Tema 6. El Ser Humano, Naturaleza y Cultura
Tema 6. El Ser Humano, Naturaleza y Cultura
Tema 6. El Ser Humano, Naturaleza y Cultura
Una de las definiciones de filosofía que más se adecua a lo que hemos visto en el tema anterior
se encuentra en la obra de Miguel de Unamuno (escritor y filósofo español del siglo XX) Del
sentimiento trágico de la vida y dice que “la filosofía responde a la necesidad de formarnos una
concepción unitaria y total del mundo y de la vida, y como consecuencia de esa concepción, un
sentimiento que engendre una actitud íntima y hasta una acción.”
Estamos seguros de que los seres humanos comenzaron a interrogarse acerca de sí mismos
mucho antes de que apareciera la filosofía (en el siglo VI a. C.) Así lo ponen de manifiesto los
enterramientos prehistóricos, por ejemplo. Pero seguramente, para intentar comprenderse se
comparó con los otros seres que poblaban el Universo y, a partir de ahí, estableció sus
cualidades específicas, sus diferencias.
El mito de Prometeo, contado por Platón en el diálogo Protágoras (texto 1) explica cómo surgió
la especie humana, una raza mortal modelada de tierra y fuego y de las cosas que se pueden
fundir con el fuego y la tierra, como el resto de las especies. Aparece así el ser humano como un
animal más, que se diferencia de los otros animales por ser el menos dotado de instintos
(“descalzo, desnudo, sin lecho, inerme”)
Pero, siendo un animal, el ser humano participa de lo divino. Poseemos, según Platón, dos
cualidades que nos hacen semejantes a los dioses:
• La inteligencia, simbolizada en el texto en el fuego, que Prometeo robó a Hefesto (dios
de los herreros) y a Atenea (diosa de la inteligencia) y que proporcionó a los humanos la
sabiduría técnica.
• La moral o técnica política, que debe ser poseída por todos los seres humanos (que
tenemos el sentimiento del respeto y la justicia) y que permite que podamos vivir en
sociedad.
La inteligencia y la moral han permitido al ser humano el desarrollo de la cultura. Así,
podríamos decir que lo que diferencia al ser humano del resto de los animales es la cultura.
Vamos a ver por eso a continuación cómo se explica el comportamiento humano a partir de sus
dimensiones natural y cultural (tema 6), y posteriormente nos centraremos en algunas
concepciones filosóficas del ser humano (tema 7).
2. NATURALEZA Y CULTURA EN EL COMPORTAMIENTO HUMANO
Si consideramos al hombre dentro de las restantes especies animales vemos que constituye una
especie biológica que es producto de una lenta evolución que culmina con el desarrollo de la
cultura.
No es posible explicar el comportamiento humano por nuestra naturaleza o por la cultura
aislando a la una de la otra, porque no existe el hombre en estado de naturaleza. Pero para
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estudiarlo vamos a diferenciar entre rasgos naturales o biológicos y rasgos aprendidos o
culturales del ser humano.
2.1. La dimensión natural del comportamiento humano
Vamos a estudiar en este punto cómo la teoría de la evolución explica el modo en que se ha
ido haciendo el hombre a partir de sus antecedentes no humanos (punto 2.1.1) y si hay
comportamientos naturales en el ser humano (punto 2.1.2).
Hasta principios del siglo XIX la biología había mantenido que las especies eran inmutables
(fijismo) por la influencia de la filosofía griega y de la Biblia. Sin embargo, a partir de esa época
se impuso el evolucionismo por las obras de Lamarck y de Darwin, y, posteriormente por la
teoría sintética de la evolución. Para la concepción evolucionista los organismos se han ido
modificando en el curso de épocas geológicas, de manera que se ha producido un proceso de
evolución desde los organismos simples hacia seres cada vez más complejos.
Desde la perspectiva de la teoría de la evolución el ser humano actual (homo sapiens sapiens) es
producto de la evolución de otros seres vivos, concretamente de los primates, a través de un
proceso que se conoce con el nombre de proceso de hominización.
Brevemente podemos esquematizar así la evolución: La Tierra (y el sistema solar) aparecieron
hace unos 4.600 millones de años.
1) Unos mil millones de años después apareció la vida en la Tierra.
2) Hace unos 100 millones de años entran en escena los mamíferos, en un mundo dominado
por los dinosaurios. Los dinosaurios desaparecen hace unos 65 millones de años, y a
partir de ahí los mamíferos evolucionan en diversas direcciones.
4) Los primeros primates erguidos bípedos fueron los homínidos, que aparecieron hace 3,5
millones de años aproximadamente. Los homínidos, gracias al bipedismo, sufrieron
cambios en las formas de vida, debidas a las ventajas que trajo consigo la liberación de la
mano, tales como la recogida de frutos, posibilidad de empuñar palos y lanzar objetos,
etc. A la vez, los homínidos experimentan un aumento considerable del volumen del
cráneo. Aquí empieza la hominización.
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El homínido más antiguo es el Australopithecus afarensis, que vivió hace unos 3,5 millones de
años en África oriental y que tenía un cráneo de unos 500 cm3.
El Australopithecus afarensis evolucionó dando origen a diversas especies, una ellas el homo
habilis, que alcanzó un desarrollo craneal de unos 800 cm3, lo cual le permitiría fabricar
mejores instrumentos, el desarrollo de la comunicación lingüística y una organización social
más compleja y eficaz . De esto hace unos 3 millones de años.
Al homo habilis sucedió el homo erectus, con un cráneo de unos 1000 cm3, que vivió durante un
millón de años (desde hace 1,5 hasta hace 0,5 millones) y se internó en Europa y Asia. Esta
especie perfeccionó mucho las herramientas de piedra y fue el protagonista de dos hechos muy
importantes para la humanidad futura. La aparición y difusión de la caza mayor y el dominio del
fuego.
En su evolución, el homo erectus dio lugar al homo sapiens (proceso de sapientización que se
inició hace 0,5 millones de años), cuya capacidad craneana era de 1.500 cm3. El homo sapiens
logró un mayor desarrollo de la técnica, el lenguaje y la organización social. Uno de los logros
del homo sapiens es el desarrollo de la autoconciencia, la conciencia de sí mismo; los miembros
de la colectividad descubren su valor como individuos y no meramente como miembros del
grupo. Este fenómeno se refleja en prácticas relacionadas con la muerte (sepulturas, ritos
funerarios, etc.) y el desarrollo del arte que tiene lugar en el Paleolítico Superior (cuevas de
Altamira, Font-de-Gaume, Laxcaux, etc.)
El homo sapiens apareció hace 150.000años aproximadamente y se subdivide en distintos
ejemplares:
-El más conocido de los arcaicos es el hombre de Neanthertal (especie extinguida).
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-El último representante de la humanidad es el homo sapiens sapiens (nosotros), que hizo su
aparición hace 50.000 ó 40.000 años. Con él, la humanidad se extendió a todo el planeta,
incluidas Australia y América.
Al homo sapiens sapiens se debe también la gran revolución del Neolítico que tuvo lugar
alrededor del 10.000 a.C. El acontecimiento central de esta revolución fue la domesticación de
plantas y animales, que permitió sustituir la caza y la recolección por la agricultura y la
ganadería. La transcendencia de este hecho para los humanos futuros fue enorme, ya que hizo
modificar muchos aspectos de la vida: aparecen las ciudades, crece mucho la población, se
empiezan a intercambiar productos, aparecen estratos sociales, formas de organización política
etc.
En esta observación panorámica de la evolución humana se aprecia que a partir de los
homínidos las transformaciones que tienen lugar hasta llegar al hombre actual ocurren dentro del
ámbito de los organismos (biología), pero sobre todo en el ámbito de las formas de vida
(cultura).
2.1.2. Comportamientos naturales en el ser humano
¿Qué entendemos por comportamientos naturales del ser humano? Si consideramos que es un
comportamiento natural todo aquél que se ajusta a las características naturales, entonces, todo
nuestro comportamiento sería natural. Sin embargo, todos sabemos que la mayoría de los
comportamientos se aprenden. Por eso hablamos de comportamiento natural en un sentido más
restringido, como aquél que posee tres características:
1) Es un comportamiento específico, que se da en todos los individuos de la misma especie.
1) El hombre posee el dedo pulgar en posición opuesta a los otros dedos, y esto lo capacita
para realizar operaciones complicadas. Gracias a este hecho, el ser humano comenzó a
fabricar instrumentos artificiales, que se convierten en la prolongación de la mano y de
la inteligencia misma del hombre.
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2) El hombre posee un sistema nervioso mucho más complejo que el del resto de los
animales. Esta complejidad ha permitido el desarrollo de la inteligencia.
3) Poseemos también unos órganos de fonación que nos permiten emitir gran cantidad de
sonidos. Esto ha permitido que desarrollemos el lenguaje (íntimamente unido al
pensamiento, y vehículo de la cultura).
4) La dependencia que las crías tienen de sus progenitores, lo cual hace que el aprendizaje
se convierta en una necesidad.
5) Tenemos además una vida más larga que el resto de los animales.
Todas estas características nos dotan de unas capacidades que son naturales pero que necesitan
del aprendizaje y de la cultura para desarrollarse. Si no las desarrollamos no seremos nunca
“humanos en estado natural”, seremos seres infrahumanos, porque el ser humano es un ser
cultural por naturaleza. Como hemos visto en el punto anterior, durante millones de años, la
evolución del cerebro y del cuerpo humano y la evolución de la cultura, fueron partes de un
mismo proceso.
Se han dado muchas definiciones de cultura (viene del latín, donde significaba cultivo o
crianza). Una de las más conocidas es la dada por Jesús Mosterín: cultura es la información
transmitida por aprendizaje social.
Partiendo de esta definición, podemos considerar que muchos animales poseen cultura, y así es,
pues también los animales se comunican y se transmiten información, pero comparada con la
cultura desarrollada por el hombre, la animal resulta muy rudimentaria.
Centrándonos en el hombre, la cultura hace referencia al cultivo o crianza de las capacidades
humanas. En este sentido, todo lo aprendido por un ser humano o por un grupo de ellos es
cultura.
Otra definición es la de E.B. Tylor, que se centra en la cultura humana, y dice que la cultura se
refiere a ese todo complejo que comprende conocimientos, creencias, arte, moral, derecho,
costumbres, y cualesquiera otras capacidades y hábitos adquiridos por el hombre en cuanto
miembro de la sociedad.
Según esta definición, la cultura comprende todo lo producido por el hombre en sociedad, ya
sean objetos, normas o ideas. Por esto, a veces se distingue entre cultura material y cultura no
material.
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a) La naturaleza humana necesita (o exige) la cultura. La necesidad de la cultura viene
impuesta por las carencias propias de nuestra naturaleza, por nuestra pobreza de
instintos, y por la inmadurez con la que nacen los individuos humanos, que exige un
largo período de aprendizaje sin el cual les sería imposible sobrevivir.
Veamos algunas de las capacidades que hacen que el ser humano pueda estar abierto a la cultura
más que cualquier otro animal:
3) La sociabilidad. El ser humano tiende a vivir en agrupaciones sociales cada vez más
complejas, y es en ellas donde se realiza como ser humano. Es en sociedad donde cada
uno de nosotros recibimos la herencia de los útiles producidos por nuestros antepasados.
Y también en sociedad recibimos el lenguaje y la experiencia de nuestros mayores
expresada en él. Sólo sobre esa herencia podemos organizar nuestra propia experiencia,
que será más rica cuanto más compleja sea la herencia que recibe.
Gracias a todos estos rasgos, lo cultural se añade a lo natural. Pero para la adquisición de la
cultura se necesita el aprendizaje.
2.2.3. El aprendizaje
Ya hemos visto que la evolución cultural del ser humano se fundamenta en la enorme capacidad
de nuestra especie para aprender. Normalmente, el término aprendizaje se identifica con el
aprendizaje intelectual. Pero tiene un significado mucho más amplio. Podemos definirlo como
cualquier cambio más o menos permanente en la conducta que se produce como consecuencia
de la práctica.
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Las características de las conductas aprendidas son las siguientes:
a) No se trata de conductas específicas, sino individuales, propias solamente del sujeto que
las realiza.
En cada cultura concreta se puede hablar de subculturas, porque las personas que participan de
de un a cultura no la viven de la misma forma. Dentro de cada cultura existen diferencias que
vienen dadas por la edad, la clase social, el origen étnico,... Así, aunque todas las personas viven
en esa cultura, el grado en que aprovechan sus posibilidades es diferente de unas a otras. Por
ejemplo, existe gran diferencia entre una cultura urbana y una cultura rural. Pero, además,
dentro de una cultura podemos encontrarnos con formas de sentir o actuar que cuestionan
deliberadamente la cultura dominante. Hablamos entonces de contracultura. La contracultura es
un movimiento de rebelión contra la cultura hegemónica, que presenta una forma de vida y de
sociedad alternativa a la existente. Ejemplos de manifestaciones contraculturales son las tribus
urbanas (punkies, heavys, skins, etc.), los grupos sociales alternativos (movimientos ecologistas,
ONGs, etc.).
A partir de aquí es necesario hacer referencia a un hecho que caracteriza a nuestras
sociedades actuales: la multiculturalidad. El mundo se nos presenta como algo
irremediablemente plural. Es un hecho que en un determinado espacio social han de convivir
personas identificadas con diversas culturas. Este multiculturalismo es un fenómeno antiguo,
pues ya en España, durante la E. Media, convivieron culturas tan diversas como la cristiana, la
judía y la musulmana. Así pues, la pluralidad de culturas es un hecho y, ante este hecho, ¿qué
hacer?, ¿qué actitud tomar?. Ante la diversidad cultural son posibles tres actitudes:
1) Etnocentrismo. Posición que analiza las demás culturas desde la propia,
convirtiéndola en el criterio para medir y valorar las restantes. El etnocentrismo
supone, por un lado, falta de comprensión hacia todos los que no comparten su modo
de vida, y, por otro lado, la radicalización del sentimiento de cohesión con el propio
grupo, que hace a sus miembros sentirse superiores a los demás. El etnocentrista
puede adoptar varias actitudes cuando se trata de preservar su cultura: xenofobia
(odio a los extranjeros); racismo (rechazo de ciertos grupos étnicos); chovinismo o
patriotismo fanático y aporofobia o desprecio y rechazo al pobre.
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2) Relativismo cultural. Postura que propone analizar las diferentes culturas desde sus
propios valores y no desde los valores de una cultura ajena, y recomienda mostrarse
tolerante con las diferentes expresiones culturales. Bajo la apariencia de respeto
máximo, no proporciona ni busca diálogo y la comunicación con otras culturas, sino
que prefiere evitar cualquier contacto con ellas. No se evita así el racismo, pues
considera que la mejor manera de preservar las culturas es no mezclarlas, es decir,
que cada una permanezca aislada de las otras, que cada uno se quede en su país y
viva según su cultura, siendo este un modo de justificar la prohibición de la entrada
de inmigrantes. Por otro lado, el relativismo cultural puede conducir a la actitud
romántica que considera que todos los aspectos de otras culturas son siempre
positivos, perdiendo así todo sentido crítico con formas de vida que atentan contra
los derechos humanos.
3) Interculturalismo. Parte del respeto a otras culturas, pero supera las carencias del
relativismo cultural al propugnar el encuentro entre las diferentes culturas en pie de
igualdad. El interculturalismo supone, desde esta perspectiva, reconocer la naturaleza
plural de nuestra sociedad y nuestro mundo, comprender la complejidad de la
relación entre las diversas culturas, tanto en el plano individual como en el
comunitario, promover el diálogo entre culturas y colaborar en la búsqueda de
respuestas a los problemas mundiales. En definitiva, el interculturalismo propone
aprender a convivir en un mundo plural y entiende la diversidad como fuente de
riqueza.
Muchos filósofos señalan que existe un gran desajuste entre el orden técnico y el orden moral.
En el orden técnico se ha producido un progreso espectacular gracias a la ciencia y al desarrollo
tecnológico, pero no ha tenido lugar un progreso moral paralelo. Este es el aspecto más grave
de la actual crisis de la humanidad. Cambio es una cosa y progreso es otra. El cambio es
científico, y el progreso es ético; el cambio es indudable, mientras que el progreso es un asunto
de controversia, escribía B. Russell en 1963.
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Textos y Actividades
Era un tiempo en el que existían los dioses, pero no las especies mortales. Cuando a éstas les
llegó, marcado por el destino, el tiempo de se generadas, los dioses las modelaron en las
entrañas de la tierra, mezclando tierra, fuego y cuantas materias se combinan con fuego y
tierra. Cuando se disponían a sacarlas a la luz, mandaron a Prometeo y Epimeteo que las
revistiesen de facultades, distribuyéndolas convenientemente entre ellas. Epimeteo pidió a
Prometeo que le permitiese a él hacer la distribución "Una vez que yo haya hecho la
distribución -dijo- tú la supervisas ". Con este permiso comienza a repartir las cualidades. Al
distribuir, a unos les proporcionaba fuerza, pero no rapidez, en tanto que revestía de rapidez a
otros más débiles. Dotaba de armas a unas especies, en tanto que para aquellas a las que daba
una naturaleza inerme, ideaba otra facultad para su salvación. A las que daba un cuerpo
pequeño, las dotaba de alas para huir o de escondrijos para guarnecerse, en tanto que a las que
daba un cuerpo grande, precisamente mediante él, las salvaba.
De este modo equitativo iba distribuyendo las restantes facultades. Y las ideaba tomando la
precaución de que ninguna especie fuera a extinguirse. Cuando les suministró los medios para
evitar las destrucciones mutuas, ideó defensas contra el rigor de las estaciones enviadas por
Zeus: las cubrió con pelo espeso y piel gruesa, aptos para protegerse del frío invernal y del
calor ardiente, y, además, para que cuando fueran a acostarse, les sirviera de abrigo natural y
adecuado a cada cual. A algunas les puso en los pies cascos y a otras piel gruesa sin sangre.
Después de esto, suministró alimentos distintos a cada una: a unas hierbas de la tierra; a otras,
frutos de los árboles; y a otras raíces. Y hubo especies a las que permitió alimentarse con la
carne de otros animales. Concedió a aquellas descendencia, y a éstos, devorados por aquéllas,
gran fecundidad; procurando, así, salvar la especie.
Pero como Epimeteo no era del todo sabio, gastó, sin darse cuenta,
todas las facultades en los brutos. Pero quedaba aún sin equipar la
especie humana y no sabía qué hacer. Hallándose en ese trance, llega
Prometeo para supervisar la distribución. Ve a todos los animales
armoniosamente equipados y al hombre, en cambio, desnudo, sin
calzado, sin abrigo e inerme. Y ya era inminente el día señalado por
el destino en el que el hombre debía salir de la tierra a la luz. Ante la
imposibilidad de encontrar un medio de salvación para el hombre. Prometeo roba a Hefesto y a
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Atenea la sabiduría de las artes junto con el fuego (ya que sin el fuego era imposible que
aquella fuese adquirida por nadie o resultase útil) y se la ofrece, así, como regalo al hombre.
Con ella recibió el hombre la sabiduría para conservar la vida, pero no recibió la sabiduría
política, porque estaba en poder de Zeus y a Prometeo no le estaba permitido acceder a la
mansión de Zeus, en la acrópolis, a cuya entrada había dos guardianes terribles. Pero entró
furtivamente al taller común de Atenea y Hefesto en el que practicaban juntos sus artes y,
robando el arte del fuego de Hefesto y las demás de Atenea, se las dio al hombre. Y, debido a
esto, el hombre adquiere los recursos necesarios para la vida, pero sobre Prometeo, por culpa
de Epimeteo, recayó luego, según se cuenta, el castigo del robo.
El hombre, que participó así de cualidades propias de los dioses, fue el único de los animales
que primeramente reconoció a los dioses y comenzó a erigir altares e imágenes a los dioses.
Luego, adquirió rápidamente el arte de articular sonidos vocales y nombres, e inventó
viviendas, vestidos, calzado, abrigos, alimentos de la tierra. Equipados de este modo, los
hombres vivían al principio dispersos y no en ciudades, siendo, así, aniquilados por las fieras,
al ser en todo más débiles que ellas. El arte que profesaban constituía un medio, adecuado para
alimentarse, pero insuficiente para la guerra contra las fieras, porque no poseían el arte de la
política, del que el de la guerra es una parte. Buscaban la forma de reunirse y salvarse
construyendo ciudades, pero, una vez reunidos, se dañabam entre sí por no poseer el arte de la
política, de modo que al dispersarse de nuevo, perecían. Entonces Zeus, temiendo que nuestra
especie quedase exterminada por completo, envió a Hermes para que llevase a los hombres el
pudor y la justicia, a fin de que rigiesen en las ciudades la armonía y los lazos comunes de
amistad. Preguntó, entonces, Hermes a Zeus la forma de repartir la justicia y el pudor entre los
hombres: "¿Las distribuyo como fueron distribuidas las demás artes?. Pues éstas fueron
distribuidas así: con un solo hombre que posea el arte de la medicina, basta para tratar a
muchos, legos en la materia; y lo mismo ocurre con los demás profesionales. ¿Reparto así la
justicia y el poder entre los hombres, o bien las distribuyo entre todos?”. "Entre todos,
respondió Zeus; y que todos participen de ellas; porque si participan de ellas solo unos pocos,
como ocurre con las demás artes, jamás habrá ciudades. Además, establecerás en mi nombre
esta ley: Que todo aquel que sea incapaz de participar del pudor y de la justicia sea eliminado,
como una peste, de la ciudad''.
PLATÓN: Protágoras
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ACTIVIDADES SOBRE EL TEXTO 1
1) Resume el texto.
3) ¿Qué significado tiene que el ser humano quedara sin equipar, desnudo, sin calzado, sin
abrigo e inerme?
Genie tenía un defecto de cadera de nacimiento que le impidió aprender a andar bien, y :su
padre le pegaba a menudo. Cuando Genie tenía veinte meses parece ser que el padre decidió
que era retrasada y 'la encerró' en una habitación con las cortinas corridas y la puerta cerrada
con llave. Permaneció en dicha habitación durante los siguientes nueve años, y sólo veía a los
otros miembros de la familia cuando le traían la comida. A Genie no se le enseñó a asearse, y
estuvo parte del tiempo atada, desnuda a una sillita de niño. A veces, de noche, la soltaban,
pero sólo para meterla en una prenda represora, un saco de dormir en el que sus brazos
quedaban inmovilizados. Así atada, la metían en una cuna con una malla metálica a los lados y
una manta de red por encima. De algún modo consiguió, en estas tremendas circunstancias,
soportar el paso de las horas, los días y los años. Apenas si tuvo oportunidad de escuchar
alguna conversación entre los otros miembros de la casa, Si intentaba hacer algún ruido o
llamar la atención, su padre le pegaba. Éste no le habló nunca, y ladraba o emitía ruidos de
animales si ella hacía algo que le molestaba. Carecía de juguetes propios de su edad o de otros
objetos con los que ocupar su tiempo.
En 1970 su madre escapó de la casa, llevándose a Genie con ella. La situación de la niña llegó
a oídos de un trabajador social y la niña fue ingresada en la sala de rehabilitación de un
hospital infantil. Cuando llegó al hospital no podía mantenerse en posición erecta, correr,
saltar o trepar, y sólo era capaz de andar arrastrando torpemente los pies. Un psiquiatra la
describió como 'no socializada, primitiva, apenas humana'. .Sin embargo, una vez en la sala de
rehabilitación Genie hizo progresos relativamente rápidos. Aprendió a comer normalmente y a
asearse, y accedió a vestir como los demás niños. Pero permanecía callada casi todo el tiempo
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(...) fue desarrollando gradualmente un vocabulario bastante amplio, suficiente para emitir un
número limitado de frases elementales. Pero su dominio del lenguaje nunca progresó más allá
del de un niño de tres o cuatro años.
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