Mal Radical y Poder Político
Mal Radical y Poder Político
Mal Radical y Poder Político
Antonio Scocozza
Giuseppe D´Angelo (eds.)
Antonio Scocozza es Doctor en Ciencias Políticas en la Universidad de
Nápoles “Federico II”. Profesor Titular de Cultura e Instituciones de los Setenta años.
Ulparcii Los amigos
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Países de Lengua Española de la Università degli Studi di Salerno, es
homenaje a la larga actividad
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director de varias revistas y colecciones especializadas. Socio de la Aca-
catedrático, ilustre estudioso de
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demia de Historia de Caracas y de Quito y de la Academia de Ciencias
italiana, europea
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latinoamericana,
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Morales y Políticas de Nápoles, es Director de la Maestría Internacional
inspirador
harciur? de algunas generaciones de
en Ciencia Política para la paz y la integración de los pueblos (Universi-
tomo 1
Democracia y derechos humanos, Tomo 2
y de la πολιτεία, por largos años, participó
Pablo Guadarrama González
activamente en la vida política de Salerno,
como miembro del Consejo Municipal y
Magister et discipuli: filosofía, historia, política
representante del Partito Comunista Italiano
y cultura, Tomo 1
entre los más destacados.
Antonio Scocozza - Giuseppe D´Angelo (eds.)
Ensayos que persiguen
TAURUS
PENSAMIENTO
3
Dirigida por
ANTONIO SCOCOZZA
Antonio Scocozza y
Giuseppe D’Angelo (eds.)
MAGISTER ET DISCIPULI:
filosofía, historia, política y cultura
Tomo 1
Università
degli Studi di
Salerno
Magister et discipuli: filosofía, historia, política y cultura / Antonio Scocozza y Giuseppe D’Angelo (eds.).
-- 1a. ed. -- Bogotá : Penguin Random House, 2016.
2 v. – (Colección al-Dabaran. Ensayos que persiguen / dirigida por Antonio Scocozza ; 4)
Incluye índice onomástico al final de cada volúmen.
ISBN 978-958-9219-03-4 (tomo I) -- 978-958-9219-04-1 (tomo II)
1. Filosofía italiana - Ensayos, conferencias, etc. 2. Filosofía política - Ensayos, conferencias, etc. 3.
Filosofía - Colecciones de escritos I. Scocozza, Antonio, editor II. D’Angelo, Giuseppe, 1959-, editor III.
Serie
CDD: 195 ed. 23
CO-BoBN– a987741
COORDINACIÓN EDITORIAL
Giuseppe D’Angelo (Universidad de Salerno)
Lucia Picarella (Universidad Católica de Colombia)
Índices
Tomo 1
Antonio Scocozza - Giuseppe D’Angelo 15
Labor intelectual y compromiso civil
Giuseppe Acocella 21
Principio de legalidad y experiencia jurídica en Giuseppe Capograssi
Luigi Anzalone 37
El historicismo ético-político y la comunidad democrático-intercultural
de Giuseppe Cacciatore
Maurizio Cambi 93
Ficino, Campanella y la vuelta de Orfeo
8
Anna Di Somma 323
La Hora de Pan en Reisen ohne anzukommen. Eine konfrontation mit
sudamerika de Ernesto Grassi
9
Tomo 2
Giuseppe Lissa 15
Una ética de la responsabilidad para los procesos de fin de vida
Fabrizio Lomonaco 39
A propósito de una interpretación española del derecho universal
de Vico
Maurizio Martirano 85
Algunas observaciones sobre la idea de «historia integral»
e «historia viviente» en Giorgio Levi Della Vida (y Luigi Salvatorelli)
11
Edoardo Massimilla 149
Benedetto Croce y Max Weber
12
Carmen Revilla Guzmán 381
Sobre el uso poético de la razón
13
José Alpiniano García-Muñoz es Ph.D. por la Universidad de Navarra
(España). Abogado. Profesor en Bogotá del Master in Scienze Politiche per
la Pace e L’Integrazione dei Popoli, de la Universitá degli Studi di Salerno, en
asocio con la Maestría en Ciencia Política de la Universidad Católica de
Colombia. Miembro de los Grupos de Investigación Aldo Moro de la
Universidad Católica de Colombia, y Filosofía y Economía de la Univer-
sidad de Navarra. [email protected].
Resumen
La teoría kantiana de la acción humana se transforma en su antípoda,
cuando en una obra de madurez Kant aborda el mal radical que hace
inoperante a la Razón incondicionalmente legisladora de sus obras más
conocidas. El olvido de esta circunstancia impide comprender cómo la
Ilustración terminó acogiendo doctrinas que creía superar, al creerlas
fundamentadas en la revelación y en la tradición; cargando las ciencias
sociales con paradojas que originaron las ideologías y el totalitarismo
del siglo veinte.
Palabras clave
Mal radical; acción humana; totalitarismo; ideologías; ilustración.
Abstract
Kantian theory of human action turns into its antipodal, when in a
mature work Kant addresses the radical evil that makes inopera-
tive the unconditionally-legislative Reason of his best known works.
Forgetting this prevents understand how the Enlightenment ended
accepting doctrines that believed overcome because its foundations
stood in the revelation and the tradition; filling the social sciences
with paradoxes that originated ideologies and totalitarianism of the
twentieth century.
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José Alpiniano García-Muñoz
Keywords
Radical evil; human action; totalitarianism; ideologies; enlightenment.
Introducción
1. H. Arendt, The Origins of Totalitarianism, Shocken Books, New York, 1996, p. 592.
2. I. Kant, La Religión dentro de los límites de la mera Razón, Alianza Editorial, Madrid, 1969, pp. 46-47.
3. H. Arendt, The Origins of Totalitarianism, cit., p. 589.
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4. Ivi, p. 568.
5. Ivi, p. 591.
6. J. E. Dalberg-Acton, Acton-Creighton Correspondence [1887]. Recuperado el 5 de agosto de 2015, de
http://oll.libertyfund.org/titles/acton-acton-creighton-correspondence#lf1524_label_010.
7. Ivi.
8. San Agustin, La ciudad de Dios, IV, 4.
9. 1, Samuel, 8, 4-7.
10. Ivi 12, 17.
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sino que le da, como a ser racional, leyes a priori (…); la ley moral en su
pureza y legítima esencia –que es lo que más importa en lo práctico–,
no puede buscarse más que en una filosofía pura25.
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39. I. Kant, La Religión dentro de los límites de la mera Razón, cit., p. 33.
40. Ivi, pp. 51-52, 53.
41. Ivi, pp. 46-47.
42. I. Kant, “Crítica de la Razón Práctica”, cit., p. 105.
43. Ivi, p. 142.
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44. I. Kant, La Religión dentro de los límites de la mera Razón, cit., p. 42.
45. I. Kant, “La Paz Perpetua”, en Id., Obras Varias, Porrúa, 1998, p. 221.
46. Ivi, p. 233.
47. Ivi, p. 217.
48. Ivi, p. 222.
49. I. Kant, “Crítica de la Razón Práctica”, cit., p. 98.
50. I. Kant, “Fundamentación de la Metafísica de las Costumbres”, cit., p. 48.
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una acción sin poner como condición ningún propósito a obtener. Ahora el co-
nocimiento de la razón tiene que empezar por examinar la realidad, y
manifestarse mediante un imperativo hipotético que «dice solamente que
la acción es buena para algún propósito posible o real»55.
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algo así como actúa científicamente, es decir, de tal modo que siempre elijas
la cosa productora del efecto querido. En otros términos: sé eficaz.
Ciertamente es así. En primer lugar, «si la razón determinase la
voluntad totalmente, la acción ocurriría indefectiblemente según esa
regla»94. De otra parte, «vale sin las condiciones subjetivas, contingen-
tes que distinguen un ser racional de otro»95. Finalmente, quien así
obra lo hace de tal modo que su máxima puede «valer siempre al mis-
mo tiempo, como principio de una legislación universal»96. Cualquiera
puede juzgar la ‘dimensión moral’ de la máxima, al comprobar el idén-
tico valor que atribuye a la acción de quien quiere preservar la vida de
unos niños, y efectivamente la preserva aplicándoles una vacuna; y a la
acción de quien quiere matarlos, y efectivamente los mata dándoles un
veneno mortal. Ambos se sirvieron de la ciencia: actuaron de tal modo que
eligieron la cosa productora del efecto querido. ¡Fueron eficaces!
Tomás de Aquino sabía que la razón práctica por sí sola no origi-
na leyes morales. Lo ejemplificaba con el caso de «un buen ladrón que
dispone adecuadamente las cosas para su fin malo»97. La eficacia de la
acción no le quita inmoralidad. Así, entonces, la moralidad tiene que
originarse en una instancia distinta. El hilo conductor para hallarla
es la vergüenza, una actitud distintiva del ser humano que sobreviene
contra la voluntad de quien la padece: «no proviene de una elección»98.
La vergüenza consiste en reprocharse una acción propia ya realiza-
da99, sin considerar su eficacia100. De aquí que el reproche no juzgue la
racionalidad práctica de la acción, su eficacia o ineficacia. Solo indica
que la acción no debió realizarse, debió ser otra: muestra acciones que no
convienen al avergonzado, y otras que sí lo son. La vergüenza revela
que en cada actor reside cierta «inclinación natural o cuasi natural a
realizar algo»101: le corresponden acciones específicas. En tanto que el
reproche constitutivo de la vergüenza no emerge de alguien distinto
al avergonzado, sino de él mismo aún en soledad, no refiere acciones
necesariamente reprochadas públicamente. La vergüenza explicita un
fenómeno similar al vocar –Ruf– de Heidegger: «No viene (…) de otro
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102. M. Heidegger, El Ser y el Tiempo, Fondo de Cultura Eonómica, México, 1977, pp. 299, 301.
103. T. De Aquino, De veritate, q. 16, a.1, co.
104. I. Kant, “Fundamentación de la Metafísica de las Costumbres”, cit., p. 35.
105. T. De Aquino, De veritate, q. 16 a. 1 ad 12.
106. T. De Aquino, De veritate, q. 17, a 1 co.
107. T. De Aquino, S. Th., II-II, q. 144, a. 4, ad. 4.
108. T. De Aquino, S. Th., II-II, q. 47, a. 6, co.
109. T. De Aquino, De veritate, q. 16 a. 1, co.
110. I. Kant, La Religión dentro de los límites de la mera Razón, cit., pp. 46-47.
111. T. De Aquino, De veritate, q. 16, a. 3 co.
112. I. Kant, La Religión dentro de los límites de la mera Razón, cit., p. 42.
113. T. De Aquino, De veritate, q. 16 a. 1 ad 15.
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Para los otros, era un orden político constituido por ciudadanos cuya
identidad racial eliminaría su condición de súbditos o extranjeros, per-
mitiéndoles recibir según sus necesidades, y hasta desechar «la corona
real de un país extranjero»132.
Siglos antes de que Hegel calificara de acontecimiento terrible y cruel
los hechos desatados por esa visión, en el siglo XIII, Tomás de Aqui-
no había anticipado que refería una razón perversa133 e insensible134,
fundamentada en una concepción antropológica reduccionista135. La
práctica política del siglo XX lo confirmó: con la máxima eficacia que la
razón práctica lo permitía, intentó hacer realidad la lógica de la idea que
daba consistencia al ambiguo conocimiento a priori de la razón, que es
fin a posteriori. Para el efecto, como Kant aconsejó, convirtió en medio
a las fuerzas naturales constituidas por las supuestas inclinaciones egoístas
que se oponen unas a otras y se hostilizan exteriormente. El problema reside
en que estas inclinaciones no son egoístas.
Ciertamente, el amarse o conservarse a sí mismo, no solo origina el
conservar o amar al otro como a sí mismo136; sino que es un primigenio
vocar o remurmurar de la sindéresis137. La misma que termina mostran-
do cómo «tratándose de la razón práctica, la verdad o rectitud no es la
misma para todos»138. En términos de un autorizado experto de nues-
tro tiempo, termina mostrando que lo supremo no es lo más general, sino lo
particular; que lo múltiple es lo propio y no lo secundario: al hombre como ser
irreductible139. Así entonces, valerse de tales inclinaciones para el fin de la
razón, es convertir al hombre en medio; algo a lo que Kant creía oponer-
se140. En realidad, como puede concluirse, el hombre es el verdadero
sustrato de las fuerzas naturales contentivas del mal radical kantiano,
que el filósofo del hombre como fin en sí mismo141, recomendaba al gober-
nante convertir en medio de su acción política.
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Nápoles “Federico II”. Profesor Titular de Cultura e Instituciones de los Setenta años.
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Países de Lengua Española de la Università degli Studi di Salerno, es
homenaje a la larga actividad
pelecus et, offici volenet etur? científica
deUsGiuseppe
numqui(Peppino)
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od mi, alitiur aliqui
director de varias revistas y colecciones especializadas. Socio de la Aca-
catedrático, ilustre estudioso de
repro exceptio conem qui toribuscia la filosofía
demia de Historia de Caracas y de Quito y de la Academia de Ciencias
italiana, europea
doloritius re nety ame
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vollab imus debit
Morales y Políticas de Nápoles, es Director de la Maestría Internacional
inspirador
harciur? de algunas generaciones de
en Ciencia Política para la paz y la integración de los pueblos (Universi-
tomo 1
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y de la πολιτεία, por largos años, participó
Pablo Guadarrama González
activamente en la vida política de Salerno,
como miembro del Consejo Municipal y
Magister et discipuli: filosofía, historia, política
representante del Partito Comunista Italiano
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