Pnud HN Idh Honduras 2022
Pnud HN Idh Honduras 2022
Pnud HN Idh Honduras 2022
Esta publicación puede ser reproducida total o en partes, en cualquier forma o por cualquier medio, sea elec-
trónico, mecánico, fotocopiado o de otro tipo, siempre y cuando se cite la fuente.
Esta publicación se ha elaborado con el apoyo financiero del Programa de las Naciones Unidas para el Desa-
rrollo (PNUD); la Agencia Suiza para el Desarrollo y la Cooperación (COSUDE); el Departamento de Relaciones
Exteriores, Comercio y Desarrollo del Gobierno de Canadá; la Unión Europea (UE); el Banco Centroamericano
de Integración Económica (BCIE); y la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID).
Las opiniones y recomendaciones expresadas en esta publicación son de los autores y autoras de los ensayos,
y no representan necesariamente las de Naciones Unidas, incluido el PNUD, o las de sus Estados miembros ni
de las entidades donantes.
Para más información acerca de esta publicación, puede visitar el sitio web del PNUD en Honduras:
www.hn.undp.org
El PNUD Honduras agradecerá los comentarios o sugerencias que pueda hacer al presente informe mediante
esta dirección de correo: pnudhn@undp.org
El PNUD forja alianzas con todos los niveles de la sociedad para ayudar a construir naciones resilientes ante
los distintos problemas actuales. De la misma manera, promueve y sostiene un tipo de crecimiento que mejora
la calidad de vida de todos los actores sociales. El PNUD se encuentra presente en 170 países y trabaja para
erradicar la pobreza y reducir las desigualdades y la exclusión, así como ofrecer una perspectiva global y un
conocimiento local al servicio de las personas y las naciones.
Noviembre de 2022
ESTADO DE DERECHO
FUNDAMENTO DE LA TRANSFORMACIÓN 2022-2030
H AC I A U N A AG E N DA C I U DA DA N A
SIGLARIO
ACNUDH: Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos
(OHCHR por sus siglas en inglés)
ACNUR: Agencia de la ONU para los Refugiados
AECID: Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo
AFP: Administradora de Fondos de Pensiones
AGAUNAH: Asociación de Estudiantes Garífunas de la Universidad Nacional Autónoma de
Honduras
AJD: Asociación de Jueces por la Democracia
ALC: América Latina y el Caribe
AMHON: Asociación de Municipios de Honduras
APJ: Alianza por la Paz y la Justicia
APS: Atención Primaria de Salud
ASJ: Asociación para una Sociedad más Justa
ASONOG: Asociación de Organismos No Gubernamentales
ATIC: Agencia Técnica de Investigación Criminal
BCH: Banco Central de Honduras
BCIE: Banco Centroamericano de Integración Económica
BID: Banco Interamericano de Desarrollo
BM: Banco Mundial
CARE: Cooperative for Assistance and Relief Everywhere, Inc.
(Cooperativa de asistencia y socorro en todas partes, Inc.)
CC-ERP: Consejo Consultivo para la Estrategia de Reducción de la Pobreza
CCIT: Cámara de Comercio e Industrias de Tegucigalpa
CCUH: Comunidad Cristiana Universitaria de Honduras
CDC: Centers for Disease Control and Prevention
(Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades)
CEASCI: Centro de Estudios y Análisis de Convivencia y Seguridad Ciudadana
CEDAW: Convention on the Elimination of All Forms of Discrimination against Women
(Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la
Mujer)
CEDE: Comisión Especial de Descentralización del Estado/Comisión Ejecutiva de Descentralización
del Estado
CEDIJ: Centro Electrónico de Documentación e Información Judicial
CEDOH: Centro de Documentación de Honduras
CEJA: Centro de Estudios de Justicia de las Américas
CEJIL: Centro por la Justicia y el Derecho Internacional
CELADE: Centro Latinoamericano y Caribeño de Demografía
CENISS: Centro Nacional de Información del Sector Social
CEPAL: Comisión Económica para América Latina y el Caribe
CEPALSTAT: Base de datos y publicaciones estadísticas de la CEPAL
CES: Consejo Económico y Social
CES: Cuerpo Especial de Seguridad
CESPAD: Centro de Estudio para la Democracia
5
FFAA: Fuerzas Armadas de Honduras
FFI: Flujos financieros Ilícitos
FIDA: Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola de las Naciones Unidas
FLACSO: Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales
FMI: Fondo Monetario Internacional
FNAMP: Fuerza Nacional Antimaras y Pandillas
FNCCP: Fuerza Nacional de Control de Centros Penitenciarios
FONAC: Foro Nacional de Convergencia
FOSDEH: Foro Social de la Deuda Externa y Desarrollo de Honduras
FUASIF: Fundación Amigo Sin Fronteras
FUSINA: Fuerza de Seguridad Interinstitucional Nacional
GEI: Gases de efecto invernadero
GII: Índice de Desigualdad de Género
GNUDS: Grupo de las Naciones Unidas para el Desarrollo Sostenible
IA: Inteligencia artificial
ICEFI: Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales
IDEA: International Institute for Democracy and Electoral Assistance
(Instituto Internacional para la Democracia y Asistencia)
IDG: Índice de Desarrollo de Género
IDH: Índice de Desarrollo Humano
IDH-D: IDH ajustado por Desigualdad
IDH-P: IDH ajustado por las presiones planetarias
IDL: Índice de Democracia Liberal
IFMSA: Federación Internacional de Asociaciones de Estudiantes de Medicina en Honduras
IFPRI: International Food Policy Research Institute
(Instituto Internacional de Investigación sobre Políticas Alimentarias)
IGI: Índice Global de Impunidad
IHME: Instituto de Evaluación y Métricas en Salud
IHSS: Instituto Hondureño de Seguridad Social
IIEG: Índice de Inversión de Equidad de Género
IIES: Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales
IMDH: Informe Mundial de Desarrollo Humano
IMF: International Monetary Fund
INA: Instituto Nacional Agrario
INAM: Instituto Nacional de la Mujer
INB: Ingreso nacional bruto
INE: Instituto Nacional de Estadística
INP: Instituto Nacional Penitenciario
INPREMA: Instituto Nacional de Previsión del Magisterio
INPREUNAH: Instituto Nacional de Previsión de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras
IPM: Índice de Pobreza Multidimensional
IPM: Instituto de Previsión Militar
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PIB: Producto interno bruto
PIEGH: Plan de Igualdad y Equidad de Género
PINU: Partido Unificación y Unidad
PISA: Evaluación Internacional de Estudiantes (siglas en inglés)
PLH: Partido Liberal de Honduras
PMOP: Policía Militar del Orden Público
PN: Penitenciaria Nacional
PNB: Producto Nacional Bruto
PNH: Partido Nacional de Honduras/Policía Nacional de Honduras
PNUD: Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo
PNUD-RBLAC: Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo-Bureau Regional para América Latina
y el Caribe
PRDS: Plan de Reconstrucción y Desarrollo Sostenible
PREPACE: Programa de Rehabilitación de Parálisis Cerebral
PROGRESAN Programa de Sistemas de Información para la Resiliencia en Seguridad
-SICA: Alimentaria y Nutricional de la Región del SICA
PSA: Pagos por servicios ambientales
RED MIAH: Red de Mujeres Indígenas y Afrohondureñas
RNP: Registro Nacional de las Personas
RUP: Registro Único de Participantes
SAR: Servicio de Administración de Rentas
SCGG: Secretaría de Coordinación General de Gobierno
SEDH: Secretaría de Estado en los Despachos de Derechos Humanos
SEDIS: Secretaría de Estado en los Despachos de Desarrollo e Inclusión Social
SEDUC: Secretaría de Estado en los Despachos de Educación
SEFIN: Secretaría de Estado en los Despachos de Finanzas
SEGIB: Secretaría General Iberoamericana
SEJE: Sistema de Expediente Judicial Electrónico
SEN: Sistema Estadístico Nacional
SESAL: Secretaría de Estado en los Despachos de Salud
SICA: Sistema de Integración Centroamericana
SMAPS: Salud mental y apoyo psicosocial
SSR: Salud sexual y reproductiva
STSS: Secretaría de Estado en los Despachos de Trabajo y Seguridad Social
SUDECC: Sustainable Development and Climate Change (Desarrollo Sostenible y Cambio Climático)
TIC: Tecnologías de información y comunicación
TIGRES: Unidad de Toma Integral Gubernamental de Respuesta Especial de Seguridad
TJE: Tribunal de Justicia Electoral
TJN: Tax Justice Network (Red para la Justicia Fiscal)
TSE: Tribunal Supremo Electoral
UCI: Unidad de Cuidados Intensivos
UD: Partido Unificación Democrática
UDIMUF: Unidad de Desarrollo Integral de la Mujer y la Familia
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EQUIPO DEL INFORME DE DESARROLLO HUMANO
Investigación y estadística
Ramón Romero (especialista sénior), Alex Navas (investigador asociado), Miguel Ramos
(economista investigador), Ely Noé (investigadora asociada), Víctor Ordóñez (analista estadístico)
Asistentes de investigación
Gracia Arteaga, Iliana Licona, Pedro Acosta, Ángel Rodríguez, Katherine Flores, Andrea Girón, Ruth
Perdomo
Otras colaboraciones
Gustavo Fernández Saavedra (asesor estratégico sénior), Antonella Spada (analista en
prospectiva), Laura Chinchilla Miranda (investigadora en seguridad ciudadana), Julieta Castellanos
(investigadora en gobernabilidad y seguridad), Mónica Pinilla (Oxford Iniciativa, investigadora
en protección social), Andrés Ham González (economista-investigador en políticas económicas
y desarrollo humano), Nelson Garrido (especialista en juventud), Carolina Ávalos (especialista
en desigualdades y género), Álvaro Cálix (investigador en prospectiva y desarrollo sostenible),
Rolando Sierra Fonseca (investigador en gobernabilidad), José Soto (investigador en educación
y salud), José Luis Benítez (investigador en transformación digital), Oscar Núñez Sandoval
(investigador en macroeconomía), Pedro Morazán (investigador en economía ambiental)
Lectores externos
Gloria Manzotti (especialista de justicia, seguridad y derechos humanos del PNUD), Álvaro Cálix
(investigador en prospectiva y desarrollo sostenible)
11
PRÓLOGO
La construcción del Informe de Desarrollo Humano 2022 ha sido un proceso colectivo y desafiante,
pero también muy inspirador, en el marco del bicentenario de la República de Honduras (1821-2021),
evento que marca un hito histórico relevante en el contexto de una pandemia con implicaciones
profundas en la sociedad mundial y hondureña. Asimismo, el país sufrió el impacto de dos po-
derosos fenómenos climatológicos: la tormenta tropical Eta y el huracán Iota, lo que generó una
crisis sanitaria, humanitaria, ambiental y de gobernabilidad que ha profundizado las desigualdades
estructurales y en consecuencia, ha afectado el nivel de desarrollo humano de la población, en es-
pecial de ciertos grupos poblacionales y zonas geográficas del país. Este escenario representa un
desafío para encontrar propuestas y alternativas a fin de construir un camino viable y seguro hacia
un desarrollo transformador que requiere necesariamente una visión multidimensional, inclusiva,
de largo plazo y construida colectivamente. Es oportuno destacar que este documento se centra
en el Estado de derecho y que el ODS 16: Paz, justicia e instituciones sólidas es, precisamente, la
esencia de este informe. En ese sentido, en los problemas actuales se mezcla tanto lo estructural
como lo coyuntural. Por lo tanto, para abordarlos, se hace necesario un enfoque multidimensional
y el abordaje de los ODS, los cuales tienen que ser comprendidos como combos para responder a
los problemas existentes.
Además, este informe tiene varias características que lo convierten en un aporte transformador e
innovador para Honduras: el desarrollo de una teoría de cambio, el enfoque de género —integrado
tanto en los procesos como en los contenidos— y la participación amplia de las juventudes hondu-
reñas estructuradas en 43 organizaciones en todo el territorio nacional, en representación de más
de 15,000 jóvenes que plantean, desde su mirada, propuestas de políticas públicas.
Esta publicación partió conceptual y metodológicamente desde un análisis prospectivo. Así, se con-
virtió en un ejercicio colectivo de construcción con los liderazgos sociales, económicos y políticos,
incluida la participación amplia de representantes de la academia, las organizaciones de sociedad
En ese sentido, el Informe de Desarrollo Humano 2022 se articula en tres secciones. La primera
contiene un análisis del desarrollo humano y considera los efectos del COVID-19, con una mirada
que abarca 20 años, desde el inicio del siglo XXI, para mantener una perspectiva de temporalidad
histórica, amplia y objetiva, bajo el supuesto de que los problemas del país son estructurales; mien-
tras, el impacto de la pandemia ha agudizado estos problemas de larga data.
En la segunda sección, se presenta el Estado de derecho como el fundamento de las grandes trans-
formaciones, y se le concibe así, como la base del desarrollo humano y de la transformación. Para
ello, se ha realizado un ejercicio objetivo de análisis de la realidad de esta forma de organización
política, a través de entrevistas, conversatorios y talleres nacionales e internacionales, incluido un
análisis con aportes relevantes de académicos y políticos reconocidos de América Latina. Los pila-
res del Estado de derecho —que se centran en el desarrollo y la justicia, la democracia y la seguri-
dad y la paz— son aspectos esenciales que derivan en los derechos humanos, la institucionalidad,
el sistema político y las políticas económicas y sociales.
Por último, la tercera sección presenta una agenda ciudadana para la transformación con 6 ejes
estratégicos dos transversales y 50 propuestas estratégicas. Por tanto, el Informe de Desarrollo
Humano es también un instrumento de incidencia ciudadana para implementar las propuestas. En
ese sentido, es de la ciudadanía, por la ciudadanía y para la ciudadanía.
En este proceso, un aporte clave del informe es la propuesta de una agenda ciudadana para el de-
sarrollo a favor de los grupos poblacionales atravesados por múltiples desigualdades estructurales,
elemento fundamental para alcanzar el desarrollo humano y asegurar la gobernabilidad democráti-
ca. Por primera vez, incluyó a mujeres, jóvenes, pueblos indígenas y afrodescendientes, migrantes y
personas con discapacidades de todo el territorio nacional, pues se trata de construir una sociedad
que abrace la inclusión como un todo, que se base en el reconocimiento de que cada ser humano
tiene los mismos derechos —como un principio que la población demanda— y que sea el fundamen-
to de la paz, porque, sin justicia, no habrá paz; y sin paz, no habrá futuro.
Al igual que los anteriores informes nacionales de desarrollo humano, este es el resultado de análi-
sis independientes basados en información estadística nacional e internacional, en datos confiables
y en metodologías conceptuales elaboradas rigurosamente, revisadas y apoyadas por expertos en
estadística que manejan estándares mundiales para los datos y la elaboración de los índices de
desarrollo en las dimensiones nacional, departamental y municipal.
13
El Informe de Desarrollo Humano 2022, centrado en el Estado de derecho, es una contribución
que pone a disposición nuevo conocimiento para la reflexión, temas de actualidad para estimular
la conversación en la agenda pública nacional y es un instrumento para la acción con propuestas
estratégicas para ser implementadas en el corto, mediano y largo plazo. La expectativa es que
este esfuerzo comprometido —de académicos, intelectuales, empresarios, obreros, campesinos,
liderazgos sociales y comunitarios, mujeres, jóvenes, dirigentes de pueblos indígenas y afrodescen-
dientes, y migrantes— sea un aporte sustantivo basado en evidencias para la toma de decisiones.
Asimismo, la aspiración es que constituya no solo un instrumento técnico, sino también uno de
planificación, de incidencia y de esperanza para la ciudadanía, y una oportunidad de construcción
colectiva, servicio y compromiso por la nueva Honduras. En ese sentido, simultáneamente al proce-
so de construcción del informe y por primera vez en el país, se ha elaborado el Atlas de Desarrollo
Humano, que complementa este esfuerzo y brinda datos relevantes sobre el desarrollo humano.
Vivimos en un tiempo desafiante que, a la vez, abre posibilidades y convoca a guiarse por una vi-
sión de esperanza en medio de un panorama a veces incierto, para potenciar un país transformado,
centrado en la juventud. Lo que la ciudadanía construya hoy será un legado para las generaciones
presentes y venideras. El Informe de Desarrollo Humano es un aporte a ese sueño y una invitación
a caminar a fin de transitar hacia la Honduras que imaginamos.
Agradecemos a los miembros del Consejo Nacional Consultivo que apoyaron y aportaron sus vi-
siones e ideas a lo largo de todo este proceso. De igual forma, las gracias son extensivas a la gran
diversidad de participantes en los diferentes espacios que se crearon para el Informe de Desarrollo
Humano; también, para los socios que confiaron en la iniciativa para elaborarlo y apoyaron entu-
siastamente: Agencia Suiza para el Desarrollo y la Cooperación (COSUDE); Unión Europea (UE);
Departamento de Relaciones Exteriores, Comercio y Desarrollo del Gobierno de Canadá; Banco
Centroamericano de Integración Económica (BCIE); y la Agencia de los Estados Unidos para el De-
sarrollo Internacional (USAID).
Richard Barathe
Representante Residente
Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo
Para la elaboración del Informe de Desarrollo Humano, Honduras 2022, se contó con el apoyo y
los aportes de un conjunto de personas e instituciones que contribuyeron con ideas, propuestas e
insumos técnicos, y con entrevistas. De esta manera, su construcción ha involucrado un proceso y
una forma de comprender y gestionar el desarrollo. Más allá del informe técnico, este proceso ha
evidenciado que la interacción de la gente en un propósito común es significativa y fundamental.
Como lo indicó en su momento el influyente economista paquistaní Mahbub ul Haq: “la riqueza de
las naciones es su gente”. Por eso, expresamos nuestro reconocimiento a las siguientes personas
y espacios organizados.
Peter Sulzer (COSUDE), Sandra Barberi (ACDI), Dante Mossi y Andrea Kafati (BCIE), Jaume Segura
(UE), Michelle Dworkin (USAID)
Laura Chinchilla (expresidenta de Costa Rica), Martín Torrijos (expresidente de Panamá), Eduardo
Stein (exvicepresidente de Guatemala), Rebeca Grynspan (exsecretaria de la SEGIB, ahora secre-
taria general de la UNCTAD), Gustavo Fernández Saavedra (excanciller de Bolivia), Isabel de Saint
Malo (exvicepresidenta de Panamá), Luis Felipe López-Calva (director del PNUD para América Latina
y el Caribe y subsecretario general de Naciones Unidas), Marcela Meléndez (economista principal
del PNUD), Jairo Acuña-Alfaro (líder de gobernabilidad para América Latina y el Caribe del RBLAC
PNUD)
A los integrantes del Consejo Nacional Consultivo, por su asesoría y liderazgo en el proceso
Luis Cosenza, Julieta Castellanos, German Cálix, Thelma Mejía, Mauricio Díaz Burdett, Gabriela Cas-
tellanos, Manuel Sierra, María Elena Méndez, Marlon Breve, Gloria Manzotti, Marlon Tábora, Alexan-
dra Barahona Posada, Segisfredo Infante, Yessenia Martínez, José Luis Rivera, Eva Sánchez, Julio
Guity Guevara, Gina Kawas, Luis Larach, Maribel Espinoza, Mario Canahuati
A la red de jóvenes para el Consejo Nacional Consultivo, por su aporte e iniciativa, y por asumir
su rol de agente de transformación
Cecilia Hernández, David Natarén, Stephanie Sánchez, Juan Pablo Sabillón, Rafael Jerez, Eduardo
Alemán, Cinthya Arteaga, Iliana Licona, Rubens Schrunder, Nicolas Kafati, María Fernanda Lara, Hi-
llary Abigaíl Gómez Suazo
15
A los Espacios Regionales de Desarrollo Humano, por convertirse en una voz desde la dimensión
local, regional y departamental
Al espacio de desarrollo humano de la diáspora hondureña (23 líderes de 12 países), por su com-
promiso y aportes en el proceso
Mirtha Colón, Jorge Irías, Jorge Rodríguez, Katy Gil, Fernando Ramos, Graciela Marcia, Álvaro Cálix,
José Benjamín Falck, Beatriz Herrera, Darío Euraque, Claudia Umanzor, Sergio Flores, Erwin Fia-
llos, Brenda Zambrano, Jairo Sarmiento, Pedro Morazán, Julio Guity, Wilfredo Díaz, Miguel Ramos,
Alexandra Barahona, Guillermo Mario Jiménez, Arely Alvarado, Carlos Salgado.
Rolando Sierra Fonseca, Álvaro Cálix, Mario Posas, Andrés Ham González, José Benjamín Falck,
José Cuesta Leiva, Xiomara Bu, Ana Ortega, Lester Ramírez, Ismael Zepeda, Eugenio Sosa, José
Zermeño, Miguel Cálix, Andrés Pérez Munguía, José Filadelfo Martínez, Ricardo Romero, Omar Gar-
cía
Al Comité Técnico Estadístico, por sus aportes y sugerencias en la medición de los índices com-
puestos de desarrollo humano subnacionales
José Vélez, César Castillo, Horacio Lovo, Magdalena García Ugarte, Henry Osorto
Pedro Conceição (director, Informe de Desarrollo Humano del PNUD), José Cuestas (World Bank),
A los siguientes profesionales y líderes, por sus aportes y participación en el Taller Internacional
de Estado de Derecho para el Informe de Desarrollo Humano
Laura Chinchilla (expresidenta de Costa Rica), Martín Torrijos (expresidente de Panamá), Rebeca
Grynspan (exsecretaria de la SEGIB, ahora secretaria general de la UNCTAD), Eduardo Stein (ex-
vicepresidente de Guatemala), Mons. Ángel Garachana (presidente de la Conferencia Episcopal),
José Antonio Sanahuja (director de la Fundación Carolina), Edna Jaime (directora general de México
Evalúa), Gerardo Caetano (Universidad de Montevideo), Julieta Castellanos (exrectora de la UNAH),
Thelma Mejía (investigadora asociada del CEDOH), Jairo Acuña-Alfaro (líder del equipo de Gober-
nabilidad del PNUD en América Latina y el Caribe)
A Marcela Smutt, coordinadora del proyecto regional Infosegura, por sus aportes e insumos técni-
cos presentados en el contexto de este informe. Además, a María Dolores Castro, coordinadora del
Proyecto Spotlight Honduras, por los insumos para el capítulo de seguridad ciudadana, género y
violencia.
También, por su apoyo institucional, nuestro reconocimiento es extensivo para los colegas de
los equipos técnicos de estos proyectos: Rodrigo Barraza (analista de políticas/coordinador del
Informe sobre Desarrollo Humano El Salvador), Leonel Pérez-Laínez (especialista en seguridad
ciudadana y desarrollo humano de Infosegura), Carmela Lanza (coordinadora de Infosegura Hon-
Asimismo, a los miembros del Consejo Juvenil para el Desarrollo de Honduras, por su liderazgo y
confianza en el proceso: Hillary Abigail Gómez Suazo (APJ); Dineyla Erazo, Rafael Jerez (ASJ); Jeziel
Francisco Mejía García, Karolina Lara (ASONOG); Laura Zaldívar (BICA); Wilson Aníbal Martínez
(CARITAS); Cecilia Hernández (ECO-RE); Eva Mejía (FUASIF); Nadia Torres, Eduardo Alemán (Hazte
Notar); Ana Herrera, Cinthya Arteaga (IIES-UNAH); David Natarén Oyuela, Dulce Rivera (Asociación
Despierta Honduras); Javier Flores, Stephanie Galindo (Espacio H); Edras Suazo, Yessenia Sarahí
Reyes Coot (Jóvenes contra la Violencia); Nicolás Kafati, Julio López (Jóvenes x Honduras); Juan Pa-
blo Sabillón, Gisselle Wolozny (El Milenio HN); Anette López, Tomás Morales (ODECO); María Fernan-
da Lara, Bryan Núñez (PREPACE); Brady Josué Flores Varela (RAJUMCH); Rubens Castillo (TECHO
en Honduras); José Tejada Cobos, Mehgan Moncada (UNACIFOR); Allan Romero, José Rubio, Marili
Elizabeth Sánchez Pérez (UNAH); Iliana Licona, Rafael Segura (UNITEC); Kathy Elvir, Russell Beckers
(Visión Mundial); Enil Serrano, Adela Araujo (Zamorano); Ana Marcela Sanders Castillo, Mario Ricar-
do Macías Zapata (CEUTEC); Eduardo Romero, Marcela Morales Velásquez (Promotores ODS Hon-
duras); Aarón Benhur Castillo Cruz (CCUH); Omar Cooper (MASTA); Anny Cristina Vallecillo Hernán-
dez, Melvin Josafat Aguilar López (UPNFM); Grace Sarmiento (Aliadas Honduras); Fernanda Gómez,
Anderson Escobar (Asociación Kukulcán); Gina Kawas (Unite 2030); Josué Rosales, Alany Alexiana
Figueroa Barrientos (Global Peace Chain Honduras); Francis Dinora Alemán Rosales, Bayron Rodrí-
guez, Litzy Muñoz (Movimiento Patria); Keshawn Brooks, Jaydie Coleman (Jóvenes Rescatando a
Jóvenes); Ian Inestroza Garin, Adrián Armando Rosales Vílchez (IFMSA); Florencia Mariana Gonzáles
Arzú, Víctor Alexander Arriola Sambula (Red Mundial de Jóvenes Políticos); María José Martínez,
Ricardo Pineda (Sustenta Honduras); Karelia Lizbeth Oliva Palma, Kevin Gabriel Meza Hernández
(MEP-CU); Lideny Gabriela Peña Gálvez, Héctor Jesús Ortiz Bardales (MEP-VS); Isabel Inestrosa,
Blanca Mejía (UDIMUF); Carlos Castro, Adis Ramírez (Mi Honduras, Mi Gente); Nahomy Sarahy Acos-
ta Méndez (AGAUNAH); Eduard Victoriano Arriola Sambula, Karol Grissell Guevara Morales, Luis
Enrique Barahona (Juventud Inquieta UNAH)
Jairo Acuña-Alfaro (líder de gobernabilidad y paz del RBLAC); Gloria Manzotti (asesora regional
Estado de derecho del RBLAC); Pedro Conceição, Carolina Rivera, Cecilia Calderón (Oficina del
Informe sobre Desarrollo Humano en Nueva York); Marcela Meléndez (economista, Jefe del PNUD
para América Latina y el Caribe), Tania Martínez (analista del programa gobernabilidad democrática
y seguridad ciudadana), Carmela Lanza (coordinadora proyecto Infosegura), Osvaldo Lapuente (es-
pecialista en Estado de derecho, seguridad ciudadana y derechos humanos), Astrid Mejía (especia-
lista de programa unidad de desarrollo sostenible y resiliencia), Alexis Irías (especialista en recursos
naturales/biodiversidad), Delton Allen (enlace institucional con organizaciones indígenas), Cristina
Sevillano (especialista en comunicaciones y alianzas estratégicas), Alessandra Rossi (asesora técni-
ca principal), Carlos Ochoa (especialista en desarrollo de capacidades), Hugo Galeano (coordinador
de programa de pequeñas donaciones), María Dolores Castro (coordinadora de proyecto Spotlight
PNUD), Claudia Milagros (coordinadora de Programa Conjunto + Competitividad + Empleo), Juliette
Daugan (especialista marketing digital), Miriam Carías (asociada en administración)
17
ÍNDICE DE
19
186 Cuadro 6 Aproximación de la deuda política 40 Gráfico R5 Índice de Desarrollo Humano
2021 (en millones de dólares) e Índice de Estado de derecho en países
234 Cuadro 7 Derechos de las mujeres seleccionados de América Latina y el
pertenecientes a los pueblos indígenas y Caribe 20211/
población afrohondureña 42 Gráfico R6 Justicia penal para Honduras
238 Cuadro 8 Índice integrado de eficacia de la según el World Justice Project (2015-2021)
preparación para la implementación del
ODS 5 43 Gráfico R7 Justicia civil para Honduras
274 Cuadro 9 Perfil de exclusión social en según el World Justice Project (2015-2021)
Honduras (2019) 47 Gráfico R8 Homicidio, femicidio, denuncia y
280 Cuadro 10 Departamentos según tasas de victimización
homicidio y judicialización (2019)
301 Cuadro 11 Contribución en dólares a 79 Gráfico R2.1 Qué haría si los problemas
instituciones de previsión social (2018-2019) empeoraran
312 Cuadro 12 Esquema del sistema de 80 Gráfico R2.2 Porcentaje de población que
educación en Honduras según la Ley considera equivocado y/o correcto el
Fundamental de Educación rumbo de Honduras (2012-2020)
315 Cuadro 13 Evidencias recientes
82 Gráfico R2.3 Porcentaje de población que
(prepandemia) relacionadas con la calidad
considera que aún hay esperanza para en
de la educación en Honduras
caminar al país en un rumbo positivo y con
359 Cuadro 14 El impacto económico de la
mayores oportunidades
violencia en Honduras
(en millones de USD PPA, 2018) 116 Gráfico Re4.1 Prevalencia acumulada al 31
366 Cuadro 15 Paradigmas de seguridad de enero de 2022 del COVID-19 según
ciudadana departamentos
371 Cuadro 16 Contenidos principales de las 116 Gráfico Re4.2 Proporción de personas
leyes de la Secretaría de Seguridad y de la completamente vacunadas contra
Policía Nacional de Honduras COVID-19 a enero 2022.
(1998, 2008, 2017)
373 Cuadro 17 Policías que salieron de la Policía 180 Gráfico S1.1.1 Descripción de las fases de
Nacional de Honduras según razón de su desarrollo de las economías de mercado
salida (2016-2017) históricas
376 Cuadro 18 Decretos emitidos que 181 Gráfico S1.1.2 Relación entre el peligro que
incorporan a las Fuerzas Armadas a las suponen las capas freáticas altas y los
FIGURAS desastres provocados por inundaciones:
la igualdad económica y política mejora las
78 Figura R2.1 Sentimientos que prevalecen posibilidades de que las instituciones se
entre la población hondureña adapten a las circunstancias y eviten el
81 Figura R2.2 Nube de palabras con las desastre
cuales las juventudes hondureñas
207 Gráfico Re1.1 Índice de la digitalización en
describen la situación del país en 2021
América Latina y el Caribe (2013)
440 Gráfico R10.1 Cobertura y costos de la
implementación gradual para pensiones
GRÁFICOS universales
442 Gráfico R10.2 Cobertura y costos de la
33 Gráfico R1 Tendencias: Índice de Desarrollo implementación gradual para salud
Humano (2000-2019) universal
38 Gráfico R2 Estado de derecho según el 443 Gráfico R10.3. Cobertura y costos de la
World Justice Project (2015-2021) implementación gradual para ingreso
38 Gráfico R3 Latinoamérica y el Caribe: Índice básico universal
de Estado de Derecho de World Justice 445 Gráfico R10.4 Escenarios de recaudación
Project (puntuación general año 2021) para costear la protección social universal
39 Gráfico R4 Proporción de encuestados que 452 Gráfico R11.1 La situación de la innovación
creen que el gobierno es el grupo más
en Honduras
poderoso (2020)
21
269 Gráfico 41 Índice de percepción de la 316 Gráfico 60 Distribución de centros educati
corrupción en Honduras (2012-20211/) vos por nivel y sector en Honduras
276 Gráfico 42 Porcentaje de población que 316 Gráfico 61 Oferta nacional de educación
tiene intenciones de irse a vivir a los media según ocupación
Estados Unidos en los próximos tres años 317 Gráfico 62 Resultados de educación según
279 Gráfico 43 Homicidios, casos judicializados zona (2019)
y sancionados, e índice de impunidad 317 Gráfico 63 Resultados de educación según
(2010-2019) quintil de ingreso (2019)
282 Gráfico 44 Victimización, denuncia y 318 Gráfico 64 Resultados de Educación según
resultado de la denuncia género (2019)
283 Gráfico 45 Judicialización de muertes 320 Gráfico 65 Porcentaje de población
violentas de mujeres y de femicidios vis a nacional con cobertura en salud (2005-
vis judicialización de homicidios 2019)
284 Gráfico 46 Policías por 1,000 habitantes en 323 Gráfico 66 Gasto público en educación y
países de Centroamérica (2018) salud como porcentaje del PIB (2000-2020)
285 Gráfico 47 Personal total del Poder Judicial 323 Gráfico 67 Gasto en educación y salud
versus personal de la carrera judicial como porcentaje del gasto público (2000-
294 Gráfico 48 Índice del Estado Global de la 2020)
Democracia: derechos sociales e igualdad 324 Gráfico 68 Gasto en educación y salud
en Honduras (2000-2020) como % del gasto social (2000-2020)
298 Gráfico 49 Número de hogares cubiertos 352 Gráfico 69 Homicidio, femicidio, denuncia y
por el programa Bono Vida Mejor (2010- victimización
2017)
354 Gráfico 70 Homicidios según medio
300 Gráfico 50 Porcentaje de ocupados/ utilizado para cometerlos (2005-2020)
asalariados que aportan a un sistema de
pensión (2000-2017) 357 Gráfico 71 Homicidios según móvil (2019)
301 Gráfico 51 Cobertura ocupacional del 358 Gráfico 72 Miembros de pandillas
sistema de pensiones de Honduras arrestados por las fuerzas de seguridad
(2015-2019)
302 Gráfico 52 Tasa de cobertura de la
población en edad de pensionarse 358 Gráfico 73 Percepción de inseguridad en el
Honduras (2000-2017) país, el municipio y el barrio (2019)
306 Gráfico 53 Honduras: Población sin 361 Gráfico 74 Personas hondureñas
ingresos propios por sexo y área geográfica solicitantes de asilo, refugiados y
(2001-20191) retornados (2012-2019)
307 Gráfico 54 Honduras: población de 15-24 362 Gráfico 75 Confianza en las instituciones de
años sin ingresos, por sexo y área seguridad y justicia (2019)
geográfica (2019)1 364 Gráfico 76 Victimización, denuncia y
307 Gráfico 55 Tasa de participación económica resultado de la denuncia
de población indígena y no indígena, según 374 Gráfico 77 policías por 1,000 habitantes
grupo de edad y sexo (2016-2022)
308 Gráfico 56 Honduras: Gasto total de la 381 Gráfico 78 Homicidios cometidos en los
Administración Central y gasto social como centros penitenciarios (2010-2019)
porcentaje del PIB 2000-2019.
381 Gráfico 79 Población privada de libertad
310 Gráfico 57 Gasto del Estado en seguridad según condición jurídica (enero 2020)
y defensa comparado con el gasto en
educación y salud (como porcentajes del 382 Gráfico 80 Distribución de recursos de la
PIB) tasa de seguridad según institución
23
24 INFORME DE DESARROLLO HUMANO
ESTADO DE DERECHO
FUNDAMENTO DE LA TRANSFORMACIÓN 2022-2030
H AC I A U N A AG E N DA C I U DA DA N A
25
26 INFORME DE DESARROLLO HUMANO
RESUMEN EJECUTIVO
Informe de Desarrollo Humano 2022
Estado de derecho: fundamento para la transformación 2022-2030
Hacia una agenda ciudadana
VISIÓN GLOBAL
ESTRUCTURA DEL INFORME DE DESARROLLO HUMANO 2022
Una caracterización del desarrollo humano Pilar 1: Democracia Multicrisis y contrato social
Impacto del COVID-19 Pilar 2: Justicia Desafíos estratégicos
Una multicrisis persistente Pilar 3: Seguridad Ejes y propuestas estratégicos. Hacia una
agenda ciudadana
2. El Estado de derecho se ha debilitado sistemáticamente en los últimos 20 años, con crisis recu-
rrentes de gobernabilidad (en particular, desde 2009) que han afectado a la población, dañado la
capacidad estatal de respuesta a las demandas sociales crecientes y desacelerado los avances en
el desarrollo humano.
3. En las últimas tres décadas, la evolución en el Índice de Desarrollo Humano y sus componentes es
cada vez más moderada. En el plano subnacional, debe preocupar especialmente que el país se
encuentre lejos de alcanzar los logros esperados en los aspectos básicos de este paradigma: espe-
ranza de vida, educación e ingresos —inclusive en los departamentos con mayor desarrollo humano.
4. Sin un Estado de derecho pleno, eficiente y transparente, los grandes problemas estructurales del
país difícilmente se podrán superar, conduciéndolo a un ciclo constante de crisis de ingobernabili-
dad, en un escenario complejo, difícil y volátil. Por eso, el Estado de derecho ha de convertirse en el
fundamento principal de las grandes transformaciones de país. El abordaje conceptual del Estado de
derecho en el informe se fundamenta en tres pilares: (a) democracia, (b) justicia y (c) seguridad y paz.
5. Los avances electorales en materia institucional hasta 2021 son importantes, pero insuficientes si
no se acompañan de mecanismos democráticos en los espacios de decisión y de una mayor parti-
27
cipación ciudadana desde las dimensiones local y regional. El desafío es construir una democracia
inclusiva y confiable. Es importante asegurar mecanismos fluidos y permanentes de participación
ciudadana, a través de los gobiernos municipales.
6. Como lo señalan informes recientes de PNUD LAC, antes de la pandemia, los sistemas de justicia
de la región latinoamericana ya padecían serios desafíos en la prestación de sus servicios, lo que
limitaba el acceso a la justicia. En Honduras, al igual que en varios países de Latinoamérica, la pan-
demia implicó la reducción de los servicios judiciales y la dilación de los plazos judiciales. La falta de
un sistema de información integrado y con indicadores que permitan tener una mirada desde que
ingresan las denuncias hasta la distintas respuestas y soluciones entregadas por la institucionalidad
pública imposibilita una adecuada lectura y análisis de la realidad judicial en Honduras, y dificulta la
medición de la magnitud del impacto del COVID-19 en el acceso a la justicia en el país.
7. Respecto a los avances y retrocesos en materia de seguridad, pese a que Honduras ha experimenta-
do una considerable reducción de delitos contra la vida y la propiedad, y otros de especial preocupa-
ción para la población hondureña (como las extorsiones), continúa entre los países más violentos de
la región y el mundo. Nuevas dinámicas de violencia —como las provenientes del crimen organizado
y las pandillas, y su penetración en la política y en instituciones públicas, entre ellas las del sector
de seguridad— han jugado un papel determinante en el deterioro de las condiciones de seguridad
ciudadana.
8. Las brechas de género, que afectan en particular a las mujeres y las niñas (más de la mitad de la
población) constituyen una de las formas de desigualdad más enraizadas en la sociedad hondureña.
Esta inequidad es uno de los principales obstáculos para el progreso social y democrático, y exige
una respuesta contundente que, a la vez, se constituya en eje catalizador del avance y logro de los
Objetivos de Desarrollo Sostenible ODS), en el marco de la Agenda 2030 para el Desarrollo Soste-
nible.
9. Es urgente un Estado transformado que responda a los desafíos de la multicrisis contenidos en los
rezagos estructurales del país en las dimensiones económicas, sociales y políticas. El Estado que
se visualiza para Honduras, sobre la base del reconocimiento tanto de sus rezagos como de sus
potencialidades, es aquel que incorpore mirada de futuro y capacidad para concertar, diseñar e im-
plementar políticas públicas que trasformen la sociedad hondureña.
10. Se requiere de un Estado centrado en la gente, inclusivo, con una visión multidimensional, integral,
prospectivo, eficiente y trasparente. Ese Estado —meritocrático y con liderato ético— debe repensar
su rol en el desarrollo de Honduras y enmarcarse en la planificación del desarrollo, con visión de
futuro. El Estado de derecho pleno es inexcusable para pensar seriamente en las transformaciones
profundas que el país requiere.
11. Finalmente, la característica de una multicrisis de país y las debilidades del Estado de derecho hacen
necesario articular un conjunto de propuestas centradas en ocho ejes estratégicos: (a) reformas al
sector de justicia con inclusión, (b) reformas político-electorales, (c) reformas a la seguridad ciudada-
na, (d) descentralización con planificación del desarrollo y enfoque prospectivo, (e) políticas socia-
les inclusivas que consideren la protección social, (f) políticas económicas de desarrollo sostenible
orientadas a la concertación fiscal, (g) políticas de equidad de género y (h) políticas de transforma-
ción digital. Todas estas propuestas estratégicas deben contar con un enfoque multidimensional,
prospectivo e inclusivo.
En la segunda sección, se presenta el Estado de derecho como el fundamento de las grandes trans-
formaciones, y se lo concibe así, como la base del desarrollo humano y de la transformación. Para
ello, se ha realizado un ejercicio objetivo de análisis de la realidad de esta forma de organización
política, a través de entrevistas, conversatorios y talleres nacionales e internacionales, incluido un
análisis con aportes relevantes de académicos y políticos reconocidos de América Latina. Los pila-
res del Estado de derecho —que se centran en el desarrollo y la justicia, la democracia y la seguri-
dad y la paz— son aspectos esenciales que derivan en los derechos humanos, la institucionalidad,
el sistema político y las políticas económicas y sociales.
Por último, la tercera sección presenta una agenda ciudadana para la transformación con propues-
tas estratégicas. Por tanto, el Informe de Desarrollo Humano es también un instrumento de inciden-
cia ciudadana para implementar las propuestas.
En los siguientes apartados, se presentan las síntesis del contenido de las respectivas secciones
primera, segunda y tercera, y de sus correspondientes capítulos.
29
SECCIÓN PRIMERA
De la multicrisis a la transformación
El Informe de Desarrollo Humano 2022 es el noveno reporte elaborado por el Programa de las
Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). Su visión se nutre del paradigma de desarrollo humano
impulsado por el PNUD desde 1990, construido a partir de la premisa de que la gente es la riqueza
central de una nación y que el respeto y la valoración de las capacidades y libertades humanas es
el corazón de ese planteamiento.
Las aproximaciones en la medición del desarrollo humano comenzaron con la publicación del pri-
mer Informe sobre Desarrollo Humano en 1990, en el cual se realizaba una evaluación mediante
un índice que reflejaba la esperanza de vida, el alfabetismo y el dominio sobre los recursos para el
disfrute de un nivel de vida decente.
El enfoque innovador de este indicador compuesto se ubicaba en un contexto en el que las medi-
ciones convencionales del progreso y el bienestar de los países se basaban únicamente en el PIB
per cápita.
Aunque el concepto de desarrollo humano es mucho más profundo que el captado en un índice
compuesto de indicadores estadísticos, para medir comparativamente sus progresos, se requiere
de un instrumento simple, como el Índice de Desarrollo Humano (IDH), que refleje los logros en tres
dimensiones básicas: vivir una vida larga y saludable (representada por la variable “esperanza de
vida al nacer”), el acceso a conocimientos (calculado por medio de las variables “años esperados
de escolaridad” y “años promedio de escolaridad”) y un nivel de vida digno (medido a través del
ingreso).
Honduras es una nación de ingreso bajo-medio e IDH medio que la ubican en la posición 132 de 189
en este indicador del PNUD. Aunque antes de la pandemia del COVID-19 se observó una mejoría en
varios de los indicadores trazadores del desarrollo humano —como la esperanza de vida, los años
de escolaridad y el ingreso per cápita— acompañada de una reducción modesta de la inequidad por
ingreso y una disminución de la mortalidad materna e infantil, y en menores de cinco años, el efecto
combinado de la pandemia y de los fenómenos climatológicos Eta e Iota menoscabó las mejoras
acumuladas en las tres dimensiones del IDH: en 2020, la esperanza de vida retrocedió al nivel ob-
servado en 2012, la escolaridad promedio se revirtió al menos un año (lo que implica la pérdida del
avance típico que el país lograba cada 10 años) y el ingreso per cápita cayó casi en un 10 %, según
datos del Banco Mundial.
Frente a este panorama, el país necesita repensar su desarrollo con una visión de largo plazo, que
considere un enfoque multidimensional para resolver tanto los problemas estructurales no resueltos
DE LA MULTICRISIS
A LA MULTIDIMENSIONALIDAD
Un abordaje conceptual para su comprensión
Un enfoque MULTIDIMENSIONAL
para enfrentar y resolver la MULTICRISIS
Este tema se ocupa de la visión del contexto internacional y regional en el que se inserta Honduras,
de la dinámica mundial y de la geopolítica de la región, con vistas a que la comprensión del país
como nación independiente sea valorada en un escenario complejo y volátil, con elementos de
incertidumbre, pero, al mismo tiempo, de oportunidades. La pandemia del COVID-19 fue un mega-
punto de inflexión. De acuerdo con estimaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), a un
poco más de dos años de la llegada de la enfermedad, se registran, a nivel global, aproximadamen-
te 520.9 millones de contagios acumulados y un total de 14.9 millones de muertes asociadas directa
o indirectamente al COVID-19, y, aunque las vacunas proporcionan una buena protección contra los
31
síntomas graves, la hospitalización y la muerte, aun habiéndose vacunado, es posible contraer el
virus y contagiarlo a otras personas, por lo que es todavía incierto el fin de la pandemia y, por tanto,
de la crisis que ocasionó.
Con este preámbulo, este apartado plantea tres rasgos particularmente significativos de los desa-
fíos y oportunidades relevantes y de largo alcance que el contexto internacional tiene por delante
para países como Honduras. En el diagrama R2 se ilustran las relaciones e implicaciones de este
trío de características del escenario internacional. Primero, el potencial de la revolución digital en
el mundo y la sociedad. Segundo, la crítica relación de la humanidad con la naturaleza. Tercero, la
transición de un ciclo geopolítico de los poderes. Las tres dimensiones planteadas tienen implica-
ciones profundas sobre el mundo y continuarán teniendo impactos en la medida que las mismas se
ahonden.
DESARROLLO
HUMANO
Complejidad
Volatilidad
Información y desinformación
Incertidumbre
DESEQUILIBRIOS Y
DÉFICITS TECNOLÓGICOS
CAMBIOS Digital ECONOMÍA
DEMOGRÁFICOS Innovación Y CRECIMIENTO
Investigación
Disrupciones Concentrador
Bajo empleo
Baja productividad
GOBERNABILIDAD
GOBERNANZA MUNDIAL
Y NACIONAL
CAMBIOS CULTURALES
El análisis de los niveles de desarrollo humano de un país se relaciona con diferentes aspectos
sociales y económicos, entre los que se encuentran la salud, la educación, el empleo, las desigual-
dades, el género y el ambiente. El desarrollo debe comprenderse como un fenómeno que va más
allá de simplemente garantizar un ingreso básico, es decir, busca la garantía de oportunidades y
capacidades esenciales para que los individuos logren ser las personas que desean ser. En este
sentido, analizar el progreso que Honduras ha hecho en diferentes indicadores de desarrollo huma-
no se convierte en el primer paso para reconocer sus logros y también para identificar cuáles deben
ser las prioridades en la agenda pública para los siguientes años.
Previo a la pandemia, los logros en el desarrollo humano, es decir, los avances alcanzados en los in-
dicadores trazadores de las tres dimensiones del IDH (salud, educación e ingresos), fueron visibles
a lo largo del todo el período de análisis (2000-2019).
Como se observa en el gráfico R1, el IDH a nivel nacional pasó de 0.566 en el 2000 a 0.634 en 2019.
No obstante, en la primera década, en términos del promedio anual, los avances fueron mayores
que en el segundo período (2010-2019). Esta ralentización ocurre en la etapa posterior a la crisis
política, social y de gobernabilidad de 2009.
0.8
0.7
0.6
0.5
2015
2016
2019
2012
2018
2017
2011
2000
2003
2004
2014
2010
2013
2005
2006
2009
2002
2008
2007
2001
Fuente: Equipo del Informe de Desarrollo Humano Honduras con información de la Oficina del Informe de Desarrollo Humano (2020)
De acuerdo con el Informe sobre Desarrollo Humano 2020, Honduras presentó un IDH de 0.634,
que lo sitúa en la posición 132 de 189, con lo que permanece dentro de la franja de naciones con
desarrollo humano medio. En América Latina y el Caribe, se ubica solo por encima de Haití, y en el
extremo opuesto de la distribución, al compararlo con el valor de 0.851 de Chile, el más alto presen-
tado en la región, el hondureño es un 34 % inferior. Al contrastar el índice nacional con el promedio
de América Latina y el Caribe, se presenta una diferencia del 20 %, lo que refleja las persistentes
brechas vinculadas a los logros alcanzados con respecto a los países de la región.
33
Impacto del COVID-19 y los fenómenos climatológicos Eta e Iota, profundización de los desequi-
librios económicos y sociales. Transitando de la incertidumbre al desafío
En este apartado, se analizan los efectos del COVID-19, de la tormenta tropical Eta y del huracán Iota
en el IDH, por lo tanto, también el impacto de estos eventos en los indicadores de salud, educación
e ingreso, con la información más actualizada a la fecha de publicación del presente informe.
La evidencia es muy clara en relación con el efecto negativo tanto en salud (al reducirse la expectati-
va de vida al nacer) como en educación (en términos de cobertura, deserción y caída de la matrícula
escolar); asimismo, en los niveles de calidad educativa, al considerar el déficit tecnológico de la
población escolar, en particular en el área rural. De igual manera, las repercusiones se evidencian
en la caída del ingreso y del empleo formal. Amplios segmentos de la población más vulnerable han
sido golpeados por esta combinación de pandemia y fenómenos climatológicos, lo que evidencia
de manera clara la relación sinérgica entre los desequilibrios ecológicos y los sociales a la cual alu-
de el Informe sobre Desarrollo Humano 2020.
La tesis de este informe es que, sin un Estado de derecho pleno, no será posible responder a los
profundos problemas estructurales y a las crisis recurrentes de ingobernabilidad derivadas de los
problemas sociales, económicos y políticos. Esta tendencia, como se muestra en la sección primera,
se ha profundizado con el COVID-19.
Bajo ese contexto, el abordaje conceptual del Estado de derecho se fundamenta en tres pilares:
(a) democracia, (b) justicia y (c) seguridad y paz. Su conector son las instituciones del Estado y el con-
junto de políticas públicas diseñadas e implementadas para responder a las funciones y objetivos
de ese trío de cimientos. De esta manera, los capítulos 2, 3 y 4 de esta sección segunda analizan el
Estado de derecho desde cada uno de los pilares.
El capítulo 2 aborda la democracia como el pilar inicial del Estado de derecho. Su contenido per-
sigue aportar al entendimiento de la relación Estado de derecho-desarrollo humano-democracia.
Además, presenta las características principales de la democracia, sus limitantes y sus desafíos, de
cara a alcanzar una democracia más inclusiva.
El capítulo 3 toca el tema de la justicia, pilar central e inherente a la naturaleza y al alcance del Es-
tado orientado al bien común y público. Por eso, se analiza el Estado de derecho y la justicia, y su
relación con el desarrollo humano. Además, incluye el componente de derechos humanos y se con-
textualiza también con el tema de género y justicia. Asimismo, aborda la corrupción y la impunidad
como fenómenos resultantes del manejo del Estado y su efecto profundo en la justicia. Finalmente
se presentan, de manera sucinta, aspectos relevantes en torno a la evolución y el desarrollo de la
justicia.
35
Capítulo 2. Pilar 1: Una democracia inclusiva
La tesis central del informe es que las transformaciones institucionales urgentes que se requieren
para revertir las brechas de desarrollo, de inclusión y de resiliencia serán posibles siempre que se
cuente con un Estado de derecho pleno, inclusivo, eficiente y trasparente. De lo contrario, se caerá
en un ciclo constante de crisis de ingobernabilidad en donde no se subsanan las demandas urgen-
tes a las que, además, la coyuntura agrega también nuevos desafíos de desarrollo sostenible.
Desde sus orígenes, el Estado de derecho surgió como una alternativa frente a formas autoritarias
de ejercicio del poder acumulado por elites asentadas dentro del propio Estado. Su misión está
ligada a contener los excesos que desde el Estado puedan cometerse y lograr que este se oriente
a la protección y el mejoramiento de la vida social.
Según la idea más general y aceptada, lo característico de un Estado de derecho es que nadie está
por encima de la ley. El Estado está sometido al derecho. Los gobiernos norman sus acciones por
el sistema de leyes vigente, en las mismas condiciones en que lo hace la ciudadanía. Tanto los ciu-
dadanos como los funcionarios y empleados de gobierno, diputados e instituciones estatales están
sujetos a las mismas leyes, con el mismo grado de sujeción a ellas.
En muchos países, el Estado de derecho en su dimensión formal es aún una aspiración de futuro.
En las tensiones permanentes entre el Estado y la sociedad, alcanzar el sometimiento del primero al
dominio de la ley es un proceso largo, arduo y complejo, y, a la vez, un gran logro, pero que no tiene
carácter definitivo. En el proceso, se suceden múltiples avances y retrocesos. De esta definición,
emergen tres pilares esenciales para el Informe de Desarrollo Humano: justicia, paz y democracia.
Tal como afirma el informe del Secretario General del Consejo de Seguridad de las Naciones Uni-
das, “no son objetivos mutuamente excluyentes sino más bien imperativos que se refuerzan uno al
otro. (…) De nada servirá centrarse exclusivamente en una determinada institución o desestimar a la
sociedad civil o a las víctimas”1.
En el planteamiento para el sector de justicia, se debe prestar absoluta atención a todas sus insti-
tuciones interdependientes y tener en cuenta las necesidades de los grupos fundamentales, como
se observa en el diagrama R3.
El término “gobernabilidad” es cada vez más complejo a medida que se ha puesto de moda. El sur-
gimiento de una gran variedad de conceptos asociados que suelen identificarse con gobernabilidad
dificulta su conceptualización y operacionalización con fines evaluativos o de medición de resulta-
dos. Si bien la gobernabilidad es una preocupación antigua en el ámbito del ejercicio del poder, la
palabra “governance”, traducida al español como "gobernabilidad", fue utilizada por primera vez por
Samuel Huntington en la década de los setenta, para referirse a un concepto restringido del ejerci-
cio de la democracia que evitaría el exceso de demandas ciudadanas.
1 Consejo de Seguridad Naciones Unidas, “El Estado de derecho y la justicia de transición en las sociedades que sufren o han sufrido
conflictos”, Informe del Secretario General S/2004/616, 3 de agosto de 2004, https://undocs.org/es/S/2004/616
Ámbito mundial:
globalización, SEGURIDAD Y PAZ
cambio tecnológico,
cambio climático, pandemia
Ámbito nacional:
sociedad y Estado
CIUDADANÍA CIUDADANÍA
ACTIVA ACTIVA
ESTADO DE DERECHO Y
DESARROLLO HUMANO
Ámbito regional: PLENO
migración y desplazamiento,
crimen organizado
y violencia
JUSTICIA DEMOCRACIA
EFECTIVA PARA TODAS CIUDADANÍA REAL Y LEGÍTIMA
LAS PERSONAS ACTIVA
Con el fin de contextualizar el análisis sobre la situación del Estado de derecho en Honduras, este
subapartado presenta la evolución de los indicadores internacionales más reconocidos referentes
al Estado de derecho y la gobernabilidad —como el índice elaborado por el Word Justice Project, los
indicadores de gobernanza del Banco Mundial y el indicador de libertades de Heritage Fundación—,
de acuerdo con los cuales el Estado de derecho en Honduras se ha deteriorado con el paso de los
años. El enfoque integral de valoraciones de estos diversos índices se complementa con la percep-
ción ciudadana sobre Estado de derecho en aspectos como el acceso a la justicia.
Como se observa en los gráficos R2 y R3, en 2021, la adhesión de Honduras al Estado de derecho,
según el World Justice Project, era menor en relación con el inicio del quinquenio, pues se ubicó
como el quinto país con menor apego al Estado de derecho en América Latina y el Caribe (con una
puntuación general de 0.39 en 2021, mientras el promedio general de la región latinoamericana y
caribeña era de 0.52 ese mismo año).
37
Gráfico R2 Estado de derecho según el World Justice Project (2015-2021)
0.5 0.6
0.4 0.5
0.4
0.3
0.3
0.2
0.2
0.1
0.1
0 0
2015 2016 2017-2018 2019 2020 2021
Fuente: Fuente: Equipo del Informe de Desarrollo Humano Honduras con base en World Justice Project, “WJP Rule of Law Index”,
https://www.worldjusticeproject.org/rule-of-law-index/
Uruguay
Costa Rica
Chile
Barbados
San Vicente y las Granadinas
Antigua y Barbuda
San Cristóbal y Nieves
Santa Lucía
Bahamas
Granada
Dominica
Jamaica
Argentina
Trinidad y Tobago
Promedio LAC
Panamá
Brasil
Guyana
Surinam
Colombia
Perú
Ecuador
Belice
República Dominicana
El Salvador
Paraguay
Guatemala
México
Honduras
Bolivia
Nicaragua
Venezuela
Fuente: Equipo del Informe de Desarrollo Humano Honduras con base en World Justice Project, “WJP Rule of Law Index”,
https://www.worldjusticeproject.org/rule-of-law-index/
Los datos con base en la encuesta de Latinobarómetro 2020 reflejan que para la población hondu-
reña el poder reside en el gobierno, que se ha convertido en la institución más poderosa de la socie-
dad, percepción que supera en 9 puntos porcentuales al promedio de la región (véase gráfico R4).
Gráfico R4 Proporción de encuestados que creen que el gobierno es el grupo más poderoso
(2020)
70
60
50
Porcentaje
40
30
20
10
0
NIC VEN MEX HND BOL ECU LA CO L DOM CTR PAN GTM URY PRY PER BRA SLV CHL
Fuente: Equipo del Informe de Desarrollo Humano Honduras con base en Corporación Latinobarómetro, Informe 2021 Adiós a Macondo
(Santiago Chile: 2021), http://www.latinobarometro.org/lat.jsp
En síntesis, en este tipo de Estado, se niega en los hechos el enunciado que Hannah Arendt identi-
ficó como “el doble carácter de igualdad y distinción”, que es parte de la pluralidad humana en con-
diciones en las cuales todas las personas son, de manera simultánea, sujetos políticos individuales
y, a la vez, miembros de un colectivo que eleva a cada quien a la doble condición de seres sociales
que actúan en coordinación, e individuos irrepetibles que pueden disentir y, en efecto, disienten y
crean nuevas ideas, nuevos proyectos y nuevas estructuras.
Al estar centrado en las libertades, el desarrollo humano necesita, para su florecimiento en todas
las personas, de un conjunto de condiciones básicas, entre las que destacan el reconocimiento y el
respeto activo a los derechos humanos de todos, y una base normativa e institucional sólida, esta-
ble y capaz para gestionar las acciones de distinto tipo para lograrlo.
39
Gráfico R5 Índice de Desarrollo Humano e Índice de Estado de derecho en países seleccionados
de América Latina y el Caribe 20211/
0.95
ARG CHL
0.85 URY
PAN BHS BRB CRI
TTO
Índice de Desarrollo Humano 2019
SLVGUY
NIC GTM
0.65 HND
0.55
HTI
0.45
0.2 0.3 0.4 0.5 0.6 0.7 0.8
Índice de Estado de derecho 2021
1/
Año 2021 o año más reciente disponible en la serie del World Justice Project.
Fuente: Equipo del Informe de Desarrollo Humano con información del World Justice Project y de la Oficina del Informe de Desarrollo Humano
2020
Pilar 1: Democracia
Para consolidar una democracia, se requiere de una serie de medidas legislativas, institucionales y
prácticas, con ciertos elementos que se vuelven esenciales para este sistema político.
2 Felipe González López, La Democracia como concepto Sociopolítico, PDF file (Perú: 2019), https://www.kas.de/c/document_library/get_
file?uuid=438bcf92-e508-f139-c503-e0e3e47a4741&groupId=252038
Del capítulo 2 sobre la democracia incluyente como fundamento para las transformaciones, se pasa
a analizar, en el capítulo 3, el pilar de justicia. Una conclusión evidente es que sin una democracia
plena es muy difícil que la justicia alcance a las mayorías. Una justicia incluyente requiere de una de-
mocracia incluyente que represente y funcione para toda la ciudadanía por igual. Ese es el desafío
central del Estado de derecho que se continúa presentando en los capítulos subsiguientes.
El término “justicia” puede ser empleado en dos sentidos: (a) como un valor ético y (b) como el con-
junto de órganos, sistemas y procedimientos encargados de juzgar y hacer ejecutar lo juzgado (lo
que comúnmente se conoce como “administración de la justicia”)3.
En tiempos de mayor conflictividad social, la resiliencia del sector de justicia es condición necesaria
para alcanzar un contrato social inclusivo y justo; el acceso a la justicia es condición habilitadora
para consolidar el tejido social. A tal fin, este capítulo propone una serie de lineamientos concep-
tuales y programáticos con propuestas prácticas y concretas para lograr que el acceso a la justicia
sea un vehículo válido y efectivo de contención social y protección de los derechos humanos. En
la construcción de esta “nueva normalidad mejorada”, el acceso a la justicia pronta y cumplida se
torna fundamental para componer, por un lado, el déficit de confianza en las instituciones del Esta-
do, pero también para abordar las demandas de los distintos sectores sobre la base de un enfoque
de inclusión y de protección de los derechos humanos, materializando el mandato de “no dejar a
nadie atrás”4.
Por esta razón es que se utiliza el concepto de justicia inclusiva, para asegurar un enfoque de trans-
formación del sistema de justicia basada en servicios de calidad centrados en las personas, cerca-
nos a la comunidad y eficientes. Se trata de transparentar los procesos de trabajo judicial en todas
las jurisdicciones y de potenciar la carrera profesional y el sistema de evaluación de desempeño y
ascensos. Todo ello con una impronta de soluciones innovadoras y digitalización del sector.
3 Centro para la Independencia de Jueces y Abogados (CIJA), Honduras: La administración de justicia, la independencia del poder judicial
y la profesión legal (Honduras, 2003), https://www.corteidh.or.cr/tablas/29167.pdf
4 PNUD, Innovación, resiliencia y transformaciones urgentes hacia una justicia inclusiva en América Latina y el Caribe (Panamá: Progra-
ma de las Naciones Unidas para el Desarrollo, 2020), https://www.undp.org/es/latin-america/publications/innovaci%C3%B3n-resilien-
cia-y-transformaciones-urgentes-hacia-una-justicia-inclusiva-en-am%C3%A9rica-latina-y-el-caribe
41
Posteriormente, se presenta una breve descripción del sistema de justicia hondureño en la que se
toman en cuenta elementos que configuran el acceso a la justicia, tales como su arquitectura institu-
cional, su presencia en territorio y otros factores que influyen en el acceso efectivo a la justicia, tales
como el grado de independencia judicial, la corrupción, la impunidad y los desafíos que enfrenta el
sistema.
Un quinto apartado aborda la justicia desde una definición más amplia que el concepto tradicional
y se enfoca en las políticas sociales como mecanismos de inclusión.
Datos del PNUD y Latinobarómetro de las Américas indican que 8 de cada 10 hondureños conside-
ran que el acceso a justicia es injusto. Asimismo, la misma fuente señala que 7 de cada 10 conside-
ran que el acceso a la salud y la educación es injusto. Estos porcentajes son ligeramente superiores
en relación con el promedio regional.
Aunque variable a lo largo del período 2015-2021, se ha observado una leve mejoría en la percep-
ción sobre el sistema penal del país, como muestra el gráfico R6. Sin embargo, se encuentra la me-
dición se encuentra por debajo del promedio de América Latina y el Caribe (0.41 en 2021).
Gráfico R6 Justicia penal para Honduras según el World Justice Project (2015-2021)
0.3 0.5
0.45
0.25
0.4
0.35
0.2
0.3
0.15 0.25
0.2
0.1
0.15
0.1
0.05
0.05
0 0
2015 2016 2017-2018 2019 2020 2021
Fuente: Equipo del Informe de Desarrollo Humano Honduras con datos del World Justice Project, “Country Insight: Criminal Justice for Hondu-
ras, 2021”, World Justice Project, https://worldjusticeproject.org/rule-of-law-index/country/2021/Honduras/Criminal%20Justice/
De acuerdo con el World Justice Project 2021, los subfactores en los que el sistema de justicia penal
presenta mayores debilidades son los siguientes: “el sistema penal está libre de la influencia del
gobierno inapropiado”, con una puntuación de 0.15; y el factor “el sistema correccional es efectivo
para reducir el comportamiento criminal”, con una puntuación de 0.14. En tanto, el promedio de la
región de América Latina y el Caribe se ubica en 0.48 y 0.28, respectivamente.
El subíndice de justicia civil mide si los sistemas de justicia civil son accesibles y asequibles, así
como libres de discriminación, corrupción e influencia indebida por parte de los funcionarios pú-
Como se observa en el gráfico R7, la percepción sobre el acceso a la justicia civil en el país ha decre-
cido entre 2015 (último año metodológicamente comparable) y 2021, encontrándose Honduras en
el puesto 126 de 139, a nivel mundial, y en la posición 27 de 32, a nivel de la región latinoamericana.
Gráfico R7 Justicia civil para Honduras según el World Justice Project (2015-2021)
0.6
0.5
0.4
0.3
0.2
0.1
0
2015 2016 2017-2018 2019 2020 2021
Fuente: Equipo del Informe de Desarrollo Humano Honduras con datos del World Justice Project, “Country Insight: Civil Justice for Honduras,
2021”, https://worldjusticeproject.org/rule-of-law-index/country/2021/Honduras/Civil%20Justice/
De acuerdo con el World Justice Project, los subfactores relativos al acceso a la justicia con menor
puntuación en 2021 fueron estos: “la justicia civil no está sujeta a demora irrazonable”, con una
puntuación de 0.26, y la “justicia civil está libre de la influencia incorrecta del gobierno”, con una
puntuación de 0.25. Mientras, el promedio de la región América Latina y el Caribe se ubicaba en
0.32 y 0.52, respectivamente.
El enfoque de género es una parte esencial del Informe de Desarrollo Humano 2022 en Honduras.
Partiendo del eje central del informe, es decir, el Estado de derecho, y de la definición de los tres pi-
lares que se refuerzan entre sí, a saber: democracia, justicia y seguridad (y sobre la base de la teoría
de cambio del informe), se puede destacar la relación entre género y Estado de derecho.
En Honduras, las brechas de género constituyen una de las formas de desigualdad más enraizadas
en la sociedad y afectan en particular a las mujeres y las niñas (que conforman más de la mitad de
la población); de este modo, esos desequilibrios se convierten en uno de los principales obstáculos
para el progreso social y democrático del país. Esta situación exige una respuesta contundente para
enfrentar este desafío central que, a la vez, puede convertirse en uno de los principales catalizado-
res para el avance y el logro de los ODS en el marco de la Agenda 2030.
5 World Justice Project, “Country Insight: Criminal Justice for Honduras, 2021”, World Justice Project, https://worldjusticeproject.org/rule-of-
law-index/country/2021/Honduras/Criminal%20Justice/
43
Un análisis reciente del PNUD (2019) subraya que la desigualdad de género refleja desequilibrios
intrínsecos de poder, en los que se observan dos tendencias. Por un lado, se constata que estas
son profundas y generalizadas, y están ligadas directamente a la distribución desigual de los avan-
ces derivados del desarrollo económico entre los diferentes estratos socioeconómicos. Por otro,
tienden a ser más profundas en las áreas de mayor empoderamiento individual y poder social. Esto
implica que es más fácil avanzar en las capacidades básicas, y más complicado, en las aumentadas.
Lo anterior se refleja en el índice de normas sociales presentado en ese informe que explora los
vínculos existentes entre las creencias sociales y la igualdad de género en múltiples dimensiones, y
muestra que el sesgo contra la igualdad de género (normas de género) va en aumento en el mundo,
en donde solo “uno de cada diez hombres (y una de cada siete mujeres) no mostró ningún tipo de
sesgo claro en contra la igualdad de género”6. Asimismo, los países con los mayores sesgos “tien-
den a presentar mayores niveles de desigualdad de género”.
Hacia una justicia inclusiva: garantizar la igualdad de oportunidades a través de las políticas
sociales
En este apartado, este tema se aborda desde la perspectiva estatal, bajo la definición de que el Es-
tado identifica, diseña e implementa las políticas sociales, con fin de propiciar mejores condiciones
de vida de la población. En ese contexto, dentro del concepto de protección social, se analizan y
se incorporan los temas de educación y salud. La conexión es directa porque una protección social
universal asegura el desarrollo humano de la población vía la educación, la salud y el empleo defi-
nido por salarios justos.
Los retos en materia de justicia (tanto penal como social) presentados a lo largo capítulo 3, así como
en materia de seguridad, que se abordan en el capítulo 4, desafían a la nación a encontrar pro-
puestas y alternativas para construir un camino viable y seguro hacia un desarrollo transformador.
Para aportar en la construcción de ese camino, el capítulo 5 presenta un conjunto de propuestas
estratégicas construidas colectivamente —y desde una visión multidimensional, inclusiva y de largo
plazo— con el fin fortalecer el Estado de derecho y avanzar en la senda hacia un Estado con capa-
cidades multidimensionales que permita solventar la multicrisis.
El análisis del capítulo 4, sobre la seguridad ciudadana en Honduras, se plantea desde el paradigma
del desarrollo humano y el concepto de seguridad humana, y se afianza fuertemente en los precep-
tos del Estado de derecho. En este capítulo, se aborda la situación de la seguridad ciudadana y la
violencia, la consolidación del desarrollo humano y el fortalecimiento institucional como elementos
centrales en la reconstrucción del Estado de derecho. Por tanto, se ha segmentado en tres aparta-
dos. El apartado 4.1 establece una relación de naturaleza conceptual entre la seguridad ciudadana,
el desarrollo humano y el Estado de derecho.
Finalmente, el capítulo cierra con el apartado 4.3 que enfatiza en la respuesta institucional frente a
la inseguridad ciudadana, identifica el marco institucional y normativo que ha caracterizado al sector
de seguridad en Honduras, así como las instancias de gobierno que forman parte de esta estructura
en sus distintos niveles: fuerzas de seguridad (policía nacional, fuerzas armadas), el sistema peniten-
ciario y las instancias a nivel local.
El paradigma del desarrollo humano fue concebido como un proceso de permanente fortalecimien-
to de las capacidades humanas, lo cual no se puede lograr si no es en el marco de la continua ex-
pansión de libertades y oportunidades.
Como una derivación de esta noción de desarrollo, el PNUD acuñó el concepto de “seguridad hu-
mana” con una connotación más amplia que las definiciones tradicionales de seguridad entonces
imperantes centradas en la seguridad de las naciones. El nuevo concepto se refería a la seguridad
y la protección de las personas ante amenazas crónicas o súbitas a sus necesidades7, y a libertades
que implican estar “libres de privaciones y libres de temores” (free from want and free from fear), las
cuales fueron ampliadas después a la “libertad de humillación” (freedom from indignity). Así enten-
dida, la seguridad humana es más que la protección y la resiliencia ante las amenazas al desarrollo
humano: es también la construcción de espacios seguros para que el desarrollo humano pueda
seguir prosperando.
La seguridad ciudadana se configuró como una dimensión derivada del concepto de seguridad
humana, referida específicamente a los riesgos y amenazas al despojo de los derechos de las per-
sonas, como resultado de distintas formas de violencia criminal. Entendida desde la perspectiva
del desarrollo humano, la seguridad ciudadana es “la condición personal, objetiva y subjetiva, de
encontrarse libre de violencia o amenaza de violencia o despojo intencional por parte de otros”8. La
importancia de esta dimensión para el desarrollo humano se reconoce, por parte del PNUD, al des-
tacar que “los altos niveles de violencia armada e inseguridad tienen consecuencias destructivas
para el desarrollo de un país, afectan el crecimiento económico y resultan a menudo en agravios
arraigados que pueden extenderse por generaciones”9.
7 PNUD, Informe sobre Desarrollo Humano 1994 (México: Fondo de Cultura Económica, 1994).
8 PNUD, Informe Nacional de Desarrollo Humano 2005: Venciendo el temor. (In)seguridad ciudadana y desarrollo humano en Costa Rica
(San José: Editorama, S. A., 2005).
9 PNUD, “Objetivos de Desarrollo Sostenible, Objetivo 16: Paz, justicia e instituciones sólidas” (2022), https://www.latinamerica.undp.org/
content/rblac/es/home/sustainable-development-goals/goal-16-peace-justice-and-strong-institutions.html
45
nitarios y familiares que impactan a la población joven; institucionales asociados a la acción de la
justicia penal y la impunidad frente al delito; y de impacto más directo, como las armas de fuego, las
pandillas y el crimen organizado.
La inseguridad ciudadana se convirtió en uno de los principales problemas que afectan a la pobla-
ción hondureña desde hace más de dos décadas. Para el año 1999, los estudios de opinión ubica-
ban el crimen y la violencia como el problema que más preocupaba a la ciudadanía, al punto de que
el huracán Mitch, que golpeó con una fuerza inusitada al país en 1998 con efectos devastadores, no
logró desplazar la preocupación por la delincuencia, la cual se ubicó 15 puntos arriba del fenómeno
climático.
A partir de 2013, comenzó a revertirse la tendencia al alza que el país venía experimentando desde
mediados de la década del 2000, en varios de los indicadores relacionados a la violencia —como
las tasas de homicidios, femicidios y extorsión, las cuales fueron acompañadas por una disminución
de los niveles de victimización y de la percepción de inseguridad—. Sin embargo, las mejoras en
estos indicadores no han sido suficientes para sacar al país de la categoría de los más violentos
del mundo: en 2019, la tasa de homicidios de 45 por 100,000 habitantes, más del doble de la tasa
promedio de América Latina, de 21.7, y más de siete veces la tasa promedio mundial, de 6.1; y la tasa
de femicidios era casi el doble del promedio latinoamericano y el triple del promedio mundial, como
muestra el gráfico R8.
La prevalencia de una alta tasa de muertes violentas y femicidios en Honduras contribuye negati-
vamente a las posibilidades de avances en el desarrollo humano de las mujeres y, por ende, de la
sociedad entera. Cabe mencionar que, a diferencia de la mayoría de los países de la región, pero al
igual que en El Salvador y Guatemala, en Honduras los casos de femicidio no se concentran en el
ámbito de las relaciones de pareja, sino que están más vinculados a las diversas formas de violencia
social. En la sociedad hondureña, la violencia contra las mujeres y las niñas se ha visto agravada
por las nuevas dinámicas violentas vinculadas al crimen organizado y a las maras y pandillas, así
como por la pandemia del COVID-19, en la que se ha visto un aumento de los casos de violencia
doméstica e intrafamiliar.
80
Tasa por cada 100,000 habitantes
70
60
ALC 4.6
50
40
30
20
10
Mundo 2.3
202 0
200 6
200 9
200 2
200 5
200 7
2012
2017
200 8
2018
200 3
200 4
2013
2014
200 1
2011
200 0
2010
2015
2016
2019
Fuente: Laura Chinchilla y Julieta Castellanos, con datos del Estado de la Región Fuente: Laura Chinchilla y Julieta Castellanos, con datos oficiales de Honduras y de UNODC
(2000-2003), IUDPAS/UNAH (2004-2012) e InfoSegura-PNUD (2013-2019), para Honduras; de para América Latina y el mundo
UNODC, para la información mundial (hasta 2018), y estimaciones propias con información de
UNODC, para América Latina (hasta 2018)
Denuncias y detenciones por el delito Personas que dicen haber sido víctimas
de extorsión entre 2013 y 2019 de la delincuencia entre 2014 y 2019.
Extorsiones Detenidos por extorsión Personas que han sido vícticmas de delincuencia
100
Número de denuncias y detenciones
2,000
80
1,500
60
Porcentaje
1,000
40
500
20
0
2013 2014 2015 2016 2017 2018 2019 0
2014 2016 2018 2019
47
SECCIÓN TERCERA
Hacia un Estado con capacidades multidimensionales para la transformación
La sección tercera incluye el capítulo 5: “Desafíos y ejes estratégicos para la transformación del
Estado”, que se divide en seis apartados. El apartado 5.1 presenta la vinculación de la multicrisis
con la necesidad de impulsar los procesos de concertación orientados a un contrato social, a fin de
resolver los problemas estructurales de Honduras, temática presentada tanto en la sección primera,
con la caracterización del desarrollo humano en el país, como en la sección segunda, que analiza
el funcionamiento del Estado de derecho. En el apartado 5.2, se plantean los desafíos estratégicos
del país, con una visión articulada y multidimensional de sus problemas. El apartado 5.3 propone un
Estado con capacidades multidimensionales como fundamento central para alcanzar el desarrollo
sostenible y la transformación, sin la cual es inviable implementar y lograr las soluciones principales.
El apartado 5.4 desarrolla los ejes estratégicos nacionales, a partir del análisis realizado, que incluye
ocho líneas estratégicas y 50 políticas públicas centradas en el Estado de derecho y su vinculación
con las políticas económicas, sociales y ambientales. El apartado 5.5 presenta las condiciones y
criterios para la implementación de esas políticas públicas. Finalmente, el apartado 5.6 propone el
camino que sigue para que la Honduras imaginada sea posible.
La característica de una multicrisis de país y las debilidades del Estado de derecho hacen necesario
articular un conjunto de propuestas que se centran en ocho ejes estratégicos: (a) reformas al sector
de justicia con inclusión; (b) reformas político-electorales, (c) reformas a la seguridad ciudadana,
(d) descentralización con planificación del desarrollo y enfoque prospectivo, (e) políticas sociales
inclusivas que consideran la protección social, (f) políticas económicas verdes de desarrollo humano
orientadas a la concertación fiscal, (g) políticas de equidad de género e (i) políticas de transforma-
ción digital. Todas estas propuestas estratégicas deben contar con un enfoque multidimensional,
prospectivo e inclusivo.
Los problemas estructurales representan una amenaza profunda a la calidad de vida y a la conviven-
cia pacífica de la sociedad hondureña. Aquellos que provienen del siglo XX y que todavía no se re-
suelven, se proyectan y profundizan hoy en día, y, ante la presencia de eventos coyunturales como
la pandemia de COVID-19 y la recesión global, desencadenan escenarios muy complejos y volátiles
que ponen en riesgo y amenazan las capacidades acumuladas. La resiliencia espera a las personas,
pero también a las sociedades. En cierta manera, en esa óptica, se maneja un Estado resiliente con
capacidades multidimensionales.
Para superar las disfuncionalidades estructurales que anclan el despliegue de las potencialidades
del país, es indispensable ocuparse de los desafíos estratégicos. Para el caso hondureño, se pue-
den mencionar al menos ocho desafíos indicativos de la disputa por el sentido y la dirección del
futuro (véase diagrama R4).
UNA VISIÓN
INTEGRADORA:
ESTADO DE DERECHO Y EJES POLÍTICOS,
ECONÓMICOS, SOCIALES Y AMBIENTALES
POBREZA
VIOLENCIA
De género
Política, social
y económica
Fuente: Equipo Informe de Desarrollo Humano Honduras con base en PNUD, Informe Regional de Desarrollo Humano 2021. Atrapados: Alta
desigualdad y bajo crecimiento en América Latina y el Caribe (Nueva York: Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, 2021)
El país enfrenta ocho desafíos que requieren una mirada integradora y enfoque multidimensional
de abordaje. No hay espacio ni oportunidad para abordajes únicamente sectoriales. La complejidad
y la profundidad de la multicrisis plantean, como la salida metodológicamente y práctica, la vía mul-
tidimensional:
2. Generar capacidades estatales para diseñar y ejecutar políticas de Estado para la transforma-
ción.
4. Propiciar una política fiscal para financiar el desarrollo humano en forma sostenible, que sea
inclusiva y eficiente.
5. Ampliar las capacidades para diseñar e implementar políticas sociales inclusivas centradas en
el desarrollo y los derechos humanos.
49
6. Formular e integrar las políticas de protección ambiental a la economía, con un enfoque multi-
dimensional.
Un Estado de derecho pleno, eficiente y transparente es fundamental para las grandes transforma-
ciones del país. Honduras requiere de un Estado transformado con capacidades multidimensionales
que no solo responda a los desafíos de la multicrisis, sino que también tenga una mirada de futuro
y una capacidad de visualizar y desarrollar cursos de acción para sus políticas estratégicas. En el
diagrama R5, se presentan algunos elementos estratégicos para repensar el Estado hondureño en
el siglo XXI.
Diagrama R5 Hacia una visión estratégica del Estado hondureño en el siglo XXI 2021-2030
POLÍTICAS CAPACIDADES
DEL ESTADO
Multidimensionales De integración
Inclusivas Prospectivas
Universales Concertadoras (política)
Integrales De innovación social
De futuro (prospectivas) De liderazgo trascendente
FUNCIÓN DEL
ESTADO
Ejecutivo
Legislativo
Judicial
REQUISITOS
FUNDAMENTALES DEL
ESTADO DE DERECHO
Separación e independencia de poderes
Democracia transparente y libre del control partidario
Meritocracia (profesionalización del servicio público)
1. Para países como Honduras, es esencial una transformación del Estado, lo que conlleva la ne-
cesidad de incrementar la capacidad estatal, la cual se define por un conjunto de cinco ca-
pacidades articuladas y sinérgicas: (a) capacidad de integrar, (b) capacidad de prospectiva,
(c) capacidad de concertación —política—, (d) capacidad de innovación social y (e) capacidad de
liderazgo transformador. Son esenciales para el éxito en las transformaciones en el siglo XXI y
en la respuesta efectiva a los desafíos ya señalados.
3. Para alcanzar un Estado transformado, se requiere de, al menos, tres reformas que son impres-
cindibles. Primero, el Estado tiene que funcionar con una independencia de poderes como
el fundamento principal. Segundo, es preciso una democracia transparente y libre del control
partidario político. Tercero, es necesario un servicio profesional público renovado y sostenible
en toda la Administración pública. Sin estos tres elementos, toda la arquitectura de un Estado
que responda con eficacia, transparencia y prontitud a los problemas de la sociedad hondureña
del siglo XXI será inviable.
Además, grandes desafíos para el país surgen como resultado de la pandemia de COVID-19, la cual
no representa solo una crisis sanitaria. Debe reconocerse que, por su magnitud, se trata de una
crisis sin precedentes que requiere de soluciones innovadoras, como la redefinición del contrato
social entendido como la búsqueda de nuevos acuerdos políticos y sociales que puedan garantizar
la prosperidad económica, la paz y la cohesión social.
51
Ejes y propuestas estratégicos de políticas públicas
I ESTADO DE DERECHO
EJES TRANSVERSALES
- Multidimensionales
- Inclusivas
- Prospectivas
- Transparentes
- Eficientes
Temporalidad: 2022-2030
Fundamento
Los altos niveles de corrupción e impunidad en el país han provocado un debilitamiento sistemático
del Estado de derecho, una desaceleración de los procesos democráticos y una grave fractura en
la capacidad del Estado de cumplir con la responsabilidad de garantizar los derechos individuales y
colectivos de la población. La reducida capacidad estatal para afrontar la corrupción ha traído con-
sigo la degradación de las condiciones de vida del ser humano, el agotamiento de las capacidades
institucionales y el fraccionamiento del contrato social.
Fundamento
Fundamento
Es fundamental que la consigna principal que oriente las políticas de Estado en materia de delin-
cuencia juvenil sea la prevención. Sin programas de intervención focalizada en sectores de riesgo
y en población joven, con un enfoque integral e interinstitucional, Honduras podría exponerse a un
comportamiento episódico de delincuencia y violencia. Dicho de otro modo, a periodos de relativa
calma ante las acciones de control —sean estas de mano dura, producto de transacciones con los
grupos criminales— seguidos de lapsos de reactivación de la violencia, con la liberación de los de-
tenidos o con cada negociación rota por relevos en los liderazgos o la recomposición del control
territorial de las pandillas.
La prevención social del delito dentro de la población joven del país se vuelve más imperativa dadas
las condiciones de riesgo que está generando la pandemia y los altos flujos migratorios, que inclu-
yen a niños, niñas, adolescentes y jóvenes no acompañados.
Fundamento
Los enormes rezagos sociales y económicos de la población, expresados en pobreza extrema, des-
empleo y desigualdad, hacen necesario un enfoque de desarrollo que considere una distribución
territorial de recursos más eficiente y, al mismo tiempo, mecanismos de fortalecimiento democrático.
En ese contexto, la descentralización puede cumplir una triple función: (a) ayudar a la democratiza-
ción, en términos de decisiones locales de la ciudadanía; (b) consolidar la prestación de servicios
públicos en un marco institucional descentralizado; y (c) orientar recursos para el financiamiento
de las áreas conectadas con el desarrollo humano —como educación, salud, empleo productivo y
servicios públicos—. Pero también es necesario considerar los procesos de descentralización en-
marcados en una visión del concepto de planificación del desarrollo vinculado con la prospectiva
como un instrumento de eficacia en la gestión nacional, regional y local.
53
Eje estratégico 5: Políticas sociales inclusivas en protección social
Fundamento
Pese al crecimiento económico sostenido y al incremento del gasto en protección social durante
2010-2019, la informalidad laboral, la desigualdad de ingresos y las tasas de pobreza no registra-
ron mejoras sustanciales. Esto indica que el actual sistema de protección social hondureño (que
comprende tanto la seguridad social como los programas de asistencia social) no está cumpliendo
plenamente sus objetivos.
En parte, esto se debe a que la protección social se caracteriza por una variedad desarticulada de
programas contributivos y no contributivos para grupos específicos de la población, lo cual genera
distorsiones en el mercado laboral, ya que grava al empleo formal y subsidia el trabajo informal;
a su vez, esto ocasiona que haya más empleo informal y de baja productividad, y que se genere,
además, un círculo vicioso de pobreza y desigualdad.
Fundamento
El sistema tributario es regresivo; la evasión fiscal, elevada; y la presión tributaria, por arriba del pro-
medio de Centroamérica, pero abajo del de América Latina y la Organización para la Cooperación
y el Desarrollo Económicos (OCDE). Los costos de cerrar la brecha de protección social y mejorar
los niveles de la educación y salud (tanto en cobertura como en calidad, lo cual incluye también el
avance tecnológico a través de una actualización y la transformación digital en el sector educativo
público) son elevados.
Lo anterior hace necesaria una profunda reforma fiscal que se oriente a una mejor eficacia de los
recursos, mayor transparencia y mejores resultados en la inversión y el gasto público. Esta refor-
ma debe centrarse en mejorar la equidad, la eficacia, la transparencia de la política tributaria y la
priorización del gasto público en tres dimensiones esenciales del desarrollo humano: la protección
social, la educación y la salud.
Fundamento
Fundamento
En Honduras, las brechas de género constituyen una de las formas de desigualdad más enraizadas
en la sociedad, que afectan en particular a las mujeres y las niñas (más de la mitad de la población).
Esta realidad se convierte así en uno de los principales obstáculos para el progreso social y de-
mocrático del país (una correlación negativa entre Índice de Desigualdad de Género y el Índice de
Democracia Global).
En Honduras existe un reconocimiento de los derechos de las mujeres y las niñas, reflejado en la
adopción de los principales instrumentos internacionales de derechos humanos y en la adecuación
y la armonización de esos compromisos con el derecho nacional. Este ha sido un proceso político
y social complejo que ha tomado más de seis décadas (desde 1955, con el derecho de las mujeres
al sufragio) y con un hito histórico a partir de la CEDAW (1980), en cuanto a la protección de los de-
rechos de las mujeres, como referencia en materia de igualdad entre mujeres y hombres, y con el
impulso de la agenda política de las mujeres desde ese periodo.
55
Reflexión final
La Honduras transformada: reencuentro y reconciliación. Se trata de un espacio de construcción
colectiva. Se ha hecho referencia a la historia del país no como pasado sino también como fun-
damento del presente y de la actual Honduras, proyectando con imaginación la Honduras futura,
la Honduras que es posible con el apoyo y el compromiso de todos los hondureños, en un reen-
cuentro y una reconciliación, pero también con la visión estratégica adecuada en relación con un
Estado con capacidades multidimensionales y en la construcción ciudadana centrada en ejes y
políticas estratégicas orientados fundamentalmente a los jóvenes, a las mujeres y a las poblaciones
afrodescendientes como un eje necesario para construir la agenda de desarrollo y transformación.
La multicrisis que vive Honduras, profundizada por el COVID-19, refuerza la necesidad imposterga-
ble de avanzar hacia un Estado de derecho pleno que responda y permita superar esta situación, y,
con ello, sentar las bases de un proceso profundo de transformación nacional.
El Informe de Desarrollo Humano, centrado en el Estado de derecho como fundamento de las trans-
formaciones institucionales urgentes para adaptarnos al escenario actual de recuperación de la
multicrisis y de proyección prospectiva del futuro del país, es una contribución desde el enfoque de
desarrollo sostenible. Con esa finalidad, este documento se articula en tres secciones. La primera
contiene un análisis del desarrollo humano del país con una mirada que abarca 20 años (desde el
inicio del siglo XXI) y el impacto del COVID-19, para mantener una perspectiva de temporalidad his-
tórica amplia y objetiva bajo el supuesto de que los problemas de la nación son estructurales y han
sido agudizados por el efecto de la pandemia.
En la segunda sección, se presenta el Estado de derecho como el fundamento de las grandes trans-
formaciones, y se le concibe así, como la base del desarrollo humano y de la transformación. Para
ello, se ha realizado un ejercicio objetivo de análisis de la realidad de esta forma de organización
política, a través de entrevistas, conversatorios y talleres nacionales e internacionales, incluido un
análisis con aportes relevantes de académicos y políticos reconocidos de América Latina. Los pila-
res del Estado de derecho —que se centran en el desarrollo y la justicia, la democracia y la seguri-
dad y la paz— son aspectos esenciales que derivan en los derechos humanos, la institucionalidad,
el sistema político y las políticas económicas y sociales.
Por último, la tercera sección presenta una agenda ciudadana para la transformación con propues-
tas estratégicas. Por tanto, el Informe de Desarrollo Humano es también un instrumento de inciden-
cia ciudadana para implementar las propuestas.
57
“Los tiempos pasados obra siempre en los presentes
y en lo que existe está oculto el germen de lo que
ha de suceder”.
61
MENSAJES PRINCIPALES
Como se desprende de esta sección primera y de la “Caracterización socioeconómica, política y
ambiental: Hallazgos y tendencias 2000-2020”1:
1. Honduras enfrenta una multicrisis —diversas crisis en los ámbitos social, económico, político y
ambiental, que se manifiestan y refuerzan en forma simultánea— que debe superarse. Su origen
se remonta al siglo XX, a partir de problemas estructurales y rezagos profundos no resueltos,
y se profundizó con la llegada del COVID-19 en 2020. Reconocerla es esencial para iniciar un
camino hacia la transformación.
2. Entre los desafíos estructurales que enfrenta el país, destacan: el crecimiento insuficiente y de
escaso impacto para reducir las desigualdades y la pobreza; la falta de empleos altamente pro-
ductivos y suficientes para absorber la creciente fuerza laboral; los altos niveles de informalidad;
el desequilibrio en las finanzas públicas; los bajos grados de protección social; la desigualdad
estructural que impacta a las mujeres y los elevados crónicos índices de violencia que, si bien
se han reducido, continúan muy por encima de la media latinoamericana y mundial. También
persisten los retos relacionados a las condiciones de desventaja en los ingresos, el empleo y la
participación política que afrontan las mujeres, los pueblos originarios y afrodescendientes, y la
población con discapacidad. Además, se suman las crisis ambientales que se han profundizado
en los últimos 20 años.
3. En las últimas tres décadas, Honduras ha presentado avances moderados que se reflejan en el
Índice de Desarrollo Humano y sus componentes. Sin embargo, estos progresos, en compara-
ción con el resto de países de la región, han sido cada vez más moderados e insuficientes para
cerrar las brechas. En el plano subnacional, es de especial preocupación que aun los departa-
mentos con mayor desarrollo humano en el país se encuentran lejos de alcanzar los logros es-
perados en los aspectos básicos de este paradigma: esperanza de vida, educación e ingresos.
4. El Estado de derecho se ha debilitado sistemáticamente en los últimos 20 años, con crisis recu-
rrentes de gobernabilidad (en particular, desde 2009) que han afectado a la población, así como
a la capacidad estatal de responder a las demandas sociales crecientes, y han desacelerado los
avances en el desarrollo humano.En concreto, se trata de: (a) debilidades en la gestión de infor-
mación para la formulación de políticas públicas, así como para el diseño, la implementación y
la evaluación de las mismas y de los marcos normativos que requieren de actualizaciones para
adaptarse al contexto actual; (b) retrocesos en el campo de los derechos humanos; (c) recrude-
cimiento de narrativas alejadas del Estado de derecho (que potencian las expresiones de dis-
criminación) y de prácticas institucionales poco transparentes; (d) reducción del espacio cívico
clave para la generación de debates y la construcción de consensos; y (e) polución informativa
en la era de los dispositivos digitales, entre otros.
1 Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), Caracterización socioeconómica, política y ambiental: Hallazgos y tenden-
cias 2000-2020 (Honduras: PNUD, 2022).
“La pandemia no ha producido todos los males que estamos viviendo, sino que los ha profundi-
zado. Se ha encontrado con nuestros déficits estructurales. Y es por esto mismo que tiene funda-
mental importancia el hacer las cosas distintas, eliminar los vicios democráticos, en estos tiempos
de recuperación […]. Para enfrentar el reto de la fragilidad de nuestro desarrollo, tenemos que me-
dirlo de una manera mucho más multidimensional para estar de forma permanente conscientes de
lo que tenemos que hacer en términos de políticas públicas. Cuando hay una medición deficiente,
tomamos decisiones ineficientes".
El capítulo 1 de la sección primera tiene como objetivo presentar un análisis del desarrollo huma-
no en Honduras. Para ello, se ha dividido en cinco apartados. El primero (1.1) ofrece una visión del
paradigma de desarrollo humano, en la que se toma en cuenta un enfoque multidimensional como
aproximación teórica y práctica, así como una valoración del contexto nacional con el fin de identifi-
car caminos efectivos e integrales para tratar los problemas del desarrollo desde una visión integral
y holística2.
El apartado 1.2 presenta una visión global e integradora del país y percepciones ciudadanas en
cuanto a los logros y desafíos de su desarrollo humano desde antes de la pandemia. Se incluyen
elementos fundamentales de tendencias, sinergias, déficits y potencialidades, con miras a perfilar
las características de Honduras. La aspiración es introducir las visiones e ideas motores que guían
al Informe de Desarrollo Humano y al respectivo análisis, desde la perspectiva territorial, en sus
dimensiones nacional, departamental y municipal. El análisis se ha enriquecido con la construcción
del Atlas de Desarrollo Humano3.
Después, el apartado 1.3 se ocupa de la visión del contexto internacional y regional en el que se
inserta Honduras, de la dinámica mundial y de la geopolítica de la región, con vistas a que la com-
prensión del país como nación independiente sea valorada en un escenario muy movido, complejo
y volátil, con elementos de incertidumbre, pero, al mismo tiempo, de oportunidades. Si bien los
niveles de desarrollo humano han sido impactados negativamente por el COVID-19, emergen opor-
tunidades para reconstruir tanto una visión integradora como un nuevo camino hacia las grandes
transformaciones que se necesitan.
Luego, en el apartado 1.4, se expone la dinámica de la sociedad hondureña. Se trata de una mira-
da desde el desarrollo humano explicada en varios subapartados que abordan los desequilibrios
territoriales en tres ámbitos: nacional, departamental y municipal, así como los logros cada vez más
2 Los indicadores presentados en este documento fueron identificados en fuentes nacionales e internacionales.
3 PNUD, Atlas de Desarrollo Humano: desequilibrios y potencialidades regionales (Honduras: Programa de las Naciones Unidas para el
Desarrollo, 2022). El objetivo de esta herramienta es proporcionar información en un nivel subnacional —principalmente en el ámbito
departamental y, en menor medida, municipal— de indicadores de desarrollo, para complementar la visión que expresan los índices de
desarrollo humano en dimensiones como la seguridad ciudadana, el medio ambiente, la educación y la salud, entre otras.
Las primeras aproximaciones en la medición del desarrollo humano comenzaron con la publicación
del primer Informe sobre Desarrollo Humano en 1990, en el cual se realizaba una evaluación me-
diante un índice que reflejaba la esperanza de vida, el alfabetismo y el dominio sobre los recursos
para el disfrute de un nivel de vida decente5.
El enfoque innovador de este indicador compuesto se ubicaba en un contexto en el que las medi-
ciones convencionales del progreso y el bienestar de los países se basaban únicamente en el PIB
per cápita. A pesar de tal propuesta, algunos autores6 sugieren que el IDH es una medida reduccio-
nista porque contempla solo un grupo de posibles decisiones humanas.
Aunque el concepto de desarrollo humano es mucho más profundo que lo captado en un índice
compuesto de indicadores estadísticos. Sin embargo, como puede verse en el recuadro 1, para
medir comparativamente sus progresos, se requiere de un instrumento simple, como el IDH, que
refleje los logros en tres dimensiones básicas: vivir una vida larga y saludable (representada por la
variable “esperanza de vida al nacer”), el acceso a conocimientos (calculado por medio de las varia-
bles “años esperados de escolaridad” y “años promedio de escolaridad”) y un nivel de vida digno
(medido a través del ingreso)7.
En los treinta años transcurridos desde el primer informe, se reconoce y es evidente que el desarro-
llo humano va más allá del crecimiento económico. De ahí que, de este paradigma, emerja con fuer-
za el enfoque multidimensional8 que aborda los problemas del desarrollo desde una visión integral
y holística, nunca más sectorial o parcial.
4 Para más detalles relativos al paradigma de desarrollo humano, consultar PNUD, Marco conceptual, metodológico y estadístico del
Informe de Desarrollo Humano (Honduras: Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, 2022).
5 PNUD, Desarrollo Humano informe 1990 (Bogotá, Colombia: Tercer Mundo Editores, 1990).
6 Gustav Ranis, Frances Stewart & Emma Samman, “Human Development: Beyond the Human Development Index,” Journal of Human
Development, Volume 7, Issue 3 (22 February 2011): 323-358, https://www.tandfonline.com/doi/abs/10.1080/146498806008159
7 PNUD, Informe sobre Desarrollo Humano 2020.
8 PNUD, Informe Regional sobre Desarrollo Humano para América Latina y el Caribe. Progreso multidimensional: bienestar más allá del
ingreso (New York: Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, 2016).
El Índice de Desarrollo Humano (IDH) es un índice compuesto que se centra en tres dimensiones
básicas del desarrollo:
1. La capacidad de llevar una vida larga y saludable, medida por la esperanza de vida al nacer.
2. La capacidad de adquirir conocimientos, medida por los años promedio de escolaridad y los
años esperados de escolaridad.
3. La habilidad de lograr un nivel de vida decente, que se mide en términos del ingreso nacional
bruto per cápita.
Para aproximar el desarrollo humano de manera más integral, entre 2010 y 2020, el Informe de
Desarrollo Humano incorporó otros índices compuestos que complementan al IDH y que recogen
algunas dimensiones del desarrollo que no se estaban contemplando anteriormente. Estos son:
1. El IDH ajustado por la Desigualdad (IDH-D), el cual descuenta el IDH según el grado de inequi-
dad en cada dimensión.
2. El Índice de Desarrollo de Género (IDG), el cual compara los valores del IDH de hombres y mu-
jeres en tres dimensiones: la salud (medida como la esperanza de vida al nacer de mujeres y
hombres), la educación (evaluada a través de los años esperados de escolaridad de las niñas
y los niños, y el promedio de años de escolaridad de las mujeres y los hombres adultos de 25
años o más) y el control sobre los recursos económicos (calculado según el ingreso nacional
bruto (INB) per cápita estimado de mujeres y hombres).
3. El Índice de Desigualdad de Género (GII), que refleja las disparidades basadas en el género en
tres dimensiones: salud reproductiva, empoderamiento y actividad económica.
4. El Índice de Pobreza Multidimensional (IPM), que identifica las múltiples privaciones superpues-
tas que sufren las personas en tres dimensiones: salud, educación y nivel de vida.
5. El IDH ajustado por Presiones Planetarias (IDH-P), que mide el nivel de desarrollo humano ajus-
tado por las emisiones de dióxido de carbono por persona y la huella material per cápita para
tener en cuenta la presión humana excesiva sobre el planeta.
En suma, según el IDH, el progreso en cuanto a desarrollo humano se captura con indicadores
trazadores de salud (esperanza de vida al nacer), educación (años promedio de escolaridad, años
esperados de escolaridad) y nivel de ingresos (INB per cápita), ajustados por desigualdad, equidad
de género y presiones planetarias. De esta forma el IDH verifica que el progreso en los ámbitos
principales se esté dando de manera incluyente y equitativa.
Fuente: Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), Informe sobre Desarrollo Humano 2020, Technical notes, http://hdr.undp.
org/sites/default/files/hdr2020_technical_notes.pdf
¿Por qué hablar de un progreso multidimensional? ¿Qué significa y cómo puede ayudar a en-
frentar los nuevos retos del desarrollo de la región? Significa, en primer lugar, trascender el
uso del ingreso per cápita, de ritmo de crecimiento económico y del PIB como criterios pri-
vilegiados para medir el nivel de desarrollo de los países de renta media y de los pequeños
Estados insulares en desarrollo (PEID). […] En segundo lugar, apunta a construir políticas inter-
sectoriales, holísticas y universales para dar respuesta a los problemas multidimensionales del
desarrollo. Desde la publicación del primer Informe de Desarrollo Humano de 1990, pasando
por la Comisión Stiglitz-Sen-Fitoussi de 2009 y la reciente aprobación de la Agenda 2030
para el Desarrollo Sostenible, emerge una demanda creciente de acciones de políticas más
integrales. No es suficiente avanzar “brecha por brecha”, es preciso adoptar un enfoque mul-
tidimensional de acción9.
1. La universalidad, que considera tanto los objetivos como las metas definidas con y para todos
los actores. Aquí cabe resaltar que un aspecto esencial reconocido en el Informe Regional de
Desarrollo Humano 2016 es que la universalización no implica uniformidad sino diferenciación.
Para un país como Honduras, con rezagos sociales y económicos que son estructurales, los retos
del desarrollo no se agotan con la educación y la salud, y “nada que disminuya los derechos de las
personas y las comunidades, ni nada que amanece la sostenibilidad ambiental del planeta, puede
considerarse progreso”10.
La construcción del nuevo Informe de Desarrollo Humano 2022 se orienta a plantear propuestas
transformadoras de última generación para el desarrollo sostenible de Honduras. En ese sentido, se
articula con los esfuerzos nacionales dirigidos a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), que
se exponen en el diagrama 1, y sus prioridades11, planteados y repensados para una nueva genera-
ción de propuestas estratégicas.
Como ha dicho Pedro Conceição, director del Informe de Desarrollo Humano del PNUD (véase re-
seña 1), dos características del enfoque de desarrollo humano lo hacen particularmente apropiado
para diseñar políticas que las naciones necesitan para alcanzar los ODS y continuar avanzando.
PERSONAS
Poner fin a la pobreza y
el hambre en todas tus
sus formas y garantizar
la dignidad e igualdad
PLANETA PROSPERIDAD
Proteger los recursos Asegurar vidas prósperas
naturales de nuestro planeta y DESARROLLO y satisfactorias en armonia
el ciima para generaciones
futuras SOSTENIBLE con la naturaleza
ALIANZAS PAZ
Implementar la agenda Promover la paz, la
a través de una sólida justicia y sociedades
alianza global inclusivas
Fuente: Oficina para América Latina y el Caribe (RBLAC) del PNUD, Genera Igualdad, s. f.
El Informe de Desarrollo Humano del PNUD cumple 30 el próximo año. Este es un momento para
celebrar su impacto, así como para reflexionar en cómo este puede continuar contribuyendo al
desarrollo global en un panorama dominado por los ODS.
“Las personas”, iniciaba el primer Informe de Desarrollo Humano, “son la verdadera riqueza de las
naciones”. Ese informe de 1990 marcó un momento crucial en el debate de desarrollo global.
Durante la segunda mitad del siglo XX, había crecientes preocupaciones sobre la tiranía del pro-
ducto interno bruto (PIB). Muchos tomadores de decisiones parecían creer que el crecimiento eco-
nómico y el bienestar eran sinónimos. Pero aquellos que entendían realmente lo que el PIB mide
no estaban de acuerdo. Sus argumentos estaban bien encapsulados en el ahora famoso discurso
de Bobby Kennedy, en el cual señaló que este valor “mide todo en pocas palabras, excepto aquello
que hace que la vida valga la pena”.
Treinta años después, el desarrollo global se encuentra en otro hito. La Agenda 2030 es una opor-
tunidad para erradicar la pobreza, proteger el planeta y asegurar paz y prosperidad duraderas.
¿Puede el pensamiento de desarrollo humano inspirar a una nueva generación de análisis, medición
y toma de decisión para revolucionar el desarrollo global una vez más?
Hay muchos vínculos entre el enfoque de desarrollo humano y la Agenda 2030. Pero vale la pena
resaltar anticipadamente que ambos son dos cosas fundamentalmente distintas. Los Objetivos de
Desarrollo Sostenible (ODS) son una herramienta mundialmente aceptada para evaluar el avance
del desarrollo. El desarrollo humano, mientras tanto, es una filosofía —o lente— para considerar casi
cualquier asunto de desarrollo en el que uno puede pensar. En otras palabras, los ODS proveen un
destino para el desarrollo. El desarrollo humano permite diseñar la ruta para llegar a ese destino.
Dos características del enfoque lo hacen particularmente apropiado para diseñar políticas que las
naciones necesitan para lograr los ODS.
Primero, los ODS están “integrados” y son “indivisibles”. Por lo tanto, aunque los objetivos son
discretos, las políticas para lograrlos tienen que reconocer las interconexiones entre las diferentes
áreas. El enfoque de desarrollo humano destaca la importancia del pensamiento integrado y la na-
turaleza “conjunta” del desarrollo. Por ejemplo, cuando se le está facilitando a alguien la búsqueda
de empleo, también se necesita pensar sobre la salud de esa persona, sus otras responsabilidades
(en casa, por ejemplo), su educación, el acceso a transporte, la libertad de tomar un trabajo (particu-
larmente para muchas mujeres), etc.
Segundo, mientras todas las naciones están de acuerdo con la importancia de los ODS, es respon-
sabilidad de cada nación perseguir los objetivos de acuerdo con sus prioridades. Así que cualquier
enfoque de desarrollo amplio necesitará ser flexible si ha de ser útil para muchos países. El desa-
Los ODS comprenden 17 objetivos, 169 metas y 232 indicadores. Algunos comentaristas ven la
cantidad de metas como una debilidad. Otros argumentan que es una reflexión necesaria de la com-
plejidad de la vida. Lo que sea que se piense, el número de indicadores indudablemente dificulta
resumir los avances de una nación contra la Agenda 2030. De hecho, con frecuencia se argumenta
que una razón del dominio del PIB en el debate político es que provee una medida de “un número”
de progreso que captura la atención pública.
El Índice de Desarrollo Humano (IDH) provee una alternativa de medición de “un número” en el que
capta el progreso en tres dimensiones básicas de desarrollo humano: salud, educación y condicio-
nes de vida. Permite comparaciones similares entre países, pero más ampliamente que aquellas
proporcionadas por el PIB. Mahbub ul Haq, el padre del IDH, reconoció el poder de convocatoria de
un solo número: “Necesitamos una medida del mismo nivel de crudeza del PNB —solo un número—
pero una medida que no sea ciega en cuanto a los aspectos sociales de las vidas humanas como
lo es el PNB.”
Sin embargo, el IDH también ha atraído critica. Esto es principalmente porque —como en casi todos
los indicadores compuestos— es imposible evitar los pesos arbitrarios cuando se combinan los
indicadores compuestos medidos en diferentes unidades: esperanza de vida (en años de vida),
ingreso (en poder adquisitivo) o educación (en años esperados o actuales de educación). Si esto es
problemático para el IDH, construido solo de indicadores, entonces hay que suponer la conmoción
si se intenta un enfoque similar con los 232 indicadores de los ODS.
¿Existe un punto medio? Puede darse un caso en el que se utilice el IDH como una de las pocas
medidas para resumir el progreso hacia la Agenda 2030. Muchos de los ODS se relacionan directa-
mente con el IDH: pobreza, salud, educación y trabajo, por ejemplo. Otros —como paz y hambre—
se relacionan indirectamente. Y si el IDH se mueve en la dirección correcta, es probable que esos
ODS estén progresando también.
Esto no es para decir que el IDH debe reemplazar esas metas e indicadores. No puede. Pero el índi-
ce puede ofrecer una señal aproximada de si una nación está progresando en relación con muchos
de los ODS.
Encontrar otras medidas —para aclarar el panorama sobre el progreso hacia la Agenda 2030— es
indudablemente un reto dada la diversidad de objetivos y metas. Pero el trabajo que estamos pla-
neando en PNUD puede ayudar.
Es justo decir que el IDH no ha evolucionado tan dramáticamente como los retos de desarrollo
del mundo lo han hecho en los últimos 30 años. Algunos de los retos con los que está lidiando el
planeta son nuevos, como la comprensión de lo que el aumento de la inteligencia artificial puede
significar para la fuerza laboral en una década. Y algunos retos globales son más urgentes de lo que
eran hace 30 años: el alarmante ritmo del cambio climático es el ejemplo más obvio.
El mundo del desarrollo esta correctamente enfocado en los ODS. Sin embargo, el desarrollo glo-
bal no va a detenerse, por supuesto, en el 2030, aún si todos los ODS se cumplen. Antiguas pre-
ocupaciones continuarán. Nuevas van a surgir. Y el Informe de Desarrollo Humano tiene un papel
importante en asegurar que mantengamos un ojo en el horizonte, incluso si la mayoría de nuestra
atención está enfocada en los siguientes 11 años.
Por ejemplo, el Informe de Desarrollo Humano 2019 se centraba en la desigualdad. Un tema emer-
gente sugiere que, aunque muchos países están progresando en cerrar brechas de desigualdad
claves, nuevas fisuras se están abriendo en la misma velocidad.
En muchos países hoy, por ejemplo, la brecha entre niños ricos y pobres se ha cerrado cuando
vemos si tienen acceso a educación primaria. Pero las diferencias entre estos niños se expanden
cuando consideramos la calidad de esa educación, o si tienen acceso a otra educación como la
temprana.
Las “nuevas” desigualdades tendrán consecuencias de por vida, particularmente debido a que el
rápido cambio tecnológico ya está impactando el mercado laboral. Es importante que les prestemos
atención desde ya. También es importante que nos adelantemos a identificar que brechas importan-
tes surgirán en la siguiente década, aún si no están incluidas en los ODS.
La Agenda 2030 y los ODS —con su llamado de acción universal para erradicar la pobreza, proteger
el planeta y asegurarse que todos disfruten de paz y prosperidad— prefiguran un mundo mejor que
el enfoque de desarrollo humano está ayudando a construir.
Sin embargo, la historia de desarrollo global no terminará en el 2030. Es nuestro trabajo asegurar
que el pensamiento de desarrollo humano continuará para formar un panorama de desarrollo global
para el resto del siglo XXI.
Traducción libre por el Equipo del Informe de Desarrollo Humano Honduras, a partir de publicación en https://
www.sustainablegoals.org.uk/wp-content/uploads/2019/06/024-026-SDGs-CONCEICAO.pdf
*
En este párrafo, Conceição afirma que el medio ambiente es un componente crucial de la Agenda 2030, pero
señala que, hasta 2019, año en que se publicaron sus reflexiones, ni el IDH ni otros indicadores compuestos
de desarrollo humano tocaban temas medioambientales. En ese momento, anunció el propósito de que, para
2020, estos asuntos se consideraran e incluyeran en el IDH. Al año siguiente, el Informe de Desarrollo Humano
2020 introdujo el IDH ajustado por las presiones planetarias (IDH-P).
Además, el informe plantea como tesis central que, sin un Estado de derecho pleno, eficiente y
transparente, los grandes problemas estructurales del país no se podrán superar y se caerá en un
ciclo constante de crisis de gobernabilidad en la que no se superan las dificultades principales y a
los que la coyuntura también agrega nuevos desafíos que hacen el escenario muy complejo, difícil
y volátil. Así, el Estado de derecho se convierte en el fundamento de las grandes transformaciones
de país.
Esta relación entre el Estado de derecho y el abordaje multidimensional de la Agenda 2030 y sus
17 ODS se plasman en el diagrama 2, el cual articula los elementos de este principio de gobernanza
conectados con la inclusión social, la prosperidad económica y la protección ambiental, y también
con la sostenibilidad, además del tema de seguridad y paz, y el enfoque transversal de género. En
concreto, la conexión con el ODS 5 (género) y el ODS 16 (paz, justicia e instituciones sólidas) se re-
laciona directamente con el Estado de derecho e incluye justicia, transparencia e institucionalidad.
Segundo, se desarrolló la metodología del PNUD sobre Análisis Político y Construcción de Escena-
rios Prospectivos (PAPEP)12 como un instrumento inicial para precisar las visiones, los pensamientos
y la percepción tanto de los liderazgos como de la ciudadanía13. Tercero, se articuló el enfoque de
género en todo el proceso y en el contenido14. Cuarto, se organizó una red de jóvenes para asegu-
rar su apoyo al desarrollo de los contenidos. Quinto, se coordinaron tanto los Espacios Regionales
de Desarrollo Humano (ERDH) como el Espacio de la Diáspora de Desarrollo Humano (EDDH), com-
plementarios entre sí, que aportaron propuestas sobre el Estado de derecho. Sexto, se generaron
insumos y aportes directos, a través de una serie de ensayos del bicentenario y de la “Colección
de desarrollo humano para la transformación”, elaborada a partir de los análisis e insumos técnicos
preparados por expertos para el informe. Séptimo, se llevó a cabo un taller internacional sobre Es-
tado de derecho, para reflexionar y aportar a este informe. Por último, se conformó una comisión de
seguimiento de las propuestas para esta publicación.
12 Antonio Aranibar y Antonella Spada, Honduras: El desafío de construir una salida a la crisis. Escenarios prospectivos 2012-2015, Colec-
ción Informes nacionales de Prospectiva Política PAPEP-PNUD (La Paz, Bolivia: Plural editores, 2012).
13 Spada, Antonella y Fernández, Gustavo. 2021. “Análisis prospectivo y desafíos para la transformación democrática y económica del país,
2021”. Inédito [manuscrito preparado para el Informe de Desarrollo Humano Honduras 2022]. El documento se discutió con expertos y
académicos en cinco talleres de trabajo y se presentó a 65 líderes de la academia, la empresa privada y la sociedad civil.
14 A cargo de Carolina Ávalos, quien preparó el insumo Análisis de Desigualdad, Género e Institucionalidad en Honduras.
PA
Z
CIA
CRA
INCLUSIÓN
SOCIAL
DEMO
SOSTENIBILIDAD
PROSPERIDAD PROTECCIÓN
(ECONÓMICA) AMBIENTAL
DIMENSIONES
Valores y principios de la Agenda 2030 con Sociedades Pacíficas. (Seguridad ciudadana)
fundamento en los derechos humanos: Sociedades Justas: Estado de Derecho, Acceso a justicia
Sociedades Inclusivas. Gobernanza efectiva e inclusiva)
- No dejar a nadie atrás, universalidad,
responsabilidad común pero diferenciada.
METAS ODS
- Enfoque de análisis de género y derechos
humanos, complementado con el de ciclo 16.3. Promover el Estado de derecho en los planos nacional e internacional y garantizar la
de vida, interseccional e interculturalidad. igualdad de acceso a la justicia para todos.
16.5. Reducir considerablemente la corrupción y el soborno en todas sus formas.
- Ámbitos: Individualidad, social/comunidad, 16.6. Crear a todos los niveles institucionales eficaces y transparentes que rindan cuentas.
institucional/Estado, y Global/Regional. 16.7. Garantizar la adopción en todos los niveles de decisiones inclusivas, participativas y
representativas que respondan a las necesidades.
16.8. Ampliar y fortalecer la participación de los países en desarrollo en las instituciones de
gobernanza mundial.
16.9. Proporcionar acceso a una identidad jurídica para todos, en particular mediante el
registro de nacimientos.
16.10. Garantizar el acesso público a la información y proteger las libertades fundamentales,
de conformidad con las leyes nacionales y los acuerdos internacionales.
16.a. Fortalecer las instituciones nacionales pertinentes para crear capacidad de prevenir
la violencia y la criminalidad.
16.b. Promover y aplicar leyes y políticas no discriminatorias en favor del desarrollo
sostenible.
1 2 3 4 5
IMPACTOS-PROBLEMAS
1. 1. 1. 1. 1. 1.
INSTITUCIONALIDAD
ACCESO A JUSTICIA
GESTIÓN DE LA TRANSPARENCIA
DDHH
PARTICIPACIÓN CIUDADANA
Instituciones Las instituciones Los entes con Los partidos Las políticas Ciudadanía
públicas mejoran del Poder Judicial atribución de políticos son públicas de participa de
en su gestión de y operadores de rendición de abiertos a DDHH se espacios de diálogo
resultados, justicia mejoran cuentas cumplen participar y desarrollan, en donde los
eficacia y en su capacidad y hacen cumplir la aportar en la implementan y se actores sociales y
eficiencia de gestión y ley. construcción de cumplen con políticos consolidan
institucional. transparencia. una agenda capacidad estatal esos espacios.
2. político-electoral y apertura a la
2. 2. Las instituciones y una agenda de sociedad. 2.
Los gobiernos Instituciones del públicas país 2022-2030. La OSC se articula
locales mejoran área de justicia fortalecen las 2. en redes y espacios
su capacidad de dan acceso y políticas de 2. Las instancias de de desarrollo y
gestión y aseguran la transparencia y Los entes DDHH participación
articulación con el atención de sus espacios con estatales (CONADEH/ ciudadana.
Gobierno central justicia de participación electorales SJDDHH) son Desarrollando y
en materia de poblaciones ciudadana. mejoran en fortalecidas y fortaleciendo estos
DDHH. vulnerables y calidad y aprobadas por su espacios.
sectores de 3. transparencia. gestión.
PRODUCTOS
La estructura de los espacios colectivos organizados para el informe responde a esa concepción
(véase diagrama 4): espacios territoriales en los 18 departamentos; espacios de las juventudes a
nivel nacional, departamental y local; espacio de la diáspora; y espacios técnicos y académicos.
JUNTA DE PROYECTO
6 3 Reuniones: 2
Junio 2020
Febrero 2021
Julio 2021
CONSEJO NACIONAL
COMITÉ TÉCNICO CONSULTIVO
ESTADÍSTICO
PROCESO
PROCESO Reuniones ordinarias
5 técnicos Reuniones de Trabajo subgrupo:
4 reuniones
- Estado de derecho
PRODUCTO - Políticas sociales e inclusión
- Reconversión económica
Validación Índices - Medio ambiente y resiliencia
de Desarrollo Humano
Estructura de Atlas PRODUCTO
de Desarrollo Humano
Propuestas de transformación
ESTRUCTURA
IDH
5 3
PRODUCTO
Propuesta de desarrollo humano para Honduras
Foro de presentación - 20 de agosto
La sección segunda plantea el análisis bajo un enfoque integrador que reconoce al Estado de dere-
cho como fundamental para alcanzar el desarrollo humano, la protección de los derechos humanos
y la inclusión de la población más vulnerable, y lograr la seguridad y la convivencia de la sociedad.
Finalmente, en la sección tercera se presentan los fundamentos para una agenda ciudadana de de-
sarrollo, con un conjunto de propuestas de políticas de Estado en las áreas estratégicas del país, en
las que se consideran las siguientes características: (a) una visión de futuro centrada en responder
con eficacia, prontitud y transparencia a las necesidades planteadas por la ciudadanía hondureña;
(b) un enfoque integrado como agenda de desarrollo; y (c) un mecanismo de seguimiento con un
enfoque integrado de los diversos sectores y actores nacionales. En concreto, es una agenda desde
la ciudadanía, con un esbozo para un pacto social.
Frente a este panorama, el país necesita repensar su desarrollo con una visión de largo plazo que
considere un enfoque multidimensional para resolver tanto los problemas estructurales no resueltos
del siglo XX (entre ellos, los elevados y persistentes niveles de pobreza y desigualdad, la falta de
un crecimiento económico más inclusivo, los altos niveles de corrupción e impunidad, la escasez de
oportunidades, la violencia y la inseguridad, y la profundización de la vulnerabilidad ambiental), así
como los desafíos experimentados en las primeras dos décadas del siglo XXI (como el deterioro del
Estado de derecho, las crisis de ingobernabilidad, los efectos del cambio climático, los rezagos y la
brecha digital en el uso de tecnología, y la pandemia de COVID-19).
Ante estos problemas (estructurales y emergentes no resueltos) y la fragilidad del Estado para ga-
rantizar el pleno disfrute de los derechos, la respuesta de miles de hondureños y hondureñas ha
sido el desplazamiento hacia otros Estados en busca de la protección, las oportunidades, el trabajo
y la seguridad que no han encontrado en su país de origen.
El abordaje de esta multicrisis que vive Honduras, profundizada por el COVID-19, requiere de una
respuesta multidimensional conjunta entre el Estado y la sociedad, fundamentada en principios que
sean inclusivos, integrales, eficientes y sostenibles.
21 Equipo del Informe de Desarrollo Humano de Honduras con información del INE (consultar más detalles sobre las fuentes de información
en las notas técnicas del Informe de Desarrollo Humano 2022).
22 INE, Hogares en situación de pobreza (Honduras: Instituto Nacional de Estadística, julio 2021), https://www.ine.gob.hn/V3/imag-
doc/2021/12/Situaci%C3%B3n-de-pobreza.pdf
23 Las opiniones y datos provienen de diversos estudios realizados para este Informe de Desarrollo Humano, a través de entrevistas a
liderazgos, grupos focales y encuestas que se llevaron a cabo durante 2019-2021, con la metodología de análisis político y escenarios
prospectivos, conocida como PAPEP, del PNUD.
DE LA MULTICRISIS
A LA MULTIDIMENSIONALIDAD
Un abordaje conceptual para su comprensión
Un enfoque MULTIDIMENSIONAL
para enfrentar y resolver la MULTICRISIS.
De acuerdo con los resultados de grupos focales realizados a principios de marzo de 2020 por
Le Vote1, para PNUD, ya antes de la crisis del COVID-19 prevalecían en la población hondureña
sentimientos de desesperanza, indefensión e impotencia, y las personas percibían cierto retroceso
(véase figura R2.1). La ciudadanía manifestó su malestar con expresiones como: “Aquí no hay nada.
No hay trabajo, no hay oportunidades”; “¡Aquí nadie nos escucha!”.
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Fuente: Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), Estudio Cualitativo sobre Coyuntura Actual y Escenarios de Políticas de
Estado (Honduras: marzo 2020)
De acuerdo con el citado estudio cualitativo del PNUD, buena parte de la gente vive su cotidianidad
con un sentimiento de indefensión, e incluso teme por su vida. No confía en ninguna institución
pública ni en ningún líder, pues siente que ha sufrido robo y engaño hasta por quienes tendrían el
deber de protegerla, es decir: el Estado (por ejemplo, la policía, los políticos, etc.). Se siente desam-
parada y no ve cómo puede cambiar su situación.
Los problemas y frustraciones acumulados acaban produciendo una sensación de que “Honduras
es un país lindo para nacer, pero no sirve para vivir”3. De hecho, para algunos, sobre todo para la ju-
ventud y los grupos más afectados por la pobreza, la alternativa que queda es la de salir del territo-
rio: “Vamos a emigrar todos. Forzados”, expresaron en los grupos focales4. Sin embargo, reconocen
que tampoco es una opción fácil.
La percepción de que en el corto plazo no hay salidas empuja algunos a la inacción (o, por lo menos,
a no actuar colectivamente); a otros, hacia la búsqueda de soluciones individuales y pragmáticas
de supervivencia; en algunos otros, redunda en la esperanza de que algo o alguien, casi de forma
prodigiosa, corra en ayuda, pues muchos habitantes lo que piden es: “¡Auxilio!”6.
Estas actitudes ciudadanas fueron retratadas también por mediciones de encuesta a principios de
20207, como lo muestra el gráfico R2.1
NS/N
0 5 10 15 20 25 30
Porcentaje
El mismo estudio recoge algunas de las razones de estas actitudes ciudadanas. Según lo manifesta-
ron los participantes, la poca intención de salir a las calles a protestar se debe al miedo a ser reprimi-
dos, a la excesiva politización de las protestas y a los episodios de vandalización que en ocasiones
se asocian a estas actividades. El bajo grado de deseos de participar en política estaría asociado
a que mucha población la considera una actividad “sucia”. Por otra parte, la tradicional propensión
de las mujeres y los hombres hondureños por expresarse en las urnas se ha visto afectada por los
hechos ocurridos en los últimos hitos electorales, de tal manera que la limitada confianza en las
elecciones disminuye el interés de expresar su opinión con el voto. Estas percepciones refuerzan
la actitud de “esperar a que otros arreglen la situación actual o hacer prevalecer la convivencia
tribal del barrio y la no pertenencia a la convivencia nacional”, según lo resumen los analistas que
condujeron el estudio8.
Conforme a mediciones de la encuesta (CID Gallup, enero 2020), a principios de ese año (antes de
la crisis del COVID-19), más del 60 % de la ciudadanía consideraba lo que estaba viviendo el país
En 2021, una alta proporción de la población hondureña pensaba que el país se encuentra en un
camino equivocado (véase gráfico R2.2). En el contexto subregional de Centroamérica, a junio de
2021, Honduras presentó el mayor porcentaje respecto a esa percepción de su país10.
Gráfico R2.2 Porcentaje de población que considera equivocado y/o correcto el rumbo de
Honduras (2012-2020)
Equivocado Correcto
90
80
70
60
Porcentaje
50
40
30
20
10
0
2021 (may)
2012*
2014*
2015*
2018*
2021 (ene)
2016*
2017*
2019*
2020*
2013*
Fuente: CID Gallup, Estudio de Opinión Pública (Honduras: mayo 2021) (*) Promedio anual. Se excluyen opiniones NS/NR.
Entre los principales problemas que visibilizan los hondureños, se encuentran la corrupción, la eco-
nomía, la violencia, la salud y la educación.
Desde su perspectiva, las personas jóvenes califican como crítica y caótica las condiciones del país.
A la vez, identifican que se está pasando por una multicrisis socioeconómica y política donde sobre-
salen problemas estructurales como la pobreza, la corrupción, la impunidad, la violencia y el crimen
organizado (véase figura R2.2).
Los resultados de la ronda de élite11, realizada para este estudio a partir de 2019, se podrían resumir
mencionando que lo que predominaba en el liderazgo hondureño era preocupación, diferencias
irresueltas e inercia frente al cambio.
DECADENCIA
DESCUIDADA DESIGUALDAD
NARCOTRÁFICO CRÍTICA CRISIS
ECONOMÍA
TRÁGICA MARAS HAMBRE
PÉSIMA CALAMIDAD
DELICUENCIA
HORRIBLE
DOLOR
OBSOLETA INSEGURIDAD
DESAGRADABLE
INJUSTICIA
CAÓTICA
COVID-19
REGULAR
Fuente: PNUD, Encuesta sobre expectativas de las juventudes, elaborada para el IDH-Honduras (junio 2021)
Con tonos distintos, las personas entrevistadas describen el contexto como una situación que pre-
senta desafíos complejos y riesgos importantes. Asimismo, muchos, sobre todo exponentes de opo-
sición y de sociedad civil, opinaron directamente que el país está atravesando una compleja crisis
que se manifiesta en distintas formas y dimensiones que se retroalimentan.
La sensación general que emergió de la ronda es que en los últimos años (sobre todo a partir de
2009) Honduras se ha ido entrampando en dinámicas de polarización, deterioro institucional y ten-
siones sociales crecientes, lo que ha dado lugar a un equilibrio precario y peligroso que, también,
según los liderazgos, podría redundar en nuevos episodios de crisis política y social.
En términos generales, más que en los problemas de larga data (es decir, pobreza, desigualdades
y exclusión), las élites se focalizaron en desafíos que se han agudizado sobre todo en los últimos
años. En este sentido, resaltaron los altos niveles de corrupción, y muchos los vincularon a otros
aspectos del debilitamiento de la institucionalidad democrática y de la crisis política reeditada que
ha caracterizado a la nación en estos años: la infiltración del crimen organizado en las instituciones,
la impunidad y el desbalance entre los poderes del Estado, y una concentración de poder. Por otro
lado, destacaron la limitada capacidad del Estado de responder a las necesidades más apremian-
tes de su ciudadanía (sobre todo en el tema de empleo y, en menor medida, en la seguridad) y el
creciente desencanto y desconfianza de la población en los partidos políticos, en las instituciones
estatales y en la misma democracia.
Ahora bien, pese al arraigado malestar y la importante preocupación, 8 de cada 10 hondureños afir-
maron que aún existía la esperanza de un país mejor en 2021 (véase gráfico R2.3).
Gráfico R2.3 Porcentaje de población que considera que aún hay esperanza para encaminar al
país en un rumbo positivo y con mayores oportunidades
Esperanza de las juventudes Esperanza para encaminar el país al rumbo positivo y con ma-
en el país en porcetajes yores oportunidades
Sí No
NS/NR No Si
100%
19%
Porcentaje 80%
60%
40%
20%
81%
0%
2020 2021
Fuentes: PNUD, Estudio de Opinión Pública, elaborado para el Informe de Desarrollo Humano Honduras, mayo 2020 y 2021. PNUD, Encuesta
sobre expectativas de las juventudes, elaborada para el Informe de Desarrollo Humano Honduras, junio 2021
Así es como —en este contexto de complejidad, incertidumbre y amenazas agravadas por la pan-
demia del COVID-19 y los huracanes Eta e Iota— se abre un futuro que, como posibilidad redentora,
convoca a la ciudadanía a no abandonar la esperanza en que Honduras puede ser transformada.
Sin embargo, para ello se requiere que las respuestas y resoluciones se articulen desde un enfoque
multidimensional, un Estado de derecho pleno y la participación de todos los sectores de la socie-
dad.
1 Empresa especializada en investigación social y opinión pública.
2 PNUD, Estudio Cualitativo sobre Coyuntura Actual y Escenarios de Políticas de Estado (Honduras: PNUD, marzo 2020).
3 PNUD, Estudio Cualitativo.
4 Según PNUD (marzo 2020), la migración legal es considerada como alternativa por casi toda la población; en cambio, la inmigración ilegal es
considerada por las personas más pobres.
5 PNUD, Estudio Cualitativo.
6 PNUD, Estudio Cualitativo.
7 CID Gallup, Estudio de Opinión Pública (Honduras: enero 2020).
8 PNUD, Estudio Cualitativo.
9 El 10 % no respondía o mencionaba que no sabía.
10 CID Gallup, Estudio de Opinión Pública (Honduras: CID Gallup, junio 2021).
11 El concepto de “élite” se extrajo de la metodología PAPEP (al respecto puede consultarse PNUD, Marco conceptual, metodológico y estadístico del
Informe de Desarrollo Humano. (Honduras: Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, 2022). Uno de sus pasos metodológicos es lo que se
denomina “encuestas de élite”. En ese sentido, se encuestó a los liderazgos principales del país en el área económica, política y social.
Con este preámbulo, este apartado plantea tres rasgos particularmente significativos de los desafíos
y oportunidades relevantes y de largo alcance que el contexto internacional tiene por delante para
países como Honduras. En el diagrama 6 se ilustran las relaciones e implicaciones de este trío de
características del escenario internacional. Primero, el potencial de la revolución digital en el mundo
y la sociedad. Segundo, la crítica relación de la humanidad con la naturaleza. Tercero, la transición
de un ciclo geopolítico de los poderes. Las tres dimensiones planteadas tienen implicaciones pro-
fundas sobre el mundo y continuarán teniendo impactos en la medida que las mismas se ahonden.
24 El tema se profundiza en PNUD, Caracterización socioeconómica, política y ambiental: Hallazgos y tendencias 2000-2020 (Honduras:
Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, 2022).
25 Este apartado incluye extractos del análisis Honduras. Contexto externo 2021, elaborado por el Dr. Gustavo Fernández para el Informe
de Desarrollo Humano Honduras.
26 World Health Organization, Global Situation, accedido el 19 de mayo de 2022, https://covid19.who.int/ y World Health Organization, Glo-
bal excess deaths associated with COVID-19 (modelled estimates), consultado el 19 de mayo de 2022, https://www.who.int/data/sets/
global-excess-deaths-associated-with-covid-19-modelled-estimates
27 Organización Mundial de la Salud, Consejos para el público sobre la COVID-19: Vacunarse, 13 de abril de 2022, https://www.who.int/es/
emergencies/diseases/novel-coronavirus-2019/covid-19-vaccines/advic
28 PNUD, Plan estratégico 2022-2025 (Nueva York, Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, 2021), 1, https://strategicplan.undp.
org/es/
DESARROLLO
HUMANO
Complejidad
Volatilidad
Información y desinformación
Incertidumbre
DESEQUILIBRIOS DÉFICIT
TECNOLÓGICOS
CAMBIOS Digital ECONOMÍA
DEMOGRÁFICOS Innovación Y CRECIMIENTO
Investigación
Disrupciones Concentrador
Bajo empleo
Baja productividad
GOBERNABILIDAD
GOBERNANZA MUNDIAL
Y NACIONAL
CAMBIOS CULTURALES
Los siguientes apartados describen los cambios que indujo la pandemia en el sistema global y que
profundizan tendencias ya previas al COVID-19, tales como los desequilibrios ecológicos y sociales,
y la brecha derivada de los avances tecnológicos sin precedentes, pero con graves rezagos dentro
de los países y entre estos, y que tienen incidencia en naciones pequeñas como Honduras.
1.3.1. Crisis socioecológica combinada con los desequilibrios sociales generados por las crecien-
tes desigualdades y pobreza, profundizadas por la brecha tecnológica y el cambio climático
En la actualidad, se vive una convergencia entre los planos social, económico y ambiental. Así tam-
bién existe una convergencia con el ámbito tecnológico. Esta crisis amenaza la vida humana en el
planeta. El Informe sobre Desarrollo Humano 2020 global contribuye a explicitar esa relación y la
necesidad de un enfoque multidimensional basado en la naturaleza29. En 2020, Honduras experi-
mentó en un mes dos eventos naturales extremos (Eta e Iota). Los elementos de construcción de la
agenda ciudadana del desarrollo tomarán de esta crisis su comprensión y sinergias para plantear
enfoques efectivos para abordarla.
29 PNUD, Informe sobre Desarrollo Humano 2020. La próxima frontera: El desarrollo humano y el Antropoceno (Nueva York: Programa de
las Naciones Unidas para el Desarrollo, 2020).
El PNUD rescató esa idea en el Informe sobre Desarrollo Humano de 2020 global y la conectó con
los desequilibrios sociales y los planetarios, nudos de una red compleja y diferente de un nuevo
sistema que llama “socioecológico”. Luego, concluye que, como fruto de una nueva época geoló-
gica, no puede encararse de forma aislada, como manifestación de “esferas sociales y ecológicas
separadas”.
La pandemia puso a prueba esa hipótesis. Limitó la actividad humana en el planeta. Su carácter
global, la amenaza silenciosa de la muerte, resonó como una advertencia final sobre el riesgo in-
minente que corre la humanidad, si es que no actúa pronto sobre la amenaza ecológica. En primer
lugar, se evidenció el impacto de los combustibles fósiles en el calentamiento global y la necesidad
de sustituirlos por nuevas formas de energía limpia, como una demanda inaplazable. Se dice fácil,
pero tiene consecuencias y manifestaciones muy complejas. La industria del petróleo es muy po-
derosa y la transición será compleja y conflictiva31. Representa un factor adicional en la enmarañada
recomposición del equilibrio de poder global.
El confinamiento planteó el dilema imposible de la reclusión forzada, que precautela la salud, pero,
al mismo tiempo, quita oxígeno a la economía, sobre todo de los sectores marginados, vulnerables
e informales que dependen del ingreso diario para sobrevivir. Revirtió en un año los avances en
reducción de la pobreza a nivel mundial y puso en evidencia las sobrecogedoras consecuencias de
la relación del hombre con la naturaleza. Dejó en claro que regenerar la biósfera y encarar el estrés
hídrico, la inseguridad alimentaria, las sequías, las inundaciones, los ciclones, el aumento de las
temperaturas, la subida del nivel de los mares y el crecimiento de la población no se puede —no se
debe— disociar de la tarea paralela de construir una sociedad democrática, respetuosa de los dere-
chos humanos, que enfrente la pobreza, la desigualdad y la concentración de la riqueza, y permita
a la gente atender las exigencias de alimentación, salud, vivienda y una vida digna para su familia.
Así como en su momento el PNUD fue pionero en ir más allá de los indicadores monetarios para me-
dir el desarrollo humano, hoy alerta sobre la necesidad de incorporar en esas pautas las referidas
al cambio climático y a la amenaza ecológica. De esa forma, la bandera ecológica que la juventud
levantó con visión profética tomará su lugar, como debe ser, como reivindicación de la humanidad,
más allá de fronteras y diferencias étnicas, geográficas y culturales.
30 Esther Addley, “‘A very dangerous epoch‛: historians try to make sense of Covid,” The Guardian, Sat 13 Feb 2021. https://www.theguard-
ian.com/world/2021/feb/13/a-very-dangerous-epoch-historians-try-make-sense-covid
31 Aunque se han realizado importantes avances en la transición energética —como el compromiso adquirido en el Diálogo de Alto Nivel
sobre Energía realizado en septiembre de 2021, en el cual participaron más de 130 líderes mundiales (incluidos jefes de Estado y de Go-
bierno, ministros, jefes ejecutivos de entidades de la ONU y organizaciones internacionales) y del cual uno de los principales resultados
es la primera hoja de ruta mundial para la acción acelerada del ODS 7 que presenta una estrategia clara para lograr el acceso universal a
la energía y la transición energética para 2030 (United Nations, New commitments at UN energy summit a major stride towards afforda-
ble and clean energy, but much work ahead to halve energy access gap by 2025 (New York, 24 September, 2021), https://www.un.org/
en/hlde-2021/page/new-commitments-un-energy-summit)—, a medida que el mundo comienza a alejarse de los sistemas energéticos y
las cadenas de suministro que han dominado las generaciones recientes, las economías que dependen de los ingresos de los combus-
tibles fósiles se verán desafiadas por la caída de la demanda y la mayor presión para descarbonizar (United Nations, Theme report on
energy transition towards the achievement of SDG 7 and net-zero emissions [New York: September 20, 2021], 23, https://www.un.org/
sites/un2.un.org/files/2021-twg_2.pdf).
En la primera globalización, que los expertos sitúan entre 1870-1990, la industrialización que se ges-
tó en la revolución tecnológica de la electricidad y la máquina de vapor redujo sustantivamente el
costo de transporte de bienes y cavó la zanja de la primera división internacional del trabajo entre
países productores de materias primas y manufacturas, con sus inevitables consecuencias políticas
de imperialismo y colonialismo, en la lucha por el control de rutas marítimas, de mercados y de ofer-
ta de productos básicos.
La globalización 2.0, cuyo origen se sitúa en la revolución digital —la mezcla de información y com-
putación—, a caballo entre las décadas de los ochenta y noventa del siglo XX, redujo esta vez el
costo de transporte del conocimiento, alumbró una nueva división internacional del trabajo fundada
en cadenas de valor que integran actividades extractivas, manufactureras y de servicios, y que se
saltaron las fronteras de los Estados nacionales y colocaron el intercambio intrafirma de componen-
tes, partes y piezas en el cauce principal de los flujos de comercio global.
En ese punto, llegó la pandemia del COVID-19. El ritmo del mundo se frenó repentinamente. En me-
dio del silencio, pronto se hicieron evidentes las fisuras y falencias de las sociedades del planeta,
provocadas por la desigualdad y el embate contra el equilibrio ambiental. Como resultado, la pobre-
za extrema mundial aumentó por primera vez en más de 20 años y llevó a 97 millones de personas
a una situación de pobreza en 202033.
32 Al enfrentar a un volumen apabullante de información, el público debe realizar la tarea de determinar qué es creíble. La difusión inten-
cional o no intencional de información falsa, engañosa o manipulada —lo que se denomina “contaminación de la información"— es un
desafío urgente a escala mundial que perjudica de manera desproporcionada a quienes de por sí ya son vulnerables. Durante la crisis del
COVID-19, la desinformación y el discurso del odio se han convertido en armas potentes. La información falsa puede tener un efecto de-
vastador en la salud pública, en las comunidades minoritarias y en la confianza de las personas en las instituciones democráticas, pudien-
do además fomentar el conflicto (PNUD, Cómo responder a la contaminación informativa de la COVID-19, mayo de 2020, https://www.
undp.org/sites/g/files/zskgke326/files/publications/undp-bpps-governance-Responding_to_COVID-19_information_Pollution_SP.pdf y
(PNUD, La herramienta del PNUD para combatir la desinformación alcanza escala mundial como bien público digital, 17 de mayo de
2022, https://www.undp.org/es/press-releases/la-herramienta-del-pnud-para-combatir-la-desinformaci%C3%B3n-alcanza-escala-mun-
dial-como-bien-p%C3%BAblico-digital).
33 Daniel Gerszon Mahler, Nishant Yonzan, Christoph Lakner, R. Andres Castaneda Aguilar and Haoyu Wu, “Updated estimates of the impact
of COVID-19 on global poverty: Turning the corner on the pandemic in 2021?,” World Bank Blogs, June 24, 2021, https://blogs.worldbank.
org/opendata/updated-estimates-impact-covid-19-global-poverty-turning-corner-pandemic-2021
La cooperación científica global no solo soportó, sino que hasta creció en estas circunstancias. La
conectividad digital tomó la dimensión de un bien público global. Los especialistas afirman que, en
un año, el mundo aceleró un lustro o una década el uso masivo de tecnologías ya conocidas que
estaban en plena maduración. Este esfuerzo mundial simplemente es imposible sin la computación
de procesamiento de datos, el big data, la nanotecnología y la comunicación instantánea de este
tiempo.
Esa capacidad científica y tecnológica instalada y en plena expansión es el fundamento del desarro-
llo económico y de la transformación social y política del planeta. Es, al mismo tiempo, prometedora
e inquietante. Nadie conoce ni se atreve a presumir su límite. La visión profética de Max Weber so-
bre la revolución industrial y el futuro que se vislumbra a inicios del siglo XXl es pertinente, pensan-
do en esa relación de la sociedad y el individuo como un todo, y la excesiva especialización técnica
que el mundo globalizado impone como mandato de sobrevivencia. Ya afirmaba Weber en 1910:
“Nadie sabe quién vivirá en esta jaula en el futuro, o si, al final de este enorme desarrollo, surgirán
totalmente nuevos profetas o habrá un renacimiento de ideas e ideales antiguos, […] bien podría
decirse en verdad: “Especialistas sin espíritu y hedonistas sin corazón […]”34.
Se prevé una recomposición larga y compleja de la estructura de poder global. Por ahora, las fuer-
zas de la democracia y el multilateralismo frenaron el asalto nacionalista en Estados Unidos y Eu-
ropa, pero todavía están allí, como semillas de futuros conflictos: las guerras culturales, raciales y
religiosas; la desigualdad económica; la concentración de la riqueza, la exclusión y la pobreza; la
confrontación política, la ruptura de la sociedad con los partidos y las instituciones.
En este análisis, el escenario antes descrito y eventos recientes que están modificando el contexto
internacional (como la guerra en Ucrania36) tienen implicaciones muy poderosas y decisivas para
una nación pequeña, como Honduras, dependiente fuertemente tanto de la economía como de la
influencia política de Estados Unidos. El fundamento de su transformación pasa necesariamente
34 Max Weber, The protestant Ethic and the Spirit of Capitalism (London & Boston: Unwin Hyman, 1930).
35 Christopher Darby and Sarah Sewall, “The Innovation Wars. America’s Eroding Technological Advantage,” Foreign Affairs, March/April,
2021. https://www.foreignaffairs.com/articles/united-states/2021-02-10/technology-innovation-wars
36 Como menciona Luis Felipe López-Calva, director regional del PNUD para América Latina y el Caribe, la crisis de Ucrania está provocan-
do interrupciones en mercados de productos básicos y desencadenando ‘Friendshoring’ (entendido como reconcentrar la producción
en casa, o en países "amigos", para reducir potenciales interrupciones de las cadenas de suministro). Relacionado con esto, la inflación
global ha alcanzado niveles no vistos en décadas y está provocando una reversión de los flujos de capital (Luis Felipe López-Calva, No
habrá ganadores en el contexto de crisis superpuestas, inédito [mensaje semanal del Director, 2022]
1.4.1. El desarrollo humano: una primera aproximación de los desequilibrios territoriales desde el
nivel nacional, departamental y municipal
Índice de Desarrollo Humano nacional: avances, aunque cada vez más moderados, durante el
período 2000-2019
Previo a la pandemia, los logros en el desarrollo humano, es decir, los avances alcanzados en los in-
dicadores trazadores de las tres dimensiones del IDH (salud, educación e ingresos), fueron visibles
a lo largo del todo el período de análisis (2000-2019).
Como se observa en el gráfico 1, el IDH a nivel nacional pasó de 0.566 en el 2000 a 0.634 en 2019.
No obstante, en la primera década los avances, en términos del promedio anual, fueron mayores
que en el segundo período (2010-2019). Esta ralentización ocurre en la etapa posterior a la crisis
política, social y de gobernabilidad del 2009.
0.85
0.80
0.75
Valor IDH
0.70
0.65
0.60
0.55
0.50
2000
2001
2002
2003
2004
2005
2006
2007
2008
2009
2010
2011
2012
2013
2014
2015
2016
2017
2018
2019
Fuente: Equipo del Informe de Desarrollo Humano Honduras con información de la Oficina del Informe de Desarrollo Humano (2020)
De acuerdo con el Informe sobre Desarrollo Humano 202037, Honduras presentó un IDH de 0.634,
que lo sitúa en la posición 132 de 189, con lo que permanece dentro de la franja de naciones con
desarrollo humano medio. En América Latina y el Caribe, se ubica solo por encima de Haití, y en el
extremo opuesto de la distribución, al compararlo con el valor de 0.851 de Chile, el más alto presen-
tado en la región, el hondureño es un 34 % inferior. Al contrastar el índice nacional con el promedio
de América Latina y el Caribe, se presenta una diferencia del 20 %, lo que refleja las persistentes
brechas vinculadas a los logros alcanzados con respecto a los países de la región. El recuadro 3
recoge los logros, desafíos y brechas en términos de desarrollo humano en Honduras para los últi-
mos 20 años.
Sobre la composición del IDH (véase gráfico 2), Honduras se ha caracterizado por mostrar un mayor
índice de esperanza de vida y menores índices de ingreso y educación (este último compuesto de
dos indicadores: años de escolaridad promedio y años de escolaridad esperada). Esto indica que
educación e ingresos presentan una mayor distancia respecto a los logros ideales en las dimensio-
nes que el IDH refleja. Con todo, si se analizan los logros relativos que se han presentado entre el
2000 y el 2019, al considerar el índice de cada dimensión, se observa un mayor avance en educa-
ción (19 % de crecimiento), en comparación con la esperanza de vida (9 %) y los ingresos (8 %). El
índice de ingresos es el que menor avances ha mostrado. Este mismo orden se presenta al analizar
la variación en términos absolutos, de modo que los avances en los indicadores educativos son
mayores que los presentados por los indicadores de esperanza de vida e ingresos dentro del IDH.
En los últimos 20 años Honduras ha presentado considerables avances que se han reflejado en el
IDH. Sin embargo, estos han sido cada vez más moderados y han llevado a que presente ahora el
menor IDH de la subregión centroamericana, pese a que comenzó el siglo XXI en una mejor situa-
ción que Guatemala. Además, continúan las brechas de desarrollo humano vinculadas a los logros
alcanzados por el país con respecto a la región latinoamericana y la subregión centroamericana.
Algunas de las deficiencias son las siguientes:
Fuente: José Soto, Impacto del COVID-19 en la salud y la educación en Honduras y propuestas innovadoras para responder a la recuperación
con Desarrollo Humano de Honduras elaborado para el Informe de Desarrollo Humano, Honduras 2022, con información de United Develop-
ment Programme (UNDP), Oficina del Informe de Desarrollo Humano (s. f)
0.9
0.72
0.54
Valor
0.36
0.18
0
2000
2010
2016
2019
2001
2005
2006
2009
2002
2011
2015
2012
2008
2018
2003
2004
2013
2014
2007
2017
Fuente: Equipo del Informe de Desarrollo Humano Honduras con información de la Oficina del Informe de Desarrollo Humano (2020)
Con respecto al IDH a nivel subnacional, Honduras presenta brechas territoriales importantes vin-
culadas al logro de los indicadores que configuran esta puntuación, pues si se compara el departa-
mento con menor y mayor valor, Lempira muestra un índice 26 % inferior con respecto a Francisco
Morazán (véase gráfico 3). Por consiguiente, esta disparidad también se expresa en las categorías
asignadas en términos de desarrollo humano, de modo que Francisco Morazán figura en la franja
alta para 2019 y Lempira, en la baja.
Dep
Francisco Morazán Lemp
Islas de la Bahía
Cortés
Copá
Atlántida Intib
Valle
Comayagua
Ocot
Colón Sant
Yoro
Choluteca
La Pa
Gracias a Dios Olan
El Paraíso
Olancho
El Pa
La Paz Grac
Santa Bárbara
Ocotepeque
Chol
Intibucá Yoro
Copán
Lempira
Coló
0.0 0.2 0.4 0.6 0.8
Com
Valor IDH Valle
Atlán
Fuente: Equipo del Informe de Desarrollo Humano Honduras con información del INE (más detalles en anexos estadísticos)
Al dar una mirada más agregada a los diferentes departamentos en todo el territorio, se observa
que aquellos que se encuentran en la región occidental presentan menores índices de desarrollo
humano con respecto a los situados en la zona norte y central, lo que evidencia una vez más las
brechas territoriales de desarrollo.
Acerca de los logros en cada componente del IDH, se puede demostrar un patrón marcado para la
mayor parte de los departamentos: mayor cercanía a los logros esperados en la dimensión de es-
peranza de vida al nacer y una menor en relación con las dimensiones de educación e ingreso, que
son las que mayor distancia presentan con respecto a las metas. Esto es congruente con el com-
portamiento de las cifras nacionales. Por otro lado, los indicadores de esperanza de vida y escolari-
dad presentan brechas relevantes entre los departamentos de Francisco Morazán y Lempira (véase
gráfico 4). La persistente brecha geográfica entre zonas rurales y urbanas merece priorización en el
diseño de políticas que busquen la equidad en el acceso a servicios de salud y educación a lo largo
del territorio nacional.
Los logros entre 2014 y 2019 son modestos en el valor del IDH para todos los departamentos; este
progreso, aunque diferenciado para cada uno de ellos, se configura principalmente por un mayor
incremento de los indicadores de educación y, en menor medida, por el avance de los de esperanza
de vida e ingreso per cápita.
Gráfico 4 Valores máximos y mínimos de la esperanza de vida al nacer y los años promedio de
escolaridad a nivel subnacional (2019)
Años
promedio de escolaridad Esperanza de vida al nacer
Años promedio de escolaridad Esperanza de vida al nacer
Máximo Mínimo Brecha % entre extremos
9.0 120% 77.0 Máximo Mínimo Brecha % entre extremos 4%
Años promedio de escolaridad
75.0 3%
Brecha %
7.0 80%
Brecha %
74.0 2%
6.0 60%
FM FM 73.0 FM 2%
5.0 40% FM
72.0 LE 1%
4.0 20% LE
LE LE 71.0 1%
3.0 0%
2014 2019 70.0 0%
2014 2019
Fuente: Equipo del Informe de Desarrollo Humano Honduras con información del Instituto Nacional de Estadística (INE) (más detalles en
anexos estadísticos)
Respecto al IDH de los 298 municipios del país para 2019, el 64 % se ubicó en la categoría de desa-
rrollo humano medio; el 34 %, con bajo nivel; y solo un 2 %, con alto. Esto refuerza la idea que se ha
venido planteando desde el Informe de Desarrollo Humano de 2011 sobre la continuidad de las bre-
chas territoriales donde, por un lado, se tiene un limitado número de municipios con alto desarrollo
humano y, por otro, un grupo más amplio de estas demarcaciones con insuficiencias (100 municipios
Fuente: Equipo del Informe de Desarrollo Humano Honduras con información del INE (más detalles en anexos estadísticos)
Otra métrica relevante desde la óptica del desarrollo es el IDH-D (IDH-D). Este indicador compuesto
evalúa cómo los logros del desarrollo humano son distribuidos entre su población, y descuenta los
diferentes índices de las dimensiones de esperanza de vida, educación e ingresos, con su respec-
tivo nivel de inequidad.
Honduras se ha situado en diferentes informes39 como uno de los países más desiguales de Améri-
ca Latina y el Caribe. Sin embargo, las métricas de desigualdad utilizadas para generar este tipo de
conclusiones concentran sus esfuerzos en revisar la distribución de los ingresos, hecho que mues-
tra una imagen parcial de las diferentes desigualdades que enfrentan las personas.
En este sentido, el IDH-D permite visibilizar la desigualdad desde otros ámbitos complementarios
al ingreso y pondera otras dimensiones del desarrollo, pese al número limitado de indicadores con-
siderados. Este cálculo también posibilita derivar en un grupo de indicadores que reflejan la des-
igualdad promedio en las dimensiones del desarrollo y la pérdida en desarrollo humano vinculada
a la desigualdad.
Según el Informe sobre Desarrollo Humano 202040, Honduras pierde un mayor porcentaje del IDH
debido a la desigualdad, en comparación con el promedio mundial y de América Latina y el Caribe,
mientras que presenta una menor pérdida que el promedio de países categorizados con desarrollo
humano medio (véase gráfico 5). El comportamiento es similar si se analiza el coeficiente de des-
igualdad humana. Este análisis refuerza la idea de que no solo es necesario cerrar las brechas en
términos de logros de los indicadores del IDH, sino que se debe asignar especial énfasis en cómo
estos aciertos están siendo distribuidos entre la población.
38 Las limitaciones metodológicas se podrían considerar en dos sentidos: (a) el indicador captura exclusivamente la actividad económica del
sector formal y (b) el indicador genera una captura no tan precisa del nivel territorial, pues el domicilio fiscal registrado ante la Adminis-
tración Tributaria de los diferentes agentes económicos no coincide necesariamente con el dominio económico en el que se desarrolla
la actividad.
39 Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), Panorama Social de América Latina, 2019 (Santiago, 2019), https://repo-
sitorio.cepal.org/bitstream/handle/11362/44969/5/S1901133_es.pdf; Boaz Anglade et ál., Notas de desigualdad de país: Centroamérica,
México, Panamá y República Dominicana (Banco Interamericano de Desarrollo, 2020); Veronica Michel y Ian Walker. Honduras: Diag-
nóstico del trabajo. Jobs Series Issue No. 17 (Washington, DC: Banco Mundial, 2019); World Bank, Poverty and Shared Prosperity 2020:
Reversals of Fortune, Washington, DC: World Bank, 2020).
40 PNUD, Informe sobre Desarrollo Humano 2020.
30 30
25
20 20
Promedio
Pérdida
15
10 10
0 0
Honduras Mundo Países con Región:
DH medio LAC
Fuente: Equipo del Informe de Desarrollo Humano Honduras con información de la Oficina del Informe de Desarrollo Humano (2020)
La composición del IDH-D refleja que la dimensión de mayor pérdida dentro del IDH para 2019 es
la de ingresos (38 %), seguida de la educativa (23 %) y de la esperanza de vida (13 %). En cuanto a la
evolución de estas medidas de desigualdad entre 2010 y 2019, se evidencia una reducción genera-
lizada de las desigualdades que se expresan en cada una de las dimensiones del IDH. No obstante,
la de ingresos es la que presenta una menor reducción.
En 2019, la distribución subnacional del coeficiente de desigualdad humana (véase gráfico 6) mues-
tra un mayor promedio en las desigualdades de los índices de esperanza de vida, educación e
ingresos en los departamentos del occidente, como Copán, Lempira y Ocotepeque. Estos también
se caracterizan por reflejar menores niveles de desarrollo humano en comparación con Francisco
Morazán, Islas de la Bahía y Cortés, aspecto que expone una brecha importante entre los depar-
tamentos con mayores y menores medidas de desigualdad. A su vez, esta situación provoca una
mayor pérdida en el desarrollo humano (el coeficiente de desigualdad humana de Copán es 52 %
superior al de Cortés y la diferencia de la pérdida en el IDH es de 11 puntos porcentuales). Por su
parte, las medidas de desigualdad capturan un mayor porcentaje de desigualdad en la dimensión
de ingresos para todos los departamentos del país y, en menor medida, para las dimensiones de
educación y salud.
CP
Coeficiente de desigualdad humana
LE
EP
OC
27 IN
GD CH
CM
VA
FM
AT
21 IB
CR
15
0.48 0.57 0.66 0.75
Índice de desarrollo humano
Fuente: Equipo del Informe de Desarrollo Humano Honduras con información del INE (más detalles en anexos estadísticos)
El Índice de Desarrollo de Género (IDG) mide las brechas de género en los logros del desarrollo
humano y considera las diferencias entre mujeres y hombres en las tres dimensiones básicas: salud
(esperanza de vida de mujeres y hombres al nacer), educación (años esperados de escolaridad de
niñas y niños, y promedio de años de escolaridad de mujeres y hombres adultos con 25 años o más)
y control sobre los recursos económicos (según el INB per cápita estimado de mujeres y hombres)41.
En 2019, el IDG para el país fue de 0.978. Este valor expresa el IDH de las mujeres como porcentaje
del IDH de hombres y sitúa a Honduras dentro del grupo de países que tienen un nivel medio-alto
de igualdad en los logros del IDH entre mujeres y hombres. En términos comparativos, este indica-
dor posiciona al país en una mejor condición en relación con el promedio mundial y el del grupo de
países con desarrollo humano medio. A su vez, se alcanzó el mismo valor presentado por la región
de América Latina y el Caribe para 2019.
Entre 2000 y 2019, se han dado avances importantes en el IDG, al mostrar un incremento de 6.3 %
impulsado por la reducción de la brecha de ingresos (véase gráfico 7). No obstante, los avances en
la última década han sido más lentos. Por otra parte, de acuerdo con la medición más reciente de
la descomposición de las brechas de género, se presenta una mayor distancia entre los logros del
componente de ingresos, situación que expresa una mayor cercanía de los hombres a alcanzar los
logros que pretende medir el IDH. En cambio, en la dimensión de educación, las mujeres presentan
mayor cercanía a los ideales del IDH.
1.0
0.8
Valor del índice
0.6
0.4
0.2
0.0
2000 2005 2010 2015 2019
Fuente: Equipo del Informe de Desarrollo Humano Honduras con información de la Oficina del Informe de Desarrollo Humano (2020)
Otros indicadores del área educativa también dan cuenta de brechas entre mujeres y hombres para
2019. De este modo, las mujeres presentaron una tasa bruta de matrícula en educación prebásica,
básica y media de 68.4 frente a una tasa del 66.6 mostrada por los hombres. Asimismo, la tasa de
deserción escolar de mujeres y hombres fue de 4.9 y 6.1, respectivamente. En los departamentos,
estas brechas aumentaron entre 2015 y 2019.
FM
IB
CT
AT
CM
VA
CL
YR
CH
OC
OL
EP
SB
GD
LP
CP
IN
LE
0.45 0.51 0.57 0.63 0.69 0.75
Indice de desarrollo humano
Fuente: Equipo del Informe de Desarrollo Humano Honduras con información del INE (más detalles en anexos estadísticos)
Una aproximación a la medición agregada de las desigualdades de género ha sido propuesta desde
el Informe sobre Desarrollo Humano 201042, con el Índice de Desigualdad de Género (GII)43, que
explora la situación relativa de las mujeres respecto de los hombres (ver gráfico 9).
0.8
0.6
Valor
0.4
0.2
0.0
Mujeres Mujeres Hombres Mujeres Hombres
Salud reproductiva Empoderamiento Mercado laboral
Fuente: Equipo del Informe de Desarrollo Humano con información de la Oficina del Informe de Desarrollo Humano (2020)
A pesar de los logros en la reducción de las desigualdades de género en los últimos 15 años (9 %
de reducción en el GII), el país sigue teniendo fuertes desafíos.
De acuerdo con el GII de 201944, Honduras se ubica en la posición 100 de un total de 162 países.
El valor de este índice (0.423) refleja la pérdida de desarrollo humano debido a la desigualdad de
género en sus tres dimensiones, a saber:
a. Salud reproductiva (se mide por medio de la tasa de mortalidad materna y tasa de fecundidad
entre adolescentes). Al no tener indicadores equivalentes para los hombres, esta dimensión
compara la situación actual de las mujeres con lo que deberían ser los objetivos de salud repro-
ductiva, es decir, que no haya muertes maternas ni embarazos de adolescentes.
Tal como se observa en el gráfico 10, existen brechas en todas las dimensiones. Cabe señalar que
Honduras presenta una tasa de natalidad entre adolescentes más alta que el promedio de la región
de América Latina y el Caribe (72.9 nacimientos por cada 100,000 mujeres de entre 15-19 años en
el país frente a 63.2 en la región).
42 PNUD, Informe sobre Desarrollo Humano 2010. Edición del Vigésimo Aniversario. La verdadera riqueza de las naciones: Caminos al
desarrollo humano. (Nueva York: Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, 2010).
43 Siglas en inglés para Gender Inequality Index (Índice de Desigualdad de Género).
44 United Nations Development Programme (UNDP), Human Development Report 2020. The next frontier. Human development and the
Anthropocene (2020), 363, http://hdr.undp.org/sites/default/files/hdr2020.pdf
Mujeres Hombres
Las mujeres enfrentan
100
múltiples desigualdades en los
diferentes ámbitos de la vida 80
social, económica y política que
se traducen en pérdidas del 60
Tasa
desarrollo humano 40
20
2000
2005
2010
2011
2012
2013
2014
2015
2016
2017
2018
2019
Salud reproductiva. Tasa de natalidad entre adolescentes
(nacimientos por cada 100,000 mujeres de entre 15 y 19 años) , Empoderamiento. Proporción de escaños en el parlamento,
2000-2019 mujeres (2000-2019)
140 32
120
24
100
80
Valor
Tasa
16
60
40 8
20
0 0
2000
2005
2010
2011
2012
2014
2015
2016
2017
2018
2019
2000
2005
2010
2011
2012
2013
2014
2015
2016
2017
2018
2019
Tasa de mortalidad materna (muertes por cada 100,000 nacidos Población con al menos algún tipo de educación secundaria (%
vivos) , 2000-2017 de 25 años o más), 2000-2019
Mujeres Hombres
100 40
Porcentaje de población
80
30
60
Tasa
20
40
10
20
0 0
2000
2005
2010
2011
2012
2013
2014
2015
2016
2017
2018
2019
2000
2005
2010
2011
2012
2013
2014
2015
2016
2017
Fuente: Equipo del Informe de Desarrollo Humano Honduras con información de la Oficina del Informe de Desarrollo Humano (2020), http://hdr.undp.
org/en/data
El Índice de Desigualdad de Género subnacional, en el gráfico 11, muestra que los departamentos
con mayor desigualdad de género fueron Valle, Islas de la Bahía, Olancho e Intibucá en 2019. Algu-
nos de estos departamentos comparten características en común como la baja participación política
de las mujeres y las profundas brechas en la participación en el mercado laboral. En general, los
subíndices que configuran este indicador reflejan la presencia de retos profundos vinculados a as-
VA
IB
OL
IN
GD
EP
LE
SB
CM
CL
OC
LP
CH
YR
CP
FM
CT
AT
Fuente: Equipo del Informe de Desarrollo Humano Honduras con información del INE (más detalles en anexos estadísticos)
Un aspecto importante que no captura este indicador compuesto es la desigualdad en la violencia que
experimentan mujeres y hombres. De acuerdo con el Proyecto Regional InfoSegura45, este problema
les afecta de manera diferenciada. La afirmación se deriva de las evidencias que colocan a Honduras
en una situación en que las mujeres enfrentan mayor prevalencia en indicadores de violencia contra la
integridad física y sexual, en contraste con las altas tasas de mortalidad por homicidio mostradas por los
hombres, de modo que 9 de cada 10 denuncias por delitos sexuales y violencia doméstica tuvieron como
víctima a una mujer frente a un 90 % de homicidios que tuvieron como víctima a un hombre durante 2019.
El Índice de Pobreza Multidimensional global (IPM global) —que identifica las múltiples privaciones que
se sufren en tres áreas: salud, educación y condiciones de vida47— revela que en Honduras cerca 1.2 mi-
llones de personas tuvieron una puntuación de privación igual o superior al 33 % en 201948. Las carencias
45 Infosegura, “Violencia contra las mujeres, Honduras 2020”, USAID PNUD, 10 de junio de 2021, https://infosegura.org/2021/06/10/violencia-con-
tra-las-mujeres-honduras-2020/
46 La medición de pobreza multidimensional refleja las múltiples carencias que enfrentan las personas pobres al mismo tiempo. Las personas son
pobres multidimensionales si obtienen una puntuación igual o superior a un umbral o línea de pobreza multidimensional (puntuación de priva-
ción igual o superior al 33%). Para efectos del presente documento y en el contexto del Informe de Desarrollo Humano 2022, se han realizado
estimaciones del Índice de Pobreza Multidimensional para el año 2019 (precrisis sanitaria y fenómenos climatológicos Eta e Iota) con base en
la metodología del Informe global del IPM, que utiliza la información de encuestas sobre demografía y salud, y en esta ocasión se ha incluido el
indicador de acceso a electricidad que no ha sido posible integrar en mediciones anteriores. El último informe sobre el Índice de Pobreza Mul-
tidimensional global 2021 muestra que el 20.0 % de la población del país se encontraba en situación de pobreza multidimensional en 2011/12.
Por su parte, cifras nacionales del IPM estimadas por la Secretaría de Coordinación de Gobierno sugieren que el porcentaje de población en
situación de pobreza multidimensional fue del 66.9% en 2018; esta última medición incluye otros indicadores y dimensiones que no son parte
de la medición IPM global, y el instrumento de información empleado es diferente, pues su base son las encuestas de hogares. La medición de
pobreza multidimensional es independiente de la medición de pobreza monetaria, donde se contrasta el ingreso per cápita de los hogares con
las líneas de pobreza o canastas básicas.
47 El IPM global, publicado anualmente en el Informe de Desarrollo Humano (a partir 2010), es producido por Oxford Poverty and Human Develo-
pment Initiative (OPHI) y PNUD.
48 Estimaciones de Mónica Pinilla en PNUD, Colección de desarrollo humano para la transformación, 2022, con base en INE, Encuesta Nacional
de Demografía y Salud-Encuesta de Indicadores Múltiples por Conglomerados (ENDESA-MICS 2019), https://www.ine.gob.hn/V3/endesa-in-
forme-e-instantaneas. La metodología utilizada para el cálculo del Índice de Pobreza Multidimensional global para Honduras en 2019 siguió
los mismos pasos utilizados en la metodología de Oxford Poverty and Human Development Initiative (OPHI), en su última actualización para el
2021 (Sabina Alkire, Usha Kanagaratnam, and Nicolai Suppa, “The Global Multidimensional Poverty Index [MPI] 2021,” OPHI MPI Methodological
Note 51 [Oxford Poverty and Human Development Initiative, University of Oxford, October 2021], https://www.ophi.org.uk/wp-content/uploads/
OPHI_MPI_MN_51_2021_4_2022.pdf).
En 2019, el porcentaje de población en situación de pobreza multidimensional fue mayor en los depar-
tamentos de Gracias a Dios, Lempira, Copán, Olancho e Intibucá (véase diagrama 7). En cambio, los
departamentos de Islas de la Bahía, Cortés, Francisco Morazán, Atlántida y Colón mostraron un menor
porcentaje de población en situación de pobreza multidimensional.
CL
AT
CR
YR GD
SB
CP
OL
CM
OC Porcentaje de población en situación
IN de pobreza multidimensional en 2019
LE
FM
LP EP
VA
SALUD EDUCACIÓN
CH
Al menos una persona por Ningún miembro del hogar ha
debajo de los 70 años es completado seis años de
clasificada como desnutrido/a. educación.
Mortalidad infantil
0.6 Asistencia a la escuela
6.1
CONDICIONES DE VIDA
Agua potable
El hogar cocina utilizando materiales sólidos como madera, carbón o estiércol, etc.
Saneamiento 1.9
El hogar no tiene instalaciones sanitarias mejoradas o no tiene saneamiento, o las
instalaciones son mejoradas pero compartidas con otros hogares. Vivienda
La principal fuente de agua para beber no es segura o es segura, pero toma más de 30 6.1 9.1
minutos (ida y vuelta) para llegar a ella
Un último indicador ha sido introducido en el Informe de Desarrollo Humano mundial más reciente.
El IDH ajustado por presiones planetarias (IDH-P) es experimental y considera dos variables resu-
midas: las emisiones de dióxido de carbono y la huella material, ambas en términos per cápita 50. El
enfoque centrado en los gases de efecto invernadero y los flujos de materiales no implica que otros
problemas ambientales sean menos importantes o urgentes. Sin embargo, la reducción de los flujos
de gases de efecto invernadero y un uso más eficiente de los materiales podrían reflejar los resulta-
dos de la transformación económica y social global requerida para aliviar las presiones planetarias51.
Honduras presenta, en el gráfico 12, un ajuste menos severo en el IDH ajustado por presiones pla-
netarias (2.1 %) en comparación con los países de desarrollo humano muy alto (15.4 %), alto (8.6 %)
y medio (2.5 %). Asimismo, es inferior al promedio de la región latinoamericana y caribeña (6 %) y al
mundial (7.3 %). Esto refleja que los países con mayor nivel de desarrollo humano tienden a ejercer
una presión mayor sobre el planeta (las huellas ecológicas y las emisiones de dióxido de carbono
tienden a amplificarse con el desarrollo humano).
Gráfico 12 Índice de Desarrollo Humano ajustado por presiones planetarias en países seleccio-
nados (2019)
1.00 20
IDH ajustado por PP
Diferencia (%)
0.75 6
0.75 15
Diferencia (%)
0.50 4
0.50 10
0.25 2
0.25 5
0.00 0
0.00 0
El Salvador
Costa Rica
Nicaragua
LAC
Mundo
Guatemala
Honduras
Fuente: Equipo del Informe de Desarrollo Humano Honduras con información de la Oficina del Informe de Desarrollo Humano (2020)
Hasta aquí, se ha analizado los índices compuestos de desarrollo humano. En el siguiente subapar-
tado se presenta un análisis del grado de avance en los sectores de la salud y de la educación, con
base en sus principales indicadores y el tipo de educación. También se aborda la dimensión urbana
y rural desde la perspectiva de las desigualdades.
50 Honduras tiene una contribución insignificante a las emisiones globales de gases de efecto invernadero (GEI), con 0.05 % de las emisio-
nes globales (Banco Mundial, “Datos, Emisiones de gases de efecto invernadero totales [% de cambio desde 2990 – Honduras]”, acce-
dido el 4 de mayo de 2022, https://datos.bancomundial.org/indicator/EN.ATM.GHGT.ZG?locations=HN). Sin embargo, el cambio climático
está afectando con mucha severidad la economía de los países que históricamente cuentan con un menor volumen de emisiones. En
el caso de Honduras, las pruebas de los efectos del cambio climático se han ido acumulando sobre todo en los últimos 30 años, con
un aumento constante de fenómenos climatológicos extremos. El llamado Corredor Seco (que en Honduras abarca más de la mitad del
territorio nacional) es una de las zonas especialmente vulnerables al cambio climático, donde largos períodos de sequía se intercalan con
temporadas de intensas lluvias que arrasan los cultivos en los suelos afectados por la erosión. En esta región, las mujeres y los pueblos
indígenas son más proclives a padecer hambre (Oxfam, Los rostros del hambre en Centroamérica. Inseguridad alimentaria y nutricional
en el Corredor Seco como consecuencia de la temporada ciclónica, sequías y la COVID-19, https://oi-files-cng-prod.s3.amazonaws.
com/honduras.oxfam.org/s3fs-public/file_attachments/Los%20rostros%20del%20hambre%20en%20Centroamerica.pdf). Para un mayor
detalle de los efectos del cambio climático y otros problemas ambientales que afectan a Honduras, consultar: PNUD, Caracterización
socioeconómica, política y ambiental: Hallazgos y tendencias 2000-2020 y Evaluación y propuestas de una economía ambiental y
resiliente ante el cambio climático, los cuales fueron elaborados como insumos para el presente informe y forman parte de la Colección
de desarrollo humano para la transformación, 2022.
51 UNDP, Human Development Report 2020.
Salud. Como se observa en el gráfico 13, previo a la pandemia, el progreso en el indicador de salud
del IDH en Honduras era innegable. La esperanza de vida aumentó sin interrupción durante casi 5
años entre 2000 (70.7 años) y 2019 (75.3), lo que refleja un aumento de un año a la esperanza de
vida de la población cada cuatro años.
11 75
10 74
9 73
8 72
7 71
6 70
5 69
4 68
2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013 2014 2015 2016 2017 2018 2019
Varios indicadores trazadores de la situación de salud muestran en los datos del gráfico 14 un sólido
desempeño durante el período de análisis. La tasa de mortalidad infantil se redujo a menos de la mi-
tad entre 2000 (30.3 por cada 1,000 nacidos vivos) y 2019 (14.5), mientras que la tasa de mortalidad
materna por cada 100,000 nacidos vivos pasó de 85 en 2000 a 65 en 2017 (dato más reciente). El
Programa Ampliado de Inmunización (PAI) consolidó coberturas superiores o cercanas al 90 % en
importantes trazadores del esquema.
Acceso a la salud de la mujer y salud sexual y reproductiva. En el ámbito de la salud sexual y repro-
ductiva, como ya se ha mostrado, se observa una tendencia a la baja en la tasa de mortalidad ma-
terna y en la tasa de natalidad entre adolescentes (la cual se redujo de 123.4 en el año 2000 a 72.9
en 2019)52. Pese a estos resultados, continuaba estando por encima del promedio latinoamericano
y muy por arriba de los países de IDH medio (63.2 y 34.6 respectivamente)53.
Educación. Con relación a los avances en educación, el progreso en los años promedio de escola-
ridad había comenzado a desacelerarse en años recientes; pero la evolución de la expectativa de
años de escolaridad es incluso más reveladora y preocupante.
52 United Nations Development Programme (UNDP), “Human Development Reports, Adolescent birth rate (births per 1,000 women ages
15-19),” 2019, http://hdr.undp.org/en/indicators/36806
53 PNUD, Informe sobre Desarrollo Humano 2020. Nota informativa para los países acerca del Informe sobre Desarrollo Humano 2020,
http://hdr.undp.org/sites/all/themes/hdr_theme/country-notes/es/HND.pd
80
90%
70
60 80%
50
Tasa
Tasa
70%
40
30 60%
20
50%
10
0 40%
2011
2015
2016
2019
2012
2018
2013
2014
2017
2000
2010
2010
2005
2001
2005
2006
2009
2016
2019
2002
2011
2015
2012
2008
2018
2003
2004
2013
2014
2007
2017
2000
Los años esperados de escolaridad reportaron una tendencia ascendente en el período 2000-2007
(con un máximo de 11.1 años en 2007) que se revirtió en el lapso 2008-2015 (observándose el valor
mínimo de 9.5 años en 2015) para posteriormente mejorar hasta 10.1 años, tanto en 2018 como en
2019.
Sin embargo, el balance de estos logros y retrocesos en dos décadas coloca la escolaridad espera-
da en 2019 en el mismo valor de 2001. Esta regresión puede estar reflejando la persistente proble-
mática de deserción escolar, a su vez impulsada por la alta prevalencia de la pobreza y la violencia,
factores que incentivan el trabajo infantil y la migración.
Además, en los últimos años se evidencia que la tasa de alfabetismo de las personas de 15 años o
más, que había presentado un crecimiento progresivo desde 2010 a 2016, comenzó a reducirse a
partir de 2016 y pasó de 89 % en ese año a 87.2 % en 2019 (véase gráfico 15).
Del análisis de los indicadores de desarrollo humano se derivan los desequilibrios en el desarrollo
humano a nivel municipal y departamental y, por lo tanto, la necesidad de tener una visión estra-
tégica integral multidimensional que facilite la respuesta de esos problemas, lo cual nos lleva a la
necesidad de avanzar hacia un Estado de derecho pleno (lo cual implica un estado que sea trans-
parente y eficiente).
100
80
60
Porcentaje
40
20
0
2010
2011
2012
2013
2014
2015
2016
2017
2018
2019
1
Último año disponible en la serie del INE, Honduras. Las EPHPM de 2020 y 2021 no incluyen información sobre el sector educación.
Fuente: INE, Encuesta Permanente de Hogares de Propósitos Múltiples, s. f., https://www.ine.gob.hn/V3/ephpm/
1.5. Impacto del COVID-19 y los fenómenos climatológicos Eta e Iota, profundiza-
ción de los desequilibrios económicos y sociales. Transitando de la incertidum-
bre al desafío
En este apartado se analizan los efectos del COVID-19 y la tormenta tropical Eta y el huracán Iota en
el IDH, por lo tanto, también el impacto de estos eventos en los indicadores de salud, educación e
ingreso, con la información más actualizada a la fecha de publicación del presente informe.
La evidencia es muy clara en relación con el efecto negativo tanto en salud (al reducirse la expecta-
tiva de vida al nacer) como en educación (en términos de cobertura, deserción y caída de la matrí-
cula escolar); asimismo, en los niveles de calidad educativa, al considerar el déficit tecnológico de
la población escolar, en particular en el área rural. De igual manera, las repercusiones se evidencian
en la caída del ingreso y del empleo formal. Amplios segmentos de la población más vulnerable han
sido golpeados por esta combinación de pandemia y fenómenos climatológicos, lo que evidencia
de manera clara la relación sinérgica entre los desequilibrios ecológicos y los sociales a la cual alu-
de el Informe de Desarrollo Humano 2020.
El COVID-19 ha colocado una gran presión no solo sobre los sistemas de salud de los países, sino
también sobre sus economías. Las múltiples y entrecruzadas consecuencias sanitarias, sociales y
económicas de la pandemia de COVID-19 han exacerbado también las brechas de género existen-
tes y profundizado la vulnerabilidad de las mujeres y las niñas en América Latina y el Caribe (ALC)55.
Aunque ningún país podía estar completamente preparado para el impacto de la pandemia, en mar-
zo de 2020, al registrarse los primeros casos de COVID-19 en Honduras, el país se encontraba ya
en una situación de especial vulnerabilidad: el mercado de trabajo acumulaba más de un decenio
de deterioro, la economía mostraba signos de desaceleración, el espacio fiscal era cada vez más
reducido y el sistema de salud público se encontraba cada vez más debilitado, con limitada capaci-
dad y cobertura, y con menos del 20 % de la población cubierta por los beneficios de la protección
social57.
En este contexto, la pandemia y el impacto ocasionado por los fenómenos climatológicos provo-
caron la caída del PIB más grande registrada en los últimos 20 años (9 % a finales de 202058). A la
contracción económica, se sumó la caída de la recaudación tributaria en 20.9 %, el incremento del
déficit fiscal a 7.1 % y una deuda pública que representó el 59.4 % del PIB en 202059 .
55 Kimberly Bolch, Almudena Fernandez y Luis Felipe López-Calva, Cuando la coyuntura se encuentra con la estructura: viñetas sobre el
desarrollo y la crisis del COVID-19 en América Latina y el Caribe, 2022, 89 [PNUD América Latina y el Caribe: 2022], https://www.undp.
org/latin-america/publications/when-juncture-meets-structure-vignettes-development-and-covid-19-crisis-latin-america-and-caribbean
56 Las consecuencias económicas implican la desaceleración, la interrupción o el cese (por tiempo indefinido) de la producción y el consu-
mo en múltiples sectores de la economía (Sydney C. Ludvigson, Sai Ma, and Serena Ng, “COVID-19 and The Macroeconomic Effects of
Costly Disasters,” [NBER Working Paper No. 26987, National Bureau of Economic Research, April 2020, Revised in September 2020],
https://www.nber.org/system/files/working_papers/w26987/w26987.pdf) y diversos efectos sociales que van desde el incremento de la
pobreza y las desigualdades hasta consecuencias en la salud mental y las relaciones en sociedad debido al aislamiento y a los altos nive-
les de estrés individual y colectivo. De acuerdo con Pareliussen y Glocker (Jon Pareliussen and Daniela Glocker, “Lockdown policies and
people in the age of COVID-19: Lessons from OECD Policy Tracker,” Ecoscope [July 7, 2020], https://oecdecoscope.blog/2020/07/07/
lockdown-policies-and-people-in-the-age-of-covid-19-lessons-from-the-oecd-policy-tracker/), otros países aplicaron medidas que aca-
rrean una menor perturbación económica, al enfocarse en rastrear y aislar a las personas infectadas y a sus contactos recientes (además,
implementaron medidas de higiene y distanciamiento social, y el testeo masivo para identificar nuevos casos). Cabe resaltar que, si bien
las diversas medidas aplicadas por las naciones tienen un impacto en la economía, el costo socioeconómico de frenar la propagación del
COVID-19 es menor que el costo de no frenarlo (Michael Greenstone and Vishan Nigam, “Does Social Distancing Matter?” (Working Paper
No. 2020-26, University of Chicago, Becker Friedman Institute for Economics, March 30, 2020], http://dx.doi.org/10.2139/ssrn.3561244);
ya las pandemias tienen efectos adversos duraderos en la economía. Como mencionan Fan, Jamison y Summers (Victoria Y. Fan, Dean
T. Jamison, and Lawrence H. Summers, “The Inclusive Cost of Pandemic Influenza Risk,” NBER Working Paper Series [Working Paper
22137, National Bureau of Economic Research, March 2016], http://www.nber.org/papers/w22137), la mortalidad y la morbilidad asociadas
a las pandemias reducen bruscamente la fuerza laboral, lo que ocasiona que la relación entre capital y trabajo aumente, y la tasa de
rendimiento del capital baje. Esto disminuye el ritmo de la acumulación de capital y el crecimiento del PIB durante muchos años.
57 Andrés Ham y Sergio Membreño-Cedillo, “¿Cuán efectiva es la protección social en Honduras?” UNDP LAC Working Paper No. 21. (Do-
cumento de Antecedentes para el Informe Regional de Desarrollo Humano 2021 de PNUD ALC, marzo 2021), https://www.latinamerica.
undp.org/content/rblac/es/home/library/human_development/-cuan-efectiva-es-la-proteccion-social-en-honduras-.html; y José Soto, Im-
pacto del COVID-19 en la salud y la educación en Honduras, y propuestas innovadoras para responder a la recuperación con desarrollo
humano en Honduras, elaborado para el Informe de Desarrollo Humano, Honduras 2022.
58 Banco Central de Honduras, Memoria 2020 (Banco Central de Honduras, 2021), https://www.bch.hn/estadisticos/GIE/LIBMemoria/Memo-
ria%20Anual%202020.pdf
59 Secretaría de Finanzas (SEFIN), Memoria 2019 (Tegucigalpa: Secretaría de Finanzas, 2019), 44; Secretaría de Finanzas (SEFIN), Informe
sobre el Grado de Avance del Marco Macro Fiscal de Mediano Plazo en línea con la Cláusula de Excepción (Decreto 177-2020) al cierre
de 2020 (2020), 14; Secretaría de Finanzas (SEFIN), Política de Endeudamiento Público 2021-2024 (2021), 20.
De manera generalizada, el contexto pandémico golpeó los ingresos de los hogares. Con cifras
provisionales de 2020, el ingreso per cápita cayó en 5.7 % en términos nominales61, y esta disminu-
ción debió ser más pronunciada para hogares vulnerables y pobres que dependen de actividades
informales, las cuales fueron las más impactadas por las medidas de confinamiento.
Datos del Grupo Banco Mundial y PNUD muestran que a mediados de 2021 los efectos adversos
de la pandemia aún eran evidentes. Alrededor de un tercio de los trabajadores había perdido su
empleo prepandemia, y 61.4 % de ellos había dejado la fuerza laboral por completo. La tasa de pér-
dida de empleo fue más alta para las mujeres (50.5 %), las personas mayores (45.2 %) y los jóvenes
(37.0 %)62.
Aunque no se cuenta con estadísticas oficiales sobre la cantidad de hogares en pobreza en el año
2020, la CEPAL proyectaba un incremento de al menos 6 puntos porcentuales para ese año63. De
acuerdo con las estimaciones de la CEPAL, la nación hondureña presenta el agravante de que,
junto con Nicaragua, son los únicos países de Centroamérica donde la pobreza no se reduce, aún
después de considerar el efecto del otorgamiento de transferencias monetarias. La limitada efectividad
del gasto en asistencia social en Honduras puede explicarse por la elevada regresividad del sistema
fiscal, como lo demuestra un estudio realizado por el Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales
(ICEFI) y el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola de las Naciones Unidas (FIDA)64.
60 Al respecto, puede consultarse: Organización Internacional de Trabajo (OIT), COVID – 19 y el Mundo del Trabajo: Punto de partida,
respuesta y desafíos en Honduras, Nota país Honduras”, s. f. https://www.ilo.org/wcmsp5/groups/public/---americas/---ro-lima/---sro-
san_jose/documents/publication/wcms_755523.pdf; y Secretaría de Trabajo y Seguridad Social, Informe Anual Mercado de Trabajo y
Salario Mínimo 2020 – 2021 (Gobierno de la República de Honduras: 18 de enero de 2021), 29-31, http://www.trabajo.gob.hn/wp-content/
uploads/2021/06/Informe-Anual-Mercado-y-Salarios-2020-2021-revisado-dos-23-06-2021.pdf
61 International Monetary Fund (IMF), “World Economic Outlook Database” (April 2021). Se reporta la caída estimada a partir del PIB per
cápita en moneda nacional en precios corrientes (aproximadamente USD 2,550.66 en 2019; USD 2,382.87 en 2020).
62 Grupo Banco Mundial y PNUD, COVID-19 en ALC Honduras, encuestas telefónicas de alta frecuencia en ALC 2021. Resultados de
la Fase II, Ola I, Abril de 2022, https://www.undp.org/sites/g/files/zskgke326/files/migration/latinamerica/undp-rblac-LAC_HFPS_HND_
ESP.pdf
63 CEPAL, Panorama Social de América Latina 2020 (Santiago: Naciones Unidas, 2021), 85, https://repositorio.cepal.org/bitstream/hand-
le/11362/46687/8/S2100150_es.pdf. Otras fuentes como el Banco Mundial, estimaban un incremento de 7.5 puntos porcentuales (Banco
Mundial, “Honduras: panorama general”, s. f.), mientras la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH) estimaba que el incre-
mento podía ser de hasta 10.7 puntos porcentuales (UNAH, “La pobreza: Condición estructural limitante para el desarrollo económico
y social del país”. Boletín Oficial de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras No. 015 [Abril 2021]), https://dircom.unah.edu.hn/
dmsdocument/10927-boletin-unah-015-abril-2021-pdf).
64 Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales (ICEFI), Incidencia de la política fiscal en la desigualdad y la pobreza. Honduras (Centro-
américa: Fondo Internacional para el Desarrollo Agrícola [FIDA], febrero 2016). https://icefi.org/sites/default/files/incidencia_de_la_poli-
tica_fiscal_en_la_desigualdad_y_la_pobreza_-honduras_-.pdf
65 INE, “Encuesta Permanente de Hogares de Propósitos Múltiples 2021. Cuadros Nueva Metodología para Medir la Pobreza Monetaria en
Honduras (Ravallion)”, julio 2021, accedido el 2 de febrero de 2022, https://www.ine.gob.hn/V3/ephpm/
66 CEPAL, Panorama Social 2020, 74.
67 INE, “Encuesta Permanente. Cuadros” (Ravallion). Datos del coeficiente de Gini en 2020 no disponibles.
Fuente: Equipo del Informe de Desarrollo Humano Honduras con base en CEPAL, Panorama Social de América Latina 2020 (Santiago: Nacio-
nes Unidas, 2021), 85, https://repositorio.cepal.org/bitstream/handle/11362/46687/8/S2100150_es.pdf
De acuerdo con el Informe de Desarrollo Humano de 2020, por primera vez en treinta años de
medición, el IDH mundial podría mostrar una reducción por los efectos de la crisis sanitaria. En el
caso de Honduras, el diagrama 8 resume los probables impactos que la emergencia de salud podría
ocasionar sobre el IDH y sus componentes.
Reducción de la Ingreso per cápita El ingreso per cápita cayó 5.7 % en términos
Ingreso producción e ingresos (PPA en USD) nominales.3
Fuente: Equipo del Informe de Desarrollo Humano Honduras con base en estimaciones del José Soto, Banco Mundial y FMI.
Diversos estudios sugieren que la esperanza de vida podría reducirse por el incremento en el núme-
ro de muertes que ha generado la pandemia. La CEPAL calcula que en Honduras se podría perder
entre 0.5 y 4.5 años de esperanza de vida al nacer (dependiendo de la prevalencia acumulada de
COVID-19)69.
Estimaciones realizadas para este Informe de Desarrollo Humano muestran que la esperanza de
vida podría haberse reducido en alrededor de 1.5 años por cuenta del efecto de la pandemia a
septiembre de 202170. El COVID-19 ha generado un exceso de mortalidad y una carga de enferme-
dad que impactan directamente la esperanza de vida, y se prevé que el indicador de salud del IDH
retrocederá a los niveles observados siete años atrás71.
La presión generada por la atención de pacientes de COVID-19 sobre los recursos hospitalarios más
las medidas de confinamiento para el control de la pandemia afectaron el acceso a servicios de sa-
lud de manera generalizada y aumentaron la carga de enfermedad de condiciones de salud mental.
La progresión en la demanda de recursos en hospitales ha sido tal que entre diciembre de 2020 y
agosto de 2021 la necesidad de camas subió más del triple. En particular, en la unidad de cuidados
intensivos (UCI) casi se multiplicó por cuatro72.
Para el 20 de agosto de 2021, se llegaba a una situación récord de necesidad de 2,158 camas (entre
estas, 139 de la UCI), con lo cual la capacidad del sistema público (1,494 camas, de las cuales 80
pertenece a la UCI)73 resultó insuficiente para garantizar los servicios de hospital a los pacientes de
COVID-19. Esta situación aumenta el riesgo de mayores complicaciones y la carga de cuidado en los
hogares, labor de por sí altamente feminizada.
En cuanto a la salud sexual y reproductiva (SSR), antes de la pandemia, persistían aún brechas im-
portantes en el acceso y la calidad de los servicios, y en los resultados, en cuanto a la disminución
de las tasas de incidencia y de los factores de riesgo que inciden en la SSR. Esta situación que se
vuelve aún más preocupante en el contexto pandémico, en el que se profundizan las brechas en
el ejercicio de los derechos sexuales y reproductivos, y amenazan con un posible retroceso en los
logros observados en esta materia78.
Así, por ejemplo, se presenta un mayor riesgo a los embarazos no deseados cuando las mujeres
y adolescentes no pueden acceder de forma oportuna a estos servicios (métodos de planificación
familiar) o a los procesos de revisión ginecológica y detección temprana del cáncer de cuello uteri-
no; en el caso de las personas que viven con VIH/sida, a procedimientos de detección y tratamiento
adecuado79. De acuerdo con proyecciones de Global Financing Facility80, el posible efecto por la
interrupción de la prestación de servicios esenciales en SSR podría representar un retroceso de
hasta el 40 % en indicadores clave, como los relacionados al uso de métodos anticonceptivos y
a partos institucionales, y con estimaciones del UNFPA, de alrededor de 24,000 mujeres en edad
reproductiva que podrían quedar sin acceso a métodos anticonceptivos81.
74 Entrevista a expertos.
75 World Health Organization (WHO), “Immunization dashboard Honduras,” Reported cases of vaccine-preventable diseases (VPDs) Hon-
duras. Accedido el 9 de septiembre de 2021. https://immunizationdata.who.int/pages/profiles/hnd.html
76 Entrevista a expertos independientes en materia de salud (véase anexo 4 de PNUD, Marco conceptual, metodológico y estadístico,
2022).
77 Sistema de la Integración Centroamericana (SICA), “Informe del Análisis de Inseguridad Alimentaria Aguda de la CIF, Honduras. Diciem-
bre 2020-Septiembre 2021” (Programa de Sistemas de Información para la Resiliencia en Seguridad Alimentaria y Nutricional de la
Región del SICA [PROGRESAN-SICA]: viernes, 05 de febrero de 2021); e “Informe del Análisis de Inseguridad Alimentaria Aguda de la
CIF, Honduras. Noviembre 2019-Junio 2020”.
78 Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) y Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), Los riesgos de la
pandemia de COVID-19 para el ejercicio de los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres (diciembre de 2020).
79 CARE y ONU Mujeres, Análisis Rápido de Género en Honduras. Un panorama ante COVID-19 y Eta / Iota (Honduras: CARE Honduras y
Entidad de las Naciones Unidas para la Igualdad de Género y el Empoderamiento de las Mujeres, 2020), 27.
80 CARE y ONU Mujeres, Análisis Rápido, 28.
81 CARE y ONU Mujeres, Análisis Rápido, 28.
De acuerdo con simulaciones realizadas por el Banco Mundial85, el puntaje de la prueba del Progra-
ma para la Evaluación Internacional de Alumnos, denominada PISA por sus siglas en inglés, podría
reducirse de 371 a 33386, y la proporción de alumnos por debajo del nivel mínimo de rendimiento87
en Honduras podría incrementarse de 70 % a 86 % en un escenario de cierre de escuelas de 13
meses.
De acuerdo con el Banco Mundial88, la caída en Honduras de los años de escolaridad ajustados
por aprendizaje (de 6.1 a 4.7 años) debido a los efectos del cierre de las escuelas en el país y de las
medidas de mitigación por el COVID-19 supone uno de los mayores descensos en América Latina y
el Caribe89, como se observa en el gráfico 16.
82 El impacto de la pandemia de COVID-19 en la salud mental de las mujeres, jóvenes y niñas ha sido reportado por Naciones Unidas (Uni-
ted Nations, Policy Brief: COVID-19 and the Need for Action on Mental Health [13 May 2020],https://www.un.org/sites/un2.un.org/files/
un_policy_brief-covid_and_mental_health_final.pdf; Organización Panamericana de la Salud (OPS), COVID-19. Intervenciones recomen-
dadas en salud mental y apoyo psicosocial (SMAPS) durante la pandemia, (Organización Panamericana de la Salud y Organización Mun-
dial de la Salud: junio de 2020), https://www.paho.org/uru/dmdocuments/Intervenciones-recomendadas-SMAPS-pandemia-COVID-19.
pdf; y UNICEF, “El impacto del COVID-19 en la salud mental de adolescentes y jóvenes” (2020), https://www.unicef.org/lac/el-impacto-
del-covid-19-en-la-salud-mental-de-adolescentes-y-jóvenes
83 Evidencia preliminar del Proyecto Infosegura sugiere mayores niveles de violencia de género en Honduras durante el primer trimestre
de 2020 (Infosegura, 2020 citado en Kimberly Bolch, Almudena Fernandez y Luis Felipe López-Calva, Cuando la coyuntura se encuen-
tra con la estructura: viñetas sobre el desarrollo y la crisis del COVID-19 en América Latina y el Caribe [New York: PNUD, 2022], https://
www.undp.org/latin-america/publications/when-juncture-meets-structure-vignettes-development-and-covid-19-crisis-latin-america-and-
caribbean).
84 CARE y ONU Mujeres, Análisis Rápido, 29 y 44.
85 Grupo Banco Mundial, Actuemos ya para proteger el capital humano de nuestros niños: Los costos y la respuesta ante el impacto de la
pandemia de COVID-19 en el sector educativo de América Latina y el Caribe (Banco Internacional de reconstrucción y Fomento/Banco
Mundial: Washington, DC, 2021) 97, https://openknowledge.worldbank.org/handle/10986/35276
86 Los resultados de la simulación para la región de América Latina en un escenario de cierre de las escuelas por 13 meses son los siguien-
tes (puntajes): Chile 391, Costa Rica 377, promedio región LAC 348, Honduras 333, República Dominicana 292. Estas simulaciones se
realizaron para 15 países de la región. (Grupo Banco Mundial, Actuemos ya).
87 Estudiantes que no son capaces de identificar la idea central de un texto de longitud moderada, encontrar información siguiendo criterios
explícitos —aunque a veces complejos— y reflexionar sobre el propósito y la forma de los textos cuando se les indica en la prueba PISA.
88 Grupo Banco Mundial, Actuemos ya.
89 Para los países de América Latina y el Caribe, con información disponible.
10
6
Años
México
Argentina
Costa Rica
Guatemala
Guyana
Paraguay
Brasil
Haití
Honduras
Ecuador
El Salvador
Trinidad y Tobago
Chile
Perú
Región ALC
Colombia
República Dominicana
Jamaica
Panamá
Nota. Se asume que la educación a distancia se realiza solo a través de internet y que la duración del cierre de las escuelas y colegios es de
13 meses.
Fuente: Equipo del Informe de Desarrollo Humano Honduras con base en Grupo Banco Mundial, Actuemos ya, 96
Aunque el acceso y la calidad educativa a nivel nacional puede verse afectada como consecuencia
de la pandemia, el impacto no será uniforme, ya que como ha dicho Luis Felipe López-Calva90, di-
rector regional del PNUD para América Latina y el Caribe, dada la brecha digital, los niños del grupo
de ingresos más ricos tienen más probabilidades de acceder a las herramientas necesarias para
el aprendizaje virtual. Asimismo, dado que la educación de los padres y madres en América Latina
está altamente correlacionada con los ingresos del hogar, es probable que en las familias pobres los
progenitores con poca educación tengan menos capacidad para apoyar el proceso de aprendizaje
de sus hijos e hijas que en los hogares de altos ingresos91.
Tal como lo ha manifestado las Naciones Unidas92, la pandemia profundiza las desigualdades pre-
existentes al reducir las oportunidades que tienen muchos de los niños, niñas, jóvenes y personas
adultas más vulnerables (que habitan en zonas pobres o rurales, las niñas y la gente desplazada
forzosamente, entre otros grupos vulnerables) para continuar con su aprendizaje.
90 Luis Felipe López-Calva, “Hey teachers, (don’t) leave the kids alone: Conectividad y desigualdades educativas en tiempos de COVID19”
(PNUD América Latina y el Caribe: 27 de abril de 2020), https://www.latinamerica.undp.org/content/rblac/es/home/presscenter/direc-
tor-s-graph-for-thought/hey-teachers---dont--leave-the-kids-alone--connectivity-and-educ.html
91 Orazio Attanasio y Ranjita Rajan, “El cementerio invisible del COVID-19: pérdidas intergeneracionales para la niñez y adolescencia más
pobre y medidas para abordar una pandemia de desarrollo humano”, #COVID19 | Serie de Documentos de Política Pública(Fondo de las
Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) y PNUD: 2020), https://www.unicef.org/lac/media/22566/file/El-cementerio-invisible-del-co-
vid-19.pdf
92 Naciones Unidas, Informe de políticas: La educación durante la COVID-19 y después de ella (agosto de 2020), 2, https://www.un.org/
sites/un2.un.org/files/policy_brief_-_education_during_covid-19_and_beyond_spanish.pdf
1.5.6. Las pérdidas de escolaridad y logro de aprendizaje tienen impactos de largo plazo en la
economía y la sociedad
Estudios internacionales evidencian que: (a) el retroceso en los años de escolaridad y en el logro de
aprendizaje tendrán un impacto acumulativo de largo plazo en toda una generación de estudian-
tes, y los análisis enfatizan en que los aprendizajes y logros educativos están vinculados no solo a
mayores ingresos sino también a una mejor salud, menores tasas de encarcelamiento y una mayor
participación política95, es decir, con objetivos altamente deseables, dado el contexto de barreras
identificadas en Honduras; y (b) la pandemia amplificó las brechas preexistentes para el acceso y el
logro educativo, y ha afectado desproporcionalmente a la población en edad escolar que vive en
situación de mayor vulnerabilidad (grupos étnicos, zona rural, hogar de bajos ingresos, etc.)96.
Las pérdidas en el aprendizaje originadas por la pandemia tendrán consecuencias tanto para los
estudiantes afectados como para cada nación. La Organización para la Cooperación y el Desarrollo
Económicos (OCDE) estima que para los estudiantes podría implicar una reducción de un 3 % menos
de ingresos durante toda su vida; mientras que, para la nación, involucraría una disminución prome-
dio de 1.5 % en el PIB por el resto del siglo97.
Las pérdidas en materia de aprendizaje también amenazan con extenderse más allá de la gene-
ración actual y echar por tierra los progresos realizados en los últimos decenios, en particular el
acceso de las niñas y las mujeres jóvenes a la educación, y de su mantenimiento en el sistema
educativo98.
» Al 14 de septiembre de 2021, en vista de los casos acumulados de COVID-19 (un total de 353,641,
de los cuales 9,370 terminaron en fallecimiento), la distribución por grupos de edad99 y el porcen-
taje de ocupados dentro de la población en edad de trabajar (54.1 %)100, se estimaría que 157,691
infectados (de los que 2,681 fallecieron) se dieron en población ocupada con edades entre 15 y
64 años.
» Cada muerte por COVID-19 genera un impacto acumulativo de productividad que se prolongará
durante todo el ciclo de edad laboral que no pudo desarrollarse debido a la mortalidad prematura.
En Honduras, por el deterioro en el aprendizaje, cada niño, niña y joven de la cohorte de población
escolarizada en 2020 podría enfrentar una pérdida anual de ingresos esperados de USD 407.00104. La
afectación per cápita en la población desescolarizada a causa de la pandemia será aún mayor (entre
USD 1,171.00 y USD 3,395.00 por niño/a desescolarizado en 2020):
» De acuerdo con el Banco Mundial105, el alumno promedio de América Latina y el Caribe pertene-
ciente a la cohorte que actualmente asiste a la escuela en medio de la pandemia podría enfrentar
una pérdida anual de ingreso esperado de USD 1,313.00.
99 UNITEC, “Observatorio de COVID-19”, UNITEC - CEUTEC, Honduras, accedido el 7 de Julio de 2021, https://observatorio-covid19-unitec-arc-
gis.hub.arcgis.com/
100 José Soto, Impacto del COVID-19, con base en INE, “Encuesta Permanente de Hogares de Propósitos Múltiples”, mayo/junio de cada año.
101 World Health Organization, “A life course approach to health, human capital and sustainable development,” 2019, https://www.who.int/life-
course/publications/life-course-brief-20190220.pdf?ua=1
102 La recomendación de cuarentena por COVID-19 suele ser de dos semanas.
103 Según información del FMI (IMF, “World Economic”), el PIB per cápita de 2021 fue de USD 2,585.96. El costo del ausentismo laboral se estimó
en una pérdida de ingreso equivalente a medio mes del PIB per cápita (dos semanas de cuarentena), mientras que la pérdida de ingreso por
cada muerte se estimó con base en el monto total del PIB per cápita del año 2020).
104 Estimación de José Soto, Impacto del COVID-19, con base en Grupo Banco Mundial, Actuemos ya, y en CEPAL, Panorama Social 2020.
105 Grupo Banco Mundial, Actuemos ya.
» De cara a las actuales brechas de ingreso entre población trabajadora que no es profesional
ni técnica y población que sí tiene esta formación107, lo que se aproxima es que la afectación
esperada por niño/niña desescolarizado en 2020 en Honduras puede oscilar entre USD 1,171.00
(brecha estimada entre ingreso promedio de trabajadores por cuenta propia que no son ni pro-
fesionales ni técnicos y el ingreso promedio de la fuerza laboral en Honduras) y USD 3,395.00
(brecha estimada para el sector privado entre los ingresos promedio de profesionales/técnicos
y los que no lo son).
Los impactos y medidas de control del COVID-19 en educación y salud determinan afectaciones in-
tegrales al desarrollo humano equitativo e incluyente. Como se sintetizó antes, los efectos directos
que ha tenido la pandemia en escolaridad y en salud impactan negativamente los ingresos (presen-
tes y futuros) de los hogares. Este impacto amplificó los efectos directos sobre el aparato productivo
y los medios de subsistencia que han tenido las medidas de confinamiento y cierres de actividades.
A su vez, los menores ingresos aumentan la vulnerabilidad a caer en situación de pobreza; y, de
nuevo, la pobreza es un factor que determina la exclusión en el acceso a servicios de educación,
salud y conectividad, generándose un círculo vicioso.
Otros ejemplos sobre los desafíos que ha generado el impacto/manejo del COVID-19 en la salud y
la educación frente a resultados deseables de desarrollo humano son:
» El cierre de escuelas ha significado para los hogares en situación de pobreza un grave riesgo
de que la infancia escolarizada haya caído en inseguridad alimentaria, toda vez que, en muchos
casos, la merienda escolar fuera la única comida que recibían durante el día108.
» Las mayores necesidades de cuidado en el hogar ante el cierre de escuelas y posibles casos
de enfermos por COVID-19 que no pudieron ser hospitalizados debieron demandar más cuida-
do femenino; a la vez, el confinamiento pudo haber generado un contexto de mayor violencia
doméstica e intrafamiliar y de afectación de la salud mental de las mujeres sobrevivientes de
violencia.
» De manera más amplia, en los países de ingresos medios y bajos, es más evidente cómo la pan-
demia afectó de modo desproporcional a niñas y mujeres en aspectos como la vulnerabilidad a
la pobreza y a la inseguridad alimentaria, o a la pérdida de ingresos y empleo109.
El 11 de marzo de 2020, la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró que por los elevados
niveles de propagación y por su gravedad, el brote del nuevo coronavirus podía considerarse como
una pandemia. Ese mismo día se confirmaron los primeros casos de COVID-19 en Honduras.
Al 31 de enero de 2022, el país registraba un total de 391,874 casos y acumulaba 10,512 muertes,
según información de Our World in Data.
En esta línea, un mayor porcentaje se acumula en los departamentos de Francisco Morazán y Cor-
tés —ambos concentran el 54.7 % de casos y el 53.1 % de las muertes totales del país—. La tasa de
prevalencia acumulada por COVID-191 es del 2.7 % para Honduras, y 12 de 16 departamentos se
encontraban por encima de este porcentaje al 31 de enero de 2022 (véase gráfico Re4.1).
Gráfico Re4.1 Prevalencia acumulada al 31 de enero de 2022 del COVID-19 según departamentos
8
Porcentaje nacional
7
6
5
Porcentaje
4
3
2
1
0
FM IB LP CR VA EP AT YR CL IN OC GD CM SB OL CH CP LE
Fuente: Secretaría de Salud. Despacho de Comunicaciones y Estrategia Presidencial. COVID-19 Honduras: s. f., accedido el 4 de febrero de
2022, https://covid19honduras.org/web/Comunicado-024-2022; Instituto Nacional de Estadística (INE), “Tomo 10. Proyecciones de Población
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mo-X-Proyecciones-de-Poblacion-Depto/cuadros.html
Pese a que la población vacunada contra el COVID 19, se ha incrementado con respecto al 2021,
Honduras se encuentra entre los países de América Latina y el Caribe con el menor porcentaje de
población con esquema de vacunación completo: en enero 2022, solo el 44 % había completado
las dos dosis (véase gráfico Re4.2).
Gráfico Re4.2 Proporción de personas completamente vacunadas contra COVID-19 a enero 2022
100
90
80
70
Porcentaje
60
50
40
30
20
10
0
El Salvador
Santa Lucía
Chile
Uruguay
Argentina
Antigua y Barbuda
México
Barbados
Trinidad y Tobago
Brasil
Rep. Dominicana
Perú
Colombia
Panamá
Belice
Venezuela (Rep. Bol. de)
Dominica
Guyana
Jamaica
Granada
Bahamas
Haití
Paraguay
Cuba
Honduras
Guatemala
La tormenta tropical Eta y el huracán Iota, que impactaron con diferencia de apenas dos semanas en
noviembre de 2020, son el fenómeno natural más severo que ha afectado a Honduras en más de
20 años112. La evaluación de los daños realizada por la CEPAL y el BID113 arrojó que 437,000 perso-
nas resultaron afectadas, 95 perdieron la vida114 y 92,646 viviendas resultaron dañadas115.
El trabajo de evaluación realizado por el BID y la CEPAL estima que ambos fenómenos meteorológi-
cos produjeron daños y pérdidas por USD 2,130 millones116, 17.4 % de los cuales fue en el sector pú-
blico y el restante en el sector privado117. Cabe resaltar que 388 inmuebles de salud y 534 planteles
educativos fueron afectados por ambos eventos118.
Las actividades productivas que sufrieron mayor afectación fueron el comercio y la industria, con 78
% de los daños y 62 % de las pérdidas; y agricultura, con 18 % y 27 %, respectivamente. Los daños
y pérdidas en estos subsectores fueron estrictamente en el sector privado. Por otra parte, la CEPAL
estima que la infraestructura119 sufrió un 10 % de la afectación total, de la cual fue el transporte el
rubro que mayores daños y pérdidas soportó120.
La ocurrencia de fenómenos naturales —como el Eta e Iota, con efectos devastadores— no es for-
tuita. El territorio hondureño es uno de los más afectados por el cambio climático a nivel mundial.
El Índice de Riesgo Climático Global (IRG) de Germanwatch (que analiza y mide hasta qué punto las
naciones se ven perjudicadas por los impactos de fenómenos meteorológicos extremos como tor-
mentas, inundaciones, temperaturas extremas y calor) muestra que Honduras fue el segundo país
más impactado por huracanes en la última década y está entre los diez más vulnerables al cambio
climático del mundo121.
Otras consecuencias del cambio climático en el país —además de los riesgos elevados de tormen-
tas, huracanes e inundaciones— son los deslizamientos de tierra, así como las sequías y la desertifi-
cación. Las sequías han generado inseguridad alimentaria, malnutrición y migración masiva a zonas
111 Este subapartado incluye extractos del análisis “La economía política del cambio climático en Honduras”, elaborado por el Dr. Pedro
Morazán para el Informe de Desarrollo Humano, Honduras 2022.
112 Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), “La República de Honduras. 2020 Tormenta tropical Eta
y huracán Iota Llamado urgente de asistencia”, 17.02.2021, https://www.fao.org/3/cb2604es/cb2604es.pdf
113 Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), Evaluación de los efectos e
impactos de la tormenta tropical Eta y el huracán Iota en Honduras (Mayo 2021), https://www.cepal.org/sites/default/files/publication/
files/46853/S2100044_es.pdf
114 El departamento de Cortés es el que registró el 55 % del total de población afectada. Se estima que 95 personas perdieron la vida por la
acción de estos fenómenos (32 en Cortés, 16 en Santa Bárbara y 12 en Lempira). Por otra parte, se calcula que la gente albergada en todo
el país ascendió a 96,000 personas. Los departamentos más golpeados por estos fenómenos hidrometeorológicos han sido Cortés,
Gracias a Dios, Yoro, Santa Bárbara, Colón y Atlántida.
115 Con base en dicha evaluación de daños, en 2021 el Gobierno de Honduras y la cooperación internacional en el país establecieron un
marco de trabajo conjunto para el diseño del Plan de Reconstrucción y Desarrollo Sostenible (PRDS).
116 Tipo de cambio en Banco Central de Honduras, “Tipo de Cambio Nominal”, s. f. https://www.bch.hn/estadisticas-y-publicaciones-econo-
micas/tipo-de-cambio-nominal.
117 BID y CEPAL, “Evaluación de los efectos”.
118 BID y CEPAL, “Evaluación de los efectos”.
119 Los sectores que se evalúan son los siguientes: social, productivo, infraestructura y ambiental (BID y CEPAL, “Evaluación de los efectos”,
21).
120 BID y CEPAL, “Evaluación de los efectos”.
121 Germanwatch, Índice de Riesgo Climático Global 2019-Resumen (Think Tank & Research, 2021), https://www.germanwatch.org/sites/default/
files/Indice%20de%20Riesgo%20Climatico%20Global%202019%20-%20Resumen_0.pdf
La vulnerabilidad de la región se agudiza por la presión demográfica que caracteriza a ciertas áreas
que, además, presentan falta de planificación territorial adecuada, dependencia de recursos hí-
dricos para la generación de electricidad, nivel de pobreza y dependencia de muchos habitantes
respecto a los recursos naturales para su subsistencia.
El cambio climático, cuando se suma a una mezcla de inestabilidad económica, violencia y débil go-
bernanza, puede convertirse en un combustible, un multiplicador de amenazas que podría agravar
más vulnerabilidades y dejar a la gente sin más opción que huir123.
A partir del análisis de la multicrisis que se ha visto profundizada por los efectos del COVID-19 y los
impactos de los fenómenos climatológicos, el país necesita reconsiderar el rol del Estado, así como
el diseño y la generación de políticas públicas que ayuden a superar los problemas estructurales y
coyunturales identificados en esta sección primera. En este sentido, la sección segunda propone la
necesidad de fortalecer el rol del Estado, como pieza fundamental para solventar la multicrisis y
avanzar hacia la transformación. Por último, la sección tercera plantea un conjunto de propuestas
estratégicas con una mirada de mediano y largo plazo.
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Francisco Morazán
a propósito de la Ley sobre la Protección de los
Establecimientos de Enseñanza Pública, Tegucigalpa, 9 de junio de 1830
(…) Solo una Constitución que asegura el mayor bien posible del mayor número
posible puede unir a su favor el mayor número posible…”.
1 José del Valle y Jorge del Valle Matheu (comps), “Constitución”, Obras de José Cecilio del Valle, Tomo II. “El Amigo
de la Patria” (1930), 210-211.
SECCIÓN SEGUNDA.
ESTADO DE DERECHO: HACIA UNA DEMOCRACIA INCLUSIVA,
CON JUSTICIA, SEGURIDAD Y PAZ
“Necesitamos un sistema democrático que acompañe el Estado de derecho y que permita que
no solo tengamos elecciones libres periódicamente, sino también que el Estado tenga la capaci-
dad de garantizar los derechos humanos, las libertades de aplicar la ley para todos y una nece-
saria separación de poderes”.
La tesis de este informe es que, sin un Estado de derecho pleno, no será posible responder a los
profundos problemas estructurales y a las crisis recurrentes de ingobernabilidad derivadas de los
problemas sociales, económicos y políticos. Esta tendencia, como se muestra en la sección primera,
se ha profundizado con el COVID-19.
Bajo ese contexto, el abordaje conceptual del Estado de derecho se fundamenta en tres pilares:
(a) democracia, (b) justicia y (c) seguridad y paz. Su conector son las instituciones del Estado y el con-
junto de políticas públicas diseñadas e implementadas para responder a las funciones y objetivos
de ese trío de cimientos. De esta manera, los capítulos 2, 3 y 4 de esta sección segunda analizan el
Estado de derecho desde cada uno de los pilares.
El capítulo 2 aborda la democracia como el pilar inicial del Estado de derecho. Su contenido per-
sigue aportar al entendimiento de la relación Estado de derecho-desarrollo humano-democracia.
Además, presenta las características principales de la democracia, sus limitantes y sus desafíos, de
cara a alcanzar una democracia más inclusiva.
El capítulo 3 toca el tema de la justicia, pilar central e inherente a la naturaleza y al alcance del Es-
tado orientado al bien común y público. Por eso, se analiza el Estado de derecho y la justicia, y su
relación con el desarrollo humano. Además, incluye el componente de derechos humanos y se con-
textualiza también con el tema de género y justicia. Asimismo, aborda la corrupción y la impunidad
como fenómenos resultantes del manejo del Estado y su efecto profundo en la justicia. Finalmente
se presentan, de manera sucinta, aspectos relevantes en torno a la evolución y el desarrollo de la
justicia.
131
C A P Í T U L O 2
1. Los niveles de aceptación y satisfacción de la democracia son bajos para el entorno regional.
Un deterioro de la institucionalidad a lo largo de varios años y la pérdida de confianza en los
políticos y los partidos marcan la tendencia en la Honduras del siglo XXI.
2. Los avances electorales hasta el año 2021 en materia institucional son importantes, pero insufi-
cientes si no se acompañan de mecanismos democráticos en los espacios de decisión y de una
mayor participación ciudadana desde la dimensión local y regional. El desafío es construir una
democracia inclusiva y confiable. Es importante asegurar mecanismos fluidos y permanentes de
participación ciudadana, a través de los gobiernos municipales; además, en la dimensión local
y en el sistema electoral, considerar la ciudadanización de las mesas electorales mediante la
apertura del espacio a la ciudadanía.
“El primer punto es recordar que la democracia y el Estado de derecho son dos ingredientes
indispensables de una misma ecuación. El debilitamiento de la democracia trae consigo el debili-
tamiento del Estado de derecho, y viceversa”.
La tesis central del informe es que las transformaciones institucionales urgentes que se requieren
para revertir las brechas de desarrollo, de inclusión y de resiliencia serán posibles siempre que se
cuente con un Estado de derecho pleno, inclusivo, eficiente y trasparente; si no, se caerá en un ciclo
constante de crisis de ingobernabilidad en donde no se subsanan las demandas urgentes a los que,
además, la coyuntura agrega también nuevos desafíos de desarrollo sostenible. Es por ello por lo
que se requiere del Estado de derecho como el fundamento de las grandes transformaciones de
país.
En concreto, el presente capítulo sobre la democracia inclusiva se divide en tres. En el apartado 2.1,
se presenta el marco conceptual y las principales tendencias del Estado de derecho. En el apartado
2.2, se aborda uno de los tres pilares del Estado de derecho: la democracia”; este incluye el análisis
de la cultura de la legalidad, el sistema político, los partidos políticos y el caudillismo y la cultura
política. Finalmente, en el apartado 2.3, se presenta el Estado de derecho, la institucionalidad pú-
blica, la descentralización y la digitalización como un fenómeno moderno pero importante para la
democracia.
Desde sus orígenes, el Estado de derecho surgió como una alternativa frente a formas autoritarias
de ejercicio del poder acumulado por elites asentadas dentro del propio Estado. Su misión está
ligada a contener los excesos que desde el Estado puedan cometerse, y lograr que este se oriente
a la protección y el mejoramiento de la vida social.
Según la idea más general y aceptada, lo característico de un Estado de derecho es que nadie está
por encima de la ley. El Estado está sujeto al derecho. Los gobiernos norman sus acciones por el
2 En Taller Internacional de Estado de derecho para el Informe de Desarrollo Humano, Honduras 2022.
En esta concepción del Estado de derecho, predomina lo formal, esto es, el pleno respeto a la for-
malidad jurídica. El requisito esencial para que a un Estado se le considere de derecho es que exista
un cuerpo de leyes promulgadas por el propio Estado, con las formalidades que la Constitución
establece, a la cual le debe plena obediencia.
En muchos países el Estado de derecho en su dimensión formal es aún una aspiración de futuro. En
las tensiones permanentes entre el Estado y la sociedad, alcanzar la sujeción del primero al dominio
de la ley es un proceso largo, arduo y complejo, y, a la vez, un gran logro, pero que no tiene carácter
definitivo.
El abordaje conceptual y la definición de Estado de derecho adoptados para este informe están
centrados en las ideas del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas como:
…un principio de gobernanza en el que todas las personas, instituciones y entidades, públicas
y privadas, incluido el propio Estado, están sometidas a leyes que se promulgan públicamen-
te, se hacen cumplir por igual y se aplican con independencia, además de ser compatibles
con las normas y los principios internacionales de derechos humanos. Asimismo, exige que se
adopten medidas para garantizar el respeto de los principios de primacía de la ley, igualdad
ante la ley, separación de poderes, participación en la adopción de decisiones, legalidad, no
arbitrariedad, y transparencia procesal y legal3.
El concepto de Estado de derecho está incorporado en la Carta de las Naciones Unidas, en cuyo
preámbulo afirma que uno los objetivos de los pueblos de las Naciones Unidas es “crear condicio-
nes bajo las cuales puedan mantenerse la justicia y el respeto a las obligaciones emanadas de los
tratados y de otras fuentes del derecho internacional”. Además, un propósito fundamental estable-
cido en ese documento es “lograr por medios pacíficos, y de conformidad con los principios de la
3 Consejo de Seguridad Naciones Unidas, “El Estado de derecho y la justicia de transición en las sociedades que sufren o han sufrido
conflictos”, Informe del Secretario General S/2004/616, 3 de agosto de 2004, https://undocs.org/es/S/2004/616
El PNUD ha reconocido durante mucho tiempo que los compromisos firmes con el Estado de de-
recho y los derechos humanos son imprescindibles para lograr y mantener la paz, y desarrollar la
resiliencia, así como para hacer realidad la visión establecida en los Objetivos de Desarrollo Soste-
nible (ODS)4. En ese sentido, el Programa Global del PNUD sobre el Fortalecimiento del Estado de
Derecho y los Derechos Humanos para el Sostenimiento de la Paz y la Promoción del Desarrollo de-
fine el Estado de derecho como el principio en el que las sociedades se rigen por la ley, a diferencia
de las decisiones arbitrarias no reguladas de funcionarios individuales del sector público o privado.
Pero el Estado de derecho es más que simplemente imponer restricciones al comportamiento de
individuos y organizaciones: debe ser la principal salvaguardia de los derechos humanos y las liber-
tades de un país5.
b. Un sistema electoral que garantice elecciones libres y justas, así como el sufragio universal.
d. Una sociedad civil dinámica, capaz de supervisar al Gobierno y a las transacciones privadas, y
de brindar alternativas para la participación política.
4 United Nations Development Programme (UNDP), Strengthening the Rule of Law and Human Rights for Sustaining Peace and Fostering
Development. A UNDP Global Programme for Justice, Security and Human Rights, 1 July 2016 – 31 December 2020, 2.
5 UNDP, 2017 Global Programme Annual Report. Strengthening The Rule of Law and Human Rights for Sustaining Peace and Fostering De-
velopment (New York: United Nations Development Programme, 2018), https://www.undp.org/publications/rule-law-annual-report-2017
6 Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), Informe de Desarrollo Humano 2002: Profundizar la democracia en un
mundo fragmentado (New York, PNUD, 2002), https://hdr.undp.org/sites/default/files/hdr_2002_es.pdf
El Estado de derecho requiere que la ley establezca los límites del ejercicio del poder, teniendo en
consideración los principios que se enuncian a continuación:
a. El poder debe estar institucionalizado y no personalizado, esto es, debe recaer en instituciones
jurídico-políticas y no en personas naturales. Las personas naturales tienen temporalmente el
poder en sus manos solo mientras ocupen su cargo.
b. Deben crearse diferentes órganos e instituciones dentro del Estado, y cada cual debe cumplir
una de las funciones estatales.
d. Debe haberse establecido en la ley los requisitos y formalidades para el nombramiento de los
titulares de cada órgano e institución, y las razones y procedimientos para poner término a sus
cargos.
e. En su sentido más pleno, el elemento más decisivo del Estado de derecho es que tanto sus
normas jurídicas como las actuaciones de sus autoridades cuando las aplican deben respetar,
promover y consagrar los derechos humanos de cada persona, y salvaguardar las organizacio-
nes sociales diversas en que la gente se expresa y participa, pues esas organizaciones son el
tejido social sin el cual la ciudadanía no podría ser beligerante y participativa.
El recuadro 5 enumera los principios del Estado de derechos según el Proyecto Mundial de Justicia.
La permanencia del Estado de derecho requiere que se establezcan los controles también perma-
nentes sobre su sujeción a la ley.
El control original del Estado se logra a través de una ley fundamental, que es el contrato social, la
Carta Magna o Constitución. Las personas naturales, mediante el contrato social, hacen surgir y res-
petar sus derechos. Estos son los acuerdos constitucionales que se materializan en un contrato por
el cual las personas proclaman sus derechos, el Estado se compromete a respetarlos, a proteger a
las personas y a procurar su bienestar, a cambio de que las personas ciudadanas le presten servi-
cios, lo financien y mantengan niveles de sujeción y obediencia, que se especifican en las leyes. El
mismo pacto define estructuras, autoridades y potestades del Estado.
En primer lugar, la sociedad tiene la potestad de ser el contrapeso, para asegurar el cumplimiento
de la Constitución8. En segundo lugar, en el contrato social se establece el modelo de desarrollo de
un país. En tercer lugar, el contrato social suele representar un consenso entre los principales acto-
res respecto de la orientación de las políticas económicas y sociales más importantes9.
7 PNUD, Resultados del PNUD. Estado de derecho (New York: Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, 2012), https://www.
undp.org/sites/g/files/zskgke326/files/publications/es/Results-RuleOfLaw_10-15-12_SP.pdf
8 El pacto o contrato social es una teoría desarrollada por Rousseau, según la cual la libertad natural del hombre debe cederse a un inte-
rés colectivo mayor, conformando la institución estatal en la que reside el poder que cada individuo deposita en esta. Este pacto social
celebrado entre todos los miembros de la comunidad limita la acción individual libre y natural a cambio de una convivencia social. Ver
Jean-Jacques Rousseau, Contrato social (España: Espasa Calve, 1921).
9 Organización Internacional del Trabajo (OIT), “Diálogo Social, Pactos Sociales”, https://www.ilo.org/public/spanish/dialogue/themes/
sp.htm
De acuerdo con el Índice de Estado de derecho, publicado anualmente por el World Justice Project
(Proyecto Mundial de Justicia), un Estado de derecho es aquel en el cual se respetan los siguientes
cuatro principios:
2. Las leyes son claras, públicas, estables y justas, y protegen derechos fundamentales, tales como
la seguridad de los ciudadanos y la defensa de su propiedad.
3. El proceso a través del cual las leyes son aprobadas, administradas e implementadas es accesible,
justo y eficiente.
4. El acceso a la justicia es garantizado por representantes e instancias jurídicas que son competen-
tes, independientes, éticas y suficientes en número, que tienen recursos suficientes y que reflejan
las características de las comunidades que sirven.
En tanto método para ejercer el gobierno, el Estado de derecho está obligado a ejercer el poder con-
forme a las siguientes prácticas:
4. Rendición de cuentas.
6. Institucionalidad del Estado: el Estado crea las instituciones públicas para ejercer las funciones de
gobierno. Cada institución cumple funciones específicas de gobierno de manera especializada,
de las cuales es responsable; operan de manera descentralizada o desconcentrada, según se
requiera; y mantienen entre sí relaciones de interdependencia, cooperación y coordinación, inte-
ractuando como un sistema.
• Políticas públicas.
• Planes de gobierno.
• Programas y proyectos.
12. Estricta e imparcial aplicación de un régimen de servicio civil, fundada en los méritos profesio-
nales y morales, con idoneidad en ambos, para ingresar y mantenerse en el servicio público en
condiciones de estabilidad.
Las funciones del Estado de derecho pueden sintetizarse en los siguientes enunciados:
5. Resolver de la mejor manera para todos, los conflictos que se presenten entre los ciudadanos,
clases, grupos y sectores, y entre estos y el Estado, sobre bases de legalidad.
Fuente: Equipo del Informe de Desarrollo Humano Honduras con base en World Justice Project, Índice de Estado de derecho 2019. https://
worldjusticeproject.org/sites/default/files/documents/GROLI-Spanish-v2_0.pdf
Sin embargo, los controles internos al Estado, las leyes y el mecanismo de pesos y contrapesos para
establecer equilibrios e independencia entre los poderes estatales son frágiles y muy susceptibles
de ser alterados y nulificados.
Al ser establecidos desde dentro del propio Estado y desde arriba, pueden ser transgredidos por
una voluntad también interna, con suficiente poder y disposición para transgredir sus límites.
Dada esta insuficiencia que muestran tanto las leyes como la división equilibrada de los poderes, es
necesario ir más allá de los controles internos. Ambos son medios necesarios, pero no suficientes
para acometer esta tarea dinámica y permanente. Es necesario combinar su acción con otras para
mantener al Estado sometido al mandato de la ciudadanía.
En el mundo moderno, el Estado es la organización jurídico-política del poder ejercido por una au-
toridad que se ha constituido para procurar el interés general de la sociedad. En su condición de
estructura de poder, el Estado se compone de un conjunto de instituciones que gobierna sobre la
población asentada en un territorio y sobre el territorio mismo, por delegación de la ciudadanía, que
es el elemento soberano.
La eficacia de la acción ciudadana sobre el Estado ha sido el hecho histórico en el que se afianza la
teoría de la soberanía popular. Cuando por distintos medios los ciudadanos se han impuesto sobre
el Estado, las acciones han evidenciado que el soberano es el pueblo, que el mayor poder reside en
él y que el Estado, a través de sus gobiernos, es depositario de la voluntad popular, constituyéndose
en mandatario al servicio del mandante o soberano: la ciudadanía.
2. Elegir a los gobernantes para que, en el marco del mandato dado, por un período predetermi-
nado en la ley, gestionen la acción pública.
4. Ejercer control externo y directo sobre los gobernantes, el gobierno y, en general, el Estado.
En la historia reciente, los Estados fuertes pueden clasificarse en dos grandes tipos: (a) los que
han acumulado poder en elevadas concentraciones y lo usan para beneficio de la población, cuyo
resultado son sociedades con niveles de vida dignos y gobiernos que gozan de aceptables grados
de legitimidad y transparencia; y (b) los que han acumulado bastante poder y cuya prioridad no es
el bienestar de las mayorías, y sus gobiernos enfrentan una baja legitimidad. En los países donde
impera este segundo tipo de Estado están presentes la polarización y el conflicto social entre una
minoría que goza de derechos, privilegios y respaldo de su gobierno, y las mayorías, cuyas po-
blaciones permanecen en condición de pobreza, desprotección y exclusión. Con frecuencia, los
gobiernos restringen la libertad y otros derechos humanos, ejercen acciones represivas y usan el
poder en beneficio propio, y en lugar de ser transparentes, tienden a la opacidad.
Los Estados que experimentan mayores obstáculos, caracterizados por su debilidad en distintos
grados para cumplir las funciones que les corresponden, son también de dos tipos:
a. Estados que, disponiendo de poco poder, lo usan para servir a sus sociedades. Aun siendo
débiles, sus gobiernos gozan de legitimidad y suelen mantener niveles de transparencia acep-
tables.
El debilitamiento de los Estados suele ser progresivo. Una vez que se empieza a rodar en esa pen-
diente, detenerse va siendo más difícil. La debilidad de los Estados suele proceder de al menos una
de las causas siguientes:
a. El país tiene una economía precaria que impide a los gobiernos el acceso a los fondos suficien-
tes para funcionar de manera satisfactoria.
b. Los gobiernos y los grupos de influencia se inclinan de manera acentuada a evadir la normativa
jurídica, propiciando actos de corrupción e impunidad.
10 Se entiende “elite” como aquellas corporaciones que tienen la facultad o la capacidad para realizar acciones conforme
a sus intereses particulares; además, sus acciones se realizan por fuera del marco jurídico institucional, es decir, que se
encuentran revestidas de un carácter extralegal.
Los Estados autocráticos no son solo parte del pasado; también son el presente de muchos países.
En el siglo XX y en lo que va del XXI, el espacio de los gobiernos autocráticos es amplio y abarca
a países de renta alta, media o baja. Según datos del Instituto Nacional Demócrata de los Estados
Unidos, en su informe “Varieties of Democracy” del año 2020, la autocratización —el declive de los
rasgos democráticos independientemente de qué tan democrático o autoritario sea un régimen—
se acelera en el mundo: por primera vez, desde 2001, las democracias ya no son mayoría, y casi el
35 % de la población mundial vive en países en proceso de autocratización11.
En una perspectiva histórica, en la relación entre Estado de derecho y desarrollo, pueden recono-
cerse al menos tres momentos:
b. La coincidencia entre la economía que privilegia al mercado frente al Estado y las medidas de
ajuste estructural y modernización estatales, a partir de la década de los ochenta.
c. El reconocimiento de los límites del mercado y el enfoque en formas de desarrollo más equita-
tivas e inclusivas, con base en el empoderamiento de la ciudadanía. En este contexto surge, en
1990, la perspectiva del desarrollo humano y la sostenibilidad, con los trabajos de Amartya Sen
y Mahbub ul Haq. Esa visión se inició a partir de la caída del socialismo realmente existente, a
fines de los ochenta, y sigue siendo influyente hasta la actualidad.
En las teorías del desarrollo que se han formulado desde mediados del siglo XX, la perspectiva de
desarrollo humano propuesta oficialmente por el PNUD desde los años noventa se diferencia de las
anteriores. En esta, el objetivo central no es la economía, el crecimiento económico o la moderniza-
ción. Su premisa fundante es que la persona, el ser humano, los seres humanos constituyen lo más
importante del desarrollo. Así, el perfeccionamiento de toda persona humana es su objetivo. Frente
a esto, todo lo demás —el Estado, las estructuras sociales y económicas, la política, la legislación—
se constituye en medios que deben ser útiles para que todos los seres humanos eleven la calidad
de sus vidas, pero que no son fines en sí mismos.
La diferenciación introducida entre fines y medios es la base de una idea muy distinta a las teorías
convencionales, economicistas del desarrollo. Priorizar los fines es someter los medios —incluida la
economía— a los fines humanos del desarrollo.
El punto de partida del enfoque de desarrollo humano tiene dos concepciones. De una parte, es
la realidad de privaciones materiales, sociales y humanas que las mayorías padecen en el planeta
entero. De otra, es la existencia de obstáculos diversos al ejercicio de las libertades que elevan a los
seres humanos a la condición de sujetos y constructores de sus propias decisiones.
11 V-Dem Institute, Autocratization surges – Resistance grows: Democracy Report 2020 (Sweden: University of Gothen-
burg, 2020), http://v-dem.net/static/website/files/dr/dr_2020.pdf
De esta definición emergen tres pilares esenciales para el Informe de Derechos Humanos: justicia,
paz y democracia. Tal como afirma el Informe del Secretario General del Consejo de Seguridad de
las Naciones Unidas, “no son objetivos mutuamente excluyentes sino más bien imperativos que se
refuerzan uno al otro. (…) De nada servirá centrarse exclusivamente en una determinada institución
o desestimar a la sociedad civil o a las víctimas”12.
En el planteamiento para el sector de justica, se debe prestar absoluta atención a todas sus institu-
ciones interdependientes y tener en cuenta las necesidades de los grupos fundamentales, como se
observa en el diagrama 9.
Ámbito mundial:
globalización, SEGURIDAD Y PAZ
cambio tecnológico,
cambio climático, pandemia
Ámbito nacional:
sociedad y Estado
CIUDADANÍA CIUDADANÍA
ACTIVA ACTIVA
ESTADO DE DERECHO Y
DESARROLLO HUMANO
Ámbito regional: PLENO
migración y desplazamiento,
crimen organizado
y violencia
JUSTICIA DEMOCRACIA
EFECTIVA PARA TODAS CIUDADANÍA REAL Y LEGÍTIMA
LAS PERSONAS ACTIVA
El término “gobernabilidad” es cada vez más complejo a medida que se ha puesto de moda. El
surgimiento de una gran variedad de conceptos asociados que suelen identificarse con goberna-
bilidad dificulta su conceptualización y operacionalización con fines evaluativos o de medición de
resultados. Si bien la gobernabilidad es una preocupación antigua en el ámbito del ejercicio del
poder, la palabra “governance”, traducida al español como gobernabilidad, fue utilizada por primera
vez por Samuel Huntington en la década de los setenta, para referirse a un concepto restringido
del ejercicio de la democracia que evitaría el exceso de demandas ciudadanas. El vocablo ha sido
En un intento por alcanzar una aproximación más precisa, en este informe se entenderá la gober-
nabilidad como el ejercicio de la autoridad política, económica y administrativa en la gestión de los
asuntos de un país en todos los niveles, comprendiendo los mecanismos, procesos e instituciones a
través de los cuáles ciudadanos y grupos sociales articulan sus intereses, median sus diferencias y
ejercitan sus derechos y obligaciones legales. La gobernabilidad incluye al Estado, pero lo trascien-
de, abarcando a todos los sectores de la sociedad, incluidos el sector privado y las organizaciones
de la sociedad civil14.
La gobernabilidad así entendida se refiere a la capacidad de una determinada sociedad para enfren-
tar positivamente los desafíos y las oportunidades que se le plantean en un tiempo determinado.
Desde esta perspectiva, supone estabilidad política y condiciones básicas de toma de decisiones
públicas; pero es más que eso, porque también remite a la existencia de instituciones y capacidades
necesarias para reconocer y enfrentar colectivamente los retos y las oportunidades. Por tanto, no
se refiere exclusivamente al sistema institucional ni a la acción de gobernar que definen las políticas
públicas.
Es preciso subrayar es que en sociedades como las actuales donde los actores son cada vez más
autónomos y, a la vez, más interdependientes, en el ejercicio de gobernar se trata cada vez menos
de producir bienes y servicios, y cada vez más de garantizar que los actores se comporten conforme
a unas reglas de juego que incentivan su comportamiento eficaz frente a los retos y oportunidades
de la comunidad. Asimismo, parece evidente que el valor creado por el gobierno no es solo la uti-
lidad o satisfacción individual procurada por sus servicios, sino la arquitectura social en la que los
individuos y grupos buscarán su utilidad15.
Por otro lado, vista la gobernabilidad en clave de desarrollo, todavía es posible agregar un matiz
más que permite vincular la gobernabilidad política con la competitividad económica y la integración
social. Esto entraña trabajar para mejorar la calidad democrática de los gobiernos de forma paralela
con el logro de cierto consenso social en la formulación de política y la resolución de problemas,
con miras a avanzar en el desarrollo económico y la integración social16.
13 Marco Moreno (ed.), Gobernabilidad, instituciones y desarrollo. América Latina y Honduras (Tegucigalpa: Instituto Interamericano para el
Desarrollo Social, 2004).
14 Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, Reducción del Riesgo de Desastres, Gobernabilidad y Transversalización (New
York: 2010).
15 Joan Prats, ¿Quién se pondrá al frente? Liderazgos para reinventar y revalorizar la política (PNUD, 2000).
16 Marco A. Moreno (ed.), Gobernabilidad.
17 Marco A. Moreno (ed.), Gobernabilidad, 23.
La gobernabilidad democrática —en función del rol de la ciudadanía— se beneficia del proceso de
la descentralización como eje esencial del desarrollo, ya que busca la redistribución de los equili-
brios institucionales; la reducción de la concentración arbitraria del poder, alcanzando altos niveles
de estabilidad política y una sana gobernanza; la construcción de narrativas de un mayor grado de
democratización institucional; el acceso a la justicia; y un desarrollo integral de la sociedad.
Ello implica que, por una parte, el sistema político y, por otra, los ciudadanos y ciudadanas son
corresponsables de la gobernabilidad democrática. Aun cuando la iniciativa de generar las con-
diciones básicas corresponda al sistema político, para que se dé, su éxito exige la cooperación
ciudadana.
18 Antonio Camou, Gobernabilidad y democracia, Cuadernos de Divulgación de la Cultura Democrática 6 (México: Instituto Nacional Elec-
toral, 1995).
Para lograr un mayor nivel de desarrollo humano dentro de una sociedad, es decir la ampliación de las
oportunidades y capacidades de las personas, se requiere tanto del fortalecimiento de las capacidades
humanas y sociales de forma equitativa y sostenible, como también de la creación de una sociedad de
oportunidades en la cual la ciudadanía tenga la capacidad y la voluntad de participar en todos aquellos
asuntos que le competen en la vida pública.
Ello implica concebir el desarrollo como un ejercicio de libertades. Por lo tanto, el desarrollo no es una
cuestión solo índole social, económica y tecnológica, sino institucional y política. La libertad y la partici-
pación política son también, además de medios, fines del desarrollo humano.
Desde esta perspectiva, el ejercicio de las libertades políticas es tan importante como los resultados
económicos y sociales de un determinado Estado1. Pero, para esto, se requiere una forma de gobierno
democrática y una gobernabilidad que permitan el mayor acercamiento posible entre el Estado y la so-
ciedad, con claros espacios y mecanismos de participación.
De acuerdo con el informe mundial de desarrollo humano de 20022, la democracia es la forma de gobier-
no que potencialmente favorece más el ejercicio de las libertades políticas. Además, puede contribuir
significativamente a la estabilidad y al desarrollo equitativo.
A pesar de los intentos para argumentar que existe una relación tensa entre la democracia y el creci-
miento económico, no existe una comprobación empírica que muestre una tendencia en tal dirección. En
ese sentido, el supuesto es que una sociedad en donde se construye una gobernabilidad democrática
permite mejores condiciones para que se produzca un mayor desarrollo humano sostenible.
Al respecto, la gobernabilidad no tiene que enfocarse solo desde la perspectiva del gobierno: se trata
de analizar la articulación entre el Estado y la sociedad, entre los diversos actores en función del cambio,
en donde las variadas construcciones sociales que surgen a partir del Estado y la sociedad fortalecen la
capacidad de esta última para gobernarse, lo cual significa un nuevo marco de relaciones entre el Estado
y la sociedad. Es el paso de relaciones verticales a unas cada vez más horizontales y participativas.
Históricamente, esto ha sido de importancia crítica para la construcción de las naciones y la reestructura-
ción social de Latinoamérica, Europa y el resto del mundo, incluida la emancipación de las antiguas colo-
nias después de la Segunda Guerra Mundial. En el momento actual de profundos cambios económicos,
resulta evidente que el Estado de derecho no solo es importante para el correcto funcionamiento de los
mecanismos económicos abiertos y de mercado: también tiene un rol clave en la conciliación entre la
globalización, el mercado y las competencias requeridas por los imperativos meta económicos implíci-
tos en el desarrollo humano sostenible, que van desde la armonía y la solidaridad social, la equidad y la
adecuada gestión medioambiental, hasta los procesos políticos participativos.
El desarrollo humano requiere de un marco jurídico institucional que reconozca y garantice los derechos
fundamentales de las personas. No obstante, no basta con el entramado legal institucional, también se
En esa línea, metodológicamente, se asume que la gobernabilidad tiene que ser evaluada en fun-
ción de su capacidad para producir desarrollo o bienestar en la gente, por lo que:
Una democracia incluyente se caracteriza por la participación de todos los sectores en los diferen-
tes niveles de la sociedad —en el ámbito civil, político, social, económico y cultural— y se define
por su capacidad de inclusión. La participación, la rendición de cuentas y una adecuada cultura cívi-
co-política son pilares esenciales en la vigencia de una democracia sustantiva e incluyente. Cuanto
mejor funcione la democracia incluyente, se logra que más gente sea participativa y responsable
en el cumplimiento de sus deberes cívicos, y, consecuentemente, el potencial para un desarrollo
sostenible se reforzará.
Por tanto, para efectos de este análisis de la gobernabilidad democrática y el desarrollo humano en
Honduras, se entiende la gobernabilidad democrática como la capacidad de la sociedad hondureña
para gestionar el cambio hacia el bienestar común, mediante la generación de condiciones para la
continuidad de los logros alcanzados y para la asunción de retos de mejoramiento.
En Honduras, durante los años 2000 a 2021, las relaciones entre el Estado y la sociedad observan a
la vez una serie de crisis —la del golpe de Estado de 2009 y las crisis político-electorales posterio-
res, unidas a los altos niveles de desconfianza de la ciudadanía hacia las instituciones y los partidos
políticos— como de cambios que podrían apuntar a ciertos elementos que pueden contribuir al
fortalecimiento de una gobernabilidad democrática. Asimismo, el sistema de partidos políticos se ha
transformado desde 2013 porque ha cambiado el bipartidismo histórico a una suerte de tripartidis-
mo y a la emergencia de nuevos partidos, constituyéndose en un sistema multipartidario.
Es desde este contexto que en este trabajo se analizan las condiciones existentes en el país para
fortalecer una gobernabilidad democrática compatible con el desarrollo humano mediante los aná-
lisis sociohistóricos de las principales constricciones y potencialidades para una gobernabilidad
democrática en Honduras.
1
Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), Informe sobre Desarrollo Humano 2002. Profundizar la democracia en un mun-
do fragmentado (España: Mundi-Prensa Libros, S. A., 2002).
Con el fin de contextualizar el análisis sobre la situación del Estado de derecho en Honduras, este
subapartado presenta la evolución de los indicadores internacionales más reconocidos referentes
al Estado de derecho y la gobernabilidad (como el Índice elaborado por el World Justice Project, los
indicadores de gobernanza del Banco Mundial y el indicador de libertades de Heritage Foundation),
de acuerdo con los cuales el Estado de derecho en Honduras se ha deteriorado con el paso de los
años. El enfoque integral de valoraciones de estos diversos índices se complementa con la percep-
ción ciudadana sobre Estado de derecho en aspectos como acceso de justicia (que se aborda más
ampliamente en el apartado 3.4.2).
Como se observa en los gráficos 17 y 18, en 2021, la adhesión de Honduras al Estado de derecho,
según el World Justice Project, era menor en relación con el inicio del quinquenio19, ya que se ubicó
como el quinto país con menor apego al Estado de derecho en América Latina y el Caribe (con una
puntuación general de 0.39 en 2021, mientras que el promedio general de América Latina fue de
0.52 ese mismo año)20.
0.5 0.6
0.4 0.5
0.4
0.3
Honduras
0.3
LAC
0.2
0.2
0.1
0.1
0 0
2015 2016 2017-2018 2019 2020 2021
Fuente: Equipo del Informe de Desarrollo Humano Honduras con base en World Justice Project, “WJP Rule of Law Index”, https://www.world-
justiceproject.org/rule-of-law-index/
Uruguay
Costa Rica
Chile
Barbados
San Vicente y las Granadinas
Antigua y Barbuda
San Cristóbal y Nieves
Santa Lucía
Bahamas
Granada
Dominica
Jamaica
Argentina
Trinidad y Tobago
Promedio LAC
Panamá
Brasil
Guyana
Surinam
Colombia
Perú
Ecuador
Belice
República Dominicana
El Salvador
Paraguay
Guatemala
México
Honduras
Bolivia
Nicaragua
Venezuela
Fuente: Equipo del Informe de Desarrollo Humano Honduras con base en World Justice Project, “WJP Rule of Law Index”, https://www.world-
justiceproject.org/rule-of-law-index/
A nivel de los subíndices del World Justice Project, como se desprende del cuadro 3, en materia
de Estado de derecho hay oscilaciones entre el período 2015-2021. Aunque fluctuantes a lo largo
del período, en términos positivos, se observan avances moderados en dos factores: seguridad y
justicia penal, y retroceso en cinco factores: restricciones a los poderes del gobierno21, ausencia
de corrupción, gobierno abierto, derechos fundamentales, justicia civil y cumplimiento regulatorio.
Los indicadores de gobernanza del Banco Mundial también registran una tendencia al deterioro en
las seis dimensiones de gobernabilidad22 durante el periodo 2000-202023, particularmente a partir
21 Mide si quienes gobiernan están sujetos a la ley. Comprende los medios, tanto constitucionales como institucionales, que limitan a los
funcionarios y agentes del gobierno, y que les obligan a rendir cuentas. También incluye controles no gubernamentales sobre el poder
del gobierno, como la prensa libre e independiente (World Justice Project, Índice de Estado de Derecho 2020, 22, https://worldjustice-
project.org/sites/default/files/documents/WJP-Global-ROLI-Spanish.pdf).
22 i) Voz y rendición de cuentas: captura de las percepciones del grado en que los ciudadanos de un país pueden participar en la selección
de su gobierno, así como la libertad de expresión, la libertad de asociación y los medios de comunicación libres. ii) Estabilidad política
y ausencia de violencia / terrorismo: captura de las percepciones de la probabilidad de inestabilidad política y/o violencia por motivos
políticos, incluido el terrorismo. iii) Efectividad del gobierno: captura de las percepciones de la calidad de los servicios públicos, la calidad
del servicio civil y el grado de su independencia de las presiones políticas, la calidad de la formulación e implementación de políticas y
la credibilidad del compromiso del gobierno con tales políticas. iv) Calidad de la regulación: capta las percepciones de la capacidad del
gobierno para formular e implementar políticas y regulaciones sólidas que permitan y promuevan el desarrollo del sector privado. v) Esta-
do de derecho: captar las percepciones del grado en que los agentes tienen confianza y acatan las reglas de la sociedad, y en particular
la calidad del cumplimiento de los contratos, los derechos de propiedad, la policía y los tribunales, así como la probabilidad de crimen y
violencia. vi) Control de la corrupción: captura de las percepciones del grado en que el poder público se ejerce para beneficio privado,
incluidas las formas de corrupción tanto pequeñas como grandes, así como la “captura” del Estado por parte de las élites e intereses
privados.
23 Último año disponible en la serie.
Cuadro 3 Honduras: subíndices del Índice de Estado de derecho de World Justice Proyect (2015-
2021)
Fuente: Equipo del Informe de Desarrollo Humano Honduras con base en Equipo del Informe de Desarrollo Humano Honduras con base en
World Justice Project, “WJP Rule of Law Index”, https://www.worldjusticeproject.org/rule-of-law-index/
Otra aproximación a la situación del Estado de derecho en Honduras puede realizarse a través
de una de las categorías del Índice de Libertad Económica elaborado por Heritage Foundation.
Este índice mide la libertad económica en una escala de 0 a 100 (donde 0 denota la ausencia de
libertad económica y 100 una plena libertad), está compuesto por 12 factores se agrupan en cuatro
categorías: (a) Estado de derecho (derechos de propiedad, integridad gubernamental y efectividad
judicial); (b) tamaño del gobierno (carga fiscal, gasto fiscal y salud fiscal); (c) eficiencia regulatoria
(libertad de negocios, libertad laboral y libertad monetaria); y (d) apertura de mercados (libertad de
comercio, libertad de inversión y libertad financiera)25.
24 Al respecto puede consultarse Banco Mundial, “World Governance Indicators”, World Bank, s.f., https://databank.bancomundial.org/
id/71ec9e89?Report_Name=Eastern-Europe-World-Governance-Indicators
25 The Heritage Foundation, “2022 Index of Economic Freedom”, About The Index, https://www.heritage.org/index/about
30
25
20
Valor
15
10
2010
2020
1996
2005
2006
2009
2015
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2007
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50
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Valor
30
20
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35
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2014
2007
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2000
1/
Último año disponible en la serie.
Fuente: Equipo del Informe de Desarrollo Humano Honduras con base en World Bank, “World Governance Indicators”, s. f., http://info.world-
bank.org/governance/wgi/
El gráfico 20 ilustra la puntuación de Honduras comparada con el resto de los países de América
Latina y el Caribe, tanto en el índice general como en los factores directamente relacionados con el
Estado de derecho para 2021.
Chi le
Uruguay
Jamaica
Col ombia
Perú
Santa L ucía
San Vi cente y las Granadin as
Panamá
Méxi co
Barba dos
Bahamas
Costa Ri ca
Gu atemala
Paragu ay
Repú bl ica Domin ican a
El Salvador
Hondu ras
Tri nidad y Tobago
Bel ice
Ni caragu a
Brasil
Domi nica
Arge ntina
Ecu ador
Hai tí
Surina m
Bol ivia
Cuba
Ven ezue la
0 10 20 30 40 50 60 70 80
Valor
Derechos de propiedad
Chi le
Uruguay
Costa Ri ca
Santa L ucía
Jamaica
Col ombia
Brasil
Panamá
Méxi co
Perú
Barba dos
Tri nidad y Tobago
Repú bl ica Domin ican a Índice de
Domi nica
San Vi ncen te y las Gran adi nas Libertad
Bahamas
Arge ntina Económica
Hondu ras
Surina m 24.7
Gu atemala
Bel ice
28.1
Paragu ay
El Salvador
42.7
Ecu ador
Ni caragu a
46.4
Cuba
Bol ivia
50.8
Hai tí 52.4
Ven ezue la
0 10 20 30 40 50 52.7
60 70 80
Valor 53.0
53.4
Uruguay
Chi le
Costa Ri ca
Arge ntina
Domi nica
Barba dos
Col ombia
San Vi ncen te y las Gran adi nas
Cuba
Jamaica
Bahamas
Brasil
Santa L ucía
Méxi co
Panamá
Ecu ador
Surina m
Tri nidad y Tobago
Perú
Bel ice
Repú bl ica Domin ican a
El Salvador
Paragu ay
Gu atemala
Hondu ras
Bol ivia
Ni caragu a
Hai tí
Ven ezue la
0 10 20 30 40 50 60 70 80
Valor
Efectividad judicial
Chi le
Santa L ucía
Domi nica
Jamaica
Bel ice
Brasil
Hondu ras
El Salvador
Panamá
Ecu ador
Surina m
Hai tí
Cuba
0 10 20 30 40 50 60 70 80
Valor
Fuente: Equipo del Informe de Desarrollo Humano con base en The Heritage Foundation, 2021 Index of Economic Freedom, https://www.
heritage.org/index/download#
60
50
40
Valor
30
20
10
0
2010
2020
2019
2011
2015
2016
2012
2021
2008
2018
2013
2014
2007
2017
2006
2009
1/
Datos anteriores a 2006 no disponibles. En el caso del factor efectividad judicial, no se cuenta con datos anteriores a 2017.
Fuente: Equipo del Informe de Desarrollo Humano con base en The Heritage Foundation, “2022 Index of Economic Freedom,” Explore the
Data, https://www.heritage.org/index/explore?view=by-region-country-year&u=637873680506808731
26 La puntuación de este componente se obtiene al promediar las puntuaciones de los siguientes cinco subfactores: pagos irregulares y
sobornos, transparencia en la formulación de políticas gubernamentales, ausencia de corrupción, percepciones de corrupción y trans-
parencia gubernamental y de la administración pública (The Heritage Foundation, 2021 Index of Economic Freedom, 455, https://www.
heritage.org/index/pdf/2021/book/02_2021_IndexOfEconomicFreedom_METHODOLOGY.pdf).
27 La puntuación del componente de efectividad judicial se obtiene al promediar las puntuaciones de los siguientes tres subfactores, los
cuales se ponderan por igual: independencia judicial, calidad del proceso judicial y favoritismo en la obtención de decisiones judiciales
(The Heritage Foundation, 2021 Index, 454).
0.95
ARG CHL
0.85 URY
PAN BHS BRB CRI
TTO
Índice de Desarrollo Humano 2019
SLVGUY
NIC GTM
0.65 HND
0.55
HTI
0.45
0.2 0.3 0.4 0.5 0.6 0.7 0.8
Índice de Estado de derecho 2021
1/
Año 2021 o año más reciente disponible en la serie del World Justice Project.
Fuente: Equipo del Informe de Desarrollo Humano con información de World Justice Project y de la Oficina del Informe de Desarrollo Humano
2020
Para consolidar una democracia, se requiere de una serie de medidas legislativas, institucionales
y prácticas, con ciertos elementos que se vuelven esenciales para este sistema político (véase re-
cuadro 6).
La mayoría de los países que alrededor del planeta tenían gobiernos ejerciendo el poder de ma-
nera ilegítima, sin ser resultado de la elección ciudadana, iniciaron una tendencia diferente entre
los decenios de 1980 y 1990. Por primera vez en la historia de la humanidad, a fines del siglo XX, la
mayoría de los gobiernos era resultado de la elección popular.
Así se inició un proceso global de construcción democrática del que fueron parte avances como la
ampliación de libertades, el reconocimiento de derechos, la participación de la ciudadanía en la vida
pública, la beligerancia de los partidos políticos y el inicio de la descentralización del poder, con el
reconocimiento de la importancia de los gobiernos locales por su mayor cercanía a la población.
Al mismo tiempo que se inició el proceso de transición democrática, el Estado fue desplazado de
funciones económicas que venía cumpliendo. Se abandonó la construcción del Estado de bienestar
y, con él, las estrategias de desarrollo basadas en la planificación, la redistribución de recursos y la
modernización, como la reforma agraria.
La nueva propuesta económica que desplazó los temas del desarrollo tiene su epicentro en el
mercado, la cual sostiene que este —con sus relaciones de competencia, oferta y demanda— es
el mecanismo regulador más eficiente de la economía y la vida social. Los argumentos en favor de
la mayor eficiencia del mercado para distribuir la riqueza producida son muy diversos; proponen
28 En taller “Estado de derecho en América Latina”, de PNUD en Honduras, realizado el 5 de mayo de 2021.
29 Felipe González López, “La Democracia como concepto Sociopolítico”, (Perú, 2019) https://www.kas.de/c/document_library/get_
file?uuid=438bcf92-e508-f139-c503-e0e3e47a4741&groupId=252038
Después de muchos años de transición democrática, los diversos problemas económicos y políti-
cos que impactan sobre la vida de la población atravesada por desigualdades estructurales se han
agravado. En el planeta entero se ha producido un rápido y drástico incremento de las condiciones
de inequidad económica, y la brecha entre dos polos se ha profundizado: los extremadamente
ricos y los extremadamente pobres —como lo indican el informe mundial de desarrollo humano
de 2019 sobre las desigualdades del desarrollo humano30 y el informe mundial de 2020 sobre el
Antropoceno y el desarrollo humano31, así como el informe regional de 2021 sobre las trampas de la
alta desigualdad y crecimiento económico32—. La reseña 3 introduce el tema de la desigualdad y la
redistribución en una economía democrática; su propósito es mostrar la significancia de las percep-
ciones ciudadanas, moldeando su demanda por ingreso y su redistribución, muy pertinente por los
elevados niveles de desigualdad en varias regiones del mundo.
• Libertad de asociación.
• La celebración de elecciones periódicas, libres y justas por sufragio universal y por voto secreto
como expresión de la voluntad de la población.
• La separación de poderes.
30 PNUD, Informe sobre Desarrollo Humano 2019. Más allá del ingreso, más allá de los promedios, más allá del presente: Desigualdades
del desarrollo humano en el siglo XXI (Nueva York: Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, 2019).
31 PNUD, Informe sobre Desarrollo Humano 2020. La próxima frontera: El desarrollo humano y el Antropoceno (Nueva York: Programa de
las Naciones Unidas para el Desarrollo, 2020).
32 PNUD, Informe Regional de Desarrollo Humano 2021. Atrapados: Alta desigualdad y bajo crecimiento en América Latina y el Caribe
(Nueva York: Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, 2021), 130.
Los académicos han estudiado los vínculos entre la desigualdad y la demanda por redistribución
de la gente durante muchos años. Gran parte de la investigación se basa en los primeros modelos
teóricos1. Estos modelos proponen que, en una economía democrática de individuos interesados en
sí mismos, que buscan maximizar su consumo, donde el voto mayoritario determina las tasas impos-
itivas, “la tasa impositiva de equilibrio depende del grado de desigualdad (objetiva)”2.
Las pruebas empíricas de este modelo, sin embargo, arrojan resultados mixtos, que incluyen evi-
dencia contradictoria y no conclusiva3. Muchos investigadores han extendido y revisado este enfo-
que para tener en cuenta motivaciones alternativas detrás de las preferencias de la gente por redis-
tribución, como la historia individual, los valores culturales, el adoctrinamiento político, la estructura
familiar y las percepciones de justicia4. Un creciente cuerpo de trabajo empírico desafía aún más
este enfoque considerando las percepciones de la desigualdad como un factor que influye en la
demanda por redistribución de la gente.
En una amplia gama de países, muchos estudios han encontrado evidencia que sugiere que la
demanda por redistribución está estrechamente relacionada con el grado de desigualdad que las
personas perciben en su sociedad, a menudo mucho más que con el grado de desigualdad de su
sociedad según medidas objetivas5. Más concretamente, Page y Goldstein (2016) encuentran que la
gente que sobrestima el nivel de ingresos de las personas más pobres tiende a mostrar un menor
apoyo a la redistribución. Windsteiger (2017) también encuentra que la segregación de la sociedad
con base en el ingreso tiene un efecto negativo mitigador de la demanda por redistribución a través
de su impacto en las percepciones de desigualdad.
Datos experimentales también muestran evidencia del vínculo entre las percepciones de desigual-
dad y la demanda por redistribución. Varias investigaciones han estudiado el impacto de la infor-
mación sobre las preferencias por redistribución. Han encontrado que cuando las percepciones in-
correctas de la gente sobre su ubicación en la distribución del ingreso se actualizan con información
correcta, esto cambia de manera significativa sus preferencias por redistribución. Brown-Iannuzzi
et ál. (2015) encuentran evidencia correlacional y experimental de que las percepciones acerca del
lugar que las personas creen que ocupan en la distribución del ingreso pueden provocar cambios
en las preferencias políticas en materia de redistribución. Cruces, Pérez-Truglia y Tetaz (2013) en-
cuentran que, en Argentina, las personas que se enteran de que son relativamente más pobres de
lo que pensaban tienden a exigir una mayor redistribución. Karadja, Mollerstrom y Seim (2017) en-
cuentran que, en Suecia, las personas que se enteran de que son relativamente más ricas de lo que
pensaban tienden a exigir una menor redistribución. Fernández-Albertos y Kuo (2018) hallan que, en
España, las personas que se enteran de que son relativamente más pobres de lo que pensaban y
las personas que se enteran de que están en el quintil más bajo de la distribución tienden a aumen-
tar su apoyo a la progresividad en los impuestos. En contraste, Hoy y Mager (2019) encuentran en
un ejercicio entre países que las personas que se enteran de que son relativamente más pobres de
lo que pensaban apoyan menos la redistribución. Los autores argumentan que esto es impulsado
por un efecto de “punto de referencia”, en el que las personas utilizan “su nivel de vida como ‘punto
de referencia’ para lo que consideran aceptable para los demás”.
3 Lind (2005).
5 Kuhn (2009); Niehues (2014); Tay (2015); Page y Goldstein (2016); Gründler y Köllner (2017); Gimpelson y Treisman (2018); Kim et al. (2018);
Bussolo et al. (2019); Bobzien (2020); Choi (2019).
Fuente: Tomado de PNUD. Informe Regional de Desarrollo Humano 2021. Atrapados: Alta desigualdad y bajo crecimiento en América Latina
y el Caribe (Nueva York: Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, 2021).
1.0
0.8
0.6
Valor
0.4
0.2
0.0
2017
2010
2020
2005
2006
2009
2015
2016
2019
2002
2012
2008
2018
2001
2011
2021
2003
2004
2013
2014
2007
2000
Fuente: Equipo del Informe de Desarrollo Humano con base en Varieties of Democracy, The V-Dem Dataset, 2022, https://www.v-dem.net/
vdemds.html
Como muestra el gráfico anterior en Honduras, la democracia —medida a través del IDL— ha tendi-
do al deterioro a lo largo del período 2000-2020 (intensificándose en la segunda mitad del período
analizado). En 2021, se revirtió la tendencia a la baja, predominante en las dos décadas anteriores;
sin embargo, Honduras continúa por debajo del promedio centroamericano.
En el Estado de derecho la condición básica es que exista un ordenamiento jurídico que se oriente
al bien de la sociedad y que se materialice en instituciones y políticas públicas a través de las cuales
se ejerce el gobierno.
Por su parte, el Estado democrático se caracteriza por buscar y mantener la legitimidad o aproba-
ción mayoritaria de la ciudadanía al ejercer el poder. El fundamento de la democracia es la repre-
sentación ciudadana, esto es, el poder delegado por la gente en sus representantes. La democracia
existe como el marco o espacio en que los distintos sujetos políticos actúan a partir del interés
general de la sociedad y las aspiraciones ciudadanas. En este marco, el ejercicio democrático del
poder es el que se sucede en forma ampliamente consensuada, respetuosa de las diferencias,
tolerante y, a la vez, centrada en el pluralismo, el debate racional y la legitimidad de las decisiones.
En el contexto político de la primera parte del siglo XXI, ha surgido con gran vigor en el plano inter-
nacional, y de manera especial en los países que iniciaron su transición democrática a fines del siglo
XX, un consenso cada vez más orientado al fortalecimiento del Estado de derecho. Tanto desde
diferentes sectores políticos, como desde la academia, la ciudadanía y la comunidad internacional
están cada vez más presentes en la demanda por construir o fortalecer el Estado de derecho. Esta
unanimidad se asienta en la convicción generalizada de que este tipo de Estado abre los espacios
a la democracia y a la mejora social.
En tal panorama, se plantea la necesaria ruptura con la práctica de Estados que mantienen distancia
del Estado de derecho, pero, a la vez, pretenden proyectar una perspectiva de respeto a esta forma
de organización. Estos se caracterizan por contar con un marco normativo o estructura de leyes en
las cuales fundan su acción. Sin embargo, el tal es menos proclive al interés general de la sociedad
y más adaptado a los intereses y requerimientos de la elite.
Cuando un gobierno controla los poderes legislativo, judicial y electoral, y cuando no hay oposición
política, ese régimen político erosiona el Estado de derecho y la democracia, transformándose en
un gobierno autoritario. En un Estado de este tipo, el régimen básico de libertades individuales,
Los datos con base en la encuesta de Latinobarómetro 202042 reflejan que para la población hon-
dureña el poder reside en el gobierno, que se ha convertido en la institución más poderosa de la
sociedad, percepción que supera en nueve puntos porcentuales al promedio de la región (véase
gráfico 24).
Gráfico 24 Proporción de encuestados que creen que el gobierno es el grupo más poderoso
(2020)
70
60
50
40
Porcentaje
30
20
10
0
NIC VEN MEX HND BOL ECU LA CO L DOM CTR PAN GTM URY PRY PER BRA SLV CHL
Fuente: Equipo del Informe de Desarrollo Humano Honduras con base en Corporación Latinobarómetro, Informe 2021: Adiós a Macondo
(Santiago, Chile: 2021), http://www.latinobarometro.org/lat.jsp
En síntesis, en este tipo de Estado, se niega en los hechos el enunciado que Hannah Arendt identifi-
có como “el doble carácter de igualdad y distinción”43, que es parte de las condiciones en las cuales
todas las personas son, de manera simultánea, sujetos políticos individuales y, a la vez, miembros
de un colectivo que eleva a cada quien a la doble condición de seres sociales que actúan en coor-
dinación, e individuos irrepetibles que pueden disentir y, en efecto, disienten y crean nuevas ideas,
nuevos proyectos y nuevas estructuras.
41 El término “espacio cívico” hace referencia a las circunstancias reales en las que tiene lugar la participación cívica en una determinada
sociedad en un momento dado. Las características del espacio cívico determinan de manera muy práctica el tamaño, la forma y las
modalidades operativas del escenario de la sociedad civil en un determinado contexto, incluida la medida en que un entorno operativo
puede considerarse “propicio” para una serie de actores de la sociedad civil (PNUD, Marcos jurídicos que regulan el espacio cívico.
Guía básica, 2021 (Nueva York: Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo), 2, https://www.undp.org/sites/g/files/zskgke326/
files/2021-12/PNUD-ICNL-Marcos-Jur%C3%ADdicos-Espacio-C%C3%ADvico-Gu%C3%ADa-B%C3%A1sica-SP.pdf).
42 Corporación Latinobarómetro, Informe 2021
43 Hannah Arendt, La Condición Humana (Barcelona: Paidós, 1988).
Al estar centrado en las libertades, el desarrollo humano necesita que todas las personas tengan
acceso a un conjunto de condiciones básicas, entre las que destacan el reconocimiento y el respeto
activo a los derechos humanos de todos, un marco normativo y una arquitectura institucional sólida,
estable, transparente, eficiente y con respuestas de calidad.
La fortaleza del Estado de derecho es variable. Va desde algunos muy débiles hasta otros fortale-
cidos en un alto grado. En estos últimos, la ciudadanía goza de un nivel aceptable de libertades,
derechos, garantías y condiciones dignas de vida, y el Estado tiene también un grado admisible de
legitimidad.
La tendencia deseable es hacia el fortalecimiento del Estado de derecho. Pasar de Estados de dere-
cho débiles a fuertes es favorecer las perspectivas de libertad y desarrollo de los pueblos. Un factor
estructural y decisivo es la existencia de una cultura política44 ciudadana arraigada en la mayoría de
la población y, como parte de aquella, una cultura de legalidad45.
Estas son condiciones no siempre aceptadas o reconocidas, pero no por ello menos esenciales
para edificar un Estado de derecho pleno.
44 La cultura política o cívica es el conjunto de conocimientos, creencias, emociones y afectos de parte de la ciudadanía hacia el sistema
político o sus partes. No es un bloque monolítico. Muestra actitudes diversas y plurales, con prevalencia de algunas con respecto a otras.
Funciona como una especie de cemento que conjunta y unifica actitudes colectivas hacia diferentes partes del fenómeno político, y
genera elementos de identidad. La cultura política tiene a su base componentes cognitivos, afectivos y evaluativos sobre el todo o las
partes del sistema político, el Estado, sus componentes administrativos y los liderazgos.
45 Uno de sus componentes directamente relacionado al Estado de derecho es la cultura de legalidad, que se entiende como un conjunto
de valores, normas, percepciones y actitudes que el individuo tiene hacia las leyes y las instituciones que las ejecutan. Es un elemento
de elevada importancia para la estabilidad del sistema social e implica un considerable nivel de simpatía con el Estado de derecho. Su
componente mayor es la convicción individual y colectiva de que cada persona es responsable de construir y mantener el Estado de
derecho como estructura de gobierno de su país, a través del respeto a las normas.
46 PNUD, Fortalecimiento de la Cohesión Social. Marco conceptual e implicaciones para la programación (New York, United Nations
Development Programme, 2020), 16-17, https://www.undp.org/sites/g/files/zskgke326/files/publications/undp-cb_social_cohesion_guid-
ance--conceptual_framing_and_programming_SP.pdf. Cabe resaltar que no existe una definición unica de cohesión social, sin embargo,
para efectos del informe, se utilizará la definición antes descrita.
47 Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), Cohesión social: Inclusión y sentido de pertenencia en América Latina y
el Caribe (Santiago de Chile: Naciones Unidas, 2007), 17, https://www.cepal.org/es/publicaciones/2812-cohesion-social-inclusion-senti-
do-pertenencia-america-latina-caribe
El sistema político
En un Estado de derecho, el sistema político está integrado por un conjunto de principios, normas,
estructuras y mecanismos de funcionamiento que hacen posible gobernar en condiciones de con-
trol del poder del Estado, para orientarlo hacia la legítima representación popular y la protección de
la ciudadanía. Los componentes del sistema político que constituyen precondiciones para que surja
y se fortalezca el Estado de derecho son: pleno imperio de la ley, respeto a la soberanía popular,
equilibrio entre los poderes del Estado, buena calidad de la institucionalidad pública y limitada in-
fluencia del circuito extrainstitucional de poder sobre los gobiernos.
El sistema político puede definirse como un conjunto de interacciones políticas. Lo que distingue
a las interacciones políticas del resto de interacciones sociales es que se orientan hacia la asigna-
ción autoritaria de valores a una sociedad48. También puede señalarse que es un conjunto formado
por unas determinadas instituciones políticas, que tienen unas determinadas expresiones formales
identificables en el régimen jurídico, en relación con un cierto nivel de participación que se mani-
fiesta en conductas observables empíricamente y referidas al ejercicio de poder político por medio
de las instituciones y los actos del gobierno49.
El funcionamiento del sistema político durante la transición ha sido irregular. El pleno imperio de la
ley no ha sido una constante. Tampoco lo han sido el respeto a la soberanía popular, el equilibrio
entre los poderes del Estado y la eficacia de la institucionalidad pública.
Es el espacio en el que se crean las condiciones para que la ciudadanía se constituya en el sujeto
político más importante, abriendo con ello los espacios para la democracia. De ahí se infiere que el
Estado de derecho es condición necesaria para la democracia, de manera que, si aquel no existe o
se encuentra debilitado, esta no puede florecer.
En el período analizado (2000-2021), los partidos políticos de Honduras muestran escasas contribu-
ciones al fortalecimiento del Estado de derecho, al desempeñarse de manera poco eficaz en cada
una de las áreas indicadas.
48 Ángel Gustavo López Montiel, “Las teorías de sistemas en el estudio de la cultura política”, Política y cultura no. 29 (enero, 2008).
49 Roberto García Jurado, “La teoría democrática de Huntington”, Política y cultura no. 19 (2003).
Una estrecha idea sobre el Estado de derecho. Predomina una tendencia a pensar que la sola ex-
istencia de un marco normativo compuesto por la Constitución de la República y las leyes es condi-
ción suficiente para que se tenga un Estado de derecho. En este orden de ideas, es factible pensar
que Honduras es un Estado de derecho porque se cuenta con una Constitución de la República y un
conjunto de leyes vigentes. A la base de esta perspectiva se asientan profundos desconocimientos.
Se desconoce qué es el Estado de derecho, cuál es su razón de ser, cuáles son sus características
y funciones, cómo se construye y cómo puede fortalecerse o debilitarse por la acción de políticos y
gobernantes. Se pierde de vista que es parte de un proceso histórico dentro del cual se gesta y del
que recibe sus características propias. También se ignoran las consecuencias que tiene, en la vida
pública de los ciudadanos y ciudadanas, y en los espacios de la vida privada de cada uno, el hecho
de contar con un Estado de derecho fortalecido o con uno que se debilita progresivamente.
Los desconocimientos propios de este enfoque contribuyen a que la ciudadanía esté poco cons-
ciente de la importancia del Estado de derecho y no lo valore en su justa medida. No se le considera
un bien público que beneficia a toda la sociedad y que, por ello, sea necesario defenderlo y fortale-
cerlo. De la inconsciencia sobre su importancia se desprende una actitud de indiferencia. Superarla
es un desafío esencial.
La sujeción del Estado a la ley no es plena. En Honduras, el Estado no siempre norma sus acciones
por el derecho. En unas situaciones sí lo hace; en otras, no. Esto puede interpretarse como una
práctica a conveniencia de intereses de las elites políticas y económicas que deciden cuándo y en
qué respetar el ordenamiento jurídico, y cuándo no hacerlo.
Esta situación es evidente en cuanto al respeto de las normas constitucionales. Las acciones de
irrespeto a la Constitución de la República con más graves consecuencias son aquellas en que
se decide el futuro del poder político. La continuidad o la interrupción del ejercicio del poder co-
rresponden al interés de caudillos, y se ejecutan por vías distintas e incluso contrarias al precepto
constitucional.
Una constante de los actos en que un gobierno es llevado a proceder en contradicción con lo
dispuesto en la Constitución de la República y las leyes es el predominio de uno de los poderes
del Estado sobre los demás, a los que arrastra a prácticas de ilegalidad. La imposición de quien
preside un poder del Estado sobre los otros poderes es entonces condición necesaria para que se
produzcan violaciones constitucionales y legislativas, lo que deteriora el Estado de derecho50. En la
historia de Honduras, ha sido el Poder Ejecutivo, a través del presidente de la república, el que, en
la mayoría de los casos, se impone sobre los poderes Legislativo y Judicial, y los ha sometido a su
voluntad política.
50 En Honduras, una de las áreas en materia de Estado de derecho que ha sufrido mayor deterioro es la que el World Justice Project de-
nomina “restricciones sobre el poder del gobierno”; este subíndice mide si el poder se distribuye de tal manera que ningún órgano de
gobierno tenga la capacidad de ejercer un poder no controlado. En Honduras este subíndice se redujo de forma continua, pasando de
0.45 en 2015 (último año metodológicamente comparable) a 0.34 en 2020, muy por debajo del promedio de América Latina y el Caribe
(0.536), ubicándose como el segundo país de Centroamérica con menor puntaje. Ver World Justice Project, Reasearch and Data, https://
worldjusticeproject.org/our-work/wjp-rule-law-index
El personalismo político en América Latina es un fenómeno ampliamente estudiado, que forma parte
de la cultura política latinoamericana51.
Analizar el tipo de liderazgo político es relevante porque es “un elemento que garantiza el éxito
en el desempeño adecuado de la política, la gobernabilidad y la legitimidad del sistema y en la
satisfacción de los conflictos y demandas de los ciudadanos”52. Aunque desde la perspectiva de la
gobernabilidad democrática, el liderazgo se refiere a funciones y procesos; como menciona Joan
Prats, la historia particular de una sociedad acaba siendo moldeada por el número y la calidad de
las personas que se deciden a ponerse al frente del proceso de cambio53. En adición, para Joan
Prats54, la gobernabilidad democrática no hace referencia “a los atributos de un régimen democráti-
co”, sino que se trata de una “estrategia de construcción de capacidades”, las cuales “dependen de
la interrelación entre el sistema institucional existente, de las capacidades de los actores políticos y
sociales presentes y de la cantidad y calidad del liderazgo transformacional disponible”. Un aporte
del Informe de Desarrollo Humano 2022 es la introducción, en el capítulo 5, del liderazgo multi-
dimensional que se basa en el liderazgo transformacional, necesario para perfilar un Estado con
capacidades multidimensionales.
En ese sentido, como menciona Belén Blázquez55, la existencia de un liderazgo político innovador,
transformador y dotado de legitimidad en América Latina, así como su interiorización dentro de la
cultura política de cada uno de estos países, es un elemento no solo necesario, sino indispensable
para la consolidación de la gobernabilidad democrática en el continente. Sin embargo, como men-
ciona Florencia Ferreira de Cassone, en América Latina, a través de diferentes etapas históricas, ha
predominado el liderazgo personal definido como caudillismo56, antítesis del liderazgo transforma-
dor y práctica propia del sistema patriarcal.
51 José Manuel Rivas Otero, Liderazgo político y gobernabilidad en América Latina: una aproximación teórica y metodológica, en XV Encuen-
tro de Latinoamericanistas Españoles (Madrid, España: HAL open science: 2012), https://halshs.archives-ouvertes.fr/halshs-00874102/
document. A este respecto también puede consultarse Florencia Ferreira de Cassone, Líderes y caudillos en la historia de América
(México: Universidad Nacional de Cuyo, 1993); Peter Smith, “Political Legitimacy in Spanish America”, New Approaches to Latin American
history, coords. Richard Graham y Peter H. Smith (University of Texas, 1974), 225. Pedro Castro, “El caudillismo en América Latina, ayer y
hoy”. Política y cultura, 2007, entre otros.
52 Lya Fernández de Mantilla, “Características del liderazgo político en Santander-Colombia: 1998-2002”, Reflexión política, junio de 2007,
173, https://revistas.unab.edu.co/index.php/reflexion/article/view/595/572
53 Joan Prats, ¿Quién se pondrá al frente?
54 Joan Prats, Gobernabilidad democrática en la América Latina finisecular: Instituciones, gobiernos y liderazgos, citada en José Manuel
Rivas Otero, “Liderazgo político y gobernabilidad en América Latina: una aproximación teórica y metodológica”, en XV Encuentro de
Latinoamericanistas Españoles, (HAL: 2012).
55 Belén Blázquez, “Liderazgo político y gobernabilidad: Cuestiones abiertas, futuro incierto.”, en VII Congreso Internacional del CLAD
sobre la Reforma del Estado y de la Administración Pública, Octubre 2002, citado en José Manuel Rivas Otero, Liderazgo político.
56 Florencia Ferreira de Cassone, Líderes y caudillos en la historia de América (México: Universidad Nacional de Cuyo, 1993), 11.
Es bajo esa visión y concepto que se plantean elementos centrales para entender apropiadamente
el caudillismo. En Honduras, diversos autores y académicos hondureños han estudiado y aportado
al entendimiento del proceso del caudillismo en el país como un elemento clave en la dinámica
política, social y económica del país. Entre ellos, Rodolfo Pastor Fasquelle59, con sus ensayos en
torno al cacicazgo que se nutre también de elementos del caudillismo; Rocío Tábora60, que plantea
persistencias en la cultura política hondureña relativas al caudillismo; Ramón Romero61, que enfatiza
el tema del caudillismo en el sistema político hondureño y en el sistema de justicia; Darío Eura-
que62, que plantea el caudillismo y el mestizaje como fenómenos culturales y que dan identidad al
hondureño; Mario Posas63, que analiza el Estado nación y cómo el caudillismo ha moldeado a las
élites hondureñas; y el propio PNUD, que en el Informe sobre Desarrollo Humano de Honduras 2011
plantea la inequidad política, el caudillismo y la falta de democracia.
Por ello, en este informe 2022, la tesis es que el caudillismo reviste de nuevos ropajes, bajo la
modernidad, pero sigue latente incluso en los años del retorno a la democracia en 1982.
El caudillo es, entonces, un líder político autoritario en quien se combinan cualidades carismáticas
y ejecutorias represivas que le hacen ser temido y obedecido. Algunos sectores de la población
depositan su confianza en él y llegan a elevarlo a la condición de figura salvadora. Quienes así lo
perciben se apegan de manera incondicional a su conducción y mandatos, sin importar los grados
de arbitrariedad con que este ejerza el poder.
Este fenómeno ha sido frecuente en América Latina desde los orígenes de la vida republicana hasta
el presente. En la actualidad, la mayor o menor influencia de los caudillos en un país indica el grado
de debilidad o fortaleza que tienen la institucionalidad, el Estado de derecho y la gobernabilidad
democrática, en una relación inversamente proporcional: a mayor presencia e influencia de los cau-
dillos, menos institucionalidad, más débil Estado de derecho y más limitada democracia.
Los gobiernos no caudillistas han sido la excepción y no la norma en Honduras, a través de su his-
toria republicana. La constante han sido los gobiernos autoritarios ejercidos por caudillos y elites
que ejercen el poder de manera arbitraria, fuera del control de las leyes. Estos gobiernos tienen su
rumbo en el interés y la voluntad del caudillo y su elite, que ejerce el poder en forma vertical y se
De la práctica de los caudillos se puede inferir un conjunto de elementos comunes, por mencionar
algunos:
a. Existe una minoría superior, de la que son parte, llamada a gobernar sobre las mayorías.
c. La realidad no puede mejorarse y no es responsabilidad suya gobernar para que las cosas sean
diferentes.
d. Es conveniente hacer sentir a los gobernados que se hace lo mejor posible por ellos.
g. Tener a su favor a los medios de comunicación es decisivo para ejercer control sobre las opinio-
nes y actitudes de las y los gobernados.
h. La mentira es necesaria para gobernar; una mentira repetida con insistencia termina por ser
aceptada como verdad por gobernados.
m. La crítica es destructiva del principio de autoridad, y por ello no puede aceptarse; debe ser
evitada por cualquier medio.
La presencia o ausencia de estas convicciones en el ejercicio del poder opera como indicador del
carácter, ya sea autoritario o bien democrático del gobierno.
Bajo este ropaje formal se oculta un hecho decisivo: el haber vaciado de contenido al derecho y
la representación del pueblo. Ambos han sido despojados de sus potestades y capacidades para
El resultado del autoritarismo caudillista es que el Estado, en doscientos años de vida republicana,
ha obstaculizado la consolidación plena del Estado de derecho64.
La percepción ciudadana, medida a través del índice de apoyo al sistema político —que mide la
confianza promedio de la población hacia diferentes instituciones gubernamentales— ha mostrado
variaciones negativas (reducciones) y positivas (incrementos) importantes en las dos últimas déca-
das. Estas se miden en una escala de 0 a 100, donde 0 corresponde a la actitud más débil y 100, a
la más fuerte hacia el sistema político. Para Honduras, el único momento en que se prolonga una
variación es entre 2014 y 2018, donde se presentan dos reducciones consecutivas de 17.5 %65 (entre
los subperiodos 2014-2016 y 2016-2018), como se observa en el gráfico 25. Esto refleja no solo un
posicionamiento más débil hacia el apoyo del sistema político actual, sino también una pérdida en
la confianza hacia los tres poderes del Estado, la Policía Nacional, las Fuerzas Armadas y las institu-
ciones encargadas de la democracia.
70
60
50
40
Promedio
30
20
10
0
2004 2006 2008 2010 2012 2014 2016 2018
64 El análisis histórico sobre el Estado de derecho en Honduras evidencia que, desde 1821, el país no ha logrado consolidar y construir un
Estado de derecho pleno, sólido y sustentable. Recién hasta 1982, se inició el proceso democrático y de manera muy formal, que se
vio cortado con el golpe de Estado del 2009. La historia del país ha sido una historia llena de guerras civiles, de golpes de Estado, de
nuevas Constituciones y de gobiernos de facto. Al respecto pueden consultarse: Julieta Castellanos. Honduras. Persistencia y cambios
en la cultura política 1980-2020 (Tegucigalpa: UNAH, 2020); Julieta Castellanos y Salvador Romero, Encrucijada de las democracias
en Honduras y Centroamérica (Tegucigalpa: UNAH, 2019); Ethel García Bouchard. Prácticas electorales y cultura política en Honduras
durante el siglo XIX (Tegucigalpa: Guaymuras, 2017); Darío Euraque, Estado, Poder, Nacionalidad y raza en la historia de Honduras.
Ensayos (Tegucigalpa: Ediciones Subirana, 1996); Mario Posas y Rafael del Cid, La construcción del estado hondureño y el sector público
(Tegucigalpa: 1996); Andre-Marcel Dans, Honduras, emergencia difícil de una nación, de un estado (París: 1997).
65 El valor de 17.5 % de reducción se muestra entre la comparación del valor de 2018 frente al de 2014, calculado a través de una tasa de
variación relativa (no se utiliza la variación absoluta porque el indicador está en términos promedio o de números índice). Entonces, las
reducciones consecutivas en este indicador sugieren que la confianza ha disminuido en el agregado de los componentes que pretende
medir este índice: confianza en el presidente, el Congreso Nacional (CN), los tribunales de justicia, las Fuerzas Armadas, la Policía Na-
cional, las municipalidades, los medios de comunicación y las elecciones. Sin embargo, vale la pena ver componente a componente. El
cuestionario de LAPOP ofrece una escala de 1 a 7 para medir la confianza en estas instituciones (1: nada de confianza; 7: mucha confian-
za). Para medir el porcentaje de población que desconfía en estos aspectos, al ubicarse entre los valores 1 y 3 de la encuesta (valores más
bajos implican menor confianza), se constata una variación positiva (mayor desconfianza) en el porcentaje de población que seleccionó
estas opciones entre 2014 y 2018.
En Honduras persisten prácticas de ejercicio del poder tradicionales. La tradición autoritaria y caudi-
llista en la política y en el ejercicio del poder se ha prolongado en gobiernos resultantes de eleccio-
nes generales. En el marco de la transición democrática, partidos políticos y diputados del Congreso
Nacional, junto con presidentes de la república y funcionarios de gobierno reproducen muchas
prácticas autoritarias del pasado66.
Los sistemas autoritarios tienden a la reducción del espacio cívico y el acceso a la información,
limitando la participación inclusiva. Asimismo, las prácticas institucionales autoritarias impactan de
manera negativa en las normas sociales: el riesgo de naturalizar como sociedades el uso de la vio-
lencia como mecanismo de negociación entre actores políticos y sociales influyendo negativamente
en la cultura de la legalidad.
Las opiniones de los ciudadanos, documentadas en encuestas de opinión, muestran que las insti-
tuciones y los procesos democráticos muestran signos de tensión (véase recuadro 7). Para ganar la
confianza de los ciudadanos en las instituciones y los procesos democráticos es necesario garanti-
zar una esfera pública inclusiva que les permita expresarse sobre las cuestiones que les afectan67.
Los partidos políticos se caracterizan por una debilidad institucional fundamentada en responder
a los procesos electorales más que a una visión política moderna e integral, precisamente estos
institutos son una expresión de la sociedad hondureña que se han nutrido de prácticas tradiciona-
les reproducidas a lo largo de la historia. Entre esas características, como lo muestra la Red por la
Equidad Democrática en Honduras, se encuentran el clientelismo político y la impunidad. Por ello,
los partidos políticos tradicionales son cooptados.
La cooptación de partidos políticos o sus facciones para obtener apoyo a iniciativas es un proble-
ma de la sociedad hondureña. Este es un medio para acrecentar el poder político de gobernantes
autoritarios y sus elites de apoyo.
66 Al respecto puede consultarse Julieta Castellanos, Honduras. persistencia y cambios en la cultura política
1980-2020 (Tegucigalpa: UNAH, 2020), www.iudpas.unah.edu.hn
67 Sarah Lister y Emanuele Sapienza, “En defensa del espacio cívico”, Promover una esfera pública adecua-
da al mundo actual, PNUD, 6 de diciembre de 2021, https://www.undp.org/es/blog/en-defensa-del-espa-
cio-c%C3%ADvico
a. Entre 1996 y 2020, el apoyo a la democracia disminuyó. Su punto máximo fue de 70 en 2000,
y su mínimo, de 30 en 20201. También, de acuerdo con Latinobarómetro, la proporción de en-
cuestados a los cuales les es indiferente si el régimen es o no democrático se incrementó entre
2000-20202. Como menciona el Informe Latinobarómetro 2021, la indiferencia es parte sustan-
tiva de la decepción por el mal funcionamiento de la democracia3.
c. El 76 % de la población cree que el país está gobernado por unos cuantos grupos poderosos
que ejercen el poder en beneficio propio5.
e. Honduras es el segundo país de la región latinoamericana con más alta confianza en la iglesia:
74 % en 20207.
h. Honduras es el país con menos confianza en su institución electoral, que cuenta con el 13 % de
aprobación, por debajo del promedio de Latinoamérica, que es de 31 %10.
j. Entre 2012 y 2021 el porcentaje de población que considera que el país se encuentra en un
camino equivocado ha oscilado entre el 60% y 80%. En el contexto subregional de Centro Amé-
rica, a junio de 2021, Honduras presentó el mayor porcentaje12.
1
Corporación Latinobarómetro, Honduras: Documentos de resultados, 1996-2020. (Tegucigalpa: 2020). https://www.latinobarometro.org/lat-
Contents.jsp
2
Corporación Latinobarómetro, Informes anuales 2000-2020, Resultados por Sexo y Edad, Estudio nº LAT-2000 (Chile: 2000-2020). https://
www.latinobarometro.org/latContents.jsp
3
Corporación Latinobarómetro, Informe 2021: Adiós a Macondo (Chile: 2021), 26.
4
Julieta Castellanos, Honduras: persistencia y cambios en la cultura política 1980-2020 (Tegucigalpa, UNAH: 2020), 21.
5
Corporación Latinobarómetro, Latinobarómetro 2020: Honduras. Estudio nº LAT-2020 (Chile: 2020).
6
Corporación Latinobarómetro, Latinobarómetro 2020, 44.
7
Corporación Latinobarómetro, Informe 2021, 65.
8
Corporación Latinobarómetro, Informe 2021, 70.
9
Corporación Latinobarómetro, Informe 2021, 70.
10
Corporación Latinobarómetro, Informe 2021, 68.
11
Corporación Latinobarómetro, Informe 2021, 69.
12
CID Gallup, Estudio de Opinión Pública (Honduras: 2021).
Fuente: Equipo del Informe de Desarrollo Humano Honduras con base en fuentes citadas
La cooptación vulnera la autonomía de los partidos políticos, que reducen su radio crítico y lo trans-
forman en aceptación y apoyo de las pretensiones del gobernante. Sin embargo, este fenómeno
no solo ocurre con fuerzas políticas contrarias al sector oficialista. También se da dentro del mismo
partido de gobierno.
También las prácticas de cooptación de fuerzas o grupos políticos favorecen el sistema clientelar
dentro de los diferentes partidos y fuerzas cooptadas, pues los beneficios indebidos de la coopta-
ción bajan hasta los niveles de base de la clientela política, que tienen acceso a puestos de trabajo
de limitada jerarquía, aprobación de proyectos y entrega de beneficios directos, entre otros.
Otra práctica política cercana a la cooptación, y en ocasiones posibilitada por esta, es la influencia
decisiva y abusiva de uno de los poderes del Estado sobre instituciones públicas y no gubernamen-
tales.
De hecho, el golpe de Estado del 28 de junio demuestra que en Honduras la democracia con-
tinúa manteniendo un orden político-institucional, con un sistema de partidos políticos en el
que tienen un gran peso los privilegios y turno en el ejercicio de un poder discrecional y hasta
arbitrario, y no ha transitado hacia un orden con una sociedad civil no tutelada y condiciones
que permitan la organización y expresión pública de todos los ciudadanos, más fundada en la
competencia y el mérito, que en el clientelismo y el patrimonialismo69.
En la última década, Honduras ha experimentado mayores niveles de imposición del Poder Ejecu-
tivo sobre las instituciones públicas, provocándose con ello una erosión sistemática del sistema de
pesos y contrapesos, además de ser el impulsor real de las agendas legislativas y judiciales70.
Este mecanismo de cooptación está condensando, por una parte, en el modelo bipartidista que
estuvo vigente hasta el golpe de Estado de 2009. El sistema de partidos políticos estuvo encarnado
en dos partidos tradicionales: el Partido Liberal de Honduras (PLH) y el Partido Nacional de Hondu-
ras (PNH), que se han rotado el poder desde su fundación en el ocaso del siglo XIX y en los albores
del siglo XX, con excepción de los gobiernos militares. Esta correlación de fuerzas y tensiones de
poder se con el golpe de Estado, que fragmentó al PLH y consolidó al PNH como una fuerza política
dominante en los últimos procesos electorales (2009, 2013, 2017), hasta el triunfo del Partido Libre
(Alianza) en las elecciones de 2021.
68 Esteban Valenzuela Van Treek y Paolo Yévenes Arévalo, “Aproximación al concepto de cooptación política: la maquinaria presocrática y
sus formas”, Polis. Revista Latinoamericana 40 (2015).
69 Comisión de la Verdad y la Reconciliación (CVR), Informe de la Comisión de la Verdad y la Reconciliación. Para que los hechos no se
repitan. Hallazgos y recomendaciones (San José: Editorama, 2011).
70 Peter J. Meyer, “Honduras: Background and U.S. Relations.” CRS Report (Washington DC.: Congressional Research Service, April 17,
2020).
La crisis política de 2009 confirmó el agotamiento no solo de un sistema basado en los consensos
entre las elites políticas, sino también del bipartidismo, y puso de manifiesto que los partidos no
han cumplido con su función de agregación de intereses y demandas de la sociedad hondureña72.
En este sentido, se comprende que existían componentes establecidos para concretar acuerdos
entre los dos partidos tradicionales, por un lado, para favorecer a las elites y, por otro, para conceder
ciertas reformas sociales a los sectores más desposeídos, y cómo el sistema bipartidista se carac-
terizó porque había mayorías no divididas. Los partidos Liberal y Nacional mantenían tendencias
centralistas, y el modelo presidencialista reducía las diferencias ideológicas73.
71 Sergio Fernando Bahr, “Honduras: el bipartidismo y el péndulo”, Nueva Sociedad (Diciembre 2017).
72 Patricia Otero-Felipe, “El sistema de partidos de Honduras tras la crisis política de 2009. ¿El fin del bipartidismo?”, Colombia Internacional
79 (Septiembre 2013), https://doi.org/10.7440/colombiaint79.2013.09
73 Rolando Sierra Fonseca, “Honduras: Del Golpe de Estado de 2009 a la crisis continuada”, Análisis Carolina 16 (2019).
República Dominicana
El Salvador
Nicaragua
Honduras
Guatemala
Venezuela
Ecuador
Bolivia
Brasil
Paraguay
Panamá
LA
México
Colombia
Perú
Costa Rica
Uruguay
Chile
0 20 40 60 80
Porcentaje
Fuente: Equipo del Informe de Desarrollo Humano Honduras con base en Corporación Latinobarómetro, Informe 2021
En cuanto a la participación plena y efectiva de las mujeres en la toma de decisiones, Honduras en-
frenta grandes desafíos, como muestra el Índice de Paridad Política (IPP) del proyecto “ATENEA - Me-
canismo de Aceleración de la Participación Política de las Mujeres”74, que permite medir y comparar
el ejercicio real de los derechos políticos de las mujeres y las condiciones mínimas necesarias para
su ejercicio y desempeño en un país, a través de las ocho dimensiones75 descritas en el cuadro 4.
74 ATENEA es una iniciativa impulsada por el PNUD, ONU Mujeres e IDEA Internacional para acelerar y lograr la paridad política en América
Latina y el Caribe (ver https://americalatinagenera.org/atenea/).
75 La dimensión “compromisos por la igualdad” recoge las condiciones formales mínimas que cada Estado debe implementar para ga-
rantizar la igualdad de las mujeres en el ejercicio de la participación política. La dimensión “cuota/paridad” monitorea los esfuerzos del
Estado por cumplir sus compromisos, a través de la generación de condiciones por medio de acciones afirmativas o medidas paritarias,
para asegurar la presencia de las mujeres en cargos de toma de decisiones de todo nivel. La dimensión “ejercicio del derecho de sufra-
gio” monitorea el ejercicio del derecho a elegir democráticamente a las autoridades. La dimensión “gobiernos locales” mide la presencia
de las mujeres en los gobiernos municipales y las condiciones existentes para influir en el diseño de políticas públicas a nivel municipal.
La dimensión “partidos políticos” mide la presencia de las mujeres en las estructuras partidarias y la existencia de condiciones que les
permitan influir en la toma de decisiones partidarias y, por tanto, en la agenda política y el debate público. La dimensión “poder ejecutivo
y administración pública” mide la presencia de las mujeres en el gobierno nacional y las condiciones existentes para influir en el diseño
de políticas públicas. La dimensión “poder judicial y electoral” mide la presencia de las mujeres en la administración de justicia y las
condiciones existentes para influir en ella. La dimensión “poder legislativo” mide la presencia de las mujeres en el cuerpo legislativo y las
condiciones existentes para influir en el diseño y aprobación de leyes nacionales (ATENEA, Electoras pero no elegidas. Es el tiempo de
las ciudadanas. Diagnóstico sobre las condiciones para ejercer el derecho de participación política de las mujeres en Panamá, 2015,
(Panamá: PNUD, ONU Mujeres e IDEA, 2015), 9, https://ateneaesparidad.com/publicaciones/panama-electoras-pero-no-elegidas-es-el-ti-
empo-de-las-ciudadanas/). Para más detalle sobre ATENEA, ver PNUD Género Igualdad, Atenea, https://americalatinagenera.org/atenea/
y ATENEA, “¿Qué es el Índice de Paridad Política?”, https://ateneaesparidad.com/indice-de-paridad-politica/que-es-el-indice-de-paridad-
politica/
Un puntaje igual a 100 en el IPP refleja que el país llegó a la paridad y reúne las condiciones mínimas
para el ejercicio del derecho a la participación política de las mujeres. Honduras, como se observa
en el cuadro 4, obtuvo un puntaje de 42.7, con lo que se encuentra aún lejos del objetivo de lograr
un ejercicio igualitario y paritario de los derechos políticos de las mujeres.
Por su parte, el Informe de la Misión de Observación de la Unión Europea sobre el proceso electoral
de 2021 señala que, pese a que por primera vez una mujer es electa presidenta, persiste infrarrepre-
sentación de las mujeres en la política y se presentan altos niveles de violencia política de género.
En el Congreso Nacional, por ejemplo, no se favorece la representación proporcional de mujeres
en los cargos electos, pues se contará con un total de 33 congresistas que representan el 26 % del
total de diputadas/os electos.
Por su parte, las mujeres sí estuvieron bien representadas en el Consejo Nacional Electoral (CNE) y
el Tribunal de Justicia Electoral (TJE), con dos de los tres miembros de su dirección y el 56 y el 55 %
de su personal, respectivamente. Asimismo, el informe de la Oficina del Alto Comisionado las Nacio-
nes Unidas para los Derechos Humanos (OACNUDH) sobre la situación de los derechos humanos
en Honduras 2021 marca que, desde la convocatoria a elecciones primarias hasta los comicios ge-
nerales, al menos seis mujeres fueron víctimas de violencia en el contexto electoral, según el moni-
toreo de OACNUDH. El fenómeno de la violencia política por razón de género fue abordado por el
CNE, en una iniciativa de reforma a la ley electoral, con la propuesta de un capítulo con medidas de
prevención, atención y sanción administrativa.
En 2021, la participación de las mujeres en la política alcanzó el 38.3 % de la composición de los di-
rectorios de los tres principales partidos políticos. El 25 de mayo se aprobó la Ley Electoral (Decreto
35-2021), un paso importante para el fortalecimiento de los principios de paridad y alternancia. Tam-
bién, el próximo Congreso estará integrado por siete mujeres más que el Congreso elegido en 2017.
Otro tema clave en la vida de los partidos políticos es su control a través de las finanzas. En 2017,
el Congreso Nacional, con acompañamiento de la Misión de Apoyo contra la Corrupción y la Im-
Los intentos de algunas empresas para influir en la formulación de las leyes, las políticas y la regla-
mentación del Estado a cambio de pagos ilícitos de carácter privado a funcionarios públicos es lo
que, según Helman y Kaufmann, se entiende como “captura del Estado”78:
Desarrollamos un método para medir esta forma de corrupción a gran escala, basándonos
en las observaciones y el análisis de una encuesta en casi 4,000 empresas en 22 países en
transición.
Al tratar el problema de la captura del Estado, queremos centrarnos en las complejas inte-
racciones entre las empresas y el Estado. Destacamos, sobre todo, la importancia de los
mecanismos mediante los cuales las empresas procuran influir en las decisiones que adopta
el Estado para obtener ventajas concretas, a menudo imponiendo barreras a la competencia.
Esta influencia indebida genera ganancias muy concentradas para ciertas empresas podero-
sas, con un alto costo socioeconómico. Dado que estas empresas aprovechan su influencia
para bloquear reformas que pudieran reducir esas ventajas, la captura del Estado ha dejado
de ser solo un síntoma, para convertirse en una causa fundamental de la mala gestión de
gobierno. Desde esta óptica, la economía queda atrapada en un círculo vicioso en el cual las
reformas de las políticas e instituciones, necesarias para mejorar la gestión de gobierno, se
ven obstaculizadas79.
En la reseña 4 se analiza la concentración de poder y la captura del Estado, que son fenómenos
internacionales que van más allá de Honduras y sus implicaciones en la formulación de la política
pública y en temas tan importantes para el país, como la desigualdad y los desastres ambientales.
76 Congreso Nacional de Honduras, Ley de Financiamiento, Transparencia y Fiscalización a Partidos Políticos y Candidatos (Ley de Políti-
caLimpia), Decreto 137-2016, La Gaceta 34,242, miércoles 18 de enero del 2017.
77 Ahora Consejo Nacional Electoral (CNE).
78 Joel Hellman y Daniel Kaufmann, “La captura del Estado en las economías en transición”, Finanzas & Desarrollo (Septiembre de 2001),
https://www.imf.org/external/pubs/ft/fandd/spa/2001/09/pdf/hellman.pdf
79 Joel Hellman y Daniel Kaufmann, “La captura del Estado”.
La organización de los mercados, su funcionamiento, su interacción con el Estado y sus efectos glo-
bales sobre una economía y una sociedad evolucionan con lentitud. Pese a que los debates sobre
la desigualdad están dominados por acontecimientos que abarcan unas pocas décadas, e incluso a
veces tan solo unos años, la observación y el análisis del modo en que emerge, de la concentración
de poder que genera y de cómo puede capturar los mercados y el Estado exigen una perspectiva
histórica mucho más extensa. Este tipo de enfoque a largo plazo puede haber parecido irrelevante
para las cuestiones relativas a la economía de mercado, que se consideraba en general como un fe-
nómeno moderno, puesto que solamente se desarrolló a partir del siglo XIX y estaba estrechamente
relacionada con la modernización. Sin embargo, los trabajos recientes en el campo de la historia
económica han cambiado esta idea, al identificar la existencia de diversas economías de mercado
en épocas mucho más antiguas1.
Se han identificado con certeza nueve economías de mercado desde la antigüedad hasta la era
moderna; se dispone de datos suficientes sobre seis de ellas como para investigarlas adecuada-
mente. Este no es, por tanto, un conjunto arbitrario, sino que se trata de casos bien conocidos de
economías con mercados dominantes de las que se puede efectuar un seguimiento a lo largo de un
período prolongado. Esto permite comprender mejor cómo se desarrollan las economías de mer-
cado, algo que no es posible conseguir con trabajos teóricos y formales ni con estudios de casos
centrados en períodos breves.
Las seis economías de mercado citadas mostraron una evolución similar. En cada uno de los tres ca-
sos analizados en profundidad —Iraq, Italia y los Países Bajos2— surgieron mercados en un contexto
equitativo y se convirtieron en dominantes. Se caracterizaban por una organización institucional
que facilitaba el acceso al mercado a amplios grupos sociales. Las oportunidades que ofrecían las
transacciones en esos mercados impulsaron el crecimiento económico y el bienestar, y los frutos del
crecimiento se distribuían de forma relativamente justa. A medida que los mercados se iban volvien-
do dominantes, sobre todo los de la tierra, el trabajo y el capital, la desigualdad fue aumentando len-
tamente conforme se concentraba la propiedad de las tierras y el capital. En los casos estudiados,
la desigualdad de la riqueza se incrementó hasta un índice de Gini de 0.85 o superior3 (los niveles
iniciales eran sustancialmente más bajos).
Todas estas economías de mercado partían de una situación altamente equitativa, con una distri-
bución relativamente igualitaria de la riqueza económica y de la capacidad para tomar decisiones
políticas. Dicha situación era el resultado de un prolongado período previo de revueltas más o me-
nos importantes y formas de organización de los ciudadanos de a pie en gremios, hermandades,
asociaciones, corporaciones, comunidades y empresas (gráfico S1.1.1)5. Esto les permitía superar
las desigualdades y formas de coerción existentes y alcanzar una distribución más equitativa de la
riqueza y los recursos. También adquirieron libertad para intercambiar sus tierras, su trabajo y su
capital sin ser objeto de restricciones por parte de la elite, lo que les brindaba la oportunidad de
utilizar el mercado para ese fin. Su lucha y sus formas de organizarse se encontraban, por tanto, en
la base del auge de los mercados de factores; un auge que se produjo en un contexto relativamen-
te igualitario, garantizando que amplios grupos pudieran acceder al mercado y beneficiarse de las
transacciones comerciales.
Esta fase constitutiva y positiva también se produjo en las economías de mercado más modernas
y que nos resultan más familiares: Inglaterra, donde el mercado adquirió un carácter dominante en
el siglo XVII, y el norte de los Estados Unidos en la primera mitad del siglo XIX. Ambas sociedades
eran las más igualitarias de su tiempo; se caracterizaban por un alto grado de libertad, un buen ac-
ceso a la toma de decisiones y una distribución relativamente equitativa de las tierras y otras formas
de riqueza6. Por lo tanto, las economías de mercado no eran la base de la libertad y la equidad,
como pretendían algunas teorías; más bien, se desarrollaron sobre la base de la libertad y la igual-
dad previamente adquiridas. Posteriormente, el mercado sustituyó el sistema de asignación basado
en asociaciones y organizaciones de personas ordinarias; el proceso se aceleró cuando las elites
del mercado y del Estado llegaron a solaparse y comenzaron a marginar conjuntamente (a veces de
forma deliberada) a aquellas organizaciones. Esto redujo las oportunidades de los ciudadanos de a
pie para defender la libertad, su acceso al poder para tomar decisiones y su control sobre la tierra
y los recursos.
Los sistemas de asignación que predominaban antes del auge del mercado, ya se tratara de comu-
nidades u otro tipo de asociaciones, incluían la seguridad a largo plazo y la sostenibilidad ambiental
como elementos fundamentales, y así lo recogían en sus normas. Sin embargo, esto no es tan ex-
plícito en el caso del mercado7. Además, en aquellos sistemas, existía (debido a su menor tamaño)
una relación más estrecha entre causa y efecto, así como entre agente y persona afectada. En los
mercados, estos vínculos no son tan directos. Esto plantea un riesgo, dado que en una economía
de mercado los propietarios de tierras, capital y recursos naturales suelen estar muy alejados de
las personas que resultan perjudicadas por la explotación de los recursos. También se enfrentan a
menos restricciones a la explotación que en los sistemas en los que los derechos de propiedad se
encuentran más divididos.
Fuente: van Bavel, “The Invisible Hand? How Market Economies Have Emerged and Declined since AD 500”, 2016.
En las zonas costeras de Flandes, que en los siglos XIV a XVI constituían una economía de merca-
do madura, las tierras se concentraban en manos de inversores que no vivían allí. Estos inversores
ausentes cambiaron la lógica de la protección de las costas frente a las inundaciones, que pasó de
basarse en el principio de seguridad a largo plazo a un modelo de bajo coste y alto riesgo. Por lo
tanto, el riesgo de inundación aumentó y se agudizó la marginación de la población local8. Desde
un punto de vista más general, todas las economías de mercado que se encuentran en sus últimas
fases de declive experimentaron graves problemas ecológicos, desde la salinización y el colapso
de sus sistemas esenciales de riego (en el Iraq medieval) y el aumento de las inundaciones y ham-
brunas (en la Italia del Renacimiento) hasta la malaria y las inundaciones (en las zonas costeras de
los Países Bajos). Sin embargo, las economías de mercado modernas más recientes consiguieron
evitar cada vez más los efectos negativos de la degradación ecológica mediante la adquisición de
recursos en ultramar.
Para ver la interacción entre las economías de mercado, la desigualdad material y la vulnerabilidad a
los desastres naturales, considérense tres de las áreas más dominadas por el mercado en los Países
Bajos (las zonas costeras de Flandes, la zona fluvial del país y Groningen) en una perspectiva de
muy largo plazo en su lucha contra el peligro que suponen las capas freáticas altas9. La creciente
desigualdad material aumentó la incidencia de las inundaciones graves, no de manera directa, sino
a través de los marcos institucionales de gestión del agua. Solo se consiguió evitar efectos desas-
trosos cuando dicha organización institucional se adaptó en respuesta a la creciente desigualdad
material (gráfico S1.1.2). Sin embargo, esa adaptación no se produjo de forma automática ni inevita-
ble, ni siquiera cuando la sociedad se enfrentaba a grandes inundaciones10. Cuando los derechos
Gráfico S1.1.2 Relación entre el peligro que suponen las capas freáticas altas y los desastres pro-
vocados por inundaciones: la igualdad económica y política mejora las posibilidades de que las
instituciones se adapten a las circunstancias y eviten el desastre
Éxito de la
retroalimentación
Desastre
Instituciones deficientemente adaptadas (grave inundación)
Peligro
(marea alta)
Ausencia
Instituciones correctamente adaptadas de desastre
Fuente: Adaptado de van Bavel, Curtis y Soens, “Economic inequality and Institutional Adaptation in Response to Flood Hazards: A Historical
Analysis,” 2018
1
Esto es cierto incluso si se define la economía de mercado de forma muy restrictiva, es decir, como una economía en la que el mercado no
solo asigna bienes, productos y servicios, sino también los recursos (tierras y recursos naturales, trabajo y capital).
2
Bas van Bavel, The Invisible Hand? How Market Economies have Emerged and Declined Since AD 500 (Oxford, Reino Unido: Oxford Uni-
versity Press, 2016). En Peter Turchin, P. y Sergey A Nefedov, Secular Cycles (Princeton, NJ: Princeton University Press, 2009) también puede
consultarse un análisis de patrones cíclicos y prolongados de aumento y disminución de la desigualdad.
3
Bas van Bavel, The Invisible Hand? (véanse las págs. 72 y 73 sobre Iraq, la pág. 128 sobre Florencia en 1427 y las págs. 194 y 195 sobre Ám-
sterdam en 1630).
4
Esto es cierto incluso en sistemas políticos (relativamente) inclusivos, a diferencia del argumento expuesto por Daron Acemoğlu and James A.
Robinson, Why Nations Fail: The Origins of Power, Prosperity, and Poverty (New York: Crown Publishers, 2012), donde se supone que forman
un círculo virtuoso.
5
Bas van Bavel, “Open societies before market economies: Historical analysis,” Socio-economic review, Vol. 18.2020, 3, p. 795-815 (Oxford:
Oxford University Press [2019]).
6
Sobre el caso de los Estados Unidos, véanse Acemoglu y Robinson, Why Nations y John Lauritz Larson, The Market Revolution in America:
Liberty, Ambition, and the Eclipse of the Common Good (Cambridge, Reino Unido: Cambridge University Press, 2009). Ciertamente, una posi-
ción obtenida a expensas de la población nativa.
7
Sobre la falta de integración de las economías de mercado, véase Kurtulu Gemici, “Karl Polanyi and the Antinomies of Embeddedness”, So-
cio-Economic Review, Volume 6: 5-33, 2007.
8
Tim Soens, “Floods and Money: Funding Drainage and Flood Control in Coastal Flanders from the Thirteenth to the Sixteenth Centuries”,
Continuity and Change 26(3), 2011: 333-365.
9
Bavel, Curtis, & Soens, “Economic inequality and Institutional Adaptation in Response to Flood Hazards: A Historical Analysis”, 2018.
Véase también Rohland, “Adapting to Hurricanes: A Historical Perspective on New Orleans from Its Foundation to Hurricane Katrina, 1718–
10
2005”, 2018.
11
Soens, “Resilient Societies, Vulnerable People: Coping with North Sea Floods before 1800”, 2018.
Gilens & Page, “Testing Theories of American Politics: Elites, Interest Groups, and Average Citizens”, 2014; Schlozman, “The Unheavenly
12
Chorus: Unequal Political Voice and the Broken Promise of American Democracy”, 2012.
Fuente: PNUD, Informe sobre Desarrollo Humano 2019. Más allá del ingreso, más allá de los promedios, más allá del presente: Desigualdades
del desarrollo humano en el siglo XXI (Nueva York: Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, 2019)
El Estado ha sido capturado, ya que ha cedido parte servicios estratégicos al sector privado; en al-
gunos, casos esto ha debilitado sus capacidades frente a las necesidades de la población. A lo ante-
rior se agrega el fenómeno del crimen organizado y el narcotráfico, que ha infiltrado no únicamente
al Estado per se, sino también a los partidos políticos y a la empresa privada.
El gráfico 27 informa sobre la percepción ciudadana de que las grandes empresas son el grupo más
poderoso en la sociedad.
Gráfico 27 Proporción de encuestados que creen que las grandes empresas son el grupo más
poderoso (2020)
60
50
40
30
20
10
0
DOM
NIC
SLV
LA
BRA
MEX
CHL
CO L
BOL
PRY
PER
CTR
PAN
VEN
ECU
HND
GTM
URY
Fuente: Equipo del Informe de Desarrollo Humano Honduras con base en Corporación Latinobarómetro, Informe
Los intereses privados se ven incluso reflejados en las agendas políticas, las cuales pueden llegar a
ser influenciadas por grupos económicos y grupos bancarios80. Con la integración de instituciones
del Estado y el acompañamiento de iniciativas impulsadas desde el Ejecutivo, las cúpulas partidarias
han obtenido un beneficio significativo, ya que pueden alcanzar prebendas que afianzan sus posi-
ciones dentro de las instituciones políticas y con los sectores económicos.
Otro de los mecanismos utilizados para la cooptación de los partidos políticos viene derivado de la
intervención de las instituciones del Estado encargadas de la administración de justicia. El control
ejercido por el Ejecutivo sobre el Ministerio Público y sobre la Corte Suprema de Justicia es un di-
suasivo para los partidos políticos o las facciones disidentes del oficialismo, a los que se les pueden
iniciar procesos de investigación, incoarse causas o reabrir procesos judiciales pendientes. Esta es
una medida que se ha utilizado para mantener controlada cualquier presunción de rebeldía contra
el poder concentrado en el Ejecutivo.
80 Ver Víctor Meza et al., Golpe de Estado: Partidos, instituciones y cultura política (Tegucigalpa: Centro de Documentación de Honduras
[CEDOH], 2010).
Los partidos políticos son corresponsables de la captura del Estado y de la corrupción, como lo
referencia Helman y Kaufmann81. La captura del Estado se deriva, en gran medida, de una limitada
capacidad de los partidos políticos de realizar procesos de autocrítica y no poder gestionar efec-
tivamente relevos generacionales con formación ética, convicción de lucha contra la corrupción y
visión de Estado. Este extremo deja a la intemperie a los partidos y los somete a los designios del
autoritarismo y del caudillismo que cohabitan en las altas esferas de liderazgo político.
La reforma electoral comenzó con la creación de dos entes, uno que administrará la justicia elec-
toral, denominado Tribunal de Justicia Electoral (TJE), y el otro, veedor del proceso y del sistema
electoral, denominado Consejo Nacional Electoral (CNE). Estos órganos quedaron conformados por
miembros de los tres partidos políticos mayoritarios en las elecciones de 2017, a pesar de las reco-
mendaciones de “despartidización” hechas por misiones internacionales de observación electoral y
propuestas de organismos nacionales en los comicios de 2013 y 2017.
Ante estos hechos se ha formulado un sinnúmero de propuestas por diferentes actores nacionales
e internacionales, para llevar a cabo procesos electorales transparentes y legítimos.
En particular, sobre la deuda política, se observa un incremento a través de los años en estudio. Por
ejemplo, en el cuadro 5 se presentan los años electorales 2013 y 2017. Según datos proporcionados
por la Unidad de Transparencia del CNE, la deuda política en 2009 y 2013 correspondía a USD 5.1
81 Joel Hellman y Daniel Kaufmann, “La captura del Estado”.
Cuando se compara entre las elecciones generales de 2013 y de 2017 (véase cuadro 5), desde
el punto de vista de las organizaciones políticas, se observa que el Partido Nacional fue el mayor
receptor de la deuda política, le sigue el Partido Libertad y Refundación (LIBRE), el Partido Liberal
y el Partido Anticorrupción. Por su parte, el resto de los partidos políticos, de acuerdo con la ley
electoral vigente en 2013, les correspondía el 15 % de la deuda política del Partido Nacional, unos
USD 290,534.501.
Para las elecciones generales de 2017, al Partido Nacional se le asignó la cantidad de USD 2.6 millo-
nes, seguido por las dos mayores fuerzas políticas, LIBRE y el Partido Liberal, con aproximadamente
USD 1.9 y USD 1.5 millones, respectivamente. A los partidos minoritarios les fue asignado, de acuer-
do con la ley, la cantidad de USD 387,847.44 (aproximadamente USD 0.4 millones).
Cuadro 5 Asignaciones presupuestarias por deuda política (2013 y 2017) en millones de USD
Organización política 2013 Costo por voto 2017 Costo por voto
Fuente: Estimaciones de FOSDEH con base en datos de la Unidad de Transparencia del Consejo Nacional Electoral. FOSDEH, El costo de la
democracia en Honduras, Parte I (Tegucigalpa: 2020), 35, https://fosdeh.com/wp-content/uploads/2020/08/2020_fosdeh_costo_de_la_de-
mocracia_hn.pdf
1
Costo por voto USD 1.80 (L 43.75).
2
Se estima un crecimiento del 5 % de su masa de votantes con respecto al 2017.
Fuente: Cálculos de FOSDEH con base en datos de la Unidad de Transparencia del Consejo Nacional Electoral. FOSDEH, El costo, 13
El golpe de Estado acaecido en 2009 fue el punto de inflexión para que el sistema de pactos cons-
truido por el bipartidismo sufriera un desgaste significativo. Esta ruptura de acuerdos, que ya venía
presentando serios síntomas de agotamiento, se derivó de la polaridad de los sectores políticos en-
frentados, la desconfianza manifiesta de la ciudadanía en la representación de los partidos políticos
como interlocutores de la sociedad y la debilidad misma de los institutos políticos, que no pudieron
afrontar la crisis de 2009 bajo parámetros democráticos y legales.
La entrada en el escenario político del Partido Libertad y Refundación (LIBRE) y del Partido
Anticorrupción (PAC) en las elecciones generales de 2013 fue la primera señal de la degradación del
bipartidismo. El primero logró 38 escaños en el Congreso Nacional y el segundo alcanzó 13 diputa-
ciones. Esto rompió con la mayoría unidimensional en el Congreso, y el Partido Nacional tuvo que
buscar alianzas con el Partido Liberal, otrora contrincante político, que había sido degradado como
tercera fuerza en la obtención del control del Congreso Nacional.
Para el proceso electoral de 2017, los partidos Liberal y LIBRE redujeron sustancialmente el número
de diputados. Los resultados fueron los siguientes: Partido Liberal, 26 diputados; Partido LIBRE,
30; PINU, 4; y PAC, 1. El Partido Nacional obtuvo 61 diputados. Otras fuerzas políticas minoritarias y
proclives al gobierno se mantuvieron con resultados reducidos: Alianza Patriótica logró 4 diputados;
Unificación Democrática, 1; y Partido Demócrata Cristiano, 1. Estos partidos minoritarios tuvieron
representación en el Congreso Nacional y fueron colocados en puestos directivos dentro de ese
poder del Estado, dado su apoyo a la agenda legislativa impulsada desde el Poder Ejecutivo. No
obstante, aun cuando la oferta electoral en el país se ha ampliado, no ha representado un incremen-
to de la participación electoral por parte de la ciudadanía.
De acuerdo con los resultados de estos comicios se observa, más bien, un aumento del abstencion-
ismo electoral. Como puede observarse en el gráfico 28, es a partir de este siglo que se incrementa
el abstencionismo. De un 33.8 % en las elecciones de 2001, aumenta un 46.2 % en 2005. Más aún,
en las elecciones del 2009, al 50.10 %. En 2013, bajó al 38.9 % y se incrementó nuevamente en el
2017, al 45.7 %, para finalmente descender a 31.4 % en 2021. En promedio, en el período 2001-2021
más del 40 % de la ciudadanía pareciera no participar en los procesos electorales, incluso cuando
se ha incrementado y variado la oferta electoral. En ese sentido, más bien, durante esta etapa, se
observa una disminución de la participación electoral de la ciudadanía con relación a la década de
los ochenta y de los noventa.
Participación Abstencionismo
100%
80%
60%
40%
20%
0%
1980 1981 1985 1989 1993 1997 2001 2005 2009 2013 2017 2021
Nota: Los valores presentados del 2021 consideran el nuevo registro electoral que se ha actualizado con la emisión del Documento Nacional
de Identificación (DNI). Esto podría incidir en el valor del porcentaje de participación.
Las elecciones de 2013 señalaron dos claves: “La primera, la continuidad en la conducción del
Estado de uno de los dos grandes partidos tradicionales (el Partido Nacional, PN). La segunda, la
emergencia de dos nuevas fuerzas políticas: el Partido Libertad y Refundación (LIBRE) y el Partido
Anticorrupción (PAC)”84. Y continúa:
Por vez primera desde 1981, los resultados modificaron la correlación de fuerzas en el Congre-
so Nacional. La principal novedad fue que los dos grandes partidos perdieron el 39 % de su
representación parlamentaria. Por su lado, LIBRE y PAC se posicionaron como nuevas fuerzas
políticas. De hecho, el partido LIBRE se convirtió en la segunda fuerza electoral y el histórico
Partido Liberal tuvo muy malos resultados. En porcentajes, el PN obtuvo el 37 % de los escaños
mientras que la suma de LIBRE, el Partido Liberal y el PAC obtuvieron el 60 %; el restante 3 % se
repartió entre tres partidos minoritarios: Unificación Democrática (UD), la Democracia Cristiana
(DC) y el PINU85.
El gráfico 29 ilustra los resultados de los diputados electos por partido político en el periodo 2009-
2020.
La relación de los partidos políticos con la ciudadanía se centra en la conquista del voto favorable
de la ciudadanía en los procesos electorales. El sistema tradicional de partidos en Honduras, toda-
vía no superado, está determinado por el clientelismo, lo que ha llevado a la desconfianza en los
partidos por parte de un fuerte sector ciudadano86.
80
60
Porcentaje
40
20
0
Partido Nacional Partido Liberal Libre PAC PSH Otros partidos
Los mismos datos arrojaba el Barómetro de las Américas desde 2014, al señalar a los partidos polí-
ticos como las instituciones con menor nivel de confianza en las Américas. En el ámbito nacional, la
encuesta de percepción sobre la situación hondureña de 2020, del Equipo de Reflexión y Comuni-
cación (ERIC), de la Compañía de Jesús, refleja que un 73 % de la población asegura que las institu-
ciones más susceptibles a la corrupción son los partidos políticos, y añade que el nivel de confianza
en estas agrupaciones políticas solo es del 4.4 %89.
100%
80%
Porcentaje
60%
40%
20%
0%
2011
2015
2018
2003
2004
2013
2007
2017
2000
2010
2020
2006
2009
2016
2001
2005
2002
2008
2009
Fuente: Equipo del Informe de Desarrollo Humano Honduras con datos de Latinobarómetro 2009-2018
Los datos de abstención en las elecciones primarias y generales tienden a reflejar una escalada en
el descontento de la sociedad con los partidos políticos, e indican que son las instituciones con me-
nos credibilidad y con más altos niveles de corrupción, dos elementos que desforman la democracia
y transforman su sistema político en una autocracia electoral que lacera el Estado de derecho y la
institucionalidad.
Esta dinámica del ausentismo pudiera haber estado relacionada tanto con factores como el fe-
nómeno migratorio, los problemas técnicos para obtener el documento de identificación per-
90 ERIC-SJ, “Percepciones”.
Sin embargo, también es oportuno destacar que en diversos estudios de opinión se reporta un bajo
interés de la población en participar en política. Para el caso, en el sondeo de opinión pública sobre
las percepciones de la situación hondureña en el 2020, que desde 2012 realiza el Equipo de Reflex-
ión, Investigación y Comunicación (ERIC-SJ), destaca el escaso interés de la población en la política,
que mayoritariamente no está organizada y no participa en los asuntos públicos del país: “El 77.8 por
ciento de los hondureños y hondureñas manifestó tener poco o nada de interés en la política, en
cambio el 21.9 por ciento está muy interesado en este asunto. Mientras la gran mayoría pasa de la
política, un 56.1 por ciento de la población sí está interesada mucho o algo en los asuntos públicos,
frente a un 43.8 por ciento que manifestó que le interesa poco a nada”93.
De este modo, sí prevalecen grados de participación bajos y un gran escepticismo relacionado con
cualquier tipo de actividad política, la democracia, las instituciones del Estado y las organizaciones,
tanto de empresarios como de trabajadores. La participación en organizaciones políticas, cívicas o
de cualquier tipo es muy escasa. Así, si la participación es baja en cualquiera de los tipos de orga-
nización ciudadana y es prácticamente nula en las gremiales o en los partidos políticos, ello solo
corrobora la escasa confianza en estas organizaciones.
Por otra parte, es interesante ver como la pérdida de valores se expresa en la escasa confianza
que se les tiene a las otras personas. Como puede verse en el nivel de confianza personal es muy
bajo. Los niveles de confianza interpersonal son sumamente bajos a lo largo de las dos décadas.
En promedio, solo cerca del 20 % considera que “se puede confiar en la mayoría de las personas”.
91 Consejo Nacional Electoral (CNE), Elecciones Generales de Honduras, 28 de noviembre 2021 - Escrutinio General (Tegucigalpa: 2021),
https://resultadosgenerales2021.cne.hn/#resultados/PRE/H
92 Para más información referente al proyecto “Identifícate”, consultar PNUD, Programa de apoyo para la eficiencia y la transparencia del
proceso de modernización del Documento Nacional de Identificación en Honduras (Tegucigalpa: 2021), https://www.hn.undp.org/con-
tent/honduras/es/home/projects/programa-de-apoyo-para-la-eficiencia-y-la-transparencia-del-proc.html
93 ERIC-SJ, “Percepciones”, 14.
La solidaridad está conectada, como ocurre también con la reciprocidad, a la existencia de redes
informales y de confianza interpersonal, pero la solidaridad se refiere a una dimensión de valores
más que a la reciprocidad, ya que no funciona sobre la base de esperar necesariamente la devolu-
ción de un favor.
El reciente informe mundial de desarrollo humano 2022, aborda la relación de las nuevas amenazas
de la seguridad humana en un contexto complejo de los cambios climáticos y los niveles de des-
igualdad introduciendo el concepto de incertidumbre como un elemento del escenario humano y en
ese sentido la necesidad de respuestas integrales centradas en la solidaridad humana94.
Asimismo, con respecto a la confianza, es preciso señalar que, para comprender la dinámica de las
instituciones sociales y políticas con relación a la democracia y el desarrollo, es importante conocer
las actitudes de las personas, las cuales se relacionan normalmente con el grado de provecho que
la gente tiene al participar o asumir responsabilidades dentro de la comunidad.
Los liderazgos verticales y el caudillismo en los partidos políticos tienden a persistir, incluso con los
recambios generacionales. A través de la historia, el bipartidismo en Honduras ha estado impreg-
nado de liderazgos verticales que se han afianzado en el poder de los partidos políticos para luego
ascender al poder del país o para recibir prebendas. Estos liderazgos han estado caracterizados por
un férreo control político y por el retroceso en los procesos de cambio y renovación de los cuadros
dentro de estas instituciones políticas.
Los caudillos tienen un control vertical del poder. Su control va desde lo micro (barrios, colonias y
municipios) a lo macro (departamentos, regiones y el nivel nacional). Es una estructura que ralentiza
los procesos críticos y éticos.
El caudillismo puede definirse tanto en términos académicos como populares. El término evoca al
hombre fuerte de la política, el más eminente de todos, situado por encima de las instituciones de
la democracia formal cuando estas son apenas embrionarias, raquíticas o en plena decadencia95.
94 Ver UNDP, New threats to human security in the Anthropocene: Demanding greater solidarity (New York: 2022), https://hs.hdr.undp.org/
95 Pedro Castro, “El caudillismo en América Latina, ayer y hoy”, Política y cultura no. 27 (México: Universidad Autónoma Metropolitana,
Unidad Xochimilco, ene. 2007).
e. Viene generalmente del cuerpo militar y descansa principalmente en los militares para su apoyo
y sostenimiento.
h. Gobierna de una manera autocrática que, con frecuencia, implica la supresión de la oposición,
la creación de partidos y movimientos oficiales, y la supresión de otros.
j. Los caudillos tienden a ver poca diferencia entre el dominio público y el privado; operan dentro
de una concepción patrimonialista y, con frecuencia, usan su puesto y el aparato del gobierno
para su ganancia personal.
k. Tienen la necesidad funcional de atacar a los “enemigos del pueblo”, tanto internos como ex-
ternos.
En su concepción teórica, este fenómeno sociológico tiene diferentes dimensiones que están
arraigadas a lealtades en el aparato público, así como en los espacios regionales, bajo una red
clientelar que favorece las redes políticas que buscan manejar el aparato público desde una
perspectiva unidimensional, alejada de los principios democráticos y el Estado de derecho. El dia-
grama 10 ilustra la génesis del caudillismo y sus características y consecuencias en los 200 años de
historia nacional.
El bipartidismo es la raíz de la consolidación del caudillismo en Honduras. Sin embargo, las fuerzas
políticas emergentes tienen también rasgos de liderazgos verticales. Los nuevos partidos políticos
se han concebido alrededor de una figura política y no en base a movimientos sociales o políti-
co-ideológicos que fundamenten su conexión con la sociedad.
Otras fuerzas políticas opositoras y recientes también están construidas bajo el liderazgo de una
sola persona. El caudillismo se evidencia al no tener una propuesta o un perfil ideológico determi-
nado ni una lista de liderazgos renovadores con iniciativa de cambio.
En Honduras, estudios históricos de principios del siglo XX muestran la influencia del caudillismo en
la formación de las elites políticas del país. Estas elites estaban constituidas por las personas leales
a los caudillos civiles o militares de la época. A partir de 1950, se inicia la modernización institucio-
nal y la transformación de la cultura política del país, emergiendo nuevos actores sociales. En los
últimos cinco períodos de gobierno, el perfil típico de un miembro de la elite parlamentaria es de un
hombre de 35 a 54 años que posee educación universitaria. Combina sus funciones en el Congreso
Nacional con otra ocupación, que en la mayoría de los casos suele estar ligada a las profesiones
liberales o actividades empresariales y/o comerciales, lo cual constituyen fuentes significantes de
ingresos. Además, el perfil del político hondureño posee un capital político que generalmente es
heredado del padre. Lo propio se puede decir de las elites que ocupan los puestos del gabinete de
gobierno, que por lo general son hombres con educación superior, que poseen contactos políticos
y la solvencia económica suficiente para dedicar tiempo a las actividades políticas y financiar cam-
pañas para abrirse espacios en la esfera política.
En el caso de los miembros de las elites parlamentarias hondureñas, el profesor William S. Stokes,
uno de los más importantes estudiosos del sistema político hondureño, ha observado que “los Di-
putados se reclutan invariablemente entre los más relevantes caudillos del país. Ellos tienen larga
experiencia en política y han manejado el control de todos los pequeños jefes en su distrito. Su
influencia en su propio departamento es incuestionable y, como miembros del Congreso Nacional,
tienen considerable autoridad. Sus seguidores individuales y las corporaciones municipales buscan
la guía y asistencia de sus diputados en el Congreso Nacional”.
Fuente: Adaptado de PNUD, Informe sobre Desarrollo Humano Honduras 2011. Reducir la inequidad: un desafío impostergable (San José:
Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo [PNUD] Honduras, 2012), 126-127.
Sociedad
inclusiva
(Estado de Desigualdad Crecimiento económico
derecho pleno)
Corrupción/Impunidad/
Pobreza Migración
Fuente: Equipo del Informe de Desarrollo Humano Honduras basado en Julieta Castellanos, Honduras: persistencia y cambios en la cultura
política 1980-2020 (Tegucigalpa: UNAH, 2020); William Stokes, Honduras: An Area Study in Government (Madison: University of Wisconsin
Press, 1950); Daniel Kauffmann, Pobreza y su relación con captura del Estado, corrupción y falta de gobernabilidad, un breve marco analítico
y empírico (World Bank, 2003)
En la discusión de la nueva Ley Electoral de Honduras 2021, el Congreso Nacional aprobó los artí-
culos relativos a la paridad y la alternancia para los procesos electorales. Esto es un avance signifi-
cativo para brindar a las mujeres espacios igualitarios de participación política. Pero esta normativa
solo será aplicable para las elecciones primarias y no tiene carácter vinculante para los comicios
generales. Este es un obstáculo a la igualdad de participación política, ya que, en la práctica, las
mujeres no cuentan con los mismos recursos y logística que las haga competir en igualdad de con-
diciones contra el caudillismo entronizado en los partidos políticos.
Datos del PNUD y del Latinobarómetro para las Américas señalan que 7 de cada 10 hondureños
considera que la igualdad ante la ley no está garantizada, y 6 de cada 10 considera que la igualdad
de oportunidades y la igualdad entre mujeres y hombres no están garantizadas (véase gráfico 31).
Estos porcentajes son ligeramente superiores en relación con el promedio regional, con excepción
de la temática de la igualdad ante la ley, donde el porcentaje es ligeramente inferior.
96 Centro de Estudio para la Democracia (CESPAD), “Enorme brecha de equidad de género en las elecciones de noviembre de 2017”,
Mujeres Realidad Nacional, abril 3, 2018. https://cespad.org.hn/2018/04/03/enorme-brecha-de-equidad-de-genero-en-las-elecciones-
de-noviembre-de-2017/
Brasil
Chile
Paraguay
Colombia
Guatemala
Honduras
Perú
LA
México
República Dominicana
Ecuador
El Salvador
Bolivia
Costa Rica
Panamá
Nicaragua
Uruguay
Venezuela
0 10 20 30 40 50 60 70 80 90
Porcentaje
Fuente: Equipo del Informe de Desarrollo Humano Honduras con base en Corporación Latinobarómetro, Informe 2021
Los datos reflejan que en Honduras no existe un verdadero equilibrio democrático de participación
igualitaria y que se aplican fórmulas normativas para beneficiar un sistema enquistado en los parti-
dos políticos, que impulsa, desde las posiciones de poder, la base clientelar, y es un amplificador de
la corrupción, el abuso de poder y las desigualdades.
El liderazgo vertical expone paradigmas distorsionados de la cultura política, al crear una defor-
mación en la participación ciudadana y la efectiva implementación de los derechos políticos que
tienen los ciudadanos y ciudadanas. Los más afectados en el enraizamiento del caudillismo son los
liderazgos reformadores y los sectores que están en una situación grave de vulnerabilidad —como
las mujeres, la juventud, las personas indígenas y afrodescendientes, y la comunidad LGTBI—, que
no encuentran espacios suficientemente amplios para obtener cuotas de representación y partici-
pación dentro de la estructura jerárquica de los partidos políticos.
Así, las políticas públicas, las leyes, los reglamentos y los protocolos son parte de la institucionalidad
pública. Los entes estatales, su marco normativo jurídico y de políticas públicas, su equipamiento
científico y técnico más sus protocolos, planes, programas y proyectos constituyen a las institucio-
nes. Cada una cumple sus funciones específicas con autoridad y relativa autonomía en su campo.
En este último sentido, se entiende la autonomía como la capacidad propia para decidir y ejecutar
su mandato, con criterios científicos, técnicos y jurídicos dentro del área de sus competencias.
La reseña 5 analiza el desafío que representa para el Estado, las instituciones y la ciudadanía el
tránsito hacia una institucionalidad inclusiva.
En el Estado de derecho, las instituciones actúan en el marco de la legislación, dotadas de los már-
genes de libertad y autoridad necesarios para cumplir sus funciones con eficacia y eficiencia. Asu-
men responsabilidad dentro de sus áreas y límites de competencia, de manera que son el Estado
en su campo.
Al estar obligada cada institución a obedecer la ley, y al estar constituido el Estado por la totalidad
de instituciones públicas, el funcionamiento institucional eficaz implica la sujeción del Estado a la
ley. Por tanto, existe una correlación directa entre institucionalidad pública eficaz y fortaleza del
Estado de derecho.
La nueva economía institucional (NIE, por sus siglas en inglés) es una escuela de pensamiento
económico que señala la importancia de los arreglos institucionales para el desempeño económico
de una sociedad. Las instituciones son el marco bajo el cual se efectúan las interacciones humanas
en todas sus dimensiones: económicas, sociales y políticas. Y esta era la tesis de Douglas North1,
uno de los economistas más reconocidos de esta escuela, en su libro “Instituciones, cambio insti-
tucional y desempeño económico”, en el cual señaló cómo las instituciones (constituciones, contra-
tos, leyes, reglas, normas y creencias) determinan las oportunidades de captar utilidades potencia-
les por parte de las organizaciones (partidos políticos, empresas, sindicatos, iglesias, clubes, etc.).
En esta interacción, las organizaciones se ven motivadas a presionar por cambios en las insti-
tuciones que les permitan obtener mayores utilidades. Esto conduce a la divergencia institucional
entre sociedades y, en consecuencia, a las diferencias en su desempeño económico.
Para North, las vías principales de influencia de las instituciones sobre la economía eran los costos
de transacción y los incentivos que creaban para que las empresas se involucrasen en actividades
productivas. Si un país no es rico, es porque sus limitaciones institucionales no alientan la actividad
productiva2.
En efecto, el papel que juegan las instituciones para crear incentivos e influir en el comportamiento
de los individuos es identificado por Daron Acemoğlu y James Robinson3 como el determinante del
fracaso o el éxito de una sociedad en términos de prosperidad. Ante esto, escriben que “cada socie-
dad funciona con una serie de reglas políticas y económicas creadas e impuestas por el Estado y los
ciudadanos colectivamente. Las instituciones económicas dan forma a los incentivos económicos:
los incentivos para recibir educación, ahorrar e invertir, innovar y adoptar nuevas tecnologías, etc.” 4.
Si un país no prospera económicamente es porque sus instituciones crean los incentivos incorrec-
tos. Pero las estructuras institucionales que cohíben el crecimiento no son una mera aleatoriedad
histórica. Estas, como explicaba North, surgen de la interacción de las organizaciones con el marco
institucional vigente en su búsqueda por maximizar sus utilidades.
En este mismo sentido, para otros autores como Acemoğlu y Robinson, la organización que en su
búsqueda de beneficio crea límites institucionales al crecimiento tiene nombre: la elite. Esta elite
puede ser política, económica o ambas a la vez. Su característica principal es ser un subconjunto de
la sociedad que, en aras de maximizar sus beneficios, crea instituciones políticas que concentran el
poder, no respetan los derechos de sus ciudadanos y, a su vez, generan instituciones económicas
cuya función principal es “extraer” recursos de la sociedad. Este tipo de instituciones son denomi-
nadas, con mucha razón, “instituciones extractivas”. Y son la causa de por qué los países fracasan
en proveer desarrollo a sus habitantes.
Los informes mundiales de desarrollo humano de 20195 y el de 20206 mantienen la tesis de que la
concentración de poder o asimetrías de poder profundizan las desigualdades y la pobreza, y gen-
eran efectos nocivos en el medio ambiente por el tipo de actividad desarrollada de tipo extractivo.
Asimismo, el informe regional 2021 señala que “el poder concentrado en pocas manos aumenta la
desigualdad y limita el crecimiento de la productividad”7.
Entonces, si la causa de la pobreza de algunos países recae en estas instituciones perversas, ¿cuál
es la causa de la prosperidad? La respuesta está en lo que se denominan “instituciones inclusivas”.
En el ámbito político, estas se caracterizan por la participación ciudadana, el pluralismo y la central-
ización (entendida como la capacidad estatal de hacer cumplir las leyes y mantener el orden). En
tanto, en el ámbito económico, garantizan la propiedad privada y los contratos, a la vez que, medi-
ante el Estado, proveen servicios públicos clave.
Las instituciones inclusivas son las que allanan el camino a los motores de la prosperidad, como la
tecnología y la educación, y que permiten aprovechar el potencial de los mercados y el talento y
las habilidades de las personas8, haciendo posible lo que el economista Joseph Schumpeter de-
nominaba allá por 1942 la “destrucción creativa”, el proceso de reestructuración de la economía
mediante la adopción de nuevas ideas. Este proceso es un importante pilar del desarrollo económi-
co. Lamentablemente crea ganadores a la par de perdedores, por lo que no es bien recibido y, en
muchos casos, obstaculizado por el statu quo9.
Una importante consecuencia de esto es la conclusión de que las instituciones inclusivas no surgen
de la nada. Sería ingenuo pensar que las elites, voluntariamente, las implementarían aun cuando
son contrarias a sus intereses. La única forma de pasar de instituciones extractivas hacia institucio-
nes inclusivas es la existencia de una sociedad políticamente activa, una en las que sus ciudadanos
y ciudadanas se quejen, se manifiesten e incluso se subleven si el Estado se excede en sus límites10;
al mismo tiempo, que se esmeren por lograr la distribución del poder político a una parte bastante
amplia de la sociedad.
De nuevo, en palabras de Acemoğlu y Robinson, “Gran Bretaña y Estados Unidos, se hicieron ricos
porque sus ciudadanos derrocaron a las elites que controlaban el poder y crearon una sociedad en
la que los derechos políticos estaban mucho más repartidos, en la que el gobierno rendía cuentas,
respondía a los ciudadanos y en la que la gran mayoría de la población podía aprovechar las opor-
tunidades económicas”11.
La comunidad internacional puede ayudar a los países en vías de desarrollo en varios aspectos12,
pero indudablemente no es uno de ellos la responsabilidad de movilizar una sociedad fuerte, par-
ticipativa y decidida que día a día ejerza control y vigilancia sobre el Estado para que este no se
convierta en un obstáculo al crecimiento. Solo los ciudadanos hombres y mujeres mismos pueden
tomar esta decisión, nadie más puede hacerlo en su lugar.
2
Douglas North, Instituciones, cambio institucional y desempeño económico (México, D. F: Fondo de Cultura Económica, 1993).
3
Daron Acemoğlu y James A. Robinson, Por qué fracasan los países: Los orígenes del poder, la prosperidad y la pobreza (Barcelona-España:
Ediciones Deusto, Grupo Planeta, 2012).
4
Daron Acemoğlu y James A. Robinson, Por qué fracasan.
5
PNUD. Informe sobre Desarrollo Humano 2019. Más allá del ingreso, más allá de los promedios, más allá del presente: Desigualdades del
desarrollo humano en el siglo XXI. Nueva York: Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, 2019.
6
PNUD, Informe sobre Desarrollo Humano 2020. La próxima frontera: El desarrollo humano y el Antropoceno (Nueva York: Programa de las
Naciones Unidas para el Desarrollo, 2020).
7
PNUD, Informe Regional de Desarrollo Humano 2021. Atrapados: Alta desigualdad y bajo crecimiento en América Latina y el Caribe (Nueva
York: Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, 2021).
8
Daron Acemoğlu y James A. Robinson, Por qué fracasan.
9
Phillippe Aghion, Celine Antonin, and Simon Bunel (Eds.), The power of creative destruction: Economic upheaval and the wealth of nations
(Harvard University Press, 2021).
10
Daron Acemoğlu y James Robinson. El pasillo estrecho. Estados, sociedades y cómo alcanzar la libertad. Ediciones Deusto, 2019.
11
Daron Acemoğlu y James A. Robinson, Por qué fracasan.
12
Khadija Haq y Uner Kirdar, Desarrollo Humano, ajuste y crecimiento (México D. F.: Fondo de Cultura Económica,1990).
La primera reforma institucional se inició en el decenio de 1870. Esta, de carácter liberal, comenzada
en el gobierno de Marco Aurelio Soto y continuada en el de Luis Bográn, se prolongó con distintos
niveles de intensidad hasta la primera parte del siglo XX. Durante ese periodo, se creó un siste-
ma coherente de leyes, bajo la adopción del plan romano-francés de legislación, que derivó de la
Constitución Política los siguientes instrumentos normativos: Código Civil, Código Penal, Código de
Procedimientos, Ley de Organización y Atribuciones de los Tribunales, Código de Minería, Código
de Instrucción Pública, Ley de Aduanas, Ley de Notariado y Ley de Ordenanza Militar, entre otras.
A partir de 1949 y hasta 1975, se ejecutó una segunda reforma institucional. Concluida la dictadura
de Tiburcio Carías Andino, se inició este período de modernización institucional, que abarcó los go-
biernos de Juan Gálvez Durón (1949-1954), Ramón Villeda Morales (1957-1963) y la etapa reformista
del gobierno militar que presidió Oswaldo López Arellano (1972-1975).
En esta etapa de reforma, se impulsó el modelo económico-social conocido como “Estado de bien-
estar”. En el gobierno de Juan Gálvez Durón, se creó la infraestructura económico-financiera sobre
la cual descansaría la reforma. Así, se fundó el Consejo Superior de Planificación Económica, el
Banco Central y el Banco Nacional de Fomento, y se reformó el Ministerio de Economía y Hacienda.
Con este último, se fortaleció la recaudación tributaria, sobre todo al establecerse el impuesto sobre
la renta. Esta fue la institucionalidad planificadora, financiera y tributaria del Estado de bienestar.
En el gobierno de Ramón Villeda Morales se impulsó el área económico-social. Surgieron los pri-
meros planes y acciones de desarrollo bajo el impulso de la Alianza para el Progreso, propiciada
por el Gobierno de los Estados Unidos. En el marco del desarrollo se iniciaron reformas que, en su
mayoría, no llegaron a consolidarse y fueron posteriormente revertidas, reorientadas y debilitadas.
97 Ramón Romero y Leticia Salomón, La reforma judicial: un reto para la democracia (Tegucigalpa: Centro de Desarrollo de Honduras
[CEDOH], 2000), 53.
En la etapa reformista del gobierno militar, se emitió la segunda Ley de Reforma Agraria y se cre-
aron, entre otras, la Corporación Hondureña de Desarrollo Forestal, la Corporación Nacional de
Inversiones, la Suplidora Nacional de Productos Básicos y el Departamento Administrativo de Inqui-
linato.
Las instituciones que se crearon durante los tres gobiernos reformistas no lograron consolidarse.
En forma temprana, fueron víctimas de la corrupción, el clientelismo y la ineficiencia, que las minó
hasta invalidarlas en su casi totalidad o reducirlas a un perfil muy estrecho. Otras fueron privadas
con el cambio de modelo económico-social que significó el paso del Estado de bienestar al Estado
privatizador.
La tercera reforma institucional se inició en 1990, aunque con antecedentes preparatorios en la dé-
cada de los ochenta. Se trató de un proceso de liquidación y sustitución de la institucionalidad del
Estado de bienestar que, en su breve tiempo y enfrentando grandes oposiciones, no logró echar
raíces dentro del aparato estatal.
Pese a los cambios nominales de procesos administrativos y nuevas instituciones, los elementos
generadores de corrupción se mantuvieron, por lo que las nuevas estrategias institucionales, si
bien deben de ir acompañadas de esquemas de rendición de cuentas y auditorías sociales, también
deben incluir la formación de liderazgos éticos en las instituciones.
2.3.2. Descentralización
La descentralización es una modalidad de organización del Estado en la cual los gobiernos locales
y regionales gozan de un nivel de autonomía para decidir y gestionar en diferentes áreas de la ac-
tividad pública. Este proceso se caracteriza por trasladar funciones del Estado centralizado —como
educación, salud, vivienda, promoción y apoyo de las economías locales, y gestión de los recursos
locales, entre otras— para que sean ejercidas, gestionadas y cumplidas por unidades políticas, so-
cioeconómicas y territoriales más limitadas.
El esquema general en que se produce la descentralización es que el centro otorga poderes a la pe-
riferia, reservándose cierto control o tutela sobre ella y sin perder para sí el monopolio de la sobera-
nía del Estado. Con estos poderes transferidos, las regiones y municipios pueden decidir, planificar
y ejecutar los objetivos, alcances, contenidos, estrategias, modalidades, controles y evaluaciones
de los bienes y servicios que les corresponde brindar.
Su práctica en diversos países presenta distintos niveles de intensidad. Estos se mueven entre
extremos: desde una descentralización amplia, con traslado de funciones sustanciales y diversas,
hasta la descentralización muy reducida y con fuertes controles que tienden a limitarla e impiden su
pleno florecimiento.
Este es un asunto controversial que tiene varias aristas. Los aspectos que generan mayores des-
acuerdos del Gobierno central con las regiones y municipios suelen ser: (a) la escasa disposición
de dinero para cubrir los presupuestos, (b) el interés político de retener las mayores cuotas presu-
puestarias en el nivel central, (c) la limitada generación de recursos fiscales propios por parte de
los municipios, que puedan servir como contrapartida para proyectos diversos, y (d) la recurrencia
al endeudamiento externo, tanto por el Gobierno central como por gobiernos locales o regionales.
Estos constituyen uno de los dos tipos de conflictos que determinan la ampliación o la limitación de
la dimensión descentralizadora. El otro tipo de conflictos se relaciona con la voluntad de distribu-
ción del poder político. Ambos deben estar presentes de manera constante en la ejecución de la
descentralización.
El Estado de derecho, por su doble condición de garante y ejecutor de los derechos humanos, y por
su sujeción a la normativa jurídica interna y los pactos internacionales, ofrece el espacio propicio
para llevar a ejecución procesos descentralizadores. Es en el Estado de derecho donde existen los
mecanismos de armonización y legitimidad entre la legislación nacional y la normativa regional y
local que se sucede en el marco de la descentralización.
Entre las ventajas reconocidas de la descentralización respecto al centralismo se incluyen las si-
guientes:
a. Democracia de mayor calidad. Esta se logra cuando se dan al menos tres condiciones: a.1) que
el mandato de la ciudadanía en la dimensión local, regional y nacional pueda ser más cercano
y directo, y, por tanto, adquiera mayor respeto por sus representantes electos; a.2) que al existir
mayor cercanía entre la ciudadanía y el poder local con facultades ampliadas, los ciudadanos
pueden involucrarse y participar más directamente en las decisiones, la gestión y el control de
procesos de interés público relacionados con educación, salud, vivienda, infraestructura, eco-
nomía, seguridad ciudadana, ordenamiento territorial, gestión del riesgo y aprovechamiento
de recursos, entre otros; a.3) lograr que el control ejercido por la ciudadanía sobre la gestión
genere condiciones de mayor eficacia y transparencia por parte de las autoridades locales y
regionales.
d. Mayor posibilidad de avances en desarrollo humano. Siendo que el punto de partida del desa-
rrollo humano es la ampliación y el más efectivo ejercicio de libertades, estas pueden florecer
en condiciones de mayores consensos locales y responsabilidades compartidas entre los dis-
tintos actores colectivos. La adquisición de capacidades a partir del ejercicio de las libertades
permite a cada uno la construcción de su proyecto de vida buena y, con ello, la adquisición de
mayores niveles de plenitud. En condiciones de mayor identidad colectiva, social y cultural,
crecen las probabilidades de que cada uno y la colectividad participe de un proyecto de vida
compartido y de mayor calidad. El desarrollo humano puede, en este contexto, entenderse
como un proceso que avanza de los niveles locales a los más amplios, de dimensión nacional.
e. Influencia de la periferia al centro. Es la otra dimensión del esquema, que posibilita al buen go-
bierno avanzar desde las dimensiones locales a las nacionales. A la inversa de lo que hasta hoy
tiende a creerse de manera generalizada, las posibilidades de buenas prácticas democráticas,
de gobernanza beneficiosa para todos y de elevación de las condiciones de desarrollo humano
pueden fortalecerse en lo local y, desde ahí, ejercer influencia sobre la dimensión nacional y
el gobierno central. Las sociedades civiles locales tienen una tarea esencial en la construcción
local de democracia, buena gobernanza y desarrollo humano en el marco de los procesos de
descentralización.
Existe una Ley de Municipalidades, de relativa reciente aprobación, que contiene regulaciones so-
bre el municipalismo, pero hasta la actualidad adolece de una debilidad que prácticamente la in-
valida: no cuenta con un reglamento que la vuelva aplicable. Al carecer de reglamento, y con el
ánimo de resolver asuntos de su competencia, se aplica el reglamento de la antigua ley. Al aplicar
este, que no se corresponde con la ley vigente, se crea un desorden jurídico de gran magnitud en
el campo municipal.
En los inicios del decenio de 1990, cuando el mundo empezó a navegar por internet (la autopista
de la información, se le llamaba entonces), para la mayoría de los usuarios era poco previsible la
dimensión en que este salto tecnológico transformaría todas las actividades humanas.
Hoy es claro que este invento está expandiéndose, creciendo y profundizándose, y, con ello, trans-
formando la vida de todos. Aun las costumbres, la cotidianidad y las maneras de ser individuales
y sociales están transformándose bajo el impacto de esta tecnología. Las formas de comunicación
binarias y los artefactos que dan forma a la vida diaria —como los teléfonos inteligentes, las redes
sociales y el teletrabajo— no solo han llegado a ser esenciales: están evolucionando con rapidez y
dando lugar a muchas otras novedades e innovaciones tecnológicas que marcan un cambio civili-
zatorio.
La digitalización financiera puede conducir más recursos hacia todos los ODS, aunque a través de
diferentes caminos. Objetivos en áreas como la infraestructura sostenible, energía, agua, transporte
y servicios financieros son fácilmente financiados porque poseen usuarios que pagan. La digitaliza-
ción ayuda a dirigir inversiones públicas y privadas existentes, pero también empodera a individuos
a invertir en infraestructura sostenible y servicios de utilidad, al reducir las brechas de información99.
El recuadro 9 analiza la digitalización como una herramienta para la transformación.
98 Subapartado basado en el documento Análisis de transformación digital, una propuesta de desarrollo multidimensional en Honduras,
elaborado por José Luis Benítez, para el Informe de Desarrollo Humano, Honduras 2022.
99 Grupo de las Naciones Unidas para el Desarrollo Sostenible (GNUDS), “Dinero de las personas: aprovechar la digitalización para finan-
ciar un futuro sostenible”, agosto 2020, https://unsdg.un.org/es/resources/dinero-de-las-personas-aprovechar-la-digitalizacion-para-fi-
nanciar-un-futuro-sostenible
Cada día más personas hacen uso de internet y diversas aplicaciones digitales para informarse sobre
lo que sucede en su entorno sociopolítico, así como para comunicarse, estudiar, trabajar, producir y
consumir diferentes servicios culturales y productos digitales. Hasta octubre de 2020, Internet tenía
un total de 4.66 billones de usuarios. Sin embargo, aquellos que no tienen acceso a esta red y a otras
tecnologías de información y comunicación (TIC) constituyen una nueva “subclase digital”. El proceso
de digitalización avanza en algunos países más que en otros, pero a escala global muchas personas
y grupos sociales se quedan excluidos del acceso y uso de las posibilidades que ofrecen las TIC. Por
ello, el PNUD sostiene que “la digitalización plantea retos a las sociedades —de privacidad, rendición
de cuentas, información errónea, igualdad— a una escala masiva. Sus enormes oportunidades no
se podrán compartir universalmente sin un esfuerzo consciente y común de dirigirlas en apoyo de
sociedades inclusivas y éticas y de los Objetivos de Desarrollo Sostenible”1.
El 25 de septiembre de 2015, los 193 Estados miembros de las Naciones Unidas adoptaron la Agenda
2030 para el Desarrollo Sostenible, que incluye 17 Objetivos de Desarrollo (ODS) y 169 metas. De esta
manera, la comunidad internacional se comprometió a erradicar la pobreza y el hambre, y a lograr
el desarrollo sostenible en sus tres dimensiones: económica, social y ambiental, en los siguientes 15
años (2016-2030)2.
No obstante, la digitalización solo puede ser un instrumento eficaz para el desarrollo si se promueven
acciones para garantizar un acceso universal e incluyente a esas tecnologías digitales. Además, la
OCDE advierte que la nueva economía digital también puede implicar riesgos, tales como una mayor
concentración del mercado, un aumento de las desigualdades, la pérdida de puestos de trabajo y
amenazas a la privacidad y la seguridad.
Por tanto, se requiere de un proceso de transformación de las empresas y de los sectores producti-
vos para aprovechar al máximo las oportunidades y disminuir los riesgos de la economía digital. Esto
es así porque en esta denominada “Cuarta Revolución Industrial” se articulan varios elementos como
el desarrollo de la computadora y otros dispositivos móviles conectados a internet, la convergencia
tecnologías digitales, la inteligencia artificial, la robótica, la nanotecnología, el aprendizaje automáti-
co, la tecnología blockchain, el internet de las cosas, los macrodatos (big data) y la computación en la
nube, que generan cambios sustanciales en la economía y en los procesos de producción, y conlleva
el potencial transformador de todas las industrias.
En este sentido, el concepto de transformación digital se refiere a los efectos económicos, sociales,
culturales y políticos de la digitación y la digitalización. La digitación consiste en la conversión de
datos y procesos análogos a un formato legible por computadoras. Mientras tanto, la digitalización
incluye el uso de tecnologías digitales y sus interconexiones que posibilitan nuevas actividades o
cambios sustanciales en las ya existentes, y la creación de un nuevo ecosistema digital.
Este ecosistema está constituido por tres dimensiones principales: “nuevos modos de producción de
información y contenidos, diferentes comportamientos sociales relativos al uso y consumo de bienes,
y un impacto económico y social más importante que el de las tecnologías de información y comuni-
cación consideradas de manera aislada”5.
Katz propone que para medir el desarrollo de la digitalización de un país es necesario utilizar un índi-
ce multidimensional compuesto por seis elementos:
c. Accesibilidad a las redes: adopción de terminales que permiten a las personas y empresas ac-
ceder a las redes que transportan información digital.
Con estos criterios para evaluar el nivel de digitalización, los países pueden ser ubicados en una
de las siguientes cuatro categorías: limitados, emergentes, transicionales y avanzados. Análisis Te-
lecom Advisory Services midió en 2013 cómo se encontraban estos criterios de digitalización en
determinados países de América Latina y el Caribe, y en sus resultados estableció que Cuba se
ubicaba en la categoría de país limitado. Mientras tanto, Honduras se ubicaba, junto a Nicaragua,
Guatemala y Bolivia, en la categoría de países emergentes. Por otra parte, varios latinoamericanos,
entre ellos El Salvador, Costa Rica y Panamá, se posicionaban en la categoría de transicionales; solo
Uruguay y Chile fueron identificados con un nivel avanzado en su desarrollo de la digitalización.
Estos datos muestran que la digitalización avanza en la región y tiene un impacto importante; pero
está lejos de ser un proceso homogéneo7 (véase gráfico Re1.1).
60
Avanzados
50
40 Transicionales
Valor
30
Emergentes
20
10 Limitados
0
s
ge a
Pa a na
Bo y
y t ina
Pa ay
o
st á
E c go
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Tr
pú
Re
También hay una preocupación por los aspectos medioambientales de la digitalización. El creciente
volumen de dispositivos digitales y el tráfico de datos implica más uso de energía; pero al mismo
Esta transición requiere de un nuevo ecosistema digital basado en una mejor infraestructura de
comunicaciones y el desarrollo del capital humano y el entorno empresarial. Asimismo, hace falta
implementar en cada uno de los países los diferentes estándares internacionales sobre temas como
la regulación del flujo de datos, los derechos de propiedad intelectual, la seguridad y protección de
datos personales, y la universalidad de internet, entre otros10.
2. Internet abierto.
Por otra parte, la pandemia de COVID-19 ha mostrado cómo el acceso y el uso de internet ha sido
crucial para enfrentar los impactos de esta crisis global de salud. La digitalización de los hogares
es la que ha permitido a las personas “continuar realizando una cantidad de tareas cotidianas que
anteriormente requerían el contacto físico”12. Además, el acceso y el uso de internet y otras TIC han
sido indispensables para responder ante los impactos de la pandemia en áreas como la educación,
la salud, el trabajo, el comercio electrónico y el gobierno digital. Asimismo, esta situación ha logrado
concientizar a muchos sobre la necesidad de diseñar políticas públicas para promover un proceso
de transformación digital.
La transformación digital debería de ser un eje transversal en la búsqueda del bienestar social y el
desarrollo de las potencialidades de las personas y las organizaciones, y, por tanto, se debe buscar
la reducción de las diferentes brechas digitales entre las familias, los estudiantes de centros pú-
blicos y privados, los trabajadores y las empresas. Según el PNUD, las marcadas disparidades en
cuanto al “acceso a Internet y las herramientas para utilizarlo están impidiendo a millones de per-
sonas alcanzar mayores niveles de bienestar13. Por esto mismo, la OCDE subraya que la necesidad
de “adoptar una transformación digital beneficiosa para todos es una de las principales lecciones
extraídas de la crisis, y puede ser una oportunidad para que los países le den el protagonismo que
merece en sus agendas digitales”14.
En este contexto, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) sugiere que “la
tecnología debe estar al centro de los debates de política y ser un eje fundamental en los modelos
de desarrollo. La coyuntura requiere de un Estado de bienestar digital que promueva la igualdad,
proteja los derechos de los individuos y su privacidad y genere un cambio estructural mediante la
innovación y la difusión tecnológica”15. Además, se requiere de políticas públicas que promuevan
una digitalización con un enfoque multidimensional del desarrollo y con un nivel más alto de coordi-
En síntesis, la OCDE señala que las tecnologías digitales pueden contribuir a mejorar “la productividad,
ayudar a mitigar el cambio climático, fomentar la inclusión y transformar las instituciones públicas, pero
solo lo harán si todos los ciudadanos y empresas pueden beneficiarse de una transformación digital
promovida mediante un planteamiento centrado en las personas”17. Además, para lograr estos objeti-
vos, se requiere de una política integral que coordine las estrategias nacionales de desarrollo con las
agendas digitales, y que potencie la cooperación internacional hacia la transformación digital.
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9
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10
11
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internetuniversality/about
12
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rica-latina-frente-al-covid-19
13
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14
Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) et ál., Transformación digital.
15
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chos-la-transformacion-digital-informe-principales-indicadores-adopcion
“Agenda digital para América Latina y el Caribe (eLAC2022)” (Séptima Conferencia Ministerial sobre la Sociedad de la Información de América
16
17
Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) et ál., Transformación digital.
Fuente: Equipo del Informe de Desarrollo Humano Honduras con base en fuentes proporcionada
La realidad está siendo cada vez más determinada por la tecnología y, con ella, se percibe un mun-
do que se acaba y otro que nace. Cambian en forma veloz las relaciones, las formas de trabajo, la
economía, la vida social y aun las certezas, convicciones e ideas. Se vive de manera planetaria el
inicio de un futuro inédito, desconocido y lleno de posibilidades.
La nueva realidad, como cada momento significativo del pasado, plantea inmensos desafíos, espe-
ranzas, riesgos y temores. Una lección de la historia es que frente a los cambios profundos no caben
ni el optimismo ingenuo ni el pesimismo ciego. La praxis humana, compleja, múltiple y diversa es el
motor que impulsa y orienta la vida social.
En el contexto de un Estado con tecnología suficiente para ejercer el control social y la represión
por distintas modalidades, desde la violencia abierta hasta las distintas formas de violencia no apa-
rente100, se plantea un reto para el Estado de derecho: lograr que impere el respeto a las libertades,
los derechos humanos y las garantías constitucionales, junto con las prácticas de buen gobierno e
intensificación de los procesos de desarrollo humano.
100 La tecnología puede proporcionar notables beneficios y comodidades, pero su desarrollo y uso también conlleva riesgos. El espacio
de la información (y de la desinformación) está creciendo más rápido de lo que pueden desarrollarse los sistemas de gobernanza. La
digitalización plantea retos de privacidad, responsabilidad e igualdad a gran escala. Aunque la inteligencia artificial (IA) puede contribuir
a una toma de decisiones eficaz y basada en pruebas en diversos sectores, su aplicación incorrecta también puede amenazar los dere-
chos y las libertades. Los riesgos de discriminación algorítmica son omnipresentes y multifacéticos, y reproducen las desigualdades
estructurales, incluidas las de género. La tecnología puede utilizarse para permitir un mayor acceso a la justicia. También puede utilizarse
de manera que agrave las injusticias y las desigualdades, suponga una vulneración de los derechos y libertades, alimente la violencia y
active la delincuencia (UNDP, “UNDP Rule of Law and Human Rights”, 2022, https://www.rolhr.undp.org/content/ruleoflaw/en/home.html).
La digitalización del Estado aumenta sus capacidades. Los gobiernos, el Órgano Legislativo y los
tribunales de justicia pueden diseñar y ejecutar políticas que respondan de manera más adecua-
da a los distintos problemas económicos, jurídicos, sociales, políticos, culturales, ambientales, tec-
nológicos, de seguridad y control de la corrupción en que se sucede la acción estatal. Asimismo, el
Estado digitalizado puede generar bienes y servicios públicos, establecer y ejercer regulaciones y
controles con más eficiencia, transparencia, rapidez y especificidad.
La digitalización del Estado admite enfocarse desde dos perspectivas: una amplia y otra estrecha.
La perspectiva estrecha se encamina a la facilitación de los trámites y gestiones diversos que las
personas naturales y jurídicas ejecutan en diversas oficinas públicas, desde registrar el dominio
sobre un bien inmueble hasta efectuar arreglos de pago de impuestos.
Del capítulo 2 sobre la democracia incluyente como fundamento para las transformaciones, se pasa
a analizar, en el capítulo 3, la justicia. Una conclusión evidente es que sin una democracia plena
es muy difícil que la justicia alcance a las mayorías. Una justicia inclusiva requiere una democracia
inclusiva. Ese es el desafío central del estado de derecho que continuamos presentando en los
capítulos subsiguientes.
“Agenda digital para América Latina y el Caribe (eLAC2022)”. Séptima Conferencia Ministerial sobre la Sociedad de la Infor-
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1. Sin un Estado de derecho pleno, eficiente y transparente, los grandes problemas estructurales
del país difícilmente se podrán superar, lo que conducirá a un ciclo constante de crisis de ingo-
bernabilidad en un escenario muy complejo, difícil y volátil. Por eso, el Estado de derecho ha de
convertirse en el fundamento principal de las grandes transformaciones de país.
2. El debilitamiento y la multicrisis de las instituciones del Estado frente a sus obligaciones consti-
tucionales han tenido sus efectos en las instituciones relacionadas con el acceso a la justicia.
3. Como lo señalan informes recientes de PNUD LAC, antes de la pandemia, los sistemas de justi
cia de la región latinoamericana ya padecían serios desafíos en la prestación de sus servicios,
lo que limitaba el acceso a la justicia. En Honduras, al igual que en varios países de Latinoaméri
ca, la pandemia implicó la reducción de los servicios judiciales y el dilatamiento de los plazos
procesales. La falta de un sistema de información —integrado con indicadores que permitan
tener una mirada desde que ingresan las denuncias hasta la distintas respuestas y soluciones
entregadas por la institucionalidad pública— imposibilita una adecuada lectura y análisis de la
realidad judicial en Honduras y dificulta la medición de la magnitud del impacto del COVID en
el acceso a la justicia en el país.
7. En Honduras, las brechas de género constituyen una de las formas de desigualdad más en-
raizadas en la sociedad, que afectan en particular a las mujeres y las niñas (más de la mitad
PILAR 2: JUSTICIA
El término “justicia” puede ser empleado en dos sentidos: (a) como un valor ético y (b) como el con-
junto de órganos, sistemas y procedimientos encargados de juzgar y hacer ejecutar lo juzgado, lo
que comúnmente se conoce como “administración de la justicia”1.
En tiempos de mayor conflictividad social, la resiliencia del sector de justicia es una condición ne-
cesaria para alcanzar un contrato social inclusivo y justo; el acceso a la justicia es una condición
habilitadora para consolidar el tejido social. A tal fin, este capítulo propone una serie de lineamien-
tos conceptuales y programáticos, con propuestas prácticas y concretas, para lograr que el acceso
a la justicia sea un vehículo válido y efectivo de contención social y protección de los derechos
humanos. En la construcción de esta “nueva normalidad mejorada”, el acceso a la justicia pronta y
cumplida se torna fundamental para componer, por un lado, el déficit de confianza en las institucio-
nes del Estado, pero también para abordar las demandas de los distintos sectores sobre la base de
un enfoque de inclusión y de protección de los derechos humanos, para materializar el mandato de
“no dejar a nadie atrás”2.
Por esta razón es que se utiliza el concepto de justicia inclusiva, con el fin de asegurar un enfoque
de transformación del sistema de justicia basada en servicios de calidad centrados en las personas,
cercanos a la comunidad y eficientes. Se trata de transparentar los procesos de trabajo judicial en
todas las jurisdicciones y de potenciar la carrera profesional y el sistema de evaluación de desem-
peño y ascensos. Todo ello acompañado de una impronta de soluciones innovadoras y digitaliza-
ción del sector.
En este capítulo se analiza el Estado de derecho y la administración de la justicia, así como su re-
lacionamiento con el desarrollo humano. Para ello, se presenta inicialmente el marco conceptual
donde se expone la articulación entre los conceptos de justicia, desarrollo humano y derechos hu-
manos. Un segundo apartado presenta un marco referencial de los derechos humanos y el Estado
de derecho. Un tercer apartado aborda la relación entre género, Estado de derecho y desarrollo
humano. En el cuarto apartado, se ofrece una breve descripción del sistema de justicia hondureño,
que toma en cuenta elementos que configuran el acceso a la justicia, tales como su arquitectura
institucional, su presencia en el territorio y otros factores que influyen para que este principio bá-
sico del Estado de derecho se cumpla—como el grado de independencia judicial, la corrupción, la
impunidad y los desafíos que enfrenta el sistema—. Un quinto apartado aborda la justicia, desde
una definición más amplia que el concepto tradicional, al enfocarse en las políticas sociales como
mecanismos de inclusión.
1 Centro para la Independencia de Jueces y Abogados (CIJA), Honduras: La administración de justicia, la independencia del poder judicial
y la profesión legal (Honduras, 2003), https://www.corteidh.or.cr/tablas/29167.pdf
2 Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo para América Latina y el Caribe (PNUD), Innovación, resiliencia y transformaciones
urgentes hacia una justicia inclusiva en América Latina y el Caribe (Panamá: Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, 2020),
https://www.undp.org/es/latin-america/publications/innovaci%C3%B3n-resiliencia-y-transformaciones-urgentes-hacia-una-justicia-inclu-
siva-en-am%C3%A9rica-latina-y-el-caribe
Para la Organización de las Naciones Unidas (ONU), el acceso a la justicia es un principio básico
del Estado de derecho, ya que, sin este, “las personas no pueden hacer oír su voz, ejercer sus de-
rechos, hacer frente a la discriminación o hacer que rindan cuentas los encargados de la adopción
de decisiones”6. Si está ausente, la justicia no tiene alcances más profundos en la consolidación del
paradigma del Estado de derecho, al constituirse como un elemento central en la formulación del
modelo democrático y el desarrollo humano7.
La misión central del Estado de derecho es el respeto y el cumplimiento de los derechos humanos
enunciados en todas las declaraciones y cartas internacionales de las que Honduras es parte, y en
las garantías y los derechos de las personas establecidos en la Constitución de la República.
Las declaraciones de derechos humanos reconocen y obligan el respeto a la dignidad del ser hu-
mano, sus derechos fundamentales, libertades y potestades. Ya en 1789, cuando en la Revolución
francesa se formuló la Declaración de Derechos y Deberes del Hombre y del Ciudadano, se respon-
sabilizó al Estado por tales derechos universales. En 1948, cuando la ONU proclamó la Declaración
Universal de Derechos Humanos, la responsabilidad de implementarlos se amplió. Esa obligación
de los Estados nacionales y de la comunidad internacional sobre la materia se ha mantenido en las
siguientes declaraciones, las cuales se han ido ampliando de los derechos civiles y políticos a los
derechos económico-sociales, y luego a los derechos ambientales y culturales.
El conjunto de declaraciones sobre este tema tiende a ser entendido como los derechos mínimos y
universales que todas las personas tienen y que deben serles respetados8. Este mínimo aceptado
universalmente es la plataforma para seguir ampliando los derechos universales de los seres huma-
nos, tanto en el nivel declarativo como, sobre todo, en el de realizaciones.
Para respetar y cumplir los derechos humanos, los Estados deben construir instituciones sólidas
y marcos jurídicos legitimados que garanticen la conservación de un modelo democrático y pros-
criban los abusos en el ejercicio del poder. A este fin contribuye la adopción de los principios fun-
damentales del derecho constitucional moderno, entre los cuales destacan dos: (a) los derechos
Según Naciones Unidas, los derechos humanos pertenecen a todos los seres humanos, sin distin-
ción alguna de raza, sexo, nacionalidad, origen étnico, lengua, religión o cualquier otra condición.
Entre los principales, se incluyen el derecho a la vida y a la libertad, a no estar sometido ni a escla-
vitud ni a torturas, a la libertad de opinión y de expresión, y a la educación y al trabajo, entre otros
muchos. Estos corresponden a todas las personas, sin discriminación alguna10.
El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos señala que los derechos
humanos son los que tenemos básicamente por existir como seres humanos; no están garantizados
por ningún Estado. Son universales e inherentes a todas las personas, con independencia de la na-
cionalidad, el género, el origen étnico o nacional, el color, la religión, el idioma o cualquier otra con-
dición. Varían desde los más fundamentales —el derecho a la vida— hasta los que dan valor a nues-
tra vida, como los derechos a la alimentación, a la educación, al trabajo, a la salud y a la libertad11.
Gregorio Peces-Barba profundiza el concepto y señala que los derechos humanos son la facul-
tad que la norma atribuye de protección a la persona en lo referente a su vida, a su libertad, a la
igualdad, a su participación política y social, o a cualquier otro aspecto fundamental que afecte su
desarrollo integral como persona, en una comunidad de hombres libres, exigiendo el respeto de
los demás hombres, de los grupos sociales y del Estado, y con posibilidad de poner en marcha el
aparato coactivo del Estado en caso de infracción12.
En su artículo 2, la Ley sobre Justicia Constitucional señala que los instrumentos internacionales de
derechos humanos “se interpretarán y aplicarán de conformidad con los tratados, convenciones y
otros instrumentos internacionales sobre derechos humanos vigentes en la República de Honduras,
tomando en consideración las interpretaciones que de ellos hagan los tribunales internacionales”.
Este artículo hace un reconocimiento explícito de los instrumentos internacionales de derechos hu-
manos y reafirma el compromiso del Estado hondureño de reconocer la contención y las opiniones
consultivas de tribunales internacionales, tales como la Corte Interamericana de Derechos Huma-
nos y la Corte Penal Internacional.
Los mecanismos para la exigibilidad y protección de los derechos humanos para el marco normativo
hondureño pueden establecerse en cuatro dimensiones:
9 Carta de la Tierra, III. Justicia social y económica (San José: Carta de la Tierra Internacional c/o Universidad para la Paz, 2020.)
10 Naciones Unidas, “Desafíos globales, Derechos humanos, ¿Qué son los derechos humanos?”, https://www.un.org/es/global-issues/hu-
man-rights
11 Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ACNUDH), “¿Qué son los derechos humanos?”, ht-
tps://www.ohchr.org/sp/issues/pages/whatarehumanrights.aspx
12 Gregorio Peces-Barba Martínez, Derechos sociales y positivismo jurídico (Escritos de Filosofía Jurídica y Política) (Madrid: Editorial DY-
KINSON, 1999).
Los elementos más significativos de la evolución de los derechos humanos en el país son:
a. Una débil capacidad institucional del Estado para hacer respetar y cumplir los derechos hu-
manos. En cuanto al primer elemento, con un carácter enunciativo, el derecho positivo hondureño
reconoce la protección de los derechos humanos, las garantías y las libertades como la piedra an-
gular en la construcción del Estado de derecho. Sin embargo, en la práctica, este sistema ha sufrido
una degradación sostenida debido a factores endógenos que están ligados a la construcción del
modelo estatal, la fragilidad de la gobernabilidad13 y el deterioro en el Estado de derecho14, que han
creado un fraccionamiento entre el discurso y la efectiva implementación de los derechos humanos.
Esta debilidad en la capacidad institucional se observa en los tres poderes del Estado. En el ámbito
del Poder Ejecutivo, resaltan debilidades de las instituciones de derechos humanos y condiciones
inadecuadas en los centros de detención (como el hacinamiento, la inseguridad y las amenazas,
la tortura y casos de penas crueles e inhumanas, arrestos o detenciones arbitrarios); ejecuciones
y amenazas a periodistas, defensores de derechos humanos, ambientalistas y abogados; casos
graves de corrupción por parte de funcionarios de alto nivel. A ello se une la falta de investigación y
responsabilización por actos de violencia contra mujeres, además de amenazas y violencia dirigidas
a comunidades indígenas y afrodescendientes, así como a personas de la comunidad LGBTI15.
El toque de queda y el cierre de las oficinas del gobierno a nivel nacional en respuesta al COVID-19
debilitó las iniciativas gubernamentales frente a los abusos durante gran parte del año. El Poder
Ejecutivo operó través de la Secretaría de Estado en derechos humanos, pero en condiciones muy
complejas por la falta de recursos humanos y financieros, y una frágil coordinación con el Comisio-
nado Nacional de los Derechos Humanos (la cual se fue debilitando aún más durante la pandemia).
13 Los indicadores de gobernabilidad del Banco Mundial registran una tendencia al deterioro en el periodo 1996-2019, en todas las dimen-
siones de gobernabilidad, en concreto, a partir de 2010, en los temas de Estado de derecho, control de corrupción, estabilidad política
y calidad de la regulación, en comparación con el resto de países de Centroamérica. Mientras Costa Rica se ubica en un rango percentil
alto (entre el 40 % de los países con mejores resultados en los indicadores de gobernabilidad), Honduras se posiciona entre el 40 %
de los países con menor fortaleza en los seis componentes de los indicadores de gobernabilidad, con los resultados más bajos para la
dimensión de Estado de derecho. Al respecto, puede consultarse Banco Mundial, “Eastern Europe World Governance Indicators”, https://
databank.bancomundial.org/id/71ec9e89?Report_Name=Eastern-Europe-World-Governance-Indicators
14 Como se mencionó anteriormente, de acuerdo con el World Justice Project, Honduras, con una puntuación general de 0.4, es el cuarto
país con menor apego al Estado de derecho en América Latina y el Caribe, con 0.53 (véase World Justice Project, “Country Insights,”
Honduras 2021, Adherence to the Rule of Law, https://www.worldjusticeproject.org/rule-of-law-index/).
15 OACNUDH, Informe del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos sobre la situación de los derechos
humanos en Honduras, 4 de marzo de 2022, A/HRC/49/21; Human Rights Watch, “Honduras: Eventos de 2020”, https://www.hrw.org/es/
world-report/2021/country-chapters/377435
El PNUD, al igual que OACNUDH, plantea la necesidad de “que el Estado avance en el cumplimiento
del compromiso asumido ante mecanismos internacionales de derechos humanos de reducir gra-
dualmente la presencia de las Fuerzas Armadas en funciones de seguridad ciudadana y de crear un
plan definido a fin de completar la reforma de la Policía”17.
Respecto al Poder Judicial, OACHNUD señala que “el acceso a la justicia continúa afectado por
barreras estructurales y problemas sistémicos. Las principales falencias del sistema de justicia si-
guen siendo la muy debilitada independencia judicial, en gran medida debido a la falta de procesos
de selección de funcionarios judiciales que garanticen criterios idoneidad, mérito y competencias
técnicas; el retardo injustificado de los procesos, la falta de motivación suficiente de las decisiones
judiciales y la impunidad. A esto se añade la legislación que limita la participación integral de las
víctimas de violaciones de derechos humanos en el proceso penal, menoscabando el acceso a la
justicia. (…) La pandemia del COVID-19 profundizó estas debilidades, particularmente con relación a
la falta de publicidad de los procesos por la ausencia de medidas de parte del Poder Judicial para
adecuar espacios físicos ya existentes y superar las falencias en el funcionamiento de las plata-
formas digitales”18. De lo anterior se deduce que el Poder Judicial es fundamental para superar un
abordaje integral en materia de derechos humanos.
En el ámbito del Poder Legislativo, el Congreso Nacional es un poder fundamental para las trans-
formaciones del país. En ese sentido, los temas vinculados a derechos humanos e impunidad son
esenciales y pueden tener un aporte sustantivo desde la perspectiva del funcionamiento del Con-
greso Nacional. No obstante, para ambos desafíos se requiere un Ministerio Público y una Corte
Suprema de Justicia con imparcialidad, competentes e independientes. Para lograrlo, un paso fun-
damental es despolitizar y superar todas las irregularidades en el proceso de selección de las altas
autoridades del Estado que, hasta el momento, evidencian la primacía de criterios políticos sobre la
meritocracia; así, impiden la existencia de instituciones públicas que luchen frontalmente contra la
impunidad. El Congreso Nacional está en la posición de garante y tiene como objeto fortalecer el
Estado de derecho desde el lugar que ocupa en el juego democrático de pesos y contrapesos, así
como de igual manera respecto a la implementación de políticas públicas.
Estos elementos coadyuvan para que la capacidad institucional instalada sea aún débil frente al
desafío complejo de lograr una cultura de respeto a los derechos humanos. Los mecanismos de
derechos humanos (nacionales e internacionales) necesitan de las prácticas democráticas para su
efectiva implementación y solo logran desarrollarse con la activa participación ciudadana y una ins-
titucionalidad consolidada en favor del Estado de derecho.
Diversos organismos, entre ellos la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y Am-
nistía Internacional, señalan que personas defensoras de derechos humanos (en particular, del terri-
torio, el medioambiente y el acceso a la tierra); pueblos indígenas y afrodescendientes; niñas, niños
y adolescentes; mujeres20; y personas LGBTI continúan sufriendo elevados niveles de violencia21,
cuyos casos quedan, en su mayoría, como actos impunes22.
19 De acuerdo con la Alianza por la Paz y la Justicia (APJ), los principales propulsores de la escasa aplicación de sanciones ante la comisión
de delitos en Honduras son, por un lado, de tipo estructural (como la falta de recursos, la limitada capacidad técnica, la falta de informa-
ción y los problemas de coordinación en los entes encargados de impartir justicia) o están relacionados a factores como la corrupción y
la injerencia por parte de grupos políticos, económicos o del crimen organizado (APJ, Primer Informe APJ sobre impunidad: Homicidios
en Comayagua, San Pedro Sula y Tegucigalpa. Período 2010-2012 [Tegucigalpa: Alianza por la Paz y la Justicia, 2015], http://biblioteca.
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20 La violencia golpea a las mujeres desde edades más tempranas que a los hombres, y se reproduce a lo largo del ciclo de vida. Las
acompaña desde su niñez y se inicia en el mismo seno del hogar, hasta su adultez mayor. Adquiere diversas manifestaciones según la
etapa de vida en que se encuentren. Así, por ejemplo, en el caso de las mujeres, las denuncias se incrementan a partir de la edad de 10
años, en su mayoría por delitos sexuales. En el caso de los hombres, las denuncias tienden a aumentar a partir de los 15 años. Mientras,
las denuncias de violencia patrimonial y abandono son más frecuentes durante la tercera edad (Infosegura, UNDP y USAID, “Honduras.
Violencia contra las mujeres a lo largo del ciclo de vida”, Infosegura, https://docplayer.es/211426154-Honduras-violencia-contra-las-muje-
res-a-lo-largo-del-ciclo-de-vida-consideraciones-preliminares-avances-y-desafios.html
21 CIDH, Situación de derechos humanos en Honduras (Honduras: Comisión Interamericana de Derechos Humanos, 2019), https://www.oas.
org/es/cidh/informes/pdfs/Honduras2019.pdf; Amnistía Internacional, Informe 2020/2021, La situación de los derechos humanos en el
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22 CIDH, Situación de derechos humanos en Honduras, 224-225.
El enfoque de género es una parte esencial del Informe Nacional de Desarrollo Humano IDH 2022
en Honduras24. Partiendo del eje central del informe, es decir, el Estado de derecho y de la definición
de los tres pilares que se refuerzan entre sí, a saber: democracia, justicia y seguridad (y basados en
la teoría de cambio del informe), se puede destacar la relación entre género y Estado de derecho.
Así, por ejemplo, un ordenamiento jurídico y una institucionalidad que refuerzan la discriminación
y el incumplimiento de los derechos humanos fundamentales, repercutiendo negativamente en las
libertades, como en el caso de la violencia contra las mujeres y las niñas, y la falta de acceso a una
justicia efectiva, pueden perpetuar un ciclo vicioso entre estos tres pilares, debilitando el Estado de
derecho y las posibilidades de un desarrollo humano sostenible.
En Honduras, las brechas de género constituyen una de las formas de desigualdad más enraizadas
en la sociedad y afectan en particular a las mujeres y las niñas (que conforman más de la mitad de la
población)25; de este modo, esos desequilibrios se convierten en uno de los principales obstáculos
para el progreso social y democrático del país. Esta situación exige una respuesta contundente para
enfrentar este desafío central que, a la vez, puede convertirse en uno de los principales catalizado-
res para el avance y el logro de los ODS en el marco de la Agenda 2030.
Un análisis reciente del PNUD (2019) subraya que la desigualdad de género refleja desequilibrios
intrínsecos de poder, en los que se observan dos tendencias. Por un lado, se constata que estas son
profundas y generalizadas, y están ligadas directamente a la distribución desigual de los avances
derivados del desarrollo económico entre los diferentes estratos socioeconómicos. Por otro, tien-
den a ser más profundas en las áreas de mayor empoderamiento individual y poder social. Esto im-
plica que es más fácil avanzar en las capacidades básicas, y más complicado, en las aumentadas26.
23 Este apartado se basa en el “Análisis de género, desigualdades e institucionalidad” preparado por Carolina Ávalos para el Informe de
Desarrollo Humano, Honduras 2022.
24 El abordaje conceptual de género se realizó partiendo de tres elementos: primero, el vínculo entre Estado de derecho y género; segun-
do, este vínculo con la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, en particular con el ODS 5 “Lograr la igualdad de género y empoderar
a todas las mujeres y las niñas” y el ODS 16 “Promover sociedades pacíficas e inclusivas para el desarrollo sostenible, facilitar el acceso
a la justicia para todos y construir a todos los niveles instituciones eficaces e inclusivas que rindan cuentas”; y tercero, con base en este
marco de referencia, se estableció un mapeo (teórico) de los ODS para el avance del Estado de derecho y la igualdad de género en
el país. Es preciso señalar que para el análisis también se consideran los enfoques de ciclo de vida, intersecciones e interculturalidad,
en línea con el carácter universal de la Agenda 2030 y con la importancia de dar una respuesta a las desigualdades cruzadas. De este
modo, se contribuye al avance en la materialización de los derechos humanos. En cuanto al ciclo de vida, este permite identificar las
vulnerabilidades y los riesgos (de salud y sociales) específicos que enfrentan las mujeres y las niñas en las distintas etapas de desarrollo,
de acuerdo con sus edades. En tanto, la interseccionalidad permite abordar las múltiples discriminaciones que enfrentan las mujeres y
las niñas solo por el hecho de ser mujeres, y su intersección con múltiples formas de discriminación por otras razones, tales como edad,
discapacidad, orientación sexual e identidad de género, raza u origen étnico, situación socioeconómica, condición de desplazada o
migrante retornada, entre otros factores. La interculturalidad se enfoca en su relación con la demanda por el reconocimiento cultural y
político de los grupos indígenas y afrodescendientes, en donde la aplicación efectiva del Convenio 169 de la OIT es fundamental. Para
más detalles sobre el abordaje conceptual y la transversalización, puede consultarse el documento “Análisis de género, desigualdades
e institucionalidad” preparado por Carolina Ávalos para el Informe de Desarrollo Humano, Honduras 2022, el cual forma parte de la
Colección para el Desarrollo Humano.
25 El Índice de Desigualdad de Género (IDG) y sus componentes presentados en la sección primera del informe permiten comprender mejor
la brecha de género en los logros del desarrollo humano en Honduras. Como ya se ha mencionado, en Honduras destaca la persistencia
de las brechas de género en el mercado de trabajo y en la participación política.
26 PNUD, Informe sobre Desarrollo Humano 2019. Más allá del ingreso, más allá de los promedios, más allá del presente: Desigualdades
del desarrollo humano en el siglo XXI (Nueva York: Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, 2019), 165.
Esta relación intrínseca entre desigualdad de género y desarrollo humano se establece como un
marco para ahondar en las dinámicas observadas (a nivel global) de convergencia, en las capacida-
des básicas, y de divergencia, en las aumentadas30, por un lado, mediante el establecimiento de la
importancia de abordar la desigualdad de género para promover el desarrollo y los derechos huma-
nos básicos, por otro, desde una visión de más largo plazo, aquellos aspectos que obstaculizan el
progreso sostenible (institucionalidad, normas sociales y culturales sesgadas contra la igualdad de
género, y concentraciones [y desequilibrios] de poder que perpetúan estas desigualdades).
3.3.2 Institucionalidad de género en el país durante el período 2000-2021: sus principales avan-
ces, nudos críticos y desafíos
Las instituciones y su funcionamiento son indispensables para avanzar hacia la igualdad32, ya que
pueden facilitar o restringir el avance de las acciones, en la medida en que tienen la posibilidad
de proporcionar los mecanismos, instrumentos y recursos para asegurar la efectividad de los de-
rechos33. Bajo este entendido, el presente subapartado analiza la institucionalidad en materia de
género a lo largo de aproximadamente dos décadas (2000-2021)34.
27 Es un índice basado en datos (panel de 32 países, 6 de América Latina y el Caribe) de la Encuesta Mundial sobre Valores, que mide los
sesgos de género en las normas sociales a través de las opiniones de las personas sobre los roles de género en la políticas (derechos
políticos, capacidad para ejercer como líder, otras), la educación (importancia de poseer un título universitario), la economía (derecho
al trabajo, capacidad de desempeñar cargos ejecutivos en empresas, otros) y la integridad física de las mujeres (violencia en la pareja,
salud reproductiva, otros). Ver PNUD, Más allá del ingreso, capítulo 4, 165.
28 Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), Más allá del ingreso, 14.
29 Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), Más allá del ingreso, 176.
30 Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), Más allá del ingreso, 7. Se entiende como el conjunto de capacidades
básicas vinculadas a las privaciones más extremas, por ejemplo: logros en la supervivencia de la primera infancia, enseñanza primaria,
tecnología básica y resiliencia a las crisis recurrentes, que son fundamentales y muy importantes para la formación de las capacidades
aumentadas en etapas de vida posteriores que reflejan otros aspectos (cada vez más relevantes en el futuro) relacionados al empode-
ramiento, las aspiraciones y las posibilidades de que las personas realicen todo su potencial de desarrollo y “tomen las riendas de la na-
rrativa de sus vidas”, es decir: logros en atención de educación de calidad en todos los niveles, acceso efectivo a tecnologías modernas
y resiliencia frente a nuevas crisis desconocidas.
31 PNUD, América Latina y el Caribe: Gobernanza Efectiva, más allá de la recuperación (New York: Programa de las Naciones Unidas
para el Desarrollo, 2021), https://www.latinamerica.undp.org/content/rblac/es/home/library/democratic_governance/america-latina-y-el-
caribe--gobernanza-efectiva--mas-alla-de-la-.html
32 Sandra Huenchuan Navarro (ed.), Envejecimiento e institucionalidad pública en América Latina y el Caribe: conceptos, metodologías y
casos prácticos (Santiago de Chile, 2016), https://www.cepal.org/sites/default/files/events/files/a2019-06-14-capi-institucionalidadpubli-
ca-sh_0.pdf
33 Clara Jusidman, “Ciudadanía social y derechos políticos”, Documento de trabajo, Proyecto de Protección de Programas Sociales (México,
D. F.: Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo), citada en Sandra Huenchuan Navarro (ed.), Envejecimiento e institucionalidad
pública, 5.
34 Cabe señalar que, en 2022, se creó una nueva estructura del Poder Ejecutivo que incluyó cambios en la institucionalidad en materia de
género, con la creación de la Secretaría de Estado en el Despacho de Asuntos de la Mujer (Decreto Ejecutivo PCM 05-2022, La Gaceta
35,892 del 6 de abril del 2022, https://www.tsc.gob.hn/web/leyes/PCM-05-2022.pdf).
El Estado de Honduras cuenta con un marco jurídico internacional y nacional amplio en relación con
los derechos de las mujeres y las niñas, y otros grupos en situación de vulnerabilidad. Entre estos,
se encuentran los distintos instrumentos internacionales adoptados y ratificados en relación con
los temas de derechos humanos —Sistema Universal de Derechos Humanos de la ONU, convenios
de organismos especiales de Naciones Unidas (OIT, CEPAL, UNESCO), Sistema Interamericano de
Protección de los Derechos Humanos de la OEA— y el Derecho Humanitario35 (véase diagrama 11).
Notas. 1/ Sistema Universal de los Derechos Humanos: Organización de las Naciones Unidas; 2/Sistema Interamericano de Protección a los Derechos Humanos: Organización de Estados
Americanos (OEA); 3/ Convenios de la OIT; 4/ El nuevo Código Penal (2019) contiene artículos relacionados al delito por motivo de discriminación (por razones de ideología, religión, raza, etnia,
edad, sexo, orientación sexual, identidad de género y discapacidad, entre otras) en: circunstancias agravantes (Art. 32), la negación de prestación de servicios públicos (Art. 211) y el ámbito laboral
(Art. 295).
Fuente: SEDH, 2019. Compendio de instrumentos internacionales ratificados y adoptados por Honduras en Derechos Humanos, Derecho Humanitario y Marco Normativo Hondureño en Materia
de Derechos Humanos
35 Secretaría de Derechos Humanos (SEDH), Compendio de instrumentos internacionales ratificados y adoptados por Honduras en De-
rechos Humanos, Derecho Humanitario y Marco Normativo Hondureño en materia de Derechos Humanos (Tegucigalpa: 2019), https://
www.sedh.gob.hn/odh/documentos/documentos-de-interes/275-compendio-2019/file; Instituto Nacional de la Mujer (INAM), Compendio
de Leyes sobre Derechos de la Mujer, 2015, https://www.inam.gob.hn/index.php?option=com_phocadownload&view=file&id=5:compen-
dio-de-leyes-sobre-derechos-de-la-mujer&Itemid=110
Cuadro 7 Derechos de las mujeres pertenecientes a los pueblos indígenas y población afrohon-
dureña
Constitución de la República (artículos 173 y 346), que establece el compromiso del Estado para preservar y
estimular las culturas nativas, además de reconocer el deber de promulgar medidas de protección hacia los
pueblos indígenas, relacionadas con el recurso tierra y ambiente.
Convención Internacional sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación Racial (firmada en 1965
y ratificada en 2002), que habla de los deberes de los Estados en relación con la discriminación racial.
Convenio 169 de la OIT (ratificado en 1994) sobre pueblos indígenas y tribales en países independientes.
Con esta acción, el Estado se compromete a establecer medidas para la protección y preservación de los
pueblos indígenas y garífuna de Honduras. Este mismo año se creó el Programa Nacional de Educación para
las Etnias Autóctonas y Afroantillanas de Honduras (PRONEEAAH).
Código Penal 2019 de Honduras. Se incluye la discriminación con ocasión del ejercicio de derechos: Artículo
211. Denegación de prestación de un servicio público por discriminación. Artículo 212. Denegación de presta-
ción en el ejercicio de actividades profesionales o empresariales por razones de discriminación. Artículo 213.
Incitación a la discriminación, en el que se establecen las penas de prisión y multas para quienes desarrollan
conductas relacionadas con la incitación a la discriminación de manera directa, pública o a través de los
medios de comunicación y difusión, así como quien lesiona la dignidad de las personas mediante acciones o
expresiones que entrañan humillación, menosprecio o descrédito, por razón de pertenencia a estos grupos
poblacionales (pueblo indígena o afrodescendiente, sexo, orientación sexual o identidad de género, razones
de género, situación familiar o económica, edad, discapacidad u otras razones). Artículo 295. Delito de dis-
criminación laboral, en el que se considera el empleo, público o privado.
Convención Americana sobre Derechos Humanos. Resolución de la Asamblea General de la OEA, AG/RES.
2435 XXXVIII-O/08 Derechos Humanos orientación sexual e identidad de género (2008).
Principio de Yogyakarta sobre la Aplicación del Derecho Internacional de Derechos Humanos a las Cuestio-
nes de Orientación Sexual e Identidad de Género (2007).
Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre (1948).
Convención Interamericana contra Toda Forma de Discriminación e Intolerancia (2013).
Convenio Internacional sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación Racial (1965).
Convenio contra la Tortura y otros Tratos o Penas Crueles Inhumanos o Degradantes (1984).
Código Penal 2019. Discriminación con ocasión del ejercicio de derechos (véase arriba).
Fuente: Equipo del Informe de Desarrollo Humano Honduras
Un marco jurídico que responda a esta complejidad y que sea central para garantizar la igualdad
en el goce de los derechos entre mujeres y hombres es fundamental. Para ello, es recomendable
establecer una plataforma de avance legislativo que permita un monitoreo sistemático en materia
de igualdad de género, no discriminación y una vida libre de violencias37. También deberán conside-
rarse los vacíos legales existentes relacionados a temas centrales de la agenda de las mujeres, tales
como la violencia política, los derechos a la salud sexual y reproductiva —que incluye temas como el
aborto y el matrimonio infantil— la trata de personas y el desplazamiento forzado38, así como la iden-
tificación de otros retos legislativos, entre los que se puede mencionar la armonización y la cohe-
rencia del marco jurídico y el establecimiento de indicadores que permitan monitorear el avance39.
Los instrumentos de políticas marco que contemplan una visión de desarrollo y de planificación a
mediano y largo plazo, y otros específicos para el abordaje de los asuntos de la mujer, derechos e
igualdad de género, son diversos. En este apartado se analizan los principales.
36 Tal como lo establece la Convención de Viena sobre el Derecho de los Tratados entre Estados y Organizaciones Internacionales (artículo
27) y Convención Americana sobre Derechos Humanos (artículo 2).
37 Para ejemplos del Índice de Avance Legislativo en México, véase Comisión Nacional de Derechos Humanos, Principales Retos Legisla-
tivos en Materia de Igualdad, No Discriminación y No Violencia Contra las Mujeres en México (México: Comisión Nacional de Derechos
Humanos, 2019), https://www.cndh.org.mx/sites/default/files/documentos/2019-11/Retos-legislativos-2019.pdf
38 Como expone el Informe Mundial sobre las Migraciones, los migrantes irregulares de Honduras y del resto de Centroamérica se ven ex-
puestos o son víctimas de secuestros masivos, prácticas abusivas, agresión física y sexual (entre otros) mientras se dirigen hacia la fron-
tera entre Estados Unidos y México (Organización Internacional para las Migraciones [OIM], Informe sobre las migraciones en el mundo
2020 (Ginebra: 2019), 112, https://publications.iom.int/system/files/pdf/wmr_2020_es.pdf). De acuerdo con estadísticas del Centro Global
de datos sobre la trata de personas (CTDC, por sus siglas en inglés), el 57.5 % de los emigrantes hondureños que han sido víctimas de
tráfico humano experimentaron explotación laboral, y un 42.5 %, explotación sexual. Las mujeres y los menores de edad son especial-
mente vulnerables: el 68 % de las víctimas de trata durante el tránsito migratorio eran mujeres; el 30 %, hombres; el 2 %, transgénero; y
el 51.7 %, menores de 17 años (The Counter Trafficking Data Colaborative [CTDC], “Global data hub on human trafficking”, https://www.
ctdatacollaborative.org/).
39 Asegurar una legislación coherente con el enfoque de derechos y la igualdad de género (y que no obedezca a una visión androcéntri-
ca), es decir, la existencia de disposiciones basadas en la igualdad entre mujeres y hombres, y la no discriminación contra las mujeres y
otras poblaciones pertenecientes a los pueblos indígenas y afrodescendientes, entre otras, para el ejercicio efectivo de sus derechos.
Para conocer los avances en las metas de los ODS en materia de género, puede consultarse el tablero global de los ODS (véase SDGs
Global Dashboard, “UNSD Data”, https://www.sdgsdashboard.org/; también Comisión Nacional de la Agenda 2030 para los Objetivos
de Desarrollo Sostenible, II Informe Nacional Voluntario de la agenda 2030: de la recuperación al desarrollo sostenible [Tegucigalpa:
2020], https://sustainabledevelopment.un.org/content/documents/26310VNR_2020_Honduras_Report_Spanish.pdf).
40 Al respecto, puede consultarse el “Análisis de género, desigualdades e institucionalidad” elaborado por Carolina Ávalos para el Informe
de Desarrollo Humano, Honduras 2022.
Como punto de referencia es importante señalar algunos de los principales logros y desafíos que
se presentaron en el II PIEGH, al momento de su elaboración (2018), que están vinculados a los dis-
tintos derechos, tanto en el marco legal vigente como en otros aspectos de políticas, así como su
valoración actual. Vale destacar los siguientes:
c. La creación de las Oficinas Municipales de la Mujer (OMM) ha sido fundamental como un me-
canismo para impulsar la igualdad de género en el desarrollo territorial, pero enfrenta muchas
limitaciones relacionadas a su institucionalidad y acceso a recursos necesarios para su efecti-
vidad (la Ley de Municipalidades de 2009 no incluyó reformas para institucionalizarlas; se han
quedado a nivel de gerencias sociales).
Los desafíos identificados en su momento se mantienen vigentes, y más aún en el contexto actual
de la pandemia de COVID-19, en la que las desigualdades estructurales se han profundizado y
ampliado. En este sentido, un desafío de los instrumentos de planificación en materia de género
es asegurar la coherencia en las políticas públicas como marco orientador de las políticas para la
igualdad de género, los derechos humanos y la autonomía de las mujeres, en línea con un enfoque
multidimensional y transformador planteado desde la Agenda 2030 y los ODS, particularmente el
ODS 5 y el ODS 1642.
Es claro que existe un esfuerzo importante de incorporar el enfoque de género en los principa-
les instrumentos de planificación: el Sistema Nacional de Planificación del Desarrollo (SNPD) y el
Sistema Estadístico Nacional (SEN) y su alineación con la Agenda 2030. Sin embargo, un estudio
41 El INAM se creó mediante el Decreto 232-98 del 30 de septiembre de 1998 y se publicó en La Gaceta 28,798 del 11 de febrero de 1999.
42 ODS 5 “Lograr la igualdad de género y empoderar a todas las mujeres y las niñas” y ODS 16 “Promover sociedades pacíficas e inclusivas
para el desarrollo sostenible, facilitar el acceso a la justicia para todos y construir a todos los niveles instituciones eficaces e inclusivas
que rindan cuentas”.
Como se observa en el cuadro 8, este índice refleja un nivel de eficacia del 60 %, basado en los
promedios generales de las tres dimensiones fundamentales consideradas en esta medición: (a) la
legislación, las políticas, los programas, los planes y los presupuestos existentes, con un promedio
del 68 %; (b) la estimación de medios de implementación (recursos y capacidades) para atender la
Agenda 2030, con énfasis en el ODS 5, con un promedio del 50 %; y, (c) la definición de mecanismos
para dar seguimiento, examinar y presentar informes sobre el progreso de adopción de la Agenda
2030, con énfasis en el ODS 5.
Aunque esto refleja un avance intermedio en cuanto a su etapa de desarrollo, el estudio destaca
diferentes retos que enfrenta el país para impulsar y acelerar el logro del ODS 5 relacionados a la
institucionalidad de género44. Además, de la importancia de impulsar acciones para el fortalecimien-
to institucional que aseguren la implementación eficaz y sostenible de la AN-ODS como parte inte-
gral del Sistema Nacional de la Planificación del Desarrollo (incluido su esquema de gobernanza), se
identifica la necesidad de fortalecer al ente rector de las políticas de igualdad y equidad de género.
En cuanto a las distintas dimensiones, se pueden señalar los siguientes retos: (a) fortalecer la aplica-
ción de la normativa vigente que regula la incorporación del enfoque de género en las instituciones
del Estado45; (b) realizar un diagnóstico de las necesidades de recursos para lograr el ODS 5, que
actualmente se limita a un monitoreo del grado de inversión realizada; y (c) mejorar la calidad y
desagregación de la información para la generación de indicadores ODS, así como establecer me-
canismos para su seguimiento y participación social a través de espacios de diálogo para promover
el desarrollo.
Pese a que los instrumentos de planificación, como la Política Nacional de la Mujer y el II Plan de
Igualdad y Equidad de Género 2010-2022, han contribuido al avance en la igualdad de género y los
derechos de las mujeres y las niñas en el país, es fundamental su coordinación estratégica, no solo
con las distintas instituciones responsables de su implementación, sino asegurar también su com-
plementariedad y coherencia con los distintos instrumentos de políticas y programas existentes46.
43 El Índice Integrado de Eficacia de la preparación para la implementación del ODS 5 es aplicado en la auditoría coordinada por el Tribunal
Superior de Cuentas de la República de Honduras, que busca calificar el grado de avance de las primeras acciones del Gobierno hon-
dureño en esta materia. Este índice considera una matriz de 18 indicadores vinculados a 14 componentes de ejecución y 3 ejes (planifi-
cación, financiamiento y seguimiento), y mide el grado de avance en la preparación con base en 4 escalas: No implementado (0 %), En
formación (0 %-50 %), En desarrollo (51 %-75 %) y Optimizado (76 %-100 %). Véase Tribunal Superior de Cuentas, Auditoría Coordinada de
Desempeño a la preparación del Gobierno de Honduras para la implementación de la Agenda 2030, con énfasis en el ODS 5: Igualdad
de género (Tegucigalpa: Tribunal Superior de Cuentas, 2019) y Organización Latinoamericana y del Caribe de Entidades Fiscalizadoras
Superiores (OLACEFS), Auditoría Iberoamericana sobre Igualdad de Género (Chile: Organización Latinoamericana de Entidades Fiscali-
zadoras Superiores [OLACEFS]), 2019).
44 Tribunal Superior de Cuentas, Auditoría Coordinada, 6 y 33.
45 En cuanto al compromiso adquirido en materia de igualdad de género, el subcomponente 1.2 de la adopción de políticas de igualdad de
género, el avance es del 67 %, que indica que solamente 37 de un total de 57 instituciones de la Administración central responsables de
la implementación del II PIEGH han adoptado políticas o estrategias aprobadas (6 instituciones que incluyen al INAM como ente rector,
la Secretaría de Salud [SESAL], el Poder Judicial, la Secretaría de Trabajo y Seguridad Social [STSS], Inversión estratégica de Honduras/
Cuenta del Milenio y la Comisión Permanente de Contingencias), creado unidades de género (14 instituciones) o establecido enlaces que
contribuyen a la transversalización del enfoque de género (17 instituciones). Ver más detalle en Tribunal Superior de Cuentas, Auditoría
Coordinada.
46 Así, por ejemplo, en el ámbito de los esfuerzos para la eliminación de todas las formas de violencia contra la mujer, niñez y feminicidio,
se contaba con el Plan Nacional contra la Violencia hacia la Mujer (2014-2022), coordinado por el INAM; sin embargo, para evitar duplicar
los esfuerzos era necesaria su articulación con los programas o intervenciones en materia de género, realizados a través de otras institu-
ciones gubernamentales como la Secretaría de Seguridad, la Secretaría de Educación, la Secretaría de Salud, el Ministerio Público y los
Gobiernos Municipales, a través de las OMM y las Casas de Refugio (organizaciones de la sociedad civil, entre otras figuras e instancias
que trabajan en los distintos ámbitos en este campo —como la prevención, la protección, la atención integral, el acceso a la justicia,
etc.—.
1. Estimación de recursos3 50
2. Participación de actores en el proceso de estimación de recursos 0
3. Oportunidades de cooperación para financiamiento de capacidades 100
4. Identificación de estrategias y riesgos de financiamiento 50
Nivel de eficacia en la definición mecanismos de seguimiento, examen y present-
ación de informes sobre el avance en la implementación de la Agenda 2030 con 60
énfasis en el ODS 5 (promedio general)
1. Responsables del seguimiento al ODS 5 100
2. Diseño de procesos de seguimiento, examen y presentación de informes 50
3. Definición de indicadores de desempeño para informar sobre el avance del ODS 5 50
4. Diseño de procesos de producción y calidad de datos 50
5. Comunicación de resultados y rendición de cuentas 50
Notas. 1Incluye tres subcomponentes: normativa asociada, adopción de políticas y programas institucionales con enfoque de igualdad de
género. 2Incluye dos subcomponentes de estrategias de distribución de información en materia de igualdad de género y de involucramiento
a partes interesadas. 3Incluye dos subcomponentes: diagnóstico de necesidades de recursos para atender la implementación del ODS 5 y
mapeo de recursos asignados para atender la implementación del ODS 5.
Fuente: Tribunal Superior de Cuentas, Auditoría Coordinada de Desempeño a la preparación del Gobierno de Honduras para la implementa-
ción de la Agenda 2030, con énfasis en el ODS 5: Igualdad de género (Tegucigalpa: Tribunal Superior de Cuentas, 2019)
La implementación de cualquier plan de igualdad y equidad de género es una tarea compleja que
exige contar con una institucionalidad de género fortalecida, con capacidad estratégica y técnica
para una efectiva coordinación y formulación de intervenciones de políticas integrales y eficaces.
En este sentido, es de vital importancia que tanto las figuras e instancias de los gobiernos locales
como de la sociedad civil y la ciudadanía en general sean consideradas de manera inclusiva en todo
el ciclo de políticas públicas que van desde la identificación de los problemas del desarrollo relacio-
nados a esta materia, a la formulación de esas políticas, así como en las fases de implementación,
seguimiento y evaluación de sus resultados. Por tanto, es recomendable incorporar en el marco
del ciclo de políticas, además de un enfoque multidimensional e integral (metodología de políticas
integrales para los ODS), un abordaje inclusivo y de abajo hacia arriba (bottom-up approach) para
asegurar su efectividad y sostenibilidad. Es preciso reiterar la importancia de asegurar políticas
públicas coherentes, sensibles al género48, inclusivas y no discriminatorias, así como contar con
instrumentos de planificación, monitoreo y evaluación, y rendición de cuentas que contribuyan de
manera oportuna y efectiva a la implementación de dichas políticas.
De cara a los retos sociales, económicos y ambientales profundizados por los impactos de Eta e
Iota, y a la crisis de gobernanza a raíz de la pandemia (COVID-19), es recomendable que el ente
rector de la política de género fortalezca su institucionalidad y mecanismos para una coordinación
participativa e inclusiva que asegure una articulación efectiva de las políticas y programas.
En el diagrama 12 se puede dimensionar de alguna manera el gran reto que tenía el INAM para la
implementación de la política nacional de género y la aceleración del logro del ODS 5. En el ma-
peo institucional (sin ser exhaustivo), se puede observar una visión fragmentada para el abordaje
de los problemas del desarrollo en los distintos ámbitos del ODS 5 —inclusión social y económica,
salud sexual y reproductiva, eliminación de la violencia contra las mujeres y las niñas, y el femicidio
(EVCMNyF), y acceso a recursos económicos y resiliencia— con la existencia de múltiples instancias
47 Al respecto, puede consultarse el mapeo sobre la oferta institucional para el avance en la igualdad de género y el empoderamiento de
las mujeres (ODS 5), en el documento “Análisis sobre género, desigualdades e institucionalidad” realizado por Carolina Ávalos para el
Informe de Desarrollo Humano, Honduras 2022.
48 En el caso de Honduras, de acuerdo con UNDP, Data Futures Platform, “COVID-19 Global Gender Response Tracker” (véase https://
data.undp.org/gendertracker/), se muestra cómo en las intervenciones realizadas durante el confinamiento por la pandemia, de las 15
medidas identificadas, 10 son sensibles al género, que incluyen la atención a la violencia contra las mujeres y niñas (9 medidas) y a la
seguridad laboral (1 medida). Las cinco restantes están relacionadas a intervenciones de protección social no sensibles al género.
SICA SCGG /
SEPLAN SEDIS Plataforma
CN - ODS Vida Mejor
CT - DS Gav. Sectorial Prevención CENISS
Paz y Convivencia OSD 5 SRECI /
Fuerza
Tarea
OMM ONV - UNAH Conjunta CONAPROHM
SEDS
Gobierno INAM
Municipal Casas de II PIEGH
refugio Inlcusión económica y social
COMMCA
(autónoma económica)
Unidad de INA
coordinación
interdefensorial
Sector Medios de
privado comunicación Participación social y Acceso a recursos económicos
política (Autonomía política) y activos / tierra y resiliencia
Otro punto importante es contar con un presupuesto sensible al género. Para una mayor compren-
sión del contexto nacional y sus restricciones económicas y fiscales como uno de los retos para
avanzar en el cumplimiento del ODS y la Agenda 2030, es fundamental resaltar de manera breve el
marco macroeconómico y fiscal complejo que enfrenta Honduras para responder a la crisis sanitaria
y a la profundización de las desigualdades y la pobreza que ha conllevado la crisis derivada de la
pandemia y que ha afectado de manera particular a las poblaciones en situaciones particularmente
vulnerables. Proyecciones del Banco Mundial49 prevén una contracción económica significativa y
una caída de los ingresos del Estado, que achicará los márgenes que este tiene para responder a la
crisis generada por la pandemia y ampliada por los impactos de Eta e Iota.
49 Para 2020, el Banco Mundial estimó una contracción del 9 % del PIB y proyectó una recuperación del 4.5 % (cambios anuales del PIB
a precios de mercado). Ver World Bank, Global Economic Prospects (Washington DC: World Bank, June 2021), https://openknowledge.
worldbank.org/bitstream/handle/10986/35647/9781464816659.pdf
Gráfico 32 Gasto del Gobierno central por el destino como porcentaje del PIB (2019-2021)
5
Porcentaje
0
Deuda pública Educación, Servicios Defensa y Servicios de Asuntos Protección Protección del Vivienda y
investigación públicos seguridad salud económicos social medio servicios
cultura y generales ambiente comunitarios
actividades
recreativas
Fuente: Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales (ICEFI) con base en estadísticas de 2020 de la Secretaría de Finanzas y el Banco
Central de Honduras
Sin embargo, a pesar de la prolongación de la pandemia y la crisis sanitaria, el rubro de salud sigue
teniendo un comportamiento poco destacado, el cual refleja el 10.5 % del total del gasto ejecutado
en 2020 (protección social apenas un 3.4 %), comparado con el de defensa y seguridad, con el
14%51. Esto demuestra un desequilibrio en las respuestas a las diferentes necesidades de la pobla-
ción —que se han ampliado a raíz de la crisis sanitaria y se han extendido a una crisis social y econó-
mica, y de vulneración de derechos humanos— y a las prioridades políticas. Esto ocurre a pesar del
planteamiento y del impulso de medidas de emergencia, y de la aprobación de la Ley Especial de
Aceleración Económica y Protección Social frente a los Efectos del Coronavirus COVID-19 (2020)52
para contrarrestar los impactos negativos.
50 Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales (ICEFI), Perfiles Macrofiscales de Centroamérica Honduras. Comparación de cifras es-
timadas para el cierre de 2020 con el presupuesto 2021 y las ejecutadas en 2019 (Guatemala: Instituto Centroamericano de Estudios
Fiscales, 2021), e ICEFI, Los proyectos de presupuesto para 2021 de El Salvador, Guatemala y Honduras: ¿una respuesta a las crisis?
(Centroamérica: Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales, 2020).
51 Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales (ICEFI), Perfiles Macrofiscales, 16.
52 Congreso Nacional de Honduras, Ley Especial de Aceleración Económica y Protección Social frente a los Efectos del Coronavirus CO-
VID-19, Decreto 31-2020, La Gaceta 35,199 del 13 de marzo del 2020, https://www.tsc.gob.hn/biblioteca/index.php/leyes/908-ley-espe-
cial-de-aceleracion-economica-y-proteccion-social-frente-a-los-efectos-del-coronavirus-covid-19
8 16
6 10
Millones de dólares
Variación relativa
4 4
2 -2
0 -8
INAM Dirección DINAF INJ SEDH CO NADEH
Nacional del
PCM
Nota. Se refiere al Presupuesto General de Gastos de la Administración Pública (Administración central + Administración descentralizada)
aprobados por el Congreso para los años 2019, 2020 y 2021. El total, fue de 288,871.1 millones de lempiras en 2021.
Fuente: Secretaría de Finanzas (SEFIN), Normas de Ejecución Presupuestaria, Presupuesto General de Ingresos y Egresos de la República,
Ejercicio Fiscal (varios años)
Respecto al Programa Ciudad Mujer, además de la asignación de fondos para la Dirección Nacional
del Programa Ciudad Mujer, sus diferentes módulos contaban con fondos asignados que deberían
estar identificados y reflejados en los planes operativos de las instituciones participantes.
53 Secretaría de Finanzas (SEFIN), Proyecto de Presupuesto General de Ingresos y Egresos de la República, Ejercicio Fiscal 2021, Normas
de Ejecución Presupuestaria (Tegucigalpa: Secretaría de Finanzas, 2020). Ver capítulo III, título II) del enfoque de género en el Presu-
puesto General de Ingresos y Egresos de la República, en los artículos 10 y 11.
54 SEFIN, Proyecto de Presupuesto.
La Agenda Política de las Mujeres y Feministas (2017)55 de la Plataforma de Mujeres y Feministas, im-
pulsada para avanzar en la garantía y protección de los derechos de las mujeres y el derecho a una
vida libre de violencia, comprende la articulación de temas centrales y está basada en un análisis de
los principales problemas estructurales en el país y las múltiples desigualdades que enfrentan las
mujeres y grupos específicos de mujeres. Esta agenda, que es el resultado de un amplio debate y
consenso entre diversos grupos de mujeres, plantea siete ejes o temas centrales, a saber: (a) violen-
cia contra las mujeres y lucha contra los femicidios; (b) salud sexual y reproductiva de las mujeres; (c)
participación política y ciudadana de las mujeres; (d) feminización de la pobreza (acceso a la tierra,
crédito y vivienda); (e) derechos indígenas; (f) educación integral, gratuita, laica y no sexista; y (g)
fortalecimiento de la institucionalidad y de presupuesto desde la perspectiva de género.
En torno a estos ejes se identifican prioridades, de acuerdo con el contexto nacional y de recrudeci-
miento de la violencia y de la inseguridad ciudadana (vinculadas al crimen organizado, la extorsión
y las maras o pandillas), y mayor presencia de otras formas de violencias (como la de trata de niñas,
jóvenes y mujeres, a través del reclutamiento forzoso para la explotación sexual por estos grupos
ilícitos o redes delictivas a nivel nacional y subregional). También se subraya la importancia de vi-
sibilizar las situaciones y problemáticas específicas y diferenciadas que enfrenta la diversidad de
grupos de mujeres y que se recogen en sus agendas correspondientes.
Para ejemplificar la complejidad de las problemáticas enfrentadas por las mujeres y las niñas, se
puede destacar algunos de los temas centrales que giran alrededor de la agenda de la población
LGBTIQ y la de mujeres afrohondureñas y pertenecientes a pueblos indígenas56, que se resumen a
continuación:
55 Plataforma 25 de Noviembre, Tribuna de Mujeres Gladys Lanza y Coalición Todas, Agenda Política de las Mujeres y Feministas (Tegu-
cigalpa: Plataforma 25 de Noviembre, Tribuna de Mujeres Gladys Lanza y Coalición Todas, 2017), http://www.cemh.org.hn/wp-content/
uploads/2018/01/Agenda-Mujeres-WEB.pdf
56 Secretaría de Estado en los despachos de los Pueblos Indígenas y Afro-hondureños (SEDINAFROH), Entidad de las Naciones Unidas
para la Igualdad de Género y el Empoderamiento de las Mujeres (ONU Mujeres) y Oficina del Asesor Internacional en Derechos Humanos
del Sistema de las Naciones Unidas en Honduras (OACNUDH), Agenda Política de las Mujeres Indígenas y Afro-hondureñas. Caminan-
do juntas, del diálogo a la propuesta (Tegucigalpa: SEDINAFROH/ONU Mujeres/OACNUDH, 2013), 27-32, http://biblioteca.olade.org/
opac-tmpl/Documentos/cg00698.pdf
57 SOMOS-CDC, Informe sobre los Derechos Humanos de las personas LGTBI en Honduras 2018 (SOMOS-CDC, 2019), https://kooperaldar-
te.org/wp-content/uploads/2019/06/INFORME-DDHH-LGBTI-HONDURAS.pdf
b. Durante el período analizado (2000-2021), se han dado importantes avances en el marco nor-
mativo e institucional dirigidos a garantizar los derechos de las mujeres indígenas y afrohon-
dureñas (como la ratificación de instrumentos internacionales principales, su inclusión en el II
PIEGH, la creación de la SEDINAFROH) en 201058, posteriormente como Dirección Nacional/
SEDH y la Fiscalía Especial de Etnias y Patrimonio Cultural59, y defensoría de pueblos indígenas/
CONADEH. Sin embargo, estos cambios no han sido suficientes. Las mujeres y las niñas siguen
enfrentando múltiples discriminaciones por razón de género e identidad cultural étnica, y por
su situación de pobreza, entre otras causas que limitan sus derechos y posibilidades de un
desarrollo humano pleno.
Entre sus ejes estratégicos, la propuesta contempla los derechos fundamentales a la participación
social y política, la salud integral y la salud sexual y reproductiva, la educación, a la cultura y a la
información, los derechos económicos y el control de recursos, el acceso y el uso sostenible y el
control de la biodiversidad, los bienes naturales y la gestión de riesgo, así como los derechos sobre
la migración, el desplazamiento forzado y el despojo de territorios.
De igual manera, establece el eje específico del derecho a una vida libre de violencia y el acceso
a la justicia, que busca prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres indígenas y
afrohondureñas durante todo el ciclo de vida, a través del fortalecimiento o la creación de instancias
locales que atiendan las problemáticas de estas mujeres. En este eje, se destacan desafíos relacio-
nados al marco normativo e institucional, tales como las reformas a la Ley de Municipalidades, como
se indica en el recuadro 10, y el Código Penal, que limitan el acceso a la justicia a las mujeres y la no
ratificación por parte del Estado del Protocolo Facultativo de la CEDAW, entre otros relacionados a
la protección y atención integral a mujeres víctimas y sobrevivientes de violencia, que aseguren un
trato diferencial para esta población, por ejemplo el acceso limitado a lugares seguros para sobrevi-
vientes de violencia contra las mujeres y niñas, y el limitado acompañamiento legal y psicológico, la
deficiencia y la impunidad en los procesos de investigación y la aplicación de las leyes relacionadas.
58 La Secretaría de Estado en los Despachos de Pueblos Indígenas y Afro Hondureños (SEDINAFROH), creada en 2010, es la rectora de las
políticas públicas para mejorar la calidad de vida de la población indígena y afrohondureña, a través del desarrollo productivo, económi-
co, cultural, político y social. Actualmente funge como Dirección Nacional
59 Con el objeto de garantizar el acceso a la justicia, se creó a través del Ministerio Público (MP) la Fiscalía Especial de Etnias y Patrimo-
nio Cultural, instancia encargada de conocer las denuncias relacionadas a la vulneración de los derechos de los Pueblos Indígenas y
Afro-hondureños, cuya competencia es otorgada a través del Reglamento Especial de Organización y Funcionamiento de la Dirección
General de Fiscalías, que establece los principios especiales de reconocimiento y protección de la diversidad cultural de grupos indíge-
nas.
60 La RED MIAH es una red de mujeres de los nueve pueblos indígenas y afrohondureños: lenca, tawahka, pech, maya-chortí, negro de
habla inglesa, garífuna, tolupán, nahua y miskitu de Honduras.
El derecho a la tierra sigue siendo uno de los retos fundamentales del país que contribuiría a acele-
rar el logro de la igualdad de género y empoderamiento de las mujeres hondureñas (ODS 5). Si bien
existen avances en reformas para eliminar la discriminación normativa en contra de las campesinas
y su acceso a las tierras, y la aprobación de leyes que favorecen la igualdad de género, su aplica-
ción efectiva es aún limitada.
Algunas medidas que habría que considerar y que son fundamentales para avanzar en los derechos
de las mujeres rurales, planteadas por la Red Centroamericana de Mujeres Rurales Indígenas y
Campesinas (RECMURIC)4 dirigidas al SICA y al Gobierno de Honduras, son las siguientes:
4. Titulación de tierras a nombre de las mujeres, facilitar y acelerar los procesos y garantizar un
mínimo de hectáreas y apoyo productivo (y crediticio) para la generación de ingresos suficien-
tes y sostenidos: establecer un plan de emergencia para priorizar las zonas más pobres y en
riesgo alimentario.
En cuanto a las mujeres del sector del trabajo doméstico, ha existido un proceso de organización
social (redes, sindicatos y otro tipo de organizaciones) y de impulso de una agenda política y de
incidencia en torno a los derechos laborales de este sector. Entre los principales temas impulsados
están la ratificación del Convenio 189 de la OIT5 y las reformas discriminatorias en la normativa
vigente6. A inicios de 2021, la Red de Trabajadoras Domésticas (RTD)7 introdujo dos recursos de
inconstitucionalidad de la Ley del Salario Mínimo y el Código de Trabajo ante la Corte Suprema de
Justicia, con varios artículos por razones de discriminación normativa8, por razones de sexo y con-
dición social.
A raíz del contexto de la pandemia, las mujeres que laboran en el sector del trabajo doméstico y
trabajos no remunerados se han señalado como una de las poblaciones más afectadas —por los
despidos, la precariedad y la falta de protección laboral, así como por la sobrecarga de las tareas
del hogar y de cuidado—, a la vez que se ha visibilizado la importancia de las tareas de cuidados
(tradicionalmente invisibilizado).
En este sentido, existe una oportunidad de retomar, en la agenda para el avance en los derechos
de las mujeres y las niñas del sector de trabajo doméstico y trabajo no remunerado (tarea de hogar
y de cuidados), a población que está representada de manera desproporcionada en condiciones
laborales de discriminación y vulnerabilidad social y económica. Así, el impulso de las reformas
discriminatorias en la normativa vigente y de garantías mínimas en la Ley de Servicio doméstico
(dictamen), y la protección social, como parte de un sistema integral sensible al género que contri-
buya a la disminución de la pobreza y la ampliación de oportunidades sociales y económicas para
este segmento poblacional y sus familias, se establece como prioritario9. En relación con el Dicta-
men de Ley del Servicio Doméstico, en discusión en el Congreso Nacional (inicios 2018), diferentes
organizaciones de trabajadoras domésticas han expresado la necesidad de una amplia discusión
en aspectos fundamentales relacionados al sistema de seguridad social, la fijación de un salario
mínimo y jornadas de trabajo10.
La formalización del sector doméstico remunerado es uno de los retos importantes de este sector.
En la región existen avances importantes en algunos países para la formalización de las trabajado-
ras domésticas, que incluyen diferentes estrategias de fiscalización e incentivos, esto a pesar de las
dificultades que se enfrenta: la baja capacidad contributiva de las trabajadoras y la limitada capaci-
dad de fiscalización para su cumplimiento11.
Estrategia Países
1. Aseguramiento en tiempo parcial y a través de diferentes Argentina, Chile, Colombia,
empleadores Costa Rica y Uruguay
2. Reducción de multas Uruguay y Brasil
3. Realización de inspecciones sin ingreso a los hogares Argentina
4. Realización de incentivos fiscales coordinados con hacienda Argentina
5. Endurecimiento de penas por el no registro Ecuador
6. Facilitación de trámites en línea y la reducción de la burocracia para Argentina, Chile, Costa Rica y
el registro Uruguay
1. Instituto Nacional de Estadística (INE), “Encuesta de Condiciones de Vida (ECV), Año 2004. Principales resultados”, Instituto Nacional de
Estadística, 5 de diciembre de 2005, https://www.ine.es/prensa/np394.pdf
2. Gustavo Irías, Situación de las mujeres rurales pobres en Honduras y su acceso a la tierra y el crédito (Honduras: Plataforma Agraria,
2013).
3. Secretaría de Derechos Humanos (SEDH), Informe sobre la situación de los derechos humanos en Honduras 2018 (Tegucigalpa: Gobier-
no de Honduras, 2019).
4. Red Centroamericana de Mujeres Rurales Indígenas y Campesinas (RECMURIC), Tierra para nosotras: Propuestas políticas de las muje-
res rurales centroamericanas para el acceso a la tierra (Ciudad de Guatemala, RECMURIC, 2015).
5. El Convenio 189 de la OIT sobre las trabajadoras y los trabajadores domésticos, de 2011, establece pautas para que los Estados garan-
ticen derechos y protección social para las personas trabajadoras domésticas, incluido el trabajo seguro y saludable. Según la OIT, este
convenio no ha sido ratificado por el Estado de Honduras (véase https://www.ilo.org/dyn/normlex/es/f?p=1000:11210:0::NO:11210:P11210_
COUNTRY_ID:102675).
6. Zoila Madrid Rossel, Honduras tiene nombre de mujer. Organización social de los cuidados en Honduras. Políticas, normas, actores,
instituciones y desafíos (Honduras: Friedrich-Ebert-Stiftung [FES], 2020), https://library.fes.de/pdf-files/bueros/fesamcentral/17231.pdf
7. Pieza que se introdujo por la Red de Trabajadoras Domésticas con apoyo de CEM-H y el Bufete de Abogados Justicia para los pueblos.
Véase Centro de Estudio para la Democracia (CESPAD), “Las trabajadoras domésticas que decidieron interpelar a la Corte Suprema de
Justicia de Honduras”, CESPAD, enero 6, 2021, https://cespad.org.hn/2021/01/06/las-trabajadoras-domesticas-que-decidieron-interpe-
lar-a-la-corte-suprema-de-justicia-de-honduras/
8. Por razones de discriminación normativa, el sector de trabajo doméstico queda excluido en los Decretos 103-71 de la Ley del Salario
Mínimo en Art. 48; y Decreto 189-59 Código de Trabajo en Arts. 154, 161 y 325 relacionados a los derechos de días de descanso y jornada
laboral.
9. En el documento de la Oficina Internacional del Trabajo, Protección social del trabajo doméstico: Tendencias y estadísticas (Ginebra:
Oficina Internacional del Trabajo, 2016), xii, se subraya la importancia, en la lucha contra la pobreza y en favor de igualdad de género, de
las políticas para la extensión de la cobertura de la protección social al trabajo doméstico, como parte de políticas de formalización en
general, así como uno de sus principales desafíos.
10. Ver noticia sobre Dictamen de Ley del Servicio Doméstico en https://cespad.org.hn/2018/07/22/trabajadoras-domesticas-entre-la-escla-
vitud-moderna-y-una-ley-que-tiene-muchos-vacios/
11. ONU Mujeres, Organización Internacional del Trabajo (OIT) y Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), Trabajadoras
remuneradas del hogar en América Latina y el Caribe frente a la crisis del COVID-19 (ONU Mujeres, OIT y CEPAL, 2020).
Fuente: Equipo del Informe de Desarrollo Humano Honduras con base en fuentes proporcionadas
Juzgados de paz
1
Dirección de Administración del Personal de la Carrera Judicial, Dirección de la Defensa Pública, Dirección de administración, Dirección de
Asesoría Jurídica, Dirección de Planificación, Presupuesto y Financiamiento, Dirección de Infotecnología, Dirección Centro Electrónico de Do-
cumentación e Información Judicial, Dirección de Archivo Histórico Judicial, Dirección de Comunicación Institucional.
La Corte Suprema de Justicia es el máximo órgano jurisdiccional del país; su jurisdicción comprende
todo el territorio del Estado y está integrado por 15 magistrados. Para el conocimiento y la resolu-
ción de los casos (conforme a la naturaleza de estos), la Corte Suprema se divide en cuatro salas:
de lo Constitucional, de lo Civil, de lo Penal y de lo Laboral y Contencioso Administrativo. La Sala de
lo Constitucional está integrada por un presidente y cinco magistrados, y las demás, por un coordi-
nador y tres magistrados64.
61 Comisión Internacional de Juristas (CIJ), La independencia del Poder Judicial en Honduras 2004-2013, (Ciudad de Guatemala: 2014), 5,
https://www.icj.org/wp-content/uploads/2014/05/Honduras-Informe-final-en-PDF.pd
62 Artículo 303 de la Constitución de la República de Honduras, reformado por Decreto 236-2012 del 23 de enero de 2012, publicado en
La Gaceta 33,033 del 24 de enero de 2013. Ratificado por Decreto 9-2013 del 30 de enero de 2013, publicado en La Gaceta 33,080 del
20 de marzo del 2013.
63 Artículo 303 de la Constitución de la República de Honduras.
64 Centro Electrónico de Documentación e Información Judicial (CEDIJ), Estructura, funcionamiento, jurisdicción y competencia de los
órganos jurisdiccionales, (Honduras: 2018), 3, https://www.poderjudicial.gob.hn/transparencia/planeacion/informes/Documents/Estruc-
tura%2c%20Funcionamiento%2c%20Jurisdicci%c3%b3n%20y%20Competencia%20de%20los%20%c3%93rganos%20Jurisdicciona-
les%20%28Actualizado%20Febrero%202016%29.pdf
Los tribunales de sentencia —presentes en 14 departamentos del país67— son los juzgados de pri-
mera instancia donde tienen lugar los juicios orales. Están compuestos por cuatro jueces, de los
cuales actúan tres en cada caso. Los jueces de letras están a cargo de las etapas preparatoria e
intermedia del juicio, y dan curso a las solicitudes formuladas tanto de la fiscalía (Ministerio Público)
como de la defensa68. Existen 56 juzgados de letras69, algunos de ellos con competencia específica
en lo civil, lo penal, de familia, del trabajo, de la niñez y adolescencia, de inquilinato y de lo conten-
cioso administrativo.
Los jueces de paz —que tienen criterios de selección diferentes a los jueces y juezas del país70—
tienen como atribuciones: (a) conocer en primera instancia de los pleitos civiles, en juicio verbal, si el
objeto de la demanda no excediere aproximadamente los USD 2,037.0071; (b) ejercer la jurisdicción
voluntaria y la contenciosa en los casos para que expresamente los autoricen las leyes; y (c) conocer
en primera instancia las causas criminales por faltas y, a prevención con los jueces de letras, formar,
de oficio o a petición de parte, el sumario por simples delitos graves72.
A su vez, tienen competencia para juzgar casos de infracciones leves, así como también compe-
tencia de urgencia en causas penales, en aquellos casos en los que no sea posible obtener la
intervención inmediata de un fiscal, un juez de letras o tribunal de sentencia, lo que puede suceder
particularmente en zonas rurales alejadas73.
Los jueces de paz, que ascienden a 331 a nivel nacional, pueden, en esos casos, tomar medidas
para preservar pruebas, identificar testigos, hacer detener a presuntos culpables y otras actuacio-
nes que podrían causar cierto perjuicio en caso de no tener lugar74.
Los jueces de ejecución de penas y medidas de seguridad son aquellos encargados de controlar
que las órdenes de prisión preventiva o de cumplimiento de sentencias y de ejecución de la sus-
pensión condicional de la pena se realicen de acuerdo con la ley. Tienen también competencia para
imponer ciertas medidas de aseguramiento una vez terminada la privación de libertad75. Existen 17
juzgados de ejecución a nivel nacional distribuidos en siete secciones judiciales, con un número
total de 26 jueces, más un juez de ejecución con jurisdicción nacional que, a su vez, se desempeña
como Coordinador Nacional de Jueces de Ejecución76.
Existen tres juzgados de ejecución contra violencia doméstica a nivel nacional (los cuales están
ubicados en Tegucigalpa, San Pedro Sula y la Ceiba). Cada juzgado es atendido por un juez bajo la
supervisión de la Coordinación Nacional de Jueces de Ejecución)78, y su objetivo es la vigilancia y el
control de la ejecución de los mecanismos de protección, prórroga de medidas y sanciones impues-
tas por los diferentes jueces con que cuenta el Juzgado Especial contra la Violencia Doméstica, así
como la supervisión, el monitoreo y el control de las sanciones, y la reeducación a los sancionados
en las sentencias dictadas por los jueces que conocen sobre violencia doméstica79.
La Carta de Derechos de las Personas ante la Justicia en el Espacio Judicial Iberoamericano80 esta-
blece que la eficacia de la justicia está vinculada a su accesibilidad.
El PNUD define el acceso a la justicia como la capacidad de las personas para buscar y obtener un
remedio a través de instituciones formales o informales de justicia, y de conformidad con las normas
sobre derechos humanos81.
Como estipula la mencionada carta82, es deber del Poder Judicial garantizar el derecho fundamen-
tal de la población a una tutela judicial efectiva, que exige la materialización de cuatro condiciones
necesarias para su ejercicio: el acceso a la justicia, sin obstáculos; el derecho a un debido proceso
jurisdiccional; el derecho a obtener una sentencia de fondo, racional, justa y en un tiempo razona-
ble; y la garantía de que la sentencia judicial se cumpla.
Como se observa en el gráfico 34, el acceso a la justicia en el país ha tendido a disminuir, según
datos del Instituto Internacional para la Democracia y la Asistencia Electoral (IDEA Internacional).
El Índice de Estado de Derecho elaborado por el World Justice Project comprende dos subíndices
que también pueden ser de utilidad para una aproximación sobre la percepción de acceso a la jus-
ticia: el subíndice efectividad de la justicia penal y el de acceso a la justicia civil.
El subíndice de justicia penal evalúa el sistema de justicia penal de un país, bajo el entendido de que
un sistema de justicia penal eficaz es un aspecto clave del Estado de derecho, ya que constituye
el mecanismo convencional para reparar agravios y emprender acciones contra las personas por
delitos contra la sociedad83.
0.46
0.44
0.42
Valor
0.40
0.38
0.36
0.34
2013
2014
2007
2017
2000
2010
2020
2001
2005
2006
2009
2019
2002
2011
2015
2016
2012
2008
2018
2003
2004
Datos del PNUD y Latinobarómetro de las Américas indican que 8 de cada 10 hondureños conside-
ran que el acceso a justicia es injusto (véase gráfico 35).
Porcentaje de e
Chile
País
Paraguay
Perú Uruguay
Venezuela Nicaragua
Bolivia Costa Rica
Colombia El Salvador
México
Guatemala
Ecuador
Brasil República Dom
Honduras Panamá
LA LA
Panamá Honduras
República Dominicana
Brasil
Guatemala
El Salvador Ecuador
Costa Rica México
Nicaragua Colombia
Uruguay Bolivia
0 10 20 30 40 50 60 70 80 90 100 Venezuela
Porcentaje
Perú
Paraguay
Chile
Fuente: Equipo del Informe de Desarrollo Humano Honduras con base en Corporación Latinobarómetro, Informe 2021: Adiós a Macondo
(Santiago, Chile: 2021), http://www.latinobarometro.org/lat.jsp
Gráfico 36 Justicia penal para Honduras según el World Justice Project (2015-2021)
0.3 0.5
0.45
0.25
0.4
0.35
0.2
Promedio LAC
Valor nacional
0.3
0.15 0.25
0.2
0.1
0.15
0.1
0.05
0.05
0 0
2015 2016 2017-2018 2019 2020 2021
Fuente: Equipo del Informe de Desarrollo Humano Honduras con datos del World Justice Project, “Country Insights”, Honduras 2021, Criminal
Justice for Honduras, 2021, https://worldjusticeproject.org/rule-of-law-index/country/2021/Honduras/Criminal%20Justice/
De acuerdo con el World Justice Project, los subfactores en los que el sistema de justicia penal
presenta mayores debilidades son los siguientes: “el sistema penal está libre de la influencia del
gobierno inapropiado”, con una puntuación de 0.15; y “el sistema correccional es efectivo para redu-
cir el comportamiento criminal”, con una puntuación de 0.14. En tanto, el promedio de la región de
América Latina y el Caribe se ubica en 0.48 y 0.28, respectivamente85.
El subíndice de justicia civil mide si los sistemas de justicia civil son accesibles y asequibles, así
como libres de discriminación, corrupción e influencia indebida por parte de los funcionarios públi-
cos. Examina si los procedimientos judiciales se llevan a cabo sin demoras injustificadas y si las de-
cisiones se ejecutan de manera efectiva. También mide la accesibilidad, la imparcialidad y la eficacia
de los mecanismos alternativos de resolución de conflictos86.
Como se observa en el gráfico 37, la percepción sobre el acceso a la justicia civil en el país ha decre-
cido entre 2015 (último año metodológicamente comparable) y 2021, encontrándose Honduras en el
puesto 126 de 139, a nivel mundial, y en la posición 27 de 32, a nivel de la región latinoamericana87.
84 World Justice Project, “Country Insights”, Honduras 2021, Criminal Justice for Honduras, 2021, https://worldjusticeproject.org/rule-of-law-
index/country/2021/Honduras/Criminal%20Justice/
85 World Justice Project, “Country Insights”.
86 World Justice Project, “Country Insights”.
87 World Justice Project, Rule of Law Index 2021 (Washington DC: World Justice Project, 2021), 93 https://worldjusticeproject.org/sites/
default/files/documents/WJP-INDEX-21.pdf
0.6
0.5
0.4
Valor
0.3
0.2
0.1
0
2015 2016 2017-2018 2019 2020 2021
Fuente: Equipo del Informe de Desarrollo Humano Honduras con datos del World Justice Project, “Country Insights”, Civil Justice for Honduras,
2021”, https://worldjusticeproject.org/rule-of-law-index/country/2021/Honduras/Civil%20Justice/
De acuerdo con el World Justice Project, los subfactores relativos al acceso a la justicia con menor
puntuación en 2021 fueron estos: “la justicia civil no está sujeta a demora irrazonable”, con una
puntuación de 0.26, y la “justicia civil está libre de la influencia incorrecta del gobierno”, con una
puntuación de 0.25. Mientras, el promedio de la región de Latinoamérica y el Caribe se ubicaba en
0.32 y 0.52, respectivamente88.
El COVID-19 ha puesto a prueba las capacidades institucionales de los sistemas de justicia en Amé-
rica Latina y el Caribe89.
El informe “Ensuring Access to Justice in the Context of COVID-19” del PNUD y de la Oficina de las
Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC)90 señala que las respuestas adoptadas por
los Estados para combatir la pandemia han tenido un impacto sin precedentes en el funcionamiento
de los sistemas de justicia en todo el mundo. La disminución o el cierre de las actividades de los
tribunales ha repercutido negativamente en la provisión oportuna y equitativa de audiencias, y ha
contribuido a incrementar la congestión de casos y la duración de los procesos judiciales y adminis-
trativos. En consecuencia, ciertos grupos en mayor situación de caer en vulnerabilidad pueden estar
en riesgo, como las mujeres y los niños que sufren violencia.
La reducción de las operaciones judiciales o el cierre de tribunales “puede prolongar las deten-
ciones en prisión preventiva, demorar la liberación de detenidos bajo fianza, impedir la protección
oportuna de mujeres que sufren violencia de género, o frustrar el cumplimiento de pagos de alimen-
tos o pensiones para niños y niñas en cortes de familia. También impide la adecuada atención de
88 World Justice Project, “Country Insights: Civil Justice for Honduras, 2021”, https://worldjusticeproject.org/rule-of-law-index/country/2021/
Honduras/Civil%20Justice/
89 PNUD, Innovación, resiliencia y transformaciones, 10.
90 UNODC, Ensuring Access to Justice in the Context of COVID-19 (Vienna: United Nations Office on Drugs and Crime, 2020), 7-35, https://
www.undp.org/publications/ensuring-access-justice-context-covid-19
En Honduras, al igual que en varios países de Latinoamérica, la pandemia implicó, al menos inicial-
mente, una reducción de los servicios judiciales y un aumento de los plazos judiciales92. Se esta-
bleció la atención de casos urgentes, mediante un trabajo de turnos en las materias penal, niñez y
adolescencia, de familia y de violencia doméstica, la defensa pública y la supervisión general del
Poder Judicial93.
El uso de tecnologías permitió la continuidad parcial de los servicios al facilitar el teletrabajo para
los servidores judiciales de las áreas jurisdiccional, técnica y administrativa94, y la realización de
reuniones y audiencias de manera virtual95.
Sin embargo, la falta de un sistema de información integrado con indicadores que permitan tener
una mirada desde que ingresan las denuncias hasta las distintas respuestas y soluciones entrega-
das por la institucionalidad pública imposibilita una adecuada lectura y un análisis de la realidad
judicial en Honduras96, y no ha permitido, hasta el momento, conocer la magnitud del impacto del
COVID en el acceso a la justicia en el país.
• A finales de 2021, el Poder Judicial contaba con más de 5,500 servidores judiciales de las cua-
les 867 se desempeñan como jueces o juezas98, la mayoría de los cuales se encontraban en 3
departamentos: Francisco Morazán, Cortés y Atlántida99.
• El número de defensores públicos por cada 100,000 habitantes (2 por cada 100,000 habitantes
en 2020100) está por debajo del promedio mundial y tiende concentrarse en las zonas urbanas101.
Aunque en 17 de 18 departamentos la tasa de defensores públicos por cada 100,000 habitantes
es igual o mayor al promedio nacional, los departamentos con mayor cantidad de defensores
públicos por 100,000 habitantes son: Islas de la Bahía (7), Francisco Morazán (5) y Atlántida (4).
El departamento de Olancho es el que posee menor disponibilidad de defensores públicos (1
por cada 100,000 habitantes)102.
91 PNUD, Innovación, resiliencia y transformaciones, 14.
92 Al respecto puede consultarse Centro de Estudios de Justicia de las Américas (CEJA), Estado de la Justicia en América Latina bajo el
COVID-19, Medidas generales adoptadas y uso de TICs en procesos judiciales (Santiago, 2020), https://biblioteca.cejamericas.org/bits-
tream/handle/2015/5648/REPORTECEJA_EstadodelajusticiaenALbajoelCOVID19_20mayo2020.pdf?sequence=5&isAllowed=y
93 CEJA, Estado de la Justicia en América Latina, 46.
94 CEJA, Estado de la Justicia en América Latina, 47.
95 CEJA, Estado de la Justicia en América Latina, 48.
96 PNUD, “Estudio sobre Eficacia de la Justicia Penal y la formulación de las líneas estratégicas para un Programa de intervención para el
fortalecimiento del Sistema de Justicia Penal Hondureño, 2019” [Documento de trabajo inédito].
97 Al respecto también puede consultarse Centro Electrónico de Documentación e Información Judicial (CEDIJ), Boletín Estadístico del
Poder Judicial 2019 (Honduras: 2019), http://www.poderjudicial.gob.hn/CEDIJ/Documents/BoletinEstad%c3%adsticoA%c3%b1o2019Actu.
pdf.pdf; y CEDIJ, Boletín Estadístico del Poder Judicial 2020 (Honduras, 2020), https://www.poderjudicial.gob.hn/SiteAssets/Paginas/
CSJHN/Bolet%C3%ADnEstad%C3%ADstico2020.pdf
98 CEDIJ, Plan Estratégico Institucional 2022-2026 (Honduras, 2022).
99 WOLA, Honduras´ Justice System: Evaluating Capacity Building and Judicial Independence (Honduras: Central America Monitor, 2019),
https://www.wola.org/wp-content/uploads/2020/07/Justicia-HN-ENG-9.13.pdf
100 CEDIJ, Boletín Estadístico 2020.
101 WOLA, Honduras´ Justice System, 6.
102 CEDIJ, Boletín Estadístico 2020.
Aunque la cantidad de jueces y juezas por cada 100,000 habitantes se ha incrementado en los
últimos años, pasando de 6.4 en 2014 a 8.5 jueces y juezas por cada 100 mil habitantes en 2021104,
continúa encontrándose por debajo del promedio mundial (17 jueces y juezas por cada 100,000
habitantes105).
c. Mora judicial
La mora judicial puede definirse como la dilación de los procesos judiciales que se origina cuando el
juzgador desconoce los plazos legales sin motivo probado y razonable que la justifique y, con ello,
se configura una violación del debido proceso y un obstáculo para la administración de justicia106.
Aunque no existen estadísticas oficiales sobre la mora judicial, de acuerdo con datos del Informe de
Gestión Judicial 2021107 y como se observa en el gráfico 38, en el período 2016-2021, se resolvieron
143,298 expedientes pendientes de fallo, equivalentes al 77.46 % de los casos pendientes identifi-
cados en 2016.
200,000
180,000
160,000
140,000
Cantidad de expedientes
120,000
100,000
80,000
60,000
40,000
20,000
-
Expendientes en Expendientes en Expendientes en Expendientes en Expendientes en Expendientes en
mora judicia l a mora judicia l a mora a diciembre mora judicia l a mora judicia l a mora judicia l a
julio 2016 abril 2017 2018 diciembre 2019 septiembre 2020 diciembre 2021
Fuente: Equipo del Informe de Desarrollo Humano con base en datos del Sistema de Expediente Judicial Electrónico (SEJE) Informe de Gestión
Judicial 2021 (Honduras: 2021), http://www.poderjudicial.gob.hn/SiteAssets/Paginas/CSJHN/InformedeGestionJudicial2021.pdf
Para este fin, la Constitución ya incluye la institucionalización del Poder Judicial, que es el encar-
gado legalmente de impartir justicia, mediante la creación de tribunales, cortes de apelaciones y
demás dependencias que puedan asegurar el efectivo funcionamiento del sistema de justicia deri-
vado de los principios de legalidad, continuidad, inmediación y contradicción. Además, el Ministerio
Público se creó como una institución que representa los intereses de la sociedad, así como para
velar por la efectividad del acceso a la justicia, específicamente en el ámbito penal.
En relación con la Corte Suprema de Justicia, la independencia judicial es un elemento que sustenta
el Estado de derecho, mediante la garantía del acceso a la justicia y la separación de los poderes
estatales. De acuerdo con Freedom House, la independencia del Poder Judicial se ha deteriorado
con relación al 2013111, pasando de tener un puntaje de 2 a 1 (en una escala de 0-4, en el que 4 repre-
senta la existencia de un sistema judicial independiente) en 2014 y manteniéndose en esa puntación
hasta el 2021112.
Cabe señalar que, para garantizar un sistema de justicia independiente que fortalezca el modelo
republicano y democrático, legitimados por la confianza de la población, los jueces y magistrados
deben sujetarse a la Constitución y a la ley.
En su informe de 2019, el Centro de Estudios Jurídicos para las Américas (CEJA)113 señaló que se
mantiene una estrecha relación entre el poder político de los legisladores y los asuntos propios de
la judicatura. En suma, la observación indicó que sí es posible colegir que no existe una indepen-
dencia completa respecto de otros poderes del Estado en el ejercicio de las funciones jurisdicciona-
les. Por esta razón, indicadores como el propuesto por el World Justice Project114 ubican a Honduras
en los últimos lugares a nivel mundial en el tema de corrupción115 y, por otro lado, para la misma
selección de los integrantes de la Corte Suprema de Justicia116.
109 Alba Argentina López, “Corrupción e impunidad”, Revista de Derecho Vol. 33 (2012): 1-37.
110 Naciones Unidas, Alto Comisionado para los Derechos Humanos, Oficina en Colombia, “Derechos a la verdad, a la justicia y a la repa-
ración integral en casos de graves violaciones a los derechos humanos”, Intervención de Michael Frühling, Director de la Oficina en
Colombia del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (Bogotá: 10 de febrero de 2004).
111 Último año metodológicamente comparable.
112 Freedom House, “Freedom in the world”, https://freedomhouse.org/report/freedom-world
113 Gonzalo Fibla & María Jesús Valenzuela, Centro de Estudios de Justicia de las Américas (CEJA), Propuestas para el sistema de justicia
penal hondureño en el tratamiento y gestión de causas de alto impacto social y corrupción (Honduras: Misión de Apoyo contra la Co-
rrupción y la Impunidad en Honduras [MACCIH], 2019).
114 World Justice Project, Índice de Estado de Derecho 2020 (Washington, DC: World Justice Project, 2020), https://worldjusticeproject.org/
sites/default/files/documents/WJP-Global-ROLI-Spanish.pdf
115 De acuerdo con el subíndice “ausencia de corrupción” del World Justice Project, en 2020, Honduras se encontraba entre los 15 países
con mayor debilidad en esta área a nivel mundial (World Justice Project, Índice de Estado de Derecho 2020.
116 Gonzalo Fibla & María Jesús Valenzuela, CEJA, Propuestas.
Otro de los factores que fragmentan la independencia judicial es la corrupción. En el 171 Período
de Sesiones de la CIDH, específicamente en la audiencia temática “El rol de los sistemas de justicia
en América Latina”, se señalaron los efectos que trae la corrupción para el Poder Judicial. En este
foro, se identificó la vinculación de este fenómeno con procesos de cooptación estatal que afectan
directamente la satisfacción de los derechos fundamentales120.
El clientelismo se ha establecido como una herramienta disuasiva que se utiliza contra opositores
políticos o sectores de la población disidente, propicia la violación de derechos humanos e impide,
en algunos casos, el acceso a la justicia, como lo refiere la CIDH en su informe de país de 2019:
La CIDH constató en terreno niveles críticos de impunidad y una atención inadecuada e in-
suficiente a las víctimas y familiares. El índice Global de Impunidad (IGI) retrata la escala de
impunidad en el mundo y su relación con otros fenómenos complejos como la desigualdad, la
corrupción y la violencia. En una lista de 69 naciones evaluadas, Honduras obtuvo una pun-
tuación de 59.6, ocupando el primer lugar en el continente americano y el segundo a nivel de
todo el mundo, solo por detrás de Tailandia, que le quitó el lugar a México que pasó ahora al
décimo lugar. El IGI se basa en el funcionamiento y estructura de los sistemas de seguridad y
justicia, al igual que el respeto a los derechos humanos, así como los niveles de corrupción,
desigualdad y violencia generalizada121.
El Informe del Relator Especial sobre la independencia de los magistrados, magistradas, jueces,
juezas abogados y abogadas de Honduras en cuanto a los problemas estructurales del sistema
de justicia y su recuperación en la confianza pública ha expresado que la corrupción sigue siendo
una gran amenaza para la estabilidad y el funcionamiento adecuado de las instituciones, que son
obstáculos para mantener la competitividad del país y afectan a la inversión. Las redes de influencia
y clientelismo y la delincuencia organizada dominan la sociedad y varios sectores de la economía.
La corrupción ha tenido un efecto particularmente negativo, que se ve agravado por la impunidad
que ha seguido a la revelación en los que están involucrados políticos y autoridades de alto rango:
117 El reporte de país 2021 de Freedom House indica que grupos de poder político y empresarial ejercen una influencia excesiva sobre
el Poder Judicial (Freedom House, “Freedom in the world”). Por su parte, el Relator Especial de la ONU señaló el poder excesivo del
Congreso sobre el Poder Judicial (Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, “Observaciones
preliminares sobre la visita oficial a Honduras”, https://www.ohchr.org/es/2019/08/observaciones-preliminares-visita-oficial-honduras).
118 A raíz de la declaratoria de inconstitucionalidad de la Ley del Consejo de la Judicatura y la reactivación de la Ley de la Carrera Judicial,
que se convierten en un contrapuesto jurídico.
119 Corporación Latinobarómetro, Informe 2021: Adiós a Macondo (Santiago, Chile: 2021), 70, http://www.latinobarometro.org/lat.jsp
120 Claudio Nash Rojas y Marie-Christine Fuchs (eds.), Corrupción, Estado de derecho y derechos humanos: Manual de casos (Colombia:
Konrad Adenauer Stiftung, Programa de Estado de Derecho para Latinoamérica, 2019).
121 CIDH, Situación de derechos humanos, 2019.
Mas allá de esta recomendación y del impulso de la reforma de la judicatura del sistema de justicia,
el impulso de la Ley del Consejo de la Judicatura, que dejaba atrás la Ley de la Carrera Judicial,
puso de manifiesto la necesidad de un nuevo sistema de administración de justicia, que preveía una
separación en la gerencia del Poder Judicial y la función jurisdiccional.
El informe de la Comisión de la Verdad y la Reconciliación, realizado a raíz del golpe de Estado de 2009, en
su capítulo de hallazgos y recomendaciones, contiene elementos de validez temporal que están estrecha-
mente relacionados con los desafíos actuales del Estado de derecho y la democracia en Honduras. Refor-
mas estructurales estancadas, narrativas de aprendizajes inconclusos y una desmesurada polarización de
la sociedad son los atisbos de una desconfiguración del tejido social y un deterioro que no permite alcanzar
un Estado de derecho pleno. Las comisiones de la verdad tienen el propósito de descubrir y revelar abusos
de poder, violaciones a los derechos humanos o crímenes cometidos por el Estado o actores no estatales en
países con un pasado violento, con la esperanza de que el conocimiento de los hechos sirva para encontrar
soluciones a los conflictos del pasado y el presente, y prevenir que este tipo de hechos vuelvan a repetirse.
Las recomendaciones del informe de la Comisión de la Verdad y la Reconciliación deben ser para la socie-
dad hondureña la “rosa náutica” en la formulación de mecanismos para fortalecer los equilibrios de poder
y los pilares democráticos, elementos sustantivos en la construcción de gobernanza, donde se consideran
procesos efectivos de diálogo y rutas seguras en la implementación de políticas públicas para el desarrollo
integral del ser humano y de la sociedad.
La persistencia en los patrones de conducta antidemocrática tiene sus efectos a corto y largo plazo, que
llevan consigo lecturas inacabadas por los sectores privilegiados por el poder, sosteniendo una actitud en
los cambios y reformas sustantivas necesarias para el buen funcionamiento del aparato público, en favor de
la construcción de un nuevo pacto social, atajando el retroceso en los procesos de reconciliación y reen-
cuentro de la sociedad hondureña.
La construcción de la esperanza centrada en la memoria está basada en el derecho de los pueblos de re-
conocer narrativas que consolidan las dignidades humanas como un bien activo de la sociedad, que avanza
en la medida del aprendizaje significativo de su propia historia y de sus propias vivencias. Las lecturas de
los hechos que transforman la vida de las sociedades deben ser una herramienta para buscar la exigibilidad
de un derecho colectivo, con el fin de alcanzar la justicia y la no repetición de violaciones a la democracia y
a los derechos humanos como premisa fundamental en el afianzamiento del Estado de derecho.
Es por esa razón, que después de una década del informe, es de suma importancia señalar algunos aportes
de la comisión que deben ser reconsiderados con el fin de generar propuestas que permitan superar los
obstáculos que impiden alcanzar un Estado de derecho pleno, por ejemplo, continua vigente, la necesidad
de reformas para fortalecer los mecanismos de pesos y contrapesos, siendo necesarias la implementación
de medidas como:
a. La selección y nombramiento de altos funcionarios de Estado mediante una Ley de Audiencias Públi-
cas, a través de la cual sean seleccionados los magistrados a la Corte Suprema de Justicia y el Fiscal
General y el Fiscal Adjunto del Ministerio Público, los magistrados del Tribunal Superior de Cuentas,
las autoridades del Consejo Nacional Electoral, el director y el subdirector del Registro Nacional de las
Personas, el procurador y el subprocurador general de la república, entre otros.
La protección de los derechos humanos es una característica imprescindible del Estado de derecho, por lo
cual es imperativo que el Estado de Honduras retome las recomendaciones de la Comisión de la Verdad y
la Reconciliación, implementando medidas para investigar, procesar y sancionar todas las violaciones a los
derechos humanos y se garantice que los defensores de derechos humanos y del medio ambiente desarro-
llen su labor sin obstrucción ni acoso, y se erradique cualquier práctica que tienda a criminalizar su trabajo.
La revisión y la derogación de la legislación incompatible con las normas internacionales, en particular las
disposiciones relativas a la libertad y seguridad personal, la libertad de expresión y la tortura, la desmilita-
rización de la sociedad, y la creación de controles efectivos en la investigación interna de los cuerpos poli-
ciales y la observancia de los principios básicos sobre el empleo de la fuerza y de armas de fuego debe ser
una tarea ineludible del Estado de Honduras, en aras de generar una cultura por el respeto a los derechos
humanos y afianzar los valores democráticos en la sociedad.
Los métodos de reforma de las Fuerzas Armadas, los partidos políticos, sectores empresariales y la socie-
dad civil pasan por necesidad de reconocer la fortaleza de la institucionalidad como un valor adicional a la
democracia, conectado estrechamente con el impulso de narrativas de cultura de transparencia y rendición
de cuentas, que coadyuven a elevar los niveles de certidumbre y legitimidad en las instituciones públicas,
afiancen los procesos de participación ciudadana, con el objetivo de cerrar las brechas aflictivas de des-
igualdad e inequidad, a las que ha sometida la mayoría de la población.
En suma, el reconstruir el sistema de controles y contrapesos de los Poderes del Estado, bajo la perspectiva
de una cultura de valores éticos, debe constituirse en la espina dorsal de un nuevo sistema de justicia y de
la tutela efectiva de los derechos humanos. Esta tarea transformadora, tiene que ser impulsada desde los
sectores de toma de decisión de la ciudadanía hondureña.
Es imperativo además, que los diferentes sectores de la sociedad hondureña establezcan e integren un
mecanismo para la implementación de las recomendaciones de la Comisión de la Verdad y Reconciliación,
en aras de alcanzar propuestas encaminadas a fortalecer la democracia y los liderazgos prospectivos así
como la implementación de reformas sustanciales en la estructura del Estado, la gobernabilidad centrada
en la rendición de cuentas y la transparencia y el respeto por las libertades y dignidades humanas con el
fin de alcanzar una reconstrucción transformadora del Pacto Social, respeto por las libertades y dignidades
humanas, con el fin de alcanzar una reconstrucción transformadora del pacto social, que es el fundamento
de la convivencia democrática, respetuosa, plural y constructiva.
La población ha perdido confianza hacia los órganos relacionados con el sector de justicia como lo
muestran los datos del Informe Latinobarómetro 2021 anteriormente presentados. Esta pérdida de
confianza no solamente es notoria, sino preocupante, ya que es sintomático de un deterioro profun-
do del Estado y de la democracia124.
Según señala el Centro por la Justicia y el Derecho Internacional (CEJIL), la Ley de Protección señala
la obligatoriedad tanto al Poder Judicial como al Ministerio Público de crear sus propios sistemas de
protección para jueces y fiscales, que serían un complemento al sistema de protección, siguiendo
124 Edy Alexander Tábora, ¿Independencia Judicial en Honduras? Balance de la situación y principales desafíos (Tegucigalpa: Fundación
Friedrich Ebert, 2015), https://library.fes.de/pdf-files/bueros/fesamcentral/12049.pdf
125 Órgano originario de la Constitución Política de 1982, pero que fue reglamentado mediante una ley especial promulgada en el 2010.
El CNDS es el órgano encargado de “rectorar, diseñar y supervisar las políticas generales en materia de seguridad, defensa nacional e
inteligencia”.
126 CIDH, Observaciones preliminares de la visita de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos a Honduras, (Tegucigalpa, 2018),
https://www.oas.org/es/cidh/prensa/comunicados/2018/ObsPrelHnd.pdf
127 Diario Oficial La Gaceta, “Decreto 34-2015”, 15 de Mayo de 2015, No. 33,730.
En su sentencia del 31 de agosto de 2015, la Corte Interamericana señaló como obligación del Esta-
do, en el punto resolutivo décimo y párrafos 296 y 297, “garantizar que los funcionarios judiciales,
fiscales, investigadores y demás operadores de justicia cuenten con un sistema de seguridad y pro-
tección adecuado, tomando en cuenta las circunstancias de los casos a su cargo y el lugar donde se
encuentran laborando, que les permita desempeñar sus funciones con debida diligencia”. Asimis-
mo, consideró que “el Estado debe asegurar la efectiva protección de testigos, víctimas y familiares
de graves violaciones a los derechos humanos, en particular y de forma inmediata con respecto a la
investigación de los hechos del presente caso”128.
La Constitución de la República de Honduras señala, en el primer párrafo del artículo 303, que la po-
testad de impartir justicia emana del pueblo y se imparte gratuitamente en nombre del Estado, por
magistrados, jueces independientes, únicamente sometidos a la Constitución y las leyes. El artículo
307 indica que la ley, sin menoscabo de la independencia de jueces y magistrados, dispondrá de lo
necesario para asegurar el correcto normal funcionamiento de los órganos jurisdiccionales, prove-
yendo los medios eficaces para atender las necesidades funcionales y administrativas, así como la
organización de los servicios auxiliares.
Hasta ahora, la Corte no habría convocado a las asociaciones de jueces y magistrados a discu-
tir y trabajar para la elaboración de sus postulados y acciones, y en el Ministerio Público, solo 17
fiscales habrían sido objecto de medidas de seguridad, a pesar de la situación de inseguridad
y amenazas en que muchos entre ellos y ellas se encuentran. Los abogados se encuentran en
una situación similar. Un total de 125 abogados han sido asesinados en los últimos 10 años. El
97 % de estos delitos sigue en la impunidad. El Colegio de Abogados no tiene recursos huma-
nos y financieros suficientes para garantizar la protección de abogados que se encuentran en
situación de riesgo129.
La protección de los jueces y fiscales debe ser una prioridad para el Estado de Honduras, con el fin
de garantizar la autonomía y la independencia de los operadores de justicia. Esta obligación legal
constituye un elemento central en la conceptualización práctica del Estado de derecho y el desarro-
128 Secretaría de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, “Caso de la Masacre de La Rochela Vs. Colombia: reparaciones pendientes
de cumplimiento”, 31 de agosto de 2015 [Archivo PDF], https://www.corteidh.or.cr/docs/supervisiones/SCS/colombia/mrochela/mroche-
lap.pdf
129 Naciones Unidas, Derechos Humanos, Oficina del Alto Comisionado, “Observaciones preliminares sobre la visita oficial a Honduras. Re-
lator Especial de las Naciones Unidas sobre la independencia de los magistrados y abogados, Sr. Diego García-Sayán”. Tegucigalpa, 22
de agosto de 2019, https://www.ohchr.org/SP/NewsEvents/Pages/DisplayNews.aspx?NewsID=24910&LangID=S
El abandono de esta agenda puede producir un fraccionamiento en la estructura medular del Esta-
do que, sin la funcionalidad efectiva de los agentes judiciales y fiscales, se coloca en situación de
precariedad a los sectores vulnerables del país y se implementa una trayectoria de agotamiento de
la confianza y la legitimidad en las instituciones que tienen como responsabilidad la salvaguarda de
los derechos humanos y las libertades individuales y colectivas de la sociedad.
La inefectividad de los mecanismos de protección no solo refleja una extenuación institucional, sino
también deja abierta la puerta para que sectores ubicados en elites de poder y grupos al margen
de la ley (redes de corrupción y criminalidad organizada) puedan influir significativamente en la
investigación, judicialización y castigo de acciones vinculadas a delitos o a violaciones a derechos
humanos. La falta de presupuesto, la inadecuada operatividad administrativa, la disparidad en la
cobertura de protección y la falta de una decisión política para impulsar la efectividad de los meca-
nismos de protección son atisbos de una escalada en el fraccionamiento del Estado de derecho y
la crisis continuada de gobernabilidad.
A partir del gráfico 39, se puede inferir que la percepción de la población en tiempos del COVID-19
es que el principal problema que aqueja a la sociedad es la corrupción, en una constante alza en
sus indicadores de medición.
De acuerdo con José Enrique Báez, existe un consenso en cuanto a que “la corrupción se refiere a
los actos en que el poder del cargo público es usado para beneficio personal de una manera que
contraviene las reglas del juego”131. La correlación de factores políticos basados en la cooptación
total del andamio gubernamental tiene como consecuencia la dominación total del poder público en
beneficio de elites corporativas y empresariales, y el financiamiento opaco de campañas políticas y
la concesión de contratos públicos.
130 Daniel Kaufmann, “Corrupción y reforma institucional: el poder de la evidencia empírica”, Perspectivas, vol. 3 No 2 (2000), 367-387.
131 José Enrique Báez Gómez, “Relación entre el índice de control de la corrupción y algunas variables sociales, económicas e instituciona-
les”, Nómadas. Critical Journal of Social and Juridical Sciences 2013, 38 (2), https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=18128245009
2021 (may)
20
Porcentaje de la població
10
0
2018* 2019* 2020 (ene) 2020 (may) 2020 (sep) 2021 (ene) 2021 (may)
Fuente: CID-Gallup, Estudio de Opinión Pública (Honduras: Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo en Honduras: enero y mayo
de 2020)
Datos del PNUD y Latinobarómetro reflejan que más del 80 % de la población cree que el aparato
público está destinado a favorecer elites o grupos de poder en detrimento del grueso de la pobla-
ción (véase gráfico 40).
Gráfico 40 Porcentaje que cree que sus países se gobiernan en interés de unos pocos grupos
poderosos
Porcentaje que
Paraguay País
Costa Rica Paraguay
Chile
Costa Rica
Ecuador
Chile
Perú
Ecuador
Venezuela
Perú
Honduras
Venezuela
Panamá
Honduras
Colombia
Panamá
LA
Brasil
Colombia
Bolivia
LA
Guatemala
Brasil
México
Bolivia
República Dominicana Guatemala
Uruguay México
Nicaragua República Dom
El Salvador Uruguay
0 20 40 60 80 100
Nicaragua
Porcentaje El Salvador
Fuente: Equipo del Informe de Desarrollo Humano Honduras con base en Corporación Latinobarómetro, Informe 2021
Las formas que hoy reviste el fenómeno de la corrupción del Estado son múltiples. Se da el preo-
cupante hecho en los diversos órganos del poder público. La división de poderes, concebida como
mecanismo de mutuos controles de la entidad pública, no funciona satisfactoriamente, y cada uno
de ellos adolece de carencias que confluyen en el patrimonio público, creado para el servicio de los
habitantes de un país dado, y es utilizado para beneficio personal de los agentes oficiales, evadien-
do el control fiscal y administrativo133.
La corrupción en el aparato público no solo refleja una descomposición de la función pública, sino
también genera una erosión cuantitativa en la condición de vida de la sociedad y una vulneración
sistemática a los derechos humanos, especialmente los ubicados en el bloque de derechos econó-
micos, sociales y culturales.
La CIDH, en su resolución 1/17136 de septiembre de 2017, señaló que la corrupción es un flagelo que
afecta y disminuye los derechos humanos contenidos en la Convención Americana de Derechos
Humanos y es principal detonante de la degradación sistemática de las condiciones de vida de
las personas. En esa misma línea conceptual, la CIDH emitió en 2018 la resolución 1/18 en la cual
Además, cuando la capacidad del Estado se ve disminuida, las naciones no logran eliminar la po-
breza, hacer frente al hambre, asegurar una buena atención de la salud y una educación de alta
calidad para sus ciudadanos, garantizar la igualdad de género, reducir la desigualdad y otros dere-
chos humanos. La corrupción dificulta el logro de los ODS, que son extensos, y la vulnerabilidad que
tienen de verse socavados por la corrupción no causa sorpresa: es perfectamente posible que “un
futuro mejor y más sostenible para todos” a menudo vaya en contra de los intereses de unos pocos
y pueda arruinarse a través de muchas formas de corrupción140.
137 CIDH, Resolución 1/18 Corrupción y derechos humanos (2 de marzo de 2018), https://www.oas.org/es/cidh/decisiones/pdf/resolu-
cion-1-18-es.pdf
138 Al respecto puede consultarse Hongyi Li, Lixin Colin Xu, Heng-fu Zou (2000), Corruption, Income Distribution, and Growth. Economics &
Politics, 12: 155-182, https://onlinelibrary.wiley.com/doi/10.1111/1468-0343.00073; Saki Bigio y Nelson Ramírez-Rondán, Corrupción e Indi-
cadores de Desarrollo: Una revisión empírica (Perú, 2006), https://www.bcrp.gob.pe/docs/Publicaciones/Documentos-de-Trabajo/2006/
Documento-Trabajo-07-2006.pdf
139 Como menciona Amartya Sen, las oportunidades sociales, políticas y económicas limitan inevitablemente la libertad individual. Amartya
Sen, Desarrollo y libertad (Planeta, 1999), 16.
140 UNODC, “Efectos de la corrupción. El socavamiento de los objetivos de desarrollo sostenible”, Módulo 1: ¿Qué es la corrupción y por qué
nos atañe?, Serie de Módulos Universitarios: Lucha contra la corrupción (septiembre 2019), https://www.unodc.org/e4j/es/anti-corruption/
module-1/key-issues/effects-of-corruption.html
La corrupción, junto con actividades ilegales como la delincuencia organizada, puede generar flujos
financieros ilícitos (FFI)142, los cuales deterioran el funcionamiento de los sistemas de justicia penal,
disminuyen los ingresos del Estado, erosionan la base impositiva y debilitan las instituciones del
Estado 143.
Los FFI privan a los presupuestos públicos de los recursos disponibles, lo que obliga a los países
de bajos ingresos especialmente a depender de la inversión extranjera y de los préstamos para
respaldar sus presupuestos nacionales144.
En Honduras, las pérdidas en la recaudación tributaria ocasionadas por los FFI145, de acuerdo con
estimaciones de la CEPAL, ascendían a USD 418.54 millones (21.6 % de los ingresos públicos) entre
2002-2006146. Una estimación de la Red de Justicia Fiscal del Reino Unido calcula que en promedio
anual Honduras perdió alrededor de USD 329.4 millones durante el período 2004-2013 (último año
disponible en la serie), lo que representa una pérdida de 8.45 % de ingresos fiscales en relación
con los ingresos totales y un 43.62 % de pérdida de ingresos fiscales como porcentaje del gasto en
salud147.
El índice de Transparencia Internacional señala que para 2021 Honduras se encontraba en la po-
sición 157 de 180 países, con un índice de percepción de 23/100148, por lo que la percepción de
corrupción, aunque fluctuante, se incrementó en 5 puntos entre 2012-2021 (véase gráfico 41).
141 CIDH, Corrupción y derechos humanos: Estándares interamericanos (Comisión Interamericana de Derechos Humanos, 2019), http://
www.onpi.org.ar/documentos/publicaciones/publicaciones-del-notariado-internacional/corrupcion_y_derechos_humanos.pdf
142 Los FFI son movimientos ilegales de dinero o capital de un país a otro. Los FFI son multidimensionales y comprenden distintos
tipos de actividades, incluyendo los flujos que tienen origen en actividades ilícitas, las transacciones ilicitastas para transferir fondos de
origen lícito y los flujos derivados de actividades lícitas que son utilizados de manera ilícita. Véase UNODC, Marco conceptual para la me-
dición estadística de flujos financieros ilícitos (Ginebra: 2020), 8,https://unctad.org/system/files/official-document/IFF_Conceptual_Fra-
mework_for_publication_ESP_FINAL.pdf. Algunos ejemplos de FFI podrían incluir: (a) un cártel de la droga que usa técnicas de lavado
de dinero basado en el comercio para mezclar dinero legal de la venta de autos usados con dinero ilegal de la venta de drogas; (b) un
importador que utiliza la facturación comercial falsa para evadir los derechos de aduana, el impuesto al valor agregado o los impuestos
sobre la renta; (c) un funcionario público corrupto que utiliza una empresa ficticia anónima para transferir dinero a una cuenta bancaria
en los Estados Unidos; (d) un traficante de personas que cruza la frontera con un maletín de dinero en efectivo y lo deposita en un ban-
co extranjero; o (e) un miembro de una organización terrorista transfiriendo dinero de una región a un operativo en otra (véase Global
Financial Integrity, “Illicit Financial Flows”, https://gfintegrity.org/issue/illicit-financial-flows/
143 UNODC, Marco conceptual, 8.
144 Tax Justice Network (TJN), El Estado de la justicia fiscal: 2020: la justicia fiscal en tiempos de la COVID-19 (PSI, 2020), 63, https://www.
globaltaxjustice.org/sites/default/files/The_State_of_Tax_Justice_2020_SPANISH.pdf
145 De acuerdo con la CEPAL, los FFI se definen como movimientos de un país a otro de dinero que ha sido ganado, transferido o utilizado
de manera ilegal y, en general, se originan en actividades comerciales, en actividades delictivas y en la corrupción; incluso también
pueden capturar la elusión fiscal y la falsificación de la facturación del comercio internacional (véase Andrea Podestá, Michael Hanni
y Ricardo Martner, Flujos financieros ilícitos en América Latina y el Caribe (Santiago: 2017), 23, https://repositorio.cepal.org/bitstream/
handle/11362/40921/1/S1601230_es.pdf
146 Andrea Podestá, Michael Hanni y Ricardo Martner, Flujos financieros ilícitos, 22.
147 TJN, El Estado de la justicia fiscal: 2020, 33.
148 La clasificación o rango de un país es la posición en relación con los demás países del índice. La puntuación de un país es el nivel per-
cibido de corrupción en el sector público, en una escala de 0 a 100, donde 0 significa altamente corrupto. (Transparency International,
“El ABC del CPI: Cómo se calcula el Índice de Percepción de la Corrupción (IPC)”, https://www.transparency.org/es/news/how-cpi-sco-
res-are-calculated).
35
30
25
20
Índice
15
10
0
2012 2013 2014 2015 2016 2017 2018 2019 2020 2021
1/ En 2012, se incorporaron cambios importantes a la metodología para permitir la comparación de las puntuaciones en el tiempo, por lo que
los años anteriores no son metodológicamente comparables. Transparency International, “Índice de Percepción de la Corrupción 2021: Nota
técnica sobre metodología”, https://transparencia.org.es/wp-content/uploads/2022/01/CPI2021-Technical-Methodology-ES.pdf
Fuente: Equipo del Informe de Desarrollo Humano Honduras con base en datos Transparency International España, “Índice de Percepción de
la Corrupción (IPC)”, años de 2010 a 2020, https://transparencia.org.es/indice-de-percepcion-de-la-corrupcion/
Se puede inferir que los índices de percepción han sufrido un repunte significativo, debido a los
siguientes factores:
d. El alejamiento del Estado de una agenda social y de desarrollo integral. Existe un aislamiento
institucional en la implementación de una agenda social sostenible y la apuesta por un asis-
tencialismo derivado de las redes clientelares para, así, poder controlar el aparato público en
detrimento de las condiciones de vida de un gran sector de la población. Este aspecto también
invisibiliza los problemas estructurales de la sociedad, dispersa los recursos y crea una brecha
insalvable de desigualdad.
149 Recientemente derogada (Honduras, Diario Oficial La Gaceta, “Decreto 12-2022”, 15 de marzo de 2022, 35,873.)
150 Posteriormente, en Diario Oficial La Gaceta del 4 de febrero de 2022, se publicó la Ley para la Reconstrucción del Estado Constitucional
de Derecho y para que los Hechos no se Repitan (Decreto 4-2022), la cual, a través del capítulo II, brinda amnistía para la liberación de los
presos políticos y los presos de conciencia. Esto ha provocado opiniones diferidas a favor y en contra, ya que, de acuerdo con algunos
sectores de la sociedad, al incluir delitos contra la Administración pública con carácter de delitos políticos comunes conexos, podría dar
lugar a que personas vinculadas a casos de corrupción no sean juzgadas.
j. Fragilidad del Estado para cumplir sus compromisos internacionales referentes al combate a la
corrupción. Honduras es signatario de la Convención de las Naciones Unidas contra la Corrup-
ción; la Convención Interamericana contra la Corrupción y su Mecanismo de Seguimiento ME-
SICIC, que ha realizado cinco rondas de análisis; la Convención de las Naciones Unidas contra
la Delincuencia Organizada Transnacional; la Declaración Universal de Derechos Humanos; y la
Declaración Americana de Derechos Humanos. Estas son herramientas internacionales que co-
adyuvan a establecer esfuerzos conjuntos entre los Estados para combatir efectivamente la co-
rrupción y adaptar los marcos normativos internos a estándares internaciones de seguimiento y
control de la criminalidad organizada y las redes de corrupción. Si bien es cierto que el Estado
de Honduras ha establecido mesas de trabajo y seguimiento a estos instrumentos internacio-
nales, su voluntad política de positivizarlos e implementarlos es muy frágil. El acompañamiento
de estos tratados internacionales en las estrategias internas y regionales de combate a la co-
rrupción es vital para fortalecer a las instituciones que pertenecen al sistema nacional de lucha
contra la corrupción y consolidar esfuerzos continuados para afianzar el modelo democrático y
el Estado de derecho.
De acuerdo con los resultados preliminares de LAPOP, el nivel de victimización por corrupción en
Honduras se ha mantenido estable desde el 2012 hasta 2018151.
El 41.8 % de los hondureños cree que todos los políticos son corruptos; lo cual representa un au-
mento significativo con respecto al 2016152. Honduras, además, de acuerdo con Transparencia In-
ternacional, se ubica entre los 30 países del continente americano que en la última década no
han tenido avances significativos o como en el caso de Honduras han retrocedido en su Índice de
Percepción de la Corrupción153.
151 LAPOP, Resultados preliminares 2019: Barómetro de las Américas en Honduras, https://www.vanderbilt.edu/lapop/honduras/AB2018-
19_Honduras_RRR_W_09.25.19.pdf
152 LAPOP, Resultados.
153 Transparency International, “El índice de percepción de la corrupción 2021 revela una década con niveles de corrupción estancados
en un contexto de violaciones de derechos humanos y deterioro de la democracia en las Américas”, https://www.transparency.org/es/
press/2021-corruption-perceptions-index-americas-regional
Además de estos, también existen elementos relacionados con los altos niveles de impunidad, la
falta de transparencia en la gestión pública y la prevalencia de los intereses particulares sobre los
de la mayoría de la población.
Los derechos económicos, sociales y culturales son los derechos humanos relativos a las condi-
ciones socioeconómicas básicas. Incluyen el derecho a la alimentación, a la vivienda adecuada, a
la educación, a la salud, a la seguridad social, a la participación en la vida cultural, al agua y sanea-
miento, y al trabajo.
De acuerdo con el Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales155, la obligación del Esta-
do de garantizar el disfrute más amplio posible de los derechos sigue en pie, aunque se demuestre
que los recursos disponibles son insuficientes. Así, por ejemplo, un Estado Parte en el que un nú-
mero importante de individuos está privado de alimentos esenciales, de atención primaria de salud
esencial, de abrigo y vivienda básicos o de las formas más básicas de enseñanza, en principio no
está cumpliendo sus obligaciones en virtud del Pacto Internacional de Derechos Económicos, So-
ciales y Culturales.
En su más reciente evaluación sobre el país, la CIDH156, señala la situación de pobreza, desigualdad
y exclusión social en Honduras especialmente de los pueblos indígenas y afrodescendientes, y
de la población rural del país. Asimismo, señala que, en Honduras se continúa observando graves
dificultades en el disfrute de los contenidos básicos de los derechos sociales e indicando que la
corrupción es uno de los mayores factores que impiden el uso de los recursos disponibles para la
garantía de los derechos humanos, en particular, los DESCA157.
154 Como muestra el subíndice del World Justice Project denominado “restricciones a los poderes del gobierno”, el sistema de pesos y con-
trapesos se ha ido reduciendo paulatinamente en Honduras: pasó de 0.45 en 2015 (último año metodológicamente comparable) a 0.34
en 2020 (World Justice Project, “Rule of law index”, https://worldjusticeproject.org/our-work/wjp-rule-law-index).
155 Citado en Office of the High Commissioner for Human Rights, La índole de las obligaciones de los Estados Partes, https://www.acnur.org/
fileadmin/Documentos/BDL/2001/1452.pdf
156 CIDH, Situación de derechos humanos en Honduras.
157 CIDH, Situación de derechos humanos en Honduras.
El derecho a la educación. Es uno de los más afectados por la debilidad del Estado de proporcionar
servicios en los diferentes niveles educativos, en especial en los niveles prebásico y básico. Como
menciona el Informe sobre Desarrollo Humano Honduras 2011158, las oportunidades de acceder, perma-
necer, concluir y obtener aprendizajes de calidad en el sistema educativo están condicionados por el
nivel socioeconómico de los hogares. También se devela al comparar el rendimiento escolar entre la
educación pública y la educación privada. Mientras la población más pobre solo accede a un promedio
de 5.7 años de educación, la escolaridad promedio en la población más rica, es casi el doble159, y las di-
ferencias en el rendimiento académico entre los estudiantes que asisten a centros educativos privados
y los que asisten a los públicos son significativas. El puntaje obtenido en el área de matemáticas en los
privados es de 53 puntos más que en los centros educativos públicos; si se toma en cuenta el estado
socioeconómico, la diferencia se reduce a 36 puntos. El puntaje obtenido en el área de lectura en los
centros educativos privados es de 55 puntos más que en los públicos (que se reduce a 39 puntos al
tomar en consideración el estado socioeconómico). En general, los centros educativos privados en pro-
medio tendrían una ventaja de un año de aprendizajes con relación a los centros educativos públicos160.
Algunos autores han asumido que la presencia de prácticas de corrupción en la gestión de sistemas
educativos reduce la probabilidad de lograr una adecuada distribución de oportunidades educaciona-
les161.
Esta vulneración al derecho a la educación está asociado al derecho de las niñas y los niños a un buen
estándar de vida.
El derecho a la salud. En Honduras, la tasa de mortalidad en menores de 5 años es de 16.2 por cada
1,000 nacidos vivos162, y se ubica como uno de los países con problemas sensibles en el cumplimiento
de los derechos infantiles163. Las cifras de desigualdad se vuelven más dramáticas en las zonas rurales
que en las urbanas: la desnutrición crónica es mayor en el área rural (23 %), que en la urbana (12 %)164. Al
margen de las cifras, las desigualdades se acentúan en los grupos sociales más vulnerables: mujeres,
pueblos originarios y afrodescendientes, juventudes, población en discapacidad, como muestra el per-
fil de grupos en riesgo de exclusión social que se presenta a continuación165. Cabe señalar que a pesar
de que se pueden utilizar múltiples fuentes de información, tanto nacionales como internacionales,
para entender la exclusión en Honduras, se necesita más y mejor evidencia. Las actuales fuentes no
desglosan sistemáticamente por etnia, raza, religión, situación migratoria y discapacidad. La orientación
sexual y la identidad de género, por ejemplo, están completamente invisibilizadas en las encuestas166.
158 PNUD en Honduras, Informe sobre Desarrollo Humano Honduras 2011. Reducir la inequidad: un desafío impostergable (Tegucigalpa: 2012),
https://www.undp.org › dam › docs › publicaciones
159 Al respecto, puede consultarse el apartado “Caracterización del avance en cobertura de educación previo a la pandemia del COVID-19”, en
el presente informe.
160 Secretaría de Educación de Honduras y Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), La educación en Hondu-
ras. Hallazgos en Honduras por su participación en PISA para el Desarrollo, 2018, 51, https://www.oecd.org/pisa/pisa-for-development/
PISAD-Honduras-National-Report.pdf
161 Sergio Cárdenas Denham, “La corrupción en sistemas educativos: una revisión de prácticas, causas, efectos y recomendaciones”, Revista
Electrónica de Investigación Educativa Vol. 14, Núm. 2 (México: REDIE, 2012).
162 Banco Mundial, “Base de datos, Tasa de mortalidad, menores de 5 años (por cada 1.000) – Honduras”, World Bank, https://datos.bancomun-
dial.org/indicador/SH.DYN.MORT?locations=HN
163 Derechos de la Infancia, “Niños de Honduras. Descubriendo los Derechos del Niño en Honduras”, accedido el 17 de mayo de 2021, https://
www.derechosdelainfancia.es/honduras/
164 INE, Encuesta Nacional de Demografía y Salud ENDESA/MICS (Tegucigalpa, 2019), https://www.ine.gob.hn/V3/endesa-informe-e-instantaneas
165 Este perfil forma parte de un artículo preparado por José Cuesta, economista principal Banco Mundial para el Informe de Desarrollo Humano,
Honduras 2022.
166 José Cuesta, “La exclusión social en Honduras: un círculo vicioso”, artículo preparado para el Informe de Desarrollo Humano, Honduras 2022.
Personas
con disca- Jóvenes
Promedio Pueblos Afrohon- Migrante Fuente de
Nacional Rural Mujeres pacidad LGBTI
global indígenas dureños (***) información
(****)
(**)
Acceso a los mercados
Acceso a mercados laborales
Participación en la fuerza laboral (% del total de la
Fuente: INE, Encuesta Permanente de Hogares de Propósitos Múltiples, EPHPM, 2019; World Bank, “Global FINDEX database”, 2020.
Los altos niveles de desigualdad167 coadyuvan para vulnerar los derechos de los niños y niñas a la
educación, especialmente en el área rural y en la urbana más excluida. Como menciona la CEPAL,
la concentración del ingreso atenta contra la posibilidad, para una gran cantidad de personas, de
alcanzar una calidad de vida decente y ejercer sus legítimos derechos, y lo que resultaría contradic-
torio al marco normativo de los derechos económicos, sociales y culturales, ya que este implica que
el desarrollo debe orientarse de tal modo que los recursos socialmente producidos se distribuyan a
fin de hacer efectiva, para todos, la realización de tales derechos168.
Los problemas estructurales de pobreza, desigualdad, violencia y la falta de acceso a servicios bá-
sicos de salud, educación, agua y medio ambiente seguro, el nivel de informalidad (precarización
de empleos) y el desempleo muestran que en Honduras existen grandes retos para garantizar el
pleno goce de los derechos. Estas dificultades provocan una constante crisis que tiene como uno
de sus efectos la migración compulsiva hacia la frontera sur de los Estados Unidos de América y han
creado una crisis humanitaria sin precedentes.
Potenciar la calidad de la de democracia para asegurar el alcance de las metas de desarrollo soste-
nible ha sido el ideal de casi todas las repúblicas latinoamericanas desde su nacimiento a principios
del siglo XIX. Un proceso que requiere de constante adaptación para asegurar la universalidad y el
acceso igualitario a oportunidades de inclusión, de participación efectiva y de convivencia pacífica.
Es difícil generalizar sobre todos los países, pero en Honduras pueden considerarse varios factores
que han contribuido a su historia política frágil e insuficiente desarrollo en comparación con otras
naciones de la región169.
Esto ha provocado una expulsión de hondureños que se ha visto reflejada en los últimos años con
las denominadas “caravanas”, término que se utilizó para conceptualizar la salida masiva de nacio-
nales hacia la frontera sur de los Estados Unidos. Estas se han realizado en grupos relativamente
grandes de personas para evitar secuestros, extorsiones, trata y otras modalidades del crimen orga-
nizado que violan sistemáticamente los derechos humanos en el tránsito por Guatemala y México.
167 Honduras continúa siendo uno de los países más desiguales en la región latinoamericana, pese a casi dos décadas en las que la econo-
mía hondureña creció a un ritmo superior al de varios países de América Latina (3.9 % promedio anual durante el período 2000-2020, de
acuerdo con datos del Banco Central de Honduras). La desigualdad medida por el coeficiente de Gini se mantuvo relativamente cons-
tante —se mantuvo por encima de 0.50 entre 2001 a 2019— y, aunque ha habido una mejoría en los niveles de inequidad en relación al
2001, si se compara con otros países de América Latina y el Caribe —que también se han caracterizado por ser altamente inequitativos—,
se encuentra que la reducción observada en Honduras es relativamente baja comparada con la reducción de países como Bolivia (-19.4
puntos en el Gini entre 2001 al 2018), El Salvador (-12.9 puntos en el Gini) o Ecuador (-11 puntos en el Gini). De hecho, Honduras ha sido
el país con menor reducción en los niveles de inequidad en un conjunto de ocho países de latinoamericanos y caribeños, de acuer-
do con estimaciones del Banco Mundial (World Bank Group, Poverty and Shared Prosperity 2020: Reversals of Fortune [Washington:
2020], https://www.worldbank.org/en/publication/poverty-and-shared-prosperity#:~:text=Poverty%20and%20Shared%20Prosperity%20
2020%3A%20Reversals%20of%20Fortune,of%20COVID-19%E2%80%99s%20impacts%20on%20global%20poverty%20and%20inequa-
lity).
168 Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), Reunión de expertos sobre población, desigualdades y derechos huma-
nos, Desigualdades sociales y derechos humanos: hacia un pacto de protección social (Chile: 2006), 4, https://www.cepal.org/sites/
default/files/events/files/hopenhaynm.pdf
169 CEPAL, Vulnerabilidad sociodemográfica: viejos y nuevos riesgos para comunidades, hogares y personas (Brasilia: Comisión Económica
para América Latina, 2002).
170 Vladimir López Recinos, “Desarrollo, migración y seguridad: El caso de la migración hondureña hacia Estados Unidos” Migración y Desa-
rrollo 11(21) (Diciembre 2012): 65-105.
Datos del PNUD 173 indican que un alto porcentaje de la población ha emigrado hacia Estados Uni-
dos alguna vez o ha tenido un familiar que lo ha hecho (1 de cada 2 hondureños en 2021); de esta,
una gran cantidad continúa atribuyendo como causa principal la falta de oportunidades en un sen-
tido económico (76 %)174. Pero, lo cierto es que la migración tiene múltiples causas, entre las que
se encuentran la reunificación familiar; además, la violencia y la vulnerabilidad ambiental también
juegan un papel importante.
Otro dato importante es que un tercio de la población tiene intención de emigrar hacia los Estados
Unidos, y una de las características más relevantes es que esta intención se refleja en mayor medida
en las personas entre 18 y 39 años, como lo refiere el gráfico 42. Cinco de cada 9 personas jóvenes
consideraron que, de tener recursos disponibles para emigrar, valorarían esta posibilidad ante la
falta de oportunidades socioeconómicas en su propia tierra.
Gráfico 42 Porcentaje de población que tiene intenciones de irse a vivir a los Estados Unidos en
los próximos tres años
Porcentaje nacional
Rango e
56 18 a 2
25 a 3
40 o m
42
Porcentaje
28
14
0
18 a 24 25 a 39 40 o más
Fuente: CID Gallup, Estudio de Opinión Pública (Honduras: mayo 2021), elaborado para PNUD
171 Equipo del Informe de Desarrollo Humano de Honduras con datos de United Nations Department of Economic and Social Affairs, “Inter-
national Migrant Stock 2020”, Migration Data Portal, https://www.migrationdataportal.org/; Department of Economic and Social Affairs,
“World Population Prospects 2019”, United Nations, https://population.un.org/wpp/
172 PNUD-Infosegura, “Análisis sobre seguridad ciudadana, movilidad humana y desarrollo”, Programa de las Naciones Unidas para el De-
sarrollo, https://www.hn.undp.org/content/honduras/es/home/presscenter/articles/movilidad-humana--desarrollo-y-seguridad-ciudada-
na-en-honduras.html. Cabe señalar que, de acuerdo Organización Internacional para las Migraciones (OIM), Honduras se encontraba en-
tre los 10 países de América Latina y el Caribe con las mayores cifras totales de refugiados y solicitantes de asilo en 2018 (OIM, “Informe
sobre las migraciones en el mundo”, https://worldmigrationreport.iom.int/es/2020).
173 CID Gallup, Estudio de Opinión Pública (Honduras: mayo 2021), elaborado para PNUD; y PNUD-InfoSegura, Seguridad ciudada-
na, movilidad humana y desarrollo en los países del norte de Centroamérica. Septiembre 2020. https://infosegura.org/wp-content/
uploads/2020/10/Movilidad-humana-Seguridad-ciudadana-y-Desarrollo_Presentacion-PBF.pdf
174 CID Gallup, Estudio de Opinión Pública (mayo 2021).
La exigibilidad de los derechos económicos, sociales y culturales sufre un grave deterioro provoca-
do por la corrupción y los problemas estructurales derivados de esta. El acceso limitado y precario
a servicios de salud, educación, seguridad social y trabajo digno son elementos que impactan di-
rectamente en el modelo democrático, haciéndolo más débil y menos capaz para responder a las
necesidades de la población. La corrupción degrada las condiciones de dignidad del ser humano,
favoreciendo a una pequeña elite enquistada en las estructuras del Estado, y deja a la intemperie
a las grandes mayorías de la sociedad, produciendo un agotamiento del Estado de derecho y una
trayectoria de violación sistemática de los derechos humanos.
Impunidad
La impunidad se define como “la inexistencia, de hecho, o de derecho, de responsabilidad penal por
parte de los autores de violaciones, así como de responsabilidad civil, administrativa o disciplinaria,
porque escapan a toda investigación con miras a su inculpación, detención, procesamiento y, en
caso de ser reconocidos culpables, condena a penas apropiadas, incluso a la indemnización del
daño causado a sus víctimas”176.
Diversos autores177 coinciden en que la impunidad tiene carácter multidimensional y origen pluricau-
sal.
La medición de la impunidad supone cierta complejidad, dada la información que se requiere para
su análisis, por lo que usualmente se tiende a limitar al caso de los homicidios, el cual se considera
que constituye un indicador relevante sobre la situación de la impunidad general del país178; sin
embargo existen otros indicadores como el Índice Global de Impunidad (IGI) que aborda la impu-
nidad reconociendo su carácter multidimensional y multifactorial, haciendo especial énfasis en la
problemática de los sistemas de seguridad pública y justicia, así como la violación a los derechos
humanos179. Estos indicadores serán abordados a continuación.
175 Destinadas a combatir el empleo de migrantes irregulares y aumentar la colaboración entre las autoridades policiales locales y las
autoridades de migración (como la iniciativa de comunidades seguras y los acuerdos 287 [g]) en el nivel estatal en los Estados Unidos.
La Ley 287 (g) se refiere a una sección de la Ley de Inmigración y Nacionalidad, según la cual el gobierno federal puede autorizar a las
autoridades estatales y locales que actúen como oficiales de inmigración.
176 Naciones Unidas - Consejo Económico y Social, “Promoción y protección de los derechos humanos: Impunidad, Informe de Diane Orent-
licher, experta independiente encargada de actualizar el conjunto de principios para la lucha contra la impunidad”, 18 de febrero de 2005,
6, https://ap.ohchr.org/documents/dpage_s.aspx?si=E/cn.4/2005/102/Add.1
177 Al respecto puede consultarse, Juan Antonio Le Clercq, Azucena Cháidez & Gerardo Rodríguez, Midiendo la impunidad en América
Latina; Naomi Roht-Arriaza, Combating Impunity: Some Thoughts on the Way Forward, 59 Law and Contemporary Problems 93-102 (Fall
1996), https://scholarship.law.duke.edu/lcp/vol59/iss4/9 ; Jorge E. Viñuales, Impunity: Elements for an Empirical Concept, 25(1) LAW &
INEQ. 115 (2007), https://scholarship.law.umn.edu/cgi/viewcontent.cgi?article=1091&context=lawineq; Guillermo Zepeda Lecuona, Crimen
sin castigo: procuración de justicia penal y ministerio público en México (México: Fondo de Cultura económica, 2004).
178 Laura Chinchilla y Julieta Castellanos, “Análisis sobre la seguridad ciudadana en el marco del Estado de derecho en Honduras 2000-
2019: Veinte años de frágiles avances”, elaborado para el Informe de Desarrollo Humano, Honduras 2022.
179 Juan Antonio Le Clercq, Azucena Cháidez & Gerardo Rodríguez, Midiendo la impunidad en América Latina: retos conceptuales y meto-
dológicos (Quito, 2016), https://doi.org/10.17141/iconos.55.2016.1934
El IGI, elaborado por el Centro de Estudios sobre Impunidad y Justicia (CESIJ), va más allá del aná-
lisis de los delitos susceptibles de ser castigados, como el homicidio —y partiendo de la definición
de la CIDH— mide la impunidad a través de tres dimensiones: seguridad, justicia y derechos huma-
nos y desde dos criterios centrales: (a) la funcionalidad, es decir, la forma en que los sistemas de
seguridad, justicia y protección de los derechos humanos operan a partir de su marco normativo,
capacidades o infraestructura institucional; y (b) la capacidad estructural y el diseño institucional de
los Estados para castigar violaciones a las leyes180.
En 2020, según el IGI181 los países con impunidad muy alta son: 59) Guatemala, con 49.66 puntos;
60) México, con 49.67 puntos; 61) Kirguistán, con 51.80 puntos; 62) Nepal, con 51.94 puntos; 63)
Guyana, con 52.07 puntos; 64) Paraguay, con 53.15 puntos; 65) Azerbaiyán, con 54.56 punto; 66)
Argelia, con 57.63 puntos; 67) Marruecos, con 58.04 puntos; 68) Honduras, con 59.69 puntos; y 69)
Tailandia, con 62.82 puntos.
Honduras es la nación que tiene el nivel más alto de impunidad en la región, y la segunda con im-
punidad alta en el ámbito global (68).
En esta medición, el IGI indica que, a nivel estructural, los principales problemas en el país se en-
cuentran en el sistema de justicia (con una puntuación de 86.96) y seguridad (72.06). En cuanto a
derechos humanos, tiene una puntuación de 66.30.
A grandes rasgos, entre la comisión de un delito y la imposición de una pena, intervienen diversos
actores según la etapa del proceso. Inicia con la denuncia del hecho delictivo, le sigue la investiga-
ción de los hechos por parte de la policía y entes especializados, pasa luego a la fase de imputación
y acusación por parte del Ministerio Público, y culmina con el juicio en el que un juez dicta la sen-
tencia correspondiente. En caso de culpabilidad, se emite una sentencia condenatoria según los
criterios del Código Penal respectivo. Para cada una de las etapas, existen indicadores asociados
a partir de los cuales se logran construir los índices de impunidad de un país (véase diagrama 14).
Investigación y acusación
Enjuiciamiento
de sospechosos
Condena de
ofensores
180 Juan Antonio Le Clercq Ortega y Gerardo Rodríguez Sánchez Lara (coords.), Índice Global de Impunidad IGI 2015, (San Andrés Cholula,
Puebla, México: Universidad de las Américas Puebla [UDLAP], 2015), https://www.udlap.mx/igi/2015/files/igi2015_ESP.pdf ; Juan Antonio
Le Clercq Ortega y Gerardo Rodríguez Sánchez Lara (coords.), Índice Global de Impunidad 2020. Escalas de impunidad en el mundo
(San Andrés Cholula, Puebla, México: Universidad de las Américas Puebla [UDLAP], 2020).
181 Juan Antonio Le Clercq Ortega y Gerardo Rodríguez Sánchez Lara (coords.), Índice Global de Impunidad 2020.
182 Este subapartado se basa principalmente en el “Análisis sobre la seguridad ciudadana en el marco del Estado de derecho en Hondu-
ras 2000 -2019: Veinte años de frágiles avances”, elaborado por Laura Chinchilla y Julieta Castellanos para el Informe de Desarrollo
Humano, Honduras 2022.
8,000
6,000
Número
4,000
2,000
0
2010 2011 2012 2013 2014 2015 2016 2017 2018 2019
100%
80%
60%
Porcentaje
40%
20%
0%
2010 2011 2012 2013 2014 2015 2016 2017 2018 2019
Nota. De acuerdo con el estudio que sirve de referencia para esta información, los casos ingresados al Poder Judicial, o “casos judicializados”,
se refieren al número de homicidios cuya persecución se ha materializado a través de un requerimiento fiscal ante los juzgados de letra penal
a nivel nacional.
Fuente: Equipo del Informe de Desarrollo Humano Honduras con base en APJ, Tercer Informe sobre la Impunidad en Homicidios 2010-2019.
Alianza por la Paz y la Justicia, 2019. http://biblioteca.asjhonduras.com/wp-content/uploads/2020/10/Tercer-informe-sobre-la-impunidad-en-ho-
micidios.pdf
183 APJ, Tercer Informe sobre la Impunidad en Homicidios 2010-2019 (Alianza por la Paz y la Justicia, 2019), http://biblioteca.asjhonduras.
com/wp-content/uploads/2020/10/Tercer-informe-sobre-la-impunidad-en-homicidios.pdf
d. Pese a la crítica justificada sobre las bajas tasas de judicialización, resulta positivo que las senten-
cias condenatorias se hayan incrementado sensiblemente durante el periodo analizado, ya que
pasaron de un 25 % de los casos judicializados en 2010 a un 65 % en 2019, lo que supone un
crecimiento del 160 %. Esta situación ha incidido de manera positiva en el índice de impunidad, el
cual bajó en un 10 % en los últimos diez años: pasó de 96 % en 2010 a 87 % en 2019.
e. Al igual que sucede en relación con las incidencias delictivas, los agregados nacionales ocultan
realidades contrastantes entre las regiones del país. Mientras la tasa de judicialización promedio
nacional en 2019 fue de 21 %, en algunos departamentos se alcanzaron tasas de hasta 51 % y 73
%, en tanto que en otros se llegó a porcentajes tan bajos como el 13 % y el 9 % (véase cuadro 10).
Aunque no se puede establecer relaciones de causalidad entre uno y otro indicador, sí resulta re-
levante a la investigación ahondar sobre la coincidencia que se presenta entre los departamentos
con mayores tasas de homicidios y menores porcentajes de judicialización, y viceversa, es decir
los departamentos con menores tasas de homicidios y, a la vez, menores cifras de judicialización.
Los departamentos con las más altas tasas de homicidios presentan tasas de judicialización por debajo del 25 %.
Departamento Tasa de homicidios Tasa de judicialización
Cortés 61.2 13
Atlántida 56.6 9
Yoro 55.3 20
Colón 49.1 24
Comayagua 47.5 22
Olancho 46.9 13
Los departamentos con las más bajas tasas de homicidios presentan niveles de judicialización por encima del 25 %.
Departamento Tasa de homicidio Tasa de judicialización
El Paraíso 26.8 38
Ocotepeque 25.2 24
Choluteca 23.4 37
La Paz 22.6 73
Valle 21.3 51
Gracias a Dios 14.7 40
Fuente: Equipo del Informe de Desarrollo Humano Honduras con base en datos de Infosegura/PNUD/USAID e IUDPAS/OVN/UNAH
184 El “Análisis sobre seguridad ciudadana en el marco del Estado de derecho en Honduras 2000-2019: Veinte años de frágiles avances” seña-
la que, a partir de 2013, comienza a revertirse la tendencia al alza —que el país venía experimentando desde mediados de la década del
2000— en varios de los indicadores relacionados a la violencia, tales como la tasa de homicidios, femicidios y extorsión, las cuales fueron
acompañadas por una disminución de los niveles de victimización y de la percepción de inseguridad; sin embargo las mejoras en estos
indicadores no han sido suficientes para sacar al país de la categoría de los más violentos del mundo: en 2019, su tasa de homicidio fue de
45 por 100,000 habitantes, más del doble de la tasa promedio de América Latina de 21.7 y más de siete veces la tasa promedio mundial de
6.1, y la tasa de femicidios era casi el doble del promedio latinoamericano y el triple del promedio mundial.
185 APJ, Tercer Informe.
g. Los bajos niveles de judicialización ejercen un poder disuasivo en las personas víctimas de
algún delito, las cuales optan por no denunciar, lo que, a su vez, alimenta el círculo vicioso de
impunidad. Según datos de 2019, un 77.6 % de quienes dijeron haber sido víctimas de algún
delito optaron por no reportarlo ante las autoridades correspondientes (véase gráfico 44), lo
que representa aproximadamente, 1 de cada 5 delitos cometidos en el país186; el resto pasa a
engrosar la cifra oculta de la criminalidad.
h. Entre las razones aducidas por la ciudadanía para no denunciar, destacan que “no sirve de
nada” (63.9 %), que “es peligroso” (14.2 %) o que simplemente “no tienen pruebas” (7.7 %). Ade-
más, cuando las personas denuncian, los resultados no son halagüeños. De acuerdo con el
mismo estudio, del 22.4 % de personas que optó por denunciar el delito del que fueron víctimas,
el 71 % declaró que no tuvo ninguna respuesta (véase gráfico 44)187.
La mejora que se produjo a partir de 2014 coincidió con varias medidas que el Estado impulsó, des-
de inicios de esa década, en lo que concierne a equidad de género y violencia contra las mujeres.
Algunas que destacan son: la formulación del Plan de Igualdad y Equidad de Género 2010-2022 y
del Plan Nacional contra la Violencia hacia la Mujer 2014-2020; la separación de la Unidad de Femi-
cidios de la Fiscalía Especial de Muertes, para ubicarla dentro de la Fiscalía de Delitos contra la Vida
(2014); la creación de la Unidad de Femicidios de la ATIC, a la cual se le asignó presupuesto propio
y un grupo de 40 agentes de investigación, y del Módulo de Atención Integral Especializado (MAIE)
del Ministerio Público; y la instalación en 2018 de la Comisión Interinstitucional de Seguimiento a
Muertes Violentas de Mujeres y Femicidios (CISMVMF).
Sin embargo, pese a que la tasa de judicialización de asesinatos de mujeres se encuentra por enci-
ma de la de los homicidios, el bajo porcentaje de casos que termina siendo tipificado de “femicidio”,
frente al alto porcentaje que se califica con “causa desconocida”, como se observa en el capítulo
anterior, refleja faltantes importantes en el proceso de investigación y en el manejo de los expedien-
tes. La preocupación sobre el tema ha sido expresada por representantes de la sociedad civil ante
la CISMVMF, quienes han hecho un llamado para que se haga un seguimiento más permanente y
cercano al tema por parte de las autoridades del Poder Ejecutivo y del Ministerio Público, al más
alto nivel, y para que se asigne más recursos a la Unidad de Femicidios del Ministerio Público y se
amplíe el número de Juzgados Especializados en Violencia Domestica188.
186 Instituto Universitario en Democracia, Paz y Seguridad (IUDPAS), Percepción ciudadana sobre inseguridad y victimización en Honduras:
Informe 2014 (Tegucigalpa: Universidad Nacional Autónoma de Honduras, Instituto Universitario en Democracia, Paz y Seguridad [UNAH/
IUDPAS], 2015).
187 IUDPAS, Percepción ciudadana.
188 La posición fue dada a conocer en julio de 2019 por representantes del Centro de Estudios de la Mujer de Honduras y La Vía Campesina,
organizaciones integrantes de la Plataforma 25 de noviembre y representantes de la sociedad civil ante la CIMVM.
10.9 10.9
22.4
77.6
89.1 89.1
Personas que han sido victimas de algún delito de la denuncia Resultado de la denuncia
Resultado
No víctima Víctima
Ninguna Ninguna
Otra Otra
89.1
0 20 40 0 60 20 80 40 60 80
Porcentaje Porcentaje
Resultado de la denuncia
Fuente: Instituto Universitario en Democracia, Paz y Seguridad (IUDPAS), Percepción ciudadana sobre inseguridad y victimización en Hondu-
ras: Informe 2014 (Tegucigalpa: Universidad Nacional Autónoma de Honduras, Instituto Universitario en Democracia, Paz y Seguridad [UNAH/
IUDPAS], 2015)
Ninguna
Femicidios Homicidios
Judic
Año
60
2
2
50
2
2
40
2
Número
30
2
2
20 2
2
10 2
0
2010 2011 2012 2013 2014 2015 2016 2017 2018 2019
Fuente: Equipo del Informe de Desarrollo Humano Honduras con base en APJ, Tercer Informe
En el caso de los pueblos indígenas, organismos internacionales de derechos humanos han desta-
cado problemas de falta de protección y de impunidad, lo cual atribuyen, entre otros factores, a las
limitaciones de recursos financieros y humanos de entes como la Fiscalía Especial de Etnias y Patri-
monio Cultural, y a la connivencia de fuerzas policiales y militares con intereses privados e incluso
con el crimen organizado en los territorios indígenas189.
Similares preocupaciones han sido expresadas por la situación del asesinato de periodistas y comu-
nicadores que, según reportó la Fiscalía de Delitos contra la Vida de Honduras a la CIDH en 2019, de
66 homicidios reportados desde 2013, solo 36 % habían sido judicializados y apenas un 12 % habían
recibido sentencias condenatorias190.
Los niveles de judicialización e impunidad en el caso de la población LGBTI tienden a ser tan altos
como la media general. Conforme a datos aportados por organizaciones de la sociedad civil, de los
373 asesinatos registrados contra miembros de esa comunidad entre 2009 y 2020, se judicializaron
79 casos, lo que corresponde a un 21 % del total; de los judicializados, 35 obtuvieron una sentencia
condenatoria, lo que implica un índice de impunidad de 65.7 %191. Al respecto, en 2019 la CIDH infor-
mó que las personas LGBTI en el país continuaban experimentando situaciones de violencia física,
psicológica y sexual, y que no contaban con un acceso efectivo a la justicia, lo que resultaba en una
189 Naciones Unidas, Asamblea General, Informe de la Relatora Especial sobre los derechos de los pueblos indígenas sobre su visita a
Honduras (Honduras: 2016), http://unsr.vtaulicorpuz.org/wp-content/uploads/2014/06/images_docs_country_2016-honduras-a-hrc-33-
42-add-2-sp.pdf
190 CIDH, Corrupción y derechos humanos.
191 Red Lésbica CATTRACHAS, Informe sobre Muertes Violentas de personas LGTTBI, Cattrachas 2009-2020 (Tegucigalpa: CATTRACHAS,
2020), 23, https://www.cattrachas.org/_files/ugd/b262b8_ded083f6fdbf4483a56016a77b3efb8b.pdf?index=true
Diversos factores de naturaleza material, funcional y política inciden en la baja judicialización y en los
aún preocupantes niveles de impunidad. Entre las principales causas asociadas a estos problemas,
se encuentran las de naturaleza material, como la insuficiencia de recursos humanos, financieros y
técnicos a disposición de las instituciones; los de naturaleza funcional, como las zonas grises que
todavía persisten alrededor de la investigación criminal dada la repartición de responsabilidades
entre la Policía Nacional de Honduras (PNH) y la Fiscalía General; y los de naturaleza política, que
afectan las necesarias garantías de independencia de los órganos jurisdiccionales y de la función
fiscal.
En relación con los recursos asignados al sistema de seguridad y de justicia penal, si bien en los
últimos años se han hecho esfuerzos significativos para incrementarlos, tal y como se observa más
adelante con los presupuestos al sector seguridad, el rezago frente a otras naciones y con respecto
a estándares globales sigue siendo notorio. Así, por ejemplo, mientras Naciones Unidas recomen-
daba la cobertura de 1 policía por cada 357 habitantes, en Honduras se disponía de 1 policía por
cada 844 personas. Los datos existentes a 2015193 en cuanto a este estándar en Centroamérica
ubicaban al país en una débil posición (véase gráfico 46).
El Salvador
5 Costa Rica
Guatemala
4 Nicaragua
Honduras
3
0
Panamá El Salvador Costa Rica Guatemala Nicaragua Honduras
Fuente: Equipo del Informe de Desarrollo Humano Honduras con datos de APJ, Línea base-Índice APJ Secretaría de Seguridad (Honduras: s.
f.), https://www.infosegura.org/wp-content/uploads/2018/01/%C3%8Dndice-APJ-SedS_baja.pdf e Infosegura/UNDP/USAID
Gráfico 47 Personal total del Poder Judicial versus personal de la carrera judicial
3,000
2,000
1,000
0
2013 2014 2015
Fuente: Equipo del Informe de Desarrollo Humano Honduras con datos de APJ, Línea base, e Infosegura/UNDP/USAID
En relación con la independencia de que deben gozar jueces y fiscales, la preocupación alcanza
tanto a las garantías de independencia externa como interna. La violación a los principios constitu-
cionales de separación de poderes y de independencia judicial, mediante las destituciones ilegales
y arbitrarias de jueces, se ha repetido en varias ocasiones durante el periodo analizado por este
informe, tal y como lo ejemplifican diversos incidentes que han sido documentados por organismos
nacionales e internacionales.
194 Expediente Público, “Honduras: panorama desalentador contra las mujeres”, https://expedientepublico.org/honduras-panorama-des-
alentador-contra-las-mujeres/
195 APJ. Línea base.
196 Esta es una asociación conformada por jueces, juezas y magistrados que trabajan en temas de independencia judicial, lucha contra la
impunidad y la corrupción, y fortalecimiento del Estado de derecho.
Adicionalmente diversas fuentes dan cuenta de los elevados niveles de impunidad en el país, por
ejemplo, en junio la CIDH estimó una tasa de impunidad de más del 90 % para los delitos cometidos
contra defensores de derechos humanos en Honduras198. Por su parte, WOLA estima entre el 95 %
y 98 % de los crímenes contra personas defensoras permanecen en la impunidad, y menciona que
persisten diversos desafíos en materia de investigación, persecución penal y sanción de violaciones
de derechos humanos y crímenes contra las personas defensoras199.
En el presente apartado —con el propósito de brindar elementos que contribuyan a fortalecer la ins-
titucionalidad— se presentan algunas de las lecciones aprendidas que se desprenden de la Misión
de Apoyo contra la Corrupción y la Impunidad en Honduras (MACCIH).
El convenio de la MACCIH solo tuvo vigencia durante cuatro años. Sin embargo, tuvo acceso a
procesos y lecciones de aprendizaje que pudieron fortalecer sus capacidades inmediatas. La judi-
cialización de casos como Red de Diputados, Pandora, Arca Abierta, Fraude sobre el Gualcarque
y Narcopolítica son paradigmáticos en el combate a la corrupción, ya que sindicaron judicialmente
a altos funcionarios del Estado y líderes de sectores empresariales y gremiales, y pusieron al des-
cubierto la simbiosis de las redes de corrupción con estructuras de la criminalidad organizada. El
desvelamiento de las redes de corrupción y la presentación de casos ante los tribunales de justicia,
en conjunto con la UFECIC, puso en jaque a la clase política, que supo identificar que el trabajo de
la misión junto con el Ministerio Público era una amenaza latente a sus intereses y a los mecanismos
de suministro de las redes de corrupción enquistadas en el Estado.
197 La más reciente advertencia fue formulada por el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos en su Informe
sobre Derechos Humanos 2020, presentado en marzo de 2021. Véase CIDH, Corrupción; y Alto Comisionado de las Naciones Unidas
para los Derechos Humanos, Situación de los derechos humanos en Honduras Informe del Alto Comisionado de las Naciones Unidas
para los Derechos Humanos sobre la situación de los derechos humanos en Honduras (OACNUDH, 2021), https://oacnudh.hn/wp-con-
tent/uploads/2022/03/TRADUCCION-NO-OFICIAL_-INFORME-DEL-ALTO-COMISIONADO-DE-LAS-NACIONES-UNIDAS-PARA-LOS-DE-
RECHOS-HUMANOS-SOBRE-LA-SITUACION-DE-LOS-DERECHOS-HUMANOS-EN-HONDURAS.pdf
198 CIDH, Situación de los derechos humanos en Honduras.
199 Washington Office on Latin America (WOLA), Protección de los derechos humanos en Honduras, Evaluando la Capacidad Estatal de Pro-
teger y Promover los Derechos Humanos, 2019 https://www.wola.org/wp-content/uploads/2020/04/Derechos-Humanos-HN-ESP-4.6.pdf
200 Cabe señalar que la presente Administración solicitó, al Secretario General de la ONU, la creación de una Comisión Internacional contra
la Corrupción e Impunidad en Honduras (CICIH). El Subsecretario General de la ONU para Europa, Asia Central y América en asuntos
políticos fue asignado como contraparte en la instalación de la CICIH.
Al finalizar la experiencia, la sostenibilidad del proceso se vio afectada por la falta de seguimiento
de las iniciativas de prevención y atención de la corrupción, incluyendo el robustecimiento de los
mecanismos de contrapesos y controles efectivos, impactando en el Estado de derecho.
Se puede deducir que los hallazgos sobre la justicia, la transparencia y el Estado de derecho tienen
elementos en común:
e. La protección de los jueces y fiscales debe ser una prioridad para el Estado de Honduras, con el
fin de garantizar la autonomía y la independencia de los operadores de justicia. Esta obligación
legal constituye un elemento central en la formulación del Estado de derecho y el desarrollo
201 Al respecto, puede consultarse Charles T. Call, Un éxito fugaz: El legado de la Misión internacional contra la corrupción en Honduras
(Washington, DC: Center for Latin American Studies, 2020), https://flacso.unah.edu.hn/dmsdocument/10260-legado-maccih-2020-span-
ish-pdf
“La tendencia que hemos tenido en muchos países de politizar la justicia o de judicializar la
política no ha servido ni siquiera para garantizar los propósitos de quienes están debilitando y
desconociendo a la democracia. Semejante modelo no es sostenible”.
Al igual que muchos países de Latinoamérica, el sistema de justicia hondureño enfrenta varios de-
safíos para mejorar el acceso a la justicia.
b. Un segundo desafío consiste en diseñar políticas de acceso a la justicia centradas en las per-
sonas. Conceptualmente, esto va en sintonía con el mandato de la Agenda 2030 de “no dejar
a nadie atrás”. Pero, en términos de los nuevos paradigmas de gestión pública e innovación
institucional, significa que el diseño de políticas públicas debe incluir en todas sus etapas a los
usuarios, beneficiarios o ciudadanos. Poner en el centro a las personas en las reformas de ac-
ceso a la justicia implica un cambio cultural y político para los tomares de decisiones del sistema
judicial.
c. Otro desafío consiste en desplegar estrategias de modo articulado con otros poderes y agen-
cias del Estado. Las alianzas serán clave para el éxito de las políticas y estrategias de acceso a
la justicia. Esto no solo por la eficiencia de la inversión sino también por la creciente superpo-
sición de funciones y responsabilidades. La necesidad de coordinar las modalidades de inter-
vención se torna indispensable, especialmente en medio de una pandemia de las dimensiones
202 Este subapartado se basa principalmente en los hallazgos del documento del PNUD, Innovación, resiliencia y transformaciones urgen-
tes hacia una justicia inclusiva en América Latina y el Caribe, ya citado.
e. De la continuidad del servicio de justicia depende en muchos casos el acceso efectivo a pensio-
nes de manutención y alimenticias, a servicios de protección y refugios, y a asistencia sicológi-
ca. Estas prestaciones deben mapearse para así disponer las medidas necesarias que aseguren
su continuidad y para tener una dimensión real de las implicancias económicas y sociales del
efectivo acceso a la justicia para las mujeres.
203 UN Women, Policy Brief: The Impact of COVID-19 on Women, 2020 https://www.unwomen.org/-/media/headquarters/attachments/sec-
tions/library/publications/2020/policy-brief-the-impact-of-covid-19-on-women-en.pdf?la=en&vs=1406 citado en PNUD, Innovación, resil-
iencia y transformaciones.
204 XIV Cumbre Judicial Iberoamericana, “Reglas de Brasilia sobre acceso a la justicia de las personas en condición de vulnerabilidad”
(Brasilia: 2008), https://www.acnur.org/fileadmin/Documentos/BDL/2009/7037.pdf
h. Algunos de los déficits estructurales más comúnmente reportados y que atraviesan todas las
instituciones que forman parte de la cadena de justicia (Policía Nacional de Honduras, Ministerio
Público, Poder Judicial, Defensoría Pública, Instituto Nacional Penitenciario) son:
El informe de Pathfinders “Justicia para todos y la emergencia de salud pública”, en el cual se exam-
inan las prioridades más urgentes que la emergencia de salud pública plantea a las personas líderes
de la justicia a nivel mundial, señala que hoy es más crítico que nunca preservar la independencia
de las instituciones, acercar los servicios judiciales a las personas que más lo necesitan, alentar el
involucramiento constructivo entre el sistema formal y las alternativas locales, y hacer frente a las
raíces de las causas de la injusticia que han dejado a las personas y a las sociedades en un estado
de vulnerabilidad respecto al impacto más amplio de la pandemia212.
El PNUD en América Latina y el Caribe propone una serie de lineamientos (algunos de los cuales
se presentan en el recuadro 11) y una hoja de ruta para garantizar el pleno funcionamiento de los
servicios de justicia y, por ende, el acceso a la justicia para todos los sectores de la población.
La pandemia del COVID-19 ha generado una crisis global de dimensiones nunca antes vistas. Su
impacto inmediato se hizo evidente en materia de salud pública, pero sus consecuencias a mediano
y largo plazo más importantes serán en materia económica y social.
En este contexto, se postula el potencial del acceso a la justicia como dispositivo de contención
a las necesidades jurídicas. Más aún, se sugiere que, ante una dislocación política, económica y
social, el acceso a la justicia puede tener un efecto de contención al tejido social, sometido a una
tensión extrema por la agudización de los patrones históricos de conflictividad.
• La agenda de reformas propuestas por PNUD para consolidar el acceso a la justicia, aumentar
la inclusión social y proteger los derechos humanos es sólida y relevante, pero no es ajena
a desafíos y riesgos. Temas como la transformación institucional de los poderes judiciales, la
promoción de la innovación, el uso de los datos y sistemas de información como insumo vital
para el diseño de políticas y la toma de decisiones, y la rejerarquización de la agenda de géne-
ro como pilar de la reforma institucional de los poderes judiciales son pioneros, disruptivos e
inexplorados en el sector justicia. Esto requiere de acciones coordinadas entre los distintos ac-
tores de los sistemas de justicia, los gobiernos y los organismos internacionales, que apunten a:
i) generar conocimiento en los casos que corresponda, validar experiencias y documentar casos
exitosos, ii) diseñar dispositivos y herramientas para transferir dichos conocimientos a los siste-
mas de justicia, iii) promover la articulación entre todos los actores para impulsar una agenda
de reformas coherente, y 4) gestar amplios consensos y el involucramiento a largo plazo de la
comunidad internacional para garantizar la sostenibilidad de las reformas.
212 Pioneros para sociedades pacíficas, justas e inclusivas, La justicia en una pandemia - Primer documento informativo: Justicia para todos
y la emergencia de salud pública (Nueva York: Centro de Cooperación Internacional, 2020), 10, https://www.justice.sdg16.plus/_files/
ugd/6c192f_6a2327a3d9fd4d51b9c41264197c9b4e.pdf
• El COVID-19 ha puesto a prueba las capacidades institucionales de los sistemas de justicia de América
Latina y el Caribe, lo que también significa una oportunidad para ingresar a un proceso de transforma-
ción institucional para responder con más eficiencia a las demandas crecientes de acceso a la justicia,
así como para tener un rol central en la definición de políticas públicas del sector. Para ello es necesario
que los sistemas de justicia prioricen el fortalecimiento de sus capacidades de innovación, gestión de
proyectos, generación de datos, evaluación y seguimiento, con el fin de convertirse en protagonista en
el diseño y transformación de sus principales políticas.
• Iniciar una revolución de datos para mejorar el acceso a la justicia. Para ello, se requerirán desarrollar
sistemas estadísticos y políticas de gobernabilidad de datos, algo casi inexistente en las instituciones
judiciales de la región. En ese sentido, los poderes judiciales y los gobiernos deben trabajar de mane-
ra concertada para diseñar estrategias que permitan cubrir los vacíos existentes en materia de datos,
aprovechando las ventajas de las nuevas tecnologías. Un ejemplo de lo que se puede realizar es lo
que viene ejecutando CariSECURE, una iniciativa conjunta del PNUD y USAID, que propuso mejorar las
políticas públicas del Caribe vinculadas a la delincuencia juvenil y la violencia mediante el uso de datos
y sistemas de información de calidad comparables, confiables y a escala nacional. Contar con este tipo
de datos y sistemas de información permitirá a los países caribeños, entre otras cosas: i) producir de
manera independiente datos y sistemas de información creíbles para el análisis de las tendencias del
crimen y ii) generar análisis de políticas públicas de calidad basados en evidencia.
• El momento que vive el mundo, en especial América Latina y el Caribe, invita a la reflexión acerca de
la importancia de entender el acceso a la justicia como un pilar del desarrollo y la inclusión social. Los
nuevos desafíos que los países de la región tienen por delante resaltan la necesidad de trabajar en la
resiliencia de sus sistemas de justicia para que estos puedan de responder a la nueva normalidad. Por
ello, la crisis generada por la pandemia debe entenderse como una oportunidad para lanzar una nueva
generación de reformas programáticas, pensadas de manera articulada y con apoyo de los distintos
sectores relacionados con la provisión del servicio de justicia.
Fuente: Equipo del Informe de Desarrollo Humano 2022 con base en Innovación, resiliencia y transformaciones urgentes hacia una justicia inclusiva en
América Latina y el Caribe (Panamá: Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, 2020), 70-71, https://www.undp.org/sites/g/files/zskgke326/
files/migration/latinamerica/UND-RBLAC-VersionEspanol1DIC.pdf; Augusto Rey y Gloria Manzotti, Transformaciones urgentes hacia una justicia inclusi-
va con innovación y resiliencia, 15 de enero de 2021, https://www.undp.org/es/latin-america/blog/transformaciones-urgentes-hacia-una-justicia-inclusi-
va-con-innovaci%C3%B3n-y-resiliencia
Por ello, en este capítulo sobre la justicia, se incorporan las políticas sociales como un elemento
innovador y necesario para entender el Estado derecho y la justicia. En este apartado, este tema
se aborda desde la perspectiva estatal, bajo la definición de que el Estado identifica, diseña e im-
plementa las políticas sociales, con fin de propiciar mejores condiciones de vida de la población.
En ese contexto, dentro del concepto de protección social, se analizan y se incorporan los temas
de educación y salud. La conexión es directa porque una protección social universal asegura el de-
sarrollo humano de la población vía la educación, la salud y el empleo definido por salarios justos.
El Estado de derecho cumple una función esencial: garantizar los derechos humanos y constitucio-
nales de todas las personas que viven dentro de su territorio. Es el tipo de Estado que concentra
el poder, la legitimidad y la legalidad necesarias para hacer efectivo y real el disfrute y el ejercicio
universal de derechos.
La política social de un Estado se constituye de, al menos, los siguientes elementos: (a) el contenido
específico de los servicios, prestaciones y protecciones sociales; (b) la financiación para garanti-
zar la ejecución de tal política; (c) la inclusión en la misma de quienes carecen de recursos; (d) el
aseguramiento de individuos, familias y grupos contra determinados riesgos; y (e) la protección de
quienes se encuentran en situaciones de vulnerabilidad específicas215.
El Estado, en su condición de garante de los derechos, libertades y dignidad del ser humano, in-
terviene con sus políticas para construir justicia social. Al hacerlo, procura condiciones de mayor
equidad en la distribución de la riqueza y el poder, así como atención, cuidado y protección a la
población vulnerable.
213 Organización de las Naciones Unidas para Promover la igualdad de Género y el Empoderamiento de las Mujeres (ONU-Mujeres/UN
Women), PNUD/UNDP, UNODC, Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ACNUDH/OHCHR),
Herramientas para el diseño de programas de acceso a la justicia para las mujeres (2018), 2, https://www.undp.org/sites/g/files/zsk-
gke326/files/publications/es/Toolkit%20WA2J%20SPA.pdf
214 PNUD, Innovación, resiliencia y transformaciones, 14.
215 CEPAL, Políticas hacia las familias, Protección e Inclusión Social (Bogotá: Comisión Económica para América Latina y el Caribe [CEPAL],
2005).
Gráfico 48 Índice del Estado Global de la Democracia: derechos sociales e igualdad en Honduras
(2000-2020)
0.6
0.5
0.4
Valor
0.3
0.2
0.1
0.0
2000
2010
2020
2001
2005
2006
2009
2015
2016
2019
2002
2011
2012
2008
2018
2003
2004
2013
2014
2007
2017
Además, datos del PNUD y Latinobarómetro de las Américas señalan que 7 de cada 10 hondureños
consideran que el acceso a la salud y la educación es injusto216. Estos porcentajes son ligeramente
superiores en relación con el promedio regional.
Los siguientes subapartados presentan la situación y principales tendencias de los sistemas de pro-
tección social, salud y educación en el país, tres áreas claves para lograr la inclusión social.
El concepto de protección social ha sido explorado desde diferentes perspectivas. No existe una
única definición de lo que significa, y, dependiendo del contexto o la organización que lo defina,
diferentes aspectos serán o no incluidos.
Las estrategias y programas de protección social pueden agruparse en tres categorías principales:
seguridad social (contributiva), asistencia social (no contributiva) y reglamentación del mercado de
trabajo. Los programas de seguro social, incluidos los sistemas de salud y de pensiones, abarcan a
la población inscrita en el sector laboral formal que contribuye o ha contribuido a los sistemas. La
asistencia social incluye todas las políticas, programas y estrategias cuyo principal objetivo es redu-
cir los riesgos sociales y económicos de las personas vulnerables y pobres220.
La “seguridad social” se define como la serie de programas que proporcionan protección en aquel-
las contingencias relacionadas con el ciclo de vida: maternidad, tercera edad o aspectos como
desempleo o enfermedad. Por otro lado, la “asistencia social” se refiere a aquellas acciones que
proporcionan apoyo a las personas que viven en pobreza. Este tipo de programas se financia por
medio de impuestos, mientras que la seguridad social es sufragada con contribuciones de los tra-
bajadores y sus empleadores221.
Por último, las políticas del mercado laboral buscan garantizar el bienestar de los trabajadores y
extender los derechos laborales a las diferentes organizaciones. Igualmente, proteger a los traba-
jadores de los riesgos asociados al desempleo y fomentar el trabajo decente222. Las acciones en
este ámbito incluyen todas aquellas estrategias cuyo objetivo es la formalización del empleo, la
garantía de los derechos de sindicalización y seguridad en el trabajo, al igual que todas las regula-
ciones en contra del trabajo infantil y las normativas de salario mínimo223.
El concepto de protección social está altamente asociado con la reducción del riesgo y la vulnerabi-
lidad, y el apoyo a los más pobres. La protección social se define como aquellas “acciones públicas
tomadas en respuesta a niveles de riesgo de vulnerabilidad y privación que se consideran social-
mente inaceptables dentro de una determinada política o sociedad”224. En este contexto, la protec-
ción social reconoce que la pobreza es una condición dinámica que se ve afectada negativamente
por los riesgos económicos, sociales, sanitarios y de otro tipo. En el caso de la protección social
no contributiva, se han diseñado varios programas que buscan la reducción de la vulnerabilidad y,
más importante, la pobreza de las poblaciones. Estos incluyen transferencias en efectivo —como
por ejemplo la renta básica temporal estimada por PNUD para garantizar un ingreso mínimo para
218 Simone Cecchini et ál. (eds.), Instrumentos de protección social: Caminos latinoamericanos hacia la universalización Libros de la CEPAL,
N° 136 (Santiago de Chile: Comisión Económica para América Latina y el Caribe, 2015).
219 Simone Cecchini et ál. (eds.), Instrumentos.
220 Armando Barrientos and David Hulme, “Social Protection for the Poor and Poorest in Developing Countries: Reflections on a Quiet Re-
volution”, Brooks World Poverty Institute BWPI Working Paper 30, March 2008; Simone Cecchini y Rodrigo Martínez, Protección social
inclusiva en América Latina: Una mirada integral, un enfoque de derechos (Santiago de Chile: Comisión Económica para América Latina
y el Caribe, 2011).
221 Fabio M. Bertranou, Carmen Solorio y Wouter van Ginneken (eds.), Pensiones no contributivas y asistenciales: Argentina, Brasil, Chile,
Costa Rica y Uruguay (Santiago: Oficina Internacional del Trabajo, 2002).
222 Armando Barrientos and David Hulme, “Social Protection.”
223 Simone Cecchini (comp.), Protección social universal en América Latina y el Caribe. Textos seleccionados 2006-2019) (Santiago de Chile:
Comisión Económica para América Latina y el Caribe, 2019).
224 Tim Conway, Arjan de Haan and Andy Norton (eds.), Social Protection: New Directions of Donor Agencies (London: Department of Inter-
national Development, 2000), 5.
•Transferencias en efectivo
Asistencia social o protección social •Transferencias en especie
no contributiva •Subsidios al consumo
•Prestación de servicios
• Pensiones
Seguridad social o protección social • Seguridad social en salud
contributiva • Seguros de desempleo
• Licencias de maternidad, paternidad y enfermedad
Fuente: Adaptado de Simone Cecchini (comp.), Protección social universal en América Latina y el Caribe. Textos seleccionados 2006-2019
(Santiago de Chile: Comisión Económica para América Latina y el Caribe, 2019)
Es importante resaltar que, sin importar la perspectiva utilizada para definir “protección social”, los
tres pilares básicos de este concepto se mantienen. Sin embargo, el concepto de “protección so-
cial” está ligado al de “política social”, el cual incluye aspectos relacionados con educación y salud.
De hecho, el concepto de protección social está relacionado con el tipo de Estado que se tenga
y la definición de los roles del mercado, la familia, la comunidad y el Estado. La interacción entre
estos actores es determinante en los cambios que se han dado en los sistemas de protección social
desde el siglo XIX.
Esping-Andersen227 presentó una tipología de los Estados de bienestar de Europa occidental. Los
países se clasificaron en tres tipos: conservador, liberal y socialdemócrata. A pesar de la importan-
cia de esta tipología, no puede ser explícitamente adaptada a los países de la región. Sin embargo,
podrían identificarse varias características de los Estados de bienestar conservadores y liberales.
Previo a la década de los ochenta, la prestación de servicios sociales y la protección del empleo
estaban estratificadas y segmentadas. La familia y otras instituciones desempeñaron un papel im-
portante en la prestación del bienestar.
225 Al respecto, puede consultarse George Gray Molina and Eduardo Ortiz-Juarez, Temporary Basic Income: Protecting Poor and Vulnerable
People in Developing Countries (New York: UNDP, 2020), https://www.undp.org/publications/temporary-basic-income-tbi#modal-publica-
tion-download
226 Simone Cecchini (comp.), Protección social.
227 Gøsta Esping-Andersen, The Three Worlds of Welfare Capitalism (Princeton, NJ: Princeton University Press, 1990).
En las décadas de los ochenta y los noventa se dio lugar a cambios estructurales en la producción y
prestación de servicios de bienestar en la región latinoamericana. Como resultado, el mercado era
el principal proveedor de servicios de seguridad social, y la identificación de los riesgos sociales
era una característica para la prestación de seguros. Solo los trabajadores formales tenían acceso
al seguro social, y la principal red de seguridad para los trabajadores informales era la familia y, en
algunos casos, las organizaciones no gubernamentales (ONG)229.
Los regímenes de bienestar en América Latina han sido descritos como “truncados”. Las causas más
relevantes son la prestación segmentada y estratificada de servicios y la exclusión de las personas
más vulnerables. De hecho, durante décadas los servicios y programas de protección social esta-
ban dados únicamente mediante el mercado laboral formal y para trabajadores con ciertas caracte-
rísticas. La población de las zonas rurales era ignorada230.
La Ley Marco de Protección Social de 2015231 era la legislación que regulaba el sistema del país
(hasta su derogación en 2022). Dicha ley establecía la necesidad de generar pisos de protección
social que cubrieran a diferentes grupos vulnerables y en diferentes situaciones, y también recon-
ocía la necesidad de contar con un sistema que va más allá de la seguridad y la asistencia social,
228 Según Armando Barrientos (“Latin America: Towards a liberal-informal welfare regime,” in Ian Gough, Geof Wood, Armando Barrientos,
Philippa Bevan, Peter Davis, and Graham Room (eds.), Insecurity and Welfare Regimes in Asia, Africa and Latin America. Cambridge:
Cambridge University Press [August 2004]): 121-168), en el régimen de bienestar, podría describirse tanto como conservador-informal. La
principal diferencia es dónde se pone el énfasis. Conservador-informal puso el énfasis en el tipo y la estructura de las instituciones que
producen bienestar. Informal-conservador hizo hincapié en la población restringida que estaba cubierta por el sistema.
229 Armando Barrientos. “Latin America.”
230 Armando Barrientos, “Labour markets and the (hyphenated) welfare regime in Latin America”, Economy and Society 38(1) (30 Jan 2009):
87-108; Armando Barrientos, “On the Distributional Implications of Social Protection Reforms in Latin America” Working Paper No. 2011/69,
Finland: World Institute for Development Economics Research (November 2011); Armando Barrientos, Jasmine Gideon and Maxine Moly-
neux, “New Development in Latin America’s Social Policy”, Development and Change, 39(5), 759-774 (28 October 2008); Armando
Barrientos and Leonith Hinojosa-Valencia, “A review of Social Protection in Latin America”, Institute of Development Studies (June 2009).
231 Decreto 56-2015, Diario Oficial La Gaceta, 2 de julio de 2015, No. 33,771, Honduras.
Honduras pertenece al grupo de países con sistemas de protección social más jóvenes o con baja
cobertura, los cuales se caracterizan por tener una estructura demográfica, más bien joven (con una
edad promedio de 29.3 años), en donde la tasa de fecundidad continúa siendo alta y la esperanza
de vida es relativamente baja. Asimismo, presenta sistemas laborales débiles, con un porcentaje
bajo de población en el sector formal de la economía (para más detalles, véase capítulo 1).
Como respuesta, se han llevado a cabo diferentes esfuerzos de asistencia social, entre los que
se encuentra el programa Bono Vida Mejor (vigente al 2021), el cual tuvo como objetivo romper la
transmisión intergeneracional de la pobreza en el país. Se trata de una transferencia condicionada
para hogares con niños y niñas menores de 18 años escolarizados. Para 2019, el programa cubría a
más de 260,000 hogares con una transferencia de 10,000 lempiras anuales. La entrega se realizaba
cada dos meses. La principal fuente de información utilizada para identificar a los beneficiarios es
el Registro Único de Participantes (RUP), el cual, en su última actualización (2019), incluía más de un
millón y medio de hogares, lo que equivale al 40 % más pobre de la población en Honduras (véase
gráfico 49).
Gráfico 49 Número de hogares cubiertos por el programa Bono Vida Mejor (2010-2017)
300
250
Número de hogares (en miles)
200
150
100
50
0
2010 2012 2013 2014 2015 2016 2017
232 Equipo del Informe de Desarrollo Humano de Honduras con información del INE (consultar más detalles sobre las fuentes de información
en las notas técnicas del Informe de Desarrollo Humano 2022).
Es importante resaltar que Honduras no cuenta con pensiones no contributivas y presenta una
baja cobertura del bono para personas con discapacidad. Esta transferencia para personas con
discapacidad y el Bono Vida Mejor eran hasta hace poco los programas de asistencia social más
importantes del país.
En Honduras, el sistema de seguridad social contributivo está altamente fragmentado, pues se com-
pone de varios sistemas de previsión social que se administran a través de diferentes instituciones
públicas.
El sistema con mayor número de afiliados lo administra el Instituto Hondureño de Seguridad Social
(IHSS), el cual otorga prestaciones de asistencia médica, monetarias de enfermedad y de materni-
dad (bajo el régimen de Enfermedad y Maternidad) y prestaciones de invalidez, vejez y sobrevivi-
entes (bajo el régimen de Invalidez, Vejez y Muerte). En paralelo, cinco instituciones otorgan presta-
ciones de invalidez, vejez y muerte para colectivos determinados a saber: (a) el Instituto Nacional
de Jubilaciones y Pensiones de los Empleados y Funcionarios Públicos (INJUPEMP), (b) el Instituto
Nacional de Previsión del Magisterio (INPREMA), (c) el Instituto de Previsión Militar (IPM), (d) el Insti-
tuto de Previsión de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (INPREUNAH) y (e) el Instituto
de Previsión Social del Periodista (IPP)233.
Atendiendo las recomendaciones del modelo tripartito de la OIT, que define el diálogo social como
todo tipo de negociación, consulta o sencillamente intercambio de información entre representan-
tes del gobierno, trabajadores y empleadores, sobre asuntos de interés común relativos a políticas
económicas y sociales234, en el 2002, se publicó en el Diario Oficial La Gaceta, el Decreto Ejecutivo
No. PCM-016-2001, a través del cual el Poder Ejecutivo creó el Consejo Económico Social (CES),
como una entidad de diálogo social adscrita a la Secretaría de Trabajo y Seguridad Social, integra-
do por los sectores empresarial, sindical, campesino y gubernamental. Dentro de la esfera de sus
competencias, se estableció principalmente el estudio de asuntos relativos a la política salarial, la
política de empleo e inversión, la política educativa, la política de seguridad social, capacitación y
formación profesional y el mejoramiento de la calidad de la vida de los trabajadores235.
233 Oficina Internacional del Trabajo, Honduras. Informe al Gobierno: Análisis de la legislación hondureña de seguridad social seguridad
social (norma mínima), 1952 (núm. 102) (Ginebra: Organización Internacional del Trabajo, 2014), https://www.social-protection.org/gimi/
gess/www.ilo.org/gimi/gess/RessourcePDF.action?id=46317
234 Organización Internacional del Trabajo (OIT), El diálogo social y el tripartismo (Ginebra: Organización Internacional del Trabajo [OIT],
2020).
235 Para más información sobre el Consejo Económico y Social (CES), ver http://www.ces.hn/SobreNosotros.html
236 Yesenia Martínez García, La seguridad social en Honduras: Actores sociopolíticos, institucionales y raíces históricas de su crisis (Hondu-
ras: Editorial Guaymuras, 2015).
25
Porce
Año
20
15
Porcentaje
10
0
2010
2016
2001
2005
2006
2009
2002
2011
2015
2012
2008
2003
2004
2013
2014
2007
2017
2000
Fuente: Equipo del Informe de Desarrollo Humano Honduras con base en Alberto Arenas de Mesa, Los sistemas de pensiones en la encrucija-
da: Desafíos para la sostenibilidad en América Latina (Santiago: Comisión Económica para América Latina y el Caribe [CEPAL], 2019)
Cuando se analiza la cobertura ocupacional del sistema de pensiones hondureño, se encuentra que
del total de la población ocupada tan solo el 19.9 % cotizaba a un sistema de pensiones en 2017, lo
que coloca al país en el tercer lugar en la región, después de Bolivia y Guatemala (véase gráfico 51).
Asimismo, se encuentra que la tasa de cobertura varía de manera importante entre quintiles de in-
greso, entre los cuales el más alto es el que mayor cobertura presenta (39 %). Es importante resaltar
que la tasa de cobertura del quintil más bajo es menor que el 1 % de la población económicamente
activa de este grupo238.
237 Andrés Ham y Sergio Membreño-Cedillo, “¿Cuán efectiva es la protección social en Honduras?, UNDP LAC Working papers series”, 2021
con base en las Encuestas Permanentes de Hogares de Propósitos Múltiples (EPHPM) del 2010-2019.
238 Alberto Arenas de Mesa, Los sistemas de pensiones.
25
20
15
Porcentaje
10
0
2007
2017
2010
2005
2006
2009
2011
2015
2016
2012
2008
2004
2013
2014
Fuente: Equipo del Informe de Desarrollo Humano Honduras con base en Alberto Arenas de Mesa, Los sistemas de pensiones
Cuando se analizan los aportes monetarios a instituciones de previsión social (IHSS, INPREMA, IN-
JUPEMP, IPM e INPREUNAH, entre otras), se encuentra que en los últimos años los aportes reci-
bidos por cada una han crecido de manera relativa y absoluta (con excepción de los gremios o
colegios profesionales, véase cuadro 11). Los fondos privados de pensiones (AFP) y otros fondos de
pensiones estatales son los dos con mayor crecimiento en el número de cotizantes entre 2018 y
2019 (81.6 % y 28.8 %, respectivamente).
Crecimiento
Cotizantes en: 2018 2019
Variación relativa
IHSS 25,181 26,343 4.6 %
12
10
8
Tasa
2017
2000
2010
2001
2005
2006
2009
2016
2002
2011
2015
2012
2008
2003
2004
2013
2014
2007
Fuente: Equipo del Informe de Desarrollo Humano Honduras con base en Alberto Arenas de Mesa, Los sistemas de pensiones
La seguridad social enfrenta obstáculos que impiden su pleno desarrollo en la sociedad hondureña,
entre los que se incluyen:
8. La Ley Marco de Protección Social debiera ser la herramienta principal para fortalecer, mo-
dernizar y ampliar la cobertura de los servicios que brindan los institutos de seguridad social,
jubilaciones y pensiones. Sin embargo, en la práctica, se ha convertido en un mecanismo que
sustenta el ejercicio vertical del poder, al erosionar la independencia y la autonomía funcional
de estas instituciones que tienen adheridas redes clientelares que asfixian los capitales de
fondos de pensión para ubicarlos en megaproyectos hidroeléctricos o de infraestructura, enca-
reciendo la atención médica y los servicios de jubilación de los derechohabientes.
En general, se evidencia que el sistema de protección social de Honduras se caracteriza por ser de
baja cobertura en los campos de seguridad y asistencia sociales. Presenta fallas importantes en el
número y tipo de programas existentes, los cuales cuentan con una baja cobertura y con recursos
insuficientes para lograr una expansión vertical u horizontal de estos esfuerzos.
Aparte, durante el proceso de implementación de la Ley de Seguridad Social, debe estar aparejado
el fortalecimiento de los sistemas de información, los cuales son fundamentales para garantizar su
adecuada ejecución. El establecimiento de este ordenamiento de protección social se relaciona de
manera directa con la posibilidad que tiene el mismo de poder identificar, seguir y graduar a los ben-
eficiarios; de igual manera, de conocer a qué servicios o programas tienen acceso los individuos,
y de saber si existen duplicidades. Por esto es por lo que se vuelve fundamental poder contar con
un sistema de información de mayor cobertura, con una actualización constante y con herramien-
tas de focalización multidimensionales —como el índice de vulnerabilidad elaborado por PNUD en
2020242— que permite identificar a la gente que generalmente no es priorizada. De esta manera, se
podrá conocer las necesidades de toda la población.
Al mismo tiempo, el sistema de protección social en Honduras debe aumentar la cobertura del
sistema contributivo, ante todo los aportes a pensiones por parte de los trabajadores cuentaprop-
istas o en la agricultura. Esto se convierte en uno de los mayores retos que tendrá el sistema, pero
igualmente será una de las medidas con mayor efecto en la protección de los individuos, dado que
proporcionará recursos para incrementar la cobertura a la población en momentos de alta vulnera-
bilidad. En la búsqueda del logro de este mismo objetivo, diferentes países de la región han imple-
mentado estrategias para fomentar el aumento del número de cotizantes al sistema, por ejemplo,
Costa Rica ha promovido que los trabajadores cuentapropistas tengan la obligación de cotizar a la
Caja de Seguridad Social costarricense.
La expansión de los sistemas de protección social es un desafío que enfrentan muchos países de la
región, de bajo y mediano ingreso. Remontarlo dependerá de la posibilidad de poder implementar
un sistema que cuente con la suficiente capacidad fiscal para poder incrementar la cobertura, pero
también que cuente con sistemas de información que le permitan hacer la adecuada identificación
de los beneficiarios y la coordinación de los diferentes programas. Del mismo modo, deberá con-
tar con la capacidad técnico-administrativa para poder diseñar y ejecutar nuevos programas que
busquen cubrir a grupos vulnerables (como las personas con discapacidad, niños y niñas, y po-
blación migrante).
242 En el marco del apoyo técnico brindado al gobierno de Honduras, el PNUD Honduras diseñó un algoritmo de focalización denominado
“Índice Multidimensional de Vulnerabilidad”, que pretende priorizar las transferencias a aquellos en mayor riesgo de enfrentar los efectos
económicos adversos de la pandemia y las políticas de contención. Al respecto puede consultarse Mónica Pinilla-Rocancio, y Andrés
Ham, Focalización de transferencias a población vulnerable por el COVID-19 en Honduras (Honduras: PNUD, 2021), https://www.undp.
org/content/dam/rblac/notas-de-politica/undp-rblac-NotadePolitica1-Honduras-ES.pdf
Los sistemas de seguridad social representan una inversión importante en el bienestar de los tra-
bajadores y de la comunidad en su conjunto, al tiempo que facilitan el acceso a la educación y la
formación profesional, la nutrición y otros bienes y servicios esenciales. En conjunción con otras
políticas, la seguridad social mejora la productividad y la empleabilidad y contribuye al desarrollo
económico. Igualmente, ayuda a los empresarios y a las empresas a mantener una fuerza de trabajo
estable y adaptable. Por último, fortalece la cohesión social y contribuye así a construir la paz social,
sociedades inclusivas y una globalización justa, garantizando condiciones de vida decentes para
todos243.
En el cumplimiento de las políticas sociales y acciones de desarrollo para alcanzar los ODS hay una
brecha que se ensancha, según muestran los datos desagregados244. La principal causa de esta
laguna es estructural y está relacionada con el crecimiento excluyente e insuficiente para el desarro-
llo humano245. De lo anterior se infiere que la organización y la estructura económico-política de la
sociedad no contribuye a generar una cultura de respeto a derechos humanos y equidad de género.
Tampoco favorece la sana gobernanza y no ha sido capaz de detener la destrucción e impulsar la
recuperación de los equilibrios ambientales.
Las políticas sociales son ejecutadas en forma limitada246. Se potencian estructuras excluyentes y
cada vez más distantes de la agenda social, incapacitando a las instituciones para echar a andar las
propuestas de desarrollo.
243 OIT, “Normas internacionales del trabajo sobre la seguridad social”, https://www.ilo.org/global/standards/subjects-covered-by-interna-
tional-labour-standards/social-security/lang--es/index.htm
244 De acuerdo con el II Informe Nacional Voluntario de la Agenda 2030: de la recuperación al desarrollo sostenible, la tasa de alfabetismo
de la población en el país era de aproximadamente 88 % (2015), mientras que el promedio de la región es de aproximadamente 94 % y,
en algunos países (Chile, Costa Rica, entre otros), llega al 99 %. Asimismo, la brecha entre el sector urbano (94 %) y el sector rural (81.28
%) es sustancial. Además, la escolaridad es en promedio de 7.8 años promedio (EPMHPM) y la calidad de la enseñanza es deficiente, es-
pecialmente en lo referente a la preparación de los jóvenes para el mercado laboral. Como ya se ha mencionado, los problemas en ma-
teria de educación están entre los principales factores que determinan el lento avance en la reducción de la pobreza de los hogares y en
el rompimiento del ciclo de transferencia intergeneracional de la misma. Las personas que tienen educación superior logran un ingreso
que equivale a más de 5 veces versus al de quienes no tienen ningún nivel de educación. En el área de la salud, los datos muestran que
las condiciones de cobertura de los servicios y las condiciones de morbilidad de la población hondureña no revelan mayores cambios. La
tasa de fecundidad en Honduras es superior al promedio de América Latina, al igual que la tasa de crecimiento de la población por cada
1,000 habitantes, lo que genera mayor presión sobre la oferta institucional de servicios públicos. Persisten problemas que afectan el
desarrollo y el bienestar general de la población, tales como las alta tasas de mortalidad materna, mortalidad infantil y neonatal, así como
la desnutrición crónica, entre otros. Ver Comisión Nacional de la Agenda 2030 para los Objetivos de Desarrollo Sostenible (CNAODS), II
Informe Nacional Voluntario de la Agenda 2030: De la recuperación al desarrollo sostenible (Tegucigalpa: 2020).
245 Las tendencias muestran que a pesar de que la economía hondureña ha crecido a una tasa promedio de 3.9 % anual entre 2010 y 2019
(con base en datos del Banco Central de Honduras), este, como se menciona antes, ha tenido escaso impacto en reducir las desigual-
dades y la pobreza. Al analizar la distribución del ingreso por quintiles, se evidencia que, a lo largo de los últimos años, el quintil de
ingreso más alto ha acumulado más del 50 % del ingreso y, aunque se ha visto una ligera reducción a lo largo de los años acompañado
de un ligero incremento en el ingreso acumulado para el quintil más bajo, es importante resaltar que el quintil más bajo tan solo acumuló
el 3.6 % del ingreso total del país en el 2019, comparado con el 52.2 % del quintil más alto en el mismo año (véase Banco Mundial, “In-
dicadores de desarrollo”, https://databank.bancomundial.org/source/world-development-indicators). El crecimiento económico tampoco
se tradujo en suficiente empleo ni en empleo de calidad: la informalidad laboral se ha mantenido constante en 80 % (véase Andrés Ham
y Sergio Membreño-Cedillo, ¿Cuán efectiva es la protección social en Honduras? [Honduras: UNDP, 2020], con base en las Encuestas
Permanentes de Hogares de Propósitos Múltiples del lapso 2010-2019 y datos del Banco Central de Honduras). Las tasas de desempleo
relativamente bajas entre el 2001 y 2010 (aproximadamente 4.4 % en 2001 y 3.9% en 2010), se fueron incrementando paulatinamente,
elevándose hasta 7.4% en 2016, para luego reducirse hasta 5.7 % en los años posteriores, de acuerdo con datos de las Encuestas Per-
manentes de Hogares de Propósitos Múltiples del INE de Honduras).
246 En el capítulo 5 del informe, se muestra que las capacidades multidimensionales del Estado son un prerrequisito para el desarrollo hu-
mano y la transformación.
Como muestra el gráfico 53, a nivel nacional, para 2019, el 43 % de las mujeres hondureñas (de 15
años y más) no perciben ingresos propios comparado al 16.5 % de los hombres, muy por arriba de
los promedios de ALC (28.6 %) y la subregión de Centroamérica (35.1 %)247.
Gráfico 53 Honduras: Población sin ingresos propios por sexo y área geográfica (2001-20191)
70
60
50
40
Porcentaje
30
20
10
0
2001 2004 2005 2009 2010 2011 2012 2013 2014 2015 2016 2018 2019
Fuente: Carolina Ávalos, “Análisis de Desigualdad, Género e Institucionalidad en Honduras” en PNUD, Colección de desarrollo humano para
la transformación, 2022, con base en CEPAL, Observatorio de Igualdad de Género de América Latina y el Caribe, 2019
Esta situación es más crítica a nivel rural y en el grupo de mujeres jóvenes (15 a 24 años), como se
observa en el gráfico 54.
Asimismo, en Honduras se observa una múltiple discriminación por ser mujer e indígena y joven. Si
se compara su tasa de participación económica del 14.8 (y si además es rural desciende a 12.3) con
la de un hombre no indígena, esta última es 6 veces mayor248 (como se observa en el gráfico 55).
247 De acuerdo con los datos del Observatorio de Igualdad de Género de América Latina y el Caribe de la CEPAL (véase CEPAL, “Observa-
torio de Igualdad de Género de América Latina y el Caribe”, https://oig.cepal.org/es/autonomias/autonomia-economica).
248 Carolina Ávalos, Análisis de Desigualdad, Género e Institucionalidad en Honduras en PNUD, Colección de desarrollo humano para la
transformación, 2022, con base en Comisión Económica para América Latina y el Caribe, datos del Censo XVII Censo de Población y VI
de Vivienda, INE, 2013, Honduras.
Porcentaje
Fuente: Carolina Ávalos, Análisis de Desigualdad, Género e Institucionalidad en Honduras” en PNUD, Colección de desarrollo humano para la
transformación, 2022, con base en CEPAL, CEPALSTAT | Bases de datos y publicaciones estadísticas
60 y más
45 - 59
35 - 44
Años
25 - 34
15 - 24
Total (+ 15)
0 10 20 30 40 50 60 70 80 90 100
Porcentaje
Fuente: Carolina Ávalos, Análisis de Desigualdad, Género e Institucionalidad en Honduras en PNUD, Colección de desarrollo humano para la
transformación, 2022, con base en Comisión Económica para América Latina y el Caribe, datos del Censo XVII Censo de Población y VI de
Vivienda, INE, 2013, Honduras
3.5.3. Gasto social: la falta de un presupuesto acorde con los retos y necesidades de los secto-
res sociales
Aunque fluctuante a lo largo de los años, y de acuerdo con datos de la Secretaría de Finanzas250, el
gasto social como porcentaje del PIB aumentó de 8 % a 12.2 % entre el 2000 al 2008, año en el cual
alcanzó el porcentaje más alto en dos décadas, sin embargo, desde a partir de 2013, se evidencia
una reducción prácticamente progresiva hasta alcanzar un 8.5 % en el 2019 y luego ascender a 9.5
% en 2020, de acuerdo con estimaciones de la Secretaría de Finanzas (Gráfico 56).
Gráfico 56 Honduras: Gasto total de la Administración central y gasto social como porcentaje del
PIB 2000-2019.
30
24
18
Porcentaje
12
0
2000
2010
2020
2016
2019
2001
2005
2006
2009
2002
2011
2015
2012
2008
2018
2003
2004
2013
2014
2007
2017
En relación con la composición del gasto público más del 50 % el gasto se concentra en 4 destinos:
el servicio de la deuda, al cual se asignan la mayor cantidad de recursos del Presupuesto General
de la República (un 19.1 % en 2019 y un 17.9 % en 2020), seguido de educación que ha tendido a
reducirse (y que se redujo em 1.3 puntos porcentuales, pasando de 14.8 % en 2019 a 13.5 % en 2020.
249 Carolina Ávalos, Análisis de Desigualdad, Género e Institucionalidad en Honduras en PNUD, Colección de desarrollo humano para la
transformación, 2022, con base en Comisión Económica para América Latina y el Caribe, datos del Censo XVII Censo de Población y VI
de Vivienda, INE, 2013, Honduras.
250 Secretaría de Finanzas (SEFIN), memorias institucionales, 2000-2020, Honduras.
Lo anterior evidencia que existe una condición asimétrica del gasto en defensa y seguridad en re-
lación con educación y salud. Norberto Bobbio, en relación con los derechos económicos, sociales
y culturales, señala que “la razón de ser de los derechos sociales como la educación, el derecho al
trabajo, el derecho a la salud es una razón igualitaria. Los tres tienden a hacer menos grande la des-
igualdad entre quienes tienen y quienes no tienen, o a poner un número de individuos siempre ma-
yor en condiciones de ser menos desiguales respecto a individuos más afortunados por nacimiento
o condición social”251. A la luz de este concepto, los derechos económicos sociales y culturales son
la pieza fundamental para procurar el desarrollo integral del ser humano, así como la tutela de su
dignidad y su libertad.
La asimetría presupuestaria al aumentar las asignaciones del gasto en defensa y reducir las corres-
pondientes a salud y educación, se constituye en una vulneración de derechos. El aumento de las
funciones de las Fuerzas Armadas en áreas como la salud, la seguridad interior, el agro, las rela-
ciones internacionales, las elecciones y la infraestructura distorsiona la funcionalidad del Estado y
atrofia los equilibrios que sustentan la democracia y el Estado de derecho.
Tal situación, ha llevado a muy dañinos desajustes en el Presupuesto General de la nación252. Den-
tro del Estado en materia de seguridad se priorizan las medidas reactivas y represivas, en lugar de
políticas preventivas253 que incluyan a la salud, la educación y la cultura. El gasto público en materia
de seguridad y defensa se ha incrementado de manera importante (véase gráfico 57). Pese a ello,
prevalecen las causas que en el discurso oficial justifican tales incrementos: la delincuencia, la vio-
lencia y la inseguridad ciudadana. Este gasto es un esfuerzo superficial para atacar problemas con
profundas raíces.
Al desagregar los presupuestos destinados a defensa y seguridad, se puede concluir que han teni-
do un aumento exponencial desde 2015. En el área de salud (Secretaría en los despachos de Salud),
el presupuesto ha sufrido variaciones tendientes a la baja (aunque con un ligero repunte entre 2019
y 2020).
5
Porcentaje
0
2000
2010
2020
2019
2001
2005
2006
2009
2002
2011
2015
2016
2012
2008
2018
2003
2004
2013
2014
2007
2017
Fuente: Equipo del Informe de Desarrollo Humano Honduras con base en Informes de Liquidación Fiscal de la Secretaría de Estado en los
despachos de Finanzas
La pobreza en Honduras se acrecienta a medida que no se priorizan de manera incluyente los ejes
estratégicos como la educación, la salud, la infraestructura, el empleo, la seguridad ciudadana, et-
cétera254.
254 Foro Social de la Deuda Externa y Desarrollo de Honduras (FOSDEH), ¿Cuál es el costo de la Seguridad y la defensa en Honduras 2002-
2019?
La pandemia por COVID-19, declarada por la Organización Mundial para la Salud (OMS) en marzo
de 2020, ha generado una crisis sin precedentes a nivel global. Para el caso de Honduras, en el
contexto del trabajo que viene adelantando el PNUD en torno a este Informe de Desarrollo Humano,
se pretende sintetizar el impacto de la pandemia en dos de los ámbitos centrales del desarrollo hu-
mano: salud y educación, mediante la contextualización de la trayectoria que venía presentando el
país antes de la enfermedad, para así generar una serie de recomendaciones de política pertinentes
para abordar los desafíos estructurales y emergentes que orienten una recuperación resiliente en
estos ámbitos.
La Ley Fundamental de Educación (LFE/2012) sentó las bases para avanzar hacia la universal-
ización de la educación. No obstante, tras siete años de expedición, Honduras reportaba coberturas
educativas cercanas al 90 % en solo 7 de los 13 grados que la ley buscó universalizar, y se observa
un descenso progresivo de coberturas entre niveles educativos después del segundo ciclo de la
educación básica. Varios de los principios, fines y valores establecidos en la LFE otorgan soporte
normativo para garantizar a toda la población hondureña hasta los 15 años el acceso a la educación.
En efecto, la LFE: (a) garantiza la gratuidad en todos los centros oficiales de educación prebásica,
básica y media; (b) establece como obligatorio al menos un año de educación prebásica; y (c) pro-
mueve el acceso equitativo a la educación de todas las personas sin discriminación de ningún tipo.
A pesar de la intención de la LFE para garantizar el acceso universal y gratuito a por lo menos 13
años de educación (último de prebásica y todos los de básica y media), las tasas de cobertura bruta
de 2019 eran superiores a 90 % solo en los dos primeros ciclos de la educación básica, y cercanas
a 87 %257 en el último año de prebásica. La tasa de cobertura desciende a 55 % en el tercer ciclo de
educación básica, niveles cercanos a 40 % en educación media y hasta menos de 20 %258 en educa-
ción superior. Al comparar la tasa de cobertura entre niveles, es evidente que el sistema educativo
tiene el desafío de abordar una deserción escolar progresiva (véase gráfico 58).
255 Apartado basado en el documento “Análisis Impacto del COVID-19 en el sector salud y educación”, elaborado por José Soto para el
Informe de Desarrollo Humano, Honduras 2022.
256 Entrevistas a expertos y Consejo Nacional de Educación, Plan Estratégico del Sector Educación 2018-2030 (República de Honduras:
2019), https://transparencia.se.gob.hn/media/documents/planeacion/planes/PESE_2018-2030_Aprobado_CNE_11_abril_2019_02.pdf
257 Dependiendo de la fuente, la cobertura del tercer año de educación prebásica en Honduras está entre 70 % y 87 %, según entrevista a
expertos.
258 En entrevista a expertos, se mencionó que la tasa de cobertura de educación superior ronda el 17 %. Por su parte, el Plan Estratégico de
Educación 2018-2030 (PESE 2018-2030) aclara que la tasa bruta de matrícula en educación superior en 2015 era de más del 16.2 % y
que la cobertura neta ascendió a 16.5 % en 2017 entre las edades de 18-24 años.
“ … se reconoce que las instituciones que ofrecen educación técnica profesional-vocacional, así como formación profesional (particularmente el
INFOP, la CONEANFO, el CENET en el componente de educación no formal, y la Secretaría de Educación y las universidades que integran el
Sistema de Educación Superior en el componente de educación formal) no funcionan como un subsistema integrado y dirigido a mejorar la
inserción y la productividad laboral. Al contrario, operan de manera aislada y no estructurada hacia la anticipación de las demandas de
capacidades en el mercado laboral” (Plan Estratégico del Sector Educación 2018-2030).
Fuente: Equipo del Informe de Desarrollo Humano Honduras con base en Secretaría de Educación, Entendiendo la Ley Fundamental de
Educación (Comisión Ad-Hoc para la Reforma Educativa, Subsecretaría de Asuntos Administrativos y Financieros de la Secretaría de Educa-
ción, 2013), https://es.slideshare.net/gelsiramosam/entendiendo-la-ley-fundamental-de-educacin y Comisión Nacional para el Desarrollo de
la Educación Alternativa No Formal (CONEANFO), EANF Esperanza para la Familia: Memoria 2019 (Tegucigalpa: Comisión Nacional para el
Desarrollo de la Educación Alternativa No Formal [CONEANFO], 2020), https://www.coneanfo.hn/centro-de-publicaciones
100
80
60
Tasa
40
20
0
2012 2013 2014 2015 2016 2017 2018
Fuente: Equipo del Informe de Desarrollo Humano Honduras a partir de información reportada en Mónica Pinilla-Roncancio, Protección Social,
capítulo 1, insumo preparado para el Informe de Desarrollo Humano, Honduras 2022
1
Desertó antes de finalizar básica 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
ciclo II o nunca estuvo escolarizado
9 Terminan básica ciclo II
33 % desertan
6 Empiezan básica ciclo III
33%
desertan
4 Se gradúan de básica ciclo III
o s
25%
iz ad
3 Se graduan de educación media desertan
o lar
sc
se
50% De
1.5 Empiezan educación superior desertan
Fuente: Equipo del Informe de Desarrollo Humano Honduras con base en insumo recibido en entrevista a expertos locales
La deserción aumenta de manera progresiva a lo largo del ciclo educativo y alcanza porcentajes
hasta de 50 % en el ingreso a la educación superior. Una radiografía del ciclo de vida educativa de
la población hondureña mostraría que de cada 10 niños solo 6 terminan la educación básica, y tan
solo 3 se gradúan de la educación media, que es el nivel educativo mínimo que garantiza las com-
petencias para la inserción laboral. Solo el 15 % empezaría educación superior (véase gráfico 59).
Más allá de la cobertura, también hay oportunidades para mejorar la calidad en el logro educativo
en general, así como la pertinencia de la educación media para formar capital humano para las ac-
tividades de mayor productividad, como se observa en el cuadro 13.
Diferentes estudios evidencian que en los últimos años se ha estancado el avance en el rendimien-
to académico y las tasas de reprobación y repitencia han aumentado.
259 Declaraciones de César Villar, representante adjunto en Honduras del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), citadas
por Ana Mariela Moncada y María Castro Serantes, “La educación, en riesgo extremo en Honduras”, Agencia Española de Cooperación
Internacional para el Desarrollo (AECID), 27/07/2021, https://www.aecid.es/ES/Paginas/Sala%20de%20Prensa/Historias/23_07_21_Edu-
caci%C3%B3nHonduras.aspx.
260 Secretaría de Educación, Memoria de Labores 2019 (Secretaría de Educación: 2020).
261 Secretaría de Educación, Informe de la Secretaría de Estado en los despachos de Educación (Secretaría de Educación: 2019).
Mientras que alrededor del 90 % de los centros educativos tanto de educación prebásica como de
básica son gubernamentales, en la educación media la participación es minoritaria: 43 % (véase
gráfico 60). Evidentemente, esta desproporcionada reducción en la oferta pública a partir de la
educación media restringe el avance hacia cobertura universal más allá del grado 9. Además, tanto
en el caso del Instituto Nacional de Formación Profesional (INFOP)262, como en la educación media
formal263, la oferta educativa y de capacitación está enfocada hacia ocupaciones en sectores que el
PESE 2018-2030 identificó como generadores de empleo de baja calidad264 y productividad (agricul-
tura, comercio, servicios e industria manufacturera), como ilustra el gráfico 61.
Ámbito de la
Evidencia Fuente
calidad
Estancamiento en el logro de aprendizaje a
partir de 2014. La proporción de estudiantes
que alcanzan los niveles de desempeño “Sa-
Secretaría de Educación. Informe
tisfactorio” y “Avanzado” alcanzó un máximo
Nacional de Desempeño Académico
de 41 % en 2014, que no se ha superado
de 2017
desde entonces
Rendimiento (40 % en 2015, 41 % en 2016 y 40 % en 2017)
académico (SEDUC, 2017, p. 7)
75 % de los niños y niñas de 10 años en Hon-
duras no pueden leer y entender un texto Informes del Programa Internacional
para la Evaluación de Estudiantes-Infor-
Solo 15 % de los estudiantes hondureños
me PISA de la OCDE 2018265
lograban el mínimo de competencia en mate-
máticas y el 30 %, en lectura
Entre 2015 y 2018 aumentaron los índices
Observatorio Universitario de la Edu-
de reprobación (de 2.7 % en 2015 a 4.4 % en
cación Nacional e Internacional de la
2018) y de repitencia (0.9 % en 2015 y 4.2 %
Universidad Pedagógica Francisco
en 2018) en la educación básica y media de
Morazán (UPNFM)266
Reprobación y Honduras
repitencia Entre 2012 y 2016 la tasa de repitencia en los
ciclos I y II de la educación básica disminuyó
Instituto Nacional de Estadística (INE).
de 9.0 % a 2.9 %, para posteriormente aumen-
Encuestas de Hogares267
tar sucesivamente a 4.2 %, en 2017; a 5 %, en
2018; y a 5.2 %, en 2019
Fuente: Equipo del Informe de Desarrollo Humano Honduras con base en fuentes referenciadas
265 Banco Mundial, Actuemos ya para proteger el capital humano de nuestros niños: Los costos y la respuesta ante el impacto de la
pandemia de COVID-19 en el sector educativo de América Latina y el Caribe (Banco Mundial: Washington, DC, 2021), https://openk-
nowledge.worldbank.org/handle/10986/3527, y Asociación para una Sociedad más Justa (ASJ), Propuesta de transformación del sector
educación (2021).
266 Proceso Digital, “Migración, deserción y violencia impactan en la educación”, Proceso Digital, 28 de diciembre de 2018, https://proceso.
hn/migracion-desercion-y-violencia-impactan-en-la-educacion/
267 Mónica Pinilla-Roncancio, Protección Social, capítulo 1, insumo preparado para el Informe de Desarrollo Humano, Honduras 2022 (Hon-
duras: 2021).
Gubernamental No gubernamental
Media
Básica
Prebásica
4%
3%
23%
Agricultura
Ciencias y humanidades
Comercio y servicios
Industria
70%
La zona y el nivel de ingresos del hogar determinan resultados desiguales en educación: se tiende a
excluir del acceso a la educación y del logro de aprendizaje a niños de la zona rural o que viven en
hogares de bajos ingresos. Tanto en el diagnóstico sectorial más completo del que dispone el país
(PESE 2018-2030) como en la información de la Encuesta de Hogares del INE para 2019, se confir-
man las grandes brechas en los resultados de educación entre zonas (urbana/rural) y entre hogares
según quintil de ingresos. En particular, para el año previo a la pandemia, en Honduras:
1. La escolaridad promedio de la población de zona rural era casi tres años inferior a la de zona
urbana.
3. La escolaridad promedio de la población perteneciente al quintil de más altos ingresos (11 años)
era casi el doble de la del quintil de ingresos más bajos (5.7 años), como se ve en el gráfico 63.
Rural Urbana
Analfabetismo (%)
0 5 10 15 20
Valor
Fuente: Equipo del Informe de Desarrollo Humano Honduras a partir de información del INE (Encuesta Permanente de Hogares de Propósitos
Múltiples 2019
20
15
Valor
10
0
Quintil 1 Quintil 2 Quintil 3 Quintil 4 Quintil 5
Fuente: Equipo del Informe de Desarrollo Humano Honduras a partir de información del INE (Encuesta Permanente de Hogares de Propósitos
Múltiples 2019)
Mujer Hombre
11.3
Analfabetismo (%)
11.8
7.8
Escolaridad promedio (Años)
8.0
3.8
Tasa de repitencia (%)
6.6
Fuente: Equipo del Informe de Desarrollo Humano Honduras a partir de información del INE (Encuesta Permanente de Hogares de Propósitos
Múltiples 2019)
5. Las mujeres logran mejores resultados de educación (véase gráfico 64). Es prioritario rentabi-
lizar socialmente esta mayor inversión relativa en la formación de capital humano de niñas y
jóvenes hondureñas hacia el empleo y la productividad, una vez finalizado el ciclo los estudios.
Otros factores de exclusión son la violencia y la raza. De acuerdo con el PESE 2018-2030: (a) la
exclusión educativa tiene entre sus factores explicativos la violencia social que vive el país, (b) en
2017, las poblaciones étnicas y afrodescendientes presentaron tasas de cobertura muy bajas en
educación prebásica (7.4 %) y, sobre todo, en educación media (17 %).
Organización del sistema de salud. El Modelo Nacional de Salud (2013) y la Ley Marco del Sistema
de Protección Social (2015) establecieron los mecanismos para contar con un Sistema Nacional de
Salud Integrado268. No obstante, en la práctica prevalece la operación desarticulada de tres sub-
sistemas. El sector salud está constituido por dos subsectores: público y privado, pero opera como
tres subsistemas: la Secretaría de Salud (SESAL), el IHSS y el subsector privado conformado por
instituciones con o sin fines de lucro (véase diagrama 16).
En efecto, el sistema de salud es percibido por los expertos locales como segmentado y desin-
tegrado269. La competencia regulada es el elemento de la reforma en salud que busca integrar la
respuesta nacional a las necesidades de toda la población hondureña. No obstante, el flagelo de
la corrupción (con un reciente antecedente que involucró al IHSS y a establecimientos privados) y
la debilidad institucional para ejercer una rectoría sólida que cohesione a sus actores constituyen
grandes desafíos para legitimar e implementar la competencia regulada.
268 Secretaría de Salud Honduras, Modelo Nacional de Salud (Tegucigalpa: 2013); Acuerdo 1000/2013 de la SESAL.
269 Entrevistas a expertos locales.
Fuente: Lino Carmenate-Milián, Alejandro Herrera-Ramos y Dany Ramos-Cáceres. “Situación del Sistema de Salud en Honduras y el Nuevo
Modelo de Salud Propuesto”, iMedPub Journals Vol. 12 No. 4: 10, Dec 30, 2016
La población cubierta mediante mecanismos explícitos de cobertura del subsector público reporta
una tendencia creciente en el período de análisis. No obstante, en 2019 solo el 36.6 % de la pobla-
ción hondureña estaba cubierta por el IHSS o bien por la gestión descentralizada de la SESAL270.
En un país tan afectado por la alta tasa de informalidad laboral271, la cobertura poblacional del IHSS
sigue sin superar el 20 %, ya que registró un nivel máximo de 19.3 % en 2019. Por su parte, el me-
canismo explícito con respecto al cual la SESAL reporta información de cobertura de salud es la
población cubierta con gestión descentralizada en el primer nivel de atención, es decir, mediante
la adscripción a equipos básicos de atención primaria en salud (APS). Esta cobertura ha aumentado
hasta alcanzar 1.58 millones de personas equivalentes a 17.2 % de la población total (véase gráfico
65). Este mecanismo se focaliza hacia los municipios más afectados por la pobreza.
270 Para población cubierta con gestión descentralizada, cálculos propios con base en Secretaría de Salud (SESAL), Memoria Institucional
2019; para población cubierta en salud, Instituto Hondureño de Seguridad Social (IHSS), IHSS en cifras (Archivos Excel, 2009), https://
ihsshn-my.sharepoint.com/:x:/g/personal/francisco_franco_ihss_hn/EVW72-8yDABDhD9zFBDb9MgBxH6Ob-RXvec6Eup1fvO91w?r-
time=ndpsYnxo2Ug; para población total país, según series compartidas por el PNUD e INE.
271 De forma persistente, la tasa de informalidad laboral fue del 80 % en el período 2010-2019, según Andrés Ham y Sergio Membreño-Ce-
dillo, ¿Cuán efectiva es la protección social en Honduras? (Honduras; UNDP, 2020) https://www.latinamerica.undp.org/content/rblac/es/
home/library/human_development/-cuan-efectiva-es-la-proteccion-social-en-honduras-.html
Caract
Año
IHSS SESAL-Gestión Descentralizada 2
35 2
30 2
2
25
2
Porcentaje
20 2
15 2
10 2
2
5
2
0 2
2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013 2014 2015 2016 2017 2018 2019
2
2
2
Fuente: Equipo del Informe de Desarrollo Humano Honduras con base en SESAL, IHSS e INE
Frente a cobertura y acceso a servicios de salud es importante mencionar otros elementos identifi-
cados para el contexto de Honduras:
a. Cobertura explícita de 36.6 % por el subsector público no implica que el 63.4 % de la población
hondureña no tenga acceso a servicios de salud. En efecto, se estima que 18 % de la población
no tiene acceso a los servicios de salud272. Asimismo, hasta el 12 % de la población podría tener
contratadas pólizas privadas. Por tanto, es importante precisar que entre este grupo poblacional
se contaría un número desconocido de beneficiarios del IHSS o de la gestión descentralizada
de la SESAL273.
e. Si bien aún hay un amplio margen para seguir aumentando la cobertura de APS mediante
gestión descentralizada, la progresión en el periodo de análisis muy seguramente contribuyó
a resultados de promoción y prevención en salud destacables, tales como la disminución de
la mortalidad materna e infantil, así como la consolidación de tasas de vacunación muy altas.
Varios indicadores trazadores de la situación de salud mostraron un sólido desempeño durante
el período de análisis. La tasa de mortalidad infantil —como se muestra en el capítulo 1— se re-
dujo a menos de la mitad entre 2000 (30.3 por cada 1,000 nacidos vivos) y 2019 (14.5), mientras
que la tasa de mortalidad materna por cada 100,000 nacidos vivos pasó de 85 en 2000 a 65
en 2017 (dato más reciente). El Programa Ampliado de Inmunización (PAI) consolidó coberturas
superiores o cercanas al 90 % en importantes trazadores del esquema.
La capacidad del sistema de salud para garantizar el acceso efectivo y de calidad enfrenta limita-
ciones, tanto de infraestructura como de recurso humano clínico y científico:
a. Un diagnóstico sectorial frente al nuevo modelo de atención identificó que para lograr la co-
bertura universal se requiere una considerable inversión en modernización de infraestructura,
recurso humano y priorización del presupuesto para la salud. Esta nueva inversión deberá en-
focarse hacia regiones donde no haya la capacidad adecuada. Por ejemplo, de acuerdo con la
última memoria institucional de la SESAL, toda la red pública de hospitales de especialidades
y de Institutos de Referencia Nacional se concentra en dos ciudades: Tegucigalpa y San Pedro
Sula.
c. También están presentes las necesidades de mejorar y modernizar la formación del recurso
humano de la salud, y de generar información actualizada y robusta para el diseño de políticas
sanitarias y la toma de decisiones. El país no cuenta con oferta de formación de recurso hu-
mano en temas emergentes para los sistemas sanitarios, tales como el desarrollo de medica-
mentos y de nuevas tecnologías médicas, o la investigación en torno al cambio climático y su
274 Lino Carmenate-Milián, Alejandro Herrera-Ramos y Dany Ramos-Cáceres, “Situación”.
275 Lino Carmenate-Milián, Alejandro Herrera-Ramos y Dany Ramos-Cáceres, “Situación”.
A pesar del compromiso del país por avanzar en la Agenda 2030 y de los esfuerzos técnicos y
legislativos por establecer el marco normativo y los planes estratégicos para mejorar el acceso a
servicios de educación y salud, el gasto público en estos sectores se ha estancado en años reci-
entes. Esto evidencia, más allá de un problema de espacio fiscal, una posible falta de priorización,
pero sobre todo las vulnerabilidades para la financiación y la ejecución de una agenda social de
mediano y largo plazo en el contexto de una histórica debilidad de la institucionalidad del Estado,
la gobernabilidad democrática y el Estado derecho. El gasto público en educación y salud, medido
tanto como porcentaje del PIB, del gasto del Gobierno central o del gasto social, presenta una ten-
dencia descendente en la última década:
a. En 2020, el gasto en educación fue equivalente al 5.2 % del PIB y, aunque creció en relación
con 2019, continúo estando por debajo del promedio de la década anterior. El gasto en salud
alcanzó la mayor asignación como porcentaje del PIB en 2009 cuando llegó a representar un
3.5 % del PIB en 2009, para posteriormente tender a la baja hasta alcanzar un 2.9 % en 2020
(véase gráfico 66).
276 Entrevista a experto del sector salud.
277 Como se ha sustentado, la migración está altamente relacionada con la deserción escolar y, por ende, es una problemática de demanda
actual de servicios educativos, pero de oferta futura de fuerza laboral.
278 Organización Panamericana de la Salud (OPS), Panorama de la Migración de Médicos y Enfermeras de la Región de Centroamérica y
República Dominicana (Organización Panamericana de la Salud, 2016).
279 Lysien I. Zambrano et ál., “Influence of parental education on Honduran medical students’ labor perspectives: rural work and emigration”,
Can J Rural Med 20(4) (Fall 2015):121-8.
280 OPS, Panorama de la Migración.
281 Médicos, cirujanos y dentistas nacidos en Centroamérica representaron el 10 % de la fuerza laboral extranjera femenina y el 16 % de
la fuerza laboral extranjera masculina empleados en la mano de obra civil de Estados Unidos (Sierra Stoney and Jeanne Batalova,
“Central American Immigrants in the United States”, Migration Policy Institue [March 18, 2013], https://www.migrationpolicy.org/article/
central-american-immigrants-united-states-2011#3).
c. El gasto conjunto en educación y salud pasó de ser de 92 % y 94 % del gasto social entre 2009
y 2012, a 85 % tanto en 2019 como en 2020 (véase gráfico 68).
d. Dentro de los gastos del Gobierno central, la financiación de los sectores seguridad y defensa
está ganando participación, mientras que dentro del gasto social la prioridad se está orientando
hacia los programas de transferencias condicionales282.
Gráfico 66 Gasto público en educación y salud como porcentaje del PIB (2000-2020)
6% 2006
2007
4% 2008
2%
2009
2010
0% 2011
2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013 2014 2015 2016 2017 2018 2019 2020
2012
Fuente: Equipo del Informe de Desarrollo Humano Honduras con base en información de la Secretaría de Finanzas y del Banco Central de
Honduras. Para 2019, es cálculo propio a partir de información en las memorias institucionales de las Secretarías de Educación y Salud, del
presupuesto devengado
Gráfico 67 Gasto en educación y salud como porcentaje del gasto público (2000-2020)
Gasto en educación (% del gasto público) Gasto en salud (% del gasto público)
60
50
40
Porcentaje
30
20
10
0
2017
2000
2010
2020
2001
2005
2006
2009
2015
2016
2019
2002
2011
2012
2008
2018
2003
2004
2013
2014
2007
Fuente: Equipo del Informe de Desarrollo Humano Honduras con base en información de la Secretaría de Finanzas y el Banco Central de
Honduras. Para 2019, es cálculo propio a partir de información de presupuesto devengado en las memorias institucionales de las Secretarías
de Educación y Salud de Honduras
Gasto en educación (% del gasto social) Gasto en salud (% del gasto social)
100
80
60
Porcentaje
40
20
2013
2014
2007
2017
2000
2010
2020
2009
2001
2005
2006
2015
2016
2019
2002
2011
2012
2008
2018
2003
2004
Fuente: Equipo del Informe de Desarrollo Humano Honduras con base en información de la Secretaría de Finanzas
Una barrera estructural al avance en logros educativos y de salud en el período de análisis podría
ser la falta de un presupuesto acorde con los retos y necesidades de estos sectores. Existen leyes
y lineamientos de política que abordan los desafíos estratégicos en salud y educación que no han
podido implementarse por falta de presupuesto283. En Honduras, las limitaciones fiscales propias de
un país de ingresos medio-bajos284 son exacerbadas por la magnitud del problema de corrupción
que se ha configurado en un contexto de debilidad y fragilidad institucional, de la gobernabilidad
democrática y del Estado de derecho, restringiendo, además, la capacidad de ejecutar un gasto
social eficiente.
Para el caso particular del sector salud, la combinación de inestabilidad política, de corrupción y
de elites sin voluntad285 se percibe como un factor que ha impedido: (a) el desarrollo de un verda-
dero sistema con compromiso político de continuidad en el mediano y largo plazo, (b) la adecuada
acumulación de recurso humano y de infraestructura hospitalaria suficiente y de calidad, y (c) en
general, la implementación de diversas leyes y de documentos de marco de política ya aprobados
y que configuran un sistema integrado y un mejor modelo de salud. Existe, por ejemplo, un temor
latente entre diferentes sectores del país sobre la participación de actores con fines de lucro dentro
de la competencia regulada que plantea la reforma del sistema de salud hondureño, debido a que
establecimientos privados estuvieron relacionados con los hechos de corrupción que llevaron a la
intervención del IHSS en 2014 (Decreto Ejecutivo PCM-No. 011-2014)286.
283 Entrevista a expertos, en alusión al PESE 2018-2030, la Ley Fundamental de Educación (2012), la Ley Marco del Sistema de Protección
Social y el Modelo Nacional de Salud.
284 Además, el espacio fiscal para financiar el aumento del acceso a servicios de educación y salud podría verse desplazado ante el riesgo
de pago por USD 4 mil millones (16 % del PIB) asociado a una demanda internacional contra la Empresa de Energía Eléctrica.
285 Entrevista a experto en salud.
286 Lino Carmenate-Milián, Alejandro Herrera-Ramos y Dany Ramos-Cáceres, “Situación”.
Los retos en materia de justicia (tanto penal como social) presentados a lo largo del presente ca-
pítulo, así como en materia de seguridad, que se abordan en el capítulo 4, desafían a la nación a
encontrar propuestas y alternativas para construir un camino viable y seguro hacia un desarrollo
transformador. Para aportar en la construcción de ese camino, el capítulo 5 presenta un conjunto de
propuestas estratégicas construidas colectivamente —y desde una visión multidimensional, inclusi-
va, de largo plazo— con el fin fortalecer el Estado de derecho y avanzar en la senda hacia un Estado
con capacidades multidimensionales que permita solventar la multicrisis.
287 Declaraciones de Ricardo Zúñiga, funcionario principal del Gobierno de Joe Biden para las políticas migratorias en Triángulo Norte de
Centroamérica, en el marco del Encuentro Nacional Empresarial (ENAE) 2021 (La Tribuna, “Honduras pierde 12% PIB anual en corrupción:
Ricardo Zúniga”, La Tribuna [30 junio, 2021], https://www.latribuna.hn/2021/06/30/honduras-pierde-12-pib-anual-en-corrupcion-ricar-
do-zuniga/). El Consejo Nacional Anticorrupción (CNA) y el Foro Social de la Deuda Externa y Desarrollo de Honduras (FOSDEH) estiman
que el costo de la corrupción en 2018 ascendía a 12.5 % del PIB (CNA y FOSDEH, Estudio: La estimación del impacto macroeconómico
de la corrupción en Honduras (Tegucigalpa: Consejo Nacional Anticorrupción, 2020), https://fosdeh.com/wp-content/uploads/2020/07/
Estimacion-de-la-corrupcion-en-hn.pdf). Estimaciones del Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales (ICEFI) muestran que los mon-
tos asociados con los casos emblemáticos de corrupción acontecidos en el período 2007-2014 ascienden aproximadamente a USD 367.1
millones (proyectados a 2015, con base en el índice de precios al consumidor) o son el equivalente del 4.3 % del PIB hondureño y del
70 % del presupuesto de 2015 de la Secretaría de Salud, o el 35 % del de la Secretaría de Educación para el mismo año (véase Carlos
Melgar y Ricardo Barrientos, La corrupción: sus caminos e impacto en la sociedad y una agenda para enfrentarla en el Triángulo Norte
Centroamericano (Guatemala: ICEFI, 2018), https://mail.icefi.org/publicaciones/la-corrupcion-sus-caminos-e-impacto-en-la-sociedad-y-
una-agenda-para-enfrentarla-en-el
288 Entrevista a experto en educación. En particular, se mencionó que no hay rendición de cuentas sobre este recaudo (que puede llegar a
los USD 2 mil millones anuales [8 % del PIB]).
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“Debo insistir: no es el tema de sustitución de una persona, sino más bien
se trata de un problema de estructuras. Lo que más está padeciendo Hon-
duras y la región centroamericana es un embate del crimen organizado y un
solapamiento de estructuras de corrupción que tienen captados los centros
de decisión pública del Estado en varios de los países. Insisto: esto permite
pensar en que, a partir del esfuerzo del Informe de Desarrollo Humano, se
pueda organizar la sociedad civil hondureña para configurar y proveer una
agenda que nos beneficie a todos”.
“Si seguimos operando bajo la lógica de que todo está bien hasta que todo
está mal, corremos el riesgo de que se actúe cuando es ya demasiado tarde.
Hay que fortalecer, en consecuencia, las respuestas preventivas”.
3. Respecto a los avances y retrocesos en materia de seguridad, pese a que Honduras ha expe-
rimentado una considerable reducción tanto de delitos contra la vida como de aquellos contra
la propiedad, y de otros de especial preocupación para la población hondureña (como las ex-
torsiones), continúa permaneciendo entre los países más violentos de la región y el mundo, y
nuevas dinámicas de violencia —como las provenientes del crimen organizado y las pandillas, y
su penetración en la política y en instituciones públicas, entre ellas las del sector de seguridad—
han jugado un papel determinante en el deterioro de las condiciones de seguridad ciudadana.
6. La militarización del orden público y de la seguridad ciudadana han sido advertidas en diversas
ocasiones por organismos como la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, la cual
considera que esa acción violenta la jurisprudencia interamericana que establece que la partici-
pación del ejército en tareas de seguridad debe de ser considerada de manera extraordinaria,
subordinada y complementaria, regulada y fiscalizada1.
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8. La niñez y la juventud han estado expuestas a contextos de alta peligrosidad y riesgo de muerte
violenta, pues este grupo ha sido la principal víctima de la violencia homicida. Un alto porcen-
taje de estos homicidios han sido cometidos en espacios públicos, con armas de fuego, y se
argumenta que han sido motivados por la situación de criminalidad organizada. Entonces, la
inseguridad que enfrenta el país impide a los más jóvenes alcanzar los logros del desarrollo
humano.
9. En el caso de Honduras, las pandillas y el crimen organizado tomaron fuerza durante las dos
últimas décadas, y han jugado un papel determinante en el deterioro de las condiciones de
seguridad ciudadana. Son responsables de un alto porcentaje de la violencia letal que se ha
presentado en el país. La respuesta del Estado hondureño frente a este grave problema ha con-
sistido fundamentalmente en la movilización de las fuerzas de seguridad y en la intervención
de la justicia penal.
10. Los esfuerzos de profesionalización y depuración han sido intensos y constantes, pero insufi-
cientes e incompletos. Los procesos de la Policía Nacional de Honduras han respondido más a
momentos de crisis enfrentados por la institución que a una visión estratégica del proceso de
renovación y reforma, lo cual le ha restado fuerza y efectividad.
11. Persisten grandes desafíos para que la provisión pública de la seguridad ciudadana sea efectiva
y, a la vez, respetuosa de los derechos humanos. Una estrategia sustentada exclusivamente
en los mecanismos de control no es sostenible, por lo cual, la propuesta presentada en este
capítulo enfatiza en el tema de prevención como elemento central para la seguridad ciudadana
en Honduras. Consecuentemente, es previsible que, dado el entorno de riesgo que está gene-
rando la pandemia, la prevención social del delito, sobre todo dentro de la población joven del
país, se vuelve más imperativa.
El presente análisis sobre la seguridad ciudadana en Honduras se plantea desde el paradigma del
desarrollo humano y el concepto de seguridad humana, y se afianza fuertemente en los preceptos
del Estado de derecho. En este capítulo, se aborda la situación de la seguridad ciudadana y violen-
cia, la consolidación del desarrollo humano y el fortalecimiento institucional como elementos cen-
trales en la reconstrucción del Estado de derecho. Por tanto, se ha segmentado en tres apartados.
El primero (1.1) establece una relación de naturaleza conceptual entre la seguridad ciudadana, el
desarrollo humano y el Estado de derecho.
El apartado 4.2 describe la situación, las características y las dimensiones de las expresiones de
violencia que se han presentado en el país. Se busca retratar la situación y la importancia relativa de
las armas de fuego en el contexto de la inseguridad ciudadana, el crimen organizado y los costos
relacionados con este fenómeno, más allá de las vidas humanas. También presenta un balance del
pasado reciente sobre la confianza de la población en las instituciones del sector seguridad.
Finalmente, el capítulo cierra con el apartado 4.3, que enfatiza en la respuesta institucional frente
a la inseguridad ciudadana, e identifica el marco institucional y normativo que ha caracterizado al
sector de seguridad en Honduras, así como las instancias de gobierno que forman parte de esta
estructura en sus distintos niveles: fuerzas de seguridad (policía nacional, fuerzas armadas), sistema
penitenciario e instancias a nivel local. Asimismo, se presenta un análisis del financiamiento público
que se ha asignado a las instituciones de este sector.
Como una derivación de esta noción de desarrollo, el Programa de las Naciones Unidas para el De-
sarrollo (PNUD) acuñó el concepto de “seguridad humana”3 con una connotación más amplia que
las definiciones tradicionales de seguridad entonces imperantes centradas en la seguridad de las
naciones. El nuevo concepto se refería a la seguridad y la protección de las personas ante amena-
zas crónicas o súbitas a sus necesidades4, y a libertades que implican estar “libres de privaciones
y libres de temores (free from want and free from fear), las cuales fueron ampliadas después a la
“libertad de humillación” (freedom from indignity). Así entendida, la seguridad humana es más que
la protección y la resiliencia ante las amenazas al desarrollo humano: es también la construcción de
espacios seguros para que el desarrollo humano pueda seguir prosperando.
La relación entre seguridad ciudadana y desarrollo humano fue una vez más puesta de relieve por
el PNUD, mediante la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible. En particular, la preocupación por
los aspectos que engloba la seguridad ciudadana fue recogida en el ODS 16: Paz, justicia e institu-
ciones sólidas, el cual reconoce que para alcanzar el desarrollo sostenible se requiere del impulso
de esfuerzos para proveer la paz y la seguridad; asimismo, el ODS 5 busca “lograr la igualdad entre
los géneros y empoderar a todas las mujeres y las niñas (véase diagrama 17).
En ese contexto, el nuevo informe de desarrollo mundial presentado en enero 2022, denominado
Las nuevas amenazas para la seguridad humana en el Antropoceno exigen una mayor solidaridad,
plantea un punto nuevo y fundamental en el actual momento de crisis histórica de la humanidad,
pues muestra:
… de qué modo ayuda el concepto de seguridad humana a identificar puntos ciegos al evaluar
el desarrollo simplemente midiendo los logros en el bienestar, y sugiere maneras de enrique-
cer el marco de seguridad humana para que tenga en cuenta los desafíos sin precedentes que
plantea el contexto del Antropoceno. La parte II analiza cuatro amenazas para la seguridad
humana que se superponen al contexto del Antropoceno: los inconvenientes de la tecnología
digital, los conflictos violentos, las desigualdades horizontales y los desafíos cambiantes a los
que se enfrentan los sistemas de atención de la salud. Si bien el problema subyacente de cada
amenaza considerada por separado es conocido, las amenazas son nuevas en la forma que
asumen en el Antropoceno y en su carácter interconectado, que se ha ido consolidando a lo
largo del tiempo. Las trayectorias del desarrollo actuales a menudo han pasado por alto este
aspecto, y se han centrado en abordar los problemas de manera aislada al diseñar o evaluar
políticas8.
5 PNUD, Informe Nacional de Desarrollo Humano 2005: Venciendo el temor. (In)seguridad ciudadana y desarrollo humano en Costa Rica
(San José: Editorama, S. A., 2005).
6 PNUD, “Objetivos de Desarrollo Sostenible, Objetivo 16: Paz, justicia e instituciones sólidas” (2022), https://www.latinamerica.undp.org/
content/rblac/es/home/sustainable-development-goals/goal-16-peace-justice-and-strong-institutions.html
7 Laura Chichilla y Julieta Castellanos, Análisis sobre la seguridad ciudadana en el marco del Estado de Derecho en Honduras 2000-2019.
Veinte años de frágiles avances, 2021.
8 PNUD, Informe especial 2022. Las nuevas amenazas para la seguridad humana en el Antropoceno exigen una mayor solidaridad
(Nueva York: Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, 2022), 3, https://hdr.undp.org/sites/default/files/srhs2022_overview_
es.pdf. Este documento también enfatiza en la relación entre la inseguridad humana percibida y el Índice de Desarrollo Humano (IDH), y
concluye que la inseguridad humana tiende a ser mayor en países con menores valores de IDH.
También, para Honduras, el nuevo enfoque de este informe es muy pertinente, ya que asocia el
desarrollo humano y la seguridad en el Antropoceno, y, vinculadas, exigen la solidaridad y la con-
fianza: “La solidaridad reconoce que la seguridad humana en el Antropoceno debe ir más allá de
proteger a las personas y sus comunidades, de forma que las instituciones y las políticas consideren
sistemáticamente la interdependencia entre todas las personas y entre estas y el planeta. Para que
toda persona viva sin temor, sin miseria, sin ansiedad y con dignidad, es preciso desplegar las tres
estrategias, ya que la protección, el empoderamiento y la solidaridad en su conjunto potencian la
seguridad humana en el Antropoceno”9.
Por otra parte, evidencias del PNUD10 revelan que América Latina y el Caribe (ALC) ha sido una
región impactada fuertemente por la violencia. Por muchos años se ha exhibido las tasas más altas
de delitos violentos a nivel global —como son los homicidios y los delitos basados en género—, que
han alcanzado niveles que pueden ser catalogados de violencia crónica. Además, la percepción de
inseguridad entre la ciudadanía es equiparable a la de los países con conflictos armados, sumado
a que las instituciones responsables de la prevención de las distintas formas de violencia e inse-
guridad experimentan niveles muy bajos de confianza por parte de la población. Los problemas de
seguridad han afectado, por décadas, el desarrollo sostenible de los países de esta región y han
debilitado su democracia y la calidad de su gobernanza.
Por ello, resulta comprensible que la seguridad ciudadana se haya convertido en tema prioritario
para la agenda regional y en uno de los principales desafíos para la consecución de los Objetivos
de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Agenda 2030, sobre todo luego de la crisis general provocada
por la pandemia. En este sentido, el informe plantea diez conclusiones relevantes:
1. Las caídas en los delitos violentos que se registran en diversas regiones y países de ALC, cons-
tituyen una señal esperanzadora, pero las causas asociadas deben analizarse con mayor rigor
y profundidad para ajustar estrategias y sostener esfuerzos.
2. El crimen violento sigue ensañándose contra la población joven, las mujeres y las niñas, lo que
obliga a concentrar los esfuerzos de intervención en estos segmentos de la población.
4. El marco jurídico y normativo que rige el sector de seguridad en la región ha venido recogiendo
los más importantes progresos de la doctrina internacional de los derechos humanos, pero es
insuficiente para garantizar justicia pronta, cumplida y con garantías. Esto es especialmente
cierto en materia de violencia contra las mujeres.
7. La gestión territorial de la seguridad está desplazando, con buenos resultados, las respuestas
genéricas e inducidas desde lo nacional, pero las estructuras y los procesos institucionales son
endebles y requieren de blindajes adicionales.
10. El sector seguridad no escapa a la afectación de la crisis ocasionada por la pandemia del
COVID-19, mediante la reconfiguración de los escenarios de seguridad y orden público, y la
afectación a instituciones claves del sector, entre ellas la policía y las cárceles. Podrían ponerse
en riesgos los avances alcanzados y darse un resurgimiento de tendencias hacia el populismo
punitivo.
1. Volcar los esfuerzos, hasta ahora realizados en la elaboración de indicadores y gestión de datos
e información, a la elaboración de análisis de impacto y de estudios costo/beneficio.
4. Blindar mejor los procesos, mecanismos e instancias de gestión de la seguridad con enfoque
territorial.
5. Promover una mayor y más efectiva convergencia de estrategias, políticas y acciones entre el
sector social y el de seguridad ciudadana.
6. Readecuar perfiles y desarrollar capacidades para la gestión de la seguridad con visión com-
prensiva e integral.
8. Diseñar una arquitectura institucional para la innovación y estrategias para la gestión del cam-
bio.
10. Ampliar los esfuerzos de promoción de políticas de seguridad género sensitivas de manera que
cubran todo el ciclo de la política pública, y abarquen la composición de los órganos de toma
de decisiones y del nivel operativo del sector seguridad.
A su vez, el PNUD, en su reciente documento de Gobernanza Efectiva11, sugiere, entre sus diferentes
propuestas, la eliminación del uso de violencia como mecanismo de negociación entre actores so-
ciales y políticos, pues la seguridad ciudadana se concibe como el resultado básico del desarrollo,
mediante el refuerzo de la prevención y la reducción de la inseguridad y la violencia de manera
integral.
Desde la perspectiva del Estado de derecho, la seguridad ciudadana plantea también una doble
dimensión: por una parte, constituye un derecho humano en sí misma; por otra, los problemas que
entraña suponen graves amenazas a los derechos humanos y a los preceptos sobre los cuales se
fundamenta un Estado de derecho.
De hecho, el PNUD12 especifica que la seguridad ciudadana tiene implicaciones relevantes desde la
óptica del quehacer público, pues es posible considerarlo como un derecho humano, interpretando
los instrumentos que existen sobre esta materia; asimismo, por esta razón, involucra valoraciones
éticas en el diseño de cualquier política. Además, puede ser concebida como un bien público, con
lo que tendría implicaciones funcionales sobre las políticas y arreglos institucionales del sector se-
guridad.
11 PNUD, América Latina y el Caribe: Gobernanza Efectiva, más allá de la recuperación (Nueva York: Programa de las Naciones Unidas
para el Desarrollo, 2021).
12 PNUD, Análisis sobre innovación.
13 Comisión Interamericana de Derechos Humanos, Informe sobre seguridad ciudadana y derechos humanos OEA/Ser.L/V/II. Doc. 57 31
diciembre 2009, https://www.cidh.oas.org/pdf%20files/SEGURIDAD%20CIUDADANA%202009%20ESP.pdf
Poner fin al maltrato, la explotación, la trata y todas las formas de violencia y tortura contra
los niños.
Crear a todos los niveles instituciones eficaces y transparentes que rindan cuentas.
ODS 5: Lograr la igualdad entre los géneros y empoderar a todas las mujeres y las
niñas
Eliminar todas las formas de violencia contra todas las mujeres y las niñas en los ámbitos
público y privado, incluidas la trata y la explotación sexual y otros tipos de explotación.
Fuente: Equipo del Informe de Desarrollo Humano Honduras con información del PNUD
A partir de esta sólida fundamentación desarrollada por la CIDH, se deriva que las políticas de segu-
ridad ciudadana tienen por objetivo fundamental proteger a las personas de las conductas violentas
o delictivas que ponen en riesgo derechos esenciales como el derecho a la vida, el derecho a la
integridad física, el derecho a la libertad, el derecho a las garantías procesales y el derecho al uso
pacífico de los bienes, entre otros.
14 Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) en Honduras, Propuesta de un Pacto para la Transformación (Honduras:
Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, 2013).
Teniendo en cuenta lo anterior, se derivan importantes implicaciones para la política pública, en tan-
to las acciones que se impulsen en materia de seguridad ciudadana deben intentar armonizar dos
objetivos —aparentemente contradictorios— de la acción estatal: (a) la protección de la sociedad
mediante la aplicación de los procedimientos tutelados por ley que hagan posible el descubrimien-
to, el enjuiciamiento y la eventual sanción del infractor de la ley penal, y; (b) el amparo y la promo-
ción de los derechos y libertades de toda la ciudadanía (incluidos los imputados), sin cuyo respeto
no puede hablarse de un Estado de derecho16. Esa es la razón por la que, aparte de las importantes
consideraciones sobre Estado de derecho y principio de legalidad que deben regir las respuestas
de naturaleza represiva, se ha venido incorporando cada vez más abordajes de elementos preven-
tivos como una manera de restringir la respuesta sancionatoria del Estado, especialmente expuesta
a excesos y abusos, y para evitar las consecuencias, muchas veces irreparables, que ocasionan las
conductas delictivas.
En el caso de Honduras, como se presenta más adelante, se han producido cambios fundamenta-
les en estas dos últimas décadas que impactan el goce de los derechos humanos y el Estado de
derecho en dos sentidos: (a) por un lado, la seguridad ha mejorado en indicadores de victimización
delictiva, muertes violentas y otros delitos, y, con ello, se ha reducido el número víctimas que han
visto sus derechos humanos vulnerados, aunque esto no es suficiente y no necesariamente ha sido
así en el caso de los ofensores; y (b) si bien se ha mostrado un progreso en las instituciones del
sector seguridad, persisten desafíos para alcanzar una gestión pública de calidad centrada en la
formulación de políticas basadas en evidencias, el diseño, implementación y evaluación de políticas,
potenciar la gestión local de la seguridad con un enfoque en la prevención.
Como se ha abordado en este apartado, desde el punto de vista conceptual, la seguridad ciudada-
na, el desarrollo humano y Estado de derecho están estrechamente relacionados, pues la definición
de seguridad es más amplia, y tiene implicaciones sobre los niveles de desarrollo humano y la ges-
tión pública. Así, la naturaleza multidimensional de la seguridad ciudadana invita a la consideración
de diversos factores explicativos de los fenómenos de la violencia y la delincuencia, y, a su vez, se
requiere de un abordaje integral y efectivo para la eliminación de las diferentes expresiones de
violencia.
15 Más allá de los instrumentos generales de derechos humanos, se cuenta con un amplio acervo de instrumentos específicos, entre ellos:
Principios Básicos para el Tratamiento de los Reclusos; Conjunto de Principios para la Protección de todas las Personas sometidas a
cualquier forma de Detención o Prisión; Reglas Mínimas para el Tratamiento de los Reclusos; Reglas Mínimas de las Naciones Unidas
para la Administración de la Justicia de Menores (Reglas de Beijing); Reglas de las Naciones Unidas para la Protección de los Menores
Privados de Libertad; Reglas Mínimas de las Naciones Unidas sobre las Medidas no Privativas de Libertad; y en otros instrumentos
internacionales sobre derechos humanos aplicables en las Américas.
16 Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), Informe Regional de Desarrollo Humano 2013-2014. Seguridad Ciudadana
con rostro humano: diagnóstico y propuestas para América Latina (Nueva York: Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo,
2013).
A partir de 2013, comenzó a revertirse la tendencia al alza que el país venía experimentando desde
mediados de la década del 2000, en varios de los indicadores relacionados a la violencia —como
las tasas de homicidios, femicidios y extorsión, las cuales fueron acompañadas por una disminución
de los niveles de victimización y de la percepción de inseguridad (la victimización delictiva se redujo
de 20.5 % en 2014 a 10.9 % en 2019)—. Sin embargo, las mejoras en estos indicadores no han sido
suficientes para sacar al país de la categoría de los más violentos del mundo: en 2019, la tasa de
homicidios fue de 45 por 100,000 habitantes, más del doble de la tasa promedio de América Latina,
de 21.7, y más de siete veces la tasa promedio mundial, de 6.1; y la tasa de femicidios era casi el
doble del promedio latinoamericano y el triple del promedio mundial, como muestra el gráfico 69.
La prevalencia de una alta tasa de muertes violentas y femicidios en Honduras contribuye negati-
vamente a las posibilidades de avances en el desarrollo humano de las mujeres y, por ende, de la
sociedad entera21. Cabe mencionar que, a diferencia de la mayoría de los países de la región, pero
al igual que en El Salvador y Guatemala, en Honduras los casos de femicidio no se concentran en el
ámbito de las relaciones de pareja, sino que están más vinculados a las diversas formas de violencia
social22. En la sociedad hondureña, la violencia contra las mujeres y las niñas se ha visto agravada
por las nuevas dinámicas violentas vinculadas al crimen organizado y a las maras y pandillas, así
como por la pandemia del COVID-19, en la que se ha visto un aumento de los casos de violencia
doméstica e intrafamiliar23.
17 Este apartado se basa en el Laura Chichilla y Julieta Castellanos, Análisis sobre la seguridad ciudadana.
18 Para efectos del presente análisis de situación de la seguridad ciudadana en Honduras, se han utilizado indicadores objetivos como
las tasas de homicidios y femicidios, y las denuncias por delitos sexuales, extorsión, violencia doméstica e intrafamiliar. También se han
usado datos de victimización delictiva y percepción ciudadana con respecto al sector seguridad.
19 Julieta Castellanos, Honduras: armamentismo y violencia (Fundación Arias para la Paz y el Progreso Humano, 2000).
20 Julieta Castellanos, Honduras: armamentismo.
21 Cabe señalar que los femicidios no son el único tipo de violencia que sufren las mujeres. La violencia contra las mujeres se manifiesta a
nivel físico, sexual, emocional y económico. Las mujeres, incluido un alto porcentaje de niñas y adolescentes, están especialmente ex-
puestas a los delitos de carácter sexual. Los datos disponibles para 2018 confirman que de las 3,336 denuncias interpuestas por delitos
sexuales el 83 % tuvo como víctimas a mujeres, de las cuales el 35 % fueron menores de edad (USAID, PNUD, InfoSegura, “La seguridad
ciudadana en Honduras”, https://infosegura.org/seccion/honduras/).
22 Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), Informe regional sobre el avance en la aplicación de la Estrategia de Mon-
tevideo para la Implementación de la Agenda Regional de Género en el Marco del Desarrollo Sostenible hacia 2030 (Santiago: Naciones
Unidas, 2019).
23 Un análisis más detallado a este respecto puede consultarse en el “Ensayo sobre la eliminación de la violencia contra las mujeres y las
niñas y el femicidio/feminicidio (EVCMNyF) en Honduras”, elaborado por la especialista en género Carolina Ávalos como un insumo para
el IDH-Honduras. Este ensayo forma parte de la Colección para el Desarrollo Humano publicada en diciembre de 2021.
80
Tasa por cada 100,000 habitantes
70
60
ALC 4.6
50
40
30
20
10
Mundo 2.3
0
202 0
200 6
200 9
200 2
200 5
200 7
2012
2017
200 8
2018
200 3
200 4
2013
2014
200 1
2011
200 0
2010
2015
2016
2019
Fuente: Laura Chinchilla y Julieta Castellanos, con datos del Estado de la Región Fuente: Laura Chinchilla y Julieta Castellanos, con datos oficiales de Honduras y de UNODC
(2000-2003), IUDPAS/UNAH (2004-2012) e InfoSegura-PNUD (2013-2019), para Honduras; de para América Latina y el mundo
UNODC, para la información mundial (hasta 2018), y estimaciones propias con información de
UNODC, para América Latina (hasta 2018)
Denuncias y detenciones por el delito Personas que dicen haber sido víctimas
de extorsión entre 2013 y 2019 de la delincuencia entre 2014 y 2019.
Extorsiones Detenidos por extorsión Personas que han sido vícticmas de delincuencia
100
Número de denuncias y detenciones
2,000
80
1,500
60
Porcentaje
1,000
40
500
20
0
2013 2014 2015 2016 2017 2018 2019 0
2014 2016 2018 2019
24 Instituto Universitario en Democracia, Paz y Seguridad (IUDPAS)/Observatorio Nacional de la Violencia/UNAH, “Boletín Especial sobre la
Violencia contra Niños y Niñas” (Tegucigalpa: Universidad Nacional Autónoma de Honduras, Instituto Universitario en Democracia, Paz y
Seguridad [UNAH/IUDPAS], 2019).
Otras dinámicas de violencia preocupantes —y emergentes a finales de los noventa— tomaron fuer-
za durante en las dos últimas décadas y han jugado un papel determinante en el deterioro de las
condiciones de seguridad ciudadana, y son responsables de un alto porcentaje de la violencia letal
que ha golpeado al país.
Datos sobre los homicidios en 2019, desagregados según el móvil detrás de los mismos, indican
que el 38 % de los asesinatos que se cometieron ese año fueron ocasionados por ajustes de cuen-
tas y sicariato, modalidades ligadas a las pandillas y al crimen organizado. Si a esta categoría se
agregan las relativas a las muertes relacionadas con drogas, maras y extorsión, el peso relativo se
eleva a un 57 %26.
Información complementaria indica que las pandillas están también detrás de ciertas modalidades
de muertes violentas, como las originadas en disputas territoriales, los homicidios múltiples, y los
asesinatos que se comenten en los centros penitenciarios del país27.
Otras formas de violencia —como la trata y el tráfico de personas, la explotación sexual y las desa-
pariciones— también son atribuidas al crimen organizado y las pandillas. En el caso de las desapari-
ciones, pese a no existir información que ilustre la situación en Honduras, datos recientes para Gua-
temala y El Salvador hacen presumir una situación similar; en esos dos países, se registraron tasas
de denuncias de desaparición por 100,000 mujeres en 2018, de 18.0 y de 37.2, respectivamente28.
La evolución de estas y otras manifestaciones de violencia son abordadas con mayor profundidad
en el “Análisis sobre la seguridad ciudadana en el marco del Estado de Derecho en Honduras
2000-2019. Veinte años de frágiles avances” y en el “Ensayo sobre la eliminación de la violencia
contra las mujeres y las niñas y el femicidio/feminicidio (EVCMNyF) en Honduras”, elaborado por la
especialista en género Carolina Ávalos, ambos de la Colección de Desarrollo Humano publicada en
diciembre de 202134.
Las armas de fuego constituyen uno de los factores de riesgo más importantes en materia de delitos
contra la vida. Se estima que en 2017 estas se utilizaron en más de la mitad de los homicidios a nivel
global, proporción que se eleva a las tres cuartas partes en la región de las Américas. Dado su alto
poder de letalidad, los países deben asegurarse adecuados marcos regulatorios e impulsar cam-
pañas de sensibilización que permitan limitar su uso y contener los efectos fatales de las mismas.
En el caso de Honduras, las armas de fuego intervienen en una cantidad desproporcionada de los
asesinatos que tienen lugar. En el gráfico 70, se puede observar que entre 2005 y 2020 se regis-
traron 60,674 muertes violentas ejecutadas con armas de fuego, lo que representa un 78.5 % de los
incidentes.
8,000
7,000
Número de muertes violentas
6,000
5,000
4,000
3,000
2,000
1,000
0
2010
2020
2005
2006
2009
2019
2011
2015
2016
2012
2008
2018
2013
2014
2007
2017
Fuente: Datos del Observatorio Nacional de la Violencia (ONV) de la Universidad Autónoma de /UNAH recabados de la Dirección de Medicina
Forense y Observatorios Regionales de Violencia. Datos preliminares de 2019 y 2020
33 Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), Informe sobre tierras, viviendas y desplazamiento forzado en
Honduras (2017), https://www.acnur.org/5b96a9434.pdf
34 Laura Chichilla y Julieta Castellanos, Análisis sobre la seguridad ciudadana.
La legislación sobre la materia ha sido más bien permisiva, aunque recientemente fueron incluidas
modificaciones con requisitos más restrictivos. En 2019, se reformó la Ley de Control de Armas de
Fuego, Municiones, Explosivos y Materiales Relacionados36, con disposiciones como: (a) el estable-
cimiento de un límite de edad de 21 años para poder registrar armas de fuego; (b) la disminución del
número de armas que se puede registrar, que pasó de cinco a tres, y permite a quienes ya poseían
cinco registradas conservar ese derecho; (c) exigencias de exámenes toxicológicos y psicométricos;
(d) prohibiciones de llevar armas de forma visible y de portarlas en lugares públicos y concurridos;
(e) abrir 44 laboratorios balísticos en todo el territorio para el trámite de licencias y (e) desde el Con-
greso Nacional se podría regular y limitar el número de armas por persona37.
Un factor que podría estar limitando regulaciones más drásticas y efectivas en esta materia es el
conflicto de interés que supone el hecho de que, en Honduras, una importante institución del Es-
tado, el Ministerio de Defensa, tiene el monopolio en la manufactura, la venta, la distribución y la
exportación de todo tipo de armas, así como de la importación y la venta de armas y municiones
en el interior del país, sean estas para uso gubernamental, comercial o individual38. Tales ventas se
efectúan por medio de la empresa conocida como “La Armería”, que forma parte del Instituto de
Previsión Militar (IPM). Esta situación compromete el legítimo interés del Estado en el ámbito de la
regulación de armas de fuego y gravita de manera negativa sobre la posibilidad de contar con re-
gulaciones que restrinjan aún más su uso y que contribuyan a una mayor reducción de la tasa que
existe de muertes violentas.
35 Steven Dudley, “Investigaciones: Recuento de armas de fuego en Honduras”, Insight Crime, 24 agosto, 2017, https://es.insightcrime.org/
investigaciones/recuento-armas-honduras/#ftn7
36 La Gaceta, Diario Oficial de la República de Honduras, “Ley de Control de Armas de Fuego, Municiones, Explosivos y Materiales Relacio-
nados”, Decreto 101-2018, La Gaceta, Viernes 8 de febrero del 2019, Núm. 34,866. https://tsc.gob.hn/web/leyes/Decreto-101-2018.pdf
37 Recientemente, en 2018, se aprobó en el Congreso Nacional una ley sobre el control de armas de fuego, que definió una edad mínima
para portar un arma de fuego y el número máximo de armas que una persona podría poseer y portar. (La Gaceta, Diario Oficial de la
República de Honduras, “Ley de Control de Armas“).
38 Así establecido por la Constitución de la República, Decreto No. 131, artículo 292, y la Ley Constitutiva de las Fuerzas Armadas, Decreto
No. 39-2001, Artículo 26.
En el caso de Honduras, las pandillas y el crimen organizado tomaron fuerza durante las dos últimas
décadas43, y han jugado un papel determinante en el deterioro de las condiciones de seguridad
ciudadana, al ser responsables de un alto porcentaje de la violencia letal que ha golpeado al país.
Datos sobre homicidios de 2019, desagregados según el móvil detrás de esos delitos (véase grá-
fico 71), indican que el 38 % de los asesinatos que se cometieron ese año fueron ocasionados por
ajustes de cuentas y sicariato, modalidades ligadas a las pandillas y al crimen organizado. Si a esta
categoría se agregan las relativas a las muertes vinculadas a drogas, con maras y extorsión, el peso
relativo se eleva a un 57 %.
Información complementaria indica que las pandillas están también detrás de ciertas modalidades
de muertes violentas, como las originadas en disputas territoriales y homicidios múltiples, y los ase-
sinatos que se comenten en los centros penitenciarios del país44.
39 El concepto de “pandilla” que se utiliza en este informe es prestado de investigaciones previas que la definen como “un grupo de
personas, por lo general jóvenes y de los estratos bajos de las sociedades a las que pertenecen, articulado en la mayoría de los casos
por células relativamente autónomas, dominadas por la figura de un líder u ‘hombre fuerte’, las cuales reproducen una misma serie de
valores y normas. Estas células o ‘clicas’, basan su lógica en el mantenimiento de un sistema de agresiones recíprocas con otros gru-
pos de jóvenes, normalmente articulados de la misma forma, siendo este conflicto, lo que les brinda cohesión y les permite establecer
jerarquías, por cuanto genera ideas de estatus, poder y reconocimiento, conceptos que los pandilleros aglutinan en la palabra respeto”
(véase Luis Enrique Amaya y Juan José Martínez (2015) en Asociación para una Sociedad más Justa [ASJ], Estudio de la situación de las
Maras y Pandillas en Honduras 2019 [Honduras: Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, 2020]: 17, http://biblioteca.asjhon-
duras.com/wp-content/uploads/2020/12/Situacion-de-maras-y-pandillas-en-Honduras-2019.pdf).
40 El estudio adopta la definición de “crimen organizado” que se recoge en la Convención Internacional contra el Crimen Organizado,
artículo 2a, según la cual se trata de “un grupo de tres o más personas que no fue formado de manera aleatoria; que ha existido por
un periodo de tiempo; actuando de manera premeditada con el objetivo de cometer un delito punible con, al menos, 4 años de encar-
celamiento; y con el fin de obtener, directa o indirectamente, un beneficio financiero o material” (véase Oficina de las Naciones Unidas
contra la Droga y el Delito [UNODC], “Crimen Organizado Transnacional”, 2022, https://www.unodc.org/ropan/es/organized-crime.html).
41 El narcotráfico es un problema que Honduras comparte con la región de Centroamérica y el Caribe la cual, debido a su ubicación geográ-
fica, ha adquirido la condición de “reexpedición de drogas ilícitas” que son traficadas hacia Estados Unidos y Europa, aunque muchos
de los países de la zona se han venido también convirtiendo en territorio de producción de cannabis y de refinación de cocaína (véase
Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes [JIFE], Informe de la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes
correspondiente a 2020 [Viena: Naciones Unidas, 2021], https://www.incb.org/documents/Publications/AnnualReports/AR2020/Annu-
al_Report/E_INCB_2020_1_spa.pdf
42 United Nations Office on Drugs and Crime (UNODC), World Drug Report 2018, https://www.unodc.org/wdr2018/
43 Más allá de los factores estructurales que están a la base del fenómeno criminal y que se expusieron anteriormente, el fenómeno de las
pandillas violentas en Honduras, que surgió de manera abrupta hacia finales de los años noventa, ha estado fuertemente asociado a las
políticas de deportación de inmigrantes que se han ejecutado en algunos momentos en los Estados Unidos de América. Así ocurrió en
1996 cuando en ese país se introdujo reformas a las leyes de inmigración para autorizar la deportación, mediante procesos sumarios,
contra personas inmigrantes que tuviesen antecedentes criminales, esto con independencia de criterios como: el estatus legal, los
años de residencia o la separación del núcleo familiar. Para inicios de 2000, miembros deportados de esas pandillas se unieron a otros
pandilleros locales, aglutinados en las maras MS-13 y Barrio 18, y se configuró un escenario de enfrentamientos sangrientos por el control
del territorio y por los ingresos derivados de las actividades de extorsión y de los mercados de droga, con las trágicas consecuencias que
desde entonces ha padecido la sociedad hondureña (véase Human Rights Watch, “Separación forzosa. Deportaciones desde Estados
Unidos violan los derechos humanos”, julio de 2007, https://www.hrw.org/sites/default/files/reports/us0707brochureweb_sp_0.pdf).
44 Infosegura, “La seguridad ciudadana en Honduras”, USAID, PNUD, Infosegura, 2022, https://infosegura.org/seccion/honduras/
0 200 400 600 800 1,000 1,200 1,400 1,600 1,800 2,000
Número
Fuente: Equipo del Informe de Desarrollo Humano Honduras con datos de IUDPAS/OVN/UNAH, Dirección General de Medicina Forense, Poli-
cía Nacional y Registro Nacional de las Personas.
La respuesta del Estado hondureño frente a este grave problema ha consistido fundamentalmente
en la movilización de las fuerzas de seguridad y en la intervención de la justicia penal. En 2018, se
creó la Fuerza Nacional Antimaras y Pandillas (FNAMP) integrada por policías, militares y funciona-
rios del Ministerio Público, a la que se le atribuye el incremento en las detenciones de pandilleros
(véase gráfico 72)46.
El impacto de las pandillas y del crimen organizado va más allá de los niveles de violencia que
generan47. Modalidades de crimen organizado, como el narcotráfico, también han incidido en el de-
terioro, debido a los niveles de corrupción mediante su penetración en la política y en instituciones
públicas, entre ellas las del sector de seguridad. De esto dan cuenta los procesos de depuración
que han tenido lugar dentro de la Policía Nacional de Honduras (PNH), como se ve más adelante, y
45 Infosegura-PNUD/RBLAC, La cara escondida.
46 Es difícil sopesar la magnitud de estas detenciones dentro del universo pandillero de Honduras, en tanto diversos cálculos que se ha
intentado en los últimos cinco años presentan importantes discrepancias. La PNH ha estimado en más de 25,000 los miembros de la MS
y Barrio 18, USAID ha calculado un total de 36,000, y la FNAMP, entre 6,000 y 11,000 miembros y sus colaboradores (véase Asociación
para una Sociedad más Justa [ASJ]. Estudio).
47 Las pandillas, como el caso de la MS-13 y Barrio 18, no necesariamente son parte de la cadena logística del narcotráfico internacional,
pero sí están involucradas en el comercio y la distribución de drogas en el plano local, lo cual combinan con otras acciones ilícitas
como las extorsiones, los secuestros y el tráfico de seres humanos; así al menos lo destacó desde 2015 el Informe sobre Drogas que
anualmente emite el Departamento de Estado de los Estados Unidos al Congreso, en el que se evalúa las acciones de los gobiernos
extranjeros para combatir el narcotráfico (véase U.S. Department of State, “Honduras, BUREAU OF INTERNATIONAL NARCOTICS AND
LAW ENFORCEMENT AFFAIRS. 2015 International Narcotics Control Strategy Report [INCSR]”, 2015, https://2009-2017.state.gov/j/inl/rls/
nrcrpt/2015/vol1/238978.htm).
600
400
200
0
2015 2016 2017 2018 2019
Fuente: Equipo del Informe de Desarrollo Humano Honduras con datos de Asociación para una Sociedad más Justa (ASJ). Estudio, y de la
Dirección General de la Policía Nacional, Dirección de Inteligencia Policial (DIPOL)
Los datos relativos a la percepción de inseguridad indican que la percepción de riesgo de ser víc-
tima de un delito alcanza casi a la mitad de la población: 49.6 % en 2019. Asimismo, se indica que,
si bien la percepción que tiene la ciudadanía hondureña sobre los niveles de inseguridad es alta,
esta se reduce cuando se pregunta por los niveles de inseguridad en sus respectivos municipios y
barrios de residencia y de sus comunidades (véase gráfico 73).
Inseguro Seguro
Percepción de inseguridad en el p
100
País
Municipio
80 Barrio
60
Porcentaje
40
20
0
País Municipio Barrio
48 Julieta Castellanos, Honduras: persistencia y cambios en la cultura política 1980-2020 (Tegucigalpa: Universidad Nacional Autónoma de
Honduras [UNAH] e Instituto Universitario en Democracia, Paz y Seguridad [IUDPAS], 2020).
Más allá de la pérdida de vidas humanas, la violencia ha tenido elevados costos económicos, so-
ciales e institucionales, los cuales restan valiosos recursos a un país cuya población experimenta
grandes faltantes en materia de desarrollo humano. Entre los de mayor impacto, se encuentran
aquellos de naturaleza económica y financiera, pero también la migración forzada y los cambios en
las pautas de comportamiento de la población.
La violencia tiene implicaciones adversas en la economía de las naciones e impone un alto precio a
las sociedades, más allá de la incalculable factura asociada al despojo de derechos fundamentales
como la vida, la integridad física, los bienes esenciales y hasta la tranquilidad. Estudios sobre el
tema han demostrado que en los últimos sesenta años el crecimiento medido en términos del PIB
per cápita ha sido tres veces más alto en países con altos niveles de paz y estabilidad que en los
que no gozan de paz49.
Los costos de la violencia y la delincuencia pueden ser directos o indirectos. Entre los primeros, se
encuentran las pérdidas asociadas a la actividad delictiva, así como los recursos públicos y privados
que se asignan a las tareas de seguridad. Entre los segundos, se consideran diversos efectos nega-
tivos como la disminución de la actividad económica, el incremento en los costos de producción y la
pérdida de oportunidades de empleo, entre otros. Por consiguiente, las políticas de seguridad para
disminuir la violencia y la criminalidad en un país constituyen también pilares fundamentales de las
estrategias de crecimiento económico y desarrollo social.
Un análisis sobre el impacto económico de la violencia y los conflictos, con datos de 2017, estimó
que del conjunto de variables consideradas Honduras ocupaba el onceavo lugar de 163 países a ni-
vel global, pese a no tener confrontaciones armadas convencionales en su territorio, con un impacto
económico de un 30 % del PIB y un costo per cápita de USD 1,380.1 (véase cuadro 14)50.
Solo los costos estimados por homicidio alcanzaban el 25 % del PIB51, constituyéndose así en el
segundo país con costos más altos en esta variable, después de El Salvador.
Cuadro 14 El impacto económico de la violencia en Honduras (en millones de USD PPA, 2018)
49 Institute for Economics & and Peace, The Economic Value of Peace 2018. Measuring the Global Economic Impact of Violence and Con-
flict (Sidney: Institute for Economics & and Peace, 2018), https://www.economicsandpeace.org/wp-content/uploads/2020/08/Econom-
ic-Value-of-Peace-2018.pdf
50 El modelo para el cálculo del impacto económico de la violencia incluye los costos involucrados en su atención y prevención, y los
derivados de sus consecuencias. Toma en cuenta tres grupos de variables: (a) costos orientados a los servicios de prevención y de
seguridad: gasto militar, de servicios de seguridad interna, de seguridad privada y de otros asociados a la intervención de organismos
multilaterales; (b) costos relacionados a conflictos armados: de muertes provocadas por los conflictos internos y externos, indirectos, de
desplazamientos humanos, de importación de armas pequeñas y de terrorismo; y (c) violencia interpersonal: homicidios, asalto violento,
asalto sexual, temor al crimen y costos de encarcelamiento.
51 Institute for Economics & and Peace, The Economic Value.
Otro estudio que se concentró en el análisis de los costos indirectos de la delincuencia sobre la
economía atribuyó a Honduras y El Salvador un 13 % del PIB como resultado del impacto que las
acciones delictivas tenían en la actividad económica, como el cierre de empresas, la salida de la
inversión de regiones y del país, y la pérdida de empleo52.
La migración forzada
Entre enero y junio de 2020, con
Una de las consecuencias más perversas de la violencia es un total de 30,100 solicitudes de
el desarraigo, el desplazamiento y la migración, fenómenos refugio, Honduras fue el tercer
que en el caso de Honduras han llegado a alcanzar niveles país desde donde se originó la
de crisis humanitaria53. Las condiciones de despojo físico y mayor cantidad de este tipo de
material que genera la delincuencia se han convertido en un peticiones, después de Venezuela
importante móvil detrás de los flujos migratorios, tanto inter- (73,600) y Siria (31,300). Aunque
nos como externos54, que se han intensificado en los últimos por razones diferentes, los tres
años, principalmente hacia Estados Unidos. Aquí se analiza países comparten tasas de violen-
la migración transfronteriza, dadas las especiales consecuen- cia de las más altas a nivel global.
cias que tiene sobre los problemas de inseguridad.
Datos relativos al número de refugiados, solicitudes de asilo y retornados confirman los niveles
exorbitantes en que han crecido las diversas modalidades de migración transfronteriza en Honduras
(véase gráfico 74). Entre 2012 y 2019, las solicitudes de asilo crecieron en 4,587 %, y las personas
con estatus de refugiado se incrementaron en un 3,156 %55, mientras que la cantidad de retornados
experimentó una reducción entre 2015 y 2017, solo para volver a dispararse en 2017 y 2018; el cre-
cimiento entre 2017 y 2019 fue de 127 %56.
Aunque la pandemia atenuó la situación, la tendencia en el primer semestre de 2020 puso a Hon-
duras como el tercer país desde donde se originó la mayor cantidad de solicitudes de refugio con
un total de 30,100, después de Venezuela (73,600) y Siria (31,300)57.
52 Dmitry Plotnikow, “Diálogo a fondo”, El alto costo de la delincuencia en América Central, 16 de enero de 2020, https://blog-dialogoafon-
do.imf.org/?p=12726
53 En el año 2014, ante los elevados flujos migratorios que se produjeron y que involucró a familias enteras y a niños, niñas y adolescentes
no acompañados, el gobierno de Honduras emitió el Decreto Ejecutivo No. PCM 033-2014 mediante el cual se declaró emergencia
humanitaria, con el fin de activar la respuesta del sistema nacional de protección social.
54 Con respecto al desplazamiento interno, datos de la Comisión Interinstitucional para la Protección de las Personas Desplazadas Interna-
mente por la Violencia indican que entre 2004 y 2018 se han desplazados 247,090 personas, total que equivale al 2.7 % de la población
de Honduras. Por otra parte, de acuerdo con el Proyecto Regional InfoSegura- PNUD, entre 2016 y 2019, los principales motivos para
emigrar declarados por las personas que han retornado al país constituyen aspectos económicos, de reunificación familiar y por violencia
(93.1 %, 15.4 %, y 4.8 %, respectivamente). Así, la gente que emigra tiene una multiplicidad de factores que la motivan.
55 United Nations High Commissioner for Refugees (UNHCR), Mid-Year.
56 Observatorio Consular y Migratorio de Honduras (CONMIGHO), “Retornados 2020”, 2021, https://conmigho.hn/retornados-2020/
57 United Nations High Commissioner for Refugees (UNHCR), Mid-Year Trends 2020 (Copenhagen, Denmark: United Nations High
Commissioner for Refugees [UNHCR], 2020), https://www.unhcr.org/statistics/unhcrstats/5fc504d44/mid-year-trends-2020.html#_
ga=2.45894052.1480904071.1621218368-460604460.1616425073
2016
80
2017
60 2018
2019
40
20
0
2012 2013 2014 2015 2016 2017 2018 2019
Fuente: Equipo del Informe de Desarrollo Humano Honduras con datos de UNHCR (2012 a 2019), y Observatorio Consultar y Migratorio de
Honduras (2015 a 2019)
Los factores de expulsión de las comunidades y del país son diversos, entre ellos: (a) la exclusión
social y la ausencia de oportunidades laborales; (b) el impacto de los eventos climáticos; (c) la re-
unificación familiar, debido al significativo número de gente hondureña que radica en el exterior; y
(d) los altos niveles de violencia y criminalidad. En lo que concierne al último aspecto (la violencia y
la criminalidad), diversos estudios han confirmado su relación con la migración forzada.
Un estudio que abarca América Latina y el Caribe concluyó que variables como la victimización y el
miedo al crimen están significativamente asociadas a los deseos de abandonar el país de residencia
respectivo58. Otro análisis sobre el caso de Honduras ofreció también evidencia concreta sobre el
peso relativo que el hecho de ser víctima de un crimen juega en la decisión de emigrar59.
Más recientemente, un análisis que indagó sobre la relación entre emigración y victimización cri-
minal determinó que existía una asociación significativa entre ser víctima de un hecho violento y
el deseo de migrar60; concretamente, demostró que en los casos de quienes han sido víctimas, el
deseo de migrar aumenta en 10.8 puntos porcentuales61.
La relación existente entre las condiciones de vulnerabilidad por razones de violencia y la migración
no deseada se confirma también en el hecho de que los 34 municipios de Honduras que concentran
el 51 % de los retornos no voluntarios de migrantes concentran también el 51 % de los homicidios
que se comenten en el país62.
58 Elizabeth J. Zechmeister (ed.), The Political Culture of Democracy in the Americas, 2014: Democratic Governance across 10 Years of
the AmericasBarometer (Latin American Public Opinion Project [LAPOP], AmericasBarometer, Vanderbilt University, 2014), https://www.
vanderbilt.edu/lapop/ab2014/AB2014_Comparative_Report_English_V3_revised_011315_W.pdf
59 Jonathan T. Hiskey et ál., Understanding the Central American Refugee Crisis: Why They Are Fleeing and How U.S. Policies are Failing
to Deter Them (American Immigration Council: 2016), https://www.americanimmigrationcouncil.org/research/understanding-central-ame-
rican-refugee-crisis
60 Este estudio partió de la hipótesis que ser víctima de un hecho delictivo está relacionado con el deseo de migrar. La prueba estadística
de chi cuadrado corroboró la asociación significativa existente (p < 0.05) entre ser víctima y el deseo de migrar.
61 Instituto Universitario en Democracia, Paz y Seguridad (IUDPAS). Informe 2014; Instituto Universitario en Democracia, Paz y Seguridad
(IUDPAS), Percepción ciudadana sobre inseguridad y victimización en Honduras: Informe 2019 (Tegucigalpa: Universidad Nacional Autó-
noma de Honduras, Instituto Universitario en Democracia, Paz y Seguridad [UNAH/IUDPAS], 2019).
62 Infosegura, Seguridad ciudadana, movilidad humana y desarrollo en los países del norte de Centroamérica (Infosegura, USAID, PNUD,
2020), https://infosegura.org/2020/10/13/movilidad-humana-desarrollo-y-seguridad-ciudadan-en-honduras-el-salvador-y-guatemala/
La percepción que tiene la ciudadanía respecto a las instituciones del sector de justicia y seguridad
contrasta con los resultados positivos que se han obtenido durante el periodo analizado, en cuanto
a la reducción de la delincuencia, la victimización, la inseguridad y hasta la impunidad.
Un estudio de opinión realizado en 2019 confirma los bajos índices de confianza ciudadana en las
principales instituciones que conforman el sector (véase gráfico 75): difícilmente alcanzan el 30 %
de opiniones favorables.
Una de las explicaciones sobre estos resultados tiene que ver con el deterioro generalizado de los
niveles de satisfacción ciudadana con las instituciones del Estado hondureño y con la democracia
en general, lo cual arrastraría consigo la opinión sobre las instituciones del sector de seguridad y
justicia. Para 2018, el Barómetro de las Américas64 señaló que la satisfacción con el funcionamien-
to de la democracia había pasado de 63.7 % en 2004 a 35.9 % en 2018, una caída de casi treinta
puntos.
Confía No confía
Confianza
100
FFAA
PMOP
80 FUSINA
PN
60 MP
Porcentaje
CSJ
40
20
0
FFAA PMOP FUSINA PN MP CSJ
Fuente: Equipo del Informe de Desarrollo Humano Honduras con base en Instituto Universitario en Democracia, Paz y Seguridad (IUDPAS).
Informe 2019
63 Adam Isacson, Maureen Meyer, and Hannah Smith, Increased Enforcement at Mexico’s Southern Border: An Update on Security, Migra-
tion, and U.S. Assistance (Washington, D.C.: Washington Office on Latin America [WOLA], 2015), https://www.wola.org/files/WOLA_Increa-
sed_Enforcement_at_Mexico's_Southern_Border_Nov2015.pdf
64 Elizabeth J. Zechmeister y Noam Lupu (eds.), El pulso de la democracia (Nashville, TN: LAPOP, 2010), https://www.vanderbilt.edu/lapop/
ab2018/2018-19_AmericasBarometer_Regional_Report_Spanish_W_03.27.20.pdf
En el caso de la PNH, podría estarse reflejando también el distanciamiento con la ciudadanía como
resultado del modelo funcional y organizacional de esta entidad, fuertemente marcado por la tradi-
ción militar a la que ha estado expuesta. Se trata de un modelo vertical, cerrado y reactivo, y con una
fuerte resistencia a adoptar las modalidades de policía comunitaria y de proximidad65.
Por su parte, 11 de cada 100 hondureños afirmó ser víctima de un delito; de estos, el 78 % indicó
que no realizó la denuncia ante las autoridades correspondientes. Entre las razones aducidas por la
ciudadanía para no denunciar, destacan que “no sirve de nada” (63.9 %), que “es peligroso” (14.2 %)
o que simplemente “no tienen pruebas” (7.7 %). Además, cuando las personas denuncian, los resul-
tados no son halagüeños. De acuerdo con el mismo estudio, del 22.4 % de personas que optó por
denunciar el delito del que fueron víctimas, el 71 % declaró que no tuvo ninguna respuesta (véase
gráfico 76)66.
Varias son las características y dimensiones de las expresiones de violencia. En Honduras, los datos
evidencian que, pese a la reducción en la tasa de homicidios y femicidios, persisten desafíos para
ubicar al país por debajo de los promedios de la región de América Latina y el Caribe, y del mundo,
en estos indicadores. La juventud ha sido la principal víctima de la violencia homicida, y un alto
porcentaje de las muertes violentas se han cometido con armas de fuego. Las mujeres también se
han visto afectadas por una espiral de delitos que atentan contra su integridad y sus vidas, especial-
mente los relacionados a la violencia sexual, la violencia en el contexto del hogar y el femicidio. Por
otra parte, mientras que la victimización por delincuencia se ha reducido, la inseguridad continúa
siendo uno de los principales problemas de país percibidos por la población. Otro de los aspectos
que caracteriza la percepción ciudadana son los bajos niveles de confianza hacia las principales
instituciones que conforman el sector seguridad.
Asimismo, se han presentado otras dinámicas de violencia que involucran el crimen organizado y
las pandillas, y su penetración en la política y en instituciones públicas, entre ellas las del sector de
seguridad, que han formado parte del deterioro de las condiciones de seguridad ciudadana. Más
allá de la pérdida de vidas humanas, la violencia ha tenido elevados costos económicos, sociales e
institucionales.
65 IUDPAS/UNAH. El papel.
66 IUDPAS/UNAH, Percepción ciudadana sobre inseguridad y victimización en Honduras: Informe 2014.
No víctima Víctima
10.9
89.1
No denuncia Denuncia
22.4
77.6
Ninguna
Otra
0 20 40 60 80
Porcentaje
Fuente: IUDPAS/UNAH, Percepción ciudadana sobre inseguridad y victimización en Honduras: Informe 2014 (Tegucigalpa: Instituto Universita-
rio en Democracia, Paz y Seguridad y Universidad Nacional Autónoma de Honduras, 2015)
1. Las reformas han transitado sobre un doble carril doctrinario. Mientras algunas han estado inspi-
radas en preceptos democráticos y en el respeto al Estado de derecho, otras han respondido a
corrientes de populismo punitivo67. Este “trastorno disociativo” que ha caracterizado la reforma
de la seguridad en Honduras, resultado de dos paradigmas diferentes (véase cuadro 15), ge-
nera visibles contradicciones que han restado fuerza al proceso de transformación del sector.
2. Con algunas excepciones, las reformas introducidas han tenido un carácter reactivo, ya que son
el resultado de graves incidentes seguidos de la presión ejercida por la opinión pública nacional
e internacional. Esta situación ha impedido la articulación de una visión estratégica del proceso
de reforma y de uno de planificación de mediano y largo plazo.
3. Algunas reformas, especialmente las dirigidas a desmilitarizar la seguridad ciudadana o las que
buscan fortalecer la protección de sectores vulnerables, siguen siendo fundamentalmente inci-
pientes, sin que logren concretarse en acciones eficaces y consecuentes.
67 El concepto de populismo punitivo fue desarrollado por el criminólogo inglés Anthony Bottoms, en referencia a la promoción de medidas
punitivas o de tolerancia cero o mano dura por parte de políticos, con el objetivo de obtener réditos inmediatos y en respuesta a los te-
mores de la población, con independencia de consideraciones de conveniencia (véase Anthony Bottoms, Philosophy and Politics of Pun-
ishment and Sentencing. En Chris Clarkson and Rod Morgan (eds.), The Politics of Sentencing Reform [Oxford: Clarendon Press, 1995]:
17-49). En América Latina y el Caribe, la literatura sobre el fenómeno ha sido abundante, entre otros, Carlos Basombrío Iglesias y Lucía
Dammert, Seguridad y populismo punitivo en América Latina: Lecciones corroboradas, constataciones y temas emergentes (Washing-
ton, DC: Wilson Center, Latin American Program, 2013), https://www.wilsoncenter.org/sites/default/files/media/documents/publication/
Seguridad%20y%20Populismo%20Punitivo%20en%20America%20Latina.pdf; también Verónica De la Torre y Alberto Martín Alvarez,
“Violencia, Estado de derecho y políticas punitivas en América Central”, Perfiles Latinoamericanos Vol. 19 Núm. 37 (Enero-junio 2011). En
el norte de Centroamérica, esta visión ganó fuerza a inicios de siglo mediante iniciativas —como en Honduras, con los Planes Libertad
Azul (2002-2003) y Mano Dura (2003-2005); en El Salvador, con los Planes Mano Dura (2003-2004) y Súper Mano Dura (2004-2006); y
en Guatemala, con el Plan Escoba (2003-2004)—.
68 El concepto de “populismo punitivo” fue desarrollado por el criminólogo inglés Anthony Bottoms, en referencia a la promoción de medi-
das punitivas o de “tolerancia cero” o “mano dura” por parte de políticos, con el objetivo de obtener réditos inmediatos y en respuesta
a los temores de la población, con independencia de consideraciones de conveniencia (Anthony Bottoms, Philosophy and Politics). En
América Latina y el Caribe, la combinación de altos niveles de criminalidad, cultura política autoritaria y liderazgos populistas ha resultado
ideal para que germine el populismo represivo en diversos momentos de la historia. Sobre el fenómeno en la región, ver, entre otros,
Carlos Basombrío y Lucía Dammert, Seguridad y populismo punitivo; Verónica De la Torre y Alberto Martín Alvarez, “Violencia, Estado de
derecho y políticas punitivas”.
En 201171, se creó el Consejo Nacional de Defensa y Seguridad, como máximo órgano encargado de
rectorar, diseñar y supervisar las políticas generales de seguridad, defensa nacional e inteligencia.
Este consejo estuvo integrado por el Presidente de la República, el Presidente del Congreso Nacio-
nal, el Presidente de la Corte Suprema de Justicia, el Fiscal General y los Secretarios de Seguridad
y Defensa, respectivamente. Pese a esto, funcionalmente no operó con tal fin, y por ello es por lo
que se crearon los gabinetes sectoriales para articular las instituciones que trabajan con seguridad y
defensa72, donde se agruparon distintas instancias estatales bajo una línea de política que dependía
del Ejecutivo. Sin embargo, la administración 2022-2026 suprimió los gabinetes sectoriales, según
el Decreto Ejecutivo PCM 05-2022.
Las reformas que se empezaron a promover hacia la segunda mitad de los años noventa iban orien-
tadas en una buena dirección: cambiar el carácter militar de los órganos responsables de la segu-
ridad ciudadana y profesionalizarlos, fortalecer los mecanismos para la protección de los derechos
humanos y crear instancias independientes y profesionales dentro de la administración de justicia,
especialmente el Ministerio Público. Así lo testifican también otras medidas como el establecimiento
de la Defensoría de los Derechos Humanos, y la aprobación de la Ley Orgánica de la Policía Nacio-
nal, mediante la cual se le otorgó carácter civil al cuerpo policial y se le sometió a la autoridad de la
Secretaría de Seguridad.
Sin embargo, el fenómeno de las pandillas que se produce en esos mismos años (descrito anterior-
mente) y el consecuente crecimiento de los delitos violentos y de la alarma ciudadana motivaron
respuestas de “mano dura” por parte de políticos y autoridades, los que se interpusieron en el curso
de las reformas que venían en marcha; con esto, limitaron su alcance y las desviaron de sus inten-
ciones iniciales.
Fuente: Equipo del Informe de Desarrollo Humano Honduras con base en Laura Chinchilla y Julieta Castellanos. Análisis sobre seguridad ciu-
dadana en el marco del Estado de derecho en Honduras 2000-2019: Veinte años de frágiles avances (Tegucigalpa: Programa de las Naciones
Unidas para el Desarrollo, 2021)
Este tipo de respuestas tuvo cuatro consecuencias relevantes al proceso de reforma del sector de
seguridad ciudadana que venía en marcha: (a) se recrudecieron los enfrentamiento entre fuerzas
de seguridad y pandilleros, lo que llevó la violencia a niveles más sangrientos; (b) se trasladó el
problema a las cárceles del país, desde donde los pandilleros consolidaron liderazgos, expandieron
operaciones y establecieron relaciones con otras organizaciones delictivas73; y (c) se distrajeron y
debilitaron los esfuerzos en materia preventiva —como sucedió con la Ley para la Prevención, Re-
habilitación y Reinserción Social de Personas Integrantes de Pandillas o Maras que, habiendo sido
aprobada en 2001, apenas fue reglamentada y financiada en los años 2004 y 2005—; y (d) cobró
mayor impulso el proceso de remilitarización de la seguridad.
Pese a lo anterior, resulta innegable que el periodo estudiado registra el mayor y más significativo
conjunto de iniciativas de reforma que han permitido reconfigurar al sector de seguridad ciudadana
de Honduras, aunque con resultados mixtos, como se explica a continuación.
La Policía Nacional
La reforma policial ha recorrido un largo camino en Honduras. Por un lado, ha procurado alejar a la
institución del modelo militarizado del pasado, en el cual las Fuerzas Armadas actuaron de manera
directa en el manejo del gobierno, especialmente en el periodo 1957-1981, pero que, por otro, ha
mantenido una alianza con la institución castrense, que continua con una influencia institucional. Es
una ruta que, por una parte, ha buscado avanzar hacia su despolitización, profesionalización e inte-
gridad, pero que, por otra, la enfrenta a las presiones de grupos fácticos y de poder que, en alianza
con el crimen organizado, penetran estructuras y corrompen instituciones. Ha sido un proceso de
reforma que pone en evidencia las tensiones que han caracterizado la evolución del sector de
seguridad ciudadana del país. A continuación, se presentan los principales antecedentes que han
marcado el proceso de reforma de esta institución, además de un balance sobre el mismo.
Hasta 1963, la función policial fue ejercida por la Guardia Civil y dependía de la Secretaría de Gober-
nación. Su funcionamiento estaba muy marcado por los intereses partidistas y fungía más como una
policía al servicio del partido de gobierno, cuya misión era investigar a los miembros del partido
opositor. Con el golpe de Estado de 1963, se produjo un importante cambio que perduraría por 30
años, cuando la función policial pasó al mando de las Fuerzas Armadas, primero bajo la denom-
inación de Cuerpo Especial de Seguridad (CES) y, luego, bajo el nombre de Fuerza Especial de
Seguridad (FUSEP).
En 1996, durante la administración del presidente Carlos Roberto Reina (1994-1998), se crea una Co-
misión Interventora que recomendó, entre otras cosas, sacar a la función policial de la tutela militar.
Es así como mediante el Decreto No. 229-96 del 17 de diciembre de 1996 se ordenó el traspaso
de la policía al sector civil. Además, la comisión comenzó un proceso de depuración de policías
denunciados por estar involucrados en actividades delictivas. Fue finalmente en 1998 cuando se
creó el ente policial mediante la aprobación de la Ley Orgánica de la Policía Nacional de Honduras,
en sustitución de la FUSEP, y separó de las Fuerzas Armadas al ente policial y lo sometió a la tutela
de la Secretaría de Seguridad creada en ese mismo año. Mediante tal normativa se creó el Consejo
Nacional de Seguridad Interior (CONASIN).
Desde su creación en 1998, se han promulgado dos reformas a la ley: una en 2008 y otra en 2017,
que han introducido modificaciones en su organización y estructura. Un resumen de los principales
aspectos se recoge en el cuadro 16.
Los esfuerzos de profesionalización y depuración de la institución policial han sido intensos y cons-
tantes, pero insuficientes e incompletos. Los procesos han respondido a momentos de crisis que ha
enfrentado la institución, más que a una visión estratégica renovación y reforma, lo cual ha restado
fuerza y efectividad. El mecanismo que se ha privilegiado para lograr el propósito ha sido la creación
de comisiones con mandatos específicos y con representación de la sociedad civil.
Sistema Educativo
Sistema Educativo Policial. Incluido en la es-
Sistema de Educación Policial,
Educación poli- Policial. Se incluye en tructura de Ley Orgánica
incluido en la estructura de la Ley
cial la estructura de la Ley de la Policía. Contempla
Orgánica de la Policía.
Orgánica de la Policía. crear la Universidad de
la Policía.
Fuente: Equipo del Informe de Desarrollo Humano Honduras con datos de la Secretaría de Seguridad
74 El Consejo Nacional de Seguridad Interior (CONASIN) fungió como órgano asesor y propositivo de la Secretaría de Seguridad. Era pres-
idido por el Ministro de Seguridad e integrado por el Ministro de Gobernación y Justicia, el Presidente de la Corte Suprema de Justicia,
el Fiscal General, el Comisionado Nacional de los Derechos Humanos, centrales campesinas, organizaciones no gubernamentales de
derechos humanos, la Asociación de Municipios de Honduras y organizaciones de mujeres.
Esta comisión se abocó de manera prioritaria a cumplir las siguientes funciones: (a) determinar la
idoneidad en el servicio, como la confianza, la capacidad, la habilidad, la aptitud, la competencia,
la disposición y la lealtad que debe poseer todo miembro de la carrera policial; (b) implementar un
mecanismo de seguimiento y supervisión de los procesos en contra de los miembros de la Policía
Nacional de Honduras; (c) remitir al Ministerio Público y al Tribunal Superior de Cuentas, los expe-
dientes de los policías identificados por la supuesta comisión de un ilícito; y (d) rendir informe cada
tres meses al Congreso Nacional sobre los avances del proceso de depuración.
Si bien los procesos de depuración, especialmente el más reciente, han propiciado la salida de un
importante número de policías cuestionados, no han sido complementados con mecanismos que
permitan prevenir y detectar tempranamente las conductas transgresoras. Esta limitación genera
costos altos a la institución, al invertir en procesos de reclutamiento y capacitación del recurso
humano que no es aprovechado dadas las altas tasas de rotación del personal. Además, los prob-
lemas de abuso y corrupción se siguen reproduciendo de manera preocupante.
La Ley de la Carrera Policial aprobada en 2017 fue un paso significativo77, en tanto reformuló y forta-
leció los criterios de selección de personal y admisión a la carrera policial, pero los procedimientos
para su implementación siguieron arrastrando debilidades del pasado. Entre 2016 y 2017, habían
salido de la policía 6,674 miembros, de los cuales 2,742 fueron separados por recomendación de la
75 Esta comisión se creó en un momento en que Honduras experimentaba un acelerado crecimiento de los homicidios; además, tuvieron
lugar asesinatos de alto impacto: el del director de Lucha contra el Narcotráfico, en 2009, y el de dos jóvenes estudiantes universitarios,
y en 2011, en los que estuvieron involucrados policías activos. Estos eventos produjeron una cadena de denuncias de eventos similares
que condujeron al gobierno a integrar la comisión.
76 La Gaceta 34,003. 8 de abril de 2016.
77 La ley fue reconocida como un paso importante, según lo manifestó en su momento la MACCIH/OEA, que señaló que “el mencionado
proyecto de Ley representa un importante aspecto central para las reformas que en el tema de seguridad se ha propuesto el Estado de
Honduras”(véase Organización de Estados Americanos [OEA]/Misión de Apoyo contra la Corrupción y la Impunidad en Honduras [MAC-
CIH], Hacia una nueva Policía Nacional: Recomendaciones sobre el Proyecto de Ley de la Carrera Policial Reporte MACCIH # 3 División
de Seguridad Pública [Tegucigalpa: mayo, 2017]).
Cuadro 17 Policías que salieron de la Policía Nacional de Honduras según razón de su salida
(2016-2017)
Policías separados
Año Policías jubilados Deserción Otros Total
por la CEDTPN
2016 1,408 230 109 122 1,869
2017 1,334 779 189 194 2,496
Total 2,742 1,009 289 316 6,774
Fuente: Equipo del Informe de Desarrollo Humano Honduras con datos del Instituto Universitario en Democracia, Paz y Seguridad (IUDPAS) de
la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH), El papel de las Fuerzas Armadas en la seguridad pública en Honduras: Evaluando la
Limitación de las Fuerzas Armadas en Funciones Públicas (Tegucigalpa: Washington Office on Latin America [WOLA], 2020)
Pese a los procesos de depuración realizados, siguen trascendiendo graves casos de abusos por
parte de la Policía Nacional, que involucran a representantes de la institución al más alto nivel en
negocios con el narcotráfico79 o que se han cometido en el marco de las medidas adoptadas duran-
te la pandemia80. Estos hechos siguen haciendo parte de los informes de diversos organismos es-
pecializados de derechos humanos. Entre el personal separado entre 2016 y 2017, un 8.7 % estaba
constituido por oficiales de alto grado (379); un 4.8 %, por miembros de bajo rango (2019) y un 86.4
% pertenecía a la escala básica81.
La preocupación por los abusos policiales se ha extendido a los temas de agenda pública. Con
ocasión de la crisis poselectoral de 2017, quedaron en evidencia los excesos en las actuaciones de
los cuerpos de seguridad en contra de manifestantes. Las extralimitaciones incluyeron el uso indis-
criminado de gases lacrimógenos y de armas de fuego, así como detenciones arbitrarias82. Uno de
los informes atribuyó la muerte de al menos 23 personas la demasía en el uso de la fuerza83. Otros
incidentes similares, en lo que respecta al orden público, se reportaron en los años siguientes, por
lo que aquellos se convirtieron en tema recurrente de los informes anuales de las organizaciones
internacionales de derechos humanos.
78 Instituto Universitario en Democracia, Paz y Seguridad (IUDPAS) de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH), El papel
de las Fuerzas Armadas en la seguridad pública en Honduras: Evaluando la Limitación de las Fuerzas Armadas en Funciones Públicas
(Tegucigalpa: Washington Office on Latin America [WOLA], 2020).
79 Christopher Sherman, Martha Mendoza y Garance Burke, “Informe secreto: Jefe de la Policía hondureña ayudó a narco”, AP News, 25 de
enero de 2018, https://apnews.com/article/21067ae268d344979b6a6e3d969b9778
80 En febrero de 2021, se reportó el suicidio de una joven estudiante de enfermería en las celdas de la Policía Nacional, luego de ser de-
tenida efectivos de ese cuerpo bajo el cargo de incumplimiento del toque de queda (véase https://www.bbc.com/mundo/noticias-ameri-
ca-latina-56004728).
81 Instituto Universitario en Democracia, Paz y Seguridad (IUDPAS) de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH), El papel.
82 Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH). Corrupción.
83 United Nations High Commissioner for Refugees (UNHCR). Mid-Year.
2018
2.0
2019
2020
1.5
2021
2022
1.0
0.5
0.0
2016 2017 2018 2019 2020 2021 2022
Fuente: Equipo del Informe de Desarrollo Humano Honduras con datos de Presidencia, “Gestión 2020-2021”. Honduras con hechos, 2021,
https://presidencia.gob.hn/Magazine/Gestion/. A partir de 2019, se usan proyecciones oficiales
84 Redacción El País, “Policía Nacional espera tener 20.000 agentes en 2019”, El País, 2 de enero de 2019, https://www.elpais.hn/2019/01/02/
policia-nacional-espera-tener-20-000-agentes-en-2019/
85 Vienna Herrera, “Mujeres invisibles y acosadas en la Policía Nacional de Honduras”, Contra Corriente, 22 de junio de 2010, https://con-
tracorriente.red/2019/06/22/mujeres-invisibles-y-acosadas-en-la-policia-nacional-de-honduras/
86 Presidencia, “Gestión 2020-2021”, Honduras con hechos, 2021, https://presidencia.gob.hn/Magazine/Gestion/
La atención de delitos de forma focalizada, si bien puede facilitar la obtención de resultados inme-
diatos, dado que permite concentrar esfuerzos y recursos en modalidades específicas de infraccio-
nes, también puede tener efectos contraproducentes como la eventual superposición de mandatos
y duplicidad de esfuerzos, la compartimentalización de información valiosa para la investigación de
casos y, finalmente, el debilitamiento de elementos esenciales en los procesos de reforma policial
—como la unidad de mando, visión y doctrina88—.
Además, tal como se observa en el cuadro 18, la mayoría de las unidades especializadas creadas en
los últimos años contempla abiertamente la participación del ejército; dos de ellas, la Policía Militar
del Orden Público (PMOP) y la Fuerza Nacional de Control de Centros Penitenciarios (FNCCP), están
adscritas al Ministerio de la Defensa.
Pese a los esfuerzos realizados en estas dos décadas por introducir modelos alternativos como los
de policía de proximidad o comunitaria, no han logrado arraigar dentro de la cultura y estructura de
la institución policial. Como bien lo reconoció un informe al respecto, “la construcción de la Policía
Comunitaria ha sido uno de los proyectos más respaldados por la comunidad internacional y, a la
vez, más lejanos de alcanzar en materia de seguridad en Honduras”89. La influencia que el modelo
militar sigue teniendo sobre la Policía Nacional constituye quizás uno de los factores que dificulta
los avances en esta materia y, a la vez, una de las razones de la brecha de confianza entre la policía
y la población, como se describe más adelante.
87 World Justice Project (WJP). The rule of law in Honduras (USA: WJP, 2022). https://worldjusticeproject.org/sites/default/files/documents/
Honduras.pdf.
88 El tema del fortalecimiento de la “unidad de mando” fue destacado por el comisionado Orlyn Javier Cerrato Cruz, subdirector de la Policía
Nacional, en entrevista para esta investigación, como uno de los aportes principales a la eficiencia policial contenidos en la Ley Orgánica
de la Policía Nacional de 2017.
89 Instituto Universitario en Democracia, Paz y Seguridad (IUDPAS) de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH), El papel.
Número de
Descripción
decreto
Fuerza Nacional Antiextorsión. Creada para combatir el delito de extorsión, integrada
2013 por la Policía Nacional, las Fuerzas Armadas y el Ministerio Público. Será sustituida
posteriormente por la Fuerza Nacional Antimaras y Pandillas.
Ley Estrategia Interinstitucional en Seguridad y Toma Integral Gubernamental de
Respuesta Especial de Seguridad (TIGRES). Propició la creación de la unidad policial
TIGRES dentro de las Fuerzas Armadas, cuyas funciones son: fortalecer la acción
institucional para combatir la inseguridad; velar por la protección de las personas y
sus bienes; garantizar la conservación del orden público, la prevención, el control, la
2013
investigación del delito, así como el procesamiento, las capturas y los juzgamientos de
los autores y cómplices; y realizar planes preventivos y planes de choque localizados
en puntos estratégicos de las zonas urbanas o rurales. Se estableció que los miem-
bros de las Fuerzas Armadas que integraran esta unidad debían ser acompañados por
fiscales y jueces en la ejecución de sus tareas.
Ley de la Policía Militar del Orden Público (PMOP). Creada con carácter temporal para
apoyar las tareas de seguridad pública. Este cuerpo está integrado por efectivos de
las Fuerzas Armadas y reservistas, y tiene autorización para contar hasta con 5,000
miembros. Sus funciones son: resguardar la paz y el orden público; cooperar en la
2013 recuperación de zonas, barrios, colonias, asentamientos humanos o espacios públi-
cos donde el crimen organizado ejerza sus actividades delictivas; ejercer tareas de
inteligencia e investigación; y capturar a personas vinculadas al crimen organizado.
Igual que la fuerza TIGRES, es acompañada de jueces y fiscales en la ejecución de sus
actividades.
Fuerza de Seguridad Interinstitucional Nacional (FUSINA). Integrada por las Fuerzas
Armadas, la Policía Nacional, la Dirección de Inteligencia, el Ministerio Público y la Cor-
2014
te Suprema de Justicia. Su objetivo es combatir el crimen organizado, el narcotráfico y
la delincuencia común.
Fuerza Nacional de Control de Centros Penitenciarios (FNCCP). Creada para refor-
2018 zar la seguridad en los centros de reclusión de máxima seguridad. Está adscrita a la
Secretaría de Defensa.
Fuerza Nacional Antimaras y Pandillas. Constituida con un mandato amplio de inter-
venir todas aquellas manifestaciones delictivas asociadas a grupos criminales organi-
zados. Integrada por la Policía Nacional, las Fuerzas Armadas y el Ministerio Público.
Fuerza Nacional de Seguridad del Transporte Urbano (FNSTU). Creada para enfren-
tar los homicidios y otros delitos en el sector de transporte público. Integrada por
2019 las Fuerzas Armadas, el Ministerio Público, la Dirección Nacional de Investigación e
Inteligencia (DNII) de la Policía Nacional, el Gabinete Sectorial de Seguridad y Defen-
sa, FUSINA y el Poder Judicial.
Fuente: Equipo del Informe de Desarrollo Humano Honduras
Las Fuerzas Armadas han seguido gravitando de manera indiscutible en el ámbito de la seguridad
ciudadana, desempeñando actividades de policía y de gestión de centros penitenciarios90, y hasta
participando en la designación de fiscales y jueces en casos de crimen organizado y delincuencia
común. La separación de las funciones de seguridad y defensa en 1998, cuando se creó la Policía
Nacional de Honduras en sustitución de la FSP, fue un paso significativo hacia la transformación de
este ente del orden en un cuerpo de naturaleza civil.
Las funciones del ejército en torno a seguridad ciudadana fueron revalidadas mediante la declara-
toria de emergencia nacional en 2011. Ese año, el Congreso Nacional, a través de la interpretación
del artículo constitucional 274, autorizó al presidente de la república a emplear a las Fuerzas Arma-
das en tareas de policía, previo a declarar estado de emergencia nacional en el área de seguridad
(véase recuadro 12). Esa autorización dio pie a la promulgación de una serie de decretos ejecutivos
y legislativos que facultaron al ejército a realizar patrullajes, allanamientos, capturas y otras tareas
de seguridad ciudadana en todo el país (decreto PCM-075-2011), y permitieron la creación de di-
versas unidades para el combate de la criminalidad, de las cuales forman parte el personal militar o
están adscritas al Ministerio de Defensa.
La Constitución de la República de Honduras separa las funciones de seguridad y defensa. Sin em-
bargo, el gobierno y los legisladores se han amparado en dos artículos para aprobar diversas leyes
y actos administrativos cuyo propósito es involucrar a las Fuerzas Armadas en tareas de seguridad
y orden público; estos son:
Artículo 272. Las Fuerzas Armadas de Honduras, (sic) son una Institución Nacional de carácter
permanente (…) Se constituyen para defender la integridad territorial y la soberanía de la República,
mantener la paz, el orden público y el imperio de la Constitución, los principios de libre sufragio y la
alternabilidad en el ejercicio de la Presidencia de la República.
Artículo 274. (…) cooperarán con Las Secretarías de Estado, a petición de la Secretaría de Estado en
el Despacho de Seguridad, para combatir el terrorismo, tráfico de armas y el crimen organizado, así
como en la protección de los poderes del Estado y el Tribunal de Elecciones, a pedimento de éstos,
en su instalación y funcionamiento.
Fuente: Equipo del Informe de Desarrollo Humano Honduras con base en la Constitución de la República
90 La Administración 2022-2026 del país ha indicado que las Fuerzas Armadas entregarán paulatinamente la gestión de centros peniten-
ciarios a la Policía Nacional en seis fases, para finalizar en noviembre de 2022. Esto se enmarca en las políticas públicas de desmili-
tarización de la sociedad y derechos humanos (Redacción Web, “FFAA entrega la administración de las cárceles a la Policía Nacional”,
La Prensa, 10 de marzo de 2022, https://www.laprensa.hn/honduras/ffaa-entrega-la-administracion-de-las-carceles-a-la-policia-nacio-
nal-CH6393400; Nacionales, “FFAA retirará militares de centros penales”, La Tribuna, 13 de febrero de 2022, https://www.latribuna.
hn/2022/02/13/ffaa-retirara-militares-de-centros-penales/).
Una mención especial merece el Consejo Nacional de Defensa y Seguridad (CNDS)94, instancia que
convoca al Poder Ejecutivo, al Legislativo y al Judicial, así como a la Secretaría de Defensa Nacio-
nal y a la de Seguridad, y al Ministerio Público. La instancia cuenta con la Dirección de Nacional de
Investigación e Inteligencia (DNII), la cual ejecuta las políticas públicas emanadas del CNDS y desar-
rolla actividades de investigación e inteligencia en coordinación con los cuerpos de seguridad, in-
cluidas las Fuerzas Armadas. La DNII es una unidad desconcentrada, con independencia funcional,
administrativa y presupuestaria, y es dirigida por un militar de alto rango.
Dada la composición del CNDS y las potestades otorgadas a la DNII, resulta clara la sujeción de la
Secretaría de Seguridad y de la Policía Nacional a las directrices emanadas de un órgano dirigido
por las Fuerzas Armadas. Este sometimiento en el ámbito criminal podría también aducirse en el
caso del Poder Judicial y el Ministerio Público. Si bien a este último se le confirió la potestad de la
investigación de casos criminales de “alto impacto” y ha logrado una mejora significativa en el tema
de investigación criminal con la creación de la Agencia Técnica de Investigación Criminal (ATIC), lo
cierto es que los criterios para definir el impacto de los eventos tienden a ser discrecionales y, en
ocasiones, disputados por unidades policiales y militares95. Finalmente, el CNDS tiene la potestad
de asignar fiscales y jueces que hayan pasado “pruebas de evaluación y confianza” administradas
por la DNII a la investigación de casos considerados “misiones especiales” por parte de la Policía
Militar del Orden Público (PMOP)96, aspectos que resultan claramente inconvenientes, disfunciona-
les y contrarios a la doctrina en el área de derechos humanos y Estado de derecho.
El sistema penitenciario suele constituir el eslabón más débil del sistema de justicia penal, y sobre
el mismo suele repercutir no solo el cúmulo de factores de riesgo detrás de la delincuencia, sino,
de manera muy directa, las limitaciones, los faltantes y los abusos en la ejecución de las políticas de
control y persecución del delito.
De acuerdo con el PNUD97 y con el Informe sobre Desarrollo Humano 2019: Más allá del ingreso,
más allá de los promedios, más allá del presente: Desigualdades del desarrollo humano en el siglo
XXI, de alcance global, se abre la reflexión acerca de las desigualdades estructurales y se analizan
las dinámicas del riesgo, las crisis sanitarias, los desastres naturales o los conflictos que exponen a
grupos o individuos a una mayor vulnerabilidad. Bajo estos patrones, subyace el desafío de fortale-
cer las capacidades de aquellas personas que han sido dejadas atrás. Las instituciones de encierro
son el resultado del tratamiento de esas desigualdades, desde una perspectiva penal. No obedece
tanto a un aumento en la cantidad o la virulencia de los delitos como a una nueva forma de enten-
der el papel que le cabe al Estado en el manejo de los problemas asociados a la marginalidad y la
pobreza.
La pandemia de COVID-19 es la crisis de salud global que define el tiempo actual. A la vez, es mucho
más que una crisis de salud. Al poner a prueba a cada uno de los países que toca, la enfermedad
por este virus tiene el potencial de crear crisis sociales, económicas y políticas devastadoras que
dejarán profundas cicatrices. Y también es una oportunidad para la acción.
La gestión de los centros penales en Honduras se ha caracterizado, entre otras cosas, por presen-
tar altos niveles de sobrepoblación, una significativa cantidad de personas en espera de juicio, un
grave deterioro de las condiciones mínimas de detención y altos niveles de violencia, pese a que,
según lo han reportado algunos organismos de derechos humanos, en los últimos años el Estado
hondureño ha impulsado algunas medidas positivas como el aumento del presupuesto, procesos
para identificar a las personas sujetas a beneficios de descuento de penas, el establecimiento de
sistemas de vigilancia electrónica como medida alternativa a la prisión preventiva y la celebración
de audiencias virtuales98.
Los graves problemas de hacinamiento que han caracterizado a las prisiones hondureñas han sido
confirmados por las mismas fuentes oficiales, que admiten una sobrepoblación, en algunos recin-
tos, de hasta 200 % y 300 % de la capacidad instalada. Esta situación ha contribuido a graves
incidentes con consecuencias fatales (véase diagrama 19), uno de los cuales fue catalogado en su
momento como la mayor tragedia penitenciaria en América Latina en los últimos 25 años99. Debido
a la adopción de diversas medidas, la sobrepoblación ha venido disminuyendo y, para 2020, era de
aproximadamente 50 %.
97 PNUD, Sistema Penitenciario y emergencia COVID-19: Claves para la respuesta y oportunidad para la transformación institucional (Pa-
namá: Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, 2020).
98 Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH). Corrupción.
99 De esta manera fue descrito por medios internacionales el incendio que tuvo lugar en el centro penitenciario de Comayagua en 2012.
Dejó un saldo de 362 personas muertas. En su gran mayoría, eran privados de libertad (véase RTVE.ES / Agencias, “Tragedia en Hon-
duras tras la muerte de al menos 355 personas en un incendio en una cárcel”, RTVE, 15 de febrero de 2012, https://www.rtve.es/noti-
cias/20120215/incendio-carcel-honduras-deja-menos-272-muertos/498224.shtml).
Fuente: Equipo del Informe de Desarrollo Humano Honduras con información de CIDH y medios de comunicación
Asimismo, al ser receptores de los múltiples operativos de detención de miembros de las pandillas
y el crimen organizado que han tenido lugar en los últimos años, los centros penitenciarios se han
convertido en una extensión de la acción de estos grupos criminales y en escenarios de graves
episodios de violencia. Como respuesta a estos eventos, el gobierno adoptó medidas especiales a
partir de 2014, entre las que destacan la ampliación de la capacidad penitenciaria con la construc-
ción de tres nuevos recintos (El Pozo, La Tolva y El Porvenir), así como la creación de unidades es-
peciales como la Fuerza Nacional para el Control de los Centros Penitenciarios (FNCCP) y la Fuerza
de Seguridad Interinstitucional Nacional (FUSINA). Sin embargo, el alto número de asesinatos que
acontecieron en 2019 (véase gráfico 78) cuando en tan solo un fin de semana tuvieron lugar dos ma-
sacres en dos cárceles del país, con un saldo de 37 fallecidos, ha obligado a encender las alarmas.
Otros de los problemas que arrastra el sistema penitenciario de Honduras es el alto porcentaje de
personas en espera de una sentencia condenatoria: 56.3 %102. Esta situación, que contribuye a los
problemas de sobrepoblación y hacinamiento, supuso graves riesgos para el manejo de la pan-
demia de COVID-19, frente a lo cual se decretó el Plan de Descongestionamiento de los Centros
Penitenciarios. A junio de 2020, se habría otorgado 1,263 beneficios de preliberación a personas
privadas de libertad. La condición jurídica de la población encarcelada se puede apreciar en el
gráfico 79.
100 Instituto Nacional Penitenciario, Informe de logros. Instituto nacional Penitenciario. Período – 2021, https://portalunico.iaip.gob.hn/portal/
ver_documento.php?uid=MTMzODE1Njg5MzQ3NjM0ODcxMjQ2MTk4NzIzNDI=
101 OEA, Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), “OACNUDH y CIDH manifiestan su preocupación por la situación de las
personas privadas de libertad en Honduras”, 16 de septiembre de 2020, https://www.oas.org/es/cidh/prensa/comunicados/2020/221.asp
102 Datos aportados por el Instituto Nacional Penitenciario.
70 Homicidios come
Año
60 2010
2011
50 2012
2013
40
2014
Número
2015
30
2016
20
2017
2018
10 2019
0
2010 2011 2012 2013 2014 2015 2016 2017 2018 2019
Fuente: Equipo del Informe de Desarrollo Humano Honduras con datos de la Dirección General de Medicina Forense, Policía Nacional y ONV/
UNAH
Procesados Condenados
44 %
56 %
Fuente: Equipo del Informe de Desarrollo Humano Honduras con datos del Instituto Nacional Penitenciario
Sin embargo, los hechos se impusieron a la normativa, y el personal militar mantuvo una fuerte pre-
sencia en los espacios carcelarios, como lo confirman las convocatorias realizadas por el gobierno
a reservistas de las Fuerzas Armadas para su contratación como personal penitenciario103. Más re-
cientemente, en 2019, la sucesión de eventos violentos que tuvieron lugar en las cárceles del país
llevó al gobierno a declarar situación de emergencia en el Sistema Penitenciario Nacional. Como
resultado, suspendió a varias autoridades penitenciarias y nombró una comisión interventora, enca-
bezada por el alto mando militar y acompañada de la FUSINA.
El ejemplo del sistema penitenciario vino a confirmar el fuerte arraigo que las Fuerzas Armadas
tienen en quienes gobiernan cuando se trata de responder a problemas de seguridad ciudadana
y criminalidad. Ante cada nueva crisis, acontecimientos violentos o quebrantos de orden público,
las autoridades encuentran en el ejército su principal respuesta, sin considerar el impacto que esto
pueda tener en los derechos humanos y sobre la sostenibilidad de largo plazo de las políticas de
seguridad.
Honduras dio un paso importante con respecto a la sostenibilidad financiera de las políticas de
seguridad ciudadana, al aprobar en 2011 la Ley de Seguridad Poblacional104, que partió del reco-
nocimiento de la “desproporcionalidad de recursos entre la criminalidad común y organizada y las
instituciones del sector seguridad y justicia”, y propuso la creación de una contribución especial,
conocida como “tasa de seguridad”105, con el objetivo de financiar a las instituciones del sector.
La viabilidad de la legislación, si se considera que constituyó un nuevo impuesto a transacciones
financieras, residió en que tuvo un destino específico (la seguridad) y que para su administración
se sugirió un fideicomiso administrado por representantes del Estado, del sector empresarial y de
la sociedad civil.
Los ingresos resultantes de la tasa de seguridad permitieron elevar el financiamiento del sector, lo
que favoreció especialmente a la Secretaría de Seguridad y a la PN, según se observa en el gráfico
80. Entre 2012 y 2020, se había asignado un total de L 19,439.30, de los cuales L 10,879.96 fueron
a dar a la Secretaría de Seguridad, lo que representa un 56 % de los fondos.
103 Redacción CRITERIO, “Centros penales de Honduras seguirán bajo custodia de los militares”, criterio.hn, 27 de marzo de 2017, https://
criterio.hn/centros-penales-honduras-seguiran-custodia-los-militares/
104 Decreto 105-2011. La Gaceta 32,562. 8 de julio de 2011.
105 Contribución especial que grava las transacciones financieras en moneda nacional y extranjera, por un periodo de cinco años que fueron
prorrogados por otro lapso igual de tiempo.
3,500
3,000
Millones de lempiras
2,500
2,000
1,500
1,000
500
0
2012 2013 2014 2015 2016 2017 2018 2019 2020
Fuente: Equipo del Informe de Desarrollo Humano Honduras con datos del Comité de Administración y Adquisiciones del Fideicomiso del
Fondo de Protección y Seguridad Poblacional
Pese a lo anterior, al analizar el presupuesto total recibido por las dos principales carteras con re-
sponsabilidades en temas de seguridad, la de Interior y la de Defensa, se observa el fortalecimiento
presupuestario que ha venido teniendo la segunda frente a la primera.
Datos oficiales sobre el gasto público de la Secretaría de Defensa y la Secretaría de Seguridad evi-
dencian que, entre 2000 y 2013, la segunda tenía una asignación presupuestaria superior respecto
a la primera, situación que se modificó sustancialmente a partir de 2014 cuando la Secretaría de
Defensa sobrepasó a la de Seguridad, y amplió, en cada año esta diferencia. Entre 2013 y 2020 la
Secretaría de Defensa vio incrementarse su gasto público en 0.3 puntos porcentuales equivalentes
al PIB del país, mientras que la Secretaría de Seguridad experimentó una reducción de 0.4 puntos
porcentuales. El alza sostenida que se observa en favor de la cartera de Defensa se produce a partir
de 2014 (véase gráfico 81), en coincidencia con las decisiones del Congreso Nacional y del Poder
Ejecutivo, de crear las nuevas unidades militares y policiacas como TIGRE, PMOP, FUSINA y otras
más.
De los datos aportados, se concluye que la Secretaría de Seguridad y la Secretaría de Defensa han
sido las dos instituciones del sistema de seguridad y justicia que han recibido de manera despropor-
cionada los recursos económicos recaudados por la tasa de seguridad, así como los que se originan
en el presupuesto nacional. En el otro extremo, están los gobiernos locales, las instituciones que ha-
cen tareas de prevención y el Ministerio Público. Los porcentajes de distribución de estos recursos
evidencian el indiscutible énfasis en los mecanismos de control y represión del delito de la policía y
las Fuerzas Armadas, por encima de los abordajes preventivos y de fortalecimiento de instituciones
claves para el Estado de derecho, como el Ministerio Público.
202
Secretaría de Seguridad Secretaría de Defensa Nacional
3.5
3.0
2.5
Porcentaje
2.0
1.5
1.0
0.5
0.0
2017
2000
2010
2020
2001
2005
2006
2009
2002
2011
2015
2016
2019
2012
2008
2018
2003
2004
2013
2014
2007
Fuente: Equipo del Informe de Desarrollo Humano Honduras con información de la Secretaría de Finanzas de Honduras (varios años)
El diseño de estrategias que tengan como referente el plano territorial se vuelve especialmente sen-
sible en un país que, como Honduras, presenta grandes disparidades en la distribución de las tasas
de delitos, como ya se ha indicado. En 2018, un total de 10 municipios concentró casi la mitad de la
suma nacional de homicidios, mientras que 41 no registraron homicidios del todo, por lo que no se
puede pretender que en una misma estrategia de seguridad nacional quepan todos los territorios
del país.
En el marco del deterioro de la seguridad que empezó a experimentar Honduras hacia finales del
siglo pasado y de la ausencia de estrategias articuladas en la materia, algunos gobiernos locales
promovieron la conformación de grupos de ciudadanos armados para la realización de tareas de
patrullaje. En coordinación con la Secretaría de Seguridad (1998-2000), se les extendía un carnet
que acreditaba esta función, y se autorizaba a las autoridades policiales y militares el apoyo a estos
colectivos, erigiéndolos en fuerzas parapoliciales y paramilitares. El involucramiento de algunos de
estos grupos en actos ilícitos, especialmente en asaltos en carreteras, llevó a la cancelación del
programa; así se evitó que el esquema escalara y se generalizara en el país.
En los últimos años, el gobierno y la cooperación multilateral y bilateral han trabajo en la elaboración
de propuestas orientadas a una política integral de seguridad ciudadana, incluida la participación de
los gobiernos locales en políticas de prevención, inclusión y cohesión social. También se han desa-
rrollado proyectos de asistencia técnica para fortalecer la gestión local de la seguridad en dos áreas
de acción: (a) programas de prevención— mediante acciones orientadas a reducir los factores de
riesgo, a la recuperación de espacios públicos, a la justicia restaurativa y a la cultura de la conviven-
cia ciudadana—; y (b) programas de gestión de la seguridad, mediante la dotación de instrumentos
y capacidades para el uso de la información y el conocimiento en la toma decisiones, y el diseño de
políticas públicas basadas en evidencia, la creación de espacios para la articulación interinstitucio-
nal y el trabajo en asocio con las comunidades, y a través del estímulo de la participación ciudadana.
Entre estos últimos esfuerzos, destacan los Observatorios Municipales de Convivencia y Seguridad
Ciudadana (OMCSC), instalados en 2014, que continúan vigentes por la Secretaría de Seguridad en
30 de los municipios con mayor incidencia delictiva del país107.
Aunque no se puede confirmar cuál ha sido el peso relativo de los factores que más impacto han
tenido sobre la caída de los homicidios en el país, desde una perspectiva de aproximación integral
al problema, todos los esfuerzos suman, en especial los que se desplieguen para apoyar la gestión
rigurosa de la seguridad. En este sentido, resulta coincidente el funcionamiento de los OMCSC en
aquellas municipalidades que presentan una reducción mayor en las muertes violentas (véase grá-
fico 82).
La acción en el plano local ha planteado a la vez importantes desafíos entre ellos: (a) las dificulta-
des para lograr una adecuada complementación y coordinación con las autoridades nacionales108
y (b) la más fácil cooptación de los servicios de policía y vigilancia municipal por parte de grupos
criminales109. De ahí que se imponga la urgente necesidad de una política nacional que claramente
incorpore a los gobiernos locales como actores claves en el terreno de seguridad, que busque for-
talecer los aspectos positivos de las intervenciones que hasta ahora han desplegado y contener los
riesgos asociados a dichas intervenciones (véase reseña 7).
8 Reducción de muerte
6
Con OMCSC
4 Sin OMCSC
Nacional
2
0
Variación
-2
-4
-6
-8
-10
Con O MCSC Sin OMCSC Nacional
Fuente: Equipo del Informe de Desarrollo Humano Honduras con datos de Infosegura/UNDP/USAID y Mesa de Unidad Técnica de Muertes
Violentas, 2018
También es relevante mencionar que el enfoque del PNUD en materia de seguridad centrada en las
personas integra las dimensiones de prevención, atención y sanción de las expresiones de violen-
cias que afectan a la ciudadanía. Con una apuesta para impulsar las transformaciones instituciona-
les urgentes del sector en cuanto a eficiencia, transparencia y soluciones centradas en las personas,
el PNUD en la región tiene décadas acompañando la reflexión en el ámbito de la seguridad, en el
contexto de informes de desarrollo humano (2013-2018); además, en 2020, se publicó el reporte
Análisis sobre innovación en seguridad ciudadana y derechos humanos en América Latina y el
Caribe110. El propósito de preparar este documento fue generar conocimiento basado en evidencias
desde las experiencias de cinco países y poner a disposición un conjunto de recomendaciones de
programación para los países, así como contribuir a consolidar la oferta regional del PNUD en ma-
teria de seguridad ciudadana. Existen otras experiencias de procesos de elaboración, implementa-
ción y seguimiento de políticas públicas a nivel nacional, por ejemplo, las de gestión de información
y análisis de expresiones de violencias:
• Análisis situacional desarrollado por el PNUD a través del Proyecto Regional InfoSegura113 en
Belice, Honduras, El Salvador, Guatemala, República Dominicana y Costa Rica.
La respuesta del Estado ante la inseguridad ha tenido una fundamentación reactiva, fraccionada
y, ante todo, punitiva, debido a que muchas de las reformas de seguridad han sido diseñadas e
implementadas como resultado de graves situaciones y por la presión pública; asimismo, se ha otor-
gado una indiscutible prioridad presupuestaria a los mecanismos de control y poca importancia a la
prevención del delito y a las intervenciones que pueden contribuir a reducir la elevada impunidad.
Como se ha mostrado en el presente capítulo, la seguridad ciudadana tiene múltiples causas y con-
tinúa siendo un desafío relevante para el país, pese a los limitados avances en aspectos institucio-
nales y a la reducción de la violencia homicida. Por tanto, el tema de prevención se debe de articular
como elemento central para la alcanzar menores niveles de violencia en todas sus formas. Con esto,
se concluye la sección 2 del presente informe: Estado de derecho: Hacia una democracia inclusiva,
con justicia, seguridad y paz, que aborda el Estado de derecho como el fundamento de la trans-
formación. La siguiente sección del informe: Hacia un Estado con capacidades multidimensionales
para la transformación, contiene un último capítulo que plantea diferentes propuestas estratégicas
para alcanzar la reconversión que Honduras requiere.
114 PNUD. Informe sobre Desarrollo Humano para América Central 2009-2010: Abrir espacios a la seguridad ciudadana y el desarrollo
humano (Colombia: D’vinni S.A., 2009).
115 PNUD, Informe Regional de Desarrollo Humano 2013-2014: Seguridad ciudadana con rostro humano (Panamá: PNUD, 2013).
El año 2014 supuso un punto de inflexión en la gestión de la información sobre seguridad ciudadana
y convivencia en Honduras. En ese momento, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarro-
llo (PNUD) comenzó a implementar en el país, gracias al apoyo de la Agencia de los Estados Unidos
de América para el Desarrollo Internacional (USAID), el Proyecto Regional Infosegura. Esta iniciativa
tiene como objetivo fortalecer las capacidades institucionales para la gestión de información sobre
seguridad ciudadana y promover políticas integrales basadas en evidencia y con enfoque de géne-
ro en Centroamérica y República Dominicana.
Desde entonces, Infosegura trabaja de la mano con las instituciones nacionales hondureñas para
ampliar la mirada que se tiene de la gestión de la información, con un enfoque multidimensional
más amplio y complejo alineado con la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible. El proyecto
busca impulsar un análisis de los datos con mayores niveles de desagregación, territorialización y
georreferenciación mediante la creación de nuevas herramientas automatizadas y bases de datos
integradas.
Hasta el año 2014, las instituciones relacionadas con temas de seguridad ciudadana (Policía Nacio-
nal y Ministerio Público, principalmente) ofrecían sus propios datos acerca de unos pocos delitos,
una información que, además, contaba con un escaso nivel de desagregación. El apoyo institucional
desarrollado por Infosegura desde esa fecha contribuyó a cambiar esta dinámica.
El objetivo principal fue constituir un sistema de información homologado para disponer de un dato
único de referencia nacional o municipal. Para ello, se estableció, en primer lugar, un protocolo para
la conciliación de los datos, en el que participaron diversas instituciones relacionadas con temas de
seguridad ciudadana y convivencia, y la academia. A continuación, bajo la supervisión de la Unidad
de Coordinación Técnica Institucional (UTECI) de la Subsecretaría en Asuntos Interinstitucionales
perteneciente a la Secretaría de Seguridad, se establecieron diversas mesas temáticas que analizan
y validan los datos e indicadores correspondientes a criminalidad, muertes violentas, violencia in-
trafamiliar y delitos sexuales, entre otros. La mesa temática de trabajo de muertes violentas incluye
a representantes de las entidades públicas encargadas de la recolección de datos sobre seguridad
ciudadana (Policía Nacional, Fiscalía, Medicina Legal, Registro Nacional de Personas), así como de
la sociedad civil, a través del Observatorio Nacional de la Violencia del Instituto Universitario en
Democracia, Paz y Seguridad.
Desde que comenzó el proceso de fortalecimiento institucional se han ampliado y mejorado las es-
tadísticas oficiales, al pasar de los 3 indicadores sobre los que se ofrecía información hasta 2014, a
los 11 tipos de incidentes violentos a nivel nacional y local que se recopilan y analizan actualmente.
Asimismo, se formalizaron protocolos para el intercambio de información interinstitucional. Además,
El reto ahora es trabajar para promover este cambio cultural institucional para que todas las institu-
ciones que trabajan en seguridad ciudadana y los tomadores de decisiones a nivel nacional y local
usen esta información para la toma de decisiones.
Gracias al trabajo desarrollado en los últimos siete años, la Secretaría de Seguridad, a través de la
Subsecretaría en Asuntos Interinstitucionales, ha mejorado la calidad y la compilación de los datos.
A nivel nacional, cuenta con una estrategia de gestión de información que permite a los alcaldes
contar con espacios de articulación interinstitucional para el seguimiento de los delitos, la definición
de acciones y la evaluación de los resultados obtenidos.
Para lograrlo, se trabajó en el diseño de un índice de priorización municipal que analiza el estado de
la violencia del país en cuatro dimensiones:
• Amenazas contra la integridad (violencia doméstica y lesiones con arma de fuego, contundente
y blanca).
El índice de priorización municipal es hoy la herramienta que permite establecer cuáles son los
municipios donde se registran los niveles más altos de delincuencia y violencia en el país, desde
un enfoque multidimensional. A partir de esta priorización, se crearon 30 nuevos Observatorios
Municipales de Convivencia y Seguridad Ciudadana (OMCSC) que, para 2021, sumaban en total 60.
La información es validada por la Policía Nacional, el Ministerio Público, el Registro Nacional de Per-
sonas y el Observatorio Nacional de la Violencia (de IUDPAS). Al momento de contar con los datos
de todos los observatorios, se procede a validarlos en la mesa temática correspondiente.
Apostando a la transparencia
Para lograr garantizar la sostenibilidad del sistema automatizado, es necesario, no obstante, el inter-
cambio permanente de información entre las instituciones que forman el Sistema Integrado.
Asimismo, las investigaciones aplicadas sobre el tema de juventudes y género se han utilizado
como insumo para la política pública, por ejemplo, un estudio sobre juventud y resiliencia en Cen-
troamérica, que sirvió de línea base para el plan quinquenal único de la juventud en Honduras.
A nivel local, los análisis desarrollados en los municipios priorizados sirven de línea base para la
elaboración participativa de los Planes Municipales de Convivencia y Seguridad Ciudadana. Esta
información es también utilizada por la Unidad de Gestión y Apoyo de Gobiernos Locales (UGAGLO)
de la Subsecretaría de Seguridad para apoyar las iniciativas municipales de prevención de delitos.
Con esta información, los actores locales y el gobierno municipal pueden identificar los problemas
prioritarios de seguridad pública local y dar respuesta a ellos mediante estrategias para la disuasión
y el control del crimen y la prevención del crimen social y situacional. En la actualidad, se cuenta con
14 planes locales certificados.
A futuro, uno de los principales desafíos que tiene el país es contar con diferentes fuentes de infor-
mación que permitan complementar el panorama, los hechos de violencias y los factores asociados,
tanto de riesgo como de protección, y que estos se pongan a disposición de las políticas públicas.
Un segundo desafío importante pasa por involucrar más la ciudadanía y la academia, lograr una
verdadera gestión participativa que permita un enfoque integral de las políticas de seguridad ciu-
dadana.
Continuar avanzando en la calidad, en contar con datos alineados con la clasificación internacional
del delito o los estándares internacionales, y con información con mucho más nivel de desagrega-
ción, es otro de los desafíos a los que se enfrentan las políticas públicas de seguridad ciudadana
en el país. Un elemento importante para obtener información sobre la magnitud del problema de la
violencia, la percepción de inseguridad y la confianza institucional es el desarrollo de información
cualitativa (como encuestas, entrevistas y grupos focales de manera sistemática). Esto permitiría
capturar la cifra oculta y también complementar información para el análisis de tendencias.
Por último, se requiere mayor desagregación de información de género desde un enfoque inter-
seccional, en el cual se consideran varios marcadores de diferencia, tales como: sexo, diversidad
sexual, etnia o raza, nivel socioeconómico, edad y discapacidad.
1 Al respecto véase, Proyecto Infosegura, Unidad Técnica de Coordinación Interinstitucional (UTECI), Subsecretaría de Seguridad, “Del Dato a la
Acción 1; Del Dato a la Acción 2” s. f. y UTECI, Secretaría de Seguridad, Centro de Estudios y Análisis de Convivencia y Seguridad Ciudadana,
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La sección tercera incluye únicamente el capítulo 5: “Desafíos y ejes estratégicos para la transfor-
mación del Estado”, que se divide en seis apartados. El apartado 5.1 presenta la vinculación de la
multicrisis con la necesidad de impulsar los procesos de concertación orientados a un contrato so-
cial, a fin de resolver los problemas estructurales de Honduras, temática presentada tanto en la sec-
ción primera, con la caracterización del desarrollo humano en el país, como en la sección segunda,
que analiza el funcionamiento del Estado de derecho. En el apartado 5.2, se plantean los desafíos
estratégicos del país, con una visión articulada y multidimensional de sus problemas. El apartado 5.3
propone un Estado con capacidades multidimensionales como fundamento central para alcanzar el
desarrollo sostenible y la transformación, sin lo cual es inviable implementar y lograr las soluciones
principales. El apartado 5.4 desarrolla los ejes estratégicos nacionales, a partir del análisis realizado,
que incluye ocho líneas estratégicas y 50 políticas públicas centradas en el Estado de derecho, y
su vinculación con las políticas económicas, sociales y ambientales. El apartado 5.5 presenta las
condiciones y criterios para la implementación de esas políticas públicas. Finalmente, el apartado
5.6 propone el camino a seguir para que la Honduras imaginada sea posible.
SECCIÓN TERCERA: DESAFÍOS Y EJES ESTRATÉGICOS PARA LA TRANSFORMACIÓN DEL ESTADO 401
“Tenemos fragilidad de nuestro Estado de derecho en estos tiempos.
Ahora, ¿qué hacer con esto? Debemos reforzar las normas de protec-
ción de la prensa y de los comunicadores; fortalecer las modalidades
de gobierno abierto, de manera que podamos fortalecer también los
mecanismos de fiscalización, rendición de cuentas y transparencia;
debemos diseñar mecanismos que fortalezcan la democracia deliberati-
va y fortalecer los espacios públicos, la cultura política y la participación
ciudadana en general”.
Edgar Morin1
Erns Bloch2
2. A partir de un Estado de derecho pleno y funcionando, los abordajes de los problemas estructurales
del país pueden ser priorizados y enfocados con mayor propiedad y eficiencia. Para responder tanto
a los problemas estructurales como a los coyunturales, se requiere abordar el Estado de derecho y
su funcionamiento. Sin un Estado eficiente y sin una agenda de país concertada, no hay manera de
reducir la pobreza y la desigualdad, y crecer económicamente.
3. Es urgente un Estado transformado que responda a los desafíos de la multicrisis contenidos en los
rezagos estructurales del país en las dimensiones económicas, sociales y políticas. El Estado que se
visualiza para Honduras, sobre la base del reconocimiento tanto de sus rezagos como de sus poten-
cialidades, es aquel que incorpora una mirada de futuro y una capacidad de desarrollar cursos de ac-
ción para concertar, diseñar e implementar políticas públicas que trasformen a la sociedad hondureña.
4. La agenda a favor de la población vulnerable y más pobre es esencial para el desarrollo humano y
la gobernabilidad. Este grupo incluye a mujeres, jóvenes, pueblos indígenas y afrodescendientes,
migrantes, personas con discapacidad y la comunidad LGBTI. Se busca una sociedad que abrace la
inclusión como un todo, basada en el respeto de que todas las personas tienen los mismos derechos
como un principio que la población demanda y que es el fundamento de la paz porque sin justicia no
habrá paz. Y sin paz, no habrá futuro de prosperidad compartida.
5. Se requiere de una visión integral del desarrollo humano con un enfoque multidimensional que se
articule en un Estado con capacidades multidimensionales para responder a las crisis múltiples. En
esta línea de pensamiento, existen tres elementos relacionados. Primero, fortalecer la independencia
de los tres poderes del estado. Segundo, ampliar, profundizar y repensar la protección social inclusiva
como una aspiración y un derecho humano fundamental consistente con la justicia, la convivencia y la
dignidad humana. Y tercero, el diseño de la política económica, especialmente la fiscal, la cual debe
responder, adecuarse y reorientarse para financiar y cerrar la brecha de déficit social estructural que
afecta a la población históricamente excluida.
6. El Estado de derecho, tal y como se concibe en este informe, considera tres pilares: democracia,
justicia y seguridad, que constituyen el fundamento para el desarrollo sostenible y la transformación.
7. El sistema político-electoral tiene que ser consolidado y perfeccionado, y su clase política debe cam-
biar y adaptarse a los cambios. El Estado necesita ser repensado. No es una actualización ni una mod-
ernización superficial de forma o tecnológica. Es volver a formular las preguntas claves. ¿Para qué un
Estado? ¿Para qué una democracia? ¿Qué rol debe de tener el ciudadano en este contexto? ¿Cómo
avanzar hacia el futuro con confianza y armonía?
8. Se requiere de un Estado centrado en la gente, inclusivo, con una visión multidimensional, integral,
prospectivo, eficiente y trasparente. Ese Estado debe de enmarcarse en la planificación del desarrollo,
con enfoque de futuro y centrado en la meritocracia. Asimismo, se necesita de la ética en el centro
10. Las políticas económicas verdes para el desarrollo humano se deben articular con las políticas fis-
cales que permitan un gasto sostenible, incluyente y amigable al crecimiento económico. De igual
manera, se precisa de la transformación de los regímenes fiscales para garantizar recaudaciones que
fortalezcan la capacidad del Estado de proveer servicios públicos de calidad oportunas; mantener un
gasto sostenible, justo e inclusivo; y garantizar la universalidad de la protección social.
11. Hace falta la transformación de la capacidad multidimensional del Estado mediante la innovación,
de modo que las reglas y estructuras se adecúen a las expectativas ciudadanas para garantizar la
prestación de servicios públicos eficientes y efectivos. De igual manera, se tiene que realizar una
búsqueda permanente de innovación para mejores resultados y productividad. En esencia, se trata
de repensar para crear una sociedad del aprendizaje.
12. La confianza y la legitimidad en los actores políticos, económicos y sociales debe reconstruirse. Para
ello, se necesita repensar el Estado y la participación ciudadana, pero también crear puentes hacia
políticas consensuadas. Solo así la reconciliación faltante será posible. Se deben generar dinámicas
de legitimidad por la vía de procesos de decisión abiertos, acuerdos renovados y resultados efecti-
vos. La ciudadanía es parte activa en el establecimiento de acuerdos en torno a la construcción de
sociedades inclusivas y prósperas que beneficien a la mayoría.
14. Finalmente, la característica de una multicrisis de país y las debilidades del Estado de derecho hacen
necesario articular un conjunto de propuestas que se centran en ocho ejes estratégicos: (a) reformas
al sector de justicia con inclusión, (b) reformas político-electorales, (c) reformas a la seguridad ciudad-
ana, (d) descentralización con planificación del desarrollo y enfoque prospectivo, (e) políticas sociales
inclusivas que consideran la protección social, (f) políticas económicas verdes de desarrollo humano
orientadas a la concertación fiscal, (g) políticas de equidad de género e (i) políticas de transformación
digital. Todas estas propuestas estratégicas deben contar con un enfoque multidimensional, prospec-
tivo e inclusivo.
15. La Honduras que imaginamos es posible, pues es la oportunidad de construcción colectiva y compro-
miso por una Honduras transformada. El tiempo que se vive es desafiante, pero abre nuevas posibili-
dades y convoca a guiarse por la esperanza y por pequeñas luces en un panorama de incertidumbre,
para iluminar y soñar que es posible construir una nación transformada: la juventud es parte de los
cambios que vienen.
SECCIÓN TERCERA: DESAFÍOS Y EJES ESTRATÉGICOS PARA LA TRANSFORMACIÓN DEL ESTADO 405
5.1. La multicrisis y la necesidad de concertación para un contrato social
La multicrisis4 que vive Honduras, profundizada por el COVID-19, y las tormentas Eta e Iota refuerzan
la necesidad impostergable de avanzar en un Estado de derecho pleno que, por un lado, responda
a los desafíos que enfrenta el país y permita superarlos; por otro, que siente las bases de un proceso
profundo de transformación nacional, para lo cual se requiere de procesos de concertación y del
compromiso de todos los sectores.
La vía del diálogo y la negociación ciudadanas no es fácil: requiere de visión, persistencia, flexibilidad
y, sobre todo, de conciencia cívica para subordinar intereses particulares a los nacionales.
De hecho, “la concertación y sus procesos están directamente ligados a la dinámica histórica que
ha conducido a definir y buscar la aplicación de una gobernabilidad democrática que se base en
el logro de acuerdos y consensos para la delegación de funciones en la gestión de los recursos
públicos y privados. Y más importante aún, los procesos de concertación vistos como tales pueden
volverse los instrumentos más idóneos para construir políticas públicas con equidad”5.
En el recuadro 13, Rolando Sierra Fonseca plantea algunas condiciones básicas que se debe poten-
ciar para lograr una concertación de cara al desarrollo humano.
Desde esta visión es que, a lo largo del proceso de elaboración del Informe de Desarrollo Humano,
se impulsaron espacios en los que convergieron representantes de las juventudes, el empresaria-
do, la academia, la sociedad civil, iglesias, grupos étnicos, así como hondureños y hondureñas en
el extranjero, con la finalidad de identificar los principales desafíos que atraviesa el país, elaborar
colectivamente propuestas estratégicas para su abordaje e iniciar la construcción de esa Honduras
imaginada.
4 El concepto de multicrisis se presentó en la sección primera, capítulo 1, tanto en su definición como en el alcance, mediante la presenta-
ción de diagramas y recuadros. También, como complemento a este informe, se incluye en el documento denominado Marco conceptual
y metodológico del Informe de Desarrollo Humano 2022. Cabe resaltar que la comprensión de la multicrisis es esencial para su defini-
ción y resolución en línea con el pensamiento del filósofo y pensador francés Edgar Morin, La mente bien ordenada (Barcelona: Editorial
Seix Barral, 2000).
5 Ariel Montes de Oca y Fabricio Herrera, Del diálogo a la concertación en Honduras: una mirada crítica desde las experiencias de cuatro
instancias nacionales: FONAC, CONASIN, CNA y CC-ERP (Tegucigalpa: CIPRODEH, 2005), 18.
La concertación por el desarrollo humano como modo de proceder implica potenciar una serie de condi-
ciones que solo pueden provenir del consenso nacional y libre. Por lo tanto, no parten de ninguna propues-
ta totalizante ni partidaria, sino que surgen del diálogo.
La actitud dialógica es el abordaje ético básico para el caminar de la concertación por el desarrollo humano.
Esta postura no puede formarse en la tolerancia (que etimológicamente significa soportar el mal para evi-
tarse males mayores) ni en la condescendencia (que es descender a un nivel ético inferior) ni tampoco en la
transigencia (que es ceder del propio derecho para facilitar la convivencia), sino que ha de fundamentarse
en el respeto a los distintos actores sociales y políticos que participan en el proceso. Entonces, se trata de
un doble respeto: por lo que los actores son y representan (mujeres, hombres, organizaciones, etc.), y por el
posible valor de su propuesta respecto de la agenda por la concertación para el desarrollo humano del país.
En cualquier democracia estable con suficiente poder para llevar adelante sus asuntos, tiende a desarrol-
larse un conjunto de opiniones y principios que han de ser ampliamente compartidos. Esta concertación por
el desarrollo humano en Honduras no puede lograrse por medio de la fuerza o de disipaciones legales ni
se puede obligar a los actores a aprobarlo. Pero los hábitos, los sentimientos y experiencias comunes, y las
condiciones sociales adecuadas contribuyen a producirlo. Y si no existe aceptación general de las reglas
del juego, está el peligro.
Se requiere de una concertación operante que sirva para determinar los problemas por resolver y el alca-
nce efectivo del diálogo político, en cualquier momento.
En sí, la concertación debiera ser el resultado de la expresión acumulativa de las dinámicas y formas partic-
ipativas de diálogo, debate, consulta y seguimiento. También, debiera derivar en acuerdos vinculantes para
las personas e instituciones estatales o civiles involucradas, y en acciones1.
Pero un proceso de concertación no se da de forma inmediata ni produce los resultados esperados sin un
debido seguimiento. Así, un aspecto a considerar en todo proceso de concertación es cómo generar las
condiciones y los mecanismos para la sostenibilidad del debate político y la construcción de políticas públi-
cas. Esto implica considerarla desde el punto de la temporalidad y la institucionalización2. Es decir, por un
lado, se tiene el proceso mismo de construcción de la concertación; por otro, la instancia de gestión con la
cual mayormente se le identifica.
No existe un modelo único de diálogo social que pueda aplicarse de modo uniforme en diversos países ni
exportarse de uno a otro. Lo más importante es que las instituciones y prácticas de diálogo social puedan
adaptarse a la situación nacional para que la representación en el proceso y sus resultados sean efectivos.
Tal como lo plantea Calderón3, una lógica de pactos deliberativos y reflexivos puede ayudar a imaginar
colectivamente un porvenir mejor. Construir imaginarios del futuro es también pensar desarrollos posibles
acerca de lo que como sociedad se es y cómo podría llegar a ser. Pero todo esto presupone contar con un
nivel adecuado de capital social, y este es, en realidad, uno de los grandes desafíos que enfrenta el país.
1 Ariel Montes de Oca y Fabricio Herrera, Del diálogo a la concertación en Honduras: una mirada crítica desde las experiencias de cuatro instancias
nacionales: FONAC, CONASIN, CNA y CC-ERP (Tegucigalpa: CIPRODEH, 2005), 20.
3 Fernando Calderón, “La nueva cuestión social bajo la mirada del desarrollo humano”, Nueva Sociedad 166 (Marzo-abril 2000), 90.
Fuente: Rolando Sierra Fonseca, “Análisis de la concertación social y política en Honduras: una agenda para el desarrollo humano sostenible”, Colección
de desarrollo humano para la transformación (Tegucigalpa: Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, 2022).
SECCIÓN TERCERA: DESAFÍOS Y EJES ESTRATÉGICOS PARA LA TRANSFORMACIÓN DEL ESTADO 407
Desde esta visión es que, a lo largo del proceso de elaboración del Informe de Desarrollo Humano,
se impulsaron espacios en los que convergieron representantes de las juventudes, el empresariado,
la academia, la sociedad civil, iglesias, grupos étnicos, así como hondureños y hondureñas en el ex-
tranjero, con la finalidad de identificar los principales desafíos que atraviesa el país, elaborar colectiva-
mente propuestas estratégicas para su abordaje e iniciar la construcción de esa Honduras imaginada.
Para superar las disfuncionalidades estructurales que anclan el despliegue de las potencialidades
del país, es indispensable ocuparse de los desafíos estratégicos. Para el caso hondureño, se pueden
mencionar al menos ocho desafíos indicativos de la disputa por el sentido y la dirección del futuro
(véase diagrama 20).
Diagrama 20 Una visión integradora: Estado de derecho y políticas económicas, sociales y am-
bientales.
UNA VISIÓN
INTEGRADORA:
ESTADO DE DERECHO Y EJES POLÍTICOS,
ECONÓMICOS, SOCIALES Y AMBIENTALES
POBREZA
VIOLENCIA
De género
Política, social
y económica
Fuente: Equipo Informe de Desarrollo Humano Honduras con base en PNUD, Informe Regional de Desarrollo Humano 2021. Atrapados: Alta des-
igualdad y bajo crecimiento en América Latina y el Caribe (Nueva York: Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, 2021)
6 Este apartado se fundamenta en las reflexiones y los análisis de los diversos espacios organizados en el Informe de Desarrollo Humano,
Honduras 2022, pero especialmente en los contenidos en el documento Propuestas para el desarrollo humano desde la diáspora (Hon-
duras: PNUD, 2021), generado por el grupo de la diáspora hondureña, liderado por Álvaro Cálix y Pedro Morazán, que se presentó al PNUD
como un aporte a este informe. Se han agregado dos desafíos y se han reformulado los alcances de algunos de ellos. Coincide con ele-
mentos planteados en las diversas reuniones y los varios talleres de trabajo sobre las propuestas estratégicas con los actores del Consejo
Consultivo, del grupo técnico de la diáspora, de los espacios regionales de desarrollo humano, así como del grupo y la red de jóvenes.
Asimismo, es consistente con la visión del capítulo 1 que presenta un escenario internacional complejo y volátil y los desafíos que la exter-
nalidad plantea (véase diagrama 3).
2. Generar capacidades estatales para diseñar y ejecutar políticas de Estado para la transforma-
ción. Aparte de cautelar la legalidad y la legitimidad, los Estados deben desarrollar capacidades
para la gestión pública. El Estado hondureño tendría que promover un sistema meritocrático de
servicio civil debidamente vinculado a mecanismos de rendición de cuentas, que redunde en
la eficiencia del ciclo de políticas. Al mismo tiempo, se debe redefinir el papel de la planeación
pública, con el objeto de darle mayor sentido, previsión y continuidad a los grandes objetivos
de transformación. No se trata de recrear una planificación rígida que ignore la complejidad del
entorno, sino una flexible y multidimensional, apoyada en estudios prospectivos vinculantes con
la gestión. La combinación de prospectiva, planeación estratégica y meritocracia es condición
necesaria para emprender trayectorias que superen los viejos y nuevos desafíos de la Hondu-
ras del siglo XXI. Por otra parte, la construcción de capacidades multidimensionales estatales
incluye la adaptación a los requerimientos de un Estado abierto en red, en permanente vínculo
con los sectores sociales.
7 Véase Oficina Regional del PNUD para América Latina y el Caribe y Laboratorios de Aceleración del PNUD, Aprender de la innovación
en América Latina y el Caribe: Participación ciudadana (PNUD, 2022). El énfasis que se maneja y las propuestas estratégicas son el rol
y la participación ciudadana, especialmente de las mujeres, los jóvenes y los sectores sociales y económicos principales. En el apartado
5.6, se hace referencia al rol importante de esta participación ciudadana y cómo el PNUD Honduras “ha trabajado para involucrar a los
jóvenes en el contexto del Informe sobre Desarrollo Humano. La oficina en el país involucró a los jóvenes en varias etapas de la creación
del informe y dirigió varias iniciativas relacionadas con el informe, como la recopilación de datos sobre las percepciones de los jóvenes,
la promoción de la participación de los jóvenes en un consejo nacional de desarrollo, la inversión en la capacitación de los jóvenes y la
facilitación de la participación de los jóvenes en la co-creación de políticas públicas” (Oficina Regional del PNUD para América Latina y
el Caribe y Laboratorios de Aceleración del PNUD, Aprender, 3).
SECCIÓN TERCERA: DESAFÍOS Y EJES ESTRATÉGICOS PARA LA TRANSFORMACIÓN DEL ESTADO 409
resulta vincular el financiamiento con una política de compras públicas, a fin de garantizar la
demanda inicial de cadenas de producción que destaquen por su innovación o capacidad para
crear trabajo decente.
La política productiva coordinaría diversos ejes y áreas de política para recrear un ecosistema
que, sin perder de vista la inserción óptima en la economía mundial, también priorice la produc-
ción nacional para los mercados internos, a fin de generar más empleo y soberanía productiva
en rubros críticos, y potenciar la curva de aprendizaje de empresas nacionales antes de saltar
a los mercados externos. A su vez, es esencial un sistema inteligente de incentivos y condicio-
namiento a la inversión extranjera directa, para que esta contribuya al desarrollo equilibrado e
integrado de las fuerzas productivas.
Por último, se imponen dos retos ineludibles. Primero, enfrentar con firmeza los monopolios
y oligopolios que limitan un desarrollo más equitativo del emprendimiento y la generación de
riqueza. Segundo, una estrategia oportuna para articular la oferta educativa con las necesida-
des de una transformación productiva y laboral. En ello, es necesario introducir el enfoque de
transformación digital con un enfoque multidimensional integral.
4. Propiciar una política fiscal para financiar el desarrollo humano en forma sostenible, que sea
inclusiva y eficiente. Una condición básica para la transformación de Honduras es contar con
una política fiscal progresiva y contracíclica que asegure ingresos suficientes para financiar
capacidades humanas e institucionales, así como infraestructuras sociales y económicas ami-
gables con el medio ambiente. Una política fiscal inteligente pondera con rigor la magnitud
de la presión tributaria que conviene para cumplir objetivos redistributivos sin deprimir el em-
prendimiento privado y, por esta razón, se adapta con sensatez según el momento expansivo
o contractivo del ciclo económico. Por el lado de los egresos, la política fiscal se compromete
con la eficiencia y equidad en la asignación y la ejecución de los recursos públicos. Esto supo-
ne, entre otras tareas, procurar equilibrios dinámicos en la relación complementaria que debe
existir entre la universalización y la focalización inteligente de los bienes públicos.Por último, la
política fiscal debería ser vista como una herramienta valiosa dentro del sistema de incentivos y
desincentivos para desarrollar rubros productivos deseables y, al mismo tiempo, para restringir
el crecimiento de otros que causan impactos sociales o ecológicos nefastos.
5. Ampliar las capacidades para diseñar e implementar políticas sociales inclusivas centradas en
el desarrollo humano y los derechos humanos. Los niveles elevados de pobreza y desigualdad
que ha mantenido el país requieren enfoques integrales de respuestas en las políticas públicas
en el área social que aborden este desafío central en la sociedad hondureña. Se combinan una
pobreza extrema con niveles de desigualdad muy elevados para el contexto latinoamericano.
La profundización de estas brechas sociales y sus rezagos se ha incrementado por los efectos
del COVID-19 y el impacto de los huracanes Eta e Iota. En ese contexto, la definición de políticas
sociales integrales en materia social es esencial, así como una agenda de desarrollo más que
una agenda sectorial de lo social. La transformación inclusiva, próspera y sostenible del país
debe considerar la importancia de la acción estatal para reducir la pronunciada inequidad entre
sectores sociales y entre territorios o regiones. Honduras mantiene una deuda social que debe
ser enfrentada desde las políticas públicas. La política social no ha sido concebida de forma
integral ni ha contado con suficientes recursos financieros y capacidades institucionales para
6. Formular e integrar las políticas de protección ambiental a la economía, con un enfoque multidi-
mensional. La elevación de los riesgos globales, por la pronunciada destrucción de las especies
y de la capacidad regenerativa de los ecosistemas, obliga a priorizar las políticas de protección.
Además de la destrucción de la biodiversidad, la contaminación de aguas y la degradación de
suelos aquejan al país. Honduras es uno de los países más vulnerables a los efectos del cambio
climático. Por esta razón, las formas de ocupación del territorio y las actividades económicas
resultantes tienen que ser ajustadas a los requerimientos de adaptación y mitigación. El desafío
exige un verdadero reordenamiento territorial que pondere las complejas interacciones eco-
sistémicas. También debe asegurarse la consulta previa, libre e informada de las comunidades
afectadas por los proyectos económicos; esto ayudaría a revertir la destrucción de los medios
de vida de sus habitantes.
El desarrollo inclusivo y sostenible es incompatible con enfoques que consideran a los bienes
naturales únicamente en la dimensión económica. De esta manera, el desafío que se plantea en
el numeral 3 respecto a reorientar y repensar el modelo económico hacia un enfoque basado
en ventajas competitivas se articula con las políticas de protección ambiental a la economía. La
autoridad ambiental tendría que velar por que las evaluaciones de impacto de los proyectos
cuenten con la suficiente rigurosidad para proteger el entorno natural y las formas de vida de la
población. Es crucial alcanzar acuerdos sobre el tipo de actividades más convenientes para la
transformación del país. Esto pasa reorientar la industria extractivista. Se necesita mayor inno-
vación y agregación de valor para dejar de depender de las ventajas estáticas. De igual manera,
es prioritaria la transición hacia una matriz energética y eléctrica limpia, junto con sistemas ade-
cuados de tratamientos de los residuos líquidos y sólidos8.
8 Véase Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), Informe sobre Desarrollo Humano 2020. La próxima frontera: El
desarrollo humano y el Antropoceno (Nueva York: Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, 2020). En este informe, se
aborda la relación sinérgica entre el tema ecológico, el planeta y el desarrollo. Asimismo, ver las referencias al enfoque institucionalista
de la economía y los abordajes de las industrias extractivas en el documento Reseñas, visiones, experiencias y propuestas técnicas y
académicas sobre el desarrollo humano, el cual forma parte de los productos del conocimiento que se articulan con este Informe de
Desarrollo Humano, Honduras 2022.
SECCIÓN TERCERA: DESAFÍOS Y EJES ESTRATÉGICOS PARA LA TRANSFORMACIÓN DEL ESTADO 411
desarrollo sostenible en el país. Tal aceptación exige un giro en la manera de abordar las cues-
tiones de género en las políticas públicas, que adopte un enfoque integral y multidimensional
del desarrollo humano, y un compromiso de toda la sociedad para acelerar el ODS 5 y cum-
plimiento de la Agenda 20309.
8. Integración supranacional autónoma y multidimensional. Hay países pequeños que han afina-
do la inteligencia estratégica y diplomática10. En concreto, han planteado una diplomacia para
el desarrollo11. En sus vínculos multilaterales, lo que incluye reorientar apostar por formas de
integración subregional más equilibradas e integrales. Honduras se vería favorecida por una
integración centroamericana y latinoamericana más fluida, más pragmática, orientada a abordar
los riesgos y oportunidades comunes. La integración con el mundo debe exceder lo meramente
comercial e incluir otras aristas, en condiciones en las que se consideren las asimetrías entre
países y entre las empresas transnacionales y el resto.
9 Un análisis más detallado sobre los retos más importantes para el avance real y sustantivo en materia de derechos humanos, el empode-
ramiento de todas las mujeres y las niñas, así como las principales orientaciones y recomendaciones de políticas para alcanzar la igual-
dad de género, pueden consultarse en el análisis de desigualdad, género e institucionalidad en Honduras, elaborado por la especialista
en género Carolina Ávalos como un insumo para el IDH-Honduras, el cual forma parte de la Colección de desarrollo humano para la
transformación (Honduras: PNUD, 2022).
10 Véase Sergio Membreño Cedillo, Enfrentando el futuro: fundamentos para una inteligencia estratégica del desarrollo. Prospectiva y con-
certación. Caso de Honduras. (Tegucigalpa: Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, 2001) y Sergio A. Membreño Cedillo,
Visión estratégica y modelos nacionales de desarrollo: Hacia la Honduras del siglo XXI (Honduras, Instituto Centroamericano de Estudios
Contemporáneos [INESCO], 1992), en el cual se plantea el concepto de una diplomacia del desarrollo como un elemento fundamental
para pequeñas naciones como Honduras.
11 La diplomacia del desarrollo como un concepto dinámico para países como Honduras significa minimizar los riesgos y maximizar las
potencialidades en función de los recursos y las relaciones de cooperación, considerando el escenario internacional y el nacional, el
cual, obviamente, ha cambiado radicalmente después del 2020. Véase Mario Membreño Cedillo, Hacia una diplomacia del desarrollo
como fundamento de visión estratégica (Tegucigalpa, 2000), también complementado con los enfoques de Álvaro Cálix y Sergio Mem-
breño Cedillo en relación con la prospectiva como un instrumento conectado a una diplomacia del desarrollo. Asimismo, los aportes de
la planificación y prospectiva de Álvaro Cálix contenidos en el ensayo preparado para la Colección de desarrollo humano del 2022 de
Honduras y los ensayos de Sergio Membreño Cedillo publicados por PNUD. Asimismo, Membreño Cedillo, Enfrentando el futuro: funda-
mentos para una inteligencia estratégica del desarrollo. Prospectiva y concertación. Caso de Honduras. (Tegucigalpa: Programa de las
Naciones Unidas para el Desarrollo, 2001).
12 Véase PNUD, Progreso multidimensional: bienestar más allá del ingreso. Informe Regional sobre Desarrollo Humano para América Latina
y el Caribe (Nueva York: Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, 2016).
A partir de esta discusión, también se aporta, como un elemento adicional de reflexión colectiva en
América Latina, el insumo elaborado y construido por el PNUD. El documento se denomina “Gober-
nanza efectiva: más allá de la recuperación”, y plantea ocho principios y cinco proposiciones.
Con estos elementos, se espera aportar a una mayor comprensión sobre la visión de implementación
de las propuestas estratégicas que se presentan en el apartado siguiente, para lo que se requiere
la precisión conceptual metodológica y práctica de las capacidades multidimensionales del Estado
más allá del COVID-19.
En 2021, el PNUD realizó una consulta a académicos y políticos reconocidos de América Latina
y el Caribe, definiendo ocho principios13 que se enumeran a continuación y que tienen su marco
de referencia en el Estado como elemento articulador y fundamento de las políticas de transfor-
mación14, que sea eficiente y cuente con políticas económicas, sociales y ambientales guiadas por
la inclusión, la resiliencia, la transparencia y la eficiencia. Este conjunto de políticas permite una
primera aproximación al marco de gestión estratégica de un Estado transformado que hace viable
y potencia el desarrollo humano y la gobernabilidad, orientándose a un Estado con capacidades
multidimensionales. Y ese es el desafío central que Honduras necesita abordar.
1. Políticas fiscales que permitan un gasto sostenible, incluyente y amigable al crecimiento eco-
nómico. Los regímenes fiscales se transforman para garantizar recaudos que fortalezcan la ca-
pacidad del Estado de proveer servicios públicos de calidad, lo que permite un gasto sosteni-
ble, justo e inclusivo, y la universalidad de la protección social que sea amigable al crecimiento
económico, como se plantea en el recuadro 14.
2. Transformación de las capacidades de los Estados con innovación. Los objetivos, reglas y es-
tructuras se adecúan a las expectativas ciudadanas para garantizar la prestación de servicios
públicos eficientes y efectivos. Se da una búsqueda permanente de innovación para mejores
resultados.
13 PNUD, América Latina y el Caribe: Gobernanza Efectiva, más allá de la recuperación (Nueva York: Programa de las Naciones Unidas
para el Desarrollo, 2021), https://www.latinamerica.undp.org/content/rblac/es/home/library/democratic_governance/america-latina-y-el-
caribe--gobernanza-efectiva--mas-alla-de-la-.html
14 Programa de las Naciones Unidas para el desarrollo PNUD e Instituto para la Democracia y Asistencia Electoral (IDEA), Gobernanza,
democracia y desarrollo en América Latina y el Caribe (Nueva York: PNUD-IDEA, mayo 2022). Especialmente véase el desempeño eco-
nómico como motor de descontento social, la desafección representativa y democrática, el rezago y el deterioro en la construcción del
Estado de derecho y la dimensión internacional y regional de la gobernabilidad, aspectos que refuerzan los 8 principios planteados por
el PNUD en la consulta de 2021.
SECCIÓN TERCERA: DESAFÍOS Y EJES ESTRATÉGICOS PARA LA TRANSFORMACIÓN DEL ESTADO 413
3. Transparencia, publicidad de información y rendición de cuentas en la gestión pública. La in-
formación de la gestión pública es abierta, accesible y oportuna. Los tomadores de decisión, en
todos los niveles y de todos los sectores, toman responsabilidad por sus acciones.
6. Eliminación del uso de violencia como mecanismo de negociación entre actores sociales y po-
líticos. La seguridad ciudadana se establece como resultado esencial del desarrollo. Se elimina
el uso de la violencia o la amenaza de violencia como mecanismo de negociación entre actores
sociales y políticos.
7. La ley y el acceso a la justicia con igualdad para toda la ciudadanía. La ley y el acceso a la
justicia se aplica imparcialmente, con equidad y justicia. Se fortalecen las instituciones garantes
de la justicia y la promoción de los derechos humanos.
Algunos principios de una gobernanza efectiva en el ámbito de las políticas fiscales que permitan
un gasto sostenible e inclusivo son: (a) en el ámbito de políticas públicas, la protección social como
un mecanismo universal, inclusivo, amigable al crecimiento y fiscalmente sostenible; (b) la progre-
sividad de los impuestos directos: ingreso y propiedad, y la progresividad del gasto cuando es
financiado por mecanismos no progresivos; y (c) algunos elementos de gobernanza efectiva que se
deben de abordar: la recuperación del sistema educativo, del tejido productivo, de la confianza en
las instituciones y de la cohesión social.
Fuente: Extracto de la 5.ta Conferencia “Gobernanza efectiva más allá de la recuperación”, participación de Isabel de Saint Malo, exvicepresi-
denta y excanciller de Panamá
Proposición 2:
Formulando precios
fiscales justos y
solidarios que permiten
gastos sostenibles,
3. Transparencia, publicidad de información y inclusivos y amigables
rendición de cuentas en la gestión pública al crecimiento
económico
Proposición 5:
Logrando igualdad de
8. La equidad intergeneracional y sostenibiliad acceso a capacidades
ambiental como objetivos prioritarios y oportunidades
Fuente: Equipo del Informe de Desarrollo Humano Honduras con base en PNUD, América Latina y el Caribe: Gobernanza Efectiva, más allá
de la recuperación (Nueva York: Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo [PNUD]), 2021
SECCIÓN TERCERA: DESAFÍOS Y EJES ESTRATÉGICOS PARA LA TRANSFORMACIÓN DEL ESTADO 415
En ese sentido de reflexión colectiva de América Latina, se introduce un aporte de Jairo Acuña, líder
de gobernabilidad del PNUD, sobre esas condiciones necesarias para un Estado de derecho pleno
en la región:
Qué difícil este contrato social que supone que todos somos iguales ante la ley, cuando real-
mente no somos iguales en nuestras visiones sociales, en nuestras visiones políticas e ideológi-
cas; cuando no somos iguales en el acceso a los recursos y en el acceso a las oportunidades…
Creo que hay un elemento importante: si queremos hacer las cosas diferente, tenemos que
pensar diferente y entender esas asimetrías que hay en la distribución, no solamente de recur-
sos, sino de oportunidades. Aplaudo la visión del Informe de Desarrollo Humano que se está
desarrollando en Honduras. Esta visión de la Honduras que imaginamos responde a cómo la
redefinición del contrato social puede responder a deficiencias estructurales que como socie-
dad tenemos16. El recuadro 3 caracteriza al Estado de derecho en América Latina.
Otros elementos y condiciones a considerar para la transformación del Estado en la región, aplica-
dos también a Honduras, se desprenden de las reflexiones realizadas en el Taller Internacional so-
bre Estado de Derecho en América Latina, coordinado por Gustavo Fernández Saavedra, excanciller
de Bolivia, y realizado en mayo de 2021 por el PNUD, en el marco de la construcción del Informe
de Desarrollo Humano de Honduras 2022, con el fin de analizar, desde la perspectiva política y
académica, el Estado de derecho en el país y en la región.
3. La confianza ciudadana y las crisis recurrentes hacen perder la perspectiva del valor de la de-
mocracia. La juventud es una fuerza clave en ese escenario democrático inconcluso.
16 Véase Jairo Acuña Alfaro en “Taller internacional sobre el Estado de Derecho” (Tegucigalpa, 2021), organizado por el PNUD para el
Informe de Desarrollo Humano, Honduras 2022.
5. Las alianzas convencionales entre la clase política y la económica están en deterioro; en estas,
se infiltran elementos del crimen organizado y el narcotráfico. Por lo tanto, vuelve impostergable
la necesidad de la separación y la independencia de poderes: un Poder Judicial imparcial es
esencial para tener un Estado de derecho pleno que permita el funcionamiento democrático y
asegure el bienestar de la población en el siglo XXI.
6. El COVID-19 y las fisuras que se han generado producen vulnerabilidad, frustración y pérdida
de sentido de rumbo en toda la sociedad. Es similar en toda América Latina. Se ha establecido
una crisis multidimensional que es también una crisis política, económica, social y ambiental.
9. El statu quo ya no es una opción para América Latina ni para Honduras. El sistema y su cla-
se política tienen que cambiar. El Estado debe ser repensado. No es una actualización ni una
modernización superficial de forma o tecnológica: es volver a formularse las preguntas claves:
¿para qué un Estado?, ¿para qué una democracia? y ¿qué rol debe de tener los ciudadanos en
este contexto? Se necesita traer la ética al centro del escenario y repensar ese rol del Estado y
del liderazgo que hace posible un Estado de derecho pleno. Es la única manera de pensar seria-
mente en las transformaciones profundas que se requieren en estas naciones. Una de las con-
diciones conceptuales y prácticas de la construcción del Estado de derecho es la recuperación
de lo público. El Estado de derecho no es un espacio privativo de las organizaciones políticas o
del gobierno. El Estado se debe a todos y el bien público está en el centro de esa perspectiva.
Fuente: Equipo del Informe de Desarrollo Humano Honduras con base en el Taller Internacional sobre Estado de Derecho en América Latina,
coordinado por Gustavo Fernández Saavedra, excanciller de Bolivia
SECCIÓN TERCERA: DESAFÍOS Y EJES ESTRATÉGICOS PARA LA TRANSFORMACIÓN DEL ESTADO 417
5.3.3 Elementos estratégicos para repensar el Estado hondureño en el siglo XXI
Un Estado de derecho pleno, eficiente y transparente es fundamental para las grandes transforma-
ciones del país. Honduras requiere de un Estado transformado con capacidades multidimensionales
que no solo responda a los desafíos de la multicrisis, sino que también tenga una mirada de futuro
y una capacidad de visualizar y desarrollar cursos de acción para sus políticas estratégicas. En el
diagrama 22, se presentan algunos elementos estratégicos para repensar el Estado hondureño en
el siglo XXI.
Diagrama 22 Hacia una visión estratégica del Estado hondureño en el siglo XXI 2022-2030
POLÍTICAS CAPACIDADES
DEL ESTADO
Multidimensionales De integración
Inclusivas Prospectivas
Universales Concertadoras (política)
Integrales De innovación social
De futuro (prospectivas) De liderazgo trascendente
FUNCIÓN DEL
ESTADO
Ejecutivo
Legislativo
Judicial
REQUISITOS
FUNDAMENTALES DEL
ESTADO DE DERECHO
Separación e independencia de poderes
Democracia transparente y libre del control partidario
Meritocracia (profesionalización del servicio público)
1. Para países como Honduras, es esencial una transformación del Estado, lo que conlleva la ne-
cesidad de incrementar la capacidad estatal, la cual se define por un conjunto de cinco capa-
cidades articuladas y sinérgicas: (a) capacidad de integrar, (b) capacidad de prospectiva, (c)
capacidad de concertación —política—, (d) capacidad de innovación social y (e) capacidad de
liderazgo transformador. Son esenciales para el éxito en las transformaciones en el siglo XXI y
en la respuesta efectiva a los desafíos ya señalados.
17 El abordaje multidimensional que ya ha sido planteado en el capítulo 1 en relación con las multicrisis, se hace ahora en el capítulo 5
referido a las propuestas estratégicas y la necesidad de un Estado con capacidades multidimensionales. En adición a la bibliografía que
se señala más para Honduras, también se incluyen las referencias al informe regional de 2016 “Progreso multidimensional: bienestar más
allá del ingreso”, el cual plantea que el mayor reto de la generación actual consiste en construir capacidades para el logro del progreso
multidimensional que permite erradicar la pobreza en sus múltiples dimensiones, superar las vulnerabilidades y construir sostenibilidad
a largo plazo, expandiendo las fronteras de la definición del bienestar.
3. Para alcanzar un Estado transformado, se requiere de, al menos, tres reformas que son impres-
cindibles. Primero, el Estado tiene que funcionar con una independencia de poderes como
el fundamento principal. Segundo, es preciso una democracia transparente y libre del control
partidario político. Tercero, es necesario un servicio profesional público renovado y sostenible
en toda la Administración pública. Sin estos tres elementos, toda la arquitectura de un Estado
que responda con eficacia, transparencia y prontitud a los problemas de la sociedad hondureña
del siglo XXI será inviable.
Además, grandes desafíos para el país surgen como resultado de la pandemia del COVID-19, la cual
no representa solo una crisis sanitaria18. Debe reconocerse que, por su magnitud, se trata de una
crisis sin precedentes que requiere de soluciones innovadoras, como la redefinición del contrato
social entendido como la búsqueda de nuevos acuerdos políticos y sociales que puedan garantizar
la prosperidad económica, la paz y la cohesión social.
La realidad mundial y nacional, bajo el impacto del calentamiento global y de la pandemia de CO-
VID-19, es muy diferente a como era en el pasado reciente. Los problemas sin resolver son inmen-
sos y los nuevos desafíos son cada vez más graves. Las soluciones del pasado no resuelven las
dificultades acumuladas ni las nuevas. Por ello, se impone la necesidad de cambiar el rumbo que
llevan la economía, la política, la protección social, el ambiente y la cultura. De ahí que las propues-
tas de este informe plantean el enfoque multidimensional para enfrentar la multicrisis.
18 Al impacto desproporcionado del COVID-19 en la región se añaden las consecuencias derivadas de la pandemia en los ámbitos econó-
micos, sociales y políticos. Estas consecuencias se refieren a condiciones preexistentes, en las que se incluye la baja confianza en las
instituciones, la polarización política y social, la percepción de captura del Estado y los mecanismos de representación política debilita-
dos. El bajo crecimiento económico de la región se agrava con las altas desigualdades y la debilidad fiscal. Es decir, el COVID-19 va más
allá de una crisis de salud y se debe entender como una crisis de gobernanza por su carácter sistémico.
SECCIÓN TERCERA: DESAFÍOS Y EJES ESTRATÉGICOS PARA LA TRANSFORMACIÓN DEL ESTADO 419
soluciones eficaces es un avance trascendental que ha generado propuestas que salen de lo más
profundo de su gente —no tanto de la sociedad civil profesionalmente dedicada a ese oficio, sino
desde las organizaciones populares y comunales, y de los ciudadanos y ciudadanas comunes y co-
rrientes a quienes se ha escuchado muy poco—. Es partir de lo propio para construir una sociedad
a la medida de las aspiraciones e intereses de la ciudadanía.
Los lentos avances que Honduras experimenta en materia de democracia, Estado de derecho, con-
vivencia armónica y condición socioeconómica y ambiental han deteriorado el pacto social. Tal con-
dición requiere de un Estado con capacidades multidimensionales que siente las bases de un nuevo
contrato social del que la ciudadanía se empodere y por el cual se avance a un sistema económi-
co-social y político de beneficios universales, tal como lo plantea el PNUD (2020) en su propuesta
de gobernanza efectiva y más allá de la recuperación19.
La acción política transformadora de Honduras requiere de ciertas condiciones, sin las cuales es
difícil que la transformación se produzca o que rinda sus frutos. Entre esos requerimientos, des-
tacan: el compromiso político de gobernar en beneficio de las mayorías, la visión de largo plazo,
la apertura y la inclusión de la ciudadanía en la vida pública, el respeto a la soberanía nacional, la
probidad en la gestión pública e ideas claras, consensuadas y factibles que constituyan la agenda
de transformación nacional.
La sociedad hondureña necesita recuperar la esperanza. Las condiciones de deterioro del Estado,
la economía, la vida social, la política y el ambiente han arrastrado a la sociedad a la desesperanza.
La esperanza perdida se expresa en desconfianza, escepticismo, inmovilismo y derrotismo. Hay ne-
cesidad de recuperar la esperanza de la sociedad, mediante la participación de esta en la decisión
y la ejecución de cambios significativos. Las transformaciones que surgen desde dentro de la socie-
dad, de sus aspiraciones e intereses, son, por ello, legítimas, y su legitimidad es decisiva para gene-
rar la esperanza de la población. Las conversiones confiables son la fuente de la esperanza social20.
Recuperar la esperanza requiere, entre otras cosas, restablecer la confianza ciudadana en el Es-
tado, en su sentido de justicia, y buscar el bien público, el sometimiento a la ley, la probidad y la
transparencia. Ello plantea la necesidad del Estado de derecho.
El Estado debe usar el poder que en él se concentra, en beneficio de todos y todas. Para ello, es
necesario avanzar hacia una condición en que haya leyes justas, que impere la ley por sobre cual-
quier otro criterio y que, al igual que los ciudadanos, el Estado esté sometido a la ley. Este conjunto
de condiciones es lo que hoy se conoce como Estado de derecho. Sin él, ni la democracia ni el
desarrollo serán posibles. Hay que sentar las bases de un sólido Estado de derecho respetado y
promovido por todos los gobiernos sucesivos que el país tenga.
19 Véase PNUD, América Latina y el Caribe: Gobernanza Efectiva, más allá de la recuperación (Nueva York: Programa de las Naciones
Unidas para el Desarrollo, 2021).
20 Véase la referencia en el capítulo primero en el apartado sobre percepción ciudadana, la visión y los planteamientos de los jóvenes en
torno a la democracia y la sociedad. En ese sentido, la confianza en las transformaciones nacionales considera la esperanza como un
elemento central en esa visión. Por ello, en este informe se ha planteado una visión que, más que optimista, está centrada en el sentido
de esperanza y con un rol fundamental de los jóvenes en la construcción colectiva de Honduras.
En el diagrama 23 se presenta la visión articuladora del conjunto de las ocho ejes estratégicos pre-
sentadas en un informe centrado en el Estado de derecho.
I ESTADO DE DERECHO
EJES TRANSVERSALES
- Multidimensionales
- Inclusivas
- Prospectivas
- Transparentes
- Eficientes
Temporalidad: 2022-2030
21 Los ejes estratégicos presentados en las ocho líneas en este apartado derivan del análisis, la reflexión y los aportes de diversos sectores
y espacios creados dentro de la estructura organizativa del Informe de Desarrollo Humano de Honduras, entre ellos: el Consejo Consul-
tivo, la red de jóvenes articulados en lo que se denomina Consejo Juvenil para el Desarrollo de Honduras, los espacios regionales en
los 18 departamentos, el espacio de desarrollo humano de la diáspora, el grupo técnico de análisis de desarrollo humano y prospectiva,
y diversas reuniones generadas con académicos y técnicos a lo largo de 18 meses.
SECCIÓN TERCERA: DESAFÍOS Y EJES ESTRATÉGICOS PARA LA TRANSFORMACIÓN DEL ESTADO 421
Eje estratégico 1: Reformas para un sector justicia inclusivo y transparente
Fundamento
El crecimiento de las espirales de impunidad y los altos niveles de violencia y desigualdad hacen un
imperativo para la sociedad la recomposición del sistema de justicia, sobre la base de un enfoque
de independencia y equilibrio de los poderes del Estado, y del fortalecimiento del desarrollo huma-
no y de mecanismos democráticos que afianzan el Estado de derecho y el respeto por los derechos
humanos, en especial de las personas y grupos más vulnerables.
Asimismo, el sistema de justicia debe adaptarse a los nuevos retos tecnológicos que presenta la
virtualidad, y crear sistemas estadísticos y técnicos que puedan ser utilizados por la población en
favor de una justicia oportuna, efectiva, abierta y reparadora, que sea garante de los derechos de la
sociedad establecidos en la Constitución y en los tratados internacionales.
Los altos niveles de corrupción e impunidad en el país han provocado un debilitamiento sistemático
del Estado de derecho, una desaceleración de los procesos democráticos y una grave fractura en
la capacidad del Estado de cumplir con la responsabilidad de garantizar los derechos individuales y
colectivos de la población. La reducida capacidad estatal para afrontar la corrupción ha traído con-
sigo la degradación de las condiciones de vida del ser humano, el agotamiento de las capacidades
institucionales y el fraccionamiento del pacto social.
Por su parte, los altos niveles de desigualdad, pobreza extrema, corrupción e impunidad han sido
elementos detonantes en la vulneración de los derechos humanos en Honduras, especialmente de
los sectores más vulnerables (mujeres, niños, comunidad LGBTIQ, indígenas, afrodescendientes y
personas viviendo con discapacidad). La violencia estructural producida por el Estado y la ruptura
de los diques que limitan el accionar del poder basado en un debilitamiento sistemático de la ins-
titucionalidad inducido han tenido efectos devastadores en las condiciones de vida de la sociedad
hondureña, y han ralentizado el fortalecimiento de la democracia y el desarrollo humano en el país.
“La persona humana es el fin supremo de la sociedad y del Estado”, cita el artículo 59 de la Cons-
Propuestas estratégicas:
2. Potenciar el uso de soluciones digitales para agilizar los procesos de trabajo judicial, transpa-
rentar su gestión y facilitar el acceso a la justicia.
3. Promover la mejora continua en los procesos de selección de autoridades del Poder Judicial,
para garantizar su independencia e idoneidad.
5. Revisar y establecer la integralidad de algunas reformas (Código Penal, Ley de Lavado de Ac-
tivos, Ley del Tribunal Superior de Cuentas, Código Procesal Penal y Ley de Clasificación de
Documentos Públicos en Materia de Seguridad y Defensa). Además, aprobar una Ley de Cola-
boración Eficaz.
6. Diseñar una política de prevención o buenas prácticas dentro del sector privado que promueva
una cultura de transparencia entre lo público y lo privado, cuya finalidad es aplicar programas
que fomenten actuaciones respetuosas de la ley.
SECCIÓN TERCERA: DESAFÍOS Y EJES ESTRATÉGICOS PARA LA TRANSFORMACIÓN DEL ESTADO 423
9. Fortalecer a las instituciones responsables de la igualdad de género y el empoderamiento de
las mujeres, tales como el Poder Judicial y el Ministerio Público y de Seguridad, a través de su
fortalecimiento técnico y financiero, para lograr una mayor efectividad en la implementación
del Plan Nacional contra la Violencia hacia la Mujer. De igual forma, se destaca la importancia
de fortalecer a la Secretaría de Asuntos de la Mujer como entre rector de la política de género
y coordinador de este plan, así como a la Secretaría de Estado en los Despachos de Derechos
Humanos (SEDH) y al Comisionado Nacional de los Derechos Humanos (CONADEH), que velan
por los derechos humanos; asimismo, a nivel territorial, a los gobiernos municipales.
En el recuadro 16 se presenta una serie de acciones para una justicia más inclusiva, considerando
aportes de PNUD Honduras.
Recuadro 16 Justicia abierta: acciones a gestionar para una justicia más inclusiva
Es esencial que el Poder Judicial de Honduras, en el contexto del sector justicia, propicie un proce-
so de diseño y formulación de una política pública de justicia abierta, en el marco de los esfuerzos
avanzados de gobierno abierto. La misma, a la vez, debe reconocer el enfoque centrado en las per-
sonas, haciendo de este un componente transversal de todo el planteo. Mientras más participativo
y fundado en evidencia, mejor será tal proceso de formulación.
Se requiere avanzar en visiones que incluyan el corto, el mediano y el largo plazo, única manera
de fortalecer consistentemente el sector justicia en el país. En esa línea, el PNUD está apoyando
la evaluación del Plan Estratégico Institucional (PEI) del Poder Judicial, base para brindar asesoría
técnica especializada a la elaboración del siguiente que se elabore. También se está apoyando la
innovación en su modelo de gestión, y el desarrollo de más y mejores estadísticas judiciales, vía el
proyecto Infosegura.
El nuevo PEI debe consolidar y ser la base del desarrollo de agendas, políticas públicas, reformas
legales, programas, planes y proyectos que apunten a la consolidación del Estado de derecho en
el país, como plataforma de mejora de la justicia, fuente de obtención de legitimidad para las insti-
tuciones nacionales desde los resultados y, además, incrementar los grados de percepción positiva
de la ciudadanía sobre las acciones públicas. La independencia judicial, la eficacia y la eficiencia del
sistema de justicia, la constante mejora de sus condiciones de operación y gestión, la aprobación
de normas transformadoras, entre otros ejemplos, se sitúan al centro del debate, con la meta de
consolidar una democracia que lo requiere.
La pandemia ha dinamizado, por la fuerza de los hechos, la digitalización de las acciones públicas,
la necesidad de pensar nuevas formas de hacer las cosas, la vulnerabilidad de la vida humana y la
necesidad de contar con instituciones que puedan protegerla.
Fundamento
1. Emprender con urgencia un proceso de reforma electoral, inclusivo, integral y transversal, a par-
tir de la institucionalidad electoral vigente (CNE, TJE, RNP), que respete el principio democrático
de certeza en las reglas de competencia y que cuente con la participación de la totalidad de
actores sociales y estatales en el proceso electoral incluyendo grupos históricamente subre-
presentados.
3. Asimismo, las reformas han de fortalecer las capacidades del CNE, de la Unidad de Financia-
ción, Transparencia y Fiscalización de campañas, dotando a esta de medidas disuasivas con-
tundentes para prevenir y sancionar el uso indebido de recursos administrativos por parte de
los partidos políticos.
SECCIÓN TERCERA: DESAFÍOS Y EJES ESTRATÉGICOS PARA LA TRANSFORMACIÓN DEL ESTADO 425
4. Las reformas deben contribuir al reforzamiento de la independencia de la institucionalidad elec-
toral frente a la injerencia o interferencia de otras instituciones estatales y partidos políticos, con
el objeto de garantizar una administración técnica y profesional de los procesos electorales, la
independencia financiera y la disposición oportuna de los recursos presupuestarios.
5. Es muy importante que las reformas incluyan disposiciones legales y mecanismos que estimu-
len la participación de las mujeres en los procesos electorales, y que las protejan de cualquier
tipo de violencia política de género.
En el ámbito relativo a la violencia política contra las mujeres, es toral que se aprueben disposicio-
nes legales y mecanismos aplicables que protejan a las mujeres de la violencia política de género
de cualquier tipo; esto es señalado en la propuesta de estratégica de equidad de género22.
Fundamento
La consigna principal que oriente a las políticas de Estado en materia de delincuencia juvenil sea
la prevención. Sin programas de intervención focalizada en sectores de riesgo y en población jo-
ven, con un enfoque integral e interinstitucional, Honduras podría exponerse a un comportamiento
episódico de delincuencia y violencia. Dicho de otro modo, a periodos de relativa calma ante las
acciones de control —sean estas de mano dura, producto de transacciones con los grupos crimi-
nales— seguidos de lapsos de reactivación de la violencia, con la liberación de los detenidos o con
cada negociación rota por relevos en los liderazgos o la recomposición del control territorial de las
pandillas.
La prevención social del delito dentro de la población joven del país se vuelve más imperativa dadas
las condiciones de riesgo que está generando la pandemia y los altos flujos migratorios, que inclu-
yen a niños, niñas y jóvenes no acompañados.
22 Véase el enfoque y complemento en la política transversal de equidad de género relativa a la participación de las mujeres en la política
y, específicamente, en las elecciones a nivel presidencial, de Congreso Nacional y de alcaldías, en propuesta estratégica de equidad
de género en Carolina Ávalos, Análisis de desigualdad, género e institucionalidad en Honduras (Honduras: Programa de las Naciones
Unidas para el Desarrollo, 2021), 115. Preparado para el Informe de Desarrollo Humano de Honduras 2022 y publicado en la Colección
de desarrollo humano para la transformación del PNUD.
23 Ver Laura Chinchilla y Julieta Castellanos, “Análisis de seguridad ciudadana en el marco del Estado de derecho en Honduras 2000-2019.
20 años de frágiles avances”, Colección de desarrollo humano para la transformación (Honduras: Programa de las Naciones Unidas para
el Desarrollo, 2021), 104, preparado para el Informe de Desarrollo Humano, Honduras 2022.
1. Retornar y consolidar los procesos de afianzamiento del modelo de seguridad ciudadana como
eje transversal en las políticas de Estado destinadas a detener el delito y la violencia. La desmi-
litarización gradual de la sociedad es un paso hacia a la implementación de la política pública
de seguridad ciudadana.
2. Los esfuerzos de depuración deben acompañarse por, al menos, tres tipos de acciones adicio-
nales: (a) el estricto seguimiento de los casos en sede judicial para evitar la impunidad de los
mismos; (b) el fortalecimiento de los requisitos y de los controles efectivos para el ingreso a la
carrera policial, que impida la infiltración del crimen organizado; y (c) el diseño de un efectivo
sistema de evaluación del desempeño policial para la detección temprana de situaciones de
desvío, abuso y corrupción.
5. Diseñar una política pública de seguridad y prevención de violencia en Honduras, con enfoque
de género, como un instrumento para orientar la gestión institucional y de la cooperación en
la implementación integrada y multidimensional de seguridad y prevención de violencia a nivel
nacional y local. Esta estrategia debería integrar los enfoques de desarrollo social y prevención
de la violencia, y guiar la acción del Gobierno central con los gobiernos municipales, basada en
evidencias, promoviendo gobernanza local a partir de un enfoque territorial e incluyente con
resultados tangibles y verificables en la reducción de violencia y delito. Además, es importante
que la política incorpore elementos de prevención de la intervención a los siguientes nive-
les: (a) prevención primaria, con el fin de cambiar normas sociales para reducir el ingreso a la
delincuencia (deportes, cultura y arte); (b)prevención secundaria, orientada a la protección de
personas que tienen mayor riesgo a delinquir; y (c) prevención terciaria, para impedir la reinci-
dencia de aquellas personas que ya cometieron algún acto delictivo, promover la reinserción y
rehabilitación de las mismas.
6. Promover una mayor incorporación de la mujer a los servicios de policía y seguridad, para lo
cual se deberá asumir un compromiso público que sea respaldado mediante un decreto ejecu-
SECCIÓN TERCERA: DESAFÍOS Y EJES ESTRATÉGICOS PARA LA TRANSFORMACIÓN DEL ESTADO 427
tivo en el que se señale un porcentaje específico de participación de mujeres dentro de la Po-
licía Nacional, en un período de tiempo determinado. Esta decisión exigirá la readecuación de
pautas de reclutamiento, infraestructura y procesos de capacitación, entre otros. Los avances
se deberán hacer visibles en estadísticas.
Es por ello por lo que, aparte de las importantes consideraciones sobre Estado de derecho y princi-
pio de legalidad que deben regir las respuestas de naturaleza represiva, se ha venido incorporando
cada vez más a los abordajes preventivos como una manera de restringir la respuesta sancionatoria
del Estado, especialmente expuesta a excesos y abusos, y para evitar las consecuencias, muchas
veces irreparables, que ocasionan las conductas delictivas.
• Volcar los esfuerzos, hasta ahora realizados en la elaboración de indicadores y gestión de datos
e información, a la elaboración de análisis de impacto y de estudios costo/beneficio.
• Mejorar los procesos, mecanismos e instancias de gestión de la seguridad con enfoque terri-
torial.
• Promover una mayor y más efectiva convergencia de estrategias, políticas y acciones entre el
sector social y el de seguridad ciudadana.
• Readecuar perfiles y desarrollar capacidades para la gestión de la seguridad con visión com-
prensiva e integral.
• Convertir la información en acción, mediante prácticas que impacten de manera positiva el nivel
operativo de la gestión institucional.
• Diseñar una arquitectura institucional para la innovación y estrategias para la gestión del cam-
bio.
1 PNUD, Análisis sobre innovación en seguridad ciudadana y derechos humanos en América Latina y el Caribe (Panamá: Centro Regional del
PNUD para América Latina y el Caribe, 2020).
2 José María Rico, Laura Chinchilla e Ivonne Murillo, Seguridad ciudadana en América Latina (México: Siglo XXI Editores, 2002).
Fuente: Laura Chinchilla y Julieta Castellanos, extracto del “Análisis de seguridad ciudadana en el marco del Estado de derecho en Honduras
2000-2019. 20 años de frágiles avances”, Colección de desarrollo humano para la transformación (Honduras: Programa de las Naciones Uni-
das para el Desarrollo, 2021), 104, preparado para el Informe de Desarrollo Humano, Honduras 2022
Fundamento
Los enormes rezagos sociales y económicos de la población, expresados en pobreza extrema, des-
empleo y desigualdad24, hacen necesario un enfoque de desarrollo que considere una distribución
territorial de recursos más eficiente y, al mismo tiempo, mecanismos de fortalecimiento democrático.
En ese contexto, la descentralización puede cumplir una triple función: (a) ayudar a la democratiza-
ción, en términos de decisiones locales de la ciudadanía; (b) consolidar la prestación de servicios
públicos en un marco institucional descentralizado; y (c) orientar recursos para el financiamiento
de las áreas conectadas con el desarrollo humano —como educación, salud, empleo productivo y
servicios públicos—. Pero también es necesario considerar los procesos de descentralización en-
marcados en una visión del concepto de planificación del desarrollo vinculado con la prospectiva25
como un instrumento de eficacia en la gestión nacional, regional y local.
24 PNUD, Atlas de Desarrollo Humano. Desequilibrios y potencialidades regionales (Honduras: Programa de las Naciones Unidas para el
Desarrollo, 2022). Se identifica gráficamente los avances, desafíos y desequilibrios existentes a nivel subnacional en términos de desar-
rollo humano.
25 Véase Sergio A. Membreño-Cedillo, Honduras: Reforma del Estado, política pública y capacidad de gobierno para la integración en el
siglo XXI (Tegucigalpa: Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, 2003); Sergio A. Membreño-Cedillo, Enfrentando el futuro:
fundamentos para una inteligencia estratégica de desarrollo. Prospectiva y concertación: caso de Honduras. (Tegucigalpa: Programa
de las Naciones Unidas para el Desarrollo, 2001), 47; Sergio A. Membreño-Cedillo, Prospectiva, planificación y desarrollo. Enfoque con-
ceptual y marco operativo: Hacia la Honduras del año 2000 (Tegucigalpa: Universidad Nacional Autónoma de Honduras, 1989), 36; y
los aportes de Álvaro Cálix, La importancia de la prospectiva como instrumento de planificación (Honduras: Programa de las Naciones
Unidas para el Desarrollo, 2021), elaborado para este informe de desarrollo humano. También ver en la Colección del bicentenario.
SECCIÓN TERCERA: DESAFÍOS Y EJES ESTRATÉGICOS PARA LA TRANSFORMACIÓN DEL ESTADO 429
prospectiva como instrumento guía y facilitador en la dimensión nacional, regional, departamen-
tal y municipal para viabilizar la comprensión de la gestión pública enmarcada en el desarrollo.
2. Regionalizar el país con un enfoque de ordenamiento territorial que incluya la planificación por
cuencas hidrográficas, nodos o polos de desarrollo, mancomunidades con base en potenciali-
dades territoriales u otras características que resulten de estudios y consensos logrados entre
el Gobierno central, las unidades regionales, los gobiernos locales, las sociedades civiles y los
sectores económicos locales.
4. Fortalecer el marco legal e institucional del proceso de descentralización para impulsar el desa-
rrollo nacional con un abordaje territorial más incluyente y equitativo.
La reseña 8 elaborada por David Carias presenta un análisis del proceso de descentralización en
Honduras.
En resumen, la conclusión irrefutable es que, a pesar de los múltiples esfuerzos e iniciativas, Hon-
duras sigue siendo un Estado centralizado. Claro está, las regiones —a pesar de estar sustentadas
en un régimen jurídico vigente—, aún no asumen la plataforma de impulso para las potencialidades
del territorio. Por su parte, las gobernaciones departamentales siguen. Por último, los 298 gobier-
nos municipales, a pesar de tener legitimidad democrática, asignación de competencias definidas y
fuentes de recursos fiscales propios, apenas representan el 3.05 % del PIB a 20201.
Con los albores de la década de los veinte, los desafíos en la descentralización política siguen laten-
tes. En la actualidad, resulta aun más importante promover reformas a la Ley Electoral que acerquen
más la toma de decisiones a las instancias locales.
Por su parte, la descentralización administrativa tiene como principio fundamental que la provisión
de servicios públicos se determine, principalmente, por la demanda de usuarios. En este sentido, se
ha impulsado una serie de reformas institucionales en diversas secretarías de Estado, así como en
sectores estratégicos susceptibles para ser descentralizados bajo esquemas de gestión por resul-
tados. Entre todos, sobresalen los de salud, educación, agua y saneamiento, mantenimiento vial y
medio ambiente (en cuanto a las licencias ambientales), entre otros. Sin embargo, no han culminado
en una mejora para los servicios públicos que se le ofrece a la ciudadanía.
Sobre esta base de pensamiento, es imperioso revisar la operatividad del gabinete sectorial de go-
bernabilidad, descentralización y derechos humanos, dentro de la estructura del centro de gobier-
no, cuyo propósito es garantizar la coherencia de las acciones mediante políticas públicas efectivas,
con base en la definición meridiana de las competencias institucionales. Obviamente, una mayor
responsabilidad para las instancias subnacionales conlleva la necesidad de proveer recursos fisca-
les para la prestación de servicios públicos, a través de un proceso de descentralización fiscal. Lo
anterior implica una visión moderna del presupuesto general de la república. Pasa de financiar el
marco institucional del Estado a transformarse en un instrumento de desarrollo territorial, a través de
la asignación de recursos para las prioridades sustentadas en las potencialidades de los territorios.
SECCIÓN TERCERA: DESAFÍOS Y EJES ESTRATÉGICOS PARA LA TRANSFORMACIÓN DEL ESTADO 431
Definir las competencias de los niveles subnacionales de gobierno es ya en sí un reto. Estructurar
un marco jurídico que garantice legitimidad democrática y la identificación de fuentes de recursos
propias a las instancias regionales y departamentales, e incluso de mancomunidades, implica una
profunda revisión del marco institucional del funcionamiento del Estado.
Por otro lado, los gobiernos municipales no solo requieren recursos frescos y programados que
garanticen la autonomía municipal: resulta indispensable que se impulse un mecanismo de fortaleci-
miento institucional, a través de programas de asistencia técnica focalizada y programas continuos
de capacitación municipales, sustentados en la categorización de cada municipio. Lo anterior impli-
ca la estructuración de un mecanismo de financiamiento de proyectos locales. En consecuencia, se
necesita estructurar un marco institucional responsable de las competencias de descentralización
y desarrollo local. Sumado a esto, se requiere de la regulación de los regímenes departamental y
municipal para que, desde la coordinación del gabinete sectorial, se definan políticas, estrategias,
planes y decisiones de inversión en el tema de descentralización.
Para operativizar la descentralización, se debe reconocer el nuevo marco jurídico a través de la Ley
de Descentralización, la cual requiere coordinar las instancias siguientes:
En sentido general, se consideran tres niveles territoriales, con papeles y competencias claras, que
deben conformar una red interinstitucional con enfoque sistémico, de gestión por resultados, por
proceso:
NIVEL CENTRAL NIVEL REGIONAL
Gobierno central Regiones (Unidad Técnica Permanente Regional [UTPR])
Unidades desconcentradas Departamentos
Secretarías sectoriales Consejo Hondureño de la Empresa Privada (COHEP)
Academia Academia regional
NIVEL MUNICIPAL
Municipalidades
Mancomunidades
Sociedad civil
Sector privado
Asociación de Municipios de Honduras (AMHON)
1 Cálculo de David Carías, con base en los informes de rendición de cuentas de las 298 municipalidades (en cuanto a los ingresos propios
municipales).
2 Según el PCM-009-2018, las instituciones que conforman dicho gabinete son la Secretaría de Estado en los Despachos de Gobernación,
Justicia y Descentralización (SEGOB); la Secretaría de Estado en el Despacho de Derechos Humanos (SEDH); la Secretaría de Estado en los
Despachos de Relaciones Exteriores y Cooperación Internacional; el Instituto de la Propiedad (IP); el Instituto Nacional Agrario (INA); el Instituto
Hondureño de Antropología e Historia (IHAH); la Empresa Nacional de Artes Gráficas (ENAG); el Consejo Nacional de Ordenamiento Territorial
(CONOT); la Comisión Ejecutiva de Descentralización del Estado (CEDE); la Comisión Interinstitucional contra la Explotación Sexual, Comercial
y la Trata de Personas en Honduras (CICESCT); la Comisión de la Reforma de la Administración Pública, Centralizada y Descentralizada; y el
Comité Nacional de Prevención Contra Tortura, Tratos Crueles, Inhumanos y Degradantes (CONAPREV).
Fuente: David Carías, La descentralización en Honduras, una tarea pendiente, (Honduras; PNUD, 2021), insumo preparado para el Informe de
Desarrollo Humano, Honduras 2022
Con el propósito de tener una mirada más completa sobre la prospectiva y la institucionalidad que
se requiere en países más pequeños como Honduras, se introduce la reseña 9 elaborada por Álvaro
Cálix en paper aportado a este Informe de Desarrollo Humano.
1. Las iniciativas para elaborar visiones de futuro y planes estratégicos han sido esfuerzos ais-
lados que no lograron sobrevivir a los cambios de gobierno, ya fueran de jefatura militar o
formalmente democráticos. Esto refleja una voluntad meramente coyuntural de las autoridades
presidenciales, algo que de antemano ha limitado la sostenibilidad de los procesos. Si bien la
institucionalidad —en el caso del Consejo Superior de Planificación Económica (CONSUPLANE)
y la Secretaría de Planificación (SEPLAN)— logró sobrevivir varios periodos de gobierno, es
evidente que las entidades involucradas sufrieron cambios drásticos en su orientación y priori-
dad dentro del aparato público, lo que, a la postre conllevó su debilitamiento sistemático hasta
consumarse su desaparición.
El desafío pasa por la continuidad efectiva de las instituciones y procesos, en una perspectiva
de políticas de Estado, con la necesaria flexibilidad para adaptarlos a los cambios en el contexto.
SECCIÓN TERCERA: DESAFÍOS Y EJES ESTRATÉGICOS PARA LA TRANSFORMACIÓN DEL ESTADO 433
convicción y asignación de fondos nacionales para concretar las imágenes de futuro y los pla-
nes resultantes.
El desafío pasa por promover la demanda ciudadana y los pactos entre los actores políticos
en pro de la anticipación y la construcción de futuros, a fin de que las autoridades políticas se
sientan comprometidas a priorizar estas tareas en las funciones de gobierno. Los apoyos inter-
nacionales deberían ser complemento y no sustitutos de la voluntad política nacional. Por otra
parte, la planificación de largo plazo debe tomar en consideración la adecuación del sistema
fiscal para asegurar fondos suficientes, transparentemente asignados y gestionados, para finan-
ciar las grandes líneas de transformación del país.
3. Desde los años cincuenta, los ejercicios de planificación de medio y largo plazo se inclinaron
hacia una perspectiva economicista. Pero, sobre todo, desde finales del siglo pasado, comenzó
a aparecer con mayor peso la dimensión social y, más reciente, la ambiental.
El desafío tiene que ver con incorporar la integralidad de las dimensiones societales en los
procesos de planeación del desarrollo. Esto no supone negar el espacio de posibilidad para la
prospectiva y la planificación sectorial o temática (pero incluso en estos casos debe conservar
una visión multidimensional para dar cuenta de las interacciones entre sectores y dimensiones).
4. Las funciones de planificación no se han logrado vincular efectivamente con los presupuestos
públicos. Tales prácticas evitan que el presupuesto se vincule a una visión de largo plazo, con
transparencia e idoneidad en función del interés general. De igual manera, la trayectoria históri-
ca muestra que las oficinas de planificación tienden a ser confinadas y aisladas de los principa-
les centros de decisión gubernamental, lo cual contribuye a su precariedad institucional y a no
incidir en la toma de decisiones.
El desafío apunta a que los arreglos institucionales se hagan de modo tal que los procesos pros-
pectivos y de planificación en general sean vinculados con la definición de políticas, programas
y presupuestos de mediano y corto plazo.
5. La participación ciudadana desde diferentes sectores y territorios ha sido más bien instrumen-
tal y no sustantiva en la definición de imágenes de futuro y prioridades de desarrollo. Si bien
en las últimas dos décadas se han observado esfuerzos para tomar en cuenta la participación
ciudadana, el desafío pasa por incorporar la participación de la ciudadanía como un componen-
te estratégico en las diferentes etapas del ciclo de planeación y de vinculación con las políticas
públicas. Para ello, se requiere, entre otros factores, desarrollar capacidades y metodologías
apropiadas para la consulta y la generación de acuerdos estratégicos entre el gobierno y los
diferentes sectores de la sociedad.
7. Las iniciativas para legitimar visiones de país y planes de nación no pueden prosperar si no se
atienden las principales fracturas que obstaculizan la cohesión social. La imagen de la Hon-
duras de la tercera década del siglo XXI es una que refleja: (a) profundas fracturas sociales y
territoriales, (b) altos niveles de desconfianza que impiden la acción colectiva de múltiples ac-
tores y (c) una conducción gubernamental ensimismada en la mantención y reproducción de su
capital político y su proyecto de acumulación económica. Estos rasgos complican sobremanera
los procesos de construcción participativa de un futuro compartido y próspero.
El desafío pasa por asumir como condición necesaria los procesos de un diálogo social amplio
debidamente facilitado, con capacidad de identificar y procesar los conflictos de interés entre
los diferentes actores de la sociedad. Se trata de destrabar, en el corto plazo, las condiciones
que imposibilitan acuerdos básicos en sociedades tan asimétricas como la hondureña.
Si la voluntad política no surge de las propias elites gobernantes, es necesario crear demanda ciu-
dadana para que los actores políticos sientan presión o motivación por consolidar la prospectiva
estratégica y el ciclo de planificación en general. Para ello es esencial introducir estos asuntos en el
debate público y en la agenda social, a fin de ir generando un clima propicio para que los actores
políticos asuman compromisos, ya sea como partidos postulantes a ejercer el gobierno o bien como
gobiernos ya instalados.
Es crucial persuadir a la ciudadanía y, sobre todo, a los actores políticos de que pensar en función
del largo plazo (políticas de Estado) no es incompatible con hacerse cargo de las crisis y urgencias
cotidianas. Al contrario, una gestión basada en los retos estratégicos debería orientar con mejor
tino las decisiones que se toman en el día a día. Ciertamente, varios de los dilemas que se plantean
para confrontar ambos horizontes son falaces, mientras que en otras ocasiones pensar en función
SECCIÓN TERCERA: DESAFÍOS Y EJES ESTRATÉGICOS PARA LA TRANSFORMACIÓN DEL ESTADO 435
del futuro ayuda a combatir las distorsiones o intereses sectoriales o que logran imponerse en el
presente (véase cuadro R9.1).
Fuente: Sergio Bitar, Jorge Máttar y Javier Medina, El Gran Giro de América Latina: Hacia una región democrática, sostenible, próspera e
incluyente (Cali: Universidad del Valle, 2021), 134
La prospectiva estratégica aporta un conjunto de herramientas que apoyan a cada uno de los ni-
veles de planificación y de gestión en general, es decir en los niveles meta, macro, meso y micro
(véase cuadro R9.2). Al integrarse en cada nivel de la gestión pública la exploración, el análisis, la
anticipación estratégica y la construcción de futuros deseables, es posible lograr una gobernanza
anticipatoria1 multinivel. Así sería viable la emergencia de Estados resilientes y proactivos que pro-
muevan la gestión en red y los ambientes colaborativos. Por estas y otras razones, los estudios de
futuro no pueden considerarse un lujo o decorado dentro del ciclo de las políticas públicas; debe-
rían ser un pilar fundamental en el quehacer de todo gobierno.
3. Los problemas y desafíos prioritarios que quieren ser abordados desde la función prospectiva.
Sin perjuicio de lo anterior, la experiencia comparada ha permitido a los especialistas en los estu-
dios del futuro identificar algunas acciones que se consideran beneficiosas para asegurar la buena
marcha de los procesos de desarrollo institucional en el sector público. Se puede mencionar accio-
nes y rasgos que abarcan dimensiones tales como la estructura institucional, los mecanismos de
interacción y coordinación, los programas de formación y la vinculación con redes internacionales2.
Algunos de estos son los siguientes:
1. Contar con una oficina de prospectiva estratégica ubicada en el más alto nivel del gobierno.
A la vez, se pueden crear puntos de referencia en cada Secretaría de Estado que se coordinen
con dicha oficina. Lo que se debe evitar es confinar unidades prospectivas en espacios institu-
cionales en los que su labor queda atrapada por la lógica de compartimentos estancos.
2. Involucrar y asignar roles a los otros poderes del Estado y a los órganos auditores en el eco-
sistema prospectivo. En el caso del Poder Legislativo, podría ser conveniente la creación de
una comisión parlamentaria de futuros que revise obligatoriamente informes prospectivos del
gobierno y que realice análisis y propuestas de leyes desde una perspectiva en que se consi-
deren los efectos de largo plazo.
4. Crear espacios de coordinación interestatal para generar una mayor interacción del ecosiste-
ma. Esto debería incidir en mayor pluralidad, integralidad de visiones y consolidación de una
masa crítica estatal en prospectiva estratégica.
SECCIÓN TERCERA: DESAFÍOS Y EJES ESTRATÉGICOS PARA LA TRANSFORMACIÓN DEL ESTADO 437
5. Promover la creación de nodos/puntos de referencias y redes independientes de prospectiva
en la sociedad civil. Incluye universidades, centros de investigación y tanques de pensamiento
que se dediquen sistemáticamente a realizar ejercicios prospectivos, divulgar los resultados y
participar en los espacios de construcción de futuros, cuando sean convocados por las instancias
gubernamentales, así como a concienciar a la población sobre la importancia de la prospectiva,
entre otras funciones.
9. Dedicar esfuerzos sistemáticos para articular la oferta y la demanda de prospectiva. Entre otras
acciones, es prioritario acercar a los tomadores de decisiones a los procesos prospectivos, e
involucrarlos, en la medida de lo posible, en las diferentes etapas de los ejercicios de análisis
y construcción de futuros. Solo mediante una compatibilización de una oferta de calidad y una
demanda consistente del sector público se podrá vincular el pensamiento sobre el futuro con las
decisiones del presente.
10. Promover los procesos y ejercicios prospectivos a escala subregional. Para pequeños países
como los centroamericanos, es importante que los gobiernos, la sociedad civil y la cooperación
internacional demanden y apoyen iniciativas de esta índole. Esto es necesario porque una buena
parte de los desafíos críticos de países como Honduras y el resto de los del istmo cruza transver-
salmente todas las naciones.
1 La gobernanza anticipatoria alude a una “serie de estrategias flexibles y colaborativas que permiten a los gobiernos construir las capacidades
necesarias, en etapas tempranas, para la toma de decisiones” (véase Laboratorio para la Ciudad, “Gobernanza anticipatoria”.
2 Sergio Bitar, Jorge Máttar y Javier Medina, El Gran Giro de América Latina; Tuomo Kuosa, Practising Strategic Foresight in Government: The
cases of Finland, Singapore and the European Union, RSIS Monograph No. 9 (Singapore: S. Rajaratnam School of International Studies, 2011),
https://www.files.ethz.ch/isn/145831/Monograph19.pdf; Organization for Economic Co-operation and Development (OECD), Strategic Foresight for
Better Policies. Building Effective Governance in the Face of Uncertain Futures (October 2019), https://www.oecd.org/strategic-foresight/ourwork/
Strategic%20Foresight%20for%20Better%20Policies.pdf; School of International Futures, “Practitioners in planning, strategy and policy for future
generations,” 2021, https://soif.org.uk
Fuente: Álvaro Cálix, “Importancia de la prospectiva como instrumento de planificación”, documento presentado como insumo de trabajo para el
Fundamento
Pese al crecimiento económico sostenido y al incremento del gasto en protección social durante
2010-2019, la informalidad laboral, la desigualdad de ingresos y las tasas de pobreza no registra-
ron mejoras sustanciales. Esto indica que el actual sistema de protección social hondureño (que
comprende tanto la seguridad social como los programas de asistencia social) no está cumpliendo
sus objetivos, ya que, como muestran Ham y Membreño, cubre menos del 20 % de la población, y
redistribuye.
En parte, esto se debe a que la protección social se caracteriza por una variedad desarticulada de
programas contributivos y no contributivos para grupos específicos de la población, lo cual —como
han advertido Santiago Levy26, Andrés Ham y Sergio Membreño-Cedillo27— genera distorsiones en
el mercado laboral, ya que grava al empleo formal y subsidia el trabajo informal; a su vez, esto oca-
siona que haya más empleo informal y de baja productividad, y que se genere, además, un círculo
vicioso de pobreza y desigualdad.
En otras palabras, estas distorsiones son generadas por la fragmentación del sistema de protección
social que resulta tanto por las diferencias en la naturaleza de los beneficios como por aquellas en
las fuentes de financiamiento (contribuciones con base en el salario o esquemas no contributivos
focalizados financiados por impuestos generales).
1. Reconfigurar el marco de protección social para garantizar la unificación del sistema de protec-
ción social y la universalidad de sus beneficios en cinco componentes:
• pensiones y jubilaciones,
• atención en salud,
• salario mínimo y
• transferencias monetarias.
SECCIÓN TERCERA: DESAFÍOS Y EJES ESTRATÉGICOS PARA LA TRANSFORMACIÓN DEL ESTADO 439
3. Crear y validar un registro de la población en condición de pobreza y vulnerabilidad que reco-
pile información socioeconómica y sobre otras variables claves del bienestar de la población,
con base departamental y municipal, que sirvan de evidencia para la formulación, focalización
y evaluación de políticas e intervenciones de protección social, con la participación de la ciuda-
danía a través de mecanismos participativos y de fácil acceso.
La reseña 10 elaborada para el Informe de Desarrollo Humano 2022 por Andrés Ham presenta un
proceso gradual para lograr la protección social universal.
Reseña 10 Transitar hacia una protección social universal es un proceso gradual 2022-2030
Universalizar la protección social implica un costo alto. Sin embargo, mantener el rumbo actual
perpetúa la desprotección y fomenta la desigualdad existente. La protección universal se puede al-
canzar, de manera gradual, mediante la incorporación de beneficiarios, el uso de fondos existentes,
la recaudación de fondos adicionales y el uso de diferentes medidas fiscales, tanto de aumento de
recaudo como de mayores impuestos (véase gráfico R10.1)
2.0% 100%
60%
1.0% 80%
1.5%
Cobertura (en %)
40%
60%
0.5% 1.0%
20% 40%
0.5%
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0.0% 0%
1 2 3 4
0.0% 0%
Años 1 2 3 4
2.0% 100%
2.0% 100%
80%
1.5% 80%
Cobertura (en %)
1.5%
Cobertura (en %)
60%
60%
1.0%
1.0%
40%
40%
0.5% 0.5%
20% 20%
0.0% 0% 0.0% 0%
1 2 3 4 5 6 7 8 1 2 3 4 5 6 7 8
Años Años
Fuente: Andrés Ham con datos de la Encuesta Permanente de Hogares de Propósitos Múltiples (junio 2019), la ley y reglamento del Instituto
Hondureño de Seguridad Social (IHSS), y valores del PIB publicados por el Banco Central de Honduras
El gráfico muestra que un aumento gradual de la cobertura reduce los costos y suma beneficiarios.
Bajo la opción 1 de pensiones universales para mayores de 67 años, una inversión anual de 0.193 %
del PIB (alrededor de USD 48 millones anuales1), aumenta la cobertura de pensiones en 7.2 puntos
porcentuales cada año. Bajo esta modalidad, en cuatro años se logra cubrir al 33.1 % de todos los
adultos mayores en edad de retiro, al contar con un ingreso mensual de aproximadamente USD
20.3. En un horizonte de 8 años, la inversión anual ronda el 0.096 % del PIB (aproximadamente USD
24 millones) y aumenta la cobertura de adultos mayores con pensiones en 3.6 puntos porcentuales
cada año. Se llegaría a la misma cobertura total en 8 años.
Bajo la opción 2, los costos son mayores, pero también la cantidad de adultos mayores protegidos.
En 4 años, otorgar USD 20.3 mensuales a todos los adultos mayores en edad de retiro (más el mes
decimotercero y el decimocuarto) implicaría una inversión de 0.370 % del PIB (unos USD 92.2 mil-
lones), pero aumentaría la cobertura en 25 puntos porcentuales anuales, llegando a cubrir eventual-
mente a todos los adultos mayores en edad legal de retiro en el país. En 8 años, la inversión anual
se reduce a 0.185 % del PIB (alrededor de USD 46.1 millones) y la cobertura aumenta en 12.5 puntos
porcentuales anuales hasta lograr la universalidad total.
El gráfico R10.2 muestra el mismo ejercicio para las propuestas de universalidad en salud. La opción
1 corresponde a la cobertura de todas las personas con salud, bajo los valores per cápita del sistema
de salud pública (USD 46.00 por persona). La opción 2 implica otorgar servicios de salud valorados
en el monto que actualmente provee el IHSS a sus afiliados (USD 109.6 por persona). La primera
requiere de una inversión anual de 0.081 % del PIB (alrededor de USD 20.1 millones) para alcanzar
salud universal valorada en USD 46 millones para toda la población hondureña en 4 años. En 8
años, la inversión es 0.040 % del PIB o USD 10 millones anuales. La segunda opción tiene un costo
mayor porque provee servicios valorados en USD 109.60 por persona. En 4 años, se necesita una
inversión anual de 0.656 % del PIB (USD 163.5 millones) para proveer salud universal. En 8 años, el
costo es 0.328 % del PIB o USD 81.7 millones.
Finalmente, el gráfico R10.3 muestra el mismo ejercicio, con respecto a extender el programa a to-
das las personas en pobreza extrema (opción 1) y en pobreza (opción 2). Se reitera que la segunda
propuesta incluye a las personas en pobreza extrema y moderada. Debido a la gran cantidad de
gente en condición de pobreza (41.7 % extremos y 64.7 % en total en 2019), los costos de convertir
en un ingreso universal básico para la población pobre son altos. Extender en 4 años este programa
a todas las personas en pobreza extrema requiere invertir 0.588 % del PIB (USD 146.4 millones);
mientras que en 8 años tiene un costo de 0.294 % del PIB (USD 73.2 millones).
SECCIÓN TERCERA: DESAFÍOS Y EJES ESTRATÉGICOS PARA LA TRANSFORMACIÓN DEL ESTADO 441
Gráfico R10.2 Cobertura y costos de la implementación gradual para salud universal
3.0% 100%
3.0% 100%
Cobertura (en %)
Cobertura (en %)
2.0% 2.0%
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1.5% 80% 1.5%
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1 2 3 4 0.0% 0%
1 2 3 4
Años
Años
Horizonte temporal: 8 años
Opción 1: USD 46.00 por persona Opción 2: USD 109.60 por persona
Inversión acumulada Cobertura salud (L. 1,135.7 0 per cápital)
Inversión anual como porcentaje del PIB
2.0% 2.5%
60% 80%
Cobertura (en %)
1.5% 2.0%
40% 60%
1.0%
1.5%
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Años
0.0% 0%
1 2 3 4 5 6 7 8
Años
Fuente: Andrés Ham con datos de la Encuesta Permanente de Hogares de Propósitos Múltiples (junio 2019), la ley y reglamento del IHSS, y
valores del PIB publicados por el Banco Central de Honduras
Proveer un ingreso básico universal a todas las personas bajo la línea de pobreza moderada es más
costoso, pues requiere de un esfuerzo anual de 0.94 % y 0.47 % del PIB en 4 y 8 años, respectiva-
mente. El costo monetario sería de USD 233.9 millones anuales en 4 años y de USD 117 millones en
8 años para proveer USD 405.2 anuales a toda la población pobre en Honduras.
En total, las propuestas presentadas representan un esfuerzo fiscal entre 1.2 % y 2.3 % del PIB en
4 años y entre 0.60 % y 1.15 % del PIB en un horizonte de 8 años. Financiar este esfuerzo adicional
requiere tomar varias medidas fiscales: aumentar los niveles de recaudación actuales (por medio de
la eliminación de exoneraciones y la reducción de la evasión).
Sin embargo, vale resaltar que una reorganización de la protección social hacia la universalidad re-
duce los incentivos perversos bajo el sistema actual y puede aumentar los ingresos fiscales directos
e indirectos. A continuación, se exploran posibles escenarios para financiar estos gastos.
El esfuerzo requerido para transitar hacia una protección social universal en Honduras requiere una
inversión considerable, pero los recursos se pueden obtener de varias fuentes. Primero, se deben
mantener los niveles de gastos actuales. Segundo, se debe mejorar la recaudación actual para evi-
tar la pérdida de ingresos por evasión y reducir el gasto tributario. Finalmente, se pueden contem-
plar reformas fiscales o aumentos en ciertos tipos de impuestos directos e indirectos.
5.0% 100%
5.0% 100%
4.0% 80%
Cobertura (en %)
4.0% 80%
Cobertura (en %)
3.0% 60%
3.0% 60%
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2.0% 40%
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1.0% 20%
0.0% 0%
0.0% 0%
1 2 3 4 1 2 3 4
Años Años
Cobertura (en %)
Cobertura (en %)
3.0% 60%
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Años
1 2 3 4 5 6 7 8
Años
Fuente: Elaboración propia con datos de la Encuesta Permanente de Hogares de Propósitos Múltiples (junio 2019), la ley y reglamento del
IHSS, y valores del PIB publicados por el Banco Central de Honduras
El esfuerzo requerido para transitar hacia una protección social universal en Honduras requiere una
inversión considerable, pero los recursos se pueden obtener de varias fuentes. Primero, se deben
mantener los niveles de gastos actuales. Segundo, se debe mejorar la recaudación actual para evi-
tar la pérdida de ingresos por evasión y reducir el gasto tributario. Finalmente, se pueden contem-
plar reformas fiscales o aumentos en ciertos tipos de impuestos directos e indirectos.
Los costos totales de universalizar la protección social con las propuestas planteadas oscilan entre
4.79 y 9.21 por ciento del PIB. Sin embargo, ya existen recursos que se invierten en los rubros de
protección social y reducción a la pobreza. En pensiones, se provee el Programa del Adulto Mayor
mediante gasto del 0.001 % del PIB. En salud, el Gobierno invierte 1.44 % del PIB para atención en
primer y segundo nivel. En materia de reducción de pobreza, se invierte el 0.207 % del PIB en las
transferencias del Bono Vida Mejor y 0.87 % del PIB mediante el Fondo de Solidaridad y Protección
Social para la Reducción de la Pobreza. En total, ya se contaba con recursos que sumaban 2.513 %
del PIB, lo cual implica que es necesario recaudar en total entre 2.27 % y 6.7 % adicional.
Es fundamental no solo mantener este nivel de gasto, sino también conseguir recursos adicionales.
Gradualmente, el esfuerzo adicional es menor, ya que se deben recaudar entre 0.57-1.67 % del PIB
para alcanzar la universalidad en 4 años y entre 0.28 % y 0.84% en 8 años.
A través del uso de datos del Servicio de Administración de Rentas (SAR) para 2019, el cuadro R10.1
muestra los principales ingresos y gastos tributarios del Estado hondureño durante ese año y pre-
senta dos escenarios que contemplan diversas fuentes de financiamiento. En el 2019, se recaudó
USD 4,353.54 millones de cinco fuentes: impuestos directos (incluye el impuesto sobre la renta), im-
puesto sobre ventas, aporte al patrimonio vial (ACPV), impuestos a importaciones y otros ingresos.
SECCIÓN TERCERA: DESAFÍOS Y EJES ESTRATÉGICOS PARA LA TRANSFORMACIÓN DEL ESTADO 443
El mismo cuadro muestra el gasto tributario, que es “la ausencia de recaudación, consecuencia de
un tratamiento impositivo diferente o excepcional dada una estructura de referencia de un impuesto
o un sistema tributario”2, es decir, los ingresos que se dejan de percibir por exoneraciones y regíme-
nes tributarios especiales.
Cuadro R10.1. Propuestas para financiar gradualmente una protección social universal
0 0 0
0 0 0
Las propuestas que plantea este documento para financiar las medidas de protección social univer-
sal priorizan mejorar la recaudación actual y solo en última instancia aumentar impuestos. Se estima
que, debido a la evasión fiscal, se recauda un 55 % de lo que debería percibir el fisco, equivalente a
9.7 % del PIB3. Eliminar completamente la evasión fiscal podría costear las medidas de protección so-
cial propuestas aquí, pero subir el recaudo es un proceso gradual. También, se considera replantear
algunas exoneraciones y regímenes especiales. Es importante darle seguimiento periódicamente al
costo fiscal de los beneficios e incentivos tributarios otorgados a los beneficiarios de exenciones y
exoneraciones a fin de determinar si los mismos están siendo efectivos. Eliminar la segmentación
de la protección social debería aumentar el recaudo de impuestos directos e indirectos al generar
empleo e impulsar el consumo4.
Finalmente, se puede contemplar el aumento de las tasas marginales de impuestos: sea a la ren-
ta, quizás bajo un esquema como el presentado por González de Alba, Castañón y Ordoñez5; al
impuesto sobre ventas; y a los impuestos a productos potencialmente nocivos a la salud como el
alcohol, las gaseosas y los cigarrillos, bajo las mejores prácticas para mejorar su aplicación y uso6.
Aparte de lo anterior, ambos escenarios se simulan con un incremento en el impuesto sobre ventas. En
la actualidad, algunos productos pagan el 15 % y otros el 18 % sobre el valor agregado. Al tomar el valor
de USD 907.3 millones recaudados del impuesto sobre ventas a una tasa de 15 %, cada incremento en
un punto porcentual del impuesto sobre ventas recaudaría alrededor de USD 60.7 millones adicionales
o 0.243 % del PIB. Es decir, aumentar de 15 % a 18 % el impuesto sobre ventas recaudaría un 0.728 %
adicional de ingresos. El hecho de sumar este incremento a los escenarios 1 y 2, muestra que es posible
costear la protección social universal en ambas opciones con un excedente. Esto se ve en el gráfico
R10.4, que muestra los umbrales necesarios para financiar las medidas en la opción 1 (línea sólida) y op-
ción 2 (línea punteada).
En 4 años En 8 años
Recaudo esperado Meta Opción 1 Meta Opción 2
Recaudo esperado Meta Opción 1 Meta Opción 2
3.0%
3.0%
2.5%
2.5%
2.0% 2.0%
Porcentaje
1.673%
Porcentaje
1.5% 1.5%
0.0% 0.0%
Escenario 1 Escenario 2 Escenario 1 + Escenario 2 + Escenario 1 Escenario 2 Escenario 1 + Escenario 2 +
ISV 18% ISV 18% ISV 18% ISV 18%
Fuente: Elaboración Equipo del Informe de Desarrollo Humano, a partir de la Encuesta Permanente de Hogares de Propósitos Múltiples (junio 2019),
la ley y el reglamento del IHSS, los valores del PIB publicados por el Banco Central de Honduras e información de ingresos y gastos tributarios del
Servicio de Administración de Rentas (SAR) para 2019
1 Los montos en USD (dólares de los Estados Unidos) en esta reseña se basan en el documento Propuestas para transformar la protección social
hacia un sistema universal de manera gradual en Honduras, de Andrés Ham. El documento original presenta las cifras en lempiras. Según el Banco
Central de Honduras, la tasa de cambio promedio para 2019 era de 24.6801 por USD 1.00 (ver https://www.bch.hn/estadisticos/GIE/_layouts/15/
WopiFrame.aspx?sourcedoc=%7B90EEBD7C-D458-446A-AB96-FF39D6D7CB00%7D&file=Precio%20Promedio%20del%20D%C3%B3lar%20-%20
Serie%20Mensual.xlsx&action=default). Debido a la conversión y al redondeo de las cifras, hay una pequeña variación en las sumas convertidas.
2 Secretaría de Finanzas (SEFIN), Proyecto de presupuesto general de ingresos y egresos de la República, Ejercicio fiscal 2021 Tomo X: Gasto Tribu-
tario (Honduras: Secretaría de Finanzas, 2020), 4.
3 ICEFI, 2021
4 Santiago Levy, Rewarded Efforts: The Elusive Quest for Prosperity in Mexico (Washington: Inter-American Development Bank [IDB], 2018).
5 Alba de González, A. H. Castañón y Víctor Ordoñez, Resultados del modelo de micro simulación del ISR y transferencias, con la EPHPM. Reporte
para el PNUD (Honduras: Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, 2021).
6 Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), Panorama Fiscal de América Latina y el Caribe 2021: Los desafíos de la política
fiscal en la recuperación transformadora pos-COVID-19 (LC/PUB.2021/5-P), (Santiago: Comisión Económica para América Latina y el Caribe [2021]).
Fuente: Tomado de Andrés Ham, Propuestas para transformar la protección social hacia un sistema universal de manera gradual en Honduras,
documento de política pública presentado como insumo de trabajo para el Informe de Desarrollo Humano, Honduras 2022
SECCIÓN TERCERA: DESAFÍOS Y EJES ESTRATÉGICOS PARA LA TRANSFORMACIÓN DEL ESTADO 445
Eje estratégico 6: Política económica para el desarrollo humano sostenible
Fundamento
El sistema tributario es regresivo, la evasión fiscal elevada y la presión tributaria por arriba del pro-
medio de Centroamérica, pero abajo del de América Latina y la Organización para la Cooperación
y el Desarrollo Económicos (OCDE). Los costos de cerrar la brecha de protección social y mejorar
los niveles de la educación y la salud (tanto en cobertura como en calidad, lo cual incluye también
el avance tecnológico a través de una actualización y transformación digital en el sector educativo
público) son elevados.
Lo anterior hace necesaria una profunda reforma fiscal que se oriente a una mejor eficacia de los
recursos, mayor transparencia y mejores resultados en la inversión y el gasto público. Esta refor-
ma debe centrarse en mejorar la equidad, la eficacia, la transparencia de la política tributaria y la
priorización del gasto público en tres dimensiones esenciales del desarrollo humano: la protección
social, la educación y la salud. Para ello, se propone:
2. Repensar la política fiscal como instrumento para desincentivar las actividades económicas am-
bientalmente nocivas y para promover aquellas amigables con la regeneración de los ecosiste-
mas naturales y la reducción de las vulnerabilidades.
4. Honduras necesita intensificar los esfuerzos para vencer la brecha de acceso a electricidad a
nivel nacional y el elevado consumo de leña, sobre todo en las regiones aisladas con los meno-
res niveles de acceso a servicios básicos, poniendo en marcha un plan de acción para el acceso
universal a la electricidad y la sustitución de leña por soluciones más eficientes o limpias.
5. Apoyar las iniciativas de transición energética consideradas en los energy compacts presenta-
dos en junio 2021 ante el Diálogo de Alto Nivel de Energía y que constituyen elementos claves
para un plan nacional de descarbonización.
6. Diseño y puesta en marcha de un plan de acción integral para la reducción del riesgo ante
desastres y crisis, con el fin de aumentar la resiliencia socioambiental, especialmente de las
comunidades con mayor índice de vulnerabilidad a los efectos del cambio climático.
8. Para lograr una gobernanza efectiva y un desarrollo sustentable de la gestión del agua es fun-
damental medir, expresar y reconocer su valor, e incorporarlo a los procesos de toma de deci-
siones. Es también clave promover un enfoque territorial en la gestión de cuencas.
SECCIÓN TERCERA: DESAFÍOS Y EJES ESTRATÉGICOS PARA LA TRANSFORMACIÓN DEL ESTADO 447
Recuadro 18 El modelo extractivo: limitantes y potencialidades
El extractivismo puede definirse como la extracción intensa o en altos volúmenes de recursos naturales,
sin procesar o con procesamiento limitado, y destinados a la exportación1.
“La extracción agresiva de recursos en zonas con debilidades institucionales ha cobrado un precio muy
alto sobre los ecosistemas de la región. La región ha perdido casi el 13 por ciento de su superficie forestal
en las últimas tres décadas.
[…] El PNUD ha apoyado a los países a lo largo y ancho de la región en el proceso de diseño e im-
plementación de políticas y medidas para reducir la deforestación y gestionar los bosques de ma-
nera sostenible. Esto ha contribuido a la mitigación del cambio climático, creando simultáneamente
condiciones propicias para un crecimiento inclusivo que cierre las brechas económicas, sociales
y ambientales en el camino hacia el desarrollo sostenible. Esto incluye la asignación de recursos
para la implementación de esquemas de pagos por servicios ambientales (PSA) y programas de
gestión forestal comunitaria. Los esquemas PSA se distinguen de otros programas de transferen-
cias monetarias en la medida en que priorizan la conservación ambiental sobre la reducción de la
pobreza como objetivo principal3. Aun así, los esquemas PSA bien diseñados tienen el potencial
de proteger los recursos ambientales al tiempo que mejoran las condiciones de vida de las comu-
nidades pobres de las zonas rurales”.
1 Eduardo Gudynas, Extracciones, extractivismos y extrahecciones. Un marco conceptual sobre la apropiación de los recursos naturales, 2013, Obser-
vatorio del Desarrollo No. 18. Centro Latinoamericano de Ecología Social. https://ambiental.net/wp-content/uploads/2015/12/GudynasApropiacionEx-
tractivismoExtraheccionesOdeD2013.pdf; José Seoane, Neoliberalismo y ofensiva extractivista. Actualidad de la acumulación por despojo, desafíos de
nuestra América en: Revista Theomai núm. 26. Segundo semestre de 2012.
2 FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación). 2020. Global Forest Resources Assessment 2020: Main Report. Roma: FAO. https://
doi.org/10.4060/ca9825en citado en PNUD, Informe Regional de Desarrollo Humano 2021. Atrapados: alta desigualdad y bajo crecimiento en América
Latina y el Caribe, 2021, Nueva York, NY 10017, Estados Unidos. https://www.latinamerica.undp.org/content/rblac/es/home/library/human_development/
regional-human-development-report-2021.html
3 Wunder, Sven. 2013. “When Payments for Environmental Services Will Work for Conservation”. CIFOR Conservation Letters, en PNUD, 2021.
Fuente: PNUD, Informe Regional de Desarrollo Humano 2021. Atrapados: alta desigualdad y bajo crecimiento en América Latina y el Caribe, 2021, 258,
Nueva York, NY 10017, Estados Unidos. https://www.latinamerica.undp.org/content/rblac/es/home/library/human_development/regional-human-develo-
pment-report-2021.html
Fundamento
1. Realizar una evaluación de las aptitudes digitales del país y de las instituciones y sus actores.
2. Diseñar e implementar una política nacional de transformación digital que, además de la conec-
tividad, invierta en la adquisición de dispositivos para plataformas educativas y en la formación
de las competencias digitales para los estudiantes y maestros.
3. Coordinar, a nivel nacional, recursos e iniciativas con las agencias y organismos de cooperación
internacional para apostar a la transformación digital y el desarrollo de las TIC en Honduras,
incluyéndolos en programas y proyectos de cooperación para el desarrollo, tanto a nivel local
como nacional.
4. Crear una estrategia participativa para la reducción de la brecha digital, tanto de capacidades
como de infraestructura, que potencie y haga viable la transformación digital. A su vez, impulsar
un programa nacional de formación y capacitación en competencias digitales y mediáticas para
toda la población. En esta estrategia se puede potenciar, además, el desarrollo de medios de
comunicación comunitarios y públicos con un enfoque cultural y educativo.
5. Abordar las pérdidas de aprendizaje por el impacto de la pandemia en la educación, por medio
de programas de recuperación que requerirán: (a) combinación de instrucción remota e híbrida,
y acceso a conectividad estable y tecnologías digitales; (b) formación de maestros y maestras
del estudiantado.
6. Diseñar e implementar un plan integral de transformación digital de las instituciones del Estado,
en colaboración con el sector privado, la sociedad civil, la academia y la ciudadanía, que incluya
diferentes etapas y proyectos piloto que pueden ser replicados a escala nacional, e invertir en
la capacitación de competencias digitales de funcionarios y servidores públicos.
28 Ver Luis José Benítez, “Análisis de transformación digital. Una propuesta de desarrollo multidimensional en Honduras” (Honduras: Pro-
grama de las Naciones Unidas para el Desarrollo, 2021), 75. Documento preparado para el Informe de Desarrollo Humano, Honduras
2022 y publicado en la Colección de desarrollo para la transformación, del PNUD.
SECCIÓN TERCERA: DESAFÍOS Y EJES ESTRATÉGICOS PARA LA TRANSFORMACIÓN DEL ESTADO 449
9. Aprovechar el reciente proceso de identificación digital de la ciudadanía liderado por el Re-
gistro Nacional de las Personas (RNP), para garantizar interoperabilidad de las instituciones
del Estado, y así mejorar la eficiencia, seguridad y acceso, y simplificar los servicios públicos,
racionalizar.
En el presente diagrama 24 se presenta una visión integral de la transformación digital para Hon-
duras.
TRANSFORMACIÓN
Diagrama 24 Transformación digital DIGITAL:
con un enfoque multidimensional
UN ENFOQUE MULTIDIMENSIONAL
ESTADO, ECONOMÍA Y SOCIEDAD
Redes comunitarias
Inclusión de
políticas
públicas
Fuente: Equipo Informe de Desarrollo Humano Honduras con base en José Luis Benítez, “Análisis de transformación digital. Una propuesta de
desarrollo multidimensional en Honduras”, preparado para el Informe de Desarrollo Humano Honduras y publicado en la Colección desarrollo
humano para la transformación, PNUD, 2022
Por Benjamín Falck Zepeda, Senior Research Fellow, Instituto Internacional de Investigación sobre
Políticas Alimentarias (IFPRI) 1
Los sistemas alimentarios han jugado un rol crítico en asegurar la seguridad alimentaria. Se han lo-
grado avances significativos que incluyen la reducción de la proporción de personas que padecen
de hambre, desnutrición y prevalencia en retrasos en el crecimiento infantil. Sin embargo, se cuenta
con evidencia de que estos logros se están revirtiendo debido a las interacciones con las crisis
existenciales de salud, sostenibilidad y gobernanza. La creciente inseguridad alimentaria interactúa
y se acentúa con la degradación ambiental y de la biodiversidad, e involucra niveles insostenibles
de emisiones de gases de efecto invernadero y el consecuente impacto en la huella de carbono de
la agricultura.
Se presenta una oportunidad única de solucionar muchos de los problemas de los sistemas alimen-
tarios y contribuir a objetivos de desarrollo humano más amplios, incluida la distribución equitativa
de la riqueza, el empleo y el empoderamiento de la mujer. Para apuntalar este futuro promisorio,
se hace necesaria una transformación hacia lo que se denomina la “agricultura 4.0”. Esta es una
agricultura inteligente, que busca la intensificación sostenible, que usa tecnologías transformativas
y que asegura el acceso justo a los productores más pobres o vulnerables. La agricultura 4.0 depen-
derá sustancialmente de las innovaciones basadas en la ciencia y la tecnología sostenibles2. Invertir
en esto es crítico para el desarrollo sostenible de Honduras.
De acuerdo con el Índice Global del Hambre (Global Hunger Index 2020), la situación del hambre
y la inseguridad alimentaria en Honduras es moderada. Este y otros indicadores de la seguridad
alimentaria muestran un panorama que, si bien ha tenido cierto progreso, se mantiene precario.
La vulnerabilidad alimentaria en Honduras se debe especialmente a la fragilidad de las políticas y
acciones con las que Honduras puede enfrentar al cambio climático y las limitantes de los factores
institucionales que restringen la productividad agropecuaria en el país.
Tal como nos muestra el gráfico a continuación, la situación de la innovación en Honduras es bas-
tante limitada. Según los datos del reporte del Índice Global de Innovación en que se basa el gráfico
SECCIÓN TERCERA: DESAFÍOS Y EJES ESTRATÉGICOS PARA LA TRANSFORMACIÓN DEL ESTADO 451
R11.1, Honduras tiene debilidades y fortalezas con respecto a países referentes de la región, como
Brasil, y deficiencias severas con respecto a los cinco países líderes en innovación a nivel global.
Instituciones
Fuente: Tomado de Cornell University, INSEAD, and WIPO, The Global Innovation Index 2020: Who Will Finance Innovation? (Ithaca, Fontaine-
bleau, and Geneva: 2020), https://www.wipo.int/edocs/pubdocs/en/wipo_pub_gii_2020.pdf
Tal como se muestra el cuadro R11.1, las inversiones en investigación agrícola en Honduras, en térmi-
nos del índice de intensidad del ASTI8 son la mitad relativa a las de Brasil. La inversión total en in-
vestigación agrícola en términos constantes es 50 %, la de Guatemala, y 22 % lo invertido por Costa
Rica. Este cuadro también muestra una cantidad insuficiente de investigadores agrícolas equiva-
lentes a tiempo completo, unido a que apenas un 6 % cuenta con un doctorado. Esto se traduce en
una capacidad reducida para implementar investigación agrícola avanzada. Es importante acotar
que apenas un 14 % de estos profesionales son mujeres, y un poco más de un tercio es mayor de
50 años. Es crítico incrementar la participación de la mujer en la investigación agrícola y la inversión
en la preparación de investigadores agrícolas a mediano y largo plazo para reemplazar a los que
entrarán a la edad de retiro formal.
El índice de intensidad de investigación del ASTI toma en cuenta factores múltiples, incluida la inversión en investigación y
desarrollo relativo y ajustado para determinantes relevantes, expresado con respecto al del Brasil en el 2015.
Los datos de investigadores para Costa Rica, Guatemala, Honduras, Nicaragua y Panamá son del 2012; para el resto de
países, son del 2013.
Los datos de inversión en términos constantes y ajustados por diferencias en paridad de capacidad de compra (PPP) están
expresados en dólares internacionales constantes de 2011.
Fuente: Agricultural Science and Technology Indicators (ASTI) 2021, ASTI database, IFPRI
1. Invertir en la mejora sustancial del sistema de innovación nacional. Tal como muestra el Índice
de Innovación Global 2020, Honduras tiene una serie de fortalezas que es importante utilizar,
así como debilidades que es importante resolver, en particular las instituciones y la gobernanza.
SECCIÓN TERCERA: DESAFÍOS Y EJES ESTRATÉGICOS PARA LA TRANSFORMACIÓN DEL ESTADO 453
4. Promover mejora de los mecanismos de transferencia de tecnología agrícola. Revitalizar el Sis-
tema Nacional de Innovación y Transferencia de Tecnología Agroalimentaria (SNITTA), o algún
mecanismo semejante de coordinación entre el sector público y privado.
1 Se agradece las contribuciones de Alejandro Nin-Pratt y Eugenio Díaz Bonilla del IFPRI a esta reseña.
2 Es importante acotar que las innovaciones van más allá de la tecnología. Las innovaciones políticas e institucionales también son fundamen-
tales, ya que pueden ayudar a solucionar problemas del contexto y el entorno sociocultural, político y de prioridades afines.
3 FAO, Trade Reforms and Food Security: Conceptualizing the Linkages (Rome: Food and Agriculture Organization of the United Nations, 2003;
FAO, “Secretariat contribution to defining the objectives and possible decisions of the World Summit on Food Security”, 2009.
4 Cornell University, INSEAD, and WIPO, The Global Innovation Index 2020: Who Will Finance Innovation? (Ithaca, Fontainebleau, and Geneva:
2020). https://www.wipo.int/edocs/pubdocs/en/wipo_pub_gii_2020.pdf
5 United Nations Commission on Science and Technology for Development (UNCTAD), The role of science, technology, and innovation in en-
suring food security by 2030 (New York and Geneva: 2017), https://unctad.org/system/files/official-document/dtlstict2017d5_en.pdf
6 Julian M. Alston, Philip G. Pardey, and Xudong Rao, The Payoff to Investing in CGIAR Research (SoAR Foundation, 2020); Keith O. Fuglie
and Paul W. Heisey, Economic Returns to Public Agricultural Research (United States Department of Agriculture Economic Research Service
[USDA], 2020).
7 Keith Fuglie, Madhur Gautam, Aparajita Goyal, and William F. Maloney, Harvesting Prosperity: Technology and Productivity Growth in Agricul-
ture (Washington, DC: World Bank, 2020).
8 Siglas en inglés para Indicadores de Ciencia y Tecnología Agropecuaria (Agricultural Science and Technology Indicators [ASTI]).
9 En esta sección se incluyeron insumos del reporte no publicado de Díaz-Bonilla et. ál., Aspectos generales de una visión estratégica y pro-
puesta de políticas e inversiones para el desarrollo agropecuario, el desarrollo rural/territorial integral y la seguridad alimentaria y nutricional
(SAN), de 2019.
Fundamento
En Honduras, las brechas de género constituyen una de las formas de desigualdad más enraizadas
en la sociedad, que afectan en particular a las mujeres y las niñas (más de la mitad de la población).
Esta realidad se convierte así en uno de los principales obstáculos para el progreso social y de-
mocrático del país (una correlación negativa entre Índice de Desigualdad de Género y el Índice de
Democracia Global).
En este contexto, la apuesta por un avance sustancial hacia la igualdad de género, como catalizador
central para el logro del ODS 5 y la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, podría además con-
tribuir a generar un círculo virtuoso entre la igualdad de género y los ejes de un Estado de derecho:
justicia efectiva para todas las personas, seguridad y paz, y democracia real y legítima.
1. En Honduras existe un reconocimiento de los derechos de las mujeres y las niñas, reflejado
en la adopción de los principales instrumentos internacionales de derechos humanos y en la
adecuación y la armonización de esos compromisos con el derecho nacional. Este ha sido un
proceso político y social complejo que ha tomado más de seis décadas (desde 1955, con el de-
recho de las mujeres al sufragio) y con un hito histórico, a partir de la CEDAW (1980), en cuanto
a la protección de los derechos de las mujeres, como referencia en materia de igualdad entre
mujeres y hombres, y con el impulso de la agenda política de las mujeres desde ese periodo.
2. Los logros en desarrollo humano no se han traducido suficientemente, a nivel nacional, en una
mejora de la calidad de vida de todas las personas.
3. El Índice de Desarrollo Humano (IDH) promedio muestra, a nivel nacional, un avance importante
en las últimas dos décadas, posicionando así a Honduras como un país de desarrollo humano
medio. O sea, se observan logros importantes en las capacidades básicas, principalmente en
los resultados en el acceso a la educación básica y de atención primaria en la salud, e ingreso
promedio per cápita (según las dimensiones de este índice).
4. El IDH de mujeres y hombres demuestra que este avance en el desarrollo humano ha sido siste-
máticamente desigual entre unas y otros en las últimas dos décadas, con una clara desventaja
para las mujeres y las niñas. Esta tendencia se refleja también a nivel del territorio (departamen-
tal).
2. Potenciar las capacidades de la nueva Secretaría de Asuntos de la Mujer, asegurando que cuen-
te con los mecanismos y recursos adecuados para implementar su mandato.
29 Carolina Ávalos, Análisis de desigualdad, género e institucionalidad en Honduras (Honduras: Programa de las Naciones Unidas para el
Desarrollo, 2021), 115. Preparado para el Informe de Desarrollo Humano de Honduras 2022 y publicado en la Colección de desarrollo
humano para la transformación del PNUD.
SECCIÓN TERCERA: DESAFÍOS Y EJES ESTRATÉGICOS PARA LA TRANSFORMACIÓN DEL ESTADO 455
3. Contribuir a la actualización periódica de los Planes Nacionales de Igualdad de Oportunidades
como instrumento para incorporar la perspectiva de género en las políticas públicas y asegurar
un sistema de protección social y cuidados, derechos laborales de mujeres remuneradas y no
remuneradas que garanticen la consecución del ODS 5 y el cumplimiento de la Agenda 2030.
4. Asegurar el acceso a oportunidades de justicia para las mujeres como catalizador de la inclu-
sión socioeconómica y de convivencia pacífica libre de violencias mediante políticas públicas
de prevención y atención. Integrar la violencia contra mujeres y niñas, y el femicidio, como un
asunto de seguridad ciudadana, así también se enfatiza la relevancia de incidir en el más largo
plazo en los cambios de normas sociales y nuevas masculinidades, la promoción de los dere-
chos humanos y la cultura de paz. Impulsar las transformaciones institucionales del sector de
justicia y de seguridad.
En la sección primera, se presentan tres tendencias del escenario internacional con implicaciones
profundas para una nación como Honduras. Primero, los cambios climáticos y los desequilibrios
sociales generados, que son sinérgicos. Segundo, las profundas implicaciones tecnológicas y de la
transformación digital. Tercero, la reconfiguración de los poderes mundiales.
En ese contexto es que la definición y el alcance del Estado hondureño requiere manejarse y, con-
secuentemente, la necesidad de una visión estratégica para un Estado moderno con capacidades
multidimensionales, a fin de adaptarse y superar los desafíos del escenario internacional ya des-
crito. Se persigue un Estado que incorpore, diseñe y desarrolle elementos de planeación para el
desarrollo, la prospectiva, la innovación tecnológica y la capacidad de gestión.
o Nacional
1821 2022 2030 o Territorial (+diáspora)
o Local/municipal
Temporalidad
o Comisión de seguimiento de
propuestas
En ese panorama, los acuerdos entre el Estado y la ciudadanía no deben limitarse al compromiso
abstracto y general de ejecución. En los mismos acuerdos, la ciudadanía debe lograr que el Estado
se comprometa a:
1. Asignar los recursos financieros, jurídicos y técnicos para ejecutar las propuestas y políticas.
2. Establecer los tiempos de ejecución del proceso entero y de cada una de sus etapas, en el
marco de un plan.
30 Véase análisis de los escenarios internacionales en el capítulo 1 (sección primera) y el trabajo de análisis del sector externo realizado por
Gustavo Fernández para este Informe de Desarrollo Humano.
SECCIÓN TERCERA: DESAFÍOS Y EJES ESTRATÉGICOS PARA LA TRANSFORMACIÓN DEL ESTADO 457
5. Facilitar y apoyar las veedurías y auditorías sociales.
6. Poner a disposición de las instancias de seguimiento ciudadano toda la información que estas
le requieran sobre la gestión de las propuestas y políticas públicas, en forma transparente.
7. Atender las observaciones sobre la ejecución que la ciudadanía, a través de sus instancias de
seguimiento, le formule, para ejecutar las adiciones, enmiendas y cesaciones que los órganos
de seguimiento ciudadano muestren, en forma racional y transparente, que sean necesarias.
Establecidos estos compromisos por parte del Estado, es factible iniciar y mantener el monitoreo
ciudadano. Tales compromisos son las condiciones necesarias para un eficaz seguimiento que con-
tribuya al logro de los propósitos que guían las propuestas y políticas públicas.
• La necesidad de precisar las prioridades estratégicas del país es apremiante. Es claro que, ante
una multicrisis, hay que enfrentarla globalmente. Pero incluso bajo ese principio, es necesario
saber por dónde se inicia el proceso de transformación en el sentido de responder a los proble-
mas estructurales identificados.
• Esa ruta estratégica es tanto política como técnica, y debe ser clarificada y comunicada a los
actores vinculados a la resolución de los problemas priorizados y de las propuestas estratégi-
cas definidas.
• Por lo tanto, es esencial definir las prioridades de corto plazo —sobre todo cuando se ha instau-
rado un nuevo Gobierno— para cuatro años y la visión que llevará a Honduras al 2030 (visión
más de mediano plazo).
• Este informe ha presentado 8 ejes estratégicos y de los cuales 2 son trasversales, con aproxi-
madamente 50 propuestas de recomendaciones de políticas para implementar.
• El marco de una visión estratégica multidimensional que ha sido definido en la sección primera
y que se ha mantenido en el resto del documento es esencial para encontrar salidas efectivas
31 PNUD, Marco conceptual y metodológico del Informe de Desarrollo Humano (Honduras: Programa de las Naciones Unidas para el De-
sarrollo, 2022).
5.6. El camino que sigue para que la Honduras imaginada sea posible
Con el propósito de avanzar hacia la Honduras imaginada y que es posible, esta idea se articula en
el capítulo de propuestas estratégicas ya esbozado, es decir ahí se exponen las características y el
liderazgo necesarios para llevarlas a cabo. Además, se hace necesario desarrollar y fortalecer una
ciudadanía activa, crítica y propositiva, que aporte en la construcción de una nueva nación. Para ello,
es necesario generar las condiciones que faciliten su articulación en la dimensión local, regional y
nacional. En ese sentido, la ciudadanía activa es el fundamento para la transformación, como se
plantea en el siguiente subapartado.
Es necesario fortalecer el desarrollo y las capacidades de las instituciones para ejecutar una política
inclusiva. Los ciudadanos deben dejar de ser extraños a la institucionalidad o meros usuarios de
esta, para convertirse en cogestores.
Acciones estratégicas:
• Fortalecer las acciones ciudadanas iniciadas desde la segunda parte del siglo XX, en sindicatos,
organizaciones campesinas, empresas asociativas y cooperativas de reforma agraria, patrona-
tos comunales urbanos, junto a las nuevas expresiones de las organizaciones de la sociedad
civil actuales. En concreto fortalecer el rol activo de la ciudadanía y las capacidades ciudadanas
(como conciencia y pensamiento crítico). En esencia, construir una ciudadanía pensante, crítica,
propositiva, con identidad y valores.
• Desarrollar campañas sistemáticas e integrales para concienciar los valores de una cultura
democrática y de derechos humanos. Es un proceso de largo alcance, pero necesario para
cambiar la sociedad hacia el bien común y el camino ético, tal como se define en el apartado
de la inicial de este capítulo.
• Formar una generación de liderazgos sociales, económicos y políticos con ética, compromiso
y bien común que sean quienes asuman las responsabilidades de conducción del Estado, la
sociedad y la economía.
• Empoderar a la ciudadanía en sus derechos, que cada persona los conozca, a partir de ellos,
puedan formular propuestas ciudadanas tanto en el nivel local como en el nacional.
• Fortalecer las capacidades ciudadanas locales y crear estructuras sólidas de participación, ase-
32 Basado en el documento de Ramón Romero, Integración de propuestas para la agenda ciudadana (Honduras: 2021), insumo preparado
ara el Informe de Desarrollo Humano 2022, una visión sintetizada de las diferentes propuestas de los sectores de la sociedad que plant-
ea los elementos de fortalecimiento de la ciudadanía.
SECCIÓN TERCERA: DESAFÍOS Y EJES ESTRATÉGICOS PARA LA TRANSFORMACIÓN DEL ESTADO 459
gurando y aportando a la formación de la ciudadanía para que sepan elegir gobernantes y
representantes que ejerzan sus funciones con legitimidad.
Para ejecutar las transformaciones nacionales que Honduras requiere, se necesita pasar de un país
de individuos a un país de ciudadanos. Es necesario que la ciudadanía decida cambiar la realidad
actual, que desarrolle visiones alternativas de la realidad, que pueda imaginar un mundo que está
mejorando y cómo será en 10, 20 y 50 años, que encuentre vías diferentes para tener un futuro
distinto, mejor en todas las dimensiones de la vida y para todas las personas. El tema no es cómo
encajar en la realidad actual, sino cómo cambiarla. De lo que se trata es de tener formas distintas
de ver el mundo y de actuar en él.
La condición más necesaria, aunque no suficiente para ejecutar acciones efectivas de incidencia, es
lograr una ciudadanía empoderada. Se trata de asumir, de manera consciente. Las personas, en su
calidad de ciudadanas, necesitan entenderse a sí mismas como el primer poder, con capacidad de
construir una nueva república participativa.
En el contexto de la Honduras actual, esta es una tarea compleja pero no imposible. Hoy el país
está sumido en una crisis aguda y múltiple. Se vive la ausencia de liderazgos transformadores en las
distintas dimensiones de la vida nacional. La propia ciudadanía participa de la condición precaria y
vulnerable de toda la sociedad.
En tales condiciones, se hace más necesaria en Honduras una ciudadanía organizada, independi-
ente, crítica y propositiva, capaz de movilizarse y de construir instancias confiables en la sociedad
civil. Estas características posibilitarán los avances del empoderamiento ciudadano integral.
Entre los desafíos que corresponde a la ciudadanía enfrentar para hacerse a sí misma, se señalan en
esta parte del presente documento algunos que se estiman de importancia estratégica. Cada uno
está articulado con los demás, formando una totalidad única.
33 Según Ramón Romero, La estrategia de incidencia ciudadana y la viabilidad de las propuestas ciudadanas (Honduras: 2021), insumo
preparado para el Informe de Desarrollo Humano de Honduras 2022.
Para ejercer una incidencia efectiva, la ciudadanía necesita presentar propuestas construidas con
base en información empírica, estudios e interpretaciones correctas de la realidad. Las cifras, los
datos, los hechos y las teorías sociales en que se funden las propuestas marcarán la diferencia re-
specto a las opiniones, los prejuicios y los criterios infundados con que se suele intervenir y actuar
en los temas políticos, económicos y sociales. La fundamentación empírica y teórica de las propues-
tas permite establecer su contextualización, correcto diseño y formulación, el señalamiento de su
impacto en la construcción del futuro y de escenarios prospectivos.
Las propuestas ciudadanas así formuladas deben presentarse a todo el país, a los distintos sectores
económicos, políticos y sociales, de manera contundente, clara y frontal. Honduras necesita que su
ciudadanía le formule propuestas de importancia estratégica para su transformación, en las cuales
se pueda confiar y que unan a diversos sectores en tareas comunes. Esta actuación puede ser más
efectiva que la tradicional firma de acuerdos políticos.
Un elemento decisivo más para hacer incidencia ciudadana efectiva es tener aliados externos. Gran
parte de los problemas de diverso tipo que se enfrentan y las propuestas que la ciudadanía formula
son de naturaleza mundial o regional. La acción conjunta entre ciudadanos de distintos países se
torna necesaria. También es indispensable la acción conjunta en el caso de problemas de dimen-
sión local o nacional, para los cuales la solidaridad internacional con frecuencia es vital. Por ambas
razones, es esencial la construcción de una amplia red de acción conjunta, local, nacional e inter-
nacional34.
SECCIÓN TERCERA: DESAFÍOS Y EJES ESTRATÉGICOS PARA LA TRANSFORMACIÓN DEL ESTADO 461
La ciudadanía debe seleccionar los temas prioritarios, económicos, sociales, políticos y ambientales
para formular la agenda ciudadana de incidencia.
Cada uno de estos temas requiere satisfacer dos condiciones: importancia estratégica para el país
y viabilidad. Además, estar interrelacionados, no aislados ni eclécticos. Los tres grandes retos que
deben asumir los puntos de la agenda ciudadana son: Estado de derecho, cambio climático y des-
igualdad en un contexto de pandemia.
Además de seleccionar los temas prioritarios de la agenda, la ciudadanía debe convocar para la in-
cidencia a liderazgos de distintos sectores, que gocen de credibilidad, base social, respaldo técnico
y capacidad de interlocución con sectores políticos, para elaborar una agenda conjunta.
Para hacerlo eficaz, el contrato social debe incluir acciones estratégicas que puedan ser exigidas
por la ciudadanía. Si no se incluyen, el contrato social se convierte en un mecanismo de reparto de
poder sin ir más allá de esto.
A través del contrato social, se pretende conectar a los políticos con los problemas reales que la
ciudadanía enfrenta. Estas dificultades desplazan a las de otro tipo, que son solo del interés de los
políticos o de estos y los grupos fácticos.
En el pacto deben contenerse, además de los temas negociados, elementos de medición, tempora-
lidades de cumplimiento y mecanismos de seguimiento.
Al ser el pacto una negociación sobre el futuro, el Gobierno actual puede orientar con liderazgo y
participar. Además, la perspectiva gubernamental es siempre inmediata y puede ser parcial. Pero allí
el aporte ciudadano complementa, esclarece y da sentido al camino en busca de la transformación.
Esta perspectiva puede también estar influida por intereses particulares de grupos fácticos que
ejercen influencia sobre el Gobierno.
A partir de los problemas estructurales y rezagos socioeconómicos del siglo XX más las dificultades
coyunturales, el COVID-19 y los huracanes Eta e Iota de los últimos dos años es que se genera,
amplía y profundiza una multicrisis que implica la necesidad de tener un planteamiento multidi-
mensional, inclusivo, integral y prospectivo, a fin de enfrentar esos desafíos y transitar hacia una
transformación profunda del país.
En ese contexto, el rol del Estado es fundamental para diseñar e implementar políticas públicas con
las características que han mencionado. Sin un Estado de derecho pleno, no es posible alcanzar las
transformaciones que el país requiere, las cuales solo son viables con liderazgos que sean conse-
cuentes con esos rasgos ya enunciados. Por lo tanto, los liderazgos transformadores, multidimen-
sionales, con visión de futuro, con ética y con un enfoque inclusivo son necesarios.
No hay otra manera para dar pasos en la dirección correcta y con la celeridad que la multicrisis
plantea a Honduras. En este panorama, es fundamental el rol de las personas jóvenes y las mujeres
para la construcción de una ciudadanía activa responsable, que aporte y lleve a los liderazgos
políticos en la línea que el país demanda. En ese escenario, se perfila un conjunto de principios
esenciales para la implementación y la participación de la ciudadanía y de los actores clave del de-
sarrollo (gobierno, sociedad civil, empresa privada y academia), a fin de alcanzar transformaciones
nacionales profundas sostenibles y eficaces. Los principios se describen a continuación.
El entorno complejo por los efectos del COVID-19 en una sociedad más polarizada por el escenario
político del país y con un espacio reducido de oportunidades de desarrollo hace impostergable que
la nación cuente con una visión integradora, elevada eficiencia en la gestión pública, unidad de to-
dos los sectores de la sociedad y ética de los liderazgos políticos, empresariales y sociales del país.
Estos elementos son un prerrequisito para la transformación humana y espiritual.
La agenda a favor de las personas vulnerables y más pobres es la base del desarrollo humano y
la gobernabilidad. Incluye mujeres, jóvenes, niñez, pueblos indígenas y afrodescendientes. La res-
puesta a la crisis requiere de un pacto social integrador o pacto del bicentenario, a fin de cambiar
la dinámica entre Estado, empresarios y sociedad, centrado en la transparencia, la lucha anticorrup-
ción y el fortalecimiento de la democracia. Más que su modernización, se trata de la transformación
del Estado. En este pacto, el funcionamiento del Estado de derecho y el apoyo hacia la política
social emergen como rectores de la gestión pública orientada al bienestar y la seguridad de la
población, y deben ser repensados como elementos principales de transformación. No debe haber
una agenda económica y otra social. Se trata de una sola agenda: la del desarrollo, y las personas
en situación de pobreza y vulnerabilidad están en el centro.
Se requiere de una visión integral del desarrollo humano con un enfoque multidimensional. En esta
línea de pensamiento, existen tres elementos relacionados al considerar la respuesta a la crisis del
país. Primero, fortalecer la educación y la salud integral como bien público. Segundo, repensar la
protección social inclusiva como un derecho humano fundamental consistente con la justicia, la
convivencia y la dignidad humana, a fin de reducir desigualdades en el corto y mediano plazo. La
protección social universal como política pública debe de responder a los más pobres y vulnera-
bles en el territorio. Tercero, la política económica, especialmente la fiscal, debe reorientarse para
financiar el déficit social estructural y de empleo que afecta a la población históricamente excluida.
Las prioridades de desarrollo inmediatas de esta multicrisis deben emprenderse con la mirada
puesta en el futuro. La gestión de desarrollo será afectada por las decisiones que el país tome. Es
esencial una nueva mirada sobre viejos problemas. Se necesita imaginar nuevas posibilidades y
hacer un llamado colectivo por la transformación. Los doscientos años de historia en un caminar
sinuoso de aprendizaje que, como sociedad, se debe valorar con integridad y humildad, a fin de
superar los errores que han alejado a Honduras del desarrollo, la justicia y la paz.
SECCIÓN TERCERA: DESAFÍOS Y EJES ESTRATÉGICOS PARA LA TRANSFORMACIÓN DEL ESTADO 463
5. El poder de la esperanza35 y el liderazgo transformador
7. La Honduras imaginada
Así, la Honduras transformada inicia por el reencuentro y la reconciliación con la Honduras imagina-
da por próceres insignes como José Cecilio del Valle, Francisco Morazán, José Trinidad Cabañas
y José Trinidad Reyes; por intelectuales como Alberto Membreño, Rafael Heliodoro Valle y Ramón
Amaya Amador; por pensadores y periodistas como Álvaro Contreras Membreño, Alfonso Guillén
Zelaya y Ventura Ramos; y por líderes reformadores como Ramón Rosa, Juan Manuel Gálvez y
Ramón Villeda Morales: una Honduras para todos, con respeto, justicia y paz.
SECCIÓN TERCERA: DESAFÍOS Y EJES ESTRATÉGICOS PARA LA TRANSFORMACIÓN DEL ESTADO 465
B I B L I O G R A F Í A
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471
Anexo 1
Cuadros estadísticos
Índice de Desarrollo Esperanza de Años esperados Años promedio Ingreso per cápita Índice de Desarrollo
Clasificación según el IDH
Humano (IDH) vida al nacer de escolaridad de escolaridad estimado Humano (IDH)
(valor) (rank municipal) (categoría) (años) (años) (años) (PPA en US$) (valor)
Código Departamento/Municipio 2019 2019 2019 2019 2019 2019 2019 2014
0100 Atlántida 0.655 Medio 75.1 11.8 6.7 5,397 0.641281686
0101 La Ceiba 0.696 7 Medio 75.5 12.8 7.9 6,831 0.680
0102 El Porvenir 0.639 41 Medio 74.8 11.6 6.4 4,601 0.630
0103 Esparta 0.595 96 Medio 74.3 10.8 5.0 3,608 0.586
0104 Jutiapa 0.578 136 Medio 74.1 10.5 4.7 3,038 0.570
0105 La Masica 0.621 57 Medio 74.6 11.3 5.7 4,223 0.610
0106 San Francisco 0.649 34 Medio 74.9 11.9 6.6 4,892 0.638
0107 Tela 0.624 53 Medio 74.8 10.8 6.0 4,556 0.612
0108 Arizona 0.598 87 Medio 74.5 10.3 5.2 3,966 0.587
0200 Colón 0.623 Medio 75.3 10.5 6.0 4,502 0.605
0201 Trujillo 0.630 48 Medio 75.2 11.1 6.2 4,423 0.613
0202 Balfate 0.568 155 Medio 74.6 9.3 4.8 3,175 0.553
0203 Iriona 0.605 78 Medio 75.0 9.9 5.7 4,139 0.589
0204 Limón 0.560 177 Medio 74.4 9.6 4.5 2,755 0.549
0206 Santa Fe 0.633 45 Medio 75.1 11.7 6.5 3,898 0.611
0207 Santa Rosa de Aguán 0.594 100 Medio 75.3 9.3 5.1 4,423 0.576
0208 Sonaguera 0.616 63 Medio 75.2 10.2 6.0 4,342 0.598
0205 Sabá 0.646 36 Medio 75.5 11.0 6.9 4,998 0.627
0209 Tocoa 0.641 39 Medio 75.5 10.9 6.4 5,115 0.624
0210 Bonito Oriental 0.594 99 Medio 75.1 9.6 5.2 4,187 0.577
0300 Comayagua 0.628 Medio 75.3 10.9 5.9 4,715 0.602
0301 Comayagua 0.660 25 Medio 75.7 11.9 6.6 5,571 0.633
0302 Ajuterique 0.662 23 Medio 75.5 12.4 6.7 5,277 0.631
0303 El Rosario 0.529 238 Bajo 74.3 8.5 3.8 2,573 0.513
0304 Esquías 0.556 187 Medio 74.7 8.5 4.6 3,265 0.536
0305 Humuya 0.607 76 Medio 74.6 11.9 5.5 3,159 0.587
0306 La Libertad 0.592 104 Medio 74.9 9.8 5.3 3,716 0.569
0307 Lamaní 0.597 92 Medio 74.7 11.0 5.3 3,232 0.571
0308 La Trinidad 0.536 227 Bajo 74.0 9.4 4.1 2,203 0.520
0309 Lejamaní 0.691 9 Medio 76.0 13.2 7.1 6,610 0.659
0310 Meámbar 0.526 245 Bajo 74.1 8.6 3.8 2,368 0.510
0311 Minas de Oro 0.592 102 Medio 74.8 10.4 5.1 3,582 0.568
0312 Ojos de Agua 0.581 124 Medio 74.6 10.0 5.2 3,103 0.560
0313 San Jerónimo 0.580 129 Medio 74.8 9.5 4.9 3,566 0.557
0314 San José de Comayagua 0.555 190 Medio 74.5 9.1 4.2 3,073 0.533
0315 San José del Potrero 0.573 148 Medio 74.3 10.4 4.8 2,786 0.553
0316 San Luis 0.581 122 Medio 74.9 9.1 5.3 3,648 0.559
0317 San Sebastián 0.646 37 Medio 75.3 12.5 6.0 4,574 0.616
0318 Siguatepeque 0.662 22 Medio 75.8 11.6 6.8 5,912 0.634
0319 Villa de San Antonio 0.652 30 Medio 75.5 12.1 6.3 5,224 0.624
0320 Las Lajas 0.579 131 Medio 74.9 9.5 4.8 3,659 0.555
0321 Taulabé 0.620 59 Medio 75.4 10.7 5.4 4,786 0.591
0400 Copán 0.574 Medio 74.1 9.5 4.6 3,747 0.560
0401 Santa Rosa de Copán 0.685 10 Medio 75.2 12.6 7.4 6,741 0.668
0402 Cabañas 0.489 286 Bajo 72.9 7.9 3.0 1,946 0.484
0403 Concepción 0.493 283 Bajo 73.1 7.9 3.0 2,143 0.487
0404 Copán Ruinas 0.517 264 Bajo 73.4 8.4 3.4 2,526 0.506
0405 Corquín 0.563 169 Medio 73.8 9.2 4.7 3,124 0.553
0406 Cucuyagua 0.549 199 Bajo 73.8 8.7 4.2 3,244 0.537
0407 Dolores 0.526 244 Bajo 73.5 8.8 3.2 2,811 0.516
0408 Dulce Nombre 0.614 67 Medio 74.4 11.1 5.3 4,424 0.601
0409 El Paraíso 0.524 252 Bajo 73.5 8.6 3.4 2,689 0.508
0410 Florida 0.524 253 Bajo 73.5 8.5 3.6 2,581 0.511
0411 La Jigua 0.542 215 Bajo 73.3 10.1 3.7 2,407 0.528
0412 La Unión 0.535 228 Bajo 73.9 8.0 3.8 3,378 0.520
0413 Nueva Arcadia 0.611 72 Medio 74.6 10.3 5.2 4,893 0.595
0414 San Agustín 0.458 297 Bajo 73.2 6.1 2.4 2,175 0.450
0415 San Antonio 0.535 229 Bajo 73.5 9.1 3.5 2,713 0.522
0416 San Jerónimo 0.553 195 Medio 73.9 9.2 3.7 3,514 0.538
0417 San José 0.581 126 Medio 73.9 10.3 4.7 3,450 0.566
0418 San Juan de Opoa 0.559 179 Medio 73.8 9.7 3.9 3,245 0.543
0419 San Nicolás 0.572 149 Medio 74.2 9.3 4.4 3,841 0.558
0420 San Pedro 0.585 117 Medio 74.1 9.6 5.2 3,753 0.570
0421 Santa Rita 0.516 269 Bajo 73.5 8.0 3.4 2,714 0.503
0422 Trinidad de Copán 0.546 208 Bajo 73.8 8.9 3.8 3,275 0.533
0423 Veracruz 0.554 193 Medio 73.8 9.1 4.1 3,295 0.541
0500 Cortés 0.683 Medio 75.4 11.8 7.1 8,020 0.655
0501 San Pedro Sula 0.708 3 Alto 75.6 12.4 7.8 9,331 0.677
472 INFORME0502
DE DESARROLLO
Choloma HUMANO 0.668 19 Medio 75.4 11.0 6.6 8,117 0.641
0503 Omoa 0.604 79 Medio 74.3 10.6 5.1 4,309 0.582
0504 Pimienta 0.650 32 Medio 75.0 11.4 6.1 6,316 0.624
0505 Potrerillos 0.639 42 Medio 75.0 10.6 5.9 6,442 0.610
0411 La Jigua 0.542 215 Bajo 73.3 10.1 3.7 2,407 0.528
0412 La Unión 0.535 228 Bajo 73.9 8.0 3.8 3,378 0.520
0413 Nueva Arcadia 0.611 72 Medio 74.6 10.3 5.2 4,893 0.595
0414 San Agustín 0.458 297 Bajo 73.2 6.1 2.4 2,175 0.450
0415 San Antonio 0.535 229 Bajo 73.5 9.1 3.5 2,713 0.522
0416 San Jerónimo 0.553 195 Medio 73.9 9.2 3.7 3,514 0.538
0417 San José 0.581 126 Medio 73.9 10.3 4.7 3,450 0.566
0418 San Juan de Opoa 0.559 179 Medio 73.8 9.7 3.9 3,245 0.543
0419 San Nicolás 0.572 149 Medio 74.2 9.3 4.4 3,841 0.558
0420 San Pedro 0.585 117 Medio 74.1 9.6 5.2 3,753 0.570
0421 Santa Rita 0.516 269 Bajo 73.5 8.0 3.4 2,714 0.503
0422 Trinidad de Copán 0.546 208 Bajo 73.8 8.9 3.8 3,275 0.533
0423 Veracruz 0.554 193 Medio 73.8 9.1 4.1 3,295 0.541
0500 Cortés 0.683 Medio 75.4 11.8 7.1 8,020 0.655
0501 San Pedro Sula 0.708 3 Alto 75.6 12.4 7.8 9,331 0.677
0502 Choloma 0.668 19 Medio 75.4 11.0 6.6 8,117 0.641
0503 Omoa 0.604 79 Medio 74.3 10.6 5.1 4,309 0.582
0504 Pimienta 0.650 32 Medio 75.0 11.4 6.1 6,316 0.624
0505 Potrerillos 0.639 42 Medio 75.0 10.6 5.9 6,442 0.610
0506 Puerto Cortés 0.672 16 Medio 75.1 11.9 6.9 6,884 0.643
0507 San Antonio de Cortés 0.586 113 Medio 74.1 9.9 4.6 4,154 0.561
0508 San Francisco de Yojoa 0.643 38 Medio 74.8 11.1 6.1 5,823 0.616
0509 San Manuel 0.656 28 Medio 74.9 11.4 6.6 6,189 0.633
0510 Santa Cruz de Yojoa 0.622 56 Medio 74.5 10.6 5.7 5,014 0.596
0511 Villanueva 0.667 20 Medio 75.2 11.2 6.8 7,448 0.640
0512 La Lima 0.703 6 Alto 75.4 12.7 7.8 7,997 0.674
0600 Choluteca 0.613 Medio 75.1 10.9 5.6 4,035 0.597
0601 Choluteca 0.669 17 Medio 75.7 12.1 7.1 5,745 0.650
0602 Apacilagua 0.563 171 Medio 74.3 10.4 4.2 2,685 0.551
0603 Concepción de María 0.540 217 Bajo 74.1 9.8 3.8 2,331 0.532
0604 Duyure 0.594 98 Medio 74.7 10.2 5.5 3,408 0.581
0605 El Corpus 0.559 178 Medio 74.4 9.4 4.4 2,923 0.548
0606 El Triunfo 0.568 156 Medio 74.4 10.3 4.5 2,810 0.558
0607 Marcovia 0.588 107 Medio 74.8 10.4 4.9 3,455 0.572
0608 Morolica 0.545 210 Bajo 74.3 9.2 3.9 2,804 0.533
0609 Namasigue 0.555 188 Medio 74.4 9.4 4.3 2,833 0.546
0610 Orocuina 0.575 141 Medio 74.5 10.7 4.5 2,921 0.562
0611 Pespire 0.594 97 Medio 74.7 10.8 5.2 3,305 0.580
0612 San Antonio de Flores 0.579 133 Medio 74.4 10.8 4.8 2,782 0.565
0613 San Isidro 0.542 214 Bajo 74.2 8.6 4.4 2,658 0.532
0614 San José 0.527 241 Bajo 74.0 9.1 3.7 2,237 0.522
0615 San Marcos de Colón 0.625 52 Medio 74.9 11.4 6.3 3,851 0.613
0616 Santa Ana de Yusguare 0.600 81 Medio 75.2 9.9 5.2 4,304 0.582
0700 El Paraíso 0.593 Medio 74.4 10.6 5.3 3,261 0.573
0701 Yuscarán 0.611 71 Medio 74.5 11.3 6.0 3,307 0.592
0702 Alauca 0.579 134 Medio 74.0 11.4 5.0 2,472 0.562
0703 Danlí 0.609 74 Medio 74.6 10.9 5.8 3,625 0.588
0704 El Paraíso 0.656 29 Medio 75.2 12.4 6.6 4,901 0.629
0705 Guinope 0.615 65 Medio 74.7 11.3 5.8 3,707 0.596
0706 Jacaleapa 0.681 12 Medio 75.3 13.5 7.4 5,212 0.656
0707 Liure 0.516 268 Bajo 73.5 9.6 3.1 1,958 0.500
0708 Morocelí 0.595 95 Medio 74.3 11.5 5.2 2,969 0.576
0709 Oropolí 0.586 114 Medio 74.2 10.8 5.1 2,943 0.566
0710 Potrerillos 0.567 159 Medio 73.7 11.0 5.0 2,220 0.554
0711 San Antonio de Flores 0.552 196 Medio 73.9 9.8 4.4 2,470 0.537
0712 San Lucas 0.522 255 Bajo 73.6 9.2 3.5 2,107 0.509
0713 San Matías 0.634 44 Medio 74.7 12.4 5.9 3,969 0.612
0714 Soledad 0.567 160 Medio 73.9 10.8 4.6 2,502 0.548
0715 Teupasenti 0.524 251 Bajo 73.6 9.0 4.1 2,020 0.512
0716 Texiguat 0.545 209 Bajo 73.7 10.7 3.6 2,222 0.529
0717 Vado Ancho 0.534 230 Bajo 73.5 10.4 3.6 2,009 0.521
0718 Yauyupe 0.581 127 Medio 74.1 10.6 5.2 2,778 0.564
0719 Trojes 0.530 237 Bajo 73.9 8.3 4.2 2,438 0.516
0800 Francisco Morazán 0.704 Alto 76.1 13.2 7.8 7,160 0.701
0801 Distrito Central 0.732 1 Alto 76.4 14.0 8.6 8,324 0.728
0802 Alubarén 0.533 234 Bajo 73.9 9.9 3.7 2,080 0.537
0803 Cedros 0.565 167 Medio 74.4 10.0 4.6 2,708 0.573
0804 Curarén 0.491 285 Bajo 73.6 8.6 2.9 1,716 0.496
0805 El Porvenir 0.543 213 Bajo 74.2 9.4 4.6 2,101 0.558
0806 Guaimaca 0.588 108 Medio 74.9 9.8 5.2 3,609 0.591
0807 La Libertad 0.575 142 Medio 74.5 9.7 5.3 2,920 0.582
0808 La Venta 0.549 200 Bajo 74.1 10.1 4.0 2,449 0.556
0809 Lepaterique 0.537 224 Bajo 74.1 9.8 3.7 2,266 0.546
0810 Maraita 0.567 158 Medio 74.3 10.3 4.4 2,823 0.574
0811 Marale 0.511 274 Bajo 73.8 9.1 3.2 1,957 0.514
0812 Nueva Armenia 0.567 157 Medio 74.2 10.7 4.6 2,495 0.581
0813 Ojojona 0.592 103 Medio 74.9 10.5 4.8 3,635 0.595
0814 Orica 0.533 233 Bajo 74.0 9.3 4.0 2,174 0.540
0815 Reitoca 0.514 271 Bajo 73.7 9.5 3.1 1,946 0.519
0816 Sabanagrande 0.597 91 Medio 74.7 11.1 5.0 3,335 0.602
0817 San Antonio de Oriente 0.628 51 Medio 75.2 11.3 5.9 4,364 0.628
0818 San Buenaventura 0.650 33 Medio 75.2 13.3 5.9 4,440 0.656
0819 San Ignacio 0.570 153 Medio 74.3 10.8 4.6 2,581 0.576
0820 San Juan de Flores 0.537 221 Bajo 74.0 9.2 4.2 2,288 0.547
0821 San Miguelito 0.556 186 Medio 74.0 10.9 4.1 2,239 0.563
0822 Santa Ana 0.681 11 Medio 75.9 12.4 6.9 6,799 0.679
0823 Santa Lucía 0.706 4 Alto 75.9 13.6 8.0 6,681 0.714
0824 Talanga 0.615 64 Medio 75.1 11.0 5.4 4,199 0.616
0825 Tatumbla 0.640 40 Medio 75.4 11.4 6.1 4,950 0.646
0826 Valle de Ángeles 0.669 18 Medio 75.6 12.3 7.0 5,636 0.673
0827 Villa de San Francisco 0.612 70 Medio 74.8 11.5 5.6 3,522 0.616
0828 Vallecillo 0.531 236 Bajo 74.2 8.3 4.2 2,436 0.538
0900 Gracias a Dios 0.594 Medio 74.4 11.4 5.6 2,699 0.578
0901 Puerto Lempira 0.599 85 Medio 74.6 11.4 5.5 3,021 0.585
0902 Brus Laguna 0.581 128 Medio 73.8 11.5 6.3 1,933 0.563
0904 Juan Francisco Bulnes 0.596 93 Medio 74.7 10.4 5.6 3,303 0.574
0903 Ahuas 0.595 94 Medio 74.2 11.4 6.2 2,417 0.579
0906 Wampusirpi 0.576 139 Medio 73.9 11.1 5.8 2,117 0.558 473
0905 Ramón Villeda Morales 0.579 135 Medio 74.1 11.7 5.1 2,234 0.562
1000 Intibucá 0.581 Medio 74.5 10.4 5.2 2,835 0.555
1001 La Esperanza 0.711 2 Alto 75.9 13.6 9.1 5,781 0.679
0823 Santa Lucía 0.706 4 Alto 75.9 13.6 8.0 6,681 0.714
0824 Talanga 0.615 64 Medio 75.1 11.0 5.4 4,199 0.616
0825 Tatumbla 0.640 40 Medio 75.4 11.4 6.1 4,950 0.646
0826 Valle de Ángeles 0.669 18 Medio 75.6 12.3 7.0 5,636 0.673
0827 Villa de San Francisco 0.612 70 Medio 74.8 11.5 5.6 3,522 0.616
0828 Vallecillo 0.531 236 Bajo 74.2 8.3 4.2 2,436 0.538
0900 Gracias a Dios 0.594 Medio 74.4 11.4 5.6 2,699 0.578
0901 Puerto Lempira 0.599 85 Medio 74.6 11.4 5.5 3,021 0.585
0902 Brus Laguna 0.581 128 Medio 73.8 11.5 6.3 1,933 0.563
0904 Juan Francisco Bulnes 0.596 93 Medio 74.7 10.4 5.6 3,303 0.574
0903 Ahuas 0.595 94 Medio 74.2 11.4 6.2 2,417 0.579
0906 Wampusirpi 0.576 139 Medio 73.9 11.1 5.8 2,117 0.558
0905 Ramón Villeda Morales 0.579 135 Medio 74.1 11.7 5.1 2,234 0.562
1000 Intibucá 0.581 Medio 74.5 10.4 5.2 2,835 0.555
1001 La Esperanza 0.711 2 Alto 75.9 13.6 9.1 5,781 0.679
1002 Camasca 0.577 137 Medio 74.2 11.0 5.3 2,368 0.552
1003 Colomoncagua 0.537 222 Bajo 73.8 10.0 4.2 1,931 0.513
1004 Concepción 0.555 191 Medio 74.0 10.4 4.9 2,045 0.534
1005 Dolores 0.514 270 Bajo 73.6 9.2 3.6 1,824 0.496
1006 Intibucá 0.622 54 Medio 74.9 11.3 6.4 3,564 0.594
1007 Jesús de Otoro 0.600 82 Medio 74.6 10.9 5.8 3,120 0.573
1008 Magdalena 0.571 151 Medio 74.4 10.1 5.1 2,660 0.542
1009 Masaguara 0.495 282 Bajo 73.8 8.4 3.0 1,870 0.475
1010 San Antonio 0.552 197 Medio 73.9 10.2 4.9 1,983 0.528
1011 San Isidro 0.536 226 Bajo 74.0 8.7 4.7 2,198 0.517
1012 San Juan 0.557 185 Medio 74.3 9.5 4.6 2,612 0.532
1013 San Marcos de la Sierra 0.544 211 Bajo 74.3 10.0 3.3 2,702 0.521
1014 San Miguelito 0.520 262 Bajo 73.6 9.4 3.9 1,799 0.503
1015 Santa Lucía 0.534 231 Bajo 73.9 9.4 4.6 1,927 0.511
1016 Yamaranguila 0.563 172 Medio 74.3 9.9 4.8 2,589 0.537
1017 San Francisco de Opalaca 0.508 276 Bajo 73.6 9.2 3.4 1,766 0.494
1100 Islas de La Bahía 0.696 Medio 76.1 12.4 7.7 7,398 0.675
1101 Roatán 0.703 5 Alto 76.2 12.5 7.9 7,774 0.683
1102 Guanaja 0.673 15 Medio 75.9 11.8 7.0 6,655 0.651
1103 José Santos Guardiola 0.677 13 Medio 75.7 12.4 7.3 5,866 0.652
1104 Utila 0.691 8 Medio 76.3 11.8 7.3 8,222 0.672
1200 La Paz 0.588 Medio 74.6 10.6 5.3 2,982 0.571
1201 La Paz 0.652 31 Medio 75.1 12.3 7.3 4,022 0.633
1202 Aguanqueterique 0.520 261 Bajo 74.0 8.3 4.0 2,202 0.506
1203 Cabañas 0.547 206 Bajo 73.9 9.9 4.7 2,066 0.535
1204 Cane 0.662 24 Medio 75.2 13.7 7.0 4,004 0.647
1205 Chinacla 0.549 201 Bajo 74.1 9.8 4.3 2,377 0.532
1206 Guajiquiro 0.582 120 Medio 74.5 11.0 4.8 2,855 0.567
1207 Lauterique 0.533 232 Bajo 74.0 9.1 4.1 2,231 0.520
1208 Marcala 0.630 49 Medio 75.1 11.3 6.3 4,107 0.611
1209 Mercedes de Oriente 0.517 266 Bajo 74.0 8.8 3.5 2,097 0.503
1210 Opatoro 0.555 192 Medio 74.1 10.4 4.3 2,311 0.540
1211 San Antonio del Norte 0.571 150 Medio 74.4 9.8 5.2 2,678 0.555
1212 San José 0.581 123 Medio 74.5 11.0 4.8 2,817 0.561
1213 San Juan 0.563 170 Medio 74.1 9.6 5.6 2,284 0.549
1214 San Pedro de Tutule 0.566 164 Medio 74.3 10.0 4.7 2,686 0.550
1215 Santa Ana 0.497 281 Bajo 73.7 8.6 3.1 1,791 0.484
1216 Santa Elena 0.508 277 Bajo 73.3 10.0 3.6 1,452 0.501
1217 Santa María 0.552 198 Medio 74.3 9.6 4.3 2,574 0.536
1218 Santiago de Puringla 0.537 223 Bajo 74.2 8.8 4.2 2,451 0.521
1219 Yarula 0.507 278 Bajo 73.4 9.6 3.5 1,525 0.496
1300 Lempira 0.522 Bajo 73.9 8.5 4.1 2,115 0.515
1301 Gracias 0.579 132 Medio 74.5 9.6 5.6 2,898 0.569
1302 Belén 0.480 294 Bajo 72.9 8.2 4.2 1,155 0.478
1303 Candelaria 0.548 203 Bajo 74.3 9.2 4.5 2,533 0.536
1304 Cololaca 0.488 288 Bajo 73.5 8.1 3.4 1,606 0.489
1305 Erandique 0.540 218 Bajo 74.2 9.0 4.1 2,477 0.529
1306 Gualcince 0.497 280 Bajo 73.6 8.8 3.1 1,719 0.491
1307 Guarita 0.514 272 Bajo 74.0 8.1 3.8 2,126 0.505
1308 La Campa 0.525 247 Bajo 73.7 8.5 4.9 1,827 0.523
1309 La Iguala 0.488 289 Bajo 73.7 7.2 3.6 1,842 0.484
1310 Las Flores 0.557 182 Medio 74.5 9.0 4.7 2,849 0.547
1311 La Unión 0.520 263 Bajo 73.9 9.1 3.5 2,065 0.515
1312 La Virtud 0.517 265 Bajo 73.9 9.0 3.7 1,961 0.506
1313 Lepaera 0.528 240 Bajo 74.0 8.7 4.2 2,206 0.519
1314 Mapulaca 0.521 258 Bajo 73.9 9.0 3.9 1,932 0.511
1315 Piraera 0.486 290 Bajo 73.5 8.0 3.3 1,604 0.481
1316 San Andrés 0.457 298 Bajo 73.6 7.0 2.3 1,687 0.453
1317 San Francisco 0.512 273 Bajo 73.5 8.8 4.1 1,655 0.503
1318 San Juan Guarita 0.538 220 Bajo 74.0 9.5 4.1 2,189 0.529
1319 San Manuel Colohete 0.479 295 Bajo 73.5 7.4 3.2 1,701 0.475
1320 San Rafael 0.525 246 Bajo 74.0 8.3 4.3 2,201 0.517
1321 San Sebastián 0.464 296 Bajo 73.3 7.3 2.8 1,525 0.462
1322 Santa Cruz 0.485 291 Bajo 73.5 8.3 3.0 1,622 0.484
1323 Talgua 0.524 249 Bajo 74.0 8.5 4.2 2,151 0.517
1324 Tambla 0.561 175 Medio 74.5 9.0 4.8 2,965 0.552
1325 Tomalá 0.526 242 Bajo 73.8 8.9 4.3 1,950 0.519
1326 Valladolid 0.536 225 Bajo 74.3 8.2 4.5 2,563 0.525
1327 Virginia 0.526 243 Bajo 73.9 9.2 4.0 2,006 0.517
1328 San Marcos de Caiquín 0.498 279 Bajo 73.5 8.2 3.8 1,660 0.497
1400 Ocotepeque 0.586 Medio 74.8 9.6 5.3 3,528 0.543
1401 Ocotepeque 0.675 14 Medio 75.6 12.5 7.5 5,349 0.623
1402 Belén Gualcho 0.522 257 Bajo 73.9 8.9 3.8 2,096 0.489
1403 Concepción 0.567 162 Medio 74.6 9.7 4.4 3,100 0.527
1404 Dolores Merendón 0.483 292 Bajo 73.6 8.0 2.7 1,787 0.457
1405 Fraternidad 0.489 287 Bajo 73.7 7.1 3.7 1,871 0.467
1406 La Encarnación 0.566 163 Medio 74.8 8.8 4.7 3,437 0.527
1407 La Labor 0.585 118 Medio 74.8 9.4 5.5 3,467 0.543
474 INFORME1408
DE DESARROLLO
Lucerna HUMANO 0.544 212 Bajo 74.3 8.4 4.6 2,686 0.506
1409 Mercedes 0.539 219 Bajo 74.4 8.7 4.0 2,779 0.500
1410 San Fernando 0.516 267 Bajo 74.5 6.9 3.9 2,967 0.478
1326 Valladolid 0.536 225 Bajo 74.3 8.2 4.5 2,563 0.525
1327 Virginia 0.526 243 Bajo 73.9 9.2 4.0 2,006 0.517
1328 San Marcos de Caiquín 0.498 279 Bajo 73.5 8.2 3.8 1,660 0.497
1400 Ocotepeque 0.586 Medio 74.8 9.6 5.3 3,528 0.543
1401 Ocotepeque 0.675 14 Medio 75.6 12.5 7.5 5,349 0.623
1402 Belén Gualcho 0.522 257 Bajo 73.9 8.9 3.8 2,096 0.489
1403 Concepción 0.567 162 Medio 74.6 9.7 4.4 3,100 0.527
1404 Dolores Merendón 0.483 292 Bajo 73.6 8.0 2.7 1,787 0.457
1405 Fraternidad 0.489 287 Bajo 73.7 7.1 3.7 1,871 0.467
1406 La Encarnación 0.566 163 Medio 74.8 8.8 4.7 3,437 0.527
1407 La Labor 0.585 118 Medio 74.8 9.4 5.5 3,467 0.543
1408 Lucerna 0.544 212 Bajo 74.3 8.4 4.6 2,686 0.506
1409 Mercedes 0.539 219 Bajo 74.4 8.7 4.0 2,779 0.500
1410 San Fernando 0.516 267 Bajo 74.5 6.9 3.9 2,967 0.478
1411 San Francisco del Valle 0.574 146 Medio 74.8 9.2 4.8 3,560 0.530
1412 San Jorge 0.523 254 Bajo 74.1 8.3 3.9 2,373 0.488
1413 San Marcos 0.615 66 Medio 75.3 9.9 6.0 4,435 0.568
1414 Santa Fe 0.598 88 Medio 74.9 9.6 5.8 3,796 0.553
1415 Sensenti 0.575 140 Medio 74.6 9.2 5.3 3,169 0.533
1416 Sinuapa 0.609 75 Medio 75.0 10.3 5.7 3,984 0.565
1500 Olancho 0.591 Medio 75.3 9.6 5.1 3,927 0.587
1501 Juticalpa 0.639 43 Medio 75.9 10.9 6.1 5,242 0.633
1502 Campamento 0.591 105 Medio 75.4 9.4 5.3 3,989 0.589
1503 Catacamas 0.597 90 Medio 75.5 9.6 5.3 4,160 0.592
1504 Concordia 0.557 184 Medio 75.0 9.1 4.0 3,315 0.554
1505 Dulce Nombre de Culmí 0.525 248 Bajo 74.7 7.5 4.0 2,776 0.522
1506 El Rosario 0.541 216 Bajo 74.0 10.7 4.1 1,808 0.541
1507 Esquipulas del Norte 0.483 293 Bajo 74.3 6.8 3.0 2,165 0.488
1508 Gualaco 0.558 181 Medio 75.0 8.6 4.5 3,247 0.554
1509 Guarizama 0.562 174 Medio 74.8 9.5 4.7 2,785 0.561
1510 Guata 0.491 284 Bajo 74.4 7.3 2.8 2,378 0.490
1511 Guayape 0.562 173 Medio 74.8 9.5 4.7 2,825 0.561
1512 Jano 0.520 260 Bajo 73.9 9.3 4.0 1,791 0.525
1513 La Unión 0.600 83 Medio 75.2 10.3 5.5 3,586 0.595
1514 Mangulile 0.522 256 Bajo 74.6 7.9 3.6 2,684 0.519
1515 Manto 0.565 166 Medio 74.8 9.5 4.6 2,962 0.563
1516 Salamá 0.609 73 Medio 75.2 10.8 5.8 3,551 0.606
1517 San Esteban 0.588 106 Medio 75.4 9.3 5.0 4,168 0.583
1518 San Francisco de Becerra 0.600 84 Medio 75.4 10.3 5.1 3,969 0.598
1519 San Francisco de La Paz 0.587 111 Medio 75.1 10.1 5.0 3,381 0.584
1520 Santa María del Real 0.621 58 Medio 75.7 10.5 5.7 4,614 0.612
1521 Silca 0.584 119 Medio 74.8 10.5 5.2 2,845 0.580
1522 Yocón 0.524 250 Bajo 74.2 9.7 3.4 2,025 0.528
1523 Patuca 0.566 165 Medio 75.1 8.7 4.7 3,437 0.560
1600 Santa Bárbara 0.586 Medio 75.4 10.5 4.8 3,214 0.562
1601 Santa Bárbara 0.657 26 Medio 76.0 12.8 6.4 4,587 0.629
1602 Arada 0.560 176 Medio 74.8 10.5 4.4 2,317 0.543
1603 Atima 0.549 202 Bajo 74.8 9.4 4.4 2,386 0.532
1604 Azacualpa 0.581 125 Medio 75.4 10.4 4.8 3,019 0.560
1605 Ceguaca 0.567 161 Medio 75.2 9.9 4.2 3,052 0.548
1619 San José de Colinas 0.585 116 Medio 75.3 10.7 4.5 3,265 0.561
1606 Concepción del Norte 0.568 154 Medio 74.8 10.9 4.4 2,468 0.549
1607 Concepción del Sur 0.565 168 Medio 75.1 9.9 4.5 2,746 0.541
1608 Chinda 0.531 235 Bajo 74.5 10.2 3.3 2,016 0.513
1609 El Níspero 0.586 112 Medio 75.2 11.2 4.6 2,948 0.567
1610 Gualala 0.587 109 Medio 75.2 11.2 4.4 3,146 0.565
1611 Ilama 0.579 130 Medio 75.3 10.7 4.4 3,077 0.555
1612 Macuelizo 0.587 110 Medio 75.4 10.7 4.7 3,211 0.561
1613 Naranjito 0.529 239 Bajo 74.9 8.6 3.6 2,476 0.511
1614 Nuevo Celilac 0.554 194 Medio 74.9 10.1 4.2 2,386 0.533
1615 Petoa 0.576 138 Medio 75.4 10.1 4.4 3,237 0.551
1616 Protección 0.510 275 Bajo 74.5 8.8 3.2 1,966 0.493
1617 Quimistán 0.593 101 Medio 75.5 10.2 5.1 3,543 0.572
1618 San Francisco de Ojuera 0.557 183 Medio 74.9 9.8 4.6 2,444 0.540
1620 San Luis 0.547 207 Bajo 75.0 9.2 3.9 2,748 0.524
1621 San Marcos 0.598 89 Medio 75.4 11.1 5.0 3,307 0.572
1622 San Nicolás 0.586 115 Medio 75.3 10.5 5.0 3,043 0.563
1623 San Pedro Zacapa 0.598 86 Medio 75.2 11.4 5.2 3,012 0.574
1625 Santa Rita 0.548 205 Bajo 74.9 9.4 4.3 2,384 0.528
1624 San Vicente Centenario 0.622 55 Medio 75.7 12.2 5.0 3,978 0.594
1626 Trinidad 0.613 68 Medio 75.9 10.9 5.0 4,400 0.586
1627 Las Vegas 0.617 61 Medio 75.7 10.9 5.8 3,857 0.589
1628 Nueva Frontera 0.521 259 Bajo 74.7 8.9 3.4 2,146 0.501
1700 Valle 0.629 Medio 75.5 10.6 5.8 5,172 0.605
1701 Nacaome 0.631 47 Medio 75.5 10.7 5.9 5,252 0.606
1702 Alianza 0.606 77 Medio 75.2 10.5 5.1 4,315 0.581
1703 Amapala 0.612 69 Medio 75.3 9.7 5.7 4,810 0.591
1704 Aramecina 0.574 145 Medio 74.6 9.4 5.2 3,050 0.556
1705 Caridad 0.602 80 Medio 74.9 10.2 5.6 3,789 0.582
1706 Goascorán 0.647 35 Medio 75.5 11.4 6.4 5,270 0.620
1707 Langue 0.617 62 Medio 75.1 11.1 5.4 4,223 0.593
1708 San Francisco de Coray 0.555 189 Medio 74.4 9.9 3.9 2,802 0.539
1709 San Lorenzo 0.656 27 Medio 76.0 10.9 6.4 6,693 0.632
1800 Yoro 0.619 Medio 75.2 10.5 5.8 4,462 0.606
1801 Yoro 0.574 144 Medio 74.6 9.7 5.0 3,038 0.567
1802 Arenal 0.619 60 Medio 75.1 10.9 5.8 4,192 0.605
1803 El Negrito 0.582 121 Medio 74.8 9.7 4.9 3,546 0.572
1804 El Progreso 0.663 21 Medio 75.9 11.3 6.7 6,432 0.645
1805 Jocón 0.574 143 Medio 74.4 10.5 4.7 2,822 0.565
1806 Morazán 0.571 152 Medio 74.7 9.5 4.8 3,169 0.564
1807 Olanchito 0.632 46 Medio 75.3 10.9 6.4 4,478 0.620
1808 Santa Rita 0.630 50 Medio 75.5 10.7 6.0 5,008 0.614
1809 Sulaco 0.573 147 Medio 74.2 10.9 4.8 2,511 0.569
1810 Victoria 0.548 204 Bajo 74.3 8.9 4.6 2,619 0.543
1811 Yorito 0.558 180 Medio 74.4 9.6 4.5 2,724 0.556
475
Definiciones Principales fuentes de datos
Índice de Desarrollo Humano (IDH): índice compuesto Columnas 1, 2, 3 y 8: cálculos del Programa de
que mide el resultado promedio en tres dimensiones las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) en
básicas del desarrollo humano: una vida larga y sa- Honduras basados en datos del Instituto Nacional de
ludable, el conocimiento y un nivel de vida decente. Estadística (INE).
Véase la nota técnica del presente informe y la nota
Columna 4: cálculos del PNUD en Honduras basados
técnica 1 (en inglés) en http://hdr.undp.org/sites/default/
en datos del INE. Tablas de vida Encuesta Permanen-
files/hdr2020_technical_notes.pdf para obtener infor-
te de Hogares de Propósitos Múltiples consolidada
mación detallada sobre la forma de calcular el IDH.
(2014, 2019) y Censo Nacional de Población y Vivien-
Esperanza de vida al nacer: número de años que se da 2013; información ajustada a los valores nacionales
espera que viva un recién nacido, si los patrones de las del Departamento de Asuntos Económicos y Sociales
tasas de mortalidad por edad vigentes en el momento de las Naciones Unidas (ONU DAES). 2019. Perspec-
del nacimiento se mantienen a lo largo de la vida del tivas de Población Mundial: Revisión del 2019. New
lactante. York. https://population.un.org/wpp/. Accedida el 15 de
febrero de 2021.
Años esperados de escolaridad: número de años de
escolaridad que puede esperar recibir un niño en edad Columnas 5 y 6: cálculos del PNUD en Honduras basa-
de comenzar la escuela si los patrones vigentes de dos en datos del INE. Encuesta Permanente de Hoga-
las tasas de matriculación por edad se mantienen a lo res de Propósitos Múltiples consolidada (2014, 2019) y
largo de la vida del niño. Censo Nacional de Población y Vivienda 2013.
Años promedio de escolaridad: número promedio de Columna 7: cálculos del PNUD en Honduras basados
años de educación recibidos por las personas de 25 en datos del INE. Encuesta Permanente de Hogares de
años o más, calculado a partir de los niveles de logros Propósitos Múltiples consolidada (2014, 2019), Censo
educativos utilizando la duración oficial de cada nivel. Nacional de Población y Vivienda 2013 y proyeccio-
nes de población; información ajustada a los valores
Ingreso per cápita estimado: medida aproximada del
nacionales del Banco Mundial. 2021. Base de datos de
ingreso nacional bruto (INB) per cápita, que se define
Indicadores Mundiales de Desarrollo. Washington, DC.
como los ingresos totales de una economía generados
https://data.worldbank.org/. Accedida el 10 de marzo
por su producción y la propiedad de los factores de
del 2021.
producción, menos los ingresos pagados por el uso de
factores de producción que son propiedad del resto del
mundo, convertidos a dólares internacionales usando
las tasas de la PPA, divididos por la población a mitad
del año.
0100 Atlántida 0.655 Medio 0.502 23.4 0 22.6 10.2 0.761 21.8 0.430 35.9 0.386
0200 Colón 0.623 Medio 0.456 26.7 0 25.4 9.1 0.773 25.0 0.370 42.2 0.332
0300 Comayagua 0.628 Medio 0.458 27.1 0 25.7 8.5 0.780 25.2 0.373 43.3 0.330
0400 Copán 0.574 Medio 0.397 30.9 0 29.4 11.6 0.736 30.3 0.290 46.4 0.294
0500 Cortés 0.683 Medio 0.547 20.0 2 19.4 7.6 0.787 19.2 0.457 31.3 0.455
0600 Choluteca 0.613 Medio 0.444 27.6 0 26.2 8.9 0.772 25.9 0.361 43.8 0.314
0700 El Paraíso 0.593 Medio 0.412 30.5 -5 28.7 10.0 0.753 27.5 0.342 48.6 0.271
0800 Francisco Morazán 0.704 Alto 0.533 24.3 -2 23.2 8.1 0.793 21.8 0.490 39.5 0.390
0900 Gracias a Dios 0.594 Medio 0.429 27.9 0 26.2 8.1 0.769 24.3 0.381 46.0 0.269
1000 Intibucá 0.581 Medio 0.416 28.4 3 26.8 9.6 0.757 24.2 0.351 46.4 0.271
1100 Islas de La Bahía 0.696 Medio 0.538 22.7 0 21.3 7.1 0.802 16.1 0.503 40.7 0.386
1200 La Paz 0.588 Medio 0.423 28.0 2 26.8 10.8 0.749 26.8 0.346 42.9 0.293
1300 Lempira 0.522 Bajo 0.359 31.2 0 29.3 9.8 0.749 28.5 0.266 49.5 0.233
1400 Ocotepeque 0.586 Medio 0.414 29.3 0 27.6 8.6 0.771 27.5 0.321 46.7 0.287
1500 Olancho 0.591 Medio 0.421 28.9 0 27.4 8.9 0.776 28.6 0.313 44.7 0.307
1600 Santa Bárbara 0.586 Medio 0.416 29.0 0 27.6 8.9 0.776 29.3 0.318 44.5 0.291
1700 Valle 0.629 Medio 0.468 25.6 0 24.4 7.6 0.789 25.6 0.364 40.1 0.357
1800 Yoro 0.619 Medio 0.447 27.7 0 26.2 8.8 0.775 25.0 0.365 44.8 0.317
477
Definiciones
Índice de Desarrollo Humano (IDH): índice com- procedentes de encuestas de hogares calculados me-
puesto que mide el resultado promedio en tres diante el índice de desigualdad de Atkinson.
dimensiones básicas del desarrollo humano: una
vida larga y saludable, el conocimiento y un nivel Índice de ingresos ajustado por la desigualdad: valor
de vida decente. Véase la nota técnica del presente del índice de ingresos del IDH ajustado por la desigual-
informe y la nota técnica 1 (en inglés) en http://hdr. dad en la distribución de los ingresos, basado en datos
undp.org/sites/default/files/hdr2020_technical_ procedentes de las encuestas de hogares.
notes.pdf para obtener información detallada sobre
la forma de calcular el IDH.
Principales fuentes de datos
IDH ajustado por la Desigualdad (IDH-D): valor del
IDH ajustado teniendo en cuenta las desigualdades Columnas 1 y 2: cálculos del PNUD en Honduras basa-
existentes en tres dimensiones básicas del desar- dos en datos del INE.
rollo humano. Véase la nota técnica del presente
informe y la nota técnica 2 (en inglés) en http://hdr. Columna 3: calculado como la media geométrica de los
undp.org/sites/default/files/hdr2020_technical_ valores del índice de esperanza de vida ajustado por
notes.pdf para obtener información detallada sobre la desigualdad, el índice de educación ajustado por
la forma de calcular el IDH-D. la desigualdad y el índice de ingresos ajustado por la
desigualdad, utilizando la metodología descrita en la
Pérdida total: diferencia entre el valor del IDH-D y nota técnica 2 (disponible en inglés en http://hdr.undp.
el valor del IDH, expresada como porcentaje. org/sites/default/files/hdr2020_technical_notes.pdf).
Diferencia respecto a la clasificación en el IDH: Columna 4: cálculos basados en los datos de las
diferencia de clasificación en el IDH-D y el IDH, cal- columnas 1 y 3.
culada para los departamentos.
Columna 5: cálculos basados en los valores del IDH-D y
Coeficiente de desigualdad humana: desigualdad en las clasificaciones del IDH para departamentos.
media en las tres dimensiones básicas del desar-
rollo humano. Columna 6: calculado como la media aritmética de los
valores de la desigualdad en la esperanza de vida, la
Desigualdad en la esperanza de vida: desigualdad desigualdad en la educación y la desigualdad en el
en la distribución de la esperanza de vida, basada índice de ingresos, utilizando la metodología descrita
en datos de tablas de mortalidad calculadas medi- en la nota técnica 2 (disponible en inglés en http://hdr.
ante el índice de desigualdad de Atkinson. undp.org/sites/default/files/hdr2020_technical_notes.
pdf).
Índice de esperanza de vida ajustado por la
desigualdad: valor del índice de esperanza de vida Columna 7: cálculos del PNUD en Honduras basados
del IDH ajustado por la desigualdad en la distribu- en datos del INE. Tablas de mortalidad abreviadas.
ción de la esperanza de vida, basado en datos de
las tablas de mortalidad. Columna 8: cálculos basados en la desigualdad en la
esperanza de vida y en el índice de esperanza de vida
Desigualdad en la educación: desigualdad en la del IDH.
distribución de los años de escolaridad, basada
en datos procedentes de encuestas de hogares Columnas 9 y 11: cálculos del PNUD en Honduras basa-
calculados mediante el índice de desigualdad de dos en datos del INE. Encuesta Permanente de Hogares
Atkinson. de Propósitos Múltiples consolidada (2014, 2019).
Índice de educación ajustado por la desigualdad: Columna 10: cálculos basados en la desigualdad en la
valor del índice de educación del IDH ajustado por educación y en el índice de educación del IDH.
la desigualdad en la distribución de los años de
Columna 12: cálculos basados en la desigualdad en los
escolaridad, basado en datos procedentes de las
ingresos y en el índice de ingresos del IDH.
encuestas de hogares.
0100 Atlántida 0.979 1 0.642 0.656 76.9 71.7 12.1 11.4 6.8 6.5 4,096 6,685
0200 Colón 0.988 1 0.613 0.621 77.2 72.7 11.2 9.7 6.2 5.8 3,318 5,592
0300 Comayagua 0.988 1 0.625 0.632 78.4 73.6 11.2 10.5 6.0 5.7 3,932 5,587
0400 Copán 0.983 1 0.564 0.574 75.1 71.7 9.9 9.1 4.9 4.2 2,893 4,547
0500 Cortés 0.986 1 0.680 0.689 78.0 73.2 12.1 11.4 7.1 7.2 6,943 9,407
0600 Choluteca 0.970 2 0.600 0.619 77.4 72.6 11.1 10.6 5.7 5.4 3,001 4,964
0700 El Paraíso 0.970 2 0.578 0.596 76.3 71.7 10.9 10.3 5.6 5.1 2,367 4,015
0800 Francisco Morazán 0.988 1 0.702 0.711 79.0 74.2 13.5 12.9 7.9 7.7 6,274 8,375
0900 Gracias a Dios 0.926 3 0.565 0.610 76.2 72.1 11.2 11.4 5.3 5.7 1,925 3,395
1000 Intibucá 0.915 4 0.550 0.601 76.6 72.1 10.1 10.6 5.1 5.4 1,870 3,675
1100 Islas de La Bahía 0.964 2 0.682 0.707 79.0 74.9 12.6 12.0 8.0 7.5 5,050 9,492
1200 La Paz 0.937 3 0.564 0.603 76.6 71.8 10.7 10.6 5.2 5.5 2,096 3,784
1300 Lempira 0.899 5 0.482 0.537 76.1 70.6 8.5 8.5 4.0 4.1 1,144 2,846
1400 Ocotepeque 0.995 1 0.581 0.584 77.2 72.6 10.2 8.8 5.5 5.1 2,796 4,232
1500 Olancho 0.975 2 0.580 0.595 77.7 73.5 10.0 9.2 5.4 4.8 2,752 4,936
1600 Santa Bárbara 0.970 2 0.573 0.591 77.6 74.0 11.4 9.5 4.7 4.8 2,226 3,993
1700 Valle 0.962 2 0.617 0.641 78.1 73.4 10.8 10.7 5.9 5.7 3,904 6,376
1800 Yoro 0.977 1 0.608 0.622 77.4 72.7 10.8 10.2 6.1 5.5 3,275 5,559
479
Definiciones
Índice de Desarrollo de Género: relación entre los Ingreso estimado per cápita: derivado de la relación
valores del IDH de mujeres y hombres. Véase la entre los salarios de mujeres y hombres, el porcenta-
nota técnica del presente informe y la nota técnica je de mujeres y hombres de la población económica-
3 (en inglés) en http://hdr.undp.org/sites/default/files/ mente activa y el ingreso nacional bruto (en términos
hdr2020_technical_notes.pdf para obtener infor- de paridad del poder adquisitivo de 2017). Véase la
mación detallada sobre la forma de calcular el Índice nota técnica del presente informe y la nota técni-
de Desarrollo de Género. ca 3 (en inglés) en http://hdr.undp.org/sites/default/
files/hdr2020_technical_notes.pdf para obtener más
Grupos del Índice de Desarrollo de Género: los detalles.
países/territorios se dividen en cinco grupos según
la desviación absoluta de la paridad de género en
los valores del IDH. Grupo 1: países/territorios con un
alto nivel de igualdad en cuanto a los logros en el IDH
entre mujeres y hombres (desviación absoluta inferi-
Principales fuentes de datos
or al 2.5 %); grupo 2: países/territorios con un nivel Columna 1: cálculos basados en los datos de las
medio-alto de igualdad en cuanto a los logros en el columnas 3 y 4.
IDH entre mujeres y hombres (desviación absoluta de
entre el 2.5 % y el 5 %); grupo 3: países/territorios con Columna 2: cálculos basados en los datos de la columna
un nivel medio de igualdad en cuanto a los logros en 1.
el IDH entre mujeres y hombres (desviación absoluta
de entre el 5 % y el 7.5 %); grupo 4: países/territorios Columnas 3 y 4: cálculos del PNUD en Honduras
con un nivel medio-bajo de igualdad en cuanto a los basados en datos del INE.
logros en el IDH entre mujeres y hombres (desviación
absoluta de entre el 7.5 % y el 10 %); y grupo 5: países/ Columnas 5 y 6: cálculos del PNUD en Honduras
territorios con un bajo nivel de igualdad en cuanto a basados en datos del INE. Proyecciones de esperanza
los logros en el IDH entre mujeres y hombres (des- de vida; información ajustada a los valores nacionales
viación absoluta de la paridad de género superior al del Departamento de Asuntos Económicos y Sociales
10 %). de las Naciones Unidas (ONU DAES). 2019. Perspec-
tivas de Población Mundial: Revisión del 2019. New
Índice de Desarrollo Humano (IDH): índice com- York. https://population.un.org/wpp/. Accedida el 15
puesto que mide el resultado promedio en tres di- de febrero del 2021.
mensiones básicas del desarrollo humano: una vida
larga y saludable, el conocimiento y un nivel de vida Columnas 7, 8, 9 y 10: cálculos del PNUD en Honduras
decente. Véase la nota técnica del presente informe basados en datos del INE. Encuesta Permanente de
y la nota técnica 1 (en inglés) en http://hdr.undp.org/ Hogares de Propósitos Múltiples consolidada (2014,
sites/default/files/hdr2020_technical_notes.pdf para 2019) y Censo Nacional de Población y Vivienda 2013.
obtener información detallada sobre la forma de cal-
cular el IDH. Columnas 11 y 12: cálculos del PNUD en Honduras
basados en datos del INE. Encuesta Permanente de
Esperanza de vida al nacer: número de años que Hogares de Propósitos Múltiples consolidada (2014,
se espera que viva un recién nacido si los patrones 2019), Censo Nacional de Población y Vivienda 2013 y
de las tasas de mortalidad por edad vigentes en el proyecciones de población; información ajustada a los
momento del nacimiento se mantienen a lo largo de valores nacionales del Banco Mundial. 2021. Base de
la vida del lactante. datos de Indicadores Mundiales de Desarrollo. Wash-
ington, DC. https://data.worldbank.org/. Accedida el 10
Años esperados de escolaridad: número de años de marzo del 2021, y Programa de las Naciones Uni-
de escolaridad que puede esperar recibir un niño en das para el Desarrollo. 2021. Centro de datos sobre
edad de comenzar la escuela si los patrones vigentes desarrollo humano. New York. http://hdr.undp.org/en/
de las tasas de matriculación por edad se mantienen data. Accedida el 25 de marzo del 2021.
a lo largo de la vida del niño.
481
Definiciones Principales fuentes de datos
Índice de Desigualdad de Género: índice compuesto Columna 1: cálculos del PNUD en Honduras basados
que refleja la desigualdad en los resultados de mu- en los datos de las columnas 3 a 9.
jeres y hombres en tres dimensiones: salud reproduc-
Columna 2: cálculos basados en los datos de la co-
tiva, empoderamiento y mercado de trabajo. Véase
lumna 1.
la nota técnica del presente informe y la nota técnica
4 (en inglés) en http://hdr.undp.org/sites/default/files/ Columna 3: Secretaría de Salud (2015).
hdr2020_technical_notes.pdf para obtener infor-
mación detallada sobre la forma de calcular el Índice Columna 4: INE. Proyecciones de medidas de fecun-
de Desigualdad de Género. didad.
Razón de mortalidad materna: número de muertes Columna 5: Tribunal Supremo Electoral (2013, 2017).
por causas relacionadas con el embarazo por cada
Columnas 6, 7, 8 y 9: cálculos del PNUD en Hondu-
100,000 nacidos vivos.
ras basados en datos del INE. Encuesta Permanen-
Tasa de natalidad entre las adolescentes: número de te de Hogares de Propósitos Múltiples consolidada
nacimientos por cada 1,000 mujeres de edades com- (2014, 2019) y Censo Nacional de Población y Vivi-
prendidas entre los 15 y los 19 años. enda 2013.
ODS 1.2
Población en situación de pobreza Contribución de las privaciones a la
multidimensional pobreza multidimensional
Población Población
en vulnerable
Índice de Pobreza situación a la
Multidimensional Intensida pobreza
de Nivel de
Recuento d de la Salud Educación
pobreza multidimen vida
privación sional
multidime
nsional
extrema
(valor) (ranking) (%) (Miles) (%) (%) (%) (%) (%) (%)
Código Departamento 2019 2019 2019 2019 2019 2019 2019 2019 2019 2019
0100 Atlántida 0.026 15 6.8 31.3 38.1 0.7 11.9 24.9 44.6 30.5
0200 Colón 0.044 14 10.1 35.8 43.3 2.1 15.1 18.8 45.4 35.9
0300 Comayagua 0.069 8 15.1 92.1 45.5 5.6 19.4 21.5 39.5 39.0
0400 Copán 0.101 3 22.6 100.8 44.8 8.1 20.7 18.8 46.3 34.9
0500 Cortés 0.012 17 3.0 52.0 38.5 0.2 8.1 32.1 41.4 26.5
0600 Choluteca 0.065 9 15.3 86.5 42.2 3.6 19.2 20.9 34.0 45.1
0700 El Paraíso 0.062 10 14.9 84.8 41.5 3.1 19.4 15.2 40.0 44.9
0800 Francisco Morazán 0.024 16 5.7 94.7 41.3 1.2 9.2 20.9 37.5 41.5
0900 Gracias a Dios 0.159 1 34.9 34.4 45.5 13.2 26.0 22.5 22.2 55.3
1000 Intibucá 0.090 5 21.6 66.5 41.9 5.0 25.4 23.7 32.5 43.8
1100 Islas de La Bahía 0.004 18 1.2 1.0 35.8 0.0 9.4 25.6 32.9 41.4
1200 La Paz 0.079 6 18.3 45.8 43.3 5.8 21.7 26.9 32.5 40.6
1300 Lempira 0.125 2 29.1 121.5 42.8 8.0 27.4 20.3 39.3 40.4
1400 Ocotepeque 0.055 11 13.2 25.0 41.7 2.7 21.0 23.8 40.7 35.5
1500 Olancho 0.097 4 21.8 133.3 44.5 6.3 14.8 16.7 36.9 46.3
1600 Santa Bárbara 0.048 12 11.8 60.4 40.6 2.4 20.3 17.3 41.8 40.9
1700 Valle 0.047 13 11.8 27.4 39.7 1.6 20.3 20.2 34.7 45.1
1800 Yoro 0.078 7 17.7 119.2 43.9 5.3 14.3 18.6 38.3 43.1
483
Definiciones Principales fuentes de datos
Índice de Pobreza Multidimensional: porcentaje de la Columnas 1 a 10: cálculos del PNUD en Honduras
población que sufre pobreza multidimensional, ajusta- basados en datos del INE. Encuesta Nacional de
do según la intensidad de las privaciones. Véase la Demografía y Salud / Encuesta de Indicadores Múlti-
nota técnica de del presente informe y la nota técnica ples por Conglomerados 2019 (ENDESA/MICS 2019).
5 (en inglés) en http://hdr.undp.org/sites/default/files/ En la columna 4 se utilizan datos del Departamento
hdr2020_technical_ notes.pdf para obtener infor- de Asuntos Económicos y Sociales de las Naciones
mación detallada sobre la forma de calcular el Índice Unidas (ONU DAES). 2019. Perspectivas de Población
de Pobreza Multidimensional. Mundial: Revisión del 2019. New York. https://popula-
tion.un.org/wpp/. Accedida el 15 de febrero del 2021.
Recuento de personas en situación de pobreza
multidimensional: población con una puntuación de
privación igual o superior al 33 %. Se expresa en por-
centaje de la población en el año de la encuesta, el
número de personas que sufren pobreza multidimen-
sional en el año de la encuesta y la proyección del
número de personas en situación de pobreza multidi-
mensional en 2019.
La medición subnacional de los índices compuestos de desarrollo humano se basa en las notas
técnicas1 del Informe Mundial de Desarrollo Humano del 2020. A continuación, se realiza una breve
descripción del proceso seguido:
El Índice de Desarrollo Humano (IDH) es una medida que resume los logros en tres dimensiones
claves del desarrollo humano: una vida larga y saludable, acceso al conocimiento y un nivel de
vida decente. El IDH es la media geométrica de índices normalizados para cada una de estas tres
dimensiones.
Fuentes de información:
• Esperanza de vida al nacer: INE. Tablas de vida, Encuesta Permanente de Hogares de Propósi-
tos Múltiples consolidada (2014, 2019) y Censo Nacional de Población y Vivienda 2013; informa-
ción ajustada a los valores nacionales del Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de
las Naciones Unidas (ONU DAES). 2019. Perspectivas de Población Mundial: Revisión del 2019.
New York. https://population.un.org/wpp/. Accedida el 15 de febrero del 2021.
• Ingreso per cápita estimado: INE. Encuesta Permanente de Hogares de Propósitos Múltiples
consolidada (2014, 2019), Censo Nacional de Población y Vivienda 2013 y proyecciones de po-
blación; información ajustada a los valores nacionales del Banco Mundial. 2021. Base de datos
de Indicadores Mundiales de Desarrollo. Washington, DC. https://data.worldbank.org/. Accedida
el 10 de marzo del 2021.
Paso 1. Crear los índices para cada dimensión: los umbrales mínimos y máximos han sido estableci-
dos para convertir los indicadores expresados en diferentes unidades en índices entre 0 y 1. Estos
umbrales funcionan como “ceros naturales” y “objetivos aspiracionales”, respectivamente, con los
cuales los indicadores son estandarizados (véase la ecuación 1). Estos parámetros han sido estable-
cidos de acuerdo con los siguientes valores:
1 Oficina del Informe sobre Desarrollo Humano (OIDH) del PNUD. Notas técnicas del IDH 2020. http://hdr.undp.org/sites/default/files/
hdr2020_technical_notes.pdf
485
Tabla 1: Umbrales internacionales de los indicadores que conforman el Índice de Desarrollo Huma-
no
Nivel de vida INB per cápita (PPA en US$ de 2017) 100 75,000
Paso 2. Agregar los índices de cada dimensión: el IDH es la media geométrica de los tres índices
dimensionales:
IDH=(ISalud∙IEducación∙IIngreso)(1⁄3)
En el Informe Mundial de Desarrollo Humano del 2014, se introdujo un sistema de puntos de quiebre
para cuatro categorías que expresan los logros en el desarrollo humano. Estos puntos de quiebre
son los valores del IDH calculados a partir de cuartiles de la distribución de los indicadores com-
puestos (promediados) entre el 2004 y 2013. Este informe mantiene los mismos puntos de quiebre
en el IDH para agrupar a los países/territorios que fueron introducidos en el Informe Mundial del
2014:
El Índice de Desarrollo Humano ajustado por Desigualdad (IDH-D) ajusta el IDH por la desigualdad
en la distribución de cada una de las dimensiones entre la población. Es computado mediante una
media geométrica de la desigualdad ajustada de los índices dimensionales, en tanto que, se consi-
dere el índice de Atkinson como medida de desigualdad.
Este indicador toma en cuenta la desigualdad en las dimensiones del IDH, descontando cada valor
promedio de la dimensión de acuerdo con su respectivo nivel de desigualdad. El valor del IDH-D
Fuentes de información:
• Esperanza de vida: INE. Se utilizan datos de las tablas de vida según edad y sexo. Esta distri-
bución es presentada en intervalos de edad (0-1, 1-5, 5-10, …, 95+), con las tasas de mortalidad
específicas para cada intervalo.
• Años promedio de estudio: INE. Se utiliza la información del Censo Nacional de Población y Vi-
vienda 2013, y las encuestas de hogares consolidadas 2014 y 2019, que incorporan información
de cuatro trimestres del año (marzo, junio, julio y diciembre).
• Ingreso per cápita de los hogares: se utiliza la información de las encuestas de hogares conso-
lidadas 2014 y 2019, que incorporan información de cuatro trimestres del año (marzo, junio, julio
y diciembre).
Paso 1. Estimar la desigualdad en las dimensiones del IDH: el IDH-D está basado en el índice de At-
kinson que establece un parámetro de aversión igual a 1. En este caso la medida de desigualdad es
es A=1-g/μ, donde es la media geométrica y es la media aritmética de la distribución. Esto puede
ser escrito como:
!
%𝑋𝑋" … 𝑋𝑋#
𝐴𝐴! = 1 −
𝑋𝑋(
𝑀𝑀"
𝐼𝐼" = 1 −
𝑀𝑀%
487
!
%𝑋𝑋" … 𝑋𝑋#
𝐴𝐴! = 1 −
𝑋𝑋(
𝐿𝐿!
− 𝐼𝐼!$#
𝑎𝑎! = * 𝑛𝑛 ! / 𝑛𝑛
𝑑𝑑 " … 𝑋𝑋#
%𝑋𝑋
𝐴𝐴! = 1 − ! !
%𝑋𝑋"𝑋𝑋(… 𝑋𝑋#
𝐴𝐴! = 1 −
Donde es el número promedio de años vividos, x es 𝑋𝑋 la
( edad inicial del intervalo, n es la longitud del
intervalo, L es el número de años-persona vividos, !
%𝑋𝑋" … 𝑋𝑋 I es# el número de personas que sobrevivirán y
𝐴𝐴! = 1 −
d es el número de muertes en cada intervalo. 𝑋𝑋(
&'
𝐿𝐿!
La distribución de la edad esperada 𝑀𝑀 al% morir
= 1 está𝑤𝑤 −(𝑥𝑥)𝐼𝐼definida
∙ 𝐴𝐴 (𝑥𝑥) por dos parámetros: la proporción de
𝑎𝑎! = *𝐿𝐿𝑛𝑛! #− 𝐼𝐼 /# 𝑛𝑛
!$#
13
𝑃𝑃é𝑟𝑟𝑟𝑟𝑟𝑟𝑟𝑟𝑟𝑟 = 1 − *(1 − 𝐴𝐴!"#$% ) ∙ (1 − 𝐴𝐴&%$'"'(ó* ) ∙ (1 − 𝐴𝐴+*,-./0 )/ 2
𝐴𝐴!"#$% + 𝐴𝐴&%$'"'(ó* + 𝐴𝐴+*,-./0
𝐶𝐶𝐶𝐶𝐶𝐶𝐶𝐶. 𝑑𝑑𝑑𝑑 𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑 ℎ𝑢𝑢𝑢𝑢𝑢𝑢𝑢𝑢𝑢𝑢 = ":
3 9
@(1 − 𝐴𝐴;./01 ) ∙ (1 − 𝐴𝐴<103.34ó# ) ∙ >1 − 𝐴𝐴=#672-8 ?A ∙ 𝐼𝐼𝐼𝐼𝐼𝐼
Coeficiente de desigualdad humana: 𝐴𝐴!"#$% + 𝐴𝐴&%$'"'(ó* + 𝐴𝐴+*,-./0
𝐶𝐶𝐶𝐶𝐶𝐶𝐶𝐶. 𝑑𝑑𝑑𝑑 𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑 ℎ𝑢𝑢𝑢𝑢𝑢𝑢𝑢𝑢𝑢𝑢 =
3
Un promedio sin ponderar de las desigualdades en salud, educación e ingresos 13 es expresado como
𝑃𝑃é𝑟𝑟𝑟𝑟𝑟𝑟𝑟𝑟𝑟𝑟 = 1 − *(1 − 𝐴𝐴!"#$% ) ∙ (1 − 𝐴𝐴&%$'"'(ó* ) ∙ (1 − 𝐴𝐴+*,-./0 )/ 2
el coeficiente de desigualdad humana. Esta métrica 𝑊𝑊> ⁄𝑊𝑊promedia
@ ∙ 𝐸𝐸𝐸𝐸>
las desigualdades utilizando la media
aritmética: 𝑆𝑆> =
𝑊𝑊> ⁄𝑊𝑊@ ∙ 𝐸𝐸𝐸𝐸> + 𝐸𝐸𝐸𝐸@
𝑊𝑊> ⁄𝑊𝑊 @ ∙ 𝐸𝐸𝐸𝐸>𝐴𝐴!"#$% + 𝐴𝐴&%$'"'(ó* + 𝐴𝐴+*,-./0
𝑆𝑆> =
𝐶𝐶𝐶𝐶𝐶𝐶𝐶𝐶. 𝑑𝑑𝑑𝑑 𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑 ℎ𝑢𝑢𝑢𝑢𝑢𝑢𝑢𝑢𝑢𝑢 =
3
𝑊𝑊> ⁄𝑊𝑊@ ∙ 𝐸𝐸𝐸𝐸> + 𝐸𝐸𝐸𝐸@
𝑆𝑆@ = 1 − 𝑆𝑆>∙
𝑆𝑆@ = 1 − 𝑆𝑆>∙
Índice de Desarrollo de Género
Fuentes de información:
• Esperanza de vida al nacer: INE. Proyecciones de esperanza de vida; información ajustada a los
valores nacionales del Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de las Naciones Uni-
das (ONU DAES). 2019. Perspectivas de Población Mundial: Revisión del 2019. New York. https://
population.un.org/wpp/. Accedida el 15 de febrero del 2021.
489
𝐼𝐼!∗ = (1 − 𝐴𝐴! ) ∙ 𝐼𝐼! .
𝑀𝑀"
𝐼𝐼"&'= 1 −
𝑀𝑀 = 7[𝐴𝐴 (𝑥𝑥)] 𝑀𝑀%)!(!)
" #
!("
":
∗
∗
𝐼𝐼𝐼𝐼𝐼𝐼𝐼𝐼 = >𝐼𝐼-./01 ∙ 𝐼𝐼2103.34ó# ∗
∙ 𝐼𝐼4#672-8 ? 9=
∗ (1 − 𝐴𝐴! ) ∙Permanente
• Ingreso per cápita estimado: INE. 𝐼𝐼! = Encuesta 𝐼𝐼! . de Hogares de Propósitos Múltiples
𝑀𝑀"
consolidada (2014, 2019), Censo Nacional 𝐼𝐼" = 1 − de Población y Vivienda 2013 y proyecciones de po-
𝑀𝑀% ":
9
blación; Banco@(1Mundial.
− 𝐴𝐴;./01 2021.
) ∙ (1Base de datos
− 𝐴𝐴<103.34ó# ) ∙ de
>1 − Indicadores
𝐴𝐴=#672-8 ?A Mundiales
∙ 𝐼𝐼𝐼𝐼𝐼𝐼 de Desarrollo. Washin-
":
gton, DC. https://data.worldbank.org/. ∗
𝐼𝐼𝐼𝐼𝐼𝐼𝐼𝐼 = >𝐼𝐼-./01 ∙ Accedida
∗
𝐼𝐼2103.34ó# ∙el ∗ 10 de marzo
𝐼𝐼4#672-8 ? 9 = del 2021; información ajustada
a los valores nacionales del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo. 2021. Centro
𝐼𝐼!∗ = (1 − 𝐴𝐴! ) ∙ 𝐼𝐼! . 13
de datos sobre desarrollo
𝑃𝑃é𝑟𝑟𝑟𝑟𝑟𝑟𝑟𝑟𝑟𝑟 = 1 − *(1 humano.
− 𝐴𝐴!"#$% ) ∙New(1 − 𝐴𝐴York.
&%$'"'(ó*http://hdr.undp.org/en/data.
) ∙ (1 − 𝐴𝐴+*,-./0 )/ 2 Accedida el 25 de
marzo del 2021. ":
@(1 − 𝐴𝐴;./01 ) ∙ (1 − 𝐴𝐴<103.34ó# ) ∙ >1 − 𝐴𝐴=#672-8 ?A 9 ∙ 𝐼𝐼𝐼𝐼𝐼𝐼
"
Pasos para calcular𝐶𝐶𝐶𝐶𝐶𝐶𝐶𝐶.
los 𝑑𝑑𝑑𝑑 𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑 ℎ𝑢𝑢𝑢𝑢𝑢𝑢𝑢𝑢𝑢𝑢
valores
𝐼𝐼𝐼𝐼𝐼𝐼𝐼𝐼 del = >𝐼𝐼 IDG:
∗ 𝐴𝐴 + 𝐴𝐴 ∗
∙ 𝐼𝐼∗= !"#$% ∙ 𝐼𝐼&%$'"'(ó*
+:𝐴𝐴
? 9 +*,-./0
=
-./01 2103.34ó# 4#672-8
3
Paso 1. Estimar el 𝑃𝑃é𝑟𝑟𝑟𝑟𝑟𝑟𝑟𝑟𝑟𝑟
ingreso= 1de − *(1mujeres
− 𝐴𝐴!"#$%y ) ∙ hombres: para
(1 − 𝐴𝐴&%$'"'(ó* ) ∙ (1calcular los
− 𝐴𝐴+*,-./0 )/
13
2 ingresos, el porcentaje de la
masa salarial es calculado para cada género. El porcentaje de la masa ": salarial de las mujeres (Sf) es
9
@(1 − 𝐴𝐴forma:
calculado de la siguiente ;./01 ∙ ) (1 )
− 𝐴𝐴<103.34ó# ∙ >1 − 𝐴𝐴=#672-8 ?A ∙ 𝐼𝐼𝐼𝐼𝐼𝐼
𝑊𝑊> ⁄𝑊𝑊 𝐴𝐴!"#$% + 𝐴𝐴&%$'"'(ó* + 𝐴𝐴+*,-./0
𝐶𝐶𝐶𝐶𝐶𝐶𝐶𝐶. 𝑑𝑑𝑑𝑑 𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑 ℎ𝑢𝑢𝑢𝑢𝑢𝑢𝑢𝑢𝑢𝑢 = @ ∙ 𝐸𝐸𝐸𝐸>
𝑆𝑆> = 3
𝑊𝑊> ⁄𝑊𝑊@ ∙ 𝐸𝐸𝐸𝐸> + 𝐸𝐸𝐸𝐸@
13
2
𝑃𝑃é𝑟𝑟𝑟𝑟𝑟𝑟𝑟𝑟𝑟𝑟 = 1 − *(1 − 𝐴𝐴!"#$% ) ∙ (1 − 𝐴𝐴&%$'"'(ó* ) ∙ (1 − 𝐴𝐴+*,-./0 )/
Donde Wf/Wm es la ratio salarial de mujeres − 𝑆𝑆>∙ a hombres, EAf es el porcentaje de la población
𝑆𝑆@ = 1respecto
𝑊𝑊> ⁄𝑊𝑊 @ ∙ 𝐸𝐸𝐸𝐸
𝐴𝐴!"#$% +>𝐴𝐴&%$'"'(ó* + 𝐴𝐴+*,-./0
femenil económicamente activa𝑆𝑆>y=EAm es el porcentaje
𝐶𝐶𝐶𝐶𝐶𝐶𝐶𝐶. 𝑑𝑑𝑑𝑑 𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑 ℎ𝑢𝑢𝑢𝑢𝑢𝑢𝑢𝑢𝑢𝑢 = de la población económicamente activa de
𝑊𝑊> ⁄𝑊𝑊@ ∙ 𝐸𝐸𝐸𝐸> + 𝐸𝐸𝐸𝐸@ 3
hombres. El porcentaje de la masa salarial de los hombres es calculado como:
𝐼𝐼𝐼𝐼𝐼𝐼𝐼𝐼𝐼𝐼> = 𝐼𝐼𝐼𝐼𝐼𝐼𝐼𝐼𝐼𝐼 ∙ 𝑆𝑆> ⁄𝑃𝑃>∙
𝑆𝑆@ = 1 − 𝑆𝑆>∙
𝑊𝑊> ⁄𝑊𝑊 @ ∙ 𝐸𝐸𝐸𝐸>
𝑆𝑆> =
𝑊𝑊> ⁄𝑊𝑊@ ∙ 𝐸𝐸𝐸𝐸> + 𝐸𝐸𝐸𝐸@
El ingreso per cápita estimado de las mujeres (INBpcf) es obtenido del INB per cápita (INBpc), pri-
𝐼𝐼𝐼𝐼𝐼𝐼𝐼𝐼𝐼𝐼> = 𝐼𝐼𝐼𝐼𝐼𝐼𝐼𝐼𝐼𝐼 ∙ 𝑆𝑆> ⁄𝑃𝑃>∙
mero multiplicándolo por el porcentaje de la masa salarial de las mujeres,(Sf), y luego, reajustándolo
por el porcentaje de población femenil, 𝑆𝑆 (P=f=N
1 −f/N):
𝑆𝑆 @ >∙
Paso 2. Normalizar los indicadores: para construir los valores del IDH de mujeres y hombres, pri-
mero se debe de considerar que los indicadores están en diferentes unidades, por lo que deberían
ser transformados en índices de dimensión para cada sexo, para luego ser agregados, utilizando la
media geométrica.
Los indicadores son transformados en índices en una escala que se encuentra entre 0 y 1 usando los
mismos umbrales que son utilizados en el IDH, excepto para la esperanza de vida al nacer, la cual es
ajustada por la ventaja biológica promedio de cinco años que las mujeres tienen sobre los hombres.
Definiendo los umbrales máximos y mínimos, los subíndices son calculados a través de la siguiente
expresión: 𝐼𝐼𝐼𝐼𝐼𝐼𝐼𝐼𝐼𝐼@ = 𝐼𝐼𝐼𝐼𝐼𝐼𝐼𝐼𝐼𝐼 ∙ 𝑆𝑆@ ⁄𝑃𝑃@
Paso 4. Comparar los valores del Índice de Desarrollo Humano de mujeres y hombres: El IDG es
simplemente la ratio del valor del IDH de mujeres respecto
"
a hombres:
$#
!
10 1 "$
𝐺𝐺! = 78 ∙ 𝐼𝐼𝐼𝐼𝐼𝐼@> ∙ (𝑃𝑃𝑃𝑃! ∙ 𝐸𝐸𝐸𝐸! ) # ∙ 𝑇𝑇𝑇𝑇𝑇𝑇𝑇𝑇!
𝑅𝑅𝑅𝑅𝑅𝑅
𝐼𝐼𝐼𝐼𝐼𝐼 = 𝐼𝐼𝐼𝐼𝐼𝐼
𝑇𝑇𝑇𝑇𝑇𝑇 >
𝐼𝐼𝐼𝐼𝐼𝐼 = 𝐼𝐼𝐼𝐼𝐼𝐼@
𝐼𝐼𝐼𝐼𝐼𝐼@
" $
Grupos del Índice de Desarrollo de!Género:
𝐺𝐺B = O"1$ ∙ (𝑃𝑃𝑃𝑃B ∙ 𝐸𝐸𝐸𝐸B ) :C ∙ 𝑇𝑇𝑇𝑇𝑇𝑇𝑇𝑇B
7
! 10
10 ∙ 1
"#
1 @ $# ∙ (𝑃𝑃𝑃𝑃! ∙ 𝐸𝐸𝐸𝐸! )""$$# ∙ 𝑇𝑇𝑇𝑇𝑇𝑇𝑇𝑇!
𝐺𝐺 = 7 8
8𝑅𝑅𝑅𝑅𝑅𝑅 ∙ 𝑇𝑇𝑇𝑇𝑇𝑇
𝐺𝐺!la=desviación @ ∙ (𝑃𝑃𝑃𝑃 𝐸𝐸𝐸𝐸! )respecto
! ∙ IDG # ∙ 𝑇𝑇𝑇𝑇𝑇𝑇𝑇𝑇!
!
Los grupos del IDG se basan en absoluta
𝑅𝑅𝑅𝑅𝑅𝑅 𝑇𝑇𝑇𝑇𝑇𝑇 del a la paridad de género, 100
|IDG-1|. . Los países/territorios con una desviación absoluta de la paridad de E"género del 2.5 % o me-
(𝐺𝐺D )E" + (𝐺𝐺B )E"
nos son considerados como países con alta igualdad
𝐴𝐴𝐴𝐴𝐴𝐴(𝐺𝐺 en los logros del IDH Uentre mujeres y hombres,
D , 𝐺𝐺B ) = S
y son categorizados en el grupo 1. Países/territorios
$
con 2
":una desviación absoluta de la paridad de
𝐺𝐺B =
O
$
O 1 ∙∙ (𝑃𝑃𝑃𝑃 B ∙∙ 𝐸𝐸𝐸𝐸 B)
":C ∙ 𝑇𝑇𝑇𝑇𝑇𝑇𝑇𝑇
𝐺𝐺 = 1 (𝑃𝑃𝑃𝑃 𝐸𝐸𝐸𝐸 ) C ∙ 𝑇𝑇𝑇𝑇𝑇𝑇𝑇𝑇 B
género entre 2.5 % y 5 % son considerados como países con un nivel medio-alto de igualdad en los
B B B B
logros del IDH entre mujeres y hombres, y son categorizados en el grupo 2. Países/territorios con
$
una desviación absoluta de la paridad𝐺𝐺D,B de = género entre
((((((((
O𝑆𝑆𝑆𝑆𝑆𝑆𝑆𝑆𝑆𝑆 5 % y 7.5 % son considerados
((((((((((((((((((((((((
∙ E"
𝐸𝐸𝑚𝑚𝑝𝑝𝑝𝑝𝑝𝑝𝑝𝑝𝑝𝑝𝑝𝑝𝑝𝑝𝑝𝑝𝑝𝑝𝑝𝑝𝑝𝑝𝑝𝑝
E" E" ∙ ((((((((
𝑇𝑇𝑇𝑇𝑇𝑇𝑇𝑇 como países
(𝐺𝐺
(𝐺𝐺 )
) E" +
+ (𝐺𝐺
(𝐺𝐺 B))E" E"
con un nivel medio de igualdad en los logros
𝐴𝐴𝐴𝐴𝐴𝐴(𝐺𝐺 )del IDH D
entre mujeres y hombres, y son categorizados
𝐴𝐴𝐴𝐴𝐴𝐴(𝐺𝐺DD ,, 𝐺𝐺 =S UU
D B
B) = S
𝐺𝐺B 2
en el grupo 3. Países/territorios con una desviación absoluta
2 "%de la " paridad de género entre 7.5 %
donde ((((((((
𝑆𝑆𝑆𝑆𝑆𝑆𝑆𝑆𝑆𝑆 = ^OGBB ∙ HDI + 1_`2,
y 10 % son considerados como países con un nivel medio-bajo de igualdad en los logros del IDH
entre mujeres y hombres, y son categorizados en el grupo 4. Países/territorios con una desviación
((((((((((((((((((((((((
𝐸𝐸𝐸𝐸𝐸𝐸𝐸𝐸𝐸𝐸𝐸𝐸𝐸𝐸𝐸𝐸𝐸𝐸𝐸𝐸𝐸𝐸𝐸𝐸𝐸𝐸𝐸𝐸
$ = >%𝑃𝑃𝑃𝑃D ∙ 𝐸𝐸𝐸𝐸D((((((((+ %𝑃𝑃𝑃𝑃B ∙ 𝐸𝐸𝐸𝐸B ?⁄2 y
𝐺𝐺 = O ((((((((
(((((((( ∙∙ ((((((((((((((((((((((((
O𝑆𝑆𝑆𝑆𝑆𝑆𝑆𝑆𝑆𝑆 𝐸𝐸𝑚𝑚𝑝𝑝𝑝𝑝𝑝𝑝𝑝𝑝𝑝𝑝𝑝𝑝𝑝𝑝𝑝𝑝𝑝𝑝𝑝𝑝𝑝𝑝𝑝𝑝
𝐸𝐸𝑚𝑚𝑝𝑝𝑝𝑝𝑝𝑝𝑝𝑝𝑝𝑝𝑝𝑝𝑝𝑝𝑝𝑝𝑝𝑝𝑝𝑝𝑝𝑝𝑝𝑝 ∙∙ ((((((((
𝑇𝑇𝑇𝑇𝑇𝑇𝑇𝑇
$
𝐺𝐺D,B
D,B = 𝑆𝑆𝑆𝑆𝑆𝑆𝑆𝑆𝑆𝑆 (((((((((((((((((((((((( 𝑇𝑇𝑇𝑇𝑇𝑇𝑇𝑇 491
𝑇𝑇𝑇𝑇𝑇𝑇𝑇𝑇D + 𝑇𝑇𝑇𝑇𝑇𝑇𝑇𝑇B
(((((((( =
𝑇𝑇𝑇𝑇𝑇𝑇𝑇𝑇
𝑆𝑆𝑆𝑆𝑆𝑆𝑆𝑆𝑆𝑆 = ^O "% ∙ " + 1_2`2,
"% "
donde ((((((((
absoluta de la paridad de género del 10 % o más son considerados como países con baja igualdad
en los logros del IDH entre mujeres y hombres, y son categorizados en el grupo 5.
El Índice de Desigualdad de Género (GII, por sus siglas en inglés) refleja las desventajas de géne-
ro en tres dimensiones: salud reproductiva, empoderamiento y mercado laboral, para los países/
territorios. Muestra la pérdida potencial en el desarrollo humano relacionada con la desigualdad
entre mujeres y hombres en los logros de estas tres dimensiones. Su escala se establece entre 0
(mujeres y hombres presentan igualdad) y 1 (mujeres y hombres se encuentran en condiciones de
total desigualdad). Los valores de este índice son calculados a partir de la media general de medias
generales de órdenes diferentes: la primera agregación se realiza con la media geométrica de las
dimensiones; estas medias se calculan por separado para mujeres y hombres, y luego, se agregan
utilizando la media armónica para mujeres y hombres.
Fuentes de información:
• Porcentaje de espacios ocupados por mujeres y hombres en el Congreso Nacional y las Corpo-
raciones Municipales (PR): Tribunal Supremo Electoral (2013, 2017).
• Población con al menos algún tipo de educación secundaria (ES): INE. Encuesta Permanente
de Hogares de Propósitos Múltiples consolidada (2014, 2019) y Censo Nacional de Población y
Vivienda 2013.
Paso 1. Tratar ceros y valores extremos: debido a que la media geométrica no puede calcularse con
valores cero, un valor mínimo de 0.1 % es fijado para todos los indicadores. Asimismo, una alta mor-
talidad materna sugiere una salud materna deficiente, para la razón de mortalidad materna el valor
máximo es truncado a 1,000 muertes por cada 100,000 nacidos, y el valor mínimo, a 10. La lógica
detrás de esto es que en países donde la razón de mortalidad materna sobrepasa el valor de 1,000
no difiere en su incapacidad para crear las condiciones y el soporte de la salud materna, y en los
países con una razón de 10 o menor, se desempeñan al mismo nivel, de tal forma que las pequeñas
diferencias son esencialmente aleatorias.
":
9
𝐼𝐼𝐼𝐼𝐼𝐼> = L𝐼𝐼;./01𝐼𝐼𝐼𝐼𝐼𝐼𝐼𝐼𝐼𝐼 𝐼𝐼𝐼𝐼𝐼𝐼
@ => 𝐼𝐼𝐼𝐼𝐼𝐼𝐼𝐼𝐼𝐼
∙ 𝐼𝐼<103.34ó# ∙ 𝑆𝑆@ ⁄" M𝑃𝑃@
∙ 𝐼𝐼=#672-8
𝐼𝐼𝐼𝐼𝐼𝐼
"
= 𝐼𝐼𝐼𝐼𝐼𝐼 "
=𝐼𝐼𝐼𝐼𝐼𝐼grupo
>
Paso 2. Agregar a través de dimensiones 𝐼𝐼𝐼𝐼𝐼𝐼 cada @
𝐼𝐼𝐼𝐼𝐼𝐼@ ∙ 𝐼𝐼de género
": usando medias geométricas: para
9
𝐼𝐼𝐼𝐼𝐼𝐼@ = >𝐼𝐼;./01# ∙ 𝐼𝐼<103.34ó# =#672-8# ?
las mujeres la agregación se expresa a través de𝑣𝑣𝑣𝑣𝑣𝑣𝑣𝑣𝑣𝑣 𝑟𝑟𝑟𝑟𝑟𝑟𝑟𝑟
la siguiente
# fórmula:
− 𝑣𝑣𝑣𝑣𝑣𝑣𝑣𝑣𝑣𝑣 𝑚𝑚í𝑛𝑛𝑛𝑛𝑛𝑛𝑛𝑛
Í𝑛𝑛𝑛𝑛𝑛𝑛𝑛𝑛𝑛𝑛 𝑑𝑑𝑑𝑑 𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑ó𝑛𝑛 = ∙
𝑣𝑣𝑣𝑣𝑣𝑣𝑣𝑣𝑣𝑣 𝑚𝑚á𝑥𝑥𝑥𝑥𝑥𝑥𝑥𝑥
𝐼𝐼𝐼𝐼𝐼𝐼𝐼𝐼𝐼𝐼@ "=$# 𝐼𝐼𝐼𝐼𝐼𝐼𝐼𝐼𝐼𝐼 ∙ 𝑆𝑆@ ⁄𝑃𝑃@ − 𝑣𝑣𝑣𝑣𝑣𝑣𝑣𝑣𝑣𝑣 𝑚𝑚í𝑛𝑛𝑛𝑛𝑛𝑛𝑛𝑛
10
!
1 "
𝐺𝐺! = 7!8 ∙ @ "$#∙ (𝑃𝑃𝑃𝑃! ∙ 𝐸𝐸𝐸𝐸! ) $# ∙ 𝑇𝑇𝑇𝑇𝑇𝑇𝑇𝑇!
10
𝑅𝑅𝑅𝑅𝑅𝑅 𝑇𝑇𝑇𝑇𝑇𝑇1 "
𝐺𝐺! = 78 ∙ @ ∙ (𝑃𝑃𝑃𝑃! ∙ 𝐸𝐸𝐸𝐸! ) $# ∙ 𝑇𝑇𝑇𝑇𝑇𝑇𝑇𝑇!
𝑅𝑅𝑅𝑅𝑅𝑅 𝑇𝑇𝑇𝑇𝑇𝑇 𝐼𝐼𝐼𝐼𝐼𝐼> − 𝑣𝑣𝑣𝑣𝑣𝑣𝑣𝑣𝑣𝑣 𝑚𝑚í𝑛𝑛𝑛𝑛𝑛𝑛𝑛𝑛 ":9
𝐼𝐼𝐼𝐼𝐼𝐼 = L𝐼𝐼
𝐼𝐼𝐼𝐼𝐼𝐼 𝑣𝑣𝑣𝑣𝑣𝑣𝑣𝑣𝑣𝑣 𝑟𝑟𝑟𝑟𝑟𝑟𝑟𝑟
= ∙ 𝐼𝐼<103.34ó#" ∙ 𝐼𝐼=#672-8" M ∙
Í𝑛𝑛𝑛𝑛𝑛𝑛𝑛𝑛𝑛𝑛 𝑑𝑑𝑑𝑑 𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑ó𝑛𝑛 =
> ;./01
es: 𝐼𝐼𝐼𝐼𝐼𝐼@
"
Por su parte, para los hombres la fórmula 𝑣𝑣𝑣𝑣𝑣𝑣𝑣𝑣𝑣𝑣 𝑚𝑚á𝑥𝑥𝑥𝑥𝑥𝑥𝑥𝑥 − 𝑣𝑣𝑣𝑣𝑣𝑣𝑣𝑣𝑣𝑣 𝑚𝑚í𝑛𝑛𝑛𝑛𝑛𝑛𝑛𝑛
$ " ":
𝐺𝐺B = O1 ∙=
𝐼𝐼𝐼𝐼𝐼𝐼 (𝑃𝑃𝑃𝑃B ∙ 𝐸𝐸𝐸𝐸B∙ )
>𝐼𝐼;./01
:C
∙ 𝑇𝑇𝑇𝑇𝑇𝑇𝑇𝑇B
𝐼𝐼<103.34ó# ∙ 𝐼𝐼=#672-8# ? 9
$@ # " #
𝐺𝐺B = O1 ∙ (𝑃𝑃𝑃𝑃B ∙ 𝐸𝐸𝐸𝐸B ) :C ∙ 𝑇𝑇𝑇𝑇𝑇𝑇𝑇𝑇B "
"$ :9
> = 10
𝐼𝐼𝐼𝐼𝐼𝐼!7 L𝐼𝐼;./011" ∙ 𝐼𝐼<103.34ó# ∙ 𝐼𝐼=#672-8 M
# "$
𝐺𝐺! = 8 ∙ @ ∙ (𝑃𝑃𝑃𝑃! ∙ 𝐸𝐸𝐸𝐸! )
" # " ∙ 𝑇𝑇𝑇𝑇𝑇𝑇𝑇𝑇!
𝑅𝑅𝑅𝑅𝑅𝑅 𝑇𝑇𝑇𝑇𝑇𝑇 E"
(𝐺𝐺D )E" + (𝐺𝐺B )E" "
El reajuste del 0.1 en la razón de
𝐴𝐴𝐴𝐴𝐴𝐴(𝐺𝐺 mortalidad
, 𝐺𝐺 ) = S materna ∙de
𝐼𝐼𝐼𝐼𝐼𝐼@ = >𝐼𝐼;./01# ∙ 𝐼𝐼<103.34ó# laU primera
E" :9 ecuación es requerido para dar
D B (𝐺𝐺𝐼𝐼B=#672-8
(𝐺𝐺D )E"2+#𝐼𝐼𝐼𝐼𝐼𝐼 )E" #
?
cuenta del proceso de truncamiento
𝐴𝐴𝐴𝐴𝐴𝐴(𝐺𝐺D , 𝐺𝐺Bde)= la Srazón
𝐼𝐼𝐼𝐼𝐼𝐼 de
=2mortalidad
> U materna a 10.
$
𝐼𝐼𝐼𝐼𝐼𝐼 @
":
Paso 3. Agregar a través de𝐺𝐺grupos
B =
O1de género,
∙ (𝑃𝑃𝑃𝑃 B ∙ 𝐸𝐸𝐸𝐸usando una media
B ) C ∙ 𝑇𝑇𝑇𝑇𝑇𝑇𝑇𝑇 B armónica: los índices de mujeres
y hombres son agregados con $ la media armónica para crear un índice de género igualmente distri-
(((((((( ∙ ((((((((((((((((((((((((
𝐺𝐺D,B = O$𝑆𝑆𝑆𝑆𝑆𝑆𝑆𝑆𝑆𝑆 𝐸𝐸𝑚𝑚𝑝𝑝𝑝𝑝𝑝𝑝𝑝𝑝𝑝𝑝𝑝𝑝𝑝𝑝𝑝𝑝𝑝𝑝𝑝𝑝𝑝𝑝𝑝𝑝 ∙ ((((((((
𝑇𝑇𝑇𝑇𝑇𝑇𝑇𝑇
buido. ((((((((
𝐺𝐺D,B = O𝑆𝑆𝑆𝑆𝑆𝑆𝑆𝑆𝑆𝑆 ∙10 𝐼𝐼𝐼𝐼𝐼𝐼
((((((((((((((((((((((((
"$>
𝐸𝐸𝑚𝑚𝑝𝑝𝑝𝑝𝑝𝑝𝑝𝑝𝑝𝑝𝑝𝑝𝑝𝑝𝑝𝑝𝑝𝑝𝑝𝑝𝑝𝑝𝑝𝑝 ∙ ((((((((
𝑇𝑇𝑇𝑇𝑇𝑇𝑇𝑇
!
𝐼𝐼𝐼𝐼𝐼𝐼 = 1 # "$
𝐺𝐺! = 78 ∙ 𝐼𝐼𝐼𝐼𝐼𝐼@ @ ∙ (𝑃𝑃𝑃𝑃! E"
E" ! ) # ∙ 𝑇𝑇𝑇𝑇𝑇𝑇𝑇𝑇!
∙ 𝐸𝐸𝐸𝐸E"
𝑅𝑅𝑅𝑅𝑅𝑅 (𝐺𝐺 D)
𝑇𝑇𝑇𝑇𝑇𝑇
"% +" (𝐺𝐺B )
donde ((((((((
𝐴𝐴𝐴𝐴𝐴𝐴(𝐺𝐺 D , 𝐺𝐺B )==
𝑆𝑆𝑆𝑆𝑆𝑆𝑆𝑆𝑆𝑆 S GBB ∙ HDI + 1_`2U,
^O
∙ 2 + 1_`2,
"% "
donde ((((((((
𝑆𝑆𝑆𝑆𝑆𝑆𝑆𝑆𝑆𝑆 = ^O GBB HDI
((((((((((((((((((((((((
𝐸𝐸𝐸𝐸𝐸𝐸𝐸𝐸𝐸𝐸𝐸𝐸𝐸𝐸𝐸𝐸𝐸𝐸𝐸𝐸𝐸𝐸𝐸𝐸𝐸𝐸𝐸𝐸 ∙ 𝐸𝐸𝐸𝐸B ?⁄2 y
10 = >%𝑃𝑃𝑃𝑃
"$ ∙ 𝐸𝐸𝐸𝐸 +
!
$1 D# D %𝑃𝑃𝑃𝑃
":"$B
𝐺𝐺 = 78 𝐺𝐺
((((((((((((((((((((((((
𝐸𝐸𝐸𝐸𝐸𝐸𝐸𝐸𝐸𝐸𝐸𝐸𝐸𝐸𝐸𝐸𝐸𝐸𝐸𝐸𝐸𝐸𝐸𝐸𝐸𝐸𝐸𝐸 = ∙= O 1@∙
>%𝑃𝑃𝑃𝑃(𝑃𝑃𝑃𝑃∙ (𝑃𝑃𝑃𝑃
∙ ∙
𝐸𝐸𝐸𝐸 ∙
𝐸𝐸𝐸𝐸 )
𝐸𝐸𝐸𝐸
+ ) 𝐸𝐸𝐸𝐸BB!?⁄2 y
#∙ ∙𝑇𝑇𝑇𝑇𝑇𝑇𝑇𝑇
𝑇𝑇𝑇𝑇𝑇𝑇𝑇𝑇
%𝑃𝑃𝑃𝑃 B ∙ geométricas
C
Utilizar la media armónica dentro
!
$ 𝑅𝑅𝑅𝑅𝑅𝑅 de cada
B grupo
𝑇𝑇𝑇𝑇𝑇𝑇𝑇𝑇𝑇𝑇𝑇𝑇𝑇𝑇D B de !D Bmedias
! captura la desigualdad
𝐺𝐺D,B O ((((((((
= 𝑆𝑆𝑆𝑆𝑆𝑆𝑆𝑆𝑆𝑆 ∙= +
(((((((((((((((((((((((( 𝑇𝑇𝑇𝑇𝑇𝑇𝑇𝑇
𝐸𝐸𝑚𝑚𝑝𝑝𝑝𝑝𝑝𝑝𝑝𝑝𝑝𝑝𝑝𝑝𝑝𝑝𝑝𝑝𝑝𝑝𝑝𝑝𝑝𝑝𝑝𝑝
D B ((((((((
∙ 𝑇𝑇𝑇𝑇𝑇𝑇𝑇𝑇
entre mujeres y hombres y ajusta ((((((((
la asociación
𝑇𝑇𝑇𝑇𝑇𝑇𝑇𝑇 entre cada dimensión, lo que da cuenta del traslape
𝑇𝑇𝑇𝑇𝑇𝑇𝑇𝑇D2+ 𝑇𝑇𝑇𝑇𝑇𝑇𝑇𝑇B
en las desigualdades de las dimensiones. ((((((((
𝑇𝑇𝑇𝑇𝑇𝑇𝑇𝑇 =
2
"% " E" E"
donde ((((((((𝑆𝑆𝑆𝑆𝑆𝑆𝑆𝑆𝑆𝑆
$ = ^OGBB(𝐺𝐺 D) + +
∙ "HDI 1_(𝐺𝐺`2B, )E"
Paso 4. Calcular la media geométrica
𝐺𝐺B = 1 de O
𝐴𝐴𝐴𝐴𝐴𝐴(𝐺𝐺 D la B
,
∙ (𝑃𝑃𝑃𝑃 𝐺𝐺media
B ) =
∙ 𝐸𝐸𝐸𝐸B S aritmética
) ∙ 𝑇𝑇𝑇𝑇𝑇𝑇𝑇𝑇para
:C cada
U indicador: el criterio de refe-
2 B
rencia para calcular la desigualdad se obtiene agregando los índices de mujeres y hombres usando
((((((((((((((((((((((((
𝐸𝐸𝐸𝐸𝐸𝐸𝐸𝐸𝐸𝐸𝐸𝐸𝐸𝐸𝐸𝐸𝐸𝐸𝐸𝐸𝐸𝐸𝐸𝐸𝐸𝐸𝐸𝐸 = >%𝑃𝑃𝑃𝑃 𝐴𝐴𝐴𝐴𝐴𝐴 (𝐺𝐺D ∙D 𝐸𝐸𝐸𝐸
, 𝐺𝐺DB+) %𝑃𝑃𝑃𝑃 B ∙ 𝐸𝐸𝐸𝐸 B ?⁄2 y
pesos (de esta manera se tratan 𝐺𝐺𝐺𝐺𝐺𝐺los=géneros
1 − 𝐴𝐴𝐴𝐴𝐴𝐴 (𝐺𝐺 por igual), y luego, agregando los índices a través de
𝐺𝐺 , 𝐺𝐺B )
las dimensiones: 𝐺𝐺𝐺𝐺𝐺𝐺(((((((( 𝑇𝑇𝑇𝑇𝑇𝑇𝑇𝑇 J ,B
=$ 1 − (𝐺𝐺D ) D + (𝐺𝐺B ) B
D K D+ 𝑇𝑇𝑇𝑇𝑇𝑇𝑇𝑇
E" E" E"
𝐴𝐴𝐴𝐴𝐴𝐴(𝐺𝐺
𝐺𝐺D,B D= 𝑇𝑇𝑇𝑇𝑇𝑇𝑇𝑇 )= = S ∙ ((((((((((((((((((((((((
((((((((
, 𝐺𝐺OB𝑆𝑆𝑆𝑆𝑆𝑆𝑆𝑆𝑆𝑆 𝐺𝐺DJ,BK
𝐸𝐸𝑚𝑚𝑝𝑝𝑝𝑝𝑝𝑝𝑝𝑝𝑝𝑝𝑝𝑝𝑝𝑝𝑝𝑝𝑝𝑝𝑝𝑝𝑝𝑝𝑝𝑝 U ∙ ((((((((
𝑇𝑇𝑇𝑇𝑇𝑇𝑇𝑇
2
2
"% "
donde ((((((((
𝑆𝑆𝑆𝑆𝑆𝑆𝑆𝑆𝑆𝑆 = ^OGBB ∙ HDI + 1_`2,
$
(((((((( ∙ ((((((((((((((((((((((((
𝐺𝐺D,B = O𝑆𝑆𝑆𝑆𝑆𝑆𝑆𝑆𝑆𝑆 𝐸𝐸𝑚𝑚𝑝𝑝𝑝𝑝𝑝𝑝𝑝𝑝𝑝𝑝𝑝𝑝𝑝𝑝𝑝𝑝𝑝𝑝𝑝𝑝𝑝𝑝𝑝𝑝 ((((((((
(((((((((((((((((((((((( 𝐴𝐴𝐴𝐴𝐴𝐴 (𝐺𝐺D , 𝐺𝐺B ) ∙ 𝑇𝑇𝑇𝑇𝑇𝑇𝑇𝑇
𝐸𝐸𝐸𝐸𝐸𝐸𝐸𝐸𝐸𝐸𝐸𝐸𝐸𝐸𝐸𝐸𝐸𝐸𝐸𝐸𝐸𝐸𝐸𝐸𝐸𝐸𝐸𝐸
𝐺𝐺𝐺𝐺𝐺𝐺 = 1 − = >%𝑃𝑃𝑃𝑃 D ∙ 𝐸𝐸𝐸𝐸D + %𝑃𝑃𝑃𝑃B ∙ 𝐸𝐸𝐸𝐸B ?⁄2 y
𝐺𝐺DJ,BK
= ^O = 𝑇𝑇𝑇𝑇𝑇𝑇𝑇𝑇 D +1_𝑇𝑇𝑇𝑇𝑇𝑇𝑇𝑇
"% "
donde ((((((((
𝑆𝑆𝑆𝑆𝑆𝑆𝑆𝑆𝑆𝑆 𝑇𝑇𝑇𝑇𝑇𝑇𝑇𝑇
((((((((GBB HDI
∙ + `2, B
2
((((((((((((((((((((((((
𝐸𝐸𝐸𝐸𝐸𝐸𝐸𝐸𝐸𝐸𝐸𝐸𝐸𝐸𝐸𝐸𝐸𝐸𝐸𝐸𝐸𝐸𝐸𝐸𝐸𝐸𝐸𝐸 = >%𝑃𝑃𝑃𝑃D ∙ 𝐸𝐸𝐸𝐸D + %𝑃𝑃𝑃𝑃B ∙ 𝐸𝐸𝐸𝐸B ?⁄2 y
El índice de Salud no debe de ser interpretado como el índice promedio correspondiente a mujeres
y hombres, si no como la distancia media 𝑇𝑇𝑇𝑇𝑇𝑇𝑇𝑇D + 𝑇𝑇𝑇𝑇𝑇𝑇𝑇𝑇B
(((((((( de
𝑇𝑇𝑇𝑇𝑇𝑇𝑇𝑇 = las normas establecidas para los indicadores de salud
reproductiva (menos muertes maternas y menos 𝐴𝐴𝐴𝐴𝐴𝐴 (𝐺𝐺 2 D , 𝐺𝐺Badolescentes).
embarazos )
𝐺𝐺𝐺𝐺𝐺𝐺 = 1 −
𝐺𝐺DJ,BK
Paso 5. Comparar los índices obtenidos: como paso final, se compara el índice de género igualmen-
te distribuido para expresar el GII:
𝐴𝐴𝐴𝐴𝐴𝐴 (𝐺𝐺D , 𝐺𝐺B )
𝐺𝐺𝐺𝐺𝐺𝐺 = 1 −
𝐺𝐺DJ,BK
493
Índice de Pobreza Multidimensional
El Índice de Pobreza Multidimensional (IPM) global identifica múltiples privaciones a nivel de ho-
gares en las dimensiones de salud, educación y nivel de vida. Se prepara con los microdatos de
encuestas de hogares, y, diferente del IDH-D, todos los indicadores requieren ser estimados a partir
de la misma encuesta. Más detalles sobre la metodología general pueden ser encontrados en Alkire
y Foster, 2011. La sintaxis (do-files de Stata) de la medición del IPM y sus componentes para una can-
tidad considerable de países está disponible en https://ophi.org.uk/multidimensional-poverty-index/
data-tables-do-files/
Fuente de información:
Metodología:
El IPM global considera 10 indicadores: nutrición, mortalidad infantil, años de escolaridad, asistencia
a la escuela, combustible para cocinar, saneamiento, agua potable, electricidad, vivienda y activos,
en tres dimensiones (salud, educación y nivel de vida), siguiendo las mismas dimensiones y pesos
que el IDH (véase la tabla 4).
Fuente: Sabina Alkire, Usha Kanagaratnam, and Nicolai Suppa, The Global Multidimensional Poverty Index (MPI) 2020, OPHI MPI Methodologi-
cal Notes 49, Oxford Poverty and Human Development Initiative, University of Oxford
a. Los niños menores de 5 años (60 meses o menos) se consideran desnutridos si su puntaje z de estatura para la edad (retraso del crecimien-
to) o el peso para la edad (bajo peso) está por debajo de menos dos desviaciones estándar de la mediana de la población de referencia. Niños
5-19 años (61 a 228 meses) se identifican como privados si su límite de masa corporal (IMC9 específico por edad está por debajo de menos
dos desviaciones estándar. Adultos mayores de 19 a 70 años (229-840 meses) se consideran desnutridos si su índice de masa corporal es
inferior a 18.5 m/kg².
b. El indicador de mortalidad infantil del IPM global se basa en los datos del historial de nacimientos proporcionados por madres de 15 a 49
años. En el caso de Honduras, el indicador se construye únicamente a partir de las madres.
c. Si todas las personas del hogar pertenecen a un grupo de edad en el que deberían haber completado formalmente 6 años o más de educa-
ción, pero ninguno tiene este logro, entonces el hogar se ve privado. Sin embargo, si alguna persona de 10 años o más informó 6 años o más
de escolaridad, el hogar no se ve privado.
d. Se considera que un hogar tiene acceso a un saneamiento mejorado si tiene algún tipo de inodoro o letrina pozo mejorado o inodoro de
compostaje, siempre que no sean compartidos.
e. Un hogar tiene acceso a agua potable limpia si la fuente de agua es de alguno de los siguientes tipos: agua corriente, grifo público, pozo o
bomba, pozo protegido, manantial protegido o agua de lluvia, y está a una caminata de 30 minutos, ida y vuelta. Si el informe de la encuesta
usa otras definiciones de agua potable limpia o segura, se sigue el informe de la encuesta.
f. Varios países no recopilan datos sobre electricidad debido a que tienen una cobertura del 100 %. En tales casos, se identifica a todos los
hogares en el país como no privados de electricidad.
495
Se asigna a cada persona un puntaje de privación en función de las privaciones que enfrenta su
hogar en cada uno de los 10 indicadores. El valor máximo del puntaje de privación es 100 por
ciento, donde cada dimensión tiene igual peso; así, el puntaje máximo de las privaciones en cada
dimensión es 33.3 % o, más acertadamente, 1/3. Las dimensiones de salud y educación tienen dos
indicadores cada una, por tanto, cada indicador es ponderado por 1/6. La dimensión de nivel de vida
tiene seis indicadores, por tanto, cada indicador es ponderado por 1/18.
%&
𝐼𝐼𝐼𝐼𝐼𝐼 = 𝐻𝐻 ∙ 𝐴𝐴
!𝐸𝐸𝐸𝐸!,#,$ $ = 𝐸𝐸𝐸𝐸!,#,$ − 𝑎𝑎' ∗ 𝑙𝑙𝑙𝑙(𝑖𝑖𝑖𝑖𝑖𝑖𝑖𝑖𝑖𝑖𝑖𝑖𝑖𝑖
, $ ) + 𝑎𝑎' ∗ 𝑙𝑙𝑙𝑙(𝑖𝑖𝑖𝑖𝑖𝑖𝑖𝑖𝑖𝑖𝑖𝑖𝑖𝑖( )
𝐸𝐸𝐸𝐸j.
indicador La
!,#,$ =tasa
𝑎𝑎% +censurada
a& ∗ del
ln(𝑖𝑖𝑖𝑖𝑖𝑖𝑖𝑖𝑖𝑖𝑖𝑖𝑖𝑖)indicador
+ 𝑎𝑎 ' ∗ hace referencia
𝑔𝑔𝑔𝑔𝑔𝑔𝑔𝑔𝑔𝑔 𝑒𝑒𝑒𝑒𝑒𝑒𝑒𝑒
∑%∈$ ∑# 𝑐𝑐!% ( a
" + 𝑎𝑎 ∗ 𝑠𝑠𝑠𝑠𝑠𝑠𝑠𝑠 la
+ 𝑎𝑎proporción
) ∗ de población
𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑 + 𝑈𝑈!,#,$
que es
multidimensionalmente pobre y está privada
𝐶𝐶𝐶𝐶𝐶𝐶𝐶𝐶𝐶𝐶𝐶𝐶𝐶𝐶$ = en este indicador. / 𝐼𝐼𝐼𝐼𝐼𝐼
𝑛𝑛
#'
!𝐸𝐸𝐸𝐸!,#,$ $
%&
𝐼𝐼𝐼𝐼𝐼𝐼
= 𝐸𝐸𝐸𝐸!,#,$ − 𝑎𝑎= 5 𝑐𝑐% ∙ $ℎ)% + 𝑎𝑎' ∗ 𝑙𝑙𝑙𝑙(𝑖𝑖𝑖𝑖𝑖𝑖𝑖𝑖𝑖𝑖𝑖𝑖𝑖𝑖( )
' ∗ 𝑙𝑙𝑙𝑙(𝑖𝑖𝑖𝑖𝑖𝑖𝑖𝑖𝑖𝑖𝑖𝑖𝑖𝑖
%(#
𝐸𝐸𝐸𝐸!,#,$ = 𝑎𝑎% + a& ∗ ln(𝑖𝑖𝑖𝑖𝑖𝑖𝑖𝑖𝑖𝑖𝑖𝑖𝑖𝑖) + 𝑎𝑎' ∗ 𝑔𝑔𝑔𝑔𝑔𝑔𝑔𝑔𝑔𝑔 𝑒𝑒𝑒𝑒𝑒𝑒𝑒𝑒 + 𝑎𝑎( ∗ 𝑠𝑠𝑠𝑠𝑠𝑠𝑠𝑠 + 𝑎𝑎) ∗ 𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑 + 𝑈𝑈!,#,$
Donde cj es el peso asociado con el indicador j (ya)*sea 1/6 o 1/8), y los pesos suman 1.
𝐴𝐴𝐴𝐴!
Todos los parámetros definidos%& anteriormente 𝐴𝐴𝐴𝐴𝐴𝐴 son
=5 estimados con la utilización de datos de encues-
𝑃𝑃𝑃𝑃!
!(+ $ ) + 𝑎𝑎' ∗ 𝑙𝑙𝑙𝑙(𝑖𝑖𝑖𝑖𝑖𝑖𝑖𝑖𝑖𝑖𝑖𝑖𝑖𝑖( )
!𝐸𝐸𝐸𝐸!,#,$ $ = 𝐸𝐸𝐸𝐸!,#,$ − 𝑎𝑎' ∗ 𝑙𝑙𝑙𝑙(𝑖𝑖𝑖𝑖𝑖𝑖𝑖𝑖𝑖𝑖𝑖𝑖𝑖𝑖
ta y ponderaciones muestrales. Con el IPM, se pueden realizar descomposiciones que permiten
comparar por subgrupos poblaciones, como áreas urbano/rural, regiones (departamentos) del país,
sexo, grupos de edad, grupos étnicos, personas, con discapacidad, entre otros grupos de interés
)*
(Alkire y otros, 2015). 𝐴𝐴𝐴𝐴𝐴𝐴 𝐴𝐴𝐴𝐴!
𝐴𝐴𝐴𝐴𝐴𝐴 = 5𝑃𝑃𝑃𝑃! ∙ 𝐷𝐷!
= 5
!(# 𝑃𝑃𝑃𝑃!
!(+
El proceso de construcción seguido para la medición de los indicadores que conforman los índices
de desarrollo humano se especifica a continuación:
497
Esperanza de vida al nacer
La esperanza de vida al nacer es el número de años que se espera que viva un recién nacido, si los
patrones de las tasas de mortalidad por edad vigentes en el momento del nacimiento se mantienen
a lo largo de la vida del lactante. Para estimar este indicador, se sigue la metodología del Informe
Nacional sobre Desarrollo Humano 2011, que tomó como base el documento “Índice de Desarrollo
Humano de Hogares e Individuos 2008” de México. En el cálculo la esperanza de vida, se emplean
tablas de vida, pero para este escenario resulta necesario el uso de la esperanza de vida para cada
grupo de edad.
Con el objetivo de que los datos tengan comparabilidad internacional, se hace especial énfasis en
ajustar la información de esperanza de vida proporcionada en estas tablas, para hacer coincidir la
esperanza de vida a nivel nacional estimada por el INE, con el dato internacional para Honduras
proporcionado en el documento “Perspectivas de Población Mundial 2019” del Departamento de
Asuntos Económicos y Sociales de las Naciones Unidas (https://population.un.org/wpp/. Accedida el
15 de febrero del 2021). Esto se hace por medio de factores desagregados por sexo.
𝑞𝑞
Para realizar la estimación de la esperanza de 𝐻𝐻 =
vida
𝑛𝑛 a nivel municipal, se utilizan las tablas de vida
ajustadas por edad y sexo. Esta información, junto con la información socioeconómica contenida en
el último censo y las encuestas de hogares, hace posible estimar las esperanzas de vida para cada
municipio. ∑" 𝑠𝑠!
𝐴𝐴 = #
𝑞𝑞
Las estimaciones de esperanza de vida procedentes de las tablas de vida son exógenas al ingreso
o cualquier otra variable económica, por lo que=la𝐻𝐻esperanza
𝐼𝐼𝐼𝐼𝐼𝐼 ∙ 𝐴𝐴 de vida de municipios del mismo de-
partamento, edad y sexo es idéntica aun cuando exhiben diferentes niveles de ingreso. Con el fin
𝑞𝑞
de superar esta restricción común en las tablas𝐻𝐻 de=vida, la esperanza de vida se ajusta por medio de
𝑛𝑛
un modelo de regresión lineal en dos etapas. ∑%∈$ ∑"# 𝑐𝑐!%
𝐶𝐶𝐶𝐶𝐶𝐶𝐶𝐶𝐶𝐶𝐶𝐶𝐶𝐶$ = / 𝐼𝐼𝐼𝐼𝐼𝐼
𝑛𝑛
La primera etapa elimina el efecto del ingreso departamental sobre la esperanza de vida, por medio
#' "
de un modelo de regresión lineal que utiliza como ∑variable
𝑠𝑠! dependiente la información de las tablas
𝐼𝐼𝐼𝐼𝐼𝐼 = 𝐴𝐴5= #𝑐𝑐% ∙ ℎ%
de vida a nivel departamental. La especificación es %(#𝑞𝑞la siguiente:
𝐸𝐸𝐸𝐸!,#,$ = 𝑎𝑎% + a& ∗ ln(𝑖𝑖𝑖𝑖𝑖𝑖𝑖𝑖𝑖𝑖𝑖𝑖𝑖𝑖) + 𝑎𝑎' ∗ 𝑔𝑔𝑔𝑔𝑔𝑔𝑔𝑔𝑔𝑔 𝑒𝑒𝑒𝑒𝑒𝑒𝑒𝑒
𝐼𝐼𝐼𝐼𝐼𝐼 = 𝐻𝐻+∙ 𝑎𝑎𝐴𝐴( ∗ 𝑠𝑠𝑠𝑠𝑠𝑠𝑠𝑠 + 𝑎𝑎) ∗ 𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑 + 𝑈𝑈!,#,$
Donde Exe,s,d es la esperanza de vida por edade(e) , sexo (s) y departamento (d) , en las tablas de
vida; el ingreso departamental !𝐸𝐸𝐸𝐸!,#,$ $ es
%&
el !,#,$
= 𝐸𝐸𝐸𝐸 estimado ∑para efectos
"
%∈$ ∑#$ )𝑐𝑐!%
− 𝑎𝑎' ∗ 𝑙𝑙𝑙𝑙(𝑖𝑖𝑖𝑖𝑖𝑖𝑖𝑖𝑖𝑖𝑖𝑖𝑖𝑖 + 𝑎𝑎' ∗del cálculo
𝑙𝑙𝑙𝑙(𝑖𝑖𝑖𝑖𝑖𝑖𝑖𝑖𝑖𝑖𝑖𝑖𝑖𝑖()
del IDH; el grupo de edad
es una variable dicotómica para cada quinquenio de𝐶𝐶𝐶𝐶𝐶𝐶𝐶𝐶𝐶𝐶𝐶𝐶𝐶𝐶 = / 𝐼𝐼𝐼𝐼𝐼𝐼
$
𝑛𝑛 edad contenido en las tablas de vida; sexo
es una variable dicotómica para hombres; y departamento #'
es una variable dicotómica para cada
departamento. 𝐼𝐼𝐼𝐼𝐼𝐼 = 5 )* 𝑐𝑐 ∙ ℎ
𝐴𝐴𝐴𝐴%! %
%(#
𝐴𝐴𝐴𝐴𝐴𝐴 = 5
La segunda etapa 𝑃𝑃𝑃𝑃!
𝐸𝐸𝐸𝐸!,#,$ = 𝑎𝑎%reincorpora el efecto
+ a& ∗ ln(𝑖𝑖𝑖𝑖𝑖𝑖𝑖𝑖𝑖𝑖𝑖𝑖𝑖𝑖) + 𝑎𝑎'del ingreso estimado
∗ 𝑔𝑔𝑔𝑔𝑔𝑔𝑔𝑔𝑔𝑔 𝑒𝑒𝑒𝑒𝑒𝑒𝑒𝑒
!(+
para
+ 𝑎𝑎( ∗ 𝑠𝑠𝑠𝑠𝑠𝑠𝑠𝑠 + los
𝑎𝑎) ∗municipios, a la+esperanza
𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑 𝑈𝑈!,#,$ de
vida. Para ello, considera el parámetro estimado en la primera etapa. Lo anterior lleva a una espe-
ranza de vida municipal obtenida de la siguiente manera:
%& ,
!𝐸𝐸𝐸𝐸!,#,$ $ = 𝐸𝐸𝐸𝐸!,#,$ − 𝑎𝑎' ∗ 𝑙𝑙𝑙𝑙(𝑖𝑖𝑖𝑖𝑖𝑖𝑖𝑖𝑖𝑖𝑖𝑖𝑖𝑖$ ) + 𝑎𝑎' ∗ 𝑙𝑙𝑙𝑙(𝑖𝑖𝑖𝑖𝑖𝑖𝑖𝑖𝑖𝑖𝑖𝑖𝑖𝑖( )
𝐴𝐴𝐴𝐴𝐴𝐴 = 5 𝑃𝑃𝑃𝑃! ∙ 𝐷𝐷!
Así, el término (Exe,s,d) es la esperanza de vida ajustada
AJ !(#
por el ingreso del municipio j, considerando
el departamento al que pertenece y la edad y el sexo )* de su población. La esperanza de vida al nacer
𝐴𝐴𝐴𝐴!
a nivel municipal sería la correspondiente al grupo
𝐴𝐴𝐴𝐴𝐴𝐴 =5 de edad igual a cero.
𝑌𝑌! = 𝑓𝑓(𝑋𝑋!# , 𝑋𝑋!) , … , 𝑋𝑋𝑃𝑃𝑃𝑃
!- )! + 𝑈𝑈!
!(+
Donde AEE son los años esperados de escolaridad de la población entre 6 y 24 años, AEi es la
población que asiste a los centros educativos con ∑%∈$ , ∑" i y PTi es la población con edad i. Las esti-
edad # 𝑐𝑐!%
maciones departamentales se realizaron con 𝐶𝐶𝐶𝐶𝐶𝐶𝐶𝐶𝐶𝐶𝐶𝐶𝐶𝐶 =
𝐴𝐴𝐴𝐴𝐴𝐴
$ las= 5𝑛𝑛𝑃𝑃𝑃𝑃! ∙ 𝐷𝐷
encuestas / 𝐼𝐼𝐼𝐼𝐼𝐼
de
! hogares consolidadas, pero conside-
rando únicamente los meses de marzo, junio y septiembre, !(#
#' por la caída de la asistencia escolar en
el mes de diciembre. Pese a la reducción𝐼𝐼𝐼𝐼𝐼𝐼 = 5 𝑐𝑐% ∙ ℎ% estas estimaciones presentan errores
de observaciones,
%(#
muestrales aceptables.
𝐸𝐸𝐸𝐸!,#,$ = 𝑎𝑎% + a& ∗ ln(𝑖𝑖𝑖𝑖𝑖𝑖𝑖𝑖𝑖𝑖𝑖𝑖𝑖𝑖) +𝑌𝑌!𝑎𝑎= 𝑓𝑓(𝑋𝑋!# , 𝑋𝑋!) , … +
' ∗ 𝑔𝑔𝑔𝑔𝑔𝑔𝑔𝑔𝑔𝑔 𝑒𝑒𝑒𝑒𝑒𝑒𝑒𝑒
, 𝑋𝑋𝑎𝑎!- ) + 𝑈𝑈
( ∗ 𝑠𝑠𝑠𝑠𝑠𝑠𝑠𝑠! + 𝑎𝑎) ∗ 𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑 + 𝑈𝑈!,#,$
Por otra parte, los años promedio de escolaridad son el número promedio de años de educación
recibidos por las personas de 25 años o más, calculado a partir de los niveles de logros educativos,
utilizando la duración oficial de cada %& nivel. La aproximación utilizada en la medición de este indica-
!𝐸𝐸𝐸𝐸!,#,$ $ = 𝐸𝐸𝐸𝐸!,#,$ − 𝑎𝑎' ∗ 𝑙𝑙𝑙𝑙(𝑖𝑖𝑖𝑖𝑖𝑖𝑖𝑖𝑖𝑖𝑖𝑖𝑖𝑖$ ) + 𝑎𝑎' ∗ 𝑙𝑙𝑙𝑙(𝑖𝑖𝑖𝑖𝑖𝑖𝑖𝑖𝑖𝑖𝑖𝑖𝑖𝑖( )
dor corresponde al documento “UIS methodology for estimation of mean years of schooling 2013”,
donde se consideran las variables del último nivel/grado aprobado para construir los siguientes
niveles educativos con el censo de 2013 y las encuestas )* de hogares: sin nivel educativo, prima-
ria incompleta, primaria completa, secundaria baja 𝐴𝐴𝐴𝐴
completa, secundaria alta completa, educación
!
𝐴𝐴𝐴𝐴𝐴𝐴 =5
terciaria de ciclo corto y terciaria o equivalente completa. 𝑃𝑃𝑃𝑃! Estas categorías se agregan mediante
!(+
la siguiente expresión (ponderando de forma acumulada la duración oficial de cada de cada nivel
educativo a partir de secundaria baja completa):
,
Donde, AEP son los años promedio de escolaridad de la población con 25 años o más, PPi es el
𝑌𝑌! = 𝑓𝑓(𝑋𝑋!#i ,y𝑋𝑋D
porcentaje de población en el nivel educativo !) , …
es, 𝑋𝑋 ) + 𝑈𝑈! oficial del nivel educativo i.
la!-duración
i
El censo de 2013 permite calcular los años esperados de escolaridad, así como los años promedio
de escolaridad por municipios. Para los años siguientes, los datos municipales son ajustados con-
forme a las variaciones de estos mismos indicadores a nivel departamental, obtenidos a partir de las
encuestas de hogares consolidadas de 2014 y 2019. Esto no aplica para los departamentos de Gra-
cias a Dios e Islas de la Bahía, donde los valores municipales se ajustan siempre con las variaciones
departamentales que reflejan las encuestas de hogares, pero asumiendo un promedio municipal de
los clústeres presentados en el documento “Tipología municipal para el levantamiento de encuesta
sobre juventudes en el norte de Centroamérica: caracterización de los municipios de Honduras
2017” del Proyecto Regional InfoSegura-PNUD.
499
# !
𝐴𝐴 =
𝑞𝑞
𝐼𝐼𝐼𝐼𝐼𝐼 = 𝐻𝐻 ∙ 𝐴𝐴
Las estimaciones así obtenidas fueron luego ajustadas de tal manera que el ingreso per cápita
estimado a nivel nacional, iguale al INB per cápita en US$ PPA constante publicado por el Banco
Mundial en la base de datos de Indicadores Mundiales de Desarrollo (https://data.worldbank.org/).
Esto equivale a adoptar la hipótesis de que la participación de algún municipio en el INB es igual a
su participación en la masa de remuneraciones al trabajo, presunción que podría estar respaldada
por el hecho que las remuneraciones al trabajo constituyen una cuenta importante dentro de la pro-
ducción nacional y es aceptable pensar que modula su distribución territorial.
Otro aspecto relevante está vinculado a la estimación de los valores medios de las variables exóge-
nas de la regresión empleada: los valores municipales estimados con el último censo se ajustan con
las variaciones departamentales de las encuestas de hogares, con la salvedad de los municipios
que conforman los departamentos de Gracias a Dios e Islas de la Bahía. En este caso, las variacio-
nes son asignadas a través del promedio municipal de los clústeres que define el documento men-
cionado en el apartado anterior sobre indicadores educativos.
Medidas de Atkinson
La esperanza de vida según sexo se estima haciendo coincidir la esperanza de vida a nivel nacional
estimada por el INE (estimaciones según sexo para los 18 departamentos del país), con el dato inter-
nacional para Honduras proporcionado en el documento “Perspectivas de Población Mundial 2019”
del Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de las Naciones Unidas (https://population.
un.org/wpp/. Accedida el 15 de febrero del 2021). Esto se hace por medio de factores desagregados
por sexo.
Para la medición de los indicadores que conforman la dimensión de educación del IDG, se siguen
los mismos criterios utilizados durante la estimación de los años esperados de escolaridad y los
años promedio de escolaridad del IDH, con el paso adicional de desagregar por género los datos
del censo del 2013 y las encuestas de hogares de 2014 y 2019.
El ingreso per cápita estimado para cada sexo se deriva de la relación entre los salarios de muje-
res y hombres, el porcentaje de mujeres y hombres de la población económicamente activa y el
ingreso nacional bruto (en términos de paridad del poder adquisitivo de 2017). Sobre los aspectos
más relevantes de la estimación realizada, se debe de dar cuenta de la utilización de información
departamental de ingresos totales (en moneda nacional) calculada para efectos del IDH. Un paso in-
termedio requiere de fijar la ratio de la masa salarial de mujeres respecto a hombres, sin considerar
el sector agrícola, en todos los departamentos del país, para que sea equivalente al valor del nivel
nacional. Todo esto para evitar comportamientos atípicos de las estimaciones subnacionales. Asi-
mismo, se aplica un factor de ajuste al ingreso per cápita desagregado por sexo (todas las estima-
ciones anteriores dentro del proceso de construcción de este indicador se realizaron con unidades
monetarias nacionales) para que iguale el ingreso nacional bruto estimado per cápita de mujeres y
hombres expresado en el último Informe Mundial de Desarrollo Humano.
501
Población con al menos algún tipo de educación secundaria
El porcentaje de población con al menos algún tipo de educación secundaria refleja la población
de 25 años o más que ha accedido a la enseñanza secundaria (aunque no la haya terminado). Para
estimar este indicador, se requiere de los niveles educativos construidos para el cálculo de los años
promedio de escolaridad. Las encuestas de hogares consolidadas permiten realizar estimaciones
para 16 de 18 departamentos del país, excepto Gracias a Dios e Islas de la Bahía. Para estos depar-
tamentos, se realizaron estimaciones con el censo de 2013, y estos valores, se ajustaron con las
variaciones de las encuestas de hogares mediante promedios departamentales que se basan en
clústeres municipales.
Alkire, S., J. Foster, S. Seth, M.E. Santos, J.M. Roche, y P. Ballon. Multidimensional poverty measurement and analysis. Ox-
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