Capítulo 1
Capítulo 1
Capítulo 1
«Poco a poco los iré matando, no se merecen vivir. Gente como ustedes son un
cáncer que contamina nuestro mundo. Yo seré el que cure ese cáncer. Los mataré
uno a uno de la manera más dolorosa que encuentre.
Mike, Bull G, Paul, H, Ana, Maño sky, Dimitry, Samuel y M. Jay.
Sé quiénes son, se dónde viven, también sé lo que han hecho.
Cuando empiece, lamentaran haber nacido.
Capítulo 1
Mike desconcertado abrió el sobre misterioso, al leer el contenido, miro a los sus
amigos, supo entonces que era víctima de una broma de mal gusto.
Caminó hacia donde estaban reunidos, colocó y abrió el papel en la mitad de la
mesa.
—Podré estar muy tomado, pero a mí no me van a hacer coger miedo con ese
papel —dijo seguro de si—, quien es el malparido, con eso no se juega.
Todos quedaron confundidos mirando a Mike y al pedazo de papel puesto en la
mesa.
—¿Bro que te pasa? —preguntó Paul.
—¿Fuiste tu cierto? —concluyó Mike indignado—. Esos juegos pesados déjalos,
vas a tener problemas conmigo.
—Te juro bro que no sé de qué me estás hablando.
—Del papel ese —dijo Mike señalando la mesa.
Paul estiró el brazo y tomó el papel y empezó a leer, los demás no le dieron
importancia y siguieron hablando de la canción de Elh “viaje a las estrellas”.
Mientras que Mike se fue a la nevera a tomar agua.
Cuando Paul terminó de leer la carta, el semblante le cambió, ahora parecía
preocupado.
Se levantó y se acercó discretamente a Mike.
—¿Quién te trajo esto? —le preguntó en un tono bajo, casi susurrando.
—Un tipo que tenia el morral ese de los rappi —respondió igual de bajo.
—Bro yo sé que tengo unos juegos pesados, pero te juro que esto no lo envié yo
—dijo—, esto da miedo marica.
—¿Entonces quien lo envió?
—¿El del domicilio no te dijo quien lo enviaba?
—No, solo me dio el sobre diciendo que era para Mike y ya.
Ambos quedaron serios, mirando las caras por un momento. Y simultaneo sonaba
el tema nuevo del Elh “Dz una flor” y todos alrededor de la mesa empezaron a
cantar a todo pulmón. Bull G, H, Ana, Maño sky, Dimitry, Samuel y M. Jay.
Ignoraban por completo la situación de Mike y Paul. Alguien los había amenazado
de muerte. ¿Quién podría ser?
Capítulo 2
La noche trascurrió de manera normal para los demás, todos seguían igual de
contentos excepto Paul y Mike, quienes no dejaban de darle vueltas al asunto de
la amenaza misteriosa que habían recibido.
—Vamos a decirle a los pelaos —dijo Mike.
—Ya tu lo hiciste, no te prestaron atención —respondió Paul Irritado.
Ambos quedaron callados percatándose de que en realidad nadie les prestaría la
atención requerida para un problema tan serio.
—¿A ustedes que les pasa? —preguntó alguien desde el otro lado de la cocina.
Ambos miraron temerosos en dirección de la voz. Se percataron de que era H
quien les hacia la pregunta.
Tras no haber recibido repuesta H se acerco a ellos con calma.
—¿Qué les pasa? —preguntó una vez más.
—Bro un rappi tendero llegó con esa carta y se la entregó a Mike.
H la tomó curioso y acercándosela un poco a la cara para ver de forma clara.
Mientras esperaban que H terminara de leer la carta. Ana los observaba curiosa
de lo que lo que sea que estuviesen leyendo. Pero no se animaba a levantarse.
—Ustedes se poner a creer en esas vainas —dijo H regresando la carta—, alguien
quiere hacerles coger miedo y ustedes se cagan enseguida.
—Marica, pero conocen mi nombre —replicó Mike—, el vale dijo cuando llegó ahí
a la puerta dijo que era para Mike.
—De seguro es Dimitry que se pone con esas vainas —dijo H con una sonrisa
viendo como la broma había logrado preocuparlos—. Olvídate de eso y vamos a
parcharnos un rato, relájate.
H rodeo con su brazo a Mike y lo guió hacia el resto de sus amigos para continuar
con la fiesta y así olvidara el mal rato que estaba pasando.
Poco rato después Mike estaba riendo como si nada malo hubiese pasado,
aunque Paul le quedaba el sin sabor de la problemática de igual forma se fue a
gozar con el resto de sus amigos igual que Mike, pero sin sacar de su cabeza la
realidad de que alguien los había amenazado y no había forma si era real o falsa,
o sí. El tiempo, el tiempo proporcionaría la respuesta.
Al día siguiente, M. Jay fue la primera en despertar. Miró a su alrededor y notó que
todos los muchachos estaban acostados en el cuarto, tres en una sola cama, no
lograba distinguir quien era quien. Se puso de pie y caminó tambaleándose hasta
el baño de la habitación.
Se miró en el espejo intentando divisar su rostro, mojó sus manos las sacudió un
poco y las posó en el rostro. Para intentar refrescarse.
Un papel arrugado al lado del lava manos le llamó la atención, lo tomó, lo
desenvolvió y empezó a leerlo.
Varias cosas pasaron por su cabeza, es una broma es real. Luego el reflejo de
alguien se dibujó en el espejo y se quitó rápidamente. M.Jay se asustó a ver el
brusco movimiento, se dirigió a la puerta con cautela, temerosa de lo que pudiera
pasar.
De repente Dimitry apareció enfrente de M.jay a lo cual esta pegó un grito de susto
que espentó a todos en el cuarto.
Dimitri desconcertado por el tremendo susto que causó en su novia, empezó a
reír, no era lo que estaba buscando. Pero la cara de la inocente se prestaba para
un buen chiste que tardaría días en superar.
—Me asustaste amor —dijo M.Jay indignada.
—Tu eres demasiado nerviosa —respondió Dimitri sonriendo y abriendo los
brazos para abrazarla.
Despues de eso, M.Jay volvió a arrugar el papel y lo metió en la parte trasera de
su bolsillo, ingeniándosela para que su novio no la viera.
Capítulo 4
Después de las palabras de H nadie más dijo nada, se quedaron los tres callados.
Imaginando escenarios posibles e imposibles.
¿En qué lugar se podría meter alguien para no dar señales de vida?
Capítulo 5
Poco rato después que samuel se había tranquilazado un poco, llegan Mike y
Paul, traían en la mano un balón de baloncesto, saludaron con animo a todos los
presentes.
—Pelaos de casualidad ustedes saben algo de Ana —preguntó Dimitry.
Mike y Paul se vieron a ver si alguno sabia algo y ambos negaron al tiempo.
—¿Por qué? —preguntó Mike.
—No aparece desde el día que tomaron aquí en la casa —respondió samuel.
Mike y Paul se vieron mutuamente, en el fondo sospecharon de lo que habían
leído en la carta.
Después de un rato Samuel se levantó del sofá, se estiró miro para todos lados
como intentando pensar por todo…
—Me voy muchachos, si algo me avisan para quedar mas tranquilo.
Luego Salió sin decir mas nada con la vista hacia el piso.
Mientras tanto nadie sabía nada de Ana, nadie sabia nada de ella, ni de su familia.
Samuel regresó a su casa aún más preocupado de cómo había salido. Su amiga
podría estar en algún lugar sola, quizás en peligro, pero no sabía cómo empezar a
buscar.
“Ana por favor responde el celular, van muchos días que no se nada de ti” fue el
mensaje que dejó Samuel poco después de llegar a su casa.
Capítulo 6
Por la noche, cuando Mike y Paul decidieron irse a casa. No pudo evitar salir el
tema a la luz.
—¿Bro será que tuvo que ver en algo la carta que recibimos el día ese? —dijo
Mike.
—No sé, pero deja de pensar en eso —respondió Paul fastidiado.
—Pero dime si no te parece raro —dijo Mike seguro de lo que decía—, recibimos
la carta y al dia siguiente se desaparece Ana. Eso es mucha coincidencia.
Paul no dijo nada de inmediato, sabia que en el fondo Mike tenía algo de razón,
nadie desaparece de la nada y no deja rastro que seguir.
—¿Aun tienes la carta? —dijo por fin Paul.
—No, yo pensé que la tenías tu.
Ambos se miraron horrorizados, no tener la carta en su poder significaba que no
controlaban el flujo de información desde el momento que llegó la carta a sus
vidas o cualquiera que intentara asustarlos con algo tan siniestro como querer
matarlos.
—Loco, tenemos que encontrar la carta —dijo Paul— imagínate si samuel lee eso.
Ahí si se paniquea y que hacemos después si se lo dice a la polocia, y depues
aparece ana camos a quedar como unos payasos.
—Marica aun asi esta situación me da hasta miedo, y si es verdad y va y nos
hacen algo —dijo resignado—¿Cómo hacemos después?
—Todavia sigues creyendo eso —replicó fastidiado—. Es mentira eso, nosotros no
nos metemos con nadie, y ninguno de los pelaos sabe de eso. Es mas entre
alunos de ellos está la broma. Y como te dije —continuo— Ana debe estar por ahí
recochado.
Por la noche del mismo dia en el que todo se empezaba a destapar. Quedaron en
reunirse en un sitio Dimitri, M. Jay y Maño sky. Los tres amigos desde la infancia,
tenían tanto tiempo sin hacer la salidas juntos.
Apenas se sentaron a la mesa, Dimitry preguntó.
—Ey ustedes saben algo de Ana —dijo— Samuel llegó esta mañana preocupado
por que Ana no aparecía.
—Yo no se nada de ella, la ultima vez que la vi fue en la reunioncita que hicimos
ahí en Marcella —dijo Maño sky.
—¿Y a los papas tampoco saben nada de ella? —preguntó
—no según samuel se persieron también, nadie sabe nada de ellos.
—Como asi se perdieron todos a la vez —dijo maño Sky— eso tiene que estar de
paseo.
No se mensionó nada mas en la al respecto del tema, prosiguieron a terminar de
comer, y regresaron a casa junto. M.Jay dejó a los dos en la casa de Dimitry esa
noche Maño Sky pasaría la coche en casa de su amigo…
Maño sky
Como de costumbre se levantaba muy temprano para alistarse para el trabajo, aun
no entraba a clases pero trabajaba de vez en cuando como chofer.
Cuando estaba montado en el carro listo para iniciar a trabajar se dio cuenta de un
sobre que tenia su nombre escrito con tinta roja.
Le pareció extraño, estaba abierto no lo habían sellado, sacó con delicadeza el
papel perfectamente doblado.
Al terminar de leer, trató de pensar que podría ser una broma de su patrona aun
asi, ella ignoraba muchas de las situaciones de su vida personal.
Sin dudarlo cuando estuvo presente su jefa Le hizo una pregunta que si ella había
dejado un carta en un sobre para el. Ella confundida negó.
—Eso es que tienes alguna nena por ahí enamorada —dijo la dulce señora sin
agregar mas.
Maño sky solo fingió la sonrisa, y empezó a preguntarse quién había sido capaz
de entrar a su casa dejar una carta en el carro que estaba cerrado y saliera.
Una sensación extraña experimentó en su cuerpo, y no era nada bueno.
M. Jay
Cuando apenas estaba empezando el día para el resto del mundo. M. Jay llegaba
a su casa empapada en sudor, ella acostumbraba a salir de madrugada a hacer
un poco de ejercicio.
Poco antes de entrar a la casa escucho a alguien detrás de ella decir.
—Señorita M. Jay tengo algo para usted.
Al escuchar eso, ella giró de una manera brusca pues tuvo el presentimiento de
que aquella persona no quería nada bueno.
Luego de reconocer a la persona se tranquilizó, era uno de los vecinos que la
miraba con una mirada dulce y con un sobre extendido hacia ella.
—¿Qué es eso? —Preguntó confundida.
—No sabría decirle, parce una carta —respondió el buen vecino—, un mensajero
lo trajo dijo que era para usted, me pidió el favor de que se lo entregara.
Ella agradeció y entró a su casa, el sobre tenia en letras negras y en una caligrafía
muy bonita su nombre.
Intentó abrirlo, pero al intentarlo se dio cuenta de que estaba muy bien sellado, lo
cual procedió a romper el sobre por uno de los extremos cuidando no dañar el
contenido.
De título tenia, Le dije que pagarían y no los he olvidado.
Al leer esto, de inmediato M. jay tuvo una leve idea de lo que era o a hacia donde
iba, leyó el contenido y se dejó caer en el sofá que estaba cerca de ella en ese
momento.
M.Jay empezó a tener sospecha que aquello del sobre que encontró arrugado en
el lava manos de la noche en la que estuvieron todos reunidos. Tenía algo que ver
con la carta que acababa de recibir.
Capítulo 9
Bull G, Paul, Mike
Un poco mas adelante te toparon con tres muchachas, se acercaron a ellos con
intenciones de hablarle. Ellos se dieron con el codo cuando notaron las
intenciones de las muchachas.
Cuando estuvieron cerca cada una de las muchachas le entregó un sobre a cada
uno de los muchachos. En el cual estaba el nombre correspondiente a cada uno
que lo entregaba.
Los tres se quedaron sorprendidos, demás extrañados pues las chicas le entregar
los sobres y siguieron sus caminos como si no les importara mucho.
Bull G se empezó a sonreír. En cambio, Paul y Mike se quedaron como
paralizados pues la experiencia que tenían con los sobres anteriores les causaba
terror.
Bull G abrió el sobre lo leyó y dejó de sonreír.
—Ey loco mira esa locura —dijo Bull G
Mike y Paul leyeron la carta de de ellos también luego leyeron la carta de Bull g y
se quedaron horrorizados, mientras que Bull g se reia de una manera nerviosa.
Capítulo 10
Samuel, H
En la noche, muy tarde. H estaba escuchando uno de los temas que estaba por
lanzar. Un numero no registrado lo estaba llamando al móvil. Él lo ignoró, una vez
más llamó entró la llamada del numero desconocido. El decidió contestar. Pero
nadie contestó de inmediato.
—¿Con quien hablo? —preguntó H.
—H soy yo samuel, quería preguntarte si no sabias nada de Ana
—No, no se nada de ella.
—Tu sabes si los pelaos se encontraron con ella.
—¿De que pelaos me hablas?
—De tus amigos, Paul, Mike y Bull G —dijo Samuel.
—¿No sé, por que no le preguntas a ellos mismos?
—¿Bro que piensas tú de ellos?
—¿Como asi?
Después Samuel no dijo mas nada y colgó. H quedó desconcertado, no sabia que
pensar. Quiso llamar para atrás para corroborar de que todo estuviera bien con el
perno se arrepintió se dijo para sí mismo que no tenia tiempo.
Cuando dejó el celular escucho voces del otro lado de la puerta, abrió y allí
estaban Bull G, Paul y Mike. Que apenas vieron a H se quedaron como
paralizados. Como si los hubiese asustado.
—¿Que les pasa a ustedes? —Preguntó H
—todos se vieron las caras, pero negaron con la cabeza y entraron al estudio a
seguir escuchando lo del H.
Muy en el fondo H empezó a pensar que algo pasaba, primero Samuel y ahora los
muchachos. ¿Qué está pasando? Se preguntó.
Capítulo 11
Cuando habían ensayado con H. Paul, Mike y Bull G se excusaron que tenían que
hacer algo y por eso no se quedaban otro rato mas.
—Ustedes están bien raros marica —dijo H—, en que vuelta rara anda metidos.
Nadie dijo nada, y salieron dejando a H con dudas acerca de la situación.
Bull G miraba a Paul pues pensaba que le estaban tomando del pelo. Pero paul
seguía sin mostrar gesto alguno.
—Pero como asi que nos amenazó a todos —preguntó Bull G.
—Si, disque nosotros hicimos algo malo y que nos haría pagar —dijo Mike
mirando el piso—. Lo malo es que yo esa noche perdí la carta.
—Ey se dieron cuenta que tenemos la misma carta, ósea las mismas cosas
escritas —dijo Paul intentando resolver el Enigma—, lo que variaba era en el
nombre en el sobre.
Ambos buscaron sus cartas y empezaron a verificar. Paul sacó la su carta también
y las juntó con el resto de las hojas.
Y se percató de que eran exactamente igual, pero echas a manos. Pero tan bien
copiadas que parecían unas copias.
—Marica la carta tienes que acordarte donde está, hay que verificar si también son
como esta —dijo Paul con ánimo en sus palabras—. Eso si, no le digan a ninguno
de los pelaos para que no se alerten o cojan pánico, que la cosa quede entre los
tres hasta que encontremos la carta esa, además todos quietos en sus casas.
Mañana volvemos a Marcella a ver si la carta quedó allá.
M. Jay inquieta por lo que estaba pasando con el tema de las cartas extrañas.
Desesperada pues era algo terrible si esas cosas fueran reales, llamó a su novio
Dimitry para contarle las cosas que estaban pasando, estaba con el celular
apagado.
De inmediato se pudo cambio de ropa y se puso en marcha para casa de su novio.
Mientras andaba no dejaba de pensar en las cosas malas que pasarían, se
empezó a preocupar de una manera abrumadora. Llegó a pensar que Dimitri no
respondía porque había una probabilidad de que le hubiese sucedido algo malo.
Entonces piso el acelerador pues temía que estuviese pasando lo peor.
Cuando por fin llegó a casa de Dimitry encontró a H en la sala escuchando una de
sus canciones.
—¿Dimitry está? —dijo tratando de tranquilizarse.
—Si debe seguir dormido —respondió H.
Subió las escaleras rápido, sintió mucho alivio cundo lo vio sentado al borde la
cama, al pareceré acabado de despertar.
—me tenias preocupada, no me respondías el celular —se desahogó—. Estarán
pasando cosas raras. La desaparición extraña de Ana, he encontrado el otro día
encontré una carta rara en el baño. Además, llegaron a mi casa también con una
carta parecida.
—¿Espérate como que fueron a tu casa?
—Si, no se quien sea, pero nos conoce a todos, y dice que hicimos cosas malas
—dijo ya perdiendo los estribos—, que nos va hacer sufrir a todos.
De pronto, un estruendoso golpe reventó la puerta, entró Moña Sky con un papel
en la mano.
—Negro lee esto— dijo agitado.
Dimitry tomo el papel, y empezó a leer. Después de terminar, le pasó la hoja a M.
Jay. Ella notó que era el mismo tipo de carta.
Pronto supieron que lo que estaba sucediendo no era para nada coincidencia.
Después de relacionar los puntos M Jay dice en voz alta.
—Quizas por eso que hicieron los pelaos nos estaba buscando a todos, quizás
piensan que nosotros somos complices.
Todos se quedaron callados mirándose unos a otros sin saber que decir.
Capítulo 13
Samuel, H
Un poco mas en la tarde, samuel un poco desaliñado sujetando con una liga su
cabello largo. Llego a casa de H traía en la mano un pesado de papel muy bien
doblado. Entró a la casa y subió directo hacia el estudio del H.
El estaba recostado con unos audífonos puestos escuchando música, samuel le
toco el hombro. H se sorprendió al ver a samuel en el estudio sin previo aviso.
—Disculpa bro que entre a tu casa así, sin avisar ni nada —dijo samuel un poco
agitado—, lo que pasa es que estoy muy preocupado.
—¿Por qué, que pasa?
—Toma lee esto, la verdad no se que pensar ni que hacer.
H se dispuso a leer, no supo qué decir de inmediato. Solo intentaba entender que
estaba pasando.
—Esa carta me llegó ayer a la casa, por eso te llamé, pero no quise decirte nada
por teléfono porque no sabie si estabas con los pelaos —concluyó samuel.
—Pero, ¿quién te envió eso?
—¿No lo sé, pero tu que opinas?
—No sé, pero ese es un tema muy delicado —dijo H—, como sabemos que la
persona que te envió eso no está mintiendo.
—Pues no lo sé por eso vine a ti, para que me ayudaras con ese tema —dijo
samuel apunto de llorar por la desesperación—, se desaparece Ana y de repente
me llega esta carta. No puede ser mucha coincidencia. No se. Pero yo me creo
todo lo que dice ese papel.
Capítulo 14