La Corporacion de Fomento A La Produccion y La Mod

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La Corporación de Fomento a la Producción y la modernización económica de


Chile. 1939-1970

Article · June 2020


DOI: 10.22370/rgp.2016.5.2.2223

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Ricardo Nazer
Universidad de Valparaíso (Chile)
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LA CORPORACION DE FOMENTO A LA PRODUCCION Y LA
MODERNIZACION ECONOMICA DE CHILE. 1939-1970*

Ricardo Nazer Ahumada


Universidad de Santiago de Chile
[email protected]

RESUMEN

Este artículo analiza la trayectoria de la Corporación de Fomento a la


Producción (CORFO), la institución estatal chilena de fomento, a lo
largo de treinta años de labor (1939 y 1969). A través del uso de fuentes
oficiales, el trabajo estudia los orígenes de la corporación, la formulación
de su ley, los planes de acción inmediata para la modernización de la
economía nacional, las instituciones de fomento, investigación y empresas
creadas a partir de la planificación del desarrollo emprendida. El artículo
presta especial atención a las realizaciones llevadas a cabo por la CORFO
para lograr la modernización económica y social de Chile en el siglo XX
y muestra que los treinta años estudiados fueron los más fructíferos en la
historia de CORFO.

Palabras clave: Fomento económico, Industrialización, Política


Económica, Historia administrativa, Chile, siglo XX.

* Este artículo es una síntesis de parte de Nazer, Camus y Muñoz (2009). La síntesis,
análisis y comentarios son de mí absoluta responsabilidad.

Revista de Gestión Pública | Volumen V, Número 2 | Julio-Diciembre 2016 | issn 0719-1820


pp. 283-316
THE CHILEAN ECONOMIC DEVELOPMENT AGENCY,
CORFO, AND THE ECONOMIC MODERNIZATION OF CHILE,
1939-1970

ABSTRACT

This article analyzes the history of the Chilean Economic Development


Agency (CORFO) along 30 years of its existence, from 1939 to 1969.
Based on official sources, the text studies the origins of this agency, the
formulation of its law, the plans for immediate action to modernize
the Chilean economy, the development and research institutions and
companies that were created according to its plans for development. This
article pays particular attention to the projects implemented by CORFO
to attain economic and social modernization in Chile in the 20th century
and shows that the aforementioned thirty years were the most fruitful in
the history of CORFO.

Keywords: Economic development, Industrialization, Economic policy,


Administrative history, Chile, 20th century.
La Corporación de Fomento a la Producción

La planificación también puede entenderse como una


estrategia de cambio, una estrategia de coordinación.
Esto significa que no importa tanto el plan mismo,
sino las grandes decisiones políticas y las instituciones
que se desarrollarán para coordinar las acciones públicas
y privadas. Lo que importa es que haya una estrategia
orientada a inducir los cambios favorables al desarrollo.
La planificación no debe situarse “por encima” de la
realidad social; debe operar “dentro” de ese complejo
y permitir el máximo posible de libertad y
autodeterminación de las esferas operacionales.
Flavian Levine, economista de CORFO.

LOS ORÍGENES DE CORFO

Al comenzar el siglo XX, Chile transitaba aceleradamente desde una


sociedad tradicional y agraria a una moderna y capitalista, lo cual implicaba
el desafío de transformar las instituciones que normaban la sociedad
chilena, para lograr una modernización exitosa. Se necesitaba mantener el
crecimiento económico desligándolo del salitre, regular con nuevas leyes y
códigos las relaciones entre el capital y el trabajo, aumentar la participación
ciudadana y democratizar el sistema político, incrementar la movilidad
social resolviendo la denominada “cuestión social” y acelerar la difusión de
nuevas normas culturales seculares y racionales a través de una expansión
del sistema educacional (Nazer 2006).

Todas estas transformaciones, de una u otra manera fueron planteadas


en su época, pero la oligarquía se mostró incapaz de liderar este proceso de
modernización al ritmo que exigían los tiempos, surgiendo en un discurso
crítico a su liderazgo y al rol pasivo que el liberalismo predominante le había
asignado al Estado en las cuestiones económicas y sociales, comenzando a
manifestarse abiertamente que el Estado nacional debía tener un rol activo
en la modernización y prosperidad de la nación chilena (Nazer 2006).

Este nuevo rol del Estado se orientaba en cuatro aspectos fundamentales:


1) el fomento a la industrialización y la nacionalización económica; 2) la
preocupación por los problemas sociales; 3) el incremento de la autoridad
gubernativa (presidencialismo); y 4) la preponderancia que debían tener los
profesionales (ingenieros, médicos, abogados) en la conducción nacional
en reemplazo de los políticos parlamentarios tradicionales. Estas ideas
surgían principalmente de las emergentes clases medias, las que aspiraron
al poder político desplazando a la oligarquía: en un primer momento
fueron Arturo Alessandri Palma (1920-1924, 1925, 1932-1938) y Carlos
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Ibáñez del Campo (1927-1931, 1952-1958), más tarde, Pedro Aguirre


Cerda (1939-1941) y el Frente Popular (Ibáñez 1983).

Estas nuevas ideas señalaban un cambio las medidas económicas


adoptadas desde la década de 1920 en adelante, caracterizadas por un
proteccionismo económico y un fuerte intervencionismo estatal. La crisis
del comercio exterior, el cierre de los mercados para las exportaciones
chilenas y sus repercusiones sobre el resto de la economía llevaron a una
reorientación de la política económica nacional; se buscaría el crecimiento
hacia adentro, con el fin de que Chile no dependiera tanto del comercio
exterior: era el fin de más de un siglo de liberalismo económico. La fuerza
de estas nuevas ideas, ya presentes desde la Primera Guerra Mundial, se
había intensificado por los efectos de la Gran Depresión económica, que
se estimaban como una demostración del fracaso del liberalismo. Existía
un convencimiento de que el Estado debía intervenir abiertamente en la
economía chilena, según las ideas propiciadas por John Maynard Keynes
para reactivar las economías mundiales y, el ejemplo, de las políticas del
New Deal que habían logrado sacar a Estados Unidos de la crisis en la
década de 1930 (Keynes 1997).

En Chile las ideas de fomento estatal a los distintos sectores de la economía


se fueron consolidando en la década de 1930, más allá de las políticas de
apoyo crediticio productivo de la década de 1920, con la creación de
los institutos de fomento productivos (Ibáñez 1994). Al mismo tiempo,
los gremios empresariales (la Sociedad de Fomento Fabril, SOFOFA,
la Sociedad Nacional de Agricultura, SNA, y la Sociedad Nacional de
Minería, SONAMI) se habían manifestado sobre la necesidad de que el
Estado implementará planes de fomento con el objetivo de aumentar la
producción y tecnificar el sistema productivo para elevar el nivel de vida de
la población, formulando a través de sus medios de comunicación gremiales
propuestas y planes de desarrollo sectoriales, que marcaron la orientación
de sus gremios hacia una cooperación entre el Estado y la empresa privada
(Ibáñez 1994).

Otra idea fuerza era el fomento de la industrialización nacional mediante


la sustitución de importaciones. Para proteger la industria nacional de
la competencia extranjera se había avanzado con barreras arancelarias y
controles de cambio que dificultaban las importaciones de manufacturas
extranjeras. Sin embargo, para los industriales de la SOFOFA estas medidas
transitorias producto de la Gran Depresión debía hacerse permanente para
fomentar y consolidar una industria nacional, la mejor expresión de una
soberanía económica, la que a su vez aumentaba el empleo y la riqueza
nacional (Ibáñez 1994).
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Estas ideas de fomento estatal e industrialización por sustitución de


importaciones, fueron compartidas por todos los sectores de la sociedad
–empresarios, políticos y trabajadores– existiendo diferencias solo en la
forma de aplicar estas medidas. Mientras los empresarios preferían que la
participación del Estado se limitara al fomento de los sectores productivos,
otros eran partidarios de que el Estado interviniera en forma directa como
empresario (Ortega et al. 1989: 28-30, 33-35).

Finalmente el triunfo Pedro Aguirre Cerda, abanderado de la coalición de


centro izquierda Frente Popular, en la elección presidencial de 1938 definió
la acción directa del Estado en la economía, tanto por razones ideológicas,
como por las repercusiones del terremoto de Chillán (24 de enero de 1939)
y el comienzo de la Segunda Guerra Mundial (septiembre de 1939), que
provocaron un impacto de proporciones en nuestra economía y fueron un
incentivo para estimular el Estado empresario y las políticas de sustitución
de importaciones, las que fueron consolidadas por los siguientes gobiernos
de centro izquierda liderados por los radicales Juan Antonio Ríos (1942-
1946) y Gabriel González Videla (1946-1952) (Ortega et al. 1989: 69).

LA COYUNTURA: EL TERREMOTO DE CHILLAN, 1939

Recién comenzado su mandato Pedro Aguirre Cerda debió enfrentar


una catástrofe nacional. El 24 de enero de 1939, un terremoto arrasó el
centro sur de Chile, que afectó a cinco provincias y destruyó por completo
la ciudad de Chillán, dejando un saldo de más de 5.000 muertos y
cuantiosos daños materiales. La tragedia provocó la reacción del gobierno
y de la opinión pública en general, surgiendo de inmediato ayuda para
los damnificados. Al mismo tiempo, emergió la inquietud para promover
la creación de instituciones que procedieran a la reconstrucción y auxilio
de las provincias afectadas, como asimismo la reactivación económica
mediante un organismo de fomento.

La idea de crear una corporación de fomento de la producción nacional


venía siendo analizada por el presidente Aguirre Cerda con anterioridad,
pero la coyuntura del terremoto fue una instancia favorable para su
implementación. Según recuerdos de Flavian Levine, durante su campaña
presidencial (1938), el candidato Gustavo Ross Santa María le habría
solicitado al ingeniero Desiderio García, subsecretario de Comercio
Exterior del Ministerio de Relaciones Exteriores, que redactara un proyecto
de corporación de fomento. Tras la llegada al poder de Aguirre Cerda,
Flavian Levine comenzó a colaborar con el mandatario comentándole que

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[…] existía este proyecto de crear una corporación que se preocupara


de la industrialización chilena, porque había mucho que hacer en
Chile y el sector privado era muy débil para desarrollar esa tarea. Le
comento que la idea era de Ross y que el proyecto lo había encabezado
Desiderio García. Me dice que él tiene la admiración más grande
por Desiderio García, que por eso no le ha pedido la renuncia a la
subsecretaría […] `tráigame el proyecto’ me dice y cuando lo lee, se
entusiasma al extremo. Entonces viene el terremoto del año 39 y se
aprovecha de sacar la ley que crea la Corporación de Fomento junto a
la Corporación de Reconstrucción y Auxilio (Muñoz 1993: 21).

EL PROYECTO DE LEY

El proyecto de Ley N.° 6.334 sobre la creación de una Corporación


Auxilio y Reconstrucción y de Fomento a la Producción fue presentado
por el gobierno al Congreso Nacional en febrero de 1939 y la ley solo
fue promulgada después de más de dos meses de negociaciones, en abril
de 1939. En el mensaje que el presidente Pedro Aguirre Cerda envío al
Congreso Nacional proponiendo la creación de la CORFO, señaló que

[…] la gravedad de los problemas derivados de la catástrofe que azotó


al país a fines del mes pasado y de la situación económica y financiera
general, imponen la necesidad de procurarle una solución armónica.
Con este objeto el gobierno ha cambiado ideas con los órganos
representativos de los diversos sectores de la opinión, y resultado de
estas gestiones es el proyecto de ley que tengo el honor de someter
a vuestra consideración […] Se contemplan en él las ideas de crear
nuevas fuentes de recursos; de autorizar la contratación de empréstitos
para la realización de un Plan de Reconstrucción y Fomento; y de
crear organismos que tendrán a su cargo la reconstrucción de las zonas
desbastadas y el auxilio a los damnificados, por un parte, y por la otra,
el fomento de la producción nacional (Escobar Cerda 1964: 42).

El proyecto fue defendido en el Congreso Nacional por el Ministro


de Hacienda, Roberto Wachholtz, quien expuso la necesidad de elaborar
un plan dirigido a elevar la producción nacional, el que debía estar en
consonancia con un plan amplio, racional, científicamente estudiado,
llevado a la práctica con métodos definidos y desarrollado a través de
varios años. Las críticas apuntaron desde la derecha al financiamiento,
específicamente los nuevos impuestos, como también a la excesiva
autonomía de que gozaría la institución. Finalmente, y después de eliminar
o modificar algunos impuestos, se determinó que, en vez de gravar solo
al empresariado nacional, se aumentarían también los impuestos de la
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La Corporación de Fomento a la Producción

gran minería del cobre estadounidense. Igualmente, se logró mantener la


autonomía de la Corporación. Así, el proyecto fue aprobado por el Senado
por un voto conservador, siendo la ley promulgada por el Ejecutivo el 29
de abril de 1939 (Ortega et al. 1989: 48-64).

Según Óscar Muñoz el apoyo conservador al proyecto de ley estaría


relacionado con antecedentes de negociaciones políticas entre sectores del
Frente Popular y la derecha opositora relativos al retiro del proyecto de ley
de sindicalización campesina del gobierno a cambio de la aprobación del
proyecto de la CORFO (Muñoz y Arriagada 1977). En discordancia con
esta tesis, Correa et al. (2001) señalan que esta tesis se sustenta en el hecho
que ambas decisiones se tomaron simultáneamente y, sobre todo, por la
convicción de que algo estaba en juego para que la izquierda aceptase la
decisión de no sindicalizar el agro. Sin embargo, argumentan Correa et
al. (2001), la CORFO gozaba del entusiasmo empresarial razón por la
cual la explicación estaría en la capacidad de la derecha para convencer a
dirigentes radicales conservadores de la inconveniencia de la sindicalización
campesina, porque ella redundaría en el fortalecimiento de la partidos de
izquierda, en los problemas que traería para el proyecto industrializador un
alza de los salarios agrícolas, aumentando el precio de los alimentos en las
ciudades y presionando los salarios industriales.

LA LEY DE LA CORPORACÓN DE FOMENTO

La Corporación de Fomento a la Producción fue creada por la Ley N.°


6.334 del 29 de abril de 1939. Después de algunas reformas de orden legal,
hechas de conformidad con las leyes Nº 6.364 y 6.610, que no alteraron
sustancialmente su contenido, se fijó su texto definitivo con la Ley N.°
6.640, del 10 de enero de 1941, conocida como su ley orgánica. También
formaban parte de su marco legal de funcionamiento el reglamento general
aprobado por el Decreto Supremo N.° 2.610 del Ministerio de Hacienda
de julio de 1939. Sobre la base de estos textos legales se procedió a la
fundación y organización de la CORFO (CORFO 1944: 27-34).

La institución fue creada como una persona jurídica de derecho


público con el nombre de Corporación de Fomento de la Producción,
encargada de formular un plan de fomento de la producción nacional. En
este sentido, al constituirse como persona jurídica con finalidad propia,
la Corporación fue revestida de autonomía suficiente para el mejor logro
de su cometido, como era el coordinar a través de su plan de fomento
de la producción nacional todas las actividades económicas, completar y
aún orientar la iniciativa privada, pudiendo crear todo tipo de empresas
bajo la forma de sociedades anónimas o colectivas, relacionar las diversas
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intervenciones económicas de los organismos del Estado y, en suma,


potenciar el crecimiento económico del país (CORFO 1944: 35).

Para realizar su misión fue dotada de un importante patrimonio propio.


Para este efecto, la ley autorizó la contratación de empréstitos extranjeros
hasta por $ 2.000.000.000 y un crédito bancario interno de $ 500.000.000,
a razón de $ 100.000.000 por año. Para servir estos créditos y obtener
nuevos financiamientos se realizó un aumento general de los impuestos
internos, además de aplicársele un impuesto adicional de un 10% a las
utilidades de las empresas del cobre. También, en forma extraordinaria, se
autorizó el empleo transitorio de los fondos asignados por ley al servicio
de la deuda externa, en la reconstrucción de la zona devastada por el
cataclismo, dejándose de servirse la deuda externa hasta 1945 (CORFO
1944 35-40).

La administración y dirección de la Corporación le correspondía a


un Consejo presidido por el Ministro de Economía y Comercio, y en su
ausencia por el Vicepresidente Ejecutivo. El Consejo estaría integrado por
22 miembros, entre los que se contaban representantes del Presidente de la
República, del Poder Legislativo, de las instituciones estatales relacionadas
con la producción, de los gremios empresariales agrícolas, mineros,
industriales y comerciales, del Instituto de Ingenieros de Chile y de la
Confederación de Trabajadores de Chile, siendo su quórum para sesionar
de once miembros a lo menos (CORFO 1944: 28).

Su atribución principal era

Formular un plan general de fomento de la producción, destinado a


elevar el nivel de vida de la población mediante el aprovechamiento
de las condiciones naturales del país y la disminución de los costos
de producción y a mejorar la situación de la balanza de pagos
internacionales, guardando al establecer el plan, la debida proporción
en el desarrollo de las actividades de la Minería, la Agricultura, la
Industria y el Comercio, procurando la satisfacción de las necesidades
de las diferentes regiones del país (CORFO 1944: 29).

Su funcionamiento era mediante sesiones ordinarias y extraordinarias.


Sin embargo, la labor más relevante se desarrollaba a través de las
comisiones permanentes que se dedicaban al estudio de plan de fomento
de producción: minería, agricultura, industrias, energía y combustible,
comercio y transporte, finanzas, control y habitación popular (CORFO
1944: 60).

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La Corporación de Fomento a la Producción

Para cumplir la ejecución de su plan de fomento a la producción la


Corporación podía proceder de la siguiente forma:

− Aporte directo por la CORFO del capital necesario para realizar la


obra o fin correspondiente.Participación de la CORFO con aportes
del capital total necesario para realizar la obra o fin correspondiente.
− En la forma de préstamos o créditos a terceros, lo cuales podía
realizar en forma directa o indirectamente a través de la Caja de
Crédito Hipotecario, de Crédito Agrario, de Crédito Minero, y de
Colonización Agrícola, como asimismo a través de los Institutos
de Fomento Minero e Industrial de Antofagasta y de Tarapacá, e
Instituto de Crédito Industrial. En el caso de los créditos indirectos,
la CORFO se reservaba el derecho de fiscalizar las obras y los servicios
del préstamo (CORFO 1944: 61-64).

Conforme a la estructura administrativa del Estado, correspondió a


la Contraloría General de la República la fiscalización administrativa y
financiera de la Corporación. De hecho, el Contralor de la República se
incorporó al Consejo, pero solo con derecho a voz (CORFO 1944: 61-64).

ESTRUCTURA Y ORGANIZACIÓN

La estructura superior de CORFO contemplaba un Presidente del


Consejo, un Vicepresidente Ejecutivo, un Gerente General, un Gerente
Administrativo, un Fiscal y un Secretario General, quienes cumplían las
siguientes funciones (CORFO 1944: 61-64).

El Presidente del Consejo de CORFO sería el Ministro de Economía


y Comercio, si bien sus funciones se limitaban a presidir las sesiones del
Consejo o de las comisiones a que perteneciera, su labor esencial era la de
servir de orientador de la política económica del gobierno.

El Vicepresidente Ejecutivo tenía la representación legal de la


Corporación y era elegido por el Presidente de la República. Tenía la calidad
de Consejero con derecho a voz y voto y era el encargado de ejecutar y
hacer ejecutar los acuerdos del Consejo; imponerse de los negocios que se
presentaran para someterlos al Consejo; suscribir todos los actos y ejecutar
los contratos que tuvieran por objeto cumplir los acuerdos; tener a su cargo
la dirección general de plan de fomento de producción, en fin, ejercer
todas las facultades que el Consejo le confiriera.

El Gerente General era el responsable directo de la administración


de las oficinas de la Corporación con arreglo a las instrucciones que el
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Consejo y el Vicepresidente le impartían relativas al desarrollo de plan de


fomento de la producción. Era nombrado por el Consejo a proposición
del Vicepresidente Ejecutivo y tenía derecho a participar de las sesiones del
Consejo pero solo con derecho a voz.

El Gerente Administrativo tenía entre sus atribuciones principales


reemplazar al Gerente General, impulsar la realización de los acuerdos del
Consejo relativos a préstamos e inversiones: cuidar que el empleo de los
fondos correspondiera exactamente a los fines que fueron acordados; velar
por el cumplimiento de las normas generales establecidas y las condiciones
especiales fijadas en cada caso; y controlar y vigilar el cobro u percepción
de todas las entradas de la Corporación.

El Fiscal era nombrado por el Presidente de la República a propuesta


del Consejo de la Corporación. Entre sus atribuciones estaban reemplazar
al Vicepresidente Ejecutivo en ausencia momentánea de este; asistir a la
sesiones del Consejo con derecho a voz; dar su dictamen e intervenir en
todos los asuntos de carácter legal en que fuera requerido; y tener a su cargo
la defensa de los juicios en que la Corporación sea parte o tuviera interés.

El Secretario General era nombrado por el Consejo a propuesta del


Vicepresidente Ejecutivo, siendo su misión de servir de ministro de fe del
Consejo; en tal carácter debía firmar y autorizar las actas que contenían
deliberaciones del organismo. Al mismo tiempo, debía atender todo lo
relacionado con el funcionamiento normal de las comisiones permanentes:
y proporcionar a los consejeros toda la información que necesitaran sobre
las operaciones y actividades de la Corporación, llevando para tal efecto
un archivo.

En un nivel jerárquico inferior, la estructura contemplaba la existencia


de departamentos, los que se dividían entre realizadores y administrativos.
Cada uno de ellos estaba cargo de un Jefe, que era el encargado de asesorar
tanto al Consejo como a las comisiones permanentes, en los estudios que
realizaran en función de plan de fomento de la producción. Entre los
realizadores se contaban los de Minería, Agricultura, Industrias, Comercio
y Transporte, Energía y Combustible, y entre los administrativos estaban
los de Contabilidad, Control y Fiscalía, además de las secciones de
Finanzas, y Planificación y Estudios, los que más adelante también serían
departamentos.

A esta estructura se agregó en noviembre de 1940 la Oficina en Nueva


York para la gestión de los créditos externos y la adquisición de los insumos
y tecnologías para el desarrollo de los proyectos de desarrollo económico
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La Corporación de Fomento a la Producción

de CORFO.

En lo referido al personal de la Corporación, estos tenían la calidad de


empleados de instituciones semifiscales y quedaron acogidos al régimen
de previsión de la Caja Nacional de Empleados Públicos y Periodistas.
Asimismo, el Consejo estableció un Estatuto orgánico del Personal
con el objeto de regular en forma clara y definida las relaciones entre la
Corporación y sus empleados.

LOS PRIMEROS PASOS: UNA NUEVA GENERACIÓN AL


PODER

En sus primeras sesiones, el Consejo de CORFO procedió a realizar la


designación de los ejecutivos de más alto nivel. Como Vicepresidente
Ejecutivo fue nombrado el ingeniero Guillermo Del Pedregal Herrera,
como Gerente General, Desiderio García Ahumada, como Secretario
General Manuel Fredes Pérez y como Fiscal, Osvaldo Hiriart Corvalán.
Un año más tarde se nombró al Administrativo y como jefe de la Oficina
de Nueva York a Roberto Vergara Herrera (CORFO 1944: 58).
A nivel de departamentos los nombramientos recayeron en Gustavo
Vicuña, Jefe del Departamento de Industrias; Laín Diez Kaiser, Jefe
del Departamento de Minería; Javier Olea, Jefe del Departamento
de Agricultura; Guillermo Moore, Jefe del Departamento de Energía
Combustible. Junto a ellos se encontraba un notable grupo de ingenieros
y economistas, muchos de los cuales comenzaban su carrera profesional en
la Corporación. Entre ellos destacaban Flavian Levine, Raúl Sáez, Álvaro
Marfán, Eduardo Simian, Leopoldo Infante, Raúl Herrera, Reinaldo
Harnecker, Pablo Pérez, Ernesto Ayala, Guillermo Hermann, Hernán
Santa María. Enrique Elgueta, entre otros.

Según recuerdos de Flavian Levine, el presidente Pedro Aguirre Cerda


tuvo una injerencia directa en el nombramiento de la plana superior. El
mismo se había comunicado con Guillermo de Pedregal, que se encontraba
fuera del país, para que asumiera como Vicepresidente Ejecutivo. Antes de
asumir, este le habría puesto dos condiciones: una que el Gerente General
fuera Desiderio García, su gran amigo y autor del proyecto, y que se le
garantizara que no habría intervención política en los nombramientos del
personal de CORFO. Aguirre Cerda aceptó ambas condiciones, dándole
a la Corporación el sello de ser un organismo que estaba por sobre las
disputas políticas, con una misión superior, donde serían llamados a servir
los mejores profesionales sin distingos de ninguna clase (Muñoz 1993: 20).

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En este sentido, podemos señalar que la Corporación de Fomento de la


Producción fue el espacio donde una nueva generación de chilenos, hijos
de la emergente clase media, profesionales universitarios, específicamente
ingenieros, pudieron poner en práctica sus ideas de una política
económica modernizadora, progresista y nacionalizadora. Este conjunto
de profesionales sobresalientes, quienes se caracterizaron por ser los más
destacados de su época, alternaban sus actividades en la Corporación con
la docencia universitaria, específicamente en la Universidad de Chile,
logrando generar un vínculo que permitió captar para la Corporación
los mejores profesionales del país. De esta forma surgió al interior de la
CORFO una mística basada en la idea de formar parte de una institución
con una misión superior: planificar y fomentar el desarrollo económico y
social para la modernización de Chile.

CORFO Y LOS PLANES DE ACCIÓN INMEDIATA

Según su ley de creación, la primera tarea de CORFO sería la presentar un


Plan General de Fomento de la Producción, sin embargo, se presentaron
dos dificultades para esta tarea: por un parte, la gran falta de los antecedentes
sobre la realidad económica de Chile para formularlo con rapidez y, por
otra, las dificultades ocasionadas por el comienzo de la Segunda Guerra
Mundial.

Ambos puntos de vista fueron planteados por el Vicepresidente


Ejecutivo Guillermo del Pedregal en la Asamblea de la Confederación de
la Producción y Comercio, del 31 de agosto de 1942. Al respecto Del
Pedregal señaló que

[...]El primer trabajo que debía presentar la Corporación era un


Plan General de Fomento de la Producción; pero este Plan General
no era posible confeccionarlo en poco tiempo. Faltaban en el país
muchos antecedentes indispensables. No existían censos industriales
ni agropecuarios adecuados. No teníamos ninguna idea ordenada
y completa sobre la riqueza de nuestro suelo ni, en general, de
nuestras posibilidades. No conocíamos, tampoco, de manera más o
menos cierta la utilización racional de los recursos de las distintas
regiones del país. Las propias estadísticas eran y son deficientes.
Todo esto impedía a la Corporación presentar con rapidez un Plan
General de Fomento de la Producción […] Y entonces se preparó lo
que el Consejo denominó los Planes de Acción Inmediata, es decir,
de realizaciones tendientes a corregir las deficiencias notorias de la
producción. Estos planes de acción se fueron desarrollando durante
los primeros meses del segundo semestre de 1939, pero ya en el mes
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La Corporación de Fomento a la Producción

de septiembre apareció algo absolutamente imprevisto que comenzó


a retardar no la realización de esos planes, sino la confección del Plan
General: la guerra europea […] Esto ha retardado nuevamente la
posibilidad de una planificación general […] la Corporación hace
en estos momentos no lo que quiere hacer, sino lo que puede hacer
(CORFO 1944: 31).

Sin embargo, en la misma Asamblea el Gerente General de CORFO


expuso porqué era necesario hacer un Plan General de Fomento de la
Producción:

Cuando estudiamos el desarrollo de cualquier industria vemos


que se necesita un conjunto de recursos de diverso orden. Es
indispensable contar con materias primas, energía, combustibles,
transporte, personal técnico, financiamiento, etc. y en nuestro
país, desgraciadamente, escasean casi todos estos recursos. Cuando
observamos no ya una industria, sino un grupo de industrias o el
aspecto general de las actividades productoras que deben satisfacer
las necesidades del país, llegamos a la conclusión de que la ausencia o
escasez de estos factores indispensables para el progreso industrial hace
imperativa la coordinación de los esfuerzos tendientes al desarrollo
de la producción, de manera que las diferentes labores se realicen
armónicamente, aprovechando en la mejor forma todos los elementos
y con vista a la satisfacción de los intereses nacionales (CORFO 1944:
30).

En vista de lo anterior, y sin perder de vista la idea de un Plan General de


Fomento de la Producción, el Consejo de CORFO después de numerosas
sesiones celebradas en 1939, aprobó cinco planes de acción inmediata, que
comprendían: a la minería, agricultura, industria, energía y combustible, y
el comercio y el transporte. Estos planes en gran medida era la expresión de
un conjunto de proyectos de desarrollo planteados durante las décadas de
1920 y 1930 por los gremios empresariales y los ingenieros nacionales, los
que cristalizaron en CORFO como planes de acción inmediata.

El contenido y las proyecciones de esta iniciativa fueron señalados por


el presidente Pedro Aguirre Cerda en uno de sus mensajes al Congreso
Nacional:

En términos generales, estos planes tienen por objeto lograr un


aumento de la producción en sus distintas ramas, de modo que
rstas lleguen en un plazo relativamente breve, y en la medida de su
capacidad, a satisfacer las necesidades de consumo interno y enviar al
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exterior el excedente que resulte. Se trata, por una parte, de reemplazar


hasta donde es posible la importación de materias primas, especies o
productos elaborados que podrían obtenerse en el país y, por otras,
conquistar mercados en el exterior con bienes de producción de
calidad (CORFO 1944: 101).

Los gremios empresariales apoyaron a la CORFO participando sus


dirigentes activamente en su Consejo y las comisiones para formular
los planes de acción inmediata, donde lograron que estos recogieran sus
postulados de fomento elaborados a lo largo de la década de 1930 (Ibáñez
1994: 183-186). En este sentido, prima en la Corporación la cooperación
público-privada como base de la planificación del desarrollo económico
para lograr la modernización de Chile.

De hecho, el Plan de Acción Inmediata de Fomento Industrial fue


elaborado por la Comisión Permanente de Industria del Consejo de
CORFO, presidido por el ingeniero y representante de la SOFOFA,
Walter Muller, y el Departamento de Industrias de CORFO dirigido,
por el ingeniero Gustavo Vicuña. Fue aprobado por el Consejo de la
Corporación el 22 de septiembre de 1939 (CORFO 1939a).

Para sus redactores, la industria tenía una influencia considerable no


solo para el progreso material y económico de Chile, sino también para el
mejoramiento social de la población, porque

Ella concurre a la creación de la mayor riqueza, ya que realiza la


transformación más avanzada de las materias primas, obteniendo
así la valorización máxima de los productos naturales; contribuye a
estabilizar la producción agrícola y minera, absorbiendo sus respectivos
productos para transformarlos y destinarlos al mercado interno;
procura la satisfacción del consumo nacional y eleva el standard
de vida de los habitantes. Por otra parte, es un poderoso factor de
mejoramiento de la balanza comercial y de pagos internacionales y
estabiliza la renta nacional en general, procurando además una base
segura para el Presupuesto Fiscal. Son también de gran importancia
su influencia civilizadora y su aporte como fuente de recursos en caso
de emergencia de carácter nacional (CORFO 1939a: 1).

El Plan de Fomento Industrial señalaba que la industria había tenido


un lento desarrollo desde comienzos del siglo XX y que se había visto
muy afectada por la Gran Depresión, pero que las medidas proteccionistas
del gobierno para superar la crisis habían favorecido un resurgimiento de
la actividad. Sin embargo, habían factores que dificultaban su desarrollo:
296 Revista de Gestión Pública Volumen V, Número 2
Julio-Diciembre 2016
La Corporación de Fomento a la Producción

carestía y falta oportuna de energía eléctrica, combustible y trasporte;


pequeña escala de producción y bajo factor de carga; dificultades en el
dominio de la técnica de producción; individualismo excesivo de los
industriales; y falta de continuidad de la ayuda estatal para su fomento.
En vista de lo anterior, el Plan de Fomento Industrial señalaba que
los medios para apoyar la actividad industrial debían orientarse a la
investigación y estudios científicos, tecnológicos, industriales y comerciales;
a la racionalización industrial para obtener mayor productividad y calidad;
y a una política general de apoyo a la producción industrial reforzando
la política de protección de la industria nacional. Asimismo, que el
fomento industrial debía operar a través de créditos para la adquisición
de tecnología industrial y aportes de capital para formar nuevas industrias
(CORFO 1939a: 4-7).

Enseguida el Plan apuntaba a las medidas de acción inmediata, las que


se basaban en un análisis de los productos industriales y manufacturados
que Chile importaba con miras a la sustitución de ellos por la producción
nacional. Entre ellos se contaba la importación de fierro y derivados,
productos textiles y químicos, alimentos, bebidas y alcoholes, materiales
de transporte y manufacturas diversas. Sin duda el más relevante era el
relacionado con la industria del acero, materia prima fundamental para
la industria, proponiéndose medidas para apoyar la producción nacional
de acero. También se contemplaban recursos para el apoyo de la industria
textil, química y afines, forestal, pesquera y la pequeña industria. Por
último se contemplaban recursos para apoyar el fomento de la enseñanza
técnica industrial. El costo de total de plan de fomento industrial se
estimaba en $ 100.000.000 (CORFO 1939a: 12-24).

El Plan de Acción Inmediata presentado por la Comisión de Comercio


y Transporte contemplaba un conjunto variado de iniciativas, sin embargo,
la CORFO consideró aquellas que estaban dentro de su mandato, entre
las que se contaban: el desarrollo de una red de almacenes frigoríficos en
el país; mejoramiento del almacenaje y del sistema de crédito de warrants
mediante el establecimiento de una empresa de Almacenes Generales de
Depósito; créditos e inversiones en empresas nacionales, destinados a
aumentar su participación en operaciones comerciales, y creación de una
Sección Comercial que tomara a su cargo las operaciones mercantiles
necesarias para el mejor desarrollo de los planes de fomento de CORFO;
el desarrollo de la marina mercante nacional; el mejoramiento de las vías
de comunicación y elementos de transporte; y el fomento del turismo. Las
inversiones propuestas alcanzaban a los $ 70.000.000 (CORFO 1940a).

Volumen V, Número 2 Revista de Gestión Pública 297


Julio-Diciembre 2016
Nazer

El Plan de Acción Inmediata para la Agricultura y Explotaciones Afines


fue desarrollo por la Comisión permanente de Agricultura de CORFO,
presidida por Emiliano Bustos, y el Departamento de Agricultura de la
Corporación dirigido por Javier Olea. El Plan señalaba que la producción
agrícola y ganadera chilena tenía claramente una serie de factores
desfavorables de las que se derivaba un hecho trascendental “que la
agricultura no proporciona al país lo que este debe esperar de ella”, es
decir, que una falta de aprovechamiento de los recursos naturales y los
bajos rendimientos obtenidos en las explotaciones no permitían abastecer
las necesidades de alimentación de población y de materias agrícolas para
la industria y, que cuando lo lograba, sus costos y precios finales eran
relativamente altos (CORFO 1940b).

Las causas fundamentales de esta situación se estimaban en dos aspectos:


la falta de aplicación generalizada de la técnica moderna en la explotación
agrícola; y la escasez de recursos económicos para aumentar la producción.
Según el documento algunos de estos factores podían evitarse por la sola
acción individual de los productores, pero otra, la más importante, requería
la acción coordinada del sector privado, el Estado y las instituciones de
fomento agrícola (CORFO 1940b).

En este sentido, la Corporación, a través, de su Plan de Acción Inmediata,


encararía el fomento agrícola mediante las siguientes acciones: 1) la
enseñanza técnica y experimentación, con la traída de técnicos extranjeros
y el envío de agrónomos al extranjero para su perfeccionamiento; 2) el
mejoramiento de la semillas y plantas, con estudios genéticos y selección
mecánica; 3) la mecanización de las labores agrícolas, importando
maquinaria y fabricación nacional; 4) el uso intensivo de fertilizantes; 5) el
mejoramiento del regadío; 6) el desarrollo de nuevos cultivos y plantaciones,
como oleaginosas, forrajes, sacarina, fruticultura, vinicultura y forestación;
7) el aumento de la producción animal, como carnes, leches y huevos,
etc.; 8) la sanidad animal y vegetal; 9) el aprovechamiento integral de la
producción; y 10) el mejoramiento del almacenaje y transportes (CORFO
1940b). Las inversiones se estimaban en $ 90.0000.000 (CORFO 1940b).
El Plan de Fomento de la producción de Energía Eléctrica fue preparado
por la Comisión Permanente de Energía y Combustible de CORFO,
presidida por Raúl Simón, representante del Instituto de Ingenieros, y el
Departamento de Energía y Combustible de la Corporación, dirigido por
Guillermo Moore. En vista de la premura de estos planes estos grupos de
trabajo solo pudieron presentar el plan de fomento eléctrico, dejando para
más adelante el de combustible (CORFO 1939b).

298 Revista de Gestión Pública Volumen V, Número 2


Julio-Diciembre 2016
La Corporación de Fomento a la Producción

El plan señalaba que existía un problema de suministro eléctrico en


Chile, porque la demanda de energía sobrepasaba la capacidad de las
empresas eléctricas privadas para satisfacerla. Esta escasez de energía
eléctrica provocaba graves consecuencias para la economía nacional:

[…] hay industrias que no pueden funcionar debidamente, a causa del


servicio deficiente que se les proporciona; otras no se instalan por la
imposibilidad de adquirir la energía motriz que necesitan; el standard
de vida de los centros poblados se mantiene estacionario en lo que se
refiere al alumbrado y consumo residenciales por las tarifas restrictivas
impuestas por las empresas eléctricas como consecuencia de su falta de
potencia […] el país sufre, en cantidades difíciles de expresar en un
guarismo, la estagnación que se observa en las actividades industriales,
mineras y particulares como consecuencia de la imposibilidad en que
se encuentra hoy en día las compañías eléctricas del país para abastecer
la demanda de energía eléctrica (CORFO 1939b).

Para superar esta situación el plan proyectado contemplaba la formación


de empresas eléctricas, con capital mayoritario de la Corporación donde
podría agregarse el capital privado, destinadas exclusivamente a la generación
de energía, sin intervención en el campo de la distribución, reservado para
la empresa privada. Estas empresas levantarían nueve plantas hidroeléctricas
en la zona centro sur de Chile, las cuales tendrían una potencia de 109.000
kW, lo que permitiría aumentar en un 53% la potencia instalada de
energía. El costo de las nueve plantas era de $ 223.000.000, a los que se
sumaban $ 10.000.000 para dar créditos para mejorar sus instalaciones o a
los municipios para adquirir o mejorar empresa eléctricas de distribución,
también se incluían préstamos para construir pequeñas centrales y líneas
de transmisión en el norte de Chile (CORFO 1939b).

El Plan de Acción Inmediata de Fomento de la Minería preparado por


la Comisión Permanente de Minería y por el Departamento de Minería
de CORFO, dirigido por el ingeniero Laín Diez Kaiser, contemplaba
inversiones por $ 55.200.000. Este plan señalaba que su plan se realizaría
mediante cuatro modalidades. La primera, realizable mediante préstamos
a particulares o a la Caja de Crédito Minero, o por asociaciones de la
Corporación con otras personas, destinas a desarrollar un programa de
inversiones en minas en Atacama que aseguraran el abastecimiento de una
proyectada fundición estatal de cobre y oro en Copiapó; desarrollar otro
programa en minas para abastecer las plantas de concentrados de la Caja
de Crédito Minero en las provincias de Atacama y Coquimbo; y apoyar
actividades de sondaje de minas de carbón en la provincia de Arauco.
Segundo, realizable mediante préstamos a la Caja de Crédito Minero para
Volumen V, Número 2 Revista de Gestión Pública 299
Julio-Diciembre 2016
Nazer

obras de infraestructura y mejoramiento del sector minero de las provincias


de Atacama y Coquimbo. Tercero, realizable a través de un anticipo al
Instituto de Fomento Minero e Industrial de Antofagasta con el fin de
fortalecer sus actividades de fomento minero en la zona. Cuarto, con cargo
al Fondo de Fomento otras inversiones de infraestructura minera en las
provincias de Atacama y Coquimbo (CORFO 1939c).

LA IMPLEMENTACIÓN DE LOS PLANES DE ACCIÓN


INMEDIATA

Para la implementación de sus planes de fomento CORFO debió enfrentar


como primera prioridad la obtención de créditos externos y transferencia
de tecnología. Los estudios señalaron que se necesitarían alrededor de
US$ 50.000.000 para adquirir en el exterior los equipos y maquinarias
necesarias para los distintos planes de fomento. La solución al problema fue
la obtención de financiamiento externo con el Export And Import Bank of
Washington (EXIMBANK) de Estados Unidos, agencia crediticia creada
en 1935 por Roosevelt, en el marco del New Deal, para el otorgamiento
de créditos a los exportadores e importadores norteamericanos (CORFO
1944: 77-87).

Efectivamente, recién iniciadas las actividades de la Corporación, el


ministro de Hacienda Roberto Wachholtz inició conversaciones con el
Departamento de Estado norteamericano para gestionar un crédito para
CORFO de US$ 5.000.000 con el EXIMBANK. Las gestiones fueron
materializadas por el Vicepresidente Ejecutivo de CORFO Guillermo del
Pedregal, quien viajó en 1940 a Estados Unidos, específicamente a tramitar
el crédito. Después de exponer los planes de CORFO obtuvo la aprobación
de un crédito por US$ 12.000.000, los cuales solo se podían utilizar para
importar tecnología estadounidense. Dos años después, el crédito se amplió
a US$ 17.000.000 y, al año siguiente, a US$ 22.000.000. Era el comienzo
de una relación con el EXIMBANK que se prolongaría por largo tiempo,
pero que a su vez marcaría la preeminencia de la tecnología estadounidense
en el país, desplazando a la inglesa y alemana que había prevalecido en las
tres primeras décadas del siglo XX (CORFO 1944).

Con financiamiento externo y transferencia tecnológica la Corporación


pudo avanzar en el desarrollo de sus planes de fomento, a pesar de las
dificultades planteadas por la Segunda Guerra Mundial, logrando en las
dos décadas siguientes la concreción exitosa de sus planes de fomento y
desarrollo expandiendo sus operaciones de Arica a Punta Arenas. En lo
fundamental la CORFO avanzó en sentar los pilares básicos para una
industrialización moderna: electricidad, petróleo y acero.
300 Revista de Gestión Pública Volumen V, Número 2
Julio-Diciembre 2016
La Corporación de Fomento a la Producción

El Plan de Electrificación Nacional (1941) que contemplaba la


construcción de centrales de generación y líneas de distribución primarias
destinadas a producir y entregar la energía eléctrica en grandes bloques
a empresas distribuidoras, industrias y otros grandes consumidores,
cooperativas de electrificación rural e instalaciones de riego mecánico, fue
implementado a través la formación de una sociedad anónima, controlada
por CORFO, la Empresa Nacional de Electricidad S.A. (ENDESA) en
1943. Treinta años más tarde, ENDESA tenía una posición preponderante
en la generación de energía eléctrica hasta alcanzar el 56,7% de la potencia
eléctrica instalada en Chile y el 79,7% de la de servicio público. Más aún, y
alejándose de su misión original, participaba activamente en la distribución
de energía a través de empresas subsidiarias y filiales de norte a sur. De
este modo, por su capacidad de generación y su red de distribuidoras,
ENDESA había pasado a ser el principal actor y referente obligado en el
sector eléctrico de Chile (Nazer, Camus y Muñoz 2009: 67-74).

El desarrollo de fuentes de energía para el desarrollo nacional también


se extendió a la búsqueda de petróleo. En este sentido la Corporación
llevó a cabo exploraciones geológicas y geofísicas en zona de Magallanes.
Estos esfuerzos se vieron coronados en diciembre de 1945, cuando la
perforación de un pozo en Springhill, Tierra del Fuego, dio por resultado
el descubrimiento del yacimiento Manantiales. Ante tal descubrimiento se
reservó a la CORFO la extracción, refinación y explotación comercial de
todo el petróleo que se descubriera en Magallanes. Asimismo, considerando
las dimensiones que adquiría la actividad, el 19 de junio de 1950 se
constituyó la Empresa Nacional de Petróleo (ENAP), como filial CORFO.
La tarea de la ENAP fue la continuación de las exploraciones en Tierra
del Fuego y la construcción de plantas de refinación, una en Magallanes
y dos en la zona central de Chile. El éxito del proyecto permitió a ENAP
liberar al país de la necesidad de importar gasolina, kerosén, petróleo diesel
y petróleo combustible, lo que produjo un importante ahorro de divisas,
hasta la fines de la década de 1960 (Nazer, Camus y Muñoz 2009: 75-81).

El Plan de Fomento Industrial consideró como máxima prioridad la


construcción de una usina siderúrgica que permitiera generar un mercado
interno para los minerales de hierro y carbón nacional, a la vez que cubrir
los requerimientos internos de acero. En una primera etapa CORFO
entregó asistencia financiera y técnica a la usina de Corral, perteneciente a la
Compañía Electro-Siderúrgica de Valdivia (ESVAL). Sin embargo, nuevos
estudio de CORFO resaltaron la necesidad de que Chile contase con una
gran empresa siderúrgica nacional. Así, el 27 de abril de 1946, nació la
Compañía de Acero del Pacífico S.A., con el aporte de capital de CORFO
e inversionistas privados, con el objetivo de levantar una usina siderúrgica
Volumen V, Número 2 Revista de Gestión Pública 301
Julio-Diciembre 2016
Nazer

en Huachipato, sector de Concepción, la que se inauguró oficialmente


el 25 de noviembre de 1950. Con acero y energía disponible la CORFO
avanzó en la industrialización nacional aportando capital o prestando
asistencia técnica y crediticia a decenas de industrias que se desarrollaban
en un marco de proteccionismo económico y fomento industrial (Nazer,
Camus y Muñoz 2009: 82-94).

El Plan de Fomento de la Minería fue preparada a partir de estudios


de la Caja de Crédito Minero (actual ENAMI) y tenía como prioridad el
fomento de la producción de la pequeña y mediana minería, considerándose
fundamental para su desarrollo la construcción de una fundición estatal de
cobre, oro y plata en Paipoté, al sur de Copiapó para que actuara como
un poder comprador y exportador de la producción de los mineros del
Norte Chico, proyecto que fue concretado en 1952. Asimismo, participó
activamente en acciones de fomento para modernizar la industria
carbonífera, para desarrollar la explotación de manganeso participó en la
formación de Manganeso Atacama S.A. (1941) y para facilitar la explotación
minera aportó capitales para la formación de la Sociedad Abastecedora de
la Minería S.A. (1941), como también en el desarrollo de una industria de
fertilizantes (Nazer, Camus y Muñoz 2009: 41).

El Plan de Fomento de la Agricultura se proponía como prioridad la


modernización de la producción agrícola. En este sentido, se hicieron
acciones destinadas a implementar el regadía mecánico para aumentar
la superficie cultivable y la mecanización de las faenas agrícolas a través
de créditos y asistencia técnica para aumentar la productividad. También
se realizaron acciones para el mejoramiento de la masa ganadera y la
introducción de nuevos cultivos, como las oleaginosas para producir
aceite vegetal. Igualmente, se contribuyó al financiamiento de criaderos
de árboles frutales en el valle Central para el desarrollo de una industria
exportadora de frutas. Sin embargo, dentro de estas acciones destacan los
exitosos estudios y experimentos agrícolas para introducir el cultivo de la
remolacha, materia prima esencial para la producción de azúcar, lo que
dio paso a la formación por parte de CORFO de la Industria Azucarera
Nacional S.A. (IANSA) en 1952 y la posterior construcción de plantas
industriales en Linares y Los Ángeles (Nazer, Camus y Muñoz 2009: 95-
99).

El Plan de fomento del comercio, el transporte y el turismo buscaba


incentivar la actividad económica interna. En el ámbito comercial
se estableció a lo largo de Chile una red de frigoríficos para facilitar el
transporte de productos alimenticios, se implementó un sistema de crédito
warrants y el mejoramiento de la disponibilidad de almacenaje y organizó
302 Revista de Gestión Pública Volumen V, Número 2
Julio-Diciembre 2016
La Corporación de Fomento a la Producción

una flota de motonaves para abastecer el Norte Grande. Asimismo, la


CORFO desarrollo un interesante plan hotelero propiciando la creación
del Consorcio Hotelero de Chile (1944) el que financió la construcción
de hoteles en el norte y sur de Chile: Hostería de Arica, Hotel El Paso de
Arica, Hotel Prat de Iquique, Hostería de Pica, Gran Hotel de Antofagasta,
Hotel Francisco de Aguirre de la Serena, Casino de Peñuelas, Gran Hotel
Portillo de Los Andes, Hotel Plaza de Talca, Gran Hotel Chillán, Gran
Hotel Pucón y Gran Hotel Puerto Varas. Posteriormente esta estructura
hotelera paso a ser administrada por una filial de CORFO denominada
Hotelera Nacional S.A. (HONSA) (Nazer, Camus y Muñoz 2009: 42).

Mientras se desarrollaban estos planes de desarrollo económico y social la


CORFO a través de su departamento de Estudios y Planificación comenzó
una serie de estudios e investigaciones científicas destinados a reconocer
la realidad nacional desde diferentes perspectivas con el objetivo de
contar con la información necesaria para la implementación de sus planes
de fomento del desarrollo nacional. Los primeros estudios apuntaron a
establecer las condiciones económicas existentes los que fructificarían en
importantes publicaciones, como fue La Renta Nacional (1946). Estos
estudios fueron coronados en 1950, cuando fue posible establecer, sobre
bases rigurosas, el Ingreso Nacional y el Producto Nacional Bruto. Estas
investigaciones fueron integradas, dos años después, en un sistema de
Cuentas Nacionales, que comenzaron a ser publicadas, por primera vez,
a partir de 1957 (CORFO 1957). Se trataba de cifras de alta calidad, que
cubrían el periodo comprendido entre 1940 y 1954, que por primera vez
hacían posible dar un paso más allá de la lógica de los planes sectoriales1.

La expansión y una fuerte disminución de sus ingresos tributarios


consignados en la Ley N.°. 6.640 llevó a la Corporación a enfrentar
problemas de financiamiento. En vista de lo anterior, el gobierno de Gabriel
González Videla logró la aprobación de un proyecto de ley que estableció
un aporte fiscal directo consignado en el presupuesto general de la nación,
como una manera de garantizar la continuidad de los planes de desarrollo
de CORFO. Al mismo tiempo, la Corporación continuó contando
con la colaboración crediticia del EXIMBANK para la importación de
las maquinarias y tecnología necesarias para el desarrollo de los planes
eléctricos, siderúrgicos e industriales. También, tras los acuerdos de
1  Los estudios técnicos de la CORFO gozaron de reconocimiento internacional:
“Solo las Cuentas Nacionales de Estados Unidos y Canadá superan en exactitud y
amplitud a las chilenas, en América. Por lo tanto, Chile es la nación latinoamericana
que dispone de los mejores instrumentos de análisis y programación del desarrollo
económico” (citado en CORFO 1960a: 9).

Volumen V, Número 2 Revista de Gestión Pública 303


Julio-Diciembre 2016
Nazer

Breton Woods, la Corporación fue la primera institución latinoamericana


en acceder a créditos de fomento del Banco Mundial por un total de
US$ 16.000.000, destinados al plan de electrificación y maquinaria
agrícola. Otros créditos eran entregados directamente por los proveedores
internacionales de maquinarias. Por último, las entradas propias,
provenientes de amortizaciones e intereses producidos por sus créditos de
fomento, o dividendos de las empresas donde tenía participación, o de la
venta de activos que realizaba periódicamente, permitían a la Corporación
otra fuente de financiamiento (CORFO 1949).

UN BALANCE TRAS QUINCE AÑOS DE GESTIÓN

Un balance del desarrollo financiero de la Corporación realizado en 1954


por el Jefe del Departamento de Finanzas Sergio Fajardo, permitía analizar
el desarrollo de sus principales fuentes de ingresos entre 1939 y 1953:

- Aporte Fiscales, 1939-1953: US$ 127.500.000.


- Entradas propias, 1939-1953: US$66.500.000.
- Créditos externos, 1939-1953: US$198.600.000.

Como podemos observar los créditos externos constituían la mitad


de los ingresos de la Corporación, los que en este periodo estuvieron
destinados principalmente a financiar la industria siderúrgica (US$
63.400.000), maquinaria agrícola (US$ 35.800.000), plantas eléctricas
(US$ 28.500.000), planta de celulosa y papel de diario (US$ 20.000.000),
el resto estuvo destinado a diversos rubros como maquinarias, elementos
de transporte, medianas industrias, etc. Respecto de los egresos, una parte
considerable estaba destinada a la amortización de los créditos tomados
por CORFO. De hecho, entre 1939 y 1953, se habían destinados US$
66.600.000 para este efecto, el resto como se desprende de la utilización
de los créditos externos, estuvo destinado al financiamiento de los planes
de fomento de la Corporación, específicamente para poner en marcha las
grandes empresas filiales (Panorama Económico 1954).

En 1954 la Corporación celebró quince años de existencia y la revista


Panorama Económico publicó un número especial donde recogió opiniones
de altos funcionarios de CORFO y personalidades del quehacer nacional,
coincidiendo todos en destacar la consolidación e importancia que la
Corporación había adquirido para el desarrollo económico y social de
Chile. Al respecto, el Vicepresidente Ejecutivo Mario Sarquis, señaló que
la importancia de la Corporación había sido reconocida por la propia
CEPAL, al señalar que era “el primer organismo de su género en América
Latina y ha servido a otros países para fundar organismos similares”, en
304 Revista de Gestión Pública Volumen V, Número 2
Julio-Diciembre 2016
La Corporación de Fomento a la Producción

consecuencia, argumentó “no podría haber testimonio más elocuente del


acierto de la idea que llevó a la creación de la CORFO que el hecho que
en muchos países subdesarrollados se haya tomado como modelo a su
organización y funciones” (Panorama Económico 1954).

Por su parte el senador Eduardo Frei Montalva, líder de la emergente


Democracia Cristiana, señaló que

[…] la Corporación marca una época en la historia de Chile. Ha


contribuido de una manera decisiva al desarrollo de nuestra economía
y el proceso de industrialización; ha significado la formación de un
organismo que representa una fórmula feliz para abordar el problema
de nuestro desarrollo económico, es lo más positivo que puede
mostrar Chile en los últimos quince años. No es necesario enumerar
las obras emprendidas, sin duda ellas constituyen el fundamento de
nuestro progreso industrial en aquellas esferas donde la iniciativa
privada habría sido incapaz de emprenderla, por su naturaleza y por
el volumen de capitales que exige (Panorama Económico 1954).

Sin embargo, la consolidación y prestigio de la Corporación se vería


también afectado, como toda la economía nacional, por los desaciertos de la
política económica populista de los gobiernos de González Videla e Ibáñez
del Campo. El impulso de los grandes planes de desarrollo de CORFO,
originados en los planes de acción inmediata, se había consolidado en las
grandes empresas públicas, como ENDESA, ENAP, la Compañía de Acero
del Pacífico (CAP) y IANSA; sin embargo, los resultados financieros de
las empresas públicas ofrecían luces y sombras. Mientras ENAP y CAP
se autofinanciaban, IANSA y ENDESA tenían perdidas. En el caso de
estas dos últimas empresas, para IANSA la dura competencia del azúcar
de caña importada obligó muchas veces a producir y vender por debajo de
los costos, para poder mantener un poder comprador para los campesinos
asociados a su producción, lo que por lo menos permitía una rentabilidad
social. Sin embargo, en el caso de ENDESA hubo dificultades por cuanto
las tarifas fijadas, como una manera de combatir la inflación y subsidiar
la demanda, no permitían cubrir los gastos de la inversión, obligando a
ENDESA a financiarse con aportes fiscales y créditos externos (Ortega et
al. 1989: 160-165).

LA REESTRUCTURACIÓN DE CORFO EN LA DECADA DE


1960

Al comenzar la década de 1960 la Corporación fue sometida a una


reestructuración por parte de los gobiernos de Jorge Alessandri Rodríguez
Volumen V, Número 2 Revista de Gestión Pública 305
Julio-Diciembre 2016
Nazer

(1958-1964) y Eduardo Frei Montalva (1964-1970). El mandatario de


derecha Jorge Alessandri Rodríguez tenía una visión crítica de la acción de
la Corporación y procedió a su reformulación, como lo dejó de manifiesto
en el mensaje presidencia de 1960:

Lamentablemente, la CORFO, utilizando la gran flexibilidad que


su reglamento le permitía, pasó a destinar parte importante de sus
recursos y servicios al mantenimiento de gran número de empresas
filiales, desviando así, en no pequeña proporción, el esfuerzo estatal
en inversiones muchas veces inconvenientes o antieconómicas y
que, por lo demás, no atendían al cumplimiento de las finalidades
fundamentales que se tuvieron en vista en su creación. El gobierno
ha debido rectificar este errado criterio, poniendo termino a las
actividades de diversas empresas de esta naturaleza […] ha sido pues
imperioso revisar la orientación dada a este organismo con el objeto
de transformarlo fundamentalmente en una entidad de fomento
encargada de impulsar y coordinar las actividades económicas
del Estado, evitando que se convierta en una central burocrática
administradora de empresas que, en la mayoría de los casos, arrojan
perdidas sin beneficio para las colectividad (Alessandri Rodríguez
1960: 96).

Para llevar a cabo esta reestructuración de la Corporación se procedió


y reorganizar su estructura administrativa y realizar cambios en los
mandos superiores. La nueva organización tenía como objetivo principal
ampliar la parte superior de la organización agrupando convenientemente
los departamentos y creando una línea intermedia entre la Gerencia
y los Departamentos, creándose las siguiente Gerencias dependientes
del Gerente General: Gerencia de Operaciones, Gerencia, Gerencia
de Promoción, Gerencia de Filiales, Gerencia de Finanzas y Control y
Gerencia de Planificación Estudios (CORFO 1960b).

Una vez en ejecutada la reestructuración y las nuevas orientaciones


de la Corporación en función de los objetivos pro empresa privada del
nuevo gobierno, la Corporación concentró su accionar de fomento en
una expansiva política crediticia, adquiriendo una fisonomía de “banco de
fomento”. Asimismo, procedió a concentrar sus tareas en la implementación
de nuevos planes de desarrollo, cobrando especial importancia el Plan de
Desarrollo Agropecuario, el Plan de Fomento Forestal y el de Fomento
Pesquero, orientados al desarrollo exportador, como analizaremos en
detalle más adelante. Empero, su labor empresarial comenzó a decaer, con
la venta, liquidación y fusión de filiales, manteniendo su participación
en 17 sociedades, siendo las más emblemáticas ENDESA, ENAP, CAP,
306 Revista de Gestión Pública Volumen V, Número 2
Julio-Diciembre 2016
La Corporación de Fomento a la Producción

IANSA, HONSA, Servicio de Equipos Agrícolas Mecanizados (SEAM),


Chile Films, entre otras (CORFO 1965). Sin embargo, la propia dinámica
de los planes de fomento llevó a la Corporación a la creación de dos nuevas
instituciones filiales, el Instituto Forestal (INFOR, 1961), y el Instituto de
Fomento Pesquero (IFOP, 1964), además de la Empresa Pesquera Tarapacá
S.A. (1961) y las bases de la futura Empresa de Telecomunicaciones
(ENTEL, 1961) (CORFO 1965).

Estos nuevos lineamientos de la Corporación hicieron necesario proceder


a la modificación de su ley orgánica mediante la promulgación de Decreto
Ley N.° 211, dictado el 6 abril de 1960. A través de esta legislación el
gobierno reiteraba que la Corporación debía ser un “el organismo rector
y coordinador del desarrollo económico del país”, aumentando sus
atribuciones en materia de asesoría directa para la formulación de políticas
económicas. Para ello incorporaba su Consejo a todos los servicios públicos
con alguna participación en la ejecución de estas políticas. El decreto
también le adjudicaba a la Corporación la tarea de armonizar las acciones
del Estado con el sector privado, incorporando a su Consejo a nuevos
representantes del sector privado (Ortega et al. 1989: 162).

Esta función de organismo rector y coordinador del desarrollo económico


de Chile adquirió relevancia a la luz del Programa Nacional de Desarrollo
Económico que había comenzado a ser preparado a principios de la década
de 1950, por un equipo multidisciplinario dirigido por Álvaro Marfán y
Julio Melnick, y que estuvo en condiciones de ser aprobado en 1959. Si
bien es cierto que Alessandri Rodríguez no creía en la planificación, la
aplicación de este, adecuado al nuevo rumbo que se le daba a Corporación,
le resultaba de utilidad. Más aún cuando el terremoto de mayo de 1960,
llevó al gobierno a implantar un plan de reconstrucción como parte del
programa de desarrollo. Junto con esto, debemos señalar la fuerte presión
de los organismos financieros internacionales, que comenzaron a exigir la
elaboración de programas de cinco o diez años, que garantizaran el uso
racional de los recursos, como condición para la cesión de los créditos
que necesita la Corporación, especialmente del Banco Interamericano de
Desarrollo (BID), que se había sumado con fuerza al Banco Mundial y al
EXIMBANK, como financista de CORFO (Ortega et al. 1989: 163).

El Programa Nacional de Desarrollo Económico 1961-1970, conocido


en la época como Plan Decenal, que fue aprobado por la Corporación el
18 de enero de 1961, fue lanzado bajo un clima de gran optimismo:

El año 1961 señala para la Corporación de Fomento de la Producción


uno de los hitos de mayor trascendencia en sus cuatro lustros de labor.
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Nazer

El Programa Nacional de Desarrollo Económico (1961-1970), que


fue aprobado a comienzos de año, señaló nuevos rumbos en la manera
de encarar el desarrollo (CORFO 1962: 5).

El gran objetivo del Plan Decenal era lograr un mejoramiento en el


estándar de vida de los chilenos y crear mejores condiciones para el desarrollo
nacional. El gran problema de la economía chilena era que crecía muy
poco, año tras año. Para desarrollar Chile y dar bienestar a su población
era imperioso remecer esta economía estancada, con un ambicioso plan
de inversiones que permitiera lograr un aumento de un 77% del producto
geográfico bruto, al cabo de estos diez años. Para cumplir con esa meta
se necesitaba mantener una tasa de crecimiento acumulativo anual de
5,5%2. Como se proyectaba un crecimiento de la población de un 2,5%
cada año, se estimaba que el aumento neto en la producción por habitante
ascendería un 3% anual, cifra “tres veces mayor que el promedio de las
últimas décadas” (CORFO 1960a: 101).

En un comienzo, estas políticas dieron resultados positivos. Pero ya


en el segundo año de gobierno de Alessandri Rodríguez, los indicadores
económicos comenzaron a tornarse preocupantes. Se había logrado reducir
la tasa de inflación a menos de dos dígitos. Sin embargo, el crecimiento
considerable de las importaciones de bienes de consumo, producto de la
liberalización del comercio exterior, no fue aparejado a un aumento de las
exportaciones. El resultado fue un desequilibrio de la balanza comercial
y de pagos y un fuerte aumento de la deuda externa, situación se vio
agravada por el devastador terremoto de 1960. En consecuencia el ritmo
de crecimiento se contrajo y las metas del Plan de Desarrollo se volvieron
inciertas (Ffrench-Davis 1973: 41-50).

En vista de la situación, el presidente Alessandri Rodríguez, que nunca le


tuvo fe a las políticas de planificación, solicitó una evaluación del camino
recorrido. Hacia fines de 1963 se publicó el Informe sobre la Ejecución del
Programa Nacional de Desarrollo Económico, que manifestaba dudas sobre
la viabilidad de cumplir con las metas de crecimiento para 1964, y que
proponía una “revisión total” del programa, lo que equivalía a su sentencia
de muerte. La cristalización de este gran plan nacional, que transformaba a
la CORFO en el ente responsable de la planificación en Chile, había tenido
un efecto de muy corto plazo, en gran medida porque la administración
2  Los planificadores estimaban que el resultado de la aplicación del Plan Decenal
sería un piso de crecimiento de 5,5% anual. Pero se barajaban posibilidades más
optimistas: se estimaban como posibles “tasas alternativas mayores” (CORFO 1964:
55).

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La Corporación de Fomento a la Producción

Alessandri Rodríguez dejó de apoyar el Plan Decenal y porque su política


económica fue un fracaso (Nazer, Camus y Muñoz 2009: 115-118).

A diferencia de Alessandri Rodríguez el gobierno de Frei Montalva si


creía en la importancia de la planificación para el desarrollo económico
y social del país. De hecho, en 1962 Álvaro Marfán, hombre clave del
Departamento de Planificación de CORFO, renunció y comenzó a
trabajar en la campaña presidencial de Frei, porque este se había mostrado
muy receptivo a sus ideas: “yo quería llevar a la práctica mi plan, recuerda,
y Alessandri Rodrígez se oponía. Entonces fui a ver a Frei”, quien lo puso a
la cabeza del equipo a cargo de desarrollar el programa de gobierno. Luego
de la victoria, recuerda Marfán, “traje el Departamento de Planificación
de la CORFO a la Presidencia”, el cual fue formalizado en 1967 con la
creación de la Oficina de Planificación Nacional (ODEPLAN), como un
organismo especializado que asumiría la función de la planificación del
desarrollo nacional (Muñoz 1993: 58).

Con la creación de ODEPLAN la Corporación perdía su rol planificador,


que pasaba junto con las cuentas nacionales a este nuevo organismo. Sin
embargo, los programas sectoriales, su formulación y ejecución quedaban
a cargo de las instituciones especializadas, siendo en el sector industrial la
institución más competente la Corporación. Más aún cuando el programa
de gobierno de Frei Montalva tenía entre sus prioridades la modernización
industrial, tarea que recayó en la Corporación, recibiendo un nuevo
impulso y recursos para el desarrollo de planes industriales, como en el
pasado, como señalaba la Memoria de CORFO de 1965:

[…] la Corporación de Fomento de la Producción retomó la línea que


animó su acción desde su nacimiento, hace veintisiete años, y dedicó
sus mayores esfuerzos a impulsar programas masivos de desarrollo en
los diversos campos de producción y a plantear, simultáneamente,
nuevas políticas de fomento destinada a crear bases sólidas para el
nacimiento de grandes industrias (CORFO 1966: 3).

Esta nueva política de la Corporación también significó cambios en su


conducción superior. En 1965 asumió como Vicepresidente Ejecutivo Raúl
Sáez, hombre de vasta trayectoria en la Corporación, mientras que Carlos
Croxatto ascendió de la Gerencia de Operaciones a la Gerencia General.
Dos años más tarde, la difícil coyuntura política y económica por la que
atravesaba el gobierno de Frei Montalva llevó a realizar un enroqué, donde
el Ministro de Hacienda, Sergio Molina, pasó a presidir la Corporación
y Raúl Sáez el Ministerio de Hacienda. Al mismo tiempo, en la Gerencia
General asumió Enrique Vial Clark (Nazer, Camus y Muñoz 2009: 118-
Volumen V, Número 2 Revista de Gestión Pública 309
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Nazer

119).

Este nuevo equipo tuvo la misión encomendada por el nuevo gobierno


de acentuar el papel conductor del sector público en todo lo relativo al
desarrollo económico nacional, a través de la Corporación. Por una parte,
la CORFO le dio continuidad al programa de apoyo crediticio al sector
privado (banco de fomento) y a los planes de desarrollo agropecuario,
forestal, pesquero y de telecomunicaciones, suministrando nuevos recursos
y propiciando la creación de nuevas empresas públicas industriales en
estos sectores. Por otra parte, por medio de sus grandes empresas filiales
(ENDESA, IANSA, CAP, ENAP) continuó en una línea de crecimiento
y modernización de su infraestructura productiva, reforzando su posición
dominante en el conjunto de la industria nacional. Por último, mediante
la denominada chilenización, sociedades mixtas entre el Estado y las
empresas extranjeras, tuvo en CORFO el instrumento necesario para pasar
a controlar empresa de capitales extranjeros en el salitre (Sociedad Química
y Minera de Chile, SOQUIMICH), la electricidad (Compañía Chilena
de Electricidad, CHILECTRA) y las telecomunicaciones (Compañía
de Teléfonos de Chile, CTCH). De esta forma el Estado planificador
y coordinador de la economía nacional llevaría a cabo las reformas
estructurales que apuntaban a un desarrollo basado en una expansión
conjunta de del mercado interno y del sector exportador (Nazer, Camus y
Muñoz 2009: 120-125).

UNA NUEVA FASE: CORFO Y LA INDUSTRIALIZACIÓN


EXPORTADORA

Al comenzar la década de 1960, CORFO se había transformado en la


institución pública más relevante de la economía nacional, extendiendo sus
acciones de norte a sur a través de sus empresas filiales y sus instituciones
científicas y de cooperación técnica. Su acción en esta época se orientó
hacia la diversificación de las exportaciones, poniendo énfasis en las
ventajas comparativas de nuestra economía, dirigiendo sus políticas hacia
el desarrollo de una industria exportadora agrícola, forestal y pesquera.
Asimismo, en el mercado interno se lleva cabo la implementación de un
plan agropecuario y otro de telecomunicaciones. Además se había realizado
un esfuerzo por fortalecer la formación laboral de los trabajadores chilenos,
mediante la creación del Instituto nacional de Capacitación Profesional
(INACAP) (1966). Establecido como filial de CORFO, sobre la base de la
labor de capacitación que venía desarrollando desde la década de 1950 el
Servicio de Cooperación Técnica (SERCOTEC) en pocos años INACAP
levantó centros y talleres de capacitación distribuidos a los largo de todo
Chile, equipados con modernas maquinarias, proporcionadas en muchos
310 Revista de Gestión Pública Volumen V, Número 2
Julio-Diciembre 2016
La Corporación de Fomento a la Producción

casos por gobiernos europeos u organismos internacionales de fomento


(Ortega et al. 1989: 185).

El desarrollo del sector silvoagropecuario fue la prioridad de la CORFO


en la década de 1960. El mundo rural se había quedado atrás, y Chile
estaba importando alimentos. El tema fue preocupación de la CORFO
y surgió el Plan de Desarrollo Agrícola, en 1954. En los años siguientes,
como parte de esta planificación se implementaron planes y programas de
desarrollo ganadero y lechero, fruticultura y vinícola, además de mejorar
las infraestructura con electrificación rural y la industrialización agrícola.
Un sector rural que tuvo un notable desarrollo fue el forestal. Desde sus
orígenes la Corporación había apoyado la investigación y el fomento de
plantaciones de pino radiata y eucaliptos para la producción de madera
aserrada y celulosa, apoyando asimismo con asistencia técnica y crediticia
al sector privado para el levantamiento de aserraderos y plantas de celulosa
y papel. Sin embargo, en 1966 la Corporación puso en marcha dos
proyectos destinados a levantar plantas de celulosa, una en Arauco y otras
en Constitución, las que entraron en operaciones a principios de los setenta
como filiales CORFO: Celulosa Arauco S.A. y Celulosa Constitución S.A.
(Nazer, Camus y Muñoz 2009: 134-144).

En el sector pesquero también desde sus orígenes la Corporación


estuvo preocupada de su fomento orientando sus acciones hacia la
extracción, almacenamiento fresco y distribución de la producción
pesquera, como asimismo al estudio de la riqueza pesquera nacional
apoyando la construcción de una Estación Biológica en Viña del Mar y
un Centro de Investigaciones Biológicas en Concepción, promoviendo
estudios oceanográficos para el levantamiento de una carta pesquera
nacional. También se había involucrado en dos empresas de extracción
y procesamiento de pescado: la Compañía Pesquera Arauco S.A (1941)
y la Industria Pesquera Cavancha S.A. (1953); sin embargo, el verdadero
desarrollo de esta industria no se produciría hasta la década de 1960
cuando la Corporación puso en marcha su Plan de Desarrollo Pesquero
orientado a la industrialización del recurso mediante la producción de
conservas, harina y aceite de pescado, realizando cuantiosas inversiones
en la zona norte en apoyo de la industria pesquera. Al mismo tiempo, se
involucró directamente al crear la Empresa Pesquera Tarapacá S.A. (1961),
orientada a la producción de conservas y harina de pescado, productos que
rápidamente comenzaron a ser exportados generando nuevas divisas para
Chile (Nazer, Camus y Muñoz 2009:127-133).

El Plan de Telecomunicaciones tenía como finalidad el establecimiento


de un sistema integral de telecomunicaciones a lo largo de todo Chile,
Volumen V, Número 2 Revista de Gestión Pública 311
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Nazer

el que comprendía telegrafía, telefonía, enlaces de radiodifusión y


televisión. Para este efecto, en 1961 se creó en CORFO un Comité de
Telecomunicaciones que llevo a cabo el desarrollo de la moderna red
nacional de telecomunicaciones, la cual luego fue traspasa a la Empresa
Nacional de Telecomunicaciones S.A. (ENTEL), creada en 1964 como
filial CORFO. Unos años más la empresa construyó la Estación Rastreadora
de Satélites Longovilo para conectarse a la red satelital de comunicación
global, mejorando notablemente las telecomunicaciones internacionales de
Chile. Dentro de este mismo plan de desarrollo de las telecomunicaciones
CORFO participó en la creación del primer canal de televisión estatal
con cobertura nacional, Televisión Nacional de Chile, fundado en 1969
(Nazer, Camus y Muñoz 2009: 145-148).

El 29 de abril de 1969 cuando CORFO cumplía treinta años podía


observar con satisfacción que había cumplido su misión histórica de
formular un plan general de fomento de la producción, destinado a elevar
el nivel de vida de la población. Sus obras le habían cambiado el rostro al
país, la sociedad chilena había elevado significativamente su calidad de vida
y se habían sentado las bases de una economía exportadora que años más
tarde daría sus frutos. Por esta época, la Corporación tenía participación
en 46 empresas, y en 31 de ellas contaba con una posición mayoritaria,
en los más diversos sectores productivos del país, como eran el forestal,
pesquero, químico, construcción, electrónico, agroindustrial, energía y
combustibles, mecanización agrícola, metalúrgica, automotriz, minero, e
industrias diversas, constituyendo un verdadero “holding estatal”, el más
importante del mundo empresarial chileno (Nazer, Camus y Muñoz 2009:
125).

A MODO DE CONCLUSIÓN

La principal conclusión que se obtiene de la historia de la Corporación de


Fomento de la Producción es constatar el rol protagónico que la institución
de fomento estatal ha tenido en la historia económica de Chile del siglo
XX. La autonomía y estructura que le entregó su constitución legal, hizo
de ella el instrumento a través del cual los gobiernos implementaran
políticas económicas, porque vieron en ella una base sólida y eficaz
para la gestión de sus objetivos estratégicos. Así, durante el periodo del
Frente Popular y su industrialización por sustitución de importaciones, la
Corporación desempeñó un rol fundacional del Estado empresario, como
agencia generadora de empresas públicas relevantes, pero también de la
investigación de la realidad económica nacional y órgano esencial de apoyo
a la inversión privada de mediano y largo plazo.

312 Revista de Gestión Pública Volumen V, Número 2


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La Corporación de Fomento a la Producción

Durante el periodo de reformas estructurales, asumió las nuevas directrices


que emanaban de políticas económicas que buscaban la refundación de
la economía y la sociedad chilena, como fueron la experiencia liberal de
Alessandri Rodríguez y las reformas estructurales de Frei Montalva. Su
quehacer, especialmente durante sus primeros treinta años de existencia,
permite destacar que es responsable, en forma directa o indirecta, de la mayor
parte de la infraestructura productiva y de servicios del país levantada en el
siglo XX. Asimismo, que sus estudios de la realidad económica nacional y
su planificación, con mirada de largo plazo, permitieron a la Corporación
desarrollar proyectos productivos enfocados, primero, a la sustitución de
importaciones y, más tarde, a una industrialización exportadora en los
sectores forestales, pesqueros y agroindustrial, que permitieron diversificar
nuestras exportaciones rompiendo en alguna medida nuestra dependencia
del cobre.

En consecuencia podemos concluir que la CORFO es, en gran parte,


responsable de la modernización de nuestro país en el siglo XX, lo que
permitió dejar atrás para siempre un mundo agrario tradicional dominado
por el latifundio y la ignorancia.

Volumen V, Número 2 Revista de Gestión Pública 313


Julio-Diciembre 2016
Nazer

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316 Revista de Gestión Pública Volumen V, Número 2


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