El Rico Que Se Hizo Pobre
El Rico Que Se Hizo Pobre
El Rico Que Se Hizo Pobre
8: 7 - 15)
Los capítulos 8 y 9, tratan el tema de "La colecta para los creyentes pobres de la iglesia de
Jerusalén". Desde el 8:1-6, "El ejemplo del dar cristiano". "Una exhortación al dar cristiano".
En el (V.7), el apóstol Pablo esta elogiando a los creyentes de Corinto, diciéndoles que ellos
sobresalían en todo: en fe, en facilidad de palabra para testificar acerca de su fe en
Cristo, en sus conocimientos, en su dedicación y disposición para servir, y en su amor
por el apóstol Pablo y por los demás apóstoles. Entonces Pablo les pidió que procurasen
sobresalir también en esa obra, en esa gracia de dar.
Por otra parte, Pablo era sensible a la autoridad que le reconocían las iglesias que él había
fundado y prefería que la motivación de los creyentes para contribuir a los necesitados no
fuera el resultado de mandamientos externos, sino que surgiera de la devoción y el amor
sincero al Señor.
Pablo dijo en el (V.8): "No hablo como quien manda, sino para poner a prueba, por
medio de la diligencia de otros, también la sinceridad del amor vuestro". Pablo estaba
diciendo que el hecho de dar no se debía a que había que cumplir una ley o por una
costumbre arraigada, por rutina o por seguir un rito. Debemos dar el diezmo. (El diezmo era
el diez por ciento percibido de los productos del campo que se llevaba cada año al
templo en Jerusalén. Para mayor comodidad la Ley preveía la satisfacción del diezmo en
dinero.). El diezmo era básico en los tiempos del A.T. Sin embargo, el pueblo de Israel
entregaba tres diezmos. Uno de ellos era para el sostenimiento económico del gobierno,
y equivale a lo que hoy llamamos impuestos.
También cabe destacar que el N.T. guardó silencio en cuanto al diezmo aparte de tres
incidentes: el de (Luc. 18:9-14), en el cual Cristo les reprochó a los Fariseos su
observación legalista del mismo; el reproche de Jesús a los escribas y fariseos en (Mat.
23:23), por colocarlo por encima del amor y la justicia de Dios; y el incidente en el cual
Abraham entregó los diezmos a Melquisedec, rey de Salem (Heb. 7:2).
Es por eso que el apóstol Pablo no consideró al diezmo como la base de lo que los cristianos
debían dar. Incluso en el (V.8), al establecer los principios del dar cristiano, enfatizó que
no los estaba considerando como un mandamiento, como una imposición para los Corintios.
Pablo expuso las razones por las cuales les estaba pidiendo que contribuyeran con sus
ofrendas o donaciones. El dijo que quería poner a prueba, por medio de la dedicación de
otros, (refiriéndose al ejemplo de los Macedonios) la sinceridad del amor de los
Corintios. Continúa siendo cierto también hoy, que la prueba del amor de un creyente a
su Señor, es su motivación y actitud al dar. Ésta es, el área más sensible de la vida
cristiana porque confronta los sentimientos y actitudes hacia Dios, y los sentimientos
humanos hacia nuestros bienes materiales.
El (V.9), dice: "Porque ya conocéis la gracia de nuestro Señor Jesucristo, que por amor
a vosotros se hizo pobre siendo rico, para que vosotros con su pobreza fuseis
enriquecidos". Ahora, si usted, quiere una norma o un modelo para dar, aquí lo tiene. El
modelo es el Señor Jesucristo mismo. “Él era rico y se hizo pobre”. Él descendió aquí a la
tierra y asumió un lugar de pobreza. ¡Imagínese lo que se debe sentir al estar viviendo en
el cielo, venir aquí a esta tierra, nacer en un lugar como Belén, vivir en Nazaret, morir en
una cruz fuera de los muros de la ciudad de Jerusalén, y luego ser sepultado en la
oscuridad de esa tumba! “Él era rico pero se hizo pobre por usted y por mí”.
Los (V.10-11) dicen: "En esto doy mi consejo, porque esto os conviene a vosotros, que
comenzasteis antes, no solo a hacerlo, sino también a quererlo, desde el año pasado.
Ahora, pues, llevad también a cabo el hacerlo, para que así como estuvisteis prontos a
querer, también lo estéis a cumplir conforme a lo que tengáis"
Esto indica que los Corintios habían hecho una promesa y habían comenzado a contribuir
para esta colecta un año antes. El consejo de Pablo era que terminasen lo que habían
comenzado, cumpliendo de esa manera la promesa que habían hecho. Sin embargo, las
palabras de Pablo no constituían un mandamiento. Este versículo dice que si hemos hecho
una promesa, si nos hemos comprometido para algo concreto, debemos llevarlo a cabo.
Después de todo intentamos cumplir nuestros compromisos humanos en todos los órdenes
de nuestra vida.
El (V.12) dice: "porque si primero está la voluntad dispuesta, será aceptado según lo
que uno tiene, no según lo que no tiene". Aquí hay un detalle importante. “Cada uno
debiera dar según lo que tenga, según sus posibilidades, y tendría que hacerlo de
buena voluntad”. Dios no espera que alguien contribuya más allá de sus recursos.
Este principio está en la misma línea de lo que Pablo había dicho en su primera carta (1 a Cor.
16:2), donde dijo: “que el primer día de la semana, cada uno de vosotros aparte y
guarde según haya prosperado”. Siguiendo esta norma, el modelo que nos dejaron los
creyentes de Macedonia y la ofrenda entregada en el templo por la viuda pobre, en un
sentido numérico serían fáciles de igualar, pero desde el punto de vista de la entrega y
dedicación personal, tanto de los Macedonios como de la viuda, esos ejemplos serían
difíciles de superar. Pero, dijo el apóstol en el (V.13):
"No digo esto para que haya para otros holgura y para vosotros escasez". Pablo estaba
diciendo que no debiera colocarse una carga pesada sobre nadie, mientras que al mismo
tiempo otros disfrutan de una situación desahogada. Así, establecía un principio de igualdad
para el intercambio material entre las iglesias.
Continuó diciendo en el (V.14): "sino para que en este momento, con igualdad, la
abundancia vuestra supla la escasez de ellos, para que también la abundancia de ellos
supla la necesidad vuestra, para que haya igualdad".
Pablo sin duda había aprobado los esfuerzos de la primera iglesia cristiana en Jerusalén
para satisfacer las necesidades materiales de todos, por el método de tener todo en común,
es decir, que compartían lo que tenían. De esa manera se preocupaban los unos por los
otros. Trasladado el principio general de la época de los Corintios, y a la nuestra, aquellos
que poseían recursos abundantes debían contribuir más, para que no se colocase una
carga demasiado pesada sobre los que vivían en condiciones precarias.
Dice el (V.15):"como está escrito: El que recogió mucho no tuvo demasiado, y el que
poco, no tuvo escasez".
Pablo dio el ejemplo del tiempo en que los judíos que viajaban por el desierto recibían “el
maná” del cielo. Cada uno debía recoger la cantidad suficiente para un día. Supongamos
que una mañana un hombre, al levantarse, observara que toda la tierra está cubierta con el
maná, y entonces decidía traer varias canastas para recoger la mayor cantidad posible.
Podía hacerlo así, recogiendo con codicia mucho más de lo que necesitaba. ¿Qué
sucedía entonces? Que después que él y su familia hubieran comido la ración que
necesitaban para aquel día, a la mañana siguiente descubriría que lo que había sobrado se
había echado a perder. Porque Dios había dispuesto que cada uno recogiera únicamente
lo necesario para la alimentación de un día, y nada más.
Al llegar al capítulo 9:6, encontraremos con la siguiente declaración: "El que siembra
escasamente, escasamente también segará; y el que siembra abundantemente,
abundantemente también segará". Usted se dará cuenta que Dios ha comenzado a tratarlo
a usted de la misma manera en que usted lo está tratando a Él, porque pensamos que Dios
registra todo. Él no nos está colocando bajo la ley, porque quiere que nuestro dar, nuestro
contribuir sea una obra de gracia, una pasión, un deseo de compartir.
El (V.16), comienza con una explicación del dar cristiano. "Doy gracias a Dios que puso en
el corazón de Tito la misma preocupación por vosotros". Pablo estaba diciendo que
había enviado a Tito para recoger las donaciones de ellos, pero Tito ya tenía la misma
preocupación de Pablo por recoger una ofrenda para los creyentes pobres de Jerusalén;
es decir, que ya había concebido en su corazón esa obra de gracia.
Del (V.17 al 19) dice: "pues a la verdad recibió la exhortación; pero estando también
muy solícito, por su propia voluntad partió para ir a vosotros. Y enviamos juntamente
con él al hermano cuya fama en el evangelio se ha divulgado por todas las iglesias. Y
no sólo esto, sino que también fue designado por las iglesias como compañero de
nuestra peregrinación para llevar este donativo, que es administrado por nosotros
para gloria del Señor mismo y para demostrar vuestra buena voluntad".
"Evitamos así que nadie nos censure en cuanto a esta ofrenda generosa que
administramos" Pablo aclaró que actuarían con honestidad en el uso de aquel dinero,
para evitar cualquier motivo de crítica o desprestigio, administrando cuidadosamente
aquella gran cantidad de dinero.
Y dijo en el (V.21): "procurando hacer las cosas honradamente, no sólo delante del
Señor sino también delante de los hombres". Ésta es una de las áreas más sensibles
en la obra del Señor. Todas las organizaciones cristianas debemos tener sumo cuidado
en la administración de los fondos entregados por los cristianos, para que ellos
puedan tener la certeza y la confianza de que el apoyo financiero recibido se destina a
la difusión de la Palabra de Dios, de acuerdo con el deseo expresado por los donantes,
y de que los que los administran actúan con el nivel más alto posible de integridad.
Dijo también Pablo en los (V.22 y 23): "Enviamos también con ellos a nuestro hermano, cuya
diligencia hemos comprobado repetidas veces en muchas cosas, y ahora se muestra mucho
más diligente por la mucha confianza que tiene en vosotros. En cuanto a Tito, es mi
compañero y colaborador para con vosotros; y en cuanto a nuestros hermanos, son
mensajeros de las iglesias y gloria de Cristo".
Además del creyente mencionado en el (V.18), y de Tito, una tercera persona fue agregada
al grupo. Probablemente era también otro representante de las iglesias de Macedonia. Su
presencia ayudaría a otorgar mayor seguridad y confianza al transporte y distribución
de una considerable suma de dinero. Al mismo tiempo, Pablo estaba afirmando que todos
podrían confiar en Tito.
Continuó diciendo en el (V.24): "Mostrad, pues, con ellos, ante las iglesias, la prueba de
vuestro amor y de nuestro motivo de orgullo respecto de vosotros". Pablo estaba urgiéndoles
a que mostrasen una prueba de su cariño. Cuando las personas hablan en serio, habrá
más evidencias concretas que declaraciones de intenciones, que la expresión una vana
palabrería. Y las contribuciones de los Corintios serían una expresión tangible de su
amor cristiano.
(2a Cor. 9:1-5) El tema continúa siendo el mismo, o sea, la colecta para los creyentes
pobres de la iglesia en Jerusalén. En el capítulo 8 vemos la obra de gracia del dar, y
ahora tenemos aquí una exposición de lo que es el dar cristiano. Desde las primeras
palabras de este capítulo, es evidente el gran interés de Pablo por que los Corintios
completaran el proyecto de contribución económica que habían ansiosamente
iniciado.
Él no había considerado necesario escribir acerca de la necesidad de enviar ayuda a los
creyentes de Jerusalén, porque los Corintios habían acordado con verdadero entusiasmo
implicarse en este servicio social. El interés de ellos había sido divulgado por Pablo entre los
Macedonios el año anterior, quienes a su vez se habían sentido estimulados. La diferencia
entre los Macedonios y los Corintios, estribaba en su diligencia y prontitud por llevar a
cabo el proyecto hasta su finalización. Más lentos en sus comienzos, los Macedonios
terminaron rápidamente, en cambio, los Corintios, con su espíritu dispuesto, necesitaron
ayuda para disciplinar su naturaleza humana más inconstante.
Los (V.1 al 4), continúan con la explicación del dar cristiano: "En cuanto a la ayuda para los
santos, es por demás que yo os escriba, pues conozco vuestra buena voluntad, de la cual yo
me glorío entre los de Macedonia, pues les he dicho que Acaya está preparada desde el año
pasado; y vuestra diligencia ha estimulado a la mayoría. Pero he enviado a los hermanos
para que nuestro motivo de orgullo respecto de vosotros no sea vano en esta parte; para
que, como lo he dicho, estéis preparados; no sea que si van conmigo algunos macedonios y
os hallan desprevenidos, nos avergoncemos nosotros, por no decir vosotros, de esta nuestra
confianza".
Pablo les dijo que se sentiría muy avergonzado si llegase allí, habiéndose enorgullecido de
ellos ante otras personas, y descubriese que no hubieran contribuido a ese proyecto de
recaudación de fondos. Una forma generosa de dar es una prueba del amor al Señor y
de la dedicación, no solo de un cristiano, sino también de una iglesia. Es como un
termómetro que registra la temperatura espiritual.
Diremos que los creyentes de Corinto habían hecho una promesa de que contribuirían en
alguna medida al alivio de la situación de precariedad que sufrían los creyentes de
Jerusalén. En este sentido, toda promesa que se haga, tanto de hacer como de dar algo,
debe considerarse como hecha entre esa persona y el Señor. A un hombre, que era muy
rico. Alguien le preguntó: "¿Cómo es que usted se ha hecho tan rico, cuando da usted tan
generosamente para la obra del Señor?" "Bueno", él dijo: "cuando el Señor echa una
palada hacia adentro, yo echo otra hacia afuera; y Dios tiene la pala más grande".
En el (V.5), Dijo el apóstol Pablo: "Por tanto, consideré necesario exhortar a los
hermanos que fueran primero a vosotros y prepararan de antemano vuestra generosa
ofrenda antes prometida, para que la misma esté lista como muestra de generosidad y
no como de exigencia nuestra".
O sea que, Pablo estaba seguro que la ofrenda de esta iglesia, iba a ser una contribución
generosa, la cual era una evidencia de La gracia de Dios actuando en los corazones de los
creyentes. Y ésa es la forma en que Dios quiere que nosotros demos el día de hoy.
Nadie puede entrar en el significado de este versículo sin estar dispuesto a sacrificarse por
los demás. (1a Jn. 3:17). Pablo no tiene que mandar a los corintios a dar porque están
constreñidos por el amor de Dios. Nadie tiene que decirle que debe sacrificarse por sus hijos
o su familia, o su iglesia. Cuando usted está desbordado por la gracia de Dios, usted no
puede hacer otra cosa.
TEMA: “EL RICO QUE SE HIZO POBRE” (2a Cor. 8:9)
(V.9) "Porque conocen la gracia de nuestro Señor Jesucristo que, siendo rico, por amor
de ustedes se hizo pobre para que ustedes con su pobreza fueran enriquecidos."
(2a Cor. 8:9) dice una versión diferente: "Porque conocéis la gracia de nuestro Señor
Jesucristo, que siendo rico, sin embargo por amor a vosotros se hizo pobre, para que
vosotros por medio de su pobreza llegarais a ser ricos".
Pocas declaraciones Bíblicas superan a este versículo como un resumen conciso y expresivo
del evangelio. Del esplendor del cielo, Cristo vino a una tierra contaminada por las
peores consecuencias del pecado y la maldad humana. La encarnación del Hijo de Dios
constituyó una renuncia incomprensible a la gloria. Aquel que lo tenía todo, se hizo pobre,
asumiendo ante Dios la deuda del pecado y pagándola con Su Vida.
El (V.9), dice: "Porque ya conocéis la gracia de nuestro Señor Jesucristo, que por amor
a vosotros se hizo pobre siendo rico, para que vosotros con su pobreza fuseis
enriquecidos". Ahora, si usted, quiere una norma o un modelo para dar, aquí lo tiene. El
modelo es el Señor Jesucristo mismo. “Él era rico y se hizo pobre”. Él descendió aquí a la
tierra y asumió un lugar de pobreza. ¡Imagínese lo que se debe sentir al estar viviendo en
el cielo, venir aquí a esta tierra, nacer en un lugar como Belén, vivir en Nazaret, morir en
una cruz fuera de los muros de la ciudad de Jerusalén, y luego ser sepultado en la
oscuridad de esa tumba! “Él era rico pero se hizo pobre por usted y por mí”.
Dios te ha hecho rico en Su gracia. En Su gracia nosotros podemos dar, dar de nuevo. La
salvación es libremente dada y recibida. Usted no puede comprarla. Incluso trabajando
duro como una madre, o padre, o como hijo piadoso no te salvará. Ni siquiera le ayudará a
salvarse. Cristo compró La Salvación para ti cuando Él murió por ti en la cruz. La
Salvación es un don gratuito de Dios para ti. Es un insulto a Él ofrecer cualquier cosa Sin
embargo, si usted es el destinatario de Su gracia, usted es libre de responder en La gracia.
“Porque ya conocéis la gracia de nuestro Señor Jesucristo, que siendo rico, por
vosotros se hizo pobre, para que vosotros con su pobreza fueseis enriquecidos" (V.9)
El apóstol Pablo dice que “por el bien de nosotros Jesús se hizo pobre para que, por su
pobreza fuésemos enriquecidos”. En la cruz, Jesús tomó todos nuestros pecados y la
pobreza. Él fue humillado, escupido y desnudado. Los soldados romanos incluso
sortearon su ropa.
El que alimentó a más de 5.000 personas, dio a los pescadores una red sin precedentes, un
barco de carga hundiéndose por la cantidad de los peces, y quien hizo el oro, los
diamantes y rubíes en la tierra, tomó el lugar de la pobreza en la cruz, sólo para que
podamos tomar Su lugar de abundancia. Un intercambio divino ocurrió en el Calvario,
tu pecado por Su justicia, y tu pobreza por su provisión. Jesús es la razón por la que
puede ser la cabeza y no la cola, estar encima y no debajo. Él es la razón por la que puede
ser bendecido para ser una bendición. Pon tu confianza en Su presencia en tu vida y lo
que Su obra terminada ha hecho por ti!
La esencia misma de la gracia divina que está dando sacrificialmente. La historia de “la
Redención” es relacionada con el objeto de dar. La prueba apropiada de amor es el auto-
sacrificio. Siempre pone a prueba nuestro amor y lo prueba. Cristo se entregó por usted,
por lo que bien puede esperarse que usted deba sacrificarse por los demás.
Cuando damos las gracias por La gracia de dar nadie ha demostrado tanta gracia en
comparación. “El que era rico lo dejó todo y se convirtió en extremadamente pobre para
poder otorgar a los beneficiarios que no lo merecen”. La belleza de Su Vida es que Él no
contuvo nada. Usted conoce La "gracia", la belleza de Nuestro Señor Jesucristo. Usted
conoce la belleza del amor inmerecido de Dios que se le ha dado a usted, que usted
nunca podría ganarla. La gracia del Señor Jesús fue manifestada por Su caer en la
pobreza en nuestro nombre.
¿Cuál es esa "gracia", esa belleza, el encanto y la belleza de Nuestro Señor Jesucristo?
“Es la libertad, el favor divino, inmerecido de Dios otorgado al hombre pecador e
indigno”. Dios nos da lo que no merecemos. "Nuestro Señor" es El Señor supremo y
absoluto Él es el soberano del universo. Él es "Nuestro Señor". Porque pertenecemos a
Él, Él nos pertenece a nosotros, dentro de lo que Él provee cuidado, protección y apoyo a
Su pueblo. Él es Nuestro Dios Ungido Salvador.
No sólo es Cristo, Nuestro Salvador, sino que también es el modelo perfecto de dar con
sacrificio. No hay mayor ejemplo más que el amor perfecto que puede encontrarse en
cualquier lugar que en el acto de Jesucristo de llegar a convertirse en un siervo.
"Jesucristo es el Hijo que fue enviado, el que vino, en el mundo, la Palabra que se hizo
carne, El Señor, que por nosotros mismo fue empobrecido".
Jesús se hizo pobre. Jesús "se hizo [extremadamente] pobre." Él se hizo un mendigo. Es
la idea de encogido en la abyección de la pobreza.
“Jesús se hizo pobre en el acto de hacerse hombre” (Fil. 2:7-8). Pablo tiene en mente “la
encarnación de Cristo”, e incluso su muerte. Lo más grande de Su condescendencia se
encuentra en el hecho de que Él hubiera nacido. "Aunque Él compartió La gloria del
Padre antes de la creación del mundo (Jn. 17:5), sin embargo, Él dejó a un lado
temporalmente esta gloria para" encontrarse en la condición de hombre "Él no abandonó
Su divinidad;. Porque no hay ninguna doctrina de “la kenosis”, de “su divinidad”, que se
encuentran aquí más que en (Fil. 2:7)". Jesús dejó a un lado la gloria de Su Majestad divina.
“Él no abandonó Su deidad”. Dejó a un lado la manifestación de la misma, mientras
estaba en visita encarnado en esta tierra por 33 años. Él era plenamente (100%) Dios,
“Él era plenamente (100%) hombre, Él era Dios-hombre”. Jesús dejó a un lado el uso
constante de Sus atributos divinos, no Su posesión. "Él dejo por un momento a un lado La
gloria de Su Majestad divina, que fue en toda apariencia un hombre, e incluso un
sirviente, para que los hombres se negaran a reconocerlo como Dios, pero
despreciado, perseguido y al final crucificado, como un hombre. Él, que era rico en La
plenitud de todos los atributos divinos y prerrogativas así se hizo pobre ", en su
cuenta," por amor a vosotros".
Su propósito “de ser pobre es que con su pobreza fueseis enriquecidos”. Lo hizo porque
quiere lo mejor para nosotros. Como padres, debemos amar a nuestros hijos y queremos lo
mejor para ellos.
"El Señor se manifestó en carne humana para quitar el pecado (1a Jn. 3:5), y la
eliminación del pecado involucró Su toma sobre Sí el papel del Siervo sufriente, y siendo el
Hijo del hombre, que no tenía dónde recostar su cabeza (Luc. 9:58), y que iba a morir sin
una sola posesión, e incluso la ropa que llevaba se despojó de Él por los soldados
responsables de su ejecución" (Mat. 27:35; sal. 22:18); (Mar. 15:24; Jn. 19:23-24).
“Jesús lo dio todo”. En lugar de ser adorado, fue "Despreciado y desechado entre los
hombres,... varón de dolores no lo estimamos ... pero nosotros lo tuvimos por azotado,
como herido y afligido por Dios!" (Isa. 53:3-4). Jesús fue obediente hasta la muerte. (Fil.
2:6-8) "Sin reservas, sin medidas, sin condiciones, sin retener nada”. Jesús lo dio todo.
“Jesús derramó todo lo que tenía en una manifestación de Su Amor por el pecador”.
Fue una demostración de Su Amor por sus enemigos. Él libremente dio todo lo que tenía, sin
esperar nada a cambio. Él descendió del cielo más alto hasta la tumba. “Nadie era más
rico de lo que Él era, pero ninguno se hizo más pobre que Él”.
Cuando "todos los discípulos lo abandonaron y se fueron a sus casas, Jesús se fue al monte
de los Olivos." Él no tenía dónde ir, ni mesa, ni cama donde recostar su cabeza. (Mat.
8:20) Se convirtió en el más pobre de los indigentes”.
Jesús no guardó nada. Él derramó todo lo que tenía en la cruz del Calvario. Todo lo que
podía llamar Suyos Renunció para ti y para mí. "Habiendo amado a los suyos los
[discípulos], los amó hasta el fin" (Jn. 13:1). Y uno de aquellos a quienes Él amó hasta el fin
era Judas. "Siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros" (Rom. 5:8-10).
Nosotros éramos enemigos de Dios, fuimos pecadores desvalidos y “Él vino a entregarse
por nosotros. Él se sacrificó por nosotros”. Fuimos rebeldes de corazón, hostiles hacia
Dios, viviendo vidas egoístas, y “Él murió por nosotros”. De esta manera es lo mucho que
Dios le ama. No cuestione el amor de Dios para usted. Lo ha demostrado de una vez por
todas. Cristo vino y murió por nosotros. Después de que Jesús resucitó de entre los
muertos se encuentra la madre de Jesús, que había sufrido tan terriblemente luego de verlo
morir en la cruz, con un grupo de 120 creyentes. Ella está adorando a Dios como Su
Salvador y Dios. (Hch. 1:14)
"¿No es extraño que nosotros, los que nos llamamos cristianos tratamos de vivir como reyes,
pues Aquel que fue el Rey de Reyes y Señor de Señores vivió como un mendigo?"
¿Cuánto nos cuesta perdonar? Le costó a Jesús todo.
Usted es rico en Su Gracia y Misericordia. Usted es rico en una relación íntima de amor
con Dios. Usted es rico en el Espíritu Santo que mora en vosotros, llenándole, guiándole,
autorizándole. Usted es rico en Su Amor. (Rom. 8, Efe. 1:3). Usted es riquísimo! Se nos ha
hecho ricos como partícipes de Su naturaleza divina (2a Ped. 1:4). Es divina a causa de
Su origen y Su naturaleza. Jesús dijo en (Jn. 17:22), "Yo les he dado la gloria que me
diste, para que sean uno, así como nosotros somos uno". (Rom. 8:17) dice que ya
somos sus hijos, somos "herederos de Dios y coherederos con Cristo". ¡Wow! Mendigos,
no! Extremadamente ricos, en profundidad. (Efe. 3:16-19)
¿Por qué ha sido tan generoso que nos hace extremadamente rico?
Hemos llegado a ser extremadamente “ricos”, para que también nosotros podamos llegar a
ser extremadamente “pobres” con el fin de hacer que otras personas se hagan muy ricas.
Así es como La gracia nos transforma. Cuando La gracia de Nuestro Señor Jesucristo
captura nuestros corazones y nos entregamos a Él, de repente nos damos cuenta de que
aunque somos ricos, también por el bien de otros optamos por convertirnos en pobres
para que a través de nuestra pobreza fueseis enriquecidos. Cualquier otra cosa
es gracia barata. Jesús dijo: "Bienaventurados los pobres en espíritu, porque de ellos
es el reino de los cielos" (Mat. 5:3).
No mereces el dolor y el sufrimiento emocional que usted está pasando, pero sigue llegando
el amor inmerecido. Usted ha entrado en el sufrimiento de Cristo. En una forma limitada
de entender Su sufrimiento y lo que paso a través de cada uno de nosotros.
Eso es lo que La gracia de Dios hace al hijo pródigo, hija, madre y padre. Vemos Su belleza
al escuchar nuestras heridas. Vemos tu belleza cuando te ríes bajo presión. Vemos Su
belleza cuando su sonrisa cubre el dolor de las preocupaciones e inquietudes.
Debido a que son ricos en La gracia de Cristo tiene gracia suficiente en todo momento
para satisfacer todas sus necesidades. Echa mano de la fuente celestial de tus riquezas en
Cristo. A medida que te regala, se renueva de día en día en la persona interior. Cada noche
te acuestas tan pobre que no tiene una gota de gracia que te queda. Toda la gracia de Dios
para ese día se ha ido y se han agotado y sin ningún tipo de reserva para mañana. Cuando
te levantas a la mañana siguiente para volver a llenarte con La gracia de Dios una vez más
puedes dar y dar de nuevo.
"En el proceso de ser pobre, está enriqueciendo a muchos: y aunque aparentemente
no posee nada, pero tiene acceso al tesoro en el cielo, y nada puede tocar o se le
puede quitar". Este es el principio en que Dios dispensa Su gracia. Jesús dio el ejemplo. Él
le da a usted y usted se convierte en rico para que pueda llegar a ser pobre por
regalarlo para que otros puedan llegar a ser rico.
Dios te mira en el hogar, Él te ve con tu pareja y anhela hacerte rico con su pobreza para
que puedas invertir esas riquezas en los que entran en contacto con los que pueden llegar a
ser ricos a través de su pobreza. Él hace esto para que cada día puedas volver a Él para
mayor gracia. Él está siempre listo para darle más gracia.
Cuando nos damos en el abandono total a Jesucristo será abandonado para cumplir su
voluntad en nuestras casas. Cristo hizo una entrega total, para hacer la voluntad de Dios
en la disposición de nuestra Salvación, ¿qué más podemos hacer que dar nuestro ser total
en el total abandono para cumplir su voluntad?
Sólo cuando permitimos que el Espíritu Santo encienda el fuego en nuestros corazones que
comprendemos el amor derramado por el Espíritu Santo y aceptamos el reto y las
oportunidades que Dios nos ha dado.
Con un gran ejemplo de dar frente a nosotros en La Persona de Jesucristo, ¿cómo es posible
detenernos a dar nuestro mejor esfuerzo en dar con sacrificio?
"... Si Él hizo todo esto por mí, entonces nada que yo de o haga por Él puede ser demasiado,
tanto amor me constriñe; redimido a un costo incalculable, ya no soy de mi pertenencia, todo
lo que era mío es ahora Suyo, para que Él haga de nosotros de acuerdo con Sus propósitos
santos".
Madres que dan desinteresadamente tiene que haber un cierto encanto en la madre
cristiana. No hay belleza como dar. Y no hay nada más hermoso que una madre amable. No
hay encanto más atractivo que un corazón generoso desinteresado de una madre amorosa.
Las madres más hermosas son aquellas que están constantemente dando "generosidad
inmerecida". ¿Cuántas veces no nos merecemos ser tratados con la generosidad inmerecida
de nuestras madres.
Las madres que son amadas y apreciadas son las que siempre están dando
desinteresadamente. El tipo de amor que estamos pensando aquí es lo que siempre busca el
bien supremo de la otra persona. Es un amor desinteresado. Es el amor de una madre
cuando se hace daño, y está cansada y agotada. Es el amor que le tiene cuando tiene que
disciplinar al ruidoso y falto de respeto.
Una madre que ha dado, y dado, y que está cerca de agotar todas sus emociones, recursos
espirituales y personales. Se siente cansada y desgastada. ¿Sabe lo que es amar al
desagradable? Has entrado en el dolor de ser despreciada y rechazada por los seres
queridos.