Unidad I-Contenido Psicología Diferencial Ii - 1-1

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PSICOLOGÍA DIFERENCIAL II

Unidad 1
PSICOLOGÍA DIFERENCIAL II – UNIDAD 1

Introducción
La Psicología Diferencial nace como una disciplina que estudia las diferencias entre los
seres vivos,los cuales poseen características propias por su naturaleza. El fenómeno de
las diferencias, ha sido de gran interés de los estudiosos, pues estos se interesaban en
conocer el inicio de las diferencias unipersonales del hombre.

En el instante en el que damos una mirada hacia cómo se fue conformando la Psicología
Diferencial o de las diferencias individuales, no debemos olvidar de que el objetivo
principal es la de desarrollar los modelos psicológicos, que tienen una base en lo
observable.

Si bien la filosofía se interesó en dilucidar lo referente a la conducta humana y la mente,


al ir tomando bases científicas va viendo la necesidad de utilizar las técnicas
metodológicas, de manera a ir realizando las comparaciones y teorías.

En algún tiempo la introspección, un método que no era objetivo y que era una técnica
utilizada para intentar responder a las preguntas sobre cómo se percibe el mundo, o
como es que se ve o se interpreta lo que está sucediendo, para luego volverse
experimental, utilizando el método científico y es allí que la Psicología empieza a medir
y estudiar la conducta humana.

Así como el cuerpo humano, posee una estructura, que caracterizan la dinámica de
funcionamiento lo que define cómo puede ser estudiado, de esa misma manera, el
estudio de la mente humana, de manera similar, puede ser estudiada, atendiendo a la
estructura básica que se logró mediante una serie de evaluaciones, mediante test.

Objetivos
General
● Conocer las diferencias entre los seres humanos a partir del género y sexo.

Específicos
● Especificar las variables de sexo y género: evidencias antropológicas e
históricas, roles sociales, diferencias biológicas, diferencias psicológicas.
● Describir los periodos de diferenciación sexual: concepción, pautas de crianzas,
identidad de género.
● Reconocer las diferencias generales: capacidades y aptitudes, distintas etapas
del desarrollo, rasgos de personalidad.

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PSICOLOGÍA DIFERENCIAL II – UNIDAD 1

Unidad I – La psicología diferencial de los


sexos
1.1. Las variables de sexo y género:
1.1.1. Evidencias antropológicas e históricas

Las teorías explicativas de las diferencias que se dan en el ser humano a partir del sexo
y género son múltiples, entre ellas se encuentra la antropología que se ha dedicado a
explorar las formas de existencia del otro, de las personas primitivas, las no
occidentales, las diferentes, las marginadas. Es así que, durante largo tiempo la
construcción del conocimiento antropológico se basó en develar la singularidad de una
cultura, objetivada en un ser social, fuera éste individual o colectivo, sobre todo, si se
encontraba en los márgenes de las culturas hegemónicas. En este sentido (García 1997
como se citó en Lamas, 2000), agregaba lo siguiente:

“Los antropólogos se ocuparon de encontrarle valor a cuanto grupo


extraoccidental había sido colonizado y sometido, olvidado y subordinado por el
desarrollo moderno”.

La autora Lamas, (2000) señala que, a pesar de los cambios de orientación de la


investigación antropológica en las últimas décadas, se sostiene que la centralidad
explicativa de cultura. Inclusive, el término cultura ha extralimitado su origen
antropológico convirtiéndose en uno de los conceptos más usados para explicar la
condición humana en las ciencias sociales. Asimismo, hoy en día se reconoce que lo
característico de la cultura es su naturaleza simbólica que, entreteje un conocimiento
tácito sin el cual no hay interacción social ordenada y rutinaria, con la que las personas
comparten significados no verbalizados, ni explicitados que toman por verdades dadas.
En este entretejido tácito, el género es el elemento básico de la construcción de cultura.

Siguiendo esta línea se señala que el género es un término derivado del inglés (gender),
que entre las personas hispanoparlantes crea confusiones. En castellano género es un
concepto taxonómico útil para clasificar a qué especie, tipo o clase pertenece alguien o
algo; como conjunto de personas con un sexo común se habla de las mujeres y los
hombres como género femenino y género masculino. (García, 1997).

Por otro lado, el término Género se usa para referirse al modo a la manera de hacer
algo, de ejecutar una acción; igualmente se aplica en el comercio; para referirse a
cualquier mercancía y, en especial, de cualquier clase de tela (Moliner). En cambio, la
significación anglosajona de gender está únicamente referida a la diferencia de sexos.
(Lamas, 2000).

Sin embargo, Bourdieu (1991) concibe el género como habitus, por ser éste una
explicación contundente de la complejidad de los procesos histórico culturales en la
construcción de la masculinidad y la feminidad. Aunque se requieren abordajes teóricos
y metodológicos distintos para lo psíquico y para lo social, también sostengo la extrema
utilidad que representa para las personas que hacen antropología el tener un
conocimiento básico de la teoría psicoanalítica lacaniana. Por eso también, esta
reflexión pretende mostrar lo que une a las dos disciplinas en un afán por comprender
los procesos de simbolización de los seres humanos, que los hace compartir ciertos

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elementos teóricos. Por último, pienso que todo lo anterior va encaminado a un punto
importante hoy en día: el esclarecer hasta dónde cuestiones de la identidad sexual,
consideradas como problemas psíquicos, tienen su origen en la cultura. (Lamas, 2000).

1.1.2. Roles sociales


Dentro de las variables importante se encuentra los roles sociales del género y del sexo,
la identidad social de las personas como mujeres u hombres la identidad de género y la
identidad sexual, estructurada en el inconsciente, no son lo mismo. Sin embargo, se
suele subsumir una dentro de la otra; con menor frecuencia, se distinguen ambas
cuando entran en contradicción; por ejemplo, por los conflictos que surgen ante la
existencia de personas cuya identidad sexual no corresponde con su identidad de
género: mujeres que aman a mujeres y hombres que desean a hombres (Lamas, 2000).

La manera en que un sujeto sexuado asume, inconsciente e imaginariamente, su


diferencia de sexo es especialmente relevante en la formación de su identidad sexual.
Al examinar cómo el género estructura la vida material y simbólica salta a la vista el
papel constitutivo que tiene para dicha simbolización la complementariedad
reproductiva. Esta complementariedad, recreada en el lenguaje y en el orden
representacional, favorece una conceptualización biologicista de la mujer y del hombre,
de la feminidad y la masculinidad y formula una supuesta “naturalidad” de la
heterosexualidad. Desde la lógica del género la relación entre los sexos aparece como
complementaria, no sólo en el aspecto reproductivo, sino en muchos otros: afectivo,
económico, etcétera. Si bien la heterosexualidad ha sido imprescindible para la
reproducción, no lo ha sido para la obtención de placer sexual. El psicoanálisis rompe
con la idea de complementariedad, especialmente con Lacan, quien señala que la
complementariedad es imaginaria (Lamas, 2000).

En palabras de Money, y Ehrhardt, (1972) la mayoría de las personas se sienten


identificados con uno de los dos sexos, es decir, se auto consideran como hombres o
mujeres. Esta identificación genérica (gender identity), que suele estar sólidamente
establecida en la pubertad, es un fenómeno complejo, pues está en relación con una
amplia gama de variables, como las características del individuo, grupos sociales en los
que éste se desenvuelve, pautas educacionales, etc.

Un fenómeno que viene a aumentar considerablemente la importancia de la


categorización hombre/mujer consiste en que los niños y niñas no sólo aprenden una
serie de definiciones culturales de la masculinidad y la feminidad, que comprenden un
amplio y diverso conjunto de asociaciones ligadas al sexo (como anatomía, función
reproductora, división del trabajo y atributos de personalidad), sino que también
aprenden, asociándolos con el sexo, rasgos que están metafóricamente o remotamente
ligados a él, como pueden ser la angulosidad o redondez de un modelo abstracto
(Money y Ehrhardt, 1972).

Esta importancia de los roles sexuales queda patente en la importancia que ellos tienen
tanto para la propia personalidad del individuo como para las relaciones grupales y
sociales del mismo. El autoconcepto, la autoestima (a nivel individual), las relaciones de
pareja, la familia, los grupos de amigos (a nivel grupal) y las relaciones sociales, políticas
y económicas están en gran medida influidas por los roles sexuales. (Money, J y
Ehrhardt, 1972).
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1.1.3. Diferencias biológicas entre hombres y mujeres


Fuera de las diferencias meramente reproductivas, existen rasgos de otro tipo que
distinguen a los hombres de las mujeres, y que tienen que ver con el funcionamiento de
sus cuerpos y con la configuración de los mismos. Aunque a grandes rasgos hombres
y mujeres comparten el mismo conjunto de órganos y la misma distribución de ellos en
el cuerpo, a excepción de lo que se refiere a la reproducción. (Feher, et., al., 1990)

Hombre Mujeres

Poseen cuerpos más grandes y pesados, Poseen cuerpos más pequeños y ligeros,
fibrosos y musculares, capaces generalmente de aunque con importantes depósitos lípidos,
una mayor cuota de esfuerzo físico y atlético, diseñados para una mayor durabilidad y
pero también más propensos al desgaste. resistencia a largo plazo.

Poseen mayor cantidad de vello corporal, facial y Poseen menor cantidad de vello corporal,
una voz más grave. facial y una voz más aguda.

Sus genitales son externos, percibibles a simple Sus genitales son internos, no percibibles a
vista. simple vista más allá de la vulva.

Conserva una temperatura corporal más Padecer el frío con más facilidad.
homogénea y son menos sensibles al frío.

Su maduración sexual el inicio de la eyaculación, Su maduración sexual el inicio del sangrado


incluso en episodios involuntarios (poluciones menstrual, ciclo que durará toda su vida
nocturnas) reproductiva, hasta que se interrumpa con la
menopausia (y la pérdida de fecundidad).

Poseen cerebros más grandes, compuestos por Poseen cerebros más densos, compuestos
más materia blanca que gris, un córtex delgado, por más materia gris que blanca, córtex más
una amígdala más grande y un hipocampo más grueso, amígdala más pequeña y un
pequeño. hipocampo más grande

Poseen una menor expectativa de vida. Poseen una expectativa de vida más
larga

Cuadro: 1 Diferencias biológicas entre hombres y mujeres. Disponible en


https://concepto.de/diferencias-entre-hombres-y-mujeres/#ixzz7jFVjt2BX

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1.1.4. Diferencias psicológicas

Según Pérez, (2006), los estudios que


han partido desde una perspectiva que
entiende que los dos sexos son
diferentes, se han dirigido, en su
mayoría, a comprobar que esos
estereotipos partían de una realidad
biológica, en la que los genes y las
hormonas marcan los universos
masculino y femenino. Sin embargo,
hay muchas ideas y argumentos que se
mezclan y que es difícil evaluar, existe
una naturaleza humana donde la mente
no es una tabla rasa y que las teorías
sobre diferencias sexuales deben ser
Imagen 1: (2000) Diferencias psicológicas entre el
hombre y la mujer. [Imagen]
estudiadas de forma empírica.
https://psicologia.laguia2000.com/general/diferencias- .
psicologicas-entre-hombres-y-mujeres

Esta autora señala que los hombres tienen una capacidad innata para las matemáticas
superior a la de las mujeres; las mujeres prefieren trabajar con personas que con
máquinas; los hombres asumen más riesgos. (Pérez, 2006).

Señala García, (2001) que dentro de los universales cognitivos, lingüísticos y


emocionales que comparten todos los miembros de la especie humana, mujeres y
hombres tienden a presentar diferencias en la organización funcional del cerebro, y por
tanto en sus capacidades mentales. Unos autores han resaltado precisamente estas
diferencias, mientras que para otros las estructuras y procesos generales y comunes
son lo prioritario y las características diferenciales quedan en un segundo término.

Frente a los planteamientos tradicionales que consideran la mente como una capacidad
o competencia de carácter general, la investigación disponible en diversas ciencias
cognitivas corrobora la teoría modular de la mente (Gardner, 1999).

Los supuestos que denominaremos posición heredada son compartidos por posiciones
empiristas, asociacionistas y conductistas, que consideran la mente "tanquam tabula
rasa" al nacer el individuo, y que se irá llenando, o escribiendo según esta metáfora, a
lo largo de la vida con las experiencias y contenidos específicos. También el modelo de
ordenador propio de la psicología cognitiva computacional concibe la mente como un
procesador de propósito general (Gardner, 1999).

Fuster, (1995) explica que la concepción modular caracteriza la mente como un conjunto
de subsistemas o módulos especializados en procesar información, memorias diversas,
inteligencias múltiples, etc. Cada módulo es específico y especializado en un tipo de
proceso o actividad. Así serían diferentes los módulos o sistemas responsables del
lenguaje, la fabricación de herramientas, la orientación en el espacio, la interacción con
otras personas en las relaciones sociales, el autocontrol personal. Tales módulos no

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están localizados en compartimentos, sino muy distribuidos en el cerebro, pero las redes
neurales que los componen están altamente especializadas.

Según LeDoux, (1999) pparticularmente la neuropsicología experimental y clínica


confirma la arquitectura modular de la mente. Los estudios de las afasias, amnesias,
agnosias, apraxias, etc. evidencian la organización funcional del cerebro de tipo
modular. Los estudios con PET y IRMF muestran cada vez con más detalle las áreas y
módulos cerebrales responsables de procesos mentales.

Asimismo, desde otras ciencias como la psicología evolucionista y la primatología se


confirma la teoría modular. La mente humana es resultado de un largo proceso
filogenético, en el que han ido apareciendo sucesivas estructuras cerebrales para
enfrentarse a problemas distintos, adaptarse, sobrevivir y dejar descendencia (Barkow,
1992).

Por otro lado, el modelo estándar de las ciencias sociales ha impuesto como
académicamente correcto, y también políticamente, la consideración de que las
diferencias entre los seres humanos, y más concretamente entre hombres y mujeres,
son debidas predominantemente al medio sociocultural, los aprendizajes y socialización.
Pero estos supuestos ambientalistas en extremo son muy difíciles de mantener ante las
investigaciones disponibles (Pinker, 1996).

Las diferencias en capacidades mentales ligadas al sexo son también de carácter


modular, y no se trata de defender superioridad mental general o global de un sexo
frente a otro, como a veces se ha querido probar mediante el cociente intelectual o
medidas similares (Pinker, 1996).

Como tendencia general, las mujeres superan a los hombres en las pruebas de
velocidad perceptiva, cuando hay que identificar rápidamente objetos concordantes.
También en pruebas de fluidez en la ideación, por ejemplo, enumerar objetos que sean
del mismo color; y en pruebas de fluidez verbal, en las que se han de encontrar palabras
que empiecen con la misma letra. Se comportan con más éxito en tareas manuales de
precisión, que requieren una coordinación motriz fina. Realizan mejor que los hombres
las pruebas de cálculo matemático (Pinker, 1996).

Los hombres superan a las mujeres en determinadas tareas espaciales, como en las
tareas que implican hacer girar mentalmente un objeto. Muestran mayor precisión que
las mujeres en habilidades motoras dirigidas a un blanco, como lanzar o interceptar
proyectiles. Realizan mejor las pruebas de identificación de figuras en marcos
complejos, por ejemplo, encontrar una determinada figura u objeto escondido en una
figura más compleja. También superan a las mujeres en pruebas de razonamiento
matemático (Fuster, 1995).

Las diferencias en las conductas de hombres y mujeres comprenden un amplio


espectro, desde actos reflejos hasta comportamientos más complejos. Las diferencias
en los diferentes niveles de complejidad conductual están en función de diferencias en
la organización del cerebro. Ciertamente el conocimiento disponible sobre la base neural
de estas diferencias es más consistente en los experimentos con animales. Pero las

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evidencias sobre las diferencias en los cerebros humanos relacionadas con el sexo son
también manifiestas (Fuster, 1995).

Además, se debe considerar que los dimorfismos encefálicos en función del sexo,
especialmente en el área hipotalámica y cuerpo calloso, están sólidamente establecidos
en animales de laboratorio, particularmente en roedores y primates. El desarrollo de
tales dimorfismos sexuales en el sistema nervioso central es resultado del sexo
genotípico y la acción de las gónadas con las hormonas producidas. (Fuster, 1995)

Es así que, las áreas del hipotálamo aparecen especialmente implicadas en los
dimorfismos sexuales. En ratas y monos, los núcleos de esta región cerebral
desempeñan una función clave en los mecanismos de pulsión sexual, copulación,
orientación sexual, relaciones parentales. Si bien no se pueden extrapolar
mecánicamente estos resultados de investigación animal al comportamiento humano, y
los dimorfismos sexuales del cerebro humano son más complejos, con los datos
disponibles, parece razonable admitir que la acción de las hormonas sexuales en el
cuerpo, y particularmente en el cerebro, conforma redes neuronales y procesos
bioquímicos diferentes en hombres y mujeres, ya desde los primeros meses de vida
intrauterina, posibilitando así aspectos diferenciales en el continuum del
comportamiento humano, desde el comportamiento sexual hasta los procesos
cognitivos, lingüísticos y emocionales. Parece establecido que hay diferencias
relevantes ligadas al sexo en los cerebros-mentes de hombres y mujeres. Y tales
diferencias se van conformando desde edades tempranas de vida intrauterina (Fuster,
1995).

1.2. Periodos de diferenciación sexual


1.2.1. Concepción, pautas de crianzas

Según Lamas, (2000) la nueva acepción de género se refiere al conjunto de prácticas,


creencias, representaciones y prescripciones sociales que surgen entre los integrantes
de un grupo humano en función de una simbolización de la diferencia anatómica entre
hombres y mujeres. Por esta clasificación cultural se definen no sólo la división del
trabajo, las prácticas rituales y el ejercicio del poder, sino que se atribuyen
características exclusivas a uno y otro sexo en materia de moral, psicología y
afectividad.

La cultura dentro del cual esta las formas o estilos de crianzas que, marca a los sexos
con el género y el género marca la percepción de todo lo demás: lo social, lo político, lo
religioso, lo cotidiano. Por eso, para desentrañar la red de interrelaciones e interacciones
sociales del orden simbólico vigente se requiere comprender el esquema cultural de
género. La investigación, reflexión y debate alrededor del género han conducido
lentamente a plantear que las mujeres y los hombres no tienen esencias que se deriven
de la biología, sino que son construcciones simbólicas pertenecientes al orden del
lenguaje y de las representaciones. Quitar la idea de mujer y de hombre conlleva a
postular la existencia de un sujeto relacional, que produce un conocimiento filtrado por
el género. En cada cultura una operación simbólica básica otorga cierto significado a los
cuerpos de las mujeres y de los hombres. Así se construye socialmente la masculinidad
y la feminidad. Mujeres y hombres no son un reflejo de la realidad “natural”, sino que
son el resultado de una producción histórica y cultural, basada en el proceso de
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simbolización; y como “productores culturales” desarrollan un sistema de referencias


comunes (Bourdieu, 1997).

Por otro lado, todo se inicia con el proceso de fertilización, en donde se produce la unión
de un óvulo de la madre con el espermatozoide de la madre. En esta unión se va a
formar un huevo o cigoto y a este momento se lo denomina concepción En muchas
aldeas de Nepal es común que el hombre cuya mujer no le ha dado bebés varones,
tome otra mujer. En otras sociedades, que una mujer no alumbra hijos varones es causa
de divorcio. Lo irónico de estas costumbres es que es el espermatozoide del padre el
que determina genéticamente el sexo de un hijo. En el momento de la concepción, los
23 cromosomas del espermatozoide y los 23 del óvulo forman 23 pares, de los que 22
son autosomas, es decir, cromosomas que no se relacionan con la expresión sexual.
(Curtis, y Barnes, 2000).

Seguidamente, en el vigésimo tercer par es de cromosomas sexuales, uno del padre y


otro de la madre, que determinan el sexo del bebé. Los cromosomas sexuales son
cromosomas X o cromosomas Y. El cromosoma sexual de todo óvulo es un cromosoma
X, pero el espermatozoide puede contener un cromosoma X o un cromosoma Y, que es
el que contiene el gen del sexo masculino, llamado gen SRY. Cuando un óvulo (X) es
fertilizado por un espermatozoide que lleva un cromosoma X, el cigoto que se forma es
XX, una hembra genética. Cuando un óvulo es fecundado por un espermatozoide que
lleva un cromosoma Y, el resultado es un cigoto XY, un macho genético. Al principio, el
rudimentario sistema reproductivo del embrión es casi idéntico para los dos sexos. De
seis a ocho semanas después de la concepción, los embriones masculinos comienzan
a producir la hormona masculina testosterona. La exposición constante de un embrión
genéticamente masculino a niveles elevados de testosterona generalmente da lugar al
desarrollo de un cuerpo de hombre con órganos sexuales masculinos. Sin embargo, el
proceso no es automático. (Curtis, y Barnes, 2000).

1.2.2. Identidad de género


Desarrollar la conciencia de ser un individuo que tiene que tiene diferentes elecciones,
el denominado self existencial, adquirimos el self sexual, la autocategorización como
hombre o como mujer, y junto con éste el self de género. La división biológica que se
trae conlleva diferencias reproductivas, pero no diferencias actitudinales, normativas,
conductuales o de roles. Todo ello es producto de la asignación social. La identidad de
género es la autoclasificación como hombre o mujer sobre la base de lo que
culturalmente se entiende por hombre o mujer. Es el conjunto de sentimientos y
pensamientos que tiene una persona en cuanto miembro de una categoría de género
(Carver, et. al., 2003).

El proceso de construcción del self de género acontece a nivel intraindiviual pero se


desarrolla en interacción con el aprendizaje de roles, estereotipos y conductas. Esto no
implica la asunción de los roles y actitudes de género, puesto que cada persona
desarrolla su propio sentido de masculinidad y feminidad. Sobre cómo se produce dicha
construcción e interacción hay múltiples explicaciones. Tradicionalmente se han
adoptado dos líneas argumentales: 1) aquella que se centra en los procesos internos al
sujeto y 2) la que estudia la interacción entre los procesos psicológicos básicos y los
factores sociales y situacionales. Dentro del primer grupo se encuentran las teorías
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cognitivas. Los modelos de interacción sociocognitiva y los denominados modelos


sociales. (Barberá, 1998).

1.3. Diferencias generales


1.3.1. Capacidades y aptitudes, distintas etapas del desarrollo
Es muy frecuente y de uso cotidiano, sin embargo, en el contexto de la psicología
diferencial requiere una cierta precisión. Es un término que nos indica un cierto tipo de
potencialidad que se puede atribuir a un sistema, organismo o individuo. Generalmente
se acepta en psicología diferencial, que una capacidad o aptitud es un rasgo, con un
cierto nivel de estabilidad y consistencia, que caracteriza el rendimiento de un individuo.
En el concepto de aptitud se encuentran implícitos tres hechos: 1) la existencia de
diferencias individuales en estas características; 2) su relación con las tareas o
exigencias del entorno; y 3) la idea de potencialidad relacionada con el rendimiento. La
aptitud de la siguiente manera: es un atributo de los individuos que hace referencia a las
posibles variaciones entre los individuos de responder a las exigencias y dificultades de
una tarea en la cual, y cuando todas las condiciones aparecen favorables, los individuos
ejecutan sus respuestas de forma exitosa. Hay autores que quieren distinguir entre
capacidad y aptitud atribuyendo a ésta una connotación más restrictiva y afirmando que
las aptitudes tienen un contenido más específico que las capacidades. (Matud , et. al.,
2014)

La definición de las aptitudes proviene de la observación sistemática de las diferencias


entre individuos en la realización de ciertas tareas específicas. En general, las aptitudes
se pueden considerar variables intermediarias. En términos estadísticos corresponden
a variables latentes. Decir que las aptitudes tienen un importante determinismo genético
significa que no es la conducta ni el patrón de la conducta lo que se hereda sino la
disposición a rendir en una tarea en un determinado rango de eficacia. Las aptitudes
presentan una importante variabilidad interindividual, lo mismo que sucede con las
habilidades o destrezas, pero en este último caso a la variabilidad interindividual innata
se imponen los efectos de las diferencias en las estrategias de aprendizaje de las
habilidades. (Matud, et. al. 2014)

La inteligencia es un constructo complejo y para el que no existe una definición unitaria.


En general, los autores parecen coincidir en dos aspectos: que refleja procesos
mentales superiores y que sirve para la adaptación al medio; mientras que discrepan en
cuestiones tales como si es una o múltiples; si se define desde un punto de vista molar
o molecular; si son procesos o conductas; o qué papel tiene la cultura, el contexto y la
biología. E incluso se cuestiona cómo medirla, si se tiene en cuenta sólo el rendimiento,
o si se analizan los procesos implicados en el desarrollo de una tarea. Los modelos
psicométricos con sus dos tradiciones, la centrada en la inteligencia como un factor
unitario y la que propone múltiples capacidades independientes, al final parecen confluir
en una idea común: la inteligencia es compleja, heterogénea e interdependiente, lo que
algunos autores interpretan como que permite mantener una estructura unitaria y
jerarquizada (Matud, et. al., 2014)

Pero estos modelos se han centrado más en obtener datos cuantitativos que permitan
establecer diferencias entre los seres humanos que en aportar información cualitativa

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PSICOLOGÍA DIFERENCIAL II – UNIDAD 1

sobre qué es la inteligencia y para qué nos sirve. Probablemente pueda ser más
fructífero, analizar las conductas específicas que son etiquetadas en su contexto como
inteligentes y determinar sus causas. Además, gran parte de las cualidades humanas
no son inmutables y pueden ser más o menos relevantes en función del contexto y del
momento por lo que, según este autor, podría ser más útil distinguir entre conductas en
función de razones sociales que intelectuales. (Matud Aznar, et. al., 2014)

Sumado a lo anterior, el ser humano, a lo largo del ciclo vital, óseo desde la etapa de la
concepción hasta la ancianidad, va atravesando por cambios los cuales, se dan a
diferentes edades y los cuales tienen características peculiares. Estos cambios tienen
características en los aspectos físicos, cognitivos y psicosociales. ( Papalia, et .al 2017).

● La etapa del embarazo o prenatal


● La etapa de la infancia
● La etapa de la pubertad
● La etapa de la adolescencia
● La etapa de la adultez
● La etapa de la ancianidad o vejez. (Papalia, D., et .al 2017).

1.3.2. Rasgos de personalidad

El modelo de rasgos trata de encontrar la estabilidad o el cambio en los rasgos de


personalidad. Paul T. Costa y Robert R. McCrae desarrollaron y probaron un modelo de
cinco factores (Heaven,1996).
Cada factor o dimensión de la personalidad representa un agrupamiento de rasgos o
facetas relacionadas. (Heaven,1996).
N = neuroticismo,
E = extroversión,
A = apertura a la experiencia,
S = escrupulosidad,
G = agradabilidad.
El neuroticismo es un conjunto de seis rasgos o facetas, que indican inestabilidad
emocional: ansiedad, hostilidad, depresión, autoconciencia, impulsividad y
vulnerabilidad. (Heaven,1996).
La extroversión tiene también seis facetas: cordialidad, ánimo gregarismo, asertividad,
actividad, búsqueda de excitación y emociones positivas.
Las personas abiertas a la experiencia están dispuestas a probar nuevas cosas y
adoptar nuevas ideas.
Las personas escrupulosas hacen cosas: son competentes, ordenadas, cumplidas,
decididas y disciplinadas.
Las personas con agradabilidad son fiables, francas, altruistas, obedientes, modestas e
influenciables. (Heaven,1996).

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Cuatro enfoques teóricos sobre el desarrollo de la personalidad son los modelos de


etapas normativas, modelo del momento de los eventos, modelos de rasgos y modelos
tipológicos. (Heaven,1996).
• Los modelos de etapas normativas sostienen que los cambios sociales y emocionales
que genera la edad aparecen en períodos sucesivos, en ocasiones marcados por crisis.
Según la teoría de Erikson, el principal problema de los adultos tempranos es la
intimidad frente al aislamiento.
• El modelo del momento de los eventos, propuesto por Neugarten, postula que en el
desarrollo psicosocial de los adultos influyen la ocurrencia y el momento de eventos
normativos de la vida. Sin embargo, cuando la sociedad se vuelve menos consciente de
la edad, el reloj social tiene menos significado.
• El modelo de los cinco factores de Costa y McCrae se organiza en cinco agrupamientos
de rasgos relacionados: neuroticismo, extroversión, apertura a la experiencia,
escrupulosidad y agradabilidad. En estudios actuales se encuentra que estos rasgos
cambian durante la adultez temprana y, en alguna medida, durante toda la vida.
(Heaven,1996).

1.4. Las diferencias de sexo en la Inteligencia general: datos históricos

Las diferencias entre sexos también se plasman en las habilidades cognitivas de


hombres y mujeres.

Aspectos diferenciales tanto hombres como mujeres tienen niveles de inteligencia de


manera en que ninguno de ellos es superior al otro a nivel Global en cuanto a la
realización de diferentes evaluaciones reflejan algunos indicadores o elementos en que
un sexo o género es ligeramente superior al otro así también se nota la existencia e
influencia de la herencia, en el modo en la manera en que la inteligencia está distribuida
en dónde se ve que es más variables en un caso que en el otro (Ankney, 1995).

En el caso de los varones

Se ha encontrado mayor puntuación en comparación a las mujeres en lo que refiere


habilidades lógico-matemáticas y en la manipulación viso espacial.

En cuanto al tipo de material procesado por los varones gráfico y visual suele ser mejor
procesado por esto, así como también tiene la tendencia a ser superiores a la hora de
orientarse en el espacio. (Ankney, 1995).

En las mujeres

Se ha encontrado mediante las evaluaciones y aplicaciones de Test psicométricos


midiendo los diferentes la inteligencia qué, es la mujer un mayor dominio del ámbito
verbal y el lenguaje a diferencia que los varones (Ankney, 1995).

Las mujeres por lo tanto tienen mayor capacidad para asociar, comprender y
expresarse. Asimismo, tardan mucho menos tiempo en procesar la información recibida
a través del lenguaje (Ankney, 1995).

El sexo femenino tiene una mayor expresión de la emotividad referente al masculino,


por esto es que las mujeres tienen una tendencia a expresarse más y hacer obviamente

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más conscientes y expresivas con respecto a sus emociones, lo que refleja en mayor
medida de cómo y por qué se sienten así como lo hacen se debe tener en cuenta
también puedan existir algún tipo de dificultades como la discapacidad intelectual o la
superdotación en el género femenino, estos valores suelen estar bastante agrupados a
lo que es la media y el comportamiento general es bastante homogéneo en la población
por lo cual no son tan notorios (Ankney, 1995).

En cuanto a los hombres se debe tener en cuenta que en la mayoría poseen un nivel
cercano a la media y esto es que muchos más casos con valores extremos hacemos
referencia que pueden estar por encima o por debajo de dicha media con respecto a la
mujer, por lo que a diferencia del género femenino en el caso de que hubiera una
discapacidad intelectual o así una superdotación sería obviamente más notoria que en
el caso de las mujeres. (Ankney, 1995).

Conclusiones de Tyler

Los resultados del análisis de las diferencias en variabilidad entre mujeres y hombres
mostraban que, en las medidas antropométricas de cualquier tipo, los resultados
variaban con la edad, dándose mayor variabilidad en los hombres adultos que en las
mujeres adultas.

En rendimiento académico y en aptitudes específicas las diferencias eran pequeñas y


no parecía existir una tendencia coherente.

En inteligencia verbal se daba una tendencia hacia mayor variabilidad en los hombres,
aunque las diferencias surgían según el test utilizado. (Matud et. al. 2014)

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PSICOLOGÍA DIFERENCIAL II – UNIDAD 1

Referencias Bibliográficas
1- Bibliografía Básica
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Traducción en castellano: Desarrollo de la sexualidad humana, diferenciación y
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Desequilibrios de género en Ciencia y Tecnología. Sevilla, ArCiBel Editores.
ISBN: 84-934085-9-X.
• Pilar Matud Aznar, Marrero y Carballeira Abella, (2014) Psicología diferencial
Biblioteca Nueva universidad. Serie Psicología
Biblioteca nueva universidad (Biblioteca Nueva).: Manuales y obras de
referencia.Manuales y obras de referencia.
• Pinker, S., (1996) El instinto del lenguaje, Madrid, Alianza.

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PSICOLOGÍA DIFERENCIAL II – UNIDAD 1

2- Bibliografía Complementaria
• Academia de preparación de Oposiciones para Profesores y Psicólogos (2015).
Psicología de la Personalidad y Diferencial https://cedepir.es/blog/psicologia-de-
la-personalidad-y-diferencial/

3- Bibliografía virtual UPAP


• Matud, M, Marrero, R. y Carballeira, M. (2014). Psicología diferencial. Madrid,
Biblioteca Nueva. https://elibro.net/es/ereader/biblioupap/106631?page=11

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