Fray Francisco Ximénez

Descargar como docx, pdf o txt
Descargar como docx, pdf o txt
Está en la página 1de 4

Fray Francisco Ximénez: Vida y obra

Vida:

Francisco Ximénez nació en España, en un municipio que pertenece a la provincia de Sevilla, cuyo
nombre es Écija, el 28 de noviembre de 1666, sus padres fueron Francisco Ximénez y doña María
Josefa. Estudio en su ciudad natal y en su adolescencia, entre los 15 o 16 años renunció al mundo
para poder unirse a la iglesia, optando por el hábito de los predicadores de la orden de Santo
Domingo, esta orden es reconocida por ser maestros en diferentes ramas como la teología, la
filosofía y, también el arte, además enseñaban la sagrada escritura en diferentes universidades.

Después de esto, continuó sus estudios en el convento que fue la primera fundación de los
dominicos, es decir, el convento de San Pablo, de Córdova.

Él mismo relató su viaje a América, cuenta como salieron de la bahía de Cádiz, 30 dominicos (Los
dominicos u Orden de Predicadores es una orden religiosa de la Iglesia Católica fundada por Santo
Domingo de Guzmán.) Estos dominicos fueron dirigidos por el Padre Ambrosio Ipenza, en barcos
que tenían como destino Honduras, el 2 de septiembre de 1687. Al tercer día de navegación hubo
un terrible temporal, que fue tan fuerte que incluso creyeron que morirían, y como no pudieron
gobernar la nave arribaron en las costas de Berbería, y el gobernador mandó al almirante a
socorrerlos, para que no terminaran en manos de moros, de no ser así hubiesen muerto.

Entonces se tuvieron que quedar en puerto Caballos desde el 17 de noviembre hasta el 28 de


diciembre, mientras construían dos barcas, en ese mismo barco venía Don Jacinto Barrios Leal,
quien había sido nombrado presidente de la audiencia de Guatemala.

Al final logró llegar a Guatemala el 4 de febrero de 1688, a los 22 años. Ya estando en Guatemala,
tuvo como maestro de novicios a Fray Marcos Vásquez, por regente de estudios a Fray Miguel de
Velasco, y como profesores a Fray Martín Orbiaza y Fray Manuel de Artiaga, todos gozaban de
gran prestigio dentro de su orden, en ese momento Ximénez era diácono y el mayor de todos los
estudiantes en profesión. Un diácono es un clérigo católico que ha recibido la segunda de las
órdenes mayores que otorga la Iglesia y que tiene entre sus funciones anunciar el Evangelio,
bautizar, asistir al sacerdote en el altar, distribuir la comunión y dar testimonio cristiano ayudando
a los más pobres.

En 1960 se fue a Chiapas en México para ordenarse, lo ordenó el Obispo Fray Francisco Núñez de
la Vega, Y ofició su primera misa el 1° de enero de 1691, en ciudad Real y el 25 de ese mismo mes
regresó a Guatemala, como capellán (capellán: Sacerdote encargado del servicio religioso de una
iglesia no parroquial, como una comunidad religiosa, un hospital, etc.) del licenciado Frenando
López de Orbaneta.

Para octubre de 1691, era maestro de novicios, el cargo más delicado de la orden luego fue
enviado a San Juan Sacatepéquez a aprender Cakchiquel, aprendió este idioma en dos meses, y
luego fue a San Pedro las Huertas, fue vicario (vicario: Sacerdote adjunto a un párroco que tiene
entre sus funciones ayudarle en su tarea pastoral cuando este no puede asumir toda la carga de la
parroquia o cuando está ausente.) del convento de Guatemala.
Luego fue cura doctrinero de San Raimundo Tepéquez. En 1697 fue de nuevo maestro de novicios
en Guatema En 1698 fue prior (prior: Superior de un monasterio o convento perteneciente a
determinadas órdenes religiosas cristianas en las que no hay título abacial) del convento de San
Salvador, en donde visitaba diferentes poblaciones de El Salvador.

En 1699 fue nombrado procurador general de la Orden. Del 21 de agosto de 1701 al 28 de octubre
de 1703 estuvo en Chichicastenango del curato y en ese lapso debe situarse el hallazgo del Popol
Vuh. Regresando al Popol Vuh, se le atribuye a él, la traducción al castellano, allí acaba de
perfeccionarse en el aprendizaje del idioma quiché, lengua indígena.

En 1711 fundó un hospital para indios que se sostenía con limosnas, allí fueron curados muchos de
la rabia, enfermedad que dijeron que nunca existió entre los indios, pero que se vio por primera
vez en América en 1708, se empleaba la habilla para curarla. Como Rabinal se dedica a la
apicultura y dispone de sus apiarios en forma que pueda observar cómo trabajan las abejas, en
muchos pueblos estudió la disposición de los zompoperos. Su curiosidad se extendió hasta la flora
y la fauna como se puede observar en su libro Historia natural.

Llegó a ser tan importante como predicador que pronunció el 21 de noviembre de 1715 el sermón
de la presentación de la virgen en el templo que el rey ordenaba decir anualmente en Chiapa y
Guatemala, en acción de gracias por la reducción de los indios tzendales.

En 1714 escribió su historia de la provincia dominicana de Chiapa y Guatemala. En ese mismo año
escribió la historia natural, ya se las había mencionado antes. En 1720 renunció al curato de
Candelaria y marchó a España en agosto de 1720, esperó barco más de dos meses, de cuba
regresó a Guatemala. Ya su salud no era buena, sangraba, tenía una hernia, que curaba con
tecomate, también tenía hidropesía (acumulación anormal de líquido en alguna cavidad o tejido
del organismo.)

Murió en el convento de santo domingo, en la ciudad de Santiago de Caballeros de Guatemala,


entre el 11 de mayo de 1721 y mediados de 1730.

Obra:

Historia natural del Reyno de Guatemala esta obra la catalogó Beristain con el nombre siguiente
“de las cosas maravillosas de América” dos tomos en folio, describe la flora y la fauna de
Guatemala, ensayando su clasificación y refiriéndose a las propiedades de la plantas y animales, su
aprovechamiento natural y medicinal, e industrial.

Lingüística: compuso el tesoro de las lenguas cakchiquel, quiché y tzutuhil, dos volúmenes
manuscritos, el primero con un completo vocabulario y el segundo con la gramática.

Otras obras: Apologética en que se demuestra que los dominicos fueron los primeros religiosos de
Guatemala, parece ser la misma que otras catalogan como notas sobre la crónica del p. Vásquez.
Crítica:

René Acuña, al igual que otros estudiosos, puso en duda que el contenido reflejado en el Popol
Vuh fuera realmente maya, pues señala que «el Popol Vuh es un libro diseñado y ejecutado con
conceptos occidentales. Su unidad de composición es tal que da pie para postular un solo
recolector de las narraciones, no parece que este haya sido un autodidacta espontáneo nativo que
redactó las memorias de su nación». Esta teoría se basa en ciertos errores de transcripción que
comete Ximénez al trasladar el texto, lo cual revela su desconocimiento de la lengua k’iche’. Por
ejemplo, las analogías con el libro bíblico del Génesis, si bien mezcladas con conceptos puramente
mesoamericanos, han hecho sospechar tanto de una intervención clerical en su composición como
en el resultado de un proceso de aculturación.

Para ejemplificar lo anterior se adjunta un fragmento del libro el Popol Vuh.

«Así pues, hubo que hacer una nueva tentativa de crear y formar al hombre […] De tierra,
de lodo hicieron la carne del hombre. Pero vieron que no estaba bien, porque se deshacía
[…] Entonces desbarataron y deshicieron su obra y su creación. […] Y al instante fueron
hechos los muñecos labrados en madera. Se parecían al hombre, hablaban como el
hombre y poblaron la superficie de la tierra. Existieron y se multiplicaron; tuvieron hijas,
tuvieron hijos los muñecos de palo; pero no tenían alma, ni entendimiento, no se
acordaban de su Creador y por eso cayeron en desgracia. […]»

Como se observa hay una relación entre el mito de la creación que plantea la biblia y el mito de la
creación precolombino, no solamente en relación con crear el hombre de tierra y de lodo, sino,
también, que estos hombres fueron destruidos con un diluvio, sin olvidar a la princesa Ixquic,
quien quedó embarazada a través de la saliva sin contacto físico.

Conclusión:

Después del descubrimiento y conquista de Latinoamérica, se produce un proceso de


colonización en donde mediante recursos que violaban los derechos fundamentales de
cada ser humano, se obligó a los indígenas a sopesar una serie de vejaciones hacia su
integridad personal, familiar, laboral, física y psicológica. La colonización no fue una etapa
de florecimiento cultural en donde se construyeron las obras arquitectónicas que
glorificaban al imperio español, fue un proceso en donde a los pueblos indígenas se les
despojó de su identidad, sus costumbres y valores para que se volvieran peones y
jornaleros de las grandes fincas que llenaban de riquezas a una población minoritaria que
acumulaba el poder.
Es cuestionable si la literatura recopilada de esta etapa representa lo que sucedía
realmente, o si los textos catalogados como indigena realmente representa a la cultura y
tradiciones de los pueblos precolombinos.

No obstante, estos vestigios son los únicos textos que se tienen en la actualidad para dar
una mirada a esta cultura que debido a la explotación poco a poco fue desapareciendo.

Referencias:

● David Vela (1985). Literatura Guatemalteca (tomo I). Tipografía Nacional:


Guatemala.
● Díaz Vasconcelos (1950) . Historia de la literatura guatemalteca. Tipografía
nacional: Guatemala.

También podría gustarte