Manual de Extincion de Incendios Forestales para Cuadrillas
Manual de Extincion de Incendios Forestales para Cuadrillas
Manual de Extincion de Incendios Forestales para Cuadrillas
DE INCENDIOS FORESTALES
PARA CUADRILLAS
MANUAL DE EXTINCIÓN
DE INCENDIOS FORESTALES
PARA CUADRILLAS
MANUAL DE EXTINCIÓN
DE INCENDIOS FORESTALES
PARA CUADRILLAS
Coordinación y textos:
Rubén Santos Becerro, Víctor Fernández Huertas, Enrique Rey van den Bercken y Julio
Esteban Inés. Centro para la Defensa contra el Fuego (CDF), Consejería de Fomento y
Medio Ambiente.
Dibujos:
Víctor Fernández Huertas. Centro para la Defensa contra el Fuego (CDF), Consejería de
Fomento y Medio Ambiente.
Fotografías:
Banco de imágenes del Centro para la Defensa contra el Fuego (CDF), incluye fotografías
tomadas por personal del operativo de lucha contra incendios forestales de Castilla y León.
La figura 31 corresponde a fotografía realizada por la BRIF de Tabuyo del monte,
MAGRAMA-Tragsa.
Imprenta SORLES
León
ÍNDICE
PRESENTACIÓN................................................................................................ 9
INTRODUCCIÓN .............................................................................................. 11
1. CONCEPTOS GENERALES EN EL TRABAJO DE INCENDIOS
FORESTALES .............................................................................................. 13
1.1. Principios físicos ........................................................................ 13
1.2. Definiciones básicas.................................................................... 15
1.3. Etapas de la extinción ................................................................ 18
1.4. Acciones básicas y métodos de trabajo ........................................ 19
2. EL OPERATIVO DE LUCHA CONTRA INCENDIOS FORESTALES
DE CASTILLA Y LEÓN ................................................................................ 21
2.1. Estructura del Operativo............................................................. 21
2.2. Organización de la cuadrilla ....................................................... 23
2.3. Aviso de salida y desplazamiento al incendio ............................... 24
2.4. Llegada al incendio en un primer ataque ..................................... 26
2.5. Llegada al incendio en un ataque ampliado.................................. 29
2.6. Trabajo durante el incendio ........................................................ 29
3. COMPORTAMIENTO DEL INCENDIO .......................................................... 33
3.1. Comportamiento actual del incendio............................................ 33
3.2. Análisis del combustible ............................................................. 35
3.3. Análisis de la topografía ............................................................. 37
3.4. Análisis de la meteorología ......................................................... 38
4. SEGURIDAD Y PREVENCIÓN DE RIESGOS............................................... 43
4.1. Protocolo OACEL....................................................................... 44
4.2. Escenario más común de accidentes graves por atrapamiento
de fuego ..................................................................................... 48
4.3. Normas de seguridad y situaciones de riesgo................................ 48
4.4. Otros riesgos ligados al trabajo ................................................... 50
4.5. El Equipo de Protección Individual (EPI).................................... 53
5. HERRAMIENTAS MANUALES ................................................................... 61
5.1. Descripción y uso........................................................................ 61
5.2. Afilado y mantenimiento............................................................. 69
6. TRABAJOS................................................................................................... 73
6.1. Trabajos de extinción ................................................................. 73
6.2. Trabajos de liquidación y vigilancia activa................................... 84
7. COMUNICACIONES..................................................................................... 89
7.1. Canales y modalidades de comunicación ...................................... 90
7.2. Utilización de los equipos ........................................................... 91
7.3. Disciplina en radiocomunicaciones .............................................. 93
INFORMACIÓN DE INTERÉS .......................................................................... 97
PRESENTACIÓN
Conocer los principios que dominan la física del fuego nos ayudará a enten-
der y prever su comportamiento. Asimismo hay una serie de conceptos que es preciso
definir. En este capítulo se abordan los siguientes contenidos:
» ¿Cómo se produce el fuego? Principios físicos.
» ¿Cómo se transmite? Formas de propagación del calor.
» ¿Cómo se apaga el fuego? Acciones básicas para extinguir.
» ¿Dónde se apaga? Métodos de trabajo.
Figuras 2 y 3.
Incendios transmitidos fundamentalmente por radiación y por convección
Figura 4.
Propagación por pavesas
Figura 6.
Camino que constituye una barrera existente y forma parte de la línea de control
Figura 7.
Línea de control integrada por distintos tipos de barreras existentes
Figura 9.
Zona con claro potencial de retorno
Figura 10.
Etapas de la extinción de un incendio
1.4. ACCIONES báSICAS y MéTODOS DE TRAbAjO
Cualquier trabajo de extinción se basa en la actuación sobre uno o varios de
los lados del triángulo del fuego para romper su equilibrio:
» Sobre el combustible: ELIMINACIÓN de la vegetación con herramientas
manuales, mecánicas o con tractores, normalmente bulldozer.
» Sobre el calor: ENFRIAMIENTO para reducir el calor transmitido me-
diante la aplicación de agua o tierra sobre el combustible, que es donde
se produce la reacción de combustión.
» Sobre el oxígeno: SOFOCACIÓN con batefuegos, tierra, vapor de agua o
espuma que desplazan o aíslan momentáneamente el oxígeno e interrum-
pen la combustión.
Los métodos de ataque definen el lugar en el que se ejecutan estas acciones:
Ataque directo
Se llama así al trabajo que se realiza directamente sobre las llamas, donde se
está produciendo la reacción de combustión. Es más común aplicar acciones básicas
de enfriamiento o sofocación, aunque también puede eliminarse el combustible. En
general es un trabajo con menos riesgo, puesto que mantiene al trabajador junto a la
zona negra, que normalmente se considera un lugar seguro. Sin embargo su uso está
limitado por la intensidad del calor, que puede llegar a impedir la presencia de
personas junto al fuego. Con longitudes de llama superiores a 1,5 metros empieza a
ser impres- cindible el apoyo con medios aéreos, autobombas o bulldozer. Más allá
de 3,5 metros
Figura 11.
Ataque directo por enfriamiento y sofocación con mochila y batefuegos
el rendimiento de trabajo se hace muy lento incluso con estos apoyos. Si no se
elimina el combustible durante el trabajo, se requiere de una liquidación posterior, al
quedar el perímetro muy caliente y con alto riesgo de reproducciones.
Ataque indirecto
Por el contrario, este método consiste en trabajar a distancia del frente de lla-
mas. Son más comunes las acciones de eliminación del combustible, aunque también
pue- de aislarse del oxígeno por la aplicación de espumas, o enfriarse con agua antes
de que llegue el fuego. Permite trabajar cuando el calor, el humo o la velocidad del
fuego impiden el ataque directo. También se opta por este método cuando las
condiciones requieren de una liquidación en profundidad, dado que minimiza el riesgo
de reproducciones.
En la ejecución se debe prestar atención a los posibles saltos de fuego a la
línea de control establecida, que pueden condicionar el éxito de la actuación. Asimis-
mo, para el cumplimiento de los protocolos de seguridad se debe estar atento a las
zonas de combustible verde entre los trabajadores y el incendio.
Figuras 12 y 13.
Ataque indirecto por eliminación de combustible con herramienta manual y bulldozer
2
EL OPERATIVO DE LUCHA CONTRA
INCENDIOS FORESTALES DE
CASTILLA y LEÓN
Figura 14. Ejemplo de esquema de la estructura organizativa del Operativo en un incendio con dos sectores
El CPM mantiene comunicación con todos los medios que no se han enviado
a ningún incendio, les da instrucciones sobre tareas ordinarias o les envía a incendios
activos. Es, por tanto, el interlocutor habitual de la cuadrilla y ha de conocer su si-
tuación exacta y su grado de disponibilidad.
23
Una vez que la cuadrilla llega a un incendio, las instrucciones de trabajo par-
ten del PMA. La cadena de mando es lineal, por lo que cada trabajador solamente ha
de seguir las instrucciones de su responsable directo. Si se reciben instrucciones de
otra persona, han de ser contrastadas con el responsable asignado.
Figura 15.
Cuadrilla completa accediendo al incendio
mejor sepa hacer. Además, supervisa que el trabajo sea eficaz y se hace
tomando las medidas de seguridad necesarias.
» Cada peón de la cuadrilla realiza las tareas que le encomienda el
capataz (o técnico), y debe atender las responsabilidades que le hayan
asignado para con el resto de la cuadrilla: vigilancia, comunicación, dis-
tancias de seguridad, revisión del trabajo, etc.
Figuras 16 y 17.
Comunicación permanente de la cuadrilla con el CPM
Figura 20.
Reconocimiento del incendio
Figura 21.
Cuadrilla preparando las herramientas para el trabajo de extinción
Figura 22.
Capataz supervisando los trabajos
Intensidad
Viene determinada por la longitud de las llamas. Por encima de 1,5 metros
será difícil trabajar en ataque directo sin apoyo de autobombas o medios aéreos, y
por encima de 3,5 metros será prácticamente ineficaz incluso con apoyos.
34
Figura 23.
Factores relevantes para el reconocimiento del incendio
Velocidad
Es la distancia que avanza el fuego cada minuto. Es difícil de medir a golpe
de vista, pero puede calcularse viendo cuánto ha recorrido el fuego desde el inicio
y sabiendo a qué hora empezó. Conocer la velocidad permite decidir si se apaga a
suficiente velocidad o son necesarios medios de apoyo. Por encima de 10 metros por
minuto los incendios son muy difíciles de controlar.
Tipo de fuego
Lo determina la vegetación que está propagando el frente que nos afecta:
» Fuegos de suelo: sólo queman el combustible que hay sobre el suelo:
pasto, matorral, pequeños árboles y arbustos, etc., aunque haya arbolado
por arriba.
» Fuegos de copas: se propagan por las copas de los árboles. Suelen tener
un primer frente que quema las copas, y después se van quemando los
combustibles del suelo. Se producen en masas arboladas densas y en pre-
sencia de fuerte viento y/o pendiente.
35
Factor principal de
propagación
Es el factor que más influencia tiene en
cómo se está moviendo el incendio (viento, pen-
diente o combustible). Analizando el entorno po-
Figura 24.
dremos determinar si el incendio va a cambiar de Triángulo del comportamiento
factor principal y, por tanto, si va a modificar su
comportamiento.
hacernos una idea de los posibles cambios en el comportamiento. Una forma fácil y
simple de hacerlo es clasificando el combustible en tres grandes grupos:
» Pasto: suele arder con rapidez pero con baja intensidad.
» Matorral: también arde rápido, aunque menos que los pastos ligeros.
La intensidad es más alta que en los pastos, y depende de la cantidad de
combustible.
» Arbolado: solo arde rápido si hay mucho viento y/o pendiente. La inten-
sidad es aún más alta.
En los montes de la región, los restos de corta no suelen tener entidad sufi-
ciente como para considerarlos un grupo independiente de combustibles. Sin embar-
go hay que tener en cuenta que por la cantidad de combustible, el fuego tendrá una
mayor intensidad y la liquidación será más trabajosa, tanto si están en pastizales, en
matorrales o bajo el arbolado.
Figura 26.
Fuego rápido en pasto
Por ejemplo, si una zona de pastizal ligero está sufriendo un incendio rápido
con llamas de 0,5 metros, que se dirige a una zona de matorral de brezo bajo pero
denso, es de esperar que la intensidad aumente notablemente y que la velocidad se
reduzca.
Pendiente
Un incendio que comienza a media ladera en ausencia de viento y con com-
bustible homogéneo se propagará más rápidamente ladera arriba que ladera abajo.
Además de ir más rápido, las llamas de la parte superior serán mucho más intensas,
puesto que el calor que producen calienta el combustible de forma más efectiva.
Figura 27.
Incendio en pendiente
Exposición
Es la dirección hacia la que se orienta una pendiente. Si mira al sur, tiene
exposición solana, y si mira al norte, umbría. En las solanas suele haber combustibles
más ligeros que en las umbrías. Con estos combustibles más secos e inflamables, las
exposiciones sur son más susceptibles a fuegos rápidos con alta intensidad. Además,
el efecto del sol a partir del mediodía calienta y seca las laderas de solana, volviendo
el fuego más violento.
Relieve
A continuación se detallan las formas de relieve que más influencia tienen en
el comportamiento del incendio:
» Vaguadas o vallejas: el aire que asciende por las laderas se canaliza por
ellas con mayor velocidad, aumentando la velocidad y la intensidad de
las llamas.
» Grandes laderas: en ellas se producen fácilmente fuertes corrientes de
convección, aumentando la velocidad y la intensidad del fuego.
» Fondos de valle: el fuego que desciende por una ladera pasa a subir por
la opuesta, aumentando en gran medida su intensidad y velocidad.
» Valles angostos, cañones y desfiladeros: canalizan el viento existente,
produciendo un efecto chimenea que dispara la velocidad del fuego cuan-
do el incendio los alcanza.
» Collados y divisorias: el cambio de pendiente ascendente a descendente
frena el avance de las llamas, aunque si hay viento se pueden producir
turbulencias que provocan comportamientos erráticos.
Figura 28.
Columna de humo tumbada por el viento
OBSERVACIÓN
ATENCIÓN
COMUNICACIÓN
RUTA DE
ESCAPE LUGAR
SEGURO
Figura 30.
Esquema del protocolo OACEL
Figura 31.
Aplicación del protocolo OACEL
la misma persona iniciará la comunicación de alerta para que todos salgan a tiempo de
la zona de trabajo por la ruta de escape al lugar seguro. El capataz o técnico
confirma- rá la instrucción de salida garantizando que todo el mundo la ha recibido y
entendido.
El uso del protocolo debe incorporarse como algo rutinario en nuestros hábi-
tos de trabajo. Si no se aplica habitualmente, será difícil que se haga en una situación
crítica.
Antes el protocolo se denominaba OCEL. Recientemente se ha incluido la
atención como un nuevo concepto ampliándose a OACEL. El cambio está motivado
en los accidentes ocurridos y analizados en los últimos años. De su estudio se ha
concluido que la pérdida de la percepción de la situación conduce directamente a una
desorientación. Esto con frecuencia lleva a asumir riesgos innecesarios, enfrentándo-
se a momentos que ya no se pueden predecir y que provocan accidentes.
Para evitarlo todos tienen que poner de su parte. En resumen, se debe prestar
atención para ser conscientes de cuál es nuestra posición en relación a la evolu-
ción del fuego, dónde están los compañeros de la cuadrilla y qué otros medios
están trabajando a nuestro alrededor.
Para mejorar en todo momento el conocimiento de la situación se debe man-
tener un intercambio de información al llegar al incendio, al cambiar de zona
o al cambiar de tarea tal y como se ha definido en el apartado 2.4 Llegada al in-
cendio. La información esencial es la relativa a la situación del fuego, su comporta-
miento previsto, la aplicación del OACEL, los puntos de anclaje y el tipo de trabajo
a realizar.
Figura 32.
Práctica de aplicación del protocolo OACEL
48
Otro listado que forma parte de los contenidos básicos de seguridad en incen-
dios forestales es la identificación de situaciones de riesgo. Su objetivo es destacar
las condiciones donde siempre se deben extremar las precauciones. La lista ha ido
variando con el tiempo, siendo lo más común en la actualidad el uso de las 18 situa-
ciones de riesgo. Sin embargo, acorde al objetivo de este manual y pensando en su
utilidad, se presentan las situaciones de riesgo más frecuentes:
Figura 33.
Bebiendo agua
Aptitud física
Trabajar la fuerza, la resistencia y la agilidad de los músculos, así como
los reflejos, el equilibrio y la habilidad, mejora la reacción del cuerpo humano ante
las agresiones que sufre durante el trabajo en extinción de incendios forestales. Una
persona entrenada para el trabajo que va a realizar sufre menos lesiones y dolores
articulares o musculares que otra que no lo está.
Durante la extinción se realiza un trabajo relativamente intenso y de larga
duración, de ahí que una buena aptitud física ayude a:
- Resistir mejor el calor.
- Aclimatarse más rápidamente al trabajo.
52
Posturas de trabajo
Se pueden prevenir muchas lesiones simplemente corrigiendo la postura al
realizar esfuerzos. Se deben seguir las siguientes recomendaciones:
» En el trabajo con herramientas (pulaski, azada, batefuegos, palín, macleod):
- No agarrar el astil muy cerca de la parte metálica, requiere una po-
sición forzada para la espalda y no se aprovecha bien el peso de la
herramienta.
- No coger el astil con las dos manos juntas, pues así no se tiene buen
control sobre la herramienta.
- Iniciar los golpes con un pie más adelantado que otro, con una mano
en el extremo del mango y la otra a mitad de este. Con cada
herramienta
Figuras 36 y 37.
Casco y barbuquejo
Mascarilla
Protege las vías respiratorias de las partículas sólidas que hay en el humo.
En ambiente con humo se coloca rápidamente para retirarse a una zona más despe-
jada mientras duren esas condiciones, y no para permanecer allí trabajando.
Hay mascarillas de goma y de fibra desechables. Al recibir el equipo se ha de
comprobar cómo se ajusta a la boca y nariz con el casco y las gafas. El ajuste es algo
complejo y requiere cierto tiempo si no se ha efectuado nunca.
La mascarilla de fibra debe tener un buen ajuste facial proporcionado por dos
bandas de ajuste y por el clip y la almohadilla nasal.
Las partes de que consta una mascarilla de goma son:
- Cuerpo de la mascarilla: pieza de goma o silicona, que se adapta a la
cara cubriendo la boca y la nariz.
- Cintas: se ajustan por detrás de la nuca y fijan la mascarilla a la cara.
- Filtro: es de material poroso filtrante; es el elemento que detiene las
partículas.
- Funda: de lona para transportar la mascarilla protegida en el cinturón.
» Mantenimiento:
- Mantener limpia la carcasa con un paño húmedo.
- Comprobar que las válvulas no están dañadas u obstruidas, y en ese
caso sustituirla.
- Cambiar los filtros al principio de cada campaña o cuando el color del
filtro sea oscuro y el sabor del aire rancio.
Figuras 38 y 39.
Mascarillas
Gafas
Protegen los ojos contra el impacto de partículas pequeñas, polvo, etc. y con-
tra la irritación producida por el humo y el calor. La protección contra el humo es
solo temporal, por lo que hay que retirarse pronto de ese lugar. Consta de:
- Ocular: de plástico transparente resistente a empañamiento y rayado.
- Montura: de plástico, sujeta el ocular y la cinta elástica.
- Cinta: banda elástica que sujeta las gafas al casco o a la cabeza.
En ocasiones se facilita unas gafas con patillas que no se ajustan a la cara,
y por tanto solo protegen del impacto de partículas pero no del humo. Al empezar la
campaña se ha de comprobar su ajuste con el casco y la mascarilla puestos. El ajuste
es especialmente complejo para las personas que usan gafas graduadas, que habrán
de buscar un modelo compatible.
Es conveniente llevarlas sujetas al casco.
» Mantenimiento:
- Limpiar con un paño húmedo.
- Ajustar la cinta para que la montura se ajuste bien a la cara, compro-
bando que puede ponerse la mascarilla a la vez.
- Comprobar que la montura o el ocular no están deformados por el
calor; si es así, deben sustituirse.
Figuras 40 y 41.
Gafas
botas
Calzado de cuero con suela de goma antideslizante y plantilla anticalórica.
Protegen de pequeños golpes, torceduras, cortes y del calor transmitido por el
suelo. Las botas deben llevarse atadas hasta arriba de la caña pues es como cumplen
sus funciones de protección.
» Mantenimiento:
- Al estrenarlas conviene usarlas durante algún tiempo antes del traba-
jo para conseguir su adaptación al pie.
- Limpiar la bota periódicamente para mantener la elasticidad del cuero.
- Secarlas a la sombra después de su uso o limpieza.
- Los cordones deben estar siempre en buen estado, sustituyéndolos
cuando presenten el mínimo deterioro y antes de que se rompan; es
conveniente contar con algún par de repuesto por cuadrilla.
Guantes
Protegen contra rozaduras, cortes y quemaduras. Durante sus primeros
usos se muestran algo rígidos, pero transcurrido algún tiempo adquieren la flexibili-
dad necesaria para el trabajo. Sus características son:
- Cubren la manga de la funda o la camisa para proteger la muñeca.
- Interior con tejido suave al tacto.
- Anilla y mosquetón para su sujeción al cinturón.
» Mantenimiento:
- Comprobar su estado, costuras, anilla y mosquetón.
- Los descosidos pueden repararse con hilo de algodón sin encerar.
- Cuando se mojen y se ensucien, aclararlos y secarlos a la sombra.
Figuras 46 y 47.
Botas y guantes
Protector auditivo
Protege los oídos en ambientes muy ruidosos, por ejemplo durante el trans-
porte en helicóptero o el manejo de motosierra.
Equipos complementarios
Este equipo se completa con otros elementos o accesorios que son necesarios
para el correcto trabajo:
- Cinturón: usado para el transporte de objetos y equipos de protec-
ción como mascarillas y cantimplora.
- Cantimplora: debe llenarse en el coche, antes de empezar a trabajar
en la extinción.
- Linterna frontal: de uso personal para actuar durante la noche. Tie-
ne que estar dotada de un arnés elástico formado por una banda pe-
rimetral ajustable al casco.
- Botiquín: por cuadrilla, al menos, se deberá llevar dos botiquines
completos de primeros auxilios, uno de ellos portátil y otro para que
permanezca en uno de los vehículos. Se recomienda que siempre se
disponga de colirios para la limpieza ocular de partículas y de vendas,
apósitos, o similares, apropiadas en caso de quemaduras.
Extintor de mochila
Es un depósito de agua de 17 litros con cinchas para transportarlo a la es-
palda, y con una bomba de accionamiento manual en forma de lanza conectada al
depósito mediante un tubo flexible de goma.
Sirve para transportar agua hasta el frente y lanzarla a la base de las
llamas.
Para llenarla se desenrosca la tapa de la parte superior dejando el filtro de
llenado, que siempre debe estar puesto para evitar que entre arena o suciedad, y si es
62
batefuegos
Herramienta compuesta por una pala de goma al final de un mango metálico,
con un fleje interno o una nervadura metálica que le proporciona la rigidez suficiente
para recuperar la posición inicial.
Es una herramienta muy específica que realiza una única acción: la sofoca-
ción. Es muy eficaz sobre combustibles ligeros usada en combinación con la mochila
de extinción.
Se usa golpeando con la parte de goma la base de las llamas y manteniéndo-
la unos instantes sobre el combustible (en torno a un segundo). Como puede haber
brasas y restos calientes, el golpe debe dirigirse desde la zona sin quemar hacia la
quemada, evitando que las brasas caigan sobre el combustible verde.
Figura 56.
Batefuegos
Pulaski o hacha-azada
Herramienta compuesta por una pieza de acero templado que por un lado se
asemeja a una azada estrecha y robusta, y por el otro a un hacha, inserta en un astil
de madera. Los filos son, el del hacha en doble bisel, y el de la azada en pico de
flauta por la cara interna.
Es una herramienta que se usa
para cortar y cavar, y a veces también
para obtener tierra y mezclar brasas y
rescoldos calientes.
Macleod
o rastrillo-azada
Herramienta compuesta por una
pieza de acero laminado con un borde con
Figura 57. filo en pico de flauta en la cara externa,
Pulaski
(azada muy ancha) y el borde opuesto con
dientes (rastrillo). Se encasta en un mango de madera más largo que el habitual en
otras herramientas.
Se utiliza para raspar y retirar combustibles, al tener menos capacidad de
corte que otras herramientas, pero la parte de cavado más ancha. También se puede
emplear para cavar en suelos blandos. También permite mezclar el combustible que
está ardiendo con tierra.
Pala y palín
Aunque a veces se usan palas de obra por su mayor disponibilidad, sobre todo
en zonas arenosas, el palín forestal resulta mucho más versátil. Es una herramien-
ta que consta de una pieza de acero templado, de forma ligeramente cóncava, y un
cilindro hueco en la parte posterior para encajar un mango largo de madera. Para
el trabajo en incendios es recomendable hacer un filo en bisel en el borde (del lado
cóncavo), comenzando en la punta y terminando a unos 5 centímetros del final.
Es la herramienta más efectiva para arrojar tierra sobre la base de las lla-
mas. Además puede realizar las funciones de corte, cavado y raspado aunque
con una menor eficacia, y es muy eficiente para dispersar rescoldos y mezclarlos con
tierra o agua en la fase de liquidación del incendio.
Se emplea normalmente combinada con otras herramientas.
Figura 60.
Palín
Azada
Herramienta agrícola de uso muy común en la extinción de incendios fores-
tales, compuesta por una pieza de acero templado con un borde recto afilado en pico
de flauta por la cara interna.
Sirve para cavar, para obtener tierra y mezclarla con brasas y rescoldos
calientes, y también para cortar y retirar el combustible.
Figura 61 y 62.
Azada
Antorcha de goteo
Es una herramienta usada para quemas controladas que se ha reutilizado en
la extinción. Consta de un depósito con asa que lleva una mezcla de dos partes de ga-
soil por una de gasolina, un tubo de salida con un regulador de caudal y un serpentín
que impide que la llama llegue al interior del depósito y lo haga explotar, y una
mecha de algodón que mantiene la llama al empaparse de mezcla.
Se utiliza para la aplicación de contrafuegos y quemas de ensanche. Pro-
porciona un pequeño caudal de combustible líquido que gotea ardiendo sobre la vege-
tación, manteniendo la llama el tiempo suficiente como para que se inicie un frente
de llamas. Para ello se ha de montar el tubo sobre el depósito, abrir el regulador de
caudal, empapar la mecha de mezcla, encender la mecha e inclinar la antorcha con
el tubo hacia abajo hasta que caigan gotas ardiendo. Al llevar líquido inflamable hay
que seguir ciertas pautas en su manejo:
Figura 63 y 64.
Antorcha de goteo
Gorgui
Es una herramienta de diseño
específico para la extinción que trata
de maximizar la versatilidad con cuatro
hojas distintas para diferentes funciones.
Consiste en un cabezal de aluminio mon-
tado sobre un astil de madera largo que
sustenta hojas con función de azada, ma-
cleod, rastrillo y azada estrecha (similar
a la azada del pulaski).
Aunque su diseño e
incorporación al mercado es Figura 65.
relativamente reciente, su uso está cada Gorgui
vez más extendido.
Motosierra y motodesbrozadora
Son máquinas compuestas por elementos cortantes (cadena o discos) movidos
por un motor de dos tiempos que tienen como misión cortar el combustible.
En la lucha contra los incendios forestales se suelen utilizar modelos ligeros
de motosierras, de potencia media, con 4 o 5 kilogramos de peso.
Es una herramienta muy útil que aumenta enormemente el rendimiento en
el trabajo, aunque requiere cierta especialización y conlleva riesgos adicionales
Figura 66.
EPI de motoserrista
debido a la inflamabilidad del combustible y la potencia de corte. También son de
gran utilidad en labores de liquidación, cortando matorral, arbolado joven denso,
troncos a medio arder en el borde, etc. Para su uso se requiere el equipo de pro-
tección individual (EPI) de motoserrista: casco con protector auditivo y pantalla,
zahón o pantalón, guantes y botas de seguridad. Asímismo, los trabajadores encar-
gados de su manejo necesitan una formación específica para reducir los riesgos al
mínimo.
Como norma general no deben utilizarse en ataque directo, puesto que contie-
ne combustibles. Se usan en ataque indirecto como herramientas de corte, aunque
solo en ocasiones debido a la incomodidad de su transporte.
Otras herramientas
En la extinción de incendios forestales se utilizan muchas otras herramientas
específicas de cada zona: azadones, hachas, podones, machetes, tajamatas, retame-
ros, etc. Su uso se justifica por las características especiales de la zona y el hábito de
los trabajadores en su manejo.
Quizá, de todas ellas, la más usada sea el tajamatas, debido a su ligereza y
fácil transporte. Es una herramienta de corte en forma de “L” que se utiliza con una
sola mano. Se puede transportar en el extintor de mochila mediante unas gomas de
cámara de neumático, siempre con el filo protegido para evitar accidentes. Su man-
tenimiento es sencillo: afilar y proteger los filos.
batefuegos
- Evitar apoyarse y cargar peso sobre el batefuegos, el mango y los
flejes de la pala, se doblan con facilidad.
- Desechar y cambiar por otro cuando se rompa la varilla interna que
mantiene la pala recta o cuando se queme la pala de goma.
Antorcha de goteo
- Limpiar el tubo con gasoil cuando se obstruya.
- La mezcla ha de renovarse anualmente, puesto que la gasolina se
evapora si no se usa.
- Sustituir la mecha de algodón cuando se consuma.
Herramientas de corte, cavado y raspado
- Limpiar el astil periódicamente y revisar que no esté astillado o roto
y que ajuste perfectamente a la herramienta. Si no ajusta se puede
solucionar sumergiendo en agua varias horas la zona de unión.
- Mantener la herramienta siempre afilada por el lado correcto y co-
locar protectores en los filos para evitar accidentes durante el trans-
porte.
- El palín se afila en su cara interna por los laterales hasta el pico sin
llegar al hombro de la pala. El filo no ha de ser muy fino.
- Si el macleod tiene holgura entre las piezas metálicas de la cabeza se
pueden introducir astillas de madera entre ellas para evitar el cabe-
ceo y la vibración al golpear.
Afilado
Las herramientas pueden afilarse usando medios mecánicos (esmeril o amola-
dora) o una lima manual. La lima se utiliza únicamente cuando no es posible hacerlo
de forma mecánica, ya que es muy lento, sobre todo cuando se mellan las herramientas
en incendios de larga duración. Un correcto afilado permite trabajar con menos
esfuerzo y más rendimiento. Siempre se ha de afilar usando guantes y gafas de
protección.
El hacha del pulaski se afila con un doble filo por ambas caras en ángulo de
30º, al igual que otras herramientas de corte de doble filo, como el podón o el taja-
matas. La azada del pulaski tiene filo de pico de flauta, que se repasa desde la cara
interior y en un ángulo de 45º como la azada.
Figuras 69 y 70.
Afilado del hacha y azada del pulaski
El palín se afila por la cara cóncava y se afilan solo las dos terceras partes
del borde más cercanas a la punta, dejando unos 5 centímetros hasta el hombro para
evitar cortes al pisarla para profundizar. Su ángulo de afilado es de 45º.
Figuras 71 y 72.
Afilado del palín y el macleod
Figura 73.
Afilado de la azada
6
TRAbAjOS
Figura 74.
Extinción con mochila y batefuegos
Las cuatro reglas básicas para el uso del agua en la extinción de incendios
forestales son las siguientes:
» Lanzar el agua con el menor tamaño de gota posible, poniendo la punta
de la lanza en posición de pulverización.
» Aplicar el agua a la base de las llamas, que es donde se produce la re-
acción de combustión.
75
» Debe ser lo más corta y recta posible, por la ruta más fácil y aprovechan-
do discontinuidades de combustible (sendas, roquedos, claros,...).
» Tendrá la anchura justa para que funcione, y es conveniente bajar la al-
tura del combustible cercano.
» Al avanzar los primeros cortan, los segundos retiran el combustible y ca-
van y los terceros raspan, turnando herramientas y posiciones de trabajo
para que no sea tan monótono y cansado.
» En zonas de pendiente, con el fin de evitar que material rodante atraviese
la línea, es recomendable construir caballones cruzados de manera incli-
nada, con la parte inferior en el borde del quemado.
Figura 75.
Construcción de línea de defensa
Esta forma de trabajo requiere cierto esfuerzo físico, por lo que se utiliza
poco. Sin embargo, cuando se puede aplicar, reduce al mínimo la posibilidad de
reproducciones y por tanto aumenta el grado de seguridad para los trabajadores.
La cantidad de trabajo a realizar disminuye notablemente si para cortar se utilizan
herramientas mecánicas.
El término línea de defensa da la idea de que se realiza a cierta distancia
del frente de llamas. Sin embargo no siempre es así: la “línea a dos pies” es una
estrecha línea de defensa hecha cerca del frente de llamas. La forma de trabajar es
la siguiente:
» Con una herramienta de corte bien afilada, se va rozando y extrayendo
una franja de combustible de unos 20-50 centímetros de ancho.
77
Figura 76.
Extinción con tierra
78
Las descargas de agua que los medios aéreos pueden realizar van desde los
500 litros de los helicópteros más pequeños hasta los 5000 litros del avión anfibio (5
toneladas de agua). El impacto que este agua produce depende de lo cerca que pase
el medio aéreo y de la velocidad que traiga, llegando a partir árboles adultos. Por
ello es necesario tener muy presentes las normas de seguridad y apartarse con
suficiente antelación a la descarga. Si no da tiempo, se ha de adoptar la postura
de descarga (tumbado boca abajo con la cabeza hacia la aeronave, piernas abiertas,
casco bien sujeto con una mano y la herramienta bien sujeta lejos del cuerpo con el
otro brazo extendido). También se debe tener cuidado con el aire caliente y las
posibles brasas que desplace el agua al caer sobre el fuego.
Aunque no es frecuente, otro aspecto al que hay que estar alerta es si un
medio aéreo se aproxima mucho al fuego, el viento generado por los rotores puede
modificar localmente su comportamiento o reavivarlo en algún punto.
Figuras 83 y 84.
Acoplando el nuevo tramo
Figura 90.
Contrafuego
Esta labor de vigilancia es la que garantiza el éxito del contrafuego y mantiene abier-
ta la ruta de escape. También puede ser necesario bajar la intensidad del frente de
llamas provocado utilizando mochilas o una autobomba.
El factor limitante para regular la velocidad de avance en la quema es que el
riesgo de focos secundarios en la zona verde vigilada sea mínimo. Para ello es esen-
cial que el responsable que dirige, regule el avance de los puntos de fuego de acuerdo
con la información que recibe de los últimos vigilantes que quedan por detrás.
Para la aplicación de contrafuegos de gran tamaño se utiliza la antorcha de
goteo. El contrafuego solo debe darse por personal especialmente preparado
y con
experiencia en manejo del fuego, y siempre debe estar autorizado por el Jefe o
Director técnico de extinción. Antes de ejecutarlo se debe tener total seguridad de
que no se encuentra nadie entre el incendio y la línea de nuestra quema.
Figura 91.
Personal liquidando detrás de bulldozer
Figura 93.
Quemando para asegurar el borde
Liquidación con agua
El agua en la liquidación se puede aplicar de tres formas:
» Con extintores de mochila: se aplica el agua de forma puntual en aquellas
zonas donde es necesario para enfriar brasas, apagar alguna llama cerca
del borde, etc. sirviendo de apoyo a la liquidación con herramienta; tam-
bién sirve de apoyo a quemas de combustible.
» Con vehículos autobomba: de forma general, el agua se aplica en pulve-
rizado, y en zonas con mucho mantillo a chorro para excavar y remover
(conviene repasar estas zonas con herramienta); el agua se dirige siempre
de fuera a dentro, es decir, de lo verde a lo negro.
» Con medios aéreos: si es posible disponer de alguno se utilizará para
realizar descargas en las zonas más peligrosas o de peor acceso, y sobre
todo para controlar cualquier reproducción, entrando en este caso una
cuadrilla inmediatamente después.
Vigilancia activa
Una vez extinguido el incendio y durante un tiempo prudencial la cuadrilla
queda vigilando repartida por el perímetro, a la vista unos de otros o comunica-
dos de viva voz, y siempre atentos a posibles reproducciones y puntos calientes.
Estos puntos se pueden localizar mediante una serie de indicadores:
Figura 94.
Cuadrilla repartida vigilando el borde
» Zonas en las que se concentran sobrevolando moscas o mosquitos.
» Acumulaciones de ceniza blanca.
» Pequeños humos muy ligeros.
Para que sea efectiva se establecen recorridos visuales o itinerarios a pie.
Se debe informar de novedades metódicamente cada cierto tiempo (media o una
hora), para evitar despistes. Si se divisa algún punto caliente se avisa y se procede
a su liquidación.
7
COMUNICACIONES
Figura 95.
Funcionamiento canal en simplex
Figura 96.
Funcionamiento canal en semidúplex
Cuando la emisora no contacta con ninguna otra, puede ser útil desplazarse
hacia una posición dominante buscando contacto visual con el interlocutor (cana-
les simplex) o con la ubicación del repetidor (canales semidúplex).
Figura 97.
Partes de una emisora
no oigamos los mensajes del canal que se nos ha asignado cuando la emisora ha co-
nectado con otro.
La carga de la batería tiene una duración limitada. Para sacarle el máximo
partido conviene ser cuidadosos: los aparatos consumen mucho cuando están emitien-
do, poco cuando están recibiendo y prácticamente nada cuando está la red en silencio
y la emisora en espera. Por tanto, es conveniente acortar los mensajes y bajar el
volumen hasta el mínimo nivel que permita escucharla.
Mantenimiento
Las emisoras funcionan mejor cuando están bien mantenidas. Las principales
pautas a tener en cuenta son:
- No sujetar la emisora por la antena, una antena doblada o ligeramen-
te despegada emite y recibe mucho peor.
- No pulsar el PTT sin la antena puesta, se produce una sobrecarga que
puede dañar el aparato.
- Proteger la emisora del agua. Las salpicaduras ocasionales no suelen
dañarla, pero a la larga facilitan la corrosión.
- No dejar la emisora expuesta al sol en el salpicadero del coche.
- Cargar la emisora todas las noches, para tenerla siempre en óptimo
estado de carga. Cuando deje de usarse al final de la campaña, hacer
varios ciclos de descarga completa (hasta que se apague sola) y carga
a tope para recuperar la máxima capacidad de la batería.
- En emisoras de coche, revisar periódicamente las conexiones a la
batería, la antena y el PTT.
Codificación de medios
El término utilizado para cada tipo de medio de tierra es: