Ud5. Diseño Secundaria Lomloe
Ud5. Diseño Secundaria Lomloe
Ud5. Diseño Secundaria Lomloe
OBJETIVOS ESPECÍFICOS
• Distinguir la forma de programar en formación profesional, así como los elementos curri-
culares propios de esta etapa.
• Relacionar los objetivos educativos con los contenidos de enseñanza en las programacio-
nes didácticas.
• Conocer las concreciones que el Gobierno, las administraciones y los centros realizan en
cada una de las asignaturas.
GLOSARIO DE TÉRMINOS
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• Competencia: Las competencias son habilidades genéricas que suponen un saber hacer de
carácter transversal, aplicables en ámbitos y situaciones diversas y sin estar ligadas a cono-
cimientos o disciplinas específicas. Ser competente significa tener capacidad para responder
a las demandas complejas, en una combinación de habilidades prácticas, conocimientos
teóricos, valores éticos, emociones, actitudes y componentes sociales diversos.
• Comunidades Autónomas: Las comunidades autónomas (CCAA) son todas y cada una de
las entidades territoriales administrativas por las que queda organizado el territorio español.
Dentro de lo que estipula el ordenamiento jurídico institucional, cada comunidad autónoma
tiene cierta autonomía legislativa, una serie de competencias administrativas y ejecutivas y
unos representantes propios.
• Objetivos: El objetivo educativo es lo que se pretende que el alumno alcance tras el proceso
de aprendizaje. Es la conducta, el resultado o la habilidad que se espera aparezca una vez el
proceso educativo haya concluido. Suponen el punto de partida para abordar la evaluación,
y guían y orientan el trabajo docente. Para formularlos hay que tener en cuenta el nivel de
desarrollo de los alumnos, así como la congruencia con las actividades y tareas propuestas
para trabajar los contenidos. Deben plantearse y describirse en infinitivo
• PISA: PISA es un acrónimo que corresponde a las siglas en inglés Programme for Inter-
national Student Assesment, en español “Programa Internacional para la Evaluación de
Estudiantes”. PISA constituye un conjunto de pruebas (exámenes) de evaluación que se
realizan cada tres años a los alumnos (de 15 de años) de los países miembros de la OCDE.
Tras el desarrollo de las pruebas, la OCDE emite un informe (Informe PISA) con el resultado
obtenido en cada uno de los países sometidos a evaluación. Su objetivo es el de determinar
el nivel de los alumnos y la eficacia de los sistemas educativos correspondientes. En las
pruebas PISA se mide el nivel de rendiemiento de los alumnos en términos de competencias:
lectora, matemática y científica. PISA se fundamenta en que trata de identificar la existencia
de determinadas capacidades, habilidades y actitudes que, en conjunto, permiten a la per-
sona resolver problemas y situaciones de la vida más allá del entorno académico.
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ÍNDICE
1. Introducción
2. Objetivos
3. Competencias clave
4. Contenidos
5. Conclusiones
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1. INTRODUCCIÓN
En esta unidad vamos a adentrarnos en el estudio de algunos elementos curriculares que son
esenciales, tales como los objetivos, los contenidos y las competencias, así como en la forma en
que éstos se deben plasmar y considerar en las programaciones didácticas.
Una vez que los docentes se enfrenten a todos estos aspectos tendrán que plantearse una
serie de interrogantes y ser conscientes de la existencia de una serie de condicionantes que
van a dar respuesta a esas cuestiones, como veremos a continuación.
Cuando el docente es consciente de los factores determinantes del currículo, cuando los conoce y
tiene presentes, es cuando se encuentra en condiciones de poder realizar su propia programación
de forma adecuada, ajustada a la realidad con la que va a trabajar y que pretende optimizar. Sólo
así será capaz de plantear objetivos adecuados y de elegir contenidos apropiados.
A lo largo de esta unidad intentaremos mencionar lo más relevante sobre cada uno de los ele-
mentos curriculares que estudiaremos: objetivos, contenidos y competencias. Asimismo, propor-
cionaremos claves a tener en cuenta para el correcto tratamiento de éstos en las programaciones
didácticas, teniendo en cuenta el índice que expusimos en la anterior unidad.
2. OBJETIVOS
La programación didáctica nos sirve para responder a la pregunta ¿Qué enseñar? a lo que
se contesta a través de los objetivos que se pretenden desarrollar con el proceso educativo y la
acción docente y formativa y, a su vez, con las competencias que tiene que alcanzar el alumnado
al término de la educación básica, y que se empiezan a tratar ya desde la educación infantil.
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Podemos proporcionar diversas definiciones de objetivos:
-- Los objetivos se pueden definir como las capacidades que se espera que al final de la
etapa haya desarrollado el alumno como consecuencia de la intervención que el
centro ha planificado. Estas capacidades están asociadas a la construcción de conceptos,
al aprendizaje de procedimientos y al desarrollo de las actitudes orientadas por valores y
dirigidas al aprendizaje de normas. En ellos se concretan las intenciones educativas, es
decir, aquello que el sistema educativo establece para los alumnos en cada nivel de la
enseñanza.
-- Los objetivos son aquello que se pretende que el alumno alcance tras el proceso de
aprendizaje. Es la conducta, el resultado o la habilidad que se espera aparezca una vez el
proceso educativo haya concluido. Suponen el punto de partida para abordar la evaluación,
y guían y orientan el trabajo docente.
-- Los objetivos son las intenciones educativas, es decir, las metas que guían el proceso
de enseñanza para la consecución de los aprendizajes. Su carácter procesual permite
diferentes niveles de concreción.
-- Los objetivos son los referentes relativos a los logros que el alumnado debe alcan-
zar al finalizar el proceso educativo, como resultado de las experiencias de enseñan-
za-aprendizaje intencionalmente planificadas a tal fin.
Para formular los objetivos hay que tener en cuenta el nivel de desarrollo de los alumnos, así
como la congruencia con las actividades y tareas propuestas para trabajar los contenidos.
Deben plantearse y describirse, siempre, en infinitivo.
Para controlar los objetivos podemos plantearnos: ¿Responden a los objetivos generales de la
etapa y del área o materia educativa?; ¿Son realistas, concretos y directos?; ¿Están correctamente
formulados?; ¿Se adaptan a las características de los alumnos?; ¿Integran el tratamiento de las
competencias clave?; ¿Todos los objetivos quedan reflejados en los objetivos de evaluación?, etc.
-- Se refieren a cuatro tipos de capacidades o ámbitos del desarrollo: motor, cognitivo y lin-
güístico, de relación interpersonal y de equilibrio personal.
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Fig.2. Características de los objetivos.
Cuando hablemos de los objetivos, tenemos que dejar claro que con nuestra programación (es
decir, con nuestra acción didáctica en el aula) estamos buscando alcanzar los fines de la educa-
ción que se recogen en nuestra ley orgánica educativa al igual que las finalidades de la etapa por
la que estemos programando (infantil o primaria).
Veamos cuáles son, según la LOMLOE, la finalidad de las etapas que nos competen.
Cada uno de los objetivos de área puede relacionarse con uno o varios objetivos generales de
etapa y viceversa, lo que es muy aconsejable a la hora de planificar el trabajo educativo con los
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alumnos para generar competencias diversas de forma mucho más integrada. En Secundaria
esto puede hacerse con los objetivos generales marcados en el Artículo 23 de la LOMLOE y en
el Real Decreto 1105/2014, de 26 de diciembre, por el que se establece el currículo básico de la
Educación Secundaria Obligatoria y del Bachillerato, y con los objetivos específicos de la materia
por la que programemos según nuestra disposición curricular autonómica.
En función del nivel de concreción curricular, podemos diferenciar distintos tipos de objetivos:
los objetivos generales de la etapa, los objetivos del área o materia y los objetivos específicos
de nuestra programación didáctica. En la programación podemos optar por desglosar varios
epígrafes y dedicar cada uno de ellos a un tipo de objetivos, o bien comentar todos ellos dentro
de un único epígrafe destinado a los objetivos, en general. Nosotros nos hemos decantado
por dedicar un apartado independiente a cada tipo para poder ofrecer una información más
detalla; de esta forma, cada docente podrá después determinar de qué modo los contempla
en su programación.
A la hora de realizar la programación didáctica hay que tener en cuenta tanto los objetivos
generales dispuestos en la ley orgánica educativa, como los objetivos generales de nuestra etapa
educativa, los cuales tendremos que extraer de los Reales Decretos que regulan las enseñanzas
mínimas de cada una de las etapas, siendo un referente fundamental para el docente a la hora
de planificar su práctica en el aula.
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a. Asumir responsablemente sus deberes, conocer y ejercer sus derechos en el respeto a los
demás, practicar la tolerancia, la cooperación y la solidaridad entre las personas y grupos,
ejercitarse en el diálogo afianzando los derechos humanos como valores comunes de una
sociedad plural y prepararse para el ejercicio de la ciudadanía democrática.
e. Desarrollar destrezas básicas en la utilización de las fuentes de información para, con sen-
tido crítico, adquirir nuevos conocimientos. Adquirir una preparación básica en el campo de
las tecnologías, especialmente las de la información y la comunicación.
j. Conocer, valorar y respetar los aspectos básicos de la cultura y la historia propias y de los
demás, así como el patrimonio artístico y cultural.
k. Conocer y aceptar el funcionamiento del propio cuerpo y el de los otros, respetar las dife-
rencias, afianzar los hábitos de cuidado y salud corporales e incorporar la educación física
y la práctica del deporte para favorecer el desarrollo personal y social. Conocer y valorar la
dimensión humana de la sexualidad en toda su diversidad. Valorar críticamente los hábitos
sociales relacionados con la salud, el consumo, el cuidado de los seres vivos y el medio
ambiente, contribuyendo a su conservación y mejora.
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Y según el Artículo 11 del Real Decreto 1105/2014, de 26 de diciembre, por el que se establece
el currículo básico de la Educación Secundaria Obligatoria y del Bachillerato, la Educación Secun-
daria Obligatoria contribuirá a desarrollar en los alumnos las capacidades que les permitan:
a. Asumir responsablemente sus deberes, conocer y ejercer sus derechos en el respeto a los
demás, practicar la tolerancia, la cooperación y la solidaridad entre las personas y grupos,
ejercitarse en el diálogo afianzando los derechos humanos y la igualdad de trato y de
oportunidades entre mujeres y hombres, como valores comunes de una sociedad plural y
prepararse para el ejercicio de la ciudadanía democrática.
e. Desarrollar destrezas básicas en la utilización de las fuentes de información para, con sen-
tido crítico, adquirir nuevos conocimientos. Adquirir una preparación básica en el campo de
las tecnologías, especialmente las de la información y la comunicación.
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h. Comprender y expresar con corrección, oralmente y por escrito, en la lengua castellana y, si
la hubiere, en la lengua cooficial de la Comunidad Autónoma, textos y mensajes complejos,
e iniciarse en el conocimiento, la lectura y el estudio de la literatura.
j. Conocer, valorar y respetar los aspectos básicos de la cultura y la historia propias y de los
demás, así como el patrimonio artístico y cultural.
k. Conocer y aceptar el funcionamiento del propio cuerpo y el de los otros, respetar las dife-
rencias, afianzar los hábitos de cuidado y salud corporales e incorporar la educación física
y la práctica del deporte para favorecer el desarrollo personal y social. Conocer y valorar la
dimensión humana de la sexualidad en toda su diversidad. Valorar críticamente los hábitos
sociales relacionados con la salud, el consumo, el cuidado de los seres vivos y el medio
ambiente, contribuyendo a su conservación y mejora.
Para “personalizar” un poco más el epígrafe destinado a los objetivos podemos decir, por ejem-
plo, que a la hora de priorizar unos objetivos sobre otros tendremos en cuenta diversos criterios
para su selección, como pueden ser:
-- Observables
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-- Significativos
-- Cercanos
-- Concretos
-- Que desarrollen las capacidades y destrezas básicas para que el alumno alcance las
competencias
-- Fácilmente evaluables
Por ejemplo, vamos a relacionar los objetivos establecidos para la Educación Secundaria por el
Real Decreto 1105/2014 con las diferentes competencias según la Orden ECD65/2015, de 21 de
febrero, por la que se describen las relaciones entre las competencias, los contenidos y los crite-
rios de evaluación de la Educación Primaria, la educación Secundaria Obligatoria y el Bachille-
rato, y la Resolución de 11/03/2015, de la Dirección General de Organización, Calidad Educativa
y Formación Profesional, por la que se concreta la categorización, la ponderación y la asociación
con las competencias clave, hipotéticamente para la Comunidad de Castilla-La Mancha.
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Fig.6. Relación entre objetivos generales de etapa y competencias en Educación Secundaria Obligatoria.
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En el caso de la Formación Profesional no es necesario contemplar la relación entre objetivos
y competencias.
Para FP, los objetivos generales se concretarán para cada uno de los módulos en una serie de
resultados de aprendizaje, como más adelante veremos. No obstante, y, en primer lugar, en nues-
tra programación haríamos alusión a los objetivos generales de esta etapa, de manera similar
que se haría en cualquier otro nivel educativo.
c) Conocer la legislación laboral y los derechos y obligaciones que se derivan de las relaciones
laborales.
d) Aprender por sí mismos y trabajar en equipo, así como formarse en la prevención de con-
flictos y en la resolución pacífica de los mismos en todos los ámbitos de la vida personal,
familiar y social, con especial atención a la prevención de la violencia de género.
f) Trabajar en condiciones de seguridad y salud, así como prevenir los posibles riesgos deriva-
dos del trabajo.
Según el Artículo 3 del Real Decreto 1147/2011, de 29 de julio, por el que se establece la orde-
nación general de la formación profesional del sistema educativo, las enseñanzas de formación
profesional tienen por objeto conseguir que el alumnado adquiera las competencias profesiona-
les, personales y sociales, según el nivel de que se trate, necesarias para:
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c) Consolidar hábitos de disciplina, trabajo individual y en equipo, así como capacidades de
autoaprendizaje y capacidad crítica.
e) Prevenir los riesgos laborales y medioambientales y adoptar medidas para trabajar en con-
diciones de seguridad y salud.
h) Utilizar las tecnologías de la información y la comunicación, así como las lenguas extranje-
ras necesarias en su actividad profesional.
j) Gestionar su carrera profesional, analizando los itinerarios formativos más adecuados para
mejorar su empleabilidad.
Al final de este apartado, cuando abarquemos el próximo epígrafe titulado “2.4. Objetivos y
resultados de aprendizaje”, nos dedicaremos por entero a la etapa de formación profesional y
a cómo debe estructurarse el apartado de los objetivos en una programación para dicha etapa.
Los objetivos de las áreas constituyen capacidades relacionadas con una única área o materia
para toda la etapa, y son concretados en los Reales Decretos de enseñanzas mínimas y Decretos
u Órdenes que regulan el currículo en las distintas Comunidades Autónomas.
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Con los nuevos currículos que se desarrollaron a partir de la LOMCE, los objetivos de área como
hasta ese momento los conocíamos desaparecieron (excepto en la Comunidad Autónoma de
Andalucía) y en los currículos oficiales de cada una de las comunidades solamente se mencionan
los contenidos, los criterios de evaluación y los estándares de aprendizaje. La ausencia de obje-
tivos generales de área induce a pensar que los objetivos de las áreas se identifican plenamente
con los estándares de aprendizaje, al ser los objetivos aquellos referentes relativos a los logros al
finalizar el proceso educativo (Fernández, 2014).
Ahora con la LOMLOE, puesto que de momento no se modifican los elementos curriculares
para realizar la programación, tendremos que seguir considerando los objetivos generales de
nuestra etapa.
Para los objetivos de Secundaria se tendría que consultar el Decreto correspondiente a nuestra
comunidad, comentando las características más esenciales de nuestra área y extrayendo los
objetivos generales del Real Decreto que consideremos tienen más relación y se pueden vincular
mejor con nuestra área.
Veamos esto más detalladamente situándonos en una comunidad en concreto y en una materia
determinada, por ejemplo: Lengua Castellana y Literatura en la Comunidad de Madrid, según
el Decreto 48/2015, de 14 de mayo, del Consejo de Gobierno, por el que se establece para la
Comunidad de Madrid el currículo de la Educación Secundaria Obligatoria.
En base a este decreto podríamos mencionar en este apartado algunos de los principales rasgos
característicos de dicha materia. Podemos remarcar, si así lo deseamos, de entre los objetivos
generales de etapa aquellos que más se relacionan con nuestra área, pero no detenernos en
objetivos de área como tales, pues no contamos con ellos.
Siguiendo con este ejemplo, si consultamos el currículo madrileño podemos leer descripciones
como “La materia Lengua Castellana y Literatura tiene como objetivo el desarrollo de la com-
petencia comunicativa del alumnado, entendida en todas sus vertientes: pragmática, lingüística,
sociolingüística y literaria. Debe también aportar las herramientas y los conocimientos necesarios
para desenvolverse satisfactoriamente en cualquier situación comunicativa de la vida familiar,
social y profesional. Esos conocimientos son los que articulan los procesos de comprensión y
expresión oral, por un lado, y de comprensión y expresión escrita por otro (…). La asignatura
se centra en el aprendizaje de las destrezas discursivas que pueden darse en diversos ámbitos:
el de las relaciones personales, el académico, el social y el de los medios de comunicación,
cuyo dominio requiere procedimientos y conocimientos explícitos acerca del funcionamiento del
lenguaje en todas sus dimensiones, tanto relativos a los elementos formales como a las normas
sociolingüísticas que presiden los intercambios”.
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Investigando sobre la materia de la que nos vamos a ocupar en la programación en nuestra
etapa y Comunidad Autónoma de referencia podemos ir recopilando información con la que
poder moldear y ajustar mucho mejor nuestra propuesta didáctica a nuestro entorno concreto.
Es recomendable, por lo tanto, que los objetivos que aquí se expongan se relacionen con las
actividades y propuestas concretas que desarrollamos en nuestra programación.
Es decir, que si mencionamos que uno de los recursos que vamos a utilizar en nuestra aula es el
uso de un sistema de comunicación interno, como método de correspondencia entre los alumnos
y así fomentar la adquisición de competencias de lectoescritura, debemos especificar en este
epígrafe algún objetivo que queramos alcanzar con dicho sistema de comunicación, como por
ejemplo “Utilizar de forma autónoma el método de correspondencia como forma de comunica-
ción escrita entre compañeros”.
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giran en torno a un centro de interés, se desarrollan en un tiempo determinado y son directa-
mente evaluables, a través de los indicadores de evaluación.
También, además de indicar objetivos precisos para cada unidad didáctica, en función de los con-
tenidos a tratar, la temática y demás condicionantes, podemos establecer objetivos didácticos
específicos de nuestra programación, como los que siguen:
-- Desarrollar el gusto por las actividades al aire libre, el contacto con la naturaleza y practicar
el ocio activo.
No debemos detenernos demasiado en este apartado pues lo único que debemos hacer saber
al tribunal es que somos conscientes de que nuestras concepciones educativas, plasmadas en
nuestra programación, tienen ciertas implicaciones, lo cual se debe ver reflejado en la determi-
nación de objetivos didácticos específicos para nuestro grupo de alumnos a lo largo de todo el
curso escolar.
Ahora, tal y como ya dijimos, detengámonos en los objetivos considerados desde la Formación
Profesional.
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2.4. OBJETIVOS Y RESULTADOS DE APRENDIZAJE
Tal y como mostramos en el índice orientativo de una programación para FP que adjuntamos en
la unidad didáctica 2, en formación profesional el apartado de los objetivos debe estar
compuesto por:
Las competencias en FP y desde una perspectiva curricular se entienden como un conjunto de habili-
dades cognitivas, procedimentales y actitudinales que el alumnado puede y debe alcanzar a lo largo
del proceso de enseñanza-aprendizaje y que resultan imprescindibles para garantizar el desenvol-
vimiento personal, social y laboral, así como la adecuación a las necesidades del contexto laboral.
La competencia general del título del ciclo formativo es la que describe las funciones más sig-
nificativas del perfil profesional, siendo el referente último y apareciendo como común a todos
los módulos que integran el ciclo. Esta competencia se encuentra en el Real Decreto que fija las
enseñanzas mínimas para el ciclo formativo en el que nos encontremos.
En el artículo 4 del citado RD podemos leer “La competencia general de este título consiste
en montar y mantener instalaciones de telecomunicaciones y audiovisuales, instalaciones de
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radiocomunicaciones e instalaciones domóticas, aplicando normativa y reglamentación vigente,
protocolos de calidad, seguridad y riesgos laborales, asegurando su funcionalidad y respeto al
medio ambiente”.
Las extraemos directamente del Real Decreto correspondiente para lo cual señalaremos úni-
camente aquellas que contribuimos a desarrollar directa o indirectamente a través del
módulo profesional. Esto viene indicado en el RD dentro de las orientaciones pedagógicas que
se asignan para cada uno de los módulos.
Siguiendo con el ejemplo anterior, en nuestro caso para el ciclo de Instalaciones de Telecomuni-
caciones, según el RD 1632/2009, en el apartado de Orientaciones pedagógicas, la formación
del módulo contribuye a alcanzar los objetivos generales: a), b), c), d), e), f), i), j), k), m), n), o),
p), q) y r) del ciclo formativo y las competencias profesionales, personales y sociales: a), b), c), d),
e), h), j), k), l), m), n), o) y p) del título.
d) 4. Acopiar los recursos y medios para acometer la ejecución del montaje o mantenimiento de
las instalaciones y equipos.
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l) 12. Elaborar la documentación técnica y administrativa de la instalación o equipo, de acuerdo
con la reglamentación y normativa vigente y con los requerimientos del cliente.
m) 13. Aplicar los protocolos y normas de seguridad, de calidad y respeto al medio ambiente en las
intervenciones realizadas en los procesos de montaje y mantenimiento de las instalaciones.
o) 15. Cumplir con los objetivos de la producción, colaborando con el equipo de trabajo y
actuando conforme a los principios de responsabilidad y tolerancia.
p) 16. Adaptarse a diferentes puestos de trabajo y nuevas situaciones laborales, originados por
cambios tecnológicos y organizativos en los procesos productivos.
En relación a las competencias de cada título de la Formación Profesional podemos citar las
cualificaciones profesionales y las unidades de competencia. Aunque no sea necesario que
nos extendamos demasiado en ellas, pues son dos elementos que se vinculan más con la propia
titulación y acreditación de los profesionales que con el propio desarrollo curricular, sí que se
deberían, al menos, mencionar en la programación para que conste que, ya sea por acatamiento
normativo, las tenemos en cuenta.
Y es que, tal y como afirma Lozano (2018), hay que tener en cuenta que será la administración
educativa la que, partiendo de las cualificaciones profesionales, unidades de competencia y
realizaciones profesionales, diseñará los verdaderos elementos curriculares a los que noso-
tros deberemos atender para el diseño de la programación.
Objetivos de enseñanza
Estos objetivos se refieren al profesor y a su labor docente. Son optativos, por lo que no es
obligatorio que el aspirante los recoja en su programación, pero suele ser recomendable tenerlos
en cuenta para dar a entender que conocemos su existencia y valoramos su importancia dentro
de las acciones didácticas que nos son propias como profesores.
-- Fomentar el respeto y la colaboración entre los alumnos y aceptar sus sugerencias y apor-
taciones, tanto para la organización de las clases como para las actividades de aprendizaje.
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Objetivos de aprendizaje
Dentro de los objetivos de aprendizaje distinguimos los objetivos generales del ciclo
formativo y los resultados de aprendizaje del módulo.
La acción conjunta de ambos dará como resultado los objetivos didácticos de aprendizaje, con-
cretados mediante las distintas unidades de trabajo que componen la programación didáctica.
Los objetivos generales del ciclo formativo, como indica su nombre, son generales al ciclo
formativo, y comunes a todos sus módulos. Estos objetivos los encontraremos en el Real Decreto
que fija las enseñanzas mínimas para nuestro ciclo, y en el decreto de currículo de nuestra
comunidad podremos observar cómo se repiten y, en ocasiones, se matizan de forma algo más
concreta, pudiendo dar lugar a pequeñas modificaciones.
Estos objetivos son importantes y han de tenerse en cuenta, mencionándose en nuestra progra-
mación, pero los debemos concebir como metas más a largo plazo, como un rumbo de nuestra
programación que se irá siguiendo módulo a módulo.
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Siguiendo con nuestro ejemplo, en el que tenemos que considerar el Real Decreto 1632/2009,
de 30 de octubre, por el que se establece el título de Técnico en Instalaciones de Telecomunica-
ciones, según lo que ya hemos consultado en relación a las orientaciones pedagógicas, sabemos
que la formación del módulo contribuye a alcanzar los objetivos generales: a), b), c), d), e), f),
i), j), k), m), n), o), p), q) y r) del ciclo formativo y las competencias profesionales, personales y
sociales: a), b), c), d), e), h), j), k), l), m), n), o) y p) del título.
j) 10. Ubicar y fijar los equipos y elementos soporte y auxiliares, interpretando los planos y
especificaciones de montaje, en condiciones de seguridad y calidad, para montar equipos,
instalaciones e infraestructuras.
k) 11. Conectar los equipos y elementos auxiliares mediante técnicas de conexión y empalme, de
acuerdo con los esquemas de la documentación técnica, para montar las infraestructuras
y para instalar los equipos
m) 13. Analizar y localizar los efectos y causas de disfunción o avería en las instalaciones y equi-
pos, utilizando equipos de medida e interpretando los resultados, para mantener y reparar
instalaciones y equipos.
n) 14. Comprobar la configuración y el software de control de los equipos siguiendo las instruc-
ciones del fabricante, para mantener y reparar instalaciones y equipos.
o) 15. Sustituir los elementos defectuosos desmontando y montando los equipos y realizando los
ajustes necesarios, analizando planes de mantenimiento y protocolos de calidad y seguri-
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dad, para mantener y reparar instalaciones y equipos.
En cuanto a los resultados de aprendizaje puede decirse que son los objetivos generales de
cada módulo, constituyendo la relación de logros y metas específicas que el alumnado deberá
alcanzar una vez cursado el módulo en cuestión por el que se esté programando.
Lo que debemos tener más presente y a lo que mayor importancia debemos atribuirle son a
los resultados de aprendizaje, pues en la labor docente se posicionan como elementos mucho
más manejables y palpables de la evolución de nuestro alumnado.
Constituyen metas mucho más específicas para cada uno de los módulos profesionales.
Como hemos visto, los objetivos generales hacen referencia al conjunto del ciclo formativo, es
decir, a aquello que el alumno debe alcanzar cuando complete todo el programa de su formación
profesional, al finalizar los dos años. Los objetivos son, por ello, metas a largo plazo que, si bien
han de tenerse muy en cuenta, no son directamente evaluables puesto que requieren del resto
de metas de cada uno de los módulos profesionales que integran el ciclo.
Cada uno de los módulos profesionales pretende la adquisición de una serie de resultados
de aprendizaje, por lo que cada módulo tendrá los suyos propios. Visto así, es evidente que
en nuestra programación (en la que programamos en un módulo en concreto) tendremos que
tener a mano los resultados de aprendizaje de nuestro módulo, que será aquello que el alumno
logre a su término.
Entendemos que cuando un alumno haya alcanzado todas las metas específicas de cada uno de
los módulos (cuando muestre los resultados de aprendizaje de todos los módulos) habrá llegado
a las metas finales de su formación (habrá alcanzado los objetivos generales del ciclo formativo).
Todos estos resultados de aprendizaje son igualmente importantes. Esto quiere decir que en nues-
tra programación tienen que aparecer todos los resultados de aprendizaje de nuestro módulo, los
cuales podemos encontrar en los anexos de la orden de nuestra comunidad en cuestión.
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Siguiendo con el ejemplo del Grado Medio en Instalaciones de Telecomunicaciones, podemos situar-
nos en la Comunidad Autónoma de Castilla-La Mancha y consultar, por consiguiente, su decreto
de currículo para dicho título, que es el Decreto 201/2010, de 03/08/2010, por el que se establece
el currículo del Ciclo Formativo de Grado Medio correspondiente al título de Técnico o Técnica en
Instalaciones de Telecomunicaciones, en la Comunidad Autónoma de Castilla-La Mancha.
En esta orden, en su Anexo II, se nos indican los siguientes resultados de aprendizaje:
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Si los consultamos en la orden veremos cómo cada resultado de aprendizaje lleva asocia-
dos varios criterios de evaluación (aspecto que ya detallaremos más adelante).
Para que el docente vea más claro cómo organizar su programación y sepa en qué unidades de
trabajo se ocupará de cuáles objetivos, puede establecer una relación entre las unidades de
trabajo que va a elaborar y los resultados de aprendizaje que se abordarán en cada una
de ellas, de tal forma que pueda observar si, en la praxis, todos los resultados de aprendizaje de
su módulo han sido tenidos en cuenta.
Imaginemos que estamos programando en la Región de Murcia para el módulo Inglés Técnico
para Actividades Comerciales del ciclo formativo de Grado Medio de Actividades Comer-
ciales, por tanto debemos guiarnos según el Real Decreto 1688/2011, de 18 de noviembre, por
el que se establece el título de Técnico en Actividades Comerciales y se fijan sus enseñanzas
mínimas y la Orden de 30 de noviembre, de la Consejería de Educación y Universidades por la que
se establece el currículo del ciclo formativo de grado medio correspondiente al título de Técnico
en Actividades Comerciales, en el ámbito de la Comunidad Autónoma de la Región de Murcia.
Según la orden de Murcia, podemos relacionar los resultados de aprendizaje del módulo con
unas hipotéticas unidades de trabajo, que serían las que confeccionaríamos para nuestra
programación:
Cada unidad de trabajo puede tener varios resultados de aprendizaje asociados, aunque en
el ejemplo usado hayamos optado por hacer una relación 1-1 para simplificar la explicación.
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Ahora veamos cómo relacionaríamos los objetivos generales del mismo ciclo con los resul-
tados de aprendizaje de dicho módulo:
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En dicha relación cada resultado de aprendizaje podrá tener asociados varios objetivos generales.
Recordemos que los objetivos generales que trabajaremos en nuestro módulo son aquellos
que nos dicta nuestra orden autonómica.
En cuanto a los objetivos generales debemos remarcan que no son en ningún caso evaluables,
y necesitan concretarse para ajustarse a la realidad del aula y poder evaluar si los alumnos
los alcanzan o no.
Así surge en Formación Profesional otro tipo de objetivos: los objetivos didácticos.
Son el último nivel de concreción curricular y la unidad más pequeña de programación con la que
cuenta el docente, siendo, además, elaboración totalmente suya y propia.
Será a partir de los objetivos didácticos que formule el docente de donde se extraerá la selección
de contenidos y las actividades de cada una de las unidades de trabajo. De esta manera, los obje-
tivos didácticos nos narrarán los aprendizajes que han de alcanzar los alumnos que se trabajarán
a partir de unos contenidos concretos y se valorarán por medio de los criterios de evaluación que
de ellos se desprenden.
De cada resultado de aprendizaje, por tanto, el docente tendrá que dibujar varios objetivos didác-
ticos. De esos objetivos didácticos, le surgirán los contenidos a tratar y las actividades en los que
disponerlos en cada unidad de trabajo de su programación.
3. COMPETENCIAS CLAVE
De todos modos, es preciso tener una idea de competencias, en FP, más relacionada con las
antiguas “básicas” que son las actuales “clave”, por una razón en concreto, y es que en el Real
Decreto 1147/2011, de 29 de julio, por el que se establece la ordenación general de la formación
profesional del sistema educativo se mencionan las diferentes competencias básicas relaciona-
das con el acceso a los distintos ciclos formativos.
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No es raro, de todos modos, caer en confusión y plantearse éstas y otras dudas, puesto que toda
la enseñanza actual se centra en el enfoque por competencias (sin ponerle más apellido), enten-
diendo que las competencias son habilidades, capacidades, destrezas… que han de saberse
poner en práctica no sólo en el entorno educativo, sino también en un contexto real.
Como nos dice Lozano (2018), las competencias, desde una perspectiva puramente curricular,
pueden definirse como “el conjunto de habilidades cognitivas, procedimentales y actitudinales
que el alumnado puede y debe alcanzar a lo largo del proceso de enseñanza-aprendizaje y
que resultan imprescindibles para garantizar el desenvolvimiento personal, social y laboral,
así como la adecuación a las necesidades del contexto”.
No obstante, y dejando de lado todas las posibles reflexiones que nos puedan surgir, el apartado
de las competencias será un epígrafe indispensable para todas las programaciones de la educa-
ción primaria, secundaria y bachillerato.
Ser competente supone saber llevar a la práctica los conocimientos adquiridos y aplicarlos
de forma eficaz, adecuándolos al contexto y a la situación específica sobre la que se actúe.
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Todo el desarrollo sobre el aprendizaje de competencias en el ámbito educativo viene mostrando
sus orígenes desde hace ya más de diez años. Ya en 1996 se comenzó una andadura sobre todas
estas consideraciones con el informe emitido para la UNESCO de la Comisión Internacional sobre
la educación para el siglo XXI, presidida por Jacques Delors: “La educación encierra un tesoro”.
En este informe se hizo referencia a los cuatro pilares básicos de la educación: aprender a cono-
cer, aprender a hacer, aprender a ser y aprender a vivir juntos.
-- Aprender a conocer: Supone adquirir los instrumentos que permitan al sujeto comprender
el mundo que le rodea. Esto implica aprender a aprender, cultivar la memoria selectiva y la
combinación de lo concreto y lo abstracto, ir de lo deductivo a lo inductivo.
-- Aprender a hacer: Existe una relación estrecha entre aprender a conocer y aprender a hacer.
Aprender a hacer es la capacidad de poder influir sobre el propio entorno, es la puesta en
práctica de los conocimientos que se han conocido y aprendido.
-- Aprender a vivir juntos: Significa aprender a vivir con los demás. Este pilar tiene relaciones
directas con componentes afectivos y de tipo social. Aprender a ser y aprender a ser se lleva
a cabo en colectividad, por lo que ambos se llevan a cabo a través del contacto entre per-
sonas. Se trata de participar y cooperar con los demás en el ejercicio de varias actividades,
respetando los valores de pluralismo, comprensión mutua, respeto y paz.
-- Aprender a ser: Este pilar recoge las influencias de los tres pilares anteriores, uniendo así
mente, cuerpo, inteligencia, sensibilidad, etc. a través de la educación, las personas debe-
rán poseer un pensamiento autónomo y crítico, así como un juicio propio ante las cosas.
Aspectos tales como la imaginación y la creatividad cobran especial interés en este pilar,
cuyo fin último es el desarrollo completo del hombre.
Así, una vez identificados los pilares básicos de la educación permanente para el siglo XXI, la
UNESCO estableció los principios precursores de la enseñanza basada en competencias y en
los diferentes sistemas educativos europeos se comenzó a implementar este concepto en sus
planteamientos metodológicos.
En el año 2002, en base a las pruebas de evaluación PISA (Programa para la Evaluación Inter-
nacional de Estudiantes) por la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Econó-
mico), se prepara el informe DeSeCo (Definición y Selección de Competencias), y otros proyectos,
dirigidos al desarrollo de un marco conceptual que defina e identifique las competencias nece-
sarias para llevar una vida personal y socialmente valiosa en un Estado democrático moderno.
En este momento comienza una gran preocupación por educar en competencias a raíz de los
resultados evidentemente mejorables de las pruebas PISA.
31
DeSeCo (2003) define competencia como “la capacidad de responder a demandas complejas y
llevar a cabo tareas diversas de forma adecuada”. La competencia “supone una combinación de
habilidades prácticas, conocimientos, motivación, valores éticos, actitudes, emociones, y otros com-
ponentes sociales y de comportamiento que se movilizan conjuntamente para lograr una acción
eficaz”. Se contemplan, pues, como conocimiento en la práctica, es decir, un conocimiento adquirido
a través de la participación activa en prácticas sociales y, como tales, se pueden desarrollar tanto en
el contexto educativo formal, a través del currículo, como en los contextos educativos no formales
e informales. Las competencias, por tanto, se conceptualizan como un “saber hacer” que se aplica
a una diversidad de contextos académicos, sociales y profesionales. Para que la transferencia a
distintos contextos sea posible resulta indispensable una comprensión del conocimiento presente en
las competencias y la vinculación de este con las habilidades prácticas o destrezas que las integran.
A partir del año 2004, la Unión Europea se plantea la necesidad de establecer una serie de com-
petencias clave para el aprendizaje que sirviera como referencia para los sistemas educativos de
los países miembros, entendiendo éstas como “un paquete multifuncional y transferible de cono-
cimientos, destrezas y actitudes que todos los individuos necesitan para su realización y desarrollo
personal, inclusión y empleo”. Todo esto da lugar a la Recomendación 2006/962/EC, del Parlamento
Europeo y del Consejo, de 18 de diciembre de 2006, sobre las competencias clave para el aprendizaje
permanente, donde se insta a los Estados miembros a “desarrollar la oferta de competencias clave”.
Como podemos apreciar, se comenzó a hablar antes de competencias “clave” que de competencias
“básicas” a pesar de que nuestra legislación en ese momento (LOE) nos las refiriera como “básicas”.
La Comisión, en la Estrategia Europea para el año 2020 para un crecimiento inteligente, soste-
nible e integrador, señala que los Estados miembros necesitarán “Mejorar los resultados edu-
cativos, abordando cada segmento (preescolar, primario, secundario, formación profesional y
universitario) mediante un planteamiento integrado que recoja las competencias clave y tenga
como fin reducir el abandono escolar y garantizar las competencias requeridas para proseguir
la formación y el acceso al mercado laboral”. Siguiendo estas recomendaciones, en España se
incorporaron al sistema educativo no universitario las competencias clave con el nombre de
competencias básicas (2006).
32
La Ley Orgánica 2/2006, de 3 de mayo, de Educación (LOE), hace referencia en su exposición de
motivos, entre otros asuntos, a la necesidad de cohesión social, al aprendizaje permanente a lo
largo de la vida y a la sociedad del conocimiento, e introduce el término competencias básicas
por primera vez en la normativa educativa.
1. Comunicación lingüística.
2. Competencia matemática.
7. Aprender a aprender.
1. Competencia lingüística.
3. Competencia digital.
4. Aprender a aprender
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Según el Informe DeSeCo (2002), la competencia es la capacidad de responder a las
demandas y llevar a cabo las tareas de forma adecuada. Surge de la combinación de
habilidades prácticas, conocimientos, motivación, valores éticos, actitudes, emociones
y otros componentes sociales y de comportamiento que se movilizan conjuntamente
para lograr una acción eficaz.
El Parlamento Europeo (2006) define las competencias como una combinación de conoci-
mientos, capacidades y actitudes adecuadas al contexto. Las competencias claves son
aquéllas que todas las personas precisan para su realización y desarrollo personales, así como
para la ciudadanía activa, la inclusión social y el empleo.
Desde aquí consideramos que las competencias son habilidades genéricas que suponen un saber
hacer de carácter transversal, aplicables en ámbitos y situaciones diversas y sin estar ligadas a
conocimientos o disciplinas específicas.
Ser competente significa tener capacidad para responder a las demandas complejas, en una
combinación de habilidades prácticas, conocimientos teóricos, valores éticos, emociones, actitu-
des y componentes sociales diversos. Por lo tanto, podemos decir que cada área de conocimiento
y experiencia contribuye al desarrollo de diferentes competencias, de igual forma que cada com-
petencia se alcanza como resultado del trabajo de varias áreas.
El documento que regula todas las disposiciones vinculadas a las competencias clave es la Orden
ECD/65/2015, de 21 de enero, por la que se describen las relaciones entre las competencias,
los contenidos y los criterios de evaluación de la educación primaria, la educación secundaria
obligatoria y el bachillerato.
Esta disposición matiza que las competencias clave deberán estar estrechamente vinculadas
a los objetivos definidos para la Educación Primaria, la Educación Secundaria Obligatoria y el
Bachillerato.
34
En este apartado de nuestra programación podemos vincular, también, el tratamiento de las
competencias con la idea del aprendizaje para toda la vida, y referirnos al Artículo 5 de la
LOMLOE, Aprendizaje a lo largo de la vida, en el cual se especifica:
1. Todas las personas deben tener la posibilidad de formarse a lo largo de la vida, dentro y
fuera del sistema educativo, con el fin de adquirir, actualizar, completar y ampliar sus capa-
cidades, conocimientos, habilidades, aptitudes y competencias para su desarrollo personal y
profesional.
2. El sistema educativo tiene como principio básico propiciar la educación permanente. A tal
efecto, preparará a los alumnos para aprender por sí mismos y facilitará a las personas adul-
tas su incorporación a las distintas enseñanzas, favoreciendo la conciliación del aprendizaje
con otras responsabilidades y actividades.
5. El sistema educativo debe facilitar y las Administraciones públicas deben promover que toda
la población llegue a alcanzar una formación de educación secundaria postobligatoria o
equivalente.
Tenemos que considerar en nuestra programación que con la integración de las competencias
estamos dotándola de un carácter mucho más práctico para los alumnos, a través del cual con-
seguir un desarrollo de destrezas basado en la aplicación práctica el conocimiento. Así, entre las
35
finalidades que persigue la incorporación de las competencias en el currículo actual podemos
mencionar en nuestra programación las siguientes:
• Integrar los diferentes aprendizajes, tanto formales, incorporados a las diferentes áreas o
materias, como los informales y no formales.
• Permitir a los alumnos integrar sus aprendizajes, ponerlos en relación con distintos tipos
de contenidos y utilizarlos de manera efectiva cuando les resulten necesarios en diferentes
situaciones y contextos.
• Orientar la enseñanza al permitir identificar los contenidos y los criterios de evaluación que
tienen carácter imprescindibles y, en general, inspirar las distintas decisiones relativas al
proceso de enseñanza-aprendizaje.
Para una adquisición eficaz y una integración efectiva de las competencias, deberán diseñarse
actividades de aprendizaje integradas que permitan al alumnado avanzar hacia los resultados
de aprendizaje de más de una competencia al mismo tiempo, por lo que, si estamos progra-
mando para Secundaria, debemos procurar que nuestras áreas adquieran un carácter global
que contribuya al desarrollo de todas las competencias.
Este punto lo dedicaremos a relacionar las características de nuestra asignatura con el modo
en que las utilizaremos para ayudar a que el alumno trabaje las competencias en la etapa de la
Secundaria Obligatoria.
Veamos, a modo de ejemplo, cómo se organizaría este epígrafe con la asignatura de Biología y
Geología, la cual participa en el desarrollo de todas las competencias clave (mencionaremos el
desarrollo sólo de algunas):
La materia de Biología y Geología, como las demás materias, participa en el desarrollo de todas
las competencias clave.
Por otro lado, el establecimiento de metodologías activas fomenta la comunicación oral o escrita
de información a los demás miembros de la clase. La transmisión de información científica
requiere un uso riguroso y preciso del lenguaje. La observación y descripción de objetos y fenó-
menos, por ejemplo, es un tipo de actividad muy frecuente en Biología y Geología por medio
de la cual se fomenta el rigor en el uso del lenguaje. La concreción verbal de razonamientos u
opiniones cuando se interviene en discusiones científicas es otra forma de contribución de las
36
Ciencias Naturales a la mejora de la competencia en comunicación lingüística.
El alumnado en general está inmerso en la cultura digital (competencia digital). El uso de las
Tecnologías de la Información y Comunicación en el proceso de enseñanza-aprendizaje contri-
buye a aumentar su interés y su atención. En Internet existen muchas aplicaciones interactivas
sobre distintos procesos naturales que son excelentes recursos para el aprendizaje. La utilización
de visores geográficos, como Google Earth o Iberpix, es de gran utilidad para el análisis de dife-
rentes aspectos del territorio. La consulta de programas que informan en tiempo real de erup-
ciones volcánicas, terremotos o huracanes en distintos lugares de la Tierra son actividades que
contribuyen a motivar al alumnado en el inicio de una unidad didáctica. El uso de aplicaciones
como Visible Body 3D aproxima a la realidad del cuerpo humano permitiendo al estudiante inte-
ractuar con modelos en tres dimensiones. La gran cantidad de información que existe en Internet
sobre cualquier tema obliga al alumnado a elegir las fuentes más adecuadas a la hora de realizar
trabajos, mejorando con ello los criterios de búsqueda y selección. La comunicación de trabajos
en clase se realiza cada vez con más frecuencia mediante presentaciones digitales en las que la
necesaria síntesis de las ideas principales y su transmisión promueven el desarrollo simultáneo de
las competencias en comunicación lingüística y las competencias básicas en ciencia y tecnología.
37
belleza inherente a las formas y fenómenos de la Naturaleza y del asombro que producen su
armonía y complejidad. La competencia en conciencia y expresiones culturales encuentra un
campo de desarrollo muy amplio en esta materia a través del conocimiento y disfrute del patrimo-
nio medioambiental. Las visitas a Espacios Naturales Protegidos, museos de Ciencias Naturales
o jardines botánicos deberían tener como objetivo no sólo proporcionar al alumnado nuevos
conocimientos, sino también contribuir a desarrollar su sensibilidad estética y su conciencia del
valor del patrimonio natural. En este sentido las actividades de interpretación del paisaje son
muy adecuadas para que el alumnado descubra la complejidad del medio, disfrute de su belleza
y comprenda su valor, despertando en él la necesidad de implicarse en su conservación y mejora.
En la Orden ECD65/2015, de 21 de febrero, por la que se describen las relaciones entre las
competencias, los contenidos y los criterios de evaluación de la educación primaria, la educación
Secundaria Obligatoria y el Bachillerato, podemos comprobar cómo el aprendizaje basado en
competencias se caracteriza por su transversalidad, su dinamismo y su carácter integral, el
proceso de enseñanza-aprendizaje competencial debe abordarse desde todas las áreas de
conocimiento y por parte de las diversas instancias que conforman la comunidad educativa,
tanto en los ámbitos formales como en los no formales e informales.
38
Pese a su transversalidad, bien es cierto que hay algunas competencias puramente transversales
y otras que se asocian de una manera más directa con las distintas áreas del currículo, a las que
llamaremos instrumentales.
Además, este aprendizaje implica una formación integral de las personas que, al finalizar
la etapa académica, serán capaces de transferir aquellos conocimientos adquiridos a las
nuevas instancias que aparezcan en la opción de vida que elijan. Así, podrán reorganizar su
pensamiento y adquirir nuevos conocimientos, mejorar sus actuaciones y descubrir nuevas
formas de acción y nuevas habilidades que les permitan ejecutar eficientemente las tareas,
favoreciendo un aprendizaje a lo largo de toda la vida.
• Las competencias clave deben estar integradas en las áreas o materias de las pro-
puestas curriculares, y en ellas definirse, explicitarse y desarrollarse suficientemente los
resultados de aprendizaje que los alumnos y alumnas deben conseguir.
• Todas las áreas del currículo deben participar en el desarrollo de las distintas compe-
tencias del alumnado. Como veremos más adelante, es fundamental la coordinación del
equipo docente para poder llevar a cabo esta ardua tarea.
• Los criterios de evaluación deben servir de referencia para valorar lo que el alumnado
sabe y sabe hacer en cada área o materia. Estos criterios de evaluación se desglosan en
estándares de aprendizaje evaluables. Para valorar el desarrollo competencial del alum-
nado, serán estos estándares de aprendizaje evaluables, como elementos de mayor
concreción, observables y medibles, los que, al ponerse en relación con las competencias
clave, permitirán graduar el rendimiento o desempeño alcanzado en cada una de ellas.
• Algo que remarcar llegados a este punto es que, si bien seguimos las orientaciones de la
Orden ECD/65/2015 que venimos mencionando, tendremos que realizar en nuestra progra-
mación una integración de las competencias clave sobre los distintos elementos
del currículo. Tengamos, por tanto, en cuenta:
• Las competencias clave deben estar integradas en las áreas o materias de las propuestas
curriculares y en ellas definirse, explicitarse y desarrollarse suficientemente los resultados
de aprendizaje que el alumnado debe conseguir.
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• Todas las materias deben participar en el desarrollo de las distintas competencias del
alumnado.
• Los criterios de evaluación deben servir de referencia para valorar lo que el alumnado sabe
y sabe hacer en cada materia, ámbito o módulo. Estos criterios de evaluación se concretan
en estándares de aprendizaje evaluables.
• Para averiguar qué competencias intervienen en el desarrollo de cada uno de los criterios
de evaluación estableceremos la vinculación estándar de aprendizaje-competencias en
cada uno de ellos.
Todo esto lo podremos hacer de forma sencilla en una tabla en la que podamos ver si en
efecto en todas las áreas se contribuye al alcance de todas las competencias. No es necesario
que con todos los estándares se desarrollen las competencias, pero sí observar cierta fluidez
y asiduidad en el intervalo de aparición de las competencias en los estándares.
Recordemos que los estándares, por el momento y tal y como se expresa en el Real Decreto
984/2021, de 16 de noviembre, por el que se regulan la evaluación y la promoción en la Educa-
ción Primaria, así como la evaluación, la promoción y la titulación en la Educación Secundaria
Obligatoria, el Bachillerato y la Formación Profesional, continúan estando vigentes pero con
carácter orientativo.
Puedes descargarte aquí un documento con la información sobre cada una de las competencias clave.
4. CONTENIDOS
Los contenidos, junto con los objetivos, las competencias y la evaluación, son uno de los ele-
mentos más importantes de las programaciones didácticas para las oposiciones. Es uno de los
apartados con más peso y hacia donde los tribunales suelen dirigir su atención, sobre todo en lo
que se refiere a su elección y secuenciación.
40
Sobre ellos podemos reflexionar: ¿Son coherentes con el desarrollo curricular?; ¿Su plantea-
miento asegura un desarrollo global e interdisciplinar?; ¿Se presentan secuenciados de forma
lógica en relación a su nivel de complejidad?; ¿Tienen en cuenta la diversidad del alumnado?,
etc.
El Ministerio de Educación y Formación Profesional define los contenidos como las unidades de
conocimiento que deben aprender los alumnos, y la actual normativa los define como con-
junto de conocimientos, habilidades, destrezas y actitudes que contribuyen al logro de
los objetivos de cada enseñanza y etapa educativa y a la adquisición de competencias.
Como sabemos, todos los contenidos de cada una de las etapas educativas quedan establecidos
en los Reales Decretos de enseñanzas mínimas para cada una de las áreas y materias de cada
etapa educativa, y se dividen en bloques de contenidos para cada nivel educativo. A raíz de éstos,
cada Comunidad Autónoma los concreta en sus propios decretos de currículo.
No obstante, esto no quiere decir que en este apartado de la programación nos limitemos
a copiar los contenidos que correspondan, sino que debemos aportar también contenidos
propios, acordes a los objetivos didácticos específicos que acordamos anteriormente en el
apartado sobre los objetivos.
La definición de contenidos nos hace recordar que existen tres tipos: conceptuales, procedi-
mentales y actitudinales que, si bien ya no son mencionados de ese modo en la legislación
actual, no dejan de ser igualmente tres categorías perfectamente aptas para ser llevadas a la
práctica.
En los centros educativos se elabora una programación didáctica de cada área o materia,
en la que se planifica la relación de sus objetivos, competencias, contenidos e indicadores
de evaluación para cada una en los distintos niveles educativos. El centro realiza un proceso
de adecuación y contextualización de los contenidos del currículo oficial decretados en su
Comunidad Autónoma, a las necesidades, prioridades y características del centro y de sus
alumnos. Esta secuenciación se hace desde los equipos de ciclo en los centros de Educación
Infantil y Primaria, y desde los distintos Departamentos Didácticos de los Institutos de Educa-
ción Secundaria, Bachillerato y Formación Profesional, bajo los criterios establecidos desde la
Comisión de Coordinación Pedagógica. Es esa programación consensuada la que el profesor
toma como referencia para adecuarla a las características propias de su grupo de alumnos
en particular, confeccionando y concretando lo que entendemos como Programación de Aula.
41
de las diferentes unidades didácticas o unidades de trabajo que se desarrollarán en cada uno
de los trimestres.
Puesto que los contenidos se van a concretar en cada una de nuestras unidades didácticas, el opo-
sitor puede escoger si plasmarlos también en este apartado (en tal caso, los repetiría) o reservarlos,
exclusivamente, para ser expuestos en dichas unidades. Parece lógico decantarse por no repetir-
los, puesto que se van a relatar más adelante, y optar en este momento por hacer una descripción
de los diferentes bloques del área que se está programando, y en ella incluir los contenidos que
correspondan específicamente al área y curso por el que se programa. Esta descripción se puede
obtener de la parte introductoria que se incluye para cada una de las áreas troncales y específicas
en el Real Decreto 1105/2014 de Secundaria, además de incluir algo del Decreto de nuestra comu-
nidad en cuestión (sobre todo para abordar el tratamiento específico de los contenidos únicos
de cada comunidad, como el patrimonio histórico, la cultura popular o la lengua cooficial, en el
caso de haberla). En el caso de estar programando para una asignatura de libre configuración
autonómica, necesariamente se tendrá que recurrir al Decreto de la Comunidad Autónoma. Para
las programaciones de formación profesional el procedimiento es parecido, centrándonos, como
ya sabemos, en nuestro módulo concreto del ciclo en el que nos encontremos.
-- Los contenidos de la etapa: Como ya hemos dicho, hay que seleccionarlos de los Reales
Decretos para las asignaturas troncales y específicas y en los Decretos autonómicos para
las asignaturas de libre configuración autonómica.
-- Los contenidos para nuestro curso: Habrá que fijarnos en el Decreto autonómico correspon-
diente, en el caso de todas las asignaturas.
-- Los contenidos de nuestra programación: Serán los contenidos que nuestro centro educa-
tivo concrete desde los contenidos curriculares para el curso correspondiente. Estos conte-
nidos, obviamente, estarán secuenciados en función de determinados criterios pedagógicos
y serán adaptados a las características de los alumnos.
42
Finalmente, algo con lo que se puede llamar poderosamente la atención del tribunal es con la
forma que escojamos de organizar los contenidos, es decir, los criterios de selección y organiza-
ción que se tienen en cuenta a la hora de determinar los contenidos escogidos en la programa-
ción para todo el curso escolar. Por este motivo, muchos opositores se decantan por introducir en
este apartado un cuadrante con cada una de las unidades didácticas y los objetivos que se tratan
en cada una de ellas. Por otra parte, algunos aspirantes prefieren mostrar los contenidos en el
epígrafe sobre la temporalización. Ambas formas son correctas.
Así pues, tendremos que tener en cuenta que si nuestra actual ley educativa apuesta por un
modelo de programación por competencias, en primer lugar, tendremos que definir qué com-
petencia pretendemos desarrollar, después identificar los conocimientos, las habilidades y las
actitudes que se hacen necesarias en función de esa competencia y, finalmente proceder a su
selección como contenidos del proceso de enseñanza-aprendizaje.
Debemos tener clara una idea: los contenidos no son el fin de nuestra enseñanza, sino que
constituyen el medio. De la forma en que actualmente nuestro sistema educativo se estructura
y se concibe, los contenidos son un medio para obtener las competencias en los alumnos, así
como los resultados de aprendizaje, dependiendo de la etapa a la que nos refiramos.
Para Formación Profesional, los contenidos básicos que deberán desarrollarse para alcanzar los
resultados de aprendizaje propuestos están también establecidos en cada decreto del Título
correspondiente.
En una programación de FP tendremos que contemplar igualmente una serie de contenidos, pero
con algunos matices. En primer lugar, hemos de tener en cuenta que los contenidos generales
de nuestra programación vendrán mencionados en el currículo de nuestro ciclo, organizados en
torno a bloques de contenido. En segundo lugar, tenemos que saber que esos bloques de conte-
nidos tenemos que secuenciarlos a lo largo de las diferentes unidades de trabajo que compongan
nuestra programación. En tercer lugar, hay que graduar dichos contenidos y estipular cuáles son
los saberes mínimos para los alumnos y cuáles otros se considerarán de ampliación.
Tengamos en cuenta que los contenidos que deben aparecer en nuestra programación serán
aquellos que se relaten en el módulo correspondiente por el que estemos programando, en
ningún caso tendremos que atender a los contenidos generales de todo el ciclo formativo.
También, recordar que con los contenidos en FP pasa algo parecido a lo que acontece con los
objetivos en Secundaria: hay que concretarlos y especificarlos, de tal manera que tengamos en
las unidades de trabajo una serie de contenidos didácticos con los que trabajar.
43
4.1. SECUENCIACIÓN DE CONTENIDOS
En definitiva, tanto para la ESO como para la FP, se trata de extraer de currículo prescriptivo todos
aquellos contenidos de nuestra asignatura o módulo formativo, concretarlos didácticamente en
nuestra programación y secuenciarlos en nuestras unidades didácticas o unidades de trabajo.
Para ver cómo sería una correcta secuenciación de contenidos en Secundaria, tomaremos los
recogidos en el Decreto 40/2015, de 15 de junio, por el que se establece el currículo de Educación
Secundaria Obligatoria y el Bachillerato en la Comunidad Autónoma de Castilla La Mancha para
el área de Lengua Castellana y Literatura de 1º de la ESO, que se encuentran estructurados
en cuatro bloques: Comunicación oral; Comunicación escrita; Conocimiento de la lengua y Edu-
cación Literaria.
Veamos:
- Escuchar
Hablar
o Conocimiento, uso y aplicación de las estrategias necesarias para hablar en público: plani-
ficación del discurso, prácticas orales formales e informales y evaluación progresiva.
44
Bloque 2: Comunicación escrita: leer y escribir.
- Leer
- Escribir
- La palabra
o Conocimiento reflexivo de las relaciones semánticas que se establecen entre las palabras.
o Observación, reflexión y explicación de los cambios que afectan al significado de las pala-
bras: causas y mecanismos. Metáfora, metonimia, palabras tabú y eufemismos.
45
o Conocimiento, uso y valoración de las normas ortográficas y gramaticales reconociendo su
valor social y la necesidad de ceñirse a ellas para conseguir una comunicación eficaz.
o Manejo de diccionarios y otras fuentes de consulta en papel y formato digital sobre el uso
de la lengua.
- El discurso
o Explicación progresiva de la coherencia del discurso teniendo en cuenta las relaciones gra-
maticales y léxicas que se establecen en el interior del texto y su relación con el contexto.
Plan lector
o Conocimiento de las principales tendencias estéticas y de los autores y obras más repre-
sentativas de la literatura española de la Edad Media al Siglo de Oro a través de la lectura,
explicación y caracterización de fragmentos significativos y, en su caso, textos completos.
Creación
46
o Consulta y utilización de fuentes y recursos variados de información para la realización de
trabajos.
47
48
Fig.20. Distribución de contenidos por unidades didácticas
En este procedimiento, lo que hemos hecho ha sido partir del número total de unidades
didácticas que queremos trabajar a lo largo del curso escolar y colocar en cada una de
ellas los diferentes contenidos de cada uno de los bloques en función del centro de
interés de cada unidad.
1) Acudir al módulo profesional por el que estemos programando en el Real Decreto corres-
pondiente que fije las enseñanzas mínimas del ciclo al que pertenezca.
2) Extraer los contenidos generales que se desprenden de cada uno de los bloques de conte-
nidos del módulo.
49
4) Comprobar este listado de contenidos del currículo prescriptivo con el desarrollo curricular
autonómico de nuestra comunidad en cuestión, y escoger este último para concretarlo en
nuestra programación.
6) Utilizar las temáticas escogidas a modo de categorías para confeccionar las diferentes
unidades de trabajo.
7) Concretar, en cada una de las unidades de trabajo, los contenidos generales que le hemos
asignado, elaborando contenidos didácticos propios.
Así pues, vamos a tomar el ejemplo de estar realizando una programación en Asturias, para
el Ciclo de Grado Superior Técnico Superior en Higiene Bucodental, situándonos concreta-
mente en el módulo profesional Recepción y logística en la clínica dental.
Para este supuesto habríamos de tener en cuenta el Real Decreto 769/2014, de 12 de septiembre,
por el que se establece el título de Técnico Superior en Higiene Bucodental y se fijan sus enseñan-
zas mínimas, la Orden ECD/1539/2015, de 21 de julio, por la que se establece el currículo del ciclo
formativo de grado superior correspondiente al título de Técnico Superior en Higiene Bucodental
y el Decreto 187/2015, de 19 de noviembre, por el que se establece el currículo del ciclo formativo
de grado superior de formación profesional de Higiene Bucodental en el Principado de Asturias.
Según este decreto autonómico, los resultados de aprendizaje del módulo profesional Recep-
ción y logística en la clínica dental son:
• Aplica procesos para la recepción de pacientes relacionando sus demandas con el servicio
a prestar.
50
• Gestiona ficheros de pacientes manejando aplicaciones informáticas.
Los bloques de contenido y los contenidos generales de cada uno de ellos son:
o Técnicas de comunicación.
o Citación de pacientes.
o Facturación de servicios.
51
• Gestión de ficheros de pacientes:
o Organización sanitaria.
o Documentos clínicos.
o Historia clínica.
o Custodia de documentos.
o Condiciones de cumplimentación.
o Normativa.
52
• Organización de la adquisición y almacenamiento de material e instrumental:
o Gestión de compras.
o Gestión de pedidos.
Factores psicosociales.
53
Métodos y normas de orden y limpieza.
Una vez extraídos los contenidos de nuestro módulo, tendremos que organizarlos en
torno a las distintas unidades de trabajo que llevaremos a cabo a lo largo del curso,
organizándolos en torno a categorías para facilitarnos la elección de los ejes temáticos
de las unidades.
Muy importante es, también, atender a la carga lectiva de cada unidad. Para calcular el tiempo
estimado que hay que asignar a cada unidad de trabajo tendremos que acudir a nuestro
decreto autonómico; ahí se suele especificar el número de periodos lectivos a lo largo de los
tres trimestres.
54
Fig. 22. Organización de contenidos por unidades de trabajo
55
Una vez hemos organizado los contenidos y los hemos repartido por las diferentes unidades
de trabajo, tenemos que desarrollar esos contenidos, como antes hemos adelantado. Esto
significa que debemos convertirlos en contenidos didácticos, los cuales tienen que adaptarse
a nuestra realidad, para hacerlos más concretos y directos para nuestro alumnado. Por lo tanto,
la tarea de elaboración de esta tabla nos servirá, además de para organizarnos, también para la
concreción de contenidos, y no tendremos por qué incluirla en la programación, siendo solo de
nuestro uso personal.
Atender, además, a que en la Orden se dice que la formación del módulo contribuye a alcanzar
los objetivos generales a) b) c) d) e) n) y s) y las competencias a) b) c) d) e) m) n) o) r) t) del título
(se encontrarían, en este caso, en el Real Decreto que fija las enseñanzas del título), aspectos
muy importantes a tener en cuenta para que sean incluidos en los apartados relativos a los
objetivos y competencias de nuestra programación, señalándolos debidamente:
a) Gestionar los ficheros de pacientes de un gabinete dental para dar respuesta a las necesi-
dades de atención requeridas por los mismos.
56
tener iniciativa en su actividad profesional con sentido de la responsabilidad social.
Objetivos generales:
5. CONCLUSIONES
Como se ha podido comprobar, el qué enseñar es una parte fundamental del proceso de ense-
ñanza, sobre todo los objetivos, ya que éstos marcan el camino a seguir de todas las acciones
docentes posteriores. De la misma manera, las competencias determinan la aplicación práctica
de los objetivos, al ser puestas en marcha en contextualización por los alumnos. Los contenidos,
finalmente, suponen la materialización del saber.
Es tal la importancia del “qué enseñar” que a finales de los 70 y principios de los 80, la ciencia
de la pedagogía llegó a desarrollar la corriente denominada “pedagogía por objetivos”. Se
elaboraron taxonomías de objetivos, basadas en la jerarquización de tipos y categorías de
aprendizaje. Las más conocidas fueron las de Bloom y Gagné. Ambos autores, en un esfuerzo
por ayudar al profesorado a realizar sus programaciones, ofrecieron listados de verbos de
cada uno de los ámbitos de desarrollo. Se consideró que los términos que mejor expresaban
las realizaciones de los alumnos eran los verbos de acción como escribir, escoger, resolver,
comparar, construir…
57
Según Estarellas (1974) los objetivos de conducta son susceptibles de ser formulados para todos
los ámbitos de la enseñanza y estos son el de la información (ámbito cognitivo, el cual incluye
capacidades de conocimiento, comprensión, aplicación, análisis, síntesis y evaluación), el de las
actitudes (ámbito afectivo-social) y el de las destrezas (ámbito psicomotor y conductual).
Cano, E. (2005). Cómo mejorar las competencias de los docentes. Guía para la autoevaluación y
el desarrollo de las competencias del profesorado. Barcelona: Graó.
Gimeno, J. (1995). ¿Qué son los contenidos de la enseñanza? En Gimeno, J. y Pérez, A. Compren-
der y transformar la enseñanza. Madrid: Morata.
Lake, K. (1994). Integrated Curriculum. Office of Educatiobnal Research and Improvement. Recu-
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58