OMI 1.14 - Unidad IV
OMI 1.14 - Unidad IV
OMI 1.14 - Unidad IV
HEMORRAGIAS
Causas:
• Externa
• Interna
La característica que presenta este tipo de hemorragia, depende del tipo de vaso
sanguíneo que está sangrando.
Se divide en:
B. Hemorragia Venosa: Las venas llevan sangre de los órganos hacia el corazón; las
hemorragias venosas se caracterizan porque la sangre es de color rojo oscuro y su
salida es continua, de escasa o de abundante cantidad.
Acueste a la víctima.
Colóquese guantes desechables de látex.
Descubra el sitio de la lesión para valorar el tipo de hemorragia ya que ésta no es
siempre visible; puede estar oculta por la ropa o por la posición de la víctima.
Para identificar el tipo de hemorragia seque la herida con una tela limpia gasa o
apósito.
El control de estas hemorragias va a depender del tipo de vaso sanguíneo que sangra, del
volumen y rapidez con que sale la sangre y de los elementos que se dispongan para prestar los
primeros auxilios.
b) Comprima la herida con un apósito, paño limpio o toalla, etc. durante dos o cinco
minutos, luego colocar un vendaje compresivo.
Si no hay apósitos o paños limpios, aplique compresión con sus dedos sobre la
arteria sangrante. En todos los casos, al tratar de detener una hemorragia, hay
que protegerse de alguna infección que pueda portar la víctima (Hepatitis, SIDA,
etc.), usando guantes o plásticos.
b) Eleve la extremidad sobre el nivel del cuerpo del lesionado, que debe estar
horizontal (posición de shock).
Hay varios puntos de presión sobre el trayecto de las arterias que abastecen de sangre a
las diferentes partes del cuerpo.
Ejemplo: Carótidas, temporal, facial, femoral, humeral. Son los lugares en los cuales las
arterias pasan cerca de la superficie de la piel, que al ser presionados con los dedos, se
interrumpe la circulación del sector, deteniendo la hemorragia.
Se debe utilizar como ÚLTIMO recurso, debido a las enormes y graves consecuencias que
trae su utilización y está reservado sólo a los casos donde la hemorragia es tan grave que los
métodos anteriores han fallado, como una amputación, donde deberá ser el primer paso para el
control efectivo de la hemorragia (la vida del paciente está siendo amenazada por el riesgo de
necrosis o gangrena).
• Utilice una venda triangular doblada o una banda de tela de por lo menos 4 cm. de
ancho. (No utilice vendas estrechas, cuerdas o alambres).
• Coloque una vara corta y fuerte. Haga dos nudos más sobre la vara.
Las hemorragias internas pueden ser causadas por contusiones, fracturas cerradas,
aplastamiento, caídas de altura, heridas punzantes y por algunas enfermedades.
Hay salida de sangre infiltrándose hacia los tejidos, dando formación a los hematomas
gigantes (fracturas, contusiones) o salida de sangre a las cavidades del tórax o abdomen (ruptura
pulmonar, etc.), como asimismo al interior de sistemas como el digestivo (hematemesis),
urinario (hematuria), respiratorio (hemoptisis). No se visualiza pérdida sanguínea.
Por ejemplo: Un fémur fracturado en su diáfisis puede provocar una pérdida interna de
un litro de sangre. La laceración del hígado o del bazo puede dar como resultado una severa,
rápida y fatal pérdida de sangre (2.5 litros).
• El paciente tose sangre de un color rojo brillante, vomita sangre de color oscuro (del
color del café).
• Hematomas en el cuello.
• Fractura (con especial énfasis en la pelvis y los huesos largos del brazo o del muslo y
costillas).
• Abríguela.
• NO le dé nada de tomar.
Algunas hemorragias que se presentan en zonas especiales del cuerpo humano requieren
un manejo algo distinto, por lo que a continuación se enuncian esas particularidades.
Cara y cráneo:
• Presionar sobre el tabique de la nariz con los dedos índice y pulgar. Esto permite
obstruir la arteria principal que irriga la nariz.
• Transportar de inmediato.