Bolivia
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BATALLA DE TUMUSLA.
El Alto Perú, a fines de 1824, era ya de hecho independiente y se hallaba gobernado por las
autoridades patriotas después de la culminación de quince años de guerra; sin embargo, existía
la hipótesis de que Cnl. Olañeta pudiera convertirse en instrumento para la restauración del
régimen colonial, a través de la intervención brasileña con o sin apoyo de la Santa Alianza, ya
que existían las bases suficientes, debido a que el Mcal. Sucre descubrió un operativo militar
que consistía en que estas organizaciones pretendían dotarles al Cnl. Olañeta, de una gran
cantidad de armamento proveniente de Janeiro. El 24 de enero de 1825, desde Santa Rosa,
Sucre envió una carta de ultimátum a Olañeta que decía: “Una asamblea de diputados decidirá
su suerte, sin que las armas se empleen. El Ejército Libertador se ha puesto en marcha; si V.S.
rehúsa trazar en doce días los negocios del Alto Perú. El Ejército solo exige que este pueblo
deje de ser de españoles”.
Cuando Sucre ingresa al Alto Perú, el 7 de febrero de 1825, su ingreso estaba únicamente
justificado por el peligro de intervención de la Santa Alianza a través del Brasil con la firma de
anexión de la Provincia de Chiquitos y del pequeño Ejército de Olañeta. Dos días después,
Sucre dicto el Decreto, convocando a la Asamblea de Representantes de la Audiencia de
Charcas, para la creación de un Estado Independiente. Simultáneamente, también ingresaba
por el Sur tropas argentinas 800 plazas al mando de Juan Antonio Álvarez de Arenales,
Gobernador y Capitán General de las Provincias de Salta, para derrotar al Ejército Español y
dejar en libertad completa al Alto Perú. El fin de las tropas realistas estaba próximo, no tenía
escapatoria, ya que por dos frentes sin saber estaba siendo amenazado.
Por cierto, que Olañeta al informarse de la aproximación del Ejército Libertador, cuya van-
guardia había ingresado a la Ciudad de Potosí, decidió marchar al Sur y unirse a Medinaceli,
sin sospechar que éste ya se había pasado a las causas independentistas.
Al enterarse del amotinamiento del Cnl. Medinaceli y comulgar las ideas libertarias, el Gral.
Olañeta decidió castigar la rebelión de la tropa de Medinaceli, atacándolo a las 3 de la tarde del
1 de abril de 1825 en el río Tumusla, donde el Cnl. Medinaceli los esperaba en apronte, el
combate fue intenso por ambas partes; cerca del anochecer, Olañeta fue herido por un disparo
en la espalada, ante esta situación, los realistas aflojaron sus ímpetus y empezaron a deponer
sus armas, rindiéndose por grupos, con lo que acabo las últimas esperanzas de mantener su
dominio en la América Continental.
Días después el Cnl. José María Valdez con 200 hombres, se rindió en el sector de Chequelte
ante el Gral. Urdininea, poniendo fin al dominio español en el Alto Perú.
El combate de Tumusla, se realiza entre tropas Realistas al mando del Gral. Olañeta y el Cnl.
Medinaceli; Olañeta al verse acorralado por la presencia del Ejército Libertador a las puertas de
Potosí, está obligando a replegar a sus tropas Realistas hacia Tupiza; el Cnl. Medinaceli al
darse cuenta que, del Sur, también se aproximaba una División Argentina comandada por el
Cnl. Antonio Álvarez de Arenales destinados a sofocar a los últimos realistas; No se sabe por
qué tomo la decisión el Cnl. Medinaceli de amotinarse y enfrentarse a su Comandante el Gral.
Olañeta, acción que le permitió derrotar a su Comandante y destruir a sus compatriotas
realistas y convertirse en un soldado Patriota y de esta forma unirse al Ejército Libertador y
posteriormente ser parte componte de las tropas del Ejército de la nueva República a fundarse.
la disolución estuvo marcada por cierta tranquilidad y tolerancia por cierto periodo de
un año cuando el mismo Agustín Gamarra inicia la campaña de reconquista en
territorio boliviano, dando como resultado la expulsión de los invasores y la muerte del
presidente peruano, poniendo punto final a toda idea de unión, anexión, confederación
o federación entre los dos países por lo menos durante el inicio del Siglo XIX.
Una constitución, redactada por Simón Bolívar, quien había estado al frente de
la revuelta, fue adoptada en 1826.
Desde el comienzo de su existencia como estado independiente, Bolivia tuvo
períodos de inestabilidad política. El primer presidente, el general Antonio José
de Sucre, fue expulsado del país después de haberse mantenido sus funciones
durante solo dos años. El país sufrió después varias décadas de luchas entre
diversas facciones, de revoluciones y de dictaduras militares. A esto se
agregaron conflictos con los países limítrofes, como Chile, Paraguay y Brasil.