PEDAGOGÍA El Señor de Las Moscas
PEDAGOGÍA El Señor de Las Moscas
PEDAGOGÍA El Señor de Las Moscas
1. Introducción
El Señor de las Moscas plantea varios temas y varias corrientes filosóficas como el
colectivismo frente al individualismo, la lucha de poder, la manipulación, el hombre es bueno
por naturaleza o la muerte por la madre.
El hombre es bueno por naturaleza, es la sociedad quien hace que éste sea malo. Esta
ideología la presenta Rousseau, y dicha ideología se pone en duda en esta película. Pero
además, no solo en esta película, también en Canino. Se pone a prueba en estas películas
como el individuo se comporta en un medio determinado. En el caso de El Señor de las
Moscas, el medio es primario y virgen, lo cuál hay libertad en las acciones que toman los
niños. En Canino, el medio está especialmente trucado, pues no puede salir de la residencia
en la que viven y dicha residencia está planeada por los padres de los tres niños para poder
tenerlos controlados.
La muerte de la madre de El Señor de las Moscas está simbolizada por el jabalí, que es una
hembra. Es la ruptura con la mayor mentora que tiene una persona, que es su madre. La
educación siempre viene de formas diferentes, educación formal e informal, pero la madre
siempre será la educadora por excelencia, pues es la que ya en el periodo de gestación nos da
alimento, salud y referencias musicales. Al jabalí lo matan y crean un rito con él, una
simbología. Los cadetes y Jack tienen ahora el poder, no la madre que les ha dado todo
cuanto necesitaban.
2. Desarrollo
Desde que tengo uso de razón, siempre me he decantado por películas, novelas, historias, etc.
que traten la dualidad, pues todo ser humano es dual. Con esto me refiero a que me llama
especialmente la atención las perspectivas y la escala de valores de cada individuo, y cómo
por esta razón, no existe el bien y el mal. La ética y la moralidad tiene un componente
primitivo, pero también es un constructo social que hace que todos actuemos en beneficio de
un propósito común como sociedad. Poner límites a nuestras acciones es necesario, porque si
no los pusiéramos sobreviviría el más poderoso o los más poderosos. No habría diversidad de
ningún tipo. Y aunque suene contradictorio el no limitar con la no diversidad, esto se puede
extrapolar a la falacia de la tolerancia de Karl Popper, pues éste decía que el exceso de
tolerancia es la falta de ella. Por ejemplo, si como sociedad toleramos lo que nos perjudica y
lo que no nos tolera, al final estamos no tolerando. Es lo mismo con los límites. El exceso de
límites lleva a la falta de dichos límites. Se puede presenciar fácilmente con Jack, ya que él
quiere romper con lo que establece Ralph, que a priori parece imponer ciertas normas, tener
límites; mientras que Jack no quiere tener límites ni quiere que le obliguen o impongan. Esto
le lleva a crear unas reglas y unas normas especialmente limitantes, pues la norma es
sobrevivir y ser el más poderoso, y aquellos más débiles son sujetos a burlas. Parece no haber
límites, pero la propia naturaleza primitiva de los niños llevan a matar al jabalí, matar a otros
por supervivencia (en el caso del chico que es más sensible, el del camaleón), perseguir y
querer matar a Ralph, etc. De aquí la idea de que la falta de límites hace que se creen ciertas
normas en base al poder y la fortaleza de cada uno sin haber una equidad.
La idea de que podemos crear nuestras normas o reglas es compleja, porque pienso que sí que
se hace, y al final nuestra propia sociedad se basa en reglas y normas para poder actuar en
nuestro día a día. Pero siempre hay una lucha o reivindicación hacia dichas normas y reglas.
Es más, existen diferentes partidos políticos con ideas diferentes sobre cómo debería
funcionar un país, una ciudad o un municipio. Y lo que ocurre siempre es que no llueve a
gusto de todos. Antropológicamente hablando, está demostrado que en una ola de extrema
derecha viene otra de extrema izquierda y viceversa. Esto ocurre porque nunca estamos
conforme con las normas y reglas que nos imponen y pensamos que un partido político
concreto nos lo va a solucionar. Cuando vemos que no lo soluciona, nos pasamos a otro
partido político. No lo soluciona y volvemos al otro, y así siempre. En España se puede ver
fácilmente. En el año 1931 aparece una república después de la dictadura de Primo de Rivera.
En dicha república se tratan temas como el voto femenino, que fue aprobado; pero en 1936
comienza una guerra que acaba en 1939 ganando otra dictadura. Dicha autarquía acaba con el
voto femenino e impone ciertas normas, siendo la mujer la más perjudicada. En 1975, al
morir Franco, España comienza un periodo de transición hacia la democracia siendo una
época de revolución cultural, pues hay música reivindicativa, películas extranjeras sin
censura o la misma comunidad LGTBIQ+ siendo poco a poco más visible. Lo que quiero
decir con todo esto es que siempre vamos a estar inconformes, y si estamos conformes, otros
no lo estarán y lucharán por lo que crean correcto, lo que lleva a la complejidad en las normas
y reglas bajo las que actuamos. Pero aún así, es necesario tener reglas y normas, sobre todo
las que tienen que ver con el perjuicio al prójimo como lo son robar o matar. Lo que ocurre es
que sigue habiendo diferencias incluso en estos temas que parecen básicos. Como lo es la
eutanasia, por ejemplo.
Sin duda no existe la sociedad perfecta, es una utopía. Lo que sí está claro es que el exceso de
límites como la falta de éstos llevan a una sociedad al caos absoluto.
3. Cierre
No se puede vivir sin límites, porque se crea la ley del más fuerte, dejando a los más débiles
fuera de la sociedad, lo cual crea una sociedad sin diversidad y encasillada en un ideal que no
es real. Los puntos de vista y las diferentes perspectivas siempre estará presente, por ello
como evolución de la propia sociedad, es necesario aceptar la diversidad, pues nos hace más
tolerantes y esta tolerancia hace que los distintos ámbitos sociales sean cubiertos de la mejor
forma posible, pues el más fuerte no siempre es el mejor para todos los ámbitos.
4. Bibliografía
- https://elpais.com/elpais/2012/11/26/opinion/1353958342_852665.html