Erc Diabetes
Erc Diabetes
Erc Diabetes
Coordinadora: Estrella Menéndez. Médica Nutricionista. Especializada en Diabetes. Médica de Planta, Servicio de Diabetes y Nutrición. CEMIC.
Integrantes: Bárbara Aparicio. Licenciada en Nutrición. Nutricionista en Unidades de Nefrología, Fresenius Medical Care. Myriam Ciprés. Licenciada en Nutrición.
Nutricionista Área Renal y Diabetes, Fresenius Medical Care. Yanina Maccio. Licenciada en Nutrición. Nutricionista de la Unidad de Nefrología y Diálisis, CIMAC, San Juan.
Carolina Martínez. Médica Nefróloga. Médica de Planta del Servicio de Nefrología. Hospital Regional de Neuquén. Cristina Milano. Licenciada en Nutrición.
Coordinadora Nacional del Área de Nutrición. Fresenius Medical Care. María Elena Rodríguez. Médica Nutricionista. Especializada en Diabetes. Médica de Planta
del Hospital Materno Infantil San Isidro.
131
Mesa de Trabajo 9 - Nutrición en el paciente con diabetes y enfermedad renal crónica
tienen mayores probabilidades de sobrevivir al menos por 12 me- guiente manera: normal, 25; desnutrición leve, 26 a 28; des-
ses (K/DOQI 2000). En pacientes amputados se hace cálculo ajus- nutrición moderada, 29 a 31; y desnutrición severa, 32 o más
tado. Ver anexo (Bilbrey, 1989)
Peso seco actual: peso registrado después de la hemodiálisis (sesión • Score de Milano-Cusumano:
a mitad de semana), sin presencia de edema periférico, con presión En nuestro país el grupo de Milano-Cusumano modificaron el
arterial normal y sin hipotensión postural (Riella, Martins, 2004). score de Bilbrey y Cohen, y lo validaron incorporando al mismo la
Pérdida de peso: la pérdida de peso no intencional, según en que determinación del colesterol plasmático por la importante corre-
tiempo tuvo lugar, es uno de los parámetros más importantes para la lación, entre éste, la albúmina y el estado nutricional. Asimismo,
evaluación del estado nutricional general. Una pérdida mayor al 10% consideraron, en lugar de la relación peso/talla, el índice de masa
del peso durante los últimos seis meses puede utilizarse en el diag- corporal por ser éste más exacto, desestimaron el recuento leuco-
nóstico de desnutrición (Guideline on Nutrition EBPG). citario, dado que su utilidad no es sostenida por todos, e incorpo-
Talla: tiende a disminuir con el tiempo en función de las altera- raron capacidad total de unión al hierro (TIBC). Modificaron tam-
ciones óseas. Debería actualizarse anualmente. bién la albúmina, considerando como valores normales de nutri-
Talla en pacientes que no pueden ponerse de pie (amputados): ción mayor a 4 g/dl (Milano,1998) (Cusumano, 1996; Cusumano y
dos métodos pueden utilizarse en estas situaciones: Milano, 1999) Ver anexo.
• Score de malnutrición-inflamación (MIS):
1) Altura de la rodilla: se mide desde la planta del pie (deba- El MIS es un sistema de puntaje que combina marcadores de nu-
jo del talón), hasta la superficie anterior del fémur de la ro- trición e inflamación. Así, toma 7 componentes del SGA (una es-
dilla en ángulo de 90 grados. Con este valor y de acuerdo a cala semicuantitativa en tres niveles de severidad) y los combi-
la edad y sexo del paciente se aplican diferentes fórmulas na con tres nuevos elementos: índice de masa corporal, albúmi-
(Guastavino P, Guida R 2000). na y TIBC. Cada componente del MIS tiene cuatro niveles de seve-
2) Transversal de brazos. Ver anexo. ridad, de 0 (normal) a 3 (muy severo). En un estudio, realizado so-
bre 378 pacientes en hemodiálisis crónica, los autores de este sis-
Marcadores bioquímicos: tema de puntaje observaron que correlaciona bien con los niveles
• Albúmina de PCR y el Score de comorbilidad de Charlson, y los tres fueron
• Prealbúmina predictores de mortalidad y hospitalización, siendo su poder para
• Transferrina predecir la evolución futura del paciente superior al de la albúmi-
• Colesterol na sérica. Serán necesarios nuevos trabajos que confirmen la uti-
• PCR < 6 (Panichi, 2001) lidad de esta nueva herramienta (Kalantar-Zadeh, 2001).
Se debe considerar además
• nPNA Equivalente proteico de la aparición de Métodos directos de evaluación nutricional
nitrógeno. Los métodos directos de medición de la composición corporal son los
más precisos. Estos son: tomografia computarizada, resonancia mag-
La tasa de catabolismo proteico ofrece información sobre la in- nética, absorciometría de rayos X de energía dual (DEXA), bioimpe-
gesta de proteínas de la dieta. Cuando el balance de nitrógeno es dancia multifrecuencia (BCM) y el agua corporal total. DEXA y BCM
igual a cero en el estado estacionario, la diferencia entre la in- son técnicas validadas y clínicamente útil para evaluar el estado nu-
gesta de nitrógeno y las pérdidas de nitrógeno total es cero o li- tricional de los pacientes renales crónicos (Riella y Martins, 2004)
(Chammey P, Moissi U, Wabel P. FMC, edit May 31, 2007).
geramente positiva. Por lo tanto, en los pacientes clínicamente
estables, nPNA proporciona una estimación válida de la inges-
Monitoreo y seguimiento del estado nutricional
ta de proteínas (K/DOQI, 2000).Para lograr un nPNA normaliza-
Los pacientes deben evaluarse al ingreso a tratamiento sustituti-
do debe tenerse en cuenta el peso corporal del paciente y lograr
vo de la función renal, el seguimiento debe implementarse:
que este estable sin procesos anabólicos ni catabólicos (Guideline
• En pacientes < 50 años y ausencia de desnutrición: cada 6 meses.
on Nutrition EBPG)
• En pacientes > 50 años de edad, y en aquellos sometidos a
diálisis de mantenimiento por más de 5 años, el estado nu-
Métodos integrados de valoración nutricional
tricional deben ser controlados cada 3 meses (Guideline on
• VGS
Nutrition EBPG 2007).
Se basa en una combinación de lo subjetivo y características
objetivas de la historia clínica y examen físico (Guideline on
Nutrition EBPG, 2007). PRESCRIPCIÓN DEL PLAN DE ALIMENTACIÓN DEL
Beneficios: Es un metodo económico, rápido, requiere de es- PACIENTE DIABÉTICO CON ENFERMEDAD
casa capacitación y arroja un diagnostico nutricional de RENAL CRÓNICA.
acuerdo a la sumatoria de puntos (K/DOQI, 2000).
Desventajas: No incluye parámetros objetivos como proteínas ESTADIOS 3 y 4
viscerales. Es subjetiva y su sensibilidad, precisión y reproduc- Objetivos de la intervención nutricional (Riella y Martins, 2006;
tibilidad en el tiempo no han sido ampliamente estudiados en Miller y Klahr, 2005)
pacientes en hemodiálisis. (K/DOQI, 2000) Diferentes trabajos • Enlentecer la disminución de la TFG
han mostrado que la VGS es capaz de detectar los pacientes • Disminuir o enlentecer la progresión de la albuminuria ( micro
severamente desnutridos de los de estado nutricional normal o macro)
pero no parece ser un predictor fiable del grado de desnutri- • Mantener un estado nutricional adecuado
ción (Cano, 2004) • Mejorar el control glucémico
• Score de Bilbrey y Cohen: • Mantener la presión arterial y la dislipemia en rangos
Evaluaron el estado nutricional de una población de 204 pa- aceptables
cientes adultos de ambos sexos, sometidos a hemodiálisis tri- • Reducir la toxicidad urémica en etapas avanzadas
semanal. Utilizando la relación peso/talla, pliegue tricipital,
circunferencia medio braquial, área muscular braquial, albú- Recomendaciones nutricionales en el tratamiento conser-
mina, transferrina, recuento total de linfocitos y examen clí- vador (etapas 3 y 4)
nico, elaboraron un score que les permitió clasificar los dis-
tintos grados de desnutrición en leve, moderado y severo. A VCT
cada parámetro se le otorgó un puntaje de 3 si era normal, y Las necesidades energéticas del paciente diabético con enferme-
4, 5 o 6 si estaba disminuido en forma leve, moderada o se- dad renal leve no difieren del paciente sin nefropatía. El paciente
vera respectivamente. Al examen físico se le otorgó también con normo peso o desnutrición (Hassan, et al) se beneficiará con
un puntaje siguiendo el mismo principio. Así, el índice de nu- incremento energético acompañado de un mejor control metabó-
trición tenía un valor mínimo de 24 puntos y un máximo de lico y recuperación nutricional. Si presenta sobrepeso u obesidad
48. Las categorías fueron arbitrariamente definidas de la si- se aconseja restricción calórica y descenso de peso.
132
Mesa de Trabajo 9 - Nutrición en el paciente con diabetes y enfermedad renal crónica
Recomendaciones calóricas diarias en el tratamiento de los 8 trabajos evaluados. En general el descenso de la proteinu-
conservador (Riella y Martins, 2006) ria genera una mejoría de los niveles de albúmina plasmática, he-
cho no encontrado en el presente meta análisis. Los autores con-
Desnutrido > 35-45 kcal/kg peso cluyen que la dieta baja en proteínas no genera una mejoría signi-
Normo peso (< 60 años) 35 kcal/kg peso ficativa de los marcadores de función renal, en pacientes con dia-
Adultos (> 60 años) betes tipo 1 y 2 a pesar de la mejoría de la HbA1c. También reco-
30-35 kcal/kg peso miendan no ignorar el riesgo de desnutrición que este plan po-
sedentarios (< 60 años )
dría ocasionar. Estos hallazgos difieren de lo observado en meta
Sobrepeso u obesidad 25-30 kcal/kg peso
análisis de pacientes no diabéticos con ERC: en patología renal
no diabética la dieta restringida en proteínas prolonga el tiem-
Proteínas
po de ERC sin terapia sustitutiva, a pesar de que el enlentecimien-
Se ha propuesto una alimentación que cumpla las recomendaciones
to de la pérdida de TFG es pequeño: 0,53 ml/min/año. Los pacien-
proteicas para retrasar la progresión de la nefropatía diabética en pa-
tes con ERC que consumen un plan bajo en proteínas disminuyen
cientes con diabetes tipo 1 y tipo 2 (DM1, DM2).
la tasa de producción de metabolitos de desecho de las proteínas y
Esta estrategia de tratamiento se indica junto con la mejoría del con-
de toxinas urémicas, y a cualquier valor de descenso de la TFG es-
trol glucémico, el uso de terapéutica farmacológica que bloquee el
tán menos sintomáticos y pueden permanecer más tiempo sin in-
eje renina angiotensina aldosterona y el control estricto de la ten-
greso a diálisis (Kopple, 2008).
sión arterial.
Una situación especial es el paciente con proteinuria en rango nefró-
El requerimiento proteico basal para mantener el balance nitroge-
tico severo (10 a 20 g/día) se debe aportar, para mantener el balan-
nado es cercano a 0,6 g/kg/día, mínimo por debajo del cual se corre
ce nitrogenado una cantidad de proteínas que resultara similar a las
riesgo de catabolismo (Fraga, 2003). Recomendaciones proteicas (0,8 g/kg peso/día). Este valor resulta de
En esta etapa de la ERC se sugiere un plan de alimentación que apor- reponer la proteinuria sumando los gramos de proteínas al valor de
te las Recomendaciones proteicas de 0,8 g - 1 g de prot/kg peso, 0,6 g/kg peso/día.
50-70% de alto valor biológico (véase Selección de alimentos). Ejemplo: Paciente sexo femenino, de 55 kg con proteinuria de 15 g
Las desventajas más importantes de este tipo de régimen es el pobre Requerimiento proteico basal: 0,6 g/kg/ día: 33 g proteínas
cumplimiento por parte del paciente y el riesgo de malnutrición si no Proteinuria: 1 g/día por g de proteinuria: 15 g proteínas
se tiene en cuenta un adecuado cumplimiento del VCT y los otros nu- Requerimiento proteico total: 33+ 15: 48 g: 0,87 g/kg peso/día
trientes energéticos (hidratos y grasas). Además se recomienda dieta hiposódica entre 600 y 2000 mg Na/
Varios estudios epidemiológicos y algunos metaanálisis concluyeron día. Si hay edemas importantes se debe realizar restricción de líquidos
que la dieta normoproteica según las recomendaciones: (0,8 g. prot/ para lograr balance negativo (Zunino, 2008; Salas-Salvadó, 2000).
kg peso/día); (hipoproteica para los estándares de consumo habitual
de proteínas), retrasaba la progresión de la IRC en no diabéticos.
Hidratos de carbono
Se realizaron varios estudios en pacientes diabéticos con macroal-
Se debe considerar la cantidad total de hidratos de carbono (HC)
buminuria o microalbuminuria, la mayoría con diabetes tipo 1. En
y el tipo de hidratos para el control de la glucemia postprandial
general el número de pacientes incluidos en estos estudios fue muy
(ADA, 2008). El porcentaje de HC sugerido oscila entre el 45% al
pequeño y la dieta hipoproteica era habitualmente de 0,6 g prot/kg
65%. (Institute de Medicine, 2002) La distribución de los HC se
peso/día, vs. dieta control de hasta 2 g prot/kg peso/día. Estos es-
ajustará a los hábitos alimentarios del paciente, al tipo de me-
tudios demostraron en su mayoría un descenso de la macroalbu-
dicación que recibe y la actividad física que realice. Si bien no
minuria con estabilización de la TFG. (Ciavarella, 1987; Yue, 1988;
existe consenso en lo que respecta al número de comidas que se
Barsotti, 1988; Walker, 1989; Zeller, 1991; Raal, 1994; Dullaart, 1993;
deben consumir diariamente, la distribución que se usa habitual-
Pomerleau, 1993).
mente es: Pacientes que utilizan hipoglucemiantes orales se acon-
El metaanálisis de Pedrini et al. en 1996, con datos de estudios rea-
seja fraccionar los HC en partes proporcionales (D y M 20% y A y
lizados entre 1966 y 1994, evaluó 5 estudios con 1413 pacientes
C 30% o D y M 15% y A y C 35%). Los pacientes en tratamien-
no diabéticos con 18 a 36 meses de seguimiento, y 5 estudios con
to con insulina: se utiliza un fraccionamiento similar, reservan-
108 diabéticos tipo 1 con 9 a 35 meses de seguimiento (4 con ma-
do al menos de 20 g de HC para el pico máximo de acción de la
croalbuminuria y 1 con microalbuminuria). En no diabéticos la dieta
insulina NPH. En pacientes que utilizan insulinoterapia optimiza-
baja en proteínas redujo el riesgo de falla renal o muerte (RR=0,67;
da o bombas de infusión y más aún si se encuentran desnutridos,
IC95%: 0,50-0,89). En diabéticos tipo 1 con proteinuria, la dieta
el método de conteo de HC puede resultar en mejores niveles glu-
baja en proteínas redujo la tasa de excreción de albumina (TEA), la
cémicos, con menos riesgo de hipoglucemias (Achranowitz, 2003;
declinación de la TFG y el clearance (RR=0,56; IC95%: 0,40-0,77).
Aparicio, 2008).
Los resultados obtenidos en diabéticos tipo 1 se extrapolaron a dia-
El uso de fructosa como agente edulcorante puede afectar los lípi-
béticos tipo 2. Se debe considerar que la mayoría de los estudios te-
dos plasmáticos por lo cual no se aconseja en forma habitual (Franz,
nían pocos pacientes, la preparación de la comida había sido en sus
2002).
casas sin supervisación profesional, no había similitud y a veces ni
descripción del tipo de proteínas que se utilizaban para las dietas
Fibra
hipoproteicas. Posteriormente, otros estudios clínicos han mostra-
do resultados diferentes, generando la duda de si la dieta controla- Se recomienda una ingesta diaria de fibra de 14 g/1000 kcal, similar a
da en proteínas genera alguna mejoría en la TFG, en la TEA o en am- la población general (ADA, 2008).
bas (Pilj, 2002; Meloni, 2004; Dussol, 2005).
Pan Y. et al., en el 2008, publicaron un metaanálisis que tuvo Grasas
como objetivo poder determinar el efecto de la dieta baja en pro- Grasa total cubrir el 25-30% del VCT
teínas sobre la función renal en pacientes diabéticos. Evaluó 8 tra- Saturadas < 7% de las calorías totales
bajos con más de 6 meses de duración, grupos randomizados, con Monoinsaturadas hasta el 20% de las calorías totales
disponibilidad de resultados de datos de clearance y TFG, protei- Polinsaturadas hasta el 10% de las calorías totales
nuria y albuminuria en 519 diabéticos tipo 1 y 2 con síndrome ne- Relación omega 6-3 ideal 5 a 1 o posible de 10 a 1 (*)
frótico, proteinuria y microalbuminuria. No se incluyeron estudios Ac. grasos trans < 1% de las calorías totales
cruzados por el riesgo de que el tratamiento en el primer período Colesterol < 200 mg/día
tuviera un efecto prolongado sobre el segundo período. Este meta Estanoles/esteroles vegetales 2 g/día (**)
análisis demostró que, en el subgrupo de dieta baja en proteínas
(*)
se observaron menores niveles de TEA y de proteinuria (p=0,003) Se recomienda el consumo de dos o más porciones de pescados ri-
aunque no se encontró asociación con menor progresión de TFG o cos en omega-3 semanal como aporte de ácidos grasos poliinsaturados
clearance en diabéticos tipo 1 y 2 considerados juntos (p=0,61) o (omega-3) (ADA, 2009).
(**)
separados. Se evaluó el riesgo de desnutrición con la dieta hipo- El consumo de 2 g/día de esteroles y estanoles provenientes de plan-
proteica dado que la malnutrición empeora la función renal. La al- tas disminuye la absorción intestinal de colesterol y ha mostrado dismi-
búmina sérica, marcador del estado nutricional fue estudiada en 4 nuir los niveles de LDL en DM2 y población general (ADA, 2009).
133
Mesa de Trabajo 9 - Nutrición en el paciente con diabetes y enfermedad renal crónica
Minerales nal del paciente adecuándose a la actividad que realice. Las reco-
Sodio mendaciones calóricas son similares a las del período conserva-
La ingesta de sodio recomendada para población general es de dor. (ADA) (K DOQI)
no más de 2.300 mg/día, pero los grupos específicos (hipertensos,
adultos mayores) deberían consumir 1.500 mg/día. Proteínas
Potasio La mayoría de los trabajos coinciden (EBPG Guidelines on
Mientras el paciente presente una diuresis de 1000 ml/día y no se Nutrition; Koople, 2007; Riella, Martins, 2004) que las necesi-
produzca una pérdida significativa de la función renal (< 5 ml/ dades son mayores que la población general debido a las pér-
min) el potasio no se restringe (Riella, Martins, 2004) didas de nutrientes inducidas por el tratamiento, y al incremen-
Fósforo to del catabolismo el día de diálisis (con disminución de AA plas-
En etapas tempranas de la ERC no existe hiperfosfatemia. A me- máticos y proteólisis muscular para mantener un nivel adecua-
dida que la insuficiencia renal avanza, a partir de FG <40 ml/m, la do de los mismos). Estudios de balance de nitrógeno (Rao, 2000)
masa renal funcionante no alcanza para eliminar la cantidad de hallaron que una ingesta promedio de 1,1 g prot/kg peso/día o
fósforo ingerida produciéndose retención del mismo. La ingesta mayor resulta en un balance neutro o positivo, otros en cambio
de fosforo deberá ser entre 800 y 1000 mg/día ajustada a las ne- (Slomowitz, 1989) hallaron que dicha ingesta proteica aun con
cesidades de proteínas cuando los niveles de fósforo sean eleva- ingesta calórica de 35 kcal/kg peso /día puede no ser suficiente
dos (>4,6 mg/dl). para mantener balance de nitrógeno positivo.
Calcio Considerando los estudios anteriormente mencionados, y otros
La ingesta de calcio recomendada es 2.000 mg/día, 1.500 mg a como que la ingesta proteica elevada influye en los niveles séri-
través de suplementos que aporten calcio (carbonato, acetato) y cos de fósforo y está asociada a riesgo vascular (EBPG Guidelines
500 mg a través de la alimentación (Riella, Martins, 2004; Fraga on Nutrition) y la hipótesis de algunos autores, que en los pe-
A; KOQI, 2003). ríodos interdialíticos el stress catabólico puede no estar presen-
te o aún puede ser reemplazado por una respuesta anabólica (Lim,
Vitaminas (véase Anexo) 1998), surgen las siguientes recomendaciones diarias para pa-
cientes en hemodiálisis
Oligoelementos
Los pacientes con restricción de proteínas pueden presentar dé- Pacientes clínicamente estables: > 1,1g prot/kg PI/día
ficit de zinc y selenio. Las recomendaciones diarias de zinc en el nPNA estable (no catabólico) en pacientes clínicamente esta-
tratamiento conservador son de 12-15 mg para el resto de los oli- bles: > 1,0 g/PI/día
goelementos (cobre, selenio, manganeso, molibdeno) no han sido
determinadas aún recomendaciones. (Riella, Martins, 2004). Hidratos de carbono
El manejo de los HC del paciente diabético en tratamiento sus-
Líquidos titutivo es igual que en el período conservador con algunas
No requieren restricción hasta que exista una pérdida significati- particularidades:
va de la función renal (<5 ml/min), el volumen de excreción uri- • el aporte de sacarosa se suprime en presencia de hipertrigli-
naria será otro indicador del manejo hídrico. ceridemia, en ausencia de la misma es un buen recurso para
cubrir las necesidades energéticas, sobre todo en pacientes
que requieren recuperación nutricional.
Alcohol
• el aporte de glucosa que se da través del baño de diálisis,
La ingesta diaria recomendada (Fraga, 2004; ADA, 2008) es igual ayuda a reponer las pérdidas que se producen por sesión de
que en la población general es decir 15-30 g de alcohol. Una por- diálisis (26 g de glucosa promedio), y a evitar hipoglucemias
ción de bebida alcohólica se define como: 350 ml de cerveza, 150 intradiálisis pero no se contabiliza como aporte dado que solo
ml de vino, 40-45 ml de whisky o bebidas destiladas, cada una de contribuye a evitar un disbalance en las tres sesiones de diáli-
las cuales contienen 15 g de alcohol. sis que recibe
• la cantidad total diaria de HC se adecuará al tipo de activi-
ESTADIO 5 dad que realice, los horarios que implica el tratamiento dialí-
tico y a los controles glucémicos, 130 g/día es el requerimien-
Objetivo de la intervención nutricional: to promedio mínimo de carbohidratos a aportar ( Institute of
• Reponer las pérdidas de nutrientes intradialíticas y minimizar Medicine, 2005)
el catabolismo proteico.
• Evitar excesiva acumulación de productos de desecho en Fibra
los períodos interdialítico, para atenuar las complicaciones En diálisis, contribuye a mejorar el estreñimiento crónico que
urémicas. presentan los pacientes por el consumo de quelantes y por las
• Corregir, atenuar o evitar patologías asociadas con la restricciones que se han implementado para el control del pota-
nutrición. sio sérico.
• Mantener o alcanzar un estado nutricional acorde al mo- Un estudio piloto efectuado en pacientes en hemodiálisis
mento biológico, avalado por parámetros bioquímicos y (Burgess, 1987) aportando 3 cucharadas soperas de salvado por
antropométricos. día mostró mejoría en el estreñimiento de todos los pacientes sin
• Mantener un control glucémico aceptable. variaciones en los niveles de K y P, la única desventaja hallada
• Efectuar la adecuación correspondiente a las comorbilidades. fue la mayor cantidad de agua que se ingiere.
VCT Grasas
Si bien el gasto energético en reposo del paciente en hemodiá- El manejo de las grasas en el paciente diabético en estadio 5 es
lisis (medido por calorimetría indirecta) no difiere del individuo igual que en el período conservador. (NCEP, ATP III, 2001)
sano (Ikizler, 1996), algunos estudios muestran que es más alto
(8-16%) (Cuppari y Avesani, 2004) en pacientes con hiperpara- Sodio
tiroidismo secundario (Cuppari, 2004 ), diabéticos (12,5%) y con La ingesta diaria recomendada de sodio es de 5 a 6 g ClNa (2 a
inflamación crónica con porcentajes variable según el grado de 2.4g Na) (EBPG Guidelines on Nutrition) la conversión se calcu-
inflamación. Hallazgos que difieren de otros autores (Kamimura, la considerando que un gramo de ClNa representa 400mg de Na
2007). En la población anciana se observa una disminución del La ingesta de sodio puede ser más liberal en pacientes hemodina-
gasto energético del 3%. micamente compensados o con función renal residual. La restric-
Cuanto más avanzada sea la IRC (FG <25 ml/m) (Ikizler, 1996), ción dependerá del grado de hidratación, tensión arterial, insufi-
es más frecuente hallar anorexia y desnutrición calórico-protei- ciencia cardíaca, ganancia de peso interdialítica y el grado de ad-
ca, por ende el VCT a cubrir dependerá de la situación nutricio- herencia al plan de alimentación indicado.
134
Mesa de Trabajo 9 - Nutrición en el paciente con diabetes y enfermedad renal crónica
135
Mesa de Trabajo 9 - Nutrición en el paciente con diabetes y enfermedad renal crónica
Los vegetales con menos de 300 mg de potasio son: acelga cocida, co. Por ejemplo: 15 g de manteca o de margarina untable o 25 g de
ají, berenjena, berro, coliflor, cardo, esparrago, pepino, repollo co- crema de leche.
cido, tomate, zapallito, cebolla, chauchas, puerro, remolacha coci- Lo interesante es que manipulando el resto de alimentos fuentes de
da, zapallo y choclo. La lechuga tiene más pero se usa en cantidades grasas, como: tipo de carnes, variedad de aceites; se pueden incluir
pequeñas. Se indican todos los días, los que presentan más de 300 sin dejar de cumplir con el perfil de grasas que recomienda la ADA.
mg se sugiere el proceso de remojo que permite la pérdida del 40% (Piñeiro, 2005)
del potasio. (Torresani M. et al, 2000) La mayonesa, salsa golf, aceitunas contienen sodio por lo que se su-
Las frutas con menos de 200 mg% de potasio son: ananá, cereza, giere realizar una cautelosa selección (Grieco, 2003).
ciruela, frutilla, mandarina, manzana, melón, naranja, pera, pomelo El consumo de ácidos grasos trans ha aumentado en los últimos años,
y sandía. Las que poseen mayor contenido de potasio son: banana, particularmente se debe a la ingesta de productos de panificación,
durazno, damasco, kiwi. (Grieco, 2003) amasados y galletas elaborados con aceites vegetales hidrogenados.
Se sugiere evitar los jugos exprimidos, porque concentran potasio. Debido a que los efectos de éste tipo de ácidos grasos sobre el coles-
Todas las frutas deshidratadas y secas tienen potasio, fósforo y terol LDL, son similares al de los ácidos grasos saturados (AGS), ade-
proteínas con excepción de la castaña. (Mazzei, 1995) más de generar la disminución en el HDL, su consumo debe ser limi-
Se puede incluir el consumo de frutas enlatadas porque en el proce- tado (Piñeiro, 2005). La evidencia disponible sugiere que una mayor
so tecnológico pierden potasio (estas a diferencia de otros enlata- ingesta de ácidos grasos omega-3 y ácidos grasos monoinsaturados
dos contienen conservantes bajos en sodio). (Grieco, 2003) pueden ser considerados causa de los efectos potencialmente favora-
bles sobre la progresión de la ERC (KDOQI, 2007).
Leche, yogur y quesos:
Este grupo de alimentos aporta fundamentalmente proteínas de Azúcar y dulces
alto valor biológico pero al mismo tiempo son de alto contenido en Dentro de los azúcares el más utilizado es la sacarosa. La fructo-
sodio y fósforo, además de grasa saturada, por lo que su consumo sa se suele incluirse a través de alimentos que la contengan (frutas,
debe ser controlado y en forma de reemplazos. mermelada y miel), según hábitos del paciente. En diabéticos tipo
Se aconsejan la leche y yogur descremados, y evitar los quesos de 2, dietas altas en fructosa mejoran los niveles de glucemia, pero
consistencia dura y de mayor grado de maduración por su mayor los pacientes aumentan de peso y elevan triglicéridos. (Cusumano,
contenido en sodio, fósforo y grasas saturadas. 2009)
No es necesario restricción absoluta de la sacarosa, se pueden con-
Carnes y huevos: sumir alimentos que la contengan, teniendo en cuenta la presencia
Su consumo es muy importante por ser fuentes de proteínas de alto de grasas en esos alimentos. Los alcoholes de azúcar (sorbitol, ma-
valor biológico. Se indicarán cantidades adecuadas según el control nitol, xilitol) y los edulcorantes no nutritivos (sacarina, aspartame,
proteico, además de no superar el aporte de fósforo. (Riella, 2004) acesulfame K, sucralosa, steviosida) son seguros cuando se consu-
Se recomienda carne de vaca, ave o cerdo. También pescado tenien- men en los niveles de ingesta diaria admitida (IDA) por FDA. (ADA,
do en cuenta hacer una selección por tener mayor tenor de fosforo. 2009) La IDA es la centésima parte de una cantidad que consumida
Sus ventajas son muchas: perfil de grasa aconsejado, mayor acepta- diariamente no produce daño. Se mide en mg/kg de peso corporal.
bilidad y mejor digestibilidad. Además, la merluza por ejemplo, que Los edulcorantes no nutritivos se emplean combinados para poten-
es uno de los pescados mas consumidos aporta 216 mg% de fósfo- ciar su acción. Se debe tener en cuenta que el dulce de leche y cho-
ro, valor equivalente al contenido en otro tipo de carne. Ver anexo colate tienen alto contenido de fósforo y potasio.
(contenido de fósforo/ g proteína) (Cupisti, 2003)
Es importante remarcarle al paciente la necesidad de consumir car- Condimentos
nes en este período de la enfermedad. Es muy común que debido a Se pueden indicar todos. No se aconsejan las sales sustitutas porque
un mal asesoramiento médico – nutricional y sobre todo por propia contienen potasio y amonio.
iniciativa, el paciente consuma solo verduras, frutas y harinas, con-
tribuyendo de esta forma a un estado de malnutrición. (Aparicio, Líquidos
2005) Se sugieren sin proteínas, hiposódicos e hipokalémicos. Se indican
No se recomiendan fiambres y embutidos por su alto contenido de agua potable (evaluar la zona por el contenido de sodio), aguas mi-
fósforo, sodio y grasas saturadas. Se desaconsejan los pescados en- nerales bajas en sodio, compotas de frutas, caldos caseros sin papa
latados por su alto contenido de sodio a excepción de marcas espe- ni batata, infusiones. Las bebidas con soja y los jugos de frutas son
cíficas que no tienen sodio agregado ni como conservante. ricos en potasio. (Grieco, 2003).
Las vísceras son todas ricas en fósforo y grasas saturadas, con ex- Un vaso de vino o de cerveza contiene 50 a 60 mg de fósforo
cepción del mondongo (Mazzei, 1995). (sin aporte de proteínas) comparado con un vaso de gaseosa tipo
Con respecto al huevo, el fósforo se encuentra en la yema; en- “cola”o jugos de frutas que aportan 30 mg% o té y gaseosas tipo
tonces se selecciona la clara, en reemplazo de la carne, que tam- “cola” light (15 mg%). El cacao, y las bebidas chocolatadas con le-
bién posee proteínas de alto valor biológico. Es un buen reempla- che también aportan fósforo. (Cupisti, 2003)
zo cuando los síntomas urémicos provocan intolerancia a la carne.
Además, es conveniente evitar la yema porque es un alimento rico Gastroparesia
en grasas saturadas. El paciente nefrópata diabético y con gastroparesia representa un
La monitorización estricta de los pacientes que siguen una dieta gran desafío que puede exigir intervenciones nutricionales agresi-
con restricción de proteínas es importante para asegurar una ade- vas y rápidas. Además, la gastroparesia hace muy difícil el control
cuada, pero no excesiva, ingesta de este nutriente (K/DOQI, 2007). de la diabetes, lo cual, a su vez, empeora el vaciamiento gástrico, es
decir, se genera un círculo vicioso que empeora significativamen-
Aceites y grasas te la calidad y el estado nutricional de estos pacientes. Existe una
Este grupo de alimentos constituye un recurso fundamental a la gran escasez de información científica sobre las intervenciones nu-
hora de vehiculizar calorías, de todas maneras es de suma impor- tricionales en los trastornos gastrointestinales de estos pacientes.
tancia una adecuada selección de grasas según la prescripción die- (Riella, 2004)
tética efectuada. En la selección de alimentos es importante prestar especial atención
Se recomiendan procedimientos de cocción que eviten salteados y a las preferencias alimentarias del paciente, a la tolerancia indivi-
frituras. dual y a la prescripción dietética según estadío de la nefropatía. Es
Elegir aceite vegetal en crudo (oliva, soja, canola) y en bajas propor- importante cubrir el requerimiento proteico diario, por ello no de-
ciones crema de leche y manteca (Aparicio, 2005) ben faltar carnes, clara de huevo y leche preferentemente descre-
Se debe tener en cuenta que al disminuir en forma muy importante mada, incluirlos siempre en preparaciones simples para no retardar
el consumo de carnes, quesos, fiambres y embutidos, esto genera un el vaciamiento gástrico.
gigante descenso del consumo de grasas saturadas. De esta manera Con respecto almidones (fideos de laminado fino y arroz decortica-
se puede agregar alimentos fuentes de estas grasas, que en otra si- do bien cocidos), vegetales y frutas cocidos y procesados para una
tuación no se indicarían en la alimentación de un paciente diabéti- mejor tolerancia gástrica. Las fibras, sobre todo la pectina, pueden
136
Mesa de Trabajo 9 - Nutrición en el paciente con diabetes y enfermedad renal crónica
reducir el vaciamiento gástrico y deben ser evitadas por los pacien- trabajos acerca de las preferencias de los pacientes por los diferen-
tes con gastroparesia importante. Solo en el caso de estreñimiento tes productos los específicos para diálisis y los estándares (Williams
puede ser útil incluir fibras insolubles. (Riella, 2004) R. et al 2009).
Los lípidos también retardan el vaciamiento gástrico, pero la mayo-
ría de los pacientes puede tolerar bien los alimentos ricos en gra- Alimentación por sonda: Se debe indicar cuando la alimentación
sas, sobre todo en forma líquida (p. ej. leche entera, licuados con le- oral o la suplementación son inadecuadas. Lo ideal es utilizar las lis-
che, suplementos nutricionales). Es importante incluir el aceite ve- tas para colgar ya que son más seguras desde el punto de vista mi-
getal como tal para mejorar el aporte calórico y de ácidos grasos crobiológico, ahorran tiempo de preparación y minimizan riesgos de
esenciales. contaminación. Se ha observado incremento de albúmina y aumen-
Muchos pacientes con vaciamiento gástrico retardado de sólidos to del apetito (Stratton, 2005) (Riella, 2004); podría mejorar resul-
tienen vaciamiento normal de líquidos. Por lo tanto la mayoría de tados clínicos pero no hay estudios específicos .Solo debe ser utili-
los líquidos, aún aquellos muy calóricos, tienen un vaciamiento gás- zada por períodos cortos.
trico cercano a lo normal. (Riella, 2004) Ventajas de la alimentación por sonda (Moore, 2008)
La saciedad precoz es el sello distintivo de la gastroparesia, por tan- • Puede usarse para administrar nutrientes a pacientes crónica-
to comidas frugales y frecuentes (seis o más por día) pueden ayu- mente hiporexicos e incapaces de ingerir cantidades adecuadas
dar al paciente a alcanzar una ingesta adecuada de nutrientes por de alimentos y suplementos alimentarios.
vía oral. Otra característica es que los pacientes pueden presentar • Puede proporcionar la cantidad y composición adecuada de to-
un vaciamiento gástrico mas retardado al final del día. En este caso, dos los nutrientes.
puede ser útil una alimentación más líquida en ese horario y dejar • Uso de fórmulas especializadas para las necesidades nutriciona-
los alimentos sólidos para las primeras comidas del día. les individuales.
• Puede administrarse diariamente durante varias horas del día, lo
SOPORTE NUTRICIONAL EN PACIENTES que permite aumentar la eficacia de los nutrientes utilizados
• Las fórmulas pueden concentrarse para reducir la carga hídrica
DIABÉTICOS CON ERC • Menor riesgo de infección y menor costo
La mayoría de los trabajos se han basado en el requerimiento, y en
la importancia de la restricción de proteínas para retrasar la progre-
Desventajas
sión .Muchos menos con respecto a la importancia de cubrir el re-
• Pacientes que presenten náuseas, vómitos y disfunción intesti-
querimiento energético. Esto llevado a la práctica es similar; duran-
nal: gastroparesia o enteropatía diabética.
te la actividad de consultorio pre diálisis se observa que los pacien-
• Se requiere un acceso enteral.
tes concurren a la entrevista nutricional solo con la prescripción
• Dificultad en el manejo de líquidos
proteica, rara vez con la calórica. Se considera necesario ante la
• Necesidad de cumplimiento del paciente o de asistencia para la
presencia de un déficit nutricional realizar una intervención opor-
administración y para los cuidados a domicilio
tuna a través de la revisión del plan alimentario prescripto en el
cual se refuerce el aporte a través de preparaciones alimentarias o
Alimentación Parenteral Intradialítica (IDPN): Cuando el pacien-
colaciones enriquecidas
te no logra mantener un estado nutricional adecuado habiéndose in-
Soporte oral: Si el principal problema es una ingesta inadecuada
tentado diferentes estrategias; se utiliza la IDPN como alternativa
pero con buena tolerancia digestiva podemos optar por completar (Lazarus JM., 1999) para mejorar la malnutrición en pacientes en HD
la dieta con suplementos nutricionales integrados por uno o va- La solución nutritiva parenteral se coloca mediante una aguja dentro
rios nutrientes y que suelen contener vitaminas y minerales aun- de la cámara de goteo del equipo del flujo venoso al salir del dializa-
que en cantidades inferiores a las recomendadas. (EBPG Guidelines dor. Como ingresa en el cuerpo del paciente a través de la fistula ar-
on Nutrition) teriovenosa, se la considera una nutrición parenteral central. Se ad-
ministra a un ritmo de 250ml/h durante las 4hs de sesión, proveyendo
Productos actualmente en el mercado dextrosa, lípidos y aminoácidos. Es una terapia alternativa y parcial
Cal/ml Proteínas Na (mg) K (mg) P (mg) Osm .Es importante el monitoreo glucémico para evitar hiperglucemias.
Suplena (*) 2,0 7,1 185 263 172 427
Nepro (*) 2,0 16,6 200 250 165 446 Ventajas
Glucerna SR 1,0 11 211 370 167 399 • Acceso conveniente (el utilizado para diálisis).
Ensure Plus 1,5 13 240 440 167 525 • Manejo de volumen ajustándose la presión transmembrana para
Ensure polvo 1,0 8,5 192 357 395 eliminar por ultrafiltración.
Fortisip 1,5 12 180 402 216 455 • Supervisión clínica: Adición de insulina durante el proceso si
Diasip 1,0 9,8 110 365 fuese necesario
(*)Renales • Aporta 1000-1300 calorías y 40-50 gr de AA por sesión
137
Mesa de Trabajo 9 - Anexo de valoración nutricional
Peso Actual (PA): Peso que presenta el paciente libre de edemas un brazo hasta el otro de la otra mano; sirve para cualquier per-
Peso Ideal (PI): Determinado por tablas o fórmulas según talla, edad y sona adulta que no puede mantenerse de pie, si bien tiene un %
contextura (Encuesta Nacional de Salud y Nutrición datos II: NHANES de error de 3-5.
II)
Peso Ideal Ajustado: Considera un 25% de masa grasa metabólica- %. Resulta importante comparar el peso actual con el peso habitual
mente activa = Peso Actual – Peso Ideal x 0,25 + Peso Ideal pues realizar evaluaciones en función de un peso teórico puede subes-
Peso Usual o Habitual (PU): Peso que el paciente refiere haber man- timar o sobreestimar la magnitud de la pérdida:
tenido los últimos años Peso Usual y % Peso Usual (PPU) = Peso Actual / Peso usual × 100
% Peso Ideal (PPI): Compara el peso Actual con un estándar de refe-
rencia = PA/PI x100 Pliegues cutáneos
% Peso Usual (PPU): Compara el peso Actual con el usual del pacien- Los cuatro sitios de espesor del pliegue se utilizan para esti-
te = PA/PUx100 mar la grasa corporal y pueden detectar riesgos de emaciación
Medición de la circunferencia de la cintura: es la recomendada por energética.
la OMS, en el punto medio entra la duodécima costilla y la cresta ilía- En el caso del pliegue cutáneo tricipital (PCT), debe efectuarse la
ca, a través de una cinta métrica inextensible encontrándose el pacien- medición después de la diálisis, cuando el paciente se encuentre en
te en espiración. su peso seco, siempre que sea posible en el brazo no dominante
Riesgo aumentado: Mujer > 80 cm Varón > 94 cm aunque en pacientes con acceso vascular es más importante me-
Riesgo muy aumentado: Mujer > 88 cm Varón > 102 cm dir el brazo no involucrado. Medir cada pliegue 3 veces y calcular el
promedio de los valores obtenidos. Comparar el valor obtenido con
Pérdida de peso los patrones de Frisancho, volcados en las tablas de percentilos de la
Pérdida significativa Pérdida grave NHANES (Heath and Nutrition Examination Survey).
Tiempo La adecuación con respecto al normal se obtiene mediante la si-
de peso (%) de peso (%)
guiente fórmula:
1 semana 1-2 >2 Porcentaje de adecuación del PCT (%) = PCT actual (mm) / valor
1 mes 5 >5 normal percentilo 50 (mm) × 100
Con el porcentaje de adecuación del PCT puede estimarse la re-
3 meses 7,5 > 7,5
serva de masa grasa según la siguiente clasificación:
6 meses 10 > 10 Obesidad: > 120%. Exceso de peso: 120-110%. Adecuado: 100-
90%. Desnutrición Leve: 90-80%. Desnutrición Moderada: 80-
Clasificación del Índice de masa corporal (kg/m²) OMS: 70%. Desnutrición Grave: < 70%.
• 18,5: Delgadez
• 18,5-24,9: Peso Normal o saludable Circunferencia de brazo (CB): Se determina para estimar masa mus-
• 25-29,9: Sobrepeso cular. En pacientes en hemodiálisis deben realizarse después de la diá-
• 30-34,9: Obesidad grado I lisis. La adecuación con respecto al normal se obtiene mediante la si-
• 35-39,9: Obesidad grado II guiente fórmula:
• ≥ 40: Obesidad grado III o mórbida Porcentaje de adecuación de la CB (%) = CB actual (mm) / valor normal
percentilo 50 (mm) × 100
Cálculo del IMC en amputados: El peso corporal debe ser ajustado Con el porcentaje de adecuación de la CB puede estimarse la reserva de
teniendo en cuenta el segmento del cuerpo amputado: masa magra según la siguiente clasificación:
Miembro superior: 5% brazo entero, 2,7% parte superior, 2,6% parte • Obesidad: > 120%
inferior, mano 0,7% • Exceso de peso: 120-110%
Extremidad inferior: 16% pierna entera, muslo 10,1%, parte inferior • Adecuado: 100-90%
4,4%, pie 1,5%. • Desnutrición Leve: 90-80%
Cálculo del IMC: medición del peso × 100 (100 – % peso amputado) • Desnutrición Moderada: 80-70%
Altura de la rodilla: se mide desde la planta del pie (debajo del talón), • Desnutrición Grave < 70%
hasta la superficie anterior del fémur de la rodilla en ángulo de 90 gra- Circunferencia Muscular del Brazo (CMB):
dos. Con este valor y de acuerdo con la edad y sexo del paciente se La CMB se determina a partir de la circunferencia del brazo y el pliegue
aplican diferentes fórmulas: cutáneo del tríceps, mediante la fórmula:
CMB (cm)= CB (cm) – [3,14 × PCT (mm)] / 10
Fórmulas para la determinación de la talla a través El resultado se compara con la población de referencia NHANES. La
de la altura de la rodilla adecuación con respecto al normal se obtiene mediante la siguiente
Mujeres de 6 a 18 años: fórmula:
Talla (cm) = altura de la rodilla (cm) × 2,15 + 48,21 + 7,79 cm estatu- Porcentaje de adecuación de la CMB (%) =
ra actual en el 95% CMB actual (mm) / valor normal percentilo 50 (mm) × 100
Mujeres de 19 a 59 años:
Talla (cm) = altura de la rodilla (cm) × 1,86 – (edad [años] × 0,05) + Área muscular del brazo corregida (AMBc):
70,25 + 7,20 cm estatura actual en el 95% Es un indicador más preciso de la Circunferencia Muscular del Brazo
Mujeres de 60 a 80 años: (CMB). Tiene en cuenta el área ósea del brazo y expresaría la can-
Talla (cm) = altura de la rodilla (cm) × 1,91 – (edad [años] × 0,17) + 75 tidad absoluta de músculo del brazo. Al igual que la CMB toma
+ 7,94 cm estatura actual en el 95% en cuenta la Circunferencia del Brazo (CB) y el Pliegue Cutáneo
Varones de 19 a 59 años: Tricipital (PCT). Debe discriminarse la diferencia de masa muscular
Talla (cm) = altura de la rodilla (cm) × 1,88 + 71,85 + 7,94 cm estatu- entre hombres y mujeres:
ra actual en el 95% Hombres: AMBc (cm2) = [CB (cm) – 3,14 × PCT (cm)]2 / (4 × 3,14) – 10
Varones de 60 a 80 años: Mujeres: AMBc (cm2) = [CB (cm) – 3,14 × PCT (cm)]2 / (4 × 3,14) – 6,5
Talla (cm) = altura de la rodilla (cm) × 2,08 + 59,01 + 7,84 cm estatu- El resultado se compara con los patrones de referencia de NHANES. Se
ra actual en el 95% clasifica según percentilos en:
Normal: ≥ percentilo15
Transversal de los brazos: Con los brazos extendidos en ángulo Desnutrición leve/moderada: percentilo 15
de 90 grados, medir la distancia que hay entre el dedo mayor de Desnutrición grave: < 15
138
Mesa de Trabajo 9 - Anexo de valoración nutricional
139
Mesa de Trabajo 9 - Anexo de valoración nutricional
Fórmulas para calcular VCT: • Franz mj, Bantle j, brunzell j, Chiasson j, Garg A, Holzmeister l, hoogwerf
• Fórmula de Harris-Benedict: Gasto Energético (GE) b, Mayer-Davis E, et al. Evidence-based nutrition principles and recom-
mendations for the treatment and prevention of diabetes and related
Hombres: GE: 66 + (13,7 × peso) + (5 × altura) - (6,8 × edad) complications. Diabetes Care 23:148-198, 2002
Mujeres: GE: 655,1 + (9,6 × peso) + (1,8 × altura) - (4,7 × edad) • Fissell RB, Braga-Greshamjl, Gillespie B. et al. International variations
• Fórmula De Luis (14) in vitamin prescription and association with mortality in the Dialysis
Hombres GE: 58,6 + (6,2 × peso) + (1026 × altura) - (9,5 × edad) Outcomes and practice patterns Study (DOPPS). Am J Kidney Dis 2004;
Mujeres: GE: 1.272,5 + (9,8 × peso) - (61,6 × altura) - (8,2 × edad) 44: 293-299
• Fórmula Schofield • Grieco, M., Landó M. Actualización de las guías de tratamiento del pa-
ciente con diabetes en etapa de prediálisis, hemodiálisis, diálisis peri-
Hombres: 18 a 30 años: 15,3 × peso + 679 toneal y transplante. Distribución de Nutrientes en Nefropatía Clínica
30 a 60 años: 11,6 × peso + 879 avanzada Rev. Nefrol. Diál. y Transpl.2003;23:76-77
> a 60 años: 13,5 × peso + 487 • Guastavino P, Guida R. Manual de Fundamentos y Estrategias en Soporte
Mujeres: 18 a 30 años: 14,7 × peso + 496 Nutricional. FYES 2000; 51-87
30 a 60 años: 8,7 × peso + 829 • Hassan N, Ibrahim K., Nath A, Hostetter T. Nutritional requeriments of
diabetics with nephropathy. Handbook Nutrition and the kidney 2005
> a 60 años: 10,5 × peso + 596 Third edition Cap 8:166-200
• Heymsfield, S.B., Mcmanus, C., Smith, J. t al. Anthropometric measure-
BIBLIOGRAFÍA ment of muscle mass: revised equation for calculating bone-free arm
muscle area Am J. Clin. Nutr. 1982; 36:680-690,
• Achranowitz MR, Milano C. Tratamiento nutricional de la Nefropatía DBT. • Ifudu O, Chan E, Brezsnak W, et al. Interdialitic weight gain correlates
Actualización de las guías de tratamiento del paciente con diabetes en with glycosilatic hemoglobin in diabetic hemodialysis patients. Am J Kid-
etapa de prediálisis, hemodiálisis, diálisis peritoneal y transplante. Rev. ney Disease 1994;23:686-691
Nefrol. Diál. y Transpl.2003; 3: 184-192 • Ifudu O, Uribarri J, Rajwani I, Vlacich V, Reydel K, Delosreyes G, Friedman
• American Diabetes Association. (ADA)Nutrition Recommendations and E. Relation between interdialytic weight gain, body weight and nutrition
interventions and diabetes. Diabetes Care 2008; 31:suppl 1,13-54 in hemodialysis patients A J Nephrol 2002 ;22 : 363-368
• American Diabetes Association. (ADA) Nutrition Recommendations and • Ikizler T A et al. Increased energy expenditure in hemodialysis patients. J
interventions and diabetes. Diabetes Care 2009; 32:suppl 1,12-50 Am Soc Nephrol, 1996;7:2646-2653
• Allen R Nissenson, Richard N. Dialysis therapy 3rd edition 2002;17:281 • Ikizler.T Nutrition support for the chronically wasted or acutely catabolic
• American Dietetic Association, Suggessted Guidelines for Nutrition Care chronic kidney disease patient. Semin.Nephrol.2009 ;29(1): 75-84
of renal patients- 1992: 47 • Institute de Medicine of the national Academies: Dietary Reference In-
• American Dietetic Association. National Renal diet: Professional Guide, takes for Energy, Carbohydrate, Fiber, Fat, Fatty Acids, Cholesterol, Pro-
1993; 4:13-19 tein, and Amino Acids. Washington, DC, National Academies Press, 2002
• Aparicio, B. Curso de Enfermedades Renales y nutrición .Cuidado Nutri- • Institute de Medicine of the national Academies: Dietary Reference In-
cional en el Tratamiento Conservador .ANBA-Nutrinfo 2005 takes for Energy, Carbohydrate, Fiber, Fat, Fatty Acids, Cholesterol, Pro-
• Aparicio B, Milano C Curso de enfermedades renales y nutrición –ANBA- tein, and Amino Acids Food and Nutrition Board.2005. www.nap.edu
Nutrinfo 2008 • Junne-Ming Sung, Shih-Chen Kuo, How-Ran Guo, Shu-Fen Chuang, Szu-
• Barsotti G, Ciardella F, Morelli E, Cupisti A, Mantovanelli A, Giovannetti S. Yuan Lee and Jeng-Jong Huang The role of oral dryness in interdialytic
Nutritional treatment of renal failure in type 1 diabetic nephropathy. Clin weight gain by diabetic and non-diabetic haemodialysis patients Ne-
Neprol 1988; 29:280-287 phrology Dialysis Transplantation 2006; 21(9):2521-2528
• Bilbrey, G.; Cohen, T. Identification and Treatment of Protein Calorie Mal- • Kalantar-Zadeh K, Kopple J, Block G, Humphreys M. A malnutrition in-
nutrition in Chronic Hemodialysis Patients. Dialysis & Transplantation flammation score is correlated with morbidity and mortality in mainte-
1989; 18: 669-677 nance hemodialysis patients.Am J Kidney Dis 2001;.38: 1251-1263,
• Burgess M, Littlefield D.Effect of wheat bran supplementation on colonic • Kamimura MA, Draibe SA, Avesani CM, Canziani ME, Colugnati FA,
function and serum mineral levels in chronic renal failure hemodialysis Cuppari L. Resting energy expenditure and its determinants in hemodialy-
patients. Dial Transpl 1987;16:184-189 sis patients. Eur J Clin Nutr. 2007;61(3):362-367
• Caglar K.Therapeutic effects of oral nutritional supplementation during • Koople JD; National Kidney Foundation K/Doqui, Clinical Practice Guideli-
hemodialysis. Kidney International, 2002; 62:1054-1059 nes for Nutrition in Chronic Renal Failure, 2000 , Guideline 17, pag 17
• Cano N. Intradialytic parenteral nutrition: where do we go from here? J • K/DOQI 2000 Clinical practice guidelines for chronic kidney disease: Use
Renal Nutr 2004; 14: 3–5 of panels of nutritional measures. Nutrition in Chronic Renal Failure Gui-
• Cano N .Nutritional Supplementation in Adult Patients on Hemodialysis.J deline 1. Am J Kidney Dis 2000; 35 (suppl 2).
R Nutr, 2007;17:103-105 • KDIGO KOQI-2003 Clinical practice guidelines for bone metabolism and
• Ciavarella A, Di Mizzio G, Stefoni S, Borgnino L, Vannini P. Reduced albu- disease in chronic kidney disease guideline 5. Use of phosphate binders in
minuria after dietary protein restriction in insulin dependent diabetic pa- CKD
tients with clinical nephopathy. Diabetes Care 1987; 10:407-413 • K/DOQI2007. Clinical Practice Guidelines and Clinical Practice Recommen-
• Cupisti A. Morelli E, DÁlesandro C Lupetti S.Barsotti G. Phosphate control dations for Diabetes and Chronic Kidney Disease.Guideline 5: nutritio-
in chronic uremia: don’t forget diet. J Nephrol 2003;16:20-33 nal management in diabetes and chronic kidney disease.Am J Kidney Dis
• Cuppari L, Avesani CM, Energy requirements in patients with chronic kid- 2007; 49 (suppl 2)
ney disease. J Ren Nutr 2004; 14:121-126 • Kopple J. Do low protein diets retard the loss of kidney function in pa-
• Cuppari L, de Carvalho AB, Avesani CM, Kamimura MA, Dos Santos Lo- tients with diabetic nephropathy? Am J Clin Nutr 2008; 88:593-594
bão RR, Draibe SA. Increased resting energy expenditure in hemodialysis • Lazarus, JM. Recommended critera for initiating and discontinuing intra-
patients with severe hyperparathyroidism. J Am Soc Nephrol. 2004 Nov; dialytic parenteral nutrition therapy. Am J.Kidney Dis 1999;3:211-216
15(11):2933-9. • Lim Vs, Yarasheski k, Flaningan M. The effect o uremia, acidosis, and
• Cusumano A, Lombardo M, MilanoC, Navarro E, Turin. Estado nutricional dialysis treatment on protein metabolism: Nephrol Dial Transpl 1998; 13:
en hemodiálisis crónica. Medicina 1996; 56:643-649 1723-1730
• Cusumano A, Milano C. Como prevenir, diagnosticar y tratar la desnutri- • Longo E. Navarro E. El plan de alimentación en las enfermedades renales
ción en el paciente en diálisis crónica. Programa de educación médica a en Técnica Dietoterápica Editorial El Ateneo 1994;11: 223 -256
distancia (PRONEFRO). Sociedad Argentina de Nefrología. 1999; módulo I, • Meloni C, Tatangelo P, Cipriani S, Rossi V, Suraci C, Tozzo C, Rossini B, Ce-
unidad temática III: 68- 91 cilia A, Di Franco D, Straccialano E, Casciani C. Adequate protein dietary
• Cusumano A. – Curso Nutrición en Patologías Renales 2: La fructosa: su restriction in diabetic and nondiabetic patients with chronic renal failure.
rol potencial en la epidemia de síndrome metabólico - ANBA-Nutrinfo J of Renal Nutrition 2004; 14:208-213
2009 • Milano C, Cusumano A, Navarro E, Turin M. Energy suplementation in
• De Luis, J Bustamante, Aspectos nutricionales en la insuficiencia renal. Chronic hemodialysis patients with moderate and severe malnutrition.
Nefrología 2008; 28: 339-348. Journal of renal nutrition 1998; 8: 212-217
• Dullaart R, Beusekamp B, Meijer S, van Doormaal J, Sluiter W. Long term • Mitch W, Klahr S. Effects of renal insufficiency on endocrine function and
effectsof protein restricted diet on albuminuria and renal function in nutrient metabolism Handbook of Nutrition and the Kidney. Fifth Edition.
IDDM patients without clinical nephropathy and hypertension. Diabetes Ed Lippicot-Reaven 2005; 29-46
Care 1993; 16: 483-492 • Moore E. Challenges of nutrition intervention for malnourished dialysis
• Dussol B, Iovanna C, Raccah D, Darmon P, Morange S, Vague P, Vialle- patients.J Inf Nurs.2008; 31:361-6
tes B, Oliver Ch, Loundoun A, Berland Y. A randomized trial of low protein • Pan Y, Guo L, Jin H. Low protein diet for diabetic nephropathy; a meta
diet in type 1 and in type 2 diabetes mellitus patients with incipient and analysis of randomized controlled trials. Am J Clin Nutr 2008; 88: 660-665
overt nephopathy. J of Renal Nutrition 2005; 15:398-406 • Panichi V, Migliori M, De Pietro S. C reactive protein in patients with
• EBPG Guidelines on Nutrition, Fouque D et al. Nephrol Dial Tranplant chronic renal diseases. Ren Fail 2001; 23: 551-562.
2007 ; 22 suppl. 2 : ii45-ii87 • Pasini E y col. Hypercatabolic syndrome: molecular basis and effects of
• Fraga Adriana. Enfoque Nutricional de la nefropatía diabética avanzada. nutritional supplements with amino acids. J Cardiol.2008;101:11 -15
Actualización de las guías de tratamiento del paciente con diabetes en • Pedrini M, Levey A, Lau J. The effects of dietary protein restriction on the
etapa predialisis, hemodiálisis, dialisis peritoneal y transplante. Rev. Ne- progression of diabetic and nondiabetic renal diseases. Ann Intern Med
frol. Dial. Y Transpl. 2003; 23: 70-75. 1996;124:627-632
140
Mesa de Trabajo 9 - Anexo de valoración nutricional
• Piñeiro V. – Curso de Enfermedades Renales y nutrición - Cuidado Nutri- • Slomowitz L., Monteon F., Grosvenor M, et al. Effect of energy intake
cional en Diabetes - -ANBA-Nutrinfo 2005 on nutritional status in maintenance hemodialysis patients. Kidney Int
• Pilj L., Vries H, van Eijk Th, Donker A. Protein restriction, glomerular fil- 1989;35:704-711
tration rate and albuminuria in patients with type 2 diabetes mellitus: a • Stratton R, et al. Multinutrient oral supplements and tube feeding in maintenan-
randomized trial. European J of Clin Nutr 2002; 56: 1200-1207 ce dialysis: a systematic review and meta analysis. J Kidney Dis 2005;46:387-405
• Pomerleau J, Verdy M, Garrel D, Nadeau M. Effect f protein intake on gly- • Tabla de composición Química de los Alimentos, Cenexa (Centro de endo-
caemic control and renal function in type 2 diabetes mellitus. Diabetolo- crinología experimental y aplicada – UNLP, Conicet), 1995
gia 1993;36:829-834 • Third Report of the National Cholesterol Education Program (NCEP).ATPIII.
• Poole R; Hamad A.Nutrition supplements in dialysis patients: use in peri- JAMA 2001; 285:2481-2485
toneal dialysis patients and diabetic patients. dv Perit Dial 2008;24: 118- • Torresani M. Somoza Cuidado nutricional en la patología renal. En Linea-
24 mientos para el cuidado nutricional Editorial Eudeba 1º reimpresión 2000.
• Pupim L, Cuppari L, Ikisler T Nutrition and Metabolism in Kidney Disease. Cap. 8 ; 363-408
Sem Nephrol 2006; 26:134-157. • Torresani M. Somoza Composición en Na y K de vegetales y frutas en Li-
• Raal F, Kalk W, Lawson M, Esser J, Buys R, Fourie L, Panz V. Effect of mo- neamientos para el cuidado nutricional Editorial Eudeba 1º reimpresión.
derate dietary protein restriction on the progression of overt diabetic ne- 2000 tabla Nº 6: 527
phropathy: a 6 mo-prospective study. Am J Clin Nutr 1994; 60: 579-585 • Yue D, O’Dea J, Stewart P, Conigrave A, Hosking M, Tsang J, Hall B, Dale N,
• Rao M, Sharma M, Juneja R et al. Calculated nitrogen balance in hemo- Turtle J. Proteinuria and renal function in diabetic patients fed a diet mo-
dialysis patients: influence of protein intake. Kidney int 2000; 58: 336- derately restricted in protein. Am J Clin Nutr 1988; 48:230-234
345 • Walker J, Bending J, Dodds R, Mattock M, Murrells R, Keen H, Viberti G.
• Riella M., Martins C. Nutrición y Riñón. Editorial Panamericana.1er edi- Restriction of dietary protein and progression of renal failure in diabetic
ción. 2004. nephopathy. Lancet 1989; 1411-1415
• Riella M., Martins C. Nutrición en la progresión de la insuficiencia renal • Williams R y col.Do hemodialysis patiens prefer renal specific or standard
crónica en Nutrición y Riñón. Editorial Panamericana, 2006. Cap. 10: 97 oral nutritional supplements? Ren Nutr 2009;19: 183-188
-109 • Zeller K, Whittaker E, Sullivan L, Raskin P, Jacobson H. Effect of restricting
• Salas-Salvadó, Dieta controlada en proteínas en síndrome nefrótico. en dietary protein on the progression of renal failure in patients with insulin
Nutrición y Dietética Clínica J. Ed. Masson, 1era edición. 2000; 245-248; dependent diabetes mellitus. N Engl J Med 1991; 324:78-84
• Scott M y col. Effects of peridialytic oral supplements on nutritio- • Zima T, Testasr V, Mestek O, Neecek K. Elements in End Stage Renal Disea-
nal status and quality life in chronic hemodialysis patients. J.Ren Nutr se. Clinical implication of trace elements. Institute of clinical. Bloos Ppu-
2009;19:145-52 rif 1999, 17:187-198
• Sellares L et al. Guia de Nutricion y Enfermedad Renal Crónica Avanzada • Zunino, D. et al. “Nutrición y síndrome Nefrótico” en: Nutrición y Riñón,
(ERCA). Nefrología 2008; supl 3: 79-86 Riella, M. y Martins, C. Ed. Panamericana, 1ra Ed., 2004; 176-181
141