Pregunta Examen
Pregunta Examen
Pregunta Examen
Si algo es importante destacar a día de hoy, es que Murcia no puede ser considerada una
región pobre. Sí lo fue en 1920, cuando la Región era una sociedad asentada en un modelo de
agricultura tradicional, escasamente industrializada y con graves carencias socioeconómicas.
La producción se concentraba en un sector agrario muy tradicional, con el 80% de la población
activa. A día de hoy, la agricultura ocupa el 10% de la población y compone el 5% del VAB.
Son términos bajos, pero superiores a la media nacional. El éxito radica en que, en la
actualidad, se ha mantenido el valor añadido, pero con menos personas trabajando en el
sector. En la nueva era es más importante la industria que la agricultura, por lo que Murcia
cumple con el proceso de desarrollo económico, aunque su proceso fue bastante tardío.
Un evidente indicador del escaso desarrollo socio-económico en la Región residía en las altas
tasas de mortalidad infantil y analfabetismo, mayor incluso a cualquier país subdesarrollado del
siglo XXI, o la reducida esperanza de vida por la inexistencia de un sistema de protección
socio-sanitaria donde el ayuntamiento no proporcionaba los servicios básicos. Para poder
medir el nivel de bienestar social, utilizamos el Índice Físico de Calidad de Vida (IFCV),
enmarcado en el IDH. A pesar de una sensible caída entre 1930 y 1940 en adelante, los dos
índices crecen con fuerza, de manera que el IDH alcanza el nivel “alto” a partir de 1960 y “muy
alto”, o propio de países desarrollados a partir de 1980.
Este panorama debe completarse con mención a los niveles de renta, donde la Región de
Murcia es, en la actualidad, una de las regiones menos ricas en conjunto de España.
Anteriormente, en relación con otras comunidades autónomas, se situaba en una posición
preferente a finales del siglo XIX, cuando superaba la media nacional de renta, prácticamente
igualada a Navarra por la presencia minera y localización próxima a la costa. Sin embargo, se
observa con claridad cómo esa ventaja comparativa se pierde claramente según avanzamos en
el periodo.
Desde el punto de vista económico, el siglo XX empieza en la Región de Murcia con una
profunda desaceleración. Las razones de este parón pueden estar relacionadas tanto con la
crisis agraria finisecular como con el hundimiento de los precios del plomo y la plata, que afectó
duramente al sector minero en la Región de Murcia; por aquel entonces, el más dinámico y que
generaba mayor valor añadido. Cabe destacar que, Cartagena, fue la primera no-ciudad con
más de 100.000 habitantes como consecuencia de la presencia de actividad minera en el
territorio. Tuvo tal expansión que situó a Murcia por encima de la media española con un PIB
pc superior entre 1860-1880.
Sin embargo, divergimos de España porque, entre otros motivos, a pesar de aumentar la
producción, aumenta demasiado el número de personas registrando solo dos periodos de
estancamiento, que vienen a coincidir con el primer tercio del siglo XX y la crisis de 2009-2016.
Es destacable que el territorio no pierde población ni durante la Guerra Civil ni durante la
postguerra y que el momento más explosivo, en términos demográficos, es el periodo 2000-
2008, coincidiendo con la burbuja de la construcción y la explosión de los cultivos de regadío.
En 1915 se notó la Guerra Mundial en términos económicos con el aumento del IPC con
una subida de precios desorbitados en un país neutral como España. La crisis del 29
afecto a España en mucho menor nivel que otros países en términos del PIB. Fue una
recesión, no una depresión. Con el conflicto social latente, desembocó una guerra civil
española. Dividió a España en dos mitades rompiendo un proceso de modernización
político que parecía consolidado. La guerra no supuso tanto destrozo material en la región,
pero sí en Cartagena. Sin embargo, lo que vino después sí que fue dañino para la región.
El contexto económico fue un desastre por la autarquía y la razón defendida de que
España podía autoabastecerse sin depender del exterior. Cabe recordar que el boom de la
conversa viene con el cambio económico. La crisis de 1973 (crisis del petróleo) llegó tarde
a España, lo que trajo unas consecuencias nefastas para nuestra economía por su
dependencia energética. En la región se notó mucho más que en otros lugares, generando
la temida estanflación.
En contraste con ese panorama, hoy en día la Región de Murcia y su economía no puede ser
considerada pobre ni carente de desarrollo socioeconómico de ninguna manera, como
decíamos. Se trata, de hecho, de una economía dinámica, de las pocas que tiene capacidad de
atracción poblacional neta en la España actual y en la que prácticamente todos sus indicadores
socio-económicos concuerdan con los estándares del mundo occidental más avanzado.
¿Por qué crecen los países? Lo primero es constatar que lo hacen, y lo han hecho de modo
muy acentuado desde la llamada Revolución Industrial del siglo XIX. El crecimiento económico
es el incremento de la renta nacional o el PIB por persona de un país o un grupo de países en
un plazo de tiempo. Lo más habitual es medirlo de forma anual.
Los datos del economista Angus Maddison indican que el crecimiento económico en los últimos
200 años ha sido espectacular: la población mundial se multiplicó por cinco, la renta por
persona lo hizo por ocho, el PIB mundial por 40 y el comercio mundial por 540. En todo este
período, los mejores años son los que van desde el final de la Segunda Guerra Mundial hasta
la crisis del petróleo en la década de 1970. Sin embargo, vamos a echar un vistazo más amplio
al crecimiento económico que no se limite únicamente a los dos últimos siglos:
- Desde el final del Imperio Romano hasta 1500, en Europa no hubo crecimiento de la
producción per cápita.
- 1500-1700: pequeño crecimiento de la producción per cápita (0,1% anual y 0,2% anual
de 1700 a 1820).
- 1820-1950: crecimiento escaso (EE.UU. = 1,5%). El alto crecimiento de las décadas de
1950 y 1960 es poco habitual.
Algunos continentes cambian de ritmo de crecimiento. Por ejemplo, Asia ha crecido mucho más
rápido que África en el último medio siglo (esto explica por qué África es ahora el continente de
la pobreza). Los países más pobres tienen en la actualidad unos niveles de renta per cápita
inferiores incluso al de EE.UU. en 1870.
Las razones del crecimiento económico son diversas, pero entre ellas destacan el progreso
tecnológico (evolución del nivel de tecnología), la inversión y la acumulación de capital, tanto
capital físico (son bienes producidos que se utilizan para producir otros bienes y servicios)
como humano (Conocimiento incorporado a la mano de obra). Los trabajadores son más
productivos si tienen las herramientas adecuadas para trabajar y la acumulación de capital
humano mejora la productividad y estimula el crecimiento. También cuenta la apertura a los
mercados exteriores y son de gran importancia las características del marco institucional.
Las dos visiones acerca de las próximas décadas son:
Hay 2 visiones. Una dice que la desigualdad es necesaria para el crecimiento y es algo
temporal y la otra dice que la desigualdad perjudica al crecimiento y es algo estructural.
Cuando un país comienza a crecer aumentan las desigualdades, pero cuando sigue creciendo
se produce una distribución de la renta y la desigualdad vuelve a disminuir. Las rentas más
bajas se comienzan a beneficiar con el paso del tiempo del crecimiento que se beneficiaban las
rentas altas al principio. Esto se puede explicar con los avances tecnológicos que potencian el
rendimiento de los trabajadores cualificados y con estudios, provocando una brecha con los
menos cualificados. Para poder medir la desigualdad, utilizamos el índice de Gini y la Curva de
Lorenz. El índice de Gini resume en un solo nº el grado de desigualdad. Cuanto mayor es la
desigualdad, mayor es el índice de Gini. El máximo es 1 (si toda la renta la tuviera un solo
individuo) y el mínimo es 0 (cuando la distribución es igualitaria) mientras que la curva de
Lorenz representa el porcentaje de renta que gana cada percentil de población ordenada en
función de su renta, cuanto más abombada es la curva, más desigualdad hay
Sopeso dos factores claves como los que posibilitan que la desigualdad siga siendo cada vez
mayor: la globalización y el cambio tecnológico.
- El cambio tecnológico es el otro factor que, considero, está permitiendo que esta
brecha entre ricos y pobres sea cada vez mayor. Las nuevas tecnologías están cada
vez más capacitadas para realizar trabajos que, históricamente, correspondían al ser
humano. Las máquinas son más eficientes, más rápidas y más baratas (por mucho que
su desembolso inicial pueda no parecerlo). Todas estas razones forman un cóctel muy
apetitoso para las grandes multinacionales que, obviamente, no dejan pasar la
oportunidad.
Además, en este punto se presenta otro problema. Generalmente, las personas que trabajan
como operarios en las fábricas y cuyos puestos de trabajo se están viendo sustituidos por
máquina, coincide con los trabajadores menos cualificados y con los salarios más bajo, lo que
ayuda a que esta desigualdad se vea acentuada. Los que eran pobres, ahora lo son más.
El futuro no pinta mucho mejor que lo vivido hasta ahora, puesto que se espera un escenario
más complicado aún en el que los jóvenes seremos cada vez más pobres y con unas
expectativas de futuro cada vez más inciertas.