Articulo de Grado - InGENIO CENTRAL COLOMBIA - Sabas Guardo Ballestero

Sabas Amín Guardo Ballestero
Ingenio Central Colombia, Sincerin (Bolívar): Su historia social 1908-1920
INGENIO CENTRAL COLOMBIA, SINCERIN (BOLÍVAR): SU

HISTORIA SOCIAL 1908-1920
SABAS AMIN GUARDO BALLESTERO
UNIVERSIDAD DE CARTAGENA
FACULTAD DE CIENCIAS HUMANAS
PROGRAMA DE HISTORIA
CARTAGENA DE INDIAS D. T. Y C.
2014
1
INGENIO CENTRAL COLOMBIA, SINCERIN (BOLÍVAR): SU

HISTORIA SOCIAL 1908-1920
SABAS AMIN GUARDO BALLESTERO
TRABAJO PRESENTADO, COMO REQUISITO PARA OPTAR POR

EL TITULO DE HISTORIADOR
ASESOR
Jairo Álvarez
UNIVERSIDAD DE CARTAGENA
FACULTAD DE CIENCIAS HUMANAS
PROGRAMA DE HISTORIA
CARTAGENA DE INDIAS D.T. Y C.

2014
2
Contenido Pag.
Introducción 4
1. Capitulo 1: Inicios de la industria azucarera en la Costa Caribe y en

12
el territorio Colombiano.
1.1.Los ingenios azucareros en el Caribe español
1.2.Primeras iniciativas para la creación de una industria azucarera
en la Costa Caribe: el caso del ingenio la “Perseverancia” 16
1.3. Creación del ingenio azucarero “Central Colombia (Sincerin-
Bolívar). 19
1.4.Desarrollo e inicio de la producción de azúcar en el “Central
Colombia” 22
29
1.5. Decadencia del ingenio azucarero “Central Colombia”,
Sincerin.
2. Capitulo 2: Los efectos económicos durante la permanencia del 32

ingenio Central Colombia en el corregimiento de Sincerin.
33
3. Capitulo 3: Interacción de los grupos sociales locales, vecinos y
extranjeros alrededor de la actividad azucarera en el ingenio de
44
Sincerin.
Conclusión 55
Bibliografía 58
3
Agradecimientos
Doy gracias a Dios por darme sabiduría y constancia en cada momento al no dejarme
vencer por los obstáculos presentes en el camino, por permitirme alcanzar esta meta; una de
muchas que lograre…
A mis hermanos por ser mi apoyo constante, por darme siempre su amor; acompañado de
los mejores concejos que me han hecho una mejor persona. A mis sobrinos (a), que me
brindaron su compañía en este proceso, ustedes me motivan cada día a seguir en una
formación constante, gracias por enseñarme que solo una familia unida confiando en el
amor de Dios vence cualquier dificultad que se presente…
A mi esposa Sixta Torres y mi hija Sayra Luz Guardo, quienes durante estos cuatro años
fueron testigos de todo este proceso brindándome su apoyo emocional, cariño y
comprensión.
Agradezco a Jairo Jiménez Álvarez por su ayuda y colaboración en la realización de este
trabajo, por cada una de sus correcciones y aportes, fueron justos y necesarios, al cuerpo
docente del programa de Historia por esos cuatro años de enseñanzas, aprendizajes y de
experiencias.
Por último quiero agradecer a mis amigos, y a cada uno de los compañeros de aula que
compartieron conmigo en todo este recorrido, en especial a Eliana Marrugo Arévalo y
Yina Arnedo Pérez quien en poco tiempo dejaron de ser mis compañeras para ser mis
amigas, hermanas y colegas; junto con sus familias se convirtieron en un apoyo necesario
durante todo este proceso. Hoy puedo decirle que lo logramos y que esto es solo un peldaño
de los muchos que hay que subir.
4
Introducción
Los estudios históricos de carácter empresarial, en los últimos tiempos han tomado cierta
relevancia e importancia; es un campo que apenas se está gestando, pues el interés por el
estudio de los empresarios se fundamenta principalmente en el periodo comprendido entre
1821-20001. El interés por el conocimiento del papel desempeñado por el empresario en el
desarrollo económico comenzó en décadas recientes a preocupar a quienes creyeron que el
empresario era un actor de la vida económica y social, cuyo estudio constituía un objeto
legítimo de investigación2.
En Colombia, los estudios empresariales conforman una literatura irregular producida por
esfuerzos individuales y no por un grupo de investigadores. Las diferencias regionales son
muy marcadas a nivel de estos estudios historiográficos3. Para el caso de la Costa Caribe
colombiana, que es el tema que aquí nos interesa, el surgimiento de una historiografía
empresarial está liderado por un reducido número de investigadores que se han enfocado
directamente al empresario costeño. Dentro de ellos encontramos a Adolfo Meisel Roca,
Eduardo Posada Carbo, Sergio Solano, Jorge Conde, Manuel Rodríguez y José Restrepo4,
1
Adolfo Meisel Roca. “Bajo el signo del cóndor”. Empresas y empresarios en el Caribe colombiano, 1821-
2000. en Revista: Aguaita N 8. Observatorio del Caribe 2002.
2
Sandra Milena Berdugo Díaz, Ingenio azucarero María en Cartagena, el caso de Nicolás Zubiria 1878-
1892. Cartagena, Universidad de Cartagena ed., 1997.
3
Ibíd. P. 11
4
Meisel Roca, Adolfo. Consultar “Los Bancos de Cartagena”. Lectura de Economía Nº32 – 33. Medellín,
1990. Adolfo Meisel y Joaquín Vitoria. Los alemanes en el Caribe Colombiano: El caso de Adolfo Held,
1880-1927. En: cuaderno de Historia Económica y Empresarial. Banco de la republica Cartagena 1999.
Eduardo Posada, Bogotá Cerec, 1987, Eduardo Posada (Comp.) ¿Por qué se disipó el dinamismo industrial en
5
quienes han hecho estudios casuísticos en este campo y han colocado este campo de la
historia en lugar casi que privilegiado, pero aun así los estudios son muy escasos por lo que
aun se encuentra en estado incipiente5.
Si bien es cierto el interés en los últimos años de los estudios sobre empresarios en la Costa
Caribe que de una u otra forma dan detalles de la vida económica de una localidad o de la
ciudad donde se investigue a fondo dicha actividad económica, el interés de esta
investigación no va dirigido precisamente a esta parte, sino mas bien como desde la historia
empresarial se puede conocer también sobre las relaciones sociales que allí se configuran
en torno a la actividad que realizan, que para este caso estaríamos hablando de una empresa
como lo fue el Ingenio Central Colombia en el corregimiento de Sincerin que se dedicaba
exclusivamente a la producción azucarera, es decir determinaremos las relaciones que se
dan entre jefes y trabajadores en relación a la actividad que cada una realiza en esta
empresa.
Este estudio se inscribe bajo los parámetros que lo han estudiado el autor Antonio Benítez
Rojo en su libro: La isla que se repite. Este texto trata sobre como la plantación ha marcado
de manera indeleble la estructura de la sociedad, la economía y la cultura donde las hubo;
dinamizó las economías, construyó sociedades jerarquizadas y segmentadas y estableció
Barranquilla?, Barranquilla Edición Gobernación del Atlántico, 1993. Sergio Solano, Acumulación de Capital
e Industria. Limitaciones en el Desarrollo Fabril en Barranquilla. En Historia y Cultura, Universidad de
Cartagena, 1994. Jorge Conde y Sergio Solano. Elite Empresarial y Desarrollo Industrial en Barranquilla.
Ediciones Uniatlantico, 1993. José Restrepo y Manuel Rodríguez. La actividad Comercial y el Grupo de
Comerciantes de Cartagena a Finales del S XIX En: Estudios sociales Nº1 Faes, Medellín, 1986
5
Ibíd.
6
una relación particular. El libro es pertinente y ocupa un sitio destacado para tener de
presente a la hora de realizar esta investigación, pues en el encontramos puntos importantes
sobre historia cultural, crítica literaria, además marcó la pauta para los estudios culturales a
partir de su aparición6.
Así mismo, Manuel Moreno Fraginals en su libro, El ingenio: complejo económico, social
cubano de azúcar, trata en tres volúmenes sobre el proceso histórico de la plantación,
elaboración e intercambio del azúcar cubano. El estudio cubre fundamentalmente los siglos
XVIII y XIX, también ilustra y documenta copiosamente los momentos en que la isla
ingresó al mercado mundial y la primera parte de su tecnificación, modernización y
expansión agroindustrial7.
En cuanto a los ingenios azucareros en el Caribe colombiano, la tesis de grado de Sandra
Berdugo Díaz: “Ingenio azucarero María en Cartagena, el caso de Nicolás Zubiria 1878-
1892”; pretende aportar una información a la comunidad histórica respecto al ingenio
“María”, como uno de los primeros intentos de hacer industria agrícola en el Caribe
colombiano, gracias a la llegada de cubanos a finales del siglo XIX, mas la visión y el tesón
de unos empresarios de Cartagena que despuntaban y diversificaban sus negocios a la par
6
Antonio Benítez Rojo, La isla que se repite, La Habana, Ediciones del Norte ed., 1989
7
Manuel Moreno Fraginals, El ingenio: complejo económico, social cubano de azúcar, La Habana, Barcelona
Critica ed., 2001.
7
de los procesos políticos que se generaron en el país, principalmente en cabeza del
presidente Núñez8.
Del mismo modo, la tesis de grado: La destilación de aguardiente en el departamento de
Bolívar: la producción clandestina, 1886-1900, de María Eugenia Urueta Sierra, se vuelve
de suma importancia debido a que intenta analizar cómo fueron aplicadas las políticas
fiscales durante la regeneración en el departamento de Bolívar, a través de la renta del
aguardiente, que se produce como un derivado de la caña de azúcar, así mismo argumenta
que el cultivo de esta y la destilación del aguardiente fueron dos actividades estrechamente
asociadas, tanto en un sector de hacendados como entre el campesinado pobre de la región9.
Al igual que los textos anteriores, para el contexto cartagenero y aproximándonos a mi
propuesta de investigación, El ingenio Central Colombia, un caso en los inicios de la
industrialización del Caribe colombiano de María Teresa Ripoll, es muy pertinente, pues la
autora, considerando la poca producción de estudios sobre industrias y empresarios en el
Caribe colombiano; en su trabajo se interesa por investigar sobre la existencia de ese
esfuerzo de modernización que significó el ingenio Central Colombia. En una primera parte
señala la importancia que tuvo la ganadería en la formación del capital necesario para este
desarrollo en la región. Luego elabora un perfil social de sus fundadores, los hermanos
Carlos y Fernando Vélez Danies, su trabajo se extiende en la descripción del intento de
8
Sandra Milena Berdugo Díaz, Ingenio azucarero María en Cartagena… Óp. Cit. P. 7
9
María Eugenia Urueta Sierra, La destilación del aguardiente en el departamento de Bolívar: la producción
clandestina 1886-1900, Cartagena, Universidad de Cartagena ed., 1997.
8
industrialización que fue el Central Colombia en un país deprimido económicamente,
identificando las circunstancias políticas que lo hicieron posible, describiendo su capacidad
fabril y el impacto que su producción generó en los precios nacionales del azúcar10.
Luego de realizar un breve balance, tomando lo que han planteado sobre los ingenios
azucareros, debo decir que estos textos nos permiten ver desde una perspectiva a nivel
general del Caribe y especialmente del Caribe colombiano como se configuran las
relaciones de las comunidades locales desde un punto de vista social, económico, cultural e
incluso político a partir de esta actividad azucarera. De esta manera es que pretendo
contribuir a la historiografía colombiana del siglo XX, reflexionando como los ingenios
azucareros nos permiten construir una historia empresarial dentro del marco cartagenero en
torno a las relaciones que allí se establecen; es decir que aspiro en esta medida a enriquecer
el conocimiento de nuestra historia regional y su relación con la historia colombiana.
***
El presente artículo tiene la intención de mostrar un tema que poco se ha trabajado en la
historia de Cartagena. Este trabajo, al igual que otros estudios históricos, tiene un pequeño
aporte a las investigaciones de historia social y empresarial en el Caribe colombiano,
especialmente en Cartagena. En los últimos veinte años el panorama historiográfico se ha
visto fortalecido y renovado por un significativo número de estudios que han facilitado la
comprensión de las decisivas dinámicas históricas que intervinieron en la configuración de
10
María Teresa Ripoll, El ingenio Central Colombia, un caso en los inicios de la industrialización del
Caribe colombiano, Cartagena, Universidad de Cartagena ed., 1997.
9
este espacio como región. Desde distintas perspectivas y métodos, se ha ido pintando un
cuadro más complejo sobre los procesos económicos, sociales, políticos y culturales que
tipificaron las realidades de los distintos espacios y grupos sociales de la región Caribe a lo
largo del periodo colonial, así como sobre los hechos que han caracterizado el desarrollo de
esta región en el transcurso de la compleja vida republicana11.
Lo que intento mostrar en este trabajo son los antecedentes de la industria azucarera en el
Caribe, especialmente en el colombiano, donde me enfoco en el Central Colombia ubicado
en Sincerin, Bolívar; luego hago una pequeña descripción de las interacciones de los grupos
sociales locales, vecinos y extranjeros alrededor de la actividad azucarera en el Central y
finalizo mostrando algunos rasgos de lo que fue el moderado desarrollo económico que se
dio durante la permanencia del ingenio en el corregimiento de Sincerin.
***
Este trabajo rastrea, en primera medida, y de manera concisa la historia del ingenio
azucarero de Sincerin: “Central Colombia”, haciendo previamente un antecedente de las
plantaciones de azúcar en el Caribe insular, como lo fue el caso de Cuba, uno de los
principales referentes en esta actividad económica junto con Puerto Rico y Santo Domingo.
Además, se destaca en esta parte como la producción de azúcar en estas islas motivaría en
el territorio colombiano la creación de ingenios azucareros; y es aquí precisamente donde
11
Ana Milena Rhenals Doria, Francisco J. Flórez Bolívar. Distintos sujetos bajo un mismo predicado:
reflexión historiográfica sobre la historia empresarial en el Caribe colombiano en Taller de historia, Vol. 1, Nº
1, 2009. P. 140.
10
se concentra la ultima parte de este primer punto, haciendo énfasis en el Caribe con el
ingenio “Central Colombia”, partiendo de sus inicios y posterior desarrollo social.
En segunda instancia, señalo y describo las diferentes relaciones que se produjeron con la
instalación del ingenio de Sincerin en el periodo de 1908-1920 entre los diferente grupos
poblacionales a nivel local, nacional e internacional; es decir se analiza la importancia de
esta empresa y como fue brindando oportunidades de trabajo a los habitantes de los pueblos
circunvecinos, logrando así el mejoramiento de la calidad de vida. De igual forma, con las
relaciones laborales se pudo notar el intercambio cultural que se presentó en el
corregimiento de Sincerin, pues al ingenio Central Colombia se vincularon personas de
otros departamentos del país, igual que ciudadanos de nacionalidad extranjera (cubanos),
quienes hicieron sus aportes de mano de obra y conocimiento técnicos mejorando así los
procedimientos que se llevaban a cabo en la fábrica.
Podríamos decir que el ingenio Central Colombia, Sincerin (Bolívar), a su vez que activó
las relaciones e interacciones entre los diferentes grupos humanos que allí habitaron y
trabajaron, también pudo proporcionar de forma moderada una dinamización de la
economía local, la cual conllevó a un desarrollo social que se va integrando con otros
pueblos cercanos. En este desarrollo económico es que se concentra, precisamente, la
ultima parte de este trabajo, en la cual se hace una descripción de lo que significó
económicamente el Central Colombia y como solventó la calidad de vida y la oportunidad
11
de empleo a muchos habitantes de este corregimiento y de las poblaciones vecinas,
nacionales y extranjeras.
12
Capitulo 1: Inicios de la industria azucarera en la Costa Caribe y en el
territorio Colombiano.
1.1. Los ingenios azucareros en el Caribe español.
Hablar de los ingenios azucareros en la Costa Caribe, implica necesariamente hacer
mención de los países productores por excelencia de este producto: las islas de Cuba y
Puerto Rico, las colonias inglesas, francesas y holandesas, y las repúblicas del centro de
América12, las cuales por largos años han producido azúcar. No obstante, en primera
medida, debemos decir que Cuba se muestra ante estas como una excepción debido a que
esta presentaba las condiciones requeridas en el siglo XVIII para dar inicio a una
manufactura azucarera. Dichas condiciones tenían que ver con sus tierras fértiles, sus
bosques que proporcionaban madera de gran calidad para la construcción de trapiches y
carreteras, poseían ganado abundante, instrumentos de trabajo y gran volumen de mano de
obra esclava.
Si bien es cierto que Cuba fue uno de los países por excelencia productor de azúcar entre
los siglos XVIII y XIX, Puerto Rico y el resto de islas colonizadas como Santo Domingo
no fueron ajenas a este sistema de plantación como unidad productiva, pues en el caso de
Puerto Rico después del agotamiento de las minas auríferas, se introdujo el cultivo de la
12
Sandra Milena Berdugo Díaz, Ingenio azucarero María en Cartagena… Óp. Cit. P. 10.
13
caña de azúcar y la importancia de esclavos negros. Durante la guerra de la independencia
española, Puerto Rico incrementó sus exportaciones, y esta, al igual que Cuba nunca tuvo
un mercado protegido13.
Santo Domingo, al igual que el resto de islas del Caribe no escapó a la lógica de la
producción de azúcar, por ello en el siglo XIX edificó una industria azucarera muy pequeña
en comparación con la de Cuba y Puerto Rico, aunque después esta se vería influenciada
por la Guerra de los Diez Años, que empujó a gran número de cubanos a emigrar a Santo
Domingo, entre ellos muchos capitalistas y propietarios de ingenios en la parte oriental de
Cuba. Esta isla les ofrecía refugios aptos para su calidad de vida, pues guardaba similitudes
físicas y sociales a las de Cuba; además, Santo Domingo les brindaba a los inversionistas
derecho de importación y exportación, concesión de tierras por parte del Estado para la
construcción de ingenios azucareros, condiciones naturales (clima, tierra fértil), que eran
igualmente favorables para el desarrollo de la industria azucarera14.
Pero más que las razones anteriores, dos factores fundamentales resaltan para explicar la
llegada de inmigrantes a Santo Domingo: 1. La Guerra de los Diez Años vivida en Cuba
entre 1868 – 1873, iniciada en el movimiento independentista llamado “Grito de Lara” mas
la proclamación de la república cubana; 2. Los incendios en los ingenios cubanos, los
cuales produjeron temor porque se creía que las zafras de la isla quedarían reducidas a
13
Ibíd. P. 30
14
Manuel Moreno Fraginals, Economías y sociedades de plantaciones en el Caribe español, 1860-1930 En:
Historia de America Latina, Cambridge University Press, Crítica ed. 2002.
14
insignificantes proporciones, insuficientes tal vez para el consumo interno de la isla15. Esta
situación llevó a que los grandes centros productores azucareros cayeran y así lo registra la
prensa de la época: “Postrada en el lecho mortuorio, desahuciada por la ciencia económica,
por la razón política, por el buen sentido y casi aceptada con lágrimas de caridad su
consumación. El cáncer que le corroe es incalculable: ese cáncer es la esclavitud y el
sistema colonial”16.
La preocupación por esta situación no se hizo esperar en el plano internacional y existía el
temor que la isla ni siquiera pudiera abastecerse para su propio consumo interno, así se
puede observar:
Estados Unidos importa anualmente de Cuba mieles o azucares por el valor de

ochenta millones de pesos y expresan el temor de que no haya en ninguna parte
del globo que pueda abastecerlos de esos articulo si continua la destrucción de
los campos de caña cubanos…
Esta importante materia da lugar a escritos perfectamente pensados que se
publican, en donde la caña puede cultivarse y sustituir en el comercio los
valiosos productos de la caña cubana17
Por sucesos de este tipo los empresarios e ingenieros cubanos salieron de la isla arribando
algunos de ellos a territorio colombiano en regiones como Valle del Cauca y a la región
Caribe. No obstante, antes debemos mencionar que durante el periodo colonial y durante
los primeros cincuenta años de la república el cultivo de la caña estuvo condicionado por la
demanda de la panela y del aguardiente (los cuales eran derivados del producto del
15
Ibíd. P. 31.
16
A.H.C; Diario de Bolívar, Cartagena, Enero 7 de 1876.
17
A.H.C; Diario de Bolívar, Cartagena, Enero 7 de 1876.
15
azúcar)18 en las regiones mineras del pacifico, ya que la escasa población asentada en la
región no podía garantizar una expansión de la producción por la vía del mercado
interregional. Una de las características principales del azúcar del Valle es el de la zafra
permanente, es decir que durante todo el año se podía sembrar caña19.
En el año de 1860 se iniciaron procesos de producción de caña de azúcar en Colombia,
específicamente en el ingenio La Manuelita en el Valle del Cauca, de propiedad del señor
Santiago Eder; quien adquirió esta hacienda de manos de Jorge Isaacs. En el año de 1864 el
ingenio tenía intenciones serias de evolucionar de acuerdo con la experiencia acumulada de
su propietario, y ya para 1897 su propietario decidió dar un paso adelante en su
modernización, reemplazando el trapiche hidráulico por otro movido con vapor, por lo que
adquirió la nueva maquinaria en Glasgow a la firma McConie and Harvey & Co. Esta
maquinaria demoró dos años y medio para ser trasladada desde Buenaventura a Palmira,
ante las dificultades que representaba la ausencia de vías de comunicación en Colombia,
fuera de las fluviales20. En el año de 1909 el ingenio La Manuelita había ampliado su
capacidad de molienda a doscientas toneladas de caña en veinticuatro horas, pasando su
producción de cinco a veinte toneladas de azúcar diarias por zafra.
18
Para ampliar información sobre el comercio interno de Colombia en cuanto a los productos del azúcar, ver:
Anthony Macfarlane, “fundaciones”, en Colombia antes de la independencia, Bogotá, El Ancora, Banco de
la República ed., 1997. Pp. 45-46.
19
Sandra Milena Berdugo Díaz, Ingenio azucarero María en Cartagena… Óp. Cit. P. 32.
20
María Teresa Ripoll de Lemaitre, El Central Colombia. Inicios de industrialización en… Óp. Cit. P. 80
16
1.2. Primeras iniciativas para la creación de una industria azucarera en la
Costa Caribe: el caso del ingenio la “Perseverancia”.
Para el caso de la región Caribe podemos decir que sólo a partir de 1878 se tuvo una
propuesta seria de instalar un ingenio azucarero, todo gracias al agrónomo cubano Mauricio
Manuel Mosanto que se radicó en Soledad, Atlántico. Este se graduó en el Politécnico de
Hannover y desde las páginas del órgano oficial del Estado Soberano de Bolívar propuso la
creación de un ingenio azucarero. En 1876 se asoció con empresarios barranquilleros y
fundaron la fábrica de azúcar “La Perseverancia; en ese mismo periodo, Nicolás Danies,
abuelo de los creadores del ingenio de Sincerin años después, vendía la hacienda Dibulla
(Guajira), en la que habían dos maquinas de vapor de 12 y 10 H.P respectivamente,
acequias para trapiches de agua, dos alambiques grandes, dos trenes de pilas grandes igual a
las de Cuba, implemento que manifiestan la existencia de un trapiche para producir
azúcar”21.
Lo anterior nos señala que siempre hubo una intención clara por parte de los señores Vélez
Danies de iniciar una empresa de estas características que se vería incentivada
posteriormente por el nuevo gobierno de Rafael Reyes, que inició
en el año de 1909 después de que el país afrontara la Guerra de los Mil Días y la pérdida de
Panamá. Es bien sabido que posterior a estos dos sucesos Colombia se vio afectada en el
21
A.H.C, Diario de Bolívar, Cartagena, Enero 7 y 26 de 1876.
17
ámbito político, social y económico, por tal razón, en el mandato de Reyes este se propuso
revitalizar la economía y para ello planteó ante el congreso colombiano la nueva estrategia
para su recuperación, la cual estaba encaminada a hacer “menos política y más
administración”22
En su gobierno se “experimentó una transición al crecimiento económico, se inauguró un
nuevo espíritu de empresa, acentuó el proteccionismo industrial iniciado en la era de
Núñez, y ofreció todo tipo de estímulos a aquellas empresarios que se aventuraran en la
creación de industrias”23; es decir que se podría plantear que en el país se inició un lento,
pero seguro proceso de “industrialización que, a diferencia de las fallidas experiencias del
siglo XIX, culminan en una transformación apreciable de la sociedad colombiana”24,
anunciando con ello el despertar del país hacia la modernización25. Muchos empresarios del
país vieron con buenos ojos la administración propuesta por Rafael Reyes, especialmente
los hermanos Carlos y Fernando Vélez Danies, quienes lo expresaron de la siguiente
manera al mismo presidente:
Su telegrama del día ocho es todo un programa: menos política y mas

administración; es decir, basta ya de latines y de idealismos y ocupémonos en
desarrollar nuestras grandes riquezas. Agricultura, inmigración, caminos,
trabajo, paz y concordia, es lo que pide Colombia, y lo que sus viejos amigos
esperan de Ud. Saludolo, amigo, Carlos Vélez Danies26.
22
Ibíd. P. 68.
23
Ibíd. P. 69
24
Salomón Kalmanovitz, Economía y nación: una breve historia de Colombia. Bogotá. Norma ed., 2003. Pp.
15-593.
25
Javier Ocampo López, Historia Básica de Colombia. Bogotá, Plaza & Janes (P&J) ed.; 1994. P. 264.
26
A.H.C; El Porvenir, Cartagena, 11 de Julio de 1913.
18
Lo anterior nos muestra la satisfacción de estos hermanos empresarios hacia la política del
presidente Reyes, que no fue la única razón por la que más tarde se motivarían a crear
empresa en el país, sino también y como ya hemos mencionado, es el hecho de que en su
niñez vieron como su abuelo Nicolás Danies tuvo en su hacienda de Dibulla (Riohacha) un
trapiche con dos alambiques, movidos por dos maquinas de vapor inglesas, aunque no tuvo
mucho éxito. Estas dos circunstancias permitieron que los Vélez Danies emprendieran en
Cartagena diversificación de inversiones y oficios, iniciando con la compra de tierras que
los afianzaría como ganaderos y luego como empresarios azucareros; “en 1888 adquirieron
el potrero llamado el Bajo Miranda, situado en el municipio de Turbaco, el precio pagado a
Rafael del Castillo fue de 6 mil pesos oro en esa época.
En 1898 compraron la primera porción de la hacienda San Agustín, adquiriendo los
terrenos restantes de esta hacienda de siete mil novecientas hectáreas de extensión. Las
tierras colindaban con la población de Sincerin, y tenía una distancia de cincuenta
kilómetros (aproximados) de Cartagena. Estaban situadas en un valle formado entre la
serranía de San Jacinto (entonces los Montes de María) y los playones del margen izquierdo
del Canal de Dique, zona de antiguos palenques, tierras bajas que se extendían a lo largo
del canal; sus linderos eran fronterizos con los pueblos de Mahates y Malagana, San Basilio
de Palenque y San Pablo, pasando por Sincerin27.
27
María Teresa Ripoll de Lemaitre, El Central Colombia. Inicios de industrialización en… Óp. Cit. P. 72.
19
1.3. Creación del ingenio azucarero “Central Colombia” (Sincerin-Bolívar).
En el año de 1906 Carlos Vélez viaja a la Habana, donde permaneció por espacio de dos
meses en compañía de Fernando. En su regreso a Cartagena vinieron en compañía del
ingeniero cubano Luis Bacallado; con el decidido propósito de estudiar si las tierras que
compraron en San Agustín de Sincerin, eran adecuadas para montar un ingenio azucarero
de la magnitud de los mejores ingenios cubanos”28.
Los rumores sobre la construcción de un ingenio azucarero no se hicieron esperar en
Cartagena, destacando que un año antes habían hecho público su intención, de hecho varios
editoriales de El Porvenir se ocuparon del asunto, agitando la curiosidad de sus lectores, e
irradiando optimismo al considerar que los beneficios redentores de esta industria se
derramarían sobre la economía regional, “…y el gobierno y los propietarios que lo lleven a
cabo merecerán el recuerdo de un pueblo entero, hoy empobrecido y arruinado”29.
No obstante, solo el 31 de Julio de 1906 después del regreso del Sr Vélez Danies de Cuba,
y de haber analizado las tierras compradas, el ministro de obras públicas, Francisco de P.
Manotas, y el general Lacides Segovia, en representación de Vélez Danies & Cia., firmaron
en Bogotá el contrato para el establecimiento en San Agustín de Sincerin de un ingenio y
refinería para la producción de azúcar con calidad de exportación.
28
Ibíd. P. 70.
29
Ibíd. P. 71.
20
Pero solo en la primera parte del siglo XX, específicamente el día 24 de febrero del 1907,
Cartagena sería testigo de la creación de una empresa que inició con capital cien por ciento
colombiano y fue conocido popularmente como el ingenio de Sincerin; es decir, que
efectivamente el ingenio se empezó a instalar en ese año, día en que se dio el primer
machetazo en las entonces montañas vírgenes y todo gracias a la iniciativa de los señores
Carlos y Fernando Vélez Danies, con un capital íntegramente pagado de dos millones de
dólares”30.
La maquinaria adquirida para su instalación fue proporcionada por la firma A. and. W.
Smith a través del ingeniero cubano Luis Bacallado quien era su representante. Esta fue
embarcada desde Liverpool hasta Cartagena y desembarcada por medio de grúas, bongos y
planchones, hasta remolcarla con barcos de vapor al puerto de Sincerin, donde nuevamente
seria descargada y trasladada al edificio del Central por medio del ferrocarril”31. El tipo de
instalación que le hicieron al “Central Colombia” fue fabril, conocida como Central, la cual
se caracterizaba por:
Una mayor producción y estandarización en la calidad del azúcar que implicó

una inversión de capital mucho mayor que hasta entonces habían exigido los
ingenios y los trapiches que existían en nuestro país, así como la importación de
una maquinaria sofisticada que exigiría personal extranjero en su montaje y
puesta en marcha, edificios muchos más grandes que los conocidos, en donde
instalar la maquinaria, un mayor suministro de cañas a la fabrica y, por lo tanto,
siembras de mayor extensión, así como la disponibilidad de abundante mano de
30
Álbum de Cartagena de Indias: 20 de enero de 1533 – 20 de enero de 1933 “El ingenio de Sincerin”,
imprenta Girard, Paris, 1927. P. 35.
31
21
obra, barata, y un eficiente transporte de las cañas a la fabrica y del azúcar al

puerto32.
Todo este proceso de instalación del Central Colombia estuvo a cargo, como ya se
mencionó, de un grupo de cubanos especialistas en montaje, entre los cuales se encontraba
el ingeniero agrónomo Luis Bacallado quien era su representante en la Habana; este señor
permaneció en Sincerin durante todo el montaje de la maquinaria hasta su puesta en
marcha. En 1913 se complementaría la instalación del Central Colombia con la adquisición
en remate publico de las tierras situadas al margen derecho del Canal del Dique, la llamada
hacienda de Aguas Vivas, en jurisdicción de los municipios de Arjona y Turbaco, por el
norte, y por el sur los playones a orillas del Canal del Dique hasta la población de Rocha.
Esto nos muestra claramente lo impresionante que sería el ingenio azucarero Central
Colombia y todos los recursos humanos y físicos que necesitaría para su instalación; su
fundación se produciría meses más tarde y desde entonces la prensa registró los inicios de
esta empresa de la siguiente manera:
Hoy todo ha cambiado allí; en su recinto la gran empresa que vale alrededor de
un millón ochocientos mil pesos oro, tiene una población de cinco mil almas, en
donde no se toma aguardiente, ni se habla de política, un ferrocarril tan bueno
como el mejor de la república, luz eléctrica, hotel suntuoso, mercado, parque: un
pueblo civilizado, en fin33.
32
Ibíd.
33
A.H.C; El Porvenir, Cartagena, 14 de Marzo de 1912.
22
La prensa continua halagando los inicios de esta empresa anotando que: “empresas como
las que han fundado son la redención de los pueblos y la base inconmovible de su verdadera
libertad”34. Se evidencia entonces que los medios de comunicación jugaron un papel
fundamental cuando se trataba de resaltar la labor y el progreso que representaba empresas
de esta magnitud, tal como lo fue el Central Colombia.
1.4. Desarrollo e inicio de la producción de azúcar en el “Central Colombia”
Los años posteriores a su inicio, más específicamente en 1909, fueron muy cruciales puesto
que para esa época dio su primera zafra del año de 5.082 toneladas de azúcar de las cuales
1.903 se exportaron a la Gran Bretaña y 1.304 a los Estados Unidos35. La capacidad fabril
instalada era de diez mil toneladas de azúcar por zafra, y su capacidad de molienda era de
mil trescientas toneladas de caña en 24 horas.
En abril de 1910 produjo su segunda zafra, lo que motivó a los señores Vélez Danies a
invitar a periodistas del interior como lo fue Rufino Cuervo Márquez con la intención de
informar sobre esta industria a los azucareros de Cundinamarca y Valle del Cauca. La
prensa registró estas impresiones así:
Allí hay un acueducto, ese beneficio que constituye el ideal irrealizable de

muchas poblaciones importantes! Y hay un ferrocarril con más de cuatrocientos
carros transportadores que recorre varias millas en todas las direcciones y
arrastra consigo a las fauces del monstruo el rico tallo que la mano amiga del
34
35
Eduardo Posada Carbo, El Caribe colombiano: una historia regional… Óp. Cit. P. 97.
23
obrero cultivo para él; una línea de vapores llega al muelle, construido por la
empresa al pie de los depósitos de azúcar, destinado al consumo nacional y a la
exportación. Allí recibe el buque la preciosa carga que se le destina y a un grito
estridente del vapor que resuena por toda la extensión de los cultivos y mece la
verde espiga del colono36.
Sin embargo, no solo estos señores periodistas tuvieron el privilegio de visitar el Central
Colombia y admirarlo, hubo otros que tuvieron el mismo deseo y contaron a través de la
prensa local sus opiniones sobre esta obra, tal fue el caso de los Sres. honorables: Guizado
Mendoza Amaris, Díaz Granados, Ruiz y Álvarez, quienes fueron mandados por la
Asamblea Departamental a visitar el ingenio de Sincerin. Así describen su recorrido:
Se ha logrado trasplantar el progreso al seno fecundo de una montaña virgen

habitada solo por reptiles, fieras y alimañas. Tomamos el tren y a los diez
minutos teníamos a la vista una profusión de luces eléctricas que nos indicaron
la presencia de “el batey”; sobre un letrero formado con luces que tiene esta
inscripción: “Central Colombia”, se exhibe majestuosa una bandera eléctrica con
los colores del iris bendito de la patria37.
Proceden sus impresiones sobre el Central Colombia invitando a que esta debe ser
reconocida por sus esfuerzos de progresos:
Empresa de esa magnitud digo, tiene que llamar mucho la atención entre
nosotros, porque ella excede a todo lo que del esfuerzo y audacia de un
colombiano, en asuntos industriales podíamos esperar.
Quien no conozca, ni espere conocerlo, un pedazo de suelo extranjero, de esos
que la civilización alumbra noche y día, que vaya al ingenio, y habrá satisfecho,
siquiera en parte sus aspiraciones38.
36
37
38
24
Lo anterior nos deja ver como esta visita enviada por la Asamblea Departamental se queda
maravillada por la magnitud e importancia de esta empresa, pero sus descripciones con
respecto a esta obra no se quedan allí y por el contrario continúan destacando que:
El Central Colombia” es algo realmente maravilloso. Todo es allí

monumentalmente soberbio bajo aquel techo de hierro que cubre una riqueza de
más de un millón de dollares, algo aplastante cae sobre el corazón y sobre el
cerebro y se siente uno verdaderamente pigmeo. Algo como la impresión
majestuosa de un mar embravecido que gravita sobre los sentidos ante la
contemplación de tanta grandeza, ante el estudio de tanto ingenio39.
Su notable y minuciosa descripción termina haciendo alusión al progreso que implica está
gran empresa no solo en el municipio y en el distrito como tal, sino a nivel nacional, así se
deja ver:
La empresa, es para mi pluma cosa indescriptible. Me he maravillado. Yo la

considero un orgullo nacional y considero a sus empresarios verdaderos
triunfadores en el campo del trabajo. Al contacto de todo lo que allí nos hable
del progreso que liberta a los hombres y a los pueblos ya me siento fiera de
Colombia40.
Pero los halagos para el “Central Colombia” no terminan allí, luego de dos años de sus
inicios y de sus dos primeras zafras, la prensa destacaba que:
Más de dos años hace que los pueblos de Bolívar vienen recibiendo el beneficio
de la gran industria iniciada en buena hora por los señores Carlos y Fernando
Vélez Danies, acreditados empresarios que, en la heroica lucha contra el
estancamiento y la ruina, están salvando del hombre, sacando de humillante
39
40
25
inacción a millares de hombres que, hasta ayer, dormían en la montaña

ocultando en la sombra su desnudez y su miseria41.
Los sentimientos de agradecimientos para estos hermanos empresarios, casi por lo general,
salieron a la vista de la prensa y siempre lo reveló en cada una de sus editoriales; así se
publicaban los buenos deseos para ellos:
Es por esto, que, un inmenso grito de gratitud se levanta del seno de nuestras
montañas den honor de los heroicos empresarios señores Vélez Danies, porque,
en mitad del boscaje, donde ayer zumbaba apenas el insecto y la sierpe surcaba
la hojarasca, y el mísero labriego ocultaba sus harapos, hoy, se escucha
estridente llenando los ámbitos el silbido de los pitos de las maquinarias de
vapor al irradiar la aurora42.
Lo anterior nos señala una importante descripción de lo que fue el ingenio azucarero de
Sincerin “Central Colombia” para la población en el territorio nacional. También nos
evidencia su buen funcionamiento por un largo periodo de tiempo, es decir que desde sus
inicios y los años siguientes del ingenio fueron importantes para la industria en el país.
No obstante, en el Central Colombia no siempre se dieron buenas noticias, puesto que al
parecer, la vertiente agrícola del negocio, es decir la organización del cultivo y el
rendimiento de las cañas no fue tan eficiente como el manejo de las maquinas; el sistema de
colonato no resultó ser lo más conveniente y no siempre las cosechas de caña fueron buenas
o suficientes; la inexistencia de riego, las variedades de caña sembradas, o los
impredecibles cambios climáticos tropicales fueron factores importantes de cuyo manejo
41
A.H.C. El porvenir, Cartagena, 10 de Septiembre de 1913.
42
26
dependía el formidable abastecimiento de cañas que demandaban sus instalaciones 43. De
hecho, la zafra producida en 1913 se vio perjudicada por esta situación climática y así se
refleja en la prensa de la época:
El verano y la langosta han hecho estragos. La empresa logró destruir la langosta

con un gasto de más de $ 700.000, pesos papel, pero los malos efectos del
verano no han podido contrarrestarlos, por falta de trabajos de irrigación. El
rendimiento por hectárea me parece que no va alcanzar este año a cuarenta
toneladas, a juzgar por el mal estado de la plantación (…) A mi modo de ver, la
calidad de los terrenos es buena, y lo que hace falta para que la caña sea
exuberante y jugosa es riego y una labor más intensa y esmerada44.
Obviamente estas pérdidas se contrarrestaron a través de un nuevo sistema para organizar el
cultivo y la recolección de la caña. Superado los imprevistos, el central seguía marcando un
hito en la industria azucarera colombiana por el volumen de producción y la calidad del
azúcar que ponía en el mercado de varias ciudades del territorio nacional, sobre todo en el
interior del país. Mayoritariamente su transporte se hacía por agua y por ferrocarril,
teniendo como ruta: Sincerin – Calamar – La Dorada; de allí era transbordada al ferrocarril
de la Dorada hasta Beltrán, en donde nuevamente remontaba el Alto Magdalena en vapor
hasta Girardot llegando a su destino sin imprevistos entre 10 y 12 días.
De esta manera, observamos que el Central Colombia fue una empresa que aportó un
granito de arena a la economía del país, pues según la prensa de la época revelaba que se le
veía como un ejemplo en términos industriales y parece que lo fue por un prudente periodo
43
44
Ibíd.
27
de tiempo. En ese contexto seguía produciendo zafra tras zafra, tales como la de 1913,
1914, 1915, 1916, 1917, 1918, 1919, 1920, 1921, 1922 y 1923, que, aunque no fueron
producciones en tonelaje, de una u otra forma también generaron un ambiente económico
positivo a nivel local y nacional, permitiendo con ello masificar su maquinaria, sus
transportes, sus edificios, su producción y sus empleados; lo que nos muestra un Central
tanto en sus inicios como en su posterior desarrollo en gran apogeo. Incluso la población
total del Central para la zafra de 1924 había pasado a ser de tres mil hombres y las
hectáreas cultivadas de caña a seis mil. El Central proveía a sus empleados de atención
medica y medicinas en un hospital dotado, así como de vivienda, agua y energía a una parte
de sus empleados45.
El ingenio de Sincerin se encontraba dotado de los bienes necesarios para su
funcionamiento, por tal razón podríamos inducir que era una empresa que no tenía nada que
envidiarle a las grandes industrias de otras ciudades. Su producción de azúcar siguió por
buen camino aumentando sus trabajadores y el cultivo en época de molienda. Cabe destacar
que aunque la capacidad instalada del Central Colombia era alrededor de diez mil
toneladas de azúcar por zafra, esta cifra solo se alcanzó algunas veces durante los cuarenta
(40) años que duró su producción. Los años en que se produjo ese tonelaje fue: “en 1927
(10.187), 1932 (10. 687) y 1940 (10.586)”46. El resto de zafras no alcanzó ese promedio,
45
Ibíd. P. 80.
46
Eduardo Posada Carbo, The Colombian Caribbean, a Regional Study, 1870-1950, Oxford, Clarendon Press,
1996, P. 76.
28
por ejemplo para la década de 1930 las cifras de producción que registró fueron las
siguientes:
Tabla Nº 1
Cifras de producción de caña de azúcar en el Central Colombia en la década de los
treinta
Año Toneladas
1931 9.671
1932 5.372
1933 5.464
1934 7.521
1935 6.763
1936 6.913
1937 9.382
1938 8.601
Fuente: Hermes Andreas, Néstor Obando y Luis Thorin C.; “informe de visita a los ingenios
azucareros del Apis en 1938”, citado por Oscar G. Ramos en la caña de azúcar en la cultura
colombiana (inédito), cenicaña, Cali, 1997. Los datos originales están dados en quintales.
El cuadro anterior nos muestra que para esa década no se logró el cometido, muy a pesar de
que la capacidad del Central estaba destinada para 10 mil toneladas, lo que evidenció que el
sistema de colonato utilizado por los hermanos Vélez Danies no fue tan efectivo y las
cosechas no fueron buenas o suficientes. No obstante, se debe resaltar que aunque el
funcionamiento del Central en cuanto a producción siempre permaneció moderado, algunas
con alza y otras con baja, es decir que parece ser que “la producción de azúcar creció
29
durante la década de 1920, pero permaneció estática durante la década de 1930 para
declinar en la de 1940”47; aun así siempre se mantuvo durante sus 40 años de labor.
1.5. Decadencia del ingenio azucarero “Central Colombia”, Sincerin
Las dificultades empezaron a surgir para el Central Colombia cuando en Julio de 1923 vio
morir a Carlos Vélez Danies; lo sustituiría su hijo Dionisio, nombrado por la asamblea
general de accionistas de la Colombia Sugar Co. En 1924 asume el puesto de administrador
del ingenio, este conocía muy bien el terreno y el manejo del Central; habiendo asumido la
gerencia proyectó la instalación de un moderno sistema de irrigación y llevó a cabo el
establecimiento de una nueva planta para la utilización de los desechos del ingenio en la
producción de alcohol industrial, vinagre y levadura”48.
Aunque todo parecía retomar su camino, en el año 1938 muere Fernando Vélez Danies,
seguida por la muerte de su hijo Fernando dos meses más tarde. Debido a esta situación el
Central debió afrontar dos juicios de sucesión en la década de 1930, donde se realizó el
cómputo de los activos líquidos, es decir pérdidas y ganancias de la Colombia Sugar. Co. A
esto se sumó también la falta de unidad en el manejo de la empresa, perjudicando su
administración en plena crisis mundial de los años treinta (30), lo cual hizo que se cayeran
47
48
30
los precios del azúcar; en esta misma época surge la competencia en el Valle del Cauca49,
donde la caña, como la producida en el país del Perú, podía producirse y procesarse a lo
largo de todo el año50 y el régimen de lluvias de la Costa Atlántica, el cual no era adecuado
para el cultivo de la caña de azúcar fue uno de los tantos detonantes para que el Central
Colombia se fuera desdibujando51.
Pero ante esta situación devastadora por la que atravesaba el Central Colombia, Dionisio
como parte de las tierras heredadas de su padre ante su muerte, se convirtió en colono
poderoso que le permitió reactivar el funcionamiento del ingenio, tanto que la zafra
producida en 1940 fue de 10.586 toneladas, aun así las dificultades seguían latente y el
Central bajó ostensiblemente su producción para el año 1946 con 4.138 toneladas; es decir
que la producción del Central Colombia pasó de un alza a una baja y el proceso de
elaboración del azúcar disminuyó visiblemente en comparación con años anteriores, a lo
que se sumaba también el sufrimiento de varios periodos de dificultades administrativas.
Más tarde, habiendo sufrido muchas dificultades administrativas, el Central en 1951 no
pudo sortearlas más, y en asamblea general de accionista de la Colombia Sugar. Co se
disolvió la compañía y en 1953 entró en liquidación, obteniéndola Hernando Caicedo,
propietario del ingenio Riopaila del Valle del Cauca. Adquiriría una parte de la maquinaria
y con ello se daría por terminada la historia del ingenio azucarero “Central Colombia”52.
49
50
52
María Teresa Ripoll de Lemaitre, El Central Colombia. Inicios de industrialización en… Óp. Cit. P. 83
31
Con esto se da por cerrado el capítulo del Central Colombia en sus inicios y posterior
desarrollo: Un esfuerzo verdadero por hacer empresa en Colombia.
Entonces, más que ver la decadencia de tan buena obra que contribuyó al progreso del país,
debemos decir que el paso de esta en el territorio nacional significó un ejemplo palpable de
que hacer empresa se convertía en motivo de orgullo y además contribuía en la proyección
económica y social del país. La desaparición total del Central Colombia motivaría años mas
tarde en la costa Caribe a la creación de otras empresas de las mismas características, tal
como fue el caso del “Ingenio Sautata, en la frontera con Panamá y a orillas del Atrato, en
1921, el Ingenio Berastegui, en el Valle del Sinu, en 1928”53 y el trapiche montado por
Dionisio Vélez en los año cuarenta (40) conocido como el ingenio Santa Cruz.
53
Ibíd.
32
Capitulo 2: Los efectos económicos durante la permanencia del ingenio Central
Colombia en el corregimiento de Sincerin
El inicio del siglo XX en Colombia no fue nada alentador, pues su decadencia económica
fue una realidad que perturbaba al país y al presidente de esa época, José Manuel
Marroquín (1899-1904), quien para entonces “le había tocado sortear la compleja situación
de la perdida de Panamá (1903), así como la más desastrosa guerra civil en la que se vio
envuelta nuestro territorio durante el siglo pasado (La Guerra de los Mil Días), larga y
devastadora, dejó un saldo de pérdida de vidas humanas de entre ochenta mil y cien mil
personas54. Estas dos circunstancias generaron un cambio en las prioridades políticas que se
estaban manejando en el país para entonces y que los intereses debían concentrarse en el
progreso del país, la paz y el desarrollo económico del país.
En el gobierno sucesor de Rafael Reyes (1904-1909) le correspondería asumir las riendas
para el porvenir del país. Al asumir el poder encontró un país golpeado por los sucesos que
hemos mencionado en líneas anteriores, pero aun así se propuso imprimirle a su gobierno
talante progresista, condensado en su lema: “paz, concordia y trabajo”, con los cuales
alcanzaría la reconstrucción económica del territorio nacional, es decir “que en el
“Quinquenio de Reyes” se trabajó una idea económica con tendencia a la “modernización
de Colombia”, infundiendo una conciencia nacional sobre los recursos óptimos y el futuro
54
33
prospero del país”55, incluso muchos historiadores económicos coinciden en plantear que en
su periodo de mandato se experimentó una “transformación al desarrollo económico, que
fomentó un espíritu de empresa”, además:
Fijo el tipo de cambio al 10.000% y estableció el peso oro como unidad

monetaria, como medidas iníciales para confrontar la depreciación de la moneda
sufrida durante los últimos decenios. Acentuó el proteccionismo industrial
iniciado en la era de Núñez, y ofreció todo tipo de estímulos a aquellos
empresarios que se aventuraran en la creación de industrias56.
La motivación por parte del gobierno a la creación de empresas, “algunas de las cuales
fueron subvencionadas para su mejor desarrollo”57 hizo que muchos empresarios vieran
positivamente la administración del señor Reyes, de hecho en Cartagena los empresarios
Carlos y Fernando Vélez Danies expresaron su alegría por tan buena iniciativa de parte del
gobierno, pues ellos estaba acostumbrado a los negocios y era dueños de muchas empresas
en la ciudad, tales como la casa comercial Vélez Danies y Cía., la cual realizó varias obras
benéficas; en 1899 crearon una fábrica de materiales para la construcción conocida como:
el Progreso; en 1902 donó para la reconstrucción del Camellón de los Mártires; en 1904 en
compañía de la casa de comercio de Diego Martínez Camargo y de Juan B. Mainero y
Trucco, fundaron el hospital Camacho; construyeron las dos primeras plazas de toros en
Cartagena y una iglesia en el barrio de Manga.
55
Javier Ocampo López, Historia Básica de… Óp. Cit. P. 270.
56
57
Javier Ocampo López, Historia Básica de… Óp. Cit. P. 270.
34
Luego iniciaron la compra de tierras en la zona de la hacienda San Agustín de Sincerin, lo
que los afianzaría como ganaderos y posteriormente como empresarios azucareros, esta
última parte la aprovecharon por las ventajas ofrecidas por el gobierno de turno que como
mencionamos motivó la creación de empresas en el país.
En este orden de ideas, los señores Vélez Danies el 31 de Julio de 1906 firmaron con las
altas esferas del gobierno el contrato para establecer en las tierras adquiridas en San
Agustín de Sincerin un ingenio y refinería para la producción de azúcar con calidad de
exportación que “el gobierno se comprometió a subsidiar”58, mas tarde Fernando fue el
encargado de constituir en New York The Colombian Sugar Company, como una compañía
norteamericana, con un capital de un millón de dólares cada una. De esta manera dio inicio
esta industria azucarera administrada por Carlos, la cual empezó de buena manera y
recibiendo elogios de la prensa local, que así lo registra: “Pero, el punto de vista más
consolador para el patriotismo, es el de la influencia que ya inicia el ingenio en nuestra
suerte económica: el de la ocupación permanente a más de dos mil personas, que sin ese
recurso estarían a la intemperie del hambre, de la ociosidad y hasta del delito”59.
Es decir que lo anterior nos muestra que era posible que con la instauración del Central
Colombia en Sincerin y de los pueblos aledaños empezaría a dar un buen paso para sus
habitantes en términos económicos, incluso era factible que para Cartagena misma y el
58
Ibíd. P. 73.
59
A.H.C; El porvenir, Cartagena, 12 de Marzo de 1912.
35
país, pues la empresa podía contribuir muy medianamente en la economía nacional.
Durante sus dos primeras zafras no existía en el país ningún ingenio con esa capacidad, es
decir que el Central Colombia se mostraba como una de las empresas que marcaba
importancia en la industria azucarera del territorio nacional por el volumen de producción y
la calidad del azúcar que puso en el mercado colombiano, generando con ello que Sincerin
dominara los mercados de Santander, Boyacá y Cundinamarca; cabe destacar que al
principio realizaron su producción en los mercados regionales, pero irían teniendo
cobertura nacional en ciudades como las que hemos mencionado gracias a la construcción
de vías para empalmar las más importantes. “Mercados en un comienzo pequeño se
transformaron en grandes y dinámicos, justificando la operación en gran escala de las
plantas manufactureras y ampliando el rango de los procesos y actividades industriales”60.
La ampliación de los mercados generaría que el azúcar producida en el Central Colombia,
no solo iba a ser para el consumo de los hogares o de la región donde se refinaba la mayor
parte del azúcar, jugando un papel importante en el mercado61, sino como materia prima
para las nacientes fabricas de dulcería, galletería y chocolatería que se crearon en varias
ciudades del país.
Nos evidencia lo anterior que el ingenio azucarero de Sincerin tenía una moderada
presencia económica en el país, “participando con el 22% del total de la producción
60
Salomón Kalmanovitz, Economía y nación: una breve historia de… Óp. Cit. P.p. 15-593
61
36
nacional”62. Poniendo de relieve su capacidad de producción y exportación, figuran siempre
entre los principales productores elegidos a la hora de comprar, puesto que los precios del
azúcar eran más cómodos que los del extranjero; el Central Colombia se dirigió
mayormente a abastecer el mercado del interior del país, debido a que “el azúcar
colombiano pagaba en Estados Unidos un veinte por ciento más de derechos de
importación que el proveniente de Cuba, para el cual se habían estipulado ventajas
arancelarias”63; es decir que fue muy poco lo que el Central exportó en otros países, incluso
así lo plantea Luis Eduardo Nieto Arteta en su libro de Economía y Cultura: “el añil,
azúcar, bálsamo, mora, y panela se han exportado en porciones tan pequeñas que en el
último año el valor de todos estos artículos no pasó de $119.053”64.
Como vemos no solo fue el azúcar lo que se exportó en cantidades pequeñas, sino otros
productos como los que se han mencionado anteriormente, de ese modo resultaba bastante
desventajoso para el Central Colombia exportar azúcar hacia Estados Unidos y por el
contrario resultaba más provechoso dentro del mismo territorio nacional donde
suministraba un azúcar refinado de excelente calidad por un valor de 1 peso oro la arroba
en Cartagena, 4 pesos oro el quintal, y 8 pesos oro el quintal puesto en Bogotá. Ello nos
conduce a concluir que el ingenio de Sincerin vendía uno de los mejores azúcares del
territorio nacional, tanto que según Lemaitre, “Colombia no conocía más azúcar refinada
62
Ibíd.
63
64
Luis Eduardo Nieto Arteta, Economía y cultura en la historia de Colombia. Bogotá, El Ancora ed.; 1996. P.
338.
37
que la poca que se importaba al país. El resto era panela y algo de azúcar parda en la
Manuelita”65; lo mejor de esto es que siempre fue vendida a buen precio, generando con
ello sacudir la que se enviaba desde afuera, de hecho así lo deja ver la prensa de la época:
“el producto del ingenio por su bondad y su baratura, sin protección de ningún género, ha
desterrado ya el que nos mandaban de afuera, rompiendo así, el brazo de “Hércules”, uno
de los anillos de la secular cadena con que vivimos atados al productor extranjero”66.
Pero no solo era el precio y la calidad, sino su competencia con mercados extranjeros,
mostrando así su regular momento, así se registra desde la prensa de la época:
El azúcar del ingenio, ha sabido competir con otros en los mercados europeos y
su acción actuará siempre en el sentido de mejorar nuestra situación económica
y nuestro crédito, porque todo renglón que se agrega en la exportación de un
país, lo hace pesar más en los destinos económicos del mundo, y produce la
confianza y el buen concepto de su gobierno67.
En esta medida podemos decir desde el punto de vista de la prensa que el Central Colombia
fue una empresa que recibió muy buenos elogios en cuanto a su empuje económico que dio
a nivel local y nacional; así lo subraya el señor Pablo J. Bustillo: “que haya muchas
empresas como esta, dirigidas todas a alcanzar los mismos fines económicos y sociales”68.
Es decir que nos muestra ello que el ingenio de Sincerin permitió, no de manera total, un
desarrollo económico durante su permanencia, incluso muchos periodistas del interior del
65
Eduardo Lemaitre, “Reyes”, en Revista Nacional de Agricultura, Diciembre de 1971.
66
67
A.H.C; El porvenir, Cartagena, 12 Marzo de 1912.
68
A.H.C; El porvenir, Cartagena, 12 Marzo de 1912.
38
país se referían al Central en buenos términos. El Colombian Trade Review llamo a
Sincerin “una de las empresas más valiosas del país”69. Pero no solo en palabras se
expresaba la grandeza del ingenio de Sincerin, sino en números, su brillante producción en
tonelaje lo deja en evidencia (Ver tabla Nº 2)
Tabla Nº 2
Producción de azúcar en Bolívar: Ingenio de Sincerin 1909-1948

(Años escogidos en toneladas)
Año Toneladas
1909 5.082
1925
1927 10.187
1928 8.312
1930 7.875
1932 10.687
1933 8.125
1940 10.586
1946 4.318
1948 5.689
Fuente: D y C. R; AS. 467, Londres, 1911, p. 2; U.S. cónsul, Cartagena, Mayo 5, 1933, NAUS,
RG84: Consulado de Cartagena, correspondencia, 1933, VII; NAUS, RG166: agricultura,
Colombia, caja 157; IET, Cartagena.
69
Revista: Colombian Trade Review, Noviembre, P. 163.
39
No obstante, no siempre se mantuvo esa regularidad, puesto que así como fue resaltada en
algunas ocasiones por la prensa, fue atacada por empresarios de interior del país. En esta
última parte debemos decir que es bien sabido que el gobierno de Rafael Reyes en su
momento se comprometió a otorgar un subsidio para la constitución del ingenio azucarero
“Central Colombia, esta situación en el desempeño económico de su administración motivó
continuas críticas en la prensa bogotana acerca de la competencia desleal que “había
generado la producción azucarera subsidiada de Sincerin”70. Aun así la prensa destaca:
“ellos han continuado imperturbables en su inmensa obra, y han sabido responder con
altivez a los ataques de los que fueron objetos, por el solo delito de haber traspasado el
viejo nivel común”71.
Ante las críticas los Veles Daníes siempre intentaron mantenerse fuera de los señalamientos
en su contra por el subsidio recibido del gobierno de Reyes. Aun así la prensa casi siempre
sacó editoriales positivos para el Central Colombia y sus dueños, argumentando en casi la
mayoría de sus informes en cuanto a la contribución recibida: “Nadie ignora en Colombia
que el gobierno decretó el auxilio de ciento cincuenta (50) mil pesos oro para la industria
azucarera representada por los señores Vélez: pero si ignoran todos, muy seguramente la
forma en que dicha industria iba a recibir ese auxilio, y, por que lo sabemos vamos a
decirlo”72. De esta forma lo expresan los hermanos Vélez Danies:
70
71
72
40
El auxilio decretado por el gobierno no fue entregado de modo inmediato:

deberían ir recibiéndolo los señores empresarios por partidas y del producido por
derechos de exportación de ganados.
Figurando como es notorio, los señores Vélez entre los principales exportadores
en el ramo, consiguiente era que, ellos mismos fueran produciendo la suma que
el gobierno les iría abonando por partidas.
Así quedo establecido y en esa forma fue como los señores Vélez principiaron a
recibir el auxilio para su industria73.
Lo anterior nos deja claro a través de la prensa que los Sr. Vélez Danies fueron objetos de
comentarios no gratos por parte de algunos empresarios del interior del país en cuanto al
subsidio dado a los empresarios cartageneros; es decir que los no partidarios del gobierno
de Rafael Reyes y del ingenio de Sincerin:
Atacaron de modo innoble y ridículo, como es de todos conocidos, el auxilio

prestado a la empresa y hasta llegaron erradamente a suponer que el señor Reyes
tuviera alguna asociación con los señores Vélez Danies-como si en todo país las
industrias azucareras no hubieran sido siempre favorecidas debidamente por los
gobiernos74.
Pero, aun cuando las críticas en cuanto al subsidio recibido estuvieron de presente durante
la permanecía del Central supieron llevar a feliz término, empresa de tanta importancia en
Sincerin, así se deja ver en la prensa de la época:
Los señores Vélez se condujeron a la altura de su amor propio herido, arrojando,

como lo hicieron, sin medias vueltas a la faz del gobierno, la suma de
cuatrocientos mil pesos oro que apenas habían recibido, y renunciando de una
vez a todo auxilio para la empresa que representaban: rasgo este nada común,
73
74
41
pero tampoco extraño en hombres que como los señores Vélez, figuran entre los
héroes del propio esfuerzo y que, no es la industria azucarera la primera
industria que por sí sola inician en el país75.
Con ello intentaban de una vez por todas eliminar todo tipo de comentarios. Así se registra
en la prensa “pero cerramos un vena a este asunto, bastante enojoso por cierto, que da una
idea bien triste de cómo las pasiones políticas vienen siempre a ser barrera en todo camino,
sombra a toda luz, y pequeñez a toda grandeza”76. Aun así mas allá de las criticas por las
que atravesaba el Central Colombia cabe destacar también algunos de los beneficios
económicos que dejó este ingenio azucarero, no solo fue el que recibieron los pueblos con
su constitución, sino el país, es decir “lo que recibe el gobierno del departamento y hasta el
nacional con el establecimiento de dicha industria”77.
La prensa sigue destacando dichos beneficios, explicando de manera detallada los
dividendos que le corresponde al gobierno con el establecimiento de este tipo de industrias,
así lo describe:
Sabiendo es que, la situación de nuestro departamento, casi siempre ha sido

harto angustioso, debido al insignificante producido de sus rentas: pues bien, y,
véase la indiscutible elocuencia del siguiente laconismo: la industria azucarera
produce al gobierno por derechos de alcohol, de ocho a veinte mil pesos
mensuales! Suma que representa una positiva nutrición para nuestro débil
organismo departamental; y a la nación, lo que representa el producido por
derechos de aduana de todo lo que se importa para la empresa78.
75
76
77
78
42
El central Colombia fue, aunque moderadamente, un pequeño aporte económico al
municipio de Sincerin a lo que se sumó el departamental ligado a la economía nacional. Los
señores Vélez, en el periodo de estudio, podríamos decir que abrieron “un camino amplio
por donde, en desfile triunfal deberían esforzarse por seguir muchos millonarios pobre cuya
fortuna jamás ha contribuido en ápice a la redención de los pueblos que rigen bajo el
flagelo o de la miseria”79.
Se puede afirmar, entonces, que el ingenio azucarero de Sincerin contribuyó en una
pequeña parte al desarrollo económico que no solo aportó a los pueblos locales, sino que
también le dio en menor medida un empuje a la economía del país que en la primera mitad
del siglo XX pasó por un momento bastante crítico a nivel social, político y económico por
lo que implicó la Guerra de los Mil Días y la separación de Panamá. La motivación del
gobierno de Reyes dio paso para que estos hombres a través de su buena voluntad crearan
empresas, en las cuales emplearon un sin número de personas sin importar raza, sexo,
religión, nacionalidad, solo dieron el pan, el vestir y muchos beneficios para que aportaran
a través de trabajo un granito de arena a la reconstitución económica del país.
En esta parte también cabe destacar que el Central Colombia desde su creación hasta su
liquidación, dejó dividendos moderados a sus dueños, pues sus ganancias así lo
79
43
demuestran, sobre todo entre los años 1934-1937 cuando por la muerte de Fernando y su
hijo se hicieron dos juicios de sucesión para reflejar las utilidades. El promedio obtenido en
esos cuatro años fue de $2.654.367,57. Los resultados promédiales arrojaron los siguientes:
“en 1934, perdidas por $192.381,92; en 1935, ganancias por $180.263,96; en 1936,
ganancias por $189.093,00; y en 1937 por $166.941,87”80.
Finalmente podemos decir que el Central Colombia dio a los Sr Vélez Danies buenos
dividendos, a sus trabajadores pan, vestir y la posibilidad de aprender un arte y al país en
pequeñas proporciones un aporte económico. En esta medida se puede inferir que el Central
Colombia pudo cumplir con algunos de los objetivos que se propuso en su creación, por tal
razón los empresarios cartageneros serán recordados como uno de los más ilustres hijos de
Colombia, Cartagena lo recordara además con hondo cariño y gratitud. Así se dejan ver en
la prensa: “Las dificultades casi insuperables que su energía tuvo que vencer para llevar a
cabo la obra del ingenio Central Sincerin, y la concepción económica de la magna empresa,
ponen de manifiesto al par que su talento extraordinario, su férrea voluntad y su
temperamento de conquistador”81.
80
81
Álbum de Cartagena de Indias: 20 de enero de 1533 – 20 de enero de 1933 “El ingenio… Óp. Cit. P. 35
44
Capitulo 3: Interacción de los grupos sociales locales, vecinos y extranjeros
alrededor de la actividad azucarera en el ingenio de Sincerin.
En este parte me permitiré resaltar la interacción de los grupos sociales alrededor de la
actividad que producía el Central Colombia, es decir expondré como fueron esos procesos
de relación entre aquellos que ostentaban el poder en la empresa y los diversos trabajadores
que tuvo el ingenio azucarero de Sincerin; es observar con detenimiento estos vínculos de
la población local, vecina y extranjera con quienes dirigían las riendas de la fabrica en el
marco de la actividad azucarera.
En este sentido analizaremos los vínculos o interacciones dadas por los trabajadores
(locales, vecinos y extranjeros), jefes inmediatos y empresarios en el Central Colombia a
través de los planteamientos de Moutaukias, el cual argumenta que existe un tipo de
relación conocida como: “un circulo de relaciones densas, donde un grupo de políticos,
comerciantes y empresarios más prominentes los ponen en contacto con lo que el autor
llama un circulo de relaciones distendidas”82, donde no todos se conocen y no tienen la
misma capacidad que los intermediarios para movilizar recursos, a quienes incluso se le
hace difícil acceder por ellos a los miembros del primer grupo. Es decir, teniendo de
presente estos planteamientos intentaré dar una mirada a como fueron las relaciones entre
los distintos sujetos que conformaron esta empresa alrededor de sus respectivas labores y
82 Grey Verbel Chávez, Elites y redes de poder en torno al proyecto regenerador Cartagena 1874-1892,
Tesis de pregrado, Universidad de Cartagena, Facultad de Ciencias Humanas, Programa de Historia, 2005.
45
como lograron hacerse a un puesto u obtener una actividad en especifico, teniendo de
presente las relaciones clientelares o vínculos sanguíneos.
Daniel Santilli en su texto: “Representación grafica de redes sociales. Un método de
obtención y un ejemplo histórico”, deja claro que desde el punto de vista histórico y desde
los sectores populares esta articulación es muy difícil de comprobar y la historia ha dejado
muy pocas rastros. No nos encontramos con cartas, libros, testamentos, escrituras, poderes,
etc., que si es más fácil hallar entre adscritos a las elites. Nuestros testimonios quedan
generalmente reducidos, salvo por alguna excepción a los archivos judiciales, cuando estos
sectores concurrían a los estrados para dirimir alguna cuestión83.
En esta medida, se dificulta encontrar información que nos dé cuenta de este tipo de
relaciones, aun así las interacciones de los diferentes actores que participaron alrededor de
la actividad azucarera del ingenio de Sincerin, que en mi caso de estudio está relacionado
con la población local, vecina y extranjera que laboró en el Central Colombia y como
fueron esos vínculos con los jefes inmediatos y empresarios. La prensa nos arroja ciertas
luces que nos permite argumentar sobre esta parte y en base a ello aspiraré a mostrar las
interacciones y la importancia de los trabajadores para los empresarios industriales Vélez
Danies.
83
Daniel Santilli, “Representación grafica de redes sociales. Un método de obtención y un ejemplo histórico”,
en Mundo agrario. Revista de estudios rurales, Nº 6, Centro de Estudios Históricos Rurales, Universidad
Nacional de la Plata, 2003, P. 2.
46
Podemos decir que la instalación del Central Colombia en Sincerin podía, entre otras cosas,
generar un ambiente propicio para quienes trabajaban dentro de este espacio ya que fue un
lugar de encuentro y aprendizaje; además, de cierta forma, no tenía mucho que pedirle a las
grandes industrias del país, pues fue un espacio que contaba con las condiciones físicas
para forjar un contexto optimo para que allí se dieran todo tipo de interacciones, su
estructura tenia las siguientes instalaciones:
Casa de administración, casa del primer ingeniero; en Sincerin (antiguo), habían

poco más de sesenta casas: hoy hay más de doscientas, además, cada una de las
colonias establecidas tiene su casa de habitación, y de estas hay como cincuenta
casas.
Casa de maquinaria que tiene 120 metros de largo por 50 de ancho
Diez casas de talleres y depósitos
Casa de empleados
Un almacén, telegrafía, cuartel de policía, planta eléctrica, matadero, mercado de
víveres (dos casas), acueducto.
Tres casas de asistencia (alimentación) cada una con 24 piezas y dos tiendas; dos
casa de alojamiento para trabajadores: en cada una pueden vivir 600 hombres.
Dos casa con 12 cuarto cada una para empleados que tengan familia
La empresa tiene un buen buque de vapor y otras muchas embarcaciones, y está
construyendo actualmente una línea férrea para establecer el tráfico del tren
entre Sincerin, Cartagena y Calamar84.
Nos señala lo antepuesto que el Central Colombia estaba bien condicionado, se puede
inferir entonces que era una especie de pequeña ciudad dentro de esta montaña que
alcanzaba varias cuadras, donde solo se necesitaban las manos para trabajar85. Por la
dotación que poseía podríamos decir que las necesidades no alcanzaban mayores rangos
para quienes hacían parte de este espacio; es decir que tal como lo plantea la prensa de la
84
85
Entrevista a Juan Monte Ferrer, Sincerin-Bolívar, 23 de Agosto de 2013.
47
época, todo revelaba una previsión minuciosa y exquisita para la comodidad, y la salud de
todos los elementos personales llamados a colaborar en aquella empresa, incluso el
periódico El Porvenir en algunos de sus editoriales lo destaca revelando que: no falta nada
de lo que las necesidades humanas, en el seno de la civilización puedan desear. Todo ha
sido previsto de antemano por una inteligencia nada ordinaria, asistida por un corazón
generoso. En el ingenio trabajaba mucha gente y por estar ubicado en una zona casi que
estratégica, pues colindaba con Cartagena, los Montes de María, el Canal de Dique que era
zona de antiguos palenques, además era fronterizo con Mahates, Malagana, San Basilio de
Palenque y San Pablo; más tarde con los municipios de Arjona, Turbaco y Rocha. De hecho
algunos personajes nativos de Sincerin aseguran que venía gente del sur del Atlántico,
específicamente de Sabanalarga y de la misma ciudad de Barranquilla86.
Todo este conglomerado de gente, junto con el pequeño grupo de inmigrantes cubanos que
se vinieron a realizar el montaje del Central, que por lo demás siempre estuvieron
intercambiando ideas con los empresarios Carlos y Fernando, los unía a ambos lazos
comerciales muy fuerte, teniendo como epicentro el ingenio azucarero de Sincerin, donde
llegaron ellos y el resto de trabajadores en busca de una oportunidad, sumado a que como el
Central era una empresa grande el personal que requería era bastante amplio87; y la gente se
acomodaba bien en el corte de la caña o en su defecto dentro de la fábrica, también
conduciendo los transportes como el ferrocarril o los barcos que eran “del tipo alemán” y
86
Entrevista a Epifanio Zúñiga Romerin, Sincerin-Bolívar, 23 de Agosto de 2013.
87
Entrevista a Juan Monte Ferrer, Sincerin-Bolívar, 23 de Agosto de 2013.
48
muchos de los cuales fueron fabricados por hábiles artesanos de la región”88. Significó e
incitó entonces la construcción del ingenio azucarero de Sincerin, el cual fue:
Levantado en medio de la montaña equidistante de muchos pueblos importantes

que se asfixian en el aislamiento, y la indolencia, ha estimulado su actividad,
ofreciéndoles ocupaciones para sus brazos, y un mercado seguro para sus
productos. El vivandero que regresa del ingenio, lleva seguro el fruto de su
servicio, para distribuirlo entre los que contribuyeron a su prestación, y lleva
además una impresión grata de transmitir a sus coterráneos, un conocimiento
nuevo que acumular a los suyos en el fondo de su inteligencia89.
Lo planteado en líneas anteriores nos muestra que el Central Colombia tuvo alguna
importancia en el periodo de estudio y que de manera moderada brindó oportunidades para
el pueblo local, vecino y extranjero que participó en el Central Colombia. Los señores
Vélez Daníes siempre tuvieron una oportunidad para todo aquel que buscaba en su empresa
una labor que desempeñar, con posibilidades de ascender más adelante, pues así lo asegura
un habitante de Sincerin, que vivió esta época, el señor Juan Monte Ferrer, de madre nativa
y padre cubano, el cual emigró hasta este sitio administrando una catapila, quien además de
trabajar tenía la obligación de enseñarle al ayudante los gajes del oficio. La prensa también
destaca: “Carlos del Rio, Augusto del Ríos, segundo jefe de fabrica en Sincerin, Pedro
Ríos, puntista del ingenio de Sincerin, entre los choferes se distinguen los siguientes:
Gabriel Hernández, Santiago Puello P. Sergio y Justo Arnedo Gonzales S. hermanos,
88
89
A.H.C. El porvenir, Cartagena, 12 de Marzo de 1912.
49
Arnedo Recuero hermanos y Tomas Gordon C”90. En esta parte debo destacar que siempre
fue primordial dentro de la empresa “aprender”, de hecho la prensa de la época resaltaba lo
siguiente:
El ingenio, no es simplemente una empresa industrial y un negocio para sus

dueños; el ingenio es una escuela, en donde se aprende lo que en Colombia no se
sabe, nise se enseña lo que tanta falta nos hace para ser felices; se aprende a
trabajar y a amar y a aprovechar el trabajo. No oiréis allí esa charlatanería
constante del obrero nacional, con que parece animar su faena; pero que
impidiéndole ayudar el brazo con la inteligencia, lo convierte en un mecanismo
inconsciente, inferior a este, en cuanto no se somete, ni someterse sabe, a
ninguna unidad de plan que lo habilitara siquiera como elemento armónico y
pensante de un todo regular. El asiste sus maquinas, desempeñando el papel que
se le ha confiado, es serio, formal, silencioso91.
Esto nos destaca que para los empresarios Vélez Danies por encima de trabajar estaba la
preparación de este y el aprendizaje de un oficio, bien podemos decir que esto caracteriza
una relación más que de trabajadores, una valoración por ese empleado que laboraba dentro
de sus inmediaciones, ofreciéndoles una mejor calidad de vida para sus trabajadores y su
familiares que se establecieron dentro de este espacio, además cabe mencionar que mucho
de los hijos de estos empleados nacieron dentro de los límites del Central Colombia92,
obteniendo para ellos unas mejores condiciones; es decir que el Central Colombia sirvió
para calificar mano de obra y mucha gente aprendió un arte gracias a esta empresa,
90
Datos históricos de los municipios de Bolívar “Sincerin: hombres notables por el amor al trabajo”. Arjona,
Bolívar. Julio 16 de 1926.
91
92
50
Allí se “aprende prácticamente la ciencia”93. Dicha ciencia les serviría para llevar el pan
diario a sus hogares, además en los recesos entre zafra y zafra muchos de los trabajadores
se iban hacer otras labores en el campo, poniendo en práctica lo aprendido en el Central94.
Entonces observamos que los conocimientos adquiridos les servirían para toda una vida,
por tal razón sus subalternos y sus operarios lo amaron como a un padre,
Su oficina de trabajo no era solo la del poderoso industrial abstraído en sus

cálculos y en su abrumadora correspondencia, sino que era el punto de
convergencia de todos los que iban allí a pedir una dirección, un consejo, una
palabra de aliento o una ayuda pecuniaria. Todas las necesidades públicas y
privadas sintieron el alivio de su bienhechora influencia. Fue un amado de Dios
y de los hombres95.
Lo que quiere decir que es posible que muchos empleados estuvieran agradecidos con los
dueños de esta obra, pues trajo relaciones más personales entre trabajadores, ingeniero y
empresarios, interacciones sanas, provechosas y de ayuda mutua. Los señores industriales
del Central Colombia siempre estuvieron enfocados en el bienestar de cada uno de sus
empleados, la prensa siempre resaltó la parte humana de estos señores, destacando siempre
esa relación dada entre los trabajadores, jefes y dueños, argumentado que:
Entre los grandes hombres que en la historia figuran libertando a los pueblos de
la esclavitud y del oprobio y aquellos que figuran salvándolos del hambre y de la
desnudez, existe una relación tan estrecha que bien podría figurar los últimos
sino a la vanguardia ocupando el más alto puesto de honor, al menos en la línea
de los primeros, porque libertad con hambre y desnudez es un sarcasmo irritante
que no pone a los libertados en posesión del triunfo.
93
94
95
Álbum de Cartagena de Indias: 20 de enero de 1533 – 20 de enero de 1933 “El ingenio… Óp. Cit. P. 35
51
Dad trabajo a los pueblos y les habréis libertado de la peor de las esclavitudes:
de la esclavitud de la miseria96.
En este sentido, fue el Central Colombia la fuente de trabajo de muchas personas, era el
centro de formación y el lugar que: “ahuyentaba las sombras de la mente y disponía el
brazo a la lucha decididora por la existencia”97, era ver cruzar el carro de la civilización y
del progreso en aquellas regiones apartadas donde por arte de magia “se han cultivado
millares de hectáreas de terreno, se han levantado hermosos edificios y más de cinco mil
hombres despiertan sonrientes y decididos, se mueven y se agrupan en labores no
interrumpidas”98
De manera moderada se dio un pequeño desarrollo en esta zona del país, que se evidencia
precisamente en la gran oportunidad de mano de obra en distintas áreas laborales de la
empresa, surgiendo con ello el crecimiento de la población que se vio motivada por la
coyuntura de fuente de trabajo, generando con ello diferentes relaciones entre jefes y
empleados; además atrajo un gran flujo de personal local, vecino, nacional y extranjero.
Pero no es solo la relación de los de abajo con los de arriba alrededor de la actividad
azucarera, es también esa relación entre los diferentes miembros que componen esta gran
empresa, es sobrepasar las fronteras culturales de cada uno de sus habitantes para formar
96
A.H.C. El porvenir, Cartagena, 10de Septiembre de 1913.
97
98
52
nuevos lazos, nuevas relaciones y retroalimentarse culturalmente, fueron espacios nuevos,
diferentes y sobre todo de vínculos sanguíneos, dichos vínculos se vieron reflejados cuando
en el año 1913 se creó un sistema de colonato para el cultivo y la recolección de la caña que
consistió en:
Dividir los potreros, a la manera de un tablero de ajedrez, en colonias de una

extensión aproximada de cuarenta a cincuenta hectáreas, de cuyo cultivo se
hacía responsable un “colono” nombrado por la empresa, generalmente escogido
entre antiguos trapicheros de la región o entre parientes y amigos. Estos colonos
eran los encargados de vigilar la siembra y el cultivo, contratar a los cortadores
de caña en tiempos de zafra, que en los primeros años fueron entre ochocientos y
novecientos campesinos de la región99.
De lo anterior podemos deducir que en el ingenio se dieron y se crearon relaciones y
vínculos de todo tipo, incluso los empleados o trapicheros de la zona se les encargaba
labores importantes desde arriba, era quienes negociaban más de cerca con los empresarios,
es decir una especie de intermediarios que contrataban personal conocidos por ellos o
familiares para ejecutar las labores que se les asignaba, lo que nos puede llegar evidenciar
que los vínculos entre unos y otros fue una realidad sujeta a la actividad azucarera, de allí
surgieron lazos sólidos entre empleados y jefes inmediatos.
Era el central Colombia, entonces, un lugar propicio donde se crearon una que otra vez
relaciones cordiales, también hay que agregar que el ingenio en algún momento tuvo
espacios para la tranquilidad de sus habitantes, los editoriales de la prensa así lo dejan ver:
99
53
No hallareis en el ingenio una sola taberna, nisiquiera un lugar privado,

consagrado al Dios de la viña! Como que la continencia en tal sentido, es uno de
sus caracteres morales más pronunciado. Alumbrada además, la pequeña ciudad
por la luz eléctrica, en toda su extensión y sus contornos, ni las parrandas de la
noche, ni el escándalo, ni el delito tienen la protección de la sombra para
producirse y ocultarse100.
Nos vislumbra lo anterior que fue el ingenio de Sincerin en algunos momentos un lugar
cómodo para vivir, todo era allí regularmente bueno, donde se ponía de relieve las
interacciones entre empresarios, ingenieros, trapicheros, colonos, conductores, cortadores
de caña: jefes y empleados, es decir que los diferentes grupos humanos que convivieron
dentro de este espacio en el periodo de estudio crearon entre sí, unos vínculos, lazos e
interacciones que nos resaltan que tuvieron una significación y función durante los años
1907 – 1920. “Puesto que sus actores se buscaban y apoyaban ante una determinada
necesidad”101, teniendo como epicentro sus diferentes actividades dentro del ingenio
azucarero.
Finalmente debemos decir que el pueblo que se desarrolló alrededor y dentro de este
espacio aunque no todos, fue un pueblo que casi siempre vio con expectativa a estos
hombres industriales que contribuyeron desde sus capacidades a traer algo de progreso a
sus sitios de orígenes y de las poblaciones circunvecinas.
100
101
Grey Verbel Chávez, Elites y redes de poder en torno al proyecto regenerador… Óp. Cit. P. 30.
54
No obstante cabe destacar que para el año de 1932 los señores Veles Danies afrontaron un
problema social al reclamar las tierras donde está situado el pueblo alegando que
pertenecían a ellos, con títulos de propiedad. Estas exigencias fueron rechazadas por los
habitantes. Posteriormente la explotación de caña como la actividad agrícola permitieron
que la población tomara sus tierras y le permitiera una estabilidad legal que mantuvo por un
largo periodo de tiempo102, además este percance fue solucionado y trajo consigo la
estabilidad laboral entre empleados y empresarios.
102
Manuel Castrillo Ardila, Canal del Dique “Sincerin”. Barranquilla, Colombia, Grafitalia ed. 1981. P. 91.
55
Conclusiones
Si bien los trabajos historiográficos en Cartagena se concentran en su mayoría en los
periodos precolombino, colonial, independentista y republicano, estudiados desde
diferentes enfoques, hay que reconocer que con el establecimiento de la Nueva Historia
entraron a jugar otros factores de importancia para la reconstrucción del pasado y en este
caso podemos mencionar que este trabajo se constituye en una obra que contribuye al
rescate de la historia empresarial de Cartagena, además enriquece la historiografía sobre
esta ciudad, por tal razón hago un llamado a que se siga hurgando en los anaqueles de la
historia Cartagenera y sobre todo si tienen que ver con temáticas tan interesantes como la
tratada en este articulo.
Los procesos de plantaciones de azúcar que se estaban realizando en el extranjero para el
caso de Cuba, Puerto Rico, Santo Domingo, entre otros, sirvieron de ejemplo a los
empresarios Colombianos, especialmente los del Caribe colombiano que se interesaron por
conocer más de cerca este tipo de negocios y explorarlos; además se vieron motivados a
seguir estos pasos gracias a la iniciativa del gobierno de Reyes de apoyar este tipo de
industria que contribuirían y era lo que se esperaba le diera un soplo a la economía del país
que no atravesaba por buen momento por la Guerra de los Mil Días y la separación de
Panamá.
56
En esta medida tratamos en la primera parte de este trabajo ampliar lo que significo los
inicios de la industria azucarera en Colombia, especialmente en la costa Caribe, donde me
concentro específicamente en el ingenio Central Colombia en Sincerin, en esta parte del
articulo se concluyo que si bien el ingenio tuvo un comienzo esplendido según lo que se
deja ver en la prensa de la época, su desarrollo fue mucho más intermitente debido a que no
siempre la producción de la zafra fue buena, es decir hubo épocas regulares, buenas y otras
malas en donde los señores Vélez Danies siempre intentaron llevar una regularidad en una
empresa donde desde un principio se vio como una obra que traería desarrollo a Sincerin y
a los pueblos vecinos, no siempre fue así su decadencia fue inminente después de varios
sucesos inesperados y finalmente se disolvió dejando algunos gratos y otras no tan buenos
recuerdos en la historia local y nacional del país.
El ingenio de Sincerin (Central Colombia) fue una empresa que, aunque no de manera total
generó diferentes tipos de relaciones con la población local, vecina, circunvecina y
extranjera alrededor de la actividad azucarera, generando con ello interacciones de todo
tipo, vínculos que les permitió hacerse a sus puestos de trabajos y participar de manera
directa de las bondades del ingenio. La empresa permitió el aprendizaje de un arte, el
sustento de sus familias a sus trabajadores y una mejor calidad de vida para ellos.
El Central Colombia jugó un moderado papel en la economía local y nacional del país, no a
grandes rasgos pero tampoco se puede desconocer lo que refleja la prensa de la época en
cuanto a la contribución económica que dejó esta empresa, también que quienes trabajaban
57
allí de una u otra forma les cambio su estilo de vida personal y familiar sin omitir las
muchas dificultades que debieron presentarse durante su permanencia.
58
Bibliografía
FUENTES PRIMARIAS:
PRENSA OFICIAL:
 A.H.C. Diario de Bolívar, Cartagena – 1876- 1926.
PRENSA COMERCIAL:
 A.H.C. El Porvenir, Cartagena –1912-1913.
ENTREVISTAS A:
 Juan Monte Ferrer, Sincerin-Bolívar, 23 de Agosto de 2013.
 Epifanio Zúñiga Romerin, Sincerin-Bolívar, 23 de Agosto de 2013.
FUENTES SECUNDARIAS (Libros y artículos):
 Álbum de Cartagena de Indias: 20 de enero de 1533 – 20 de enero de 1933 “El

ingenio de Sincerin”, imprenta Girard, Paris, 1927.
 Benítez Rojo, Antonio, La isla que se repite, La Habana, Ediciones del Norte ed.,
1989.
 Berdugo Díaz, Sandra Milena, Ingenio azucarero María en Cartagena, el caso de

Nicolás Zubiria 1878-1892. Cartagena, Universidad de Cartagena ed., 1997.
 Castrillo Ardila, Manuel. Canal del Dique “Sincerin”. Barranquilla, Colombia,

Grafitalia ed. 1981.
 Datos históricos de los municipios de Bolívar “Sincerin: hombres notables por el amor
al trabajo”. Arjona, Julio 16 de 1926.
 Kalmanovitz, Salomón, Economía y nación: una breve historia de Colombia. Bogotá.

Norma ed., 2003. Pp. 15-593.
 Lemaitre, Eduardo, “Reyes”, en Revista Nacional de Agricultura, Diciembre de 1971.
59
 Macfarlane, Anthony. “Fundaciones”, en Colombia antes de la independencia,

Bogotá, El Ancora, Banco de la República ed., 1997.
 Meisel Roca, Adolfo. “Bajo el signo del cóndor”. Empresas y empresarios en el

Caribe colombiano, 1821-2000. en Revista: Aguaita N 8. Observatorio del Caribe
2002.
 Moreno Fraginals, Manuel, El ingenio: complejo económico, social cubano de azúcar,

La Habana, Barcelona Critica ed., 2001.
 Nieto Arteta, Luis Eduardo, Economía y cultura en la historia de Colombia. Bogotá,

El Ancora ed.; 1996. P. 338.
 Ocampo López, Javier, Historia Básica de Colombia. Bogotá, Plaza & Janes (P&J)
ed.; 1994. P. 264.
 Posada Carbo, Eduardo, The Colombian Caribbean, a Regional Study, 1870-1950,

Oxford, Clarendon Press, 1996, P. 76
 Rhenals Doria Ana Milena, Flórez Bolívar Francisco J.. Distintos sujetos bajo un
mismo predicado: reflexión historiográfica sobre la historia empresarial en el Caribe
colombiano en Taller de historia, Vol. 1, Nº 1, 2009.
 Ripoll, María Teresa, El ingenio Central Colombia, un caso en los inicios de la

industrialización del Caribe colombiano, Cartagena, Universidad de Cartagena ed.,
1997.
 Santilli, Daniel. “Representación grafica de redes sociales. Un método de obtención y

un ejemplo histórico”, en Mundo agrario. Revista de estudios rurales, Nº 6, Centro de
Estudios Históricos Rurales, Universidad Nacional de la Plata, 2003.
 Urueta Sierra, María Eugenia, La destilación del aguardiente en el departamento de

Bolívar: la producción clandestina 1886-1900, Cartagena, Universidad de Cartagena
ed., 1997.
 Verbel Chávez, Grey, Elites y redes de poder en torno al proyecto regenerador

Cartagena 1874-1892, Tesis de pregrado, Universidad de Cartagena, Facultad de
Ciencias Humanas, Programa de Historia, 2005.
60
61

Articulo de Grado - InGENIO CENTRAL COLOMBIA - Sabas Guardo Ballestero

Cargado por

Copyright:

Formatos disponibles

Articulo de Grado - InGENIO CENTRAL COLOMBIA - Sabas Guardo Ballestero

Cargado por

Información del documento

Derechos de autor

Formatos disponibles

Compartir este documento

Compartir o incrustar documentos

Opciones para compartir

¿Le pareció útil este documento?

¿Este contenido es inapropiado?

Copyright:

Formatos disponibles

Articulo de Grado - InGENIO CENTRAL COLOMBIA - Sabas Guardo Ballestero

Cargado por

Copyright:

Formatos disponibles

Sabas Amín Guardo Ballestero

Ingenio Central Colombia, Sincerin (Bolívar): Su historia social 1908-1920

INGENIO CENTRAL COLOMBIA, SINCERIN (BOLÍVAR): SU

SABAS AMIN GUARDO BALLESTERO

INGENIO CENTRAL COLOMBIA, SINCERIN (BOLÍVAR): SU

SABAS AMIN GUARDO BALLESTERO

TRABAJO PRESENTADO, COMO REQUISITO PARA OPTAR POR

CARTAGENA DE INDIAS D.T. Y C.

1. Capitulo 1: Inicios de la industria azucarera en la Costa Caribe y en

2. Capitulo 2: Los efectos económicos durante la permanencia del 32

estudio de los empresarios se fundamenta principalmente en el periodo comprendido entre

1821-20001. El interés por el conocimiento del papel desempeñado por el empresario en el

desarrollo económico comenzó en décadas recientes a preocupar a quienes creyeron que el

esfuerzos individuales y no por un grupo de investigadores. Las diferencias regionales son

directamente al empresario costeño. Dentro de ellos encontramos a Adolfo Meisel Roca,

aun se encuentra en estado incipiente5.

ciudad donde se investigue a fondo dicha actividad económica, el interés de esta

como lo fue el Ingenio Central Colombia en el corregimiento de Sincerin que se dedicaba

exclusivamente a la producción azucarera, es decir determinaremos las relaciones que se

de manera indeleble la estructura de la sociedad, la economía y la cultura donde las hubo;

dinamizó las economías, construyó sociedades jerarquizadas y segmentadas y estableció

presente a la hora de realizar esta investigación, pues en el encontramos puntos importantes

cubano de azúcar, trata en tres volúmenes sobre el proceso histórico de la plantación,

ingresó al mercado mundial y la primera parte de su tecnificación, modernización y

En cuanto a los ingenios azucareros en el Caribe colombiano, la tesis de grado de Sandra

1892”; pretende aportar una información a la comunidad histórica respecto al ingenio

de unos empresarios de Cartagena que despuntaban y diversificaban sus negocios a la par

de los procesos políticos que se generaron en el país, principalmente en cabeza del

Del mismo modo, la tesis de grado: La destilación de aguardiente en el departamento de

Bolívar: la producción clandestina, 1886-1900, de María Eugenia Urueta Sierra, se vuelve

fiscales durante la regeneración en el departamento de Bolívar, a través de la renta del

asociadas, tanto en un sector de hacendados como entre el campesinado pobre de la región9.

Al igual que los textos anteriores, para el contexto cartagenero y aproximándonos a mi

propuesta de investigación, El ingenio Central Colombia, un caso en los inicios de la

autora, considerando la poca producción de estudios sobre industrias y empresarios en el

Caribe colombiano; en su trabajo se interesa por investigar sobre la existencia de ese

Carlos y Fernando Vélez Danies, su trabajo se extiende en la descripción del intento de

industrialización que fue el Central Colombia en un país deprimido económicamente,

identificando las circunstancias políticas que lo hicieron posible, describiendo su capacidad

el conocimiento de nuestra historia regional y su relación con la historia colombiana.

El presente artículo tiene la intención de mostrar un tema que poco se ha trabajado en la

aporte a las investigaciones de historia social y empresarial en el Caribe colombiano,

especialmente en Cartagena. En los últimos veinte años el panorama historiográfico se ha

comprensión de las decisivas dinámicas históricas que intervinieron en la configuración de

esta región en el transcurso de la compleja vida republicana11.

Caribe, especialmente en el colombiano, donde me enfoco en el Central Colombia ubicado

sociales locales, vecinos y extranjeros alrededor de la actividad azucarera en el Central y

dio durante la permanencia del ingenio en el corregimiento de Sincerin.

azucarero de Sincerin: “Central Colombia”, haciendo previamente un antecedente de las

el territorio colombiano la creación de ingenios azucareros; y es aquí precisamente donde

ingenio “Central Colombia”, partiendo de sus inicios y posterior desarrollo social.

poblacionales a nivel local, nacional e internacional; es decir se analiza la importancia de

relaciones laborales se pudo notar el intercambio cultural que se presentó en el

corregimiento de Sincerin, pues al ingenio Central Colombia se vincularon personas de

procedimientos que se llevaban a cabo en la fábrica.

trabajaron, también pudo proporcionar de forma moderada una dinamización de la

pueblos cercanos. En este desarrollo económico es que se concentra, precisamente, la

económicamente el Central Colombia y como solventó la calidad de vida y la oportunidad

de empleo a muchos habitantes de este corregimiento y de las poblaciones vecinas,

Capitulo 1: Inicios de la industria azucarera en la Costa Caribe y en el