VULNERABILIDAD

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Vulnerabilidad

a la violencia doméstica.
Una propuesta de indicadores
para su medición
Irene Casique

Cuando se habla de violencia doméstica se suele pen- When talking about domestic violence is often thought,
sar, casi de manera automática, en la que puede ocurrir almost automatically, in the violence that can occur
entre los cónyuges, sobre todo del hombre hacia la mu- between spouses, mainly from men to women. Less
jer. Menos estudiadas, pero con consecuencias también studied, but also with important consequences on the
importantes en la pérdida de bienestar de los miembros welfare loss of family members, are other expressions of
de la familia son otros tipos: contra los menores, hacia domestic violence: violence against children, violence
miembros discapacitados del hogar y la que se realiza a against household members with disabilities and vio-
los ancianos. lence against the elderly in the family.

En los estudios sobre el tema, la perspectiva de vulne- In studies on domestic violence the vulnerability
rabilidad ha sido empleada hasta ahora sólo de manera perspective has been used so far only in a limited ex-
limitada. ¿En qué radica la novedad cuando hablamos tent. What is the newness when we talk about vulne-
de esto? Una primera contribución es, quizá, el reconoci- rability? A first contribution is perhaps the recognition
miento de que no todos estamos expuestos a los mismos that not everyone is exposed to the same risks and not
riesgos ni tenemos la misma capacidad de responder y all have the same ability to respond and recover in their
recuperarnos frente a éstos. Ello plantea como tareas la regard. And that raises as much work identifying risk
identificación de factores de riesgo y la de los grupos de factors such as the identification of populations expo-
población expuestos a ellos. sed to them adversely.

La medición de los grupos vulnerables a la violencia Measuring vulnerable groups to domestic violence
doméstica implica dificultades complejas ya que el abu- involves complex difficulties to the extent that the abu-

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so y la agresividad al interior del hogar y la familia siguen, se and violence within the home and family are largely
en buena medida, encubiertos y resguardados en una at- hidden and protected in an atmosphere of privacy.
mósfera de privacidad. La propuesta que se hace en este
trabajo para calcularla parte de la noción de vulnerabili- The proposal made in this work to measure vulnera-
dad como un proceso multidimensional y dinámico. En bility to domestic violence starts from the notion of vul-
ese sentido, se propone la identificación de factores de nerability as a multidimensional and dynamic process.
riesgo a la violencia doméstica en tres niveles: individual, In that sense, I propose the identification of risk factors
familiar y social y se proponen algunos indicadores a ser to domestic violence in three levels: individual, fami-
incluidos en encuestas mexicanas que permitan estable- ly and social indicators are proposed to be included in
cer el nivel de asociación y la dirección de la relación entre Mexican surveys to establish its level of association and
estos factores y el riesgo de violencia. the direction of the relationship between these factors
and the risk of violence.
Palabras clave: violencia doméstica, vulnerabilidad,
grupos vulnerables, indicadores. Key words: domestic violence, vulnerability, vulnerable
groups, indicators.

Domestic [email protected]

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El problema de la violencia El objetivo de este trabajo es contribuir a la iden-
doméstica tificación de los individuos más vulnerables a esta
experiencia y sus diversas expresiones, así como
“La familia es la institución social más violenta.” plantear una propuesta de indicadores de vulne-
(Zolotow, 2002) rabilidad a la violencia doméstica que, de forma
ideal, deberían estar incorporados de manera per-
Las familias y la sociedad en general, gracias a sus manente en encuestas periódicas mexicanas, lo
estructuras jerárquicas y relaciones desiguales de que permitiría dar cuenta de los niveles y tenden-
poder, son nichos propicios para el desarrollo de este cias de la violencia doméstica en el país.
fenómeno social (Brown, 2004). La violencia domés-
tica constituye, al igual que todas sus expresiones, La propuesta para medir la vulnerabilidad a la
un problema de salud pública y de violación de los violencia doméstica parte de la noción del término
derechos fundamentales de las víctimas. como un proceso con varias dimensiones y no es-
tático. Así, se sugiere identificar factores de riesgo
Cuando se habla de ella, normalmente se piensa a esta situación en tres niveles: individual, familiar y
en la que ocurre entre los integrantes de una pare- social; además, se plantean algunos indicadores.
ja, en especial, del hombre a la mujer; las evidencias
han señalado de manera reiterada que son las fé-
minas las que, en mayor medida y con consecuen- Definiendo la vulnerabilidad a la
cias más severas, padecen violencia doméstica; por violencia doméstica
ello, la mayoría de los estudios sobre el tema se han
centrado en torno a este punto, haciendo evidente Vulnerabilidad y grupos vulnerables son concep-
cómo este tipo de violencia representa un proble- tos que han sido muy empleados, pero con distin-
ma de amplia magnitud y graves consecuencias. tos significados, desde las distintas disciplinas e,
Datos provenientes de encuestas levantadas en incluso, con mucha variabilidad al interior de una
10 países en desarrollo entre el 2000 y el 2003 arro- misma disciplina (Hoogeven et al., 2005). Para al-
jan una prevalencia de violencia de pareja contra la gunos autores, alcanzar un consenso sobre su defi-
mujer entre 15 y 71% (García et al., 2006). nición es bastante improbable, en la medida en que
las distintas disciplinas y las diversas problemáticas
Sin embargo, en un sentido amplio, violencia enfatizan aspectos y problemas distintos a los que
doméstica abarca no sólo la que se presenta entre se puede ser vulnerable (Alwang et al., 2001; Hurst,
los cónyuges sino la que pueda ocurrir contra cual- 2008; Appleton, 1994).
quiera de los individuos que habitan un hogar.
En términos generales, la vulnerabilidad puede
Otras de sus expresiones, aunque menos estudia- ser definida como la exposición a riesgos que con-
das, son la violencia contra los menores, la que se ejer- ducen a un nivel socialmente inaceptable de bienestar
ce a discapacitados y la que se aplica a los ancianos. (Hoogeven et al., 2005). Sin embargo, como parte
Cualquiera que se presente es una importante causa de la condición humana, todos somos vulnerables
de muerte de mujeres y niños y un factor de riesgo en potencia (Aday, 2001); pero, entonces, ¿en qué
fundamental para una serie de problemas de salud radica la novedad cuando hablamos de vulnerabi-
física y mental; además, afecta la capacidad de las lidad? Una primera contribución es, quizá, el re-
mujeres para participar en la fuerza de trabajo y tie- conocimiento de que no todos estamos expuestos
ne serios efectos sobre la capacidad de los niños para a los mismos riesgos y no todos tenemos la misma
establecer relaciones y en su desempeño escolar, a la capacidad de responder y recuperarnos frente a és-
vez que constituye un fuerte predictor del riesgo de tos; algunas definiciones adicionales de vulnerabi-
experimentar violencia en relaciones futuras (Tho- lidad, desde diversos campos del conocimiento,
mas y Green, 2009). enfatizan estos dos elementos.

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En la literatura sobre sustentabilidad y modos de vulnerabilidad el papel que juegan los otros y la
vida sustentables, este concepto aparece como la sociedad en la definición de quiénes son los vul-
probabilidad de que las condiciones de vida de los nerables y de las respuestas que éstos pueden dar
individuos y de los hogares se enfrenten a situacio- frente a las crisis.
nes de estrés; comprende dos aspectos: los riesgos
y eventos estresantes y la indefensión o carencia En este sentido, y desde una perspectiva socioló-
de medios para mitigar o manejar esos shocks sin gica, Aday (2001) plantea que tanto el origen como
incurrir en pérdidas (Chambers, 1989, citado por la solución de la vulnerabilidad están definidos por
Alwang et al., 2001). los vínculos de las comunidades humanas, ser vul-
nerables a otros es estar en una posición en la que
Vulnerabilidad también ha sido empleado en el se puede ser ignorado o lastimado por los otros.
sentido de debilidad o indefensión, siendo utilizado
para describir grupos que aparecen como débiles Un aspecto clave en la discusión sobre el tema
y sujetos a serias dificultades, los cuales contarían es su carácter estático o dinámico. Davies (1996)
con defensas limitadas en caso de que determina- sintetiza la vulnerabilidad como un balance entre
dos eventos ocurran y, en esa medida, sus opcio- sensibilidad (la exposición a un riesgo y la respues-
nes para confrontar los riesgos son muy limitadas ta) y resistencia (capacidad de resistir frente a un
(Hoogeven et al., 2005). evento estresante y de recuperarse). Este balance
puede ir cambiando en el tiempo, lo que le impri-
De esta manera se destacan, en general, dos di- me a la vulnerabilidad un carácter dinámico.
mensiones centrales en su análisis: la exposición al
riesgo y la capacidad de darle respuesta o mane- En general, la mayoría de los autores coinciden
jarlo. Los individuos (u hogares) más vulnerables en señalarla como una condición dinámica, pues
son aquéllos con mayor exposición al riesgo y con representa un estado a priori que puede o no
menor capacidad de respuesta (Alwang et al., 2001; persistir (Alwang et al., 2001). Esta característica
Sharma et al., 2000). plantea, en su medición y análisis, la necesidad
de incorporar la dimensión de tiempo como un
No obstante la exposición al riesgo, la capacidad aspecto crucial, en la medida en que las personas
de respuesta de los individuos y las consecuencias son vulnerables a resultados que se desarrollan du-
que pueden resultar finalmente no ocurren al azar rante un determinado periodo.
ni en el vacío, se dan de manera congruente con el
contexto y las circunstancias que nos rodean y con En las investigaciones sobre violencia domés-
la posición que ocupamos en el entramado social. tica, la perspectiva de vulnerabilidad ha sido em-
El que algunos grupos de población sean más vul- pleada sólo de manera limitada. Son contados los
nerables que otros es el resultado evidente de un análisis del tema que han incorporado esta forma
desigual acceso a oportunidades y recursos. En esa de verla, los cuales, en su mayoría, son estudios de
medida, es posible afirmar que la vulnerabilidad corte epidemiológico.
social tiene su origen en la desigualdad social.
En términos generales podemos entender la vul-
Por otra parte, aunque el riesgo o la exposición nerabilidad a la violencia doméstica como el riesgo
a algunos eventos pueden obedecer a causas na- excedido que experimentan los individuos que ocu-
turales fuera del control humano, la mayoría de los pan una posición subordinada en la familia —por
peligros de crisis que enfrentan los individuos son asimetrías de edad, capacidades o género—, de ex-
definidos socialmente. Y, sin duda, la capacidad de perimentar abuso, descuido o abandono por parte
respuesta que tenemos frente a esas crisis es, en de otro(s) miembro(s) de la familia o cuidador(es),
todo caso, dictada de manera social; por lo tanto, con quien(es) mantiene(n) una relación de confian-
es imprescindible incorporar en el análisis de la za y dependencia.

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La vulnerabilidad es un proceso multidimensio- La existencia de una condición temporal o defi-
nal; por lo tanto, para su comprensión y atención, nitiva, que puede suponer la incapacidad de algu-
debemos abordar los elementos que se vinculan nos individuos para realizar determinadas tareas
con la misma a diferentes niveles. En otras pala- o funciones —como podría ser la situación de los
bras, sólo con la incorporación de los diferentes menores, los ancianos y los discapacitados—, llega
elementos en la estructura causal de la vulnerabi- a convertirse en nuestras sociedades en un impe-
lidad, abarcando distintas escalas (local, regional, dimento o dificultad para el desarrollo de una vida
mundial…) y diferentes dimensiones del fenóme- plena y segura en la medida en que la sociedad no
no (social, político, económico, demográfico, cultu- asume el compromiso de mitigar esas deficiencias
ral, etc.) es factible construir una visión más global y garantizar de manera colectiva un bienestar a
y compleja de la vulnerabilidad (Hogan y Maran- todas las personas; pero más aún, no sólo no asu-
dola, 2005). mimos socialmente esta responsabilidad sino que,
con frecuencia, hacemos de ella pretexto de abu-
sos cometidos contra estas personas, relativizando
Perspectiva de la vulnerabilidad en o disminuyendo la gravedad de tal situación, como
el análisis de la violencia doméstica si los derechos de los individuos estuviesen supe-
ditados a sus capacidades o características.
Adoptar la perspectiva de vulnerabilidad para
adentrarse en la problemática de la violencia do- Es en este sentido que Brown (1994) afirma que
méstica supone una intención de hacer visible una persona puede ser vulnerable no sólo por defi-
y explícito el abuso hacia personas que, con fre- ciencias en el contexto que lo conducen a la pérdida
cuencia, no tienen la posibilidad o la capacidad de o limitación de oportunidades para vivir al mismo
hacerlo público o de introducir este problema en nivel que otros en la comunidad, sino también en
la agenda pública. Por otra parte, admitir esta in- la medida en que sus derechos no son confirmados
capacidad de las víctimas de violencia doméstica (o defendidos) o cuando son excluidos de su ejer-
para hacer visible el problema no supone atribuir cicio o son incapaces de acceder a los mecanismos
esta incapacidad a la inmadurez o la debilidad fí- de protección y compensación. La vulnerabilidad
sica o mental de estos individuos —aunque, en es, entonces —al menos en parte— producida so-
ocasiones, ello pudiera jugar algún papel— sino cialmente en la medida en que cualquier dificultad
reconocer que, en el entramado social, estas per- personal es magnificada al colocar a algunas per-
sonas se encuentran en posiciones de desventa- sonas en riesgo adicional (Brown, 2004).
ja en términos de poder y que, usualmente, los
efectos de la violencia son minimizados cuando Por otra parte, parece evidente que las condicio-
se desarrollan en contra de estos grupos desfavo- nes particulares de los individuos no constituyen
recidos (Brown, 2004). la razón de fondo ni de la violencia que pueda ser
cometida contra ellos ni de su vulnerabilidad a la
En otras palabras, un modelo estructural de misma. En el caso de las mujeres adultas víctimas
vulnerabilidad no se enfoca en características in- de violencia doméstica resulta bastante obvio que
dividuales (como la juventud, las discapacidades esta situación no podría explicarse en función de
o la vejez) como causas o debilidades (de la violen- una inhabilidad o debilidad de las mismas, a menos
cia o el abuso), sino que subraya el impacto de las que estuviéramos dispuestos a afirmar que la con-
desigualdades en exacerbar los riesgos ordinarios dición de género femenino lo es; no obstante, en
que enfrentan los grupos en desventaja de ex- un sentido sociológico sí lo es, ya que éste ha sido
perimentar discriminación, abuso y violencia, así empleado como un factor de estructuración y je-
como la ausencia de compensación y soporte que rarquización social que ha asignado a las mujeres
otros individuos, que sufrieran abusos semejan- un lugar subordinado en la sociedad y en sus ins-
tes, podrían esperar tener (Brown, 2004). tituciones; entonces, no es en sí el género la causa

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de la vulnerabilidad a la violencia, es el significado violencia doméstica: es posible identificar otros,
que de manera social le atribuimos. más allá de los aquí reseñados, que pueden también
incidir en la vulnerabilidad a la violencia doméstica;
Si aceptamos que el sexo femenino, por razones sin embargo, los ya esbozados intentan dar cuenta
de género, son más vulnerables que los hombres a de los aspectos o condiciones asociados de manera
la violencia doméstica y que los menores, en razón más recurrente al riesgo de padecer cada uno de
de su corta edad también lo son en particular, así los tipos de violencia doméstica referidos.
como los ancianos por su avanzada edad y los dis-
capacitados por sus capacidades restringidas, en- Por último, para cada factor de riesgo planteado,
tonces, ¿cuál es el elemento común que define la se consideran algunas referencias bibliográficas
vulnerabilidad de todos estos grupos? Se trata sólo que sustentan la relevancia de dicha característica
de diferencias —de sexo, edad, salud— que son o circunstancia como factor que exacerba el riesgo
trocadas, socialmente, en desventajas, las cuales se de padecer violencia doméstica y se plantea, ade-
expresan en una situación subordinada común de más, un indicador cuya inclusión en las encuestas
estos individuos en términos de poder en las dis- permitiría identificar tal condición y dar cuenta
tintas estructuras sociales, y que los hace más vul- —en análisis bivariados y multivariados basados
nerables al abuso y la violencia, tanto dentro del en la información con ellos recabada— de su aso-
hogar como fuera de éste. ciación con el riesgo de violencia.

Metodología Poblaciones vulnerables a la


violencia doméstica
La propuesta que hacemos en este trabajo para me-
dir la vulnerabilidad a la violencia doméstica parte La definición o identificación de grupos objeti-
de la noción de vulnerabilidad como un proceso vo no resulta siempre sencillo e implica aspectos
multidimensional y dinámico. En ese sentido, se su- tanto teóricos como prácticos (Ruof, 2004; Hurst,
giere la adopción del modelo ecológico con la iden- 2008); pero, al mismo tiempo, es evidente que hay
tificación de factores de riesgo de vulnerabilidad a importantes variaciones en el riesgo de abuso (y
la violencia doméstica en tres niveles: individual, violencia) que confrontan los miembros de un ho-
familiar y social (incluyendo tanto a la comunidad gar o de una familia.
inmediata como al nivel social más amplio).
Como ya hemos mencionado con anterioridad,
En primer lugar, identificamos cuatro tipos de las mujeres, los niños, los discapacitados y los an-
violencia doméstica y los individuos (o poblacio- cianos son reconocidos como las víctimas más
nes), que constituyen las víctimas por excelencia frecuentes de la violencia doméstica (OACNUDH,
de cada una de estas expresiones de violencia. En 2003; Brown, 2004). Cada uno de estos grupos de
segundo término, tenemos los principales factores población presenta características y condiciones
de riesgo asociados a cada uno de estos tipos de vio- que los hacen en particular vulnerables pero, en
lencia, determinados a través de una revisión de la general, todos representan grupos subordinados a
literatura nacional e internacional existente sobre las jerarquías y desigualdades de poder y género
el tema, la cual no es, ni pretende ser, exhaustiva. establecidas en la sociedad y muy arraigadas en las
En este sentido, el presente trabajo no correspon- estructuras y arreglos familiares, las cuales juegan
de a un meta-análisis de los factores asociados a un papel central en la explicación de la violencia
las distintas expresiones de la violencia doméstica; doméstica (Brown, 2004), y cuando ésta emerge
tampoco, los factores de riesgo identificados para de sistemas jerárquicos constituidos en torno a es-
cada tipo de violencia intentan dar cuenta total de tos dos criterios (poder y género), como es el caso
todos los elementos potencialmente asociados a la de la violencia doméstica, tiende con mayor faci-

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lidad y frecuencia a ser ignorada y/o justificada las víctimas de la violencia doméstica (Fitzgerald,
socialmente y, por lo tanto, a ser más invisible y 1999), y que ésta constituye la principal causa de
omnipresente en la sociedad que otros tipos de muerte y de discapacidad en féminas de entre 15 y
violencia. 44 años de edad. Esta expresión es ejercida de ma-
nera abrumadora por sus compañeros o esposos,
Por otra parte, resulta evidente que estos grupos pero también puede ser realizada por otros miem-
vulnerables no son excluyentes entre sí y, en ese bros de la familia.
sentido, la convergencia de dos —o incluso tres de
ellos— nos puede sugerir quiénes son las personas Datos de la Encuesta Nacional sobre la Diná-
potencialmente más expuestas al riesgo de violen- mica de las Relaciones en los Hogares (ENDIREH)
cia doméstica: aquéllas en las que confluyen tres 2006 confirman, en el caso de México, que la violen-
rasgos asociados al riesgo de vulnerabilidad; las cia de pareja es la más prevalente, afectando a 35%
mujeres-niñas-discapacitadas y las mujeres-ancia- de las mujeres (unidas o casadas) a través de una
nas-discapacitadas (ver figura 1). o más de sus expresiones: violencia física (10.2%),
emocional (26.6%), sexual (6%) o económica (20%)
La violencia contra las mujeres es considerada (Castro et al., 2008).
como la violación de derechos humanos más exten-
dida en el mundo, capaz de sobrepasar cualquier De manera común, se distinguen cuatro tipos
tipo de frontera, cultura, raza y nivel socioeconómi- de abuso infantil: emocional, físico, sexual y aban-
co; genera profundos e innumerables costos en la dono (o negligencia) (National Research Council,
vida de ellas, sus familias y sus sociedades (Heise et 1993; Mercy et al., 2002). La violencia doméstica
al., 1999); se ha estimado que representan 98% de contra los menores representa la forma más coti-

Figura 1
Grupos vulnerables a la violencia doméstica

Mujeres

Niños
Ancianos

Discapacitados

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diana y frecuente de abuso infantil, y comprende ca de padres contra hijos afectaba a, por lo menos,
“…todas las formas dañinas de trato físico o emo- 40% de las familias. De las mujeres entrevistadas,
cional, abuso sexual, trato negligente, explotación 45% admitió pegarle a los hijos cuando se portaban
comercial o de otro tipo, que resultan efectiva o mal y 19% los ofendía cuando los regañaba; respec-
potencialmente en un daño a la salud del niño, a su to a la violencia de los padres, las mujeres reporta-
sobrevivencia, desarrollo o dignidad, en el contex- ron que 19% de sus parejas pegaba a sus hijos y que
to de una relación de responsabilidad, confianza y 14% los insultaba (Casique, 2009).
poder.” (WHO, 1999).
En cualquier situación, parece claro que la cifra
La violencia física en contra de los menores es de menores víctimas de violencia doméstica en
posible debido a una aprobación social generaliza- nuestro país está subestimada, y que no se cuenta
da respecto al control y castigo de los niños, en un con fuentes adecuadas a nivel nacional para regis-
modelo educativo jerárquico que ha otorgado a los trar los casos reportados (Azaola, 2006).
adultos el derecho de corregir y disciplinarlos me-
diante el castigo corporal. Aunque este modelo ha La agresividad contra enfermos y discapaci-
perdido soporte social en los últimos años, continúa tados —mental o físicamente— es, con frecuen-
siendo bastante extendido todavía y es señalado cia, llamada violencia invisible; los individuos con
por diversos autores como el factor central explica- discapacidades y/o enfermos, que dependen del
tivo del abuso infantil (Frías-Armenta y McCloskey, cuidado de otras personas, presentan riesgos de
1998; Azaola, 2006; Casique, 2009). Datos de la EN- abuso y violencia muy elevados por parte de sus
DIREH 2003 para México señalaban que 25% de las cuidadores quienes, con frecuencia, son miem-
mujeres entrevistadas creían que los padres tienen bros de la propia familia (Petersilia, 2000). La expli-
derecho a pegarle a los hijos cuando se portan mal cación de este riesgo exacerbado se encuentra, al
(Casique, 2009). menos de manera parcial, en la alta dependencia
que se establece entre estas personas y sus cuida-
Unas primeras cifras para nuestro país surgieron a dores, en un frecuente y elevado deseo por parte
partir de los datos de la Encuesta sobre Violencia In- del discapacitado de complacer a su cuidador, en
trafamiliar, levantada por el Instituto Nacional de Es- la incapacidad o temor de reconocer una conducta
tadística y Geografía (INEGI) en la ciudad de México como abusiva, en la usual incapacidad/dificultad
en 1999, los cuáles indicaron que 18% de los meno- para reportarla, etc. (Perilia, 2000).
res de 18 años viven en familias con violencia (Knaul y
Ramírez, 2005). Los primeros datos a nivel nacional En el caso de las mujeres discapacitadas, la vul-
se obtuvieron de las consultas que en el 2000 y 2003 nerabilidad a la violencia doméstica es mucho
realizara el Instituto Federal Electoral (IFE) de Méxi- más elevada que en el de los hombres en la misma
co en conjunto con el Fondo de las Naciones Unidas condición. Datos para Australia señalan que sólo
para la Infancia (UNICEF) y otras organizaciones, en 16% de las mujeres con discapacidad alcanzan al-
el marco de las elecciones nacionales. Los resulta- gún grado de educación secundaria, en tanto que
dos de la consulta del 2000 arrojaron que 28% de 28% de los varones logran ese nivel. En general, al
los niños entre 6 y 9 años, 9% entre 10 y 13 años y tener bajos niveles de educación, las discapacita-
10% entre 14 y 17 años reportaron ser tratados con das quedan relegadas, con poco acceso a la infor-
violencia por su familia (IFE, 2000). En la consulta del mación y poca capacidad de comprenderla lo que,
2003, 28% de los infantes de 6 a 9 años afirmaron a su vez, limita su aptitud para obtener indepen-
ser tratados con violencia física y 14% reportaron ser dencia financiera y, así, vivir de manera autónoma
insultados en el hogar (IFE, 2003). (Salthhouse y Frohmader, 2004).

De manera adicional, datos de la ENDIREH 2003 Todas estas condiciones colocan a las mujeres
plantean que, en el caso de México, la violencia físi- discapacitadas en el último eslabón de una estruc-

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tura de poder que permite el empleo de la violen- lia siguen siendo, en buena medida, encubiertos y
cia como mecanismo de control y las coloca en resguardados en una atmosfera de tabú. Por otra
una situación de absoluta vulnerabilidad a todo parte, implica la visualización de factores de riesgo
tipo de violencia, incluyendo la doméstica y la que operan en distintos niveles de la realidad (indi-
institucional. No obstante, como grupo vulnerable vidual, familiar, comunitario y social).
(discapacitados), y de manera particular (mujeres
discapacitadas), no han atraído la atención de los La identificación de los riesgos principales cons-
estudiosos de la violencia doméstica (Brownridge, tituye, por lo general, el primer paso en un análisis
2006). Ello redunda en el hecho de que es sobre de vulnerabilidad. Ello implica la jerarquización de
esta dimensión que menos sabemos y a la que con dichos riesgos en términos de su impacto potencial
mayor dificultad podemos acceder. y, de manera conjunta, es necesario identificar quié-
nes están expuestos a éstos.
Para finalizar, la violencia contra los adultos
mayores por parte de miembros de la familia es Sin pretender ser exhaustivos, hemos identifica-
también un problema frecuente, pero silenciado. do cuatro grandes casos de violencia doméstica y
En los últimos años, sin embargo, desde una pers- cuatro grupos de población vulnerable: contra las
pectiva de derechos humanos y bajo la presión de mujeres (por parte de la pareja), hacia los meno-
enfrentar poblaciones cada vez más envejecidas —si- res, a los discapacitados y contra los ancianos; por
tuación que tiene lugar no sólo en los países desa- ende, orientamos el esfuerzo en este trabajo a la
rrollados—, esta problemática ha cobrado mayor identificación de los factores de riesgo para cada
relevancia. La violencia contra los adultos mayores uno de estos casos y conjuntos de población (ver
—sea emocional, física, sexual o económica— con- cuadro 1, columna A), con base en la revisión bi-
lleva sufrimiento y dolor de los ancianos, violación bliográfica realizada (cuadro 1, columna C). Para
de sus derechos humanos y menoscabo de su ca- cada factor de riesgo identificado, se propone un
lidad de vida (Brown, A. S. 1989, citado por Krug indicador (cuadro 1, columna D).
et al., 2002).
La mayoría de los indicadores sugeridos son
Algunas estimaciones disponibles a principios de simples que se pueden estimar con base en una
esta década, correspondientes a diversos países de- pregunta directa. Sin embargo, en el caso de vulne-
sarrollados (como Canadá, Estados Unidos de Améri- rabilidad a la violencia de pareja hemos propuesto
ca, Finlandia y Reino Unido) ubicaban la prevalencia indicadores un poco más elaborados, como los ín-
de violencia contra los ancianos entre 4 y 9% (Krug dices de poder de decisión, de autonomía, de roles
et al., 2002), pero se trata, en cualquier caso, de va- de género y, en el caso de violencia contra los hijos,
lores subestimados. Respecto a México, no existen el de justificación de violencia parental contra los
datos a nivel nacional sobre esta problemática pero hijos. De manera sintética se explica su estimación
la Encuesta sobre Maltrato a Personas Adultas Ma- en el anexo 1.
yores en el Distrito Federal registró una prevalencia
de maltrato al anciano de 5% (Aguilar, 2006). Los factores de riesgo —y sus respectivos indi-
cadores— que están sombreados en amarillo son
los que, hasta donde tenemos conocimiento, no
Identificación de factores de riesgo han sido incluidos en las encuestas mexicanas
y propuesta de indicadores para o no lo están de manera habitual. Las referencias
medición de la vulnerabilidad a la consultadas en la literatura internacional apare-
violencia doméstica cen en negro, mientras que las mexicanas, en color
azul. Con base en ello, es fácil notar que en cuanto
Su medición plantea algunas dificultades ya que el a la violencia de pareja contra la mujer disponemos
abuso y la violencia al interior del hogar y la fami- de más indicadores en las encuestas mexicanas y

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que ha sido un tema más abordado en la literatu- Para terminar, es importante enfatizar que al in-
ra nacional. Por otra parte, es respecto a la proble- cluir en las encuestas preguntas para la estimación
mática de violencia contra los discapacitados y los de estos indicadores, aquellos que están orienta-
ancianos que disponemos de menos indicadores y dos a captar circunstancias actuales deben ser re-
de menos investigación, en el caso mexicano. Ello feridos a un marco temporal no muy amplio (de
sugiere la necesidad de un esfuerzo adicional para manera óptima, el último año) y que su captación
incorporar los indicadores pertinentes en las en- debe ser periódica con el fin de que, efectivamen-
cuestas, que permitan dar cuenta de estas situacio- te, podamos aproximarnos al carácter dinámico de
nes de las que poco o nada sabemos en el país. la vulnerabilidad a la violencia doméstica.

Cuadro 1 Continúa
Perfil de grupos vulnerables y factores de riesgo a la violencia familiar
A B C D
Tipo de
Factores de riesgo Referencias Indicador de vulnerabilidad
violencia
Violencia de Factores de riesgo individuales
pareja

Grupo Sexo femenino Fitzgerald, 1999; Brown, 2004. Sexo del miembro de la pareja abusado(a)
vulnerable: Menos de 25 años de edad Browne et al., 1999; Vivian y Malone, 1997; Edad (menor de 25 años)
mujeres Krug et al., 2002; Castro et al., 2008.

Bajo nivel educativo Vivian y Malone, 1997; Campbell, 1989; 8 o menos años de escolaridad
Schumacher et al., 2001; Castro et al., 2008. (≤ secundaria)

Mujer que trabaja Browne et al., 1999; Vivian y Malone, 1997; Condición de actividad de la mujer
Castro et al., 2008.

Factores de riesgo a nivel


familia /hogar

Bajo nivel socioeconómico Heron, Twomey, Jacobs y Kaslow, 1997; Nivel socioeconómico del hogar
Krug et al., 2002; Barnett et al., 2005; Castro
et al., 2008; Castro y Casique, 2009.

Violencia atestiguada en la infancia Schumacher et al., 2001; Krug et al., 2002; Mujer/pareja testigos de violencia en
Castro et al., 2008; Castro y Casique, 2009. infancia

Experiencia de violencia en la infancia Wyat, 1997; Browne, 1993; Wingood y Experiencia de violencia en infancia de la
DiClemente, 1996; Wyatt et al., 2000; mujer y pareja
Castro et al., 2008; Castro y Casique, 2009.

Residencia urbana Castro et al., 2008; Castro y Casique, 2009. Zona (urbana o rural) de residencia

Vol. 3 Núm. 2 mayo-agosto 2012 55


Cuadro 1 Continúa
Perfil de grupos vulnerables y factores de riesgo a la violencia familiar
A B C D
Tipo de
Factores de riesgo Referencias Indicador de vulnerabilidad
violencia
Factores de riesgo a nivel social

Baja autonomía de la mujer Castro et al., 2008; Castro y Casique, 2009; Índice de autonomía*
Casique, 2008.

Bajo poder de decisión de la mujer Babcock et al., 1993; Brownridge, 2002; Índice de poder de decisión*
Castro et al., 2008; Castro y Casique, 2009.

Justificación social de la violencia Attar et al., 1994; Counts et al., 1992. Índice de justificación de violencia
conyugal*

Ideología de roles de género Krug et al., 2002; Heise, 1998; Índice de roles de género*
Casique, 2008.

Escasez de apoyo institucional Barnett, 2001. Instancias y organizaciones


frente a la violencia que atiendan denuncias

Violencia Factores de riesgo individuales


contra los
hijos

Grupo Sexo masculino (v. física)/sexo femenino Finkelhor, 1994; Strauss, 1998; Sexo de los hijos/sexo del hijo
vulnerable: (v. emocional) Shumba, 2001. que se golpea/ofende
niños y
adolescentes Niño(a) menor de 6 años Frías y Castro, 2011; Casique, 2009; Edad (menor de 6 años)
Youssef et al., 1998.

Problemas de conducta/hiperactividad Williamson et al., 1991; de Paul y Hiperactividad/agresividad/adicción


Arruabarrena, 1995.

Discapacidad del menor Croose, Kaye y Ratnofsky, 1993; Leventhal, Discapacidad física/discapacidad mental
1996; Azaola, 2006.

Factores de riesgo a nivel


familia/hogar

Padres jóvenes Krug et al., 2002; Frías y Castro, 2011; Edad de padre y madre
Casique, 2009. (menores de 25 años)

56 REALIDAD, DATOS Y ESPACIO REVISTA INTERNACIONAL DE ESTADÍSTICA Y GEOGRAFÍA


Cuadro 1 Continúa
Perfil de grupos vulnerables y factores de riesgo a la violencia familiar
A B C D
Tipo de
Factores de riesgo Referencias Indicador de vulnerabilidad
violencia
Padres con bajo nivel educativo Krug et al., 2002; Frías y Castro, 2011; Nivel educativo de padre y madre
Casique, 2009. (≤ secundaria)

Padre/madre con problemas de alcohol Milner y Chilamkurti, 1991. Frecuencia y consumo de


o drogas alcohol/drogas por semana

Hogar monoparental Chaffin et al., 1996; Azaola, 2006. Solo madre/padre en el hogar

Elevado número de hijos pequeños Casique, 2009. Número de menores de 5 años en el hogar

Padres golpeados cuando niños Polansky et al., 1981; Heyman y Padre golpeado de niño/madre golpeada
Smith Slep, 2002; Casique, 2009; Frías y de niña
Castro, 2011.
Violencia entre los padres Browne y Herbert, 1997; Browne y Violencia del padre contra la madre
Hamilton, 1999; Merril et al., 2004;
Casique, 2009; Frías y Castro, 2011.
División del trabajo doméstico Casique, 2009. Horas/sem. de trabajo doméstico de
c/adulto

Bajo nivel socioeconómico Price y Glad, 2003; Frías y Castro, 2011; Nivel socioeconómico del hogar
Azaola, 2006.

Factores de riesgo a nivel social

Creencias sobre derecho de los padres Frías-Armenta y McCloskey, 1998; Casique, Índice de justificación de violencia parental*
a pegar 2009; Azaola, 2006.

Violencia Factores de riesgo individuales


contra los
ancianos

Grupo Sexo femenino Biggs et al., 2009; Laumann et al., 2008; Sexo de adultos mayores en el hogar
vulnerable: Acierno et al., 2007.
mayores de
60 años
Edad Amstadter et al., 2011; Biggs et al., 2009; Edad del(los) adulto(s) mayor(es) en el
hogar

Situación conyugal Biggs et al., 2009. Situación conyugal de adulto(s) mayor(es)

Vínculo conyugal con el cuidador Beach et al., 2005; Kleinschmidt, 1997. Relación familiar o no con el cuidador

Vol. 3 Núm. 2 mayo-agosto 2012 57


Cuadro 1 Continúa
Perfil de grupos vulnerables y factores de riesgo a la violencia familiar
A B C D
Tipo de
Factores de riesgo Referencias Indicador de vulnerabilidad
violencia
Problemas de movilidad Amstadter et al., 2011. No puede caminar/
no puede desplazarse solo
Dependencia económica Familiares o amigos lo sostienen
económicamente
Dependencia de cuidados Pérez-Cárceles et al., 2009; Número y tipo de tareas en que requiere
Beach et al., 2005. asistencia
Impedimentos psíquicos o cognitivos Beach et al., 2005. Problemas psíquicos y/o cognitivos

Salud pobre Biggs et al., 2009; Amstadter et al., 2011; Enfermedad crónica/enfermedades
Podnieks, 1992. frecuentes
Factores de riesgo a nivel familia/
hogar
División del trabajo doméstico Horas/sem. de trabajo doméstico
de c/miembro
Sobreexposición del cuidador Coyne et al., 1993; Cooney et al., 1995; Horas diarias empleadas por
Kleinschmidt, 1997. el cuidador al cuidado
Consumo excesivo de alcohol del Reay y Browne, 2001; Anetzberger, 1994; Cantidad de alcohol consumido
cuidador O’Leary, 1997. por cuidador/semana
Dependencia económica de Pillemer, 2004; Greenber et al., 1999; Mantiene económicamente a
los hijos/cuidador Pillemer y Moore, 1999. algún hijo(a)/cuidador
Factores de riesgo a nivel social

Discriminación social contra los ancianos Krug et al., 2002. Índice de discrimación contra
adultos mayores*
Ausencia de programas Amstadter et al., 2011; Lachs et al., 1998. Existencia de programas de apoyo
sociales de apoyo para ancianos
Limitación de acceso al empleo Keikelame et al., 2000. Edad tope para solicitud/permanencia
en el empleo
Aislamiento social Racik et al., 2006; Yaffe et al., 2007; Cuenta con otras redes sociales
Tam y Neysmith, 2006. (amigos, fam., inst.)
Violencia Factores de riesgo individuales
contra
discapacitados
Grupo Sexo femenino Salthhouse y Frohmader, 2004; Sexo de personas discapacitadas
vulnerable: Pérez-Cárceles, 2009; Smith, 2009. en el hogar
discapacitados
física/mental
Inmovilidad física/ Nosek et al., 2006; Pérez-Cárceles, 2009; No puede caminar/
movilidad limitada Curry et al., 2001. no puede desplazarse solo

Dependencia emocional respecto Perilia, 2000; Nosek, 1997; Trato cotidiano con otras personas
al cuidador Curry et al., 2001.

58 REALIDAD, DATOS Y ESPACIO REVISTA INTERNACIONAL DE ESTADÍSTICA Y GEOGRAFÍA


Cuadro 1 Concluye
Perfil de grupos vulnerables y factores de riesgo a la violencia familiar
A B C D
Tipo de
Factores de riesgo Referencias Indicador de vulnerabilidad
violencia
Incapacidad de comunicarse Incapacidad de comunicación

Incapacidad de reconocer el abuso Perilia, 2000. Incapacidad cognitiva

Salud pobre Pérez-Cárceles et al., 2008. Enfermedad crónica/


enfermedades frecuentes

Bajo nivel educativo Salthhouse y Frohmader, 2004; Nivel educativo alcanzado


Brownridge, 2006.

Bajo nivel socioeconómico Curry et al., 2001; Barnett et al., 2005; Nivel socioeconómico del hogar
Home Office, 2004.

Desempleo/no acceso al empleo Jans y Stoddard, 1999; Nosek et al., 2006. Condición de actividad
Smith, 2009.

Factores de riesgo a nivel


familia/hogar

División del trabajo doméstico Brown, 2004. Horas/sem. de trabajo doméstico


de c/miembro

Sobreexposición del cuidador Brown, 2004. Horas/día dedicadas al cuidado


del discapacitado

Factores de riesgo a nivel social

Discriminación social contra Curry et al., 2001; Barnett et al., 2005; Índice de discrimación contra
discapacitados Home Office, 2004. discapacitados*

Ausencia de programas sociales Hassouneh-Phillips and Johnson-Silverberg, Existencia de programas de


de apoyo 2001; Sobsey, 1994. apoyo para discapacitados

Aislamiento social Nosek et al., 2006; Curry et al., 2001. Cuenta con otras redes sociales
(amigos, fam., inst.)

* Índice sumario construido a partir de una batería de preguntas que indaguen sobre el aspecto en particular (ver anexo 1).

Vol. 3 Núm. 2 mayo-agosto 2012 59


Conclusión los miembros de la sociedad. Es fundamentalmen-
te desde una responsabilidad social no asumida en
La propuesta operativa para la medición de los cuanto al bienestar de cada individuo que subsiste
grupos vulnerables a la violencia doméstica que la vulnerabilidad a la violencia. El llamado, enton-
hacemos en este trabajo se estructura a partir de la ces, es a atender esta responsabilidad (Hurst, 2008;
identificación de los principales factores de riesgo Flaskerud y Winslow, 1998) con políticas concretas
y de los individuos expuestos, en situación de des- que promuevan la equidad de género y, en gene-
ventaja, a éstos. Al mismo tiempo, para cada factor ral, las relaciones humanas basadas en la igualdad
de riesgo de violencia doméstica se propone un in- de las diferencias.
dicador que daría cuenta de la presencia y/o mag-
nitud de dicho factor.
Referencias
De manera simultánea, y dado el carácter di-
námico de la vulnerabilidad, la medición de estos
indicadores a través de encuestas debería ser de Acierno, R. et al. “Psychological sequelae resulting from the 2004 Florida
forma periódica y sistemática. Su estimación oca- Hurricanes: Implications for postdisaster intervention”, en: Research and
sional en una encuesta dada permitirá tener una Practice. 97: S103-S108, 2007.
fotografía estática de la vulnerabilidad a la violen- Aday, A. L. At risk in America: The Health and Health Care Needs of Vulnerable
cia doméstica, pero sólo mediante las de tipo pa- Populations in the United States. San Francisco, Jossey Bass Books, 2001,
nel, por ejemplo, se podrá contar en el tiempo con 372 p.
una visión dinámica de la situación y tener, incluso, Aguilar Navarro, S. “El maltrato en México”, en: World Elder Abuse Awareness
la posibilidad de proyecciones a futuro. Day, International Network for the Prevention of Elder Abuse (presentación
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Asimismo, la incorporación de la perspectiva de Alwang, J., P. Siegel y S. L. Jorgensen. “Vulnerability: a view from different
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ción teórica que ubica el problema de la violencia Amstadter, A. B. et al. “Prevalence and Correlates of elder Mistreatment in
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60 REALIDAD, DATOS Y ESPACIO REVISTA INTERNACIONAL DE ESTADÍSTICA Y GEOGRAFÍA


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Developmental Perspective on African-American Adolescents”, en: de variables originales. El supuesto subyacente y re-
Journal of Social Issues. 59 (1): 33-49, 2003. quisito indispensable para crear un índice o escala
Smith, D. L. “Disability, Gender and Intimate Partner Violence: Relation- es que los ítems (variables) incluidos sean unidimen-
ships from the Behavioral Risk Factor Surveillance System”, en: Sexua- sionales, es decir, que están muy asociados unos con
lity and Disability. 26 (1): 15-28, 2008. otros y que representan a un único concepto. El aná-
Stith, S. M. et al. “Risk factors in child maltreatment: A meta-analytic lisis factorial es una técnica importante para deter-
review of the literature”, en: Aggression and Violent Behavior. 14(1): minar de manera empírica la dimensionalidad de
13-29, 2009. un conjunto de variables y su susceptibilidad de ser
Strauss, M. A. et al. “Identification of child maltreatment with the Parent- reducidos a un indicador único.
Child Conflict Tactic Scales. Development and psychometric data for a
national sample of American parents”, en: Child Abuse & Neglect. 22: Este tipo de índices proporciona dos ventajas
249-270, 1998. fundamentales:
Tam, S. y S. Neysmith. “Disrespect and Isolation: Elder Abuse in Chinese
Communities”, en: Canadian Journal on Aging. 25: 141-151, 2006. • Son la manera de solventar los errores de
Thomas, V. L. y R. Green. “Family violence reporting: supporting the vul- muestreo inherentes a todas las variables,
nerable or re-enforcing their vulnerability?, en: Asia Pacific Media que enmascaran las relaciones entre varia-
Educator. 19: 55-70, 2009. bles y hacen más difícil la estimación de mo-
Vivian, D. y J. Malone. “Relationship factor and depressive symptoma- delos multivariados; los índices aditivos re-
tology associated with mild and severe husband-to-wife physical ducen este error al usar varios indicadores (o
aggression”, en: Violence and Victims. 12: 3-18, 1997. variables) en lugar de descansar en uno solo.
World Health Organization. Report of the Consultation on Child Abuse Pre- • Tienen la capacidad de representar en una
vention. Documento WHO/HSC/PVI/99.1. Ginebra, 1999. sola medida o valor diversos aspectos o di-
Williamson, J. M., C. M. Bourduin y B. A. Howe. “The ecology of adoles- mensiones de un concepto.
cent maltreatment: a multilevel examination of adolescent physical
abuse, sexual abuse and neglect”, en: Journal of Consulting and Clini- a) Índice de poder de decisión
cal Psychology. 59(3): 449-457, 1991.
Wyatt, G. et al. “Examining patterns of Vulnerability to Domestic Violence Intenta medir la capacidad de injerencia de la
among African American Women”, en: Violence Against Women. 6(5): mujer en la toma de decisiones personales y fa-
495-514, 2000. miliares y está basado en preguntas (incluidas en
Yaffe, M. J. et al. “Detection and prevalence of abise among older males: la ENDIREH 2003, 2006 y 2011) sobre quién en la
Perspectives from family practice”, en: Journal of Elder Abuse and Ne- pareja decide en diversos aspectos, como: 1) si la
glect. 19: 47-60, 2007. mujer puede trabajar o estudiar, 2) si la mujer pue-
Yousseff, R. M., M. S. Attia y M. I. Kamel. “Children experiencing violen-
ce: parental use of corporal punishment”, en: Child Abuse & Neglect.
 Para información más detallada sobre la estimación de los diversos índices aquí plantea-
22:959-973, 1998. dos utilizando datos de la ENDIREH 2003 y 2006, ver Casique, 2005 y Casique, 2008.

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de salir de su casa, 3) qué hacer con el dinero (que nada (simplemente lo hace); 4) no va sola, va con
ella gana), 4) si puede comprar cosas (para ella), 5) él; 5) no lo hace y 6) otro.
si puede participar en la vida social o política de su
comunidad, 6) cómo se gasta o economiza el dine- Antes que nada, es necesario codificar las po-
ro, 7) sobre los permisos a hijas e hijos, 8) cambiar- sibles respuestas de manera tal que el valor del
se o mudarse de casa y/o ciudad, 9) cuándo tener código asociado a cada una de ellas refleje un or-
relaciones sexuales, 10) si se usan anticonceptivos, den creciente de autonomía. De ahí que las cate-
11) quién debe usar los anticonceptivos y 12) cuán- gorías son recodificadas de la siguiente manera:
tos hijos tener. no lo hace = 0; no va sola, va con él = 0; le debe
pedir permiso = 1; le avisa o pide su opinión = 2 y
Las posibles respuestas consideradas son: Es- no tiene que hacer nada = 3. Aquellos casos don-
poso, Ambos o Ella, que se codifican como 0, 1 y 2, de la respuesta es otro o no hubo respuesta son
respectivamente, asignando así un mayor poder excluidos del análisis ya que no proporcionan in-
de decisión en la medida en que la mujer partici- formación relevante para estimar la autonomía
pa de manera más clara en las decisiones. de las mujeres.

Mediante análisis factorial se confirma si estas Enseguida de estas variables sobre libertad per-
preguntas responden a un mismo concepto de sonal de la mujer se les aplica análisis factorial, el
poder de decisión de los miembros de la pareja cual permite confirmar la integridad conceptual de
y se pueden identificar distintas dimensiones del los diversos y la determinación de los ponderado-
mismo (en la medida en que los diversos ítems se res para la integración final de todos los ítems en
cargan en distintos factores), lo que da pie al esta- un índice aditivo.
blecimiento de ponderadores según el porcentaje
de varianza que cada uno de ellos explica y, final-
mente, agruparlos en un índice estandarizado, cu- c) Índice de ideología de roles de género
yos valores van de 0 a 1.
Como una aproximación a la ideología o posturas
de las mujeres frente a los roles tradicionales de
b) Índice de autonomía género, se concibe este indicador, que se puede
construir a partir de respuestas a preguntas como:
También se le llama de libertad de movimiento de las a) una buena esposa debe obedecer a su marido en
mujeres. Busca medir el grado de autonomía de todo lo que él ordene; b) una mujer puede escoger
las féminas para realizar diversas actividades sin sus amistades, aunque a su esposo no le guste; c) la
requerir el permiso o la compañía del esposo para mujer es libre de decidir si trabaja o no; d) el hom-
ello. Por lo tanto, se estima a partir de preguntas bre debe responsabilizarse de todos los gastos de la
como: respecto a su esposo o pareja y los arreglos familia; e) una mujer tiene la misma capacidad que
que hace con él cuando necesita realizar alguna un hombre para ganar dinero; f) es obligación de la
de estas actividades: 1) trabajar por un pago o re- mujer tener relaciones sexuales con su esposo aun-
muneración, 2) ir de compras, 3) visitar parientes o que ella no quiera; g) la responsabilidad de los hijos
amistades, 4) comprar algo para ella o cambiar su e hijas debe compartirse entre el padre y la madre;
arreglo personal, 5) participar en alguna actividad h) el marido tiene el derecho de pegarle a la mujer
vecinal o política, 6) hacer amistad con una per- cuando ella no cumple con sus obligaciones.
sona a quien su esposo no conoce y 7) votar por
algún partido o candidato. Como opciones de Para cada una de estas afirmaciones se ofre-
respuesta a cada una de estas preguntas se plan- cen como alternativas de respuesta las opciones
tean las siguientes: 1) le debe pedir permiso; 2) de Sí, No o Depende. Se asigna el valor de 1 a las
le avisa o pide su opinión; 3) no tiene que hacer respuestas que refuerzan una actitud de subor-

64 REALIDAD, DATOS Y ESPACIO REVISTA INTERNACIONAL DE ESTADÍSTICA Y GEOGRAFÍA


dinación de las mujeres respecto a sus esposos la pertinencia de incluir todos estos ítems en un
(atendiendo al sentido tradicional o no de cada solo indicador, el cual se obtendría a partir de la
afirmación), un valor de 2 cuando corresponde suma ponderada de los diversos ítems. Al final,
a Depende y el de 3 a las que reflejan un rechazo el índice obtenido se estandarizaría para delimi-
de la mujer a su subordinación frente a los va- tar el rango entre 0 y 1. Valores más cercanos a
rones. Mediante análisis factorial se determina 0 indicarían una actitud de mayor rechazo o no
la pertenencia de todos estos ítems en un solo aceptación de la violencia contra la mujer, en tan-
concepto y se identifican factores que permiten to que valores más elevados y cercanos a 1 suge-
establecer ponderadores para la agrupación de rirían una mayor justificación de la violencia por
todos los ítems en un índice aditivo ponderado, parte de la mujer.
el cual al final se estandariza para obtener valores
entre 0 y 1. Valores bajos en el índice (cercanos a
cero) indicarían una actitud tradicional frente e) Índice de justificación de violencia parental
a la división de roles por género, mientras que
valores más altos (cercanos a 1) indicarían una Para determinar el grado en que la violencia física
más equitativa respecto a los roles de hombres (o emocional) contra los hijos es vista como estra-
y mujeres. tegia educativa o correctora apropiada por parte
de los padres, se puede plantear un conjunto de
preguntas, como:
d) Índice de justificación de la violencia contra las
mujeres • Para educar bien a los hijos es necesario, a ve-
ces, el castigo físico.
Pretende medir el grado en que las féminas justi- • Existen situaciones en las cuales está bien que
fican la violencia, entendiéndola como una con- el padre o la madre le pegue a un niño(a).
ducta comprensible o normal en determinadas • Hay circunstancias en que sólo una buena nal-
circunstancias. Su estimación puede basarse en gada puede corregir al niño(a).
la inclusión de una batería de afirmaciones o si- • Un buen grito al niño(a) que se comporta mal
tuaciones frente a las cuales la mujer exprese si dice más que mil palabras.
está bien que el esposo le pegue. • Aunque no me guste pegarle a los hijos, a ve-
ces no hay otra alternativa.
Está bien (o se justifica) que un hombre golpee
a su esposa si: Las opciones de respuesta pueden plantear di-
ferentes grados de acuerdo o desacuerdo: 1) com-
pletamente en desacuerdo, 2) parcialmente en
a) Ella lo desobedece. desacuerdo, 3) ni de acuerdo ni en desacuerdo, 4)
b) Es floja. parcialmente de acuerdo y 5) completamente de
c) Quema la comida. acuerdo.
d) No cumple con los quehaceres de la casa.
e) Desatiende a los hijos. El índice final se integraría con la suma de la pun-
f ) Si ella le es infiel. tuación correspondiente a la respuesta seleccio-
g) Hace cosas a escondidas de él. nada para cada pregunta. Dado que se otorga un
h) Lo contradice. código mayor a las respuestas que indican algún
nivel de acuerdo con las afirmaciones planteadas
La alternativa de respuesta puede ser Sí o No (códigos 4 y 5), los valores más elevados del índice
y, en ese caso, se codificaría el Sí = 1 y el No = 0. final indicarán una mayor justificación de la violen-
Empleando análisis factorial se puede corroborar cia física contra los hijos.

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