Trisagio Serafico

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Trisagio Seráfico

a la Santísima Trinidad

Hermandad de Caballeros y Damas de la


Santísima Trinidad

www.CaballerosTrinitarios.com

1
Conoce la oración más antigua a la
Santísima Trinidad: el Trisagio

Por Rev. Rubén de la Trinidad, CM.

No nos equivocamos cuando decimos que la oración del


Trisagio (palabra que significa «tres veces Santo»), o Trisagio
Seráfico o Angélico, como también se le conoce a esta oración, es la más
antigua que tenemos a la Santísima Trinidad. Pues, de hecho, está
compuesta principalmente por las palabras que hallamos en el libro del
Profeta Isaías, cuando aún el misterio mismo de la Trinidad no se había
revelado a los hombres. Un breve pasaje del profeta nos narra una visión
mística:

«El año de la muerte del rey Ozías vi al Señor sentado en un


trono excelso y elevado, y sus haldas llenaban el templo.
Unos serafines se mantenían erguidos por encima de él; cada
uno tenía seis alas: con un par se cubrían la faz, con otro par
se cubrían los pies, y con el otro par aleteaban. Y se gritaban
el uno al otro: «Santo, santo, santo, Yahveh Sebaot: llena
está toda la tierra de su gloria.». Se conmovieron los quicios
y los dinteles a la voz de los que clamaban, y la Casa se llenó
de humo. Y dije: «¡Ay de mí, que estoy perdido, pues soy un
hombre de labios impuros, y entre un pueblo de labios
impuros habito: que al rey Yahveh Sebaot han visto mis
ojos!» Entonces voló hacia mí uno de los serafines con una
brasa en la mano, que con las tenazas había tomado de sobre
el altar, y tocó mi boca y dijo: «He aquí que esto ha tocado
tus labios: se ha retirado tu culpa, tu pecado está expiado.» Y
percibí la voz del Señor que decía: «¿A quién enviaré? ¿y
quién irá de parte nuestra»? Dije: «Heme aquí: envíame.»»
(Isaías 6, 1-8)

Buscando en viejos devocionarios, algunos de los cuales se pueden


consultar en la web, hemos encontrado esta información que, en varios
casos, introduce la antigua devoción del Trisagio que ahora te
presentamos. Quizás te extrañe un poco el castellano que leerás en los
próximos párrafos, pero ello también habla de una antigüedad en la
devoción, que para sorpresa y dolor nuestro, se ha ido perdiendo bastante

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entre el pueblo cristiano. Los Caballeros Trinitarios, como es lógico,
rezamos esta oración con frecuencia, a la vez que promovemos su
devoción. Esperamos que este tesoro te sea de gran provecho.

ORIGEN DEL TRISAGIO

No es invención del ingenio humano el santísimo Trisagio, sino obra del


mismo Dios, que lo inspiró al profeta Isaías (6, 1-8) cuando oyó como lo
cantaban los Serafines para enaltecer la gloria del Creador.

En la escuela de los mismos Serafines y demás coros celestiales fue


donde lo aprendió milagrosamente un niño de corta edad que, a la manera
de San Pablo, fue arrebatado al cielo como lo refieren las historias
eclesiásticas.

En la imagen: Rosario
empleado para el rezo del
Santo Trisagio. Se le
conoce como Rosario
Trinitario. Hallarlo hoy
día es una rareza.

En el año 447, y siendo


Teodosio el Joven
emperador de Oriente,
se experimentó un
terremoto casi
universal y muy
violento, y que por su
duración y espantosos
estragos se hizo el más
notable de cuantos
hasta entonces se
habían visto. Fueron
incalculables los daños
que seis meses de
sacudimientos casi continuos causaron en los más suntuosos edificios de
Constantinopla y en toda la famosa muralla del Quersoneso. Se abrió la
tierra en muchos puntos, y quedaron sepultadas en sus entrañas ciudades

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enteras; secáronse las fuentes, y manifestábanse otras nuevas; y era tal la
violencia de los sacudimientos, que arrancaban árboles muy corpulentos,
aparecían montañas donde había antes llanuras y profundas concavidades
donde antes había montañas. El mar arrojaba a las playas peces de gran
magnitud, y las playas y los barcos se quedaban sin aguas, que iban a
inundar grandes islas.

Ante esta situación, se creyó prudente abandonar las poblaciones, y así lo


hicieron los moradores de Constantinopla, con el emperador Teodosio, su
hermana Pulqueria, San Proclo, patriarca entonces de aquella Iglesia, y
todo su clero.

En la imagen: Detalle de este Rosario


Trinitario. En el reverso de la medalla
puede leerse parte de la oración del
Trisagio en Castellano antiguo.

Reunidos en un paraje llamado el


Campo, dirigían al cielo fervorosas
súplicas y grandes clamores,
pidiendo socorro en necesidad tan
apurada, cuando un día, entre ocho y
nueve de la mañana, fue tan
extraordinario el sacudimiento que
dio la tierra, que faltó poco para que
causase los mismos estragos que el
diluvio universal. A este susto
sucedió la admiración del prodigio
siguiente: Un niño de pocos años
fue arrebatado por los aires, a la
vista de todos los del Campo, que le
vieron subir hasta perderle de vista.
Después de largo rato, descendió a
la tierra del mismo modo que había
sido arrebatado al cielo; y luego, puesto en presencia del Patriarca, del
emperador y de toda la multitud, pasmada, contó cómo, siendo admitido
en los coros celestiales, oyó cantar a los Ángeles estas palabras: Santo
Dios, Santo fuerte, Santo inmortal, tened misericordia de nosotros; y
cómo se le había mandado poner esta visión en conocimiento de todos los
allí reunidos. Dichas estas palabras, el niño murió.

San Proclo y el emperador, oído este relato, mandaron unánimemente que


todos entonasen en público este sagrado cántico, e inmediatamente cesó

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el terremoto y quedó quieta toda la tierra. De aquí provino el uso del
Trisagio, que el Concilio General de Calcedonia prescribió a todos los
fieles, como un formulario para invocar a la Santísima Trinidad en
tiempos funestos y de calamidades. De aquí ha venido el merecer la
aprobación de tantos Prelados de la Iglesia, que han apoyado su práctica
enriqueciéndola con el tesoro de las indulgencias, y de aquí, finalmente,
ha venido que se haya impreso y reimpreso tantas veces, siempre con
universal aplauso y aceptación de todos, teniéndolo como un escudo
impenetrable contra todos los males que asuelan la tierra.1

En la imagen: Detalle del Rosario


Trinitario: anverso de la medalla
con la imagen de la Trinidad.

En tiempos más recientes, el


Padre San Pío de Pietrelcina
exhortaba a sus fieles a tener
gran devoción a la Santísima
Trinidad, especialmente el
rezo del Trisagio, y la famosa
estigmatizada española, Madre
Esperanza de Jesús Alhama,
fundadora de las Esclavas e
Hijos del Amor
Misericordioso, también lo
rezaba diariamente, y cuando
surgía algún problema o se
veían en alguna necesidad, inmediatamente comenzaba el rezo con todas
sus monjas y mandaba también que se recitara en todas sus Casas y
durante largas temporadas.

San Antonio María Claret, después de una locución que tuvo en la Granja
(Segovia), el día 27 de agosto de 1851, en la Iglesia del Rosario, dijo que
“la salvación de España se cifraba en tres devociones: el Trisagio, el
Santísimo Sacramento y el Rosario”. La hermana Lucía de Fátima,
durante su estancia en Tuy (Pontevedra), en junio de 1929, tuvo una
visión de la Santísima Trinidad e igualmente era muy amante de esta
devoción.

ORACIÓN DEL TRISAGIO

1
El editor ha visto conveniente modificar esta última oración, que de hecho no aparece en todas las ediciones del
Trisagio, y que originalmente tenía un talante poco apropiado. En el texto original decía: “teniéndolo como un
escudo impenetrable contra todos los males que Dios envía a la tierra en castigo de nuestros pecados.”

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SECUENCIA DEL ESPÍRITU SANTO

Ven Espíritu Divino, si Tú le faltas por dentro;


manda tu luz desde el cielo, mira el poder del pecado
Padre amoroso del pobre; cuando no envías tu aliento.
don en tus dones espléndido;
luz que penetra las almas; Riega la tierra en sequía,
fuente del mayor consuelo. sana el corazón enfermo,
lava las manchas, infunde
Ven, dulce huésped del alma, calor de vida en el hielo,
descanso de nuestro esfuerzo, doma el espíritu indómito,
tregua en el duro trabajo, guía al que tuerce el sendero.
brisa en las horas de fuego,
gozo que enjuga las lágrimas Reparte tus Siete Dones
y reconforta en los duelos. según la fe de tus siervos.
Por tu bondad y tu gracia
Entra hasta el fondo del alma, dale al esfuerzo su mérito;
divina luz y enriquécenos. salva al que busca salvarse
Mira el vacío del hombre y danos tu gozo eterno.

INVOCACIÓN AL ESPÍRITU SANTO

Ven, Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles y enciende en ellos
el fuego de tu amor.

V/. Envía, Señor, tu Espíritu y todo será creado.

R/. Y renovarás la faz de la tierra.

Oremos

Oh Dios, que has iluminado los corazones de tus fieles con la luz del
Espíritu Santo; haznos dóciles a sus inspiraciones, para gustar siempre el
bien y gozar de su consuelo. Por Jesucristo nuestro Señor.

R/. Amén.

La anterior invocación se puede sustituir por la siguiente:

Espíritu Santo, Luz de Verdad,


Tesoro de los buenos y Consuelo de los afligidos,

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Ven y enciende en nuestros corazones el fuego de tu amor.R/. Amén.

OFRECIMIENTO

Para ganar las indulgencias siempre que se haga el Trisagio

Te rogamos, Señor, por la Santa Iglesia y sus prelados; por la exaltación


de la fe católica, extirpación de las herejías, paz y concordia entre todas
las naciones, conversión de los que se resisten a tu Reino y Señorío, y por
los enemigos de la Cristiandad; por los enfermos, pobres y hambrientos;
por los agonizantes, emigrantes y sin techo; por los cristianos perseguidos
y los niños en peligro de ser abortados; por las benditas almas del
purgatorio y demás fines piadosos de la santa madre la Iglesia. Te
rogamos por las intenciones del Santo Padre y las de aquellos que se
encomiendan a nuestras oraciones: familiares, amigos y
bienhechores… (agregar intenciones particulares). Amén.

V/. Bendita sea la Santa e individua Trinidad, ahora y siempre, y por


todos los siglos de los siglos.R/. Amén.

V/. Señor, ábreme los labios.R/. Y mi boca proclamará tu alabanza.

V/. Dios mío, ven en mi auxilio.R/. Señor, date prisa en socorrerme.

V/. Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo.R/. Como era en el


principio, ahora y siempre y por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.
Tiempo de Cuaresma se sustituye el Aleluya por: Alabanza sea dada a ti,
Señor, Rey de la eterna gloria.

ACTO DE CONTRICIÓN

Amorosísimo Dios, Trino y Uno, Padre, Hijo y Espíritu Santo, en quien


creo, en quien espero, a quien amo con todo mi corazón, cuerpo y alma,
potencias y sentidos, por ser Tú mi Padre, mi Señor y mi Dios,
infinitamente bueno y digno de ser amado sobre todas las cosas: me pesa,
Trinidad Santísima; me pesa, Trinidad misericordiosísima; me pesa,
Trinidad amabilísima, de haberte ofendido, sólo por ser quien eres.
Propongo y te doy palabra de nunca más ofenderte y de morir antes que
pecar. Espero en tu suma bondad y misericordia infinita, que te dignes

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perdonar todos mis pecados y me des la gracia para perseverar en un
verdadero amor y cordial devoción al inefable misterio de tu adorable
Trinidad. Amén.

O bien:

Santísima Trinidad, Dios único y verdadero, que amas a la humanidad y


quieres que todos los hombres se salven, ten misericordia de mí que soy
un vil pecador, y por tu gran clemencia, admíteme a contemplarte
eternamente en compañía de tus santos y elegidos. Tú que vives y reinas
por los siglos de los siglos. Amén.

HIMNO

Ya se aparta el sol ardiente,


Y así, ¡oh Luz perenne unida!,
Infunde un amor constante
A nuestras almas rendidas.

En la aurora te alabamos,
y también al mediodía,
suspirando por gozar
en el cielo de tu vista.

Al Padre, al Hijo y a Ti,


Espíritu que das vida,
ahora y siempre se den
alabanzas infinitas. Amén.

ORACIÓN AL PADRE

¡Oh Padre Eterno!, fuera de tu posesión, yo no veo otra cosa que tristeza
y tormento, por más que digan los amadores de la vanidad. ¿Qué me
importa que diga el sensual que su dicha es el gozar de sus placeres?
¿Qué me importa que también diga el ambicioso que su mayor contento
es el gozar de su gloria vana? Yo, por mi parte, no cesaré jamás de repetir,
con tus Profetas y Apóstoles, que mi suma felicidad, mi tesoro y mi gloria
es el unirme a mi Dios y mantenerme inviolablemente junto a Él.

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O bien:

Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal, ten piedad de nosotros.


Señor, ampáranos; Soberano, perdónanos; Santo, consuélanos.
¡Oh Bendita Trinidad, gloria a tu Santo Nombre!

Padre nuestro… Dios te salve, María…

Se reza nueve veces:

V/. Santo, Santo, Santo, Señor Dios de los ejércitos, llenos están los
cielos y la tierra de la majestad de tu gloria.

R/. Gloria al Padre, gloria al Hijo, gloria al Espíritu Santo.

Al fin de la novena vez se añadirá: Por todos los siglos de los siglos.
Amén.

ORACIÓN AL HIJO

¡Oh Verdad Eterna!, fuera de la cual yo no veo otra cosa que engaños y
mentiras. ¡OH, cómo todo me parece desabrido a vista de tus suaves
atractivos! ¡Oh, cómo me parecen mentirosos y falaces los discursos de
los hombres, en comparación de las palabras de vida con las cuales Tú
hablas al corazón de aquellos que te escuchan! ¡Ah! ¿Cuándo será la hora
en que Tú me tratarás sin enigma y me hablarás claramente en el seno de
tu gloria? ¡Oh, qué trato! ¡Qué belleza! ¡Qué luz!…

O bien:

Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal, ten piedad de nosotros.


Señor, ampáranos; Soberano, perdónanos; Santo, consuélanos.
¡Oh Bendita Trinidad, gloria a tu Santo Nombre!

Padre nuestro… Dios te salve, María…

Se reza nueve veces:

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V/. Santo, Santo, Santo, Señor Dios de los ejércitos, llenos están los
cielos y la tierra de la majestad de tu gloria.

R/. Gloria al Padre, gloria al Hijo, gloria al Espíritu Santo.

Al fin de la novena vez se añadirá: Por todos los siglos de los siglos.
Amén.

ORACIÓN AL ESPÍRITU SANTO

¡Oh Amor! ¡Oh Don del Altísimo, centro de las dulzuras y de la felicidad
del mismo Dios! ¡Qué atractivo para un alma el verse en el abismo de tu
bondad y toda llena de tus inefables consolaciones! ¡Ah placeres
engañadores! ¿Cómo podrán compararse con la mínima de las dulzuras
que un Dios, cuando le aparece, sabe derramar en un alma fiel? ¡Oh!, si
una sola gota de ellas es tan gustosa, ¿cuánto más será cuando Tú la
derrames como un torrente sin medida y sin reserva? ¿Cuándo será esto,
¡oh mi Dios!, cuándo será?

O bien:

Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal, ten piedad de nosotros.


Señor, ampáranos; Soberano, perdónanos; Santo, consuélanos.
¡Oh Bendita Trinidad, gloria a tu Santo Nombre!

Padre nuestro… Dios te salve, María…

Se reza nueve veces:

V/. Santo, Santo, Santo, Señor Dios de los ejércitos, llenos están los
cielos y la tierra de la majestad de tu gloria.

R/. Gloria al Padre, gloria al Hijo, gloria al Espíritu Santo.

Al fin de la novena vez se añadirá: Por todos los siglos de los siglos.
Amén.

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ANTÍFONA

A Ti, Dios Padre Ingénito; a Ti, Hijo Unigénito; a Ti, Espíritu Santo
Paráclito, santa e individua Trinidad, de todo corazón te confesamos,
alabamos y bendecimos. A Ti se dé la gloria por los siglos de los siglos.
Amén.

O bien:

Al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo,


Trinidad consubstancial e indivisible,
sean la gloria y la alabanza por los siglos. (tres veces)

V/. Bendigamos al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

R/. Alabémosle y ensalcémosle en todos los siglos.

O bien:

V/. Bendito sea el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.

R/. Bendita sea por siempre la Santa Trinidad.

ORACIÓN

Señor Dios, Uno y Trino, danos continuamente tu gracia, tu caridad y la


comunicación de Ti, para que en tiempo y eternidad te amemos y
glorifiquemos. Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo, en una
Deidad por todos los siglos de los siglos. Amén.

_______________

DEPRECACIÓN DEVOTA A LA SANTÍSIMA TRINIDAD

V/. Padre Eterno, omnipotente Dios:R/.Toda criatura te ame y glorifique.

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V/. Verbo divino, inmenso Dios. R/.Toda criatura…
V/. Espíritu Santo, infinito Dios. R/.Toda criatura…
V/. Santísima Trinidad y un solo Dios verdadero. R/.Toda criatura
V/. Rey de los cielos, inmortal e invisible. R/.Toda criatura…
V/. Criador, conservador y gobernador de todo lo criado. R/.Toda…
V/. Vida nuestra, en quien, de quien y por quien vivimos. R/.Toda...
V/. Vida divina y una en tres personas. R/.Toda criatura…
V/. Cielo divino de celsitud majestuosa. R/.Toda criatura…
V/. Cielo supremo del Cielo, oculto a los hombres. R/.Toda criat…
V/. Sol divino e increado. R/.Toda criatura…
V/. Círculo perfectísimo de capacidad infinita. R/.Toda criatura…
V/. Manjar divino de los Ángeles. R/.Toda criatura…
V/. Hermoso iris, arco de clemencia. R/.Toda criatura…
V/. Luz primera y triduana, que al mundo ilustras. R/.Toda criatura te.
V/. De todo mal de alma y cuerpo.R/.Líbranos, Trino Señor.
V/. De todos los pecados y ocasión de culpa. R/.Líbranos, Trino…
V/. De vuestra ira y enojo. R/.Líbranos, Trino Señor.
V/. De repentina y de improvisa muerte. R/.Líbranos, Trino Señor.
V/. De las asechanzas y cercanías del demonio. R/.Líbranos, Trino
V/. Del espíritu de deshonestidad y de sugestión. R/.Líbranos…
V/. De la concupiscencia de la carne. R/.Líbranos, Trino Señor.
V/. De toda ira, odio y mala voluntad. R/.Líbranos, Trino Señor.
V/. De plagas de peste, hambre, guerra y terremoto. R/.Líbranos…
V/. De tempestades en el mar o en la tierra. R/.Líbranos, Trino…
V/. De los enemigos de la fe católica. R/.Líbranos, Trino Señor.
V/. De nuestros enemigos y sus maquinaciones. R/.Líbranos…
V/. De la muerte eterna. R/.Líbranos, Trino Señor.
V/. Por vuestra unidad en Trinidad y Trinidad en unidad. R/.Líbra.
V/. Por la igualdad esencial de vuestras Personas. R/.Líbranos…
V/. Por la alteza del misterio de vuestra Trinidad. R/.Líbranos…
V/. Por el inefable nombre de vuestra Trinidad. R/.Líbranos…
V/. Por lo portentoso de vuestro nombre, Uno y Trino. R/.Líbranos.
V/. Por lo mucho que os agradan las almas que son devotas de vuestra
Santísima Trinidad. R/.Líbranos, Trino Señor.

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V/. Por el gran amor con que libráis de males a los pueblos donde hay
algún devoto de vuestra Trinidad amable. R/.Líbranos, Trino..
V/. Por la virtud divina que en los devotos de vuestra Trinidad Santísima
reconocen los demonios contra sí. R/.Líbranos, Trino…
V/. Nosotros pecadores.R/. Te rogamos, óyenos.
V/. Que acertemos a resistir al demonio con las armas de la devoción a
vuestra Trinidad. R/. Te rogamos, óyenos.
V/. Que hermoseéis cada día más con los coloridos de vuestra gracia
vuestra imagen, que está en nuestras almas. R/. Te rogamos, óyenos.
V/. Que todos los fieles se esmeren en ser muy devotos de vuestra
Santísima Trinidad. R/. Te rogamos, óyenos.
V/. Que todos consigamos las muchas felicidades que están vinculadas
para los devotos de esa vuestra Trinidad inefable. R/. Te rogamos.
V/. Que al confesar nosotros el misterio de vuestra Trinidad se destruyan
los errores de los infieles. R/. Te rogamos, óyenos.
V/. Que todas las almas del purgatorio gocen mucho refrigerio en virtud
del misterio de vuestra Trinidad. R/. Te rogamos, óyenos.
V/. Que os dignéis oírnos por vuestra piedad. R/. Te rogamos, óyenos.
V/. Santo Dios, Santo fuerte, Santo inmortal.R/. Líbranos, Señor, de todo
mal.(Esto último se repite tres veces.)

GOZOS PARA EL TRISAGIO


Compuesto por el beato Diego José de Cádiz

Dios Uno y Trino a quien tanto


Arcángeles, Querubines, ¡Oh Inefable Trinidad,
Ángeles y Serafines, Bien Sumo, Eterno, Increado,
dicen: Santo, Santo, Santo. al hombre comunicado
por exceso de bondad!
Gózate, amable Deidad, Y porque en la eternidad
en tu incomprensible esencia, de tu ser te gozas tanto,
y de que por tu clemencia Ángeles y Serafines,
perdonas nuestra maldad; dicen: Santo, Santo, Santo.
por esta benignidad,
en místico dulce canto, Gózate, pues tu luz pura,
Ángeles y Serafines, con ser tan esclarecida, no
dicen: Santo, Santo, Santo. llega a ser comprendida

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por alguna criatura; dicen: Santo, Santo, Santo.
por eso al ver tu hermosura,
con sagrado horror y encanto, Fiada nuestra esperanza
Ángeles y Serafines, en tu promesa divina
dicen: Santo, Santo, Santo. hacia la patria camina
con segura confianza;
Eres Todopoderoso, entretanto que esto alcanza,
Sabio, Inmenso, Criador, con el más melifluo canto,
Justo, Remunerador, Ángeles y Serafines,
Bueno, Misericordioso; dicen: Santo, Santo, Santo.
en tus Santos prodigioso
has sido y eres; por tanto, Tu suma amable bondad
Ángeles y Serafines, nuestro corazón inflama,
dicen: Santo, Santo, Santo. derivándose esta llama
de tu inmensa caridad;
Gózate de que en tu ser amad, criaturas, amad
todo es sumo, todo igual; a quien por amarlo tanto,
que perfección desigual Ángeles y Serafines,
en Ti no puede caber; dicen: Santo, Santo, Santo.
llegando esto a conocer
el Trisagio sacrosanto, Sea ya nuestro consuelo
Ángeles y Serafines, El Trisagio que Isaías
dicen: Santo, Santo, Santo. con muy suaves melodías
oyó cantar en el cielo,
Aunque ciega, nuestra fe donde con ferviente anhelo,
se aventaja a la razón, por dar al infierno espanto,
pues con la revelación Dios Uno y Trino a quien tanto
iluminada se ve; Arcángeles, Querubines,
enigma es todo lo que Ángeles y Serafines,
ahora vemos; entretanto, Dicen: Santo, Santo, Santo.
Ángeles y Serafines,

II
Sacra inefable Unidad, pues con afectos de amor
digna de eterna alabanza; publicamos tal verdad;
danos fe, amor y esperanza, danos fe, amor y esperanza,
Santísima Trinidad. Santísima Trinidad.

Eterno, inmenso Señor, Un Dios en Personas Tres


inmutable, e incomprensible, confesar debe el cristiano,
de lo visible e invisible y que el Hijo se hizo humano
Omnipotente Creador: por nuestro gran interés:

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una en tres Personas es El Espíritu de Dios,
sola la divinidad: debe el Padre y al Hijo el ser:
danos fe, amor y esperanza, siendo así un mismo querer
Santísima Trinidad. santo ejercicio de dos:
¡Oh! Espíritu Santo, Vos
El Padre se considera, procedéis por voluntad:
que engendrarse a sí no puede: danos fe, amor y esperanza,
y es que de otro no procede, Santísima Trinidad.
por ser Persona primera:
pues esta verdad venera Tan Santo es el Padre Eterno,
pura nuestra cristiandad: como el Hijo y el Amor,
danos fe, amor y esperanza, que no hay mayor, ni menor
Santísima Trinidad. en tan soberano terno:
aunque tres en un gobierno,
El Hijo en su nacimiento, no hay más de una Santidad:
por más que el Arriano ladre, danos fe, amor y esperanza,
igual al Eterno Padre Santísima Trinidad.
nace de su entendimiento:
fino el cristiano y atento, Sacra inefable Unidad,
confiesa aquesta igualdad: digna de eterna alabanza:
danos fe, amor y esperanza, danos fe, amor y esperanza,
Santísima Trinidad. Santísima Trinidad.

III
Los hombres en este valle, Como se canta en el Cielo?
Para ahuyentar los quebrantos: Prosigamos con desvelo
Con la Celeste Milicia Esta voz que es un encanto.
Digan Santo, Santo, Santo. Con la Celeste Milicia
Digan Santo, Santo, Santo.
Este Trisagio armonioso
Oyó cantar Isaías Cantemos al Sumo Rey,
A celestes Jerarquías, Que por la fe toco y veo,
y lo anunció cuidadoso, Sol famoso, mi recreo,
Para que el hombre glorioso Uno, Trino, Santo y Fiel:
Acompañe en este canto. y para que nuestra ley
Con la Celeste Milicia Persevere sin quebranto.
Digan Santo, Santo, Santo. Con la Celeste Milicia
Digan Santo, Santo, Santo.
¿Qué mayor dicha y consuelo
Nos puede Dios dispensar, Dios Santo, Fuerte, Inmortal.
Que el poder aquí cantar, Te venera lo creado,

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y a esta voz queda postrado
Todo el poder infernal; Los bienes que esta oración
y si este eco celestial Franquea a todo mortal,
Le causa terror y espanto. Ni aun el Coro celestial
Con la Celeste Milicia Los contará como son;
Digan Santo, Santo, Santo. Por ella se dan por don
La gloria, honra y descanso.
De rayos, hambres y pestes, Con la Celeste Milicia
Terremotos y otros males, Digan Santo, Santo, Santo.
Libra el Trisagio, mortales,
y de subitánea muerte: Los hombres en este valle,
Para lograr de esta suerte, Para auyentar los quebrantos:
Sin que haya causa de llanto, Con la Celeste Milicia
Con la Celeste Milicia Digan Santo, Santo, Santo.
Digan Santo, Santo, Santo.

V/. Bendigamos al Padre y al Hijo con el Espíritu Santo.

R/. Alabémosle y ensalcémosle en todos los siglos.

ORACIÓN CONCLUSIVA

Oremos

Omnipotente y sempiterno Dios, que concediste a tus siervos el conocer


la gloria de tu eterna Trinidad en la confesión de la verdadera fe y el
adorar la Unidad en tu augusta Majestad; Te rogamos, Señor, que por la
fuerza de esa misma fe nos veamos siempre libres de todas las
adversidades. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

V/. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y los lleve a la vida
eterna.

R/. Amén.

MODO BREVE DE REZAR EL TRISAGIO USANDO LA


CORONILLA A LA SANTÍSIMA TRINIDAD

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En la cruz dirás la invocación al Espíritu Santo y el acto de contrición:

Espíritu Santo, Luz de Verdad,


Tesoro de los buenos y Consuelo de los afligidos,
Ven y enciende en nuestros corazones el fuego de tu amor.(tres veces)

Santísima Trinidad, Dios único y verdadero, que amas a la humanidad y


quieres que todos los hombres se salven, ten misericordia de mí que soy
un vil pecador, y por tu gran clemencia, admíteme a contemplarte
eternamente en compañía de tus santos y elegidos. Tú que vives y reinas
por los siglos de los siglos. Amén.

En las primeras tres cuentas dirás el Invitatorio Trinitaro haciendo una


postración en cada una:

V/. Venid, postrémonos y adoremos al Padre Omnipotente, Nuestro Dios.


R/. Te adoramos y te bendecimos, oh Padre Santo, porque en tu
magnífica providencia nos has creado por amor. (Aleluya).

V/. Venid, postrémonos y adoremos a Jesucristo el Rey, Nuestro Dios.


R/. Te adoramos y te bendecimos, oh Verbo de Dios, porque con tu
muerte y resurrección nos has redimido por amor. (Aleluya).

V/. Venid, postrémonos y adoremos al Espíritu Santo Paráclito, Nuestro


Dios.
R/. Te adoramos y te bendecimos, oh Espíritu de Dios, porque con tu
divina unción nos has santificado por amor. (Aleluya).
V/. Gloria al Padre… R/. Como era en el principio...

En las tres cuentas mayores dirás una o tres veces:

Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal, ten piedad de nosotros.


Señor, ampáranos; Soberano, perdónanos; Santo, consuélanos.
¡Oh Bendita Trinidad, gloria a tu Santo Nombre!

En las tres novenas de cuentas menores dirás:

Santo, Santo, Santo, Señor Dios de los ejércitos, llenos están los cielos y
la tierra de la majestad de tu gloria. Gloria al Padre, gloria al Hijo,
gloria al Espíritu Santo.

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Al fin de la novena vez se añadirá: Por todos los siglos de los siglos.
Amén.

Al final de las tres novenas dirás tres veces:

Al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo,


Trinidad consubstancial e indivisible,
sean la gloria y la alabanza por los siglos.

Para concluir la coronilla podrás rezar:


* Un Padrenuestro
* Un Avemaría o una antífona mariana adecuada
* La oración a San Miguel Arcángel como sigue:

San Miguel Arcángel, defiéndenos en la batalla.


Sé nuestro amparo contra la perversidad y acechanzas del demonio.
«Reprímale Dios», pedimos suplicantes.
Y tú, oh Príncipe de la Milicia Celestial,
con el poder que Dios te ha conferido,
arroja al infierno a Satanás,
y a los demás espíritus malignos que vagan por el mundo
para la perdición de las almas. Amén.

Termina con la siguiente invocación:

V/. Bendito sea el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
R/. Bendita sea por siempre la Santa Trinidad.

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