02ana Carmen Colores Ramos Clamont

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Desarrollo de la competencia Inteligencia Emocional en una institución

de educación básica del nivel de secundaria.

Tesis para obtener el grado de:


Maestría en Educación

presenta:
Ana Carmen Colores Ramos Clamont
CVU 561930

Asesor tutor:
Mtra. Blanca Patricia Santos Carrasco
Asesor titular:
Dra. Idalí Calderón Salas

San Juan del Río, Querétaro, México Marzo 2015


Dedicatoria

Dedico el presente trabajo a mi esposo Juan Carlos por su apoyo incondicional y a


mis hijas Isabel y Karla por su paciencia y comprensión durante todo el tiempo que
mamá no pudo estar con ellas porque estaba estudiando. También lo dedico a mi papá,
mi mamá, mis hermanas, mis suegros y mis amigas, quienes siempre han creído en mí y
me han motivado a seguir adelante.

ii
Agradecimientos

Agradezco a todos los maestros titulares y tutores que estuvieron apoyándome en


la realización de la presente investigación, en especial al Dr. Jaime Ricardo Valenzuela
González, la Mtra. Carmen Medina Almeida, la Dra. Idalí Calderón Salas y la Mtra.
Blanca Patricia Santos Carrasco.

De igual manera agradezco al Instituto Bilingüe Victoria por permitirme la


realización de este estudio y a todos los participantes que accedieron a colaborar en él.

iii
Desarrollo de la competencia Inteligencia Emocional en una institución
de educación básica del nivel de secundaria.

Resumen

Debido a la importancia que en las últimas décadas ha demostrado tener el adecuado

manejo de las emociones en los diferentes ámbitos de la vida, es que en el presente

trabajo se explora cómo se desarrolla la inteligencia emocional al interior de una

institución educativa de nivel medio del estado de Querétaro. Para ello se realizó un

estudio de tipo cualitativo en el cual se aplicó un cuestionario a 18 alumnos y otro a 8

maestros de una institución de educación básica de nivel secundaria, con la finalidad de

conocer sus percepciones respecto a cómo se desarrollan las habilidades emocionales de

los estudiantes al interior del centro educativo, si existen estrategias específicas para

dicho fin y si las consideran eficaces. Entre los principales resultados obtenidos, se

encontró que la institución sí cuenta con programas para el desarrollo de la inteligencia

emocional de sus alumnos, fueron las interacciones de estos con sus maestros dentro del

salón de clase lo que resultó más significativo. Con ello se pone en evidencia la

importancia que tiene el rol del maestro y sus propias habilidades para regularse

emocionalmente en la formación de sus estudiantes en dicho ámbito; lo cual genera

nuevas interrogantes en torno a qué pueden hacer las instituciones educativas para el

desarrollo de la inteligencia emocional de su cuerpo docente, a la par de la de sus

alumnos.

iv
Índice

1. Marco teórico........................................................................................................................ 1
1.1 Formación basada en competencias ............................................................................... 1
1.1.1. Clasificación de competencias. .............................................................................. 2
1.1.2 Las competencias para la vida según la Secretaría de Educación Pública en México. 3
1.2 La inteligencia emocional. ............................................................................................. 4
1.3 Los modelos de inteligencia emocional ......................................................................... 5
1.3.1 El modelo de cuatro ramas de Mayer, Salovey y Caruso.. ..................................... 6
1.3.2 Los modelos de aproximaciones mixtas................................................................. 7
1.4 La importancia de la inteligencia emocional a lo largo de la vida. ................................ 9
1.4.1 La escuela y la familia.......................................................................................... 10
1.4.2 La regulación emocional en adolescentes de nivel secundaria.. .......................... 13
2. Planteamiento del problema.............................................................................................. 15
2.1. Antecedentes ................................................................................................................ 15
2.2. Definición del problema ............................................................................................... 15
2.3. Objetivos ...................................................................................................................... 16
2.4. Justificación ................................................................................................................. 17
2.5. Delimitación del estudio .............................................................................................. 17
3. Método................................................................................................................................. 20
3.1. Población y muestra .................................................................................................... 20
3.1.1. Los estudiantes. .................................................................................................... 20
3.1.2. Los docentes......................................................................................................... 21
3.2. Instrumentos ................................................................................................................. 21
3.2.1. Cuestionario de desarrollo de competencias. ....................................................... 21
3.2.2. Cuestionario de enseñanza de competencias.. ...................................................... 22
3.3. Procedimientos ............................................................................................................. 22
3.4. Estrategia de análisis de datos ...................................................................................... 23
4. Resultados ........................................................................................................................... 25
4.1. El desarrollo de la inteligencia emocional desde el punto de vista de los maestros.
………………………………………… ……………………………………………25

v
4.2. El desarrollo de la inteligencia emocional desde el punto de vista de los alumnos.
………………………………………………………………………...………………31
4.3. Discusión de los resultados obtenidos para dar respuesta a la pregunta de
investigación. ........................................................................................................................... 35
5. Conclusiones ....................................................................................................................... 38
5.1. Principales hallazgos . .................................................................................................. 38
5.2. Beneficios actuales y potenciales del estudio. ............................................................. 38
5.3. Alcance y limitaciones de la investigación. ................................................................. 39
5.4. Estudios a futuro. ......................................................................................................... 39
Referencias.................................................................................................................................. 41
Apéndices .................................................................................................................................... 47
Currículum Vitae ....................................................................................................................... 52

vi
1. Marco teórico

En el presente capítulo se presentan algunos fundamentos respecto a la formación


basada en competencias y la clasificación de las mismas. También se incluyen
planteamientos relativos a la inteligencia emocional como una de las competencias
transversales que se pretenden desarrollar en la actualidad. Al respecto, se abordan
diversas teorías sobre la misma, además de enfatizar la importancia de la inteligencia
emocional en la adolescencia. Todo lo anterior, también se sustenta en hallazgos de
estudios empíricos y se concluye con una síntesis que detalla sus aspectos más
sobresalientes.

1.1 Formación basada en competencias


El siglo XXI impone a la humanidad diversos retos. Entre ellos destacan aquellos
relacionados con la educación y el desarrollo pleno del ser humano, ya que de ello
derivan algunos de los cambios tan deseados por la sociedad, tales como la capacidad de
convivir adecuadamente en contextos sociales globalizados, cambiantes y complejos,
inmersos en la tecnología y generadores constantes de nuevos conocimientos, entre
otros. Es por eso que las demandas formativas contemporáneas exigen reinventar la
escuela de manera que sea capaz de estimular el saber conocer y el saber hacer, para
conjuntar la teoría, la práctica, el conocimiento, la acción y la reflexión, a fin de evitar la
simple trasmisión de conocimientos que en otras épocas parecía suficiente (Moreno,
2010).
En ese sentido, el informe Delors (1996) hace hincapié en que para que la
educación pueda cumplir con todas las misiones que tiene encomendadas debe
estructurarse en torno a cuatro pilares básicos: aprender a conocer, aprender a hacer,
aprender a vivir juntos y aprender a ser. Ahí es donde la formación basada en
competencias enfatiza su importancia. Según Tobón (2006), una dificultad de la
formación basada en competencias radica en la gran cantidad de definiciones que existen
de este concepto y los diversos enfoques con los cuales se puede aplicar a la educación.

1
Sin embargo, es importante conocerlo y entenderlo porque las competencias son la
orientación fundamental de diversos proyectos internacionales de educación.
En 1997 los países miembros de la Organización para la Cooperación y el
Desarrollo Económico (en adelante OCDE) entre los que se encuentra México, pusieron
en marcha el Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos (PISA, por sus
siglas en inglés), con el objetivo de monitorear el grado en que los estudiantes al
terminar su escolaridad obligatoria han adquirido las competencias clave para la
participación plena en la sociedad.
El proyecto intitulado Definition and Selection of Competencies, es considerado el
trabajo de investigación más importante realizado en el marco de la OCDE. En él se
establece que las competencias conjuntan conocimientos, destrezas, habilidades y
actitudes que permiten enfrentar diversas y complejas situaciones a través de la
movilización de diversos recursos psicosociales en un contexto específico (OCDE,
2005).
1.1.1. Clasificación de competencias. En el Proyecto Tuning se define a las
competencias genéricas como aquellas que no están relacionadas con un área del
conocimiento en particular, sino con todas en general, de las cuales se identificaron 30 y
se dividen en 3 categorías: instrumentales, interpersonales y sistémicas; mientras que las
competencias específicas son aquellas relacionadas con el conocimiento de cada área de
estudio (González y Wagenaar, 2003).
Dentro del contexto arriba mencionado, se entiende que las competencias llamadas
transversales son las que, en el ámbito escolar, se desarrollan a través de un mismo plan
de estudios (considerado en su totalidad), en ocasiones de manera explícita y en otras a
través del currículum oculto. Son aquellas necesarias para adaptarse a una gran variedad
de situaciones y para seguir aprendiendo a lo largo de la vida. El programa de Quebec
las agrupa en cuatro categorías diferentes: intelectuales, metodológicas, personales y
sociales, y relativas a la comunicación (Steifel, 2008).
Para la OCDE (2005), las competencias clave son aquellas que contribuyen a
obtener resultados valiosos para sociedades e individuos, ayudando a estos últimos a
enfrentar importantes demandas en una amplia variedad de contextos y que además son

2
significativas tanto para especialistas como para personas comunes. Se clasifican en tres
amplias categorías interrelacionadas entre sí que son: usar herramientas de manera
interactiva, interactuar en grupos heterogéneos y actuar en forma autónoma.
Es importante enfatizar que las competencias son un enfoque y no un modelo
pedagógico, porque solo se focalizan en aspectos específicos de la docencia, el
aprendizaje y la evaluación. Además, al centrarse en la integración de conocimientos,
habilidades, valores y actitudes, implican transformaciones profundas en lo social,
económico, político y académico, lo cual representa lo que el mundo actual está
demandando (Tobón, 2006).
Entre las competencias transversales de tipo interpersonal (González y Wagenaar,
2003; López 2013), en el presente estudio se destaca la inteligencia emocional, debido a
que cada vez resulta más evidente la relevancia que tiene el adecuado manejo de las
emociones en los diferentes ámbitos de la vida, tales como la toma de decisiones, el
comportamiento, las relaciones con los demás, el manejo de situaciones conflictivas, el
desempeño académico y profesional, entre otros.

1.1.2 Las competencias para la vida según la Secretaría de Educación Pública


en México. En el actual Plan de Estudios (SEP, 2011), se establece que las competencias
para la vida son aquellas que movilizan y dirigen todos los conocimientos, habilidades,
actitudes y valores hacia la consecución de objetivos concretos, manifestándose en la
acción de manera integrada tanto en situaciones comunes como complejas de la vida
diaria. Entre ellas se mencionan las relacionadas con el aprendizaje permanente, el
manejo de información, el manejo de situaciones, competencias para la convivencia y
competencias para la vida en sociedad y se contempla que deben desarrollarse en los tres
niveles de Educación Básica y a lo largo de la vida.
En este contexto la inteligencia emocional juega un papel fundamental, sobre todo
para el desarrollo de competencias para manejar situaciones, dado que entre ellas se
encuentran la capacidad para enfrentar el riesgo y la incertidumbre, así como tomar
decisiones y asumir consecuencias, enfrentar el fracaso y la desilusión, entre otras (SEP,
2011).

3
Al tener como referencia lo anterior y si se considera que los nuevos paradigmas
educativos pretenden lograr el desarrollo pleno del ser humano, resulta de suma
importancia que los centros escolares no descuiden este aspecto en los procesos
formativos sino, por el contrario, le den la importancia que se merece con el fin de
fortalecer una habilidad tan básica y de la cual se desprenden otras tantas como lo es la
inteligencia emocional.

1.2 La inteligencia emocional.


Bisquerra (2003) hizo una síntesis en la cual menciona a algunos de los estudiosos
que hicieron las principales aportaciones en el área de la inteligencia, entre los cuales se
encuentran Broca, quien con sus trabajos sobre el cerebro humano probablemente fue
quien dio inicio a la investigación sobre la inteligencia durante la segunda mitad del
siglo XIX al descubrir la localización del área del lenguaje; Wundt, quien en la misma
época estudiaba los procesos mentales mediante la introspección, Binet, quien en 1905
elaboró el primer test de inteligencia y Stern, que en 1912 introdujo el término de
coeficiente intelectual (en adelante CI) que reflejaba una puntuación o resultado de
algunos de los test diseñados para medir la inteligencia, el cual tuvo gran aceptación y
difusión.
También en el trabajo arriba citado se mencionan a Spearman y Thurstone,
quienes aplicaron el análisis factorial al estudio de la inteligencia. Este último, a partir
del factor g extrajo siete habilidades mentales primarias que, en cierta forma, se pueden
considerar el antecedente remoto de las inteligencias múltiples propuestas por Gardner.
Otro antecedente de las inteligencias múltiples son los trabajos que en 1950 presentó
Guilford sobre la estructura de la inteligencia, que abrieron la puerta al estudio de la
creatividad y al pensamiento divergente (Bisquerra, 2003).
Gardner (1993), director del Proyecto Zero y profesor de psicología y ciencias de
la educación en la Universidad de Harvard, distingue en su libro Multiple Intelligences.
The theory in practice siete inteligencias: musical, cinético-corporal, lógico matemática,
lingüística, espacial, interpersonal e intrapersonal, a las cuales añadió años más tarde la
inteligencia existencial e inteligencia naturalista. Con esta propuesta, ayudó a rescatar el

4
concepto de inteligencia del ámbito intelectual y facilitó el camino hacia la inteligencia
emocional.
Bar-On (1997) fue el primero en hablar en su tesis doctoral de un coeficiente
emocional paralelo al CI, sin embargo fueron Salovey y Mayer (1990) quienes
definieron por primera vez el concepto de inteligencia emocional, aunque
posteriormente reformularon su idea original al conceder más importancia a los
componentes cognitivos y a la habilidad para reflexionar sobre las emociones (Mayer y
Salovey, 1997).
Para estos autores, la inteligencia emocional se entiende como la capacidad de
razonar acerca de las emociones y hacer que las emociones mejoren el pensamiento.
Esto incluye la habilidad para percibir, valorar y expresar emociones con exactitud, la
habilidad para acceder y/o generar sentimientos que faciliten el pensamiento; se trata de
la habilidad para comprender emociones y el conocimiento emocional y la habilidad
para regular reflexivamente las emociones con el fin de promover el crecimiento
intelectual y emocional (Mayer y Salovey, 1997).
Por lo anterior, puede afirmarse que la definición de inteligencia emocional refleja
la importancia que tienen las habilidades referidas en dicho constructo en la formación
integral de las personas. Manejar adecuadamente las emociones evita problemas y
genera oportunidades en diversos ámbitos, permite gozar de las experiencias o lidiar de
manera eficiente con los retos, ayuda a sentir control y empatía, entre muchos otros
beneficios; motivos por los cuales la inteligencia emocional se perfila como una
competencia transversal esencial para la vida. Es por eso que con el paso del tiempo se
han hecho diversos abordajes en torno a este constructo, las cuales se detallarán a
continuación.

1.3 Los modelos de inteligencia emocional


Conforme el concepto de inteligencia emocional fue adquiriendo mayor
importancia se desarrollaron diferentes modelos teóricos en torno a él, con el objetivo de
profundizar en el entendimiento de las características del mismo, además de sus

5
componentes. En la actualidad se reconocen principalmente los siguientes tres modelos
teóricos:

1.3.1 El modelo de cuatro ramas de Mayer, Salovey y Caruso. Desde la


perspectiva de este modelo, el dominio de la inteligencia emocional incluye una serie de
habilidades emocionales organizadas mediante una estructura jerarquizada de
capacidades cognitivas para el manejo adaptativo de las emociones: percibir, facilitar,
comprender y manejar o regular las emociones (Repetto y Pena, 2010).

1.3.1.1 La percepción emocional. Es la habilidad básica de la inteligencia


emocional e implica percibir las emociones propias y de los demás, así como distinguir
emociones en objetos, arte, historias, música y otros estímulos. Se desarrolla desde la
primera infancia e incluye la capacidad de reconocer las emociones en las expresiones
faciales, el tono de voz y en las posturas de los otros (Mayer, Salovey y Caruso, 2004).
1.3.1.2 El uso de la emoción para facilitar el pensamiento. En este aspecto se
considera que la resolución de problemas se ve facilitada por un tipo específico de
emociones, al asimilar las experiencias emocionales a la vida mental y permitir que las
mismas dirijan la atención a determinados aspectos de la tarea (Mayer et al. 2000b,
2004). Es la habilidad de generar, usar y sentir las emociones como necesarias para
comunicar sentimientos, o utilizarlas en otros procesos cognitivos (Extremera y
Fernández-Berrocal, 2004).

1.3.1.3 La comprensión emocional. Refleja la capacidad de analizar las


emociones, apreciar sus tendencias a través del tiempo y entender sus resultados. El
desarrollo de esta capacidad coincide con el del lenguaje y el pensamiento proposicional
que permiten nombrarlas y comprenderlas (Mayer et al. 2000b, 2004).

1.3.1.4 La regulación emocional. Es el nivel más alto de habilidades


emocionales e involucra necesariamente el resto de la personalidad del individuo al
manejar las emociones en el contexto de sus metas, su autoconocimiento y su conciencia

6
social. Implica la capacidad de manejar no sólo las emociones propias, sino también las
reacciones que tenemos ante las emociones de los demás para promover la comprensión
y el crecimiento personal y está englobada dentro de lo que sería el proceso general de
autorregulación psicológica, el cual es un mecanismo que permite mantener el balance
(Madrid, 2000; Mayer et al. 2000b, 2004).

1.3.2 Los modelos de aproximaciones mixtas. La inteligencia emocional con


frecuencia ha sido conceptualizada como un constructo que involucra mucho más que
las habilidades de percibir, asimilar, entender y manejar las emociones en las que se
fundamenta la propuesta de Mayer, Salovey y Caruso (2000b, 2004) descrita
anteriormente. Dichas concepciones son las que se conocen como modelos mixtos y
proponen, según Repetto y Pena (2010, p.84), “que los sujetos emocionalmente
inteligentes poseen en mayor o menor grado una serie de competencias más vinculadas
al constructo de personalidad que a habilidades cognitivas y más que modelos
explicativos son perfiles exitosos”. Se encuentran entre ellos el modelo multifactorial de
Bar-On y el modelo de competencias emocionales de Goleman.
Al respecto, el modelo multifactorial de Bar-On (1997) busca encontrar el motivo
por el cual algunas personas son más capaces de tener éxito en la vida que otras, al
identificar cinco componentes relacionados con ello: las habilidades intrapersonales, las
interpersonales, la adaptabilidad, el manejo del estrés y el estado de ánimo (motivación).
Cada uno de esos factores está subdividido en otras áreas. Su inventario del CI juega un
papel fundamental en el desarrollo de este modelo el cual es una medida de auto reporte
en escala Likert consistente en 133 elementos que proveen un valor estimado de la
inteligencia emocional y social del individuo y ha sido traducido a más de 30 idiomas
(Bar-On, 2006).
Por otro lado, una tercera visión de la inteligencia emocional fue ampliamente
popularizada por Goleman (1995), a través del modelo de competencias emocionales
donde incluye el conocimiento de las propias emociones, la capacidad de controlar las
emociones, de motivarse a uno mismo, el reconocimiento de las emociones ajenas y el
manejo de las relaciones. Este modelo ha generado las principales críticas al constructo

7
de inteligencia emocional en el ámbito académico. En ese sentido, Mayer (1999) ha
salido a la defensa del mismo, al invitar a los estudiosos e investigadores del tema a
distinguir entre las aproximaciones populares y científicas.
Después de esta breve revisión a las principales características de los modelos de
inteligencia emocional se pueden evidenciar las similitudes y diferencias existentes en el
concepto de la misma entre los distintos autores. El modelo de cuatro ramas de Mayer,
Salovey y Caruso (2000b, 2004) resulta ser el trabajo mejor sustentado empírica y
teóricamente. Sin embargo, es importante rescatar las ideas valiosas de los demás
teóricos. Así, el estudio de la inteligencia emocional es aún un tema abierto como lo son
muchos en cualquier rama del saber humano y cualquier esfuerzo serio por entender este
fenómeno resulta valioso.
1.4.3. Instrumentos estandarizados para medir la inteligencia emocional. A
pesar de ser un concepto relativamente nuevo, se han diseñado diversos instrumentos
para medir el nivel de inteligencia emocional. Un método clásico en psicología es el uso
de cuestionarios en los cuales el sujeto hace una valoración subjetiva de sus habilidades
y competencias afectivas; tal es el caso del Emotional quotient inventory de Bar-On
(1997) descrito previamente.
Por otro lado, se encuentran los instrumentos de evaluación conocidos como
medidas de habilidad o de ejecución de la inteligencia emocional (en adelante IE), que
pretenden ser más objetivas que los auto-informes. Entre ellas, destaca el Test de
inteligencia emocional de Mayer – Salovey – Caruso (MSCEIT por sus siglas en inglés)
como uno de los más importantes instrumentos estandarizados y que ha sido avalado por
diversos estudios (Brackett, Mayer y Warner, 2004; Ciarrochi, Chan y Caputi, 2000;
Extremera y Fernández-Berrocal, 2004; Mayer, Salovey, Caruso y Sitarenios, 2003).
Este instrumento está basado en el modelo de las cuatro ramas de los mismos autores y
comprende ocho tareas, dos para cada una de las ramas.
Además del respaldo que se le da a la confiabilidad del MSCEIT, los estudios
consultados afirman que aquellos individuos que obtienen calificaciones altas en la
prueba suelen requerir menos esfuerzo cognitivo para resolver problemas, así como que
las mujeres suelen tener una inteligencia emocional más elevada que los hombres y que

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la inteligencia emocional correlaciona positivamente con niveles más elevados de
empatía y con estilos parentales más cálidos. Por otro lado, también se evidencia que
niveles más bajos de inteligencia emocional están relacionados con el uso de drogas,
alcohol y relaciones insatisfactorias con amigos.
En contraste, algunos autores han criticado la propuesta de la inteligencia
emocional como una aptitud mental que se pueda incluir en la tradición psicométrica de
la inteligencia (Davies, Stankov y Roberts, 1998). No obstante, Mayer et al. (2000a) se
han centrado en establecer las propiedades psicométricas de su instrumento y en sustentar
la validez del mismo.
Con base a lo anterior se concluye que los instrumentos estandarizados utilizados
para medir la inteligencia emocional, presentan ventajas e inconvenientes. Por ejemplo,
los auto-reportes requieren menos tiempo para ser administrados, a diferencia de las
medidas de ejecución, además de ser menos costosos. Sin embargo son más subjetivos y
pueden presentarse sesgos en base a lo que la persona piense que serían las respuestas
adecuadas. En este caso, es responsabilidad del investigador analizar las características
de los instrumentos de medición de la IE y elegir aquellos que se ajusten a los objetivos
de su estudio.

1.4 La importancia de la inteligencia emocional a lo largo de la vida.


Es un hecho comprobado que las inteligencias cognitiva y emocional pueden ser
consideradas complementarias. Según Danvila y Sastre (2010), el auge que ha tenido la
inteligencia emocional se ha debido en gran medida a que el conocimiento y las
emociones se interrelacionan y explican los distintos niveles de éxito en los diferentes
ámbitos de la vida. Es por ello que el desarrollo de las competencias emocionales debe
estar presente durante todo el proceso evolutivo y formativo de la persona, ya que cada
etapa de la vida implica diferentes situaciones que requerirán ser afrontadas de diversas
maneras (Pérez y Pellicer, 2009).
Márquez-González, Fernández de Trocóniz, Montorio y Losada (2008) en un
estudio cuantitativo sobre regulación emocional en la etapa adulta encontraron que,
aunque todos los participantes reportaron niveles similares de bienestar subjetivo sin

9
importar el rango de edad, fueron los adultos mayores quienes refirieron tener mayor
control emocional y mayor uso de estrategias de regulación emocional de tipo
preventivo; habilidades que fueron adquiriendo a lo largo de su vida. Además,
encontraron que la mediana edad representa un especial desafío para el bienestar
emocional debido a las particularidades del contexto de esta etapa que demanda la
compleja tarea de compatibilizar múltiples roles, tales como los profesionales,
parentales, etcétera.
Al igual que la mediana edad, la adolescencia se presenta como un momento clave
en el desarrollo y crecimiento de los individuos, ya que experimentan grandes cambios
en el aspecto físico, sexual, social y psicológico. Consecuentemente en esta etapa de la
vida la necesidad de fortalecer la educación emocional es ineludible, aunque los
cimientos de la misma se construyen desde el inicio de la vida y en el seno familiar, tal
como se establece en el siguiente apartado.

1.4.1 La escuela y la familia. El desarrollo de las habilidades que abarca la


inteligencia emocional comienza en el hogar, principalmente a través de las
interacciones adecuadas entre padres, hijos y hermanos. A partir de sus respuestas a las
situaciones de la vida, los padres enseñan a sus hijos cómo identificar y manejar sus
emociones, apropiada o equivocadamente (Vivas, 2003).
En un estudio cualitativo hecho por Mirabile, Scaramella, Sohr-preston y
Robinson (2009) se observó a 55 madres en interacción con sus hijos de 2 años, y
comprobaron que los esfuerzos de las madres por regular las emociones de los niños
influyen en la habilidad de los mismos para autorregularlas. Además de demostrar que
los niños tienden a usar estrategias negativas que no les permiten adaptarse
adecuadamente a las situaciones cuando éstas fueron modeladas por sus padres, lo cual
se extiende a las diferentes etapas del desarrollo y no sólo a la primera infancia.
Goleman (1995) sostiene que la familia es la primera escuela de aprendizaje emocional y
que su impacto es profundo, ya que el cerebro del niño tiene su máxima plasticidad en
los primeros años de vida.

10
Por su parte, Harrod y Scheer (2005), en un estudio cuantitativo en el cual
buscaban interrelaciones ente la inteligencia emocional de 200 jóvenes y sus
características demográficas, encontraron que el nivel educativo de los padres estaba
significativamente relacionado con la inteligencia emocional de sus hijos adolescentes.
Además, los ingresos familiares correlacionaron positivamente, aunque no de manera
significativa.
En el ámbito escolar, la preocupación por la incorporación de las habilidades
emocionales no es nueva. Aunque la educación tradicional se ha centrado en el
desarrollo del intelecto con un marcado olvido de lo emocional, durante mucho tiempo
se ha planteado la necesidad de una educación integral, en tanto que deben desarrollarse
todas las dimensiones del individuo (Delors, 1996).
La integración de las habilidades de la inteligencia emocional en los diferentes
proyectos educativos de diversos países es una realidad, al hacerse un esfuerzo para que
sean estimuladas desde el diseño curricular ya que actualmente las competencias
emocionales se consideran un aspecto importante en la empleabilidad y en la vida misma
(Bisquerra, 2003). Sin embargo, en la práctica educativa muchas veces no se logra
concretar el fortalecimiento emocional pues los maestros se suelen sentir presionados
por cubrir contenidos teóricos, lo cual los orilla a enfocarse en la trasmisión de
conocimientos.
Mestre, Guil, Lopes, Salovey y Gil-Olarte (2006) trabajaron con 128 alumnos de
secundaria entre los 14 y 17 años de edad en un estudio de tipo cuantitativo con el
objetivo de entender qué relación existe entre la inteligencia emocional y la adaptación
social y académica en la escuela. Se encontró que las mujeres fueron quienes tuvieron
calificaciones significativamente más altas que los niños en inteligencia emocional
experiencial, estratégica y autopercibida; además de recibir calificaciones
significativamente más altas por parte de sus maestros en adaptación académica y
mejores ratings en manejo de conflictos y hostilidad.
Por su parte, Zavala, Valadez y Vargas (2008) en su estudio Inteligencia
emocional y habilidades sociales en adolescentes con alta aceptación social esperaban
encontrar diferencias significativas en las puntuaciones de inteligencia emocional en

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favor del grupo de alumnos de alta aceptación social comparado con aquellos no
identificados por su nivel de aceptación social; encontrando que los primeros obtuvieron
puntuaciones elevadas en todas las áreas de inteligencia emocional, mismas que
marcaron diferencias estadísticas significativas con respecto del grupo natural. En las
comparaciones por sexo, no hubo diferencias significativas en las puntuaciones de IE
entre hombres y mujeres del grupo de alta aceptación social, mientras que en el grupo
natural se encontraron diferencias significativas entre hombres y mujeres.
Ferragut y Fierro (2012) buscaban evaluar la relación entre inteligencia emocional,
bienestar subjetivo y rendimiento académico en preadolescentes con edades
comprendidas entre 9 y 12 años. Se obtuvieron correlaciones significativas entre
bienestar e inteligencia emocional, así como entre rendimiento académico y bienestar,
no así entre inteligencia emocional y rendimiento académico. Estos resultados indican
relación entre bienestar e inteligencia emocional y la importancia de estos constructos
psicológicos para el logro académico.
Si se toma en cuenta que los procesos de escolarización están impregnados por
complejas relaciones entre maestros y alumnos que suelen dejar una huella significativa
en las personas, es de gran importancia que los maestros sean una adecuada referencia
para los alumnos en la manera en la que manejan sus emociones, además de constituirse
como mediadores esenciales en las habilidades emocionales de los mismos, o incluso en
los conflictos que se presentan entre ellos.
En ese sentido Merrit, Wanless, Rimm-Kaufman, Cameron y Peugh (2012)
desarrollaron un estudio de tipo mixto sobre la manera en que el apoyo emocional de los
maestros influía en los comportamientos sociales y autorregulatorios de 178 alumnos de
primer grado. Para ello se hicieron observaciones en clase y se aplicó The child
behaviour scale y el Teachers self-control scale. Se comprobó que un mayor apoyo
emocional del maestro incide significativamente en un mayor autocontrol por parte de
los alumnos y por lo tanto en menos agresión, aunque no motivó conductas prosociales,
en las cuales se busca ayudar a los demás compañeros con independencia del propio
beneficio.

12
En virtud de todo lo referido, puede afirmarse que un escenario ideal sería aquel en
el que se lograra la colaboración escuela-hogar para el desarrollo de la competencia en el
adecuado manejo de las emociones, ya que son los dos pilares en los que se puede
apoyar el desarrollo social, ético, cognitivo y emocional del individuo dado que son los
grupos sociales que tienen mayor influencia en las personas debido al tiempo de
interacción en ellos. Desafortunadamente, lograr dicha vinculación no resulta sencillo,
por lo cual se puede asumir como un reto digno de considerar.

1.4.2 La regulación emocional en adolescentes de nivel secundaria. Entre


las habilidades que implica la inteligencia emocional (también denominadas
componentes), la regulación de las emociones probablemente sea la más importante. En
los tres modelos de la inteligencia emocional revisados, sobresale la regulación
emocional como un elemento principal de los mismos. El modelo de las cuatro ramas de
Mayer et al. (2000b) sitúa el manejo de las emociones como la habilidad más
importante. Bar-On (1997) incluye elementos de autorregulación en varias de sus
habilidades, como el control de los impulsos y la flexibilidad, mientras que Goleman
(1995) menciona la capacidad de controlar las propias emociones.
Se puede señalar que la regulación emocional es la piedra angular de la
inteligencia emocional, pues de nada serviría reconocer las emociones propias o de los
demás si no se pueden manejar de manera adecuada. Por ejemplo, durante la
adolescencia la tolerancia a la frustración, el manejo de la ira, la capacidad de retrasar
gratificaciones, las habilidades de afrontamiento de situaciones de riesgo, el desarrollo
de la empatía y demás conductas que están relacionadas con la regulación emocional
pueden convertirse en formas de protección primaria inespecífica ante diversas
conductas de riesgo típicas de la edad, tales como las adicciones, el manejo
irresponsable de la sexualidad, entre otros (Bisquerra, 2000).
Sin embargo, Palomera, Salguero y Ruíz-Aranda (2012) resaltan también la
importancia de la percepción emocional como predictor estable del ajuste psicosocial, al
encontrar que los adolescentes con mayor habilidad para identificar cómo se sienten las
personas de su entorno, utilizan dicha información no sólo para mostrar empatía hacia

13
ellos, o para ayudarlos a regular sus emociones, sino para modificar su propia conducta
y adecuarse mejor a las relaciones sociales. En ese sentido, la percepción emocional
interpersonal se ha relacionado de forma general con un mayor conocimiento emocional
y una mejor regulación de las emociones.
Por su parte, Limonero, Tomás, Fernández, Gómez y Ardilla (2012) en un estudio
de tipo cuantitativo administraron un cuestionario a 254 estudiantes, así como la escala
de inteligencia emocional (TMMS-24), además de la escala de estrategias resilientes
(BRCS) y la correspondiente a la satisfacción con la vida (SWLS) y comprobaron que
las personas con mayores niveles de regulación emocional, manifestaron estar más
conformes o satisfechas con su vida.
Asimismo, Fernández-Berrocal, Alcaide y Extremera (2006) comprobaron que los
adolescentes que tienen una habilidad más elevada para regular sus estados emocionales
presentan menos ansiedad y depresión aplicando el TMMS-24, así como el White bear
suppression inventory (WBSI), el Beck depression inventory (BDI) y otros instrumentos
a 250 adolescentes.
Dado que el contexto educativo es uno de los ambientes más importantes en donde
viven experiencias emocionales los adolescentes (Zhao, 2012), resulta esencial que en la
escuela secundaria se diseñen estrategias didácticas y diseños curriculares apropiados
para fortalecer la regulación emocional de los estudiantes. Al respecto, Gross (2007) en
su modelo de autorregulación emocional, menciona la importancia de la selección de
situaciones, la modificación de las mismas, el despliegue de la atención, el cambio
cognitivo y la modulación de las respuestas como estrategias válidas y efectivas.
Finalmente, a partir de los fundamentos teóricos analizados previamente y
conforme al contexto en el cual se realizará el presente estudio, es pertinente formular la
siguiente pregunta de investigación: ¿de qué manera se favorece el desarrollo de la
inteligencia emocional en los alumnos de nivel secundaria? En el siguiente capítulo se
detallará el planteamiento del problema.

14
2. Planteamiento del problema

En el presente capítulo se establece cuál es el problema que se pretende resolver en


esta investigación. De manera inicial se presentan los antecedentes del mismo, a fin de
formular el planteamiento a través de una pregunta principal, las interrogantes derivadas
de la misma y los objetivos que se pretende alcanzar. Además, se presenta la relevancia
y pertinencia del problema, así como una breve referencia al contexto donde se realizará
el estudio.

2.1. Antecedentes
Durante los últimos siglos se tuvo una idea permanente de lo que era una persona
inteligente: aquella que dominaba las materias académicas y obtenía altas calificaciones
en la escuela, así como puntuaciones elevadas en las pruebas de inteligencia. Sin
embargo, durante las últimas décadas dicha visión entró en crisis por diversas razones,
una de ellas fue el constatar que dicha inteligencia académica no era suficiente para
alcanzar el éxito en la vida ni la satisfacción con la misma (Matthews, Zeidner &
Roberts, 2004). Así, las habilidades emocionales y sociales tomaron importancia y
apareció el concepto de inteligencia emocional del cual se habló en el capítulo anterior y
que es la base de la presente investigación.

2.2. Definición del problema


Con el paso de los años se ha encontrado que las personas emocionalmente
inteligentes tienden a desempeñarse mejor en múltiples aspectos de la vida en
comparación a aquellos con menor habilidad. Suelen ser individuos con una
personalidad más sana, más productivos y con relaciones más satisfactorias. Por ello, es
razonable asumir que si se quieren construir organizaciones, comunidades y sociedades
más efectivas, productivas y humanas se necesita formar individuos social y
emocionalmente inteligentes (Bar-On, Maree & Elias, 2007).
Tomando en cuenta lo arriba expuesto, se puede afirmar que cualquier esfuerzo
encaminado al pleno desarrollo del ser humano debe de prestar especial atención al
adecuado manejo de las emociones como una habilidad esencial digna de ser moldeada.

15
Por ello, las instituciones educativas de nivel secundaria orientadas a brindar una
formación integral a sus alumnos necesitan hacer una revisión seria respecto a las
acciones que implementan para dicho fin. Además de que en nuestro país la Secretaría
de Educación Pública en su actual Plan de Estudios 2011 exige que en todos los niveles
de educación básica se desarrollen competencias para la vida, entre las cuales se
encuentra el manejo de situaciones para lo cual las habilidades emocionales son
imprescindibles. A partir de lo anterior, se formuló la pregunta general de investigación
de este proyecto: ¿existen estrategias que favorezcan el desarrollo de la inteligencia
emocional en una secundaria privada del Estado de Querétaro?
De la anterior interrogante, derivaron las siguientes preguntas subordinadas:
 ¿Cuáles son las estrategias utilizadas para desarrollar la inteligencia emocional
en los alumnos de secundaria?
 ¿Se consideran los maestros emocionalmente inteligentes para moldear dicha
competencia en sus alumnos?
 En cuanto a la regulación emocional de sus emociones, ¿cómo se perciben a sí
mismos los estudiantes de secundaria?
 ¿Cuáles herramientas consideran los alumnos que la escuela les podría brindar
para aprender a manejar adecuadamente sus emociones?

2.3. Objetivos
El objetivo general de este proyecto consiste en: conocer cómo se desarrolla la
inteligencia emocional en una secundaria privada del Estado de Querétaro.
Los objetivos específicos son:
1. Identificar las estrategias que se utilizan para desarrollar la inteligencia emocional en
los estudiantes de secundaria e indagar si ellos las consideran eficaces.
2. Determinar si los maestros se consideran aptos para moldear las habilidades en el
manejo de emociones de sus alumnos.
3. Conocer cómo se perciben a sí mismos los estudiantes de secundaria, en cuanto a la
regulación de sus emociones.

16
4. Identificar cuáles son las herramientas que los alumnos quisieran que la escuela les
brindara para mejorar su manejo de emociones.

2.4. Justificación
El manejo adecuado de las emociones es una habilidad que debe ser fomentada
permanentemente, puesto que la manifestación de las mismas tiene un impacto notable
en diversos aspectos de la vida personal y social de los seres humanos. Saber regular las
emociones implica un amplio rango de procesos relacionados que, finalmente, tienen
como meta lograr una adaptación al entorno con el menor costo personal. Sin embargo,
siendo un tema tan importante, no se ha analizado y estudiado teóricamente en el ámbito
educativo, sino hasta hace un par de décadas (Fernández y Pastor, 2008).
De ahí se desprende la importancia de explorar cómo las instituciones educativas
promueven el desarrollo de la inteligencia emocional de sus alumnos y si las estrategias
implementadas son eficaces y suficientes; sobre todo si lo que se busca es el desarrollo
integral de las personas. Además, es pertinente enfatizar que los objetivos académicos
no pueden alcanzarse a menos que el ambiente social y emocional sea el adecuado
(Brackett, Reyes, Rivers, Elbertson, & Salovey, 2011).
Fuera del contexto escolar, el adecuado manejo de las emociones tiene un impacto
positivo en la vida cotidiana. Está comprobado que los estados emocionales inciden en
el comportamiento y éstos en la emoción, y que ambos se pueden regular a través de la
cognición (Bisquerra, 2008). Así, muchos de los problemas de impulsividad, violencia e
intolerancia a la frustración que se perciben frecuentemente en los adolescentes podrían
prevenirse.

2.5. Delimitación del estudio


El estudio planteado se llevó a cabo en la secundaria del Instituto Bilingüe
Victoria ubicado en Tequisquiapan Querétaro durante el ciclo escolar 2014-2015. La
muestra comprendió un total de 18 alumnos de secundaria (6 de cada grado), cuyas
edades oscilan entre los 12 y 15 años. Para su elección se tomó en cuenta la opinión de 2

17
maestros que habían enseñado a cada uno de los grupos al menos por 2 años, quienes de
manera conjunta y basándose en su interacción con ellos nominaron a 3 alumnos de cada
grado que se destacaban por ser emocionalmente inteligentes, considerando las
principales características de dicha habilidad mencionadas por Mayer, Salovey y Caruso,
(2004) que les fueron proporcionadas y descritas a través de una guía. Los participantes
restantes fueron elegidos al azar, procurando que hubiera un número similar de hombres
y mujeres. Dicha muestra representa el 14% del total de la población de la secundaria la
cual es de 128 alumnos. Además, se aplicó un cuestionario a 10 de los 22 maestros de la
plantilla de personal (el 45%), los cuales se caracterizan por tener un mínimo 2 años
trabajando en la institución, para explorar cómo se enseña o moldea la competencia
analizada.
El Instituto Bilingüe Victoria es un centro educativo que combina los programas
nacionales con los británicos desde preescolar hasta preparatoria, buscando el desarrollo
integral de los alumnos donde los aspectos emocionales (educación basada en valores)
que se analizarán en este trabajo tienen la misma importancia que los intelectuales,
sociales, culturales, físicos, etcétera.
En cuanto a la delimitación metodológica, se trata de un estudio de tipo
cualitativo, en el cual se involucra la recolección de datos utilizando técnicas que no
pretenden medir ni asociar las mediciones con números, tales como la observación no
estructurada, las entrevistas abiertas, entre otras. Además, los estudios de este tipo no
pretenden generalizar de manera intrínseca los resultados a poblaciones más amplias, ni
necesariamente obtener muestras representativas (Hernández, Fernández y Baptista,
2010).
A manera de limitantes, en este estudio se encontró que la disponibilidad de
tiempo de los maestros era reducida, lo cual dificultó el avance en el trabajo con los
cuestionarios. Respecto a los alumnos, hubo casos en los cuales algunos de ellos se
negaron a participar y se tuvo que invitar a otros para completar la muestra planeada.
Finalmente, en el presente capítulo se describió el planteamiento del problema a
partir de la importancia del desarrollo de la inteligencia emocional, por parte de la labor
que realizan las instituciones educativas. En este sentido, se consideró una secundaria

18
privada del Estado de Querétaro. Asimismo, se presentaron los objetivos de la
indagación, su justificación y la delimitación del estudio.

19
3. Método

Para realizar la presente investigación respecto al desarrollo de la inteligencia


emocional al interior de una institución educativa se eligió un método de tipo
fenomenológico de carácter cualitativo. Los enfoques de este tipo permiten describir y
comprender una realidad específica, permitiendo cierta flexibilidad a pesar de que el
diseño tenga especificaciones exactas y precisas (Valenzuela y Flores, 2012).

En el presente capítulo se explican los detalles de la metodología arriba citada,


tales como las características principales de los participantes y de los instrumentos
utilizados. También se explican los procesos seguidos para la recolección de datos y las
estrategias implementadas para el análisis de los mismos.

3.1. Población y muestra.


3.1.1. Los estudiantes. En el estudio participaron 6 alumnos de cada grado
escolar de la secundaria del Instituto Bilingüe Victoria de Tequisquiapan Querétaro,
cuyas edades son comprendidas entre los 12 y 15 años, siendo así un total de 18 de los
128 inscritos (14%). La unidad de análisis fue en primera instancia elegida por
conveniencia, debido a la facilidad que representó el hecho de laborar en dicha
institución. En el caso de los participantes se hizo una selección no probabilística, en la
cual la elección de la muestra no obedeció a procedimientos mecánicos sino a una toma
de decisiones basada en ciertos criterios útiles para la investigación, buscando así contar
con personas con características específicas (Hernández, Fernández y Baptista, 2010).

Siendo así, se pidió a 2 maestros de cada grado que de manera consensuada


eligieran 3 alumnos que se destacaran de entre los demás por sus habilidades en el
adecuado manejo de las emociones. Dichos maestros tenían la característica de haber
trabajado con los alumnos un mínimo de 2 años, para de esa manera asegurar una
apreciación fundamentada en una interacción constante a través de dicho periodo de
tiempo. Los otros 3 alumnos de cada grado sí fueron elegidos de manera aleatoria, por
medio de una tómbola.

20
3.1.2. Los docentes. En este aspecto es importante señalar que el Instituto
Bilingüe Victoria, al ser un colegio internacional, cuenta con personal de diversas partes
del mundo tales como Inglaterra, Irlanda, Canadá y Australia, entre otras. Por ello, para
la selección de los 10 maestros que participaron en la investigación (de 22 que son en
total) se buscó que la mitad fueran mexicanos y la otra mitad extranjeros, y que además
tuvieran un mínimo de 2 años trabajando en la institución para garantizar en la medida
de lo posible un conocimiento pleno de la vida y las actividades al interior de la misma.
Una vez que se tuvieron los listados de los docentes que cumplían con dichas
características se procedió a hacer una selección aleatoria también por medio de una
tómbola.

3.2. Instrumentos
Para la recolección de datos respecto al desarrollo de la inteligencia emocional en
alumnos de secundaria se diseñaron 2 cuestionarios, los cuales constituyen un conjunto
de preguntas estructuradas, enfocadas y estandarizadas que se responden en un
formulario impreso o a través de medios electrónicos (Valenzuela y Flores, 2012). Las
características principales de dichos instrumentos de describen a continuación.

3.2.1. Cuestionario de desarrollo de competencias. Este instrumento fue


diseñado específicamente para la presente investigación tomando en cuenta las variables
por estudiar y los objetivos de la misma. Tuvo como característica destacada el contar
con 15 preguntas abiertas, lo cual ayudó a obtener información más amplia al permitir
profundizar en la opinión de los participantes (Hernández, Fernández y Baptista, 2010).

Lo que se buscó al diseñar esta herramienta fue explorar las percepciones de los
alumnos respecto a la manera en la que desarrollan la competencia seleccionada y la
influencia que tiene la institución educativa a la que pertenecen en ello, al identificar las
actividades y condiciones del ambiente escolar que consideran favorecedoras así como
aquellas que tienen un impacto negativo. También se pretendía conocer qué nivel de
inteligencia emocional creen tener y la importancia que le dan a la misma en su vida
cotidiana.

21
El cuestionario fue auto-administrado por los participantes y al contar con las
respuestas de todos los alumnos de la muestra se empezó con el proceso de clasificación
de las mismas ya que en cuestionarios de preguntas abiertas no se puede hacer
previamente. Para dicho fin se encontraron y nombraron los patrones generales de
respuesta, los cuales después fueron agrupados en categorías de análisis.

3.2.2. Cuestionario de enseñanza de competencias. De manera similar al


cuestionario para los estudiantes, este instrumento también fue diseñado específicamente
para la presente investigación y comparte las mismas características: constó de 15
preguntas abiertas, fue auto-administrado por los participantes y el proceso de
clasificación de respuestas fue posterior a la aplicación del mismo. Es importante señalar
que a los 5 maestros extranjeros se les tradujo el cuestionario y se les permitió contestar
en inglés. Más adelante se hizo la traducción de sus respuestas para el análisis
correspondiente.

Con este instrumento se buscó explorar las percepciones de los maestros respecto a
la inteligencia emocional de sus alumnos, así como conocer la manera en la que ellos
propician el desarrollo de la misma a través de actividades específicas o fomentando
cierto tipo de ambiente dentro del aula. Además, se buscó saber si ellos se consideraban
emocionalmente inteligentes como para moldearlo en sus alumnos.

En cuanto a la validación de ambos instrumentos se analizó su contenido con el


apoyo de un asesor experto, y se corroboró que incluyeran la mayoría de los
componentes esenciales respecto al desarrollo de la competencia elegida asegurando así
que se obtendría la información pertinente y necesaria para responder las preguntas de la
investigación. También se revisó la validez de constructo al cotejarlo con la teoría
existente.

3.3. Procedimientos

Para poder transformar las respuestas de los cuestionarios en información que


permitiera responder el problema planteado se utilizó la técnica de análisis de contenido,
con la cual el mensaje se convierte en algo susceptible de describir y analizar

22
(Hernández, Fernández y Baptista, 2010). Es importante mencionar que como primer
paso y para poder llevar a cabo este estudio se solicitó autorización escrita a la dirección
del colegio, la cual fue otorgada; así como el consentimiento expreso de cada uno de los
participantes. En el caso de los alumnos, al ser menores de edad, también se pidió la
aprobación de sus padres.

Una vez que se tuvieron las autorizaciones correspondientes se procedió a la


colección de datos al aplicar los cuestionarios a los participantes. Después se redujeron
los resultados al hacer la codificación pertinente, en la cual se seleccionaron los
enunciados que contestaban las preguntas y se descartó la información no relevante,
segmentando y etiquetando los textos para formar descripciones y temas amplios en los
datos. En este sentido cabe mencionar que aunque en el análisis inicial se subdividen los
datos, la meta final es generar una gran fotografía (Valenzuela y Flores, 2012).

Un siguiente paso consistió en desplegar los datos a través de la elaboración de


tablas con la ayuda de un programa computacional, con lo cual fue posible hacer un
vaciado y organizar las categorías de las respuestas pudiendo así iniciar con el análisis
que se detalla a continuación.

3.4. Estrategia de análisis de datos

Una vez que se hizo la colección de datos, la reducción de los mismos y su


clasificación por categorías se procedió al análisis, en el cual se hicieron comparaciones
entre las respuestas de los participantes para poder encontrar similitudes y diferencias,
tanto dentro de cada grupo (alumnos y maestros) como entre ellos. El hecho de tener
dentro de la muestra a estudiantes con habilidades de manejo emocional destacadas y
otros que no, así como maestros mexicanos y extranjeros permitió contar con variables
que generaron un análisis más enriquecido.

Por otro lado, el haber diseñado los dos cuestionarios en consideración a las
mismas variables permitió tener puntos en común para hacer las interconexiones y
triangulaciones necesarias y lograr establecer inferencias válidas y confiables; todo ello
con la finalidad de lograr proponer más adelante un modelo de correlaciones que permita

23
dar respuesta a las preguntas que orientaron esta investigación. Lo anterior hace
referencia al análisis interpretativo, en el cual el investigador saca sus propias
conclusiones a partir de los resultados, mismas que pueden diferir de las de otro
investigador (Valenzuela y Flores, 2012).

Todo lo anterior se apoyó con algunas técnicas cuantitativas de estadística


descriptiva, a través de las cuales se obtuvieron porcentajes respecto a la frecuencia de
respuesta en cada uno de los rubros del cuestionario, con lo cual se prepararon tablas y
gráficas con los principales resultados, los cuales se presentan en el siguiente capítulo.

24
4. Resultados

El propósito de este capítulo es presentar los datos más relevantes obtenidos


durante el trabajo de campo, así como su interpretación a la luz del marco teórico. Todo
ello con la finalidad de dar una respuesta argumentada al problema planteado en este
estudio. El capítulo se compone de tres secciones: en la primera se analizan los
resultados de los cuestionarios aplicados a los profesores, en la segunda se sintetizan e
interpretan las respuestas de los alumnos, y por último se hace una discusión general
haciendo alusión a las coincidencias y diferencias encontradas en ambos grupos y
tomando como base el objetivo general de la investigación.

Tal como se explicó en el capítulo anterior, para indagar si existen estrategias que
favorezcan el desarrollo de la inteligencia emocional en el Instituto Bilingüe Victoria del
estado de Querétaro se aplicaron un par de cuestionarios a una muestra de 9 maestros y
18 estudiantes de la institución, todo ello con el objetivo de explorar sus apreciaciones y
recabar información que fuera útil para la investigación. Dichos instrumentos constaron
de 15 preguntas abiertas y después de colectar los datos, reducir los mismos y
codificarlos, a continuación se presenta su análisis.

4.1. El desarrollo de la inteligencia emocional desde el punto de vista de los


maestros.

Como primer punto, es importante destacar que aunque el objetivo inicial de la


investigación era aplicar el cuestionario a 5 maestros mexicanos y 5 maestros
extranjeros que tuvieran un mínimo de 2 años trabajando en la institución, dicha muestra
se vio reducida a un total de 9 docentes, debido a que uno de ellos se negó a participar a
último momento. Además, no fue posible compensar dicha carencia ya que los pocos
maestros extranjeros que cumplían con el requisito de antigüedad no tuvieron la
disponibilidad para participar dada su carga de trabajo. A pesar de lo anterior, los datos
obtenidos fueron suficientes para el propósito de este estudio.

25
En la siguiente tabla se presentan algunas de las características más relevantes de
los integrantes de la muestra.

Tabla 1. Características principales de la muestra de maestros que participaron en la


investigación (Datos recabados por el autor).
Identificación Edad Procedencia Años de trabajar Cargos o áreas en las cuales
en la institución se desempeña
M1 56 Inglaterra 22 Dirección de secundaria.
Maestra de literatura.
M2 66 Inglaterra 22 Director adjunto de
preparatoria.
Maestro de física y tecnología.
M3 28 Inglaterra 4 Asistente de dirección de
preparatoria.
Maestro del área de
humanidades.
M4 40 Inglaterra 7 Maestra de matemáticas.
M5 49 México 10 Directora técnica de
secundaria.
Maestra de español.
M6 51 México 9 Asistente de dirección de
secundaria.
Maestra del área de
humanidades.
M7 26 México 4 Maestro de matemáticas.
M8 42 México 12 Maestra del área de
humanidades.
M9 52 México 12 Maestra de química.

Como se puede apreciar en la tabla 1, el rango de edad de los participantes oscila


entre los 26 y los 66 años, y el tiempo de antigüedad varía entre los 21 años (son los
maestros propietarios y fundadores de la institución) y los 4 años. Además, se tiene a 6
mujeres y 3 hombres. Cabe mencionar que en un inicio se consideró hacer un análisis
por separado de los maestros nacionales y los extranjeros, sin embargo al hacer la
reducción de datos se detectó que sus respuestas a los cuestionarios no tenían diferencias
significativas que justificaran dicha acción, así que se decidió manejarlos como un solo
grupo.

Respecto a sus ideas iniciales sobre lo que es la inteligencia emocional, el 78% de


los maestros la relacionó con el control de las emociones, lo cual coincide con la
habilidad que Mayer, Salovey y Caruso (2004) en su modelo de cuatro ramas llaman

26
regulación emocional. Para ellos, la regulación emocional representa el nivel más alto de
habilidades emocionales e involucra necesariamente el resto de la personalidad del
individuo, al manejar las emociones en el contexto de sus metas, su autoconocimiento y
su conciencia social.

Por otro lado, en cuanto a las otras habilidades que abarca la inteligencia
emocional desde el punto de vista de Mayer, Salovey y Caruso (2004), sólo un
participante identificó la percepción emocional, mientras que 2 de ellos hicieron
referencia al uso de la emoción para facilitar el pensamiento.

Una vez que se supo cuáles eran sus nociones sobre lo que es la inteligencia
emocional, se les preguntó si ellos se consideran emocionalmente inteligentes como para
moldear dicha habilidad en sus alumnos. Ante esta interrogante, la cual es una de las
principales preguntas de investigación de este trabajo, sus respuestas fueron variadas y
se sintetizan a continuación.

¿Te consideras emocionalmente inteligente como para moldear


dicha habilidad en tus alumnos?

No
11% 0%

No del todo Sí
33% 56%

Figura 1. Autopercepción de los maestros respecto a su habilidad para manejar sus


emociones.

27
Es importante señalar que quienes sí se consideraron emocionalmente inteligentes
hicieron algunas aclaraciones, por ejemplo que aunque nunca han recibido capacitación
en el tema creen que el paso de los años los ha ayudado a lograr un mejor manejo de sus
emociones, o que es una habilidad que nunca terminarán de desarrollar plenamente;
incluso que aunque se consideran emocionalmente inteligentes saben que a veces les
resulta difícil reaccionar de la mejor manera. Este hallazgo coincide con lo encontrado
por Márquez-González, Fernández de Trocóniz, Montorio y Losada (2008), ya que
fueron los participantes con mayor edad quienes refirieron tener mayor control
emocional.

Siguiendo con sus percepciones respecto a su propia inteligencia emocional, al


preguntárseles en qué aspectos de su vida consideraban que les era útil saber manejar
adecuadamente sus emociones, los resultados obtenidos fueron:

Tabla 2. Aspectos de la vida en que el adecuado manejo de las emociones es útil a los
maestros.
Respuestas obtenidas: Frecuencia con la que se
obtuvo dicha respuesta:
En todos los aspectos. 7
En las relaciones con los demás 4
En mi profesión 4
En los deportes 1
Con mi familia 1
Cuando estoy bajo mucha presión 1

Tal como se refiere en la tabla 2, el 78% de los encuestados aseguraron que el


adecuado manejo de las emociones les es útil en todos los aspectos de su vida, haciendo
énfasis en el aspecto profesional el 44% de ellos. Si se toma en cuenta que Merrit,
Wanless, Rimm-Kaufman, Cameron y Peugh (2012) comprobaron que un mayor apoyo
emocional del maestro incide significativamente en un mayor autocontrol por parte de
los alumnos, puede afirmarse que los maestros que están más sensibilizados respecto a la

28
importancia que tiene la inteligencia emocional son más propensos a mostrar una actitud
que favorezca el desarrollo de la misma en sus alumnos.

Otro aspecto importante a señalar es que al 78% de los maestros les interesaría
recibir capacitación respecto al tema por parte de la escuela a través de cursos, asesorías
o talleres. Mientras que un 22% tiene dudas respecto a si ese tipo de entrenamiento en el
área del manejo de las emociones es efectivo.

En cuanto a si existen estrategias en el Instituto Bilingüe Victoria para desarrollar


en sus alumnos el adecuado manejo de las emociones, lo cual es la pregunta medular de
esta investigación, el 89% de los maestros respondieron afirmativamente. En la tabla que
se presenta a continuación se enlistan las estrategias mencionadas y el grado de
efectividad que consideran que tienen.

Tabla 3. Estrategias existentes en el Instituto Bilingüe Victoria para desarrollar la


inteligencia emocional de sus alumnos y grado de efectividad de las mismas.
Maestro Estrategias identificadas: Comentarios respecto a su
efectividad.
M1 SEAL Buena
Programa AMISTAD
Sistema de tutorías
Departamento SEN
M2 SEAL Buena
Sistema de tutorías
M3 SEAL Su efectividad depende de quien
imparte el curso.
M4 Ninguna -
M5 SEAL Buena
Programa AMISTAD
Eventos como la noche de
biblioteca, el día deportivo, la
noche musical.
Los campamentos y salidas.
M6 SEAL Buena
Programa AMISTAD
M7 SEAL Es un programa ambicioso que
tiene potencial.
M8 SEAL Buena
Programa AMISTAD
M9 Programa AMISTAD No especifica.
Departamento SEN

29
El programa Social and Emotional Aspects of Learning (en adelante SEAL) fue
mencionado por el 78% de los encuestados, el programa AMISTAD -cuya finalidad es
desarrollar la resiliencia como estrategia para prevenir la depresión y la ansiedad- por el
56%, el Departamento de Necesidades Educativas Especiales (SEN por sus siglas en
inglés) por el 22% al igual que el sistema de tutorías. Además, en términos generales se
consideró que son estrategias con buena efectividad.

Con estos resultados se puede comprobar que el Instituto Bilingüe Victoria sí tiene
estrategias específicas para desarrollar la inteligencia emocional de sus alumnos, las
cuales fueron adoptadas principalmente del sistema educativo británico. Pero
independientemente de los programas implementados para dicho fin, los maestros
consideraron que dentro del aula se suelen llevar a cabo actividades de manera cotidiana
que también inciden en el desarrollo de dicha habilidad. En la tabla 4 se enlistan las que
se mencionaron.

Tabla 4. Actividades dentro del aula que propician el desarrollo de la inteligencia


emocional de los alumnos desde el punto de vista de los maestros.
Actividad Frecuencia con la que se obtuvo dicha
respuesta.
Trabajo en equipo 5
Debates 4
Participación activa en clase respetando tanto los 2
turnos como las opiniones de los demás.
Escritura creativa 1
Reflexiones 1
Juego de roles 1

Es importante señalar que el 56% de los maestros cree que el trabajo en equipo
propicia el adecuado manejo de las emociones, lo cual no necesariamente coincide con
la percepción de los alumnos como se analizará en el siguiente apartado. Aún así, es
ineludible que la interacción con otros para lograr un objetivo pone en juego muchas de
las competencias emocionales que propone Bar-On (1997) en su modelo multifactorial,

30
tales como las habilidades intrapersonales, las interpersonales, la adaptabilidad, el
manejo del estrés y el estado de ánimo.

4.2. El desarrollo de la inteligencia emocional desde el punto de vista de los


alumnos.

Además de encuestar a los maestros también se aplicó un cuestionario a 6


estudiantes de cada grado escolar, siendo la muestra de 18 alumnos en total. La mitad de
ellos fueron elegidos de manera no probabilística debido a que se pretendía contar con la
participación de jóvenes que fueran reconocidos por sus maestros como personas que se
destacaran de sus compañeros por su adecuado manejo de las emociones, mientras que
la otra mitad de la muestra fue elegida de manera aleatoria. Sus edades oscilan entre los
12 y 15 años.

Un primer análisis que se puede hacer es que de los 9 alumnos elegidos por sus
maestros debido a su habilidad para regular sus emociones el 44% fueron mujeres y el
66% hombres. Esto no coincide con lo encontrado en diferentes investigaciones, por
ejemplo la de Mestre, Guil, Lopes, Salovey y Gil-Olarte (2006), ya que en su estudio las
mujeres fueron quienes se destacaron por su inteligencia emocional, su capacidad para
manejar conflictos y adaptarse social y académicamente a la escuela.

Al explorar sus nociones respecto a lo que es la inteligencia emocional, el 100%


de la muestra la relacionó con la capacidad de controlar sus emociones. Esto es muy
importante pues la regulación de las mismas se destaca en las 3 principales teorías sobre
el tema. Como se mencionó anteriormente, el modelo de las cuatro ramas de Mayer,
Salovey y Caruso (2000b) sitúa el manejo de las emociones como la habilidad de mayor
jerarquía. Bar-On (1997) incluye elementos de autorregulación en varias de sus
habilidades, como el control de los impulsos y la flexibilidad, mientras que Goleman
(1995) menciona la capacidad de controlar las propias emociones.

En cuanto a la percepción que tienen de su habilidad para manejar emociones, sí


hubo diferencias entre el grupo de alumnos elegido por sus maestros al destacarse en esa
área y el grupo elegido aleatoriamente, tal y como se muestra en las siguiente gráfica.

31
¿Cómo te percibes en relación al manejo de las emociones?
¿Te consideras novato, experto o en proceso de desarrollo?
10
9
8
7
6
5
4
3
2
1
0
Experto En proceso de desarrollo Novato

Grupo con habilidad percibida por sus maestros Grupo aleatorio

Figura 2. Autopercepción de los alumnos respecto al manejo de las emociones.

Como se puede observar en la figura 2, el 100% de los alumnos del grupo aleatorio
se considera en proceso de desarrollo, mientras que en el grupo con habilidad percibida
por sus maestros el 33% se consideran expertos. “He tenido muchas experiencias en mi
vida que me han ayudado a controlar y manejar mis emociones” dijo uno de ellos. Sin
embargo, también en ese grupo hubo quien se consideró novato: “porque tengo muchas
cosas todavía por aprender a controlar y manejar adecuadamente”.

Al preguntárseles en dónde han desarrollado más la habilidad para manejar sus


emociones, el 61% contestó que en su familia, lo cual coincide con lo que Vivas (2003)
afirma al establecer que el desarrollo de las habilidades que abarca la inteligencia
emocional comienza en el hogar, principalmente a través de las interacciones adecuadas
entre padres, hijos y hermanos. Sin embargo, el 39% restante contestó que en la escuela,
al relacionarse con sus amigos, compañeros y maestros, lo cual posiciona a este espacio
como otro de los pilares importantes en la formación integral de las personas.

A diferencia de los maestros, quienes pudieron identificar con claridad cuáles son
las estrategias implementadas en la institución para el desarrollo de la inteligencia

32
emocional de los alumnos, éstos consideran que son otro tipo de actividades dentro del
salón de clases las que los ayudan a manejar sus emociones de manera adecuada. Sus
respuestas se sintetizan en la tabla 5.

Tabla 5. Actividades que los alumnos consideran les han ayudado a manejar
adecuadamente sus emociones.
Actividad Frecuencia con la que se obtuvo dicha
respuesta:
Platicar sobre el tema de las emociones 10
(compartir experiencias, escuchar a los demás y
reflexionar al respecto).
Trabajar en equipo. 4
Trabajar con el Programa AMISTAD. 2
Las actividades deportivas. 1
Las actividades del programa SEAL que 1
trabajamos en periodo de tutoría

Aunque el 17% de los alumnos encuestados sí mencionaron estrategias medulares


de la institución para el desarrollo de la inteligencia emocional tales como los programas
SEAL, AMISTAD y los periodos de tutoría, son los momentos en los que pueden hablar
y reflexionar sobre el tema de las emociones los que el 56% consideran más útiles.
Además, cabe destacar que el 22% sí cree que los trabajos en equipo ayudan a
desarrollar la habilidad de regulación emocional, tal como lo perciben los maestros. Sin
embargo, al preguntárseles sobre qué actividades impiden o dificultan el control de las
mismas, el 32% mencionó también los trabajos en equipo.

Con base en lo anterior se puede interpretar que las actividades de tipo


colaborativo son un área de oportunidad en la cual los adolescentes, al entrar en contacto
con sus pares con el objetivo de sacar adelante una tarea específica, pueden desarrollar
su inteligencia emocional. Sin embargo, como toda experiencia de tipo interpersonal, las
probabilidades de tener que lidiar con contratiempos y desavenencias son muchas y
pueden ocasionar frustración y descontrol, pero son precisamente ese tipo de situaciones
las que permiten desplegar y desarrollar todo tipo de habilidades.

Respecto al papel que los maestros juegan en el desarrollo del manejo emocional
de sus alumnos, el 56% de los encuestados coincidió en que es su autocontrol el que los

33
ayuda a ellos a aprender a autorregularse. “Cuando no entendemos algo se calman y nos
ayudan sin desesperarse”, “intentan mantener la calma aunque los alumnos puedan ser
irritantes”, “mantienen una actitud centrada y no se dejan influir por los alumnos”, son
algunas de las opiniones de los estudiantes. Además, el 22% consideró que los maestros
que se muestran abiertos, generan confianza y están dispuestos a escucharlos influyen
positivamente en el desarrollo de su inteligencia emocional.

Si se retoma la idea de que los alumnos manifestaron la importancia que tiene para
ellos el contar con espacios en los cuales se pueda platicar sobre el tema de las
emociones, resulta lógico pensar que son los maestros interesados en establecer una
relación de confianza los que se muestran abiertos a escucharlos. Sin embargo, no se
puede perder de vista que en la práctica educativa muchas veces no se logra concretar
dicha vinculación pues los maestros se suelen sentir presionados por cubrir contenidos
teóricos, lo cual los orilla a enfocarse en la trasmisión de conocimientos.

Para finalizar, la última pregunta por responder de esta investigación tiene como
objetivo identificar cuáles herramientas consideran los alumnos que la escuela les podría
brindar para aprender a manejar adecuadamente sus emociones. Las propuestas se
sintetizan en la tabla 6.

Tabla 6. Acciones que a los alumnos les gustaría que la escuela implementara para
poder desarrollar de mejor manera su manejo emocional.
Acción Frecuencia con la que se
obtuvo dicha respuesta
Abrir espacios de expresión para poder compartir experiencias. 5
Dar pláticas sobre el tema. 3
Implementar más programas como AMISTAD. 1
Que todos los alumnos tengan oportunidad de hablar con la psicóloga una 1
vez al mes.
Que los maestros presten más atención a lo que sucede fuera de la materia 1
que dan.
Poner música relajante durante los exámenes. 1
Organizar actividades en las cuales se presenten circunstancias en las que 1
se necesite manejar de manera correcta las emociones.
Sí me gustaría que se hiciera algo pero no se me ocurre nada. 1
Nada 4
Aunque el 22% afirmó que no les gustaría que la escuela hiciera algo más para
ayudarlos a manejar adecuadamente sus emociones puesto que, en palabras de uno de
los encuestados “ya existe el ambiente de confianza que se necesita”, un 28% dijo que

34
abrir espacios para poder compartir experiencias les ayudaría a desarrollar más dicha
habilidad. Además, otro 17% propuso que se dieran pláticas sobre el tema. Lo anterior
coincide con lo presentado en la tabla 5, ya que lo que los alumnos consideran más
beneficioso es precisamente contar con ese tipo de oportunidades que les ayudan a
reflexionar y abrirse a otros puntos de vista.

4.3. Discusión de los resultados obtenidos para dar respuesta a la pregunta de


investigación.

Tal como lo afirma el informe Delors (1996), aunque la educación tradicional se


ha centrado en el desarrollo del intelecto con un marcado olvido de lo emocional,
durante mucho tiempo se ha planteado la necesidad de una educación integral, en tanto
que deben desarrollarse todas las dimensiones del individuo. Así, contar con estrategias
que permitan desarrollar la inteligencia emocional de los alumnos resulta clave, ya que
es una competencia de tipo interpersonal (González y Wagenaar, 2003) necesaria para
adaptarse a una gran variedad de situaciones y para seguir aprendiendo a lo largo de la
vida.

En la siguiente tabla se hace un análisis de las coincidencias y diferencias entre las


apreciaciones de los maestros y los alumnos encuestados del Instituto Bilingüe Victoria
respecto al desarrollo de la inteligencia emocional, con el objetivo de encontrar
parámetros que ayuden a entender el fenómeno estudiado tomando en consideración
ambas perspectivas. De esa manera, se pretende tener una visión más completa del
fenómeno para encontrar las respuestas a las preguntas planteadas en la presente
investigación.

35
Tabla 7. Coincidencias y diferencias entre las apreciaciones de los alumnos y maestros
del Instituto Bilingüe Victoria respecto al desarrollo de la inteligencia emocional.
Coincidencias Diferencias
Tanto maestros como alumnos coinciden con que Los maestros identifican con claridad los
la inteligencia emocional está principalmente programas que dentro de la institución se imparten
relacionada con el control de las emociones. para desarrollar el adecuado manejo de las
emociones, no así los alumnos.
Los maestros son conscientes de que su adecuado El 56% de los maestros consideran que dentro del
manejo emocional es clave para ayudar a sus aula el trabajo colaborativo ayuda a los alumnos a
alumnos a desarrollar dicha habilidad y ellos aprender a manejar adecuadamente sus
refieren lo mismo: el autocontrol que muestran los emociones, mientras que ellos refirieron que es
maestros los ayuda a aprender a regularse. más lo que se los dificulta (32%) que lo que les
ayuda (22%).

En el caso del Instituto Bilingüe Victoria, sí existen estrategias específicas para el


desarrollo de la inteligencia emocional de sus alumnos, tales como el programa SEAL y
AMISTAD (de procedencia británica y australiana respectivamente). Sin embargo,
aunque los docentes los tienen muy presentes, para los alumnos resultan de mayor
importancia otro tipo de actividades de tipo cotidiano que implican cercanía con sus
maestros y la posibilidad de sentirse escuchados y orientados. De esa manera, se
confirma la importancia del rol de los mismos como mediadores esenciales en las
habilidades emocionales de los estudiantes, o incluso en los conflictos que se presentan
entre ellos.

Por otro lado, la integración del desarrollo de las habilidades de la inteligencia


emocional desde el diseño curricular se hace evidente al constatar que los programas
académicos de México incluyen temas relacionados con ello, puesto que el 83% de los
estudiantes afirmaron que en la materia de Formación Cívica y Ética se trata de manera
directa el tema del adecuado manejo de las emociones. Además, Orientación y Tutoría
pretende ser un espacio para hablar y reflexionar con docentes capaces de constituirse en
interlocutores atentos, sensibles y dispuestos a dar acompañamiento de manera
comprensiva y solidaria (SEP, 2006), lo cual representa una de las necesidades más
referidas por los alumnos.

En relación con lo anterior, la función del maestro titular destaca en todos los
sentidos, ya que la tutoría, además de ser un espacio curricular de acompañamiento,

36
gestión y orientación grupal, busca contribuir al desarrollo social, afectivo, cognitivo y
académico de los alumnos. Además, en el caso del Instituto Bilingüe Victoria, suelen ser
quienes implementan en su grupo los programas SEAL y AMISTAD.

Social and Emotional


Implementación de Aspects of Learning.
programas
especializados para (SEAL)
dicho fin.

Programa AMISTAD

Materias como
Formación Cívica y
Ética.
Estrategias desde el
Desarrollo de la diseño curricular.
inteligencia emocional
como competencia Orientación y Tutoría.
transversal al interior de
una institución
educativa

Moldeado de dicha A través del ejemplo (sus


habilidad por parte del propias habilidades de
maestro. regulación emocional).

Los espacios que el


docente genera para la
reflexión del tema con
los alumnos.
La convivencia.

Figura 3. Elementos clave en el desarrollo de la inteligencia emocional al interior de una


institución educativa (Esquema elaborado por el autor).
En el siguiente capítulo se presenta a manera de conclusión un resumen puntual de
los principales hallazgos de la investigación, y se plantean algunas perspectivas a futuro
a partir de lo encontrado en este estudio, abriendo así la posibilidad de abordar el tema
desde puntos de vista diferentes con la finalidad de lograr una mejor comprensión del
fenómeno.

37
5. Conclusiones

En este último capítulo se resumen de manera puntual los principales hallazgos de


la investigación tomando como referencia los objetivos de la misma. Además, se
generan ideas nuevas a partir de ellos así como de las limitantes del estudio. Por último,
se plantean preguntas que podrían formularse para conocer más sobre el tema.

5.1. Principales hallazgos.


En el caso del Instituto Bilingüe Victoria se encontró que aunque sí se
implementan estrategias específicas para el desarrollo de la Inteligencia Emocional
(principalmente programas de origen extranjero) son los espacios en los que los alumnos
pueden compartir sus experiencias y hablar del tema de las emociones los que ellos
identifican como más útiles para aprender cómo manejarlas. En ese sentido, se puede
comprender que los jóvenes se consideran en proceso de desarrollo de dicha habilidad,
siendo la figura del maestro un factor clave aunque ellos no siempre se consideren aptos
para moldear dicha competencia en los estudiantes.

5.2. Beneficios actuales y potenciales del estudio.

La realización de este proyecto permitió identificar las percepciones e ideas tanto


de maestros como alumnos respecto a lo que es la inteligencia emocional y cómo se
desarrolla en las instituciones educativas. Concretamente en el caso del Instituto
Bilingüe Victoria, ayudó a entender que los programas adoptados para dicho fin pierden
mucho de su efectividad si no son implementados de la manera correcta y si los maestros
no identifican los beneficios potenciales de ellos. Así mismo, el hecho de que los
alumnos no los hayan mencionado con la frecuencia que se podría esperar es signo de
que hace falta evidenciar los esfuerzos que se hacen por desarrollar sus habilidades
emocionales y así los tengan más presentes.

Este trabajo también podría trasladarse a otros ámbitos educativos, ya que hacer
una revisión respecto a cómo se desarrolla una competencia tan importante para el éxito

38
en diferentes ámbitos de la vida como lo es la regulación emocional es un reto que
definitivamente vale la pena, sobre todo cuando se tiene la tendencia a enfocarse
primordialmente a las cuestiones académicas a pesar de que la Secretaría de Educación
Pública del país establece como prioridad en los tres niveles de la educación básica el
desarrollo de las competencias para la vida.

5.3. Alcance y limitaciones de la investigación.

Debido a las características propias del estudio y a la metodología establecida para


el mismo, no se aplicaron pruebas estandarizadas para la medición de la inteligencia
emocional, principalmente por el poco tiempo del cual se disponía y los limitados
recursos con los que se contaba. Esto impidió que se obtuvieran datos que permitieran
tener una referencia objetiva respecto al nivel de desarrollo de las habilidades
relacionadas con la inteligencia emocional de los participantes.

Para poder disponer de datos más contundentes, sobre todo al evaluar la eficacia
de las estrategias implementadas para desarrollar la inteligencia emocional, sería útil
contar con datos previos y posteriores a la intervención, lo cual requeriría diseñar un
estudio de tipo longitudinal.

5.4. Estudios a futuro.

Como se muestra en los resultados expuestos en el capítulo anterior, entre las


figuras más importantes en este proceso se destacan los maestros, pues al estar en
contacto permanente con los estudiantes terminan por convertirse en un ejemplo y un
modelo a seguir. Así, las relaciones con ellos pueden llegar a ser más importantes y
significativas para el desarrollo emocional de los alumnos que cualquier programa o
esfuerzo que pretenda hacerse al respecto dentro de una institución educativa.

En ese sentido se abre una nueva línea de investigación que podría ayudar a
entender mejor el fenómeno aquí estudiado: ¿Realmente son los maestros
emocionalmente inteligentes?, ¿cómo impacta el adecuado o inadecuado manejo de las
emociones en sus alumnos?, ¿hay algo que las instituciones puedan hacer para
desarrollar en su cuerpo docente dicha competencia?

39
Otro aspecto que se podría explorar a profundidad para conocerlo más y mejor, es
si efectivamente el trabajo colaborativo ayuda a desarrollar la inteligencia emocional de
los estudiantes, ya que las opiniones de maestros y alumnos difieren al respecto. De
igual manera, se podría hacer un estudio comparativo entre instituciones que
implementan programas específicos para el manejo emocional y las que no lo hacen, con
la finalidad de entender si los primeros en verdad representan una ventaja o no.

Tomando en cuenta todo lo anterior se puede concluir que es innegable la


importancia que tiene el entorno escolar en el desarrollo de la inteligencia emocional de
los alumnos, puesto que es ahí donde se tiene la oportunidad de salir del ámbito familiar
y relacionarse con una gran diversidad de personas; además de enfrentarse a una serie de
retos de tipo social y académico que se convierten en excelentes oportunidades para
aprender a manejar adecuadamente las emociones.

Dentro de dicho entorno, la figura del maestro se destaca por su alto grado de
influencia en los estudiantes con quienes convive, por lo que sería deseable que las
instituciones educativas también prestaran atención al desarrollo de su inteligencia
emocional a la par de la de los alumnos.

40
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46
Apéndices

Apéndice A: Preguntas incluidas en el cuestionario para maestros.

¿Qué significa para ti manejar adecuadamente las emociones?

¿Qué características tiene para ti una persona emocionalmente inteligente?

¿Cómo percibes a tus estudiantes en el manejo de sus emociones?

Menciona ejemplos concretos donde se verifica el dominio de los estudiantes para


manejar sus emociones.

Menciona ejemplos concretos donde se verifica la falta de dominio para manejar


adecuadamente sus emociones por parte de los estudiantes.

¿En qué actividades dentro del aula consideras que se propicia más el desarrollo del
manejo de las emociones?

¿En qué actividades dentro del aula consideras que se dificulta más el adecuado manejo
de las emociones?

¿Qué experiencias escolares fuera del aula propician el desarrollo del adecuado manejo
de las emociones en los estudiantes?

¿Existen estrategias generales en la institución donde trabajas para desarrollar en sus


alumnos el manejo adecuado de las emociones? En caso de existir descríbelas y di qué
tan efectivas consideras que son.

¿Te consideras emocionalmente inteligente como para moldear dicha habilidad en tus
alumnos?

¿Hay alguna materia a nivel secundaria en donde se trate de manera directa el tema del
manejo de las emociones? ¿Cuál?

47
¿Hay algo que te gustaría que la escuela hiciera para que sus alumnos desarrollarán más
su habilidad para manejar sus emociones? ¿Qué?

¿Hay algo que te gustaría que la escuela hiciera para que sus maestros desarrollaran más
su habilidad para manejar sus emociones? ¿Qué?

¿En qué aspectos de tu vida consideras que te es útil manejar adecuadamente tus
emociones?

¿En qué aspectos de la vida de tus alumnos consideras que es útil saber manejar
adecuadamente sus emociones?

48
Apéndice B: Preguntas incluidas en el cuestionario para alumnos.

¿Qué significa para ti manejar adecuadamente las emociones?

¿Qué características tiene para ti una persona emocionalmente inteligente?

¿Cómo te percibes en relación al manejo de las emociones? ¿Te consideras novato,


experto o en proceso de desarrollo?

Respecto a la pregunta anterior. ¿qué sabes hacer para manejar tus emociones?

¿Qué no sabes hacer o te falta desarrollar más para manejar tus emociones?

¿En dónde has desarrollado más la habilidad para manejar tus emociones? (Familia,
amigos, escuela?

¿Cuáles actividades dentro del salón de clases te han ayudado a manejar tus emociones y
las de los demás de manera adecuada?

¿Cuáles actividades dentro del salón de clases te han impedido o dificultado manejar tus
emociones y las de los demás de manera adecuada?

¿Qué actividades escolares pero fuera del salón de clases te han ayudado a desarrollar la
competencia del adecuado manejo de las emociones?

Explica algunas acciones que realizan tus profesores para que desarrolles tu habilidad
para manejar tus emociones.

¿Qué actitudes percibes en tus maestros que te ayudan a manejar tus emociones?

¿Qué acciones o actitudes de tus profesores dificultan el desarrollo del adecuado manejo
de las emociones?

¿En qué aspectos de tu vida consideras que te es útil manejar tus emociones? Explica.

49
¿Llevas alguna materia en donde se hable de manera directa sobre el manejo de las
emociones? ¿Cuál?

¿Hay algo que te gustaría que se hiciera en tu escuela para que tú pudieras desarrollar de
mejor manera tu manejo de emociones?

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Apéndice C: Carta de autorización de la dirección del Instituto Bilingüe Victoria
para realizar la investigación.

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Currículum Vitae

Ana Carmen Colores Ramos Clamont.


Correo personal:
Registro CVU: 561930

Originaria de Torreón Coahuila, Ana Carmen Colores Ramos Clamont es


licenciada en Comunicación por la Universidad Iberoamericana Plantel Laguna. Con 15
años de experiencia docente, su trabajo ha estado enfocado en el área de las Ciencias
Sociales y de la formación humana y de valores.

Desde hace 9 años labora en el Instituto Bilingüe Victoria, donde se llevó a cabo la
presente investigación titulada “Desarrollo de la competencia Inteligencia Emocional en
una institución de educación básica del nivel de secundaria” para aspirar al grado de
Maestría en Educación.

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