Pic-Nic, Los Temas de La Obra

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Pic-Nic

Los temas de la obra

 La guerra
 El humor absurdo
 Lo individual frente a lo colectivo

La guerra

 Es el tema más explícito de la obra, aunque el título no lo muestra.


 Varias guerras del siglo XX pudieron inspirar esta obra:
❖ La guerra civil española
❖ La segunda guerra mundial
❖ La guerra de Corea
 La guerra es un tema muy representado en esta obra:
❖ Primero por el decorado, que representa un campo de batalla con trincheras.
❖ Luego con el omnipresente campo léxico de la guerra, con ejemplos desde las
primeras didascalias con las palabras ''batalla'', ''tiros'', ''bombazos'',
''ametrallados'' etc.
 Fernando Arrabal denuncia una guerra de la que ningún combatiente sacará beneficio
alguno (al final todos mueren) porque supone el enfrentamiento de hermanos (Zapo
y Zepo son igualitos, casi mellizos como Zipi y Zape, p151) alienados por la ideología
de una clase dominante (p154, 155 y 156) que los lanza a la muerte para defender sus
intereses pero que poco a poco van tomando conciencia de la futilidad del
enfrentamiento.
 Véase p151 : ¿Cómo uno se hace enemigo?
 La guerra está convertida en la obra en “asunto de familia” lo que contrasta con las
guerras actuales, despersonalizadas y frías.
 La guerra es finalmente muy presente y sinónimo de muerte para todos ya que todos
mueren al final. Fernando Arrabal demuestra así al espectador que en una guerra sólo
hay perdedores.

El humor absurdo

El teatro del absurdo del siglo XX

La vanguardia teatral europea encontró su momento álgido a partir de los años 50 del pasado
siglo. El teatro convencional y realista carecía ya de ideas nuevas y de dramaturgos creativos.
La Segunda Guerra Mundial, que había dejado el triste balance de 96 millones de muertos y
países enteros arrasados, había supuesto el reconocimiento de que la Humanidad había hecho
importantísimos avances técnicos y científicos, pero que no había logrado solucionar los
problemas que atañían a su propia naturaleza; no sólo no habían encontrado solución, sino
que se habían manifestado con la mayor violencia y crudeza en las guerras. La propia lógica
del sistema había hecho caer a los seres humanos en lo ilógico y lo irracional. En ese momento,
la desconfianza en la razón y en la lógica social fue recogida por el llamado teatro del absurdo.

Cuaderno de trabajo de Ionesco

El primer autor de esta tendencia fue Eugène Ionesco, que en 1950 estrenó “La cantante
calva”. En 1953, Samuel Beckett lleva a la escena su obra “Esperando a Godot”. Los
antecedentes de esta tendencia teatral tenemos que buscarlos en Alfred Jarry, con su “Ubu
Rey”. Su declaración sobre lo incomprensible parece ya una declaración de principios del
teatro del absurdo:

“…relatar cosas comprensibles sólo sirve para entorpecer la mente y desviar la memoria,
mientras que el absurdo ejercita el cerebro y hace trabajar la memoria”. Su influencia está
detrás de movimientos como Dada y el Surrealismo, antecedentes inmediatos del absurdo.

Por otra parte, el distanciamiento predicado por Brecht y la teatralidad primitiva de Artaud
preparan también este camino, que se inscribe en la línea del antiteatro del siglo XX.

El término “absurdo” fue utilizado por primera vez por Sartre para calificar la existencia
humana en su análisis sobre el existencialismo; su seguidor, Albert Camus, novelista y
dramaturgo, escribió un ensayo donde se trataba del absurdo y se hablaba sobre “el abismo
permanente entre el yo y el mundo”. Como se puede ver, las confluencias de ideas fueron
muchas y variadas para la aparición de esta tendencia teatral.

En su comienzo, el público no tuvo facilidad para aceptar algo tan diferente a lo que había sido
acostumbrado; personajes, ambientes, diálogos, todo resultaba extraño y extravagante. Los
propios autores se resistían a dar explicaciones acerca del sentido de sus obras. Preguntado
Samuel Beckett acerca del significado de “Esperando a Godot”, respondió que , de haberlo
sabido él, lo habría puesto en la obra. Lo cierto es que no pretendían estos autores que se
“comprendiera” en el sentido tradicional del término, sino que su finalidad era que al público
le llegara la idea de que precisamente no había que preocuparse por el sentido en un mundo
sin sentido.

Muchos críticos y eruditos consideraban, por otra parte, que se trataba de un teatro
intelectual, que exigía atento estudio, profundo análisis e interpretación. Las comparaciones
y la búsqueda de raíces en surrealistas y dadaístas era inevitable. En el teatro no se obtenía
una imitación de la vida, sino una visión imaginativa de la vida. Naturalmente, la identificación
del público con los sucesos y personajes era imposible, ya que no se captaba el significado sino
de modo fragmentario e intuitivo, sin concesiones a lo emotivo; se producía, por tanto, el
efecto de distanciamiento que Brecht había propuesto. Sólo se reconoce la irracionalidad que
puede ser también percibida en la propia vida.

Una escena de "Esperando a Godot"

En realidad, el teatro del absurdo no tenía ningún objetivo concreto. No hay personajes que
sean reconocidos, no hay situaciones delimitadas y precisas. El desarrollo de estas obras está
basado en la creación de una atmósfera, sólo asimilable intuitivamente. No hay suspense de
los acontecimientos y a dónde conducirá la acción, pues lo único que el público puede
preguntarse es qué acción impredecible puede venir después, qué acto sorprendente sigue a
otro y cómo se puede relacionar cada uno con la totalidad de la obra, de modo que pueda
captar al menos algo de lo que viene sucediendo.

Para los dramaturgos del teatro del absurdo el lenguaje está anquilosado y hay que
destrozarlo. Desaparece la veneración por el texto y se incorporan a la acción elementos
extraliterarios e incluso antiliterarios. Más que un teatro de ideas y palabras, es un teatro de
imágenes. Algunos de sus elementos enlazan con las viejas tradiciones bufonescas, con la farsa
clásica, sin olvidar el cine cómico de creadores como los Hermanos Marx. Se consideran
muchas de sus obras cómicas, pero en el fondo de todas ellas late una gran tristeza, un sentido
trágico que un público reflexivo capta de inmediato como un reconocimiento del absurdo en
la vida social.

El humor absurdo en Pic-Nic

 En Pic-Nic, vemos una inadecuación de los personajes al medio en el que están; eso se
traduce entre otras cosas por un lenguaje compuesto de frases hechas o
convencionales en un contexto completamente inoportuno.
 Introduce elementos inverosímiles (véase p 129 Zapo que pide a su capitán la
compañía de una cabra porque se aburre muchísimo y sufre de soledad) que parecen
verosímiles a los personajes.
 Es un homenaje a lo absurdo, la locura que aquí sería en realidad cordura: los locos
son los que quieren que haya una guerra no los que participan a una guerra que no
comprenden.
 También el humor permite humanizar lo inhumanizable: la guerra.
El individuo frente a lo colectivo, al sistema
1) Primero veremos las ideas y las convicciones de los personajes.
2) Segundo veremos la fuerza del sistema ya establecido y sus reglas imparables.
3) Para terminar, estudiaremos como imponer sus ideas individuales frente al poder
colectivo

1) Primero veremos las ideas y las convicciones de los personajes.

Los personajes no tienen durante casi toda la obra convicciones. Están aquí porque les
mandaron aquí, pero sin saber por qué.
Es el Sr Tepán que aclarará la situación y la revelará a su hijo y por lo tanto a Zepo también.
Cada personaje busca una solución al conflicto bélico porque ya no quieren seguir aquí, se
aburren demasiado y hacia el final de la obra piensan haberla encontrado: “Pues entonces
podemos hacer una cosa: parar la guerra.” (p159) declara el Sr Tepán a todos y luego sigue
dando explicaciones: “Pues muy sencillo. Tu le dices a todos los soldados de nuestro ejército
que los soldados enemigos no quieren hacer la guerra, y usted le dice lo mismo a sus amigos. Y
cada uno se vuelve a su casa.»
Aparte del humor proveniente de una solución infantil a un problema muy serio, Fernando
Arrabal muestra que los problemas colectivos necesitan una solución colectiva ya que la
solución individual propuesta por el Sr Tepán no funcionará: al final de la obra, todos mueren.

2) Segundo veremos la fuerza del sistema ya establecido y sus reglas imparables.


Cuando un sistema ya está establecido, es casi imposible luchar contra él. Así que tratar de
contrarrestar una guerra es muy complicado. Por ejemplo, los protagonistas Zapo y Zepo no
saben ellos mismos por qué hacen la guerra, lo hacen porque no tienen elección, es su jefe
quien les dice qué hacer y cómo hacerlo, obedecen y están bajo las órdenes de un superior.
Sin embargo, siendo inferior, la fuerza del sistema es mucho mayor. Frente a un poder superior,
su líder y el sistema, no tienen ninguna oportunidad porque incluso siendo muchos no tienen
la fuerza necesaria.

3) Para terminar, estudiaremos como imponer sus ideas individuales frente al poder colectivo

Imponer las ideas individuales frente al poder colectivo es complicado, porque cuando un
individuo está solo es muy difícil hacer oír sus ideas. Para que una idea sea validada, tiene que
ser adoptada por varias personas, en ese momento entra en juego el poder colectivo. A menos
que el individuo sea el superior, cuanto más importante es una persona, más influencia tiene y
más posibilidades de hacerse oír y transmitir sus ideas a los demás.

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