Historia de Panamá
Historia de Panamá
Historia de Panamá
Alumno
Camilo Enrique López Mock
Director de Tesis
Jaime González
Profesor Informante
José Miguel Ahumada
Alumno
Camilo Enrique López Mock
Director de Tesis
Jaime González
Profesor Informante
José Miguel Ahumada
III
Agradecimientos
Quiero agradecer a mis compañeros de lucha por dos años de los magísteres de
Estudios Sociales y Políticos Latinoamericanos, y Ética Social y Desarrollo Humano:
Raymond Álvarez, Oscar Suarez, Enrique Besnier, Luis Bonilla, Valeria Carvallo, María
Isabel Franco, Sophia Boddenberg, Alex Beber, Alejandro López, Ercilia Macamo,
Jessica Leguá, Jercia Julio, Daphney Bernard, Daniel Feller, Wilmar Rodríguez, Ángelo
IV
Mendoza y Katherine Vásquez. Les agradezco por dos años llenos de encuentros, salidas,
discusiones, y conversaciones que permanecerán por siempre dentro de mi ser.
A mi profesor guía Jaime González por recibir, leer, corregir y comentar sobre las
dudas y avances que enviaba durante este proceso a cualquier momento y a cualquier hora,
casi siempre de manera inmediata. Agradezco a mis amigos Luis Vives, Andrés de la
Iglesia, Fernando Guzmán y a Nelly Ann Araúz, por recibir, contestar mis llamadas, y
mensajes cuando los necesitaba.
También quiero agradecer a Candy Rubio, Carmen De Gracia, Ely Ann Cowes,
Mario Rodríguez, Ana Carolina De Obaldía, Fabian Echevers, Jorge Hoces y a Alejandra
Escobar por darme infinidad de historias y memorias que atesoraré siempre en el periodo
de mis estudios en el extranjero.
V
Índice
Dedicatoria……………………………………………………………………………….III
Agradecimientos………………………………………………………………………....IV
Resumen/Abstract……………………………………………………………………….10
Introducción……………………………………………………………………………...11
El Problema………………………………………………………………………………14
Objetivos de la investigación……………………………………………………………15
Objetivo general…………………………………………………………………………15
Objetivos específicos……………………………………………………………………15
Hipótesis…………………………………………………………………………………..16
Marco Teórico…………………………………………………………………………….16
Metodología……………………………………………………………………………….28
3.1. La encomienda…………………………………………………………………49
3.2. La hacienda…………………………………………………………………….51
VI
3.3 La minería y la mita…………………………………………………………….53
6.4. Portobelo……………………………………………………………………...100
6.5. Natá…………………………………………………………………………...103
VII
7.3. Logística del transporte del oro y la plata de la flota de galeones desde la Carrera
de Indias y el retorno desde el mar del sur al mar caribe………………………………….115
7.3.3. Desde el Cerro de la Plata, pasando por el Callao, Paita y la Armada del
Mar del Sur hasta Panamá…………………………………………………………121
10.1. Cimarronaje…………………………………………………………………147
10.1.1 Felipillo…………………………………………………………….148
VIII
11.1. Panamá………………………………………………………………………173
12. Conclusiones………………………………………………………………………….177
Bibliografía y Referencias……………………………………………………………….181
IX
1.0.Resumen
El objetivo general de esta tesis es: describir las principales características del
espacio mercantil conformado por la colonia hispánica del continente americano;
Principalmente, Panamá-Portobelo/Nombre de Dios en el istmo de Panamá, su
importancia dentro del comercio colonial.
10
una visión más completa del objeto de la investigación. Por lo tanto, se utilizarán fuentes
primarias y secundarias de diversas ciencias sociales.
2.0.Introducción
Ver las ruinas de la ciudad vieja de Panamá y la desolada Portobelo no hacen más
que traer el recuerdo melancólico de una gloria de antaño olvidada. Sensación que me
hace contemplar sobre el papel que tuvieron estos lugares en la expansión de la, en ese
entonces, naciente economía mundo europea. Claramente, los recuerdos de glorias lo son
solo para quienes impusieron las nuevas condiciones socio-económicas del nuevo mundo,
entiéndase: mercaderes, altos funcionarios de la corona, banqueros, trotamundos y
11
colonos privilegiados, quienes concurrían, anualmente, a las famosas ferias portuarias
celebradas en Nombre de Dios desde, 1544, y a partir de 1597, en Portobelo.
En efecto, tenemos que surgió una convivencia agresiva entre el naciente proto-
capitalismo de tipo mercantilista y otros modos de producción, como el de producción
agraria. Eric Wolf, a pesar de que negara la existencia de un capitalismo mercantil pre
siglo XVIII, establece que,
…el capitalismo interactuó con otros modos para lograr su dominio actual.
En este proceso participaron igualmente iroqueses, asantes, tamiles, y
chinos, así como barbadianos, neoingleses y polacos. El proceso vinculó a
víctimas, beneficiarios, contendientes y colaboradores” (Wolf, 2014, pág.
101).
En nuestro objeto de estudio la relación es entre beneficiarios europeos y victimas
de origen mestizo, indígena y africano. Si bien es cierto, nuestro objeto de estudio
contradice cronológicamente el postulado anterior, existen diversos autores que
consideran la existencia de un capitalismo pre siglo XVIII, quienes serán estudiados más
adelante.
12
el empleo de otras rutas para el transporte de las mercancías, tales como la ruta de Cabo
de Hornos y el puerto de Cartagena en la Nueva Granada.
Finalmente, mi interés por estudiar este periodo de la historia de mi país, nace por
numerosas curiosidades, tanto de tipo académico, como por motivos pragmáticos, que se
deben al estado perpetuo de una tierra en donde “la ley se acata, pero no se cumple” y el
papel fundamental que cumple el Istmo como lugar predilecto para el tránsito de un
capitalismo global que cada vez más se expande y nos engulle, perpetuando una situación
de dependencia entre centros o metrópolis, semi periferias y periferias. Una relación que
lleva siglos gestándose y creciendo hasta el punto de la antropofagia, un canibalismo de
carácter socio económico en el cual nos encontramos actualmente.
Por tales motivos, la presente tesis se enfocará en las relaciones socio económicas
de las ciudades/puertos del istmo de Panamá, durante el reino de la casa Habsburgo sobre
el imperio español durante los siglos XVI y XVII. Igualmente se hará un trabajo analítico
sobre las variables o las condiciones políticas, geográficas y climáticas que permitieron el
auge, desarrollo y caída de esta ruta transístmica.
Invierno/agosto de 2018
13
3.0.El Problema
Preguntas específicas:
1.- ¿Cuáles son las principales características geográficas de este espacio económico
colonial?
2.- ¿Cuáles son los principales atributos comerciales de este polo de atracción?
3.- ¿Cuáles son los principales indicadores de las tecnologías de producción ocupadas en
este espacio capitalista?
4- ¿Qué características tuvo la economía transístmica en la esfera social del Istmo?
14
4.0.Objetivos de la investigación
4.1.Objetivo General
El objetivo general de esta tesis es: describir las principales características del
espacio mercantil conformado por la colonia hispánica del continente americano;
Principalmente, Panamá-Portobelo/Nombre de Dios en el istmo de Panamá, su
importancia dentro del comercio colonial.
4.2.Objetivos específicos
• Identificar los principales espacios físicos y sociales que sirven de escena a estas
dinámicas mercantiles.
El descubrimiento del “nuevo mundo” por la corona hispánica, fue uno de los
acontecimientos más importantes en la historia de la modernidad. Este “descubrimiento”
permitió la expansión y consolidación del comercio europeo, el cual logra expandirse
hasta Asia con el viaje de galeones al puerto de Manila en las Filipinas, coyuntura que
logra imponer al comercio transoceánico como el hegemónico para la expansión de la
15
economía-mundial europea, que para los siglos XIX y XX, se impone como un sistema
mundial.
6.0.Marco Teórico
16
2009). De este último debate se desprende que toda forma económica está situada en un
espacio tiempo material y simbólico.
17
XV en los países del Mediterráneo. Sin embargo, la era capitalista comienza en el siglo
XVII (Marx, 2005).
La racionalidad será la piedra angular que separará al capitalismo moderno del que
pudo existir en civilizaciones antiguas. Será Max Weber, uno de los padres de la
sociología, quien postulará sobre el concepto de racionalidad, teorizando que la
organización racional moderna del capitalismo europeo se consiguió, gracias a “la
bifurcación de la economía doméstica y la industria y la consecuente contabilidad
racional” (Weber, 2012, pág. 17).
18
observar desde la adopción por parte de una determinada sociedad o cultura de hábitos
racionales de comportamiento social, en el caso que nos ocupa, el ánimo de lucrar y
acumular capitales.
19
siempre con elementos esenciales que denotan su existencia de larga duración de por lo
menos cinco siglos. En palabras de Braudel, que el capitalismo sea una estructura de larga
duración o longue duree no necesariamente implica la inmovilidad de la misma. Al
contrario, la larga duración “es la sucesión de movimientos repetitivos, con variaciones y
retornos, deterioros, acondicionamientos y estancamientos…” como también, “raramente,
se producen grandes rupturas”. (Braudel, 1984: 525)
Por otro lado, la corriente marxiana tiende a considerar el nacimiento del modo
capitalista al momento en el que se comenzó a comprar la fuerza de trabajo, puesto que la
riqueza no se convierte en capital sino hasta que se tiene posesión de los medios de
producción (Wolf, 2014). En palabras de Eric Wolf:
20
mercantil. Solo hay riqueza mercantil… (Wolf, 2014: 104) (lo subrayado
es propio).
Por otra parte, Ángel Palerm establece que “La conversión del capitalismo en el
modo de producción dominante y su desarrollo concentrado en los países metropolitanos
entraña por necesidad a los segmentos coloniales como partes de un mismo sistema en
movimiento”. (Palerm, 2008:200) En otras palabras, el capitalismo del centro y sus
colonias periféricas forman un sistema que unifica distintos modos de producción que se
desarrollan progresivamente.
21
a ser entidades marginales a la merced de los banqueros en Amberes y posteriormente
Ámsterdam.
Por su parte Jaques Le Goff (2012) concuerda con los pensamientos de Weber y
Marx al considerar que el capitalismo no es un fenómeno que nace en la era medieval
como establecen Braudel y Wallerstein. Opina que la economía en la Europa medieval
carecía de ciertos elementos constitutivos que impedían la existencia de este capitalismo
medieval.
Los planteamientos teóricos de Gunder Frank (2009) sobre las relaciones de base
económica comercial de dependencia entre metrópoli-satélite, variables de investigación
que nos permiten ver una amplia descripción del funcionamiento economicista del
capitalismo en las colonias, debido a que la existencia de estas se atribuye a razones
netamente económicas. Las relaciones entre satélite y metrópoli son, según Gunder Frank
“un cauce a través del cual el centro se apropia de una parte del excedente económico de
los satélites” (Gunder Frank, 2009:22), podemos ver entonces que, el actual sistema
capitalista requiere de esta relación de dependencia para auto sustentarse.
A su vez, Enzo Faletto y Fernando Cardoso (2012) hacen también alusión a esta
relación de dependencia. Establecen que la situación de subdesarrollo, como la llaman, es
22
una relación de dominación, la cual ocurre debido a ciertas condiciones entre las
actuaciones y orientaciones de los diversos grupos que interactúan dentro del sistema
económico, entiéndase productores y consumidores. Como ejemplo, utilizan a las
economías compuestas entre los centros y los enclaves coloniales. Ejemplo perfecto para
la investigación. (Cardoso & Faletto, 2002)
Para finales del siglo XVI observamos una economía mundo europea que no solo
se encontraba en el Mediterráneo cristiano y el noroeste europeo, sino que se había
expandido hacía el mar Báltico y los reinos de Europa oriental. De igual manera, es posible
encontrar territorios periféricos de esta economía mundo desde posesiones europeas en
África, las islas del Atlántico, las islas del Caribe y las posesiones coloniales del imperio
Hispánico y Lusitano en América, como también en las Filipinas y otros territorios del
océano Pacífico. En definitiva, vemos que este periodo de expansión es el punto de partida
23
de la división del trabajo, la cual permite la primera gran acumulación de capital
(Wallerstein, 2005: 95-96).
24
principalmente hacia las estructuras menores que tienen control legal, los
Estados en el seno de la economía-mundo” (Wallerstein, 2005, pág. 93).
Fernand Braudel nos dice que la Economía mundial no es lo mismo que economía
mundo, estos se diferencian dependiendo del espacio geográfico que ocupen, es decir, una
de carácter mundial que integra a su cuerpo otros tipos de economías mundo, mientras
que la economía mundo “se refiere a un fragmento del universo, a un trozo del planeta
económicamente autónomo, capaz en lo esencial de bastarse a sí mismo y al cual sus
vínculos e intercambios interiores confieren esta unidad orgánica” (Braudel, 1995, p 6).
Las economías mundo poseen tres características generales (Braudel, 1995) (En este
apartado serán mencionadas de manera expedita, más adelante se desarrollarán de una
manera específica):
25
utilización de mejores formas de energía ambientales como el agua, el viento y desde
épocas más recientes, el carbón y el petróleo y nuevas tecnologías.
El antropólogo Marvin Harris (2004) establece que “La vida y la cultura humanas
no pueden existir a menos que las sociedades adecuen y transformen la energía disponible
en el ambiente. La cantidad de energía producida y el método de producción depende, a
su vez, de una interacción entre la tecnología productora de energía que una cultura posee
en un momento dado y las características de explotación del hábitat, tales como la luz
solar, los suelos, bosques, las lluvias o los depósitos minerales, a los que dicha cultura
tiene acceso”. (Harris, 2004, pág. 31)
Por su parte, Wallerstein (2005) establece que la necesidad por bienes de primera
necesidad, y la producción de alimentos fueron de las razones que precedieron a la
expansión, debido a que “el impulso era mayor, la base social y tecnológica más sólida y
las motivaciones más intensas”. Las motivaciones de los portugueses para esta expansión
resultó ser la búsqueda de metales preciosos y artículos de primera necesidad, no tanto
especias y demás lujos, ya que no pareciera ser posible que el deseo de la aristocracia por
obtener artículos de lujo, fuera el motor detrás de la expansión del mundo atlántico o la
creación de la economía-mundo europea.
26
El medio ambiente es también una variable de estudio que se relaciona, no solo
con el desarrollo económico y social, sino que tiene un papel significativo dentro de la
producción de energía, puesto que, la interacción entre tecnología y medio ambiente es
vital para la adaptación de la primera. Las condiciones climáticas y los accidentes
geográficos pueden ser la clave para que determinada fuente de energía pueda ser
aprovechada al máximo. Esta relación puede observarse, predominantemente, en las
sociedades preindustriales. Según Harris (2004) “la tecnología no domina o controla el
entorno natural. Incluso en los ecosistemas industriales más avanzados, el agotamiento y
contaminación de los hábitats agrega costos inevitables a la producción y consumo de
energía”. (Harris, 2004, pág. 39).
27
Dentro del campo teórico sobre el análisis de los sistemas-mundos se advierte la
estrecha relación entre la economía mundo y un sistema capitalista, según Wallerstein “las
economías-mundo carecen del cemento unificador que es una estructura política o una
cultura homogénea, lo que las mantiene es la eficacia en la división del trabajo. Y esta
eficacia es función de la riqueza en constante expansión que el sistema capitalista provee”
(Wallerstein, 2006, pág. 29).
7.0.Metodología
28
perspicazmente, el camino a seguir de la investigación. Un camino que requerirá de un
cuestionario que les hable y les pregunte a los testigos del pasado, en aras de obtener las
respuestas que se desean.
Ahora bien, la metodología que será utilizada para la realización de esta investigación
consiste en emplear las herramientas históricas a mi disposición, siguiendo la disciplina
que Charles-Victor Langlois y Charles Seignobos llamaban estudio diplomático, idea
mejor representada con la frase “sin documentos no hay historia” (Langlois &
Seignobos,), en nuestro caso, el estudio de testimonios contemporáneos a los hechos que
se investigan. Estos testimonios históricos, según Bloch son “Todo lo que el hombre dice
o escribe, todo lo que fabrica, todo lo que toca puede y debe informarnos acerca de él”.
(Bloch, op cit., pág. 55)
29
rastros indirectos de testigos. En palabras de Marc Bloch “Toda recolección de cosas
vistas se compone en gran medida de cosas vistas por otros” (Bloch, ibid, pág. 43).
Braudel opta por esta historia sobre la historia política, la cual muchas veces solo
se enfoca en el acontecimiento, es decir, en la cotidianidad; a diferencia de la de larga
data, la cual necesita analizar los cambios y fluctuaciones de variables sociales y
económicas como las oscilaciones de precios, aumento o disminución demográfica, el
análisis de producción y circulación de capitales. (Braudel, 1970, pág. 68) Figuras de
análisis que requieren “medidas mucho más amplias” (Braudel, ibid., pág. 68).
30
Sevilla (que aparecerán en los anexos). Mientras que otras crónicas, como las décadas
Herrera de Tordesillas, López de Gómara, López de Velasco, Fernando Colón, Bartolomé
de las Casas, Thomas Gage, Pedro de Aguado, las he encontrado con formato de Ebooks
o PDF en la internet y en la Biblioteca Nacional de Panamá Ernesto J. Castillero R. Mapas,
planos de las ciudades, puertos y fortificaciones serán escaneadas de la publicación
Panamá: 500 años. Obra publicada por Ediciones Balboa, S.A. Mientras que las
fotografías que muestren ruinas contemporáneas serán suministradas por mi persona como
resultado visual de mis pesquisas en tales sitios. Todas las imágenes que sean consideradas
importantes para el esfuerzo investigativo se encuentran en los anexos.
31
persona. Se busca emplear el trabajo de historiadores, antropólogos, sociólogos,
economistas y cualquier otro tipo de esfuerzo investigativo contemporáneo relacionado al
estudio de las ciencias sociales y las humanidades que auxilien el esfuerzo de su servidor.
32
Capítulo 1: El sosegado surgimiento de un modo de producción, que nace de las
cenizas de otro. Siglos (XI-XV)
33
Es necesario tomar en cuenta que Europa nor-occidental se encontraba en una
situación algo precaria, económicamente. Sus estructuras sociales y culturales eran el
feudalismo y la iglesia católica de Roma. Ambas herencias del Imperio Romano, que junto
con el cristianismo funcionaban como una cohesión social, un cemento que mantenía a
estos reinos como una civilización o cultura, mas no un sistema mundo o economía mundo
(Wallerstein, 2005).
Este excedente, comúnmente, era en especie, no muy ventajoso para el dueño del
feudo que lo recibía, por lo que era necesario intercambiarlo, y así aparecen los
mercaderes. Las ciudades, por excelencia, han sido siempre el lugar ideal para la actividad
comercial. Un lugar donde se juntan artesanos, mercaderes, etc. provenientes del campo
para intercambiar el excedente, se compra el excedente y se cambiaba por productos
(Wallerstein, 2005).
34
Los mercaderes surgen por dos orígenes distintos. La primera, establece a los agentes
de los terratenientes, aunque también podían ser campesinos con suficiente excedente para
intercambiar. Llevaban suficiente excedente para interactuar en el mercado de la ciudad.
La segunda, habla sobre los agentes residentes de mercaderes a larga distancia, quienes
usualmente, operaban en los focos comerciales urbanos, estos se aprovechaban de las
falencias tecnológicas y logísticas de los tiempos para la fijación de precios (Wallerstein,
2005).
Esta actividad tiene como consecuencia el crecimiento de las ciudades, las cuales
habían perdido gran parte de su población con las alzas de los precios y la inflación de la
moneda en la economía romana. El crecimiento mercantil tiene un efecto dominó que
consiste en la migración constante de campesinos hacia las urbes, lo que modifica, en
parte a la estructura feudal, pero no la reemplaza. Al contrario, el feudalismo y el comercio
no son antagónicos, más bien, se desarrollan como entes en una relación simbiótica
(Wallerstein, 2005).
35
Los primeros indicios de crecimiento se deben a los avances propuestos por las
Ciudades-Estado mercantes italianas como Venecia y Génova, las cuales, con sus redes
de mercaderes y puertos, dominaban las bocas de lo que era la entrada a Europa, el mar
mediterráneo. La conquista o mejor dicho reconquista de este espacio (si se cree en la
continuidad de una cultura en la Europa post-romana), por ejércitos de cruzados, a partir
de 1099, y posteriormente, la conquista de Bizancio y Grecia por un ejército cruzado,
financiado por el Dogo o dux Enrique Dandolo de Venecia en 1204, abre una puerta de
nuevas oportunidades para las repúblicas italianas en el mediterráneo. Estas serán
responsables de traer “una economía monetaria ya viva en Oriente y la difunde por
Europa” (Braudel, 1984, pág. 71). Se abre la oportunidad del crecimiento de las ciudades
europeas, lo que fomenta la movilidad del campesino del campo a la ciudad.
Para el siglo XIII, comenzará a existir lo que se conoce como economía mundo
europea. La unidad social de esta nueva economía mundo será la ciudad y esta se
organizará de tal forma que quedarán “unidas en conjunto por la ruta y las necesidades del
intercambio, del poder y de la defensa” (Braudel, 1984, pág. 71). La ciudad será
considerada como una especie de centro por la cual pasarán las nuevas riquezas que ofrece
el comercio de mercancías. En este siglo, existirá una especie de cohesión entre las
ciudades mercantiles desde los Países Bajos hasta las ciudades del Mediterráneo.
(Braudel, 1984, pág. 72) Creando, de tal forma, una unión terrestre entre las ciudades de
feria, como Champaña.
36
extenderse a toda la geografía adyacente, sino que se permitió el cómodo flujo de
mercancías y por añadidura el flujo libre de capitales a través de toda la masa continental
de Eurasia y África (Braudel, 1984, pág, 83). Creando de esta manera una especie de
proto-capitalismo, el cual era, principalmente, explotado por las ciudades mercantiles
italianas (Venecia, Génova, y Pisa).
Otras ciudades importantes que representaban a esta “liga”, la cual era un conjunto
de ciudades mercantiles en el mar Báltico y mar del Norte, eran Lubeck en territorios
germanos y ruta de tránsito obligada para el desplazamiento de mercancías entre los mares
del Norte y Báltico, gracias al canal de la península de Jutlandia en la provincia de
Schleswig-Holstein; y la ciudad de Nóvgorod el grande, reina del Báltico y último Bastión
o Finis Terrae de la economía mundo europea en el Báltico oriental (Braudel, 1984, pág.
77).
37
El comercio de largas distancias intercambiaba con bienes de lujo no masivos, por
lo que será preferible el comercio local. No será hasta la expansión costera del territorio
africano y la posterior invasión a América que se podrá comerciar transoceánicamente.
Por ende, la posterior creación de centros de producción, semi periferias y periferias, todas
dominadas de manera directa e indirecta por un sistema mundial. (Wallerstein, 2005) Pero,
no nos adelantemos a los hechos.
Luego de un siglo XIII fructífero para la actividad comercial, la Europa occidental entra
en un momento de recesión y caída debido a múltiples factores y la entrada de la trilogía
de las crisis: la guerra, la pestilencia y la hambruna o escasez alimentaria. La crisis de la
baja edad media comienza en el siglo XIV y será necesario la renovación de las estructuras
políticas, sociales y económicas para levantarse nuevamente.
38
entre reinos, la más importante de esta época, por su escala temporal, fue la desastrosa
guerra de los cien años, un conflicto dinástico entre los reinos de Inglaterra y Francia, por
el derecho a retener ciertos territorios del colapsado imperio Angevino en Normandía y
Maine. (Braudel, 1984, pág. 89)
…El desarrollo de las rutas entre el Norte y el Sur entre Alemania e Italia
y la conexión marítima entre el Mediterráneo y el mar del Norte
establecieron, antes de terminar el siglo XIII, un circuito privilegiado del
capitalismo y la modernidad: bordea a Francia a buena distancia, sin
siquiera tocarla…-concluye más adelante que- los circuitos nuevos del
capitalismo han dado tal potencia de monopolio en beneficio de las
ciudades Estado de Italia y de los Países Bajos que los Estados territoriales
nacientes, en Inglaterra, Francia o España, forzosamente sufrieron sus
consecuencias (Braudel, 1984, pág. 88-89).
Considerando el párrafo anterior, se observa que los flujos del capital mercantil por
las ciudades de Italia en el Mediterráneo y la Hansa en los mares del Norte y el Báltico
tienen un poder desestabilizador dentro de la conformación o coherencia de los reinos
feudales, en otras palabras, se vislumbra una especie de monopolio sobre el comercio
marítimo y terrestre; y sobre los capitales. Las consecuencias del control mercantil de los
mercaderes se traducen en decadencia, crisis y posterior reformación de los poderes
feudales.
Si bien la peste negra no fue la causa desencadenante de la crisis del siglo XIV, fue la
causa con consecuencias catastróficas, y puede ser considerada como “el episodio más
dramático de la gran crisis del siglo XIV” (Chaunu, 1982, pág. 51) para la población de
Eurasia. Entre los años de 1348 y 1350, correspondientes a los primeros brotes masivos,
murieron pobladores de Francia, España, Italia, Portugal, Inglaterra, Alemania, la Europa
eslava, Anatolia, Constantinopla, Crimea, etc. (Chaunu, 1982, pág. 50)
39
Otra causa del déficit económico de los reinos feudales fue la causa climática. En el
siglo XIV comienza en Europa un fenómeno conocido como la pequeña era de hielo, es
decir, una gran oleada de frio y humedad lo que acababa con la producción agrícola de
forma prematura. (Chaunu, 1982, pág. 51) Sobre el déficit de la producción agraria en
Inglaterra, Pierre Chaunu sostiene que “En la primera mitad del siglo XIV destacáronse
dos decenios catastróficos: 1310-1320, 1340-1350” (Chaunu 1982, pág.51). Lo que,
sumado a la peste bubónica, no es sorpresa, que esta sea la causa de grandes calamidades
para la población europea de los 1300.
40
sistema para contrarrestar la guerra de clases causada por la recesión económica. No se
trata de una crisis coyuntural, un punto en los altos y bajos de las tendencias cíclicas. Era
más bien la culminación de mil años de desarrollo, la estocada final de un sistema. Para
salir de esta crisis era necesaria la expansión de la influencia europea, precisamente, lo
que empieza a ocurrir en los siglos XV y XVI, con casos como Portugal.
Por diversas razones Portugal no sufre tanto la crisis y es el Estado que busca la
expansión. Es necesario tener en mente que la “civilización feudal” de Europa se había
mantenido constantemente en la expansión y recuperación territorial desde el siglo XI
hasta el XIII.
41
Otra razón para la expansión portuguesa proviene también de la relación con el islam.
En primer lugar, su vecindad con el último vestigio de la religión del profeta Mahoma en
Hispania, el reino de Granada. En segundo lugar, la relación comercial de Portugal con
los Estados musulmanes del Magreb, al otro lado de las columnas de Hércules en África
(Braudel, 1984, pág. 109). En efecto, “Estas relaciones con países evolucionados han
desarrollado en él (Portugal) una economía monetaria suficientemente viva como para que
el salariado haya llegado desde muy temprano hasta las ciudades y los campos” (Braudel,
1984, pág. 109 y 110). Lo que resulta provechoso para el desarrollo de la cultura marítima
mercantil portuguesa.
42
La expansión portuguesa sobre los dominios no “históricos”, que caen en sus manos
entre los años de 1380-1490, serán la isla de Ceuta (1415) en los pilares de Hércules, las
islas Azores (1430) en el Atlántico, Corfu (1385), el puerto de Madeira (1420) y la costa
africana desde “Cabo Blanco hasta la desembocadura del Congo” cuyo esfuerzo
colonizador duró entre lo años de 1443 y 1482. Adicionalmente, la expansión portuguesa
en África contaba con la colonización de las islas de Cabo Verde (1455), Sao Tomé y
Fernando Poo en 1471. (Braudel, 1984, pág. 111)
Pero resulta importante resaltar que fueron los reinos de Castilla y Aragón los que se
expandieron hacia el “Nuevo Mundo” y no la corona portuguesa. El reino de Portugal
logra la expansión gracias a distintos factores internos como el interés de la nobleza por
encontrar nuevas oportunidades de emprendimiento, una burocracia estatal fuerte que
proveía al poder central de tributación, etc., pero también cabe destacar la importancia que
tuvieron los comerciantes italianos, principalmente genoveses, para la expansión; puesto
que desde el siglo XIII, estos financiaban las incursiones expansionistas. A finales del
siglo XV, Portugal poseía un monopolio sobre el oro africano. Con este contexto entramos
al coyuntural año de 1492. (Wallerstein, 2005)
Por su parte Fernand Braudel, atribuye el descubrimiento del nuevo mundo a la mera
suerte y seguridad de Portugal. Mera suerte por no permitir el financiamiento del sueño
43
“quimérico” de Colón, de poder llegar al oriente asiático por el Atlántico. En lugar de eso,
“Los portugueses prefirieron la certidumbre a la quimera” (Braudel, 1984, pág. 112). En
este caso, la certidumbre era aprovechar el descubrimiento de Vasco de Gama y
aprovechar el océano Indico, protagonista principal en el comercio de especias.
Los cambios socio económicos y políticos se hicieron evidentes a pocos meses del
descubrimiento de América. España y Portugal se creen dueños del mundo y por medio
del Tratado de Tordesillas logran concretar tal dominio, por lo menos en el papel. Este
tratado dividió las esferas de influencia militar en los nuevos imperios transatlánticos,
específicamente, los territorios en América. Esta coyuntura logra colocar las piezas
integrales para la invasión europea sobre la tierra firme, pintando el lienzo para la
44
colonización e inserción de la economía mundo capitalista en América. En este orden de
ideas, Marcelo Carmagnani sostiene:
45
A partir de la mitad del siglo XVI, ya habían sido fundados importantes centros
administrativos, como los virreinatos de Nueva España y el virreinato del Perú, los cuales
aprovechaban la coherencia que proveían los sistemas del Calpulli Azteca y el Ayllu Inca
respectivamente, como una forma de convergencia cultural, que permitiría la fácil
inserción de la cultura ibérica a la pre hispánica americana (Carmagnani, 2004).
Queda claro que la incompatibilidad entre los deseos de la corona y las prácticas
de sus agentes en el continente se evidencian desde que el mismo Colón pisa la tierra del
Caribe. Encomenderos y demás conquistadores maltratando a indios como esclavos.
Apunta Bartolomé de las Casas que los españoles carecían de empatía con sus
encomendados:
Las primeras legislaciones se remontan hacia el año de 1508 con las Leyes de
Burgos, legislación que busca reglamentar drásticamente las instituciones
socioeconómicas americanas. Ya para el año 1550, se evidencia esta discrepancia
46
fundamental entre la protección de los indios y el deseo de incrementar los ingresos por
la producción. Según Elliott (1990):
47
Capítulo 3. Características de la administración Colonial y sus instituciones
socioeconómicas durante los siglos XVI y XVII
48
3.1. La encomienda
La misma será parte fundamental del primer proceso de colonización, según este
orden de ideas, Carmagniani & Romano (2016) nos comentan: “La encomienda
constituye, sin duda alguna, la forma clásica del trabajo compulsivo, sobre todo en el
primer siglo de la historia colonial de América”. (Romano & Carmagnani, 2016, pág.
199).
49
Colón había distribuido entre los colonos, según su temprana y despiadada forma de
encomienda” (Bakewell, en Bethell, 1990, pág. 65). El proceso de repartimiento consistía
en que el comendero ordenara al cacique de una población indígena de escoger a los indios
aptos para el trabajo, en palabras de Las Casas la cédula de repartimiento decía “A vos,
Fulano, se os encomiendan en el cacique Fulano cincuenta o cien indios, para que os
sirváis dellos en vuestras granjerías y minas, y enseñadles las cosas de nuestra santa fe
católica” (Las Casas, 2018, Libro II, Capítulo XIII, pág. 91).
50
La respuesta de las monarquías de Castilla y Aragón hacia el maltrato de los
pueblos nativos de las indias, quienes eran considerados súbditos de los reyes, fue la de
regular fuertemente la encomienda, pues la misma era utilizada por los conquistadores
para lucrar del trabajo indígena de la tierra y la minería. Las legislaciones creadas para
combatir tal corrupta figura se encuentran, primero en cartas de la reina doña Isabel que
buscaban delimitar las obligaciones de los indígenas como el trabajo moderado, o el buen
trato del comendador hacía el encomendado; en las Leyes de Burgos y las Leyes Nuevas
de 1512 y 1542 respectivamente.
3.2. La hacienda
51
De esta cita, rescatamos la incongruencia existente entre el legalismo de la
institución y su práctica, ya que tenemos que, en la teoría, instituciones como la hacienda,
mita o la plantación remplazan a la encomienda, pero ocurre que muchos encomenderos
y sus herederos que obtuvieron títulos de propiedad en el siglo XVI, fueron quienes
lograron constituir haciendas, como una especie de acumulación originaria.
Propiamente la hacienda, era una institución basada en una estructura doble, por
una parte, de productos agrarios para el comercio y, por otra parte, se ocupaba del
abastecimiento alimentario de las minas, esta producción era realizada por los siervos.
Estos trabajadores eran en su mayoría de origen indígena. Los terratenientes obtenían esta
mano de obra al despojar de tierras a establecimientos nativos, como también atrayendo
migrantes de otras aldeas, a los cuales se les imponía una serie de tributos para trabajar y
establecerse en la hacienda. Como consecuencia, la hacienda crea una relación de
servidumbre consolidada alrededor del cumplimiento de obligaciones tributarias o deudas,
las cuales podían llegar a alcanzar un carácter hereditario. (Wolf, 2005).
52
funcionaba “para establecer derechos legales sobre las tierras con títulos de propiedad
incierta”, en otras palabras, el propietario podía aprovecharse del arrendatario por medio
de la imposición de las reglas del juego (Romano & Carmagnani, 2016, pág. 213). Por
ejemplo, el propietario puede exigirle al deudor las ganancias por la parcela de tierra más
fértil porque no existe algún limite físico entre haciendas.
A pesar de ser una institución difícil de mantener, por causas como las
inclemencias del clima sobre la producción, como también las fluctuaciones del mercado
interno, el régimen testamentario español que exigía la repartición equitativa entre los
herederos, las donaciones a la iglesia, etc. Existieron haciendas que se logran consolidar
durante la colonia, por medio de la capacidad de sus terratenientes de incidir en política,
por medio de amiguismo, corrupción, sobornos, nepotismo, como también por prácticas
económicas como la negociación entre productores para lograr la monopolización del
mercado sobre su rubro (Florescano, en Bethell, 1990, pág. 104).
53
precio de producción y otro de circulación que nunca pudieron apartarse
mucho entre sí pese a las condiciones casi monopolísticas del imperio
español (Palerm, 2008, pág. 164).
Será la extracción minera de plata, la primera en desarrollarse, como también en
caracterizarse por ser la producción dominante del sistema económico colonial,
principalmente en los Andes, debido a la concentración existente del metal en el cerro rico
de Potosí, en el Alto Perú. Aunque eventualmente se encontrarán pozos argentíferos en la
jurisdicción de la Nueva España.
La verdad de los metales preciosos en América es que los mismos son casi
inexistentes en las primeras tierras descubiertas por los españoles. La Española, y Castilla
de Oro en la Tierra Firme son dos ejemplos de tal escasez. El nombre de Castilla de Oro
se vuelve irónico al no encontrarse los gigantescos yacimientos del metal clamados por
Balboa en sus cartas a la corte del rey Fernando el Católico. El mito del Dabaybe es solo
eso, un mito. Si bien es cierto que se encontraron yacimientos en la selvática Darién, como
Acla o en Urabá, que funcionaron como fuente productora aurífera hasta la década de
1550. Estas minas no se comparaban con las que, realmente, despertarán el interés de la
península ibérica por invertir en América. Hablamos de las encontradas, posteriormente,
en México y Perú.
Las primeras riquezas en metales que encontraron los conquistadores fueron las
del Ciclo de oro en las Antillas por Colón (Montoya, 2013, pág. 22). En las Antillas
existían los adornos y pepas de oro, metal que los indios de estas tierras consideraban
como un efecto estético más que un artículo de valor económico, pero el mismo escaseaba.
En su segundo viaje y al llegar a La Española, encuentra la mina del Cibao, pero,
54
nuevamente se sacan “pequeños granos del mineral” y la de San Cristóbal en donde se
encuentra mayor cantidad del metal (Montoya, 2013, pág. 23).
55
El golpe de suerte se da al descubrirse los territorios de Nueva España, Nueva
Granada y Perú. En 1523 y luego de acabar con el legado del imperio Azteca, el
conquistador Hernán Cortés manda al rey Carlos I, el famoso tesoro de Moctezuma,
famoso porque se perdió en el Atlántico. Pero, la presencia de este tesoro significaba otra
cosa, la posibilidad de la existencia de enormes fuentes auríferas que, en efecto fueron
encontradas y explotadas posteriormente. A partir de 1530, comienzan a encontrarse
minas de oro en todo el territorio de Nueva España como Sultepec y Zumpango en 1530,
Taxco y Tlalpujahua en 1534, subsiguientemente, para los años de 1543-1544 se
encuentran minas de plata en el norte como Zacatecas en 1546, Guanajuato en 1550, Santa
Bárbara en 1567, San Luis Potosí en 1592, etc. (Bakewell, en Bethell, 1990, pág. 51). A
su vez en Sudamérica para la década de 1530 comienzan a encontrarse las minas de oro
en Nueva Granada, en el valle del Cauca y del Magdalena, en 1541 se encuentra oro en
Chile y en 1542 oro de Carabaya, al oriente de los Andes centrales (Bakewell, en Bethell,
1990, Pág. 51)
Pero será la plata no el oro, el metal de América. Se dará cuenta Francisco Pizarro
de esta realidad cuando recibe los rescates en oro y plata para Atahualpa en Cajamarca,
siendo el oro relativamente abundante, pero la plata superior en volumen y cantidad. Para
1538 Gonzalo Pizarro explota las otrora minas incas de Porco. Y en 1545 encontrarán la
rica inmensidad del yacimiento argentífero del cerro de la plata en Potosí (Bakewell en
Bethell, 1990, pág. 51)
56
La Mita fue un régimen de trabajo especial para las poblaciones mineras. La misma
consistía en obligar a los indígenas y mestizos al trabajo forzado de seis meses dentro de
las minas, con intervalos de entre dos o tres años. La paga estaba destinada,
principalmente, a cumplir con los gastos alimentarios y habitacionales. Montoya remata
diciendo que “con la tarea de bajar al socavón, verdadero infierno, para subir con una
carga de mineral, en jornadas interminables, seis días de la semana” (Montoya, 2013, págs.
112-113)
Esta institución logra superar, en mano de obra para el sector minero, a las
instituciones como la encomienda o la esclavitud. Su carácter de trabajo remunerado podía
ser un prospecto para las masas de indígenas sujetos al poder virreinal. Quienes fueron
elegidos, o mejor dicho obligados, a tomar dicho modo compulsivo de trabajo para
57
ganarse la vida, descubrirán, pronto, el peso de la explotación, la inanición, el insomnio y
las enfermedades por exponerse a químicos y sustancias en las minas por lo menos 280
días por año (Montoya, 2013, pág. 114).
Fueron muchos los indígenas que trabajaron en el cerro rico de Potosí con jornadas
y condiciones infrahumanas, según Bakewell la población utilizada para la mita eran los
varones entre 18 y 50 años, “Aproximadamente un 14 por 100 de la población sometida a
tributo…” (Bakewell, en Bethell, 1991, pág. 66). Las probabilidades de sobrevivencia
para quienes les tocaba vivir esta faena eran muy bajas. Tantas fueron las vidas se
perdieron en Potosí que para finales del periodo colonial Josiah Conder en Galeano (2010)
contaba un promedio de pérdida total de ocho millones de vidas. (Galeano, 2010, pág. 59).
58
Magreb y África central. Sobre la magnitud de volumen del tráfico de esclavos negros, las
estadísticas muestran que entre los años 1451 hasta el año de 1600 se traficaron,
aproximadamente, unos 275,000 esclavos hacia América y Europa. Esta cifra se disparó
y multiplicó por cinco para el siglo XVII, ya que se presume una cifra cercana a los
1,341,000. El tráfico se vio incrementado debido al crecimiento del cultivo de la caña de
azúcar en las islas del caribe (Wolf, 2005, pág. 240).
59
dramáticamente la esclavitud en la costa occidental de África que en otras latitudes del
continente es por el desarrollo del comercio en estos territorios. (Rediker, 2007, pág. 65).
En efecto, la “colonización” de Portugal sobre la costa africana trajo, de alguna manera,
el comercio, por lo que muchas naciones recurren a la venta de esclavos a cambio de
provisiones u otros bienes como insumos, telas y armas de fuego.
60
cuando flaqueaba el trabajo indígena, en la construcción, en el transporte, en el trabajo de
cuero, en la pesca de perlas y en el trabajo doméstico, rol que ejercían más comúnmente
la población más débil, longeva y femenina. Pero el trabajo que más se relacionaba a esta
población la encontramos en el Caribe, en Brasil y en la costa del Atlántico norte.
Territorios totalmente vaciados de oro y otras riquezas, dejando a las Antillas y las costas
de Brasil y las colonias del norte sin ningún tipo de producción, hasta la introducción del
monocultivo y el modelo de la plantación. Las plantaciones eran porciones inmensas de
tierra en donde se cultivaban materias primas para comerciarlas con el mercado europeo.
Estas producían cultivos como el tabaco, algodón, cacao, arroz, jengibre, el café y el
azúcar (Morgan, 2017, pág. 97). Este último conocido como el rey del monocultivo
(Galeano, 2010).
Ahora bien, es cierto que existen similitudes entre las instituciones de la hacienda
y la plantación, pero esto no indica que ambas sean sinónimas entre sí. Existen diferencias
fundamentales en su producción, geografía y clima. En primer lugar, la hacienda utilizaba
mano de obra indígena, que era, en teoría, libre, mientras que la plantación utilizaba
exclusivamente mano de obra esclava, debido a su régimen de trabajo compulsivo
desgastador e inhumano; adicionalmente, la hacienda era capaz de producir múltiples
productos que eran utilizados para la auto sostenibilidad de la economía interna; en
cambio, la plantación se enfocaba en la producción masiva de monocultivos con la
intención de exportar su producción para la comercialización en Europa (Morgan, 2017,
pág. 97).
61
daba únicamente en fincas pequeñas que trabajaban cultivadores europeos. Después de
1650, las islas se volcaron a la producción de caña de azúcar en plantaciones con esclavos”
(Wolf, 2005, pág. 241). La esclavitud permanecerá intrínsecamente relacionada con la
plantación caribeña y americana hasta mediados del siglo XIX, cuando es abolida en la
mayoría de los países.
Es en las urbes donde habitarán los centros administrativos del imperio español,
en donde se encontrarán los virreinatos, la real audiencia, los municipios y demás
estructuras políticas de administración colonial. La planificación urbana fue muy
importante para la consolidación colonial ya que, para el año de 1548 se habían creado
decenas de ciudades y puertos, en gran parte de la geografía conquistada. Tenemos
entonces que la colonización se convierte en una tarea de urbanización, debido a que la
misma formaba parte de una estrategia de repoblación en pro de la enajenación de recursos
y la imposición de una estructura legal. (Morse, en Bethell 1990, pág. 31)
62
católica, ocasionando una mezcla cultural, de raíz conservadora; económico, por el control
sobre la tributación, para el abastecimiento de la producción agraria y minera que será
comercializada a la metrópoli; y político, por el control administrativo de diversas
autoridades coloniales, como los corregidores, adicionalmente, por ser el lugar en donde
se otorgarán los repartimientos, encomienda, etc. En otras palabras, la ciudad era el
espacio en el cual todos los ámbitos de las estructuras coloniales interactuaban entre sí.
La fuente intelectual que deja por escrito y detalla las formalidades para la
fundación de una ciudad colonial se encuentra en los escritos del colono Bernardo Vargas
Machuca específicamente en el cuarto libro de su Milicia y descripción de las indias, si
bien es cierto, este tratado instructivo para las colonias fue ideado unos cien años después
del descubrimiento de las Américas. El mismo es esencial para comprender el paradigma
urbano de la colonia española. Este manual establece los preceptos y guías a seguir para
la escogencia del sitio, las formalidades de fundación previas, el trazo y la urbanización
de la colonia.
63
poseedores de la tierra, seguido de esto se postraba un gran tronco en el terreno más llano
del sitio, que era un esfuerzo realizado entre el cacique, nobles, indios y colonos. Luego
se realizaba una ceremonia en la cual el caudillo tomaba un cuchillo, o daga. Después de
enterrarla en el tronco daba inicio al discurso de fundación frente a todos los presentes.
Posteriormente, “armado de todas sus armas” empuñará su espada y retará a cualquiera
que esté dispuesto a cuestionar sus acciones de sitio y fundación del nuevo poblado,
después de estas formalidades comenzarán las primeras construcciones. Los primeros
edificios en ser construidos en el poblado serán los relacionados con la administración de
la justicia divina y la justicia terrenal, es decir, la iglesia y el cabildo o municipio
respectivamente. (Vargas-Machuca, 1892, págs. 20,21)
Serán entregadas las varas a los dos alcaldes ordinarios en nombre de la corona,
quienes serán o el más antiguo o el más noble de los presentes; quienes tendrán que
juramentar que utilizarán sus nuevas facultades para mantener el orden público del nuevo
poblado. Posteriormente, serán llamados quienes ostentarán los puestos de regidor,
alguacil mayor, alcaldes de hermandad, procurador general y mayordomos de la iglesia y
de la ciudad, como también a los demás oficiales que faltaren. A continuación, los
soldados y demás conquistadores, interesados en ser vecinos de la ciudad, tendrán la
oportunidad de firmar el acta de vecindad y hacer los respectivos juramentos. (Vargas-
Machuca, 1892, pág. 23)
64
Luego de los trámites burocráticos respectivos de la fundación se hará medida del
pueblo. Primero los vecinos y habitantes serán capaces de construir sus viviendas dentro
de la plaza central, para:
Existe una estrecha relación entre las ciudades y el comercio, esto puede
observarse en las ciudades portuarias, que se van haciendo más importantes e imponentes
conforme va creciendo el mercado local. Son estas ciudades las que articulan el
dinamismo y el crecimiento de un capitalismo primitivo de tipo mercantilista. En el
siguiente capítulo, se realizará una descripción de las características que permitieron la
inserción y el tránsito entre ambos mares. Se describirán las ciudades que la articulan, las
condiciones climáticas y geográficas, y se explayará sobre la vida comercial y vida social
que nace como consecuencia de la primera.
65
Capítulo 5. Descripción del territorio panameño
Siendo el centro del continente americano, el istmo de Panamá posee una geografía
estratégica para el tránsito entre los dos océanos que rodean al continente americano. Con
una superficie de 75,420 km2 (en la actualidad) y una angostura de, aproximadamente,
setenta kilómetros entre ambos océanos en su punto más estrecho, se observa que es la
sección del istmo centroamericano más angosta. Pero no existía conocimiento de estas
características en el siglo XVI, solo se conocía la existencia de una tierra firme, pero se
ignoraba la existencia del océano que llegara a Asia. Por estas razones, resultaba
primordial para los españoles encontrar la ruta de paso entre los dos mares, puesto que,
hasta el momento, en el año de 1503, solo se conocía las costas del Atlántico a lo largo de
la tierra firme y la existencia de un nuevo océano eran solo rumores.
Así como es importante la estrechez del istmo para facilitar el tránsito entre ambos
océanos, es necesaria la existencia de una cuenca hidrográfica sustancial para solucionar
las adversidades tecnológicas en cuanto al transporte que sufrían los españoles en el siglo
XVI. Esta solución se encuentra, en parte, en el río Chagres.
66
resulta ser la ruta más corta para cruzar del mar Caribe al océano Pacífico, puesto que,
según las crónicas del cuarto viaje de Cristóbal Colón, era posible cruzar desde la costa
de Veragua en el Caribe hasta el mar Boxa (boja), como le llamaban los indígenas al
océano Pacifico, en no más de diez días. En 1503 es fundado el poblado de Belén por
Colón en este territorio como base para la búsqueda de metales preciosos y el paso de
tránsito hacia el este.
El descubrimiento del Mar del Sur en septiembre de ese año (1513) por el
conquistador Vasco Núñez de Balboa tuvo una relevancia incuestionable debido a que se
evidencia, por primera vez, la corta distancia que requería el tránsito entre los mares. Con
esto en mente, los siguientes asentamientos en el istmo se irán alejando de la selva del
Darién al oriente del istmo y serán fundadas a lo largo de las costas de ambos mares. Por
lo que en el año de 1519 es fundada la ciudad de Panamá en la costa del Pacifico. De este
puerto saldrán las expediciones de Almagro y Pizarro hacia el sur del continente. (López
de Gómara, 2003)
En los primeros veinte años del siglo XVI, el istmo contaba con un puñado de
asentamientos que servían como de sitios de búsqueda de metales preciosos y nuevos
territorios para conquistar en el sur del continente. Aún no se vislumbraba la sostenibilidad
de una red de asentamientos que aprovecharan las diferentes condiciones geográficas y
67
ecológicas para la producción y reproducción de distintos espacios económicos. Esta
posibilidad se convertirá, en realidad, con la subyugación de los territorios
mesoamericanos y andinos entre las décadas de 1520 y 1540. Ahora bien, resulta
imperante hablar sobre los primeros poblamientos en el istmo, su función como avanzadas
estratégicas y su evolución de vanguardias logísticas a centros comerciales que contaban
con una red periférica de centros de producción para su sustentación.
La costa de Veragua fue descubierta en 1502 por Cristóbal Colón, quien ordenó a
construir un nuevo poblado, Belén cerca de la costa con el Caribe. El experimento de esta
ciudad no resultó y tuvo que ser abandonado por Colón, quien siguió con su cuarto y
último viaje. Posteriormente, en 1508 por órdenes del Gobernador de Santo Domingo y
Virrey de las posesiones españolas en América, Diego Colón, se ordena la población de
nuevos territorios descubiertos en la Tierra Firme, en donde comienzan a aparecer los
primeros conquistadores de nuestra historia. Mandó el gobernador a los hidalgos Diego
de Nicuesa y Alonso de Ojeda, como líderes de la expedición para que conquistaran y
gobernaran la Tierra Firme, a la insistencia de estos dos. (Las Casas, Historia de las Indias,
Libro III, Capítulo XXXIX, pág. 66)
Sale Diego de Nicuesa con siete naos y carabelas y dos bergantines y una fuerza
de por lo menos setecientos ochenta españoles del puerto de la Beata de Santo Domingo.
(López de Gómara, Historia, Capítulo LVI, pág. 122) Zarpa hasta Cartagena por la Costa
y se encuentra con su colega Alonso de Ojeda, desmoralizado por haber sido derrotado
contra indígenas en Urabá, batalla que le costó la vida a por lo menos setenta españoles,
incluido el cosmógrafo Juan de La Cosa quien lo acompañaba en su expedición (López de
Gómara, Historia, Capítulo LVII, pág. 127). Antes de partir para Veragua la expedición
de Nicuesa decide ayudar a la de Alonso de Ojeda en una redada nocturna en donde
queman una aldea indígena con, por lo menos, cien casas y más de trescientos habitantes,
68
dándole muerte a los pobladores indiscriminadamente, salvo a seis infantes que toman
como rehenes. (López de Gómara, Historia, Capítulo LVII, pág. 127)
Si había méritos en las acusaciones que hacía Nicuesa a Olano o era una treta para
ejercer y fortalecer su autoridad, es algo que solo pueden saber los protagonistas de esta
historia. Lo que es cierto es que por órdenes de Nicuesa se manda a abandonar la tierra de
Veragua con la justificación de que la tierra era infértil, pero López de Gómara indica lo
siguiente “Creo que lo hizo por quitar aquella gloria al Lope de Olano” (López de Gómara,
Historia, Capítulo LVI, pág. 124), poniendo en tela de duda las justificaciones de Nicuesa.
Sin más, se retiran hacia Portobelo en donde se enfrentan contra indígenas y pierden veinte
69
españoles en la lucha, huyendo hacia el oriente por la costa, decide fundar una pequeña
fortaleza que le llama Nombre de Dios en 1510. (López de Gómara, Historia, Capítulo
LVI, pág. 124) El desastre de esta expedición fue tan catastrófico que, para el final de esta,
de los setecientos ochenta hombres con los que la empezaba, apenas quedaban cien para
el final de esta (López de Gómara, Historia, Capítulo LVI, pág. 124).
Sus comentarios hostiles no fueron muy populares con los pobladores, quienes
veían en buena luz al carismático Balboa. Por lo que, al llegar al poblado de Balboa y
Enciso en 1511, quienes lideraban dos facciones “rivales” creían que “no sólo ellos, pero
muchos del pueblo podían ser capitanes y cabeza de todos tan bien o mejor que Nicuesa”.
(López de Gómara, Historia, Capítulo LIX, pág. 132) Al negársele su derecho por decreto
real de gobernar la región este, obligado por las autoridades de la Antigua de embarcarse,
en una nave en pésimo estado, y regresar con sus sesenta hombres a Santo Domingo donde
planeaba exponer lo que ocurría en el Darién al Virrey, pero nunca llegó. Su barco se
terminará hundiendo en la infinidad del celestino Caribe en 1511. (López de Gómara,
Historia, Capítulo LVI, pág. 124)
70
Fernández de Enciso con otra nao y ciento cincuenta hombres. Conformada esta
expedición por un total de cuatrocientos cincuenta hombres y cinco embarcaciones.
71
seguidores serán liderados por Enciso y Vasco Núñez de Balboa. A Alonso de Ojeda no
le queda otra que partir para Santo Domingo, para atender su herida, prometiendo que
regresaría, eventualmente. En camino a La Española naufraga en Cuba “cerca del Cabo
de Cruz. Anduvo por aquella costa con grandes trabajos y hambre, perdió casi todos los
compañeros” (López de Gómara, Historia, Capítulo LVII, pág. 128). Eventualmente, llega
a Santo Domingo, en donde se reniega de seguir sus sueños y permanece en la isla como
fraile franciscano por el resto de sus días. (López de Gómara, Historia, Capítulo LVII,
pág. 128)
Estas empresas conquistadoras fueron un total desastre. Ahora toca escribir sobre
el personaje que, contra todos los pronósticos, logra hacer lo impensable, la victoria donde
Ojeda y Nicuesa fallaron, conquistar la tierra firme y descubrir el océano Pacífico, el paso
a oriente, Vasco Núñez de Balboa.
Este apartado buscará de manera sucinta describir el perfil del personaje de Vasco
Núñez de Balboa, miembro de la expedición de Alonso de Ojeda, quien para 1513 se
establecía como gobernador de Castilla de Oro y descubridor del Mar del Sur, a pesar de
todos los pronósticos. Balboa fue un hidalgo que se embarcó al nuevo mundo con la
expedición de Rodrigo de Bastidas en 1501. Con el dinero ganado como parte de la
expedición de Bastidas a la Tierra Firme, logra establecerse en la isla La Española.
Endeudándose con el paso de los años, en 1509 decide escapar de ellas al embarcarse
como polizón en un barril de harina de la nave de Martin Fernández de Enciso, Bachiller
miembro de la expedición de Alonso de Ojeda en su intento de conquistar la Tierra Firme
(López de Gómara, Historia, Capítulo LVIII, pág. 129).
72
la tierra, rumores sobre abundancia de oro y nativos menos hostiles. Al arribar al Darién,
la expedición se encara con 500 guerreros indígenas bajo el mando del cacique Cémaco.
Con la inminente batalla, los expedicionarios se encomiendan a la virgen Antigua de
Sevilla, prometiendo, de ganar la batalla, nombrar el nuevo asentamiento en su honor. Por
lo que en diciembre de 1510 (Gómara dice que en el año 9) se funda la ciudad de Santa
María La Antigua del Darién (López de Gómara, Historia, Capítulo LVIII, pág. 130).
Con Santa María la Antigua como base de operaciones, Enciso asume el mando de
la capitanía y alcaldía mayor de la ciudad por tener potestad de esta facultad en Cédula
real, pero no todos los pobladores se encontraban satisfechos. El bachiller Enciso era una
excepción cuando se habla de expedicionarios, era letrado y de buena educación, a
diferencia de la gran mayoría de españoles en las Indias. Vasco Núñez de Balboa, se
aprovecha de la situación y de su popularidad con los hombres para crear resentimiento
de la posición social del bachiller y logra detentar una fracción del mando de la Antigua.
Según López de Gómara, Balboa logró crear un cisma que dividió a los españoles en dos
facciones, la suya y la de Enciso. A Enciso “le contradijo Vasco Núñez de Balboa,
negando la provisión real y alegando que ya ellos no eran de Hojeda. Sobornó a muchos
atrevidos como él, y vedóle la jurisdicción y capitanía”. (López de Gómara, Historia,
Capítulo LVIII, pág. 130)
73
fuertemente, pero la misma “no se ejecutó por los grandes hechos y servicio que al rey
hizo en el descubrimiento de la Mar del Sur y la conquista de Castilla de Oro” (López de
Gómara, Historia, Capítulo LIX, pág. 132).
74
su gente al Darién y vuelva aquella noche a dar en ellos desque estén durmiendo,
descuidados, y que el trabajará de mirar por el Cacique para que de sus manos y prisión
no se escapase” (Las Casas, Libro III, Capítulo XL, pág. 73) Acto más vil y traicionero
no podía ser.
Luego de haber capturado a Careta, este le ofrece a Balboa casarse con una de sus
hijas. Balboa dubitativo acepta la oferta y se casa con la mítica Anayansi, su Malinche.
Habiéndose casado con Anayansi, Balboa establece un pacto de alianza con Careta en
contra de Ponca, otro cacique de la región. (Las Casas, Libro III, Capítulos XL, XLI, pág.
75)
Habiendo auxiliado a Careta en contra del cacique Ponca, Balboa y sus españoles
arriban al territorio del cacique Comagre, aliado de Careta. Es aquí donde Balboa aprende
vital información sobre la tierra en la que se encontraba, incluidos la leyenda del Dabaibe
o Dorado y el cómo llegar a la otra mar. El cacicazgo de Comagre trató bien a los
españoles, según Bartolomé de las Casas, por temor a que les ocurriera un sino o destino
similar al de los demás cacicazgos. (Las Casas, Libro III, Capítulo XLI, pág. 77)
75
su futuro sucesor Pedrarias Dávila, quienes torturaban, asesinaban y maltrataban a los
indígenas para que revelaran secretos sobre las riquezas escondidas.
Pero, cronistas como Bartolomé de las Casas, interpretaba este accionar con otro
prisma exponiendo que “la costumbre de Vasco Núñez y compañía era dar tormentos á
los indios que prendían, para que descubriesen los pueblos de los señores que más oro
tenían y mayor abundancia de comida; iban de noche á dar sobre ellos á fuego y á sangre,
si no estaban proveídos de espías y sobre aviso” (Las Casas, op cit, Capítulo, XLII, pág.
82). Adicionalmente, menciona que Balboa había escrito a Diego Colón, virrey en La
Española, que ya había ahorcado a treinta caciques y que no mandaba a España el valor
correspondiente al tributo de la quinta parte de lo encontrado al rey (Las Casas, op cit,,
Capítulo, XLII, pág. 83) Pintándolo del mismo color que a los demás conquistadores, es
decir, como personajes traicioneros, oportunistas y manipuladores, interesados solamente
en las riquezas de la conquista y quienes no dudarían en utilizar métodos de tortura para
encontrar la información.
Las expediciones en el Darién, lideradas casi siempre por Vasco Núñez de Balboa
(Balboa, op cit), tenían el objetivo de encontrar fuentes auríferas vitales, las cuales
encontraron, gracias a las relaciones semi amistosas que tenían los españoles con los
cacicazgos. Será el hijo del cacique Comagre, Panquiaco (López de Gómara, op cit,
Capítulo LX, pág. 133), el que develará la información sobre tierras repletas de oro ¿Quizá
el mítico Dorado? Bartolomé de las Casas dramatiza esta escena entre los españoles que
peleaban entre ellos por el oro y el hijo de Comagre atónito del comportamiento errático
de los españoles por tan sobrestimada chuchería. Las Casas escribe que Panquiaco,
reacciona con lo siguiente:
¿Qué es esto, cristianos? ¿por tan poca cosa reñís? Si tanta gana tenéis de
oro que por haberlo inquietáis y fatigáis por estas tierras las pacíficas
gentes, y con tantos trabajos vuestros, os desterrasteis de vuestras tierras,
yo os mostraré provincia donde podáis cumplir vuestro deseo, pero es
menester para esto que seáis más en número de los que sois, porque habéis
de tener pendencia con grandes Reyes, que con mucho esfuérzo y rigor
defienden sus tierras y entre aquellos habéis de topar, primero con el rey
76
Tubanamá (nombre que ha evolucionado al de Panamá) que abunda deste
oro que tenéis por riquezas, y dista desta nuestra tierra, de andadura, obra
de seis soles. (Las Casas, op cit, Capítulo XLI, pág. 78)
Esta información es confirmada por Balboa en carta para el rey de 20 de enero de
1513 en la cual escribe que recibió la información “de un hijo del cacique de aquella
provincia que tengo aquí” (Balboa op cit). Sobre la abundancia de oro lo confirma en la
misma carta, estableciendo que “En esta provincia del Darién hay descubiertas muchas y
muy ricas minas, hay oro en mucha cantidad: están descubiertos veinte ríos y treinta que
tienen oro…” (Balboa, op cit).
Al regresar a Santa María, Balboa redacta una misiva para el rey dando noticia de
la información de Panquiaco, y además le solicita mil hombres para realizar la futura
expedición. Adicionalmente, le envía 15,000 pesos o el quinto del oro total recaudado en
Tierra Firme de lo que le corresponde al rey, y trata de enmendar las acusaciones de Enciso
mandando a un hombre de confianza, Juan de Valdivia. Nada ni nadie de lo que irá en el
barco verá la península Ibérica, puesto que la embarcación se hunde antes de llegar a Santo
Domingo. (López de Gómara, op cit, Capítulo LXI, pág. 136-137)
77
por la ribera de otro río (Las Casas op cit, Capítulo XLIII, pág. 86). Desembarca y transita
Balboa por el territorio de Cémaco, en el golfo de Urabá, a quien había derrotado en 1510,
al oeste del Urabá. Al llegar al territorio, los guías que llevaba con él, le cuentan que es
posible que Cémaco y su cacicazgo hayan migrado al territorio de Dabaibe, buscando
refugio y ayuda de la amenaza cristiana. (Las Casas, op cit, Capítulo XLIII, pág. 87)
En la primera batalla en las cercanías del río Negro (hoy el río Sucio), los dos
caciques aliados con 500 levas, les hacen la batalla a los españoles, quienes si acaso llegan
a la mitad de ese número. Saliendo victoriosos del combate, los españoles. Huyendo los
caciques, deciden reagruparse y buscan convencer o sobornar a sus vecinos para que se
les unan. Aumentando sus fuerzas buscan “ir al río Darién a quemar el pueblo de cristianos
… Así que todos cinco armaron cien barcas y cinco mil hombres por tierra” (López de
Gómara, op cit, capítulo LXI, pág. 136). La coalición es vencida por medio de la guerra
relámpago, es decir, atacando donde son más vulnerables y antes de que se den cuenta.
78
Balboa se entera del ejército enemigo por una indígena en quien Balboa confiaba, la
hermana de un ayudante de Cémaco. Al ir el hermano a visitar a su hermana es capturado
por los hombres de Balboa, quienes le extraen y confirman la información (López de
Gómara, op cit, capítulo LXI, pág. 136). Balboa tomó 70 españoles con él al territorio de
Cémaco, Gómara sostiene que:
El Mar del Sur representa algo, un algo ya no fantasioso o quimérico. Más bien
representa la concretización de la importancia que llegará a tener el continente americano
para las naciones europeas. Si bien es cierto que, al morir la Reina Isabel en 1504, su
esposo Fernando comienza a desviar su mirada nuevamente al Mediterráneo como si la
79
ambición de su esposa fuera algo idílico y no real, como los intereses aragoneses en las
islas del Mediterráneo (Braudel, Op cit).
El descubrimiento del Mar del Sur cambia la dinámica de lo que era la posible
colonización del continente americano y establece los cimientos para el bienestar que se
vivirá durante el Siglo de Oro, ya que no solo confirmaba la hipótesis de Colón de llegar
a oriente viajando por occidente, creando nuevos nodos de comercio que competirán
contra los intereses de Portugal en el océano Índico y Pacífico; su descubrimiento será de
suma importancia porque desveló el hecho de que la Tierra Firme no eran ya islas, como
se creía anteriormente, sino que era una minúscula parte del colosal continente Americano.
80
de Indias apoyaban la petición de Enciso de enjuiciar a Balboa por sus acciones como
gobernador y su rol indirecto en la muerte de Nicuesa.
El tiempo apremia y la necesidad de gloría o una victoria era urgente por lo que
comienza su planificación sobre la expedición hacia el Mar del Sur. Con tan solo ocho
meses desde que redactó las noticias en su carta para el rey Fernando. Para el 1 de
septiembre de 1513 Vasco Núñez de Balboa tenía todo preparado para empezar la
expedición. La rapidez con la cual salió la expedición para el territorio de Careta se debe,
de acuerdo con Gómara, al ímpetu de Balboa de ser el primero en descubrir el océano
Pacífico, en parte, para conseguir el favor del rey, quien creía la versión de los hechos de
Enciso y se preparaba para lidiar con la situación, enviando a otro gobernador para que lo
reemplace (López de Gómara, op cit, Capítulo LXII, pág. 137). Cualquiera que fuera la
razón por la cual Balboa decidió emprender, inmediatamente, la expedición es irrelevante
para nuestra historia. Lo que importa es que empezó en la fecha mentada.
Sale hacia lo de Careta el mismo día con un galeoncillo y cuatro barcas y 190
hombres, que era un poco más del 10% de los 1000 necesarios para emprender,
satisfactoriamente, la expedición. Al llegar donde Careta deja las embarcaciones bajo su
cuidado y recoge indios para que le sirvan de guía y los auxilien en la carga. Cruzaron sin
problemas ni resistencia el territorio de Ponca y aprovechó la situación para entablar una
amistad y alianza con él. (Las Casas, op cit, Capítulo XLVII, pág. 104)
Soportando la fatiga y hambre, pero reconociendo los territorios que les relatara
Panquiaco, llegan al territorio llamado Cuarecua o Quarequa, dominado por el cacique
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Torecha, quien le opuso resistencia en las afueras de su territorio. Queriendo saber quiénes
eran los carablancas y barbudas, les pregunta quiénes son, de dónde vienen y para dónde
van; le responden que son cristianos españoles que buscan la otra mar. (López de Gómara,
op cit, Capítulo LXII, pág. 137)
Al recibir las respuestas por parte de los españoles, Torecha se postra firme en
negarles el paso, “díjoles que se tornasen atrás sin tocar a cosa suya, so pena de muerte”
(López de Gómara, op cit, Capítulo LXII, pág. 137). Los españoles no acataron la petición,
por lo que ocurre un enfren1tamiento entre las dos fuerzas. Según Gómara la batalla fue
una victoria para los españoles quienes lograron acribillar a 600 indígenas, incluido, el
mismo cacique, los demás huyeron rápidamente (Las Casas, op cit, Capítulo XLVII, pág.
106). Al entrar a Cuareca no se encontró ni oro ni comida, pero si se encontraron esclavos
negros, según Gómara, los primeros negros de las Indias (López de Gómara, op cit,
capítulo LXII, pág. 138). Dejó a los heridos y enfermos en el poblado y siguió su camino
solo con 67 hombres.
Subieron la gran sierra y antes del llegar a la cumbre el 25 de septiembre, los guías,
le dicen a Vasco Núñez que desde la cima se puede observar el otro mar, este decide ir
solo para ser el primero en verle. Seguidamente, los expedicionarios le alcanzan. (Las
Casas, op cit, Capítulo XLVII, pág. 109) Al llegar al punto más alto pudieron ver, por
primera vez, el mar del Sur, Gómara, recrea la escena de lo que dijo Balboa a sus
compañeros:
82
de un sueño imperial. Tanto Balboa, como quienes le acompañaban debieron sentir tal
ímpetu y tanta adrenalina que en sus caras solo debían tener una mueca que mostrara
dientes de oreja a oreja y lágrimas chorreando a borbotones por sus mejillas. Rezaron por
agradecimiento a Dios y le juraron lealtad para siempre a su capitán. (López de Gómara,
op cit, capítulo LXII, pág. 138)
Pero, las peripecias y males aún no terminaban, al bajar la sierra entra al territorio
del Cacique Chiape, quien no quería ni asistirle ni dejarle pasar. Por lo que se desencadena
otra lucha, de la cual sale Balboa victorioso gracias a la fuerza de los arcabuces y perros
de guerra demostrando, nuevamente el efecto devastador que crean estas armas en la
psiquis de quienes no las conocen. (Las Casas, op cit, Capítulo XLVIII, pág. 110) A los
prisioneros los suelta, y busca hacer a Chiape su amigo y aliado. (López de Gómara, op
cit, capítulo LXII, pág. 139)
Por sus hazañas, el rey Fernando le otorga el título de Adelantado del mar del Sur,
pero este será un título sin significado alguno, puesto que además del título, el rey le hace
saber que será relevado de su cargo como gobernador de Tierra Firme o Castilla de Oro y
que el próximo que la ostentará será Pedro Arias Dávila, cortesano de confianza del rey,
buscando, tal vez, que no se vuelva a repetir lo contado por Enciso sobre Balboa y su
gobernación. O porque prefería que un noble y no un hidalgo sin riquezas y campechano
fuera el gobernador de tan prometedora tierra.
83
5.3. La Gobernación de Pedrarias Dávila
…cumplir é ejecutar la nuestra justicia, así por mar como por tierra, todos
se conformen con vos el dicho Pedrarias, é con los dichos vuestros
lugarestenientes, é vos dén é fagan dar todo el favor é ayuda que les
pidiéredes é menester hobiéredes, conforme á la instrucción que por
nuestro mandado se vos da para entender en todo lo susodicho, é que en
ello ni en cosa alguna, ni parte dello embargo ni contrario alguno vos non
pongan ni consientan poner…” “al dicho oficio de nuestro Capitan general
é Gobernador, así por mar como por tierra, é al vuestro ejercicio dél, é vos
doy poder é facultad para lo usar é ejercer por vos é por los dichos vuestros
lugarestenientes, é cumplir é ejecutar la nuestra justicia así por mar como
en la dicha tierra-firme, con todas sus incidencias y dependencias; é
84
asimismo vos mando que las penas pertenescientes á nuestra cámara é
fisco, así las que halláredes condenadas en la dicha tierra firme, como las
que vos ó los dichos vuestros lugarestenientes condenáredes é pusiéredes,
las ejecutéis é fagais ejecutar…” (Fernández de Navarrete, 1829, pág. 327)
Técnicamente nos encontramos en presencia de una versión previa de la institución
que será considerada el alter-ego de la corona en América, la figura del Virrey en Tierra
Firme, puesto que ya existía en Santo Domingo. Es decir, una institución que será la
encargada de administrar las órdenes y leyes que llegaban desde la península, como
también, notificar a la corona de todas las actividades realizadas en el continente
americano.
85
por lo que Pedrarias decide mandar a Gaspar de Morales con 60 hombres a esas tierras
para encontrar las riquezas que allí habitaban. (Las Casas, op cit, Capítulo LXV, pág. 188)
Morales encuentra gran cantidad de perlas y la mar del Perú, por lo que se descubren las
posibilidades que brinda aquella tierra (Las Casas, op cit, Capítulo LXVI, pág. 192)
Pasando los años y las nuevas conquistas de hombres como Gaspar de Espinosa
en Natá y Balboa nada podía hacer para transformar su destino, siendo casi que prisionero
de Pedrarias, a raíz de las posibilidades de su poder político con el rey. Para arreglar la
situación y buscando su amistad por insistencia del obispo de Darién, Pedrarias decide
casar a su hija con Balboa, buscando garantizar la lealtad de Balboa, además, de enviarle
a fundar el pueblo de Acla y la construcción de una nueva flota en el golfo de San Miguel.
(Oviedo, op cit, Capítulo, XII, pág. 57)
86
Panamá, y un granero que abasteciera la logística de este nuevo espacio de producción,
Natá en el centro del istmo.
87
recomendaciones de la corona, establece el precedente para las nuevas construcciones.
(Castillero Calvo, 2004)
Como en todos los casos en los que habita una economía mundo es necesario que
se cumplan ciertas características para su articulación, es decir, se requiere de la existencia
de diversos centros urbanos que permitan el funcionamiento individual de los enclaves,
los cuales poseen obligaciones distintas dentro del engranaje de la economía mundo. El
objetivo es crear un espacio económico periférico que pueda producir a nivel local y auto
sostenerse, pero, también, que exporte materias primas a su centro, o materias primas
desde otros dominios periféricos, que se vean forzados a transitar por el primer espacio
económico.
En el caso del istmo se puede observar uno de los primeros intentos por la corona
española de crear tal espacio en tierra firme al ser fundadas las ciudades portuarias de
Panamá en el Pacífico, Nombre de Dios y posteriormente, Portobelo en el Caribe y como
granero o fuente primaria de alimentación, el pueblo de Natá en el centro del istmo. A
continuación, se establecerán y describirán los espacios que conforman la ciudad de
Panamá, Nombre de Dios, Portobelo, Nata y las rutas de los caminos de cruces y real,
como entes articuladores de la economía mundo.
88
6.1. Ciudad de Panamá
89
para la supervivencia del asentamiento. Según esta segunda década, la tasa de muertes a
causa de enfermedades durante los próximos veintiocho años será de magnitud
catastrófica, contando unas cuarenta mil muertes de colonos a causa de estas (Herrera,
Década II; pág. 80).
Ahora bien. ¿Por qué se escogió el sitio de la nueva ciudad? Si según cronistas que
acompañaban a Pedrarias, quienes criticaron el terreno de pantanoso y húmedo, con una
90
alta humedad y temperatura inconcebible (condición que el autor de esta investigación
puede aseverar) Pero, también, encontraron una bahía con una alta fuente de alimentos
marinos como almejas, peces y otros crustáceos, lo que ofrecía un abastecimiento casi
perpetuo de alimentos. Por su parte, Las Casas considera la escogencia del sitio “por ser
lo más angosto y estrecho de la tierra, de la una á la otra mar…” (Las Casas, Libro III,
Capítulo CVI, pág. 407)
Tomando como ejemplo el plano del arquitecto B. Antonelli y el relato del cronista
Gonzalo Fernández de Oviedo se observa que el sitio de la nueva ciudad colinda con el
océano Pacífico hacia el sur, luego de pasar algunos cientos de metros de ciénagas y
manglares, los cuales resultan ser una fuente de defensa natural en caso de cualquier
ataque. En la costa con marea baja, sus playas cuentan con lama espesa y traicionera que
dificultaba el transporte de naves y era imposible cruzarla a pie, además, cuentan, también,
con arrecifes filosos que de rozar con las naves de madera de la época son capaces de
dañar la integridad del casco de la carabela. El norte cuenta terreno pantanoso, que se
encuentra con el río Gallinero y más al norte se lleva en dirección de la ruta transístmica
del río Chagre(s) principal boca para el transporte de las mercancías en las futuras ferias
del siglo XVII.
92
demora al Norte. Está dos leguas de la ciudad, y una de donde llaman el Aucon. Las naos
á veces surgen fuera del puerto, una legua del pueblo. El puerto es capaz de 40 navíos.
(Torres de Mendoza, Colección de documentos inéditos, 1868, pág. 103)
…habrá en ella como cuatrocientos vecinos, aunque unos dicen más y otros
menos, todos o los más mercaderes y tratantes, porque no hay en la tierra
indios ni otras granjerías para poder vivir sino la mercadería ... (López de
Velasco, 1894, pág. 343).
La descripción de Panamá y su provincia fue realizada por los funcionarios de la
Audiencia de Panamá en 1607. Comienza esta “desde una pequeña playa que hace el
puerto, a la parte Levante de donde se tiende al Poniente por espacio de 1.412 pasos hasta
el convento de la Merced. Por otra parte, se tiende en anchura de 487 pasos desde el mar
hacia el Norte” (En Araúz & Pizzurno, 2003, págs. 6-7).
En cuanto a las calles y plazas existe una plaza grande, en donde se encuentran el
cabildo y la catedral del obispado de Panamá y dos plazas de menor tamaño. Entre los
edificios que hay en la ciudad encontramos, además del cabildo y la iglesia mayor; cinco
conventos, un hospital, siete casas reales, la cárcel de la Audiencia, la casa de los
tribunales, la cárcel de la ciudad, casa del obispo y dos ermitas. Para el año de esta
descripción 1607 existían trescientas treinta y dos casas de diferentes tamaños, con techos
de tejas, con sobrados y en la mayoría de los casos con entresuelos; además, hay alrededor
de cuarenta casillas y ciento doce bohíos sin sobrado y en su mayoría estos bohíos tenían
techos de paja, en los cuales habitaban negros horros (libertos) y colonos pobres, estos
bohíos se encuentran a las afueras de la ciudad. También había carnicería y matadero. Y
todos estos edificios, salvo ocho, estaban construidos con madera (En Araúz & Pizzurno,
2003, pág. 7).
93
Según la “Descripción” de 1610, “la población comienza desde una pequeña playa
a la parte de Levante, y se extiende hacia el Poniente hasta el convento de la Merced, por
mil cuatrocientos doce pasos de a vara”, sigue “Su anchor es desde la mar hacia el Norte,
por cuatrocientos ochenta y siete pasos”. (En Castillero-Calvo, 2006:118)
Esta “Descripción” utiliza la medida de varas, las cuales se pueden calcular en 0.82
cm. Según las estimaciones del historiador Alfredo Castillero-Calvo la longitud de la
ciudad vieja era de 1.158 metros por 399 metros ó 462.042 metros cuadrados, o en otras
palabras 46,2 hectáreas y una población total de 5.708 habitantes, con una distribución del
espacio de 1,2 personas por cada 100 metros cuadrados, durante este periodo. (Castillero-
Calvo, 2006)
94
ciudad. Y segundo, tenía la función de atalaya o torre de vigilancia para avistar naves tanto
amigas como enemigas.
El puerto caribeño de Nombre de Dios se funda a finales del año 1519 por el
capitán Diego de Alvites, bajo las órdenes de Pedrarias. El puerto natural de Nombre de
Dios fue descubierto en el cuarto viaje de Colón en 1502, después de abandonar Belén, la
expedición se aventura por la costa del caribe hacia el oriente del istmo, en donde,
eventualmente, avistan y descubren la bahía de Portobelo, en la cual encontraron un gran
puerto natural, poblado por indios y con tierra cultivable.
95
intención de consolidar un nuevo paso hacia las Molucas y el mercado de las especias,
que hasta el momento ha sido dominado rotundamente por Portugal, como se ha
mencionado, anteriormente.
El sitio del puerto de Nombre de Dios es descrito por Oviedo, quien relata que el
lugar elegido para el poblamiento “es un cerro que está en la entrada del puerto, sobre la
mano siniestra (izquierda) a la parte del este, junto al mar, la cual punta promontorio e
asiento hasta hoy se llama el cerro de Nicuesa”.
Las problemáticas con el puerto de Nombre de Dios serán comentadas por Juan
López de Velasco en su Geografía y descripción universal de las indias, escrito entre los
años de 1570 a 1575. En ella, sostiene que el puerto de Nombre de Dios
96
…es grande y capaz, aunque el fondo, dicen, que se va disminuyendo y que
si no se remedia ha de venir á perderse. A la entrada dél, por la parte del
poniente, tiene un arrecife grande, cubierto con poca agua, y algunas veces
queda descubierto… (López de Velasco, 1894, pág. 346).
Queda claro que el puerto no sería capaz de salvaguardar en el futuro la integridad
de las naves de las flotas de galeones, que empezarán a zarpar por las aguas del caribe en
el siglo XVII. La decisión de poblar Nombre de Dios se debe al conocimiento cartográfico
de los colonos de Panamá en cuanto a la estrechez máxima del istmo, que se encontraba
entre los mismos asentamientos, puesto que ambas ciudades quedaban dentro del mismo
meridiano. Observamos pues, que Panamá Posee una longitud de 82° y Nombre de Dios
una longitud de 811/2°. (Castillero-Calvo, 2016).
97
todo caso, para responder a esta interrogante lo primero que se debe tomar en cuenta es el
carácter nomádico de los primeros asentamientos en Tierra Firme, los cuales, como se ha
mencionado, anteriormente, cuentan con una fundación desordenada e improvisada. En
esta instancia se nota con la fundación del primer asentamiento en Nombre de Dios por
Diego de Nicuesa, quien en 1510 se fortificó en este puerto para refugiarse de los ataques
de los indígenas, pero el mismo fue abandonado por la dificultad de su mantención, a
causa de su vulnerabilidad y falta de mano de obra.
Si se permite hacer una conjetura, una de las razones por la cual se decide refundar
en este sitio en 1520, es por la existencia de una estructura previa, el fuerte de Nicuesa.
Puesto que, la Bahía de Portobelo había sido descubierta, previamente, durante el cuarto
viaje de Cristóbal Colón, quien establece que era un lugar propicio para fundar, por ende,
el nombre con el que se le bautiza.
98
Sobre Puerto Belo o Portobelo como se le conoce en la actualidad, Juan López de
Velasco relata que se encuentra a “cinco leguas del nombre de Dios al poniente; llamolo
así por su bondad el Almirante D. Cristóbal Colón la primera vez que descubrió esta costa;
es muy bueno y capaz para navíos grandes y tiene una isla en medio” (López de Velasco,
1894 pág. 353).
…La ciudad tendrá 150 casas de Españoles, Negros libres y Mulatos, donde
se recogen las mercaderías de flotas y galeones, y demás partes: su temple
es cálido y húmedo, llueve muy de ordinario todo lo más del año, y las
gotas de agua en cayendo se convierten en sapillos, ha sido muy enfermo,
y sepultura de Españoles, y en particular en los que se desmandan a comer
frutas, reién llegados, y otros desórdenes al presente es más sano que solía,
por averse desmontado, y hecho más casas, como lo ha mostrado la
experiencia” (Vásquez de Espinosa en Webster 1973, pág. 10)
Las causas de la decadencia y la pobreza de Portobelo, según la descripción de
1606-1607 son tres: (Torres de Mendoza, Colección de documentos inéditos, IX,
108)
99
Para el momento de la mudanza, los pobladores de Nombre de Dios, desmotivados
a partir hacia Portobelo, por encontrarse en un mal momento económico a causa de los
ataques e incendios de los piratas Drake y Hawkins; además, de la relativa decadencia del
desuso de la ruta transístmica a favor de otras como la de Magallanes o Cartagena, le
exigen al rey, por medio del apoyo de los oidores de la Audiencia Francisco Valverde de
Mercado y Diego de Villanueva Zapata, el patrocinio de los gastos de la mudanza y la
exención del pago a hacienda en los primeros años del poblado de Portobelo. (AGI,
PANAMÁ 1,N.80).
6.4. Portobelo
…su jurisdicción por el Sur es de nueve leguas; por el Oriente tendrá hasta
cinquenta, que es hasta los indios de Uraba (Kunas o Gunas), que son de
guerra; al Poniente tiene hasta la boca de Chagre, que está doce leguas y
por aquí confina con la Nueva Lisboa, en la Provincia de Coclé (Torres de
Mendoza, Colección de documentos inéditos, IX, pág. 111).
El mejor lugar para empezar la descripción histórica del Portobelo colonial la
encontramos en la descripción Anónima de 1607. Indicando la geografía de la bahía de
100
Portobelo y su ciudad, La Descripción de 1607 Compilada por Torres de Mendoza,
establece que:
Las casas, como hemos visto en otros asentamientos están construidas con madera,
los pilares de las bases son de piedras, mientras que “los atajadizos y paredes, de tablas;
casas altas con entresuelos, bodegas y muchas ventanas, y cubiertas de tejas” (Torres de
Mendoza, Colección de documentos inéditos, IX, pág. 109).
Los distritos pobres o arrabales son cuatro y son Triana, en donde residían esclavos
del Rey que trabajaban en fábricas, también vivían españoles pobres; el segundo, se llama
de la Merced; el tercero, de Guinea; y el cuarto, de la Carnicería. Y las casas de estos lares
están construidas con paja, repletas de palmas, y paredes de caña (Torres de Mendoza,
Colección de documentos inéditos, IX, págs.109 y 110).
…es el mejor, más limpio, capaz y seguro de todas las Indias: corre leste
oeste como tres mil pasos geométricos de surgidero: su entrada y latitud
será de mil ochocientos á mil quinientos pasos; su fondo, frontero del
primer castillo, diez y siete b; (1) frontero del segundo, diez y media, que
101
es adonde surgen las armadas y flotas; y las fragatas y barcos más adentro
junto á la ciudad: todo el fondo es basa; cría mucha broma (¿bruma?)
(Torres de Mendoza, Colección de documentos inéditos, IX, pág. 117). El
paréntesis es nuestro.
Lo que protegía al puerto de Portobelo era la especial geografía de su bahía. Para
entrar al puerto por vía marítima había que pasar por una circunvalación de costa, la cual
era lo suficientemente estrecha para tener fortalezas y baterías de artillería que hostigaran,
constantemente, algún ataque foráneo. Sobre la tierra que rodea la bahía esta era
estratégicamente primordial, por su terreno montañoso y su selvática flora, lo que la hace
“inexpugnable” (Torres de Mendoza, Colección de documentos inéditos, IX, 118).
102
6.5. Natá
…Heran tantos los boyos (bohíos) que avia, que creo que no uvo nadie que
no se espantase e tuviese themor de ver tan grande población; hallamos allí
infinito mayz e tantos venados que los que vimos los apodamos en
trezientos venados, e infinito pescado asado,e muchos ansares e pabas en
jaulas, e toda comida de indios en mucha grand abundancia (Crónica de
Gaspar de Espinosa en Isaza, 1972).
Dando cuenta de la abundancia de grano y oportunidades de víveres existente en
la comarca. Natá fue Fundada el 20 de mayo de 1522, por Pedrarias Dávila y con Cristóbal
de Barrionuevo como escribano público del Acta fundacional. No hay controversia sobre
la fecha fundacional puesto que es la única acta en Panamá que ha logrado sobrevivir hasta
la actualidad. La misma se utilizó para la composición del capítulo.
…por marca principal e sitio del dicho pueblo, se deslinda por la parte del
Este la calle de Santiago, e por la parte del Oeste la calle pública que está
en medio de la dicha iglesia y la casa del Cabildo; e por la parte Norte la
plaza pública e mayor de la dicha ciudad; e por la parte del Sur, la calle del
Consejo (Acta fundacional de Natá en Isaza, 1972, pág. 12)
De lo anterior se aprecian los caminos y edificaciones en los cuatro puntos
cardinales y el diseño tradicional de parrilla o tablero de ajedrez. El acta también expone
los motivos para el sitio de la fundación, en ella Pedrarias Dávila expone lo siguiente:
103
vecinos y pobladores que en el han de poblar, se avecindaren unos para
favorecer a los otros pueblos que están fechos e fundados en estos Reinos,
especialmente a la gran ciudad de Panamá…” (Acta fundacional de Natá,
en Isaza, 1972, pág. 10).
La ciudad está ubicada a treinta leguas costa abajo (hacia el occidente) de Panamá
y funcionaba como granero para abastecer de alimentos a la población de las
gobernaciones de Castilla del Oro y Veragua (Oviedo, 1853). Oviedo hace una descripción
del pueblo y la tierra que la rodea. Establece lo siguiente:
…El asiento deste pueblo es muy gentil é de hermosas vegas, é muy llano
é dispuesto para ganados é todas grangerias; é hay muchas vacas é puercos
é yeguas, y es tierra de mucha caza é montería, porque cerca hay montañas
é boscajes en tierra alta” (Oviedo, 1853, pág. 132).
Confirmando lo establecido en el párrafo anterior sobre su rol como granero, tal
como lo fue la provincia de Egipto para Roma durante el apogeo del Imperio
Romano. Otro cronista que describe a Natá es Juan López de Velasco, quien nos
menciona lo siguiente:
104
6.6. Las rutas hacia el caribe: El Camino de Cruces y el Chagres, y el Camino Real.
A pesar de ser estos dos puertos los más estrechos del istmo, lo cual era favorable
para crear una ruta de tránsito entre ambos mares, existían dificultades para el mismo. Esta
dificultad requería la existencia de una cuenca hidrográfica que lograra mejorar el tránsito
por el istmo. Entra el río Chagres a nuestro relato. (Oviedo, 1853)
Por tal razón, en abril de 1527 el gobernador Pedro del Río, si seguimos la crónica
de Oviedo, ordena a los navegantes: el hidalgo Fernando de la Serna y el navegante Pedro
Corzo para que realizaran la empresa de estudiar el río, su geografía, navegabilidad, curso
particular y ver si contaba con salida al Caribe. Para comprobar su navegación, los
aventureros construyeron una canoa y entraron al río el día 4 de abril y para el 10 de abril
habían alcanzado la boca del río que salía al mar Caribe. Lo que descubrirán será un río
bastante profundo y con buena navegabilidad, lo que permitirá la navegación y transporte
de mercancía durante la temporada lluviosa, es decir, entre los meses de abril y diciembre.
105
Según Oviedo el camino (de cruces) desde Panamá a Nombre de Dios por el rio
Chagre(s) es de cuatro leguas de buen camino. Describiéndolo así:
…que muy á placer lo pueden andar carretas cargadas, porque, aunque hay
algunas subidas, son pequeñas, e tierra desocupada de arboleda e llana, e
todo lo mas destas quatro leguas es raso. É llegadas al rio las carretas, allí
se podría embarcar la especieria en barcas porque el rio sale á esta mar del
Norte (mar Caribe) doce leguas abajo ó más al occidente del puerto del
Nombre de Dios, é donde allí entra en la mar… (Oviedo, 1853, pág. 148)
En cuanto a datos concretos de la naturaleza del río, Oviedo, quien utiliza las
medidas antiguas de pasos (1.39 m) y brazas (1.67 m), anota que la boca del río tenía una
anchura de doscientos pasos (278 m), en cuanto a su profundidad en la orilla de la boca
del río hay una braza y media (2.5 m) desde el fondo a la superficie, en el medio del río la
profundidad es de tres brazas (5.1 m) y río arriba la profundidad aumenta
aproximadamente, el doble, es decir, cinco (8.35 m) o seis brazas (10 m), y pueden
navegar carabelas de 100 toneles. Mientras que la distancia total del río era de veinticinco
leguas y su recorrido será realizable en día y medio o dos días (Oviedo, 1853, págs. 148,
149) Demostrándose lo ventajoso de esta fuente hídrica.
Un viaje común por el río Chagres tendría un recorrido medio de treinta y una
leguas hasta la boca del río en el mar del Norte (Caribe), en donde habrá la oportunidad
de observar tierra fértil y fortificaciones para la defensa de la ruta como el castillo o fuerte
San Lorenzo en la boca del mismo, y el transcurso hasta Nombre de Dios será de once
leguas más. Para el desplazamiento de Nombre de Dios a Portobelo, la ruta desde la boca
del Chagres al puerto se acortará a la mitad y será un recorrido de cinco leguas, lo que
aceleró el transporte transístmico. (Oviedo, 1853)
A su vez, el viajero inglés Thomas Gage, quien viajó esta vía, desde Panamá,
menciona que la distancia hasta la venta de cruces era de 10 a 12 leguas y que este primer
camino es “por la mayor parte plano y unido, y muy agradable tanto por la mañana como
por la tarde” (Gage, 1838; 282). Asimismo, en su viaje desde el río a Portobelo establece
que la navegabilidad del mismo no era la mejor, puesto que los barcos encallaban muy
106
seguido, por lo era necesario que “los negros con sus estacas empleasen toda su fuerza
para sacarnos” (Gage, 1838, pág. 283). Adicionalmente, menciona que:
La otra dificultad ecológica sufrida por la vía del río ocurría durante la estación
seca en los meses de enero, febrero y marzo. Y no era más que la carencia de
navegabilidad, a causa de la secada del río, sin embargo, el río mantiene su profundidad
durante la mayor parte del año, inclusive en estos meses. Por lo que muchas veces el
resultado más seguro era optar por una vía terrestre, que, aunque su recorrido era de mayor
duración, esta era la opción óptima para que las caravanas completaran su recorrido.
El camino terrestre o el Camino Real existe antes del descubrimiento del Río
Chagre(s) y su navegabilidad. Fue la conclusión lógica a la que llegaron los colonos de
Panamá y de Nombre de Dios, por la sencilla razón de ser el punto más angosto entre los
dos mares. A pesar de esta ventaja, era una de las numerosas dificultades como el difícil
107
terreno montañoso, el cual se encontraba rodeado de sierras y montes, bosques espesos,
ríos y valles, obstáculos difíciles para el tránsito; también se presentaban peligros en las
formas de depredadores como jaguares o pumas y simios que arrojaban rocas a los viajeros
y transportes desde la altura de los árboles (Herrera, 1601 pág. 82)
El camino no mejoró mucho durante la segunda mitad del siglo XVI, puesto que,
según la crónica de Juan López de Velasco, cartógrafo y cronista durante el reinado del
rey Felipe II, se menciona que “El camino de Panamá a Nombre de Dios por tierra es
malísimo, de montañas, de arboledas, altísimas y ciénagas y deribaderos, que con la
mucha agua que llueve se desbarata luego…” (López de Velasco, 1894 pág. 346).
Si bien ambos caminos son malos, lo son por las limitaciones en la tecnología de
acumulación de energía de la época, problema que seguirá plagando los esfuerzos
logísticos del imperio por crear una máquina perfecta, tal reloj suizo. Sin embargo, son
estos los caminos que permitían mayor facilidad para el transporte de mercancías y
metales de un océano a otro y que con sus dificultades articulan, decentemente, el espacio
económico panameño. En el próximo apartado se proseguirá a describir las características
y consecuencias económicas, administrativas, políticas y sociales del sistema en estudio.
108
que brindaba la oportunidad de obtener mayores riquezas auríferas, puesto que vivían allí
culturas más avanzadas que las civilizaciones oriundas del istmo; también por las
deficiencias tecnológicas de la época que no permitía la protección de la madera en contra
de infestaciones de plagas, y por el pragmatismo de poder explotar territorios concretos y
no “dorados”, que solo eran rumores hasta el momento.
109
asentamiento, o en Concepción en Veragua en donde se seguirá minando oro durante
mucho más tiempo con mano de obra negra. Tampoco se puede omitir la actividad en la
recaudación de perlas en el conjunto de islas que hoy se conocen como el archipiélago de
las Perlas a dieciocho leguas del sureste de la ciudad de Panamá en el Océano Pacífico.
110
La importancia del istmo para la corona española se evidencia en 1538 cuando se
establece la Real Audiencia de Panamá, la cual era solamente precedida por las Audiencias
indianas de Santo Domingo y México. La Audiencia de Panamá dejó de existir
brevemente el año de 1550 que se volvió parte de la Audiencia de los Reyes, pero trece
años después vuelve a fundarse la audiencia en Panamá (López de Velasco, 1894, pág.
341)
Este tribunal o audiencia funcionaba como la rama judicial de la colonia. Entre las
facultades de la Real Audiencia, tenemos:
111
La Real Audiencia de Panamá o de Tierra Firme tenía jurisdicción sobre las
provincias de Castilla de Oro y Veragua. De acuerdo al oidor de la Audiencia, el decano
Dr. Alonso Criado de Castilla, indica que:
…Es cabeza esta ciudad (Panamá) de esta provincia, y así han residido en
ella siempre los gobernadores cuando los había y ahora resida la Audiencia,
en que hay un presidente y cuatro oidores con un fiscal y los demás oficiales
de la Audiencia; y la ciudad gobernada por dos alcaldes ordinarios. Residen
en esta ciudad los Oficiales Reales, que son Tesorero, Contador y Factor
que van por su rueda a entender en el despacho de las flotas de Nombre de
Dios y los aprovechamientos y quintos de Veragua, y toda la plata y oro
que viene de las provincias del Perú, para guardarlo solamente, sin poder
tocar a ello hasta que haya flota con que poder enviarlo” (López de Velasco
1894, pág. 341)
7.2. Describiendo el espacio mercantil panameño
112
aprovechaba los flujos provenientes de la actividad minera para el enriquecimiento y
movimiento de mercancías de diferentes tipos y capitales.
A su vez, se observa que las mercancías ofrecidas a inicios del siglo XVII
provenían del Perú, Buenaventura, en la Nueva Granada y desde la metrópoli en España.
Las provenientes del Callao consistían en harina, azúcar, miel de cañas, conservas,
garbanzos, frijoles grandes, almidón, aceitunas, jabón, sayal, lonas, alpargatas, jarcia; del
puerto de Buenaventura provienen azúcar, conservas y pitas; y de España proviene ropa.
Toda esta mercancía llega a la ciudad en donde es ofrecida como mercancías en tiempo
de flota o feria, por mercaderes, quienes “negocian por sus personas sin el medio de
factores” (En Araúz & Pizzurno, 2003, pág. 28).
113
Según la descripción de la provincia de Panamá de 1607, los precios de algunas de
estas mercancías solían ser de: ocho pesos por libra de pita, una docena de alpargatas a
tres patacones y la jarcia de veinte a veinticinco pesos el quintal. Adicionalmente, las
flotas transportan hacia el Callao grandes números de negros bozales, madera de cualquier
tipo, piedras labradas, y cueros curtidos. Mientras que del Perú hacia Panamá viaja quizá
la carga más sensible de todas, la plata y el mercurio que estaban destinadas para España
(En Araúz & Pizzurno, pág. 28).
Esta descripción de 1607, también detalla cada flota que llegó a Panamá y zarpó
hacía el Perú desde los años de 1585, a razón de flota por cada dos años hasta el año de
1605 (En Araúz y Pizzurno, 2003, págs. 28 y 29):
Adicionalmente, se navega en barcos por la costa de la Mar del Sur hacia Natá,
Los Santos, Pueblo Nuevo y las flotas salen a Nicaragua y en raras ocasiones a Nueva
España (México). El puerto de Panamá y Perico:
114
…está siempre proveido de lo necesario para fábricas de navíos y la tierra
muy abundante de madera para ellos. La jarcia buena vá de España; la no tal,
se trae de Guayaquil: Clavazon, de España; brea, de Nicaragua; estopa, de
España y de cables viejos que se deshacen. Fabrícanse cada año en su distrito,
dos o tres navíos de cinco mil hasta catorce mil arrobas. Cuesta la fábrica de
cada tonelada, puesto el navío á la vela, sesenta pesos ensayados. (Torres de
Mendoza, Colección de documentos inéditos, IX, pág. 104).
115
años será la que cargue con un tercio de todo el oro producido en el mundo y casi la
totalidad de toda la plata. (Benítez- Rojo, 2001, pos 207)
Sin la flota, dice Benítez-Rojo que “los españoles no hubieran sido capaces de
acumular todo el oro y la plata en las murallas de Sevilla, solo lo que les cabía en sus
bolsillos” (Benítez-Rojo, 2001, pos. 207). El crédito por perfeccionar los engranajes de la
flota de la Carrera de Indias se lo llevó Pedro Menéndez de Avilés en la década de 1560,
lo que coincide en el tiempo con la finalización de la conquista.
La ruta principal y mejor conocida por la cual transitaba la flota mercante española
era la Carrera de Indias. Esta zarpaba desde el puerto de Sanlúcar de Barrameda en España
con dirección al puerto de San Juan de Ulúa en Nueva España, está navegación tiene una
distancia aproximada de “mil y setecientas leguas de viaje” y el viaje tenía una duración
de “dos meses y medio, más o menos, según los tiempos” (López de Velasco, 1894, pág.
116
64). Mientras que el viaje de la carrera hasta Nombre de Dios contiene una distancia y
duración aproximada de “mil y cuatrocientas leguas en dos meses largos” (López de
Velasco, 1984, pág. 64).
Al momento de estar listas las naves con sus cargas en víveres e insumos tanto
bélicos como para el sustento alimenticio, etc. En cuanto al agua, la misma se vertía y
cargaba con “hasta cuarenta, cincuenta ó cien pipas” para las embarcaciones grandes.
Resultaba de gran importancia cuidar el peso de las naves, puesto que el fondo del río era
de “seis brazas hasta ocho” (López de Velasco, 1894, pág. 66).
Sobre las embarcaciones de mediano tamaño como las urcas, López de Velasco comenta
que “á media carga, se vuelven á visitar de la segunda visita, para ver si van conforme á
lo que se les manda en la primera, y se les da licencia para partirse y alijar la ropa que
fuere menester para pasar los bajos del río, y bajar al puerto de Sanlúcar” (López de
Velasco, 1894, pág. 66). Desde Sanlúcar se tienen que recorrer, aproximadamente, quince
leguas por mar y por tierra, y para navegarlas más cómodamente se necesita del viento del
nordeste. (López de Velasco, 1894, pág. 66).
117
odisea terrestre-naval comienza con los navíos partiendo de las Muelas hasta el puerto de
las Bandurrias, el cual “es un bajo de arena como un cuarto de media legua de Sevilla, el
cual es el peor que hay en todo el río, porque no llega á siete codos de agua con la pleamar,
ni pasa de cuatro cuando es bajamar” (López de Velasco, 1894, pág. 66). Continuando el
viaje para Sanlúcar se prosigue por otros pasos hasta llegar a las Horcadas a ocho leguas
de Sevilla, donde la profundidad mejora. De seguido, se continúa por el paso llamado el
Albina, a dos leguas de las Horcadas y de allí hasta Sanlúcar (López de Velasco, 1894,
pág. 66). La navegación se vuelve a dificultar, ya que es necesario esperar a la marea alta
para continuar el trayecto, al menos que la nave sea pequeña o lleve poca carga. El trayecto
desde Sevilla a Sanlúcar es de quince leguas, o siete a ocho días (López de Velasco, 1894,
pág. 66).
Una vez en Sanlúcar, se amarran los navíos en Canfanejos, “a una legua del
pueblo”, para protegerlos de vientos y mareas. En Sanlúcar, las naves cargadas de
mercaderías son abordadas y revisadas por un juez u oficial de la Casa de Contratación.
López de Velasco sostiene que la revisión es:
118
Mientras que, la otra en rumbo para Nombre de Dios en la Tierra Firme. Dice
López de Velasco que “de estas islas es muy poco lo que se baja de altura, hasta Cartagena,
y desde allí al Nombre de Dios” (López de Velasco, 1894, pág. 64). En otras palabras, la
flota que se dirige a la Tierra Firme no baja en la altura, más o menos se queda en los 15
grados, lo que sería un viaje más derecho y con menor posibilidad de extravío.
El viaje más antiguo que se hace hacia el continente americano es el que parte
desde España, que empieza su recorrido por el atlántico, transita por el Caribe y llega a
Tierra Firme donde se desembarca en Nombre de Dios, para luego ser transportado por la
estrechura del istmo y embarcarse, nuevamente, en Panamá con la intención de llegar a
Perú. El clima y el conocimiento de saber cuándo ocurren las temporadas de vendavales,
119
huracanes o tormentas tropicales, también como sequías era algo fundamental para que la
logística marítima de las flotas de galeones fuera exitosa.
Por lo que, según López de Velasco, es necesario que se zarpe de Sevilla entre los
meses de agosto y septiembre “porque no las tome el invierno antes de las Canarias, y
para que puedan llegar al Nombre de Dios en principio de noviembre, cuando comienza
aquella tierra á ser menos enferma” (López de Velasco, 1894, pág. 65).
…febrero, y desde Nueva España por marzo; de manera que se juntan las
flotas en la Habana por abril, cuando ya en aquella mar cesan los nortes y
así se viene á navegar el golfo del Sagarzo y el de los Azores en tiempo de
verano, cuando son menos tormentosos, y se llega á España por julio y
agosto, cuando no hay peligro de vendavales ni de otra cosa, sino de
cosarios, moros ó franceses (López de Velasco, 1894, pág. 65)
7.3.2. Ruta hasta Cartagena y Nombre de Dios
La flota sale desde Dominica hacia el cabo de la Vela, que está a cincuenta leguas
de distancia, bajando a 12 grados de altura (López de Velasco, 1984, pág. 75). Llegando
a la punta de Coquibacoa ó Bahia-fonda, que “es una punta en la costa del cabo de la
Vela”, este recorrido es de unas doscientas treinta leguas desde la Dominica. De seguido,
se continúa desde el cabo de la Aguja bordeando la costa hasta el río de Palominos, desde
donde se aprecian las sierras nevadas y remate de los Ancores y la sierra de Bonda,
localizada sobre el puerto de Santa Marta. Desde Santa Marta se sigue por la vuelta del
120
oeste noroeste a la entrada del Río Grande, donde se baja hacia sudoeste, pasando por “el
buhío del Gato y a la punta de la Canoa, siguiendo por la costa hasta Cartagena.
Una vez descrita la primera mitad del viaje de las flotas de galeones, es decir, la
parte del Caribe y Atlántico. Ahora toca describir la otra mitad, el recorrido de la plata
minada en el Alto Perú, su tránsito hasta el puerto del Callao, luego a Paita, su viaje por
el océano Pacífico hasta Panamá y los convoyes istmeños que transportarán toda la plata
y otras mercancías hasta Nombre de Dios/Portobelo.
7.3.3. Desde el Cerro de la Plata, pasando por el Callao, Paita y la Armada del Mar
del Sur hasta Panamá
121
este colosal camino tenía una distancia aproximada de 1000 leguas. Mientras que el otro
camino se mantenía junto a la costa del Pacífico y se extendía del sur a norte del territorio
Inca (Montoya, 2013, pág. 132).
El centro del imperio incaico era la ciudad real de Cusco. Era el centro
administrativo y hogar del inca o emperador. De esta ciudad, salían cuatro caminos que
llevaban a diferentes territorios dominados por el imperio. Cada camino iba en paralelo a
un signo cardinal. Según Cieza de León, principal cronista de la conquista y la colonia del
Perú en el siglo XVI, los cuatro caminos salían de la plaza central de cuzco. El primero,
tenía el nombre de Chinchasuyo, y su camino abarcaba los llanos y serranías hasta las
provincias de Quito y Pasto; el segundo camino, nombrado Condesuyo, llevaba a las
provincias periféricas de Cusco y hasta la provincia de Arequipa; al tercer camino se le
llamaba Andesuyo, y tal como su nombre lo indica, el camino llevaba hacia poblados
122
adyacentes a la cordillera, como también poblados que se encontraban al cruzar la
cordillera; el último camino se llamaba Collasuyo e iba en dirección sur hasta llegar a
Chile (Cieza de León, Libro I, Capítulo XCII, pág. 240).
Las estaciones de descanso o Tambos eran importantes para los transeúntes bajo
el dominio inca, pero estas obras comenzaron a decaer y a abandonarse con el control
español. Los caminos, calzadas, y puentes también comenzaron a decaer y cayeron casi
en el olvido durante la mayor parte del periodo colonial, hasta que a fines del periodo
comenzaron a construirse mejoras (Montoya, ibid., pág. 134). A raíz de esta decadencia,
permitida por la negligencia virreinal española y la dificultad de la misma ruta se
comienzan a idear nuevas rutas híbridas a partir de 1580 (Montoya, ibid., pág. 134). Es
123
decir, rutas que aprovecharan tanto la hidrografía como el camino terrestre, similar a lo
que ocurría en Panamá y la ruta del Chagres. Sin embargo, esta ruta combinada podía
llegar a alcanzar un costo mayor que la ruta convencional.
Esta ruta por tierra y mar fue establecida en 1580 y “combinaba los tramos
terrestres con la navegación por vía marítima: desde las minas de Huancavelica, por
caminos de herradura, se iba a Chincha, pequeño puerto sobre el Pacífico, y luego por
mar-hacia el sur- a Arica y de nuevo por tierra hasta Potosí” (Montoya, ibid., pág. 134).
124
escala técnica en el puerto de Paita, y al poco tiempo el viaje resumía con dirección a
Panamá.
Una vez arribadas las flotas con la plata, oro y mercancías provenientes del Perú
se daba inicio a la travesía del traslado de la carga de un mar al otro. Era necesario que los
caminos transístmicos, el Camino Real y el Camino de Cruces mantuvieran un estándar
infraestructural ideal para el buen tránsito de mulas, animal de carga por excelencia, que
llevaban consigo los metales y las mercancías con destino a Nombre de Dios/Portobelo.
Esta ruta recibía, durante buena parte de los siglos XVI y XVII, una suma
inimaginable de plata. Durante este periodo de apogeo la plata que llegaba a Panamá
proveniente del Perú correspondía al 66.6% o dos terceras partes de la producción de este
metal precioso (Montoya, op cit., pág. 136).
Los Caminos para este transporte eran dos, el Real, y el de Cruces y el Chagre. El
primero era terrestre en su totalidad y era de 18 leguas o alrededor de 80 kilómetros. El
camino era muy difícil principalmente la época lluviosa por la dificultad del terreno a
causa de inundaciones y el carácter pantanoso y fangoso que adoptaba posteriormente. El
mismo fue mejorado con el paso del tiempo, la primera de estas mejoras se realizó en 1524
al rellenarlo con piedras, eliminando su carácter lodoso. Mientras que la segunda ruta
consistía en un viaje de 6 leguas hasta el poblado de Venta de Cruces en donde unía el
camino con el río.
Al igual que la ruta de la sierra en el Perú, esta contaba con poblados y estaciones
para el descanso y reabastecimiento de los viajeros, también se podían encontrar lugares
para compra y venta de mercancías como el pueblo a orillas del Chagres, Venta de Cruces.
En este pueblo habitaban los esclavos negros que ayudaban a descargar la plata del lomo
de las mulas y carretas para montarlas a los bongos o chatas, pequeñas barcazas con gran
capacidad de carga e impulsadas por veinte esclavos (Canales & Del Rey, 2017, pág. 81).
125
No resultaba extraño encontrar mercaderes de diferentes latitudes en las escalas
importantes de esta ruta. Hablamos de mercaderes españoles, genoveses, portugueses y de
vez en cuando algún alemán. Tal como aparece descrito en la descripción de Panamá de
1607.
El viaje ahora se tornaba anfibio y según los autores Carlos Canales y Miguel del
Rey (2017) “se navegaba hasta la desembocadura del Chagres, valiéndose de remos y
palancas, o bien se desembarcaba en la confluencia con el río Trinidad y se continuaba a
pie hasta la desembocadura” (Canales & Del Rey, ibid., pág. 81). El viaje hacia Nombre
de Dios y posteriormente Portobelo, se tramitaba por mar, saliendo de la boca del
traicionero Chagres. Normalmente el viaje duraba unos 20 días.
El precio del flete para transportar la plata y demás mercancías por esta ruta
resultaba exageradamente oneroso. Según Canales & Del Rey:
126
transporte metalífero proveniente del Virreinato peruano, que podía imponer los precios
que deseara para el transporte por sus territorios. Después de todo el trol, sin competencia
real, cobra para cruzar el puente y es el que propone el precio que le plazca.
127
fortificaciones y caminos de la ciudad de San Felipe de Portobelo y Boca del Río Chagres,
normativa en pie desde el año de 1594. (Archivo General de Indias,
PANAMÁ,14,R.13,N.90).
…todos los mercaderes, cargasen en ella como parte del auto… (continúa
cita textual) los maestres y demás personas seagravian desto, procurarse
remediar y el tesorero hara quanto pudiere, porque la harmada no se
detenga o vuelva a hacer su viaje con brevedad. Porque pagarán a lo que
sea entendido (número ininteligible) de pesos, los que todos los días se
gasta raciones de la gente de mar y guerra (Archivo General de Indias,
PANAMÁ,16,R.8,N.111) (los paréntesis son nuestros)
Se observa que no solamente eran requeridas personas privadas para transportar
por sus propios medios las cargas de la plata, sino que también tenían que apresurarse con
la carga, porque la flota de galeones solamente se quedaba por un tiempo determinado
anclada en la bahía, de lo contrario se verían obligados a pagar una suma irrisoria como
multa por cada día que se quede detenida la flota. Pero este caso de 1616 fue un caso
extremo. A continuación, se describirá lo que ocurría al arribar a Portobelo después de tan
larga travesía, el periodo de Feria.
Las famosas o infames, como se verá a lo largo de este apartado, ferias del Caribe
comenzaron en Nombre de Dios el año de 1544 hasta el traslado total a Portobelo en marzo
de 1607. Las ciudades recibieron muchos elogios en cuanto al esplendor que se respiraba
en sus días de feria. Pedro Cieza de León en su Crónica del Perú compara a la ciudad de
Nombre de Dios en tiempos de feria con la mismísima Venecia (Cieza de León, Libro I,
Capítulo II, pág. 16).
128
El siglo XVII comienza mal para la recién poblada Portobelo y sus ferias. En 1601
ocurre el ataque del pirata Guillermo (William Parker) en donde se saquea y devasta gran
parte de la ciudad y sus riquezas. El panorama no mejorará mucho más, puesto que, en
1607 la ciudad solo contaba con 13 vecinos, y en 1622 el presidente de la audiencia,
Rodrigo de Vivero escribe al rey solicitándole que no enviara la flota el año siguiente por
el mal desempeño de la feria anterior (Vila Vilar, 1982, pág. 4).
129
alamedas, solo algunos lugareños. Los demás se trasladaban hacia Panamá en la
temporada baja. (Vila Vilar, 1982, pág. 8)
Santacilia y Ulloa escriben que “Es cosa de admiración haver visto aquel lugar en
tiempo muerto solitario, pobre, y lleno de un perpetuo silencia; su puerto despoblado, y
infundiendo todo melancolía; y gozarlo después con el bullicio de tanta gente; sus casas
ocupadas; su plaza y calles llegas de farderías y de caxones de plata sellada, en barras,
labrada y oro: su puerto lleno de navíos…” (De Ulloa & Santacilia Libro II, Capítulo 6,
pág. 140).
Y no es para más si tomamos en cuenta que gran parte de las riquezas de los
enclaves sudamericanos tenían que pasar obligatoriamente por este cuello de botella. De
tal forma no solo proliferaba el tránsito de metales preciosos que se dirigían hacia la
metrópoli, también proliferaba el comercio de mercancías de cualquier origen. Podían
verse telas, vinos, y aceites, provenientes de Europa; también café, cacao, azúcar, camote,
papa, etc., los cuales provenían de otros territorios en el Caribe y el Pacífico.
Era normal ver las largas caravanas muleras provenientes de Panamá, con cientos
de estos animales con plata, y otras mercancías a sus lomos. Al llegar a Portobelo, este
convoy dejaba los tonelajes de plata en la Plaza o en la Casa de Contaduría. Tanto
proliferaba el comercio en los años de apogeo que era común ver un aumento del más del
triple de la población. Alamedas y calles vacías en los meses comunes, abarrotadas de
compradores y mercaderes en los 15 días de feria con la flota del caribe encallada en su
puerto esperando ansiosamente la plata para partir.
Para la época de los galeones o de las ferias era común observar a los pobladores
abandonar sus hogares en favor de ponerlos en arriendo para los visitantes compradores
de este evento. Tenemos la descripción de Jorge Juan y Santacilla y Antonio de Ulloa
quienes comentan que en el barrio Guinea, donde viven los negros y negras esclavos y
libertos, “se aumenta considerablemente en tiempo de Galeones, porque con este motivo
desocupan todas las casas de la ciudad los que viven en ellas, y quedan reducidos a una
130
cosa muy ocorta, para arrendar todo lo restante…” (De Ulloa & Santancilla, Libro II,
Capitulo II, pág, 120).
Una vez concluida la descarga de los cientos de tonelajes de plata, oro y otras
mercancías provenientes de Panamá con el presidente de la misma, comienza la feria. Para
su apertura se reúnen en el “navío comandante de galeones los diputados de ambos
comercios, a tratar en preferencia del comandante de la armada, y presidente de Panamá
de los precios que se han de regular al valor de las mercancías; y concluido en todos los
efectos por medio de tres, o quatro juntas se firman los contratos, y se hace la publicación
de ellos, para que todos empiecen a celebrar sus ventas” (De Ulloa & Santacilla, Libro II,
Capítulo VI, pág 141).
Estos mecanismos existían para evitar timos o estafas entre los compradores y
vendedores ya que desde antes que empezara la feria se estipulaban los precios de los
bienes. Para cerciorarse del cumplimiento de lo estipulado se utilizaba la figura del
corredor quienes hacen los cambios de las mercancías y dinero, “con lo qual cada uno
empieza a disponer lo que le corresponde, los de España la plata en Caxones bien
acondicionados, que se van embarcando; y los del Perú las mercancías en fardos a su
moda, que van remitiendo en Chatas, y bongos por el Rio de Chagre: con lo qual queda
terminada la feria” (De Ulloa & Santacilla, Libro II, Capítulo VI, pág 141).
De acuerdo con Álvarez (2006) El funcionamiento de las ferias no era uno basado
en la competencia, más bien, estas ferias estaban reglamentadas por unas normas distintas
a las del libre mercado, de forma que no es fácil decir si regía o no la libre oferta y
demanda. Álvarez sostiene que:
131
Por muy rentable que fueran estas ferias durante los siglos XVI y XVII, la realidad
en cuanto a la integridad sanitaria de quienes las visitaban era funestas. Durante las ferias
ocurrían muchas muertes a causa de las enfermedades y malestares del clima. Tomemos
en cuenta que el clima tropical de por sí bastante pesado y húmedo, además de ser un
clima adecuado para la proliferación de mosquitos portadores de enfermedades mortales,
imaginemos este escenario con 4 veces más población que de costumbre, es fácil
conjeturar que la insolación a causa del calor y las enfermedades a causa de picaduras de
mosquitos estaban a la orden del día. Thomas Gage, describirá los efectos del clima
húmedo y caluroso de Portobelo en la década de 1630, establece a Portobelo en tiempo de
feria como:
…un lugar mal sano, donde el escesivo calor causa no solamente fiebres
ardientes sino también la muerte, si cuando llueve no evita uno mojarse los
pies… mientras que la flota está allí, se puede decir que es una tumba
siempre abierta y dispuesta á tragar una gran parte de este gran concurso
de pueblo que se encuentra en este tiempo, como sucedió en el año que yo
estuve allí: murieron más de quinientas personas entre comerciantes,
soldados y marineros; tanto de fiebres ardientes como por disenterías por
comer demasiada fruta, beber agua fría y otra suerte de impertinencias: de
modo que ellos podían muy bien decir que este sitio no era Puerto Bello,
sino más bien Puerto Malo (Gage, op cit, págs. 293, 294).
Estas ferias quedarán en el recuerdo como una de las ferias más famosas del Nuevo
Mundo gracias a su locación. El característico Istmo resultaba ser el punto de encuentro
de dos mares, un cuello de botella que concentraba todas las riquezas del hemisferio sur.
Sin embargo, nada es permanente, por lo que estas ferias y su ciudad auspiciadora
Portobelo, entrarán en un periodo de verdadera decadencia. A partir de la década de 1630,
ya se comenzaba a resquebrajar cruelmente el espejismo. Canales & Del Rey sostienen
que para el año de 1654 el declive era definitivo, según estos autores las ferias “Eran cada
vez más erráticas, pasaban años entre una y otra, y hubo un lapso de hasta once años en
que no se realizó ninguna” (Canales & Del Rey, op cit, pág. 138).
132
causa radica en el monopolio comercial reglamentado por la corona, la cual podía decidir
sobre la capacidad o no de poder comerciar, lo que llevó a la formación de grupos y
gremios de mercaderes que actuaban en España y en América buscando la defensa de sus
intereses sobre los devenires de la actividad mercantil. Esto significó, según Álvarez “la
concentración del tráfico en pocas manos” (Álvarez, 2006, pág. 6). Como resultado se
concentraba el poder en un solo lugar, haciendo más difícil la proliferación del comercio
legítimo en otros puertos, cosa que obligó a los agentes comerciales no autorizados a
emplear técnicas como el contrabando.
133
utilizada por los ingleses, franceses y posteriormente, holandeses para consolidar sus
propios poderíos coloniales.
Los ataques del último cuarto del siglo XVI se deben a la debilidad naval de la
España de Felipe II, quien pierde esta fortaleza con la derrota de la Armada Invencible a
manos de la Inglaterra Isabelina. Lo que debilita, grandiosamente, la capacidad de defensa
y protección de las flotas de la Carrera de Indias. La respuesta del soberano de la casa de
Austrias ante esta dificultad, fue la de reforzar las defensas de los valiosos territorios de
las colonias.
La piratería en las Américas, a partir de la década de 1570 será una fuerza que irá
incrementando para desestabilizar el poderío colonial hasta la caída del régimen en el siglo
XIX, tanto así, que cronistas como López de Velasco y el oidor de la Audiencia Alonso
Criado de Castilla escriben, constantemente, sobre el tema, con la intención de crear
conciencia sobre la inminencia de la perdida humana y económica de los territorios. López
de Velasco nos relata sobre la piratería con el caso particular de Nombre de Dios,
menciona que “Es pueblo (Nombre de Dios) muy sujeto a corsarios y sin defensa, porque
no hay en él fortaleza ninguna más de seis piezas de bronce en la playa, dos grandes y dos
medianas, y las otras dos pequeñas” (López de Velasco).
El 22 de julio del año de 1572, Drake asalta a Nombre de Dios con ciento cincuenta
hombres y cuatro naves de mediano tamaño. Logran hacerse con la ciudad
momentáneamente, pero cae herido el mismo Drake de una bala en la pierna por lo que
tienen que replegarse de vuelta a sus barcazas. Habiendo recuperado un mísero botín,
deciden adentrarse por la boca del río Chagres donde atacan las caravanas de plata
provenientes de la Venta de Cruces, sin conseguir gran cosa. Furioso por tan pequeño
134
botín, mata a seis mercaderes, quema la aduana ocasionando la destrucción de por lo
menos 200.000 ducados en especie (Castillero Calvo, 2004, pág. 493. Decide seguir
atacando otras posesiones en el Caribe español donde si encuentra mejor fortuna.
Mientras tanto John Oxenham, quien, anteriormente, sirviera bajo Drake, en 1577
cruza entre el río Bayano y el Darién con la ayuda de cimarrones quienes facilitan su
tránsito hasta la cercana Acla y ayudan en la construcción de pequeñas barcazas que serán
utilizadas para atacar las embarcaciones provenientes de las islas de las perlas, en donde
encuentra una fortuna agridulce, si bien es cierto encuentra un gran botín en perlas,
(Castillero Calvo, 2004, pág. 494) pero también encuentra su cautividad y muerte por
ahorcamiento (Reverte, 1961, pág. 319).
Pero, no solamente fue asediada la costa caribeña del imperio español por los
corsarios ingleses y franceses. Francis Drake, quien cruzó al océano Pacifico por la ruta
de Magallanes, será quien causará inestabilidad, caos y destrucción no solo al puerto de
Nombre de Dios, sino que también a las naves que cruzaban al río Chagre. Luego de su
famosa circunnavegación por el globo decide volver a atacar y saquear el Caribe español
en nombre de la reina Isabel I de la casa Tudor.
La última aventura de Drake ocurrirá durante el año nuevo de 1596. Las noticias
llegarán a los oídos peninsulares en junio de 1596. En una carta de la audiencia de Panamá
dirigida al nuevo rey Felipe III se mencionan los últimos sucesos sobre el ataque del inglés
en Nombre de Dios, su intento de adentrarse al Istmo, con intención de atacar Panamá y
su fatídico ataque a la nueva ciudad en construcción de Portobelo, en el cual su cuerpo
cede a una enfermedad desconocida y muere (Archivo General de Indias,
PANAMÁ,30,N.31).
Luego de una fallida expedición en las Canarias y Puerto Rico, logran asaltar e
incendiar asentamientos en Río Hacha, Ranchería y Santa Marta. En la navidad de 1595
135
se decide atacar Nombre de Dios, con la esperanza de encontrar una vía directa a la ciudad
de Panamá. Luego de tomar Nombre de Dios con relativa facilidad en donde “aviendola
saqueado y robado y lo que estaba en las estancias” se internan al territorio del Camino
Real para asaltar caravanas y encontrar las Riquezas de Panamá al sur. La carta indica que
la fuerza de Drake era sustanciosa ya que contaba con “novecientos hombres” (Archivo
General de Indias, PANAMÁ,30,N.31).
Continuaron tierra adentro por “todo lo dificultoso y nueve leguas del camino hasta
llegar a un cerro que llaman capirilla”, en donde fueron detenidos y apaleados por las
defensas establecidas a lo largo del camino por Villanueva Zapata y reforzadas por
Sotomayor. Las defensas consistían en “una trinchera con bien poca gente que no pasauan
de ochenta soldados y capitanes, los quales recibieron tan valerosamente la furia e’ ímpetu
de los enemigos que les hicieron retirar y volver huyendo con muerte de muchos números
de los suyos”. (Archivo General de Indias, PANAMÁ,30,N.31).
136
terrestres. Pero todo este avance se verá mermado en febrero de 1601 cuando el pirata
William Parker saquea Portobelo.
La guarnición sin darse cuenta de lo que ocurría entre los fuertes de San Felipe de
Sotomayor y Santiago de Sotomayor, permitió el éxito del ataque enemigo a pesar de estar
bien guarnecidas las fortalezas. Las fuerzas con las que contaba la ciudad, al momento del
ataque, se enumeraban en cuarenta y cinco arcabuceros, la compañía a cargo de Pedro
Meléndez que contaba con sesenta y cinco soldados, mosqueteros y arcabuceros y la
compañía dirigida por el capitán Lorenzo de Roa que contaba con otros cuarenta y cinco
soldados (Archivo General de Indias, PANAMÁ,15,R.2,N.11).
137
Según el documento testimonial, don Diego asevera haber visto “treinta hombres
poco más o menos” (Archivo General de Indias, PANAMÁ,15,R.2,N.11). Que pasaban
velozmente hacia la casa de los Cotrín en la plaza, donde dispararon cuatro arcabuces por
la ventana matando a una sirvienta negra. Prontamente, siguieron marchando hacia el
convento de Las Mercedes. (Archivo General de Indias, PANAMÁ,15,R.2,N.11)
Detrás, en la bahía venía otra fragata con cincuenta hombres, quienes antes de
desembarcar toman dos fragatas de civiles, una fragata era posesión de “un fulano
Licona”, quien venía de Cartagena y tenía solo días en Portobelo y la otra era posesión de
Esteban de Acevedo. Llegan al muelle del Capitán Barrera Chacón donde desembarcan.
Viendo esto, el señor Quintanilla se esconde con su esposa e hija en un monte que se
encontraba detrás de su casa. Regresando tiempo después a buscar ropa, donde es
capturado por cuatro piratas y llevado al puesto de guardia que tenía cincuenta hombres,
incluido el capitán Guillermo (William Parker). (Archivo General de Indias,
PANAMÁ,15,R.2,N.11)
Mientras tanto, las dos primeras lanchas toman el cuartel alquilado por la compañía
de Pedro Meléndez, donde matan a cinco soldados, según Castillero Calvo fueron solo
tres (2015, pág. 378), los demás soldados huyen “saliendo por las ventanas sin armas”, en
el resultante caos hieren al capitán Pedro Meléndez y le dejan por muerto. A continuación,
los piratas restantes en las otras dos lanchas logran llegar, en donde se unen con los demás.
Inmediatamente, se atrincheran en “la calle que va a salir camino a la ciudad de Panamá”.
Saquean el dinero destinado a las fábricas y para pagar a los soldados de la artillería,
también entran a las casas y roban lo que encuentran (Archivo General de Indias,
PANAMÁ,15,R.2,N.11).
Continuando el ataque y saqueo a las casas, entre las cuales también se encontraban
las casas reales, las cuales fueron destruidas con hachas, según Quintanilla en los lugares
saqueados “estaban una de las fábricas y otro de lo que se gasta para el socorro de la
infantería y gente de guerra que aquí está alojada” (Archivo General de Indias,
PANAMÁ,15,R.2,N.11). El asalto continuó impune y sin socorro español hasta, por lo
138
menos, el medio día del día siguiente, es decir, la ciudad fue saqueada y asaltada por 12
horas seguidas. Los ingleses pusieron su centro de operaciones en el Cantillo de las Casas
del capitán Juan de La Barrera Chacón, saquearon diversas cosas que llevaron “delante
del general” que consistían en ropa/reales plata labrada y “la echaban en el suelo”.
A su vez, Quintanilla le interroga de cómo logró asaltar tan fácil la ciudad y Parker
le responde que días atrás, mientras buscaba el sitio de Portobelo por las cercanías de
Nombre de Dios, se topa con un barco pesquero de tortugas había hecho prisionero a un
genovés llamado Julio, quien debía guiarlos, por insistencia de Parker, hasta Portobelo.
Consecutivamente, Julio le había dicho que “se entrase por la banda del oeste y que si
entrando en él con las lanchas le preguntase la guardia quien eran, dijeran que eran e
fragatas que traían tabla y teja del rey y que con este engaño había entrado en las lanchas
y que como había visto que lo dejaban entrar dentro se vino a esta ciudad…” (Archivo
General de Indias, PANAMÁ,15,R.2,N.11).
139
llevando primero el pillaje, por rumores de que “negros mogollones y otros arcabuceros”
de las cercanías se acercaban para liberar la ciudad. La retirada dio inicio como a las cinco
de la tarde. (Archivo General de Indias, PANAMÁ,15,R.2,N.11) Pero la verdadera
intención de Parker y sus marinos era la de quemar la ciudad, según Quintanilla los piratas
“habían metido fajina de carias y palma y madera seca para ponelle fuego y lo mismo en
las casas” (Archivo General de Indias, PANAMÁ,15,R.2,N.11). Se puede observar que,
de no ser por la amenaza que presentaban las fuerzas auxiliadoras, tanto del fuerte de San
Felipe, como de arcabuceros de las afueras de la ciudad, la ciudad hubiera caído en la
infamia siglo y medio antes del ataque del almirante Vernon, quien también la tomará en
el futuro.
La culpa del ataque recae en ambas fortalezas, una por no disparar, oportunamente
balas de advertencia y la otra, por no tener buen campo de visión. (Castillero Calvo, 2015,
pág. 380) Como resultado del ataque el presidente de la audiencia de entonces, Alonso de
Sotomayor, ordena la redacción de un auto que contenga los testimonios de los ciudadanos
y soldados para enviarlo al Consejo de Indias con la intención de recibir algún tipo de
auxilio (Castillero Calvo, 2015, pág. 380).
Por suerte, durante el primer cuarto del siglo XVII el Imperio Español entrará en
un periodo de relativa paz, la cual empezará con el tratado de paz con Inglaterra de 1604
140
en Europa, que les permitirá a las flotas de indias y fuerzas armadas de Flandes tan
necesario respiro. Por los próximos treinta años habrá un momento de esplendor en el
istmo de Panamá, gracias a sus famosas Ferias mercantiles. Pero esta será una paz fugaz
puesto que las incursiones piráticas volverán durante el siglo XVII y no solo serán los
ingleses quienes ataquen, sino que también se unirán capitanes franceses y holandeses con
patentes de corso para seguir hostigando a un caballo agonizante y medio muerto.
141
poderío recurrían a un orden político estratificado en el cual la clase guerrera era la de
mayor jerarquía.
El primer encuentro entre los grupos indígenas de las naciones Cueva y Emberá
con los primeros conquistadores se dan en dos primeras instancias. Primeramente, en el
viaje de Bastidas en 1501 y en el cuarto viaje de Cristóbal Colón, en donde existía una
relación más pacífica entre ambos grupos, como se describe en la bitácora del hijo de
Colón, Fernando. Luego, al empezar el poblamiento de tierra firme en la primera década
de los 1500, en las expediciones de Ojeda, Enciso, Nicuesa y Balboa. Las confrontaciones
se escalan de encuentros por curiosidad a escaramuzas entre ambos bandos, como se ve
durante la campaña de conquista y poblamiento de Veragua de Nicuesa y Olano, la cual
culmina con el ataque y destrucción del fuerte Nombre de Dios en 1510 o la batalla en
contra de los indígenas del Darién, justo antes de fundar el pueblo de Santa María la
Antigua del Darién.
Pero, no todas las relaciones entre indígenas y españoles fueron hostiles. Fue
Vasco Núñez de Balboa quien, a pesar de haber luchado y subyugado cacicazgos en el
Darién, requiere de su ayuda para realizar su famosa expedición, cruzar la selva darienita
y descubrir el océano Pacífico en septiembre de 1513. Según el historiador Alfredo
Castillero Calvo (2004) Balboa buscaba una política indígena pacífica, experimentado de
primera mano la devastación de esta población en su vida en La Española, por lo que no
les impuso tributo, ni los forzó al trabajo pesado, además de que trató de “disciplinar y
contener a sus hombres para que no cometieran abusos con los nativos”. (Castillero Calvo,
2004; pág. 99).
Pero, estas relaciones de buena fe llegan a su fin con el arribo de Pedrarias Dávila,
cuando la corona comienza a ver el prospecto de Darién con interés. Dentro de esta
142
expedición se embarcan 1200 personas que incluyen mujeres y hombres aristócratas, lo
que indica que el interés por el “nuevo mundo” iba en decidido crecimiento, con el
asentamiento de lo que serán las primeras familias en establecerse en tierra firme. Estos
nuevos expedicionarios destruirán todo el avance del estado pacífico y de convivencia que
había logrado Balboa, tratarán de exigir tributo, oro y trabajo forzado (Castillero Calvo,
2004; pág. 100). En otras palabras, someter y humillar a la población indígena.
Para el año de 1550, han pasado dos generaciones desde el arribo de los españoles
en el istmo y de acuerdo a Richard Cooke y Alberto Sánchez Herrera para esta fecha se
pueden vislumbrar tres esferas sociopolíticas dentro del istmo “una representada por los
bolsones de territorio de los indios de guerra, otra controlada por los cimarrones de origen
africano y la tercera habitada por los españoles junto con sus esclavos africanos y súbditos
amerindios” (Cooke y Sánchez; En Castillero Calvo, 2004; pág. 48).
143
Se establece la población del istmo a fines del siglo XVI como reducida con un
censo de ochocientos vecinos españoles que habitaban, solamente, siete pueblos. Según
López de Velasco ninguno de estos colonos poseía encomienda sobre indígenas, más bien
eran todos “pobladores y tratantes, y algunos mineros” (López de Velasco, op cit, pág.
340). Lo mismo puede decirse sobre la población indígena, la cual luego de ser
conquistada y “evangelizada” tan solo sumaba:
144
Lo más probable es que las poblaciones de blancos, además, de tener un mayor
estatus social que los negros e indígenas, ser también los poseedores de títulos sobre
haciendas y de las mayores fuentes de riquezas; fueran también personas dedicadas al
comercio y al funcionamiento de las ferias. El oidor Criado de Castilla menciona que “En
este pueblo está la gente con poco asiento y como de camino para pasar al Perú o venir á
España… Es mucho el comercio y trato desta ciudad…” (Criado de Castilla, 1575; En
Revista Lotería dic-nov de 1984; pág. 192).
No solo existían prohibiciones con severas penas a los negros esclavos, sino que
también existían para negros libertos. Los negros con libertad no podían juntarse con
indígenas, ni consumir ni chicha ni vino, tampoco podía vestir ropas de fina, ni prendas o
disparar un arma a un español, aunque no le hiriera. Las penas por todas estas faltas
incurrían en azotes o mutilación de partes del cuerpo.
145
(Criado de Castilla, 1575; En Revista Lotería dic-nov de 1984; pág. 196 y 197). Estos
números no cuentan la población de negros y cimarrones libres que se encontraban en
rebeldía entre las cercanías de Portobelo y el lago Bayano.
Con este contexto, resultaría increíble pensar que no existió ningún intento de
emancipación o rebeldía por parte de las mayorías sometidas en contra de las minorías
reinantes. En el siguiente apartado, se detallarán los conflictos internos entre estos grupos
sociales y como se desestabilizó, temporalmente, la economía mundo europea.
146
negros, quienes ocasionaron problemas dentro de la malla institucional de la colonia
siguiendo el sueño de recuperar su libertad. A estos negros rebeldes se les dio el nombre
de cimarrones.
10.1. Cimarronaje
Este espíritu de lucha se genera desde los viajes de los barcos negreros, en donde
esclavos viajaban como commodities en contra de su voluntad a un continente que no
conocían, dejando atrás otro que jamás volverían a ver. Muchos negros optaban por la
muerte, dejaban de comer, se arrojaban al reino de Poseidón, voluntariamente. Se
organizaban como pudieran para ocasionar motines, de los cuales la mayoría terminaba
en la derrota de los esclavos, quienes recibían, alegremente, la liberación de una muerte
expedita, pero estos eran la minoría. La mayoría llegaba a las colonias americanas para
trabajar, en muchos casos hasta la muerte, encontrando la libertad por medio de una
muerte larga y dolorosa.
147
del siglo XVI ocurren las primeras rebeliones como las de Felipillo y Bayano. La rebelión
de Bayano contaba con un mínimo de 300 esclavos seguidores.
10.1.1 Felipillo
148
y los demás torturados, ahorcados, quemados y mutilados, dando muerte a Felipillo y
terminando su amenaza (Fortune, 1987, pág. 149)
Fernando Romero aclara que Bayano no fue un cimarrón, porque no fue un esclavo
que se liberó (Romero, 1975, pág. 19). Personaje más ambicioso que Felipillo, Bayano
atacó a los españoles, pero no buscando vengarse de los españoles. De acuerdo con
Romero, a Bayano o el Vaíano lo motivó “una actitud de rechazo contra la institución
esclavista de los blancos, establecida como un negocio de explotación de gente pacífica”
(Romero, 1975, pág. 19). Adicionalmente, dice que su objetivo no era el de exterminar a
su enemigo más bien este “deseaba establecer una entidad política que viviera en paz con
los blancos, a base de ciertas garantías” (Romero, 1975, pág. 19).
149
respectivamente, geográficamente aislada y accidentada, el territorio de Bayano era el
hogar de una espesa selva. Técnicamente, es la frontera de la actual Provincia de Panamá
con la selvática Provincia del Darién. El territorio en cuestión estaba rodeado de
españoles, convirtiéndolo en un enclave africano. Sus límites se encontraban con el mar
en la costa del Darién al norte y al sur con el golfo de Panamá (Romero, 1975, pág. 20,
21).
Los primeros seguidores de Bayano eran los negros que venían con él en el barco
negrero desde Cabo Verde y el grupo no contaba con más de cuatrocientos negros.
Adicionalmente, se les unieron esclavos escapados (auténticos cimarrones) de Nombre de
Dios y Panamá; e indios que vivían en un poblado cerca del de Bayano conocido como
Caricua con estancias grandes y bien cultivadas, por lo que el “reino” no era un mero
Palenque. El mismo contaba con fortalezas y plazas fortificadas (Pedro de Aguado, Libro
IX, Capítulo XI).
Tan grande era el terror de estas incursiones que no era seguro salir de los poblados
en solitario, sino que era necesario de una compañía de por lo menos 20 hombres armados
(Saco, 1879, pág. 207). Aprovechando la confusión y desestabilización causada por
Bayano y sus seguidores se aprovecharon de la situación para sumar más seguidores a sus
filas, según el historiador Armando Fortune era en las ciudades terminales (Panamá y
Nombre de Dios) “en donde se mantenía en constante contacto con los esclavos,
150
incitándolos a rebelarse, reclutando esclavos para sus tropas que crecía como alud que
baja de las montañas…” (Fortune, 1987, págs. 154 y 155).
Entre las acciones bélicas que ocasionaban los negros, una de las más importantes
ocurrió en 1554 en donde 18 españoles, entre ellos, el hijo de un juez de la Casa de
Contratación de Sevilla, caen como prisioneros de los rebeldes cimarrones y, según
Fortune “tal fue la crueldad que contra ellos cometieron que García de Hermosillo, un
testigo presencial, informó y solicitó a las autoridades se tomaran drásticas medidas para
acabar con las atrocidades que venían cometiendo estos negros fugitivos” (Fortune, 1987,
pág. 155).
…Por meses, los soldados del capitán Morcillo, que poco conocían las
montañas, recorrieron la densa espesura en busca del enemigo negro sin
obtener nada más que un lisiado prisionero ocasionalmente para
compensarlos por sus sacrificios y fatiga (Fortune, 1987, pág. 156).
La campaña fue un rotundo éxito, pero no para los españoles, lo fue para Bayano
quien una noche logra emboscar y rodear el regimiento español que se encontraba
acampando en una aldea de indios a orillas del río Chagres (Fortune, 1987, pág. 156), tal
como lo hiciera el general cartaginés Aníbal Barca en el Lago Trasimeno contra las
legiones romanas del cónsul Cayo Flaminio en el 217 a.C (Polibio,1987, pág. 116).
Con este rotundo y humillante fracaso, los españoles cometen los mismos errores
en dos ocasiones más, causando la perdida de cientos de vidas españolas,
151
innecesariamente. Casi rendido el Gobernador de Sosa le escribe una misiva al emperador
Carlos V, el 4 de abril de 1555. Contándole todo lo acaecido hasta el momento. Se
organiza una cuarta expedición liderada por Francisco Carreño, vencedor de Felipillo. Con
una acción sin precedente, Carreño logra tomar prisionero a Bayano y a sus oficiales y los
transporta a Nombre de Dios, en donde se encontraba el gobernador Sosa. Ante la merced
del gobernador, Bayano promete cesar sus actividades insurgentes en contra de los
españoles y el gobernador, en un lapso momentáneo, de poca destreza diplomática lo
libera. Al ser liberado Bayano continúa flagelando a los españoles, sus territorios y
riquezas (Pedro de Aguado, Capítulo XII, Libro IX, pág, 1254).
La tensión en los poblados panameños estaba por los aires, el Padre Pedro Aguado
escribe que:
…En estos mesmos días estauan los uezinos de Panamá y Nonbre de Dios,
y especialmente los mercaderes que uiuian de su particular trato y
mercancía, llenos de un terrible miedo, porque auiendo de muchos días
atrás comenzado a huirse muchos negros escauos, estomagados y hartos de
la seruidunbre y cautiuerio en que sus amos los tenían, se auian metido con
desinio de conseruar suliuertad y morir por hella, en las entrañas y partes
mas yntrinsicas de los arcabucos y montañas, donde auian echo zierta
forma de pueblo y fortaleza… continúa estableciendo que de esos pueblos
y territorios- salían los mas valientes y osados negros al camino rreal que
de Nonbre de Dios traviesa a Panamá, por donde acostumbran pasar las
harrias y rrequaje que por tierra lleuan mercaderías a Panamá. (Pedro de
Aguado, Capítulo IX, Libro IX, pág., 1219).
Por lo que, las autoridades administrativas recurren a un capitán de otro territorio.
En efecto para luchar contra Bayano se envió una misión militar a cargo de Pedro de
Ursúa, experto militar, acostumbrado a luchar con grupos insurgentes en Nueva Granada,
en 1556. El padre Aguado lo describe como “capitán prudente y sagaz y de gran fortuna
en la guerra, y llegase a Panama en tiempo de tanta turbación, por todos los tratantes fuele
encargada la empresa y jornada del desuarate de los negros…” (Pedro de Aguado,
Capítulo IX, Libro IX).
Para poder cumplir con su mandato y que no requiriera nada, los pobladores le
suministraron con dineros, armas necesarias para la logística y suministros necesarios para
152
la guerra. El gobernador Sosa se encargó de que Ursúa tuviera todos los poderes y
jurisdicción necesarios para los hombres y oficiales que llevara a su expedición.
Pedro de Ursúa envía al capitán Pedro de la Fuente con 15 soldados a las montañas
de Nombre de Dios, en lo que era un sitio atacado por cimarrones, con la intención de
tomar vivo a un negro para que fungiera como guía en el futuro. La misión se complejiza
cuando esta fuerza es emboscada por cimarrones. Luego de una escaramuza en la que
mueren españoles y negros. La misión termina siendo una victoria pírrica española porque
se logró el objetivo de capturar vivo a un negro para extraer información (Pedro de
Aguado, Capítulo IX, Libro IX).
El capitán Pedro de la Fuente logra diezmar, con ayuda del captivo, a 15 negros
que venían como una segunda ola, luego de reagruparse con el primer grupo. Esta
escaramuza permite la aprehensión de 5 de los insurgentes, quienes son ejecutados en el
puerto Nombre de Dios, devorados por perros y posteriormente, ahorcados. Excepto por
uno que servirá de guía hasta el territorio de Bayano (Pedro de Aguado, Capítulo X, y XI,
Libro IX).
153
Dando a entender el reconocimiento táctico y estratégico que posaban sus
enemigos rebeldes. También, dando cuenta de la dificultad selvática del territorio de
Bayano y que cualquier acción bélica hubiera sido en vano, como se demostró en las
campañas anteriores previas a la de Carreño.
154
Posteriormente, se reagruparon y partieron para Nombre de Dios en donde enviaron a
Bayano a la metrópoli en donde terminó su vida como cautivo. Se decidió fundar una
comarca en el territorio de Bayano, puesto que había huertos de plátanos, maíz, yuca,
batata y otras legumbres (Pedro de Aguado, Capítulo XIII, Libro IX, pág. 1751 y 1752).
Luego de dos años de una larga campaña se logra terminar con la amenaza de Bayano,
aunque esta no será la última sublevación de esclavos.
El cimarronaje fue una amenaza crónica para los enclaves mercantiles en Panamá
que no será eliminada en su totalidad hasta la abolición de la esclavitud. Los cimarrones
no solo saqueaban y asaltaban, también apoyaban a los corsarios y piratas con información
geográfica y les permitían el paso para atacar a los españoles en momentos delicados,
cumpliendo con la máxima “el enemigo de mi enemigo es mi amigo”.
Para el último cuarto del siglo XVI, seguirán los ataques de cimarrones en las
cercanías del río Bayano, nombrado por el rey que habitaba sus tierras. Continuaban con
sus campañas de saqueos de caravanas llenas de mercancías y seguían liberando esclavos.
El oidor de la Audiencia Alonso Criado de Castilla relata en diferentes cartas de la
audiencia sobre estos acontecimientos.
155
En una misiva del oidor Criado de Castilla de 1579 se relata sobre el estado
reducido del cimarronaje por el accionar de la administración panameña. La carta dice lo
siguiente:
…El Velo del servicio de vuestra majestad que a todos obliga A mi con
mas razón me persuade no pretermitir ocasión de lo que en esta
provinciasucediere digno de vuestra majestad lo sepa y lo que agora a
contecido es averse Reduzido A vuestro real servicio los negros cimarrones
deste reyno que en la montaña andaban alcados viniéndose de paz por los
medios que para ello a usado vuestra real audiencia enesta manera. Aviase
publicado la guerra que vuestra magestad mando hacer contra ellos
yauestandose los pertrechos y gente necesaria como viniese a su noticia
procuraron huyendo del peligro que seles aparezaba saven? Si viniendo de
Paz al servicio de vuestra majestad serrian perdonados ypara esto
interpusieron un negro ladino desta ciudad con el qual me embiaron una
flecha diciendo que aquella entregaban en señal de paz… (Criado de
Castilla, Carta de la Audiencia de 1579 AGI PANAMÁ, 13, R. 18, N. 91).
Pareciera entonces que con el pasar de los años se va reduciendo, relativamente, el
cimarronaje. Asimilándose, nuevamente, como libertos a la hegemonía española.
Posterior a esta fecha, en la década de los 1580 decae mucho más la incidencia del
cimarronaje. Antón Mandinga, caudillo cimarrón entrega armas y se rinde ante el capitán
Pedro González de Meceta. Según carta de los oidores de la Audiencia de Panamá, Alonso
Criado de Castilla y Gonzalo Núñez de la Cerda los cimarrones se rendían, sosteniendo
que:
…se daría fin a este negocio y agora asido Dios mio servido q accediese
paz hoy dia de pasqua de navidad había nueva de Pedro Gonzalez de
Meceta alcalde de campo de aquella jornada q nos avisa como estaba el
capitán negro q se llama Anton Mandinga se avia dado de paz con todos
los suyos… (Archivo General de Indias, PANAMÁ,13,R.20,N.132).
De alguna manera el cimarronaje comenzó a disminuir, por lo menos desde el
último cuarto del siglo XVI, como evidencian las fuentes documentales proporcionadas.
Pero, cabe preguntarse: ¿Qué razones existieron para su disminución? Entre algunas
respuestas podemos observar que, la ligereza de las nuevas legislaciones, que prevenían
el maltrato y las cuales le daban más facilidad al esclavo para adquirir su libertad,
garantizaban una población esclava menos descontenta y más dispuesta a cooperar.
156
También, se puede observar que, con el paso de los años el agarre de los colonos
sobre el territorio del istmo incrementaba y se fortalecía. Se comenzaron a emplear nuevas
estrategias, como la construcción de fortalezas a lo largo de las diferentes posesiones del
istmo, y las mismas estaban bien guarnecidas por milicias, entre las cuales existían
compañías de negros libres e indígenas. Esta amenaza disminuyó, gracias a que la calidad
de vida del esclavo mejoró y poco a poco los territorios aún no colonizados como
Portobelo comienzan a ser poblados a principios del siglo XVII, dejando a los cimarrones
sin territorio estratégico para seguir siendo una amenaza competente. Finalmente, la falta
de caudillos carismáticos como las figuras de Felipillo y Bayano, a pesar de la existencia
de caudillos como Antón Mandinga y Luis de Mozambique, creó un vacío de poder del
cual no pudieron recuperarse.
Las guerras civiles o conflictos entre hermanos de un mismo reino o nación no son
nada nuevos, ni ahora ni en la colonia. Que español matara a español, si bien no era el pan
de cada día, era una ocurrencia no poco común, en especial, en los caóticos primeros años
de la conquista de tierra firme. Estas primeras décadas serán el escenario de traiciones
entre conquistadores y adelantados como la de Olano con Nicuesa, Balboa con Enciso y
Nicuesa o Pedrarias con Balboa. Ciertamente, era un tiempo en el cual ganaba el pez más
grande, y era grande el pez mientras tuviera mayor subterfugio y capacidad para traicionar.
Estos conflictos entre españoles nunca dejaron de existir. Las oportunidades para
adquirir riqueza material eran superiores a cualquier oportunidad de trabajo comunal entre
españoles, principalmente, a comienzos de la conquista, cuando el futuro de las riquezas
que guardaban las tierras era una gran incertidumbre. Serán estas primeras ansias de
riqueza material y gloria como títulos sobre tierras e indios, concretizadas con la
instauración de instituciones como la encomienda y la hacienda la que enfrentara a
españoles contra españoles. La cual devino, principalmente, con la fuerte regulación que
157
buscaba, para la tercera generación de colonos, terminar con la práctica de la encomienda,
primero, con las leyes de Burgos de 1512 y luego con las Nuevas Leyes de 1550.
El año de 1550 había una administración colonial bastante consolidada, pero los
territorios americanos seguían siendo territorios de frontera y hasta se podían considerar
como tierra de nadie, puesto que existía la oportunidad de rebelarse y tener la capacidad
militar para hacerle la guerra a las posesiones reales.
Esta fue una década de guerras civiles, las cuales nacieron por el descontento con
la corte de Madrid, la cual buscaba regular el uso de la encomienda. Surgirán fuertes
rebeliones como la de los encomenderos en el Perú, encabezada por Gonzalo Pizarro,
hermano del conquistador de Perú, en contra de las leyes nuevas, que buscaban prohibir
el uso de la institución de la encomienda, con el argumento de que se había cumplido con
el propósito principal de la encomienda, la evangelización y aculturación de los pueblos
indígenas.
No resulta sorpresa que algo similar haya ocurrido en la Tierra Firme de Centro
América. Precisamente, ocurrió una rebelión encabezada por los hermanos Hernando y
Pedro de Contreras, nietos por parte materna del antiguo gobernador de Panamá y
Nicaragua, Pedrarias Dávila. (Herrera de Tordesillas, Década VIII, Libro VI, Capítulo III)
158
Seguidamente, Hernando entra al punto sin retorno, entra en la casa del Obispo de
Nicaragua donde lo mata a puñaladas (Herrera de Tordesillas, Década III, Libro VI,
Capítulo V, pág. 124). Con el Obispo muerto los rebeldes consiguen apoderarse del tesoro
real y las riquezas de la casa del obispo y casa real. Se organizaron y procuraron caballos
y armas. Al juntar las armas salen 40 rebeldes en caballos y armados hasta el puerto del
Realejo, a doce leguas de León en el océano Pacífico. (Herrera de Tordesillas, Década III,
Libro VI, Capítulo V, pág. 125)
Tomaron a la fuerza dos navíos y esperaron hasta que Juan Bermejo regresara de
Granada con los demás rebeldes y hombres, dispuestos a unirse a la causa. Luego de una
escaramuza con la gente de Granada, Bermejo ocupa la ciudad de Granada y envía a treinta
arcabuceros al puerto de Nicoya para que reclutaran gente, y robaran armamento y
provisiones. (Herrera de Tordesillas, Década III, Libro VI, Capítulo V, pág. 125)
Luego de escaramuzas por ambas partes y con la ciudad de Panamá en sus manos,
los rebeldes deciden seguir con la segunda parte del plan, atacar Nombre de Dios, en donde
se encontraba el virrey Pedro de la Gasca. Hernando de Contreras y su teniente Salguero
seguirían hasta la Casa de Cruces “para tomar la plata que pudiese, i impedir que los de
Nombre de Dios no fuesen avisados de lo que pasado” (Herrera de Tordesillas, Década
III, Libro VI, Capítulo V, pág. 125). Los 255 hombres de Hernando regresan a Panamá
donde ordena el saqueo indiscriminado de la casa del gobernador y demás casas que
pudieran robar, también ordena la captura de personas de interés como el obispo de la
diócesis panameña. Para salir seguidamente en persecución del presidente. (Herrera de
Tordesillas, Década III, Libro VI, Capítulo V, pág. 126)
Mientras tanto Juan Bermejo, quien fungía como segundo al mando de Hernando
tenía la misión de recaudar armas de los pobladores, ya que las armerías habían sido
vaciadas por Martín de Marchena. Sigue entonces Bermejo, sin dejar guarnición en la
ciudad, al encuentro con Hernando en su búsqueda del presidente Gasca, a lo que los
ciudadanos de Panamá, quien Bermejo creía eran simples mercaderes y oficiales, deciden
armarse bajo cualquier medio necesario para liberar a la ciudad de los Contreras,
160
mandando noticia al virrey del inminente ataque que se avecinaba en Nombre de Dios.
(Herrera de Tordesillas, Década III, Libro VI, Capítulo V, pág. 126)
En Nombre de Dios con el temor reinando sobre la ciudad. Para contener la calma
sobre la amenaza el presidente Gasca, quien se encontraba en Nombre de Dios al momento
de la revuelta, ordena a los barcos con la plata permanecer en el Puerto “hasta que acabase
de abonanzar el tiempo…” (Herrera de Tordesillas, Década III, Libro VI, Capítulo III,
pág. 123). Consecutivamente, recibe las noticias de Diego de Almaraz, quien le relata
quienes estaban detrás de esta rebelión. En efecto la cabeza de la rebelión era Hernando
de Contreras “a quien llamaban Capitán General de la Libertad, i decían, que le habían de
hacer Rei del Perú, i entre ellos le llamaban Príncipe de Cuzco” (Herrera de Tordesillas,
Década III, Libro VI, Capítulo III, pág. 123)
La resistencia de los ciudadanos que sumaba con trescientos hombres, de los cuales
solo cien eran duchos en las armas, logra elegir a Martín Ruiz de Marchena como líder de
la resistencia, quien junto a sus capitanes deciden fortificarse en la plaza de la ciudad.
Mientras tanto una avanzadilla de cuarenta españoles con cuarenta negros salía en busca
de Salguero, liderada por Christoval de Cianca para “degollarlos a todos” (Herrera de
Tordesillas, Década III, Libro VI, Capítulo VI, pág. 127).
161
punto de inicio, es decir, sin ciudad, nuevamente. (Herrera de Tordesillas, Década III,
Libro VI, Capítulo VI, pág. 127) La estrategia de los rebeldes para recuperar la ciudad
consistía en quemar algunos edificios en distintos lugares de las periferias de la ciudad y
asaltarla por distintos puntos, creando un escenario de caos y confusión entre las filas de
los defensores, el plan buscaba destruir la moral de los defensores e incapacitar cualquier
posibilidad de oponer resistencia, puesto que también planeaba ordenar la muerte de todos
los ciudadanos mayores de 12 años. (Herrera de Tordesillas, Década III, Libro VI,
Capítulo VI, pág. 128)
162
Al encontrar a los rebeldes toman, fácilmente, entre veinticinco y treinta prisioneros
mientras que los diez restantes junto a Pedro de Contreras se pierden para siempre tierra
adentro. Por su parte, Hernando de Contreras en dirección hacia Natá también se pierde
en las ciénagas y selvas de la Tierra Firme istmeña, Herrera de Tordesillas escribirá que
“nunca pudo dar con él, salvo que en una ciénaga halaron un hombre ahogado, que tenía
el sombrero de Hernando de Contreras y otras cosas suyas, i con la cabeza volvieron a
Panamá” (Herrera de Tordesillas, Década III, Libro VI, Capítulo VII, pág. 130)
Las tensiones bélicas entre indígenas nativos del territorio de Tierra Firme de
Veragua y Castilla de Oro con los españoles conquistadores han existido casi desde el
principio de su primer encuentro, luego de acabada la curiosidad de ambos grupos por ver
algo foráneo, algo “alienígena”. Los primeros encuentros que ya se han narrado,
anteriormente, en su mayoría, como la batalla en Urabá contra los 500 indígenas del
cacique Cemaco, la incursión de Balboa por la búsqueda de las riquezas del Dabaibe y en
su incursión que lo llevará a descubrir el mar del Sur. Llegado Pedrarias Dávila con su
alcalde mayor Gaspar de Espinosa, se cultivan más hostilmente las semillas para una
resistencia indígena más robusta, debido a la brutalidad de esta nueva expedición.
Pedrarias deja claras las reglas del juego con los indígenas cuando toma la
gobernación. Los requerimientos hacia los indígenas dejaban en claro la intención de los
163
españoles. La evangelización forzosa de quienes sobrevivieran, el saqueo y carnicerías de
los conquistadores. Este tono lo vemos en Oviedo cuando menciona el IX punto de los
requerimientos de Pedrarias, este reza los siguiente:
Al construirse la ciudad de Acla en 1515, que no solo serviría como minera, sino
que también dé lugar de refugio y descanso de españoles que transiten por el Darién,
Pedrarias envía a Gaspar de Espinosa con 300 españoles para destruir y conquistar los
territorios de Comagre y Pocorosa, el cual, recientemente, se había alzado en contra del
gobierno castellano. (Las Casas, Libro III, Capítulo LXXII, págs. 221-223) El resultado
de la redada fue tan brutal “que en pocos días que anduvo Espinosa por aquella comarca,
cuasi toda la destruyó, que no dejó al menos no parecía, viva alma; fue el espíritu Espinosa
de Pedrarias y el furor de Dios encerrado en ambos” (Las Casas, Libro III, Capítulo
LXXII, pág. 223).
164
La guerra total ideada por Pedrarias, pero que fue llevada a cabo por Espinosa,
continúa hacia lo de Chirú y Natá en el centro del Istmo. Para luego de subyugarles, atacar
al territorio de París en Veragua. Todos los caciques que se encontraban con los españoles
caían aterrados por los caballos y perros de guerra, armas nunca antes vistas por tales lares.
(Las Casas, Libro III, Capítulo LXXII, págs. 224-225). En este periodo de conquista y
primera “pacificación” se ve surgir a caudillos con status semi mitológicos como el caso
del inconquistable Urracá.
Los indios Kunas, o Guna, vocablo mejor acertado con la tradición lingüística del
grupo indígena, que en la actualidad habita la selvática provincia del Darién y gran parte
de la costa oriental caribeña de Panamá en lo que se conoce como la comarca Guna Yala
o el Archipiélago de San Blas. Esta población humana desciende del grupo familiar
Chibcha y emigró al Darién en el siglo XVI, a pesar de también tener rasgos en común
con la tradición indígena mesoamericana. (Martínez Mauri, 2011, pág. 31).
165
cultural verbal se observa la existencia de relatos y cuentos con características fantásticas
y mitológicas, con relativas similitudes a las epopeyas antiguas como la Ilíada y el épico
de Gilgamesh, entre otros. Así mismo el de los indios gunas era el de Igwasalibler un
mítico caudillo.
La nación Dule o Tule es el nombre que utilizan los indígenas guna para nombrarse
como grupo identitario, significa hombre como especie. Su territorio antes de la llegada
de los españoles consistía en una considerable superficie de tierras que comenzaba desde
el actual pueblo de Chepo y terminaba en el territorio AmukaDiwar o el Río Atrato en
Colombia (Turpana, 2015, pág. 63) A la llegada de las expediciones de Nicuesa y Ojeda
este territorio se fragmenta lo que limita el territorio guna a la merced de los españoles.
Turpana sostiene que la expropiación de las tierras por los españoles concluyó en el
nacimiento de “una frontera artificial que antes no existía, porque DuleNega (Tierra de
los dules o Tierra de los hombres) estaba formada por un solo territorio. (Turpana, 2015,
pág. 63).
166
basada en familias, sin un Gobierno colectivo, con caudillos temporales nombrados por
elección y sacerdotes poderosos…” (Martínez Mauri, 2011, pág. 33). Aunque esta sigue
siendo una hipótesis sin pruebas suficientes para ser comprobada. Por lo que no se descarta
una unión entre los remanentes de los cueva y los nuevos migrantes gunas.
El pueblo guna era hermético en cuanto a sus relaciones sociales con grupos
foráneos o gentiles. No existían relaciones con otros grupos indígenas cercanos ni con los
primeros españoles que arribaron. El comportamiento de los españoles con los indios
gunas era terrible, se les torturaba de no querer revelar donde se encontraban los grandes
yacimientos de oro, a muchos se les cortaban los dedos por no adoptar las costumbres
cristianas, y a las mujeres se les trataba como carne en venta. Turpana explica que el
feminicidio fue traído a los territorios indígenas por los españoles debido a que “mataban
a las mujeres, reservando solamente a las majas entre las jóvenes para hacer de ellas sus
barraganas o concubinas o en su defecto, las vendían cada una al precio de treinta dólares
oro, de aquel tiempo”…-menciona también que a las mujeres se les capturaba- …“para
desnudarlas y colgarlas de cabeza hacia la tierra, y de esta forma las violaban hasta
matarlas”. (Turpana, 2015, pág. 66)
Este escenario no hace más que fomentar el escape y la disidencia de los gunas
quienes ahora se defenderán en una lucha por la libertad, una lucha que lograron sostener
y vencer por mas de tres siglos. El tiempo de los gunas comienza en la historiografía
panameña en 1610 como un grupo indígena fronterizo que vivía en un territorio autónomo
e independiente de la autoridad imperial. Este pueblo mantuvo en raya las expansiones
militares españolas, ayudaban a los piratas y muchas veces se aliaron con otros poderes
europeos como el escoces y el francés para realizar pactos de intercambios comerciales.
167
Para responder a las hostilidades, el presidente de la audiencia Valverde de
Mercado envía al capitán Pedro de Jiménez con una fuerza de 24 soldados criollos, 60
indios de Coclé y Parita y milicias compuestas por negros. Este contingente fue totalmente
destruido, sobreviviendo solo 18 del grupo (Reverté, 1961, pág. 290). Siguiendo los
ataques y venciendo a las expediciones mandadas en su contra, contando un número de
muertes de 300 personas en un periodo de tres años (Reverté, 1961, pág. 292).
Para 1620 el rey Felipe IV ordena la reconstrucción y guarnición del fortín de San
Miguel del Bayano, que ahora debía estar en buenas condiciones y sostener una guarnición
de 50 hombres (Reverté, 1961, pág. 293). Pero su construcción se detuvo porque los indios
podían llegar a las cercanías de Panamá sin tener que pasar por las tierras de San Miguel,
tornando así al fuerte como obsoleto, como se evidenció por el ataque sorpresa de los
Bugue Bugue que llegó a 7 leguas del territorio de Panamá, causando caos y numerosas
muertes (Reverté, 1961, pág. 294).
No hay duda de que los indígenas atacaban con gran violencia a poblaciones, en
parte inocentes, a esclavos, mujeres y niños y pobladores de Chepo y de Panamá, pero fue
una violencia que Adolfo Chaparro Amaya nombra como lucha y esta “Se distingue por
ser un tipo de violencia inter tribal periódica y ritualizada, y es propia de las maquinas
territoriales, llámense salvajes o primitivas. Como era de esperarse, dada la gravedad de
la Conquista, en muchos casos la violencia ritual fue polarizada hacia una especie de
168
guerra permanente por grupos que decidieron defender a muerte el territorio de la
comunidad (Chaparro, 2004, pág. 35)
Estos actos deben verse con un prisma de guerra por supervivencia, de guerra total
en la que sobreviviría quien resistiera más. ¿Puede ser justificado este accionar? Cuando
se trata de la supervivencia y autodeterminación identitaria respondería que sí, si no
pregúntenles a los descendientes de los Mexicas, Mayas o Incas si hubieran preferido este
tipo de lucha a la aniquilación casi total de su cultura.
Ahora bien, hemos descrito las amenazas internas que desestabilizaron el poder
imperial del enclave colonial. Enemigos internos como los cimarrones, españoles rebeldes
e indígenas, quienes buscaban la libertad y el derecho a su identidad como entes con
historia y tradiciones culturales, políticas, sociales y económicas propias, gentes que no
pretendían ceder territorio a una máquina que comenzaba a engullir todo con sus
gigantescas fauces, pero que con el paso del tiempo cedieron y perdieron su lucha, con
excepción de los pueblos indígenas, por lo menos en Panamá. Toca ahora hablar de los
mecanismos que permitieron la supervivencia del sistema español en las Américas, el
sistema de defensa imperial.
169
vanguardia romana en campaña. Estos se convertían en el centro de colonización ya
finalizada la campaña. Posteriormente, dejarán de ser instalaciones ofensivas y pasarán a
funcionar con un carácter defensivo. Con el pasar de los siglos la logística romana no solo
era capaz de crear fuertes o fortalezas fronterizas (limes) (Goldsworthy, 2003, pág. 154)
para la defensa en los bordes del imperio, si no que era posible construir grandes fortalezas
que podían cubrir una frontera de cientos de kilómetros como el muro de Adriano en la
isla de Britannia (la isla de Gran Bretaña), la cual constaba de 14 fuertes repletos de
guarniciones para proteger el territorio británico conquistado del sur de las numerosas
avanzadas de tribus célticas y pictas desde el norte (Goldsworthy, 2003, pág. 157).
170
disponibles. Nacerán nuevas técnicas de construcción que aprovechen de mejor manera
los recursos materiales de la época, nuevas figuras geométricas que influirán en la
arquitectura e ingeniería que permitirá a la fortaleza contar con mayor capacidad de
defensa y posicionamiento de baterías de cañones y mejor posicionamiento de las
guarniciones.
La traza de estos fuertes o casa fuerte era, por lo general, rectangular, y sus muros
podían ser de tapias, piedra labrada, terrados, almenas, matacanes, pretiles, barreras y
torreones y se distinguía de la fortaleza medieval por la irregularidad de su diseño y
esquinas no lineales, en contrastada diferencia con la fortaleza medieval, que era
típicamente cuadrada. (Marín, en Kuethe & Castillero Calvo, 2000, pág. 583)
Sobre este fuerte o casa fuerte Héctor R. Marín establece que esta “…sirvió en
América como obra defensiva de traza irregular, que aprovechaba las ventajas de la
fortificación artificial en el marco de las defensas naturales representadas por cursos de
agua, pantanos y rocas escarpadas” (Marín, en Kuethe & Castillero Calvo, 2000, pag.
583). Se desprende de lo anterior que la doctrina fortificadora de la América colonial
aprovechaba no solo la tecnología de la época, sino que también se aprovechaba de lo
inhospito de la ecología y geografía del lugar.
Vista la facilidad con la que se podía detener el flujo comercial español por la ruta
del Chagre, por las amenazas que representaban los enemigos externos: piratas, bucaneros,
filibusteros y corsarios de otros poderes coloniales; y las amenazas internas representadas,
primeramente, por los cimarrones y la nueva amenaza cuna (kuna o guna) de la etnia dule.
Pueblo indígena que reside en Panamá durante el siglo XVII. Resultaba necesario
fortalecer la fuerte, pero delicada concentración del flujo comercial que presentaba la
nueva economía mundo.
172
11.1. Panamá
Los esfuerzos por amurallar la ciudad de Panamá fueron realizados por Bautista
Antonelli, quien en 1586 los diseñó. Lastimosamente, este proyecto no pudo ser realizado
hasta un siglo después. Según Marín, “Panamá Vieja fue, como Portobelo, una ciudad
abierta, sin murallas, aunque hubo varios proyectos nunca materializados para “cercarla”
o amurallarla a lo largo del Siglo XVII” (Marín, en Kuethe & Castillero Calvo, 2000, pág.
600). A causa de estos descuidos negligentes, la ciudad de Panamá será, brutalmente
saqueada, quemada y destruida por el pirata Henry Morgan en 1673, ocasionando su
traslado y posterior amurallamiento, el cual fue diseñado un siglo antes.
La ciudad vieja solo contaba con dos estructuras de defensa: El fuerte de Navidad
construido para proteger el camino que dirigía al río Chagre y la ciudadela de las Casas
Reales cerca del puerto la Tasca, puesto que funcionaba como sede administrativa del
gobierno y como depósito de la plata y oro procedentes del Perú. (En Kuethe & Castillero
Calvo, 2000, pág. 600).
Nombre de Dios solo contaba con un fuerte, el fuerte construido por Nicuesa en
1510 en el cerro de Nicuesa. La inviabilidad de Nombre de Dios, recientemente azotada
por los ingleses Drake y Hawkins en 1585-1586, además de su débil posición geográfica
obligó al arquitecto Bautista Antonelli a plantear la mudanza de Nombre de Dios a
Portobelo, tal como se ha mencionado, anteriormente. El fortín que se encontraba en
Nombre de Dios era uno minúsculo, deteriorado, en una colina con cuatro o cinco cañones
173
para la defensa de todo el puerto. Tan loable era la defensa o, mejor dicho, falta de
defensas de Nombre de Dios, que al retorno del corsario Drake en 1595, este logra asaltar
la ciudad y tomarla.
El castillo San Felipe “está al pie de un cerro muy alto, que la cuchilla remata en
el castillo; y aunque tiene este padrastro, sus plazas están cubiertas de manera, que no
pueden desde lo alto ser ofendidas con mosquetería; y artillería no se puede subir allá, y
está seguro” (Torres de Mendoza, Colección de documentos inéditos, IX, pág. 118). La
construcción de sus murallas y plazas es, en parte, de piedra, pero de una piedra que se
descubrió en la costa llamada “arrecife”. Lo que indica que el material de construcción de
las fortificaciones en Portobelo era de coral. Según la descripción esta piedra era muy
buena por su ligereza, como la piedra pómez, es fácil de manejar y se endurece al contacto
con el sol, viento y agua y su calidad es tal que “ninguna bala, por gruesa que sea, hace
efecto en ella, porque embaza sin hender ni astillar” (Torres de Mendoza, Colección de
documentos inéditos, IX, pág. 119).
La guarnición del fuerte de San Felipe debía contener: “Un castellano, un sargento,
dos cabos de escuadra y sesenta soldados, además, de un tenedor de bastimentos, un
cirujano, doce artilleros, tambores y pífano y un capellán que sirviera en los dos fuertes y
tuviera licencia para decir dos misas los días de fiesta” (Pablo, 1962, pág. 85)).
174
El castillo Santiago del Príncipe está construido absolutamente de piedra de
arrecife y “está al remate de una cuchilla que baja de una loma alta, que prolonga todo el
puerto”. Y su guarnición debía contener: “un castellano, un sargento, 2 cabos de escuadra,
50 soldados, 10 artilleros, 1 tenedor de municiones, 1 cirujano, tambores y pífano” (Pablo,
1962, pág. 85).
La construcción de esta obra se llevó a cabo entre los años de 1579 y 1601 y seguía
el diseño de Antonelli que establecía la necesidad de construir una plataforma y una torre.
La estructura se encontraba en estado decadente y ruinoso para los años de 1620 y 1630
como estableció Thomas Gage, al momento de pasar por el lugar. La fortaleza fue asaltada
y tomada en 1671 por Joseph Bradley, oficial bajo el mando del pirata Morgan. Facilitando
la posibilidad de atacar y saquear la ciudad de Panamá. El fuerte de San Lorenzo del
175
Chagres no fue restaurado hasta el año de 1677. (Marín, en Kuethe & Castillero Calvo,
2000, pág. 600)
Se han observado las causas y respuestas que tuvo la corona española referente a
la escalación de la amenaza que representaban los ataques legales e ilegales de otras
grandes potencias que buscaban eliminar la hegemonía del imperio español tanto en
Europa como en América. La respuesta, aunque bienintencionada parece no concretarse
durante la gestión de Felipe II, como se observó en el caso particular de la ciudad de
Panamá, o si se concretó, pero se omitió su mantenimiento, como ocurrió con el fuerte de
San Lorenzo en el Chagres que presentaba un estado deplorable y decadente unos treinta
años desde su construcción.
176
12. Conclusiones
A lo largo de esta relación y descripción del istmo colonial, se han podido observar,
por medio de la investigación histórica, las distintas características que permitieron la
relativa proliferación de un novedoso modo de producción en un nuevo mundo que no
esperaba acogerlo. Las facilidades geográficas y hasta cierto punto climáticas, fueron la
clave para esta inserción. Es cierto que el istmo de Panamá al momento de su
descubrimiento era un lugar inhóspito para la mente española con una densa selva, un
clima atroz, con unas condiciones muy difíciles de controlar, como las sequías e
inundaciones, las cuales aún se siguen viviendo, así como pandemias que proliferaron por
ser portadas por mosquitos.
El efecto de 195 años de ferias y de ser uno de los centros comerciales autorizados
por el monopolio español permitió la propagación de una estructura social de clases
aburguesada, liberal. según el filósofo panameño Ricaurte Soler (1989) sobre el desarrollo
de la vida social mercantilista en medio siglo XVII:
El istmo fue y sigue siendo frontera, territorios que, con buena razón, no son parte
de la economía mundo capitalista, la cual no descansaría hasta que su último recurso
natural sea despojado de la tierra para poder ser integrado al lucro incesante de la
globalización. Medianos pedazos de territorio nacional son aún propiedad de sus dueños
originales, los diferentes grupos indígenas, quienes tienen la oportunidad de auto
gobernarse con mínima asistencia del gobierno central panameño. Por el momento la
economía mundo no engloba la totalidad del territorio panameño, aunque si la mayoría
del territorio.
178
…El capitalismo histórico implicó, pues, una mercantilización
generalizada de unos procesos-no sólo procesos de intercambio, sino
también los procesos de producción, los procesos de distribución y los
procesos de inversión- que anteriormente habían sido realizados a través de
medios distintos al “mercado”. (Wallerstein, 1988 pág. 4).
El efecto se ve en la mercantilización de procesos sociales. Ahora se venden
esclavos como mercancías, en efecto, carne humana, se les paga un salario a los
trabajadores de las encomiendas, haciendas y mita; se mercantiliza la plata en las ferias
de Portobelo, es decir, se configura una nueva división del trabajo. Por ningún motivo
queremos decir que no existía la acumulación de capitales o la mercantilización de los
procesos sociales en cualquier otro medio de producción anterior. De hecho, Wallerstein
sostiene que en el capitalismo “las acumulaciones pasadas sólo eran “capital” en la medida
en que eran usadas para acumular más capital” (Wallerstein, ibid., pág. 2). Es decir, es
capitalista mientras más se auto expanda.
Por otro lado, observamos que la vida en esta “frontera” era una de gran dificultad
a la hora de tratar de imponer una hegemonía absoluta, ya que el producto del trabajo en
las condiciones inhumanas que experimentaban los esclavos, indios y hasta colonos,
quienes podían sublevarse, cosa que hicieron, y luchar en contra del poder herculino del
imperio, muchas veces prefiriendo apoyar a otras cabezas del poder inconquistable de los
vástagos de la libertad, una libertad que luchaba en contra del poder mercantilista y su
ejecutora, el naciente Estado Nación.
179
a la semi periferia europea dentro de la nueva división internacional del trabajo del sistema
mundo.
Termino la tesis con una última reflexión. Panamá es una tierra de contradicciones.
Primero se observa a un centro logístico que permite y facilita el transitismo de un océano
a otro, pero por otro lado aún cuenta con territorios frontera (frontier) en los cuales el
capitalismo aún no logra introducir sus afiladas garras, estos lugares son los últimos
bastiones de libertad e individualismo para nuestros indios. El centro canalero es la única
porción del país con un semblante de desarrollo. Este es el sitio en donde se concentra la
mayor parte de la riqueza y la población del país (1/4 de la población vive en el área
metropolitana de la ciudad de Panamá). El resto del país tiene el carácter de una periferia
que depende de la hegemonía de la ciudad estado panameña.
180
Al final, la continuidad en el cambio implica que son las mismas estructuras las
que han existido desde nuestro descubrimiento. La comercialización económica ha sido
un arma de doble filo para la sociedad panameña. Por un lado, el país ha “logrado”
adaptarse a la globalización gracias al cumplimiento de su rol colonial, el paso de tránsito
entre dos océanos, pero uno de los efectos indeseados ha sido el relego de todas las demás
actividades económicas puesto que carecemos de un mercado interno y nuestro sector
agrario cae a la merced de los importadores que se benefician del transitismo global.
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14. Apéndices: Mapas, Fotos y Cartas
14.1. Mapas (Todas las imágenes fueron recuperadas del libro “Panamá 500
años”)
Mapa de Panamá desde Portobelo al Golfo del Darién, 1600 (Pág. 15)
187
Traza adonde parece que conviene que se haga la fortaleza del Nombre de Dios, 1541.
(Pág. 7)
Mapa del Camino que desde Quito baxa hasta el Pueblo de las Esmeraldas en el Mar del
Sur, 1785 (págs. 22-23)
Mapa general de la Costa que intermedia entre las plazas de Cartagena y Portobelo y la de
Panamá y Golfo de San Miguel, para la inteligencia de sus situaciones, la de los Rios, Yslas,
Puertos y la del Golfo de Darién, é Ysthmo de este nombre, que une la América Meridional
con la Septentrional, 1761 (Págs. 30-31)
188
Plano geográfico desde la Ciudad de Panamá hasta el Río de Chagre, 1735 (págs. 44-45)
189
Plano de Portobelo, 1604 (págs. 104-105)
190
Muestra del castillo San Felipe de Sotomayor de Portobelo por lados de tierra y mar, 1600
(pág. 122-123)
Planta del Castillo Santiago que se propone en el cerro del Chorrillo junto a la ciudad de
Portobelo, 1600 (págs. 128-129)
191
Mapa del Río de Chagre, comprehensivo de los tres puestos que en el mismo Río se reconocen
desde su boca: Castillo de Chagre o San Lorenzo, hasta el sitio de Cruzes, 1759 (págs. 156-
157)
El castillo de la boca del río (Castillo o Fuerte de San Lorenzo), 1620 (págs. 158-159)
14.2. Cartas (las cartas han sido recuperadas del Portal de archivos españoles del
Archivo General de Indias en http://pares.mcu.es/
192
Primera parte del testimonio del señor Quintanilla, sobreviviente del ataque a Portobelo de
William Parker en febrero de 1601 (Archivo General de Indias, PANAMÁ,15,R.2,N.11)
Recuperado en
http://pares.mcu.es/ParesBusquedas/servlets/ImageServlet?accion=41&txt_id_imagen=33
&txt_rotar=0&txt_contraste=0&txt_zoom=10&appOrigen=&cabecera=N
Segunda parte del testimonio del señor Quintanilla, sobreviviente del ataque a Portobelo de
William Parker en febrero de 1601 (Archivo General de Indias, PANAMÁ,15,R.2,N.11)
Recuperado en
http://pares.mcu.es/ParesBusquedas/servlets/ImageServlet?accion=41&txt_id_imagen=33
&txt_rotar=0&txt_contraste=0&txt_zoom=10&appOrigen=&cabecera=N
193
Segunda parte del testimonio del señor Quintanilla, sobreviviente del ataque a Portobelo de
William Parker en febrero de 1601 (Archivo General de Indias, PANAMÁ,15,R.2,N.11)
Recuperado en
http://pares.mcu.es/ParesBusquedas/servlets/ImageServlet?accion=41&txt_id_imagen=33
&txt_rotar=0&txt_contraste=0&txt_zoom=10&appOrigen=&cabecera=N
194
Fragmento de Carta de la Audiencia por Alonso Criado de Castilla en 1579 (PANAMÁ, 13,
R. 18, N. 91)en:
http://pares.mcu.es/ParesBusquedas/servlets/Control_servlet?accion=3&txt_id_desc_ud=3
80325&fromagenda=N
14.3. Fotos
195
Batería del Fuerte de Santiago.
196
Edificio de la Aduana
197
Plaza central de Panamá la Vieja. Se aprecian las ruinas de la catedral y su torre, y el
edificio del Cabildo. También se nota el contraste entre la arquitectura colonial y el
horizonte repleto de rascacielos.
198
Vista desde la torre en donde se aprecia el museo del sitio arqueológico de Panamá la Vieja
(anteriormente era un cuartel militar durante la dictadura) y el panorama de rascacielos en
lo que ahora es la nueva ciudad de Panamá
Vista desde la torre hacia el sur en donde se aprecia el océano Pacífico y la isla perico que
sirvió de puerto al dejar de funcionar el puerto original de la Tasca.
199