Trabajo Permiso de Salida

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CÓDIGO DE EJECUCIÓN PENAL

SECCION I PERMISO DE SALIDA Artículo 43. El permiso de salida puede ser concedido

al interno hasta un máximo de 72 horas, en los casos siguientes: 1. Enfermedad grave,

debidamente comprobada con certificación médica oficial, o muerte del cónyuge o

concubino, padres, hijos o hermanos del interno. 2. Nacimiento de hijos del interno. 3.

Realizar gestiones personales, de carácter extraordinario, que demanden la presencia del

interno en el lugar de la gestión. 4. Realizar gestiones para la obtención de trabajo y

alojamiento ante la proximidad de su liberación. Este beneficio puede ser concedido por el

Director del Establecimiento Penitenciario, dando cuenta al representante del Ministerio

Público y, en su caso, al Juez que conoce del proceso, y adoptará las medidas necesarias de

custodia, bajo responsabilidad

Artículo 27.

Sólo pueden imponerse las siguientes sanciones disciplinarias: 1. Amonestación. 2. Privación

de paseos o actos recreativos comunes, cuando corresponda hasta un máximo de treinta días.

3. Limitación de las comunicaciones con el exterior hasta un máximo de treinta días. 4.

Privación de permisos de salida hasta un máximo de sesenta días. 5. Aislamiento hasta un

máximo de treinta días, salvo lo dispuesto en el artículo 33.

“REGLAMENTO GENERAL DE SEGURIDAD DEL INSTITUTO NACIONAL

PENITENCIARIO”
CAPITULO IX CONDUCCION Y TRASLADO DE INTERNOS

Artículo 119°.- Razones para el traslado La conducción y traslado de internos, se realiza con

la finalidad de que el interno concurra a diligencias judiciales, hospitalarias, clínicas, cuando

se le otorga un permiso especial de acuerdo al Código de Ejecución Penal ó cuando es

conducido a otro establecimiento penitenciario.

Artículo 120°.- Misión La seguridad durante la conducción y traslado, tiene como finalidad

que el interno: 1 No se fugue. 2 No ataque al custodio. 3 Impedir que se suicide. 4 Evitar que

atente contra su integridad física. 5 Entregarlos en perfectas condiciones físicas y mentales al

lugar destinado. La seguridad es de necesidad primordial, ya que nos van a permitir

neutralizar cualquier acción destinada a impedir el exitoso cumplimiento de la misión

asignada al custodio

Artículo 121º.- Precauciones durante la Conducción y Traslado Durante la conducción y

traslado, deben tomarse las precauciones siguientes: INSTITUTO NACIONAL

PENITENCIARIO 30 1 Que el custodio se encuentre en buenas condiciones físicas y

mentales. 2 La capacidad física del custodio supere a la del interno, en la medida de las

posibilidades. 3 El custodio debe reunir un alto grado de moralidad y disciplina: la moralidad

le permitirá desechar cualquier insinuación dolosa del interno que custodia o de personas

extrañas y la disciplina hará que cumpla estrictamente las disposiciones vigentes. 4 Que el

armamento y equipos de seguridad del custodio estén operativos.

Artículo 122°.- Lineamientos 1. Durante el traslado, se brindará un trato al interno que

garantice el respeto de sus derechos humanos. Asimismo, el traslado se deberá realizar en


forma discreta y reservada. 2. No se proporcionará informes sobre el destino, tiempo de

llegada, escalas posibles y cambios que se harán en los medios de transporte a ninguna

persona ajena a la conducción y traslado.

Artículo 123°.- Procedimiento General de Conducción y Traslado En la conducción y

traslado de internos, el personal deberá seguir el siguiente procedimiento:

1 Designación de la ruta a seguir, teniendo en consideración las rutas alternas.

2 Revisar la operatividad del armamento, equipo y sistema de comunicación. Seleccionar

grilletes operativos y seguros, comprobando que sus llaves los abran con facilidad.

3 Portar las armas de fuego reglamentarias y de forma adecuada, de tal forma que el interno

se encuentre incapacitado para alcanzarlas y/o sustraerlas. Asimismo, debe contar con la

licencia

4 Revisión de los medios logísticos a emplear en el traslado (vehículos, combustible, entre

otros).

5 Proceder a la recepción de la documentación que dispone el traslado (ficha psicológica,

resolución de traslado, legajo personal y demás necesario para cumplir con el mandato de

conducción y traslado.

6 Proceder a la recepción del interno o internos. Incautar artículos prohibidos y aquellos que

puedan atentar la consecución de la misión.

7 Realizar la verificación nominal y numérica de los internos por trasladar.

8 Proceder al registro corporal y de pertenencias

9 Realizar el engrilletado correspondiente.

10 Embarque de los internos al medio de transporte designado.

11 Inicio del traslado adoptando las medidas de seguridad para neutralizar fugas o rescates.
12 No se deberá perder de vista al interno y se debe impedir que alguna persona se interponga

entre el custodio y el interno.

13 De ser necesario, se organizarán turnos de vigilancia mientras se realiza el traslado de

largo viaje, a fin de que, cuando menos uno de los custodios esté despierto y observando en

todo momento a los internos.

14 No se deberán sostener conversaciones con internos o con personas extrañas, sobre todo

no debe tratar asuntos relacionados con la función.

15 Si se transita por una calle, el personal de custodia y traslado no debe mantenerse alejado

del sardinel ya que el interno puede intentar empujarlo frente a un carro en movimiento.

16 Si fuera necesario controlar por la fuerza al interno, durante la ejecución de la conducción

o traslado, deberá realizarse de forma proporcional a su resistencia y respetando sus derechos

humanos.

17 Verificar la peligrosidad del interno en la Ficha penológica (sentenciado o procesado,

delito, tipo de delito, fugas y reincidencia.) 18 Al llegar al lugar designado se procederá a la

entrega de los internos.

Artículo 124°.- Itinerario y Engrilletado El personal encargado de la custodia debe tener en

cuenta lo siguiente: a) En cuanto al itinerario: 1. Mantener el itinerario previsto y no permitir

que nadie interfiera el cumplimiento de la misión. 2. En el trayecto el interno no debe: •

Conversar con sus familiares, amigos y abogados defensores. • Efectuar ninguna actividad

que ponga en riesgo la misión. • No conversar b) En cuanto al engrilletado: 1 Para proceder al

engrilletado el interno adoptará la posición de registro; cabeza apoyada a la pared, con las

manos (brazos) y piernas estiradas. 2 Colocar el grillete cuidadosamente a las muñecas del

interno, cerrarlas y no abrirlas hasta llegar al destino. 3 Para colocar los grilletes de

seguridad, el efectivo ordenará que el interno coloque las manos en la espalda, a la altura de
la cintura con las palmas hacia afuera y posteriormente se procederá a engrilletar las

muñecas. 4 Seguidamente se procederá a asegurar los grilletes con dos vueltas a la llave y al

ajuste del grillete, manteniendo una vigilancia permanente del interno.

Artículo 125°.- Clasificación de la conducción y traslado La conducción y traslado de

internos se clasifican de la siguiente manera: 1. Por el número de internos a. Individual b.

Masiva INSTITUTO NACIONAL PENITENCIARIO 32 2. Por la distancia: a. Cercana:

cuando se realiza dentro de una misma localidad b. Mediana: cuando es interprovincial c.

Lejana: cuando es de una región a otra región, o al extranjero 3. Por el grado de peligrosidad

del interno a. Máxima seguridad b. Mediana seguridad c. Mínima seguridad 4. Por el medio

de transporte a. A pie b. En vehículos motorizados c. En tren d. En avión

Artículo 126°.- Conducción y traslado individual o masivo En la conducción individual

cercana, las precauciones a tomarse son de responsabilidad del custodio y deberá tener en

cuenta los siguientes factores: 1 La necesidad de hacer un registro completo y minucioso del

interno. 2 La peligrosidad del interno (reincidente, homicida, terrorista). 3 La afluencia de

personas, donde será conducido el interno. 4 El sexo. 5 La edad. 6 El estado anímico del

interno. 7 Las condiciones físicas del interno. 8 La operatividad del armamento y equipos de

seguridad.

Artículo 127°.- Conducción y traslado a pie El traslado a pie se produce cuando no se

disponen de otros medios o cuando la distancia es lo suficientemente corta, que a su vez

justifica el empleo de este procedimiento. En este caso se designan los custodios suficientes,

armados de acuerdo a la cantidad y tipo de internos, manteniendo la distancia apropiada y

flanqueándolos en ambos lados, cuando se aproximan a una esquina se detendrá a los internos
para ver si hay vehículos que se aproximan, acelerando los pasos cuando está despejado.

Artículo 128°.- Cuidados especiales en la conducción y traslado en vehículos motorizados Si

se traslada a los internos en vehículos motorizados se debe verificar antes de que los internos

suban al vehículo, que no exista objetos sueltos, tales como herramientas, pedazos de metal

y/o de madera, o de cualquier otra indole, por que pueden ser usados como armas.

INSTITUTO NACIONAL PENITENCIARIO 33

Artículo 129°.- Conducción y traslado en automóvil Sólo se trasladarán internos de seguridad

mínima o mediana en automóvil y se deberá tomar en cuenta lo siguiente: 1 Se registra al

interno. 2 Se asegura los grilletes de seguridad con el cinturón de su pantalón, por ningún

motivo asegurar los grilletes de los internos a un objeto fijo dentro del automóvil. 3 Se sitúa

el automóvil lejos de la muchedumbre y del tránsito colectivo. 4 Se hace entrar primero al

interno y se le sitúa en el asiento posterior izquierdo detrás del conductor. 5 El custodio

ingresa al automóvil por el lado opuesto al interno y se sienta a su lado. Si fuesen dos

internos se les coloca los grilletes juntos y se sigue el mismo procedimiento para sentarlos.

Artículo 130°.- Conducción y traslado en camión, vehículos multiusos y furgoneta. En el

caso de la conducción y traslado en camión, vehículos multiusos y furgoneta, se tomarán en

cuenta los siguientes cuidados: a) Para el traslado de internos en camión se tiene en cuenta lo

siguiente: 1 El conductor baja la puerta posterior. 2 El custodio sube al camión haciendo una

posición de alerta en una esquina delantera de la plataforma, encarando su arma a los internos

que suben. 3 El custodio ordena a los internos que suban uno por uno y que vayan tomando

asiento alternadamente de los lados dejando espacio libre entre los internos y la puerta

posterior, los custodios se colocarán en la parte delantera. 4 El conductor asegura la puerta. 5


Para la bajada de los internos del camión, se seguirá en forma inversa. b) Cuando se traslada

internos en camionetas multiusos, se aplican los mismos procedimientos que los señalados

para el traslado de internos en automóvil, excepto en la colocación de un custodio armado en

el asiento delantero y el custodio sin armas entre el interno y puerta principal. c) Cuando se

utiliza unidades furgones se utilizan los procedimientos indicados para el traslado en

automóvil, colocando un custodio sin armas en la puerta posterior del carro.

Artículo 131°.- Conducción y traslado en ómnibus Para el traslado de internos en ómnibus se

sigue el procedimiento siguiente: 1 Hacer un registro detallado del ómnibus antes de que

suban los internos. 2 Limitar la apertura de las ventanas. 3 Vigilar estrechamente el equipaje

de los internos. INSTITUTO NACIONAL PENITENCIARIO 34 4 Colocar los grilletes de

seguridad a los internos antes de subir al ómnibus, nunca deben ser colocados los grilletes a

dos internos juntos. 5 Hacer ingresar a los internos en el orden que deben sentarse,

verificando previamente sus nombres y apellidos. 6 Colocar uno o más custodios en la parte

delantera cerca al chofer. Está prohibido que un interno ocupe el asiento posterior inmediato

al chofer. 7 Exigir que los internos permanezcan en sus asientos, salvo el caso en que se les

autorice moverse. 8 Colocar en la parte posterior a uno o más custodios dejando un espacio

vacío entre ellos y los internos. 9 Permanecer alerta durante el viaje para evitar una fuga o

que los internos pueden obtener armas o artículos prohibidos.

Artículo 132°.- Conducción y traslado en tren Para el traslado de internos por tren se asignan

dos efectivos para custodiar a un interno y se siguen los procedimientos siguientes. 1 Evitar la

muchedumbre y el contacto con el público. 2 Comunicar al conductor o jefe de tren, que tiene

un interno en custodia e indicar su destino. Si se han hecho reservaciones solicitará se le

indique donde se encuentran los asientos, en caso contrario pedir se les asigne. 3 Elegir un
coche que está inmediatamente delante o detrás del coche comedor, a fin de no tener que

atravesar otro coche al ir a tomar sus alimentos. 4 Bajar del tren después de que todos los

pasajeros lo hayan hecho. 5 Entregar el interno en el establecimiento penitenciario conforme

se ha descrito, en otros casos.

Artículo 133°.- Conducción y traslado en avión Para el traslado de internos por avión se sigue

el procedimiento siguiente: 1 Conducir el vehículo hasta la rampa del avión a fin de que los

internos puedan ser bajados rápidamente del vehículo y subidos al avión. 2 Verificar que el

equipaje del personal penitenciario como el de los internos no exceda del límite autorizado. 3

Registrar a los internos antes de que suban. 4 Verificar que los internos estén engrilletados,

antes de subir al avión. 5 Disponer que los internos suban al avión en el orden en el cual

deban tomar asiento. 6 Verificar sus nombres y apellidos a través de listas. INSTITUTO

NACIONAL PENITENCIARIO 35 7 Coordinar con el comandante de vuelo para que la

cabina del piloto permanezca cerrada durante el vuelo para evitar la posibilidad de que los

internos tomen el mando del avión. De acuerdo con el comandante del avión un efectivo

penitenciario puede ser apostado en la cabina del piloto.

Artículo 135°.- Insuficiencia de custodios Si los efectivos no fuesen suficientes para la

custodia y conducción de internos, es obligación del director del establecimiento

penitenciario, solicitar apoyo a la Policía Nacional del Perú, en caso de negar el apoyo, hacer

conocer oportunamente, a los señores Magistrados las limitaciones de efectivos y carencia de

apoyo de la PNP, solicitar el apoyo del Grupo de Operaciones Especial del INPE.

Artículo 136°.- Fugas producidas durante la conducción y traslado Las fugas o intentos de
fugas planeadas por los internos cuando son trasladados, se manifiestan de diferentes formas:

1 Atacando al custodio con elementos químicos, palos, cadenas, arma blanca y/o de fuego, u

cualquier otro objeto. 2 Descuido del custodio y el interno corre dentro del área urbana o

despoblada. 3 Arrojándose de los vehículos o aprovechando una mala revisión del vehículo. 4

Con ayuda de otras personas y/o delincuentes que actúan en el exterior. 5 Por invitaciones

que el interno formule al custodio, para que se sirva gaseosas, golosinas y/o otros alimentos

que puedan contener narcóticos o alucinógenos que hagan perder el conocimiento al custodio,

posibilitando la fuga. 6 Por exceso de confianza del custodio con el interno y la falta de

conciencia de seguridad.

Artículo 137.- Procedimientos en caso de fuga. Si un interno se fuga el personal custodio no

debe desperdiciar tiempo en aprehenderlo, coordinará con la Seguridad y con la Policía para

su recaptura.

Artículo 138.- Medidas de seguridad para neutralizar fugas durante los traslados: Con la

finalidad de neutralizar posibles fugas, se debe tener en consideración lo siguiente: 1 Aplicar

al interno los grilletes de seguridad, observando los movimientos en todo momento. 2

Revisión corporal minuciosa al interno antes que salga del Penal. 3 En caso de que el interno

intente fugarse a la carrera, el custodio procederá a: • Usar el silbato para alertar a las

personas que despejen el área o esperar la colaboración de sus compañeros, o de elementos de

seguridad (PNP, FFAA, agentes INPE). • Prevenir al interno que se detenga y de no ser

posible recurrirá al empleo del arma. • Al emplear el arma lo hará los tres primeros disparos

al aire, asegurándose que los proyectiles y rebotes no impacten a personas inocentes.

INSTITUTO NACIONAL PENITENCIARIO 36 • Para impedir que los internos se fuguen


de los vehículos, debe de ubicarlo en tal forma que limite su accionar y debe de tener

colocado los grilletes de seguridad, sea distancias cortas o largas. • No permitir que a

inmediaciones se formen grupos, ni permitir que le rodeen personas extrañas, para evitar

ataques. • Evitar la invitación de comidas y bebidas, ya que pueden estar contaminados o

mezclados con drogas antes y durante el traslado.

Artículo 176°.- Fuga de enfermos El personal de seguridad y el personal de salud deberán

tener mucho cuidado con aquellos internos que fingen estar enfermos. Los siguientes males

fingidas se utilizan no solamente para que se le excluya del trabajo o denunciar al personal

por abuso de autoridad o tortura, sino también para otros propósitos, entre ellos fugarse y

recibir favores especiales. 1. Atarse una cuerda alrededor de una pierna, durante la noche para

producirse hinchazones. 2. Producir alteraciones gástricas bebiendo agua con jabón u otras

sustancias similares. 3. Untarse cal a la piel para producirse escoriaciones. 4. Punzarse los

dedos de las manos y de los pies y frotarlos con sal, para producir síntomas de escozor. 5.

Frotarse la lengua con yeso, para crear la impresión de alteraciones estomacales. 6. Meterse

el dedo en la garganta para inducir a vómitos. 7. Chuparse las encías para producir sangre y

escupir. 8. Aprisionar con cuchara fuertemente a la espalda y frotar, para producir

hematomas, a fin de simular golpes con las varas. 9. Pretender exagerar artritis o reumatismo

muscular, lumbago, úlcera gástrica, apendicitis, hipertensión arterial, diabetes, nefritis,

tuberculosis, parálisis, fiebre, enfermedad orgánica del sistema nervios

CUSTODIA EN LOS CENTROS HOSPITALARIOS Y CLINICAS


Primera.- Si la Policía Nacional del Perú no pudiera asumir la custodia de los internos en los

centros hospitalarios y clínicas, tal como está establecido en el Artículo 158º del Reglamento

del Código de Ejecución Penal, el personal penitenciario asumirá ésta función, solamente en

casos de urgencia. Segundo.- El personal penitenciario que presta servicios en clínicas y

hospitales para mejor cumplimiento de sus funciones debe tener en cuenta lo siguiente: 1.

Antes del relevo examinar el recinto o sala verificando la seguridad que ofrezca (ventanas,

puertas, claraboya, servicios higiénicos, etc.) 2. Recibir consignas del custodio que releva. 3.

Identificar al interno por su nombre y apellidos 4. Hacer saber al interno la conducta que debe

observar 5. Los internos hospitalizados en todo momento estarán engrilletados de pies y

mano, salvo en casos de intervenciones quirúrgicas y/o por prescripción medica.

Tercero.- Los internos que se encuentren en los centros de salud público o privado tienen

derecho a recibir visitas de acuerdo al inciso 33.2 del Artículo 32º del Reglamento del Código

de Ejecución Penal.

Cuarto.- Cuando se produzca el fallecimiento de un interno que se encuentre en un centro de

salud, el personal del INPE que custodia comunicará de inmediato al Director del

Establecimiento Penitenciario, con la finalidad de que este disponga al personal del área

social del penal, para que se haga cargo de los procedimientos administrativos del fallecido.

INSTITUTO NACIONAL PENITENCIARIO 52

Quinto.- Cuando los internos que se encuentran en centros hospitalarios obtengan su libertad,

necesariamente deben ser trasladados al establecimiento penitenciario de su procedencia, para

que se ejecute su libertad de acuerdo a las normas. Si en caso que la salud del interno fuera

tan grave que imposibilita su traslado al penal, el personal encargado de libertades se

trasladará hasta el centro de hospitalario para proceder a dar la libertad. Sexto.- El custodio

no permitirá que el interno abandone su ambiente, lo hará solamente con orden del médico
tratante o para sus necesidades fisiológicas, acompañado en todo momento por el custodio.

Sétimo.- El Director del Penal, o por delegación de éste, realizará visitas inopinadas a los

centros hospitalarios donde se encuentran los internos, a fin de verificar y controlar el

servicio

OTROS

La Ficha de Identificación de los internos contendrá una fotografía, los datos de filiación,

impresión dactilar, odontograma, estigmas y cualquier otra seña o característica que permitan

individualizarlo, debiendo precisarse cualquier impedimento o discapacidad física. La Hoja

Penológica contendrá información referente a los mandatos de detención, sentencias,

traslados, beneficios y libertades. Se clasificará como activa para los internos que estuvieran

en el Establecimiento Penitenciario y pasiva para los que hubieran egresado, activándose si el

titular reingresara al establecimiento penitenciario.

REGLAMENTO DE CÓDIGO DE EJECUCIÓN PENAL

Artículo 77.- Las faltas leves serán sancionadas con: 77.1 Amonestación por escrito; 77.2

Prohibición de participar en actos recreativos organizados o supervisados por la

administración penitenciaria hasta por un máximo de quince días; 77.3 Limitar las

comunicaciones con el exterior hasta por un máximo de quince días, sin perjuicio del derecho

de defensa; o, 77.4 Privación de permisos de salida hasta un máximo de sesenta días.

Artículo 81.- Las faltas disciplinarias leves prescribirán a los cuatro meses y las graves a los

ocho meses.
Artículo 89.- Las resoluciones que imponen una sanción al interno, pueden ser objeto de un

recurso de reconsideración en el término de tres días hábiles de notificada la sanción

disciplinaria. La reconsideración se interpondrá ante el mismo Consejo Técnico

Penitenciario, que resolverá en el plazo de dos días hábiles. De no optar por la

reconsideración, el interno podrá interponer un recurso de apelación ante el Consejo Técnico

Penitenciario en el término de un día hábil de notificada la sanción disciplinaria. El Consejo

Técnico Penitenciario tendrá un plazo de cinco días para elevar el expediente. El recurso de

apelación será resuelto por el Director Regional del Instituto Nacional Penitenciario que

corresponda, en un plazo de cinco días hábiles.

Artículo 129.- Cuando el interno requiera atención médica, consulta, diagnóstico u

hospitalización en un centro hospitalario, el personal de salud lo comunicará al director del

establecimiento penitenciario quien dispondrá lo necesario para efectuar el traslado. Se

requerirá opinión previa de una junta médica. En el caso de niños, la administración

penitenciaria dispondrá todo lo necesario para su atención en un centro especializado

correspondiente. Los gastos deberán ser asumidos por los padres.

Artículo 132.- El médico tratante deberá comunicar al director del establecimiento

penitenciario, la evolución del estado de salud y el momento en que el interno hospitalizado

fuera del establecimiento penitenciario debe retornar al mismo. Tratándose de procesados,

dicha comunicación deberá hacerse además al juez de la Centro de Estudios de Derecho

Penitenciario/USMP causa. El juez penal, en cualquier momento, podrá disponer que los
médicos legistas informen sobre el estado de salud del interno hospitalizado, para determinar

según sea el caso, su permanencia o retorno al establecimiento penitenciario. Igual

procedimiento deberá adoptar la administración penitenciaria a través de la junta médica.

TÍTULO VI CONDUCCIÓN Y TRASLADO DE INTERNOS

CAPÍTULO I CONDUCCIÓN DE INTERNOS Centro de Estudios de Derecho

Penitenciario/USMP

Artículo 152.- La conducción de internos tiene por finalidad movilizarlos para la asistencia a

diligencias judiciales, atención médica fuera del establecimiento penitenciario, permiso de

salida o cualquier otra situación análoga que implique su desplazamiento del establecimiento

penitenciario a otro lugar en forma temporal y con obligación de retorno. La conducción se

efectuará respetando la dignidad e integridad física y mental del interno, así como

garantizando su seguridad.

Artículo 153.- Para la conducción de los internos, el personal responsable adoptará todas las

medidas que permitan sustraerlos de la curiosidad pública y de posibles agravios. El

encargado de la conducción es el responsable de la seguridad, integridad y dignidad de la

persona privada de libertad.

Artículo 154.- La conducción individual o grupal de los internos, estará a cargo del personal

de seguridad del Instituto Nacional Penitenciario o del personal de la Policía Nacional del

Perú.

Artículo 155.- La conducción de los internos deberá efectuarse en medios de transporte


seguros, adecuados, higiénicos y con suficiente ventilación y luz.

Artículo 156.- Cuando por caso fortuito o fuerza mayor el interno no pudiera ser conducido a

su destino, el encargado de su conducción solicitará su admisión en el establecimiento

penitenciario más próximo o dependencia de la Policía Nacional del Perú, quienes deberán

admitirlo. El interno admitido, será alojado en una celda o ambiente separado del resto de la

población penitenciaria. El encargado de la conducción dará cuenta de dicha circunstancia a

la autoridad que dispuso el traslado.

Artículo 157.- Para la conducción de una interna será necesaria la presencia de personal

femenino de seguridad del Instituto Nacional Penitenciario o de la Policía Nacional del Perú,

sin perjuicio del personal masculino que se requiera.

Artículo 158.- La custodia de internos hospitalizados fuera del establecimiento penitenciario

estará a cargo del personal de la Policía Nacional del Perú. En el caso de internas estará a

cargo de personal femenino de dicha institución.

BENEFICIOS PENITENCIARIOS CAPÍTULO I

DISPOSICIONES GENERALES

Artículo 165.- Los beneficios penitenciarios son estímulos que forman parte del tratamiento

progresivo y responden a las exigencias de individualización de la pena, considerando la

concurrencia de factores positivos en la evolución coadyuvantes a su reeducación y

reinserción social. Deben ser tramitados y resueltos en los plazos establecidos en el Código.

Reglamento del Código de Ejecución Penal 47


Artículo 166.- Los internos procesados o sentenciados, podrán acceder, según el caso, a los

beneficios penitenciarios siempre que reúnan los requisitos correspondientes.

Artículo 167.- Los informes emitidos por los profesionales que integran el Órgano Técnico de

Tratamiento para efectos de solicitar un beneficio penitenciario, deberán expresar criterios

que permitan al magistrado sustentar el sentido de su resolución. Los certificados que se

expidan sobre cómputo de trabajo efectivo y educación con notas aprobatorias, así como el de

conducta, serán supervisados, verificados y refrendados por el jefe del área respectiva y el

director del establecimiento penitenciario, bajo responsabilidad, según corresponda.

Artículo 168.- El interno que cumple dos o más condenas en forma simultánea, podrá acceder

a un beneficio penitenciario, cuando en ambas condenas cumpla con los requisitos

establecidos en el Código. La solicitud se tramitará ante el juez penal que impuso la pena más

alta. CAPÍTULO II PERMISO DE SALIDA

Artículo 169.- El permiso de salida es concedido por el director del establecimiento

penitenciario hasta por setenta y dos horas, cuando concurran las circunstancias contenidas en

el artículo 43 del Código y teniendo a la vista el expediente personal del interno, previo

informe social. Para su concesión se tomarán en cuenta los antecedentes y demás

circunstancias personales del interno.

Artículo 170.- El director podrá conceder el permiso de salida aun cuando existiera sanción

por falta grave, si concurren las circunstancias mencionadas en el inciso 1) del artículo 43 del

Código.
Artículo 171.- El director del establecimiento penitenciario expedirá la autorización de

permiso de salida. Dicho documento deberá contener:

171.1 Motivo del permiso;

171.2 Tiempo por el que se concede;

171.3 Lugar de destino autorizado para el desplazamiento del interno; la ruta será

comunicada aparte al personal de seguridad, el cual debe mantenerla en reserva (*); Centro

de Estudios de Derecho Penitenciario/USMP

171.4 La evolución favorable del interno en el proceso de tratamiento y rehabilitación;

171.5 Las normas de conducta que debe observar el interno durante el permiso; y,

171.6 Las medidas de seguridad convenientes y adecuadas que deberán adoptarse. La

resolución que concede este beneficio formará parte del expediente personal del interno. (*)

El texto del artículo

171.3 fue rectificado en tales términos por Fe de Erratas.

Artículo 172.- Si el permiso de salida es denegado, el interno, alternativamente podrá

formular reconsideración o apelación en el plazo de un día hábil. La reconsideración será

resuelta por el director del establecimiento penitenciario en el mismo plazo y la apelación en

tres días hábiles, por la Dirección Regional.

Artículo 173.- Durante el permiso de salida, el personal de seguridad portará la autorización

que justifica la permanencia del interno fuera del establecimiento penitenciario.

Artículo 174.- Cuando no fuera posible el retorno del interno por razones de fuerza mayor o
caso fortuito dentro del plazo concedido, el personal de seguridad deberá dar cuenta

inmediata al director del establecimiento penitenciario de origen, y adoptará las medidas de

seguridad pertinentes.

SECCIÓN IV

CONSEJO TÉCNICO PENITENCIARIO

Artículo 225.- El Consejo Técnico Penitenciario está integrado por el director, que lo preside,

el administrador, el jefe de seguridad penitenciaria, el jefe del Órgano Técnico de Tratamiento

y los profesionales que determine, conforme a lo señalado por el artículo 109 del Código.

Cuando las circunstancias lo requieran, será convocado el abogado, psicólogo, asistente

social, educador, el médico, o cualquier otro profesional designado por medio de una

Resolución Presidencial del Instituto Nacional Penitenciario, interviniendo con voz y voto.

Las circunstancias especiales en las que el Consejo Técnico Penitenciario requerirá convocar

a los profesionales para su actuación a nivel nacional se determinarán por Resolución

Presidencial (*). (*) Modificado por el Artículo 1° del Decreto Supremo N° 015-2003-JUS,

publicado el 10 de setiembre del 2009.

Artículo 226.- En los establecimientos penitenciarios donde no existan los miembros para

conformar el Consejo Técnico Penitenciario, se integrará con los funcionarios designados por

Resolución Presidencial del Instituto Nacional Penitenciario. En caso de no contarse con

personal de la administración penitenciaria, se recurrirá a los profesionales de la comunidad

al servicio del Estado en las áreas respectivas (*). (*) Modificado por el Artículo 1° del
Decreto Supremo N° 015-2003-JUS, publicado el 10 de setiembre del 2009.

ÓRGANO TÉCNICO DE TRATAMIENTO

Artículo 234.- En cada establecimiento penitenciario existirá por lo menos un Órgano

Técnico de Tratamiento, el mismo que estará integrado por:

234.1 Un asistente social.

234.2 Un psicólogo.

234.3 Un abogado. Los órganos técnicos de tratamiento estarán dirigidos por un jefe que será

designado por el Director General de la Región correspondiente

EL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL Y LOS BENEFICIOS PENITENCIARIOS

Es por ello que el Tribunal Constitucional ha sostenido que “[e]n estricto los beneficios

penitenciarios no son derechos fundamentales, sino garantías previstas por el Derecho de

Ejecución Penal, cuyo fin es concretizar el principio constitucional de resocialización y

reeducación del interno” (SSTC 0842-2003-PHC/TC, fundamento 3;

2700-2006-PHC/TC, fundamento 19; 0033-2007-PI/TC, fundamento 46).
INTRODUCCIÓN La ejecución de la pena, ha sido uno de los temas menos tratados en el

Derecho Penal, ya sea por la academia como también por los operadores y tribunales de

justicia criminal, lo que ha traído como consecuencia, en Chile, el escaso desarrollo científico

del Derecho Penitenciario. A lo anterior han contribuido un conjunto de factores, culturales y

técnicos. En efecto, la ciudadanía y sus representantes, preocupados por la creciente

percepción de inseguridad ciudadana, han creído encontrar las respuestas en la

criminalización de nuevas conductas, en el aumento del control formal de la criminalidad y

en definitiva, en el aumento del rigor penal. Esto ha generado más presos y más hacinamiento

en los recintos carcelarios1 . Luego, la solución ha sido la creación de nuevas y más seguras
cárceles2 , que permitan aislar de la sociedad a quien no respeta el contrato social, sociedad

que luego se olvida del sujeto y que por cierto, no está dispuesta a contribuir a su bienestar,

porque es el enemigo que se debe inocuizar. Por otro lado, tampoco ayuda la dispersión

normativa, que dificulta la tarea de jueces y abogados, los que deben recurrir a normas de

menor rango –instructivos, 1 La población atendida por Gendarmería de Chile a diciembre de

2011 alcanzaba a 103.630 personas, distribuyéndose un 51.8% en el medio cerrado (53.691) y

un 48.2% en el medio libre (49.939). Lo anterior ha aumentado los índices de hacinamiento

carcelario, alcanzando a un 60% a diciembre de 2010. Según datos de Kings College London

de diciembre de 2010 Chile tiene una de las tasas de prisionización más alta de América

Latina, con 308 encarcelados por cada 100 mil habitantes. 2 A noviembre de 2010 existen 88

unidades penales para el subsistema cerrado, 20 centros de educación y trabajo, 32 centros de

reinserción social, 4 centros abiertos y 10 patronatos locales de reos. Además, se encuentran

prontas a ser entregadas 2 cárceles concesionadas en Antofagasta y Concepción y se

encuentran proyectadas 5 cárceles concesionadas para Calama, Copiapó, Valparaíso, Temuco

y la VIII Región. 7 decretos y reglamentos-, lo que vulnera el principio de legalidad de la

pena y la garantía de ejecución de la misma. Asimismo, no existe una judicatura

especializada, que en el marco de un debido proceso se aboque exclusivamente a resolver las

solicitudes, reclamos y denuncias que planteen los internos respecto de la forma o

condiciones de cumplimiento de su pena, tal como existe en el derecho comparado, con el

nombre de juez de vigilancia o juez de ejecución, sino que la ejecución de la pena queda

entregada a un organismo administrativo, Gendarmería de Chile, que es el mismo encargado

de la custodia, tratamiento, disciplina y beneficios. Por último, en el plano académico las

Universidades no imparten la disciplina del derecho penitenciario, salvo algunas excepciones

y desde hace muy poco tiempo. Todo lo anterior ha llevado a un abandono de los condenados

intramuros3 , a la violación constante de sus garantías y derechos fundamentales, a la


transgresión de los tratados internacionales que rigen la materia y a la imperiosa necesidad de

una efectiva tutela jurisdiccional, con procedimientos desformalizados y accesibles para los

internos. Esta realidad ha sido denunciada por algunos magistrados y defensores, por

observadores internacionales y por la prensa. Es una verdad conocida, pero no

suficientemente abordada. Por otra parte, los fines de la pena contenidos en el ordenamiento

jurídico nacional promueven la reinserción social del condenado4 , contexto en el cual, los

permisos de salida, asoman como una importante medida de tratamiento al servicio de 3

Sobre el particular, destaca el proyecto piloto de defensa peniteciaria llevado a cabo por la

Defensoría Penal Pública, que el segundo semestre del año 2011 se amplió a la Región

Metropolitana y que permite que defensores penales públicos asuman la representación

judicial de las personas condenadas a penas privativas de libertad. 4 El artículo 1° del

Reglamento de Establecimientos Penitenciarios vincula la actividad penitenciaria a la acción

educativa necesaria para la reinserción social de los sentenciados a penas privativas de

libertad. Asimismo, las penas con fines resocializadores tienen en Chile validez y sustento

constitucional, de acuerdo con el inciso 2° del artículo 5° de la Constitución Política de la

República, en relación, por ejemplo, con el artículo 5 número 6 del Pacto San José de Costa

Rica. 8 la resocialización, ya que posibilitan el contacto del condenado con el medio libre y lo

prepararán, en un proceso gradual, para el momento en que recupere su libertad, facilitando

su reinserción y descongestionando el sistema carcelario. No obstante lo anterior, poco se

sabe respecto del impacto de la concesión de estos permisos de salida en la reinserción social

de los condenados, lo que no es menor, si se considera que estas salidas al medio libre ponen

a prueba los recursos que invierte el Estado en los tratamientos otorgados5 . El estudio que a

continuación emprendemos tiene por objetivo general analizar críticamente los permisos de

salida contemplados en el artículo 96 del Reglamento de Establecimientos Penitenciarios6 .

Los antecedentes teóricos que servirán de axioma a esta investigación son 3: a) La ejecución
de la pena es parte del sistema penal7 . b) La finalidad de la pena, en la etapa de ejecución

penal es la prevención especial positiva, de acuerdo con la teoría dialéctica de la unión de

Roxin8 , como se explicará en el capítulo I. c) Los permisos de salida se enmarcan en el

sistema penitenciario progresivo, que se desarrolla en un determinado momento histórico,

con particulares circunstancias políticas, como también se explicará en el capítulo I. La

investigación será de naturaleza teórica, se utilizará el método dogmático y dentro de la

dogmática, la sistematización. El método de investigación será de carácter bibliográfico,

exploratorio y descriptivo, pues está orientada a generar argumentos que, 5 Durante el año

2010 se asignó el 11% del presupuesto de Gendarmería de Chile, para programas de

reinserción social, tanto para el medio libre como el medio cerrado. Fuente: Gendarmería de

Chile. 6 Entenderemos por permisos de salida a las medidas que forman parte de las

actividades de reinserción social y confieren a quienes se les otorgan gradualmente, mayores

espacios de libertad. 7 Sobre el particular Vid. Mera Figueroa, Jorge y Duce Julio, Mauricio,

Introducción al Sistema Penal, textos de docencia universitaria, Universidad Diego Portales,

1996, p. 5. 8 Sobre esta teoría, cfr. Roxin, C.: “Sentido y límites de la pena estatal”, en

Problemas básicos del Derecho Penal, Ed. Reus. Madrid, 1976, pp. 11 y ss. 9 sobre base

empírica, puedan ser asumidos por la comunidad especializada y considerados en el diseño y

ejecución de políticas en materia penitenciaria. Para ello, en el capítulo I revisaremos, de

manera general e introductoria, la normativa nacional e internacional que regula la ejecución

de la pena, siendo el objetivo específico el precisar cuál es el fin que el Constituyente asignó

a la pena y si en realidad éste se cumple en nuestro ordenamiento. El objetivo específico del

capítulo II será el análisis de todos los aspectos sustantivos y procesales en torno a los

permisos de salida, a saber, su concepto, naturaleza y funciones; se abordará cada permiso en

particular, sus requisitos, obligaciones, procedimiento de concesión, causales de suspensión,

revocación, quebrantamiento, y las vías de impugnación. En este capítulo se planteará la tesis


principal de nuestro estudio, sobre la que sustentará la interpretación de todas las normas que

regulan los permisos de salida. Realizaremos un análisis de la normativa nacional y de las

estadísticas referidas a la concesión de permisos de salida, entre los años 2000 a 2011,

respecto de los condenados adultos, hombres y mujeres, y la fuente será información

proporcionada por Gendarmería de Chile. En el capítulo III se contrastará la regulación de los

permisos de salida en el Reglamento de Establecimientos Penitenciarios, con el Anteproyecto

de Ley de Ejecución Penal y con la legislación comparada, especialmente de España y del

contexto latinoamericano, cuyo objetivo específico será analizar si nuestra regulación

responde a los estándares internacionales de tratamientos de los reclusos en la materia. En el

capítulo referido a las conclusiones y propuestas, en el contexto de un Estado democrático,

con un sistema de justicia criminal moderno, se aportarán algunas soluciones concretas, que

promuevan el aumento en la concesión de los permisos, y puedan contribuir a solucionar

problemas críticos tales como la falta de uniformidad en los procedimientos, la diversidad de

criterios aplicados, la ambigüedad normativa y la escases de mecanismos eficientes para

cuestionar las decisiones administrativas, entre otros. 10 Finalmente, debemos hacer presente

algunas de las limitaciones que tendrá esta investigación y que consisten principalmente en

que la información proporcionada por Gendarmería de Chile contiene algunos errores y no es

completa, existiendo contradicciones en los datos proporcionados por las distintas unidades.

Asimismo, también constituye una limitación la escasa bibliografía nacional que existe al

respecto y la inexistencia de una evaluación de los programas de acompañamiento a quienes

acceden a los permisos de salida9 , así tampoco como de su impacto en reinserción y

reincidencia
LOS PERMISOS DE SALIDA

a) Concepto y Naturaleza

De acuerdo a la normativa nacional, contenida en el Reglamento de Establecimientos

Penitenciarios (REP), los permisos de salida “son beneficios que forman parte de las

actividades de reinserción social y confieren a quienes se les otorgan gradualmente, mayores

espacios de libertad…” (Art. 96 REP). Constituyen la excarcelación temporal de una persona

presa y se clasifican en ordinarios –concedidos periódicamente para preparar la vida en

libertad- y extraordinarios –otorgados por motivos humanitarios ante circunstancias graves y

excepcionales-.

b) Procedimiento de Concesión del permiso de salida

Del análisis de la normativa contenida en el REP, se puede concluir que es necesario

distinguir entre requisitos de postulación y requisitos de concesión del permiso de salida

i) Requisitos formales de postulación:

ii) Requisitos de concesión:


c) Los permisos de salida en particular

El artículo 96 REP enumera en forma taxativa los permisos de salida:

• Permiso de salida esporádica

De acuerdo a la clasificación doctrinaria, consiste en un permiso extraordinario, que consiste

en una autorización excepcional al interno para visitar a sus parientes próximos o a personas

íntimamente ligadas a ellos, en casos de enfermedad, accidente grave o muerte, o en otros

casos de semejante naturaleza, importancia o trascendencia en la vida familiar, todas

circunstancias que deberán ser debidamente acreditadas por el condenado.

Este permiso es uno de los pocos que señala un objetivo a cumplir. Se concede por razones

humanitarias y no está condicionado más que por la posibilidad material de alcanzar su

objetivo

Este permiso es concedido por el Jefe del establecimiento penitenciario (dado el carácter

imprevisto de estos acontecimientos, no se exige informe favorable del Consejo Técnico) por

un período breve, no superior a diez horas, tomando en consideración los antecedentes

respecto a la conducta y confiabilidad del interno y las medidas de seguridad que se requieran

(Art. 100 del REP), las que deberán ser estrictamente necesarias y que básicamente consiste

en la custodia de un gendarme, para que el traslado y el retorno se realicen sin

inconvenientes.

También se concede este beneficio para la realización de diligencias urgentes que requieran

de la comparecencia personal del condenado, la que se ejecutará con custodia y por un lapso
no mayor al de seis horas (Art. 101 del REP). En este caso quedan comprendidos todos

aquellos asuntos de carácter legal y comercial que no puedan ser resueltos mediante

correspondencia escrita o de otra forma que no sea la comparecencia personal del condenado.

Al igual que en el caso anterior, atendida la premura de la diligencia, no se exige informe

favorable del Consejo Técnico

• Permiso de salida dominical

Es concedido por el Jefe de la unidad y permite salir los días domingos, sin custodia,

por un período de hasta quince horas. Con este permiso de salida comienza la etapa de

preparación para la excarcelación. Los condenados podrán solicitar esta salida un año

antes del cumplimiento del tiempo mínimo para optar a la libertad condicional77, la

que será concedida por el Alcaide, previo informe favorable del Consejo Técnico del

establecimiento penitenciario (art. 103 REP).

3. CONTROL DEL ACTO ADMINISTRATIVO PENITENCIARIO QUE SE

PRONUNCIA SOBRE LOS PERMISOS DE SALIDA

En efecto, los condenados, al igual que las personas que se encuentran en libertad, tienen el

derecho de acceder a los tribunales de justicia, a fin de solicitar la impugnación del acto de la

administración penitenciaria que les ha producido agravio. En el mismo sentido, la Ley N°

19.880, que fija las Bases de los Procedimientos Administrativos que rigen los Actos de los

órganos de la Administración del Estado, establece que los actos administrativos deben estar
sujetos a control jurisdiccional. Por lo tanto, todo acto emanado de la administración

penitenciaria puede ser objeto de control judicial.

Así, el condenado que se ve agraviado por un acto de la administración, no sólo dispone de la

vía judicial de impugnación, sino que también puede, ya sea personalmente o asistido por un

abogado106, dirigirse ante la autoridad administrativa que dictó el acto que le causó el

perjuicio o ante su superior jerárquico, a fin de que sea invalidado, revocado o modificado.

a. Control Administrativo interno

Las decisiones que se adoptan por la Administración penitenciaria son actos administrativos

en sentido genérico108, y al ser dictadas en el marco de la ejecución de una condena, toman

el cariz de “actos administrativos penitenciarios”, pues afectan a un determinado número de

personas, en especiales circunstancias de sujeción al poder público. Estos actos

administrativos, conforme con el principio de control jurisdiccional, pueden ser impugnados

de acuerdo con las normas de derecho público que rigen la administración del Estado.

la Corte Interamericana de Derechos Humanos ha realizado una interpretación positiva de

esta relación de sujeción, colocando al Estado en una posición especial de garante frente a las

personas privadas de libertad, toda vez que las autoridades penitenciarias ejercen un fuerte

control o dominio sobre las personas que se encuentran sujetas a custodia 1.

a. Control Administrativo interno

El control administrativo de la actividad penitenciaria se ejerce mediante los siguientes

recursos:

i. Recurso de petición
1 V. Fallos casos “Montero Araguen y otros vs. Venezuela” y “Boyce y otros vs. Barbados”
Todo recluso tiene derecho a presentar peticiones y quejas a la autoridad penitenciaria,

conforme a lo dispuesto en los artículos 6 inciso 2°, 9 inciso 2º y 58 del REP112. Se

trata de un derecho consagrado constitucionalmente, el derecho de

ii. ii. Recurso de Reposición

b. Control Jurisdiccional

El Conjunto de Principios para la Protección de Todas las Personas sometidas a cualquier

forma de detención o prisión, señala en diversos puntos la necesidad de control jurisdiccional

de la actividad penitenciaria. Del mismo modo, existen importantes fallos de tribunales

internacionales que destacan la necesidad de que la ejecución de la pena sea objeto de control

judicial.

No obstante lo anterior, en nuestro ordenamiento, si bien, tanto el artículo 38 inc.2 CPR como

el artículo 9 inc.1º REP garantizan a todas las personas la protección judicial frente a los

actos de la administración del Estado, no existe un cuerpo legal que contemple un recurso

sencillo, rápido y efectivo que tenga por objeto específico el impugnar judicialmente una

resolución dictada por la autoridad penitenciaria.

Existe así un vacío legal119, que deja en la indefensión al condenado que sufre un acto

arbitrario de la autoridad penitenciaria, que deniega, revoca o suspende un permiso de salida,

lo que atenta contra la garantía de tutela judicial efectiva.

La situación descrita ha llevado a que, en la práctica, las acciones constitucionales de amparo

y protección se hayan convertido en el único instrumento de tutela de los derechos e intereses

de los condenados privados de libertad. Sin embargo, coincidimos con Salineros en que “el

ejercicio de dichas acciones importa muchas veces una suerte de construcción jurídica
forzosa ya que las actuaciones de la administración penitenciaria contra las cuales se recurre

no siempre se encuadran dentro de los supuestos amparados constitucionalmente, lo que

lógicamente va a incidir en las posibilidades de éxito de la acción120”

A continuación examinaremos el tratamiento jurisprudencial que se ha dado al ejercicio de las

acciones121 de amparo y protección, frente a la resolución de la autoridad penitenciaria que

deniega, revoca o suspende arbitrariamente un permiso de salida

ANALISIS COMPARATIVO PERMISOS DE SALIDA

Análisis comparativo de la regulación de los permisos de salida en el Reglamento de

Establecimientos Penitenciarios, con la regulación de los permisos de salida en el

derecho comparado

Con la finalidad de contar con un panorama completo sobre los permisos de salida, nos

resulta fundamental conocer la experiencia comparada. Por lo anterior, realizaremos una

breve revisión de los permisos de salida en el ordenamiento jurídico español147, peruano,

colombiano, de El Salvador y de Argentina. El criterio para elegir a los países señalados

responde a su cercanía jurídico-cultural con nuestro país, lo que permite sacar conclusiones

que puedan servir de ejemplo y tener un mayor grado de aplicabilidad a nuestra realidad.

Tratando de cubrir la mayor cantidad de elementos regulatorios de los permisos de salida, los

criterios comparativos corresponderán al estatuto que los regula (que a su vez servirá de

fuente de información para el análisis de los siguientes criterios), su naturaleza y objetivos,


gradualidad en su concesión, los tipos de permisos de salida, sus requisitos, el procedimiento

de concesión, y las vías de impugnación.

a) Estatuto regulativo:

En España, el primer antecedente regulatorio de los permisos de salida se encuentra en el

Reglamento de los Servicios de Prisiones de 1956, que establece la posibilidad de disfrutar

permisos de salida para casos de enfermedad muy grave o defunción de familiares.

Posteriormente, el Reglamento Penitenciario 2273/77 de 29 de julio de 1977 incluye por

primera vez un capítulo dedicado a los permisos de salida, estableciendo permisos en

domingos y días festivos desde las 11 a las 19 horas para pasarlos con familiares en la

localidad donde se encuentre el centro penitenciario, y permisos de 24, 48 o 72 horas, y

excepcionalmente de una semana, cualquiera que sea el grado en que se encuentre el

recluso149, salvo en el 1°, en que los permisos no podrán exceder de 48 horas.

Actualmente, el tratamiento de los permisos de salida en España encuentra su normativa

fundamental en la Ley Orgánica General Penitenciaria, en sus artículos 47 y 48 y en el

Reglamento Penitenciario, en los artículos 154 y 155.

La Ley Orgánica General Penitenciaria enmarca los permisos de salida en la actividad

reeducadora y resocializadora que la pena privativa de libertad tiene como objetivo,

constituyendo los mismos un instrumento del tratamiento.


A su vez, el Reglamento Penitenciario de 1981 desarrolla la legislación establecida en la Ley

Orgánica General Penitenciaria de los permisos de salida y posteriormente el Reglamento

Penitenciario de 1996 establece nuevas normas más acordes con la situación y necesidades

actuales.

En Colombia, rige la Ley N° 65 de 1993, modificada el 19 de diciembre de 1997, que

reglamenta los permisos de salida en su artículo 147 A.

Por su parte, El Salvador regula los permisos de salida en el artículo 95 de la Ley

Penitenciaria y 259 de su Reglamento.

Por último, Argentina regula los permisos de salida en la Ley 24.660, publicada el 16 de julio

de 1996.

b) Naturaleza de los permisos de salida:

La concepción actual de los permisos de salida en los sistemas penitenciarios europeos es la

de componentes del tratamiento penitenciario151, ya que su finalidad es conseguir la

reinserción social del condenado, preparándolo para la vida en libertad (STC 112/1996,

2/1997, 204/1999). No son beneficios o recompensas por buen comportamiento, sino medios

para preparar su retorno progresivo a la libertad.

En cuanto a la naturaleza jurídica de los permisos en España, esta no resulta pacífica, por

cuanto son considerados por algunos como un derecho subjetivo, por otros como un premio,
como un beneficio penitenciario de carácter genérico y por otros como un componente del

programa de tratamiento.

Como primera cosa, en cuanto a los fines de los permisos de salida, esto es, la reeducación y

reinserción social, si bien el artículo 25.2 de la Constitución Española dispone que “las penas

privativas de libertad (...) estarán orientadas hacia la reeducación y reinserción social”, la

delimitación de esta finalidad ha sido abordada por el Tribunal Constitucional, que ha

resuelto que no constituye un derecho fundamental de la persona, sino un principio

constitucional, orientador de toda la política penitenciaria del Estado

En Colombia, su naturaleza se desprende del artículo 147 B de la Ley N° 65, entendido como

un instrumento cuyo objetivo es “afianzar la unidad familiar y procurar la readaptación

social”.

A su turno, en El Salvador, el sistema de tratamiento penitenciario se divide en 4 fases que

permiten progresivamente un tratamiento más benigno al condenado. Las fases son de

adaptación, ordinaria, de confianza y de semi-libertad. Los permisos de salida se encuentran

recién a partir de la fase de confianza, cuyo objetivo descrito en la ley es “promover y

motivar en los internos el establecimiento de relaciones formales con la comunidad externa a

fin de facilitar y fortalecer su proceso de reinserción social y familiar”. Los contactos

externos, y fundamentalmente los permisos de salida, poseen evidentes objetivos

resocializadores. Son entendidos como un derecho de los internos, y no como una

recompensa o premio.
En Argentina, el régimen penitenciario consta de 4 periodos: observación, tratamiento, de

prueba y de libertad condicional. Los permisos de salida son instrumentos de aplicación en el

período de prueba, cuyo fin es la readaptación del interno a nivel personal, familiar y social.

Como puede apreciarse, la mayoría de los países vinculan la concesión de los permisos de

salida a fines resocializadores, como medidas de tratamiento en incluso algunos, como

verdaderos derechos de los internos. Lo anterior confirma que debe ser abandonada su

concepción vigente en Chile que los sitúa como beneficios, con carácter premial para

estimular la buena conducta al interior del penal, por lo que son entregados a la

discrecionalidad de la administración, no existiendo protección jurisdiccional ni vías de

impugnación.

d) Tipos de permisos

En España, la regulación de los distintos permisos de salida se establece en los artículos 47

LOGP y 154 y 155 RP. De la regulación de la LOGP no se extrae denominación de las clases

de permisos, es el RP el que hace la diferenciación de permisos ordinarios y permisos

extraordinarios. A estos deben sumarse los permisos de fin de semana y las salidas

programadas.

Los permisos ordinarios se podrán conceder, previo informe del Equipo Técnico, hasta por 7

días, como preparación para la vida en libertad, y hasta por un total de 36 o 48 días por año a
los condenados clasificados en segundo o tercer grado respectivamente, siempre que hayan

extinguido la cuarta parte de la condena y no observen mala conducta.

Los límites máximos anuales de 36 y 48 días de permisos antes señalados se distribuirán,

como regla general, en los 2 semestres de cada año, concediéndose en cada uno de ellos hasta

por 18 y 24 días, respectivamente. Dentro de estos límites no se computarán las salidas de fin

de semana, propias del régimen abierto, ni las salidas programadas, ni los permisos

extraordinarios.

Los permisos ordinarios no pueden ser otorgados a los reclusos preventivos, ya que son

incompatibles con la decisión cautelar de prisión preventiva, puesto que los presos

provisionales carecen de los requisitos de clasificación de grado y no necesitan una medida

resocializadora, como son los permisos de salida, por existir a su respecto la presunción de

inocencia. De este modo, los únicos permisos que pueden disfrutar los son los extraordinarios

(STC 19/1999).

Los permisos extraordinarios pueden ser de 2 tipos

● Por motivos familiares o personales: Se encuentran regulados en el art. 47.1 LOGP, que

establece de forma expresa y tasada los supuestos en los que pueden ser concedidos. No

tienen una fundamentación resocializadora, sino meramente humanitaria, y pueden

concederse sin límite temporal alguno. Pueden aplicarse a los penados y a los reclusos

preventivos, por lo tanto, se conceden con independencia de la clasificación penitenciaria.

Pueden suponer la adopción de medidas de seguridad, como el acompañamiento por fuerzas


policiales o el esposamiento. Estos permisos son, en principio, de concesión automática, hasta

el punto de que ha llegado a teorizarse la existencia de un derecho subjetivo a su disfrute.

Los motivos por los que pueden concederse estos permisos son:

– Fallecimiento o enfermedad graves de padres, cónyuge, hijos, hermanos y otras

personas vinculadas directamente con los internos;

– Alumbramiento de la esposa, o de la pareja de hecho;

– - Importantes y comprobados motivos: ante esta falta de determinación normativa, se

ha sugerido integrar eventos como las celebraciones familiares, las actividades

académicas o similares. Este supuesto suele de ser de concesión restrictiva.

La duración de estos permisos viene fijada por su específica funcionalidad, sin que puedan

pasar el límite máximo de 7 días fijado para los permisos ordinarios.

Su concesión ha de ser autorizada por el Juez de Vigilancia Penitenciaria (JVP) en el caso de

reclusos en primer grado; en los demás casos, siguen el procedimiento común de concesión

● Por motivos sanitarios: Los internos clasificados en 2º y 3º grado pueden solicitar permisos

de hasta 12 horas para consulta médica extrapenitenciaria, y de hasta 2 días para

hospitalización extrapenitenciaria. Dicha duración puede ampliarse, por decisión del JVP

(internos en 2º grado) o de la Dirección General (internos en 3º grado)

Para su concesión se requiere informe médico, y su disfrute estará acompañado de medidas

de seguridad específicas, salvo en el caso en que los sujetos gocen ya con normalidad de

permisos ordinarios.
En el caso de internos clasificados en tercer grado se evitará, en lo posible, la tramitación de

permisos, pudiendo encuadrarse este tipo de salidas como propias del régimen abierto.

Dada la especificidad de estos permisos se contempla la existencia de un doble tipo de

tramitación, en función de la urgencia con la que se tiene conocimiento de la circunstancia

que determina su concesión15

– “Procedimiento urgente: Cuando no resulte posible que el estudio del permiso sea

incluido en la primera sesión ordinaria de la Junta de Tratamiento. En tales casos, el

director del establecimiento es competente para acordar su concesión, cuando se den

los supuestos legalmente previstos, debiendo comunicar dicho acuerdo a la Junta de

Tratamiento en la primera reunión que se celebre.

– - Procedimiento ordinario: Cuando no se da una situación de urgencia para el estudio

y concesión del permiso; siempre que el motivo de la salida pueda ser previsto, debe

seguirse el procedimiento ordinario, adoptando el acuerdo la propia Junta de

Tratamiento. En estos supuestos no debe obviarse el informe del Equipo Técnico”.

Estos permisos de salida podrán ser concedidos a internos preventivos, previa

aprobación, en cada caso, de la Autoridad Judicial correspondiente.

La concesión de un permiso extraordinario no excluye la de los ordinarios clasificados

en segundo o tercer grado de tratamiento. En ningún caso se concederá un permiso


extraordinario cuando el supuesto de hecho o las circunstancias concurrentes permitan

su tramitación como permiso ordinario.

Los permisos de fin de semana son aquellos de los que disfrutan habitualmente los

clasificados en 3º grado. El único requisito para acceder a ellos, es que la evolución del

condenado y su tratamiento, le permita disfrutar de tales salidas. Su duración se extiende

entre las 16:00 del viernes y las 08:00 del lunes, a lo que pueden sumarse los días festivos.

Son compatibles con los permisos ordinarios y extraordinarios de los que puedan disfrutar los

reclusos de 3º grado. La concesión de estos permisos corresponde a la Dirección General,

previa propuesta de la Junta de Tratamiento del centro penitenciario.

El Salvador, en cuanto a los permisos de salidas, la ley contempla dos clases: permisos

ordinarios y permisos extraordinarios. Los permisos ordinarios suponen la preparación para la

libertad del sujeto, esto es, de cumplirse determinadas condiciones se concede la posibilidad

de salir en libertad por un período de tiempo a internos que se encuentran en periodo de

confianza.

Los permisos extraordinarios se conceden ante situaciones de gravedad (enfermedad o muerte

de familiares) en virtud de las cuales se autoriza al interno a salir de la prisión con la custodia

policial correspondiente. Su finalidad es permitir la presencia del interno en acontecimientos

familiares en los que su asistencia es imprescindible

En Argentina, de acuerdo con el artículo 16 de la Ley N° 24.660, las salidas transitorias

dependerán de la duración acordada, del motivo que las fundamente y el nivel de confianza

que se adopte, podrán ser:


I. Por el tiempo: a) Salidas hasta doce horas; b) Salidas hasta 24 horas; c) Salidas, en

casos excepcionales, hasta setenta y dos horas.

II. Por el motivo: a) Para afianzar y mejorar los lazos familiares y sociales; b) Para cursar

estudios de educación general básica, polimodal, superior, profesional y académica de

grado o de los regímenes especiales previstos en la legislación vigente; c) Para

participar en programas específicos de pre-libertad ante la inminencia del egreso por

libertad condicional, asistida o por agotamiento de condena.

III. Por el nivel de confianza: a) Acompañado por un empleado que en ningún caso irá

uniformado; b) Confiado a la tuición de un familiar o persona responsable; c) Bajo

palabra de honor

Resulta interesante la experiencia española y argentina, en cuanto flexibilizan los permisos de

salida, adaptándolos a las necesidades y grado de reinserción de cada interno, lo que permite

un tratamiento individualizado y bajan las tasas de quebrantamiento

http://repositorio.uchile.cl/bitstream/handle/2250/112882/de-pino_o.pdf?sequence=1

TC Y PERMISO DE SALIDA

 En este sentido, no es que el fin resocializador del Régimen Penitenciario haya sido vaciado

de contenido, ya que sólo los beneficios penitenciarios referidos a la disminución del tiempo

de reclusión en un centro penitenciario son los restringidos por la ley impugnada. Así, el

artículo 60º del Código de Ejecución Penal (CEP) establece que: “El tratamiento

penitenciario tiene como objetivo la reeducación, rehabilitación y reincorporación del interno


a la sociedad.” y el artículo 61º define que el tratamiento penitenciario es individualizado y

grupal y “(C)onsiste en la utilización de métodos médicos, biológicos, psicológicos,

psiquiátricos, pedagógicos, sociales, laborales y todos aquéllos que permitan obtener el

objetivo del tratamiento de acuerdo a las características propias del interno.” Así, los

beneficios penitenciarios restringidos (la redención de la pena por el trabajo y la educación, la

semilibertad y la liberación condicional), que si bien es cierto forman parte del proceso

resocializador (tratamiento penitenciario progresivo)[22], también lo es que no son todas las

medidas destinadas a este fin. Así también, dentro de los beneficios penitenciarios el CEP en

el artículo 42º ha establecido que: “Los beneficios penitenciarios son los siguientes: 1)

Permiso de salida; 2) Redención de la pena por el trabajo y la educación; 3) Semilibertad; 4)

Liberación condicional; 5) Visita íntima; 6) Otros beneficios.” Es decir se otorga la

posibilidad de conceder otros beneficios, adicionales a la recompensa señalada en el artículo

59º del CEP, como la mención honorífica,(…) el obsequio de bienes al interno y el dársele

prioridad en la participación de actividades de carácter cultural, social y deportiva en el

establecimiento penitenciario. Finalmente, se otorga al Consejo Técnico Penitenciario la

capacidad de otorgar otros beneficios que considere pertinentes. 00033-2007-PI/TC

   En la legislación penitenciaria peruana se encuentran previstos los beneficios penitenciarios

libertarios como a) la redención de la pena por el trabajo y la educación (en cierta medida se

ligada el beneficio de la autorización excepcional de horas extras de horas de trabajo y de

labores en la propia Administración Penitenciaria), b) la semilibertad y c) la liberación

condicional, beneficios penitenciarios que coadyuvan a que el condenado pueda egresar del

establecimiento penitenciario en momento anticipado al que impuesto en la sentencia

condenatoria. Por otra parte tenemos a los beneficios penitenciarios que no se encuentran

relacionados directamente con la excarcelación anticipada sino que se ven ligados a la


optimización de la permanencia del interno en el establecimiento penitenciario que en

definitiva contribuyen a la resocialización del interno (los que son concedidos por la

autoridad penitenciaria), así tenemos a concesiones extraordinarias de comunicaciones, de

visitas y de permisos de salida, representando este último más que un incentivo una situación

particular que se justificaría en su propia necesidad especial. EXP. N.º 01575-2007-PHC/TC

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