Derecho Real de Superficio
Derecho Real de Superficio
Derecho Real de Superficio
I. Planteamiento
1
Artículos 1670 a 1679 del Código Civil del Estado de Coahuila de Zaragoza.
2
Artículos 1075 a 1082 del Código Civil del Estado de Guerrero.
3
Artículos 1213 a 1223 del Código Civil del Estado de Jalisco.
4
Artículos 1046 a 1053 bis IX del Código Civil del Estado de Nuevo León.
5
Artículos 1283 a 1291 del Código Civil del Estado de Tabasco.
6
Artículos 2207 a 2214 del Código Civil del Estado de Quintana Roo.
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7
“Iniciativa con proyecto de decreto que reforma y adiciona diversas disposiciones al
Código Civil para el Estado de Veracruz de Ignacio de la Llave”, por virtud del cual se pro-
pone incorporar al marco jurídico local el derecho de superficie. Turnada por acuerdo del
Pleno tomada en sesión del 5 de marzo de 2020, p. 23.
Ibidem, p. 16.
8
9
En este sentido, hay que remitirse al contenido del artículo 1o. de la Constitución de
los Estados Unidos Mexicanos, que establece el deber de todas las autoridades para otorgar
la protección más amplia en materia de derechos humanos, y, de igual manera, al artículo
4o. de la Constitución Política del Estado de Veracruz de Ignacio de la Llave, párrafo décimo
(reformado en la G.O. del 27 de diciembre de 2018): “En el Estado, todas las personas goza-
rán de los derechos humanos y garantías para su protección, consagrados en la Constitución
Política de los Estados Unidos Mexicanos, los Tratados internacionales de los que el Estado
Mexicano sea parte, esta Constitución y las Leyes que de ella emanen; así como aquellos que
reconozca el Poder Judicial del Estado sin distinción alguna de origen étnico o nacional, sexo,
idioma, religión, situación migratoria, opinión política, preferencias sexuales, condición o
actividad social. Las normas relativas a los derechos humanos se interpretarán de conformi-
dad con la Constitución General de la República, los tratados internacionales de la materia y
esta Constitución, favoreciendo en todo tiempo a las personas la protección más amplia”. En
concordancia con lo establecido en el ámbito internacional, la Convención Americana sobre
Derechos Humanos señala: “Artículo 21. Derecho a la Propiedad Privada. 1. Toda persona
tiene derecho al uso y goce de sus bienes. La ley puede subordinar tal uso y goce al interés
social. 2. Ninguna persona puede ser privada de sus bienes, excepto mediante el pago de
indemnización justa, por razones de utilidad pública o de interés social y en los casos y según
las formas establecidas por la ley. 3. Tanto la usura como cualquier otra forma de explotación
del hombre por el hombre, deben ser prohibidas por la ley”.
D. 43.8.2.17. Quien haya edificado en solar público sin que nadie se lo hubie-
se prohibido, el procurador de las obras públicas debe demolerlo, pero si no
obsta debe imponer al promotor —superficiario— un solarium [Si quis nemine
prohibente in publico aedificaverit, non esse eum cogendum tollere, qui operibus publicis pro-
curat, debebit id deponere, aut si non obstet, solarium ei imponere].10
14
D.43.18.2. Traducción de Guillermo Suárez Blázquez.
15
Referencias en el mismo sentido: D.43.18.3.7, D.9.2.50, D.43.18.2.
16
“El origen de superficies solo cedit se encuentra en los mores maiorum, pasando a ser reco-
nocido por el ius civile como un principio absoluto, inderogable. Sin embargo, la inderogabi-
lidad de éste se aviene mal con las distintas prácticas de construcción que desde el final de la
etapa republicana surgen en Roma. La nueva realidad social y económica de Roma, como
constatan las fuentes, lleva tanto a la jurisprudencia como al ius honorarium a flexibilizar la
aplicación del mismo. Esta flexibilización, iniciada en el derecho clásico, encuentra reconoci-
miento en el derecho postclásico que, debido a la influencia de los pueblos orientales, consa-
gra el mismo como un principio disponible por las partes, lo que permite el reconocimiento
de institutos como ius superficici”. Zaera García, Ana Belén, “Superficies solo cedit”, Anuario da
Facultade de Dereito da Univesidade da Coruña, 12, 2008, 1007-1015, disponible en: https://ruc.udc.
es/dspace/handle/2183/7433.
17
Maschi, Carlo A., “La proprietà divisa per piani, superficie e l’estensione ai provinciali
del principio”, Studi Arangio-Ruiz 4, Napoli, 1953, p.136, citado por Zaera García, Ana Belén,
op. cit.
Guzmán Brito, Alejandro, Derecho privado romano, Chile, Editorial Jurídica de Chile,
19
1996, t. I, p. 639.
Kaser, Max, Derecho privado romano, trad. de José Santa Cruz Teijeiro, Madrid, Reus,
20
p. 640.
Guzmán Brito, Alejandro, op. cit., p. 640.
22
toda vez que en la época clásica aparece independizado de esa figura con-
tractual, pues, a decir de Guzmán Brito, la causa o título de la concesión del
terreno para edificar puede fundarse no sólo en el convenio de pagar una
renta periódica, sino además en el de pagar un precio único, y en este caso
se trataría de una compraventa.23
Determinar la naturaleza jurídica del derecho de superficie es una dis-
cusión aún inacabada por parte de los tratadistas, romanistas y civilistas.
Es conveniente apelar a los criterios y perspectivas histórico-jurídicos para
valorar el sentido e importancia de este derecho, independientemente de
concederle la calidad de un derecho sobre propiedad ajena, ius in re aliena,
que a decir de Suárez Blázquez resulta inapropiado o demasiado rígido;
no obstante, consideramos pertinente aludir al razonamiento realizado por
el autor, tomándolo como sustento para advertir el carácter sui géneris del
derecho de superficie.
En periodos de expansión urbanística se apreciaría de valor. En tiempos
de guerra y de crisis generalizada el mercado superficiario público se de-
preciaría. En todo caso, los negocios superficiarios privados sobre edificios
y locales superficiarios públicos constituyeron un mecanismo poderoso de
fomento del urbanismo en altura, del comercio, de la industria y de la crea-
ción y circulación de riqueza privada en el imperio.24
De manera particular, quien edificara, plantara o sembrara en terreno
ajeno podría ser propietario de lo edificado, plantado o sembrado, sin que
accediera en propiedad al dueño del terreno. Lo anterior requería el con-
sentimiento del dueño del terreno, quien generalmente recibía a cambio un
pago (canon), constituyéndose el derecho de superficie por un tiempo muy
largo (cincuenta años o más). Con ello, el derecho de superficie revela su
especial esencia y naturaleza sui géneris.
El derecho justinianeo, aunque enuncia superficies solo cedit en las Ins-
tituciones, se acoge a la evolución del mismo y, al igual que en el derecho
postclásico, queda configurado como un principio derogable en virtud de la
autonomía de las partes.25
Inst. Iust. 2.1.29. Cuando alguno hubiere edificado en su suelo con materiales
ajenos, se entiende que él mismo es dueño del edificio, por que cede al suelo
todo lo que en él se edifique. Sin embargo, el que había sido dueño de los
materiales no deja por eso de ser su dueño; pero mientras tanto, ni puede
23
Refiere en cita a pie de página el texto general en D.43.18.1.1, donde se distingue entre
tomar en arriendo la superficie (sid conduxit superficium) y compra (si emit).
Suárez Blázquez, Guillermo, op. cit., p. 17.
24
26
Ramírez Santibañez, Ana María Estela, Concepto, evolución y carácter derogatorio del derecho de su-
perficie, México, Universidad Iberoamericana de Puebla, Cuadernos de Investigación, 2013, p. 12,
disponible en: https://repositorio.iberopuebla.mx/bitstream/handle/20.500.11777/236/Cuadernosde
investigacion8-Ramirez.pdf?sequence=1.
27
Superficies solo cedit significa que todo lo construido en terreno ajeno, así como lo plan-
tado o sembrado, Plantae quae terra coalescunt solo cedunt, se accesan al terreno, bajo el principio
de “lo accesorio sigue la suerte de lo principal”.
28
Código Civil Argentino, vigente hasta el 31 de julio de 2015. Actualmente derogado.
Cuando una persona posee un derecho actual que le permite construir en be-
neficio suyo sobre un fundo ajeno puede constituir hipoteca sobre los edificios
cuya construcción haya comenzado o que esté simplemente proyectada; en
caso de destrucción de los edificios la hipoteca se traslada de pleno derecho a
las nuevas construcciones edificadas en el mismo lugar.
Esta redacción nos parece que introduce con toda claridad la posibili-
dad de atender al principio de “autonomía de la voluntad”, dejando a las
partes en aptitud de generar por vía convencional la alternativa de crear un
contrato atípico, permitiendo, a voluntad, construir en beneficio de un par-
ticular, sobre un fundo ajeno.
Asimismo, siguiendo a Cruz Ponce, destacaremos la redacción del ar-
tículo 2899 del Código Civil del Distrito Federal, actual para la Ciudad de
México y de aplicación supletoria para toda la República mexicana: “Ar-
tículo 2899. La hipoteca de una construcción levantada en terreno ajeno
no comprende el área”.
29
Micieli, Laura, “Derecho de superficie: su resurgir, tal la idea del derecho romano, en
el nuevo Código Civil Argentino”, en Adame Goddard, Jorge y Heredia Vázquez, Horacio
(eds.), Estudios latinoamericanos de derecho romano México, UNAM, Instituto de Investigacio-
nes Jurídicas, 2017, pp. 343-345, disponible en: https://archivos.juridicas.unam.mx/www/bjv/
libros/10/4669/22.pdf.
30
Ramírez Santibañez, Ana María Estela, op. cit., pp. 12 y 13.
Gaceta Legislativa del Estado de Veracruz, que contiene la “Iniciativa de decreto que reforma
33
Título quinto
Del usufructo, de superficie, del uso y de la habitación
Capitulo V
Del derecho de superficie
Artículo 1081 bis. El derecho real de superficie consiste en la facultad de
construir y mantener un edificio o plantación propia en suelo ajeno o el ad-
quirir una construcción o plantación ya existente separada del terreno o pre-
dio donde se establezca o siembre.
Artículo 1081 ter. El derecho real de superficie puede constituirse a título
oneroso o gratuito, por acto inter vivos o por mortis causa, sobre la superficie del
terreno o por debajo de ésta, sobre construcciones ya existentes o por edificar,
sobre la totalidad del predio o una fracción del mismo.
Artículo 1081 quater. En el derecho de superficie, el terreno pertenece al
propietario o superficiante y lo sembrado o edificado al superficiario.
Artículo 1081 quinquies. El derecho de superficie como derecho real y
temporal deberá constar en escritura pública e inscribirse en el Registro Pú-
bico de la Propiedad, para ser oponible a terceros.
Artículo 1081 sexies. Puede el superficiario dar en usufructo su derecho y
puede hipotecarlo, pero en todo caso, los derechos reales o personales que el su-
perficiario haya constituido en favor de terceros, respecto de la siembra, planta-
ciones o construcciones del derecho de superficie concluyen al extinguirse éste.
Artículo 1081 septies. El derecho real de superficie no se extingue por la
destrucción de lo sembrado o construido, salvo pacto en contrario. En caso
34
En armonización con el deber constitucional en el orden federal y local, que impone
el principio pro persona.
que ha sido aún más agravado por efecto de la crisis económica ocasionada
por la pandemia por COVID-19 (2020).
En el ámbito de la materia ambiental y forestal, las alternativas podrían
ser de gran importancia para el sector industrial, comercial y, fundamen-
talmente, el de la administración pública, ya que el Estado mexicano en-
cuentra deberes y obligaciones en cuanto a la conservación y preservación
de un medio ambiente sano y equilibrado,38 en seguimiento a los principios
precautorio39 e intergeneracional,40 que lo obligan a generar e implementar
las estrategias necesarias para otorgar la debida protección.41
En este sentido, observamos que el derecho de superficie marca una vis
fundamental que bien orientada y diseñada podría iniciar el camino en la
regulación de estándares básicos y ciertos para el manejo de la propiedad
horizontal e incentivar el flujo de capitales con la certeza de sus inversiones
y capitales.
En el mismo orden de ideas, conviene traer a cuenta la reciente expe-
riencia argentina, en relación con la reforma y adición a su codificación civil
en materia del derecho de superficie; veamos el artículo 2114:
VII. Bibliografía