4 Queen in Lingerie
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4 Queen in Lingerie
QUEEN IN LINGERIE
LINGERIE 4
PENELOPE SKY
2
TRADUCIDO POR
https://pjgrandon.blogspot.com/?m=1
3
SINOPSIS
4
1
CONWAY
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Volví a llamar al número con la esperanza de que fuera un error.
Pero hizo exactamente lo mismo.
Joder.
***
"¿Ahora mismo?"
"Sí."
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Salté de mi asiento y esprinté tres tramos de escaleras hasta
atravesar a toda velocidad la entrada y salir al exterior. El Ferrari
rojo estaba allí, brillante y lustroso como si lo hubieran lavado.
Dos hombres se dirigían a un coche apagado para prepararse para
salir.
"Esperen".
"¿Quién?", preguntó.
Se encogió de hombros.
9
2
SAPPHIRE
***
12
"Claro".
"¿Qué son?"
13
Eso era más que justo.
"De acuerdo."
Eso era más que suficiente. Ni siquiera podía imaginar lo que sería
tener esa cantidad de dinero.
"De acuerdo."
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Dudé antes de rellenarlo, echando de menos a Conway mientras
miraba el contrato.
Solía ser su musa, la inspiración de todo lo que hacía. Pero
entonces me dio la espalda, me trató como si hubiera hecho algo
imperdonable simplemente por quererle.
Me hizo mucho daño, y le agradecí haber sacado algo de la terrible
experiencia.
No era la carrera que yo quería, pero era una carrera que pagaría
las facturas.
Lo firmé.
"Genial."
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3
CONWAY
"La abandonaste".
"¿Cómo?"
17
No discutí con él.
"Lo sé.”
"No puedo."
"¿Por qué?"
"¿Mi ayuda?"
"Sí."
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"Tu padre sería la mejor persona a la que acudir".
"¿Por qué?"
"De acuerdo."
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Me bebí el resto del vaso. Sacó su teléfono para tomar nota.
"¿Con?"
"No lo sé."
Suspiré.
"¿Por qué?"
"Quería saber por qué estabas siendo tan frío con ella, así que se
lo conté. Al principio, estaba confundida. No me creía porque
estaba segura de que tú también la querías".
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Como si alguien me hubiera dado un puñetazo en el estómago, me
sentí sin aliento.
22
4
SAPPHIRE
***
"¿Qué opinas?"
24
"No tengo ni idea, a mí me parece bonito".
"Sí", dije.
"Por supuesto.”
***
***
28
5
CONWAY
"Quiero las malas noticias primero pero sólo si eso significa que
ella está bien. Si no lo está, no digas nada. No puedo soportarlo."
30
Pero nunca me había preocupado tanto por algo que me hiciera
tan vulnerable.
"No te va a gustar."
"Porque encontré una foto de una sesión que hizo para él".
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Una sacudida de celos y posesividad me sacudió, haciendo que
apretara la mandíbula con tanta fuerza que casi se me rompen los
dientes.
Esta era la única vez que seguiría su consejo.
“¿Vas a llamarle?”
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“¿Tienes una idea mejor, gilipollas?”. Le respondí.
“Yo digo que hagas que alguien la siga y averigüe dónde vive.
Preséntate allí. Así tendréis intimidad para hablar. Hablar fuera de
Lady Lencería no te va a llevar muy lejos”.
“Ahora mismo.”
33
“De nada. Pero Conway, si tienes la suerte de que te escuche, no
la vuelvas a cagar. Puede que no tengas otra oportunidad”.
***
"¿Puedo pasar?"
"No quiero que mis vecinos me odien, así que probablemente sea
una buena idea".
"Gracias.”
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No levantó la voz, pero su tono entrecortado mostraba su gran
resentimiento.
No tuve respuesta porque tenía toda la razón.
Mi temperamento llegó al máximo y perdí el control de mis
facultades.
Me lo merecía.
"No quieres".
"Sí, quiero".
"Gracias."
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Ahora nuestra conversación se detuvo. Era tensa e incómoda, y no
había mucho que decir.
Esta mujer era una parte tan importante de mi vida, y ahora era
una extraña.
Solía compartir mi cama conmigo todas las noches. Ahora mi gran
cama parecía aún más grande que antes.
Bajó los brazos y suspiró.
"Ahora que sabes que estoy bien, deberías irte. Ambos tenemos
vidas importantes a las que volver".
Había dicho lo que quería decir, y ahora no tenía nada que hacer
allí. Pero no quería moverme. Quería mirar su cara para siempre.
No quería volver a mi mansión en Italia, no cuando yo era el único
que la disfrutaba.
Ella me miró, su decepción obvia.
"Vete".
Cerró los ojos cuando dije su apodo, el nombre con el que siempre
debí llamarla. No había razón para que el nombre Sapphire se me
escapara de la boca. Ni siquiera sonaba bien en mi lengua. Me
daba asco decirlo en voz alta.
"Adiós, Conway.
***
"Por supuesto."
45
"¿Señor?"
"¿Sí, Dante?"
"No".
No quería tirar nada, pero tampoco quería ver su ropa cada vez
que abriera el armario. No quería ver sus bragas en mi cómoda. No
quería ver su viejo perfume en el baño. Todo me recordaría a ella,
y no quería que me recordaran a la mujer que cambió mi vida.
"Por supuesto".
Se dio la vuelta.
"No", dijo.
***
47
¿Le gustaba modelar para Andrew? ¿La trataban bien las otras
mujeres? ¿Se estaba acostumbrando de nuevo a Nueva York? ¿O
seguía echando de menos Italia?
Fui a trabajar a Milán esa misma semana y no sentí ninguna
motivación cuando entré por la puerta. La única razón por la que
estaba allí era porque no sabía qué otra cosa hacer con mi tiempo.
Me senté en el estudio y me quedé mirando el cuaderno sin saber
qué dibujar. Sólo podía pensar en la última vez que vi a Musa.
Tenía la cara llena de lágrimas y los ojos rojos e hinchados.
No me excitó como las otras veces. Me rompió el corazón.
Ni siquiera sabía que tenía corazón hasta entonces.
Estuve tentado de buscarla en Google, para ver la multitud de
imágenes en las que aparecía. No sólo quería ver su cara, sino
también su cuerpo. Echaba de menos mirar sus largas piernas, su
estrecha cintura. Quería arrastrar mi lengua por todas partes,
saborearla una vez más.
Había pasado un mes desde que se fue de mi casa, y era el mayor
tiempo que había pasado sin echar un polvo desde que llegué a la
pubertad. Ni siquiera me había hecho una paja. Demasiado
deprimido. Pero ahora, la excitación se acumulaba en mi interior.
En vez de salir a pillar rabo, quería estar con Musa.
Quería ese sexo lento pero bueno.
Quería estar piel con piel con la mujer que sólo me había tenido a
mí.
No quería ponerme un condón y follarme a una mujer de la que no
me acordaría.
Me quedé con la mirada perdida en mi cuaderno de dibujo.
Mi teléfono sonó y el nombre de Carter apareció en la pantalla.
Estuve a punto de no contestar, pero sabía que no podía evitarlo
para siempre.
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“¿Qué pasa?”
Suspiró.
“Sí.”
“Sigo adelante.”
Volvió a suspirar.
“Con-“
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“Déjalo ir. Ya está hecho”.
“De acuerdo.”
Yo también.
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“Creo que deberías pensarlo un poco más, Con. Si esperas
demasiado… se acabó.”
***
SAPPHIRE
52
Me estaba acostumbrando a Nueva York, pero en el fondo sabía
que no era mi hogar. Ahora Italia era mi hogar. Conway era mi
hogar. Pero tenía que seguir adelante y empezar de nuevo. Tenía
que ser positiva y centrarme en todo lo que tenía.
Era rica, tenía un buen trabajo y ya no había un psicópata
intentando cazarme. Conway me había dado la libertad, así que
dejar que me rompiera el corazón no había sido en vano. Seguiría
adelante y, con suerte, encontraría a otro chico que me
conquistara. Pero era difícil imaginar estar con otro chico,
acostarme con otro chico. Conway era el único tío con el que había
estado. Odiaría a todas las mujeres que vinieran después de mí,
sobre todo porque no les importaba por el hombre que era. Sólo
veían su Ferrari, su cartera y la casa enorme en la que dormía
cada noche. No sabían nada de su carácter, de su amor por la
familia ni de su generosidad. Yo era la única mujer que le conocía
de verdad.
Después de estar todo el día en el estudio, volvía a casa y me
ponía la ropa de entrenamiento antes de ir al gimnasio. A veces la
gente me reconocía, a juzgar por la forma en que me miraban,
pero, por suerte, nunca nadie me pidió un autógrafo.
Normalmente hacía una hora en la cinta de correr antes de pasar a
las pesas. Andrew me asignó una rutina de ejercicios, y eso me
hizo echar de menos a Conway por otras razones.
Conway nunca me pidió que hiciera ejercicio. Tampoco me decía lo
que tenía que comer. Pesara quince libras más o no, me quería
igual. Pero Andrew no me quería para su uso personal. Sólo quería
que estuviera lo más delgada posible para la cámara.
Echaba de menos la comida. Y echaba de menos estar sentada
todo el día.
Nunca consideré el trabajo con los caballos como trabajo porque lo
disfrutaba mucho. Pero ir al gimnasio religiosamente me parecía
53
una tarea. Había música alta, luces brillantes y mucha gente
alrededor. Ahora prefería los espacios abiertos y tranquilos.
Hice cinco sentadillas con la barra de seis kilos antes de devolverla
al suelo. Ya no estaba tan fuerte como antes. Trabajar en los
establos todo el día había dado a mis piernas un tono muscular
perfecto. Pero había pasado un mes desde que dejé de hacerlo y
me estaba costando recuperar la fuerza.
Me sequé la frente con el antebrazo y me levanté con las manos
en las caderas. Cuando miré mi reflejo en el espejo, vi a un hombre
alto de pelo castaño oscuro que se acercaba a mi lado. Llevaba
dos pesas, ambas más pesadas que la que yo utilizaba. Empezó a
hacer flexiones de bíceps, con una sonrisa encantadora en la cara.
Sus ojos me miraban en el espejo. Bajo sus pantalones cortos
grises se veían los músculos de sus piernas tonificadas. Su
camiseta se ceñía a su poderoso cuerpo, mostrando el contorno de
sus fuertes brazos. Pero por mucho ejercicio que hiciera, su cara
no se vería más atractiva. Eso era natural.
"Culpable".
Sonrió.
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"Parece que sabes cosas sobre hacer ejercicio".
"Gracias", dijo.
Ahora me reí.
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Me encantaba el sushi. No lo había probado desde que salí de
Nueva York, la primera vez. Sería agradable salir de mi
apartamento y socializar con alguien que no fuera modelo o
fotógrafo. Y estaría bien pensar en alguien más aparte de Conway.
Pero era demasiado pronto. Estaba irremediablemente colgada de
Conway y seguiría así durante mucho tiempo.
“No creo que hacer un nuevo amigo sea perder el tiempo. ¿Qué tal
ese sitio en la Cincuenta y Siete con Broadway? Te veo esta noche
a las siete”.
***
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"Entonces, sólo pregunto como amiga ¿cuál es tu situación
romántica?".
Sostenía los palillos con los dedos, pero no probó bocado. Sus
ojos azules estaban fijos en mí, observando cada movimiento que
hacía. Tenía la misma intensidad que Conway, me miraba como si
yo fuera lo único que importaba.
Decidí ser sincera y franca.
"Para siempre".
"Sí."
"No creo que importe lo exitoso o rico que sea. Sigues estando
fuera de su liga y esa es mi opinión profesional".
Sonreí.
“Sí. Con el tiempo, vas a tener lista para empezar a salir. Y prefiero
asegurarme de ser el primer nombre en el que pienses en vez de
seguir con mi vida. Podemos ser amigos mientras tanto. Así que,
básicamente, estoy en lista de espera. Una vez que este tipo esté
fuera de tu cabeza, seré el primero en la fila.”
Sacudió la cabeza.
“Gracias.”
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me dijo que quería estar con él en vez de conmigo, y eso fue todo.
No he hablado con ninguno de ellos desde entonces”.
Sonrió.
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7
CONWAY
“Hola”.
Lo sabía. Lo sabía.
“Sí.”
“¿Habéis roto?”
“Sí.”
“¿Qué?”, espetó.
“¿Te dejó por Andrew? ¿Te engañó? Porque volaré con mi culo a
América y le arrancaré ese bonito pelo…”
“Es una larga historia, pero básicamente… ella quería más. Yo no”.
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“Ella quería mudarse a Estados Unidos para empezar de nuevo.
Por eso ahora trabaja para Andrew”.
“Con, tienes que estar bromeando ahora mismo. Esa mujer era
perfecta. ¿Estás loco? ¿Realmente crees que puedes hacerlo
mejor?”
“No.”
Sé que no podría.
“Tal vez tengo que hacerlo simple para ti para que lo entiendas.
Con, eres un idiota”.
“No te metas”.
Click.
***
"No tengo ni idea. A lo mejor les van los pervertidos que vienen a
un antro como este".
"Pido la de la derecha".
"Básicamente".
No creía que una mujer tan atractiva como ella repartiera sexo y
mamadas tan fácilmente. Debe saber exactamente quién era yo.
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Debía saber que Musa se había ido, y quería ser la mujer que la
reemplazara.
Podía follarle la boca y marcharme, pero seguía sin excitarme.
Si Musa me hubiera pedido chupármela en el baño, lo habría
hecho. Pero con una mujer cualquiera... no me atraía.
Carter rodeó a su mujer con el brazo y la sacó del club,
probablemente de vuelta a su casa para una gran noche de sexo
sin sentido.
Ahora lo único que quería era volver a casa solo.
***
"¿Señor?"
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"No tengo hambre, Dante."
"¿Cuál?"
Mi padre nunca venía sin avisar. Era obvio que Vanessa le había
contado lo que pasó entre Musa y yo, y ahora venía a ver cómo
estaba. Una llamada no bastaría porque no podía verme la cara.
Mi padre era el tipo de hombre que conduciría cinco horas sólo
para verme cinco minutos.
"Hazlo pasar."
"Lo haré."
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Mi padre entró unos minutos después, vestido con unos vaqueros
negros, un jersey de pico verde oliva y una cazadora de cuero
negra.
El otoño se había colado en la tierra, y ahora ya no hacía calor
como antes. El viento había empezado a enfriarse y los campos
dorados habían empezado a teñirse de verde por la lluvia.
No le miré cuando entró. No le estaba faltando al respeto.
Simplemente no tenía energía.
Se sentó frente a mí y miró el vaso de whisky.
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Me eché hacia atrás y apoyé el brazo en el reposabrazos.
"Que te jodan".
"No voy a estar aquí para siempre, Conway. Y cuando no esté, ese
momento te perseguirá el resto de tu vida. Así que no te disculpes.
Lo pagarás después".
73
Y así como así, mi padre me hizo sentir como una completa
mierda.
"Nunca quise ser marido. Nunca quise ser padre. Pero cuando tu
madre entró en mi vida, no tuve otra opción. No quería que ella
74
estuviera con nadie más, y yo no quería estar con nadie más. No
había otra forma de vida que me diera ambas cosas. Así que me
casé con ella. Me establecí. Sacrifiqué mi vida anterior para tener
una nueva con ella. Al principio, lo temía. Pero luego me di cuenta
de que la simplicidad era hermosa. Y ahora... desearía haberla
conocido antes".
"Se acabó. Ahora vive en Nueva York. Yo estoy aquí. Está hecho".
"Amas a esa mujer. No dejes que termine con otro. Sólo tenemos
una gran mujer en toda nuestra vida. Si crees que tienes
posibilidades de encontrar a alguien que te haga sentir así, no va a
suceder".
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diferente de la que no te acordarás cada noche que tener el mejor
sexo de tu vida con la misma mujer?".
"No la conoces."
"Sé que ella te hace mejor. Y eso es todo lo que necesito saber.
Podría ser una prostituta, y eso no me importaría. Lo único que me
importa es que tengas a alguien que te quiera cuando tu madre y
yo no estemos".
"¿Ahora me vigilas?".
"Siempre".
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“A pesar de lo que le hiciste, ella miró más allá de la crueldad y se
enamoró de ti. Con, así es como sabes que el amor de una mujer
es real. Si puede aceptarte tal como eres, con todo lo bueno y todo
lo malo, sabes que has encontrado a la mujer adecuada. Y en
cuanto quieras ser mejor persona para ella, entonces tienes que
casarte con ella”.
“¿Qué?” Susurré.
Volví a suspirar.
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“Nunca.”
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8
SAPPHIRE
"Vamos a dar nuestros diez mil pasos del día y luego a comer
algo".
"Si no te importa".
"Claro que no me importa. Es el precio que hay que pagar por ser
amigo de una supermodelo".
Se burló.
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"Sí que lo eres. Vamos, eres guapísima. Sólo se me ocurren unas
pocas modelos, pero tú has saltado a la fama casi al instante. Y
eso sólo lo hacen las supermodelos".
“Puedo enseñarte”.
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“No. No hemos tenido contacto”.
“Tú también eres genial, Nox. Parece mentira que este tío tan
bueno muestre tanto interés por mí”.
Sonrió.
“O mejor aún, ¿quieres venir a ver una película? Sólo son las siete,
a menos que tengas trabajo por la mañana”.
Tal vez no debería ir allí, pero le había dicho que aún no había
superado lo de Conway, así que no debería importar.
Simplemente pasaríamos tiempo juntos como ya lo habíamos
estado haciendo.
“Sí. Claro.”
***
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C uando fui a trabajar dos días después, Andrew me recibió en su
estudio. Sus suministros yacían sobre la mesa, y su pieza de
lencería estaba sobre el maniquí.
"Bien.”
"¿Perdona?"
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9
CONWAY
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Trató de ser discreto, pero yo sabía exactamente lo que estaba
haciendo.
Entró en mi despacho con un periódico bajo el brazo.
“¿Whisky?” Le pregunté.
"¿Y?"
***
"¿Está aquí?"
"¿Quién?"
“Vete, Conway”.
“Lo siento…”
“He salido con la intención de ligar con una mujer cualquiera, pero
siempre vuelvo solo a casa. Me masturbo con las fotos tuyas en
lencería que veo en las revistas”.
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Se hizo el silencio entre nosotros, y ella siguió mirándome como si
esperara que dijera algo más. Pero eso era todo. No tenía nada
más que decir.
“Sí.”
100
había cubierto su superficie, y ahora las lágrimas goteaban por su
rostro.
“¿Qué?”
101
“¿Todavía llevas mis camisas a la cama?”
***
“¿Qué?” Susurré.
Su sonrisa se ensanchó.
Lo odiaba.
“Me pidió salir hace un mes, pero le dije que no estaba preparada
para tener citas. Así que hemos quedado como amigos. Dijo que
estaba dispuesto a esperar hasta que te superara”.
103
Aunque estuviera enamorada de otro, seguía siendo una diosa. Yo
habría hecho lo mismo.
“No.”
“Supéralo, Con.”
Así que esta mujer seguía siendo mía. Siempre había sido mía.
Volé a través del mundo porque mis celos nublaron mi juicio. Vine
a reclamar a mi mujer para que nadie más pudiera tenerla. Fue
imprudente y estúpido, pero quizás necesitaba ser imprudente y
estúpido.
“Si hubiera sabido que todo lo que tenía que hacer para traerte
aquí era ponerte celoso, habría hecho algo hace mucho tiempo”.
“Siempre, Con”.
104
Rodé sobre ella, viendo sus ojos iluminarse mientras separaba sus
piernas. Mi polla dura presionaba su cuerpo a través de mis bóxers
y sus bragas.
Me estreché contra ella lentamente, viendo cómo sus ojos se
oscurecían de excitación. Sus dedos se deslizaron lentamente por
mi pelo y me miró fijamente a los labios, esperando un beso.
Hacía tanto tiempo que no estaba con ella que sabía que mi
actuación sería ridícula. Sólo de rozarme con ella ya tenía ganas
de correrme. La forma de su boca hizo que mi polla se
endureciera. La bonita mirada de sus ojos me hizo estremecerme.
Todo en ella me ponía duro como una piedra. Por no mencionar el
hecho de que la amaba.
Cogió mis calzoncillos y tiró de ellos hacia abajo, dejando libre mi
enorme polla.
Se bajó las bragas por los muslos y luego las empujó hasta los
tobillos. Luego volvió a abrirme las piernas, separándolas para
poder cogerme.
Joder.
Me coloqué encima de ella y la vi recostarse sobre la almohada. Mi
corona rezumaba por mi excitación y apenas podía respirar
sabiendo lo resbaladizo que estaba su coño en ese momento.
Tres meses masturbándome con una mujer a la que había perdido
me habían puesto dolorosamente cachondo.
105
En lugar de elegir a una mujer cualquiera que no me satisfaría,
había fingido que esta mujer seguía siendo mía. Y ahora por fin la
tendría.
Presioné la cabeza de mi polla dentro de ella y me deslicé
lentamente a través de su resbaladizo interior.
Estaba excepcionalmente apretada, como si la estuviera
penetrando de nuevo.
Hacía meses que no la follaba y ahora estaba tensa como una
virgen. Era mía para reclamarla de nuevo.
Me moví hasta penetrarla por completo, con todo el cuerpo
temblando de lo bien que se sentía. Se mordió el labio inferior
mientras me miraba, con la cara enrojecida por el placer.
Ensanchó más las piernas y me tiró de las caderas, metiéndome
más dentro de ella.
“Conway.”
“Yo tampoco”.
“Te amo”.
“Te amo.”
Las palabras sólo hicieron que mi orgasmo fuera mejor, más fuerte.
La llené con todo mi semen y sentí que mi polla se ablandaba
107
después. Solté más de lo que había soltado nunca, y la sensación
fue tan fuerte que sentí que todos los músculos de mis hombros se
tensaban.
Solía tener esto todas las noches de mi vida, pero entonces le di la
espalda y lo dejé escapar.
No volvería a cometer ese error.
***
"Mierda... es tarde".
108
Incluso cuando estábamos en Grecia, me levantaba temprano por
la mañana. Me ocupaba de los correos electrónicos y hacía mis
abdominales y flexiones diarias antes de ver salir el sol. Me
apoyaba en el codo y miraba a Musa. Echaba de menos
despertarme con su cara a primera hora de la mañana. Prefería
verla con la cara desmaquillada y la piel hermosa por haber
descansado toda la noche. Pero seguía siendo absolutamente
impresionante.
"¿Tú cocinas?"
"Sí.”
"¿Necesitas ayuda?"
"No.”
110
Me comí todo lo que había en el plato, me encantaron los pasteles
esponjosos e incluso el sirope. El bacon estaba crujiente, como a
mí me gustaba.
Cuando se trataba de Musa, siempre sentía el impulso de cuidarla,
de asegurarme de que mi cocinero le preparaba la comida que le
gustaba y le elegía la ropa que quería. Nunca había tenido a una
mujer que cuidara de mí. Yo era perfectamente capaz de hacerme
mi propia comida, pero era entretenido verla hacerlo.
Verla hacer algo por mí.
En cuanto me reuní con ella, me sentí mejor. Como si hubiera
estado en un desierto durante tres meses, estaba deshidratado,
enfermo y perdiendo la cabeza. Pero ahora estaba fresco,
recibiendo todo lo que necesitaba para recuperarme.
Su plato era mediocre, una sola tortita, media loncha de beicon y
claras de huevo revueltas. Prefería verla comer una comida de
verdad. Andrew quería que estuviera lo más delgada posible, pero
más delgada no era necesariamente mejor. Me gustaba verle un
poco de barriga, más carne en los muslos. Quería que viniera a
casa conmigo para que pudiera comer todo lo que quisiera. Como
una mujer de verdad.
Aparté el plato y me acomodé en la silla para mirarla mejor, para
verla llevarse los bocados a la boca. Era una de las cosas que más
echaba de menos, tener el privilegio de mirarla durante todas mis
comidas. Era mucho más entretenida que un programa de
televisión o una obra de arte.
Sonrió ligeramente al darse cuenta de mi mirada.
“No”.
111
Apoyé el codo en la mesa y apoyé la barbilla en la punta de los
dedos.
Dejó de masticar, con la boca aún llena. Hizo una pausa mientras
me miraba fijamente, y terminó de masticar rápidamente antes de
forzar la comida en su garganta.
“¿Qué?”
112
“Trabajo aquí. Vivo aquí. No puedo dejarlo todo e irme”.
“Tengo que devolver lo que debo. Ya compré este lugar y todos los
muebles”.
113
“Entonces, ¿qué sugieres?”
114
“Pero nunca he querido tu dinero, Conway. ¿Cuántas veces tengo
que decirlo?”
“Bueno…”
115
“Podemos seguir haciéndolo, pero aquí. De todas formas, trabajas
a distancia la mayor parte del tiempo”.
“Bien”, dije.
Era un paso que nunca pensé que daría, pero también pensé que
nunca amaría a alguien como la amaba a ella. Como dijo mi padre,
este tipo de compromiso ya había sucedido, lo reconociera o no.
“Lo único que sé es que, no puedo vivir sin ti. Así que sí, está
sobre la mesa”.
“Sabes que tengo que tener una familia… ya que no tengo una
propia”.
117
Apenas podía hacerme a la idea de ser marido. Ser padre era aún
más aterrador.
“No estoy preparado para eso ahora mismo. Pero, está sobre la
mesa”.
Era todo de mí, así que mejor que sea suficiente para ella.
“Te daré…”
“Sí.”
119
Era el mejor escenario en el que nos íbamos a comprometer. Ella
ganaba su propio dinero con el que podía contar, y en el caso de
que no lo necesitara, que no lo haría, simplemente me lo
devolvería. Eso le permitiría trabajar conmigo todos los días sin ser
una figura pública, y podría estar conmigo en todo momento.
Todos saldríamos ganando.
***
"Ahora vuelvo".
"Tengo la misma pregunta para ti. Pasé por casa, pero Dante me
dijo que te habías ido al aeropuerto hace unos días. Dijo que te
dirigías a Nueva York".
"Espera".
"Saluda a mi padre".
121
Ella sonrió antes de coger el teléfono.
"A mí también."
"Bueno, te dejo."
"¿La verdad?"
123
"Pero la verdad ha salido a la luz".
124
“Sapphire regresará conmigo a Italia. Así que tu acuerdo termina
hoy”.
“Lo entiendo, Andrew. Gracias por todo lo que has hecho por mí.
Te lo agradezco. Sé que Conway es un poco callado, pero sé que
aprecia lo bien que me has tratado”.
125
10
SAPPHIRE
I talia no era la misma que cuando me fui. Ahora hacía frío, estaba
nublado y húmedo. El sol estaba tapado por espesas nubes, así
que los campos no brillaban con las mismas salpicaduras de verde
y dorado. El calor que yo adoraba había desaparecido y me
preguntaba cuánto tardaría en volver.
Subimos al todoterreno en el aeropuerto y sus hombres nos
llevaron de vuelta a su casa de Verona. Conway se sentó a mi
lado, apoyando mi mano en su muslo.
Había colgado el traje durante el vuelo y se lo había vuelto a poner
cuando el avión aterrizó en la pista.
Vestido para todo y para nada, Conway proyectaba la misma
intensa confianza tanto si viajaba como si no.
Volvió la cara hacia mí, observando cómo examinaba los
alrededores a través de la ventanilla.
126
"Sí. Estará aquí unas semanas más. Entonces tendremos que
trasladar los caballos y todo lo que haya en el granero".
"Buena idea".
"Bienvenida a casa".
***
"Bien.”
Era lo más bonito que me había dicho nunca, sobre todo porque
normalmente no decía nada.
131
"Conway pidió un gran desayuno con una cesta de tostadas. Y
hasta fue a nadar. Está mucho mejor. Tú haces que esté mejor".
"Buenos días".
"Buenos días".
"¿Cómo dormiste?"
"No."
133
No había nada que deseara más que dar un paseo a caballo para
volver a ver aquella vista de Verona. Quería pasar todo el tiempo
con Conway, haciendo el amor bajo el roble o tomando café juntos.
Pero no había tiempo para eso.
"Hacer el amor".
"Buena respuesta".
134
Se quitó el bañador y se puso el pantalón de chándal, pero
mantuvo el pecho desnudo. Su bronceado se había atenuado un
poco por estar todo el tiempo bajo techo, pero la exposición al sol
durante la última hora había hecho que su piel volviera a brillar.
Observó el desorden de la mesa, con los bíceps apretados por el
disgusto.
"Esto es bonito".
"Lo es.”
"Muy bien."
135
"No", dijo inmediatamente.
"Nada rojo".
"No es tu color".
"Muy bien, ¿por dónde empezamos? Puedo decirte cuáles son mis
prendas favoritas. Quizá eso te sirva de inspiración".
"Túmbate.”
"Túmbate", me ordenó.
137
"Cuando estabas en Nueva York, ¿pensabas en mí?".
"Siempre".
"Sí".
"Enséñamelo".
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Cerré los ojos e imaginé a Conway encima de mí, con su duro
cuerpo suspendido sobre el mío. Me apretaba contra el cojín, su
cuerpo tomaba el mío como suyo. Me separó los muslos con las
rodillas para poder meterme toda la polla. Empezó a empujar con
fuerza y profundidad, haciendo que sus huevos golpearan contra
mi culo. Me froté con más fuerza. Me pasé la otra mano por el pelo
y separé los labios para aspirar más aire. Mis caderas empezaron
a balancearse como si Conway me estuviera moviendo de verdad.
Dejé de prestar atención a Conway en el sillón y me centré en el
que se movía entre mis piernas.
Mis fantasías con él siempre se centraban en la intimidad, en la
forma en que mi cuerpo se doblaba para que él pudiera tenerme
toda. Tenía que darme toda su polla cada vez, para asegurarse de
que yo era completamente suya.
Imaginé la oscuridad de sus ojos, la forma en que apretaba la
mandíbula para no correrse dentro de mí.
Mis dedos se movieron con más fuerza. Sentí cómo el líquido
goteaba de mi coño. Se untó en mis dedos cuando me moví con
más fuerza. Mi respiración se aceleró y gemí quedamente.
Siempre me corría cuando me lo imaginaba corriéndose, dándome
todo su semen.
"Quiero tu semen."
***
141
M e quedé dormida en el sofá y no me desperté hasta que oí la
máquina de coser. La mesa estaba desordenada de nuevo, y el sol
hacía tiempo que se había ido porque llevaba horas trabajando.
Ni siquiera estaba cansada cuando me tumbé en el sofá, pero
después de aquella intensa explosión entre mis piernas, el
agotamiento se había colado en mis venas y me escurrí.
Me incorporé y me bajé el vestido, dándome cuenta de lo guarra
que parecía allí tumbada con las piernas abiertas.
Conway sacó la tela de la máquina de coser y cogió aguja e hilo.
Dio los últimos retoques a la pieza, colocando los botones y las
gemas en la tela.
Me acerqué a la mesa y miré su cuaderno de bocetos. Tenía siete
dibujos diferentes. Me tomé mi tiempo y examiné cada uno de
ellos, viendo el tema más sombrío que acompañaba su trabajo.
Había una sensación de pérdida, de soledad. La mayoría de los
dibujos eran negros o estaban hechos con otros colores oscuros,
como el morado oscuro o el verde oliva. Pero cada uno era
hermoso, lleno de potente sensualidad.
"Me gustan".
"¿Ah, sí?"
"Gracias, Dante."
Al igual que hizo con Conway, hizo una leve reverencia. Era algo
que no hacía antes, siempre me trataba como a una invitada de
Conway y no como a una residente. Pero ahora eso había
cambiado, a juzgar por la señal de respeto que acababa de darme.
Tal vez le caía bien, después de todo.
143
Bajé las escaleras y entré en el comedor. Vanessa ya estaba allí,
con una camisa roja de manga larga y unos vaqueros negros
ajustados. Tenía delante un vaso de vino tinto y una cesta con pan
recién hecho. Se levantó al verme, sin esbozar una sonrisa. Sus
ojos se entrecerraron, pero no estaba claro si era de rabia.
Mis ojos se desviaron hacia el suelo.
"Lo sé."
"La gente sólo es leal hasta que el dinero está sobre la mesa."
Para nada.
"Nací y me crié allí, así que conozco todos los recovecos de ese
lugar. La gente es interesante y las oportunidades son infinitas. Y
145
la comida también es estupenda. Pero, sinceramente, en cuanto
llegué aquí, me sentí como en casa. Nueva York me parecía un
lugar en el que había estado una vez, pero sólo temporalmente.
Volver no me parecía bien. En cuanto llegamos a la casa... por fin
sentí que estaba en mi hogar".
"Es tu hogar".
"Aww..."
"Me alegro de que Conway por fin se pusiera las pilas. Mi padre me
dijo que no se comprometería. No sé por qué los hombres son así.
No quieren estar con una mujer hasta que se dan cuenta de que la
perderán si no se enderezan".
146
"Creo que sólo tiene miedo de cómo afectará a su trabajo."
147
"¿En serio?", preguntó.
"Maldita sea."
"Pero el Sr. Perfecto está por ahí en alguna parte, Vanessa. Sigue
buscando".
Suspira.
148
Me reí entre dientes.
***
149
Sus movimientos fueron rápidos y cortos, y tiró de las mantas hacia
atrás hasta dejarme las piernas al descubierto. De repente me
agarró por el tobillo y me arrastró hasta el borde de la cama.
Como un secuestrador que agarra a su víctima mientras duerme,
me arrastró hasta el borde y me quitó las bragas. No se molestó en
quitarme la camiseta y se hundió entre mis piernas, metiéndome la
polla como si llevara horas empalmado en vez de minutos.
Dio un empujón y ya estaba dentro de mí, enterrado entre mis
piernas.
"Mi musa".
"Mía".
"Tuya".
150
11
CONWAY
No me miró.
"Sí."
Oh, lo era.
"De acuerdo."
"¿Cómo te fue?”
153
"Todavía me sorprende".
"¿Sí?"
Le di un beso en el cuello.
"¿Cuál es?"
"Swanson."
"Gracias."
"¿No es suficiente?”
"Demasiado.”
Me lo devolvió.
Se lo devolví.
"Oh..."
155
"Creo que puedes conseguir más de lo que pagaste, así que
incluso podrías sacarle algún beneficio".
"Cuando el agente inmobiliario les diga que antes vivías allí, seguro
que querrán quedárselo todo".
"Sí."
156
Si por mí fuera, no conduciría a ninguna parte. Si necesitaba ir a
algún sitio, mis chicos podrían escoltarla hasta allí. La quería bajo
mi vigilancia en todo momento, pero sabía que eso no era realista
ahora que vivía permanentemente conmigo. Tenía la misma clase
de descaro que todas las demás mujeres de mi familia, así que no
aguantaría mi protección para siempre.
"Gracias."
"Me has dado tanto, no sólo dinero en el bolsillo. Vivo en una casa
preciosa con un hombre precioso. Estoy viviendo un cuento de
hadas. Mi príncipe azul es un tono más oscuro que los de los
cuentos, pero creo que más oscuro es mejor".
"Es agua pasada, Conway. Sólo hazme el amor todas las noches,
dime que soy hermosa todas las mañanas, y dime que me amas
durante la cena. Eso es todo lo que quiero".
"Entonces lo tendrás."
***
158
"Gracias."
Tomé la botella.
"Gracias, mamá".
"Con".
159
"Vanessa".
"Vanessa".
"No".
"No me sorprende".
162
"Pero ahora que se acerca el invierno, tendré que buscar otra cosa
que hacer. Intentaría cocinar, pero Dante es muy particular sobre a
quién permite entrar en su cocina".
"Aprender italiano".
"Eso es..."
163
Como cuando era niño, quería arrancarle un trozo de pan y tirarlo
al otro lado de la mesa para golpearla en la cara.
164
12
SAPPHIRE
"Te amo".
"Muchísimo".
"Mi mujer."
166
Apretó las caderas entre mis piernas, metiendo cada centímetro de
su polla en mi coño antes de soltarla con un gemido. Con sus
pelotas contra mi culo, y su cara muy por encima de la mía, se
corrió. Su voz era masculina y llena de satisfacción. Volví a gemir a
pesar de haber terminado, amando la forma en que disfrutaba
dándome cada gota de su corrida.
Me encantaba sentirlo dentro de mí, me encantaba sentirlo gotear
entre mis piernas porque había mucho.
Cuando terminó, me dio un beso en la frente y sacó su polla
reblandecida.
Una telaraña de mi humedad se pegó a la corona de su polla y a
mi entrada, estirándose antes de que finalmente se separara.
Aún quedaba una gota de semen en la cabeza de su polla.
Se apartó de mí y cogió la ropa que llevaba ese día, un traje azul
marino y una corbata negra. Se iba a trabajar y yo me quedaba en
casa por la tarde.
Normalmente se acurrucaba a mi lado después del sexo, pero
tenía que ir a trabajar. A mí me parecía bien. Ahora tenía que
volver a dormir.
Se vistió, se ajustó los gemelos y se alisó la corbata. Se inclinó
sobre mí en la cama y me besó en la frente.
"Por supuesto".
***
167
A quella tarde llovía, así que me quedé encerrada.
Aunque la casa era grande, no había mucho que hacer, excepto
hacer ejercicio en el gimnasio privado. Odiaba hacer ejercicio en
una máquina, y ahora que ya no era modelo, no encontraba la
motivación para volver a coger las pesas. Así que decidí organizar
mis cosas en su habitación.
En realidad no había deshecho mis cosas porque había pasado la
mayor parte del tiempo desnuda.
Colgué mi ropa en el armario y dividí mi vestuario por ocasiones.
Los vestidos más finos iban en otra sección y la ropa de diario se
colocaba delante. A Conway no le importaba hacer sitio para todas
mis cosas, pero su vestidor se lo permitía.
Cuando organicé mis cosas en el baño, colocando mi neceser de
maquillaje en el cajón y mis productos para el pelo en el armario,
me encontré con una caja de tampones. Conway había tirado
algunos de mis artículos de aseo usados, así que estos o eran
nuevos, o los compró cuando volví. Pero cuando los miré, me di
cuenta de que aún no me había bajado la regla. Según mis
cálculos, debería haber empezado hace tres días.
El terror se apoderó de mi corazón, pero se desvaneció
rápidamente cuando me di cuenta de lo absurda que estaba
siendo. Tres días no eran suficientes para que cundiera el pánico,
y la inyección que me había puesto aún me duraba un tiempo más.
No tenía por qué preocuparme.
***
168
C onway llegó a casa esa noche, más tarde de lo habitual.
"Están sucias".
"Oh..."
No lo vi venir.
"Me sorprende."
170
"No te lo estoy pidiendo", dijo seriamente.
"Bien.”
"No lo sé.”
"No.”
"Así, Musa."
"Conway."
"Musa."
"No.”
173
"Ya tienes un trabajo, Musa. Eres el cerebro de todas mis
creaciones. Eres el deseo, la fantasía que se cose en cada pieza
de lencería. Comparto mi inspiración con el mundo, pero no te
comparto a ti".
"Pero no como ella. Ella toma la delantera por una razón. No quiero
que Andrew te haga daño. Te está disparando porque sabe que no
me usarás. Así que devuélvele el fuego utilizándome, apareciendo
en los titulares con mi regreso... esta vez".
***
174
C onway estaba con Nicole en el pasillo entre los asientos del
auditorio. Estaban preparando el espectáculo, haciendo que las
chicas se pusieran la lencería que él había diseñado.
Habían ascendido a una chica nueva para encabezar el
espectáculo, pero ni siquiera yo creía que tuviera lo que había que
tener. Era una chica guapa, por supuesto. Pero algo no
funcionaba.
Me quedé de pie junto a Conway y les escuché hablar a él y a
Nicole. Conway tenía los brazos cruzados sobre el pecho y las
puntas de los dedos apoyadas en los labios.
***
176
cambiar las marchas porque íbamos en línea recta durante mucho
tiempo.
"Te lo agradezco".
"Eres el mejor por una razón, y quiero que siga siendo así".
"El espectáculo es el día veinte, así que tenemos trabajo. Será una
semana ajetreada".
177
Mis ojos se abrieron de golpe al oír la fecha. ¿Ya era veinte? Eso
significaba que llevaba trece días de retraso.
Trece. Trece.
Mierda.
El corazón me dio un vuelco en el pecho y me sudaron las sienes.
La ansiedad se apoderó de mí cuando el miedo me aplastó los
pulmones.
Al principio, cuando se me retrasaba la regla, no le daba
importancia. Pero dos semanas era demasiado tiempo. Eso sólo
podía significar una cosa. La inyección de hormonas había sido un
noventa y nueve por ciento efectiva. Entonces, ¿cómo sucedió?
Sólo llevaba tres semanas viviendo con Conway.
¿Se las arregló para dejarme embarazada tan rápido, incluso con
anticonceptivos?
Hacíamos el amor varias veces al día, pero eso no era inusual en
nosotros.
Joder.
***
"Pareces distraída".
179
"Estarás bien, Musa. Eres la mejor modelo que he visto nunca,
tienes un talento natural".
"Gracias."
"¿Qué pasa?"
"¿Habéis terminado?"
"Sí."
180
Apoyé la barbilla en los nudillos y apenas me di cuenta de que
estaba allí.
"Eh..."
"Hay algo que necesito que hagas por mí... y no puedes decírselo
a Conway".
"¿Qué es?"
"Ya veo."
"Gracias."
182
***
"Nada.”
183
Cuando fui la destinataria de esa mirada, estuve a punto de
confesar. Quería compartir la carga con él para no tener que
soportarla yo sola. Pero seguía sin poder decirle la verdad, no
cuando no tenía la respuesta antes.
"No."
***
184
E speré a que llevara una hora dormido para bajar las escaleras y
abrir el armario donde Dante había escondido la prueba de
embarazo.
Encontré la cajita escondida detrás de las tazas de café y volví a
subir al tercer piso. En mitad de la noche, la casa estaba en
completo silencio. Todas las luces estaban apagadas y Dante
dormía en su habitación privada de la planta baja.
El segundo piso ni siquiera se utilizaba porque la casa era muy
grande.
Volví a nuestro dormitorio y vi que Conway seguía profundamente
dormido en la cama. Estaba tumbado de lado, con el brazo aún
delante, como si me hubiera rodeado la cintura.
Entré en el cuarto de baño y cerré la puerta tras de mí antes de
examinar la caja. Nunca había utilizado una prueba de embarazo,
así que leí las instrucciones con manos temblorosas antes de
abrirla. Por suerte, había dos tiras dentro, así que si me
equivocaba, tenía otra oportunidad.
Me senté en el váter e hice mis necesidades antes de colocar la
varilla sobre la encimera. Luego esperé. Se suponía que tenía que
esperar dos minutos antes de que aparecieran los resultados, así
que me senté sobre la tapa en bragas y camiseta y esperé.
Esperé una maldita eternidad.
Cuando la vida se ponía difícil, siempre intentaba ver las cosas con
perspectiva. Nada era tan malo como parecía. No había nada que
no pudiera superar.
Un psicópata me había perseguido hasta Italia, y fui secuestrada
por los Skull Kings. En ese momento, pensé que iba a ser violada y
asesinada. Así que estar embarazada, incluso si Conway estaba
molesto, no parecía tan malo. Podría enloquecer como lo había
hecho cuando le dije al mundo que lo amaba. Podría enfurecerse y
185
alejarme. Pero cuando se calmara, volvería a mí. Pensaríamos qué
hacer. Pero me estaba adelantando porque aún no sabía los
resultados.
Pasaron dos minutos. Pero yo seguía sin mirar.
"Oh Dios."
186
13
CONWAY
M usa picoteó sus claras de huevo, pero no probó más que unos
pocos bocados. El pan francés que tenía a su lado estaba untado
con la gelatina casera de Dante, pero sólo probó un bocado,
probablemente para eliminar los carbohidratos.
Estuvo con la mirada gacha durante toda la comida.
“¿Musa?”
“¿Hmm?”
187
Se sobresaltó un poco y levantó la vista, obviamente sin tener ni
idea de lo que acababa de decir. Estaba ida desde ayer.
Cuando hicimos el amor antes de acostarnos, su mente no estaba
conectada a mí como solía estarlo. Aunque no parecía enfadada
conmigo, estaba definitivamente distante.
¿Empezaba a arrepentirse de haberme aceptado? ¿Extrañaba a
Nox? ¿Esto le parecía un gran error? ¿O sólo estaba siendo
paranoico, dejando que mis propias inseguridades me afectaran?
“Dije que iba a hacer que llevaras tacones rojos, a pesar de que
Nicole quiere que insista más en el tema navideño”.
“No, no es eso. ”
188
“¿Entonces qué es?” insistí.
Ella apretó los labios con fuerza, sus ojos evitaban los míos.
***
"¿Por qué?"
"Lleva así unos días. Cada vez que le pregunto qué le pasa,
inventa una excusa".
***
"Maldita sea, Musa. Dímelo. ¿Estás bien? Por favor, dime que
estás bien".
"Conway."
"¿Entonces qué?"
Siguió caminando.
192
Se zafó de mí y se dirigió hacia las escaleras, cerrando la
conversación con su silencio. Por mucho que la presioné, se
resistió. Dijo que estaba bien y que no me iba a dejar, así que,
¿qué era tan difícil de hablar? ¿Cómo podía no confiar en mí?
La vi caminar hacia el piso de arriba y desaparecer por el pasillo.
Quizá era mejor que se marchara. La rabia me hacía aletear las
fosas nasales y no veía bien. Nunca había sido muy paciente, pero
cuando se trataba de que mi mujer me ocultara un secreto, lo era
aún menos. Se lo había preguntado tres veces y seguía
negándose a abrirse.
"Hola, señor."
"Pero ten un poco más de paciencia con ella, Conway. Ahora sólo
está asustada. Consuélala y haz que se sienta segura y se abrirá".
"¿Lo sabes?"
193
"No... pero tengo una corazonada".
***
Incluso podría decirme que se había acostado con Nox, y aún así
no cambiaría nuestra situación. Amaba a esta mujer más de lo que
podía imaginar, y no había forma de que la dejara ir de nuevo. Tal
vez fuera para siempre, pero la idea de toda una vida no me
asustaba, no cuando se trataba de Musa.
"Te diré cómo voy a reaccionar, Musa. Voy a estar aquí, digas lo
que digas".
195
"Dices eso ahora."
"Shh."
197
"¿Enfadado? No, en absoluto. Y sé que soy el padre. Nunca lo
dudé".
198
"Quiero que seamos una familia. Quiero que los dos tengáis mi
apellido. Nunca me sentiré así por otra mujer mientras viva".
***
199
T ras una larga sesión de sexo, Musa se desmayó bajo las
sábanas.
Las largas noches de estrés habían hecho mella en ella, y ahora
que sabía que todo iba a salir bien, por fin pudo descansar.
Entré en mi despacho. Eran las nueve de la noche y me había
saltado la cena. Dante parecía entender que no queríamos que nos
molestaran esa noche.
Abrí una flamante botella de whisky, me serví un vaso y pensé en
todo lo que había pasado en las últimas horas.
Mierda, iba a ser padre.
No, no me lo esperaba.
Y joder, no, no estaba preparado para ello. Pero mi miedo no
cambiaría el futuro, así que tenía que aceptar lo que estaba por
venir y ser un hombre.
Cuando Musa tenía tanto miedo de cuál sería mi reacción, eso me
obligó a ser fuerte por ella. Me obligó a ser la roca que ella
necesitaba. Ya tenía todo el estrés sobre sus hombros porque el
bebé vivía dentro de ella. Mi trabajo era tranquilizarla. Misión
cumplida. Pero ahora, era mi momento de enloquecer.
Cuando cogí el teléfono, me debatí sobre a quién llamar primero.
Carter era mi mejor amigo, pero por alguna razón, eso no me
parecía bien. La única persona a la que realmente quería llamar
era a mi propio padre.
Cuando mi madre estaba embarazada de mí, dijo que no estaba
preparado para formar una familia. Pero el accidente terminó
siendo lo mejor que le había pasado. Así que le llamé.
A pesar de lo tarde que era, contestó casi de inmediato.
200
Protector y serio, estaba preparado para la peor noticia posible.
Antes de que yo llegara, había vivido una vida de delincuencia, y
las viejas costumbres eran difíciles de erradicar.
"Dame un segundo."
"Estoy aquí.”
"De acuerdo."
Dije las palabras en voz alta, y una vez que las escuché, se
sintieron aún más reales. Ella iba a tener mi bebé. Yo sería padre.
Seríamos una familia.
201
Ayer, lo único que me importaba era mi desfile de lencería. Ahora
me parecía tan insignificante.
Mi padre se quedó callado un rato.
"Sin duda."
“Todo irá bien, Con. Cuando se te pase el shock, será más fácil.
Todo hombre tiene miedo de ser padre. Todo hombre tiene miedo
de no hacer un buen trabajo. Cualquier hombre que piense que la
paternidad es fácil y simple obviamente no ha pensado mucho en
ello.”
“Si.”
“Por supuesto.”
“Lo hace.”
“Por eso quiero casarme con ella. Nunca me había sentido así por
otra mujer. Cuando me dijo que estaba embarazada, me hizo
203
pensar en lo que me dijiste… que el hecho de que yo no estuviera
preparado no significaba que no estuviera sucediendo ya. Quizás
no estaba preparado para amarla pero la amo. Tal vez no estoy
preparado para ser padre pero somos una familia. Y tal vez no
estoy listo para ser un marido, pero ya he comprometido toda mi
vida a ella “.
“Exactamente.”
“Sí”, dije.
204
“Tengo suerte de tenerte como padre. La mayoría de la gente no
tiene lo que yo tengo, así que puedo decir que tengo lo mejor de lo
mejor en ejemplo. Lo hace un poco más fácil”.
“Un día, tu hijo o tu hija te dirá algo así y sabrás que todo ha
merecido la pena”.
***
"Con..."
"Vuelve aquí.”
206
La atraje hacia mí y le di un beso en el nacimiento del pelo.
"Sí."
207
"Le dije que se tomara el día libre".
"No."
"A mí también."
***
208
M use y yo hicimos un desastre en la cocina mientras
preparábamos tortitas, huevos y beicon.
Quemé la primera tanda de huevos, así que tuve que hacer una
segunda. Musa se encargó de todo lo demás, ya que era mucho
más rápida que yo.
Dejamos un tornado de platos. Dante no estaría muy contento.
Nos quedamos en la encimera mientras comíamos, con la masa de
las tortitas en la ropa y manchas de grasa en la piel.
“No, gracias”.
“No está tan mal. El lavavajillas hace la mayor parte del trabajo”.
“No te disculpes”.
“Soy un hombre muy feliz. Tengo éxito, soy rico y ahora tengo una
mujer que me da una familia, un legado. Ser cualquier cosa menos
feliz sería un insulto a toda esa gente que no tiene nada. Y yo,
desde luego, lo tengo todo”.
210
14
VANESSA
213
"No hay nadie aquí fuera cuidando de ti, pequeña. Así que puedes
dejar de hacerte la dura."
"No.”
214
"No. Tu hermano no debería haberse cruzado conmigo".
Le escupí en la cara.
"¿Sapphire?"
215
"Sí."
216
15
CONWAY
217
"En unas semanas cumpliré un mes. Puede que no sea obvio, pero
todavía estaré un poco más grande de lo que debería".
"Aunque se te note, creo que está bien. Sería más sexy de todos
modos".
"No estoy de acuerdo con eso. Creo que cualquier hombre que
tenga una mujer embarazada se excita cada vez que la mira".
"Oh, ya lo sé".
218
Ella inclinó la cabeza hacia atrás para mirarme, sus ojos se
iluminaron mientras me miraba fijamente a la cara.
"¿Estás segura?"
"Sí".
"Perfecto.”
219
Apoyé mis labios en su frente.
"Estupendo. Gracias".
"Sí."
"¿Qué ha dicho?"
"¿En serio?"
"¿Qué te dijo?"
220
Apoyó la cara en mi pecho.
"Te adoran".
221
"Siempre creíste que te quería, incluso cuando decía que no".
"Sí."
"Sí, me conoces".
"Deberías cogerlo".
223
La voz profunda y potente de Vanessa sonó por la línea, llevando
el orgullo de la línea Barsetti. Debía de estar secuestrada y
atrapada, pero seguía con la cabeza bien alta. No necesité
comprobarlo para asegurarme de que era ella. Sin duda lo era.
Knuckles volvió al teléfono.
224
Ya sabía lo que era antes de que lo dijera.
Apreté los puños con tanta fuerza que los nudillos casi se me
salían de la piel.
"¿Qué va a ser?"
"Es una decisión difícil. Te daré unas horas para decidirte. Sólo
recuerda que a quien me toque la violaré y torturaré hasta que me
225
aburra de ella. Así que tienes que decidir a quién quieres más... a
tu hermana o a tu puta".
***
226
No podía regodearme en la felicidad de mi madre, no cuando
nunca había estado tan asustado en mi vida. Toda la alegría que
acababa de dar a mis padres estaba a punto de ser arrancada.
"En Milán.”
"¿Estás seguro?"
"¿Cómo lo sabes?"
227
"Estaré allí en cuarenta y cinco minutos con refuerzos. Llévate a
Carter contigo a Milán. Trae armas".
"De acuerdo."
"¿No lo hago?"
"No."
"Pero Vanessa..."
"Sí."
***
229
Musa me siguió hasta la puerta principal. Llevaba dos rifles
semiautomáticos con una pistola en cada cadera. Tenía munición
suficiente para una guerra.
"No."
"Por favor.”
230
"Por favor", repitió.
"Con-"
"La recuperaré."
"Haré todo lo que pueda para volver. Pero también haré todo lo
que pueda para salvar a mi hermana. Mi familia cuidará de ti".
231
"No necesito que nadie cuide de nosotros", susurró entre lágrimas.
Le di un beso en la frente.
"¿Alguna novedad?"
"No".
232
"Milán es un lugar grande. Además, no hay otro lugar donde ir. Es
sólo el campo una vez que lo pasas".
"Tenemos que acabar con este tipo para siempre. Y con toda su
tripulación también. No dejar sobrevivientes".
"De acuerdo."
***
Mi padre respondió.
"¿Ha llamado?"
"¿Qué va a ser?"
"Ya basta".
"Ya está. Lo has oído con tus propios oídos. Tu hermana está viva
y bien... por ahora. Entrega a Sapphire y tu hermana será tuya.
Vanessa es una mujer muy guapa puede que sea más guapa que
tu chica. Pero sabes que he querido a Sapphire más tiempo".
"Hiciste lo correcto".
“Gorda…”
“¿Qué?”
“Tienes razón.”
“Espera.”
237
Mi padre hizo una pausa en el teléfono mientras consideraba sus
palabras con más cuidado. Carter había estado escuchando toda
la conversación.
“De acuerdo.”
238
“Nos encontraremos allí”.
“Con.”
“¿Sí?” Le dije.
“Sé que tienes problemas con este tipo, pero es mío. ¿Entiendes?”
“Sí, lo entiendo.”
239
16
VANESSA
240
Ahora estaba sentada en la pequeña cama de dos plazas, con la
espalda apoyada en la pared. La habitación no tenía nada, como si
sólo existiera para alojar a prisioneros como yo. Tenía una
pequeña ventana que daba a la escalera de incendios, pero había
barrotes colocados sobre ella. No veía ninguna salida.
Mi padre me prometió que siempre vendría a buscarme si eso
ocurría, pero mi madre me enseñó otra cosa. Me dijo que nunca
debía esperar a que me rescataran. La única persona en la que
podía confiar era en mí misma. Tenía que encontrar una salida, a
cualquier precio.
Ahora estaba tratando de planear una estrategia de salida.
Knuckles tenía dos hombres con él, ambos armados con pistolas.
Parecía el tipo de matón que tenía muchos hombres a su
disposición, pero quizá secuestrarme le parecía un plan tan de
aficionado que no necesitaba más de dos hombres. Podía acabar
con dos hombres. Sólo tendría que hacerlo de uno en uno.
Me acerqué a la puerta y llamé.
"¡Eh, gilipollas!"
"¿Qué?"
241
"Estoy encerrada en esta habitación sin agua. Incluso un perro
tiene un cuenco de agua".
"Por favor."
***
Le lancé la taza.
"Más agua".
"¿Cómo es eso?"
"He visto muy pocas mujeres que tengan tu tipo de belleza. El color
de tu piel... tu pelo... tus curvas".
Sonrió.
244
"Porque ya lo he matado".
"Así que tengo que hacer este intercambio. Seguro que disfrutará
en las Islas Caimán".
***
245
"¿Qué?"
Se quedó en mi camino.
"Pues hazlo".
247
17
CONWAY
"Déjala en paz".
"No funcionó".
"Vamos a..."
"En marcha".
"¡Vanessa!"
"Obviamente.”
"¡No!"
"Lo hice".
251
Mi padre no levantó las manos. Con una voz fuerte y una postura
aún más fuerte, no mostró ni una pizca de miedo.
252
Mi padre no intervino, dejando que mi madre hiciera exactamente
lo que quería.
"Hija".
"Botón".
“Botón, se ha ido".
253
"Odio quejarme pero... creo que necesito ir a un hospital".
***
“Sí, la tenemos”.
“No.”
255
Las lágrimas comenzaron a brotar, no sólo se escapaban en su
voz.
Dante haría cualquier cosa que le pidiera, sobre todo dadas las
circunstancias.
“Sí, claro.”
“Sí, lo sé.”
“Yo también.”
"Con."
"Por supuesto.”
"Hoy has estado increíble, mamá. Nunca había visto algo así".
Mi padre sólo tenía ojos para ella, viéndola venirse abajo contra mí.
***
"No.”
"Cierto."
259
Incliné la barbilla de Musa para que me mirara y le di un beso en la
boca. Su afecto me llenó de alegría, me hizo sentir feliz por un
breve instante. Me olvidé de todo lo que pasaba a mi alrededor y
me concentré en su beso. La única razón por la que me aparté fue
porque me obligué a hacerlo. Froté mi nariz contra la suya y di un
paso atrás.
Mi madre se acercó a nosotros, con los ojos todavía hinchados y
rojos de llorar sobre los hombros de mi padre.
"Lo entendemos.”
260
"Ahora vais a formar vuestra propia familia. Es el momento de
vuestras vidas en el que sentiréis más alegría. Lo sé por
experiencia".
Me besó en la mejilla.
261
18
VANESSA
“Papá.”
“Mi bebé.”
263
Su mano era cálida en comparación con la gélida temperatura de
la habitación.
“Tesoro.”
"No."
"Me alegro de que pasara. Ahora está muerto y nunca más tendrás
que preocuparte por él. Muchas cosas buenas salieron de esto.
Ahora eres mi familia, Sapphire. Y las familias hacen todo por los
demás".
Eso pareció hacer que sus lágrimas brotaran, pero por una razón
totalmente nueva.
266
"Gracias."
"Eso es genial".
***
267
M is padres querían que volviera con ellos a la Toscana para
recuperarme, pero no parecía factible, sobre todo porque no podía
volar a ningún sitio. Así que me quedé con Conway y Sapphire en
las afueras de Verona. Era una villa de tres plantas, así que no es
que no tuvieran espacio. Prácticamente tenía el segundo piso para
mí sola.
Pasaba los días en la cama mientras Sapphire me hacía
compañía. Se sentaba a mi lado y hablábamos.
Cuando por fin pude levantarme de la cama, paseábamos por la
casa o nos sentábamos en el jacuzzi.
El brazo tardó varias semanas en curarse, y a los médicos les
preocupaba más que se infectara que otra cosa.
Mis padres se quedaron en Milán, así que me visitaban todo el
tiempo, junto con mis tíos.
La gente le daba mucha más importancia de la necesaria. Yo
estaba bien. Me dolía un poco el brazo. No era para tanto. Pero fue
agradable pasar tanto tiempo con mi familia.
Una noche cenamos juntos en el comedor, mis padres estaban de
visita. Dante había preparado un festín italiano, como todas las
noches, porque sabía que era mi plato favorito. Pan recién
horneado, pasta con trufas frescas y el mejor aceite de oliva hecho
en Italia. Junto con el mejor vino.
"No."
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La voz profunda de mi padre rasgó el aire como un cuchillo afilado.
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"Intenté que vinieran al dormitorio con agua más a menudo, así me
dejarían usar el baño. Pero uno de los esbirros me insultó, así que
le di una patada en la espinilla. Cuando vaciló, le cogí la pistola y le
disparé en la cabeza".
"Y podría haber sido de otra manera. Todos salimos vivos, con
algunos rasguños y magulladuras".
"Así que esto es por mi madre. Por ser una chica mala".
"Yo también".
"Pero no importa".
SAPPHIRE
“Tengo que dormir sobre el lado derecho y cada vez que me doy la
vuelta en mitad de la noche me duele, así que tengo que volver a
darme la vuelta, pero no es para siempre”.
272
“No.”
“Los gilipollas como ese, deberían estar enterrados bajo tierra. Una
parte de mí se alegra de que todo esto haya pasado. Si iba a
acecharte el resto de tu vida, no habría estado bien. Ahora tú y
Conway podéis criar a vuestra familia sin preocupaciones”.
Sonreí.
“En eso tienes razón. Conway finge ser duro, pero en el fondo es
blando”.
Se encogió de hombros.
“Ya que te gusta tanto el vino, tal vez deberías pensar en unirte a
tus padres.”
“Supongo que sí. De pequeña solía ver esos cuadros. Quizá eso
tuvo algo que ver”.
“Sí.”
“Deberías hacerlo.”
277
“Y tiene razón. Esta es una de las únicas veces que voy a estar de
acuerdo con él. Las mujeres embarazadas son tan hermosas. Ya
sea modelando lencería o paraguas, ese bulto de bebé es sexy”.
“¿Disfrutando de la noche?”
“No puedo creer que vaya a decir esto, pero en realidad estoy de
acuerdo. Y si te lo estás preguntando, eso nunca pasa”.
“Sí.”
“Sé que dominas los pasos de baile. Sólo tienes que practicar un
poco más y estarás bien. Pero, de nuevo, depende de ti”.
Se encogió de hombros.
“Quiero hacerlo.”
***
"¿Qué haces?"
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"Me doy cuenta".
"¿Se nota?"
"Ni idea".
"Pronto lo sabrás."
"Sí", admitió.
"¿Quieres otro...?".
"No me importaría".
Serían muchas noches sin dormir, pero aun así estaba feliz de
formar mi propia familia.
No tenía a nadie desde que murió mi hermano, y ahora podía
empezar de nuevo.
"Bien.”
"¿Qué?" Susurré.
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"¿También te vas a poner celoso cuando pase más tiempo con el
bebé que contigo?".
285
Mis tetas se agitaron con sus movimientos y sentí que su polla me
penetraba profundamente antes de volver a salir.
Cuando le confesé mis sentimientos más profundos, nos destrozó.
Pero ahora él se excitaba, se excitaba con mi afecto.
"Te amo..."
"Siempre", susurré.
"Sólo tú."
***
286
Parecían odiarme incluso más que antes, probablemente porque
pensaban que me iba a ir para siempre cuando me fui esos tres
meses. Mi regreso fue como una bofetada en la cara.
Repasamos el espectáculo de principio a fin varias veces, con las
luces, la música y las máquinas de humo.
Sólo había hecho un espectáculo antes, así que estaba nerviosa.
Podía decirle a Conway que no quería hacerlo, pero como Lacey le
había traicionado, tenía que hacerle pagar por su decisión.
Necesitaba que Conway tuviera éxito porque era muy importante
para él.
Tenerme en ese escenario haría que la gente hablara, y eso era lo
que él necesitaba.
Estos tacones me mataban los pies, pero daba igual. Podía salir
adelante.
Al final de los ensayos, me quité los zapatos y dejé que mis pies se
aplanaran de nuevo. Si mis pies pudieran llorar, habría lágrimas
por todo el suelo.
Conway apareció en las escaleras del escenario, vestido con un
traje azul marino y tan guapo como siempre. Sus manos
descansaban en los bolsillos.
"Estás perfecta ahí arriba. Creo que este espectáculo será el mejor
hasta ahora".
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"¿Estás bien?"
"¿Qué haces?"
"No".
"¿Qué?"
No había nada que quisiera hacer más. Sabía que mis días de
actividad llegaban a su fin. Mi barriga crecería y me quedaría más
tiempo sentada mientras esperaba la llegada del bebé. Quería
disfrutar al máximo de estar al aire libre.
"Sí, me encantaría".
Sonrió.
***
289
M e puse los mismos vaqueros que llevaba a los establos porque
eran gruesos y calentitos. Eran perfectos para trabajar al aire libre,
así que eran perfectos para montar a lomos de un caballo.
Me puse una camiseta gruesa de manga larga y un jersey para
estar más calentita.
Hacía siglos que no me ponía las botas, así que también me las
puse.
Bajé las escaleras y me fijé en los olores de la cocina. Había ollas
y sartenes hirviendo a fuego lento y en el horno había algo más.
Parecía que Dante estaba preparando todo un festín en lugar de
un picnic.
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"¿Necesitabas algo, Sapphire?"
"Gracias."
"Muy bien.”
"No es verdad."
Ella se rió.
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"Sí que lo es. Y no pasa nada. Me regañó por acapararte anoche".
Volvió a reírse.
"Me alegro de que por fin te des cuenta. Entonces, ¿vais a dar una
vuelta?".
"Sí. Hay un bonito lugar en las colinas desde donde podemos tener
una gran vista de Verona."
"No te entretengo."
"¿Vanessa?"
"¿Sí?"
Se dio la vuelta.
"Oh."
Se encogió de hombros.
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“Es verdad.”
“Precioso”.
Sonrió.
295
hombro. Nos quedamos mirando la ciudad, con mi cabeza apoyada
en su hombro.
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Mi mano se dirigió a su muslo y apreté el músculo a través de sus
vaqueros.
“Conway.”
“Conway…”
***
“¿Tenemos?”
“Sí.”
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mesa estaba decorada con hermosos jarrones de flores y había un
cartel clavado en la pared que decía: “Felicidades”.
“Qué sorpresa…”
***
"No es por eso por lo que quiero casarme pronto. Sólo quiero estar
casado".
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"Yo también".
"Sí. Quiero decirle al mundo que eres mía. ¿Qué mejor momento
para hacerlo?".
302
20
VANESSA
303
"Pero si sólo llevas aquí unas semanas. No puedes irte".
"Deberías quedarte con nosotros hasta que estés al cien por cien".
304
"¿Estás segura?" Preguntó Conway.
"Porque..."
"Quiero que disfrutéis el uno del otro sin preocuparos por mí".
"Sinceramente".
"Te quiere".
Sonreí a mi hermano.
305
Negué con la cabeza.
"Después de comer".
***
CONTINUARÁ…
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