Unidad I-Contenido Psicología Diferencial Ii - 1-1
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Unidad 1
PSICOLOGÍA DIFERENCIAL II – UNIDAD 1
Introducción
La Psicología Diferencial nace como una disciplina que estudia las diferencias entre los
seres vivos,los cuales poseen características propias por su naturaleza. El fenómeno de
las diferencias, ha sido de gran interés de los estudiosos, pues estos se interesaban en
conocer el inicio de las diferencias unipersonales del hombre.
En el instante en el que damos una mirada hacia cómo se fue conformando la Psicología
Diferencial o de las diferencias individuales, no debemos olvidar de que el objetivo
principal es la de desarrollar los modelos psicológicos, que tienen una base en lo
observable.
En algún tiempo la introspección, un método que no era objetivo y que era una técnica
utilizada para intentar responder a las preguntas sobre cómo se percibe el mundo, o
como es que se ve o se interpreta lo que está sucediendo, para luego volverse
experimental, utilizando el método científico y es allí que la Psicología empieza a medir
y estudiar la conducta humana.
Así como el cuerpo humano, posee una estructura, que caracterizan la dinámica de
funcionamiento lo que define cómo puede ser estudiado, de esa misma manera, el
estudio de la mente humana, de manera similar, puede ser estudiada, atendiendo a la
estructura básica que se logró mediante una serie de evaluaciones, mediante test.
Objetivos
General
● Conocer las diferencias entre los seres humanos a partir del género y sexo.
Específicos
● Especificar las variables de sexo y género: evidencias antropológicas e
históricas, roles sociales, diferencias biológicas, diferencias psicológicas.
● Describir los periodos de diferenciación sexual: concepción, pautas de crianzas,
identidad de género.
● Reconocer las diferencias generales: capacidades y aptitudes, distintas etapas
del desarrollo, rasgos de personalidad.
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Las teorías explicativas de las diferencias que se dan en el ser humano a partir del sexo
y género son múltiples, entre ellas se encuentra la antropología que se ha dedicado a
explorar las formas de existencia del otro, de las personas primitivas, las no
occidentales, las diferentes, las marginadas. Es así que, durante largo tiempo la
construcción del conocimiento antropológico se basó en develar la singularidad de una
cultura, objetivada en un ser social, fuera éste individual o colectivo, sobre todo, si se
encontraba en los márgenes de las culturas hegemónicas. En este sentido (García 1997
como se citó en Lamas, 2000), agregaba lo siguiente:
Siguiendo esta línea se señala que el género es un término derivado del inglés (gender),
que entre las personas hispanoparlantes crea confusiones. En castellano género es un
concepto taxonómico útil para clasificar a qué especie, tipo o clase pertenece alguien o
algo; como conjunto de personas con un sexo común se habla de las mujeres y los
hombres como género femenino y género masculino. (García, 1997).
Por otro lado, el término Género se usa para referirse al modo a la manera de hacer
algo, de ejecutar una acción; igualmente se aplica en el comercio; para referirse a
cualquier mercancía y, en especial, de cualquier clase de tela (Moliner). En cambio, la
significación anglosajona de gender está únicamente referida a la diferencia de sexos.
(Lamas, 2000).
Sin embargo, Bourdieu (1991) concibe el género como habitus, por ser éste una
explicación contundente de la complejidad de los procesos histórico culturales en la
construcción de la masculinidad y la feminidad. Aunque se requieren abordajes teóricos
y metodológicos distintos para lo psíquico y para lo social, también sostengo la extrema
utilidad que representa para las personas que hacen antropología el tener un
conocimiento básico de la teoría psicoanalítica lacaniana. Por eso también, esta
reflexión pretende mostrar lo que une a las dos disciplinas en un afán por comprender
los procesos de simbolización de los seres humanos, que los hace compartir ciertos
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elementos teóricos. Por último, pienso que todo lo anterior va encaminado a un punto
importante hoy en día: el esclarecer hasta dónde cuestiones de la identidad sexual,
consideradas como problemas psíquicos, tienen su origen en la cultura. (Lamas, 2000).
Esta importancia de los roles sexuales queda patente en la importancia que ellos tienen
tanto para la propia personalidad del individuo como para las relaciones grupales y
sociales del mismo. El autoconcepto, la autoestima (a nivel individual), las relaciones de
pareja, la familia, los grupos de amigos (a nivel grupal) y las relaciones sociales, políticas
y económicas están en gran medida influidas por los roles sexuales. (Money, J y
Ehrhardt, 1972).
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Hombre Mujeres
Poseen cuerpos más grandes y pesados, Poseen cuerpos más pequeños y ligeros,
fibrosos y musculares, capaces generalmente de aunque con importantes depósitos lípidos,
una mayor cuota de esfuerzo físico y atlético, diseñados para una mayor durabilidad y
pero también más propensos al desgaste. resistencia a largo plazo.
Poseen mayor cantidad de vello corporal, facial y Poseen menor cantidad de vello corporal,
una voz más grave. facial y una voz más aguda.
Sus genitales son externos, percibibles a simple Sus genitales son internos, no percibibles a
vista. simple vista más allá de la vulva.
Conserva una temperatura corporal más Padecer el frío con más facilidad.
homogénea y son menos sensibles al frío.
Poseen cerebros más grandes, compuestos por Poseen cerebros más densos, compuestos
más materia blanca que gris, un córtex delgado, por más materia gris que blanca, córtex más
una amígdala más grande y un hipocampo más grueso, amígdala más pequeña y un
pequeño. hipocampo más grande
Poseen una menor expectativa de vida. Poseen una expectativa de vida más
larga
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Esta autora señala que los hombres tienen una capacidad innata para las matemáticas
superior a la de las mujeres; las mujeres prefieren trabajar con personas que con
máquinas; los hombres asumen más riesgos. (Pérez, 2006).
Frente a los planteamientos tradicionales que consideran la mente como una capacidad
o competencia de carácter general, la investigación disponible en diversas ciencias
cognitivas corrobora la teoría modular de la mente (Gardner, 1999).
Los supuestos que denominaremos posición heredada son compartidos por posiciones
empiristas, asociacionistas y conductistas, que consideran la mente "tanquam tabula
rasa" al nacer el individuo, y que se irá llenando, o escribiendo según esta metáfora, a
lo largo de la vida con las experiencias y contenidos específicos. También el modelo de
ordenador propio de la psicología cognitiva computacional concibe la mente como un
procesador de propósito general (Gardner, 1999).
Fuster, (1995) explica que la concepción modular caracteriza la mente como un conjunto
de subsistemas o módulos especializados en procesar información, memorias diversas,
inteligencias múltiples, etc. Cada módulo es específico y especializado en un tipo de
proceso o actividad. Así serían diferentes los módulos o sistemas responsables del
lenguaje, la fabricación de herramientas, la orientación en el espacio, la interacción con
otras personas en las relaciones sociales, el autocontrol personal. Tales módulos no
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están localizados en compartimentos, sino muy distribuidos en el cerebro, pero las redes
neurales que los componen están altamente especializadas.
Por otro lado, el modelo estándar de las ciencias sociales ha impuesto como
académicamente correcto, y también políticamente, la consideración de que las
diferencias entre los seres humanos, y más concretamente entre hombres y mujeres,
son debidas predominantemente al medio sociocultural, los aprendizajes y socialización.
Pero estos supuestos ambientalistas en extremo son muy difíciles de mantener ante las
investigaciones disponibles (Pinker, 1996).
Como tendencia general, las mujeres superan a los hombres en las pruebas de
velocidad perceptiva, cuando hay que identificar rápidamente objetos concordantes.
También en pruebas de fluidez en la ideación, por ejemplo, enumerar objetos que sean
del mismo color; y en pruebas de fluidez verbal, en las que se han de encontrar palabras
que empiecen con la misma letra. Se comportan con más éxito en tareas manuales de
precisión, que requieren una coordinación motriz fina. Realizan mejor que los hombres
las pruebas de cálculo matemático (Pinker, 1996).
Los hombres superan a las mujeres en determinadas tareas espaciales, como en las
tareas que implican hacer girar mentalmente un objeto. Muestran mayor precisión que
las mujeres en habilidades motoras dirigidas a un blanco, como lanzar o interceptar
proyectiles. Realizan mejor las pruebas de identificación de figuras en marcos
complejos, por ejemplo, encontrar una determinada figura u objeto escondido en una
figura más compleja. También superan a las mujeres en pruebas de razonamiento
matemático (Fuster, 1995).
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evidencias sobre las diferencias en los cerebros humanos relacionadas con el sexo son
también manifiestas (Fuster, 1995).
Además, se debe considerar que los dimorfismos encefálicos en función del sexo,
especialmente en el área hipotalámica y cuerpo calloso, están sólidamente establecidos
en animales de laboratorio, particularmente en roedores y primates. El desarrollo de
tales dimorfismos sexuales en el sistema nervioso central es resultado del sexo
genotípico y la acción de las gónadas con las hormonas producidas. (Fuster, 1995)
Es así que, las áreas del hipotálamo aparecen especialmente implicadas en los
dimorfismos sexuales. En ratas y monos, los núcleos de esta región cerebral
desempeñan una función clave en los mecanismos de pulsión sexual, copulación,
orientación sexual, relaciones parentales. Si bien no se pueden extrapolar
mecánicamente estos resultados de investigación animal al comportamiento humano, y
los dimorfismos sexuales del cerebro humano son más complejos, con los datos
disponibles, parece razonable admitir que la acción de las hormonas sexuales en el
cuerpo, y particularmente en el cerebro, conforma redes neuronales y procesos
bioquímicos diferentes en hombres y mujeres, ya desde los primeros meses de vida
intrauterina, posibilitando así aspectos diferenciales en el continuum del
comportamiento humano, desde el comportamiento sexual hasta los procesos
cognitivos, lingüísticos y emocionales. Parece establecido que hay diferencias
relevantes ligadas al sexo en los cerebros-mentes de hombres y mujeres. Y tales
diferencias se van conformando desde edades tempranas de vida intrauterina (Fuster,
1995).
La cultura dentro del cual esta las formas o estilos de crianzas que, marca a los sexos
con el género y el género marca la percepción de todo lo demás: lo social, lo político, lo
religioso, lo cotidiano. Por eso, para desentrañar la red de interrelaciones e interacciones
sociales del orden simbólico vigente se requiere comprender el esquema cultural de
género. La investigación, reflexión y debate alrededor del género han conducido
lentamente a plantear que las mujeres y los hombres no tienen esencias que se deriven
de la biología, sino que son construcciones simbólicas pertenecientes al orden del
lenguaje y de las representaciones. Quitar la idea de mujer y de hombre conlleva a
postular la existencia de un sujeto relacional, que produce un conocimiento filtrado por
el género. En cada cultura una operación simbólica básica otorga cierto significado a los
cuerpos de las mujeres y de los hombres. Así se construye socialmente la masculinidad
y la feminidad. Mujeres y hombres no son un reflejo de la realidad “natural”, sino que
son el resultado de una producción histórica y cultural, basada en el proceso de
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Por otro lado, todo se inicia con el proceso de fertilización, en donde se produce la unión
de un óvulo de la madre con el espermatozoide de la madre. En esta unión se va a
formar un huevo o cigoto y a este momento se lo denomina concepción En muchas
aldeas de Nepal es común que el hombre cuya mujer no le ha dado bebés varones,
tome otra mujer. En otras sociedades, que una mujer no alumbra hijos varones es causa
de divorcio. Lo irónico de estas costumbres es que es el espermatozoide del padre el
que determina genéticamente el sexo de un hijo. En el momento de la concepción, los
23 cromosomas del espermatozoide y los 23 del óvulo forman 23 pares, de los que 22
son autosomas, es decir, cromosomas que no se relacionan con la expresión sexual.
(Curtis, y Barnes, 2000).
Pero estos modelos se han centrado más en obtener datos cuantitativos que permitan
establecer diferencias entre los seres humanos que en aportar información cualitativa
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sobre qué es la inteligencia y para qué nos sirve. Probablemente pueda ser más
fructífero, analizar las conductas específicas que son etiquetadas en su contexto como
inteligentes y determinar sus causas. Además, gran parte de las cualidades humanas
no son inmutables y pueden ser más o menos relevantes en función del contexto y del
momento por lo que, según este autor, podría ser más útil distinguir entre conductas en
función de razones sociales que intelectuales. (Matud Aznar, et. al., 2014)
Sumado a lo anterior, el ser humano, a lo largo del ciclo vital, óseo desde la etapa de la
concepción hasta la ancianidad, va atravesando por cambios los cuales, se dan a
diferentes edades y los cuales tienen características peculiares. Estos cambios tienen
características en los aspectos físicos, cognitivos y psicosociales. ( Papalia, et .al 2017).
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En cuanto al tipo de material procesado por los varones gráfico y visual suele ser mejor
procesado por esto, así como también tiene la tendencia a ser superiores a la hora de
orientarse en el espacio. (Ankney, 1995).
En las mujeres
Las mujeres por lo tanto tienen mayor capacidad para asociar, comprender y
expresarse. Asimismo, tardan mucho menos tiempo en procesar la información recibida
a través del lenguaje (Ankney, 1995).
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más conscientes y expresivas con respecto a sus emociones, lo que refleja en mayor
medida de cómo y por qué se sienten así como lo hacen se debe tener en cuenta
también puedan existir algún tipo de dificultades como la discapacidad intelectual o la
superdotación en el género femenino, estos valores suelen estar bastante agrupados a
lo que es la media y el comportamiento general es bastante homogéneo en la población
por lo cual no son tan notorios (Ankney, 1995).
En cuanto a los hombres se debe tener en cuenta que en la mayoría poseen un nivel
cercano a la media y esto es que muchos más casos con valores extremos hacemos
referencia que pueden estar por encima o por debajo de dicha media con respecto a la
mujer, por lo que a diferencia del género femenino en el caso de que hubiera una
discapacidad intelectual o así una superdotación sería obviamente más notoria que en
el caso de las mujeres. (Ankney, 1995).
Conclusiones de Tyler
Los resultados del análisis de las diferencias en variabilidad entre mujeres y hombres
mostraban que, en las medidas antropométricas de cualquier tipo, los resultados
variaban con la edad, dándose mayor variabilidad en los hombres adultos que en las
mujeres adultas.
En inteligencia verbal se daba una tendencia hacia mayor variabilidad en los hombres,
aunque las diferencias surgían según el test utilizado. (Matud et. al. 2014)
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Referencias Bibliográficas
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PSICOLOGÍA DIFERENCIAL II – UNIDAD 1
2- Bibliografía Complementaria
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Psicología de la Personalidad y Diferencial https://cedepir.es/blog/psicologia-de-
la-personalidad-y-diferencial/
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