Entomologia

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PALINOLOGÍA Y ENTOMOLOGÍA FORENSE

4. Testificar, presentar un análisis polínico y evidenciar delante de un juez


no es simplemente relatar un trabajo científico, se trata de un enfoque
completamente distinto.
5. La discusión científica, los encuentros en congresos y el intercambio de
informaciones por parte de los expertos ofrece la posibilidad de la con-
frontación entre palinólogos. La palinología forense tiene que entrar en
las sedes donde se discute de palinología y, sólo de esta forma, encontrar
las bases sólidas y científicas, construyendo una metodología que valide
el análisis polínico en todos sus campos de aplicación.

ENTOMOLOGÍA FORENSE
La necesidad de conocer el intervalo de tiempo que ha transcurrido desde la
defunción de un individuo es una prioridad cuando se investiga un homicidio o
una muerte que se dio en circunstancias desconocidas o sospechosas. El obtener
información oportuna y fiable es vital para incriminar o exonerar a las partes
involucradas, de ahí deriva la importancia de la interpretación de la entomofauna 255
asociada al cadáver, la cual puede ser ignorada por las autoridades que no la
consideran como parte de la evidencia.
Hay centenares de especies de artrópodos que son atraídos por los cadáveres
entre los cuales se encuentran dípteros, coleópteros, isópodos y nematodos, sin
dejar de lado sus estados inmaduros; estos organismos pueden usar el cuerpo
como fuente de alimento directa o para sus estados inmaduros después de la
eclosión, como refugio o como lugar para la reproducción ya sea sobre o dentro
de éste, todo esto dependiendo de sus preferencias o del estado de descom-
posición del cuerpo. Debido a que los artrópodos se encuentran ampliamente
distribuidos y poco tiempo después de la muerte llegan al cuerpo, son útiles
para determinar las circunstancias, lugar y tiempo desde el fallecimiento.
Mégnin estima en 8 días la duración necesaria para el nacimiento de las
larvas; Balthazard afirma haber visto con frecuencia producirse tal nacimiento
en la estación calurosa en menos de 48 horas y hasta en 24; añadiremos que
las sarcófagas depositan en el cadáver larvas ya vivientes que comienzan inme-
diatamente su cometido.
Al cabo de una decena de días la larva ha alcanzado su completo desarrollo, por
lo menos cuando la temperatura es propicia, saliendo entonces del cadáver, inmo-
vilizándose y rodeándose de una concha quitinosa para transformarse en ninfa.
Después de la incubación que puede durar 6-30 días, según las condiciones
atmosféricas, el insecto perfecto sale de su pupa y muy presto siembra nueva-
mente en el cadáver, si las generaciones precedentes no han consumido todas
las partes blandas; alejándose de él, al contrario, si estas partes blandas han sido
transformadas por la putrefacción en adipocira o en sustancia caseosa.
El ciclo completo del insecto puede alcanzar un mes aproximadamente. Még-
nin remonta la muerte a un mes, cuando encuentra pupas vacías en un cadáver.

© Editorial Tébar Flores. Prohibida la reproducción sin la autorización expresa de la editorial.


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Balthazard indica que este ciclo puede operarse en una quincena de días en la
estación cálida para las moscas azules y verdes, desde el momento de la puesta
de los huevos hasta el instante en el que el insecto perfecto sale de la pupa.
Todos estos dípteros descritos se encuentran en cantidad considerable en
los cadáveres abandonados al aire libre durante la estación calurosa, fuera de
las habitaciones, en estado de insecto adulto, de larva o de ninfa; en un periodo
más adelantado de la putrefacción no se encuentran más que las pupas vacías.
Si los cadáveres han permanecido en una habitación, son sembrados casi ex-
clusivamente por la Calliphora vomitoria, más excepcionalmente por la Lucilia
caesar, si las ventanas han permanecido abiertas.
No hay moscas más que durante la estación calurosa, desde la primavera
hasta principios de invierno; cuando llegan los primeros fríos, las ninfas, que
no han terminado aún su evolución, sucumben; algunas hembras fecundadas
se esconden en agujeros, donde pasan el invierno, adormecidas, y producen en
la primavera siguiente las primeras generaciones de larvas y moscas.
Se podría afirmar que, si existen en un cadáver vestigios de dípteros, la muer-
te ha ocurrido después de marzo y antes de noviembre; pero ha de tenerse en
256
cuenta la mosca azul, que permanece a veces en las casas durante el invierno
y que puede sembrar el cadáver de un sujeto que ha sucumbido fuera de la
estación calurosa.
Si bien las especies descritas anteriormente son las que más frecuentemente
se encuentran en los cadáveres, no son las únicas de los cuatro géneros estudia-
dos, encontrándose también la Sarcophaga arvensis y la Sarcophaga laticrus.
El Dermestes lardarius, gran destructor de las carnes saladas y de las pieles,
cuya talla es de 7 mm, reconocible por 3 puntos negros en la mitad anterior de
los élitros, de color rubio claro; su larva tiene 10 mm de longitud y presenta
anillos de un castaño rojizo provistos de largos pelos.
Otras 2 especies de Dermestes frecuentan también los cadáveres: el Dermestes
frischi, completamente negro y de 7 mm de longitud, y el Dermestes undulatus,
que presenta algunas manchas grises en los élitros y tiene 6 mm de longitud.
La Aglossa pinguinalis pertenece a la familia de las piralas, pequeñas ma-
riposas parecidas a las polillas. Las larvas son blancas, cilíndricas, con anillos
abultados, con 3 pares de patas anteriores escamosas y cinco pares de patas
posteriores membranosas; ponen los huevos en julio.
La Piophila petasionis es una mosca pequeña de 4 mm de longitud, análoga
a las que depositan sus huevos en el queso. Su larva es característica por su
progresión a salto de trucha, bien conocida en el gusano del queso.
La Anthomyia vicina, es un díptero de cuerpo más alargado que el de las
moscas, de 5 mm de longitud, de costumbres rurales. Su larva presenta prolon-
gaciones estiliformes, simples o ramosas, lo mismo que sus pupas.
El Corynetes coeruleus mide 3 mm de longitud, es muy brillante y de un her-
moso color azul de acero. El Corynetes ruficolis posee un coselete encarnado.

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Los dípteros pertenecientes a la subtribu de los alcalípteros y a los géneros


Tyreophora, Lonchea, Ophyra y Phora, son moscas muy pequeñas, que miden
a lo más 5-6 mm. La más frecuentemente encontrada es la Phora aterrina, que
alcanza sólo la talla de 2 mm; sus larvas y sus ninfas, igualmente muy pequeñas,
tienen una forma prismática triangular, de aristas redondeadas.
El Necrophorus fossor es un coleóptero muy común en los cadáveres de
topos, ratones y otros animalillos, debajo de los cuales ahonda la tierra para
enterrarlos.
Dentro de los coleópteros de las silfas se encuentran la Sylpha littoralis, que
mide 25 mm de longitud, y la Sylpha obscura, que mide 15 mm, coleópteros
enteramente negros que devoran los cadáveres sin enterrarlos como los necró-
fagos. Las larvas son negras, aplanadas, compuestas de 12 anillos formando
dentellones laterales.
El Hister cadaverinus, de 6 mm de largo, tiene el cuerpo casi cuadrado y es
negro brillante; su larva vive varios meses y se entierra en el suelo, como la de las
silfas, para transformarse allí en ninfa y pasar todo el invierno en este estado.
El Saprinus rotundatus se parece mucho al Hister, del que se distingue por 257
el punteado de los élitros y la ausencia de estrías laterales.
La Uropoda nummularia mide 0,7 mm de longitud; el Trachynotus cadave-
rinus, cuya hembra mide 1,1 mm y el macho tan sólo 0,6 mm de longitud; el
Glyciphagus cursor, notable por la gracilidad de sus patas; el Tyroglyphus siro,
cuyas ninfas hipopiales se pegan a las patas de las moscas que transportan sobre
los cadáveres en vías de desecación, y finalmente, el Histiotoma necrophaga,
pequeño ácaro de 0,5 mm de longitud.
La Aglossa cuprealis es un lepidóptero afín a la Aglossa pinguinalis, ante-
riormente descrita. La Tineola biselliella es una mariposa aún más pequeña,
cuya oruga, de 4-5 mm de longitud, se envuelve en una vaina formada por sus
propios excrementos.
El Attagenus pella es un coleóptero devorador de pieles, es muy parecido
a los Dermestes. El Anthrenus museorum es un coleóptero del grupo de los
antrenos, tiene el cuerpo redondeado, mide 2,5 mm de longitud, vive en las
flores en estado adulto, pero deposita sus huevos en las materias desecadas;
su larva se caracteriza por estar cubierta de pelos largos amarillos, denotados y
terminados en la parte posterior de la larva por una especie de dardo romo.
El Tenebrio obscurus es un coleóptero que mide 15-20 mm de longitud, cuya
larva es parecida a la del Tenebrio molitor o gusano de la harina.
El coleóptero Ptinus brunncus, de 2 mm de longitud, está provisto de un
cuerpo grueso con un coselete muy abombado, que oculta la cabeza.
Según Mégnin, en 1894 se identificaron 8 cuadrillas:
1. Primera cuadrilla. Está formada por dípteros, moscas de las especies
Musca y Curtonevra, en un primer momento, y después por otras moscas,
Calliphora y Anthomia. Ataca cadáveres frescos.

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2. Segunda cuadrilla. Actúa tan pronto como se hace sentir en el aire libre el
olor cadavérico. Sus componentes son moscas Lucilia y Sarcophaga.
3. Tercera cuadrilla. Interviene 3-6 meses después de la muerte, atraída por
las grasas fermentadas (fermentación butírica). La componen coleópteros
(Dermestes) y lepidópteros (Aglossa).
4. Cuarta cuadrilla. Es atraída por la fermentación caseica o albuminoidea
y se compone de moscas (Anthomia y Pyophila casei) y de coleópteros
(Corynetes).
5. Quinta cuadrilla. La atrae la fermentación amoniacal. Se compone de dípteros
de los géneros Tyreophora, Lonchea, Ophyra y Phora, de coleópteros de la fa-
milia de los sílfidos, y de los géneros Necrophora, Silpha, Hister y Saprinus.
6. Sexta cuadrilla. Absorbe el resto de los humores líquidos dejados por las
anteriores cuadrillas, con lo que se desecan y hasta momifican las partes
orgánicas que aún resistían. Son todos acarianos de los géneros Uropoda,
Trachinotus, etc.
7. Séptima cuadrilla. Aparece cuando ya sólo quedan restos momificados que
258 no dan pábulo a los agentes fermentativos; los obreros de esta cuadrilla
son los mismos que roen los vestidos, tapices, pieles, etc. Son coleópteros
(Dermestes, Attagenes y Anthrenes) y lepidópteros (Aglossa y Tineola).
8. Octava cuadrilla. La componen tan sólo dos especies de insectos que hacen
desaparecer los restos que dejaron los demás: Tenebrio y Ptinus.
Según Mégnin concurren a la desaparición del cadáver las distintas especies
de insectos de una manera sucesiva, siguiendo un orden cronológico. Consti-
tuyen 4 periodos:
1. El primer periodo dura alrededor de 3-4 meses. Se caracteriza por la
presencia de larvas de dípteros: Curtonevra, Sarcophaga, Lucilia y Sar-
cophaga. Por lo demás, de un modo general, cuando faltan los dípteros
de este grupo en un cadáver, se puede deducir que en el momento de la
muerte no había moscas, es decir, que ha ocurrido en invierno, de octubre
a marzo (1ª y 2ª cuadrillas).
2. El segundo periodo dura otros 3-4 meses, se encuentran en el cadáver los
coleópteros del género Dermestes y los lepidópteros del género Aglossa
(3ª cuadrilla).
3. El tercer periodo dura 4-8 meses. El cadáver aparece convertido en una
papilla negruzca, líquida o semilíquida, de olor que recuerda al del queso
podrido. Se aprecian en él larvas de dípteros, como los Phora y Anthomia,
y coleópteros, como los Silpha, Hister y Saprinus (4ª y 5ª cuadrillas).
4. El cuarto periodo dura 6-12 meses. En los restos del cadáver, reducido
casi a polvo, aparecen acarianos, tales como los Uropoda, Trachynotus,
Anthrenes, e insectos como Tenebrio y Ptinus (6ª, 7ª y 8ª cuadrillas).
Según Simonin, cuando un cadáver se descompone al aire libre son nume-
rosos los insectos necrófagos que se suceden a medida que la descomposición

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de las materias orgánicas corresponden a la fase adecuada de sus facultades


de asimilación nutritiva.
Los necrófagos de cada escuadra obedecen al poder atractivo de ciertas sus-
tancias putrefactas (alcoholes, ácidos acético y láctico, alifáticos y productos amo-
niacales, sobre todo), que excitan los órganos olfativos situados en las antenas de
los insectos.
Los «trabajadores de la muerte» especialmente estudiados por Mégnin dejan,
de su paso sobre el cadáver, señales (larvas e insectos muertos) que permiten es-
tablecer la cronología de su sucesión y remontarse aproximadamente a la época
de la muerte (Tabla 1).
La composición específica de cada grupo de necrófagos y la época de su apari-
ción dependen de cierto número de factores entre los que deben tenerse en cuenta:
grado de descomposición cadavérica, situación del cuerpo (aire libre, bajo estiér-
col, inhumado, sumergido), estación, causa de la muerte, región geográfica (fauna
entomológica local, clima), etc.
La fauna cadavérica está compuesta de unas 20 especies de insectos que for-
man 8 grupos en correspondencia con los periodos en que entran en escena. Se
259
distinguen, cronológicamente, las faunas califoriana (desde la muerte), sarcofa-
guiana (1º-6º mes), dermestiana (3º-9º mes), corinetiana (10º mes), silfiana (2º año)
y acariana (2º-3er año).
El grupo califoriano no está representado más que por moscas: Calliphora erythro-
cephala y Calliphora vomitaria (tipo agreste); grandes moscas azules de la carne,
Musca corvina; y Muscina stabulans, que ponen sus huevos inmediatamente después
de la muerte, sobre el cadáver fresco, alrededor de los orificios naturales (labios, nariz,
ángulo interno de los ojos, etc.) y al nivel de los pliegues cutáneos. Las puestas, que
agrupan 100-150 huevos, se escalonan de abril a octubre en nuestras regiones.
Durante la estación favorable, en 8-12 horas, los huevos se vuelven larvas o
gusanos muy voraces; 8 días (Musca) o 10-20 días (Calliphora) son necesarios para
la transformación de éstas en ninfas que se encierran en un capullo quitinoso de
donde sale el insecto perfecto tras una incubación de 12 días (verano) a 1 mes;
después, las generaciones se suceden.
El ciclo evolutivo completo (huevo, larva, ninfa y adulto) no dura en pleno verano
más que 12 días. Es preciso pues un mínimo de 12 días para encontrar capullos
vacíos bajo un cadáver, bajo los vestidos o en la tierra adonde las larvas emigran
para enquistarse.
El grupo sarcofaguiano es atraído por el olor cadavérico de un tejido humano en
descomposición. Se compone igualmente de moscas: Sarcophaga (mosca de color
gris cuyo abdomen está cubierto de manchas tornasoladas dispuestas en damero),
Lucilia (de 7-9 mm de largo, de coloración verde de reflejos brillantes con manchas
blancas a los lados de la frente) y Cynomvia (abdomen azul violáceo).
Si las crisálidas examinadas tienen los estigmas respiratorios posteriores
situados en el fondo de una depresión, proceden de Sarcófagas, moscas que
ponen larvas vivas y cuyo ciclo evolutivo es más corto.

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El grupo dermestiano coloniza el cadáver en el momento del desprendimiento


de los ácidos grasos volátiles (ácido butírico de olor fuerte) procedente del enran-
ciamiento de las grasas. Comprende los coleópteros del género Dermestes y una
pequeña mariposa, Aglossa, que se nutren devorando la grasa del cadáver.
En las regiones muy cálidas, desérticas, las Dermestes son capaces de reducir
un cadáver a estado esquelético en 40-100 días, experimentalmente en 24 días;
su ciclo evolutivo dura 30 días.
En el grupo corinetiano se encuentran pequeñas moscas (Piophila casei, mosca
muy común en el queso, cuya larva se desplaza saltando), pero sobre todo co-
leópteros del género Corynetes, de 5 mm de largo, azules o rojos. Estos insectos
acuden en el momento de la fermentación caseosa de las materias proteicas que
sigue a la fermentación butírica de las grasas.
Los insectos del grupo silfiano son dípteros de pequeña talla, del tipo de los
Phorides (Phora aterrina), de los Ophyra y de los coleópteros de la familia de los
Silphides, de los que los más representativos son los Necrophores. Son atraídos
por las emanaciones amoniacales procedentes de líquidos saniosos.
El grupo acariano se compone de pequeños ácaros, cuya talla es inferior a 1
260
mm. Se desarrollan en las últimas serosidades pútridas y secan el cadáver.
Después del tercer año, las últimas escuadras atacan a los tendones, a las
aponeurosis, a los cabellos y no dejan más que los huesos; consumen también
los restos de insectos abandonados por las escuadras precedentes.
Estos mismos insectos corroen las pieles y destruyen las colecciones de libros.
Son coleópteros de la familia de los Anthrenes, devastadores de las peleterías y
de las larvas de pequeñas mariposas.
Balthazard, a instancias de Brumpt, indica unos errores cometidos por Még-
nin al realizar la clasificación. En el primer grupo, Mégnin sitúa los dípteros de
los géneros Musca, Curtonevra y Calliphora, que no depositan sus huevos más
que en cadáveres aún frescos. Brumpt señala que la mosca doméstica no pone
nunca sus huevos en cadáveres; igualmente indica que Mégnin afirmaba que
las curtonevras habitan en medios exclusivamente rurales; si este hecho fuera
exacto, la presencia de larvas o de ninfas de curtonevra en un cadáver encontrado
en la ciudad demostraría que dicho cadáver había sido transportado del campo.
En realidad, la Curtonevra stabulans, mosca robusta que difiere de la mosca
doméstica sobre todo en la forma encorvada de los nervios del ala, frecuenta las
ciudades, donde abunda en las caballerizas y alrededor de los mercados.
Balthazard menciona por último, que tanto las Curtonevras como las Calliphoras
buscan con avidez, tanto los cadáveres en los que la putrefacción ha comenzado
como los cadáveres frescos. Esos dípteros no son comúnmente los primeros que
atacan los cadáveres; las Lucilias y las Sarcófagas parecen estar dotadas de un olfato
más sutil, siendo las primeras que van a depositar inmediatamente sus huevos en
los sitios propios, si el cadáver está abandonado en el exterior de la casa.
Balthazard, establecidas estas rectificaciones, suprime el primer grupo de Mégnin
y lo adiciona al segundo, que comprende, por consiguiente, los dípteros de los géneros
Curtonevra, Calliphora, Sarcophaga y Lucilia; así establece 7 grupos (Figura 1).

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TIEMPO
OBSERVACIONES HECHAS SOBRE EL CADÁVER POSTMORTEM
MÍNIMO
Minutos

30 Principio de la rigidez del músculo cardiaco y del diafragma.


20-45 Aparición de las primeras livideces, en el cuello.
45 Pérdida de la transparencia corneal (ojo abierto).

Horas

Caída de la temperatura rectal de 1 grado (1 grado por hora en las cuatro


1 primeras horas).

Coagulación de la sangre.
1 3/4 Confluencia de las livideces en el cuello.
1-2 Sensible enfriamiento de pies, manos y cara.
La pupila no se contrae más que por la acción de la eserina.
2
Licuefacción de las cápsulas suprarrenales.
261
2-4 La rigidez aparece en la articulación temporomaxilar.
4 La pupila no se dilata por la acción de la atropina.
4-5 Enfriamiento sensible de la piel.
6-8 Extensión de la rigidez a toda la musculatura esquelética.
8 La rigidez interrumpida artificialmente no se reproduce más.

Las livideces estabilizadas no desaparecen con la presión ni con los cambios


10 de posición del cadáver.

Presencia precoz de larvas de moscas vivas sobre el cadáver.


12 Apergaminamiento de los órganos genitales externos.
12-15 Desaparición de la rigidez del músculo cardíaco.
]3-30 Desaparición de los movimientos de los cilios epiteliales.
14 Livideces máximas; mancha verde abdominal en tiempo caluroso.
15-24 Equilibrio térmico. Hipóstasis pulmonar. Hemólisis.
18-24 Hemoconcentración de la sangre contenida en el corazón.
Pérdida de la transparencia corneal (si el ojo está cerrado).

Aparición de la coloración verde oscura en la cara inferior del hígado y en


24
la cara cólica del bazo.

Trasudado con hemoglobina en la pequeña pelvis.


24-36 Trasudado pleural con hemoglobina.

Desaparición de la movilidad de los espermatozoides en las vesículas se-


34-82
minales.

(continúa)

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(continuación)

TIEMPO
OBSERVACIONES HECHAS SOBRE EL CADÁVER POSTMORTEM
MÍNIMO
Horas
36 Principia la desaparición de la rigidez.
Comienza la desaparición del líquido cefalorraquídeo. Globos oculares blandos;
48 midriasis.
Mancha verde abdominal; turgencias venosas superficiales.
Días
Resolución completa de la rigidez (antes si la temperatura es elevada).
3-4
Excepcional presencia de capullos de insectos.
6 Presencia precoz de capullos.
7-8 Presencia precoz de capullos vacíos.
8 Cadáver completamente verdoso.
Plazo habitual para encontrar crisálidas (grandes variaciones según la tem-
10-14
262 peratura exterior).
12 Mancha verde abdominal (en tiempo frío).
15 Flictenas; hinchazón generalizada. Aparición de putrescina y cadaverina.
17 Momificación precoz posible.
Meses
1-2 Inicio de la transformación en adipocira del tejido grasoso subcutáneo.
2-4 Fin de esta transformación.
1-6 Fauna sarcofaguiana (lucilias y sarcófagas).
3-9 Fauna dermestiana (dermestes).
3 Principio de la transformación de los músculos en adipocira.
6 Transformación en adipocira de los músculos faciales superficiales.
10 Fauna corinetiana (corynetes).
Años
1 Transformación en adipocira de los músculos faciales profundos.
2-3 Faunas silfiana y acariana.
2-4 Aparición de hongos en la tumba.
3-4 Desaparición de partes blandas en la tumba.
5 Desaparición de tendones y cartílagos.
5-10 Desaparición de los lípidos del hueso.
10-15 Iniciación de la alteración de la estructura ósea.
50 Las superficies óseas se vuelven porosas.

Tabla 1. Cronología tanatológica

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PALINOLOGÍA Y ENTOMOLOGÍA FORENSE

a b 1 c 2

3 d e 4 f 5

263

6 7
g x 30
8 g x 30
9

g 10 h 11 i 12
1er y 2º periodos: Calliphora (1), gran mosca azul de la carne, cuya larva (a) se nutre de carne;
el capullo quitinoso (b) encierra la ninfa; 3er periodo: insectos cuyas larvas se nutren de grasa
de cadáver o adipocira; Dermestes tardarius (2) y su larva (c); Aglossa pinguinalis (3) o polilla
de la grasa; 4º periodo: insectos que se nutren de productos procedentes de la fermentación
caseosa: Piophila petasionis (4), su larva (d) (verde del queso) y el capullo conteniendo la ninfa
(e); Corynetes ruficollis (5) y su larva (f); 5º periodo: el Necrophorus fossor (6) y la larva de
la Phora aterrina (7) devora las materias proteicas putrefactas; 6º periodo: Acariens, que se
nutren de los últimos humores; Uropoda nummularia (8), Glyciphagus cursor (9); 7º periodo:
Anthremus museorum (10), cuya larva (g) ataca todas las materias orgánicas desecadas; 8º
periodo: Tenebrio obscurus (11) y su larva (h), que se nutre de todos los residuos orgánicos
restantes. Rhizophagus parallelocollis (12), coleópteros de los cementerios, cuya larva (i) […].

Figura 1. Cronología entomológica (Tomada de Balthazard, 1933 y Simonin, 1982)

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