los tiempos) y el que vendrá (con gloria, al final de la
historia). Es Jesús ayer, hoy y siempre.

El adviento es un tiempo de alegre espera: esperamos la llegada del Señor. Por eso
escucharemos mucho en los textos y cantos de las celebraciones las palabras “ven Señor,
ven pronto, no tardes”, “Ya viene el Señor, está cerca”, etc.

El momento en que tiene lugar este tiempo, sincroniza muy bien con la espera en otras
situaciones de nuestra vida diaria: los trabajadores están en espera del aguinaldo, los
estudiantes esperan sus calificaciones, las familias las vacaciones, el comerciante los
resultados de sus ventas y todos esperamos también la llegada de la fiesta de navidad y
año nuevo y el mundo entero espera la paz.

En México tenemos una manera más de vivir el Adviento, y durante los últimos 9 días antes
del día de Navidad celebramos las posadas, que nos recuerdan el peregrinar de María y
José buscando posada y nos invitan a abrirles nuestro corazón a todos nuestros hermanos,
para que en él pueda nacer el Niño Dios.

Los monaguillos deben recordar que:


③ Se usa el color morado, que simboliza sacrificio y penitencia.
③ En este tiempo no se dice ni se canta el Gloria como signo de austeridad
③ Pero se sigue cantando el Aleluya antes del Evangelio
③ El tercer domingo de adviento se puede usar el color rosa
Se sugiere a los grupos de monaguillos que recen y enciendan juntos la corona de adviento,
como una forma de prepararse a la venida de Jesús.

3. El tiempo de Navidad
La fiesta de la Navidad marca el final del tiempo de espera. El tiempo litúrgico de Navidad
empieza en la víspera del 25 de diciembre dura hasta la fiesta del Bautismo del Señor.

Este es un tiempo corto pero con muchas festividades. Entre ellas destaca el día de los
Reyes Magos o Epifanía. Aunque en México muchos niños piensan que lo importante de
ese día es que llegan regalos, en este día lo que se festeja es la manifestación y revelación
de Dios: Jesús es la luz que guía el camino de todos los pueblos, sin importar las razas o el
color de la piel.

El tiempo de Navidad termina con la celebración del Bautismo del Jesús por Juan el
Bautista. Esta se celebra el domingo siguiente al de Epifanía. El Bautismo de Jesús nos
recuerda como Dios nos envía a su Hijo único, hecho hombre.

En este tiempo, los monaguillos deben recordar que:

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Manual de Formación de Monaguillos – San Mateo

③ Se usa color blanco, que es un símbolo de pureza, alegría y prosperidad.


③ Este es un tiempo de fiesta, ¡Jesús se ha hecho hombre y está entre nosotros!
③ Color azul?

IV. PALABRA DE DIOS


a) Lectura: Lucas 2,10-11. “Pero el ángel les dijo: No teman, porque vengo a comunicarles una
buena nueva que será motivo de mucha alegría para todo el pueblo. Hoy ha nacido para
ustedes en la ciudad de David un Salvador que es Cristo Señor”
b) Meditación: Ayuda a los monaguillos a comprender la importancia de vivir de manera intensa
cada tiempo del año litúrgico, haciendo énfasis en esta ocasión en como es bueno prepararse
adecuadamente en el Adviento para la fiesta de la Navidad y así celebrar con gozo, durante
todo el tiempo de Navidad, que Jesús nace en nosotros.
c) Aplicación a la vida personal:
1. ¿Cómo podemos vivir mejor cada tiempo litúrgico?
2. Un monaguillo debe vivir profundamente cada uno de los tiempos litúrgicos para acercarse
cada vez más a Jesús.
3. Un monaguillo debe compartir con su familia y amigos el verdadero significado del adviento y
la navidad, compartir con ellos cuál es la razón de ser detrás de la corona de adviento, las
posadas y los regalos.

V. CANTO Y ORACIÓN
a) Canto:
b) Oración: Señor, que seamos capaces de vivir cada una de las celebraciones del año litúrgico
para estar cada día más cerca de tí.

VI. RESUMEN
El año litúrgico es una celebración de la historia de la salvación.
Inicia con el Tiempo de Adviento en el que, en una gozosa espera, aguardamos por el nacimiento de
Jesús. El tiempo de Navidad marca un tiempo de gozo en el mundo, por la llegada de Jesús.

Como monaguillos, es importante conocer el significado de cada una de las fiestas que nos marca el
año litúrgico, para así vivir mejor el servicio en el altar, con la actitud adecuada, y crecer
espiritualmente.

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Manual de Formación de Monaguillos – San Mateo

Sesión 13: El Año Litúrgico: Tiempo Ordinario, Cuaresma y Pascua


OBJETIVO: Que el monaguillo, al comprender la importancia y significado del Tiempo Ordinario,
Cuaresma y Pascua dentro del año litúrgico, sea capaz de vivir mejor cada celebración en la que
participa.

Oración Inicial
Oración: Mímica:
Me acerco a Ti y me concentro Ponerse de rodillas y cruzar los brazos sobre el
pecho
Cierro mis ojos, Cerrar los ojos e inclinar la cabeza hacia abajo
pero no Hacer con la mano derecha la indicación de “no”
para dormir Colocar las manos juntas al lado de la cabeza
(en actitud de dormir)
Porque Tu nos dices, Poniéndose de pie
“Estad atentos porque volveré” Levantando la mano y el dedo índice de la mano
izquierda
Y nosotros, Colocar las dos manos sobre el pecho, sin
cruzarlas
nos preparamos todos los días, Colocar las manos con las palmas hacia arriba a
la altura del pecho
para crecer en Ti Extender los brazos hacia arriba

I. REVISIÓN DE LA ACTIVIDAD
En la sesión anterior aprendimos qué es el año litúrgico y cuales son las partes o tiempos
que lo componen. Además durante esa sesión revisamos a detalle el significado de los dos
primeros tiempos litúrgicos: Adviento y Navidad. Para continuar con los Tiempos litúrgicos
que nos faltan, en esta sesión revisaremos el significado del tiempo ordinario, la cuaresma y
la pascua de manera que podamos vivirlos mejor y crecer espiritualmente al hacerlo.

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Manual de Formación de Monaguillos – San Mateo

II. PARTIR DE LA REALIDAD


1. Pensemos un poco en qué sucede en la Escuela, ¿cómo esta dividido el año escolar?,
¿Cómo sabemos que estamos aprendiendo cada día más?
2. ¿Cómo se visten las personas para que todos sepan que van a la escuela o que van a una
fiesta?
3. ¿En qué crees que se parecen estas situaciones a lo que pasa en el año litúrgico?

III. DESARROLLO DEL TEMA


1. El tiempo Ordinario
Dentro del año litúrgico existen dos períodos de Tiempo Ordinario. Estos son los tiempos
que caen fuera de los tiempos litúrgicos llamados especiales o “fuertes”, es decir, Adviento,
Navidad, Cuaresma o Pascua. Sumando los dos períodos pueden ser 33 o 34, dependiendo
del año. El primer período va después del tiempo de Navidad y el segundo al finalizar el
tiempo de Pascua.

Es importante aclarar que llamar a este tiempo “ordinario” es sólo un nombre, en realidad,
ningún domingo es ordinario o corriente: es el día que nos reunimos todos los católicos en
torno a la misa y cada domingo nos recuerda aquél primer día de la semana cuando María
Magdalena encontró la tumba de Jesús vacía. Cada uno de los domingos del Tiempo
Ordinario nos ayuda, a través de las lecturas, a comprender mejor a Jesús y su mensaje de
amor.

En este tiempo los monaguillos deben recordar que:


③ Se usa el color verde, que significa esperanza.
③ Las celebraciones del domingo, aún cuando no sean de un tiempo fuerte o especial son
muy importantes y debemos vivirlas con devoción y actitud de servicio.

2. El tiempo de Cuaresma
La cuaresma inicia cuarenta días antes de la Pascua de Resurrección. Es al igual que el
Adviento, un tiempo de preparación. En cuaresma nos preparamos para la pascua de
resurrección, desde el Miércoles de Ceniza hasta la tarde del Jueves Santo.

El miércoles de ceniza recuerda a cada cristiano su situación de pecado y la necesidad de


convertirse. En este tiempo se nos invita a hacer justicia a través de nuestras limosnas, la
oración y el ayuno. El tiempo de cuaresma es un tiempo de conversión. Nos recuerda los
cuarenta días que Jesús vivió en el desierto y su lucha contra las tentaciones.

La cuaresma es un período de liturgia sobria, más aún que el adviento y los monaguillos deben
recordar que:
③ Se usa el color morado, que simboliza sacrificio y penitencia.
③ No se dice ni se canta el Gloria
③ No se dice ni se canta el Aleluya
③ No se colocan flores en el altar

El tiempo de cuaresma culmina con la celebración del triduo pascual, que son los tres días
desde la noche del Jueves Santo hasta la noche del domingo de resurrección. En este tema
no podemos describir todos los ritos litúrgicos del Triduo... son muchos y muy importantes.
Por lo pronto diremos solamente que el triduo pascual comprende todos los sucesos de los
“días mayores” de la semana santa y termina con la celebración de la vigilia de la pascua en
la que celebramos el paso de Jesús de la muerte a su resurrección.

3. El tiempo de Pascua
El tiempo de Pascua dura siete semanas y comienza con la fiesta de la Pascua de
Resurrección. Los cincuenta días que siguen, se prolongan como una sola fiesta, como si
fuera un solo gran domingo. Durante todo este tiempo la Iglesia canta la alegría de Cristo

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Resucitado. Dentro de este tiempo, las celebraciones más importantes son la Ascensión,
que celebra el regreso de Cristo Resucitado a la casa del Padre y Pentecostés, que cierra el
tiempo pascual y celebra la venida del Espíritu Santo, siendo este el día en que nace la
Iglesia.

En este tiempo, los monaguillos deben recordar que:


③ Se usa color blanco, que es un símbolo de pureza, alegría y prosperidad.
③ Este es un tiempo de fiesta, ¡Jesús ha resucitado y va a donde está el Padre para
prepararnos un lugar!

Después del tiempo de Pascua, viene la segunda secuencia de Tiempo Ordinario, que ya
mencionamos anteriormente y el año litúrgico termina con el último domingo del tiempo
ordinario: la fiesta de Cristo Rey.

IV. PALABRA DE DIOS


a) Lectura:
b) Meditación: Ayuda a los monaguillos a comprender la importancia de vivir de manera intensa cada
tiempo del año litúrgico, haciendo énfasis en esta ocasión en como es bueno prepararse
adecuadamente durante la Cuaresma para la fiesta de la Resurrección y así celebrar con gozo,
durante todo el tiempo de Pascua, que Jesús ha resucitado y esta junto al Padre.
c) Aplicación a la vida personal:
1. ¿Cómo podemos vivir mejor el tiempo ordinario?
2. Un monaguillo debe vivir profundamente cada uno de los tiempos litúrgicos para acercarse cada
vez más a Jesús.
3. Un monaguillo debe compartir con su familia y amigos el verdadero significado de la cuaresma y
la pascua, compartiendo con ellos cuál es la razón de ser detrás de los viernes de cuaresma, las
vacaciones de semana santa y la fiesta de resurrección.

V. CANTO Y ORACIÓN
a) Canto:
b) Oración: Señor, que seamos capaces de vivir cada una de las celebraciones del año litúrgico para
estar cada día más cerca de tí.

VI. RESUMEN
El año litúrgico es una celebración de la historia de la salvación.
Después de los tiempos de adviento y navidad, llega el primer período del tiempo ordinario, que nos
da la oportunidad de conocer más a Jesús y su mensaje de amor. Posteriormente viene el Tiempo
de Cuaresma, en el que nos preparamos para vivir dignamente el triduo pascual. El tiempo de
Pascua, por su parte, es una gran celebración de la resurrección de Jesús. Al finalizar el tiempo de
pascua viene el segundo período de Tiempo Ordinario con el que concluye el Año litúrgico.

Como monaguillos, es importante conocer el significado de cada una de las fiestas que nos marca el
año litúrgico, para así vivir mejor el servicio en el altar, con la actitud adecuada, y crecer
espiritualmente.

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VII. ACTIVIDAD
Además de asistir al sacerdote en la misa, pondrás atención a lo que Jesús quiere decirte a través
del tiempo litúrgico actual. Piensa especialmente, en todas las cosas extraordinarias que Jesús te
dirá este siguiente domingo, a través de la lectura del evangelio. Coméntalo en la siguiente junta
con tus compañeros.

d) MEMORIZACIÓN
Eclesiastés 3, 1. “Hay un tiempo para cada cosa, y un momento para hacerla bajo el cielo.”

DICCIONARIO
Adviento
Año Litúrgico
Color litúrgico
Epifanía Navidad
Tiempo Litúrgico
Año Litúrgico
Color litúrgico
Cuaresma
Pascua
Tiempo Ordinario
Sesión 15: Vestiduras Sagradas 1
OBJETIVO: Dar a conocer al monaguillo los ornamentos que un sacerdote puede llegar a utilizar y el
significado que éstos tienen para que el respeto que le tiene al sacerdote aumente todavía más y pueda
ver en él al Cristo que todo católico debe ver.

Oración Inicial: Éxodo 28, 1-5 - Las vestiduras del sacerdote


Haz venir junto a ti, de en medio de los israelitas, a Aarón, tu hermano, y a sus hijos con
él para que sean mis sacerdotes; Aarón, Nadab, Abihú, Eleazar e Itamar, hijos de Aarón.
Harás para Aarón, tu hermano, vestiduras sagradas que le den gloria y majestad.
Hablarás con hombres expertos, a quienes yo he dotado de genio artístico, para que
confeccionen las vestiduras de Aarón, a fin de consagrarse para que sea mi sacerdote.
Estas son las vestiduras que han de preparar: un pectoral y un efod, un manto, una
túnica a cuadros, una tiara y un cinturón. Harán las vestiduras sagradas para Aarón y
para sus hijos a fin de que me sirvan como sacerdotes. Emplearán oro, púrpura violeta,
escarlata y carmesí, y lino torzal.

I. REVISIÓN DE LA ACTIVIDAD
Los vestidos, además de su función protectora y estética, pueden tener una intención simbólica:
no es indiferente el vestido de una novia, o el de las autoridades, o el de uno que está en una
fiesta o de luto, o el hábito de una u otra familia religiosa. En la Biblia, el vestido blanco es, por
ejemplo, el vestido del anciano que ve Daniel, el de los ángeles en las apariciones pascuales o el
de los vencedores del Apocalipsis.

También en la celebración litúrgica juega la vestidura un papel no indiferente. A veces son los
fieles los que se revisten de un modo especial: es claro el simbolismo del vestido blanco que se
impone al recién bautizado, y que es los primeros siglos conservaban desde la Vigilia Pascual
hasta el domingo siguiente. La “toma de hábito” de los religiosos (o por el contrario “colgar los
hábitos”), expresa con el cambio de vestidos la nueva situación de la persona, como se hace en
la vida social con la “investidura” en un cargo determinado, por ejemplo, de juez o de catedrático.
Sigue siendo verdad que “el hábito no hace al monje”, pero tampoco es indiferente cómo va
vestida una persona. Basta ver la viva discusión sobre el vestido en las primeras comuniones.

II. PARTIR DE LA REALIDAD


4. Si vas a una fiesta, ¿qué tipo de ropa usas?

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5. En una boda, ¿los novios visten igual que los demás invitados?
6. Al realizar una fiesta en tu casa, ¿te gusta vestir bien?
7. ¿Qué tan importante es asistir bien vestido a una misa?
8. ¿El sacerdote como viste al oficiar una misa?
9. ¿Visten igual un sacerdote, un obispo y el papa?

III. DESARROLLO DEL TEMA

Los vestidos litúrgicos: significado y sentido


Normalmente unos novios acuden a su boda vestidos como tal y no de forma ordinaria. El
vestido diferencia las personas (autoridades, militares, jueces, distintas clases de familias,
religiosas...) y las circunstancias (luto, fiesta, solemnidad, etc). Es un elemento, no esencial,
pero muy expresivo en todo el complejo de las comunicaciones humanas y sociales.

No es extraño que también en la celebración cristiana el vestido tenga su importancia. Además


de obedecer a las leyes de la psicología humana o de las diferenciaciones sociales, en este
caso el vestido apuntará a la naturaleza del misterio que los cristianos celebramos. Una Misa
en la que el presidente no se reviste de modo especial, "valdría" igual: pero ciertamente sería
una celebración muy poco digna y poco expresiva de lo que la comunidad cristiana entiende de
la Eucaristía. Se puede celebrar el sacramento de la Reconciliación sin vestidos litúrgicos,
pero el nuevo Ritual indica que, si se hace en la iglesia, el ministro reciba a los penitentes
revestido de alba y estola: el vestido quiere de alguna manera expresar que lo que allí sucede
no es un simple diálogo entre amigos, sino una "celebración" eclesial.

No es el caso de absolutizar la importancia de un vestido o de otro. Jesús criticó duramente a los


fariseos y sacerdotes de su tiempo por la idolatría en que habían caído en relación a pequeños
detalles, entre ellos el del vestido. Pero el otro extremo sería el descuidar la función que, tanto en
la vida como en la celebración cristiana, pueden tener las formas de vestir, sobre todo cuando se
trata de los ministros que actúan en ella.

¿También los fieles revestidos?


Se ha encontrado que en la antigüedad no sólo quien oficiaba la celebración se revestía
apropiadamente para la misma, sino que toda la asamblea expresaba su acción festiva con
túnicas especiales.

En la actualidad, en algunas ocasiones las personas acentúan la solemnidad o las características


de algunas celebraciones utilizando vestidos especiales, por ejemplo: en la celebración del
Matrimonio, sobre todo por parte de la novia; en la primera Comunión; en la profesión religiosa,
sobre todo en la imposición de los diferentes hábitos de las varias familias religiosas...

En el sacramento del Bautismo, después del gesto central del agua, entre las acciones
simbólicas "complementarias", está también la de la imposición de un paño blanco sobre el
bautizado. La intención es clara; el nuevo "estado" del cristiano es un estado de gracia, de
"revestimiento de Cristo" (Gal 3,26; Rom 13,14). Su dignidad y el don de la nueva vida en Cristo,
se significan oportunamente con un vestido blanco y que se puede conservar como recuerdo del
sacramento celebrado. En este caso, el vestido quiere ayudar a entender en profundidad lo que
sucede en el sacramento del Bautismo.

Por lo general, la comunidad cristiana puede considerarse que


subraya la Eucaristía dominical con sus vestidos de fiesta.
También aquí el vestido tiene su elocuencia: los cristianos se
“endomingan” el día del Señor, distinguiéndolo de los días de
trabajo, acudiendo así a su reunión más festiva de la Eucaristía.

Los vestidos de los ministros: historia

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Pero son los ministros, sobre todo el presidente de la celebración, los que tradicionalmente se
revisten con atuendos especiales en el ejercicio de su ministerio.

Ya en la liturgia de los judíos se concedía importancia, a veces exagerada, a los vestidos de los
celebrantes. Se veía en ellos un signo del carácter sagrado de la acción, de la gloria poderosa
de Dios y de la dignidad de los ministros. Así se describen, por ejemplo, los ornamentos litúrgicos
de un sumo sacerdote: "cuando se ponía su vestidura de gala y se vestía sus elegantes
ornamentos, al subir al santo altar, llenaba de gloria el recinto del santuario" (Ecclo 50,11).

En los primeros siglos no parece que los ministros cristianos significaran tal condición con
vestidos diferentes, ni dentro ni fuera del culto. En todo caso lo hacían con vestidos normales de
fiesta, con las túnicas grecorromanas largas.

Todavía en el siglo V el papa san Celestino I, en una carta a los obispos de las provincias galas
de Vienna y Narbona, se queja de que algunos sacerdotes hayan introducido vestidos especiales:
¿por qué introducir distinciones en el hábito, si ha sido tradición que no? "Nos tenemos que
distinguir de los demás por la doctrina, no por el vestido; por la conducta, no por el hábito; por la
pureza de mente, no por los aderezos exteriores" (PL 50,431).

Pero poco a poco se dio una evolución: se estilizaron los hábitos normales hasta adquirir una
identidad de vestidos litúrgicos. A medida que el traje civil fue cambiando -acortándose- se
prefirió que para el ministerio litúrgico continuara usándose la túnica clásica. Con ello a la vez se
denotaba el carácter diferente de la actividad celebrativa, la distinción de los ministros y el tono
festivo de la celebración.

Al principio no se ponía en ello ningún énfasis exagerado, más bien se buscaba una pedagogía
para el momento del culto sagrado y se deseaba que, en la vida normal, no hubiera ninguna
distinción entre los ministros y los demás fieles (así el año 530, el papa Esteban prohibía a los
sacerdotes ir vestidos de forma especial fuera de la iglesia y lo mismo S. Gregorio Magno). Fue
aproximadamente a partir del siglo IX cuando se “sacralizó" con mayor fuerza el tema de los
vestidos, buscándoles un sentido más bien alegórico, interpretando cada uno de ellos en sentido
moral (el alba indicaba la pureza, la casulla el yugo suave de Cristo ... ) como referencia a la
Pasión de Cristo o como imitación de los sacerdotes del AT y a la vez se empezó a bendecir los
ornamentos y a prescribir unas oraciones al momentos de revestirlos.

VESTIDURAS DEL SACERDOTE


Casulla:
En latín casulla significa casa pequeña o tienda. Se dice de la vestidura
que el sacerdote se reviste por encima del alba y la estola, a modo de
capa o manto amplio, abierta por ambos lados y con un hueco para la
cabeza.

En la historia ha tenido formas nobles y amplias, derivadas del manto


romano llamado pénula. La casulla es la vestidura que caracteriza al que
preside la Eucaristía. Uno de los gestos complementarios de la
ordenación del presbítero, es la investidura de la casulla.

Es la vestidura que se pone el obispo sobre las demás prendas.


Consiste en una pieza alargada con una abertura en el centro para pasar la cabeza. Es el
símbolo de caridad, que hace dulce y suave el yugo de Jesucristo. Vestidura Sagrada que se
pone el alba y que sirve para celebrar la Misa. Está abierta por lo alto, para que entre la cabeza, y
por los lados; cae por delante y por detrás desde los hombros hasta media pierna.

El presbítero o el obispo que preside la Eucaristía se reviste la casulla: su nombre ya indica que
es como una especie de "casa pequeña", a modo de manto amplio que cubre a la persona (como

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el "poncho" americano actual). La casulla es el indumento litúrgico que ha venido a caracterizar


sobre todo la celebración eucarística.
Se usan en diferentes colores:

Blanco: Representa las fiestas y solemnidades.


Verde: Se utiliza en tiempo ordinario.
Rojo: Representa las fiestas de los mártires y misas especiales de los santos.
Morado: Para la Semana Santa y cuaresma, así como para la misa de difuntos.

Alba:
Es una amplia túnica que cubre al celebrante de arriba a abajo y se
sujeta a la cintura con un cíngulo, simboliza la pureza del corazón que
el sacerdote ha de llevar al altar.

Del latín “alba”, “blanca”. Es el vestido que se considera básico para


todos los ministros en la celebración litúrgica, desde los acólitos hasta
el presidente.

Deriva de las túnicas antiguas, blancas, hasta los pies, que se


perdieron en el uso civil, pero que se consideró que podían utilizarse simbólicamente en el
culto, expresando con el vestido diferente de los ministros la diferencia entre la vida la vida
profana y la celebración. En
todas las culturas religiosas, para el ejercicio del culto se quiere simbolizar la pureza de los
ministros, y en muchas de ellas precisamente con el color blanco. El blanco es signo también de
victoria y de resurrección.

El alba se utiliza con cíngulo a la cintura, a no ser que ya quede por sí bien adherido al cuerpo, y
con el amito que cubre el cuello, a no ser que ya tenga el alba por su forma.
Esta vestidura blanca también tiene un sentido bautismal. El domingo de Pascua, o sea, en la
octava de la Resurrección, se solía deponer el “alba”, el vestido blanco que habían recibido los
neófitos en su bautismo en la Vigilia Pascual, como símbolo de su resurrección en Cristo. Por eso
este domingo se llamó “dominica post albas”, y más tarde “dominica in albis”, se entiende “in albis
depositis”, depuestos ya los vestidos blancos, mientras que el sábado anterior era sábado “in
albis deponendis”, los vestidos “por deponer”.

Cíngulo:
Cordón o cinta de seda o de lino, con una borla a cada extremo, que le sirve al Sacerdote
para ceñirse el alba. La palabra latina “cingulum” viene de “cingere”, ceñir. El cíngulo o
ceñidor es un complemento necesario para ciertos vestidos amplios como la túnica o el alba,
para ceñirlos mejor a la cintura y facilitar el movimiento.

A veces tiene forma de cordón y otras de cinta más o menos anchas. Los orientales usan la
“zona”, más adornada y colorista. Actualmente

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los ministros que usan alba se ponen el cíngulo, a no ser que ya de otro
modo, por la forma misma del alba, se provea a su estética y
funcionalidad.

Amito:
Del latín “amictus”, de “amicio, amicire”, rodear, envolver. Se llama así a
la pieza de lienzo blanco, rectangular, a modo de pañuelo de hombros,
que visten los ministros de la liturgia debajo del alba. Se ata a la cintura
con unas tiras o cintas cruzadas.

A veces tiene forma de capucha, adornada o no con cruces u otros diseños, que luego sobresale
por encima de los otros vestidos (alba y casulla).

Puede tener la finalidad práctica de preservar del sudor al alba. Pero sobretodo se le aprecia el
valor estético: cubrir más elegantemente el cuello. Sin embargo, se puede prescindir del amito si
ya el alba cuida de esta estética por forma.

Estola
La estola es una tira de tela, más o menos entre quince y veinticinco centímetros de anchura,
blanca o de colores, que pende del cuello. En el uso latino antiguo se empleaba a veces para
designar vestidos significativos o simbólicos: así se habla de que los bautizados van vestidos de
estolas blancas (“stolis albis candidi”), o que los mártires van vestidos de la estola de la gloria
inmortal.

La estola es común en todos los ministros ordenados. Con la diferencia de que los sacerdotes se
la cuelgan en torno a los dos hombros, sobre el alba y bajo la casulla, cayendo sus extremos en
paralelo, y los diáconos se la visten cruzada, “a la bandolera”, desde el hombro izquierdo hacia la
derecha.

Es, por tanto, un distintivo de los ministros y a la vez un adorno que resalta la función sagrada
que realizan. Se ponen la estola también para distribuir la comunión o para sentarse en la sede
penitencial. En la ordenación del diácono uno de los gestos complementarios es la imposición de
la estola.

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Sesión 16: Vestiduras Sagradas 2

Vestimenta de Obispos y Arzobispos

Los Obispos (Obispos y Arzobispos) usan los mismos ornamentos


que el Sacerdote cuando van a celebrar la Santa Misa. Fuera de
estos ornamentos el Arzobispo utiliza otros ornamentos para
destacar su calidad de legítimo sucesor de los Apóstoles y de jefe
de la Diócesis de la cual es Pastor. Éstos son:

El Palio Arzobispal:
Banda de lana blanca en forma de collarín, adornada con seis
cruces de seda negra. Es la insignia exclusiva de los arzobispos
residenciales o metropolitanos. Es semejante a una estola y se
utiliza a modo de escapulario. Es de tela blanca salpicada de
cruces, que les envía el
Papa como distintivo de su especial dignidad

La lana significa la aspereza de la reprensión a los rebeldes; el


color blanco, la benevolencia hacia los humildes y penitentes. La
forma circular que encierra los hombros es el temor del Señor, por
quien las obras se cierran a fin de que su perfume cubierto no se vaya
desvaneciendo, como sucede si se descuidan las pequeñas cosas que, poco a poco, se cae en
las grandes.

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Tiene cuatro cruces situadas delante y detrás, a la derecha y a la izquierda. Así el obispo debe
poseer vida, ciencia, doctrina y poder. Se relaciona también con las cuatro virtudes cardinales,
teñidas de púrpura por la fe en la Pasión del Cristo. En la parte anterior se representa la justicia:
el prelado debe velar para dar a cada cual lo suyo. En la parte posterior, la prudencia: el prelado
debe cuidarse de dudas y pensamientos nocivos. A la izquierda, el coraje, para no sucumbir en
la adversidad. A la derecha, la templanza, para no descontrolarse en la prosperidad.

Mitra:
Es un bonete alto de forma cónica, del que cuelgan dos tiras en la
parte de atrás y que es usado por los obispos. Que tenga la mitra
sobre la cabeza, quiere decir que lleva la ciencia de ambos
Testamentos, así como el rostro de Moisés mostraba haces
luminosos sobre su cabeza. Con los cuernos de los Testamentos,
el obispo debe combatir a los enemigos de la Iglesia. La utilizan Obispos y Arzbispos.

En griego, “mitra” puede significar una toca o gorro para la cabeza, a modo de tiara, cinturón o
diadema. En el Antiguo Testamento aparece varias veces hablando de los sacerdotes (Ex 29, 9;
39, 28-31): algunas biblias lo traducen como “turbante” o bien por “birreta”.

Parece que era de origen persa, y luego de uso romano, el que algunas personas distinguidas,
como signo de honor y nobleza, se pusieran este gorro. Pasó con naturalidad al uso eclesiástico,
primero reservado al papa y luego (a partir del siglo X-XI) concedido a los obispos y abades. Al
principio parece que fue en forma de copa, de poca altura (unos 20 centímetros) y luego
puntiagudo, con las puntas hacia arriba, de mayor altura (hasta 50 centímetros) y dos cintas o
tiras de tela que cuelgan por detrás, que reciben el nombre de Ínfulas.

Actualmente la mitra es característica de los obispos y de los abades mitrados. El ritual de la


ordenación episcopal no acompaña la imposición de la mitra con ninguna fórmula, pero en la
introducción (n. 26) interpreta su simbolismo como el “esfuerzo por alcanzar la santidad”.

Los obispos suelen tener una mitra más sencilla, y otra más adornada llamada “preciosa”, según
la gradación de la fiesta.

El obispo o el abad se ponen la mitra en los momentos más significativos de las celebraciones
que presiden, como la entrada y la salida, la homilía y la bendición final, mientras que no lo
hacen, por ejemplo, delante del Santísimo expuesto.

Anillo Pastoral:
Que tenga un anillo en el dedo, para que pueda decir por la voz de la
esposa: “Nuestro Señor Jesucristo ha puesto el anillo como signo de
alianza” No sólo deberá llevarlo como muestra de fidelidad, sino
principalmente para demostrar que vela para dar a Cristo como único
esposo, a las almas que le fueron encomendadas. Dice el apóstol: Yo os
ligué a mi esposo para presentaros a Cristo como virgen pura. Lo utilizan Obispos y Arzobispos.

Báculo:
Que lleve en la mano el bastón pastoral para corregir, sostener y empujar. El
báculo esta plantado en el suelo para aguijonear a los perezosos. Es recto
en su parte vertical para dirigir y sostener a los débiles; y es curvo en su parte
superior para atraer a los pecadores y reunir a lo que erran según aquello:
Juntad, sostened, estimulad al indeciso, al enfermo, al perezoso. Lo utilizan
Obispos y Arzobispos.

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“Báculo” viene del latín “baculum, baculus”, en diminutivo “bacilus”, que significa bastón,
cayado.

En sentido figurado y simbólico pasó a indicar “apoyo”, por su función de ayuda para camina, y
sobretodo “autoridad”, por el paralelo con la vara o bastón con que el pastor guía y gobierna a su
rebaño. En el Salmo 22, 4 se alude a esta ayuda de Dios: “tu vara y tu cayado me sostengan”. En
Gn. 49, 10 se anuncia que “no se irá de Judá el báculo, el bastón de mando” (también Jr. 48, 17).

En muchas culturas el báculo significa desde antiguo la autoridad del gobernante en sus diversas
modalidades: desde el cetro del rey hasta la vara de mariscal o el bastón del alcalde. En el
ámbito eclesiástico el báculo pasó a ser la insignia simbólica del obispo como pastor de la
comunidad cristiana. En la liturgia hispánica, ya en el siglo VII. En Roma, más tarde, tal vez en el
IX.

El obispo recibe el báculo el día de su ordenación, como uno de los signos explicativos de su
ministerio: “por la entrega del báculo pastoral, se pone de manifiesto su función de regir la iglesia
que le ha sido encomendada” (Ritual 26). Cuando lo recibe escucha estas palabras: “recibe el
báculo, signo de pastor, y cuida de toda tu grey, porque el Espíritu Santo te ha constituido obispo
para que apacientes la Iglesia de Dios”. El obispo porta el báculo en la mano, cuando preside una
celebración solemne de su comunidad, en la procesión de entrada, durante la proclamación del
evangelio y para la bendición final. También el abad recibe y utiliza este mismo signo como
símbolo de su función pastoral.

Solideo Color Violeta:


Pequeño sombrero redondo de color morado que llevan los
prelados. En palabra latina significa "solo a Dios", y es un casquete
que cubre la parte posterior de la cabeza, y que es usado por el
Papa en color blanco. Los Cardenales la llevan de color rojo y los
Obispos y Arzobispos violeta.

De las palabras latinas “soli Deo”, “sólo a Dios”, se llama “solideo” al


casquete de seda o tela ligera que se ponen algunas personas tapando la coronilla de la cabeza.

Empezó a generalizarse su uso hacia el siglo XIV. Al principio cubría toda la cabeza. Fue en la
época barroca cuando se redujo a su actual forma redonda y pequeña. Se distingue ahora por su
color: el papa usa solideo blanco. Los cardenales, rojo. Los obispos, morado. Otros prelados y
clérigos, negro.

No se utiliza sólo en las celebraciones, sino también fuera. Durante la Eucaristía se quita al
empezar el prefacio de la Plegaría Eucarística para volvérselo a poner después de la comunión.
Hace honor así a su nombre de “soli Deo”, “sólo ante Dios” se quita. También se retira para la
adoración de la Cruz el Viernes Santo.

Cruz Pectoral: Es usada por Obispos, Arzobispos y Cardenales. Se usa sobre


el pecho una cruz ricamente adornada con piedras preciosas. Es usada
además por los Sacerdotes de grados superiores tales como Archimandritas,
Abbades, Archiprestes, etc. Dentro del clero ruso los Sacerdotes usan una
sencilla Cruz con la imagen de Nuestro Salvador.

Capa Pluvial: La capa (del latín tardío “cappa”, de “capere”, coger, contener) es una ropa larga
sin mangas, a modo de manteo o manto, circular, abierto, que se emplea sobre todo fuera de
casa. Los obispos pueden vestir la “capa magna” en las solemnidades en su diócesis. Pero la
capa más empleada en liturgia es la capa pluvial (de lluvia), que diversos ministros (presbíteros,
clérigos, monjes) visten, con capucha o sin ella, con un broche en la parte delantera. Lo hacen
sobre todo en las procesiones, dentro o fuera de la iglesia, y en otras celebraciones como el
Oficio Divino, la bendición con el Santísimo o la bendición de las campanas.

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Vestimenta del Sumo Pontífice

Báculo: Es el símbolo más antiguo de la autoridad y, en el obispo, proclama al padre, al juez y al


pastor.

Casulla: Es la vestidura que se pone el obispo sobre las demás prendas. Consiste en una pieza
alargada con una abertura en el centro para pasar la cabeza. Es el símbolo de caridad, que hace
dulce y suave el yugo de Jesucristo.

Se usan en diferentes colores:

Blanco: Representa las fiestas y solemnidades.

Verde: Se utiliza en tiempo ordinario.

Rojo: Representa las fiestas de los mártires y misas


especiales de los santos.

Morado: Para la Semana Santa y cuaresma, así


como para la misa de difuntos.

Alba: Es una amplia túnica que cubre al celebrante de arriba a abajo y se sujeta a la cintura con
un cíngulo, simboliza la pureza del corazón que el sacerdote ha de llevar al altar.
¿Cuáles son las insignias propias de un PAPA?
La Sotana Blanca
La Banda de Seda Blanca, adornada con el Escudo Papal El
Solideo Blanco en la cabeza
El Anillo del Pescador. (Pastor Supremo de la Iglesia)
El Pectoral. (Un crucifijo de oro en el pecho, sobre la Sotana Blanca)
La Capa Roja
Las Sandalias color Vino
La tiara: Mitra alta ceñida por 3 coronas

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Simbolismo de las vestimentas litúrgicas

Como dijo el apóstol: Las armas de nuestra milicia no son materiales, pero sí poderosas para
derribar lo que se le opone. A la par de la reina, adecuadamente ceñida de sus diversos
ornamentos, el sacerdote adornado exteriormente con las vestimentas sagradas, debe cuidar
que su interior, su alma, esté revestida de buenas costumbres, según lo escrito: Que los
sacerdotes estén revestidos de justicia.

Que se coloque al principio el amito como un casco de salvación y que descienda sobre sus
hombros. Esto indica que no debe adormecerse en la ociosidad sino consagrarse fortalecido a las
buenas obras y, además, demuestra que deberá tomar para sí las cargas. Que ligue los
cordones del amito sobre el pecho, recordando que esta acción a punto de comenzar, que es
buena por su intención y el objeto perseguido, se lleve a cabo según el querer de Dios.

A continuación el sacerdote adaptará convenientemente el alba en torno a su pecho, para evitar


las superfluidades en su vida y costumbres. Que el alba sea blanca, resplandeciente por la
pureza de sus obras; amplia para la justicia, a fin de dar a cada uno lo que es debido; sus
riñones sean ceñidos por un cordón, para que comprometido en el camino estrecho, no caiga en
la lujuria y que no se sienta entorpecido por la embriaguez y la glotonería.

Para volver a encontrar la vestimenta de la alegría y la inmortalidad, y llevar con paciencia el


yugo del Señor, poniendo la estola sobre el cuello, que lleve con paciencia el yugo del Señor: es
por la paciencia que se posee el alma. Que esté atento a su derecha y a su izquierda, así como
él debe estar fortalecido en ambos lados con las armas de la justicia, y sea exaltado por la
prosperidad o abatido por la adversidad.

En el brazo izquierdo donde coloca el manípulo o pañuelo, una vez rechazadas la languidez y
cansancio de la vida presente, que pueda enjugar, en cierto sentido, el sudor de su espíritu con
el lienzo de la vigilancia y sacuda la torpeza de su corazón. Los ministros del Señor no deben
desanimarse ante el trabajo: tengan siempre presente en el espíritu, que luego volverán
alegremente cargando sus manojos (manipulus).

Por último se reviste de la casulla que es la vestimenta nupcial, designa a la caridad y cubre la
multitud de los pecados. El sacerdote debe desbordar de caridad, extendiendo los dos brazos, en
gesto de amor, a derecho e izquierda, hacia Dios y hacia el prójimo. Y así adornado de todas las
virtudes, por sobre ellas ponga el lazo de una perfecta caridad. De esta manera, con la gracia del
Señor, podrá obtener lo que pide.

Los Obispos
Sus pies calzan sandalias para preparar el evangelio de la paz, según está escrito: Que sean
hermosos los pies de aquellos que anuncian el evangelio de la paz. Las suelas por debajo de
las sandalias, es para que no se ensucien con las cosas de la tierra. Por encima el cuero tiene
una abertura como ventana, para que abran los ojos del corazón al conocimiento de las
realidades celestiales.Debe estar esa abertura significando la conveniencia de revelar a algunos
los secretos del cielo, y mantenerlos ocultos en parte, a otros.

Usan también caligas apretadas en torno a las rodillas, pues quien predica a los demás, debe
conducir sus pasos por caminos rectos y afirmar sus rodillas vacilantes. El obispo reviste sobre
el alba, una larga túnica llamada toga que significa la perseverancia de los prelados. Las demás
virtudes corren la carrera; sólo la perseverancia recibe el premio.

Sobre la túnica se coloca la dalmática. La amplitud de las mangas recuerdan la liberalidad: que
el prelado no tenga la mano extendida para recibir y cerrada para dar, él que debe abundar en
obras de misericordia y tender sus manos para ponerlas a disposición de los presentes. Es por

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ello que los diáconos, elegidos por los apóstoles para el servicio de la mesa, usan dalmática. Por
lo común, esta prenda tiene franjas en su parte izquierda, según la palabra: aquel que conduce a
sus hermanos, que se cuide de vigilarlos.

Que el obispo tenga guantes en las manos, según lo escrito: Cuidad de no hacer buenas obras
delante de los hombres, para ser vistos. Si es lícito que se hagan públicamente, la intención debe
quedar oculta, a fin que la mano izquierda ignore lo que hace la derecha.

Que tenga la mitra en la cabeza, pues quiere decir que lleva la ciencia de ambos Testamentos,
así como el rostro de Moisés mostraba haces luminosos sobre su cabeza. Con los cuernos de
los Testamentos, el obispo debe combatir a los enemigos de la Iglesia.

Que tenga un anillo en el dedo, para que pueda decir por la voz de la esposa: “Nuestro Señor
Jesucristo ha puesto el anillo como signo de alianza” No sólo deberá llevarlo como muestra de
fidelidad, sino principalmente para demostrar que vela para dar a Cristo como único esposo, a
las almas que le fueron encomendadas. Dice el apóstol: Yo os ligué a mi esposo para
presentaros a Cristo como virgen pura.

Que lleve en la mano el bastón pastoral o báculo para corregir, sostener y empujar. Es recto en
su parte vertical para dirigir y sostener a los débiles; y es curvo en su parte superior para atraer a
los pecadores y reunir a lo que erran: “Juntad, sostened, estimulad al indeciso, al enfermo, al
perezoso”.

Los arzobispos, además, llevan sobre sus vestimentas un collar de lana blanca (Palio), de forma
circular que rodea pecho y espaldas. La lana es la aspereza de la reprensión a los rebeldes; el
color blanco, la benevolencia hacia los humildes y penitentes, pues el prelado debe mostrar
rostro de león y cara de hombre. La forma circular que encierra los hombros es el temor del
Señor, por quien las obras se cierran a fin de que su perfume cubierto no se vaya
desvaneciendo, como sucede si se descuidan las pequeñas cosas que, poco a poco, se cae en
las grandes.

El palio (Pallium) tiene cuatro cruces situadas delante y detrás, a la derecha y a la izquierda. Así
el obispo debe poseer vida, ciencia, doctrina y poder. Se relaciona también con las cuatro
virtudes cardinales, teñidas de púrpura por la fe en la Pasión del Cristo. En la parte anterior se
representa la justicia: el prelado debe velar para dar a cada cual lo suyo. En la parte posterior, la
prudencia: el prelado debe cuidarse de dudas y pensamientos nocivos. A la izquierda, el coraje,
para no sucumbir en la adversidad. A la derecha, la templanza, para no descontrolarse en la
prosperidad.

Sobre el palio hay además dos rayas, una delante, en el pecho, a fin de que dedique tiempo a la
contemplación, y otra sobre la espalda, para que no rehuya las cargas de la vida activa. Como
Moisés que estuvo un tiempo con el Señor en la montaña y otro tiempo en la tierra con el pueblo.

El palio es doble en la izquierda, pues es necesaria la firmeza en la vida presente, debido a sus
múltiples contratiempos. Es simple a la derecha, en razón de la quietud y uniformidad de la vida
futura. Tres hebillas tiene el palio: sobre el hombro izquierdo, delante del pecho y atrás en la
espalda, para que el prelado sea movido por un triple aguijón: temor a la pena, temor a la culpa y
temor a la ignorancia. Que no sea herido en el pecho por la contrición y por la compasión; en el
hombro izquierdo, por la paciencia ante las pruebas; en la espalda por el temor. Si el justo
apenas se salvará, ¿qué no le espera al impío? La eterna beatitud no es tiempo de dolor, no
tiene hebilla en el hombro derecho. La hebilla tiene el extremo dirigido hacia abajo y es de forma
redonda hacia arriba: quien sufre en esta tierra por Cristo, será coronado en la vida eterna.

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IV. PALABRA DE DIOS.


a) Lectura:
Oración Inicial: Éxodo 28, 1-5 - Las vestiduras del sacerdote
Haz venir junto a ti, de en medio de los israelitas, a Aarón, tu hermano, y a sus hijos con él para
que sean mis sacerdotes; Aarón, Nadab, Abihú, Eleazar e Itamar, hijos de Aarón. Harás para
Aarón, tu hermano, vestiduras sagradas que le den gloria y majestad. Hablarás con hombres
expertos, a quienes yo he dotado de genio artístico, para que confeccionen las vestiduras de
Aarón, a fin de consagrarse para que sea mi sacerdote. Estas son las vestiduras que han de
preparar: un pectoral y un efod, un manto, una túnica a cuadros, una tiara y un cinturón. Harán
las vestiduras sagradas para Aarón y para sus hijos a fin de que me sirvan como sacerdotes.
Emplearán oro, púrpura violeta, escarlata y carmesí, y lino torzal.

b) Meditación: Ahora que ya conocen las vestiduras que se pueden usar y quién las puede usar,
reflexiona en lo importante que es tener una buena presentación siempre.

c) Aplicación a la vida personal:


1. ¿Por qué es importante vestir siempre adecuadamente?
2. En las noches, antes de acostarte, ¿planificas la ropa que te pondrás al día siguiente? ¿piensas
a dónde irás y qué es lo que harás?

V. CANTO Y ORACIÓN.
c) Canto:
d) Oración:

VI. RESUMEN.
Se dice con verdad que “el hábito no hace al monje”. Pero, según otra frase popular, “lo distingue”. En la
liturgia de la Iglesia las vestiduras no hacen a la persona ser lo que es, pero sí señalan, sí distinguen con
claridad qué ministerio ejerce quien lo porta o qué ceremonia se está celebrando.

VII. ACTIVIDAD.
Llevar a los monaguillos a la sacristía, con la autorización del párroco y se les muestra la vestidura que
utiliza el sacerdote con su nombre respectivo. Dialogar con ellos sobre cómo aprenderse los nombres de
las vestiduras sagradas. Proponerles que durante la semana se reúnan entre ellos para dibujarlas.
Encerrar en un círculo las vestiduras del obispo y las insignias que utiliza; las vestiduras del sacerdote en
un cuadro.

VIII. MEMORIZACIÓN.
1 Tim 4 12b. “… debes ser, mas bien, ejemplo para los creyentes, en el modo de hablar, en el
comportamiento, en el amor, en la fe, en la honestidad”

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Sesión 17: La Virgen María y el Santo Rosario


OBJETIVO:
Que el monaguillo conozca la Madre de Jesús Maestro y así se enamore de Maria como una Madre que
nos cuida y nos ama de tal manera que fomente el gusto por el Santo Rosario y la devoción de la Virgen
en su familia.

I. REVISIÓN DE LA ACTIVIDAD.

II. PARTIR DE LA REALIDAD.


1 ¿Con que frecuencia le rezas a nuestra madre Maria?
2 ¿Cómo manifiesto mi cariño y admiración a la Santísima Virgen Maria?
3 ¿En tu familia se acostumbre rezar el Santo Rosario? 4 Si Maria es importante para ti... ¡hácelo saber!

III. DESARROLLO DEL TEMA.

1. Nuestra Madre Maria


María, la primera de los cristianos, modelo del ¿Qué es la veneración? ideal de todo lo que
la Iglesia quiere ser, nos enseña a escuchar fielmente la palabra de Dios y a ponerla en
práctica.

Hagan lo que él les diga, nos dice a nosotros, como lo dijo en Caná. Por eso nos reunimos a
escuchar la palabra, que ilumina el camino, por las actividades básicas de un niño mariano en
su relación con la Santísima Virgen son las que se expresan con muestras de veneración,
amor e invocación, e imitación.

S.S.Pablo VI recomienda en la exhortación “Marialis Cultus” ,el rosario, al igual que S.S. Juan Pablo II por
que es una oración impregnada de Evangelio, donde se medita la historia de la salvación, además en su
repetición y sencillez nos crea un ambiente de paz, de serenidad, y contemplación. Y el repetir la misma
oración, es una práctica tan difundida en las religiones antiguas que podríamos considerarlo como un
hecho religioso universal ya que el rosario es respuesta a nuestra fatiga manifestando así nuestro amor
filial y sencillo en la presencia de Dios.

IV. PALABRA DE DIOS.


1.-Cfr Lc. 1,39-44.
2.-Cfr. Jn.2,1-1.
Con la palabra de la Virgen santificó Jesús a San Juan cuando todavía se hallaba en el seno de su madre
Santa Isabel, pues apenas habló Maria quedó santificado el Bautista. Fue el primero y principal milagro

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Manual de Formación de Monaguillos – San Mateo

en orden a la gracia(1); y ante la discreta petición de la Santísima Virgen en las bodas de Caná, Jesús
cambió el agua en vino, siendo su primer milagro público en orden a la naturaleza(2). Jesucristo empezó
y continuó obrando sus milagros por mediación de la Virgen Maria y por su medio los continuará hasta la
consumación de los siglos.

V. CANTO Y ORACIÓN.
a) Canto Mariano.
b) Oración: El rezo del Santo Rosario en donde todos participen, ante una imagen de la Virgen.

VI. RESUMEN.
La finalidad de toda práctica de devoción a Maria es glorificar a Dios y comprometernos en una
vida cada vez más conforme a su voluntad

VII. ACTIVIDAD.
Día 1: Todos los días de esta semana rezar el Ángelus antes de comer.
Día 2: En éste día pondré mis dificultades y compromisos en sus manos.
Día 3: Hoy rezaré un Ave Maria por mis papás.
Día 4: Hoy le regalaré una flor a alguna imagen de Maria que esté en mi casa.
Día 5: Le escribiré una pequeña oración
Día 6: Al despertar le encomendaré todas mis actividades para que se las presente a Dios.
Día 7: Realizaré un pequeño compromiso con ella.

VIII. MEMORIZACIÓN.
“Hagan lo que él les diga” Jn 2,5.

DICCIONARIO.
“Latria”: Es igual que adoración la cual sólo pertenece a Dios.
“Dulía”: Es la veneración a los Santos.
“Hiper dulía”: Es la gran veneración a la Santísima Virgen Maria

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