Batalla de Ayacucho

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Batalla de Ayacucho

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Batalla de Ayacucho

Parte de Independencia del Perú y Guerras de


independencia hispanoamericanas

Óleo de la batalla de Ayacucho, una obra de Martín Tovar y Tovar

Wikimedia | © OpenStreetMap

Batalla de Ayacucho (pulse para ver mapa)

Fecha 9 de diciembre de 1824
(hace 198 años)

Lugar Ayacucho, Perú

Coordenadas 13°02′33″S 74°07′54″O

Resultado Decisiva victoria del Ejército Unido


Libertador.

Consecuencia Firma de la Capitulación de Ayacucho y fin


s de las grandes campañas de emancipación en
América del Sur.

Beligerantes
 República Peruana  Imperio español
 República de Colombia

Comandantes
 Antonio José de Sucre  José de la Serna  (WIA)
 José María Córdova  José de Canterac
 José de La Mar
 Agustín Gamarra
 Guillermo Miller

Unidades militares
 Ejército Unido
Peruano Colombiano  Ejército Real del Perú
libertador del Perú

Fuerzas en combate
5.780 -8500 soldados
123 4
6.90667-9.310178soldados
1-2 piezas de artillería y 14 piezas de artillería y
servidores135 servidores19

Bajas
370 muertos y 609 heridos 10
1800 muertos,1011 700 heridos10
11
y 2.000-3.000 prisioneros1213

              
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Independencia del Perú
1811-1826

Levantamientos autónomos
 Campañas realistas

 Campaña de Goyeneche

 Tacna (1.°)

 Huánuco

 Tacna (2.°) 

o Camiara

 Cuzco 

o Huanta

o Chacaltaya

o Apacheta

o Matará

o Umachiri

 Aymaraes

 Republiquetas 

o Alzuri

Corriente Libertadora del Sur

 Expedición Libertadora 

o Paracas

 Campaña de Arenales (1.°)

 Pase del Numancia

 Aznapuquio

 Campaña de Arenales (2.°) 

o Ataura

o Quiapata

 Campaña de Miller

 Callao (1.°)

 Expedición de Santa Cruz

 Ica

 Paras
 Caucato

 Congreso Constituyente (1822)

 Campaña de Intermedios (1.°) 

o Torata

o Moquegua

Corriente Libertadora del Norte

 Guerra de Independencia de Maynas

 Campañas del Sur

 Motín de Balconcillo

 Campaña de Intermedios (2.°) 

o Zepita

o Arequipa

 Ejército Unido Libertador

 Motín del Callao

 Rebelión de Olañeta

 Junín

 Bellavista

 Corpahuaico

 Ayacucho

Últimos bastiones

 Campaña de Sucre

 Callao (2.°)

 Conquista de Chiloé

 Guerra de Iquicha

Guerra naval

 Expedición de Brown

 Campaña de Cochrane

 División del Mar del Sur

 Expedición de Guruceta
 Bloqueo naval del Callao

Mapa animado de los procesos de emancipación hispanoamericanos (1808-1826):


     Territorios bajo control realista.     Territorios bajo control de movimientos de emancipación.      Territorios
bajo control de la Gran Colombia.     España bajo ocupación francesa.     España durante la revolución
liberal.     Zonas sin un gobierno claro.

La batalla de Ayacucho fue el último gran enfrentamiento comprendido dentro


de las campañas terrestres de las guerras de independencia
hispanoamericanas en América del Sur (1809-1826) y significó la consolidación
de la independencia de la República del Perú.
La batalla se desarrolló en la Pampa de Quinua en Ayacucho, Perú, el 9 de
diciembre de 182414 y la victoria de los patriotas supuso la desaparición del
contingente militar realista más importante que seguía en pie, y selló
la independencia del Perú con una capitulación militar que puso fin a la
resistencia del las tropas del Virreinato del Perú.
Este suceso suele ser referido como el fin de las guerras de independencia en
América del Sur,151617no obstante que las guarniciones españolas del Real
Felipe del Callao y de Chiloé resistieron hasta 1826, y España no renunció
formalmente a la soberanía de sus posesiones continentales americanas hasta
una década más tarde, en 1836. El tratado de paz, amistad y reconocimiento
con el Perú fue firmado el 14 de agosto de 1879 en París.

Índice

Antecedentes[editar]
En el año 1820 España entró en una crisis política por el pronunciamiento
contra el rey Fernando VII y la restauración de la Constitución Liberal, apoyada
por el general Rafael del Riego, quien sublevó la expedición de 20.000
soldados para auxiliar a los realistas de América. Esto acabó para siempre con
las expediciones de refuerzos de España, que desde entonces no se
aprestaron para ningún lugar de América, y motivó que los dos grandes
virreinatos, del Perú y de Nueva España, que hasta el momento habían
contenido el avance de la revolución hispanoamericana tomasen el camino de
la independencia.
En América del norte, el virreinato de México, tras derrotar a la insurgencia, se
constituye en una monarquía independiente mediante el Plan de Iguala y el
pacto de las tres garantías. Los trigarantes tras derrotar al virrey Apodaca,
pretenden acordar la separación pacífica de la España Liberal mediante
los Tratados de Córdoba , pero no se llega a un acuerdo y se suceden
los Intentos españoles de reconquista de México hasta 1829. En América del
sur, la sublevación de Rafael del Riego había hecho desaparecer la amenaza
de invasión de Venezuela y del Río de la Plata, y esto permitió el avance de
las Corrientes Libertadoras de América del sur hacia el Perú. El virrey Joaquín
de la Pezuela había quedado desacreditado por la derrota de la expedición
de Mariano Osorio en Chile, por el aislamiento marítimo, y por la invasión de
la Expedición Libertadora del Perú de José de San Martín, que consigue
cercar Lima en la campaña de Cerro de Pasco y provoca la deserción del
Numancia. Esta sucesión de derrotas determinan que Pezuela sea derrocado
por el general español José de la Serna el 29 de enero de 1821 en el golpe
militar de Aznapuquio. La Serna abandonó Lima con un ejército en plena
desintegración sin ser apenas molestado para refugiarse en la sierra peruana.
Pero el Ejército Real del Perú, bajo una sólida subordinación militar, se rearma
y consigue destruir sucesivos ejércitos independientes. El primero en la batalla
de Ica, mandado por los patriotas Domingo Tristán y Agustín Gamarra. Un año
después, tras la retirada de José de San Martín por la Entrevista de Guayaquil,
los realistas consiguen aniquilar la Expedición Libertadora dirigida
por Rudecindo Alvarado en las campañas de Torata y Moquegua. El año 1823
terminaba con la destrucción de otro ejército patriota comandado por Andrés de
Santa Cruz y Agustín Gamarra, en otra campaña abierta sobre los Puertos
Intermedios, que comenzó con la batalla de Zepita en Puno, y la ocupación de
la ciudad de La Paz el 8 de agosto, consiguiendo llegar a Oruro en el Alto Perú.
Pero el virrey La Serna, en una campaña apodada "del Talón", persiguió las
tropas de Santa Cruz que acaban desbandadas y recuperó Arequipa tras batir
a Antonio José de Sucre, quien reembarcó a los colombianos el 10 de octubre
de 1823.
Finalmente, lo que restaba de optimismo se apagaba por las acusaciones de
traición contra los presidentes peruanos José de la Riva Agüero y José
Bernardo de Tagle. Riva Agüero deportó diputados del Congreso del Perú y
organizó un congreso paralelo en Trujillo, y luego de ser declarado reo de alta
traición por el Congreso del Perú18 fue desterrado a Chile. En cambio Torre
Tagle buscaba firmar una paz sin batallas con el virrey La Serna, por lo cual fue
a entrevistarse con los realistas. Este acto fue considerado por Simón
Bolívar como traición. Tagle dispuso que todas las fuerzas a su mando
apoyaran a Bolívar para hacer frente al enemigo, mientras este buscaba
capturarlo para fusilarlo.19 José Bernardo de Tagle encontró refugio con los
realistas en la asediada fortaleza del Callao.
Fue así como al culminar el año 1823, a pesar de sus contundentes triunfos
realistas en los anteriores hechos de armas y mientras el recién llegado Bolívar
escribía solicitando refuerzos de Colombia, y preparaba activamente la que
sería la campaña final contra el Ejército Real del Perú, la situación empezaba a
tornarse crítica para los sostenedores de la causa del rey:
"..El virrey la Serna por su parte, sin comunicaciones directas con la Península, con las más
melancólicas noticias del estado de la metrópoli... y reducido por lo tanto a sus propios y exclusivos
recursos pero confiando notablemente en la decisión, en la unión, en la lealtad y en la fortuna de
sus subordinados, aceleraba también la reorganización de sus tropas y se aprestaba a la lucha que
miraba próxima con el coloso de Costa-firme. Un triunfo más para las armas españolas en aquella
situación, haría ondear de nuevo el pabellón castellano con inmarcesible gloria hasta el mismo
Ecuador; pero otra suerte muy distinta estaba ya irrevocablemente escrita en los libros del
destino. .."
Gnrl. Andrés García Camba.20

Los sucesos de 1824[editar]


Tregua en Buenos Aires y motín en el Callao[editar]
Artículo principal: Sublevación del Callao
El historiador Rufino Blanco Fombona dice que "Todavía en 1824 Bernardino
Rivadavia pacta con los españoles, estorbando así la campaña de
Ayacucho":21 El 4 de julio de 1823, Buenos Aires concluyó una tregua con los
comisionados españoles (Convención Preliminar de Paz) que le obligaba a
mandar negociadores a los demás gobiernos sudamericanos para que pueda
tener efecto la misma.22 Se estipulaba que las hostilidades cesarían 60 días
después de su ratificación y subsistiría durante un año y medio, mientras se
negociaría un tratado definitivo de paz y amistad. Con este motivo se reunieron
en la ciudad de Salta Juan Gregorio de Las Heras con el brigadier Baldomero
Espartero, sin alcanzar acuerdo alguno. Entre otras medidas tomadas por el
virrey para contener su inminente rebelión, el 10 de enero de 1824 se le ordenó
a Olañeta:
Advierto a V.E. que no debe disponer ninguna expedición en dirección alguna sobre las provincias
de abajo sin expresa orden mía pues además de que en Salta están reunidos para tratar de
negociar, el General Las Heras por parte del Gobierno de Buenos Aires y el Brigadier Espartero por
la de este superior Gobierno (...) 23

Rivadavia creía que el proyecto establecería la paz y paralizó el esfuerzo de las


autoridades de Salta sobre el Alto Perú, negó auxilios y retiró los puestos
avanzados,24 dañando la causa del Perú.
Al respecto, el historiador y militar de origen irlandés Daniel Florencio
O'Leary opinó que con esa tregua "Buenos Aires se ha retirado implícitamente
de la contienda",25 y que "el Gobierno de Buenos Aires pacta con los
españoles, con perjuicio de la causa americana".26
El 1 de enero de 1824 Bolívar cayó gravemente enfermo en Pativilca. En esas
fechas llegó a Lima Félix de Álzaga, ministro plenipotenciario de las Provincias
Unidas del Río de la Plata para solicitar al Perú su adhesión a la tregua y que
fue rechazada por el Congreso Peruano. Pero asimismo desde el 4 de febrero
de 1824 se sublevó el acuartelamiento del Callao compuesto por el total de la
infantería argentina de la Expedición Libertadora, junto con algunos chilenos,
peruanos y colombianos: cerca de 2000 hombres, que además se pasaron a
los realistas,27 enarbolando el pabellón español y entregaron las fortalezas del
Callao. El regimiento de granaderos a caballo de los Andes también se amotinó
en Lurín el 14 de febrero, dos escuadrones se dirigieron al Callao para unirse a
sublevados, pero al saber que se habían pasado a los realistas, un centenar de
ellos con los jefes del regimiento se dirigieron a Lima para unirse a Bolívar. El
cuerpo fue luego reorganizado por el general Mariano Necochea por orden de
Simón Bolívar..
Ante tales sucesos,28 el ministro de Colombia, Joaquín Mosquera, «temiendo la
ruina de nuestro ejército» preguntó:«¿Y qué piensa Ud. hacer ahora?», a lo
que Bolívar, con tono decidido, le respondió:
¡Triunfar!
Simón Bolívar, Pativilca, 1824.

El Sitio de El Callao prolongó la guerra hasta 1826, además inmediatamente


desembocó en la ocupación de Lima por Canterac, y se afirma que en mayo de
1824 con una acción militar contra Bolívar "habrían dado el último golpe a la
independencia de esta parte de América".29
Retirada de Bolívar y rebelión de Olañeta[editar]
Artículo principal: Rebelión de Olañeta
Una semana después del motín del Callao, Bolívar ordenó abandonar Lima, y
desde Huaraz, se pone en marcha la retirada general del ejército de Colombia
en dirección hacia el norte,30 enviando órdenes para reagruparse
en Huamachuco (en la sierra) y Trujillo (en la costa). Ordenó que el repliegue
general se hiciera devastando el territorio peruano, talando los campos,
secuestrando el ganado, y bajo una política general de Tierra quemada,
destruyendo cualquier recurso de los pueblos peruanos para que no pudiera
servir de sustento al Ejército Real del Perú. Lo que Tomás de Heres había
venido a llamar “guerra a la colombiana”. A los departamentos libres del Perú,
además de la contribución sangre, se les exigió el dinero hasta pagar el sueldo
íntegro del ejército colombiano. 31 Respecto a la marina peruana, Bolívar desde
Trujillo ordenaba al jefe de la escuadra Martín Guise, echar a pique los buques
patriotas del Callao que no pudieran abandonarlo, entre ellos se perdió la
fragata Venganza o Guayas, y cambiar por colombianos los capitanes de los
buques peruanos Limeña y Macedonia que se encontraban en el puerto de
Guayaquil.32
Bolívar sabía que la división de Canterac se hallaba asentada en Jauja,
aparcada a la espera de la llegada de la división de Jerónimo Valdés. Y que
reunidas iniciarian la ofensiva en la sierra, lo que obligaría a Bolívar a una
retirada, y esto produciría la desaparción del ejército de Colombia en el Perú, y
haría peligrar el sur de Colombia, hasta las región de Pasto, favorable todavía a
la monarquía española.33 Bolívar se puso en contacto con sus generales en
Quito y con su vicepresidente en Colombia advirtiéndoles de la irremediable
pérdida del Perú. Se puso en ejecución el plan de retirada, 34 con Bolívar en
Trujillo y con el ejército colombiano en retirada general hacía el norte, cuando
felizmente el bando independentista recibió la noticias de la Rebelión de
Olañeta.
El mapa estratégico había cambiado decisivamente a favor de Bolívar.
Sorpresivamente, al comenzar el año 1824, todo el ejército realista del Alto
Perú se sublevó junto al caudillo absolutista español Pedro Antonio
Olañeta contra el Virrey del Perú, tras saberse que en España había caído
el gobierno Constitucional. Efectivamente, el monarca Fernando VII de
España y sus partidarios absolutistas, recuperaban el gobierno apoyados por
132.000 soldados franceses del ejército de la Santa Alianza, que ocuparán
España hasta el año 1828. Rafael del Riego moría ahorcado el 7 de noviembre
de 1823 y los propulsores del movimiento liberal fueron ajusticiados,
marginados o exiliados de España. El 1 de octubre de 1823 el monarca
decretaba la abolición de todo lo aprobado durante los tres años de gobierno
constitucional, lo que anulaba el nombramiento de La Serna como Virrey del
Perú. El alcance de la purga sobre los constitucionales de Virreinato del Perú
parecía infalible.

José de la Serna, último virrey del Perú (1821-1824).

Olañeta ordena el ataque de los realistas altoperuanos contra los


constitucionales del virreinato peruano.35 La Serna cambió sus planes de bajar
a la costa para batir a Bolívar, y mandó a Gerónimo Valdés en dirección
contraria, al sur, con una fuerza de 5000 veteranos a cruzar el río
Desaguadero, para dirigirlo a Potosí contra su antiguo subordinado, lo que se
llevó a cabo el 22 de enero de 1824. Las Memorias para la historia de las
armas españolas en el Perú del oficial peninsular Andrés García Camba (1846)
detallan el trastorno que los sucesos del Alto Perú produjeron en los cálculos
defensivos del virrey. Tras una prolongada campaña militar altoperuana en las
batallas de Tarabuquillo, Sala, Cotagaita, y finalmente la Lava el día 17 de
agosto de 1824, ambas fuerzas realistas, del Virreinato del Perú (liberales) y de
las provincias del Alto Perú (absolutistas), se diezmaron mutuamente,
perdiendo jefes y tropas veteranas que serían irreemplazables.
Bolívar mientras aumentaba y reforzaba su ejército. En marzo de 1824
desembarcó en Trujillo el experimentado general de brigada José María
Córdova, cuya acción habría de decidir la batalla de Ayacucho, y por lo que
sería ascendido a general de división en el mismo campo de batalla; y que
arriba todavía con más refuerzos proveniente de Guayaquil, con él llegan dos
nuevos batallones veteranos de Colombia, y a estas tropas frescas los manda
inmediatamente a reforzar al general Sucre en la sierra. 36 Y así, en permanente
comunicación con Olañeta, con el que se carteaba Bolívar, aprovechó el
desmontaje del aparato defensivo realista para "movernos en todo el mes de
mayo contra Jauja", y destruir la división de José de Canterac, aislado
en Junín el 6 de agosto de 1824. Dio comienzo entonces una incesante
persecución con la consecuente deserción de 2700 realistas, que
seguidamente engrosaban las filas independientes. Finalmente el 7 de
octubre de 1824, con sus tropas a las puertas del Cuzco, Bolívar entregó al
general Sucre el mando del nuevo frente de batalla, que recorría el curso
del río Apurímac, y se retiró a Lima para tomar de la capital más empréstitos
para sostener la guerra en el Perú, y recibir una nueva división colombiana de
4.000 hombres despachada por Francisco de Paula Santander que no llegaría
sino después de Ayacucho.37

La Campaña de Ayacucho[editar]

Antonio José de Sucre en la batalla de Ayacucho (Museo Nacional de Arqueología, Antropología e


Historia del Perú).

La destrucción en Junín del ejército de Canterac obligó al virrey La Serna a


llamar desde Potosí a Jerónimo Valdés, quien acudió a marchas forzadas con
sus soldados. Reunidos los generales realistas, y a pesar de las muestras de
sincera adhesión del Cusco, el virrey descartó un asalto directo por la falta de
instrucción de sus milicias, aumentadas mediante reclutas masivas de
campesinos unas semanas antes. Por el contrario sus tropas cruzaron el río
Apurimac e intentaron cortar la retaguardia de Sucre a través de maniobras de
marchas y contramarchas, que se sucedieron desde el Cusco hasta el
encuentro en Ayacucho, a lo largo de la cordillera andina. De esta forma, los
realistas buscaron un golpe de mano que obtuvieron el 3 de diciembre en
la batalla de Corpahuaico o Matará, donde a costa de tan solo 30 hombres
ocasionaron al ejército libertador más de 500 bajas y la pérdida de buena parte
del parque y la artillería. Pero Sucre y su estado mayor lograron mantener la
cohesión de la tropa e impidieron al virrey explotar ese éxito local. Aún a costa
de sensibles pérdidas en hombres y material Sucre mantuvo al Ejército
Unido en repliegue ordenado, y siempre situado en posiciones aseguradas, de
difícil acceso, como el campo de Quinua.
Otro libro de memorias, In the service of the Republic of Peru del
general Guillermo Miller, ofrece la visión de los independentistas. Además del
talento de Bolívar y el de Sucre, el Ejército Unido se nutrió de buena parte de la
experiencia militar del siglo: el batallón Rifles del ejército de Colombia, se
encontraba compuesto de tropas mercenarias europeas, que en su mayoría
eran voluntarios británicos. Esta unidad sufrió considerables bajas en
Corpahuaico. También se encontraban entre sus filas veteranos de
la Independencia española, norteamericana, y Guerras de Independencia
Hispanoamericana hasta casos como el mayor de origen alemán Carlos
Sowersby, veterano de la batalla de Borodino contra Napoleón
Bonaparte en Rusia.
Los realistas habían consumido sus recursos en una guerra de movimientos sin
haber logrado cortar las lineas del ejército libertador. Por la extrema dureza de
las condiciones de una campaña en la cordillera andina, ambos ejércitos
quedaron con el número de sus tropas seriamente reducidas por enfermedad
y deserción, que afectó en el mismo grado a los independientes, y que
igualmente se focalizó en milicias carentes de instrucción militar o la recluta
formada de prisioneros enemigos. Los jefes realistas se habían posicionado en
las alturas del cerro Condorcunca (en quechua: cuello de cóndor), una buena
posición defensiva pero que no podían sostener dado que en menos de cinco
días se verían obligados a retirarse por la hambruna de la tropa, lo que
equivalía a la dispersión de su ejército, mientras los republicanos esperaban la
llegada de más divisiones colombianas; motivo por el cual los realistas se
vieron impulsados a tomar una decisión desesperada: la batalla de Ayacucho
daba comienzo.
Orden de batalla[editar]
"En este rincón famoso, un ejército realista, compuesto en su totalidad de soldados naturales del
Alto y del Bajo Perú, indios, mestizos y criollos blancos, y cuyos jefes y oficiales peninsulares no
llegaban a la décima octava parte del efectivo, luchó con un ejército independiente, del que los
colombianos constituían las tres cuartas partes, los peruanos menos de una cuarta, y los chilenos y
porteños una escasa fracción. De ambos lados corrió sangre peruana. No hay por qué desfigurar la
historia: Ayacucho, en nuestra conciencia nacional, es un combate civil entre dos bandos, asistido
cada uno por auxiliares forasteros.".38
José de la Riva-Agüero

Orden de batalla
Patriotas Realistas
Comandante en Jefe

 José de La Serna  (WIA)
Oficialidad
Comandante en Jefe
 José de Canterac, jefe de estado mayor
 Antonio José de Sucre
Oficialidad  División Valdés

 Agustín Gamarra, jefe de estado  Batallón del Centro (ex-Azángaro);


mayor jefe: Felipe Rivero
 Francis Burdett O'Connor, primer  Batallón Cantabria jefe: Antonio Tur
ayudante de campo  Batallón Voluntarios de Castro; jefe:
José Huguet
 División del Perú (Izquierda), jefe de  Batallón 1.º del Imperial Alejandro
división José de La Mar (ex-Extremadura); jefe: Francisco
Palomares †
 Batallón de Línea número 1,
jefe Francisco de Paula Otero
 Batallón de Línea número 2 (Trujillo),  División González Villalobos
jefe Ramón Gonzales
 Batallón de Línea número 3 (Callao),  Batallón 1.º del regimiento del Cuzco ;
jefe Miguel Benavides jefe: Joaquín Rubín de Celis †
 Batallón de la Legión Peruana,  Batallón 2.º del Imperial Alejandro ;
jefe José María Plaza jefe: Domingo Alonso †
 Batallones 1.º y 2.º del Gerona ; jefe:
 División 1º de Colombia (Reserva), jefe de Domingo Echezarraga
división Jacinto Lara  Batallón Fernando VII ; jefe: José
Carratala
 Batallón Vencedores, jefe Ignacio
Luque  División Monet
 Batallón Batalla Pantano de Vargas,
jefe José Trinidad Moran  Batallón Guías del General (del Alto
 Batallón Rifles, jefe Arthur Sandes Perú) ; jefe: Joaquín Bolívar
 Batallón 2.º del regimiento del Cusco ;
 División 2º de Colombia (Derecha), jefe de jefe: Francisco Villabase †
división José María Córdova  Batallón Burgos ; jefe: Juan A. Pardo
 Batallón Victoria (ex-Talavera); jefe:
 Batallón Bogotá, jefe León Galindo Manuel Sánchez
 Batallón Voltígeros, jefe Pedro Guash  Batallón Infante don Carlos (ex-Real
 Batallón Pichincha, jefe Manuel de Lima); jefe: Mariano Cucalón †
León.
 Batallón Caracas, jefe José Leal  División de caballería Ferraz

 División de Caballería, jefe de  Dragones de San Carlos , jefe:


división William Miller Jerónimo Villagra
 Granaderos de la Guardia ;
 2 escuadrones de Húsares de Junín, jefe: Valentín Ferraz
jefe Isodoro Suárez  Dragones de la Unión ; jefe: Ramón
 1 escuadrón de Granaderos a Caballo Gómez de Bedoya
de los Andes39 jefe Alejo Bruix40  Húsares de Fernando VII ; jefe: Felipe
 2 escuadrones de Granaderos Fernández
de Colombia, jefe Lucas Carvajal.  Dragones del Perú ; jefe: Dionisio
 2 escuadrones de Húsares Marcilla
de Colombia, jefe José Laurencio  Alarbaderos del Virrey (cuerpo
Silva honorífico de los virreyes del Perú)

mostrar mostrar
origen de las tropas origen de las tropas

Existe un debate en torno a las cifras de combatientes ya que la cifra de


realistas del parte de batalla de Sucre se tomó en realidad del listado militar
español capturado con el número de hombres al salir del Cuzco. Pero hay que
tener presente que unos y otros comenzaron la campaña con un estado inicial
de fuerza de ejércitos (8500 independientes vs. 9310 realistas) que
disminuyeron su número en las semanas siguientes de campaña, hasta el
mismo día de la batalla (5780 independientes vs. 6906 leales) por las razones
expuestas anteriormente. En el campo de batalla los realistas sumaban
5876 infantes y 1030 de caballería.

La Batalla de Ayacucho (1918) de Teófila Aguirre.

Ejército Libertador[editar]

 Comandante: general Antonio José de Sucre


 Jefe del Estado Mayor - general Agustín Gamarra
 Caballería – general Guillermo Miller
 Primera División - general José María Córdova (2300 hombres)
 Segunda División - general José de La Mar (1600 hombres)
 Reserva - general Jacinto Lara (1700 hombres)
Antes del inicio de la batalla, el general Sucre arengó a sus tropas:
"¡Soldados!, de los esfuerzos de hoy depende la suerte de América del Sur; otro día de gloria va a
coronar vuestra admirable constancia. ¡Soldados!: ¡Viva el Libertador! ¡Viva Bolívar, Salvador del
Perú!."
Antonio José de Sucre
Nuestra linea formaba un ángulo; la derecha, compuesta de los batallones Bogotá, Boltijeros,
Pichincha y Caracas, de la primera division de Colombia, al mando del señor general Córdova. La
izquierda de los batallones 1.° 2.° 3.° y legion peruana, con los húsares de Junin, bajo el ilustrisimo
señor general La Mar. Al centro, los granaderos y húsares de Colombia, con el señor general Miller;
y en reserva los batallones Rifles, Vencedor y Bargas, de la primera division de Colombia, al mando
del señor general Lara.
Parte de la batalla de Ayacucho

Nótese que el mariscal Sucre omite mencionar en el parte a los Granaderos a


Caballo del Río de la Plata. El general Miller en su Memoirs of General Miller:
in the service of the republic of Peru da la composición completa de las fuerzas
al mando de Sucre:
División Cordova (en la derecha): Bogota, Caracas, Voltigeros, Pichincha.
Caballeria, Miller (al centro): Regimientos Husares de Junín, Granaderos de Colombia, Husares de
Colombia, Granaderos a Caballo de Buenos Aires.
Division La Mar (flanco izquierdo): Legión, N° 1, N° 2, N° 3.
Division Lara (en reserva): Vargas, Vencedores, Cazadores.51

La afirmación de Miller, respecto de que los Húsares de Junín estaban en su


división,52 contradice lo que Sucre dice en el parte.
Ejército Real del Perú[editar]

 Comandante: virrey José de la Serna
 Comandante de Caballería – brigadier Valentín Ferraz
 Jefe del Estado Mayor – teniente general José de Canterac
 División de Vanguardia - general Gerónimo Valdés (2006 hombres)
 Primera División - general Juan Antonio Monet (2000 hombres)
 Segunda División - general Alejandro González Villalobos (1700
hombres)
 División de Reserva - general José Carratalá (1200 hombres)
Los Españoles bajaron velozmente sus columnas, pasando á las quebradas de nuestra izquierda los
batallones Cantabria, Centro, Castro, 1° Imperial y dos escuadrones de húsares con una batería de
seis piezas, formando demasiadamente su ataque por esa parte. Sobre el centro formaban los
batallones Burgos, Infante, Victoria, Guias y 2° del primer Regimiento, apoyando la izquierda de éste
con los tres escuadrones de la Unión, el de San Carlos, los cuatro de los Granaderos de la Guardia
y las cinco piezas de artillería ya situadas; y en la altura de nuestra izquierda los batallones 1 y 2 de
Gerona, 2° Imperial, 1° del primer Regimiento, el de Fernandinos, y el escuadrón de Granaderos de
Alabarderos del Virrey.53

Europeos en el ejército del Virrey La Serna[editar]


Véase también: Realistas en América
El número de soldados naturales de España que combatieron en Ayacucho ha
sido acotado por los mismos testimonios posteriores a la contienda. En el año
1824 los europeos combatiendo en todo el virreinato ascendían a 1500 según
el brigadier García Camba, mientras que según el comisario regio Diego
Cónsul Jove Lacomme el número total de europeos era de 1200, y de los que
solo 39 hombres formaban en la división del Alto Perú. 54
Para el 9 de diciembre, día en que se libró la batalla de Ayacucho, y de
acuerdo a publicaciones posteriores, los europeos en el ejército del virrey
aproximadamente eran 500 hombres según García Camba, 55 mientras que
Bulnes cita 900 en el libro "Desde el virrey al último corneta", apoyándose en el
diario del capitán Bernardo F. Escudero y Reguera, oficial del Estado Mayor de
Valdés.54 Pero el testimonio del general Jerónimo Valdés le refuta y corrobora
la cifra de 500 hombres "de soldado a jefe". 56
Del número referido de prisioneros realistas capturados tras la batalla de
Ayacucho, 1.512 eran americanos, mientras que 751 eran españoles, con lo
que se deduce que el número de combatientes peninsulares al mando del
virrey La Serna puede estar en torno a esa cifra, 5758 ya que españoles era
entonces un término impreciso, sinónimo de blanco, y se daba lo mismo al
peninsular, al criollo y a cualquier europeo. 59
La batalla[editar]
A las 8 de la mañana, Monet, se adelantó a las posiciones patriotas y le
propuso a Córdova que, dado que en ambos ejércitos había jefes y oficiales
ligados amistad o parentesco, “darse un abrazo antes de rompernos la crisma”.
Con la autorización de Sucre, los oficiales se saludaron caballerosamente. 60

Croquis de la batalla de Ayacucho.61


A. Posiciones realistas en la noche del 8 al 9
B. Maniobra preparatoria para el ataque realista
C. Marcha de los batallones al mando del coronel Rubín de Celis
D. Maniobra y ataque de la división Monet
E. Ataque de la vanguardia de Valdés sobre la casa ocupada por los independentistas
F. Carga de la caballería realista
M. Avance y dispersión de los batallones de Gerona parte de la reserva realista
K. Batallón Fernando VII, última reserva realista

El dispositivo organizado por los planes de Canterac preveía que la división de


vanguardia de Valdés rodease en solitario la agrupación enemiga, cruzó el río
Pampas para fijar en el terreno a las unidades de la izquierda de Sucre, lo que
se realizaba en la primera fase de la batalla. Mientras, el resto del ejército
realista descendía frontalmente desde el cerro Condorcunca, abandonó sus
posiciones defensivas y cargó contra el grueso del enemigo al que esperaba
encontrar desorganizado, quedarían en reserva los batallones Gerona y
Fernando VII dispuestos en segunda línea para ser enviados a donde fueran
requeridos.
Sucre se dio cuenta inmediatamente de la arriesgada maniobra, que resultaba
evidente en la medida que los realistas se encontraban en una pendiente,
imposibilitados de camuflar sus movimientos. El coronel español Joaquín Rubín
de Celis, que mandaba el Regimiento primero del Cuzco, y que debía proteger
el emplazamiento de la artillería, que aún se encontraba despiezada y cargada
en sus mulas, se adelantó impetuosamente al llano muy prematuramente,
interpretó defectuosamente órdenes directas del Virrey "se arrojó solo y del
modo más temerario al ataque" donde su unidad fue destrozada y él mismo
muerto en el decisivo contraataque de la división de Córdova, que entonces
avanza en compactas formaciones de línea, y que con un fuego eficaz también
empuja atrás a los dispersos tiradores de la división de Villalobos, acabados de
descender en formaciones de Guerrilla. La división de Córdova, apoyada por la
caballería de Miller, acometió directamente a la masa desorganizada de tropas
realistas que sin poder formar para la batalla descendían en hileras de las
montañas, fue en este ataque cuando el general José María Córdova pronunció
su famosa frase "División, armas a discreción, de frente, paso de vencedores".

Carga de la caballería llanera venezolana en la batalla de Ayacucho.

Viendo el descalabro que había sufrido su izquierda, el general Monet, sin


esperar que su caballería formara en el llano, cruzó el barranco y a la cabeza
de su división se lanzó sobre la de Córdova logró formar en batalla a dos de
sus batallones pero prontamente atacado por la división independentista fue
envuelto antes que el resto de sus tropas pudieran formar también en batalla.
Durante estas acciones Monet fue herido y tres de sus jefes muertos. Los
dispersos de su línea arrastraron en su retirada a las masas de milicianos. La
caballería realista al mando de Ferraz cargó sobre los escuadrones enemigos
que acosaban la izquierda de Monet, pero que apoyados por el vivo fuego de
su infantería causaron una enorme cantidad de bajas en los jinetes de Ferraz
cuyos sobrevivientes fueron obligados a volver grupas y retirarse del campo de
batalla.
En el otro extremo de la línea, la segunda división de José de La Mar apoyada
por el batallón Vargas de la tercera división de Jacinto Lara detuvieron juntas la
acometida de los veteranos de la vanguardia de Valdés que se habían lanzado
a tomar la solitaria casa ocupada por algunas compañías independentistas, las
cuales fueron arrolladas en principio y obligadas a retroceder, y serían
reforzadas por la carga de los Húsares de Junín bajo la dirección de Miller y
luego por los granaderos a caballo volvieron al ataque,62 al que se sumaría
luego la victoriosa división de Córdova.
El Virrey La Serna y demás oficiales intentaron restablecer la batalla y
reorganizar a los dispersos que huían y el mismo general Canterac dirigió la
división de reserva sobre la llanura. Sin embargo los reclutados de los
batallones Gerona no eran los mismos que habían vencido en las batallas de
Torata y Moquegua, pues durante la rebelión de Olañeta habían perdido a casi
todos sus veteranos e incluso a su antiguo comandante Cayetano Ameller.
Esta tropa compuesta por soldados forzados a combatir se dispersó antes de
enfrentar al enemigo siguiéndole luego tras una débil resistencia el
disminuido batallón Fernando VII. A la una de la tarde el virrey había sido
herido y hecho prisionero junto a gran número de sus oficiales, y aunque la
división de Valdés seguía combatiendo en la derecha de su línea, la batalla
estaba ganada para los independentistas. Las bajas confesadas por Sucre
fueron 370 muertos y 609 heridos mientras que las realistas fueron estimadas
en 1800 muertos y 700 heridos, lo que representa una elevada mortandad en
combate.

Denis Auguste Marie Raffet - Memorable y decisiva batalla de Ayacucho en el Perú. 1926

Con los diezmados restos de su división Valdés logró retirarse a las alturas de
su retaguardia donde se unió a 200 jinetes que se habían agrupado en torno al
general Canterac y a algunos pocos dispersos de las derrotadas divisiones
realistas cuyos desmoralizados soldados en fuga llegaron incluso a disparar
contra los oficiales que intentaban reagruparlos. Con el grueso del ejército real
destruido, el mismo virrey en poder de los patriotas, y su enemigo Pedro
Antonio Olañeta ocupó la retaguardia, los jefes realistas optaron por la
capitulación tras la batalla.
La capitulación de Ayacucho[editar]
Artículo principal: Capitulación de Ayacucho

La capitulación de Ayacucho (óleo de Daniel Hernández).


"Don José Canterac, teniente general de los reales ejércitos de S. M. C., encargado del mando
superior del Perú por haber sido herido y prisionero en la batalla de este día el excelentísimo señor
virrey don José de La Serna, habiendo oído a los señores generales y jefes que se reunieron
después que, el ejército español, llenando en todos sentidos cuanto ha exigido la reputación de sus
armas en la sangrienta jornada de Ayacucho y en toda la guerra del Perú, ha tenido que ceder el
campo a las tropas independientes; y debiendo conciliar a un tiempo el honor a los restos de estas
fuerzas, con la disminución de los males del país, he creído conveniente proponer y ajustar con el
señor general de división de la República de Colombia, Antonio José de Sucre, comandante en jefe
del ejército unido libertador del Perú".

Es el tratado firmado por el jefe de estado mayor realista, Canterac, y el


general Sucre al concluir la batalla de Ayacucho, el mismo 9 de diciembre de
1824. Sus principales consecuencias fueron varias:
 El ejército realista bajo el mando del virrey La Serna renunciaba a
seguir la lucha.
 La permanencia de los últimos soldados realistas en las fortalezas
del Callao.
 La República del Perú debió saldar la deuda económica y política a
los países que contribuyeron militarmente a su independencia.
Bolívar convocó desde Lima al Congreso de Panamá, el 7 de diciembre, para la
unidad de los nuevos países independientes. El proyecto fue ratificado
únicamente por la Gran Colombia. Cuatro años más tarde la Gran Colombia, a
causa del deseo personal de muchos de sus generales y de la ausencia de una
visión unitaria, terminaría dividiéndose en las naciones que forman
actualmente.
La ciudad de Cuzco, sería tomada por las tropas de Agustín Gamarra el 24 de
diciembre.
Se rendían los tenientes generales, virrey José de la Serna y José de Canterac,
mariscales Gerónimo Valdés, José Carratalá, Juan Antonio Monet y Alejandro
González Villalobos, brigadieres Ramón Gómez de Bedoya, Valentín
Ferraz, Andrés García Camba, Martín de Somocurcio, Fernando Cacho, Miguel
María Atero,

1. Ignacio Landázuria, Antonio Vigil y Antonio Tur y Berrueta, 16


coroneles, 68 tenientes coroneles, 484 mayores u otros oficiales
y 2.000 soldados.11
Teorías conspirativas sobre la batalla de Ayacucho[editar]

Escudo honorífico otorgado a los oficiales que participaron en la Campaña de Perú en 1823-24.

La capitulación ha sido llamada por el historiador español Juan Carlos Losada


como "la traición de Ayacucho" y en su obra Batallas decisivas de la Historia de
España (Ed. Aguilar, 2004), afirma que el resultado de la batalla estaba
pactado de antemano. El historiador señala a Juan Antonio Monet como el
encargado del acuerdo: “los protagonistas guardaron siempre un escrupuloso
pacto de silencio y, por tanto, solo podemos especular, aunque con poco
riesgo de equivocarnos” (Pág. 254). Una capitulación sin batalla se habría
juzgado indudablemente como traición. Los jefes españoles, de ideas liberales,
y acusados de pertenecer a la masonería al igual que otros líderes militares
independentistas, no siempre compartían las ideas del rey español Fernando
VII, un monarca firme sostenedor del absolutismo.
Por el contrario el comandante español Andrés García Camba refiere en sus
memorias como, los oficiales españoles apodados más tarde "ayacuchos",
fueron injustamente acusados a su llegada a España: "señores, con aquello se
perdió masónicamente" se les dijo acusatoriamente, -"Aquello se perdió, mi
general, como se pierden las batallas", respondieron los veteranos de la
batalla.

El Alto Perú tras la batalla de Ayacucho[editar]


Artículo principal: Campaña de Sucre en el Alto Perú

Vista del Palacio Legislativo de Bolivia.

Luego del triunfo de Ayacucho, y siguiendo precisas instrucciones de Bolívar, el


general Sucre entró en territorio del Alto Perú el 25 de febrero de 1825. Su
campaña militar sirvió para dar visos de legalidad a un proceso de
independencia que los mismos patriotas altoperuanos ya habían puesto en
marcha con la guerra de guerrillas del Alto Perú. Sucre además mantuvo el
orden civil en el país y restableció la administración del gobierno en La Paz. El
general realista Pedro Antonio Olañeta permaneció en Potosí, en donde en
enero recibió al batallón "Unión" procedente de Puno al mando del
coronel José María Valdez, y luego convocó a un Consejo de Guerra que
acordó continuar la resistencia en nombre de Fernando VII. Olañeta distribuyó
sus tropas entre la fortaleza de Cotagaita con el batallón "Chichas" al mando
del coronel Medinacelli, mientras Valdez con el "Unión" fue enviado
a Chuquisaca y el propio Olañeta marchó a Vitichi, con 60.000 pesos de oro de
la Casa de la Moneda de Potosí.
No obstante, Cochabamba se sublevó, con el Primer Batallón "Fernando VII" el
coronel José Martínez; seguido en Vallegrande, por el Segundo Batallón
"Fernando VII", deponiendo al brigadier realista Francisco Aguilera el 12 de
febrero. El coronel independentista José Manuel Mercado ocupó
entonces Santa Cruz de la Sierra abandonada por Aguilera el 14 de febrero,
mientras Chayanta quedó en manos del teniente coronel Pedro Arraya, con los
escuadrones "Santa Victoria" y "Dragones Americanos" y en Chuquisaca el
batallón "Dragones de la Frontera" del coronel Francisco López se pronunció
por los independentistas el 22 de febrero, con lo cual la mayoría de las tropas
realistas del Alto Perú renunciaban a continuar la lucha frente al poderoso
ejército de Sucre. El coronel Medinaceli con trescientos soldados se sublevó
también en contra de Olañeta y el 1 de abril de 1825 se enfrentaron en
el combate de Tumusla que culminó con la derrota de Olañeta y su muerte al
día siguiente. Pocos días después, el 7 de abril, el general José María Valdez
se rindió en Chequelte (Santiago de Cotagaita) ante el general patriota
Urdininea, poniendo fin a la guerra en el Alto Perú.
El nacimiento de Bolivia[editar]
Simón Bolívar, con la aprobación del congreso peruano el 23 de febrero de
1825 y del congreso argentino el 9 de mayo de 1825, ratificó la decisión
de Antonio José de Sucre de convocar un congreso soberano del Alto Perú que
manifestó en su declaración de independencia su deseo de no unirse al Perú o
a las Provincias Unidas de Río de la Plata.
Mediante un decreto la Asamblea determinó que el nuevo estado nacido en el
Alto Perú llevaría el nombre de «República Bolívar», en homenaje al Libertador,
designado «Padre de la República». Se le concede también el supremo poder
ejecutivo en forma vitalicia, con los honores de Protector y Presidente. 63 Bolívar
agradeció estos honores, pero declinó la aceptación del cargo y designó al
mariscal de Ayacucho Antonio José de Sucre.
Declaración de la independencia de Bolivia[editar]
Artículo principal: Declaración de Independencia de Bolivia

Acta de la Independencia de Bolivia en la Casa de la Libertad, Sucre.

Convocada nuevamente la Asamblea Deliberante en Chuquisaca por el


mariscal Sucre, el 9 de julio de 1825, y concluida se determinó la completa
independencia del Alto Perú, bajo la forma republicana. Finalmente, el
presidente de la Asamblea José Mariano Serrano, junto a una comisión,
redactó el "Acta de la Independencia" que lleva fecha del 6 de agosto de 1825,
en honor a la Batalla de Junín ganada por Bolívar. La independencia fue
declarada por 7 representantes de Charcas, 14 de Potosí, 12 por La Paz, 13
por Cochabamba y 2 por Santa Cruz. El acta de independencia, redactada por
el presidente del Congreso, Serrano, en su parte expositiva dice:
El mundo sabe que el Alto Perú ha sido en el continente de América, el ara donde vertió la primera
sangre de los libres y la tierra donde existe la tumba del último de los tiranos. Los departamentos del
Alto Perú, añade en su parte resolutiva, protestan a la faz de la tierra entera, que su resolución
irrevocable es gobernarse por sí mismos.

Reconocimiento a los combatientes[editar]


Obelisco en Pampa de Quinua, Ayacucho, Perú.

En honor y reconocimiento a los combatientes independentistas de la batalla,


se construyó en 1974, en el lugar de los hechos, un obelisco en
conmemoración a la batalla, obra del artista español Aurelio Bernandino Arias.
De estructura de concreto y revestido en mármol travertino blanco, este
monumento se encuentra ubicado en el Santuario histórico de la Pampa de
Ayacucho, en el distrito de Quinua, Provincia de Huamanga. A 37 km al noreste
de la ciudad de Ayacucho, a 3300 msnm.
Reconocimientos a Sucre[editar]

Monumento de la Nación a los Próceres venezolanos de la independencia de América. En el Paseo


Los Próceres (Caracas, Venezuela).

Bolívar, quien redactó y publicó en 1825 su resumen sucinto de la vida del


general Sucre, único trabajo en su género realizado por él, no escatimó elogios
ante la hazaña culminante de su fiel lugarteniente:
"La batalla de Ayacucho es la cumbre de la gloria americana, y la obra del general Sucre. La
disposición de ella ha sido perfecta, y su ejecución divina". Las generaciones venideras esperan la
victoria de Ayacucho para bendecirla y contemplarla sentada en el trono de la libertad, dictando a los
americanos el ejercicio de sus derechos, y el imperio sagrado de la naturaleza".
"Usted. está llamado a los más altos destinos, y yo preveo que Usted. es el rival de mi Gloria.
(Bolívar, Carta a Sucre, Nazca, 26 de abril de 1825) ".
"El Congreso de Colombia hizo entonces a Sucre General en Jefe, y el Congreso del Perú le dio el
grado de Gran Mariscal de Ayacucho,".

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