La Vuelta Al Corazon en 40 Dias-9
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DÍA 10
También el corazón femenino refleja características únicas otorgadas por Dios. Eva es el
último ser creado por Dios y eso la constituye la corona de la creación, Dios colocó en ella
tres características que complementan corazón masculino para concluir su propósito
expresado cuando dijo «Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza». Dios dio a
Eva una especial hermosura, y por lo tanto, su corazón anhela mostrar la belleza otorgada.
El Creador colocó en Eva un deseo de ser parte de una aventura queriendo ser rescatada.
Es maravilloso entender que Dios no hizo a Eva tomando barro nuevamente y soplándole
aliento de vida, que fue la manera en que hizo a Adán. Ella fue formada de uno de los
huesos de su compañero, y esto constituye una hermosa analogía que nos enseña que el
plan de Dios consiste en que hombre y la mujer sean criaturas complementarias.
Entendemos que el corazón del hombre va a complementar el corazón de la mujer en sus
necesidades y deseos y viceversa.
El hombre desea ser un guerrero y la mujer desea ser protegida, es decir que alguien luche
por ella y la rescate. En tanto Dios puso en el hombre deseo de ser aventurero, estableció en
el corazón de una mujer el anhelo ser invitada a la aventura. También colocó en el hombre
una profunda admiración por la belleza femenina y colocó en la mujer una propensión
instintiva a revelar belleza.
Veamos el cuadro complementario que nos muestra cómo está estructurado el corazón
femenino.
Radiografía del corazón Corazón herido: Deseos Corazón sano y Corazón herido: Deseos
femenino minimizados balanceado maximizados
Ser Rescatada No necesito a nadie Vulnerable Afligida
Valgo por lo que hago
Papel Irremplazable Controladora Inspiradora
En la primera columna tenemos la descripción de los tres deseos centrales del corazón
femenino, ser rescatada, desempeñar un papel irremplazable(única) y revelar
belleza.
En relación a ser rescatada, una mujer con un corazón sano no tiene temor a ser
«vulnerable» y reconocer que necesita de los demás. Acepta que necesita ayuda, alguien
que la defienda. Puede confiar en que Dios proveerá quien la proteja y rescate.
En relación al deseo de revelar belleza, una mujer con el corazón sano camina con la
seguridad de poseer la «belleza» que Dios le otorgó y la manifiesta en su entorno. Esa es la
razón por la cual las mujeres aún desde temprana edad, cuidan instintivamente de su
hermosura personal e imprimen esa belleza en su entorno.
Por ejemplo, cuando una dama sirve una mesa, le agrega gracia, colocando algunas flores o
alguna otra decoración. Cuando hay una dama en casa se percibe, porque hay belleza en el
entorno. Si usted ha entrado en un dormitorio exclusivo de varones sabrá a lo que me
refiero.
Siendo este el perfecto diseño de Dios para el corazón femenino, Satanás tratará de impedir
que una mujer disfrute plenamente su diseño, usando todos los medios a su alcance para
lastimarle el corazón. Si lo logra, hará que estos deseos, en lugar de ser gratificantes o
emocionantes, sean elementos de dolor y frustración. El enemigo lanzará despiadados
ataques para distorsionar la belleza del corazón femenino.
Veamos cómo las heridas alteran esos bellos deseos:
En relación a ser rescatada y confiar que alguien va a defenderla, muchas damas crecieron
con un padre ausente, o están casadas con un guerrero muerto, que jamás lucha por ellas y
su actitud constantemente envía mensaje: nadie peleará por ti, no hay quien te defienda.
Entonces ella termina haciendo un acuerdo como éste: no necesito de nadie. En lugar de
vulnerabilidad, tenemos un corazón femenino duro e implacable. Ese dolor logra minimizar
en ella el deseo de ser rescatada. Funciona bajo la premisa: debo arreglármelas por mí
misma. Por el contrario, un golpe al corazón podría también exagerar ese deseo y
convertirla en una mujer afligida, es aquella para quien todo es una tragedia. Cualquier cosa
que le acontece por pequeña que sea, la convierte en un gran problema por el cual llora.
Internamente su corazón está gritando: "¡Rescátenme, necesito a alguien que pelee por mí!"
Pero su actitud dramática y autocompasiva termina ahuyentando a los demás.
Por el contrario, el otro extremo de un corazón lastimado puede maximizar, o exagerar ese
deseo de ser inspiradora. Resultando en que establece su valía por lo que hace, y entonces
piensa: valgo por lo que hago. Esta es aquella mujer que está cansada de servir, pero sigue
ofreciendo su ayuda, convirtiéndose en una especie de esclava de su propio servicio, pues el
enemigo ha logrado que ella acuerde: "Si no sirvo, estoy fuera del círculo". En este punto
me veo obligado a aclarar que no estoy hablando mal del servicio puro que nace de un
corazón amoroso que quiere bendecir a los demás. Más bien es una esclavitud enfermiza
por tratar de ser aceptada. Hay una gran diferencia en estos dos casos. El servicio verdadero
es ejemplificado por Jesús al lavar los pies de sus discípulos.
«Antes de la fiesta de la pascua, sabiendo Jesús que su hora había llegado para que pasase
de este mundo al Padre, como había amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó
hasta el fin. Y cuando cenaban, como el diablo ya había puesto en el corazón de Judas
Iscariote, hijo de Simón, que le entregase, sabiendo Jesús que el Padre le había dado todas
las cosas en las manos, y que había salido de Dios, y a Dios iba, se levantó de la cena, y se
quitó su manto, y tomando una toalla, se la ciñó». (Juan 13:1-4)
Él lava los pies de los discípulos como producto de una profunda seguridad personal y un
amor que alcanza aún para el traidor, distintivo de un corazón sano.
En relación con el deseo de revelar belleza, que es el último, grande y poderoso deseo del
corazón de una mujer, podemos decir que será fustigado por enemigo con tal de quitarle el
privilegio de mostrar esa belleza que Dios comisionó a descubrir.
Un corazón femenino lastimado podría reducir este deseo de tal forma que una dama
declare: "No tengo belleza". En este grupo encontramos a aquellas mujeres que no ponen
interés en su arreglo personal, o en el otro extremo a aquellas otras damas en quienes, a raíz
de golpes en su corazón, se ha maximizado el deseo de mostrar su belleza, resultando en
una persona con conducta sensual exagerada, que no teme mostrar su cuerpo para ser
deseada por los hombres, con tal de sentirse bella. Se arriesga, se expone a escuchar frases
obscenas con tal de ser afirmada en su deseo de revelar belleza.
Si usted es una dama, la invito a que dedique un tiempo en oración para que el Espíritu
Santo le muestre cómo se encuentra su corazón en relación a estos deseos. Así también, el
Espíritu Santo podrá guiarla luego a establecer en dónde se encuentran sus heridas.
Recuerde las palabras de Jesús cuando dijo: «Aún tengo muchas cosas que deciros, pero
ahora no las podéis sobrelleve Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda
la verdad; porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oyere, y os
hará saber las cosas que habrán de venir». (Juan 16:12-13)
SEMANA 2 – DÍA 10
Cómo pierdo la vida en abundancia
Tome un tiempo de oración y trate de establecer cuál es el estado de su corazón con base en
estos tres deseos centrales.
1. Identifique cuál de estas áreas de su corazón está más dañada. a. ¿Qué cosas hago en esta
área que no quisiera hacer?
2. Pregúntele al Espíritu Santo: b. ¿Qué evento causó ese daño? c. ¿Hay algún acuerdo con
el enemigo que esté funcionando a raíz de ese evento?