Historia Bloque 9
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9.1. ALFONSO XIII Y LA CRISIS DEL SISTEMA POLíTICO DE LA RESTAURACIÓN: LOS PARTIDOS
DINÁSTICOS. LAS FUERZAS POLíTICAS DE LA OPOSICIÓN: REPUBLICANOS, NACIONALISTAS,
SOCIALISTAS Y ANARCOSINDICALISTAS
EI 17 de mayo de 1902 Alfonso XIII es proclamado rey. Rasgo de su reinado fue su protagonismo
político, unido a la desaparición de Cánovas y Sagasta, la inestabilidad política y el protagonismo
militar.
Los intentos de regeneración del sistema y su fracaso se produjeron de 1902-1914. Hay intentos
de modernización promovidos por los partidos dinásticos del turno, Conservador y Liberal. Y
del regeneracionismo partió el revisionismo político, para dar un nuevo impulso a la política de
la Restauración.
Silvela lideró el Partido Conservador tras el asesinato de Cánovas. En sus cortos gobiernos inició
una política reformista, para ello creó los ministerios de Instrucción Pública y de Agricultura;
Fdez. Villaverde reformó la Hacienda, y Eduardo Dato retomó la legislación social iniciada en la
I República.
Maura le sucedió en 1903 y protagonizó el revisionismo conservador; presidente en el Gobierno
corto (1903-1904) y en el Gobierno largo (1907-1909). La intención de Maura era realizar una
"revolución desde arriba", reformando lo estrictamente necesario y así mantener las bases
fundamentales del sistema.
Su programa se basó: conservadurismo católico de masas, conectar la monarquía con la
realidad social, incorporar otras fuerzas políticas al sistema, y una política exterior nacionalista
y de expansión en Marruecos para olvidar el 98. Proyectó la Ley de Bases de la Administración
Local, para formar mancomunidades; fundó el INP, aprobó la Ley de Huelga y Reforma Electoral
(oficialmente para eliminar el fraude, pero quería frenar el voto socialista y republicano).
En julio de 1909 estalló en Barcelona la Semana Trágica, en ella confluyeron varios problemas:
el catalanismo político (Ley de Jurisdicciones 1906, Solidaritat Catalana), los republicanos
(Partido Republicano Radical), y el movimiento obrero (Solidaridad Obrera). Los sucesos se
iniciaron cuando el Gobierno de Maura reclutó reservistas con destino a Marruecos. Las
organizaciones obreras convocaron una huelga general de protesta en Barcelona, que
degeneró en un motín que duró una semana. Se construyeron barricadas, hubo actos de
proclamación de la República, quema de edificios religiosos y numerosas detenciones. La dura
represión con ejecuciones (Ferrer i Guardia) acarreó críticas internacionales y una campaña de
desprestigio (republicanos, socialistas y liberales) provocando la dimisión de Maura.
El revisionismo liberal lo protagonizó José Canalejas (1910-1912), en su programa admitía la
intervención del Estado en la economía y la sociedad, separación Iglesia-Estado (Ley del
Candado 1910), incrementó la protección legal a los trabajadores, aprobó la Ley de
Reclutamiento (1912) que establecía el servicio militar obligatorio en época de guerras, sin
exenciones; y democratización del régimen. En 1912 fue asesinado por un anarquista.
La crisis del sistema de la Restauración vino con la muerte de Canalejas. Los dos partidos sufrían
una fuerte crisis de liderazgo y de relación entre ellos, al tiempo crecía la oposición de
republicanos, socialistas y nacionalistas. Comenzaba así un enfrentamiento real entre los dos
partidos, y la alternancia a partir de ahora se producía por mandato real.
Al margen de los partidos dinásticos, las fuerzas políticas de oposición se fueron reforzando,
estas eran:
• El republicanismo principal fuerza de oposición, pero fragmentada en diversos grupos,
defendían el progreso y la justicia social. En el reinado de Alfonso XIII surgen dos nuevos
partidos: Partido Radical fundado (1908) por Lerroux, anticatalanista, anticlerical y
revolucionario; y el Partido Reformista (1912) fundado por Melquiades Álvarez, más
moderado que llegaba a admitir la monarquía democrática y social.
• Los nacionalismos. El más implantado era el catalán, y el partido más arraigado la Lliga
Regionalista, conservadora y que gobernó de 1914 a 1923. En 1906 nace Solidaritat
Catalana, agrupación interclasista para defender los derechos de Cataluña. En 1917 nace
Partit Republicá Catalá, y 1922 Acció Catalá y Estat Catalá dirigida por Maciá. El
republicanismo sería derrotado por la Lliga hasta su unión en un solo partido en 1931,
Esquerra Republicana de Catalunya.
El nacionalismo vasco seguía teniendo su principal expresión en el PNV, apoyado en la
burguesía bilbaína, ultraconservadora y recelosa del progreso e industrialización. Creó su
propio sindicato Solidaridad de Obreros Vascos. También creció el nacionalismo gallego
(Solidaridad Gallega), junto al regionalismo valenciano y andaluz.
• Los socialistas. En su rama política (PSOE) y sindical (UGT) continuaban su lento crecimiento,
principalmente en Madrid, País Vasco y Asturias. Sin renunciar a la revolución
social, cada vez participaban más en la vida parlamentaria, así en 1910 Pablo Iglesias se
convirtió en el primer socialista en acceder a las Cortes.
• Los anarcosindicalistas. En 1910 nace la Confederación Nacional de Trabajadores (CNT) que
llegó a ser el sindicato mayor de España, con gran crecimiento tras la Primera Guerra
Mundial (de 15000 a 700000 afiliados). Se definía como revolucionaria y defendía la huelga
y el boicot hasta proceder a la huelga general revolucionaria.
La primera etapa del reinado de Alfonso XIII estuvo marcada por el regeneracionismo. La muerte
de Canalejas (1912) truncaría el espíritu regeneracionista abriendo un periodo de inestabilidad
hasta la dictadura de 1923. La ruptura del turno pacífico, junto a la descomposición del
caciquismo, presentaba otras opciones políticas como alternativas.
La crisis de 1917 fue el reflejo de un descontento extendido por parte de la sociedad, desde
oficiales del ejército hasta la clase obrera, pasando por los representantes políticos excluidos
del sistema. Es decir, fueron en realidad tres revoluciones entre los meses de junio y agosto,
aunque no conectaron entre sí.
• La protesta militar. Desde 1916 el Ejército había organizado Juntas de Defensa. Sus objetivos:
oponerse a los ascensos por méritos de guerra; solicitar subidas de sueldos y exigir mayor
respeto al Ejército.
El Gobierno admitió sus peticiones, promulgándose la Ley del Ejército (1918), así el Ejército
volvía a ser el pilar de la monarquía y del Gobierno frente al problema social.
• La oposición política. Desde febrero las Cortes estaban cerradas por miedo al planteamiento
de problemas. Cambó jefe de la Lliga y de la burguesía política catalana, intervino y ante la
formación de Juntas de Defensa, pidió reabrir las Cortes. Ante la negativa
del gobierno, el 5 de julio convocó a parlamentarios catalanes a una asamblea, en ella se
solicitó al gobierno la convocatoria de Cortes Constituyentes y que reconociera la autonomía
de Cataluña. Al tiempo se convocó a todos los parlamentarios españoles a una nueva reunión
el19 de julio, esta convocatoria conocida como Asamblea de Parlamentarios
ratificaron los acuerdos anteriores, firmaron los catalanistas, republicanos y socialistas. El
gobierno declaró inconstitucional la asamblea y el movimiento fue disuelto.
• El movimiento obrero (UGT, CNT), organizó una huelga general indefinida (13-agosto-1917)
contra el régimen y el deterioro del nivel de vida de los trabajadores, pretendían acabar en
una revolución y el fin del régimen. Tuvo gran seguimiento en Madrid, Barcelona, Asturias,
Vizcaya y Zaragoza, en Andalucía solo los trabajadores urbanos. El gobierno detuvo al comité
de huelga y sacó las tropas a las calles. A final de agosto la huelga estaba acabada, con un
saldo de setenta muertos y dos mil detenidos.
El 13 de septiembre de 1923 Primo de Rivera dio un golpe de Estado, que fue reconocido por
Alfonso XIII mandándole formar gobierno sin contar con el Parlamento.
El nuevo régimen recibió el apoyo de la burguesía, del Partido Socialista y la UGT. Primo de
Rivera, afirmaba no pretender establecer un régimen definitivo.
De septiembre 1923 a diciembre 1925, se desarrolla la etapa del Directorio Militar. Se proclamó
el Estado de guerra, Primo de Rivera disolvió las Cortes, suspendió la Constitución, sustituyó los
gobernadores civiles por militares, publicó el Decreto de Incompatibilidades, paró
el expediente Picasso, creó el Somatén Nacional, disolvió la Mancomunidad de Cataluña,
persiguió el radicalismo vasco (PNV) y a los anarquistas que quedaron en la clandestinidad y su
organización desarticulada.
La dictadura se institucionalizó con la promulgación del Estatuto Municipal (1924),
nombramiento de delegados gubernativos en los ayuntamientos (militares), y creación de la
Unión Patriótica (UP-1924) partido político propio.
Su mayor éxito vino de Marruecos. Tras una etapa de abandono, los ataques rifeños a las
posiciones españolas (1924) y las conversaciones con Franco y Sanjurjo, le animaron a acabar
con el conflicto. Se preparó un potente ejército, que unido al francés, desembarcó en la bahía
de Alhucemas (septiembre 1925), y tras semanas de batallas, Abd-el-Krim se entregó. El éxito
conseguido le reconcilió con el Ejército, con los ciudadanos cansados de guerra, con los
empresarios inversores en Marruecos y con Hacienda que podía reducir el déficit.
En diciembre de 1925 se constituyó el Directorio Civil. Tras los éxitos económicos y políticos,
Primo de Rivera intentó consolidar el régimen a imitación del fascismo italiano. Convocó una
Asamblea Nacional Consultiva (copia del Gran Consejo Fascista italiano) formada por miembros
de UP, que llegaría a presentar un anteproyecto de Constitución en 1929 que no llegó a
promulgarse. En política social, se puso en marcha la Organización Corporativa del Trabajo,
especie de sindicato oficial, y se creó el Consejo Nacional del Trabajo.
Cada vez más aislado políticamente, el 28 enero 1930 Primo de Rivera presenta la dimisión al
Rey.
En el final del reinado de Alfonso XIII (1930-1931), el rey decidió restablecer el viejo sistema
parlamentario, pero los dos gobiernos que se sucedieron ni restablecieron la Constitución de
1876 ni convocaron elecciones generales. El rey encargó formar gobierno al general Dámaso
Berenguer; pero la complicidad del Rey con la dictadura, alentó el crecimiento republicano, y
las fuerzas políticas republicanas firmaron el Pacto de San Sebastián, con un comité
revolucionario al que se unieron PSOE y UGT. Éstas fueron apoyadas por intelectuales y
respaldadas por acciones del ejército (sublevación de Jaca-diciembre 1930).
Tras la dimisión de D. Berenguer, el nuevo gobierno del almirante Aznar convocó elecciones
municipales el 12 de abril. Acudieron en coalición los firmantes del Pacto de San Sebastián, con
un resultado favorable que desencadenó la abdicación del rey y la proclamación de la II
República.