VIA LUCIS - Teyocoyani

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VIA LUCIS

Estaciones de la
Resurrección
Equipo Teyocoyani
Presentación
Con frecuencia los cristianos nos quedamos
únicamente en el dolor y el sufrimiento de Cristo:
el Viernes Santo lo dedicamos a acompañarlo en
su pasión y su muerte; meditamos su dolor y su
sufrimietno, la tristeza de María y de sus discípulos
y discípulas y, por la noche, participamos en la
Procesión del Santo Entierro, regeando a nuestras
casas con la sensación de que todo terminó… Así
hasta el año siguiente.
En comparación con las multitudes que participan
en el Vía Crucis muy pocos participamos
celebrando el gran día de la Resurrección. Damos
así la impresión de ser “cristianos y cristianas del
Viernes Santo” que dejan sepultada su esperanza
y no son iluminados por la Resurrrección.
Somos invitados a acompañar a Cristo en su
pasión y su Cruz pero también en la victoria de su
Resurrección por la que nos dio el poder para
vencer el mal de este mundo (Jn 16,33).
En este sencillo folleto queremos ofrecerles un
material que nos ayude a celebrar el gozo y la
alegría de Cristo vivo y resucitado entre nosotros.
El Vía Lucis tiene, como el Vía Crucis, 14
estaciones para encontrarnos, esta vez, con Cristo
Resucitado y unirnos a los primeros creyetnes
que, junto a María, se alegraron al ver de nuevo a
Jesús a quien habían visto padecer y morir en la
Cruz. Con estos pasos compartimos la alegría que

~1~
llenó sus corazones al ver que Él ahora está vivo y
nos ofrece la vida en abundancia (Jn 10,10).
Sugerimos realizar esta experiencia del Vía Lucis
preferentemente en comunidad y que, como el Vía
Crucis, se haga en forma de procesión, ya sea
dentro o fuera del templo. Es importante preparar
las 14 estaciones y escoger, de antemano, los
lectores que proclamarán los textos bíblicos y las
reflexiones que se meditan en cada estación. La
celebración debe ir animada por cantos alegres de
vida y esperanza.
Se pueden incluir signos que hablen de alegría,
como por ejemplo, flores y palmas o lanzar lemas
a los que la comunidad responda; si la celebración
se hace noche, se pueden utilizar candelas
encendidas que nos descrubran que Cristo es la
luz del mundo.
Confiamos en que este material ─que inicialmente
tomamos de algún lugar del mundo y luego
supimos era obra de José Luis Martín Descalzo─
será de gran beneficio para vivir el sentido de la
vida nueva que Cristo nos trajo y para mantener la
esperanza en ese Dios que es un Dios de vivos y
no de muertos (Mt 22,32). Él nos envía como
testigos de una vida nueva en Cristo Jesús que ha
resucitado y sigue vivo en nuestras comunidades.

Equipo Teyocoyani

~2~
I
JESUS, RESUCITANDO,
CONQUISTA LA VIDA ETERNA

Texto bíblico: Mt 28,1-6


1 Pasado el sábado, al amanecer el primer día de
la semana, María Magdalena y la otra María
fueron a ver el sepulcro. 2 De pronto se produjo
un gran terremoto, pues un ángel del Señor bajó
del cielo y, acercándose, hizo rodar la piedra y se
sentó encima de ella. 3 Su aspecto era como el
relámpago y su vestido blanco como la nieve.4
Los guardias, atemorizados ante él, se pusieron
a temblar y se quedaron como muertos. 5 El
ángel se dirigió a las mujeres y les dijo: «No
teman, pues sé que buscan a Jesús, el
Crucificado; 6 no está aquí, ha resucitado, como
lo había dicho. Vengan, vean el lugar donde
estaba.

Reflexión

Gracias, Señor, porque al resurgir de la muerte,


nos trajiste en las manos la vida verdadera, no
sólo un poco más de esto que llamamos “vida”,
sino la Vida sin fin, la zarza ardiendo que no se
consume, la misma vida que vives Tú.
Gracias por este gozo, gracias por esta Gracia,
gracias por esta Vida Eterna que nos hace

~3~
inmortales, gracias porque al resucitar inauguraste
la nueva humanidad y nos pusiste en las manos
esta vida multiplicada, este milagro de ser
humanos y más, esta alegría de sabernos
partícipes de tu triunfo, este sentirnos y ser hijos y
miembros de tu Cuerpo glorioso.

~4~
II
EL SEPULCRO VACÍO MUESTRA QUE
JESÚS
HA VENCIDO A LA MUERTE

Texto bíblico: Mc 16,2-6


2 Muy de madrugada, el primer día de la
semana, a la salida del sol, las mujeres van al
sepulcro. 3 Se decían unas a otras: «¿Quién nos
retirará la piedra de la puerta del sepulcro?» 4 Y
levantando los ojos ven que la piedra estaba ya
retirada; y eso que era muy grande. 5 Y entrando
en el sepulcro vieron a un joven sentado en el
lado derecho, vestido con una túnica blanca, y se
asustaron. 6 Pero él les dice: «No se asusten.
Buscan a Jesús de Nazaret, el Crucificado; ha
resucitado, no está aquí. Vean el lugar donde le
pusieron.»

Reflexión

Hoy, al resucitar, dejaste tu sepulcro abierto como


una enorme boca, que grita que has vencido a la
muerte. Ella, que hasta ayer era reina de este
mundo, a quien se sometían los pobres y los ricos,
se bate hoy en triste retirada vencida por tu mano
de muerto-vencedor.
¿Cómo podría aprisionar tu fuerza una pobre
roca?

~5~
Como se alza una llama y como se levanta el sol,
resurgiste de la muerte y se quedó la muerte
muerta, amordazada la invencible, destruido por
siempre su terrible dominio. El sepulcro es la
prueba: nadie ni nada encadena tu alma
desbordante de vida y esta tumba vacía muestra
ahora que tú eres un Dios de vivos y no de
muertos.

~6~
III
JESUS, BAJANDO A LOS INFIERNOS,
MUESTRA EL TRIUNFO DE SU
RESURRECCIÓN

Texto bíblico: 1 Pe 3,18-22

18 Pues también Cristo, para llevarnos a Dios,


murió una sola vez por los pecados, el justo por
los injustos, muerto en la carne, vivificado en el
espíritu.19 En el espíritu fue también a predicar
a los espíritus encarcelados, 20 en otro tiempo
incrédulos, cuando les esperaba la paciencia de
Dios, en los días en que Noé construía el arca, en
la que unos pocos, es decir ocho personas, fueron
salvados a través del agua; 21 a ésta corresponde
ahora el bautismo que los salva y que no consiste
en quitar la suciedad del cuerpo, sino en pedir a
Dios una buena conciencia por medio de la
Resurrección de Jesucristo, 22 que, habiendo ido
al cielo, está a la diestra de Dios, y le están
sometidos los ángeles, las dominaciones y las
potestades.

Reflexión

No resucitaste para ti solo. Tu vida era contagiosa


y querías repartir entre todos el pan bendito de tu
resurrección. Por eso descendiste hasta el seno
de Abrahán, para dar a los muertos de mil
generaciones la preciosa limosna de tu vida recién
conquistada. Y los antiguos patriarcas y profetas

~7~
que te esperaban desde siglos y siglos se pusieron
en pie y te aclamaron, diciendo: «Santo, Santo,
Santo. Digno es el Cordero que con su muerte
nos infunde vida, que con su vida nueva nos salva
de la muerte. Y cien mil veces santo es ese
salvador que se salva y nos salva.» Y tendieron
sus manos hacia ti. Y el viejo Adán, tendió hacia ti
la misma mano con la que había tomado el fruto
prohibido; y así como en un árbol pecó, ahora, de
un nuevo árbol ―el árbol de la cruz―, toma el
fruto bendito que le devuelve la Vida que había
perdido en el paraíso y que ahora le regalas Tú.

~8~
IV
JESÚS RESUCITA POR LA FE,
EN EL ALMA DE MARÍA

Texto bíblico: Lc 1,39-42a. 45-47.51-55


39 En aquellos días, se puso en camino María y se
fue con prontitud a la región montañosa, a una
ciudad de Judá; 40 entró en casa de Zacarías y
saludó a Isabel.41 En cuanto oyó Isabel el saludo
de María, saltó de gozo el niño en su seno, Isabel
quedó llena de Espíritu Santo 42 y exclamó a
gritos: «45 ¡Feliz la que ha creído que se
cumplirían las cosas que le fueron dichas de
parte del Señor!»
46 Y dijo María:

«Alaba mi alma la grandeza del Señor


47 y mi espíritu se alegra en Dios mi salvador
48 porque el Señor 51 desplegó la fuerza de su
brazo, dispersó a los de corazón altanero.
52 Derribó a los potentados de sus tronos y exaltó

a los humildes.
53 A los hambrientos colmó de bienes y despidió a

los ricos con las manos vacías.


54 Acogió a Israel, su siervo,

acordándose de la misericordia
55 ―como había anunciado a nuestros padres―

en favor de Abrahán y de su linaje por los


siglos.»

~9~
Reflexión
No sabemos si aquella mañana del domingo,
Señor, visitaste a tu madre, pero estamos seguros
de que resucitaste en ella, y para ella; que ella
bebió a grandes sorbos el agua de tu resurrección,
que nadie como ella se alegró con tu gozo y que tu
dulce presencia quitó la espada que atravesó su
alma de mujer. No dice el Evangelio que te vio
pero sabemos que ya desde antes de tu
nacimiento y para siempre, te vio con los cinco
sentidos de su fe. Te pedimos que por intercesión
de tu Madre, gustemos aunque sea un poquito, de
su inmenso gozo, que aprendamos a resucitar en
ti como ella, que nuestro corazón esté abierto
como estuvo el de ella aquella mañana de
domingo y que tengamos la certeza de que tú
sigues resucitando en cada pequeño que espera
en ti.

~ 10 ~
V
JESUS ELIGE A UNA MUJER
COMO APOSTOL DE SUS APOSTÓLES

Texto bíblico: Jn. 20,11-18

11 Estaba María junto al sepulcro fuera llorando.


Y mientras lloraba se inclinó hacia el sepulcro, 12
y ve dos ángeles de blanco, sentados donde había
estado el cuerpo de Jesús, uno a la cabecera y
otro a los pies. 13 Ellos le dicen: «Mujer, ¿por qué
lloras?» Ella les respondió: «Porque se han
llevado a mi Señor, y no sé dónde le han puesto.»
14 Dicho esto, se volvió y vio a Jesús, de pie, pero

no sabía que era Jesús. 15 Le dice Jesús: «Mujer,


¿por qué lloras? ¿A quién buscas?» Ella,
pensando que era el encargado del huerto, le
dice: «Señor, si tú lo has llevado, dime dónde lo
has puesto, y yo me lo llevaré.» 16 Jesús le dice:
«María.» Ella se vuelve y le dice en hebreo:
«Rabbuní -que quiere decir: «Maestro»-. 17 Jesús
le dice: «Deja de tocarme, que todavía no he
subido al Padre. Pero vete a mis hermanos y
diles: Subo al Padre mío y al Padre de ustedes, a
mi Dios y al Dios de ustedes.» 18 Fue María
Magdalena y dijo a los discípulos: «He visto al
Señor y me ha dicho esto.»

~ 11 ~
Reflexión

Lo mismo que María Magdalena decimos hoy


nosotros: «Me han quitado a mi Señor y no sé
dónde lo han puesto.» Marchamos por el mundo y
no encontramos nada en qué poner los ojos, nadie
en quien podamos poner entero nuestro corazón.
Desde que Tú te fuiste nos han quitado el alma y
no sabemos dónde apoyar nuestra esperanza, ni
encontramos una sola alegría que no tenga
veneno. ¿Dónde estás? ¿Dónde fuiste, jardinero
del alma? ¿En qué sepulcro, en qué jardín te
escondes? ¿O es que tú estás delante de nuestros
mismos ojos y no sabemos verte? ¿Estás en los
hermanos y no te conocemos? ¿Te ocultas en los
pobres, resucitas en ellos y nosotros pasamos a
su lado sin reconocerte?
Llámame por mi nombre para que yo te vea, para
que reconozca la voz con que hace años me
llamaste a la vida en el bautismo, para que
descubra que tú eres mi maestro.
Y envíame de nuevo a transmitir
tu gozo a mis hermanos,
hazme apóstol de
apóstoles como aquella
mujer privilegiada
que, porque te amó
tanto, conoció el
privilegio de verte
incluso antes que
Pedro y los demás
apóstoles.

~ 12 ~
VI
JESÚS DEVUELVE LA ESPERANZA A
DOS DISCÍPULOS DESANIMADOS

Texto bíblico: Lc 24,13-32

13 Aquel mismo día iban dos de ellos a un pueblo


llamado Emaús, a unos once kilómetros de
Jerusalén, 14 y conversaban entre sí sobre todo lo
que había pasado. 15 Mientras conversaban y
discutían, el mismo Jesús se acercó a ellos y
caminó a su lado; 16 pero sus ojos estaban como
incapacitados para reconocerle. 17 Él les dijo:
«¿De qué discuten por el camino?» Ellos se
pararon con aire entristecido.
18 Uno de ellos, llamado Cleofás, le respondió:

«¿Eres tú el único residente en Jerusalén que no


sabe las cosas que han pasado allí éstos días?» 19
Él les dijo: «¿Qué cosas?» Ellos le dijeron: «Lo de
Jesús el Nazareno, que fue un profeta poderoso
en obras y palabras delante de Dios y de todo el
pueblo; 20 cómo nuestros sumos sacerdotes y
magistrados le condenaron a muerte y le
crucificaron.21 Nosotros esperábamos que sería
él el que iba a librar a Israel; pero, con todas
estas cosas, llevamos ya tres días desde que esto
pasó. 22 El caso es que algunas mujeres de las
nuestras nos han sobresaltado, porque fueron de
madrugada al sepulcro 23 y, al no hallar su
cuerpo, vinieron diciendo que incluso habían
visto una aparición de ángeles que decían que él

~ 13 ~
vivía. 24 Fueron también algunos de los nuestros
al sepulcro y lo hallaron tal como las mujeres
habían dicho, pero a él no le vieron.»
25 Él les dijo: «¡Oh insensatos y tardos de corazón

para creer todo lo que dijeron los profetas! 26 ¿No


era necesario que el Cristo padeciera eso para
entrar así en su gloria?» 27 Y, empezando por
Moisés y continuando por todos los profetas, les
explicó lo que había sobre él en todas las
Escrituras.
28 Al acercarse al pueblo a donde iban, él hizo

ademán de seguir adelante.29 Pero ellos le


rogaron insistentemente: «Quédate con nosotros,
porque atardece y el día ya ha declinado.» Entró,
pues, y se quedó con ellos. 30 Sentado a la mesa
con ellos, tomó el pan, pronunció la bendición, lo
partió y se lo iba dando. 31 Entonces se les
abrieron los ojos y le reconocieron, pero él
desapareció de su vista.32 Se dijeron uno a otro:
«¿No estaba ardiendo nuestro corazón dentro de
nosotros cuando nos hablaba en el camino y nos
explicaba las Escrituras?»

Reflexión

Lo mismo que los dos de Emaús, también noso-


tros hemos caminado decepcionados y tristes,
pensando que en el mundo todo es muerte y fra-
caso. El dolor es más fuerte que nosotros, nos
oprime la soledad y decimos que tú, Señor, nos
has abandonado. A veces hasta tus palabras nos
resultan vacías, miramos a la gente y nos parece

~ 14 ~
que están en contra nuestra, examinamos el futuro
y solo vemos desgracias. Hemos llegado a
pensar que la fe es un fracaso, que hemos perdido
nuestro tiempo siguiéndote y buscándote y hasta
nos parece que triunfan y viven más alegres los
que adoran el atractivo becerro del dinero y del
vicio. Nos habíamos incluso alejado de tu cruz,
buscando el descanso en la casa, en la televisión,
en las diversiones, en la mediocridad. En
definitiva, habíamos perdido la esperanza, el
coraje de seguir apostando por ti. Gracias porque
ahora sales a nuestro encuentro y te pones a
caminar a nuestro lado en nuestro mismo camino.
Gracias porque hoy nos descubres el secreto de la
Palabra que vuelve a calentar nuestras entrañas.
Gracias porque te quedas con nosotros, ahora que
el mundo está encerrado en la noche de la
confusión, y nos permites descubrirte en el pan
que partimos en cada Eucaristía.

~ 15 ~
VII
JESUS MUESTRA A LOS SUYOS
SU CARNE HERIDA Y VENCEDORA

Texto bíblico: Jn 20,26-31

26 Ocho días después, estaban otra vez sus


discípulos dentro y Tomás con ellos. Se presentó
Jesús en medio estando las puertas cerradas, y
dijo: «La paz con ustedes.» 27 Luego dice a
Tomás: «Acerca aquí tu dedo y mira mis manos;
trae tu mano y métela en mi costado, y no seas
incrédulo sino creyente.» 28 Tomás le contestó:
«Señor mío y Dios mío.» 29 Jesús le dice:
«Porque me has visto has creído.
Dichosos los que no han visto y han creído.»
30 Jesús realizó en presencia de los discípulos

otros muchos signos que no están escritos en este


libro. 31 Éstos han sido escritos para que crean
que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que
creyendo tengan vida en su nombre.

Reflexión

Gracias, Señor, porque resucitaste no sólo con tu


alma, sino también con tu carne. Gracias porque
quisiste regresar de la muerte trayendo tus
heridas. Gracias porque dejaste a Tomás que
pusiera su mano en tu costado y comprobara que
el Resucitado es exactamente el mismo que murió
en una cruz. Gracias por explicarnos que el dolor

~ 16 ~
nunca puede amordazar el alma y que cuando
sufrimos estamos también resucitando. Gracias
por ser un Dios que ha convivido con el dolor,
gracias por no avergonzarte de tus manos heridas,
gracias por ser un hombre entero y verdadero.
Ahora sabemos que eres uno de nosotros sin dejar
de ser Dios, ahora entendemos que el dolor no es
un fallo de tus manos creadoras, ahora que tú lo
has hecho tuyo comprendemos que el llanto y las
heridas son el camino para la resurrección.
Déjame que te diga que me siento orgulloso de tus
manos heridas de Dios y de tenerte como
hermano nuestro. Deja que entre tus manos
crucificadas ponga estas manos maltrechas por mi
trabajo de cada día.

~ 17 ~
VIII
CON SU CUERPO GLORIOSO JESÚS
EXPLICA QUE TAMBIÉN LOS
NUESTROS RESUCITARÁN

Texto bíblico: Lc 24,36-43

36 Estaban hablando de estas cosas, cuando él se


presentó en medio de ellos y les dijo: «La paz con
ustedes.» 37 Sobresaltados y asustados, creían
ver un espíritu. 38 Pero él les dijo: «¿Por qué se
turban? ¿Por qué hay dudas en su corazón? 39
Miren mis manos y mis pies; soy yo mismo.
Pálpenme y vean, porque un espíritu no tiene
carne y huesos como ven que yo tengo.» 40 Y,
diciendo esto, les mostró las manos y los pies. 41
Como no acababan de creérselo a causa de la
alegría y estaban asombrados, les dijo: «¿Tienen
aquí algo de comer?» 42 Ellos le ofrecieron un
trozo de pescado. 43 Lo tomó y comió delante de
ellos.

Reflexión

«Mírenme bien. Tóquenme. Comprueben que no


soy un fantasma», decías a los tuyos, temiendo
que creyeran que tu resurrección era tan sólo un
símbolo, una dulce metáfora, una ilusión hermosa
para seguir viviendo. Era tan grande el gozo de
reencontrarte vivo que no podían creerlo; no cabía
en sus pobres cabezas que sabían de llantos pero

~ 18 ~
no de alegrías. El ser humano, ya lo sabes, es
incapaz de muchas esperanzas. Como él tiene el
corazón pequeño cree que el tuyo es tacaño.
Como te ama tan poco no puede sospechar que tú
puedas amarle tanto. Como vive amasando
pedacitos de tiempo siente vértigo ante la
eternidad. Y así, va por el mundo arrastrando su
carne sin sospechar que pueda ser una carne
eterna. Conoce el pudridero donde mueren los
muertos; no logra imaginarse el día en que esos
muertos volverán a ser niños, con una infancia
eterna. ¡Muéstranos bien tu cuerpo, Cristo vivo,
enséñanos ahora la verdadera infancia, la que tú
nos preparas más allá de la muerte y que
empezamos a vivir desde hoy!

~ 19 ~
IX
JESÚS BAUTIZA A SUS APÓSTOLES
CONTRA EL MIEDO

Texto bíblico: Jn 20,19-31

19 Al atardecer de aquel día, el primero de la


semana, estando cerradas, por miedo a los
judíos, las puertas del lugar donde se
encontraban los discípulos, se presentó Jesús en
medio de ellos y les dijo: «La paz con ustedes.» 20
Dicho esto, les mostró las manos y el costado.
Los discípulos se alegraron de ver al Señor.21
Jesús les dijo otra vez: «La paz con ustedes.
Como el Padre me envió,
también yo los envío.»
22 Dicho esto, sopló y les dijo:

«Reciban el Espíritu Santo.


23 A quienes perdonen los pecados,

les quedan perdonados;


a quienes se los retengan,
les quedan retenidos.»

Reflexión

Han pasado, Señor, ya veinte siglos de tu


resurrección y todavía tenemos momentos en los
que nos dejamos invadir por el miedo y la
inseguridad; a veces hemos temido que las
puertas del infierno puedan algún día prevalecer si
no contra tu Iglesia, sí contra nuestro pobre

~ 20 ~
corazón de cristianos. Y hemos mirado a todos
lados menos hacia el cielo; y hemos llegado
incluso a creer que el mal es más fuerte que tu
propia Palabra. Termina de convencernos, Jesús,
que tú ya has vencido el dolor y la muerte. Que no
vacilemos, ni dudemos amasando angustias y
tristezas. Repítenos de nuevo que tú dejaste paz
suficiente para todos. Pon tu mano en mi hombro
y grítame: «No temas». Infúndenos a todos tu luz
y tu certeza; danos el gozo de vivir como
discípulos tuyos e hijos amados de tu Padre a
quien has hecho Padre nuestro; inúndanos de la
alegría de tu corazón. ¡Haznos, Señor, testigos de
tu gozo y que, por nuestro medio, la demás gente
descubra lo que es creer en ti!

~ 21 ~
X
JESUS ANUNCIA QUE SEGUIRA
SIEMPRE CON NOSOTROS

Texto bíblico: Mt. 28,16-20

16 Por su parte, los once discípulos marcharon a


Galilea, al monte que Jesús les había indicado. 17
Y al verlo le adoraron; algunos sin embargo
dudaron.18 Jesús se acercó a ellos y les habló así:
«Me ha sido dado todo poder en el cielo y en la
tierra. 19 Vayan, pues, y hagan discípulos a todas
las gentes bautizándolas en el nombre del Padre
y del Hijo y del Espíritu Santo, 20 y enseñándoles
a guardar todo lo que yo les he mandado. Y he
aquí que yo estoy con ustedes todos los días
hasta el fin del mundo.»

Reflexión

«Yo estaré con ustedes hasta el fin de los


tiempos». Esta fue la más grande de todas tus
promesas, el más jubiloso de todos tus anuncios.
¿O acaso tú podrías visitar esta tierra como un
sonriente turista de los cielos, pasar a nuestro
lado, ponernos la mano sobre el hombre, darnos
buenos consejos y regresar después a tu seguro
cielo dejando a tus hermanos sufrir en la soledad?
¿Podrías venir a nuestros llantos de visita sin

~ 22 ~
comprometerte con nosotros? ¿Dejarnos solos,
limitándote a ser un inspector de nuestras culpas?
Tú juegas limpio, Señor. Tú bajas a ser hombre
para serlo del todo, para serlo con todos,
dispuesto a dar al ser humano no sólo una limosna
de amor, sino el amor entero. Desde entonces no
estamos solos, tú estás en cada esquina de las
horas esperándonos, más cercano a nosotros que
cualquiera de nuestros otros amigos, más dentro
de mí mismo que yo mismo. «No les dejaré
huérfanos», dijiste. Y desde entonces ha estado
lleno nuestro corazón.

~ 23 ~
XI
JESÚS DEVUELVE A LOS APÓSTOLES
LA ALEGRÍA PERDIDA

Texto bíblico: Jn 21,1-14


1 Después de esto, se manifestó Jesús otra vez a
los discípulos a orillas del mar de Tiberíades. Se
manifestó de esta manera. 2 Estaban juntos
Simón Pedro, Tomás, llamado el Mellizo,
Natanael, el de Caná de Galilea, los de Zebedeo
y otros dos de sus discípulos. 3 Simón Pedro les
dice: «Voy a pescar.» Le contestan ellos:
«También nosotros vamos contigo.» Fueron y
subieron a la barca, pero aquella noche no
pescaron nada.
4 Cuando ya amaneció, estaba Jesús en la orilla;

pero los discípulos no sabían que era Jesús. 5


Jesús les dice: «Muchachos, ¿no tienen nada que
comer?» Le contestaron: «No.» 6 Él les dijo:
«Echen la red a la derecha de la barca y
encontrarán.» La echaron, pues, y ya no podían
arrastrarla por la abundancia de peces. 7 El
discípulo a quien Jesús amaba dice entonces a
Pedro: «Es el Señor». Cuando Simón Pedro oyó
«es el Señor», se puso el vestido -pues estaba
desnudo- y se lanzó al mar. 8 Los demás
discípulos vinieron en la barca, arrastrando la
red con los peces; pues no distaban mucho de
tierra, sino unos doscientos codos.

~ 24 ~
9 Nada más saltar a tierra, ven preparadas unas
brasas y un pez sobre ellas y pan. 10 Jesús les
dice: «Traigan algunos de los peces que acaban
de pescar.» 11 Subió Simón Pedro y sacó la red a
tierra, llena de peces grandes: ciento cincuenta y
tres. Y, aun siendo tantos, no se rompió la red. 12
Jesús les dice: «Vengan y coman.» Ninguno de
los discípulos se atrevía a preguntarle: «¿Quién
eres tú?», sabiendo que era el Señor. 13 Viene
entonces Jesús, toma el pan y se lo da; y de igual
modo el pez. 14 Esta fue ya la tercera vez que
Jesús se manifestó a los discípulos después de
resucitar de entre los muertos.

Reflexión

Desde que tú te fuiste no hemos pescado nada.


Llevamos gran parte de nuestra vida echando
inútilmente las redes y entre las mallas sólo
pescamos vacío. Iban pasando los años y el alma
se nos iba secando. Nos habíamos vuelto
estériles…muertos. Habíamos olvidado amar,
incluso olvidamos cómo reír. Y una tarde, tu
volviste y nos dijiste: “Echen la red a la derecha,
atrévanse de nuevo a confiar, abran el alma,
saquen del viejo cofre las nuevas ilusiones, denle
cuerda al corazón, levántense y caminen”. Y de
repente, nuestras redes rebosan alegría, nos
resucita el gozo y es tanto el peso de amor que
recogemos que la red se nos rompe, cargada de
ciento cincuenta nuevas esperanzas. ¡Tú eres
Jesús, el fecundador de nuestras almas! ¡Llegaste

~ 25 ~
a nuestra orilla, caminaste sobre el agua de
nuestra indiferencia y nos has devuelto, Señor, la
alegría!

~ 26 ~
XII
JESUS ENTREGA A PEDRO
EL PASTOREO DE SUS OVEJAS

Texto bíblico: Jn 21, 15-17

15 Después de haber comido, dice Jesús a Simón


Pedro: «Simón de Juan, ¿me amas más que
éstos?» Le dice él: «Sí, Señor, tú sabes que te
quiero.» Le dice Jesús: «Apacienta mis corderos.»
16 Vuelve a decirle por segunda vez: «Simón de

Juan, ¿me amas?» Le dice él: «Sí, Señor, tú sabes


que te quiero.» Le dice Jesús: «Apacienta mis
ovejas.» 17 Le dice por tercera vez: «Simón de
Juan, ¿me quieres?» Se entristeció Pedro de que
le preguntase por tercera vez: «¿Me quieres?» y
le dijo: «Señor, tú lo sabes todo; tú sabes que te
quiero.» Le dice Jesús: «Apacienta mis ovejas.

Reflexión

Nos faltaba aún un gozo: descubrir tu increíble


modo de perdonar. Nosotros, como Pedro, hemos
manchado tantas veces tu nombre, hemos dicho
que no te conocíamos, nos hemos puesto rojos de
vergüenza temiendo que alguien descubriera que
somos amigos tuyos, nos hemos calentado al
fuego de los gozos del mundo. Y esperábamos
que, al menos, tú nos reprenderías y hasta
sentirnos orgullosos de que habíamos pecado en
grande. Pero resulta que tú me esperabas solo

~ 27 ~
para preguntarme «¿Me amas aún?» ¡Cómo iba
yo a imaginar que hasta ya me tenías preparada la
túnica del gozo y el abrazo del amigo fiel! ¿Cómo
es posible que nos perdones tan de a de veras?
¿Es que no tienes ni una palabra de reproche?
¿No temes que nos vayamos de tu lado al ver que
la pones tan fácil? ¿No ves, Señor, que casi nos
empujas a alejarnos de ti sólo para encontrarnos
de nuevo entre tus brazos?

~ 28 ~
XIII
JESUS ENCARGA A LOS DOCE LA
TAREA
DE EVANGELIZAR

Texto bíblico: Mc 16,14-20

14 Estando a la mesa los once discípulos, se les


apareció y les echó en cara su incredulidad y su
dureza de corazón, por no haber creído a quienes
le habían visto resucitado. 15 Y les dijo: «Vayan
por todo el mundo y proclamen la Buena Nueva
a toda la creación. 16 El que crea y sea bautizado,
se salvará; el que no crea, se condenará. 17 Estos
son los signos que acompañarán a los que crean:
en mi nombre expulsarán demonios, hablarán en
lenguas nuevas, 18 agarrarán serpientes en sus
manos y aunque beban veneno no les hará daño;
impondrán las manos sobre los enfermos y se
pondrán bien.»
19 Con esto, el Señor Jesús, después de hablarles,

fue elevado al cielo y se sentó a la diestra de


Dios.
20 Ellos salieron a predicar por todas partes,
colaborando el Señor con ellos y confirmando la
Palabra con los signos que la acompañaban.

Reflexión

Y ahora nos das un gozo más: dejas en nuestras


manos la antorcha de tu fe. Habrías podido

~ 29 ~
reservarte ese oficio; hablar directamente al
corazón de la gente porque Tú eres la Palabra, el
único jardinero del alma, el dador de toda gracia,
el creador y Señor de todo lo invisible y lo visible.
Y sin embargo nos pides tu ayuda; nos haces
intermediarios, colaboradores que llevamos un
tesoro en una vasija de barro. Tú, como un Padre
que sienta su hijo al timón de su carro me dices:
«Ahora conduce tú». Has querido dejar en
nuestras manos la tarea de hacer lo que sólo tú
haces: llevar gozosa y orgullosamente, de mano
en mano, la antorcha que tú enciendes y
comunicarle al mundo, desde nuestra debilidad, la
Vida y la fuerza que sólo están en ti.

~ 30 ~
XIV
JESUS SUBE A LOS CIELOS PARA
ABRIRNOS EL CAMINO

Texto bíblico: Hch 1,9-14

9 Y dicho esto, fue levantado en presencia de


ellos, y una nube le ocultó a sus ojos. 10 Como
ellos estuvieran mirando fijamente al cielo
mientras él se iba, se les presentaron de pronto
dos hombres vestidos de blanco 11 que les
dijeron: «Galileos, ¿por qué permanecen mirando
al cielo? Este Jesús, que de entre ustedes ha sido
llevado al cielo, volverá así tal como le han visto
marchar al cielo».
12 Entonces se volvieron a Jerusalén desde el

monte llamado de los Olivos, que está próximo a


Jerusalén, la distancia de un camino sabático. 13
Y cuando llegaron, subieron a la estancia
superior. Estaban Pedro y Juan; Santiago y
Andrés; Felipe y Tomás; Bartolomé y Mateo;
Santiago el de Alfeo, Simón el Zelota y Judas de
Santiago. 14 Todos ellos perseveraban en la
oración, con un mismo espíritu, en compañía de
algunas mujeres, y de María la madre de Jesús,
y de sus hermanos.

Reflexión

La última alegría fue que te fuiste, pero te


quedaste. Tu subida a los cielos fue ganancia, no

~ 31 ~
pérdida; fue meterte en nuestro camino. Al
perderte en las nubes te vas sin alejarte,
asciendes y te quedas, subes para llevarnos,
señalas un camino, abres una brecha. Tu
ascensión a los cielos es la última prueba de que
estamos salvados, de que estás con nosotros por
siempre y para siempre. Desde aquel día la tierra
no es un sepulcro triste, sino un lugar lleno de
posibilidades; no una casa vacía, sino un montón
de manos disponibles; no una larga nostalgia,
sino un amor creciente. Te quedaste en el pan, en
los hermanos, en las alegrías y esperanzas de la
gente, en la risa, en todo corazón que se solidariza
y que espera, en estas vidas nuestras que cada
día ascienden a tu lado y que sueñan con el día
feliz de tu retorno.

~ 32 ~
El “Vía Crucis” nos ha ayudado siempre a vivir el
misterio de la pasión de Cristo y su entrega por
nosotros en la cruz. Ahora, el “Vía Lucis” que
presentamos en este folleto, en continuidad con
aquélla devoción, nos muestra una ruta para vivir un
encuentro con Jesús Resucitado. De este modo
aprendemos a caminar en el mundo como “hijos de la
luz”, reconociendo la presencia permanente de Jesús
entre nosotros y dando testimonio de su fuerza
transformadora.

~ 33 ~

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