La S0ciedad Taina
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Juan Vivas
Matrícula 23-EMRN-7-027
La isla ha recibido varios nombres: La Española, de Santo Domingo, de Haití, etc. En el mundo
angloparlante y en la literatura científica se emplea mucho el término Hispaniola. En ocasiones se
ha aplicado el término Quisqueya tanto a toda la isla como exclusivamente a la República
Dominicana. Aunque se ha escrito mucho sobre ello, solamente se presenta unos párrafos escritos
por César Nicolás Penson, en el periódico El Teléfono, del 8 de noviembre de 1891.El primer
nombre general para toda la isla del que se tiene certeza es La Española, dado por Cristóbal Colón
el 9 de diciembre de 1492.Posteriormente, se generalizó el uso de llamar a La Española como Isla
deSanto Domingo, debido a que su principal ciudad tenía el nombre de Santo Domingo. Este
nombre se impuso firmemente desde principios del siglo XVI y durante los siglos XVII y XVIII,
usándose de una manera universal en español, francés (traducido como Ile de Saint-
Domingue) y otros idiomas. En los tratados entre Francia y España sobre la división de la isla en
dos colonias, como el de Aranjuez en 1777 y el de Basilea en 1783, se dice “la isla de Santo
Domingo”. Con la proclamación de la independencia de la colonia francesa de Saint-Domingue en
1804, se escogió el nombre de Haití para la nueva república como una manera de romper con el
pasado. Al ocupar, en 1822, la parte oriental de la isla, los gobiernos haitianos impusieron el
nombre de Haití para toda la isla, pero, al proclamarse la independencia de la República
Dominicana en 1844, volvió a decirse “Isla de Santo Domingo” en la parte oriental. Es decir, que
por décadas la isla tuvo dos nombres: Haití y Santo Domingo. El nombre con que fue bautizada la
isla por Colón, La Española, cayó en el desuso.
2.2 Los diferentes grupos migratorios.
los nitaínos, considerados los nobles de las tribus eran también los
guerreros y familia del cacique;
los bohíques chamanes, o sacerdotes que representaban las creencias
religiosas; y
el cacique, conocido también como guare que era el jefe de la tribu o
yucayeque. Hay que hacer notar que también hubo cacicas y que la
línea de sucesión era a través del hijo o la hija de la hermana del
cacique
Para finales del siglo XV, la isla de Haití (o según Pedro Martir de
Anglería, Quisqueya) estaba dividida en cinco regiones o cacicazgos,
gobernados por un cacique. El cacique ocupaba la cima de la pirámide
social, era el jefe. Parece ser que cada cacicazgo era dividido en regiones o
provincias llamadas nitahinatos y en estas gobernaban los nitaínos. Este,
disfrutaba de una posición jerárquica privilegiada, subordinada sólo al
cacique. "... tenían súbditos infinitos", decía Las Casas. En el orden
jerárquico seguía el behique o buitío. Ocupaba una posición también
privilegiada y entre sus funciones se señalan: "organizar el culto,
comunicar las tradiciones tribales y curar a los enfermos" (Roberto
Cassá). Estaban rodeados de una aureola de misterio y poder sobrenatural
que los hacía temibles y respetados. Los métodos curativos eran mágico-
animistas, pues concebían las enfermedades como obra de los espíritus,
pero, además, eran grandes herbolarios: "y tenían conocidos las
propiedades de muchos árboles y plantas e hiervas", según relata Oviedo.
Continuando la estructura social de los taínos, se encuentra la clase
trabajadora, las naborias, encargados de la caza, pesca, agricultura, etc.
Algunos autores separan la clase trabajadora de los naborias, dáncole a
estos últimos categoría de sirvientes que provenían de pobladores más
antiguos, pero esto no parece ser verdad.
2.4 Características físicas de su población.
Arte taíno
El arte de los taínos, conceptual y a la vez, utilitario, refleja, antes de nada,
su visión mágico-religiosa del mundo. Sus obras de arte están representadas
por una vasta gama de objetos de uso personal y doméstico, y, en particular,
por un rico repertorio ceremonial. La variedad y cantidad de estos objetos,
trabajosamente elaborados (recordemos que no disponían de instrumentos
metálicos) en los más diversos materiales obtenibles en su ambiente o
derivados de su comercio, constituyen la muestra más fehaciente de su
innata inclinación artística.
El ritual de la cohoba
Entre los taínos, la principal ceremonia religiosa fue la cohoba en la cual,
mediante la inhalación de unos polvos alucinógenos, el cacique o behique
entraba en un estado de trance creyendo comunicarse con sus dioses o
espíritus a los que invocaba pidiendo ayuda y protección.
Antes de entrar al templo los taínos se introducía en la boca una espátula
con la finalidad de vomitar, purificándose interiormente, para así evitar los
efectos de indigestión que podrían producir los elementos tóxicos que
contenían los polvos de la cohoba.
El polvo alucinógeno empleado en la cohoba era colocado sobre un plato
de ofrendas que generalmente tenían los ídolos tallados sobre la cabeza
(cemíes de la cohoba, como el que aparece arriba), desde donde los
oficiantes lo inhalaban mediante unos cañutos en forma de Y.
Los participantes en esta ceremonia se decoraban el cuerpo para la ocasión
y, al entrar al reciento, eran recibidos por el cacique, quien tocaba el
mayohabao o tambor de madera, sentándose luego en cuclillas en torno al
cemí ante el cual se practicaba el ritual.
Al presidir esta ceremonia de la cohoba, al igual que los juegos de pelota y
otras festividades, los caciques, junto a los demás señores principales,
empleaban para sentarse unos banquillos, hechos de madera o piedra,
llamados duhos.
El areíto
Una ceremonia ritual de suma importancia para el taíno lo constituía el
areito, que era una expresión musical de cantos y danzas, complementada
con recitaciones de hechos y hazañas ocurridas en tiempos antepasados. El
areito se considera el signo más avanzado dentro de todas las expresiones
culturales del pueblo taíno. Por lo regular lo practicaban en plazas
ceremoniales que los españoles llamaron “corrales” y era dirigido por una
persona principal. (Vea Centro Ceremonial Indigena de Tibes, Ponce,
Puerto Rico.)
El areito servía para expresar la unidad tribal y educar a los jóvenes y niños
en las tradiciones familiares y de la sociedad. Tenían significados muy
variados, por lo cual un areito podía ser amoroso, doliente, de guerra,
plañidero y de carácter místicoreligioso. En otras palabras, los areitos
solemnizaban ritos, aniversarios, celebraciones de bodas, ascensión de
caciques, las cosechas y las victorias guerreras. Cantos bailados y fraseados
coralmente iban acompañados por instrumentos musicales fabricados de
madera fuerte y hueca.
Como instrumentos musicales utilizaban maracas de madera o de higüero
(Crecentia cujete), el mayohabao o tambor confeccionado de un tronco
ahuecado que colocado en el suelo se golpeaba con un mazo, además de
fotutos o trompetas de caracol, ocarinas de barro y flautas de caña o hueso
2.10 SUS MEDIOS DE TRANSPORTES