MANUAL COINFECCION TB VIH Honduras
MANUAL COINFECCION TB VIH Honduras
MANUAL COINFECCION TB VIH Honduras
G19: 2018
Diciembre, 2018.
SECRETARÍA DE SALUD
G19: 2018
Diciembre, 2018.
AUTORIDADES
Numero de referencia
G19: 2018
1. EQUIPO TÉCNICO................................................................................................................... 6
2. OBJETO.................................................................................................................................. 8
3. ALCANCE................................................................................................................................ 8
4. JUSTIFICACIÓN....................................................................................................................... 8
5. DESCRIPCIÓN DEL PROBLEMA............................................................................................... 8
6. RESUMEN............................................................................................................................ 13
7. ACRÓNIMOS SÍMBOLOS Y TÉRMINOS ABREVIADOS...........................................................14
8. TÉRMINOS Y DEFINICIONES................................................................................................. 16
9. INTRODUCCIÓN................................................................................................................... 18
10. METODOLOGÍA.................................................................................................................... 19
11. HERRAMIENTAS DE APLICABILIDAD..................................................................................... 20
12. DIAGNÓSTICO DE TB EN PERSONAS CON VIH.....................................................................35
13. DIAGNÓSTICO DE INFECCIÓN POR VIH EN PERSONAS CON TB...........................................53
14. TRATAMIENTO DE LA TB EN PERSONAS CON VIH................................................................56
15. TRATAMIENTO DE LA INFECCIÓN POR VIH EN PACIENTES CON TB......................................64
16. MEDIDAS PREVENTIVAS PARA TB Y VIH...............................................................................67
17. TB –DR EN PACIENTES CON VIH........................................................................................... 74
18. DIAGNÓSTICO Y TRATAMIENTO DE TB/VIH EN LA NIÑEZ....................................................81
19. MANEJO DE OTRAS COMORBILIDADES...............................................................................86
20. BIBLIOGRAFÍA...................................................................................................................... 87
21. ANEXOS............................................................................................................................... 88
Las siguientes personas han contribuido en la adaptación, discusión y revisión de la presente guía:
Adaptación:
• Lic. Andrea Mejía – Unidad de Vigilancia de la Salud-SESAL
• Dra. Edith Rodríguez – Unidad de Vigilancia de la Salud-SESAL
• Dra. Rosario Cabañas-UGDN/DGN-SESAL
• Dr. Ivo Flores Flores-Coordinador Atención a las Personas DGN
• Lic. María del Rosario Fernández Ramírez- Consultora Independiente
• Lic. Elizabeth Molina Vargas-Consultora Independiente
• Dra. Katina Mejía-Medica General
Discusión y revisión:
• Dra. Rosario Cabañas-UGDN/DGN-SESAL
• Lic. Andrea Mejía – Unidad de Vigilancia de la Salud-SESAL
• Lic. Tomasa Sierra – Unidad de Vigilancia de la Salud-SESAL
• Dra. Jenny Hernández – Unidad de Vigilancia de la Salud-SESAL
• Dra. Francisca Acosta – Unidad de Vigilancia de la Salud-SESAL
• Dra. Norma Artiles – DGRISS-SESAL
• Dra. Rita Meza-LBN/VIH-SESAL
• Dra. Geraldina Videa- LBN/VIHA-SESAL
• Dra. Nery Armendárez-LTB/VIH-SESAL
• Dra. Yesica Rodríguez-LTB/LNV-SESAL
• Lic. María del Rosario Fernández Ramírez-Consultora Independiente
• Lic. Elizabeth Molina Vargas-ConsultoraIndependiente
• Dra. María Elena Guevara-Técnica DSSNA-SESAL
• Dr. Julio Flores-Medico Asistencial CIS Mezapa del Norte, Atlántida-SESAL
• Dra. Gabriela Cano. Medica Asistencial Servicios de Atención Integral (SAI) Alonso Suazo.
Región Sanitaria Metropolitana de Tegucigalpa.
• Dra. Adriana Arita- Técnica Dirección Médica. IHSS
• Dra. Wendy Moncada-Infectologa INCP
• Dra. Elizabeth Daccareh-Medica INCP
• Dra. Lesli Padilla-Jefa Sala de Infectologia INCP
• Dr. Marco Luque-Infectologo Pediatra IHSS
• Lic. Yisela Martínez -Técnica DSPNA
• Dra. Sandra Núñez- Coordinadora Técnica de la Subvención de VIH Unidad Administradora de Fondos
de Cooperación Externa
• Dra.Sandra Carolina Lorenzana-Coordinadora Nacional VIH-DGRISS-SESAL
• Lic. Laura Martínez Cubas –Consultora Independiente.
Por parte de la OPS /OMS. Honduras: Lic. Alba Lidia Sánchez. Consultora Nacional de Enfermedades
Transmisibles.
Para citar el documento se utiliza el estilo Vancouver, que se basa en un sistema de secuencia numérica,
las citas son numeradas consecuentemente en el orden de aparición del documento, que deben coincidir
con la bibliografía.
Agradecimientos (1)
“La Adaptación de la Guía para el Manejo Clínico de la Confección TB/VIH, OPS/OMS Coinfección TB/ VIH.
Guía Clínica Regional. Actualización 2017. Washington, D.C.: OPS; 2017, es posible gracias a:
Financiamiento del Fondo Mundial / Fin a la TB.
OPS/OMS-Honduras, por su asistencia técnica.
Sociedad Civil
Mesa Técnica de ARV
La Guía del Manejo Clínico de la Coinfección TB/VIH está dirigida al personal médico, enfermería y
otros miembros del personal de los servicios de salud públicos y no públicos que participan en el
diagnóstico, tratamiento y seguimiento de la atención de pacientes con Coinfección TB/VIH, tanto
en establecimientos de salud de primer y segundo nivel de atención. De igual manera, está dirigida
al personal de salud en formación, mecanismos de coordinación TB/VIH a todos los niveles, así como
a instituciones y organizaciones que están involucradas en la atención de estas enfermedades.
3. ALCANCE
Esta guía será aplicada en los establecimientos públicos y no públicos del primer y segundo
nivel de atención que brindan servicios de TB y VIH.
4. JUSTIFICACIÓN
Existe la necesidad de actualizar la Guía de Coinfección TB/VIH vigente del 2012 para incorporar las
directrices y recomendaciones internacionales, alinearla al Plan de Respuesta Nacional de Preven-
ción y Control de la TB 2016-2020 (PENTB 2016-2020), el IV Plan Estratégico Nacional de VIH/Sida
(PENSIDA IV) y el Marco Normativo de la SESAL para el control de la TB y el VIH en Honduras. (2)
La TB sigue siendo uno de los principales problemas de salud pública. Junto con el VIH constituye
una de las principales causas de defunción en el mundo. En el 2014 se estimaron 9,6 millones de
casos nuevos y 1,5 millones de muertes por TB, la mayoría en países en vía de desarrollo, predomi-
nantemente en Asia y África. Se estimaron, también, 1,2 millones de casos coinfectados con VIH y
390,000 defunciones por TB/VIH.
En el 2017, se reportó un total 2,813 casos de Tuberculosis de todas las formas, de los cuales, el
62.5% fueron hombres, con una incidencia de 40.32 x 100,000 habitantes y el 37.5% fueron muje-
res con una incidencia de 24.2 casos x 100,000 habitantes, con una relación hombre mujer de 1.7:1
respectivamente. Las tasas de incidencia son directamente proporcionales a la edad, con repunte
especialmente en los mayores de 65 años. El porcentaje de mujeres en edad fértil notificadas con
TB, fue de 51%.
En este mismo año las Regiones Sanitarias (RS) con una tasa de incidencia de TBTF por encima del
promedio nacional que es de 31.7 por 100,000 habitantes, han sido: Gracias a Dios (106.8), Metro
de San Pedro Sula (66.3), Islas de la Bahía (44.6), Atlántida (43.7), Santa Bárbara (39.9), Valle (37.2),
Cortés (36.7), Choluteca (36.4), Yoro (36.2) y Colón (35.7). Estas RS concentran el 68.8% de la carga
de TB del país, y en ellas residen el 49% de la población. Estas RS están dentro de la zona geográfica
priorizada por la subvención actual.
La tasa de notificación de casos VIH para el 2017 fue de 402.5 por 100,000 habitantes, los depar-
tamentos que reportaron la mayor tasa fueron: Atlántida (784.4), Islas de la Bahía (782.8), Cortés
(767.9), Gracias a Dios (552.2), Colón (521.3), Francisco Morazán (467.5).
En el 2017 la mayor transmisión del VIH en el país es por vía sexual en un 93%. La razón hom-
bre-mujer es de 2:1, los grupos de edad más afectados se sitúan en el grupo de 20-49 años, pobla-
ción joven, en edad reproductiva y económicamente activa. Para el cierre del 2017 se tenían 10,848
personas recibiendo terapia antirretroviral de estos 538 son niños. Las embarazadas nuevas en
atención prenatal fueron 166,055 a estas mujeres se les realizó la cantidad de 172,125 pruebas de
VIH, de total de embarazadas 191 resultaron positivas por VIH, para un porcentaje de positividad
de 0.1, (191/172,125) recibiendo TARV 168 (88%) de ellas, en el 2016. (4)
En el 2017 de los casos nuevos de VIH atendidos en los SAI el 84% fueron evaluados para descartar
TB, resultando un 11 % de Coinfección VIH/TB. Al 55% de los PVIH nuevos que se le descarto TB
recibieron Terapia Preventiva con Isoniacida (TPI) que representa un crecimiento mayor al 100%
con respecto al año 2014 (23%).
Para dar respuesta a la Coinfección TB/VIH, se establecieron 12 actividades de colaboración que los
países han venido implementando desde el 2004 y que orientan su prevención y control: (3)
La TB se transmite a través del aire cuando personas con tuberculosis pulmonar (TBP) o de las vías
respiratorias tosen, hablan, cantan, escupen o estornudan. Esto produce núcleos de microgotas
con un tamaño menor a cinco micras que contienen bacilos tuberculosos y que son inhaladas por
personas en contacto con el enfermo.
La infección primaria por M. tuberculosis comienza cuando una persona inhala núcleos de micro-
gotas (aerosoles) que contienen microorganismos y que, por su tamaño, logran evadir las defensas
de los bronquios y penetran hasta los alvéolos. Allí, los bacilos son ingeridos por los macrófagos
alveolares, que los transportan a los ganglios regionales. (3)
Aproximadamente después de dos a diez semanas de la infección primaria, aparece una lesión
primaria, a veces demostrable mediante rayos X, y se completa una respuesta de hipersensibili-
dad mediada por células que puede comprobarse por la prueba cutánea de tuberculina, también
conocida como prueba de Mantoux o PPD (derivado proteínico purificado) o por las pruebas de li-
beración de interferón gamma (IGRA por sus siglas en inglés: Interferon Gamma ReleaseAssay). (3)
El VIH, como todos los virus, es incapaz de reproducirse solo y necesita utilizar células apropiadas
para ello. El VIH infecta células que tienen las moléculas del antígeno CD4 en su superficie, lo que
le permite adherirse y entrar en ellas. Estas células son principalmente los linfocitos T del subgrupo
cooperador denominados linfocitos T CD4, que son actores fundamentales en la inmunidad media-
da por células. El VIH necesita, además, otros correceptores en las células llamados CCR5 y CXCR4.
Las personas con alteraciones del CCR5 tienen menor probabilidad de infectarse y, si se infectan, la
enfermedad tiende a progresar con mayor lentitud.
Una vez que ingresa a la célula, el VIH se reproduce mediante sus enzimas. La transcriptasa reversa
transforma el RNA viral en DNA para poder utilizar, previa introducción al núcleo de la célula por la
integrasa, la maquinaria genética de la célula. La proteasa completa el proceso de ensamble de las
partículas virales nuevas. La replicación viral induce la muerte celular y es la progresiva declinación
en el número de los linfocitos T CD4, así como las alteraciones en su función, lo que conduce a la
inmunodeficiencia. El VIH también afecta a los linfocitos B (responsables de la inmunidad humoral),
lo que hará que la inmunodeficiencia sea mixta: celular y humoral. Además, el VIH puede infectar a
los macrófagos, que actúan como reservorios del virus y que ayudan a diseminarlo a otros sistemas
(p. ej., al sistema nervioso central). (3)
La infección aguda por el VIH puede pasar desapercibida. Sin embargo, la mayoría de las personas
experimentan -luego de dos a cuatro semanas de la exposición- un cuadro inespecífico muy pare-
cido a cualquier proceso viral (fiebre, artralgias, odinofagia y adenopatías) que se conoce como el
síndrome retroviral agudo. Este síndrome inicial, que desaparece en pocos días, en muchos casos
no conduce al diagnóstico de la infección por VIH porque el cuadro clínico es inespecífico y puede
no reconocerse, sobre todo si los médicos no están familiarizados con él.
Por otra parte, las pruebas serológicas convencionales de detección de anticuerpos tardan por lo
menos tres semanas a partir de la infección en detectar dichos anticuerpos. Las pruebas de cuarta
generación detectan anticuerpos y antígenos (ejemplo antígeno p24) y permiten detectar infección
por VIH a las dos semanas. Este período desde que se produce la infección hasta que la prueba
serológica se vuelve positiva es el que se conoce como “período de ventana”.
Los síntomas de la enfermedad (sida) suelen aparecer después de un periodo de infección asin-
tomática (latencia clínica) que puede durar de seis a diez años desde que se produce la infección,
aunque algunas personas pueden tener una progresión rápida. A menudo las personas presentan
síntomas tales como fiebre y diarrea prolongadas, acompañados de pérdida de peso significativa.
Estos síntomas aparecen como consecuencia de las infecciones oportunistas que ocurren por la
declinación en el número de linfocitos CD4 producida por la replicación viral. El rango normal de
linfocitos CD4 es de 600 a 1500 células/mm3, y las infecciones oportunistas -con excepción de la
6. RESUMEN
La población Diana de esta guía son todos lospacientes coinfectados por TB/VIH que asisten a los
servicios de salud públicos y no públicos, sin ningún tipo de discriminación.
Esta guía contiene recomendaciones claves basadas en evidencia científica, adaptadas de la Guía
para el Manejo Clínico de la Confección TB/VIH, de la OPS/OMS 2017 y otros documentos relacio-
nados con el tema.
La Guía permitirá el abordaje integral de la persona con Coinfección TB/VIH, reducir los riesgos de
complicaciones y muertes ya que una enfermedad condiciona a la otra en la calidad de vida que la
persona afectada se le debe asegurar.
ADA Adenosíndiaminasa
AZT Zidovudina
Anti-TB Antituberculosis
ARV Antirretroviral
BAAR Bacilos ácido-alcohol resistentes
BCG Bacilo de Calmette-Guérin (vacuna contra la TB)
BK Baciloscopia
CAAF Citología por aspiración con aguja fina
CONE Comité Nacional de Expertos
CV Carga Viral
CD4 Es el recuento de linfocitos T, que coordinan la respuesta inmunitaria
DGRISS Dirección General de Redes Integradas de Servicios de Salud
DNA Acido dexosirribonucleico (por sus siglas en inglés)
DHL Deshidrogenasa láctica
DOT Tratamiento directamente observado
DFC Dosis fijas combinadas
E Etambutol
ES Establecimiento de salud
FL-LAM Prueba de flujo lateral de lipoarabinomanano en orina (por sus siglas en inglés)
H Isoniacida
IGRA Prueba de liberación de interferón gamma
IHSS Instituto Hondureño de Seguridad Social
INCP Instituto Nacional cardiopulmonar
INNTR Inhibidor No Nucleósido de Transcriptasa Reversa
INSTI Inhibidor de la integrasa (del inglés integrase stand transfer inhibidor)
IP Inhibidor de proteasa
ITBL Infección tuberculosa latente
ITS Infección de transmisión sexual
MTS Mujer Trabajadora del Sexo
NVP Nevirapina
LCR Líquido cefalorraquídeo
LGP Linfadenopatía generalizada persistente
LVP/r Lovinapir
OMS Organización Mundial de la Salud
OPS Organización Panamericana de la Salud
PAI Programa Ampliado de inmunizaciones
PCP Neumonía por Pneumocystis jirovecii
PCR Reacción de polimerasa en cadena (por sus siglas en inglés)
PPD Derivado proteínico purificado (prueba cutánea de tuberculina)
PSD Pruebas de sensibilidad a drogas
PaO2 Presión parcial de oxígeno en la sangre arterial
BCG: Es una vacuna con microorganismos vivos atenuados derivada del Mycobacte-
riumbovis. Se aplica por vía intradérmica y la dosis usual es 0.1ml (es obligatorio
leer el instructivo en cada lote de vacuna). Esta vacuna se aplica de acuerdo a la
normativa nacional del Programa Ampliado de Inmunizaciones (PAI).
Caso Nuevo: Paciente que nunca recibió tratamiento anti-TB o solo lo recibió por menos de un
mes.
Coinfección TB/VIH: Persona que vive con infección por VIH y padece la enfermedad tuberculo-
sa activa.
Enfermedad Tuberculosa Activa: Persona con los síntomas de la enfermedad por M. Tuberculosis
(tos, fiebre, pérdida de peso, sudoración nocturna), que contagia (en el caso de
TB pulmonar y laríngea), que en la enfermedad pulmonar suele tener una ra-
diografía de tórax anormal y resultado bacteriológico positivo. Puede tener una
prueba de tuberculina positiva; no obstante, ella no diagnostica la enfermedad
por sí sola (ver infección tuberculosa latente).
Exudado: Líquido con un alto contenido de proteínas (>3 g/dl) y células inflamatorias en un
espacio o compartimiento corporal.
Fracaso: Paciente con tuberculosis que, después de cinco meses de tratamiento, sigue
presentando o vuelve a presentar una baciloscopia positiva.
Tuberculosis Pulmonar: La tuberculosis en personas con VIH puede ser pulmonar o extra pulmo-
nar. La TB pulmonar, al igual que en la población general, es la forma más fre-
cuente en personas con VIH y por lo tanto la más importante desde el punto de
vista clínico. Dada su transmisibilidad, también es la de mayor importancia desde
el punto de vista de la salud pública.
Tuberculosis Extra Pulmonar: Tuberculosis de órgano que no sean los pulmones: tuberculosis de
la pleura (pleuresía tuberculosa), de los ganglios linfáticos periféricos, del abdo-
men, del aparato genito-urinario, de la piel y de las articulaciones y los huesos,
así como la meningitis tuberculosa.
Inmuno- cromatografía: La prueba de flujo lateral de lipoarabinomanano en orina (FL-LAM, por sus
siglas en inglés) detecta el antígeno LAM (lipoarabinomanano) del M. tuberculo-
sis en orina. Este antígeno LAM es un liposacárido presente en la pared celular de
la micobacteria que se libera de las células metabólicamente activas o en proceso
degenerativo y parece estar presente solo en personas con TB activa. El LF-LAM
está disponible comercialmente. La ventaja de esta prueba sobre la baciloscopia
es que la orina es fácil de recolectar y almacenar y no presenta el riesgo de infec-
ción a otras personas asociado con la recolección de esputo.
La tuberculosis (TB) en el contexto del sistema nacional de salud se ubica como una enfermedad de
notificación obligatoria, logrando una importante reducción de los casos incidentes de Tuberculosis
hasta el año 2006. Luego de este año, los casos Incidentes de TB presentan una clara tendencia a
un comportamiento estacionario, tanto de los estimados por la OMS como de los notificados por
el país, lo que obliga a mantener la búsqueda de casos para su diagnóstico y tratamiento oportuno.
La epidemia de TB está en todo el país, pero se concentra en los departamentos con mayor pobla-
ción (49%) como es la zona atlántica y centro-sur, donde también se encuentra la alta concentra-
ción de casos de VIH y casos de coinfección TB/VIH.
El sistema de salud del país contempla dos niveles de atención, que, de acuerdo a su complejidad,
la Provisión de Servicios (nivel operativo) ha definido la categorización y la tipificación de los esta-
blecimientos de salud de acuerdo a su capacidad resolutiva y complejidad, el primer nivel centrado
en la atención ambulatoria y el segundo nivel en la atención hospitalaria. La atención para TB se
realiza en todos los Establecimientos de Salud (ES) y la atención para VIH se concentra en 54 Servi-
cios de Atención Integral (SAI), ubicados en el primer y segundo nivel de atención. La SESAL inició
desde el año 2015 el proceso de integrar estos servicios para dar una respuesta a la persona con
coinfección TB/VIH en el mismo lugar y tiempo, capacitando los equipos de las 20 RS.
10. METODOLOGÍA
*Tomar una muestra 30 días despúes y referir al Laboratorio Nacional de VIH, aplicando
nuevamente el algoritmo.
Si el resultado persiste, realizar seguimiento serológico a los 3, 6 y 12 meses.
2 RHZE / 4 RH
PRIMERA FASE O INTENSIVA: 60 DOSIS (Lunes a sábado) DURACIÓN 2 meses: 10 semanas
Medicamento Cada Tableta Dosis diaria No. de Tipo de No. De
“Cuádruple” contiene Unidades administración unidades por
paciente
Isoniacida H: 75 mg H: 300 mg
+
Rifampicina R: 150 mg R: 600 mg
+ 4 Oral/diario 240
Pirazinamida Z: 400 mg Z: 1.6 gr
+
Etambutol E: 275 mg E: 1.1 gr
SEGUNDA FASE O DE SOSTEN: 48 DOSIS (Administradas 3 veces por semana: Lunes, Miercoles y Viernes)
DURACIÓN 4 meses :16 semanas
Medicamento Cada Tableta Dosis diaria No. de Tipo de No. De
“Doble” contiene Unidades administración unidades por
paciente
Isoniacida H: 150 mg H: 600 mg
+ Tres Veces por 216
Rifampicina R: 150 mg R: 600 mg 4 Semana
SEGUNDA FASE O DE SOSTEN: 120 DOSIS (Administradas 3 veces por semana: Lunes, Miercoles y Viernes)
DURACIÓN 10 meses
Medicamento Cada Tableta Dosis diaria No. de Tipo de No. De
“Doble” contiene Unidades administración unidades por
paciente
Isoniacida H: 150 mg H: 600 mg
+ Tres Veces por 480
Rifampicina R: 150 mg R: 600 mg 4 Semana
Para la TB extra pulmonar, meníngea y ósea la segunda fase de tratamiento antifimico debe de ser 10 meses) (2HRZE/10HR)
Opción A
↓
Investigar TB en cada control
Investigue la presencia de alguno de los siguientes síntomas:
Tos
Fiebre
Pérdida de Peso
Sudoración nocturna
No Si
Evaluar si hay contraindicaciones para Investigar por TB3
terapia preventiva con isoniacida (Xpert MTB/Rif, baciloscopía y Cultivo por BK
(TPI)2 Efectuar radiografía de tórax y otras imágenes
si se sospecha TB Extra pulmonar)
Investigar otras enfermedades si resultan
negativos4
No Si Otro Diagnostico TB No TB
↓ ↓ ↓ ↓ ↓
Proporcione Difiera la Trate De Trate la TB
profilaxis con profilaxis con apropiadamente la
seguimiento y al curar o
Isoniacida Isoniacida hasta otra enfermedad y
y ofrezca completar el
resolver el ofrezca profilaxis
profilaxis con tratamiento
problema con Isoniacida
Isoniacida proporcione
quimioprofilaxis
↓ ↓ ↓ ↓ ↓
El personal de salud debe evaluar regularmente por TB al paciente VIH en cada visita
1 Cada adulto o adolescente viviendo con VIH+ debe ser evaluado para recibir TARV. Las medidas de control de
infecciones deben ser priorizadas para reducir la transmisión de M tuberculosis en todos los lugares proveedores de
atención en salud.
2
Contraindicaciones: hepatitis active (aguda o crónica), consumo regular de alcohol, síntomas de neuropatía periférica. Historia
de TB o embarazo no son contraindicaciones. Aunque no es requisito la PPD puede efectuarse antes de iniciar TPI en algunos
lugares donde sea accesible la prueba.
3
Investigación de TB de acuerdo a esta norma.
4
La radiografía de tórax puede ser hecha si hay disponibilidad, pero no es indispensable para diagnosticar TB activa
o descartarla.
Ausentes Presentes
No Si Otros Sin TB TB
Diagnósticos
• A todo adulto y adolescente con VIH se le debe hacer una evaluación por TB basado en un algo-
ritmo clínico.
• Toda persona adulta o adolescente con VIH que refiera al menos uno de los signos y síntomas
siguientes: tos, fiebre, pérdida de peso o sudoración nocturna, debe sospecharse TB activa y
debe ser estudiado tanto para TB como para otras enfermedades.
• A todo adulto o adolescente con VIH que se sospeche TB o TB multidrogorresistente (TB-MDR)
se debe indicar como primera prueba diagnóstica Xpert® MTB/RIF
• En los establecimientos de salud del segundo nivel de complejidad, que cuentan con la prueba
antigénica de flujo lateral de lipoarabinomanano en orina LF-LAM puede utilizarse como apoyo
en el diagnóstico diferencial de TB en adultos con VIH hospitalizados con signos o síntomas de
TB (pulmonar y/o extra pulmonar).
• Para el estudio de la infección tuberculosa latente (ITBL) en personas con VIH puede utilizarse
la prueba cutánea de tuberculina (PPD o Mantoux).
12.1 Tuberculosis pulmonar
• La tuberculosis en personas con VIH puede ser pulmonar o extra pulmonar. La TB pulmo-
nar, al igual que en la población general, es la forma más frecuente en personas con VIH
y por lo tanto la más importante desde el punto de vista clínico. Dada su transmisibilidad,
también es la de mayor importancia desde el punto de vista de la salud pública. Herra-
mienta de aplicabilidad No.1, para el proceso diagnóstico.
• El diagnóstico de la TBP en las personas con VIH se realiza de la misma forma que en las
personas sin VIH y se basa en:
- Manifestaciones clínicas
- Diagnóstico bacteriológico
- Diagnóstico radiológico y otros métodos.
- Baciloscopía
- Cultivo
- Inmunocromatografía.
En toda persona con VIH se debe realizar la búsqueda de bacilos de TB si hay pre-
sencia de uno de los cuatro síntomas claves: fiebre, tos, pérdida de peso y sudora-
ción nocturna. El diagnóstico definitivo de la TBP se efectúa con el aislamiento del
M. tuberculosis en muestras de esputo o lavado bronco alveolar, prioritariamente a
través de la biología molecular. De no contarse con ella, a través de la Baciloscopía
y el cultivo.
Baciloscopía
Día 1 (muestra 1)
El paciente, tras recibir asesoría, recoge una muestra de esputo el día que consulta
en el establecimiento de salud (debe recogerse en ambientes especialmente venti-
lados y lo ideal es que el personal de salud utilice respiradores N-95 o bien realizar
la recolección al aire libre). Ese día el paciente recibe un recipiente para llevar una
segunda muestra al día siguiente.
Día 2 (muestras 2)
• Hay que recordar que en la persona con VIH con leve inmunodeficiencia la pro-
babilidad de obtener baciloscopias positivas es igual a la de una persona sin VIH.
En cambio, en una persona con VIH en etapa de SIDA la probabilidad de obtener
baciloscopias positivas está reducida. En cualquier caso, las baciloscopias nega-
tivas no descartan el diagnóstico de TBP y siempre se debe realizar el cultivo. En
los casos sospechosos con tos seca puede hacerse uso de la técnica del esputo
inducido siempre y cuando puedan garantizarse las medidas de control de infec-
ciones para evitar el riesgo de transmisión nosocomial (respiradores N° 95 para el
Esputo Inducido.
Si un paciente no da muestra de esputo o la muestra es inadecuada, puede me-
jorarse la obtención de la misma nebulizando al paciente en una zona bien ven-
tilada e iluminada, idealmente con nebulizador ultrasónico y suero salino hiper-
tónico (3%). Este procedimiento debe efectuarse solamente en lugares donde se
asegure medidas de bioseguridad y el personal debe usar respirador N95.
Cultivo
1) En medios sólidos:
a. Lowenstein-Jensen: Se trata de un método tradicional, que utiliza como base el hue-
vo coagulado con pH cercano al neutro. Ofrece como ventaja una mayor sencillez
de realización, la posibilidad de hacer conteo de colonias y su bajo costo. Tiene el
inconveniente del crecimiento bacteriano lento y de lectura manual. Para realizarlo
se necesita de un laboratorio equipado, con adecuado nivel de bioseguridad y per-
sonal calificado. El resultado se obtiene en 2 a 8 semanas.
Tiene mayor sensibilidad que los medios sólidos y sirve de patrón de referencia para
todo cultivo.
El más difundido es el BACTEC MGIT®. Estos cultivos permiten disminuir los tiempos
de diagnóstico a 14 días en promedio; sin embargo, son de costo superior a los tra-
dicionales y requieren de laboratorios con buen nivel de bioseguridad con personal
suficiente y entrenado.
En personas con VIH el cultivo del esputo debe ser un examen de rutina porque:
Inmunocromatografia
Es sencillo de realizar y no requiere equipo sofisticado, por lo que puede ser apro-
piado en laboratorios con recursos limitados. Los resultados pueden estar en 7 a 14
días.
b. En medios líquidos
Métodos rápidos
c. Pruebas moleculares
• Son las más aconsejables por el corto tiempo para obtener el resultado. Se refieren
a las ya descritas bajo métodos bacteriológicos de biología molecular:
- Xpert® MTB/RIF: para rifampicina
- LPA: para rifampicina e isoniacida.
Una persona con VIH con sospecha de TBP con bacteriología negativa podría no tener
enfermedad tuberculosa. Es necesario entonces reevaluar al paciente, buscando con-
diciones que pueden confundirse con TB. En la persona con VIH asintomática o con
inmunodeficiencia leve siempre hay que considerar otras patologías (cuadro 3). La pre-
sencia de condiciones indicadoras de inmunodeficiencia avanzada como la candidiasis
oral podría orientar la búsqueda de otras posibles infecciones oportunistas.
• La neumonía bacteriana aguda es común en las personas con VIH. Una historia bre-
ve de síntomas suele diferenciar a la neumonía bacteriana de la TBP. El patógeno
más común es el Streptococcus pneumoniae, que en general responde bien a trata-
mientos con penicilina o cefalosporinas, pero debe tomarse en cuenta el perfil de
resistencia de cada entorno. Es importante, con fines de preservación de opciones
futuras de tratamiento anti-TB, no utilizar fluoroquinolonas o aminoglicósidos (ver
medicamentos anti-TB de segunda línea) si existe la posibilidad de que se trate de
una TBP.
• Esto se debe a que es un medicamento que suele estar disponible y que ha demos-
trado lograr importantes reducciones en la mortalidad de estos pacientes.
• La histoplasmosis, que en las personas con VIH se presenta de manera sistémica con
síntomas respiratorios leves o ausentes, es una infección oportunista muy frecuente
y también debe incluirse en el diagnóstico diferencial de la TBP con baciloscopia
negativo.
• La TBE tiene la misma presentación clínica en personas con o sin VIH. Los pacientes
con TBE se presentan con síntomas constitucionales (fiebre, sudoración nocturna o
pérdida de peso) y síntomas específicos relacionados al sitio de la TB, el diagnóstico
de una TBE suele ser difícil. Puede ser presuntivo si se logran descartar otras condi-
ciones. El diagnóstico de TBE depende de la disponibilidad de herramientas diagnós-
ticas como rayos X, ultrasonografía, biopsia y cultivos, no siempre es etiológico. Se
debe hacer cultivo de muestras donde se sospeche se encuentre localizada la TBE
(por ejemplo, biopsias de ganglio, hemocultivos, cultivos de medula ósea u otros).
La evidencia destaca que el Xpert® MTB/RIF es útil para el diagnóstico de TB me-
níngea y ganglionar, pero aún no hay suficiente evidencia de su utilidad para otras
formas de TBE. Herramienta de aplicabilidad No.2.
• En todo paciente con TBE es necesario investigar TBP, de preferencia, con Xpert®
MTB/RIF u otras pruebas de biología molecular, o con baciloscopia y radiografía
de tórax. No obstante, muchos pacientes con TBE no tienen TBP concomitante. De
coexistir ambas, se clasifica como TBP. A continuación, se describen las principales
formas de TBE.
Es la forma de TBE más frecuente en pacientes con o sin VIH. Los ganglios linfáticos
más frecuentemente afectados son los ganglios cervicales. Pueden, no obstante, estar
también afectados otros grupos como los axilares o mediastínicos. La evolución natural
del modo de compromiso ganglionar debe tenerse presente a la hora de sospechar la
TB ganglionar:
- Ganglios firmes coalescentes
- Ganglios fluctuantes y disrupción de la piel
- Abscesos
- Cicatrización y fistulización
• La LGP aparece hasta en un 50% de los pacientes con infección reciente con VIH, es
auto limitada y no requiere un tratamiento específico. Este diagnóstico lo sugieren
adenopatías que cumplen las siguientes características:
- < 1 cm de diámetro
- 2 o más sitios extra inguinales
- 3 o más meses de duración.
• Una biopsia de pleura a ciegas con una aguja de Abrams puede posibilitar el diag-
nóstico histopatológico de una TB pleural. No obstante, dado que la distribución de
las lesiones en la pleura no es uniforme, el procedimiento solo hace el diagnóstico
en un 75% de los casos. Es necesario repetir las biopsias para aumentar el rendi-
miento diagnóstico.
• Una biopsia pleural dirigida a través de una pleuroscopia ofrece mayor posibilidad
diagnóstica, ya que permite la visualización directa de las lesiones antes de tomar la
biopsia. Ambos procedimientos no son indispensables si los síntomas son compati-
bles con TB y la toracocentesis obtuvo un exudado linfocítico.
• En las personas con VIH siempre hay que solicitar, además de la tinción Ziehl-Nee-
lsen, tinción de Gram y tinción con tinta china del LCR debido a la necesidad de di-
ferenciar la TB meníngea de la meningitis bacteriana y, sobre todo, de la meningitis
por criptococo, que podría tener manifestaciones clínicas y características del LCR
muy similares. Herramienta aplicabilidad N° 4.
• Otros diagnósticos diferenciales basados en las características del líquido ascítico son:
- Trasudados: insuficiencia cardíaca congestiva, insuficiencia renal, síndrome ne-
frótico, hipertensión portal.
- Exudados: neoplasia, otras infecciones que causan peritonitis.
Los derrames pericárdicos rara vez revelan presencia de BAAR. Una pericardiocentesis
terapéutica urgente es necesaria si hay taponamiento cardíaco.
Cuadro No. 7 Tuberculosis extrapulmonar según órgano afectado y pruebas para diagnóstico.
Forma de TB Muestra de tejido o Exámenes a solicitar Estudios de
extrapulmonar líquido a obtener gabinete
TB ganglionar Aspirado o muestra de Baciloscopia, Xpert MTB/Rif, Punción/punción
(especialmente ganglios tejido ganglionar cultivo para Micobacterias e guiada por
cervicales) histopatología o citología ultrasonido, biopsia
TB miliar o diseminada Aspirado o muestra de Xpert MTB/Rif, baciloscopía, Radiografía de tórax
tejido más accesible. citología y cultivo por BK y otras imágenes
Médula ósea, LCR
Meningitis Tuberculosa Líquido cefalorraquídeo Xpert MTB/Rif, ADA*, cultivo TAC cerebral
por BK, citología, Citoquímica
del líquido
TB Pleural Líquido y tejido pleural Análisis citoquímico, Xpert Radiografía de
MTB/Rif, ADA tórax, Ultrasonido
baciloscopía, cultivo por BK de torax
patología, Citología
TB Abdominal (Peritoneal) Líquido y tejido peritoneal Análisis citoquímico, ADA Ultrasonido
baciloscopía, cultivo, abdominal
patología, citología
Osteoarticular Líquido y tejido articular Análisis Citoquímica, ADA Radiografía y otras
baciloscopía, cultivo, imágenes de la
patología, citología articulación
TB Pericárdica Líquido pericárdico Análisis citoquímico, ADA, Ecocardiograma
baciloscopía, cultivo por BK,
citología, patología
Niños a partir de 18 meses y adultos se diagnostica la infección por VIH basándose en: Una
prueba de anticuerpos contra VIH positiva (prueba rápida o inmunoensayo enzimático)
que se debe confirmar mediante otra prueba de anticuerpos contra VIH positiva (prueba
rápida o inmunoenzayo enzimático) que se basa en diferentes antígenos o distintas carac-
terísticas operativas.
Cuando se brinda Consejería en VIH se deben de tener en cuenta los siguientes principios:
• Enfoque diferencial: Todas las personas nos desarrollamos en diferentes contextos. El en-
foque diferencial busca que se reconozca como una misma situación afecta de manera
específica a diferentes grupos de poblaciones. Así, el desarrollo de una Consejería para la
prueba del VIH deberá reconocer que, a efectos de mayor o menor susceptibilidad a ad-
quirir una infección de transmisión sexual, una misma situación puede afectar de manera
específica a las personas en función de:
Es importante que el/la Consejero/a reconozca como estos factores pueden llegar a aumen-
tar las condiciones de vulnerabilidad de las personas y, por ende, hacerlas más susceptibles a
las infecciones de transmisión sexual (ITS), incluido el VIH y Sida. El desarrollo de la Conseje-
ría y prueba tendrá que estar sustentada en el reconocimiento de las condiciones de vulnera-
bilidad y las necesidades particulares de la persona que está consultando; en la garantía de la
igualdad de oportunidades en el acceso a la información, y en el desarrollo de una Consejería
que busque superar las brechas sociales en lugar de profundizarlas con estigmas y acciones
discriminatorias.
Confidencialidad: Se refiere al deber ético y jurídico de que el personal de salud y otros pro-
fesionales no revelen a nadie más sin autorización, información que se les haya proporciona-
do o que hayan obtenido en el contexto de su relación profesional con una persona usuaria
de los servicios. Desde el inicio de la sesión, la persona debe tener claro que la información
que proporcione no será divulgada a otras personas, esto ayudará a que se sienta en confian-
za de poder hablar de su vida sexual.
Consentimiento informado (6): La consejería y la prueba de diagnóstico del VIH deben contar
siempre con la aprobación voluntaria, expresada en el consentimiento informado del usua-
rio/a. Ello se aplica tanto para aquellas personas que por su propia iniciativa demandan la
prueba procurando conocer su situación ante el VIH como aquellos que han sido orientados
por un proveedor/a de salud a hacerse la prueba de VIH.
Privacidad y respeto a la intimidad (6): Brinde a la persona un espacio privado y seguro don-
de pueda expresar con tranquilidad sus inquietudes, emociones, tomar conciencia de sus
comportamientos de riesgo y sentirse motivada para asumir algunos cambios que le permi-
tan evitar la infección por VIH o transmitirla en el caso que esté infectada.
Tiempo suficiente para brindar la Consejería (6). Aunque cada sesión tiene un tiempo es-
tipulado para ser desarrolladas, el Consejero/a debe tener la habilidad de modificar este
tiempo y adecuarlo a las necesidades de cada persona y contexto en que está brindando los
servicios. Hay que tomar en cuenta que la calidad de la Consejería no está directamente re-
lacionada con el tiempo que dure.
No tome decisiones por la persona (6): ni aproveche su posición para inducirla, convencerla
o influirle a tomar una decisión. El/la Consejero/a NO debe utilizar las frases “usted debe”,
“usted tiene que”. Es por medio del razonamiento conjunto y la verdadera muestra de interés
por la persona, que ella puede tomar decisiones de manera libre y voluntaria.
No juzgue (6): Es importante recordar que el/la Consejero/a no debe juzgar a la persona por
su comportamiento, aun cuando no esté de acuerdo y aunque le parezca contradictorio. Se
debe dar a entender que lo que se reprueba es la actitud de riesgo y no a la persona que está
en riesgo.
Referencias efectivas (6): Durante la consejería, los consejeros deben ayudar a las personas
a definir prioridades de acuerdo a sus riesgos y motivarlas a acceder a otros servicios que
respondan a sus necesidades. En este caso, los Consejeros deben brindar las opciones dispo-
nibles a servicios confiables y apropiados.
El tratamiento de la tuberculosis en personas con VIH es una prioridad una vez se hace el diagnós-
tico y se debe iniciar, idealmente, el mismo día del diagnóstico de TB o lo más pronto que sea posi-
ble, cualquiera sea la condición del paciente. La prontitud de su inicio determinará la disminución
del riesgo de muerte en casos avanzados o con deterioro físico notable.
En general, para el tratamiento de la tuberculosis en pacientes con o sin VIH se utilizan los mismos
medicamentos, dosis, duración con excepción de TB ósea y la TB Meníngea un año de duración.
El personal clínico debe manejar las mismas definiciones de caso que se manejan para el registro y
reporte de los casos de tuberculosis en los programas de control de la TB, porque dichas definicio-
nes de casos establecen diferencia entre los pacientes nuevos y los que tienen tratamiento previo.
Esto permite determinar el tratamiento.
• Caso de tuberculosis presuntiva: cualquier persona que presenta síntomas o signos su-
gestivos de tuberculosis.
• Caso de tuberculosis clínicamente diagnosticado: toda persona que no cumple con los
criterios para la confirmación bacteriológica, pero ha sido diagnosticada con TB activa por
un médico u otro personal clínico, quien ha decidido dar al paciente un ciclo completo de
tratamiento de TB. Esta definición incluye casos diagnosticados sobre la base de hallazgos
anómalos en los rayos X o histología sugestiva en casos extra pulmonares sin confirmación
de laboratorio. Si estos casos clínicamente diagnosticados resultan tener luego bacteriolo-
gía positiva (antes o después de comenzar el tratamiento), deben ser reclasificados como
bacteriológicamente confirmados.
14.2 Esquema de tratamiento anti-TB estandarizado para personas con VIH (7)
Existe un código estándar para los esquemas de tratamiento anti-TB. Cada medicamento
tiene una abreviatura, como se muestra en el siguiente cuadro No 8.
El esquema de tratamiento TB tiene dos fases y cada una consiste en una combinación de
medicamentos. El número antes de una fase es la duración de esa fase en meses. Un sub-
numeral después de una letra es el número de dosis semanales de ese medicamento. Si no
hay un subnumeral después de una letra, significa que el tratamiento con ese medicamento
es diario. Por ejemplo: 2HRZE (2 meses de isoniacida, rifampicina, pirazinamida y etambutol,
dosis diaria).
En este esquema, la fase inicial o intensiva es de dos meses de duración. Se utiliza la combina-
ción de cuatro medicamentos (HRZE) que eliminan rápidamente los bacilos en división activa,
lo que contribuye a la disminución de la contagiosidad, evita la selección de cepas resistentes
a medicamentos, especialmente a la isoniacida, y contribuye a la mejoría clínica del paciente.
En la segunda fase o de continuación, de cuatro meses de duración, se utilizan dos medica-
mentos (HR) con el fin de eliminar a los bacilos en división intermitente.
Como la tasa de recaída en estos enfermos es alta, es indispensable una supervisión estricta
una vez confirmada la curación del enfermo, por lo tanto, debe dársele cita para evaluaciones
periódicas.
Para casos de recaídas o pérdida al seguimiento tratados antes por un único episodio, se
debe iniciar el esquema estandarizado para casos nuevos hasta que se obtenga el resultado
de la PSD.
Esquema de tratamiento básico primario para pacientes nuevos, con TB pulmonar o extra
pulmonar
Este esquema totaliza 114 dosis, con duración de 6 meses lo que equivale 26 semanas Herra-
mienta de aplicabilidad No. 6
En casos excepcionales de TBE con riesgo grave de discapacidad y de difícil evaluación de res-
puesta al tratamiento (tuberculosis ósea o articular) o con alto riesgo de mortalidad (tubercu-
losis del sistema nervioso central), la segunda fase del tratamiento anti-TB debe prolongarse
hasta completar a 12 meses de tratamiento, respectivamente.
El tratamiento anti-TB en la tuberculosis meníngea debe iniciarse tan pronto como las mani-
festaciones clínicas y los hallazgos en el LCR sugieran meningitis tuberculosa. El retraso del
tratamiento se asocia con mayor mortalidad.
El tratamiento para los pacientes VIH/Sida con tuberculosis pulmonar es el mismo que para
otros pacientes con tuberculosis VIH negativo, tanto en esquema, drogas usadas, duración de
las fases de tratamiento (2HRZE/4RH) con excepción de algunas formas de TB extra pulmonar
en donde se alarga la segunda fase.
La segunda fase del tratamiento antiTB de la TB extra pulmonar: meníngea u ósea se alarga
a 10 meses (2RHZE/10RH, el total del tratamiento antiTB deberá ser de 12 meses).
Todos los pacientes con TB deben ser monitoreados para evaluar la respuesta al tratamiento.
El peso corporal debe ser registrado cada mes y las dosis de medicamentos deben ajustarse
a los cambios que se produzcan. Debe instruirse a todos los pacientes para que reporten
persistencia o reaparición de los síntomas de TB (incluida la pérdida de peso), síntomas de
efectos adversos o interrupciones de tratamiento. En los pacientes con TBE, la forma usual
de evaluar la respuesta al tratamiento es mediante la clínica, siendo el registro del peso una
herramienta muy importante. El monitoreo bacteriológico es más útil en los casos de TB
pulmonar baciloscopia positiva que en aquellos con baciloscopia negativa y en ambos el mo-
nitoreo del tratamiento de TB con radiografía de tórax.
• En todas las personas con coinfeccion TB/VIH se debe realizar al inicio del trata-
miento anti-TB, cultivo y PSD. En los pacientes con TB pulmonar debe realizarse
una baciloscopia de control al finalizar la fase inicial o intensiva de tratamiento
(segundo mes). Se debe vigilar la respuesta al tratamiento del paciente bacilífero
por medio de la bacteriología, ordenando un examen de esputo al segundo mes,
quinto mes y al final del tratamiento. Si el paciente refiere no tener expectoración,
debe hacerse la baciloscopía aunque el esputo parezca saliva.
• Cuando la baciloscopia al final del quinto o sexto mes es positiva, debe solicitarse
cultivo y PSD y se clasifica como un fracaso de tratamiento. Según el resultado, se
realiza un cambio de tratamiento.
La mayoría de las personas con VIH completan su tratamiento anti-TB sin sufrir efectos ad-
versos significativos. Está descrito, sin embargo, que los efectos adversos son más comunes
en las personas con VIH que en aquellas sin VIH, sobre todo a medida que avanza la inmuno-
supresión. Es por ello que un buen monitoreo clínico es necesario. El monitoreo sistemático
con pruebas de laboratorio no está recomendado.
Los efectos adversos de los medicamentos pueden prevenirse cuando el médico los conoce y
está al tanto de las patologías o condiciones de base del paciente (VIH, alcoholismo, diabetes,
insuficiencia renal, embarazo). Una parte del buen monitoreo clínico es educar a los pacien-
tes y sus familias acerca de los efectos adversos y preguntar acerca de ellos en cada visita al
consultorio.
Si un paciente refiere prurito y se excluyen otras causas obvias, se pueden usar antihista-
mínicos al mismo tiempo que se continúa el tratamiento anti-TB y se observa al paciente
estrechamente y de manera hospitalaria. Si se desarrolla exantema, es necesario detener
el tratamiento anti-TB y esperar a que el problema cutáneo se resuelva. En estos casos el
paciente debe ser remitido al INCP o a un hospital de tercer nivel.
Dosis de Prueba
Medicamento
Día 1 Día 2 Día 3
Isoniacida 50 mg 300 mg 300 mg
Rifampicina 75 mg 300 mg Dosis plena
Pirazinamida 250 mg 1g Dosis plena
Etambutol 100 mg 500 mg Dosis plena
Debido a las complejidades clínicas de la confección TB-VIH y de las múltiples comorbilidades aso-
ciadas, así como a las frecuentes situaciones de vulnerabilidad social de las personas afectadas, es
necesario proporcionar una atención integral, de calidad y con calidez, centrada en la persona y
enfocada en sus necesidades de salud y preferencias, y apoyar a las personas y sus familias en la
toma de decisiones informadas para jugar un papel activo en su propio cuidado. La atención de la
persona con Coinfección TB/VIH, requiere de servicios multidisciplinarios, con el objetivo de redu-
cir la morbilidad y la mortalidad, para mejorar la efectividad del tratamiento y la calidad de vida en
general.
Recomendaciones claves
La terapia antiretroviral (TARV) se debe iniciar en todo paciente con TB/VIH independientemente
del conteo de células CD4:
• El tratamiento de TB se debe iniciar primero, seguido por la TARV tan pronto como sea posible
dentro de 2 a 8 semanas del tratamiento anti TB.
• Pacientes TB/VIH inmunosupresión grave (conteo de CD4 menos de 100 células/mm3) deberá
recibir TARV dentro de las primeras dos semanas de iniciado el tratamiento para TB.
• En las personas con Coinfección TB/VIH que inicien TARV, el esquema de primera línea reco-
mendado es Tenofovir 300mg + Emtricitabina 200mg + Efavirenz 600mg dosis fija combinada
una tableta al dia. Herramienta de aplicabilidad No.7 (7)
Cuando se difiere los ARV, solo debe hacerse por el tiempo suficiente para que el paciente
se adapte al tratamiento antiTB.
• El tratamiento antirretroviral de primera elección es el siguiente:
Tenofovir 300mg + Emtracitabina 200mg + Efavirenz 600 mg dosis fija combinada una ta-
Los efectos adversos más comunes de los ARV son variados y se presentan en la herramienta
de aplicabilidad No. 8.
Las interacciones entre estos medicamentos generan efectos adversos siendo los más
comunes entre los ARV de primera línea y los medicamentos anti-TB. Herramienta de
aplicabilidad No. 9 y 10
En personas con Coinfección TB/VIH y en tratamiento anti-TB con rifampicina debe ad-
ministrarse LPV/r con dosis ajustada, 4 tabletas de 200 mg/50mg cada 12 horas.
La mejor manera de prevenir la TB es dar tratamiento efectivo a los pacientes con TB infec-
ciosa para interrumpir la cadena de transmisión. Se consideran infecciosos los casos de TB
de las vías respiratorias (pulmonar y laríngea). Los pacientes con TBE no se consideran infec-
ciosos. La vacuna BCG (Bacilo de Calmette-Guérin) es una forma de prevención específica
contra la TB en niños. La quimioprofilaxis con isoniacida en personas con VIH es otra forma
de prevención contra la TB, ya que la identificación de la infección latente de TB en personas
con VIH es esencial para tratar a tiempo y prevenir que desarrollen TB activa. Asimismo, la
implementación de las medidas de control de infecciones es clave para la prevención de la
TB en personas con VIH.
La BCG es una vacuna con microorganismos vivos atenuados derivada del Mycobacte-
rium bovis. Se aplica por vía intradérmica y la dosis usual es 0.1ml (es obligatorio leer
el instructivo en cada lote de vacuna).
No debe aplicarse la vacuna BCG a niños con VIH+/Sida, confirmado o en niños con
estatus VIH desconocido pero que tienen signos o síntomas que sugieren infección
por VIH y que son hijos de madres infectadas con VIH. Los riesgos de la BCG superan
los beneficios. (5)
Esta vacuna se aplica como parte del Programa Ampliado de Inmunizaciones (PAI).
(Ver Normas actualizadas del PAI, Capitulo XI.
Si el paciente viviendo con VIH no tiene ningún síntoma sugestivo de TB (tos, fiebre,
pérdida de peso o sudoración nocturna) se debe recibir consejería TB y tratamiento
preventivo con isoniacida (Ver algoritmo). De ser posible se debe efectuar PPD y dar
TPI si esta es igual o mayor de 5 mm. Herramienta de aplicabilidad No.11 (5)
La reducción del riesgo de desarrollar TB activa en personas con VIH es todavía más
significativa cuando la TPI se acompaña de TARV. Aunque la TPI puede ser auto ad-
ministrada, las personas que la reciben deben ser evaluadas periódicamente durante
todo ese tiempo para documentar la adherencia al tratamiento.
Quimioprofilaxis
La quimioprofilaxis con isoniacida a los pacientes adultos o adolescentes viviendo con
VIH que no presentan ningún síntoma sugestivo de TB (Tos, fiebre, pérdida de peso
y sudoración nocturna) y niños viviendo con VIH (sin ningún síntomas de TB: Tos, fie-
bre, pérdida de peso, sin contacto con paciente TB) debe ser ofrecida y llevada a cabo
porque hay evidencia claramente significativa de su beneficio.
Todo PVIH que termino tratamiento anti-TB. El esquema de tratamiento aplicado para
quimioprofilaxis es Isoniacida 5 mg/kg/día durante 9 meses.
Así como es importante prevenir la TB en la persona que ya tiene la infección por VIH,
también es importante que personas con la infección asintomática por M. tuberculosis
(ITBL) eviten adquirir el VIH, dado que si lo hacen aumentan considerablemente su ries-
go de desarrollar una TB activa (3-13% anual). El uso consistente del condón previene la
transmisión de la infección por VIH de personas coinfectadas a sus parejas y contactos
sexuales. La prevención de la infección por VIH en todas las personas, incluidas las que tie-
nen TB depende de que se tomen medidas de prevención que comprendan las prácticas
sexuales protegidas, el no uso de drogas inyectables, el tamizaje de donantes y productos
sanguíneos, la prevención de la transmisión materno-infantil y las medidas de bioseguri-
dad en los establecimientos de salud.
Los pacientes con TBP y laríngea pueden transmitir la enfermedad por microgotas de menos
de 5 micras de diámetro que contienen el bacilo y que son producidas al toser, hablar o es-
tornudar. Estas microgotas también se producen en estos pacientes en procedimientos tera-
péuticos o invasivos, como las nebulizaciones y broncoscopias. La mayoría de los pacientes
con TB son diagnosticados de manera ambulatoria en establecimientos de atención primaria.
Sin embargo, en ocasiones puede ser necesaria la hospitalización, sobre todo en el caso de
personas con VIH debilitadas por esta u otras infecciones oportunistas.
Las personas con VIH pueden ser infectadas o reinfectadas y desarrollar TB activa en pocos
meses si se exponen a un paciente enfermo con TB. Los trabajadores de la salud y otro tipo de
A los pacientes con TBP y laríngea que requieran hospitalización, es necesario ubicarlos en un
cuarto de aislamiento bien ventilado y limitar a lo esencial su traslado a otras áreas del hospi-
tal y, al hacerlo, siempre cubrirle la boca y la nariz con una mascarilla quirúrgica. El uso de un
equipo debe limitar a un solo paciente, y seguir los procedimientos de lavado y desinfección
apropiados. Las medidas de aislamiento deben mantenerse hasta descartar el diagnóstico de
TB o, si este es confirmado, hasta que el paciente haya cumplido tratamiento efectivo por dos
semanas y/o tenga dos baciloscopias consecutivas negativas. Los pacientes con diagnóstico
de TB-MDR requieren manejo especial en un centro de referencia, siguiendo las medidas de
aislamiento y ventilación.
Debido al alto riesgo de morbilidad y mortalidad para las personas con VIH, los pacientes con
TB-MDR deben recibir atención en sitios diferentes a los habituales para las personas con
VIH. Otra medida de control administrativo importante es la evaluación del riesgo de trans-
misión en el establecimiento de salud, y con base a ella la elaboración de un plan de control
de infecciones, la capacitación adecuada del personal de salud para poner en práctica el plan,
educación a los pacientes y a la comunidad sobre higiene respiratoria y etiqueta de la tos y
coordinación entre los programas de TB y VIH.
La técnica más sencilla y menos costosa es maximizar la ventilación natural para eliminar y
diluir el bacilo tuberculoso del aire de las áreas de pacientes con TB, lejos del resto de pacien-
tes. Las áreas en que puede ocurrir transmisión de tuberculosis en los establecimientos de
salud incluyen consulta externa, emergencia o urgencias, hospitalización, radiología, labora-
torio clínico, quirófanos y salas de autopsia, entre otros.
El aislamiento ideal consiste en una habitación donde el aire fluye de afuera hacia adentro
(presión negativa) con recambios por hora de 6 (mínimo) a 12 volúmenes (ideal) y que tiene
apropiada salida del aire al exterior. La presión negativa puede ser creada con un ventilador
que saque el aire por la ventana al exterior. La puerta debe permanecer cerrada. Cuando
esto no es posible, podría habilitarse un servicio o pabellón con pacientes con probable TB
o diagnóstico confirmado.
La luz solar es una fuente natural y segura de rayos ultravioleta que puede matar los bacilos
tuberculosos, por lo que debe aprovecharse al máximo en el diseño y operación de las áreas
de atención. El uso de dispositivos de luz ultravioleta germicida (LUVG) puede considerarse,
pero teniendo en cuenta sus posibles efectos adversos tales como alteraciones oculares y
cutáneos crónicos por sobreexposición. Esto es particularmente cierto cuando el equipo no
recibe instalación, monitoreo y mantenimiento apropiados.
Las medidas de protección respiratoria son la última línea de defensa contra la infección por
M. tuberculosis en los establecimientos de salud e implica el uso de respiradores de partícula
por parte del personal de salud, administrativo, o de visitantes. Estas medidas deben estar
precedidas por las otras medidas de control de infecciones antes mencionadas.
Los respiradores de partículas tienen poros minúsculos que bloquean los núcleos de gotitas
e impiden la entrada de aire por sus bordes, ya que se ajustan perfectamente sobre la boca
y nariz. Son diferentes a las mascarillas quirúrgicas. Se recomiendan los elaborados con una
eficiencia del filtro de al menos 95% para partículas de 0,3 micras de diámetro. Estos se co-
nocen como respiradores N95.
Las mascarillas quirúrgicas de tela, papel o plástico tienen poros grandes y no se ajustan
perfectamente en los bordes, por lo que no protegen de la infección a los trabajadores de la
salud, demás personal, pacientes o visitantes. Las mascarillas quirúrgicas evitan la propaga-
ción de los microorganismos de la persona que la lleva puesta (p. ej., cirujano o paciente con
tuberculosis) a otros, mediante la captura de partículas grandes cerca de la nariz y la boca.
Estas están indicadas para pacientes con sospecha o diagnóstico de TB de vías respiratorias
cuando se trasladan de un lugar a otro dentro del hospital o están en contacto con otras
personas. Cuando no se pueda realizar el aislamiento de un paciente BK+, este deberá portar
una mascarilla.
El reconocimiento temprano del estado de infección VIH en un enfermo con TB podrá definir con-
ductas adecuadas de diagnóstico y tratamiento de la TB-RR/ MDR/XDR. En toda persona con VIH
y con algún síntoma clínico sospechoso de TB, se debe tener una prueba rápida de biología mo-
lecular (Xpert® MTB/RIF) para el diagnóstico rápido de la TB y de la resistencia por lo menos a la
rifampicina. Todo paciente con TB en quien se detecte VIH debe tener PSD para diagnosticar pre-
cozmente la resistencia a los medicamentos anti-TB y establecer la prevalencia de la resistencia
entre los coinfectados. De igual manera administrar un tratamiento apropiado en forma oportuna
y además, realizar un análisis comparativo entre enfermos TB infectados con el VIH respecto a los
no infectados y la presencia o ausencia de resistencia a los medicamentos anti-TB. Herramienta de
aplicabilidad No.3
• El diagnóstico de la TB-DR en personas infectadas por el VIH presenta los mismos retos que el diag-
nóstico de la TB sensible.
• Todas las poblaciones en riesgo, enunciadas en el inciso anterior deben ser sometidos simultá-
neamente a baciloscopía, Xpert®MTB / RIF *, cultivo y si este es positivo, su respectiva prueba
de sensibilidad. Según algoritmo Diagnóstico. Un resultado negativo del cultivo en un caso con
baciloscopía positiva podría tratarse de una micobacteriosis.
• Se debe recordar que, en una persona con VIH con sospecha de TB, la baciloscopia no es suficien-
te porque podría tratarse de micobacterias ambientales que no responderán adecuadamente al
tratamiento, por lo que toda muestra (pulmonar o extra pulmonar) debe ser remitida para cultivo,
determinación de especie y PSD.
• Puesto que la sobrevida tiene una relación directa con la precocidad del diagnóstico y el inicio del
tratamiento, en sospecha de TB pulmonar, el Xpert® MTB/RIF debe usarse en lugar de la microsco-
pia y cultivo convencionales como la prueba diagnóstica inicial en personas con sospecha de TB o
TB-MDR asociada con el VIH.
Toda persona con TB, Infectado con el VIH debe tener Xpert MTB/RIF, cultivo y pruebas de
sensibilidad a medicamentos anti-tuberculosis de primera línea con métodos rápidos para la
definición del esquema de tratamiento de forma oportuna.
• Si el paciente tiene TB-RR y/o TB-MDR, debe solicitarse PSD para los medicamentos anti-TB de
segunda línea (inyectables y fluoroquinolonas en uso en el país). Estos exámenes no deben retra-
sar el inicio del tratamiento.
• Si el paciente tiene síntomas sugestivos de TB extra pulmonar, se debe tomar muestra del área
comprometida y proceder de la siguiente manera:
• Además de solicitarse el cultivo y la PSD, toda persona con VIH y sospecha de TB debe tener una
historia detallada con respecto a:
- Tratamiento previo con medicamentos anti-TB, en especial aquellos con antecedentes de
fracaso terapéutico.
- Si fue tratado previamente, identificar el proveedor público si no tiene antecedentes de trata-
tratamiento.
- Antecedentes de reclusión en un centro penitenciario.
• El tratamiento de la TB-DR en pacientes infectados por el VIH suele ser el mismo de aquellos sin
VIH.
• Las normas vigentes del país, según Manual de Normas de TB, año 2012, refiere que:
- Todo paciente al que se decida incluir en el tratamiento con DSL por TBMDR deberá tener una
evaluación inicial por el CONE MDR. (El Centro Nacional de Referencia para pacientes con TB-
MDR) en el Instituto Nacional Cardiopulmonar, (INCP) donde está el servicio para el manejo
intrahospitalario de éstos pacientes.
- El manejo de cada caso de paciente TB-MDR y la conducta para cada situación serán decididos
por el Comité Nacional de Expertos en TB-MDR (CONE TB-MDR)
A continuación, se presenta los esquemas actuales para el manejo de pacientes con MDR (5), así como
la clasificación actualizada de los medicamentos TB-RR Y MDR: Herramienta de aplicabilidad No. 12
• En pacientes con RR o MDR, se recomienda un esquema con al menos 5 medicamentos efectivos
en la fase intensiva, incluyendo la Pirazinamida (Z) y cuatro Drogas de Segunda Línea (DSL) de base:
uno del grupo A, uno del grupo B y por lo menos dos del grupo C.
• Asociar medicamentos de primera línea del grupo D1 que pueden considerarse aún efectivos:
etambutol o isoniacida a altas dosis.
• Considerar agregar medicamentos de los grupos D2 o D3 si no se consigue conformar un esque-
ma con 4 medicamentos de los grupos A, B y C. Esto puede deberse a la utilización previa, por
resistencia o por reacción adversa.
Las dosis serán modificadas de acuerdo al peso/kg del paciente revisadas mensualmente. Para adminis-
trar el medicamento inyectable, se preferirá la vía endovenosa. En Honduras el inyectable a usar es la
capreomicina el cual deberá ser diluido antes de aplicarlo.
- Primera fase: incluye el medicamento inyectable y se extiende hasta 4 meses después de la con-
versión bacteriológica. Suele tener de 6 a 8 meses de duración.
- Segunda fase: incluye medicamentos orales incluyendo pirazinamida. Su duración está determi-
nada por la respuesta del paciente al tratamiento. Suele tener de 12-14 a 18 meses de duración.
• En el tratamiento de pacientes nuevos diagnosticados con MDR y / TBRR se sugiere una dura-
ción total del tratamiento de 20 meses, aunque también la duración total del tratamiento depen-
derá del mes de la conversión bacteriológica.
• Para el tratamiento de Coinfección TB/DR con VIH se deben tener en cuenta las siguientes particu-
laridades:
- El TARV es crucial para evitar la mortalidad en estos pacientes
- Los numerosos medicamentos del tratamiento de la TB-MDR combinados con el TARV conlle-
van a una elevada incidencia de efectos adversos.
- La vigilancia debe ser más intensa, tanto de la respuesta al tratamiento como de los efectos
adversos.
- El síndrome de reconstitución inmunológica (SIRI) puede complicar el tratamiento.
• Se recomienda que el TARV se inicie lo más pronto posible, dentro de las primeras 8 semanas luego
del inicio del tratamiento para la TB-MDR, cualquiera sea el recuento de los CD4. Las interacciones
conocidas son:
- Bedaquilina: este medicamento es metabolizado por el citocromoP450- 3A4 y tiene múltiples
interacciones con inhibidores de proteasa y NNRT.
- Delamanid: es metabolizado por el CYP3A1. Muchos medicamentos pueden no inducir o in-
hibir el sistema CYP3A4, lo que causa interacciones medicamentosas.
Sin embargo, varias reacciones adversas a fármacos son potenciadas: por ejemplo,
- Hepatotoxicidad: Nevirapina, ritonavir/inhibidores de proteasa con pirazinamida, isoniazida.
- Gastritis: Todos los antivirales, Etionamida, PAS; fluoroquinolonas
- Nefrotoxicidad: Tenofovir, ritonavir/indinavir con los inyectables de segunda línea
- Transtornos Psiquiátricos: Efavirenz, cicloserina, terizidona
- Neuritis Periférica: Estadovudina, didanosina, zidovudina, isoniazida, ciclcoserina, linezólido,
agentes inyectables de segunda línea
- En consecuencia debe iniciarse la terapia antiretroviral (TAR), lo antes posible en aquellos
pacientes con TBMDR que aún no han sido tratados por el VIH, si el recuento de linfocitos
CD4+ es superior a 50/mcL, puede esperarse de 2 a 8 semanas para iniciar TARV, si es menor
a 50/mcL debe iniciarse dentro de las dos primeras semanas del inicio del tratamiento de la
TBMDR, con la posible excepción de TB en el sistema nervioso central (SNC) ya que se podría
presentar dentro del mismo el fenómeno de la Reconstitución Autoinmune (SIRI)
- La definición de fracaso al TARV ha sido establecida en la sección 5.1. En caso de diagnosticar el
fracaso en un paciente con TB-DR, no se recomienda empezar al mismo tiempo un nuevo trata-
miento con ARV, si no continuarlo y cambiarlo a ARV de segunda línea entre dos a ocho semanas
después del inicio del tratamiento de la TB-DR.
Además de causar malnutrición, la TB-MDR puede exacerbarse por un estado de nutrición de-
ficiente, un bajo índice de masa corporal y la anemia grave. Sin apoyo nutricional, los enfermos
pueden entrar en el círculo vicioso de malnutrición y enfermedad, especialmente aquellos cuyo
punto de partida ya es la desnutrición. Herramienta de aplicabilidad No.13
• Los niños con VIH que presenten alguno de los siguientes signos o síntomas: escaso aumento de
peso, fiebre o tos, o antecedentes de contacto con un caso de TB pueden padecer TB, por lo que
deben realizarse pruebas de diagnóstico de TB y de otras afecciones. Si la evaluación no revela
TB, se debe iniciar la profilaxis con isoniacida independiente de la edad.
• Todo niño VIH positivo, en el que se ha descartado enfermedad tuberculosa, debe de recibir
tratamiento profiláctico con Isoniazida (10 mg/kg/día máximo 300mg/dia) durante 9 meses.
• Debe utilizarse Xpert® MTB/RIF como prueba diagnóstica inicial cuando se sospeche TB asocia-
da a infección por VIH o TB-MDR.
• Todos los niños con TB activa deben empezar a recibir TARV lo antes posible, en un plazo máxi-
mo de 8 semanas desde el comienzo del tratamiento anti-TB, independiente del valor de CD4 y
el estadio clínico.
• En niños coinfectados menores de 3 meses de edad el esquema recomendado para el inicio del
TARV es AZT + 3TC + NVP. Una vez terminado el tratamiento anti-TB, el esquema del TARV podrá
modificarse de manera adecuada a la edad del niño para pasar a un esquema basado en IP o
INNRT.
• Una vez completado el tratamiento anti-TB, todos los niños con VIH deberán recibir TPI secun-
daria durante 9 meses.
• La profilaxis con TMP/SMX se recomienda en niños con Coinfección TB/ VIH independientemen-
te la condición clínica e inmunológica.
El Xpert® MTB/RIF es la prueba diagnóstica de elección en niños con VIH; se debe realizar
además, PSD.
El diagnóstico diferencial de TB en la niñez, sobre todo en la Coinfección con VIH, debe incluir
tanto afecciones pulmonares como aquellas patologías que pueden plantear características
presentes en TBE. Se debe estudiar de acuerdo a la sintomatología y al perfil epidemiológico
local.
En el lactante nacido de madre con VIH, es prioridad hacer un diagnóstico precoz de la infec-
ción por VIH. A partir de los 18 meses, cuando ya han desaparecido los anticuerpos de origen
materno, el diagnóstico se hace mediante pruebas serológicas. El examen serológico (inclu-
yendo prueba rápida) se recomienda para diagnostico de infección por VIH a menos que el
niño este todavía con lactancia materna. Si ese es el caso, la prueba (incluyendo pruebas
rapidas) debe realizarse 3 meses después de haber suspendido la lactancia materna. Herra-
mienta de aplicabilidad No.5.1
Todo niño con TB activa deben comenzar de inmediato tratamiento anti-TB e iniciar el TARV
entre la 2 a 8 semanas tan pronto como se compruebe la tolerancia al tratamiento anti-TB.
Ambos tratamientos aumentan el riesgo de toxicidad, por lo que es necesario un seguimiento
estricto para identificar y tratar en forma temprana los eventuales efectos adversos.
En caso de TB extra pulmonar (TB ósea, TB miliar y meningitis TB) el tratamiento para la pri-
mera fase es igual y la segunda fase con isoniacida y rifampicina se debe prolongar hasta 10
meses a la misma dosis, para un total de 12 meses de tratamiento.
Se debe tener siempre en cuenta las interacciones de la rifampicina con algunos ARV. Las con-
centraciones de LPV/r disminuyen mucho en presencia de rifampicina. Cuando el niño está
con un esquema con LPV/r, se debe considerar ajustar la dosis según las normas nacionales.
En casos de TB-MDR debe utilizarse, al igual que en los adultos, un mínimo de 4 medicamen-
tos anti-TB nunca antes utilizados, incluidos dos o más bactericidas a los que la cepa de TB es
sensible (véase la sección 17). El esquema a utilizar debe basarse en el perfil de resistencia
del caso índice cuando se trata de un contacto o de acuerdo al resultado de la PSD.
En el caso de niños con VIH que ya están en tratamiento con TARV al momento del diagnós-
tico de TB, la terapia anti-TB se debe iniciar de inmediato y continuar con la TARV. Se deben
realizar los ajustes necesarios en los esquemas de ARV para disminuir la potencial de toxici-
dad e interacciones de los fármacos.
Todo niño con VIH menor de 5 años que es contacto de un caso de TB y en quien se ha
descartado TB activa debe recibir isoniacida 10 mg/kg/día (máximo 300 mg/día) durante 9
meses. De la misma manera, todo niño con VIH de un año de edad en adelante sin presencia
de enfermedad ni contacto con un caso de TB debe recibir TPI por 9 meses a la misma dosis
mencionada antes. Herramienta de aplicabilidad. No 16.
Todo niño VIH menor de un año contacto con paciente TB bacilífera a quien se descartó la
enfermedad activa debe recibir TPI.
18.2.3.2 Profilaxis con TMP/SMX en niños con Coinfección TB/VIH y Para niños con contacto TB
MDR (3) (9)
La profilaxis con TMP/SMX, debe indicarse independiente del CD4 a niños mayores de 4 se-
manas de edad 10 Mg/kg/día tres veces a la semana hasta que la infección por VIH se ha
logrado descartar. (Ver dosis en cuadro No 10). Los niños con historia de reacciones adversas
graves al TMP/SMX u otras sulfas, así como los que padecen de deficiencia de glucosa-6-fos-
fato deshidrogenasa no deben recibir TMP/SMX. Aunque el TMP/ SMX es un medicamento
seguro y los efectos adversos son raros, es importante el monitoreo clínico con particular
énfasis en reacciones cutáneas y síntomas como náusea, vómitos e ictericia.
Cuadro No. 10. Dosis recomendadas de profilaxis con TMP/SMX por edad y peso
Este mico bacterias, como su nombre lo indica, no son tuberculosas y también se les conoce como
mico bacterias atípicas o ambientales. Aunque comparten algunas características (son BAAR), no
deben confundirse con el M. tuberculosis resistente (TB-MDR o TB-XDR). Este mico bacterias se
adquieren del ambiente (agua y tierra) y están asociadas a manifestaciones clínicas en pulmones
o piel y en las personas con VIH y niveles de CD4 inferiores a 50/mm3 pueden presentarse formas
diseminadas difíciles de diagnosticar, sobre todo en entornos de recursos limitados. Las personas
con VIH también pueden presentarlas de manera asintomática, colonizando sus vías respiratorias,
por lo que todo esputo que reporta BAAR debe idealmente recibir seguimiento del cultivo y PSD.
En general, este mico bacterias no son susceptibles a los medicamentos anti-TB de primera línea y
su tratamiento debe ser siempre consultado con un médico especialista (cuadro 11).
2. SESAL. Plan Estrategico de Respuesta Nacional para la Prevencion y Control de la Tuberculosis 2016-2020. Plan
Estrategico. Tegucigalpa: Secretaria de Salud; 2016.
3. Organizacion Panamericana de la Salud. Coinfección TB/ VIH. Guía Clínica Regional. Actualización 2017. Guia
Clinica. Washington, D.C.: OPS/OMS; 2017. Report No.: 978-92-75-31985-7.
4. SESAL. Contexto Epidemiologico, Carta de Continuidad TB/VIH. Tegucigalpa, MDC: Secretaria de Salud; 2017.
5. SESAL. Manual para la Prevencion y Atencion de la Tuberculosis en Honduras. Manual. Tegucigalpa: Secretaria
de Salud; 2018. Report No.: M14:2015 Rev 01-2018.
6. SESAL. Guia de Consejeria en VIH basada en riesgo. Guia. Tegucigalpa MDC: Secretaria de Salud; 2018. Report
No.: G08-2017.
7. SESAL. Manual Atencion Integral Adulto y Adolescente con VIH. Manual. Tegucigalpa: Secretaria de Salud;
2017. Report No.: M06-2013, Rev 01-2017.
8. Farga V, Caminero J. Tuberculosis 3era edicion, Rev. Med. Chile. [Online].; 2011. Available from: https://scielo.
conicyt.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0034-98872011000500019&lng=es.
9. SESAL. Manual de Atencion Integral del Niño y Niña con VIH. Manual. Tegucigalpa: Secretaria de Salud, ITS/
VIH/SIDA; 2013.
Contraindicaciones
2. Trastorno hemorrágico
3. Si es diestro, el operador sujeta la masa con la mano izquierda para mantenerla en una posición fija
y estable.
4. Una jeringa de 20 mL unida a una aguja calibre 21 (las agujas de mayor calibre deben evitarse para
prevenir sangrado y la siembra tumoral) se introduce apenas debajo de la superficie de la piel. Se
aplica succión negativa a la jeringla tirando del émbolo hasta la marca de los 10 mL.
6. Cuando se trata del cuello y de un quiste este debe ser evacuado por completo y el fluido y la cáp-
sula enviados para citología.
8. Se coloca una pequeña gota del aspirado sobre un portaobjetos. Se hace un frotis colocando otro
portaobjeto sobre la gota de fluido y deslizando los portaobjetos en direcciones opuestas para ex-
tender el fluido.
9. Se realiza una tinción de Ziehl-Neelsen y se guarda fluido aspirado para cultivar M.tuberculosis e
idealmente hongos.
11. Las muestras deberán secarse al aire y prepararlas para tinción de Wright-Giemsa cuando el diagnós-
tico diferencial incluye tumores de glándulas salivales, linfoproliferativos o grasos.
En la tuberculosis ganglionar la CAAF puede proporcionar evidencia citológica compatible con tuber-
culosis. La histología de la CAAF puede informar la presencia de inflamación granulomatosa, necrosis
caseosas o ambas. Cuando con la CAAF no se establece un diagnóstico preciso, deberá realizarse una
biopsia excisional que debe incluir cultivos.
Complicaciones
1. Hematomas grandes
4. Enfisema subcutáneo
Indicaciones:
Persona con VIH y derrame pleural
Contraindicaciones
1. Trombocitopenia
2. Trastorno hemorrágico
Procedimiento
Se establece a través del examen físico (percusión mate) y la auscultación del tórax (ruidos respiratorios
disminuidos y egofonía). Un derrame pleural es fácil de visualizar en una radiografía posteroanterior de
tórax, pero a veces es necesario una radiografía en decúbito lateral para despejar dudas.
1. Colocar al paciente sentado con los brazos y la cabeza apoyados (ej. sentado al revés en una silla, en
un banco, apoyado sobre la cama o sobre una mesa ajustable).
3. Desinfectar el área con povidona yodada y mantener una técnica aséptica en todo momento.
6. Asegurarse de que la aguja penetre por arriba del borde superior de la costilla (los vasos y nervios
intercostales se hallan localizados cerca del borde inferior de la costilla).
7. Empujar con suavidad una aguja calibre 20-21, anestesiar la pleura y aspirar suavemente hasta que
obtener líquido pleural en la jeringuilla, retirar la aguja y observar la profundidad necesaria para la
aguja de toracocentesis.
9. Insertar la aguja con lentitud sobre el borde superior de la costilla y aspirar con suavidad a medida
que avanza.
10. Cuando se obtiene líquido pleural, colocar una pinza o hemostática en la aguja para evitar que inad-
vertidamente se introduzca con mayor profundidad.
11. Aspirar la cantidad de líquido necesaria (en general, 100 mL para diagnóstico). No es conveniente
aspirar más de 1 500 mL de líquido de una sola vez debido al riesgo de producir edema agudo de
pulmón o hipotensión. Un neumotórax por laceración de la pleura visceral es más frecuente si se
intenta aspirar por completo un derrame. Retirar la aguja con delicadeza.
12. ideal es obtener los niveles de glucosa, proteínas y DHL séricas.
13. Enviar el líquido pleural al laboratorio para análisis citoquímico que permita distinguir un exudado
de un trasudado.
a. Tubo 1: proteínas e, idealmente DHL.
b. Tubos 2, 3 y 4 para:
Complicaciones
1. Neumotórax
2. Hemorragia
3. Episodio vasovagal
4. Infección
7. Enfisema subcutáneo
8. Embolismo
Contraindicaciones
Procedimiento
1. Hacer un fondo de ojo cuidadoso. Si se sospecha aumento de la presión intracraneal y/o una lesión
ocupante de espacio en el SNC, se debe realizar una tomografía cerebral antes de la punción lumbar.
2. Colocar al paciente en decúbito lateral con la espalda flexionada (hombros hacia adelante y muslos
contra el abdomen).
3. Identificar el espacio entre L4-L5 (una línea imaginaria entre las crestas ilíacas).
6. Introducir con suavidad la aguja de punción lumbar con su estilete (con el bisel hacia la cabeza) en el
espacio entre L4-L5 en dirección horizontal y una leve inclinación cefálica. Retirar el estilete y, si se
observa salida de LCR, mida la presión de apertura del LCR (normal es de 100 a 200 mm H2O).
a. Si la presión está elevada, instruir al paciente para que se relaje y asegurarse de que no haya com-
presión abdominal o contención de la respiración (la fuerza y la presión contra la pared abdominal
aumenta la presión del LCR).
b. Si la presión está marcadamente elevada, extraer sólo 5 mL de LCR y retirar la aguja de inmediato.
8. Medir la presión de cierre, retirar el manómetro y la válvula y colocar el estilete antes de retirar la
aguja de punción lumbar. Aplicar presión en el sitio de punción con una gasa estéril por varios minu-
tos.
Si están disponibles:
f. Antígeno del criptococo
g. Cultivo para hongos (Sabouraud)
h. Citología
Indicaciones
Contraindicaciones
1. Trastornos hemorrágicos
2. Distensión abdominal
Procedimiento
1. Vaciar la vejiga del paciente (la inserción de una sonda vesical puede ser necesaria en algunos pa-
cientes).
3. Un buen lugar para la punción es aproximadamente 2-3 cm lateral al borde del músculo recto en los
cuadrantes abdominales inferiores. Evitar lo siguiente:
b. Cicatrices quirúrgicas (mayor riesgo de perforación causado por las adherencias de los intestinos
a la pared del peritoneo).
c. Áreas de piel infectada (mayor riesgo de infección peritoneal).
5. Insertar con cuidado la aguja (adaptada a una jeringa) en forma perpendicular a la piel. Se escucha
un leve sonido al ceder las fascias musculares anteriores y posteriores, y la entrada a la cavidad pe-
ritoneal se evidencia por una súbita desaparición de la resistencia a la aguja. Empujar la aguja con
cuidado para evitar que se hunda demasiado profundo.
Complicaciones
2. Hipotensión y choque
3. Hemorragias
4. Perforación intestinal
6. Peritonitis