Reseña - El - Hombre - en - Busca - de - Sentido
Reseña - El - Hombre - en - Busca - de - Sentido
Reseña - El - Hombre - en - Busca - de - Sentido
Es el segundo libro que doy lectura de manera formal, en este proceso quiero compartir cómo ha
sido mi nuevo hábito de manera muy personal.
Deseo empezar con ello ya que para mi persona ha significado un antes y un después el hábito de
la lectura. Hace unos días leí en redes sociales que una persona puede inspirarte hacer muchas
cosas para bien o para mal, y en ese momento pude reflexionar y compartir ese sentir, claro que lo
lleve a una realidad personal, referente a mi nuevo hábito de la lectura y en definitiva, existió una
persona clave para el comienzo de este hábito tan saludable, sin duda agradezco a este ser humano
que impulso y motivo mis pocas ganas de la lectura, y gracias a ello puedo decir que culmine la
lectura de dos grandes libros.
Al principio podía sentir mucha frustración y vergüenza por tener 24 años de edad y no poder
expresar que en mi vida había leído un libro, pero creo firmemente que todo tiene su momento y que
las personas pasan por nuestras vidas por alguna razón, y que tanto es el cambio que podemos
lograr en cada uno de ellas, así que así fue como comencé con una simple y muy perseverante
invitación a la lectura.
El escritor y psiquiatra Viktor relata su experiencia personal y su vivencia en los pequeños campos
de concentración donde se llevaron a cabo los extensos exterminios.
La familia de Viktor lo cubría con un gratísimo, afectuoso y sereno ambiente familiar de origen judío.
Al ambiente lo acompañó una feliz boda con Tilly Grossner en diciembre de 1941.
Pero la invasión nazi provoco una aguda agitación social y política entre los judíos. Lo cual la familia
Frankl comenzó a buscar una solución ante el encarcelamiento, confinamiento y la deportación.
En la desesperación por salir el hermano de Viktor intentó hacer una salida a Italia como refugiado
político, pero fue descubierto y lo confinaron a él y a su familia en el campo de Auschwitz y allí
murieron. La hermana logró escapar a Australia. Mientras que Viktor logró conseguir un avisado para
emigrar a los Estados Unidos con ciertos beneficios, el primero era eludir a la persecución nazi,
segundo le brindaban oportunidad de desarrollar y defender sus teorías psiquiátricas, pero los padres
no lograron conseguir una documentación de garantía para no correr el riesgo inminente de ser
encarcelados o deportados, personas grandes y sin la ayuda de sus hijos, quedarían desvalidos.
La difícil situación dejaba al psiquiatra entre sus padres y su esperanzadora carrera en Estados
Unidos con su recién matrimonio.
Al sentir esa desesperación por encontrar una respuesta, decide salir a caminar y llega al templo de
San Esteban donde sintió una paz y decidió permanecer ahí durante aproximadamente una hora, al
regresar a su casa y con una pesadumbre se encuentra con una pieza de mármol donde pregunta a
su padre: ¿Qué es esto?, es un pedazo de mármol es una parte de las tablas de los mandamientos,
porque solo existe un mandamiento que lo lleva como inicial, y Viktor pregunta ¿cuál es su
significado? el cual su padre respondió “Honra a tu padre y madre, para que vivas por mucho tiempo
en la tierra”, en ese momento Viktor supo cuál sería su decisión, el quedarse en su casa con sus
padres.
El psiquiatra se separó de su mujer Tilly en Auschwitz, de su madre en el campo de Theresienstadt,
y presenció la muerte de su padre de 81 años por edema pulmonar.
Y es aquí donde empieza su experiencia personal en los campos:
1ra fase: Internamiento en el campo, cuenta cuando se hablaba de traslados a otros campos aunque
todos sabían que iban directo a la cámara de gas. El pensamiento de las víctimas era mantenerse
con vida para regresar con vida a sus familias y conocidos.
En vagones de 80 viajaban 1500 personas con un respiradero, haciéndolos creer que irían a una
fábrica de municiones donde deberían trabajar, pero uno de los prisioneros logró observar por la
ventana el nombre de auschwitz, lo cual sabían que significaba cámara de gas, campos de
concentración, hornos crematorios.
Al llegar se daba la primera selección en dos filas la de la derecha que representaba los trabajos
forzados y la de la izquierda la cual representaba la muerte, en las horas siguientes el 90% fue
ejecutado.
Al estar en la fila se les pedía que se despojarán de todas su pertenencia a excepción de los zapatos,
Frankl intenta ocultar su manuscrito en el que contiene su obra de la vida, pero le fue imposible.
2da fase: La vida en el campo, se caracterizaba por la muerte emocional (apatía entre los
prisioneros), una repugnancia y gran frialdad que los rodeaba el hielo, fango, excrementos, así como
los sentimientos de asco, piedad y horror lo cual Viktor ya no podía sentir.
La apatía, adormecimiento de las emociones y el sentimiento que a ellos ya no les importaría nada
de nada era innecesario por su mecanismo de defensa frente al dolor.
Durante la estancia en el campo, solo se comía una vez, un trozo de pan, una sopa, lo cual llevaba
a los prisioneros a tener un instinto primitivo de conseguir más alimentos.
Ciertos prisioneros sentían la necesidad de su vida espiritual lo cual buscaban ciertos rincones para
poder hacer oración. (Las personas con esta necesidad resistieron mejor en el campo al aislarse del
entorno y retrotraerse a su vida anterior y libertad espiritual).
Cuando todo se había perdido solo quedaba el amor, algunos prisioneros se aferraban a la imagen
de sus esposas, hijos, o de la persona que más amaban. “El amor es la meta última y más alta a la
que puede aspirar el hombre”.
Muchos de los prisioneros se refugiaban en sus seres amados, presentían a sus seres a un lado de
ellos, imaginaban una charla, una risa o la simple vista y con ello podían sonreír mientras caminaban
a sus arduas tareas dentro del campo.
La irritabilidad era un sentimiento constante entre tantos golpes, gritos y los impulsos hacia la
violencia, había aumentado.
Viktor hace referencia que desde su experiencia dentro de un campo se demuestra que el hombre
tiene capacidad de elección como un atributo humano, y la última de las libertades humanas es la
elección de la actitud personal, ante un conjunto de circunstancias para decidir su propio camino.
La libertad espiritual es lo que no se puede arrebatar y con ello hace que la vida tenga sentido y
propósito. Sin el sufrimiento, el destino y la muerte la vida no sería completa.
El prisionero que perdía la fe en el futuro estaba condenado, se abandonaba decaía y se convertía
en el aniquilamiento físico y mental.
¿Tiene algún sentido todo este sufrimiento? ¿Todas estas muertes?, eran las preguntas que se hacía
Frankl, el modo en que el hombre acepta su destino y todo lo que en él conlleva añade a su vida un
sentido más profundo.
La pregunta más difícil era ¿Cuál es el sentido de la vida?, el cual dice que tenemos que aprender
por nosotros mismos y luego enseñar a los desesperados que en realidad no importa que no
esperemos nada de la vida sino más bien ¿Qué espera la vida de nosotros?.
Tenemos que dejar de cuestionarnos por el significado de la vida y en vez de ello pensar en nosotros,
como en seres a quienes la vida les impidiera continuar incesantemente, lo cual nuestra respuesta
debe ser en conducta y no en palabras.
Pero los cuestionamiento de Viktor seguían, y él no concebía que los encargados de los campos de
concentración es decir hombres de carne y huesos pudieran tratar a sus semejantes de una manera
tan inhumana y brutal. Había algunos sádicos, y que precisamente por ello eran seleccionados, así
como los individuos más brutales y egoístas (selección negativa), pero además los sentimientos de
estas personas se veían embotados por años en métodos brutales. Eran muy escasos los guardias
que sentían lástima por los prisioneros tal fue el caso, de un comandante de la S.S. que había
comprado medicinas para algunos prisioneros gastando cantidades nada despreciables en ello.
Así es como Viktor saca la consecuencia de que existen dos razas de hombres en el mundo, la de
los hombres decentes y la de los indecentes, ambos se encuentran por doquier, clases sociales y
por todo el mundo.
3ra fase: Después de la liberación, el psiquiatra quiso analizar cómo era la psicología del prisionero
que ha sido liberado, relato sobre la mañana que lograron ver la bandera blanca, aun después de
largos días de tensión y desesperación.
Al estado de ansiedad anterior siguió una relajación total, pero relata que estaban locos de alegría
algunos se arrastraron hasta la puerta gritando “Somos libres”, vieron los prados de flores pero no
despertaba ningún sentimiento en ellos.
Cuando iban de regreso a los barracones, un hombre le pregunta a otro:
¿Estuviste hoy contento?
Gracias…