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6^5'

Habas
MADRID
MARZ01957
N.° 6-57 H
de huerta
José M.° Mateo Box
INGENIERO AGRONOMO
Del ínstituto de Semillas Selectas

MINISTERIO DE AGRICULTURA
DIRECCION GENERAL DE COORDtNACION, CREDITO
Y CAPACITACION AGRARIA • SECCION UE CAPACIT^lCION
El de las habas es uno de los cultivos de huerta de
mayor importancia en los regadíos españoles. Su in-
terés económico radica en la multiplicidad de sus
aprovechamientos: para obtener granos secos, de
gr,an riqueza en principios nutritivos (principalmen-
te proteínas); para consumir las vainas tiernas; como
forraje para el ganado, solas o asoci,a.das a otras le-
guminosas o gramíneas, y también como abono si-
deral, enterradas en verde.
Su rusticidad hace que el cultivo sea fácil y poco
exigente, aunque teme los fríos. Por ello son pl,antas
típicas de zonas cálidas para cultivos de otoño e in-
vierno y, en cambio, en las frías se deben sembr,ar en
primavera.
HABAS DE HUERTA

Las habas pertenecen a la especie Vicia fa,b^t L., de la


familia de las Leguminosas, tribu cle las Viceas, siendo una
de las plantas que desde tiempos más antiguos cultiva el
hombre.
Las habas se cultivan principalmente por sus áranos o
semillas, así como también por sus vainas tiernas, que son
muy apreciadas en la alimentación humana y de los anima-
les. Las semillas contienen un porcentaje muy elevado de
pr^^teínas (alrededor cle tm ?3 por ioo), haciendo de ellas
un pienso de gran valor nutriti^^o para el ganaclo, así como
un alimento de primer orden para el hombre. Sus vainas o
leñumbres verdes y tiernas, son muy agradables y contienen
también una buena proporción de principios nutritivos (al-
redcclor de un ^ por ioo de proteínas, 0'5 por ioo de grasas
y c^ por ioo de hidratos de carbono), siendo de muy fácil di-
gestión.
Con la semilla se obtiene además harina de gran valor
nutritivo, sirviendo para la alimentación del hombre conver-
tida en purés o inclusó mezclada al trigo, en pequeña pro-
porción, puede ser panificable.
.
Descripción botánica.

Las habas son plantas anuales, con sistema radical bien


desarrollado, tallos fuertes, tetragonales, que pueden alcan-
zar hasta i'^ metros de altura. La ramificación de estos ta-
llos suele ser escasa y el níimero de éstos depende del ahija-
miento de la planta.
Las hojas son compuestas, paripinadas, con 2-q. pares
de folíolos y sin zarcillos; tienen color vercíe, alg^; ^ris^ceo
y estípulas provistas de nectarios.
Tnflorescencias a^rupadas en racimos axilares con ntí-
mexo variable de flores, de color blanco, con manchas oscu-
ras en las alas y rayas de cclor pardo en el estandarte. Los
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frutos son legumbres típicas y su nízmero varía de uno a ctta-


tro por nudo, estando dispuestos de forma muy diversa según
las variedades, desde erguicios hasta c^^lgantes ; tienen un co-
lor verde intenso cuando están en estaclo ne macluro y que en
la maclurez se convierten cn neg-ros. 1?stas legumbres están
tapizadas interiormente de un tejidc aterciopelado caracte-
rístico. El níu^^er^^ de semillas por vaina es muy variable,
pero pcr térn^ino nledio es cle cinco a ocho.
Las semilla^ sun de tamaño grande, más o^nencs aplas-
tadas y de forma oval. Su mayor longitud pttecle ]legar a te-
ner hasta cuatro centímetros en algunas variedades de huer-
ta v menos de uno en las habas caballares. Son de color ama-
rillo rosado cuando hace hoco due se las ha recogido y con-
forme pasa el tiempc; toman tonos parduzcos.
Desde un punto de vista agrícola sólo tienen interés dos
variedades botánicas : la variedad ^^tii^i^or y la variedad 7^^^a-
jor. La primera comprende las habas caballares, y son las
típicas habas de secano. La variación ^najor, comprende to-
das nuestras habas de regadío, qtte alcanzan justamente
fama mundial l^^or su e^traordinaria calidad. En este estudio
sólo hem^:^ de ocuparnos de l^s tipos comerciales de las ha-
bas de huerta.

Tipos comerciales.
AG^^»LLCI^.-Oriunda deT pueblo del mismo nombre, dc
la provincia de Sevilla ; son habas caracterizacías por tener
los tallos de buena altura, robustos y escasamente ramifica-
^los. El color cle conjtmto cie la planta es un verde grisáceo.
Las flores están agrupadas en racimos de escaso ní^me-
ro de ellas. Los f rutos son de gran tamaño, mucha longitucl
y colgantes, debido a su elevaclo peso (alcanzan hasta o'50
metros de longitud) y pueden tener de cinco a nueve se-
millas. Es tm e^celente tipo comercial que da producciones
elevadas cuandc las condiciones de clima y de suelo le acom-
pañan. Sin embargo, necesita tierras f értiles y cuantioso
abonado para producir a pleno rendimiento. Los frtttos ver-
rles son muy ahreciados Para constunir en crudo, cuando
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aun están tiernos. Estc tipo c^.ii^ercial necesita un ciclo de


closeientos a doseientos vcintc clías clescle la sienlbra hasta la
recolecci^m de las ^emillas macluras, en sicn^hras de otoño.

fiabas de Aguadulce. Este tipo de habas de huerta son excelentes para consumir
en verde. Muy apropiado para zonas cálidas, de inviernos suaves.

^Zucl3nMt^r..-Procedente de la zona del mismo nombre,


cle la provincia cíe Alicante. Plantas de menor porte que las
r1^,rttaclulce, que a veces puede ser achaparraclo. Las inflo-
rescencias tienen un ntímerc bastante elevado de flores (a
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veces hasta io ó i2), pero sólo unas pocas de ellas llegan a


fructificar, por lo que los frutos están agrupados en níul^e-
ro de uno, dos o tres como máximo. Los f rutos son, en ge-
neral, de menor longitud que los de la Aguadulce y, por tan-
to, de menor peso, lo que hace que adopten una posición casi
horizontal; tienen de tres a siete semillas. Las habas Mu-
chamiel son de ciclo más corto que las Aguadulce e incluso
en su zona típica, se las denomina Cuarentenas por la pro-
piedad de necesitar solamente cuarenta días desde la siembra
para obtener vainas tiernas. El ciclo vegetativo desde la
siembra a la obtención de semillas maduras es de unos ciento
noventa a doscientos días, en siembras de otoño.

RAMir.r.ETF..-Es un tipo comercial bastante diferente a


los anteriores y, según algunos autores, es una adaptación
de las habas 1VIuchamiel al clima de la huerta de Murcia.
Estas habas tienen tallos erectos de altura media, con hojas
de folíolos algo menores que en los otres tipos; lo carac-

Habas Ramillete. Típica haba de la huerta de Murcia, de exquisito sabor y


buena produccióu. Son bastante precoces.
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terístico de estas habas son los f rutos o legumbres, que en


número de dos o tres se encuentran situados en los nudos
más bajos de la planta y en posición erguida, formando un
ángulo muy agudo con el tallo. Son de tamaño pequeño.

MaxóN.-Probablemente es ttna selección del haba Mu-


chamiel, adaptada a las condiciones climáticas de las Balea-
res ; son más resistentes a la sequía que las demás habas de
htterta, pero en cambio son muy sensibles al frío. Ahijan
muy poco.

GuAU.aDirr.a.-Procede de la Vega de Granada, donde se


tttiliza tanto para la alimentación humana, como en la de
los animales. Las semillas son de color claro y de tamaño
grande; es un tipo de bastante resistencia al frío.

GoLrATx.-Es una selección de las habas Muchamiel ob-


tenida por el seleccionador español Sr. Gallásteg-ui. Tiene.
características botánicas y agrícolas muy semejantes a las
de la variedad de origen, aunque un ciclo algo más larg^o.

Cultivo.
En general esta especie es bastan+e rtí^tica y poco exi-
gente en cuanto a suelos, aunque prefiere los arcilloso calizos,
bien provistos de materia orgánica, ^^rof^uidos y frescos. Los
suelos con humedad excesiva y los muy secos no ^^frecen con-
diciones para este cultivo. Prefieren los climas marítimos,
templado-cálidos; tiene cierto gracio de resistetl^ia a la se-
quía, con tal de que no sea prolongada, siendo la cosecha
inversamente proporcional a ella. Si el atio es muy seco, la
floración se arlelanta con pérdida en producción y en cali-
dad. Es ^muy sensible a la^^ heladas, sobre todo con suelo seco,
pero si éstas no son pr^^longadas ni fuertes, las plantas se
rehacen con facilidad e inclus^ las flores (que son los órga-
nos más sensibles de esta planta), aunque se destruyen con
facilidad por las bajas tEn^peraturas, v^uelven a aparecer
cuando éstas cesan.

Gy
-s-

LABORES ANTER[ORES A LA SIEMBRA.

Las labores anteriores a la sementera deben ser las pre-


cisas para dejar el suelo lo más suelto y mullidc posible, pro-
curando que sean tanto más profundas; cuanto más compac-
ta y seca sea la tierra. Si las habas se colocan detrás de un
cereal, se debe alzar el rastrojo por lo menos con cíos o tres
meses de anticipación a la siembra; esta labor se hace cen
arado de vertedera o con discos, procttrando remover el suelo
para que el rastrojo se mezcle bien con la tierra. Posterior-
mente se darán cuantas labores superficiales sean necesarias
para mantener el suelo suelto y limpio de malas hierbas. La
íiltima de estas labores se cempletará con tm tableado para
cíejar la superficie lo más llana posible.

ABONADO.

Antes de proceder a preparar la tierra para hacer la


siembra, se debe abonar con una mezcla de fertilizantes tos-
fatados y potásicos, de acuerdo con las exigencias cíe cada
suelo. Si en la cosecha anterior se ha estercolaclo en buena
proporción, la cantidad de abcnos químicos que hayamos de
suministrar al sttelo será menor que en el caso contrario, La
práctica de estercelar las habas poco antes de la siembra no
es eficaz, en general; por ello, lo mejor es que este abono
orgánico se haya dado en la cosecha precedente. Una mezcla
de 30o kilogramos de superfosfato y i5o de potasa por hec-
tárea constituye un abonado adecuado para suelos de tipo
medio. Este abono se dará por lo menos quince c veinte c'lías
antes de la siembra y se enterrará bien por medio de una
labor.
Cuando el stielo sea escaso en nitrógeno ( r), puede ser
conveniente un ligero abonado con nitrogenados, mezclados
a la fórmula compuesta dada anteriormente. Sin embargo,

(i) I,as habas, como plantas pertenecientes al grupo de las lequminosas,


tienen nódulos en las raíces producidos por la si,mbiosis con unas bacterias asi-
miladoras del nitrógeno atmosférico (Rhizo^biacm) y por tanto ❑ o suelen necesitar
abonos nitmgenados.
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el einpleo de abonos nitrogenados no es, en general, aconse-


jable durante el otoño, siendc preferible cuando se note esta
escasez en nitrógeno darlos todos en cobertera durante la
primavera.

Yreparación del terreno para el cultivo de las habas. Los caballones están en
este caso bastante separados por ser una variedad de buen porte y en clima frío.

Las habas necesitan cierto contenido de caliza en el te-


rreno para prosperar v caso de ser el suelo escaso en este
principio, se deberán hacer las enmiendas precisas.

STI;MBRA.

lina vez dadas las labores preparatorias y abonado el


terreno con les abonos de fondo, se procederá a la siembra.
que en nuestras latitudes suele efectuarse en otoño, desde el
mes de septiembre hasta el de noviembre, segítn las zonas ;
en las más cálidas, en las marítimas y templadas, la siembra
se efectíta pronto con el fin de tener productcs lo más tem-
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pranos posibles. Conforme los climas se hacen más fríos, las


siembras de otoño se efectúan más tarde. En las zonas ex-
tremadamente frías o de mucha altitud, la siembra debe efec-
tuarse en primavera, cuando las bajas temperaturas no sean
ya de temer.
La siembra de las habas de huerta, se debe hacer en lí-
neas y mejor aun sobre caballones hechos previamente ex
profeso. La operación de sembrar en líneas en el cultivo ex-
tensivo, puede hacerse mecánicamente mediante sembradoras
de las que en el comercio de rnaquinaria ehisten varios mo-
delos, pero casi siempre es preferible efectuar la siembra a
golpes sobre los caballones previamente hechos ; también
muchas veces se efectúa la siembra en líneas a chorrillo,
arando entre líneas para formar caballones con la tierra sa-
cada de los surcos. De todas maneras, las modalidades de
siembra son muy variables segím los usos y costumbres de
la localidad y de la forma en que se vaya a efectuar el riego.
Como ncrmas generales, diremos que los caballones o
surcos, no deben ser demasiado largos para que el riego se
haga con facilidad. La separación entre líneas o caballones
varía con la variedad y tipo comercial, así como con la cali-
dad del terreno y la cantidad de agua disponible.. Sin embar-
ge, nunca debe ser inferior a 5o centímetros.
El espaciamiento de los golpes en las líneas debe ser de
3o a 4o centímetros y la profundidad de siembra no debe ser
mayor de seis a ocho centímetros. Se emplean de aoo a 300
kilogramos de semilla por hectárea.

LABORES POSTERIORES A LA SIEMBRA.

En general estas labores son muy sencillas, limitándose


a mantener el suelo limpio de malas hierbas y bien mullida
la superficie. Cuando las semillas tardan en prcducir las
plántulas por encima de la superficie del suelo, puede inten-
tarse ayudar a las plantitas dando una ligera labor de ras-
tra, para romper la costra.
Cuando las plantas alcanzan 15 a zo centímetros y no
son de temer las heladas, se debe dar una labor de bina, dan-
do las escardas que fueran necesarias a partir de este mo-
mento, pero procurando no dañar los tallos que son fácil-
mente quebradizos.
iZIEGO.

Se deben dar los riegos necesarios para que las plantas


no carezcan nunca del agua necesaria, teniendo en cuenta,
sin embargo, que un exceso de humedad también puede lle-
gar a ser muy perjudicial. Después que han nacido las ha-
bas, si la sieinbra ha sido en otoño, no es preciso regar a
menos que el suelo esté manifiestamente escaso de humedad.
En la primavera, cuando las plantas inicien su rápicío des-
arrollo, deben darse los riegos necesarios para que el cultiva
no carezca nunca de agua ; por término medio, en nuestros
regadíos, son necesarios de seis a ocho riegos en la prima-
vera, con un volumen de unos 50o metros cúbicos por hec-
tárea y riego.
RECOLECCIÓN.

Como hemos vistc anteriormente las habas pueden ser


cultivadas, bien para obtener stts vainas verdes, sus granos
o también su forraje, así como en ciertos casos se utilizan
como abono en verde.
La reeolección de vainas tiernas no ofrece dificultades,
teniendo en cuenta únicamente que los f rutos deben ser cog-i-
dos en su momento oportuno, puesto que si se recogen dema-
siado pronto, no se obtendrá tedo el rendimiento económico
que puede esperarse y, si se retarda, las vainas se endurece-
rán y el producto ^bajará mucho de valor. Estos frutos no
admiten un prolongado almacenaje y, por lo tanto, debe or-
ganizarse bien la salida al mercado para que lleguen en las
mejores condiciones. La recolección de estas vainas verdes
tiene que hacerse en varias veces para ser en su moment^
oportuno, operación que suelen efectuar mujeres y chicos.
I_a producción de vainas tiernas es mtry variable, depen-
diendo de la variedad así como cíe las condiciones climáticas ;
por término medic es de q..ooo a 5.00o kilogramos por hec-
tárea, aunque puede ]legar hasta 8.000 ^ Io.ooo kilogrrunos.
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El mayor valor que se obtiene de estos productos, es de las


llamadas habas pr^ii^ze^^e^ri-cas, es decir, aquellos frutos verdes
obtenidos lo más tempranamente posible, que son los que al-
canzan mayores precies en los mercados.
La recolección de grano seco se hace bastante más tar-
de ( i), cuando las vainas empiezan a oscurecer y a presentar
signos de desecación. Debe recogerse el grano antes de que
comience el desgrane de una forma natural. Muchas veces las
diferencias de época de siembra constituye un inconveniente
para la recogida unif orme de los f rutos secos, por cuanto
la maduración viene escalonada y aun mttchas veces las di-
ferentes floraciones que se pueden presentar en sietnbras uni-
formes, son un obstáculo para recoger oportunamente toda
la cosecha. Por ello, es preferible utilizar mayor número de
jornales en varias recogidas, efectuando la operación en el
momento oportuno, que no perder muchos granos por la
dehiscencia cle los frutos.
La producción es también mtry variable, siendo alrededor
de los 1.30o a z.ooo kilogramos de habas secas por hectárea,
aunque en muchas ocasiones se supera ampliamente estas
cifras.
La recolección para forraje se efectúa siempre en prima-
vera cuando las matas están en plena flcración, que es el
momento en que el contenido en principios alimenticios es
mayor, al mismo tiempo que el forraje es suficientemente tier-
no para que sea agradable de consumir por el ganado.
Muchas veces el cttlti^^c se hace asociado con otras le-
guminosas (por ejetnplo, veza) y también con gramíneas
(cebada, avena, etc. ). La siega puede hacerse a mano, aun-
que es operacibn lenta ^- trabajosa, por lo que es mejor efec-
tuarla con guadañadoras previstas de rastrillo y barras de
siega que acondicionen estas máquinas a esa labor.
Las habas, por ítltimo, son utilizadas con cierta f recuen-
cia para enterrar en verde (abonos siderales) con objeto
de que mejoren las condiciones físicas y químicas de terre-
nos compactos o mineralizados.
(I) De mayo a julio según climas y variedades.
941i1CA8 UOUINA-•MAORIO

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