Temas Generales
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1.1. Características
La Constitución además de regular las instituciones básicas del Estado, define sus competencias
y otros aspectos no básicos con el fin de garantizar tanto el principio de autonomía como el de
solidaridad. «Contiene un extenso catálogo de derechos y libertades, como fundamento de un
orden de convivencia de cara al futuro» (STC 66/83, de 21 de julio), así como los mecanismos y
procedimientos para hacerlos valer efectivamente, garantizando su ejercicio.
1) Es una Constitución de origen popular, esto es, ha sido elaborada y redactada por un
Parlamento elegido por sufragio universal, y ratificada posteriormente por el pueblo español
por referéndum, lo que le da, si todavía cabe, una mayor fuerza.
3) Es una Constitución rígida en consideración a los requisitos formales que son exigidos
para llevar a efecto su reforma, pudiendo distinguirse dos sistemas de modificación en función
a la importancia de la misma como se estudiará en los siguientes epígrafes.
El motivo de tal rigidez se encuentra en el deseo de que perdure que ya ponderaron sus
redactores ya que sin duda sería difícil aunar de nuevo voluntades para lograr un consenso en
torno a su modificación, su naturaleza y alcance.
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autoritaria anterior. De ahí la inflación de la parte dogmática o el recorte —más aparente que
real— de los poderes del Jefe del Estado, o el énfasis en determinados derechos hasta entonces
negados, como el de huelga, el derecho de contratación colectiva o el de libertad sindical. Pese
a ello, hay un contagio de las Leyes Fundamentales.
9) Por último, nuestra Constitución no sólo es fuente de producción del Derecho, sino
que ella misma es fuente del Derecho, dado su carácter directo en cuanto a la aplicación de su
articulado.
El Tribunal Constitucional la define «como norma suprema del ordenamiento jurídico» (STC
81/82, de 21 de diciembre), reiterando su significado como «norma suprema y no una
declaración programática o principal», (STC 80/82, de 20 de diciembre). Con tal carácter, «la
Constitución establece y fundamenta un orden de convivencia política general de cara al futuro,
singularmente en materia de derechos fundamentales y libertades públicas» (STC 66/83, de 21
de julio). Esto es, aparece como expresión del pacto social.
Como norma de autoorganización, configura el Estado de las autonomías que «se caracteriza
por un equilibrio entre la homogeneidad y diversidad del status jurídico público de las Entidades
territoriales que lo integran. Sin la primera no habría unidad ni integración en el conjunto estatal;
sin la segunda no existiría verdadera pluralidad ni capacidad de autogobierno, notas que
caracterizan al Estado de las Autonomías» (STC 76/83, de 5 de agosto).
La Constitución queda configurada no sólo como fuente de producción del Derecho, sino que
ella misma es fuente del Derecho, aparece como creadora del ordenamiento jurídico. Toda la
Constitución tiene valor normativo inmediato y directo, como se desprende de lo dispuesto en
su artículo 9.1.: «Los ciudadanos y el resto de los poderes públicos están sujetos a la Constitución
y al resto del ordenamiento jurídico». No se trata de una norma equiparable en cuanto a rango
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a las demás, sino que es una norma jurídica superior, cuyos preceptos tienen fuerza vinculante
para todos.
Ello, empero, no significa que los jueces y Tribunales ordinarios puedan declarar la
inconstitucionalidad de una Ley, que queda reservada al Tribunal Constitucional (art. 163 CE
«cuando un órgano judicial considere, en algún proceso, que una norma con rango de ley,
aplicable al caso, de cuya validez dependa el fallo, pueda ser contraria a la Constitución, plantear
la cuestión ante el Tribunal Constitucional en los supuestos, en la forma y con los efectos que
establezca la ley, que en ningún caso serán suspensivos»).
Ello trae, igualmente, como corolario, la obligación de que la interpretación del ordenamiento
jurídico se haga conforme a los preceptos constitucionales, tal como tiene establecido el
Tribunal Constitucional en numerosas Sentencias (3/83, de 25 de enero, 76/83, de 5 de agosto,
y 101/83, de 18 de noviembre, entre otras, son buena muestra de ello.). La Sentencia 5/83, de
4 de febrero, establece: «La interpretación del alcance de un contenido del derecho
fundamental a acceder a los cargos públicos,..., ha de hacerse considerando la Constitución
como un todo en el que cada precepto encuentra su sentido pleno valorándolo con los demás;
es decir, de acuerdo con una interpretación sistemática».
1.2 Estructura
Desde los tiempos de la Constitución Francesa, como dice Sánchez Goyanes, los textos
constitucionales se han estructurado en dos partes diferenciadas: una parte dogmática, en la
que se contienen y enuncian los grandes principios y las declaraciones de derechos. Y una parte
orgánica, en la que se establece la división de los poderes del Estado, sus competencias y su
organización territorial.
a) La parte dogmática: que está integrada por el Preámbulo, que sirve de introducción
con valor político declarativo, aunque no forma parte del articulado, el Título Preliminar, en
donde se destacan los valores esenciales del ordenamiento jurídico y los principios
fundamentales del Estado, y por último el Título Primero, subdividido en cinco Capítulos, en
donde se reconocen los derechos y deberes fundamentales.
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b) La parte orgánica: es mucho más amplia, y hace referencia a los poderes básicos del
Estado, comenzando por la Corona, como poder moderador e integrador, las Cortes, como
poder legislativo; el Gobierno, como poder ejecutivo; y el Poder Judicial, como fiscalizador de la
actividad del Ejecutivo y protector de los derechos y libertades públicas; también se incluyen en
esta parte preceptos referentes al orden económico y social y sobre la organización territorial
del poder, desde el municipio y la provincia hasta las Comunidades Autónomas. Por último, al
final de esta parte se prevé la constitución de un Tribunal Constitucional y se plantean los
términos en los que puede desarrollarse la reforma constitucional.
La Constitución contiene 169 artículos, con los que después de la Constitución de Cádiz es el
texto constitucional más largo de la historia constitucional española, y además cuatro
disposiciones adicionales, nueve transitorias, una disposición derogatoria y una final.
La Disposición derogatoria, además de derogar expresamente las leyes del anterior régimen y la
de Reforma Política, tiene una cláusula general de derogación de cualquier disposición contraria
a la Constitución. La Disposición final determina que el texto constitucional entrará en vigor el
día de su publicación en el Boletín Oficial del Estado.
Su estructura es la siguiente:
— Preámbulo.
— Título I: «De los derechos y deberes fundamentales»: Artículos 10 al 55. El citado Título está
integrado de cinco Capítulos:
— Título III: «De las Cortes Generales»: Artículos 66-96. Que a su vez se compone de tres
Capítulos:
— Título V: «De las relaciones entre el Gobierno y las Cortes Generales»: Artículos 108-116.
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— Título VII: «Economía y Hacienda»: Artículos 128-136.
— Título VIII: «De la Organización Territorial del Estado»: Artículos 137-158. Que a su vez se
subdivide en tres Capítulos:
El Título Preliminar contiene los principios generales en los nueve primeros artículos del texto
constitucional:
- Art.1_Clase de Estado:
2. La soberanía nacional reside en el pueblo español, del que emanan los poderes del
Estado.
“1. El castellano es la lengua oficial del estado. Todos los españoles tienen el deber de
conocerla y el derecho a usarla.
2. Las demás lenguas españolas serán también oficiales en las respectivas Comunidades
Autónomas de acuerdo con sus Estatutos.
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- Art.4_Bandera:
“1. La bandera de España está formada por tres franjas horizontales, roja, amarilla y roja,
siendo la amarilla de doble anchura que cada una de las rojas.
- Art.5_La capitalidad del Estado: “la capital del Estado es la villa de Madrid”.
“1. Las fuerzas armadas, constituidas por el ejército de tierra, la armada y el ejército del
aire, tienen como misión garantizar la soberanía e independencia de España, defender
su integridad territorial y el ordenamiento constitucional.
2. Una ley orgánica regulará las bases de la organización militar conforme a los principios
de la presente constitución”.
“1. Los ciudadanos y los poderes públicos están sujetos a la Constitución y al resto del
ordenamiento jurídico.
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1.4 Los derechos fundamentales y su especial protección
El Título I “De los derechos y deberes fundamentales” (Arts. 10 a 55) Está integrado por cinco
Capítulos:
El Título IX (Arts. 159 a 165) regula el Tribunal Constitucional, estableciendo una jurisdicción
constitucional concentrada en dicho órgano, y el sistema de elección de sus miembros; los
asuntos de que ha de conocer: recurso de inconstitucionalidad; recurso de amparo; conflictos
de competencias; cuestiones de inconstitucionalidad; y quiénes están legitimados para ello.
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TEMA 2: LA CORONA: ATRIBUCIONES Y COMPETENCIAS. SUCESIÓN Y REGENCIA. EL
REFRENDO.
1. LA CORONA
El Título II “De la Corona” comprende los arts. 56 a 65, ambos inclusive. Con la denominación de
la Corona se está haciendo referencia a un órgano del Estado: la Jefatura del Estado. Por ello la
Constitución dice que “El Rey es el Jefe del Estado” (art. 56.1); así, es fácil distinguir entre la
Corona –órgano del Estado– y la figura del Rey –persona del Rey–, como dice también la
Constitución al señalar que es el titular de la Corona.
La figura del Rey viene definida en la Constitución por una serie de caracteres, así como el
régimen de su proclamación y juramento. Cabe aclarar, antes de entrar en el estudio de estos
puntos, que el titular de la Corona puede ser lo mismo Rey que Reina; así, la Constitución se
refiere al “consorte de la Reina”, diferenciándolo de la Reina Consorte.
— Que arbitra y modera el funcionamiento regular de las instituciones (es decir, de los
órganos que encarnan los otros poderes del Estado, Gobierno, Cortes Generales, Poder
Judicial).
— Que asume la más alta representación del Estado español en las relaciones
internacionales, especialmente con las naciones de su comunidad histórica.
— Que ejerce las funciones que le atribuyen expresamente la Constitución y las Leyes
(según estudiaremos en la pregunta de las atribuciones).
Según la Ley de Enjuiciamiento Criminal el Rey, la Reina, sus respectivos consortes, el Príncipe
Heredero y los Regentes del Reino, están exentos del deber de declarar ante los Jueces y
Tribunales; mientras que las demás personas de la Familia Real están exentas de concurrir al
llamamiento del Juez, pero no de declarar, pudiendo hacerlo por escrito.
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1.1.1 Funciones constitucionales del Rey
Ya sabemos que las funciones del Rey son más bien simbólicas y que según la Constitución se
encuentra desprovisto de poderes efectivos; no obstante, sus funciones son importantes y se
encuentran enumeradas en la Constitución (art. 62) y en las Leyes, unas veces expresamente y
otras genéricamente; estas últimas, las genéricas, derivan del papel que se atribuye al Rey como
símbolo de la unidad y permanencia del Estado, como árbitro y moderador del funcionamiento
regular de las instituciones y como el más alto representante del Estado en las relaciones
internacionales.
Las funciones expresas atribuidas al Rey pueden ser clasificadas en los siguientes grupos,
constituyendo facultades regladas y, por lo general, actos debidos.
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- En relación con las Comunidades Autónomas
- Materias Generales
2. SUCESIÓN Y REGENCIA
El sistema constitucional que regula el orden de sucesión en el trono se inspira en las reglas
clásicas del derecho castellano. La determinación del sucesor se produce automáticamente,
según las previsiones legales. Este sistema presenta los siguientes caracteres:
— Extinción de las líneas: extinguidas todas las líneas llamadas en derecho, las Cortes
Generales proveerán a la sucesión en la Corona en la forma en que más convenga a los intereses
de España.
2.1 Regencia
Para tener una idea clara sobre la institución de la Regencia hay que partir de la base de que
ésta se refiere a los supuestos en que, existiendo Rey o Reina, no se encuentra en condiciones
de ejercer las funciones que corresponden al titular de la Corona, bien porque es menor de edad
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o bien porque se ha inhabilitado para el ejercicio de su autoridad. Distinguiremos en el análisis
de la Regencia los siguientes puntos.
Los casos en que se produce la Regencia son la menor edad del Rey, o la inhabilitación para el
ejercicio de su autoridad y que esta imposibilidad fuera reconocida por las Cortes Generales.
— Regencia legítima, que es la establecida por la Constitución al disponer las personas que han
de ejercerla; a su vez tenemos que distinguir los dos supuestos de la Regencia:
— Regencia dativa, cuando no hay persona a quien corresponda la Regencia, según las reglas
que acabamos de transcribir, será nombrada por las Cortes Generales, y se compondrá de una,
tres o cinco personas (art. 59.3).
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2.1.3 Dignidad y tratamiento
Según el Real Decreto de 1987, quienes ejerzan la Regencia tendrán el tratamiento de Alteza, e
iguales honores que los establecidos para el Príncipe de Asturias.
3. EL REFRENDO
Las únicas excepciones del refrendo son (art. 65.2) el nombramiento y relevo de los miembros
civiles y militares de la Casa del Rey y la distribución de la cantidad global que el Rey recibe de
los Presupuestos Generales del Estado para el sostenimiento de su familia y casa.
La determinación de los encargados de los actos de refrendo se contiene en las siguientes reglas:
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TEMA 3: LAS CORTES GENERALES. COMPOSICIÓN Y ATRIBUCIONES DEL CONGRESO DE LOS
DIPUTADOS Y EL SENADO.
Las Cortes Generales aparecen reguladas en el Título III de nuestra Constitución, artículos 66 y
siguientes, inmediatamente después de la Corona y antes del Gobierno. En el Título V se recogen
las relaciones entre el Gobierno y las Cortes Generales.
Nuestra Carta Magna en su art. 66.1 establece que las Cortes Generales representan al pueblo
español y se componen de dos Cámaras, el Congreso de los Diputados y el Senado.
Las Cortes Generales son la institución representativa del pueblo español. “Las Cortes Generales
representan al pueblo español” (CE66.1) pero no gozan de poder soberano, puesto que “la
soberanía nacional reside en el pueblo, del que emanan los poderes del Estado” (CE 1.2).
- Las Cortes Generales son un órgano constitucional complejo, creado, configurado y regulado
directamente por la Constitución. Está integrado por dos instituciones, el Congreso de los
Diputados y el Senado. Se trata por tanto de un Parlamento bicameral, un bicameralismo
imperfecto en el que tiene más competencias el Congreso de los Diputados que el Senado.
- Las Cortes Generales son una institución de carácter permanente, cuyos titulares tienen un
mandato de carácter temporal, son libremente elegidos en elecciones periódicas por sufragio
universal con un mandato de cuatro años, según los artículos 68.4 y 68.9 de la Constitución.
Alternan sesiones de trabajo (febrero a junio y septiembre a diciembre,) con periodos de receso;
pero sus funciones siguen siendo ejercidas por sus Diputaciones Permanentes (CE 72).
- Las Cortes Generales son un órgano deliberante público, pues actúan mediante debates,
votaciones y acuerdos, siendo sus sesiones plenarias públicas, salvo que se declaren secretas,
algo excepcional y previsto sólo en los Reglamentos Parlamentarios para determinados
supuestos. Transparencia y publicidad= Regla de oro de los Parlamentos.
- Las Cortes Generales ostentan supremacía política, lo que no implica que sus poderes sean
ilimitados. Su potestad legislativa, se somete al control del Tribunal Constitucional, algo
consustancial en un Estado de Derecho.
2. CONGRESO
2.1 Composición
Las Cortes Generales se componen de dos Cámaras: Congreso de los Diputados y Senado, este
bicameralismo no es perfecto, ya que el Congreso de los Diputados tiene mayores competencias
que el Senado (Investidura del Presidente del Gobierno, moción de censura y cuestión de
confianza, conoce en primer lugar de la tramitación de los proyectos legislativos y de los
presupuestos, levantamiento de los vetos del Senado…).
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Es el órgano político, que de manera principal, concreta y estabiliza la representación del pueblo
en el seno del Estado y de ello se deriva la relación de confianza en que se apoya el Gobierno
para gobernar. Es el principal órgano en la elaboración de leyes, sin perjuicio de la participación
del senado, que tiene un carácter subordinado.
El artículo 68.1, en su primer inciso señala que el Congreso de los Diputados se compone de un
mínimo de 300 diputados y un máximo de 400, elegidos por sufragio universal, libre, directo y
secreto.
El artículo 68.2, estable los criterios básicos del sistema electoral español para el Congreso de
los Diputados (igual que el artículo 69 hace para el Senado). Disponiendo que la circunscripción
electoral es la provincia y que las poblaciones de Ceuta y Melilla estarán representadas cada una
de ellas por un Diputado.
2.2 Elección
El Congreso es elegido por cuatro años. Las elecciones tendrán lugar entre los treinta y los
sesenta días computados desde la terminación del mandato (art.68.4 y 6 de la CE) y el Congreso
electo deberá ser convocado dentro de los veinticinco días siguientes a la celebración de las
elecciones.
El mandato puede terminar por disolución de la Cámara a propuesta del Presidente del
Gobierno, o porque los candidatos propuestos por el Rey después de unas elecciones no hayan
obtenido, en el plazo de dos meses, el voto de confianza.
La Constitución establece que Diputados y Senadores serán elegidos mediante sufragio libre,
directo, igual y secreto, que el sistema electoral para el Congreso de los Diputados será
proporcional. Fija unos criterios básicos como ya hemos visto de “representación mínima inicial”
y los demás escaños se distribuirán “en proporción a la población”.
La Ley Orgánica del Régimen Electoral General (art. 162.2 y 3) fija en dos Diputados el número
inicial y distribuye los restantes según un procedimiento proporcional con sistema de mayores
restos.
Por su claro favorecimiento a los partidos mayoritarios, está siendo cuestionado con frecuencia
por los partidos no mayoritarios.
3. SENADO
3.1 Composición
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Congreso de los Diputados, conforma el órgano Cortes Generales en el sistema parlamentario
español.
Esto hace suponer que se trata de una Cámara de representación de los territorios que se
yuxtapone a aquella que representa a las personas individuales.
Su regulación en nuestro ordenamiento parte del Capitulo Primero, Título III, artículos 66 a 68
de la Constitución. El desarrollo de estas previsiones se contiene, en la Ley Orgánica del Régimen
Electoral General 5/1985, de 19 de junio. En el ámbito del Derecho Parlamentario, destaca como
norma fundamental reguladora del Senado su Reglamento, cuyo texto refundido fue aprobado
por la Mesa del Senado, oída la junta de portavoces, el 3 de mayo de 1994.
3.2 Elección
Hay dos vías para la elección de Senadores, por tanto hay dos grupos de Senadores:
- Los senadores elegidos por las Asambleas Legislativas de las Comunidades Autónomas.
“Las Comunidades Autónomas designarán además un Senador y otro más por cada millón de
habitantes de su respectivo territorio. La designación corresponderá a la Asamblea Legislativa o
en su defecto al órgano colegiado superior de la Comunidad Autónoma de acuerdo con lo que
establezcan los Estatutos, que asegurarán en todo caso la adecuada representación
proporcional” (CE 69.5).
Como en el caso del Congreso, el mandato de los Senadores termina cuatro años después de su
elección o el día de la disolución de la Cámara.
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4. FUNCIONES
El art.66.2 de la Constitución determina que “las Cortes Generales ejercen la potestad legislativa
del Estado, aprueban sus presupuestos, controlan la acción del Gobierno y tienen las demás
competencias que les atribuya la Constitución”.
- Iniciativa legislativa, que las Cortes comparten con el Gobierno, con las Comunidades
Autónomas y con los ciudadanos (en número no inferior a 500.000).
La iniciativa legislativa presentada por el Gobierno se denomina proyecto de ley. Los proyectos
de ley antes de ser presentados en el Congreso deberán ser aprobados en el Consejo de
Ministro. La iniciativa de los Presupuestos Generales del Estado está reservada en exclusiva al
Gobierno.
La iniciativa legislativa presentada por cualquiera de los otros sujetos se denomina proposición
de ley.
Las enmiendas al articulado deben contener el texto concreto que se propone y pueden ser: de
adición, de modificación o de supresión.
Remitido el texto y las enmiendas a la Comisión, esta nombra en su seno una Ponencia
encargada de emitir un informe. Publicado el informe de la Ponencia, se produce el debate en
la Comisión, a fin de elaborar su dictamen para el Pleno. El Pleno entra a conocer el dictamen
de la Comisión cuando éste sea incluido en el orden del día correspondiente por acuerdo de la
Junta de Portavoces y el Presidente de la Cámara. Se produce un proceso de discusión y
votación.
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- Aprobación de las leyes con los requisitos y mayorías que en cada caso establezcan la
Constitución o las leyes.
Si el texto del Congreso es rechazado o es aprobado con una redacción distinta, el texto es
remitido de nuevo al Congreso.
Si el Senado hubiese interpuesto el veto, el Congreso puede levantarlo ratificando por mayoría
absoluta o por “mayoría simple, una vez transcurridos dos meses de la interposición del mismo”
(CE 90.2).
Si el Senado aprueba los artículos del texto legislativo sin introducir ninguna enmienda, este se
convierte en ley y las Cortes Generales lo remiten al Presidente del Gobierno para proceder a la
correspondiente sanción real y promulgación.
- Delegación legislativa, autorizando al Gobierno a dictar normas con rango de ley sobre
materias no reservadas a la ley orgánica (CE 82 a 87).
La creación del Gobierno funda una relación de confianza y responsabilidad entre el Parlamento
y el ejecutivo.
Los mecanismos de control de las Cámaras que la Constitución prevé, no ponen en juego la
relación de confianza que les une. Estos mecanismos son los siguientes:
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sus miembros. El tiempo de respuesta es de una semana y lo misma para las interpelaciones (CE
111.1). Es el llamado question time.
- Derecho de acceso de las Cámaras y sus Comisiones a toda la información y ayuda que
precisen del Gobierno y de sus departamentos y de cualesquiera autoridades del Estado y de las
Comunidades Autónomas, que comprende:
Todos estos procedimientos tienen un singular relieve puesto que constituyen las vías ordinarias
de control.
- El ejercicio de la potestad originaria para establecer tributos mediante ley y por norma
del mismo rango, de la determinación de todo beneficio fiscal (CE 133).
- La autorización al Gobierno para emitir Deuda Pública o contraer crédito (CE 135).
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- El control de las cuentas y de la gestión económica del Estado y del Sector Público. Este
cometido lo realizada el Tribunal de Cuentas, que depende directamente de las Cortes Generales
y que ejerce sus funciones por delegación de ellas, en el examen y comprobación de la Cuenta
General se Estado (CE 136.1). Emitirá un informe anual y lo remitirá a las cortes.
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TEMA 4: EL GOBIERNO Y LA ADMINISTRACIÓN. EL GOBIERNO: COMPOSICIÓN, DESIGNACIÓN,
FUNCIONES Y RELACIONES CON EL RESTO DE LOS PODERES DEL ESTADO. LA LEY DEL
GOBIERNO. LA ADMINISTRACIÓN: ORGANIZACIÓN Y FUNCIONAMIENTO DEL SECTOR PÚBLICO
1. EL GOBIERNO Y LA ADMINISTRACIÓN
Título IV, artículo 97: El Gobierno dirige la política interior y exterior, la Administración civil y
militar, y la defensa del Estado. Ejerce la función ejecutiva y la potestad reglamentaria de
acuerdo con la Constitución y las Leyes.
Se compone del Presidente, los Vicepresidentes, en su caso, de los Ministros y de los demás
miembros que establezca la ley. Los Vicepresidentes no son obligatorios y podrán asumir o no
la titularidad de una determinada cartera ministerial. Asumen las funciones del Presidente por
ausencia y son miembros natos de las Comisiones Delegadas. Los Ministros son miembros del
Gobierno y titulares del máximo órgano de la acción de Gobierno; desarrollan la acción de
gobierno y ejercen la potestad reglamentaria mediante órdenes.
Artículo 98
El Presidente dirige la acción del Gobierno y coordina las funciones de los demás miembros del
mismo, sin perjuicio de la competencia y responsabilidad directa de éstos en su gestión.
Los miembros del Gobierno no podrán ejercer otras funciones representativas que las propias
del mandato parlamentario, ni cualquier otra función pública que no derive de su cargo, ni
actividad profesional o mercantil alguna.
1.2 Designación
Artículo 99
Después de cada renovación del Congreso de los Diputados, y en los demás supuestos
constitucionales en que así proceda, el Rey, previa consulta con los representantes designados
por los Grupos políticos con representación parlamentaria, y a través del Presidente del
Congreso, propondrá un candidato a la Presidencia del Gobierno.
Si el Congreso de los Diputados, por el voto de la mayoría absoluta de sus miembros, otorgase
su confianza a dicho candidato, el Rey le nombrará Presidente. De no alcanzarse dicha mayoría,
se someterá la misma propuesta a nueva votación cuarenta y ocho horas después de la anterior,
y la confianza se entenderá otorgada si obtuviese la mayoría simple.
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Si transcurrido el plazo de dos meses, a partir de la primera votación de investidura, ningún
candidato hubiere obtenido la confianza del Congreso, el Rey disolverá ambas Cámaras y
convocará nuevas elecciones con el refrendo del Presidente del Congreso.
Artículo 100
Los demás miembros del Gobierno serán nombrados y separados por el Rey, a propuesta de su
Presidente.
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Los miembros del Gobierno se reúnen en Consejo de Ministros y en Comisiones Delegadas del
Gobierno.
El Consejo de Ministros
A la vez que órgano superior de la admón., también es titular del poder ejecutivo y por ello a
veces actúa políticamente como gobierno, y otras veces administrativamente como consejo de
ministros, teniendo así doble naturaleza: política y administrativa.
Composición:
Todos los miembros del Gobierno, salvo ausencia de alguno de ellos. La CE deja una puerta
abierta pues al enumerar los miembros del Gobierno se refiere a “los demás miembros que
establezca la ley”, aunque la ley descarta a los Secretarios de Estado, que son colaboradores del
Gobierno, aunque pueden ser convocados al mismo, y también descarta a los ministros sin
cartera, que son al fin y al cabo ministros.
1. El Presidente del Gobierno convoca y preside las reuniones del Consejo de Ministros,
actuando como Secretario el Ministro de la Presidencia.
2. Las reuniones del Consejo de Ministros podrán tener carácter decisorio o deliberante.
3. El orden del día de las reuniones del Consejo de Ministros se fijará por el Presidente del
Gobierno.
4. De las sesiones del Consejo de Ministros se levantará acta en la que figurarán, exclusivamente,
las circunstancias relativas al tiempo y lugar de su celebración, la relación de asistentes, los
acuerdos adoptados y los informes presentados.
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⇒Aprobar los proyectos de Ley y su remisión al Congreso de los Diputados o, en su caso,
al Senado (previsto en los art. 87 y 88 CE).
⇒Remitir los Tratados internacionales a las Cortes Generales en los términos previstos
en los artículos 94 y 96.2 de la Constitución.
⇒Disponer la emisión de Deuda Pública o contraer crédito, cuando haya sido autorizado
por una Ley.
⇒Aprobar los reglamentos para el desarrollo y la ejecución de las leyes, previo dictamen
del Consejo de Estado, así como las demás disposiciones reglamentarias que procedan.
Es una forma de reunión del Gob., ya que según la Ley del Gob., el Presidente, Vicepresidente y
los Ministros se reunirán en Consejo de Ministros o en Comisiones delegadas del Gobierno.
- Situaciones de crisis.
- Asuntos económicos.
- Política Autonómica.
- Asuntos de inteligencia.
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- Examinar las cuestiones de carácter general que tengan relación con varios de los
Departamentos Ministeriales que integren la Comisión.
- Resolver los asuntos que, afectando a más de un Ministerio, no requieran ser elevados
al Consejo de Ministros.
- Ejercer cualquier otra atribución que les confiera el ordenamiento jurídico o que les
delegue el Consejo de Ministros.
Las Cámaras y sus Comisiones podrán recabar, a través de los Presidentes de aquellas, la
información y ayuda que precisen del Gobierno y de sus Departamentos y de cualesquiera
autoridades del Estado y de las Comunidades Autónomas.
Las Cámaras y sus Comisiones pueden reclamar la presencia de los miembros del Gobierno. Estos
miembros tienen acceso a las sesiones de las Cámaras y a sus Comisiones y la facultad de hacerse
oír en ellas, y podrán solicitar que informen ante las mismas a los funcionarios de sus
Departamentos.
El Gobierno y cada uno de sus miembros están sometidos a las interpelaciones y preguntas que
se le formulen en las Cámaras. Para esta clase de debate los Reglamentos establecerán un
tiempo mínimo semanal. Toda interpelación podrá dar lugar a una moción en la que la Cámara
manifieste su posición.
El Presidente del Gobierno, previa deliberación del Consejo de Ministros, puede plantear ante
el Congreso de los Diputados la cuestión de confianza sobre su programa o sobre una
declaración de política general. La confianza se entenderá otorgada cuando vote a favor de la
misma la mayoría simple de los Diputados.
El Congreso de los Diputados puede exigir la responsabilidad política del Gobierno mediante la
adopción por mayoría absoluta de la moción de censura. La moción de censura deberá ser
propuesta al menos por la décima parte de los Diputados, y habrá de incluir un candidato a la
Presidencia del Gobierno. La moción de censura no podrá ser votada hasta que transcurran cinco
días desde su presentación. En los dos primeros días de dicho plazo podrán presentarse
mociones alternativas. Si la moción de censura no fuere aprobada por el Congreso, sus
signatarios no podrán presentar otra durante el mismo período de sesiones.
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3. LA ADMINISTRACIÓN
- El Capítulo I se ocupa del Sector Público Institucional (Art. 81-83, Ley 40/2015, de 1 de
octubre).
3.1 Organización
1. La Administración General del Estado actúa y se organiza de acuerdo con los principios
establecidos en el artículo 3, así como los de descentralización funcional y desconcentración
funcional y territorial.
5. En la Administración General del Estado en el exterior son órganos directivos los embajadores
y representantes permanentes ante Organizaciones internacionales.
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6. Los órganos superiores y directivos tienen además la condición de alto cargo, excepto los
Subdirectores generales y asimilados, de acuerdo con lo previsto en la Ley 3/2015, de 30 de
marzo, reguladora del ejercicio del alto cargo de la Administración General del Estado.
7. Todos los demás órganos de la Administración General del Estado se encuentran bajo la
dependencia o dirección de un órgano superior o directivo.
8. Los estatutos de los Organismos públicos determinarán sus respectivos órganos directivos.
10. Los Ministros y Secretarios de Estado son nombrados de acuerdo con lo establecido en la
Ley 50/1997, de 27 de noviembre, del Gobierno y en la Ley 3/2015, de 30 de marzo, reguladora
del ejercicio del alto cargo de la Administración General del Estado.
11. Sin perjuicio de lo previsto en la Ley 3/2015, de 30 de marzo, reguladora del ejercicio del alto
cargo de la Administración General del Estado, los titulares de los órganos superiores y directivos
son nombrados, atendiendo a criterios de competencia profesional y experiencia, en la forma
establecida en esta Ley, siendo de aplicación al desempeño de sus funciones:
1. Las unidades administrativas son los elementos organizativos básicos de las estructuras
orgánicas. Las unidades comprenden puestos de trabajo o dotaciones de plantilla vinculados
funcionalmente por razón de sus cometidos y orgánicamente por una jefatura común. Pueden
existir unidades administrativas complejas, que agrupen dos o más unidades menores.
2. Los jefes de las unidades administrativas son responsables del correcto funcionamiento de la
unidad y de la adecuada ejecución de las tareas asignadas a la misma.
3.2 Funcionamiento
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organizaciones representativas de intereses sociales, podrán establecer o completar sus propias
normas de funcionamiento.
3. El acuerdo de creación y las normas de funcionamiento de los órganos colegiados que dicten
resoluciones que tengan efectos jurídicos frente a terceros deberán ser publicados en el Boletín
o Diario Oficial de la Administración Pública en que se integran. Adicionalmente, las
Administraciones podrán publicarlos en otros medios de difusión que garanticen su
conocimiento.
Cuando se trate de un órgano colegiado a los que se refiere el apartado 2 de este artículo
la citada publicidad se realizará por la Administración a quien corresponda la Presidencia.
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TEMA 5: LA ORGANIZACIÓN TERRITORIAL DEL ESTADO. LAS COMUNIDADES AUTÓNOMAS.
DISTRIBUCIÓN COMPETENCIAL. LOS CONFLICTOS DE COMPETENCIAS. LA COORDINACIÓN
ENTRE LAS DISTINTAS ADMINISTRACIONES PÚBLICAS. LA ADMINISTRACIÓN GENERAL DEL
ESTADO Y SU ORGANIZACIÓN PERIFÉRICA.
En relación con la autonomía, hemos de establecer también el principio general derivado del
artículo 2 de la Constitución. Este artículo establece que:
Partiendo de esta afirmación, en la que aparecen los principios de unidad nacional, autonomía
y solidaridad territoriales, el Título VIII construye lo que se ha dado en llamar “Estado de las
Autonomías”, una fórmula intermedia entre el denominado “Estado centralizado” y el “Estado
federal”.
En relación con la Administración Local, como veremos, el grado de autonomía se aplica solo en
lo referente a la gestión de sus propios intereses, pero no participa del grado analizado
anteriormente al citar el artículo 2 de la Constitución.
En definitiva,
- Las entidades que son sujeto de autonomía no se hallan relacionadas entre sí en base
al principio de jerarquía o subordinación, sino que están estructuradas en base a los principios
de independencia, coordinación y competencia.
Hemos de entender que las diferencias entre las Comunidades Autónomas y los Municipios y las
Provincias, a pesar de estar enunciados todos ellos como sujetos de la autonomía son
profundamente divergentes. A modo de resumen diremos que:
27
Ello se concreta en:
Los municipios y provincias también tienen autonomía para la satisfacción de sus fines, pero
diferencia de las comunidades autónomas tan sólo se trata de autonomía administrativa y
financiera.
Entre las especificidades autonómicas, destacan las Comunidades Autónomas con lengua propia
y cooficial, que son Cataluña, Comunidad Valenciana, Illes Balears, País Vasco, Navarra y Galicia.
Igualmente, es especial el régimen de financiación de Navarra y País Vasco, así como en buena
medida el de la Comunidad Autónoma de Canarias y el de las ciudades de Ceuta y Melilla.
Las Comunidades Autónomas tienen autonomía política y financiera. Esto supone la atribución
de competencia para aprobar leyes en las materias en las que sus Estatutos así lo reconocen, así
como realizar tareas ejecutivas que los mismos Estatutos les asignan.
28
Sus instituciones de autogobierno principales son dos: la Asamblea Legislativa y el Consejo de
Gobierno. En la mayor parte de las Comunidades, este marco institucional se completa con
instituciones propias y similares a otras del Estado, singularmente el Defensor del Pueblo, el
Tribunal de Cuentas, el correspondiente órgano de consulta jurídica y el consejo Económico y
Social.
Dependiendo de sus Gobiernos, las Comunidades Autónomas cuentas con los correspondientes
órganos administrativos, que pueden ser centrales o territoriales. Igualmente, y al igual que
ocurre en el ámbito de Estado, las Comunidades Autónomas cuentas con Administraciones
propias, organizadas en Consejerías o Departamentos, junto a organismos dotados de
personalidad jurídica propia y que se adscriben a las diferentes Consejerías, actuando en
régimen de descentralización funcional. Este es el caso de los organismos autónomos, las
agencias, las entidades públicas, las fundaciones, los consorcios o las sociedades mercantiles o
empresas propias. Además, la mayor parte de las Comunidades cuentan también con
Delegaciones en Bruselas e incluso en algunas ciudades de otros Estados especialmente
relevantes.
Las Comunidades Autónomas tienen, según las materias, competencias legislativas y ejecutivas.
En un sentido estricto, las Comunidades tienen cuatro tipos de competencias que les habilitan
para realizar las siguientes acciones:
Las Comunidades Autónomas cuentan con autonomía financiera, si bien sus ingresos dependen
en parte del Estado y en parte de recursos propios, sus propios tributos o una parte de los
obtenidos por impuestos del Estado en la Comunidad Autónoma. Este sistema se arbitra
mediante un sistema de participación en los ingresos del Estado recaudados con cargo a los
principales tributos.
Las Comunidades Autónomas colaboran con el Estado a través de los siguientes órganos e
instrumentos:
29
Las Comisiones Bilaterales de Cooperación, entre el Estado y una determinada
Comunidad Autónoma
Las Comisiones Sectoriales, Grupos de Trabajo y Ponencias de composición técnica y
adscritos en gran medida a las conferencias Sectoriales, que garantizan el sistema de
cooperación interadministrativa permanente que el sistema descentralizado requiere.
La financiación estatal, los Planes y Programas adoptados de forma conjunta con otras
Administraciones. Por ejemplo mediante el Fondo de Financiación Autonómico.
Los tribunales garantizan la legalidad de las actuaciones de las Comunidades Autónomas, al igual
que las del Estado. El Estado puede impugnar los actos o leyes de las Comunidades Autónomas
cuando estime que suponen una vulneración de la Constitución o del sistema de distribución
competencial, mediante la interposición del correspondiente recurso o conflicto ante el Tribunal
Constitucional. Por su parte, las Comunidades Autónomas también cuentan con mecanismos
similares para proteger sus competencias en caso de extralimitaciones del Estado.
De acuerdo con esta última (artículos 60 y siguientes), el proceso del conflicto (positivo)
constitucional de competencia se caracteriza por las siguientes notas:
- Puede constituir el objeto del conflicto una disposición, una resolución o un acto
emanado de un órgano del Estado o de un órgano de otra Comunidad Autónoma.
- Por lo que se refiere a los motivos en que puede fundamentarse, y a diferencia de los
procesos de inconstitucionalidad, en el conflicto de competencia no se trata de enjuiciar una
disposición desde la perspectiva del bloque de la constitucionalidad, sino de determinar, entre
los varios sujetos en litigio, a quién debe reconocerse una determinada competencia según el
orden de distribución contemplado en la Constitución, Estatuto de Autonomía o leyes orgánicas
correspondientes.
- Pueden ser sujetos activos del proceso tanto el Gobierno del Estado como los órganos
colegiados ejecutivos de las Comunidades Autónomas.
30
2.3 La coordinación entre las distintas administraciones públicas
31
La Ley 40/2015, de 1 de octubre, fija una estructura de la Administración Periférica del Estado
que prevé la integración de servicios periféricos ministeriales en las Delegaciones y
Subdelegaciones del Gobierno y Direcciones Insulares, así como la consiguiente supresión de los
órganos cuyos servicios se integren.
Las Delegaciones del Gobierno ejercen la dirección y la supervisión de todos los servicios de la
Administración General del Estado y sus Organismos públicos situados en su territorio: servicios
integrados y no integrados. Representan al Gobierno en el territorio de la Comunidad
Autónoma. De acuerdo con el artículo 154 de la Constitución Española: “Un Delegado nombrado
por el Gobierno dirigirá la Administración del Estado en el territorio de la Comunidad Autónoma
y la coordinará, cuando proceda, con la administración propia de la Comunidad”.
Los servicios de la AGE en el territorio tienen un deber genérico de colaboración con los
Delegados y Subdelegados del Gobierno con el fin de facilitar a estos el cumplimiento de su
función directiva a nivel territorial.
32
TEMA 6: EL MEDIOAMBIENTE EN LA CONSTITUCIÓN ESPAÑOLA. DISTRIBUCIÓN DE
COMPETENCIAS ENTRE LAS ADMINISTRACIONES PÚBLICAS EN ESTA MATERIA:
ADMINISTRACIÓN DEL ESTADO, AUTONÓMICA Y LOCAL. PRINCIPIOS CONSTITUCIONALES EN
MATERIA DE AGUAS Y COSTAS. ARTÍCULOS 132 Y 45 DE LA CONSTITUCIÓN.
El entramado legal y administrativo se asemeja a una cascada en la que, el nivel superior vierte
una serie de requisitos y normas que el nivel inferior está obligado a respetar, aunque éste
pueda añadir nuevas aportaciones atendiendo a sus circunstancias específicas.
Dicho artículo otorga a los poderes públicos el deber de velar por la utilización racional de los
recursos naturales con el fin de proteger y defender el medio ambiente.
Algunas de las leyes más importantes en materia ambiental con consideración de legislación
básica son:
33
– Ley de aguas de 1985. Modificada por la Ley 46/1999 de 13 de diciembre.
Para el desarrollo de las competencias en materia de medio ambiente que la Constitución y sus
Estatutos de Autonomía les atribuyen, las Comunidades Autónomas han creado Consejerías de
Medio Ambiente.
Teniendo en cuenta los intereses locales en la protección del medio ambiente y la proximidad al
ciudadano y sus problemas más cotidianos, se han asignado también competencias en esta
materia a las entidades locales.
Algunas de estas competencias que los ayuntamientos suelen ejercer mediante Ordenanzas
Municipales son:
– Control de ruidos.
La Ley 7/85 de Bases de Régimen Local en la que se establecen las competencias de los
municipios en materia de medio ambiente, supone el punto de partida para el desarrollo de
normativas de ámbito local.
34
El desarrollo de la Agenda 21 Local es uno de los principales objetivos de las Entidades Locales
para el siglo actual. Se trata de un programa conocido universalmente destinado a la
planificación y gestión sostenible del territorio municipal; por ello, el Código desarrolla
ampliamente la metodología para su ejecución.
Tiene su origen en la Conferencia de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente y el Desarrollo
que se celebró en Río de Janeiro el año 1992. Las medidas que se proponen intentan detener la
destrucción del medioambiente y eliminar las desigualdades entre los países.
3. ARTÍCULO 45
2. Los poderes públicos velarán por la utilización racional de todos los recursos naturales, con el
fin de proteger y mejorar la calidad de la vida y defender y restaurar el medio ambiente,
apoyándose en la indispensable solidaridad colectiva.
3. Para quienes violen lo dispuesto en el apartado anterior, en los términos que la ley fije se
establecerán sanciones penales o, en su caso, administrativas, así como la obligación de reparar
el daño causado.
4. ARTÍCULO 132
1. La ley regulará el régimen jurídico de los bienes de dominio público y de los comunales,
inspirándose en los principios de inalienabilidad, imprescriptibilidad e inembargabilidad, así
como su desafectación.
2. Son bienes de dominio público estatal los que determine la ley y, en todo caso, la zona
marítimo-terrestre, las playas, el mar territorial y los recursos naturales de la zona económica y
la plataforma continental.
35
TEMA 7: LAS FUENTES DEL DERECHO ADMINISTRATIVO. LA JERARQUÍA DE LAS FUENTES. LA
LEY. LAS DISPOSICIONES DEL EJECUTIVO CON FUERZA DE LEY: DECRETO-LEY Y DECRETO
LEGISLATIVO. EL REGLAMENTO: CONCEPTO, CLASES Y LÍMITES. OTRAS FUENTES DE DERECHO
ADMINISTRATIVO.
El Derecho administrativo se define como aquella parte del Derecho público que regula
organización y funcionamiento del Poder ejecutivo y sus relaciones con los administrados, así
como la función administrativa de los diversos Poderes y Órganos constitucionales del Estado.
La distinción entre normas de organización y normas de comportamiento (las que regulan las
relaciones entre la Administración y los particulares) se encuentra ya en una obra clásica del
Derecho administrativo, el Traitté de la jurisdiction con tentieux administrative de Laferriere. La
definición parte de la base de que las normas determinantes de la organización de las
Administraciones públicas tienen el carácter de normas jurídicas y se comprenden en el
ordenamiento jurídico-administrativo.
Al hablar de fuentes del derecho se hace referencia al lugar de donde emana o procede el
derecho, es decir, a los medios de producción de normas jurídicas y a las formas en que se
manifiesta el derecho.
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La doctrina distingue entre:
- Fuentes en sentido material. Son aquellas instituciones o fuerzas sociales que poseen
capacidad para crear o producir normas jurídicas
Las normas jurídicas contenidas en los tratados internacionales no serán de aplicación directa
en España en tanto no hayan pasado a formar parte del ordenamiento interno mediante su
publicación íntegra en el Boletín Oficial del Estado.
El artículo 1.1 del Código Civil establece que las fuentes del ordenamiento jurídico español son
la ley, la costumbre y los principios generales del derecho.
- Por la participación directa en la misma función legislativa, dictando normas con valor
de ley, que al ser elaboradas por el Gobierno reciben el nombre de Decretos Legislativos
y Decretos Leyes.
a. Fuentes directas
La Constitución.
Los Tratados Internacionales publicados en el B.O.E.
Las leyes orgánicas y ordinarias del Estado y de las Comunidades
Autónomas.
Las normas con rango de Ley emanadas del Gobierno: Decretos-leyes y
Decretos Legislativos.
37
Los Reglamentos contenidos en Decretos del Gobierno, Órdenes de
Comisiones Delegadas del Gobierno y Órdenes Ministeriales.
La Costumbre.
Los Principios generales del derecho.
b. Fuentes indirectas
a. Fuentes escritas
La Constitución.
La Ley.
Las normas del Gobierno con fuerza de Ley.
Los Reglamentos.
b. Fuentes no escritas
La costumbre.
Los principios generales del Derecho.
a. Fuentes primarias. Son las que se aplican siempre que concurran los
supuestos de hecho por ellas contemplados. Tal carácter tienen aquellas fuentes que se
exteriorizan de forma escrita:
La Constitución.
La Ley.
Las disposiciones normativas con valor de Ley.
El Reglamento.
La costumbre.
Los principios generales del Derecho.
Las normas integrantes del derecho Administrativo están sujetas al principio de jerarquía
normativa, que se encuentra reconocido en el artículo 9.3 de la Constitución.
El Código Civil lo recoge en su artículo 1.2 al disponer que: “carecerán de validez las disposiciones
que contradigan otra de rango superior”.
En virtud de este principio las normas de rango superior prevalecen y se imponen sobre las de
rango inferior. Las normas que ostentan el mismo rango tienen la misma fuerza normativa.
38
Por otra parte el principio de jerarquía normativa permite constatar la relación existente entre
la fuente de la que emana cada norma (el órgano que la produce) y la forma de la misma, así
como su rango y fuerza.
En virtud de este principio se configura una estructura piramidal, cuya cúspide es la Constitución,
norma suprema que prevalece y se impone a todas las demás. En segundo lugar, se encuentran
las leyes y las disposiciones del Gobierno con rango de Ley (Decretos-Leyes y Decretos
Legislativos), y en este mismo escalón se hallarían los Tratados Internacionales publicados en el
B.O.E.
También hay que tener en cuenta las Leyes y reglamentos emanados de las Comunidades
Autónomas.
Un tercer escalón lo constituyen los Reglamentos, que también tienen una ordenación
jerárquica. De acuerdo con el artículo 128 de la Ley 39/2015, de 1 de octubre, del Procedimiento
Administrativo Común de las Administraciones Públicas, las disposiciones administrativas se
ajustarán al orden de jerarquía que establezcan las leyes. Ninguna disposición administrativa
podrá vulnerar los preceptos de otra de rango superior.
- La costumbre.
- Los principios generales del Derecho.
- La jurisprudencia.
1.3 La Ley
Desde un punto de vista político, la ley elaborada por el poder legislativo del Estado, que ostenta
la representación del pueblo, constituye la expresión de la voluntad popular. Junto con la
Constitución, la ley goza de directa legitimidad democrática al ser producto de la actividad
normativa de las Cortes Generales.
Considerada como fuente del derecho, constituye la categoría básica del ordenamiento jurídico,
inmediatamente subordinada a la Constitución.
Por otra parte la Constitución reserva determinadas materias para que su regulación se realice
por ley (y no por reglamento), lo que constituye la llamada reserva de ley, a fin de garantizar que
determinadas materias por su especial trascendencia sean reguladas por el titular del poder
legislativo o por normas de igual rango y fuerza.
En cuanto a su sanción y promulgación, las leyes aprobadas por las Cortes Generales serán
sancionadas por el Rey en el plazo de 15 días, quien las promulgará y ordenará su inmediata
publicación.
39
Clases:
La Constitución contempla además la existencia de normas, que sin ser leyes ni proceder del
Parlamento tienen su mismo rango y fuerza.
Estas normas se dictan en virtud de facultades que constituyen también la potestad legislativa
del Estado pero que se atribuyen al Gobierno. Son los Decretos Legislativos y los Decretos-Leyes
previstos en los artículos 82 a 86 de la Constitución española.
Las Cortes Generales pueden delegar en el Gobierno la potestad de dictar normas con rango de
ley sobre materias determinadas que no sean objeto de ley orgánica.
Las disposiciones del Gobierno que contengan legislación delegada recibirán el título de
Decretos Legislativos.
La delegación legislativa deberá otorgarse mediante una ley de bases cuando su objeto sea la
formación de textos articulados o por una ley ordinaria cuando se trate de refundir varios textos
legales en uno solo.
La delegación legislativa habrá de otorgarse al Gobierno de forma expresa para materia concreta
y con fijación del plazo para su ejercicio. La delegación se agota por el uso que de ella haga el
Gobierno mediante la publicación de la norma correspondiente. No podrá entenderse
concedida de modo implícito o por tiempo indeterminado. Tampoco podrá permitir la
subdelegación a autoridades distintas del propio Gobierno.
Cuando una proposición de ley o una enmienda fuere contraria a una delegación legislativa en
vigor, el Gobierno está facultado para oponerse a su tramitación. En tal supuesto, podrá
presentarse una proposición de ley para la derogación total o parcial de la ley de delegación.
2.2 Decreto-Ley
40
dicho plazo sobre su convalidación o derogación, para lo cual el Reglamento establece un
procedimiento especial y sumario.
Durante el plazo establecido en el apartado anterior, las Cortes podrán tramitarlos como
proyectos de ley por el procedimiento de urgencia.
3. EL REGLAMENTO
3.1 Concepto
Se llama reglamento a toda norma escrita dictada por la Administración en virtud de su propia
competencia.
El reglamento tiene de común con la ley el ser una norma escrita, pero difiere en todo lo demás.
Lo propio del reglamento, lo que le separa definitivamente de la ley, es que es una norma
secundaria, inferior y complementaria de la ley, obra de la Administración.
Por otra parte, hay que distinguir la figura del reglamento de la del acto administrativo. No sería
correcto explicar el reglamento como un simple acto administrativo general y hacer aplicación
al mismo de toda la teoría de los actos.
La distinción más relevante entre el reglamento y el acto es que aquél forma parte del
ordenamiento jurídico, en tanto que el acto es sólo una consecuencia de aquél, una aplicación
del mismo.
3.2 Clases
1) Por el sujeto del que proceden: estatales, si proceden de la Administración del Estado;
autonómicos, es decir, emanados de una Comunidad Autónoma, o locales, si emanan del
ayuntamiento y de sus alcaldes o de las diputaciones; sectoriales, si emanan de entes de la
Administración Institucional y Corporativa.
41
Este tipo de medidas excepcionales procederá en las situaciones previstas en el art. 116 de la
Constitución, es decir, estado de sitio, alarma o excepción.
Por otra parte, el art. 106 de la Constitución dispone que los Tribunales controlan la potestad
reglamentaria y la legalidad de la actuación administrativa, así como el sometimiento de ésta a
los fines que la justifican.
4.1 La costumbre
La costumbre puede definirse como la expresión del sentir popular expresado por la repetición
de una serie de actos sobre un orden determinado de derecho. Se trata, por tanto, como observa
De Castro, de una norma creada e impuesta por el uso social.
Los principios generales del derecho, dice el art. 1 del Código Civil, "se aplicarán en defecto de
ley o costumbre, sin perjuicio de su carácter informador del ordenamiento jurídico". En este
sentido, el Tribunal Constitucional declaró en su sentencia de 2 de febrero de 1981 que “Los
principios generales del Derecho incluidos en la Constitución tienen carácter informador de todo
el ordenamiento jurídico como afirma el art. 1.4 del Título Preliminar CC , que debe así ser
interpretado de acuerdo con los mismos.
Estos principios generales del derecho expresan, en el concepto de García de Enterría, "los
valores materiales básicos de un ordenamiento jurídico, aquellos sobre los cuales se constituye
como tal, las convicciones ético jurídicas fundamentales de una comunidad". En su opinión, no
se trata simplemente de unas vagas ideas o tendencias morales que puedan explicar el sentido
42
de determinadas reglas, sino de principios del derecho, esto es, formulas técnicas del mundo
jurídico, que por ser generales, transcienden de un precepto concreto y organizan y dan sentido
a muchos. Este autor viene a destacar su funcionalidad como límite al ejercicio de la actividad
discrecional de la Administración, al ser informadores de todo el ordenamiento jurídico.
4.3 La jurisprudencia
La jurisprudencia por sí solo no integra el ordenamiento jurídico, pero la doctrina del Tribunal
Supremo al interpretar y aplicar dicho ordenamiento establece unas pautas que si no vinculan
directamente al resto de los órganos judiciales, sí condiciona en gran manera su ejercicio por la
autoridad del órgano del que emana.
43
TEMA 8: EL ACTO ADMINISTRATIVO: CONCEPTO, CLASES Y ELEMENTOS. EFICACIO Y VALIDEZ
DE LOS ACTOS ADMINISTRATIVOS. SU MOTIVACIÓN Y NOTIFICACIÓN. CONVERSIÓN,
CONSERVACIÓN Y CONSOLIDACIÓN.
1. EL ACTO ADMINISTRATIVO
Referencias Legislativas
1.1 Concepto
“Los actos administrativos que dicten las Administraciones Públicas, bien de oficio o a
instancia del interesado, se producirán por el órgano competente ajustándose al procedimiento
establecido. El contenido de los actos se ajustará a lo dispuesto por el ordenamiento jurídico y
será determinado y adecuado a los fines de aquéllos.”
Por tanto, podemos concluir que en las definiciones más básicas del acto administrativo
confluyen dos elementos principales, como son, de un lado, la condición de acto jurídico, pues
se trata de un hecho humano realizado por una voluntad consciente y exteriorizada, que
produce efectos jurídicos. Y, además, la necesaria participación de la Administración como
sujeto activo.
Sin embargo, como ponen de relieve diversos autores, hay que añadir a estos elementos que el
contenido de un acto podrá expresarse también, en determinadas ocasiones, con una
manifestación no proveniente de la voluntad consciente, como podría ser la expedición de un
certificado solicitado a una autoridad administrativa, o la emisión de un informe o dictamen de
un órgano consultivo, en los que se requiera simplemente una actividad de juicio registral o
expedidor de un acto que, por su contenido y significación jurídica, constituya un acto
administrativo.
Teniendo en cuenta lo anterior, el acto administrativo reviste una especial naturaleza jurídica,
caracterizada por los siguientes elementos:
Entre las declaraciones de juicio podemos citar los actos consultivos, los
informes, los actos de intervención y fiscalización financiera, etc.
44
Entre las declaraciones de conocimiento podemos citar los certificados, las
anotaciones o registro de títulos, los levantamientos de actas...
Como declaraciones de deseo, las propuestas o peticiones de un órgano a
otro.
La naturaleza que se deriva de este especial carácter de declaración jurídica voluntaria, hace
diferenciar a los actos administrativos de otros actos emitidos por la Administración:
— Los reglamentos, que se estudian con las fuentes del Derecho Administrativo y que
son actos de carácter normativo (Reglamento de Espectáculos Taurinos, Reglamento de Minas,
etc.). Reúnen las tres características de la definición del acto, pero su nota de normatividad hace
que su naturaleza sea muy diferente a la de los actos que al no ser normativos son simple
aplicación del ordenamiento (en vez de integrarse en él) y se agotan en su cumplimiento.
— Los contratos, que son actos, pero actos bilaterales, reduciéndose la categoría de los
actos administrativos a los actos unilaterales de la Administración. Se regulan en la Ley de
Contratos del Sector Público (Ley 30/2007, de 30 de octubre).
Tradicionalmente tampoco eran actos administrativos los actos políticos del Gobierno; en este
caso se aducía que el Gobierno opera no como cabeza de la Administración, sino como titular
de funciones constitucionales de relación con otros poderes (en particular, con el legislativo).
Así, el acto por el que el Presidente del Gobierno disuelve las Cortes y convoca nuevas elecciones
no estaría sometido al Derecho Administrativo, no sería un acto administrativo y no sería
controlable por el Juez. En la actualidad, a raíz de la Ley 29/1998, de 13 de julio, reguladora de
la Jurisdicción Contencioso-Administrativa, se somete a su control todo acto del Gobierno o de
45
los Consejos de Gobierno de las Comunidades Autónomas, cualquiera que sea la naturaleza del
acto, en cuanto a la protección jurisdiccional de los derechos fundamentales, los elementos
reglados y la determinación de las indemnizaciones que resulten procedentes (Exposición de
Motivos y art. 2 a) de la Ley).
1.3 Clases
— Actos constitutivos: son los que crean, modifican o extinguen relaciones o situaciones
jurídicas. Pueden ser favorables, si amplían la esfera jurídica del destinatario (concesión de una
licencia, de una plaza en un concurso, etc.), o de gravamen, si restringen tal esfera jurídica.
— Actos declarativos: son los que acreditan un hecho o una situación jurídica sin incidir
sobre su contenido (certificación o notificación, por ejemplo).
— Acto impugnable es aquel que pone término a la vía administrativa, que la agota, no
quedando otro recurso planteable. Se dice que “causa estado” y ya únicamente puede ser objeto
de recurso ante el juez o Tribunal de lo contencioso-administrativo. El art. 25.1 de la LJCA (Ley
46
29/1998, de 13 de julio), dice textualmente que “el recurso contencioso-administrativo es
admisible en relación con las disposiciones de carácter general y con los actos expresos y
presuntos de la Administración Pública que pongan fin a la vía administrativa, ya sean definitivos
o de trámite, si estos últimos deciden directa o indirectamente el fondo del asunto, determinan
la imposibilidad de continuar el procedimiento, producen indefensión o perjuicio irreparable a
derechos o intereses legítimos”.
— Acto presunto, aquí se produce una ficción jurídica, puesto que no se produce ningún
acto administrativo. Ante la ausencia de voluntad administrativa, la ley sustituye la voluntad
inexistente por una de carácter positivo o negativo, dependiendo de los casos. Es decir,
transcurrido un cierto tiempo de inactividad de la Administración ante una petición o solicitud,
el solicitante puede entender, según los casos, que su petición ha sido aceptada o rechazada.
Así pues, el silencio administrativo se convierte, mediante esta ficción, en acto administrativo.
La regla es que el silencio es positivo, es decir, se entenderá estimada la solicitud del ciudadano;
siendo muy limitados los casos de silencio negativo.
47
1.4 Elementos del acto administrativo
Antes de iniciar el análisis de cada uno de ellos, conviene destacar que no todos revisten la
misma importancia: mientras que el subjetivo y el objetivo deberán concurrir en todo acto
administrativo, la exigencia de los restantes dependerá de lo que en cada caso disponga el
Derecho positivo.
El acto administrativo, tal como se ha especificado, sólo puede ser producido por una
Administración Pública. Ahora bien, las entidades administrativas se estructuran y actúan a
través de órganos (Ministro, Director General, Alcalde, etc.). De ahí que el acto administrativo
haya de ser dictado por aquel órgano al que el ordenamiento jurídico le atribuya competencia
para ello (el Ministro de Economía y Hacienda será el órgano competente para imponer la
sanción de suspensión a un funcionario destinado en su Ministerio, por estipularlo así la
48
normativa aplicable al respecto). Por último, el titular del órgano ha de contar con la
correspondiente legitimación y hallarse en una situación abstracta de imparcialidad.
Así pues, para que podamos hablar de un acto válidamente producido, su elemento subjetivo
requiere:
— Que el titular del órgano esté legalmente investido en su cargo (nombramiento, toma
de posesión).
Si concurriese alguna de estas causas, el interesado podrá recusar al funcionario en los términos
establecidos en el art. 29 de dicha Ley.
49
1.4.2 Elemento objetivo
Es el objeto o contenido del acto: ya quedó dicho que el acto consiste en una declaración, y
puede ser de voluntad (es el caso más frecuente), pero también de juicio, de deseo o de
conocimiento. El objeto o contenido de esta declaración puede ser un comportamiento de otra
persona jurídica (un administrado, otro órgano administrativo), un hecho (que se documenta o
se califica), un bien (dinero, en una declaración de deuda tributaria, o una finca que se expropia),
o una situación jurídica (jubilación, excedencia voluntaria).
El contenido debe ser lícito, posible, determinado o determinable y adecuado al fin del acto. Se
dice que el acto tiene un contenido accidental o eventual cuando sus efectos se encuentran
condicionados: es decir, no se producen inmediatamente, sino que dependen de un factor
externo. Estos factores pueden agruparse en tres categorías:
— Condición: es un hecho futuro e incierto del cual se hace depender la eficacia del acto
(ejemplo: acto dictado en previsión de un cambio de sede del Ministerio).
— Término: fecha en la cual comienza la eficacia del acto (término inicial) o finaliza
(término final).
— Modo: es una carga impuesta a la persona en cuyo favor se dicta el acto, que no
surtirá efectos hasta que dicha carga no se realice (ejemplo: la subvención solicitada se
otorgará cuando el interesado realice determinadas mejoras en su empresa o industria).
Es la respuesta a la pregunta ¿Para qué se ha dictado el acto? Y esta respuesta sólo puede ser
una: la consecución de un fin público, el perseguir un interés público (art. 103 de la Constitución:
“La Administración Pública sirve con objetividad los intereses generales”).
El elemento formal es tanto el cauce procedimental que ha de seguir el acto hasta ser dictado
(procedimiento administrativo) como la forma exterior y concreta que ha de revestir el acto
cuando se emite. En otras palabras: el conjunto de trámites y de formalidades por medio de los
cuales se configura la voluntad administrativa.
50
Respecto al elemento formal entendido como procedimiento, hay que destacar que los órganos
colegiados (compuestos por una pluralidad de personas que normalmente deciden reunidas)
siguen un procedimiento especial para la formación de su voluntad (arts. 22 a 27 de la LRJ-PAC).
Respecto al mismo elemento entendido como la forma concreta y final del acto, decir que
normalmente es la forma escrita (aunque en estructuras fuertemente jerarquizadas, como la
militar, es frecuente que se utilice la forma verbal). El art. 55 de la LRJ-PAC, señala al respecto:
1. Los actos administrativos se producirán por escrito a menos que su naturaleza exija o
permita otra forma más adecuada de expresión y constancia.
3. Cuando deba dictarse una serie de actos administrativos de la misma naturaleza, tales
como nombramientos, concesiones o licencias, podrán refundirse en un único acto, acordado
por el órgano competente, que especificará las personas u otras circunstancias que
individualicen los efectos del acto para cada interesado.
La causa del acto administrativo constituye el “porqué” del propio acto; es decir, la razón
justificadora de cada uno de ellos, la circunstancia que justifica en cada caso que un acto
administrativo se dicta.
Es evidente que la resolución convocando un concurso para la provisión de una plaza que no
está vacante adolece de un defecto que acarreará su anulabilidad: falta el presupuesto –la plaza
vacante- que da soporte al propio acto.
51
2. EFICACIA Y VALIDEZ DE LOS ACTOS ADMINISTRATIVOS
2.1 Eficacia
La eficacia quedará demorada cuando así lo exija el contenido del acto o esté supeditada a su
notificación, publicación o aprobación superior.
52
2.2 Validez
Un acto es válido cuando reúne todos los requisitos o elementos que exige el ordenamiento;
consecuentemente, un acto es inválido cuando carece de alguno de ellos, o, si lo tiene, está
viciado.
Los vicios o carencias del acto pueden ser más o menos importantes: es justamente en función
de esta importancia como se establecen los diferentes niveles o grados de invalidez.
En lo referente a validez de los actos, el art. 57.1 de la LRJ-PAC establece que serán válidos desde
la fecha en que se dicten; lo que aquí se hace es sentar la presunción de validez de los actos
administrativos: todo esto es válido mientras no se demuestre su invalidez.
Y en lo referente a la eficacia, el mismo art. 57.1 de la LRJ-PAC añade que los actos serán válidos
y producirán efectos desde la fecha en que se dicten, salvo que en ellos se disponga otra cosa,
con lo cual, además de presumirse válido, el acto produce efectos inmediatamente (salvo los
casos, ya mencionados, del art. 57.2 de la Ley 30/1992). Esto implica que la interposición de un
recurso administrativo no suspende la eficacia del acto, que sigue produciendo sus efectos. Este
carácter no suspensivo de los recursos se justifica para impedir el que pueda paralizarse la
actividad administrativa, mediante recursos arbitrarios.
La validez hace referencia al contenido del acto, si se ha dictado por un órgano competente, si
cumple el supuesto legal, si el objeto es lícito o si reúne todos los requisitos o elementos que
exige el ordenamiento.
Sin embargo, la eficacia hace referencia a los efectos jurídicos del acto, es decir, a la publicación,
notificación, o alguna condición. Un acto que sea válido puede ser declarado nulo (art. 62 de la
LRJ-PAC) o anulable (art. 63 de la LRJ-PAC). Al mismo tiempo, un acto perfectamente válido
puede que sea ineficaz si está pendiente de su publicación, notificación o alguna otra condición
que supedite su eficacia (art. 57 de la LRJ-PAC).
3. SU MOTIVACIÓN Y NOTIFICACIÓN
A) Ideas generales
Como medio de comunicación entre el órgano administrativo que dicta el acto y su destinatario,
aparece la notificación como un requisito formal más.
53
3. Actúa como presupuesto para que comiencen a computarse los plazos de los que el
administrado dispone para recurrir.
La Ley establece en el art. 58.1 qué actos deben ser notificados a los interesados: “Se notificarán
a los interesados las resoluciones y actos administrativos que afecten a sus derechos e intereses,
en los términos previstos en el artículo siguiente”.
B) Contenido
En cuanto al contenido, en virtud del art. 58.2 de la Ley 30/1992, la notificación incluirá:
C) Plazo
El mismo apartado 2 del art. 58 establece el plazo en que deben cursarse las notificaciones:
“Toda notificación deberá ser cursada en el plazo de diez días a partir de la fecha en que el acto
haya sido dictado”.
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4. CONVERSIÓN, CONSERVACIÓN Y CONSOLIDACIÓN
La Administración puede convertir los actos nulos o anulables en válidos y eficaces, siempre que
contengan los elementos constitutivos de otro acto distinto válido y eficaz, produciendo los
efectos de éste. Es decir, ante dos solicitudes iguales, una puede ser resuelta de forma válida y
otra adolecer de vicios que hagan que esa resolución sea inválida. La Ley permite que se aplique
al procedimiento inválido los efectos del válido (art. 65).
“El órgano que declare la nulidad o anule las actuaciones dispondrá siempre la conservación de
aquellos actos y trámites cuyo contenido se hubiera mantenido igual de no haberse cometido la
infracción.”
55
Con todos estos procedimientos se está favoreciendo que la Administración no vuelva a realizar
actos que son perfectamente válidos, y por lo tanto evitando actuaciones innecesarias.
(4.2 Convalidación)
Íntimamente ligado con el tema de la invalidez de los actos, la Ley establece qué puede hacer la
Administración ante la presencia de estos actos y así, nos encontramos con la llamada
convalidación de los actos. Ya hemos visto que esta convalidación sólo podrá efectuarse cuando
se trate de actos anulables, nunca de actos nulos de pleno derecho.
“1. La Administración podrá convalidar los actos anulables, subsanando los vicios de que
adolezcan.
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TEMA 9: EL PROCEDIMIENTO ADMINISTRATIVO: CONCEPTO, NATURALEZA Y
CARACTERIZACIÓN. FASES DEL PROCEDIMIENTO ADMINISTRATIVO. LA REVISIÓN DE ACTOS EN
VÍA ADMINISTRATIVA.
1. EL PROCEDIMIENTO ADMINISTRATIVO
LEGISLACIÓN
- Ley del Gobierno Ley 50/1997, de 27 de noviembre. (Modificada por la D.F. 3o Ley
40/2015, de1 de Octubre, de Régimen Jurídico del Sector Público, cuya entrada en vigor será el
2/10/2016).
El Título VI de esta Ley regula la estructura general del procedimiento que ha de seguirse para
la realización de la actividad jurídica de la Administración.
- Ámbito territorial. El artículo 1 de la Ley 30/92 dice que la Ley establece las bases del
régimen jurídico, el procedimiento administrativo común y el sistema de responsabilidad de las
Administraciones Públicas, siendo aplicable a todas ellas.
Respecto a los principios generales, las Administraciones públicas sirven con objetividad los
intereses generales y actúan de acuerdo con los principios de eficacia, jerarquía,
descentralización, desconcentración y coordinación, con sometimiento pleno a la Constitución,
a la Ley y al Derecho.
Bajo la dirección del Gobierno de la Nación, de los órganos de gobierno de las Comunidades
Autónomas y de los correspondientes de las Entidades que integran la Administración Local, la
actuación de la Administración pública respectiva se desarrolla para alcanzar los objetivos que
establecen las leyes y el resto del ordenamiento jurídico.
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Cada una de las Administraciones públicas actúa para el cumplimiento de sus fines con
personalidad jurídica única. En sus relaciones con los ciudadanos las Administraciones públicas
actúan de conformidad con los principios de transparencia y de participación.
e) El principio in dubio pro actione que hace que el procedimiento esté a favor de la
mayor garantía del interesado.
2.1 Iniciación
Puede ser, de acuerdo con el artículo 68, de oficio o a instancia de persona interesada. El artículo
69 establece que los procedimientos se iniciarán de oficio por acuerdo del órgano competente,
bien por propia iniciativa o como consecuencia de orden superior, a petición razonada de otros
órganos o por denuncia. Con anterioridad al acuerdo de iniciación, podrá el órgano competente
abrir un período de información previa con el fin de conocer las circunstancias del caso concreto
y la conveniencia o no de iniciar el procedimiento.
Por su parte, el artículo 70 dice que las solicitudes que se formulen deberán contener:
c) Lugar y fecha,
58
d) Firma del solicitante o acreditación de la autenticidad de su voluntad expresada por
cualquier medio,
De las solicitudes, comunicaciones y escritos que presenten los interesados en las oficinas de la
Administración, podrán éstos exigir el correspondiente recibo que acredite la fecha de
presentación, admitiéndose como tal una copia en la que figure la fecha de presentación
anotada por la oficina.
Los solicitantes podrán acompañar los elementos que estimen convenientes para precisar o
completar los datos del modelo, los cuales deberán ser admitidos y tenidos en cuenta por el
órgano al que se dirijan.
Si la solicitud de iniciación no reúne los requisitos que señala el artículo 70 y los exigidos, en su
caso, por la legislación específica aplicable, se requerirá al interesado para que, en un plazo de
diez días, subsane la falta o acompañe los documentos preceptivos, con indicación de que, si así
no lo hiciera, se le tendrá por desistido de su petición.
2.2 Ordenación
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En el despacho de los expedientes se guardará el orden riguroso de incoación en asuntos de
homogénea naturaleza, salvo que por el titular de la unidad administrativa se dé orden motivada
en contrario, de la que quede constancia.
Se acordarán en un solo acto todos los trámites que, por su naturaleza, admitan una impulsión
simultánea y no sea obligado su cumplimiento sucesivo.
Al solicitar los trámites que deban ser cumplidos por otros órganos, deberá consignarse en la
comunicación cursada el plazo legal establecido al efecto.
Los trámites que deban ser cumplimentados por los interesados deberán realizarse en el plazo
de diez días a partir de la notificación del correspondiente acto, salvo en el caso de que en la
norma correspondiente se fije plazo distinto.
Cuando en cualquier momento se considere que alguno de los actos de los interesados no reúne
los requisitos necesarios, la Administración lo pondrá en conocimiento de su autor,
concediéndole un plazo de diez días para cumplimentarlo.
A los interesados que no cumplan lo dispuesto en los apartados anteriores, se les podrá declarar
decaídos en su derecho al trámite correspondiente; sin embargo, se admitirá la actuación del
interesado y producirá sus efectos legales, si se produjera antes o dentro del día que se notifique
la resolución en la que se tenga por transcurrido el plazo.
Las cuestiones incidentales que se susciten en el procedimiento, incluso las que se refieran a la
nulidad de actuaciones, no suspenderán la tramitación del mismo, salvo la recusación.
2.3 Instrucción
Según el artículo 79, los interesados podrán, en cualquier momento del procedimiento anterior
al trámite de audiencia, aducir alegaciones y aportar documentos u otros elementos de juicio.
Además, en todo momento podrán los interesados alegar los defectos de tramitación.
Los hechos relevantes para la decisión de un procedimiento podrán acreditarse por cualquier
medio de prueba admisible en Derecho.
Cuando la Administración no tenga por ciertos los hechos alegados por los interesados o la
naturaleza del procedimiento lo exija, el instructor del mismo acordará la apertura de un período
60
de prueba por un plazo no superior a treinta días ni inferior a diez. También el instructor del
procedimiento sólo podrá rechazar las pruebas propuestas por los interesados cuando sean
manifiestamente improcedentes o innecesarias, mediante resolución motivada.
En los casos en que, a petición del interesado, deban efectuarse pruebas cuya realización
implique gastos que no deba soportar la Administración, ésta podrá exigir el anticipo de los
mismos, a reserva de la liquidación definitiva, una vez practicada la prueba. La liquidación de los
gastos se practicará uniendo los comprobantes que acrediten la realidad y cuantía de los
mismos.
Se solicitarán aquellos informes que sean preceptivos por disposiciones legales, y los que se
juzguen necesarios para resolver. Salvo disposición expresa en contrario, los informes serán
facultativos y no vinculantes.
Los informes serán evacuados en el plazo de diez días, salvo que una disposición o el
cumplimiento del resto de los plazos del procedimiento permitan o exija otro plazo mayor o
menor. De no emitirse el informe en el plazo señalado, se podrán proseguir las actuaciones
cualquiera que sea el carácter del informe solicitado, excepto en los supuestos de informes
preceptivos que sean determinantes para la resolución del procedimiento, en cuyo caso se
podrá interrumpir el plazo de los trámites sucesivos.
Si el informe debiera ser emitido por una Administración Pública distinta de la que tramita el
procedimiento en orden a expresar el punto de vista correspondiente a sus competencias
respectivas, y transcurriera el plazo sin que aquél se hubiera evacuado, se podrán proseguir las
actuaciones.
El informe emitido fuera de plazo podrá no ser tenido en cuenta al adoptar la correspondiente
resolución.
Si antes del vencimiento del plazo los interesados manifiestan su decisión de no efectuar
alegaciones ni aportar nuevos documentos o justificaciones, se tendrá por realizado el trámite.
Los actos de instrucción que requieran la intervención de los interesados habrán de practicarse
en la forma que resulte más cómoda para ellos y sea compatible, en la medida de lo posible, con
sus obligaciones laborales o profesionales.
Los interesados podrán, en todo caso, actuar asistidos de asesor cuando lo consideren
conveniente en defensa de sus intereses.
61
En cualquier caso, el órgano instructor adoptará las medidas necesarias para lograr el pleno
respeto a los principios de contradicción y de igualdad de los interesados en el procedimiento.
El anuncio señalará el lugar de exhibición y determinará el plazo para formular alegaciones, que
en ningún caso podrá ser inferior a veinte días.
Conforme a lo dispuesto en las Leyes, las Administraciones Públicas podrán establecer otras
formas, medios y cauces de participación de los ciudadanos, directamente o a través de las
organizaciones y asociaciones reconocidas por la Ley en el procedimiento de elaboración de las
disposiciones y actos administrativos.
2.4 Terminación
La resolución que ponga fin al procedimiento decidirá todas las cuestiones planteadas por los
interesados y aquellas otras derivadas del mismo. Cuando se trate de cuestiones conexas que
no hubieran sido planteadas por los interesados, el órgano competente podrá pronunciarse
sobre las mismas, poniéndolo antes de manifiesto a aquéllos por un plazo no superior a quince
días, para que formulen las alegaciones que estimen pertinentes y aporten, en su caso, los
medios de prueba.
En los procedimientos tramitados a solicitud del interesado, la resolución será congruente con
las peticiones formuladas por éste, sin que en ningún caso pueda agravar su situación inicial.
Las resoluciones contendrán la decisión, que será motivada en los casos a que se refiere el
artículo 541. Expresarán, además, los recursos que contra la misma procedan, órgano
administrativo o judicial ante el que hubieran de presentarse y plazo para interponerlos.
62
A pesar de los efectos del silencio administrativo es posible que la Administración dicte
resolución fuera de plazo que, de acuerdo con el artículo 42.4, será confirmatoria cuando el
silencio haya sido estimatorio y no estará vinculada por el sentido del mismo cuando haya sido
desestimatorio.
La revisión de los actos en vía administrativa es la potestad que la Ley otorga a la Administración
Pública para que, con los requisitos y a través de los procedimientos que el ordenamiento
jurídico establece, pueda, de oficio o a instancia de los interesados, según los casos, rectificar,
sustituir sus actos por otros o dejarlos sin efecto, declarando su nulidad o anulabilidad, o bien
declarar su lesividad para, posteriormente, demandar su anulación ante los Jueces y Tribunales.
En esta genérica definición de las técnicas reguladas por el Título VII de la Ley 30/1992, de 26 de
noviembre, de Régimen Jurídico de las Administraciones Públicas y del Procedimiento
Administrativo Común (LPAC) se incluyen las siguientes figuras, cada una de las cuales serán
objeto de estudio detallado en los siguientes epígrafes:
Bajo la denominación “revisión de oficio” el Capítulo II del título VII LPAC incluye las siguientes
técnicas:
63
Los apartados 1 y 2 del art. 102 LPAC establecen el régimen de esta técnica en los siguientes
términos:
El objeto de esta técnica es que la Administración pueda dejar sin efecto, declarando su nulidad,
sus propias disposiciones y aquellos de sus actos que agoten la vía administrativa o hayan
devenido firmes y, por tanto inatacables, por no haber sido recurridos en plazo.
Por otra parte, son actos que agotan o ponen fin a la vía administrativa, los que establecen los
artículos 109 LPAC y 28 de la Ley 7/2004, de 28 de diciembre, de Organización y Régimen Jurídico
de la Administración Pública de la Comunidad Autónoma de la Región de Murcia. Así, de
conformidad con el artículo 109 LPAC, ponen fin a la vía administrativa los siguientes actos:
- Los de las Comisiones Delegadas del Consejo de Gobierno, salvo que una Ley otorgue
recurso ante el Consejo de Gobierno en relación con actos acordados por la
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correspondiente Comisión Delegada en ejercicio de una competencia atribuida a la
misma.
- Las de los Consejeros, salvo cuando una Ley otorgue recurso ante el Consejo de
Gobierno.
- Las de los demás órganos, en los casos que resuelvan por delegación de un órgano
cuyas resoluciones pongan fin a la vía administrativa.
Establece el artículo 106 LPAC que las facultades de revisión no podrán ser ejercitadas cuando
por prescripción de acciones, por el tiempo transcurrido o por otras circunstancias, su ejercicio
resulte contrario a la equidad, a la buena fe, al derecho de los particulares o a las leyes.
Estos límites operan respecto de todas las técnicas de revisión y revocación expuestas en los
apartados exteriores y pueden impedir su utilización aun cuando se den los supuestos
habilitantes que, según el régimen específico de cada técnica, permiten acudir a ella. Además,
estos límites, son aplicables tanto en los procedimientos iniciados de oficio como a instancia de
parte.
El precepto muestra una especial preocupación por el paso del tiempo (la prescripción de
acciones alude a la pérdida de derechos -y por extensión de las acciones para hacerlo efectivo-
por el transcurso del tiempo máximo previsto para su ejercicio). El legislador entiende que el
paso del tiempo hace que se consoliden situaciones jurídicas o derechos, cuya revisión podría
ser contraria a los principios de equidad y buena fe, al tiempo que muestra un cierto desinterés
por parte de quien esté legitimado para instar o incoar la revisión en obtener la anulación,
revocación o revisión de un determinado acto.
En cuanto a la equidad y la buena fe, son principios generales del derecho administrativo cuya
definición y tratamiento excedería este tema. No obstante, baste ahora con señalar que tanto
la equidad como la buena fe permiten atenuar el rigor en la aplicación de la norma y de sus
consecuencias en función de la concurrencia de circunstancias objetivas (la equidad) o de la
conducta observada por el particular (la buena fe).
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TEMA 11: RÉGIMEN JURÍDICO DEL PERSONAL AL SERVICIO DE LAS ADMINISTRACIONES
PÚBLICAS. EL TEXTO REFUNDIDO DE LA LEY DEL ESTATUTO BÁSICO DEL EMPLEADO PÚBLICO.
DERECHOS Y DEBERES DEL PERSONAL AL SERVICIO DE LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA.
INCOMPATIBILIDADES.
La Constitución Española de 1978 en su artículo 103.3 establece una reserva de ley para regular:
3. Las peculiaridades del ejercicio del derecho a sindicación de los funcionarios públicos,
Esto significa que todas estas materias han de ser reguladas por norma con rango formal de Ley,
sin que puedan ser reguladas por una norma reglamentaria.
• El Título III desarrolla los derechos y deberes de los empleados públicos, así como su
Código de Conducta, incluyendo un listado de derechos básicos y comunes de los
empleados públicos, diferenciando entre derechos individuales y derechos individuales
ejercidos colectivamente, y regulando de manera particularizada el derecho a la carrera,
los derechos retributivos, así como los derechos colectivos y el derecho a la jornada,
permisos y vacaciones. También introduce una regulación general de los deberes
66
básicos de los empleados públicos, fundada en principios éticos y reglas de
comportamiento, que constituyen un auténtico código de conducta.
• Por último, el Título VIII desarrolla la Cooperación entre las Administraciones Públicas,
estableciendo los órganos e instrumentos de cooperación entre las diferentes
Administraciones Públicas tales como la Conferencia Sectorial de Administración Pública
y la Comisión de Coordinación del Empleo Público.
El Estatuto Básico del Empleado Público establece por primera vez en nuestra legislación una
regulación general de los deberes básicos de los empleados públicos, fundada en principios
éticos y reglas de comportamiento que constituye un auténtico código de conducta.
Así, el TREBEP establece que los empleados públicos deberán desempeñar con diligencia las
tareas que tengan asignadas y velar por los intereses generales con sujeción y observancia de la
Constitución y del resto del ordenamiento jurídico, y deberán actuar con arreglo a los siguientes
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principios: objetividad, integridad, neutralidad, responsabilidad, imparcialidad,
confidencialidad, dedicación al servicio público, transparencia, ejemplaridad, austeridad,
accesibilidad, eficacia, honradez, promoción del entorno cultural y medioambiental, y respeto a
la igualdad entre mujeres y hombres, que inspiran el Código de Conducta de los empleados
públicos configurado por los principios éticos y de conducta.
Principios éticos
El artículo 53 del TREBEP se encarga de enumerar los siguientes principios éticos, aplicables a
los empleados públicos:
5. Se abstendrán en aquellos asuntos en los que tengan un interés personal, así como
de toda actividad privada o interés que pueda suponer un riesgo de plantear conflictos
de intereses con su puesto público.
10. Cumplirán con diligencia las tareas que les correspondan o se les encomienden y, en
su caso, resolverán dentro de plazo los procedimientos o expedientes de su
competencia.
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11. Ejercerán sus atribuciones según el principio de dedicación al servicio público
absteniéndose no sólo de conductas contrarias al mismo, sino también de cualesquiera
otras que comprometan la neutralidad en el ejercicio de los servicios públicos.
12. Guardarán secreto de las materias clasificadas u otras cuya difusión esté prohibida
legalmente, y mantendrán la debida discreción sobre aquellos asuntos que conozcan
por razón de su cargo, sin que puedan hacer uso de la información obtenida para
beneficio propio o de terceros, o en perjuicio del interés público.
Principios de conducta
El artículo 54 del EBEP, cita los siguientes principios de conducta, aplicables a los empleados
públicos:
1. Tratarán con atención y respeto a los ciudadanos, a sus superiores y a los restantes
empleados públicos.
4. Informarán a los ciudadanos sobre aquellas materias o asuntos que tengan derecho a
conocer, y facilitarán el ejercicio de sus derechos y el cumplimiento de sus obligaciones.
11. Garantizarán la atención al ciudadano en la lengua que lo solicite siempre que sea
oficial en el territorio.
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3. INCOMPATIBILIDADES
En relación con las incompatibilidades con otras actividades públicas, el principio general es la
no compatibilidad de un segundo puesto de trabajo, cargo o actividad en el sector público, ya
se realice por sí o mediante sustitución.
De la misma forma establece la ley el régimen de retribución única de forma que se prohíbe
percibir más de una retribución con cargo a los presupuestos de las Administraciones públicas,
Entes, Organismos o Empresas de ella dependientes. Lo señalado en los apartados anteriores se
entiende sin perjuicio de las excepciones expresamente señaladas en la ley a las que
inmediatamente nos referiremos.
No obstante lo anterior, la Ley regula una serie de excepciones a ese principio general de
incompatibilidad de una segunda actividad pública. Son las siguientes:
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3. Se podrá autorizar, con carácter excepcional la compatibilidad para el ejercicio de
actividades de investigación, de carácter no permanente, o de asesoramiento en
supuestos concretos, siempre que no correspondan a las funciones del personal adscrito
a las respectivas Administraciones Públicas.
4. Finalmente, se permite compatibilizar las actividades del personal afectado por esta
Ley con el desempeño de cargos electivos de:
El principio general en estos casos es que los empleados públicos no podrán ejercer, por sí o
mediante sustitución, actividades privadas, incluidas las de carácter profesional, sean por cuenta
propia o bajo dependencia o al servicio de entidades o particulares que se relacionen
directamente con las que desarrolla la Consejería, Departamento, Organismo o Entidad donde
estuviera destinado. Se exceptúan de dicha prohibición las actividades particulares que, en
ejercicio de un derecho legalmente reconocido, realicen para sí los directamente interesados.
La propia Ley señala unas actividades como expresamente incompatibles. Son las siguientes:
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Fuera de las actividades excluidas expresamente señaladas, los empleados podrán solicitar la
compatibilidad para el desempeño de otras actividades privadas con los siguientes límites:
d) El Gobierno, por Real Decreto, podrá determinar, con carácter general, las funciones,
puestos o colectivos del sector públicos, incompatibles con determinadas profesiones o
actividades privadas, que puedan comprometerla imparcialidad o independencia del
personal, impedir o menoscabar el estricto cumplimiento de sus deberes o perjudicar
los intereses generales.
Señala el TREBEP en su artículo 95.2, letra n) que el incumplimiento de las normas sobre
incompatibilidades constituye falta muy grave cuando ello dé lugar a una situación de
incompatibilidad.
Por su parte en el régimen disciplinario de los funcionarios se contempla como falta disciplinaria
grave el incumplimiento de los plazos u otras disposiciones de procedimiento en materia de
incompatibilidades, siempre que no suponga mantenimiento de una situación de
incompatibilidad.
En todo caso, la calificación de una falta como grave o muy grave en un expediente disciplinario,
conllevará la revocación automática de la autorización o reconocimiento de incompatibilidad
que el empleado pudiera tener.
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TEMA 12: EL PODER JUDICIAL. EL CONTROL JURISDICCIONAL DE LA ACTIVIDAD
ADMINISTRATIVA.
La justicia emana del pueblo y se administra en nombre del Rey por Jueces y Magistrados
integrantes del poder judicial, independientes; inamovibles, responsables y sometidos
únicamente al imperio de la ley.
Los Jueces y Magistrados no podrán ser separados, suspendidos, trasladados ni jubilados, sino
por alguna de las causas y con las garantías previstas en la ley.
Los Juzgados y Tribunales no ejercerán más funciones que las señaladas en el apartado anterior
y las que expresamente les sean atribuidas por la ley en garantía de cualquier derecho.
Es obligado cumplir las sentencias y demás resoluciones firmes de los Jueces y Tribunales, así
como prestar la colaboración requerida por éstos en el curso del proceso y en la ejecución de lo
resuelto.
La justicia será gratuita cuando así lo disponga la ley, y, en todo caso, respecto de quienes
acrediten insuficiencia de recursos para litigar.
Las actuaciones judiciales serán públicas, con las excepciones que prevean las leyes de
procedimiento.
El procedimiento será predominantemente oral, sobre todo en materia criminal. Las sentencias
serán siempre motivadas y se pronunciarán en audiencia pública.
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1.5 Artículo 121. Responsabilidad judicial
Los daños causados por error judicial, así como los que sean consecuencia del funcionamiento
anormal de la Administración de Justicia, darán derecho a una indemnización a cargo del Estado,
conforme a la Ley.
La ley orgánica del poder judicial determinará la constitución, funcionamiento y gobierno de los
Juzgados y Tribunales, así como el estatuto jurídico de los Jueces y Magistrados de carrera, que
formarán un Cuerpo único, y del personal al servicio de la Administración de Justicia.
El Consejo General del Poder Judicial es el órgano de gobierno del mismo. La ley orgánica
establecerá su estatuto y el régimen de incompatibilidades de sus miembros y sus funciones, en
particular en materia de nombramientos, ascensos, inspección y régimen disciplinario.
El Consejo General del Poder Judicial estará integrado por el Presidente del Tribunal Supremo,
que lo presidirá, y por veinte miembros nombrados por el Rey por un período de cinco años. De
éstos, doce entre Jueces y Magistrados de todas las categorías judiciales, en los términos que
establezca la ley orgánica; cuatro a propuesta del Congreso de los Diputados y cuatro a
propuesta del Senado, elegidos en ambos casos por mayoría de tres quintos de sus miembros,
entre abogados y otros juristas, todos ellos de reconocida competencia y con más de quince
años de ejercicio en su profesión.
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