Actividad Caso 1 y Caso

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INTRODUCION

En esta actividad evidenciamos 2 casos de accidentes, en los dos casos son trabajadores,
pero los sucesos suceden de diferente manera, para dar solución a este problema debemos
regirnos a la normatividad colombiana del código sustantivo de trabajo y los convenios
internacionales.

La normatividad colombiana es clara y en sus artículos es explicita en citar cuando es un


accidente de trabajo o cuando no lo es, bajo que circunstancia se le debe responder al
trabajador, y cuáles son los artículos que lo ampara en casos de accidentes.

De todas maneras, es clara la normatividad en definir que bajo ninguna circunstancia el


trabajador en caso de accidente se le debe dar la espalda ya sea que responda la empresa o
la eps por enfermedades que no son por la labor.
OBJETIVOS

Objetivo General

 Analizar los casos, de los dos trabajadores


 Establecer la normatividad que cumple a su caso

Objetivo Especifico

 Implementar el articulo de la norma que le confiere en el caso


 Determinar la normatividad colombiana que aplica a los dos casos
CASO 1: ACCIDENTE DE TRABAJO

ANA MARÍA MEDINA se encuentra trabajando para la empresa SERVICIOS JL SAS.


Fue enviada en comisión de urgencia por su jefe inmediato a Cartagena para atender un
requerimiento del cliente. Este no reportó la comisión al Departamento de Talento
Humano; sin embargo, la dependencia respectiva compró los tiquetes. La reunión sería el
lunes 3 de abril a las 7 de la mañana, por lo que la trabajadora viajó el día domingo.
Estando en la playa y luego da haber tomado unos cocteles sufrió un accidente, que la ha
dejado parapléjica como consecuencia de una caída

A la señora ANA MARÍA le han hecho el tratamiento por la EPS y no ha reclamado nada a
pesar de que la calificaron con una pérdida de capacidad laboral del 50%. Ella considera
que su caso es un accidente de origen laboral, asesórela. Ante el presente caso, haga el
análisis con sustento en la normatividad estudiada, acerca de cuál sería el origen del
accidente. Argumente y sustente su respuesta. Consulte las fuentes adicionales que estime
convenientes.

a) Accidente: 
1. Identifiquen qué elementos de prueba son necesarios para determinar el origen del
accidente. 
2. ¿Qué clase de accidente laboral probablemente se enmarcaría en el caso
problémico?
3. Argumenten, conforme con lo estudiado, si se configura como un accidente de
origen laboral o común y el porqué de la decisión tomada.

Actividad Económica de la Empresa: Empresa de Servicios.

Clase de Riesgo I

CODIGO CIUO- 08 2421 Analista de gestión y organización, auditor de calidad.


Dando respuesta a la Sra. Ana María Medina nos permitimos como futuros
Administradores en Salud Ocupacional dar nuestra opinión sobre el suceso que se presento
con su humanidad:

Sra. Ana María Medina teniendo en cuenta que la orden fue de manera directa por su jefe
inmediato para el desplazamiento realizado a la ciudad de Cartagena y que este fue con
fines laborales puedo manifestarle lo siguiente teniendo a la mano la normatividad del caso
para manifestarle que su caso no fue un accidente Laboral por lo que se expresa de manera
atenta, ya que podemos notar que existió un desacato de orden directa del  jefe inmediato,
dado que la trabajadora no se hospedo en el hotel para su descanso  previo a la cita del día
lunes a las 7:00 AM,

Una demostración en el cual se esclarece, que no fue un accidente de origen laboral es que
la empleada no se encontraba en el sitio donde se le había ordenado estar por su jefe
inmediato. Ya que esta se encontraba en otro lugar que era la playa, donde en ningún
momento se le dio previa orden a ir.

Sin embargo, hay que recordar la Normatividad de la siguiente manera frente a los servicios
que se le han prestado a la fecha y no han sido vulnerados por parte del empleador:

DECRETO 1295 DE 1994 (junio 22)

Reglamentado por el Decreto Nacional 1771 de 1994 , Reglamentado por el Decreto


Nacional 1530 de 1996

"Por el cual se determina la organización y administración del Sistema General de Riesgos


Profesionales".

Artículo 5º. Prestaciones asistenciales.

Todo trabajador que sufra un accidente de trabajo o una enfermedad profesional tendrá
derecho, según sea el caso, a:

a) Asistencia médica, quirúrgica, terapéutica y farmacéutica;

b) Servicios de hospitalización;
c) Servicio odontológico;

d) Suministro de medicamentos;

e) Servicios auxiliares de diagnóstico y tratamiento;

f) Prótesis y órtesis, su reparación, y su reposición solo en casos de deterioro o


desadaptación, cuando a criterio de rehabilitación se recomiende;

g) Rehabilitaciones física y profesional;

h) Gastos de traslado, en condiciones normales, que sean necesarios para la prestación de


estos servicios.

Los servicios de salud que demande el afiliado, derivados del accidente de trabajo o la
enfermedad profesional, serán prestados a través de la Entidad Promotora de Salud a la cual
se encuentre afiliado en el Sistema General de Seguridad Social en Salud, salvo los
tratamientos de rehabilitación profesional y los servicios de medicina ocupacional que
podrán ser prestados por las entidades administradoras de riesgos profesionales.

Los gastos derivados de los servicios de salud prestados y que tengan relación directa con
la atención del riesgo profesional, están a cargo de la entidad administradora de riesgos
profesionales correspondiente.

La atención inicial de urgencia de los afiliados al sistema, derivados de accidentes de


trabajo o enfermedad profesional, podrá ser prestada por cualquier institución prestadora de
servicios de salud, con cargo al sistema general de riesgos profesionales.

Artículo 6º. Prestación de los servicios de salud.

Para la prestación de los servicios de salud a los afiliados al Sistema General de Riesgos
Profesionales, las entidades administradoras de riesgos profesionales deberán suscribir los
convenios correspondientes con las Entidades Promotoras de Salud.

El origen determina a cargo de cual sistema general se imputarán los gastos que demande el
tratamiento respectivo. El Gobierno Nacional reglamentará los procedimientos y términos
dentro de los cuales se harán los reembolsos entre las administradoras de riesgos
profesionales, las Entidades Promotoras de Salud y las instituciones prestadoras de
servicios de salud.

Las entidades administradoras de riesgos profesionales reembolsarán a las Entidades


Promotoras de salud, las prestaciones asistenciales que hayan otorgado a los afiliados al
sistema general de riesgos profesionales, a las mismas tarifas convenidas entre la entidad
promotora de salud y la institución prestadora de servicios de salud, en forma general, con
independencia a la naturaleza del riesgo. Sobre dichas tarifas se liquidará una comisión a
favor de la entidad promotora que será reglamentada por el Gobierno Nacional, y que en
todo caso no excederá al 10%, salvo pacto en contrario entre las partes.

La institución prestadora de servicios de salud que atienda a un afiliado al sistema general


de riesgos profesionales, deberá informar dentro de los 2 días hábiles siguientes a la
ocurrencia del accidente de trabajo o al diagnóstico de la enfermedad profesional, a la
entidad promotora de salud y a la entidad administradora de riesgos profesionales a las
cuales aquel se encuentre afiliado.

Hasta tanto no opere el Sistema General de Seguridad Social en Salud, mediante la


subcuenta de Compensación del Fondo de Solidaridad y Garantía, las entidades
administradoras podrán celebrar contratos con instituciones prestadoras de servicios de
salud en forma directa; no obstante se deberá prever la obligación por parte de las entidades
administradoras, al momento en que se encuentre funcionando en la respectiva región las
Entidades Promotoras de Salud, el contratar a través de éstas cuando estén en capacidad de
hacerlo.

Para efecto de procedimientos de rehabilitación las administradoras podrán organizar o


contratar directamente en todo tiempo la atención del afiliado, con cargo a sus propios
recursos.

Finalmente, las entidades administradoras podrán solicitar a la Entidad Promotora de Salud


la adscripción de instituciones prestadoras de servicios de salud. En este caso, la entidad
administradora de riesgos profesionales asumirá el mayor valor de la tarifa que la
Institución prestadora de servicios de salud cobre por sus servicios, diferencia sobre la cual
no se cobrará la suma prevista en el inciso cuarto de este artículo.
Parágrafo. La prestación de servicio de salud se hará en las condiciones medias de calidad
que determine el Gobierno Nacional, y utilizando para este propósito la tecnología
disponible en el país.

De igual forma frente el Decreto da las siguientes definiciones para aclarar su solicitud Sra.
Ana María Medina:

Artículo 8º. Riesgos Profesionales.

Son Riesgos Profesionales el accidente que se produce como consecuencia directa del
trabajo o labor desempeñada, y la enfermedad que haya sido catalogada como profesional
por el Gobierno Nacional.

Artículo 9o. INEXEQUIBLE.  Accidente de Trabajo.

Es accidente de trabajo todo suceso repentino que sobrevenga por causa o con ocasión del
trabajo, y que produzca en el trabajador una lesión orgánica, una perturbación funcional,
una invalidez o la muerte.

Es también accidente de trabajo aquel que se produce durante la ejecución de órdenes del
empleador, o durante la ejecución de una labor bajo su autoridad, aún fuera del lugar y
horas de trabajo.

Igualmente se considera accidente de trabajo el que se produzca durante el traslado de los


trabajadores desde su residencia a los lugares de trabajo o viceversa, cuando el transporte lo
suministre el empleador.

Corte Constitucional Sentencia C-858 de 2006 

Artículo 10.  INEXEQUIBLE. Excepciones.

No se consideran accidentes de trabajo:

a) El que se produzca por la ejecución de actividades diferentes para las que fue
contratado el trabajador, tales como labores recreativas, deportivas o culturales,
incluidas las previstas en el artículo 21 de la ley 50 de 1990, así se produzcan durante
la jornada laboral, a menos que actúe por cuenta o en representación del empleador.
b) El sufrido por el trabajador, fuera de la empresa, durante los permisos
remunerados o sin remuneración, así se trate de permisos sindicales.

Corte Constitucional Sentencia C-858 de 2006 

21 de la ley 50 de 1990

ARTICULO 21. <Ver modificaciones directamente en el Código> Adiciónase al Capítulo


II del Título VI Parte Primera del Código Sustantivo del Trabajo el siguiente artículo:

Dedicación exclusiva en determinadas actividades.

En las empresas con más de cincuenta (50) trabajadores que laboren cuarenta y ocho (48)
horas a la semana, éstos tendrán derecho a que dos (2) horas de dicha jornada, por cuenta
del empleador, se dediquen exclusivamente a actividades recreativas, culturales, deportivas
o de capacitación.

De igual manera Doña Ana María Medina ya existe una demanda a la norma y esta fue la
sentencia probatoria que determino el concepto de Accidente Laboral el cual no la acobija
ya que no fue una orden directa de su jefe inmediato el ir a la playa, ya que sus
orientaciones fueron de asistir a una reunión que sería el lunes 3 de abril a las 7 de la
mañana con fines laborales mas no recreativos. Esta dice la sentencia:

NOTA DE LA RELATORIA. MEDIANTE AUTO 051 DE 2007, SE CORRIGIO UN


ERROR INVOLUNTARIO PRESENTADO EN LA PARTE RESOLUTIVA DE LA
SENTENCIA C-858 DE 2006, EN SU NUMERAL PRIMERO.

SENTENCIA C-858/06

EXCESO DE FACULTADES EXTRAORDINARIAS-Es un vicio material

UNIDAD NORMATIVA-Integración con ley habilitante y decreto que la desarrolla

LIBERTAD DE CONFIGURACION LEGISLATIVA EN SEGURIDAD SOCIAL-


Alcance
FACULTADES EXTRAORDINARIAS PARA ORGANIZAR ADMINISTRACION
DEL SISTEMA GENERAL DE RIESGOS PROFESIONALES-Exceso al regular
ingreso base de liquidación

FACULTADES EXTRAORDINARIAS-Requisitos

FACULTADES EXTRAORDINARIAS-Límites

ACCIDENTE DE TRABAJO-Definición

FACULTADES EXTRAORDINARIAS PARA ORGANIZAR ADMINISTRACION


DEL SISTEMA GENERAL DE RIESGOS PROFESIONALES-Exceso al definir
accidente de trabajo y distinción entre formas de afiliación

En el caso concreto la ley habilitante estableció como una de sus finalidades la unificación
del Sistema de Seguridad Social, pero dicha pretensión no la hizo extensiva al presidente
de la República, tal como lo estableció esta Corporación en la Sentencia C-452/02,
reiterada en la Sentencia C-1152/05. De manera que la definición con el ánimo de unificar
conceptos sobre accidente de trabajo (art 9 y 10 del D.L. 1295/94) y el establecimiento de
distinciones entre formas de afiliación (art.13), no fueron facultades entregadas al
presidente mediante la ley habilitante.

REMISION LEGISLATIVA-No subsana vicios de fondo provenientes del ejecutivo

SENTENCIA DE INCONSTITUCIONALIDAD-Efecto diferido/SENTENCIA DE


INEXEQUIBILIDAD DIFERIDA-Aplicación

En atención a la importancia que para la estabilidad del Sistema General de Riesgos


Profesionales revisten las normas impugnadas y con el fin de mitigar los efectos
inmediatos de una decisión de inexequibilidad, la Corte atenderá la solicitud del
Procurador General de la Nación y de algunos de los intervinientes en el sentido de diferir
los efectos de esta decisión por el término de ocho (8) meses, hasta el veinte (20) de junio
de 2007, a fin de que el Congreso expida una Ley que defina los aspectos declarados
inexequibles en el presente proceso.
Referencia: expediente D-6261

Demanda de inconstitucionalidad contra los artículos 9, 10 y 13 (parcial), del Decreto 1295


de 1994.

Actor: Leonardo Cañón Ortegón

Magistrado Ponente: Dr. JAIME CÓRDOBA TRIVIÑO

Bogotá, D.C., dieciocho (18) de octubre de dos mil seis (2006).

LA SALA PLENA DE LA CORTE CONSTITUCIONAL,

en ejercicio de sus atribuciones constitucionales y legales, en especial las previstas en el


artículo 241, numeral 5, de la Constitución Política, y cumplidos todos los trámites y
requisitos contemplados en el Decreto 2067 de 1991, ha proferido la siguiente

SENTENCIA

I. ANTECEDENTES

En ejercicio de la acción pública de inconstitucionalidad consagrada en el artículo 241 de la


Constitución, el ciudadano Leonardo Cañón Ortegón, interpuso demanda de
inconstitucionalidad contra los artículos 9, 10 y 13 en la expresión "En forma voluntaria",
del Decreto 1295 de 1994.

Cumplidos los trámites constitucionales y legales propios de los procesos de


inconstitucionalidad, la Corte Constitucional procede a decidir acerca de la demanda en
referencia.

II. TEXTO DE LAS NORMAS ACUSADAS

A continuación, se transcribe el texto de las disposiciones objeto de este proceso


subrayando los apartes impugnados.

DECRETO LEY 1295 de 1994

(junio 22)

Por el cual se determina la organización y administración del Sistema General de Riesgos


Profesionales
ART. 9º. Accidente de trabajo. Es accidente de trabajo todo suceso repentino que
sobrevenga por causa o con ocasión del trabajo, y que produzca en el trabajador una lesión
orgánica, una perturbación funcional, una invalidez o la muerte.

Es también accidente de trabajo aquel que se produce durante la ejecución de órdenes del
empleador, o durante la ejecución de una labor bajo su autoridad, aun fuera del lugar y
horas de trabajo.

Igualmente se considera accidente de trabajo el que se produzca durante el traslado de los


trabajadores desde su residencia a los lugares de trabajo o viceversa, cuando el transporte lo
suministre el empleador.

ART. 10. Excepciones. No se consideran accidentes de trabajo:

a) El que se produzca por la ejecución de actividades diferentes para las que fue contratado
el trabajador, tales como labores recreativas, deportivas o culturales, incluidas las previstas
en el artículo 21 de la Ley 50 de 1990, así se produzcan durante la jornada laboral, a menos
que actúe por cuenta o en representación del empleador.

b) El sufrido por el trabajador, fuera de la empresa, durante los permisos remunerados o sin
remuneración, así se trate de permisos sindicales.

ART. 13. Afiliados. Son afiliados al sistema general de riesgos profesionales:

a). En forma obligatoria: 1. Los trabajadores dependientes nacionales o extranjeros,


vinculados mediante contrato de trabajo o como servidores públicos.

2. Los jubilados o pensionados, excepto los de invalidez, que se reincorporen a la fuerza


laboral como trabajadores dependientes, vinculados mediante contrato de trabajo o como
servidores públicos.

3. Los estudiantes que deban ejecutar trabajos que signifiquen fuente de ingreso para la
respectiva institución, cuyo entrenamiento o actividad formativa es requisito para la
culminación de sus estudios, e involucra un riesgo ocupacional, de conformidad con la
reglamentación que para el efecto se expida, y

b). En forma voluntaria: Los trabajadores independientes, de conformidad con la


reglamentación que para tal efecto expida el Gobierno Nacional.
PAR. La afiliación por parte de los empleadores se realiza mediante el diligenciamiento del
formulario de afiliación y la aceptación por la entidad administradora, en los términos que
determine el reglamento.

1. La demanda

En fecha veintiuno de (21) de marzo de 2006, el ciudadano Leonardo Cañón Ortegón


interpuso demanda de inconstitucionalidad contra los artículos 9º, 10º y la frase "En forma
voluntaria" del artículo 13, del Decreto 1295 de 1994.

En el escrito presentado por el demandante se pueden desentrañar cuatro cargos principales.

Primer cargo

En primer lugar argumentó que las facultades extraordinarias otorgadas por el Congreso al
Presidente de la República para la expedición del Decreto en cuestión debía ajustarse a lo
establecido por el artículo 150 numeral 10 de la Carta "que autoriza al Congreso para
conceder al Presidente de la República facultades extraordinarias con el objeto de expedir
normas con fuerza de ley, de manera que dichas facultades sean "precisas", es decir,
limitadas al objeto, a la materia y dentro del término que defina el propio legislador.1"

Como sostén de este cargo, el accionante relacionó jurisprudencia de este Tribunal en la


definición y alcance de las facultades conferidas al presidente de la República mediante la
Ley 100 de 1993, artículo 139, numeral 11 para "dictar las normas necesarias para
organizar la administración del Sistema General de Riesgos Profesionales" conforme a la
definición del Sistema General de Riesgos Profesionales. Como son las sentencias C-452
de 2002 M.P. Jaime Araujo Renteria; C-516 de 2004 M.P. Jaime Córdoba Triviño; y C-
1152 de 2005 M.P. Clara Inés Vargas Hernández.

El demandante considera que el Presidente no solamente se excedió en el alcance de las


facultades extraordinarias concedidas por la Ley 100 de 1993 con la consiguiente violación
del numeral 10 del artículo 150, sino que también vulneró la restricción establecida en el
numeral 2º del mismo artículo constitucional sobre la competencia del Congreso para
"expedir códigos en todos los ramos de la legislación y reformar sus disposiciones". Ello
porque con la aprobación de los artículos 9 y 10 del Decreto 1295/94 el Presidente
modificó el artículo 199 del Código Sustantivo del Trabajo y los artículos 2º y 3º del
Acuerdo 155 de 1963, aprobado por el Decreto 3170 de 1964, aprobatorio del reglamento
general del seguro social obligatorio de accidentes de trabajo y enfermedades profesionales.

Segundo cargo

El demandante presentó un segundo cargo íntimamente relacionado con el primero, al


aducir que el Presidente no se limitó a expedir normas para organizar a la administración
del Sistema General de Riesgos Profesionales como era su obligación constitucional y en
vez de ello "cambió las definiciones de accidente de trabajo vigentes, limitando su
contenido en aspectos sustantivos" es así que respecto al artículo 199 del Código
Sustantivo del Trabajo la reforma eliminó de la legislación ordinaria el carácter de
"repentino" del suceso que se constituya como accidente de trabajo; "pasajera" sobre el
grado de perturbación funcional del accidente de trabajo y la situación de no cubrimiento
del concepto de accidente de trabajo cuando el hecho "haya sido provocado
deliberadamente o por culpa de la víctima".

En el mismo sentido respecto a los artículos 2º y 3º del Acuerdo 155 de 1963, aprobado por
el Decreto 3140 de 1964, expedido con base en facultades concedidas al Presidente de la
República por el artículo 9, de la Ley 90 de 1946 y por el Artículo 5º del Decreto 1695 de
1960 al modificar la norma sustantiva en un doble sentido, en el primero de ellos cuando
consagraba los hechos que configuran un accidente de trabajo, y en el segundo cuando por
norma expresa se establecían unos supuestos en los que no se daba un accidente de trabajo.
Es así, que sobre el primero, se configuraba un accidente de trabajo cuando los hechos
sucedían: "b) En el curso de una interrupción del trabajo, si la víctima se halla en los
locales de la empresa, o en los lugares de trabajo" y "c) Por acción de tercera persona o por
acto intencional del patrono o de un compañero de trabajo, durante la ejecución de éste, y
por causa y omisión del trabajo." Sobre el segundo supuesto, no se daba un accidente de
trabajo en los siguientes eventos: "a) El que fuere provocado deliberadamente por la
víctima o por sus causahabientes, o el que fuera consecuencia de un acto delictuosos del
que la víctima fuere responsable directa o indirectamente; b) El que fuere producido por
culpa grave de la víctima, considerándose igualmente como tal, entre otras, la
desobediencia deliberada de órdenes expresas, el incumplimiento manifiesto e intencional
de las disposiciones del reglamento de prevención de riesgos, y la embriaguez o cualquier
otra forma de toxicomanía o de narcosis...c) el que se deba a fuerza mayor...".

Tercer cargo

Así mismo el accionante considera que el presidente, con las normas acusadas, excluyó
algunas hipótesis con las cuales no se configura accidente de trabajo, pese a su importancia,
como son:

"a). El que se produzca por la ejecución de actividades diferentes para la que fue contratado
el trabajador, tales como las recreativas, deportivas o culturales, incluidas las previstas en el
artículo 21 de la Ley 50 de 1990, así se produzcan durante la jornada laboral, a menos que
actúe por cuenta o representación del empleador.

b). El sufrido por el trabajador, fuera de la empresa, durante los permisos remunerados o sin
remuneración, así se trate de permisos sindicales."

Este último evento es para el accionante contrario a los artículos 38 y 39 de la Constitución


Política referentes a la libre asociación y reconocimiento de garantías a los representantes
de las organizaciones sindicales.

Cuarto cargo

Arguye el demandante que con el establecimiento de un régimen de afiliación al Sistema


General de Riesgos Profesionales de los trabajadores independientes mediante la locución
"En forma voluntaria" del artículo 13 del Decreto 1295 de 1994 y establecer que los aportes
para estos trabajadores son en exclusiva a su cargo, mientras que los otros trabajadores
¿dependientes- son beneficiarios de la solidaridad del empleador se infringió el derecho a la
igualdad (art. 13 C.P.) en el entendido de que se creó una discriminación entre unos y otros
trabajadores. Así mismo entiende el accionante que la norma (parcial) acusada vulneró el
artículo 48 de la Constitución Política en el sentido de que la Seguridad Social es un
servicio público de carácter "obligatorio".

III. INTERVENCIONES

Mediante Auto del Magistrado Sustanciador de fecha cuatro (4) de abril de dos mil seis
(2006) se ordenó comunicar de la iniciación del presente proceso al Presidente de la
República, a la Presidenta del Congreso para los fines del artículo 244 de la Constitución,
así como al Ministro de Interior y Justicia, al Ministro de Protección Social y al Ministro de
Hacienda y Crédito Público, para los efectos de la norma mencionada y del artículo 11 del
Decreto 2067 de 1991.

1. Intervención del Ministerio de Hacienda y Crédito Público

El cinco (5) de mayo de dos mil seis (2006) se radicó ante la Secretaría de esta Corporación
un escrito presentado por MARIA FERNANDA CANAL ACERO, en calidad de apoderada
del Ministerio de Hacienda, en defensa de la norma impugnada.

La apoderada comienza su escrito realizando un recuento de los argumentos de la demanda,


la jurisprudencia señalada por los actores, y los cargos de la acción pública instaurada.

Es así que, en relación al primer y segundo cargo de la demanda, la Sra. Canal afirmó
que "el Gobierno Nacional no excedió el límite material de las facultades extraordinarias
que le fueron dadas para organizar la administración del Sistema General de Riesgos
Profesionales, y, por el contrario, cumplió con su cometido y desarrolló las materias
respecto de las cuales fue autorizado."

En concepto de la apoderada del Ministerio de Hacienda el Presidente organizó el Sistema


General de Riesgos Profesionales en dos sentidos i) al unificar dos definiciones que existían
sobre accidente de trabajo, una general acuñada por el Código Sustantivo de Trabajo y la
otra, específica, recogida en el Acuerdo del ISS. "Por tanto, tenía que unificarse la
decisión a manera de compilación...en un término medio.."2, ii) al unificar la definición de
accidente de trabajo, le dio unidad el régimen de los trabajadores del sector privado y
cubiertos por el CST, los afiliados al ISS y los servidores públicos.

Respecto al tercer cargo, atinente a que el artículo 10 cuestionado vulnera los artículos 38 y
39 de la Constitución, argumentó que los supuesto indicados por el demandante como los
accidentes que se presentan en actividades recreativas, deportivas y culturales y permisos
remunerados o sin remuneración, así se trate de permisos sindicales, "no se producen como
consecuencia directa del trabajo o labor desempeñada ni se producen durante la ejecución
de órdenes del empleador, o durante la ejecución de una labor bajo su autoridad, aún
fuera del lugar y horas de trabajo y por lo tanto no constituyen riesgos profesionales".3 No
obstante, afirma la interviniente del Ministerio de Hacienda que estos supuestos son
considerados como de origen común y, por ende, se encuentran amparados por el Sistema
General de Seguridad Social en Salud y Pensiones para las prestaciones que se deriven del
riesgo. Esto último constituye la razón por la cual no es admisible el argumento del
demandante de que se atente contra la libre asociación sindical y reconocimiento de
garantías a los representantes de las organizaciones sindicales, puntualiza la apoderada.

Por último y en respuesta al cuarto cargo y la afectación del artículo 13 de la Constitución


por parte del artículo 13 con la expresión "En forma voluntaria" del Decreto 1295/94, la
Sra. Canal hace un recuento de las características que se destacan en la configuración del
trabajo independiente, su naturaleza jurídica, las tipologías de los trabajadores ubicables en
esta categoría, para finalmente concluir que en gracia de esa diversidad de trabajadores
independientes y los múltiples riesgos que pueden llegar a asumir según la labor que
desarrollen, sumada a la dificultad para establecer un lindero preciso entre cuando
desarrollan la actividad laboral y cuando no, su jornada laboral, dónde se encuentra el lugar
de trabajo, entre otras más, particularidades de los trabajadores independientes que hace
que en ocasiones "no resulta posible establecer el origen del accidente de trabajo". Por
tanto, para evitar el fraude al sistema, siempre latente en el caso de los trabajadores
independientes, existe un régimen ¿voluntario- para ellos que, según la interviniente, en el
caso colombiano se encuentra mejor reglamentado que en otros de derecho comparado y
que gracias a su cobertura integral en salud y pensiones brinda a los trabajadores
independientes la oportunidad de incluirse al sistema.

De acuerdo con lo previamente expuesto, la Sra. Canal solicita a ésta Corporación declarar
la exequibilidad de las normas impugnadas.

2. Intervención del Ministerio de Protección Social

Actuando mediante apoderada especial de la Nación-Ministerio de la Protección Social, la


abogada Mónica Andrea Ulloa Ruíz emitió concepto defendiendo la constitucionalidad de
las normas impugnadas con los siguientes argumentos:

*La facultad de definir qué contingencias se cubrirán por parte del Sistema General de
Riesgos Profesionales forma parte integral de la administración del Sistema "pues para
organizar la administración es necesario saber qué se está organizando y para qué se
organizará."4

La interviniente considera que de conformidad a lo establecido por ésta Corte en la


Sentencia C-452/065, las facultades otorgadas al Presidente mediante la Ley 100 de 1993
fueron conferidas para "organizar la administración del Sistema", que se encuentra
vinculada a una función que la norma habilitante definió como aquella destinada
a "prevenir, proteger y atender a los trabajadores de los efectos de las enfermedades
profesionales y los accidentes, que puedan ocurrirles con ocasión o como consecuencia del
trabajo que desarrollan" de lo que se deduce que la administración está "ineludiblemente
atada a aquello que se defina como riesgo profesional, como accidente de trabajo o
enfermedad profesional".  6

Así mismo arguyó que con anterioridad a la Ley 100 existían múltiples definiciones de la
noción de accidente de trabajo o enfermedad profesional, lo cual tornaba imperiosa la
unificación de los conceptos para que procediese la organización en la prestación de los
beneficios derivados de la legislación.

*Al contrario de lo que esboza el demandante en los cargos contra el art. 13 en la


expresión "En forma voluntaria" del D.L. 1295/94, en concepto de la apoderada del
Ministerio de la Protección Social, no existe discriminación respecto de los trabajadores
independientes. La constitucionalidad de la expresión impugnada reposa en que se trata de
contratos de trabajo diametralmente diferentes, "de una parte una relación laboral
caracterizada por la subordinación, donde el empleador define y cuenta con el poder de
exigir a sus trabajadores el cumplimiento de sus labores en un lugar y en unas condiciones
en particular y de la otra, un trabajador independiente, no sometido a constreñimiento
alguno."7

Por último, la apoderada del Ministerio expresó que la solidaridad del Sistema de Riesgos
Profesionales no se expresa, como lo cree el demandante, a través del pago de la cotización,
que, "repetimos sólo resulta obligatoria para quien crea el riesgo y lo traslada, sino que
ésta se encuentra al interior de las Administradoras, en la mutualidad que se conforma con
la totalidad de las cotizaciones que pagan todos los empleadores allí afiliados, con las
cuales se sufragan la totalidad de las reclamaciones que no podrán ser pagadas con la
cotización de uno sólo de los empleadores, respecto de sus propios trabajadores."8

Así mismo complementó su intervención brindando razones por las cuales no resulta viable
la obligatoriedad de la afiliación para los trabajadores independientes como es la
imposibilidad fáctica de controlar tal afiliación y la libertad que tiene el trabajador en estas
condiciones de afiliarse cuando a bien lo considere, sin restricción alguna, razones por las
que solicita a la Corte desechar los cargos de la demanda.

En forma extemporánea la representante del Ministerio de Protección Social presentó


adición al concepto arriba reseñado, pero, por encontrarse por fuera del término de
intervención, no fue tenido en cuenta.9

3. Intervención de la Federación de Aseguradores Colombianos ¿Fasecolda.

Actuando en representación de Fasecolda, el Sr. Gustavo Morales Cobo presentó escrito en


defensa de la constitucionalidad de las normas impugnadas.

En su concepto los artículos impugnados no exceden los límites materiales de las facultades
extraordinarias concedidas al Presidente por la ley habilitante, ello porque en la Sentencia
C-452/02, mencionada por el demandante, se declaró la inexequibilidad de varios artículos
del D.L. 1295/94, la mayoría de los cuales se encontraban contenidos en el Capítulo V.
denominado "Prestaciones", mientras que los artículos impugnados en la presente demanda
se encuentran contenidos en el Capítulo II denominado "Riesgos Profesionales.
Definiciones" lo que explica que "el artículo 9 entra a definir la noción de accidente de
trabajo y el artículo 10 precisa cuáles son los eventos que no se entienden incluidos en
dicha definición."10

Al igual que la interviniente del Ministerio de la Protección Social, el representante de


Fasecolda advierte que no entiende "cómo se va a proceder a "organizar la administración
del Sistema de Riesgos Profesionales" si no se definen precisamente cuáles son "los
riesgos profesionales" que se van a administrar"11, por ello para la entidad que representa
el significado de administrar incluye la fijación de normas que contengan definiciones o
criterios necesarios para prevenir, proteger y atender a los trabajadores de los efectos de
enfermedades y accidentes.
Respecto a la posible vulneración del numeral 2º del artículo 150 de la Constitución, el
interviniente plantea que las facultades extraordinarias reconocidas a la cabeza del
ejecutivo incluyeron la de derogar la normatividad anterior al Decreto Ley 1295/94 tal
como lo hizo en forma expresa el artículo 98, que derogó el artículo 199 del Código
Sustantivo del Trabajo. Lo que además se explica porque la intención del legislador con la
Ley 100/93 fue la de derogar los regímenes especiales de seguridad social existentes hasta
dicho momento. Tal voluntad unificadora, presente tanto en la ley 100/93 como en el D.L.
1295/94 creó un nuevo sistema integral y general de riesgos profesionales, que sustituyó las
normas anteriores y unificó el régimen jurídico que diferenciaba entre sectores público
(D.L. 3135/68 entre otros decretos) y privado (al que se aplicaban las normas del CST y del
ISS).

Para finalizar el representante de Fasecolda sostiene que la regulación sistemática en


materia de riesgos profesionales se vió integrada con la expedición de la Ley 776 de 2002,
en cuyo artículo primero se hace expresa remisión al contenido del D.L. 1295/94, por lo
que solicita a la Corte aplicar el concepto de "remisión legislativa" acuñado por la
jurisprudencia constitucional en las sentencias C-710 de 2001 y precedida por la C-527 de
1994. En este sentido arguye que la voluntad del legislador mediante la citada ley, cuando
hace referencia a "accidente de trabajo" es reiterar el contenido y la noción consagrada en el
artículo 9 del D.L. 1295/94 sobre accidente de trabajo. Por lo cual solicita a la Corte
declarar la exequibilidad de las normas demandadas, y subsidiariamente en caso de
prosperar la inexequibilidad de las normas, pide que tal declaratoria se realice mediante una
sentencia modulada que difiera el efecto de la decisión por un periodo igual al consagrado
en la sentencia C-452 de 2002, pues en caso contrario se dejaría un grave vacío normativo
sobre un concepto tan neurálgico para el funcionamiento del Sistema de Riesgos
Profesionales.

IV. CONCEPTO DEL PROCURADOR GENERAL DE LA NACIÓN

El Procurador General de la Nación, Dr. Edgardo Maya Villazón emitió concepto en el que
solicitó a la Corte declarar inexequibles las normas demandadas. Para lo cual el Procurador
se centra en el primer cargo de la demanda atinente a que el Presidente se excedió en las
facultades extraordinarias que le fueron otorgadas a través del artículo 139, numeral 11 de
la Ley 100 de 1993, al definir mediante las normas acusadas, qué es el accidente de trabajo,
señalar las excepciones al mismo y determinar quiénes pueden ser afiliados al Sistema
General de Riesgos Profesionales tal como lo aduce el demandante "pues tales
disposiciones no están relacionadas con la organización de la administración del Sistema
General de Riesgos Profesionales, marco material preciso para su ejercicio"12 razón por la
cual se vulneró el artículo 150-10 de la Constitución.

Dada la procedencia del primer cargo, en concepto del Procurador, no es entonces


necesario entrar a estudiar los demás. Sin embargo, teniendo en cuenta el vacío que tal
exequibilidad generaría en relación a los temas tratados por las normas cuestionadas,
solicita a éste Tribunal declarar la inexequibilidad de los artículos impugnados pero con
efectos diferidos sobre tal declaración de inconstitucionalidad "por el tiempo que se
considere necesario para que el Legislador, dentro de la libertad de configuración que le
es propia, expida las disposiciones que corrijan esta situación"13

V. FUNDAMENTOS DE LA DECISIÓN

1. Competencia de la Corte

De conformidad con lo dispuesto en el artículo 241, numeral 5º de la Constitución Política,


la Corte Constitucional es competente para conocer y decidir definitivamente sobre la
demanda de inconstitucionalidad de la referencia, pues las disposiciones acusadas forman
parte de un Decreto-Ley de la República, en este caso del D.L. 1295 de 1994.

En forma reiterada la Corte ha señalado que el exceso en el ejercicio de facultades


extraordinarias concedidas en forma expresa por el Congreso de la República a la cabeza
del ejecutivo genera un vicio de fondo, no sujeto a la caducidad de un año que acompaña a
los vicios de forma para efectos de la interposición de la acción pública de
inconstitucionalidad.14

2. Planteamiento del problema

A partir de la demanda, de las intervenciones y del concepto del Procurador, debe entrar la
Corte a determinar, en primer lugar, si se excedió el Presidente de la República en el uso de
las facultades extraordinarias conferidas por el legislador a través del artículo 139, numeral
11 de la ley 100 de 1993 (de conformidad al artículo 150 No. 10 de la Constitución), al
definir en los artículos 9 y 10 del Decreto 1295 de 1994, qué constituye, y que no, un
accidente de trabajo y en el artículo 13 al distinguir entre regímenes de carácter obligatorio
y voluntario de afiliación para el trabajador.

Para dar respuesta a este interrogante es relevante reiterar la línea jurisprudencial elaborada
por la Corte15 en relación a los límites competenciales del Presidente de la República en la
delegación legislativa conferida por el Congreso de conformidad al artículo 150 No. 10 de
la Constitución. En especial respecto a las facultades que mediante la ley 100 de 1993,
artículo 139 numeral 11 se le confirió al Presidente "para organizar la administración del
Sistema General de Riesgos Profesionales" en los siguientes términos:

"Ley 100 de 1993

( Diciembre 23)

"Por medio de la cual se crea el sistema de seguridad social y se dictan otras


disposiciones.

"ARTICULO 139. Facultades Extraordinarias. De conformidad con lo previsto en el


ordinal 10 del artículo 150 de la Constitución Política, revístase al Presidente de la
República de precisas facultades extraordinarias por el término de seis (6) meses contados
desde la fecha de publicación de la presente Ley para:

"11. Dictar las normas necesarias para organizar la administración del Sistema General
de Riesgos Profesionales como un conjunto de entidades públicas y privadas, normas y
procedimientos, destinados a prevenir, proteger y atender a los trabajadores de los efectos
de las enfermedades y los accidentes, que puedan ocurrirles con ocasión o como
consecuencia del trabajo que desarrollan. En todo caso, la cotización continuará a cargo
de los empleadores."

Para abordar el tema planteado es necesario recordar que en pronunciamientos anteriores la


Corte ha entrado a determinar la unidad normativa entre la ley habilitante de facultades
extraordinarias al Presidente y los decretos legislativos expedidos por éste, a propósito de la
primera. Es así que en la Sentencia C-376/9516 la Corte estudió los cargos de
inconstitucionalidad tanto de fondo como de forma17 contra el artículo 139 de la ley 100 de
1993 (completo) y los decretos expedidos a raíz de la delegación legislativa, dentro de los
cuales se encontraba, entre muchos otros, el D.L. 1295 de 1994.

En aquella oportunidad la Corte encontró exequibles los artículos 139 y 248 de la ley 100
de 199318 al estimar que las modificaciones que se hicieron al proyecto de ley durante su
trámite en el Congreso no generaron un vicio constitucional. Tampoco prosperó el cargo
relativo al incumplimiento del quórum aprobatorio del artículo 448 impugnado, ni el de la
supuesta inexequibilidad parcial del numeral 4 del artículo 248 porque se le habían
otorgado facultades extraordinarias al Presidente de la República en una materia que le
competía en forma exclusiva, entre otros aspectos analizados. Siendo así que en la misma
decisión este Tribunal declaró exequibles los decretos leyes expedidos por el Presidente de
la República en 1994 y dictados con fundamento en las facultades extraordinarias
concedidas al primer mandatario por los artículos 139 y 248 de la ley 100 de 1993, "pero
sólo en lo que hace referencia a la exequibilidad de las normas que concedieron las
facultades extraordinarias para su expedición."19

Así las cosas, mediante la decisión anotada, Sentencia C-376/95, la Corte declaró
constitucional la norma habilitante de las facultades extraordinarias al Presidente para
legislar los temas expresamente allí consagrados y reglamentados por varios decretos-ley
dentro de los cuales se encontraba el 1295/94.20

Desde una clara orientación interpretativa acogida por la Corte, y continuada con la
Sentencia C-164 de 200021 se ha elaborado una línea jurisprudencial en la que se entiende
que la capacidad legislativa del Presidente por autorización del Congreso resulta
excepcional y taxativa.

Desde esta perspectiva restrictiva, no cabe entender que las facultades confiadas al
Presidente por medio de una ley habilitante, que debe ser expresa, precisa y directa, se
admitan analogías, interpretaciones extensivas o aspectos implícitos. Mediante esta
decisión la Corte declaró inexequibles las definiciones que mediante el D.L. 1295/94
artículo 43 se hicieron sobre los conceptos de "controversias relativas a la existencia o
inexistencia de un daño que en la salud del trabajador signifique su incapacidad total o
parcial, o su invalidez, o la regulación de las fórmulas para medir su magnitud, con miras
a la protección que merece, o de la autoridad científica encargada de establecer la mayor
o menor amplitud del perjuicio causado, en relación con la aptitud laboral del paciente(...)
ni la definición sobre quien deberá pagar los costos inherentes a la actividad del cuerpo
conformado para medir el rango de incapacidad ocasionada(...)"22

Posteriormente en la Sentencia C-452 de 200223 la Corte se pronunció nuevamente sobre la


doble limitación que debe ser respetada por el Presidente en el uso de facultades
extraordinarias, i) temporal, "el cual debe ser señalado en forma expresa en la ley de
facultades y que se refiere al lapso de tiempo de que dispone el Ejecutivo para hacer uso
de dichas facultades, el cual no puede exceder de seis (6) meses" y ii) material, "que
igualmente debe ser indicado en forma precisa en la ley de facultades y se refiere a la
determinación clara, específica y concreta del objeto, asunto o materia sobre la cual debe
recaer el ejercicio o uso de las facultades", así mismo se ratificó en que éstas no pueden
ser implícitas, analógicas, ni producto de interpretaciones extensivas.24

Ahora bien, en forma específica y respecto a las facultades extraordinarias concedidas a la


cabeza del Ejecutivo por el numeral 11 del artículo 139 de la ley 100 de 1993, la Corte
agregó que éstas se restringían a revestirlo de la facultad de "Dictar las normas necesarias
para  organizar la administración del Sistema General de Riesgos Profesionales". Es decir,
organizar la gestión del Sistema General de Riesgos Profesionales y no como
insistentemente se afirmaba para "organizar el Sistema General de Riesgos Profesionales."
Por esta razón el fallo en mención se centró en determinar las connotaciones que del
término "administración" se desprendían, para con ello fijar las competencias atribuidas al
Presidente en la materia.

Por otra parte, la Corte excluyó que la facultad organizativa del Sistema General de Riesgos
Profesionales previamente concedida, involucrara la de unificación normativa prevista por
la misma Ley 100 de 1993 como una de las finalidades del Sistema de Seguridad Social
Integral, pues ello implicaría admitir una analogía competencial, que, como ya se ha dicho,
rebasaría los límites materiales que caracterizan a las leyes de facultades extraordinarias.

Dando aún mayor fidelidad a lo que el legislador entendió cuando fijó la competencia del
Presidente en la organización de la administración del Sistema de Riesgos Profesionales, la
mayoría de la Sala expresó:
"En torno a precisar el contenido de las facultades extraordinarias tenemos que estas
efectivamente estaban orientadas a que el ejecutivo dictara las normas necesarias y
tendientes a crear, establecer, modificar, reformar, rehacer o poner en orden, el conjunto
de organismos encargados, los recursos y los bienes destinados a la función de
administrar el Sistema de Riesgos Profesionales, dosificando su uso para obtener un
mayor rendimiento u optimización del Sistema de Riesgos Profesionales."25

Adicionalmente, la jurisprudencia de la Corte ha dado pasos en dirección a distinguir la


organización de la administración de los Riesgos Profesionales del Sistema General de
Riesgos Profesionales, de tal manera que en la Sentencia C-516 de 200426 se determinó:

"(...) el Sistema de Riesgos Profesionales se caracteriza por los siguientes elementos: está
compuesto por entidades de carácter público y privado; es administrado por el ISS y otras
entidades aseguradoras de vida, debidamente autorizadas; está destinado a prevenir,
proteger y atender a los trabajadores de los efectos de las enfermedades profesionales y
accidentes de trabajo, para lo cual fija las prestaciones económicas y las prestaciones
asistenciales a que tienen derecho los trabajadores en uno y otro caso; todos los
trabajadores deben estar afiliados, y esa afiliación se hace a través de los empleadores,
quienes son los encargados de pagar las cotizaciones respectivas, de acuerdo a la clase de
riesgo en que se encuentren."

Dado que la delegación establecida en el artículo 139 No. 11 de la ley 100 de 1993 va
dirigida a la gestión o administración del Sistema general de Riesgos Profesionales, es
decir, a sólo uno de los aspectos relacionados con el Sistema General de Riesgos
Profesionales, no es viable que en uso de la ley habilitante se determinen por decretos-
ley aspectos sustantivos como el referente al ingreso base que servirá para liquidar las
prestaciones económicas causadas por efectos de un accidente de trabajo, tal como
recientemente lo determinó la Corte en la Sentencia C-1152 de 200527. Decisión en la que
al darse continuidad al precedente se declara inexequible el artículo 20 del D.L. 1295/94
por considerarse que el Presidente se excedió en las facultades otorgadas por el legislador,
exclusivamente relacionadas con la organización de la administración del Sistema General
de Riesgos Profesionales.28
En la sentencia en mención, C-1152, la Corte hizo un extenso recuento sobre las
características propias de la ley de facultades según la jurisprudencia constitucional, y en
especial, respecto a la precisión que le es propia a la misma, así: "En conclusión, la
precisión de las facultades extraordinarias exige que sean puntuales, ciertas, exactas y
claras, de tal forma que los asuntos delegados puedan ser individualizados,
pormenorizados y determinados."

Para finalmente decidir "Una vez confrontadas la disposición acusada y la norma legal


habilitante, teniendo además en cuenta el precedente jurisprudencial sentado en la
sentencia C- 452 de 200229, M.P. Jaime Araujo Rentería, comparte la Corte el concepto
del Ministerio Público, en el sentido de que el Gobierno Nacional, mediante la expedición
del artículo 20 del decreto ley 1295 de 1994, se excedió en el ejercicio de las facultades
extraordinarias, ya que la delegación legislativa se concedió, de manera precisa y clara,
únicamente para organizar la administración del Sistema General de Riesgos
Profesionales y no para regular un aspecto diferente como el de carácter sustantivo
referente al ingreso base que servirá para liquidar las prestaciones económicas causadas
por efectos de un accidente de trabajo o una enfermedad profesional, es decir, el ingreso
base que se empleará para efectos de reconocer y cancelar el subsidio por incapacidad
temporal, la indemnización por incapacidad permanente parcial, la pensión de invalidez,
la pensión de sobrevivientes y el auxilio funerario."

Así mismo no es la primera vez que la Corte conoce de una demanda contra el artículo 9º
del D.L. 1295/94. De hecho han sido dos las veces que con anterioridad se ha demandado
parcialmente ese artículo, aunque en ninguna de las ocasiones precedentes, sentencias C-
453 de 200230 y C-582 de 200231 dentro de los cargos analizados y sobre los cuales se
proyectó la cosa juzgada que declaró exequible la expresión demandada "cuando el
transporte lo suministre el empleador", se estudió el exceso en las facultades
extraordinarias otorgadas al Presidente de la República por el Congreso. Es decir, en
ninguna de las dos demandas anteriores sobre un aparte del art. 9 del D.L. 1295/94 se alegó
la vulneración del artículo 150 No. 10 y 2 de la Constitución Política. Por lo anterior es
dable concluir que existe cosa juzgada relativa sobre el artículo 9 del D.L. 1295/94, pero
que por sus mismas características, solamente por los cargos analizados en esas sentencias,
no impiden un pronunciamiento de fondo de la Corte sobre los nuevos vicios
constitucionales alegados por el actor en este proceso.

3. Solución

Hechas las precisiones anteriores entrará la Corte a determinar si en efecto el Presidente de


la República al definir en los artículos 9, 10 y 13 en cuanto a la expresión "En forma
voluntaria" del D.L. 1295/94 qué es accidente de trabajo, cuáles son sus excepciones y de
distinguir entre los regímenes de afiliación obligatorio y voluntario, rebasó las facultades
precisas que le otorgó el legislador por medio del art. 139 No. 11 para "organizar la
administración del Sistema General de Riesgos Profesionales" y con ello vulnerar los
numerales 2 y 10 del art. 150 de la Constitución Nacional.

En respuesta a éste asunto considera la Corte que le asiste razón al Procurador cuando en su
concepto afirma que las normas impugnadas "definen el accidente de trabajo, señalan
cuales son las situaciones exceptuadas del mismo y determinan quienes pueden ser
afiliados al Sistema General de Riesgos Profesionales en forma voluntaria, lo cual, a
juicio de este Despacho, no tienen una relación directa de índole material con la creación,
el establecimiento, la modificación o reforma de los organismos, los recursos o los bienes
destinados a la función de administrar el Sistema General de Riesgos Profesionales; todo
lo contrario, el objetivo que se persigue es el de regular sobre aspectos sustanciales de las
circunstancias constitutivas del accidente de trabajo, así como del régimen de afiliación al
referido Sistema, cuando se trata de trabajadores independientes(...)"

De conformidad a la línea jurisprudencial construida por esta Corporación el marco


competencial preciso y expreso que determinó el legislador para el Presidente en el artículo
139 No. 11 de la ley 100 de 1993 se restringe, como tantas veces se ha afirmado,
a Organizar la Administración del Sistema General de Riesgos Profesionales, dentro de lo
cual, la unificación de definiciones mediante la derogación de las existentes y la
determinación de conceptos, y contenidos normativos sobre accidentes de trabajo y formas
de afiliación a regímenes, superan la mera gestión para la cual le fueron atribuidas las
competencias legislativas.
La definición de accidentes de trabajo y formas de afiliación para los trabajadores
constituye un aspecto sustancial y de suma relevancia para el ejercicio de los derechos,
cuya facultad de regulación normativa no fue concedida al Presidente. Así mientras que la
gestión conlleva una acción dirigida a poner en orden los elementos ya existentes del
Sistema, en pro de un mejor funcionamiento del todo, la definición consiste en entrar a
determinar el contenido mismo de uno o algunos de los elementos del Sistema.

Para los intervinientes del Ministerio de la Protección Social y Fasecolda para entrar a
organizar algo se debe partir por definirlo y aunque la deducción resulta lógica en la
medida en que apela a las intuiciones legítimas de los ciudadanos, su soporte se encuentra
en un supuesto implícito de amplitud competencial legislativa en cabeza del Presidente, que
resulta proscrito por la Constitución en beneficio de la correcta distribución y organización
de las ramas del poder público.

Ello porque la facultad de legislar con una amplia libertad de configuración recae en el
Congreso, quien como principal órgano representativo de los ciudadanos le ha sido
confiada la función genérica de "hacer las leyes" (Artículos 114 y 150 de la C.P.) y para su
efectivo ejercicio se han elaborado mecanismos deliberativos, de aprobación, control y
garantías apropiados para el correcto desarrollo de sus competencias. Se trata de una
competencia amplia pero reglada, porque está limitada por la Constitución.32

En este sentido esta Corporación ha reconocido el amplio margen de configuración del


legislador para regular lo concerniente a los derechos a la salud y a la seguridad social.33 No
obstante, tal flexibilidad regulativa reposa en cabeza del Congreso y no del Presidente. Éste
último, por el contrario, puede tener una actuación legislativa que resulta extraordinaria,
limitada y a raíz del reparto competencial establecido entre las ramas del poder público,
subyugada a la cesión que el legislativo le haga de sus competencias. En donde las
facultades extraordinarias con las que se reviste al Presidente para ocupar temporalmente
funciones asignadas al Legislativo opera de forma residual, limitada y por ende rígida.

Lo anterior explica la estricta regulación constitucional establecida para que procedan las
facultades legislativas del Presidente y resumida por la jurisprudencia constitucional así:
"(...), las facultades deben ser (i) solicitadas expresamente por el Gobierno Nacional, no
pudiendo por tanto el Congreso trasladar por iniciativa propia ninguna de sus funciones
legislativas al Presidente de la República34; de igual manera, (ii) se debe cumplir con
un supuesto de hecho, en el sentido de que la cesión de la potestad legislativa debe tener
como motivo la existencia de un presupuesto de hecho habilitante, cual es que "la
necesidad lo exija o la conveniencia pública lo aconseje"; (iii) las facultades deben ser
aprobadas por la mayoría absoluta de los miembros de una y otra cámara; (iv) que no se
soliciten ni se confieran para expedir códigos, leyes estatutarias, leyes orgánicas y leyes
marco y para decretar impuestos, pues para éstos asuntos la competencia es exclusiva y
excluyente del Congreso; (v) que las facultades se otorguen con carácter temporal, hasta
por el término de seis meses; y, (vi) que las facultades sean precisas.

Lo anterior, sin perjuicio de que el Congreso conserva la competencia, en todo tiempo y


por iniciativa propia, para reformar, modificar o derogar los decretos dictados por el
Gobierno con base en las facultades extraordinarias, preservándose el principio
democrático pues el órgano legislativo no puede desprenderse de su competencia para
tratar los temas que han sido objeto de delegación."35

Así las cosas, ésta Corte ha sido enfática en señalar la amplía libertad configurativa del
legislador, empero, tal flexibilidad trae como contrapartida la rigidez de la misma en el
Presidente. Es así que en la jurisprudencia constitucional se ha advertido que la actividad
legislativa del Congreso como detentador de la cláusula general de competencia, no
solamente se reduce a crear y derogar leyes, sino que incluso le es dable remitirse a otras
normas o reiterar el contenido de otras leyes "y no por ello desborda sus competencias
constitucionales".36

Que el legislador pueda en el uso de sus competencias remitirse o reiterar el contenido de


otras leyes o normas no puede leerse, como lo hace el interviniente de Fasecolda, como una
forma de validación de vicios constitucionales mediante una posible técnica de subsunción.
Y si bien es cierto que en la Sentencia C-710 de 200137 la Corte entiende que el principio de
legalidad establecido en el artículo 29 Constitucional no fue vulnerado por el legislador al
hacer por medio de la ley una remisión a un procedimiento administrativo sancionatorio
establecido en un Decreto, de ello no se desprende que el legislativo pueda actuar como
ente facultado para subsanar los vicios de fondo provenientes del Ejecutivo.

En aquella oportunidad la Corte manifestó:

"La remisión constituye una forma por medio de la cual el legislador incorpora a la ley un
texto diferente, esto significa que tal y como los otros asuntos que trata la ley, el texto al
que se remite es el que en el presente existe y el legislador ha considerado apropiado para
incorporar a la ley y por ende los cambios al mencionado texto deberán hacerse por
cuenta del mismo legislador tal y como se modifica, deroga o se crea otra ley. En ningún
momento es posible considerar que, por hacer la remisión a un determinado decreto
reglamentario, este envío concede al ejecutivo facultades para cambiar el procedimiento
en uso de facultades reglamentarias. La remisión que se hace al procedimiento establecido
en el Decreto 1594 de 1984 significa justamente lo que el término remisión indica, se
entiende que el envío querido por el legislador es frente al procedimiento establecido por
el mencionado Decreto, plenamente identificable, de manera clara e inequívoca tal y como
fue reglamentado en su oportunidad y no cualquier procedimiento que pueda el ejecutivo
en uso de facultades reglamentarias expedir. Considerar que la remisión habilita al
ejecutivo para cambiar el procedimiento sí constituye una violación al principio de
legalidad y a la reserva de ley porque el legislador ordinario habría hecho un traslado
indefinido e ilimitado de la potestad legislativa frente al juzgamiento administrativo de los
ciudadanos en materia ambiental. Acto que desconocería el principio de legalidad y la
facultad de legislar conferida por el artículo 150 y los requisitos exigidos para conferir
facultades extraordinarias previstos en el numeral 10º de mismo artículo."

Por ende, la remisión es una forma de brindar coherencia a la legislación existente pues con
su uso se articulan las normas vigentes que regulan una materia, pero de la cual no se deriva
una posible corrección de los vicios constitucionales contenidos en las normas referidas.

En el caso concreto la ley habilitante estableció como una de sus finalidades la unificación
del Sistema de Seguridad Social, pero dicha pretensión no la hizo extensiva al Presidente de
la República, tal como lo estableció esta Corporación en la Sentencia C-452/02, reiterada
en la Sentencia C-1152/05. De manera que la definición con el ánimo de unificar conceptos
sobre accidente de trabajo (art 9 y 10 del D.L. 1295/94) y el establecimiento de distinciones
entre formas de afiliación (art.13), no fueron facultades entregadas al Presidente mediante
la ley habilitante.

Por las razones expuestas en ésta providencia la Corte declarará la inexequibilidad de los
artículos 9, 10 y 13 (parcial) del D.L. 1295/94 por vulneración de los numerales 10º y 2º del
artículo 150 de la Constitución Política. Al proceder el primer cargo de inconstitucionalidad
no es necesario entrar a analizar los otros propuestos por el demandante.

En atención a la importancia que para la estabilidad del Sistema General de Riesgos


Profesionales revisten las normas impugnadas y con el fin de mitigar los efectos inmediatos
de una decisión de inexequibilidad, la Corte atenderá la solicitud del Procurador General de
la Nación y de algunos de los intervinientes en el sentido de diferir los efectos de esta
decisión por el término de ocho (8) meses, hasta el veinte (20) de junio de 2007, a fin de
que el Congreso expida una Ley que defina los aspectos declarados inexequibles en el
presente proceso.

VI. DECISIÓN

Con fundamento en las precedentes motivaciones, la Sala Plena de la Corte Constitucional,


administrando justicia en nombre del pueblo y por mandato de la Constitución,

RESUELVE:

Primero. Declarar INEXEQUIBLES los numerales 9, 10 y 13 en la expresión "En forma


voluntaria" del Decreto Ley 1295/94.

Segundo. DIFERIR los efectos de ésta sentencia hasta el término de ésta legislatura que
concluirá el veinte (20) de junio de 2007, para que el Congreso expida una ley que defina
los aspectos declarados inexequibles en el artículo primero de ésta decisión.

Cópiese, notifíquese, comuníquese, insértese en la Gaceta de la Corte Constitucional,


cúmplase y archívese el expediente.

FACULTADES EXTRAORDINARIAS Y FACULTADES REGLAMENTARIA-


Diferencias en cuanto a su alcance (Salvamento de voto)

La Constitución consigna la posibilidad de facultar al Presidente de la República para


asumir la tarea legislativa previa habilitación por parte del Congreso de la República. A
diferencia de lo que sucede con la facultad reglamentaria del Presidente, que se restringe
a desarrollar lo establecido en una Ley, la potestad que ejerce el Presidente de la
República en ejercicio de las facultades extraordinarias que le otorga la Ley, es de orden
legislativo, razón por la cual, goza éste de un margen más amplio de apreciación que, en
todo caso, debe ejercerlo el Presidente dentro del marco fijado por la Constitución y por la
Ley habilitante.

FACULTADES EXTRAORDINARIAS PARA ORGANIZAR ADMINISTRACION


DEL SISTEMA GENERAL DE RIESGOS PROFESIONALES-No
exceso/FACULTADES EXTRAORDINARIAS PARA ORGANIZAR
ADMINISTRACION DEL SISTEMA GENERAL DE RIESGOS PROFESIONALES-
Alcance del requisito de precisión (Salvamento de voto)

Estimo que no hubo exceso en el uso de facultades extraordinarias en la medida en que la


precisión que se exige de las facultades extraordinarias que se delegan por el Congreso al
Ejecutivo no puede ir al extremo de exigir un grado de detalle y especificidad de todos y
cada una de las regulaciones que debe desarrollar el Gobierno. A mi juicio, las normas
acusadas forman parte esencial de la organización del Sistema de Riesgos Profesionales.

La Sala Plena de la Corte Constitucional resolvió declarar inexequibles los numerales 9, 10


y 13 así como la expresión "En forma voluntaria" del Decreto Ley 1295 de 1994 "Por el
cual se determina la organización y administración del Sistema General de Riesgos
Profesionales". Estimó el Tribunal constitucional colombiano, que el Presidente de la
República se excedió en el uso de facultades extraordinarias conferidas por el artículo 139,
numeral 11, de la Ley 100 de 1993 y desconoció, por consiguiente, lo dispuesto en el
artículo 150 numeral 10 superior, al definir en los artículos 9 y 10 del Decreto 1295 de
1994 qué constituye y qué no un accidente de trabajo y al distinguir en el artículo 13 del
referido decreto, entre regímenes de carácter obligatorio y voluntario de afiliación para el
trabajador.

Con el acostumbrado respeto, me separo de la decisión adoptada y paso a explicar de modo


breve la razón por la cual considero que debo salvar mi voto. Estimo que no hubo exceso en
el uso de facultades extraordinarias en la medida en que la precisión que se exige de las
facultades extraordinarias que se delegan por el Congreso al Ejecutivo no puede ir al
extremo de exigir un grado de detalle y especificidad de todos y cada una de las
regulaciones que debe desarrollar el Gobierno. A mi juicio, las normas acusadas forman
parte esencial de la organización del Sistema de Riesgos Profesionales.

Como he tenido oportunidad de afirmarlo en otras ocasiones38, una de las manifestaciones


del principio de distribución de competencias entre los distintos poderes estatales lo
encarna el fenómeno de la delegación legislativa. En el Estado social de derecho se deben
resolver un conjunto de tareas que por su número y complejidad técnica exigen la
aplicación del principio de distribución y colaboración. En ese orden, la Constitución
consigna la posibilidad de facultar al Presidente de la República para asumir la tarea
legislativa previa habilitación por parte del Congreso de la República. A diferencia de lo
que sucede con la facultad reglamentaria del Presidente, que se restringe a desarrollar lo
establecido en una Ley, la potestad que ejerce el Presidente de la República en ejercicio de
las facultades extraordinarias que le otorga la Ley, es de orden legislativo, razón por la cual,
goza éste de un margen más amplio de apreciación que, en todo caso, debe ejercerlo el
Presidente dentro del marco fijado por la Constitución y por la Ley habilitante.

Ahora bien, la exigencia de precisión que se deriva del artículo 150 numeral 10 superior no
puede llevarse al extremo de decir que "todas las materias o contenidos de los decretos
leyes deben estar ‘establecidos en el texto de la ley de facultades’" de manera tal que el
decreto ley únicamente pueda consignar asuntos, procedimientos o requerimientos
establecidos de manera "expresa" en la ley de facultades. Como lo he expresado en otras
ocasiones, "las delegaciones de un tema permiten que se haga una relación de otros
asuntos, no expresa y literalmente indicadas en la ley pero entre los cuales existe una
relación directa39."

El enfoque defendido por la Corte Constitucional en varias de sus sentencias y reiterado en


la presente ocasión40, resulta a mi manera de ver demasiado restrictivo y no repara en las
características mismas de la función que se delega al Presidente que no es, repito,
equiparable a la mera función reglamentaria. Por medio de la delegación legislativa el
Presidente está facultado para legislar. Esta es ciertamente una excepción al principio
democrático, según el cual, las decisiones de orden político deben poder ser adoptadas
directamente por el Pueblo – considerado como magnitud que abarca tanto a la mayoría
como a las minorías. El Presidente suele ser elegido por la mayoría y por este motivo no le
corresponde prima facie legislar.

Ahora bien, dado el cúmulo de tareas que debe resolver un Estado social de derecho y la
importancia de las mismas, la Constitución ha previsto que aquellos asuntos de mayor
rango e importancia sean decididos por el Congreso. Ha preceptuado, de igual modo, que
en temas de orden técnico y en virtud de la aplicación del principio de eficiencia y de
eficacia, previo el cumplimiento de un conjunto de requisitos, se le otorgue al Presidente de
manera temporal la posibilidad de legislar sobre ciertos asuntos. Así las cosas, insisto en lo
dicho en otras oportunidades:

"La relación entre ley de facultades extraordinarias y decretos leyes no es, no puede ser,
igual a la que se establece entre ley y decretos reglamentarios en tanto que el decreto ley
no se limita a "desarrollar" la ley de facultades extraordinarias se trata de una potestad
legislativa que tiene un límite de contenido expresado en la ley pero que no tiene como
cometido implementar o hacer efectivo un mandato legal a la manera de los decretos
reglamentarios."

La exigencia de precisión derivada de lo dispuesto en el artículo 150 numeral 10 superior


impide, desde luego, que se creen decretos-leyes que no tengan relación alguna con la
materia delegada por la Ley o solo la tengan de manera tangencial. Algo por entero distinto,
consiste en exigir que en la ley de facultades aparezca de manera expresa, precisa, directa,
exhaustiva y detallada la delegación de asuntos que se relacionan estrechamente con la
materia delegada. Si los asuntos guardan una relación de género o especie con el tema
objeto de la delegación, no requieren estar expresamente contenidos en la ley habilitante.
En esta línea de argumentación, al Presidente se le pueden entregar facultades para regular
un tema general y éste puede desarrollar mediante uno o varios decretos leyes cada uno de
los subtemas "que se contienen en el género en que consiste la ley de facultades
extraordinarias41".

Por las razones expuestas, considero que no puedo compartir el planteamiento acogido por
la Sala Plena, de conformidad con el cual el marco preciso y expreso establecido por la Ley
100 de 1993 en su artículo 139 numeral 11 se restringía a "Organizar la Administración del
Sistema General de Riesgos Profesionales" y esta facultad no podía abarcar "la unificación
de definiciones mediante la derogación de las existentes ni la determinación de conceptos
y contenidos normativos sobre accidentes de trabajo y formas de afiliación a
regímenes." En mi opinión, estas actividades concuerdan con la gestión para la cual fueron
atribuidas las competencias legislativas al Presidente de la República.

Fecha ut supra,

HUMBERTO ANTONIO SIERRA PORTO

Magistrado

SALVAMENTO DE VOTO A LA SENTENCIA C-858 DEL 2006 DEL

MAGISTRADO JAIME ARAUJO RENTERIA

Referencia: expediente D-6261

Demanda de inconstitucionalidad contra los artículos 9, 10 y 13 (parcial), del Decreto


1295 de 1994.

Magistrado Ponente:

Dr. JAIME CÓRDOBA TRIVIÑO

Con el respeto acostumbrado por las decisiones mayoritarias de esta Corporación, me


permito presentar salvamento de voto frente a esta decisión.

Si bien estoy de acuerdo con la decisión de inexequibilidad de las normas demandadas,


discrepo respecto del efecto diferido que se prevé en la sentencia. En mi concepto, la Corte
no puede postergar los efectos de sus fallos en el tiempo, pues con ello desconoce el
principio de supremacía de la Constitución al permitir, pese a que sea inconstitucional, que
una norma de inferior jerarquía siga rigiendo aun siendo contraria al ordenamiento superior.

En numerosas oportunidades me he pronunciado respecto de este punto en mis salvamentos


de voto. En síntesis, cabe reiterar para el presente caso lo ya expuesto en oportunidades
anteriores:

"1. Antes de la declaratoria de inexequibilidad, la ley tiene una presunción de


constitucionalidad. De manera tal que, si el fallo encuentra la norma ajustada a la
constitución, no ha variado la situación jurídica anterior.
2. El problema se presenta cuando el fallo de la Corte Constitucional es un fallo de
inexequibilidad y, en consecuencia, la norma debe desaparecer del ordenamiento jurídico
y no debe seguir produciendo efectos.

3. Si la sentencia declara que una ley es contraria a la Constitución, no es lógico que una
norma que ya se sabe que es inconstitucional siga produciendo efectos en el orden
jurídico; lo lógico es que dejara de producirlos inmediatamente ya que precisamente el
fallo ha constatado que se opone a la Constitución.

4. El único lapso de tiempo entre el cual se encuentra alguna justificación para que
continúe rigiendo la norma declarada inexequible, es entre el momento en que se produce
el fallo y la publicación de la sentencia. La razón por la cual la ley sigue rigiendo hasta la
publicación de la sentencia es una razón de seguridad jurídica y que en el fondo es la
misma por la cual la ley sólo tiene eficacia con su publicación pues sólo con la publicación
la conocen sus destinatarios; de manera tal que así como la eficacia de la ley sólo tiene
inicio con la publicación de la deliberación legislativa, la sentencia que declara la
inexequibilidad de una ley, sólo tiene efecto a partir de la publicación de la sentencia de
inconstitucionalidad.

Este principio conserva su validez a pesar de lo dispuesto en la parte final del artículo 56
de la Ley 270 de 1996 que establece que la sentencia tendrá la fecha en que se adopte;
pues una cosa es la fecha de la decisión y otra distinta a partir de cuándo produce efectos
la decisión, que no puede ser si no hasta que sea conocida y este objetivo lo cumple la
publicación.

5. Fuera de ese lapso de tiempo que media entre la producción de la sentencia y la


publicación de la misma no existe ninguna razón lógica para que la norma
inconstitucional siga rigiendo.

6. Hans Kelsen el gran teórico y creador de los Tribunales Constitucionales consideraba


que las Cortes Constitucionales eran una especie de legisladores y más exactamente de
legislador negativo; por oposición a los Congresos o Parlamentos a los que consideraba
unos legisladores positivos.
La diferencia fundamental entre estas dos clases de legisladores, estaba en que el
legislador positivo (Congreso o Parlamento) podía no sólo derogar la ley, sino también y
de manera inmediata, reemplazar la ley que derogaba. El legislador positivo podía
simultáneamente derogar una norma y reemplazarla en el mismo acto por otra distinta, de
manera tal que no existan vacíos legislativos. En cambio, el legislador negativo (Corte
Constitucional) si bien podía acabar con una norma jurídica, no tenía el poder para
reemplazarla por otra ya que esta función sólo podía realizarla el Parlamento. Pues bien,
entre el momento en el cual la Corte Constitucional declara inexequible una norma y el
momento en el cual el Congreso dicta la ley que debe reemplazarla o llenar el vacío
dejado por la ley inconstitucional, puede transcurrir un lapso de tiempo bastante grande y
pueden, además, verse afectadas ciertas instituciones del Estado. Con el fin de evitar estos
traumatismos fue que Kelsen en el Primer Tribunal Constitucional que se creó y que fue la
Constitución Austriaca de 1920 ideó un mecanismo que permitía deferir en el tiempo los
efectos del fallo de Constitucionalidad, con el fin de que durante ese tiempo el Parlamento
pudiese dictar una nueva ley ajustada a la constitución que reemplazase a la declarada
inconstitucional. Con ese propósito se permitía a la Corte Constitucional Austriaca en una
norma de la propia constitución deferir los efectos de sus fallos por un término máximo de
seis (6) meses y se exigía además un pronunciamiento expreso de la Corte cuando hacía
uso de esta facultad. Posteriormente por una reforma de la Constitución Austriaca se
amplió dicho término hasta por un (1) año, que es el que actualmente rige.

7. Como se puede observar en la Constitución Austriaca existía una norma expresa que
permitía deferir en el tiempo los efectos de la inconstitucionalidad y esa competencia
expresa es la que precisamente hace falta en la Constitución Colombiana. No existiendo
norma expresa que faculte a la Corte Constitucional para establecer una excepción a la
regla general (que es que la norma deja de regir inmediatamente se ha publicado la
sentencia de inexequibilidad), la consecuencia es que la Corte carece de competencia para
hacerlo.

La Corte Constitucional por muy guardiana que sea de la Constitución no tiene poder
constituyente y es un mero órgano constituido, que como tal se encuentra sometida al
artículo 121 de la Constitución que establece muy claramente que "ninguna autoridad del
Estado podrá ejercer funciones distintas de las que le atribuyen la Constitución y la Ley".
8. La filosofía del derecho señala, que al lado del bien común y de la justicia, existe el
valor fundamental de la seguridad jurídica que solo la da la existencia de una facultad o
competencia expresa; cuando hay norma expresa como en la Constitución Austriaca se
conoce de antemano por la autoridad y por los ciudadanos el tiempo máximo que se
pueden deferir los fallos de inconstitucionalidad; en cambio en donde no existe un término
establecido en la Constitución, y se defieren los efectos, estos pueden ser deferidos
arbitrariamente, de tal manera que hoy se ha deferido por un lapso de ocho (8) meses,
pero mañana podría deferirse por un lapso de ocho (8) años o por un tiempo de ochenta
(80) años; con el resultado paradójico de que una norma declarada inconstitucional y que
se sabe que es inconstitucional siga rigiendo ochenta (80) años más. Cuando hay norma
expresa y que fija un límite en el tiempo, existe consecuencialmente un límite para el poder
de la propia Corte Constitucional. Todo órgano constituido incluida la Corte
Constitucional debe tener unos límites, que es la garantía de los derechos de los
ciudadanos y de la democracia, todo órgano sin control es nocivo para el estado de
derecho así este órgano sea la Corte Constitucional.

9. En el estado de derecho la posición jurídica del individuo es diametralmente opuesta a


la del funcionario público. El individuo puede hacer todo aquello que no le esté
expresamente prohibido por la ley. En cambio, el gobernante, la autoridad, actúa siempre
con competencias que en principio son limitadas. Al individuo, al ciudadano lo que no le
está expresamente prohibido le está permitido. Al funcionario público lo que no le está
expresamente atribuido, le está prohibido. Al particular le basta con saber que su
conducta no está prohibida para que pueda realizarla; en cambio, al gobernante no le
sirve este mismo argumento. Para que él pueda actuar, necesita mostrar la norma que lo
faculte para ello; si no existe esa norma, le está implícitamente prohibida esa actuación.
En el Estado de derecho las competencias de la autoridad son siempre expresas, explícitas
no existiendo para ello competencias implícitas, ni por analogía y este principio es válido
no sólo para el más humilde de los funcionarios, sino también para la Corte
Constitucional.

La Corte Constitucional por mucho que sea la cabeza de la jurisdicción constitucional, no


deja de ser un órgano constituido y por lo mismo sometido a la Constitución, siéndole en
consecuencia aplicable los artículos 121 y 6 de la Constitución Colombiana. La Corte
Constitucional, por muy alta que sea su misión es un órgano aplicador de la Constitución y
no un órgano creador de la misma, de manera tal que el vacío sobre la falta de norma
para deferir los efectos de sus fallos en el tiempo no puede llenarlo la propia Corte
Constitucional, por el contrario, debe ser colmado por el propio constituyente."42

JAIME ARAÚJO RENTERÍA

Magistrado

Auto 051/07

SENTENCIA DE CONSTITUCIONALIDAD-Corrección de parte resolutiva

Referencia: corrección sentencia C-858 de 2006.

Expediente D-6261

Demanda de inconstitucionalidad contra los artículos 9, 10 y 13 (parcial), del Decreto 1295


de 1994.

Actor: Leonardo Cañón Ortegón, Magistrado Ponente: Dr. JAIME CORDOBA TRIVIÑO

Bogotá D.C., veintiuno (21) de febrero de dos mil siete (2007).

La Sala Plena de la Corte Constitucional, en uso de sus facultades legales, y

CONSIDERANDO

1. Que, por un error involuntario, en la parte resolutiva de la Sentencia C-858 de 2006 se


refirió a los numerales 9, 10 y 13 en la expresión "En forma voluntaria" del Decreto Ley
1295/94, cuando en realidad ha debido mencionarse los artículos 9, 10 y 13 en la expresión
"En forma voluntaria" del Decreto Ley 1295/94.

2. Que el error anterior necesita ser corregido,

RESUELVE
PRIMERO. - Corregir el numeral primero de la parte resolutiva de la Sentencia C-858 de
2006, de manera tal que se entienda que son los artículos 9, 10 y 13 en la expresión "En
forma voluntaria" del Decreto Ley 1295/94, los que se declaran inexequibles.

SEGUNDO. - Que, en vista de lo anterior, en lo sucesivo, la parte resolutiva de la


Sentencia C-858 de 2006 quedará así:

"Primero. Declarar INEXEQUIBLES los artículos 9, 10 y 13 en la expresión "En forma


voluntaria" del Decreto Ley 1295/94.

Cópiese y adiciónese a la Sentencia C-858 de 2006, notifíquese, comuníquese, cúmplase e


insértese en la Gaceta de la Corte Constitucional.

Doña Ana María Medina, no es considerado accidente de trabajo, aquel que le ocurre al
trabajador fuera de la empresa, durante los permisos remunerados o sin remunerar, así se
trate de permisos sindicales, para asistir a citas médicas o cualquier otro tipo de permiso
otorgado por el empleador. 
Una vez ocurre un accidente de trabajo este debe ser reportado inmediatamente a la ARL a
la que está afiliada la empresa para que esta entidad califique el evento y asuma la atención
médica del trabajador.

Doña Ana María Medina, frente al hecho que su feje inmediato realizara su traslado sin
reportar a la comisión al Departamento de Talento Humano, debo decirle que El empleador
tiene la facultad de cambiar el lugar geográfico de trabajo del empleado, es decir, puede
trasladarlo a otra ciudad, sin embargo, esa facultad no es absoluta ni mucho menos se puede
utilizar de forma caprichosa.
El principio que faculta el empleador para trasladar a un empleado en función de las
necesidades operativas de la empresa, se conoce como ius variandi, principio que permite
al empleador modificar unilateralmente algunas condiciones del contrato de trabajo,
condiciones que no pueden desmejorar la situación general del trabajador. Entre las
condiciones que el empleador puede cambiar, está el lugar de trabajo, luego el empleador
tiene la facultad de trasladar a un empleado si las necesidades de la empresa así lo exigen,
aunque se insiste, la decisión de la empresa no debe ser caprichosa y debe ser justificada.
Al respecto, ha dicho la Corte suprema de justicia, sala de casación laboral:
La figura del ius variandi ha sido objeto de diversos análisis por parte de la jurisprudencia
laboral,  –tanto la vertida para el sector privado, como la para el sector público—, la cual
ha sido reiterada en manifestar que, como la potestad subordinante del empleador, que es
de donde conceptualmente nace, no puede ser ejercida de manera omnímoda y arbitraria,
pues en realidad no tiene la condición de absoluta e irrestricta, sino que es esencialmente
relativa y sometida a unos límites, radicados en los derechos del trabajador, su honor y su
dignidad.
Precisamente, en el anterior marco de restricciones es que ha sido reflexionado el cambio
de lugar de ejecución del contrato laboral (movilidad geográfica), en el evento de su
disposición por parte del empleador, y a partir de allí se ha pregonado, en diversas
épocas, que el mismo no puede ser fruto de la arbitrariedad y el capricho del empleador,
sino que debe obedecer a razones objetivas y válidas bien de índole técnicas, operativas,
organizativas o administrativas que lo hagan ineludible o al menos justificable. Sentencia
de julio 26 de 1999, expediente 10969.
Así las cosas, el empleador puede trasladar el empleado siempre que tenga razones
justificadas para ello, y siempre que no desmejore las condiciones del trabajador.
Esto quiere decir, por ejemplo, que si por motivo del traslado del trabajador, este debe
incurrir en mayores gastos, la empresa debe considerar ese aspecto, puesto que el trabajador
vería disminuido su ingreso real por cuenta del traslado. Esto entre otros aspectos, según las
circunstancias particulares de cada trabajador o empresa.
Para evitar problemas por el traslado de un trabajador, es recomendable que la empresa
prevea esta situación y la incluya en el contrato de trabajo al momento de vincular a sus
trabajadores, de manera que estos de antemano tengan claro que existe la posibilidad de ser
trasladados, y en consecuencia tomen decisiones personales y familiares acordes con esa
realidad que le eviten traumatismos en caso de ser trasladados.
Doña Ana María Medina frente a la evaluación de su capacidad Laboral le puedo indicar lo
siguiente:

Empecemos por precisar el concepto de capacidad laboral, y para ello acudamos al Decreto
917 de 1999 que en su artículo 2º dice: “Se entiende por capacidad laboral del
individuo el conjunto de las habilidades, destrezas, aptitudes y/o potencialidades de orden
físico, mental y social, que le permiten desempeñarse en un trabajo habitual.”
Ahora veamos en qué consiste la “calificación de la pérdida de la capacidad laboral”. En la
Sentencia T – 332 de 2015 la Corte Constitucional la definió como “un mecanismo que
permite fijar el porcentaje de afectación del “conjunto de las habilidades, destrezas,
aptitudes y/o potencialidades de orden físico, mental y social, que le permiten al individuo
desempeñarse en un trabajo habitual” 

Y finalmente digamos cuándo procede.

Las normas que regulan el tema de los riesgos profesionales disponen que cuando ocurre un
accidente o una enfermedad de carácter laboral (Anteriormente se hablaba de accidente de
trabajo y enfermedad profesional), el afiliado tiene derecho a recibir los servicios de salud
correspondientes, al igual que las prestaciones económicas a que haya lugar de acuerdo con
las secuelas de la enfermedad o del accidente, tales como incapacidades temporales,
subsidios por incapacidad temporal, incapacidad permanente parcial o pensión de invalidez
según la gravedad de la pérdida de capacidad laboral. Dispone igualmente dicha normativa
que en caso de muerte los beneficiarios del afiliado pueden reclamar la pensión de
sobrevivientes y el auxilio funerario.

Pues bien, para establecer si un individuo tiene derecho al reconocimiento de alguna de las
prestaciones asistenciales o económicas mencionadas, se requiere de la calificación de la
pérdida de capacidad laboral.

Y el derecho a la valoración de la pérdida de dicha capacidad se encuentra regulado


básicamente en las mismas leyes y decretos que desarrollan el SGRL, principalmente en la
Ley 100 de 1993, el Decreto 917 de 1999, el Decreto 2463 de 2001 y la ley 1562 de 2012.

Para la clasificación de la pérdida de la capacidad laboral por accidente o enfermedad


laboral se siguen las mismas reglas y procedimientos establecidos para valorar dicha
pérdida en caso de accidente o enfermedad de origen común, es decir, la calificación de
pérdida de capacidad laboral tiene lugar independientemente de la causa, profesional o
común, que determine la necesidad de dicha valoración.

De conformidad con lo anterior, la calificación de la pérdida de capacidad laboral es un


derecho que tiene toda persona, en la medida que constituye el medio para acceder a la
garantía y protección de otros derechos fundamentales como la salud, la seguridad social y
el mínimo vital, dado que permite establecer a qué tipo de prestaciones tiene derecho quien
padece una enfermedad o sufre un accidente, ya sea de origen laboral o por riesgo común.

Así, por ejemplo, para el caso de la pensión de invalidez resulta relevante el derecho a la
valoración de la pérdida de la capacidad laboral, ya que ésta constituye un medio para
garantizar los derechos fundamentales a la vida digna, a la seguridad social y al mínimo
vital, por cuanto dicha valoración permite establecer si el individuo tiene derecho a la
pensión. Así mismo, la evaluación posibilita, desde el punto de vista médico, determinar las
causas que originan la disminución de la capacidad laboral.

En palabras de la Sala de Casación Laboral de la Corte Suprema de Justicia Es


precisamente el resultado de la valoración que realizan los organismos médicos
competentes el que configura el derecho a la pensión de invalidez, pues (…) ésta arroja el
porcentaje de pérdida de capacidad laboral y el origen de la misma. De allí que la
evaluación forme parte de los deberes de las entidades encargadas de reconocer
pensiones, pues sin ellas no existiría fundamento para el reconocimiento pensional.”

Vale advertir que esta valoración puede tener lugar no solo como consecuencia directa de
una enfermedad o accidente de carácter laboral, sino, también, de patologías que resulten de
la evolución posterior de esta enfermedad o accidente, o, a su vez, por una situación de
salud distinta que puede tener un origen común. “Asimismo, puede ocurrir, dice la Corte,
que en un primer momento la afectación padecida, ya sea producida por un accidente o
enfermedad específica, no genere incapacidad alguna. Sin embargo, con el transcurso del
tiempo, se pueden presentar secuelas que tornan más grave la situación de salud de la
persona, lo que podría dar lugar a la valoración de su pérdida de capacidad laboral, con
el fin de establecer, precisamente, las verdaderas causas que originaron la disminución de
su capacidad de trabajo y el eventual estado de invalidez. (…)”

Y en Sentencia del 15 de febrero de 1995 (rad. 6.803, M. P. José Roberto Herrera Vergara)
al referirse al tema de la prescripción del derecho a la calificación de la pérdida de la
capacidad laboral, indicó: “… cuando acontece un accidente de trabajo surgen en favor de
quien lo padece una serie de prestaciones o de indemnizaciones, según el caso, algunas de
las cuales dependen de las secuelas o de la incapacidad para laborar que le hayan dejado.
Pero muchas veces ocurre que a pesar de los importantes avances científicos resulta
imposible saber en corto plazo cuáles son las consecuencias…. Así lo tiene adoctrinado la
jurisprudencia de esta Sala al precisar que no puede confundirse el hecho del accidente
con sus naturales efectos. Aquél es repentino e imprevisto. Estos pueden producirse
tardíamente. Por lo anterior, tanto la doctrina como la jurisprudencia, sin desconocer el
referido término prescriptivo legal, han recabado en que la iniciación del cómputo
extintivo no depende en estricto sentido de la fecha de ocurrencia del infortunio, por no
estar acorde con la finalidad del instituto y ser manifiestamente injusta, sino del momento
en que el afectado está razonablemente posibilitado para reclamar cada uno de los
eventuales derechos pretendidos.”

Vale la pena recordar que la Corte Suprema ha dicho que si las entidades obligadas a
realizar la valoración de la persona cuando su situación de salud lo requiere, se niegan a
ello, incurren en flagrante vulneración del derecho a la seguridad social (Art. 48 C.N.), pues
de esa manera impiden el acceso de la persona a las garantías fundamentales a la salud, la
vida digna y al mínimo vital, en la medida que se excluye la posibilidad de determinar el
origen de la afección, el nivel de alteración de la salud y de la pérdida de capacidad laboral
del trabajador.

Finalmente conviene señalar que de acuerdo con el artículo 142 del Decreto 19 de 2012 la
calificación de la pérdida de la Capacidad laboral le corresponde a COLPENSIONES, a las
ARL, a las Compañías de Seguros que asuman el riesgo de invalidez y muerte, y a las EPS.
En caso de que el interesado no esté de acuerdo con la calificación deberá manifestar su
inconformidad dentro de los 10 días siguientes y la entidad deberá remitirlo a las Juntas
Regionales de Calificación de Invalidez del orden regional dentro de los 5 días siguientes,
cuya decisión será apelable ante la Junta Nacional de Calificación de Invalidez, la cual
decidirá en un término de 5 días.

Esperamos a ver dejado claro frente a sus requerimientos Sra. Ana María Medina.
CASO 2: ENFERMEDAD LABORAL

Esteban Ruiz tiene 65 años y trabajó como conductor de maquinaria amarilla durante 25
años en una mina de carbón a cielo abierto, en la costa norte de Colombia. Le han
diagnosticado un cáncer de pulmón, el cual le están tratando como si fuera de origen
común. Le sugieren que reclame a la empresa por enfermedad laboral por la exposición a la
sílice. 

Don Esteban presento un derecho de petición para reclamarle a la empresa, no obstante este
ha respondido que, según el examen medico de egreso, el no presentaba ninguna patología
y que después de revisar las encuestas de factores de riesgos extralaborales, el trabajador
había manifestado que en su casa cocinaban con carbón de leña y que esa podía ser la razón
de su padecimiento. .

b) Enfermedad: 
1. Identifiquen qué elementos de prueba son necesarios para determinar el origen de la
enfermedad y su nexo causal.
2. Determinen el origen de la enfermedad de acuerdo con la normatividad expuesta.
3. Argumenten, acorde con lo estudiado, si se configura como una enfermedad de
origen laboral o común y el porqué de la decisión tomada.

Actividad Económica de la Empresa: Minería

Clase de Riesgo 5

CODIGO CIU0-08. 9311 trabajadores de minas y canteras.

Sr Juan Martínez le damos las siguientes orientaciones:

Los Convenios Internacionales respaldan a los trabajadores colombianos partiendo de


los Derechos Humanos: Principio 1: Las empresas deben apoyar y respetar la
protección de los derechos humanos reconocidos universalmente, dentro de su ámbito
de influencia. Principio 2: Las empresas deben asegurarse de no actuar como
cómplices de violaciones de los derechos humanos. Estándares laborales: Principio 3:
Las empresas deben respetar la libertad de asociación y el reconocimiento efectivo del
derecho a la negociación colectiva. Principio 4: Las empresas deben apoyar la
eliminación de toda forma de trabajo forzoso o realizado bajo coacción. Principio 5:
Las empresas deben apoyar la abolición efectiva del trabajo infantil. Principio 6: Las
empresas deben apoyar la abolición de las prácticas de discriminación en el empleo y
ocupación. Medio ambiente: Principio 7: Las empresas deberán apoyar un enfoque de
precaución respecto a los desafíos del medio ambiente. Principio 8: Las empresas
deben fomentar las iniciativas que promuevan una mayor responsabilidad ambiental.
Principio 9: Las empresas deben favorecer el desarrollo y la difusión de las tecnologías
respetuosas con el medio ambiente. Anticorrupción: Principio 10: Las empresas deben
trabajar en contra de la corrupción en todas sus formas, incluidas la extorsión y el
soborno.

Sr Juan Martínez esta es la línea de tiempo de las enfermedades Laborales y sus


caracteristicas.

En cuanto a la primera línea de tiempo se puede afirmar que las enfermedades


dominantes en la minería del siglo XXI están reconocidas científicamente, en muchos
casos, desde comienzos del siglo XX, como es el caso de la silicosis o el saturnismo.
Igualmente, tanto la legislación internacional como la nacional han reconocido la
responsabilidad de los empleadores del sector desde hace más de 50 años (Gallo &
Márquez, 2011; Rosental, 2008; Rosner & Markowitz, 2006), y Colombia no ha sido
la excepción, veamos:

Decreto 841 de 1946 / Código Sustantivo del Trabajo Antracosis, silicosis,


tuberculosis, intoxicaciones por amoniaco (letrineros, mineros, fabricantes de hielo y
estampadores), óxido de carbono (caldereros, fundidores de minerales y mineros),
arsénico (obreros de las plantas de arsénico, de las fundiciones de minerales, tintoreros
y demás manipuladores de arsénico), plomo/saturnismo, mercurio, ácido cianhídrico,
carburos de hidrógeno, alquitrán (cáncer epitelial provocado por su manipulación);
esclerosis del oído medio.
Decreto 778 de 1987 Saturnismo, flourosis, enfermedades producidas por radiaciones
ionizantes, nistagmos de los mineros, cáncer ocupacional

Decreto 1832 de 1994 Saturnismo, flourosis, enfermedades producidas por


radiaciones ionizantes, nistagmos de los mineros, cáncer ocupacional.

Decreto 2566 de 2009 Saturnismo, flourosis, enfermedades producidas por


radiaciones ionizantes, nistagmos de los mineros, cáncer ocupacional

Decreto 1477 de 2014 Asbestosis, silicosis, neumoconiosis del minero de carbón,


mesotelioma maligna por exposición a asbesto, tuberculosis pulmonar, leptospirosis,
histoplasmosis, esporotricosis, anquilostomiasis, neoplasia maligna de la cavidad nasal
y de los senos paranasales, angiosarcoma de hígado, neoplasia maligna de bronquios y
de pulmón, neoplasia maligna de vejiga, estrés postraumático, parkinsonismo
secundario debido a otras causas externas, inflamación coriorretiniana, beriliosis,
siderosis, neumoconiosis derivada de otros polvos inorgánicos específicos, trastornos
respiratorios de otras enfermedades sistémicas del tejido conjuntivo, síndrome de
Caplan, artritis reumatoide asociada con neumoconiosis de los trabajadores de carbón,
trastornos en los tejidos blandos, sinovitis crepitante crónica de la mano o del puño,
bursitis de la mano, bursitis del olécranon, bursitis del codo, bursitis prerotuliana,
bursitis de rodilla, fibromatosis de la fascia palmar, enfermedad de Kienbock del
adulto, otras osteocondropatías, infertilidad masculina, infertilidad femenina, efectos
tóxicos del monóxido de carbono, efectos tóxicos del mercurio y sus compuestos,
efectos tóxicos del manganeso y sus compuestos.

Las enfermedades con más frecuencia tienen que ver con problemas musculares,
seguida por problemas respiratorios; v) en afiliación a los regímenes de seguridad
social, en términos de afiliación a la seguridad social en salud, el 95,6 % de los
encuestados estaba afiliado, y 98 % de ellos lo estaba al régimen contributivo; el 82,8
% de los encuestados estaba afiliado a un fondo de pensiones y el 89,5 % a una ARP;
vi) en cuanto a la jornada laboral, existe una segregación proveniente de las diferencias
de producción: las horas extras son muy diferentes en la zona del Caribe a las del
interior del país; el 38,4 % trabaja de noche o de jornada rotativa y el nivel de fatiga
asociado a las jornadas cambiantes es muy alto, especialmente cuando la jornada es de
12 horas por día de trabajo.

El carbón se puede dividir en cuatro grupos, dependiendo del porcentaje de contenido


de carbono y su poder calórico: antracita, hulla bituminosa, hulla sub-bituminosa,
lignito o turba. En cualquier caso, son usados, principalmente, para la generación de
calor o vapor en la industria térmica o siderúrgica.

Estudios realizados en Colombia desde los años cuarenta muestran el impacto de la


inhalación de partículas de polvo de carbón en los trabajadores mineros: silicosis,
neumoconiosis y, en general, enfermedades respiratorias (Bermúdez Montaña, 1952;
Forero, 1938; Jáuregui, 1948) y, recientemente, se ha conseguido demostrar que
muchas de estas enfermedades tienen origen en el “daño genotóxico generado por la
inhalación del mineral partículado, capaz de interactuar con los macrófagos, células
epiteliales y otras células, generando la producción de grandes cantidades de especies
reactivas al oxígeno (ERO)” (León-Mejía, 2011, p. 20). Del mismo modo, diversos
estudios han logrado demostrar la asociación entre ciertos compuestos relacionados
con la minería de carbón y el aumento del riesgo de cáncer de pulmón, piel y vejiga.
Paradójicamente, según León-Mejía, el polvo de carbón continúa siendo clasificado
como no carcinogénico para humanos por la Agencia Internacional para la
Investigación del Cáncer (León-Mejía, 2011, p. 20; León-Mejía et al., 2011, p. 687) En
una mina como la del Cerrejón en La Guajira, los trabajadores están expuestos a
diversos agentes genotóxicos. Por la manera como se comportan estos agentes se
pueden clasificar en carcinógenos primarios o de acción directa y los
procarcinogénicos o de acción indirecta que requieren de activación metabólica
mediante enzimas. En este sentido, se pueden destacar los metales pesados que están
correlacionados con las actividades de minería y combustión del carbón, por ejemplo,
el cobre, el plomo, cadmio, níquel, vanadio, zinc, azufre. Por otro lado, se destacan los
hidrocarburos aromáticos policíclicos que resultan del procesamiento del carbón y la
combustión espontánea de los centros de almacenamiento del carbón (León-Mejía,
2011, pp. 26-28; León-Mejía et al., 2011, p. 686) Además de los agentes genotóxicos
se destacan los efectos comprobados del polvo de carbón. De acuerdo con León Mejía
(2011, p. 26), durante el proceso de extracción del mineral son producidas enormes
cantidades de partículas de polvo y como consecuencia se producen desórdenes
pulmonares, que incluyen neumoconiosis simples, fibrosis masiva progresiva,
enfisema, bronquitis y pérdida de la función pulmonar. Estudios más recientes
demuestran que el polvo de carbón tendría la “capacidad de producir interacciones
complejas dentro de la maquinaria celular, en mecanismos relacionados a la
producción de especies reactivas de oxígeno”, en otras palabras, puede estar
significativamente involucrado “en el daño de células del pulmón y de otras líneas
celulares, después de difundirse por la corriente sanguínea” (León-Mejía, 2011, p. 26).
En efecto, la exposición al polvo de carbón entre los trabajadores del sector produce
una significativa “inducción de daños citogenéticos”, confirmada por estudios
realizados en minería subterránea en países como China, Turquía, Polonia, Rumania,
Rusia y Eslovaquia (León-Mejía, 2011, p. 25). Para el caso colombiano, León Mejía et
al. (2011) estudiaron un grupo de 100 trabajadores expuestos a residuos de minería de
carbón a cielo abierto y 100 individuos de control sin exposición a agentes
genotóxicos, que incluían carbón, radiación, químicos o cigarrillos. En el grupo
expuesto a los residuos de la minería de carbón se evidenció un significativo daño del
DNA en linfocitos de sangre periférico comparado con el grupo de control.
Igualmente, afirman León-Mejía et al. (2011, p. 67) que “la frecuencia de
micronúcleos en el grupo expuesto a la minería de carbón es significativamente mayor
que en el grupo de control”, sin diferencia significativa entre las diferentes operaciones
de transporte, mantenimiento de equipos en campo, minería y embarque de carbón. 8

Otro aspecto destacado por los autores es la presencia significativa de Si y Al entre el


grupo expuesto, coincidiendo con el análisis de la composición del carbón del
Cerrejon: “Gran parte del material mineral del carbón […] está compuesto por silicato
de aluminio y sílice”. Según (León-Mejía, 2011, p. 72), la exposición a altas
cantidades de aluminio puede causar enfermedades neurológicas y problemas renales.
Del mismo modo, se sabe que pueden estar asociados con procesos inflamatorios del
pulmón que pueden conducir a cáncer del pulmón. A su vez, la inhalación de material
con silicio tiene efectos crónicos en la respiración, irritación de los pulmones y de la
membrana mucosa, “el cáncer de pulmón está asociado con la exposición a silicio
cristalino” y el polvo de sílice induce a la silicosis.
En conclusión, “los residuos de la minería de carbón causan daño en el DNA, y esta
situación fue comprobada en los trabajadores del Cerrejón en la Guajira. El grupo
expuesto presentó: daño en el DNA; alteraciones citogenéticas; formas de muerte
celular y amplificación génica; presencia en la sangre de Na, Mg, Al, Si, P, S, Cl, K,
Ca, Fe, Cu, Zn, Br e Rb; cantidades significativamente mayores de Si y Al en
comparación con el grupo control. Se destaca además que, en la investigación,
cuestiones como el consumo de alcohol, la edad y el tiempo de servicio o la exposición
no fueron influyentes. Igualmente, no fue encontrada una correlación entre el área de
trabajo o la cadena de producción y los resultados de los análisis con biomarcadores y
la presencia de varios elementos en la sangre.

el Grupo de Salud Ocupacional de la Dirección de Riesgos Profesionales del


Ministerio de Trabajo afirma: “no se relacionan los resultados por tipo de agente
agresor pulmonar al que están expuestos, […] no se sabe si son casos nuevos, antiguos
estables o antiguos que progresaron”. Y concluye: Es llamativo que el mayor
porcentaje sea para las alteraciones restrictivas (predominio de silicosis) y que se
presenten en menores de 40 años. Es llamativo que en los que tienen menos de 20 años
de servicio sea donde más se presentan los patrones restrictivos y que los no expuestos
presenten alteraciones restrictivas y obstructivas con porcentaje similar a los otros
grupos. (Espinosa & Archila, 2009, p. 40) El Grupo de Salud Ocupacional de la
Dirección de Riesgos Profesionales del Ministerio de Trabajo concluye que todos los
factores de riesgo más reconocidos en la industria minera están presentes en el
Cerrejón: ruido, vibración a cuerpo entero, ergonómicos, material particulado, altas
temperaturas y escape de motores diésel (monóxido de carbono y óxidos de nitrógeno).
Adicionalmente, por ser minería a cielo abierto, se requiere de mayor uso de
maquinaria pesada con lo cual se incrementa el riesgo de exposición a ruido, vibración
a cuerpo entero y riesgos ergonómicos y se adiciona el contacto con combustibles,
solventes y lubricantes. (Espinosa & Archila, 2009, p. 66)

Las neumoconiosis, las neuropatías periféricas y las encefalopatías tóxicas […]


requieren de largos periodos de latencia […] teniendo en cuenta periodos de
latencia de 20 años para exposiciones cercanas al TLV, en este momento se
pueden estar presentando los casos con estas patologías como efecto de las
condiciones de trabajo de esa época. (Espinosa & Archila, 2009, p. 68).

la exposición ocupacional a los residuos de carbón es un problema de salud pública en


los países en desarrollo debido a la falta de políticas regulatorias y programas de
vigilancia epidemiológica y a los residuos de la combustión de carbón limitada y
gestión de emisión de partículas. (León-Mejía et al., 2011, p. 688, 2014).

MARCO NORMATIVO EN MATERIA DE SALUD OCUPACIONAL Y


RIESGOS LABORALES DE LA MINERÍA A GRAN ESCALA.

Se conoce que la “seguridad y salud en el trabajo” está sustentada en el derecho del o


al trabajo, desarrollado fundamentalmente en la segunda mitad del siglo xx en
Colombia, aunque su fundamento se logra por las primeras luchas del movimiento
sindical en Europa y Norteamérica a finales del siglo xix y principios del xx, por el
cual el trabajo se descosifica y, por lo tanto, las y los trabajadores pasan a ser
reconocidos como seres humanos, sujetos de derechos y responsabilidades, fincando
definitivamente los pilares del derecho del o al trabajo en el mundo. En Colombia, esta
nueva realidad abre paso a la concepción de dignidad humana,9 como principio
fundante de las relaciones.

La Corte Constitucional en Sentencia C-425 de 2005, determinó que “el concepto de


dignidad humana se entiende extraído del sistema de valores de la Constitución. Por
consiguiente, al establecerse a nivel Constitucional la ‘libertad de elección de un plan
de vida concreto en el marco de las condiciones sociales en las que el individuo se
desarrolle’ y de ‘la posibilidad real y efectiva de gozar de ciertos bienes y de ciertos
servicios que le permiten a todo ser humano funcionar en la sociedad según sus
especiales condiciones y calidades, bajo la lógica de la inclusión y de la posibilidad de
desarrollar un papel activo en la sociedad’, determinan aquello que se considera
‘esencial, inherente y, por lo mismo inalienable para la persona’”.

10. La Corte Constitucional en Sentencia C- 425 de 2005, señaló: “En consecuencia, el


ser humano se ve provisto de una serie de perspectivas que se concretan en derechos
subjetivos que implican acciones positivas de parte del Estado –prestaciones– o en
otros casos unas acciones omisivas que garanticen los mismos derechos.

Es por lo mencionado, que la dignidad humana deviene en eje central del Estado
Colombiano como Estado Social de Derecho. Es éste el encargado por velar
constantemente por la garantía, permanencia, protección y restablecimiento de la
dignidad humana”. Indiferencia o sumisión: período de total inanición y ausencia de
normas que protegieran la salud y la seguridad de las y los trabajadores.

12. Defensa: período caracterizado por poner la aparición de un cuerpo de


conocimientos, normas y leyes que permitieran la reproducción de la fuerza de trabajo,
la monitorización de la salud, cambiar dinero por salud, la medicalización excesiva de
la salud en el trabajo, aparición de la compensación con pago monetario por la pérdida
de capacidad para trabajar. Este período también se centra en la seguridad; es el mayor
auge del desarrollo de la salud ocupacional y los inicios de la promoción y prevención.

13. Lucha: período en Colombia aún por hacerse o lograrse; caracterizado por los
procesos de autogestión, movilización, negociación colectiva y la lucha por la
organización del trabajo. La lucha por la salud se caracteriza además porque se
respalda en un cuerpo de conocimientos y normas para el mejoramiento y
transformación de las condiciones de trabajo, limitación de la jornada y adaptación del
trabajo al ser humano. Esto último es también uno de los elementos del paradigma que
diferencia esta etapa de la etapa de sumisión en donde el ser humano era obligado a
adaptarse al trabajo.

laborales (obrero-patronales), que se ven reflejadas en un estado protector,


proporcionándole al derecho laboral un carácter protector o tuitivo al “más débil”, en
especial, sobre la integridad personal, de salud y seguridad del trabajador,
específicamente en materia de “seguridad y salud en el trabajo”. Aunque a principios
de siglo XX (1912-1945) aparecieron los primeros esbozos de seguridad social y
algunos planes de beneficios, en particular, lo que hoy se denomina “seguridad y salud
en el trabajo”, se empieza a desarrollar hacia la mitad del siglo XX, con la creación de
la Seguridad Social (Ley 90) y el desarrollo del actual Sistema General de Riesgos
Laborales (profesionales), cuyo mayor auge de desarrollo y protección se alcanza al
final de los noventas y durante estas últimas décadas con la expedición de una
normatividad preventiva a partir de la promulgación de la Ley 9ª de 1979 y el
desarrollo de la organización de los Sistemas de Gestión de Seguridad y Salud en
Trabajo.

Pero este auge de la seguridad y salud en el trabajo fue el logro de procesos de gestión
y autogestión o lucha (Pico y Ganado, 2011, p. 11) de las y los trabajadores. Procesos
que se han presentado en distintas etapas y momentos, y parten de la sumisión (o
indefensa), la defensa y llega n hasta la lucha por la salud en el trabajo.

Estos procesos se enmarcan en períodos históricos específicos, pero no quiere decir


que no se sigan presentando en la actualidad. Por ejemplo, en el mapa laboral
colombiano encontramos todavía trabajadores y trabajadoras que deben someterse a
condiciones de trabajo altamente desgastantes y, en algunos casos, rayando en la
esclavitud, de las que no puede sustraerse, como en el caso del trabajo doméstico o
trabajo del cuidado (Agencia de Información Laboral, 16 de julio de 2015).

Lo que se puede decir es que, en Colombia, la seguridad y la salud en el trabajo se


encuentran en una etapa de tránsito entre la indefensa y la defensa por la salud en el
trabajo, pues es claro que, aunque es extenso y amplio el contenido del derecho laboral
y en particular el de seguridad y salud en el trabajo, este es protector y compensatorio,
pero, con el daño, y no con la prevención y la promoción (campo demasiado débil en
la aplicación de las di Indiferencia o sumisión: período de total inanición y ausencia de
normas que protegieran la salud y la seguridad de las y los trabajadores. 12. Defensa:
período caracterizado por poner la aparición de un cuerpo de conocimientos, normas y
leyes que permitieran la reproducción de la fuerza de trabajo, la monetarización de la
salud, cambiar dinero por salud, la medicalización excesiva de la salud en el trabajo,
aparición de la compensación con pago monetario por la pérdida de capacidad para
trabajar. Este período también se centra en la seguridad; es el mayor auge del
desarrollo de la salud ocupacional y los inicios de la promoción y prevención.

Lucha: período en Colombia aún por hacerse o lograrse; caracterizado por los procesos
de autogestión, movilización, negociación colectiva y la lucha por la organización del
trabajo. La lucha por la salud se caracteriza además porque se respalda en un cuerpo de
conocimientos y normas para el mejoramiento y transformación de las condiciones de
trabajo, limitación de la jornada y adaptación del trabajo al ser humano. Esto último es
también uno de los elementos del paradigma que diferencia esta etapa de la etapa de
sumisión en donde el ser humano era obligado a adaptarse al trabajo. con referencia al
reconocimiento de la enfermedad laboral y, por lo tanto, en su prevención y
promoción.

El marco normativo específico en materia de seguridad minera se encuentra definido


por la Ley 685 de 2001 o Código de Minas, modificada por la Ley 1382 de 2010; el
Decreto 1335 de 1987 o Reglamento de Seguridad en las Labores Subterráneas
modificado por el Decreto 1886 de septiembre de 2015; el Decreto 2222 de 1993 o
Reglamento de Higiene y Seguridad en las Labores Mineras a Cielo Abierto; y el
Decreto 035 de 1994 sobre disposiciones en materia de seguridad minera.

La normatividad antes referida, regula los distintos aspectos específicos relacionados


con las condiciones de operación en las explotaciones mineras en el país, incluyendo el
diseño minero, las condiciones atmosféricas de la minería subterránea, el uso de
equipos y medios de transporte, las responsabilidades del explotador como directo
responsable de asegurar condiciones aceptables de seguridad en los trabajos mineros;
entre otros aspectos. Pero los trabajos del sector de la minería también son regulados
por normas y legislación general del Sistema de Riesgos Laborales del país, en los
aspectos de promoción, prevención y compensación, como se relaciona a continuación.

Ley 685 de 2001 o Código de Minas El artículo 97 establece, respecto de la seguridad


del personal, lo siguiente: Seguridad de personas y bienes. En la construcción de las
obras y en la ejecución de los trabajos de explotación, se deberán adoptar y mantener
las medidas y disponer del personal y de los medios materiales necesarios para
preservar la vida e integridad de las personas vinculadas a la empresa y eventualmente
de terceros, de conformidad con las normas vigentes sobre seguridad, higiene y salud
ocupacional.

El artículo 59 del Código de Minas establece así mismo como obligaciones del
Concesionario: Obligaciones. El concesionario estará obligado en el ejercicio de su
derecho, a dar cabal cumplimiento a las obligaciones de carácter le gal, técnico,
operativo y ambiental, que expresamente le señala este Código. Ninguna autoridad
podrá imponerle otras obligaciones, ni señalarle requisitos de forma o de fondo
adicionales o que, de alguna manera, condicionen, demoren o hagan más gravoso su
cumplimiento. Por su parte, el artículo 318 dispone lo siguiente: Fiscalización y
vigilancia. La autoridad minera directamente o por medio de los auditores que
autorice, ejercerá la fiscalización y vigilancia teniendo en cuenta lo previsto en el
artículo 279 de este Código, de la forma y condiciones en que se ejecuta el contrato de
concesión tanto por los aspectos técnicos como por los operativos y ambientales, sin
perjuicio de que sobre estos últimos la autoridad ambiental o sus auditores autorizados,
ejerzan igual vigilancia en cualquier tiempo, manera y oportunidad.

Decreto 1886 de 2015 o Reglamento de Seguridad en Labores Subterráneas Este


decreto aplica a todas las personas naturales o jurídicas que desarrollen ese tipo
de labores; el decreto señala entre otros aspectos, lo siguiente:

Artículo 8º Responsabilidad de aplicación y cumplimiento del Reglamento. El titular


del derecho minero, el explotador minero y el empleador minero, son los responsables
directos de la aplicación y el cumplimiento del presente Reglamento.

Artículo 10º. Parágrafo El titular del derecho minero, el explotador minero y el


empleador deben vincular dentro del equipo de trabajo un Tecnólogo, Profesional ó
Profesional Especialista en Seguridad y Salud en el Trabajo, con formación en riesgos
mineros con experiencia especifica mínimo de un (1) año, con dedicación exclusiva
para el desarrollo de actividades de seguridad dentro de la explotación minera.

Artículo 11º Obligaciones del titular del derecho minero, el explotador minero y el
empleador. Son obligaciones del titular del derecho minero, del explotador minero y
del empleador minero las siguientes: 1. Afiliar a los trabajadores dependientes, así
como a los trabajadores independientes cuando haya lugar, al Sistema General de
Seguridad Social Integral (Salud, pensiones, riesgos laborales) y pagar oportunamente
los respectivos aportes y los parafiscales, conforme con lo dispuesto en la normativa
vigente.
Artículo 11º

2. Garantizar que los trabajadores de los contratistas y subcontratistas que requieran


ingresar a las labores mineras subterráneas a realizar algún trabajo, lo hagan con la
autorización del responsable técnico de la labor subterránea, que tengan afiliación
vigente al sistema de seguridad social integral y se encuentren al día en el pago de sus
aportes.

3. Organizar y ejecutar de forma permanente el programa de salud ocupacional de la


empresa denominado actualmente Sistema de la Seguridad y Salud en el Trabajo SG-
SST, establecido en la Resolución 1016 de 1989 de los Ministerios de Trabajo y de
Seguridad Social y Salud, o la norma que lo modifique, adicione o sustituya.

4. Identificar, medir y priorizar la intervención de los riesgos existentes en las labores


subterráneas y de superficie que estén relacionadas con éstas, que puedan afectar la
seguridad, o la salud de los trabajadores;

5. Conformar el Comité Paritario o Vigía de Seguridad y Salud en el trabajo y velar


por su funcionamiento, conforme a lo establecido en la Resolución 2013 de 1986 de
los Ministerios de Trabajo y Seguridad Social y de Salud, el Decreto-Ley 1295 de
1994, en el Capítulo 6 – sistema de gestión la seguridad y salud en el trabajo del título
4 de la parte 2 del libro 2 del Decreto 1072 de 2015 por el cual se expide el Decreto
Único Reglamentario del Sector Trabajo o aquellas normas que los modifiquen,
reglamenten o sustituyan.

6. Cumplir con las disposiciones de saneamiento básico establecidas en el artículo 125


y siguientes de la Ley 9 de 1979 y en el capítulo 11, título 11 de la Resolución 2400 de
1979, expedida por los Ministerios de Trabajo y Seguridad y de Salud o normas que
modifiquen, reglamenten o sustituyan.

7. Cumplir en el término establecido los requerimientos de las autoridades competentes


para la prevención de los riesgos laborales y tener a su disposición todos los registros,
resultados de mediciones, estudios, entre otros, requeridos en el presente Reglamento.

8. Elaborar los informes de accidentes de trabajo y enfermedades laborales dentro de


los dos (2) días hábiles siguientes a la ocurrencia del accidente o diagnóstico de la
enfermedad, conforme a la Resolución 156 del 2005 del Ministerio de la Protección
Social o aquellas normas que la modifiquen, reglamenten o sustituyan.

9. Realizar las investigaciones de los incidentes y accidentes de trabajo y participar en


la investigación de los accidentes mortales conforme con lo establecido en el presente
reglamento; analizar las estadísticas conforme a lo establecido en la Resolución 1401
de 2007 del Ministerio de la Protección Social y aplicar los controles establecidos en la
investigación del caso. Así mismo, se debe enviar copia del informe de investigación
de los accidentes graves a la autoridad minera encargada de la administración de los
recursos mineros, dentro de los quince (15) siguientes a su ocurrencia.

10. Participar en la investigación de accidentes laborales mortales junto con la


Comisión de Expertos designada por la autoridad minera, encargada de la
administración de los recursos mineros y aplicar los controles establecidos en la
investigación del caso.

11. Proveer los recursos financieros, físicos y humanos necesarios para el


mantenimiento de máquinas, herramientas, materiales y demás elementos de trabajo en
condiciones de seguridad; así mismo el normal funcionamiento de los servicios
médicos, instalaciones sanitarias y servicios de higiene para los trabajadores.

12. Garantizar el adecuado funcionamiento de los equipos de medición necesarios para


la identificación, prevención y control de los riesgos, incluyendo metanómetro,
oxigenómetro, medidor de CO, de C02, bomba detectora de gases y/o multidetector de
gases, psicrómetro y anemómetro.

13. Asegurar la realización de mediciones ininterrumpidas de oxígeno, metano,


monóxido de carbono, ácido sulfhídrico y demás gases contaminantes, antes de iniciar
las labores y durante la exposición de los trabajadores en la explotación minera y
mantener el registro actualizado en los libros y tableros de control.

14. Garantizar el mantenimiento y calibración periódica de los equipos de medición,


conforme a las recomendaciones del fabricante, con personal certificado y autorizado
para tal fin.
15. Capacitar al trabajador nuevo antes de que inicie sus labores e instruirlo sobre: la
forma segura de realizar el trabajo, la identificación de peligros y evaluación y
valoración de los riesgos y la forma de controlarlos, prevenirlos y evitarlos; así como
reentrenarlo conforme a lo establecido en este Reglamento.

16.Cumplir con lo establecido en el Estatuto de Prevención, Capacitación y Atención


de Emergencias y Salvamento Minero, Título XII, de este Reglamento.

17. Contar con señalización para las rutas de evacuación, a través de líneas de vida con
elementos que indiquen el sentido de la salida y señales de seguridad o letreros que
tengan materiales reflectivos fluorescentes o fotoluminiscentes.

18. Disponer de un libro de registros de personal bajo tierra y asignar un responsable


de su control y seguimiento, en el que quede constancia en cada turno, del acceso y
salida de los trabajadores, así como de los visitantes de la labor minera subterránea,
para que en todo momento se identifique a las personas que se encuentren en el
interior, al igual que su ubicación por áreas o zonas, de tal forma que puedan ser
localizadas en un plano. La ubicación deberá hacerse preferentemente en tiempo real y
de ser posible utilizando la tecnología actual que permita cumplir con la presente
disposición. Tal registro deberá llevarse en medios impresos o electrónicos y
conservarse al menos, por tres (3) años.

19. Facilitar la capacitación de los trabajadores a su cargo en materia de seguridad y


salud en el trabajo y asumir los costos de ésta, incluyendo lo relacionado con el tiempo
que requiere el trabajador para recibirla;

20. Cumplir con todas las demás normas del Sistema General de Riesgos Laborales
que no estén establecidas en el presente Reglamento;

21. Garantizar que toda persona que requiera ingresar a la mina debe recibir una
inducción de riesgos y medidas de seguridad, así como utilizar los elementos y equipos
de protección personal, suministrados por el explotador minero o empleador.

22. Tomar medidas preventivas y precauciones que garanticen la detección, la alarma y


extinción de incendios y la ocurrencia de explosiones.
23. En caso de grave peligro para la seguridad y la salud, garantizar que las
operaciones se detengan y los trabajadores sean evacuados a un lugar seguro.
direccionados a la reducción y eliminación del uso de mercurio, para lo cual
dispondrán máximo de cinco (5) años.

24. Desarrollar e implementar los lineamientos e instrumentos tecnológicos definidas


por el Gobierno Nacional, direccionados a la reducción y eliminación del uso de
mercurio, para lo cual dispondrán máximo de cinco (5) años.

25. Fomentar las competencias del personal a su cargo para la inserción de tecnologías
limpias en los procesos de beneficio de oro promoviendo el uso de productos
sustitutos.

Decreto 2222 de 1993 o Reglamento de Higiene y Seguridad en las Labores


Mineras a Cielo Abierto Este decreto señala entre otros, lo siguiente:

Artículo 4º El explotador es responsable directo de la aplicación y cumplimiento del


presente Reglamento.

Artículo 5º Según la clasificación de la explotación, todo explotador debe incorporar a


su planta administrativa o contratar con terceros personal idóneo para la dirección
técnica y operacional de los trabajos, a fin de garantizar que éstos se realicen en
condiciones de higiene y seguridad para las personas que trabajan en actividades
mineras.

Artículo 6º Todo explotador minero debe: a) Elaborar y ejecutar un programa de salud


ocupacional destinado a la prevención de los riesgos profesionales que puedan afectar
la vida, integridad y salud de los trabajadores… j) Suspender los trabajos en los sitios
donde se advierta peligro inminente de accidentes o de otros riesgos profesionales,
mientras estos no sean superados.

Artículo 7º Son obligaciones de los trabajadores: b) Participar en la prevención de


riesgos profesionales cumpliendo lo establecido en el presente reglamento y sus
disposiciones complementarias…
Artículo 13 El explotador está obligado a elaborar y mantener actualizados los planos
y registros de los avances y frentes de explotación de acuerdo con el desarrollo de la
mina.

Artículo 14 Los registros de los avances y frentes de explotación se refieren


principalmente al diseño del sistema de explotación que incluye secuencia y
cronología de actividades, diseño y control de estabilidad de taludes, ubicación de
botaderos, almacenamiento de capa vegetal, estériles y mineral, control de aguas, vías
de acceso y de una manera general la naturaleza e importancia de las variaciones
topográficas que se ejecuten en el área de la mina. Los planos deben actualizarse por lo
menos dos veces por año, al final de cada semestre. Artículo 34 El explotador está
obligado a investigar los accidentes laborales para determinar sus causas y prevenir y
controlar insucesos similares. Se deberá llevar un registro detallado de los mismos de
acuerdo con las normas que estimule la autoridad competente.

Artículo 277 Explotación de materiales de construcción El supervisor deberá realizar


inspecciones permanentes para advertir deslizamientos de material. Cuando se detecte
riesgo de deslizamiento se deberán tomar las medidas de estabilización adecuadas para
cada caso. Parágrafo. Se deben efectuar inspecciones cuidadosas de los taludes
después de la ocurrencia de fuertes precipitaciones

Decreto 035 de 1994 sobre Medidas de Prevencion y Seguridad en las Labores


Mineras

Artículo 3 El Ministerio de Minas y Energía organizará el sistema de control y


vigilancia de las explotaciones mineras con el fin de: 1. Inspeccionar el ejercicio de las
actividades de explotación de las minas en excavaciones y ambientes subterráneos o a
cielo abierto, así como el aprovechamiento de los recursos naturales no renovables 2.
Tomar las medidas necesarias para que se cumpla el reglamento de seguridad en
labores mineras y las demás normas sobre Seguridad e Higiene en las actividades
mineras. 3. Impedir el ejercicio ilegal de actividades mineras. 5. Ordenar la suspensión
o cese de actividades y aplicar las sanciones a que hubiere lugar…
Artículo 4 El Ministerio de Minas y Energía en asocio con sus entidades adscritas o
vinculadas a quienes corresponda el manejo de recursos mineros, organizará un
sistema de prevención de riesgos y control de las explotaciones mineras que permita
adelantar las investigaciones necesarias para lograr los fines anteriores y mantener
actualizada la información sobre el cumplimiento de los reglamentos de seguridad en
las labores mineras.

Artículo 7 Se establecen como medidas preventivas las siguientes: 1.


Recomendaciones; 2. Instrucciones técnicas. Estas medidas se aplicarán cuando se
detecten fallas en las labores que puedan generar riesgos para las personas, los bienes o
el recurso, en las labores de minería.

Artículo 8°. Se establecen como medidas de seguridad las siguientes: 1. Suspensión


parcial o total de trabajos, mientras se toman los correctivos del caso. 2. Clausura
temporal de la mina que podrá ser parcial o total.

Artículo 14 Las medidas adoptadas se mantendrán hasta tanto no se hayan tomado los
correctivos del caso a satisfacción de la entidad que la aplicó y en el plazo que ésta
fije, el cual no podrá ser superior a cuatro (4) meses prorrogables hasta por la mitad,
previa justificación. Vencido el término se dará inicio al proceso sancionatorio.

Artículo 14 Parágrafo Se consideran Condiciones de Riesgo Inminente las que están


por fuera de los límites permisibles establecidos en las normas de seguridad, al igual
que todas aquellas que por su naturaleza presenten amenaza de accidentes o siniestros
a corto plazo. Artículo 16 El acta se diligenciará por triplicado y será suscrita por el
funcionario que practicó la visita, el responsable de la explotación y por un
representante de los trabajadores. Una copia de ella se entregará al responsable de la
mina o labor, la otra al alcalde de la localidad y el original se anexará al expediente.

Artículo 21 En orden a la verificación, podrán realizarse todas las diligencias que se


consideren necesarias, tales como visitas, mediciones, toma de muestras, exámenes de
laboratorio, levantamientos topográficos y demás.

Artículo 23 El Ministerio de Minas y Energía y sus entidades adscritas o vinculadas


darán a conocer públicamente los hechos que como resultado del incumplimiento de
las normas de seguridad en labores de minería generan riesgos para la vida e integridad
de las personas y causan deterioro del yacimiento, con el objeto de prevenir a los
empresarios, a los trabajadores y a la comunidad.

Pero también existen normas generales de riesgos laborales y seguridad y salud en el


trabajo desarrolladas especialmente en las décadas de los 90 y que deben ser aplicadas
en el sector minero, como parte de todo el cuerpo de normatividad que surge y
desarrolla el derecho a la seguridad y salud en el trabajo para las y los trabajadores del
sector. Entre estos detallamos los más importantes:

Ley 9ª. De 1979 Código Sanitario Nacional. Libro III. 9 DE 1979: Ley Marco de la
Salud Ocupacional en Colombia. Norma para preservar, conservar y mejorar la salud
de los trabajadores en sus ocupaciones.

Decreto 2400 de 1979 Estatuto de Higiene y Seguridad para los lugares de trabajo en
el país.

Decreto 614 de 1984 Crea las bases para la organización y funcionamiento de la Salud
Ocupacional en Colombia.

Resolución 2013 de 1986 Establece la creación, organización y funcionamiento de los


llamados “Comités de Medicina, Higiene y Seguridad Industrial” en todos los lugares
de trabajo

Resolución 1792 de 1990 Se reglamenta la exposición y límites a la exposición


ocupacional al ruido

Decreto 2222 de 1993 Reglamento de Higiene y Seguridad en labores minería a cielo


abierto.

Decreto 1295 de 1994 Crea y organiza el Sistema de Riesgos Profesional en todo el


territorio nacional. Define el concepto de accidente y enfermedad profesional,
reconoce las prestaciones económicas, asistenciales de rehabilitación y compensatorias
en materia de salud ocupacional y riesgos profesionales. Precisa algunos aspectos de
los ahora denominados Comités Paritarios de Salud Ocupacional “Copaso”

Decreto 2090 de 2003 Establecen las pensiones por Actividades de Alto Riesgo
Ley 1010 de 2006 Ley sobre el Acoso Laboral

Resolución 2646 de 2008 Reglamenta la prevención de los Riesgos sicosociales en el


trabajo

Ley 1562 de 2012 Establece la organización del Sistema de Riesgos Laborales,


modificado muchos aspectos contemplados en el Decreto-Ley 1295 de 1994. Nuevo
concepto de accidente y enfermedad laboral.

Resoluciones 652 y 1356 de 2012 Reglamenta los Comités de Convivencia Laboral en


los lugares de trabajo.

Decreto 1443 de 2014 Organización del Sistema de Gestión de Seguridad y Salud en el


Trabajo

Decreto 1477 de 2014 Tabla de Enfermedades Laborales

Decreto 1072 de 2015 Decreto Único del Sector Trabajo

Decreto 1886 de 2015 Reglamento de Seguridad en laborales subterráneas

En particular, el Decreto 1295 de 1994 y que fue precisado por la Ley 1562 de 2012,
determinó la organización y administración del Sistema General de Riesgos
Profesionales (Sentencia C-858, entendido éste como el conjunto de normas que
permiten prevenir y proteger a los trabajadores en la ocurrencia de accidentes de
trabajo o enfermedades laborales:

Artículo 1. Definición. El Sistema General de Riesgos Profesionales es el conjunto de


entidades públicas y privadas, normas y procedimientos, destinados a prevenir,
proteger y atender a los trabajadores de los efectos de las enfermedades y los
accidentes que puedan ocurrirles con ocasión o como consecuencia del trabajo que
desarrollan. Así mismo, en este mismo artículo 1º, estableció como fines del Sistema
General de Riesgos Profesionales prevenir, proteger y atender a los trabajadores frente
a las enfermedades y accidentes que, con ocasión o como consecuencia del trabajo les
ocurran. Estas normas garantizan al trabajador, que pone a disposición del empleador
su fuerza de trabajo, una especial protección que parte del reconocimiento de la
subordinación que caracteriza las relaciones laborales.
También en atención a lo anterior, el artículo 9º., de la mencionada norma, definió el
concepto de enfermedad y accidente de trabajo, este último fue declarado
inconstitucional por la Corte Constitucional mediante Sentencia C-858 de 2006, toda
vez que el Presidente de la República no contaba con la facultad expresa para
organizar el Sistema de General de Riesgos Profesionales. La definición de accidente
de trabajo y enfermedad laboral, se encuentra en la Ley 1562 de 2012 de la siguiente
manera:

Artículo 3°. Accidente de trabajo. Es accidente de trabajo todo suceso repentino que
sobrevenga por causa o con ocasión del trabajo, y que produzca en el trabajador una
lesión orgánica, una perturbación funcional o psiquiátrica, una invalidez o la muerte.
Es también accidente de trabajo aquel que se produce durante la ejecución de órdenes
del empleador, o contratante durante la ejecución de una labor bajo su autoridad, aún
fuera del lugar y horas de trabajo. Igualmente se considera accidente de trabajo el que
se produzca durante el traslado de los trabajadores o contratistas desde su residencia a
los lugares de trabajo o viceversa, cuando el transporte lo suministre el empleador.

También se considerará como accidente de trabajo el ocurrido durante el ejercicio de la


función sindical aunque el trabajador se encuentre en permiso sindical siempre que el
accidente se produzca en cumplimiento de dicha función.

De igual forma se considera accidente de trabajo el que se produzca por la ejecución


de actividades recreativas, deportivas o culturales, cuando se actúe por cuenta o en
representación del empleador o de la empresa usuaria cuando se trate de trabajadores
de empresas de servicios temporales que se encuentren en misión.

Concepto actual de enfermedad laboral Se encuentra definido en el artículo 4 de


la Ley 1562 de 2012 así:

Enfermedad laboral. Es enfermedad laboral la contraída como resultado de la


exposición a factores de riesgo inherentes a la actividad laboral o del medio en el que
el trabajador se ha visto obligado a trabajar. El gobierno nacional, determinará, en
forma periódica, las enfermedades que se consideran como laborales y en los casos en
que una enfermedad no figure en la tabla de enfermedades laborales, pero se demuestre
la relación de causalidad con los factores de riesgo ocupacionales serán reconocidas
como enfermedad laboral, conforme lo establecido en las normas legales vigentes.

Con lo anterior se puede decir, que aunque se ha desarrollado la mirada preventiva en


estos últimos años, el enfoque ha sido y sigue siendo de prevención del daño y de
cómo minimizar los riesgos, dejando de lado la mirada más humanista y de desarrollo
de la vida digna, decente y del bienestar de las y los trabajadores, es ahí en dónde se
podría enfocar una real promoción de la salud y la vida, sin dejar por supuesto, la
vigilancia estricta y control del riesgo y la seguridad. Además, el actual reglamento de
seguridad de laborales de minería a cielo abierto esta desactualizado, pues éste tiene
más de 25 años de vigencia, sin tener en cuenta los nuevos riesgos presentes, las
modificaciones a los procesos laborales y nuevas formas de producción, pero en
especial nuevas formas de organización del trabajo minero.

También es urgente el establecimiento de una política de seguridad minera actualizada,


con planeación y diseño no sólo de los planes y asistencia gubernamental en esta
materia, así como las responsabilidades que le corresponden a cada actor involucrado,
y en especial, el diseño de una política de inspección y vigilancia muy especializada,
técnica y jurídicamente en cantidad y calidad a nivel nacional, que le garantice la
seguridad, la salud y vida a los trabajadores y trabajadores de este sector.
Sr Juan Martínez se debe tener en cuenta por parte de la junta médica para examen médico
de egreso la siguiente Normatividad.

DECRETO 1507 DE 2014


(agosto 12)
Diario Oficial No. 49.241 de 12 de agosto de 2014

MINISTERIO DEL TRABAJO

Por el cual se expide el Manual Único para la Calificación de la Pérdida de la Capacidad


Laboral y Ocupacional.

EL PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA DE COLOMBIA,

en ejercicio de sus facultades constitucionales y legales, en especial de las


conferidas por el numeral 11 del artículo 189 de la Constitución Política, el artículo
41 de la Ley 100 de 1993, modificado por el artículo 142 del Decreto-ley 019 de
2012 y en desarrollo de lo dispuesto por los artículos 44 del Decreto-ley 1295 de
1994 y 18 de la Ley 1562 de 2012, y

CONSIDERANDO:

Que de acuerdo con lo señalado en el artículo 44 del Decreto-ley 1295 de 1994, la


determinación de los grados de incapacidad permanente parcial, invalidez o invalidez total,
originadas por lesiones debidas a riesgos profesionales, se hará de acuerdo con el “Manual
de Invalidez” y la “Tabla de Valuación de Incapacidades” y que esta Tabla deberá ser
revisada y actualizada por el Gobierno Nacional, como mínimo una vez cada cinco años.

Que mediante el Decreto número 692 de 1995 se adoptó el Manual Único para la
Calificación de la Invalidez, norma que fue derogada por el Decreto número 917 de 1999, a
través del cual se adoptó un nuevo Manual Único para la Calificación de Invalidez.

Que, en armonía con los desarrollos normativos, médicos, baremológicos y metodológicos


recientes, resulta necesario adoptar un Manual Único para la Calificación de la Pérdida de
la Capacidad Laboral y Ocupacional, que proporcione un lenguaje unificado y
estandarizado para el abordaje de la valoración del daño, con un enfoque integral.

En mérito de lo expuesto,

DECRETA:

ARTÍCULO 1o. OBJETO. El presente decreto tiene por objeto expedir el “Manual Único
para la Calificación de la Pérdida de Capacidad Laboral y Ocupacional”, el cual se
constituye en el instrumento técnico para evaluar la pérdida de la capacidad laboral y
ocupacional de cualquier origen, de conformidad con lo dispuesto en el artículo 41 de la
Ley 100 de 1993 modificado por los artículos 142 del Decreto-ley 019 de 2012 y 18 de la
Ley 1562 de 2012, en concordancia con lo previsto en el artículo 6 de la Ley 776 de 2012.

ARTÍCULO 2o. ÁMBITO DE APLICACIÓN. El Manual Único para la Calificación de la


Pérdida de la Capacidad Laboral y Ocupacional contenido en el presente decreto, se aplica
a todos los habitantes del territorio nacional, a los trabajadores de los sectores público,
oficial, semioficial, en todos sus órdenes y del sector privado en general,
independientemente de su tipo de vinculación laboral, clase de ocupación, edad, tipo y
origen de discapacidad o condición de afiliación al Sistema de Seguridad Social Integral,
para determinar la pérdida de la capacidad laboral y ocupacional de cualquier origen.

El presente Manual no se aplica en los casos de: certificación de discapacidad o limitación,


cuando se trate de solicitudes para reclamo de subsidio ante Cajas de Compensación
Familiar, Fondo de Solidaridad Pensional, Fondo de Solidaridad y Garantía, así como en
los casos de solicitudes dirigidas por empleadores o personas que requieran el certificado,
con el fin de obtener los beneficios establecidos en las Leyes 361 de 1997 y 1429 de 2010 y
demás beneficios que señalen las normas para las personas con discapacidad. Estas
certificaciones serán expedidas por las Entidades Promotoras de Salud del Régimen
Contributivo o Subsidiado a la cual se encuentre afiliado el interesado, de conformidad con
la reglamentación que expida el Ministerio de Salud y Protección Social.

PARÁGRAFO. Para la calificación de la invalidez de los aviadores civiles, se aplicarán los


artículos 11 y 12 del Decreto número 1282 de 1994.
ARTÍCULO 3o. DEFINICIONES. Para efectos de la aplicación del presente decreto, se
adoptan las siguientes definiciones:

Actividad: Realización de una tarea o acción por parte de una persona.

Condición de salud: Término genérico que incluye las categorías de enfermedad (aguda o
crónica), trastorno, traumatismo y lesión. Una condición de salud puede considerar también
otras circunstancias como embarazo, envejecimiento, estrés, anomalías congénitas o
predisposiciones genéticas. Las “condiciones de salud” se organizan según la Clasificación
Estadística Internacional de Enfermedades y Problemas Relacionados con la Salud – CIE
10.

Daño corporal: Concepto que resulta de la confluencia de dos perspectivas, la médica y la


jurídica. Con el nombre de daño corporal se conoce cualquier alteración somática o
psíquica que, de una forma u otra, perturbe, amenace o inquiete la salud de quien la sufre, o
simplemente, limite o menoscabe la integridad personal del afectado, ya en lo orgánico, ya
en lo funcional; para que se configure, es suficiente cualquier merma de la integridad de la
biología individual, con independencia de sus repercusiones prácticas en uno o más campos
de la actividad humana.

Deficiencia: Alteración en las funciones fisiológicas o en las estructuras corporales de una


persona. Puede consistir en una pérdida, defecto, anomalía o cualquier otra desviación
significativa respecto de la norma estadísticamente establecida.

Estados relacionados con la salud: Componentes de la salud relativos al bienestar


(educación, trabajo, autocuidado, relaciones interpersonales y cultura, entre otros). Guardan
una estrecha relación con la salud y normalmente no se incluyen en las responsabilidades
prioritarias del Sistema de Salud. Corresponden a los listados básicos definidos para
Actividades y Participación de la Clasificación del Funcionamiento, la Discapacidad y la
Salud – CIF.

Fecha de declaratoria de la pérdida de la capacidad laboral: Fecha en la cual se emite


una calificación sobre el porcentaje de la pérdida de capacidad laboral u ocupacional.
ANEXO TÉCNICO.
MANUAL ÚNICO PARA LA CALIFICACIÓN DE LA PÉRDIDA DE LA
CAPACIDAD LABORAL Y OCUPACIONAL.

TITULO PRELIMINAR 1.

1. Estructura. El Anexo Técnico del Manual Único para la Calificación de la


Pérdida de la Capacidad Laboral y Ocupacional, hace parte integral del presente
Decreto y está conformado por dos (2) títulos: Título I - "VALORACIÓN DE LAS
DEFICIENCIAS" y Título II - "VALORACIÓN DEL ROL LABORAL, OCUPACIONAL
Y OTRAS ÁREAS OCUPACIONALES". Estructura del Anexo Técnico del Manual Único
para la Calificación de la Pérdida de Capacidad Laboral y Ocupacional.

TÍTULO PRIMERO

VALORACIÓN DE LAS DEFICIENCIAS

Capítulo 1 Deficiencias por alteraciones debidas a neoplasias o cáncer.

2. Principio de Integralidad. El Manual acoge el principio general de "integralidad" como


soporte de la metodología que se expondrá en adelante para calificar las deficiencias en
la capacidad laboral u ocupacional. La integralidad es referida al Modelo de la
Ocupación Humana que describe al ser humano desde tres componentes
interrelacionados: volición, habituación y capacidad de ejecución; estos tres aspectos
tienen en cuenta los componentes biológico, psíquico y social de las personas y
permiten establecer y evaluar la manera como se relacionan con su ambiente.

La calificación integral de la invalidez, es decir del 50% o más de pérdida de la capacidad


laboral, procede conforme a lo dispuesto en la Sentencia C-425 de 2005 de la Corte
Constitucional y su precedente jurisprudencial; que dispone que las entidades competentes
deberán hacer una valoración integral, que comprenda tanto los factores de origen común
como los de índole laboral.
3. Principios de ponderación. Para efectos de calificación, el Manual Único para la
Calificación de la Pérdida de Capacidad Laboral y Ocupacional, se distribuye
porcentualmente de la siguiente manera: El rango de calificación oscila entre un mínimo
de cero por ciento (0%) y un máximo de cien por ciento (100%), correspondiendo,
cincuenta por ciento (50%) al Título Primero (Valoración de las deficiencias) y
cincuenta por ciento (50%) al Título Segundo (Valoración del rol laboral, rol
ocupacional y otras áreas ocupacionales) del Anexo Técnico.

Tabla 1. Ponderación usada en el Anexo Técnico del Manual

Ponderación

Titulo Primero. Valoración de las deficiencias 50%

Titulo Segundo. Valoración del rol laboral, rol 50%


ocupacional y otras áreas ocupacionales.
Esta ponderación obedece al modelo de evaluación usado en el Método Basile, propuesto
por Juan Félix Basile en 1985 y llamado "Baremo de incapacidades laborales, Baremo de
incapacidades indemnizables y Normativa para determinar porcentaje de incapacidad".

A efectos de una apropiada ponderación, en este Manual se acogió la "Fórmula de


Balthazar" o "Fórmula de combinación de valores", la cual aparece en la Primera Parte:
Valoración de las deficiencias. Se utiliza para determinar la deficiencia global en aquellas
personas valoradas que presentan más de un daño en varios órganos o sistemas. Para su
aplicación se tienen en cuenta todas las secuelas de la deficiencia y los porcentajes de
calificación de ésta.

Una primera deficiencia repercute sobre las capacidades funcionales de una persona y da
lugar a una "capacidad residual específica"; en la medida en que aparezcan nuevas
deficiencias, éstas afectarán progresivamente esa capacidad residual en un porcentaje
adicional. Si se suman estos porcentajes, podría llegar el momento en que se supere el cien
por ciento (100%) de pérdida, lo cual no tendría sentido lógico. Para solucionar este
inconveniente en el Manual se aplica la fórmula de Balthazar.

En los capítulos de deficiencia se implementan herramientas de ponderación mediante


sumas aritméticas y valor mayor, las cuales se especifican en detalle en cada capítulo.
No debe presumirse que en las calificaciones de origen común, la pérdida de capacidad
laboral es de cero por ciento (0%), se debe realizar la respectiva evaluación de pérdida de
porcentaje de capacidad laboral, así no tenga derecho a prestaciones económicas por
pérdida de capacidad laboral menor al 50%.

4. Definiciones relativas a la aplicación. Con el objeto de valorar de la forma más


apropiada, objetiva, equitativa y precisa las deficiencias, el Manual acogerá las siguientes
definiciones que se aplican en el proceso de calificación.

4.1 Carga de adherencia al tratamiento 'CAT': Índice que informa sobre el impacto que
tienen la medicación, la dieta y los tratamientos indicados, así como los efectos
secundarios, sobre las actividades de la vida diaria y que, por lo tanto, generan un grado de
deficiencia. La CAT incluye:

a. Los procedimientos terapéuticos necesarios para el manejo del trastorno o patología,


según la frecuencia y la vía de uso de los medicamentos.

b. Las modificaciones en la dieta.

c. Los monitoreos biológicos necesarios para hacer el seguimiento.

d. La historia de radioterapia.

4.2 Examen físico: Evaluación metódica de una persona mediante inspección,


palpación, auscultación, percusión y medida de los signos vitales.

4.3 Factores moduladores: Son los criterios que pueden modificar el porcentaje
del grado de severidad de una deficiencia dentro de una clase funcional
predeterminada por el factor principal. Este factor modifica la severidad de la
deficiencia dentro de la clase funcional.

4.4 Factor principal: Es el criterio utilizado en la calificación de las


deficiencias y que determina la clase funcional en cada tabla de calificación; es por
lo tanto, el criterio de mayor importancia y objetividad. El criterio a utilizar para
este factor se encuentra previamente definido en cada una de las tablas de los
distintos capítulos, salvo algunas excepciones.

4.5 Historial clínico: Describe los antecedentes, la evolución y el estado actual


de la patología que se está calificando; incluye los antecedentes pertinentes y los
resultados de los diagnósticos referentes a la Mejoría Médica Máxima (MMM), la
Carga de Adherencia al Tratamiento (CAT) y los diferentes tratamientos de la(s)
deficiencia(s). Puede ser factor principal o modulador, lo cual se define en cada
tabla de calificación.

4.6 Mejoría Médica Máxima 'MMM': Punto en el cual la condición patológica


se estabiliza sustancialmente y es poco probable que cambie, ya sea para mejorar o
empeorar, en el próximo año, con o sin tratamiento. Son sinónimos de este término:
pérdida comprobable, pérdidas fija y estable, cura máxima, grado máximo de
mejoría médica, máximo grado de salud, curación máxima, máxima rehabilitación
médica, estabilidad médica máxima, estabilidad médica, resultados médicos finales,
médicamente estable, médicamente estacionario, permanente y estacionario, no se
puede ofrecer más tratamiento o se da por terminado el tratamiento. Incluye los
tratamientos médicos, quirúrgicos y de rehabilitación integral que se encuentren
disponibles para las personas y que sean pertinentes según la condición de salud.

4.7 Pruebas objetivas: Resultados objetivos, como los estudios clínicos o


paraclínicos. Pueden constituirse en factor principal o modulador, como se define
en cada tabla.

5. Metodología para la calificación de las deficiencias (Titulo Primero): Para efectos de


este Manual, se han unificado los factores, los criterios y la estructura de las tablas de
calificación bajo los parámetros generales que se detallarán a continuación.

La estructura de la tabla contiene tres elementos:

a. Clase de deficiencia: La tabla de calificación más amplia contiene cinco (5) clases
(columnas), según lo aplicable en cada capítulo; se numeran de 0 a 4. No obstante hay
algunas tablas con sólo tres (3) clases.
b. Porcentaje de deficiencia: Los valores porcentuales asignados para cada clase de
deficiencia van de 0 a 100%.

c. Criterios de deficiencia:

i. Historial clínico.
ii. Examen físico.
iii. Estudios clínicos o resultados de prueba(s) objetiva(s).

iv. Antecedentes funcionales o evaluación.

El modelo genérico de las tablas con las cuales se clasifican las deficiencias se observa en
la Tabla 2:

Tabla 2. Modelo genérico para las tablas de calificación de las deficiencias


Clase Clase 0 Clase 1 Clase 2 Clase 3 Clase 4
funcional
Valoración 0 Mínima % Moderada % Severa % Muy severa %
de la
deficiencia
(%)
Grado de (A B C D E) (A B C D E) A B C D E) (A B C D E)
severidad
(%)
Historial Sin síntomas Síntomas Síntomas Síntomas Síntomas
clínico a en la controlados constantes constantes constantes
actualidad con leves pese a moderados severos pese a
y/o con tratamiento tratamiento pese a tratamiento
síntomas continuo o continuo o tratamiento continuo
intermitentes síntomas síntomas continuo osíntomas
que no intermitentes intermitentes osíntomas intermitentes
requieren leves pese a moderados intermitentes muy severos
tratamiento. tratamiento pese a severos pese a pese a
continuo. tratamiento tratamiento tratamiento
continuo continuo continuo
Examen Sin signos Sin hallazgos Hallazgos Hallazgos Hallazgos
físico o de físicos con físicos leves de físicos físicos
hallazgos enfermedad tratamiento forma moderados severos que
físicos b en la continuo o constante que ocurren de ocurren de
actualidad hallazgos pese a forma forma
físicos leves tratamiento constante constante
que ocurren continuo o pese a pese a
de forma hallazgos tratamiento tratamiento
intermitente físicos continuo o continuo
moderados que hallazgos o hallazgos
ocurren de físicos severos físicos muy
forma que ocurren severos que
intermitente de forma ocurren de
intermitente forma
intermitente
Estudios Normales en Consisten Anormalidades Anormalidades Anormalidades
clínicos o la actualidad temente leves moderadas s severas
resultados normales con persistentes persistentes persistentes
de pruebas tratamiento pese a pese a pese a
objetivas c continuo tratamiento tratamiento tratamiento
O continuo o continuo continuo o
anormalidades anormalidades anormalidades anormalidades
s leves e s moderadas s severas muy severas
intermitentes intermitentes intermitentes intermitentes
a b Los descriptores leve, moderado, severo y muy severo serán específicos para la
enfermedad.

c Los descriptores serán los específicos de la enfermedad y se basarán en el número de


anormalidades encontradas.
En otros capítulos, como el de calificación de las deficiencias por alteración del sistema
digestivo, la tabla genérica citada también podrá adicionarse con la siguiente variable:

Carga de Adherencia al Ninguno Se basará en factores tales como el número


Tratamiento –CAT– y la vía de administración del medicamento
o la necesidad de someterse regularmente a
pruebas diagnósticas o procedimientos
invasivos si no han sido considerados en
valoraciones preliminares.
Para efectos de la calificación de los signos y síntomas, en los capítulos del Título Primero
- Valoración de las Deficiencias, se tendrán en cuenta las Tablas 3 y 4 así:

Tabla 3. Clasificación según presentación de los síntomas y signos según su frecuencia


en el tiempo.

Clasificación Porcentaje de presentación de signos y síntomas /


día*

Nunca u ocasionalmente Hasta 33% del tiempo

Frecuente Entre 34% y 66% del tiempo

Continuo 67% o más del tiempo


* Estimación sobre las 24 horas del día, teniendo presente que el nivel de exactitud es
imposible de lograr clínicamente.

Tabla 4. Clasificación según porcentaje de compromiso funcional o anatómico.

Clasificación Porcentaje anatómico o funcional comprometido

Mínimamente anormal Anormalidad anatómica o funcional no mayor de 10%,


generalmente asintomática.

Alteración leve Compromiso entre 11% y 25%.

Alteración moderada Compromiso entre 26% y 50%.

Alteración severa Compromiso entre 51% y 75%.

Alteración muy severa Mayor del 75%.


Tener presente que el nivel de exactitud es imposible de lograr.
TÍTULO I.
VALORACIÓN DE LAS DEFICIENCIAS.

CAPÍTULO I.
DEFICIENCIAS POR ALTERACIONES DEBIDAS A NEOPLASIAS O CÁNCER.

1.1 Objetivo. Proveer los criterios para la evaluación de la deficiencia anatómica y


funcional permanente por las enfermedades neoplásicas o cáncer en cualquier parte del
cuerpo.

1.2 Alcance. Este capítulo incluye los criterios para el reconocimiento y evaluación de la
deficiencia permanente de las neoplasias de todos los órganos y

sistemas.

1.3 Definiciones y Principios de Evaluación.

Criterios Generales: Este capítulo del Manual contempla entre otros los siguientes:

a. Valoración en tratamiento: Valorar cuándo se alcanza la Mejoría Médica Máxima


(MMM), o se termina el proceso de rehabilitación integral; en todo caso, se deberá calificar
antes de cumplir los 540 días calendario de ocurrido el accidente o diagnosticada la
enfermedad. (ver en el numeral 4 del título preliminar).

b. Secuelas de tratamiento: La calificación de las secuelas derivadas de la


quimioterapia, radioterapia, hormonoterapia, cirugía y otras terapéuticas, se realiza en el
capítulo correspondiente a la secuela y luego se realizará combinación de valores con la
deficiencia derivada de la enfermedad neoplásica.

c. Secuelas propias de la neoplasia: Se valorarán en los respectivos capítulos según


el tipo de secuela, generadas por cirugías preventivas, curativas o paliativas.

d. Rechazo del tratamiento: Cuando una persona con cáncer rechaza cualquier tipo
de tratamiento, se debe informar al paciente del riesgo de su decisión, se debe calificar el
estado actual y hacer revisiones de acuerdo con la evolución de la pérdida de la capacidad
laboral y ocupacional.

e. Periodicidad de la revisión de casos: El tiempo mínimo requerido para revisar la


calificación de una persona luego de realizados los tratamientos será de doce (12) meses; en
pacientes terminales, se podrá revisar antes de dicho término, de acuerdo con el concepto
del especialista oncólogo, según el pronóstico de la patología.

f. En caso de patologías adicionales no contempladas en la calificación en firme, debe


realizarse nuevamente la calificación con la documentación correspondiente, iniciando el
proceso en primera oportunidad, la cual podrá realizarse antes de los doce (12) meses.

g. Trasplante de médula ósea: Se valorará luego de doce (12) meses de realizado y


las secuelas sobre los órganos o sistemas afectados se valorarán en los capítulos
correspondientes.

Factores a considerar para la evaluación y ponderación del daño: Se utilizan las


siguientes variables para la evaluación de la deficiencia derivada de la neoplasia o cáncer:

Criterio 1. Historial clínico (factor modulador): Incluye los datos clínicos específicos
para la valoración, recolectando el curso clínico individual desde el diagnóstico, la
evolución y tratamiento relevantes, como indicadores de la cronicidad y severidad de cada
una de las clases de daño. Este criterio describe los síntomas y su correlación con el
tratamiento.

a. Síntomas de enfermedad: se refiere a la información obtenida durante el


interrogatorio a la persona evaluada sobre sus síntomas, en términos de severidad, duración
y progreso, y los hallazgos clínicos que se evidencian durante el examen físico.

b. Tratamiento: se refiere a la valoración de las posibilidades de tratamiento y


respuesta al mismo, es decir: si es inoperable, o no fue controlado por el tratamiento
efectuado, o el tumor fue extirpado en forma incompleta, entre otros.

Criterio 2. Estudios clínicos o resultados de pruebas objetivas (factor principal). Los


criterios usados son la clasificación por extensión TNM y la clasificación por estadios.
Estos estadios son definidos por el oncólogo con base en el TNM propio de cada neoplasia
o para los casos en que el cáncer no tenga un sistema de calificación definido, se tomará el
que reporte el médico oncólogo tratante.

En la primera se evalúan las neoplasias según la profundidad de la invasión del cáncer, el


compromiso de los ganglios linfáticos y las metástasis a distancia, para lo cual el evaluador
deberá establecer el estadio de la patología de la persona con base en el concepto enviado
por el oncólogo:

a. T: Tumor primario (profundidad de la invasión del cáncer).

b. N: Metástasis en ganglios linfáticos.

c. M: Metástasis a distancia (enfermedad metastásica).

d. Estadios del I al IV.

La clasificación por estadios corresponde a la respuesta al tratamiento (radioterapia,


quimioterapia y quirúrgicos entre otros) o cuando no existen posibilidades médicas de
tratamiento ante la neoplasia.

La calificación se establece con base en el estadio de la patología de la persona, para lo cual


se referencia una de las clasificaciones usadas en las tablas 1.1 y 1.2:

Tabla 1.1 Clasificación por extensión (TNM)

T: Tumor primario (profundidad de la invasión del cáncer)

Tx T0 Tis T1,T2,T3,T4,

No evaluable Sin evidencia clínica Invasión in situ De acuerdo con el


de tumor primario tamaño o extensión
local del tumor
primario
N: Ausencia o Presencia de Compromiso de Ganglios Linfáticos Regionales

Nx N0 N1,N2,N3

Según el compromiso regional de los


nódulos linfáticos
M: Ausencia o Presencia de Metástasis a distancia (enfermedad metastásica)

Mx M0 M1

No evaluable Sin evidencia de metástasis a Con existencia demostrada


distancia de metástasis

Estadio Carcinoma I II III IV


Oculto

Tumor Tx T1 T2 T3 T4 Cualquier T
primitivo

Metástasis en N0 N0 N1 N0 N2 N2 Cualquier N
ganglios
linfáticos

Metástasis a M0 M0 M0 M0 M1
distancia
(enfermedad
metastásica)
Para determinar el estadio se deben evaluar previamente los tres criterios de extensión (T:
Tumor primario, N: Metástasis en ganglios linfáticos, M: Metástasis a distancia). No
obstante, la tabla anterior y debido a que la clasificación la realiza directamente el
especialista y, teniendo en cuenta que cada tumor tiene un diferente TMN, se acogerá la
clasificación emitida por el oncólogo del caso para la calificación.

1.4. Procedimientos Generales


La metodología de calificación incluye los pasos citados en los numerales 5 y 6 del Título
Preliminar, respecto al factor principal y los factores moduladores.

Consideraciones especiales de la metodología de calificación:

a) En relación con la leucemia linfocitico y mieloide, es importante resaltar que tiene


efectos sobre otros tipos de células sanguíneas y sobre otros órganos, produciendo entre
otra leucocitosis, leucopenia, anemia, trombocitopenia como manifestaciones
hematológicas principales; por otro lado, afecta la funcionalidad de las células afectadas
por la leucemia, ya que se producen formas blásticas inmaduras que son no funcionales.
Adicional a lo anterior, pueden producirse eritrocitosis y trombocitosis. Por lo anterior, se
deberán diagnosticar las consecuencias hematológicas y la afectación de otros órganos,
evaluar en los capítulos correspondientes y combinar los valores con la calificación
correspondiente al tipo de cáncer.

b) Cáncer de pulmón: Se evaluará según los criterios de este capítulo y las secuelas
funcionales con la tabla pertinente del capítulo de deficiencias por patologías pulmonares,
para después combinar los valores.

Procedimiento para calificar el cáncer:

Aplican los criterios establecidos en la Tabla 1.3:

Tabla 1.3. Evaluación de la deficiencia concerniente a las enfermedades neoplásicas.


a Factor principal, Estos estadios son definidos por el oncólogo con base en el TNM propio
de cada neoplasia o para los casos en que el cáncer no tenga un sistema de calificación
definido se tomara el que reporte el médico oncólogo tratante.

Según el informe médico Don Juan Martínez frente a los factores de riesgo extralaborales,
donde se afirma que en su casa cocinaban con carbón de leña y que esa podría ser la razón
de su padecimiento se puede concluir lo siguiente, ya que cocinar con leña causa graves
enfermedades a las personas expuestas continuamente a inhalar el humo tóxico que esta
genera, en mayor medida mujeres y niños.

1.Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC): este padecimiento va


debilitando progresivamente la capacidad pulmonar, hasta llegar el punto en que la persona
deja de respirar. En México mueren casi el mismo número de mujeres de cáncer de pulmón
o EPOC por cocinar con leña, que las que mueren a causa del cáncer de mama o cérvico
uterino.

2.Enfermedades respiratorias agudas: como la bronquitis crónica, enfisema pulmonar,


fibrosis pulmonar y a la larga incluso cáncer de pulmón.
3. Cataratas: enfermedad que consiste básicamente en una nubosidad (opacidad) en el
cristalino del ojo, lo que dificulta la visión. El humo de leña no solo irrita los ojos, sino que
va deteriorando la vista al grado de ocasionar ceguera total.

4. Lesiones músculo-esqueléticas: cargar sobre la espalda pesados “atados” de leña y


recorrer con esto a cuestas largas distancias, ocasiona graves daños en la espalda, cuello y
hombros, particularmente a las mujeres que son quienes suelen ir en busca de la leña.

5. Bajo peso al nacer y trastornos perinatales: el humo tóxico de la leña afecta el


desarrollo normal del bebé dentro de la madre, lo que puede ocasionar que se presenten
problemas durante el embarazo o al momento del parto, ocasionando deficiencias físicas y
neuronales en el recién nacido.

Estas patologías deberían ser también analizadas don Juan Martínez para verificar si este
fue el caso de su enfermedad y determinar si su familia presenta los mismos síntomas, pero
sin embargo le podemos manifestar que la empresa minera en que labora debe realizar
exámenes de manera periódica a los trabajadores, teniendo en cuenta la exposición y
riesgos en los cuales usted estaba por las condiciones laborales que ejecutaba, por esta
razón deben respetar sus derechos y realizar las indemnizaciones que sean el caso.
CONCLUSION

Podemos establecer que bajo la normatividad del código sustantivo de trabajo y los
convenios internacionales, se evidencia para el caso de la señora que no es un
accidente laboral ya que las actividades que se encontraba realizando no era
establecidas por su jefe, y si se le ordeno cumplir con una actividad, pero no se le dijo
que era recreación y menos que ingiriera alcohol, la empresa queda libre de responder
por su accidente pero si la eps o la aseguradora de riesgo profesionales debe prestarle
la atención medica necesaria.

En el segundo caso podemos evidenciar que es una enfermedad laboral, ya que hay
estudios científicos que demuestran cuales son las patologías mas frecuentes de las que
puede padecer un minero, y en este caso el aplica en una de ellas, y su enfermedad es a
causa de su labor y de los químicos manejado para realizar su actividad, y mas que es
una actividad de riesgo muy alto como es el riesgo 5, aparte es a cielo abierto expuesto
a cualquier enfermedad, en la cual es una de ellas la que padece el señor por su
exposición a largos tiempos y mas que su labor es más que demostrada lleva
aproximadamente 20 años laborando para la misma empresa y actividad, unos de los
errores mas grande de la empresa no le practico exámenes de ingresos ni periódicos, y
tampoco se le llevo un control teniendo en cuenta la gravedad o su condición de salud
tan delicada.
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