Ecob, NOMA0909440229A PDF
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Resumen.- El presente trabajo tiene como finalidad hacer un recorrido analítico de las sentencias del Tribunal
Constitucional español: NROS. 53/1985, 99/1994 Y 136/1999, donde se tratan aspectos relacionados entre otras cosas
con la dimensión objetiva y subjetiva del derecho, a la luz de la protección de los derechos fundamentales.
Abstract.- The present investigation has the purpose of making an analytical view of the sentences of the Spanish
Constitutional Court: NROS. 53/1985, 99/1994 and 136/1999, where aspects related among others things to the objective
and subjective dimension of law, in the light of the protection of the fundamental rights.
Introducción
El presente trabajo tiene como finalidad hacer un recorrido analítico por jurisprudencias
españolas donde se tratarán aspectos relacionados entre otras cosas con la dimensión objetiva y
subjetiva del derecho, a la luz de la protección de los derechos fundamentales.
Constituye un error pretender contraponer los aspectos subjetivo y objetivo de la eficacia de los
derechos fundamentales; pues la dimensión objetiva de los derechos fundamentales, reconoce la
trascendencia de las tareas públicas para reforzar su eficacia, se produce necesariamente en
detrimento de su vertiente subjetiva, que se tiene por más protectora de la libertad individual.
Una formulación teórica de la cuestión en la doctrina española es ofrecida por Miguel Ángel
Presno Linera:
1.1. DERECHO
Es importante comenzar este trabajo resaltando que la vida humana se desarrolla y evoluciona a
través de manifestaciones y actos jurídicos. Es así, como en casi todos los actos de la vida
diaria, se pone en marcha el Derecho hasta sin darse cuenta de tal hecho, llevando a cabo una
infinita consecución de actos jurídicos que nos permiten relacionarnos con otras personas y
cubrir nuestras necesidades.
Y es que el Derecho es algo tan esencial en la existencia de todo individuo que por ejemplo,
cuando una persona que se está bañando en un río y recoge alguna piedra llamativa, ésta
realiza lo que el Derecho denomina una ocupatio, y adquiere la propiedad de una cosa nullius;
cuando botamos algún papel, revista o periódico en una papelera en un centro comercial, se
efectúa una derelictio, abandonando la propiedad de ese papel, revista o periódico; cuando
compramos algún material en una librería, se realiza el contrato de compraventa, y así
sucesivamente se puede analizar como la vida está circunscrita y desarrollada por actos
jurídicos, que se aprecian desde los más sencillos y elementales hasta los más solemnes y
formales, como ya los procedimentales y jurisdiccionales. Los cuales se logran concretar no sólo
en la relación hombre a hombre, sino también entre una persona y un grupo social, familia,
municipio, personas jurídicas o grupos entre sí.
“El Derecho como norma exige la conducta de las personas hacia las cuales se proyecta lo
prescrito en la norma, y al mismo tiempo, todo derecho en sentido subjetivo exige forzosamente
la existencia de una norma establecida que confiera la correspondiente facultad. Por eso lo
1
PRESNO LINERA, Miguel Ángel, “La estructura de las normas de derechos fundamentales”, en Bastida Freijedo, F. J.,
Villaverde Menéndez, I., Requejo Rodríguez, P., Presno Linera, M. A., Aláez Corral, B., Fernández Sarasola, I., Teoría
general de los derechos fundamentales en la Constitución española de 1978, Madrid: Tecnos, 2004, págs. 45 a 56.
Extracto.
correcto es decir que el derecho en sentido objetivo y el derecho en sentido subjetivo, no son
sino dos aspectos de un mismo fenómeno”. 2
El Derecho dirige y gobierna la vida de los hombres, pero no todo acto del hombre está
gobernado por aquél, porque algunos de ellos son regulados y dirigidos por normas diferentes a
las jurídicas. Es así como en la vida social hay diversidad de normas que regulan la conducta del
ser humano, como las desplegadas de la conciencia, y que son llamadas normas del indumento,
de la moral, de la religión.
Por ejemplo, cuando se habla de normas del indumento, se refiere a deberes consecuentes del
decoro, del honor o también de otros sentimientos característicos de un grupo social o que
también pueden pertenecer a un momento histórico, cuya violación no da origen a una sanción
religiosa o jurídica, como tampoco es considerada como un acto inmoral por la conciencia
común, pero no es aprobada por considerarse un acto inconveniente.
En el caso de las normas morales, éstas no están impuestas por un precepto divino o por el
Estado, y por lo tanto no tienen sanción civil o religiosa. Estas normas se guían por el
sentimiento ético que ocasionan la honestidad, y con lo cual se puede determinar la buena o
mala voluntad.
La interrelación entre todas estas normas es lo que da resultado a la cultura de los pueblos. Es
así como todas las normas se llegan a confundir y lo que la religión ordena o prohíbe, es
ordenado y prohibido por el Derecho. Y lo que éste impone o prohíbe, lo imponga o lo prohíba la
ley moral, siendo algo normal que los preceptos morales sean hoy en día jurídicos.
La característica que diferencia a las normas jurídicas de las otras normas es porque además de
ser impuestas por el Estado, tienen fuerza coactiva. Y es en ese momento cuando se convierte
en norma jurídica sin interesarle a la ciencia del Derecho, si esas normas están presentes en
otras esferas como la religión o la moral.
Han sido numerosos los intentos para caracterizar el vocablo Derecho. Entre estos tenemos:
Kant: “Es el complejo de las condiciones por las cuales el arbitrio de cada uno puede coexistir
con el arbitrio de los demás, según una ley universal de libertad”.
Como se puede observar, esta definición corresponde al Derecho Natural, que sería el ideal
jurídico, porque la definición lógica y universal del derecho debe comprender todos los posibles
sistemas de Derecho que existen y por haber; es decir no es sólo el Derecho justo, sino también
lo que no es justo.
Este punto en consideración llevó a grandes filósofos a iniciar sus estudios profundos en este
sentido, para poder centrar el significado de este Vocablo. Por estas razones Stammler
considera que el “Derecho es el querer entrelazante, autárquico e inviolable”, porque el Derecho
se distingue de las reglas convencionales, en que aquel quiere realizarse por encima de todo,
sin consultar la conformidad del obligado. Agrega Wollen, que es un querer porque pertenece al
reino de los fines, en otras palabras de poder concebir determinados datos de la conciencia, que
2
DELGADO OCANDO, José Manuel; Lecciones de Introducción al Derecho. Colección de Cursos y Lecciones IFD-
LUZ. No. XI. Maracaibo, Edit. EDILUZ, 1987; p. 84.
se oponen a los concebidos bajo la ley de la causalidad (reino de la naturaleza). Sin embargo
dentro de ese querer se comprende en sí la vida social y no a la conciencia en pleno, sino esos
determinados datos de la conciencia que hacen posible la vida en sociedad.
Del Vecchio, considera que el Derecho es “la coordinación objetiva de las acciones posibles
entre varios sujetos, según un principio ético que las determine, excluyendo todo impedimiento”,
lo que significa la coordinación de la libertad bajo una imperativa, deslindándose la Moral y el
Derecho, y éste a encarnar un valor positivo para lograr la justicia, a través de la coerción.
Según Roberto De Ruggiero, “el Derecho es norma de las acciones humanas en la vida social
establecida por una organización soberana e impuesta coactivamente a la observancia de
3
todos” .
Explica el mencionado autor que el Derecho nace como un producto de la vida social y como
creación del espíritu humano, sirviéndole a éste para la realización del bien.
El fundamento natural del Derecho es la misma naturaleza humana. Por lo que no se acepta la
existencia de normas que regulen la vida de otros seres vivos, sino a través de leyes físicas,
químicas o biológicas. De allí que el Derecho separa la convivencia y civilización de lo salvaje,
concibiendo al hombre, en consecuencia como un ser social. De esa naturaleza social del
hombre es que brota el Derecho,
Stahl lo define como “el orden de las relaciones de vida que forman la existencia común de los
4
hombres” .
La norma moral se inclina al acto interior o psíquico que se ve reflejado en la buena intención de
la persona. Mientras que la norma jurídica, se inclina en el acto mismo, que es lo que le permite
ser social. No obstante, para el Derecho existe también el momento interno, que ayuda a
determinar si el acto se ha realizado por error, dolo o negligencia, y con lo cual también se
determina la intención del individuo.
Esas características de inclinación de las normas morales y jurídicias, permite considerar que
como la norma jurídica se dirige a la acción externa necesita ir acompañada de una sanción
física, es decir, susceptible de coacción, mientras que las normas morales se refieren a la
3
De Ruggiero, Roberto. Instituciones de Derecho Civil. Tomo I. Introducción y Parte General. Derecho de las Personas,
Derechos Reales y Posesión. Instituto Editorial Reus. Volumen CXXIX Madrid. Pág. 5-6.
4
Die Philosophie des Rechts, II, I, pág. 191 y siguiente.
Como resultado de una concepción dualista del Derecho, se ha clasificado el mismo en Derecho
Objetivo y Derecho Subjetivo.
El Derecho Objetivo comprende el derecho natural y el derecho positivo. Éste último se divide en
Derecho Público y Derecho Privado.
El Derecho objetivo nace como consecuencia del querer y hacer humano como acuerdo de las
voluntades particulares, y el Derecho subjetivo también nace de la acción del hombre, pero ese
querer o hacer depende es ya de la voluntad particular, la cual se concreta. Es decir, que en
realidad el Derecho objetivo y el subjetivo no constituyen en sí figuras o formas opuestas.
5
De Ruggiero, Roberto. Instituciones de Derecho Civil. Tomo I. Introducción y Parte General. Derecho de las Personas,
Derechos Reales y Posesión. Instituto Editorial Reus. Volumen CXXIX Madrid. Pág. 9-10
a)Fuente. Es el Estado el que determina el Derecho, fijando las normas jurídicas que regirán la
conducta de los sometidos a ellas. Es por esta razón que la doctrina afirma que el Derecho
positivo es estatal, porque no es sino el mismo Estado, el ente que puede dictar normas jurídicas
obligatorias, y utilizar la coacción para asegurar el cumplimiento de las mismas. Esto quiere decir
que no forma parte del Derecho objetivo el Derecho racional o natural.
Es sólo si la norma jurídica es creada por el órgano competente, ella es obligatoria y entonces se
constituye en sí en una norma jurídica.
Existen autores que hablan de otra categoría diferente de normas jurídicas, por ejemplo normas
imperativas, prohibitivas y permisivas (permittere), pero en realidad esas normas llamadas
permisivas entran en las dos categorías fundamentales, y serían permisivas para hacer o no
hacer algo, debiendo ser consideradas como un imperativo o una prohibición.
Como explica Savigny, en Sistema I, pág. 80, núm. 4, y sobre el texto romano: Döring De
Quadruplici Legis virtute, Diss. Ezford, 1776, respecto al último tipo de norma jurídica agregada a
las dos fundamentales (imperare y vetare), la distinción creada por Modestino es errada.
Windscheid, también menciona una cuarta categoría de norma jurídica, a las cuales llamó
6
normas “meramente negativas” , que son aquellas en que se determina que para un hecho
específico no podrá admitirse ni un imperativo ni una prohibición ajeno a otro.
6
Windscheid, Pand I, pág. 80; Bierling, Juristiche Prinzipienlhre, Freiburg, 1893, I, págs. 91 y siguientes.
Hay que destacar que todos estos mandatos imperativos y prohibitivos parten de los
lineamientos de las normas generales, que son la base de todo ordenamiento jurídico, evitando
que las normas jurídicas específicas o especiales imperativas o prohibitivas puedan extenderse a
otros casos distintos de los por ellas considerados, o que sean creadas nuevas normas jurídicas
imperativas o prohibitivas que vayan en contra de lo establecido en las normas generales.
c) Caracteres y dirección:
La norma jurídica sea cual sea tu tipología va dirigida a la universalidad, que estaría compuesta
por todas las personas sometidas a la soberanía que estas tengan, así sean de grupos de
personas más restringidos dentro de un agregado más amplio, o inclusive sean dictadas para
una determinada clase de personas, es decir podrían ir dirigidas a todos los ciudadanos, o sólo a
los órganos del Estado, o a los funcionarios públicos, Etc.
Ese es el sentido de la norma jurídica, el de la universalidad, como se ha explicado, de manera
que no se podría en realidad hablar de derecho objetivo se tratase de algún precepto dirigido a
una sola persona, pues en este caso ya no tendría ese carácter de universalidad.
d) Sanción:
Las normas jurídicas al ser imperativas o prohibitivas, son de obligatorio acatamiento, y es así
como la violación de los preceptos jurídicos engendran coacción, teniendo el mismo Estado los
medios idóneos para que el individuo sea constreñido a su observancia. Estos medios, son las
sanciones, las cuales varían según la norma. Puede ser que se trate de una sanción directa, por
ejemplo, para forzar al individuo a ejecutar lo que la norma prescribe; como es el caso de la
prestación del servicio militar; porque quien quiere sustraerse al servicio militar, viene
coactivamente obligado a prestarlo. Por otro lado están las sanciones indirectas cuando impone
condenas patrimoniales o penas a quien no observe la norma.
La coacción constituye el elemento que distingue a la norma jurídica de la moral. Del Vecchio, en
su obra Il concetto del Diritto, págs. 111, sin embargo, explica que la forma más precisa es la de
afirmar que no la coacción sino la posibilidad de la coacción eventual, es un concepto
inseparable del Derecho objetivo.
e) Objeto: El objeto que persigue la norma jurídica es permitir las relaciones de los hombres, con
lo cual nacen las llamadas relaciones jurídicas que son aquellas que están enfocadas en la vida,
reconocidas por el Derecho objetivo, y que están determinadas y disciplinadas por éste.
Como se refieren De Ruggiero y Savigny la conciencia del pueblo constituye fuente del Derecho
objetivo. Así pues, se podría decir que la conciencia del pueblo seria una fuente suprema;
aunque cabe resaltar que según las fuertes corrientes de desarrollo del Derecho Informático, ya
hay quienes consideran que las altas tecnologías deben ser incluidas como fuentes supremas
del derecho; más sin embargo, en el sentido técnico las fuentes del Derecho constituyen las
formas en que el Derecho positivo se realiza; es decir, los modos como las normas de conducta
reciben determinación concreta y carácter coactivo, lo cual se origina por la repetición de actos
semejantes realizada de un modo constante y uniforme por el pueblo, el cual crea la convicción
de su necesidad jurídica (costumbre), o por la creación de leyes por parte de los órganos del
Estado competentes para tal fin.
En el Derecho Civil no puede recurrirse a la costumbre, sino en los casos determinados por la
ley. De la lectura del artículo 4 al 7 del Código Civil venezolano se establece:
¨Art. 4.: A la Ley debe atribuírsele el senteido que aparece evidente del significado propio de las
palabras, según la conexión de ellas entre sí y la intención del legislador.
Cuando no hubiere disposición precisa de la ley, se tendrán en consideración las disposiciones
que regulan casos semejantes o materias análogas; y si hubiere todavía dudas, se aplicarán los
principios generales del Derecho¨
¨Art. 6.: No pueden renunciarse ni relajarse por convenios particulares las leyes en cuya
observancia están interesados el orden público o las buenas costumbres¨.
¨Art. 7.: Las leyes no pueden derogarse sino por otras leyes; y no vale alegar contra su
observancia el desuso ni la costumbre o práctica en contrario, por antiguos y universales que
sean¨.
De manera que la costumbre resulta privada de eficacia por el art. 7 del Código Civil Sin
embargo y por el contrario, en el Derecho Mercantil se reserva una amplia esfera a la costumbre,
y, en cambio, en otras ramas del Derecho Público, como en el Penal, no es admisible la
costumbre.
En este sentido, el artículo 9 del Código de Comercio de Venezuela establece que ¨las
costumbres mercantiles suplen el silencio de la Ley, cuando los hechos que las constituyen son
uniformes, públicos, generalmente ejecutados en la República o en una determinada localidad y
reiterados por un largo espacio de tiempo, que apreciarán prudencialmente los jueces de
Comercio¨.
1.6. LA EQUIDAD
Muchos autores opinan que el concepto de equidad se aproxima mucho al concepto de Derecho
natural, como también al concepto de la moral.
7
De Ruggiero, Roberto. Instituciones de Derecho Civil. Tomo I. Introducción y Parte General. Derecho de las Personas,
Derechos Reales y Posesión. Instituto Editorial Reus. Volumen CXXIX Madrid. Pág. 78.
En este orden de ideas, el artículo 571 del Código Civil venezolano establece que “el derecho de
accesión cuando tiene por objeto cosas muebles pertenecientes a diferentes dueños, se regula
por los principios de la equidad. Las disposiciones siguientes servirán de regla al Juez para
decidir en los casos no previstos, según las circunstancias particulares”.
Otro ejemplo sería el artículo 1160 eiusdem, que dictamina que “los contratos deben ejecutarse
de buena fe y obligan no solamente a cumplir lo expresado en ellos, sino a todas las
consecuencias que se derivan de los mismos contratos, según la equidad, el uso o la ley”.
Pero mucho más explícito es el artículo 12 del Código de Procedimiento Civil de Venezuela que
reza: “Los jueces tendrán por norte de sus actos la verdad, que procurarán conocer en los límites
de su oficio. En sus decisiones el Juez debe atenerse a las normas de derecho, a menos que la
Ley lo faculte para decidir con arreglo a la equidad…”.
Además, el artículo 13 eiusdem determina que “el juez decidirá el fondo de la causa con arreglo
a la equidad, cuando las partes, de común acuerdo así lo soliciten y la controversia se refiera a
derechos disponibles”.
Es importante destacar que el ordenamiento jurídico procesal venezolano acoge, por vía de
excepción, el principio de equidad, autorizando a los jueces para resolver las controversias a
través de la equidad en dos casos:
a) Cuando las partes lo soliciten y se trate de derechos sobre los cuales se tenga
libre disposición, y
b) Cuando la ley lo autoriza para obrar según su prudente arbitrio, como es el caso
del artículo 23 eiusdem, que establece que “cuando la ley dice: “El Juez o Tribunal
puede o podrá”, se entiende que lo autoriza para obrar según su prudente arbitrio,
consultando lo más equitativo o racional, en obsequio de la justicia y la imparcialidad”.
El Derecho natural, reposa en la naturaleza de las cosas; llamado también Derecho racional
cuando responde a las exigencias de la razón, y constituye:
“el conjunto de reglas jurídicas dictadas por la razón humana que
reposan en la naturaleza del hombre, y que, surgiendo de la
conciencia colectiva de los pueblos, se imponen a la universalidad.
Son reglas que reveladas por la razón preceden al Derecho positivo,
que basadas en la naturaleza humana tienen carácter universal y no
particular, como los derechos constituidos, que, representando la
justicia perfecta, constituyen el ideal de lo justo y son el modelo en
8
que debe inspirarse toda legislación positiva” .
8
De Ruggiero, Roberto. Instituciones de Derecho Civil. Tomo I. Introducción y Parte General. Derecho de las Personas,
Derechos Reales y Posesión. Instituto Editorial Reus. Volumen CXXIX Madrid. Pág. 17.
Tommasio y Wolff admiten que el Derecho natural deriva de la naturaleza humana y el Derecho
Positivo se desprende de la voluntad, del pacto, agregando que el primero se reconoce mediante
el razonamiento y el segundo mediante la sanción. Sin embargo Kant, establece más
directamente esta diferencia cuando enfoca el Derecho Natural como el conjunto de normas que
pueden formalizar una legislación externa, mientras que el Derecho Positivo, es el conjunto de
leyes que existen realmente como tales y que dependen de la voluntad del legislador.
Tomando en cuenta que el Derecho Natural, que no es ley escrita, tiene por objeto la exposición
de los primeros principios del Derecho, que son concebidos por la razón y que encuentran su
fundamento en la naturaleza del hombre, para ser considerada en sí misma y en sus relaciones
con el orden universal de las cosas. Lo cual indica que el Derecho Natural se basa en principios
de justicia independientes de las leyes y de las instituciones positivas, lo que hace que el
Derecho Natural se mantenga ajeno a las influencias del tiempo y lugar, al contrario del Derecho
Positivo que varía según la época y la región o lugar.
El Derecho Positivo es obra del Estado, mientras que el Derecho Natural o Potencial
corresponde a los ideales sociales absolutamente verdaderos y justos, determinando lo que es
necesariamente bueno o malo y justo o injusto.
El Derecho Positivo es el sistema de normas jurídicas o la suma de estas normas jurídicas que
informa y regula efectivamente la vida de un pueblo en un determinado momento histórico.
Según Del Vecchio, el Derecho Positivo es el Derecho que es, y que se opone al Derecho
Natural que es el Derecho que debe ser. El Derecho Positivo puede estar constituido por actos
legislativos, que consisten en leyes escritas y promulgadas.
El Derecho objetivo ya desde los tiempos del Derecho Romano fue clasificado en público y
privado, constituyéndose la definición romana la más antigua al respecto: Publicum ius est quod
ad statum rei romanae spectat, privatum quod’ad singulorum utilitatem: sut enim quedam publica
utilia, quaedam privatum (I, 1, § 2m D. II, § 4, Inst. 1, I). Esta definición ha servido de base para
el Derecho moderno.
Actualmente, se diferencia el Derecho Público del Privado sobre todo en el hecho de que el
primero se inclina en la utilidad pública del Estado, mientras que en el Derecho Privado reina la
utilidad de los particulares. No obstante, para determinar si la norma pertenece al Derecho
Público o al Privado, hay que analizar el fin de la misma, porque en unas, se plantea la
regulación de las relaciones políticas, en otras, la organización de los poderes del Estado, y por
otro lado también se pueden observar entre otras las que regulan las relaciones jurídicas
particulares.
Son de Derecho Público las normas que regulan la organización y actividad del Estado, como
también de los entes políticos, aquellas que rigen las relaciones entre los ciudadanos y los
mencionados entes políticos.
En cambio son normas de Derecho Privado las normas que regulan las relaciones de los
particulares entre sí o las de estos con el Estado, siempre y cuando el Estado o los particulares
intervinientes no estén ejerciendo funciones públicas o del Estado.
Sin embargo, el mencionado autor agrega que “esta afirmación no es del todo exacta, y para
combatirla se citan ejemplos de derechos que entran en el campo del Derecho público que,
como los privados, no implican un deber absoluto, tal es, por ejemplo, el derecho del sufragio, a
cuyo ejercicio se puede libremente renunciar” 10 . Sin embargo, en este punto hay que destacar,
que el derecho al voto, se ejerce es en calidad de Derecho de los particulares.
Existe otra corriente que diferencia el Derecho Privado del Público, que atribuye a la regulación
del Derecho Privado las relaciones jurídicas con contenido patrimonial y al Derecho Público las
demás. Pero esta corriente pierde mucha fuerza porque hay derechos públicos que tienen un
contenido patrimonial, como privados que no tienen ese contenido patrimonial.
Otro aspecto importante es que una cosa es que una norma sea de Derecho Público, y otra es
que esa norma sea de orden público, porque cuando se habla de normas de orden público, es
porque no pueden ser relajadas ni por las partes, ni por el juez, como sería por ejemplo, el caso
de las normas procedimentales.
En este sentido, señala el autor Hernando Devis Echandía, en su obra Nociones Generales de
Derecho Procesal Civil, página 50, la obligatoriedad de los procedimientos establecidos en la
Ley, afirmando:
Ahora bien, existen normas de Derecho Privado que pueden tener el carácter de ser de orden
público; tal es el caso entre otros, de una norma de Derecho Privado que confiere al padre la
potestad sobre los hijos, pero al mismo tiempo esa potestad está regulada como irrenunciable,
no pudiéndose regular de modo inverso, por tener ese carácter de orden público.
9
De Ruggiero, Roberto. Instituciones de Derecho Civil. Tomo I. Introducción y Parte General. Derecho de las Personas,
Derechos Reales y Posesión. Instituto Editorial Reus. Volumen CXXIX Madrid. Pág. 46
10
De Ruggiero, Roberto. Instituciones de Derecho Civil. Tomo I. Introducción y Parte General. Derecho de las Personas,
Derechos Reales y Posesión. Instituto Editorial Reus. Volumen CXXIX Madrid. Pág. 46
b) Se puede distinguir también el derecho normal, llamado derecho regular, común o general, del
derecho singular, anómalo, excepcional o especial.
Este ius singulare, constituye un Derecho en el que la ratio juris, lógica o principios
fundamentales del Derecho, no son aplicados plenamente, adquiriendo una acentuación especial
que justifica la desviación, sin contituir una norma de favor o beneficio, como es el caso de las
normas que prohiben el contrato de compraventa entre cónyuges. Otro ejemplo podrían ser las
normas a favor de los niños y adolescentes frente a las personas dotadas de plena capacidad.
c) Otra distinción entre las normas jurídicas es la que las divide en normas absolutas y
dispositivas; cuyas carácterísticas reacaen en la obligatoriedad o no de la norma. Es decir, en
una obligatoriedad no derogable, frente a una obligatoriedad que admite la posibilidad en los
particulares de derogar la norma.
Es absoluto y obligatorio todo el Derecho Público, como las normas de Derecho Privado que
sean de orden público.
En las normas de Derecho Privado que falte el carácter de orden público, falta
consecuentemente el carácter absoluto, por lo que se estaría en presencia de un Derecho
dispositivo.
El Estado tiene diversas funciones que hacen posible el funcionamiento y fines del mismo, como
son las funciones políticas, administrativas, ejecutivas, judiciales, y para el desarrollo de ellas se
necesitan normas especiales, que permiten visualizar cierta decisión en el Derecho público,
creándose sus ramas que se constituyen a la final en disciplinas jurídicas, como el Derecho
Constitucional, Administrativo, Penal, Procesal, entre otros.
b) Derecho Administrativo: Abarca las normas que regulan la actuación del Estado en la
realización de los fines sociales, políticos, financieros, a través de la acción de gobierno;
administrando así la cosa pública, la creación y ejecución de las leyes.
Es así como entre otras cosas se determina a los órganos de la administración pública, las
funciones propias de cada uno de ellos, su competencia dependiente de la función que realizan.
c) Derecho Penal: El Derecho Penal trata la represión del acto antijurídico y el restablecimiento
del orden jurídico interno, para así lograr la defensa del orden jurídico infringido,
independientemente de la responsabilidad civil del reo y de la reparación del daño que se debe
al ofendido. Regido todo por principios penales que controlan la seguridad jurídica penal, como
por ejemplo, que no puede haber figura del delito fuera de las preestablecidas en la ley (nullum
crimen sine lege).
d) Derecho Procesal: como rama del Derecho Público corresponde guiar la función jurisdiccional
y la competencia.
La doctrina explica que el Derecho Internacional se distingue en dos ramas: la pública, que
regula las relaciones entre soberanías, y la privada, que regula los conflictos de leyes en el
espacio y que tiene sus fuentes, tanto en el Derecho interno, como en los Convenios
internacionales (Convenios de La Haya de 12 de junio de 1902 para regular los conflictos de
leyes en materia de matrimonio, de divorcio, de separación personal, de tutela de menores).
f) Derecho Eclesiástico: Constituye las normas que regulan las relaciones de la Iglesia y el
Estado; garantizando la libertad a la Iglesia y a la vez que ésta no puede obrar en contraposición
a los fines del Estado, por lo que se establecen límites, para regular sus acciones.
Una vez establecidas las normas jurídicas, es cuando corresponde especialmente a los
funcionarios públicos y Jueces, la obligación de aplicarlas, tomando en cuenta a la ley en cuanto
al tiempo y al espacio, y previamente interpretada.
La acción de interpretar consiste en darle sentido y valor a la norma para medir su extensión
precisa y evaluar su eficiencia en cuanto a las relaciones jurídicas. Indagando así el fin que
persigue, para establecer su alcance y medir su esfera de aplicación.
También el Derecho consuetudinario necesita ser interpretado, ya que cualquiera que sea un
ordenamiento jurídico, el puesto reservado a la costumbre, la norma creada por ésta, exige una
evaluación de su contenido.
Opina Dürig:
Es decir, son aquellos derechos que dentro del ordenamiento juídico disfrutan de un estatus
especial en cuanto a garantías (de tutela y reforma). Es conocido el planteamiento filosófico-
antropológico de que donde nace una necesidad surge un derecho; éste planteamiento tan
lógico aparece por primera vez en obras como "La República" del gran filósofo Platón.
“Que los derechos fundamentales son aquellos derechos humanos positivizados en las
12
constituciones estatales”.
“En todo caso, se puede advertir una cierta tendencia, no absoluta como lo prueba el enunciado
de la mencionada Convención Europea, a reservar la denominación <<derechos
fundamentales>> para designar los derechos humanos positivizados a nivel interno, ….”. 13
“Un derecho fundamental es, en lo que a su estructura se refiere, una norma o conjunto de
normas deducibles de uno o varios enunciados normativos que pueden estar contenidos en uno
o más preceptos de rango constitucional…”. 14 “Aquella que los contempla como derechos
subjetivos oponibles frente a los poderes públicos”. 15
“La denominada eficacia frente a terceros, los derechos originarios a prestaciones o derechos de
participación de los individuos frente al Estado, el deber de protección por parte del Estado de
las libertades aseguradas por derechos fundamentales”. 16
11
Cfr. DÜRIG citado por ESTÉVEZ ARAUJO, José Antonio: La Constitución como Proceso y la Desobediencia. En: Guía
de Estudio del Seminario: Aspectos Subjetivos y Objetivos de los Derechos Fundamentales de la UNED, consultado en
enero de 2009.
12
Cfr. PÉREZ LUÑO, Antonio E.; Derechjos Humanos, Estado de Derecho y Constitución. 5ta. Edic. Madrid, Edit.
Tecnos, 1995; p. 31.
13
PERÉZ LUÑO, Antonio E.; Derechos Humanos, Estado de Derecho y Constitución. 5ta. Edic. Madrid. Edit. Tecnos,
1995; p. 31.
14
OTTO Y PARDO citado por BASTIDAS FREIJEDO, Francisco, VILLAVERDE MENÉNDEZ, Ignacio, REQUEJO
RODRÍGUEZ, Paloma, PRESNO LINERA, Miguel Ángel, ALÁEZ CORRAL, Benito, FERNÁNDEZ SARASOLA IGNACIO.
Teoría General de los Derechos Fundamentales en la Constitución Española de 1978. Madrid, Edit. Tecnos, 2004; p. 46.
15
www.uned.es/dpto-derecho-político/programafp.htm. Guía de Estudio del Seminario: Aspectos Subjetivos y Objetivos
de los Derechos Fundamentales de la UNED, consultado en Enero de 2009.
16
Idem.
La Constitución española otorga a todos los ciudadanos una serie de derechos fundamentales y
libertades públicas, regulado por el Titulo I de la Constitución Capitulo 2, Sección 1. Regulando
toda una serie de garantías (entre otros, Defensor del Pueblo, recurso de inconstitucionalidad,
cuestión de inconstitucionalidad, procedimientos sumarios, recurso de amparo) para este tipo de
derechos.
• Libertad de circulación y residencia: Así como de entrar y salir del país sin
limitaciones políticas o ideológicas.
• Derecho a un matrimonio igualitario: Con igualdad jurídica entre las partes.
Derechos fundamentales son aquellos derechos subjetivos garantizados con rango constitucional
que se consideran como esenciales en el sistema político que la Constitución funda y que están
especialmente vinculados a la dignidad humana.
“El deber positivo de protección permite al Estado, y en ocasiones le obliga, a adoptar las
garantías normativas necesarias para impedir que los poderes públicos o los particulares
17
lesionen el derecho fundamental”.
“La necesaria proyección que ha de tener el derecho fundamental como norma de principio en
todos los sectores del ordenamiento jurídico, con lo que su presencia tiene que hacerse notar a
la hora de interpretar y aplicar las normas que integran cada una de las ramas”. 18
“Se produce entre los derechos fundamentales y las leyes que disciplinan el ejercicio o los
desarrolla…la fuerza expansiva propia de todo derecho fundamental restringe el alcance de las
normas limitadoras que actúan sobre el mismo; de ahí deriva la exigencia de que los límites a los
derechos fundamentales tengan que ser interpretados con criterios restrictivos y en el sentido
más favorable a la esencia y eficacia de tales derechos…” 19
“La capacidad de penetración de estos derechos en las relaciones privadas, y del consiguiente
sacrificio de la autonomía de la voluntad, deberá ser tanto mayor cuanto más lo sea la asimetría
de aquellas, de forma análoga a lo que sucede con una relación de poder público”. 20
17
OTTO Y PARDO citado por BASTIDAS FREIJEDO, Francisco, VILLAVERDE MENÉNDEZ, Ignacio, REQUEJO
RODRÍGUEZ, Paloma, PRESNO LINERA, Miguel Ángel, ALÁEZ CORRAL, Benito, FERNÁNDEZ SARASOLA, Ignacio;
Teoría General de los Derechos Fundamentales en la Constitución Española de 1978. Madrid, Edit. Tecnos. 2004; p.
188.
18
PRESNO, Miguel Ángel; Estudios sobre Derechos Fundamentales. En: Cfr. www.uned.es/dpto-derecho-
político/programafp.htm. Guía de Estudio del Seminario: Aspectos Subjetivos y Objetivos de los Derechos
Fundamentales de la UNED, consultado en Enero de 2009.
19
Idem.
20
Ibidem. 193.
En algunos países, pueden ser explícitos o implícitos o tácitos. En España, en teoría sólo pueden
ser explícitos, aunque el Tribunal Constitucional en la práctica, ha atribuido en ocasiones a los
derechos fundamentales explícitos otros contenidos absolutamente nuevos que vienen a ser casi
derechos fundamentales tácitos; ello se ha venido impuesto en varias ocasiones por la
jurisprudencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos de Estrasburgo.
Por ejemplo, el Tribunal Constitucional, por exigencias del Tribunal de Estrasburgo, ha derivado
de varios derechos explícitos en la Constitución --en concreto, el derecho a la intimidad personal
y familiar, el derecho a la integridad física y moral, la inviolabilidad del domicilio y el libre
desarrollo de la personalidad-- un derecho fundamental a la protección frente al ruido cuando
este alcanza determinadas intensidades, atendidas las circunstancias de cada caso, pero en
realidad tal derecho es de creación jurisprudencial, de creación ex novo y ello por más que el
Tribunal Constitucional se esfuerce en atribuírselo como contenido a esos derechos
fundamentales explícitos ya en el texto de la Constitución: es, pues, en la realidad de las cosas,
un derecho implícito.
Sea como sea, los derechos fundamentales garantizados por la Constitución española son, entre
otros, el derecho a la igualdad y no discriminación; el derecho a la vida y a la integridad física, a
la libertad religiosa, a la libertad personal, a la intimidad personal y familiar y a la propia imagen,
a la libertad de expresión e información, a la libertad de cátedra, a la libertad de reunión, a la
libertad de asociación, al libre acceso a cargos y funciones públicas en condiciones de igualdad,
a la tutela judicial efectiva, a la legalidad penal, a la educación, el derecho de petición.
Ahora bien, si bien no hay dudas en que esos derechos fundamentales son derechos
fundamentales, es ya más problemático determinar si otros derechos reconocidos por la
Constitución son o no derechos fundamentales. El texto de la Constitución no ayuda de manera
definitiva para resolver la cuestión. El Título I de la Constitución se titula “De los derechos y
deberes fundamentales”, pero el Tribunal Constitucional ha considerado que sólo son derechos
fundamentales los de la Sección Primera del Capítulo II de dicho Título (“De los derechos
fundamentales y de las libertades públicas”, artículos 15 a 29 y también el derecho a la igualdad
y no discriminación) y que no lo son otros, como por ejemplo la objeción de conciencia al servicio
militar o el derecho al matrimonio o el derecho a la propiedad. Esto ha sido bastante criticado en
la doctrina.
Por ello, algunos autores consideran que todos los derechos del Capítulo II y no sólo los de su
Sección Primera han de considerarse derechos fundamentales, lo que conlleva la inclusión de
derechos tales como la objeción de conciencia al servicio militar, la propiedad privada, la libertad
de empresa, o el matrimonio, entre otros.
Por otra parte, no todos los derechos contenidos en ese Capítulo II, ni todos los contenidos en su
Sección Primera, son verdaderos derechos fundamentales (no lo son, por ejemplo, el derecho
del artículo 25 de la Constitución, otorgado a los presos, “a un trabajo remunerado y a los
beneficios correspondientes de la Seguridad Social” o el derecho de acceso de los grupos
sociales y políticos significativos a los medios de comunicación social del artículo 20.3 de la
Constitución).
En resumen, parece lo más acertado considerar como derechos constitucionales a todos los
garantizados en la Constitución, salvo los llamados "principios rectores de la política social y
económica", que no establecen verdaderos derechos subjetivos, sino meros "principios rectores"
que son exigibles en la medida en que la ley así lo establezca (por ejemplo, el "derecho" a una
vivienda digna). Y de entre los derechos constitucionales, serán derechos fundamentales en
sentido estricto los contenidos en los artículos 14 a 29 (concepto de "derechos fundamentales"
del Tribunal Constitucional), a los que se añadirán, en un concepto ya más amplio de "derechos
“Los derechos fundamentales desde el punto de vista objetivo, como normas jurídicas objetivas,
los derechos subjetivos son reconocidos por el Derecho positivo, los derechos subjetivos como
concreción de valor, son proclamaciones de valores y los derechos subjetivos como institución,
base del Estado Social democrático, la Constitución pretende, no sólo limitar y estructurar el
poder público, sino también asegurar las posiciones subjetivas que fundan el orden social”. 21
Ante todo hay que hacer referencia al artículo 417 del Proyecto de Reforma del Código Penal
español:
“Artículo Único. –El art. 417 bis del Código Penal queda
redactado de la siguiente manera:
El aborto no será punible si se practica por un Médico, con el
consentimiento de la mujer, cuando concurran alguna de las
circunstancias siguientes:
1. Que sea necesario para evitar un grave peligro para la
vida o salud de la embarazada.
2. Que el embarazo sea consecuencia de un hecho
constitutivo del delito de violación del art. 429, siempre que el
21
Cfr. Idem.
22
Citado de la página web: www.tribunalconstitucional.es. Sentencia No. de Referencia 53/1985 del 11 de Abril de 1985.
Consultado el 5 de Enero de 2009.
Aunque no hay uniformidad con el anterior criterio, es de resaltar que si existe una
jerarquización en el ordenamiento jurídico, que está conformado por valores y principios que
podrían estar o no establecidos en la legislación, pero en lo que ciertamente hay que estar claro
es que la vida constituye un valor fundamental.
Es muy importante destacar en este párrafo la doble dimensión de los derechos fundamentales;
es decir la dimensión objetiva y la subjetiva, relacionada con la interpretación de los derechos
fundamentales como concreciones de valores y el deber del Estado de protegerlos. En este
sentido, debe resaltarse el siguiente párrafo de la sentencia en estudio:
“c) …la vida es una realidad desde el inicio de la gestación, tiene particular relevancia el
nacimiento, ya que significa el paso de la vida albergada en el seno materno a la vida albergada
en la sociedad, bien que con distintas especificaciones y modalidades a lo largo del curso vital. Y
previamente al nacimiento tiene especial trascendencia el momento a partir del cual el nasciturus
23
DÜRIG y SMEND citados por ESTÉVEZ ARAUJO, José Antonio: La Constitución como Proceso y la Desobediencia.
En: Guía de Estudio del Seminario: Aspectos Subjetivos y Objetivos de los Derechos Fundamentales de la UNED,
consultado en Enero de 2009.
24
Citado de la página web: www.tribunalconstitucional.es. Sentencia No. de Referencia 53/1985 del 11 de Abril de 1985.
Consultado el 5 de Enero de 2009.
Como se puede concluir, el Tribunal Constitucional analiza qué se entiende por vida,
especificando que la misma se inicia en la gestación o en la concepción como se ha demostrado
científicamente y termina con la muerte. Se aclara además que el embrión es un ser
independiente de la madre, es decir, existencialmente distinto a ella.
Así pues, y siguiendo con el análisis secuencial del trabajo, otros párrafos importantes a destacar
de la sentencia en estudio son los siguientes:
25
Citado de la página web: www.tribunalconstitucional.es. Sentencia No. de referencia 53/1985 del 11 de Abril de 1985.
Consultado el 5 de Enero de 2009.
26
Citado de la página web. www.tribunalconstitucional.es. Sentencia No. de referencia 53/1985 del 11 de Abril de 1985.
Consultado el 5 de Enero de 2009.
Se debe resaltar en estos párrafos la referencia por parte del Tribunal Constitucional español a
los debates parlamentarios relacionados al artículo 15 de la Constitución española, abarcando
aspectos terminológicos, pues en el pleno del Congreso español fue defendida una enmienda
que proponía utilizar el término “todos” en sustitución de “todas las personas”, para introducir al
nasciturus; y a pesar de que los debates tendieron a defender al mismo nasciturus de
conformidad con la protección del artículo 15 de la Constitución, aunque no se concreta que sea
titular del derecho fundamental. En este orden de ideas, se concluye que la vida del nasciturus,
es un bien jurídico constitucionalmente protegido por el referido artículo 15 de la Constitución
española, y como consecuencia el Estado tiene la obligación de abstenerse de interrumpir o de
obstaculizar el proceso natural de gestación, haciendo hincapié en la creación de un sistema
legal para la defensa de la vida, que incluya normas penales.
En este orden de ideas, GARCÍA DE ENTERRÍA, califica “…de <<falaz>> a la doctrina que
reputa simples declaraciones retóricas o postulados programáticos a los valores. Ya que
precisamente éstos constituyen <<la base entera del ordenamiento, la que ha de prestar a éste
28
su sentido propio, la que ha presidir, por tanto, toda su interpretación y aplicación>>” . Así pues,
la vida es un valor superior y un derecho fundamental, que se encuentra muy relacionado con el
valor de la dignidad humana; es decir que la dignidad humana es un valor que se encuentra por
encima del derecho positivo como interpretación iusnaturalista de derechos y valores, y el
derecho positivo se limita a reconocerlo, pero no lo crea, pues ya existe como un valor, por lo
que éste valor es indispensable para la interpretación de los derechos fundamentales; no
obstante, en España “no tiene ese carácter pre-estatal sino que son el fundamento del orden
político español.” 29
27
Citado de la página web; www.tribunalconstitucioinal.es. Sentencia No. de referencia 53/1985 del 11 de abril de 1985.
Consultado el 5 de Enero de 2009.
28
GARCIA DE ENTERRÍA, Eduardo citado por PÉREZ LUÑO, Antonio E.; Derechos Humanos, Estado de Derecho y
Constitución. 5ta. Edic. Madrid, Edit. Tecnos, 1995; p. 287.
29
Cfr. OTTO Y PARDO citado por BASTIDAS FREIJEDO, Francisco, VILLAVERDE MENÉNDEZ, Ignacio, REQUEJO
RODRÍGUEZ, Paloma, PRESNO LINERA, Miguel Ángel, ALÁEZ CORRAL, Benito, FERNÁNDEZ SARASOLA, Ignacio;
Teoría General de los Derechos Fundamentales en la Constitución Española de 1978. Madrid, Edit. Tecnos. 2004; p. 78.
30
Citado de la página web; www.tribunalconstitucioinal.es. Sentencia No. de referencia 53/1985 del 11 de abril de 1985.
Consultado el 5 de Enero de 2009.
Este aspecto es muy importante respecto a la seguridad jurídica, y la explicación es clara, pues
los términos utilizados no violentan la seguridad jurídica.
31
Citado de la página web; www.tribunalconstitucioinal.es. Sentencia No. de referencia 53/1985 del 11 de abril de 1985.
Consultado el 5 de Enero de 2009.
Es interesante resaltar el criterio del Tribunal Constitucional español cuando afirma en los
párrafos antes transcritos que la despenalización del aborto no es inconstitucional en los
siguientes casos, dando paso a la dimensión objetiva de los derechos:
- Cuando hay que decidir entre la vida de la madre y la del hijo o hija.
- Cuando exista grave peligro para la salud de la madre.
- Cuando el embarazo sea consecuente de una violación, y
32
Idem.
Entonces, “el punto de partida ha sido la teoría de los derechos fundamentales como principios
objetivos… que obligan al Estado a poner de su parte los medios necesarios para hacerlos
efectivos…Esta obligación tiene importancia práctica sobre los derechos fundamentales a la vida
y a la integridad física… así como para la protección del no nacido” 34 , porque es que el Estado
tiene el deber y la obligación de protección de los derechos fundamentales a través de sus
instituciones.
Constitucional al delimitar el ámbito de protección penal del nasciturus, dándole mayor jerarquía
a los derechos constitucionales de la mujer, efectivamente por ser una vida ya desarrollada y no
en potencia como la del hijo o hija.
Fuera de los casos antes mencionados que delimitan la protección del nasciturus, el Estado
entonces tiene la obligación de garantizar la vida del mismo, y comienza el Tribunal
Constitucional español a destacar que las medidas son insuficientes, declarando la
inconstitucionalita del artículo 417, realizando las modificaciones correspondientes,
considerando que dentro de las funciones dadas al legislador, no se cumple con los requisitos
mínimos para garantizar que el aborto se produzca en las condiciones optimas para la vida del
nasciturus y de la madre, para que no se llegue al extremo de que no se produzcan abortos
innecesarios o indiscriminados, y se viole el derecho a la vida, inclumpliendo el legislador de esa
manera con el deber positivo de protección.
Así pues, El Tribunal Constitucional español no reconoce a la final la titularidad del derecho a la
vida del nascituris, pero sí desarrolla muy efectivamente lo relacionado a su protección, pues
considera la vida como un valor fundamental.
Para culminar, respecto a los votos salvados existe uniformidad en los criterios respecto a la no
titularidad y la inexistencia del bien jurídico del nasciturus, donde hay ciertas críticas pues se
considera que el Tribunal Constitucional español actuó como legislador positivo, diciendo lo que
hay que incluir y aduciendo las modificaciones a que debe tener lugar el artículo 417.
35
Citado de la página web; www.tribunalconstitucioinal.es. Sentencia No. de referencia 99/1994 del 11 de abril de 1994.
Consultado el 5 de Enero de 2009.
Se debe resaltar en todo momento el respeto de los derechos fundamentales del empleado, no
obstante las obligaciones que éste debe cumplir, y que pueden ser exigidos, pero que serán
controlados o regulados por los derechos fundamentales que posee el trabajador, como es el
caso de la propia imagen. En otras palabras, independientemente de las estipulaciones de un
contrato empleador, éste no puede originar un recorte de los derechos que como persona tiene
el empleador.
36
Citado de la página web; www.tribunalconstitucioinal.es. Sentencia No. de referencia 99/1994 del 11 de abril de 1994.
Consultado el 5 de Enero de 2009.
37
Idem.
“En nuestra época resulta insuficiente concebir la intimidad como un derecho garantista (statuts
negativo) de defensa frente a cualquier invasión indebida de la esfera privada, sin contemplarla,
al propio tiempo, como un derecho activo de control (status positivo) sobre el flujo de
informaciones que afecta a cada sujeto”. 40
38
Idem.
39
PÉREZ LUÑO, Antonio E.; Derechos Humanos, Estado de Derecho y Constitución. 5ta. Edic. Madrid, Edit. Tecnos,
1995; p. 317.
40
Ibidem, p. 330.
El Tribunal Constitucional español “ha tendido a mantener el carácter unitario del derecho al
honor, a la intimidad y a la propia imagen equiparando, en varias decisiones, estos conceptos”. 41
Con relación al derecho a la imagen es conveniente precisar qué entiende la doctrina por imagen
de una persona. Actualmente se ha confundido la extensión del contenido de la imagen, por
cuanto ésta se ha delimitado erróneamente al reconocimiento del rostro. Sin embargo, dentro del
concepto de imagen, hay que tener en cuenta otros factores que ayudan a determinar ese
reconocimiento para la identificación de las personas. Entre las características físicas que
colaboran con la función de identificar o contribuir a identificar a las personas se pueden
mencionar: los datos biométricos, como por ejemplo las huellas dactilares, fondo de ojo, firma,
contorno de la mano, la escritura manual y la velocidad de las pulsaciones de las teclas de una
máquina de escribir, entre otros. Conviene señalar que los datos biométricos constituyen una
imagen para una computadora, los cuales son introducidos bajo la forma de Pixels o llamado
también picture elements, conteniendo caracteres bajo la forma de cadenas de bits.
De igual forma, a través de la imagen, sobre todo del rostro se puede reflejar la personalidad de
un individuo, descifrarse sus sentimientos, comportamientos, gustos, costumbres, que
necesariamente no tienen la finalidad de identificación pero si podrían tener otras como la
selección o el marketing, pudiendo ser utilizada su imagen y ser objeto de interpretaciones que
pudieran ser erróneas o subjetivas, causando si fuera el caso, un menoscabo a su reputación.
41
Ibidem, p. 333.
“Es entonces conveniente recordar que al hablar de intimidad se aborda toda esta perspectiva de
información de carácter personal, abarcando aquella referida al secreto, el derecho de imagen, de
identidad, de nombre y de voz”.43
42
Citado de la página web; www.tribunalconstitucioinal.es. Sentencia No. de referencia 99/1994 del 11 de abril de 1994.
Consultado el 5 de Enero de 2009.
43
PEÑARANDA, Héctor. Derecho Civil I. Derecho de Personas. Editorial de la Universidad del Zulia. 2009.
Es de destacar, que del análisis jurisprudencial se puede extraer cómo el derecho fundamental
es un principio a su vez que guía la interpretación y aplicación del ordenamiento jurídico en
general; y en el caso específico de estudio, el derecho a la intimidad y a la propia imagen, que
forman parte de los derechos de la personalidad y tienen una íntima relación con la dignidad
humana, son considerados derechos fundamentales que se superponen al contrato de trabajo e
interés empresarial, más cuando en el caso de estudio el contrato no contempla la posibilidad de
la captación y difusión de la imagen del trabajador, por lo que el mismo se puede negar de
conformidad con el artículo 18.1 de la Constitución española.
La empresa además tiene la obligación de respetar los derechos fundamentales del trabajador,
abarcando de esta forma la vinculación negativa de los particulares a los derechos
fundamentales, aunque sea negativamente, todo de conformidad con el artículo 9.1 de la
Constitución española.
“En la medida en que los derechos fundamentales también han de ser protegidos en el Derecho
Privado, lo que puede hacerse particularmente mediante preceptos imperativos, el legislador, de
conformidad con la especial constelación, debe considerar las posiciones jurídico-fundamentales
que vengan al caso correspondientes a ambas partes, y, si coliden, ordenarlas recíprocas y
proporcionalmente”. 45
“Un primer elemento al servicio de esta tarea es sin duda la extensión de la obligatoriedad de lo
derechos fundamentales a la relación jurídico-privadas”. 47
Debe existir autonomía privada, que es una de las manifestaciones de la libertad e igualdad
garantizadas al individuo, pero también allí debe cobrar también vigencia los derechos
fundamentales en tanto principios objetivos que sirven de fundamento del orden político y la paz
social”. 48
44
HESSE, Honrad en www.uned.es/dpto-derecho-político/programafp.htm. Guía de Estudio del Seminario: Aspectos
Subjetivos y Objetivos de los Derechos Fundamentales de la UNED, consultado en Enero de 2009.
45
HESSE; Estudios sobre Derechos Fundamentales. En: Cfr.: www.uned.es/dpto-derecho-político/programafp.htm. Guía
de Estudio del Seminario: Aspectos Subjetivos y Objetivos de los Derechos Fundamentales de la UNED, consultado en
Enero de 2009.
46
Cfr. OTTO Y PARDO citado por BASTIDAS FREIJEDO, Francisco, VILLAVERDE MENÉNDEZ, Ignacio, REQUEJO
RODRÍGUEZ, Paloma, PRESNO LINERA, Miguel Ángel, ALÁEZ CORRAL, Benito, FERNÁNDEZ SARASOLA, Ignacio;
Teoría General de los Derechos Fundamentales en la Constitución Española de 1978. Madrid, Edit. Tecnos. 2004; p.
191.
47
OTTO Y PARDO citado por BASTIDAS FREIJEDO, Francisco, VILLAVERDE MENÉNDEZ, Ignacio, REQUEJO
RODRÍGUEZ, Paloma, PRESNO LINERA, Miguel Ángel, ALÁEZ CORRAL, Benito, FERNÁNDEZ SARASOLA, Ignacio;
Teoría General de los Derechos Fundamentales en la Constitución Española de 1978. Madrid, Edit. Tecnos. 2004; p.
191.
48
Cfr. OTTO Y PARDO citado por BASTIDAS FREIJEDO, Francisco, VILLAVERDE MENÉNDEZ, Ignacio, REQUEJO
RODRÍGUEZ, Paloma, PRESNO LINERA, Miguel Ángel, ALÁEZ CORRAL, Benito, FERNÁNDEZ SARASOLA, Ignacio;
Teoría General de los Derechos Fundamentales en la Constitución Española de 1978. Madrid, Edit. Tecnos. 2004; p.
191.
“Permitiría a los individuos invocar directamente ante los órganos jurisdiccionales encargados de
su garantía la lesión por parte de otro particular de los derechos y libertades constitucionales
garantizados, haciéndolos valer como auténticos derechos subjetivos ante los órganos
jurisdiccionales sin necesidad de la mediación del legislador en la provisión de una posición
jurídico-subjetiva que ya poseerían directamente ex constiucione.” 49
“Los particulares sólo obtendrían su tutela fundamental a través de las posiciones jurídico-
subjetivas que el legislador les haya atribuido al regular las relaciones privadas, esto es, sólo
como consecuencia del desarrollo por parte de los poderes públicos de la dimensión objetiva de
los derechos”. 50
49
OTTO Y PARDO citado por BASTIDAS FREIJEDO, Francisco, VILLAVERDE MENÉNDEZ, Ignacio, REQUEJO
RODRÍGUEZ, Paloma, PRESNO LINERA, Miguel Ángel, ALÁEZ CORRAL, Benito, FERNÁNDEZ SARASOLA, Ignacio;
Teoría General de los Derechos Fundamentales en la Constitución Española de 1978. Madrid, Edit. Tecnos. 2004; p.
191.
50
Ibidem. 192.
“En la tramitación del incidente de recusación se han producido infracciones relevantes de las
reglas procesales que ordenan este tipo de incidentes privándose a los recurrentes de algunos
de los trámites legalmente establecidos, al remitirse directamente la pretensión recusatoria al
51
órgano encargado de resolver definitivamente el incidente”.
“Sin embargo, es criterio reiterado del Tribunal Constitucional, que en los incidentes de
recusación, que los defectos procesales en ellos producido únicamente poseen relevancia
constitucional si <<tienen una incidencia material concreta>> (por todas, SSTC 230/1992 y
6/1998), es decir, si ha existido una indefesión material”. 52
Ahora bien, en el Auto de fecha 6 de octubre de 1997, dictado por la Sala regulada en el art. 61
L.O.P.J., fundamentó el rechazo preliminar de la recusación, por ser extemporánea y en que «ni
uno solo de los hechos en que los recusantes dicen fundar su pretensión coincide ni guarda la
menor analogía con la causa de abstención invocada». 53
51
Idem.
52
Idem.
53
Idem.
Esto quiere decir que en realidad no hubo violación del derecho de defensa, por cuanto la
recusación interpuesta fue arbitraria y extemporánea; no obstante su ejercicio, la dimensión
subjetiva del derecho fundamental a través de la oposición del derecho subjetivo frente al
Estado, y que al estar consagrado en la Constitución (dimensión objetiva), no tiene razón jurídica
pues el derecho no ha sido violado, como fuera así determinado por el Tribunal Constitucional
español.
Es decir que no existe una violación en sí de un derecho fundamental, sino que lo que hay es la
presencia de errores procesales, como es el caso de la no comunicación a las partes de la
composición del órgano judicial, llamado a conocer el caso concreto.
54
Citado por la página web: www.tribunalconstitucional.es. Sentencia No. de Referencia 136/1999 del 20 de Julio de
1999. Consultado el 5 de Enero de 2009.
55
Citado por la página web: www.tribunalconstitucional.es. Sentencia No. de Referencia 29/2003 del 18 de Diciembre de
2003. Consultado el 10 de Enero de 2009.
56
Citado por la página web: www.tribunalconstitucional.es. Sentencia No. de Referencia 116/2006 del 24 de Abril de
2006. Consultado el 5 de
De manera que se puede afirmar que ha habido imparcialidad por parte del juzgador, no
obstante la presión de los medios de comunicación, sin existir entonces “juicio paralelo”, que
atente contra la integridad de los magistrados.
La cuestión planteada acerca del derecho a la doble instancia en los procesos penales ya ha
sido resuelta por ese Tribunal en sentido contrario al ahora pretendido, en numerosas y recientes
Sentencias, Autos y providencias (por todas, SSTC 51/1985, 30/1986, 33/1989, 55/1990,
166/1993, 22/1997 y 41/1998, Y ATC 1.309/1988).
57
Citado por la página web: www.tribunalconstitucional.es. Sentencia No. de Referencia 136/1999 del 20 de Julio de
1999. Consultado el 5 de Enero de 2009.
58
CFR. Ibidem;
Respecto al principio de la doble instancia se puede destacar qué se entiende por instancia, en
su acepción más simple, cada uno de los grados del proceso, o, en sentido amplio, el conjunto
de actuaciones que integran la fase del proceso surtida ante un determinado funcionario y a la
cual entre le pone fin mediante una providencia en la cual decide el fondo del asunto sometido a
su consideración.
La instancia se caracteriza porque, de una parte, comprende toda la fase, grado o actuación del
proceso efectuada por un funcionario judicial, y, de otra, por corresponderle decidir en forma
amplia sobre el fondo de la cuestión debatida. Se habla de primera instancia para referirse a la
comprendida desde que se inicia el proceso hasta cuando se profiere la correspondiente
sentencia. La segunda se surte ante el superior jerárquico en virtud del recurso de apelación y va
desde que este se admite hasta que se decide mediante la correspondiente sentencia. En una y
otra sentencia, esto es, tanto la que decide la primera como la segunda instancia, el juzgador
goza de autonomía para decidir en el marco señalado o establecido por la ley.
Este principio entonces, garantiza que la sentencia de la primera instancia sea revisada por la
Alzada. Se trata de un derecho garantizado también en el artículo 8, letra h) de la Convención
Interamericana de Derechos Humanos o Pacto de San José de 22/11/69, "que confiere el
derecho a toda persona que es juzgada, el derecho de recurrir del fallo ante juez o tribunal
superior.
59
Citado de la página web:www.tribunalconstitucional.es. Sentencia No. de referencia 136/1999 del 20 de julio de 1999.
Consultado el 5 de Enero de 2009.
En este sentido, y como se ha hecho referencia, la tendencia internacional sobre estos principios
en los ordamientos jurídicos no es cuestionable, pero el Tribunal Constitucional español explica
que eso no quiere decir que no puedan darse excepciones, con motivo de la importancia del
caso, y que fuera un juzgado en primera instancia por la jurisdicción más alta, concluyendo el
mencionado Tribunal Constitucional que no se ha vulnerado el derecho a la tutela judicial
efectiva, en el reconocimiento a la doble instancia, a pesar que la causa se juzgó en una sola
instancia, pero por el Tribunal más alto en el orden penal, en donde a la final iba a recaer la
causa en segunda instancia.
60
TRIBUNAL SUPREMO DE JUSTICIA. Sala de Casación Penal. Sentencia Nº 231. Expediente Nº C05-0165 de fecha
20/05/2005.
Como se puede concluir en párrafo anterior citado, el Tribunal Constitucional español no está
enjuiciando las valoraciones efectuadas en la sentencia, sino que se refiere a los hechos
directamente. En este sentido, los derechos y libertades de expresión e información y de
participación en los asuntos públicos, están inteconectados; pues los recurrentes expresan un
mensaje político, con el propósito de hacer propaganda política, buscando como fin último tener
acceso a los cargos públicos y así poder participar en los asuntos públicos.
61
Idem.
62
Idem
Con respecto a la libertad de expresión e información antes referidos, éstos quedan limitados
cuando atentan contra la intimidad y privacidad de las personas, y por supuesto amenazas e
intimidaciones a los ciudadanos, de manera que esos derechos serían coartados para respetar
los derechos de las demás personas, con lo cual se verifica el carácter no absoluto del derecho,
precisamente por la protección de los derechos fundamentales.
63
Idem
64
Idem
Entonces, los mensajes transmitidos contienen contenido intimidatorio, pero disfrazados con el
ejercicio de la participación y representación política y la libertad de expresión e información;
entonces al extralimitarse en ese sentido la Constitución no ampara a los recurrentes, pues la
conducta del recurrente de amparo no es objeto del derecho fundamental de libertad de
expresión e información, ya que a través de la interpretación jurídica entra dentro del
reconocimiento del límite interno consagrado en la ley y que debe ser interpretado por el juez..
“La constitución establece por sí misma los límites de los derechos fundamentales en algunas
ocasiones. En otras ocasiones el límite del derecho deriva de la Constitución sólo de una manera
mediata o indirecta, en cuanto que ha de justificarse por la necesidad de proteger o preservar no
sólo otros derechos constitucionales; sino también otros bienes constitucionalmente protegidos”.
66
65
Idem
66
Guía de Estudio del Doctorado Político y Constitucional de la Universidad Nacional de Educación a Distancia de
España (UNED), Seminario: Aspectos Subjetivos y Objetivos de los Derechos Fundamentales. Consultado en enero de
2009 de la página web: http://www.uned.es/dpto-derecho-politico/dpto.htm.
La sentencia en estudio, a través del principio de legalidad afirma la falta de seguridad jurídica
por la necesidad del establecimiento taxativo de la pena, que en el momento en que se
desarrolló el hecho del caso de estudio no estaba determinada en lo que respecta al delito del
terrorismo en el Código Penal español, y lo relacionado al auxilio y colaboración con bandas
armadas.
67
Citado de la página web:www.tribunalconstitucional.es. Sentencia No. de referencia 136/1999 del 20 de julio de 1999.
Consultado el 5 de Enero de 2009.
Como ya se ha hecho referencia de la falta de regulación penal antes aludida, y en vista del
principio de legalidad penal, entonces la conducta sancionada debe estar tipificada como delito
68
Citado de la página web: www.tribunalconstitucional.es. Sentencia No. de referencia 136/1999 del 20 de julio de 1999.
Consultado el 5 de Enero de 2009.
con una pena que debe ser proporcionada tomando en cuenta el hecho y los derechos
fundamentales, a los fines de evitar posteriormente la declaración de inconstitucionalidad.
Entonces, en este orden de ideas y para poder decir si hubo o no proporcionalidad al momento
de la aplicación de la pena se debe resaltar los siguientes párrafos de la sentencia en estudio,
incluyendo la parte dispositiva de la misma:
69
Citado de la página web: www.tribunalconstitucional.es. Sentencia No. de referencia 136/1999 del 20 de julio de 1999.
Consultado el 5 de Enero de 2009.
FALLO
El artículo 174 a) del Código penal español de 1973, aunque establecía taxativamente el delito,
creaba incertidumbre de cuáles conductas abarcaba la colaboración a banda armada, que
violentó el principio de legalidad penal respecto a las penas desproporcionadas.
70
Citado de la página web: www.tribunalconstitucional.es. Sentencia No. de referencia 136/1999 del 20 de julio de 1999.
Consultado el 5 de Enero de 2009.
A nuestro modo de ver, las relaciones entre los conceptos de intervención, desarrollo y
regulación de los derechos fundamentales pueden precisarse mediante los siguientes
enunciados, que tienen en cuenta 1os criterios sentados por la jurisprudencia del Tribunal
Constitucional:
- El artículo 53.1 CE estatuye una reserva general de ley para la regulación de los derechos
fundamentales. La regulación puede ser un caso particular de intervención en los derechos
fundamentales, cuando implica una afectación negativa de ellos. La intervención es un concepto
amplio, que se refiere a todas las afectaciones negativas de los derechos fundamentales
provenientes de los poderes públicos y de los particulares. La regulación, en cambio, comprende
las normas legislativas que tienen el rango de ley ordinaria. Eventualmente, estas normas
pueden afectar de manera negativa a un derecho fundamental. En razón de estas
características, la regulación se diferencia de las intervenciones o provenientes de otras fuentes
de los derechos fundamentales; y de los desarrollos de estos derechos que deben tener forma
de ley orgánica.
- Toda regulación de un derecho fundamental afecta a sus normas y posiciones prima facie de y
como consecuencia debe observar las exigencias del principio de proporcionalidad. Si la
regulación afecta negativamente al derecho, éste eleva una pretensión en contra de que esta
afectación negativa sea excesiva. Si, por el contrario, la regulación afecta positivamente al
derecho, es decir, si trata de configurado o de posibilitar su ejercicio, el derecho eleva una
pretensión en contra de que la configuración sea deficiente, es decir, de que la configuración
legislativa no lo realice en la mayor medida posible. En este último supuesto, sin embargo, la
71
OTTO y PARDO citado por BASTIDAS FREIJEDO, Francisco, VILLA VERDE MENÉNDEZ, Ignacio, REQUEJO
RODRÍGUEZ, Paloma, PRESNO LINERA, Miguel Ángel, ALÁEZ CORRAL, Benito, FERNÁNDEZ SARASOLA, Ignacio;
Teoría General de los Derechos Fundamentales en la Constitución Española de 1978. Madrid, Edit. Tecnos, 2004; p.
147.
72
CASAL H., Jesús; Teoría de los Derechos Fundamentales: Condiciones para Limitación de Derechos. En: Curso de
Capacitación sobre el Razonamiento y Argumentación Jurídica. Tribunal Supremo de Justicia Serie Eventos. Nº 3,
Caracas. 2001; p. 439.
adecuación de la medida tomada sin limitar otros derechos fundamentales como lo son la
participación política y la libertad de expresión e información. Es por eso que en el caso bajo
análisis el legislador del Código Penal español de 1973, en su artículo 174 a) , no atemperó la
sanción penal en los actos de colaboración con banda armada. Lo que sí existía era una
ausencia en la norma de la previsión del caso referido, para imponer una pena inferior a la de
prisión mayor en grado mínimo; y es por esa razón que la norma incurre en inconstitucionalidad,
por vulnerar el principio de derecho a la legalidad penal.
Asimismo, si se parte de una interpretación amplia del supuesto de hecho de los derechos
fundamentales, no es fácil concebir una norma legal que no implique ninguna afectación negativa
real o potencial de los ámbitos de protección prima facie. La interpretación amplia de los
derechos fundamentales implica aceptar que todas las normas y posiciones que puedan
adscribirse dentro de sus ámbitos de protección inicial, reclaman prima facie para sí la máxima
realización posible. Desde este "punto de vista, una ley de configuración que, por ejemplo,
distribuya las posibilidades de ejercicio de un mismo derecho' fundamental entre varios titulares,
para hacerlo viable en la práctica, debe ser considerada también como una ley de intervención,
nulidad; es uno de sus presupuestos. Por el contrario, la certeza de que una norma legal es una
restricción o una vulneración de un derecho, se produce sólo después de la aplicación del
mencionado principio o por fuera de su estructura argumentativa. Fuera de la estructura
argumentativa del principio de proporcionalidad, puede considerarse que una norma legal es una
restricción de un derecho fundamental, cuando el Legislador afecta negativamente a un derecho
de una forma que no despierta ninguna sospecha de inconstitucionalidad (es un caso fácil sobre
la constitucionalidad de la ley). En cambio, la restricción obtiene su identidad después de la
aplicación de los subprincipios de la proporcionalidad, cuando se llega a la conclusión de que la
norma legal cumple sus exigencias y de que, por tanto, debe valer de manera definitiva. Por su
parte, el convencimiento acerca de la vulneración de un derecho fundamental surge, por fuera de
la estructura de la proporcionalidad, cuando se presenta un caso claro de inconstitucionalidad de
la norma legal; y, después de la aplicación de sus subprincipios, cuando mediante este iter
argumentativo se establece que la norma iusfundamental afectada debe valer de manera
definitiva y que la norma legal debe ser declarada inconstitucional.
La intervención implica entonces tanto la validez prima facie de la norma legal, como la validez
prima facie de la norma iusfundamental afectada; la restricción implica, por su parte la validez
definitiva de la norma legal y la correlativa pérdida de validez prima facie de la norma
iusfundamental afectada; en fin, la vulneración implica la validez definitiva de la norma
iusfundamental afectada y la correlativa declaración de inconstitucionalidad y pérdida de la
validez de la norma legal.
CONCLUSIÓN
Destacar que los derechos humanos son propios de la condición humana y por tanto son
universales, de la persona en cuanto tales, son también derechos naturales, también son
derechos preestatales y superiores al poder político que debe respetar los derechos humanos.
Se decía también que eran derechos ligados a la dignidad de la persona humana dentro del
Estado y de la sociedad. Lo que interesa destacar es que si los derechos fundamentales son
derechos humanos, tienen éstos también las características que hemos reconocido a los
derechos humanos. Por tanto, a los derechos fundamentales no los crea el poder político, ni la
Constitución, los derechos fundamentales se imponen al Estado, la Constitución se limita a
reconocer los derechos fundamentales, la Constitución propugna los derechos fundamentales,
pero no los crea.
¿Quién delimita los derechos fundamentales? En primer lugar la propia Constitución a pesar de
las pocas palabras que usa en muchos casos, la Constitución está configurando los derechos
fundamentales, y esta configuración en unos casos es más intensa y en otros casos menos. En
unos casos art. 22, 28,6.7, en estos casos la Constitución delimita con notable intensidad el
contenido. En otros casos el alcance es menos.
Los límites implícitos son el límite no previsto expresamente en la CE, pero deriva de una
manera indirecta de la CE. No deriva inmediatamente de la CE. Los límites implícitos se
justificaron en la necesidad de proteger o preservar a otros derechos constitucionales, y a otros
bienes o valores constitucionalmente protegidos. Estos valores y bienes no están en todos los
casos constitucionalizados de forma expresa, nos encontramos con el problema en que lo
sustantivamente fundamental está formalizado expresamente en la Constitución, pero hay casos
que no. La solución es establecer una discrecionalidad por parte del juez o del legislador, p.e
despenalización del aborto se lleva al TC y dicho tribunal acude al nasciturus como un valor…).
Ante esta situación, el jurista tiene que intentar siempre racionalizar todas las cuestiones.
El criterio o juicio para controlar el alcance de una limitación o un derecho fundamental. Toda
intervención limitadora de un derecho fundamental debe reunir (aparte del fundamento mediato o
inmediato del texto constitucional) hay más requisitos: intervención adecuada, necesaria y
proporcional.
Los derechos fundamentales pueden ser limitados por otros derechos fundamentales o bienes
constitucionalmente protegidos. Los derechos fundamentales no son derechos absolutos, pero
también es cierto que si los derechos fundamentales no son absolutos mucho menos pueden ser
absolutos los límites a los que ha de someterse el ejercicio de tales derechos. El tribunal ha
dicho que los límites han de ser interpretados con criterios restrictivos y en el sentido más
favorable a la esencia de los derechos. Por tanto, el legislador no puede limitar a su capricho los
derechos fundamentales, el legislador no puede devaluar arbitrariamente la fuerza normativa de
un derecho fundamental.
En segundo lugar se debe destacar que toda intervención limitadora debe reunir una serie de
requisitos que restringen la extensión de los límites y que se concentran en torno al llamado
juicio de proporcionalidad. Juicio en virtud del cual se analiza la limitación que se ha efectuado al
derecho con la finalidad de valorar si está justificada o no constitucionalmente la limitación.
La justificación constitucional de la limitación requiere que se cumplan tres requisitos, que son
los que constituyen el contenido del juicio de proporcionalidad: la adecuación de la limitación, la
necesidad de la limitación, la proporcionalidad en sentido estricto.
1) La adecuación: queremos destacar que la limitación debe ser un medio adecuado, idóneo,
útil, eficaz, para conseguir el fin propuesto por el legislador (fin que solo puede ser la protección
de otro derecho fundamental o la protección de un valor o un bien que tenga fundamento
expreso o implícito en el texto constitucional). No será adecuada si no sirven para la obtención
de un fin consistente en la protección de otro derecho fundamental o un bien jurídico.
Evidentemente esta fase del juicio es una fase de muy escaso alcance en el momento de
controlar sobre todo al legislador porque es el que ha de determinar si el medio es adecuado. El
tribunal parará el juicio solo cuando se encuentre con una medida arbitraria.
Ahora bien, el Estado tiene la obligación de garantizar la vida del mismo, y comienza el Tribunal
Constitucional español a destacar que las medidas son insuficientes, declarando la
inconstitucionalita del artículo 417, realizando las modificaciones correspondientes,
considerando que dentro de las funciones dadas al legislador, no se cumple con los requisitos
mínimos para garantizar que el aborto se produzca en las condiciones optimas para la vida del
nasciturus y de la madre, para que no se llegue al extremo de que se produzcan abortos
innecesarios o indiscriminados, y se viole el derecho a la vida, incumpliendo el legislador de esa
manera con el deber positivo de protección.
Para culminar, se debe resaltar que el Tribunal Constitucional español no reconoce a la final la
titularidad del derecho a la vida del nascituris, pero sí desarrolla muy efectivamente lo
relacionado a su protección, pues considera la vida como un valor fundamental.
Al analizar la Sentencia del Tribunal Constitucional Español Nro. 99/1994, se puede concluir que
como el derecho fundamental es un principio a su vez que guía la interpretación y aplicación del
ordenamiento jurídico en general; y en el caso específico de estudio, el derecho a la intimidad y a
la propia imagen, que forman parte de los derechos de la personalidad y tienen una íntima
relación con la dignidad humana, son considerados derechos fundamentales que se superponen
al contrato de trabajo e interés empresarial, más cuando en el caso de estudio el contrato no
De esta manera, la empresa tiene la obligación además de respetar los derechos fundamentales
del trabajador, abarcando de esta forma la vinculación negativa de los particulares a los
derechos fundamentales, aunque sea negativamente, todo de conformidad con el artículo 9.1 de
la Constitución española.
BIBLIOGRAFÍA
WEB BIBLIOGRÁFICA
- www.tribunalconstitucional.es
- www.uned.es/dpto-derecho-politico/programafp.htm. Guía de Estudio del
Seminario: Aspectos Subjetivos y Objetivos de los Derechos Fundamentales de la
UNED. Consultado en enero de 2009.