Horacio
Horacio
Horacio
Datos biográficos.
Quinto Horacio Flaco nace en Venusia (sur de Italia). Su padre era un liberto que
trabajaba como cobrador de apuestas, lo que le permitió cierta bonanza económica.
Bruto, el asesino de Julio César llegó también a Atenas; allí se preparó para la
guerra. Horacio luchó como tributo militar al lado de Bruto contra los triunviros en la
batalla de Filipos, desastrosa para Bruto y sus aliados.
Tras esta derrota, amnistiado por los triunviratos, Horacio regresa a Roma: su
padre había muerto y sus propiedades habían sido confiscadas.
Comienza a trabajar como Secretario del Cuestor, el grado más alto de los
funcionarios superiores del Estado. Por ese año 41 a. C. comenzó a escribir los Epodos y
las Sátiras.
Epodos
Epodos es el título que dieron los gramáticos a este libro. Horacio le llamó a esta
obra Iambi (Yambos) – porque se usa el yambo (sílaba breve + sílaba larga) como pie
métrico general y por el propio contenido de estos poemas.
El epodo más famoso es el que ocupa el número 2 en el libro: el beatus ille, que
es un elogio de la vida del campo, puesta en boca de un usurero que no tiene la más
mínima intención de hacerse campesino.
Tiene como modelos griegos a los cultivadores de la poesía yámbica, una poesía
agresiva y de ataque: Arquíloco de Paros e Hiponacte de Éfeso.
Como precedentes romanos cuenta con los fescennini versus (“versos fesceninos”)
que eran canciones injuriosas que los soldados cantaban a su general y con el poeta
satírico Lucilio.
Odas
Las odas son mas de cien poemas, agrupados en cuatro libros. Los libros I-III
fueron publicados en el año 23 . C. El libro IV apareció el año 13 a. C.
Los temas y motivos que se abordan son variados: el banquete y el vino, el amor,
la amistad, himnos en honor de los dioses y hombres, asuntos patrióticos y políticos,
poemas que reflexionan sobre la propia creación poética, reflexiones de tipo filosófico y
sapiencial…
Horacio recrea con rigor y precisión la métrica que habían empleado en sus
composiciones los poetas Safo y Alceo. Se trata de versos con un número determinado de
sílabas que, a su vez, se agrupan en estrofas. Las odas destacan por su perfección formal.
Fue escrito a petición del propio emperador Octavio Augusto y fue cantado en la
ceremonia de los Juegos Seculares del año 17 a. C.
Sátiras
Epístolas.
Son dos libros que da a este género un contenido didáctico. Son cartas dirigidas a
sus amigos,
Temas recurrentes (tópicos) en la obra lírica de Horacio.
Horacio consagra una serie de tópicos literarios. Muchos los toma de la poesía
griega, pero él es capaz de imprimirles un sello personal.
- Dulce et decorum est pro patria mori (Odas III 2, v. 13): “es dulce y
hermoso morir por la patria”. Es un tópico que exalta el sentimiento patriótico
de aquel que lucha por su patria y no huye del combate. Este tópico procede
de elegías griegas que animaban a los hombres al combate.
- Tema de la nave del Estado (Odas I 14): se compara la marcha del Estado,
de las circunstancias políticas con la singladura de una nave. Este tópico ya
aparecía en la poesía de Alceo:
- Beatus ille (Epodo II): tópico que ensalza la vida en el campo y la tranquilidad
que esta reporta, en contraste con la agitación de la gran ciudad.
- Aurea mediocritas (Odas II 10, V. 5): “dorada medianía”, “el término medio
que vale lo que el oro”: se trata del consejo de seguir el camino del medio,
tratando de huir de los extremos. Mantenerse en el justo medio era el ideal de
la virtud, según Aristóteles.
- Vivitur parvo bene (Odas II 16, v. 13): “se vive con bien poco” exaltación de
la vida austera y poco exigente, fuente de paz interior y de tranquilidad; crítica
contra la codicia y el lujo.
- Pallida Mors (Odas I 4): “la pálida Muerte” aparece como un lóbrego
tormento inevitable, fin de los placeres y fin de todas las cosas. Es el destino
universal del hombre.
- Carpe diem (Odaws I 11, v. 8): “aprovecha el momento”. Es la invitación a
disfrutar con intensidad del momento presente, dejando de lado las
incertidumbres del futuro.
Reflexión sobre el hecho literario y la actividad poética:
- Exegi monumentum aere perennius (Odas III 30): “he construido un
monumento más duradero que el bronce”: la obra poética puede ser más
duradera en el tiempo que las cosas materiales, por ello es el medio más eficaz
de inmortalizar personas o cosas.
- Non omnis moriar (Odas III 30): “no moriré por completo”: el poeta es
consciente de que, gracias a su obra, pervivirá en los siglos venideros. La
poesía es capaz de inmortalizarlo.
El paisaje, la naturaleza y las estaciones.
- Locus amoenus “lugar agradable”. En Horacio aparecen espacios naturales
idealizados, como el que se muestra en el epodo 2, el beatus ille.
Es propio de Horacio que el paisaje y la naturaleza que se presentan según las
distintas estaciones se asocien al paso del tiempo. La condición cíclica de las
estaciones contrasta con la breve linealidad de la vida humana.
Termina el duro invierno con la agradable vuelta de la primavera y del viento favonio.
Las cuerdas arrastran los barcos secos; el ganado no está a gusto en los establos
y las hermosas Gracias, junto con las Ninfas, golpean el suelo con el paso alterno,
La pálida Muerte golpea con su pie justiciero tanto las chozas de los pobres
Pronto te cubrirán la noche, los manes fabulosos y la morada de Plutón, en la que nada
abunda. Cuando allá vayas, ya no te jugarás a los dados la presidencia de los festines,
Debes apocar tus velas cuando un viento favorable las hinche demasiado.
El curso del año y las horas que nos arrebatan el día de vida
¿Quién sabe si los dioses del cielo le van a sumar el día de hoy
De las ávidas manos de un heredero. Amigo Torcuato, una vez que hayas muerto
Pues Diana tampoco libra al casto Hipólito de las tinieblas del infierno,
“Feliz aquel que, alejado de los negocios, como lo hombres de los tiempos antiguos,
Trabaja los campos de su padre con los bueyes, libre de toda usura.
Y así, o bien une los altos chopos con los crecidos sarmientos de las vides,
Y cortando con la podadera las ramas que no sirven, otras más fértiles injerta;
O exprime mieles que guarda en limpias ánforas, o esquila a las débiles ovejas.
Y cuando el otoño asoma por los campos su cabeza, coronada de dulces frutas,
¡cómo goza recogiendo las peras que ha injertado y las uvas que rivalizan con la púrpura,
Para ofrecértelas a ti, Priapo, y a ti, padre Silvano, que guardas los linderos!
Le gusta tenderse o bajo una añosa encina, o sobre un césped bien tupido.
Entretanto, las aguas corren por riberas hondas, se quejan las aves en los bosques,
Y suenan las fuentes al manar sus aguas, invitando a entregarse a dulces sueños ….
¿Quién no se olvida, en medio de todo esto, de las malas preocupaciones que provoca
Roma?
¿es que se ha derramado poca sangre latína por los campos y sobre Neptuno,
Y no para que el romano quemara la soberbia ciudadela de la envidioa Cartago,
¿Os impulsa una locura ciega, o una fuerza irresistible o vuestra culpa?
Así es: a los romanos los empujan un destino cruel y aquel crimen
La sangre del inocente Remo, como una maldición para sus nietos.s