Pasos para Creación de Obra de Teatro Tercero

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Pasos para creación de obra de teatro

Desarrolla la historia

Aunque el teatro sea un género propio, comparte características con otros, como
la novela. En este sentido te toca pensar en una narración que tenga los mismos
elementos: presentación, nudo y desenlace. Piensa en dónde tendrá lugar, qué
personajes van a participar en ella y desarrolla toda esta historia.
Antes de comenzar a escribir una obra de teatro tendrás que definir todos estos
elementos, en especial a lo que caracterización de personajes se refiere. Eso sí,
no te cierres en banda a nuevos cambios ya que a lo largo de todo este proceso
habrá varios cambios (en todo proceso de redacción literaria los hay).

Define a los personajes

En este punto escribir una obra de teatro todavía se asemeja a la redacción de


una novela. Si ya tienes la historia, es el momento de dar forma a los personajes
que la protagonizarán. Partiendo de lo específico (los protagonistas), a lo general
(secundarios e incluso los figurantes que habrá en escena). Esto último es
especialmente importante.

Porque aunque no tomen partido en la escena y ni siquiera hablen, tendrás que


pensar, al menos, en qué actitud tendrán mientras aparezcan. No dejes ningún
cabo suelto, piensa que si esta se termina por representar, los actores solo
tendrán tus páginas como referencia.

Piensa en escenas

Y es aquí en donde los caminos del género dramático y de la novela se separan.


Si en esta última el papel es el que se encarga de desarrollar y poner en situación
al lector, aquí será la escena. Por este motivo, las descripciones pasan a un
segundo lugar (al menos no con tanta intensidad como en otro tipo de géneros).
Simplemente da algunas pistas de cómo es el entorno.

Piensa en la puesta en escena y en que sean los diálogos y comportamientos de


los protagonistas los que vayan desarrollando la historia que  vas a transmitir en
tus páginas y que podría llegar a representarse sobre una tarima.
Trabaja los diálogos

Los diálogos deben que adaptarse al personaje, su perfil. Como te dijimos es


importante que cada integrante de la historia esté bien definido, tanto su pasado,
su contexto y características físicas y psicológicas.

Por ejemplo, si un personaje viene de una ciudad no hablará igual que uno que
venga de un pueblo poco habitado en la montaña. De igual manera, ninguno se
expresara de la misma forma que al redactar un documento importante, que es lo
que se tiende a hacer. Hay que aportar un toque de naturalidad, para ello ahí va
un pequeño truco: recita en voz alta, ¿te suena ridículo? ¿Sería una conversación
que se ajusta a la normalidad?

Para este fin te recomendamos que eches un vistazo a Luces de bohemia, de Valle-
Inclán, un buen ejemplo de cómo escribir una obra de teatro de manera que pueda
dar las pistas perfectas  tanto para el lector como para los actores que lleguen a
representarla.

¡La duración!

Otro factor en el que teatro y novela no se parecen en nada. El teatro tiene que ser
representado, por lo que no puedes alargarte más allá de lo estrictamente
necesario. Esto también va por los actos que incluyen la historia. Si te excedes
demasiado en ellos puede que la atención del público no sea tal, o que incluso
pierdan el hilo conductor.

De esta forma, además, le imprimirás ritmo a tu obra de teatro, consiguiendo que


toda la historia que se está narrando a lo largo de la misma tenga ritmo.

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