Procesos y Programas
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Procesos y Programas
de Educación, Cultura
y Deporte
neuropsicología educativa
Edita:
© SECRETARÍA GENERAL TÉCNICA
Subdirección General
de Documentación y Publicaciones
Maqueta:
Índice
Prólogo............................................................................................................................................. 9
Miguel Pérez, Presidente de las Asociaciones de Neuropsicología de España (FANPSE)
Juan Carlos Arango Lastrilla, Presidente de las Asociaciones de Neuropsicología de Iberoamérica
Introducción.................................................................................................................................... 10
Pilar Martín Lobo
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Procesos y programas de neuropsicología educativa. Índice
Capítulo 10. Procesos y Programas para desarrollas las Funciones Ejecutivas............. 139
María Vaíllo y Nuria Camuñas Sánchez-Paulete
Parte II. Programas para dificultades de aprendizaje y trastornos del desarrollo....... 153
7
Procesos y programas de neuropsicología educativa. Índice
Capítulo 12. Procesos y Programas para la dislexia desde la base neuropsicológica.. 169
Cristina de la Peña Álvarez
Capítulo 13. Procesos y Programas para la discalculia desde la base neuropsicológica... 180
Marta Gil Nájera
Capítulo 14. Programas para superar las dificultades del lenguaje................................. 187
Cristina de la Peña Alvarez y Silvia Pradas Montilla
15.1. Descripción de los Trastornos Generalizados del Desarrollo. Trastornos del Espectro
Autista.................................................................................................................................. 200
15.2. Aspectos neuropsicológicos................................................................................................ 202
15.3. Programas de Intervención................................................................................................. 204
15.4. Referencias bibliográficas.................................................................................................... 207
Glosario.............................................................................................................................................. 226
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Prólogo
Miguel Pérez
Presidente de FANPSE, Federación de Asociaciones de Neuropsicología de España.
La Neuropsicología como disciplina científica y profesional no para de ampliar sus horizontes. Allí
donde las funciones cerebrales tienen alguna implicación, la Neuropsicología puede realizar impor-
tantes aportaciones. Esto ha sido tradicionalmente así en campo de la clínica, trabajando con perso-
nas que sufren alguna patología cerebral ya sea adquirida o congénita. Este desarrollo solo ha sido
posible combinando el conocimiento derivado de los modelos neuropsicológicos con el desarrollo
de instrumentos de evaluación del funcionamiento cerebral y de desarrollo de programas de rehabi-
litación de las alteraciones/ secuelas encontradas.
Sobre la solidez de los desarrollos en el campo de la clínica, la Neuropsicología está extendiendo
su metodología de investigación y de trabajo al campo de la educación. Está claro que el cerebro y las fun-
ciones cerebrales tienen una fuerte implicación en los procesos de aprendizaje durante la etapa escolar.
Esta implicación es doble. Por un lado, ayudar a comprender los procesos de aprendizaje e instrucción;
por otro, ayudar a niños con alteraciones neuropsicológicas durante su etapa educativa.
Sin embargo, como en el comienzo de otras áreas, la Neuropsicología de la Educación necesita
modelos teóricos contrastados e instrumentos para su aplicación en el aula. Para avanzar en esta línea,
surge este interesante libro que intenta combinar tanto conocimiento teórico sobre los procesos del
aprendizaje como práctico incluyendo los instrumentos para evaluarlo. Además, el libro aborda desde
los procesos más básicos como los más complejos y las alteraciones del aprendizaje. Así, el lector podrá
encontrar capítulos la evaluación de procesos sensoriales como la audición y la visión a capítulos sobre
cómo evaluar la memoria, la atención, la función ejecutiva o la cognición social en el aula. Además, tam-
bién se incluyen capítulos sobre la evaluación de la discalculia o el déficit de atención y/o hiperactividad.
En resumen, el lector podrá encontrar un completo libro sobre Neuropsicología de la Edu-
cación que le permitirá actualizarse de modo teórico al tiempo que le proporcionará la información
práctica para extender ese conocimiento al aula. Además, esperamos que este libro contribuya al de-
sarrollo de este nuevo campo para la Neuropsicología que es su aplicación en contextos educativos.
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Introducción
Pilar Martín Lobo
Coordinadora
El Informe de le OECD (2007), “Understanding the Brain: The Birth of a Learning Science”, muestra
los avances de la investigación del cerebro y sus posibles aplicaciones al ámbito educativo que ya
estamos llevando a cabo desde hace más de veinte años, por parte de equipos multidisciplinares, tal
y como reflejan expertos a nivel internacional.
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Procesos y programas de neuropsicología educativa. Introducción
pos multidisciplinares que hemos tenido el privilegio de trabajar y de compartir este apasionante
mundo del cerebro y de sus implicaciones educativas. Además, refleja muchos de los conocimientos
científicos y de la docencia universitaria que compartimos del Programa Postgrado, Máster Oficial
de Neuropsicología y Educación que se cursa en la Universidad Internacional de la Rioja (UNIR), así
como de los estudios que hemos podido desarrollar en el Grupo de Investigación de Neuropsicología
aplicada a la Educación de la UNIR, de forma que pretende unir ciencia y práctica, investigación y
experiencia, recursos y tecnología en una integración del conocimiento .
Los contenidos se presentan en tres partes: la parte primera se dedica a los Procesos neurop-
sicológicos básicos para la prevención y el desarrollo, la parte dos a los programas para dificultades
de aprendizaje y trastornos del desarrollo y al final se dedica un tema a la Investigación en neuropsi-
clogía. El inicio de cada capítulo se dedica a describir el proceso neuropsicológico, se mencionan
los instrumentos de valoración y se exponen los programas con base neuropsicológica y otros para
la mejora del rendimiento escolar.
A todos, gracias, gracias por esta experiencia compartida que tanto nos ha aportado y que,
sin duda, será el inicio de proyectos y vivencias únicas, como han resultado ser todos los trabajos
realizados que aquí se reflejan.
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Parte I. Procesos neuropsicológicos
básicos para la prevención y el desarrollo
13
La intervención desde la base
neuropsicológica y metodologías
que favorecen el rendimiento escolar
Pilar Martín-Lobo y Arantzazu Rodríguez Fernández
Introducción
Estudios actuales, como el de la OECD (Organisation for Economic Co-operation and Development)
2007, publicado en el CERI (Centre for Educational Research and Innovation), titulado: Understanding
the Brain: The Birth of a Learning Science, reflejan la gran aportación que supone la neurociencia a la
educación actual. En este estudio participaron expertos en neurociencia y educación de países de la
OECD: Australia, Austria, Belgium, Canada, the Czech Republic, Denmark, Finland, France, Germany,
Greece, Hungary, Iceland, Ireland, Italy, Japan, Korea, Luxembourg, Mexico, the Netherlands, New
Zealand, Norway, Poland, Portugal, the Slovak Republic, Spain, Sweden, Switzerland, Turkey, the
United Kingdom and the United States. La Comunidad Europea formó parte en el trabajo publicado.
Los descubrimientos de la investigación científica pueden ayudar a todos los agentes involu-
crados en la educación: padres, profesores, alumnos y políticas educativas:
14
Procesos y programas de neuropsicología educativa. Capítulo 1
El Informe de le OECD (2007), citado anteriormente, explica toda una serie de conocimientos neuro-
científicos actuales que pueden dar lugar, como así está sucediendo, a nuevas prácticas educativas. La
neurociencia no nos da respuestas para todo, pero abre nuevos horizontes y, al mismo tiempo, sirve
para confrontar y reafirmar otros ya existentes.
a) Primer bloque de activación óptima de la corteza cerebral, necesaria para la atención y el desa-
rrollo madurativo, cuya estructura más importante es la formación reticular ascendente y descen-
dente y con conexiones con el córtex frontal. La atención y la concentración facilitan el proceso
de aprendizaje y favorecen la activación de los bloques funcionales siguientes para aprender con
efectividad.
b) Segundo bloque del input, o de la entrada de la información por los sentidos, elaboración y alma-
cenamiento de la información en el cerebro, en el que participan las regiones del lóbulo occipital,
temporal y parietal para realizar los procesos visuales, auditivos y táctiles. De ahí la importancia
de aplicar metodologías para el aprendizaje de nuevos conocimientos que se apoyen en la senso-
rialidad visual, auditiva, táctil y manipulativa.
c) Tercer bloque de programación y control de la actividad, situado en las regiones frontales. Los
campos terciarios de la región frontal se relacionan con las formas más integradas de la actividad
orientada a un fin y Luria (1986) considera que esas regiones cerebrales tienen amplias conexiones
con diferentes sectores de la corteza y con las estructuras subcorticales. Solís y Quijano (2014),
explican cómo Luria concebía los lóbulos frontales responsables de la inhibición a estímulos irre-
levantes, de la perseveración de la conducta al fin propuesto, de la direccionalidad y selectividad
de procesos, de la estabilidad de la actividad voluntaria, la capacidad para concentrarse en las ins-
trucciones, para el control y para la regulación interna del lenguaje; procesos que están afectados,
por ejemplo, en casos de hiperactividad.
En el modelo de Luria (1973, 1980), los bloques segundo y tercero se organizan jerárquicamente en
áreas primarias, secundarias y terciarias y las terciarias no tienen una modalidad sensorial propia y
son supramodales.
Los programas de neuropsicología requieren una serie de orientaciones básicas que se aplican
y se tienen en cuenta para cualquier programa de rehabilitación cognitiva y que resultan claves
para asegurar la efectividad de los mismos (De los Reyes, Arango-Lasprilla, Perea, Ladera (2014).
Desde hace tiempo se llevan a cabo orientaciones como disponer de una base teórica para dise-
15
Procesos y programas de neuropsicología educativa. Capítulo 1
ñar o elegir los programas relacionados con los objetivos a conseguir, organizar las actividades
de forma jerárquica, dar la posibilidad de repetir las tareas, reordenar las acciones con base a
los resultados obtenidos en la evaluación, flexibilidad y adaptación a las condiciones de cada
persona (Solhberg y Mateer, 2001).
Además, para elaborar y aplicar programas neuropsicológicos es necesario tener en cuenta el
desarrollo cognitivo y su correspondencia con la maduración cerebral, el desarrollo de los sistemas
funcionales, los ejes del desarrollo ontogenético y la lateralización progresiva de las funciones cere-
brales Roselli y Matute (2007. P 41):
Luria (1966), explica el modelo funcional cerebral y se refiere a un grupo de estructuras cerebrales
que participan de una función particular; estas estructuras forman regiones cerebrales en la que
puede haber una región que forme parte de varias funciones diferentes. Estas funciones cerebrales
se van desarrollando a lo largo de los años y paralelamente hacen posible los aprendizajes en las
diferentes etapas educativas.
Los tres bloques funcionales se desarrollan para llevar a cabo la cognición, en el primer blo-
que de la activación de la corteza cerebral y la atención; el segundo bloque del input o de la entrada
de la información por los sentidos, elaboración y almacenamiento de la información en el cerebro y
el Tercer bloque de programación y control de la actividad. Cada uno de ellos participan de menor
a mayor grado de complejidad en los procesos de aprendizaje; Por ejemplo, para aprender y mejorar
el proceso de la lectura, tendremos en cuenta la atención, el sistema sensorial (visión y audición),
motricidad, lateralidad, lenguaje y memoria, y finalmente la autorregulación, programación y control
de la actividad; además de las metodologías específicas del propio proceso lector. Será conveniente
conocer cómo realizan los estudiantes estos procesos, favorecerlos en el aula y abordarlos en sus
debilidades para mejorar el rendimiento escolar, desde el mismo proceso deficitario que puede estar
produciéndolo,
––El primer eje se extiende desde las estructuras inferiores a las superiores; es decir, del tallo cerebral
a la corteza.
––El segundo eje, se desarrollar desde las estructuras corticales posteriores a las anteriores; del lóbulo
occipital al temporal y parietal.
Además, hay un desarrollo funcional progresivo de las áreas primarias a las secundarias y de éstas
a las áreas terciarias. Por ejemplo, la aplicación de metodologías con apoyo visual, auditivo, táctil y
manipulativo facilitarán la comprensión de conceptos complejos y abstractos.
16
Procesos y programas de neuropsicología educativa. Capítulo 1
dilla (2007), El cuerpo calloso hace posible la integración unitaria de la información, la comprensión
de los códigos del lenguaje alfabético y numérico y sincronizador del espacio y del tiempo (Ferré y
Ferré, 2013).
Estos conocimientos de neuropsicología básica nos han llevado a diseñar y aplicar programas si-
guiendo el modelo neuropsicológico de Luria y la correspondencia del desarrollo cognitivo y la ma-
duración cerebral, con los diferentes aprendizajes y con las dificultades y trastornos que observamos
en los estudiantes en edad escolar:
Los avances tecnológicos permiten realizar estudios de Tomografía axial computarizada (TAC o escá-
ner) y obtener imágenes de los procesos cerebrales que se activan al leer, al escribir y en los procesos
del aprendizaje general y específico, lo que está aportando un amplio conocimiento al que podemos
acceder con facilidad.
El desarrollo del sistema nervioso se lleva a cabo en relación con el ambiente y la incidencia
genética de cada uno; Los dos momentos claves son la neurogénesis que se realiza de forma gradua-
da y secuencial y la maduración cerebral propiamente dicha (Ardila y Roselli, 2007).
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Procesos y programas de neuropsicología educativa. Capítulo 1
El desarrollo corporal y espacial se relaciona con las primeras referencias del espacio intracorporales
y va sucediendo en diferentes ejes y planos:
Fases de desarrollo
Es un periodo de tiempo importante para el desarrollo del pensamiento cinestésico, límbico, visual y
verbal (Ferré y Ferré, 2013). La percepción continúa avanzando a formas más discriminadas de aná-
lisis, la motricidad mejora con una carrera más coordinada y eficaz desde los cuatro años, aprende
a discriminar la derecha y la izquierda entre los cuatro y los cinco años y se va orientando mejor a
nivel motriz, vivencial y cognitivo.
Además, va dominando el lenguaje y la fonética; le gusta jugar a prosodias, de lenguaje con
ritmo y aprende rimas y nuevas palabras con facilidad. A los cinco años les encantan las sorpresas
y aprenden a anticiparse de muchas situaciones y se inicia en adquirir pequeñas responsabilidades.
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Procesos y programas de neuropsicología educativa. Capítulo 1
En estas edades es importante enseñar al niño a frenar sus impulsos, a ser dueño de sus
reacciones y a madurar un Sistema nervioso equilibrado, capaz de regular correctamente las capa-
cidades de excitación e inhibición (Ferré y Ferré, 2013, p. 213). Los aspectos más importantes son el
desarrollo del lenguaje y la capacidad gráfica, el perfeccionamiento del movimiento y las emociones
y los afectos van desarrollando el sistema límbico.
La información entra por los sentidos y es clave el desarrollo de las habilidades visuales y audi-
tivas:
La maduración cerebral y personal requiere un tiempo suficiente y es necesario contar con que el
cerebro actúa de forma ordenada y jerárquica y cualquiera de las funciones que realizamos requiere
sincronizar diferentes procesos y activarlos de forma armónica. Por ejemplo, el habla requiere sin-
cronizar previamente el ritmo de la respiración y de la deglución de la saliva; los movimientos de la
laringe, los labios y la lengua; un sistema límbico que potencie las funciones superiores; un pensa-
miento ordenado; la capacidad de evocar y construir imágenes de representación mental; la activi-
dad de las áreas del procesamiento del lenguaje; los gestos de la cara y de las manos y la capacidad
de escucharse y de corregir el mensaje (Ferré, 2013, p 239).
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Procesos y programas de neuropsicología educativa. Capítulo 1
En la Figura 1, se puede apreciar las fases del desarrollo, la implicación del hemisferio iz-
quierdo y derecho, junto a los signos característicos correspondientes a las fases por las que el niño
va adquiriendo la madurez.
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Procesos y programas de neuropsicología educativa. Capítulo 1
A los 7 y 8 años
El desarrollo progresivo de mayor número de conexiones neuronales en las áreas de asociación tem-
poro-parietal y la activación del Cuerpo Calloso mejoran la comprensión y la expresión mediante la
lectoescritura.
Adquiere procesos de análisis y síntesis que le facilitarán la comprensión lectora.
La ejercitación de la motricidad y los juegos son importantes para el desarrollo. La televisión
y los videojuegos pueden privar de tiempo para esta actividad.
Las experiencias escolares de aprendizaje lector, científico y de actividades manuales le resul-
tan muy atractivas, siempre que obtengan éxito en las mismas.
Es un periodo en el que conviene detectar posibles dificultades de aprendizaje posterior, por
ejemplo, si se observa que invierte letras al escribir, le cuesta leer o escribe con dificultad.
Los patrones motrices básicos deberían estar dominados para asegurar una buena organiza-
ción neurológica para aprender: rodar, arrastrarse, gatear, caminar en patrón cruzado, correr, lanzar,
saltar, brincar.
Las áreas de integración sensorial favorecen el aprendizaje posterior si muestra: habilidades
visuales, auditivas y táctiles, equilibrio y ritmo, organización corporal en el espacio y el tiempo,
destreza de rapidez en las reacciones, mediante la escucha y el análisis, la discriminación táctil, la
direccionalidad y el establecimiento de la lateralidad.
A los 9 y 10 años
Después de los ocho años se van asentando las estructuras del pensamiento y se han adquirido las
técnicas instrumentales básicas para el aprendizaje.
Es clave la detección de posibles dificultades lectoras, de escritura y de cálculo, así como
realizar diagnósticos e intervenir de forma eficiente, sin esperar más tiempo.
Los prerrequisitos para el aprendizaje deben estar asimilados y automatizados para abordar
procesos más complejos y adquirir habilidades superiores que les facilitarán el aprendizaje posterior.
Es conveniente centrarse en la lectura de comprensión, el desarrollo matemático (cálculo
operativo y razonamiento), habilidades de aprender a pensar, habilidades creativas y la formación
artística.
Leen para comprender y descubre el placer de la lectura de libros de aventuras, biografías y
otras muchas.
Utilizan los conocimientos de la memoria y elaboran los significados.
Se van afianzando todos los aspectos considerados en el apartado anterior.
A los 11 y 12 años
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Procesos y programas de neuropsicología educativa. Capítulo 1
Habilidades neuropsicológicas
Los avances científicos en el conocimiento del desarrollo cerebral aportan nuevas vías para favorecer
el desarrollo del niño. En la actualidad, podemos aplicar metodologías en el aula que favorezcan el
desarrollo cerebral y cognitivo en cada etapa evolutiva.
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Procesos y programas de neuropsicología educativa. Capítulo 1
Aumento de la mielinización
La mielinización es un proceso por medio del cual el axón en desarrollo llega a estar enrollado en
una hoja de la glía (Dennis, 2002, p. 400). La glía es un conjunto de células que dan soporte a la
estructura del cerebro y sus funciones son la modulación de la velocidad de propagación del im-
pulso nervioso y control de captación de neurotransmisores. En este periodo de tiempo aumenta la
mielinización y en consecuencia mejora la velocidad de la transmisión de la información a través de
las neuronas, incidiendo positivamente en el aprendizaje (OECD Informe 2007: La comprensión del
cerebro, p. 416.).
Los cuerpos de las células y las dendritas de las neuronas forman la materia gris del cerebro y los
axones mielinizados de las neuronas forman la sustancia blanca del cerebro. Hasta pasada la puber-
tad se dan cambios estructurales en el cerebro relacionados con estos procesos.
Según las tonalidades de las neuronas hay partes del sistema nervioso central que son de
color gris o de color blanco (Rains, 2002, p. 51 y 52) y los estudios actuales que se pueden realizar
mediante la toma de imágenes del cerebro por resonancia magnética, han mostrado que los ado-
lescentes experimentan cambios cerebrales en la sustancia gris y en la sustancia blanca hasta bien
pasada la pubertad (Giedd, 2004). Al comienzo de la pubertad, se incrementa la sustancia gris y se
da un aumento de la densidad de las sinapsis por mayor utilización y fortalecimiento y las que menos
se utilizan se eliminan por poda sináptica.
Se dan cambios en el estriado derecho ventral, que regula el comportamiento motivacional de recom-
pensa y muchas conductas de riesgo de los adolescentes pueden estar influenciados por expectativas
de recompensa (Bjork et al.,2004).
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Procesos y programas de neuropsicología educativa. Capítulo 1
La glándula pineal
La glándula pineal, que produce la hormona melatonina, crítica en la conducción del cuerpo al sue-
ño, se entiende que alerta a las hormonas para secretar melatonina mucho después durante las 24
horas del día del período de la adolescencia, más que en los niños y adultos (Informe OECD, 2007).
Los cambios cerebrales que se dan en este periodo en el lóbulo frontal está relacionado con el desa-
rrollo de las funciones ejecutivas y sus conexiones con otras áreas cerebrales (Holland y cols, 2001).
La corteza prefrontal, responsable de importantes funciones ejecutivas, como la cognición a nivel
elevado, es la última parte del cerebro en ser podada.
Los niveles superiores del cerebro se activan y dominan si los diferentes niveles inferiores actúan
eficientemente. Por ese motivo, es necesario trabajar en primer lugar los factores neuropsicológicos y,
a continuación, las habilidades y estrategias de pensamiento.
Los puntos clave para aprender y enseñar a pensar es el dominio de los procesos de meta-
cognición, de habilidades y de los procedimientos:
–– El metaconocimiento es necesario para pensar y para aprender bien: saber el cómo se aprende y el
para qué e incorporar el proceso al aprendizaje de los contenidos de estudio.
–– La eficacia en el aprendizaje depende, en gran parte, de los procesos y de los procedimientos al
aprender.
–– Cuando el proceso se hace hábito, se transforma en habilidad: debemos enseñar a cada alumno el
proceso y la manera de evaluarlo con el fin de que él pueda identificar los errores y resolverlos
por sí mismo.
––El razonamiento.
––El pensamiento crítico.
––La creatividad.
––La elaboración de las respuestas de forma eficaz.
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Procesos y programas de neuropsicología educativa. Capítulo 1
La persona es una unidad y la organización neurológica debe ser tenida en cuenta en diagnósticos
y programas para que las actuaciones de los educadores y de los especialistas sean efectivas. Si ante
una dificultad de aprendizaje solamente aplicamos una prueba relacionada con el síntoma de lo que
observamos, corremos el riesgo de que el diagnóstico no sea completo y, en consecuencia, los pro-
gramas que apliquemos solamente tendrán una parte de efectividad. Hay dificultades de aprendizaje
o bajo rendimiento escolar, porque no descubrimos las CAUSAS que lo producen. Muchas de estas
causas están en la base de la dificultad.
La experiencia muestra la eficacia de iniciar los programas de mejora desde el procesamiento
de la información y de las actividades en las que se implican las áreas cerebrales: LA VISIÓN, LA
AUDICIÓN, EL TACTO, LA MOTRICIDAD, EL DESARROLLO LATERAL, EL SENTIDO ESPACIAL Y
TEMPORAL, EL LENGUAJE Y LA MEMORIA.
Es importante detectar los siguientes niveles, antes de aplicar los programas de funciones
superiores y de habilidades de pensamiento:
–– Casos de bloqueos que no permiten actuar a los niveles superiores: por ejemplo, reflejos activados
que debían estar inhibidos.
–– Falta de desarrollo y de integración sensorial que incide en la falta de atención y en un inicio in-
completo del procesamiento de la información.
–– Dificultades para activar las áreas asociativas secundarias y terciarias y el procesamiento de la
información en procesos complejos del pensamiento.
–– Si no está bien establecida la lateralización, como consecuencia de los niveles inferiores, no se
realizan de forma eficiente las funciones de pensamiento. Hay mayor lentitud en las tareas y menor
comprensión.
–– Errores en la codificación del lenguaje que entorpece el pensamiento, la reflexión y la estructura
del pensamiento.
Los programas se deben aplicar con secuencias establecidas adecuadamente, ritmo, regularidad y
partiendo de los niveles inferiores para desarrollarlos con eficacia y se puedan realizar las habilidades
superiores del pensamiento.
El psicólogo escolar de un centro educativo aplicó las pruebas neuropsicológicas a 8 alumnos que suspen-
dían diferentes asignaturas y les faltaba motivación para el estudio.
Aplicó los siguientes programas diariamente a 5 alumnos que aceptaron su aplicación, durante el curso
escolar:
El resultado fue muy positivo: todos mejoraron la autoestima, la motivación… y los resultados de las califi-
caciones. Cuatro de ellos aprobaron todo al final de curso. Al alumno que suspendió alguna asignatura, se
le sugirió un estudio más amplio, para un diagnóstico de mayor profundidad.
25
Procesos y programas de neuropsicología educativa. Capítulo 1
En síntesis, los cambios cerebrales que influyen en el comportamiento adolescente orientan los pro-
cesos de aprendizaje, los objetivos y las metodologías en el aula y en la orientación personal:
–– Los procesos de mielinización y de poda conviene tenerlos en cuenta para seguir desarrollando los
niveles de neurodesarrollo, alcanzados en las etapas anteriores.
–– La corteza prefrontal, el crecimiento del cuerpo calloso y la participación de las áreas asociativas
favorecen el desarrollo de las habilidades superiores de pensamiento para pensar y regulación del
comportamiento. Es necesario aplicar programas para APRENDER A PENSAR y relacionarlos con
el currículo escolar.
–– Es un periodo clave para el desarrollo de las funciones ejecutivas, la autorregulación personal y la
adquisición de valores.
–– La educación emocional, el desarrollo de las habilidades sociales y de cooperación complementan
el perfeccionamiento personal en el periodo adolescente para desarrollar una personalidad armó-
nica y creativa.
Una pequeña revisión del término intervención psicoeducativa saca a la luz rápidamente la diversidad
de términos con los que ha sido denominada, unas veces de forma más equivalente y otras con mati-
ces que los alejan un poco. Entre tales sinónimos los más habituales y cercanos al concepto han sido
los de intervención educativa, intervención pedagógica o intervención psicopedagógica. Entre ellos,
a lo largo de este capítulo se optará por el de intervención psicoeducativa debido a que se entiende
como un proceso cuya finalidad va a ser la optimización del proceso educativo o de aprendizaje, es
decir, se va a vincular a la planificación y desarrollo del proceso educativo, de forma que el objetivo
último sea contribuir al mejoramiento del proceso de enseñanza y aprendizaje; eso sí, teniendo en
cuenta la base neuropsicológica educativa.
Por tanto, podemos definir la intervención psicoeducativa como el conjunto articulado de ac-
ciones desarrolladas por el profesor con ayuda del pedagogo o psicopedagogo del centro que tiene
como fin mejorar la educación de los escolares dentro del marco curricular de referencia (Martín y
Solé, 2011). Eso implica que las pautas para la intervención psicoeducativa que vamos a presentar
en este capítulo no se circunscriben al mundo de las necesidades educativas especiales, como suele
ser habitual, sino que tienen un sentido más amplio. Sin duda, todos los alumnos tienen necesidades
educativas diferentes porque todos trabajan y aprenden de formas distintas, procesan la información
de forma distinta y utilizan sus propias estrategias para recuperarla. Por tanto, al decir que estas pau-
tas tienen un sentido más amplio estamos queriendo decir que pretenden ser una brújula que guíe la
optimización del proceso de aprendizaje de cualquier alumno, sea cual sea su forma de aprendizaje
y su forma de utilizar las distintas áreas cerebrales.
En líneas superiores ha quedado dicho que la intervención psicoeducativa tiene como fi-
nalidad última la optimización del proceso de enseñanza-aprendizaje, ayudando en la mejora de
las metodologías docentes, de las técnicas de aprendizaje, fomentando estrategias de aprendizaje o
potenciando la motivación por el estudio. Pero dicha intervención debe conllevar un diseño previo
sistemático con objetivos claros en forma de programa o conjunto de tareas y actividades diseñadas
26
Procesos y programas de neuropsicología educativa. Capítulo 1
ex profeso para alcanzar los objetivos establecidos (que a menudo pueden venir derivados de la
detección inicial de necesidades por parte del profesorado) o, en caso necesario, para completar la
enseñanza impartida por el profesor. Por tanto, no debe ser algo improvisado, sino un programa que
ayude a los docentes a conseguir los objetivos educativos y a los alumnos a desarrollar las competen-
cias establecidas, con un carácter desarrollador, integrador y preventivo. Eso implica un ajuste nece-
sario al ritmo escolar, respetando los cursos y niveles educativos (Trianes, Luque y Fernández-Baena,
2013).
La intervención psicoeducativa debe asegurar que el aprendizaje escolar tiene lugar de forma
continua y que el alumnado alcanza las metas establecidas y desarrolla las capacidades definidas
para cada etapa educativa. Para ello, debe cumplir tres principios (Sanchiz, 2008):
El principio de prevención: en este caso, el objetivo es anticiparse a una situación que pueda
a)
entorpecer el aprendizaje del alumno o alumna (por ejemplo, una intervención sobre la lectura
y escritura) o el desarrollo al máximo de sus potencialidades y capacidades (por ejemplo, una
intervención sobre la inteligencia emocional). Aquí la intervención se caracterizaría por ir dirigida
a toda el aula al tratar de prevenir una situación negativa para el alumnado y promover un resul-
tado deseable.
El principio de desarrollo: bajo este principio se promueve el alcance de todo el potencial de los
b)
estudiantes al basarse en la idea de que a medida que el alumno alcanza mayor edad va pasando
por una serie de estadios del desarrollo más complejos que le posibilitan integrar mayor número
de conocimientos nuevos.
Como todos los procesos educativos, que han ido evolucionando con el paso del tiempo y la adqui-
sición de nuevos conocimientos científicos, la intervención psicoeducativa también ha ido evolucio-
nando (Marchesi, 1993), pasando de un modelo psicométrico inicial, cuya función era exclusivamente
conocer las capacidades y las aptitudes de los escolares a fin de ayudarles académicamente, a un
segundo momento con un modelo básicamente clínico, centrado en la detección y diagnóstico de
alumnado con necesidades educativas especiales y en el diseño de programas individualizados de
desarrollo. Una tercera etapa ha sido la del modelo basado en la intervención, que tiene por finalidad
ayudar al profesor en el desarrollo de su educación bien a nivel de centro, bien a nivel de aula.
Pero en un intento por superar las limitaciones de todos estos modelos anteriores más tra-
dicionales y tratando de adecuarse al sistema educativo actual, hoy en día encontramos el modelo
de programas (Montané y Martínez, 1994), basado en la intervención psicoeducativa a partir de
programas. Este modelo supera a los anteriores en que la intervención está pensada para abarcar el
conjunto de necesidades detectadas en el aula. Dicha intervención tiene lugar a partir de una serie
de acciones y tareas programadas, planificadas y sistematizadas, cuya población diana es el grupo
de estudiantes o aula, y dentro de ese grupo de acciones y tareas programadas, la evaluación de los
resultados es una de las más importantes, pues permite al profesor conocer el alcance de los bene-
ficios educativos del programa.
Este conjunto de características hacen que en el modelo de programas, tras la evaluación de
las necesidades educativas se puedan establecer prioridades de intervención y que posteriormente,
tras el análisis de los resultados alcanzados, se pueda realizar una reflexión crítica de la intervención
misma que permita reajustar la intervención o incluso extenderla a un número más amplio de alum-
nos. Pero quizás, la característica más diferenciadora con respecto al resto de modelos reside en el
hecho de que el modelo de programas fomenta el trabajo cooperativo y la colaboración.
27
Procesos y programas de neuropsicología educativa. Capítulo 1
a) Debe estar diseñado para alcanzar a todo el alumnado de una mismo aula.
b) Debe proporcionar un curriculum organizado y planificado.
c) Debe implicar al personal docente y no docente del centro educativo.
d) Debe ayudar a los estudiantes a lograr un aprendizaje más eficaz y efectivo.
e) Debe incluye intervenciones específicas
f) Debe ser comprehensivo en alcance y secuencia.
g) Debe estar diseñado para dar respuesta a una serie de competencias específicas.
Por tanto, todo diseño de un programa psicoeducativo deberá revisar el cumplimiento de dicho lis-
tado de características.
Todo diseño e implementación de una intervención psicoeducativa suele comprender tres grandes
etapas en todo proceso de intervención psicoeducativo:
Sin embargo, a estas fases, Lago y Onrubia (2011) añaden otras dos más que harían referencia a fases
previas o incluso subsumidas en la fase de evaluación:
Cuando hablamos aquí de intervención psicoeducativa en el aula nos estamos centrando en la in-
tervención directa, es decir, aquella que realiza el profesor con la posible ayuda de otros agentes
escolares como el orientador, el psicólogo escolar, el pedagogo, etc. No queremos decir con esto que
la intervención indirecta (aquella en la que intervienen diferentes agentes educativos como la fami-
lia, el entorno social o incluso los profesionales de las actividades extraescolares) no sea parte de la
intervención psicoeducativa, sino que dada la naturaleza de este capítulo y su finalidad, nos vamos a
centrar en aquella intervención que se realiza dentro del propio aula; aquella intervención en la que,
tras la detección de una necesidad o de una situación mejorable, se desarrolla un programa educa-
tivo a fin de potenciar y optimizar el proceso de aprendizaje de un alumno un grupo de alumnos y
alumnas. Esta intervención directa puede abarcar cinco ámbitos:
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Procesos y programas de neuropsicología educativa. Capítulo 1
––El ámbito neuropsicológico: ejercitando las habilidades de entrada de información al cerebro a tra-
vés de los sentidos, la motricidad, la lateralidad, y el sentido espaciotemporal.
––El ámbito cognitivo: entrenando procesos cognitivos como la memoria, los distintos tipos de aten-
ción, el pensamiento, el lenguaje.
––El ámbito emocional: desarrollo de intereses y motivaciones, autoconcepto, inteligencia emocional,
autodeterminación,
––El ámbito académico: recursos para optimizar el aprendizaje de los contenidos curriculares
––Ámbito social: sistema de relaciones que se establece en los grupos, inteligencia interpersonal,
habilidades sociales, etc.
En epígrafes previos se ha expuesto el funcionamiento del cerebro ligado al aprendizaje. Pero una
vez detectados los diferentes funcionamientos, ¿qué se puede hacer en el aula para potenciar el tra-
bajo de todo el cerebro por igual? ¿Hay técnicas o recomendaciones neuropsicológicas para que los
docentes trabajen en el aula? Siguiendo a Chalvin (1995), existen varios consejos válidos para cual-
quier docente que le ayudarán a estimular las distintas áreas cerebrales.
Para estimular el cortex prefrontal: a) se debe ser tolerante tanto con las formas diferentes
que tienen los alumnos de aprender o trabajar un mismo ejercicio, como con las ideas diferentes o
incluso alocadas que puedan exponer; b) se debe estimular la imaginación, propia del hemisferio iz-
quierdo, a la vez que se les empuja a hacer previsiones, anticipar las consecuencias de sus conductas
y a elegir en consecuencia; c) se debe incentivar la autoevaluación del propio trabajo, detectando lo
que se ha hecho bien y lo que se debe modificar, así como las razones por las que la tarea no se ha
ejecutado correctamente.
Desde los hallazgos de la neuropsicología, también se sabe que trabajando los lóbulos fron-
tales (especialmente el situado en el hemisferio derecho), se puede potenciar la atención. Para ello
lo más recomendable es evitar las explicaciones largas del profesor, y presentar tareas y ejercicios
diferentes inusuales o poco habituales, que estimulen la curiosidad.
Pero la atención está muy ligada a la memoria, o lo que es lo mismo, al sistema límbico. Es
por ello que los alumnos muy “límbicos” (emocionales) tienden a bloquearse al sentirse nerviosos
ante una tarea que les resulta especialmente difícil o para la que perciben que no cuentan con sufi-
cientes recursos de afrontamiento; es sistema límbico comienza a inhibir el comportamiento (Gray,
1991). Para evitar este bloqueo límbico sobre el trabajo del cortex, es necesario que el clima del aula
sea agradable, relajante, distendido y seguro. La mejor solución es, siguiendo los planteamientos de
Lev Vigotsky (1978), conocer bien cuál es la zona de desarrollo próximo del estudiante, es decir, sa-
ber dónde está su zona de desarrollo (o aprendizaje) real y pontencial para establecer las metas con
criterios adecuados, sin que les resulte demasiado elevadas.
Siguiendo a Herrera y Olmos podemos definir la evaluación como “proceso de investigación sis-
temática sobre los procesos, efectos, resultados y objetivos de un programa, con el fin de tomar
decisiones” (p. 144), y tan importante como un buen diseño del programa psicoeducativo debe ser
una adecuada evaluación del mismo, diseñada para tomar decisiones sobre su eficacia, pues sólo así
aseguraremos la calidad educativa (Santrock, 2011).
A la hora de evaluar un programa psicoeducativo, se deben someter a examen cuatro compo-
nentes fundamentales de todo programa (Pérez-Juste, 2000). El primero de ellos hace referencia a los
contenidos a evaluar, coordinando la evaluación de la enseñanza del profesorado y la del aprendizaje
del alumnado y no únicamente el aprendizaje del alumnado como venía siendo habitual.
El segundo componente a analizar es la información que se recoge con dicho programa. Una
información bien recogida asegurará una buena evaluación de la efectividad del programa, por lo
que resulta recomendable emplear técnicas adecuadamente diseñadas para dicha recogida. La base
para lograrlo: recurrir a todas las fuentes, técnicas e instrumentos que estimemos oportunos a fin de
lograr evaluar suficientemente bien cada uno de los objetivos educativos que se hayan incluido en
el programa. Una vez establecidos los métodos de recopilación de la información, se habrá de reali-
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Procesos y programas de neuropsicología educativa. Capítulo 1
zar una recogida sistemática de la misma sistemática que facilite el posterior paso de organizarla de
forma que sirva a la evaluación.
El tercer componente es la valoración de la información. Aquí se debe decidir qué criterios
van a ser aplicados para valorar la el programa (que deben derivarse de los objetivos educativos
planteados en el programa para su consecución) y qué referencias van a tomarse para realizar dicha
valoración. Por último, el tercer aspecto a valorar es la finalidad del programa, donde tienen cabida
la evaluación del aprendizaje del alumno o de la actividad docente del profesor.
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Procesos y programas de neuropsicología educativa. Capítulo 1
Otro aspecto esencial es que despierten el interés del alumno a través de actividades iniciales
motivadoras. Habitualmente es una pregunta chocante, un vídeo, un debate, la lectura de un esce-
nario curioso, un libro, etc. Esto hará que el alumno sienta la necesidad de “querer saber más” sobre
el tema.
La pregunta motriz o guía es otro de los elementos centrales en todo aprendizaje por proyec-
tos. La pregunta se considerará “guía” cuando su respuesta sea abierta pero al mismo tiempo ayude al
alumnado a encauzar su trabajo y a visualizar el proyecto, sea clara, y conecte con las competencias
y conocimientos a trabajar y alcanzar.
El cuarto criterio a cumplir en el aprendizaje por proyectos es garantizar la autonomía de los
estudiantes. Ya se ha dicho que en esta metodología se destierra la importancia de las lecciones del
profesor o profesora y se le otorga un mayor protagonismo al propio alumno en su aprendizaje, quien
opina, elige y toma sus propias decisiones sobre cómo encauzar dicho aprendizaje. No obstante, el
nivel de autonomía puede y debe variar en función de aspectos como la realidad del aula, el nivel
de dominio del profesor o la dificultad de la temática, desde un nivel más bajo de autonomía, donde
el docente no sólo cierra el tema de trabajo, sino que les va dando las pautas sobre cómo diseñar y
desarrollar el trabajo, a un nivel de autonomía total, donde todas las decisiones vienen de mano del
alumno (qué temática elegir, qué proyecto hacer, qué proceso van a seguir, qué producto presentarán
y en qué formato, etc.).
La revisión y retroalimentación intragrupo es un criterio imprescindible. A medida que el
grupo va avanzando en el trabajo cada compañero deben revisar el trabajo que hace el resto del
equipo utilizando rúbricas, listados de chequeos u otras herramientas que bien pueden ser pensadas
y creadas por el propio docente a fin de facilitar esta tarea a sus alumnos. Pero también suele ser
aconsejable una retroalimentación externa al grupo, facilitada por otros compañeros de aula o, si
fuera viable, por expertos o colaboradores externos.
Para terminar, lo aconsejable sería presentarlo. Ahora bien, estará en manos del propio do-
cente si dicha presentación la considera adecuada para hacer en el propio aula o considera mejor
hacer una exposición de proyectos en el propio centro para toda la comunidad educativa o incluso
crear una página web para presentaciones de mayor alcance.
Pero ¿por dónde se debe comenzar a plantear un aprendizaje por proyectos? El docente inte-
resado en desarrollar una metodología de aprendizaje por proyectos debe comenzar seleccionando
el tema y planteando la pregunta guía que gobernará el trabajo de los alumnos. Ello lo hará valoran-
do si el contenido del proyecto planteado se adecua al curriculum escolar y si los objetivos que sus
alumnos deben alcanzar (la meta compartida) se encuadra dentro de los objetivos curriculares. Lo
ideal es que escoja un tema lo más cercano posible a la realidad de los alumnos de forma que estén
motivados para aprender
Posteriormente, debe identificar los requisitos previos de conocimiento con los que sus alum-
nos deben contar o las habilidades necesarias, pues sobre ellos se asentarán el resto de nuevos
conocimientos que vayan adquiriendo; y una vez identificados deberá asegurarse de que todo el
alumnado cuenta con tales conocimientos previos y habilidades necesarias. A menudo la mejor forma
de lograr esto es planteándoles una pregunta-guía abierta en la que tengan que exponer todo lo que
saben sobre el tema o sobre las estrategias que van a seguir para desarrollar el proyecto.
La formación de los equipos es el siguiente paso. El docente debe valorar la carga de trabajo
que va a suponer dicho proyecto a la hora de tomar la decisión de cuántas personas conformarán
cada equipo de trabajo. Lo aconsejable suelen ser equipo de 3 ó 4 personas, pero en cualquier caso,
con suficiente carga de trabajo para que no exista la posibilidad de que alguien no trabaje en el pro-
yecto o se escaquee. También suele ser recomendable mezclar a alumnos más capaces con alumnos
menos capaces dentro del mismo equipo o incluso alumnos con roles naturales diferentes (trabajador,
líder, etc.) de forma que el grupo se vea enriquecido.
Si el docente se preparado, puede dejar que sea el propio alumnado el que elija el producto
final que van a entregar (un folleto, un vídeo, un mural, una investigación, una maqueta...), pero a
menudo es el propio profesor el que establece el producto que deben desarrollar según las compe-
tencias que quiera que desarrollen. El siguiente paso será que los equipos de trabajo de alumnos
presenten al profesor el cronograma o plan de trabajo, así como los encargados de sacar cada tarea
adelante.
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Procesos y programas de neuropsicología educativa. Capítulo 1
A partir de aquí ya comienza la fase de elaboración del producto final, animándoles a ser
creativos, y posteriormente la presentación del mismo ante sus compañeros, profesores, comunidad
educativa, etc. Lo aconsejable es que el docente les ayude a organizar dicha presentación, por ejem-
plo, facilitándoles unas pautas sobre cómo diseñar un powerpoint o un guión para presentaciones,
o incluso que se les proporcionen los recursos necesarios y fuera de su alcance para dicha presen-
tación.
Como culmen del aprendizaje basado en proyectos está la autoevauación de los estudiantes
y la evaluación del profesor, para lo cual se utilizará la rúbrica o los criterios de evaluación que el
profesor debe haber facilitado al alumnado antes de comenzar con el proyecto, pues será un instru-
mentos que también les sirva de guía a lo largo de su aprendizaje por proyectos.
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Procesos y programas de neuropsicología educativa. Capítulo 1
OCDE Informe (2007). La comprensión del cerebro. El nacimiento de una ciencia del aprendizaje.
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Programa de habilidades visuales y perceptivas
para la lectura eficaz
Mª Carmen García-Castellón Valentín-Gamazo
La lectura se define como un proceso humano de comunicación lingüística a través de marcas visi-
bles usadas de forma convencional (García Madruga, 2006).
La lectura se realiza con los ojos, de ahí la importancia de lograr un correcto funcionamiento
de las habilidades visuales implicadas en el proceso. Se necesitan diferentes demandas visuales se-
gún se “aprende a leer” o se “lea para aprender”.
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Procesos y programas de neuropsicología educativa. Capítulo 2
Estudios recientes manifiestan que un buen desarrollo de las habilidades visuales facilita la lectura (Bo-
den y Giaschi, 2007). Más concretamente, los movimientos oculares que se realizan durante la lectura,
movimientos sacádicos, son necesarios para el acto físico de leer. Un buen control de estos movimientos
mejora significativamente la fluidez lectora y se relaciona con los procesos cognitivos y de atención
visuoespacial como han demostrado Leong, Maestro, Messner, Pang, Smith, y Starling (2014).
Objetivos
Los ejercicios visuales, que forman parte del programa, están diseñados para mejorar la funcionali-
dad visual de las siguientes habilidades:
–– Motricidad ocular: es la capacidad del ojo humano para moverse en todas las posiciones de mirada
de forma flexible, sin participación de la cabeza y coordinándose los movimientos de ambos ojos.
Un buen movimiento permite al estudiante que los ojos trabajen de manera conjunta a lo largo de
una línea de letras impresas en un libro, y que vuelvan de manera rápida y precisa a la siguiente
línea. Cuando la lectura es más sofisticada, el control oculomotor es importante para mantener el
ritmo, evitar omisiones, sustituciones o regresiones.
–– Acomodación: función visual que permite ver con nitidez a diferentes distancias. El sistema acomoda-
tivo es importante en el proceso de lectura. Cuando la acomodación es eficaz, se obtiene una visión
nítida y cómoda permitiendo mayor tiempo de estudio. Un buen enfoque ayuda a realizar cambios
rápidos y precisos de mirada, de una distancia a otra, consiguiendo una claridad de visión instantánea.
–– Convergencia: se refiere al movimiento que realizan los dos globos oculares para fusionar las imá-
genes procedentes de ambos ojos en una sola. Se produce conjugando las acciones de los músculos
oculares. Las tareas en el aula requieren gran demanda y cantidad de tiempo de lectura y escritura
de cerca. Para ello es necesario que los dos ojos trabajen conjuntamente de manera precisa y coor-
dinada por periodos prolongados de tiempo.
–– Percepción y coordinación visomotora: la percepción es el proceso por el que se dota de significa-
do los estímulos visuales que llegan al córtex. La coordinación visomotora se refiere a la capacidad
de coordinar la visión con los movimientos del cuerpo. Consiste en traducir la información recibida
visualmente en una respuesta motora. Un ejemplo es la escritura.
Se trata de desarrollar la funcionalidad visual en programas de prevención para mejorar las ca-
pacidades de los alumnos en el aprendizaje. También se busca que el sistema visual no tenga que
realizar un esfuerzo mayor del esperado para la situación en la que se encuentre. Y por último, dotar
a los alumnos de un buen rendimiento visual durante el proceso de lectura.
En ningún caso se trata de un programa de intervención clínica ni de patología ocular.
Estructura
El programa se encuentra dividido en cuatro apartados según las habilidades visuales que se traba-
jan. Para su aplicación hay que tener en cuenta las siguientes directrices:
––Si el sujeto es portador de gafas graduadas o lentes de contacto, deberá llevarlas puestas.
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Procesos y programas de neuropsicología educativa. Capítulo 2
Metodología
Los ejercicios se realizarán en sesiones diarias de entre 5 y 10 minutos como máximo. En niños pe-
queños se aplicará sólo durante 5 minutos. Se combinarán los ejercicios de motricidad, acomodación
y convergencia con uno de coordinación visomotora y percepción. Por ejemplo:
Los ejercicios del programa se pueden repetir, pero no se recomienda hacerlo de forma seguida, para
evitar que las actividades se hagan monótonas.
Todas las actividades se han programado para niños a partir de cinco años, pero si no puede
llevar a cabo alguno, es mejor no insistir para evitar la frustración y el rechazo a la intervención.
Procurar presentar los diferentes ejercicios como si se tratara de un juego, o incluir variacio-
nes como ritmo, hacer preguntas… etc. Tratar de aumentar el interés y la motivación.
Antes de comenzar un ejercicio nuevo, asegurarse de que el sujeto ha entendido bien la ex-
plicación, evitar la desconfianza en uno mismo. Si durante la realización de una tarea comete errores,
sería interesante parar su ejecución y explicar mediante demostraciones cómo se debe de llevar a
cabo.
En el caso de que un ejercicio sea demasiado difícil, es mejor pasar al siguiente y volver a
intentarlo más adelante cuando se encuentre mejor preparado para afrontarlo.
El programa de motricidad ocular está diseñado para mejorar el movimiento de los músculos ex-
ternos de los ojos. Si estos movimientos no se realizan de forma correcta, la lectura será lenta, y en
algunas ocasiones, se producirán equivocaciones al cambiar de renglón. En algunos niños se observa
que siguen la lectura con el dedo y se cansan cuando llevan un rato de lectura corto.
Realización: Pedir al sujeto que siga con los ojos la luz de una linterna, sin mover la cabeza. Los ojos
deben moverse tan suavemente como lo haga la luz que estará situada a unos 40cm de la cara. Ha-
remos desplazamientos verticales y horizontales.
Objetivo: Fijación visual y ampliación de los movimientos oculares.
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Procesos y programas de neuropsicología educativa. Capítulo 2
Pelota de tenis
Realización: Colgar una pelota de tenis del techo con una cuerda suficientemente larga para que
quede a la altura de los ojos. Pedir que se sitúe a un metro de pie delante de la pelota. Ha de seguir
el movimiento sin mover la cabeza. Golpear la bola para que se desplace en horizontal delante de
la cara del sujeto, luego en rotaciones a derecha e izquierda. Si mueve mucho la cabeza colocarle un
objeto sobre el pelo, pedirle que intente que no se le caiga, para ello tendrá que mantener quieta la
cabeza mientras sigue la pelota.
Objetivo: Motricidad ocular, visión periférica y fijación visual.
Movimiento horizontal
Realización: Situar a 40cm de la cara, centrada entre los ojos una hoja de papel con dos números y
una línea de unión entre ambos. Solicitar que mire alternativamente a uno y otro llevando los ojos
por la línea que los une.
Objetivo: Fijación visual, atención visual y motricidad ocular.
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Movimientos en vertical
Realización: Situar a 40cm de la cara, centrada entre los ojos una hoja de papel con dos números y
una línea de unión entre ambos. Solicitar que mire alternativamente a uno y otro llevando los ojos
por la línea que los une.
Objetivo: Fijación visual, atención visual y motricidad ocular.
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Procesos y programas de neuropsicología educativa. Capítulo 2
Movimientos horizontales
Realización: Situar a 40cm de la cara, centrada entre los ojos una hoja de papel con cuatro números,
según se indica en el dibujo. Solicitar que mire alternativamente a cada uno llevando los ojos por la
línea que los une.
Objetivo: Fijación visual, atención visual y motricidad ocular.
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3 4
Realización: Situar al sujeto a un metro de la pared donde se han colocado los números del reloj en
un círculo de 50 cm. de diámetro. Colocarlo recto con los pies juntos y la cabeza derecha. Indicarle
que tiene que mantener la fijación en el número que vamos a decir y no cambiar la mirada hasta que
digamos otro número.
A. Pedir que mire de forma vertical el 12 y el 6. 5 veces saltando de un número al otro.
B. Pedir que mire de forma horizontal el 3 y el 9. 5 veces saltando de un número al otro.
C. Pedir que mire de forma transversal el 10 y el 4. 5 veces.
D. Pedir que mire de forma transversal el 2 y el 8. 5 veces.
E. Pedir que lea los números siguiendo el sentido de las agujas del reloj. 2 veces.
F. Pedir que lea los números siguiendo el sentido contrario a las agujas del reloj. 2 veces.
G. Decirle los números de forma aleatoria para que los busque. Nombrar unos 10 números.
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Procesos y programas de neuropsicología educativa. Capítulo 2
Realización: El niño coloca sus manos con los pulgares levantados separados entre sí aproximada-
mente 40 cm. Ha de mirar a un pulgar y a otro siguiendo un ritmo marcado por el terapeuta.
Objetivo: Atención, motricidad ocular, movimientos oculares para la lectura y campo visual.
Movimientos en zig-zag
Realización: Dibujar unas líneas en zig-zag en una hoja de papel y situarla a unos 40 cm. de los ojos.
El niño deberá seguir las líneas con los ojos.
Objetivo: Motricidad ocular y seguimiento visual.
Movimientos del 8
Realización: Dibujar un número 8 grande en horizontal y vertical una hoja de papel y situarla a unos
40 cm. de los ojos. El niño deberá seguir las líneas con los ojos.
Objetivo: Motricidad ocular y seguimiento visual.
El programa tiene como objetivo mejorar la capacidad de enfocar a diferentes distancias y mantener
nítida la imagen sobre la retina por espacios prolongados de tiempo.
Realización: Pegar un folio en la pared a la altura de la cara del sujeto con letras de unos 5 mm. de
tamaño. Se situará cerca e irá leyendo las letras mientras se aleja despacio andando hacia atrás, hasta
que ya no las pueda identificar. Entonces se acerca y vuelve a repetir el ejercicio.
Realización: Escribir letras de unos 3mm. de tamaño en una hoja. El ejercicio consiste en ir leyendo
mientras se acerca muy despacio la hoja a sus ojos hasta unos 8 cm, luego la va retirando mientras
continúa leyendo. Las letras se acercan y alejan unas cinco veces de forma consecutiva.
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Procesos y programas de neuropsicología educativa. Capítulo 2
Acercamiento y relajación
Realización: Acercar lentamente a los ojos una hoja con letras pequeñas (unos 3 mm.) hasta que las
letras empiecen a verse borrosas. Parar en ese punto durante 3-4 segundos para conseguir verlas cla-
ras. Si se ponen nítidas, mover un poco más las letras acercándolas a los ojos. Cuando ya no puede
aclarar, entonces mirar de lejos y relajar durante unos segundos los ojos.
Objetivo: Mejora la capacidad de enfoque en visión próxima, convergencia y relajación.
Alternancia lejos-cerca
Realización: Situar un lápiz a 40cm de la cara del niño, centrado entre sus dos ojos. Pedir que mire
alternativamente a la punta del lápiz y a un objeto situado a unos 6 metros.
Objetivo: Acomodación, fijación, atención, y convergencia visual.
Realización: Colocar una hoja con letras grandes en la pared a la altura de los ojos. Situarse de pie a
la distancia máxima a la que se vean las letras con nitidez. En la mano sujetar unas letras pequeñas
a la distancia normal de lectura. Leer una letra de lejos y otra de cerca alternándolas.
Objetivo: Mejorar los cambios de acomodación de lejos a cerca.
Realización: Solicitar que lea sólo la primera y última letra de la línea de un texto. Si se pierde de
línea se le dejará utilizar el dedo como guía. Al final del ejercicio ha de ser capaz de mover sus ojos
sin necesidad de ayuda.
Objetivo: Acomodación, motricidad ocular, y convergencia durante la lectura.
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Procesos y programas de neuropsicología educativa. Capítulo 2
Realización: Proporcionar una hoja impresa. Pedir que marque la letra “o” cada vez que la vea escrita
en el texto.
Objetivo: Mejorar la capacidad de acomodar, discriminación en visión próxima durante la
lectura y coordinación ojo-mano.
Realización: Proporcionar una hoja escrita y cuatro lápices de distintos colores. Ha de ir punteando
con el lápiz en el centro de todas las letras “p, q, b y d”. Cada letra con un color diferente.
Objetivo: Mejorar la capacidad de acomodar, discriminación en visión próxima durante la
lectura y coordinación ojo-mano.
Buscar números
Realización: Proporcionar una hoja impresa con números y un lápiz rojo. Pedir que marque en la hoja
un número determinado.
Objetivo: Acomodación en visión próxima durante la lectura, discriminación visual, fijación y
coordinación ojo-mano.
Buscar palabras
Realización: Sobre una hoja impresa con un texto escrito, pedir que marque una palabra concreta.
Debe ser un artículo o preposición, como el, la, que… etc.
Objetivo: Acomodación, concentración y discriminación.
Ejemplo: Marcar todos los artículos del siguiente texto:
La Luna
La Luna es el único satélite que tiene la Tierra.
En la superficie lunar podemos encontrar cráteres cada uno de los cua-
les tiene un tamaño diferente.
La N.A.S.A ha mandado naves espaciales para conocer un poco más...
Realización: Pegar una imagen sobre una ventana transparente a la altura de la cara. Situar al niño
centrado delante a 50 cm. Pedir que mire la imagen y seguidamente a lo lejos, a través de la ventana
5 veces consecutivas.
Objetivo: Cambios de enfoque de cerca a lejos.
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Procesos y programas de neuropsicología educativa. Capítulo 2
La convergencia es la capacidad para mover y fusionar las imágenes procedentes de ambos ojos.
Realización: Acercar un lápiz lentamente a la nariz del sujeto mientras los ojos lo siguen en toda su
trayectoria. Llegar hasta unos 5 cm. de sus ojos y volver a repetir el ejercicio cinco veces., tiene que
mirarlo en toda su trayectoria y con los dos ojos abiertos.
Objetivo: Convergencia visual, fijación, atención y acomodación.
Cuadrados de colores
Realización: Dibujar tres cuadrados de colores y colocarlos sobre una mesa a la distancia normal de
lectura. Pedir que pase la mirada de uno a otro según le vamos indicando el color.
Objetivo: Convergencia, atención visual y motricidad ocular en visión próxima.
Realización: En una cuerda de 1 metro de longitud, introducir una bola o cuenta de collar. El sujeto
tomará uno de sus extremos y lo mantendrá justo encima de su nariz. El terapeuta sujeta el otro
extremo y va moviendo la bola a lo largo de la cuerda. El niño ha de seguir con sus ojos toda la
trayectoria. Se repite cinco veces el ejercicio.
Objetivo: Mejorar de la capacidad de convergencia y acomodación a diferentes distancias.
Realización: En una cuerda de 1 metro de longitud, introducir tres bolas de diferentes colores o
cuentas de collar. El sujeto tomará uno de sus extremos y lo mantendrá justo encima de su nariz. El
terapeuta sujeta el otro extremo y sitúa las bolas en diferentes lugares de la cuerda. El niño ha de
cambiar la mirada hacia la bola que se le indica nombrando su color.
Objetivo: Mejorar de la capacidad de convergencia y acomodación a diferentes distancias.
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Procesos y programas de neuropsicología educativa. Capítulo 2
Realización: El sujeto cogerá dos lápices uno en cada mano. Situará el primero a unos 30 cm de los
ojos y el segundo a 40 cm. en línea media. Irá mirando alternativamente la punta del primero y el
segundo contando hasta 5 antes de cambiar.
Objetivo: Mejorar de la capacidad de convergencia y fijación visual.
La coordinación visomotora es la capacidad de coordinar la visión con los movimientos del cuerpo.
Consiste en traducir la información recibida visualmente en una respuesta motora. Un ejemplo es la
escritura.
Líneas entrecruzadas
Realización: Seguir los laberintos con el dedo o marcarlos con un lápiz. Cuando lo realice con facili-
dad, tratar de seguir la línea sólo con los ojos. Comenzar con laberintos sencillos e ir incrementando
su dificultad.
Objetivo: Coordinación visomotora y motricidad ocular.
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Procesos y programas de neuropsicología educativa. Capítulo 2
Figuras agujereadas
Realización: Realizar un dibujo practicándole pequeños agujeros suficientemente grandes para que
entre un punzón. Meterá un puntero por diferentes agujeros según le señalemos.
Objetivo: Coordinación visomotora, fijación visual y motricidad ocular.
Laberintos
Realización: Seguir el laberinto con el dedo o marcarlo con un lápiz. Una vez que el ejercicio se
realiza fácilmente, tratar de seguir el laberinto con los ojos solamente llegar a la salida. Se puede ir
incrementando la dificultad del laberinto.
Objetivo: Coordinación visomotora, fijación visual y motricidad ocular.
Unión de puntos
Realización: Realizar un dibujo mediante puntos que el niño deberá unir para formar la imagen.
Objetivo: Coordinación visomotora y mejora de las relaciones espaciales.
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Procesos y programas de neuropsicología educativa. Capítulo 2
Memoria visual
Realización: Mostrar los dibujos de un libro y, a continuación, cerrarlo para que nos diga todos los
que recuerda. Se puede incrementar la dificultad solicitando que nos indique el color o la posición
en la que se encontraban. También se pueden realizar figuras geométricas sobre un papel para que
trate de recordarlas.
Objetivo: Memoria visual y fijación.
Ejemplo 1º Recordará las figuras
Ejemplo 3º Recordará las figuras, los colores y la colocación exacta de las figuras
Localizar detalles
Realización: Enseñar los dibujos de una página o libro de cuentos y pedir que encuentre algún per-
sonaje, objeto o detalle. Incrementar la dificultad progresivamente.
Objetivo: Atención y fijación visual.
¿Dónde está el chichón del dinosaurio?
Buscar diferencias
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Procesos y programas de neuropsicología educativa. Capítulo 2
Buscar igualdades
Realización: Proporcionar al sujeto dos dibujos diferentes para que trate de encontrar similitudes.
Objetivo: Mejora la capacidad de discriminar, de fijación y de atención.
Realización: Mostrar dos objetos como pueden ser juguetes, ropa, comida…etc. y solicitar que nos
diga en qué se parecen y en qué se diferencia. Pueden ser cualidades como color, forma, material...
Objetivo: Mejora la capacidad de discriminar, de fijación y de atención.
Realización: En una habitación, supermercado o parque, pedir que localice algún objeto que se en-
cuentra visible en el entorno. Ir incrementando la dificultad según progresa.
Objetivo: Discriminación, campo visual, atención y fijación.
Copia de dibujos
Realización: Realizar un dibujo sencillo en color y solicitar que lo copie igual en forma, color y tama-
ño. Según avance, ir incrementando la dificultad del dibujo.
Objetivo: Coordinación visomotora y memoria visual.
A. E. de seis años de edad, acude a consulta para una primera evaluación de sus procesos visuales
y perceptivos. Actualmente cursa 1º de Educación Primaria y su profesora comenta que le cuesta
mucho la lectura. No alcanza el nivel del resto de la clase.
Nada importante a señalar en lo referente a su desarrollo evolutivo. Lleva gafas graduadas
por hipermetropía con astigmatismo, prescritas por su oftalmólogo. Antecedentes familiares de ma-
dre con hipermetropía.
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Procesos y programas de neuropsicología educativa. Capítulo 2
Medida
Durante la lectura se ayuda del dedo para seguir las líneas, y se apoya de los movimientos
de la cabeza. Es muy lento.
Acomodación.- Ajuste del potencial de los ojos para enfocar a diferentes distancias. Es la capacidad
para ver con nitidez objetos que se encuentran en distintas zonas del espacio.
Medida Valoración
O.D. 5 – 8 cm Bien
O.I. 5 – 8 cm Bien
Medida Valoración
5 – 8 cm Bien
Nivel Valoración
Central Bien
Visión de color.- Sensación visual que permite diferenciar los tonos de la luz.
Visión de color
Percibe con normalidad toda la gama de colores.Es muy lento.
El “Test de desarrollo de la percepción visual” Frosty, valora los aspectos más relacionados con el
aprendizaje, con la medida de las siguientes capacidades:
Coordinación viso-motriz. Es la capacidad de coordinar la visión con los movimientos del cuerpo. Con-
1.
siste en traducir la información recibida visualmente en una respuesta motora. Un ejemplo es la escritura.
2. Percepción Figura- fondo. Capacidad para centrarse en lo que esté en un primer plano de la sensa-
ción que se presenta visualmente, distinguiéndolo del material del fondo. Vemos con más claridad
aquellas cosas a las que prestamos atención. Los niños que tiene problemas en esta habilidad
pueden tener dificultades para seguir la línea de lectura y encontrar confusa una página repleta
de palabras o ilustraciones.
3. Constancia de forma. Ayuda a aprender a identificar formas cualquiera que sea su tamaño, color
o posición y más adelante, a reconocer palabras que ha aprendido aunque aparezcan en contextos
desconocidos o en diferentes tipos de letras.
4. Posición en el espacio. Nos permite diferenciar correctamente la p de la q, la b de la d. Con rela-
ción a los números el 9 del 6.
5. Relaciones espaciales. La percepción de las relaciones espaciales es la capacidad de un observador de
percibir la posición de dos o más objetos en relación consigo mismo y respecto los unos de los otros.
47
Procesos y programas de neuropsicología educativa. Capítulo 2
Se aprecia un retraso en el desarrollo perceptivo, sobre todo de las habilidades de constancia de forma y
posición en el espacio. Dichas capacidades están muy relacionadas con la adquisición de la lectura.
Ocupa un centil 20, por debajo del cincuenta por ciento de su grupo de referencia. Su edad
perceptiva es de 5 años, un año por debajo de su edad cronológica de seis años.
A nivel visual se han detectado los siguientes problemas:
Se aplica un programa de tratamiento mediante las técnicas de entrenamiento visual para mejorar
los movimientos oculares para la lectura. Además se interviene en el desarrollo de la percepción
visual aplicando el programa de la percepción visual descrito en este capítulo. En seis meses se logra
regularizar todos los valores visuales y perceptivos consiguiendo una normalización de la lectura.
En síntesis, el desarrollo de las habilidades visuales proporcionan una base neuropsicológica
importante para llevar a cabo una lectura eficaz, sobre todo en el inicio de la entrada de la informa-
ción al cerebro por las vías visuales y, en consecuencia favorecen el aprendizaje.
48
Programa de desarrollo auditivo
para el lenguaje, la lectura y el aprendizaje
de idiomas
Mª Carmen García-Castellón Valentín-Gamazo
La captación del sonido comienza en el oído, este órgano sensorial es capaz de “transduccir” las
ondas sonoras en impulsos eléctricos que son el código del sistema nervioso central (Core, Ward, y
Ennes 2.001). A continuación, se llevan a cabo los procesos de comprensión, localización espacial de
la fuente del sonido, discriminación auditiva, identificación de los sonidos del habla, y todo lo que
conlleva el análisis pormenorizado del sonido (Goldstein, 2.006).
El lenguaje comienza cuando el ser humano es capaz de oír el sonido proveniente de otro
individuo. Continúa con la representación mental, la comprensión y termina con los procesos de
expresión oral y escrita.
La importancia del órgano del oído es, pues, innegable, especialmente en el proceso de
aprendizaje. En las lenguas transparentes (regularidad en la correspondencia grafía-sonido), como
el castellano, antes del aprendizaje de la lectoescritura, el niño ha ido adquiriendo gran cantidad de
vocabulario, conoce como suenan las palabras. De esta manera, al aprender a leer adquirirá la capaci-
dad de identificar los elementos gráficos con sus sonidos correspondientes y entenderá el significado
de lo leído. La mayoría de los autores, están de acuerdo en la importancia del desarrollo fonológico
en el aprendizaje de la lectoescritura (De la Torre Prados y col. 2002).
Cuando un niño presenta problemas de discriminación auditiva de los sonidos del habla,
proceso que se realiza en el lóbulo temporal izquierdo su proceso de aprendizaje se obstaculiza y, en
muchos casos, tales problemas pueden llevarle al fracaso escolar (Portellano, 2005), Es comprensible
que si afecta al lenguaje materno, lo hará en mayor medida en el aprendizaje de una segunda lengua.
El lenguaje hablado y escrito es una característica distintiva del ser humano, para su correcta ad-
quisición es necesaria la recepción e interpretación correcta del estímulo auditivo. Las dificultades a éste
nivel acarrearán consecuencias de índole personal, social, cultural y educativo transcendentales.
49
Procesos y programas de neuropsicología educativa. Capítulo 3
Instrumentos de valoración
La valoración del proceso auditivo se realiza en dos partes. Por un lado evaluamos la recepción y
trasmisión del impulso sonoro a través del órgano sensorial hasta la corteza cerebral, y por otro lado,
comprobamos el nivel de discriminación auditiva de la palabra hablada.
Mediante la elaboración de una audiometría de tonos puros se obtiene el audiograma de frecuen-
cias de ambos oídos por el que comprobamos el nivel de audición de cada oído por separado (Imagen 1).
Una vez que se comprueba la correcta recepción del impulso auditivo se procede a valorar la capa-
cidad de diferenciar los fonemas del lenguaje hablado. Existen diversas pruebas de evaluación de la
discriminación auditiva. En muchos casos se encuentran dentro de los protocolos de evaluación del
lenguaje, por ser esta habilidad esencial para la adquisición del habla. (Tabla 1)
50
Procesos y programas de neuropsicología educativa. Capítulo 3
En primer lugar, es conveniente seleccionar una prueba que se adecúe a las características de
las personas a evaluar. Por ello, lo primero que debemos comprobar es qué queremos medir y
qué prueba es apropiada para la edad de los sujetos. En caso de ser necesario, aplicar pruebas
complementarias en discriminación auditiva que permitan confirmar el diagnóstico evidenciado
en el menor.
En segundo lugar, debemos procurar que el lugar de aplicación de las pruebas tenga unas
condiciones óptimas que permitan la aplicación y administración de los instrumentos de evaluación
que vamos a aplicar. Es decir, al tratarse de una evaluación auditiva, es necesaria una habitación sin
ruido ni estímulos distractores.
En tercer lugar, debemos estar atentos a cómo realizan las pruebas los sujetos, dado que
podemos recoger información de interés sobre ejecución y comportamiento durante la aplicación.
Objetivos
–– Programa de desarrollo auditivo.- Se trata de mejorar la captación del sonido y de identificar fácil-
mente sus cualidades. En éste apartado se trabaja el ritmo, la sonoridad, la frecuencia, la intensidad
y la localización espacial.
–– Programa de audición y lenguaje.- Su finalidad es potenciar el lenguaje auditivo-receptivo en niños
con dificultades en discriminación auditiva de la palabra hablada, evaluado previamente mediante
pruebas estandarizadas.
Estructura
La duración del programa es de seis meses aproximadamente. Una vez terminada su aplicación, es
necesario volver a pasar las pruebas para comprobar los avances. En caso de ser necesario, continuar
con la intervención de los procesos que no se han terminado de desarrollar.
Se puede aplicar a niños a partir de cuatro años, eliminando los ejercicios más complicados
de entender y llevar a cabo para estas edades.
El tiempo estimado de estimulación es de diez minutos diarios combinando un juego del
programa de desarrollo auditivo y otro de desarrollo de audición y lenguaje.
Para la aplicación del programa es necesario:
––Realizar una entrevista con los padres o tutores explicándoles cuales van a ser los aspectos a tratar
en la intervención y su repercusión en el ámbito académico.
––Fomentar la implicación de los padres en la aplicación de la terapia.
––Conocer la historia del desarrollo del individuo. También será muy interesante analizar los antece-
dentes familiares, los tratamientos previos y el historial médico.
––Ponerse en contacto con el profesor y tutor para que conozcan el tipo de dificultad que presenta el
alumno y la intervención que se propone.
51
Procesos y programas de neuropsicología educativa. Capítulo 3
––Identificar con los demás docentes las dificultades que puede estar presentando el alumno en las
diferentes materias de estudio, anotar cada una de ellas.
––Es conveniente realizar un seguimiento continuo de los procesos de aprendizaje para comprobar
la evolución de su problema. Para ello es muy interesante mantener contacto con su profesor de
forma periódica.
Metodología
Para el desarrollo de este programa, se recomienda a los terapeutas que tengan presente las siguien-
tes recomendaciones
Marcando ritmos
Realización: realizar series de ritmos sencillos sobre una mesa golpeando con la palma de la mano.
Pedir que los repita, incrementando la dificultad según avanzamos.
Objetivo: ritmo, memoria y atención.
Secuencia de ritmo:
Realización: escuchar atentamente el sonido que haga el terapeuta y decir qué o quién hace el sonido.
Objetivo: discriminación de sonidos del medio, atención y clasificación.
¿Quién hace?:
1. Miau, miau
2. Guau, guau
3. Tic, tac
4. Pio, pio
5. Chucu chucu chuu
6. Piiiií, piiiií
7. Din, don, din, don
52
Procesos y programas de neuropsicología educativa. Capítulo 3
Producimos sonidos
Realización: indicar diferentes acciones, o sonidos de animales, para que reproduzca el sonido que
producen.
Objetivo: discriminación, clasificación, relaciones y reproducción.
Marcando ritmos
Realización: se colocan un metrónomo a un ritmo muy lento. Seguirá ese ritmo dando palmadas o
golpes en la mesa. Al principio se le permitirá mirar el metrónomo, cuando realice el ejercicio con
facilidad se colocará en un lugar donde no lo pueda ver. También se irá incrementando la dificultad
aumentando el ritmo del metrónomo.
Objetivo: ritmo, reconocimiento de secuencias, reproducción y atención.
Realización: realizar una secuencia de sonidos utilizando varios instrumentos musicales, el niño ha
de repetirlos en el mismo orden. El terapeuta elegirá primeramente dos instrumentos que se dife-
rencien en sonido, por ejemplo, un tambor (grave) y un triángulo (agudo), dará dos toques con cada
instrumento. El sujeto estará de espaldas al sonido y cuando se dé la vuelta debe elegir de entre
todos los instrumentos solamente aquellos que haya oído. Iremos incrementando el número de ins-
trumentos y la secuencia de sonido para aumentar la dificultad.
Objetivo: discriminación, atención, reproducción y memoria auditiva.
53
Procesos y programas de neuropsicología educativa. Capítulo 3
Realización: situar al niño con los ojos tapados en el centro de la habitación y producir sonidos en
diferentes lugares. Tratará de señalar la procedencia del ruido.
Objetivo: localización de los sonidos, atención y figura fondo.
Identificamos sonidos
Realización: sugerir que piense en diversas situaciones que le proponemos y nos comente que ruidos
es capaz de rememorar.
Objetivo: concentración, memoria, figura- fondo y reconocimiento.
1. En el mismo lugar dónde nos encontremos en este momento presta mucha atención y escríbeme
que sonidos eres capaz de oír.
2. Ahora piensa qué puedes oír si estas en:
•• Tu casa
•• El parque
•• En un campo de fútbol
•• En la playa
•• En un circuito de carreras
•• Cerca de un río en el campo
•• En el cine
Realización: con el alumno situado de espaldas, hacer sonar varios instrumentos musicales, ha de saber
diferenciar de qué instrumento se trata. Según progresa se le dan sonidos más bajos de intensidad.
Objetivo: discriminación, atención, memoria y clasificación.
Rápido y lento
Realización: sobre un tambor reproducir un ritmo lento y otro rápido. A continuación ha de reprodu-
cir la velocidad del ritmo que se le vaya proponiendo.
Objetivo: discriminación del ritmo.
Realización: utilizar diferentes instrumentos musicales y proponer que realice una acción mientras
oiga el sonido. Indicarle que tiene que parar en el momento en que no se escuche el ruido.
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Procesos y programas de neuropsicología educativa. Capítulo 3
1. Le pediremos que se mueva por la habitación mientras oiga el sonido de la flauta y pare cuando
no lo oiga.
2. Trazará una línea en un papel mientras dure el ruido de la pandereta.
3. Con un globo hinchado le pediremos que le dé golpes para que no caiga, mientras oiga el ruido
de los timbales.
4. Saltará a la pata coja mientras suene el triángulo.
Adivina adivinanza
Realización: el sujeto se coloca de espaldas al profesor que previamente tiene dispersos sobre la
mesa varios instrumentos musicales. Tocar un instrumento al azar y el niño debe identificarlo,
decir si su sonido es grave o agudo, si su intensidad es alta o baja y si tiene una duración larga
o corta.
Objetivo: discriminación de instrumentos, timbre, duración e intensidad.
¿Son iguales?
Realización: escuchará atentamente los pares de palabras y usará este símbolo = si las dos palabras
son de igual duración o = si son diferentes.
Objetivo: discriminación de la duración del sonido y conciencia fonológica.
Ejemplos:
Flan = pez caracol = dos
1. lámpara plátano
2. gris tres
3. flor dos
4. persiana ventana
5. lápiz puerta
6. Sol calcetín
7. mechero pie
8. pastel cromo
9. viento Valentín
10. hermano casita
11. tren palomar
12. tijera sal
13. jardinera panadera
14. enredo río
15. camisa corbata
Realización: proporcionar diferentes dibujos, decir los nombres en voz alta y colocar una raya larga
------------ o corta ---- debajo, según sea la duración del sonido de la palabra.
Objetivo: discriminación de la duración, conciencia fonológica y clasificación.
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Procesos y programas de neuropsicología educativa. Capítulo 3
Comparando palabras
Realización: escuchar dos pares de palabras e indicar cuál es más corta de duración (o la más larga).
Objetivo: discriminación de la duración y conciencia fonológica.
Ejemplo:
1. casa regadera
2. triciclo oso
3. camiseta pie
4. papelera tres
5. té cartera
6. sol caballo
7. gallinita vaca
8. pera champiñón
9. tren ambulancia
10. patinete mesa
11. montañas seta
12. zapatilla rosa
13. flan helicóptero
Palabras encadenadas
Realización: el terapeuta dice una palabra en voz alta y el niño ha de decir otra que comience por la
última sílaba de la palabra que se le dijo.
Objetivo: reproducción, atención y conciencia fonológica.
Realización: decir series de palabras en voz alta, el niño las irá repitiendo. Aumentar progresivamente
el número de palabras según se mejore la amplitud de memoria.
Objetivo: memoria secuencial auditiva y reproducción.
Diferenciamos palabras
Realización: decir en alta voz dos palabras que sólo se diferencian en unas letras. Ha de ser capaz
de adivinar la letra cambiada.
Objetivo: discriminación de fonemas, memoria y conciencia fonológica.
Ejemplos:
Rama Rana
Sopa Copa
Puente Fuente
Barco Marco
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Procesos y programas de neuropsicología educativa. Capítulo 3
Oca Boca
Lata Ata
Jota Gota
Boda Bola
Discriminación de sílabas
Realización: el profesor dice en voz alta diferentes sílabas (fa, sa, la ba,…), tendrá que levantar la
mano cuando oiga la sílaba “ba”. Se cambia de sílaba en cada sesión. Procurar trabajar con las letras
que le resulten más difíciles de discriminar.
Objetivo: discriminación de fonemas y figura-fondo auditivo.
Realización: el profesor dice en voz alta diferentes sílabas (ta, pa, sa, za, ba…etc.), tendrá que levantar
la mano cuando oiga la sílaba “ta” y golpear el suelo con un pie cuando oiga la sílaba “za”. Se cambia
de sílaba en cada sesión. Procurar trabajar con las letras que le resulten más difíciles de discriminar.
Objetivo: discriminación de fonemas y figura-fondo auditivo.
Realización: pronunciar despacio en alta voz diferentes sílabas trabadas (tra, pla, par, fla…etc.), deberá dar
dos palmadas cuando oiga la sílaba que le indiquemos previamente. Tratar de decir todas las sílabas con
la misma vocal. Según avance en la capacidad de discriminar, ir incorporando diferentes vocales.
Objetivo: discriminación de fonemas y figura-fondo auditivo.
El detective de palabras
Realización: decir series de cuatro palabras y una de ellas sin significado, el alumno jugará a encon-
trar la palabra “intrusa”. Por ejemplo: casa, mesa, palo, sile. La palabra intrusa es sile.
Objetivo: discriminación de fonemas, atención auditiva y reconocimiento.
Inventar palabras
Realización: proponer una sílaba para que piense palabras que comienza por ella. Por ejemplo, decir
sal para que lo relacione con salero, saltar, saltamontes…
Objetivo: discriminación de fonemas, atención auditiva y vocabulario.
Realización: leer una frase y alterar una de las palabras para que el niño descubra la palabra que se
leyó de forma incorrecta. Por ejemplo: el perro ladró muy fuete, mamá sale de pase los domingos…
Objetivo: discriminación de fonemas, atención auditiva y reconocimiento de palabras...
Deletrear palabras
Realización: decir una palabra monosílaba y solicitar que la deletree. Según progrese continuar con
bisílabas, trisílabas, etc.
Objetivo: discriminación de fonemas y análisis de palabras.
Comerse letras
Realización: proponer una palabra, intentará ir repitiendo la palabra y en cada repetición eliminar la
primera letra hasta llegar a la última. Por ejemplo: camisa, amisa, misa, isa, sa, a.
Objetivo: discriminación de fonemas y análisis auditivo.
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Procesos y programas de neuropsicología educativa. Capítulo 3
Realización: comenzar diciendo una palabra bisílaba sencilla y proponer el cambio de alguna de las
letras para formar otra palabra con significado. Por ejemplo: casa se puede cambiar por masa si qui-
tamos la “c” y le ponemos una “m”. Mesa por pesa. Carro por barro….
Objetivo: conciencia fonológica, atención auditiva y reconocimiento.
3.5. Ejemplo práctico
E. R. acude a consulta para una primera evaluación de sus procesos auditivos, remitido por su pro-
fesora del aula. Sospecha de dificultades auditivas.
Tiene seis años de edad y no lee correctamente, las mayores dificultades se presentan en la
escritura. Confunde letras y escribe uniendo las palabras. En clase parece despistado y no atiende.
Actualmente no precisa tomar medicaciones. Desarrollo evolutivo normal. No existen antece-
dentes familiares con dificultades de tipo auditivo.
Estudio audiométrico
Audiometría.- Medida del umbral o valor necesario del sonido para producir una sensación auditiva.
Se evalúan los diferentes tonos que el oído puede diferenciar estableciendo el valor mínimo del estí-
mulo para producir una sensación sonora.
El valor medio de la audiometría se sitúa entre 0- 20 decibelios. Corresponde a la zona som-
breada en la gráfica.
58
Procesos y programas de neuropsicología educativa. Capítulo 3
Audiometría vocal.- Valora el volumen, en decibelios, necesario para entender y diferenciar correcta-
mente el 100% de las palabras. Prueba realizada en campo libre presentando el estímulo por ambos
oídos mediante el empleo de auriculares. El vocabulario presentado es acorde a su edad y nivel es-
colar. La medida correcta se encontraría entre 10-30 decibelios.
–– Discriminación auditiva. Habilidad para reconocer diferencias entre fonemas o palabras de sonido
parecido. Implica comparar un sonido determinado con otros próximos. Incluye la diferenciación
de los sonidos del habla, así como la de sonidos de diferentes frecuencias, intensidades y categorías
fonológicas. Se evalúa mediante la aplicación de la prueba P.A.F.
Del estudio de las pruebas aplicadas se concluye que E.R. presenta buena audición en ambos oídos,
pero no discrimina bien los fonemas de la palabra hablada. Por tanto se le aplica un programa de
desarrollo auditivo y de discriminación fonológico como el propuesto en este capítulo.
La duración de la intervención fue de cuatro meses aproximadamente con sesiones semanales
de media hora de duración. Después del tratamiento se volvió a aplicar al prueba P.A.F. dando como
resultado una correcta discriminación de todos los fonemas. A nivel educativo se mantuvo comuni-
cación periódica con su profesora por lo que se pudo constatar los avances en el aprendizaje. Mejoró
la escritura llegando a situarse en niveles propios de su nivel académico, pero también, la atención y
concentración en clase aumentaron significativamente lo que repercutió en el rendimiento académico
en general.
59
Procesos y programas de neuropsicología educativa. Capítulo 3
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60
Procesos y programas neuromotores
y de movimientos relacionados
con el aprendizaje
Marta Díaz- Jara
Existe una estrecha y clara relación entre el desarrollo perceptivo motor y el desarrollo del sistema
nervioso central, considerándose el desarrollo sensorial y el desarrollo motriz bases fundamentales
del neurodesarrollo del niño (Ayres, 2008; Da Fonseca, 2008; Ferré y Aribua, 2008; Hormiga, Camar-
go y Orozco, 2008; Zelaznik, 2014). Por este motivo es importante, a través de la intervención motriz,
favorecer el desarrollo de los procesos perceptivos y motrices que van a constituir la base de futuros
aprendizajes. En el aprendizaje de la lectura y la escritura, por ejemplo, están implicados procesos
táctiles, auditivos, visuales y motrices, cuyo buen desarrollo es necesario para la consecución eficien-
te de los mismos (Ferré y Ferré, 2013).
El movimiento es la base de algunas acciones vitales del ser humano como caminar,
correr o comer y supone uno de los aspectos más importantes para su propia supervivencia.
La capacidad que tenemos de procesar la información sensorial y regular y dirigir todos los me-
canismos implicados en dicho movimiento, coordinando la acción de los diferentes músculos y
articulaciones del cuerpo, se denomina control motor (Shunway-Cook y Woollacottt, 2007). Va a
ser el sistema motor el encargado de controlar los movimientos que se llevan a cabo de manera
voluntaria, cuyas células nerviosas se denominan neuronas motoras o motoneuronas. Éstas, a
través de sus axones y junto a los axones de otras neuronas, recorren el sistema nervioso desde
las zonas corticales implicadas en la ejecución del movimiento hasta la médula espinal, transmi-
tiendo los impulsos motores para que se produzca la contracción muscular y, como consecuen-
cia, el movimiento (Freed, 2011).
Existen diferentes áreas corticales (figura 1) y zonas subcorticales que están implicadas
en la mayoría de los movimientos voluntariamente controlados (Kolb y Wishaw, 2006; Soriano,
2007):
61
Procesos y programas de neuropsicología educativa. Capítulo 4
––Áreas corticales:
•• La corteza premotora (1), participa en la programación del movimiento, organizando la se-
cuencia del movimiento. Para ello, recibe información de la corteza somatosensorial primaria
y parietal posterior, de los núcleos motores y del tálamo. Por otro lado, envía proyecciones a
la corteza motora primaria y a la médula espinal.
•• La corteza motora suplementaria (2) también está implicada en la programación del mo-
vimiento y su coordinación. Recibe proyecciones de la corteza somatosensorial, así como de
la parietal posterior y prefrontal dorsolateral y las envía a la corteza motora primaria.
•• La corteza motora primaria (3) controla los movimientos, determinando el momento en el que
se tiene que llevar a cabo, así como sus características (fuerza y velocidad). Recibe las proyeccio-
nes de la corteza somatosensorial, las áreas premotoras (corteza premotora y área motora suple-
mentaria) y el tálamo. Además envía proyecciones al tronco del encéfalo y a la médula espinal.
Además, hay otras áreas que también están implicadas de una manera importante en el control del
movimiento:
––El tronco del encéfalo se encarga, fundamentalmente, de controlar algunos movimientos invo-
luntarios como los reflejos primitivos, por lo que se trata de una estructura básica en el momento
del nacimiento. Engloba los sistemas más primitivos de organización y sus núcleos se encargan de
funciones primitivas como la regulación del estado vegetativo. Por su localización, hace de nexo
entre la médula y el cerebro y es lugar de transición de muchas informaciones (Ferré y Aribau,
2008; Goddard, 2005).
––El tálamo tiene una importante función como regulador de la información que va desde los, sen-
tidos, los ganglios basales y el cerebelo hacia la corteza cerebral. Filtra la información sensorial,
facilitando la integración de los datos elaborados por la corteza y, evitando así, una sobrecarga del
cuerpo calloso. De esta manera, desde el tálamo se proyectan fibras hacia la corteza cerebral que
transmiten la información sensorial, a la vez que la prepara para su procesamiento (Elder y Vitek,
2012; Ferré y Aribau, 2008).
––Los ganglios basales intervienen en el inicio de los movimientos controlando la velocidad, la
precisión, el tono, los movimientos involuntarios y la postura. Su conexión con las áreas frontales,
parietales occipitales y temporales, hacen que sean un elemento indispensable en la realización
de cualquier movimiento voluntario. Además, está implicado más especialmente, en la motivación
para la acción y la memoria motriz (Jankowski, Scheef, Hüppe y Boecker, 2009; Ortiz, 2009).
––El cerebelo organiza de una manera especial las sensaciones del equilibrio y el movimiento, con-
tribuyendo de una manera muy importante al control del mismo. Controla los impulsos de las áreas
motoras del cerebro y de las terminaciones de los nervios de los músculos, determinando la infor-
mación que realmente es relevante (Freed, 2011; Goddard, 2005; Stoodley y Schmahmann, 2010).
La intervención supone una acción llevada a cabo por un profesional, con el objetivo de modificar el
comportamiento de otra persona (Rigal, 2006). Para favorecer el desarrollo de los procesos motrices del
62
Procesos y programas de neuropsicología educativa. Capítulo 4
niño, que tanta influencia tiene en los aprendizajes, se deben proponer programas neuromotores de
intervención desde los primeros años de Educación Infantil. Estos programas deberán ir encaminados a:
Un programa neuromotor debe durar todo un curso y debe ser preciso, completo y equilibrado con el
fin de abarcar todas las competencias que hay que adquirir. En este sentido, es importante que todas
las actividades estén organizadas en base a una secuencia de complejidad y en base a la consecución
de los objetivos propuestos.
A la hora de llevar a cabo un programa neuromotor hay que tener siempre en cuenta tres
orientaciones fundamentales:
En ellos, deben trabajarse de manera específica y en función de la edad, los diferentes aspectos
motrices:
Orientaciones metodológicas
El grado de dificultad de los contenidos en las actividades de aprendizaje que se presentan de-
ben adaptarse a las posibilidades (motrices, fisiológicas y cognitivas) de los niños, para lo que será
necesario el conocimiento de su desarrollo motor y de las características de la materia (Rigal, 2006).
63
Procesos y programas de neuropsicología educativa. Capítulo 4
Además, es importante respetar su ritmo de desarrollo, de tal manera que, no se pase al siguiente
nivel de una actividad concreta hasta que no se haya superado el nivel anterior.
Rigal (2006), establece una serie de principios para las sesiones de educación motriz:
1. Nos son sesiones de juego donde se aparca a los niños, sino sesiones de aprendizaje y mejora de
las habilidades motrices, aunque a veces se planteen como juego.
2. Favorecer la mayor parte del tiempo la acción motriz de los niños, evitando actividades de eli-
minación o inactividad.
3. Proponer actividades cuyo grado de dificultad se adapte a las posidades de los niños y a su de-
sarrollo. Para lo que se ha de conocer el desarrollo motor del niño.
4. Incitar a los niños a que descubran sus posibilidades motrices y soluciones personales. Propo-
nerles además soluciones dadas por otros niños.
5. Aprovechar la motivación que supone para los niños la práctica de actividad física y presentar
las actividades de manera motivadora para ellos.
6. Pasar de vez en cuando de la realización a la representación para favorecer la simbolización
verbal o gráfica.
7. Estimular de manera verbal a los niños cuando lo hacen bien, y animarles en el caso contrario,
requiriendo siempre que sean creativos.
8. Prever siempre el espacio más apropiado y el material para la realización de los ejercicios.
9. Las instrucciones deben ser siempre muy claras y concisas y la señal de parar ha de estar total-
mente asumida.
10. vigilar que se apliquen instrucciones de seguridad.
Estos circuitos se pueden compaginar con sesiones dirigidas por el profesor, planteadas mediante di-
ferentes tareas, iguales para todos los alumnos, que el docente va proponiendo. Dichas tareas deben
estar orientadas a la consecución de los objetivos planteados para la sesión.
Además de los circuitos y las sesiones dirigidas, en ocasiones, se pueden plantear juegos
y actividades libres y espontáneas en las que, a través de la manipulación del material, el alumno
lleve a cabo su propia exploración sensorial y motora. No se trata de improvisar, ni de la pasividad
del docente, sino de generar las condiciones adecuadas que favorezcan acciones e interacciones es-
pontáneas, pero previamente establecidas. Para ello, es importante prever el espacio, el material y el
tiempo específico para llevar a cabo estas actividades.
Las sesiones que tendrían que llevarse a cabo los 5 días de la semana, sean del tipo que
sean, deben durar alrededor de 45 min y se pueden organizar en tres partes:
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Procesos y programas de neuropsicología educativa. Capítulo 4
––Una primera parte de introducción a la sesión (unos 5 minutos) en la que se les puede explicar
a los alumnos lo que se va a hacer. Es un periodo de transición y familiarización con la actividad.
––Una parte principal de unos 35 minutos en la que se deben realizar todas aquellas actividades
encaminadas a la consecución de los objetivos propuestos.
––Una parte final de vuelta a la calma de unos 5 minutos durante la que los alumnos pueden ayudar
a la recogida del material que se ha utilizado.
Dos de los aspectos importantes que se debe contemplar a la hora de llevar a cabo un programa de
intervención motriz son el espacio y los recursos materiales. Sugrañes y Angels (2008) dividen
los materiales en:
––Materiales de exterior fijos: 1) toboganes y todo tipo de elementos que permitan a los niños subir,
bajar, saltar, trepar, deslizarse, mantener el equilibrio y otros desplazamientos, 2) espacios cerrados
sonde puedan entrar, salir o esconderse, 3) instalaciones básicas como columpios, bloques de for-
mas geométricas o tablones para equilibrio.
––Materiales de exterior no fijos: neumáticos, triciclos, carretillas, balones, cuerdas, aros, gomas de
saltar, etc.
––Materiales de interior: 1) espalderas, redes, bancos, rampas, colchonetas finas y gruesas o túneles que
permitan subir, bajar, trepar o saltar, arrastrarse 2) tacos, conos, picas, cuerdas, aros o bloques de goma
espuma, que ayuden a crear espacios diferentes, 3) elementos para trabajar el equilibrio como balan-
cines, plataformas inestables o bloques para formar caminos, 4) Pelotas de diferentes tamaños, conos,
vayas de goma espuma con los que poder realizar todo tipo de ejercicios de coordinación.
El espacio en el que se realicen las sesiones de motricidad debe ser amplio y agradable y el material
debe disponerse de manera armónica para que facilite los puntos de referencia y orientación de los
alumnos. El suelo debe ser confortable para que los niños puedan realizar actividades descalzos sin
ningún tipo de problema y las paredes deben tener espejos para la realización de actividades de
control postural, por ejemplo, que requiera los mismos.
Es importante llevar a cabo una evaluación inicial de todos los aspectos que se van a tra-
bajar en el programa para ver de qué punto parten los niños, una evaluación a mitad del programa
para poder intuir la eficacia del mismo y, por último, una evaluación al finalizar para comprobar la
efectividad del programa.
Los tres primeros años de vida suponen el comienzo de un camino de desarrollo en el que el niño ha
de enfrentarse al medio y adaptarse a él, lo cual se producirá de manera más eficaz, cuanto más haya
desarrollado sus recursos y capacidades. Durante estos años se va produciendo, de manera paulatina,
la organización sensomotora gracias a las respuestas adaptativas del niño cuando interactúa con su
cuerpo y el mundo que le rodea de una manera práctica. Así, a lo largo de las diferentes etapas del
crecimiento, a través de toda la actividad que realiza, el niño va constituyendo los “cimientos” de su
desarrollo posterior más complejo y maduro. Por ejemplo, para el aprendizaje de la marcha, primero
ha de aprender a mantener la cabeza erguida, a sentarse y a gatear sobre cuatro patas para después
adoptar la posición bípeda (Ayres, 2008; Ferré y Ferré, 2005).
Es importante que, conociendo el desarrollo neurofuncional del niño durante esta primera
etapa constituida por los tres primero años de vida, favorezcamos el desarrollo psicomotor de base
que es el motor principal de los procesos de mielinización neural, así como de activación del cerebro
y del cuerpo calloso. De esta forma, debemos ofrecerle el espacio necesario para que pueda desa-
rrollar su sistema motor y pueda experimentar con los instrumentos sensoriomotrices (Ferré y Ferré,
2005, 2013).
A continuación, se presentan por franjas de meses, las características del desarrollo motor de
los niños en ese período y orientaciones sobre qué podemos hacer para favorecer el desarrollo de
dichos procesos, en función de las mismas (Ferré y Aribau, 2008; Ferré y Ferré, 2005, 2013):
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Procesos y programas de neuropsicología educativa. Capítulo 4
Tabla 1. De 0 a 3 meses
De 0 a 3 meses:
Características:
– Todos los reflejos primitivos se encuentran activos.
– Predominio de la postura flexionada del cuerpo que va disminuyendo conforme avanza el tiempo.
– Gira la cabeza a un lado y otro, cada vez con mayor facilidad y finalmente es capaz de mantenerla en la línea
media, mirar sus manos y mantener objetos.
Qué podemos hacer:
– Colocar al niño boca arriba para que pueda moverse con libertad, generando más información laberíntica y
propioceptiva.
– En esa posición, a partir de los tres meses estimularle con la voz y nuestro cuerpo en la línea media, con
pequeños objetos de colores, sonajeros, etc.
Tabla 2. De 3 a 6 meses
De 3 a 6 meses:
Características:
– Posición extendida de brazos y piernas manteniendo las manos abiertas.
– Va siendo capaz, cada vez más de mantener la cabeza y los hombros erguidos y de mantenerse boca abajo
sobre los codos
– Se pasa objetos de una mano a otra girando la cabeza y arqueando el cuerpo hasta que son capaces de voltear
en ambos sentidos.
Qué podemos hacer:
– Estimularle con la voz, el ritmo y nuestra cara a la distancia de su brazo para provocar que intente tocarnos y
movernos a ambos lados y hacia arriba y hacia abajo.
– Estimulación en todo el cuerpo a través del tacto.
– Colocar objetos a unos cinco centímetros de su brazo para que intente cogerlos.
– Estimular el giro hacia ambos lados del cuerpo y el campo visual con objetos llamativos para que cruce la línea
media con el brazo.
– Todas las actividades de estimulación deben ser simétricas.
– Colocar al niño boca abajo estimulando el apoyo manual y el movimiento de la cabeza para localizar la voz y
la cara del educador.
– Boca arriba ayudarle al descubrimiento de sus pies.
Tabla 3. De 6 a 9 meses
De 6 a 9 meses:
Características:
– Boca abajo se queda apoyado sobre el abdomen en extensión total y elevando brazos y piernas. Combina esta
posición con la flexión boca arriba.
– Comienza a girar hacia los lados, empieza a arrastrarse hacia delante, llegando a hacer un reptado contralateral
completo y a sentarse sin ayuda.
Qué podemos hacer:
– Colocar al niño en el suelo durante el mayor tiempo posible. El espacio debe ser lo más amplio posible, la
superficie no demasiado blanda y protegida del frio.
– Colocar objetos y obstáculos blandos en el espacio enriqueciendo la experiencia.
– Boca arriba, estimular con la voz, el ritmo y la cara el sonido, provocando el volteo hacia ambos lados.
– Boca abajo, estimular el juego en la línea media, intentar que libere un brazo para prender objetos, potenciar el
control de la cabeza y estimular el giro alrededor del ombligo.
Tabla 4. De 9 a 12 meses
De 9 a 12 meses:
Características:
– Se sienta solo sin apoyo y sin ayudas externas, mejorando el tono de las piernas, hasta el punto de que algunos
niños llegan a ponerse de pie con apoyo.
– Comienza a gatear mostrando interés por los objetos que se encuentran elevados del suelo y llegando a realizar
un patrón de gateo contralateral.
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Procesos y programas de neuropsicología educativa. Capítulo 4
Tabla 5. De 12 a 15 meses
De 12 a 15 meses:
Características:
– Gracias a la mejora progresiva del tono muscular, va pasando de una posición de rodillas en equilibrio a la
bipedestación.
– Gateando es capaz de subir escaleras y otros espacios y, poco a poco, se va poniendo de pie hasta que es
capaz de caminar con apoyo.
Qué podemos hacer:
– Fomentar las actividades de suelo, tirándonos con él para jugar.
– Jugara a gatear aumentando el nivel de complejidad: sobre todo tipo de superficies (zonas abiertas de césped, arena
y terrenos irregulares), por un camino de almohadas, por debajo de un túnel, o empujando una almohada.
– Palmear globos, atrapar una pelota que le lanzamos rodando, perseguir pelotas por el suelo.
Tabla 6. De 15 a 18 meses
De 15 a 18 meses:
Características:
– Se pone di pie sin apoyo manteniendo mejor la verticalidad y colocando los pies hacia delante.
– Se mantiene de pie y va siendo capaz de sortear obstáculos e intenta despegar los pies del suelo ensayando la carrera.
Tabla 7. De 18 a 24 meses
De 18 a 24 meses:
Características:
– Dominio total de la verticalidad.
– Capacidad de mantener el equilibrio en cuclillas y sobre las puntas de los pies.
– Anda rápido, comenzando poco a poco a bracear contralateral y a despegar los pies del suelo, llegando a saltar
con los pies juntos al final de este periodo.
Qué podemos hacer:
– La sala dedicada a la realización de los ejercicios debe ser más amplia y, lo ideal, es que tenga un espejo
resistente a la altura del suelo.
– Sería bueno disponer de colchonetas, pelotas, globos, construcciones, juegos manipulativos, triciclos,
almohadones de goma, aros de colores y cuerdas, entre otros.
– Realizar ejercicios de marcha con el objetivo de que llegue a andar rápida y eficazmente, coordinando las
extremidades en un movimiento contralateral.
– En el suelo, practicar los ejercicios de la fase de gateo para reforzar las bases del mismo, especialmente en los
niños que no lo han hecho.
– Realizar ejercicios de imitación delante del espejo trabajando así la conciencia corporal.
– Realizar ejercicios donde se combine el gateo y la marcha sobre todo tipos de superficie, siempre en función
de la capacidad de cada uno (subir gateando una colchoneta, ponerse de pie y mantener el equilibrio, andar
sobre las colchonetas, bajar la colchoneta gateando).
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Procesos y programas de neuropsicología educativa. Capítulo 4
– Andar siguiendo una circunferencia marcada en el suelo, transportando objetos voluminosos, con cambios de
ritmo, trepando por una rampa, sorteando obstáculos.
– De puntillas, alcanzar un globo suspendido, tirar una pelota en un aro suspendido, andar hacia delante, hacia
detrás.
– Realizar ejercicios de rodado, saltar con los pies juntos con y sin aros y encadenar diferentes saltos.
– Palmear globos a mediana y alta altura incitando la bipedestación.
– Lanzamiento de objetos desde diferentes posiciones.
– Ejercicios de marcha evolucionando a la carrera.
– Organizar circuitos cada vez más largos, en grupos más grandes, utilizando todo el material y utilizando todos
los movimientos que conocen.
Tabla 8. De 24 a 36 meses
De 24 a 36 meses
Características:
– Poco a poco va adquiriendo una dinámica corporal completa que le va a permitir mantener el equilibrio en
todas las posiciones sin esfuerzo.
– Anda utilizando un patrón contralateral, progresivamente empieza a correr coordinando el movimiento
contralateral, salta hacia delante y en altura y llega, al final de esta etapa, a bajar escaleras con un pie en cada
escalón.
Qué podemos hacer:
– El espacio debe poseer las mismas características que en la etapa anterior y el material utilizado puede ser
también el mismo.
– Realizar ejercicios de imitación delante del espejo para trabajar el esquema corporal.
– Andar, saltar y correr sobre almohadones y combinarlo con el gateo por debajo de un túnel.
– Subir y bajar escaleras con apoyo en la pared.
– Andar hacia delante y hacia detrás sorteando almohadones, sobre una línea pintada en el suelo y transportando
objetos.
– Saltar con los pies juntos de un aro a otro con saltos de diferentes longitudes.
– Dar vueltas alrededor del eje medio con los brazos extendidos.
– Lanzar y atrapar objetos desde todas las posiciones corporales.
– Realizar diferentes desplazamientos (marcha, gateo, de rodillas) sobre diferentes superficies y hacia delante y
detrás con los ojos tapados.
– Combinar carrera con lanzamientos y adaptar el movimiento al ritmo de un tambor, esquivando obstáculos, por
parejas.
– Mantener el equilibrio sobre la tripa, sobre la espalda con piernas y brazos elevados y realizar movimientos de
balanceo en esta posición.
– Realizar todo tipo de ejercicios de giro.
– Realizar ejercicios de galope con una y otra pierna.
– Realizar ejercicios de marcha sobre diferentes superficies (neumáticos, tablones, plataformas inestables.
– Realizar todo tipo de saltos en altura y longitud utilizando diferentes materiales.
– Realizar ejercicios de ritmo, inhibición y control utilizando diferentes desplazamientos, ritmos y órdenes.
– Realizar ejercicios de fortalecimiento del tono por segmentos (arrastrarse solo con los brazos o saltar de
cuclillas como una rana).
– Realizar lanzamientos y recepciones con manos y pies, desde todas las posiciones corporales.
– Conforme van automatizando la coordinación contralateral, ir introduciendo ejercicios de equilibrio sobre un
pie y ejercicios de pedaleo de triciclo.
– Organizar circuitos cada vez más largos, en grupos más grandes, utilizando todo el material y combinando los
diferentes tipo de ejercicios descritos para esta etapa (por ejemplo, saltar varios aros con los pies juntos, sortear
caminando varios obstáculos, recoger una pelota y gatear por un túnel sin perder la misma, ponerse de pie,
correr hasta un aro elevado, lanzar la pelota dentro, reptar bajo unas cuerdas, caminar sobre una plataforma
inestable y correr sorteando aros de colores hasta la zona de meta.
Es muy importante llevar a cabo un acompañamiento del desarrollo del niño durante los cinco
primeros años de vida, atendiendo de una manera especial a la consecución del control, coordi-
nación y automatización de los movimientos como base de un buen esquema corporal y orien-
tación espacial.
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Procesos y programas de neuropsicología educativa. Capítulo 4
Con los niños de 3 y 4 años es importante que al trabajarlos movimientos el objetivo funda-
mental sea el aprendizaje correcto de los mismo, sin la introducción de otros elementos sensoriales.
De esta manera, el fin es lograr que el movimiento de la cabeza, los brazos y las piernas se realice al
mismo tiempo como una unidad funcional.
A los 5 años se pueden empezar a incluir diferentes ritmos, velocidades y pautas de control
del movimiento, de tal manera que desarrollen la percepción auditiva y relacionen las respuestas
motrices a cadencias rítmicas. En esta edad deben llegar a controlar plenamente el movimiento au-
tomatizando el mismo.
Entre los 5 y los 6 años, se propone avanzar hacia la automatización de los movimientos y la
activación cortical, combinando los desplazamientos con la atención visual, auditiva y estimulación
del lenguaje (Ferré y Aribau, 2008).
Para conseguir los objetivos marcados en este periodo se debe combinar el trabajo en circuito
con sesiones dirigidas por el docente, durante una hora al día y a lo largo de todo el curso escolar.
Los objetivos a conseguir en cada uno de los aspectos mencionados en el apartado dos,
durante la etapa de Educación Infantil, se establecen en función de la edad (Del Valle y De la Vega,
2011; Sugrañes y Angels, 2008):
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Procesos y programas de neuropsicología educativa. Capítulo 4
Esquema corporal
Tono muscular
Control postural
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Procesos y programas de neuropsicología educativa. Capítulo 4
Equilibrio
Estructuración espacial
Estructuración temporal
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Procesos y programas de neuropsicología educativa. Capítulo 4
Coordinación viso-motriz
Tabla 18. Objetivos a conseguir en la coordinación visomotriz
– Iniciar la coordinación viso-motriz en acciones que necesitan de cierta precisión (lanzar y recoger
pelotas u objetos desde diferentes posiciones).
3 años – Iniciar la utilización adecuada de herramientas cotidianas (abrochar y desabrochar, experimentar
las tijeras, pegar, pintar, etc.).
– Iniciar la coordinación ojo-pie en acciones de cierta precisión (patear un balón).
72
Procesos y programas de neuropsicología educativa. Capítulo 4
En función de estos objetivos se debe hacer una programación a lo largo de cada curso escolar, re-
flejada en un cronograma que especifique el contenido a trabajar por meses, semanas y días.
La etapa de Educación Primaria, a la que los niños deben llegar con la mayoría de los patrones mo-
trices básicos adquiridos y automatizados, el tono muscular muy desarrollado, un buen control del
esquema corporal, buen desarrollo del equilibrio y entendiendo bastante bien la relación entre el
tiempo y el espacio, es una época de grandes mejoras coordinativas y propicia para el trabajo de las
habilidades motrices básicas y las actividades predeportivas.
El desarrollo de dichos aspectos y afianzamiento de los ya desarrollados se llevará a cabo du-
rante las clases de Educación Física, cuyos objetivos determinados en la Ley Orgánica 8/2013, de 9 de
diciembre, para la Mejora de la Calidad Educativa (LOMCE), giran en torno a tres ámbitos diferentes:
––Basada en el juego espontáneo y el reglado para favorecer el trabajo libre, al principio, e ir intro-
duciendo normas y reglas cada vez más elaboradas que constituyen el fundamento del deporte.
––Debe ser práctica.
––Establecer una progresión en la actividad dosificando el esfuerzo desde actividades más cortas y
frecuentes hasta las de mayor duración.
––Debe aprovechar las posibilidades del lenguaje corporal favoreciendo actividades como la danza y,
en general, las de expresión corporal.
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Procesos y programas de neuropsicología educativa. Capítulo 4
Atendiendo a estos contenidos, el programa deportivo del colegio tendrá ofrecer una variedad am-
plia de actividades a realizar de forma individual o en grupo, dirigidas al trabajo de la agilidad, el
equilibrio y la coordinación en los alumnos. Así, de una forma natural, mediante juegos organizados,
los éstos pueden ir familiarizándose con la práctica deportiva en diferentes campos y modalidades.
Algunas actividades del programa deportivo del centro pueden ser:
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Procesos y programas de neuropsicología educativa. Capítulo 4
––Para la realización de las actividades predeportivas, que deberían llevarse a cabo todos los días, es
importante disponer de un espacio adecuado en el patio del colegio y un gimnasio cubierto.
––Es importante disponer de un material adecuado y variado: pelotas de diferentes tamaños, ti-
pos y deportes, aros, cuerdas, picas, vallas, colchonetas, material de iniciación a los diferentes
deportes, etc.).
––La organización de la clase que dependerá de la actividad que se vaya a llevar a cabo, deberá con-
seguir que haya un elevado tiempo de práctica por parte de los alumnos con el mínimo tiempo
de inactividad. Esta podrá ser en forma de circuito, clase dirigida con un único grupo formado
por toda la clase, dos equipos formados por la mitad de los alumnos cada uno, parejas, tríos o
individual.
––Las actividades deben programarse conforme una secuencia lógica de dificultad desde las más
fáciles a las más complejas.
––El planteamiento de las actividades es forma de juego favorece la motivación y participación de los
alumnos en las mismas.
Teniendo en cuenta la relación que existe entre la motricidad y los aprendizajes y los beneficios que
el deporte aporta a la salud, es de suma importancia que se lleven a cabo programas deportivos du-
rante la etapa de Educación Secundaria. Hay estudios que muestran la influencia que la práctica de
actividad física tiene en el rendimiento académico, lo que supone que aquellos niños que practican
más actividad física, poseen un rendimiento académico más elevado (Eriksson, 2008; Piek, Dawson,
Smith, y Gasson, 2008; Westendorp, Hartman, Houwenl, Smith & Visscher, 2011). Si además, atende-
mos a aquellos estudios que determinan la influencia del desarrollo de los patrones motrices básicos
durante la edad infantil en la realización de actividad física en años posteriores (Hormiga, Camargo y
Orozco, 2008; Jaakkola et al., 2015; Lubans et al., 2010; Simons et al., 2007), es importante, como ya
se ha mencionado en los apartados anteriores, que se trabaje la motricidad desde las primeras etapas,
favoreciendo la inhibición de los reflejos primitivos y dando paso a la motricidad voluntaria, desde el
desarrollo de los patrones motrices básicos, pasando por las habilidades motrices básicas y llegando
hasta las habilidades específicas de los diferentes deportes en la etapa de Educación Secundaria.
En la etapa adolescente, además de los aspectos motrices generales previos al desarrollo de las ha-
bilidades específicas señalados en la figura anterior, los alumnos deben haber alcanzado un correcto
desarrollo de los demás elementos motrices mencionados en el apartado dos:
75
Procesos y programas de neuropsicología educativa. Capítulo 4
El pleno afianzamiento de toda esta base motriz, va a permitir el desarrollo de las habilidades motri-
ces específicas y deportivas, a través de la asignatura de Educación Física. Ésta, tal y como se expresa
en la Ley Orgánica 8/2013, de 9 de diciembre, para la Mejora de la Calidad Educativa (LOMCE), debe
ir orientada en tres vertientes:
Esta materia, según la citada ley, puede estructurarse en base a cinco tipos de situaciones motrices
diferentes: en entornos estables, en situaciones de oposición, en situaciones de cooperación, en situa-
ciones de adaptación al entorno, y en situaciones de índole artística o de expresión.
Las acciones motrices individuales en entornos estables suelen basarse en técnicas de
ejecución ya establecidas, donde entra en juego la capacidad de adaptarse para lograr conductas efi-
caces, óptimas y con un elevado grado de automatización. Algunos ejemplos de estas tareas son los
deportes individuales como la natación, la preparación física individual o el atletismo.
Las acciones motrices en situaciones de oposición se caracterizan por la importancia que
adquiere una correcta interpretación de las acciones de un oponente, el acierto en la elección de la
acción realizada, el encuentro del momento para llevarla a cabo y la ejecución de la misma. En este
tipo de tareas, entran en juego la atención, la anticipación y la predicción de las consecuencias de las
acciones realizadas, con el objetivo de superar al oponente. Además, cobran especial importancia el
respeto a las normas, así como al oponente. Algunos ejemplos de este tipo de tareas son los juegos
de lucha como el judo o los deportes de uno contra uno como el bádminton o el tenis.
Las situaciones de cooperación, con o sin oposición, se distinguen porque en ellas se
dan relaciones de cooperación con otros participantes en entornos estables para conseguir un ob-
jetivo, pudiendo ser o no, que el objetivo sea superar la oposición de otro grupo. Éstas implican
aspectos como la atención global, selectiva y su combinación, la capacidad de interpretar de las ac-
ciones de los demás, la predicción y anticipación de las propias acciones en función de estrategias
de equipo, el respeto a las normas, la capacidad de estructuración espacio-temporal, la resolución de
problemas y el trabajo en grupo. Este tipo de tareas engloban multitud de contenidos como juegos
tradicionales, acrobacias o malabares en grupo, deportes como el patinaje por parejas, los relevos,
la gimnasia en grupo, deportes adaptados, juegos en grupo y deportes colectivos como baloncesto,
balonmano, béisbol, fútbol o voleibol.
Las acciones motrices en situaciones de adaptación al entorno tienen como peculiari-
dad que el medio en el que se realizan las actividades no tiene siempre las mismas características,
existiendo cierta incertidumbre y suponiendo una adaptación al entorno y a la actividad. Suele con-
llevar desplazamientos realizados en el entorno natural o urbano con la utilización o no de material.
76
Procesos y programas de neuropsicología educativa. Capítulo 4
Este entorno puede estar más o menos acondicionado y el alumno deberá adaptar sus acciones a las
variaciones del mismo. Por ello, éste debe interpretar las condiciones, situarse, actuar bajo seguridad
y sin riesgo, regulando la intensidad de su esfuerzo según sus posibilidades. Este tipo de actividades
facilitan la relación con otras áreas de conocimiento y con valores relacionados con la conservación
del entorno. Pueden realizarse individualmente, en grupo y en colaboración u oposición a otro,
siendo algunos ejemplos de estas actividades las marchas y excursiones a pie o en bicicleta, las ac-
tividades de orientación, los grandes juegos en la naturaleza (de pistas, de aproximación y otros), o
la escalada.
Las situaciones de índole artística o expresiva se caracterizan porque las respuestas mo-
trices requeridas tienen finalidades artísticas, expresivas y comunicativas, tienen un carácter estético
y se pueden llevar a cabo de forma individual o en grupo. En este tipo de situaciones cobra impor-
tancia el uso del espacio, la calidad del movimiento, la coordinación con las acciones de los otros,
así como el sentido del ritmo y la creatividad en el uso de diferentes registros de expresión (corporal,
oral, danzada, musical). Algunos ejemplos de esas actividades son los juegos cantados, la expresión
corporal, las danzas, el juego dramático o el mimo.
En la etapa adolescente es fundamental, siguiendo estos contenidos y fomentando la práctica
fuera del centro escolar, la realización de actividad física y deportiva ya que dicha práctica se rela-
ciona con conductas beneficios para la salud. Los resultados encontrados en estudios americanos,
europeos y españoles muestran que, por lo general, las personas que practican algún tipo de acti-
vidad física o deporte, obtienen beneficios físicos y psicológicos y, además, poseen conductas más
saludables que las personas inactivas físicamente (Castillo, Balaguer y García-Merita, 2007).
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Procesos y programas de neuropsicología educativa. Capítulo 4
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78
Programas de desarrollo de la lateralidad,
mejora del esquema corporal y organización
espaciotemporal. intervención en dificultades
de aprendizaje
Elena Bernabéu Brotóns.
Introducción
La lateralidad corporal se define como el predominio funcional de un lado del cuerpo sobre el otro,
y se manifiesta en la utilización preferente de mano, pie, ojo y oído (Bilbao & Oña, 2000; Portellano,
2008). La organización lateral, consecuencia de la diferente distribución de funciones en el cerebro
humano, es de gran relevancia en el desarrollo cognitivo y emocional infantil. Gracias a las apor-
taciones llevadas a cabo dentro del campo de la neuropsicología (Dubois et al., 2008; Oltra, 2002),
actualmente se asume que el desarrollo de la lateralidad tiene repercusiones sobre distintas facetas
del desarrollo evolutivo del niño, como el desarrollo psicomotriz, la coordinación motora, la capaci-
dad de orientación y percepción espacio-temporal, el conocimiento del esquema corporal, y como
consecuencia de todo esto, está implicado en los procesos de aprendizajes, especialmente en los
relacionados con el lenguaje, la lectoescritura o las matemáticas (Jagannath, Garrido & González,
2001; Dean & Reynolds, 1997).
Desde sus orígenes en el siglo XIX, con los trabajos de Broca y Wernicke sobre la localización del len-
guaje, la Neuropsicología ha considerado como tema central el estudio de la asimetría cerebral o de
las diferencias funcionales entre los dos hemisferios. La mayor coincidencia en los resultados de las
investigaciones sobre lateralización hemisférica se refiere a la especialización del hemisferio izquier-
do en el procesamiento del lenguaje (Gazzaniga, 2000). El hemisferio izquierdo se muestra también
79
Procesos y programas de neuropsicología educativa. Capítulo 5
La lateralidad no es únicamente la preferencia sensorial o motora de uno de los dos lados del cuerpo,
es una función de gran complejidad que se constituye en principio organizador de la estimulación
aferente y de la respuesta motora. Se ha comprobado que el desarrollo de la lateralidad está implica-
da en aspectos importantes del desarrollo psicomotriz, como la coordinación motriz, la orientación
espacial, y la percepción espacio-temporal (Dean & Reynolds, 1997). La preferencia funcional de uno
u otro lado del cuerpo permite al niño diferenciar la derecha y la izquierda con relación a su cuerpo,
ubicarse en su entorno y en relación los demás, lo que le va a permitir conformar la base de la orien-
tación y la estructuración espacial. La lateralidad, por tanto, posibilita la utilización eficaz del propio
cuerpo y la percepción del propio esquema corporal (Vlachos, Gaillard, Vaitsis, & Karapetsas, 2013).
Muy unida a la ubicación especial y al esquema corporal está la temporalidad o estructuración del
tiempo. La estructuración temporal implica una correcta estructuración espacial y esquema corporal,
una conciencia integrada de la experiencia sensorial y motriz y la correcta orientación propioceptiva
(intracorporal) y exteroceptiva (en relación a referencias externas). Además, de una correcta estructu-
ración espacial, la temporalidad implica el sentido del ritmo, o percepción de los intervalos (iguales
o desiguales) de tiempo. El desarrollo de la lateralidad permite distinguir, por ejemplo, experiencias
simultáneas de experiencias secuenciadas (Da Fonseca, 2005).
La capacidad para organizar y estructurar la información en las coordenadas espacio-tempo-
rales es esencial para cualquier aprendizaje. (Da Fonseca, 2005). Como consecuencia, la lateralidad
está directamente implicada en el rendimiento escolar, especialmente en los procesos relacionados
con el lenguaje, la lectoescritura o las matemáticas (Jagannath, Garrido & González, 2001). Una bue-
na organización lateral permite la correcta orientación en el espacio y en el tiempo, esencial para
asimilar y comprender los códigos escritos (letras y números), que son el medio principal por el que
el niño adquiere el conocimiento en el aula (Ferré et al, 2006; Roure, 2012). El sistema más eficaz es
el que está lateralmente estructurado.
80
Procesos y programas de neuropsicología educativa. Capítulo 5
––Lateralidad cruzada: hace referencia a un predominio lateral no homogéneo. Existen varias combi-
naciones posibles de lateralidad cruzada, siendo la más frecuente la que se expresa con predominio
diestro de la mano y pie junto con predominio ocular y/o auditivo izquierdo. Por ejemplo, en re-
lación a la lectoescritura, una lateralidad de este tipo supone un predominio hemisférico diferente
entre el procesamiento los estímulos sensoriales que el niño percibe por vía visual y/o auditiva y la
organización de la respuesta grafomotora.
––Ambidextrismo: tendencia al uso indiscriminado e igual de las dos partes del cuerpo. Aunque ha
sido contemplado a veces como un valor por su escasa incidencia entre la población, indica una
deficiente organización neurológica en el hombre, según la mayor parte de los autores, ya que se
correspondería con cierta desorganización en la distribución de funciones hemisféricas (Da Fonse-
ca, 2005). No es una cualidad, sino que indica una anomalía en el neurodesarrollo, y está en la base
de muchas dificultades de orientación que se observan en algunas personas (Ferré & Aribau, 2006).
––Zurdería contrariada: modificar el uso del índice predeterminado para ser dominante (normalmen-
te la preferencia manual) y forzar el uso de la mano derecha (especialmente durante la escritura)
puede generar ciertas alteraciones neuropsicológicas (disfunción, obstrucción y/o la inhibición del
funcionamiento cerebral) (Ferré et al., 2008).
Pero también se ha comprobado que las preferencias sensoriomotrices pueden modificarse a través
del entrenamiento (Del Valle y De la Vega, 2007). Por tanto, aplicando los programas de intervención
81
Procesos y programas de neuropsicología educativa. Capítulo 5
adecuados, se puede mejorar la lateralidad de niños que no la han consolidado de forma correcta,
mejorando así su organización sensorial y la eficacia de su respuesta motriz, así como su organiza-
ción espacio-temporal, y, como consecuencia, la calidad de sus aprendizajes.
La relación entre lateralidad y aprendizaje ha sido señalada por multitud de autores. Los niños
lateralizados de forma adecuada muestran cierta ventaja en el desarrollo de habilidades visoes-
paciales, en el aprendizaje de la lectoescritura y en el cálculo frente a niños con lateralidad in-
definida o no estructurada de forma homogénea (De Jong, Van der Graaf, & Paans, 2001; Simon,
Mangin, Cohen, Le Bihan, & Dehaene, 2002). Se ha propuesto que cuanto más afianzada y fuerte
sea la lateralidad (diestra o zurda), mejor será la capacidad cognitiva (Nettle, 2003). Mayolas,
Villaroya & Reverter (2010) encontraron que la mayoría de los niños con lateralidad homogénea,
mostraban un estilo de aprendizaje positivo (64,5%), mientras que los niños con lateralidad cru-
zada mostraron con más frecuencia (55,8%), un aprendizaje negativo, según valoración de sus
profesores. La incidencia de alteraciones en la lateralización es mucho más elevada entre niños
con problema de aprendizaje. De forma coherente, se ha hallado un alto porcentaje de laterali-
dad cruzada entre alumnos con cociente intelectual normal y dificultades en el aprendizaje de la
lectoescritura (Siviero, Rysovas, Juliano, Del Porto & Bertolucci, 2002), y se ha relacionado una
dominancia manual indefinida y con tendencia al ambidextrismo con dificultades en el desarro-
llo del lenguaje y en el aprendizaje de la lectoescritura y de las matemáticas (Hallahan, Kauffman
& Lloyd, 1999; Vlachos et al., 2013). Y también es mayor la proporción de niños con lateralidad
mal definida entre niños con dislexia, disgrafía, tartamudez y dificultades de estructuración es-
paciotemporal (Da Fonseca, 2005).
También se ha descrito un mayor porcentaje de niños con lateralidad no homogénea o in-
definida en diferentes trastornos del desarrollo: discapacidad intelectual (Niort, 2012), espectro au-
tista (Yoshimura et al., 2013; Dane & Balci, 2007), trastorno específico del lenguaje (Triviño, 2002),
trastorno por déficit de atención con hiperactividad (Reid & Norvilitis, 2000) o sufrimiento perinatal
(Portellano, 2009).
La lateralidad mal definida puede considerarse por tanto un factor de riesgo que aumenta en las
aulas las posibilidades de tener dificultades o desarrollar un trastorno del desarrollo. Se hace, por
tanto, necesario, desarrollar programas de intervención de carácter preventivo aseguren un correcto
establecimiento de la lateralidad, y programas de intervención para mejorar patrones de lateralidad
anómalos o no establecidos de forma homogénea.
Previamente los profesionales del entorno educativo deben evaluar el desarrollo de la
lateralidad de sus alumnos, y eso puede hacerse a partir de la edad de cuatro años, cuando
las tendencias en lateralidad son evidentes (Michel et al., 2006). Se han desarrollo multitud de
instrumentos para la valoración de la lateralidad, muchos de ellos cuestionarios de autoinfor-
mes centrados en la preferencia manual, como el cuestionario de Edimburgo (Oldfield, 1971).
Existen otras pruebas frecuentemente utilizadas, como el test de Harris (1958), o la valoración
de lateralidad incluida en la batería neuropsicológica infantil CUMANES (Portellano, Mateos y
Martínez-Aria, 1992), pero no son suficientemente exhaustivas, y no contemplan la valoración de
los cuatro índices citados (mano, pie, oído, ojo). En la actualidad, el equipo de investigación que
encabeza la doctora Pilar Martín Lobo está validando y baremando una prueba de lateralidad
que durante mucho años se ha aplicado en multitud de centros educativos, adaptación de la de-
sarrollada por Antonio Subirana, fundador de la Sociedad Española de Neurología, en la década
de los 50 (Martín-Lobo, 2006). Esta prueba, que puede verse en el anexo I, concede la misma
importancia a los cuatro índices corporales, y es una herramienta útil y eficaz para la evaluación
completa de la lateralidad infantil.
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Procesos y programas de neuropsicología educativa. Capítulo 5
Aunque la lateralidad se consolida en torno a los 7-8 años de edad, las preferencias de uso corporal
comienzan a ser estables a partir de los cuatro años (Michel et al., 2006). En el período comprendido
entre el nacimiento y los 4 años se desarrollan las llamadas etapas prelaterales (Ferré et al., 2008).
Durante estas etapas, necesarias para la consolidación posterior de la lateralidad, los niños deben
desarrollar los sistemas auditivos, visuales y táctiles, y conseguir un control motriz adecuado, de for-
ma que se garantice una función sensorial tridimensional y una correcta coordinación motriz (Ferré
et al., 2008). Si las etapas prelaterales se desarrollan correctamente, entre los 4 y 7 años el niño entra
en la etapa lateral, en la que se afianzan las preferencias o dominancias corporales y se consolidan
los circuitos neuronales correspondientes. En el siguiente cuadro se aprecia de forma esquemática los
objetivos alcanzables en cada una de estas fases del desarrollo:
Figura 10. Cuadro esquemático de la secuencia evolutiva en la construcción de la lateralidad. Adaptado de Ferré, Catalán, Casaprima y
Mombiela (2006).
Para la consecución de los objetivos que el niño debe alcanzar en las etapas prelaterales se debe
proporcionar al niño la estimulación necesaria para su correcto desarrollo sensorial, y, nivel motriz, y
estimular el uso simétrico de las dos partes del cuerpo. Es importante que el niño no se salte ninguna
etapa del desarrollo.
En la etapa homolateral el niño comienza descubrir sus posibilidades de movimiento y a
utilizar sus sistemas sensoriales. Es importante que el niño aprenda a mover cada lado del cuerpo
de forma alterna, y posteriormente, de forma simultánea. Los ejercicios para la consolidación de la
fase homolateral son una derivación de los movimientos que debe desarrollar el bebé el primer año
de vida (Ferré et al., 2006). Algunos de los ejercicios que proponen estos autores, ordenados crono-
lógicamente, son:
––A partir de la posición de supino (boca arriba), practicar el volteo a boca abajo (prono), alternando
el lado del cuerpo hacia el que se gira.
––Tumbado en prono (posición que estimula el control cefálico), balancear su cuerpo en forma simé-
trica. Estimular el reptado de forma circular alrededor del ombligo.
––Practicar el patrón homolateral de movimiento en prono, coordinando el movimiento de la pierna
y brazo de un lado con el giro de la cabeza hacia ese lado, alternando los dos lados del cuerpo.
Reptado y gateo con este patrón.
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Procesos y programas de neuropsicología educativa. Capítulo 5
––Actividades de estimulación bilateral, cuyo objetivo es coordinar los órganos sensoriales y motrices
de los dos lados del cuerpo: tomar y lanzar objetos con ambas manos.
En la fase contralateral, que se consolida en torno a los tres años, el niño debe alcanzar el movi-
miento característico del patrón cruzado, consiguiendo desplazarse moviendo de forma coordinada
mano derecha con pierna izquierda y viceversa. La importancia de esta fase reside en que en ella se
produce la integración de la integración sensorial procedente del sistema visual, vestibular y propio-
ceptivo, y como consecuencia, la correcta percepción del espacio. Además se activa la función de la
principal vía de comunicación interhemisférica: el cuerpo calloso. De ahí la importancia del gateo y
la insistencia por parte de los profesionales en que se practique en esta etapa. El gateo contralateral y
posteriormente la marcha cruzada (también llamada marcha del soldado, caminar erguido moviendo
brazo y pierna contraria) afianzan el desarrollo del patrón contralateral. El gateo o marcha en patrón
cruzado pueden acompañarse en un siguiente nivel con alguna tarea sencilla, como denominar obje-
tos que aparecen en uno u otro campo visual, decir nombre de colores o reproducir ritmos percibi-
dos de forma auditiva. En esta etapa se recomiendan también todo tipo de actividades manipulativas,
en las cuales practican la coordinación oculo-manual y experimentan a través del tacto.
Si las etapas prelaterales se han consolidado, los niños han desarrollado de forma simétrica
sus sistemas sensoriomotrices y han afianzado la coordinación entre las dos partes del cuerpo. En
torno a los 4 años (puede variar en función del niño) se pueden identificar las tendencias en prefe-
rencia lateral. Es en esta etapa importante evaluar la lateralidad con pruebas como la descrita al inicio
de este apartado para no cometer errores en la identificación de las tendencias laterales. Se debe
entonces reforzar y afianzar esa predisposición para que el niño desarrolle su dominancia lateral
de forma correcta: estimular el uso de la mano y del pie preferente (juegos deportivos con pelotas,
raquetas, carreras sobre una pierna, uso de objetos como lápices, tijeras, cepillo de dientes, cubier-
tos…). Y potenciar el desarrollo del sistema visual y auditivo: realizar dibujos o actividades motrices
que requieran coordinación visual (si el niño no define su dominancia visual pueden realizarse estas
actividades cerrando el ojo no preferente); identificar la procedencia de un sonido, escuchar con el
oído preferente a través de la pared.
Ejercicios de motricidad:
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Procesos y programas de neuropsicología educativa. Capítulo 5
En casos de lateralidad cruzada, aunque lo deseable sería establecer una lateralidad homogénea,
no siempre es posible modificar las preferencias por motivos orgánicos (por ejemplo, por falta de
agudeza visual en el ojo que debía ser dominante) o funcionales (patrón de organización lateral
muy estructurado). En estos casos se recomienda realizar actividades y ejercicios de coordinación
sensoriomotriz donde se requiera el uso simultáneo de índices situados en los dos lados del cuerpo,
para fortalecer las vías de comunicación interhemisféricas y aumentar la velocidad de transmisión
de la información. Por ejemplo, ejercicios de puntería utilice la mano y el ojo cruzados. También se
recomienda reforzar los patrones de movimiento contralateral y ejercicios de orientación espacial,
además de reforzar los contenidos curriculares donde el niño esté presentando problemas (Martín
Lobo, 2006). Se recomienda también todo tipo de actividades al aire libre.
85
Procesos y programas de neuropsicología educativa. Capítulo 5
Además deben realizarse actividades que potencien la correcta organización del espacio:
––Copia de dibujos,
––Puzles y tangram.
––Mejorar el conocimiento de coordenadas básicas (arriba, abajo, izquierda, derecha…) indicando
sobre dibujos en el papel y moviéndose en el espacio
––Reproducir patrones dibujados en papel cuadriculado.
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Procesos y programas de neuropsicología educativa. Capítulo 5
Es importante mejorar la estructuración temporal reforzando los principales conceptos temporales (antes,
después, hoy, ayer, mañana). Se pueden realizar actividades sobre la percepción del tiempo, con ejerci-
cios en los que el alumno tenga que estimar el tiempo pasado, por ejemplo, entre dos señales auditivas.
O donde el niño deba identificar qué periodo de tiempo es mayor entre dos propuestos (el tiempo que
se tarda en llenar un vaso de agua bajo el grifo o el tiempo que se tarda en llenar la cisterna del baño).
También se puede proponer al niño que ordene tarjetas con dibujos de forma cronológica.
Por último, es importante incidir en el conocimiento del esquema corporal: localizar una par-
te del cuerpo (de un lado y otro) en un dibujo (señala la rodilla) en sí mismo (toca tu nariz; toca tu
pierna izquierda con tu mano derecha), y en el compañero (en espejo, toca con tu mano derecha la
rodilla derecha de tu compañero). También pueden realizarse actividades de equilibrio (caminar lle-
vando un objeto sobre la cabeza, o caminar al son de determinados ritmos. Un juego muy interesante
para desarrollar es esquema corporal es el twister, juego clásico en el que los niños deben colocar
cada uno de sus brazos y piernas sobre el color indicado en un tapiz.
El déficit de atención con hiperactividad (TDAH) es un cuadro se presenta con relativa frecuencia
y que provoca un deterioro significativo en su rendimiento escolar. Sus síntomas principales son la
falta de atención, la hiperactividad y la impulsividad. Algunos estudios han encontrado una mayor
frecuencia de alteraciones en la lateralidad entre los niños con TDAH (Reid & Norvilitis, 2000), y en
ocasiones se ha relacionado este trastorno con patrones anormales de lateralización cerebral, y, en
particular, con una disfunción del hemisferio derecho, críticamente implicado en la atención sosteni-
da y en el cambio del foco atencional (Stefanatos & Wasserstein, 2001).
Evidentemente el TDAH es un trastorno heterogéneo y complejo que no puede achacarse úni-
camente a un problema falta de organización lateral, pero la mayor frecuencia de los problemas de
lateralidad en este grupo, hace necesario un seguimiento especial de este aspecto del desarrollo en los
niños con problemas de atención. Además, la falta de organización lateral puede acarrear desorganiza-
ción perceptivomotriz y desestructuración espaciotemporal, lo que llevaría a agravar el problema. Se ha
comprobado que entre los adolescentes con 16 años el riego de desarrollar síntomas de TDAH es el doble
si la lateralidad no está correctamente definida. Y si finalmente desarrollaban el trastorno de atención, la
sintomatología era más grave (Anthes, 2010). Por eso se recomienda la aplicación de programas para la
mejora de la lateralidad en estos niños si se identifica que no se ha consolidado correctamente.
87
Procesos y programas de neuropsicología educativa. Capítulo 5
su eficacia no sólo en mejorar el perfil lateral de los niños, sino su estructuración espaciotemporal y
su rendimiento académico.
Prado y Montilla (2010) describen la eficacia de la aplicación de un programa psicomotor
donde se incluye la lateralidad y el desarrollo de las nociones espacio temporales. El programa se
aplicó a 15 niños de seis años durante seis semanas y en la evaluación final se constató que el 100%
de los niños habían definido su lateralidad (frente a un 67% inicial) y que el 77% puntuaban alto en
la prueba de madurez escolar (frente al 24% inicial).
Cumandá (2012) describe la eficacia de un programa de lateralidad durante el curso 2001-2011
en la eliminación de los errores específicos en el aprendizaje en escritura. Se aplicaron actividades
de refuerzo para el correcto establecimiento de la lateralidad manual, visual, auditiva y pédica. Parti-
ciparon en este programa 30 niños con lateralidad cruzada y problemas de escritura.
En los últimos años, resulta imprescindible para el docente aprovechar el potencial educativo de
las nuevas tecnologías. Particularmente interesante resulta el desarrollo de entornos de realidad virtual,
que posibilitan construcción del conocimiento en entornos interactivos. Santamaría y Mendoza (2012) han
desarrollado una herramienta donde, dentro de un ambiente virtual en 3D, se pretende ayudar a los niños
de siete a nueve años a superar las dificultades de su lateralidad y a desarrollar destrezas para mejorar
su ubicación espacial. El proyecto, basándose en la metodología usada en el lenguaje de programación
LOGO, utiliza un enfoque pedagógico constructivista en la formación integral del niño.
El gobierno de Canarias propone el siguiente programa para reeducar la escritura en niños con la-
teralidad cruzada:
http://www.gobiernodecanarias.org/educacion/3/WebC/lujose/LATERCRU.htm
En los siguientes enlaces pueden encontrarse actividades para mejorar la lateralidad, además de otros
aspectos del desarrollo psicomotor:
http://amoverelesqueleto.webnode.es/actividades/conceptos-asicos/lateralidad/
http://quieroaprenderydivertirme.blogspot.com/2012/02/ejercicios-para-trabajar-la-lateralidad.html
https://roaeducacion.wordpress.com/tag/ejercicios-para-trabajar-la-lateralidad/
http://www.orientacionandujar.es/2014/01/13/trabajamos-la-atencion-y-la-lateralidad-dibujan-
do-insectos-simetricos/
http://pedagogiamaslogopedia.blogspot.com.es/2013/05/actividades-para-mejorar-la-laterali-
dad.html
https://www.um.es/cursos/promoedu/psicomotricidad/2005/material/esquema-corporal.pdf
JUEGOS INFORMÁTICOS:
Zona CLIC:
Lateralidad y relaciones espaciales, http://clic.xtec.cat/db/act_es.jsp?id=3641
SCRATH: Programa interactivo para trabajar la lateralidad y orientación izquierda derechavh-
ttps://scratch.mit.edu/projects/37489332/
GEOPLANOS EN LÍNEA:
http://www.mathlearningcenter.org/web-apps/geoboard/ http://www.gobiernodecanarias.
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Procesos y programas de neuropsicología educativa. Capítulo 5
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mised magnetoencephalography (MEG) study. Molecular Autism,4, 38. Recuperado de http://www.
molecularautism.com/content/4/1/38.
2 Mirar por tubo Escuchar a través de la pared Recoger un objeto del Dar patada al aire
pequeño suelo
3 Apuntar con el dedo Escuchar ruidos en el suelo Repartir cartas Cruzar pierna
4 Mirar de cerca por Escuchar por la puerta Limpiar zapatos Trazar con el pie su
orificio de papel nombre en el suelo
5 Mirar de lejos por Hablar por teléfono Abrir y cerrar botes Andar con un pie
orificio de papel
6 Taparse un ojo para Volverse a contestar a Pasar objetos pequeños Correr con un pie
mirar de cerca alguien que habla por detrás de un recipiente a otro
7 Taparse un ojo para Escuchar dos cajas con objetos Borrar un escrito a lápiz Mantener el equilibrio
mirar de lejos para diferenciar por el ruido con un pie
cuál está más llena
8 Acercarse de lejos a Escuchar un relato por un Puntear un papel Andar con un pie
cerca un papel a uno oído y taparse el otro siguiendo un camino
de los ojos marcado en el suelo
9 Imitar el tiro con Mover un objeto que contenga Manejar una marioneta Intentar recoger un
una escopeta cosas e intentar adivinar lo o títere objeto con un pie
que és.
10 Mirar por un tubo Escuchar por el cristal de la Coger una cuchara Subir un peldaño
grande ventana de una escalera
91
Procesos y programas neuropsicológicos para
desarrollar la memoria y su aplicación
al aprendizaje escolar
Mª Luisa Delgado Losada
Introducción
Aprendizaje y memoria son dos procesos estrechamente unidos y relacionados en los que también
participan la percepción, la atención, el lenguaje o la motivación y la emoción. El aprendizaje es la
capacidad para adquirir nueva información, mientras que la memoria es la función neurocognitiva
que permite registrar, codificar, almacenar y recuperar la información previamente aprendida y cons-
tituye la base del aprendizaje (García Moreno, 2014).
Existe una gran diversidad de trastornos que cursan con alteraciones de la memoria en la pobla-
ción infantil (anoxia perinatal, problemas de aprendizaje, dislexia, epilepsia, autismo, parálisis cerebral,
trastorno por déficit de atención con hiperactividad, depresión infantil, neoplasias, etcétera) y que re-
quieren de una buena evaluación neuropsicológica para conocer qué componentes de la memoria están
alterados y cuáles preservados, comprender mejor el funcionamiento cognitivo del niño o el adolescente
y poder diseñar un plan de intervención individualizado (Artigas-Pallarés & Narbona, 2011).
En los últimos años, con el desarrollo de las nuevas tecnologías ha aumentado la creación y
comercialización de programas y/o métodos de entrenamiento cognitivo o mejora de las capacidades
cognitivas dirigidos a población infantil y a otros colectivos, pero muchos carecen de un soporte teó-
rico de base y/o de estudios empíricos que demuestren su eficacia y eficiencia para trabajar y mejorar
aquellas funciones superiores para las que han sido diseñados.
Los programas, con evidencia científica, que sí han demostrado su eficacia en la mejora del
rendimiento de la memoria son los programas dirigidos al entrenamiento en estrategias y técnicas o
mnemotecnias. Las estrategias de memoria son un conjunto de procedimientos, de actividades men-
tales o conductuales que favorecen y mejoran el funcionamiento de la memoria, facilitan el procesa-
miento de la información, permitiendo un mejor registro, almacenamiento y posterior recuperación
de la información (Delgado Losada, 2013).
92
Procesos y programas de neuropsicología educativa. Capítulo 6
93
Procesos y programas de neuropsicología educativa. Capítulo 6
La neuropsicología combina el uso de diversas técnicas para explicar con precisión la relación entre
el cerebro y la conducta.
En el ámbito de la evaluación y el diagnóstico neuropsicológico de las alteraciones de me-
moria, se han producido importantes avances en las últimas décadas gracias a dos factores. Por un
lado, el extraordinario auge de las técnicas de neuroimagen (TAC, PET, MRI, FMRI) que ha permitido
profundizar en el conocimiento de la estructura y funcionamiento del sistema nervioso en general, y,
de la memoria en particular. Y, por otro, el desarrollo de pruebas de evaluación neuropsicológica de
“papel y lápiz”, y más recientemente, la evaluación de competencias en entornos virtuales.
La aplicación de los test de evaluación neuropsicológica presenta indudables ventajas, per-
miten una estimación cuantitativa, estructurada y objetiva de los déficits y fortalezas del niño, pero
también tiene una desventaja fundamental, su falta de validez ecológica (aspecto que se viene tratan-
do de remediar en los últimos años). Además, no debemos pasar por alto la importancia que tiene la
observación directa de la ejecución de las diferentes tareas y la utilidad de la información facilitada
por el entorno familiar y escolar.
Con el objetivo de elegir la prueba de evaluación más adecuada, se recomienda tener en
cuenta algunas recomendaciones como:
––Tener una buena validez y fiabilidad. Un test de memoria es válido, si realmente está midiendo lo
que ha definido como memoria, y es fiable si mide de forma precisa y sin errores.
––Tener un soporte teórico de base, un modelo teórico que sustente la prueba.
––Proporcionar información cuantitativa y cualitativa del funcionamiento de la memoria de la persona
evaluada.
––Incluir tareas que exploren el funcionamiento de la memoria en relación a actividades cotidianas.
––Tener baremos para la población para la que se va a utilizar.
––Incluir subtest con baremos propios, en lugar de combinar las puntuaciones de los subtest para
obtener una puntuación final única.
––Incluir formas paralelas, lo que permitiría realizar evaluaciones repetidas en el tiempo, y así poder
estudiar la evolución de los déficits de memoria o para medir los beneficios tras un programa de
intervención, sin que medie el efecto del aprendizaje.
––Test de Memoria y Aprendizaje (TOMAL) (Reynolds & Bigler, 1994). Dirigido a niños entre 5 y
19 años. Evalúa diversos aspectos relacionados con la memoria y el aprendizaje. Consta de 8 subtest
verbales y 6 no verbales, y proporciona 4 índices principales (memoria verbal, memoria no verbal,
memoria compuesta y recuerdo demorado) y 5 complementarios (recuerdo asociativo, aprendizaje,
recuerdo secuencial, recuerdo libre y atención/concentración).
––Test de Aprendizaje Verbal España-Complutense Infantil (TAVEC-C) (Benedet et al., 2001).
Dirigido a niños entre 3 y 16 años. Consta de 3 listas de palabras (aprendizaje, interferencia y reco-
nocimiento) que se presentan como si fuera una lista de la compra. Las dos primeras listas contie-
nen 15 palabras pertenecientes a 3 categorías semánticas diferentes, mientras que la lista de reco-
nocimiento son 45 palabras de las que sólo 15 corresponden a la lista de aprendizaje. Este test está
inspirado en el California Learning Verbal Test- Children´s Version (CVLT-C) de Delis et al., 1994.
––Test de Memoria Conductual Rivermead para niños (RBMT-C). Evalúa las destrezas necesa-
rias para un funcionamiento adecuado en la vida cotidiana, es un test con buena validez ecológica.
Existe una versión para adolescentes entre 11 y 14 años (Wilson et al., 1990), una versión para
94
Procesos y programas de neuropsicología educativa. Capítulo 6
niños de entre 5 y 10 años (RBMT-C) (Wilson, Ivani-Chalian & Aldrich, 1991). Consta de 11 subtest
relacionados con situaciones de la vida cotidiana (recuerdo de nombres, una cita, una historia, un
recorrido, entre otros). Las tareas son realizadas en recuerdo inmediato y diferido.
B. Subtest, pruebas o tareas específicas para evaluar los diferentes sistemas de memoria
Para el estudio del funcionamiento de la MCP se utilizan tareas de span (o amplitud de memoria)
como el subtest de dígitos directos o la lista de palabras de la WMS-III, o tareas de span visual como
el subtest de reproducción visual de la WMS-III y el test de cubos de Corsi.
En la evaluación de la memoria operativa o de trabajo son ampliamente utilizadas las
tareas de span de lectura o de escucha (el niño lee o escucha unas oraciones y luego debe recordar
la última palabra de las oraciones leídas o escuchadas), span numérico, como el subtest de dígitos
inversos y el de letras y números, ambos de la escala WMS-III, o para la evaluación de la memoria
de trabajo visoespacial la tarea de cubos de Corsi en orden inverso. La ejecución y el rendimiento de
este tipo de pruebas puede verse afectada por problemas atencionales.
En la evaluación de la MLP, para la evaluación de la memoria episódica se presenta al
sujeto una información (verbal o visual), y de forma inmediata se le pide que la reproduzca, después
de un período de unos 20 o 30 minutos se le pide de nuevo que diga lo que recuerde. Las pruebas
más utilizadas son, de tipo verbal, el subtest de memoria lógica I y II de la WMS-III o el subtest de la
historia del RBMT-C, y de tipo visual, los subtest de reproducción visual y escenas de la WMS-III o
el subtest caras y dibujos del RBMT-C. En el estudio del funcionamiento de la memoria semántica
se suelen utilizar el recuerdo de las tablas de multiplicar, los días de la semana o los meses del año,
poesías, cuentos, canciones o el subtest de vocabulario e información de la Escala de Inteligencia
de Weschler para niños (WISC-IV) (Weschler, 2004). Finalmente, la memoria implícita, conlleva
aprendizajes relacionados con la ejecución de habilidades, destrezas, tareas automáticas y facilitación
o priming, que no son conscientes para el sujeto. La ejecución de habilidades y destrezas suele eva-
luarse utilizando escalas funcionales de actividades de la vida diaria. Y, para estudiar el efecto de
priming o facilitación, se utilizan pruebas de identificación de palabras, completar fragmentos o raí-
ces de palabras, decisión léxica, denominación de palabras degradadas o de fragmentos de dibujos.
Manga & Fournier (1997) consideran como ingredientes esenciales de la exploración neu-
ropsicológica de niños en edad escolar tres elementos: historia clínica o anamnesis, observación y
aplicación de pruebas. Algunas baterías neuropsicológicas, tradicionalmente aplicadas en el ámbito
de la evaluación neuropsicológica infantil son, la Batería Reitan-Indiana, versión infantil de la batería
Halstead-Reitan, versión dirigida a niños de 5 a 8 años y la Batería de Test Neuropsicológicos Hals-
tead-Reitan para niños mayores, versión para niños de 9 a 14 años, entre las baterías que asumen el
modelo de Luria destacamos, la Luria-Nebraska para ser aplicada a niños de 8 a 12 años de edad, la
batería Luria-DNI desarrollada por desarrollada Manga & Ramos (1991) y dirigida a niños entre 7 y 12
años. Otros instrumentos de evaluación neuropsicológico de uso frecuente en población escolar son
las baterías de Madurez Neuropsicológica CUMANIN (Portellano et. al, 2000) y CUMANES (Portella-
no, Mateos & Martínez, 2010) evalúa las funciones neuropsicológicas en niños entre 3 y 6, y entre 7
y 11 años, respectivamente.
Una buena evaluación neuropsicológica permitirá identificar los puntos fuertes (áreas cogniti-
vas mejor preservadas) y los puntos débiles (áreas cognitivas más deficitarias), formular hipótesis so-
bre la naturaleza del/de los déficit que presenta el niño o adolescente, fijar un perfil como línea base
del tratamiento a seguir y el diseño de un plan de intervención individual en el que se combinen las
estrategias de restauración o compensación a utilizar y las técnicas de acuerdo con las necesidades
de cada niño/a.
Desde mediados de la década de los setenta los estudiosos e investigadores de la memoria han estu-
diado el papel que desempeñan las estrategias en el desarrollo de esta capacidad. Los programas de
95
Procesos y programas de neuropsicología educativa. Capítulo 6
Gracias al proceso de maduración neurológica progresiva el niño avanza de forma rápida en su desa-
rrollo sensorial, motor y cognitivo (Kolb & Fantie, 1997). El proceso de mielinización y la proliferación
de las conexiones nerviosas tienen lugar durante muchos años, pero sus efectos son observables en
la primera infancia básicamente por el aumento de la velocidad del pensamiento y la acción (García
Moreno, 2014). Comienza la conexión entre partes específicas del encéfalo tales como la corteza pre-
frontal, el sistema límbico y el cuerpo calloso. La habilidad para centrar la atención se va modifican-
do. Los niños más pequeños son impulsivos, tiene dificultades para controlar la atención, cambian
de una tarea a otra con rapidez, pero a medida que crecen y madura su corteza prefrontal, van ad
quiriendo más capacidad para regular su atención y controlar los impulsos; piensan antes de actuar
y finalizan una acción para pasar a la siguiente. Estos logros facilitan el aprendizaje y posibilitan el
acceso a la educación formal (Delgado Losada, 2015).
La memoria se vuelve más precisa a medida que el niño crece. En niños en edad preescolar,
se observa un escaso control sobre el uso de estrategias aplicadas a la resolución de tareas de me-
moria (De la Mata, 1988: Salvador & Salgado, 2012). Pero cada vez pueden recordar más información
si se les dan ejemplos y ayudas apropiadas, pues de forma voluntaria aún no tienen las estrategias
metacognitivas necesarias (Bjorklund & Douglas, 1977; Berger, 2003). Por ejemplo, aunque tienen un
buen dominio de la habilidad de agrupar estímulos por categorías semánticas aún no son capaces
de aplicar esta estrategia para memorizar. Sus recuerdos conscientes, relacionados con la memoria
explícita, son más precisos, y su capacidad de memoria (medida con tareas de memoria a corto plazo,
por ejemplo, lista de dígitos directos) aumenta con la edad, pasando de dos dígitos a los 2-3 años a
cinco dígitos a los 6 años pero raramente son capaces de utilizar estrategias de memoria de forma
natural (Dempster, 1981).
Entre los 6 y los 12 años aumenta el control sobre los procesos de la memoria (codificación,
almacenamiento y recuperación) y aumenta su amplitud (número máximo de ítems que puede re-
cordar sin cometer errores): llega a ser capaz de manejar tareas con seis y siete dígitos (Gathercole,
2004). A partir de los 7 años los niños comienzan a utilizar de manera espontánea estrategias de
memoria, es como si el niño fuera tomando conciencia de la necesidad de gestionar la información
que tiene que recordar. El entrenamiento en este tipo de estrategias ha demostrado su utilidad en
la mejora del rendimiento escolar: las estrategias de repetición, organización y asociación son más
beneficiosas para los más pequeños (6-9 años), mientras que, al uso de las anteriores estrategias te-
nemos que unir en niños de edad más avanzada (10-12 años) el uso de la estrategia de visualización
(Schneider, 2004; Introzzi et al., 2010). Entre los 10 y 12 años tiene lugar un importante desarrollo de
la red fronto-parietal, lo que permite mejorar sus habilidades en tareas en las que requieren el uso
de la memoria de trabajo.
Las estrategias de repetición permiten mantener la información “de manera activa” hasta
ser transferida a la memoria a largo plazo. La eficacia de la repetición va a depender de la frecuen-
cia y la distribución de los repasos, cuanto mayor sea el número de repeticiones y su práctica más
distribuida, mejor y más duradero sería el recuerdo del material a aprender. La repetición puede ser
de dos tipos, repetición de mantenimiento, es la mera repetición literal, oral o silenciosa, de la infor-
96
Procesos y programas de neuropsicología educativa. Capítulo 6
mación que se quiere recordar, (repetición de los dígitos de un número de teléfono que tenemos que
marcar en un breve lapso de tiempo) y repetición de elaboración, es repetición del material que se
desea recordar incluyendo el uso de otras estrategias como la asociación, el agrupamiento, etcétera.
Esta estrategia es útil en las fases de codificación y almacenamiento o retención de la información.
Las estrategias de organización permiten agrupar, unir o reducir el material a recordar
en menos elementos sin perder información, confiriéndole una estructura coherente y con mayor
significado. Entre las estrategias de organización están, la categorización semántica que consiste
en agrupar los elementos pertenecientes a una misma categoría (por ejemplo, ríos de España), y el
agrupamiento, la unión de dos o más elementos en una unidad de información.
La estrategia de asociación hace referencia a vincular la nueva información que se quiere
recordar con contenidos, imágenes, lugares, personas o palabras que ya se conocen (previamente
aprendidas). Establecer conexiones entre lo nuevo y lo ya almacenado hace que la información ad-
quiera un significado, aumentando la probabilidad de que el recuerdo se consolide. La asociación ha
demostrado ser una estrategia útil aplicada al recuerdo de fechas o nombres (se llama Juana, como
el personaje histórico de Juana La Loca), etcétera.
La estrategia de visualización hace referencia a la formación de imágenes mentales, “ver
con la imaginación, el ojo de la mente”. Si le preguntan ¿cuántas sillas tiene en casa?, es probable que
cierre los ojos y vea, visualice, su casa, haciendo un recorrido mental por cada una de las habitacio-
nes y contando el número de sillas que tiene en cada habitación. Es frecuente que ante una pregunta
de examen el alumno trate de visualizar el lugar de la página de los apuntes o del capítulo del libro
en el que sabe que se encuentra el contenido de la pregunta que le han formulado y su consiguiente
respuesta (sé que está ahí, en la parte media de la hoja…). La creación de imágenes es eficaz como
herramienta de ayuda para el aprendizaje y la memoria.
En esta etapa del desarrollo el cerebro prepara el camino para un significativo crecimiento cognitivo, las
capacidades atencionales, mnésicas y de lenguaje, a falta de un mayor control y perfeccionamiento, ya
están desarrolladas, aunque aún quedan por producirse importantes transformaciones en el encéfalo.
Los procesos atencionales y mnésicos mejoran y se perfeccionan hasta alcanzar niveles simi-
lares a los del adulto. Las áreas que mayores cambios sufren desde la pubertad hasta la juventud son
los lóbulos frontales, encargados de la autorregulación de la conducta y las emociones, el desarrollo
de planes de acción, la capacidad de razonamiento y la flexibilidad de pensamiento.
También se produce una mejora significativa en el funcionamiento de la memoria de traba-
jo y se perfecciona el uso de las estrategias de codificación, almacenamiento y recuperación de la
información, lo que permite la adquisición de nuevos y cada vez más sofisticados conocimientos
(Diamond, 2002).
Entre los 12 y los 16 años los estudiantes aprender a utilizar de forma espontánea las estrate-
gias de memoria. A las aprendidas en etapas anteriores (hemos hablado de la repetición, la asocia-
ción, la organización y la visualización) hay que unir el aprendizaje y aplicación de estrategias que
requieren poner en funcionamiento mayores recursos cognitivos, de manera que son capaces de
utilizar técnicas de memoria más concretas cuya base radica en las estrategias anteriormente citadas.
Las técnicas de memoria, también denominadas mnemotecnias, se clasifican según el código utiliza-
do para procesar la información, en técnicas visuales y técnicas verbales.
Las técnicas visuales combinan el uso de imágenes mentales y palabras que se unen cons-
tituyendo un único elemento a recordar; emplean como base la estrategia de visualización. Existe
evidencia empírica acerca de la existencia de un mejor rendimiento de la memoria con el uso de
materiales visuales que con los de tipo verbal (Pickering, Gathercole & Peaker, 1998).
Entre las técnicas visuales más relevantes destacan el método de los lugares, el método del perche-
ro, el método hergoniano, los métodos peg, el alfabeto y los números ilustrados y el método de la cadena.
Las técnicas verbales implican la utilización de cadenas lingüísticas sencillas y con signifi-
cado, que facilitan el recuerdo de datos o fechas. Estas cadenas serían más fáciles de recordar que
la información que contienen (la que hay realmente que recordar) y darían indicios acerca de ella.
97
Procesos y programas de neuropsicología educativa. Capítulo 6
Entre las técnicas verbales más destacadas, se encuentra el uso de la letra inicial (acrónimos y
acrósticos), la creación de rimas, el método de la historia, la palabra clave, el final verbal, el método
PQRST para el aprendizaje y recuerdo de textos y el método para el recuerdo de nombres.
Bjorklund & Jacobs (1985) realizó una revisión de más de sesenta investigaciones en las que
se habían utilizado técnicas de memoria verbales aplicadas a diferentes colectivos, niños en edad
escolar, personas con discapacidad mental, pacientes con daño cerebral y personas mayores. Los
resultados señalan que las mnemotécnicas verbales son ayudas frecuentemente utilizadas por la ma-
yoría de los colectivos estudiados.
Por razones de espacio, no se pueden desarrollar todas y cada una de las estrategias y téc-
nicas de memoria citadas. Para poder ampliar y profundizar tanto en su base teórica como en las
aplicaciones prácticas de cada una de ellas, se recomienda al lector interesado ampliar los contenidos
aquí señalados en el Manual de entrenamiento en estrategias para mejorar la memoria (Delgado-Lo-
sada, 2013).
En la actualidad estamos asistiendo a una gran proliferación de programas y/o métodos llamados de
“entrenamiento cognitivo” o “mejora de las capacidades cognitivas” dirigidos a todo tipo de colecti-
vos. Es tal su desarrollo y difusión que pueden llegar a provocar cierta confusión y ser más una es-
trategia comercial que un verdadero programa neuropsicológico que permita mejorar las capacidades
cognitivas de los escolares. Es importante que las sesiones estén bien estructuradas con contenidos
concretos, que vayan progresando en nivel de complejidad adaptado a las características y progreso
del niño/a que lo utiliza. Su adaptación a las áreas curriculares es diferente igual que diversa es la
edad a la que van dirigidos, y un dato fundamental, no todos pueden sustentarse en resultados pro-
cedentes de la investigación empírica que avalen su eficacia y efectividad para el colectivo o la edad
para la que están diseñados.
A continuación presentamos una breve reseña de tres métodos, el primero diseñado para
población infantil y dirigido a entrenar diversas funciones cognitivas, entre ellas, la memoria, el se-
gundo, más concreto, destinado a trabajar la memoria operativa en niños con déficit de atención e
hiperactividad (TDAH) y, un tercero, como ejemplo de la citada proliferación de programas dirigidos
a diversas edades y colectivos.
SmartickGames es método desarrollado por un equipo de profesionales expertos en psico-
logía infantil y neuropsicología de la Universidad de Granada y la empresa Smartick. Su objetivo se
centra en permitir que los niños mejoren habilidades como la atención, la memoria, la percepción
y el razonamiento, así como su rendimiento académico, a través de actividades online. Los estudios
realizados tras la aplicación de este método en población escolar indican que el entrenamiento de los
citados procesos básicos produce mejoras en las facultades cognitivas que son medibles tanto a nivel
cognitivo como a nivel de funcionamiento cerebral. El programa está diseñado para seleccionar el
tipo de actividad y el nivel de dificultad que mejor se adapta a cada niño.
MeMotiva es un programa informático diseñado para reforzar la memoria operativa o de
trabajo, de los niños con TDAH y problemas de concentración, con edades comprendidas entre los
5 y 11 años. Está diseñado de forma que tanto profesores, como padres y los propios niños puedan
gestionarlo desde su ordenador, pues el grado de dificultad de los ejercicios se ajusta de modo auto-
mático a la capacidad de cada uno.
Unobrain es un método de entrenamiento on line sustentado en el concepto de neuroplas-
ticidad, diseñado por un equipo de investigadores de la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid,
neuropsicólogos, diseñadores, programadores, para trabajas la memoria, la atención y las funciones
ejecutivas, las habilidades perceptivas, la velocidad de procesamiento de la información y el lenguaje.
Hoy en día existen muchas aplicaciones basadas en el entrenamiento cognitivo para disposi-
tivos móviles y tablets, al igual que en Internet contamos con software on line/off line y plataformas
que permite realizar tareas de estimulación de las funciones cognitivas, dirigidos a diversos colec-
tivos, diferentes edades y patologías, como son Feskits, Lumosity, Memory Trainer, Brain Trainer,
Brain Lab, Mejora tu memoria, Cognifit, CogniPlus, Neuronup, NeuroAtHome, entre otras.
98
Procesos y programas de neuropsicología educativa. Capítulo 6
99
Procesos y programas neuropsicológicos
de habilidades de pensamiento
y de estrategias
Álvaro Muelas Plaza
Introducción
En la actualidad, existe una preocupación social por el rendimiento académico de los estudiantes. En
más de una ocasión, se ha indicado que si un alumno no obtiene buenos resultados académicos, es
porque o no quiere, o no tiene capacidad para ello. Desde finales del siglo XX y fundamentalmente
desde la primera década del siglo XXI, teniendo en cuenta el plano de la neuropsicología (Manga y
Ramos, 2011) se plantea el interrogante de que todo tiene su porqué; por ello, desde este punto de
vista, el cerebro adquiere un papel primordial.
Desde un planteamiento anterior, se indicaba que las experiencias que tuviera una persona
en su niñez tenían poco impacto en el desarrollo posterior, que la capacidad del cerebro de aprender
dependía de la edad del individuo, que los genes con que nacía un niño determinaban cómo se desa-
rrollaba su cerebro, que el cerebro de un niño era menos activo que el de un estudiante universitario
o que el crecimiento y desarrollo cerebral decrecía con la edad.
Desde el planteamiento actual, a través de distintas investigaciones (Portellano, 2005), se está
demostrando como las experiencias a temprana edad tienen un impacto decisivo en el desarrollo
del cerebro, al igual que dicho desarrollo no es lineal, debido a que existen momentos óptimos en
el desarrollo del cerebro para adquirir diferentes tipos de conocimientos y de habilidades (Jolles
&Crone ,2012).
Además, se está comprobando como el desarrollo del cerebro es dependiente de la relación
existente entre los genes con que nace el individuo y las experiencias que tiene a través de su vida
(Blakemore y Frith,2011) ; por ello, es importante tener en cuenta que a la edad de tres años, el ce-
rebro de un niño es dos veces más activo que el cerebro de un adulto, y aunque decrece la actividad
en la adolescencia, el cerebro, si se dan unas condiciones adecuadas, se desarrolla hasta el momento
de la muerte. Por ello, diversos investigadores, Brown, Bransford, Ferrara y Campione (1983); y Paris,
100
Procesos y programas de neuropsicología educativa. Capítulo 7
Lipson y Wixson (1983) manifiestan la necesidad de que los estudiantes, deben “aprender a pensar”,
no entendiendo únicamente las estrategias de aprendizaje que han de poner en marcha, sino además
cuándo y cómo usarlas.
A través de esta forma estratégica de actuar (Álvarez y González, 1998), se pretende mejorar
significativamente el rendimiento académico en las distintas materias curriculares, buscando que los
docentes trabajen con los estudiantes el conocimiento condicional, declarativo y procedimental de
estrategias de aprendizaje, educando de forma explícita e intencional con un amplio cuadro de es-
trategias y poniéndolas en práctica en el ambiente más idóneo de las diferentes materias. Para ello,
el estudiante debe desarrollar sus habilidades de pensamiento, dando lugar a un aprendizaje crítico,
creativo y significativo (Dunlosky, Rawson, Marsh, Nathan, & Willinghamd, 2013).
Las relaciones entre las habilidades de pensamiento y el cerebro es meta de la neuropsi-
cología y se pueden estudiar mediante la actividad pluridisciplinar coordinada de diferentes cien-
cias que integran la neurociencia y la psicología (Benedett, 2003). El estudio del cerebro y de sus
implicaciones educativas, preparándole para un aprendizaje global y secuencial, está cada vez
más presente y lo que se inició en estudios de la educación inicial y primaria se va convirtiendo
en el estudio de la anatomía, el funcionamiento y su repercusión en el aprendizaje en general
y en los aprendizajes académicos de las diferentes edades (De la Barrera, 2009). Investigaciones
diferentes evidencian que un cerebro en desarrollo y un cerebro maduro se modifican estruc-
turalmente cuando se realizan los aprendizajes (Posner y Rorthbart, 2005; Bransford, Brown y
Cocking, 2003).
Las técnicas de neuroimágenes actuales constituyen hallazgos y aportaciones muy intere-
santes para la educación (Posner, 2004; Postner y Rothbart, 2005; Sereno y Rayner, 2000; Voets y
Matthews, 2005) y muestran las bases neuroanatómicas de los comportamientos superiores llamados
funciones corticales superiores en las que están involucradas áreas de mayor desarrollo como el len-
guaje, la memoria, la psicomotricidad, las gnosias, praias y las asimetrías cerebrales (De la Barrera,
2009), explicando que cuanto mayor es la complejidad de la función cerebral, más áreas cerebrales
están involucradas.
Se entiende por habilidades superiores de pensamiento (Gonzalez, Solovieva & Quintanar, 2012)
aquellos procesos que lleva a cabo una persona con el objetivo prioritario de aprender, siendo
el protagonista de su aprendizaje (Benarós, Lipina, Segretín, Hermida y Colombo 2010). Estos
procesos implican habilidades tales como la comprensión e interpretación y, por tanto, necesitan
de unas adecuadas habilidades neuropsicológicas a nivel visual, auditivo, motriz, de lateralidad,
espacio-temporales y de lenguaje y memoria (Portellano,2005) implicando a las regiones cortica-
les posterior del córtex occipital y temporal, regiones parietales inferiores, girus temporal supe-
rior y corteza frontal inferior. Además, para los componentes léxicos-fonológicos y semánticos se
activan grandes regiones de corteza frontal inferior y temporal (Goswami (2004, a y b); Posner,
2004; Postner y Rothbart, 2005).
Para desarrollar las habilidades superiores de pensamiento, es importante que desde los sen-
tidos exteroceptivos se estimule correctamente al cerebro (Ferré, y Aribau, 2008) y que los distintos
lóbulos cerebrales se encuentren en correctas condiciones, con el objetivo de que la información
recogida se codifique correctamente y se comprenda en el área de Wernicke (Geary, 2013), debido a
que si existe algún tipo de alteración en alguno de los lóbulos, dicha información no se comprenderá
correctamente por parte del individuo (Quintanar y Solovieva, 2002)
El cerebro (Portellano, 2005) es un órgano muy complejo, que presenta gran flexibilidad para
aprender. Está recubierto de circunvoluciones y pliegues que le permiten aumentar el área de la
superficie con más células que otros seres vivos. Sus células nerviosas están conectadas por casi 1,6
millones de km de fibras nerviosas, presentando una mayor extensión de córtex sin función especi-
ficada identificada hasta ahora, que cualquier otra especie animal.
101
Procesos y programas de neuropsicología educativa. Capítulo 7
Los hemisferios cerebrales (derecho e izquierdo), se encuentran conectados por haces de fibras ner-
viosas (250 millones de fibras nerviosas, conocidas como cuerpo calloso, que permite intercambiar
información de un hemisferio a otro). El hemisferio cerebral izquierdo, produce y comprende los
sonidos del lenguaje y el control de los movimientos, mientras que el derecho, se ocupa de la per-
cepción de los sonidos no relacionados con el lenguaje (música, llanto, etc.), de la percepción táctil y
en la localización espacial de los objetos. (Purcell, Schall, Logan & Palmeri, 2012).
El cerebro humano (Luria, 1989) diariamente recibe un gran número de información que entra
por los diferentes sentidos exteroceptivos (vista, oído, tacto, gusto y olfato). El desarrollo cerebral (Ma-
rina, 2011) puede ayudar o dificultar a que esa entrada de información sea canalizada para elaborar
significados con sentido o por el contrario sean superficiales, haciendo que esa información no alcance
la memoria a largo plazo, y por tanto, se olvide. Para ello, en la educación del siglo XXI, hay que apos-
tar por un aprendizaje significativo, en donde el protagonista del aprendizaje sea el estudiante (Pintrich,
2003). Para conseguir ese aprendizaje significativo, el cerebro juega un papel clave, debido a que debe
establecer conexiones neuronales con puntos ya existentes (Manga, & Ramos, 2011).
El cerebro contiene billones de conexiones neuronales (Solovieva, Loredo, Quintanar & La-
zaro, 2013). La sinapsis, es el proceso de conexión entre neuronas, que permite el funcionamiento
de nuestro cerebro y establece las bases de nuestra inteligencia y de nuestras habilidades de pensa-
miento. Las conexiones sinápticas entre neuronas no son estáticas (Clikeman y Teeter, 2011), sino que
sufren modificaciones como consecuencia de la actividad o experiencia previas. Así, los estímulos
del exterior (Pinel & Dehaene, 2013) pueden provocar que algunas sinapsis se potencien, mientras
que otras se debiliten.
102
Procesos y programas de neuropsicología educativa. Capítulo 7
Según Kolb y Wishaw (2006), el cerebro durante su desarrollo sufre varias reorganizaciones, a causa
de diferentes sinapsis que se producen, dándose con mayor frecuencia en personas de temprana
edad, debido a la mayor plasticidad cerebral. Este proceso se llama sinaptogénesis y va seguido de
un período de poda sináptica, en donde las conexiones usadas con mucha frecuencia resultan refor-
zadas mientras que las usadas con poca frecuencia son eliminadas.
La avalancha informativa puede provocar la “desconexión” del estudiante en el aula, ya que
ante tal cantidad de contenidos (Korosi & Baram, 2010) se puede producir un estrés por sobrecarga
de información; por ello, como afirma Portellano (2005), una de las soluciones ante dicha sobrecarga
es asegurar la “calidad” de la información y no la “cantidad”.
Por todo ello, es importante que un docente conozca las principales funciones que se desa-
rrollan en los distintos lóbulos del cerebro.
Localización Función
LÓBULO Se encuentra en la parte media Se encarga de la visión.
OCCIPITAL trasera del cerebro.
Además de las funciones indicadas en la tabla 1 por parte de los lóbulos cerebrales, para conseguir que el
aprendizaje de los estudiantes sea creativo y crítico, juega un papel importante el sistema límbico, situado
en el centro el encéfalo y vinculado a la memoria, a la motivación que presenten los estudiantes a la hora
de estudiar (Pintrich, 2003,2004) y a las emociones (Nuñez y González-Pumariega, 1996).
Es importante saber cómo los lóbulos cerebrales no actúan de un modo independiente en el
cerebro humano.
A través de las áreas de asociación, se reciben y analizan señales provenientes de múltiples
regiones de la corteza e incluso de estructuras subcorticales (Caicedo, 2012). Las áreas de asociación
se encargan de las funciones mentales superiores (lenguaje, pensamiento, memoria, razonamiento,
creatividad y planificación de la acción).
Esta área se encuentra situada en el espacio cortical, entre la corteza sensitiva somática por delante, la
corteza visual por detrás y la corteza auditiva por fuera. Proporciona un nivel elevado de significado
interpretativo para las señales procedentes de todas las áreas sensitivas circundantes (Roda, Stojanov,
y Kianfar, 2013) y tiene sus propias subáreas funcionales:
a) Área parietal posterior y occipital superior: Se encarga del análisis continuo de las coordenadas
espaciales de todas las partes del cuerpo, informándonos de dónde se encuentran cada parte del
cuerpo;
103
Procesos y programas de neuropsicología educativa. Capítulo 7
b) Á rea de Wernicke. Situada detrás de la corteza auditiva, es el área principal para la comprensión
del lenguaje, siendo el área más importante para el desarrollo de las habilidades superiores de
pensamiento (resolución de conflictos, pensamiento creativo, pensamiento crítico, etc.), debido a
que todas ellas se basan en el lenguaje;
c) Á rea de procesamiento visual secundario. Proporciona señales visuales de las palabras leídas, es-
tando relacionada con el área de Wernicke. Esta área es necesaria para descubrir el significado de
las palabras percibidas de forma visual e integran las palabras percibidas por la vista; y 4) Área de
broca. Se encarga de la producción del habla y de procesar y comprender el lenguaje.
Dentro del área de asociación prefrontal encontramos el área de Broca, en donde se inician y ejecu-
tan los planes y los patrones motores para la expresión de palabras. Funciona en relación con el área
de Wernicke. Se reconocen también funciones como la localización de la información proveniente
del medio ambiente y del interior de propio individuo (Ortiz, 2009). La corteza de los lóbulos fronta-
les posee además funciones de control. Por ejemplo al lado izquierdo se le atribuyen funciones como
formulación de planes para alcanzar metas y el mantenimiento de la motivación para la tarea; al lado
derecho se le atribuye la relación de los eventos externos con los internos y es el neurotransmisor de
dopamina necesaria para desarrollar y mantener la motivación. (Kolb, y Whishaw, 2006).
Se encuentra en el polo anterior del lóbulo temporal, en las porciones ventrales de los lóbulos fron-
tales y en las circunvoluciones del cuerpo calloso. Se relaciona con la conducta de las emociones y
la motivación para que se lleve a cabo el proceso de aprendizaje. Para ello, hay que tener en cuenta
diversas variables:
a) el significado de la información debe ser relevante. Si no lo es, no es probable que se establezca
una conexión;
b) Emociones: Las emociones intensas desencadenan la liberación de componentes químicos (adre-
nalina, norepinefrina y vasoprina).
Los profesores deben tener en cuenta los estados emocionales de los estudiantes, ya que es muy efi-
ciente integrar las emociones y relacionarlas con el currículo (Schmittmann, Van der Maas & Raijmakers
,2012) y así impulsan la atención, el significado y la memoria. Según Tokuhama-Espinosa (2011), mu-
chos de nuestros significados profundamente sentidos en la vida están basados en la emoción.
Cuando algo tiene sentido, por ejemplo durante la lectura, generalmente hay más actividad
en los lóbulos frontal izquierdo, temporal o parietal. Un significado sentido emocionalmente pue-
de mostrar más actividad en las zonas frontal, occipital y central del cerebro. Si el significado está
relacionado con un descubrimiento, es más probable la actividad en el lóbulo frontal izquierdo; c)
Elaboración de modelos: Puede estar relacionada con la formación o activación de campos neurales
más amplios. El cerebro forma rápidamente jerarquías para extraer o crear modelos. Los modelos
interdisciplinares y transversales consiguen mayor relevancia y contextualización; y d) Contexto: El
lugar en donde se produzca el proceso de enseñanza-aprendizaje, tanto por parte de los docentes
como de los estudiantes, va a influir de un modo notorio en su estado motivacional, siendo el prota-
gonista de ello el sistema límbico.
A la hora de conocer y evaluar las habilidades de pensamiento empleadas por los estudiantes y con el
objetivo de conocer los procesos mentales que llevan a cabo, para resolver los problemas cotidianos
y académicos que se les presenten (Pintrich, 2004), existen las siguientes herramientas:
104
Procesos y programas de neuropsicología educativa. Capítulo 7
105
Procesos y programas de neuropsicología educativa. Capítulo 7
A través de los instrumentos mencionados anteriormente (Ballenato, 2005), se pretende que la infor-
mación que los estudiantes reciben a través de los sentidos exteroceptivos (vista, oído, gusto, olfato,
tacto) se codifique correctamente en los distintos lóbulos cerebrales. Para ello, y con el objetivo de
que los alumnos tengan un desarrollo cognitivo adecuado, es importante que se trabajen organiza-
dores gráficos (Beltrán, Pérez, Ancillo y Rodríguez , 2005), destacando los mapas conceptuales, los
mapas de ideas, los diagramas causa-efecto y las líneas de tiempo, para que su aprendizaje sea críti-
co, creativo y significativo (Ausubel, 2002)
Para desarrollar en los estudiantes procesos mentales que les permitan procesar la información que
reciben, adquirir conocimientos y resolver problemas, es necesario asegurar que todos los alumnos
tienen habilidades visuales y auditivas para leer bien, una buena coordinación visomotora para la es-
critura y un buen desarrollo lateral. Para ello, existen diversos programas interactivos que pretenden
desarrollar sus habilidades de pensamiento.
El objetivo primordial de este programa (Sánchez, 1992), es que los estudiantes conozcan desde un
principios que deben llevar a cabo para que su aprendizaje sea significativo. Para ello, se centra en
analizar los procesos básicos necesarios para alcanzar un proceso de razonamiento, que hará que los
estudiantes alcancen unos procesos superiores que finalicen en lo que denomina metaprocesos, en
donde los alumnos son conocedores de los procesos cognitivos que deben llevar a cabo para que el
aprendizaje adquirido sea de calidad.
Programa de intervención psicoeducativa autorregulado, creado por Feuerstein (1980), que pretende
el desarrollo de la inteligencia y de los procesos cognitivos de los estudiantes. Para ello, se centra en
aspectos como la orientación espacial, las progresiones numéricas, las instrucciones, las relaciones
temporales y transitivas, los silogismos y los diseños de parámetros.
106
Procesos y programas de neuropsicología educativa. Capítulo 7
Programa creado por un grupo de investigadores de la Universidad de Harvard (1983) con el objetivo
de mejorar las habilidades de pensamiento de estudiantes entre 11 y 15 años. Para ello, se trabajan
habilidades para clasificar patrones, para razonar deductiva e inductivamente, para usar y desarrollar
modelos conceptuales, para comprender y para modificar la conducta adaptativa. Es un proyecto que
se estructura en seis fases (fundamentos del razonamiento, comprensión del lenguaje, razonamiento
verbal, resolución de problemas, toma de decisiones y pensamiento inventivo) que tiene una meto-
dología en donde el estudiante debe ser el protagonista de su aprendizaje.
Proyecto CAIT
Es un modelo pedagógico que tiene como objetivo principal ayudar a los estudiantes a trabajar
correctamente sus habilidades de pensamiento. Para ello, consta de cuatro fases: 1) constructivo: el
estudiante debe construir personalmente su conocimiento, procesando la información; 2) autorre-
gulado: el estudiante “aprende a aprender”, siendo el protagonista de su aprendizaje; 3) interactivo:
el estudiante aprende teniendo en cuenta distintos puntos de vista, que le hacer pensar de un modo
crítico y creativo; y 4) tecnológico, en donde el estudiante no aprende de la tecnología, sino que
aprende con la tecnología.
Proyecto CLIC
clic.xtec.cat/es/.
Clic es un conjunto de aplicaciones de software que sirve para realizar actividades educativas mul-
timedia, con el objetivo de que el estudiante, de un modo activo y práctico, adquiera a través de
estrategias cognitivas los aprendizajes (Andersen, Visser, Crone, Koolschijn & Raijmakers, 2014).
CmapTools es una herramienta que tiene como objetivo que los estudiantes desarrollen sus habilida-
des de pensamiento; para ello es un instrumento es donde tanto los educadores como los alumnos
pueden generar mapas de ideas, esquemas, diagramas, etc. , combinando el texto que se presenta
con imágenes, para que el aprendizaje que se lleve a cabo sea significativo (González, 2011).
Diagramas
https://www.lucidchart.com/
Lucidchart es un aplicación informática, la cual presenta el modo de ejercitar las habilidades de pensa-
miento a través de la creación de diagramas de flujos, buscando que el estudiante sea el creador activo
de dichos diagramas (González, 2011), teniendo que desarrollar para ello sus habilidades de pensamiento.
EntusiasMAT
http://entusiasmat.org/
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Procesos y programas de neuropsicología educativa. Capítulo 7
contextualizada y adaptada a la realidad de los estudiantes, buscando en todo momento por su parte
un aprendizaje crítico y creativo. (Ferré & Aribau, 2008).
http://www.spicynodes.org/
SpicyNodes es una herramienta creada en 2005 que pretende desde el ámbito educativo, que los
integrantes de la comunidad educativa, desarrollen sus habilidades de pensamiento, explorando des-
de los sitios web para conseguir un aprendizaje creativo y crítico por parte de los estudiantes (Fink,
Grabner y Benedek, 2009).
https://www.mindomo.com/es/
Herramienta tecnológica que tiene como objetivo estimular los sentidos exteroceptivos visuales y
auditivos, y en concreto desarrollar los lóbulos temporal y occipital, buscando que el aprendizaje de
los estudiantes a través de esta herramienta sea adecuada a la edad de cada individuo.
https://bubbl.us/
Herramienta tecnológica que tiene como objetivo mejorar las habilidades de pensamiento de los
estudiantes, dando mucha importancia al aspecto motivacional en el aprendizaje, teniendo un papel
destacable el sistema límbico del cerebro.
http://creately.com/
Herramienta tecnológica que, buscando que el aprendizaje de los estudiantes sea de “calidad”, facilita
el poder realizar diagramas a través de internet (Manga & Ramos, 2011).
https://www.mindmeister.com/es/features
A través de esta plataforma, el estudiante puede tanto desarrollar sus propias ideas, como lo más
importante, poder colaborar con el resto de personas en tiempo real. Para ello, será importante es-
timular su cerebro para desarrollar correctamente sus habilidades de pensamiento (Frausto, 2011)
http://www.wikispaces.com/content/classroom
El objetivo fundamental de esta herramienta es que los estudiantes desarrollen sus habilidades de
pensamiento, en donde quieran aprender; por ello, el sistema límbico y el plano motivacional van a
jugar un papel clave en el proceso de aprendizaje (Alisente, Redolar y Ripoll, 2013).
http://www.inself.es/entrenamiento-cognitivo-reduccion-estres/cognitivo
108
Procesos y programas de neuropsicología educativa. Capítulo 7
http://www.dailymotion.com/video/xfi1oj_cerebro-humano-neuronas-sinapsis-y-lcr_school.
https://www.youtube.com/watch?v=BWkwFQnT1f0. Proyecto nclic. Conferencia de Robert Swartz.
https://www.youtube.com/watch?v=Pi52MEfK9O8. “Neuroplasticidad: cambiar el cerebro para cam-
biar el mundo”.
https://www.youtube.com/watch?v=Sl3iSUJtG58. Charla interesante de neurociencia.
https://www.youtube.com/watch?v=TMusIXdAYt0. Entrevista: “pon en forma tu cerebro”.
Son muchas las investigaciones que se están realizando, con el objetivo de saber el modo de proce-
sar la información por parte de los estudiantes. Neuropsicológicamente hablando, es importante el
conocer el cómo se está produciendo ese aprendizaje; para ello, a través de diversos estudios, se está
comprobando como la incidencia de las estrategias de aprendizaje en el rendimiento académico es
importante.
González, González-Pienda, Nuñez, Fernández y Pérez (2001), empleando la prueba de es-
trategias de Aprendizaje (ACRA), estudiaron qué estrategias eran más eficaces para poder lograr un
buen rendimiento académico y llegaron a la conclusión de que la utilización de algunas estrategias
de aprendizaje influía de manera positiva en el rendimiento académico de los estudiantes; es decir,
la utilización del proceso de adquisición, de codificación, de recuperación y de procesamiento de
la información. Esta misma línea de resultado, fue la que obtuvieron en sus estudios tanto Lozano,
González., Nuñez y Álvarez (2001), observando que el estudiante que alcanza un buen rendimiento
académico utiliza con asiduidad algunas tácticas propias del proceso de adquisición de la informa-
ción, codificación, recuperación y apoyo al procesamiento de la información, como Cabanach, Arias,
Pérez y González-Pienda(1996), que además de demostrar la influencia que tiene el empleo de las
estrategias de aprendizaje en el rendimiento académico de los estudiantes, observaron cómo los
estudiantes que logran un aprendizaje significativo en su aprendizaje, son capaces de confiar en sí
mismos, es decir, cuando se sienten autocompetentes y autoeficaces empleando las diferentes estra-
tegias, sus calificaciones académicas son mejores.
Tejedor, González y García (2008), con una muestra de 602 estudiantes y empleando el ins-
trumento de estrategias de aprendizaje: ACRA, comprobaron que existe una relación significativa
entre las estrategias atencionales (lóbulos frontal, funciones ejecutivas) y el rendimiento académico.
Siguiendo esta línea, Roces, González-Pineda, Núñez, Gonzalez-Pumariega, García y Álvarez (1999,
citado por Ramos, Idania y Serrano, 2011) observaron en su investigación como existe una correla-
ción significativa entre las estrategias de aprendizaje, y en concreto en el estado motivacional, jugan-
do un papel clave el sistema límbico y el rendimiento académico.
Martín, García, Torbay y Rodriguez (2008), a través de su estudio apreciaron la relación que
guarda el uso de las estrategias de aprendizaje, y en concreto el proceso cognitivo, con el rendimiento
académico en una muestra de 749 estudiantes, demostrando como la correlación existentes entre varias
variables es significativa. Siguiendo en esta línea de investigación, Valle, Rodríguez, Cabanach, Núñez,
González-Pienda y Rosário (2009), analizaron científicamente las diferencias estadísticamente entre las
distintas estrategias cognoscitivas y de autorregulación empleadas por los estudiantes de la muestra anali-
zada, y su rendimiento académico, comprobando cómo esas diferencias eran significativas.
Muelas (2011) observó las diferencias de rendimiento existentes en 1100 estudiantes de la Co-
munidad de Madrid, al finalizar la etapa de Educación Secundaria Obligatoria (16 años) y el comienzo
de la etapa de bachillerato, concluyendo que las estrategias de aprendizaje empleadas, correlacionan
significativamente con el rendimiento académico de los estudiantes tanto al finalizar la Educación
Secundaria Obligatoria (ESO) como al comienzo de bachillerato. En esta línea de investigación, Soto,
García y González (2012) comprobaron que cuanto más ejecutadas estén las estrategias, mejor es el
rendimiento de los estudiantes, señalando la necesidad de ayudar, por parte de los docentes y fami-
lias, a los alumnos a desarrollarlas.
Otros estudios que destacan dentro de esta línea de trabajo, son los de García-Martín y García
(2012), Peña (2013) y Mostazo (2013), en donde se observa la correlación significativa que existe entre
109
Procesos y programas de neuropsicología educativa. Capítulo 7
las estrategias de aprendizaje empleadas por los estudiantes y su rendimiento académico. En defini-
tiva, en la actualidad, se está comprobando científicamente, como las habilidades de pensamiento
desarrolladas por los estudiantes, observándose en las estrategias de aprendizaje que emplean, co-
rrelacionan de un modo significativo en su rendimiento académico.
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https://www.youtube.com/watch?v=Sl3iSUJtG58
https://www.youtube.com/watch?v=TMusIXdAYt0
113
Programas neuropsicológicos para la lectura
Isabel Martínez
Introducción
Leer es un proceso complejo que se inicia con una etapa sensorial en la que percibimos, funda-
mentalmente a través de los ojos, la información que se presenta. Seguidamente, el cerebro es el
encargado de dar sentido a aquello que estamos visualizando, es el que permite comprender lo que
vemos, objetivo esencial de la lectura. Partiendo de este recorrido, se intuye la necesidad de realizar
un análisis integral, partiendo de los aspectos sensoriales y las habilidades cognitivas, para llegar a
vislumbrar lo que ocurre en la mente del lector.
De manera adicional a los factores personales, la sociedad en la que estamos inmersos nos
ofrece continuamente grandes cantidades de información a través del medio escrito y el desmesurado
aumento de ésta no ha sido el único cambio que influye en nuestra manera de leer. Las características
de las tecnologías que nos la hacen accesible también conlleva novedades que implican nuevas de-
mandas (Domínguez, 2009). En multitud de ocasiones, los mensajes que recibimos se ofrecen como
contradictorios o ambiguos y no pueden ser procesados adecuadamente sin el uso de estrategias que
permitan seleccionar, interpretar o analizarlos (González y Ramírez, 2010).
En este contexto, resulta esencial formar a los alumnos para poder acceder y dar sentido a la
información procedente de múltiples fuentes escritas y para ello la lectura se convierte en una po-
tente herramienta de acceso y transformación que debe enseñarse de manera estratégica e integrada
desde los niveles educativos iniciales y hasta la universidad (Martín y Moreno, 2008; Swartz, Costa,
Beyer, Reagan, & Kallick, 2008). Al comienzo, el aprendizaje de este proceso se centra en la decodi-
ficación de los símbolos escritos pero este debe ser integrado con una instrucción de la perspectiva
más epistémica de la lectura –función que la lectura tiene como herramienta de adquisición y trans-
formación del conocimiento–, la cual debe ser enseñada explícitamente en las escuelas con el fin de
que los alumnos, esencialmente en Secundaria y Universidad, la utilicen de forma competente para
114
Procesos y programas de neuropsicología educativa. Capítulo 8
aprender los contenidos (Solovieva, 2008). De hecho, ha sido ampliamente demostrada la relación en-
tre un adecuado funcionamiento cognitivo durante la lectura, y por tanto una profunda comprensión,
y el éxito académico (Bowyer-Craner y Snowling, 2005; Cain y Oakhill, 2006).
En este capítulo partimos, por tanto, de dos premisas fundamentales: (1) que la lectura se
encuentra entre las competencias claves para el aprendizaje autónomo, en la medida en que la mayor
parte del conocimiento se adquiere a partir de los textos cuando éstos se comprenden de manera
profunda y (2) que el proceso lector, como apuntábamos al inicio de este capítulo, es complejo y se
ve influenciado por aspectos de base neuropsicológica (Gough, 2002), además por supuesto de otros
factores ampliamente estudiados del lector (conocimientos previos, motivación…), el texto (tipo, or-
ganización…) y el contexto (finalidad, tipo de situación…).
Se indaga acerca de las bases neuropsicológicas implicadas en el proceso lector, así como en
los instrumentos para su evaluación, dando paso posteriormente a una profunda revisión de la inter-
vención necesaria y los recursos tecnológicos disponibles para el adecuado aprendizaje de la lectura
de una manera global, incluyendo tanto el proceso de la decodificación como el de la comprensión
y expresión.
Procesamiento perceptivo: cuando leemos se nos presenta un estímulo visual que captamos a tra-
1.
vés del sistema de la visión, esta información llega a la zona occipital derecha de nuestro cerebro y de
allí se transfiere al hemisferio izquierdo, donde entran en juego las estructuras cerebrales implicadas
en la memoria y, por tanto, involucradas también en el proceso lector. De este modo, se hace un aná-
lisis pormenorizado del input visual, se identifica la unidad lingüística, a nivel de rasgo, de letra y, por
último, de palabra. Es en este momento cuando el individuo busca el concepto concreto de la palabra
que ha leído activando su esquema mental (Bravo y Pino, 2005) -ver Figura 1.
Procesamiento léxico: existen dos rutas para la lectura. Por un lado, la ruta léxica o directa (re-
2.
presentación visual) y, por el otro, la fonológica o indirecta (representación fonológica).
115
Procesos y programas de neuropsicología educativa. Capítulo 8
La lectura ha sido ampliamente estudiada a lo largo de la historia. Sin embargo, a pesar de ser un
campo en auge debido a sus repercusiones educativas, todavía son escasas las investigaciones centra-
das en el análisis de la relación entre las bases neuropsicológicas y las habilidades lectoras. Algunos
trabajos, como el de Rosselli, Matute y Ardila (2006), han mostrado que el proceso lector, y por ente
el rendimiento académico, se relacionan con aspectos neuropsicológicos como las habilidades visua-
les y auditivas (Gallardo y Gallego, 2003; Zhang, Yan, Kendrick y Yi Li, 2012), la lateralidad (Nettle,
2003) o las habilidades cognitivas como la velocidad de captación de los estímulos (González y Ríos,
2006), la memoria (Canet-Juric, Burin, Andrés y Urquijo, 2013) y la capacidad de atención-concen-
tración (Flores y Yánez, 2014). Por tanto, comprender cómo se desarrollan los aspectos neuropsi-
cológicos a través de su evaluación facilita conocer las verdaderas causas que se encuentran en la
base del proceso lector observado y, de este modo, permite la intervención en ellos con el fin de
prevenir o solventar las dificultades además de optimizar el rendimiento lector (Rosselli, et al., 2006).
Desde la perspectiva neuropsicológica, que incluye el modelo cognitivo e histórico-cultural, sin estos
requisitos neuropsicológicos, el proceso pedagógico de la lectura no puede alcanzar su objetivo de
manera óptima. Así, el niño, a pesar de poder contar con una adecuada competencia lingüística, no
logrará la adquisición de la lectura si no presenta un adecuado desarrollo y funcionamiento de sus
habilidades visuales, auditivas, motrices, atencionales, etc. que le permitan una lectura eficaz. De ahí
la importancia de comprender cómo se desarrollan y la influencia en la lectura de estos aspectos
neuropsicológicos (Suárez y Quijano, 2014).
En cuanto a la evaluación del proceso lector, tradicionalmente ésta se realiza a través de
pruebas estandarizadas del ámbito educativo con el fin de detectar dificultades en la velocidad lec-
tora, la descodificación o la comprensión, como por ejemplo, la conocida prueba TALE: Test de
Análisis de la Lectoescritura (Toro y Cervera, 1984), PROLEC-R: Batería de Evaluación de
los Procesos Lectores - Revisada (Cuetos, Rodríguez, Ruano y Arribas, 2010), PROLEC- SE. Eva-
luación de los procesos lectores en alumnos del tercer ciclo de educación primaria y edu-
cación secundaria obligatoria (Ramos, 2009) o BEL. Batería de Evaluación de la Lectura
(López-Higes y Mayoral, 2002). Por supuesto, estos instrumentos pueden ser muy útiles y válidos para
la detección del problema final pero deben interpretarse de manera íntegra y complementarse con
otras pruebas que permitan evaluar las causas de las mismas, entre las que hemos visto que están
las bases neuropsicológicas.
Partiendo de dicha demanda, uno de los grandes vacíos con el que nos encontramos en nuestro
contexto educativo es que no existe suficientes pruebas neuropsicológicas destinadas a evaluar de manera
conjunta los factores cognitivos involucrados en aspectos relevantes para la educación, como es la lectura
que realizan los niños en edad escolar (Bausela, 2008; Rosselli, Ardila, Bateman y Guzmán, 2001). Sin
embargo, poco a poco se va progresando en este aspecto y se elaboran pruebas cada vez más adaptadas,
fiables y válidas para la evaluación de la lectura desde una perspectiva neuropsicológica. Todos ellas in-
cluyen subescalas relacionadas con la valoración de los diferentes aspectos que hemos visto que influyen
en la lectura o incluso propias del proceso lectoescritor, por lo que resultan eficaces y completas para este
fin. Así, algunos de los más utilizados en nuestro país para niños en edad escolar, y que han sido am-
pliamente estudiados comprobando su validez y fiabilidad, son: ENI. Evaluación Neuropsicológica
Infantil (Matute, Rosselli, Ardila y Ostrosky, 2007), LURIA-INICIAL. Evaluación neuropsicológica
en la edad preescolar (Ramos y Manga, 2006), CUMANES. Cuestionario de Madurez Neuropsi-
cológica para Escolares (Portellano, Mateos y Martínez Arias, 2012), CUMANIN. Cuestionario de
Madurez Neuropsicológica (Portellano, Mateos, Martínez Arias, Granados y Tapia, 2000) o Esquema
de Diagnóstico Neuropsicológico (Ardila y Ostrosky, 2000).
116
Procesos y programas de neuropsicología educativa. Capítulo 8
La dificultad que la mayoría de los estudiantes encuentran con respecto a la lectura es el paso que
se produce desde un énfasis en los procesos de decodificación -“aprender a leer”- a uno en el uso
de la lectura para construir conocimiento -“leer para aprender”- (Martínez, 2012). A partir del modelo
neuropsicológico del procesamiento de la información, en el que, básicamente y como se ha descrito
anteriormente, se mantiene que la información llega a través de las diferentes vías sensoriales para
ser procesada en la mente del individuo y así dar paso a un proceso lector concreto, diversos estudios
se han centrado en el diseño de programas instruccionales con el propósito de promover y mejorar
el uso de la lectura como herramienta de aprendizaje en las aulas. En su mayoría, han seguido el
objetivo de convertir a los estudiantes en lectores competentes que comprendan la información que
se les presenta de manera estratégica, es decir, en función del objetivo que pretenden alcanzar.
Desde los trabajos más pioneros, la enseñanza de la comprensión lectora se ha fundamentado
en cinco principios generales basados en la idea de la necesidad de un aprendizaje adquirido social-
mente que después sea internalizado: (1) el profesor dirige y modela las comprensión, (2) este mode-
lado se produce en contextos determinados, (3) la discusión y reflexión se basa siempre en dos as-
pectos: el contenido y la finalidad de las estrategias que se están usando, (4) el profesor retroalimenta
las actividades de manera adecuada al nivel de competencia y (5) se produce una transferencia del
control hacía el estudiante para ofrecerles autonomía. De este modo, muchos programas diseñados
y puestos en marcha con resultados positivos plantean este tipo de enseñanza explícita de la lectura
(Cerdán, Vidal-Abarca, Martínez, Gilabert y Gil, 2009; Martínez, Martín y Mateos, 2011; Mateos, 2001).
Estas intervenciones se han centrado en gran medida en una enseñanza de las estrategias de
lectura deliberada y sistemática. Como se ha visto, el fin es fomentar las estrategias de comprensión a
través de una instrucción directa y explícita. Como señalan Sánchez, García y Rosales (2010), hay otro
tipo de intervención en la comprensión lectora que puede llevarse a cabo, la enseñanza implícita.
Así, cabe diferenciar que el aprendizaje de la lectura puede y debe llevarse a cabo a través de, por
un lado, una enseñanza explícita, (ejemplificada en los párrafos precedentes y que implica enseñar
de manera consciente y deliberada a comprender) y, por otro lado y de manera complementaría,
una enseñanza implícita (ayudar a comprender a través de tareas funcionales), que pone el énfasis
en diseñar tareas de aprendizaje que impliquen la lectura con una aplicación práctica y funcional de
manera que los alumnos encuentren un significado real al aprendizaje realizado y así se apropien del
mismo. De este modo, el profesor actúa como guía ofreciendo las ayudas necesarias y promoviendo
de manera gradual un aprendizaje autónomo.
La conclusión a la que llegan Sánchez y sus colegas es que estos dos niveles de enseñanza
(implícito y explícito) deberían ser combinados en las escuelas para permitirá los alumnos com-
prender de una manera exitosa y, de hecho, existe una gran variedad de trabajos centrados en este
propósito (Graesser, 2007). Sin embargo, a pesar de la probada eficacia de estas intervenciones, la
realidad de nuestras aulas a menudo se aleja de cumplir estas premisas (Sánchez, García, de Sixte,
Castellano y Rosales, 2008) y es por ello que consideramos necesario especificar en este capítulo
algunas experiencias de programas diseñados y puestos en marcha con resultados positivos, desde
su perspectiva neuropsicológica. En ello nos centramos en las siguientes secciones.
117
Procesos y programas de neuropsicología educativa. Capítulo 8
lectora y los cuales se han puesto en marcha con resultados exitosos. Algunos de estos pro-
gramas se centran en la enseñanza de la conciencia fonológica –relacionada con otros factores
neuropsicológicos, como la memoria operativa–, debido a que esta habilidad para analizar y
sintetizar conscientemente los segmentos del habla, es reconocida como el mayor predictor del
aprendizaje lector (Mejía y Eslava, 2008). Otras instrucciones basan su enseñanza principalmente
en aspectos tales la comprensión o la fluidez lectora. Todos los programas descritos a continua-
ción, a pesar de sus diferencias, han mostrado ser eficaces para el aprendizaje y mejora de la
lectura de niños en edad escolar.
Habilidades Vamos a jugar con… las Programa diseñado para niños de 3 a 10 años
metalingüísticas palabras, las sílabas, los con actividades lúdicas en CD ROM centradas
sonidos y las letras en la mejora de las habilidades metalingüísticas
(García Celada, 2003) (conciencia léxica, conciencia silábica y conciencia
fonémica) y la correspondencia grafema-fonema.
Habilidades visuales y Programa neuropsicológico Programa compuesto por actividades centradas en la
velocidad lectora para la mejora de la velocidad motricidad ocular, la relajación visual y la velocidad
lectora (Álvarez, 2014) lectora de aplicación en el ámbito escolar a lo largo
de 9 meses.
Habilidades visuales y Programa de intervención Esta intervención se desarrolla de manera
comprensión lectora neuropsicológico centrado coordinada entre centro y familia de alumnos de
en la mejora de las habilidades primero de primaria en sesiones diarias de 30
visuales y la comprensión minutos a lo largo de 3 meses. A través de una
lectora metodología activa y lúdica basada en el traspaso
(Tremp, 2014) progresivo de control se centra en la mejora de
la motricidad ocular, la capacidad de enfoque y
discriminación, la acomodación y convergencia/
divergencia, la memoria visual y la comprensión
lectora.
Habilidades visuales y Programa Neuropsicológico Intervención centrada en el entrenamiento visual,
lateralidad para la mejora de la velocidad a través de 30 actividades y la utilización de 3
lectora programas de software) y de la lateralidad (con 44
( Jiménez-García, 2014) actividades) de manera coordinada entre colegio y
familia para alumnos de primaria.
Habilidades visuales, Programa ADI de la Dra. Pilar Programa elaborado para optimizar el rendimiento
auditivas, táctiles, Martín-Lobo escolar desde las áreas de funcionamiento
motrices, de memoria y neuropsicológico hasta las habilidades mentales.
de lenguaje Se divide en dos fases: 1. se ejercitan áreas
neuropsicológicas relacionadas con la visión,
audición, tacto, motricidad, lenguaje y memoria;
2. se incorporan programas de habilidades de
pensamiento, técnicas instrumentales básicas de
aprendizaje, técnicas de estudio y ortografia, etc…
Comprensión lectora Programa de comprensión Programa para enseñar a los estudiantes de entre
lectora (Vidal Abarca, 2002) 10 y 12 años estrategias de comprensión para
aprender a partir de textos expositivos. Se trabajaba
el proceso de diferenciar entre la información que
resulta relevante de la que no lo es, las estrategias
para organizar la información y las estrategias
metacognitivas para controlar y autorregular el
proceso.
118
Procesos y programas de neuropsicología educativa. Capítulo 8
Singer y Cuadrado (2010), en su profunda revisión de los resultados positivos obtenidos por la apli-
cación diversos programas de lectura con base neuropsicológica, tanto de manera preventiva como
remediadora y con alumnos de diferentes edades, ponen de manifiesto la necesidad y efectividad
de intervenir de manera temprana así como de centrar esas instrucciones en los aspectos relevantes
para conseguir un adecuado rendimiento lector de manera integrada: el principio alfabético, recono-
cimiento de palabras, fluidez lectora, comprensión y vocabulario.
En conclusión, a través de programas que siguen esta línea de base neuropsicológica y edu-
cativa se pretende la mejora de la competencia lectora de manera íntegra y a lo largo de toda la
escolaridad.
Como hemos visto a lo largo de este capítulo, la lectura es un proceso ampliamente estudiado,
tanto respecto a su adquisición como a su uso como proceso de aprendizaje, y en el que se está
llevando a cabo esfuerzos a nivel de intervención con el fin de promover en los alumnos una
adecuada adquisición y uso de la lectura. Hasta ahora, nos hemos centrado en los programas de
intervención puestos en marcha de manera más frecuente en las aulas pero no debemos olvidar
que el uso de las TIC y sus aplicaciones, especialmente Internet, está en pleno auge en esta “era
digital” y esto nos influye directamente en la forma en la que nuestros alumnos aprenden. Se
ofrecen multitud de opciones y recursos eficaces para el aprendizaje de los alumnos de todos los
niveles educativos y, en concreto, para la adquisición y mejora de la competencia lectora (Coll y
Rodríguez, 2008).
Las herramientas tecnológicas ofrecen una manera de trabajar más dinámica, rápida, efi-
caz y fácil y esto permite que los alumnos centren sus recursos cognitivos en el proceso de la
lectura y no en el procedimiento que deben seguir. Además, desde la perspectiva del docente,
brindan multitud de ventajas: gran flexibilidad instruccional, progresiva autonomía y participa-
ción activa de los alumnos, uso de metodologías creativas y estimulantes, actividades cooperati-
vas y en contextos actualizados, etc. Indudablemente, las TICs han revolucionado nuestra mane-
ra de leer ya que nos ofrecen aspectos adicionales, como pueden ser imágenes en movimiento,
gráficos, sonidos, etc. que ayudan al proceso de la lectura del texto escrito. Es muy diferente
leer en papel que hacerlo a través del ordenador y nuestros estudiantes están muy familiarizados
con la lectura a través de las TICs en su vida diaria con el uso de chats, e-mails, libros digitales,
etc. (Paredes, 2005). Por tanto, resulta imprescindible que los profesionales de la Educación nos
adaptemos a la forma habitual en la que leen los alumnos y utilicemos los recursos tecnológicos
de los que disponemos (procesadores de texto, recursos digitales, programas interactivos…) para
convertirles en lectores competentes.
119
Procesos y programas de neuropsicología educativa. Capítulo 8
120
Procesos y programas de neuropsicología educativa. Capítulo 8
121
Procesos y programas de neuropsicología educativa. Capítulo 8
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122
Procesos y Programas para desarrollar
Inteligencias Múltiples
Mª Luisa García González y Fátima Llamas Salguero
Introducción
El conocimiento desarrollado por cada ser humano de forma individual se muestra en la forma de
usar las capacidades (Mercer, 1997) aunque mejor sería referirse a actitudes y cualidades, más en la
123
Procesos y programas de neuropsicología educativa. Capítulo 9
base de la conducta; esas capacidades vienen determinadas por el conocimiento cuando se ha alcan-
zado la comprensión de un saber desde su lógica interna, haciéndolo propio, que a su vez se mani-
fiesta en habilidades cuando esta capacidad se establece y permite la aplicación del conocimiento,
que al activarse deriva en el desarrollo de las competencias (González Jiménez et al, 2010:519). Todas
ellas, desde las competencias a las capacidades, derivan del conocimiento, que como proceso, hace
que tales manifestaciones mejoren sucesivamente, más como potencialidad o ejercicio de conducta.
El alumno es protagonista de sus propios conocimientos siempre en disposición de ser cambiados y
que le llevan a situarse de una forma ante ellos y actuar en consecuencia para su continua generación
por lo que se entiende que la competencia está en permanente cambio.
Piaget (1987) mantiene que la epistemología genética está centrada en el hecho de que puede
entenderse como cogénesis de la inteligencia, que, cómo singular forma adaptativa al medio del ser
humano, se manifiesta también como un proceso de estructuras y etapas en el proceso de conoci-
miento conocidas como las fases de la inteligencia que se van generando y organizando unas tras
otras a partir de las potencialidades genéticas del ser humano. Por todo ello, La teoría de las Inteli-
gencias Múltiples (IM) de Howard Gardner, ha revolucionado a la psicología, pedagogía y otras disci-
plinas en el mundo educativo. La base fundamental se manifiesta en la existencia de una inteligencia
plural y global que se muestra a través de la comprensión, el entorno, el contexto, el vocabulario,
habilidades aritméticas… por todo ello, la comprensión, formación y aplicación de esta metodología
en las aulas es fundamental para plantear una reforma educativa, donde se valoren contundentemen-
te aspectos como el esfuerzo, participación, generación de conocimiento, motivación, dedicación al
trabajo, calidad de enseñanza, utilización de herramientas y aplicaciones tecnológicas… todo ello,
es necesario para la modificación de dicha metodología educativa, proyectada hacia una enseñanza,
dentro de la visión pluralista de Gardner hacia el ser humano y la mente, personalizada, ya que entre
todas las facetas que recoge la cognición, se debe tener en cuenta que las diferentes potencialidades
genéticas del ser humano contrarrestan distintos estilos cognitivos (Gardner, 1995).
La definición de inteligencia se ha desarrollado con el paso de los años desde su comprensión
como relación entre aspectos mentales y forma del cráneo por Gall (1810), estudio de la inteligencia
a partir de la medición del cráneo y sus características por Broca (1861), en términos de coeficiente
intelectual para cuantificar los resultados por Stern (1914), como la propiedad perteneciente a nuestra
especie, innata e independiente de los factores por Piaget (1955), hasta entenderse como la capacidad
que tiene una persona para la resolución de problemas y la creación de nuevos productos en un
contexto determinado, vinculado con el desarrollo de las distintas inteligencias que presenta el ser
humano, que se manifiestan y evolucionan de una forma u otra de acuerdo al proceso educativo y a
la competencia cognitiva, la cual es el conjunto de habilidades, capacidades mentales y talentos que
posee una persona, dichas competencias cognitivas no se manifestaran de forma independientes,
sino que coexisten entre sí mismas.
Para comprender los fundamentos neuropsicológicos, cabe diferenciar los aspectos más sig-
nificativos de cada inteligencia, al igual que las zonas cerebrales a las que cada una de ellas corres-
ponde. Cabe destacar que, pese a dicha independencia, trabajan de forma conjunta, combinándose
y desarrollándose de forma integrada en el ser humano.
La inteligencia Lingüística-Verbal, es la habilidad por la cual se utiliza de forma eficaz el
lenguaje tanto oral como escrito (Vargas Hernández, 2004). Se relacionada con la capacidad de leer y
escribir y con el uso de la palabra (Ferrándiz García, Bermejo García, Prieto y Prieto Almeda, (2006).
Esta inteligencia presenta una localización cerebral en el área temporal (áreas de Broca y de Wernic-
ke) al igual que en el hemisferio izquierdo en diestros y algunos zurdos. Destacan los centros relacio-
nados con la lectura y escritura y la planificación en el área frontal, áreas motoras y premotoras. Des-
aparece o se ve sumamente mermada en casos de afasia, dislexia y disfasia. Su desarrollo comienza
durante los primeros años de vida, siendo en la etapa de Infantil y Primaria cuando se desarrolla y
da estructura a este tipo de inteligencia (Prieto y Ferrándiz, 2001), manteniéndose luego permanente
y estable hasta la vejez. Así, algunas de las habilidades básicas que servirán de perfeccionamiento e
impulso de esta será la sensibilidad a los sonidos (no musicales), a la estructura y al conocimiento del
significado del lenguaje. Los niños que presenta este tipo de inteligencia tienen niveles de aprendizaje
elevados cuando perciben la información a través de la lectura, escritura, debates, discusiones,…ante
ello, van a mostrar una gran afinidad por actividades centradas en leer, escribir, memorizar, hablar,…
124
Procesos y programas de neuropsicología educativa. Capítulo 9
125
Procesos y programas de neuropsicología educativa. Capítulo 9
con la atención y la concentración, áreas sensitivas y otras. El sistema límbico para controlar la
vida emocional y la amígdala. La inteligencia interpersonal desataca por localizarse en las áreas
relacionadas con el lenguaje por la comunicación humana y la cantidad de información que se
intercambia, áreas motrices, por la expresión facial, sistema límbico por los sentimientos y emo-
ciones en la comunicación… En ambos casos, surgen durante la infancia, sobre los tres años de
edad y encuentran su representación en la alexitimia o el Trastorno Autista respectivamente. La
inteligencia interpersonal está relacionada con la capacidad para entender a las otras personas,
sentir la empatía por el prójimo, comprender los estados de ánimo, temperamentos, motivacio-
nes, deseos de los demás… van a destacar presentando habilidades propias como relacionarse
con los demás, la interacción, autoconocimiento y autoestima. Por otro lado la inteligencia in-
trapersonal es la capacidad que hace referencia para acceder a los sentimientos propios y com-
prender las emociones íntimas. Las habilidades propias de esta inteligencia están destinada a
percibir, ser ético, autocontrol… Gardner (2001) nos indica que una persona con una inteligencia
intrapersonal desarrollada posee un modelo viable y eficaz de sí mismo.
La inteligencia Naturalista descrita por Ferrándiz García, Bermejo García, Ferrando Prie-
to y Prieto Almeda (2006) como la capacidad para percibir las relaciones que existen entre varias
especies o grupos de objetos y personas, así como reconocer y establecer si existen diferencias
y semejanzas entre ellos. Gardner (2001) se refiere a las habilidades que permiten a las personas
comprender las características del mundo natural y desarrollarse eficazmente en él. Reside en el he-
misferio derecho, áreas prefrontales para planificar estudios e investigaciones, lóbulo occipital para
las funciones visuales y así poder captar los detalles en la observación natural, y las áreas motoras y
premotoras para la precisión en la manipulación de instrumentos determinados como por ejemplo
los utilizados en un laboratorio. Es importante destacar que no se conoce ninguna enfermedad o
trastorno ligado íntimamente con dicho tipo de inteligencia es fundamental su adquisición durante
los primeros años de la infancia. Las personas que presentan un alto nivel en este tipo de inteligen-
cia poseen un gran interés por el gusto a la naturaleza, cuidar e interactuar con los seres vivos o los
fenómenos naturales…
126
Procesos y programas de neuropsicología educativa. Capítulo 9
Corporal Áreas motoras y Lenguaje de Patrones básicos del Varía según Habilidad
premotoras. signos movimiento. componentes: para controlar
Coordinación corporal. flexibilidad, movimientos
Cerebelo. Destreza física. fuerza, etc.. y manejar
Áreas implicadas en Equilibrio. objetos.
el movimiento. Flexibilidad.
Áreas relacionadas Fuerza.
con la articulación Velocidad.
del lenguaje y de la Facilidad para la
expresión oral. percepción de medidas y
volúmenes.
Expresión corporal.
127
Procesos y programas de neuropsicología educativa. Capítulo 9
El mundo actual, necesita respuesta a sus problemas desde un trabajo global donde se exige, el de-
sarrollo de capacidades, tales como: analizar, deducir, interactuar, investigar, mediar, vivir con ética,
ser perseverante, cooperar, ser competente en… influencia social, emprendedor, etc., como ejecución
de las funciones cognitivas y desarrollo cerebral. Robert Swartz (2015), defensor del pensamiento
crítico y creativo, y del trabajo cooperativo, incide en las soluciones para los problemas reales, que
pasan por trabajos globales donde vamos a poner en juego nuestras rutas de acceso a la información
preferidas y reconociendo las fortalezas de cada uno.
Nos enfrentamos a un nuevo paradigma educativo, que cuenta con un buen andamiaje
emocional y los avances neuropsicológicos (Armstrong, 2012; Extremera y Fernández-Berrocal,
2001)). Es un modelo de educación integral que incluye: Competencias básicas, Inteligencias
Múltiples, habilidades de pensamiento, creatividad, visión, audición, lateralidad, creatividad,
atención, memoria, etc. porque hoy necesitamos personas competentes con gran manejo mo-
128
Procesos y programas de neuropsicología educativa. Capítulo 9
tivacional y emocional que constituyan un modelo referencial de éxito (Padrón y Sánchez Ga-
llardo, 2010).
Hoy desarrollamos competencias diferentes que en la práctica, posibilitarán cambios en, la
organización de horarios, más cooperación, espacios creativos… y que necesitan una buena forma-
ción del profesorado con actitud de cooperación, por ejemplo: Planteamiento de grupos grandes de
alumnos con varios profesores que trabajan juntos en un mismo proyecto, aunque también pueden
ser individuales o en pequeños grupos. De esta forma, se facilita la adquisición de conocimientos me-
diante la planificación y desarrollo de estrategias, y la solución de problemas a través de actividades
elaboradas con Tecnologías de la Información y la Comunicación. Supone un trabajo interdiscipli-
nario a partir de los intereses del alumno para generar aprendizajes significativos y el desarrollo de
habilidades en profesores y alumnos. Se organiza a los alumnos en grupos, donde se va aplicando
la experiencia que adquieren a lo largo del proyecto, poniendo en juego sus intereses y fortalezas.
La duración de un proyecto depende del objetivo, las experiencias, la información, los intereses, el
contexto, etc. Puede durar, un día, una semana, una quincena, un mes, todo el curso,…
Elementos integrantes del nuevo paradigma por proyectos:
––Inteligencias Múltiples; Fortalezas y puntos fuertes para paliar los débiles; transferencia.
––Aprendizaje y desarrollo mediante interacciones.
––Relaciones entre iguales.
––Materiales, estrategias y actividades, estableciendo modelos de colaboración.
––Alumno protagonista.
––Modelo neuropsicológico-humanista.
––Aprendizajes y evaluación favorecedores de las habilidades de pensamiento y la creatividad.
––Desarrollo de competencias
––Dominio digital
––Evaluación PORTFOLIO.
Para plantear un proyecto se deben considerar los siguientes aspectos con relación a los alumnos:
129
Procesos y programas de neuropsicología educativa. Capítulo 9
La actitud del profesor es importante. Debe actuar como facilitador. Está a cargo de la clase. Reúne a
los alumnos para aprender y discutir un tema encontrado. Utiliza herramientas y metodologías que
enfrenten a los alumnos a superar sus retos, para construir nuevos conocimientos.
“Un profesor triste es un triste profesor, mientras que, un profesor alegre es un gran profe-
sional” (Hué, 2011). Por tanto, necesitamos profesores líderes con un adecuado conocimiento
personal, ilusionado, motivado y creativo, que traslade su ilusión, su motivación y creatividad
a cada alumno, que sea capaz de personalizar la enseñanza para descubrir y desarrollar sus
talentos. De hecho, conseguir el éxito de los alumnos, supone que desarrollen voluntariamen-
te competencias que les llevarán a un alto nivel de éxito escolar y personal.
El proceso y desarrollo de las actividades es muy variado, dependiendo de cada etapa edu-
cativa, con distintas formas en su estructura, por ejemplo:
Para Inglés, I see, I think, I wonder. En Inteligencia Lingüística, seis sombreros. En Inteligen-
cia Matemática, problema, hipótesis, experimento, observación y conclusión. En Inteligencia
Espacial, lluvia de ideas, materiales, recursos y experimento. En Inteligencia Musical, sonidos,
canciones y pensamientos. En Inteligencia Corporal, objetivos, pasos previos, punto de parti-
da, acción y evaluación. En Inteligencia Naturalista para investigar, observar, crear analogías,
dibujar y teorizar. En Inteligencia Intrapersonal, razonamiento superior desarrollando: cono-
cimiento, comprensión, aplicación, análisis, síntesis y evaluación. En Interpersonal, Represen-
tación de personajes, información, análisis y debate, evaluación y exposición de productos…
y muchas más.
Inicio del movimiento de las piezas que forman parte del ajedrez. Direccionalidad: horizontales, ver-
ticales, diagonal y movimiento del peón.
130
Procesos y programas de neuropsicología educativa. Capítulo 9
¿Cómo lo hacemos?
¿Qué conseguimos?
Los alumnos integran el movimiento dentro del tablero siguiendo una línea horizontal, vertical y dia-
gonal, y aprenden que el peón en el primer movimiento puede avanzar una o dos casillas (cuando
sale de su “casa” está más descansado, por esto, puede avanzar dos solo en ese momento) y que para
comer o capturar otra pieza, siempre tiene que saltar en diagonal.
Recursos y materiales
131
Procesos y programas de neuropsicología educativa. Capítulo 9
Inteligencia Intrapersonal: Ponte en el lugar de Cristóbal Colón o del jefe de los tainos
(indígenas habitantes de las Bahamas). Reflexiona sobre cómo hubieras actuado durante los primeros
meses de convivencia de las dos culturas.
Inteligencia Interpersonal: Establecer un diálogo en el grupo comparando la llegada de
Colón a América con la llegada de emigrantes a nuestro país. Anotad dos aspectos sobre los que todo
el grupo esté de acuerdo y dos aspectos sobre los que haya distintos puntos de vista.
Inteligencia Lingüístico-Verbal: Imagina que eres Cristóbal Colón en su primer viaje hacia
las Indias. Escribe las anotaciones de su cuaderno de bitácora desde el 3 de agosto hasta el 12 de
octubre de 1492.
Inteligencia Lógico-Matemática: Realiza los siguientes problemas:
––Si Colón salió de Canarias el 12 de agosto de 1492 y llegó a Bahamas el 12 de octubre, ¿cuántos
días estuvo en el mar?
––Si la Santa María viajó 6.857 kilómetros en 36 días, ¿cuántos kilómetros viajaba cada día?
––Si Colón partió con 90 hombres y 7 murieron durante el viaje de ida, 15 se quedaron en las Ba-
hamas, 9 indígenas se subieron al barco para volver, 19 marineros se perdieron en una tormenta
en el viaje de vuelta y 12 desertaron en las Azores, ¿cuántos hombres volvieron a Portugal con él?
Metas de comprensión:
––Queremos que nuestros alumnos comprendan las matemáticas a través del desarrollo de habilida-
des neuropsicológicas y las Inteligencias Múltiples.
––Optimizar el desarrollo personal y el rendimiento académico.
––Atender a cada alumno según sus fortalezas.
––Establecer las condiciones necesarias para alcanzar el éxito en cada alumno.
––Acercar a los alumnos a los problemas reales del mundo, a través de los proyectos.
Hilos conductores: ¿Qué es lo que nos gusta de las matemáticas? ¿Cómo podemos hacer
más fácil su comprensión? ¿Para qué utilizamos las matemáticas?
132
Procesos y programas de neuropsicología educativa. Capítulo 9
Desarrollo de actividades
Actividades Elementos Inteligencias Evaluación
de neuropsicológicos que se trabajan
comprensión que intervienen y competencias
Problemas Proceso creativo: Lógico-matemática Rúbrica
Sensibilización-pienso Lingüística Sabe identificar el objetivo del
Incubación-razono Viso-espacial problema y localizar los datos y los
Insigt-calculo Corporal expresa con claridad y rigor.
Verificación-resuelvo Naturalista Selecciona y aplica las estrategias
Producto-creo Intrapersonal adecuadas con precisión y rigor.
Habilidades de pensamiento Interpersonal Realización de cálculos,
Atención selectiva Tratamiento de estimaciones y gráficos.
Memoria la información, Expresa adecuadamente la solución
Relación entre hechos competencia digital y del problema.
Percepción espacio-temporal competencia matemática Es responsable de sus tareas y
Motricidad trabaja en equipo
Estrategias de nivel superior: Usa el lenguaje, los símbolos y los
conocimiento, comprensión, textos informáticos
aplicación, análisis, síntesis y
evaluación
Gráfico de objetivos
Ajedrez Habilidades visuales y auditivas Lógico-matemática Rúbrica
Habilidades espaciales y Viso-espacial Analiza las ideas utilizando
temporales Corporal las destrezas de pensamiento
Pensamiento divergente Lingüística adecuadas y lo hace con rigor, en
Lateralidad Intrapersonal castellano y en inglés
Agilidad mental Interpersonal Sabe relacionar las causas con sus
Juegos de coordinación y Musical efectos, es capaz de predecir en
vestibulares Naturalista situaciones análogas y generalizarlo
Lenguaje corporal Demuestra total comprensión del
Lengua inglesa ejercicio
Canto Ordena pensamientos para actuar
Atención y memoria de forma temporalizada
Dinamismo cerebral Trabaja en equipo
Estímulo de los dos hemisferios Se relaciona bien con los demás
cerebrales cooperando y gestionando sus
emociones
Ángulos Habilidades visuales y auditivas Lógico-matemática Rúbrica
Habilidades de sentido espacial Lingüística Selecciona y aplica estrategias
y direccionalidad Viso-espacial adecuadas con precisión y rigor
Juegos de coordinación y Naturalista Utiliza con rigor el lenguaje
lenguaje corporal Corporal matemático para expresarse
Pensamiento divergente Intrapersonal Distingue y reproduce conceptos
Representaciones mentales Interpersonal Demuestra total comprensión del
Expresión oral ejercicio
Lateralidad Es responsable de sus tareas y
trabaja en equipo
Usa el lenguaje, los símbolos y los
textos informáticos
Medida del Habilidades visuales: motricidad, Lógico-matemática Rúbrica
tiempo convergencia, acomodación y Lingüística Aplica los conocimientos
lateralidad Viso-espacial matemáticos en otras áreas, siempre
Habilidades espaciales, Naturalista que le sean útiles
temporales y direccionales Corporal Lee, interpreta, organiza y presenta
Ritmo Musical la información de forma matemática
Dinamismo cerebral Intrapersonal Distingue y reproduce conceptos
Agilidad mental Interpersonal Utiliza diferentes herramientas para
Estímulo de los dos hemisferios realizar las actividades
cerebrales Aprende de la experiencia
Atención y memoria Demuestra total comprensión del
ejercicio
133
Procesos y programas de neuropsicología educativa. Capítulo 9
Temporalización: Un mes
134
Procesos y programas de neuropsicología educativa. Capítulo 9
135
Procesos y programas de neuropsicología educativa. Capítulo 9
136
Procesos y programas de neuropsicología educativa. Capítulo 9
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Procesos y programas de neuropsicología educativa. Capítulo 9
138
Procesos y programas para el desarrollo
de las funciones ejecutivas
María Vaíllo Rodríguez y Nuria Camuñas Sánchez-Paulete
INTRODUCCIÓN
El presente capítulo aborda las funciones ejecutivas desde su base neuropsicológica, haciendo
hincapié en sus implicaciones educativas. Para ello, se dedica el primer punto a la conceptuali-
zación teórica, repasando los distintos modelos existentes y sus componentes. El segundo epí-
grafe se centra en el tema de la evaluación de las funciones ejecutivas, repasando las pruebas
existentes y revisando los últimos acercamientos al tema, que proponen el diseño de test a partir
de herramientas virtuales. A continuación, el tercer apartado trata los estudios y experiencias
llevados a cabo en el campo de la educación que relacionan las funciones ejecutivas, entre otras
cuestiones, con los trastornos del neurodesarrollo. El último punto se detiene en las intervencio-
nes llevadas a cabo en distintos niveles educativos para la mejora y optimización de las funciones
ejecutivas.
Podemos entender por funciones ejecutivas, las habilidades que intervienen a la hora de producir,
regular, ejecutar o reajustar las conductas dirigidas a metas. Son indispensables, tal y como indican
Gilbert y Burgess (2008), cuando nos enfrentamos a tareas novedosas, ya que facilitan nuevas formas
de comportamiento, nos permiten adaptarnos a las circunstancias desconocidas y son por tanto im-
portantes a la hora de hacer planes de futuro, pasar de una actividad a otra, etc.
Las funciones ejecutivas están ligadas a la autonomía y nos permiten actuar con libertad y
desenvolvernos en la vida de forma adaptativa. Están implicadas tanto en tareas cognitivas (se aso-
cian a procesos de atención, a la memoria de trabajo, la flexibilidad mental, la capacidad de antici-
139
Procesos y programas de neuropsicología educativa. Capítulo 10
En la tabla 1 se puede ver una descripción de los componentes de las funciones ejecutivas y sus
bases cerebrales.
140
Procesos y programas de neuropsicología educativa. Capítulo 10
Como se ha mencionado, las funciones ejecutivas se relacionan con distintos procesos cognitivos y
emocionales fundamentales para desarrollar un funcionamiento adaptativo y que por lo tanto van a
influir de forma directa en el desarrollo académico y social. En este sentido, se considera que están
implicadas en ciertos procesos claves, como son atención, memoria, organización, planificación, in-
hibición e iniciativa, flexibilidad y capacidad de cambio, control de la conducta y de las emociones y
establecimiento de objetivos (Moraine, 2014). Cabe destacar la implicación que la actividad prefrontal
tiene sobre los procesos de atención, que dependen fundamentalmente de la formación reticular, y
de la memoria, localizada en zonas temporales.
Como ya señaló Soprano (2003), resulta sumamente complicado establecer clasificaciones de las nu-
merosas pruebas que se han ideado para la evaluación de las funciones ejecutivas. Dado que el ob-
jetivo de este epígrafe no es hacer un repaso detallado por cada una de las ellas, opción que excede
con creces las intenciones del mismo, sino dar una visión más amplia y actualizada de la evaluación
de las funciones ejecutivas, tomamos como punto de partida su clasificación, que establece una am-
plia variedad de test para niños y adolescentes (Tabla 2).
141
Procesos y programas de neuropsicología educativa. Capítulo 10
142
Procesos y programas de neuropsicología educativa. Capítulo 10
Por todos los motivos anteriormente comentados, la evaluación de las funciones ejecutivas a través de
la realidad virtual (a la que dedicamos las restantes líneas de este epígrafe) parece destacarse en los
últimos años como una posibilidad que supere los mencionados sesgos. Rizzo (2004) señala que la
aplicación de la realidad virtual al uso de la evaluación de las funciones ejecutivas permite observar
los efectos que tienen determinadas situaciones en un entorno virtual, como por ejemplo, al someter
al sujeto evaluado a cada vez mayores demandas atencionales ecológicamente relevantes en un entor-
no virtual, además de un mayor control de las distracciones, la carga del estímulo y la complejidad,
que pueden irse variando en función de las características del sujeto. Por último, logra un análisis
más preciso y detallado de las respuestas. Además de las mencionadas, Rizzo (2004) enumera hasta
otras once ventajas adicionales del uso de la realidad virtual:
143
Procesos y programas de neuropsicología educativa. Capítulo 10
––La provisión de estímulos o tácticas de visualización diseñadas para ayudar a guiar el desempeño
exitoso y que apoyen un enfoque de aprendizaje libre de error.
––La obtención de una interpretación completa y la disponibilidad de un registro de desempeño más
naturalista e intuitivo para su posterior revisión y análisis.
––La capacidad de hacer una pausa en la evaluación, el tratamiento y la formación para la discusión
y/o integración de otros métodos.
––El diseño de entornos de evaluación que minimicen los riesgos derivados de errores.
––La capacidad para mejorar la disponibilidad de la evaluación y rehabilitación de las personas con
impedimentos sensoriomotores, mediante el uso de dispositivos de interfaz ajustada a sus necesi-
dades, que presenten el escenario en la modalidad sensorial adecuada.
––La introducción de tareas basadas en la gamificación dentro de los entornos virtuales como una
manera de aumentar la motivación.
––La integración de representaciones humanas virtuales o avatares para aplicaciones en las que se
aborde la interacción social.
––La opción de diseñar pruebas que los sujetos puedan realizar de manera auto-dirigida y que per-
mitan incluso practicar en entornos particulares, de cara a la rehabilitación y la mejora.
Si bien la primera táctica para vencer las dificultades que se achacan a los test tradicionales de funcio-
nes ejecutivas fue diseñar tareas de tipo “top down”, que al requerir tareas en las que había de poner
en juego una integración de distintas funciones y un mayor autocontrol, parecían emular mejor las
condiciones de la vida diaria (Shallice y Burgess, 1991), en 1998 Pugnetti et al. (1998) llevaron a cabo
la que se considera la primera aplicación de la realidad virtual en el desempeño de las funciones eje-
cutivas. Inspirada en el test clasificación de tarjetas de Wisconsin (WCST), la prueba obligaba al sujeto
a salir de un edificio virtual haciendo uso de distintas puertas, que debían seleccionarse de manera
adecuada haciendo uso de categorías relativas a la forma, el color y el número de mirillas que éstas
poseían. Al igual que el WCST, la persona había de ir cambiando de estrategia, pues los criterios co-
rrectos en cuanto a la elección de la puerta iban modificándose tras un número determinado de éxitos.
De manera similar, Ku et al. (2003) utilizaron un entorno virtual en el que los sujetos debían,
al igual que en el caso de Pugnetti (1998), elegir la salida de una habitación entre una serie de puer-
tas, mientras que Kang (2008) trasladó el entorno a un supermercado, donde los sujetos debían hacer
la compra mientras un casco registraba los movimientos de su cabeza.
En las últimas décadas, equipos de distintos países han creado test virtuales que, intentando
superar las limitaciones ecológicas, proponen la evaluación de las funciones ejecutivas en situaciones
relacionadas con la vida real de los sujetos. De hecho, los contextos virtuales de aplicación de tales
pruebas pasan por la simulación de ciudades, como en el caso de la Prueba Multitarea de Ciudad o
MCT, (Jovanovski, 2012); de tareas de oficina, como en la Oficina Assessim (AO) de Krch et al. (2013);
de búsqueda en una librería (Renison, Ponsford, Testa, Richardson y Brownfield, 2012) o incluso
de cumplimiento de recados, como el Multiple Errands Test o MET en sus diferentes versiones. Del
entorno español proviene una de las más recientes creaciones, el Test del vendedor de helados o Ice
Cream Test Seller que, aunque todavía está en fase de prueba, pretende evaluar las funciones ejecu-
tivas tanto en población general como en población clínica, convirtiendo al sujeto en un heladero en
su primer día de trabajo (Climent et al., 2014). En el test, que se realiza con unas gafas de realidad
virtual con sensores de movimiento y un brazo virtual, el sujeto ha de dar el turno a los clientes que
van entrando a la tienda (fase de planificación) y servir a los mismos (fase de ejecución). En su con-
junto, la prueba permite medir 8 variables: planificación, aprendizaje y memoria de trabajo, tiempo y
velocidad de procesamiento, atención y flexibilidad cognitiva.
Aunque aún es pronto para saber si los entornos virtuales mejoran la evaluación de las fun-
ciones ejecutivas, algunos estudios parecen obtener datos muy positivos al respecto. En 2013, utili-
zando una muestra de treinta y ocho adolescentes de desarrollo típico entre 13 y 17 años, Lalonde
y su equipo verificaron que el desempeño en el Stoop-virtual estaba estrechamente asociado con el
rendimiento en una tarea de inhibición realizada con papel y lápiz. Además, estos autores mantienen
que el rendimiento en el Stroop-virtual refleja con mayor precisión el desempeño de las funciones
ejecutivas del comportamiento cotidiano que las tareas de papel y lápiz, pudiendo funcionar como
complemento a las pruebas tradicionales en la evaluación de las capacidades cognitivas complejas.
144
Procesos y programas de neuropsicología educativa. Capítulo 10
A pesar de ello, los test de funcionamiento ejecutivo mencionados están aún en plena fase
de investigación y desarrollo, la mayoría se han estudiado en muestras pequeñas, no existe una
forma estandarizada que facilite su aplicación y no facilitan datos normativos (Climent et al., 2014).
Además, la mayoría de ellos se plantean desde el ámbito clínico, y en ese sentido están orientados a
detectar problemas o disfunciones en poblaciones de sujetos adultos. Cabría llamar la atención sobre
la necesidad de elaborar pruebas virtuales dirigidas a población de niveles pre-universitarios, que
permitan detectar problemas de aprendizaje asociados a las funciones ejecutivas, e incluso brinden
la oportunidad de optimizar el rendimiento a través de pruebas de entrenamiento de diferentes pro-
cesos cognitivos.
Los acercamientos a las funciones ejecutivas y sus aplicaciones prácticas han despertado un gran
interés, pues en los últimos años numerosas aproximaciones han destacado destacando su impli-
cación sobre los procesos educativos. Además, las funciones ejecutivas han mostrado ser válidas
para explicar los síntomas asociados a distintos trastornos neuropsicológicos y dificultades del
aprendizaje.
El estudio de estas relaciones surge a partir de que las funciones ejecutivas se hayan consi-
derado esenciales a la hora de ejecutar una conducta eficaz, sobre todo que sea creativa y aceptada
socialmente, por lo que su alteración conllevaría grandes problemas para iniciar, modificar, controlar
o interrumpir las conductas, las acciones, disminuyendo la conducta espontánea y aumentando la
impulsividad.
En este apartado se presentan los datos de algunos estudios en estas dos áreas. En primer lu-
gar, exploraremos la relación con los procesos educativos y en segundo lugar con algunos trastornos,
centrándonos fundamentalmente en su utilidad a la hora de explicar los síntomas asociados al Déficit
de Atención con Hiperactividad (TDAH).
Para Marina (2012b) los hábitos van a ser la clave del aprendizaje, entendiendo por hábitos los esque-
mas mentales, aprendidos por repetición y de carácter estable, que permiten automatizar los procesos
mentales cognitivos, afectivos, ejecutivos o motores. Para él, el objetivo de la educación debe ser
fomentar buenos hábitos, entre los que incluye ocho hábitos ejecutivos.
…hemos identificado ocho funciones ejecutivas, cada una de las cuales se establecen como
hábitos: 1) inhibir la respuesta para no dejarse llevar por la impulsividad; 2) dirigir la atención, poder
concentrarse en una tarea, y saber evitar las distracciones; 3) control emocional: la capacidad para
resistir los movimientos emocionales que perturban la acción; 4) planificación y organización de
metas; 5) inicio y mantenimiento de la acción. Hay niños y adultos que son muy lentos en comenzar
una tarea o en mantenerla; 6) flexibilidad, es decir, la capacidad de cambiar de estrategia, de apren-
der cosas nuevas o de aprender de los errores; 7) manejo de la memoria de trabajo para aprovechar
los conocimientos que se tienen; y 8) manejo de la metacognición, que consiste en reflexionar sobre
nuestro modo de pensar o de actuar, con el fin de mejorarlo (Marina, 2012b, 662e3).
Estudios recientes realizados en el ámbito escolar muestran que las funciones ejecutivas están
muy relacionadas con los estilos de aprendizaje, al permitir procesar conductas eficaces y adecuadas
a cada contexto, evitar estímulos distractores, establecer un plan de estudio, inhibir comportamientos
no adecuados en el aula y ser flexibles ante posibles cambios del entorno.
En esta área, también han sido numerosos los estudios que exploran la relación entre rendi-
miento académico y funciones ejecutivas. Tales acercamientos han encontrado que la memoria de
trabajo está relacionada con el aprendizaje (St. Clair-Thompson y Gathercole, 2006; Raghubar et al.,
2009), observando que el bajo rendimiento académico puede vincularse a varias disfunciones ejecu-
tivas. Tales resultados aconsejan tener en cuenta estas variables a la hora de trabajar en la mejora del
rendimiento académico (García-Villamisar y Muñoz, 2000).
145
Procesos y programas de neuropsicología educativa. Capítulo 10
En una línea similar se sitúan los datos arrojados por Castillo-Parra, Gómez y Ostrosky-Solís
(2009) que, tras analizar a 156 alumnos concluyen que, en los primeros años de primaria, un buen
desempeño escolar requiere de una mayor capacidad de memoria, necesidad a la que se suman
asimismo el resto de funciones ejecutivas. Por tanto, una buena estrategia para fomentar el éxito
académico derivada de estos hallazgos sería trabajar con las capacidades cognoscitivas que surgen
durante la niñez. Otros autores, como Gardner (2009), han asociado el fracaso escolar con un pobre
desempeño del control inhibitorio, la memoria de trabajo, la resolución de problemas y las habilida-
des de organización.
En esta misma línea, se ha encontrado que las funciones ejecutivas están relacionadas con un
buen comportamiento en clase y un mayor compromiso por parte de los alumnos (Brock, Rimm-Kau-
fman, Nathanson y Grimm, 2009), lo que se asocia directamente con un mejor rendimiento.
Parece, por tanto, que el desarrollo de las funciones ejecutivas es eficaz para la adaptación
académica, debiéndose facilitar el mismo en el alumnado de infantil y primaria. No hay duda de que
si éstos poseen unos buenos niveles atencionales y una buena capacidad para auto dirigir el aprendi-
zaje, tendrán más éxito que aquellos otros sujetos que muestren problemas de autocontrol.
En general, parece que el estudio del desarrollo de las funciones ejecutivas desde edades tempranas
facilita la detección y prevención de los trastornos de neurodesarrollo, observándose que los niños
con alteraciones en las funciones ejecutivas muestran un bajo control de impulsos, poca flexibilidad,
una mala planificación, limitaciones para regular su desempeño, dificultades para establecer estrate-
gias adecuadas y poca memoria de trabajo (Lozano Gutiérrez y Ostrosky, 2011).
Desde este punto de vista, las funciones ejecutivas se han asociado a distintos trastornos. Así,
el síndrome disejecutivo o síndrome frontal se ha relacionado con la esquizofrenia y con el trastorno
obsesivo-compulsivo, además de con determinados trastornos del neurodesarrollo, como el déficit
de atención con o sin hiperactividad (Lepina y Segretín, 2015). Entre los síntomas característicos de
los niños que presentan síndrome disejecutivo se encuentran un bajo control de los impulsos, di-
ficultades de autorregulación y monitorización de la conducta, de planificación y organización de
problemas, dificultades en la utilización de estrategias, inflexibilidad cognitiva y una escasa memoria
de trabajo (Anderson, 2002).
Uno de los trastornos del neurodesarrollo con mayor relevancia en la actualidad, como ya
se ha mencionado, es el déficit de atención con hiperactividad (TDAH). Este trastorno se caracteriza
por una disminución de la atención y un comportamiento hiperactivo-impulsivo. Además, los niños
diagnosticados con TDAH presentan alteraciones en procesos cognitivos, conductuales y emociona-
les que dificultan su adaptación social.
Son muchas las investigaciones que relacionan el TDAH con ciertas deficiencias en las funcio-
nes ejecutivas, encontrando los distintos estudios una alteración en el control inhibitorio conductual,
lo que podría explicar la impulsividad, así como la dificultad de estos sujetos a la hora de detener
las conductas que están en marcha, organizar las actividades y mantenerse centrados en una sola
actividad. Asimismo, los estudios que muestran que también se encuentran afectados la memoria de
trabajo y los procesos atencionales validan la hipótesis relativa a la presencia de una alteración en el
control inhibitorio conductual subyacente a los síntomas de TDAH.
Willcutt, Doyle, Nigg, Faraone y Pennington (2005) compararon un grupo de personas diag-
nosticadas de TDAH con un grupo control. Con este fin evaluaron la flexibilidad cognitiva, la memo-
ria de trabajo, la respuesta de inhibición y ejecución, y el control de la interferencia, mostrando los
datos diferencias significativas entre ambos grupos. Aunque las mayores diferencias se encontraron
en las tareas de control inhibitorio y en los tiempos de reacción, se producían también errores por
omisión en la prueba de vigilancia continua, en tareas de planeación y en la memoria de trabajo
general y espacial.
Por otra parte, en una revisión realizada por Trujillo y Pineda en 2008, se concluye que tanto
en la base del TDAH como en otras alteraciones disruptivas de la conducta, las funciones ejecutivas
juegan un papel importante. Esta afirmación se ve apoyada por el estudio realizado por Ramos-Loyo,
146
Procesos y programas de neuropsicología educativa. Capítulo 10
Taracena, Sánchez-Loyo, Matute y González-Garrido en 20-11, cuyos datos indican que los niños
con TDAH muestran una tendencia general a tener un menor desempeño en las pruebas de funcio-
namiento ejecutivo, en comparación con los niños del grupo control. Además, en la mayoría de las
categorías evaluadas por el Inventario de Funcionamiento Ejecutivo Social (BRIEF), los niños con
TDAH mostraron más problemas que los niños del grupo control.
En resumen, los distintos hallazgos apuntan a que los niños con TDAH tienen problemas en
su funcionamiento ejecutivo, y por tanto, trabajar para fortalecer y desarrollar las funciones ejecutivas
puede ser una buena herramienta para guiarles a través de una aproximación individualizada, de
forma que tengan una mejor adaptación al contexto al que han de enfrentarse. Al final del siguiente
epígrafe se repasarán algunas de las intervenciones que se han diseñado para este colectivo con el
fin de mejorar las funciones ejecutivas.
Si, tal y como se ha puesto de manifiesto en el epígrafe anterior, las funciones ejecutivas son clave
en el proceso de enseñanza-aprendizaje del alumnado, es inevitable preguntarnos qué tipo de pro-
puestas de intervención se han comenzado a poner en marcha para la optimización de tales pro-
cesos. Este último punto del capítulo tiene la intención de repasar las principales aportaciones en
este sentido, haciéndonos eco de la intuición de Soprano (2003: 49) cuando traduce en palabras una
observación que en muchas ocasiones habremos sentido en el aula:
A menudo, en la práctica cotidiana, se nos presenta un niño o adolescente incapaz de au-
torregular su conducta de modo adecuado y según las exigencias del entorno; pero que, a su vez,
despierta en nosotros la sensación intima, y hasta la firme convicción, de que, independientemente
de su cociente intelectual o de su diagnóstico académico, ese paciente tiene ‘más’ dentro de sí que
lo que realmente demuestra, y que si lograse mejorar esas habilidades de autocontrol aumentaría su
eficiencia y su vida sería mucho más fructífera y feliz.
Comenzaremos repasando algunas intervenciones llevadas a cabo en el periodo de infantil,
pues algunos autores no dudan en señalar que el cambio más espectacular en cuanto al desarrollo
de las funciones ejecutivas se produce en este momento, concretamente entre los 3 y los 5 años. A
estas edades, se alcanzan ciertos logros importantes, como la adquisición de la teoría de la mente y
la organización de pensamiento y conducta, aumentando la flexibilidad y avanzando en la auto-regu-
lación (Garon, Bryson y Smith, 2008). Algunos investigadores vinculan el desarrollo de las funciones
ejecutivas en este periodo con el aumento de la capacidad del niño para el aprendizaje (Bull, Espy y
Wiebe, 2008), además de la mejora rendimiento académico y la continuidad en el sistema educativo
(Brock, Rimm-Kaufman y Nathanson, 2009).
Recientemente, Traverso, Viterbori y Usai (2015) han estudiado la efectividad de una inter-
vención para la optimización de las funciones ejecutivas en alumnado de 5 años. Ésta se extendió
a lo largo de un mes, incluyendo un total de doce sesiones en las que se trabajó, según las propias
autoras, con material de bajo coste (por ejemplo, no se usaron ordenadores ni equipos tecnológicos
de ningún tipo). Tras ese tiempo, los resultados mostraron que los sujetos que recibieron la inter-
vención fueron más capaces de retrasar la recompensa, controlar las respuestas en tareas de ejecu-
ción-no ejecución, procesar y actualizar información y manejar el conflicto cognitivo. En concreto,
el programa se centró en la inhibición, la memoria de trabajo y la flexibilidad cognitiva, a través de
sesiones de unos 30 minutos realizadas en grupos de cinco escolares. También a la etapa de infantil
se han dirigido las intervenciones de Thorell, Lindqvist, Bergman Nutley, Bohlin y Klingberg (2009),
quienes utilizaron programas informáticos que se adaptaban el nivel de dificultad al desempeño del
alumnado, que entrenaba durante 15 minutos en el contexto de la clase. Un tipo de tareas se centraba
en la memoria de trabajo, específicamente en la de tipo viso-espacial: cierto número de estímulos
se presentaban en la pantalla y el niño/a debía recordar su localización y su orden. Por su parte,
el programa relativo al entrenamiento de la inhibición contenía tareas del tipo go-no go en las que,
entre otras acciones, el sujeto tenía que dar respuesta cuando se presentaba un tipo determinado de
estímulos y no darla al aparecer otros. Los resultados sugieren que el entrenamiento de la memoria
de trabajo puede tener efectos significativos también entre los niños en edad preescolar. A pesar de
147
Procesos y programas de neuropsicología educativa. Capítulo 10
ello, la variable inhibición no mejoró tras la intervención, lo que llevó a las autoras a plantear si las
funciones ejecutivas difieren en la facilidad con que se pueden mejorar mediante el entrenamiento,
en base a las diferencias en el desarrollo de los procesos psicológicos y neuronales que están en la
base de las mismas.
Desde un contexto eminentemente educativo, Marina y Pellicer (2015) han diseñado un mo-
delo de intervención didáctica para trabajar las funciones subyacentes al modelo ejecutivo de la
Inteligencia (Marina, 2012a): activación cognitiva, dirección de la atención, motivación, planificación
y organización de metas, flexibilidad cognitiva, metacognición, gestión emocional, control de la im-
pulsividad, mantenimiento de la acción y memoria de trabajo. Su objetivo es estimularlas de manera
simultánea y en el contexto ordinario de la clase, de manera transversal. Para lograrlo, han articulado
cinco pasos distintos: describir los desempeños óptimos de cada función ejecutiva, identificar los fac-
tores que influyen positivamente en el desarrollo de las mismas, así como los obstáculos, visualizar y
transmitir al alumnado el tipo de conductas que se espera que demuestren al avanzar en el proceso
y, por último, diseñar la intervención educativa, determinando el tipo de estrategias a utilizar en el
aula (de contexto, de entrenamiento y de desafío). Al hilo de ello, ambos autores, en el contexto de
la Cátedra Nebrija-Santander en Inteligencia Ejecutiva y Educación, de la Universidad Antonio de
Nebrija, apoyan la implementación de programas dirigidos a la mejora de las funciones ejecutivas
fundamentados en su propuesta didáctica y la inclusión de los mismos en el currículo a través de
sesiones de formación y seguimiento en los centros educativos.
De manera similar, en Estados Unidos, el equipo de Servicios Educativos del Rush Neuro-
behavioral Center ofrece servicios de consulta para las escuelas públicas y privadas que deseen
implementar programas para mejorar las funciones ejecutivas en las escuelas. Los servicios incluyen
sesiones formativas dirigidas al profesorado, consulta in-situ de los especialistas, evaluaciones del
alumnado (se realizan dos, una al inicio y otra al final del programa) y encuentros con los padres.
En el contexto estadounidense, haciéndose eco de la popularidad que en los últimos años ha
adquirido la neuropsicología, se han desarrollado numerosos programas dirigidos a mejorar determi-
nadas destrezas cognitivas como la atención, la memoria o la motivación. El programa Brainology,
por ejemplo, creado por Deck y Blackwell, intenta desarrollar en los adolescentes (en palabras de
sus autoras) una “mentalidad de crecimiento”. Para ello, a través de una metodología mixta, que une
instrucción on-line y presencial, se explica al alumnado cómo el cerebro aprende, recuerda y cambia,
y se proporcionan estrategias de aprendizaje para el desarrollo de las capacidades intelectuales del
alumnado. A pesar de su popularidad en medios, algunos autores señalan que, aunque el programa
parece mejorar las puntuaciones del post-test, el impacto inicial de la intervención no se mantiene a
medio y largo plazo (Donohoe, Topping y Hannah, 2012). Otro título relevante es el programa COG-
MED, propiedad de la editorial Pearson, que pretende solucionar los problemas de atención vincula-
dos a la memoria de trabajo a través de 25 sesiones on-line, de 30-45 minutos cada una, que pueden
realizarse en el contexto escolar, en la escuela o incluso en el trabajo. El programa estándar tiene
una duración de cinco semanas y en él un coach acompaña al usuario proporcionando feedback de
su proceso y motivando el mismo.
Además de los anteriores, cabe señalar la puesta en marcha de programas de mejora de
las funciones ejecutivas centrados en colectivos específicos, como es el caso del alumnado autista
(Kenworthy et al., 2014), con discapacidades intelectuales (Kirk, Gray, Riby y Cornish, 2014 y Chen,
Tsai, Wang y Wuang, 2015) y que muestra conducta anti-social (Brunton y Hartley, 2013). Dentro de
este grupo de propuestas, resultan especialmente abundantes las intervenciones destinadas al alum-
nado con trastorno por déficit de atención, como las realizadas por Menezes, Dias, Trevisan, Carreiro
y Seabra (2015), Tamm y Nakonezny (2015) y Wexler (2013). Recientemente, un programa dirigido a
alumnado de entre 8 y 12 años con estas características empleó la gamificación para entrenar la me-
moria de trabajo viso-espacial, la inhibición y la flexibilidad cognitiva (Dovis, Van Der Oord, Wiers
y Prins 2015). Para ello, se utilizó el programa computerizado “Braingame Brian” (BGB), que sirvió
para el entrenamiento mientras los alumnos estaban en sus respectivos hogares. Brian es un inventor
joven que, a través del juego, ayuda y encuentra amigos mediante la creación de inventos cada vez
más elaborados. En cada sesión el jugador debe crear invenciones completando dos bloques de tres
tareas. La primera tarea está relacionada siempre con la memoria de trabajo, mientras que la segun-
da y la tercera aluden a la flexibilidad cognitiva y la inhibición, respectivamente. Los alumnos se
148
Procesos y programas de neuropsicología educativa. Capítulo 10
dividieron en tres condiciones de participación: una condición plenamente activa, en la que después
de cada bloque, el nivel de dificultad de la tarea de inhibición y flexibilidad cognitiva se ajustaba
automáticamente al desempeño del sujeto y las tareas relativas a la memoria de trabajo se dividían
en cinco niveles de entrenamiento; una condición parcialmente activa, en la cual la tarea relativa a la
memoria de trabajo se realizaba en modo placebo (sólo aparecían tareas del primer nivel de entrena-
miento) y una última condición placebo total en la que la tarea sobre memoria de trabajo tenía estas
mismas condiciones y, además, el programa no se ajustaba al nivel de desempeño del sujeto. Después
del entrenamiento, los resultados mostraron que la mejora en las funciones ejecutivas dependió del
tipo de intervención recibida: solo los sujetos asociados a la primera condición experimental (condi-
ción plenamente activa) mejoraron la memoria de trabajo, mientras que la inhibición y el control de
la interferencia mejoraron tanto en esta condición como en la parcialmente activa.
Por último, destacamos aquellas intervenciones realizadas para la mejora de las funciones
ejecutivas que contemplan o se inspiran en otras técnicas o prácticas, como es el caso del Mind-
fulness. De este modo, Tang, Yang, Leve y Harold (2012) han utilizado las intervenciones basadas
en Mindfulness que se centran en el aumento de la conciencia de los pensamientos, emociones y
acciones para mejorar aspectos específicos relacionados con las funciones ejecutivas, incluyendo la
atención, el control cognitivo y la regulación emocional. En su trabajo, que repasa las intervenciones
basadas en la atención plena específica, plantean la relevancia de este tipo de técnicas para mejorar
las dimensiones específicas de las funciones ejecutivas a corto plazo y evitar futuros problemas y
comportamientos de riesgo para niños y adolescentes.
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151
Parte II. Programas para dificultades
de aprendizaje y trastornos del desarrollo
153
Programas para desarrollar la atención
y mejorar el déficit de atención
y la hiperactividad
Unai Díaz-Orueta
El trastorno por déficit de atención con o sin hiperactividad (TDAH) es el trastornos del neurodesa-
rrollo más frecuente en la infancia (Lora-Espinosa y Díaz-Aguilar, 2012). Se trata de un constructo
consensuado que trata de delimitar un patrón cognitivo-conductual (dado que hay disfunciones
tanto cognitivas como de comportamiento), heterogéneo (porque las disfunciones no se manifiestan
igual en todos los casos), al que se les supone una identidad genética (se transmite de generación
en generación) y neurofuncional (afecta al funcionamiento de las redes neuronales implicadas en las
funciones cognitivas y conductas implicadas), de acuerdo con Artigas-Pallarés (2011).
De forma más específica, se considera que puede tener diferentes manifestaciones conduc-
tuales tanto en la infancia, como en la adolescencia y en la edad adulta (Barkley, Fischer, Smallish,
y Fletcher, 2002). Se caracteriza por labilidad atencional, estilo conductual impulsivo, hiperactividad
estéril, y fragilidad en los mecanismos de adaptación al entorno, todos ellos sin que haya otros pro-
blemas psicopatológicos que justifiquen la presencia de dichos síntomas (Narbona y Schulumberger,
2007). Los individuos con TDAH también pueden experimentar dificultades para mantener la aten-
ción, la función ejecutiva (o la habilidad del cerebro para comenzar una actividad, organizarse y
llevar a cabo tareas) y la memoria de trabajo (American Psychiatric Association, 2013).
Hasta la aparición del último manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales DSM-V
(American Psychiatric Association, ibid.) se hablaba de subtipos de TDAH, mientras que desde el año
2013 se habla de “presentaciones clínicas”, que pueden variar en el transcurso de la vida y describen me-
jor el efecto del TDAH durante las diferentes etapas del ciclo vital. Para realizar el diagnóstico, los niños
todavía deben presentar 6 o más síntomas del trastorno. Dichas presentaciones clínicas son:
154
Procesos y programas de neuropsicología educativa. Capítulo 11
1. Presentación clínica de falta de atención: Se caracteriza por los siguientes síntomas: no prestar
atención a los detalles o cometer errores por descuido; tener dificultad para mantener la aten-
ción; parecer que no escucha; dificultad para seguir las instrucciones hasta el final; dificultad con
la organización; evitar o tener disgusto por realizar las tareas que requieren un esfuerzo mental
sostenido; perder las cosas; distraerse con facilidad; o ser olvidadizo para las tareas diarias.
2. Presentación clínica hiperactivo/impulsivo: Mover o retorcer nerviosamente las manos o los pies,
o no poder quedarse quieto en una silla; dificultad para permanecer sentado; correr o trepar de
manera excesiva; dificultad para realizar actividades tranquilamente; actuar como si estuviera
motorizado; hablar en exceso; responder antes de que se haya terminado de formular las pre-
guntas; dificultad para esperar o tomar turnos; interrumpir o importunar a los demás.
3. Presentación clínica inatento e hiperactivo-impulsivo-combinado: El individuo presenta síntomas
de ambas presentaciones clínicas mencionadas.
En lo que respecta a su prevalencia, diferentes fuentes la sitúan entre un 3% y un 7,5% de los niños
en edad escolar (Fischer, Barkley, Smallish, y Fletcher, 2005), mientras que un metaanálisis relativa-
mente reciente de 300 estudios, muchos de ellos entre 1995 y 2006, mostró una prevalencia mundial
estimada del 5% similar en todos los países estudiados (Polanczyk, Lima, Horta, Biederman, y Rohde,
2007). El metaanálisis más reciente sitúa los datos de prevalencia mundial de TDAH entre un 2,6 y
un 4,5% (Polanczyk, Salum, Sugaya, Caye, y Rohde, 2015).
Siguiendo a Artigas-Pallarés (2011), los síntomas de hiperactividad suelen atenuarse con la
edad y son infrecuentes en la adolescencia o edad adulta, o por lo menos, no están presentes con el
grado de intensidad de los primeros años. Las dificultades provienen de la facilidad con la que los
síntomas de inatención pasan desapercibidos, e incluso de que estemos ante otras entidades clínicas
como el “tempo” cognitivo lento (Carlson y Mann, 2002), entidad diferenciada del TDAH que une a
la inatención una marcada lentitud en la velocidad de procesamiento y una ausencia total de hipe-
ractividad e impulsividad.
El diagnóstico de TDAH es esencialmente clínico, pero tal y como destacan Crespo-Eguí-
laz y Narbona (2013), la cuantificación de las conductas que configuran el trastorno es importan-
te para el diagnóstico y el seguimiento tras la instauración de eventuales tratamientos. Asimismo,
la evaluación neuropsicológica se ha ido progresivamente convirtiendo en parte del protocolo
en un acercamiento eficiente al entendimiento de un diagnóstico apropiado en este trastorno
(Holmes, Gathercole, Place, Alloway, Elliott, y Hilton 2010). La enorme crítica realizada por Gual-
tieri y Johnson (2005) a la validez ecológica de las baterías ordinarias de evaluación, en tanto
que consideran que los síntomas de déficit de atención, hiperactividad motora e impulsividad
cognitiva no se pueden medir cuando se tiene sentado a un niño en un despacho en una interac-
ción individual con el evaluador, abre la puerta a otro tipo de evaluaciones, como son los tests
computerizados. Algunos ejemplos son, tal y como recoge Diaz-Orueta y cols. (2014), el test de
ejecución continua de Conners (CPT; Conners, 1994a, 1994b, 1995), la tarea de atención sostenida
en niños (CSAT) de Servera y Llabrés (2004), el test de ejecución continua visual y auditiva inte-
grada IVA; Tinius, 2003), o el Test de variables de atención (TOVA; Leark, Greenberg, Kindschi,
Dupuy, y Hughes, 2007), junto con el desarrollo más reciente del test AULA (Climent, y Banterla,
2011) de evaluación neuropsicológica de realidad virtual, cuyos baremos con población española
están disponibles (Iriarte, Diaz-Orueta, Cueto y cols., 2012).
En lo que se refiere al tratamiento, además de la administración de fármacos, nos de-
tendremos en la revisión de los programas de intervención gneuropsicológica en sus diferentes
modalidades, como eje fundamental del presente capítulo. Dentro del ámbito de la intervención
neuropsicológica, nos centraremos en aquellos programas dirigidos a la mejora de funciones
cognitivas concretas como la atención, memoria de trabajo o funciones ejecutivas, bien de forma
aislada o en un abordaje más integral que incluya todas ellas, junto con habilidades visuales,
auditivas, táctiles, motrices y de lateralidad. Posteriormente, recorreremos los últimos avances
en intervención computerizada mediante programas de ordenador, entornos de realidad virtual
y juegos serios para la intervención en TDAH. Finalmente, expondremos diferentes experiencias
de aplicación de programas neuropsicológicos en TDAH y concluiremos mirando hacia el futuro
de la intervención neuropsicológica en TDAH.
155
Procesos y programas de neuropsicología educativa. Capítulo 11
La atención puede entenderse como el conjunto de procesos responsables del control del procesa-
miento de la información que son básicos para una actividad mental superior y una adecuada adap-
tación al entorno (Groth y Allen, 2000; Román y Sánchez, 1998). De acuerdo con Whitbourne (2001),
implica la capacidad de centrarse o concentrarse en una porción de experiencia mientras se ignoran
otras características de la experiencia, ser capaz de cambiar ese foco según lo demanda la situación,
y ser capaz de coordinar la información de múltiples fuentes. Tal y como señala De Vega (1994), la
atención puede ser definida como un sistema de capacidad limitada que realiza operaciones de se-
lección cuya disponibilidad o estado de alerta fluctúa considerablemente.
De acuerdo con el modelo de redes atencionales de Posner, uno de los más reconocidos en
los últimos años (Ginarte, 2007), existen tres sistemas atencionales definidos anatómica y funcional-
mente a través de los datos aportados por estudios de neuroimágenes funcionales, que ampliarían y
definirían de forma más precisa el sistema atención:
––Alerta: se trata de la red que posibilidad un estado de alta sensibilidad a la entrada de estímulos.
Las tareas de ejecución continua y vigilancia activan diferentes niveles de alerta. De acuerdo con
Román y Sánchez (1998), también se ha denominado intensidad o atención sostenida. Esta red
está asociada con la activación de regiones de los lóbulos frontal y parietal del hemisferio cerebral
derecho, y con el locus coeruleus; de forma más específica, la base neural de la atención sostenida
involucra al circuito frontoparietal derecho.
––Orientación: Es el sistema que nos permite orientarnos hacia la localización del estímulo en el
espacio. También se conoce como selectividad o atención focalizada, e incluye los componentes
de atención selectiva y dividida. Estaría relacionado con la regulación de la dirección y objetivo
atencional en alguno de los espacios conductualmente relevantes. En este sentido, para Groth y
Allen (2000) la atención selectiva tendría que ver con la capacidad para distinguir la información
relevante de la información irrelevante, así como la especificidad con que los recursos cognitivos
se adecuan a las demandas de la tarea. Por otra parte, la atención dividida se refiere a la capaci-
dad de atender simultáneamente y procesar más de una fuente de información, categoría en la que
incluirían muchas tareas de la memoria de trabajo (Stuart-Hamilton, 2000). De acuerdo con Ginar-
te (2007), la orientación para los eventos visuales ha sido asociada a áreas cerebrales posteriores
incluyendo el lóbulo parietal superior, la unión temporal - parietal, campos oculares frontales y el
colículo superior.
––Atención ejecutiva: Es el sistema que se dirige al control atencional de la acción incluyendo res-
puestas a nuevos eventos, resolución de conflictos e inhibición de respuestas automáticas. En sus
bases neurales están implicadas el cingulado anterior, área prefrontal lateral ventral y los ganglios
basales. En el caso de este sistema puede no tratarse de una red exclusivamente atencional.
Por lo que respecta a los procesos neuropsicológicos del TDAH, Artigas-Pallarés (2011) señala que
se trata de un campo en permanente investigación sin que predomine un modelo explicativo único.
Asimismo, destaca que los modelos oscilan entre modelos de déficit único y de déficit múltiple, es
decir, modelos que atribuyen las características neuropsicológicas del trastorno a problemas cogni-
tivos con un solo elemento (por ejemplo, inhibición, autorregulación o aversión a la demora) o con
varios (inhibitorios, ejecutivos, organizativos, etc.).
Entre los modelos de déficit único destacan los siguientes:
––Modelo de déficit en el control inhibitorio (Barkley, 1997): este modelo concibe la capacidad de in-
hibición de respuesta como el principal déficit cognitivo al que están vinculados todos los síntomas
del trastorno, conduciendo a una conducta descontrolada, sin constancia, que conduce a una baja
eficiencia, a la frustración y a la desmotivación.
––Modelo de regulación del estado (Sergeant, Oosterlaan y Van der Meere, 1999): Sostiene que cual-
quier objetivo de conducta requiere la activación y movilización de energía –mental o cognitiva–
con el fin de adecuarse a las demandas del entornos y dar una respuesta óptima. A diferencia del
modelo de Barkley, aquí el déficit único sería un déficit en la capacidad de regular el esfuerzo y la
156
Procesos y programas de neuropsicología educativa. Capítulo 11
motivación. Este modelo propone la presentación rápida de estímulos para generar sobreestimula-
ción seguida de la presentación lenta de estímulos que genere hipoactivación, con el fin de poner
a prueba de forma precisa los problemas de autorregulación, medidos en forma de variabilidad en
el tiempo de respuesta que son característicos del TDAH.
––Modelo de aversión a la demora (Sonuga-Barke, Taylor, Sembi, y Smith, 1992): según este modelo,
las personas con TDAH se decantan por obtener gratificación inmediata antes que demorada, aun-
que sea de menor alcance o magnitud. El ingrediente principal de este modelo sería la impulsivi-
dad, que se desplegaría con el fin de reducir el tiempo de obtención del refuerzo.
No obstante, la falta de capacidad de cada uno de estos modelos por sí solo para explicar toda la
amplitud sintomatológica del TDAH ha llevado a la propuesta de modelo duales o de déficit múltiple.
Así, por ejemplo, el modelo cognitivo-energético (Sergeant, 2005) integra problemas de codificación
o nivel de alerta, procesamiento central o esfuerzo, y organización motora o activación, Por su parte,
el modelo dual de Sonuga-Barke (2003),toma en consideración conjunta tanto una alteración de los
circuitos de recompensa como un déficit ejecutivo en la capacidad de control inhibitorio. Finalmente,
otros modelos descritos por Artigas-Pallarés (2011) proponen comorbilidades con dislexia o autismo.
En cualquier caso, no hay modelo que predomine sobre el resto y todos ellos deben ser considerados
a la hora de hacer un diagnóstico preciso del trastorno.
Smith, Hoza, Linnea y cols. (2013) desarrollaron un programa de intervención mediante actividad física
para maximizar la implicación de los participantes en actividad física continuada de moderada a intensa.
Cada sesión duraba 30 minutos, con 4 etapas de 6 minutos en grupos pequeños.
Cada etapa estaba diseñada para promover la actividad física en el contexto de juegos y ac-
tividades que requerían que los participantes emplearan una variedad de destrezas motoras (mover
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Procesos y programas de neuropsicología educativa. Capítulo 11
objetos a diferentes lugares del área de actividad, varias formas de locomoción –skipping, correr, sal-
tar, arrastrarse). Además, había 1-2 minutos de revisión de las normas, y el resto del tiempo se usaba
para hacer los cambios entre las etapas.
El personal recibió cerca de 20 horas de entrenamiento y práctica en la implementación del
programa antes de iniciarlo para asegurar la administración fiable de los procedimientos de evalua-
ción e intervención. La mayor parte de los profesionales que realizaban el programa de actividad
física tenían experiencia previa con niños con TDAH o con la enseñanza de educación física en cam-
pamentos, y todos ellos eran estudiantes o graduados en psicología. La duración total del programa
era de 9 semanas de intervención.
Los autores hallaron que este tipo de intervención producía efectos significativos en aquellos
valores que tenían que ver con la inhibición de la respuesta y la impulsividad. El movimiento con-
tinuado realizado en el programa podía ofrecer beneficios en el funcionamiento motor, cognitivo,
social y conductual de los jóvenes con síntomas de TDAH. Además, los informantes clave (padres y
profesores) informaron de cierto grado de mejora para dos tercios de los participantes. En suma, los
datos obtenidos sugieren que hay un valor potencial en explorar la actividad física regular como una
herramienta de manejo del TDAH.
Para Neudecker y cols. (2015), pese a no haber una recomendación basada en la evidencia so-
bre la frecuencia, intensidad o duración de un ejercicio, se pueden observar ciertas tendencias acerca
de los efectos de ciertos tipos de ejercicio, y las características cualitativas de los ejercicios concretos
que se usen pueden desempeñar un papel importante en la intervención sobre niños y adolescentes
con TDAH. Otro estudio reciente de Pan y cols. (2015) examinó los efectos de una intervención con
tenis de mesa de 12 semanas sobre las habilidades motoras y las funciones ejecutivas de niños con
TDAH. 15 niños con TDAH recibieron la intervención, y otros 15 con TDAH y 30 controles no la
recibieron. Después de la intervención, el grupo de entrenamiento obtenía puntuaciones significati-
vamente mayores en habilidades de locomoción y de control de objetos, en el subtest Palabra-Color
del Stroop, y en el rendimiento total del WCST, en comparación con los otros grupos, por lo que
sus autores sostienen que una intervención de apenas 3 meses puede tener relevancia clínica sobre
actividades motoras y funciones ejecutivas en niños con TDAH.
Desarrollado por Halperin, Marks, Bédard y cols. (2013), está dirigido a niños en edad preescolar o
educación infantil de entre 4 y 5 años. El nombre, que proviene de la palara inglesa “equipos” para
destacar que se trata de una intervención grupal, es un acrónimo que se refiere a Training Executive,
Attention and Motor Skills –entrenando destrezas ejecutivas, atencionales y motoras. El objetivo gene-
ral de dicho programa era el de administrar un entrenamiento cognitivo grupal por medio del juego
con el fin de mejorar la sintomatología cognitiva y motora en el TDAH. De forma más específica, se
trata de juegos diseñados para aumentar el control inhibitorio, la memoria de trabajo, la atención, las
capacidades visoespaciales, la planificación y las destrezas motoras.
Para ello, se establecieron sesiones de hora y media de duración con grupos de padres y ni-
ños por separado (3-5 familias por grupo).
A los niños se les presentaba una serie de juegos que trabajaban una serie de dominios
neurocognitivos tales como el control inhibitorio (variaciones de “Simón dice”, baile de las esta-
tuas), memoria de trabajo (memorizar listas de la compra o encontrar “tesoros ocultos”), control
motor (juegos con bolas; saltando, saltar la cuerda), atención/rastreo (trilero con 3 cartas), capa-
cidades visoespaciales (puzzles) y planificación (preparar todo lo necesario para un picnic). Se
introducían juegos nuevos a los niños durante cada una de las primeras cinco sesiones. Además,
se incluían ejercicios aeróbicos en dos bloques separados de 5 minutos. Se ponían en marcha un
plan conductual grupal para obtener un nivel aceptable de control conductual y de implicación
de los niños.
Por su parte, las sesiones con los padres consistían en 20 minutos de psicoeducación sobre
temas relacionados con el TDAH (evaluación, curso longitudinal, tratamientos basados en la eviden-
cia), junto con apoyo grupal. No obstante, las sesiones se centraban principalmente en:
158
Procesos y programas de neuropsicología educativa. Capítulo 11
1. barreras y dificultades experimentadas durante la semana anterior a la hora de jugar a los juegos
del programa TEAM con su hijo, y
2. descripciones y demostraciones de los nuevos juegos que se enseñaba a sus hijos, las destrezas
que se estimulaban con cada juego, y métodos para alterar el nivel de dificultad.
Se pedía a los padres que pasaran al menos 30-45 minutos diarios de juegos aeróbicos con sus hijos.
Se les instruía de cómo adaptar los juegos al nivel de ejecución de sus hijos y progresivamente ir
aumentando la carga cognitiva y conductual en la medida que los niños dominaban las destrezas.
Dado que todavía no se conocía la configuración de sesiones ideal, se probó con tres alter-
nativas: 1 sesión semanal durante 5 semanas (2 grupos), una sesión semanal durante 8 semanas (4
grupos), y dos sesiones semanales durante 5 semanas (1 grupo). Durante las últimas 3 semanas de los
grupos de 8 semanas, los niños elegían qué juegos jugar de una serie de juegos a los que ya habían
jugado (es decir, no se incluían juegos nuevos). Cada grupo era guiado por un doctor en psicología
y dos estudiantes.
Al analizar los resultados, se vio que no había diferencias entre las diversas configuraciones
de grupo a la hora de conseguir los objetivos. Los informes de los padres y profesores a través de
la ADHD Rating Scale IV indicaron una mejoría significativa en la gravedad de la sintomatología de
TDAH, y esta mejoría se mantuvo 3 meses después. Estos autores concluyeron que la intervención
basada en el juego para preescolares con TDAH está lista para ser implementada en casa, y la evi-
dencia preliminar sugiere eficacia más allá de la terminación del tratamiento activo.
Halperin, Bédard y Curchack-Lichtin. (2012) recogen a su vez otros programas de intervención
sobre el autocontrol como son el programa ENGAGE (en inglés, Enhancing Neurocognitive Growth with
the Aid of Games and Exercise –aumentando el crecimiento neurocognitivo mediante la ayuda de juegos
y ejercicio). Se trata de una intervención para niños de 3 y años con problemas de autocontrol. Al igual
que el TEAMS, implica a padres e hijos en cuanto a jugar a los juegos prescritos todos los días durante un
periodo de 5 semanas, teniendo como objetivo 3 áreas que son deficientes en el autocontrol en niños con
TDAH: la conducta, la cognición y la emoción. Un ensayo preliminar mostró mejoras en la hiperactividad
(valorada por los padres) que se mantenía durante 12 meses. Además, se daban mejoras significativas en
las puntuaciones de tests de control sensoriomotor y de memoria de trabajo.
159
Procesos y programas de neuropsicología educativa. Capítulo 11
De acuerdo con Abad y cols. (2011), el entrenamiento en funciones ejecutivas de un niño con TDAH
debe abordar la estimulación o el entrenamiento de funciones tan importantes como la autorregu-
lación y el autocontrol, la planificación de estrategias, mecanismos de comparación contra modelos,
corrección, habilitación de los modelos funcionales, pre y posfuncionales (límbico y prefrontal),
series de palabras y de números, integración de procesamientos bihemisféricos y tutoría gramatical,
entre otros, facilitando así la eficacia del funcionamiento de los tres sistemas de procesamiento de
la información (input, performance y output). De todos los programas de intervención en funciones
ejecutivas, Dias y Seabra (2015) señalan las siguientes características comunes a todos ellos:
160
Procesos y programas de neuropsicología educativa. Capítulo 11
En este estudio, los autores hablan de su Programa de Intervención sobre la Autorregulación en Fun-
ciones Ejecutivas (PIAFEx; Dias y Seabra, 2013), que se compone de los siguientes módulos.
––Módulo 1. Organización de materiales/Rutina del manejo del tiempo. Se trabajan estrategias que
pueden ser adaptadas a tareas de la vida diaria e incorporadas a la rutina escolar. Tiene como ob-
jetivo apoyar la organización y manejo del tiempo durante la realización de actividades.
––Módulo 2. Organización de ideas. Establecimiento de objetivos y planes. Presenta estrategias que
pueden ser usadas como apoyo a la organización y planificación de proyecto con establecimiento
de objetivos de medio a largo plazo.
––Módulo 3. Actividades de estimulación. Presenta actividades que estimulan diversas habilidades eje-
cutivas en el contexto de juegos que pueden ser realizados por parejas, en grupos o individualmen-
te. Enfatiza la organización de ideas y el entendimiento de las consecuencias de la propia conducta.
––Módulo 4. Funciones ejecutivas para actividades físicas/motoras. Son actividades que pueden sus-
tituir o complementar aquellas de educación física u otras que impliquen un componente motor.
Estimulan sobre todo la inhibición y la atención en el contexto del juego. El niño debe inhibir de-
terminado movimiento o prestar atención a determinado estímulo, durante el cual debe emitir una
respuesta, adaptando su comportamiento a las demandas del juego.
––Módulo 5. Comunicación y gestión de conflictos. Los niños aprenden estrategias de autorregula-
ción de su conducta o emociones. Estas actividades tienen como objetivo principal enseñar medios
apropiados de solucionar conflictos interpersonales.
––Módulo 6. Regular emociones por medio de actividades cuyo objetivo es enseñar a los niños a
reconocer y liderar sus emociones, así como formas apropiadas de expresarlas.
––Módulo 7. Trabajar con amigos, oportunidad de ejercitar la hetero y autorregulación. Estas activi-
dades están diseñadas para el trabajo en parejas o grupos grandes, facilitando la interacción y la
hetero y autorregulación de la conducta. Los niños deben coordinar su comportamiento de cara a
un objetivo común.
––Módulo 8. Jugando con los significados de las palabras. Son actividades que implican palabras y
frases ambiguas. El niño es estimulado a debatir sobre los diferentes significados, estimulando así
el pensamiento flexible.
––Módulo 9. Conversar sobre las actividades. Se busca promover la metacognición, que el niño piense
sobre sus propios procesos de pensamiento y sobre la efectividad de sus estrategias.
––Módulo 10. Juego planificado: tiene 3 etapas. Planificación, ejecución (el juego en sí) y evaluación.
En la fase de planificación, los niños, con ayuda del profesor, deben hacer un plan de juegos, pen-
sando en qué materiales pueden necesitar, qué sucederá, quién asumirá cada papel, etc. Después,
durante el juego, los niños asumen los papeles y deben desempeñarlos en determinados contextos.
Los papeles tienen reglas implícitas que los niños deben seguir, adecuando su comportamiento
a la demanda impuesta por el papel. En la etapa de evaluación, los niños deben analizar si se ha
jugado según el plan establecido o qué deben cambiar para poder seguir jugando al día siguiente.
Esta actividad permite estimular diversas habilidades ejecutivas tales como la memoria de trabajo,
flexibilidad y control inhibitorio, y, de esta forma, practicar las habilidades en diversos contextos
propicios para el juego.
––Módulo complementario: El Diario de Nina. Es una narrativa constituida por 10 capítulos. En cada
capítulo, un personaje, Nina, se encuentra con situaciones en que debe aprender a lidiar con los
161
Procesos y programas de neuropsicología educativa. Capítulo 11
conflictos, regular sus emociones, planear tareas, etc. De esta forma, el personaje actúa como un
modelo. Después de cada capítulo, hay actividades que la profesora puede conducir de modo que
los niños puedan aplicar y practicas algunas de las estrategias modeladas por el personaje de Nina.
La narrativa enfatiza la importancia de planear las acciones antes de realizarlas, de aprender a or-
ganizar, priorizar, así como evaluar el resultado de su actuación después de la realización. También
implica aspectos relacionados con la regulación de las emociones y el entendimiento de las conse-
cuencias de su comportamiento.
Tras la aplicación de su programa, Dias y Seabra (2015) han hallado recientemente que los niños de
su grupo experimental mejoraban con respecto a los controles en habilidades de autorregulación,
mejoras en la atención y la inhibición y, lo que es más relevante, estos resultados se obtuvieron por
medio de tareas que diferían de las usadas en la intervención, lo que revela una transferencia de los
logros de la intervención.
Mautone, DuPaul y Jitendra (2005) llevaron a cabo un estudio utilizando un programa computeri-
zado denominado Math Blaster para realizar una intervención en el aprendizaje de las matemáticas
en niños de 6 a 9 años para ayudar en el desarrollo de habilidades relacionadas con la suma, resta,
multiplicación, división, porcentajes, fracciones y decimales; con niveles de dificultad ajustables.
Cada componente de la actividad proporcionaba una tarea estructurada en forma de juego, en la
que los estudiantes ganaban puntos y se movían a través de los niveles contestando a las preguntas
de forma correcta. El feedback del ordenador era inmediato, frecuente e individualizado. Una vez
que alcanzaban una puntuación determinada, la tarea de matemáticas terminaba y podían jugar a un
videojuego durante 1 o 2 minutos, y se retomaba la tarea. En su estudio, hallaron que el rendimiento
de los participantes, niños de primaria con TDAH, en matemáticas mejoraba. No obstante, quedan
por hacer seguimientos a más largo plazo para saber si los efectos se mantienen y se generalizan a
otras áreas de la conducta. Además, faltó por concretar qué aspectos específicos del software eran
los que funcionaban, y determinar la “dosis” de intervención necesaria para observar mejoras. En
este sentido, los problemas de generalización de los efectos conseguidos con el tratamiento parece
ser una constante de los programas de intervención cognitiva en TDAH, también en los de carácter
computerizado (Amonn y cols., 2013).
162
Procesos y programas de neuropsicología educativa. Capítulo 11
Rizzo, Buckwalter, Bowerly y cols., 2000). Permite evaluar de forma precisa los procesos atencionales
en cuanto a inatención, impulsividad, velocidad de procesamiento, atención sostenida, y actividad
motora, y todo ello con y sin distractores, de manera que el clínico o experimentador puede mani-
pular el entorno (poner al paciente en diferentes partes del aula, aumentar o reducir el número de
distractores) con el fin de hacer una intervención específica y personalizada con él. Los resultados
obtenidos hasta ahora son discretos, a la luz de la bibliografía revisada.
Tal y como señalan Melby-Lervåg y Hulme (2013), en los últimos años se han editado nume-
rosos sistemas computerizados para el entrenamiento de la memoria de trabajo, y uno de los
más conocidos es CogMed (www.cogmed.com), disponible en 30 países y usado en multitud
de escuelas y clínicas. Este programa se basa en 8 ejercicios diferentes que implican tareas de
memoria de trabajo visoespacial y verbal, en las que el nivel de dificultad varía de forma adap-
tativa durante el entrenamiento. Otro es Jungle Memory (www.junglememory.com), que se basa
en tres tareas diferentes, y Cognifit (www.cognifit.com), que se basa en tareas de memoria de
trabajo visual, auditivas y multimodales, así como Robomemo (centrado en tareas de memoria
de trabajo visoespacial y verbal, tal y como recogen Kliberg y cols., 2005). Estos autores señalan
que dichos programas, especialmente Jungle Memory y CogMed, no se basan en ningún análisis
detallado de las tareas ni en una solidez teórica que explique los mecanismos por los cuales
esos regímenes de entrenamiento adaptado mejoran la memoria de trabajo. En cambio, señalan,
parece que se basan en lo que podría denominarse un modelo físico energético simple según el
cual cargar repetidamente un recurso cognitivo limitado (como es la memoria de trabajo) hará
que mejore en capacidad (una especie de analogía de fortalecer un músculo usándolo repetida-
mente). El metaanálisis realizado por Melby Lervåg y Hulme (2013) muestra que los efectos del
entrenamiento en memoria de Trabajo son moderados en lo que se refiere a logros inmediatos en
la memoria de trabajo visoespacial, y que de todos los programas examinados, el entrenamiento
con CogMed es el que parece producir mayores efectos.
En el área de intervenciones específicas para el TDAH, hay dos juegos que han sido notables en el
acercamiento a la sintomatología cognitiva de este trastorno. El primero de ellos, Plan-It Commander
(www.planitcommander.com), resultó de la colaboración de la compañía farmacéutica Janssen, el
instituto de salud Mental Yulius Academie, la Sociedad Flamenca de Niños con TDAH y la compañía
de desarrollo de videojuegos serios Ranj, todos ellos de Holanda (https://www.youtube.com/wat-
ch?v=bdYk80hZ3jc).
El juego tiene el formato de juego de aventuras y se centra en una situación que implica
diversos problemas para los que debe alcanzarse una solución. Dentro de la narrativa general,
el jugador practica teniendo que afrontar aspectos problemáticos del TDAH en los minijuegos
que incluye. Además, se espera que el niño aprenda a contar con la ayuda correcta de su equi-
po en el momento adecuado. También hay un amplio margen para la interacción dentro de una
comunidad interna. Los niños pueden ver y evaluar las acciones de los demás, pueden ayudarse
los unos a los otros y darse consejos. El tiempo que los niños pueden emplear en el juego se ha
limitado a un número máximo de minutos al día. Desde septiembre de 2012, hay una versión
jugable de diez misiones y en junio de 2013, la versión holandesa del juego llegó a estar disponi-
ble comercialmente. Después de eso, se planeó un estudio clínico de seguimiento para medir el
progreso de un nuevo grupo de más de 200 niños que jugarían a la versión completa del juego,
y que se centraría en el impacto del juego en la vida diaria de los niños con TDAH. No obstante,
los resultados siguen sin publicarse.
163
Procesos y programas de neuropsicología educativa. Capítulo 11
El ultimo desarrollo para la intervención en TDAH es el videojuego Braingame Brian (Prins, Brink,
Dovis y cols., 2013), un juego de entrenamiento computerizado para intervenir sobre 3 funciones
ejecutivas: la memoria de trabajo visoespacial, la inhibición y la flexibilidad cognitiva, a través de
un entorno virtual simulado con aspecto de videojuego. Uno debe elegir entre entrenar una, dos o
las tres funciones ejecutivas disponibles. Braingame Brian (llamado así por el personaje principal,
Brian) consiste en 25 sesiones de entrenamiento de unos 40-50 minutos cada una (puede verse un
video sobre el juego en este enlace https://www.youtube.com/watch?v=5f8wgUwbZoA). Cada se-
sión de entrenamiento contiene dos bloques de tres tareas de entrenamiento dispuestas en un orden
específico. La primera tarea de entrenamiento es siempre una tarea de entrenamiento de memoria de
trabajo; la segunda y tercera tareas, una tarea de entrenamiento en inhibición y una tarea de flexibi-
lidad cognitiva, se presentan en orden alterno. Durante cada sesión, las tres tareas de entrenamiento
se realizan dos veces, lo que da como resultado un entrenamiento total de unos 30 minutos por
sesión. Durante un periodo de 5 semanas, los niños entrenan y juegan un total de 25 sesiones. Cada
día de entrenamiento, el niño juega a una sesión de aproximadamente 40-50 minutos (30 minutos
de entrenamiento y 10-20 minutos de caminar dentro del entorno del videojuego). Después de cada
bloque de tareas de entrenamiento, el nivel de dificultad de la tarea de entrenamiento se ajusta au-
tomáticamente al nivel de rendimiento del niño.
El entorno del juego tiene 7 mundos diferentes –el área alrededor de la casa de los padres de
Brian, la villa, la isla inhabitada, las tierras desiertas, la playa, el pantano y el laboratorio subterráneo.
Todos los personajes que viven en esos mundos tienen un problema. Brian les ayuda a resolverlo
haciendo las tareas de entrenamiento y, al hacerlo, inventa toda clase de artilugios. Caminar dentro
del entorno del videojuego y ver las invenciones son el refuerzo del niño para iniciar y completar las
tareas de entrenamiento. Para aumentar la motivación del niño, cada bloque de entrenamiento que se
complete da como resultado un mundo ampliado y poderes extras para Brian. Antes, después y entre
las sesiones de entrenamiento, el niño tiene la opción de explorar el mundo dentro del videojuego.
Desde la primera a la última sesión, el mundo del juego se vuelve cada vez más elaborado,
y cada bloque de entrenamiento que se completa resulta en poderes extras para Brian. Con estos
poderes extra, Brian puede crear artilugios para ayudar a la gente de la villa a resolver sus proble-
mas, lo que los hace más felices. Se usa un sistema de refuerzo externo adicional –recibir puntos por
completar las sesiones– para aumentar las motivaciones del niño a realizar el entrenamiento.
Con respecto a su eficacia, Prins y cols. (2013) realizaron un estudio piloto, y los resultados
muestran que los niños en la condición de entrenamiento de funciones ejecutivas mejoraron en lo
relativo al informe realizado por los padres (puntuación total en la escala BRIEF = 27) y en las con-
ductas de TDAH (puntuación de las subescalas de inatención e hiperactividad-impulsividad de la
Escala de Problemas de Conducta Disruptivos = 28), tanto para la muestra total como para una parte
de la muestra tratada con metilfenidato. Estos efectos se mantenían en el periodo de seguimiento.
Debe aclararse que el diseño de este primer estudio de evaluación no controló las expectativas ni los
efectos no específicos del tratamiento, de modo que sus autores sugieren que para valorar adecua-
damente la eficacia de Braingame Brian hacen falta diseños de investigación que incluyan un grupo
placebo. Finalmente, de acuerdo con sus autores, en este momento Braingame Brian no puede con-
siderarse un módulo de tratamiento en sí mismo, sino que debería combinarse o integrarse con otras
intervenciones en TDAH apoyadas por la evidencia, como el entrenamiento de padres y profesores,
o la medicación, para poder alcanzar un impacto terapéutico completo.
164
Procesos y programas de neuropsicología educativa. Capítulo 11
en TDAH como un tratamiento de primer orden para la mejora del trastorno. Tanto los metaanálisis
de Melby-Lervag y Hulme (2013) como el de Cortese y cols. (2015) concluyen que las intervenciones
neuropsicológicas en TDAH son (1) específicas de las áreas entrenadas, con efectos a corto plazo, sin
posibilidad real de generalización a otras funciones cognitivas, y (2) independientes a la sintomato-
logía del TDAH.
De forma más concreta, Melby-Lervag y Hulme (2013) hallaron que los programas de in-
tervención neuropsicológica en la memoria de trabajo producían mejoras en el corto plazo en las
destrezas relacionadas con la memoria de trabajo, pero mientras que para la memoria de trabajo
visoespacial parecían mantenerse, no era así para la memoria de trabajo verbal, ni había evidencia
convincente de la posibilidad de generalización del entrenamiento en memoria de trabajo a otras ha-
bilidades (destreza verbal, procesos inhibitorios de la atención, decodificación de palabras, cálculo).
Por su parte, Cortese y cols. (2015) señalan que, dado que el éxito del entrenamiento en memoria de
trabajo en mejorar el rendimiento de la memoria de trabajo es ineficaz para mejorar los síntomas de
TDAH, se da una disociación entre el funcionamiento neuropsicológico y el trastorno, para lo que
proponen 4 posibles explicaciones:
1. que los déficits en memoria de trabajo no medien de hecho en la patofisiología del TDAH;
2. que aunque sí medien en el desarrollo de TDAH, se hayan “atrincherado” y no sean susceptibles
del tipo de tratamiento implementado en los ensayos llevados a cabo hasta la fecha;
3. que el tratamiento tal y como se lleva a cabo hasta ahora se centre en aspectos de la memoria
de trabajo que no son fundamentales en los déficits del TDAH;
4. que el entrenamiento produzca sólo efectos periféricos atribuibles a la práctica sobre la memoria
de trabajo, sin un impacto profundo en las redes neuronales que subyacen a los déficits neurop-
sicológicos responsables del TDAH.
En suma, el metaanálisis de Cortese y cols. (2015) halló evidencia limitada del valor clínico del
entrenamiento cognitivo en niños con TDAH fuera de los límites estrechos del entrenamiento de
procesos neuropsicológicos específicos (entrenamiento en memoria de trabajo que mejora la función
de la memoria de trabajo). Dada la evidencia de heterogeneidad neuropsicológica en el TDAH, los
esfuerzos futuros deberían dirigirse al desarrollo de protocolos que tengan como objetivo un rango
más amplio de déficits neuropsicológicos. Además, es necesaria una innovación terapéutica que au-
mente la “transferencia lejana” a logros neuropsicológicos específicos en patrones de la vida diaria de
deterioro funcional a través de enfoques de entrenamiento con mayor validez ecológica. Los ensayos
futuros deberían incluir ramificaciones que trabajen de forma consistente el control activo, un mayor
rango de resultados funcionales y un seguimiento a largo plazo. Asimismo, deberían integrarse otros
aspectos como la intervención en habilidades y funcionalidad visual y auditiva, integración sensorial,
algunas de ellas ya mencionadas en los capítulos ___ y ___ de este mismo libro, con el fin de poder
llevar a cabo intervenciones de calado más allá de la sintomatología conductual y que puedan obte-
ner logros más profundos y duraderos en términos de mejora de la calidad de la vida cotidiana de
estos niños en el área escolar, familiar y social.
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neuropsicológica
Cristina de la Peña
169
Procesos y programas de neuropsicología educativa. Capítulo 12
170
Procesos y programas de neuropsicología educativa. Capítulo 12
Los mecanismos cerebrales implicados en la Dislexia y la alteración que conlleva en los procesos
neuropsicológicos, se exponen a continuación:
––Cerebelo: Nicolson et al. (1999) detectaron menor activación del cerebelo en disléxicos, Tuchman
(1999) anomalías en el metabolismo de las membranas fosfolípidas, Rae, Harasty, Dzendrowsky,
Lee & Dixon (2002) mayor simetría cerebelosa y Sun, Lee y Kirby (2010) un patrón de activación
difusa. Neuropsicológicamente, afecta a procesos como la velocidad de procesamiento, procesa-
miento secuencial, denominación y generación de verbos.
––Estructura subcorticales: Corina et al. (2001), Steinbrink, Groth, Lachmann & Riecker (2012) y
Temple et al. (2001) hallan los siguientes resultados:
•• Ínsula: bilateralmente más reducida y con menor activación.
•• Tálamo: alteración núcleo geniculado lateral y medial que conlleva dificultades auditivas y
visuales.
•• Ganglios Basales: afectación sin localización precisa que dificultaría los procesos motores.
––Córtex cerebral: diversidad de estudios (Etchepareborda et al., 2006; Grunling et al., 2004; Heim,
Eulitz & Elbert, 2003; Lehongre, Ramus, Villiermet, Schwartz & Giraud, 2011; Maurer et al., 2010; Mc-
Crory, Mechelli, Frith & Price, 2005; Papanicolau et al., 2003; Pernet, Anderson, Paulesu & Demonet,
2009; Peyrin et al., 2012; Rae, Harasty, Dzendrowsky, Lee & Dixon, 2002; Raschle, Chang & Gaab,
2010; Rimrodt, Peterson, Denckla, Kaufmann & Cutting, 2010; Salmelin & Helenius, 2004; Shaywitz,
Lyon & Shaywitz, 2006; Simos et al., 2002; Simos, Breier, Fletcher, Bergman & Papanicolau, 2000;
Steinbrink, Groth, Lachmann & Riecker, 2012; Sun, Lee & Kirby, 2010; Tarkiainen, Helenius & Salme-
lin, 2003) ponen de manifiesto las siguientes evidencias neurobiológicas sobre dislexia:
•• Hipoactivación en Wernicke y giro angular
•• Hipoactivación en Broca
•• Hipoactivación temporooccipital inferior izquierda
•• Hipoactivación en temporoparietal izquierda
•• Sobreactivación giro frontal inferior
•• Mayor activación del área de la forma visual de la palabra
•• Alteración de región lateral/medial del tálamo
•• Hipoactivación en área de percepción del movimiento
•• Menor activación en circunvolución temporal inferior izquierda
•• Anomalías en cuerpo calloso
•• Menor sustancia gris en giro fusiforme izquierdo, región occipitotemporal y parietotemporal
•• Menor sustancia blanca en región temporoparietal izquierda
•• Hipoactivación en corteza extraestriada
•• Simetría en plano temporal
•• Asimetría interhermisférica en lóbulo parietal y temporal
•• Activación del área occipitotemporal del hemisferio derecho
La revisión de la literatura científica pone de manifiesto que existe evidencia científica, gracias a los
resultados obtenidos por las técnicas de neuroimagen, que la intervención en Dislexia produce un
incremento de activación en las áreas corticales implicadas en el proceso lector. “Las investigaciones
demuestran que se afectan áreas cerebrales responsables en los procesos perceptuales, la cognición
y las tareas metacognitivas. Esto quiere decir que, aunque los tratamientos intenten corregir el déficit
en un nivel o vía, la mejor forma terapéutica será aquella que considere la naturaleza múltiple del
trastorno” (Etchepareborda, 2002, p.15).
171
Procesos y programas de neuropsicología educativa. Capítulo 12
––Funcionalidad Visual: buscar una palabra en un texto, identificar varios objetos en una misma
figura, juegos de encontrar a Wally en diferentes contextos, etc., además, se remite al lector para
ejercicios de este ámbito al capítulo 3. Programas de habilidades visuales y perceptivas para una
lectura eficaz.
––Funcionalidad Auditiva: localizar un sonido en el espacio con distintas intensidades, comple-
mentar palabras en las que falta un sola letra, discriminar sonidos o palabras iguales o diferentes,
etc., además, se remite al lector al capítulo 4. Programas de desarrollo auditivo para el lenguaje, la
lectura y el aprendizaje de idiomas, para la realización de ejercicios de este ámbito.
––Lateralidad: reconocer derecha e izquierda en el papel, dibujar parte derecha de la cara y parte
izquierda de un brazo en un dibujo, juegos de Simón sobre órdenes que impliquen derecha e iz-
quierda, etc., además se remite al lector para ejercicios de este ámbito al capítulo 6. Programas de
desarrollo de la lateralidad, espacial y temporal relacionados con el aprendizaje matemático, la
discalculia y otros.
––Desarrollo motor y vestibular: jugar a ser trapecista de un circo y mantener el equilibrio sobre
una cuerda imaginaria, realizar un circuito motor formado por varios movimientos motrices, ta-
reas de ensartado para hacer collares, etc., además se remite al lector al capítulo 5. Programas de
movimientos rítmicos, neuromotores, vestibulares y de mejora de la escritura para realizar de este
ámbito.
––Atención: tachar una letra concreta en un hoja con varias letras, seleccionar un sonido determina-
do de entre varios escuchados, ante pares de números según las indicaciones dadas sumar o restar,
etc., además, se remite al lector al capítulo para ejercicios en este ámbito al capítulo 12. Programas
para desarrollar la atención y mejorar el déficit de atención y la hiperactividad.
––Memoria: recordar una secuencia de palabras que se incrementa progresivamente, juego de ritmo
auditivos, narrar un cuento después de haberlo escuchado o leído, etc., además, se remite al lector
al capítulo 7. Programas para desarrollar los diferentes tipos de memoria desde su base neuropsico-
lógica y su aplicación al aprendizaje escolar.
––Función Ejecutiva: indicar la categoría a la que pertenecen dos palabras, ordenar una historia,
clasificar cartas según la instrucción dada, etc., además, se remite al lector al capítulo 11. Programas
de desarrollo de las Funciones Ejecutivas desde su base neuropsicológica para realizar ejercicios en
este ámbito.
172
Procesos y programas de neuropsicología educativa. Capítulo 12
––Ámbito visuoespacial: comparar si dos números son iguales o diferentes, a partir de un modelo
seleccionar el correcto con un giro de noventa grados, jugar al tangram, etc. además, se remite al
lector al capítulo 6. Programas de desarrollo de la lateralidad, espacial y temporal relacionados con
el aprendizaje matemático, la discalculia y otros para ampliar ejercicios en este ámbito.
––Lenguaje: en esta función neuropsicológica se rehabilitan diversos procesos, como se pueden
observar en la tabla 2, con ejemplos de actividades.
Por último, añadir que en la intervención neuropsicológica los escolares con Dislexia se benefician
del apoyo sistemático, del feedback inmediato, de la práctica, sobre aprendizaje y automatización, del
buen ambiente de aprendizaje, del trabajo directo con habilidades metafonológicas y corresponden-
cia fonema-grafema y de la estimulación sensorial concretamente del tacto.
En los últimos años, existe un aumento de programas de intervención que va en paralelo a los avan-
ces producidos en el conocimiento sobre la Dislexia y son reflejo de los distintos modelos teóricos
que explican este Trastorno de Lectura. A continuación, se enumeran un conjunto de programas de
intervención que, actualmente, se utilizan para el tratamiento de escolares disléxicos y cuya efectivi-
dad está demostrada.
173
Procesos y programas de neuropsicología educativa. Capítulo 12
o palabras en la izquierda (tipo-L) o en la derecha (tipo-P) del hemicampo visual. En el tacto, los
sujetos tienen que palpar las letras o palabras con la mano izquierda (tipo-L) o con la derecha (
tipo-P). Además, cuando el escolar manifiesta un dislexia tipo-L tiene que leer un texto cuya ti-
pografía se ha transformado de muy diversas formas ( MasA, cerdO…) para hacer los textos más
complejos perceptivamente, mientras que los disléxicos tipo-P se les presentan textos con alguna
palabra borrada para que la adivinen según el contexto fonético y semántico.
––Programa Letra (Jiménez, 2012): programa que aplica el modelo de respuesta a la interven-
ción (RtI) utilizando la plataforma educativa MOODLE para trabajar el proceso lector mediante el
desarrollo de conciencia fonológica, comprensión, vocabulario, fluidez y conocimiento alfabético.
––Programa RAVE-O (Retrieval, Automaticity, Vocabulary, Elaboration, Engagement with
language and Orthography) (Wolf, et al. 2000): este programa entrena velocidad de procesa-
miento y procesamiento fonológico, trabajando exactitud y fluidez lectora; también incluye ejerci-
cios de ortografía, memorización y conocimiento sobre el significado de las palabras.
––Programa Fast For Word: este programa mediante juegos trabaja la decodificación, fluidez, con-
ciencia fonémica y fonológica, gramática, sintaxis, semántica y memoria de trabajo.
––Programa Aprendiendo a Leer. Nivel 1 y 2 (Defior et al., 2011): este programa trabaja las
habilidades fonológicas, morfosintácticas y semánticas.
––Programa de Intervención para la mejora de la fluidez lectora - IFL (Serrano & Defior,
2012): este programa se basa en la lectura repetida y acelerada y entrena habilidades cognitivas,
lectura y escritura y habilidades relacionadas con la lectura.
––Programa DECO-FON (Etchepareborda, 2003): este programa emplea estímulos visuales y
auditivos para entrenar la decodificación fonológica, , la discriminación y memoria auditiva, la ve-
locidad de procesamiento auditivo y el procesamiento grafofonológico.
––Programa COGNITIVA. PT. Lectoescritura (Torres, 2004): este programa entrena la con-
ciencia fonológica, la ruta fonológica y léxica, el procesamiento semántico, sintáctico y perceptivo
(visual y auditivo).
––Programa DEHALE (Calvo et al., 2014): este programa trabaja la exactitud y eficiencia lectora
mediante ejercicios de lectura prosódica, lectura comprensiva y lectura ortográfica.
––Programa APADYT (Aplicación Psicopedagógica para Apoyo en Diagnóstico y Trata-
miento): este programa facilita el diagnóstico e intervención de la Dislexia, entrenando la lectura,
lenguaje, percepción y escritura.
Hoy en día, nos encontramos inmersos en una sociedad tecnológica que impregna también a la edu-
cación, con el fin de complementar la labor educativa y facilitar el proceso de enseñanza-aprendizaje
de los alumnos. En esta línea, se ha incorporado también al ámbito de las Dificultades de Aprendizaje
y, concretamente, al Trastorno de la Lectura, comúnmente conocido como Dislexia.
De la Peña (2014) propone una variedad de programas tecnológicos que los escolares con
Dislexia pueden utilizar para trabajar sus dificultades de forma amena y divertida. De entre todas
las herramientas tecnológicas que disponemos en la actualidad, diferenciamos aquéllas que pueden
utilizar por sí mismo los alumnos bajo supervisión de un especialista (o en ocasiones un adulto en
casa) y aquéllas dirigidas a los profesionales de la educación para su manipulación y uso, como por
ejemplo los diseñadores de texto (tamaño, tipo de letra, etc.) que según un estudio (Gregor & Newell,
2000) favorecen la lectura de los disléxicos.
A continuación, enumeramos algunas de las herramientas tecnológicas dirigidas a disléxicos:
––Katamotoz: permite trabajar la ruta fonológica y la ruta visual en alumnado de Educación Primaria
y Secundaria.
––Aquari-soft: conjunto de 5 programas informatizados para trabajar la lectura y escritura.
––Leer Mejor: programa informático de entrenamiento para mejorar las técnicas de lectura, centrado
en la velocidad lectora y comprensión lectora con ejercicios de discriminación auditiva, movimien-
tos oculares, atención y concentración, etc.
174
Procesos y programas de neuropsicología educativa. Capítulo 12
––Hamlet: programa informático para entrenar la conciencia fonológica a partir de cinco años.
––DiTres: programa que está compuesto por tres subprogramas: DiLet: para la escritura de textos me-
diante un predictor de palabras, de tal manera que cuando escribimos sugiere palabras y se puede
crear diccionarios para visualizar palabras escritas de forma incorrecta, mejorando la ortografía
arbitraria; DiDoc: para escanear cualquier texto impreso y leerlos, regulando la velocidad lectora;
DiTex: permite la lectura de cualquier texto.
––ClaroRead: software multisensdorial que facilita la lectura y escritura de los escolares disléxicos.
––Readspeaker: programa que permite la lectura en voz alta de cualquier página web.
––Dragon Speake: software de reconocimiento de voz que permite a los escolares disléxicos ir ha-
blando en vez de escribir.
––Lexia: programa que permite trabajar la lectura, comprensión lectora y los procesos sintácticos y
semánticos.
––Letras con más: permite el reconocimiento de letras y palabras para la iniciación a la lectura.
––Logopedia Interactiva: conjunto de ejercicios en formato de juego que entrenan atención, memoria,
lectura, metalenguaje, ritmo, espacial y temporal.
––Escribir con Símbolos 2000: procesador de textos que enlaza cada símbolo a la palabra escrita y
permite la lectura con una voz grabada.
––SICOLE-R: este programa permite la valoración e intervención de la Dislexia desde 2º de Educación
Primaria hasta 4º de Educación Secundaria, proporcionando un perfil del escolar y las correspon-
dientes orientaciones de intervención. Los procesos cognitivos que permite trabajar son: percep-
ción del habla, conciencia fonológica y conocimiento alfabético, memoria de trabajo, procesamien-
to semántico, procesamiento sintáctico, procesamiento ortográfico, procesamiento morfológico,
velocidad de procesamiento y acceso al léxico.
––Programa de entrenamiento cognitivo de habilidades lectoras: Jel: entrena las habilidades lectoras
de seis a doce años, entrenando la ruta léxica y fonológica. Algunas de las actividades son: tarea
de análisis visual de palabras, lectura por sílabas, lectura de cuentos, etc. Jel-k: es la versión más
infantil dirigida a niños de tres a seis años para trabajar la conciencia fonológica.
––Piruletras: conjunto de ejercicios basados en conciencia fonológica (omisión, sustitución e inserción
de letras y derivación y separación de palabras).
––Tradislexia: videojuego en 3D diseñado para trabajar el procesamiento sintáctico, semántico y or-
tográfico, la conciencia fonológica y la percepción del habla a partir de 5º de Educación Primaria.
––Talk to me: permite convertir el texto en voz, de tal forma que según se escriben se leen en voz
alta las palabras.
––Letter Reflex: aplicación para corregir las confusiones b, d, 6, 9 que presentan los disléxicos.
––Sentence Builder: permite construir frases correctas gramaticalmente.
––Ikonmap: permite realizar mapas conceptuales para facilitar el aprendizaje visual a los disléxicos.
––Kalkupilota: facilita el aprendizaje de las tablas de multiplicar a través del juego.
Toda esta tecnología al servicio de la Dislexia, es un recurso más del que disponemos los profesio-
nales de la educación para ayudar a los escolares disléxicos a solventar sus dificultades y mejorar su
proceso lecto-escritor y, por ende, su rendimiento académico.
175
Procesos y programas de neuropsicología educativa. Capítulo 12
audición y lenguaje o pedagogía terapéutica (esto dependerá de los recursos personales del centro
educativo así como la temporalidad del apoyo o refuerzo). Y, en tercer lugar, prever la posibilidad de
implantar una Adaptación Curricular Individual No Significativa dirigida a modificar la metodología
y la forma de evaluación del alumnado disléxico. Como ejemplo, las Instrucciones de la Comunidad
de Madrid (2014) que dictan las siguientes medidas para alumnos con Dislexia: adaptación de medios
(incrementado el tiempo hasta un 35%), adaptación del formato del examen (cambio de tipo y tama-
ño de la fuente y utilización de hojas en blanco), adaptación de la evaluación (empleo de pruebas
orales, escritas, de selección múltiple, etc.), adaptación de espacio (utilización de un aula separada
para hacer el examen) y realización de lecturas en voz alta de los enunciados de las preguntas al
comienzo del examen.
176
Procesos y programas de neuropsicología educativa. Capítulo 12
lista de palabras con el fonema en posición inicial, otra lista con el fonema en posición media y
otra lista con el fonema en posición final y una última lista de frases con las palabras anteriores;
además, se utilizan los libros de texto para coger fragmentos que sirvan para la lectura fluida.
Este programa se aplicó a 15 escolares con Dislexia Evolutiva, con un cociente de inteligencia no
verbal normal y una lectura inferior al percentil 15. Se utilizó un grupo de 12 niños disléxicos
equiparables en todo al grupo anterior que conformó el grupo control. Se utilizó una tarea estan-
darizada de lectura de palabras y pseudopalabras y un texto expositivo para calcular la exactitud
y velocidad lectora. Se realizaron los análisis estadísticos e índices de recuperación. Los resulta-
dos muestran que el grupo de escolares disléxicos que recibió el tratamiento, incrementaron la
exactitud y velocidad lectora en palabras y pseudopalabras, además de mostrar beneficios en los
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179
Programas para la discalculia
desde la base neuropsicológica
Marta Gil-Nájera
La Discalculia, o Discalculia del desarrollo (DD) es una dificultad de aprendizaje que afecta a la
habilidad de procesamiento numérico y de cálculo. Ésta dificultad puede expresarse en cualquier
ámbito de la vida y a cualquier edad. En el ámbito escolar, la discalculia puede reflejarse en un bajo
rendimiento en áreas relacionadas con aprendizajes instrumentales básicos como el razonamiento
matemático o cálculo, y que no suele reflejarse en bajo rendimiento en otras áreas de conocimiento.
Éste trastorno a menudo puede generar otros problemas derivados en el niño en edad escolar como
ansiedad o depresión. Desde la Neuropsicología (Portellano, 2007) de ha hecho un intento por des-
cribir este trastorno (Ardila, Rosselli, y Matura, 2005; Ardila, & Rosselli, 2007; Álvarez, & Trapaga,
2003) y desarrollar programas de intervención para mejorar los efectos negativos que puede tener
tanto en el ámbito escolar como en otros relacionados. Éste capítulo hace un repaso al concepto y las
bases neuropsicológicas de la discalculia, y a los programas neuropsicológicos y herramientas que se
han venido desarrollando para su mejora. Finalmente, se ofrecen una serie de orientaciones para las
familias y experiencias que se han llevado a cabo con programas de intervención.
Es difícil encontrar en la literatura una única definición de discalculia del desarrollo (DD) o trastorno
del cálculo. Una de las primeras definiciones la ofreció Kosc (1974), quien define el trastorno como
“Un trastorno estructural de las habilidades matemáticas originado por un trastorno genético o con-
génito de partes del cerebro que son el substrato anatomo-fisiológico (Nieder, 2005) directo de la
maduración de las habilidades matemáticas adecuadas a cada edad, sin un trastorno simultáneo de
180
Procesos y programas de neuropsicología educativa. Capítulo 13
las funciones mentales generales” (Kosc, 1974). Sin embargo, la discalculia se ha descrito con diferen-
tes términos como dificultades matemáticas (Geary, 2004), dificultades aritméticas específicas (Lewis
et al., 1994), incapacidad para aprender aritmética (Koontz & Berch, 1996) o dificultades matemáticas
(Jordan, Kaplan & Hanich, 2002).
Si queremos encontrar una definición operativa de la discalculia debemos referirnos a los
criterios diagnósticos del DSM-IV. De acuerdo con el DSM-IV (1995) la discalculia supone
Sin embargo, aunque el DSM-IV nos ofrezca una definición clara de los criterios que se utilizan para
el diagnóstico de la discalculia, se trata de un proceso complejo que debe abarcar una evaluación am-
plia teniendo en cuanta que no se trata de un trastorno aislado de otros trastornos y dificultades de
aprendizaje. Se han establecido dos posibles orígenes del trastorno de la Discalculia (Rosselli y Matu-
te, 2011). Uno de ellos establece que la discalculia es un trastorno secundario, consecuencia de otros
trastornos mayores. La segunda aproximación al origen de la discalculia establece que ésta proviene
de un déficit a la hora de comprender un término global y básico para el cálculo matemático, el con-
cepto de magnitud (Butterworth, 2004, 2005). Las habilidades necesarias para el cálculo matemático
forman parte de procesos psicológicos básicos como la atención o la percepción (compartidas con
muchas otras habilidades de aprendizaje) y también utilizan funciones ejecutivas superiores como
la agenda visoespacial, la memoria de trabajo o el procesamiento auditivo. La capacidad de operar
con números, aunque se entrena y aumenta durante la etapa escolar, aparece ya antes de la etapa
de escolarización de los niños en sus formas más básicas como el principio de cardinalidad y de
ordinalidad (Rosselli y Matura, 2011). La discalculia del desarrollo (Badian, 1983; Butherworth, 2005;
Ramaa & Gowramma, 2002; Shalev & Gross-Tsur, 2001) aparece durante la etapa escolar cuando se
presentan problemas severos en el aprendizaje de las matemáticas (por ejemplo, asimilación de datos
numéricos y aritméticos).
Desde que Luria (1962) sentara las bases de la Neuropsicología en los años 60, ésta se ha cen-
trado en establecer la relación entre los procesos cerebrales y el comportamiento humano. Uno
de los campos principales de actuación de la Neuropsicología es la evaluación y rehabilitación
de pacientes con alteraciones neuropsicológicas de diferente naturaleza. Una de las bases de la
Neuropsicología (Valdez, 2008) es la concepción de del cerebro como un todo, que se encuentra
organizado en sistemas funcionales complejos. Una de las implicaciones de ésta organización
cerebral es que la alteración de uno de esos sistemas puede repercutir en el funcionamiento de
uno o varios de los demás sistemas.
No podemos localizar el procesamiento numérico a nivel cerebral en un punto concreto.
El procesamiento numérico se localiza principalmente en el lóbulo parietal, aunque áreas como
la corteza prefrontal, el lóbulo temporal, la corteza cingulada algunas regiones subcorticales se
encuentran también relacionadas con éste trastorno. Algunas de las estructuras que se encuen-
tran involucradas en el procesamiento numérico son el Surco intraparietal (representación inter-
na de las cantidades; procesamiento abstracto de las magnitudes y su relación; procesamiento de
series ordinales no numéricas y del procesamiento espacial); el Giro angular izquierdo (resolu-
ción de “hechos matemáticos”; procesamiento numérico y cálculo que requieren procesamiento
verbal; representación numérica espacial y resolución de tareas aritméticas complejas); la Corteza
occipito-temporal (procesamiento de números), el Sistema parietal posterior superior (procesos
181
Procesos y programas de neuropsicología educativa. Capítulo 13
atencionales de tipo espacial para tareas de cálculo; tareas viso espaciales y de memoria de
trabajo espacial), el Lóbulo frontal (tareas de memoria de trabajo (mantenimiento de resultados
intermedios, planificación, ordenación temporal de componentes de las tareas, comprobación de
resultados y corrección de errores) o la Corteza cingulada (toma de decisiones, monitorización
y selección de respuestas (Estévez, Castro y Reigosa, 2008; Serra-Grabulosa, Adan, Pérez-Pàmies,
Lachica y Membrives, 2010).
Una de las principales pruebas que se vienen utilizando para evaluar posibles trastornos de la dis-
calculia es la Adaptación y ampliación de la Prueba de Evaluación Evolutivo-Curricular de Tordesillas
(PRECUMAT), elaborada por Margarita Blanco. Ésta prueba se centra en las etapas de Educación
infantil y Primaria y está elaborada en base al currículo oficial y las aportaciones de la investigación
sobre el desarrollo de las matemáticas.
182
Procesos y programas de neuropsicología educativa. Capítulo 13
Orientaciones generales
Existen, sin embargo, una seria de pautas generales que los profesores pueden aplicar en el
aula y que mejorar de forma global las habilidades numéricas del conjunto de la clase. Algunas
de estas recomendaciones pasan por llevar a cabo estrategias de enseñanza que favorezcan un
aprendizaje de las matemática a través de la experimentación; presentar los contenidos
relacionados con las matemáticas desde una perspectiva general y conectando conceptos; tener
en cuenta el desarrollo individual de los niños en cuanto al procesamiento numérico o el razo-
namiento abstracto; ofrecer una perspectiva práctica con respecto al razonamiento lógico-mate-
mático.
Pese a que las estrategias anteriores pueden ayudar a una mejora en el rendimiento matemá-
tico de la clase en general, cuando el profesor/a se encuentra con algún caso de discalculia, debe
tener en cuenta las necesidades específicas del alumno/a para poder llevar a cabo estrategias de
intervención en función del diagnóstico establecido. A la hora de llevar a cabo un tratamiento del
trastorno de discalculia, es conveniente tener en cuenta aspectos como:
––Utilizar ejercicios que sean atractivos y motivadores para mantener el interés y la curiosidad (espe-
cialmente al comienzo)
––Comenzar desde los niveles más básicos donde el niño/a muestre dificultades
––Trabajar la percepción visual a través de objetos para después comenzar a trabajar el razonamiento
lógico
––Mostrar el lenguaje matemático desde las bases (significado de los signos, números, secuencias,
etc.) con elementos prácticos.
––Trabajar nociones básicas como los conceptos de cantidad, seriación, proporción, etc.
––Estimular la memoria a corto plazo y la atención con ejercicios específicos.
––Utilización de los espacios disponibles de la forma más efectiva posible. Dentro del espacio educa-
tivo podemos utilizar los elementos y objetos que tengamos disponibles para acercar los conceptos
numéricos, en ocasiones demasiado abstractos, y hacerlos más pragmáticos.
183
Procesos y programas de neuropsicología educativa. Capítulo 13
En cuanto a los recursos que podemos encontrar para la intervención en trastornos de discalculia,
podemos encontrar varios ejemplos:
Llombart Girona, V.; Jareño Civera, A. Y Torres Oiver, J. (1989). Discalculias. Multi-
plicaciones. Promolibro. Valencia: Publicaciones Benissa.
Llombart Girona, V.; Jareño Civera, A. Y Torres Oiver, J. (1989). Discalculias. Divi-
siones. Promolibro. Valencia: Publicaciones Benissa.
Ambos libros tienen fichas matemáticas en las que se va aumentando el nivel de dificultad.
Otro ejemplo de herramientas la intervención es por ejemplo el “Tratamiento reeducativo de
la discalculia (Egea, L, 1998).
Estos programas se dedican cada uno de ellos a un aspecto concreto relacionado con el
trastorno de discalculia, las multiplicaciones y las divisiones. Cada uno de ellos contiene ejercicios
prácticos de diferentes niveles de dificultad y que van aumentando en dificultad de forma gradual.
Que las nuevas tecnologías suponen hoy en día una herramienta básica en el aula ha quedado fuera
de toda duda (Area, 2008; Ferro, y Otero, 2009). A la hora de tratar los trastornos del aprendizaje,
como la discalculia, las nuevas tecnologías de la información y la comunicación (TICs) se convierten
en una herramienta esencial como recurso de intervención. Cuando, después de un diagnóstico, se
diseña un plan de intervención para el trastorno, normalmente el niño/a suele acudir con los padres,
bien al colegio, o a un centro especializado y se trabaja con materiales altamente gráficos pero que
siguen suponiendo la resolución de problemas y el trabajo en papel. La utilización de herramientas
tecnológicas va a proporcional un ambiente mucho más motivadores y que mantendrán la atención
sostenida del niño/a por más tiempo. La resolución de problemas prácticos en páginas web o softwa-
re interactivo en un ordenador pueden ser un buen ejemplo de ello.
Algunas de las herramientas tecnológicas que podemos encontrar disponibles son, por ejem-
plo La carrera de los números (Wilson, Dehaene, Pinel, Revkin, Cohen, Cohen, 2006). Éste programa
nos da una perspectiva lúdica para trabajar la discalculia sin perder la motivación del niño/a. Éste
programa está dirigid a niños de 4 a 5 años y su objetivo principal es trabajar el sentido del número
mediante actividades de comparación, asociación, sumas, etc.
Ejemplos de herramientas tecnológicas que pueden ser utilizadas junto con otras estrategias
de intervención para la discalculia:
184
Procesos y programas de neuropsicología educativa. Capítulo 13
Butterworth (2005) explica que éste software proporciona ejercicios prácticos a los alumnos de
forma que puedan realizar operaciones aritméticas de forma más autónoma con la práctica.
––http://www.educaplay.com/
––http://www.thenumberrace.com/
––http://www.usaelcoco.com/
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185
Procesos y programas de neuropsicología educativa. Capítulo 13
186
Procesos y programas para superar
las dificultades del lenguaje
Silvia Pradas Montilla y Cristina de la Peña Álvarez
A.
Sistema Auditivo (Bear, Connors & Paradiso, 1998; Sánchez, 2004): el proceso del lenguaje co-
mienza con la recepción de la onda sonora por el oído externo que es un medio aéreo, concreta-
mente, entra por el pabellón auricular y sigue su recorrido por el canal auditivo hasta hacer vibrar
la membrana timpánica. A partir de aquí, incluido el tímpano comienza el oído medio, pues la
vibración del tímpano transmite el movimiento a la cadena de huesecillos que vibran consecuti-
vamente martillo, yunque y estribo, y traspasa el movimiento a la ventana oval que es una mem-
brana que recubre la entrada a la cóclea en el oído interno. El oído medio es un medio mecánico
y funciona como un transmisor acústico, permitiendo amplificar la onda sonora antes de entrar
en el oído interno. En el oído medio, también se encuentra la trompa de Eustaquio que conecta el
oído con el paladar y su misión es la de mantener igualadas las presiones dentro y fuera del oído
y la ventana redonda que vibra en sentido opuesto a la entrada de la onda sonora en la cóclea
lo que produce que el líquido que hay en la cóclea se mueva. En el oído interno, la vibración de
la ventana oval se transmite a la cóclea (tubo membranoso relleno de líquido enrollado sobre sí
mismo dentro del hueso temporal), que produce el movimiento de la membrana basilar sobre
la que se encuentra el órgano de Corti, que posee unos cilios que al moverse con el roce de la
membrana tectoria generan el impulso nervioso que sigue por el nervio auditivo o coclear.
187
Procesos y programas de neuropsicología educativa. Capítulo 14
El impulso sonoro eléctrico sale del nervio coclear y se dirige a los núcleos de la oliva, donde
se decusan algunas fibras y produce que la audición sea contralateral e ipsilateral; sigue al
colículo inferior del mesencéfalo, encargado de regular la orientación de la cabeza a la fuente
sonora y llega al núcleo geniculado lateral del tálamo, que reconoce frecuencias e integra la
orientación con el movimiento de la cabeza; desde aquí, conecta con la corteza auditiva (pri-
maria, secundaria y terciaria) donde se produce el reconocimiento del lenguaje. Ésta es la vía
primaria de la audición, sin embargo, existe una vía secundaria de la audición, pues desde el
colículo inferior del mesencéfalo saldría una conexión al sistema reticular que provocaría una
activación inespecífica ante un ruido intenso, también saldrían conexiones al cerebelo que
producirían las respuestas reflejas involuntarias y los condicionamientos clásicos auditivos.
Además, desde el núcleo geniculado del tálamo hay conexiones con el diencéfalo que permi-
ten las valoraciones emocionales auditivas.
B.
Receptores sensitivos: proporcionan información de nuestro cuerpo y entre los relacionados con
el lenguaje, se hallan los exteroceptores y propioceptores que intermedian señales sensitivas del
oído interno y los receptores sensitivos orales que proporcionan el control y agudeza sensitiva de
la articulación del habla.
Sistema Nervioso Central (Etchepareborda & López-Lázaro, 2005): principalmente intervienen las
C.
siguientes estructuras corticales:
D.
Nervios Craneales: encargados de mediar la sensibilidad oral, como por ejemplo:
188
Procesos y programas de neuropsicología educativa. Capítulo 14
––V (trigémico): encargado de la sensibilidad táctil en la cara y en los dos tercios anteriores de la
lengua.
––VII (facial): se encarga de la propiocepción de la cara (ojos, nariz, boca y conducto auditivo externo).
––VIII (acústico-vestibular o vestibulococlear): responsable de la sensibilidad a los sonidos.
––IX (glosofaríngeo): encargado de la sensibilidad táctil en el tercio posterior de la lengua y en las
paredes laterales y posterior de la faringe.
––X (vago): se encarga de la sensibilidad de los dos tercios inferiores de la faringe y de la mayor parte
de los músculos de la laringe.
A. Aparato Fonoarticulatorio: hace referencia a todos los órganos implicados en la emisión del soni-
do articulado y según Peña-Casanova (2001) podría organizarse según su funcionalidad en:
––Órganos de la Respiración: consiste en aprovechar el aire espirado para producir el sonido laríngeo,
de tal manera que el ritmo respiratorio espiración-inspiración se adapta al habla, con una inspira-
ción más rápida y una espiración más prolongada. Los órganos de la respiración lo constituirían
las fosas nasales, tráquea, bronquios y pulmones. Las fosas nasales funcionan como elemento reso-
nador, dejando pasar el aire y modulando las condiciones en las que entra; la tráquea lleva el aire
hacia los pulmones durante la espiración e inspiración; los bronquios permiten que el aire llegue a
los pulmones y, los pulmones impulsan el aire hasta la laringe.
––Órganos de la Fonación: constituidos por cuerdas vocales, fosas nasales, cavidad bucal, labios, len-
gua, dientes, faringe y laringe. Destacamos la faringe por constituir la cámara de resonancia y ser el
mecanismo más importante de la fonación disminuyendo o ampliando la longitud y el calibre, y la
laringe por intervenir en la emisión de la voz, en la tos, deglución y respiración. Los músculos intrín-
secos de la laringe formas las cuerdas vocales y la región de las cuerdas vocales se denomina glotis.
El proceso de fonación consiste en que el aire espirado pasa desde la tráquea a la laringe; cuando
hablamos la glotis se cierra porque las cuerdas vocales se unen, tensadas se acercan a la línea media
pero la presión del aire que viene desde los pulmones hace que se abran, inmediatamente, por la
elasticidad, se vuelven a cerrar generando la vibración de las cuerdas vocales y el sonido llamado voz.
––Órganos de la Articulación: formados por labios, mejillas, dientes, bóveda palatina y lengua que
adoptan una determinada posición cuando se articula un sonido. Los labios articulan el sonido
laríngeo, concretamente los fonemas labiales; las mejillas mantienen la cantidad de aire necesaria
para articular correctamente y dotan a la voz de su timbre característico; los dientes intervienen
sobretodo en la articulación de fonemas dentales; bóveda palatina relevante para lo fonemas pala-
tales, bucales y nasales; y la lengua es el órgano más implicado en la producción de vocales y con-
sonantes, concretamente en la articulación de dentales, alveolares, palatales, velares e interdentales.
B.
Sistema Nervioso Central (Etchepareborda & López-Lázaro, 2005): participan tanto estructuras
corticales como subcorticales en la expresión lingüística:
––Estructuras corticales:
•• Área de Broca (área 44 de Brodmann): integra los programas motores, realizando la planifi-
cación articulatoria.
•• Área motora primaria (área 4 de Brodmann): representación motora de todas las partes del
cuerpo.
•• Área premotora (área 6 de Brodmann): controla los movimientos oculares.
•• Área cinética premotora (área 17 de Bordmann): también llamada centro frontal de la escritu-
ra de Exner integra los programas de movimiento necesarios para la escritura.
•• Área suplementaria: selección de movimientos e inicio del habla.
•• Prefrontal: estrategias para iniciar la expresión oral y motivación lingüística.
––Estructuras subcorticales:
•• Cerebelo: participa en la fluidez y articulación.
189
Procesos y programas de neuropsicología educativa. Capítulo 14
Cualquiera de las estructuras que intervienen en el proceso neuropsicológico del lenguaje, tanto en re-
cepción como en producción lingüística, pueden verse afectadas y producir alteraciones o dificultades.
La revisión de la literatura científica (Gallardo & Gallego, 2000; Portellano, 2008; Sos & Sos)
pone de manifiesto la heterogeneidad que existe dentro de las alteraciones del lenguaje, incluyendo
desde problemas en articulación a trastornos en todos los procesos lingüísticos. Además, en ocasio-
nes, las alteraciones del lenguaje son secundarias a déficits sensoriales, déficits cognitivos o falta de
estimulación. Por esta razón, ante esta variedad de cuadros y etiologías, este capítulo se centra en
aquellas dificultades del lenguaje oral más frecuentes en el ámbito educativo que no son secundarias
a ningún tipo de alteración.
Narbona & Chevrie-Muller (2001) desarrollan la siguiente clasificación sobre dificultades de lenguaje
basándose en el modelo neuropsicológico:
––Tartamudeo (Disfemias)
––Trastornos del lenguaje en Psicopatología y en carencias del entorno: retraso mental; trastornos de
la comunicación; mutismo selectivo; privaciones.
190
Procesos y programas de neuropsicología educativa. Capítulo 14
afectan más la comprensión estando la fluidez y producción intactas llamada Afasia de Wernicke o
las que afectan la expresión y fluidez estando la comprensión intacta denominada Afasia de Broca.
Cuando se dañan las áreas del lenguaje del hemisferio izquierdo antes de los cincos años, el hemis-
ferio derecho asume todas las funciones lingüísticas deteriorando las funciones visoespaciales, si es
después de los cinco años no se modifica la representación del habla. Y, lesiones tardías del hemisfe-
rio derecho afectan solo a habilidades manipulativas y en hemisferio izquierdo afectan a habilidades
manipulativas y verbales.
En las afasias se produce una afectación de los procesos centrales del lenguaje y dependien-
do del área afectada, los síntomas característicos son diferentes, no obstante, los niños que padecen
afasia presentan problemas con el lenguaje espontáneo y conversacional, déficit de atención, memo-
ria, función ejecutiva y motricidad que repercuten en dificultades en el proceso lectoescritor y en el
cálculo. También se han hallado problemas comportamentales.
Disfasia Evolutiva (Arboleda-Ramírez, Lopera-Vásquez, Hincapié-Henao, Giraldo-Prie-
to, Pineda, Lopera et al., 2007; Buiza-Navarrete, Adrián-Torres & González-Sánchez, 2007; Crespo
& Narbona, 2006; Muñoz & Carballo, 2005): este trastorno se caracteriza por la existencia de
heterogeneidad en las manifestaciones. A nivel neuropsicológico, se produce una sobreactivación
en giro temporal superior y medio, giro precental y postcentral de los dos hemisferios o del he-
misferio derecho y subactivación en ganglios basales y pasr triangularis del hemisferio derecho
y giro supramarginal, giro precentral y pars opercularis del hemisferio derecho. Cuando están
alteradas la comprensión y producción existe daño en las áreas frontales y temporoparietales;
cuando el habla espontánea es superior a la repetición las áreas temporoparietales y sus cone-
xiones con las áreas frontales están intactas. Debido a la variedad de áreas lesionadas, hay niños
que pueden presentar algunos o todos los síntomas que se comentan a continuación: son niños
que se caracterizan por desarrollar el proceso fonológico más tarde de lo esperado para su edad,
con un lenguaje muy característico, problemas expresivos y comprensivos, problemas semánticos
como vocabulario reducido y dificultad para la narración, problemas sintácticos como errores
de concordancia, agramatismos, omisión de palabras funcionales y auxiliares, morfosintaxis al-
terada, poco desarrollo del uso lúdico del lenguaje, dificultad en el seguimiento de ritmos y en
procesamiento secuencial, velocidad de procesamiento más lenta, problemas para la audición
y discriminación de fonemas, errores en tareas de decodificación grafema-fonema y déficits en
atención, memoria, memoria de trabajo y función ejecutiva.
Retraso simple del lenguaje (Moreno, Suárez, Martínez & García, 2004; Moreno-Flagge,
2013): en esta alteración, los niños tienen problemas de producción, cometen errores cuando co-
pian dibujos, tienen problemas de coordinación, lateralidad y esquema corporal que repercuten
posteriormente en dificultades lectoescritoras y problemas en memoria de trabajo. Son niños con
un lenguaje inmaduro, poca iniciativa para la conversación, con vocabulario escaso, hacen frases
sencillas, puede haber trastornos de articulación de determinados fonemas y déficits fonológi-
co-sintáctico. Sin embargo, son niños que poseen una comprensión preservada, con el tratamiento
adecuado tienen una evolución rápida y a los seis años se acercan al nivel lingüístico que le co-
rresponde por edad.
Disartria (Ferri, 2014; Muñoz, Molina, Robles & Uberos, 2002): “trastorno de articulación se-
cundario a alteraciones del control neuromuscular de los mecanismos fonológicos “(Muñoz, Molina,
Robles & Uberos, 2002, p.534), por lesión en músculos bucofonatorios, nervios periféricos o sistema
nervioso central, cuyas manifestaciones en los niños son distorsiones en vocales y consonantes, pro-
blemas con el control respiratorio, la resonancia y prosodia. Existen cinco tipos de disartrias:
––Flácida: daño en neurona motriz inferior que produce dificultades en fonación, prosodia y reso-
nancia.
––Espástica: daño en neurona motriz superior que genera alteración en prosodia y articulación.
––Atáxica: daño en cerebral y provoca problemas en fonación, articulación y prosodia.
––Hipocinética: daño en sistema extrapiramidal cursando con dificultad en prosodia y fonación.
––Hipercinética: daño en sistema extrapiramidal produciendo alteraciones en resonancia, fonación,
articulación y prosodia.
––Mixtas: es la combinación del daño en diversas áreas de los sistemas motores implicados.
191
Procesos y programas de neuropsicología educativa. Capítulo 14
Dislalia (Baldo & Dronkers, 2006; Conde-Guzón, Bartolomé-Albisteguie, Quirós & Cabestero, 2006;
Gallego & Rodríguez, 2009; Lou & López, 2001): es la alteración del lenguaje oral más frecuente en
educación y se refiere básicamente a la alteración en articulación de los fonemas. El origen del tras-
torno está a nivel perceptivo, productivo y cognitivo. Las Dislalias más frecuentes son rotacismos y
sigmatismos. Son niños que se caracterizan por dificultades para pronunciar de forma correcta deter-
minados fonemas afectando a cualquier vocal o consonante y a uno o varios fonemas. Además, se
observan problemas en memoria verbal y visual, atención, percepción audio-verbal, discriminación
auditiva, prosodia y en el seguimiento de ritmos auditivos y visuales. Los errores articulatorios más
frecuentes son la sustitución (se sustituye un fonema por otro más fácil: “datón por ratón”), adición
(se añade un fonema a cualquier parte de la palabra: “terés por tres”), omisión (no se dice un fonema
difícil de pronunciar: “cuato por cuarto”), inversión (cambia el orden de los sonidos: “cocholate por
chocolate”) y distorsión (cuando se articula de forma deformada un fonema pero sin llegar a sustituir,
por ejemplo la /r/ francesa).
La heterogeneidad de las alteraciones del lenguaje oral, hace que se administren diferentes instru-
mentos de valoración para cada trastorno lingüístico.
A continuación, en la tabla 1 se enumeran distintos procedimientos de valoración del lenguaje
oral en función del trastorno lingüístico.
Es fundamental, realizar la valoración del lenguaje oral a nivel espontáneo, conversacional y dirigido
de todos los procesos neuropsicológicos implicados.
192
Procesos y programas de neuropsicología educativa. Capítulo 14
Los trastornos del lenguaje oral conllevan importantes consecuencias a nivel cognitivo y socioemo-
cional de los escolares, lo que se requiere una rápida y eficaz intervención.
La intervención en Afasias Infantiles está dirigida a tratar de forma integral todos los procesos
del lenguaje y facilitar la comunicación. Debido a la variabilidad del tipo de afasia infantil, se inter-
vendrá más en unos aspectos que en otros. En casos graves de Afasia infantil se emplean sistemas
de comunicación alternativa. Algunas tareas para la intervención afásica son:
193
Procesos y programas de neuropsicología educativa. Capítulo 14
Actualmente, se pueden trabajar las dificultades del lenguaje aprovechando las potencialidades de
los nuevos medios tecnológicos; rapidez, simulación, repetición, etc., y la posibilidad de utilizar dife-
rentes códigos multimedia, interactividad y control que facilite el seguimiento de las intervenciones.
Específicamente para el ámbito de la intervención en trastornos de habla y la voz adquieren gran
importancia las aplicaciones que permiten la conversación de la información entre diferentes códigos.
Para trabajar las dificultades del lenguaje a través de la tecnología, se sigue la clasificación
de dificultades de lenguaje propuesta por Narbona & Chevrie-Muller (2001) comentada en el primer
apartado de este capítulo, seleccionando y evaluando programas tecnológicos (como se observa en la
tabal 3), que permitan trabajar dichas dificultades. No se trata sólo de elaborar una lista de posibles
programas, aunque ello sea útil y un buen principio.
194
Procesos y programas de neuropsicología educativa. Capítulo 14
Programa Descripción
Programa ESPIRAL Entrena la morfosintaxis a través de morfemas, determinantes,
preposiciones, etc.
Programa E.A.R Trabaja la articulación y el ámbito fonético-fonológico.
Cuéntame del Proyecto Comunica Entre el nivel pragmático, mediante escenas en las que el niño tiene que
ir describiendo o participar.
Hamlet Permite trabajar la conciencia fonológica, articulación y discriminación
auditiva.
Onomatopeyas Trabaja el ámbito fonológico.
Programa Speech Viewer Entrena la conciencia fonológica y prosodia
Programa Globus del Proyecto Fressa Trabaja la articulación del habla
Serán programas que permitan trabajar alguno de los aspectos, por ejemplo si para trabajar todo lo
referente al desarrollo auditivo se puede utilizar un programa como:
––Juego de secuencias auditivas: Se presentan sonidos en secuencia y el niño tiene que repetir
la secuencia. Lo encontraremos en la siguiente URL: http://www.uma.es/moc/onomato/index2.htm
Pero si se pretende profundizar y desarrollar un buen programa para resolver la dificultad del
lenguaje que se quiera trabajar con los alumnos, hará un diseño que contemple todos los aspectos:
DESTINATARIOS: Alumnos primer ciclo primaria: 2º de Primaria 7/8 años.
OBJETIVOS:
DISEÑO DE ACTIVIDADES:
PROGRAMA: Phonetics
Descripción: materiales con animaciones flash, a los que podemos acceder on-line. Se pueden
observar animaciones de la mecánica articulatoria de cada uno de los fonemas, con secuencias paso
a paso de la animación y posibilidad de visualizar la producción del fonema de forma aislada o en
palabras que la contienen (véase figura 2).
195
Procesos y programas de neuropsicología educativa. Capítulo 14
––Respiración y soplo:
Para poder pronunciar correctamente determinados fonemas, el soplo debe tener más fuerza
y la respiración debe ser nasal.
––Discriminación auditiva:
Le ayudaremos a distinguir cuándo debe pronunciar los pares de fonemas confundidos.
––Ante una imagen, decir el nombre de los objetos, personas o animales que aparecen, adecuándo-
nos ala vocabulario correspondiente para su edad.
––Recordar los vocablos trabajados en el aula.
––Ante una imagen, jugar al juego “Veo, veo...” empleando siempre el vocabulario en cuestión
––Jugar con el loto elaborado específicamente con el vocabulario.
––Repetir sílabas, palabras o frases con el fonema aprendido.
––Decir objetos que comiencen por las sílabas del fonema trabajado.
––Dibujar objetos que comiencen por las sílabas del fonema trabajado. (Puede hacerse también en
plastilina)
––Dada una ficha con imágenes, el profesor dirá el nombre de imágenes que aparecen en dicha ficha.
El alumno colorear aquellos dibujos que lleven el sonido trabajado.
––Levantar la mano o hacer un gesto cada vez que escuchen palabras, emitidas por el maestro, que
lleven el fonema trabajado; se intercalarán palabras con fonemas de sonidos semejantes.
El papel de los padres en la prevención de los problemas de lenguaje de los hijos es muy importante.
Las orientaciones para los padres deben seguir las siguientes indicaciones:
196
Procesos y programas de neuropsicología educativa. Capítulo 14
––Hablar y comunicarse con cada niño desde el momento del nacimiento e, incluso, en la etapa
prenatal.
––Facilitar la comunicación armónica en el ambiente familiar.
––Favorecer un ambiente de lectura y la afición lectora de todos.
La familia tiene un importante papel en la colaboración con el centro educativo y los profesionales
en el tratamiento de las dificultades de Lenguaje de sus hijos. El valor de la familia en la intervención
neuropsicológica reside en realizar las rutinas diarias a desarrollar potenciando la rehabilitación. Es
fundamental, para ello, informar a las familias del proceso a seguir con su hijo y formarles en aque-
llas actividades cotidianas que puedan realizar, porque solo la acción conjunta, sistemática y diaria
favorecerá la evolución positiva del tratamiento. A continuación, se proponen algunas ayudas que la
familia puede prestar durante el tratamiento:
En este apartado, se procede a comentar un caso de intervención de un niño con dificultades fono-
lógicas recogido en Villegas (2005).
Lo primero que se realiza es: Análisis de la situación inicial
G., es un alumno de 7 años y 4 meses, escolarizado en el segundo nivel del primer ciclo
de Educación Primaria (2. °) que empieza a asistir al aula de audición y lenguaje de su cent ro en
el primer trimestre del curso. En las pruebas del ITPA (Illinois Test Psycholinguistic Abilities) (Kirk,
McCarthy & Kirk, 1989) obtiene una puntuación compuesta equivalente a una edad de 5 años, pre-
sentando en la mayor parte de las pruebas correspondientes al canal auditivo-vocal una puntuación
típica inferior a la media global, en especial en la prueba de memoria secuencial auditiva (3 años y
4 meses). Del análisis comparativo de su perfil productivo fonológico con los propuestos por Miras
(1991) y Bosch (1983a y 1983b), se puede inferir que G. presenta una distribución fonémica similar a
la de un niño de 3 años a 3 años y medio.
Antes de iniciar la intervención propiamente dicha, se mantiene una entrevista con su tutora
a la que se informa oralmente y por escrito de las dificultades apreciadas, concretando con ésta un
197
Procesos y programas de neuropsicología educativa. Capítulo 14
posible horario de atención compatible con la actividad académica, a continuación se informa por
escrito a la orientadora del centro quien, a su vez, informa por escrito a la dirección del centro de la
conveniencia de atención logopédica para el alumno. Posteriormente se cita a sus padres, asistiendo
la madre de G. a quien se explican los resultados de la evaluación en un lenguaje coloquial y con
ejemplos concretos ofreciéndole la posibilidad de atención logopédica para su hijo en dos sesiones
semanales (martes y jueves) de 45 min en el horario acordado con la tutora, comprometiéndola para
una cita posterior al objeto de asistir y participar en una sesión de intervención.
En cuanto a la intervención, una vez realizada la exploración y análisis de las producciones
simplificadas de G., se plantea como objetivos, primero, la elicitación fonoarticulatoria del vibran-
te múltiple que suele oclusivizar y del labiodental fricativo que suele producir mediante protusión
lingual, segundo, la disminución de los procesos de simplificación que afectan a los grupos conso-
nánticos del tipo obstruyente + líquida vibrante, tercero, el correcto uso de las grafías implicadas en
dichos procesos de simplificación en el lenguaje escrito.
Inicialmente, las actividades, se dirigirán al fortalecimiento y aumento de la movilidad del
ápice lingual para continuar con la vibración lingual y precisión articulatoria (Pascual García, 1995),
se realizan frente al espejo y con la ayuda de secuencias de vídeo en la pantalla de un ordenador.
La intervención continúa con actividades de modelado que se inician con la denominación inducida
de imágenes, alusivas en este caso al vibrante múltiple siguiendo con la repetición secuenciada, uti-
lizando en el modelo los apoyos práxicos que se han revelado como más efectivos durante el entre-
namiento anterior. Se llevan a cabo cinco secuencias de repetición terminando con la denominación
inducida del conjunto Al finalizar cada sesión se vuelve a realizar una valoración de las producciones
de G. utilizando las imágenes-palabras utilizadas para la evaluación inicial.
Resultados
Arboleda-Ramírez, A., López-Vásquez, H., Hincapié-Henao, L., Giraldo-Prieto, M., Pineda, D., Lopera
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Procesos y programas de neuropsicología educativa. Capítulo 14
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199
Autismo, aspectos neuropsicológicos
y programas de intervención
Ana Belén Calvo Calvo y Javier Tubío Ordóñez
El Autismo fue descrito por primera vez en 1943 por Leo Kanner, que lo definió como un trastor-
no autístico del contacto afectivo (Kraner, 1943). Considerado inicialmente, y hasta los años 80 del
siglo XX, un síntoma asociado a la esquizofrenia, la definición del autismo como entidad clínica in-
dependiente ha pasado por distintas fases hasta llegar a la más reciente definición del trastorno del
espectro autista.
El trastorno del espectro autista (TEA) es el término que se utiliza para dar cuenta de
las distintas manifestaciones de gravedad del autismo. Éste, el autismo, es un trastorno del
neurodesarrollo que se caracteriza por alteraciones cualitativas en la interacción social y en la
comunicación, además de la presencia de conductas repetitivas e intereses restringidos. Algunos
estudios epidemiológicos recientes informan de que el autismo afecta al 0,6% de la población, es
tres veces más frecuente en varones que en mujeres y es habitual su asociación con discapacidad
intelectual (cociente intelectual, CI < 70), que está presente en el 25-40% de los casos (Chakra-
barti y Fombonne, 2001). El espectro también incluye a personas de ‘alto funcionamiento’ o con
síndrome de Asperger.
Las características conductuales se recogen en los manuales internacionales de diagnósti-
co y clasificación, como son el DSM, de la Asociación Psiquiátrica Norteamericana (APA, 1994),
y el CIE, elaborado por la Organización Mundial de la Salud (OMS, 1992). Dichas clasificaciones,
son revisadas periódicamente, a fin de incorporar nuevos datos procedentes de la investigación,
y son esenciales para el perfeccionamiento de los diagnósticos clínicos individuales y el progreso
en este campo.
200
Procesos y programas de neuropsicología educativa. Capítulo 15
Existe un amplio consenso entre la DSM-IV y la CIE-10 en la definición y descripción de los proble-
mas nucleares del autismo.
Los trastornos del espectro autista (TEA) componen un grupo heterogéneo de trastornos ca-
racterizado por una alteración, de gravedad variable, en la función de interacción social recíproca, en
la comunicación verbal y no verbal, y en las actividades simbólicas e imaginativas, asociado con un
repertorio escaso y repetitivo de actividades e intereses.
Los criterios que se deben cumplir para poder ser diagnosticado según DSM IV son:
a) Trastorno importante en muchas conductas de relación no verbal, como la mirada a los ojos, la
expresión facial, las posturas corporales y los gestos para regular la interacción social.
b) Incapacidad para desarrollar relaciones con iguales adecuadas al nivel evolutivo.
c) Ausencia de conductas espontáneas encaminadas a compartir placeres, intereses o logros con
otras personas (por ejemplo, de conductas de señalar o mostrar objetos de interés).
d) Falta de reciprocidad social o emocional.
a) Retraso o ausencia completa de desarrollo del lenguaje oral (que no se intenta compensar con
medios alternativos de comunicación como los gestos o la mímica).
b) En personas con habla adecuada, trastorno importante en la capacidad de iniciar o mantener
conversaciones.
c) Empleo estereotipado o repetitivo del lenguaje, o uso de un lenguaje idiosincrático.
d) Falta de juego de ficción espontáneo y variado, o de juego de imitación social adecuado al nivel
evolutivo.
a) Preocupación excesiva por un foco de interés (o varios) restringido y estereotipado, anormal por
su intensidad o contenido.
b) Adhesión aparentemente inflexible a rutinas o rituales específicos y no funcionales.
c) Estereotipias motoras repetitivas (por ejemplo, sacudidas de manos, retorcer los dedos, movimien-
tos complejos de todo el cuerpo etc.).
d) Preocupación persistente por partes de objetos.
Por tanto para hacer un diagnóstico adecuado, la persona debe cumplir los siguientes criterios:
I. Un total de 6 (o más) síntomas del tipo (1), (2) y (3) con al menos dos del tipo (1), y uno de cada
uno de los tipos (2) y (3)
II. Retraso o funcionamiento anormal de al menos una de las tres áreas que aparece antes de los 3
años.
III. El retraso no se explica mejor por la presencia de un trastorno de Rett o un TDI.
201
Procesos y programas de neuropsicología educativa. Capítulo 15
15.1.2. Características
El cuadro clínico característico del autismo suele ser evidente antes de los tres años de edad, exis-
tiendo estudios prospectivos en población de riesgo que señalan que ya entre los 6 y los 12 meses
de edad se pueden encontrar signos indicadores de dichos trastornos (Volkmar y Chawarska, 2008).
Además de estos síntomas es frecuente encontrar afectación neurológica en pacientes con
autismo, incluyendo convulsiones, en un 25% de los casos, insomnio y patrones de sueño alterados
o problemas de coordinación motora. Son frecuentes también las alteraciones gastrointestinales, en-
contrándose en un 45% de los casos (Miles, 2011). Las estimaciones más recientes de la prevalencia
del TEA la sitúan en valores superiores al 1%. Por ejemplo, el último informe del CDC-ADDM (Center
for Disease Control and Prevention-Autism and Developmental Disabilities Monitoring Network) pu-
blicado en el año 2012 sobre la prevalencia en los Estados Unidos estimaba una prevalencia de 1/88
(CDC, 2012).
Las tres alteraciones principales de los TEA (Trastorno cualitativo de la relación, la comunicación y
Patrones de conducta, interés o actividad restrictivos, repetitivos y estereotipados) se manifiestan de
forma variada dependiendo de: nivel intelectual, nivel lenguaje, edad, gravedad trastorno y si tam-
bién presentan un trastorno de conducta.
Se han propuesto distintas teorías cognitivas para tratar de entender el funcionamiento psicoló-
gico de las personas con TEA; es decir, de la posible relación existente entre su funcionamiento cerebral
y su conducta. Una de las más conocidas es la hipótesis del déficit en teoría de la mente (Baron-Cohen,
Tager-Flusberg y Cohen, 2000). Desde esta hipótesis se propone que ciertos fallos en algunos de los
componentes del cerebro social (como la capacidad de atribuir estados mentales y emocionales) están
en la base de las dificultades que experimentan las personas con autismo. Sin embargo, esta posición
no puede explicar con claridad otras características no sociales del trastorno. Estas características no
sociales de las personas con TEA son muy variadas e incluyen un repertorio repetitivo, restrictivo y
obsesivo de intereses, inflexibilidad, rigidez y perseveración, así como un patrón disarmónico de inteli-
gencia. Una de las teorías cognitivas que se ha propuesto en los últimos años es la teoría de la disfun-
ción ejecutiva. (Russell, 2000; Ozonoff, 2000), que lejos de sustituir a la anterior podría utilizarse como
complemento para explicar el funcionamiento psicológico de los pacientes con TEA.
Las funciones ejecutivas, históricamente, se han ubicado en el lóbulo frontal del cerebro,
y más específicamente en el córtex prefrontal. La adquisición de las funciones ejecutivas se inicia
aproximadamente desde el año de edad y se desarrolla lentamente hasta los 18 años. Las funciones
ejecutivas están alteradas en diferentes trastornos entre los que se encuentra el autismo. Estudios de
neuroimagen han mostrado un desarrollo anormal de estructuras del lóbulo frontal (Carper y Cour-
chesne, 2005), menor densidad de materia gris y anormalidades en el funcionamiento en regiones
frontoestriatales (McAlonan et al., 2005; Schmitz et al., 2006) en pacientes con TEA.
Además, por otro lado como se ha ido indicando a lo largo de este capítulo un rasgo caracte-
rístico de las personas con TEA es su dificultad con ciertos aspectos del lenguaje, más evidente en la
pragmática, la memoria verbal, y en el uso del contexto semántico (Harris et al, 2006; Kamio et al., 2007;
Perkins et al, 2006; Rapin y Dunn, 2003; Tager-Flusberg et al., 2008). Sin embargo, el acceso a la infor-
mación semántica a través de imágenes, así como denominación de dibujos, aparecen relativamente a
conservadas (Kamio y Toichi, 2000; Walenski et al., 2008), lo que sugiere que las dificultades cognitivas
no sociales las personas con TEA pueden surgir sobre todo cuando se requiere el uso de estrategias
verbales (Joseph, Steele, Meyer y Tager-Flusberg, 2005; Whitehouse, Maybery y Durkin, 2006).
Los estímulos verbales es probable que tengan una activación cerebral en los centros del len-
guaje; mientras que las imágenes, por otra lado, pueden ser procesadas y manipuladas visualmente
o semánticamente (Schwartz, 1995). Las tareas visuales, por lo tanto, proporcionan oportunidades
para estudiar ambas habilidades visuoespaciales y lingüísticas, que se ha demostrado que dependen
de diferentes redes funcionales y se están ampliando los estudios en resonancia magnética en este
campo (Luo et al., 2003).
202
Procesos y programas de neuropsicología educativa. Capítulo 15
Con respecto a la valoración del TEA conviene que se realice teniendo en cuenta dos niveles de asis-
tencia. Un primer nivel inicial al que se le podría denominar nivel de detección o de screening en el
que a todos aquellos niños a los que normalmente los padres o tutores les han detectado algún tipo
de anormalidad o rareza en el desarrollo, fundamentalmente del lenguaje, o se tiene alguna sospecha
de problema a nivel comunicativo y/o social se les debería suministrar pruebas estandarizadas de
screening selectivas para la detección del autismo y en caso de esos niños cuya prueba así lo deter-
minen, iniciar en un segundo nivel un proceso diagnóstico más completo de este trastorno.
Entre las pruebas de cribaje de los trastornos del espectro autista se pueden destacar el ASQ
(Autism Screening Questionnaire) (Rutter, Bailey y Lord, 2009), esta es una prueba respondida por
padres o cuidadores en apenas 10 minutos, mediante observación de la conducta del niño se puede
determinar de forma rápida y efectiva la posible presencia del TEA. En la actualidad esta prueba
cuenta con una versión actualizada llamada SCQ (Cuestionario de Comunicación Social).
Otra prueba eficaz de screening del autismo en la infancia es el M-CHAT (Robins et al., 2001),
La escala M-CHAT consta de 23 ítems. El M-CHAT tiene la ventaja de ser una escala auto adminis-
trada, por lo que los padres pueden responderla en casa y está diseñada para edades entre los 16
y los 30 meses. El M-CHAT arroja resultados positivos cuando se fallan 3 de los 23 ítems o 2 de los
considerados claves. Su sensibilidad para el cribado de TEA es del 87% y su especificidad 99%.
Una vez que se ha detectado la posibilidad de la presencia de este trastorno mediante las
pruebas de cribaje se debe proceder al diagnóstico del trastorno autista como tal, para lo que sería
importante en una primera instancia considerar los criterios diagnósticos del DSM-IV o el DSM-V así
como los criterios del ICD-10 comentados al principio de este capítulo.
Para una mejor y más completa valoración y diagnóstico del autismo existen pruebas estan-
darizadas y más pautadas que pueden facilitar la labor de evaluación.
El ADOS (Lord, Rutter, DiLavore y Risi, 2009) se basa en el DSM-IV. Este instrumento da in-
formación estandarizada en las siguientes áreas: Comportamiento social (comunicación), Lenguaje e
Intereses/comportamientos. Está compuesto de 4 módulos y la elección de un módulo u otro para su
aplicación esta determinado por la edad y por el lenguaje.
En el año 2015 se publicó la escala ADOS-2 (Escala de Observación para el Diagnóstico del
Autismo-2) (Lord et al., 2015), como su precedente es una evaluación estandarizada y semiestruc-
turada de la comunicación, la interacción social y el juego o el uso imaginativo de materiales para
personas con sospecha de tener un TEA.
En esta versión La escala está estructurada en cinco módulos, cada uno destinado a personas
con una edad cronológica y un nivel de lenguaje determinado. El ADOS-2 se puede aplicar a partir
de los 12 meses a adultos, desde aquellos sin habla a aquellos con un habla fluida.
Otro instrumento menos pautado que los anteriores pero también eficaz y gracias al cual el
terapeuta puede obtener información de gran valor a cerca del niño es la entrevista para el diag-
nóstico del autismo ADI-R (Rutter, Le Couteur y Lord, 1994). El ADI-R es una entrevista clínica que
permite una evaluación profunda de sujetos con sospechas de autismo o algún trastorno del espectro
autista. Se centra en las conductas que se dan raramente en las personas no afectadas. Por ello, el
instrumento no ofrece escalas convencionales ni tiene sentido usar baremos. El entrevistador explora
tres grandes áreas (lenguaje/comunicación, interacciones sociales recíprocas y conductas e intereses
restringidos, repetitivos y estereotipados) a través de preguntas que se les hacen a los padres o cuida-
dores. La información recogida se codifica en algoritmos que orientan el diagnóstico y la evaluación
de la situación actual.
Como se ha visto con anterioridad, el TEA es un trastorno complejo debido a la cantidad de
diferentes variables que componen su cuadro clínico, un bajo CI se ha visto que puede estar aso-
ciado a este trastorno o ser un predictor de él, por tanto instrumentos como WAIS III / WISC-R/IV,
permite determinar el cociente intelectual y explorar los dominios funcionales específicos pueden
ser útiles en los niños con sospecha de autismo. En relación a otros criterios característicos del TEA
como déficits en la memoria de trabajo, incapacidad para desarrollar la teoría de la mente y dificul-
tades a nivel de las funciones ejecutivas, en la planificación, perseveración, problemas para elegir
estrategias de cambio pruebas como la Weschler Memory Scale III, el Trail Making Test, el test de
203
Procesos y programas de neuropsicología educativa. Capítulo 15
Wisconsin o tareas como la Torre de Hanoi o la Torre de Londres pueden ser de gran ayuda en el
proceso de valoración. Para la valoración de la conducta adaptativa el ABAS-II (Harrison y Oakland,
2013) proporciona una evaluación completa de las habilidades funcionales diarias de una persona en
distintas áreas o contextos con el fin de determinar si es capaz de desenvolverse en su vida cotidiana
sin precisar la ayuda de otras personas Sin embargo, aunque estas escalas y pruebas sean un gran
apoyo en la valoración no son suficientes por ellas mismas para determinar la presencia de un TEA.
Los avances en las técnicas de neuroimagen y neurorradiológicas han permitido detectar anomalías
neuroanatómicas y neurofuncionales características del TEA, por ejemplo son rasgos característicos
la dilatación ventricular, la disminución del flujo sanguíneo en el lóbulo de la ínsula bilateral (Mulas
et al., 2005), disminución de células de Purkinje en el cerebelo la disminución del tamaño del ver-
mis cerebeloso (Eliez y Reiss, 2000). Técnicas como la tomografía axial computarizada, la resonan-
cia magnética, la resonancia magnética funcional (fMR), la tomografía por emisión de fotón único
o la tomografía por emisión de positrones nos permiten detectar estas anomalías y poder obtener
un diagnóstico más preciso y riguroso. Igualmente ocurre con los estudios genéticos, ya que se ha
encontrado que existen diferentes trastornos de origen genético que muestran un fenotipo autista
como parte de sus manifestaciones clínicas como en la trisonomía 21, anomalías relacionadas con el
cromosoma 15 o el síndrome de la X frágil (Tomás-Vila, 2004). Sin embargo a pesar de la rigurosa
información obtenida a raíz de este tipo de estudios genéticos y de neuroimagen, la Academia Ame-
ricana de Neurología afirma que no hay evidencia alguna que apoye la práctica rutinaria de estas
pruebas en la evaluación diagnóstica del autismo (Filipek et al., 2000).
Estos programas de intervención se basan en que el bebé viene con un programa innato de patrones
llamado reflejos primitivos o primarios que le ayudan en su desarrollo. Estos reflejos están activados
por un estímulo sensorial que hace que aparezca un patrón de movimiento. Comparado con otras
especies el ser humano nace muy inmaduro y es largo el proceso que debe seguir hasta la bipedes-
tación. Necesita de la estimulación de sus sentidos y de sus reflejos primitivos para conseguir este
proceso. El cerebro del bebé irá madurando generando conexiones neuronales y la mielinización de
las mismas.
Según Sally Goddard (2002) “los reflejos primitivos son movimientos automáticos, estereoti-
pados, dirigidos desde el tronco encefálico y ejecutados sin implicación cortical”. Estos reflejos deben
de aparecer en el bebé, después de ayudar al bebé a pasar por el proceso del nacimiento y de ade-
204
Procesos y programas de neuropsicología educativa. Capítulo 15
cuarse a las nuevas condiciones de vida, deberían de inhibirse o ser controlados por partes superio-
res del cerebro. Si estos reflejos permanecen se les llama aberrantes y evidencian una inmadurez. La
inhibición de un reflejo se relaciona con la adquisición de una nueva habilidad.
Varios autores han estudiado las relaciones entre la permanencia de ciertos reflejos y diferen-
tes situaciones como el déficit de atención, la hiperactividad o el autismo.
––El programa BRMT®: Blomberg rhymic movement training desarrollado por el Dr. Harald
Blomberg.
En la técnica BRMT® se utilizan movimientos rítmicos que imitan los movimientos de balanceo
espontáneos del bebé. Estos movimientos suelen ser muy bien tolerados, producen relajación en un
sistema demasiado estresado y aturdido a la vez que generan estimulación a través de los diferentes
sentidos, dando una oportunidad al sistema a que se reorganice.
Así el Dr. Harald Blomberg, médico psiquiatra, en su práctica ha encontrado que el reflejo de
Moro y el reflejo de Miedo paralizador son dos reflejos que suelen permanecer activos en los niños
con trastornos del espectro autista.
El reflejo de miedo paralizador es un reflejo de retirada del primer trimestre de embarazo. No
es un reflejo primitivo por lo que no es activado por los sentidos que no se han desarrollado todavía
en esas primeras semanas de gestación sino que es un reflejo que actúa ante el estrés. Los organis-
mos unicelulares reaccionan al estrés separándose de la fuente de estrés. Las células del feto no pue-
den huir de la fuente de estrés por lo que se protegen del estrés haciendo que las membranas de las
células sean menos permeables por lo que el feto deja de demandar, deja de moverse y se paraliza.
“Cuando el Reflejo del Miedo Paralizador aparece, el sistema neural no está suficientemente
desarrollado para ser capaz de transmitir el patrón del reflejo mediante impulsos nerviosos. En vez
de eso, la información se transmite directamente entre las células mediante frecuencias electromag-
néticas. Los factores estresantes que activan el reflejo pueden ser radiación electromagnética, metales
pesados, y otras sustancias tóxicas. También el estrés de la madre puede activar el reflejo e impedir
su integración. Si hay unas condiciones muy estresantes para el feto durante los primeros meses tras
la concepción, el reflejo puede estar constantemente activado y el feto puede quedarse inmovilizado
la mayor parte del tiempo, impidiendo que el reflejo se integre.”
Así los niños con este reflejo activo tendrán una baja tolerancia al estrés y una hipersensibi-
lidad de los sentidos y buscaran formas de aislarse del mundo que les rodea pues les resulta excesi-
vamente estimulante.
El reflejo de Moro si es un reflejo primitivo que según diferentes autores aparece sobre las 12
o 24 semanas de gestación y debería de estar integrado sobre los cuatro meses de vida. Este reflejo
se provoca por un estímulo fuerte y desagradable por ejemplo un movimiento rápido de la cabeza.
El bebé reacciona inspirando hondo, llevando la cabeza hacia atrás, abriendo brazos y piernas para
después flexionar tronco, cerrar brazos y piernas y llorar.
En este programa se trabaja con el los patrones de los reflejos, provocando el estímulo sensorial que
despierta el patrón del reflejo y comprobando que el patrón del cuerpo (del reflejo) es el correcto en
forma, tiempo, velocidad… y si no es así se trabaja con determinados movimientos para que el cuer-
po se reorganice. Trabajando a favor del patrón del reflejo, en contra del patón del reflejo y diferentes
variantes, tanto con ejercicios isométricos como isotónicos.
El programa está desarrollado por la Dra. La Dra. Svetlana Masgutova y en su libro “Reflexes: Por-
tal to neurodevelopment and learning. A collective work” se puede leer como en su experiencia en el caso
del autismo hay dos tipos de niños unos cuyos reflejos están inmaduros y disfuncionales desde el naci-
miento y otros que parecen tener un desarrollo normal pero retroceden de repente a la edad de 2-3 años.
La Dra. Masgutova y su equipo evaluaron 3.700 casos de autismo entre los años 1997-2014
y evaluaron 30 reflejos, y encontraron patrones disfuncionales de reflejos. El porcentaje de reflejos
disfuncionales fue de 86,6% en los diagnosticados con autismo severo, 74,4% en los diagnosticados
con autismo moderado y de 63,3% en los autista de alto funcionamiento.
205
Procesos y programas de neuropsicología educativa. Capítulo 15
Los reflejos que más presentaban un patrón inmaduro o disfuncional eran: Reflejo Tónico
laberíntico, enderezamiento cervical, reflejo de agarre, Hands Pulling, Reflejo tónico asimétrico cer-
vical, extensión del tronco, el arrastre, paracaídas, moro y miedo paralizador.
La Dra. Masgutova ha encontrado que el reflejo de Agarre y Hands Pulling son dos reflejos
disfuncionales en el autismo frecuentes.
El reflejo de Agarre se desarrolla en el tercer mes de gestación y debería de integrarse en el
primer mes de vida. Si se pone un dedo en la mano del recién nacido este se agarrará al dedo fuer-
temente, al poco tiempo flexionará los brazos y se levantará desarrollándose así el reflejo de Hands
Pulling. Gracias a estos reflejos el niño agarra cosas y se las lleva a la boca para explorarlas y después
las lanzará. Este reflejo se integra en las habilidades manuales del niño.
La permanencia de estos dos reflejos producirá que el niño haga una presión excesiva al
escribir, ya que sus tres dedos no se moverán libremente sino que agarrará fuertemente el lápiz e
implicará el brazo y el hombro en la escritura produciendo cansancio y agotamiento.
Eva Rodríguez, especialista en Tratamientos de reflejos a través Terapias de movimiento rítmico, del
equipo de Blomberg (2015), aporta la experiencia con niños autistas mostrando que puede haber un
retraso en la adquisición de los patrones de movimiento o bien el patrón no es del todo correcto,
de forma que ese patrón está constantemente presente impidiendo el desarrollo del niño a todos los
niveles. A continuación, expone su testimonio acerca del tratamiento de un niño autista, al que se le
aplicaron los programas para la inhibición de reflejos.
El caso de Mario
A Mario lo conocí cuando tenía 3 años y 3 meses, había sido diagnosticado de autismo, su madre
había tenido un embarazo deseado y se puso de parto espontáneamente, dando a luz a un niño cuyo test
de Apgar fue bueno. La lactancia materna fue sustituida por lactancia artificial al mes de vida del niño.
Su desarrollo motriz fue normal alcanzando gateo a los 8 meses y caminar a los 13 meses.
Tuvo cólicos desde los 3 meses de vida, problemas de piel, dermatitis, costra láctea, otitis
de repetición…. A los 18 meses inicia guardería donde el niño no se encontraba a gusto, tendía al
aislamiento, no entendía las rutinas del aula, ni las instrucciones sencillas. Los padres señalan un
empeoramiento sobre los dos años de vida.
Cuando yo lo veo por primera vez es un niño inquieto, que casi no me deja tocarle, que no fija la
mirada, no pedalea, no lanza el balón, presenta hipersensibilidad a texturas como la plastilina, proble-
mas de equilibrio, enuresis, eco presis y la alimentación es difícil por lo que come purés en biberón.
Ha iniciado tratamiento con la alimentación y la eliminación de metales pesados con otros
profesionales.
Se inician unos movimientos de balanceo de BRMT que son bien tolerados por el niño y re-
petición de patrones de reflejos primitivos según lo aprendido con DR. Blomberg y Dra. Masgutova.
Actualmente cursa 3 de infantil, tiene juego simbólico, participa en todas las actividades esco-
lares como uno más, cantando, bailando, escribiendo su nombre, pedalea, sube y baja escaleras con
pies alternos y sin apoyo, tolera los columpios, habla, se relaciona con los compañeros del colegio, ya
no tiene enuresis ni eco presis y sabe esperar su turno. Su lenguaje está casi normalizado.
Como se ha indicado en apartados anteriores, las dificultades que presentan las personas con
autismo comienzan aparecer en una fase temprana del desarrollo y estas dificultades se ponen de
manifiesto cuando la persona desarrolla las funciones cerebrales superiores como son: la capacidad
de comprender a los demás (teoría de la mente), las funciones de comunicación y lenguaje, compren-
sión de símbolos y flexibilidad cognitiva.
El programa ABA
El programa ABA (Applied Behavior Analysis o análisis aplicado de la conducta) es una intervención
en la que se aplican los principios del aprendizaje de una manera sistemática para modificar deter-
206
Procesos y programas de neuropsicología educativa. Capítulo 15
El programa TEACCH
El programa TEACCH –Treatment and Education of Autistic and Related Communication Handica-
pped Children (tratamiento y educación de niños con autismo y con problemas de comunicación).
Este programa se desarrolla desde un enfoque integrador. Se centra en entender la forma que
tienen las personas con TEA de pensar, aprender y experimentar el mundo.
Sus actividades incluyen, entre otras: entrenamiento de los padres, desarrollo de habilidades
sociales y de comunicación, entrenamiento del lenguaje y búsqueda de empleo (Francis, 2005).
Además, cada vez más se comienza a implantar otras modalidades de intervención en per-
sonas con TEA como es la terapia asistida con animales, como otra parte importante más de los
programas de rehabilitación neuropsicológica. Estos programas tienen como objetivo aumentar la
motivación social, reducir de los síntomas de inatención, distracción y comportamientos sedentarios
(Vázquez y Lista, 2011).
En síntesis, es necesario seguir avanzando en los estudios y en la investigación sobre los
procesos y los programas para el autismo y las aportaciones de los procesos neuropsicológicos están
aportando nuevas vías para los tratamientos específicos y las orientaciones en el centro educativo.
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209
Parte III. Investigación en neuropsicología
211
Estadísticos más usados en la investigación
en neuropsicología
Alberto Magreñán Ruiz y Lara Orcos Palma
Introducción
212
Procesos y programas de neuropsicología educativa. Capítulo 16
La palabra variable hace referencia a la característica objeto de estudio seleccionado en una muestra
o población de individuos de todas aquellas posibles. La observación de tal característica es lo que
lleva a la obtención de datos, entendiendo como dato el resultado de un proceso de construcción a
partir de las variables.
De forma general, las variables se pueden clasificar como variables cuantitativas o variables
cualitativas en función del tipo de atributo al que representen. De esta menara, una variable es cuan-
titativa cuando la característica a la que hace referencia toma valores numéricos como puede ser el
peso o la edad, mientras que una variables es cualitativa cuando la característica a la que representa
no es cuantificable, como puede ser el sexo.
En lo que a las variables cuantitativas se refiere, estas se pueden diferenciar en discretas o
continuas en función de si toman valores numéricos finitos enteros o valores numéricos infinitivos,
como sucede generalmente con da tos agrupados en intervalos, respectivamente. Por lo tanto, un
ejemplo de variable cuantitativa discreta podría ser el número de hijos y de variable cuantitativa con-
tinua la calificación en un examen.
Por otro lado, las variables cualitativas se clasifican en ordinales y nominales en función de si
la característica a la que representan se puede ordenar o no respectivamente. Por ejemplo, el grado
de satisfacción de los clientes de una empresa sería una variable cualitativa ordinal mientras que el
tipo de empleo sería nominal.
Una clasificación de los diferentes tipos de variables que nos vamos a encontrar puede verse
en la Tabla 1.
Tabla 1. Clasificación de las variables
No métrica Métrica
Variable Cualitativa Variable Cuantitativa
Nominal Discreta
(Dicotómica o Politómica)
Ordinal Continua
Fuente: Isern et al (2012)
Cuando se habla de estadística descriptiva se suelen distinguir 3 grandes bloques que nos permiten
describir la realidad de nuestros datos: Frecuencias y porcentajes, medidas de posición y medidas de
dispersión.
Frecuencias y porcentajes
El primer paso para comenzar el análisis estadístico es llevar a cabo la organización de datos según
el tipo de análisis que se pretenda abordar y el tipo de variable o variables con las que se requiera
trabajar. Cabe destacar que la ordenación de datos no siempre es necesaria, pero en la mayoría de
las situaciones es crucial para poder interpretarlos.
Tal es así que la ordenación de datos supone una serie de ventajas frente a la no ordenación
de los mismos, como por ejemplo lo fácil que resulta agruparlos en intervalos una vez agrupados,
ver si hay datos anómalos, etc.
Para proceder a la organización de datos se realizan tablas de distribuciones de frecuencias
en las que quedan recogidos los valores que toman las variables, es decir, los datos y las veces que
se repiten. Cuando se trabaja con gran número de datos la ordenación de los mismos conlleva una
agrupación en intervalos lo cual supone simplificar los datos. Tal cuestión puede originar algunos
inconvenientes como es la perdida de información particular de cada dato, por ello es preciso saber
cuándo se pueden agrupar datos en intervalos y cuando no es aconsejable.
213
Procesos y programas de neuropsicología educativa. Capítulo 16
Hay distintos modos de representar la forma en la que se repiten los datos, de esta manera, la
más sencilla es la agrupación en frecuencias absolutas, fi, de manera que la suma de todas dé como
resultado el total de datos. Sin embargo, lo más habitual y por lo tanto útil, es la representación de
las frecuencias relativas o porcentajes, hi, que se consiguen dividiendo cada frecuencia absoluta entre
el total de datos, dando el resultado en tanto por uno o tanto por ciento si se multiplica por cien.
Tal y como cabe esperar, al suma de todas las frecuencias relativas da como resultado 1 o 100 si se
toman como porcentajes.
En ocasiones resulta de utilidad disponer de las frecuencias absolutas y relativas acumuladas,
Fi y Hi respectivamente, las cuales se calculan sumando en cada nivel la frecuencia del mismo más la
de los niveles anteriores. A continuación se presenta un esquema general de una tabla de distribución
de frecuencias para datos, xi, no agrupados en intervalos:
En el caso de que los datos deban ser agrupados en intervalos la forma de la tabla de distribución de
frecuentas es la misma pero en vez de poner los datos puntuales se ponen los intervalos. Hay que
tener en cuenta que un mismo dato no puede estar en dos intervalos diferentes por ello se trabaja
con intervalos semiabiertos a la derecha.
Medidas de posición
Cuando se trabaja en Estadística es preciso disponer de parámetros que nos den con tan solo un valor
un resumen del conjunto de los datos. Algunas de estas medidas son las medidas de posición. Dentro
de las medidas de posición se pueden hacer dos clasificaciones, por un lado las medidas de tenden-
cia central, que dan información sobre los valores medios a los que tiende el conjunto de datos y las
medidas de tendencia no central, que dan información de otros puntos de la distribución y la dividen
en partes iguales. Dentro de las medidas de tendencia central se encuentran la media, la mediana y
la moda y dentro de las medidas de tendencia no central, los cuartiles, deciles y percentiles.
La media es la medida de tendencia central más empleada para resumir una distribución.
Hay varios tipos de medias pero la más empelada es la media aritmética la cual se calcula como la
suma de todos los datos dividido entre el total de los mismos. Cuando se dispone de datos iguales,
para evitar la suma de todo ellos se trabaja con las frecuencias absolutas, tal y como se muestra a
continuación:
Teniendo en cuenta que el cociente entre las frecuencias absolutas y el total de datos, n, da como
resultado las frecuencias relativas, otra forma de calcular la media aritmética es:
214
Procesos y programas de neuropsicología educativa. Capítulo 16
Una cuestión importante a tener en cuenta antes de hacer la media aritmética de un conjunto de da-
tos es observar si hay algún dato anómalo para eliminarlo ya que, de lo contrario, el valor de la media
no será representativo del conjunto de datos. Por otro lado, cuando se trata de datos agrupados en
intervalos se toma el valor de la marca de clase como dato, considerando marca de clase como el
valor medio de los valores del intervalo.
La mediana es el dato central de un conjunto de datos, por lo que para calcularla es precisa
la ordenación previa de los mismos, aspecto que para hallar media no es necesario. El primer paso
es hallar la posición de la mediana para lo cual se toma el conjunto de total de datos, n, y se divide
entre dos. A partir de la posición de la mediana se puede sacar el dato al que corresponde directa-
mente de la tabla de distribución de frecuencias. De esta manera, el valor de la mediana dejará el
mismo número de datos de la izquierda y la derecha si n es impar y si n es par habrá que hacer la
media aritmética de los valores centrales.
Cuando se trata de datos agrupados en intervalos, el cálculo de la mediana no se puede hacer
de manera directa hay que emplear la siguiente fórmula después de calcular la posición de la misma:
donde Fm-1 es la frecuencia acumulada hasta el intervalo donde está la mediana sin incluirla, fm es
la frecuencia del intervalo de la mediana, a es la amplitud del intervalo y Lm es el límite inferior del
intervalo en el que se halla la mediana.
La moda es el valor que más repite en una distribución, por lo que cuando se trata de datos
puntuales es fácil calcularla. En ocasiones una distribución puede tener varias modas, y será una
distribución multimodal. Cuando se trata de datos agrupados en intervalos, la moda se calcula em-
pelando la siguiente fórmula:
donde Lmo es el límite inferior del intervalo donde se halla la moda, fmo es la frecuencia de dicho
intervalo, fmo-1 es la frecuencia del intervalo inferior al de la moda, fmo+1 es la frecuencia del intervalo
superior del intervalo de la moda y a es la amplitud del intervalo.
En cuanto a las medidas de tendencia no central, únicamente se calculan cuando interesa
obtener información de otros puntos de la distribución, así los cuartiles, dividen la distribución en
cuatro partes iguales cada una albergando el 25% de los datos, los deciles en diez partes iguales cada
una albergan el 10% de los datos y los percentiles en cien partes iguales.
Hay tres cuartiles, Q1, Q2 y Q3 y el segundo cuartil se corresponde con la mediana. El primer
y tercer cuartil se calcula como la mediana pero teniendo en cuenta que la posición del primero es
una cuarta parte del total de datos y la del tercero las tres cuartas partes.
Medidas de dispersión
Otras medidas importantes para obtener información de una distribución son las medidas de dis-
persión ya que dan idea de la separación que hay entre los datos. En ocasiones se pueden tener dos
distribuciones con igual media, y eso no significa que sean iguales ya que la dispersión entre los
datos puede ser distinta. Cuanto menor es la dispersión entre los datos se considera que hay mayor
fiabilidad en los mismos.
Hay dos tipos de medidas de dispersión, las medidas de dispersión absolutas y las relativas.
Las primeras tan solo dan información de una distribución y no permiten comparar distribuciones
mientras que las segundas son útiles cuando se precisa una comparación.
El rango, R, es una medida de dispersión absoluta y se calcula como la diferencia entre el
mayor y el menor valor. Otra medida de dispersión absoluta es la varianza, S2, y se calcula como
215
Procesos y programas de neuropsicología educativa. Capítulo 16
la suma de los cuadrados de las diferencias de cada dato con respeto la media, por ello se trata de
desviación promedio. La fórmula para calcula la varianza es la que se presenta a continuación:
El motivo por el cual se eleva al cuadrado la diferencia entre los valores y la media es para in-
tensificar el valor que supone a la dispersión total aquellos datos que están muy separados de
la media.
Dado que el resultado de la varianza es en unidades al cuadrado, se emplea la desviación
estándar, S, que es la raíz cuadrada de la varianza para expresar la media y la dispersión en las mis-
mas unidades.
La medida de dispersión relativa más empelada es el coeficiente de variación, CV, que per-
mite hacer una valoración de lo que supone la dispersión de una distribución para su media y por
la tanto permite comparar distribuciones. Se calcula como el cociente entre la desviación estándar y
la media multiplicado por cien.
16.3. Correlación
La correlación estadística se basa en el análisis de la relación que hay entre dos variables, es decir, el
análisis bidimensional. Para mediar la correlación que hay entre dos variables hay que tener en cuen-
ta el tipo de muestra con la que se trabaja. Para ello se hace una distinción entre muestras paramé-
tricas, que tienen al menos 30 individuos, con variables cuantitativas y que cumplen los supuestos de
normalidad y no paramétricas que no cumplen tales características.
La covarianza mide el grado de asociación entre dos variables de una muestra paramétrica. Tal aso-
ciación puede ser directa o inversa, lineal o cuadrática, entre otras. La covarianza se calcula a partir
de la siguiente fórmula:
Por lo que si Sxy es mayor que cero se trata de una correlación directa, si es menor que cero la co-
rrelación es inversa y si es cero no hay correlación. El principal problema que presenta trabajar con
la covarianza es que sus unidades cambian si lo hacen las de la muestra, por ello se establece otro
parámetro carente de unidades que es el coeficiente de correlación lineal de Pearson. El cálculo del
este coeficiente es mediante el cociente entre la covarianza y el producto de las desviaciones estándar
de ambas variables:
216
Procesos y programas de neuropsicología educativa. Capítulo 16
que r≠0. Se hallan los grados de libertad, G. L =n-2, y a partir de la Tabla 3 se calcula el valor
crítico del coeficiente de correlación de Pearson y si tal valor es mayor que el calculado se re-
chaza la hipótesis nula.
Tabla 3. T
abla de valores críticos del
coeficiente de correlación de Pearson
Un ejemplo de uso del coeficiente de correlación de Pearson puede verse en Labrada et al. (2015) en
el que se vincula la memoria con la edad y el envejecimiento de los individuos.
En un estudio realizado en 40 alumnos sobre el rendimiento académico, los tiempos sacádicos, los
errores sacádicos y la subprueba PAF de ACIERTOS-ERRORES, todos ellos medidos en términos
numéricos, se ha obtenido la Tabla 4 de correlaciones de Pearson. En dicha Tabla se observa que la
única correlación significativa es la existente entre rendimiento académico en el primer y segundo
periodo con los errores en los movimientos sacádicos.
217
Procesos y programas de neuropsicología educativa. Capítulo 16
En aquellas situaciones en las que las muestras tengan menos de 30 individuos o sean variables cua-
litativas de tipo ordinal se trabaja con el coeficiente de correlación de Spearman.
El uso coeficiente de correlación de Spearman se basa en hacer una correlación de rangos en las
observaciones. Al igual que el coeficiente de Pearson oscila entre -1 y 1 y se calcula de la siguiente manera:
donde d es la diferencia entre rangos de cada par de datos.
Para hacer la prueba de correlación entre dos variables no paramétricas mediante el coeficien-
te de correlación de Spearman se trabaja del mismo modo que si se tratarse de paramétricas pero el
valor crítico del coeficiente se extrae de la siguiente tabla, a un valor de significancia de 0,05.
218
Procesos y programas de neuropsicología educativa. Capítulo 16
Un ejemplo del uso del coeficiente de correlación en Spearman aparece en el Cavieres et al. (2015)
en el que se realiza un análisis de correlaciones desempeño cognitivo y dominios SSTICS. En este
artículo también se usa el coeficiente de correlación de Pearson con aquellas variables en las que sí
se puede utilizar.
El tipo de correlación debe adaptarse a la naturaleza de las variables y si las variables a analizar son
ordinales y cuentan con pocas categorías de respuesta se recomienda utilizar los índices de correla-
ción Tau-B, Tau-C y Gamma.
Cuando las variables ordinales tienen pocas categorías (por ejemplo rendimiento alto-bajo o
variables tipo Likert con 4 o menos categorías) o se cuenta con poca muestra (menos de 30 casos)
deben calcularse las correlaciones tau b, tau c y gamma. Las tres quieren decir lo mismo. La inter-
pretación es igual a la de los coeficientes de correlación de Spearman o Pearson que hemos visto en
este mismo apartado.
De la misma forma que en el resto de contraste de hipótesis, debe observarse el valor del
coeficiente, junto con el valor de la probabilidad asociada. Si ese valor es inferior a 0,05 el valor de la
correlación es significativo y se puede afirmar la relación entre las variables analizadas.
Un ejemplo de uso de los índices Tau-b, Tau-C y Gamma puede verse en el artículo de Arbizu et al.
(1999) en el que miden la relación entre la SPECT cerebral y el nivel de los niveles de Alzheimer de
diferentes individuos.
El parámetro Chi-cuadrado
Cuando se trata de variables de tipo cualitativo, nominales en las que al menos una de las variables
no es dicotómica se trabaja con el parámetro Chi-cuadrado, χ2. Este parámetro se basa en la compa-
ración entre las frecuencias obtenidas y las que se hubiesen esperado. Las frecuencias esperadas se
calculan como:
Donde feij es la frecuencia estimada, fi. es la frecuencia de una fila de la variable x, f.j es la frecuencia
de una columna de la variable y, y fij es la frecuencia conjunta. El parámetro χ2 se calcula como:
Cuando el valor de estadístico sea cero se considera que no hay dependencia entre las variables.
Del mismo modo que en los casos anteriores, para hacer la prueba de la independencia hay
que establecer una hipótesis nula, Ho, en la que χ2 =0 y no hay dependencia y una alternativa,
Ha, en la que χ2≠0 y hay dependencia. Se calculan los grados de libertad como, siendo n y m el
total e datos de cada variable y se obtiene el valor estimado de χ2 en la tabla que se presenta a
continuación:
219
Procesos y programas de neuropsicología educativa. Capítulo 16
Un ejemplo claro de uso del parámetro Chi-cuadrado en neuropsicología puede verse en (Sola, Caro
y Rollo, 1998) donde estudian el deterioro cognitivo-motor de los pacientes con el virus de VIH, te-
niendo en cuenta la ingesta de sustancias adictivas.
Coeficiente de contingencia
Cuando se trata de variables nominales con igual número de categorías se trabaja con tablas de con-
tingencia. Para llevar a cabo el estudio de correlación entre ambas variables se emplea el coeficiente
de contingencia en función del estadístico χ2, a partir de la siguiente fórmula:
Este coeficiente siempre toma valores entre cero y un valor máximo que se calcula como donde
k es el número de filas y columnas, de manera que cuando sea cero habrá independencia entre las
variables.
220
Procesos y programas de neuropsicología educativa. Capítulo 16
Atendiendo a las características de los sujetos que los componen, los grupos que queremos comparar
se pueden diferenciar en:
––Grupos independientes: Si los sujetos se distribuyen de manera aleatoria en los grupos. El problema
de estos grupos es que el no tener en cuenta un determinado factor puede afectar a los resultados
obtenidos en el estudio.
––Grupos relacionados: Si se mide previamente un factor que se considera puede afectar a los re-
sultados y se tiene en cuenta dichos resultados a la hora de realizar los grupos para hacer grupos
homogéneos.
Es muy importante determinar qué tipo de grupos queremos comprobar ya que cada uno de ellos
tiene unas pruebas diferentes. Una vez tengamos claro qué grupo es, deberemos distinguir si usare-
mos estadística paramétrica o no paramétrica.
Comenzaremos viendo primero la comparación de grupos independientes, tanto usando un
estadístico paramétrico como no paramétrico.
La prueba T de Student es un estadístico paramétrico que se utiliza cuando se desea comparar los
resultados obtenidos por dos grupos de sujetos independientes (por ejemplo el grupo de control y el
experimental que toma un determinado medicamento) de tamaño grande (más de 30 observaciones)
en variables cuantitativas.
La hipótesis nula que se contrasta es que no existen diferencias significativas en las distintas
variables dependientes en función de la variable independiente, mientras que la hipótesis alternativa
es que sí que existen estas diferencias significativas.
Para realizar esta prueba T, en primer lugar se lleva a cabo otro contraste estadístico para
averiguar si las varianzas de los grupos que se comparan son iguales, es la prueba F de Levene. Es
un requisito necesario para aplicar esta prueba. En función de si las varianzas son o no iguales la
forma de calcular el valor de T cambia.
Algunos ejemplos clase del uso de la prueba T de Student para grupos independientes puede verse
en los artículos de Escobar, Zabala y Rozo (2008) en el que se analizan estudiantes colombianos con
trastornos de aprendizaje, de Capdevila-Brophy et al. (2005) donde se estudian las diferencias entre
los estudiantes con diferentes subtipos de trastornos por déficit de atención y de Ginarte et al. (2005)
donde realizan estudios sobre esquizofrenia.
221
Procesos y programas de neuropsicología educativa. Capítulo 16
Algunos ejemplos clase del uso de la prueba U de Mann Witney para grupos independientes puede
verse en los artículos de Cartoceti (2012) en el que se realiza un estudio del dominio específico ver-
bal y de Escobar, Zabala y Rozo (2008) en el que se analizan estudiantes de la región colombiana de
Barranquilla con trastornos de aprendizaje.
La prueba T de Student es un estadístico paramétrico que se utiliza cuando se desea comparar las
medias de dos grupos relacionados de sujetos, que suelen ser el pre test y el pos test de tamaño
grande (más de 30 observaciones cada uno) en variables cuantitativas.
La hipótesis nula supone que no existen diferencias significativas entre las puntuaciones pre
test y pos test, mientras que la hipótesis alternativa supone que las diferencias son significativas.
En la Tabla 7 se muestran los resultados de la prueba T de Student para el mismo grupo de 30 es-
tudiantes a los que se les ha aplicado un programa de mejora de las inteligencias y la creatividad.
222
Procesos y programas de neuropsicología educativa. Capítulo 16
De la Tabla de valores se extrae que: en el grupo experimental todos los cambios entre pres test y
pos test son significativos, con diferencias a favor del pos test. En el grupo control no se hacen las
comparaciones para inteligencia matemática, inteligencia espacial, inteligencia cinestésica-corporal,
inteligencia interpersonal y creatividad porque los resultados de pretst y postest son iguales y única-
mente ha resultado significativo el cambio entre pretest y postes de inteligencia lingüística (puede ser
por la propia evolución del lenguaje).
Un ejemplo del uso de la prueba W de Wilcxon para grupos relacionados puede verse en el artículo
de Fernández et al. (2002) en el que se realiza un estudio sobre la fluidez semántica verbal.
223
Procesos y programas de neuropsicología educativa. Capítulo 16
Cuando tenemos más de dos grupos independientes lo primero que debemos hacer es determinar
si el estadístico que buscamos es paramétrico o no paramétrico. Una vez determinemos este dato ya
podremos aplicar la F de Snedecor o la H de Kruskal-Wallis.
ANOVA F de Snedecor
Si tenemos datos de más de dos grupos independientes, como por ejemplo, rubios, morenos, pe-
lirrojos y castaños y la muestra cuenta con al menos 30 individuos en cada grupo, se cumplen los
supuestos de normalidad, igualdad de varianzas e independencia de observaciones y además las
variables a observar son cuantitativas, la prueba correcta es ANOVA: F DE SNEDECOR.
Un ejemplo del uso de la prueba ANOVA puede verse en el artículo de Rosselli et al. (2006) donde se
realiza un estudio de diferentes predictores que pueden encontrarse sobre la lectura en el idioma español.
H de Kruskal-Wallis
Si tenemos datos de más de dos grupos independientes, como por ejemplo, rubios, morenos, pe-
lirrojos y castaños y la muestra cuenta con al menos 30 individuos en cada grupo, se cumplen los
supuestos de normalidad, igualdad de varianzas e independencia de observaciones y además las
variables a observar son cuantitativas, la prueba correcta es ANOVA: F DE SNEDECOR.
Un ejemplo del uso de la prueba H de Kruskal-Wallis puede verse en el artículo de Arenas et al.
(2005) donde se realiza un estudio de diferentes tipos de memoria en alumnos con trastorno de dé-
ficit de atención.
Arbizu, J., Larumbe, R., Gamez, C., Marti, J. M., Martinez-Lage, J. M., & Richter, J. A. (1999). Correla-
ciones entre la SPECT cerebral y la evaluación neuropsicológica en los estadios leve y moderado
de la enfermedad de Alzheimer.
Arenas, Á. M., López, G. C. H., & Ramírez, L. A. (2005). Caracterización de la memoria visual, se-
mántica y auditiva en niños y niñas con déficit de atención tipo combinado, predominantemente
inatento y un grupo control. Electronic journal of research in educational psychology, 3(7), 89-108.
Capdevila-Brophy, C., Artigas-Pallarés, J., Ramírez-Mallafré, A., López-Rosendo, M., Real, J., &
Obiols-Llandrich, J. E. (2005). Fenotipo neuropsicológico del trastorno de déficit atencional/hipe-
ractividad:¿existen diferencias entre los subtipos. Rev Neurol, 40(Supl 1), S17-S23.
Cartoceti, R. V. (2012). Control inhibitorio y comprensión de textos: evidencias de dominio específico
verbal. Neuropsicologia Latinoamericana, 4(1).
Cavieres, A., Cortes, G., Gepp, A., Middleton, R., & Utillano, A. (2014). Percepción subjetiva del dé ficit
cognitivo y desempeño en una batería neuropsicológica en personas con esquizofrenia. Revista
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Escobar, M. R., Zabala, M. E. Z., & Rozo, P. J. P. (2008). Perfil neuropsicológico de escolares con
trastornos específicos del aprendizaje de instituciones educativas de Barranquilla, Colombia. Acta
Neurol Colomb, 24(2), 63-73.
224
Procesos y programas de neuropsicología educativa. Capítulo 16
Fernández, T., Ríos, C., Santos, S., Casadevall, T., Tejero, C., López-García, E., ... & Pascual, L. F. (2002).
“Cosas en una casa”, una tarea alternativa a “animales” en la exploración de la fluidez verbal se-
mántica: estudio de validación. Revista de neurología, 35(6), 520-523.
Gil Sanz, D. (2014). Desarrollo de la batería neuropsicológica Santander: un instrumento para valorar
el rendimiento cognitivo en esquizofrenia.
Ginarte Arias, Y., Rivero Fernández, T., & Aguilera Reyes, M. L. (2005). Evaluación neuropsicológica
en pacientes esquizofrénicos. Rev. Hosp. Psiquiátr. La Habana, 2(3). (T independientes y ANOVA)
Labrada, A. G., Zaldívar, A. R., Lecusay, A. Á., Bernal, M. M., Gamboa, G. R., & Hernández, L. M. F.
(2015). Caracterización de la memoria en el envejecimiento: una mirada desde la neuropsicolo-
gía. Revista Cubana de Neurología y Neurocirugía, 5(1), S19-S23.
Repila, A. M. (2013). Lateralidad y rendimiento académico, su relación. Paideia, Revista de educación,
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Rosselli, M., Matute, E., & Ardila, A. (2006). Predictores neuropsicológicos de la lectura en espa-
ñol. Revista de Neurología, 42(4), 202-210. (ANOVA y descriptivos).
Sola, J., Caro, F., & Royo, J. (1998). Estudio neuropsicológico del deterioro cognitivo-motor asociado a
la infección por VIH en pacientes adictos a drogas por vía parental. In Anales del Sistema Sanitario
de Navarra (Vol. 21, pp. 131-138).
225
Glosario
Acomodación: Ajuste de la potencia dióptrica del ojo. Generalmente es involuntaria y tiene como
objetivo ver con claridad.
Agudeza visual: Capacidad para ver distintamente los detalles de un objeto.
Amplitud: Referido a una onda sonora cíclica, como la sinusoidal que corresponde a un tono puro;
la amplitud representa la diferencia de presión entre el valor de la presión atmosférica y la máxima
presión de la onda
Aprendizaje: un proceso de adquisición de nueva información, dando lugar a un cambio en el co-
nocimiento del individuo, y por tanto, en su conducta.
Atención: función cognitiva básica que se caracteriza principalmente por la capacidad de focaliza-
ción y selección a ciertos estímulos y no a otros. Las personas que presentan TDAH suelen presen-
tar severas alteraciones de este dominio cognitivo.
Audiograma: Gráfico que muestra la respuesta auditiva de un determinado oído a sonidos de dife-
rentes frecuencias/intensidades.
Audiometría: Medición de la capacidad auditiva. El resultado se ve en el audiograma.
Baterías neuropsicológicas: Grupo o conjunto de pruebas y medidas psicométricas para la eva-
luación sistemática de diferentes procesos cognitivos.
Campo visual: La extensión del espacio en que los objetos son visibles a un ojo permaneciendo
inmóvil la cabeza.
Coherencia central. Mecanismo cognitivo responsable de proporcionar coherencia perceptiva y concep-
tual en dominios visuales y verbales, y que permite integrar la información en una totalidad o gestalt.
Comunicación social. Es el tipo de comunicación que se produce en interacción con los demás
y está alterada en el caso del trastorno del espectro del autismo TEA. Se evalúa a través de tres
componentes: reciprocidad socio-emocional, conductas comunicativas no verbales utilizadas en
interacción, y capacidad de desarrollar, mantener y comprender las relaciones sociales.
226
Procesos y programas de neuropsicología educativa. Glosario
Control inhibitorio: Capacidad básica del funcionamiento ejecutivo consistente en controlar o in-
hibir activamente conductas o impulsivas o automáticas y realizar una regulación consciente de las
mismas adecuándolas a la situación.
Convergencia: Movimiento coordinado de los ojos para pasar a visión próxima.
Convergencia acomodativa: El componente reflejo de convergencia que responde a un cambio en
la acomodación.
Convergencia voluntaria: Habilidad para converger los ojos sin la ayuda de un estímulo de fijación.
CPT: Acrónimo en inglés que se refiere a las palabras ‘Continuous Performance Test’. Se refiere a Test
de Ejecución Continua, un test computerizado en el que el paciente debe responder o dejar de ha-
cerlo según las instrucciones de forma ininterrumpida durante toda la duración de la prueba. Este
tipo de test sirve habitualmente para medir atención, impulsividad, velocidad de procesamiento y
capacidad de inhibición (capacidad de evitar responder).
Curva de audibilidad: Curva que indica el nivel mínimo de presión sonora (SPL) preciso para que
sean audibles las distintas frecuencias comprendidas en el espectro audible.
Desarrollo motor: proceso de cambio y adaptación, a través del cual, se va produciendo el dominio
de uno mismo y del medio que le rodea, pudiendo utilizar sus capacidades motrices como vía de
comunicación y relación
Discalculia: La discalculia es la dificultad para representar y recordar números y datos numéricos,
manipular magnitudes, realizar cálculos y utilizar el razonamiento lógico matemático. Afecta a la
mayor parte de los contenidos matemáticos que enseña la escuela y conforme el niño crece la
problemática va afectando su vida diaria, llegando a ser desde los primeros grados escolares un
problema urgente para el sujeto. La discalculia se presenta en niños con cociente intelectual nor-
mal, con enseñanza en tiempo y forma eficiente, el problema atrasa al alumnado que la padece e
interfiere con sus logros académicos o con las actividades de la vida diaria y no se puede explicar
por un déficit sensorial. En algunas ocasiones pueden producirse también dificultades en el razo-
namiento matemático o dificultad en el razonamiento lingüístico; no es algo que se produzca en
todos los casos, pero es necesario evaluar si estos problemas coexisten o no.
Disgrafía: dificultad de expresión escrita que se clasifica en tres categorías: en primer lugar, correc-
ción ortográfica; en segundo lugar, corrección gramatical y de la puntuación; y en último lugar,
claridad de la organización de la expresión escrita.
Dislexia: es un patrón de dificultades de aprendizaje que se caracteriza por problemas con el reco-
nocimiento de palabras de manera precisa fluida o a un mal deletreo y mala ortografía por parte
de los niños. En ocasiones pueden producirse también dificultades en la comprensión lectora. Se
pone de manifiesto en las primeras fases de adquisición de la lectura y les provoca retraso acadé-
mico si no se trabaja para compensar las dificultades precozmente.
Divergencia: Movimiento de los ojos separándose en su rotación uno del otro, de modo que sus
líneas de mirada se sitúan en visión lejana.
DSM: Acrónimo en inglés que se refiere a las palabras “Diagnostic and Statistical Manual”. Se
refiere al Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales, editado por la Asocia-
ción Americana de Psiquiatría, y que va por la edición V, publicada en 2013. En él se recogen
la descripción de todas las enfermedades mentales, y los criterios clínicos que deben seguir
los profesionales de la psiquiatría y neurología a la hora de realizar un diagnóstico de una
enfermedad mental concreta.
Elaboración: característica de la creatividad que consiste en añadir elementos o detalles a ideas que
ya existen, modificando alguno de sus atributos
Estereotipias. Movimientos motores o comportamientos repetitivos, que pueden ir desde aleteos o
repeticiones simples a rituales más complejos.
Evaluación motriz: acción que tiene como objetivo fundamental describir, explicar y optimizar las
competencias motrices alcanzadas por el ser humano, permitiendo hacer un diagnóstico del desa-
rrollo en este ámbito.
Evaluación neuropsicológica en edad escolar: La evaluación neuropsicológica de los niños en
edad escolar debe tener en cuenta la situación de cada niño en cuánto a la fase de formación en
que se encuentran los sistemas funcionales del cerebro, relacionando la conducta, los niveles de
aprendizaje y el cerebro, tal y como estudia la neuropsicología.
227
Procesos y programas de neuropsicología educativa. Glosario
228
Procesos y programas de neuropsicología educativa. Glosario
Lóbulo frontal: Área de la corteza cerebral anterior conectada con estructuras corticales y subcor-
ticales, encargada de la integración de información del medio interno y externo y considerada el
sustrato neurobiológico de las funciones ejecutivas.
Lóbulos cerebrales: constituyen la corteza cerebral donde las áreas primarias y asociativas están
especializadas en la recepción e interpretación de las informaciones sensoriales, en la programa-
ción, supervisión y ejecución de las actividades motoras y en el comportamiento.
Medición de la capacidad auditiva. El resultado se ve en el audiograma.
Médico especialista en la visión.
Memoria de trabajo o working memory: capacidad para mantener información en la mente con
el objeto de completar una tarea, registrar y almacenar información o generar objetivos, esencial
para llevar a cabo actividades múltiples o simultáneas, como cálculos aritméticos o seguir instruc-
ciones complejas
Memoria prospectiva: nos permite almacenar planes futuros, consistente en recordar hacer algo en
un futuro y llevar a cabo un plan previamente concebido (por ejemplo, tomarse una medicación a
una hora determinada o acordarse de una cita concertada previamente)
Memoria: es un conjunto de funciones que registran, elaboran, almacenan, recuperan y utilizan la
información.
Metacognición: Manera de aprender a razonar sobre el propio razonamiento, es la reflexión o con-
ciencia acerca de nuestros propios procesos del pensamiento.
Neuromotricidad: análisis de los aspectos neurológicos que intervienen en el desarrollo de un
movimiento, su programación, su control y la adquisición de los modelos de ejecución del mismo.
Neuropsicología Educativa: estudia la aplicación de la neuropsicología a la educación y se puede
considerar parte de la neuropsicología básica (se nutre de la neuropsicología fisiológica y de la
neuropsicología cognitiva) y se relaciona estrechamente con la neuropsicología clínica en los suje-
tos que trata en edad escolar.
Originalidad: característica creativa que implica pensar en ideas que nunca a nadie se le han ocu-
rrido o visualizar problemas de manera diferente
Patrones motrices básicos: conjunto organizado de movimientos básicos que implican la movili-
zación de dos o más partes del cuerpo y que van a constituir la base de habilidades motrices más
especializadas y de la actividad deportiva.
Pensamiento divergente: proceso de pensamiento que permite generar ideas creativas explorando
muchas soluciones posibles
Plasticidad cerebral: es una de las características del cerebro y consiste en la capacidad de modi-
ficar las conexiones sinápticas.
Priming: se caracteriza por la facilitación que se produce de una información determinada si ha sido
presentada previamente y se produce de manera inconsciente.
Procesamiento sensorial: Conjunto de procesos neurológicos realizados por el S.N.C. que permiten la
elaboración de las sensaciones recibidas por las diferentes modalidades sensoriales en percepciones.
Ruta fonológica de acceso al léxico: Es la ruta que utilizamos al empezar a leer la mayor parte de los
textos, vamos decodificando fonema a fonema. También se le llama ruta audio lingüística, o indirecta.
Los niños que tienen problemas en este procesamiento intentan adivinar rápidamente qué palabra es-
tán leyendo por lo que cometen muchos errores. Las pseudopalabras (palabras parecidas a una palabra
real pero que no lo son) se leen fácilmente cuando la ruta fonológica está bien establecida
Ruta visual de acceso al léxico: es el proceso que realizamos cuando las palabras que leemos nos
resultan muy frecuentes reconocemos su grafía como si fuera un dibujo, percibimos la forma de
manera global, no analizamos cada fonema hasta que captamos la palabra total. Recibe nombres
como ruta semántica, o directa, o léxica o superficial. Los niños disléxicos que tienen problemas
en esta ruta pero decodifican bien fonológicamente, se perpetúan en la lectura silábica.
Sistema límbico: son un conjunto de estructuras situadas alrededor del tronco encefálico que in-
cluye el hipotálamo, las cortezas límbicas y núcleos que forman circuitos muy importantes en las
funciones de aprendizaje y memoria.
Sistema motor: parte del sistema nervioso central que controla los movimientos voluntarios y que
permite que un pensamiento sea transformado en movimiento. Las células nerviosas de este siste-
ma se denominan neuronas motoras o moto neuronas.
229
Procesos y programas de neuropsicología educativa. Glosario
Sordera de conducción: Ídem transmisión: aquella en que las ondas sonoras se encuentran blo-
queadas en el oído externo o medio.
Sordera de percepción o neurosensorial: Aquella en que la señal acústica se transmite con nor-
malidad por el oído externo y medio, pero el mensaje no llega adecuadamente al cerebro.
Sordera mixta: Aquella en que la señal acústica tiene dificultades en su transmisión a nivel del oído
externo, medio e interno.
Teoría Clásica de los test (TCT): teoría psicométrica que pone su atención en el estudio de la
exactitud de la medida. Diferencia entre la puntuación obtenida a partir de las respuestas en el test
(puntuación observada) y el nivel que realmente tiene el sujeto en la variable medida (puntuación
verdadera). Si un test tiene baja fiabilidad la puntuación observada tendrá más error y será menos
precisa y la precisión aumentará a medida que aumente su fiabilidad.
Teoría de la mente. Capacidad mentalista de atribuir estados mentales como creencias, intenciones
y deseos a los demás, y que permite comprender y predecir la conducta que muestran las personas
en los diferentes contextos.
Teoría Respuesta al ítem (TRI): teoría psicométrica que vincula las conductas observadas en las
respuestas a los ítems que forman parte de un test y el constructo medido con diferentes modelos
matemáticos basados en la probabilidad de respuesta. En lugar de considerar la puntuación total
en el test, como hacía la TCT, analiza el patrón de respuestas a los ítems que lo componen para la
estimación de la puntuación final. Esa puntuación ya no depende de la fiabilidad del test, sino de
los distintos parámetros de los ítems (varían en función del modelo que se utilice para la estima-
ción: dificultad, discriminación y azar son los más comunes).
Terapia combinada: tratamiento recomendado en la intervención con niños con TDAH que integra
intervenciones conductuales, cognitivas y farmacológicas.
Transformación de la energía radiante en otra forma de energía, generalmente calor, al atravesar el
cuerpo.
Trastorno de déficit de atención e hiperactividad (TDAH): es un trastorno del neurodesarrollo
que se inicia en la infancia y que se caracteriza por déficit en las funciones atenciones y/o exceso
de movimientos e impulsividad
Trastorno del Espectro del Autismo (TEA). Es un trastorno del neurodesarrollo de origen bioló-
gico multicausal, en el que según la actual clasificación DSM 5 se identifican dos áreas principales
de alteración: alteraciones en la comunicación social y presencia de un patrón de intereses y com-
portamientos restringidos y estereotipados.
Validez de un test: es una propiedad psicométrica de los test e implica ofrecer garantías de inter-
pretación de las puntuaciones cuantitativas para vincularlas con la teoría neuropsicológica subya-
cente. De forma general, el concepto validez se utiliza para hacer referencia a si un test mide lo
que realmente pretende medir y no otros aspectos, pero va más allá. La validez debe analizarse
en función de la finalidad del instrumento de medida, los sujetos a los que se dirige y el contexto
de aplicación. Hay diferentes tipos: de contenido, de constructo, criterial y didáctica o aparente.
Videojuegos serios: Más conocidos por su denominación anglosajona (serious games), se refiere a
todos aquellos videojuegos diseñados con un propósito diferente del mero entretenimiento, como
pueda ser la mejora de la salud física o mental, incidir en aspectos educativos o servir a propósitos
sociales o culturales, entre otros.
230
Coordinadora del Libro
231
Procesos y programas de neuropsicología educativa.
Arancha Rodríguez-Fernández es doctora en Psicología por la Universidad del País Vasco con máster
en Psicodidáctica (Psicología de la educación y didácticas específicas) y experta en el tema de metodolo-
gías docentes activas (creatividad, aprendizaje por proyectos, etc.). Es profesora de la Universidad del País
Vasco y colabora con UNIR impartiendo clases en el máster de Neuropsicología y Educación. También
es subdirectora de la Revista de Psicodidáctica, indexada en JCR con un índice de impacto de Q2-Q3.
Dirige y ha dirigido tanto tesis doctorales (han obtenido la máxima calificación) como trabajos de fin de
grado y trabajos fin de máster en el campo de la educación, la creatividad, las inteligencias múltiples y
la implicación escolar. Ha participado en numerosos grupos de investigación con proyecto conseguidos
en convocatorias competitivas autonómicas y estatales. Ha publicado varios libros, capítulos de libro y
numerosos artículos relacionados con la educación, la mayor parte de ellos publicados en revistas con
impacto internacional ( JCR), lo que le ha permitido obtener un sexenio de investigación reconocido por la
por Comisión Nacional Evaluadora de la Actividad Investigadora (CNEAI) en la convocatoria del 2014 para
la Evaluación de la Actividad Investigadora. También es revisora de revistas JCR como Spanish Journal of
Psychology o Revista Mexicana de Psicología. Posee la acreditación de profesora contratada doctora.
Mª del Carmen García Castellón Óptico-optometrista por la Universidad complutense de Madrid y Psicólo-
go por la Universidad Nacional de Educación a Distancia. Cursó el Máster en Neuropsicología y Educación en
el Centro Educativo Villanueva de Madrid. Coautora del libro Todo Un Mundo de Sensaciones de la editorial
Pirámide. Actualmente es directora del centro de Optometría y Audiometría Acu-Visión de Madrid. Profesora
del Máster en Neuropsicología y Educación de la Universidad Internacional de la Rioja y responsable de las
asignaturas de “Funcionalidad visual y eficacia en los procesos lectores y” y “Funcionalidad auditiva para es-
cribir, hablar y aprender idiomas”. Ha impartido estas asignaturas en diferentes países como Perú y Ecuador.
Participó como profesor en el Máster en audio prótesis en la Universidad San Pablo CEU de Madrid. Imparte
clases del Máster en Neuropsicología en la Universidad Panamericana de México. Ha trabajado en el campo de
la clínica ocular en la consulta del doctor Santiago García-Castellón. Ponente en diversas congresos de óptica
y Optometría, posee el Certificado de Actualización Profesional continuada otorgado por el Colegio Nacional
de Ópticos-Optometristas. Colaboró en las investigaciones sobre el Proyecto de Ayuda al Desarrollo de la
Inteligencia (ADI) mediante la realización de evaluaciones visuales y auditivas en el Centro Universitario de
Villanueva (UCM)
232
Procesos y programas de neuropsicología educativa.
Marta Díaz-Jara García es doctora en Educación y Licenciada en Ciencias de la Actividad Física y del Depor-
te. Actualmente es profesora de la Universidad Internacional de la Rioja (UNIR), donde es docente del Máster
en Neuropsicología y Educación, encargada de la asignatura “Niveles Táctiles y Neuromotores, Escritura y
Aprendizaje”. En el mismo, ha dirigido y dirige trabajos fin de Máster en la rama de “motricidad y procesos de
lectura y escritura”, la cual coordina. Además, ha sido profesora del Centro Universitario Villanueva (adscrito a
la UCM) donde ha impartido asignaturas del Título Superior Propio de Neurociencias aplicadas a la Educación.
Su trabajo se ha centrado fundamentalmente en el campo de la motricidad impartiendo, además en la actua-
lidad, clases de Educación Física en el Colegio Las Tablas/Valverde. Miembro del Grupo de Investigación de
Neuropsicología aplicada de la Educación (UNIR). Ha impartido diversos cursos sobre desarrollo neuromotor
para profesoras de Infantil y Primaria. Ha colaborado en el “Proyecto EPINUT para escolares: Actividad física,
Alimentación y Antropometría (A3)”. Autora del material de la asignatura de “Niveles Táctiles y Neuromotores,
Aprendizaje y Escritura” del Máster en Neuropsicología y Educación (UNIR).
233
Procesos y programas de neuropsicología educativa.
Profesora del Dpto. de Psicología Básica II (Procesos cognitivos) de la Universidad Complutense de Madrid.
Coordinadora del Máster Oficial en Salud, Integración y Discapacidad de la Facultad de Medicina de la Univer-
sidad Complutense de Madrid.
Álvaro Muelas Plaza es Doctor en pedagogía, por el departamento de psicología evolutiva de la Universidad
Complutense de Madrid y especialista en neuropsicología. Actualmente es docente del Máster de Neuropsicolo-
gía y Educación de la Universidad Internacional de la Rioja (UNIR). Desde el año 2012 dirige distintos trabajos
de fin de máster en el campo de Neuropsicología y Educación, habiendo participado en diversos congresos
y foros científicos. Su campo de trabajo se ha centrado fundamentalmente en el campo de la neuropsicología
y las habilidades de pensamiento y estrategias de aprendizaje en relación al rendimiento académico de los
estudiantes. Ha dirigido diversos trabajos de investigación, entre ellos una tesis doctoral, donde ha obtenido
reconocimiento con publicaciones en revistas internacionales y nacionales indexadas en JCR y SCOOPUS.
234
Procesos y programas de neuropsicología educativa.
Doctorado en psicología evolutiva y didáctica (defensa de tesis en octubre de 2014). Tesis doctoral (finaliza-
ción): inteligencias múltiples y variables psicoeducativas. Desde 1982, ha trabajado como profesora, tutora,
adjunta a dirección y orientadora en el colegio altozano de fomento de centros de enseñanza, en alicante.
Actualmente, trabaja como orientadora en todas las etapas del citado colegio. Desde 1983 ha impartido cursos
de orientación familiar para padres en todas las etapas educativas. Colaboración en investigaciones del Instituto
de Neuropsicología y Educación. Asesora de proyectos educativos para el desarrollo de la inteligencia (ADI),
para alumnos con talento y altas capacidades (AR) y de orientación psicopedagógica.
235
Procesos y programas de neuropsicología educativa.
Fátima Llamas Salguero es doctora en educación por la Universidad Complutense de Madrid, premio
extraordinario. Actualmente es profesora de la Universidad Internacional de la Rioja (UNIR) siendo do-
cente del Máster de Neuropsicología y Educación, impartiendo Creatividad: cómo desarrollar proyectos
creativos, Desarrollo de las Inteligencias Múltiples, Procesos de memoria, aprendizaje y TIC y directora de
Trabajos Fin de Máster. Ha dirigido y dirige distintos trabajos de fin de máster en el campo de Neuropsi-
cología y educación, ha participado como comité científico y organizador de 7 congresos internacionales,
siendo todos sobre formación continua para la docencia relacionando el desarrollo evolutivo del ser huma-
no y la interacción con las nuevas tecnologías. Así mismo ha participado en la Organización y Dirección de
6 congresos internacionales y 2 nacionales en la Universidad Complutense de Madrid. Ha participado en
10 proyectos como colaboradora en la investigación desde 2004 a 2013, en dos de ellos como becaria de
investigación a cargo del proyecto Orden EDU/3526/2011 y en el año 2012 el proyecto CAIE-177, subven-
cionados ambos por el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte. Ha presentado comunicaciones como
Ponente invitada en 13 congresos internacionales y 18 comunicaciones orales y 10 escritas en congresos
nacionales e internacionales. Ha publicado 5 artículos indexados y 4 capítulos de libro vinculados con la
temática de educación y neuropsicología, procesos perceptivos y creatividad, estrechamente relacionado
con el uso de las Tecnologías de la Información y la Comunicación. Asimismo, ha formado y forma parte
de diferentes tribunales de Trabajos Fin de Grado y Trabajos Fin de Máster desde 2013 a 2015.
María Vaíllo Rodríguez es Doctora en Educación, Licenciada en Psicología. Ha trabajado como investigadora
del CNIIE (Centro Nacional de Innovación e Investigación Educativa, Ministerio de Educación), llevado a cabo
proyectos educativos con organismos como la Xunta de Galicia o la Federación de Municipios y Provincias
(FEMP) y es colaboradora honorífica de la Universidad Complutense (Facultad de Educación). Investiga en
neuropsicología y educación, género y educación, inteligencia y creatividad.
236
Procesos y programas de neuropsicología educativa.
Unai Díaz es Doctor en Psicología por la Universidad de Deusto-Bilbao, en 2006. Experiencia como psi-
cólogo clínico desde 2000 en el Centro de día EHARI para discapacitados físicos graves con daño cerebral
(2000), Crownsville Hospital Center, Crownsville, Maryland, EE.UU (2000-2001), Hospital de Bermeo,
España (2001-2002), Residencia de la Loma, Castro-Urdiales, España (2003-2005) y Zutitu SL (2005-2006).
Con una beca de la Fundación Universitaria Oriol-Urquijo (2003-2005), realizó su tesis doctoral “Efectos
de la intervención psicológica en el deterioro cognitivo en ancianos residencializados” publicada por UMI
Dissertation Publishing, Ann Harbor, MI (USA). De 2007 a Febrero de 2008 impartí varios cursos de man-
tenimiento de las funciones cognitivas, bienestar personal y risoterapia para personas mayores, dentro de
la empresa IPACE, de Vitoria. Desde Febrero de 2008 hasta Mayo de 2012, trabajó como psicólogo investi-
gador en Fundación INGEMA, en diversos proyectos nacionales y europeos (FP6 y FP7) relacionados con
envejecimiento y discapacidad física. Desde Mayo de 2012, trabaja como investigador en el Departamento
de I+D+i de Nesplora S.L., y desde Mayo de 2014, compagina su labor en Nesplora con la de profesor co-
laborador en el Máster de Neuropsicología y Educación de la Universidad Internacional de la Rioja (UNIR).
Es revisor en varias revistas científicas: Revista Española de Geriatría y Gerontología, Journal of Attention
Disorders, Games For Health Journal, y Revista Mexicana de Psicología. Investiga en Desarrollo de aplica-
ciones y herramientas de evaluación neuropsicológica mediante el uso de realidad virtual.
237
Procesos y programas de neuropsicología educativa.
Marta Gil Nájera es doctora europea en Psicología Experimental por la Universidad de Granada (premio
extraordinario de doctorado). Actualmente es profesora de la Universidad Internacional de la Rioja (UNIR)
siendo docente del Máster de Neuropsicología y Educación y directora de Trabajos de Fin de Máster. Su campo
de trabajo se ha centrado fundamentalmente en el estudio de los procesos básicos de aprendizaje, desde el
desarrollo de preferencias gustativas hasta la diferenciación de diferentes estímulos que percibimos a diario.
A lo largo de diversas estancias pre y postdoc en universidades tanto nacionales como europeas (UGR, UPV,
Lincoln, York, Loyola) ha publicado artículos científicos en revistas internacionales y nacionales indexadas en
la JCR ubicadas en los primeros cuarteles Además es miembro de la Sociedad Española de Psicología Compa-
rada desde 2004 y miembro del grupo de investigación “Neuroplasticity and Learning Research Group” de la
Universidad de Granada.
238
Procesos y programas de neuropsicología educativa.
Silvia Pradas Montilla es pionera en la aplicación de la tecnología al ámbito educativo, ha dirigido Proyectos
Tecnológicos como el Proyecto Smart, organizado por la Universidad Autónoma de Barcelona, en el Proyecto
de Centros de Excelencia Smart, con 30 centros educativos a nivel nacional y la aplicación de la Pizarra Digital
Interactiva a los alumnos con Talento y Altas Capacidades. Participó en el Proyecto ADI, Apoyo y desarrollo
de la inteligencia para alumnos con dificultades de aprendizaje y en Proyectos de aplicación de la Neuropsi-
cología a la Educación. Es asesora de proyectos educativos para el desarrollo de la inteligencia, para alumnos
con talento y altas capacidades y de orientación psicopedagógica en diferentes países. Ha dirigido Simposios,
Jornadas y Talleres de formación de profesores en el ámbito universitario en Europa y Portugal. Ha publicado
una Propuesta para el uso de la Pizarra Digital Interactiva con el modelo CAIT. Además, ha dirigido Proyec-
tos y publicaciones, como Coordinadora del Foro Pedagógico de Internet, de la Fundación Encuentro, con la
participación de profesores en publicaciones de aplicación de la tecnología a las aulas. Investiga en pruebas
diagnósticas y programas neuropsicológicos para mejorar el rendimiento escolar y desarrollar la inteligencia,
así como en el desarrollo de programas de tecnología educativa, para superar el fracaso escolar y la valoración
de Inteligencias Múltiples y Programas correspondientes en las diferentes etapas educativas. Es Licenciada en
Psicopedagogía por la Universidad Complutense de Madrid, Diplomada en Magisterio, y Bachelor of Education
por la University of Wales. Además, es Experto Universitario en Informática aplicada a la Educación, Diploma
de Estudios Avanzados y actualmente su tesis doctoral está en depósito a espera de la defensa.
Javier Tubío Ordóñez es licenciado en psicología y doctor europeo en gerontología clínica. En la actualidad
es profesor asociado de la Universidad Internacional de la Rioja (UNIR) siendo docente del Máster de Neurop-
sicología y Educación, donde ha dirigido y dirige numerosos trabajos de fin de máster (TFM) relacionados con
el ámbito de la neuropsicología y participa como miembro de tribunal en numerosas evaluaciones de estos
TFM. Así mismo es miembro del grupo de investigación de Neuropsicología Aplicada a la Educación (Gdl-14).
También es profesor asociado de la Universidad de Granada impartiendo docencia en el máter “Gerontología,
Dependencia y protección a los Mayores” de la facultad de psicología. Javier ha publicado diversos artículos
científicos en revistas nacionales e internacionales indexadas en JCR, ha participado en la elaboración del ca-
pítulo de un libro, tiene diversas aportaciones a congresos nacionales e internacionales y ha colaborado como
revisor en revistas internacionales de factor de impacto. Javier es también director y gerente del centro sanitario
“Global Neurorehabilitación” en la ciudad de Lucena (Córdoba).
239
Procesos y programas de neuropsicología educativa.
Ana Belén Calvo Calvo es doctora en psicología y especialista en neuropsicología. Actualmente es profesora
adjunta de la Universidad Internacional de la Rioja (UNIR) siendo docente del Máster de Neuropsicología y
Educación. Además, ha dirigido y dirige distintos trabajos de fin de máster en el campo de Neuropsicología
Educación habiendo participado en diversos foros científicos. La Dr. Calvo se formó como investigadora en la
Universidad Complutense de Madrid a través de una beca predoctoral obtenida en una convocatoria compe-
titiva. Amplió su formación en clínica e investigación en Orygen Youth Health Clinical and Research Centre,
Universidad de Melbourne (Australia) y en el Royal College of Surgeon in Ireland (RCSI), Beaumont Hospital
Dublín y Trinity College, Dublin, Irlanda. Ha impartido cursos de formación continuada para profesionales
sanitarios acreditados por la agencia Lain Entralgo. Ha sido profesor en diversos talleres y ha participado como
ponente en congresos y reuniones científicas nacionales e internacionales. Ha trabajado como Neuropsicóloga
en el Servicio de Psiquiatría del Niño y del Adolescente. Instituto de investigación Sanitaria Gregorio Marañón,
IiSGM. Hospital General Universitario Gregorio Marañón. Ha colaborado en diversos proyectos nacionales e
internacionales. Su campo de trabajo se ha centrado fundamentalmente en el campo de la neuropsicología y
la intervención temprana. Ha publicado diferentes trabajos como primera autora en revistas internacionales
indexadas en la JCR en el primer cuartil en su campo. Además es revisora en diferentes revistas internacionales
de factor de impacto
Ángel Alberto Magreñán Ruiz es Ingeniero Técnico en Informática de Gestión (Universidad de la Rioja), Doc-
tor en Matemáticas (Universidad de La Rioja) y Certificado de Aptitud Pedagógica (Universidad de La Rioja).
Acreditado por ANECA como Contratado Doctor y Profesor de Universidad Privada, este profesor es miembro
del grupo de investigación PRIENOL (Procesos Iterativos y Ecuaciones NO Lineales). Además ha participado en
distintos proyectos de I+D+i concedidos a dicho grupo. Colabora activamente con distintos grupos de investi-
gación de reconocido prestigio de Europa, Asia y América. Certificado de profesionalidad de docencia para la
formación para el empleo. Profesor de la asignatura “Matemáticas” en el Grado de Administración y Dirección
de Empresas en la Universidad de La Rioja durante el curso 2011/2012. Profesor de numerosos cursos para do-
centes de instituto y universidad. Organizador y docente de dos programas (Divulgaciencia) relacionados con
la enseñanza divulgativa en alumnos de secundaria y universidad. Su investigación se centra en el campo de la
matemática aplicada y más concretamente en el estudio de procesos iterativos (convergencia, eficiencia, etc.).
Ha publicado más de 40 obras en revistas de investigación indexadas, capítulos de libro y congresos, además
es revisor de varias revistas indexadas. En la actualidad, compagina esta línea con el estudio de las relaciones
de conceptos neuropsicológicos con la adquisición de la competencia matemática.
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Procesos y programas de neuropsicología educativa.
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Esta publicación es de máxima importancia en el ámbito educativo, puesto que es un medio idóneo y
actualizado para mejorar el nivel de nuestros alumnos, erradicar el fracaso escolar y establecer planes
estratégicos para mejorar la educación, incorporando la neuropsicología en los centros educativos.
El conocimiento del cerebro tiene gran importancia porque es clave que los psicólogos y educadores
conozcan cómo evoluciona el sistema a nivel neuropsicológico sobre el que intervienen cuando
se educa (García-Moreno, 2014) y autores como Howard-Jones (2011), proponen la comprensión
de la significación educativa de los descubrimientos científicos; en este sentido la neuropsicología
educativa favorece la prevención, el desarrollo y la atención específica a cada uno de los alumnos
(Martín-Lobo, 2012). En esta línea de actuación, tal y como dice Carew y Magsamen (2010), la
colaboración entre neuropsicólogos, neurocientíficos y educadores dará el fruto de una mejor
educación de niños y jóvenes para una sociedad mejor preparada para el futuro, tal y como ya se está
llevando a cabo en diferentes centros educativos a nivel nacional e internacional.
MINISTERIO
DE EDUCACIÓN, CULTURA
Y DEPORTE