Modulo I

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MÓDULO I

1. Concepto de Derecho Romano

El hombre es sociable por naturaleza. El derecho es la norma que ordena la vida de los
seres humanos. El Derecho Romano es el derecho que se dan los romanos para regular sus
relaciones.
El Derecho surge en Roma por la idea de Poder. No como facultad, sino como poder
personal. El poder descansa en la manus: la mano es símbolo de poder. Esta idea parte de la
conquista, de la invasión física. “Poder apto para proyectarse legítimamente, de forma firme y
rotunda, sobre las cosas o las personas”1.

2. Introducción histórica

Roma surge en el año 753 a.C. por un fenómeno de agrupación de aldeas próximas
entre sí con el objetivo de hacerse más fuertes.

Según Juan Iglesias, encontramos los orígenes de la organización romana en las


familias y las gens. Familia en Roma se definía como un grupo de personas sujetas a la
potestad de un mismo pater. Las familias se agrupaban en gens para, finalmente, dar paso a
las civitas. Son primeros pasos que darán lugar a una amplia experiencia histórica en
organización del Estado y de la vida de los ciudadanos: “Roma conoce varias maneras de
gobernar, más todas plegadas a lo que manda la realidad de cada situación”2.

En el año 753 a.C. Roma comienza a constituirse una ciudad-estado, una civitas. Como
civitas entendemos un agrupamiento de ciudadanos libre asentados en un territorio y que
defienden ese territorio bajo un interés común.
En esa civitas, la familia es la unidad de agrupamiento primaria. Las personas
pertenecientes a una célula familiar están sometidas al paterfamilia. Es importante destacar
que el vínculo de los familiares con el pater no se basa en la sangre, sino en el sometimiento
con que estos reconocen la autoridad de pater.
Las familias se agrupan a su vez en gens. Todos los grupos familiares que componen un
gens están sometidos al pater gentis.
Y finalmente, la conjunción de varias gens deriva en el nacimiento de Roma. Pero
tengamos en cuenta, que el nacimiento la civitas como organización política no conlleva la
desaparición de los otros grupos, familia y gens, sino que se mantienen a lo largo de la historia
(las gens desaparecen con la República).

2.1. La Roma Antigua

Durante los cuatro primeros siglos de historia romana, la civitas está unida a la gens:
un hombre es ciudadano cuando pertenece a una gens. Las propias gens se distinguen entre
ellas según el patrimonio, según los privilegios: plebeyos y gentes patriciae. Los plebeyos sólo
participarán en la vida política a partir de la mitad el siglo IV a.C.
La organización política de la Roma antigua descansa en tres órganos: rexs, senado y
comicios.
El rex es sumo sacerdote, jefe del ejército, juez supremo y cabeza rectora de la civitas:
Rex proviene de regere (dirigir). Su soberanía es vitalicia y está asistido por el senatus.

1
Iglesias, J. Derecho Romano, Sello Editorial, 2010, Madrid
2
Idem.
El senado está formado, en un principio, por los pater gentis de las aldeas fundadoras
de Roma y llegan, por tradición, hasta los cien.
Gracias a su auctoritas patrum el senatus refrenda los acuerdos de las asambleas
populares, comitia. Otra de sus funciones es interregnum o interrex, actuar como regente
mientras se busca un sucesor al rex después de su muerte. Los patres o senadores ejercerán el
poder como interrex por un tiempo máximo de cinco días cada uno en estricto orden de edad,
hasta que el pueblo jura obediencia al nuevo rex (lex curiata de imperio). Generalmente, el rex
es elegido por su predecesor.

Si nos referimos ahora a las asambleas populares hay que señalar que el pueblo
antiguo se hallaba distribuido en tres tribus: Ramnes, Titie y Luceres. Cada tribu se divide en
diez curias. Estas treinta curiae conforman la asamblea general de los patricios. Estas tribus se
establecían en el Seotimontium (las Siete Colinas).
Las curiae intervienen en la lex curiate de imperio, asisten en las declaraciones de
guerra con la lex de bello indicando y participan en asuntos de carácter religioso y actos que
afectan a las gens y las familias (testamentos, cooptatio o admisión de una nueva gens,
adrogatio o arrogación y renuncia del arrogado al culto familiar o destatio sacrorum). Además
de sus deberes políticos, las curiae contribuyen en la defensa de la civitas suministrando la leva
a la legio (las tropas al ejército).

Durante su desarrollo histórico, Roma se enfrenta cada vez a un territorio más extenso
y, por tanto, a un poder mayor. Los rex van a delegar ciertas funciones en la figura de los
magistrados, guardando para sí el poder religioso: rex sacrorum.

2.2. La República romana

En el año 510 a.C. una revolución, o una transición en función de las fuentes históricas,
pone fin a la monarquía.
Según señala Juan Iglesias, Servio Tulio pone en marcha el cambio al proclamar el
exercitus centuriatus.
Recordemos que los plebeyos no tienen gentes, por lo que no forman parte de las
curiae y, por tanto, no forman parte tampoco de la legio.
Por razones militares, Servio Tulio va a proceder a una nueva ordenación de la civitas
en virtud de la cual los plebeyos pasarán a formar parte de las filas de un ejército del tipo
etrusco: exercitus centuriatus.

Por otro lado, el territorio se va a dividir en nuevas tribus que no guardan ningún
parecido a las antiguas. Así se van a conformar cuatro regiones: Palatina, Esquilina,
Succusuana o Suburana y la Colina. Las tres primeras se establecían en el Septimontium y la
última en una nueva zona: el Quirinal.
Las tribus servianas son distritos político-adminitrativos que reparten la población
sobre la base del domicilio. La urbs comenzó por distribuirse en 16 tribus rusticae,
aumentando hasta llegar a su número definitivo, 35.
La población se dividía en clases y centurias de la siguiente manera:

CLASE YUGARAS DE TIERRA ASES


PRIMERA 20 100.000
SEGUNDA 15 75.000
TERCERA 10 50.000
CUARTA 5 25.000
QUINTA 2 11.000
La pertenencia a cada clase resultaba de su contribución a la civitas.

Existían un total de 193 centurias repartidas de la siguiente manera:

a) Equites = 18 centurias. Seis de ellas, sex suffragia, se reservan a los patricios y


gozan de una situación privilegiada.
b) Primer clase = 80 centurias de infantes (40 iuniores y 40 seniores).
c) Segunda, tercera y cuarta = 20 centurias cada una (10 de iunionres y 10 seniores).
d) Quinta clase = 30 centurias (15 iunionres y 15 seniores).
e) Ingenieros (fabri tignarii y aerarii), músicos (tubicines y cornicines) y asistentes
(accensi velati)= 5 centurias. Las dos de ingenieros estaban adscritas a primera
clase y las componían herreros y carpinteros. Las tres de músicos y asistentes
pertenecían a la quinta clase.

Este ordenamiento basado en centurias contribuye no sólo al ejército y la defensa del


territorio, sino a una nueva asamblea: los comitia centuriata. Esta asamblea se reúne fuera de
la ciudad y es convocada por un magistrado con imperium para decidir sobre una propuesta.
Son asambleas conservadoras y están dominadas por las clases con más patrimonio. La
unidad de voto en estas asambleas es la centuria. Se comienza a votar siempre por las 18
centurias de équites y las 80 centurias de infantes de la primera clase. Las centurias de
caballeros están formadas por patricios y las de primera clase por personas adineradas. De
manera que su unión implica una mayoría de 98 votos y, consecuentemente, no se prosigue la
votación. Las clases con menos patrimonio casi nunca emiten voto.

Como venimos diciendo, la participación de la plebe durante la monarquía en el vida


política era nula. En la República, se llegará a un punto de “solidaridad” entre patricios y
plebeyos después de una lucha larga y tenaz.
Como hemos visto, la ordenación basada en centurias otorga un voto teórico a la
plebe, que nunca podrá ejercer.
En vista de esto y de que los poderosos no acceden a sus reivindicaciones, los plebeyos
se negarán a participar en la vida política, recurriendo a la secesión, la huelga integral y la
huelga militar.
Ante la necesidad de hombres para el ejército, en el año 494 a.C. se llega un acuerdo
instaurando el tribunado: un defensor de la plebe que mediante la intercessio defenderá a
estos de los abusos de los patricios. Los tribunos son elegidos en los concilios o plebis y
ostentan el derecho de intercederé, es decir, pueden paralizar cualquier decisión de un
magistrado. También tienen reconocido el atributo del sacrosanctitas. Esto implica que
cualquier ofensa hecha a un tribuno es una ofensa a toda la plebe y convierte en sacer al
ofensor, que lo pagará con la muerte. Por último el iux auxilii.
Las reivindicaciones de la plebe tienen tres vertientes: políticas, jurídicas y sociales.
- Políticas: validez de los plebiscitos, acceso al consulado y acceso al senado.
- Jurídicas: código común a patricios y plebeyos, abolir la prohibición de los
matrimonios mixtos.
- Sociales: prohibición de intereses usuarios, condonación de la moratoria de
deudas, participación en la división del ager publicus y abolición de la ejecución
sobre las personas (manus iniectio) por razón de deudas.

Al igual que en la monarquía, la organización política durante la República descansa


sobre tres pilares: la magistratura, los comicios y el Senado.
a) La Magistratura.

Sus miembros son elegidos por asambleas populares, basándose la elección el Cursus
Honorum, es decir, la carrera política. El cursus honorum salvaguardaba que las magistraturas
debían ser ocupadas en orden, sin poder ocupar una magistratura si antes no se había
ocupado la anterior. La primera magistratura que podía ocupar un romano era quaestor,
después aedil o tribunus plebi. Los patricios no podían ejercer como tribunos, por lo que
debían presentarse a aedil curul. Después de pasaba a las magistraturas de alto rango: pretor,
cónsul y censor.
Tiene cuatro características principales: (*)
1) Colegialidad. Dentro de cada catergoría hay dos o más
magistrados que actúan en colegialiada, es decir, que aún
teniendo un poder íntegro individual, pueden vetarse
(intercessio) entre ellos. Pero también pueden negociar acuerdos
y salvaguardar cualquier posible colisión.
2) Elegibilidad. Son elegidos por el pueblo en asambleas.
3) Temporalidad. Tienen duración de un año, con posibilidad de
prórroga. Las excepciones son el dictator (6 meses) y el censor
(18 meses).
4) Gratuidad. No obtienen beneficios económicos por su puesto.

Los magistrados son investidos con una potestad de mando: potestas. En el caso de los
magistrados de alto rango (cónsules, dictador y pretor) tienen también el poder soberano o
imperium, al que los ciudadanos están sometidos. Además, cada uno goza también de su
autoritas, es decir, el prestigio personal de cada uno de ellos.
El imperium goza de los siguientes atributos:
1) suprema dirección del Estado;
2) mando militar;
3) ius edicendi: derecho a dirigirse al pueblo y dictar ordenanzas;
4) iurisdictio: facultad de administrar justicia civil y criminal;
5) ius agendi cum patribus y ius agendi cum populo: derecho a convocar y presidir el
senado y los comicios;
6) coertio: poder disciplinario;
7) ius auspiciorum: consultar la voluntad de los dioses antes de celebrar ciertos actos

Como hemos dicho, los tribunos tienen la facultad de oponerse a las decisiones de las
magistraturas que afecten negativamente a los plebeyos: ius intercessionis.
Cualquier ciudadano puede apelar ante los comicios por una pena o castigo impuesto por
un magistrado: provocatio ad populum.
Si cometen actos contrarios a la ley, los magistrados responderán al final de su
magistratura (los magistrados mayores) y antes de dejar la función (magistrados menores).
Todos los magistrados son elegidos en asambleas populares: los magistrados mayores en
los comitia centuriata y los menores en los comitia tributa.
Podemos establecer diferentes categorías de magistrados:

a) Cónsules. Siempre son dos. Ejercen el poder político y militar: imperium domi
militiaeque.
b) Praetores. Podemos distinguir dos praetores: praetor urbanus (litigios entre
romanos) y praetor peregrinus (litigios entre romanos y extranjeros). Son los
magistrados encargados de administrar justicia. Cada pretor tenía bajo su mando una
legión de unos 6.000 soldados.
c) Censores. Funciones: ager publicus, lectio senatus y censo de los ciudadanos, con
miras al sufragio, la tributación, el servicio militar y la tutela de costumbres o cura
morum. Es una de las magistraturas que gozan de mayor prestigio ente la población.
Su nombramiento se hace cada cinco años, aunque sólo ejerce sus funciones durante
18 meses. Pueden realizar notas marginales en el registro de los ciudadanos que
cambian su posición en la sociedad romana y, por extensión, en su tributación o
suposición en la legio.
d) Aediles. Esta magistratura constaba de cuatro miembros: dos plebeyos (aediles
plebeyos) y dos patricios (aediles curules). Sus funciones eran de policía ciudadana:
cura urbis, annonae ludorum. Se ocupaban de la vigilancia de las calles, la
construcción de obras públicas y su mantenimiento, juegos públicos y abastecimiento
de la civitas.
e) Quaestores. Magistrados auxiliares de los cónsules y los censores. Intervienen en la
administración de justicia criminal (quaestores parricidii), en la recaudación de multas
y confiscaciones y en el gobierno de la tesorería (Aerarium). A la cuestura se llegaba
después de haber ocupado un tribunado militar. En sus inicios se limitaban a dos,
llegando a 20 al final de la república.
f) Dictator. Es una magistratura extraordinaria que se impone como poder supremo y
soberano. Sólo se invoca en tiempos de verdadera necesidad y por un tiempo limitado
a seis meses. Es una persona de reputación intachable que concentrará todo el poder
en su persona durante tiempos de crisis. Todas las magistraturas quedan suspendidas
hasta que se solucione el problema. Suele ser nombrado por los cónsules, aunque
también hay teorías de la intervención del senado.
g) Tribunos. Como hemos visto antes, son los representates de la plebe y gozan de la
facultad de tribunitia potestas (derecho de veto), sacrosanctitas y el iux auxilii (auxiliar
a cualquier ciudadano en peligro de muerte).

b) Los comitia.

Los comicios o asambleas populares reúnen únicamente a los patricios. Recordemos


que las asambleas de la plebe eran los plebiscitos, que carecieron de valor legal hasta la
interposición de la lex Valeria Horatia en el año 449 a.C.
Podemos distinguir entre tres asambleas:
1) Comitia curiata. Es un recuerdo de la Roma antigua. Pierden eficacia y se limitan a
funciones religiosas y a otorgar la lex curiata de imperio a los cónsules.
2) Comitia centuriata. Hemos visto su funcionamiento más arriba. Intervienen en la
elección de los magistrados con imperium: cónsules, dictadores y pretores, además de
los censores. Intervienen en la votación de las leges rogatae, es decir, las propuestas
por estos magistrados.
3) Comitia tributa. Basada en las 35 tribus en que se dividió Roma. Al igual que las
centurias, las tribus disponen de un voto cada una. Los ciudadano que cada tribu
tienen derecho a voto. Estos comicios estaban presididos por los tribunos de la plebe
y en ellos se elegía a los magistrados menores, además de tener funciones de
apelación de delitos menores.

c) El Senado.

Está formado por los ciudadanos que gozan de mayor riqueza y prestigio en Roma. Por
tradición desde la monarquía, el senado es el eje político de la vida en Roma. Suelen ser
hombres de las principales familias romanas, que tras ocupar la pretura, tenían derecho a un
asiento en el senado.
En un principio estuvo únicamente integrado por patricios, hasta que en el año 312
a.C. se abre la puerta del senado para los plebeyos a través de la lex Ovinia que permitía la
integración del senado por patricios y agregados.
Su número varía según el momento histórico, desde los 100 de la monarquía hasta los
900 senadores de César.
Como hemos dicho, esta era una cámara de ex magistrados, con amplia experiencia
política, la mayoría expretores y excónsules. El senador de más edad, y el que más veces
había ocupado los cargos de cónsul y censor, era el princeps senatus (el primero del senado)
y podía hablar primero en las reuniones.
Su funciones son de alto rango: relaciones internacionales, guerra, hacienda, culto,
dirección del ejército, designación de los gobernadores de las provincias, distribución de
funciones entre los magistrados… y, sobre todo, el senatus consultum ultimun, que le
otorgaba un poder único a los cónsules, suspendiendo todas las garantías constitucionales.
Por otro lado, el Senado decide sobre las deliberaciones de los comicios otorgando el
auctoritas patrum, que refrenda las leyes y decisiones de las asambleas.
La cámara se reúne al ser convocada por un magistrado con imperium para dar
respuesta a una consulta del mismo. El procedimiento es el siguiente: relatio (el magistrado
expone la cuestión), rogare sententias (interrogatorio a los senadores, comenzando por el
princeps senatus y en orden de prestigio y antigüedad) y votación. La votación se hace per
dicessionem (en dos grupos, el favorable y el contrario a la propuesta). La decisión (senatus
consultum) del senado no es vinculante.

2.3. El Principado

En el año 27 a.C. Augusto instaura el Principado como forma de Gobierno y


organización de Roma. El princeps toma el mando, es el Jefe supremo del Estad, pero no se
deshace de las instituciones republicanas. A la República sin rey le sigue una República con
princeps.
La organización política del Principado denota las siguientes instituciones:

1) El princeps. Acumula en su persona una serie de títulos y facultades que, formalmente,


le son concedidas por los órganos republicanos que han sobrevivido. Desaparecida la
magistratura del cónsul, el princeps recibe la tribunicia potestas (facultad vitalicia), el
imperium proconsulare infinitum (sin límite del pomerium) y maius (le otorga
superioridad a los gobernadores de las provincias senatoriales), entre otras facultades.
De manera que Augustus va a asumir una serie de poderes que le colocarán en una
situación preeminente sobre el resto de las instituciones y órganos constitucionales.
Va a mantener a las instituciones republicanas subordinadas y obligadas a la
colaboración con él.
No es un magistrado, sino que es un órgano permanente revestido con imperium y una
potestas que rompen con las características de colegialidad, temporalidad, elección y
responsabilidad que caracterizaban a las magistraturas republicanas.

2) Las magistraturas. Como hemos dicho, las magistraturas van a quedar privadas de
atribuciones realmente efectivas. Los magistrados van a ser elegidos por el Senado y
quedan excluidos los ciudadanos que carecen de rango señorial.

3) El Senado. Va a perder su autoridad política en beneficio del princeps. Va a asumir la


elección de los magistrados que antes recaía en los comitia, para luego perderla por las
recomendaciones e intervenciones del princeps sobre los candidatos. Queda sujeto a
una obligada colaboración con el princeps.
El nombramiento de los senadores corresponde al príncipe, recayendo incluso en
personas que no han sido magistrados.

4) La Administración imperial. Con el Principado va a surgir la burocracia, los


funcionarios, que reciben un sueldo por su trabajo. El princeps se guarda la potestad
de elegirlos y destituirlos.

2.4. El Imperio

Tras una serie de luchas que duran casi cincuenta años, Diocleciano será proclamado
imperator por las tropas, imponiendo el absolutismo como forma de gobierno. El emperador
va a ser el jefe único y señor.
Diocleciano va a reformar los tributos y el ejército, construye una bruocracia oficial
numerosa, reemplazando las magistraturas, y deja el gobierno en manos de dos emperadores
auxiliados por dos Caesares.
Durante esta época, se van a suceder problemas territoriales. Ya no funciona el
sistema de municipios y las luchas con los bárbaros son constantes, llevando al declive del
Imperio.
La organización política del Imperio es la siguiente:

1) El imperator. El emperador es dominus et deus. Es decir, su poder es fruto de una


investidura divina, es elegido por Dios, y ejerce su poder sobre un Estado patrimonial.
Su poder hace una distinción entre dos facultades: el dominatus imperial (sobre las
personas libres y los bienes privados) y el dominium imperial (propiedad privada del
emperador).
2) El Senado se convierte en una corporación municipal, las magistraturas quedan
reducidas los pretores y cuestores a favor de los funcionarios.
3) Funcionarios. Surge una burocracia civil y jerarquizada, independiente de los militares.
Los funcionarios civiles disponen de laterculum (escalafón), codicillus dignitatis (título)
y sueldo. Tienen un estatuto regulador de su designación, responsabilidad y derechos
y deberes. Ejercen sus funciones durante un año, para después desempeñar otro
puesto o la excedencia.

2.5. La historia del Derecho Romano: evolución del Derecho Privado Romano.

El Derecho Romano es el Derecho elaborado por el pueblo romano en varias épocas de


su historia.
Podemos distinguir tres fases o épocas del Derecho Romano:

1) Ius civile o época arcaica (desde la fundación de Roma hasta el siglo III a.C). Es el
originario Derecho Romano. El Derecho tiene unas características concretas: es un
Derecho formal, se constituye a partir de un conjunto de normas consuetudinarias de
carácter rígido, formalista y simple; es oral; los actos y negocios jurídicos están
impregnados de simbología y actos mágicos. Las fuentes de creación del Derecho se
localizan en la figura del rex y en los grandes comitia.

2) Ius gentium o época clásica (siglo III a.C. hasta el siglo III d.C.). Es la época de
esplendor del Imperio. Se va a producir una gran expansión territorial que conlelva la
adaptación del Derecho al nuevo sistema. Fruto de ello, el Derecho evoluciona en
calidad y cantidad. Esta evolución no tiene su haber en la ley, sino en la colaboración
de la actuación de la jurisprudencia romana.
Los juristas van a ser individuos particulares, conocedores del Derecho, a los cuales los
particulares plantean dudas y asuntos relacionados con las leyes. Esta actividad es la
jurisprudencia, la ciencia del Derecho.
Los juristas son consejeros de los particulares y van a responder a tres tipos de
consultas:
- Agere o fórmulas sobre pleitos.
- Respondere o respuestas a consultas
- Cavere o fórmulas sobre negocios jurídicos y contratos

La jurisprudencia es de ejercicio libre, liberal y generoso. Los juristas son personas de


muy alta estima y honor en Roma.
Los juristas clásicos centran su labor en atender las necesidades del Derecho. Su oficio
es un arte que pone la mirada en el arte de lo bueno y de lo justo (bonum et aequum) y
actúa sobre la propia realidad de las cosas (natura rerum). Y llevan a cabo esta labor no
como una pretensión de originalidad, sino como un servicio de cierto número de
principios fundamentales, es decir, basándose las normas existentes.
Dos van a ser las escuelas fundamentales en las que se agrupan los juristas:
- Escuela de los proculeyanos.
- Escuela de los sabinianos.
Algunos juristas conocidos: Gayo-Gaius; Juliano, Papiniano, Paulo, Ulpiano y
Modestino.

Para el desarrollo del Derecho en esta época va a ser fundamental la colaboración


entre los juristas y los magistrados, especialmente los pretores. Esa colaboración va a
hacer que el Derecho Romano logre esa evolución en calidad y cantidad.
El pretor, al jurar su cargo, publica un edicto en el que se recogen cuáles va a ser sus
normas o criterios de actuación durante el ejercicio de sus funciones. Este edicto no
tiene carácter vinculante. Durante su ejercicio, el pretor puede emitir tres tipos de
edictos (*):
- Edictum perpettum. Es el edicto vigente por el año del cargo, es decir, el edicto del
pretor al comienzo de su ejercicio.
- Edictum repentinum. Si a un pretor se le plantea una cuestión no prevista, emite
un edicto repentino para solucionarla.
- Edictum tranlaticium. Es el fondo común de los edictos, las bases que todos
comparten un que van pasando de pretor a pretor.
- Edictum perpetuum. Es el nombre que recibe la recopilación de edictos que
encarga Adriano. Se fija un edicto común, refrendado por los pretores, y no sujeto
a cambios.

A partir de un determinado momento, la colaboración entre pretores y juristas va a


decaer durante la época pos-clásica. Con Augusto comienza a frenarse la proliferación
del Derecho por parte de los juristas a través del ius respondendi, que concede el título
de juristas sólo a determinadas personas. Los emperadores deciden qué juristas van a
poder emitir dictámenes y dedicarse a la jurisprudencia. Muchos de ellos comienzan a
ocupar cargos públicos, de manera que puedan ser controlados.
Van a comenzar a redactarse normas escritas que recogerán los dictámenes de los
juristas que ostentan ius respondedi.
Por otro lado, también se comienzan a recoger comentarios a ese Derecho y a los
edictos de los pretores. Asimismo, se van a conocer monografías sobre temas
concretos y tratados o manuales de enseñanza, las institutiones, promovidas por
Justiniano y basadas en el compendio de Derecho romano escrito por Gaius.

3) Derecho heleno- romano o época pos-clásica (siglo III hasta el siglo VI). El factor más
importante de esta época es que el poder se haya absoluta y abiertamente
concentrado en la figura del emperador.
Habiendo desaparecido casi todas las fuentes creadoras del Derecho (incluyendo los
senatio consultum), sólo quedan las Constituciones imperiales, fuente primaria y única
del Derecho. Hay cuatro clases:
- Edicta. Son las normas dictadas por el príncipe/emperador en uso del ius edicendi
y se asemejan a las normas dictadas por los magistrados de la República.
- Decreta. Resoluciones extraordinarias en procesos civiles o criminales que el
príncipe/emperador conoce en primera instancia.
- Rescripta. Respuestas a consultas planteadas por magistrados, funcionarios o
particulares.
- Mandata. Instrucciones dadas por el príncipe/emperador en materia
administrativa a los funcionarios de provincias.

Los magistrados son sustituidos por funcionarios imperiales que integran todas las
características opuestas a las magistraturas: no son elegidos, sino nombrados por el
princeps, su labor es retribuida económicamente, son dependientes.
La actividad de la jurisprudencia va a quedar reducida a dos supuestos:
- Juristas que ocupan cargos en la administración imperial. Puestos del pretor y
cancillerías.
- Juristas dedicados a la enseñanza.
La ley de citas o citaciones (Teodosio II y Valentiniano III) va a establecer qué juristas
van a tener eficacia legal ante los Tribunales: Papiniano, Ulpiano, Paulo, Gaius y
Modestino. Su opinión tiene fuerza obligatoria. La ley recoge en qué modo y orden
deben tenerse en cuenta las opiniones de estos juristas, en el caso de que sean
dispares, estableciendo como predominante la opinión de Papiniano. Además. Según
el Código teodosiano, se otorga validez a los autores citados en las obras de estos
juristas.
Estos juristas van a reflejar la decadencia del Derecho Romano, pues no crean derecho,
sino que hacen resúmenes y síntesis de la labor creada en la época clásica. Esto va a
dar lugar a un proceso de vulgarización y degradación de los conceptos del originario
Derecho Romano.

2.5.1. Las recopilaciones y codificaciones

Los primero intentos, anteriores a Justiniano, son tres códigos:


a) Código gregoriano o Codex Gregorianus. Es una complilación privada donde se
recogen constituciones imperiales dictadas entre los años 196 y 295. Consta de 15
libros divididos en títulos.
b) Código hermogeniano o Codex Hermogenianus. Es una compilación privada realizada
a finales del siglo III, principios del siglo IV, que consta de un solo libro dividido en
títulos y que recoge constituciones promulgadas entre los años 291 y 324. Se puede
considerar como un apéndice del anterior.
c) Código teodosiano o Codex Theodosianus. Es una compilación oficial, ordenada por
Teodosio II, que entra en vigor en el año 439. Consta de 16 libros, divididos en títulos y
recoge las leges generales dictadas desde Constantino hasta Teodosio II (313-437).
Destaca la importante concesión a materias de Derecho Público.
Hubieron también otros intentos que trataron de reunir en una sola obra iuras
(opiniones de los juristas) y constituciones imperiales. Eran compilaciones mixtas, entre las que
destaca la Fragmenta Vaticana.
Todos estos intentos culminan cuando Justiniano logra recoger por escrito todo el
Derecho Romano vigente. Consigue reunir todos los iura y las leges en una sola obra. La labor
compiladora va a llevarse a cabo entre los años 528 y 533 y recibirá el nombre de Corpus iuris
civilis. Es notable el hecho de que Justiniano autorizó a los encargados de realizar la
compilación para que introdujeran interpolaciones (alteraciones en los textos para su mejor
comprensión).

a) Codex
Esta labor comienza en el año 528, cuando Justiniano encarga a diez miembros la tarea
de redactar un Código con base en los intentos precedentes. Este primer código o Codex va a
publicarse en el año 529 y recogerá las leges vigentes.

b) Digesta
En segundo lugar, en el año 530, Justiniano ordenará la constitución de una comisión,
integrada por dieciséis miembros, cuya labor será la de agrupar en una obra toda la
jurisprudencia, los iura. Esta segunda compilación recibe el nombre de Digesto o Pandaectae
entra en vigor en el año 533.
Las aportaciones de 39 juristas conforman esta obra, en la que predomina la labor de
Ulpiano (una tercera parte), Paulo, Papiniano y Juliano. En total son 9.000 fragmentos, que
contienen los iura no sólo de juristas con ius respondi, sino también los iura de algunos juristas
que no fueron dotados con ius respondi.
El Digesto está dividido en 50 libros. Cada libro está dividido en títulos, cada título en
fragmentos y los fragmentos en párrafos. Los libros 30, 31 y 32 no tienen título. Los títulos se
encabezan con una inscriptio, que expresa el nombre del autor, la obra y el libro del que
proceden.
Se divide de la siguiente manera:
- Libro 1-4 à principios generales del Derecho y la jurisdicción.
- Libro 5-9 à doctrina general de las acciones y protección judicial de la propiedad u
de los demás derechos reales.
- Libro 12-19à obligaciones y contratos.
- Libro 20-27à obligaciones y familia.
- Libro 28-36 à herencia, legados y fideicomisos
- Libro 37-44 à herencia pretoria y materias referentes a derechos reales, posesión
y obligaciones.
- Libro 45-50 à stipulatio, derecho penal, apellatio y derecho municipal.
- Dos títulos generales: de verborum significatione y de diversis regulis iuris antiqui.

c) Institutiones
En tercer lugar, Justiniano encargará la redacción de un libro con fines de enseñanza.
Un manual conocido con el nombre de Institutiones seu elementa que entra en vigor con el
Digesto. Este manual también tendrá valor legal ante los tribunales. Está dividido en 4 libros,
cada uno dividido en títulos y cada título en párrafos.
La obra está ordenada basándose en el sistema de Gayo: a las personae (libro I); a las
res (libros II, II y los cinco primeros títulos del IV) y a las actiones (resto del libro IV).

d) Codex repetite praelectionis


Debido a las innovaciones legislativas, el emperador ordenó una revisión del Codex
para que se incorporen las nuevas constituciones. Recibirá el nombre de Codex repetite
praelectionis y será publicado en el año 534. Este segundo Codex se divide en 12 libros, con
títulos, dentro de los cuales se recogían las constituciones imperiales ordenadas
cronológicamente hasta el momento de la publicación del Código.
Las constituciones promulgadas con posterioridad a este último Codex no llegan a
compilarse y reciben el nombre de Novellae constitutiones post Codicem.

3. Las Concepciones romanas del Derecho

3.1. Ius
Ius es definido como el arte de lo bueno y de los justo. Se utiliza tanto para designar el
Derecho objetivo como el Derecho Subjetivo.

3.2. Aequitas
Aequitas es un término que expresa la adecuación del Derecho positivo a los hábitos,
costumbres, sentimientos e instintos morales e intelectuales de la conciencia colectiva.
Hay cuestiones que la ley deja sin contestar. El aequitas restablece la equidad, la justa
proporción, el equilibrio entre el Derecho y la vida. Es decir, un punto de encuentro entre
Derecho y Justicia.

3.3. Iustitia
La iustitia es la voluntad de dar a cada uno su derecho, es decir, dar a cada uno lo suyo.
Es una justicia de uso cotidiano, que parte de la igualdad de los hombres para la consecución
del bien común.

3.4. Iurisprudencia
Es la ciencia de lo justo y de lo injusto. Según Ulpiano, “la jurisprudencia es el
conocimiento de las cosas divinas y humanas, la ciencia de lo justo y de lo injusto”. La ciencia
jurídica ha de ser un quehacer vital, debe ocuparse de lo necesario. El jurista debe descubrir el
brote las normas que están en la naturaleza de las cosas.

3.5. Tria iuris preaecepta (*)


Para Ulpiano, tres son los conceptos jurídicos fundamentales: honestum vivere (vivir
honestamente), alterum non laedere (no dañar a otro), suum cuique tribuere (dar a cada uno lo
suyo). Estamos hablando de preceptos y normas sociales que adquieren su máximo exponente
en su positivación en el Derecho.
El primer precepto hace referencia al honor, la reputación del ciudadano ante la ley y
la comunidad. Los otros dos, a las lesiones y resoluciones jurídicas conforme a Derecho.

3.6. Ius civile, ius gentium, ius naturale


Es el derecho propio, privativo, de los cives. Este derecho se afirma en el principio de
personalidad de las leyes, no de territorialidad. Los peregrini se mueven, en sus relaciones
privadas, fuera de la órbita del ius civile Romanorum, el derecho privado de los romanos.
Pero las relaciones comerciales y el desarrollo social y civil, según el cual Roma es la
cabeza de los pueblos del Mediterráneo, conllevan la necesidad de regular esas relaciones: ius
gentium. Es el derecho positivo romano, pero no personalista, sino destinado a regular las
relaciones entre ciudadanos romanos y entre ciudadanos romanos y peregrini. El ius gentium
es el ius civile despojado de su condición personalista.
Gayo define el ius gentium como “el que la razón establece ente todos los hombres”,
como algo que por naturaleza debe establecerse.
La naturaleza o naturalidad de las normas romanas no es algo alejado de la realidad,
sino algo consustancial a la propia norma. En la época pos-clásica, la razón natural se concibe
como la lógica natural de las cosas.
El ius naturale no se identifica con el ius gentium, sino con el origen divino del
Derecho. Ulpiano dice que el derecho natural es el que la naturaleza enseñó a los animales, no
es exclusivo del hombre. Y que de ese derecho natural provienen muchas instituciones que
conocen los romanos: unión de macho y hembra (matrimonio), procreación de los hijos y su
educación.

4. Derecho Procesal

Como venimos diciendo, en Roma, los ciudadanos tienen atribuidos una serie de
derechos o facultades y el poder para ejercerlos. Pero esos derechos no tienen sentido si nos e
procura su defensa y mantenimiento.
Ejercer un derecho que concede la norma siempre se tiene por lícito (qui iure suo
utitur, neminem laedit- el que se sirve de su derecho no daña a nadie). Pero la actuación
abusiva o el ejercicio indebido de los derechos suponen una transgresión del orden jurídico y
conlleva responsabilidades. Los derechos se protegerán a partir de una intervención jurídica en
forma de proceso.
Estos derechos romanos eran lo que hoy consideraríamos derechos subjetivos,
pertenecientes a la esfera privada de los ciudadanos. Cuando alguien interfiere en la esfera de
derechos de otra persona se origina un conflicto. En ese conflicto interviene el Derecho
Procesal y para la defensa de los derechos debemos iniciar un procedimiento.

4.1. Cuestiones previas

a) Actio. Es la acción mediante la cual se inicia un procedimiento. El Derecho Romano


entiende la actio en un doble sentido:
- Material à instrumento que abre las puertas al proceso. Acto dirigido a lograr la
tutela jurisdiccional.
- Formal à reclamación de un derecho. La pretensión.

b) Iudex. El juez elegido por las partes.


c) Reus. Parte en un procedimiento que goza que capacidad procesal, es decir, que tiene
facultad de intervención. Es la parte pasiva del procedimiento, lo que hoy llamamos el
demandado.
d) Actor. Parte en un procedimiento que goza que capacidad procesal, es decir, que tiene
facultad de intervención. Es la parte activa del procedimiento, lo que hoy llamamos el
demandante.
e) Jurisdicción. Poder especial de determinadas personas para conocer de un litigio.
f) Competencia. Sólo algunas personas son competentes para conocer y saber de un
litigio.
g) Fuero. Determina la razón por la que el magistrado ejerce su jurisdicción.

4.2. Los procedimientos civiles

Los procedimientos van a ser distintos según la época. Como hemos visto
anteriormente, el Derecho Romana atraviesa tres épocas históricas diferenciadas. En esas tres
épocas podemos distinguir dos sistemas procesales:

a) Ordo iudiciorum privatorum. Sistema ordinario de juicios privados. Comprende la


época de las legis actiones (fundación de la civitas hasta el siglo II a.C.) y del
procedimiento per formulas (siglo II a.C. hasta el siglo III de C.).
En esta época clásica el procedimiento se divide en dos fases:
- Procedimiento in iure. Las partes (actor y reus) presentan su caso al pretor,
exponiendo sus puntos de vista y la naturaleza del derecho cuya protección se
exige. Si el pretor acepta el procedimiento, se nombra a un juez (iudex) por
acuerdo de las partes. Las partes van a asumir el fallo del juez, sea cual sea.
- Procedimiento apud iudicem. Supone la intervención del juez, un árbitro particular
designado por las partes, que solventará el conflicto y dará un fallo.
b) Cognito extra ordinem. Sistema de procedimiento extraordinario. Establecido en el
siglo III de C. con la desaparición del ordo iudiciorum privatorum. El proceso se
desarrolla en una sola vía ante un solo tribunal.

4.3. El procedimiento de las legis actiones

Como hemos señalado, el procedimiento de las acciones de ley es el más antiguo


utilizado en el Derecho Procesal Romano. Gozan de un rito exigente y solemne, donde las
partes hacen sus peticiones al pretor y declaran con fórmulas establecidas por la ley o
costumbre.
Según Gayo, las acciones de ley eran cinco, dividas en dos subgrupos:

a) Acciones declarativas. Son acciones contenciosas, dirigidas a la declaración o


transformación de los derechos existentes a través de una sentencia.

- Legis actio per sacramentum. Las partes realizaban una apuesta en dinero sobre el
derecho transgredido durante las alegaciones in iure, ante el pretor, bajo un
juramento sacro. La apuesta se depositaba en sacro o erario público. El litigante
victorioso recuperaba su parte, mientras que la parte correspondiente al perdedor
pasaba a engrosar los bienes del Estado.
Distinguimos entre legis actio sacramento in rem (derecho de propiedad) y legis
actio sacramento in personam (derechos de crédito).

- Legis actio per iudicis postulatione. Es una acción prevista en las XII Tablas que
permitía reclamar lo debido mediante una sponsio. El actor hacía una afirmación
sobre la deuda y exigía la verdad al reus. El reus negaba la acusación y el actor
pedía al pretor nombrar un iudex. También se aplica para la división de las
herencias. Esta acción no recurre a las apuestas, durante el in iure declaran las
partes e inmediatamente después se nombra un juez.

- Legis actio per condictionem. Esta acción estaba prevista para deudas de dinero
cierto y para cualquier otra cosa cierta. No se precisaba ninguna mención del
motivo de reclamación, tenía un carácter abstracto. Se disponía de un plazo de 30
días para nombrar un iudex y no había lugar a apuesta.

b) Acciones ejecutivas. Son acciones encaminadas a un procedimiento de ejecución de la


sentencia.

- Legis actio per manus intiectionem. Esta acción supone una ejecución personal. Si
el dondenado no cumple con su prestación, al trancurrir 30 días desde que se
pronunció la sentencia, podía ser llevado ante el pretor. Éste lo entregaba al
acreedor, a no ser que un tercero (vindex) saliera en su auxilio.
Esta acción legitima al acreedor para retener a su deudor durante 60 días y luego
venderlo fuera de Roma, si nadie se ofrece a pagar la deuda.
- Legis actio per pignoris capionem. Esta acción de ley se utilizaba como medio de
ejecución directa sobre los bienes de personas deudoras por tributos, créditos
militares y de tipo religioso.

4.4. El procedimiento formulario

Las formulas son escritos breves presentados por las partes, previo asesoramiento de
los juristas, en los que queda patente la naturaleza del derecho en conflicto.
El pretor traspasará al iudex el escrito para que le sirva de guía a la hora de tomar su
decisión, en el caso de que el magistrado estime la formula.
Este procedimiento tiene su origen en el ius gentium, en los procesos entre romanos y
peregrini, que se basaban en una fórmula escrita adaptable a las circunstancias particulares del
caso. Un proceso reflejo del proceso civil romano, con las mismas fases: in iure y apud iudicem.

a) Estructura y partes de la formula

Titius iudex esto = Ticio se juez --- ENCABEZAMIENTO


Si paret Numerius Negidius Auli Agerio sesterium X milia dare ioirtere = Si resulta que
Numerio Negidio está obligado a dar diez mil sestercios a Aulo Agerio. --- INTENTIO
Si paret… condemnato; si no paret, absolvito = si resulta… que sea condenado, si no
resulta, sea absuelto. --- CONDEMNATIO

En este tipo de procedimiento, la formula servía como un convenio por el cual los
litigantes sometían la controversia a la decisión dl juez. Se parte del supuesto de que lo
alegado por el actor es cierto, previendo entonces una condena para el reus; o bien, se preveía
la absolución si la alegación no era cierta.
La fórmula se encabeza con el nombre del juez que ha sido elegido por las partes: Ticio
se juez. Después comienzan a distinguirse las diferentes partes que integran la formula:

1) Partes ordinarias:
- Intentio à parte fundamental de de la fórmula. Recoge el contenido de la
demanda, la pretensión del actor. Puede ser certa (determinada) o incerta (no
determinada). La intentio puede ser una pretensión de comprobar un derecho y
entonces no hay condena para nadie. Pero también puede darse que el
demandante no sólo quiera comprobar el derecho transgredido, sino que el
demandado pague por ello. Así, el pretor instará en la formula una condemnatio.
- Demostratio à esta parte de la formula solo es aplicable en el caso de que nos
encontremos ante una intentio incerta. La demostratio va a concretar la naturaleza
de la reclamación a partir de los hechos que la fundamentan. En su redacción,
precede a la intentio.
- Condemnatio à es la parte de la formula que faculta al juez para condenar o
absolver. La condemnatio se concretaba en una cantidad de dinero (condemnatio
pecuniaria) en compensación por el objeto reclamado. El inconveniente radica en
que el interesado podría preferir la restitución del objeto, en lugar de una cantidad
dineraria que le compense por su pérdida. Como consecuencia, el pretor antepuso
la restitución a la compensación económica, dejando en manos del juez la condena
si el objeto/bien no era restituido. Estas acciones reciben el nombre de arbitrarias,
actiones arbitrariae.
- Audicatio à esta parte ordinaria de la formula sólo existe en acciones de deslinde,
de división de cosa común o de división de herencia. Se faculta al juez para que
determinase qué le corresponde a cada parte. Se escribe antes de la intentio y
después de la demostratio.
2) Partes extraordinarias:
- Exceptio à es un recurso procesal mediante el cual el demandando, aun
conociendo las pretensiones del actor, hace alegaciones en su defensa. Se
establece en defensa del demandado contra el actio del demandante. Si el
demandado se limitaba a negar las pretensiones del actor, la exceptio no era
necesaria. Pero si alegaba determinadas circunstancias, cabía que la pretensión
pudiese quedar desviada o excluida de condena.
Por ejemplo, Ticio ha prestado diez mil sestercios a Gayo y le concede una
moratoria en el pago de cinco años. Pero a los dos años del préstamo, decide
emprender una acción ante el pretor para exigir su dinero. Gayo puede alegar que
Ticio le ha concedido cinco años para pagar la deuda. En tal caso, el pretor añadirá
esta circunstancia como exceptio en la formula.
Las excepciones pueden ser de dos tipos:
a) Perentorias = paralizan o destruyen totalmente la acción. Hablamos de
aquellas provenientes del dolo malo, miedo, transgresión de una ley o
senadoconsulto, cosa juzgada o deducida en juicio o la de no pedir nunca.
b) Dilatorias = no anulan la acción, pero la paralizan temporalmente. Son las que
derivan de un pacto de no pedir en un tiempo determinado, litigar por medio
de un representante sin capacidad o que sea nombrado por alguien que no
tiene capacidad para ello.
- Praescriptio à van a la cabeza de la formula y se dan en beneficio del
demandante (pro actore) o del demandado (pro reo). Supongamos que Ticio presta
a Gayo diez mil sestercios a devolver en 5 cuotas mensuales de dos mil sestercios
cada una. Es el tercer mes y Ticio debe dos cuotas. Gayo interpone una acción ante
el pretor para reclamar las dos cuotas que Ticio le debe, pero no alega nada en
cuanto a las dos cuotas futuras. La prescripción pro actore tiene la finalidad de
evitar que se incurra en una plus petitio, es decir, reclamar una obligación antes de
tiempo.
En el caso de la praescriptio pro reo, desaparecieron a favor de las exceptio.

5. El negocio jurídico

Los ordenamientos jurídicos permiten, en el Mundo Romano y en la actualidad, que los


sujetos regulemos nuestros intereses atendiendo a unas finalidades lícitas y tutelables por las
leyes, ateniéndonos a las normas que los ordenamientos jurídicos prescriben y recogen.

Los romanos no han elaborado una teoría general del negocio jurídico, sino que ésta es
fruto de la abstracción, llevada a términos por los pandectistas del siglo XIX y los civilistas
modernos.

5.1. Concepto y clases

Los hechos o actuaciones de los individuos, cuando trascienden al mundo jurídico, se


denominan hechos jurídicos. Estos hechos jurídicos pueden ser voluntarios o involuntarios.
a) Hechos jurídicos voluntarios. Son aquellos que dependen de la voluntad del ser
humano. Se les conoce con el nombre de actos jurídicos y pueden ser lícitos o ilícitos
1) Lícitos à son los negocios jurídicos, dirigidos al logro de un fin que la norma
jurídica reconoce y tutela.
2) Ilícitos à es un acto jurídico que persigue un fin prohibido por la ley y contra el
que se reacciona para restaurar el orden jurídico.
b) Hechos jurídicos involuntarios. Dependen de la naturaleza, no de la voluntad del ser
humano. Por ejemplo: nacimiento, muerte, el transcurso del tiempo, las condiciones
climatológicas.

El negocio jurídico se puede definir como la manifestación de la voluntad dirigida a la


consecución de un fin práctico permitido y protegido por la ley. Consecuencia del mismos son
la adquisición, modificación o pérdida de un derecho subjetivo, de acuerdo con un fin práctico
permitido por la ley.
Los negocios jurídicos se integran en una amplia variedad de figuras que da lugar a
diferentes clasificaciones, atendiendo a las circunstancias particulares que se presentan:

a) Negocios unilaterales y bilaterales. Los negocios jurídicos unilaterales existen por la


voluntad de un solo sujeto (ejemplo: testamento), mientras que los negocios
bilaterales surge de la voluntad de dos sujetos en virtud de un acuerdo (ej.: el
matrimonio).
b) Negocios formales o solemnes y negocios no formales o no solemnes. Los primeros
están previstos en el ordenamiento de una forma clara y precisa. En los negocios
informales la manifestación de la voluntad puede tener lugar de cualquier modo,
siempre que se exprese de manera clara.
c) Negocios onerosos y gratuitos. En los negocios onerosos existe una contraprestación,
se produce un cambio de prestaciones (ej.: compraventa de un objeto). En los
negocios gratuitos no existe tal contraprestación, sino que la adquisición se verifica sin
una pérdida correspondiente (ej.: la donación).
d) Negocios causales y abstractos. En los negocios causales el fin práctico que persiguen
las partes dota al negocio de una estructura y forma uniformes. Por ejemplo, en la
compraventa es inseparable la voluntad de cambiar algo del fin de lograr un precio.
Este fin práctico recibe el nombre de causa.
En los negocios abstractos también existe causa, pero no es equivalente al fin práctico.
En la stipulatio del negocio jurídico abstracto se hace una promesa, pero no se indica
el fin de la misma.
En el negocio causal si se prueba que el fin es ilícito no produce efecto. En el abstracto,
si se prueba que el fin es ilícito es llevado a sus últimas consecuencias, llegando a ser
neutralizado o paralizado con remedios particulares.
e) Negocios mortis causa e inter vivos. Los primeros se manifiestan en vida y tienen por
objeto regular el destino del patrimonio después de la muerte del disponente (ej.: un
testamento). Los negocios inter vivos regulan el patrimonio del disponente en vida de
ambas partes.

5.2. Elementos del negocio jurídico

a) Elementos esenciales.
1) Capacidad. Los sujetos deben tener la capacidad necesaria para llevar a
cabo un negocio jurídico.
2) Manifestación de la voluntad. Se necesita la conciencia de los sujetos
respecto al negocio jurídico que van a realizar. Las partes deben ser
conscientes y declarar su voluntad de llevar a cabo el negocio jurídico.
3) Causa. Se necesita un fin práctico.

b) Elementos naturales. Son los propios de cada ordenamiento jurídico

c) Elementos accidentales. Son elementos que se añaden a un negocio jurídico, siempre


que el ordenamiento lo permita, para modificar sus efectos mediante cláusulas
accesorias. Una vez acordadas esas cláusulas, se convierten en elementos esenciales
del negocio concreto.
Si bien existen infinidad de cláusulas accesorias, las más frecuentes son:

1) La condicio. Es un hecho fututo y objetivamente incierto de que cual depende la eficacia


del negocio jurídico. Tiene dos vertientes, según que su realización determine la
producción o el cese del negocio jurídico:
- Suspensiva. No se producen los efectos del negocio hasta que llega la condición.
Mientras se esté pendiente del hecho eventual o condicio pendet, es incierto si se
producirán o no los efectos del negocio. Cuando la condición se cumple, condicio
extitit, el negocio adquiere plena eficacia, como si fuese puro o sin condición. Si la
condición no se cumple, condicio déficit, queda extinguida la posibilidad de que el
negocio tenga efectos.
- Resolutoria. Mientras se está pendiente del hecho que condiciona el negocio, éste
tiene plena eficacia, pero puede ser declarado inválido si se produce el hecho que lo
condiciona. Por ejemplo: una compraventa condicionada a un mejor precio. Se decía
de los negocios bajo condición resolutoria que negotium perfectum, quod sub
condicione resolvitur. Si la condición se cumple, quedan extinguidos o resueltos los
efectos del negocio. Si no se cumple, el negocio se mantiene como si nunca hubiera
estado condicionado.

El concepto romano de condición se entendía como suspensiva. En el caso de querer


establecer una condición resolutoria utilizaban el pactum adiectum, un pacto tendente a
su resolución.

Las condiciones se clasifican de la siguiente manera:


- Positivas o negativas (según la naturaleza del hecho). Son positivas las que se
producen por acción del hecho y negativas las que se producen por su omisión.
- Potestativas, causales o mixtas (según la causa del evento). Son potestativas las
condiciones que dependen de la voluntad de una de las partes (el sujeto beneficiado).
Son causales aquellas que dependen del acaso, son involuntarias. Son mixtas las que
dependen de la voluntad y del acaso.
- Impropias. Son aquellas condiciones que no tienen carácter de condición por faltar
alguno de los requisitos que definen su esencia.
• Imposibles. No han de ser cumplidas por ser física y jurídicamente irrealizables.
Si afectan a actos inter vivos, el negocio es nulo. Si afectan a actos mortis causa,
se toman por inexistentes y el negocio produce el mismo efecto que si no
estuviera sujeto a esa condición.
• Ilícitas. Van en contra de las leyes y se rigen por los mismos principios que las
imposibles.
• Iuris o tacitae. Afectan a requisitos predeterminados por la ley. Es decir, son
innecesarias por el hecho de ser repetitivas.
• In praesens vel in praeteritum collatae. Relativas a un hecho presente o pasado,
pues la condición es un acontecimiento futuro y objetivamente incierto.
• Quae omni modo extiturae sunt o condiciones referidas a acontecimiento que,
aunque sean futuros, van a ocurrir inevitablemente. El negocio se tiene por
puro, ya que sus efectos no se suspende por una condición, sino que
simplemente se retrasa su cumplimiento.

Se debe tener en cuenta que no todos los negocios son susceptibles de condición, pues
los actus legitimi rechazan toda suerte de cláusulas accesorias.
2) El término. El dies es un hecho futuro y objetivamente cierto a partir del cual comienzan o
cesan los efectos de un negocio jurídico. Las partes hacen depender los efectos del
negocio de un hecho que se sabe que va a ocurrir. El término puede ser inicial o
suspensivo (Ex die) y final o resolutorio (in diem). La única función del término es dilatar o
retrasar los efectos o la resolución de un negocio que ha nacido a vida en el momento de
la declaración.
Se distinguen cuatro tipos de término:
- Dies certus an certus quando. Si se sabe que llegará y cuándo llegará. Ej.: la fecha
de un calendario.
- Dies certus an incertus quando. Si se sabe que llegará, pero no cuándo. Ej.: el día
de una muerte.
- Dies incertus an certus quando. No se sabe si llegará, pero sí el momento. Ej.:
cuando cumpla 60 años.
- Dies incertus an incertus quando. Se desconoce si llegará ni cuándo. Ej.: el día que
Ticio se case.

Los dos últimos términos en realidad son condiciones. Como se ha señalado en la


condición, hay negocios que rechazan la fijación de una cláusula.

3) El modo. Es una carga o gravamen impuesto a una persona beneficiada por un acto de
liberalidad. La persona beneficiada por el negocio debe hacer algo después de recibir su
parte del negocio. Es un deber jurídico subsiguiente a la recepción del beneficio. En el
Derecho clásico el cumplimiento de este deber se garantizaba a través de cautiones o
garantías de cumplimiento. En el Derecho Justiniano, el donante sub modo está asistido
por la conditio ob causam datorum (que le habilita a pedir la devolución de lo donado si
no se ha cumplido la cláusula del modo) y por la actio praescriptis verbis (para obligar a
cumplir la carga).

5.3. Vicios de la voluntad

Hemos señalado que uno de los elementos esenciales del negocio jurídico es la
manifestación de la voluntad y la conciencia de la misma. Pero para que el negocio jurídico sea
efectivo debe existir una concordancia entre lo querido y lo declarado.
En el Derecho romano antiguo se entendía la voluntad externa. En el Derecho clásico
se observa la preocupación de averiguar la voluntad interna. Pero es por fin en el Derecho
posclásico cuando se establece un criterio para prestar verdadera atención a la voluntad de las
partes: el animus, voluntas o consensus.
Se entiende que la voluntad puede ser destruida o afectada por vicios que afecten a su
esencia o a sus notas singulares. Estos vicios siguen la siguiente clasificación:

a) Vicios conscientes o intencionados.


- Simulación. Puede existir una divergencia entre la voluntad y la declaración en
forma de simulación absoluta (se declara la conformidad de celebrar un negocio
cuando la voluntad no quiere concluir ninguno) o relativa (tras la declaración para
celebrar un negocio se encubre la voluntad de llevar a cabo otro distinto). En el
caso de simulación absoluta el negocio no es válido. En el de simulación relativa
puede tener eficacia el negocio encubierto siempre que la causa sea lícita, que
cumpla los requisitos establecidos por la ley.
- Reserva mental o restrictio mentalis. El declarante hace una manifestación de
voluntad aparentemente seria, ocultando la voluntad verdadera. El Derecho
romano no la tuvo en cuenta, dando por válido cualquier negocio afectado por la
misma.
- Declaraciones hechas en broma o iocandi gratia. No producen efecto, pero si las
persona receptora de las mismas las creyera en serio, el declarante debe
responder por los daños causados.

b) Vicios inconscientes o inintencionados.


- El Error. Es tanto el falso conocimiento como la ignorancia de la realidad de una
cosa o de una circunstancia. El error puede asumir distintas formas:
• Error in negotio. Recae sobre la naturaleza del negocio que celebran las partes.
Ej.: una persona entrega una donación a otra, entendiendo la que recibe el
dinero que es un préstamo.
• Error in person. Se celebra un negocio con una persona distinta de aquella con
la cual se creía negociar. Es esencial cuando versa sobre la identidad de la
persona o sobre cualidades de la misma.
• Error in corpore. Versa sobre la identidad del objeto. El equívoco sobre la
identidad, y no sólo el nombre, califica de esencial este error.
• Error in substantia. Recae sobre las cualidades esenciales y constantes de la
cosa (substantia rei) atendiendo a la función económica- social de la misma
(ej.: comprar vinagre por vino). Si el error versa sobre la cualidad de la cosa
(error in qualitate) pero identificada en su género, el negocio sigue siendo
válido (ej.: comprar vino de un año distinto al pedido).
• Error in quantitate. La stipulatio es el ejemplo más típico de error sobre
cuantía. Este error conlleva la nulidad del negocio, pues es necesaria la
correspondencia entre pregunta y respuesta. En el derecho Justiniano se
admite la validez del negocio por la cantidad menor, respecto de la cual no
falta el consentimiento. En un negocio formal, el consentimiento del
arrendatario sobre una suma mayor a la pedida por el arrendador no
determina la nulidad.

c) Vicios en los motivos del negocio.


- Metus. El Derecho civil otorgaba validez a los derechos viciados de miedo,
concluidos bajo amenaza. El pretor subsanó esta injusticia mediante la concesión
de una actio quod metus causa, una exceptio quos metus causa y la in integrum
restitutio.
• Actio quod metus causa. Puede dirigirse contra el detentor de la cosa
objeto del negocio, contra quien se lucre de ella, contra el que infundió
temor o causó la amenaza y contra los herederos. Se puede ejercer
únicamente en el plazo de un año y la condena supone el cuádruplo de la
prestación verificada.
• Una exceptio quos metus causa. Puede oponerse, sin limitación temporal,
a la acción que demanda el cumplimiento del negocio afectado de metus.
• In integrum restitutio se concede frente a los terceros que han obtenido
un lucro como consecuencia del metus. El amenazado puede obrar como si
el negocio no se hubiera producido.

- Dolus. Es la malicia, el fraude o el engaño perverso de una parte para inducir a la


otra a consentir el negocio. Es tomado en cuenta por le ius civile, pero sólo con
referencia a los iudicia bonae fidei. En la stipulatio podía obligarse al deudor a
realizar una promesa de no obrar por causa de dolo (clausula doli). Pero su
insuficiencia lleva al pretor a crear nuevos remedios:
• Actio doli. Acción infamante y subsidiaria que se ejercita contra el autor
del dolo. Debe llevarse a cabo dentro de un año y no se puede transmitir a
los herederos. Se repara el daño sufrido.
• Exceptio doli. Se concede a la víctima del dolo para defenderse de la acción
por la que el culpable o sus causahabientes reclamen el cumplimiento del
negocio.
• In integrum restitutio. Puede pedirse por razón de dolo en algunos casos.

d) Vicios originados por la falta de voluntad. Cuando el negocio ha sido celebrado bajo
presión de violencia física- vis absoluta- no se tiene por válido.

5.4. Ineficacia e invalidez de los negocios jurídicos

Los negocios jurídicos no producen efectos en muchos casos. Debemos distinguir entre
la ineficacia y la invalidez de los negocios jurídicos.

a) Ineficacia. Por causas intrínsecas (ej.: incumplimiento de la condición suspensiva) o


extrínsecas (ej.: si la cosa se destruye por caso fortuito) el negocio no produce sus
efectos naturales. El negocio concluye de manera válida, pero sus efectos no se
producen por un hecho que no ha tenido lugar o por una circunstancia sobrevenida.
b) Invalidez. Se produce cuando falta o está viciado alguno de los elementos esenciales
del negocio. Los intérpretes medievales distinguen dos tipos:
- Nulidad. Falta totalmente alguno de los elementos requeridos por la ley. El
negocio no produce efectos de acuerdo con la máxima quod nullum est, nullum
effectum producit (lo que es nulo, no produce efectos).
- Anulabilidad. Si bien no faltan elementos esenciales, alguno se encuentra viciado.
El negocio produce los efectos previstos, pero existen medios jurídicos para que el
interesado pueda pedir su eficacia, revocando o paralizando esos efectos. Casis de
nulidad radical:
• Imposibilidad de la prestación.
• Contenido inmoral.
• Infracción de la norma legal.
• Imposibilidad de la condición.
• Falta de capacidad jurídica o de obrar.
• Vicios o defectos formales.
• Vicios de la voluntad.

Los negocios anulables tenían existencia jurídica, pero los vicios que los
corrompen son el fundamento para pedir su ineficacia.
La marcha del procedimiento

1. Los jueces y magistrados

• Primera fase del pleito à magistrado dotado de imperium (pretor). Su misión es dar
acoger o denegar las alegaciones de las partes, es decir, permitiendo o denegando el
planteamiento del proceso. Instituye y formaliza la causa.
• Iurisdictio à manifestación del poder soberano del Estado, pertenece a los pretores
en Roma, los consulares y iuridici en Italia y los presides y procónsules en las
provincias.
• Iudex à es un particular, árbitro o juez popular, que desarrolla el iudicium (sentencia).
Su función no se basa en el imperium, sino en el officium. Este se apoya en el
juramento que hace a la hora de ser nombrado, comprometiéndose a fallar de
acuerdo a las normas del derecho positivo.
• Clases de jueces:
- Juez particular único.
- Recuperatores à tribunal de tres a cinco particulares nombrado a instancia del
pretor y que intervienen en procesos donde litiga un peregrino o procesos sobre
libertad.
- Tribunal de 10 jurados particulares nombrados por los comitia cuya misión es
juzgar las causas de libertad.
- Centumviri à Tribunal de 105 y 180 miembros nombrados a propuesta de las
partes que actúan en procesos relativos a la propiedad, la familia y la herencia.

2. El fuero

• Alude al tribunal actuante y a los límites de sus funciones.


• Determina la razón en virtud de la cual el magistrado ejerce su jurisdicción y la facultad
de actuar en la medida marcada por el ordenamiento jurídico.
• La asignación de litigios a los magistrados se determine en base a diferentes criterios:
conveniencia económica de los litigantes, naturaleza de la relación jurídica, valor de la
cosa en controversia, extensión del territorio o jerarquía del magistrado.
• En ciertos casis se confiere por ley a las partes la facultad de disponer del fuero. En
caso contrario, la elección es del demandante entre su lugar de origen y el del
demandado.
• Hay fueros especiales según la relación jurídica que se trate.
• Otros vienen dados por la función del magistrado.

3. El tiempo

• Se distingue entre días hábiles para la actividad procesal jurisdiccional (fasti) y días no
aptos (fasti).
• Año judicial à período de invierno y verano. Se interrumpe la actividad en las
cosechas, la vendimia y los juegos públicos.
• Interposición de acciones à cómputo de tiempo útil.

4. Las partes y los representantes

• Las partes son actor y reus.


• Legis actiones à se admite la representación procesal en cuatro casos:
- Pro libértate
- Pro populo à interés público
- Pro tutela à defensa de pupilos
- Ex lege Hostilia à hurtos cometidos por un ausente

• Fórmulas à representación amplia y general.


• Época antejustinanea à dos representantes procesales:
- Cognitor à representante típico judicial
- Procurator à administración común u ordinario que se persona en
nombre del administrado.
• Ley à garantías à asegurar la aceptación de la sentencia por el representado y su
cumplimiento.

5. Procedimiento in iure

• Iutis vocatio à llamamiento para comparecencia del demandado. Ley XII Tablas
autoriza a llevarle por la fuerza y llevar a testigos. El demandado puede ofrecer un
sustituto o vindex. Si no comparece se le tiene por culpable entregando sus bienes
al demandante.
• Presentes las partes à el actor formula la demanda (editio actionis). Reus =
diferentes posturas:
a) Aplazamiento para contestar.
b) Confessio i iures à Contesta adecuándose a la demanda sin necesidad de apud
iudicem.
c) Reconocer o no la deuda.
d) Oponerse a la demanda.

6. Litis contestatio

• Pretor admite la demanda (datio actionis) se pasa al iudicium.


• Legis actiones = la litis contestatio era un contrato arbitral que seguía a la
formulación de la demanda hecho en presencia de testigos solemnes. Las partes
acuerdan someter la cuestión a un iudex y aceptan su fallo.
• Fórmula = la litis contestatio es el traspaso de la fórmula al iudex.
• Es un contrato arbitral cuya fuerza reside en la proposición y aceptación de la
fórmula por el actor y el reus.
• Efecto = extinción procesal de la acción. Imposibilidad de repetición.

7. Procedimiento apud iudicem

• Oralidad
• Publicidad
• Inmediación
• Las partes deben aportar pruebas que apoyan sus alegaciones.

8. Sentencia

• El juez según las reglas de la sana crítica (ex animi sententia) resuelve el pleito
mediante un fallo. No puede ser recurrida.
• La sentencia puede ser: absolutoria (absuelve al reus), condenatoria (comdenatio),
declarativa (prejudiciales) o constitutiva (procesos de división).

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