Diez Pasos Prc3a1cticos para La Plantacic3b3n de Nuevas Iglesias
Diez Pasos Prc3a1cticos para La Plantacic3b3n de Nuevas Iglesias
Diez Pasos Prc3a1cticos para La Plantacic3b3n de Nuevas Iglesias
Un material escrito por el Pbro. Manuel Molina, quien ha servido como pastor, misionero
y plantador de iglesias en México.
Los Diez Pasos no son una clave mágica o única para plantar iglesias, pero han sido
descubiertos en la práctica por plantadores en el campo; pueden simplificar el proceso
de planificación y le proporcionan al fundador de iglesias los medios que le permiten
enfocar sus energías y recursos en aquellas áreas que producirán los mejores resultados.
Si se sigue el orden de los pasos, la iglesia se desarrollará de acuerdo con los principios y
metas que el plantador desea, el orden es importante, pero puede cambiarse o adaptarse
en algunos casos.
La oración empieza por el mismo plantador, o la iglesia madre, cuando descubre que Dios
le está guiando a plantar una nueva iglesia en un lugar determinado. Ore por:
- Los líderes locales que participarán en el proyecto,
- Una estrategia,
- La gente que se espera alcanzar,
- Los recursos materiales que se necesitarán,
- Los líderes de la comunidad,
- Los permisos que se deban tramitar.
Por medio de la oración, el Espíritu Santo llega a ser el guía cuando le permitimos que nos
dirija hacia métodos y herramientas más eficaces; a veces no contaremos con fondos
económicos suficientes para adquirir materiales, pero la ayuda del Espíritu Santo será
fundamental para darle creatividad al plantador o director de una célula.
Por ejemplo, nosotros oramos con un mapa; poniendo las manos sobre él para pedir la
dirección de Dios sobre el lugar que está listo para recibir la Palabra; luego, oramos
caminando por las calles del lugar escogido. Muchas veces la respuesta de alguna familia
que abrirá su casa ha sido en la calle donde empezamos a hacer la oración.
Un principio:
La oración debe ser modelada por la vida del plantador, y no tan sólo enseñada.
En todo proyecto necesitamos planificación. Jesús nos enseña que nadie se pone a
construir, si primero no se sienta a calcular los costos. Esto no significa que para planificar
la apertura de iglesias tenemos que esperar hasta tener a la mano todos los recursos
necesarios, pues sabemos que es una empresa de fe y que Jesús nos enseñó que no
necesitaríamos llevar alforja ni bolsa para el dinero, sino que confiáramos que Él tiene
toda potestad en el cielo y en la tierra, y con esa autoridad y promesa nos envía a los
campos. La planificación más bien se aplicará a la estrategia que hemos de seguir en
nuestra nueva empresa, y de conocer las características de la comunidad que esperamos
contactar: ¿quiénes son?, ¿dónde están?, ¿a qué se dedican?, ¿de qué viven?, ¿qué
creen?, ¿qué necesidades presentan?, ¿qué servicios tienen?, ¿cómo se gobiernan?, ¿son
receptivos al evangelio o tienen resistencia?, etc.
Planifique para que la iglesia crezca más allá de sus habilidades para liderarla.
Si los Diez Pasos se implementan fielmente, el inevitable resultado será que el fundador
de iglesias se verá imposibilitado de hacer todo el trabajo y será forzado a transferir a los
nuevos creyentes a algunas áreas del ministerio. Debemos aprender que éste es uno de
los momentos más importantes y positivos de nuestro ministerio, y debemos estar
dispuestos a vivir con las frustraciones, tensiones y problemas que forzosamente
producen estas transiciones. Nuestra verdadera identidad se verá reflejada en la
multiplicación de nuestra visión y convicciones en la vida de los nuevos líderes, y no en
hacer girar a la gente, los programas y las actividades a nuestro alrededor; tampoco será
la solución ‘importar’ líderes de otro lugar para atender las nuevas obras, ya que es
probable que esto produzca problemas.
Un principio:
El evangelismo debe planificarse en la vida de la iglesia, o NO sucederá.
Es necesario determinar los métodos más eficaces para identificar a las personas
receptivas. En esa comunidad empleamos la proyección de la Película Jesús, visitas con el
cubo Evangelístico, visitas de oración, Máxima Misión, celebración de fechas especiales –
día de las madres, día del niño, etc.
Es importante que el plantador ore todos los días por su lista de contactos y organice su
agenda a fin de encontrarse con ellos.
Un contacto es alguien a quien, según nuestros planes, vamos a ver de nuevo para seguir
cultivando una amistad y proveer enseñanza bíblica.
Las tarjetas de contactos son nuestra principal herramienta para seguir en comunicación
con la persona que estamos tratando de alcanzar. Además de sus datos personales, debe
contener información sobre sus necesidades, así como también notas sobre el resultado
de nuestra visita. Uno de los valores principales de esas tarjetas es que nos ayudan a
enfocar la oración intercesora diaria, aprendemos a orar por las personas que muestran
algún interés en el mensaje que les hemos compartido.
Principios:
Sembrar mucho, para cosechar mucho
Para tener éxito en la fundación de iglesias se requiere una siembra abundante. Una
siembra abundante saca a la luz a aquellos que son fruto maduro y que están listos para
la vida eterna. Por medio de las visitas a hogares, eventos especiales o la proyección de
películas, etc., el fundador de iglesias debe establecer tantas relaciones personales como
le sea posible, y después debe usar esas relaciones para alcanzar a otros. Debemos ser
persistentes, habrá personas que tomarán una decisión por Cristo después de muchas
visitas.
En este paso hablaremos sobre cómo presentar al Jesús de la Biblia. No importa cuál es la
herramienta evangelística que utilicemos para presentar a Cristo, lo importante es
recordar que nuestra meta es llevar a las personas a una relación personal con Dios a
través de Jesús, nuestro único Salvador (Hechos 4:12) y guiándoles al arrepentimiento y
la fe en Él (Hechos 20:21). El evangelista guiará a los contactos a través una serie de
reuniones, pláticas o estudios bíblicos, que les permitan comprender quién es Jesús y
cómo creer en Él.
Principios:
- El evangelismo es un proceso:
Se trata de guiar a la persona no creyente para que establezca una relación personal con
Dios por medio de Jesucristo. Las personas no creyentes carecen de una información
adecuada, o tienen conceptos erróneos acerca de Dios, el hombre, el pecado y Jesucristo,
y deben ser puestos bajo la influencia de la revelación bíblica relacionada con estas
doctrinas. Con frecuencia, hay que llevarles a través de un proceso de redefinición de sus
conceptos acerca de Dios, el hombre, el pecado, la gracia, etc., conforme a la verdad
bíblica, ¡nunca dé por sentado que los demás comparten lo que usted cree en cuanto a
esos términos!
- El bautismo:
El testimonio externo y visible de la decisión por Cristo es el bautismo en agua. Para ser
coherentes con los patrones bíblicos, el proceso de evangelismo debe culminar en la
decisión de confesar a Jesús y poner la fe en Él (Romanos 10:8-13), decisión de la que se
da testimonio con el bautismo en agua (Mateo 28:19-20), que es una identificación
pública con el Dios trino y la iglesia como cuerpo de Cristo.
Use la Biblia de una manera tal que los nuevos creyentes se convenzan de que sí están
dispuestos a buscar a Dios en la Palabra. Él les hablará por medio de ella. Evite dar
cualquier respuesta que pueden encontrar por sí mismos. Ore con ellos de una manera
simple y directa, demostrando que sabe que Dios responderá definida y visiblemente.
Recuerde que usted está guiándoles en una relación personal con Dios, quien desea
revelarse a ellos, estableciendo una relación íntima, y teniendo comunión con ellos por
toda la eternidad.
Principios:
Nuestro principal mandamiento es: “Id y Haced Discípulos.” No sólo lograr convertidos.
¡Es crucial e importante que entendamos esta verdad! El desarrollo de los discípulos
espirituales fuertes se verá en que sean obedientes en todo lo que Cristo ha mandado
(Mateo 28:16-20). Los discípulos sanos son las “piedras vivas” que forman iglesias sanas
y crecientes. Tanto el libro de los Hechos como la historia de la Iglesia demuestran que
las iglesias serán formadas donde hay verdaderos discípulos de Jesucristo.
Como fundadores de iglesias, nuestra principal meta es guiar a los hombres y mujeres a
establecer una relación de maestro y discípulos, entre Cristo y sus creyentes. Centre el
discipulado alrededor del desarrollo de las disciplinas, puesto que ¡no existe otra manera
de mantener un crecimiento a largo plazo!
Generalmente nosotros empezamos una iglesia con una familia que se entrega a Cristo,
ofrecen su casa para iniciar estudios bíblicos, entonces invitamos a otros convertidos, o
aún contactos, a asistir un día por semana a estos estudios que son dirigidos por el
plantador o el pastor. Así, podemos abrir varias casas o células de estudio, dirigidas aún
por nuevos convertidos, dichas células, en lo sucesivo, se unirán para dar luz a la nueva
iglesia.
Se trata de crear células que provean una identidad espiritual a cada miembro y
promuevan los ministerios mutuos bajo el cuidado de un líder espiritual o un pastor. En
tanto el discipulado se enfoca en el desarrollo de los hábitos de una vida cristiana
disciplinada, la comunidad espiritual promueve la formación de los aspectos de identidad,
de responsabilidad de familia, mediante la práctica del ministerio mutuo.
Las actividades variarán de acuerdo con las necesidades e intereses del grupo. Podrán
incluir adoración, estudio bíblico, actividades de compañerismo, etc. Siempre deberán ser
oportunidades para compartir victorias, derrotas, desafíos y pruebas, así como también
un tiempo para orar los unos por los otros. Además, deberán ser un desafío para que los
miembros de la célula se sirvan unos a otros. Estas reuniones sirven, también, para
evaluar la salud de sus miembros.
Si nuestra visión es que la nueva iglesia crezca a través de los grupos de estudio bíblico o
células, entonces debemos enviar a los líderes potenciales a formar dichos grupos (pues
retenerlos sentados hará que el trabajo sólo se centre en el grupo inicial).
1. Ore para que Dios levante líderes de entre aquellos que están siguiendo activamente
las disciplinas cristianas de crecimiento. Trate de identificar a los líderes espirituales
potenciales, entre aquellos que muestran amor y que animan activamente a los
demás para que crezcan en su vida cristiana.
2. Comience a reunirse con sus líderes potenciales; ayúdeles a desarrollar y ver
claramente el cuadro de los conceptos de identidad, de comunidad espiritual y de
responsabilidad del ministerio. Practique con ellos las actividades que ellos tendrán
que fomentar en su nueva iglesia.
3. Los líderes potenciales deberán comenzar activamente a buscar a aquellos que
desean incluir en la nueva célula que están tratando de formar. Resista la tentación
de intervenir en esta etapa. El líder que tendrá la responsabilidad de mantener la
célula deberá ser el mismo que forme la célula.
Este paso es sobre descubrir y desarrollar a los hombres y las mujeres que son capaces de
implementar los distintos niveles de liderazgo que requiere el buen funcionamiento de
una iglesia.
Al llegar a esta etapa, el fundador de iglesias comenzará a dejar de estar tan activamente
involucrado como en los pasos uno al cinco, a fin de invertir su tiempo y trabajo en los
líderes emergentes, poniendo en marcha planes de capacitación para ellos.
Identifique, por medio de situaciones ministeriales reales, a los que demuestran ser “de
confianza” y “capacitados” (2 Timoteo 2:2), para comenzar un programa sistemático de
entrenamiento para que sigan desarrollando su carácter, conocimiento bíblico y
habilidades prácticas. Es transmitir o vaciar su experiencia y conocimiento en sus líderes.
Principios:
Identificamos hombres y mujeres que sean “de confianza, que a su vez estarán
capacitados para enseñar a otros” (2 Timoteo 2:2). Así que, habiendo visto su liderazgo,
comenzamos un programa de entrenamiento básico en el que nos invertimos en ellos,
que hace énfasis, para cada líder emergente, en las áreas de carácter, conocimiento y
habilidades prácticas que él o ella necesita desarrollar.
El entrenamiento para el liderazgo debe ser instrumentado de tal manera que asegure un
crecimiento simultáneo en tres áreas:
- SER (el carácter): Se desarrollará por medio de las Disciplinas para el Crecimiento
Cristiano (1 Timoteo 4:12, 15-16), el Servicio (Mateo 20:25-28), la Fidelidad (Mateo 25:14-
20), etc.
- SABER (el conocimiento): No se trata de conocer verdades bíblicas solamente, sino
saber cómo estudiar, interpretar y aplicar la Biblia a la luz de las necesidades de la gente
(Esdras 7:10, Hechos 20:20).
- HACER (la práctica): Los líderes potenciales deben saber bien cómo manejar el
evangelismo, el discipulado y la creación de una misión en la práctica, antes de proseguir
con un entrenamiento avanzado en el liderazgo.
Los líderes deben crecer en carácter (SER), habilidades prácticas (HACER) y en información
(SABER).
Llevar a los creyentes, que están creciendo y están entusiasmados en cuanto a su fe, a
reconocer corporativamente la presencia y el poder de Dios.
Cuando dos o más células están funcionando, el evangelista trabajará con los líderes de
estas células a fin de planificar encuentros en conjunto donde los creyentes celebrarán su
fe en Jesucristo. Si se atiende bien el trabajo de los grupos de estudio bíblico, pronto
estarán listos para la celebración del culto y la enseñanza de la Palabra en público.
Principios:
El valor de la adoración corporativa
Cuando dos o más células se forman y están funcionando, ha llegado el momento para
reunir estos grupos de forma periódica para que adoren a Dios corporativamente. La
adoración coporativa:
• Introduce al nuevo creyente en la perspectiva de que forma parte del cuerpo
de Cristo, que es más grande.
• Da oportunidad para usar una variedad de dones, y permite que se desarrollen
todos esos dones especializados que una sola célula difícilmente podría
mantener.
• Provee a los líderes de una célula un mayor control en asuntos de doctrina y
estilo de vida.
• Protege de ataques internos y externos.
• Cuenta con aquella dinámica especial para la adoración que usualmente se
genera en grupos más grandes.
• Hace que la iglesia sea más visible a los ojos de quienes no son cristianos.
• Ayuda a los creyentes individuales mientras van aprendiendo cuál es su
responsabilidad como miembros de una iglesia organizada y se van
preparando para la organización.
• Ayuda a mantener el equilibrio y genera energía cuando las victorias, los
desafíos y aún las derrotas de los creyentes y las células se contemplan sobre
la perspectiva del obrar de Dios en el grupo más grande.
• Puesto que muchas células no serán guiadas por creyentes que tienen el don
de la enseñanza, la Celebración proporciona una oportunidad en la que los
maestros pueden ejercer sus dones en beneficio de todo el cuerpo.
La organización será sólo una guía y NO una camisa de fuerza para la nueva obra.
Plantar una iglesia es como iniciar la construcción de una casa; el ladrillo básico de la
iglesia es el convertido. Esto es tan obvio que, con frecuencia se pasa por alto. El enfoque
principal del fundador de iglesias debe estar puesto en los convertidos y, aunque la
estructura y organización no son lo más importante, le darán forma para conservar los
resultados. El éxito o el fracaso del fundador de iglesias estará directamente relacionado
con el fruto de su trabajo en las almas convertidas. El trabajo misionero no se debe dejar
de hacer para dedicarnos a mantener los resultados obtenidos; ambas tareas deben
continuar simultáneamente.
Sugerencias:
1. Capacite a los líderes nombrados para el desempeño de sus deberes.
2. Reúnase con sus nuevos líderes, la nueva junta (en la mayoría de los casos,
serán los mismos que lideran las células o las reuniones en hogares), para
elaborar los planes mensuales o aplicar los planes distritales.
3. Sométase al liderazgo superior y enseñe a los nuevos líderes a trabajar en
equipo con los distintos niveles de la iglesia, como denominación, ya que todos
estamos trabajando para la misma Misión.
4. Formule un plan que permita crecimiento local y a nuevas comunidades, de tal
manera que la nueva iglesia no se encierre en sus cuatro paredes.
5. Mantenga la visión de levantar y capacitar a otros líderes voluntarios. El
liderazgo pagado tiende a frenar el avance de la nueva iglesia.
Paso Diez: Mirando los Campos Blancos
Mantenga la visión de nuevas obras como algo natural de la vida de la iglesia. Como el
modelo de la iglesia de Antioquía de Hechos 13.
Formule un plan que permita crecimiento local y a nuevas comunidades, de tal manera
que la nueva iglesia no se encierre en sus cuatro paredes. La tentación será conformarse
con lo alcanzado, además, que los nuevos creyentes querrán estar juntos y no permitir
que el pastor los abandone para ir a explorar nuevos campos. En una ocasión, un buen
hermano decía “si usted, pastor, se va a otro lugar, yo vuelvo al mundo,” el pastor le
contestó: “creí que usted seguía a Cristo, pero parece que ha decidido cambiarlo por este
siervo inútil” Esto sucede cuando la koinonía se vuelve koinonitis, frenando así el
crecimiento o expansión de la iglesia.
Nunca deje de hacer las cosas que producen crecimiento. Un error es que el plantador se
dedique a administrar los frutos y deje de sembrar (como ha sucedido en ciertos lugares,
como el caso del proyecto “Visión 93-2000”, que en la organización de un distrito pionero
en la Sierra de Chiapas se estancó en su crecimiento).
Nosotros hemos tenido que examinar nuestro enfoque para volver a la visión original de
plantar iglesias en nuestro campo escogido.
***Esperamos que esta serie de pasos prácticos para plantar nuevas iglesias haya sido
útil para ti como lector, en tu ministerio. Agradecemos al Rev. Manuel Molina por su gran
trabajo en elaborar este material, y por su eficacia en ponerlo en práctica.